el proceso emprendedor

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CÁTEDRA VIRTUAL DE EMPRENDIMIENTO EL PROCESO EMPRENDEDOR EL PROCESO EMPRENDEDOR Cada vez que se crea una empresa o una organización social se introducen nuevas energías al tejido social, impactando de manera positiva al aparato productivo, activando las fuerzas de la sociedad civil y logrando la renovación de elementos claves para la estructura de una sociedad. Por todas estas razones, hay pleno acuerdo en reconocer que el emprendimiento desempeña un papel primordial en el desarrollo socioeconómico de cualquier país. Ahora bien, para emprender cualquier tipo de iniciativa es necesario desarrollar una serie de acciones, pasos o actividades que conforman el proceso emprendedor. La manera como éste se lleve adelante va a determinar la diferencia entre el éxito o el fracaso, razón por la cual resulta importante reflexionar sobre las fases que comprende y la mejor manera de cubrirlas. Así pues, este artículo se concentrará en revisar los pasos o fases que integran el proceso emprendedor y los elementos claves que deben ser considerados por el emprendedor o los emprendedores en su desarrollo, dejando siempre en claro que este actor es quien, a fin de cuentas, determinará el resultado final, pues es él quien da vida al emprendimiento, tanto si se trata de una empresa lucrativa como de una organización sin fines de lucro. Bygrave y Hofer (1991, p. 21), define el proceso emprendedor como aquel que “comprende todas las funciones, actividades y acciones relacionadas con detectar oportunidades y crear las organizaciones para hacerlas realidad.” Es importante destacar que estas oportunidades mencionadas en el concepto deben ser comprendidas desde una visión amplia. Están asociadas, en primer lugar, a necesidades del mercado, las cuales han de ser satisfechas con bienes o servicios ofrecidos por empresas creadas para tal fin por el emprendedor. En segundo lugar, pueden estar relacionadas con carencias de grupos sociales o comunidades, asociadas a cualquiera de los aspectos de su dinámica, es decir, en áreas como salud, educación, deporte, recreación, hábitat, etc. Estas necesidades de las comunidades reclaman el desarrollo de soluciones, que serán llevadas adelante por organizaciones animadas por un emprendedor cuyo objetivo no sea otro que el apoyo al grupo social, sin consideraciones de lucro.

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Catedra de la Soc. Anafina Vargas Romero Investigadora del Instituto Internacional de Formacion Empresarialreferente al proceso de emprendimiento de proyectos empresariales

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CÁTEDRA VIRTUAL DE EMPRENDIMIENTO EL PROCESO EMPRENDEDOR

EL PROCESO EMPRENDEDOR

Cada vez que se crea una empresa o una organización social se introducen

nuevas energías al tejido social, impactando de manera positiva al aparato

productivo, activando las fuerzas de la sociedad civil y logrando la renovación de

elementos claves para la estructura de una sociedad. Por todas estas razones,

hay pleno acuerdo en reconocer que el emprendimiento desempeña un papel

primordial en el desarrollo socioeconómico de cualquier país.

Ahora bien, para emprender cualquier tipo de iniciativa es necesario desarrollar

una serie de acciones, pasos o actividades que conforman el proceso

emprendedor. La manera como éste se lleve adelante va a determinar la

diferencia entre el éxito o el fracaso, razón por la cual resulta importante

reflexionar sobre las fases que comprende y la mejor manera de cubrirlas.

Así pues, este artículo se concentrará en revisar los pasos o fases que integran el

proceso emprendedor y los elementos claves que deben ser considerados por el

emprendedor o los emprendedores en su desarrollo, dejando siempre en claro que

este actor es quien, a fin de cuentas, determinará el resultado final, pues es él

quien da vida al emprendimiento, tanto si se trata de una empresa lucrativa como

de una organización sin fines de lucro.

Bygrave y Hofer (1991, p. 21), define el proceso emprendedor como aquel que

“comprende todas las funciones, actividades y acciones relacionadas con detectar

oportunidades y crear las organizaciones para hacerlas realidad.”

Es importante destacar que estas oportunidades mencionadas en el concepto

deben ser comprendidas desde una visión amplia. Están asociadas, en primer

lugar, a necesidades del mercado, las cuales han de ser satisfechas con bienes o

servicios ofrecidos por empresas creadas para tal fin por el emprendedor. En

segundo lugar, pueden estar relacionadas con carencias de grupos sociales o

comunidades, asociadas a cualquiera de los aspectos de su dinámica, es decir, en

áreas como salud, educación, deporte, recreación, hábitat, etc. Estas necesidades

de las comunidades reclaman el desarrollo de soluciones, que serán llevadas

adelante por organizaciones animadas por un emprendedor cuyo objetivo no sea

otro que el apoyo al grupo social, sin consideraciones de lucro.

