el papel de la tradiciÓn oral en el reconocimiento de
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EL PAPEL DE LA TRADICIÓN ORAL EN EL RECONOCIMIENTO DE
PAUTAS CULTURALES PRECOLOMBINAS EN LA IDENTIDAD DE LOS
CAMPESINOS DE LA VEREDA EL TABOR DE SAN AGUSTÍN – HUILA,
COLOMBIA
Neider Sebastián Ome Hoyos
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN BÁSICA CON ÉNFASIS EN
HUMANIDADES Y LENGUA CASTELLANA
Bogotá, 2018
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EL PAPEL DE LA TRADICIÓN ORAL EN EL RECONOCIMIENTO DE
PAUTAS CULTURALES PRECOLOMBINAS EN LA IDENTIDAD DE LOS
CAMPESINOS DE LA VEREDA EL TABOR DE SAN AGUSTÍN – HUILA,
COLOMBIA
Modalidad de Grado: Monografía
Neider Sebastián Ome Hoyos
Código: 20122160079
Director:
Sandra Luz Castro Lesmes
Bogotá, 2018
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NOTA DE ACEPTACIÓN
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FIRMA DEL LECTOR
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CIUDAD Y FECHA
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DEDICATORIA
A todos quienes fueron
partícipes del proceso
de investigación:
padres, hermanos,
docentes y familiares.
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RESUMEN ANALÍTICO ESPECIALIZADO - RAE
ASPECTOS FORMALES
Tipo de documento:
Trabajo de grado, modalidad monografía.
Tipo de impresión:
Impresión digital
Acceso al documento:
Universidad Distrital Francisco José de Caldas
Facultad de Ciencias y Educación
Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Humanidades y Lengua Castellana
Repositorio
Título del documento:
El papel de la tradición oral en el reconocimiento de pautas culturales precolombinas en
la identidad de los campesinos de la vereda el tabor de San Agustín – Huila, Colombia.
Autor:
Neider Sebastián Ome Hoyos
Director:
Sandra Luz Castro Lesmes
ASPECTOS DE INVESTIGACIÓN
Palabras clave:
Etnografía, tradición oral, identidad, cultura, pautas culturales, pueblo precolombino,
apropiación, oralidad.
Key words:
Ethnography, oral tradition, identity, culture, cultural patterns, pre-Columbian people,
appropriation, orality.
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Descripción:
Reconocer la importancia de la tradición oral dentro de la población campesina, resulta
esencial en la medida que permite dar cuenta de las imbricaciones culturales que directa
o indirectamente han trascendido en el lenguaje permitiendo un ejercicio de memoria
histórica. Un estudio etnográfico como éste, de corte humanístico y lingüístico pone en
evidencia las relaciones actuales entre las formas de expresión culturales con las formas
de expresión de las culturas precolombinas fundantes, específicamente las
correspondientes al ancestral pueblo de san Agustín.
Contenidos:
• Primer capítulo: la problemática y problema de la apropiación cultural, así como
los antecedentes que permiten reconocer la forma en que se podrá abordar la
investigación.
• Segundo capítulo: el abordaje a realizar para lograr una aproximación al dicho
problema, así como las estrategias que permitieron el acceso al conocimiento.
• Tercer capítulo: primer gran movimiento que realiza el lector, al sumergirse en
la caracterización del pueblo precolombino a partir de los registros en
arqueología sobre los vestigios arqueológicos de la región.
• Cuarto capítulo: la caracterización de los pobladores actuales de la misma región
San Agustín, a través de una narrativa etnográfica y memorias fotográficas dando
lugar al reconocimiento de aspectos culturales.
• Quinto capítulo: tercer gran movimiento en el que los dos anteriores han de
converger para dar cuenta de las pautas culturales en que pudieran o no convenir
ambas culturas y poder resolver los objetivos planteados en el primer capítulo.
• Sexto capítulo: reconocimiento de la importancia que tiene la tradición oral en
los procesos de construcción de identidad.
• Séptimo capítulo: se muestra el retorno del conocimiento a través de una
herramienta didáctica para la comunidad, curso virtual.
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Procedimiento:
La investigación presenta un abordaje etnográfico en el que se permite el acercamiento
a la comunidad para la caracterización de pautas culturales y, acto seguido, evidencia
dos enfoques, el primero en el marco de la antropología a razón de dar cuenta de las
características culturales de los pueblos prehispánicos que habitaron la región y el
segundo, en el marco de las interacciones sociales que permiten el reconocimiento de las
características culturales actuales de los campesinos, esto es, en otras palabras, el
enfoque estructuralista y el del interaccionismo simbólico.
Enfoque metodológico:
Antropología estructuralista e interaccionismo simbólico.
Bibliografía:
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Tomado de: http://www.sanagustin-huila.gov.co/informacion_general.shtml#historia
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Colombia.
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Historia de Colombia, Colcultura, Vol. 1, Bogotá.
✓ García Canclini, Néstor (1989). Culturas híbridas, poderes oblicuos. En: Culturas
híbridas: Estrategias para entrar y salir de la modernidad. Editorial Grijalbo, México.
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diseño cualitativo en Investigación educativa. Ed Morata S.S, Madrid. Pag. 124 a 171.
✓ Gómez, Nieves. (2002). Los géneros de la literatura de tradición oral: Algunas
proyecciones didácticas. Universidad de Coruña.
✓ Grimson, Alejandro. (2010). Culture and Identity: two different notions. In: Social
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✓ Hernández de Alba, Gregorio. (1979). La cultura arqueológica de san Agustín. Carlos
Valencia Editores, Bogotá
8
✓ Hernando, Almudena (1992). Enfoques teóricos en arqueología. SPAL, 1, 11-35
✓ Hymes, D. H. (1993). ¿Qué es la etnografía? En: Lectura de antropología para
educadores (pág. 177-191). Madrid: Trotta.
✓ Llanos, Héctor. (1988). Algunas consideraciones sobre la cultura de San Agustín: un
proceso histórico milenario en el sur del Alto Magdalena de Colombia. En: Boletín
Museo del Oro, Núm. 22, Bogotá.
✓ Llanos, Héctor (2007). En el nombre del Padre, del Hijo y el Espíritu Santo.
Adoctrinamiento de indígenas y religiosidades populares en el Nuevo Reino de Granada
(Siglos XVI-XVIII). Universidad Nacional de Colombia. Unibiblos, 267 p. Bogotá
✓ López Mazz, José. (2008). La influencia del estructuralismo en la arqueología
sudamericana, Biblioteca Nacional, Montevideo.
✓ Martín Barbero, Jesús. (2001). Colombia: Ausencia de Relato y Desubicaciones de lo
Nacional. Conferencia inaugural de la Cátedra de políticas culturales del Ministerio de
Cultura.
✓ Porlan, R. y Martin, J. (1993). El diario del profesor, un recurso para la investigación
en el aula. Diada Editores.
✓ Portal, María Ana. (2009). Ciudadanía, alteridad e interculturalidad. En: Pensar lo
contemporáneo: de la cultura situada a la convergencia tecnológica. Págs. 17-27.
Editorial Anthropos en colaboración con la UAM-Iztapalapa de México. Barcelona.
✓ Repizo, Carlos. (1981). San Agustín, municipio huilense: Visión panorámica,
orográfica, hidrografía. Artículo del boletín de la sociedad Geográfica de Colombia, N°
115, Vol. 35.
✓ Rojas, Yolanda. (2010). Conversación, construcción colectiva de conocimientos y
producción textual. Trabajo de investigación para optar el título de Magister en
Educación, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.
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CONTENIDO
PREÁMBULO ………………………………………………………………………….11
1. CAPÍTULO 1 – SAN AGUSTÍN – HUILA, COLOMBIA: EL PROBLEMA
DE LA APROPIACIÓN CULTURAL ……………………………………….13
1.1 Fases del rastreo……………………………………………………………...15
1.2 Abordajes previos en contextos diferentes ………………………………….16
2. CAPÍTULO 2 – PUNTO DE PARTIDA PARA EL RASTREO DEL
PROBLEMA …………………………………………………………………...20
2.1 El abordaje etnográfico ……………………………………………………...20
2.2 Aproximación desde el enfoque estructuralista y el interaccionismo
simbólico……………………………………………………………………..22
2.3 Estrategias para el acceso y recolección del conocimiento …………………24
3. CAPÍTULO 3 – PRIMER MOVIMIENTO: CARACTERÍSTICAS
CULTURALES DEL PUEBLO PRECOLOMBINO DE SAN AGUSTÍN –
HUILA, COLOMBIA ………………………………………………………….26
3.1 Lugar de asentamiento ………………………………………………………27
3.2 El pueblo escultor …………………………………………………………...28
3.2.1 Indumentaria ………………………………………………………...30
3.2.2 La vivienda …………………………………………………………..30
3.2.3 Producción material: Orfebrería, lítica y cerámica ………………….31
3.2.4 Organización social ………………………………………………….33
3.3 Legado arqueológico ………………………………………………………...34
3.4 Pautas de creencias ………………………………………………………….35
3.4.1 Cosmovisión ………………………………………………………...35
3.4.2 Mitos y ritos …………………………………………………………36
3.4.3 Costumbres funerarias ………………………………………………38
3.5 El hombre y la naturaleza: una relación de armonía ………………………...39
4. CAPÍTULO 4 – SEGUNDO MOVIMIENTO: CARACTERÍSTICAS
CULTURALES ACTUALES DE LOS POBLADORES DE SAN AGUSTÍN
– HUILA, COLOMBIA ………………………………………………………..42
4.1 Ubicación ……………………………………………………………………43
4.2 Campesinado de San Agustín Huila ………………………………………...45
4.2.1 Indumentaria ………………………………………………………...45
4.2.2 La vivienda …………………………………………………………..46
4.2.3 Producción material …………………………………………………47
10
4.2.4 Organización social ………………………………………………….47
4.3 Apropiación de la herencia arqueológica ……………………………………48
4.4 Sistema de creencias ………………………………………………………...49
4.4.1 De la cosmovisión a la religión ……………………………………...49
4.4.2 Mitos y ritos (festividades) ………………………………………….50
4.4.3 Costumbres funerarias ………………………………………………52
4.5 El hombre y la naturaleza: de la armonía a la disonancia …………………...53
5. CAPÍTULO 5 – CONVERGENCIA DE LOS MOVIMIENTOS: LA
TRADICIÓN ORAL EN LA APROPIACIÓN DE PAUTAS CULTURALES
PRECOLOMBINAS …………………………………………………………...56
5.1 La oralidad como afluente de conocimiento ………………………………...56
5.2 Los manifiestos de la tradición oral …………………………………………58
5.3 Ecos del pasado en las voces campesinas: el traspaso de los saberes ………60
5.3.1 Escenarios en que confluyen los saberes ……………………………60
5.3.2 Mitos y leyendas en las voces del campesino de San Agustín Huila ….62
5.3.3 Las propiedades medicinales de las plantas en la voz del campesino de
San Agustín Huila …………………………………………………...66
5.3.4 Saberes tradicionales sobre agricultura en la voz del campesino de San
Agustín Huila ………………………………………………………..67
6. CAPÍTULO 6 - EL PAPEL DE LA TRADICIÓN ORAL EN LA
CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD DE LOS CAMPESINOS DE LA
VEREDA EL TABOR DE SAN AGUSTÍN – HUILA, COLOMBIA ……...73
6.1 Lenguaje y cultura …………………………………………………………...73
6.2 La tradición oral y la construcción de la identidad de los campesinos de la
vereda el tabor de San Agustín Huila ……………………………………….74 6.2.1 El reconocimiento de la diferencia ………………………………….75
6.2.2 Apropiación de pautas culturales ……………………………………76
6.2.3 Determinación de costumbres ……………………………………….77
7. CAPÍTULO 7 - RESULTADOS PARA LA REGIÓN ………………………79
7.1 Retorno del conocimiento …………………………………………………...79
7.2 Curso virtual …………………………………………...…………………….80
CONCLUSIONES ……………………………………………………………………..81
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ………………………………………………..84
APÉNDICE ……………………………………………………………………………..86
11
PREÁMBULO
Aquel que se ha dispuesto a sumergirse en este entramado narrativo a propósito de la
importancia de la tradición oral en la construcción de identidad, ha de saber que no se halla
ante una estructura tradicional monográfica que presenta el paso a paso de un trabajo
investigativo, sino que deberá mover su lectura a través de tres grandes momentos a los
que he denominado movimientos, antecedidos y sucedidos por algunos capítulos que les
complementan. En ese sentido, no se hallará ante referencias conceptuales como marcos
teóricos, descripción de problema o marco metodológico, sino que, la dinámica misma de
la lectura le irá brindando los elementos necesarios para entender el fenómeno al que se
atiende desde la teoría y la experiencia.
En el primer capítulo hallará la problemática y problema de la apropiación cultural, así
como los antecedentes que permiten reconocer la forma en que se podrá abordar la
investigación. En el segundo capítulo, encontrará el abordaje a realizar para lograr una
aproximación al dicho problema, así como las estrategias que permitieron el acceso al
conocimiento.
El tercer capítulo, es el primer gran movimiento que realiza el lector, al sumergirse en
la caracterización del pueblo precolombino a partir de los registros en arqueología sobre
los vestigios arqueológicos de la región de San Agustín en Huila, Colombia. Acto seguido,
podrá dar un paso al segundo gran movimiento, el capítulo cuarto que será la
caracterización de los pobladores actuales de la misma región San Agustín, a través de una
narrativa etnográfica y memorias fotográficas dando lugar al reconocimiento de aspectos
culturales.
En el capítulo quinto, se halla el tercer gran movimiento en el que los dos anteriores han
de converger para dar cuenta de las pautas culturales en que pudieran o no convenir ambas
culturas y poder resolver los objetivos planteados en el primer capítulo. Luego, se pide al
lector hacer un último movimiento hacia el capítulo sexto en el que se pretende responder
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el objetivo general de la investigación reconociendo la importancia que tiene la tradición
oral en los procesos de construcción de identidad.
Finalmente, se reconoce la necesidad de trascender la investigación esperando un
impacto social y, para ello, se dispone de un capítulo siete en el que se muestra el retorno
del conocimiento a través de una herramienta didáctica para la comunidad. Un curso virtual
que podrá ser implementado en el escenario educativo, de modo que les permita a ellos
mismos, construir un auténtico relato a propósito de su identidad, reconociendo la
diferencia entre culturas y las apropiaciones de pautas culturales que les han permitido
forjar su comunidad. De modo que lleguen a la reflexión sobre el legado arqueológico
trascendiendo de lo turístico al arraigo cultural entendido desde las cosmovisiones
ancestrales.
13
1. CAPÍTULO 1
SAN AGUSTÍN – HUILA, COLOMBIA: EL PROBLEMA DE LA APROPIACIÓN
CULTURAL
“Pocas historias son tan ricas,
variadas y prolongadas en el tiempo
como la de nuestro San Agustín”
(Alcaldía de San Agustín - Huila, 2014)1
San Agustín es un pueblo ubicado en el Huila al sur occidente del país en el macizo
colombiano, reconocido desde 1995 como poseedor de uno de los más grandes patrimonios
de la humanidad: el parque arqueológico, convirtiéndose entonces en la capital
arqueológica de Colombia. En la actualidad, es posible hallar, tal como lo dice en el
epígrafe, descripciones ofrecidas por la alcaldía sobre el pueblo que versan sobre su
diversidad y, en consecuencia, cada año se celebran en la región festividades como el
Reinado Nacional del Bambuco, Fiesta de San Juan y San Pedro, entre otras, y se cuenta
también con un promedio de visitas anuales de 15.158 personas en las zonas arqueológicas
de la región con pretensiones turísticas y académicas.
Imagen 1: verdes montañas en San Agustín, Sebastián Ome Hoyos, 2017.
No obstante, es posible reconocer una problemática y es la presunta ausencia de una
identidad que corresponda a las raíces indígenas, de las que poco se sabe debido a su
1 Fragmento de reseña histórica de San Agustín encontrado en la página web de la alcaldía del municipio.
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posible "exterminio". Éstos eventos parecen haber transgredido el carácter cultural en
términos ancestrales y trascendido puramente a ceremonias cristianas, pues se evidencia
una brecha entre el atractivo turístico constituido en zonas arqueológicas y las costumbres
campesinas que se tienden en un plano común a las demás regiones sin establecer
diferencias aparentes, a propósito de la razón de ser de sus costumbres, creencias, prácticas
agrícolas, entre otras, y la razón de ser de la existencia de vestigios ancestrales.
En ese sentido, la pretensión será propiciar escenarios de oralidad a los campesinos de
la vereda El Tabor permitiendo lograr una memoria histórica de su identidad y, en contraste
con los registros ya existentes al respecto, de modo que se pongan en evidencia los
caracteres existentes o no de una transmisión cultural ancestral, perpetuada en las distintas
expresiones de tradición oral. En ese orden de ideas, la pregunta será:
¿Cuál es el papel de la tradición oral en la apropiación de pautas culturales
precolombinas para la construcción de la identidad de los campesinos de la vereda El
Tabor de San Agustín Huila?
Reconocer la importancia de la tradición oral dentro de la población campesina, resulta
esencial en la medida que permite dar cuenta de las imbricaciones culturales que directa o
indirectamente han trascendido en el lenguaje permitiendo un ejercicio de memoria
histórica. Un estudio etnográfico como éste, de corte humanístico y lingüístico pone en
evidencia las relaciones actuales entre las formas de expresión culturales con las formas de
expresión de las culturas precolombinas fundantes, específicamente las correspondientes
al ancestral pueblo de san Agustín.
En consecuencia, pretende subsanar algunas brechas culturales evidentes en San
Agustín Huila, a partir del reconocimiento de la existencia o no de rasgos culturales
compartidos en la tradición oral con las culturas precolombinas alguna vez asentadas en la
zona y, creadoras de un legado arqueológico místico que ofrece una cosmovisión
particular. Es un escenario que permite un ejercicio de alteridad para el reconocimiento del
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otro y reconocerse en la diferencia, lo que permite afianzar las razones de identidad y
cultura. En ese sentido esta investigación se desarrollará en el marco de los siguientes
objetivos de carácter general y de carácter específicos:
• Identificar el papel de la tradición oral en la apropiación de pautas culturales
precolombinas para la construcción de la identidad de los campesinos de la vereda
El Tabor de San Agustín Huila
✓ Identificar las pautas culturales de los pueblos precolombinos asentados en
el territorio agustiniano, a partir de las producciones académicas en
términos de cultura arqueológica.
✓ Especificar las características culturales actuales de los pobladores de la
región a través de un ejercicio etnográfico permitiéndose una lectura literal
de las mismas.
✓ Esclarecer si a través de la tradición oral de los campesinos de la vereda El
Tabor se perpetúan pautas culturales precolombinas en sus expresiones
culturales actuales.
1.1 Fases del rastreo
Por último, es esencial el trazo de un camino que nos abra la posibilidad al rastreo de la
información necesaria para el abordaje de los objetivos propuestos, a propósito de la
caracterización cultural del pueblo prehispánico de San Agustín y las características
culturales actuales de los pobladores de la misma región. En consecuencia, hemos de
continuar bajo la siguiente ruta para poder dar respuesta al problema de la apropiación
cultural:
a) Definición de la población
Se delimita la población con el propósito de desarrollar el ejercicio etnográfico.
Para ello, se tendrán en cuenta los testimonios de personas entre 40 y 90 años,
de la vereda Tabor de San Agustín Huila.
