el profesionista y la familia

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El profesionista y la familia. El problema y la responsabilidad. La novia. La esposa. Los hijos. La educacin paterna. La casa.Durante algn tiempo nos abrum el recelo de abordar este captulo, por las dificultades naturales del tema, y por desconfiar que el tono de estas reflexiones pudiera tener vestigios 1 o resabios de tanta cursilera, trivialidad y desatino con que se presenta constantemente en publicaciones de toda laya.La familia es el eslabn ms slido entre el presente, el pasado y el porvenir. Si no somos aventureros, no podemos ignorarla o menospreciarla. Si somos hombres, no podemos menos de considerarla como causa primordial de nuestra personalidad, mximo estmulo de nuestras actitudes permanentes, y el ms noble objeto de nuestros desvelos.Pero, en el caso particular del profesionista, como hombre, corno universitario y como creador, tiene una importancia fundamental que es preciso subrayar, porque un error en esta materia generalmente es irremediable, y por s solo puede arruinar la vida ntegra de un hombre.En este captulo tenemos que dar por conocido todo el fundamento cientfico y doctrinario que se desprende del estudio biolgico, demogentico, histrico, moral y jurdico de la institucin familiar. Rebasara los lmites de la tica Profesional y nos apartara de la responsabilidad concreta que nos interesa como problemtica especfica de la vida profesional; aunque valdra la pena que, dentro de los programas universitarios, se le dedicara un curso especial, en plan de clases o seminarios.Todo ser humano inicia su historia en el seno de una familia que no puede elegir y que difcilmente puede alterar, por la sencilla razn de que un efecto poco o nada influye sobre su causa, por ms inteligente y sensible que sta sea. Pero cambian los trminos del problema cuando el efecto se convierte a su vez en causa, y de cociente se convierte en factor divisor o dividendo (que ambas cosas implica el matrimonio).Como dicen los filsofos, la familia se puede considerar in fieri (en proyecto), y en facto esse" (de hecho ya existente). Y como nuestro trabajo va dirigido especialmente a los estudiantes que estn en vsperas de recibirse y que slo excepcionalmente estn casados, creemos un deber formular el problema desde el principio. Para lo cual ceiremos en cuatro puntos principales lo que honradamente creemos esencial de la responsabilidad profesional.Tal vez debemos comenzar por advertir el grave deber de conciencia de estudiar seriamente el tema, cuyo anlisis reducimos : elementalmente al esquema de a) la novia, b) la esposa c) los hijos y d) la casa.A) La NOVIA. Principiis obstal Era la sabia preocupacin de los clsicos: obstar pertinazmente contra la dificultad inicial, para no tener que lamentar luego la ineficacia de la medicina extempornea. La familia prcticamente comienza con una eleccin y con una decisin. El que se equivoca en sto ya no tiene ms en qu equivocarse. Se comete el nico error con el cual se queda uno herrado para toda la vida.Hay quienes fincan el acierto en los conocimientos psicolgicos, en la suerte, el destino, etc., etc. El acierto estriba en el sentido comn y en la seriedad con que se elige la novia.Dejando un amplio margen para la imaginacin y el romanticismo que tiene que haber en el alma juvenil, decimos siempre a nuestros alumnos que hay cuatro cualidades esenciales que un profesionista debe comprobar en su futura esposa:1) Que sea femenina. No hay que engaarse en sto. Jams se agotar esa riqueza de alegra, entraabilidad, emocin, capacidad de dilogo y comprensin, resplandor ntimo y silencioso, resonancia divina, impulso vital y fragancia fecunda para la imaginacin y la inteligencia del hombre, que es la mujer. Pero la ms autntica feminidad reside en el instinto maternal y en el espritu maternal.)El instinto maternal se manifiesta en