el padre que nunca conosi

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••••••••••••••• Encontrando elperfecto padreen Dios Phll Davis

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Page 1: El Padre Que Nunca Conosi

•••••••••••••••

Encontrando

elperfecto

padreenDios

PhllDavis

Page 2: El Padre Que Nunca Conosi

Cuando piensa usted en Dios como su Padre,• ¿~ queda sumente enblanco? • ¿se siente usted distante?• ¿Se enoja osesiente ansioso? • ¿sequiere probar asímismo?

Los recuerdos dolorosos o losejemplos de padres ineficientes puedenafectar laapreciación de loque significa ser un Wjo o unahija de Dios.

En Elpadre quenunca conod, Phi] Davis presenta a Dios como el Padrecelestial perfecto, unaperspectiva esencial hacia unavida espiritual yemocional saludable. En elproceso élexpone loqueconfrecuenciadistorsiona lapercepciónde Dios: asuntos como dar demasiada importanciaa su propia fidelidad, relaciones sinresolver consuspadres terrenales, ysubestimar eldeseo de Dios de amarlo cuando usted fracasa o tieneluchas.

Si quiere conocer más de laternura de Dios, suaccesibilidad ydevociónamorosa hacia usted como suhijo osuhija, estacolección de exquisitasimágenes yanalogías inspiradoras leayudarán adescubrir alPadre queustednunca conoció.

Phi! Davís espadre detreshijos y pastor fundador de Lake Mary CommunityChurch en Orlando, Florida. Obtuvo su título de Maestría en Divinidades deTrinity Evangelical Divinity SchooI.

"Este excelente libro, escrito porun bombre sensible y escritor detalento,meimpulsó hacia un aspecto demi vida quenobabia considerado antes.El tema basido magistralmente investiga® y está tanbien escrito queUega al corazón:" ;

joel C. Hunter, PastorNortWand Community ChurchLongwood, Florida

"Pbil Daois tiene un talento sinigualpara tomar acontectmiemos comunesy corrientes dela vida quepasarían inadvertidos para la mayoría denosotrosJ' usarlos como conmovedoras lecciones queenseñan lasmaneras enqueDios trata con nosotros como bijos suyos. »

Del prefacio porjerryBridges

I SBN 0-8297~18Jl -1

90 000 >

9 780829 7 1831 7

Categoría: Vida Cristiana

Page 3: El Padre Que Nunca Conosi

ELPADRE

VEN NCA,CONOCI

El perfecto padre en Dios

PHIL DAVIS

Prefacio por Jerry Bridges,autor de En busca de la santidad

Page 4: El Padre Que Nunca Conosi

EDITORIAL VIDA es un ministerio m rsro n e rointernacional cuyo propósito es proporcionar losrecursos necesarios para evangelizar con las buenasnuevas de Jesucristo, hacer discípulos y preparar para elministerio al mayor número de personas en el menortiempo posible.

ISBN 0·8297·1831·1Categoría: Estudios bíblicoa/Eeferencia general

Este libro fue publicado en inglés con el títuloThe Father I Neuer Knew por NavPress

© 1991 por Phil DavísTraducido por Rugo Zelaya

Edición en idioma español© 1994 EDITORIAL VIDA,Deerfield, Florida 33442-8134

Reservados todos los derechos

Cubierta diseñada por Ana Bowen

I

INDICEPrefacio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 9Reconocimientos ...............................;.. 11

PARTE 1: En busca de un padre ideal1. Un anhelo secreto 15

"En ti el huérfano alcanzará misericordia."2. ¡Dios es Padre también! 28

"En toda angustia de ellos él fue angustiado. »

3. Abba, Padre 41"No os dejaré huérfanos."

4. Resaca paternal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 54"Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Jehová merecogerá. "

PARTE 11: Aprendiendo a ver a Dioscomo es

5. Un Padre con el corazón en la mano 73"Mi corazón se conmueve dentro de mí."

6. El Padre sabe qué es lo mejor .)/I#-'~,I. . . . . . . . . . .. 89"Bueno eres tú, y bienhechor."

7. Esto me va a doler a mí más que a ti , 104"[El Padre . . . nos disciplina] para lo que nos esprovechoso. »

Administrador
Texto escrito a máquina
EX LIBRIS ELTROPICAL
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4 El padre que nunca conocí

8. Mi Padre es más grande que el tuyo 123"No temas, yo te ayudo."

9. El sostén de la familia y el pan de vida . . . . .. 134"Vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antesque vosotros le pidáis."

10. Un Padre que nunca nos abandona 148"Nos salvó . . . por su misericordia."

PARTE 111: Aprendiendo a ver la acciónpaternal de Dios en nosotros

11. Dolores del crecimiento 165"Ocúpate en estas cosas para que tuaprovechamiento sea manifiesto a todos."

12. El proceso de destetar al niño (parte 1) 175"Como un niño destetado de su madre. "

13. El proceso de destetar al niño (parte 2) . . . . . . . . . . .. 187"Como un niño destetado está mi alma."

14. En plena sociedad 199"Cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. "

Conclusión: En. las huellas de mi Padre. . . . . . . . . . . . . .. 207Notas finales 213

Para Judy, mi esposa,por su "fe constante

y amor permanente»,por el ánimo que me ha dado,

y por creer en mí cuandoni yo ni los demás creíamos.

y para mis hijos, Scott, Steue y Kimberly,por su participación

en enseñarme el amor de Diosy su acción de Padre.

Page 6: El Padre Que Nunca Conosi

EL AUTOR

hil Davis es astor fundador de la i lesia Lake Maryommunity, de la Iglesia Evangélica Libre de los barrios

norteñOS de O~lando, Florida. Phil obtuvo su Maestría enTeología de Trinity Euangelical Diuinity School, Deerfield,Illinois. .

Phil es oriundo de Long Island, Nueva York, y se convirtióa Cristo a través de un ministerio militar mientras servía en laFuerza Aérea de los Estados Unidos. Después de varios añosde participar en ministerios de los Navegantes, de las iglesias,y de una carrera profesional en una compañía aeroespacial,obedeció la dirección de Dios de entrar en un seminario y en elministerio a tiempo completo.

Phil y su esposa Judy se casaron en 1974 Y tienen tres hijos,los gemelos Scott y Steve, y una hija, Kimberly.

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PREFACIO

L a Bibl~a enseña que Dios es el Padre celestial de todoslos que confían en Cristo. Es lamentable que en años

recientes se haya desprestigiado la palabrapadre. Con frecuen­cia la gente forma un concepto de Dios basado en la relacióncon su padre terrenal. Si su' padre fue severo y exigente, ocolérico y abusivo, algunas personas percibirán a Dios de esamanera.

Por muchos años me ha molestado que haya entre los cris­tianos esa tendencia de transferir a Dios los rasgos de carácternegativos que encontraron en padres humanos falibles ypecadores. El hecho de hacerlo desatiende completamente laobvia distinción entre seres humanos pecadores y un Diosamoroso y perfectamente recto. Como pueblo que posee en laBiblia la única revelación correcta de Dios, necesitamos profun­dizar nuestra comprensión del carácter de Dios desde laperspectiva de la Biblia, no de la conducta de nuestros padresterrenales.

Por lo tanto, me alentó y deleitó cuando leí estas palabrasen el manuscrito de Phil Davis: "Estoy convencido de que esnecesario sustentar la creencia en la enseñanza de la Bibliaacerca de la imagen de Dios, no en las imágenes distorsionadas[de nuestros padres] que hayamos formado en nuestra niñez."

Comparto la convicción de Phil y recomiendo este libro comocontribución provechosa para alcanzar esa meta. Phil Davistiene un talento sin igual para tomar acontecimientos comunesy corrientes de la vida que pasarían inadvertidos para la

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10 El padre que nunca conocí

mayoría de nosotros y usarlos como conmovedoras leccionesque enseñan las maneras en que Dios trata con ~osotros comohijos suyos. Más que eso, él se apega a las Escrituras cuan~onos presenta el carácter de Dios en su papel como nuestro sabioy amoroso Padre celestial. .

Espero que este libro ayude al lector a cultívar una perspec-tiva más bíblica del carácter de Dios.

JERRY BRIDGES

RECONOCIMIENTOS

D Oy gracias a mi esposa, Judy, por sufrir alegrementeuna serie de "locos" años de seminario, mudanzas, mi­

nisterios en iglesias, y desilusiones, todos los cuales contribu­yeron al programa de Dios de adiestramiento en mi vida (y enla de ella). Ella pareció tener la suficiente fe para los dos cuandoyo titubeaba acerca de lo que Dios hacía en mi vida. La termi­nación de este libro es un testimonio tanto de su perseveranciacomo de la mía. Doy gracias a mis padres por su ejemplo positivode bondad y cuidado.

Gracias a Darrell Sanders por su temprana influencia en mivida, y veinte años después, por entregarme una circular queabrió la puerta para este libro.

A los editores de NavPress ... Gracias a Bruce Nygren pordarme una oportunidad y por evaluar los primeros capítulos deeste libro. Gracias al consejo oportuno de Karen Hinck1ey y a losajustes que mejoraron todo el proyecto. Y gracias especiales aTraci Mullins por su aliento, su sabiduría editorial, sus competen­tes revisiones y su bondad hacia un escritor principiante.

Gracias especiales a la iglesia Lake Mary CommunityChurch, donde pastoreo, por todo su apoyo, amor y aliento a finde que yo dedicara tiempo para escribir este libro. Estoy muyagradecido porque es un lugar donde Dios y su pueblo me hanpermitido soñar otra vez y ver el cumplimiento de muchos deesos sueños.

A Dios sea la gloria.

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Bien que fallo, lloro;bien que titubeoaún me arrostro

al trono de su gracia.George Herbert, Disciplina

. "Y cuando aún estaba lejos,lo Uta su padre, y fue mouido a misericordia.,,, ,y corno, y se echo sobre su cuello, y le besó."

Jesucristo(Lucas 15:20)

de la Parábola del hijo pródigo

EN BUSCADE UN

PADRE IDEAL

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UN ANHELO SECRETONo hay huérfano más abandonado

que el niño excluido del amorde un padre con vida.

Carlos Dickens,Dombey e hijo

En ti el huérfano alcanzarámisericordia.

El profeta Oseas(Oseas 14:3)

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L ancé frustrado el martillo y salí intempestivamente dela casa. Estaba enojado con mi papá. Eso hace casi

treinta años, pero la escena me volvió como un relámpago hacepoco.

Tenía doce años, tal vez trece. Ayudaba a mi padre a clavartablones machihembrados para el piso en nuestro desván sinterminar. Debíamos tener cuidado de no doblar los clavos omellar la costosa madera. Pensé que podía hacerlo bien, pero lamadera estaba dura y los clavos especiales se me doblabanfácihnente; no a mi padre. Él era un buen artesano y procurabaque yo hiciera un buen trabajo. Yo lo intentaba, pero sin éxito.

El desván estaba caliente y sofocante. Papá se alteraba concada error que yo cometía, y comencé a irritarme con él yconmigo mismo. Doblé un clavo más, mi padre se enojó otra vez;yo había tenido suficiente. Que hiciera el trabajo él solo porqueera obvio que yo no lo hacía lo bastante bien para satisfacerlo.Tiré el martillo, hice un comentario airado, y estuve fuera dela casa toda la tarde.

Fue un pequeño momento, fácilmente olvidado ... o sería?A veces pequeños momentos como ése se graban en el subcons­ciente. No son indicios de toda una relación, pero muestran unpatrón recurrente en la persona. Con la destreza de mi padrey mi perfeccionismo adolescente, había de armarse una broncaese día en el desván.

Cuando cumplí dieciocho años, salí del hogar para alistarmeen la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y nunca regresé paravivir en la casa paterna. La muerte de mi padre cuando teníaveinticinco años dejó algo inconcluso y sin desarrollar en mí.No se trataba de nada que hubiera dicho o implicado, sino quemurió antes que yo sintiera haberme probado ante él. Desdeentonces me he dado cuenta de que pasé muchos años tratandode probarme a dos padres: mi padre terrenal y Dios, mi Padrecelestial. Como cristiano pasé años creyendo que no era lobastante bueno para Dios.

Un anhelo secreto 17

Ahora soy padre. Una tarde, mientras trabajaba en el garajecon mis dos hijos de once años, sucedió algo extraño. Trabajabaen una estructura de madera para un proyecto de la iglesia y'mis dos hijos querían ayudar. Yo sabía que solo podía hacer eltrabajo más rápida y fácilmente, pero decidí permitirles queclavaran algunos clavos. No pasó mucho tiempo para darmecuenta de que no lo estaban haciendo muy bien. Los clavos sedoblaban, produciendo más trabajo para mí. Se me agotó eltiempo y la paciencia, y dejé que mi irritación se manifestaracon pequeños comentarios acerca de su falta de destreza parahacer el trabajo correctamente. No les dije que se fueran, perodebieron de percibirlo indirectamente.

Después que se fueron a jugar con sus amigos, me di cuentade lo que había hecho. Mi perfeccionismo y mi impaciencia sehabían aprovechado de mí. Me preguntaba si yo era culpablede parecer como un padre que pensaba que ellos nunca haríanun trabajo lo bastante bueno. Sacudí la cabeza, recordandootros clavos doblados en un caluroso día de verano en el desvánde mi padre.

Gran parte de nuestra vida gira alrededor de algunos temas yanhelos comunes en todos nosotros. Sea ganar la aprobación, seraceptados, estar satisfecho consigo mismo, o encontrar un lugarde función, los temas y anhelos de nuestra vida los imponennuestra personalidad, nuestra familia, nuestros padres ynuestros amigos, la escuela y la iglesia. La mayoría no reconocela aparición de estos anhelos hasta que los temas de la vida yaestán profundamente inculcados. A veces los anhelos reales de lavida yacen sumergidos bajo mantos de actividad legítima peromal dirigida. Y muchos no se dan cuenta de hasta dónde sequedan su padre y su madre con ellos aún después que aquéllosse han ido de la casa o que éstos se hayan ido de esta tierra.

La muerte de mi padre dejó algo inconcluso en mí, algo sinresolver. Me hizo percibir la necesidad tan grande que tenía deun padre. Por último, me llevó a una apreciación más clara demi Padre celestial. Pero ha sido todo un proceso.

Muchos de los que leen esto han sentido el rechazo de supadre o madre terrenal en una forma u otra. Quizá por eso lessea difícil creer que Dios sea digno de confianza que Él los

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18 El padre que nunca conocí

acepta y los ama. Quizás eso les estorbe para ver la ricabendición que hay en la verdad que Dios es su Padre.

PÉRDIDA DE ORIENTACIÓN PATERNA

En la película de Stephen Spielberg, Imperio del sol, sesepara a un niño de sus padres en la confusión de las calles dela China desgarrada por la Segunda Guerra Mundial. (Lahistoria está basada en experiencias de la vida real del escritorJ. G. Ballard.). El muchacho termina en un campo deconcentración japonés donde su necesidad de padres lo hacedesesperar por pertenecer o identificarse con alguien que puedallenar ese vacío. Su asiduidad, ingeniosidad y deseo por agradardisfrazan su dolorosa pérdida. En el desarrollo de la película sele ve apegándose a la gente: un norteamericano timador, unacansada y poco amable pareja de ingleses, y hasta un oficialjaponés. Para el muchacho el asunto no tiene que ver conideologías y naciones. El tema es su necesidad de un sentido deamor paterno y de pertenencia. Al cabo, sufre una crisisemocional y cae en brazos de un médico inglés, y llorando dice:"No recuerdo cómo son mis padres."

Los padres juegan un papel tan primordial en la necesidaddel niño, de amor, de aceptación, y pertenencia que, cuandoaquéllos fallan o están ausentes, el niño se desespera por llenarel vacío resultante. El muchacho en Imperio del sol trataba conla pena de haber perdido su sentido de orientación paterna.

OIga era una criatura todavía cuando perdió a su padre porcausa de un divorcio. Ella recuerda el haber inventado historiasacerca de él para sus compañeras de clase que siemprehablaban de su padre. Perder a su padre es claramente elacontecimiento más importante que moldeó su vida.

Adoraba a mi padre realmente y siempre tuve laesperanza de que él y mi madre se volvieran a juntar.Hubo un tiempo en que él quiso regresar, pero ella no lopermitió. Él siempre hacía muchas promesas y yo siem­pre le creí, pero ella no. Había un gran conflicto entremi madre y yo, porque yo confiaba tanto en él.

Entonces, cuando llegué a los trece años, él se casó yse fue a vivir a otra parte, y casi no lo he vuelto a ver

Un anhelo secreto 19

desde entonces. Cuando lo veo es porque yo hago elesfuerzo, y él siempre se muestra casi indiferente, comosi yo fuera sólo una obligación para él, un recuerdo desu fracaso. .. Estoy muy insegura emocionalmente,pero soy una sobreviviente ... Tengo mucho miedo deque me lastimen o rechacen.!

Desde el niño huérfano que anhela a un padre hasta elhombre joven que busca un a mentor paternal, desde la flore­ciente adolescente que extraña el afecto de su reservado padrehasta la joven mujer que se casa con un hombre lo bastanteviejo como para ser su padre, somos personas que consciente yhasta inconscientemente andamos por la vida buscando a un"padre". Y aunque unos preferirían olvidar la imagen del suyo porcausa de maltrato, alcoholismo, ausentismo, o por característicasdesagradables, la necesidad de una figura paternal puede con­tinuar como una motivación fuerte durante toda la vida.

EN BUSCA DE APROBACIÓN

Las razones por las que buscamos un "padre" son numerosasy a veces complejas. Algunos buscan debido a que no tuvieronpadre, otros debido a una figura paternal negativa en sus añosformativos de crecimiento. Cualesquiera que sean las razones,lo significativo es que buscamos y que la necesidad es real. Elanhelo por un padre modelo es tan profundo que estoy conven­cido de que Dios puso esa necesidad dentro del hombre y lamujer. Pero no se realizará nuestra necesidad ni terminaránuestra búsqueda hasta que veamos a Dios como nuestro únicoPadre competente. Se ha dicho que dentro de toda persona hayun vacío con forma de Dios que sólo Dios puede llenar.Pudiéramos decir también que dentro de toda persona hay unvacío en forma de padre que sólo Dios el Padre puede llenarDios el Padre.

En el libro The Secrets Men Keep (Los secretos que guardanlos hombres), el doctor Ken Druck (con James C. Simmons)enumera seis aspectos importantes en los hombres donde guar­dan secretos. El primero en la lista es: "Los hombres anhelansecretamente el amor y la aprobación de su padre."2

Escribe Druck: "A menudo desconocen que 'la búsqueda de

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20 El padre que nunca conocí

papá' está detrás de su impulso de probarse a sí mismos una yotra vez." Para escribir su libro, Druck entrevistó e investigó acientos de hombres. Sus conclusiones señalan la preponderan­cia en los hombres de la búsqueda de un padre.

Nos sorprendería saber que el denominador comúnmáspoderoso que ejerce influencia sobre la vida de los hombreshoyes la relación que tuvieron con su padre ... De loscientos de hombres que he entrevistado a través de losaños, quizás el noventa por ciento admitieron tener toda­vía ataduras afectivas que se remontaban a sus padres.Enotras palabras, todavía recurrían a sus padres, aunqueellos estuvieran muertos hacía años, para recibir aproba­ción, aceptación, afecto y comprensión.é

Esto es típico, sea que la relación haya sido buena o mala.¿No es sorprendente que algunas personas pasen por la vidasin nunca darse cuenta de que anhelan la aprobación de supadre? Quizás los años de desilusión y el levantamiento lentode muros sea lo que nos separe de los anhelos sin realizar denuestra niñez y adolescencia.

Muchas familias viven con profundas penas. A veces éstasnunca se resuelven. Año con año, infligen una pérdida en formade amargura y de derrota.

Louie Anderson, el rotundo y amuchachado cómico conrutinas humorísticas acerca de la familia, escribió un librotitulado Dear Dad (Querido papá). Es una serie de cartasescritas a su padre alcohólico después que éste murió. Aunquelas cartas están entrelazadas con humorismo, Anderson revelael dolor y la ira de ser uno de once hijos de un padre alcohólico.Anderson escribió el libro para enfrentarse con su ira hacia sunegligente padre.

Una vez una mujer se le acercó y exclamó:- Ah, usted es el cómico que no dice malas palabras.Ella se refería a su relativamente limpia actuación. Pero

como muchos cómicos, Anderson respondió con humorismoderivado del dolor.

- Las digo todo el tiempo. Familia. Es la palabra más suciaque conozco.

Un anhelo secreto 21

La mujer rió y dijo:- No, no me refiero a ésa.Anderson sonrió y dijo:- Ésa también la digo todo el tiempo ... Padre. Está en la

misma categoría que Familia. Casi intercambiables.Bromeando con ella reveló mucho del dolor de su familia.

Anderson estaba sonriendo, sólo porque de. no hacerlo habríaestado llorando.á

Cuando los padres traicionan la confianza de sus hijos, el dolorque comienza en la niñez puede cobrar un alto precio en la vidaadulta. Anderson dijo que las cartas a su padre le ayudaron apasar de la ira al perdón. Pero a veces cubrimos nuestro dolor conla esperanza de que se vaya. A veces para cuando llegamos aadultos hemos perdido el contacto con nuestros anhelos secretos.

.En otro estudio hecho sobre hombres y sus padres, el autordescubrió el mismo anhelo secreto que Druck.

Los hombres anhelan a un padre que sea cariñoso,receptivo, físicamente afectuoso y consolador, sincerocon sus sentimientos, que apruebe y acepte a sus hijosa pesar de sus faltas ... La mayoría de los hijos casisiempre quedan perpetuamente desilusionados.f

Los resultados son similares con las mujeres. SuzanneFields entrevistó a cientos de mujeres mientras hacía el trabajode investigación para su libro Like Father, Like Daughter (Detal padre tal hija). Ella encontró una y otra vez que esasmujeres anhelaban una cercanía mayor con sus padres. "Estatesis central surge de cientos de entrevistas y cuestionarios:Papá se esconde, y nosotras lo buscamos para siempre, sóloocasionalmente lo sacamos de su escondite." 6

Escuche lo que dijeron algunas de estas mujeres en. suentrevista:

• Una cajera de treinta y ocho años de un banco en Dakota delNorte se lamenta: "Él nunca preguntó por mí realmente, yme doy cuenta ahora de que no tengo idea de quién sea él enrealidad. ¿Cuáles fueron sus sueños y sus temores y quiénesfueron los diablos que lo sedujeron con whisky y trabajo,manteniéndolo apartado de nosotros? Él nunca notó cuando

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2~ El padre que nunca conocí

me corté el pelo que era largo y lacio y lo cambié a corto yrizado."7

• Una supervisora de oficina de cuarent~ ~ cuatro años ~nNashville recuerda: "Muy dentro de mi se que me quería.Pero deseo más que nada que me hubiera expresado un pocode ese amor directa y verbalmente, si no físicamente. ¡Sólodesearía que hubiera pronunciado las palabraslf

• Una secretaria de treinta años de Flagstaff, Arizona, tuvo suúnica conversación de corazón a corazón con su padre despuésde su ataque cardiaco. "Tuvimos una larga conversaci~ntem­prano al despuntar el alba, junto a un lago donde In! padrehabía ido a recuperarse. Esta fue la única oportunidad en quetuvimos una conversación verdaderamente íntima. Hablamosde cómo se sentía él como padre." 9

• Una joven mujer de Vermont que no ha visto a su padre.~ncinco años dijo: "Todavía busco el amor y la aceptación

. 1 ibí d '1 "10incondiciona que nunca reci 1 e e .

• Suzanne Fields resume de manera conmovedora: "Pero en lamayoría de los recuerdos de estas mujeres persiste un me­lancólico y elegíaco lirismo de deseo vivo, siempre deseandomás, más, más, un hambre de algo nunca logrado en laintimidad del corazón. En su lugar, hay una terrible tristeza,

d t " "11un vacío, o una abrumadora y estruc rva Ira.

"HAMBRE DE PADRE"Cuando perdemos a nuestro padre temprano en la vida (ya

sea por abandono, divorcio o muerte) la necesidad paterna sepuede convertir en una motivación todavía m~ás ~uerte. Es­tudios recientes muestran que podemos pasar anos intentandorecrear al padre ausente. Esa motivación puede ser tan fuerteque la Asociación Psicoanalítica Americana ha llamado a estesíndrome "hambre de padre".

En Father Loss (Pérdida de padre), Elyce Wakerman realizóestudios y entrevistas con mujeres que perdieron a su padreantes de los dieciocho años. La autora encontró que la pérdidadel padre amolda la vida de una joven y todas sus relacionesfuturas.

Un anhelo secreto 23

Wakerman relata la pérdida de su propio padre cuando sólotenía tres años. Describe su necesidad de ser la "niña de papá"para alguien. Hablando por otras como ella, escribe con unsentido de tristeza:

Sea que él muriera o nos abandonara, nos sentimosrechazadas. A pesar de esta traición, o quizá debido aella, él quedó como una fuerza indomable en nosotras,una norma idealizada contra la que todo lo demás serámedido, y hallado falto. (cursivas de la autora)12

Isak Dinesen, la escritora y aventurera danesa cuyasmemorias en Out ofAfrica (Desde África) fueron dramatizadasen la película ganadora del Osear, tenía nueve años cuando supadre se mató. Su biógrafo dice que su muerte fue el "dramacentral" de la existencia de ella y la imagen de él la que alimentósu inspiración. En una carta a su madre más adelante en suvida, Dinesen escribió: "Si logro ... hacer algo de mí misma otravez, y puedo mirar a la vida con calma y claridad un día,entonces es papá quien lo ha hecho por mí ... A menudo tengoel sentimiento que está a mi lado, ayudándome."13 Laidealización de Isak de su padre es típica entre muchos que hanperdido a su padre a edad temprana.

Estudiando la vida de mujeres famosas por sus logros queperdieron a su padre por la muerte, el divorcio, o el abandono,Wakerman llega a la conclusión de que "se llega una y otra vez ala influencia de un padre ausente y a una búsqueda casi cons­ciente de su aprobación."14 Señala ella:

Casi un tercio de las mujeres casadas con presidentesde los Estados Unidos, y cinco de las más recientesnueve primeras damas, (hasta Reagan), perdieron a supadre temprano en la vida por muerte o divorcio. Detrásde todo gran hombre hay una gran mujer, se nos dice.Detrás de muchas de estas mujeres, hay un hombre (unpadre) que se fue. 15

Pero puede ocurrir el efecto opuesto también. Un estudiobritánico de la población penal femenina reveló que más de untercio de las prisioneras no tenía padre.16 Estudios sociológicos

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24 El padre que nunca conocí

n los barrios arruinados de las ciudades grandes a menudoe .relacionan el alto índice de delincuencia juvenil con la ausenciade padres y los subsecuentes hogares con la figura de una madre

sola. ..Desde alabanzas hasta lamentaciones, desde la ídealízación

hasta la desilusión, el coro de voces testifica del poderoso papelque juega el "padre" en nuestra vida. . .

La necesidad de un padre no es sencillamente la busquedade un "papá" (o un hombre que traiga pan a la casa); es labúsqueda de lo que un buen padre proporciona para su hijo o

hija:• Aceptación• Afirmación• Autoridad• Disciplina• Sentido de seguridad• Cariño y amor• Confianza• Conducta ejemplar• Valores• LiderazgoNo obstante, la triste verdad es que muchas personas nunca

encuentranel amor, la aprobación, la aceptación y la seguridad quedesean.

LA PROMESA DE UNA PATERNIDAD PERFECTA

J. Paul Getty, padre, fue uno de los hombres más ricos delmundo. Sin embargo, su hijo J. Paul Getty, hijo, dijo que raravez veía a su padre. Es una tragedia cuando los ricos lograndej ar un legado de riqueza y prestigio a su familia, perofracasan en dejar un legado de amor. Una vez, cuando estabaen la secundaria, el joven Paul escribió una carta a su padre.Su padre la devolvió con los errores ortográficos y gramaticalescorregidos pero sin un solo comentario personal. Paul, hijo,confiesa: "Nunca me repuse de eso ... yo quería ser juzgadocomo ser humano y nunca lo logré de él."17

Las Escrituras parecen imitar la vida en cuanto a la ausen­cia de relaciones saludables entre padres e hijos. De no ser por

Un anhelo secreto 25

Jesucristo y su Padre celestial y la acogedora bienvenida alhogar del hijo pródigo por su amante padre, las Escriturascarecen de relaciones ejemplares entre padres e hijos. Traté depensar en buenos ejemplos de padres en las Escrituras.

Hay poco en la relación entre Abraham e Isaac aparte delsacrificio abortado en el monte Moriah. Ciertamente la relaciónde Isaac con sus dos hijos, Jacob y Esaú, no es ejemplar. Samuelfue entregado por su madre para ser sacerdote. Parece que Elífracasó como padre con sus dos hijos. Aunque Jonatán pareceestar comprometido con su padre, Saúl difícilmente es un padreejemplar. Si bien Salomón, el hijo de David, fue un gran rey, novemos la relación de David con Salomón. En vez de eso, vemosla rebelión escandalosa de otro hijo de David, Absalón contrasu padre.

Las Escrituras nos dicen que Dios es como un padre. Pero siDios es como un padre, Zdónde están los buenos ejemplos? SiDios es como un padre, entonces ¿por qué tanta gente tienepuntos de referencia negativos? ¿Por qué tanta gente se enfren­ta al trauma de quedar huérfana en vez de recibir la pater­nidad?

En este vacío de ausencia y de "hambre de padre" dosversículos bíblicos ofrecen una promesa: "En ti el huérfanoalcanzará misericordia" (Oseas 14:3) y "No os dejaré huérfanos"(Juan 14:18). Dios conoce los anhelos más profundos de nuestrocorazón.

Recuerdo que cuando murió mi propio padre, me preocupabaque mis hermanos menores crecieran sin padre. Tenía entoncesveinticinco años, estaba casado y había vivido fuera del hogarpaterno durante siete años. Aunque la muerte de mi padre medolió profundamente, y estuve deprimido y triste durantemeses, no estaba tan preocupado por mí mismo como por mishermanos de diez, catorce, y veintiún años y, desde luego, pormi madre.

Recuerdo haber sido consolado con promesas en lasEscrituras que dicen que Dios tiene especial interés en lasviudas y los huérfanos (Salmo 68:5, Isaías 63:16). Así queentregué a mi familia al Dios de las viudas y los huérfanos.

No sé si alguna vez lleguemos a recobrarnos de la muerte de

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26 El padre que nunca conocí

un padre o una madre. Sé que he sentido el vacío de la ausenciade mi padre repetidamente, y espero mi encuentro con él otravez en la eternidad.

Pero entonces no me daba cuenta de mi propia necesidad deque Dios fuera mi Padre, mi Padre celestial. No fue sino hastaaños después que comencé a apreciar la riqueza de la imagende Dios como mi Padre perfecto. Con el paso de los años, lariqueza de esa verdad debe profundizarse más y más en miimagen consciente de Dios. Como cristiano, he encontrado que esarelación con el Señor ha sido un peregrinaje para mí, hijo de Dios,hacia el corazón de mi Padre celestial.

Uno de los regalos más grandes en ese peregrinaje son mistres hijos: Steve, Scott y Kimberly. Al ser yo padre, Dios me hapermitido conocer lo que es un corazón de padre. En mis hijosa menudo me veo a mí mismo ante Dios. Muchas noches he idoa ver cómo están antes de acostarme. Me he quedado parado aun lado de sus camas mientras ellos dormían y he pensado encuánto los amo. A menudo oigo a Dios que me reta: "Si tú amastanto a tus hijos, cuánto más grande es mi amor por ti y porellos."

Nuestros vínculos de hijos a padres terrenales pueden serde gran bendición para ayudarnos a ver a Dios. Pero aun losmejores padres humanos nos fallarán.

No importa cuánto trate de ser un buen padre con mis hijos,a veces lo echo todo a perder. Recuerdo un caso en particular.Fue sobre una de esas pequeñeces que parecen escurrirse sinnotar hasta que es demasiado tarde. Los muchachos general­mente me pedían mientras les daba un abrazo de buenasnoches: "Papá ora por nosotros." Me gustaba que lo pidieran yoraba por cada uno de ellos.

Con el tiempo me di cuenta de que ya no oraba por ellos a lahora de acostarse. Horarios, desvelos, distracciones o perezaparecían interrumpir la rutina. Pero también me di cuenta de queellos no me pedían que orara por ellos. Eso fue lo que me dolió.Fue entonces que sentí que les había fallado. ¿Había causadomi inconstancia que ellos se hubieran desinteresado? ¿Habíaapagado mi falta de iniciativa su deseo de oración? Meentristecí y me culpé porque ya no me pedían que orara por

Un anhelo secreto 27

ellos. Para comenzar, no debieron tener que pedírmelo.Imagino que soy como muchos padres paranoicos: me

p:~guntosi estoy haciendo suficientes cosas Correctas para mishiJOS. Me pregunto cómo les afectarán mis deficiencias. Pero nosoy ~~ padre. perfecto. Dios sí. Esta situación me ayudó apercibir que DIOS es un Padre más fiel que yo. ¡Cuán agradecidoes~oy por eso! Dios no se enreda con horarios y negocios. Él nodeja que las distracciones ni la pereza desorganicen su fidelidadhacia sus hijos.

Ya que los padres humanos, por mucho que traten lo con­trario, todaví~ nos fallan, necesitamos aprender a ponernuestra seguridad final en Dios. A menos que encontremosdesca?so en la verdad bíblica de que Dios es nuestro Padrecelestial perfecto, o pasaremos buscando siempre un padrehumano que llene necesidades que sólo puede llenar Dios oquedaremos emocionalmente heridos por los recuerdosdolorosos de padres ineficientes que nos fallaron.

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iDIOS ES PADRE TAMBIÉN!Cuando yo era niña, un padre me parecía como labombillita dentro del refrigerador. Todas las casastenían uno, pero nadie sabía en realidad qué hacía

. ninguno de los dos una vez que cerraban la puerta.Erma Brombeck

En toda angustia de ellosél fue angustiado.El profeta Isaías

(1saías 63:9)

Oye, papá, Zquieres agarrar la pelota?Recuerdo haber dicho esas palabras de muchacho mu­

chas veces, ansioso por lanzar la pelota con mi padre en nuestropatio. Pero cuando las oí hace poco al final de una simpáticapelícula me trajeron toda una ola de recuerdos y emociones. Laveía por segunda vez en mi VCR. Era tarde en la noche. Todosestaban durmiendo y yo estaba solo.

La película trata de un granjero de Iowa que construye uncampo de béisbol en un maizal y conoce a varios "fantasmas"extraños. Como en Christmas Carol (Canción de Navidad) deDickenS con su fantasma de Navidad o It's a WonderfUl Life (Esuna vida maravillosa) de Frank Capra con Jimmy Stewart queimagina lo que pudo haber sido, de cuando en cuando Hol­lywood teje una trama mágica que evoca recuerdos familiaresen todos nosotros. No tenía que ver con la teología de estapelícula lo que me atraía, sino el tema de reconciliar "los.fantasmas" de nuestropasado. En la historia, el padre del jovenhabía muerto hacía muchos años. Pero el hijo nunca se habíareconciliado satisfactoriamente con su padre.

En la escena final de Field ofDreams (Campo de sueños) eljoven ve a su padre como un joven jugador de béisbol de entreveinte y treinta años. Lo había conocido como un viejo gastadopor los años. Pero ahora padre e hijo tienen la oportunidad depasar tiempo juntos, de joven a joven. Las últimas líneas de lapelícula evocaron en mí recuerdos tan familiares que se mesalieron las lágrimas. Cuando el padre comienza a alejarse, elhijo le dice puerilmente, con la voz entrecortada de emoción:

- Oye, papá, ¿quieres agarrar la pelota?Su padre sonríe y dice conemoción similar:- Sí, me gustaría eso.Cuando el hijo echa mano a un guante de béisbol, toma una

pelota y la lanza a su padre, sabemos que ésta es más que unapelícula de béisbol. Es un drama de asuntos dejados sin ter­minar, de hacer la paz con nuestro pasado, de reconciliarnos

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30 El padre que nunca conocí

con nuestro padre. Trata de progresar más allá de los a~tibajosen las relaciones de padres e hijos debido a malentendidos Y ala i durez. Esta película trae a la mente nuestro deseo dea mma h..unir el vínculo afectivo que hay entre padre e lJO.

Me recordó nuevamente que los asuntos dejados sin terminary las relaciones sin resolver con nuestros padres se puedentrasladar a nuestra relación con Dios el Padre. Y nuestro padreno tiene que haber muerto. Hay algo que permanece sin resolveren la relación de muchas personas con sus padres vivos. Larelación no ha producido todo lo que hubieran querido. Los padreshumanos nos fallarán, pero nuestra preocupación aquí es lamanera en que esos fallos y desilusiones se han traslada~oa nuestra perspectiva de Dios como nuestro Padre. Ya dijeque sentía que la muerte de mi pa~e había dejado algo sinterminar en mí; por eso sabía muy bien lo que significaba la

película. Lo explicaré. ..Crecí con la generación de posguerra, entre hijos de personas

de la clase media y viviendo en casas iguales en enormesurbanizaciones levantadas en las que fueron alguna vezproductivas granjas de papas de Long Isl~nd,. Nue~a York.Fuimos alimentados y cuidados por padres bien íntencíonadcs.Mi madre y mi padre nos hicieron sentir que éramos ricos, perocuando llegué a adulto me di cuenta de que no lo éramos. Fuiafortunado porque mis padres eran bondadosos, amorosos ycomprensivos. Si Dios era como ellos, entonces Dios era bueno.Pero como niño mimado que no agradece lo suficiente, y da porsentados a sus padres yo daba por sentado a D~os. ,El estabaahí, pero yo tenía otros intereses. Me acercaba a El solo cuandolo necesitaba.

Como muchos adolescentes, no era particularmente íntimocon mi padre durante esos años turbulentos . Me alisté en laFuerza Aérea después de la secundaria durante la Guerra deVietnam. Después de cuatro años de servicio militar (mayor­mente en la Florida), regresé a casa por un mes, y después fuinuevamente a la Florida a vivir. Me mudé allí para ir a launiversidad y participar en un ministerio cristiano. Pocos añosdespués conocí a mi esposa, compré mi primera casa, y visitabaa mi familia en Nueva York sólo en las Navidades. Mi padre

iDios es Padre también! 31

murió tres años después que me dieron de baja en la FuerzaAérea. Nunca vio mi casa en la Florida, escasamente conoció ami esposa, jamás me vería graduar de la universidad o delseminario, jamás me oiría predicar un sermón y jamásconocería a sus nietos.

Poco antes de morir pasé una semana visitándolo en elhospital. Lo vi aceptar a Cristo como su salvador dos semanasantes de su muerte. Durante ese tiempo me dijo que le habíadolido mucho cuando me fui de la casa para vivir en la Floridadespués que salí de la Fuerza Aérea. Me sorprendí porquenunca supe que le importara. Pero hay algo que nunca dijo. Nome percaté de eso hasta años después. Nunca oí a mi padredecir: "Estoy orgulloso de ti, hijo."

Cuando veo atrás, quizás no hay mucho de que estar orgul­loso en ese tiempo. Fui un estudiante mejor que el.promedio enla secundaria, pero no sobresaliente. No estaba en ninguno delos equipos titulares de béisbol, baloncesto o fútbol. No estabaen la banda y por poco no estuve en la lista de honor. Posterguélos estudios universitarios para alistarme en la Fuerza Aéreaporque no sabía qué quería hacer. Mi padre murió antes que yoterminara la universidad o decidiera "hacer algo con mi vida"para darle razón de estar orgulloso. De algún modo, como nohabía cumplido con todas las normas de realización que yomismo me había impuesto y que estabanculturalmente adap­tadas, sentía que nunca me había probado ante él.

De manera inconsciente, llevé esas normas a mi cristianismoy mi perspectiva de Dios como Padre. Sentí que debía probarmea mí mismo ante Dios para que Él estuviera orgulloso de mí.

Los asuntos sin terminar con los padres terrenales puedencolorear toda una vida. Para algunos, la falta de paz con suspadres refleja su falta de paz en la vida y con Dios. La relaciónentre los dos puede ser fuerte.

¿Cómo completaría usted la siguiente frase?"Nunca recibí que' quería de mi padre."Aceptación, aprobación, afecto, amor, respeto ... ¿cuál fue

su respuesta? Mientras lee las ilustraciones piense en cómo lanegación paterna puede definir nuestra vida de adultos.