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b) Fase exploratoria o estado del arte
Indagación de las características culturales de los pueblos prehispánicos que
habitaron el valle de San Agustín a partir de estudios arqueológicos llevados a
cabo en la región.
c) Construcción de narratología desde la memoria
Recopilación de expresiones culturales a partir de la inmersión dentro de la
población, experiencias como investigador entre 2010 y 2018 por el vínculo
con la región.
d) Profundización de la información
A partir del uso de estrategias de recolección de datos propuestos, tales como
entrevistas, se da lugar a la complementación de la información a propósito de
las expresiones culturales actuales de la población.
e) Análisis de resultados e interpretación
Respuesta a los objetivos (resultados esperados) reconociendo la importancia
de la tradición oral en la apropiación de pautas culturales precolombinas para
la construcción de la identidad de los campesinos de la vereda El Tabor de San
Agustín Huila.
1.2 Abordajes previos en contextos diferentes
Para poder abordar el problema desde un punto de vista aterrizado, es esencial
considerar otros estudios que se han realizado en torno a la tradición oral en Colombia y
que tienen que ver específicamente con asuntos de identidad. Es por eso, que iremos
discutiendo algunos de ellos, destacando sus principales aportes y características generales.
Primero, se encuentra el trabajo de grado titulado Aportes de la tradición oral
afrocolombiana a la reconstrucción de lenguaje cultura e identidad (2016) presentado por
Marcela Amaya para optar por el título de Licenciada en Educación Básica con énfasis en
Humanidades y Lengua Castellana de la Universidad de Antioquia. Este documento,
pretende dar cuenta de los aportes desde la tradición oral afrocolombiana a la
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reconstrucción de la memoria e identidad de los estudiantes de sexto grado de la institución
educativa fe y alegría nueva generación en Antioquia. La autora se propone un ejercicio de
investigación en el marco de la asignatura Taller de lengua en el que se identifica entre
otras cosas que para la mayoría de los estudiantes “las costumbres y las aprehensiones del
negro les resulta ajena y llena de prejuicios” (pág. 7) lo que supone para ella una falencia
en el reconocimiento del otro para la construcción cultural. A partir de dicho estudio, se
pudo evidenciar la importancia de exaltar la diferencia como riqueza cultural dentro del
lenguaje vivo, tradición oral.
Así también, se reconoce la necesidad de formar para romper prejuicios y estereotipos
a propósito de las formas de concebir el lenguaje, esto es, pensar que sólo el lenguaje
escrito, es formal y verídico, mientras que el oral es informal. Es vital señalar que, aunque
ambas son vías distintas de expresión de lenguaje, parten de la racionalidad del hombre,
del pensamiento capaz de mostrar caracteres tradicionales como la danza, música,
historicidad cultural, entre otros. Se convierte de igual forma, en un espacio del
reconocimiento del otro y de sí mismo.
Segundo, se encuentra el trabajo de grado titulado La oralidad narrativa como identidad
campesina (2016) presentado por Luisa Gutiérrez para optar por el título de Licenciada en
Educación Básica con énfasis en Humanidades y Lengua Castellana de la Universidad de
Antioquia. Éste es un trabajo realizado en la institución educativa Héctor Rogelio Montoya
en el corregimiento de San Sebastián de Palmitas con el grado noveno a propósito de la
identidad campesina en las prácticas orales. Allí es posible evidenciar que éstas no son
solamente la superposición de palabras sino de un ejercicio simbólico que contiene dentro
de sí una historia posible de transmitir entre generaciones marcando los antecedentes de
los pueblos que hablan en la tradición.
Allí se evidencia la importancia que tiene la tradición y la palabra, esto es, señalar cómo
y por qué la historia de vida y la biografía pueden constituir un método para la historia
mediante la tradición oral y la memoria colectiva e individual.
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También, se encuentra el trabajo de grado titulado Fortalecimiento de la identidad
cultural y los valores sociales por medio de la tradición oral del pacífico nariñense en la
institución educativa nuestra señora de Fátima de Tumaco (2011) presentado por Stella
Ramírez para optar por el título de Magister en Educación de la Universidad de Nariño.
Este trabajo investigativo propende por propiciar escenarios en la institución educativa
Nuestra Señora de Fátima de Tumaco-Nariño, en los que se reconozcan como sujetos
identitarios y poseedores de una gran y variada riqueza cultural, esto, a través de la
tradición oral y el reconocimiento allí, de valores sociales de convivencia. Esto, con el
propósito de generar reflexión sobre la identidad cultural desde la tradición oral del pacífico
como: mitos, leyendas, anécdotas y demás expresiones.
Con la implementación de su investigación se concluye que aquél que no se reconoce
dentro de una cultura y que desconoce sus raíces, demostrará desapego por los patrimonios
heredados de sus ancestros tales como, la historia, el arte, el territorio y demás. En ese
sentido, la familia y la escuela son los encargados de preservar la identidad cultural
reflexionando sobre sus mismos patrimonios.
De igual modo, resalto el ensayo titulado La importancia de la tradición oral: El grupo
Coyaima – Colombia (2012) presentado por Nancy Ramírez Poloche en la Revista
Científica Guillermo de Ockham. Allí, se evidencia el estudio de caso sobre el grupo
Coyaima perteneciente a la etnia pijao quienes actualmente no hablan una lengua materna,
no tienen propia indumentaria ni rituales por los que se destaquen, razón por las que, según
la autora, se ha llegado a afirmar de manera tajante que ya no son indígenas.
Aquella será la razón que impulsará su estudio en torno a la recuperación de las
tradiciones orales desde los ancianos, antes que estas sean suprimidas por el tiempo
aboliendo la herencia narrativa que se transmite de padres a hijos durante siglos. Este grupo
pertenece a la familia lingüística Karib, agrupados en una serie de familias asentadas en lo
que hoy conocemos como Huila y Tolima. En la actualidad Coyaima es un municipio al
sur del Tolima ubicado entre los ríos Saldaña y Magdalena.
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Ya en 1891 se quiso invisibilizar el grupo al serles arrebatado el resguardo por parte de
la gobernación del Tolima, arguyendo que en el lugar no había presencia indígena. Hacia
1938, luego de muchos trabajos forzosos, muertes y encarcelamientos se autorizó la
conformación del resguardo, creándose en 1983 la CRIT (Consejo Regional Indígena del
Tolima). En la economía de los Coyaimas es esencial el trabajo comunitario, aun cuando
muchos se ven obligados a ceder su fuerza productiva como jornaleros, aún se conservan
costumbres de trabajo colectivo.
Ahora bien, a propósito de la tradición oral, aún se encuentra presente en los Coyaimas
garantizando la difusión del saber ancestral indígena. Relatos de espíritus como el Mohán
o la Madre monte permanecen en sus tradiciones desde tiempos del descubrimiento como
herencia narrativa. Aun si la cultura se ha visto influenciada, la autora rescata el hecho de
la transformación cultural al decir que “La identidad no permanece presa del pasado, sino
que se redefine, sobre la base de la tradición, con los elementos tomados de otras culturas”
(Pág. 139) sin dejar de ser el testimonio oral, una forma de expresión que nos abre la mirada
los aspectos sociales, religiosos y políticos de un determinado colectivo.
Por último, es de resaltar, el carácter de importancia que todos estos trabajos han
delegado a la tradición oral en la medida que, como expresión de lenguaje, permite la
creación de vínculos entre los miembros de la cultura en términos de conocimientos
compartidos, lo cual implica la puesta en escena de puntos de convergencia que dan lugar
a la conformación de la identidad. Así, es posible bosquejar un posible camino orientador
que permita el desarrollo de la investigación tomando como punto de partida, las
experiencias previas en torno al problema de la apropiación cultural.
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2. CAPÍTULO 2
PUNTO DE PARTIDA PARA EL RASTREO DEL PROBLEMA
2.1 El abordaje etnográfico
Para lograr un acercamiento a la problemática en cuestión, es necesario realizar un
trabajo riguroso que nos permita sumergir y vivenciar las diferentes expresiones culturales
y poder así, caracterizar el pueblo agustiniano desde sus manifestaciones actuales en
términos de cultura e identidad. Para ello, nos hallamos dentro del ejercicio etnográfico y,
para efectos de explicación, presentaré los postulados de Dell Hymes en su documento
¿Qué es la etnografía? (Hymes, 1993). Allí expone que en la etnografía existe una
dificultad y es la tendencia a considerarla una categoría residual que se asocia al estudio de
gentes diferentes a nosotros, y al uso de métodos distintos a los que provee el diseño
experimental y la medición cuantitativa.
La principal razón por la que se tergiversa el sentido de la etnografía es que aun cuando
ésta implica participación y observación no se debe pensar que se trata de solo un ejercicio
experiencial. El entrenamiento profesional para la etnografía se ha convertido en la
transmisión de un oficio por medio de la práctica y de la experiencia personal. La gente
empieza a hablar de la etnografía como si esta se tratase de una experiencia personal, más
que del descubrimiento de un conocimiento. En ese orden de ideas se presentarán dos tipos
de investigación etnográfica con los que se podrá apreciar con mayor facilidad qué es lo
que debería considerarse etnografía.
La primer forma de etnografía, tiene la cualidad de ser sistemática en el sentido de
buscar la comprehensividad de los fenómenos, es decir, que se busca llegar no solo a la
recolección de datos sino a la interpretación amplia de los mismos; dice Hymes: “En su
mayoría, los primeros intentos dirigidos a hacer de la investigación etnográfica un
procedimiento explícito reflejan la aspiración de la comprehensividad” (Hymes, 1993).
Así, en un principio los relatos aportaban información y contribuían a la reflexión sobre la
21
cultura de los pueblos; poco después ya con un carácter más comprehensivo el interés era
documentar e interpretar con un alcance amplio, unas formas de vida. Estos estudios
contaban con una guía investigativa enfocadas en observaciones a realizar o preguntas de
tipo ¿cómo son las gentes de tal y cual sitio?
En segundo lugar, se encuentra una forma particular en la investigación etnográfica que
puede caracterizarse como orientada por la hipótesis. En este tipo de investigación cuando
las fuentes no son suficientemente detalladas como para satisfacer los propósitos, resulta
necesario establecer un nuevo proyecto que suministre información detallada y
comparable. Se experimenta la necesidad de acceder a información específica, valiéndose
de un marco teórico general con el cual contrastar las hipótesis y especificar lo que pueda
ser relevante.
Los etnógrafos aprecian la apertura que se presenta dentro de la etnografía, puesto que
la hace susceptible de autocorrección durante el proceso de investigación, pero con esto no
se indica que sea la etnografía una disciplina abierta hasta el punto de encontrase vacía,
donde el etnógrafo sea un ignorante o un ingenuo. Dicha ciencia o disciplina requiere de
personas intelectuales con bastante capacidad de investigación y cuestionamiento. La
formación para la etnografía en parte consiste en entrenarse como objeto de recoger
información y estar con la gente. Además, es necesario tener unos conocimientos previos
sobre el tema a estudiar para lograr una orientación en el desarrollo de la investigación.
Con todo esto, se afirma que en una investigación para que las reflexiones sean válidas
es necesario subrayar el conocimiento derivado de la participación y la observación; lo cual
establece que dentro de la investigación persiste la necesidad de descubrir y validar
información sobre los casos o estudios determinados. El autor aclara que los conocimientos
previos no deben predisponer al etnógrafo, las combinaciones de la cultura enciclopédica
no pueden ser asumidas antes de la investigación, puesto que se van descubriendo por
medio de la participación y la observación.
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Desde este enfoque, es posible corresponder a la idea de la esencia del etnógrafo: no es
suficiente con poseer notas de campo si no se realiza un encuentro y una inmersión total
en el espacio socio cultural que se pretende investigar. Cuando la presentación requiere de
las habilidades verbales del etnógrafo, el asunto se torna más complejo, pues debe ser
mediada por el análisis; en pocas palabras, debe ser una presentación orientativa.
La verbalización, el uso de la narrativa como presentación y herramienta etnográfica
también es una fuente de conocimiento sólida para el examen acerca de una comunidad.
En efecto, la narrativa siempre aporta a los datos correspondientes a la investigación; puede
decirse que el relato es un elemento complementario a la información que se extrae de la
experiencia realizada por el etnógrafo. De este modo, las narraciones y de una u otra
manera el carácter mínimo de subjetividad que acompaña al etnógrafo no deben ignorarse
o eliminarse; por el contrario, se ha de buscar la vía adecuada para hallar su valor dentro
del análisis; ya que, la narrativa se encuentra íntimamente vinculada al conocimiento de la
vida cotidiana, unos saberes ya existentes que el etnógrafo transmite, descubre e interpreta.
No obstante, no toda observación debe denominarse etnográfica; ya que la observación
que sigue un plan establecido y muy sintético no permite la entrada de significados alternos
que posibiliten ampliar su campo de acción. Por otro lado, cuando se analizan secuencias
integrales de conductas es más sencillo admitir el acceso de variados elementos externos.
En ese sentido, debe considerarse el hecho de amplificar el contexto observacional en todo
momento, revisar otras situaciones paralelas a las pertenecientes al objeto de investigación;
es decir, aplicar una etnografía comprehensiva y comparativa.
2.2 Aproximación desde el enfoque estructuralista y el interaccionismo
simbólico
Ahora bien, la investigación en curso ha de reconocerse desde dos enfoques, el primero
en el marco de la antropología a razón de dar cuenta de las características culturales de los
pueblos prehispánicos que habitaron la región y el segundo, en el marco de las
interacciones sociales que permiten el reconocimiento de las características culturales
23
actuales de los campesinos, esto es, en otras palabras, el enfoque estructuralista y el del
interaccionismo simbólico.
En primer lugar, desde la antropología estructuralista se reconoce cómo la mente está
inconscientemente regulada por una serie de estructuras que se manifiestan en sus
actividades conscientes, por tanto, se reflejan en sus expresiones materiales. Dice el
antropólogo José López (2008):
“Nosotros entendemos que la relación que tenemos los investigadores con la materialidad de
la cultura, los productos medibles y pesables de la cultura; son en realidad una primera
aproximación. Lo que nos interesa es la sociedad que está atrás de los objetos y de los
testimonios materiales.” (Pág. 47)
Así, podrían considerarse los vestigios arqueológicos hallados en el macizo colombiano
como una leal aproximación al reflejo de las costumbres que acontecieron al pueblo
escultor de estos; se convierten así, en “significantes para un significado que se intenta
conocer” (Hernando, 1992). Entonces, el producto material de una cultura supone un texto
dispuesto para ser decodificado como elemento de interacción social que puede dar lugar
al reconocimiento de una determinada ideología.
En ese sentido, desde el interaccionismo simbólico se permite el entendimiento de los
actores dentro de la sociedad a partir de sus constantes interacciones, significaciones
comunes a propósito de las normas y roles de acción dentro de la construcción cultural. En
consecuencia, Blumer (1966) dirá que “el investigador debería enfocar el mundo a través
de los ojos del actor, y no suponer que lo que él observa es idéntico a lo que el actor
observa en la misma situación” (Pág. 544).
Supone entonces esta investigación, la participación de auténticos pobladores de la
región que puedan dar cuenta de las representaciones culturales que, resultan necesarias
para dar resolución a los objetivos planteados y puedan permitirse una memoria histórica
desde sus distintas interacciones, logrando una caracterización precisa de la comunidad.
24
Para ello, se tendrán en cuenta los testimonios de personas entre 40 y 90 años de edad,
hombres y mujeres quienes pertenecen o han pertenecido a la vereda Tabor de San Agustín
Huila a través del ejercicio etnográfico.
2.3 Estrategias para el acceso y recolección del conocimiento
En ese orden de ideas, se parte de la investigación acción junto a algunos métodos
etnográficos interactivos como la observación participante, algunas estrategias de recogida
de datos como la encuesta y la biografía (entrevista). Para ello, Goetz (1988) señala un
conjunto de posibilidades etnográficas a las que puede recurrir el investigador en sus
intervenciones. La primera es la observación participante donde se pasa todo el tiempo
posible con los individuos que se estudia y se vive del mismo modo que ellos. Es la
experiencia cotidiana, refleja las interacciones y actividades de que toma nota de campo en
donde hace comentarios sobre sus percepciones.
Esto permite obtener de los individuos sus definiciones de realidad y constructos que
organizan su mundo y desde el lenguaje, el investigador se sumerge en las variedades
lingüísticas de los participantes. Es fundamental la recogida de relatos, anécdotas y mitos
que surgen durante la conversación cotidiana, pues su evaluación debe permitir averiguar
las diferentes significaciones a las que se pretende llegar.
También, es necesaria la utilización de entrevistas estandarizadas no
presecuencializadas donde se hacen las mismas preguntas a todos los participantes en
momentos distintos, pero puede alterarse el orden según sus reacciones, esto permite una
actitud más natural del entrevistador; sobre todo, a través de informantes clave que
permitan reconocer información que difícilmente por nuestros propios medios
alcanzaríamos y de relatos biográficos, para indagar acerca de las formas de interpretar el
mundo y la historia de cada poblador.
De igual forma, es esencial la aplicación de encuestas que permitan identificar las
creencias, constructos, conductas, la firmeza de las opiniones de los individuos respecto de
25
los fenómenos, categorizar mundo social y físico y las reacciones que evidencien pautas
de interacción social. La elección de cualquiera de las estrategias supone una constante
examinación sobre los resultados para constatar su eficacia o necesidad de nueva estrategia.
Finalmente, para lograr la evaluación de las estrategias y sus resultados, se ha de
considerar la utilización del diario de campo (ver Anexo 1), que según Rafael Porlan y José
Martin (1993) permite la investigación y tratamiento de las diversas situaciones
observadas, dando lugar a la abstracción de conocimientos aparentemente ocultos en lo
cotidiano. El ideal es permitirse a través de un relato sistemático, la descripción detallada
de las dinámicas de los pobladores de la vereda El Tabor en San Agustín Huila, para ello,
es importante tener conciencia de qué es lo que se ha de registrar, clasificando y
categorizando, pues no se trata ya de un simple escrito reflexivo, sino de un ejercicio de
descripción etnográfica que permite abstraer de los más mínimos detalles gran riqueza de
información.
26
3. CAPÍTULO 3
PRIMER MOVIMIENTO: PAUTAS CULTURALES DEL PUEBLO
PRECOLOMBINO DE SAN AGUSTÍN – HUILA, COLOMBIA
Para este primer movimiento, hemos de disponernos hacia el análisis documental que
nos permita ilustrar las pautas culturales de los pueblos precolombinos asentados en el
territorio agustiniano, quiénes en determinado periodo histórico convocaron sus fuerzas
para el forjamiento de la hoy reconocida estatuaria. Luego, una vez que el lector se ha
permitido la construcción narrativa del pueblo prehispánico a partir de las experiencias
arqueológicas, podrá dar el siguiente paso hacia la construcción narrativa del pueblo actual
que, aunque en tiempo distinto, comparte el mismo territorio con dicha cultura ancestral.
En primer lugar, es necesario identificar el contexto que le acontece a la cultura
agustiniana precolombina en términos de información existente sobre las poblaciones
indígenas que alguna vez habitaron la región. Para ello, hay que remitirse a las
investigaciones arqueológicas de los autores: Duque (1971), Dolmatoff (1979), Llanos
(1988) y Hernández de Alba (1979) que han permitido la interpretación de estos pueblos
desde sus vestigios, los cuáles, de buen principio reconocemos, han brillado por la ausencia
de registros escritos y se han extralimitado a representaciones arqueológicas de expresiones
artísticas desde esculturas monolíticas y herramientas de trabajo y de uso cotidiano.