su generosa emocin ante la debilidad de la persona humana y su placentera dedicacin a ella.El espritu maternal ha fraguado y madurado cuando la emocin se convierte naturalmente en deber y sacrificio, y cuando la dedicacin se ha transfigurado en amor, del cual se benefician principalmente los nios.2)Que sea inteligente. No se necesita mucha sindresis para percatarse del corto circuito que tarde o temprano tiene que producirse entre un universitario y una palurda.Sin que la muchacha sea un genio, bastar ordinariamente que est convencida de que ignora muchas cosas, y que sienta la necesidad de aprenderlas y, sobre todo, de aprenderlas por obra y gracia de su pretendiente.3) Que sea sana. No es egosmo ni grosera; es puramente; sensatez. No se trata de encontrarse a una campeona de Judo, de amplio torso y sonoros resoplidos. Se trata de no tener que cargar con un botiqun ambulante con cara de Dolorosa. Quin y cunto tiempo se aguanta a una mujer enfermiza (por hermosa que sea), con la perspectiva de hacerse crnicos los achaques, el sufrir y el lamento? Tngase presente lo que dijimos acerca de la competencia fsica.4) Que sea virtuosa. Al menos, en el nfimo grado de no considerarse ni perfecta, ni incapaz de permanente progreso espiritual. Que est convencida de que tiene que progresar moralmente y de que nadie la puede ayudar ms eficazmente que su prometido. Definitivamente no sirve la que se cree santificada de nacimiento! Es ms serio este punto de lo que parece a primera vista.Si Dante resucitara en el mundo actual, no se escandalizara de los artefactos, ni de los medios de locomocin, ni de los trabajos y actividades que tienen empeada la responsabilidad femenina; pero ciertamente le angustiara ver el poco aprecio de aquellas maravillosas virtudes de Beatriz, que l consideraba requisito esencial para hacerle pregustar el Paraso: la gentileza, la honestidad y la humildad.Es una prctica muy sabia tratar de conocer el comportamiento de la candidata en su casa y en sus quehaceres domsticos. Sera el colmo de la candidez y del optimismo el creer que una muchacha agria, egosta y violenta con sus familiares va a convertirse en mansa palomita por el matrimonio. No conocemos la excepcin de esta regla!.Salvados estos cuatro puntos, hay ancho campo para las preferencias sentimentales, temperamentales y estticas. Cualquier esperanza es slida y razonable, siempre que exista realmente este fundamento. Y ojal que todos los profesionistas terminen su jornada abrigando sentimientos como los de Francisco Severi, el mximo algebrista de nuestros tiempos, sucesor de Einstein en la Academia de Ciencias de Francia, y recientemente fallecido el 8 de diciembre de 1961. Lamentndose de que su calvario comenz con la muerte de la mujer bienamada, despus de 51 aos de fusin de sus almas, as se expresa en un escrito pstumo: El inefable desgarramiento de la material separacin de aquella mujer de gran inteligencia y amoroso y noble corazn, que fue mi dulce compaera y me confort y frecuentemente me gui en las vicisitudes de la vida con profundo sentido de maternidad, tal vez me hizo digno de dar el paso definitivo para entrar, confortado con la Gracia, en la Casa del Seor.Bien sabemos que hay un sinnmero de fracasados por culpa propia: por irresponsabilidad e insensatez. Aun para esos pobres nufragos desesperanzados todava hay una esperanza en la desmesurada generosidad de una mujer autntica.Con gusto aconsejaramos al joven profesionista que busca novia, que lea previamente en la Biblia los 24 primeros versculos del Captulo XXVII del Eclesistico. De algo habr de servirle la sabia experiencia salomnica!B) La ESPOSA. Luis Untermeyer dedica sus biografas tituladas "Forjadores del Mundo Moderno a su esposa Bryna Ivens, en los siguientes trminos de recndita satisfaccin:A BRYNASIN LA CUAL, NADA.Cuando voy arandoparece que a mi lado vas cantando.Cuando siembro el