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32 El padre que nunca conocí

EN BUSCA DE APROBACIÓN PATERNAL

Marvin Gaye, hijo, produjo disco tras disco de éxitos musi­cales durante los años sesenta y setenta, canciones como "1Heard It Through the Grapevine" (Lo oí por la red de soplones)y "Ain't No Mountain High Enough" (No hay montañademasiado alta). Pero en toda su fama y éxito, el amor y respetode su padre lo eludieron. Una vez un amigo preguntó a Marvin:

- ¿Amas a tu padre?Él respondió en un tono ligero y confiado:-Sí.El amigo preguntó:- Entonces ¿por qué no se lo dices?- No puedo - respondió Marvin.En una ocasión que Motown Records estaba por renovar su

contrato, pidió que le dieran un bono de un millón de dólaresen efectivo en un portafolio. Él le dijo a un amigo: "Quiero unmillón de dólares en efectivo para llevárselos a mi padre ydecirle: '¿Ves esto? Es un millón de dólares. Sólo quiero quesepas el éxito que tengo."

A los cuarenta y cinco años de edad, Marvin Gaye, hijo,estaba viviendo con sus padres en 1984 cuando Marvin Gaye,padre, setenta, lo mató de un tiro tras una discusión insig­nificante. Era el día de los inocentes. Un amigo contó: "Marvinme dijo que nunca recibió el amor que quería de su padre."!

Mucho se ha escrito de la breve e infeliz vida de Sylvia Plath,escritora de la obra mayormente autobiográfica The Bell Jar(El frasco campana). Como escritora ganó premios antes de losveinte años, fue una poetisa famosa y profesora universitaria.Nacida en Nueva Inglaterra en 1933, la vida de Sylvia fuedefinida por la muerte repentina de su padre cuando ella teníaocho años. Muchos años después ella escribió en su diario:

Me enfado y me lleno de ira por la ida de mi padre, aquien nunca he conocido; aún su mente, su corazón, surostro de muchacho de diecisiete años los amo terrible­mente ... Codicio el conocimiento de él ...

Yo, nunca conocí el amor de un padre, el amor de unhombre estable consanguíneo después de los ocho años. . . el único hombre que me amaría de manera constante

iDios es Padre también! 33

en la vida; (Mamá) entró una mañana con lágrimas ...en los ojos y me dijo que se había ido para siempre. Laodio por eso.2

S~lvia se casó y tuvo dos hijos. Confesó que su esposo era unsustituto de su p~dre. El matrimonio terminó en el divorcio, ycomo muchas mujeres de hoy desarrolló una relación de amory odio hacia los hombres.

Odiaba a los hombres porque no se quedaban paraamarme como un padre ... Hombres sucios y asquero­s~s que tomaron todo lo que pudieron y después sedisgustaron o murieron o se fueron a España como elesposo de la Fulana con sus sensuales labios ...

Toda mi vida me han dejado emocionalmente "planta­da" las personas que más quiero: Papá muriéndose ydejándome, mamá que de alguna manera no estabaah ' 3l.

En medio de su melancolía y su deseo de amor paterno ver­dadero, visitó la tumba de su padre. "Fui a la tumba de mi padre... Encontré l~ lápida - 'Otto E. Plath: 1885-1940' -, precisa­mente e~ la orilla del sendero, donde podían pasarle por encima.Me sentl defraudada. Sentí la tentación de sacarlo de la sepulturapara probar que existía y que realmente estaba muerto."4

.~u~trom:ses,despu~sde l~ separación de su esposo, Sylvia se~UICldo. Tema solo treinta anos. No fue la primera vez que lo~~ntara. ~esp~:s de su primer intento, reveló en un poemaintitulado Papa, su deseo de irse con su padre. "A los veinteintenté morir e ir, ir, irme a ti. Hasta los huesos bastarían."5

Algunas personas llevan el dolor de familia a la tumba. Lospadres juegan un papel tan importante en la opinión denosotros que a menudo los deseos profundos de nuestra vida sepone~ en movimiento a una edad temprana. La aspiración deMarvm Gaye por la aceptación y aprobación de su padre ydeSylviaPlath por la intimidad y amor de un padre son versionestrágicas de los anhelos de muchas personas. ¿Cómo tener unaperspectiva sana de Dios como nuestro Padre cuando se recuer­da el rechazo, la desaprobación o la frialdad de un padrehumano? Hay contrastes que ayudan ...

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34 El padre que nunca conocí

Después de una carrera en el tenis llena de.lo~osy momen­tos culminantes, Chris Evert, de treinta y cuatro anos entonces,se retiró después de perder en el partido de cuartos de fi~~l.delTorneo Abierto de los Estados Unidos en 1989. Los periódicosrevelaron al día siguiente que más allá de toda gloria, dinero,novios y admiradores, Chris Evert había "jugado siempre paracomplacer a su padre".6 Su padre fue el primero en llegar a elladespués de su partido final.

El corredor de autos Bobby Allison llenaría un cuarto contodos los trofeos que ha ganado. Pero en 1989 después de unaccidente que acabó con su carrera dejando a Allison conlesiones en la cabeza y una memoria acortada, le tocó a su hijoDavey ser objeto de la atención pública en la carrera de DaytonaFirecraker 400. Su padre había terminado en primer lugar eneste torneo los seis años anteriores. Pero al fin de la carrera, elganador de veintiocho años, Davey Allison, con los ojos llen~sde lágrimas de júbilo se hundió en brazos de su legendariopadre. Luchando por no llorar, el hijo dijo: "No puedoagradecerte suficiente todo lo que has hecho por mí ... Estetriunfo es para ti, papá."7

Margaret Thatcher lamentó que su padre no viviera paraverla convertirse en ministra del gabinete o Primera Ministrade Inglaterra. Pero el día que llegó a ser Primera Ministra,ofreció este tributo a su padre.

Él me crió para creer todo lo que creo ... Es apasiona­damente interesante para mí que las ideas que aprendíen un pueblo pequeño, en un hogar muy modesto, sonprecisamente las ideas que creo que han ganado laselecciones ... Debo casi todo a mi padre.8

Momentos como esos nos recuerdan que el vínculo entre hijosy padres toca las cuerdas de nuestros sentimientos. El vínculopaternal es un aspecto maravilloso de nuestra calidad de sereshumanos; nuestro Creador ha diseñado a los seres humanoscon la capacidad y necesidad de vínculos paternos profundos.No obstante, esta relación terrenal de hijos con padres sirvecomo promesa de una relación espiritual todavía más grande ala que nos ha llamado el Dios Altísimo, que es nuestro Padre

iDios es Padre también! 35

celestial. En Él podemos encontrar la aprobación, aceptación,y amor de Padre. Dios, nuestro Padre, nos ofrece una relaciónmás satisfactoria y vital que cualquiera en la tierra.

Muchos cristianos conocen mucho de las Escrituras y hanoído muchos sermones. No obstante, si son como yo, a veces lasEscrituras quedan durante muchos años en el terreno cerebralantes de entrar en el corazón con fuerza dinámica. Sabemosintelectualmente que Dios es nuestro Padre, pero en lo profun­do no nos sentimos muy cómodos con la idea. Todos hemostenido padres que son menos que perfectos (algunos abierta­mente malos), así que hasta ahí todos hemos tenido modelosdistorsionados de nuestro Padre Dios. Pero para poder amarloy adorarlo y servirle verdaderamente, necesitamos ver su ter­nura, su preocupación, su atractivo personal, su accesibilidad,y su corazón de Padre. Para mí, entrar en el corazón de Dios havenido mediante el conocimiento de las Escrituras cuando elEspíritu Santo ha usado circunstancias que avivan esa verdaden mi a veces embotado y endurecido corazón.

SALA DE EMERGENCIAS: ESCENA UNOYo estaba sentado en una camilla de ruedas en la sala de

emergencias mirando a mi hijo acostado en otra camilla, ambosesperando tratamiento médico. La lesión de Scott era una emer­gencia definitivamente. Necesitaba suturas en una laceracióndel cuero cabelludo. Mi lesión no, pero por algunos días habíasospechado que necesitaría tratamiento. Tenía un gran pelotaen el codo después de haberme caído sobre éste en un juego debaloncesto. Yo sabía lo que Scott necesitaba; no sabía lo que meharían a mí. Esperaba que lo único que el codo necesitara fueradrenaje. Pero deseaba poder tomar el lugar de Scott porque suherida era más dolorosa que la mía.

Yo lo miraba y me estremecía y consolaba a Scott en su dolormientras él se asomaba por debajo de la estéril sábana azul quecubría su cabeza. Apretó mis dedos hasta que los suyos sepusieran blancos cuando el médico metió una aguja en laherida. Yo no podía mirar porque sabía lo mucho que dolía. Nogritó ni lloró; sólo hizo una mueca de dolor, crispando nerviosa­mente las piernas y sujetando fuertemente mis dedos.

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36 El padre que nunca conocí

Cuando todo hubo pasado, le tocó a papá. Scott miraba y seencogió cuando el médico metió una gruesa a~ja e~~ codo yla dejó por unos minutos mientras se escurrían el Iíquido y la

sangre.Detesto las agujas, sobre todo las gruesas. Pero un padre

tiene que estar extraordinariamente calmado cuando su ~lijodeocho años lo ve bajo presión. Especialmente cuando minutosantes, mientras el hijo estaba recibiendo tratamiento, el padrelo estaba consolando con frases como: "Está bien, hijo. No teinquietes; no dolerá." ,

La escena tuvo un significado especial para mi esa tarde. Dealgún modo, "papá" sentado ahí en la sala de emergencias conuna lesión real, compartiendo un dolor similar, y pasando porlo mismo junto" con Scott lo hizo más fácil para él. No negué midolor; le dije a Scott que dolía, pero que no era mucho. No pudeevitar pensar que de alguna manera pequeña esta escena en lasala de emergencias me permitía echar un vistazo a un profundomisterio que se desarrolla en la vida de Dios el Padre y sus hijos.

He estado en salas de emergencias al otro lado de la lesión,como miembro del cuerpo de sanidad militar, y he asistido amédicos en salas de emergencia suturando a pacientes. Hecaminado alrededor, por encima, y dentro de charcos de sangreen los pisos de la sala de emergencias. Pero esta fue mi primeravez como padre. De alguna manera la laceración menor de mihijo fue peor que las sangrientas heridas de pacientes des­conocidos. Sentí en esos momentos entrar en el corazón de Diosde una manera que todavía me maravilla. Experimenté larealidad de que Dios estaba "conmigo" desde un punto de vistade padre.

La verdad dio en el blanco en ese momento de una maneracomo nunca en todas mis lecturas, en todas mis clases deteología, y en todos los mensajes que había oído. Como creyentesiempre supe que Dios había sufrido por nosotros en laExpiación. Pero la realidad de que Dios sufre como nuestroPadre celestial junto con nosotros en medio de nuestro dolor derepente iluminó la paternidad de Dios con un efecto muy dulce.

He pensado con frecuencia que Dios sufrió sólo una vez, enla cruz, pero que los humanos sufren a menudo y repetida-

iDios es Padre también! 37

mente. Con frecuencia he ponderado las implicaciones de Cristonuestro "Emanuel", Dios con nosotros. ¿Hasta qué punto está"conmigo"? ¿Entra realmente en mi dolor y sufrimiento, o estáallí como simple observador? En momentos apremiantes, heacusado a Dios de ser indiferente a mi dolor y falto decompasión. "¿Por qué no quita mi pena, mi sufrimiento y midolor?" He deseado que Él hubiera participado más 'en laagitación interna de mi vida y al hacer eso lo asigné a ciertaexistencia monástica para moverse sólo entre las catacumbas"espirituales" de mi vida. No lo he visto como Padre participante,sino como uno ausente. Como el padre que parece siempre escon­dido tras las páginas abiertas del periódico en su sillón favorito oa la mesa, a veces mi Dios parecía permanecer distante tras laspáginas de mi Biblia.

Pero ahí en la sala de emergencias Dios derritió mi imagenobstinada. Ahí me di cuenta de que ~l es un Padre, másamoroso y compasivo de lo que yo llegaré a ser jamás comopadre humano. Sucedió como si Él estuviera a mi lado en lasala de emergencia y calmadamente decía: "¿Ves como sufrespor tu hijo y con él? De igual manera sufro yo contigo, hijo mío,porque yo soy tu Padre."

Si bien Dios, después de sufrir por nuestros pecados en lacruz, no puede sufrir en nuestro lugar en vida, Él sufre connosotros como un Padre con sus hijos. Nosotros tenemos quepasar en medio del sufrimiento, pero Él pasa en medio de éstecon nosotros.

Podemos cobrar ánimo sabiendo que Él está ahí mirándonosatento mientras estamos bajo la sábana azul, y podemos vermaravillados sus heridas: "En toda angustia de ellos él fueangustiado" (Isaías 63:9).

SALA DE EMERGENCIAS: ESCENA DOSTres semanas más tarde, Scott y yo estábamos de regreso en

el mismo hospital. Estábamos en la misma sala, en la mismacamilla, con el mismo médico y el mismo diagnóstico. Sólo queesta vez, Scott necesitaba tres puntadas en la cabeza en vez decuatro. Y yo era simplemente el padre en vez de pacientecompanero.

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38 El padre que nunca conocí

Había cierta contrariedad además que Scott y yo sentíamosporque esta lesión sucediera otra vez y que necesitaratratamiento otra vez y que pasara por el mismo dolor otra vez.Una vez más vi a mi hijo como Dios me ve a mí, su hijo.

Pensé mientras estaba sentado mirando el triste y turbadorostro de Scott: Hemos pasado por esto antes. Pero eso no lo hacemás fácil o menos doloroso, iuerdad, hijo? No era la primeravez que pensaba así ese día.

Temprano había tenido un conflicto de tristeza y reflexión ...irónicamente, me sentía como un paciente con Dios. Y sentía latensión de estar con un dolor interno familiar y recurrente en mipropio corazón y espíritu. Usted también debe de saber cómo sesiente, porque muchos creyentes en ocasiones tienen problemas,dudas, pecados, tentaciones, o temores recurrentes. Para mí esedía había sido un sentimiento de pesar porquetodavía luchabacon ciertos temores y dudas recurrentes acerca de la fidelidadde Dios hacia mí. Había dudado de su compromiso real deayudarme, como pastor que se esforzaba. ¿Por qué no puedoarreglar esto, Señor? ¿Por qué no puedo descansar más sabien­do que me amas? ¿Porqué no puedo pasar esta fastidiosa duda?Debiera ser más maduro que esto. Debí haber arreglado esto ya.Atrapado entre temores reales y falta de perspectiva, comencéa reprenderme también por mi autoconmiseración y por miincapacidad de "cambiar de humor". Cuando los temores y lasdudas nos abruman, con frecuencia nos sentimos más con­denados por ellos y nos preguntamos cómo y por qué Dios nossoporta.

En medio de todo esto, creo que Dios debió de recordarme:Hemos estado aquí antes. Hemos pasado por esto antes, hijo.Los mismos temores ascendentes, el mismo doloroso sentimien­to de rechazo. Y respondiendo a Dios en oración yo había dichomascullando: "Pero eso no lo hace más fácil." Los dolores y laspenas internas nos pueden gastar; pueden debilitar el espírituy desinflar nuestra esperanza y nuestra alegría. Como pacientenecesitado con una herida recurrente, estaba contrariado con­migo mismo por ser espiritualmente torpe y lento para sanar.

Hay ocasiones en que somos como pacientes ante el Señor.A veces necesitamos cirugía menor, y a veces un período de

iDios es Padre también! 39

convalecencia que nos ayude a ganar fuerzas para recuperar­nos.

Me incliné sobre mi hijo, Scott, mientras yacía sobre lacamilla en la sala de emergencias, y cuando lo miré nuevamentedebajo de la sábana azul esterilizada, vi el drama que serepresentaba entre Padre e hijo, entre Dios y yo. Yo soy el niño,y Dios el Padre se inclina sobre mí para consolarme y alentarmeen mis recurrentes heridas y dolores y necesidades. Seríainconcebible que yo abandonara a mi hijo durante este tiempode necesidad. Dios es mi Padre. No me abandona cuandocometo el mismo insensato error y termino lesionado otra vez.Hay un tiempo para la disciplina y un tiempo para laconsolación; el buen padre sabe qué es lo mejor.

¿Cuántas veces no he errado acerca del amor paternal de Dios?¿Cuántas veces he empequeñecido su amor y degradado su gran­deza y cuidado paterno imaginándomelo menos un Padre que yopara mis hijos? Cuántas veces me lo he imaginado como alguienque rápidamente me rechaza por la más mínima falta y que notolera mi inmadurez espiritual? ¿Cuántas veces he hecho esen­cialmente la apreciación de que soy un mejor padre para mis hijosque Dios para mí?

Esas excursiones a la sala de emergencias representaronpara mí la posición ventajosa de un padre en el trato con sushijos. Y en mi función de padre tengo el privilegio repetida­mente de echar un mejor vistazo al corazón de Dios como Padrepara mí.

Dios tiene que ver más con sus hijos de lo que nos damoscuenta. Aunque Él es trascendente, omnipotente y el incompren­sible Santo, eso no hace que sea estoico e inconmovible. Diostambién es inmanente; está cerca de, con, y morando en supueblo. Si bien las Escrituras usan figuras y analogías paradescribir a Dios en lenguaje humano, eso no significa que Diossea nada más que superhumano en sus cualidades. Empleantal lenguaje para comunicar la verdad acerca de la naturalezade Dios. Quizás no entendamos como difieren las emociones deun Dios infinito de las del hombre, pero las Escrituras afirmanque Dios tiene emociones (se contrista, se aflige, experimentatristeza y deleite). Dice de Cristo: "No tenemos un sumo sacer-

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dote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades"(Hebreos 4:15).

El Antiguo Testamento prometió que Dios habitaría con supueblo, que Él sería su "Emanuel". ¡Cuánto necesitamos estaseguridad! Necesitamos que la realidad de Dios habitando connosotros irrumpa en nuestro corazón como recuerdo fresco desu profunda participación personal.

ABBA,PADRETodo el mundo nace para ser huérfano.

Saul Bellow

"No os dejaré huérfanos;vendré a vosotros."

Jesucristo(Juan 14:18)

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Mi amigo me contó cómo quedó huérfano. Había tenidomuchos encuentros con la policía antes que su madre

fmalmente lo abandonara cuando tenía siete años. Fue inter­nado en un centro de detención juvenil y, desde la edad de sieteaños, con frecuencia cumplía tiempo en confinamiento incomu­nicado. Desnutrido, rebelde y desconfiado de los adultos, estabaen camino de convertirse en un adulto desdichado. Pero Dios loalcanzó en el orfanato por medio de un anciano que lo llevó alSeñor. Mi amigo recuerda que antes de su adopción él y los otroshuérfanos conversaban acerca de encontrar el hogar y la fami­lia perfectos. Recuerda pedir a Dios que le diera "padres nue­vos", no quería los "padres viejos"; poco tiempo después fueadoptado por una pareja rica e influyente.

La condición de los huérfanos toca un lugar especial ennuestro corazón. Su necesidad es tan aparente para nosotros.

Me enteré sorprendido de que muchos prestigiosos líderesmundiales fueron huérfanos. Paul Tournier en su libro CreatiueSuffering (Sufrimiento creativo) escribe que el doctor PierreRentchnick recopiló una lista de más de trescientos de los másfamosos personajes de la historia que fueron huérfanos. Esaspersonas perdieron a uno o a ambos padres temprano en la vida,o fueron abandonados, o fueron hijos ilegítimos que no con­ocieron a su padre. La lista es como el quién es quién de lahistoria mundial: Alejandro Magno, Julio César, Carlos V,Cardenal Richelieu, Luis XIV, Jorge Washington, Napoleón, laReina Victoria, Golda Meier, Hitler, Lenin, Stalin, Eva Peróny Fidel Castro. Rentchnick incluyó también a grandes líderesreligiosos: Buda, Mahoma y Confucio.

La lista no se detiene en líderes religiosos y políticos. Muchosescritores, filósofos y artistas fueron huérfanos: Rudyard Ki­pling, León Tolstoi, Alberto Camus, Voltaire, Pascal, Dos­toievski, Rousseau, Sartre, Bertrand Russell, Juan- SebastiánBach, Carlos Dickens, Charlotte Bronté. Paul Tournier,escritor y orientador cristiano, perdió a ambos padres a la edad

Abba, Padre 43

de cinco años. Los escritores y los artistas tienen un donparticular para expresar creativamente sus traumasemocionales y penalidades de la vida. Están plenamente cons­cientes. de las pérdidas y su sensible espíritu les ayuda acomunicar a otros el dolor de ser humano.

Tournier escribe que el mismo libro de Rentch-nick, DoOrp~ns Lead.the .lY'0rld? (¿Dirigen los huérfanos el mundo?)relaciona la prrvacion de estos huérfanos con el deseo de estaren control, que los impulsó a puestos de autoridad para podertransformar el mundo para bien o para mal. A veces nosimaginamos a los huérfanos con un rendimiento por debajo delo co~ún, pero la evidencia desafía ese estereotipo.

Sin embargo, recuerda Tournier: "Por los pocos cientos dehuérfanos en la lista de Rentch-nick que lograron forjar sunomb~e en la historia, hay millones a quienes las privacionesde la Infancia han impedido de por vida."!

Hay períodos de la historia en los que el número de huérfanosfue trágicamente alto. Durante el período del Imperio Romanolos hu~rfanos y los niños indeseados morían frecuentemente po;descuido, o fueron matados, o fueron vendidos como esclavos.En el siglo do.ce, cuando Inocente III llegó a Roma, se espantóal ver la cantidad de cuerpos de bebés flotando en el río Tíber.Antes de la Reforma, los conventos y monasterios general­mente cuidaban de los niños indeseados y los huérfanos.~urante la Revolución Industrial su población explotó, y lasCIudades se llenaron de pilluelos y expósitos callejeros. Despuésde la Guerra Civil en los Estados Unidos, proliferó el númerode asilos para huérfanos en las ciudades para suplir por lanecesidad. Desde finales del siglo diecinueve hasta comienzosdel si~l? nuevo, "trenes de huérfanos" cargados de niños paraadopción sacaban los huérfanos de las ciudades del este parallevarlos a las granjas del oeste.

No sorprende que Dios, en su infinita previsión, nos dijeraque Él ve a los huérfanos con interés especial. ¡Sabía cuántoshabría! Cuando las Escrituras prometen que en Dios "elh~érfano alcanzará misericordia" (Oseas 14:3), muestran queDIOS conoce el gran vacío dentro de nosotros que clama por amory cuidado paternal.

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HUÉRFANOS EMOCIONALES Y ESPIRITUALES

El gran escritor ruso León Tolstoi perdió a su madre cuandoél era muy joven. Sin embargo, a los ochenta escribió un tardíolamento en su diario: "Sí, sí, mi mamá, a quien nunca pudellamar así porque no sabía hablar euando murió. Ella es miimagen sublime del amor; no el amor divino, frío, sino el cálidoamor terrenal, maternal ... ¡Mamá, abrázame, a mí, bebé! ...Esta es una locura, pero es la verdad."2

Los padres simbolizan el anhelo de amor, afecto, pertenen­cia, y valor sentido intensamente por los huérfanos. BertrandRussell, el célebre filósofo, perdió a ambos padres a una edadtemprana. La experiencia de ser huérfano alimentó una de lasgrandes pasiones de su vida: "el anhelo de amor".3

Los huérfanos nos dan un retrato simbólico del hombre ennecesidad. Quizás eso es lo que llevó al escritor Saul Bellow adecir: "Todo el mundo nace para ser huérfano."4

Ni usted ni yo necesitamos ser huérfanos para conocer eldeseo de tener una familia "perfecta" con el padre y la madre"ideales". Muchos que nunca fueron abandonados o perdierona sus padres terrenales son huérfanos emocionales yespirituales, en busca de alguien que les brinde amor, per­tenencia, valor y seguridad. Los que hemos encontrado a Cristo,o que fuimos encontrados por Él, estamos igualmentenecesitados. Muchos hijos e hijas adoptados en la familia deDios permanecen huérfanos emocional y espiritualmente por­que no logran conocer el solaz paternal y maternal de su Padrecelestial.

Noreen, que compartió largamente sus pensamientos con­migo, me ha dado permiso para contar parte de su historia:

Me sentía como si realmente no tuviera padres. Conmi padre enojado y sexualmente abusivo y mi madrepasiva y desprovista de afecto, crecí emocionalmenteprivada y hambrienta de atención. Sabía que otrasfamilias eran más "normales". Veía la televisión y sofia­ba con tener padres como Ozzie y Harriet Nelson oDonna Reed, sabe, las familias ideales. Hoy, veo a mihijita y veo lo graciosa y alegre que es y recuerdo que deniña yo me sentía tan fea y falta de gracia. Me sorprende

Abba, Padre 45

no haber terminado por ser una prostituta callejera.Pero Dios estaba velando por mí en forma especial.Recibí de mis maestros la atención y la aprobación quenecesitaba, yeso me ayudó mucho. Recuerdo caer dor­mida por las noches preguntándome si algún día al­guien me amaría y pensaría que era bonita.

La historia de Noreen no es rara; es la experiencia demuchos. Nos recuerda las implorantes necesidades internas.También muestra, como veremos, que Dios es fiel. Las palabrasde nuestro Salvador llegan al corazón cuando dice: "No osdejaré huérfanos; vendré a vosotros" (Juan 14:18). No dijo estaspalabras a "niños" literales. Las dijo a hombres grandes contemores y ansiedades y un sentido de estar perdidos visible­mente escrito en sus caras. Jesús hablaba a sus discípulos ensu última noche juntos cuando hizo esta promesa. El sentidorecto de la palabra que empleó es literalmente el equivalentede nuestra palabra huérfanos (la palabra en griego es or­phanos). Jesús sabía que el trauma emocional asociado con laorfandad era particularmente descriptivo de las necesidadesespirituales de sus discípulos en ese momento y de hombres ymujeres hoy, siglos más tarde. Es esta necesidad que Dios elPadre se propone suplir por medio de Cristo, quien prometeenviarnos al "Consolador" (Juan 14:16), el Espíritu Santo, paramorar adentro y para dar testimonio perpetuo de la presenciade Dios y nuestra condición de hijos.

La gran promesa de la venida del Mesías en Isaías 9:6 nosda una magnífica descripción de varios aspectos del carácter deDios: "Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno,Príncipe de paz." Dios no es Padre que abandone, que nos falle,que esté fríamente distante. Nuestro Dios es un Padre eterno.No es un papel que adopte periódicamente; es su naturaleza.Cuando Jesús enseñó a sus discípulos a orar, les enseñó adirigirse a Dios como "Padre".

A menudo es significativo lo que no se nos dice que hagamos.Jesús pudo habernos enseñado a llamar a Dios por un títulodescriptivo de otros aspectos de su carácter. Pudo habernosenseñado a dirigirnos a Él como "Salvador nuestro" (como Pabloen 1 Timoteo 1:1; 2:3), expresando el gran plan de Dios para la

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redención. Pudo habernos enseñado a llamar a Dios como"Todopoderoso", enfatizando el poder de Dios. O con cualquierade los títulos del Antiguo Testamento: el Santo de Israel, el DiosAltísimo, el Señor de las ejércitos, el Señor Dios, o Jehová. PeroJesús les dio a ellos y a nosotros una forma más personal, másrelacional para dirigirnos al Señor Dios Todopoderoso: "Padre".

ADOPCIÓN

Para los que conocen el dolor y la soledad de la orfandadespiritual y emocional, la invitación de ser hijos amados de unPadre celestial fiel promete satisfacer su hambre más profunday feroz. Pero Zestáa su alcance esa perfecta relación? ¿Cómo puedeun huérfano encontrar lo que él anhela?

Los huérfanos necesitan que los adopten. Dios hizo provisiónpara hacerlo, y la Biblia habla de la salvación como el acto de seradoptado en la familia de Dios. Pablo dice: "Habiéndonos predes­tinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo,según el puro afecto de su voluntad" (Efesios 1:5, cursivasañadidas). Aunque las Escrituras emplean pocas veces la palabraadopción, ésta tiene un contenido teológico profundo.

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud paraestar otra vez en temor, sino que habéis recibido elespíritu de adopción, por el cual clamamos: iAbba, Pa­dre!

Romanos 8:15

Dios envió a su Hijo . . . para que redimiese a los queestaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopciónde hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestroscorazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama iAbba,Padre!

Galatas 4:4-6

Ambos pasajes hablan de recibir adopción en la familia deDios y relacionan la adopción con el cariño personal de Dios alllamarlo "Abba, Padre". La palabra griega para adopción(empleada en los dos pasajes) realmente tiene la palabra "hijo"como prefijo. La palabra adopción significa llegar a ser un hijo,parte de la familia, heredar una herencia.

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La adopción es un concepto especial porque muestra laelección deliberada que hace el Padre. J. I. Packer escribe:

La adopción es un concepto relacionado con la familia,concebido en términos de amor, y que ve a Dios comopadre. En la adopción Dios nos recibe en su familia y a sucomunión, y nos coloca en la posición de hijos y herederossuyos. La intimidad, el afecto, y la generosidad forman labase de dicha relación. Estar en la debida relación con el .Dios juez es algo de veras grande, pero es mucho másgrande sentirse amado y cuidado por Dios padre.5

Nos ayuda ver la riqueza de las metáforas sobre la familiaque Pablo usa en sus epístolas. El uso de Pablo de términoscomo adopción, herencia, y herederos pudiera no atraernosdemasiado. Estas son más que palabras con un significadosentimental de "familia"; en los días de Pablo las palabrastenían significado legal. Las usó para realzar el significadotécnico y teológico de nuestra condición de hijos de Dios.

Pablo era un ciudadano romano y conocía el vasto sistemalegal. Usó términos como adopción, herencia, y herederos ensus epístolas con alusiones romanas porque sus lectoresestarían más familiarizados con la ley romana.6

El padre en una casa (o familia) romana era la cabeza ycentro de la familia, y su poder "lo llenaba todo".7 No había una"mayoría de edad" cuando el "hijo" obtuviera su independenciacomo un derecho. Era muy posible para un hombre maduro yhasta viejo ser todavía por ley el niño de su padre y estar sujetoa su autoridad.8

La intención no era restrictiva o negativa, sino que servía deconexión significativa entre hijos y su padre. De manera quecuando Pablo dice a los efesios que ellos son "miembros de lafamilia de Dios" (2:19), no es sólo una expresión bonita.

El profesor Francis Lyall, en su amplio estudio de metáforaslegales Slaues, Citizens, Sons (Esclavos, ciudadanos, hijos),dice que las leyes de la adopción romana eran mucho másamplias y orientadas a establecer la relación que las leyesgriegas de adopción o los conceptos hebreos de adopción (queeran casi desconocidos).

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Hay dos procedimientos diferentes de adopción (adrogatio yadoptio) que instalaban a una persona en una nueva familia ylo hacía miembro en casi todo respecto. Uno de ellos (adrogatio)hacía a una persona miembro de una familia cancelando todassus deudas y obligaciones pero sin ponerlo bajo la autoridadlegal de otra persona. La segunda forma de adopción (adoptio)era más inclusiva y ponía al adoptado bajo "el poder y autoridadlegal de otro".9 Esta última forma está más ligada al uso quePablo dio a la metáfora de la adopción. .

Esta segunda forma de adopción romana constaba de unprocedimiento en dos etapas. Bajo la ley romana la primeraetapa implicaba la destrucción del poder paternal del padreanterior. La segunda etapa trataba de la relación con un nuevopadre y el establecimiento de su poder paternal. Con estetrasfondo podemos ver por qué Pablo usaría la adopción paracomunicar conceptos teológicos.

Era más que llegar a ser sólo un hijo adoptivo. Producía uncambio en los padres naturales y en los padres nuevos de unapersona, y en su propia condición de hijo o hija. Espiritualmentesomos adoptados por Dios, y no somos más hijos de tinieblassino hijos de un Padre celestial. No somos simplemente hijosadoptivos que no alcanzan a formar parte real de una familia,sino que somos adoptados hijos con participación legal en unanueva familia.

La profunda verdad de la adopción romana es que el adop­tado era sacado de su estado previo y puesto en una relaciónnueva de hijo con su nuevo padre. Se cancelaban todas susantiguas deudas, y en efecto el adoptado comenzaba una vidanueva como parte de una familia nueva. De allí en adelante elpadre (o paterfamilias) tenía el mismo control sobre su nuevo"hijo" como sobre sus hijos naturales. Era dueño de toda lapropiedad y adquisiciones del adoptado, controlaba todas susrelaciones personales', y tenía derechos de disciplina. Por otrolado, el padre era responsable de las acciones del adoptado, ycada uno debía al otro derechos recíprocos de apoyo y man­tenimiento.U'

Otros dos términos legales aparecen en las epístolas" "d Promanas e ablo: heredero y herencia. En las Escrituras,

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herencia en su sentido más amplio "comprende la totalidad dela bondad de Dios para con el hombre".l1 Según la mayoría delas leyes una persona no es heredera hasta que muere suprogenitor, pero según la ley romana "nacimiento, no muerte,constituye el derecho de herencia".12 En la ley romana habíauna "continuidad de personalidad entre heredero yprogenitor".13

Gayo, jurisconsulto romano, escribió que los hijos: "Aún envida de sus padres son considerados dueños de ciertamanera".14 Cuando Pablo dice que somos "herederos; herederosde Dios y coherederos con Cristo" (Romanos 8:17), quiere quesepamos que ahora somos propietarios con Dios y Cristo de todala herencia divina. Ser herederos de Dios no significa quedebamos esperar un día en el futuro cuando alguien muera;somos propietarios ahora, y hay una "continuidad de per­sonalidad", una conexión entre el creyente y Dios el Padre.

En "adopción" Dios se extiende al hombre necesitado: que haquedado huérfano y sin padres, sin la conexión vital de lafamilia. La adopción toca nuestro corazón, porque Zqué niñohuérfano no quisiera ser adoptado por un padre amoroso quelo acepte? Una vez más Packer escribe:

Dios hará lo inimaginable para lograr que sus hijosperciban el amor que Él siente por ellos, y que tomenconciencia de su privilegio y de la seguridad de la quepueden disfrutar como miembros de su familia. Loshijos adoptivos necesitan sentirse seguros de que sonaceptados, y el padre perfecto hará que así se sientan.15

Sin embargo, como se implica en esos versículos, la adopcióntiene que ser "recibida". Todos los hombres y las mujeres sonhuérfanos en cuanto a Dios hasta que reciban el don de lasalvación que se ofrece en Cristo, el Hijo amado de Dios quemurió en la cruz para reconciliar al mundo pecador con unPadre Santo.

Ese compromiso paternal sobrenatural trasciende hasta losvínculos de lealtad de nuestros padres terrenales. Comoescribiera David en los Salmos: "Aunque mi padre y mi madre medejaran, con todo, Jehová me recogerá" (Salmo 27:10).

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DIOS NO ES EL PADREDE TODOS LOS HOMBRES

Algunos creen que Dios es el Padre de todos. Pero eso no eslo que enseña la Biblia. La riqueza de la doctrina bíblica enseñaque Dios tiene una relación paternal particular con los quecreen y ponen su fe en él. El Evangelio según SanJuan es claro:"A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los quele recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad deser hechos hijos de Dios" (Juan 1:11-12).

Las Escrituras son claras en cuanto a que creyendo yrecibiendo a Cristo nos convertimos en hijos de Dios, somosadoptados y así tenemos a Dios como nuestro Padre. Los quellaman a Dios el "Padre de todos" con frecuencia usan el títuloy el concepto para expresar uno o más de los siguientes concep­tos:

• Dios como el creador• Dios como el originador y dador de toda vida• Dios como el dueño• Dios como Padre de cada personaTal vez el título se aplique a los primeros tres puntos. El

Antiguo Testamento habla en ocasiones de Dios nuestro Padrecon el sentido de ser nuestro creador: "¿No es él tu padre quete creó? El te hizo y te estableció." (Deuteronomio 32:6). Y Pablohabla de Dios como "el Padre, del cual proceden todas las cosas,y nosotros somos para él" (1 Corintios 8:6). Pero en los pocoscasos en que se emplea Padre con sentido de creador y dadorde vida, el contexto pone en claro que el término se emplea contal connotación.

DIOS ES EL PADRE DE TODOSLOS QUE CREEN

Las Escrituras no confirman que Dios sea el Padre de todoslos hombres en el sentido de un enlace de compromiso y defiliación paterna. Enseñar así es perder de vista todo el impactodel mensaje evangélico de ser hechos hijos de Dios mediante lafe en la obra de Jesucristo en la cruz. D. A. Carson escribe: "Elescritor del Evangelio hace referencia a Dios como Padreúnicamente en contextos que atañen al Mesías o a creyentes.

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Dios no es el Padre de todos los hombres, sino el Padre de Jesúsy el Padre de los discípulos de Jesús."16

Jesús fue hasta el extremo de denunciar a los fariseospúblicamente diciendo que no eran de Dios el Padre porque nocreían en Él. Después de protestar: "un Padre tenemos, que esDios" (Juan 8:41), Jesús los corrigió diciendo que tenían otro"padre": "Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseosde vuestro padre queréis hacer" (v. 44). La indicación de queDios es el Padre de uno es responder a Jesucristo en unarelación amorosa de confianza. Como dijera Jesús también aesos fariseos: "Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente meamaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido" (v. 42).

Dios nos invita a entrar en una relación de pacto con Élcomo nuestro Padre, según dice 2 Corintios 6:17-18:

Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, diceel Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y serépara vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos ehijas, dice el Señor Todopoderoso.

Dios se hace Padre del creyente mediante la muerte expiatoriade nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Entra en un pacto con elcreyente basándose en la cruz. En ese punto de arrepentimientoy fe, el Espíritu Santo confiere la condición de hijo a la persona.Pablo escribe: "Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitudpara estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritude adopción, por el cual clamamos: Abba, Padre!" (Romanos 8:15).Además, la fraseología de Pablo en Gálatas 4:7 presupone quetodos los hombres no son hijos de Dios, sino que llegan a ser hijosmediante la fe y pasan así de su condición de "esclavos" a "hijos"."Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también herederode Dios por medio de Cristo" (Gálatas 4:7).

Tan esencial es ese reconocimiento de Dios como nuestroPadre que se encuentra en lassalutacionee de diecisiete de susveintiuna epístolas en el Nuevo Testamento.17

Descriptiva y funcionalmente Dios es Creador, Gran Médico,Buen Pastor, Todopoderoso, Alfa y Omega, el Señor de losejércitos. Cada designación acarrea verdades específicas, ab­solutas y explicables que representan los atributos de Dios.

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Pero el título y papel más predominante (además de "Señor")es el nombre y designación de "Padre". "El nombre 'Padre' enel Nuevo Testamento se convierte en el nombre común paradirigirse a Dios ... Este nombre es la revelación más exaltadade Dios. Dios no sólo es el Creador, el Todopoderoso, el Fiel, elRey y Señor; Él es también el Padre de su pueblo."18 James I.Packer escribe en Conociendo a Dios:

Se resume la totalidad de la enseñanza del NuevoTestamento en una sola frase cuando se habla de ellacomo la revelación de la paternidad del santo Creador.Del mismo modo, resumimos la totalidad de la religiónneotestamentaria cuando la describimos como el cono­cimiento de Dios como nuestro santo Padre.19

HUÉRFANOS NO MÁsEl creyente es más que sólo un seguidor, más que un .

discípulo, más que un soldado en el ejército del Señor, más queun peregrino y más que un siervo de Dios. Los creyentes sonhijos e hijas de Dios su Padre.

Si queremos juzgar en qué medida alguien comprendeel cristianismo, procuramos establecer qué es lo quepiensa acerca del concepto de que es hijo de Dios, y deque tiene a Dios como Padre. Si no es este el pensamientoque impulsa y rige su adoración y sus oraciones y toda supercepción de la vida, significa que no entiende nada bienlo que es el cristianismo. Porque todo lo que Cristo enseñó,todo lo que hace que el Nuevo Testamento sea nuevo, ymejor que el Antiguo, todo cuanto sea distintamente cris­tiano por oposición a lo judaico, se resume en el conoci­miento de la paternidad de Dios. "Padre" es el nombrecristiano para Dios.20

Pienso en Sylvia Plath acabando su vida con esta trágicanota: "Nunca conocí el amor de un padre." O en Marvin Gayematado por su padre, y la revelación de su amigo que "Marvinnunca recibió el amor que quería de su padre." En el lamentode Saul Bellow: "Todo el mundo nace para ser huérfano." EnLeón Tolstoi anhelando el calor del amor maternal: "Mi imagen

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sublime del amor ... no el amor divino, frío." ¿Cuántos hombresy mujeres terminaron descontentos porque buscaron en elhombre lo que en realidad sólo Dios puede dar?

El creyente no tiene que pasar nunca por la vida sintiéndosecomo un huérfano emocional o espiritual. La promesa de Jesúsen Juan 14:18 sigue firme hoy: "No os dejaré huérfanos; vendréa vosotros." Sin embargo, el consuelo glorioso que tiene estapromesa elude a menudo a los hijos de Dios. El siguiente capítuloexplora las trágicas maneras en que la pobre paternidad terrenalpuede impedir que disfrutemos plenamente de la libertad quetenemos de clamar "Abba, Padre".