El primer reconocimiento de periodos arqueológicos fue realizado por el investigador
Luis Duque Gómez apoyándose en los datos obtenidos a partir de sus excavaciones. Uno
de los puntos a los que llega es la existencia secuencial de tres complejos cerámicos, el
primero, lo llama Mesitas Inferior (S. VI ac – S. V dc), el segundo, Mesitas Medio (S. V
dc – S. XII dc) y el tercero Mesitas Superior (S. XII dc – S. XVI dc). Luego, existe una
diferencia entre los investigadores Luis Duque y Gerardo Dolmatoff (1979) que radica en
esta interpretación de los periodos arqueológicos. Si bien para el primero estos indican una
continuidad a través de los siglos en tres momentos importantes, para el segundo su
clasificación cerámica lo lleva a concluir que entre los tres complejos no hay una
27
continuidad cultural; antes, por el contrario, enfatiza en que no se puede hablar de una
cultura de San Agustín, sino de muchas culturas.
3.1 Lugar de asentamiento
Los vestigios de este pueblo precolombino se encuentran en el actual territorio
latinoamericano, específicamente en el departamento del Huila, Colombia. Allí, ha sido
posible a través de exploraciones arqueológicas, el hallazgo de diferentes manifestaciones
artísticas que van desde material de utillaje, hasta las magnánimas esculturas monolíticas
que caracterizan la región a nivel mundial como patrimonio de la humanidad desde 1995.
Imagen 2: Ubicación Geográfica de San Agustín, 2018.
Propiamente al sur del departamento, en el municipio de San Agustín, se encuentra el
mayor asentamiento arqueológico. Es una región ubicada en el macizo colombiano, punto
en que convergen las tres cordilleras cinceladas por aguas que conforman la estrella fluvial
colombiana que da origen a los principales afluentes del territorio: Magdalena, Caquetá,
Cauca y Patía. Se caracteriza por su alto grado de humedad y una temperatura promedio
de 18°, lo cual sugiere aires agradables para la subsistencia, pero, no muy favorables para
los estudios osteológicos siglos después.
28
Sus grandes montañas custodiadas por robles Quercus humboldtii, Caspe
Toxicodendron striatum, Guamo Inga spuria, heliconias, helechos Filicopsida o
Pterophyta, guadua, orquídeas y otras más que corresponden a la subdivisión taxonómica
del reino plantae. Este escenario de paisaje verde azul es el hogar ideal para muchas
especies también de la subdivisión taxonómica del reino animalia tales como el majestuoso
cóndor de los andes Vultur gryphus, el oso de anteojos Tremarctos ornatus, el jaguar
Panthera onca, la danta Tapirus y otros, reflejados en los monolitos, hacen de san agustín
un territorio paradisiaco que, como lo describe Carlos Repizo sería “la comarca propicia
escogida por varias tribus indígenas para vivir por espacio de centurias.” (Repizo,
1981)
Imagen 3: Picos montañosos de San Agustín – Huila, Colombia, Sebastián Ome Hoyos, 2016.
3.2 El pueblo escultor
A falta de elementos de juicio, es poco lo que ha podido decirse acerca de las
características físicas de nuestros ancestros escultores de san Agustín. Así que, es necesario
aclarar que a partir de la estatuaria es posible solamente especular y no necesariamente
hacer aseveraciones reales. Así también, son pocos los estudios osteológicos debido a la
29
pulverización de los restos óseos encontrados o el debilitamiento de los mismo a razón de
los suelos ácidos y cargados de humedad constante.
Hacia el nororiente (Tierradentro, cauca, inzá) y hacia el suroriente (Santa rosa del
Caquetá, valle de las papas, Briceño, la cruz) del departamento se ha encontrado estatuaria
lítica monumental que presenta elementos comunes en el desarrollo de la cultura que los
sitúa en el mismo periodo cronológico. Similitudes particularmente ligadas a los ritos
funerarios. Lo que tuvieron en común todas las culturas, fue el dejar huellas de las
expresiones materiales y espirituales, esto es, vestigios destinados a servir como
necrópolis, sarcófagos monolíticos, artefactos de piedra para actividades cotidianas,
fuentes labradas en roca, entre otras.
Algunas de las conclusiones a las que se ha llegado, es que había una posible tendencia
a la braquicefalia, robusticidad de los segmentos tibiales y femorales lo cual sugiere una
fuerte complexión y estaturas superiores a 1,65 metros según tamaño de las tumbas.
Imagen 4: representación antropomorfa, bosque de las estatuas, Sebastián Ome Hoyos, 2017.
A partir de las representaciones monolíticas, podemos ver que el pueblo escultor era de
complexión fuerte y de musculatura vigorosa, de estatura mediana, de cabeza ancha y
redonda y de facciones pronunciadas; la nariz aguileña y carnosa; los pómulos salientes, y
los ojos plegados hacia afuera.
30
3.2.1 Indumentaria
A partir del análisis de algunas piezas arqueológicas, es posible reconocer que la
vestimenta de los pobladores prehispánicos se pudo caracterizar por pequeñas prendas que,
según los estudios, pueden develar que “la indumentaria de los nativos estaba
confeccionada con tela de corteza de árboles.” (Duque, 1971). Algunas conclusiones
evidencian que dentro de las vestimentas se podían encontrar piezas como faldas cortas y
taparrabos para cubrir los sexos, lazos que sostenían el pene de los hombres quizá
pretendiendo evidenciar su virilidad y el uso de piezas decorativas como collares,
diademas, entre otros como se evidencia en la imagen 3.
Imagen 5: Excavación de estatuaria el chamán, 1966.
Estas últimas piezas parecieron limitarse a las figuras de autoridad debido a su poca
presencia en las tumbas. Tal vez el gorro alto, por ejemplo, cuadrado algunas veces, otros
redondos eran distintivo de las figuras con poder sobre los dominios.
3.2.2 La vivienda
Las viviendas eran de estructura simple construidas con materiales perecederos como
maderos, muros de bahareque y techumbres de paja mayormente cónicas. La planta era
circular de poco más de tres metros de diámetro. Una habitación la formaban generalmente
31
varios bohíos casi unidos entre sí. Allí tenían sus dormitorios, sus fogones formados con
tulpas y sus pequeños talleres. Las viviendas se construían cerca a los nacimientos o
corrientes de agua.
Imagen 6: Planta de una vivienda circular, explorada por Luis Gómez en el ‘’Potrero de Lavapatas’’, en el
año de 1958.
No obstante, estas particularidades hacen parte ya del periodo clásico regional (300 -
800 dc), pues del periodo más antiguo de San Agustín, el formativo inferior (1000-200 ac)
escasea de investigaciones a propósito de las zonas de habitación y centros ceremoniales.
De dicho periodo solo se conocen los restos cerámicos y líticos excavados en basureros,
localizados en las cimas y en las laderas de lomas, donde presuntamente estuvieron sus
viviendas. Así, se sabe que:
“los constructores de estas obras monumentales vivieron dispersos en las cimas amplias de
lomas, en mesetas y terrazas, que en determinado momento histórico transformaron, haciendo
grandes aterrazamientos, rellenos y montículos para sus centros funerarios. Fueron agricultores
del maíz, grandes maestros alfareros y escultores especializados.” (Llanos, 1988)
7.2.1 Producción material: Orfebrería, lítica y cerámica
Entre sus actividades según los hallazgos se demuestra la industria de la orfebrería, no
con técnicas avanzadas, pero tenía conocimiento de la metalurgia del oro y el cobre que
mezclaban para hacer alambrados, laminado y fundición. La presencia en tumbas y sitios
habitacionales de gotas de oro fundido, fragmentos de láminas y adornos, demuestra
claramente que no se trataba de productos de intercambio comercial, sino de uso local y
personal.
32
Imagen 7: Tumba Nº 19, explorada en el Montículo Sur de la Mesita B, en San Agustín. Cadáver que
llevaba como adornos una diadema de alambre de oro, una nariguera circular y un collar de cuentas de
piedra verde, rematado en un joyel, también de oro, en forma de águila diminuta. En contorno de la
cabeza, varias vasijas de barro. 1971.
Así también, en las fases iniciales del poblamiento, emplearon piedra dura eruptiva
(basaltos y andesitas) para astillarla y utilizar los fragmentos como cuchillos, navajas,
raspadores, cinceles y otros. La obsidiana o vidrio volcánico también se empleó con fines
similares. Con piedras de distintas calidades fabricaron también molinos para la trituración
de granos. Esta parte del desarrollo lítico, resulta ser sólo una pequeña proporción con
relación a la elaboración de las esculturas monumentales.
Imagen 8: Piedras y manos de moler, cinceles y hachas de piedra, hallados en las tumbas. 1971.
33
Por último, la cerámica fue una de las actividades principales y sus productos tuvieron
un notable uso según las conclusiones de importantes misiones arqueológicas. Sus
principales características son la persistencia de formas fundamentales y técnicas
decorativas, siluetas compuestas por un cuerpo inferior semi esférico y superior
campaniforme y, dimensiones que oscilan entre los 10 y los 30 centímetros de diámetro y
entre 8 y 20 centímetros de altura, vasijas con asa de estribo y recipientes globulares con
apéndices tubulares divergentes, grandes recipientes para almacenamiento de líquidos, de
paredes gruesas, de superficies ásperas, con decoración de impresiones dactilares en los
bordes, grandes cántaros de hasta 80 centímetros de altura y 40 de diámetro destinados a
servir de urnas funerarias para entierros, junto a recipientes globulares y cilíndricos con
decoración de líneas verticales para entierros en cremación, entre otras.
Imagen 9: Distintas formas de cerámica encontradas en las tumbas de San Agustín y San José de
Isnos. 1971.
3.2.3 Organización social
La dispersión que tiene la estatuaria de san Agustín formando pequeños núcleos de dos
y tres lito-esculturas al lado de cementerios en las lomas, podría explicar una organización
social estructurada sobre la base de pequeños grupos familiares, unidos no por el
parentesco biológico, sino por vínculos religiosos. De igual manera, La presencia de varios
centros funerarios monumentales en sitios distantes y durante el siglo VI dc (Alto de los
ídolos, El Purutal y Morelia), se puede interpretar como la ocupación simultánea de
regiones, probablemente al mando de un jefe con una autoridad local, simbolizada en los
elementos mágicos, que portan las esculturas principales de los montículos.
34
Imagen 10: Escultura del Parque Arqueológico de San Agustín en forma de cariátides custodiando una
tumba, Sebastián Ome Hoyos, 2017.
En consecuencia, el poder de las representaciones de chamanes en piedra, pueden
significar el control de las fuerzas en la vida y la muerte, pueden ser la personificación de
los caciques o jefes principales, cuyo poder se sustentó en acciones mágicas, en ritos y
sacrificios. Los chamanes serían también los agoreros quienes exhortarían al pueblo y
harían públicos los augures desde las terrazas que servía de cubierta a los templos
subterráneos, en los cuales se depositarían también las ofrendas de los fervorosos y, en
tanto que chamánicos, debieron controlar la vida social como se expresa en los guardias y
las esculturas principales de los templetes, que están asociados a tumbas monumentales en
montículos artificiales (llanos, 1988).
3.3 Legado arqueológico
Estos vestigios se encuentran en los actuales municipios de San Agustín, san José de
Isnos y Saladoblanco siendo los siguientes los principales yacimientos: mesitas, las moyas,
la estrella, lavapatas, alto del lavapatas, lavaderos, ullumbe, chaquira, tablón, alto de los
ídolos, alto de las guacas, matanzas, entre otros. Allí se han encontrado montículos
funerarios, sarcófagos monolíticos, tumbas revestidas de lajas, grandes terrazas con muros
de contención, destinados a necrópolis y arte escultórico monumental.
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Imagen 11: Fuente de Lavapatas. Detalle de las figuras labradas en el lecho rocoso de la quebrada del
mismo nombre, Sebastián Ome Hoyos, 2017.
3.4 Pautas de creencias
3.4.1 Cosmovisión
Ahora bien, en términos de su sistema de creencias se ha encontrado el uso de máscaras
en los ritos y ceremonias especiales con las cuales, quizá se quiso representar ancestros
míticos. En un momento dado de la historia los pueblos antiguos de San Agustín
desarrollaron un intenso culto funerario a partir de la construcción de montículos
artificiales, convirtiéndose esta zona en un centro ceremonial con una vasta influencia
regional. Allí se congregarían muchos de los pueblos del alto magdalena y zonas
avecindadas, después de largas peregrinaciones, para rendir tributo a las deidades de la vida
y de la muerte y para dejar al amparo de este pueblo, los despojos mortales de sus jefes y
familiares.
Imagen 12: Estatua con una máscara cuyo soporte es sostenido con las manos. Fue hallada en la vereda
de Quebradillas, San Agustín.
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3.4.2 Mitos y ritos
Las figuras antropomorfas aparecen en muchos casos con rasgos zoomorfos, tal como
la boca bestial con los colmillos cruzados, lo cual indica presuntamente la existencia de un
intenso culto al jaguar Panthera onca encarnación para los nativos de la deidad solar.
Imagen 13: Estatua con facciones antropozoomorfas de largos colmillos, bosque de las estatuas, Sebastián
Ome Hoyos, 2017.
La figura de un águila que sostiene una serpiente con el pico y las garras es para muchos
un búho que pudo ser quizá para el pueblo escultor, un símbolo de la creación relacionado
con la jerarquía política, el origen de la luz y el fuego, por tanto, símbolo de poder.
Imagen 14: Estatua que representa un águila que sostiene con el pico y con las garras una serpiente. El
águila es símbolo de poder y de la luz en las culturas andinas, Sebastián Ome Hoyos, 2017.
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Las representaciones de guerreros sobre todo en las cariátides son características
también y en ellas se aprecia también el uso de herramientas dispuestas quizá para la guerra,
como piedras, garrotes y se disponían rodeando algunas tumbas.
Imagen 15: Estatuas cariátides de guerreros, con armas de guerra en las manos. Custodian la entrada a
una tumba, Sebastián Ome Hoyos, 2017.
Como en todos los pueblos nativos, la danza y la música debió tener un rol fundamental
en la conformación de la sociedad destacándose en sus ceremonias y ritos y se evidencia
esto en algunas estatuarias que portan instrumentos musicales. Algunos sugieren que, en
efecto, se tratan de instrumentos musicales, mientras otros refieren, por ejemplo, en “la
tañedora de flauta” que es más bien una representación zoomorfa como de tapir e incluso
en otras figuras que parecen portar un caracol, que podría ser bien, una referencia musical
tanto como una referencia al mambeo de coca.
Imagen 16: Tañedora de Flauta. Parque Arqueológico de San Agustín, Sebastián Ome Hoyos, 2017.
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Imagen 17: Estatua monumental conocida popularmente con el nombre de ‘’El Obispo’’. Sostiene
aparentemente un niño entre sus manos y su imagen se duplica en la parte inferior, pudiendo llegar a
representar un sacrificio, Sebastián Ome Hoyos, 2017.
3.4.3 Costumbres funerarias
Enterraban a sus muertos en tumbas cuya construcción variaba según la categoría social
o jerarquía político-religiosa de los difuntos, desde el sepulcro revestido de grandes losas,
hasta la simple fosa, de poca profundidad y de construcción sencilla. En las tumbas
principales se colocaban al lado de los cadáveres, ofrendas cerámicas que pudieron tener
significación especial en los ritos mortuorios, accesorios como collares, piedras de moler,
fragmentos de oro y obsidiana, entre otras cosas.
Imagen 18: Esqueleto y ofrendas de cerámica hallados en una tumba excavada por Luis Duque Gómez en
la vereda Quinchana, 1946.
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La práctica ceremonial del entierro tenía como simbolismo el fuego, atestiguado por los
amontonamientos de carbón al lado de los cadáveres. Las lito esculturas, son el mensaje de
su complejo mundo religioso y fueron colocadas al lado de los despojos de sus muertos.
Son deidades que representan el origen de la vida y los atributos de la muerte, las fuerzas
de la naturaleza, los seres protectores, los ancestros míticos, los entes que pueblan el
camino que recorren los muertos hasta llegar al sitio donde inician la vida ultraterrena.
Imagen 19: Urnas funerarias, 1971.
3.5 El hombre y la naturaleza: una relación de armonía
Como una composición musical impregnada de ritmo y armonía, los pobladores
ancestrales debieron mantener una relación parsimoniosa con su entorno natural logrando
el equilibrio perfecto para la prolongación de su existencia durante siglos. Fiel muestra de
ellos son sus presuntos cultos hacia deidades solares, del agua y de guerreros
antropomorfizados. Tal sería su magnificencia que rompería las barreras del tiempo para
trascender hacia generaciones venideras que con devoción e ignorancia admirarían la
magia escultural.
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Imagen 20: La Chaquira, tallada en una gran roca con sus brazos levantados, mira hacia el oriente del
cañón que da paso al río magdalena, Sebastián Ome Hoyos, 2018.
Además, a partir de los vestigios que yacen en el territorio arqueológico, se ha
evidenciado que la base principal de sustento económico era la agricultura y la recolección,
es decir, la cosecha. El maíz constituyó el principal cultivo a juzgar por la frecuencia de
piedras de moler en tumbas y sitios de habitación y por granos carbonizados. Con cierta
frecuencia, se encuentran también en los complejos cerámicos, platos o cayanas de poco
fondo usados quizá para tostar maní que se constituyó como otro importante cultivo.
Imagen 21: Entierro de urna funeraria y ofrenda, explorado por la misión arqueológica de 1971, en la
vertiente de la Mesita A, en San Agustín.
41
El transporte de productos agrícolas y de la alfarería para el comercio de trueque entre
las distintas partes, debió hacerse utilizando la tracción humana, por la presunta carencia
de animales domésticos, siendo las vías de comunicación caminos en zigzag trazados por
empinadas cuestas de las cordilleras.
San Agustín fue una región con suelos propicios para la agricultura, con variedad de
suelos térmicos, pero con un índice de alta precipitación pluvial, ríos torrentosos y hondos.
De modo que el agua se constituyó como elemento básico vital en el que germinaría la vida
y, se puede ver simbolizado en serpientes, lagartos, peces y ranas, significando, por tanto,
la fuerza vital femenina y, amparados todos por la fuerza felínica de los chamanes como
fuerza masculina. Se forja entonces una relación de poder, que tiene control sobre las
fuerzas naturales armonizando su existencia.
Es así como el hombre logró mimetizarse y adaptarse a su entorno siendo parte de él,
respetando los órdenes del tiempo y manteniéndose a su disposición. No obstante,
incomprensibles son las razones por las que el pueblo se esfumó de manera impredecible
en el tiempo, dejando tras de sí la mayor de las expresiones materiales para la humanidad
y a la vez incognoscibles para el desarrollo de la historia. Actualmente, aunque no sabemos
qué sucedió con ellos, la región continuó siendo habitada y hoy es destino turístico para la
humanidad. Habiendo llegado hasta aquí, corresponde al lector realizar un nuevo
movimiento hacia el presente para encontrarse con los guardianes actuales de los vestigios
arqueológicos.
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4. CAPÍTULO 4
SEGUNDO MOVIMIENTO: CARACTERÍSTICAS ACTUALES DE LOS
POBLADORES DE SAN AGUSTÍN – HUILA, COLOMBIA
Segundo movimiento, se ha dado un gran salto al presente, las culturas ancestrales han
sido desprovistas de sus vínculos con la naturaleza, el hombre ha sido sosegado por la
codicia material. Es el siglo XXI y desde hace ya algunos siglos se ha venido luchando por
la reivindicación cultural. Es el momento de que el lector se adentre en una nueva narrativa,
la de los pobladores actuales de la misma región que con tanta fascinación ha acabado de
reconocer. Los vestigios arqueológicos yacen aun en el territorio, aunque no in situ, es
decir, se han removido para poder ser preservados. La región es destino turístico y llegan
allí tanto académicos interesados por develar los misterios, así como fanáticos y
saqueadores.