trigo parceme cantar tambin contigo.Cuando lo cosechoresuenan los cantares en mi pecho.Mi mujer sana, mi mujer fuerte, trabajadora, madrugadoratan tempranera como la aurora.La que soplas la brasa,la que barres la casa,la que revuelves todo por la maana;la que cuelgas cortinas limpias en la ventana.Cmo no he de querertesi eres mi padre, si eres mi madre, si eres mi hermana, si eres la que se alegra de mi suerte, si eres...la que me quieres?Cuando voy arandoparece que a mi lado vas cantando.Cuando siembro el trigo parceme cantar tambin contigo.Cuando lo cosechoresuenan tus cantares en mi pecho.

Y transcribimos estas estrofas no en mrito a cotizaciones literarias; sino porque, como lo advierte el mismo Dr. Boerger, su simbolismo alcanza a cuantas mujeres se hallan en situacin anloga de colaboradoras annimas de quienes se esfuerzan generosamente por ennoblecer su misin profesional.La vida conyuga! no tiene sentido si no tiene poesa; y la poesa es la esposa. Que un patn la ignore o la profane es comprensible, aunque, sea lamentable; pero que un universitario la postergue a sus actividades profesionales y la confine en un ignominioso ostracismo domstico, es el ms torpe pero ms eficaz empeo por desbaratar la familia y anularse profesionalmente.Es imperdonable que un profesionista universitario reduzca el amor a una simple sed de placer personal, con la nica preocupacin de divertirse y satisfecho de una unin que no es nada ms que un mero acuerdo superficial sin profundidades intelectuales ni emotivas.Guayrnas, Sonora. Como l mismo comenta, fue su compaera infatigable de largos aos de actividad profesional pasados en la soledad del campo. Al dedicarle la mejor de sus obras, lo hace con el Himno Rstico de Manuel B. Otero;Es ridculo verle celar o recelar de las expansiones, aspiraciones y entusiasmos legtimos de su esposa, y permitirse el oscuro y venenoso fermento de la separacin, como posible solucin de ftiles dificultades o fricciones domsticas.Cuntas palabras o interrogaciones intiles, cuando conviene callar o adivinar!Cuntos egosmos groseros y descarados con el pretexto de la divisin de funciones y tareas," o de compromisos profesionales!Cuntas mejoras en la oficina, y renovacin constante y pedante del atuendo personal, a costa de censurables limitaciones domsticas y extravagantes exigencias de economa conyugal!Slo una torpeza inexplicable puede explicar la conducta del profesionista que no entera a su esposa de sus actuaciones, compromisos y movimientos (salvo siempre el secreto profesional). Que lo ignora o relega a segundo trmino en sus relaciones sociales o xitos profesionales. Que le niega atencin personal, dedicacin cariosa y solicitud inteligente, considerando que son bagatelas despreciables, omisibles, o incompatibles con sus responsabilidades. Que considera la intimidad conyugal como una rutina que le dispensa de la primaca del amor, y de la conquista perseverante (y delicada del consentimiento.Ya vimos como el mercantilismo es incompatible con la dignidad de la profesin, por grandes y urgentes que sean sus exigencias econmicas y administrativas. Qu diremos entonces de aquellos profesionistas que se sirven de la esposa, o de todos los miembros de la familia, con fines publicitarios o propagandsticos?Es natural que el profesionista asocie la esposa a sus preocupaciones y aun a sus actividades, cuando son compatibles con la dignidad y feminidad de su compaera. Pero lo que es absurdo (y sera puramente hipottico si no nos constara la triste realidad) es que se le enve y se le obligue a corretear los servicios profesionales del esposo, o hacerle ambiente entre sus relaciones, como carnada de una posible clientela.Y dice tambin muy poco de la decencia de un profesionista aprovechar los viajes, las celebraciones y acontecimientos familiares para hacerse de notoriedad que ciertamente ha de favorecer muy poco, tanto a la