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RESACA PATERNALSí, él estaba, pero crecí sin un padre definitivamente.

Él nunca hizo como otros padres. Fue un hombreamable e inofensivo y nada más . . . No contribuyó

en lo absoluto para mi crecimiento."May"

Él era el centro de mi mundo . . . y nuncadudé de que era primera en su corazón.

Eleanor Roosevelt(mucho tiempo después

de la muerte de su padre)

«Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Jehová me recogerá."

El rey David(Salmo 27:10)

Conversaba con una mujer de unos cincuenta años quehabía crecido en una familia cristiana "ejemplar". Su

padre, su madre, sus hermanos y hermanas, todos habíanservido al Señor como familia mientras crecían y, ahora queeran adultos andaban en los caminos de Dios. La instruyerondesde niña en las Escrituras. Su padre tenía devociones fami­liares diarias y la familia junta memorizó grandes porciones delas Escrituras. Cantaban como familia y lo hacían en muchasiglesias. Como adulta, esta mujer era lo que llamaríamos "sóli­da" y "madura". Yo pensaba que si alguien tendría una pers­pectiva saludable de Dios, sería ella.

Por eso me sorprendí cuando en medio de una conversaciónfortuita acerca de un sermón sobre el amor de Dios ella me dijo:"No recibí mucho amor de mi papá ... No fue muy amoroso oafectuoso. Y comencé a ver a Dios de esa manera.n Qué trágico,pensé yo, que un padre pasara a sus hijos el conocimiento de lasEscrituras pero no el conocimiento de Dios como Padre lleno deamor. Aun entre familias cristianas es posible formarse unaimagen incorrecta de Dios ... aun con personas que hanmemorizado grandes porciones de las Escrituras. Las per­cepciones tempranas de esta mujer fueron formadas por lasimpresiones negativas de su padre terrenal, y añosdespués todavía batallaba contra esas percepciones.

CARICATURAS DE DIOSA menudo transferimos a Dios las caricaturas que tenemos de

nuestro padre. De manera que si podemos identificar y corregirlos errores de pensamiento acerca de los padres, estaremos enmejor posición de ver a Dios el Padre con más acierto. Estoyconvencido de la necesidad que tenemos de disponernos a creerlo que la Biblia enseña de la imagen de Dios, no en las imágenesdistorsionadas que hemos elaborado desde nuestra niñez. Noquiero invitar a la introspección morbosa ni permitirnosdemasiado espacio para culpar a nuestros padres por la imagen

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que tenemos de Dios. Si bien necesitamos interesarnos por elbagaje traído de nuestro pasado, debemos usarlo de maneraconstructiva.

Cuando creamos una caricatura de Dios, lo dibujamos conproporciones distorsionadas, como los artistas en una feria ocarnaval que exageran los rasgos para lograr parecidos cómicosen vez de representaciones fieles. Nuestras caricaturas de Diosrara vez son humorísticas; la verdad es que pueden ser trágicas,porque terminamos torciendo la imagen santa de un Diosmaravilloso. Sin embargo, a veces es beneficioso reírse de unomismo, cuando vemos que nuestra mente tiene manerasrisibles de crear y distorsionar las imágenes. Como nocturnosdelincuentes juveniles con, un grueso marcador dibujandobigotes, orejas grandes, cejas tupidas, y otras cosas semejantesen las caras sonrientes de los anuncios callejeros, con grandes yanchos trazos podemos estropear nuestra imagen de Dios en unvandalismo teológico.

A veces en nuestra vida Dios pone en tela de juicio"nuestrasideas erróneas y las caricaturas que hemos dibujado de Él.Recuerdo una ocasión que me ha beneficiado mucho. Hemostenido por costumbre familiar tomar vacaciones veraniegas. Unverano mientras estábamos en medio de plantar de una iglesia,nos encontrábamos en esa etapa cuando los ingresoseconómicos son inciertos. A principios del verano había cal­culado que no podríamos ir de vacaciones. Mi línea de pen­samiento iba de esta manera: Bueno, las vacaciones no son unanecesidad, de manera que no debo esperar que las puedo tomarsiempre. Sin em bargo,por otro lado, sería bonito poder retirarsea las montañas por una semana. Me pregunto si debiera orarpor unas vacaciones. Supongo que no, probablemente no seanimportantes para Dios.

En ese momento me di cuenta del cuadro que había creado deDios. Mi mente tiene una manera extraña de razonar, enocasiones. A veces encuentro saludable discurrir en mi pen­samiento, dar un paso atrás y escuchar lo que estoy diciendo. Mipropio pensamiento puede ponerme bajo convicción cuando medigo a mí mismo: "¿Te das cuenta de lo que dices?" Esta vez vi lacaricatura que había hecho de Dios como un "Padre formal".

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¿De dónde saqué mi caricatura de Dios como Padre formal?Por lo general, me inclinaba a ver la generación de mis padrescomo una generación trabajadora y seria. Era unacaracterística buena. Había pasado por la Gran Depresión y laSegunda Guerra Mundial y trabajaba duro para construir unfuturo para sí misma y para la generación de posguerra. Perosupongo que era una caricatura de los padres de esa generaciónvieja. En el vecindario en que crecí, parecía que los padres(incluso el mío) trabajaban todo el tiempo. Siempre estabantrabajando en sus empleos, en sus casas, en sus céspedes, o ensus autos. Rara vez recuerdo ver a padres jugando con sus hijos.Mi papá siempre andaba tras de mí para que hiciera trabajoscon él en la casa. Siempre había algo que arreglar, cortar,recortar, aceitar, clavar, pintar, rastrillar o palear. ¡y ni si­quiera vivíamos en una granja; vivíamos en una urbanización!y si me iba a jugar en vez de ayudar a papá, me sentía culpable.Padres e hijos trabajaban en la casa, en el césped, en el auto.

Yo nunca aprendí a reparar autos muy bien. Si papá es­tuviera vivo diría: "Es porque siempre andabas tocando esaguitarra mientras yo arreglaba solo el auto en el garaje." En lasdécadas de los años cincuenta y sesenta todavía no se habíainventado el término adicto al trabajo, pero la ética de trabajoprotestante tan apreciada en nuestro país ha estado en plenamarcha durante mucho tiempo. Eso me inclinó a decidir: eltrabajo es importante, el tiempo libre no. En mi mente lospadres trabajan duro; no tienen tiempo para descansar.

Mis pensamientos acerca de Dios realmente eran:

Dios no está interesado en mis vacaciones. Él es unDios de visión y esenciales. Dios es práctico. Dios con­testa oraciones de necesidades y provisiones significati­vas. Dios no es la clase de Padre que derrocharía recur­sos en mí. No creoque me diera algo sóloporque yo pienseque lo quiero.

Hay verdad y error en estos pensamientos. Creo que Dios espráctico, ¿pero significa eso que sea previsible? Dios no quiereconsentirnos Zpero significa eso que no sea, a veces, más quegeneroso? La promesa de "vida abundante" no significa que

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recibiremos "vida materialista abundante" junto con todo ycasas grandes, autos finos, sueldos exorbitantes y vacacionescolosales. ¿Pero significa eso que, a veces, Dios no nos débendiciones que no esperamos ni merecemos?

En dos días Dios rompió en pedacitos mi caricatura personalde Él de Padre formal que sólo da regalos prácticos y"necesarios". Yo había llegado a la conclusión en mi corazón de .que estaba bien no poder tomar vacaciones. Y sinceramente notenía una actitud disgustada hacia Dios o las circunstancias.Pero Dios quería exponer la imagen errónea que tenía de Él.

Un par de días más tarde, unos amigos de otra iglesia nosdieron unas vacaciones de regalo: Hicieron los arreglos paraque nos quedáramos en una cabaña en las montañas. Despuésde recibir la noticia, colgué el teléfono y de inmediato me sentículpable en cuanto a mi manera de percibir la imagen de Dios.Me di cuenta de que con esa imagen había metido a Dios en unacasilla. Ahora afirmaba: Dios es generoso no tacaño. Dios no estanpráctico que no nos pueda sorprender con regalos inesperados.

PADRES QUE HEMOS CONOCIDOSi existe la relación entre nuestra percepción de Dios y la

imagen que tenemos de nuestro padre es útil entonces que lasconsideremos. Exploremos un poco las caricatura de padres quehemos conocido o visto. Con el fin de resaltar algún punto, lossiguientes ejemplos son caricaturas deliberadas.

El padre formalEste padre era todo trabajo y poco dado al placer. Era el tipo

de papá que no toleraba respuestas insolentes o la pereza ysiempre mandaba bajar el volumen de la música. No era dado ala conversación trivial; no tenía mucho que decir, y cuandohablaba, generalmente consistía en órdenes. El relajamiento, larecreación y tomar tiempo libre no tenían lugar en su vida diaria.

El padre siempre prácticoEste papá era utilitario hasta el colmo. Todo en la vida debía

tener un lugar, un propósito y una función. Este padre nuncadaría nada a sus hijos a menos que llenara una necesidad, yentonces la necesidad tenía que ser explícitamente obvia. Tanto

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el padre formal como el padre siempre práctico nuncaderrocharían o pensarían en ser generosos con sus hijos. Paralos hijos, el impulso de su papá de ser frugal, les parecíarealmente más como mezquindad y tacañería.

El padre quisquillosoEs un perfeccionista inconstante (o fracasado). Sin embargo,

estaba determinado a que sus hijos fueran perfectos. Siempreestaba explicando cómo hacerlo mejor, siempre corrigiendo.Nunca estaba satisfecho con la manera en que actuaban sus hijos,y se lo decía. Si algo no se hacía exactamente bien, estaba mal deltodo.

El padre silenciosoLos hijos nunca supieron lo que estaba pensando. Pero

mayormente se imaginaban que su silencio era desaprobación.No era sólo que papá fuera callado; parecía desinteresado en lacomunicación. Se asomaba por encima de periódicos y revistasy los hijos lo oían mascullando para sí en medio del tintineo ymartilleo de herramientas en el garaje o en el sótano.

El padre ausenteParecido al padre callado, éste nunca estaba presente.

Quizás su horario de trabajo lo mantenía alejado, o quizás sefue por divorcio o abandono. Este padre no tenía tiempo niinterés de estar con sus hijos.

El padre maestro de historiaEste padre tenía una lección para cada ocasión. Siempre

quería que sus hijos estuvieran en clase. Pero la mayoría de lasocasiones para sus lecciones eran los errores y fracasos de ellos.Los niños sabían que su papá los sermonearía siempre.

El padre sargento instructor de reclutasEste padre estaba dispuesto a castigar a cualquier hijo que

se saliera de la fila. Este estricto y regimentado papá no teníahijos sino reclutas en adiestramiento básico. Su papel principalera la disciplina. Mamá decía siempre: "Espérate hasta quellegue tu padre."

El entrenadorEste padre había determinado vivir a través de sus hijos

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todas sus desaprovechadas oportunidades de éxito. Así queimpulsaba y empujaba y hacía planes para la superación de sushijos. La vida se volvió eso precisamente: un balance depérdidas Y ganancias, estadísticas de juegos, actuaciones,medidas y logros. Los hijos llegaron a temer el fracaso porqueincurrirían en la desilusión de su padre.

El padre irritableEste padre siempre estaba enfadado o de mal humor, y sus

hijos parecían recibir siempre el embate. Papá podía estarcontento un momento y enoj ado el siguiente. Ese caráctercaprichoso mantenía a los hijos intranquilos. ¿Cuándo vendríael siguiente arranque? Los hijos vivían con miedo de su padre.

El padre fantocheEste don Buenazo daba todo lo que los hijos querían. Ellos

aprendieron que usando las palabras convenientes en el tiempoconveniente podían conseguir lo que querían. Esto los satisfizopor un tiempo, pero en seguida descubrieron que ya norespetaban a su padre.

El padre dependienteEste padre era más un niño que un padre. "Necesitaba" que

sus hijos lo apoyaran levantaran y pidieran poco a cambio. Debidoa su propia inseguridad dependía demasiado de la participaciónde sus hijos y temía que ellos crecieran y se olvidaran de él. Estepapá podía ser muy divertido a veces, pero con el tiempo los hijosse convirtieron en el padre o madre del hombre.

El padre mártirEste padre siempre se sentía despreciado después de "todo

lo que he hecho por ustedes". Necesitaba afirmación constanteque le recordara cuánto lo necesitaban y apreciaban. Era ex­perto en cargarlos de culpa y mantenía a sus hijos atados a élrecordándoles cuánto "debían" a su papá.

El padre seductorEste padre sometió a sus hijos usando poderosos e ilegítimos

maltratos y abusos sexuales. Este patético padre quizás enseñaraa su inocente criatura a cumplir en secreto "favores" sexuales o afuncionar como "cónyuge sustituto" requiriendo que supliera

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necesidades emocionales adultas. Destruyó tanto el alma de sucriatura como la suya propia con tal de satisfacer su propianecesidad. Con el tiempo la criatura aprendió que se habíaviolado una confianza filial muy sagrada.

El padre pasivo (o cobarde)Este padre no tenía firmeza ni valor. Con su falta de acción

probaba que no atendía ni protegía a los suyos. Observaba in­diferente el dolor y la necesidad de sus hijos. No los defendíacontra una esposa dominante u otras autoridades dañinas.Parecía demasiado preocupado con su propia conservación oagenda personal para correr riesgos en favor de sus necesitadoshijos.

LA RELACIÓNEstas son sólo algunas caricaturas de cómo perciben los hijos

la actuación de los padres. El punto es que muchos de nosotrostenemos imágenes específicas, distorsionadas quizás, denuestro padre. Cuando entramos en una relación con Dios amenudo trasladamos esas imágenes a Dios. J. B. Phillips dijo"El primer concepto de Dios está casi invariablemente fundadoen la idea que tienen los hijos de su padre."!

Si bien no hay necesariamente una correlación entre elpadre terrenal y la imagen subsecuente de Dios, sin embargo,hay una correlación significante entre las dos imágenes. Eldoctor Paul D. Meier, consejero cristiano y escritor, observa:

Pacientes que tuvieron padres fríos, pasivos y frecuen­temente ausentes se inclinan a creer que Dios es un serfrío e indiferente en alguna parte del espacio ...Pacientes que tuvieron padres rígidos, exigentes, nega­tivistas, demasiado castigadores tienden a caer en doscategorías: algunos de estos pacientes odiaron tanto asus padres que se volvieron ateos como rebelión incons­ciente contra la existencia de sus padres; por otro lado,la mayoría cree que hay un Dios, pero que Dios es unviejo malo que está allá arriba desafiándonos a desobe­decer una de sus reglas para azotarnos con el látigo quetiene en la mano.

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Como gran generalización, podemos decir que las imágenestienden a ser demasiado autoritarias o demasiado permisivas.De los que tuvieron padres terrenales exigentes y castigadores,Meier dice:

Estos son cristianos que tienden a emigrar a iglesiaslegalistas y negativistas, donde les sería fácil vivir deacuerdo con su concepto irreal de las normas de Dios,basadas en las normas de sus padres terrenales. Estospacientes querían que sus padres terrenales los acepta­ran, y se volvieron rígidamente perfeccionistas parapoder ganar la aprobación de sus padres, que rara vezlograban de todas maneras.f

Estas personas, a su vez, basan su aceptación por Dios en suconducta y sus rígidas normas de comportamiento. Triste­mente, temen el castigo de Dios, y muchos de ellos jamás sesienten perdonados por Dios. Al otro extremo de la gama estánlos que tuvieron padres indulgentes y permisivos. EscribeMeier:

También he tenido un grupo de pacientes cuyos pa­dres eran del tipo demasiado bondadoso, que los mima­ban, les comprabantodo lo que señalaban en las tiendas,rara vez los contradecían, y casi nunca los castigaban.Estas personas tienden a ser religiosos liberales muyidealistas, que niegan la naturaleza pecadora del hom­bre, y pretenden que no hay infierno literal.s

Las vagas ideas de Dios tienden a darnos una imagen deamigote con un gran corazón. C. S. Lewis comentó:

Lo que de veras nos satisfaría sería un Dios que dijerade cualquier cosa que nos gustara hacer: "¿Qué importacon tal de que estén contentos?" En realidad, no quere­mos tanto un Padre en los cielos como un abuelo en loscielos; una benevolencia senil que, como dicen, "le gus­taba ver que los jóvenes se divirtieran" y que su planpara el universo simplemente fuera que al final de cadadía se pudiera decir con certeza: "Todos lo pasaron bien."

Admito que no muchas personas formularían una

Resaca paternal 63

teología en precisamente esos términos, pero un concep-to no muy diferente acecha en lo recóndito del pensa­míento.f

RESACA PATERNAL

Me gusta el término empleado por J. B. Phillips parareferirse a las imágenes erróneas acerca de padres que persist­en y que distorsionan nuestra imagen de Dios. Él lo llamó"resaca paternal".6

¿Cómo distorsionan nuestra imagen del Padre celestial lascaricaturas de padres que describimos antes? ¿Qué clase deefecto de "resaca" pueden tener si vemos a Dios como los vemosa ellos?

Dios como el Padre formalQuizás sea difícil sentirme cómodo en mi relación con Dios.

Pudiera considerar que sólo se interesa en mí en términos decómo puedo contribuir a alcanzar sus metas. Mi relación conDios pudiera volverse sólo de trabajo.

Dios como el Padre siempre prácticoPudiera considerarlo desinteresado en mis asuntos per­

sonales a menos que sean "necesidades básicas". Pudiera verlosin simpatía hacia las necesidades emocionales internas por­que las personas prácticas están más interesadas en los tan­gibles externos. Pudiera resultarme difícil considerarlo inter­esado en ser generoso o atento conmigo personalmente.

Dios como el Padre quisquillosoLoveré como a alguien que nunca está satisfecho conmigo. La

carga de vivir bajo la mirada escrutadora de un Dios perfeccionis­ta me haría ser legalista. Intentaría siempre ganar el favor deDios, sintiendo que nunca daría la talla. Con el tiempo mecansaría de su exigente insatisfacción.

Dios como el Padre maestro de historiaMe cansaría de estar siempre en una aula en vez de en casa.

Aprender lecciones y ser un alumno apto para recibirenseñanza es esencial para el crecimiento cristiano, pero elcristianismo no es sólo estar en el aula las veinticuatro horasdel día. Si creemos que Dios sólo se interesa por enseñarnos

Page 35: El Padre Que Nunca Conosi

64 El padre que nunca conocí

lecciones, nos encontraremos deseando un Padre en vez de unprofesor.

Dios como el Padre instructor de reclutasSiempre estaré esperando el castigo. Mi motivo para man­

tenerme en fila no será amor sino miedo de incurrir en la irade Dios. Cuando hago algo malo temblaré esperando temerosoel castigo. Interpretaré mal los acontecimientos de la vida,considernado los infortunios y accidentes como restitución deDios por mis ofensas.

Dios como el Padre callado o ausenteMe sentiré solo en mi vida cristiana. Percibiré a Dios como

que está "allá arriba" y yo "aquí abajo". No entenderé el mini­sterio del Espíritu Santo morando en mí, ni el concepto deEmanuel "Dios con nosotros". No veré a Dios como interesadoen relacionarse conmigo como persona a quien nota y valorarealmente.

Dios como entrenadorLlegaré a la conclusión de que Él no está en realidad inter­

esado en mí como hijo suyo. Pensaré que sólo le interesa mipotencialidad, mi rendimiento. Veré mi razón de ser entérminos de logros, victorias y pérdidas. Pudiera temer que me"saque del equipo". Con el tiempo pudiera llegar a percibirlocomo participando con los "jugadores de primera línea" sinprestarme atención como "jugador de segunda línea".

Dios como el Padre irritableEncontraré difícil sentirme cómodo alrededor de Él. Viviré

en terror nervioso preguntándome cuándo se descargará elgolpe. Lo veré rara vez agradado, mientras espero que susilencio se torne en impaciencia. Veré a Dios comocaprichoso,inconstante y descontrolado. Él será para mí unDios que me llevará detrás de la casa para castigarme fuerte­mente por cada ofensa. Andaré de puntillas de maneraneurótica tratando de apaciguarlo, o contrariado me alejaré deÉl, desahogando mi ira contra Él y contra los demás que merodean.

Resaca paternal 65

Dios como el padre fantochePresionaré y manipularé para ver lo que puedo lograr y con

lo que me pueda salir. Los hijos generalmente terminan sinrespeto por un padre que se deja dominar. Pensaré que yocontrolo la relación y hasta a Dios. Cuando la realidad mepruebe equivocado, me preguntaré qué le pasa a Dios. Tambiénterminaré viendo a Dios como un Dios pequeño, con poco poder.Terminaré con un Dios dócil, tímido y penoso.

Dios como el padre dependientePudiera pensar que Él me necesite para poderse realizar

plenamente. Pudiera percibirlo como solitario y necesitado decompañía cuando hizo al hombre, y pudiera pensar que singente Dios no sabría qué hacer. Pudiera temer ser "absorbido"por un Dios que quiere todo de mí para realizarse y serglorificado.

Dios como padre mártirPudiera pensar que Él espera mi obediencia y servicio como

pago por todo lo que le debo. Pudiera imaginar Dios lamentarse:"Después de todo lo que he hecho por ti, ¿es así como me tratas?¿Estas son las gracias que recibo? Pudiera pensarerróneamente que Cristo murió en la cruz para atarme a Élen aprecio por el gran sacrificio que hizo por mí. Pudierainterpretar mal las palabras de Pablo: "No sois vuestros.Porque habéis sido comprados por precio" (1 Corintios 6:19­20), como un contrato gravoso que me roba la libertad y laalegría.

Dios como el Padre seductorPudiera desconfiar de su enseñanza por temor a que tenga

motivos ulteriores. Pudiera estremecerme el concepto de ser"usado" por Dios por temor de que abuse de mí. Pudiera temeren vez de depender de su poder, y pudiera ser imposible confiaren que Él tenga mi mejor interés primero en su mente.

Dios como el Padre pasivoLo veré como débil, indigno de fiar e indiferente. No lo veré

como protector sino como alguien que pasivamente se queda almargen mientras me hieren y estoy en peligro. No acudiré a Él

Page 36: El Padre Que Nunca Conosi

66 El padre que nunca conocí

naturalmente para refugiarme, sino que me veré forzado aprotegerme a mí mismo y a tomar las riendas de mi vida en mismanos. Cada vez que vengan las pruebas no las veré comodiseñadas por un Padre sabio y poderoso, sino (como lo dijo unlibro popular) que concluiré que Dios es muy simpático pero noes todopoderoso.

VÍCTIMAS NADA MÁsFloyd McClung, hijo, narra un incidente revelador en su

libro The Father Heart of God (El corazón de Padre de Dios).Un amigo suyo, que acababa de terminar sus estudiosteológicos, le dijo a un endurecido adolescente de la calle queDios era como un padre. Los ojos del joven centellearon de odiocuando dijo: "iSi en algo se parece a mi padre, te puedes quedarcon Él!" Tenía buenas razones para su ira: su padre habíaviolado repetidamente a su hermana y golpeaba a su madre conregularidad.Í

Lamentablemente, la respuesta de este hombre es máscomún de lo que quisiéramos pensar. Pero debemos tenercuidado de no culpar a nuestro padre por la opinión que ten­gamos de O\os. Si bien es natural ~royectw las imágenes quetenemos de él a nuestro Padre celestial, podemos cobrar esperanzadel hecho de que Dios es un restaurador. Quiere atraer nuestramirada por sobre lás imperfecciones de ~uestro padre terrenal a labelleza de su propio ser.

EQUILIBRIO EN lA PATERNIDADDE DIOS

Aunque en este capítulo se enfocaen el impacto que nuestropadrepudiera tener sobre nuestro concepto de Dios, nuestra madre pudohabertenido una graninfluenciatambién, especialmente en familiasdonde elpadre estuvo ausente yla madre fue la única influencia sobrelos hijos.

Mortunadamente, Diosesunpadre perfectamentecompletoy "equi­,!!bradi', que tiene cu~dades maternas y paternas. Sea que el déficrtmayorvinieradenuestro padre odenuestramadre terrenal, Diospuedesuperarlo porque Él es tanto fuerte como tierno.

Si bien Dios es un "Padre", su compasión se describe con.. .

Resacapaternal 67

ambas imágenes, la paternal y la maternal:

Como el padre se compadece de los hijos, se compadeceJehová de los que le temen.

Salmo 103:13

Como aquel a quien consuelasu madre, asíos consolaréyoa vosotros.

Isaías 66:13

Cuando Dios describe la profundidad del vínculo que tiene con supueblo, usa la imagen de una madre con su criatura:

¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejarde compadecerse del hijo de su vientre?

Isaías 49:15

Las Escrituras nunca se refieren a Dios como "madrenuestra", y toda idea que haga de eso una necesidad teológicano estaría de acuerdo ~on fa teología de la Biblia. Pero la riquezade la imagen de la paternidad de Dios cuenta con los dosinstintos, el paternal y el maternal. Como escribiera OswaldChambers: "El afecto maternal de Dios está revelado en todo elAntiguo Testamento."8

~ecesitamosimágenes bíblicas fuertes de nuestro glorioso,majestuoso, poderoso e incomparable Dios. Robamos a Dios desu grandeza y su gloria y nos robamos a nosotros mismos deuna relación saludable con nuestro amante Padre cuandolimitamos"a Dios en nuestra "resaca paternal".- .

Sólo cuando limitamos la actividad de nuestra menteen busca de su Hacedor imponiendo sobre ella imágenesmedio olvidadas de nuestros propios padres terrenales,es que nos contrariamos de espíritu y nos preguntamospor qué no fluyen para nosotros las fuentes de amor y.adoración. Debemos dejar atrás la "resaca paternal" sivamos a encontrar a un DIOS "lo sufICIentemente gran-de".tl -.

La imagen primordial de la relación cristiana con Dios elPadre no es el aula, ni el castigo, ni los asuntos de la familia,ni el campamento de adiestramiento militar, ni el campo de

Page 37: El Padre Que Nunca Conosi

68 El padre que nunca conocí

fútbol (ni la ducha ni el banco). I?ios desea una relación filia~:

una relación entre un Padre perfecto y amoroso y su amada

~atura.Conversaba con una atractiva joven madre aparentemente

confiada y cómoda alrededor de los demás. Su semblante yespíritu vibrante me sorprendieron mucho más una vez queconocí su historia. Mientras hablaba traté de no parecer con­mocionado, pero por dentro alternaba entre la tristeza y elenojo. Su historia también me hizo alabar a Dios por el milagrode vidas restauradas. Tengo su permiso para usar una parte desu testimonio aquí:

No lo puedo explicar realmente, pero siempre he sido40minada por los hombre~ en mi vida. Hubo incesto enmi familia ... incidentes que sólo he contado a un parde personas. No soy una persona pasiva. Sin embargo,de alguna forma dejé que esto me pasara. Pero de niña,una nunca sabe qué hacer ... depende de mamá y papáque ayuden. A veces el daño ya está hecho antes que unose da cuenta de que mamá y papá son realmente los quenecesitan ayuda. Por fin estoy tratando de enfrentar mipasado. He decidido ir a mi padre para decirle que fue~ lo que me hizo. Estoy aterrorizada, pero creo queDios quiere que lo haga. Quizás él sea convencido y pidaperdón. ¿Quién sabe? No estoy enojada ni amargadahacia mi padre. Ya lo he perdonado y lo amo. Pero siento. ..~ástima por él. Estoy agradecida a Dios porque me amay me acepta y me ha hecho una nueva criatura.

•Usted quizá fue una víctima, pero no tiene que seguir

sufriendo como tal por su pasado. Por medio del poder redentorinterno de Dios, por medio de escoger creer la imagen de DiOSpE:sentada en las Escrituras: y por medio de la afirmación raceptaCión de saludables fa~iliassustitutas de creyentes, estadama, con el tiempo, pudo conocer a Dios y confiar en"Él comosu Padre amoroso.

Tal vez hayamos tenido una experiencia traumática quehaya obstaculizado una imagen safudable de Dios, pero no tieneque ser una exc~sa que nos impida restaur~r la imagen de

Resaca paternal 69

nuestro Padre. No tenemos que ser víctimas de una resacapaternal en nuestra relación con el Padre que nos ama perfec­tamente.

He encontrado que tendemos a olvidar una de lasaplicaciones más importantes en la vida cristiana ... creer. Nohablo de tener suficiente fe, sino de creer lo que dicen lasEscrituras acerca de quién es y cómo es Dios. Por lo general, lagente pregunta lo que pueden hacer al respecto, y muchos denosotros tomamos una actitud pasiva en cuanto a creer laverdad. Debido a nuestra experiencia, a nuestros recuerdos, oa nuestras dudas a veces decimos: "No puedo creer eso", o "Mecuesta creer a Dios en ese punto". Entonces esperamos que lafe de alguna manera con el paso del tiempo haga desapareceresas dudas. Está bien tener dudas saludables. Pero recuerde alhombre que dijo a Jesús: "Creo; ayuda mi incredulidad" (Mar­cos 9:24).

Una de las cosas más importantes para tener una buenaimagen de Dios como nuestro Padre es creer la verdad de lasEscrituras. Debemos dejar que la verdad de la Biblia trans­forme nuestra mente desde adentro (Romanos 12:2). El procesode transformación comienza cuando elegimos creer lo que dicenlas Escrituras acerca de quién es Dios y después dej ar que éstasinformen a nuestra voz interior en vez de dejar que lo hagannuestras propias ideas o experiencias negativas.

Page 38: El Padre Que Nunca Conosi

APRENDIENDOAVERADIOS

COMO ES .

Page 39: El Padre Que Nunca Conosi

UN PADRE CONI

ELCORAZONEN LA MANO

Mi padre y yo teníamos siempre una relacióndistante cuando yo era muchacho; algo asícomo

neutralidad armada, por decirlo así.MarkTwain

y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre,y fue movido a misericordia, y corrió,

y se echó sobre su cuello, y le besó.Jesucristo

(Lucas 15:20)

Mi corazón se conmueve dentro de mi,se inflama toda mi compasión.

El Señor(Oseas 11:8)

Page 40: El Padre Que Nunca Conosi

Un día uno de mis hijos de ocho años estaba en la salajugando mientras yo leía. Tenía una regla de medir que

sostenía y la brincaba. Oía el crujido, pero fingí que no lo oíapara ver su reacción. De inmediato se escabulló de la sala. Sedetuvo en el pasillo, donde yo no podía verlo, para examinar laextensión del daño y calcular su siguiente movimiento.

Dios conoce el corazón de sus hijos. Él sabe que pecamos ycometemos errores. Sabe cuándo' castigar severamente ycuándo ser comedido. Sabe que a veces huimos de Él y com­plicamos nuestros problemas. Sabe cuándo nuestro corazón yespíritu están pesados debido al convencimiento interno y almiedo. Sabe cuándo es hora de animarnos. Pero en el centrode todo está el deseo de Dios de tener una relación amorosa ysigrrlficativa con cada uno de sus hilos.

Mientras mi hijo esperaba en el pasillo, sonriendo pensé: Esdifícil escabullirse cuando papá está presente. Calmadamentelo llamé y pregunté:

-¿Qué pasó?- No sé - dijo.(Todos los niños dicen eso cuando quieren ganar tiempo.)- Rompiste la regla de medir, ¿no es cierto? - dije sin

mucha emoción.Estaba atrapado entre aceptar su responsabilidad y querer

esconder la evidencia.- No, es que ... - dijo sin terminar la frase mientras

sostenía los dos pedazos intentando unirlos en el punto de laquebradura.

Volví a ayudarle y pregunté:- Está rota, ¿no es cierto?Hablaba en voz suave cada vez, porque sabía que el momento

era propicio para una enseñanza. p

. Podía verlo desilusionado consigo mismo. Sabía que no legusta desilusionarme; quería agradar a su papá. La tristeza lohizo respirar hondo, y todo su semblante y su espíritu se

Un Padre con el corazón en la mano 75

~emut!ó mientras suspiraba lentamente. Ambos sabíamos queestaba apenado por haber roto la regla, pero quizás estuvieramás triste por huir, encubrir y pensar en negarlo todo. Comopadre, yo sabía que mi hijo tenía un corazón tierno. No era unniño travieso de buen corazón sólo cuando lo pescaban.

También sabía que Dios me estaba abriendo nuevamenteuna ventana para ver mi propia relación con Él. No podía evitarverme a mí mismo en mi hijo: un muchacho pescado por Diosmi Padre con una mezcla de culpa y pesar, con la evidencia enmis manos. Al igual que mi hijo, yo parecía tener el mismo donde hacer tonterías cuando Dios está presente en la sala. Nopuedo engañar a Dios, ni puedo huir de Él. Y sé que no debohacerlo cuando lo intento.

Dije a mi hijo que no tenía que esconderse de mí. Le expliquéque ftstaba más contrariado por haber intentado esconderse ynegar lo que había hecho que por la regla quebrada. Viendo q~edéveras aceptaba su cul a decidí ue no necesitaba castigario;lo acía su propio corazón. El incidente se convirtió en unaoportunidad para enseñar y animar.

Me acerqué a él y nos sentamos. Pasé mi brazo alrededor deél, y miramos la regla de medir. Sonreí pensando: No le diréque sólo cuesta treinta y nueve centavos, porque la regla no esen realidad el asunto, es nuestra relación. Además, sólo habíaquebrado los últimos veinticinco centí;netros. Le dije que es­taba bien, que ahora teníamos una regla de setenta y cincoce '

.Dios el Padre es com aSlV . Él conoce nuestra~ulpa,nuestromíe o del castigo, y nuestra desilusión con nosotros mismos. ... 'Igual que nuestra ~ropensiónde a veces empequeñecer o jus-tificar nuestros pecados. Dios desea una apertu¡a que nos hagabuscarle y no escondernos de Él. Dios ;abe cuándo caemos yquiere ~darnosa aceptar la responsabilid,ild en momentos dehumildad. Dios conoce la pena de nuestros suspiros, y se acercapara infundimos vida y esperan¡;a. •- ¿Ve usted a Dios como un Padre que desea conocerlo yrelacionarse con usted? ¿O lo ve como una deidad dist~e,éxigente, más interes'ado en su rendimiento que en su amistad?

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Un Padre con el corazón en la mano 77

El gran mensaje del evangelio no es sólo que hayamos

en Romanos 8:15: "Pues no habéis recibido el espíritu deesclavitud ara estar otra vez en temor, sino que habéisrecibido el espíritu e a opClOn, por ecua c amamos: iAb a,6.dreJ" Nuestra salvación tiene sentido significativo no sólo ennuestro destino eterno, sino también en la naturaleza denuestra relación diaria con Djos. Hemos entrado en unarelación en la que no tenemos que trabajar como esclavos yencogernos de miedo ante Dios.

¿ é si 'fica "esclavitud ara estar otra vez en temor"?Pab o se refiere a nuestra condición pasada ante Dios, en la queandábamos ansiosos y temerosos de la disposición de Dios.Antes de aceptar a Cristo éramos esclavos del temor porquenuestro estado dependía, al menos ;sí pensábamos, denuestraconducta y rectitud. También teníamos ~emor de la muerte. Elescritor de Hebreos dice que Cristo nos libró "a todos los quepor el temor de la muerte esta¡;n durante toda la vida su'et6sa serví uro re" ( :15). El fundamento de nuestra relación conel Padre es la obra de Cristo realizada en la cruz. El "espíritude adopción" hace posible que nos relacionem~s con Dios demanera que podamos llamarlo "Padre".

El siguiente cuadro muestra el cambio de nuestra condicióncuando llegamos a ser creyentes. Nuestra relación con Dioscambia de "enemigos" e "hijos de ira" a "hijos" de Dios con"derechos plenos".

76 El padre que nunca conocí

LA ACTITUD DE DIOS HACIA SUS HIJOSHubiera sido emocionante ver la interacción entre Jesús y

los niños que se acercaban a Él. Debe de haber tenido unsemblante sonriente y cariñoso y un brillo juguetón en sus ojosque hacía que los niños sintieran libertad para acercársele ysubirse a sus rodillas y hasta quizás acariciar su barba. Losevangelios no dicen que Jesús sonriera, pero la mejor evidenciade su semblante amigable y sonriente es el hecho de que losniños acudían a Él. Jesús disfrutaba con los niños, y ellospodían apreciarlo. Él era accesible entonces y ahora.

Los niños reconocen pronto si le gustan o no a un adulto. Lopueden ver en los ojos y el semblante del adulto. Los hijoscaptan rápidamente la actitud de su padre hacia ellos, y e~ta

actitud produce una impresión en ellos tanto como lo que digasu padre. Los mejores padres son los que disfrutan del tiempocon sus hijos. Se percibe cuando están con ellos, y se oye cuandohablan de ellos.

Recuerdo una comida al aire libre con miembros de la iglesiadonde yo jugaba en la piscina con unos niños de cinco a nueveaños. Jugábamos algo inventado donde los niños me zambullíanla cabeza. Nos reímos y nos divertimos mucho. Después, uno delos diáconos me dijo que su hija de siete años había pasado untiempo memorable y pensaba que lo más grande del mundo habíasido zambullir la cabeza del pastor Phil. Me había vuelto enalguien accesible para ella. Quizá no recordara ninguno de missermones, pero para ella yo era una "gersona real"·

Dios el Padre quiere ser una persona real para nosotros.Alguien más que sólo el Juez moral y Señor del universo. Él.... .quiere que percibamos su accesibilidad y aceptadora sonr~sa.

El cristianismo es más que sólo una "relación teológica".~arelación personal ínti¡na. Dios no nos ve únicamente como los,recibidores de las transacciones teológicas de sustitución en laexpiación. El amor. de Dios es personal.. ..

LIBRE DE TEMORES PARARELACIONARNOS EN PAZ

Debido a que Dios ha hecho a los creyentes sus hijos, tenemosuna relación privilegiada con el Padre. Como escribiera Pablo

ANTES DE LASALVACiÓN

Designados previamentea. "Enernlqos" (Romanos 5:8-11),b. "Esclovos" (Gálatas 4:1-8)

"no conociendo a Dios'.c. -Hijos de lro" (Efesios2:3).d. "Extronleros" y "odvenedlzos"

(Efesios2:19)e. -Hijos de desobediencia"

(Efesios2:2)

DESPUÉS DE ACEPTARA CRISTO

Estado reconciliadoa. "HijosN (Juan 1:12. Gálatas 4:7.

1 Juan 3:1).b. Adopción de hijosque le llaman

"Abbo" con derechos plenos(Romanos 8:15-17. Gálatas4:5-7).

c. "Hijos de luz" (Juan 12:36.Efesios 5:8).

d. "Miembros de la familia de Dlos"(Efesios2:19).

e. "Hijos e hijas del Padre"(2 Corintios 6:18).

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78 El padre que nunca conocí

escapado de la muerte y del infierno, sino que ya no somosenemigos de Dios, ya no somos extranjeros: somos hijos e hijasdel Dios Altísimo. Dios ha aceptado y entrado en una relaciónamorosa con cada uno de nosotros. "Justificados, pues, por lafe, tenemos paz ara con Dios or medio de nuestro Seña;Jesucristo; por quien también tenemos entrada por a fe a estairaeia en la cual estamos firmes" (ROmanos 5:1-2, cursivasáñadidas). El creyente está fIrme en una relación de gracia ypaz en la que Cristo es nuestro Sumo Sacerdote, que puede"compadecerse de nuestras debilidades" (Hebreos1:15). Se nosañima en esta relación a acercarnos coñfiadamente a Dios elPadre: "Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de !y.gracia, p~a alcanzar misericordia y hallar gracia para el opor­túilo socorro" (4:16). El escritor de Hebreos nos da una dobleseguridad: Jesús "no se avergüenza de llamarlos herma~s"(2:11); y ':pios- no se avergüenza de llamarse Dios de ellos"ill:161 -

UN CARIÑO ESPECIAL

Cuando Pablo dice que podemos llamar a Dios "Abba,Padre", indica que el creyente tiene una relación especial consu Padre. Abba es un término afectivo tomado del arameo. Serefiere a Dios sólo tres veces en el Nuevo Testamento (Marcos_.- . ~ .14:36, Romanos 8:15, Gálatas 4:6). La palabra abba se derivadel habla de los niños. La enseñaban a bebés destetados de sumadre. Los bebés aprendían a decir abba (papá) e imma(mamá). Con el tiempo la palabra abba se convirtió en unaforma común para dirigirse al padre de uno, no limitándose yaa los niños. Abba no era un término impertinente, sino queindicaba una relacjÓn afectíza. Combinaba la intimidad per­sonal agr;dable de "papá" con el respeto cariñ~so de "p"adre"."Adquiría el tono cariñoso familiar e!U expresiones como'querido padre.' "1

Originalmente fue Jesús quien usó el término Abba, Padrecuando se dirigió a Dios el Padre en Getsemaní (Marcos 14:36).Era un concepto original, no usado antes en la literatura judía.Lo cierto es que el judío se sentía incómodo llamando a Dios suPadre. Pero en sus epístolas a los Romanos y a los Gálatas,

Un Padre con el corazón en la mano 79

Pablo dice a los creyentes que pueden llamar a Dios con lamisma palabra cariñosa que usó Jesús. Podemos decirle"P 't"" 'd P dr ""P ."_ ªpI o, guerI o a e, ap~.