Al preguntar a los campesinos de la región, sabrás por sus palabras que, en efecto,
reconocen la estatuaria como parte de la cultura de San Agustín, pero no será de su
particular interés el permitirse una lectura situacional con la que puedan comprender las
diferentes representaciones que hemos denotado ya en el capítulo anterior, acerca de la
cosmovisión de los antepasados. Algunos incluso, no se han atrevido a conocer los
vestigios pues “ir a ver un montón de piedras” sería una pérdida de tiempo.
Entonces, invito al lector a sumergirse en la lectura contextual de la región en sus
expresiones actuales para poder especificar las características culturales de los pobladores
de la región a través de un ejercicio etnográfico, intentando entender los motivos del
aparente desarraigo, de modo que se desvanezcan los prejuicios que haya podido haberse
formado al empezar a leer el capítulo y, sin pretensiones banales, poder dar un paso más
hacia un punto en el que convergen éste y el primer movimiento, buscando identificar si
de alguna manera han permanecido pautas culturales precolombinas que hayan trascendido
las expresiones materiales monolíticas.
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4.1 Ubicación
Como se ha mencionado en el capítulo anterior, la región se sitúa en las eminencias
orientales del macizo colombiano en el alto del río magdalena, presentando, por un lado,
una fortificación natural conformada por los ríos naranjos, sombrerillos y magdalena y, por
otro lado, los picos que alcanzan los páramos. Estas barreras naturales se constituyeron
quizá en un factor esencial para la preservación de los primitivos contra sus posibles
enemigos en aquel entonces, pues la vasta extensión de las estatuas y la necrópolis dan
cuenta de varios kilómetros sobre terrenos volcánicos que fueron con el tiempo atravesados
por los ríos y dieron lugar a cañones por los que corren sus presurosas aguas, como lo es
el estrecho del río magdalena.
Imagen 22: Estrecho del magdalena, Sebastián Ome Hoyos, 2017.
Imagen 23: Panorámica desde vereda El Tabor, San Agustín, Sebastián Ome Hoyos, 2016.
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Aun en la actualidad es posible hallar extensos lienzos montañosos pintados con
vegetación virgen ya que la zona se ubica en una transición entre pisos térmicos templados
y fríos, lo que permite a una altura entre los 1600 y 2000 metros sobre el nivel del mar, la
conformación de diversos biomas y ecosistemas endémicos y otros conjuntos de interés
botánico entre las que se encuentran especies de flora como las bromeliáceas,
melastomatáceas, pasifloras, orquídeas, el higuerón, el laurel, guaduas y otros más bajo los
que deambulan especies de fauna salvaje como dantas Tapirus, tigrillos Leopardus
tigrinus, venados, borugos Cuniculus paca, ardillas, zorros Lycalopex culpaeus andinus,
osos Tremarctos ornatus, monos y aves de vistosos plumajes. Los grandes muros de las
cordilleras están formados por rocas extrusivas volcánicas y sedimentarias, muchas de ellas
contienen también oro, arcilla y cobre, materiales usados para la orfebrería y la exquisita
industria de la artesanía.
24: 25:
26: 27:
Imagen 24: Cascabelito – Forpus sclateri, Sebastián Ome Hoyos, 2014.
Imagen 25: Picos montañosos desde vereda El Tabor, San Agustín, Sebastián Ome Hoyos, 2015. Imagen 26: Guaduas, Sebastián Ome Hoyos, 2013.
Imagen 27: Flor nacional de Colombia Orquídea – Cattleya trianae, Sebastián Ome Hoyos, 2015.
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4.2 Campesinado de San Agustín Huila
San Agustín está actualmente habitado por campesinos que han migrado desde otras
regiones del país. La región está “formada por familias de mestizos de los departamentos
de Nariño o del cauca, que, descendiendo por el valle de las papas, establecieron
haciendas y fincas, tumbaron la selva que cubría la región arqueológica y establecieron
potreros y huertas” (Hernández de alba, 2014, pág. 180). Esto da lugar a más de un rasgo
común entre los pobladores como aspectos físicos, costumbres como el mambeo de coca,
comidas, entre otras.
Imagen 28: Vista del pueblo de san Agustín desde la vereda El Tabor, Sebastián Ome Hoyos, 2017.
4.2.1 Indumentaria
Sobre la forma de sus atuendos no hay mayores particularidades que marquen la
diferencia frente a otras regiones. Algunas de las características es que acostumbraban a
llevar sombreros, camisas y vestidos formales. Para las labores propias de la agricultura
usaban ropa vieja de cualquier tipo.
No obstante, los campesinos solían preferir andar descalzos en sus casas a menos que
hubiese la necesidad de utilizarlos. Con el tiempo, la región fue aumentando su población
y con ella, las nuevas costumbres traídas de fuera, por ejemplo, la moda, que marcaría el
despojo casi total de cualquier atuendo tradicional, homogenizando la imagen del
campesino como cualquier otro habitante del país, fuese urbano o rural.
46
Imagen 29: habitantes de la vereda el tabor, Sebastián Ome Hoyos, 2003.
4.2.2 La vivienda
Actualmente las casas de habitación tienen la estructura particular de las construcciones
urbanas, con materiales no perecederos como el cemento, ladrillo, hierro y dispuesta en
secciones como habitaciones, cocina y baño. Están acompañadas también por solares y
secaderos que facilitan el trabajo de campo a propósito del secado del café, así como los
beneficiaderos para tratar las cosechas.
Imagen 30: casa construida en la vereda El Tabor, Sebastián Ome Hoyos, 1999.
No obstante, al volcar la mirada hacia el periodo en que la región empezó a ser habitada
por los campesinos, sus descripciones y, aun las evidencias, permiten reconocer estructuras
tradicionales de casas hechas en bahareque, que consiste en armados estructurales de
madera, guadua y rellenas de barro con estiércol de caballo y paja, un aspecto semejante al
de las casas de habitación de los pueblos ancestrales quiénes utilizarían este tipo de
materiales perecederos.
47
Imagen 31: Casa construida en bahareque, vereda el tabor, Sebastián Ome Hoyos, 1998.
4.2.3 Producción material
Dentro de las producciones materiales de la región es posible encontrar aun quienes
elaboraban recipientes de arcilla, canastos, floreros y abanicos en bejuco, mochilas en
cabuya y lata seca de platanal como parte de su tradición. Y, por otra parte, quiénes han
decidido perfeccionar su técnica para la réplica de las esculturas arqueológicas con
propósitos mercantiles.
Imagen 32: campesino de la vereda El Tabor, quién construyó su propio rancho para el resguardo de su
utillaje de trabajo, Sebastián Ome Hoyos, 1998.
4.2.4 Organización social
Huila es uno de los 32 municipios que conforman la república de Colombia, por tanto,
corresponde a su sistema de gobierno caracterizado por ser un estado social de derecho en
forma de república unitaria y con un poder público distribuido en tres ramas: legislativa,
48
ejecutiva y judicial. San Agustín cuenta con mecanismos de participación ciudadana para
el ordenamiento territorial, pretendiendo fortalecer y visibilizar el trabajo agrícola de la
región desde organizaciones sociales y entidades gubernamentales.
Cuenta también, con la articulación de organizaciones ambientales, campesinas,
indígenas y de productores agropecuarios que buscan aportar en la construcción e
implementación de políticas públicas para el desarrollo rural integral a través de la
participación colectiva de actores como las autoridades locales ambientales, la Secretaría
de Planeación Departamental, la alcaldía y demás sectores administrativos.
4.3 Apropiación de la herencia arqueológica
Tal como se mencionó en el inicio del capítulo, si bien no hay evidencias de la existencia
de los miembros de la comunidad indígena que labró las tierras agustinianas y forjó con
cinceles los delicados trazos de las esculturas agustinianas, hemos venido describiendo los
pobladores que actualmente se encuentran asentados en su territorio y se han ido
caracterizando poco a poco a partir de ejercicios etnográficos.
San Agustín es reconocido mundialmente desde referentes arqueológicos por la
grandeza de las esculturas monolíticas que se constituyen en el marco de una de las
necrópolis más grandes en la historia precolombina. Es por eso que, luego de los
reconocimientos y diferentes estudios adelantados en diversas misiones arqueológicas, se
crea el Parque Arqueológico de San Agustín declarándose en 1995 como patrimonio de la
humanidad por parte de la UNESCO.
Por otra parte, los campesinos de la región se han adentrado en una espesa nube de
incomprensibilidad en la que pasa inadvertida la importancia que hemos denotado en el
capítulo anterior, a propósito de la cultura ancestral que imprimió su cosmovisión en las
esculturas megalíticas, malogrando una apropiación de la herencia arqueológica que no
suele ir más allá del protagonismo y atracción turística.
49
4.4 Sistema de creencias
4.4.1 De la cosmovisión a la religión
Ahora bien, es de destacar que no ha sido voluntaria su inmersión en la ceguera del
conocimiento, antes bien, otros han sido los figurantes de esta fractura en el desarrollo de
la historia. Todo tiene que ver especialmente con el impacto causado por la conquista y la
imposición de una costumbre occidental ante la representación de la naturaleza de la que
gozaba el visionario precolombino de tierras andinas, que chocaba directamente con los
rituales y creencias aborígenes que no hacían distinción entre un mundo físico y otro
metafísico (Llanos, 2007).
Si bien, la llegada de los europeos y el conflicto con los aborígenes no tiene nada que
ver con la desaparición del pueblo escultor, sí tiene todo que ver con los enfrentamientos
inmanentes con los posteriores pobladores asociándose a esto la extirpación de idolatrías.
Esta, es una de las razones por las que desaparecería de la historia en muchas de las etnias,
la visión cosmogónica traspasando a la perspectiva teocéntrica del cristianismo y todas las
imposiciones que de tal doctrina derivan.
En ese sentido, San Agustín además de presentar gran diversidad biológica, lo hace
también en sus expresiones religiosas entre las que están la católica, la cristiana y
evangélicos protestantes. No obstante, a pesar de sus particularidades, siguen presentes las
creencias hacia los entes de la naturaleza que ya veremos más adelante, tales como la madre
monte.
Imagen 33: Atardecer en San Agustín, Iglesia de Lourdes, Sebastián Ome Hoyos, 2017.
50
4.4.2 Mitos y ritos (festividades)
Los campesinos de San Agustín gozan de un gran espectro de rituales que determinan
sus costumbres diarias. Por un lado, encontramos mitos y leyendas que se han atribuido a
eventualidades a las que no encuentran una explicación razonable y, por otro, la diversidad
de festividades que han devenido del catolicismo y del folclore.
Héctor Llanos (2007) aborda estas festividades como un escenario de adoctrinamiento
debido al origen variado de los miembros de la sociedad que en estas participan. Se
constituyó entonces en un escenario en el que poco a poco se fue dando el desarraigo
cultural ancestral para acoger las nuevas tradiciones traídas por los colonos. Para entender
el contexto, describimos algunas de estas festividades haciendo un recorrido cronológico
que sucede año tras año, específicamente en el estudio de caso del Huila, tales como la
pasión de Cristo, las fiestas patronales, los funerales y la navidad.
Empezamos por el 06 de enero, aquí se celebra el festival de blancos y negros que, si
bien es oriundo de San Juan de Pasto, la festividad ha trascendido fronteras celebrándose
en otras regiones del sur del país. Se caracteriza por las reuniones familiares y el
desplazamiento hacia la zona central de la región, el pueblo, lugar en que convienen para
lanzarse harina y tiznarse la cara con carbón y manteca.
Imagen 34: Celebración blancos y negros, Sebastián Ome Hoyos, 2016.
Continuamos el camino hacia la Semana Santa que normalmente comprende la última
semana de marzo y la primera de abril. Esta no es una particularidad de la región pues
51
percibe manifestaciones a nivel mundial según la tradición católica, allí se conmemora la
pasión y muerte de Jesucristo, la figura redentora de la religión.
Imagen 35: Procesión cristo caído, San Agustín, Sebastián Ome Hoyos, 2016.
Llegado el mes de junio, se evidencia una de las muestras folclóricas más grandes del
país con las fiestas de san Juan y san Pedro. Allí se da lugar al festival folclórico y reinado
nacional del bambuco en donde dan la bienvenida a los patronos, realizando talleres
culturales, presentaciones de música tradicional y bailes folclóricos como el sanjuanero
huilense y acompañamientos eucarísticos.
Imagen 36: Coronación reinado municipal del bambuco, Sebastián Ome Hoyos, 2015.
Para el mes de agosto, los días 28 y 29 se realiza la patronal de San Agustín en la que
se congregan los pobladores de la región para ofrecer la novena al santo patrono. Ya en
octubre, en honor a San Isidro también, se realiza el festival de la cosecha campesina, con
música, presentaciones folclóricas, ferias artesanales, mercado campesino y muchos otros
escenarios que muestran la diversidad de expresiones culturales que han acogido.
52
Imagen 37: festival de la cosecha, Sebastián Ome Hoyos, 2016.
Acercándose al fin de año, en noviembre se llevan a cabo las fiestas patronales veredales
y en El Tabor, se realiza en honor a San Martín, patrono de la vereda. En ese espacio se
efectúan bingos, la novena y el último día se realiza un bazar con el propósito de generar
ganancias para el uso de la comunidad misma.
Por último, en diciembre se realizan las fiestas tradicionales de toda Colombia, el 07 de
velitas, la novena de aguinaldos, la natividad de Jesús, la noche buena y, se cierra el 31 con
la despedida del año viejo. En este último espacio, se recorre la vereda con el muñeco del
año viejo, y disfraces de diablo, bruja, viuda, así como grupos musicales que, junto a la
pólvora, dan ambiente de celebración.
Imagen 38: Recorrido despidiendo el año, vereda el tabor, Sebastián Ome Hoyos, 2016.
4.4.3 Costumbres funerarias
Así también, muchas de sus costumbres fúnebres llegan a parecerse a los rituales
antiguos, sobre todo, por la gran importancia que se les da a estas eventualidades. En
consecuencia, es posible encontrar rituales en los que se adornan tumbas para garantizar el
53
paso de la vida terrenal a la celeste; manos, escaleras, luces que orientan el camino, entre
otras, hacen las veces de las deidades de la muerte a quiénes presuntamente se
encomendaban nuestros ancestros tal como se reconoce en sus monolitos escultóricos, así
como el fuerte respeto hacia la naturaleza, el jaguar, la madre monte, entre otras, aun
cuando se marque fuertemente la tradición religiosa europea.
Imagen 39: Tumba adornada en San Agustín, Sebastián Ome Hoyos, 2016.
4.5 El hombre y la naturaleza: de la armonía a la disonancia
Al igual que un hábil músico que por azares de la vida ha sido despojado de sus vínculos
artísticos y se encuentra con los silencios, las disonancias y los sinsabores, llegamos al
punto en que el hombre ha sido tocado por otros ecos, distorsionando así su historicidad.
La relación armónica que alguna vez caracterizó los ancestros precolombinos ya no está
solamente contenida en la naturaleza. Las fronteras se han abierto y el hombre ha forjado
un sin número de vínculos en función de su supervivencia, de una época capitalista que
propende por el consumo y subordina la relación hombre – naturaleza a la de explotación.
En ese orden de ideas, el campesino, ha aprendido en la transmisión de conocimientos,
a valorar las distintas propiedades que los recursos naturales ofrecen y, en el afán de
supervivencia se ha expandido de forma desmesurada sin medir sus consecuencias. No
54
obstante, como notaremos en el siguiente capítulo, la resistencia en la permanencia de las
tradiciones se dará, aun en casos aislados. Para el estudio de caso de los campesinos de San
Agustín, reconocemos algunas prácticas que mostraremos a continuación.
La utilización de los astros, como pudo suceder en las culturas ancestrales, resultó
indispensable para el correcto desarrollo de sus labores, por ejemplo, levantarse de
madrugada y valerse de la luz de la luna para adelantar los quehaceres. Cultivar su propio
alimento, hacer trueques con animales y utilizar estos últimos para los trabajos forzosos
que difícilmente realizaría el hombre.
Imagen 40: Recolección de leña y hierbas para los cuyes, Sebastián Ome Hoyos, 1998.
Imagen 41: Cría de conejos, Si salía sólo machos se cambiaban por hembras con el/la vecina, Sebastián
Ome Hoyos, 1998.
55
Imagen 42: Tracción de caballo para la molienda de la caña y posterior elaboración de guarapo, previo a
la utilización de motor eléctrico, Sebastián Ome Hoyos, 1998.
En la imagen 41, se evidencia una de las formas de utilización de animales como
trapiche para moler la caña. Cuando no se disponía de estos animales, se alquilaban y el
pago solía ser con bagazo o panela. De igual modo, como se mencionó en apartados
anteriores, el estiércol de caballo se utilizó para la mezcla que rellenaría las casas de
bahareque.
De este modo, nos encontramos en un escenario en el que el hombre transgrede la
mímesis y aunque se adapta a su entorno, esta vez no ha logrado respetar los órdenes del
tiempo de la naturaleza y en lugar de estar a su disposición, la ha obligado a someterse a
sus necesidades. El lector se halla en un punto en el que se hace evidente la disonancia
entre la naturaleza, la herencia cultural ancestral y las formas de expresión cultural actuales
de los campesinos de San Agustín.
Sin embargo, tal como un músico afinaría sus instrumentos para hallar la armonía, es el
momento de afinar nuestro conocimiento a propósito de las tradiciones culturales que
hemos denotado en este capítulo y, nos abrimos paso al escenario en que estos dos
movimientos han de confluir para vislumbrar los puntos de convergencia y las diferencias,
permitiéndonos despejar la espesa nube de ignorancia que acarrea la memoria campesina.
56
5. CAPÍTULO 5
CONVERGENCIA DE LOS MOVIMIENTOS: LA TRADICIÓN ORAL EN LA
APROPIACIÓN DE PRESUNTOS RASGOS CULTURALES
Punto de convergencia, se encuentran los dos movimientos, pueblo ancestral y pueblo
actual. A pesar del adoctrinamiento ejercido por culturas ajenas a nuestra región, en el país
se han logrado perpetuar, aun de forma marginal, algunas etnias indígenas y se han
inmortalizado en la historia, los vestigios culturales de las que ya no existen y unidas a
ellas, los aun misterios por desentrañar.
En consecuencia, la población campesina actual de la región reconoce su patrimonio
como un emblema turístico, pero, no lo hacen en términos de identidad cultural, quizá, a
razón de la enorme brecha de conocimiento sobre los autores de tan magnífica obra
causando así, una espesa nube de ignorancia sobre el asunto. No obstante, luego de años
de experiencia etnográfica en la región en la que he permitido involucrarme en sus
costumbres, qué haceres diarios, festividades celebres y ceremonias fúnebres, ha sido
posible reconocer otra fuente de conocimientos que no implica necesariamente el registro
escrito y es, la tradición oral.
Es así, que el lector se encuentra en un punto intermedio en el que se pretende esclarecer
si a través de la tradición oral de los campesinos, específicamente de la vereda El Tabor,
se perpetúan pautas culturales precolombinas en sus expresiones culturales actuales. Acto
seguido, daremos el paso final y este será, caminar hacia el reconocer las implicaciones de
la tradición oral a propósito de la construcción de identidad, consolidando así el propósito
general de la investigación.
5.1 La oralidad como afluente de conocimiento
Sobre la oralidad, según Bosh (2005), las formas escrita y oral del lenguaje, suelen
presentarse como relaciones de oposición. Si bien es cierto, que la escritura permite la
revisión, estudio y reinterpretación, junto al ejercicio del habla tiran de la racionalidad y
57
favorecen la disminución de la brecha de análisis y comprensión. Así pues, las formas
orales y escritas tienen diferencias como canal de producción (fónico-gráfico) pero en el
modo de producción de discurso (Racionalidad), encuentran su punto de convergencia, no
hay subordinación ni independencia.