familia como a la profesin.c) Los HIJOS. La paternidad comporta algo de divino. Tiene una carga de autoridad natural y de responsabilidad personal que, de hecho, puede decidir del destino de los seres humanos, y consecuentemente gravita sobre la sociedad. Da al hombre la facultad de transmitir la propia vida, no solamente con las caractersticas genticas establecidas por El Autor de la Vida, sino adems con las otras caractersticas personales no hereditarias, de las cuales el hombre es libre dispensador, consciente e inteligente.La universidad lgicamente debe ofrecer una oportunidad excepcional de mejores conocimientos cientficos y morales al respecto, y debe capacitar al hombre para ser padre con mayor facilidad, seoro y responsabilidad.El padre que se despreocupa de sus hijos es un delincuente; ya sea que los abandone por negligencia culpable, ya sea que sus convicciones marxistas los abandonen a las providencias del Espado, como ya encontramos antecedentes ideolgicos en Platn y Campanella.El padre debe, por derecho natural, a los hijos, algo ms humano y entraable que una simple intervencin policial o judicial. Escriba un alumno en un examen: La familia necesita al padre ms espiritual que materialmente. Slo en la madurez se llega a comprobar plenamente semejante aserto.En problemas de educacin se dicen muchos disparates.En primer lugar, porque inconscientemente se pretende poder descubrir la frmula mgica de educar sin compromisos ni sacrificios. En segundo lugar, porque no se comprende la enorme diferencia que existe entre la educacin escolar y la educacin familiar.La educacin escolar siempre ser complementaria y adjetiva, y puede ser la tarea de una sola persona. Pero la educacin familiar, que es absolutamente medular y substantiva, no obstante toda la literatura galante que ha proclamado honrosamente a la mujer como la responsable casi exclusiva de esa funcin, es esencialmente tarea y funcin de dos, si se quiere responder honradamente a las incoercibles exigencias de la naturaleza y el plan soberano del Creador.La educacin paterna. La naturaleza ha dotado al hombre con facultades especiales para crear y gobernar; y el profesionista es, en el mundo, quien eminentemente crea y gobierna.Esas facultades son: a) inteligencia analtica, con perspectivas de conjunto; b) voluntad ejecutiva, hasta el capricho y ms duro egosmo, no fcilmente flexible por motivos sentimentales; a) afecto noble, razonado y previsor.Estos elementos son imprescindibles en el buen gobierno de la familia; y si en el orden conyugal el hombre es la seguridad y j la estabilidad, en el orden paternal el hombre da envergadura y profundidad al trabajo permanente de la ternura de la madre.Si la autoridad es la base de toda educacin, cmo puede eximirse un padre, o reducirla a intervenciones espordicas con el consabido pretexto de que sus deberes le apremian?Creemos sinceramente que en la bancarrota de la educacin que todos lamentamos, la mxima responsabilidad es de los hombres. Ya sean forajidos irreductibles, ya sean papanatas mareados por el ritmo de la vida moderna, ellos son quienes, al fugarse de su casa, de su mujer y de sus hijos, han privado al hogar de su equilibrio humano, y a la sociedad de la mejor reserva natural para su renovacin.Quisiramos encontrar frmulas sencillas que pudieran contrarrestar la influencia enervante de ese diluvio publicitario que desorienta y confunde a la buena voluntad de padres y educadores.Tal vez podemos decir provechosamente, en una sntesis muy asequible para un profesionista, que la educacin es fundamentalmente un problema y una responsabilidad que supone: la conciencia, la presencia, la paciencia y la docencia.a) La conciencia. Porque la educacin no es deporte optativo, ni puede reducirse en un hogar cualificado al simple recurso del instinto paternal. Es necesario tener una clara conciencia de que la educacin es un deber