Esta expresión no es para acercarse a Dios en forma ir­respetuosa, de amigote o impertinente, sino para señalar suaccesibilidad.• •

DIOS SE DELEITA EN SUS HIJOS

Hablando de Dios que nos disciplina como un Padre a sushijos, Proverbios dice que la motivación es su amor y que, sedeleita con sus hijos (Proverbios 3:13). En el Salmo 18, David~cribe gue el Señor lo libró "porqu; se agrad6 de mí" ev. 1~).

Un día que me sentía particularmente .somb~íoy ~scépti20,

recuerdo pensar que pios me amaba sólo porque tenía 9u;ehacerlo, porque Cristo había muerto por mí, y porque yo habíapuest~ mi fe en él. Pensaba: En realidad no me quiere ni legusto. Me ama por obligación. Trataba de entender las im­plicaciones del ~morpersona) de Dios para mí. La sorprendenteverdad es que :Qios el Padre sí nos ama a cada uno de nosotros.~e agrada de nosotros porque así lo gui~re. Es importante q{ieel creyente se dé cuenta de que Dios tiene una actitud favorablehacia sus hjjos. He escogido la palabra actitud porque Dios esun Ser con personalidad.

¿Ha visto alguna vez a uno de los padres cantar a un niñopara ~lmarlo y consolarlo? Padres y madres siempre han• •arrullado.con canciones a sus bebés. El lenguaje de Sofonías3:17 recuerda esta clase de cuadro entre padres e hljos: USegozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijarás~li con cánticos." La imagen nos recuerda a un padre o una.. .madre reconfortando a su criatura. La primera frase dice "segozará "sobre ti con alegría". La palabra gozarse significatambién "deleitarse". De manera similar, el salmista declara:"Porgue Jehov'li tiene contentamiento en su pueblo;he~oseará a los humildes· con la salvación. Regocíjense íos¡autos por su gloria" (Salmo 149:4-~).· ..

Aunque Dios se deleita con nuestra obediencia, y aunque sepuede desagradar por nuestras acciones y actitudes, debemospercibir que su actitud general hacia sus hijos es positiva. Dios...

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80 El padre que nunca conocí-

tiene "contentamie\lto" en su pueblo sencillamente porque es~ pueblo. Él se deleita en nosotros y nos.aprecia como su tesoro.¿Sabía que Dio; lo ap~ecia a usted personalmente? ¡Qué honor. ....

ser apreciado por el Dios Todopoderoso!• •

DIOS SE COMPADECE DE SUS HIJOSA veces un padre mira a sus hijos (tengan tres meses, tres

años, trece o treinta y tres) y se le enternece el corazón. A vecesse desgarra su corazón por ellos. Dios nuestro Padre ex­perimenta también lo mismo:

Como el padre secompadece de los hijos, secompadeceJehová de los que le temen.

Porque él conoce nuestra condición; se acuerda de quesomos polvo.

Salmo 103:13-14

Dios conoce nuestra flaqueza, nuestra humanidad. Com­prende que Él es infinitámente·santo y consumidor, mientrasque sus hijos son finitos y consumidos fácilmente. La Biblia usala palabra compadece: "Como el padre se compadece de los hijos,se compadece Jehová de los que le temen."

La raíz de la palabra hebrea usada aquí se refiere a amorprofundo, misericordia y compasión, !saías usa la "mismapalabra para referirse al amor de una madre por el hijo de suvientre (49:15). Un derivado de la palabra significa realmente"matriz". La p-;labra empleada en el Salmo 103:13 entonces~ . .

encierra la idea de ternura y sentimientos profundos h!ciaalguien necesitadP. -, Dios - juez de toda la humanidad no redimida - tiene unc~azón compasivo hacia sus hij~s. En un sentido correcto, aveces se deja convencer fácilmente por sus hijos.

Dios pronuncia sentencia en su ira y su juicio. Pero aún en esorealiza su amor, su ternura y su pacto. Como con Israel en Oseas:

¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Te er:tregaréyo, Israel? ¿Cómopodré'yo fl-acertt¡ como Adma, op'one1jecomo a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de roí,~e inflama toda mi compas~ón.

Oseas 11:8

Un Padre con el corazón en la mano 81

La palabra inflamar en la Biblia se emplea con el sentido demover profu¡{"damente; de la compasión entre miembros de lafamilia.---Er concepto de la compasión de Dios está ligado también asu condescendencia. La venida de Cristo a la tierra fue el actovisible de la conde~cendenciade Dios en el cual literal y volun­tariamente vino y descendió a nuestro nivel. Dios en su graciahizo algo percibido como por debajo de su cfignidad: se hizohombre y tomó forma de siervo (Filipenses 2:6-8). La conde­scendencia de Dios es su disposición de vernos tal como somos;"se acuerda de que somos polvo" (Salmo 103:13-14) y todavíamuestra su bondad. _ ...

En el Salmo 18 tenemos la imagen de Dios que desciende delcielo como un G;an Rescatador para ayudar al hombre en sunecesidad. El versículo 9 dice: "Inclinó los cielos, y descendió." ~lsalmista describe el poderío de Dios, pero se reflejan en estaimagen la ternura, y la simpatía: "Tu benignidad me ha engran­decido" (Salmo 18:3t».

Su benignidad es su condescendencia y tiene el sentido deDios el Poderoso muy superior al hombre inclinándose,agachándose para hacer grande al hijo.

¿Cuántas veces ha visto usted a padres y madres agacharsepara ayudar a sus hijos? Un padre se ~gach~ para hacer buencontacto visual y oír con atención. Un padre se baja al nivel desu hijo para que él sepa que su padre está interesado e in­volucrado y así el tamaño del padre es menos intimidante. Estees un c~dro de nuestro Dios, nuestro Padre. ~l se rebája par!1engrandecernos, para levantarnos.

•EL CORAZÓN DE DIOS SE INCLINA

HACIA SUS HIJOS¿Puede ver usted a Dios como a un Padre que está emocional­

mente involucrado con sus hijos? Las Escrituras dicen quepodemos "angustiar" y "contristar" al Espíritu Santo (Isaías63:9, Efesios 4:30). El amor de Dios para nosotros es tal que nosólo se puede inflamar su compasión, sino que tambiénpodemos contristar y angustiar su corazón. En el pasaje quedice: "En toda angustia de ellos él fue angustiado", vis-

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82 El padre que nunca conocí

lumbramos un poquito el corazón de Dios (~aías 63:~). Elcorazón de Dios sufre con el de su pueblo.

Recuerdo mi primer año de ser padre. Una noche que teníaa mi hijo en brazos comprendí cuánto amaba a esa criaturita.y me pregunté: ¿Porqué? ¿Porqué amo a mi J:¿ijito? No ha hechonada para ganar mi amor. Lo único que hace es comer, dormir,llorar y ensuciar pañales. No puede cortar el césped, sacar labasura, o limpiar su habitación. Ni siquiera puede hablar,mucho menos mantener una conversación. Asíque épor quéamotanto a mi hijo?

Mientras pensaba así, entendí que lo amaba por era mi hijo.No tenía que hacer nada para que yo lo amara; lo amaba..... ...incondicionalmente. ¿Es menos el amor de Dios para nosotros?Las Escrituras dicen: "En esto consiste el amor: no en quenosotros hayamos amado a Dios, sino en ue él nos a ""':' anoso ros, y envIO a su ijo en propiciación por nuestros pecados... Le amamos a él, porque él nos amó primero" (1 Juan4:10,19).- La pafabra hebreajesed es un término rico difícil de traducir.Jesed es el amor leal de Dios, el vínc"1o de compromiso. de• acto, que Dios estableció con sus hijos. Se entiende mejor elamor de Dios en términos e una relación comprometida.

Cuando piense en el amor le Dios, haga a un lado la; obras,el discipulado, la obediencia, el servicio, y cualquier otra cosacon la que equivocadamente pudiera suponer que ganaría elamor de Dios. Cada una de estas cosas tiene lugar en su relaaóncon Dios, pero no le consiguen el amor de Dios. Jesús aseguraa sus seguidores la profundidad del amor de Dios con estaspenetrantes palabras: "~omo el Padre me ha amado, a.sít..ambién yo os he amado" (Juan 15:~).

No existe amor incondicional más grande en el universo queel amor de Dios por Jesucristo. Jesús compara su amor pornosotros con el amor divino de la Santa Trinidad. Cuando oraal Padre en Juan 17, Jesús compara una vez más el amor deDios por eÍ creyente con el amor divino inherente en laTrinidad: "Los has amado a ellos como también a mí me has~mado" (v.-2~).

Dios el Padre nos ama con el mismo amor que tiene por

Un Padre con el corazón en la mano 83

Cristo. Es un amor c,pmprometido, seguro, perfecto. No quiereJecir ·que la obediencia, el discipulado, y el serVicio no seanaspectos significativos del responder y andar con Dios. NuestroSeñor nos ama incondicionalmente; no obstante, como en todarelación vital, ~l amor tiene que ser recípro~o.Para experimen­tar los beneficios del amor de Dios el creyente necesita ar­ticipar en as con ¡ClOneS e a relación. Pero noémpequeñezcamos la gloria del amor de Dios pociendo sobre elcreyente la carga de flantenerlo y gan~lo. Como dijo J. I.Packer: .

Dios hará lo inimaginable para lograr que sus hijosaercibap el amor que siente por ellos, y que t.,om.znconciencia de su privilegio y de la seguridad que puedendisfrut~como miembros de su familia. Los hijos adop­tivos necesitan.sentirse segutos de que son ~ceptad~s,

y el padre perfecto hará que así se sientan.é.Un pequeño artículo me llamó la atención un día que ojeaba

el periódico. Trataba de la devoción de un padre a su hijo. Unaccidente de bicicleta impedía que el joven asistiera conregularidad a la universidad, asíque por trece años este padrehabía ido a las clases y tomado notas para su hijo incapacitadopara que se pudiera graduar de la universidad.

El terapeuta del hijo dijo: "Jamás he visto tanta devoción."Pero las palabras del padre lo decían todo: "Un padr:ama a súshijos; nada es un sacrificio si los ama."3 Me quedé viendofijamente la fotografía del orgulloso padre con su amplia son­risa, de pie junto a su hijo vestido con la toga y el birrete degraduación. Estaba atónito por la devoción del padre. Por unmomento sentí envidia.

Entonces recordé las palabras cuánto más. Me pregunté:¿Me ama tanto Dios? ¿Es menos sorprendente el amor de Diospara sus hiJOS? "si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenasdádivas a Vliestr~s hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que e~áen los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mateo 7:11,cursivas añadidas).

Jesús no está hablando de hombres que sean "malos" padresen el sentido de villanos y crueles. Lo que dice es que aun los

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hombres imperfectos, egoístas y pecadores son motivados a serpadres generosos, decentes, buenos. Si los hombres pecadoresson capa~esde ser padres buenos, ¿no es también nuestro Padrecelestial motivado y capaz de serlo? ¿"Cuánto más" maravillosoes Dios que el mejor de los padres humanos?

Necesitamos ve~ la emoción profunda de Diospara nosotros.A veces grandes ejemplos de amor humano nos ayudan a ponersu amor en perspectiva. Hay una escena conmovedora con esteefecto en la famosa obra de teatro A Raisin in the Sun (Una

asa en el sol or Lorraine HansbeiTy.En a obra, Walter Lee Younger, un negro de Chicago, sueña

con dar una mejor vida a su pobre familia. Pero necesita eldinero del seguro que su madre acaba de recibir por la muertede su padre para hacer una inversión comercial. Renuente alprincipio, su madre finalmente accede a darle una gran porciónde éste. Pero el sueño se hace añicos antes de comenzar cuandoel "socio" de Walter en el negocio alza el vuelo con el dinero.Sacudimos la cabeza por la impruden~iay falta de previsi,én deWalter. Igual que el hijo pródigo, Walter es un hombre der­rotado que ha perdido la herencia de la familia.• Su hermana está lista para repudiarlo, con buena razón.Walter perdió también su parte del dinero-del seguro con el queella planeaba ir a la universidad. "Él no es hermano mío", ledice a su madre. Entonces en una conmovedora explosiónemocional, la madre de Walter expresa la profundidad de suamor de madre.

MAMÁ: ¿Escribiste tú también su epitafio, como elresto del mundo? ¿y quién te dio ese privilegio? ... Yocreía que te había enseñado a amarlo.

BENEATHA: ¿Amarlo a él? Si no queda nada paraamar.

MAMÁ: Siempre queda algo para amar. Y si no hasaprendido eso, no has aprendido nada. ¿Lloraste hoy porel muchacho? No por ti y por la familia porqueperdimosel dinero. Quiero decir por él: por lo que ha pasado y porlo que eso le ha hecho. Chica ¿cuándo crees que seatiempo para amar a -alguien más que nunca? eCuandoha salido bien y hecho las cosas fáciles para todo el

Un Padreconel corazón en la mano 85

mundo? Bueno, entonces no has acabado de aprender;porque ese no es tiempo para nada. ¡Es cuando andabien ba ·0 no uede creer en sí mismoporque el mundol!?,. ha apalea~!Cuando vayas a me Lr a a guLen, mLbien, nena, mídelo bien. Asegúrate de que tomas eneÚenta los montes y los valles por donde ha pasado antescIé llegar adondequiera que esté.4~ .

iAsí es el corazón de una madre! Es un momento en la obraque trae lágrimas a los ojos. Lo induce a uno a querer pararsey aplaudir: "iSí, así es el amor de los padres! iY el amor de Dioses mayor!"

La maravilla del amor humano es excedido por el amor<!Lvim>. Me temo que en nuestro deseo de preservar la divinidadde Dios a veces lo vaciamos de su pasión y lo hacemosdemasiado carente de emociones. iDioses apasionado! Sientecon profuii"didad y está vitalÍneñie apegado a ;us1iiJ'OS.Necesitamos tener una imagen de él que nos mueva a iaslágrimas y a la aclamación.

La tragedia de muchos cristianos es que a veces no conectancon el corazón verdadero de Dios. Se tiende a llegar a la historiadel hijo pródigo con una actitud de aburrimiento. La hemos oídoantes, y nos parece vieja. Pero necesitamos leerla con uncorazón nuevo, necesitamos cargarla de emoción. Necesitamosquedar atónitos por el amor del padre porque es un cuadro delamor de nuestro Padre celestial.

La historia del hijo pródigo debiera intitularse más propia­mente: "La parábola del padre amo~oso".Estoy seguro de queese padresufrió cuando su hijo partió del hogar, especialmenteen las circunstancias que lo hizo. El hijo se iba para complacersus apetitos carnales. De cierta manera, el hijo pródigo fue taninsensato como Walter Lee.

Al fin el hijo vuelve en sí. Conociendo la bondad de su padre,decide regresar a casa. Su mente debió de haberse llenado demaneras de compensar a su papá. Sospecho que de camino acasa el hijo e~sayaba·las primeras palabras que diría en esemomento de tanta importancia cuando finalmente estuvierafrente a su padre.

Es probable que el padre escudriñara el horizonte todos los

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días, esforzando su mirada por descubrir una silueta solitariaen particular acercándose a través de las ondas de calor que selevantaban de la árida tierra. Y quizás en más de una ocasión,cuando divisó la sombra de una figura, se inclinó hacia adelantey entrecerró los ojos intentando reconocer quién era. En latensión del momento su corazón latiría un poco más rápido porl,!i eseera, sólo para distinguir que no era su hijo sino uno de losjornaleros o un extraño.

Un día el padre vio una silueta en la distancia, como habíasucedido muchas veces antes. Quizá la alcanzara como unvistazo fugaz de algo mientras hablaba con uno de sus siervos,;quizás mientras se encaminaba a la casa se detuvo paraenjugar el sudor de su frente y echó la mirada en la direcciónque había tomado su hijo. Y viendo una silueta a lo lejos, dejóde enjugarse la frente y lentamente dio un paso adelante,esforzando los ojos para ver en la distancia. Y con el segundopaso su corazón latió con mayor rapidez. Como sólo puedenhacerlo un padre o una madre, reconoció el andar particular yla estatura de SU hijo.

Tenso de esperanza, el padre dio un paso rápido y se echó acorrer, sin quitar los ojos de su hijo por temor de que fuera unailusión. Llamó a dos siervos para que fueran tras él. Ya conocíasu plan, porque había pensado con frecuencia en ese momento. Ycorrió. Había pasado mucho tiempo desde que había corrido tanrápido, pero casi ni lo pensaba mientras sus sandalias levantabanlos terrones y el polvo se pegaba a su desgarbada túnica.

Para cuando el hijo percibió que el hombre que corría haciaél era su padre, quizás se quedó petrificado en un sitiopreguntándose si su padre estaba airado y lo echaría de allí.Pero cuando vio el brillo de sus ojos y su franca sonrisa, debióde haberse olvidado momentáneamente de su discurso en-sayado. • •

Un padre inferior hubiera esperado que su hijo llegarapri~ero. Se hubiera detenido y esperado que su hijo 10 en­c""Oñ.trara en el establo o en el campo. Un padre inferior hubieraparecido un poco estoico e inconmo'vible. Quizá ni hubieralevantado los ojos para ver a su hijo, sino que hubiera mostradosu desaprobaci?n y su pena.

Un Padre con el corazón en la mano 87

Un adre inferior hubiera detallado las condiciones ar elregreso de su hijo en vez e darle un trato preferencial incon-• •dicionalmente. Hubiera esperado una disculpa antes demostrarle !lceptac~ón,y quizá no hubiera mostrado"~fecto_hasta

que su hijo le diera alguna genuina señal de transformación.Un padre inferior hubiera establecido claramente que el hijo• •tendría que p.,robarse dii'llo nuevamente.

Un padre inferior hubiera pedido explicaci0.,!les: ¿En qué sefue todo el dinero? ¿Por qué fuiste tan insensato? Un padreinferior hubiera dado un discurso en ;ez de u~a fiesta. Lehubiera dado al hijo una ~irada e~cendidaen vez de la mejorvestidura y hubiera hech~ que el hijo se sintiera culpable envez de especi~l.. •

Peroen la parábola de Lucas 15 no estamos tratando con un.... .padre promeQjo. "Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, yfiie movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, yle b;só" (v. 20). •

En su exuberancia, el padre pudo haber chocado con su hijocuando se acercó a él para apretarlo en un abrazo. Su padre notitubeó ni se sintió incómodo en demostrar su afecto. Quizás...... ..con lágrimas de alegría, pronunció palabras cargadas deemoción: "Hijo mío, hijo mío." ¡Cómo debió de haber explotadoen el corazón del joven el significado de ser hijo cuando su padrehizo a un lado todas las explicaciones 'y practicadas frases' dedisculpa y rápidamente procedió a hacer una fiesta en honor alregreso de su hijo! Era hora de regocijarse. Era tiempo para queel amor y la aceptación y el perdón ocuparan el centro del. . .escenario,

Nuestro Padre celestial se deleita igualmente en nosotrossus hijos errantes. Nuestro Padre celestial no es menos com­pasivo que el padre del hijo pródigo. El corazón de nuestropadre se extiende a nosotros. Como el del hijo pródigo, nuestroPadre lleva el corazón en la mano.

Recuerdo las veces que me sentía más como el hermano delpródigo. Pensaba en el tiempo en que fui salvo, cuando losángeles se gozaron y en el cielo hubo una fiesta en mi honor ... un "hijo se había perdido, y es hallado". Sin embargo, despuésde andar con Dios por algún tiempo, a veces me he preguntado

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si Él no estará desilusionado conmigo. Quizás no haya vivido a~ .

la altura de su expectativa. A veces me pregunto, como elhermano del hijo pródigo, si mi Padre daría todavía una fiestapara mí. El padre de la historia aseguró al hermano que sulugar estaba seguro. Eso me recuerda Lamentaciones 3:22:"Nunca decayeron sus misericordias." ... -

¿Se siente usted reanimado y séguro en el amor de Dios? Oquizás el foco de su ;elnción coñ Dios se haya vuelto en lo bienque se desempeña. Quizás haya caminado con Dios por untiempo. Quizás haya resbalado yEope~ado y caminado pesada­mente. Tal vez se pregunte si Dios y los ángeles darían todavíaun fiesta en honor de usted. El hermano del pródigo se habíaportado bien, pero había perdido de vista la relación. Él dijoenojado a su padre: "iMira! Todos estos años he trabajado comoesclavo para ti y nunca he desobedecido una orden tuya" (Lucas15:29). Muchos creyentes son así. Han sido cristianos fieles,pero en la actitud de su corazón han perdido algo y todo se haconvertido en un servicio de "esclavos". El padre le aseguró asu hijo, como Dios hace con los suyos: "Hiio mío. tú siem12reestás conmigo" (15:31). No obstante, si bien siempre estamoscon El, quizás no siempre nos sintamos cerca de ~l. Verse como•haciendo el "trabajo de esclavo" con frecuencia produce fatigay duda. Debemos recordar que aun cuando nosotros hayamosperdido nuestra perspectiya, Dios no: "Nunca decayeron susmisericordias. Niieyas son cada m~ana; grande estufidelidad" <Lamentaciones 3:22-23).-

EL PADRE SABEQUÉ ES LO MEJOR

La hechura de un hombre, .aun cuando la materia prima

fuera tan dócil como yo, a menudoparecía brutalmente dura sin

la ayuda de un padre quemanejara los pasajes ásperos.

Russell Baker

Te haré entender, y te enseñaréel camino en que debes andar;

sobre ti fijaré mis ojos.El Señor

(Salmo 32:8)

Bueno eres tú, y bienhechor.Un salmista

(Salmo 119:68)

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T r at aba de entender por qué mi hijo de ocho años estabatan abatido con la nueva camiseta y pantalones cortos

que mi esposa y yo le habíamos comprado. Su muda de ropafavorita estaba por lavarse: unos pantalones cortos holgados ydesaliñados y una camiseta azul desteñida y gastada.

Pregunté por qué no le gustaba su nueva ropa. Se encogió dehombros y dijo que no sabía, y sus labios haciendo pucherosmostraron su congoja. Intenté razonar con él, explicándole lobien que lucía y recordándole que él mismo había escogido elpantalón nuevo. Pero no lo pude convencer.

Entonces le pedí que me diera una "buena razón" de sucontrariedad. No pudo ponerlo en palabras. Traté de ayudarleofreciéndole varias respuestas posibles para que eligiera entreellas, pero él se puso más triste todavía.

- Me siento raro usando éstos - fue su única respuesta.Intenté otra estrategia:- Steve, ¿piensas que papá te está mintiendo cuando te digo

que te ves superbien? - pregunté.- No - respondió.- No te lo diría si no fuera cierto - dije con tono de súplica.- Lo sé - dijo -. Es que me veo ridículo.Traté de explicarle que su ropa vieja era la que se veía

ridícula, pero que la nueva no. Entonces se me ocurrió una idea.Tener gemelos idénticos ofrece oportunidades únicas, y ésta erauna de ellas. Pregunté a Steve si pensaba que Scott "se veíaridículo". Scott tenía puestas pantalón y camiseta iguales esedía. (No siempre vestíamos a los gemelos iguales, pero en estaocasión ellos habían escogido la misma ropa.)

- No - respondió Steve. .Traté de no reírme ante la obvia contradicción en su mente.

Pero con calma intenté hacerle ver que él y Scott andabanvestidos iguales. Si pensaba que Scott se veía bien, Zpor quépensaba que él se veía ridículo? Entonces lo embargó la emocióny se puso a llorar. No era un llanto de rebeldía o manipulación

El Padre sabe qué es lo mejor 91

par~. salirse con la suya; era un llanto de aflicción. Lo abracé yle dije que estaba bien que llorara. Me sentí aliviado porquefmalmente me hubiera comprendido.

Esperaba que estaría mejor y más razonable. Pero no.Todavía quería cambiarse el pantalón, pero llegaría tarde a lae~cuela si ~~ salía de inmediato. En ese punto perdí la pacien­cía. Me enoje por su falta de razón, y me contrarié debido a ques~manera de verse estuviera tan fuera de enfoque. Lo apresuréa Irse, a la escuela y que tratara él mismo con su mala actitud.

Mas tarde ese día, repasé la escena. Pensé en mi pequeñohijo que se había ido a la escuela triste y herido en su espíritu.Como padre con vista más aguda, había intentado razonar conmi hijo para cambiar su incorrecta opinión de sí mismo. Queríaque él viera la situación desde una perspectiva más saludable.La escena me recordó a Dios tratando de razonar conmigo, parahacerme abandonar la opinión tergiversada de mí mismo. Vi aDios tratando de hacerme confiar en Él cuando dice: "Yo no tediría mentiras" o "¿Me crees?"

Lo que me enfadó de esa mañana era que parecía no poderc~municarmecon mi hijo. Él creía lo que yo decía, pero no teníaningún efecto significativo en su espíritu. Estaba tan metidoen su pequeña visión de las cosas que éstas lo dominaban envez de él dominarlas. y tuve que sonreír cuando repasé surespuesta a mi pregunta de si su hermano idéntico eidénticamente vestido se veía ridículo. Pero yo hago lo mismo.Hay días que creo que los otros hijos de Dios se miran bien, peroque yo no. Todos estamos cubiertos con el mismo manto dejusticia de Jesucristo; no obstante, de alguna manera los otrosse ven bien pero yo me veo ridículo, porque mi perspectiva estáfuera de enfoque.

Si un niño de ocho años no entiende las cosas como suspadres, no sorprende que haya días en los que nosotros, creyen­tes finitos y falibles, tengamos dificultad para ver como venuestro infinito e infalible Padre celestial. Pero es nuestroPadre quien nos dice la verdad, y necesitamos aprender a hacera un lado nuestra perspectiva humana y creer en Él. ¡NuestroPadre celestial de veras sabe qué es lo mejor!

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ERES BUENO Y LO QUEHACES ES BUENO

Todavía recuerdo caminar por el césped frente a nuestracasa un día brillante y soleado cuando sólo tenía ocho años yser embargado por un pensamiento espantoso. Era la décadade los años cincuenta y vivíamos en una vecindario ideal de laclase media en Long Island, Nueva York. En nuestro vecindariotodas las casas eran nuevas, los padres eran amables, y losniños jugaban seguros por toda la calle y en los patios de todos.Las familias se vestían bien para ir a la iglesia los domingos ysalían al campo los sábados.

Recuerdo que me sentía feliz ese día hasta que el espantosopensamiento me embargó de repente. Los colores brillantes delcielo, del césped y de las casas recién pintadas me hicieronsentir alegre de ser un niño que vivía en los Estados Unidos.Pero esa mañana mientras cruzaba el verde y recortado césped,me puse a pensar: ¿Qué si Dios es malo? Súbitamente tuve elsentimiento de que se acababa la vida y de que la gente estabade pie ante un Dios cruel, maligno y malicioso. Qué chasco máscruel sería, pensaba yo, si Dios fuera no sólo como el diablo, sinoque fuera el diablo mismo. No habría esperanza. No recuerdocomo resolví intelectualmente ese espantoso pensamiento a laedad de ocho años. Es probable que me olvidara de eso con unchocolate de cinco centavos y un paquete nuevo de tarjetas debéisbol. Lo cierto es que fui más fervoroso para asistir a laiglesia.

Las ideas acerca de Dios las formamos a una edad temprana.Lamentablemente, los acontecimientos dolorosos de la vida nosprovocan a sacar conclusiones erradas acerca de Dios. El colum­nista del New York Times, ganador del Premio Pulitzer y autor,Russell Baker, contaba un trágico momento de su niñez en susmemorias acerca de su crecimiento en las montañas de Vir­ginia. A la edad de cinco años, su padre murió y él fue enviadoa la casa de una vecina mientras su madre preparaba el funeral.Después escribiría:

Pobre de Bessie Scott. Toda la tarde me escuchó con lapaciencia de una santa mientras yo estaba sentado en sucocina deshecho en llanto. Por primera vez pensé

El Padre sabe qué es lo mejor 93

s~riame~te en Dios. Entre sollozos decía a Bessie que siDIOS hacía cosas como esas a la gente, entonces Dios eraaborrecible y yo no quería nada más con Él.

Bessie me habló de la paz del cielo y del gozo de estarcon los ángeles y la felicidad de mi padre que ya estabaallá. Este argumento no logró calmar mi ira.

"Dios nos ama a todos como a sus propios hijos" decíaBessie. '

"Si Dios me ama, ¿por qué hizo que mi padre muriera?"Bessie dijo que un día lo entendería, pero sólo tenía

razón en parte. Esa tarde, aunque entonces no lo hubierapodido decir de esta manera, decidí que Dios estabamucho menos interesado en la gente de lo que nadie enMorrisonville ....e.est~a dispuesto a. admitir. Ese día decidíque no se podía.conña» en Dios completamente.

Después,núnca volví a llorar con convicciónverdadera ni a esperar mucho del Dios de cualquierasalvo la indiferencia ... A la edad de cinco años meha~~a vuelto un escéptico y comencé a sentir que todafelicidad que me viniera ~odría ser el preludio de unasiniestra broma cósmica.

Si Dios no fuera "bueno", habría una cruel desesperación enla existencia de la humanidad; en realidad, la vida sería una"siniestra broma cósmica". Si Dios fuera una deidad diabólicay .capricho~a, la vida no tendría ningún propósito sígnífícetivoro la eternidad esperanza. Si Dios no fuera bueno, sino capazde hacer el mal, su poder lo corrompería. Un universo con unloco en el trono sería tan torcido y demente como el reino deterror de Hitler en la Alemania nazi. Lamentablemente, elhombre moderno a menudo desecha -completamente la nociónde Dios o, como en el caso de Russell Baker, se aleja amargadopor las imágenes enormemente insuficientes que tiene de Él.

Pero el Dios que reina es bueno. Nuestro concepto de Él comobueno no son sueños dorados. En las Escrituras Dios es "per­fecto en sabiduría" (Job 37:16), en hermosura (Salmo 50:2), ensu camino (Salmo 18:30), en su obra (Deuteronomio 32:4), ensu fidelidad (Isaías 25:1), y en su ley (Salmo 19:7). Porque Dioses santo, recto, justo, majestuoso, bueno, todopoderoso, com-

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pasivo y fiel, el cuadro compuesto de Dios se puede describircon la palabra perfecto. No sólo es perfecto en la esencia de suser, sino también en la calidad de sus acciones y sus obras. Laperfección testifica de la pureza absoluta de Dios. Cuandodecimos que Dios es el Padre "perfecto" hablamos de la bondady la santidad que gobiernan sus actos. La "perfección" calificatodos los aspectos de la paternidad deDios.--~

¿Cree usted que las intenciones de Dios hacia usted sonbuenas? La confianza se debilita seriamente cuando no estamosseguros de la bondad del corazón de Dios hacia nosotros. Elsalmista afirma de Dios: "Bueno eres tú, y bienhechor." (Salmo119:68). Describe la bondad del carácter de Dios y de suscaminos.

Lo que más recuerdo acerca de los padres de de losprogramas de televisión familiares de los años cincuenta ysesenta es que eran sabios y tenían propósito en la crianza desus hijos. Pienso en el sentido de la paternidad protagonizadopor Andy Griffith, Ozzie Nelson, Ward Cleaver, Robert Young,y el padre y el abuelo de los Walton en los años setenta. Demuchas maneras, ellos fueron el "ideal" o la "perfección" depadres. Hacen un verdadero contraste con los padres de latelevisión en tiempos más recientes. Aparte de la contribuciónde Bill Cosby con una paternidad positiva, los actuales padresde la televisión a menudo son representados como personajesconfundidos y risibles que no tienen mucho que ofrecer a modode consejo o de ejemplo. Necesitamos modelos positivos, padres"perfectos", con propósito, deliberados y sabios en su pater­nidad para servir como recordatorios de nuestro Padre celes­tial.

¿Qué podemos esperar de un Padre perfecto?

EQUILIBRIO PERFECTOUn sábado, en un merendero, no pude evitar oír por

casualidad la relación entre un padre y su hijo. Los había vistoentrar. El niño, rubio y simpático, que tendría unos cuatro años,necesitaba sus dos manitos para impedir que se le cayera lahamburguesa. Mi corazón sufrió cuando oí la manera en quesu padre le hablaba. Los niños pequeños no se mantienen muy

El Padre sabe qué es lo mejor 95

tranquilos a la hora de comer en la casa, y mucho menos en unrestaurante, yeso tenía perturbado a su padre. El padre, contono enojado, regañaba a su hijo por cualquier cosita hasta elpunto que el niño estaba tan intimidado que casi no podíacomer. Yo no podía ver el rostro del niño desde donde estabasentado; sin embargo, con el aumento de la tensión, sentí quesi ya no estaba llorando, lo estaría pronto. El tratamiento deeste padre con su hijo era despótico.

Poco tiempo después, estaba leyendo sentado en un bancode un parque, cuando llegó al césped cercano un padre con unaniña de ocho o nueve años y un niño de quizá cuatro años.Prosiguieron a tomar turnos en golpear una pelota con un batemientras el padre la lanzaba. Escuché los siguientes diezminutos y mi sangre hervía de enojo. il.os niños se hablabanuno al otro y a su padre de manera tosca y desobediente! Elniño era el peor, alternaba entre dar gritos mandones en unavoz ronca y gimotear cuando no lograba lo que quería. Todo esetiempo el padre no dijo casi nada a modo de reprensión o dedisciplina útil. El tono odioso del muchachito exacerbaba misnervios mientras decidía a quien regañaría primero: al mozomalcriado o a su patético padre.

Esos dos padres habían escogido dos extremos para la crian­za de sus hijos. El libro de Bruce Narramore Parenting withLove and Limits (Crianza con amor y límites) parece decirlo.todo. En ese libro el autor identifica dos enfoques a losproblemas en la crianza de los hijos. Uno es el autoritario; estees el estilo de mano pesada del papá que observé en elmerendero. El otro es permisivo; este estilo es indiferente, sindisciplina, como el papá en el parque.é Dios no es así. Dios, elPadre perfecto y con propósito, no está sujeto a las fluctuacionesde los extremos de los padres humanos. Su autoridad estásiempre bajo control y se mide con amor. Dios nos otorgalibertad, sin nunca renunciar a su control soberano ni rendirsu responsabilidad de disciplinar a SU$ hijos.

Juan describe a Jesús como "lleno de gracia y de verdad"(Juan 1:14). Ese contraste es muy revelador. La graciaproclama el amor libre, inmerecido de Jesucristo. La verdadrevela al hombre en su pecado y señala la incuestionable

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rectitud de Dios en sus principios, sus leyes y sus juicios. Sinla gracia, quedaríamos descubiertos en la inaccesible luz de la -,absoluta pureza de Dios. Sin la verdad, la gracia de Dios sería <,

una aceptación como de abuelo sin conocimiento y justicia. Laverdad sin la gracia sería un dominio áspero y autoritariodesprovisto de la esperanza de perdón y compasión. La graciasin la verdad sería permiso ilimitado desprovisto de respon­sabilidad moral. Nuestro Señor está "lleno de gracia y deverdad" en equilibrio perfecto. La verdad le permite ser unPadre omnisciente, justo, perfecto y sabio. La gracia le permiteser un Padre compasivo, comprensivo y perdonador. Nunca esdemasiado áspero, demasiado perdonador, demasiado severo,demasiado dador, demasiado amoroso.

PERFECTO EN SUS PROPÓSITOSUna noche, mi esposa oraba con nuestros hijos. Tenían diez

años entonces, sin interés alguno en las niñas. Pero Judy orabaque Dios preparara una buena esposa cristiana para cada unode ellos. Steve gimió con la idea.

- Mamá, eso está muy lejos todavía - dijo.Mi esposa sonrió y dijo:- Sí, tal vez debiera pedir que no tengas muchas tareas

escolares mañana, ,¿verdad?- Claro, eso sería mejor - convino Steve.A veces es difícil ver el cuadro grande cuando se es un niño

que vive de día en día. Quizás muchos seamos así de adultostambién. ¿Para qué orar por algo lejano en el futuro cuandoestoy preocupado por cuánta tarea pudiera tener mañana? Sinembargo, los padres generalmente están más preocupados conel cuadro grande que con los pormenores diarios en lo que tieneque ver con sus hijos. Por cierto, sí les importan las raspadurasy rasguños y tareas en el camino, pero su preocupación mayores cómo serán sus hijo al final. Dios, también, está más inter­esado en el cuadro grande y .en cómo resultaremos al final.

El propósito supremo de Dios en la vida del creyente es claroen pasajes como estos:

Porque a los que antes conoció, también los predestinópara que fuesen hechos conformes a la imagen de su

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Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos her­manos.

Romanos 8:29

Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubiertacomo en un espejo la gloria del Señor, somos transfor­mados degloria en gloria en la misma imagen, como porel Espíritu del Señor.

2 Corintios 3:18

El propósito de Dios en nuestra vida es conformarnos a laimagen de Cristo.

Mark Twain hizo esta memorable observación: "Cuando eraun muchacho de catorce años, mi padre era tan ignorante queno. s~~orts:.ba tenerlo cerca de mí. Pero cuando llegué a losveíntíün anos, me sorprendió todo lo que él había aprendido en

. te - "3 S .sie anos. onreimos porque recordamos los años adolescen-tes cuando pensábamos ser más sabios que nuestros padres. Deigual manera, a veces yo no he estado muy seguro de que Diosmi Padre, supiera lo que estaba haciendo con mi vida. '

Me avergonzaría si usted leyera ciertas páginas en mi diarioen las que decía disparates de Dios porque no me gustaba lamanera que dirigía mi vida. En esos días quería arrancar lapri~era página del tratado Las cuatro leyes espiritualeshabiendo decidido que alguien había mentido cuando escribió:"Dios lo ama y tiene un plan mara.villoso para su vida." "Diospudi~ra amarme, pero este plan no es maravilloso", gruñía yo.En cíertas coyunturas de mi vida, sentía que en cuanto acarreras profesionales, Dios había sido un mal consejero paramí.. En mi momentánea furia, le informaba: "Yo tengo un planmejor."

No me importaría si leyera las páginas que escribí en midiario después de haberme calmado, y podría afirmar la verdadde v:rsí~ulos c~mo el Salmo 32:8: "Te haré entender, y teensenare el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos"(Salmo 32:8).

Recuerdo la manera que Dios me humilló en el ministerio.Como la mayoría de seminaristas recién graduados que sueltanen las iglesias, aun sabiendo que tenía que madurar, todavía

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pensaba: ¿Por qué no querrían oírme hablar? Dios necesitabaajustar mi actitud. Después de varios años de humillación, mipensamiento cambió a: ¿Porqué querría alguien oírme hablar?

¿Recuerda el cuento de Pinocho, el títere de madera quequería ser un niño de verdad? Se va huyendo y pasa por unaserie de desgracias antes que su sueño se convierta en realidad.La historia tiene un parecido con la del hijo pródigo, con untoque de Jonás y la ballena. Recuerdo la escena donde Pinochose está convirtiendo en burro con orejas grandes, con cola yrebuzno para hacerle juego. Pienso en la imagen de burrocuando leo el Salmo 32:9: "No seáis como el caballo, o como elmulo, sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestroy con freno, porque si no, no se acercan a ti." A veces, comoPinocho, he querido ser un hijo verdadero; sin embargo, debidoa mi terquedad y a mi independencia, me convertía más en unburro.

El Señor no quiere amaestramos como animales. Quiereenseñarnos como hijos.

PROPÓSITO EN SU PROCESODE DESARROLLO

A veces me pregunto si Dios no habrá desechado su plan parami vida. Me siento arrinconado o completamente olvidado. Paracombatir estos pensamientos cuando vienen, recuerdo los añosque Dios pasó desarrollando a los grandes líderes del AntiguoTestamento y hasta a Jesús.

Jesús pudo haber iniciado su ministerio a los doce años, peroDios lo hizo esperar otros largos y silenciosos dieciocho años.Dios tenía un plan para desarrollar a su Hijo. Un versículo queconfunde a algunos, pero que abre una ventana importante enesta idea, es Hebreos 5:8. Hablando de Jesucristo, dice: "Aun­que era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia." Elversículo no implica que Cristo no supiera obedecer y que, porlo tanto, tenía que aprender. Si se interpreta mal implicaríaque Cristo pudo haber sido desobediente antes de aprender aser obediente. Este no es el caso. El versículo significa queJesús, siendo de carne y sangre, pasó por un proceso deaprender lo que significaba vivir en carne propia la obediencia

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a Dios como hombre mientras estaba en la tierra. Jesús no tuvoque aprender que Él era el Hijo de Dios; ya lo sabía. No tuvoque aprender lo que Dios quería de Él; ya lo sabía. Aprendió lasimplicaciones, las luchas, los sufrimientos de crecer como el!lijo de Dios encarnado en un hombre. Lucas 2:52 dice: "YJesúscr~cÍa--en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios ylos hombres."