Ahora bien, para estudiar cada situación de uso de la lengua, es decir, los modos de
producción del discurso, se debe tener en cuenta: 1) Los participantes: ¿quién o quiénes
usan la lengua? ¿Cuáles son sus características2? ¿Cuál es su rol3? ¿Cuál es el sentido del
enunciado con relación al contexto? 2) El marco: En qué momento se usa la lengua, lo cual
se define por tiempo y espacio4 y determina la conducta (interacción) en modo de
producción de discurso. Finalmente, 3) El objetivo: el para qué del uso de la lengua, es
decir, el motivo que reúne a los participantes.
Así también, el lenguaje encuentra otras formas de expresión además de la oralidad y la
escritura que complementan y enriquecen el ejercicio comunicativo. Estos elementos
multicanales de la comunicación son:
▪ Elementos lingüísticos: Nivel fonológico y léxico.
▪ Elementos Prosódicos: Entonación y curvas melódicas.
▪ Elementos paralingüísticos: Voz, volumen, vocalización, ritmo.
▪ Elementos Cinésicos: Corporalidad
▪ Elementos Proxémicos: Cómo se sitúa en el espacio
Gracias a esos elementos, el ejercicio comunicativo permite la interacción debida en
que una acción comporta a otra, mientras uno habla, el otro escucha y se prepara para la
acción. Esto, desde un conjunto de reglas gramaticales, aspectos cognitivos y
características sociales del contexto, correspondiendo a los turnos del habla.
2Como la edad, el género. 3Padre, madre, maestro, estudiantes, cliente, vendedor, etc. 4El aquí y el ahora específicamente.
58
Así también, Yolanda Rojas evidencia en su trabajo de investigación Conversación,
construcción colectiva de conocimientos y producción textual (Rojas, 2010), el papel del
lenguaje como mediador en la medida en que el sujeto está en constante interacción con
otros conformando una estructura comunicativa. Ello le permite significar la realidad
objetiva, natural y social.
Por tanto, se evidencia que la conversación les permite a las personas transformar el
pensamiento, interpretar informaciones, observaciones, hechos y recontextualizar las
experiencias. Así mismo, permite reconocer a ellos que cada uno posee diversos
conocimientos individuales, que, al ser puestos en discusión, a través de la conversación,
se convierten en conocimientos de carácter colectivo, aumentando su riqueza conceptual.
Eso significa, que la tradición oral se constituye, no sólo como un ejercicio que permite la
transmisión de costumbres, sino también como medio de transmisión de conocimientos y
del entendimiento racional sobre el funcionamiento del todo en el universo y nuestra
interacción con él.
5.2 Los manifiestos de la tradición oral
La tradición oral puede ser entendida como testimonios hablados relativos al pasado y
que transmiten experiencias de manera secuencial encadenando las generaciones al
conocimiento. No obstante, esta forma de razonar se cimenta en varias formas de expresión
que, según Gómez (2002) contienen dentro de sí conocimientos y valores de la siguiente
manera.
Los correspondientes a la forma poética (versos):
GÉNERO SUBGÉNERO DEFINICIÓN
Canción
Es la forma de expresión oral que
conjuga poesía y música para
comunicar mensajes o expresar
emociones de forma artística.
Canción
tradicional
Creada por un autor individual,
aceptada y asimilada por el pueblo de
tal forma que se convierte en
anónima. Se transmite oralmente, de
generación en generación.
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Canción
popular
creada por un autor, tiene una vida
corta y desaparece como si de una
moda se tratara.
Juego Es el ritual lúdico que practican los
niños y jóvenes con fines de
entretenimiento y de socialización
acompañado a menudo de gestos,
mímica, canciones o bailes; ejemplo
la rueda, rueda.
Retahíla Tipo de canción que suelen practicar
los niños como juego y que, por lo
general, estimulan sus capacidades
lingüísticas.
Adivinanza Poema breve que propone un enigma
que debe ser resuelto por el receptor.
Trabalenguas Tipo de rima compuesta sobre
sonidos y palabras cuya reiteración
resulta difícil.
Oración Discurso que una persona dirige a una
divinidad, santo o personaje sagrado
con el objeto de obtener un favor o
una gracia.
Conjuros Son una especie de recitado mágico
que sirve para provocar una situación
inverosímil como la de curar a
alguien, cambiar el tiempo
meteorológico.
Tabla 1. Formas poéticas de la tradición oral
Y los correspondientes a la forma narrativa (prosa):
GÉNERO DEFINICIÓN
Mito Narración oral que se sitúa en tiempo protohistórico (o del origen de la
comunidad), y que está protagonizado por dioses, semidioses y héroes
culturales. Tiene una dimensión religiosa.
Leyenda Narración oral que se sitúa en un espacio relacionado con la comunidad que lo
cuenta, en un tiempo anterior, pero al mismo tiempo histórico para la
comunidad que lo transmite. Tiene una dimensión de verosimilitud dentro de
esa comunidad.
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Cuento Narración oral situada en un tiempo y espacio definidos ("Érase una vez en un
país muy lejano... "); protagonizado por personajes ficticios y simbólicos, que
dentro de la comunidad que lo transmite.
Historia Oral Relatos orales en que la gente cuenta lo que recuerda sobre la vida cotidiana o
la historia del pasado. Ejemplos: informaciones etnográficas sobre la vida
cotidiana, estructura familiar, sistema educativo, acontecimientos históricos
(guerras, procesos de emigración), oficios y ocupaciones tradicionales, fiestas,
modos de relación social y creencias
Tabla 2. Formas narrativas de la tradición oral.
5.3 Ecos del pasado en las voces campesinas: el traspaso de los saberes
En ese orden de ideas, luego de una interacción conversacional constante con los
campesinos de san Agustín y reconociendo el ejercicio de oralidad como transmisión de
conocimientos, ha sido posible reconocer lo siguiente.
5.3.1 Escenarios en que confluyen los saberes
Existen escenarios específicos en que desembocan los saberes producto de la tradición
oral, pues existe un intrínseco acuerdo común para tal efecto. El primero de ellos es el
cafetal. En ese escenario el campesino se va moviendo entre surcos de cafetales y, mientras
recolecta el fruto preciado, va contando anécdotas, experiencias personales o sobre el
trabajo mismo y demás relatos correspondientes a la historia oral.
Imagen 43: Campesinos padre e hijo, recolectando café, San Agustín, Sebastián Ome Hoyos, 1996.
61
La recolección de café se realizaba en canastos tejidos a mano y de bejuco entrecruzado.
La jornada laboral, de 6am hasta las 5pm, daba paso a largas charlas entre quienes se
encontraban trabajando en los diferentes surcos, de alguna manera se constituía en un
espacio de integración.
El segundo escenario, se da en los medios de transporte. En tanto que habitantes de
vereda, el desplazamiento hacia el pueblo, la zona central de la región, toma al menos 40
minutos de recorrido en automóvil contando actualmente con rutas específicas hacia las
veredas. En el trayecto, se encuentran los habitantes del mismo sector quienes aprovechan
el espacio para compartir sus relatos, acordar reuniones de trabajo y compartir saberes
específicos, por ejemplo, sobre cómo tratar alguna plaga u enfermedad.
Imagen 44: Única ruta hacia la vereda El Tabor, Sebastián Ome Hoyos, 1998.
Por último, quizá uno de los más importantes, encontramos la cocina. Espacio
indiscutible para el encuentro de padres, hijos, abuelos y abuelas, nietos y todos los
miembros de la familia y allegados. Ese escenario es todos los días concurrido y por todos,
para satisfacer una de las necesidades básicas del hombre, la alimentación. Y, en él
confluyen un sinfín de conocimientos de gran variedad, por ejemplo, la preparación de los
alimentos, los sucesos del día, experiencias en relación con la agricultura, también sobre
experiencias sobrenaturales, cantos, entre otros.
62
Imagen 45: El trabajo de la cocina, Sebastián Ome Hoyos, 2013.
5.3.2 Mitos y leyendas en las voces del campesinado de San Agustín Huila
Ahora bien, reconocidos ya algunos de los escenarios más importantes en que se
congregan los campesinos para permitir a la tradición oral su amplio desarrollo, podemos
empezar a examinar dentro de las voces campesinas, algunos de los aspectos más
característicos, que no han sido leídos en ningún documento, sino que han sido por ellos
mismos transmitidos en su diario vivir y, se han identificado gracias a las aproximaciones
etnográficas que, como miembro de la comunidad, pude permitirme.
En primer lugar, se encuentran inmersos en las religiones derivadas del cristianismo, la
principal, la católica es la más ampliamente profesada y a ella se encuentran ligadas sus
expresiones culturales atribuyendo celebraciones como la semana santa, festividades de
san juan y san pedro, fiestas de los santos patronos o patronales veredales. Es así, que sus
expresiones no corresponden el cien por cien a los rasgos culturales ancestrales al estar
permeados por culturas externas.
Imagen 46: Celebración Festival de La Cosecha en San Agustín, Sebastián Ome Hoyos, 2016.
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A pesar de ello, se han transmitido en sus tradiciones orales, un sinfín de creencias a
propósito de lo sobre natural, aspecto que fuera reiterativo en la cosmovisión ancestral
según las interpretaciones arqueológicas sobre las esculturas monolíticas, y también,
costumbres sobre sus qué haceres diarios5. A continuación, algunas de ellas:
LEYENDAS
NOMBRE DESCRIPCIÓN
La bruja Con forma de ave gigante cae sobre los techos, se ríe por las noches y
salta entre los grandes árboles. Para alejarlas se les pone orina, ajo,
tijeras en cruz y, se caracterizan por ir tras los hombres mujeriegos.
También deja morados y chupones. Es una mujer de hábitos normales
que ha hecho un pacto con el diablo y en las noches se transforma.
El duende Con aspecto pequeño como infante, llora por las noches, asusta por los
caminos y está tras niños y niñas bonitas. Si les son indiferentes,
buscará la forma de hacerles picardías en venganza.
La viuda Mujer de dientes grandes que busca hombres borrachosos mujeriegos,
los araña, los muerde, se espanta con correazos de cuero.
La llorona Se le ahogó un hijo en el río y permaneció buscando su hijo, la oyen
llorar por las noches en su búsqueda.
El guando Espíritu caminante nocturno que asusta en las carreteras
Madre monte El espíritu de la montaña, si alguien afectaba a sus vecinos, ella hacía
caer pestes sobre sus animales y cultivos, también, puede desaparecer
gente en sus profundidades.
Tabla 3. Leyendas
A propósito del último personaje, contamos con una específica narración de una
habitante de la región que cuenta su experiencia cruzando el macizo colombiano rumbo a
El Tambo – Cauca en una misión religiosa. En el siguiente fragmento6 se menciona su
anecdótico encuentro con la madre monte como muestra de un relato de su tradición oral:
5 La información sobre las costumbres y saberes actuales se logró mediante un ejercicio experiencial como
perteneciente a la comunidad y reafirmado en un ejercicio etnográfico realizado desde el año 2010 hasta el
2018 junto a las memorias fotográficas ofrecidas por los campesinos. 6 Antonio el abuelo, Sebastián el oyente.
64
• Antonio: Pues allí, de plano en un toldo estaban toditos arredondiados
tibiándose, cuando se oyó una tracazón que bajaba como a alzarse ahí al
campamento, y, y no, no había sido nada, porque yo al otro día a yo me tocaba
madrugar a coger agua pa’ que hicieran tinto, y no habían ni señas, de que
quebrado. Eso se oía que que bajaba quebrando palos y como que se iba a
zampar al campamentico que habían templado y no había, pero nada, nada, ni
el monte talado. Hubiera sido algún animal, pues claro que se había oído todo
lo que quebraba, pero nada, apenas el ruido no más fue que… ya al otro día yo
me madrugué a coger el agua y les dije: “no, eso no ha sido ningún animal
porque no hay ni señas que haiga trillado monte pa’ todo lo que se oía que
quebraba”, y dijeron el finado miguel pavón dijo, “eso ha sido la madre de la
montaña queriéndonos jartar”. Y claro que eso tiene que haber sido.
• Sebastián: ¿Sí?
• Antonio: Si porque no ve que qué… hubiera sido un animal hubiera bajado algún
tigre, pero nada
En dicha conversación se reflejó además un enorme respeto ante dicha entidad
paranormal pues, toda ella, estaba manifiesta en cualquier ser de su entorno al ser la madre
de la naturaleza. La transcripción completa se encuentra en el apéndice (ver Anexo 2) en
dónde se puede apreciar la magnitud de los saberes implícitos en la oralidad del campesino.
Ahora bien, vamos a ver una serie de creencias que determinan las costumbres de los
campesinos en tanto que prácticas tradicionales que han dado respuesta a sus particulares
situaciones de la vida cotidiana.
MITOS
NOMBRE CREENCIA
Leche de herradura Para la anemia, se ponía la herradura al fuego hasta que
estuviera roja y luego se echaba a la leche para hacerla hervir
Ratón carbonizado
molido en alguna
bebida
Para los ascos, se asa, se muele y se mezcla en jugo,
chocolate, caldo
Huevo recién puesto Con el calor del huevo recién salido de la cloaca, se ponía
sobre los orzuelos para tratarlos
Guaco Dolor a una extremidad por agarrar algo que tuvo otro
inmediatamente antes y aún está tibio, como pasarse las
65
herramientas de trabajo. Hay que hacerse morder tres veces
de una mujer embarazada primeriza
Lata para el cabello hoja de plátano seca, se usa para hacer trenzas y que el cabello
crezca más rápido
Saludo al Caspe Saludar el árbol de Caspe para evitar ser enrronchado por él
“compadre caspe no me haga nada” y orinarlo
Picado de abeja Para aliviar el mal de fríos
Nido de “quinde” Utilizar el nido de colibrí para ponerlo en los testículos del
bebé para evitar que fueran prominentes
Orinar tizón Orinar palo carbón cuando está rojo y ardiente para dejar de
orinarse en la cama
Cargaleñas Gusano que su crisálida la cubría con astillas, se buscaba para
abrirlo con cuidado sin matar el gusano, se untaba de alcohol
la crisálida por dentro y se ponía en el ombligo del bebé para
que no fuera de ombligo brotado
Dejar agua al difunto Se deja agua en la que fue su habitación para calmar la sed
porque el alma está recogiendo sus pasos
Guacas Tesoros indígenas enterrados protegidos por espíritus
Tres pasos Ave que anuncia la muerte si canta de noche y si se posa sobre
algún tejado, se dice que alguno de allí dejará de existir
Brasas para fiebre Se sostenía el niño levantado sobre las brasas y se volteaba
por lado y lado para bajar su fiebre
Hortensias Tener una hortensia sembrada en el patio aleja las parejas
Ortiga Bañar para fríos
Brevas Bañar con sus hojas las embarazadas los últimos nueve días
del embarazo para tranquilizar y agilizar el parto
Perejil En exceso esteriliza la persona
Romero y helecho Su agua encrespaba el cabello
Verbena Juetiar a los niños rebeldes y el zumo para la cólera del
emborrachado
Leche de yegua negra Para la tosferina
Sangre de palomo
pichón
Para la anemia
Tabla 4. Mitos
66
5.3.3 Las propiedades medicinales de las plantas en la voz del
campesinado de San Agustín Huila
Las anteriores, han sido creencias transmitidas en la oralidad de los campesinos y han
determinado las costumbres y su actuar cotidiano ante sucesos de los que carecen de
información verídica. También, la tradición oral se constituye en un pilar para la
transmisión de conocimientos y en el escenario rural, la agricultura es tema central. Así,
algunos de los saberes transmitidos, específicamente sobre las plantas medicinales son los
siguientes:
PLANTAS MEDICINALES
Nombre Vulgar Nombre Científico PROPIEDAD
Ajenjo Artemisia absinthium Alivia el dolor de estómago
Hierbabuena Mentha spicata Se usa su emplaste en el ombligo para
sacar parásitos
Poleo Mentha pulegium Planta aromática para aliviar malestar
estomacal
Albahaca Ocimum basilicum Usado el zumo para dolor de oído
Sábila Aloe vera Batidos para refrescar el cuerpo y para la
fiebre frotarla en el cuerpo
Apio Apium graveolens Alivia el mal de estómago
Cola de caballo Equisetum arvense Alivia el dolor de cintura
Diente de león Taraxacum officinale Se tomaba para fortalecer los riñones
Eucalipto Eucaliptus Sahumerios para alejar los zancudos y
para el asma
Hierba mora Solanum nigrum Para bañar ulceras en la piel
Hinojo Foeniculum vulgare Se daba en la bebida para que bajara la
leche en el período de maternidad
Llantén Plantago major Zumo para beneficiar el hígado
Malva Malva Para bañar ulceras o heridas
Manzanilla Chamaemelum
nobile
Agua aromática pero no se da en el
embarazo pues es abortiva
Ruda Ruta Hojas tostadas con huevo reaniman una
persona que se siente con mal viento
(dolor de cabeza, vómito)
Sauco Sambucus Infusión para la tos
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Toronjil Melissa officinalis Su infusión calma los nervios, se da en
velorios
Paico, verdolaga y ajo Dysphania
ambrosioides,
Portulaca oleracea y
Allium sativum
En leche para purgarse
Borraja Borago officinalis Calmaba hemorragia nasal con emplastes
en la frente
Siempreviva Sempervivum
tectorum
Se soasaba en la brasa y se exprimía en el
oído para calmar dolor
Flores de rosa, caracucho,
violeta, sauco y
manzanilla
Rosa, Impatiens
balsamina, Sambucus
y Chamaemelum
nobile
Para resfriados
Naranja, cebolla Citrus sinensis y
Allium cepa
Con miel y mantequilla para la gripa
Tabla 5. Plantas medicinales
5.3.4 Saberes tradicionales sobre agricultura en la voz del campesinado
de San Agustín Huila
De igual forma, en torno a la agricultura se crean otros saberes esenciales, por ejemplo,
sobre los ciclos lunares, que corresponde a los tiempos en los que se debe podar o
trasplantar los planteles permitiendo una mayor productividad y crecimiento y, también,
sobre el uso de algunos árboles altos que, ayudan a diferenciar algunos terrenos de otros,
bien sea por tipo de cultivo o por dueños diferentes, actuando así, como linderos, por
ejemplo, las palmas rojas, platanales, bore, entre otras. Es así como, la oralidad se ha
constituido como piedra angular en la construcción de identidad de los campesinos de la
vereda El Tabor en San Agustín Huila, en tanto que ha garantizado la transmisión de
costumbres y saberes esenciales en su cotidianidad.
Por otro lado, parecen existir unos presuntos rasgos culturales que se han transmitido
quizá desde la tradición oral de generación en generación y tiene que ver con el uso de
herramientas para el trabajo agricultor y con los saberes agrícolas, por ejemplo, sobre las
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propiedades medicinales de las plantas, las propiedades de los suelos para el cultivo de
especies específicas, la relación del clima y la luna para con las cosechas y siembras, entre
otras.
Así también, se hallan contenidas en el relato referenciado con anterioridad sobre el
viaje a El Tambo (ver Anexo 2), evidencias de saberes correspondientes a la movilidad a
través de zonas montañosas y aprovechamiento de los recursos naturales para la
supervivencia. A continuación, algunos fragmentos7 que hablan por sí solos:
• A: Y ahí al otro día volvimos y salimos y seguir esa montaña, siga y siga, pero
menos a, a desviarnos del filo po’nde íbamos ni pa’ un lado ni pa’ otro.
• S: Ja, ¿Y cómo era el paisaje allá?