Cualquiera sea la naturaleza del emprendimiento, en todo caso, es clave destacar

la necesidad de desarrollar correctamente un proceso emprendedor, es decir, de

dar una serie de pasos o cumplir una serie de fases indispensables para la

ejecución exitosa de cualquier iniciativa.

Dadas las características que identifican a los emprendimientos sociales, la

sustentabilidad de la organización que sea creada constituye un aspecto esencial.

Así pues, un proceso para emprender realizado de manera adecuada permitirá

contar con mayores y mejores opciones para este tipo de organizaciones y

aumentará sus oportunidades de éxito de manera sustancial.

Tal como se planteó anteriormente, el proceso emprendedor está integrado por

fases. Así lo entienden la mayoría de los estudiosos del tema. Tal es el caso de

Moore (1986), quien concibe que las fases por las cuales transcurre el proceso

emprendedor se inician cuando el emprendedor concibe una idea que dará origen

a la nueva organización. Luego de que esa idea ha sido bosquejada por el

emprendedor, se desencadena la segunda fase, que comprende la búsqueda de

los recursos que van a permitir la creación de la empresa u organización. Una vez

captados los recursos necesarios, el emprendedor inicia, según Moore, la tercera

y última fase, la puesta en marcha la empresa y la búsqueda de su crecimiento

bajo su dirección.

La primera fase identificada Moore (1986) es aquella donde surge la idea, cuya

aparición, destaca el autor, está determinada por la combinación de las

características personales del emprendedor con la forma como percibe y se

conecta con su entorno.

Para la segunda fase es de primordial importancia resaltar el papel que están

llamadas a cumplir las redes personales del emprendedor -familias, socios,

amigos, etc.- especialmente para la consecución de los recursos identificados

como necesarios para llevar adelante la iniciativa emprendedora.

La mejor prueba de la validez de una buena idea y de la capacidad del

emprendedor llega en la tercera fase, cuando la organización se constituye y

comienza a trabajar para lograr sus fines.

Luego de Moore, Veciana (1988) plantea cuatro fases bien definidas para el

proceso emprendedor, las cuales se presentan a continuación:

1. Gestación: El autor plantea que es compleja la definición del tiempo que

dura esta etapa, ya que termina en el momento en que un emprendedor

decide u opta por crear una empresa. En esta etapa es de destacar la

importancia de las experiencias vividas en la infancia y en la vida

profesional del emprendedor. De ellas depende en alguna medida la

actuación del emprendedor y el éxito del proceso emprendedor.

2. Creación: Una vez que la decisión de emprender está tomada, según el

autor, el emprendedor busca la oportunidad a partir de la cual definirá un

plan y procederá a la creación formal de la organización. La oportunidad es

analizada y evaluada para definir su factibilidad. Esta fase, junto a la

siguiente, tiene a su juicio, una duración de uno o dos años.

3. Lanzamiento: Para esta fase hay tres aspectos claves: el primero, la

realización de una asignación adecuada de los recursos humanos y

materiales necesarios; el segundo, la obtención del financiamiento

requerido para hacer frente a las obligaciones de pago que habrán de

generarse; en tercer lugar, el compromiso del emprendedor de

concentrarse en desarrollar y lanzar el bien o servicio que desea ofrecer.

4. Consolidación: En esta fase el emprendedor pasa a lograr el asentamiento

del negocio, lo que puede implicar cambios en los socios o en el equipo que

integra el grupo de apoyo, a fin de contar con los más aptos y

verdaderamente interesados en el crecimiento de la organización.

Además de los autores antes mencionados, encontramos un importante número

de investigadores que apuntan a la definición de tres fases o etapas para el

proceso emprendedor, entre ellos Kantis (2002, p. 6) quien las define de la

siguiente manera:

• Gestación del proyecto: Esta etapa está vinculada con el momento en el

que llega al emprendedor la motivación para iniciar un nuevo proyecto y

cuando adquiere las competencias para ser empresario, identificando la

oportunidad de negocio en la que se basa la nueva empresa y elaborando

el proyecto para su desarrollo.

• Puesta en marcha de la empresa: Es la fase en la el emprendedor inicia la

actividad empresarial y en la cual debe ubicar y acceder a los recursos

necesarios para comenzar el emprendimiento.

• Desarrollo inicial de la empresa: Esta fase está integrada por la introducción

al mercado de los bienes y servicios ofertados y por la gestión de la

empresa durante los primeros años.

La primera etapa, definida por Kantis (2002, p. 7) como gestación, corresponde a

los primeros acercamientos del emprendedor con la idea de negocio, cuando

comienza a visualizar su desarrollo y a sentirse motivado por la puesta en marcha

de su proyecto.

Esta etapa está marcada por la definición de una idea, en cualquiera de las áreas

posibles: social, empresarial, deportiva, etc. Luego de esta definición, el

emprendedor debe realizar una serie de actividades que le permitan precisar si la

idea es una oportunidad real. Es bueno advertir que el tipo de oportunidades que

puede dar lugar a una empresa varía básicamente en función al emprendedor.