Si Jesús pasó por un proceso de desarrollo divinamentevigilado por Dios el Padre, ¿no debiera yo esperar también tenerque pasar por un proceso de desarrollo y aprender obedienciapor lo que padezco?

Dios es Padre responsable que desea que nos desarrol­lemos de "recién nacidos" en Cristo (1 Pedro 2:2) hasta serhombres y mujeres maduros en Cristo. ¡El tiene un plan!

UN GUÍA BENÉVOLO

Nunca podría imaginarme a Andy Griffith, Ozzie Nelson,Robert Young, o a ninguno de esos grandes padres de latelevisión siendo cruel con sus hijos. Sería inconcebible. Perodebo confesar que a veces he tenido una mala actitud queriendoquejarme ante Dios por lo que yo consideraba un maltratoinfantil del cual yo era la víctima. Debemos reconocer que sibien Dios es un Padre benévolo, no siempre nos trata con faltade severidad. A veces parece que es áspero.

He sufrido esta aspereza. Una vez, después de un trecho detres duros años en el ministerio a tiempo completo, me vi apunto de renunciar. No entendía la sabiduría de Dios o su planpara mí. Pensaba que era indebidamente duro por permitirciertas circunstancias, y dije disparates contra Él. éNo sabesque estoy a punto de un colapso?No estaba preparado para esto,Señor. Hkune una oportunidad! Me parecía que Dios no estabaalarmado con lo mal que andaban las cosas. Me asaltabanpensamientos oscuros durante esos días. Con el tiempo lleguéa ver a Dios como mi enemigo.

Aún después que se resolvió la situación, me llevó tres añosantes de poder decir que Dios obró para el bien de mi vida entodo aquello. Las profundas palabras de José en Génesis 50:20contienen una innegable paradoja: "Vosotros pensasteis mal

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contra mí, mas Dios lo encaminó a bien." No puado-explicarcómo el mismo juego de circunstancias severas con que lasfuerzas adversas intentan hacer mal son a la vez permitidaspor Dios y, al final, usadas para sus buenas intenciones.¿Habría dicho José que Dios era severo o bondadoso? Lascircunstancias sin duda eran severas. Y uno podría estar ten­tado a acusar a Dios de ser severo, pero Él no es nuestroenemigo. A veces permite las circunstancias severas para poderrealizar su buen propósito, y otras veces pudiera tener que sersevero con nosotros debido a nuestra propia rebeldía.

En Mateo 12:20 tenemos una descripción profética de laternura de Cristo. Dice de Jesús: "La caña cascada no quebrará,y el pábilo que humea no apagará." Las débiles cañas cascadasy los pábilos casi apagados son cosas frágiles. Un hombre puedequebrar fácilmente una caña cascada. Lo haría incide una cañacascadantalmente por la fuerza natural de sus manos cuandosepara las altas y delgadas cañas al abrirse paso por entre lamaleza y los matorrales. Como cañas débiles, pudiéramos serabatidos, cascados y heridos. No se requiere mucha fuerza paraquebrar una caña doblada.

Podemos ser también como pábilos humeantes. Esta es unaimagen de una vela a punto de extinguirse; a veces luchandopor mantenerse encendida con el viento, a veces luchando porsu vida en una brisa leve. Una persona puede terminar con ladébil llama de una vela apretándola con dos dedos humedecidoso con un soplo sin esfuerzo de su aliento. El Señor sabe cuánfrágiles somos y lo cerca de extinguirse que está a veces nuestravacilante llama.

Como hijos de Dios a menudo somos como la caña cascada yel pábilo humeante. El Señor está atento a nuestra condición,y su preocupación es traernos a la vida y fortalecernos. Él escuidadoso, no descuidado. Está lleno de gracia, no es torpe. Essensible, no desconsiderado. Es tierno, no chapucero. No nosconsiente con guardarnos de la adversidad y del sufrimiento,pero sabe mejor que nosotros lo que podemos soportar y hastacuándo.

Cuando Dios sacó a su pueblo de Egipto, sabía lo que podíay lo que no podía soportar. No los llevó por el camino que los

El Padre sabe qué es lo mejor 101

enfrentaría de inmediato con enemigos nuevos y formidables(Éxodo 13: 17-18). En vez de eso, los llevó por una ruta diferentea través del mar Rojo y un desierto despoblado. El razonamien­to de Dios es que su pueblo no estaba preparado todavía. Searrepentiría cuando viera la guerra, y se volvería a Egipto (v.17). Su pueblo no estaba preparado todavía para ciertosobstáculos y pruebas. Con el tiempo enfrentaría la guerra,después que Dios lo hubiera desarrollado más. Dios en susabiduría conoce el progreso de sus hijos y cuando estánpreparados para enfrentar pruebas particulares.

El apóstol Pablo escribió dos cartas a su querido amigo ycolaborador Timoteo en el Nuevo Testamento. Timoteo era unjoven que parecía luchar contra la timidez. Pablo era elsazonado misionero veterano. En un pasaje exhorta a Timoteopara que crezca en santidad y en el ministerio "para que tuaprovechamiento sea manifiesto" (1 Timoteo 4:15). No era unaindicación para hacer alardes. No era alentado a tener unaactitud jactanciosa de "miren hasta dónde he llegado". En vezde eso, Pablo recordaba a Timoteo, y a nosotros, que los creyen­tes están en un proceso en el que Dios quiere hacer cambiosverdaderos para que nuestra vida muestre pruebas de que Diosnos ha desarrollado y perfeccionado de conformidad con laimagen de Cristo.

A veces dudamos que estemos progresando. A veces nospreguntamos por qué Dios parece tomarse tanto tiempo con elproceso. A veces pensaremos que podemos manejar ciertasresponsabilidades, pero Dios nos lleva por otra ruta, una máslarga, porque sabe que no estamos' tan preparados comocreemos.

En una novela de George MacDonald, una mujer enfrentaaflicciones repentinas y dice con amargura:

- ¡Desearía que no me hubieran hecho!A eso, un amiga le responde:- Querida, todavía no estás hecha. Apenas te están hacien­

do, y ese es el proceso del Hacedor.s

FIEL EN SU DIRECCIÓNEn uno de mis días de dudar de la sabiduría del "maravilloso

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plan" de Dios para mi vida, vine a dar al Salmo 77:19: "E~emar fue tu camino, y tus sendas en las muchas aguas; y tpisadas no fueron conocidas." Dios estaba guiando a su pueb o,pero ellos no podían ver sus pisadas marcando el camino. iostiene un plan y una senda para nosotros, pero debido a que novemos sus pisadas en la arena dudamos si no habremos perdidola dirección, si no habremos perdido el camino y a nuestro Guía.

Es de beneficio oír el testimonio de personas que hancaminado con Dios por mucho tiempo; personas que puedenmirar atrás y afirmar su determinación en nuestra vida.

Hace más de treinta años cinco misioneros fueronasesinados por los Aucas en Ecuador. El drama de la historiacontinúa inspirando personas hoy. Olive Fleming Liefeld,esposa de Roger Fleming, uno de los hombres martirizados,habló hace poco acerca de esos acontecimientos. Ella recuerdasu lucha en oración durante los días en que todavía se llevabaa cabo la búsqueda: "Siempre hubo la esperanza de que Dioscontestara nuestra oración. Pero entonces comencé a pregun­tarme, cuál oración iría a responder: lla oración de alcanzar alos Aucas, o que estos hombres estuvieran a salvo?"5 Ahora ellaafirma:

Como creyente sé que Dios tiene un propósito en todo.Creo haber aprendido a través de los años que aún ensituaciones duras Dios puede extraer bien de esas expe­riencias. Quizás no lo podamos ver entonces, y quizásnunca lo veamos. Quedan todavía muchas preguntassin responder, pero no creo que yo necesite saber lasrespuestas. Todo eso es parte de la fe.6

y la fe viene con más facilidad a los que son como niños.Otras dos imágenes en Isaías de la dirección de Dios nosrecuerdan un padre con su hijo. Una es de un niño que esllevado: "En su amor y en su clemencia los redimió, y los trajo,y los levantó todos los días de la antigüedad" (63:9; cursivasañadidas). Dios ha hecho un compromiso con nosotros sus hijos.y cuando estemos viejos y canosos todavía necesitaremos serllevados. La promesa de Isaías 46:4 se ha vuelto un consueloperpetuo para mí: "Yhasta la vejez yo mismo, y hasta las canas

El Padre sabe qué es lo mejor 103

os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré"(cursivas añadidas).

La otra imagen de dirección es la de la mano de Dios: "Porqueyo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, yte dice: No temas, yo te ayudo" (41:13, cursivas añadidas). Nosentimos que nos tome literalmente de la mano. Y no vemos suspisadas marcando exactamente por donde debemos pasar.Caminamos por fe, y por fe sentimos el apretón de la mano deDios.

Michael Quoist expresó los pensamientos de Dios nuestroPadre en una de sus Oraciones de Vida:

Deja que te guíe como a un niño,hijito mío.

Ven, dame tu mano y no temas.Si hay~, te llevaré en mis brazos.Pero debes ser muy, muy pequeñito,

porque el Padre sólo lleva a niñospequeños.?

Cuando considero mis apenas veinte años de creyente, clara­mente veo la mano de Dios en su plan para mi desarrollo.Muchas veces he mirado atrás y he visto la sabiduría en ladirección de Dios y en retrospectiva digo: "Ah, Señor, por eso lohiciste de esa manera." Dios tiene un plan de desarrollo paracada uno de sus hijos, para llevarlos a la madurez y al gozososegado que viene con ella. Lo más importante no es queconozcamos todos los detalles, sino que tengamos confianzaplena en nuestro Padre, que supervisa el plan. No importa laedad que tengamos como hijos de Dios, necesitamos como niñosconfiar en su sabiduría. Esto es particularmente cierto cuandonuestro Padre tiene que hacer con nosotros su incómoda peronecesaria función de Padre: disciplinar, corregir y hastareprender.

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ESTO ME VA·,ADOLER AMIMÁSQUEATI

Por otra parte, tuvimos a nuestros padresterrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos.

¿Por qué no obedeceremos mucho mejoral Padre de los espíritus, y viviremos:

Y'aquéllos, ciertamente por pocosdías nos disciplinaban como

a ellos les parecía, pero éste paralo que nos es provechoso, para que

participemos de su santidad.Hebreos 12:9·10

Esper a que venga tu padre!" Oh, cuánto temía yo esaspalabras. Sabía que papá pegaba más duro que mamá,

y que su grito era más estrepitoso. Era duro vivir toda la tardebajo amenaza de castigo.

¿Qué recuerda usted más acerca de la disciplina cuandoestaba creciendo? Vea si estas líneas le son conocidas:

• "Debiera darte vergüenza."• "iVete a tu cuarto!"• "Ahora verás."• "iQuítate de mi vista!"• "Después de todo lo que he hecho por ti,

¿así me pagas?"• "Esto me va a doler a mí más que a ti."Recuerdo ciertas frases cuando era niño. Ahora que soy

padre me sorprendo diciendo las mismas cosas a mis propioshijos. Aunque la mayoría de nuestros padres tenían buenasintenciones, y ahora nos podemos reír, hay más en lo que decíande lo que está en la superficie. Los recuerdos de la disciplina denuestros padres a menudo influyen directamente en nuestroconcepto de la disciplina de Dios.

Quizás usted recuerde haber sido castigado por enfado o malhumor; sus padres lo azotaban por casi nada. Parecía más undesahogo de sus emociones y el pago por los "pecados" de ustedque una corrección con propósito. En otras ocasiones, recibió el"trato silencioso": un retiro de atención y afecto. Sus padresactuaban distantes y disgustados hasta que usted pagara por suscrímenes. O quizás sus padres lo humillaban verbalmente,haciendo que usted se sintiera avergonzado por fracasar odesilusionarlos. Otro castigo favorito de los padres era mandar a

, los niños a su habitación. Esto pudo haberse parecido más comorechazo que disciplina saludable.

Hay dos cosas que se interponen ante una perspectivapositiva de la disciplina de Dios: (1) la disciplina paternalnegativa, y (2) su "padre interior".

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106 El padre que nunca conocí

LA DISCIPLINA PATERNAL NEGATIVAEs fácil asociar la disciplina con formas de castigo negati­

vas. Son pocos los que recuerdan la disciplina como modifi­cación constructiva del comportamiento. Por eso, natural­mente, cuando oímos hablar de la disciplina de Dios nuestrosprimeros pensamientos pudieran ser de Dios castigándonoscon ira, Dios alejándose y dándonos el trato silencioso, Diosrechazándonos enviándonos lejos de Él, avergonzándonoscon su reprensión. Es necesario hacer a un lado estas asocia­ciones negativas para poder tener una comprensión saludablede la disciplina de Dios.!

¿Cómo interpreta usted las circunstancias cuando le sondesfavorables? ¿Piensa que Dios lo castiga porque está eno­jado? ¿Siente que lo ha dejado? ¿Se pregunta qué debe hacerpara volver a gozar de su favor? Para poder beneficiarnos conla disciplina de Dios, es necesario identificar las asociacionesnegativas de la disciplina en nuestro pasado.

SU "PADRE INTERIOR"Si somos sinceros, la mayoría de nosotros habla consigo

mismo. Hay veces que tenemos un diálogo interno con el quenos animamos, nos reprendemos, nos damos puntapiés, nosreímos, nos ridiculizamos, nos ponemos en vergüenza, nosrebajamos, reñimos con nosotros mismos, nos empujamos odamos sermones. Si bien hablar consigo mismo es común,también pudiera revelar el impacto que la disciplina denuestros padres ha tenido en la manera de vernos a nosotrosmismos y a nuestro Dios.

Varios escritores han identificado lo que se ha llamado "elpadre interior". Es posible haber dejado el hogar de nuestrospadres hace mucho tiempo, pero haberlos llevado con noso­tros. Existe un enlace entre este padre interior y la maneraque nos disciplinaron de niños. Bruce Narramore escribe:

A la vez que vamos absorbiendo algunos de los idealesde nuestros padres, absorbemos también sus métodosy sus actitudes disciplinarios frente a nuestra malaconducta. Más adelante en la vida - aún en ausencia denuestros padres - automáticamente tendemos a repe-

Esto me va a doler a mí más que a ti 107

tir sus métodos de corrección sobre nosotros mismos ... Se trata de la voz de nuestro padre interior, nuestro"yo correctivo".2

En muchos casos cuando nos hablamos a nosotros mismosasumimos el papel de u~o de los padres. Con frecuencia eldiálogo interno toma forma de nuestro yo paternal hablandocon la parte de nosotros que todavía siente y actúa como niño.

Lo que dijeron nuestros padres acerca de nosotros contribuyóa formar nuestra imagen. Por ejemplo, el niño a quien siempregritaban, rebajaban, y decían que nunca llegaría a ser nadatiende a llevar esos comentarios consigo cuando se va de la casa:Pudiera tener que luchar por años contra esas percepciones.Quizás se yergan y lo acusen en sus momentos de mayordebilidad.

Con toda seguridad, nuestro enemigo, el diablo, usará todaslas acusaciones que nos hieran más profundamente. Los niñoscrecen oyendo toda clase de expresiones acerca de ellos: "Eres untonto", "Te ves ridículo", "No eres lo bastante bueno para lograreso", "¿Cuándo vas a crecer?" Tristemente, muchos tenemos latendencia de decirnos las mismas cosas en nuestra vida adulta.

Nuestro padre interior está controlado por nuestra per­sonalidad también. Por ejemplo, yo soy un perfeccionista. Losperfeccionistas nunca hacen bastante bien ningún trabajo. Miperfeccionismo pudiera ser como un malvado capatazlevantándose sobre mí como un padre insistente e intimidante.Este padre perfeccionista rara vez es paciente. Cuando hagoalgo chapucero o cometo un error puedo tratarme dura y hastacruelmente. Según las circunstancias podría rebajarme, darmede puntapiés o reprenderme. Hasta pudiera hablarme despec­tivamente. En estas ocasiones soy mucho más estricto conmigomismo de lo que jamás sería con mi familia, mis amigos o concompletos extraños.

Si no tengo cuidado pudiera ser un padre perfeccionista conmis hijos. Admito que en ocasiones los he empujado muy fuerte,he esperado de ellos más de lo que debía, he sido impaciente consu incompetencia en hacer tareas tan bien como las hago yo. Endías en que no he estado satisfecho conmigo mismo, en micontrariedad he transferido esa insatisfacción a mis hijos, ínsis-

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108 El padre que nunca conocí

tiendo en las pequeñeces que me irritan.Me sorprendí en este acto una noche, y me di cuenta de la

impresión que estaba dando a mis hijos. Cuando salía de suhabitación después de darles las buenas noches, comenté algoacerca de lo desordenada que estaba su habitación. Entonces medi cuenta de que casi siempre que venía a su habitación decía queno estaba muy bien ordenada. Si bien mi observación era cierta,probablemente su habitación nunca estaría lo bastante limpiapara satisfacer mi perfeccionismo. Mientras pensaba en eso,llegué a esta conclusión: No quiero que mis hijos reciban laimpresión de que "cada vez que papá viene a nuestra habitaciónse va disgustado". No quiero que lleguen al punto de no quererqueyo venga a su cuarto porque estén cansados de oír mis críticas.

Está el otro extremo: el padre mimador. Ese padre interiorestá siempre protegiendo a su chiquito. No exige ni corrige losuficiente. Permite reinar al hijo interior.

¿Qué clase de padre es usted, según su criterio? Cuando hablaconsigo mismo, ¿qué se dice?

Ese padre interior tiene que irse, así como el niño interno tieneque crecer. Debemos permitir que Dios, por medio del EspírituSanto, reemplace la voz del padre interior. Debemos dejar que elpadre despótico o indolente o recio sea reemplazado por Dios elPadre, el único padre perfecto.

Varias fuerzas controlan lo que sucede interiormente: elniñito (del que hablaremos después), el padre interior, y elEspíritu Santo. El niñito en nosotros debe sujetarse al EspírituSanto y al Padre y no al padre capataz en nosotros.

Con el paso de los años, pudiéramos darnos cuenta poco apoco de que nuestro padre interior nos domina. Si no tenemoscuidado, su voz interna pudiera asumir la autoridad de Dios, yhasta pudiera confundirse con Dios.

HACIA UNA DISCIPLINA CONSTRUCTIVA

Un día, cuando nuestros hijos tenían siete años, mi esposaplanteó a Steve esta pregunta hipotética: "¿Qué piensas quepasaría si nunca más recibieras disciplina?" De inmediato élrespondió: "Seguramente sería un chico malo." Tuve que reír porsu sinceridad. Conocía lo suficiente de sí mismo para saber que

Esto me va a doler a mí más que a ti 109

necesitaba un poco de la disciplina constructiva de mamá ypapá.

Encuentro que la mayoría de los cristianos no tienen unaperspectiva positiva de la disciplina de Dios. La generaciónvieja tiene un sentido estricto de ella como medio de castigo yde retribución, mientras que la generación más joven tienealgunas décadas de dos extremos: (1) la crianza permisiva, queha suspendido la disciplina casi en su totalidad, y (2) el aumen­to de padres abusivos y de niños abusados. Esta combínaciónha contribuido a conceptos de disciplina negativos y confusosen lo que respecta a su valor y a los métodos apropiados. Sinánimo de lanzarnos a examinar sus pros y sus contras y susmétodos, necesitamos afirmar las claras palabras de lasEscrituras: "El que detiene el castigo, a su hijo aborrece"(Proverbios 13:24); y "No rehúses corregir al muchacho" (23:13).Las Escrituras exhortan a los padres a aplicar la disciplina yDios sigue su propio consejo.

LA DISCIPLINA COMO EDUCACIÓNCuando Louisa May Alcott se convirtió en la escritora de mayor

éxito para niños con su Mujercitas en la década de los años sesentadel siglo pasado, cumplió con una de las ambiciones de su padre.Bronson Alcott fue un pionero radical e impopular en el campo dela educación infantil. Si bien la mayoría de los padres tienen pornecesidad que practicar en sus propios hijos la crianza de niños,Bronson Alcott había tomado a sus cuatro hijas para experimen­tar con ellas. No sorprendería si su severidad y su disciplinadespótica fueran la razón de mucha de la infelicidad y severacensura de si misma que se revelan en los diarios de Louisa. Ellanunca pudo alejarse de su padre. En realidad, permaneciósoltera toda su vida y murió veinticuatro horas después que supadre.

Bronson mantuvo un diario detallado acerca del desarrollode Louisa y de Anna. Les ponía tentaciones por delante paraobservar su modo de reaccionar. Por ejemplo, una vez dejó unamanzana en plena vista y les dijo que no la comieran porqueera suya. Entonces las espió para ver hasta dónde resistiríanla tentación. Una vez que sucumbieron, regresó y armó un gran

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escándalo exigiendo que le dieran razones de su fracaso queellas confesaron con lágrimas.v

Si bien nuestro Padre celestial mantiene un libro detallado denuestra vida, no lo tiene porque quiera experimentar con mez­quindades. Dios no acomoda las situaciones para sorprendernosen un descuido y así poder castigarnos.

El escritor de Hebreos, citando Proverbios 3:11-12, recuerdaa sus lectores que la disciplina de Dios es prueba de que Él lostrata como hijos:

y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijosse os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies ladisciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendi­do por él;porque el Señor al que ama, disciplina, y azotaa todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina,Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel aquien el padre no disciplina? Pero si os deja sin discipli­na, de la cual todos han sido participantes, entonces soisbastardos, y no hijos.

Hebreos 12:5-8

Si no entendemos que Dios es un Padre que disciplina, noentenderemos la razón de muchas lecciones que Él trae anuestra vida. Si tenemos un punto de vista negativo de ladisciplina de Dios, no entenderemos el propósito de Dios en ella.

Una lectura cuidadosa de Hebreos 12 del versículo 5 al 11nos da una perspectiva amplia del designio en la disciplina deDios. Podemos resumir la verdad con estas afirmaciones:

• La disciplina de Dios es un aspecto queanima a sus hijos (v. 5).

• La disciplina de Dios es señal de su amorpaternal (vv. 6·8).

• La disciplina de Dios está diseñada paranuestro bien (v. 10).

• La disciplina de Dios es dolorosa, noplacentera (v, 11).

• La disciplina de Dios da fruto si nossometemos a ella (v. 11).

La palabra principal usada en el Nuevo Testamento para

Esto me va a doler a mí más que a ti 111

"disciplina" (Hebreos 12:5,7; 2 Timoteo 3:16) es la palabragriega paideia, con raíz en la palabra pais, que significa "niño".El verbo paideuo y el sustantivo paideia signifcan esencial­mente la instrucción y la disciplina de los hijos. La palabratraducida "disciplina" en la Biblia es una término positivo,constructivo y educativo ligado con la crianza de los hijos.

La contraparte de la "disciplina" en el Antiguo Testamentoes el verbo hebreo yasar y su sustantivo musar. Estas palabrashebreas tienen el mismo marco de referencia que el de lapalabra griega. Significan "instrucción" y "corrección que resul­ta en educación".4 Dios es un Padre educador que usa unavariedad de tipos de disciplina divina para preparación de sushijos.

En Deuteronomio 8 hay una explicación de los tratos conpropósito de Dios con el pueblo de Israel. En el pasaje Diosexplica por qué los llevó por el desierto por cuarenta años.Mientras pasaba la incrédula generación vieja, Él preparaba asus hijos, que se convertirían en los primeros pobladores de latierra prometida.

y te acordarás de todo el camino por donde te ha traídoJehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, paraafligirte, para probarte, para saber lo que había en tucorazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.

y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó conmaná, comida que no conocías tú, ni tus padres lahabían conocido, para hacerte saber que no sólo de panvivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca deJehová vivirá el hombre ...

Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga elhombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.

Deuteronomio 8:2-5(cursivas añadidas)

El cuadro grande está compuesto de lo que ocurre en larutina de la vida. Para llevar a su pueblo a la madurez, Diosobró de manera deliberada y con propósito en el camino. Usó laexperiencia del desierto con doble intención: (1) castigar a lageneración incrédula y (2) preparar a una nueva generación

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Esto me va a doler a mí más que a ti 113

para describir el concepto de la disciplina de Dios. El cuadro deabajo compara las palabras del Antiguo Testamento con las delNuevo Testamento en dos pasajes paralelos.

El lenguaje hebreo emplea el paralelismo verbal, que era unaforma poética de expresar matices de significado en las pala­bras..El pasaje de Proverbios citado en Hebreos usa palabrasdiferentes para expresar la disciplina, que nuestra Biblia tra­duce como castigar, corregir, disciplinar, reprender y azotar.Significa literalmente"dar azotes" y por lo tanto"castigar". Eseconcepto no es sólo del Antiguo Testamento, porque el escritorde Hebreos recuerda su pertinencia a los cristianos en el NuevoTestamento.

Palabras como azotar tienden a darnos un concepto negativo.de la disciplina de Dios. A veces formamos un enredo teológicocon la intención de suavizar esas palabras a fin de que Dios noparezca tan cruel. Pero las palabras son buenas; el problemaes que los seres humanos las asociamos con experiencias nega­tivas que queremos evitar. Pero el Padre puede a veces tenernecesidad de castigar severamente a sus hijos. Pero siempre lohace motivado por su amor, su bondad y su justicia misericor­diosa. Esto no significa que toda aflicción y privación sean su

\

corrección disciplinaria.Aprecio el hecho de que las Escrituras dicen: "Ninguna

disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino detristeza" (Hebreos 12:11). La disciplina de Dios no esnecesariamente "agradable"; pudiera ser dolorosa. Pero elresto del versículo nos recuerda que pudiera tener unefecto positivo: "Pero después da fruto apacible de justiciaa los que en ella han sido ejercitados."

Es necesario considerar otro pasaje más junto con estos.Segunda a Timoteo 3:16 habla de lo provechosas que son lasEscrituras. Aunque no habla específicamente de Dios comoPadre, este versículo usa palabras para describir la Biblia que

112 El padre que nunca conocí

para que confiara en Él. Aunque los cuarenta años en eldesierto fueron primordialmente para castigar a la generaciónincrédula, Dios los usó de una manera positiva para lageneración siguiente ... las mismas circunstancias, perometas diferentes, y resultados diferentes. Es útil echar unvistazo rápido al significado de las palabras hebreas:

• afligir ('ana) - humillar, someter, afligir uoprimir;

• probar (nasa) - poner a prueba, probar lacalidad de alguien o de algo;

• saber (yada) - amplio margen de usorelacionado con entender, conocer medianterevelación, dar a conocer;

• hacer saber (de la palabra saber) - significasencillamente enseñar o instruir;

• castigar (yasar) - instruir, corregir,disciplinar; disciplina constructiva y.educativa.

La composición de los términos nos da un cuadro de Dioscomo Padre que sabiamente diseñó una situación de apren­dizaje completa para su pueblo. Los cuarenta años en el auladel desierto trajo fiesta y hambre, milagros y dolores de cabeza,provisión y pobreza. En medio de todo, el propósito de Diospermaneció igual: enseñar a su pueblo a depender de Él. Dioshumilló a su pueblo a través de las circunstancias para probarlosy saber lo que estaba en su corazón. Él ya sabía, y sabía cómo lesiría en cada circunstancia. Pero quería que su pueblo viera por símismo de lo que estaba hecho. Las pruebas tienen una manerade fortalecer el comportamiento, consolidar las convicciones, yconfirmar el carácter. Yen el proceso de ver a Dios obrando en suvida diaria, Dios "enseñaba" a los israelitas sus principios. Encierto sentido, ese proceso de cuarenta años en la escuela deldesierto se resume como "disciplina". Deuteronomio 8:5 manda alpueblo a saber que "como castiga el hombre a su hijo, así Jehovátu Dios te castiga". La disciplina no sólo reparte el castigo de lasofensas. La disciplina es un proceso educativo de instrucción ycrianza de los hijos.

Es útil observar las palabras que emplean las Escrituras

PROVERBIOS 3:11-12

castigocorreccióncastiga

HEBREOS 12:5-6

disciplinareprendidoazota

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114 El padre que nunca conocí

también son representativas de la manera que emplea Diospara criar a sus hijos: "Toda Escritura es inspirada por Dios, yútil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruiren justicia." Allí están otra vez esas palabras disciplinarias:redargüir, corregir, instruir. La palabra "instruir en justicia"es la palabra griega traducida "disciplina" en Hebreos 12 (pai­deia). Una vez más el proceso es educativo. Dios quiere usar lasEscrituras en el proceso educativo de nuestro crecimiento.

Así que si vemos lo que hace Dios como nuestro Padre, lo quehacen las Escrituras y lo que Dios hizo con Israel, encontramospalabras y metas semejantes. El cuadro de la página siguientemuestra las comparaciones.

Una vez tuve que disciplinar a mis hijos dos días seguidospor el mismo asunto importante. Ya no recuerdo de qué setrataba, pero anoté mis emociones en mi diario ese segundo día.Comencé a darme cuenta de lo que los padres quieren decir conla viej a frase: "Esto me va a doler a mí más que a ti."

Recuerdo sentir un malestar en la boca del estómago des­pués de la corrección que sólo fueron unas rápidas nalgadasrelativamente leves. Arruinó mi día, me sentí triste y contra­riado durante las siguientes cuantas horas. No porque hubierareaccionado excesivamente a la situación, o porque ellos no selo merecieran. No creí haber equivocado el manejo de la disci­plina. Pero ese día conocí mejor el corazón de Dios. Dios tam­poco se complace cuando tiene que disciplinar a sus hijos. Creoque lo deja entristecido. Dios el Padre se entristece cuando lospecados de sus hijos lo mueven a disciplinar.

El buen padre, debido a que comprende a su hijo, comprendeque tiene que ejecutar la disciplina con amor, con una intenciónfirme. El padre que disciplina por enojo generalmente ha per­dido el control y se satisface a sí mismo en vez de servir al hijo.Debido a que todo lo que hace Dios está gobernado por superfección y santidad, Él nunca disciplina movido por ira in­controlable. Pero si hemos recibido o ejercido disciplina pater­nal encolerizada, pudiera resultamos difícil imaginar que Diosestá por encima de este tipo de tácticas. Jeremías habla repre­sentando el temor de todos nosotros cuando clama a Dios:

Esto me va a doler a mí más que a ti 115

EL VALOR DIOS COMO NUESTRO DIOS CONDE LA PALABRA PADRE EL PUEBLO

DE DIOS DE ISRAEL

2 Ti 3:16 Pr3:11-12 Heb 12:5-11 Deut 8:2-5

"Enseñor" Hacer(didaskalia) saber

-Redargülr· ocorrección Castigo: Disciplina:(e/egmos) corrección reprendido Afligir

-Corregir· oenderezar(eponorthosi) Probar

"lnstrur" :disciplinar Castiga Azota Castigar(poideia)

"Castígame, oh Jehová, mas con juicio; no con tu furor, paraque no me aniquiles" (Jeremías 10:24).

Es decisivo en nuestra relación con Dios tener una compren­sión saludable de su disciplina paternal, porque esta es unaparte esencial de su esmero de Padre.

¡Qué agradecidos podemos estar de que Dios sea mayor queel más grande de los padres humanos! Qué agradecidos pode­mos estar de que la disciplina de Dios esté gobernada siemprepor su perfecta santidad y su sabia comprensión de lo que esmejor para sus hijos. Comparando otra vez a Dios con padreshumanos, las Escrituras declaran la grandeza de Dios: "[Nues- ,tros padres] ciertamente por pocos días nos disciplinaban comoa ellos les parecía; pero éste [Dios] para lo que es provechoso,para que participemos de su santidad" (Hebreos 12:10, cursivasañadidas). Alexander MacLaren escribió respecto a este ver­sículo:

Penetran profundo en el significado de la vida comodisciplina; hablan de cuán superior es la disciplina deDios que la del más amoroso y sabio de los padres, y dan

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116 El padre que nunca conocí

esa superioridad como razón para entregarnos más com­pleta y alegremente a la obediencia a Él que a éstos.5

LA DURA REALIDAD DE LA DISCIPLINALa representación de Bill Cosby como el padre casi ideal es uno

de los pocos puntos brillantes de la televisión actual sobre el tema.Sin embargo, su propia hija, Errin (de entre veinte y treinta añosentonces), tuvo necesidad una vez de ese "amor duro" por abusode drogas y alcohol, irresponsabilidad y no ser digna de confianza.Su admisión fue: "La gente ve a Bill Cosby como un superpadre,pero yo soy prueba de que la tragedia de las drogas y el alcoholpuede ocurrir hasta en las familias más amorosas."

Cosby dijo: "Será necesario que ella toque el fondo, dondequede totalmente exhausta y al punto de no poder luchar más... Ahora mismo estamos distanciados ... Uno piensa que noes un buen padre cuando no puede responder al llamado. Perono se puede dejar que los hijos lo usen a uno." Entonces Cosbycontinuó expresando la necesidad del amor duro: "La amamosy queremos que se ponga bien, pero tenemos que tomar unaposición muy firme, muy dura, que la obligue a reconocer quenadie puede arreglar las cosas para ella."6

Hasta los padres amorosos tienen que ser a veces duros. Ladura realidad de la disciplina implica la capacitación pormedio de la aflicción. No sabemos de qué trataba la "aflicción"del salmista, pero sabemos en estos versículos que la valoraba:

Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; masahora guardo tu palabra .•

Bueno me es haber sido humillado, para que aprendatus estatutos.

Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, y queconforme a tu fidelidad me afligiste.

Salmo 119:67,71,75(cursivas añadidas)

En la raíz de la palabra hebrea para "aflicción" está lapalabra humillar, y el concepto es el de someter a alguien. Dioscon frecuencia usa la disciplina para humillarnos y meternosbajo sujeción para nuestro bien. (No pensamos aquí en las

Esto me va a doler a mí más que a ti 117

formas que la "aflicción" pudiera tomar en nuestra vida.)Malcolm Muggeridge, un periodista y escritor británico que

se convirtió al Señor en el otoño de su vida, escribió en ATwentieth Century Testimony (Un testimonio del siglo veinte):

Puedo decir con completa veracidad que todo lo quehe aprendido en mis setenta años en este mundo, todolo que ha realzado e iluminado verdaderamente miexistencia, ha sido mediante la aflicción y no mediantela felicidad, fuese perseguida o lograda. En otras pala­bras, si fuera posible eliminar la aflicción de nuestraexistencia terrenal mediante alguna droga o menjurjemédico, como en Un mundo feliz imaginado por AldousHuxley, el resultado no haría la vida deleitable, sinodemasiado trivial y común para soportarla.7

Cuando vemos la gran variedad de palabras usadas paradescribir la obra de Dios en la disciplina constructiva, podemosanotar algunas categorías útiles. Si bien es cierto que haysemejanzas entre éstas, nos beneficiará ver las diferenciasentre una y la otra.

Disciplina de castigoFundamentalmente, es cosechar lo que se sembró. Cuando

el mal se hace deliberadamente, se debe esperar las consecuen­cias. Jeremías escribió: "¿Por qué se lamenta el hombre vivien­te? Laméntese el hombre en su pecado" (Lamentaciones 3:39).Hay veces que Dios tiene que reprendernos con aspereza. Aveces se trata de castigo directo, otras veces deja cosechar lasconsecuencias naturales o resultados del pecado. Dios no es unagran cláusula de excepción que borra todas las consecuenciasdel pecado en la tierra.

Disciplina de correcciónDiseñada para corregir y enseñar. Quizás comencemos por

mal camino o estemos desarrollando un mal hábito. Dios pu­diera exponer un aspecto de nuestra vida para ayudar a corre­girnos antes que salga de control. Como dijera el salmista:"Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tusestatutos" (Salmo 119:71).

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118 El padre que nunca conocí

Disciplina de prevenciónPara ayudarnos a aprender en aspectos de nuestra vida lo

que pudiera volverse un problema si no recibimos escarmien­tos, enseñanzas, advertencias, o amonestaciones. Dios no esperahasta que la dificultad esté completamente desarrollada. Pormedio del Espíritu Santo, las Escrituras, y otros cristianos, nosconvence, nos enseña y nos amonesta. Dios el Padre perfecto, venuestros "pecados secretos" que nosotros mismos pudiéramos nover (Salmo 139:23-24).

Disciplina de adiestramientoEs el adiestramiento de Dios para esta vida y para crecimien­

to en aspectos de nuestro carácter subdesarrollados o muynecesitados. Las presiones y tensiones de la vida son circuns­tancias que Dios usa para ayudarnos a aprender sujeción a suseñorío y su voluntad. Dios el Padre nos adiestra en justicia conel fuego purificador de la vida diaria. Cuando somos "ejercita­dos" en esta disciplina, "da fruto apacible de justicia" (Hebreos12:11).

Muchas veces nos apegamos a una disciplina principalmentenegativa sólo como castigo por el pecado después de hecho. Lasimágenes de Dios el Padre sacándonos de la casa para darnos unabuena paliza no sustentan un concepto saludable de Dios. Sudisciplina es positiva; demuestra la atención prestada al desarro­llo de su criatura. Aunque tenga que tomar medidas de castigo,su disciplina está gobernada siempre por la justicia y motivadapor su amor y propósito.

EL RIESGO DE NO SER COMPRENDIDONunca entendí cuando mis padres me decían: "Esto me va a

doler a mí más que a ti" hasta que yo mismo fui padre. Algo quepodemos afirmar con certeza acerca de la disciplina es que porlo general, los niños no entienden los motivos de sus padres.Creo que es cierto en las dimensiones, tanto natural comoespiritual.

Una vez que necesitamos castigar a nuestros hijos por pelear(una de muchas ocasiones), les díjé que no podían ver televisiónesa noche y que los seguiría castigando hasta que aprendierana no pelear tanto.

Esto me ua a doler a mí más que a ti 119

Scott no lo entendió. Después expuso su incomprensión a miesposa. Dijo obviamente consternado: "Mamá, no puedo vertelevisión hasta que deje de pelear con Steve ... Eso va a llevarmucho tiempo. iTal vez un mes!" Lo que me produjo risa fueque él pensara que en un solo mes aprendería a no pelear consu hermano. También comprendí que él había interpretado malla disciplina y le había producido una preocupación real peroinnecesaria. Pensaba que yo había dicho: "No hay televisiónhasta que dejen de pelear." Pero yo había dicho: "No puedenver televisión esta noche", implicando que usaría otras medidaspara ayudarles a aprender que las riñas continuas no erancomportamiento aceptable. Yo sabía que no podía eliminarcompletamente las peleas y la rivalidad entre hermanos. Y creoque Scott entendió que si esa era mi meta, el camino sería largoy difícil.

A veces reaccionamos de igual manera con nuestro Padrecelestial. La disciplina que Dios reparte pudiera parecernosdemasiado fuerte y poco razonable. Pero nos sentimos asíporque hemos entendido mal su intención, y entonces reaccio­namos de manera inmoderada y perdemos lo que Dios estádiciendo en realidad. Entender mal es culpa nuestra, no deDios. Habacuc no comprendió bien al principio. No podía en­tender por qué Dios usaba a una nación más impía y pecadorapara castigar y disciplinar a su propio pueblo. Uno se preguntasi Abraham, en sus momentos de mayor debilidad, no lucharíacon algún error de apreciación respecto a la intención y elcorazón de Dios cuando le ordenó sacrificar a Isaac. ¿Qué debióde haber pasado por su mente en la caminata con Isaac al monteMoriah? ¿Se preguntaría en algún momento: ¿Será Jehovácomo los otros dioses después de todo, que requiere el sacrificiode niños? Dios está dispuesto a arriesgar que lo entendamosmal con tal de ayudarnos a crecer. Un padre amoroso estádispuesto a correr los mismos riesgos para ayudar a sus hijos.

Cuando nuestra hija, Kim, tenía sólo veintiún meses, lecreció un tumor en el cuello debajo de la mandíbula. Losmédicos diagnosticaron un problema de nodos linfáticos, yprescribieron cirugía. Ahora teníamos otra preocupación: ¿Có­mo se explica una operación a una criatura que todavía está

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120 El padre que nunca conocí

aprendiendo a hablar? ¿Cómo comunicar suficiente de lo queestá pasando para que entienda que mamá y papá no hanperdido los sentidos? Toda esa educada terminología médica nosignifica nada para los niños. Ellos lo miran a uno con ojos quedicen: "¿Cómo puedes dejar que me hagan esto?" Lo único quequeda por decir es asegurarles: "Tiene que hacerse. Sé que nolo entiendes, pero tienes que confiar en mamá y papá, y losmédicos que saben lo que se debe hacer. Es para tu bien."Deseaba que no tuviera que suceder, pero eso ya no importaba.Cuando las enfermeras se llevaron a Kim en ese frío y descono­cido hospital sus ojos se llenaron de incertidumbre. Yo sabíaque ella no podía entender por qué mami y papi la "hacían"pasar por ese dolor y temor.