• A: Pues eso ya llegamos arriba, arriba, ya llegamos a un pedazo que se habían
volteado unos palos y era pura, puro como quemada la tierra,
• S: ¿Sí?
• A: Claro, tierra negra y, y, y una barbachita roja, pero, allí lo que había era ese
musgo, de uno que hay en los páramos
• S: ¿Y no era páramo por ahí?
• A: Ah, ah, todavía no.
• S: ¿O sea que les faltaba subir más?
• A: Claro eso nos tocó subir hasta… en una vez que llegamos como yo me tocaba
ir trochando y qué, qué iba a trochar si yo iba malo con un brazo, con un zancudo
que me había dentrado aquí en el izquierdo y se me había dado una irritada.
• S: ¿Un nunche?
• A: Si, señor… Teníamos que ir, seguir y seguir, llegamos a un chupallal que se
via como una mesita, que no había otro palo, sino puro esa chupalla de una
chupallita chiquita que es, no, no de esa orquetilla que florece no. Y llegamos
ahí y llegamos a un filo que no conseguíamos agua por ningún lado y de ahí
tocó, dijo el finado miguel pavón, dijo “pues lo que pasa es que toca pa’ prender
candela y hacer tintico que hagan tintico, todos a escarbar este palo” y eran dos
palonones pero iba a ver pura chanchuala, puro cope, era, pero forrao de pura
barbacha.
• S: Jum y ¿qué animales había?
• A: No, po’ahi no había nada, nada. Yo que iba de, que era el delantero, apenas
la mierda de los venados y capas camas que habían tenido así en helesechuzco.
Pero verlos no, palla no se conseguía ni un, no se via volar ni un pájaro nada,
• S: ¿Ni se oía?
7 A: Abuelo, S: Sebastián
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• A: Que iban a ver pájaros po’alla, sino había sino, cope.
• S: ¿Y árboles grandes no?
• A: No, de eso nada, pues se via grande el tamaño, así bajito, pero meterse uno
decir a cortar un palo, palla no, no hay nada de eso, puro copen nomás. Ya se
metieron y ya que no conseguimos agua ni, de ninguna clase, dijo al finado
miguel pavon, dijo “pues lo que pasa es que pa’ hacer tintico aquí batallar unos
a batallar a prender candela y otros a escarbar de esa barbacha y otro con una
vasija recibiendo.”
• S: ¿Y cómo prendía candela?
• A: Pues de algún modo, tenía que dar el modo de prender candela… Y así
hicieron tintico y ya cada uno tendió la capa y ya no seguimos más, ya se puso
muy oscuro, al otro día fue que ya cogimos fuerza otra vez y nos fuimos, y ya
vimos donde había sido, pues que las dantas, ya po’alla hay una palma que es
como una mata de platanilla, pero entonces larga la hoja como hoja de caña,
pero ancha…
• S: ¿Y esa planta se la comía la danta o qué?
• A: Pues no, de rara que po’ahi había habido palmicha y estaban las, los troncos
apenas, que se la había comido el oso
• S: ¿Sí?
• A: Claro, estaban los troncos apenas. ¡Ah… pero eso es mucho horrible!
En este viaje, tuvieron que hallar la forma de sobrevivir a las inclemencias de la madre
naturaleza y en ese tanto, se permitieron reconocer no sólo aquello que les podía servir,
sino también, aquello que debían evitar, por ejemplo, los animales referenciados como la
danta y el oso andino. Más adelante el abuelo reconocerá cómo su padre le había enseñado
a moverse por la región gracias a que su abuelo lo había llevado a la espalda cuando este
era pequeño y le contaba sobre los lugares.
Imagen 47: Anochecer en San Agustín, Sebastián Ome Hoyos, 2015.
70
También, de la fotografía 47, podemos reconstruir el siguiente escenario: “a las 5:00
am empezaba a palear – A veces se levantaba desde las 3:00 am, aprovechaba la luz de la
luna. No permanecía en la casa, tenía diversas actividades para realizar, si necesitaba
saber la hora, seguía la ruta del sol, para cortar palos, lo hacía en la mañana porque en
la tarde el líquido se subía y no servía. No compraba maíz, ni frijol, ni cebolla porque él
mismo realizaba el cultivo”8. Vemos entonces cómo en un pequeño relato confluyen una
variedad de saberes que no fueron adquiridos a través de la instrucción formal, sino que
hacen parte de la tradición oral.
Imagen 48: Labores del campo, Sebastián Ome Hoyos, 1999.
En ese sentido, podemos identificar cómo han convenido dos culturas en la utilización
de las tierras para la producción de su propio alimento y, específicamente, el maíz que
actualmente se cultiva y consume, ya era en la cultura precolombina un producto
indispensable en su producción y se evidencia en los restos carbonizados hallados durante
las exploraciones arqueológicas señaladas en el primer movimiento. También, el compartir
un mismo hábitat con otras especies como el jaguar, el oso andino, la danta, monos que se
referencian en las esculturas megalíticas y el respeto por los recursos naturales como el
agua, indispensable para la supervivencia.
8 Relato de memoria fotográfica, hija hablando sobre los quehaceres de su padre.
71
Imagen 49: Campesino tostando coca en olla de barro, Sebastián Ome Hoyos, 1997.
La disposición de cocinas improvisadas y el uso de ollas de barro para hacer chancuco,
se hacían sancochos, mazamorra con maíz partido en molino, se enfuertaba guarapo.
También se usó para tostar café y coca. Para ello, había que poner la olla a que se calentara,
luego se echaban las hojas de coca y se movían hasta que quedaran tostadas. Para mambear
se le aplicaba la piedra mineral mambe que se compraba al señor Timanejo (proveniente
de Timaná), un trozo pequeño y lo machacaba con una piedra, luego lo echaba a un tarrito,
a la boca y revuelta con las hojas de coca ya secas, produciendo en el cuerpo el efecto de
sentirse sin cansancio, sin hambre, sin frío.
Lo anterior, hace parte también de una costumbre que deviene en la tradición oral
asemejándose con la cultura ancestral desde la utilización de la cerámica y un fogón en el
suelo, hasta el mambeo de coca como analgésico natural.
Por otro lado, se reconoce también el cambio de lo cosmogónico a lo religioso, pero con
ligeros arraigos a las tradiciones ancestrales a propósito de creencias y costumbres como,
el uso de plantas medicinales en lugar de medicina moderna, el considerar los astros para
las prácticas agrícolas y la movilidad en la región. Así mismo, se halla semejanza en tanto
72
que culturas espirituales pues, si bien el pueblo ancestral nos permitió conocer la
importancia que le brindaban a las deidades con su necrópolis adornada, hoy se hallan
rituales fúnebres en que también se da importancia a los seres queridos y se les adorna las
tumbas propendiendo por un paso tranquilo de la vida terrenal a la celeste.
Hasta aquí, han podido reconocerse otras formas diferentes a la escritura y educación
formal en que se transmite el conocimiento y es la tradición oral. Este es, sin duda, uno de
los escenarios en que hay mayor confluencia de saberes y es cotidiano a todos los seres
humanos en contextos distintos.
Llegado a este punto, el lector ha convenido en tres movimientos, el primero al
reconocer las características culturales del pueblo precolombino, el segundo al reconocer
las características culturales actuales de los pobladores de la región habitada siglos atrás
por el primer pueblo, y un tercer movimiento en el que los dos primeros convergen para
evidenciar cómo en la tradición oral han devenido algunos saberes que pudieran ser
compartidos por ambas culturas.
En consecuencia, se halla listo ya para realizar el último movimiento en este recorrido
y es, reconocer el papel que culturalmente ha tenido la tradición oral en la construcción de
la identidad, específicamente en el estudio de caso que se ha venido detallando con
templanza, la de los campesinos de la vereda El Tabor en San Agustín.
73
6. CAPÍTULO 6
EL PAPEL DE LA TRADICIÓN ORAL EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA
IDENTIDAD DE LOS CAMPESINOS DE LA VEREDA EL TABOR DE SAN
AGUSTÍN – HUILA, COLOMBIA
Hemos conseguido llegar al último momento de la investigación, permitiéndonos
responder al objetivo principal, esto es, identificar el papel de la tradición oral en la
apropiación de pautas culturales precolombinas para la construcción de la identidad de los
campesinos de la vereda El Tabor de San Agustín Huila.
6.1 Lenguaje y cultura
El lenguaje se ha constituido a lo largo de la historia como piedra angular que cimienta
las bases de cada cultura. Gracias al lenguaje se crean vínculos, conexiones entre los
miembros de una cultura dando lugar a un conjunto de conocimientos compartidos por los
integrantes de la comunidad que haga uso de ellos.
De acuerdo con la investigación lograda en este caminar etnográfico, reconocimos la
diversidad de lenguaje presente en las culturas, desde el escrito, pasando por expresiones
artísticas hasta la oralidad, siendo todas verídicas en tanto que afluentes de la racionalidad.
Así, dirá Ramírez:
“Por consecuencia, en una cultura encontramos un conjunto de formas y modos de
pensar que están intrínsecamente vinculados a una lengua, porque el lenguaje no es
solamente un instrumento de comunicación, sino, sobre todo, la expresión de una
manera de concebir el mundo.” (Ramírez, 2012, Pág. 130)
En consecuencia, es a partir de las diferentes expresiones del lenguaje como llegamos a
considerar y conocer las manifestaciones culturales de una comunidad al no ver el lenguaje
sólo como un medio que permite la comunicación, sino como un manifiesto vivo de
cosmovisiones y formas de relación con el entorno, dando lugar a la conformación de una
cultura y posteriormente de una apropiación para la construcción de la identidad.
74
Cultura e identidad son dos términos esenciales para la comprensión del mundo
contemporáneo. Sin embargo, está presente siempre una problemática y es el hecho de que
tienden a ser confundidas como sinónimos intercambiables. Así pues, es necesario
preguntarse ¿Cuál sería la diferencia entre las nociones cultura e identidad?
En primer lugar, dentro de una sociedad nadie elige sus primeras costumbres pues las
van aprendiendo estructuralmente. Cada ser es moldeado con relación a su cultura. Cada
uno de nosotros escoge con qué grupo se siente identificado y este será el que más
sentimientos y significaciones nos anime.
Ahora bien, según Grimson (2010) hay quienes dicen que la identidad deriva de la
cultura, es el caso del culturalismo clásico que dice que en el mundo hay diversidad de
culturas homogenizadas y con una identidad propia. Entonces, existen tres constituyentes
de la noción de identidad: los atributos sociales considerados como un sentido de
pertenencia con relación a una clase social. Las relaciones entre personas vistas como una
conectividad interna de grupos y el sentido de pertenencia.
La identidad será entonces considerada como la clasificación de grupos sociales y los
sentimientos de pertenencia de un determinado colectivo. Así, la sociedad tiene una caja
de herramientas identitaria, un conjunto de clasificaciones disponibles con las cuales sus
miembros pueden identificarse a sí mismos e identificar a los otros. Luego, la cultura la
cual se enmarca en tres constituyentes: la heterogeneidad, la conflictividad y la
historicidad. Los rasgos culturales no son homogéneos en cada grupo y contrastantes con
el grupo vecino. Las culturas no son sumatorias diferentes de rasgos; son combinatorias
distintas de elementos que adquieren significación en la trama relacional.
6.2 La tradición oral y la construcción de la identidad de los campesinos de la
vereda el tabor de San Agustín Huila
En ese orden de ideas, nos situamos en la región de San Agustín Huila y, reconocemos
en sus pobladores la importancia que se ha permitido el lenguaje como componente
esencial en la representación de realidades, elemento que se halla plasmado en la riqueza
75
de su tradición oral. Ésta última, facilita el intercambio y la conservación de los saberes,
puesto que sustentan parte importante de la cultura milenaria de los indígenas. La oralidad
así definida es la base de la representación de la realidad cultural de los pueblos.
Las fuentes orales ayudan a descubrir lo que no se contó nunca, aunque se haya
intentado escribir una y otra vez, y por ello son desmitificadoras, porque a pesar de la
escenificación de cualquier diálogo, el testimonio oral es real, realista, apegado al dato
cotidiano y al propio mundo personal.
En consecuencia, esta forma de expresión del lenguaje se constituye como un actor
fundamental en la construcción de la identidad de los campesinos de la vereda El Tabor de
San Agustín, en tanto que les permite evidenciar su cotidianidad, los vínculos entre los
miembros de la comunidad y las formas de reconocer su entorno. Luego, para permitirse
la construcción de una identidad sólida, es esencial el reconocimiento de la diferencia en
la que se logra definir qué pautas culturales y costumbres les son propias y cuáles
corresponden a otras culturas.
6.2.1 El reconocimiento de la diferencia
América latina ha logrado incluir dentro de sus políticas de estado el reconocimiento de
la diversidad como constituyente de sus estructuras sociales, sin embargo, las normas
parecen distar de la realidad pues, en efecto, en muchos países siguen sobresaliendo
relaciones de dominación e inferioridad. Constantemente se gestan contradicciones entre
las identidades étnicas y la identidad nacional al considerarse estas últimas como legítimas,
eliminando el patrimonio cultural, es decir, parecen existir en sí mismas sólo a
consecuencia de la negación de lo otro. Así, cuando alguien se reconoce dentro de una
cultura, acepta el complejo nudo de interdependencias que lo ubican socialmente, así como
las propias reglas morales acerca de las conductas correctas o incorrectas, a través de las
cuales es juzgado.
76
Al pensar en la diversidad cultural, no se puede desconocer el principio de la diferencia
que concretamente refiere a la igualdad básica de todos los humanos y las libertades
políticas. Esta diferencia, parece oponerse y contradecir el sentido universal inherente a la
ética. Sin embargo, en ética o cuestiones culturales hay que entender que no todo vale igual.
Existen unos valores éticos universales, y existen a su vez, unos valores culturales que
merecen ser conservados porque valen por sí mismos. En ese orden de ideas, se entiende
que las diferencias han de ser salvadas y defendidas de intromisiones y alienaciones,
buscando al mismo tiempo la preservación de los contenidos básicos de la justicia y la
dignidad. Así, las discriminaciones, las opresiones, marginaciones, torturas históricamente
denunciadas no deben reproducirse.
6.2.2 Apropiación de pautas culturales
En algunos casos, la esencia de cada cultura se mantiene aun cuando está entrelazada
con otra. Sin embargo, en ocasiones tiende a degenerarse el sentido mismo de la cultura.
Esto será conocido según Canclini (1989) como las culturas híbridas, sobre las que será
necesario preguntarse acerca de su importancia en la construcción de sociedades en la
actualidad.
En primer lugar, se reconoce cómo hemos pasado de sociedades dispersas en miles de
comunidades campesinas con culturas tradicionales, locales y homogéneas, en algunas
regiones con fuertes raíces indígenas poco comunicadas con el resto de cada nación, a una
trama mayoritariamente urbanizada, donde se dispone de una oferta simbólica heterogénea,
renovada por una constante interacción de lo local con redes nacionales y transnacionales
de comunicación.
En ese orden de ideas, se intenta resignificar lo histórico con lo moderno y de igual
manera lo moderno con lo moderno. Así, por ejemplo, vemos cómo en el estudio de caso
de los habitantes de San Agustín, Huila - Colombia, los ciudadanos se valen de los vestigios
arqueológicos para dar una resignificación de lo simbólico aproximándolo a las lógicas de
77
la globalización, en donde no se haya sentido a la reflexión cultural del arte por el arte, sino
el arte por la mercancía.
Del mismo modo, vemos cómo se puede también perder el sentido histórico cuando se
tergiversa la noción de arte (podríamos observar cómo una escultura, pierde enteramente
su valor histórico al ser rayara con grafitis). No obstante, la comunidad ha logrado hacer
del legado arqueológico un componente esencial de sus expresiones culturales
apropiándose de la imagen de capital arqueológica y centro de investigación para
arqueólogos y antropólogos, así como de las costumbres señaladas en el capítulo anterior,
por ejemplo, de cultivos ancestrales como el maíz y el aprovechamiento de los astros y
recursos naturales para sus vicisitudes diarias.
6.2.3 Determinación de costumbres
Ahora bien, A través de los años se ha venido presentando una problemática altamente
considerable entre los colombianos en relación con el conocimiento mismo sobre sus raíces
y lo que con ella ha venido sucediendo desde sus apogeos. Esta grave falencia se debe a la
ausencia del relato que ha generado un vacío histórico en la conciencia de la mayoría de
las comunidades dando como resultado un país inconsciente de su pasado.
Según Barbero (2001) en Colombia se legitima la exclusión de las minorías, por falta
de inteligencia y propiedad. Quienes podemos mostrar una verdadera cotidianidad del país
somos invisibilizados y, eso hace que se fragmente el territorio. Con la globalización se ha
afectado mucho más, pues los colombianos han visto como única oportunidad de
supervivencia, el ingreso al mercado global transformando el lugar de la cultura en la
sociedad anteponiendo lo externo ante las costumbres regionales.
Ello significa que para reconocernos necesitamos contar nuestro relato, pues no existe
identidad sin narración ya que ésta no es sólo expresiva sino constitutiva de lo que somos.
Así mismo el hecho de que seamos escuchados, reconocidos, tenidos en cuenta, depende
de la veracidad de los relatos que contamos.
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En ese sentido, considero esencial ofrecer a los pobladores de San Agustín, conocer el
resultado de esta investigación de modo que por ellos mismos se permitan la construcción
de un propio relato en el que fundamenten las bases de su identidad desde una perspectiva
cultural argumentada, identificando quiénes son, qué los caracteriza y qué los diferencia
de los demás, a partir del autorreconocimiento y el de los pueblos ancestrales. Invito
entonces al lector a culminar este proceso en el siguiente apartado que versa sobre el
retorno del conocimiento a los pobladores de la región.
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7. CAPÍTULO 7
RESULTADOS PARA LA REGIÓN
7.1 Retorno del conocimiento
Todos los humanos compartimos un rasgo común y es la necesidad de hallar nuestras
raíces dando sentido a nuestro proceso evolutivo como parte de nuestra identidad y
autodefinición. En la época actual inmersa en la globalización, nos encontramos en una
constante red de interculturalidad en donde es posible encontrar muchos otros, siendo más
factible la diferenciación y por tanto de mi construcción como sujeto. Sin embargo, se
presenta también una dificultad y es el hecho de que se empiezan a tener visiones del
mundo diferentes a las propias, es decir, se llega a conocer más el “mundo exterior” que
aquel en el que estamos inmersos.
Es así como el hecho de definirse se vuelve una necesidad. Según Ana Portal (2009) la
globalización ha puesto en escena la intercomunicación trastocando la identidad, la cultura
y la ciudadanía. Así, antes la interculturalidad se daba dentro de la sociedad y ahora se da
dentro de cada sujeto gracias a las nuevas tecnologías. Esto ha hecho que las fronteras sean
frágiles e imprecisas, se ha creado una tendencia a los procesos de exclusión y racismo, en
donde el otro se convierte en un enemigo potencial.
Debe entonces observarse la alteridad y la identidad en un mismo marco, en donde la
primera se considere como el “quien no soy” y la segunda como el “quién soy”. Así pues,
se vuelve necesario el reconocimiento de un “otro”, pues mientras más fuertes las
diferencias más consolidada será las fronteras, y, por tanto, la construcción de un yo, una
identidad.
En ese orden de ideas, me permito llevar la investigación a un ejercicio didáctico, la
creación de un curso virtual que pueda servir como herramienta en el escenario educativo
al regresar el conocimiento a los pobladores a modo de reflexión. Esto, al considerar que
son ellos los personajes principales en este entramado narrativo y, no estaría completo el
80
propósito de la investigación si no se retorna a ellos un material que sea de utilidad para
resolver por ellos mismos la problemática planteada a propósito de la apropiación cultural.