En esta etapa del proceso influyen diversos elementos, tales como: el peso y la

importancia de los sectores productivos más desarrollados en la zona o

comunidad, las necesidades insatisfechas del emprendedor o de terceros

cercanos, las experiencias profesionales, las respuestas de otras regiones a

necesidades no satisfechas en el contexto del emprendedor, etc.

Una vez identificada la idea, existen múltiples posibilidades de precisar si se está

ante una oportunidad real. La más idónea es la elaboración de un Plan de Negocio

o Proyecto, fase en la cual el emprendedor debe organizar las ideas que está

considerando, precisar las posibilidades de sustentabilidad y definir la estrategia

de desarrollo de la iniciativa.

La elaboración de un Plan de Negocio o Proyecto aplica para cualquier tipo de

organización, con o sin fines de lucro. En el caso de las segundas es importante

precisar la estructura de costos, a fin de saber el número de

patrocinios/donaciones que requieren para funcionar o de ingresos propios que

permitan la sustentabilidad de la iniciativa en el tiempo.

Para lograr un desarrollo exitoso del Plan de Negocio o Proyecto, es decir la

puesta en marcha del emprendimiento, el emprendedor se vale de múltiples

herramientas, entre las cuales destacan sus redes sociales, pues, tal como

expone Filion, los emprendedores se caracterizan por tener redes activas,

compuestas por amigos, clientes potenciales, instituciones, parientes,

proveedores, conocidos, colegas, etc., las cuales permiten llegar a la obtención de

los recursos necesarios para aprovechar la oportunidad definida.

Los recursos que puede requerir un emprendedor son de diverso orden (humanos,

materiales, equipos, etc,), dependen del tipo de proyecto que esté en desarrollo y

están definidos en el Plan de Negocio, realizado en la fase anterior.

En este punto es clave destacar la importancia de una ejecución adecuada de

cada fase, ya que cada una va a alimentar a las siguientes, es decir, un buen Plan

de Negocio permitirá que el emprendedor se esfuerce en conseguir aquellos

recursos que realmente requiere para el desarrollo de su proyecto.

No debemos olvidar que el recurso más importante en el desarrollo del proceso

emprendedor es el tiempo y el esfuerzo del promotor del proyecto. Un uso

adecuado de este recurso es clave para lograr el éxito de la nueva iniciativa, por lo

cual la planificación, ejecución y control de lo planificado son pasos que

determinan las posibilidades de éxito del emprendimiento.

Una vez que el emprendedor cuenta con los recursos necesarios para ofrecer el

bien o servicio planificado, comienza su incursión en el mercado, o en la

comunidad para el caso de proyectos sociales, dando inicio a la tercera etapa, es

decir, el desarrollo inicial de la empresa.

En esta fase, la actividad del emprendedor como gerente de la organización es

clave para el éxito de la iniciativa, por lo cual es importante la formación del

emprendedor en aquellas áreas consideradas vitales para el proyecto y en

aquellos aspectos cuya necesidad de fortalecimiento haya identificado.

Por último, se presenta un cuadro donde se resumen los aspectos claves que se

deben considerar para un emprendimiento exitoso, en cada una de las etapas del

proceso emprendedor:

Etapas Aspectos Claves para el Éxito

Gestación

• Cultivar la motivación del emprendedor.

• Identificar la idea de negocio.

• Precisar la oportunidad de negocio

• Buscar y procesar la información especializada necesaria para elaborar el proyecto.

• Elaborar el Plan de Negocio o Proyecto.

Puesta en Marcha

• Activar las redes sociales.

• Obtener los recursos necesarios para el desarrollo de la iniciativa.

Desarrollo Inicial • Comercialización o prestación de bienes y servicios.

• Gestionar la empresa en funcionamiento. Fuente: elaboración propia.

“Hay tres cosas que nunca vuelven atrás: la flecha lanzada, la palabra

pronunciada y la oportunidad perdida”.

Proverbio chino.

Socióloga. Anafina Vargas Romero

Investigadora del Instituto Internacional de Formación Empresarial (INFOEM)

Referencias

Bygrave, W.D. y Hofer, C. W., “Theorizing about Entrepreneurship, Entrepreneurship Theory and Practice”. 1991, VOL. 16, núm. 1.

Kantis, Hugo. Empresarialidad en Economías Emergentes: Creación y desarrollo de nuevas empresas en América Latina y el Este de Asia. Marzo de 2002. Publicaciones del BID.

Moore, C.F. Understanding Entrepreneurial Behavior, en Pearce II, J.A. y Robinson, R.B. (Eds.), Academy of Management Best Papers Proceedings. 1986. Chicago: Academy of Management.

Veciana, J.M. Empresari i creació d’empreses. Revista Económica de Catalunya, 1988, núm. 8.