La complejidad del cuerpo humano requiere de un cirujanocon un toque preciso. Cuando la operación duró una hora másde lo esperado, nuestra ansiedad aumentó. Mis pensamientosse volvieron a Dios, mi Padre y mi gran Médico. Hay ocasionespara la cirugía espiritual cuando debo venir bajo el precisobisturí del Cirujano. Como mi hijita, no siempre entiendo porqué. ¿Cuántas veces he entendido malla disciplina amorosa deDios? ¿Cuántas veces he pensado que ha sido injusto o sincompasión cuando, en realidad, mi propia inmadurez y falta deperspectiva limitaban mi apreciación de lo que Él se proponíapara mi bien? Resultó que la operación de Kim fue todo un éxitoy su sonrisa sigue intacta. Pero mediante ese proceso aprendílo que significa para un padre someter a su criatura a algo queésta no entiende, aun cuando sea por su propio bien.

Recuerdo una vez que Dios me enseñó lecciones valiosas através de ciertas circunstancias dolorosas que padecí en unaiglesia. En el momento, no podía entender por qué Dios me"castigaba" por circunstancias que estaban fuera de mi control.Pensaba que era demasiado duro conmigo; que no era equita­tivo. Pero llegué a comprender que aun si eso fuera cierto, Diosestaba operando en mí. Era su cirugía para producir humildady yo era el paciente ... pero tanto la cirugía como la convalecen­cia parecían innecesarias porque yo no entendía el diagnóstico.

A veces Dios parece indiferente hacia nuestra perspectivade lo que es equitativo o justo. A veces de buena gana arriesga

Esto me va a doler a mí más que a ti 121

nuestra incomprensión. En esa iglesia, Dios usó las circunstan­cias para revelar mi orgullo en algunas de sus formas mássutiles y feas. Con el tiempo reconocí que no había manera fácilpara que Dios produjera humildad en mí, no había manera fácilde exponer el orgullo ... no había manera salvo mediante eldolor, mi dolor. No apreciaba la cirugía de Dios cuando estabaoperando. Tampoco disfrutaría de volver a pasar por las mis­mas circunstancias. Pablo o era un masoquista o un mentiroso,o sabía algo que yo sólo podía aprender con dolor cuandoproclamó: "Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en lasdebilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, enangustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte" (2Corintios 12:10).

Cuán sabiamente nos exhortan las Escrituras: "Hijo mío, nomenosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eresreprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azotaa todo el que recibe por hijo" (Hebreos 12:5-6). El escritor deHebreos dice que estas palabras son para alentarnos. Sería másfácil si los padres no disciplinaran a sus hijos. El buen padre,sin embargo, disciplina porque ama a sus hijos. Una vez másla Biblia hace una comparación entre Dios y los padres huma­nos: "Porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sidoparticipantes, entonces sois bastardos, y no hijos" (Hebreos12:7-8).

Yo no disciplino a los hijos de otras personas; disciplino a losmíos. Son mis hijos. Son mi preocupación y mi responsabilidad.Igual con Dios. Si usted le pertenece, Él tomará cuidado espe­cial para su crecimiento y desarrollo.

Si le es difícil ver la disciplina de Dios como algo positivo,determine si se deba a imágenes negativas de la disciplinapaternal. Es probable que haya vivido por lo menos una tardebajo la amenaza de aquellas funestas palabras: "iEspérate quellegue tu padre!" En muchos casos la espera fue peor que elcastigo. Si teme la disciplina de Dios por creerla castigo colérico,rechazo o falta de amor, entonces no cosechará los beneficiosde su disciplina.

¿Cómo habla usted consigo mismo? ¿Tiene su padre interior

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122 El padre que nunca conocí

una lengua poco bondadosa? ¿Se reprende, riñe, rebaja o ver­balmente castiga a sí mismo? Si carga con un padre interiornegativo, pudiera cometer el error de pensar que la voz que oyesea la de Dios.

Dios es un disciplinador sabio cuya meta es educar construc­tivamente. Pero debido a que no siempre nos parece así, nece­sitamos entender otro aspecto de nuestro Padre: su proteccióny su poder. Los propósitos de Dios para nosotros son dirigidospor su corazón de Padre. Su disciplina está motivada por amory, como exploraremos en el siguiente capítulo, su protección enel proceso está gobernada por su sabiduría.

MI PADRE ES~

MAS GRANDEQUE EL TUYO

Efectivamente, la experienciademuestra que sólo el cristianomaduro puede comenzar a ver

un poquito el "tamaño" de su Padre.J. B. Phillips,

Your God is Too Small(Tu Dios es muy pequeño)

Porque mayor es el que está en vosotros,que el que está en el mundo.

1 Juan 4:4

Porque yo Jehová soy tu Dios, quiente sostiene de tu mano derecha,y te dice: No temas, yo te ayudo.

El Señor (lsaías 41:13)

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N uestr os hijos cuidaban de unas avecillas silvestres quese habían lastimado. Un día, el pajarito de Steve se

puso muy enfermo. Lo sacamos de la jaula al patio y llenamosuna tina de agua para bajarle la temperatura. Después Stevese sentó en el césped con el patético pajarillo en una toalla sobresu regazo a punto de morir.

Steve se había esmerado cuidándolo durante tres semanas.De buena gana se había preocupado por el estornino cuandonadie quería hacerlo. No era una avecilla bonita; tenía un ojociego y se veía más bien feo. Pero Steve y "Centella" habíansimpatizado. Yo estaba orgulloso de mi hijo.

Todos entramos en la casa dej ando a Steve solo con Centellaen el patio. Diez minutos más tarde entró él, y en el hueco desus manos extendidas yacía Centella inerte y sin vida. Nuncaantes había visto el semblante de Steve tan triste que cuandodijo desesperanzado: "Se murió Centella." Tan pronto dijo laspalabras le vinieron grandes sollozos y lloró calladamente, perocon verdadero dolor.

Desearía que mis hijos no tuvieran que sentir el dolor deperder a sus mascotas. Desearía poder evitárselo. Pero comopadre, no puedo proteger a mis hijos del dolor natural de lavida. Los puedo consolar y alentar, pero defenderlos de cada golpey verdugón de la vida les impediría experimentar la vida comorealmente es. Sentado con Steve reconocí que Dios mi padre aveces se sienta conmigo sin hacer nada más mientras padezco miscircunstancias. La protección de Dios no siempre significa abrigodel dolor.

Uno de los papeles más grandes de un padre es el de protector.Los padres en particular son los responsables de proteger a sufamilia. Cuando no lo hacen nos enojamos con ellos. En la historiaoriginal de Blancanieves, la malvada madrastra ordena al padrede Blancanieves llevar a su hija al bosque para matarla. Elacobardado padre la lleva al bosque pero no tiene el valor dematarla. En su versión, Disney, sensible al patético escenario,

Mi Padre es más grande que el tuyo 125

sustituye al desvalido padre con un anónimo cazador. En latragedia griega de Sófocles, el rey Agamenón sacrifica a suamada hija Ifigenia a los dioses pero pagó más tarde por eso. Yel Rey Lear de Shakespeare traiciona su obligación de padredesterrando a su hij a Cordelia, pero él también paga por esocon la pérdida de su reino y de su vida.

No somos nada tolerantes con los padres encogidos y cobardesde la literatura o de la vida real. Queremos que nuestros padressean fuertes y protectores. Queremos que nuestro padre sea comoJohn Wayne o Clint Eastwood.

En su l!bro Like Father, Like Daughter (De tal palo tal astilla),Suzane Fields cuenta un incidente de su niñez con su padre, unpromotor deportivo: "Billy Conn era un boxeador famoso. BillyConn, quién sea que fuera, no era tan grande ni tan fuerte como

. , N di 1 "1 Dmi papa. a e o era. esde luego que no era cierto, pero parala niña sí. No importaba quién fuera este Billy Conn, nadie eratan grande como su papá. Recuerdo las discusiones que tuve deniño acerca de cuál papá era el más grande y el más fuerte.

~as Escrituras hacen la misma afirmación: "Mayor es el queesta en vosotros, que el que está en el mundo" (1 Juan 4:4). Entérminos generales esto traduce en: "Mi Padre es más grande queel tuyo." Hay una mejor todavía: "Mi Padre es más grande quetodos los de ustedes juntos."

Reconciliar esta verdad con las duras realidades de la vidapuede ser difícil. Muchos hoy no entienden lo que signífica laprotección de Dios. Protección no significa el aislamiento delastimaduras, la eliminación del dolor, o la exoneración de losproblemas. Dios no es el caballero blanco rescatando a doncellasy expósitos en desgracia y batiéndose para llevarlos a fortalezasimpenetrables. Los cristianos son lastimados, perseguidos yhasta martirizados.

Dios es nuestro protector, pero la manera de experimentar suprotección varía ampliamente. Pudiera parecer extraño, pero laprotección paternal beneficia o perjudica al niño. Así que Diosdebe pesar magistralmente la necesidad de protección adecuadapesar contra el peligro de la sobreprotección en la vida de cadauno de sus hijos. Tenemos que entender ese equilibrio divino(tanto como podamos desde nuestra perspectiva humana) si

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126 El padre que nunca conocí

queremos apreciar la protección de nues.tro ~adre celes~ial.Yo solía ponerme nervioso cuando mIS hIJOS aprendieron a

subirse a los árboles. Por lo general, lo intentaban antes quepudieran hacerlo bien. Subidos en un árbol, se pasab~nprecariamente de rama en rama, se sentaban sobre ellas smasegurarse de que podían soportar su peso, se atascaban muyalto sin poder bajar, o pedían auxilio porque tenían un pieapresado en la horqueta entre dos ramas. Hubiera .s~do ~ásfácil para mí entrar en la casa y no ver. Pero mi mstmtopaternal decía que me quedara lo suficiente cerca para res­catarlos y lo suficiente lejos para permitirles que experimen­taran el debido respeto que se debe tener antes de subirse a unárbol sin una red debajo.

Recuerdo el día que renuentemente quité las ruedas deaprendizaje de las bicicletas de los muchachos. No estabaseguro si estaban preparados (¿o era papá el que no estabapreparado?). Mi esposa y yo nos turnamos corriendo detrás deellos, sosteniéndolos de los sillines mientras se tambaleabantratando de conseguir el equilibrio.

Un niño que aprende a manejar bicicleta puede ser unespanto. Asustan a los gatos, a los perros y a otros ciclistas, alos conductores y todo lo que atraviesa su camino, pero más quea nadie, a sus padres. En su orgullo y emoción, nuestros hijosquerían que soltáramos los asientos. Dentro de mí sabía que silo hacía el niño probablemente caería. Pero sabía que habríavarias caídas y rodillas y codos golpeados antes que pudieranequilibrarse en sus bicicletas. Así que los solté y observé con losojos medios cerrados ...

Esta es la tensión de ser un padre protector. Es intentar laprotección responsable del hijo y permitir al mismo tiempo lasexperiencias de crecimiento necesarias para madurar. Los dejasubir a un árbol, quita las ruedas de aprendizaje y aguanta latensión de no saber si están preparados todavía, el suspenso develar cómo lo hacen, hasta cuando se lastiman. Es igual conDios. Él quita las ruedas de aprendizaje, padece el dolor devernos caer, y se queda cercano para levantarnos; todo porquenos ama lo suficiente para dejarnos crecer. (Si deja que noslastimemos, o hasta que perezcamos físicamente, su propósito

Mi Padre es más grande que el tuyo 127

eterno y misterioso prevalecerá todavía.)La traducción de la Nueva Versión Internacional de San­

tiago 1:2-4 es así (cursivas del autor):

Hermanos míos, considérense muy dichosos al tenerque enfrentar diversas pruebas, porque saben que laprueba de su fe produce constancia. La constancia tieneque llevar a feliz término su tarea, para que ustedessean maduros e íntegros, sin que les falte nada.

El 'proceso de la madurez implica exponerse y ser probado.¿Entonces cómo es que Dios nos protege sin sobreproteger?

SEGURIDAD DE PROTECCIÓNLea casi cualquier Salmo y encontrará versículos que hablan

de la protección de Dios:

El ángel de Jehová acampa alrededor de los que letemen, y los defiende.

Salmo 34:7

Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarásseguro; escudo y adarga es su verdad.

Salmo 91:4

Jehová está conmigo; no temeré lo que me pueda hacerel hombre. Jehová está conmigo entre losque me ayudan;por tanto, yo veré mi deseo en los que me aborrecen.

Salmo 118:6-7

Además, desde Noé en el arca hasta Moisés en el Éxodo,desde Daniel en el foso de los leones hasta Pedro en la cárcel,las Escrituras representan a Dios el Padre protegiendo a supueblo, a menudo de maneras milagrosas. El mensaje es claro:Podemos confiar en que el Padre cumplirá su voluntad perfectasea como respuesta a la oración o de su propio y libre albedrío.

Pero con tantos ejemplos milagrosos en las Escrituraspodemos percibir fácilmente una perspectiva desequilibrada dela protección de Dios y esperar que los milagros sean la normapara todos los creyentes. Cuando cometemos ese erroracabamos exigiendo un milagro o confundidos cuando uno no

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128 El padre que nunca conocí

llega a tiempo. La verdad es que Dios es un Padre protector, noun guardaespaldas a sueldo.

La protección de Dios no significa que estemos aislados delos males de este mundo caído y de las angustias en la luchaespiritual. La protección no significa exoneración. Laprotección de Dios es personal, detallada y meticulosa, pero esono significa caminar por la vida detrás de un campo de fuerzainvisible a través del cual nada malo puede penetrar. Laprotección de Dios no elimina nuestra vulnerabilidad. Nosproporciona sólo nuestra seguridad final. Como declara elapóstol Pablo en 2 Corintios 4:8·9: "Estamos atribulados entodo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados;perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero nodestruidos."

Lea la historia de las misiones y la vida de los santos, ydescubrirá una procesión de hombres y mujeres que salieronpor Dios, se arriesgaron, enfrentaron peligros, se contagiaronde enfermedades, perdieron a seres queridos por enfermedadesy persecución, y a menudo murieron jóvenes, su vida acortadapor la enfermedad o el martirio. En las mismas Escriturasusted encontrará a los hijos de Dios alternando entre la vul­nerabilidad y la victoria, la desesperación y la protección. ElDios que milagrosamente libró a Pedro de la prisión duranteun culto de oració~ en Hechos 12 escogió no suspender laejecución de Jacobo en Hechos 12:2. De modo similar, sólo tresversículos antes que un milagroso terremoto librara a Pablo ya Silas de la cárcel, leemos que fueron "azotados con varas",echados en el calabozo sin un juicio, y encadenados los pies enel cepo (Hechos 16:22-26). El Dios que envió el terremoto parasacarlos no les evitó los azotes.

La protección de Dios está gobernada por su elecciónsoberana, su sabiduría y sus planes. Sin embargo, cuando todosale mal y corremos peligro, nuestro refrán temeroso es elmismo que el lamento de los discípulos en la tormenta: "Maes­tro, ¿no tienes cuidado que perecemos?" (Marcos 4:38).

Como hijos de Dios tenemos que ver su protección desde unpunto de vista más amplio que el simple escape milagroso decircunstancias adversas. Dios nos guarda de muchas otras

Mi Padre es más grande que el tuyo 129

maneras, y nosotros a menudo no nos damos cuenta de cómonos protege en ese momento. Nos sorprenderá cuandolleguemos al cielo y Dios revele todas las maneras en las quenos protegió y que nunca "irnos. Los siguientes son algunosejemplos de lo de que Él nos protege:

• La tentación posible (Mateo 6:13,1 Corintios 10:13).

• La actividad maligna y demoniaca (Marcos1:25-27, 1 Juan 4:4).

• La corrupción de este mundo (2 Pedro 2:20)mediante el Espíritu que mora en nosotros,que nos hace partícipes de su naturalezadivina (2 Pedro 1:4).

• La desobediencia a su perfecta voluntad(1 Tesalonicenses 5:23-24).

Elizabeth Elliot hizo una observación astuta acerca de lapro~ecciónen su libro The Savage My Kinsman (El salvaje mipariente). Su esposo, Jim, y cuatro otros misioneros fueronasesinados por los Aucas en Ecuador en 1956. Su declaraciónestá registrada como parte de una conversación entre ella y unfotógrafo de la revista Lite que cubría la historia.

El fotógrafo escribió en el prefacio del libro:

Me preguntaba cómo reconciliaría Betty (Elizabeth)la muerte de Jim a manos de los Aucas y la aparenteomisión del Señor de protegerlos a ellos. Su respuestavino sin titubeos: "Yopedí la protección de Jim, es decir,su protección física. La respuesta del Señor trascendiólo que yo pensaba. Él dio protección de la desobedienciay mediante la muerte de Jim logró resultados la magni­tud de los cuales sólo la eternidad puede mostrar."2

Ella había orado por la protección más obvia, del tipo físico.Esta es la clase que concibe la mayoría cuando piensa en laprotección de Dios. Pero ella alcanzó a ver que Dios dio a loscinco misioneros protección de la desobediencia al llamado deDios en su vida. Él les había pedido que pusieran su vida enpeligro, y los protegió de desobedecer su voluntad.

Dios es nuestro Padre protector, pero su protección no es la

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130 El padre que nunca conocí

simple extracción de la adversidad o el dolor. Lo cierto es queDios usa éstos para fortalecernos (o a los que vigilan nuestra

vida).

SEGURIDAD DE VULNERABILIDADTodo el mundo tiene que enfrentar el'primer día de escuela.

Cuántas madres se han ido llorando de la parada del autobúsdespués de decir adiós a su temerosa criatura que va ~~ laescuela por primera vez. Mamá no puede ir en lugar del mn?

Casi todos hemos tenido que enfrentar alguna vez al matondel vecindario. Quizás lo hayamos acusado ante mamá y papá.Cuántos padres han deseado haber ido a enseñarle una lecciónal matón, pero no lo hicieron porque sabían que tarde otemprano su hijo tendría que aprender aencararse personal­mente con personas intratables.

Así como los padres humanos saben que no pueden escudara sus hijos de ciertos retos, Dios sabe que sus hijos tienen queenfrentar ciertos momentos cruciales. Estos tiempos de vul­nerabilidad, cuando enfrentamos retos nuevos Ytemores viejos,se convierten en etapas de crecimiento hacia la madurez. Parael niño es subirse a un árbol, aprender a montar la bicicleta, irel primer día a la escuela sin mamá, o encararse sin papá conun matón. En todos estos momentos el padre quisiera protegera su hijo del daño potencial, pero sabe que ampararlo seríaimpedir su crecimiento. El buen padre protege pero no enexceso. De igual manera, Dios protege sin sobreproteger demanera que no podamos enfrentar la realidad del mundo.

Así como buscamos en los salmos versículos sobre laprotección de Dios, podemos ir a ellos y ver que muchos fueronescritos cuando el salmista estaba en medio de dificultades.

Tratar con un jefe patético, ser soslayado por vecinos in­tratables, ser traicionado por un amigo, ser abusado por un padre,reprobar en un curso de la escuela, escasamente pasar ese primerperíodo desastroso en el campo misionero ... Creo que hay cosaspor las que Dios el Padre quisiera que no tuviéramos que pasar,cosas de las que podría protegernos con su poder. Pero en susabiduría sabe que su hijo tiene que pasar por ese sufrimientoen particular porque los beneficios eternos sobrepasan el dolor

Mi Padre es más grande que el tuyo 131

y la aflicción momentáneos. A veces, como hijos de Dios, sen­tiremos la soledad del primer día de escuela, o el temor de seraventajados por el matón de la escuela, o la incertidumbre al

"aprender a mantener el equilibrio cuando se quitan las ruedasde aprendizaje de la bicicleta.

Richard Wurmbrand, un pastor rumano, pasó catorce añosen prisiones comunistas. Fue torturado repetidamente por sufe en Cristo. "Quebraron cuatro vértebras de mi espalda ymuchos otros huesos. Me cortaron en una docena de lugares.Me quemaron e hicieron dieciocho agujeros en mi cuerpo."3 Lahistoria de Wurmbrand se cuenta en Torturado por Cristo y InGod's Underground. (El movimiento clandestino de Dios). Portres años estuvo incomunicado. En un momento en que clamóa Dios que le hablara, oyó el terrible grito de otra víctimatorturada. Pero para Wurmbrand Dios respondía a susoraciones, recordándole que estaba con él en su dolor: "en todaangustia de ellos él fue angustiado" (Isaías 63:9). Allí en unhueco del infierno Wurmbrand danzó de alegría.

No todas las circunstancias de la vida son de origen divino.Vivimos en un mundo caído, donde los hombres malos gozan sudía, donde Dios a veces, permite al príncipe de este mundo,Satanás, que se salga con las suyas. A pesar de todo esto, lavida puede ser instructiva.

Cuando el salmista exclama triunfante: "Jehová esta con­migo; no temeré lo que me pueda hacer el hombre" (118:6). Nosignifica que estuviera marcado "prohibido tocar" ante lashondas y los dardos del enemigo y de la vida misma. La lecciónde Cristo es que esa misma exposición capacita: "Y aunque[Cristo] era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia"(Hebreos 5:8). Cristo era el Hijo de Dios, pero no fue consentidoni sobreprotegido. Dios permitió que Cristo experimentara lavida plenamente y que sufriera lo que sufren todos los hombres.

El misterio de la protección de Dios en medio de momentosde vulnerabilidad ordenados divinamente se capta en Lucas22:31-32. En la última cena, Jesús se dirige al impetuoso SimónPedro con advertencia profética y gran seguridad: "Simón,Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como atrigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez

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vuelto, confirma a tus hermanos." Pedro fue zarandeado en sunegación y en la pena que padeció después. ¿Sería que Jesúsno oró lo suficiente? ¿Sería que Dios no respondió la oración deJesús por su discípulo? Porque según se desarrolla la historia,Pedro falló; negó al Señor (22:54-62).

Pero Dios sí protegió a Pedro:• Satanás tuvo que pedir permiso para

zarandearlo.• Se respondió la oración de Jesús de que la

fe de Pedro no faltara pues Pedro searrepintió. Su valor pudo haberle fallado enla tenue luz del fuego en ese patio, pero sufe no faltó al final. Creyó a Cristo.

• Jesús sabía que Pedro volvería después desu momento de humillación.

¿Por qué no protegió Dios a Pedro del zarandeo de Satanássi sabía que Pedro fracasaría? Si hubiera protegido a Pedro deser zarandeado hasta fracasar, éste no hubiera crecido en elaspecto que más necesitaba: la humildad. Pedro no sólo eraatrevido y exuberante, era orgulloso. Era hora de que el Padredejara que ese expresivo hijo se retractara (antes de oír cantaral gallo). Hay veces que Dios nos descubre para probarnos,zarandearnos y fortalecernos. Pedro tenía que fallar, o hubierasido incapaz de dirigir a los apóstoles con la humildadapropiada. Esto no excusa el pecado de Pedro, pero Dios sacómás provecho de su fracaso que si Pedro hubiera cumplido sualarde de serIe fiel hasta la muerte (al final Pedro fue fiel aCristo hasta la muerte).

Nuestro Padre celestial entiende el delicado equilibrio entreintervenir para protegernos y exponernos para edificarnos.

Dios es un Padre que nunca nos abandona, pero sí nos dalibertad y nos expone lo suficiente para refinarnos. Pudiéramossentirnos solos, pero nunca somos abandonados por nuestroPadre. Aún en la muerte, Él protege nuestra alma y nos guardacerca para siempre.

Las palabras de un himno conocido lo expresan bien:

Día a día Cristo está conmigo,me consuela en medio del dolor;

Mi Padre es más grande que el tuyo 133

pues, ~onfiandoen su poder eterno,no me afano ni me da temor.Sobrepuja todo entendimientola perfecta paz del Salvador;en su amor tan grande e infinitosiempre me dará lo que es mejor.

Después en el mismo himno:

Todos mis cuidados Él los lleva'a Él le entrego mi alma y coraz6n.4

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EL SOSTÉN DE LA FAMILIAYEL PAN DE VIDA

¿Qué hombre hay de vosotros,que si su hijo le pide pan.

le dará una piedra? ¿O si le pideun pescado. le dará una serpiente?

Pues si vosotros. siendo malos.sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos.

écuánio más vuestro Padre que estáen los cielos dará buenas cosas

a los que le pidan?Jesucristo

(Mateo 7:9-11)

Vuestro Padre sabe de qué cosas tenéisnecesidad. antes que vosotros le pidáis.

Jesucristo (Mateo 6:8)

E l pajarito estaba tirado a un lado aparentemente muer­to, y hubiera pasado inadvertido si yo no hubiera reac­

cionado tardíamente. Iba camino a la tienda del vecindariocuando encontré la curruca de cuello amarillo en el pavimento.Me incliné sobre el pajarillo para ver si daba señales de vida.De estar muerto, habría caído hacía poco porque no había eviden­cías de descomposición o heridas. No estaba seguro y le di unempujoncíto con el pie. El ave se dio vuelta y se puso de pie comosi hubiera estado durmiendo, pero noté por su respiración erráticay su temblor que estaba a punto de morir. La observé por unosmomentos mientras se quedaba en un solo lugar.

Cuando la dejé para entrar en la tienda, recordé de in­mediato las palabras de Jesús en Mateo 10:29: "¿No se vendendos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae Ii!

tierra sin vuestro Padre." Esa avecilla dio a Dios una opor­tunidad para ministrarme. Me había detenido en la tienda delvecindario camino a un parque donde tendría mi tiempo demeditación. Ese día repasé todas las promesas del Señor acercade su provisión que ilustró con las aves. Una vez más recordélo que Dios nos estaba enseñando a mí y a mi familia por mediode las aves silvestres que habíamos cuidado durante las reciénpasadas vacaciones de verano.

Todo comenzó con un moribundo azulejo recién emplumadoque mi esposa encontró en la calle frente a nuestra casa. Eseverano nuestros hijos cuidaron de cinco diferentes aves sil­vestres lastimadas. Era el primer verano en la nueva iglesiaque estábamos estableciendo. Las aves eran una lección ob­jetiva que nos recordaba la promesa de Jesús: "Mirad las avesdel cielo, que no siembran ni siegan, ni recogen en graneros; yvuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros muchomás que ellas?" (Mateo 6:26). Somos de más valor que lospájaros porque somos hijos de Dios, comprados por precio,comprados por nuestro Padre en la cruz. Jesús murió pararedimir a personas, no a pájaros. La promesa es que Dios

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proveerá porque para Él somos de mucho val~r. ~u~o tiemposen que mi familia y yo nos sentíamo~ tan mSlgmfic~ntesYfrágiles como esas cinco avecillas. Sm embargo, DIOs nossustentó fielmente.

El siguiente verano cuidamos a seis paj~rillo~más. Co~en­zamos el tercer verano en la nueva iglesia cuidando a cmcogorrioncillos; somos cinco en la familia, así que c~da~no adoptóa un pajarillo. Después de acomodar a los gorrioncillos ~n sunuevo hogar, me retiré a mi estudio para repa.sar los verslcu.I?Sque hablan de las aves. Sentía que la firma de DIOs en esta lecciónobjetiva para nosotros er~ personal. L~~ palabras de J~súscobraron significado eapecial otra vez: <.No se venden cincopajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvida~odelante de Dios. Pues aun los cabellos de vuestra cabeza estantodos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchospajarillos" (Lucas 12:6-7). .

El gorrión es una de los pájaros más comunes. En este sentido,es muy extraordinario que Jesús diga que "ni uno de ellos estáolvidado delante de Dios" y como lo dice Mateo: "Ni uno de elloscae a tierra sin [la voluntad de] vuestro Padre." Me era difícil creerque se cumpliera la voluntad de Dios con tanto detalle que ni ungorrioncillo caía en tierra sin que Él lo supiera. La promesa ~eeste pasaje se basa en la creencia de que el creyente es de masvalor que un gorrión. Puesto que Dios en su voluntad soberanatoma en cuenta algo tan común como un pájaro, podemos recibirgran consuelo en su participación personal y cuidado inclusivo ennuestra vida. Si Él sustenta soberanamente a las aves, ¿cuántomás hará por quienes murió Cristo?

LA PROVISIÓN DE DIOSY EL SUEÑO AMERICANO

Una de las responsabilidades fundamentales de un padre esel sustento de sus hijos. Las promesas del Señor de suplir sonnumerosas y se declaran con frecuencia entérminos de la relaciónentre Padre e hijo:

¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pidepan, le dará una piedra? ¿O si lepide un pescado, le daráuna serpiente?

El sostén de la familia y el pan de vida 137

Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dá­divas a vuestros hijos, écuárito más vuestro Padre queestá en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?

Mateo 7:9-11

Las palabras de Jesús tienen un humorismo sutil.ilmagínese pedir a su padre pan y recibir una piedra, o pedirun pescado para que después le dé una serpiente! Es absurdo.¿Qué clase de padre haría eso? Jesús está haciendo unaobservación: Si los hombres caídos y pecadores saben proveer,cuánto más un Dios perfecto sabrá dar todo lo que sea necesariopara el bienestar espiritual de sus hijos?

Tradicionalmente se ha llamado al padre el sostén de lafamilia, significando que él mantiene a su familia. A veces vemosesta provisión en un sentido unidimensional: haciendo felices ycontentos a los hijos con la provisión de cosas materiales, diver­tidas vacaciones, una buena casa, un flamante automóvil y, si lopuede lograr, una educación universitaria: en otras palabras, "elsueño americano". Esa es una buena manera de ayudar a los hijos,pero ser padre es más que este enfoque unidimensional.

Creo que hay un efecto de bumerang en los cristianos nor­teamericanos porque tenemos la tendencia de "crear" a Dios anuestra imagen. Los que piensan que el papel principal de lospadres es cumplir el sueño americano se inclinarán a transferirese concepto a Dios. Esta es la mentalidad desarrollada en lasegunda mitad del siglo veinte mientras que el cristianismonorteamericano se ha vuelto cada vez más materialista. Haypersonas que cuando saben que Dios es su Padre, lo conectancon sus propios deseos humanos y suponen que Él les proveeráde todo lo mejor, reluciente y maravilloso del sueño americano.La promesa de Jesús de una "vida abundante" se asocia in­mediatamente con las provisiones de prosperidad de la culturaoccidental. Ese grave error contribuye a fomentar conceptoserróneos acerca de cómo actúa Dios en nuestra vida y lo quedebemos esperar de Él.

Cada siglo y período de la historia cristiana ha tropezado consus propias trampas teológicas debido a su entorno secular.Para la generación norteamericana de después de la segundaguerra mundial que creció en el último cuarto del siglo veinte,

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138 El padre que nunca conocí

las grandes expectativas de incomparables comodidadesmateriales se convierten en la amenaza más grande de socavarlos sanos conceptos bíblicos acerca de Dios. .

Dios no es sólo quien proporciona el pan de cada día; El esel pan de vida. Su provisión alcanza hasta el interior delhombre para alimentar sus necesidades espirituales.

Después que Jesús alimentó milagrosamente a los cinco mil,las multitudes lo siguieron. Pero Él puso en duda sus motivos:"De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéisvisto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis"(Juan 6:26). Jesús los acusó de no ver el significado del milagroy de seguirlo sólo por la comida. Luego explica: "Trabajad, nopor la comida que perece, sino por la comida que a vida eternapermanece, la cual el Hijo del Hombre os dará ... Yo soy el pande vida; el que a mí viene nunca tendrá hambre; y el que en mícree, no tendrá sed jamás" (Juan 6:27,35). .

Jesús continúa explicando que tenemos que comer de El,porque Él es alimento y es vida. Hay más de la provisión deDios que simplemente las necesidades externas de la vida;nuestro Dios suple vida abundante y significativa, y unidadespiritual con el dador de la vida.

HAY VECES EN 'QUE LOS PADRESTIENEN QUE DECIR "NO"

Un muchacho de quince años tenía que tomar una decisiónde si quedarse con su madre y su padrastro, con quien habíavivido la mayor parte de su vida, o mudarse con su padre y sumadrastra. La vida con mamá y el padrastro era más restric­tiva. Ellos habían establecido ciertas limitaciones y pautaspara su comportamiento. La vida con papá ofrecía más liber­tades. Sería más como una vacación, y además, la invitación depapá incluía un regalo: un auto nuevo. Frente a tal decisión,ganaron la libertad y el auto.

Pida a la mayoría de los niños, y a algunos adolescentes, quedescriban al padre perfecto y probablemente obtendrá unadescripción que es como una combinación de guía turística,director de actividades y San Nicolás. Los niños quisieran ir alMundo de Disney cuando lo pidan, comer fuera todos los días,

El sostén de la familia y el pan de vida 139

tener helados para la cena, y vivir en una casa rodante de lujopara viajar en vez de ir a la escuela. lLa realidad es que lapropuesta es atractiva hasta para los adultos también!

Dios, nuestro Padre, está atento a nuestras necesidades, noa responder simplemente a nuestros deseos. Y si bien una cosaes dar, es otra completamente diferente saber cómo dar. Quizásel punto más importante presentado por el pasaje que vimosantes, de Mateo 7:9-11, no es sólo que Dios dé "buenas cosas"sino que Dios "sabe dar"; excediendo en gran manera lasabiduría y la generosidad de los mejores padres humanos. Elénfasis está en saber el tiempo correcto, la necesidad correcta,la ocasión correcta, y la dádiva correcta.

La mayoría de los padres humanos dan, pero no todos sabencómo hacerlo. Aunque trate de dar buenas cosas el hombre. ,tiene muchas ideas de lo que es bueno. El significado de bueno~udiera ser en oposición a "malo". En este sentido, no hay nadamherentemente malo en muchas cosas de que disfrutamos hoy:autos, botes, casas bien amuebladas, deportes y vacaciones.Pero el concepto de Dios de lo que es bueno es muy superior aldel hombre. Dios define las "buenas cosas" (Salmo 84: 11, Mateo7:11) según se relacionen con las necesidades, si son apropiadasy su efecto en la vida de cada persona en su pueblo. Las dádivasde Dios pueden trascender lo puramente físico; pueden serespirituales e intangibles.

Es comprensible que los niños vean la diversión, elentretenimiento y jugar sin parar como un gran ambiente dehogar. Pero los padres necesitan saber el valor de las restric­ciones y las negaciones; necesitan saber decir que no. El papáque ofreció libertad y un auto nuevo a su hijo de quince añospensaría que era generoso, pero pudiera haber renunciado a sudeber paternal.

Nuestra sociedad moderna no entiende el valor de decir no nila satisfacción retardada. Todo lo contrario, actuamos como siestas dos virtudes fueran perjudiciales. El juicio definitivo es quela privación es lo que tiene que padecer sólo la gente pobre ydesafortunada; y esto involuntariamente.

Me había detenido en mi auto frente a un semáforo cuandouna camioneta se detuvo a mi lado con el volumen del radio

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subido hasta el límite. Las estridentes palabras de una canciónde rock duro expresaban la exigencia depravada de la nueva yarraigada filosofía de nuestra generación: "Lo quiero todo. Loquiero todo. Y lo quiero ahora." El candor atrevido de laspalabras demuestra que ya ni nos avergonzamos al decirlo.

En nuestra sociedad instantánea, donde las cosas materialesson tan fácilmente accesibles y tan rápidamente adquiribles, elvalor del sacrificio, del renunciamiento y del refrenamiento esescasamente necesario. Un diario reciente publicado por laAcademia Americana de Pediatría informó sobre una nuevaenfermedad "que se va extendiendo por la nación: El síndromedel niño mimado ... Los niños que muestran síntomas de estaenfermedad son excesivamente 'egocéntricos e inmaduros', comoresultado del fallo de los padres de imponer 'límites consecuentesapropiados para la edad'."!

Se conducen importantes estudios sobre los resultados delas teorías de las últimas décadas sobre la crianza-de los hijos.Esos resultados se pueden ver en la vida de las personas queahora son adultos. Como afirmara la revista noticiosa U.S.News & World Report, "los niños mimados crecen en adultosmimados, que nunca aprenden a demorar la satisfacción o atolerar no conseguir lo que quieren."2

Me llama la atención la expresión límites apropiados parala edad. Significa que a los niños se deben negar ciertas cosasen ciertas edades de su desarrollo. Estudios recientes hanencontrado que ni la paternidad o maternidad autoritarias nilas permisivas son las más eficaces, sino que la autoritaria esla mejor. Los padres autoritarios entienden de "límitesapropiados para la edad". Establecen límites firmes y no sonexcesivamente punitivos. Los padres autoritarios ayudan a in­culcar en sus hijos el entendimiento de que muchas cosas impor­tantes en la vida requieren de compromiso y sacrificio así comola negación necesaria que las acompañan, la demora de lasatisfacción y la disciplina.

Esta es una época en la que algo de nuestro cristianismo hallegado a excesos y extravagancias "santificados", y en la quehemos perdido el énfasis apropiado de Dios como un Padre sabioque dice 'no' con propósito a sus hijos. Algunos, hacen que Dios

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parezca como una persona irresponsable y fácil de dominar quecede ante cada uno de nuestros deseos y exigencias y que consientenuestra miopía infantil. En vez de un Padre celestial, Dios pareceun mercader de feria vendiendo un elixir maravilloso "bueno paratoda dolencia", y a quien las personas acuden como hipocondriacosespirituales en busca de una panacea barata.

Por más sorprendente que parezca, Dios no está para impre­sionarnos con sus milagros y poder. Quiere transformarnos enhijos e hijas obedientes que le den gloria y honor. Como padresabio que es, Dios nos negará lo que pudiera parecer bueno ybeneficioso para producir el bien mayor. Como muchos hijos, amenudo no vemos el valor de ser negados, y a menudo carecemosde aprecio por el bien superior.

LA DIFERENCIA ENTRENECESIDADES Y DESEO

¿Cómo hemos de encontrar el equilibrio para comprender laprovisión de Dios el Padre y su negación? Hay varios versículosque se refieren a la provisión de Dios en términos de "todas lascosas". Nos beneficiará saber qué "cosas" entran bajo la provisiónde Dios, qué condiciones hemos de reunir, y el contexto delversículo que citamos con frecuencia. Ante todo, hagamos unalista de los versículos más populares (las frases clave están encursivas).

Porque sol y escudo es Jehová Dios; gracia y gloriadará Jehová. No quitará el bien a los que andan enintegridad.

Salmo 84:11

No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestroPadre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes quevosotros le pidáis. Mateo 6:8

No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o québeberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscantodas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino deDios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Mateo 6:31-33

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Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádi­vas a vuestros hijos, icuánto más vuestro Padre que estáen los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?

Mateo 7:11

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que loentregó por todos nosotros, icámo no nos dará tambiéncon él todas las cosas? Romanos 8:32

Poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros todagracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosastodo lo suficiente, abundéis para toda buena obra.

2 Corintios 9:8Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a

sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.Filipenses 4:19

Cada uno de estos pasajes hacen un énfasis bien marcado enla provisión de Dios, y algunos ponen condiciones que el hombretiene que cumplir. El cuadro abajo nos ayudará a ponerlasdentro del contexto adecuado.

ÉNFASIS EN CONDICIONESVERSíCULO LA PROVISiÓN PARA

DE DIOS El HOMBRE

Salmo 84:11 "No quitará el bien" es la de- Andar enterminación Dios. integridad.

Mateo 6:8 Diossabe qué cosas necesita- Orarmas antes que pIdamos. sencillamente.

Mateo 6:31-32 Dios conoce nuestras necesi- Nodades básicas (alimento, 01- afanarse.bergue. abrigo).

Mateo 6:33 Dios suplirá nuestras neceslda- Seguir ades básicas. Dios.

Mateo 7:11 Diossabe dar buenas dádivas. Pedirlas.ProvisIón de todos los benefi-

Romanos 8:32 cios teológicos de la salva- Creer recibir ación en Cristo. Cristo.

2 Corintios 9:8 Olas en su gracia suplirá todas Dar.nuestras necesidades.

El sostén de la familia y el pan de vida 143

La clave sencilla es recordar que Dios es nuestro Padre, y Élconoce la diferencia entre necesidades y deseos. Podemos des­cansar en la seguridad de que "vuestro Padre sabe de qué cosastenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis" (Mateo 6:8).

A veces tenemos que ver las dos caras de la moneda teológicapara ver el cuadro completo:

• Cara: La provisión de Dios. Dicho simplemente, Diospromete suplir nuestras necesidades.

• Cruz: El llamado de Cristo al sacrificio y al renunciamiento.Ambas caras de la moneda son aspectos importantes de

conocer y seguir a Dios. Sin embargo, de cierta maneraparecieran en conflicto porque a menudo yo espero que laprovisión de Dios signifique:

• Tendré abundancia ... No pasaré necesidades.• No seré privado ... No tendré escasez de nada.