El curso virtual recogerá los aspectos esenciales de los tres movimientos: el primero
que caracteriza culturalmente el pueblo ancestral de San Agustín desde las aproximaciones
arqueológicas existentes, el segundo que caracteriza las expresiones culturales actuales de
los pobladores desde una aproximación etnográfica y el último que evidencia en un punto
de convergencia, las diferencias y caracteres apropiados para la construcción de una
identidad.
No obstante, agradezco al lector el hecho de que se haya permitido llegar hasta esta
última instancia esperando se haya permitido en él, una reflexión a propósito del
patrimonio cultural con que cuenta y la importancia que la tradición oral le advierte al
visibilizar dichos elementos de su cultura como colombiano.
7.2 Curso virtual “El papel de la tradición oral en la construcción de identidad
de los campesinos de San Agustín” (ver Anexo 3)
Descripción
El curso propuesto se presenta como una temática de corte humanista en perspectiva
antropológica, correspondiendo a las formas de construcción de identidad de los
campesinos de San Agustín Huila, Colombia a partir de escenarios de oralidad. En ese
orden de ideas, es necesario reconocer los elementos culturales que directa o
indirectamente han sido apropiados por los pobladores de la región en la perpetuación de
sus tradiciones orales. El curso pretende exigir de quien acceda a este, la suposición de una
postura crítica frente a la importancia de la tradición oral en los procesos de construcción
de identidad partiendo del ejemplo de los campesinos y que trasciende a casi cualquier
escenario de nuestra cotidianidad. Puedes encontrar el curso en la red académica Eduteka:
http://eduteka.icesi.edu.co/proyectos.php/2/39575
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Instructivo para desarrollar el curso virtual
1. Descargar el archivo comprimido
2. Extraer el archivo
3. En la carpeta que se extrae, buscar el archivo denominado INDEX y abrirlo
4. Desarrollar el curso virtual
IMPORTANTE: No borrar ningún archivo de la carpeta
Puedes descargar directamente el curso virtual en el siguiente enlace:
https://drive.google.com/file/d/1sQkHYbL7YepGH3r9_4sAoEuHRCzBxg8P/
view
Imagen 50: descarga del curso virtual, Sebastián Ome Hoyos, 2018.
Imagen 51: módulos del curso virtual, Sebastián Ome Hoyos, 2018.
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Imagen 52: infografía de navegación por el curso virtual, Sebastián Ome Hoyos, 2018.
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Objetivos del curso
Objetivo general:
• Reconocer la importancia de la tradición oral en la apropiación de presuntos rasgos
culturales precolombinos para la construcción de identidad de los campesinos de
San Agustín
Específicos:
• Identificar las características culturales actuales de los campesinos de San Agustín
y las características culturales de los pueblos precolombinos desde los aportes en
antropología
• Analizar si los campesinos de San Agustín se han apropiación o no de presuntos
rasgos culturales de las culturas precolombinas
• Genera una postura crítica frente a la importancia de la tradición oral en la
construcción de identidad
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CONCLUSIONES
Llegado a este punto, se reconoce que dentro de una sociedad nadie elige sus primeras
costumbres, simplemente las van aprendiendo estructuralmente; así, es posible crecer en
sociedades racistas, desiguales, o bien, en sociedades totalmente igualitarias. Cada ser es
forjado con relación a su cultura, o las culturas con las que esté en contacto. Luego, está en
nuestra naturaleza de seres humanos, sentirnos pertenecientes a unos ciertos colectivos.
Cada uno de nosotros escoge con qué grupo se siente identificado y este será el que más
sentimientos y significaciones nos despierte.
Así pues, nos permitimos lograr una distinción, en la que cultura, refiere a las prácticas,
creencias y significados rutinarios, mientras que la identidad hará referencia a los
sentimientos de pertenencia de cada uno de nosotros a un determinado colectivo. Ahora,
sin otro no hay identidad, no hay diferenciación ni distinción. El otro es un constructo
significativo desde el cual se evidencian referentes ideológicos frente al yo y al nosotros.
Ahora bien, en consideración a los temas tratados sobre la identidad y la conversación
como espacio que permite construir conocimientos, se reconoce también la vital
importancia de la tradición oral en los procesos de construcción identitarios culturales de
los campesinos de la vereda El Tabor de San Agustín, pues bien es sabido que, aunque la
oralidad y la escritura son formas de expresiones distintas, ambas derivan de la
racionalidad, por tanto, son fieles testimonios del pensamiento.
Al ver las estatuas de San Agustín se puede comprender que se hacen referencias a dos
órdenes de ideas distintas en las esculturas megalíticas. Unas, de facciones regulares y
humanas, representando personajes reales de la época con trajes y armas. Las otras, de
facciones antropozoomorfas, representan las divinidades y tal vez también los chamanes
poseedores de la sapiencia medicinal. Así también, esculturas en las que se evidencia un
auge religioso por el perfeccionamiento de las tumbas, elaboración de sarcófagos y
85
representación de figuras humanas y antropozoomorfas referenciados a cultos hacia las
fuerzas naturales.
En contraste, se han considerado estos aspectos culturales ancestrales junto a la
cerámica, el utillaje, la forma y material de las esculturas y la construcción, con el único
propósito de tratar de encontrar relaciones que se produjeron entre el pueblo escultor y la
cultura más próxima en la actualidad, la de los pobladores de San Agustín Huila-Colombia.
En el proceso, se denota la fragmentación histórica fruto de la colonización a la que
devienen fiestas populares del cristianismo y nuevas formas de expresión cultural,
transgrediendo el carácter cosmogónico hacia la religión.
Esto no quiere decir que dichas festividades hayan permanecido invariables, pues los
gobiernos han desarrollado políticas culturales que han transformado dichas fiestas
tradicionales, con sus particularidades culturales locales como expresión de la diversidad
cultural, al mismo tiempo que dichas tradiciones se reducen a productos turísticos que se
venden como entretenimiento.
Luego, afirmar que los pobladores de la región en mención han apropiado dentro de su
identidad rasgos culturales específicos del pueblo escultor precolombino que alguna vez
habitó sus mismos terrenos es aún arriesgado, pues, se requiere continuar el ejercicio
investigativo para determinar los presuntos contrastes entre culturas de los que me permito
una ligera sospecha. No obstante, es posible reconocer en sus tradiciones orales actuales
que algunas de sus costumbres y pautas culturales se asemejan a las que posiblemente
tuvieron alguna vez los pueblos prehispánicos y que se han logrado reconocer a partir de
interpretaciones arqueológicas.
Algunas de las pautas culturales en las que convergen las culturas tienen que ver con
las casas de habitación, pues las de los pobladores precolombinos se asemejan a las casas
habitación de los pobladores campesinos de la región de San Agustín Huila, de acuerdo
con el modo en que se encontraban dispuestos los fogones y alrededor suyo se pieles para
86
descansar, así como los materiales de construcción (En la actualidad se aprecia en ranchos
improvisados cuando se sube a las cumbres de las montañas, ver imagen 48). Así mismo,
las cercanías de las casas fueron posiblemente entre grupos familiares tal y como sucede
hoy en día.
Aunque en términos geográficos el territorio se caracteriza por su gran riqueza en la
productividad agrícola, la economía no fue el eje central del sistema social de los
pobladores precolombinos, sin embargo, si se constituyeron desde un sistema de gobierno
fuerte con gran poder e influencia religiosa sobre otras comunidades, pues al ser un
territorio destinado a los ritos funerarios, otros pueblos acudían al lugar para enterrar los
despojos de sus altos mandos. El San Agustín actual, es también un centro de encuentro en
el que llegan desde todas partes del mundo con pretensiones turísticas e investigativas a
conocer los vestigios arqueológicos. Los ritos funerarios continúan existiendo, aunque con
perspectivas distintas y la naturaleza sigue siendo la principal fuente de riqueza para la
subsistencia.
No obstante, la falta de formación en la región a propósito de cultura e identidad es la
causa de la ausencia en la responsabilidad cultural de los pobladores para preservar y
generar reflexión sobre la magnitud de la importancia de los vestigios arqueológicos frente
al reconocimiento de los conflictos sociales y la herencia cultural del territorio. Ante dicha
ausencia, los entendimientos culturales de los campesinos son diversos y tergiversados
suprimiendo la verdadera importancia, por afirmaciones tales como “son un montón de
rocas” sin permitirse identificar la razón de ser de la construcción de los montículos.
Es por esto que, debe permitirse la construcción de un relato regional que dé lugar a la
cimentación de una identidad que reconozca la relación entre culturas y para ello, se
fundamenta el proceso en la tradición oral que, a diferencia de lo que ocurre con el código
escrito, no requiere de un aprendizaje formal. Se aprende a hablar como parte del proceso
de socialización y, cada nuevo relato será una composición separada en que la tradición se
renueva, agregando elementos apropiados al contexto donde se relata.
87
En suma, esta investigación ofrece al área de las humanidades aportes específicos en la
perspectiva antropológica al evidenciar la necesidad de construcción de un relato que
permita la apropiación de las pautas culturales a partir de ejercicios de alteridad y
reconocimiento de la diferencia como aspecto fundante en la diversidad. En consecuencia,
sugiere aportes importantes al área de la lengua castellana en nuestro país, en tanto que
permite el reconocimiento de la tradición oral no sólo como un medio que permite aflorar
tradiciones, sino como medio de transmisión de conocimientos al igual que la lengua
escrita, pues ambas tiran de la racionalidad mostrando las formas de concebir el mundo.
En ese sentido, se halla una intrínseca relación entre ambos componentes al ser la
tradición oral la piedra angular en la construcción de las narrativas que abren paso a la
construcción de identidad y correspondencia a una cultura. No obstante, para llevar a cabo
tal ejercicio se requiere también sumergirse en el escenario pedagógico didáctico, de modo
que se propenda por subsanar la falta de formación en la región a propósito de cultura e
identidad, despejando la nube de ignorancia que conlleva al problema de la apropiación
cultural.
88
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
✓ Alcaldía de San Agustín-Huila. (2016). Reseña histórica. En: Nuestro Municipio.
Tomado de: http://www.sanagustin-
huila.gov.co/informacion_general.shtml#historia
✓ Blumer. (1966). Implicaciones sociológicas del trabajo de G. H. Mead. En:
American Journal of sociology, 535-544.
✓ Bosch, Palou. (2005). ¿Qué entendemos por lengua oral? En: La lengua oral en la
escuela, Editorial Grao, Barcelona.
✓ Duque, Luis. (1971). Reseña Arqueológica de San Agustín. Librería Voluntad,
Bogotá Colombia.
✓ Dolmatoff, Gerardo (1979). Colombia indígena, periodo prehispánico. En: Manual
de Historia de Colombia, Colcultura, Vol. 1, Bogotá.
✓ García Canclini, Néstor (1989). Culturas híbridas, poderes oblicuos. En: Culturas
híbridas: Estrategias para entrar y salir de la modernidad. Editorial Grijalbo,
México.
✓ Goetz, J.P. y LeCompte, M. D. (1988). Estrategias de recogida de datos.
Etnografía y diseño cualitativo en Investigación educativa. Ed Morata S.S, Madrid.
Pag. 124 a 171.
✓ Gómez, Nieves. (2002). Los géneros de la literatura de tradición oral: Algunas
proyecciones didácticas. Universidad de Coruña.
✓ Grimson, Alejandro. (2010). Culture and Identity: two different notions. In: Social
Identities, vol. 16, nº 1, January, pp. 63-79
✓ Hernández de Alba, Gregorio. (1979). La cultura arqueológica de san Agustín.
Carlos Valencia Editores, Bogotá
✓ Hernando, Almudena. (1992). Enfoques teóricos en arqueología. SPAL, 1, 11-35
✓ Hymes, D. H. (1993). ¿Qué es la etnografía? En: Lectura de antropología para
educadores (pág. 177-191). Madrid: Trotta.
89
✓ Llanos, Héctor. (1988). Algunas consideraciones sobre la cultura de San Agustín:
un proceso histórico milenario en el sur del Alto Magdalena de Colombia. En:
Boletín Museo del Oro, Núm. 22, Bogotá.
✓ Llanos, Héctor (2007). En el nombre del Padre, del Hijo y el Espíritu Santo.
Adoctrinamiento de indígenas y religiosidades populares en el Nuevo Reino de
Granada (Siglos XVI-XVIII). Universidad Nacional de Colombia. Unibiblos, 267
p. Bogotá
✓ López Mazz, José. (2008). La influencia del estructuralismo en la arqueología
sudamericana, Biblioteca Nacional, Montevideo.
✓ Martín Barbero, Jesús. (2001). Colombia: Ausencia de Relato y Desubicaciones de
lo Nacional. Conferencia inaugural de la Cátedra de políticas culturales del
Ministerio de Cultura.
✓ Porlan, R. y Martin, J. (1993). El diario del profesor, un recurso para la
investigación en el aula. Diada Editores.
✓ Portal, María Ana. (2009). Ciudadanía, alteridad e interculturalidad. En: Pensar lo
contemporáneo: de la cultura situada a la convergencia tecnológica. Págs. 17-27.
Editorial Anthropos en colaboración con la UAM-Iztapalapa de México.
Barcelona.
✓ Repizo, Carlos. (1981). San Agustín, municipio huilense: Visión panorámica,
orográfica, hidrografía. Artículo del boletín de la sociedad Geográfica de
Colombia, N° 115, Vol. 35.
✓ Rojas, Yolanda. (2010). Conversación, construcción colectiva de conocimientos y
producción textual. Trabajo de investigación para optar el título de Magister en
Educación, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.
90
APÉNDICE
Anexo 1 – Formato de diario de campo
91
Anexo 2 – Transcripción de entrevista no estandarizada
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN
Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Humanidades y Lengua
Castellana
Perspectivas metodológicas de investigación en educación
Sebastián Ome 20122160079
TRANSCRIPCIÓN DE ENTREVISTA NO ESTANDARIZADA
TEMA Viaje desde San Agunstín Huila hasta “Tambo robado” (se
especula que es la región de El Tambo en Cauca a razón de
las descripciones dadas de las condiciones geográficas). Para
entonces tenía una edad que oscilaba entre 20 y 23 años
ENTREVISTADO Antonio Hoyos Anacona, año 2015 a sus 84 años.
CONVENCIONES A: Antonio (Abuelo)
S: Sebastián (Nieto)
Duración: 30 min
TRANSCRIPCIÓN CONVERSACIÓN CATEGORÍA
• A: Y en esa vez, pues, mi papá… todos teníamos que
comprar una capa de hoja de… de esas que hacen de
hoja de palmiche.
• S: ¿Una capa?
• A: Capa, sí
• S: ¿Para qué? y ¿pa’ qué se usaba?
• A: Pa´ cobijarse uno con eso
• S: Ah…
• A: Y echarse encima eso, uno se cargaba el equipo que
le tocaba a la espalda.
• S: ¿y cómo era ese equipo? ¿qué tenía?
• A: Y pues y yo llevaba, unos llevaban de una clase otros
de otra. Llevaban hasta ma, llevaban unos, llevaban
maíz molido, otros yo qué sé.
• S: ¿machete, todo eso?
Referencias
hacía lo
sobrenatural
Referencias a
lo ancestral
Conocimientos
transmitidos
en la oralidad
92
• A: Sí, yo no llevaba sino la, el revuelto, 15 libras de
gordana de res… pero pues uno se echaba, el morral a
la espalda y ahí sí, cobijarse con esa capa y como pues
eso ni por mucho que lloviera sí le atajaba agua.
• S: ¿Sí?
• A: Claro… sólo que ya quedara la pura lica, lo que es
de adentro de hecho de cabuya.
• S: Ah… ¿y entonces?
• A: Pues entonces ya fuimos, la primer quedara arriiiiba
arriba
• S: Y ¿por qué empezó el viaje? ¿quién les dijo que
fueran allá y a qué?
• A: Pues el padre Manrique era que había obligado a mi
papá que fuera él como pa’, pa’ que le trajera la razón
y se había conseguido un maestro de Pitalito, se
llamaba pedro, pedro castro, pero el se ha muerto
seguro porque quién... y el no alcanzó a ir sino hasta la
primera quedada que hicimos, y ya que nos quería
sorber la montaña ya, dijo, yo de aquí me vuelvo yo más
pa’ arriba no voy, y nosotros si seguimos hasta un palo
de higuerón que encontramos al lado, al lado, al lau
derecho.
• S: Ujum, Y ¿cómo fue la primera quedada entonces?
• A: Pues allí, de plano en un toldo estaban toditos
arredondiados tibiándose, cuando se oyó una tracazón
que bajaba como a alzarse ahí al campamento, y, y no,
no había sido nada, porque yo al otro día a yo me
tocaba madrugar a coger agua pa’ que hicieran tinto,
y no habían ni señas, de que quebrado. Eso se oía que
que bajaba quebrando palos y como que se iba a
zampar al campamentico que habían templado y no
había, pero nada, nada, ni el monte talado. Hubiera
sido algún animal, pues claro que se había oído todo lo
que quebraba, pero nada, apenas el ruido no más fue
que… ya al otro día yo me madrugué a coger el agua y
les dije: “no, eso no ha sido ningún animal porque no
hay ni señas que haiga trillado monte pa’ todo lo que
se oía que quebraba”, y dijeron el finado miguel pavón
dijo, “eso ha sido la madre de la montaña queriéndonos
jartar”. Y claro que eso tiene que haber sido.
• S: ¿Sí?
• A: Si porque no ve que qué… hubiera sido un animal
hubiera bajado algún tigre, pero nada
93
• S: ¿y cómo habían hecho el campamento? ¿cómo era
que lo hacían?
• A: Pues, un toldito chiquito que habían llevado
• S: ¿De tela o lo hacían con hojas?
• A: Templado con, con… con manilas. Y yo les, y ya al
otro día que ya no vide ningún quebrado de palos de lo
que se oía que quebraba ese fantasma les dije, “no
po’aquí no hay nada que haiga bajado algún animal”,
y ya les traje al agua y dijo ese maestro, ese don pedro
que era de Pitalito, les dije, “eso ha sido algotra
tentación, porque no hay ni monte, ni monte trillado que
se hubiera, que onde, así como se oía…” y claro, al otro
día nos fuimos, seguimos… mi papá decía que, que
po’ahí en todo el filo había una laguna. Y yo le dije
papá, le dije pues busté tiene que, si pasamos por ahí,
por la laguna…
• S: ¿O sea que ya estaban bien en la selva?
• A: Claro… y no, y no, no entramos a...
• S: ¿A la laguna?
• A: Allá lo que había era un flautal que, pura flauta
gruesa y de pura guauda, ¡jah! … eso sí, lo que era
flauta sí había y eso trajeron guancos unos caucanos
que iban también
• S: ¿Indígenas?
• A: De guaudas, de flauta jecha de la que se via que ya
servía pa’ hacer flautas
• S: Ah… ¿Y qué pasó en la laguna?
• A: No, no llegamos allá a la laguna. Pasamos polotro
lado seguramente, y yo le decía a papá que, que me
enseñara a llegar a esa laguna pa’ ver qué clase de
agua corría pa’ algún lado y no. Y ahí seguimos y
seguimos po’esa montaña arriba y ya se nos anochecía,
se anocheció ya a las cinco y llueva carajo, era que
llovía que traquiaba. Y entonces pa’ prender candela
fue abriendo la capa yo y el finado miguel pavón al pie
de un higuerón y po’alla se me quedó; la tijera, una
barbera que llevaba pa’ el hacer las pelucas
• S: ¿Qué pelucas?