personal e intransferible, y es un testimonio humano de capacidad fsica y moral que difunde la seguridad y la confianza en todas las personas subordinadas.Es necesario que el profesionista est convencido de que l es el regulador armnico en la educacin de los propios hijos, preocupndose de dos cosas: 1.de que sus hijos sientan el valor de la vida, para que se decidan a vivirla con dignidad y empeo, y 2. de que sus hijos no solamente tengan una formacin intelectual, sino que se enriquezcan con dotes y virtudes humanas, sin descuidar el cultivo de las capacidades prcticas que han de facilitarles la lucha contra las dificultades y el cumplimiento de todos sus deberes.Slo la conciencia paternal es capaz de percibir hasta dnde puede llegar el ascetismo o el herosmo de los hijos, y hasta dnde puede llegar sin exageracin la ternura. Y slo la conciencia iluminada de un profesionista puede ensear a un hijo la diferencia que hay entre originalidad y personalidad, que tiene tanta importancia en la normalidad psicolgica de la juventud.b) La presencia. Porque no existe la educacin a la distancia. Ni siquiera por correspondencia! Y porque, suprimida la presencia, desaparecen automticamente los resortes y factores que juegan substancialmente en la educacin: 1.el amor fuerte y de contacto, cada da ms entraable; 2.el respeto consciente y reflexivo a la legtima libertad y personalidad profunda del nio; 3.la ayuda y conduccin en el desenvolvimiento de su conciencia, su vocacin y su autonoma; 4.la atencin permanente para regular con naturalidad los exabruptos de su libertad, estimulndole en sus debilidades y moderndole en sus tiranas.c) La paciencia. Porque la educacin no es trabajo de un da, y porque la paternidad es como la Alta Corte adonde llegan todas las reclamaciones y amparos promovidos por la esposa y por los hijos.La lentitud y la resistencia son dos notas normales e inherentes al proceso educativo, y a la reaccin natural que es su consecuencia. No se puede cejar en la exigencia de orden y trabajo, porque el orden y el trabajo son espontneamente educativos y el principio primordial de toda formacin y educacin. No se puede descuidar su control, porque sera tanto corno renunciar a la misma exigencia; ni se puede ceder a la tentacin de exigir poco, porque es la manera ms segura de criar enanos espirituales.Solamente la paciencia es la que nos ensea a comprender antes de juzgar, a tolerar y a castigar dentro de las dimensiones de la caridad y de la justicia, a prescindir de la antiptica y nociva "contabilidad de las faltas, y a evitar la arbitrariedad, la brutalidad y el pesimismo que despoja a la vida humana de todo valor educativo.d) La docencia. La directa, fundamental y positiva del ejemplo; porque frente al hijo que se siente un privilegiado (por ser de clase acomodada o por ser precisamente hijo de un profesionista) lo nico convincente y eficaz es el ejemplo paterno.La docencia de la palabra; porque la palabra paterna es la nica en el mundo que tiene naturalmente el prestigio y la profunda penetracin de la autoridad y del cario.La docencia incalculable del dilogo y de la comunidad, que insensiblemente permiten compartir los principios morales y la solidaridad en su observancia y defensa.Aceptar la ignorancia o las recetas pedaggicas de revistillas y comadres; aceptar la violencia, la resignacin o el pesimismo en la educacin de los hijos es no comprender a Dios y no comprender al hombre, en la solidaridad esencial con que comparten la paternidad.D) LA CASA. La familia es ciertamente el ncleo originario y primario de la sociedad. De ella depende la prosperidad o decadencia de una nacin. Pero se engaara lamentablemente quien pretendiera asegurar sus destinos con recursos puramente espirituales, con exclusin de los elementos materiales.En el hombre, la materia y el espritu son recprocamente mutuos e intrneos en su substancialidad; y