Pero eso no es lo que significa la provisión. La otra cara dela moneda me ayudará a alcanzar equilibrio y perspectiva. Laesencia de ser llamado para seguir a Cristo y de ser su discípulonecesita de sacrificio.

• Careceré de algunas cosas.• Sobreviviré con menos para obtener algo mejor.• Renunciaré a algo para otra persona.• Pasaré necesidad para bien del reino y su Rey.Hay un punto en el que las expectativas erróneas acerca de

la provisión de Dios resultarán en expectativas erróneas acercadel sacrificio. Es fácil en los Estados Unidos perder contacto conel concepto bíblico del sacrificio bíblico en medio de nuestrosgritos de "alabado sea Dios por esta o aquella bendición". Quizádemasiados han convertido las promesas de "provisión" de Diosen promesas de "prosperidad". Muchas de las promesas deprovisión se hacen en un contexto de dar y de sacrificio.

Por ejemplo, cuando Jesús envió a los doce, les dijo que nollevaran nada, porque todo les sería suplido. Su provisión vinoen el contexto del sacrificio (Mateo 10:5-10). Pablo, escribiendode Jesús, dijo: "Porque ya conocéis la gracia de nuestro SeñorJesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico,para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos" (2Corintios 8:9, cursivas añadidas). Jesús nos hizo ricos, pero no

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para que tomemos esto como una promesa para la prosperidadmaterial. Fuimos enriquecidos porque somos miembros de lafamilia de Dios y partícipes de su naturaleza divina.

Pablo se describe a sí mismo "como pobres, mas enriqueciendoa muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo" (2Corintios 6:10). Y nuevamente: "Yo con el mayor placer gastarélo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo" (2 Corintios 12:15).Para Pablo, la provisión de Dios venía en el contexto del sacrificioy del dar.

María recibió de Dios el privilegio de concebir al Mesías. Noobstante, su privilegio le produjo riesgos, ridículo,incomprensión, y sacrificio. María fue bendecida y susnecesidades suplidas especialmente en el contexto de serhumillada, aprovechada e incomodada.

EL VALOR DE RECIBIR UNA NEGATIVA

Cuando Dios no cumple con lo que esperaba, ¿llega usted auna conclusión precipitada acerca de Él o de usted mismo?¿Pudiera ser que Dios en su sabiduría lo haya negado parapoder hacerle un bien mayor?

Con frecuencia oramos pidiendo cosas sin recibirlas. ¿Noserá capaz Dios? ¿No tendrá poder? ¿O somos nosotros que noentendemos? Santiago nos advierte que podemos orar mal: conlos motivos equivocados, para satisfacción de nuestros deleites(Santiago 4:3).

Me pregunto cuántas veces los padres han dicho a sus hijos."Cuando digo 'no', es 'no'." Me pregunto cuántas veces Dios noslo ha dicho a nosotros. Dios dice 'no' por diferentes razones: aveces debido a nuestro pecado, a veces debido a su sabiduría. Aveces se niega debido a su soberana voluntad y plan que tomaen cuenta el amplio espectro de la necesidad y la actividadhumana.

Con frecuencia he negado a mis hijos sus peticiones porquesé lo que se debe hacer. A veces la actitud de un hijo es mala osu petición inapropiada. Quizá sea mal aconsejada porque nosabe lo que quiere en realidad. Quizás el hijo no esté preparadopara manejar la responsabilidad que va con la petición. Quizásotorgar su petición sea dañino para los demás.

El sostén de la familia y el pan de vida 145

Mis hijos creían que eran más capaces y que estaban máspreparados para ayudar de lo que eran en realidad. A veceslos dejaba pensar que me ayudaban y entonces, como lamayoría de los niños, perdían interés y me dejaban en pazpara hacer el trabajo. Pero recuerdo ciertas ocasiones, cuandoeran mayores, que insistían en ayudar ... por lo general en eltaller o en el patio y, generalmente después de explicarles que latarea era muy difícil, les decía que era mejor que no lo intentaran.Yo tenía un sentido de lo que mis hijos podían y no podían hacer.Casi siempre tenía una buena razón para negarles la oportunidadde ayudarme. Pero cuando insistían, les daba una oportunidad.Los observaba esforzarse hasta que reconocían sus limitacionesy entendían mis razones por decir que no.

A Moisés se negó la entrada a la tierra prometida pordisciplina. A David se negó el privilegio de construir el templopor la discreción de Dios. A Jeremías se negó un ministerio"próspero y de éxito" debido a los tiempos y los planes soberanosde Dios. A Job se negó una sanidad rápida porque la gloria deDios vendría a su manera y en su tiempo. A Esteban y a Jacobose les negó el rescate y en vez de eso sufrieron el martirio porrazones que sólo Dios tiene el privilegio de saber. A Pablo senegó la sanidad del "aguijón en la carne" aunque le pidió a Diostres veces que lo quitara (2 Corintios 12:8), para que la graciade Dios fuera suficiente en su debilidad.

Aun en el momento de pedir, debemos estar abiertos a laposibilidad de que nuestro Padre celestial pudiera negarnuestra petición. La persistencia en oración es una cosa, perola insistencia equivale a exigencia. Cuando no estamospreparados para ceder a Dios su derecho paternal de decir queno a sus hijos, necesitamos recordar el inquietante estribillo delSalmo 106:15. Hablando de la obstinación de Israel cuandoandaba en el desierto, leemos que Dios "les dio lo que pidieron;mas envió mortandad sobre ellos".

Cuando mi esposa Judy era una joven maestra de biologíaen la escuela secundaria, a menudo trataba con estudiantes deúltimo año que estaban precariamente cerca de no graduarsedebido a una o dos malas calificaciones. Una joven había salidomal todo el año. Pero como muchos estudiantes, no le importaba

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mucho la escuela y no se preocupaba por unas pocas notasmalas, hasta que el día de graduación estuvo cerca. Suevaluación en una clase determinaría si se graduaba con elresto de sus compañeros o si tendría que asistir a la escuela deverano y posponer la graduación.

La nota que necesitaba era en la clase de biología queenseñaba mi esposa. La muchacha le rogó a Judy que le dierauna calificación pasable. Pero en buena conciencia, Judy nopodía "dar" a esta estudiante una marca pasable, porque lajoven no había hecho ningún esfuerzo por hacer su trabajo opasar sus exámenes. Judy era una maestra justa y compren­siva, pero algo le decía que no estaba bien darle a esta es­tudiante lo que no había ganado. La joven no se graduó hastadespués que hubo asistido a la escuela de verano.

Los maestros no siempre saben el impacto que tienen en lavida de sus estudiantes. A menudo, el mayor impacto no es enbiología, matemáticas o literatura. Un año después de esteincidente la misma joven, que ahora estaba trabajando, entróen el aula de mi esposa.

Judy no estaba segura de las intenciones de esta una vezencolerizada estudiante, de manera que inicialmente sesobresaltó de verla. Pero la joven había venido para agradecera Judy. Un año más tarde, esta joven se daba cuenta del valordel 'no' de mi esposa y de su firme decisión. La joven explicóque nadie antes le había negado nada. Siempre había con­seguido lo que quería en casa y en la escuela sin tener quetrabajar para obtenerlo. Negándose a darle una calificaciónpasable, Judy había iniciado un proceso de aprendizaje difícilpero que había cambiado su vida y era apreciado por la jovenun año más tarde.

"Lo necesitaba", dijo ella. Ayudó a prepararla para el mundoreal. Hubiera sido más fácil para Judy y para la estudiantehaberle dado la calificación, pero las mejores lecciones se apren­den a menudo con dolor.

Hay veces que Dios nos dice: "Dije que 'no' y es 'no'." Otrasveces suple libremente. Necesitamos aprender a confiar en Ély darle gracias tanto por las negaciones con propósito como porlas provisiones de su gracia.

El sostén de la familia y el pan de vida 147

Me impresiona una y otra vez que, en mi condición finita,rara vez veo la sabiduría del plan de Dios en mi vida hastamucho tiempo después. Eso me recuerda que todo se reduce aconfiar en Dios, mi Padre soberano, yen "estar persuadido" porla fe de "que el que comenzó en vosotros la buena obra, laperfeccionará hasta el día de Jesucristo" (Filipenses 1:6).

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UN PADRE QUE NUNCANOS ABANDONA

¿yqué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notoriosu poder, soportó con mucha paciencia los vasos

de ira preparados para destrucción, y parahacer notorias las riquezas de su gloria,

las mostró para con los vasos de misericordiaque él preparó de antemano para gloria . . . ?

El apóstol Pablo (Romanos 9:22-23)

Pero cuando se manifestó la bondad de Diosnuestro Salvador, y su amor para con los hombres,

nos salvó, no por obras de justicia que nosotroshubiéramos hecho, sino por su misericordia . . .

El apóstol Pablo (Tito 3:4-5)

L levé a mis hijos a jugar boliche por segunda vez cuandotenían ocho años. Fuimos después de la escuela aprove­

chando que las pistas no estaban ocupadas. Cuando llegamos,noté que el lugar estaba casi vacío salvo por un grupo deminusválidos que jugaban en sillas de ruedas.

Mis hijos y yo comenzamos a jugar retirados como a ocho pistasde ellos. Yonunca antes había visto a nadie jugar boliche en sillasde ruedas y muy intrigado los observé durante la siguiente mediahora. Tenían varios grados de destreza y de incapacidad física.No podía ver sus anotaciones, aunque suponía que no eran muybuenas. Sin embargo, algo era evidente: se estaban divirtiendo, yno por los tantos que ganaban.

Entretanto, mis hijos no estaban haciéndolo muy bien tam­poco. Los aconsejé y traté de ayudarlos con algunas técnicas.Pero el ver a los jugadores minusválidos de alguna manerahabía atemperado la presión de conseguir una marca alta.

Entonces los minusválidos se fueron. Al tiempo entró unjoven, quizás de unos diecisiete años, y comenzó 'a jugar a sólodos pistas de nosotros. Ahora sólo dos pistas estaban en uso entodo el edificio, la suya y la nuestra. Como en muchas de lasboleras nuevas, ésta llevaba la puntuación automáticamenteexhibiéndola en grandes pantallas como a metro y medio sobrelas pistas a vista de todos. Eso no importa cuando se juega bien.

No había notado al joven jugador hasta que oí el estallidoviolento de los bolos en su pista. Entonces lo observé interesadocuando él hacía cuatro chuzas consecutivas. Jugaba conprecisión, velocidad y fuerza. Cada bola golpeaba con un impac­to decisivo y violento haciendo volar los bolos en todas direc­ciones. En otro arranque conté cinco chuzas seguidas. Estabaimpresionado e intimidado.

Mis hijos rodaban torpemente sus bolas, con el único interésde mantenerlas sobre la pista y fuera del canal. No lo estabanhaciendo bien del todo. Tampoco su papá. En mis años deadolescente fui un buen jugador. Por lo general tengo un juego

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pasable, pero ese no era un buen día. Me encontré deseandopoder apagar la pantalla con nuestras marcas. Mis hijos es­taban admirados del joven estrella y, de repente, papá no eratan bueno. Se olvidaron de los jugadores minusválidos amedida que la actuación buena se convertía en nuestra vara demedir.

Los muchachos estaban tristes y contrariados por su fracaso,y yo perdía la paciencia como entrenador. Ellos querían hacerlobien para papá. Querían mostrarme que podían cumplir bien,que estaban creciendo y haciéndose más fuertes. Los niñosestán siempre conscientes del crecimiento, de su tamaño, y muydeseosos de ser grandes. Jugar boliche parece un asunto fácilpara niños y adultos: rodar esta gran bola por la pista, pegarlos bolos y mirarlos caer uno encima de otro. Pero el juegoestaba perdiendo su diversión conforme los muchachosentendían cuánto les faltabapara ser buenos.

Yo fallé otro sobrante y me sentía ridículo porque quería salirbien plantado también. Luché conmigo mismo para no ceder alimpulso de salirme de la bolera con mis desanimados muchachos.Fue entonces que recordé la escena II1ás temprano cuando losjugadores minusválidos me recordaron que no se trataba de lobueno que se es en el boliche. Antes que entrara el joven estrella,yo estaba agradecido de tener hijos saludables e impresionado porel valor de los que tienen que sobreponerse a sus impedimentos.No me preocupaban las marcas entonces.

Cuanto más pensaba en eso, tanto más entraban las cosas ensu debida perspectiva para mí, de pronto, jugar boliche no era tanimportante. El jugador excepcional ya no me intimidaba. Noimportaba si mis hijos llegaran a ser buenos jugadores o no. Noimportaba lo que la gente pensara de las anotaciones en la pantallagrande.

Para mí, la corta duración de la vida fue enmarcada en unahora extendida en esa bolera. Nuestra frágil condición humanay nuestros años de luchar por alcanzar cierto nivel de destrezason sólo un momento. Allí estábamos, en el vacío completo deesa cavernosa bolera, los minusválidos, el floreciente joven, losesforzados niños, y el adulto cohibido, rodando bolas por unapista de madera para derribar unos bolos dejando que nuestras

Un Padre que nunca nos abandona 151

marcas definieran quiénes éramos y cómo nos sentíamosrespecto a nosotros mismos. Pero de la actuación no es de lo quetrata la vida. No es de lo que trata el cristianismo tampoco.Pasar el grado, marcar alto, dar la talla, alcanzar la norma sepueden convertir en trampas y falsos barómetros de lo quesomos. Es bueno recordar que somos mucho más que nuestrasanotaciones en el boliche.

Sinembargo, a veces siento comosi todo loque soyes loque e,dribela gran pantalla. Pasamos tantos años creciendo y siendocatalogados, evaluados, medidos, comparados y clasificados quenaturalmente pensamos que Dios trata con nosotros principal­mente basado en nuestra actuación.

CRECIMIENTO FRENTE A CALIFICACIONESMe ha costado llegar al punto de poder descansar en la

aceptación de Dios de mí. Todavía me sorprendo inquietándomeacerca de cómo clasifico y me comparo. Es duro mantener elequilibrio apropiado entre saber que Dios me ama y procuraragradar a Dios. Si no tengo cuidado, cruzaré la línea yterminaré con una teología de obras.

Casi todas las avenidas en la vida tienen algún proceso dedesarrollo y clasificación. En la escuela somos calificados comoestudiantes "excelentes, muy buenos, buenos, deficientes osuspendidos". Para entrar en una universidad debemos pasarexámenes de aptitudes escolásticas para determinar nuestraaceptación en ciertas facultades. En la universidad nos conver­timos en índices académicos. Después vienen las pruebas paraentrar en las escuelas de posgrado, las tesis para maestrías ydoctorados, y los exámenes de titulación. Muchas profesionestienen exámenes y procedimientos para la licencia. En lamilicia, todos llevan su rango en la manga o en la solapa, rasos,oficiales, suboficiales, etc. En el mundo de los negocios hayvaloraciones basadas en las funciones y las evaluacionesanuales de salarios. Mucho de eso está bien y es necesario. Perola sopa alfabética de las clasificaciones crea un ambiente decomparación continua. No sorprende cuando nos acercamos ala vida espiritual que sintamos la presión de "ganar" laaceptación de Dios sobre nuestros hermanos y hermanas.

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152 El padre que nunca conocí

La presión viene de saber que necesitamos crecer.Necesitamos desarrollarnos en justicia, fruto y obediencia. Diosnos llama y nos induce a que crezcamos. El énfasis está en elcrecimiento, no en la clasificación. Es un error relacionar eldesempeño de una función con la aceptación. Sin embargo,continuamente estamos comparándonos y midiéndonos unocon el otro. "Porque no nos atrevemos a contarnos ni a com­pararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos,midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose con­sigo mismos, no son juiciosos" (2 Corintios 10:12).

Es necesario que nos veamos con sinceridad y determinemosnuestras necesidades, debilidades y pecados, sin perder devista el amor de Dios y su aceptación. Algunos hablan del amorde Dios y terminan usándolo como excusa: "Dios me ama 'talcomo soy' y no importa si cambio o crezco." Otros hablan tantode la necesidad de cambiar y de honrar a Dios que terminanpensando que tienen que ganarse su aprobación y aceptacióntodos los dírs. Un sendero conduce a un cristianismo débil y elotro a un cristianismo neurótico.

Si hemos de crecer como hijos saludables de Dios, tenemosque afirmar las dos verdades: (1) somos hijos amados, y (2)somos hijos necesitados que deben crecer.

LOS ESPEJOS DEFORMADORESy EL ESPEJO DECRISTO

¿Ha pensado alguna vez mientras reflexionaba en su vida ycrecimiento cristiano: Todavía me falta mucho? Yo he mur­murado desalentado esas palabras muchas veces. Por logeneral estoy pensando que no estoy a la altura en la escala deldiscipulado. Quizás usted, como yo, haya sido un buen cristianopor muchos años y todavía siente que le queda mucho trechopor andar. ¿Cómo se clasificaría a sí mismo?

Es importante notar la diferencia entre la percepción denosotros mismos (y de otros) y cómo nos percibe el Señor. ¿Seha parado aiguna vez frente a un espejo de carnaval de los queson contorneados en vez de planos? Uno lo hace verse bajo ygrueso, como si hubiera sido aplastado. Otro espejo lo haceverse alto y delgado, como si hubiera sido estirado. Otro hace

Un Padre que nunca nos abandona 153

ver su cabeza enorme y su cuerpo pequeño. De igual manera,algunos tenemos percepciones distorsionadas de nosotros mis­mos ante Dios. En vez de ver una imagen exacta de lo quesomos, estamos mirando en el espejo equivocado.

Mis gemelos me recordaron esa verdad. Un día Scott quetenía siete años se quejó diciendo:

-Soy feo.Mi esposa preguntó rápidamente:- ¿Piensas que Steve es feo?En defensa de su hermano, Scott dijo abruptamente:-iNo!Steve, que estaba en la misma habitación, recordó a Scott lo

obvio:- iPero, Scott, nos vemos igual!Desde entonces Scott no ha vuelto a quejarse de ser feo ni

ha acusado a Steve de serlo. A veces nuestra percepción distor­sionada y estado afectivo nos sacan ventaja tanto en el ámbitoterrenal como en el espiritual.

¿Cómo calificaríamos a los discípulos de Cristo en los últimosdías de su vida? Sé que me he burlado de ellos por su lentitud,falta de fe, y tendencia a meter la pata. Considerando el largotiempo que pasaron con Jesús, parecería que pudieron haberlohecho mejor. En una escala de uno a diez, Zcómo los hubieracalificado usted? En la última cena mostraron su dureza deentendimiento. HIcieron preguntas de respuestas que debíansaber (Juan 13-14). Discutieron después de la cena acerca dequién sería el mayor (Lucas 22). Durante las horas que cul­minaron con la muerte y resurrección de Cristo, cayeron dor­midos cuando Jesús les pidió orar, Pedro recurrió a la violenciay cortó la orej a a un siervo con su espada. Todos lo abandonaron,y Pedro lo negó públicamente, y Tomás insistía en dudar de laresurrección hasta que Cristo se le apareció. iEsto en nada separece a una buena trayectoria para los futuros fundadores dela Iglesia! Desde nuestra perspectiva, no los aplaudimos por"glorificar" a Dios ni por ser hombres de convicción y con­ocimiento.

No obstante, en medio de todo esto está la oración sacerdotalde Cristo en Juan 17. Leemos en los versículos 6 al 10 la opinión

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afirmadora de Cristo de los discípulos. Esto es lo que dice deellos: que fueron obedientes (6); que tenían conocimiento (7);que tenían convicciones (8); y nos sorprende oír a Cristo decir:"He sido glorificado en ellos" (10).

Recuerdo una vez que leía estas palabras y volví a pensar en I

ellas ¿Se refiere Jesús a los mismos discípulos de los que estoyleyendo? Comencé a hojear los evangelios preguntándome sihabía dejado de leer algo. ¿Habría otros discípulos que yo noconocía?

La "evaluación" de Cristo de sus discípulos es muy alen-tadora. Jesús sabía todo acerca de ellos: sus debilidades, susfracasos, su pasado, presente y futuro, y todavía encontrórazones para alabarlos. De la misma manera que Él vio estamezcla de torpes seguidores, nos ve a nosotros y su corazón sellena de afirmación. En Juan 17, Jesús estaba alabando a susdiscípulos ante el Padre, a oídas de por lo menos un discípulo.Jesús los miró y dijo para que todo el mundo lo oyera: "Son misdiscípulos." Yo los hubiera calificado regulares o satisfactorios¡Jesús los calificó de excelentes!

En los momentos en que usted se califica bajo, se rebaja yacusa y empequeñece mientras el diablo lo alienta a seguirhaciéndolo, recuerde que Cristo es quien lo afirma y lo edificaeternamente ante el Padre.

Pero Jesús sabía también cuánto necesitaban crecer susdiscípulos. Dios no es ingenuo con respecto a sus hijos. Él noblanquea el pecado ni pasa por alto la falta de crecimiento.Recuerde que Él está "lleno de gracia y de verdad". Somosconocidos plenamente en todo nuestro pecado a la luz de suverdad. Pero debido a su plenitud de gracia, nuestro Padrecelestial nos ayuda a crecer dentro del contexto de una relaciónde amor y aceptación.

EL ESPEJO DE LA PALABRADios espera que crezcamos. La Biblia es como un espejo que

puede decirnos cómo nos vemos. Santiago lo dijo de estamanera: "Si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor deella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo surostro natural ... y se va, y luego olvida cómo era" (1:23,24).

Un Padre que nunca nos abandona 155

A veces lo que vemos en el espejo no es halagador. Pero si hemosde crecer no podemos vemos en el espejo sólo cuando tenemospuesto nuestro traje dominguero. El espejo de la Palabra no estádiseñado para hacemos sentir mal; está diseñado para revelar laverdad, para enseñamos cómo son las cosas en realidad.

La Biblia describe el crecimiento del cristiano en términosrelativos al crecimiento físico. Pablo habla como si estuvieradando a luz cuando habla de su deseo que los cristianos crezcan:"Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hastaque Cristo sea formado en vosotros" (Gálatas 4:19).

Se describe el proceso de crecimiento espiritual como el de"bebés" en Cristo (1 Pedro 2:2) hasta llegar a la madurez(Hebreos 6:1). Juan se dirige a los creyentes como a "hijitos","padres" y "jóvenes" (1 Juan 2:12·,14). John Stott hace el siguien­te comentario: "Indica no sus edades físicas, como han pensadoalgunos, sino etapas en su desarrollo espiritual, porque la familiade Dios, como toda familia humana, tiene miembros de diferentemadurez."! El cuadro de la página siguiente hace una 'lista detérminos neotestamentarios de las etapas de crecimiento delcristiano.

Cuando mis hijos tenían dos años y se portaban como niños desu edad para probar la paciencia de los padres, recuerdo queesperaba más que eso de ellos. ¡Después de todo eran mis hijos!

Fuera que derramaran la leche (algo que sucedía por lomenos una vez en cada comida), que tropezaran en las gra­das, que metieran los dedos en el pastel de cumpleaños, o quetuvieran mejores intenciones que éxito cuando les enseñábamas el uso de la letrina, nuestros hijos fueron como la mayoríade los niños de dos años. Pero yo no siempre entendía esto.A esa edad yo quería que se comportaran como si fuerande cinco años. Entonces, cuando tenían cinco años, recuer­do que esperaba que actuaran como si fueran de siete yhasta de diez años.

Logré ver temprano que como padre me inclinaba a impo­nerles expectativas de madurez irrazonables. No hacía caso alfundamental reloj biológico. Fue importante darme cuenta deque aunque cada niño es único en su manera de ser, todos losniños proceden por las mismas etapas generales de crecimiento

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y desarrollo. Cuando mis hijos no entendían la multiplicaciónen el segundo grado, aprendí a no permitir que me entrarapánico porque sabía que la aprenderían en el tercer grado. Nohabía necesidad de que yo les enseñara álgebra y cálculodurante las vacaciones de verano. No se puede apremiar eltiempo. La paciencia de los padres es esencial para soportar elproceso de crecimiento de los hijos.

Me alegro de que Dios no intentara enseñarme todo acercade la vida y la santidad durante los primeros dos años de mivida cristiana. Me alegro de que no esperara que yo absorbieramuchos de los puntos profundos de la madurez cristiana du­rante esos años de mi vida en Cristo. Me alegro de que me dieratiempo para crecer antes de exponerme a algunas de las prue­bas más duras de la fe; no estoy seguro de si las habría podidomanejar demasiado temprano. Me alegro de que cuando apenasera un niño pequeño en Cristo, Dios en su paciencia, noesperaba que yo fuera tan maduro como un veterano deveinte años. Dios es un Padre paciente que entiende elproceso del crecimiento.

Qué paciente fue el Señor con sus discípulos lentos para

ETAPAS DE CRECIMIENTO ESPIRITUAL - TERMINOLOGíA

Término

"Niños reciénnacidos" y"niños""Niños"

"Jóvenes"(hombres ymujeres)

Perfectos"(maduros) o"padres" o(madres)

Referencia

1 P 2:2Ef 4:14

1 Ca 14:201 Ts 2:7-8

1 Jn2:13-14

Ef 4:13FiIi 3:151Ts 2:7-11Heb 5:14, 6:11 Jn 2:12-14

Definición

Losque necesitan la "leche" de la pa­labra para crecer.

Losque todavía tienen que crecer másfirmes en su fe, entendimiento, pensa­miento y fruto.

Los que han "vencido al maligno" lle­vando una vida constante de fe; estánen la batalla; camino a la madurez.

Los que han ido más allá de lo funda­mental, que son más estables, queestán preparados para enseñar y diri­gir, los que están madurando

Un Padre que nunca nos abandona 157

aprender. Qué paciente fue Dios con las quejas de Jeremías.Qué paciente fue con David en sus años de pecado sin arrepen­tirse. Qué pacíente con la obstinación y prejuicio de Pedro hacialos gentiles. Qué paciente fue con Jacob el consentido. Jacobcuyo nombre significa "suplantador" enfrentó la mayor partede su vida como un luchador. Qué ejemplo tenemos de lapaciencia de Dios cuando lucha con Jacob durante la noche(Génesis 32:24-30).. N~ .trate de espiritualizar ese atrevido pasaje con alguna

simbólica noche de oración. Tanto el misterio como la realidad delos tratos de Dios con el hombre se enfrentan de cabeza en esepasaje. El Todopoderoso Dios y Padre, que en cualquier momentopodía predominar sobre el impetuoso Jacob, opta en su lugar porentrar en el cuadrilátero con su hijo, para luchar con el espíritude ese hijo y quitarle el último vestigio de rebeldía. Es casi comosi Dios mirara a Jacob y le dijera: "Adelante, lánzame tu mejorgolpe." Dios no vapulea a Jacob hasta someterlo. En vez de eso,se enfrenta a él bajo sus propios condiciones. Jacob, que haluchado con la gente toda su vida, contiende en la pelea de su vida.Dios sabe que la verdadera lucha es entre Jacob y Jacob, tantocomo entre Jacob y Dios. Con Jacob, Dios no sólo se "agacha" sinoque rueda por el suelo para hacerlo grande.

Qué paciente fue Dios con la infantil fe del tímido Gedeón. Quécuadro más maravilloso tenemos de un Padre paciente cuandoacepta esperar y no irse hasta que Gedeón regrese con unaofrenda. Me he preguntado muchas veces en pasajes como éstequé hacía Dios mientras esperaba. Se sentaría Él (en la forma delángel de Jehová) sobre una roca o se recostaría contra un robleesperando lo que debieron ser horas mientras Gedeón se apresu­raba en la preparación de un cabrito, haciendo caldo y hornean­do panes (Jueces 6:17-22). Yo también me he detenido en mimarcha o en una silla en el patio mientras mis hijos se hanbatido en retirada para hacer tortas de lodo o figuras de palitosy traérmelas para agradarme.

Enesos momentos veo a Dios y me veo a mí mismo: Dios, elPadre paciente, quien con una sonrisa y una risa ahogadaacepta atentamente lo que debió parecerle como ofrendas detortas y caldo de lodo de este hijo infantil.

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Que Dios sea paciente no significa que nos aguante y nos toleresimplemente. Dios no es un Padre que espere inactivo hasta queal fin crezcamos y lleguemos a la vida adulta. Su pacienciasignifica que aguanta con, trabaja con, y persevera con nosotrosen nuestro proceso de crecimiento. Él es nuestro Emanuel, Dioscon nosotros.

Pudiera ser fácil que algunos tengan una imagen de Dios comoPadre que no está satisfecho con nosotros hasta que crezcamos.Pero Dios no es un gruñón celestial que no disfruta de sus hijos.

He notado que algunos padres casi no pueden esperar hastaque sus hijos "crezcan", y temen ciertas etapas del proceso.Recuerdo las palabras de un colega pastor cuando sus hijos eranadolescentes y los míos todavía no habían entrado en la escuela.Con entusiasmo dijo de los hijos: "Cada edad tiene sus propiasalegrías y alcances especiales." Percibí que este padre disfruta­ba de ver a sus hijos pasar por las diferentes etapas del creci­miento, y pensé: Cuánto más debe de disfrutar Dios de sus hijos.

Recuerdo mis repasos de matemáticas con mis hijos y perderla paciencia. ¿Porqué no lo entienden? ¿Cuántas veces tengo querepasar esta materia básica para que se les pegue?Yo era buenoen matemáticas cuando estaba en la escuela (hasta que lleguéal cálculo). ¿Por qué ellos no? Murmuraba estas quejas en miimpaciencia. Era intolerante porque mis hijos no captaban losuficientemente rápido para satisfacerme a mí (en realidadellos estaban entre los mejores estudiantes; sólo que yo lesexigía más). Una vez más esperaba que fueran dos años mayo­res de lo que en realidad eran.

Poco a poco comencé a ver lo que pasaba. En mi impacien­cia, los estaba intimidando y haciendo más duro que ellosaprendieran y respondieran. ¡Papá tenía que serenarse ymostrar un poco de paciencia! Ser paciente beneficiaría elproceso de aprendizaje. Cuando me di cuenta de eso, le digracias a Dios porque Él es un mejor Padre para míde lo queyo soy para mis hijos.

Qué fácil sería para Dios ser impaciente con nosotros. Laspersonas expertas en ciertas cosas no siempre son tolerantescon los que no lo son. Las matemáticas eran fáciles para mí, asíque era impaciente con mis hijos, que estaban luchando. Así es

Un Padre que nunca nos abandona 159

en muchos aspectos. El gran golfista, el bolichista profesional,el campeón de tenis, el talentoso y meticuloso músico a menudoes impaciente con los que todavía aprenden. Parece extrañodecirlo, pero ¿se ha puesto a pensar alguna vez en lo duro quesería para Dios, que es perfecto en todo, aguantar a criaturaspecadoras, torpes e ineptas como nosotros? Dios, que siempreha sido perfectamente santo, nunca ha tenido que esforzarsepara ser perfecto. La perfección nunca ha sido problema paraDios; le viene de manera natural. Qué fácil le sería a Dios serimpaciente con nuestro progreso en el crecimiento.

Hay veces que Dios se enoja con nosotros, pero no debido ala falta de paciencia, ni le nace por tensión o porque hayaperdido los estribos. Hay veces que Dios se enoja porque Éltiene el derecho de esperar que nos portemos de cierta manera,y no lo hacemos. Hay veces que se enoj a debido a sus santas,exigencias, y en su celo divino, Él sabe lo que es mejor paranosotros. Hay otras veces que se siente defraudado porque nosnegamos a crecer y madurar.

Las Escrituras indican que nuestro crecimiento se puede de­tener en las diferentes etapas pordistintas razones. Los cristianospueden llegar a ser, en efecto, perennes bebés o adolescentesperpetuos, atrofiados en su crecimiento. También podemos llegara ser carnales y descarriados. El escritor de Hebreos describe asus lectores como "tardos para oír" y advierte:

Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiem­po, tenéis necesidad de leche, Y no de alimento sólido. Ytodo aquel que participa de la leche es inexperto en lapalabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólidoes para los que han alcanzado madurez, para los que porel uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimientodel bien y del mal.

Hebreos 5:12-14

El escritor implica que las Escrituras contienen tanto laleche como el alimento sólido, que proporciona la dieta para loscreyentes "niños" así como para los maduros. El crecimientode un creyente se ve afectado también por -el crecimiento enjusticia y discernimiento.

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DETENCIÓN DEl CRECIMIENTOEN El CAMINO A LA MADUREZ

Crecimiento Referenciadetenido

Bebés 1P 2:2perennes

Ef 4:14

NIños 1C03:1Inmaduros

Adolescentes Heb 5:11-14perpetuos

160 El padre que nunca conocí

El Nuevo Testamento alerta a los creyentes a cuidar que nose detenga su crecimiento. El cuadro de la página siguientepone de relieve los pasajes que indican las etapas en las quepodemos quedar atascados.

Es menester que nos acerquemos con sinceridad al espejo dela palabra de Dios para ver nuestra necesidad de crecer. Diosnos ama, y está comprometido con nuestro crecimiento (Fili­penses 1:6). Si somos "niños" en Cristo, necesitamos crecermediante el estudio de las Escrituras y aprender a conocer aDios.La palabra de Dios es fundamental en el crecimiento en eltranscurso de toda nuestra vida cristiana. Si hemos crecido,debemos continuar hacia la meta para ser maestros y padres ymadres en la fe. Necesitamos crecer en justicia. Si hemos cami­nado con Dios por un tiempo, quizás debamos "ir adelante a laperfección" (Hebreos 6:1) y crecer en nuestro servicio y en elrefinamiento continuo de nuestro carácter. La meta para Pabloerabien clara: "presentarperfecto enCristo Jesús a todo hombre"(Colosenses 1:28).

Recuerdo una vez que dudaba del compromiso de Dios paraconmigo. Terminé leyendo Isaías 46:4 en mis devociones. DiceDios a su pueblo: "Hasta la vejez yo mismo, y hasta las canasos soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré."¡Qué promesa más grande! Quizás usted no tenga una sola canatodavía, pero cuando llegue a la edad madura, .le quede pelo ono para que encanezca, Dios seguirá comprometido con usted.

Me gusta la paráfrasis de La Biblia al día: "Yo seré su Diosen toda su vida; sí, hasta que su cabello encanezca por la edad.Yo los hice y yo los cuidaré. Los llevaré en mis manos y seré suSalvador." Dios nos lleva como a niños pequeños y, aún despuésde años de crecer para "llegar a la medida de la estatura de laplenitud de Cristo" (Efesios 4:13), Él sigue llevándonos cuandonuestro pelo está encanecido por la edad.

Crisis de feen la edadmadura

2 T14:10

Un Padre que nunca nos abandona 161

Relacionado a

Sin fundamento: no crecen en lo pala­bro de Dios(comparable con el que notenía raíz. Mateo 13:20-21).

Sin entendimiento: sIempre susceptIblea "todo vIento de doctrina".

Sin madurez en la piedad; llamados"cornetes". niños, 'no esplrttuoles".mundanos.

No listos para enseñar: tardos paroaprender. debieran seradultos pero nopueden irmás allá de los "rudlmentos"de la enseñanza.

Transigiendo en sus convicciones: handecidido no seguir más a Cristo en unaforma u otra.

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APRENDIENDOAVER LA ACCION

PATERNALDE DIOS

EN NOSOTROS

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DOLORE8DELCRECIMIENTO

Wendy, huí de la casa el día que nací . . .Porque oí a papá y a mamá . . . hablando

de lo que yo sería cuando fuera hombre . . .No quiero ser hombre nunca. Quiero ser

un niño siempre para divertirme.Peter Pan

Hermanos, no seáis niños en el modode pensar, sino sed niños en la malicia,

pero maduros en el modo de pensar.El apóstol Pablo

(1 Corintios 14:20)

Ocúpate en estas cosas . . . para que tuaprovechamiento sea manifiesto a todos.

El apóstol Pablo(1 Timoteo 4:15)

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L levé a mis hijos al boliche otra vez. En esta ocasión, Scottjugó muy bien y Steve no tan bien. Y son gemelos

idénticos, semejantes en muchas maneras. Me senté, el padreentrenador, sorprendido de que Scott pareciera más fuerte ymás coordinado mientras que Steve parecía que no podía ma­nejar la bola. El mismo tamaño, la misma fuerza, el mismofactor de experiencia, pero uno lo logró rápidamente y el otroluchaba todavía. No obstante, el día anterior en un juego desalto de altura, Steve voló sobre la vara y Scott se veía pesado.

Yo me estaba impacientando con el desacierto de mi hijo enel boliche. Seguí dándole consejos, pero nada parecía funcionar.La bola cayó al canal ocho de diez veces. Cuando pegaba losbolos, sólo caían pocos.

Él se estaba irritando y yo ya estaba irritado. Yo quería quelo hiciera bien y él también. Su enfado se acentuaba viendo asu hermano que lo hacía mucho mejor y con tanta facilidad. Porúltimo me di por vencido como entrenador. Lamentablemente,mostré mi contrariedad que se oyó como desilusión.

Me sentía culpable de mi propia actuación de padre y faltade paciencia. Dale tiempo, pensé. No tengas tanta prisa.Apóyalo. No locompares con su hermano. Es sólo un juego. Peroya había perdido mi oportunidad ese día. Dije lo que no debía;o al menos me salieron mallas palabras. Había mostrado unaactitud indebida.

Entonces logré ver algo que Dios quería mostrarme: mitendencia de ver a Dios reaccionando de la misma manera quelo hacía yo con mi hijo. Ver a Dios como el entrenador con­trariado tirando las manos al aire desanimado con miactuación.

Pensé en un pastor con el que había estado comparándome.Yo era el luchador comparado con él. Yo era el jugador malo; élera el natural. Él era bueno y seguro, y parecía que todo le erafácil. Yo no tenía coordinación y era torpe, y como con mi hijoese día, las cosas parecían ir de mal en peor. Y yo temía que

Dolores del crecimiento 167

Dios hiciera conmigo lo que yo había hecho con mi hijo aquellatarde ... ponerse un poco disgustado, perder la paciencia, ydarse por vencido conmigo. Doy gracias de que Dios es un Padreperfecto más de lo que yo pudiera llegar a ser.

Soy padre de hijos gemelos y amo a cada uno con la mismaintensidad. Nunca he amado más a uno que al otro. Me heesforzado mucho para asegurar que los muchachos no se sien­tan menos especial es por causa de Kim, su simpática her­manita. El crecimiento de los gemelos me ha dado buenaslecciones acerca de las personas que se pueden ver igual ytodavía ser diferentes. Me he vuelto sensible a la crecienteposibilidad de hacer comparaciones dañinas. He sido sensiblea la necesidad de tratar igual a cada uno, pero como a in­dividuos. Eso me ha servido para ver que el amor de Dios paranosotros es el mismo, pero obra en cada uno como individuo.

Mientras crecemos sentimos los dolores del crecimiento.Sería bueno si todos pudiéramos hacerlo bien cada vez queintentamos algo, como jugar boliche, o esquiar en el agua, oaprender idiomas, o enseñar una clase, o predicar un sermón.Pero pasamos por tiempos en que somos espiritualmente torpesy pesados. Tiempos en que nos preguntamos por qué otros lapasan tan bien, mientras que pareciera que nosotros tenemosdificultad en todo. Dios entiende la simple verdad de que todoslos niños crecen a diferentes ritmos con diferentes fuerte ydebilidades.

Comenzamos como "niños recién nacidos" en Cristo (1 Pedro2:2), pasamos por varias etapas de niñez y adolescenciaespirituales, y alcanzamos diferentes niveles de madurez. Perola duración del proceso no es para que nos aflijamos porque noestemos alcanzando el ideal. A veces el proceso es lento ydoloroso, pero los resultados están garantizados: "Estando per­suadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra,la perfeccionará hasta el día de Jesucristo" (Filipenses 1:6). Notenemos que crecer solos.

DOLORES DEL CRECIMIENTO¿Recuerda la historia de Peter Pan? Peter Pan era el

muchacho aventurero que nunca envejeció. Él simboliza la

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168 El padre que nunca conocí

esencia de la niñez que despierta al niño en todos nosotros. Perola obra original y la historia por James M. Barrie tenía un ladomás oscuro. El lado trágico de Peter Pan es que él no queríacrecer. Hay un lado bueno de la niñez que podemos llevar connosotros a la edad adulta, pero es trágico ver a adultos quenunca han crecido y "dejado lo que era de niño".

Este fenómeno es tan prevaleciente hoy entre los hombresnorteamericanos que el doctor Dan Kiley se ha referido a esoen su libro titulado The Peter Pan 8yndrome1 (El síndrome dePeter Pan). El síndrome de Peter Pan ocurre en el reinoespiritual también. Los cristianos pueden permanecer niñosespirituales que nunca crecen totalmente, porque crecer esdoloroso, porque de muchas maneras sería más fácil-quedarseniños. Mi esposa y yo hemos sido testigos de esto en nuestroshijos. Ellos quieren seguir siendo niños, pero no pueden.