• A: Pues pa’ peluquiar alguna persona que quisiera
• S: Ah, ah ya
94
• A: Y ahí al otro día volvimos y salimos y seguir esa
montaña, siga y siga, pero menos a, a desviarnos del
filo po’nde íbamos ni pa’ un lado ni pa’ otro.
• S: Ja, ¿Y cómo era el paisaje allá?
• A: Pues eso ya llegamos arriba, arriba, ya llegamos a
un pedazo que se habían volteado unos palos y era
pura, puro como quemada la tierra,
• S: ¿Sí?
• A: Claro, tierra negra y, y, y una barbachita roja, pero,
allí lo que había era ese musgo, de uno que hay en los
páramos
• S: ¿Y no era paramo por ahí?
• A: Ah, ah, todavía no.
• S: ¿O sea que les faltaba subir más?
• A: Claro eso nos tocó subir hasta… en una vez que
llegamos como yo me tocaba ir trochando y qué, qué
iba a trochar si yo iba malo con un brazo, con un
zancudo que me había dentrado aquí en el izquierdo y
se me había dado una irritada.
• S: ¿Un nunche?
• A: Si, señor… Teníamos que ir, seguir y seguir,
llegamos a un chupallal que se via como una mesita,
que no había otro palo, sino puro esa chupalla de una
chupallita chiquita que es, no, no de esa orquetilla que
florece no. Y llegamos ahí y llegamos a un filo que no
conseguíamos agua por ningún lado y de ahí tocó, dijo
el finado miguel pavón, dijo “pues lo que pasa es que
toca pa’ prender candela y hacer tintico que hagan
tintico, todos a escarbar este palo” y eran dos
palonones pero iba a ver pura chanchuala, puro cope,
era, pero forrao de pura barbacha.
• S: Jum y ¿qué animales había?
• A: No, po’ahi no había nada, nada. Yo que iba de, que
era el delantero, apenas la mierda de los venados y
capas camas que habían tenido así en helesechuzco.
Pero verlos no, palla no se conseguía ni un, no se via
volar ni un pájaro nada,
• S: ¿Ni se oía?
• A: Que iban a ver pájaros po’alla, sino había sino,
cope.
• S: ¿Y árboles grandes no?
95
• A: No, de eso nada, pues se via grande el tamaño, así
bajito, pero meterse uno decir a cortar un palo, palla
no, no hay nada de eso, puro copen nomás. Ya se
metieron y ya que no conseguimos agua ni, de ninguna
clase, dijo al finado miguel pavo, dijo “pues lo que pasa
es que pa’ hacer tintico aquí batallar unos a batallar a
prender candela y otros a escarbar de esa barbacha y
otro con una vasija recibiendo.”
• S: ¿Y cómo prendía candela?
• A: Pues de algún modo, tenía que dar el modo de
prender candela… Y así hicieron tintico y ya cada uno
tendió la capa y ya no seguimos más, ya se puso muy
oscuro, al otro día fue que ya cogimos fuerza otra vez y
nos fuimos, y ya vimos donde había sido, pues que las
dantas, ya po’alla hay una palma que es como una mata
de platanilla, pero entonces larga la hoja como hoja de
caña, pero ancha…
• S: ¿Y esa planta se la comía la danta o qué?
• A: Pues no, de rara que po’ahi había habido palmicha
y estaban las, los troncos apenas, que se la había
comido el oso
• S: ¿Sí?
• A: Claro, estaban los troncos apenas. ¡Ah… pero eso
es mucho horrible!
• S: ¿Por qué?
• A: Pues pa’ coger uno por una montaña sin saber pa’
donde va…
• S: Claro… y ¿luego qué pasó?
• A: Y nos fuimos y nos fuimos y, de ahí palla ya
encontramos pura sobretala y unos caminos grandes
que era como que había sido vacas las que había
habido, y no, dijo mi papá que eso eran caminos
antiguos de las dantas.
…
• A: Y de ahí ya terminando esos caminos, seguimos a un
caracolcito, que es la tierra… un caminito
• S: ¿En forma de caracol?
• A: Pues sí, así ha de’ver sido porque…
• S: ¿Así le llamaban?
• A: Pues, mi papá él fue el único que había conocido eso,
que a él el papá de él lo llevaba a la espalda, pero que
él se daba cuenta. Un camino que es como un caracol,
96
que coge palla y paca y pa’ los lados unas
profundidades que, hundísimo pa’ ambos lados, puro el
bajaderito no más. Y ya terminamos eso y ya llegamos
donde, seguimos a una matica de monte que había y
seguimos pa’ hacer rancho, pero y qué palos, pa’ allá
ni un bejuco ni nada, eso no hay nada. Y de ahí, apenas,
ver los canjilones de la laguna de balseros que se via,
parecía unas carreteras, pero eso tiene que ‘ver sido
agua.
• S: ¿Y cuantas personas iban hasta ahí?
• A: Pues allá íbamos como, unos once.
• S: ¿Habían salido desde acá?
• A: Si, desde de po’allá de la estrella
• S: ¿Y allá cuantos iban, en ese momento cuantas
personas iban ya, menos?
• A: No, pues de acá de la primer quedada, de onde nos
quería comer la madre de la montaña, de ahí ya se, el
maestro que era de Pitalito ya dijo que él no seguía más
que él se devolvía, y se ha de ver devuelto porque no lo
encontramos.
• S: ¿Y luego, iban todos bien o había algún enfermo?
• A: Todos alentados, todavía y ya allá en la primer, en
la segunda quedada fue que ya… que po’alla un finado
miguel pavón se le quedó unas tijeras una cuchilla de
afeitar que había llevado pa’ peluquiar de los que
íbamos y qué, qué lugar eso, a lo que aclaraba, no era
sino seguir, seguir caminando po’ esa montaña, pero
no írsenos a desviar ni pa’ un lado ni pal otro, sino puro
po’ el solo filo. Y allegamos allá cerca de la laguna de
balseros, que se vía que era y allá yo dejé cortando
cinco bultos de sobretala que pa’ hacer un rancho,
pero, ya le dije a papa “y aquí bejuco a donde vamos a
conseguir”
• S: ¿Para amarrar?
• A: Claro, pa’ arrear algún palito si acaso. Dijo “pues
aquí no es sino traer puntillas del pueblo porque
po’aqui no se consigue nada”, ni palitos delgaditos pa’
cortar no, no se vían, solo hallé la matica de monte que
ya llegamos donde se vía la laguna de esa de donde sale
el balsero y yo creía que eran quebradas y no, eso es de
un barranco.
• S: Mmm y ¿no había gente por ningún lado por allá?
• A: No eso no
97
• S: ¿Ni rastros de casas antiguas de indios, nada?
• A: Nada nada, de la gente que había ido diciendo a, a
irse a tambo robado, el Joel Salamanca uno que vive en
el pueblo decía que él si había ido, pero puras mentiras,
había ido, pero hasta onde, había, estaban los cortes
que había cortado varitas así del monte, había monte
pero los que, unos habían cogido, ‘taban los cortes pal
lado de granadillos y otros pal lado de balseros, pero
decir pa’ donde fuimos nosotros ni señas, eso no habían
señas… Pero esas, ese caracol ya donde llegamos ya
allá, dijo mi papá me dijo a yo, “po’aqui ha sido jardín
de los indios, por eso fue la fiebre que les cogió a la
gente.” No ve que a cinco les dio fiebre que ‘taba que
no se hallaban de la pura fiebre.
• S: ¿De los que iban?
• A: Claro… ya toditos se murieron, ya no quedo sino
puro yo.
• S: Y ¿cómo así que jardín de los indios, por qué decía
eso?
• A: Pues porque, de donde habían vivido los indios, y
eso tiene que ver sido cierto por eso fue la fiebre.
• S: Ah, ¿algún mal que habían dejado ellos o qué?
• A: Jardín, de ellos trabajar con eso. Pa’ hacer lo que
ellos querían. Pero allá, está criada ya esa, el paje que
derribé yo, que corté, cinco bultos de sobretala pa’
hacer un campamento y qué, al otro día allí
amanecimos. Pero le dije, papá, al otro día
volteábamos pa’ pal, ya pal tambo robado, porque iba
por la cordillera, pero le dije “papá que sacamos con
irnos, palla se gravan más los que van enfermos y se
muere alguno y quién los carga”
• S: ¿O sea que todavía les faltaba harto camino?
• A: Pues no mucho, al otro día volteábamos ya pal ya
po’nde… dijo mi papa ya palla ya, que era guaudales
que había, pero guauda natural y esmeralda, que en
esas quebraditas era pura piedra de esmeralda, pura
piedra, de riqueza. Le dije al papa, le dije “pues lo que
toca es devolvernos de aquí porque que hacemos, donde
vamos a buscar un palo pa’ hacer rancho y bejuco, que
sacamos con po’qui en esta matica de monte que
llegamos haberá alguna varita si acaso”, le dije,
“mejor volvámonos”, dijo “pues así tocará porque qué
hacemos con meternos con esta gente enferma toda”
98
• S: ¿Y estaban muy mal?
• A: Claro, eso ‘taban que no se ‘guantaban de la pura
fiebre. Y al otro día, cada uno cogimos los enfermos,
cada uno lo que había llevado y echar a la espalda y
hágale otra vez paca.
• S: ¿Y cuantos días demoraron en el viaje?
• A: Como, como unos quince días
• S: ¿Y alguno se murió en el camino o no?
• A: Ah, ah, todos llegaron, pero a los poquitos tiempos
se supo que se murieron los de la estrella.
• S: ¿Sí? ¿Y de la fiebre o de qué?
• A: De la fiebre, que les atacó fiebre.
• S: ¿O sea que si les hizo daño el viaje?
• A: Claro, el único que no me hizo daño fue a mí.
99
Anexo 3 – Curso virtual “El papel de la tradición oral en la construcción de
identidad de los campesinos de San Agustín”
Pueden encontrar el curso en la red académica Eduteka:
http://eduteka.icesi.edu.co/proyectos.php/2/39575
Puedes descargar el curso virtual en el siguiente enlace:
https://drive.google.com/file/d/1sQkHYbL7YepGH3r9_4sAoEuHRCzBxg8P/
view
(Recuerda descomprimir la carpeta y abrir el archivo "index" sin borrar archivos para poder
iniciar)
100
Lista de imágenes
❖ Imagen 1: verdes montañas en San Agustín, Sebastián Ome Hoyos, 2017……………………….....13
❖ Imagen 2: Ubicación Geográfica de San Agustín, 2018.
(https://es.wikipedia.org/wiki/San_Agustín_(Huila)) ……..……………………………………………27
❖ Imagen 3: Picos montañosos de San Agustín – Huila, Colombia, Sebastián Ome Hoyos,
2016......................................................................................................................... ........................ 28
❖ Imagen 4: representación antropomorfa, bosque de las estatuas, Sebastián Ome Hoyos, 2017
………………………………………………………………………………………………………………….29
❖ Imagen 5: Excavación de estatuaria, 1966. (Archivo fotográfico Ernesto Guhl.San Agustín, 1966.
Biblioteca Luis Ángel Arango.)……………………………………………………………………………..30
❖ Imagen 6: Planta de una vivienda circular, explorada por Luis Gómez en el ‘’Potrero de
Lavapatas’’, en el año de 1958. (Duque, Luis. (1971). Reseña Arqueológica de San Agustín.
Librería Voluntad, Bogotá Colombia.)……………………………………………………………………31
❖ Imagen 7: Tumba Nº 19, explorada en el Montículo Sur de la Mesita B, en San Agustín. (Duque,
Luis. (1971). Reseña Arqueológica de San Agustín. Librería Voluntad, Bogotá Colombia.)……..32
❖ Imagen 8: Piedras y manos de moler, cinceles y hachas de piedra, hallados en las tumbas. (Duque,
Luis. (1971). Reseña Arqueológica de San Agustín. Librería Voluntad, Bogotá
Colombia.)…………………………………………………………………………………………………….32
❖ Imagen 9: Distintas formas de cerámica encontradas en las tumbas de San Agustín y San José de
Isnos. (Duque, Luis. (1971). Reseña Arqueológica de San Agustín. Librería Voluntad, Bogotá
Colombia.)…………………………………………………………………………………………………….33
❖ Imagen 10: Escultura del Parque Arqueológico de San Agustín en forma de cariátides
custodiando una tumba, Sebastián Ome Hoyos, 2017 …………………………...……………………...34
❖ Imagen 11: Fuente de Lavapatas. Detalle de las figuras labradas en el lecho rocoso de la
quebrada del mismo nombre, Sebastián Ome Hoyos, 2017 ……………………………………...……..35
❖ Imagen 12: Estatua con una máscara cuyo soporte es sostenido con las manos. Fue hallada en
la vereda de Quebradillas, San Agustín. (Fotografía de Carlos Zárate y Camilo Zambrano, tomada
de El silencio de los ídolos, una evocación de la estatuaria agustiniana, catálogo de la exposición
hecha en el Museo Nacional, Bogotá, 2013.)…………………………………………………. ….35
101
❖ Imagen 13: Estatua con facciones antropozoomorfas de largos colmillos, bosque de las estatuas,
Sebastián Ome Hoyos, 2017……………….………………………………………………………………..36
❖ Imagen 14: Estatua que representa un águila que sostiene con el pico y con las garras una
serpiente. El águila es símbolo de poder y de la luz en las culturas andinas, Sebastián Ome Hoyos,
2017…………………………………………………………………………………..………………………..36
❖ Imagen 15: Estatuas cariátides de guerreros, con armas de guerra en las manos. Custodian la
entrada a una tumba, Sebastián Ome Hoyos, 2017………………………………………………………37
❖ Imagen 16: Tañedora de Flauta. Parque Arqueológico de San Agustín, Sebastián Ome Hoyos,
2017………………………………………………………………………………..…………………………..37
❖ Imagen 17: Estatua monumental conocida popularmente con el nombre de ‘’El Obispo’’. Sostiene
aparentemente un niño entre sus manos y su imagen se duplica en la parte inferior, pudiendo llegar
a representar un sacrificio, Sebastián Ome Hoyos, 2017 …….……………………………..………….38
❖ Imagen 18: Esqueleto y ofrendas de cerámica hallados en una tumba excavada por el Luis Duque
Gómez en la vereda Quinchana, 1946. (Duque, Luis. (1971). Reseña Arqueológica de San Agustín.
Librería Voluntad, Bogotá Colombia.)…………………………………….………………………………38
❖ Imagen 19: Urnas funerarias. (Duque, Luis. (1971). Reseña Arqueológica de San Agustín.
Librería Voluntad, Bogotá Colombia.)……………………………………………………………………39
❖ Imagen 20: La Chaquira, tallada en una gran roca con sus brazos levantados, mira hacia el
oriente del cañón que da paso al río magdalena, Sebastián Ome Hoyos, 2018…………..……...…...40
❖ Imagen 21: Entierro de urna funeraria y ofrenda, explorado por la misión arqueológica de 1971,
en la vertiente de la Mesita A, en San Agustín. (Duque, Luis. (1971). Reseña Arqueológica de San
Agustín. Librería Voluntad, Bogotá Colombia.)………………………………………………………….40
❖ Imagen 22: Estrecho del magdalena, Sebastián Ome Hoyos, 2017 ………………………………..43
❖ Imagen 23: Panorámica desde vereda El Tabor, San Agustín, Sebastián Ome Hoyos, 2016…….43
❖ Imagen 24: Cascabelito – Forpus sclateri, Sebastián Ome Hoyos, 2014 ………..…………………44
❖ Imagen 25: Picos montañosos desde vereda El Tabor, San Agustín, Sebastián Ome Hoyos, 2015
………………………………………………………………………………………………………………….44
❖ Imagen 26: Guaduas, Sebastián Ome Hoyos, 2013 …………………………………………………..44
❖ Imagen 27: Flor nacional de Colombia Orquídea – Cattleya trianae, Sebastián Ome Hoyos,
2015……………………………………………………………………………..…………………………….44
❖ Imagen 28: Vista del pueblo de san Agustín desde la vereda El Tabor, Sebastián Ome Hoyos,
2017 ……………………………………………………………………………...……………………………45
102
❖ Imagen 29: habitantes de la vereda el tabor, Sebastián Ome Hoyos, 2003 ..……………………….46
❖ Imagen 30: casa construida en la vereda El Tabor, Sebastián Ome Hoyos, 1999 ….……………..46
❖ Imagen 31: Casa construida en bahareque, vereda el tabor, Sebastián Ome Hoyos, 1998 .……..47
❖ Imagen 32: campesino de la vereda El Tabor, quién construyó su propio rancho para el resguardo
de su utillaje de trabajo, Sebastián Ome Hoyos, 1998 ……....…………………………………………..47
❖ Imagen 33: Atardecer en San Agustín, Iglesia de Lourdes, Sebastián Ome Hoyos,
2017…………………………………………………………………………………...……………………….49
❖ Imagen 34: Celebración blancos y negros, Sebastián Ome Hoyos, 2016…………………...………50
❖ Imagen 35: Procesión cristo caído, San Agustín, Sebastián Ome Hoyos, 2016……………………51
❖ Imagen 36: Coronación reinado municipal del bambuco, Sebastián Ome Hoyos, 2015
……………………………………………………………………..…………………………………………...51
❖ Imagen 37: festival de la cosecha, Sebastián Ome Hoyos, 2016…………………………………….52
❖ Imagen 38: Recorrido despidiendo el año, vereda el tabor, Sebastián Ome Hoyos,
2016……………………………………………………………………………………………………………52
❖ Imagen 39: Tumba adornada en San Agustín, Sebastián Ome Hoyos, 2016………………………53
❖ Imagen 40: Recolección de leña y hierbas para los cuyes, Sebastián Ome Hoyos, 1998
………………………………………………………………………………………………………………….54
❖ Imagen 41: Cría de conejos, Si salía sólo machos se cambiaban por hembras con el/la vecina,
Sebastián Ome Hoyos, 1998 …………….………………………………………………………………….54
❖ Imagen 42: Tracción de caballo para la molienda de la caña y posterior elaboración de guarapo,
previo a la utilización de motor eléctrico, Sebastián Ome Hoyos, 1998 …………………………...….55
❖ Imagen 43: Campesinos padre e hijo, recolectando café, San Agustín, Sebastián Ome Hoyos,
1996 ……………………………………………………………………………...……………………………60
❖ Imagen 44: Única ruta hacia la vereda El Tabor, Sebastián Ome Hoyos,
1998…………………………………………………………………..………………………………………..61
❖ Imagen 45: El trabajo de la cocina, Sebastián Ome Hoyos, 2013…………………………………..62
❖ Imagen 46: Celebración Festival de La Cosecha en San Agustín, Sebastián Ome Hoyos, 2016
………………………………………………………………………………………………………………….62
❖ Imagen 47: Anochecer en San Agustín, Sebastián Ome Hoyos, 2015 ………………………………69
❖ Imagen 48: Labores del campo, Sebastián Ome Hoyos, 1999 ……………………………………….70
103
❖ Imagen 49: Campesino tostando coca en olla de barro, Sebastián Ome Hoyos,
1997……………………………………................................................................................................71
❖ Imagen 50: descarga del curso virtual, Sebastián Ome Hoyos, 2018 …………………………….. 83
❖ Imagen 51: módulos del curso virtual, Sebastián Ome Hoyos, 2018 ………..………………………81
❖ Imagen 52: infografía de navegación por el curso virtual, Sebastián Ome Hoyos, 2018
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Lista de tablas
▪ Tabla 1: Formas poéticas de la tradición oral…………………………………………58
▪ Tabla 2: Formas narrativas de la tradición oral………………….……………………59
▪ Tabla 3: Leyendas……………………………………………...…………………..63
▪ Tabla 4: Mitos…………………………………………………..…………………64
▪ Tabla 5: Plantas medicinales…………………………………………….………….66