para vivir humana y decorosamente tambin se necesita un espacio vital que garantice una existencia segura y libre de riesgos, incertidumbres, estrecheces y angustias econmicas.La Seguridad Social y sus tcnicas son competencia del Estado. Pero la Seguridad Familiar es competencia y responsabilidad del padre. Y si la seguridad es hoy el punto neurlgico en los problemas sociales y familiares, la vivienda ocupa el primer lugar en el problema. La casa propia es el mximo ttulo de seguridad familiar, y ella depende del trabajo del hombre. De aqu que el trabajo debe cuidarse, respetarse y reivindicarse celosamente!Resulta incomprensible que un profesionista no luche por conseguir la estabilidad y seguridad de una casa propia, contentndose con las ventajas fruitivas e inmediatas que proporciona el dinero.Ms incomprensible es an el profesionista que gasta cuantiosas sumas en el juego y diversiones, con cuotas o acciones inverosmiles en centros sociales o deportivos de alto coturno, cuando la familia no disfruta nada ms que de un precario bienestar en una vivienda rentada y de ventajas sumarias.Y no es raro el seor universitario, pontfice de la poltronera y dspota en las exigencias personales, que se niega rotundamente a considerar .cualquier intento de comprar casa, con el pretexto de la austeridad o de la pobreza, tronando contra las ambiciones de las mujeres, contra el lujo de los vecinos, y contra la vanidad e inutilidad de todos los artefactos modernos.No se trata de estar siempre (como alguien puede sospechar) deseando aumentar el volumen de cosas en beneficio del capricho, la ostentacin y la holgazanera; solamente se trata de cuidar constantemente que el hogar sea ms alegre, ordenado y acogedor en virtud de la cultura profesional y del buen gusto femenino, cuya espontaneidad ha sido atrofiada por la intervencin comercial y cursi de tanto decorador autopromovido y entrometido.El profesionista tiene una doble responsabilidad en la casa: a) Cerrarla a toda contaminacin fsica o espiritual, y b) abrirla a todas las perspectivas de perfeccin individual y colectiva.a)Cerrarla: a toda la podredumbre visual, grfica o literaria, controlando con energa previsora especialmente las publicaciones peridicas e ilustradas; recordando que el derecho de conocer la verdad implica necesarias restricciones impuestas por las condiciones evolutivas de la psicologa infantil y por la profilaxis normal de la psicologa moral del adulto.En Australia, en Octubre de 1961, se consideraba la literatura pornogrfica como el primer elemento de perversin moral y malestar social. Y, aunque se pueda tachar de convencional a la legislacin, en Nueva Gales del Sur se decretaron graves penas para los responsables de publicar o difundir cosas obscenas; definindose como obscenas las obras cuyo contenido fuera la indebida acentuacin del sexo, del crimen, de la violencia, crueldad vulgar u horror.Algo semejante podramos referir de la legislacin de Alemania Occidental seriamente preocupada por la integridad del hogar germano. Creemos que tambin esto cae dentro de la Seguridad Familiar.b)Abrirla: 1) A la hospitalidad, con fines nobles y caritativos; y no con fines utilitarios.2) A la amistad limpia y desinteresada,3) A las preocupaciones culturales serias.4) A las actividades sociales normales y legtimas impuestas por la ciudadana o la sociabilidad.Terminamos este captulo que nos ha costado abreviar, y que por su contenido era suficiente para un trabajo de grandes alientos y dimensiones.Como lo sugerimos en la Introduccin, y como surge espontneamente de las pginas recorridas, nuestras mejores esperanzas se fundan en la familia como institucin, y en los profesionistas como personas efectivas y responsables.Si el liberalismo nos tena habituados a considerar la profesin generalmente como un asunto personal, el marxismo introdujo la nueva sensibilidad por la que se considera una funcin determinada por la colectividad para uso y ventaja exclusivamente de la misma colectividad. El profesionista, lejos de responder a la iniciativa personal, solamente debe desarrollar tareas y mtodos que le asigne la legislacin vigente.El equilibrio y la verdad estn en el justo medio, que quisiramos recalcar para terminar esta segunda parte.El hombre, que es naturalmente la cabeza de la familia, provee a su economa mediante el ejercicio de la profesin. Es, por tanto, indudable y evidente que el ejercicio de la profesin es el origen de una disponibilidad econmica que consiente a la familia vivir con decoro, resolviendo los problemas de la habitacin, de la alimentacin, del vestido, de la salud, de la educacin de los hijos y de una sana diversin. Este es el mnimum de una vida humana decorosa!Sin embargo, abundan los profesionistas que deben ser exhortados a trabajar menos y ganar menos, aunque parezca absurdo, para que cumplan el compromiso contrado por el matrimonio, dotando a la familia de su equilibrio natural con su presencia fsica y espiritual, redimiendo a sus esposas de la mezquina condicin de viudas, y a los propios hijos de la condicin de hurfanos.En el seno de una sociedad, slo un limitado nmero de personas est llamado al ejercicio de una profesin libre y universitaria, que les conecta a una funcin organizativa y directiva, con la responsabilidad de la salud (medicina, farmacia, etc.), o de la concordia (abogados, magistrados), o de control de la naturaleza (ingenieros, tcnicos, etc.). Todas estas tareas profesionales se distinguen netamente del trabajo obrero o de masa.La nacin y la universidad tienen todo el derecho de pedirles que cumplan el compromiso contrado el da de su graduacin, de concurrir al desarrollo de una mejor estructura y un mayor orden en la sociedad en que viven, eliminando el perfil egosta e inmediato de la mxima retribucin y del mnimo esfuerzo. BIBLIOGRAFIALo difcil es la seleccin entre tan abundantes y variadas publicaciones. Advertimos que expresamente vamos a prescindir de mencionar trabajos que se ocupan de personas o situaciones anormales, por entender que de hada pueden servir a los profanos.Cuando un hombre se encuentra frente a un problema peliagudo y que rebasa sus capacidades normales, lo mejor que puede hacer es confiarse a un especialista de competencia y conciencia reconocidas.Por lo dems, trataremos de ser parcos en las referencias.A)La Familia, en general:FAMILIA Y PROFESIN, de Giovanni Hoyis. Casterman. Pars.PROBLEMAS SOCIALES, Quinto volumen del trabajo de sntesis LA SOLUCIN DEL PROBLEMA DE LA VIDA, de F. Lelotte. Edit tambin Casterman. Pars.PREPARAZIONE AL MATRIMONIO E ALLA FAMIGLIA, de Albert Kriekemans. Ediciones Vita e Pensiero. Miln, 1959.LA FAMILLE OEUVRE DAMOUR, de P. Archambault. Ediciones Familiares. Pars. 1950.AMOUR HUMAIN, PAROLE DIVINE, textos de elevacin espiritual recogidos y presentados por Robert Flacelire. Editions du SEUIL. Pars.B) La Familia, desde el punto de vista mdico.ARMONA CONIUGALE, del Dr. Sebastiano Di Francesco. Edit el Instituto La Casa. Milano, 1959.EDUCACIN DEL AMOR y EL CUERPO Y EL ALMA, de Ren Biot. Edit PLON, y tradujo Descle de Brouwer. Buenos Aires.Se trata de consideraciones mdicas sobre los elementos que determinan la vida familiar. Su autor es mdico de competencia indiscutible y padre de doce hijos.MEDICINA Y VIDA FAMILIAR. Del Grupo Lions de estudios mdicos, filosficos y biolgicos. Ediciones SPES. Pars.MEDICINA Y SEXUALIDAD. Del Grupo Lions de estudios mdicos, filosficos y biolgicos. Ediciones SPES. Pars.MEDICINA Y MATRIMONIO. Del Grupo Lions de estudios mdicos filosficos y biolgicos. Ediciones SPES. Pars.MEDICINA Y EDUCACIN. Del Grupo Lions de estudios mdicos, filosficos y biolgicos. Ediciones SPES. Pars.CONOCIMIENTO Y GUA DEL AMOR. Obra en colaboracin: Mersch-Goed-seels-Biot. Ediciones Descle de Brouwer. Buenos Aires.