En gran parte, la falta de crecimiento, en el mundo físicocomo en el espiritual, se debe a un déficit de responsabilidad.Hemos notado esto también en nuestros hijos. Cuanto másesperábamos para enseñarles ciertas responsabilidades, másduro era para ellos y para nosotros. Los hijos casi nuncacomprenden las consecuencias de no ser responsables. Lamayoría de los padres desearían recibir cinco centavos por cadavez que han recordado a sus hijos que recojan algo. Que hagan lacama, limpien su habitación, recojan la ropa, saquen la basura,se limpien los dientes y se bañen .. , todas estas son cosaspequeñas, pero entretejidas componen el tapiz de nuestra vida.

Las Escrituras se refieren a la responsabilidad en variasmaneras: responsabilidad a otros mayordomía, fidelidad,deber. Muchas de las parábolas de Jesús tratan de personasque respondieron cuando se les confió con responsabilidad oposesiones. Dios espera que aceptemos la responsabilidad denuestras acciones, pecados, actitudes, pensamientos, otras per­sonas, servicio y el conocimiento de las Escrituras y de Dios. LaBiblia dice con claridad más de una vez que "cada uno denosotros dará a Dios cuenta de sí" (Romanos 14:12; véansetambién Mateo 12:36; 18:23; Lucas 12:48; 1 Pedro 4:5). Loscreyentes no serán juzgados a la luz de su salvación, sino porla "obra de cada uno cual sea" (1 Corintios 3:13). Note que no

Dolores del crecimiento 169

habla de cantidad. No es un concurso para ver quién tiene laobra más grande y brillante. Dios nos juzgará por lo que hicimoscon lo que Él nos dio. ¿Habremos dado nuestra vida por las cosas _eternas que importan o por "madera, heno u hojarasca"(1 Corintios 3: 12-15)?

Sin embargo, asumir responsabilidad implica pena, riesgo yvulnerabilidad. La responsabilidad para mí como creyente im­plica salir de los confines de mi mundito egoísta para entrar enel mundo de otros. Antes que Cristo ascendiera, dio la grancomisión: "Id y haced discípulos a todas las naciones" (Mateo28:19; Marcos 16:15). Es la responsabilidad que el Señor meconfió como creyente. Cuanto más dejo espiritualmente misetapas de infancia para entrar en el cristianismo adulto, tantomás asumiré la responsabilidad por otros y por mí mismo. Ycuanto más responsabilidad tengo como creyente, tanto mayorel costo para mí personalmente. Pero cuanto más me cueste poramor de Cristo, tanto mayor la recompensa que recibiré en lasriquezas de mi relación con Dios.

DOLORES DE LAS EXPECTATIVASComo padre, espero que mis hijos hagan bien las cosas. Quiero

que se esfuercenytenganéxito en su crecimiento. Quiero que hagany sean lo mejor que puedan. Tengo expectativas de ellos, no tantoen lo que tiene que ver con carreras y trabajos, sino en carácter,comportamiento y valores.

Dios tiene expectativas para nosotros. Nuestro Padretambién quiere que sus hijos hagan lo mejor. "Prosigamos a lameta", "pelead la buena batalla", "sed santos", "salid de enmedio de ellos", "buscad primeramente el reino de Dios". Diosespera muchas de las mismas cosas que un padre humanoespera de sus hijos.

Hay una diferencia entre ser "aniñado" y ser "como un niño".Ser "aniñado" es negativo; se refiere a la inmadurez y a lo queno es apropiado para un adulto. Pero ser "como un niño" espositivo; se le exhorta al creyente a tener las cualidadesvaliosas de un niño.

-Me sorprende lo mucho que mis hijos quieren agradar a supadre. Mi esposa y yo no les enseñamos eso. Recuerdo las veces

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170 El padre que nunca conocí

en que los tres estaban en una habitación conmigo y yo pedía queme trajeran algo en otra parte de la casa. Aquello se convertía enuna carrera por ver quién lo encontraría y se lo traería a papá.

¿QUÉ ESPERA DIOS DE SUS HIJOS?

1.Honrar ~Si. pues. soyyo padre. ¿dónde está mihonra?"Salmo45:11 Malaquías 1:6Proverbios 3:9 Juan 5:23

2.Obedecer ~EI que me ama. mi palabra guardará."1Samue115:22 Jeremías7:23. 11:4Salmo 119:34.67 Juan 14:23. 15:10

3. Amar ~Amarás a Jehová tu Diosde todo tucorazón."Deuteronomio 6:5 Juan 14:23-24, 15:9-11Salmo 31:23

4. Agradar "Os conviene conduciros y agradar a Dios."Romanos 12:1 2 Timoteo 2:42 Corintios5:9 Hebreos 11 :6. 13:211Tesalonicenses 4:1

5. Imitar "Sed, pues imitadores de Dios."Mateo 5:48 1Tesalonicenses 1:6Efesios 5:1.

Los dos que no lo lograban terminaban con el ánimo caído; elganador se sentía complacido de haber ayudado a papá. Despuésde algunas veces de esto, aprendí a pedir a cada uno que hicieraalgo para que todos se sintieran honrados de haber hecho algo paraagradar a su papá.

Cuando Judy compraba un regalo para que lo dieran a papá enalgún día festivo, no era suficiente para Scott. Él entraba en suhabitación y hacía algo o escogía alguno de sus juguetes o dibujosy lo envolvía en papel periódico, para darme algo que mostrara suesfuerzo y su amor.

Siempre me he sentido honrado por mis hijos. Cuando llego .a casa, corren a abrazarme. Mi esposa dice que me "adoran".Yo sonrío sonrojado, pero por dentro mi corazón se llena.

Dolores del crecimiento 171

Mis hijos están prontos para imitar a Judy y a mí (a vecesen lo que no deben). Si hacemos algo, ellos quieren una opor­tunidad de hacerlo, y se sorprenden cuando no lo hacen deinmediato tan bien como mamá y papá.

La mayoría de los niños quieren agradar a sus padres. Lamayoría de los niños aman naturalmente a sus padres. Esascualidades en mis hijos me ayudan a entender por qué Jesús dijoque teníamos que ser como niños. Debemos alimentar esaadmiración infantil hacia nuestro Padre celestial.

Todas las expectativas de Dios de nosotros comienzan conlas actitudes del corazón. Cuando nos acercamos a Dios comoniños con un corazón que quiere agradarle, entonces imitarloy obedecerlo encontrarán su expresión apropiada.

El alcance de esas metas es un proceso de todos los días, todala vida. Dios tiene grandes expectativas de nosotros porque hacermenos no se ajusta a su carácter. Pero hay trastornos y desencan­tos inevitables en toda relación que tiene grandes expectativas.Dios sabe que es un proceso. También sabe, como dice Santiago,que "todos ofendemos muchas veces" (3:2). Él sabe que nuestrosdolores de crecimiento son inevitables.

DOLORES DEL CRECIMIENTOEN EL EJERCICIO

En ocasiones, por las noches, nuestros hijos se quejaban dedolores en las piernas o el pecho. Una vez, recuerdo habermepreocupado realmente imaginando lo peor. Le pedí a Judy quellamara a nuestro médico. Él descartó toda preocupaciónllamándolos "dolores de crecimiento". Hay veces que el cuerpode un niño crece tan rápidamente que siente dolores en laspiernas, brazos, pecho, huesos y músculos.

Recuerdo el dolor cuando dejé mi primer pastorado. Sentíatoda la ira y la tristeza del fracaso, la traición y el rechazo.Sentía que había fallado a mi familia, a mis amigos y más quetodo, a Dios. Sabía que Dios usaba las pruebas dolorosas, perono podía ver de qué manera usaría este dolor.

En mi búsqueda de otra posición pastoral, le dije a Dios quequería ir a un lugar donde no hubiera muchos problemas yconflictos. Quería estar donde pudiera "hacer mi ministerio"

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172 El padre que nunca conocí

nada más y crecer. Dios fue fiel y abrió las puertas de unamaravillosa iglesia en crecimiento. Recién comenzada minueva posición pastoral, sentí que Dios había contestado mioración.

A veces estamos preparados para "hacer el ministerio" y"servir a Dios", pero Él tiene otra agenda. Nosotros pensamosque nuestros planes para Dios y el ministerio son las cosas másimportantes, pero Dios, a veces, deja que el ministerio esperepor lo que tiene que hacer en el hombre primero. La agenda deDios es para refinación y crecimiento. "Carácter antes quecarrera." No tardé en darme cuenta de que esta nueva iglesiatenía sus problemas también. (Nos cuesta tiempo a algunossoltar nuestro idealismo acerca de la iglesia "perfecta".) Estabaen medio del conflicto otra vez. Al principio no podía entenderpor qué Dios no me había puesto donde sólo tuviera que "hacerel ministerio" y no andar apagando incendios, debatiendodescripciones de trabajo, y desenredando funciones y mini­sterios. Pero la agencia de empleos de Dios tiene su sabiduríaespecial.

Recuerdo una tarde en un parque que oraba exponiendo miconfusión. Dios estaba decubriendo mis debilidades y deficienciasuna vez más, y dolía. La presión seguía aunque había cambiadode iglesias. Ese día me di cuenta de que Dios en su gracia meestaba dejando padecer los dolores del crecimiento. Dios habíadejado el fuego encendido para seguir cocinando y yo me estabaasando. A veces Dios permite que la presión continúe en nuestravida para descubrir nuestras debilidades y estirarnos para quecrezcamos.

Los paralelos entre el crecimiento físico y el espiritual hansido instructivos para mí. Sentado ese día en el parque, penséen cómo es cuando alguien que está físicamente fuera de formava a un entrenador y entra en un programa personalizado paraponerse en buenas condiciones. El entrenador señala las partesdébiles del cuerpo de la persona que necesitan ejercicio. Deigual manera, si queremos ponernos en forma espiritualtenemos que vernos francamente en el espejo. Nuestro instructorcelestial proyectará ejercicios para aislar el desarrollo de ciertosmúsculos en particular. Desarrollamos fuerza ejercitando esos

Dolores del crecimiento 173

músculos hasta que duela y nos fatigue. Esa es la clave. Paraformar músculos, los que practican la cultura física hacenejercicio soportando el dolor hasta quedar casi exhaustos. Haydolor del bueno y dolor del malo. Cuando un músculo se tuercey se lastima, sentimos dolor del malo y debemos dejar de hacerejercicio. Pero el dolor del bueno es la sensación abrasadora quesentimos cuando un músculo está trabajando duro. Si nosdetenemos cada vez que sentimos dolor del bueno, nunca desar­rollaremos fuerza. Pero no importa de qué clase sea el dolor, esdolor y duele.

Allí en el parque supe que Dios había aislado ciertos aspectosproblemáticos que necesitaban ejercicio. Me estaba dejandotiempo extra en el gimnasio. El descubrimiento de los aspectosdébiles es una parte íntegra del proceso de crecimiento. Lascircunstancias de presión en la vida se convierten en los mediosque Dios usa para ejercitarnos con dolor del bueno y desarrollarla fuerza. Dios es tenaz con respecto a nuestro desarrollo. Élestá más comprometido a hacerlo que nosotros. Y a menudo esmás paciente que nosotros con el tiempo que requiera.

Cometemos un error cuando no damos el debido respeto alfactor del tiempo en el proceso y desarrollo del cristiano. Algunosparecen pensar que lo único que necesitamos para que Dios nosuse es tener un corazón dispuesto a servirle. Eso es cierto, perono dice lo suficiente acerca del proceso.

Después de terminar el seminario, tenía planes de hacer unaño de internado en alguna iglesia. Recuerdo explicarlo a otroestudiante que desechó la idea como tiempo desperdiciado.Dijo: "Yo sólo quiero salir y hacer el trabajo del ministerio.Estoy preparado. No necesito un internado." Sentí tristeza porél. Quizás estuviera más "preparado" que yo, pero lo dudo. Loque cuenta para Dios como preparado se logra mediante el dolorque se siente al saber que nunca estaremos lo suficientementepreparados para Dios. Cuando Moisés creyó estar preparado,Dios dijo que no lo estaba. Después de cuarenta años de cuidarovejas en el desierto, dijo que no estaba preparado. Fue en esemomento que Dios dijo: "Ahora estás preparado."

Cuando pienso en mis primeros años y etapas de ministerio,me dan vergüenza algunas de las cosas que dije e hice "para

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174 El padre que nunca conocí

Dios". Aunque era sincero y Dios me usó a pesar de mí mismo,sé que mi falta de crecimiento limitaba lo que Dios podía hacerpor medio de mí.

Crecer es doloroso. Crecer en responsabilidad puede llegara ser un proceso doloroso. Puede ser difícil alcanzar las grandesexpectativas del Padre aunque uno lo procura motivado por uncorazón lleno de amor. Estirar y ejercitar los músculosespirituales es doloroso ... pero es dolor del bueno.

Me gusta la manera en que Oswald Chambers lo dice: "¿Porqué se toma Dios tanto tiempo? Por lo que pretende Él ...'llevar muchos hijos a la gloria'. Requiere mucho tiempo hacerun hijo."2

EL PROCESO DEN

DESTETAR AL NINO(Parte 1)

Para el niño destetado su madre es su solazaunque ella le haya negado solaz.

Charles H. Spurgeon,The Treasury ofDavid

(El tesoro de David)

En verdad que me he comportado y he acalladomi alma como un niño destetado de su madre.

El rey David(Salmo 131:2)

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Que le quiten el pecho a un bebé debe parecerle unaocasión extraña y hasta cruel. De repente la madre le

niega 1 solaz de mamar y el sustento de su leche, a la que seha acostumbrado. El bebé llora sin entender por qué ha pasadoeso. Sin embargo, sobrevive y se acerca a su madre de manerasmás maduras. Ese proceso en la vida física tiene un paralelosimilar en el crecimiento espiritual del creyente.

Ese cambio de alimentación pudiera ser un proceso difícilpara los creyentes porque a muchos nos cuesta entender losconceptos de renunciamiento y la función paternal de Dioscuando les niega a sus hijos.

El cristianismo ha sentido fascinación con un evangelio alestilo de las grandes agencias publicitarias que ofrecen poder,realización y prosperidad. Parece emocionante y nadie seopondría a ese seductor trío de promesas. Por lo menos no alprincipio, Pero hay algo perturbador en todo eso. Parecedemasiado fácil. No se oyen palabras como las de Jesús de"negarse" a sí mismo ni de "dura es esta palabra" que hicieron quemuchos de los discípulos dejaran de seguir a Jesús enJuan 6. Estaforma de expresarse no se considera buena publicidad hoy. Lo quedicen es que debemos ser "positivos" y pensar en las"posibilidades". Jesús no habría tenido éxito como publicista.

En ese proceso de crianza por parte de Dios, nosotrostenemos una responsabilidad y Dios también. De partenuestra, no hay discipulado ni seguir a Cristo hasta la madurezsin negarse a sí mismo. Esto pone una gran responsabilidadsobre cada uno de nosotros; una responsabilidad que a menudono podemos cumplir. La negación de sí no es fácil para los quevivimos en el mundo de hoy acostumbrados a la complacenciainconsciente de nosotros mismos, en un mundo en el que raravez nos vemos obligados a dejar las satisfacciones para mástarde. A veces no sabemos qué negarnos. Con más frecuenciano sabemos cómo. Así que Dios nos niega ciertas cosas paracontribuir al proceso de nuestro crecimiento cuando vacilamos

El proceso de destetar al niño (Parte 1) 177

en hacerlo nosotros. Eso pudiera no ser nada popular en untiempo en que se predica el "poder" y la "prosperidad". Pero creoque ese proceso es un aspecto esencial de nuestro crecimiento.Los objetivos de Dios en esto son: (a) profundizar nuestrarelación con Él, (b) purificar nuestra confianza y (e) enseñarnoscontentamiento.

SEPARACIÓN DEL REGAZO MATERNOSer destetado significa aprender a dejar de sentir afecto por

un objeto deseado. No es necesariamente agradable, pero esnecesario, porque sin hacerlo un niño nunca llegará a la madu­rez. Nuestro Padre celestial quiere que sus hijos maduren y nose queden niños de pecho.

Artur Weiser, en su comentario de los Salmos, explica queel cristiano ...

no [es] como una criatura que pide a gritos el pecho de sumadre, sino como un niño destetado que sosegadamentedescansa a su lado feliz de estar con ella ... y así como elniño gradualmente rompe el hábito de ver a su madre sólocomo un medio para satisfacer sus deseos y aprende aamarla por lo que es ella, de igual manera el adoradordespués de una lucha ha alcanzado una actitud mentalpara desear a Dios por lo que Él es y no como un medio derealizarsus propios deseos. El centro de gravedadde suvidaha cambiado. Su descanso no es en sí mismo sino en Díos.!

David dio una connotación espiritual al significado de serdestetado en el Salmo 131:2. "Como un niño destetado de sumadre ... está mi alma." Eso describe la relación sosegada delcreyente con Dios. Como escribiera Eugene Peterson: "La fecristiana no es una dependencia neurótica sino una confianzacomo la de un niño. No tenemos un Dios que consienta parasiempre nuestros antojos sino un Dios a quien confiamos nues­tros destinos."2 Otros escritores también han notado ese proce­so de quitar el pecho, de crecer de una fe infantil a una relaciónmás madura con Dios. Charles Spurgeon escribió:

Para el niño destetado su madre es su solaz aunqueella le haya negado solaz. Es una bendita señal de

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178 El padre que nunca conocí

crecimiento, de haber salido de la infancia espiritual,cuando podemos renunciar a los deleites que una vezparecían esenciales, y podemos encontrar nuestrosolaz en Él que nos los niega: entonces nos portamoscomo adultos y toda queja infantil se acalla.3

En mis primeros años como creyente, Dios obraba de maneraúnica enmi vida. Entonces llegué a un punto que me pareció másduro. No era que el gozo se hubiera ido, ni que mi deseo se hubieraevaporado. Pero parecía que Dios no respondía a mis oracionesdela misma manera ni me concedía la misma sensación de júbilo.No sabía lo que andaba mal. Desde entonces he descubierto queese fenómeno no es inusitado. Comencé a comprender que un díaDios nos llama a madurar un poco más: el día en que nos quita elpecho. Eugene Peterson reconoció esta transición en la vida delcreyente:

Las primeras etapas de la fe cristiana están frecuen­temente marcadas con señales milagrosas y entusiasmoespiritual. Pero con la continuación del discipulado, elsolaz sentimental va desapareciendo gradualmente.Porque Dios no quiere que dependamos neuróticamentede Él, sino que gustosamente confiemos en Él. Por esonos quita el pecho.f

Oswald Chambers escribe de un tiempo por el que Dios noshace pasar cuando nos sentimos separados de su solaz. De estamanera nos ayuda a caminar por fe no por vista.

La desolación interna sirve para un propósito vital enel alma del cristiano. Es conveniente que se quite elplacer del contacto para que no se extravíe la idea delcarácter cristiano. En los primeros días de la experien­cia espiritual caminamos más por vista y sentimientosque por fe.5

DE LO QUE DIOSNECESITA DESTETARNOS

¿De qué cosas nos desteta Dios? Según la necesidad indivi­dual, Dios querrá destetamos de ciertas cosas con las que

El proceso de destetar al niño (Parte 1) 179

contamos en vez de depender de Él. En este y el siguientecapítulo veremos ocho aspectos en los que debemos ser des­tetados.

Nuestras aspiraciones personalesSabemos por la historia que el rey David fue un hombre de

grandes triunfos y ambiciones. Pero escribió el Salmo 131 comoel suspiro reposado de un hombre que conoce la paz que vienecon la entrega de sus aspiraciones.

Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojosse enaltecieron; ni anduve en grandezas, ni en cosasdemasiado sublimes para mí. En verdad que me hecomportado y he acallado mi alma como un niño deste­tado de su madre; como un niño destetado está mi alma(vv, 1-2).

Un niño destetado se contenta sólo de estar con su madre.Antes, el niño consideraba a su madre menos como persona ymás como una abastecedora de su necesidad que respondía atodas sus exigencias. La imagen de David nos da un sentidovivo de un hombre contento con Dios. Retirada está lanecesidad compulsiva y obsesiva de saciarse de la vida, del yo,de otras personas y de Dios.

Dios usa a personas en tiempos específicos para logrargrandes triunfos para el reino. En otros tiempos, los llama anadar pesadamente contra la corriente de su tiempo, avanzan­do muy poco al parecer si se miden en términos generales. Seríaasí para Baruc, el escriba de Jeremías. Debido a las circunstan­cias históricas y a sus planes inmediatos, Dios le dio estemensaje: "¿y tú buscas para ti grandezas? No las busques"(Jeremías 45:5). Ese versículo no se debe sacar de su contextopara aplicarlo a todos como advertencia contra teneraspiraciones personales, porque sin ellas nunca realizaríamosnada. Pero sí es un ejemplo de ocasiones en las que debemosrenunciar a nuestras ambiciones personales por amor a Dios.

Esta lección me resultó muy difícil de aprender, especial­mente en una época que cree que "cuanto más grande mejor" yen que el éxito es la medida del valor de los hombres. Es durocuando Dios comienza a purificar las ambiciones. Igual que

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muchos pastores, salí del seminario con grandes sueños. Queríahacer cosas grl:lndes para Dios. Pero Él tenía sus propios planes.Más de una vez me permitió que tropezara y cayera de narices.Las preguntas me embargaban: ¿Qué salió mal? ¿Quién tienela culpa? ¿Por qué lo permitió Dios? ¿Me habrá rechazado? ¿Mehará a un lado? ¿Qué puedo aprender de esto?

Hay veces que nuestros fracasos no son totalmente culpanuestra. Encontraríamos muchas excusas y explicacionesrazonables. Pero entonces Dios no está interesado en nada deeso y pudiera ser que nos esté destetando sencillamente. Laspalabras de A.W. Tozer producen convicción: "Dios permitirá asu siervo que tenga éxito cuando lo haya disciplinado demanera que ya.no necesite tener éxito para ser feliz. El hombreque se alboroza con el éxito y se deprime con el fracaso todavíaes un hombre carnal."6

Hay personas que están enviciadas con el trabajo; son empren­dedoras, enérgicas, progresistas por naturaleza. Son triunfadorasy productoras. Cuando se convierten a Cristo aplican la mismaenergía para lograr triunfos cristianos. Es una buena cualidad,pero tiene su lado peligroso. En nuestra agitación por triunfardebemos preguntarnos: ¿Está santificada esta ambición, o setrata de mi propia necesidad de triunfar y superarme? Haymuchas personas que trabajan duro "para el Señor", pero lamotivación subyacente es más su propia ambición y orgullo.

Vestir con a.dornos cristianos la necesidad humana de satis­facer el ego con triunfos es una tentación comprensible, perosutil. Sólo después de haber sido destetados de nuestrasaspiraciones personales podrá confiar Dios en nosotros para.que tengamos sus sueños.

Muchos misioneros famosos sirvieron años largos y difícilesantes que vieran el verdadero fruto de su ministerio. Nosiempre sabeJUos por qué Dios hace lo que hace, pero susejemplos fieles me recuerdan que Dios está más interesado ennuestro carácter que en resultados "fructuosos" para su reino.

A William Carey se le ha llamado "el padre de las misionesmodernas". pero tuvo un comienzo lento. Después de susprimeros siete años de obra misionera en Bengala, India, se fuea otro lugar en 1800 sin poder señalar un solo converso.

El proceso de destetar al niño (Parte 1) 181

Adoniram Judson, considerado el primer misionero nor­teamericano, desembarcó en Rtmgún, Birmania, en 1813.Después de seis difíciles y malogrados años, finalmente ganósu primer convertido. Robert Morrison, el primer misioneroprotestante en la China, tomó siete años para ganar su primerconvertido. Hudson Taylor, fundador de la Misión Interior deChina, llegó a Shanghai, China. en 1854. El finalizar susprimeros seis años, después de muchos reveses, privaciones ypoco éxito que mostrar como resultado, regresó enfermo aInglaterra con muchas de sus esperanzas y expectativasdestruidas. No obstante, volvió con una visión renovada y seconvirtió en un misionero y creyente extraordinario. Esos sonsólo algunos de muchos ejemplos.

En su penosamente sincera autobiografía The Price ofSuc­cess (El precio del éxito), J. B. Phillips relata en detalle lamanera que Dios trató con él. Empujado por su necesidad detriunfar, Phillips predicó y escribió comentarios, libros y hastauna traducción de la Biblia. Pero más tarde en la vida, todo sedetuvo cuando se secó su fuente creativa, vino la depresión, yun penetrante sentido de la pérdida de Dios empañó sus pen­samientos. La primera página de su libro lo resume todo:

Yo no estaba ni remotamente consciente de los peli­gros del éxito. El sutil desgaste de carácter, el incons-

. ciente trueque de valores y el crecimiento secreto ymonstruoso de un inmensamente inflado concepto de mímismo se filtró despacio en rní. Vagamente me dabacuenta de eso- y, como una pavorosa parodia de SanAgustín, oraba: "Señor, hazme humilde, pero todavíano."

Todavía puedo saborear el dulce y magnífico sabor detodo aquello: la acogedora admiración, el sentido depoder, de irresistible capacidad, de energía arrolladorae inagotable entusiasmo. Todavía no lo lamento; encierto sentido era inevitable, porque todavía estaba muyjoven para mi edad. Pero es muy claro para mí ahorapor qué mi reino de poder y gloria de un solo hombretenía que parar.?

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182 El padre que nunca conocí

Dios nos puede dejar fracasar, negar el éxito, y hasta frustrarnuestros planes "espirituales" en su interés paternal porpurificar nuestros motivos y aspiraciones.

Nuestras bendiciones circunstancialesHe imaginado la mirada fija, perpleja y vacía de Juan el

Bautista mientras volvía a reclinarse en el desmadejado pisode su celda en la prisión. Sus discípulos acababan de trasmitirlela respuesta de Jesús a su pregunta: "¿Eres tú el Mesías?" Enesos primeros momentos, las palabras de Jesús quizás leparecieran como que síy no.

Juan conocía las imágenes de Isaías acerca del ministeriodel Mesías. Y Jesús sabía que Juan las sabía. Eran imágenesde ciegos recobrando la vista, de cojos caminando, de sordosoyendo, y de particular interés para Juan: de prisionerosrecibiendo su libertad. Es probable que la pregunta de Juandisfrazara otra más urgente que pudo haber sido: "Si tú eres elMesías, ¿por qué sigo yo en esta cárcel?"

La respuesta de Jesús a Juan es digna de atención por lo quedeja sin decir. Jesús menciona varias de las promesas de Isaíasque Él había cumplido (Mateo 11 :4-6), pero omiteespecíficamente la referencia a la libertad de los cautivos. Sólocon esa respuesta, Juan supo que Sí, este es el Mesías, pero no,no seré librado de esta prisión como esperaba. No sorprende queJuan se inquietara respecto a Jesús y luchara con la duda. Pocodespués, lo decapitaron. A pesar del breve momento de duda,Jesús declaró: "Entre los nacidos de mujeres, no hay mayorprofeta que Juan el Bautista" (Lucas 7:28).

Cuando Dios nos desteta de las bendiciones circunstan­ciales, nos lleva a un lugar solitario donde tenemos que decidirdónde está de veras nuestra paz y seguridad. Cuando viene unvuelco inesperado de circunstancias que despedaza nuestrasesperanzas, nos llegamos a percatar de que muchas veces hayun gran trecho entre confiar en quién es Dios y confiar en loque hace por nosotros. Quizás no haga lo que queremos, perotodavía es y seguirá siendo el Mesías.

Hay ocasiones en la vida cuando no se cumple lo queesperamos de Dios, cuando nos eluden las bendiciones quepensamos necesitar más. Estamos tan emocionados con las

El proceso de destetar al niño (Parte 1) 183

bendiciones circunstanciales de Dios que nos irritamos unpoquito cuando las cosas no vienen fácilmente. Cuando Diosnos corta nuestra dependencia de las bendiciones circunstan­ciales, está purificando los motivos que tenemos para seguirlo.Tenemos que hacernos la pregunta: ¿Estoy siguiéndolo por loque hace por mí o por quién es Él? Me gusta la forma en que lodice Larry Crabb: "El disfrute de las bendiciones de Dios seconfunde a veces con disfrutar de su persona."8 Hay ocasionesen que para nuestro bien, necesitamos ser destetados denuestra dependencia de las bendiciones circunstanciales. Estaseparación ayuda a que fijemos nuestras esperanzas y expec­tativas únicamente en Dios.

Nuestro cerco de protecciónEn uno de los pasajes más desconcertantes de las Escrituras,

Dios le pregunta a Satanás: "¿No has considerado a mi siervoJob?" Si no supiéramos que no es así, sospecharíamos queSatanás estaba provocando a Dios para tenderle una trampa aJob cuando astutamente lo retó diciendo: "¿No le has cercadoalrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? ... Pero extiendeahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfemacontra ti en tu misma presencia" (Job 1:10-11). Dios aceptó elreto sin consultar con Job.

Cuando se hayan expresado todas nuestras explicacionespor el sufrimiento, cuando nuestros buenos razonamientosparezcan un tanto temerarios y cuando nos sintamos como sihemos sido despojados y desnudados, las palabras de Job sonun buen estribillo: "¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lorecibiremos?" (2:10).

La motivación de Dios es destetarnos para atraernos a Élúnicamente. Job profiere el lamento de un hombre que noentiende el proceso en que está, pero que sabe que tiene queaferrarse bien a la confianza elemental en Dios no importa loque pase.

Pareciera a veces que Dios haya quitado nuestro cerco deprotección y que nos haya llevado a un yermo desnudo y vacíodonde parecemos ser cebo fácil, la presa de los enemigos deDios.

J. 1. Packer escribió en Hacia el conocimiento de Dios:

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Tarde o temprano la realidad será que es Dios quienestá ejercitando a su hijo - a ese hijo consagrado­por la senda de la santidad adulta ... Dios emplea elmétodo de exponerlos a fuertes ataques del mundo, lacarne, y el diablo, a fin de que su poder de resistenciaaumente y su carácter como hombres de Dios se hagamás firme.9

¡Ponerme en peligro de los fuertes ataques! ¿Qué pasó conlas "aguas de reposo" en las que se supone me pastorearía? ¿Quépasó con ser llevado en su seno y al abrigo de su mano? Megustan esas imágenes pacíficas de la vida cristiana. Andar por

bd " "1 "" 1"el valle de som ra e muerte y pasar por as aguas y por efuego" no son exactamente como dar un paseo por el parque(Salmo 23:4; lsaias 43:2).

Esta vida cristiana no viene con varias posibilidades paraescoger el escenario y las imágenes. Dios nos purifica y tambiénnos usa para darle gloria. Si bien Dios es nuestro refugio, nonos ampara de las realidades de la vida y de la guerraespiritual. Si bien es nuestro escudo, no siempre nos protege deheridas punzantes. Dios no es como el padre sobreprotector queampara tanto a sus hijos que su crecimiento es atrofiado y malajustado. Ese aspecto del proceso de quitar el pecho nos haceenfrentar la realidad de fe en nuestro Padre en medio de lasrealidades bastante ásperas de la vida en un mundo torcido ycaído.

¿Será posible tener una vida que sea demasiado fácil? ¿Seráque perdemos algo valioso cuando la vida ha sido demasiadosuave?

Un profesor de música en Viena dijo algo sorprenden­te de una alumna: "Es una cantante magnífica; sinembargo, le falta algo. La vida ha sido muy bondadosacon ella. Pero si sucediera un día que alguien le rompie­ra el corazón, lsería la mejor cantante de Europa!"lO

En la industria musical se llama soul o blues. En la vidacristiana es "carácter".

Si no entendemos que Dios permite que nos ejerciten yfortalezcan mediante la exposición a mayores pruebas,

El proceso de destetar al niño (Parte 1) 185

pudiéramos resultar alarmados cuando la vida se vuelve dura.David respondió de la misma manera: "Decía yo en mi premura:Cortado soy de delante de tus ojos" (Salmo 31:22). En vez depremura, necesitamos recordar las palabras de Pedro:"Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os hasobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese" (1Pedro 4: 12).

En medio del dolor, Job "reconoció el valor del proceso: "Meprobará, y saldré como oro" (Job 23:10). No puedo pensar enuna expresión más heroica y motivadora que la de Job: "Aunqueél (Dios) me matare, en él esperaré" (13:15).

Nuestras señales de confirmaciónTres veces complació Dios la necesidad de Gedeón de una

señalpara reforzar su fe: una vez con la ofrenda quemada y doscon los vellones (Jueces 6). Pero cuando iba camino a la batalla,Dios cambió de táctica. Gedeón fue destetado cuando Diosredujo dos veces su ejército. Se disecó rápidamente cualquierfe que hubiera cobrado antes de la campaña para asegurar quesu corazón dependía de Dios únicamente, no del tamaño inicialde su ejército. La confianza de Gedeón tenía que originarse enDios, cuando se redujo su impresionante ejército de treinta ydos mil se redujo y marchó hacia el campamento enemigo consólo trescientos hombres.

Algunas veces necesitamos señales que aumenten nuestrafe y otras veces dependemos de las señales para que confirmenla dirección de Dios. Sin duda, muchas veces Dios nos dagrandes momentos de confirmación. Pero vendrá una estacióncuando Dios quite todo lo que se parezca demasiado a una señal,especialmente cuando esa fe sea inferior y no esté anclada sóloen Él. Dios quiere estar seguro de que el objeto de nuestra fe esÉl y no la señal. Quiere que nuestra fe sea genuina, no mágica.

Pablo fue a Macedonia porque Dios le dio una señal en unavisión (Hechos 16:10). Pero poco después de haber llega'do,fueron "azotados mucho" y los echaron en la cárcel (16:23). Creoque si yo hubiera sido Silas le habría preguntado a Pablo:"¿Estás seguro de que el tipo de la visión dijo Macedonia?Quizás oíste mal. ¿Por qué habría de mandamos Dios aquí paraque nos azoten y encarcelen?" Hay veces en que Dios nos lleva

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186 El padre que nunca conocí

en una dirección y cuando llegamos las señales de confirmaciónse han ido. Si siempre andamos buscando señales para confír­mar la dirección y la presencia de Dios seremos inestables ennuestra fe.

¿Qué si los misioneros que mencionamos hubieran buscadoindicaciones de la dirección de Dios en la manera en que lagente recibía el evangelio? Se habrían ido a otro campodemasiado pronto.

Unos misioneros amigos tienen un buen dicho: "No dudes enla oscuridad la dirección que Dios te dio en la luz." Dios pudierallamarlo a hacer algo y hasta confirmarlo con una señal. Ustedobedece y de inmediato se quita su señal de confirmación oqueda sujeta a explicaciones. Si su fe ha dependido demasiadode la señal, quizá pase por un tiempo de destete diseñado paraque reajuste su fe.

Como continuaremos explorando en el siguiente capítulo, esmenester que aprendamos a depender sólo de Dios, como lo hizoJob, confiando en que Él controla todo lo que pase y que estoobra en nuestro mejor beneficio, veamos o no pruebas tangiblesde eso.

EL PROCESO DE,DESTETAR AL NIÑO

(Parte 2)

Amados, ahora somos hijos de Dios- 'y aun no se ha manifestado lo que hemosde ser; pero sabemos que cuando él semanifieste, seremos semejantes a él,

porque le veremos tal como él es.El apóstol Juan

(1 Juan 3:2)

Como un niño destetado está mi alma.El rey David

(Salmo 131:2)

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Siempre me gustó "Viaje a las estrellas", tanto los progra­mas de televisión como las películasdel cine. Hay algo

heroico en ir "adonde nadie ha ido antes". Viaje a las estrellas11: La ira de Khan comienza con otra persona que elCapitánKirk al timón de la astronave Enterprise. La joven sustituta seencuentra con un enemigo formidable que ha hecho la naveprácticamente inoperante. Como capitana recibe un ultimátumdel enemigo, que contiene la muerte aparentemente inminente.Desesperada ahora, se queda sin manera de resolver el conflic­to. Precisamente en ese momento se abren las puertas delascensor y entra el Capitán Kirk, quien señala que el ejercicioha terminado. Toda la escena ha sido un ejercicio de adiestra­miento para la cadete al timón. La cadete, pensando que hafracasado, está perturbada y quiere saber la solución del ejer­cicio. Pero el Capitán Kirk explica que el ejercicio no fuediseñado para "ganar o perder". Dice Kirk: "No tiene resolución.Es una prueba de carácter." La cadete había pasado.

Algunas pruebas son como ésa. Son situaciones de no ganarni perder con resoluciones bien definidas. Son pruebas decarácter. En nuestra era de televisión, las comedias desituaciones de media hora y dramas de una hora nos dan laimpresión de que los problemas se pueden solucionar en unahora. Pero en el mundo real, Dios no tiene tanta prisa. Enrealidad, Él se toma su tiempo. Aunque yo me inclino a estarmás preocupado para que Dios de alguna manera arregle yresuelva los ejercicios de adiestramiento de mi vida, Él estámás interesado en lo que puede producir a través de la pruebade mi carácter.

Por mucho tiempo he creído que Pablo emitió una profundaadvertencia en 1 Corintios 13:12 cuando escribió: "Ahora vemospor espejo, oscuramente ... Ahora conozco en parte." Tenemosuna gran riqueza de revelación en las Escrituras por la quedebemos estar agradecidos. Pero no vemos todo con claridad.Conocemos sólo parte de Dios, y no podemos aparentar conocer

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todos sus caminos y razones. Eso no tiene fin producir incer­tidumbre, sino confianza y humildad.

El proceso de quitar el pecho a un niño me recuerda que Diosanda en busca de algo. Él sabe qué es y cómo lo va a producir.Pero el niño no siempre lo ve desde el lugar que ocupa. Por esolas Escrituras dicen "Por fe andamos, no por vista" (2 Corintios5:7). Debemos recordar que el propósito de Dios en quitarnos elpecho es: (1) una relación más profunda con Él, (2) una confian­za más pura, (3) un contentamiento santo, y podemos sumarotro (4) su gloria.

Continuamos con nuestro análisis de las cosas de las queDios tiene que destetarnos.

Nuestro sentido inmediato de la presencia de DiosLos creyentes deseamos un sentido intensificado de la

presencia de Dios. Nos inclinamos a interpretar mal y a temerel sentido de su ausencia. Unos versos de Thom~s Merton un,monje trapense, me recuerdan la situación de Job:

Hay dos ausencias de Dios.Una es la que nos condena,la otra la que nos santifica. 1

Job estaba exactamente en el centro de la voluntad de Dios ,pero no parecía ni se sentía así desde donde él estaba sentado.No sentía la presencia de Dios. "He aquí yo iré al oriente, y nolo hallaré; y al occidente, y no lo percibiré; si muestra su poderal norte, yo no lo veré; al sur se esconderá, y no lo veré" (Job23:8-9).

Job enfrentaba la prueba suprema de carácter. Y la enfren­taba sin gran sentido de la presencia de Dios. Uno pensaría quecomo Dios había ordenado el apuro de Job que Él haría loextraordinario para hacer que Job sintiera su fuerza de apoyoy el sostenimiento de sus brazos. Pero Dios no envió ningúnángel ni visiones especiales. No obstante, Job no estaba solo.Las palabras de Thomas Merton son muy acertadas: "Dios, queestá en todas partes, nunca nos deja. No obstante, parece aveces estar presente, a veces ausente. Si no lo conocemos bien,no nos damos cuenta de que pudiera estar más presente paranosotros cuando está ausente que cuando está presente."2

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Oswald Chambers, comentando acerca de Job, escribió: "Unhombre que enfrenta las cosas como son siente que ha perdidoa Dios, cuando en realidad está cara a cara con Él."3

Todos tenemos dificultad en entender esos tiempos en la vidacuando Dios parece estar dolorosamente ausente. Un hombrede una iglesia me dijo que no le gustaban los salmos porque amenudo los escritores claman a Dios con un sentido de desam­paro. Mientras hablaba, supe que la razón verdadera por la queno le gustaran los salmos era porque estaban demasiado cercade la realidad. Él quería que los "gigantes" espirituales de lasEscrituras testificaran siempre de Dios presente en su mag­nificencia y profundamente inspirador. Lo hermoso de los sal­mos es que sí testifican de una experiencia espiritual real. QueDios permitiera que las oraciones de los hombres desesperadosfueran canonizadas muestra que incluso los salmos de desam­paro fueron recibidos por Dios como oraciones santificadas dehombres que lo buscaban a Él. El historiador cristiano MartinMarty dice de los salmos: "La sensación de desamparo seexpresa con tanta frecuencia en este libro de oración que todoslos que creen en Dios tienen que estar dispuestos a experimen­tarlo."4

Los evangélicos nos exhortamos unos a otros diciendo quelos "sentimientos" no debieran ser una regla para medir laoperación de la verdad teológica en nuestra vida. Sin embargo,cuando hablamos de la presencia de Dios, descubrimos un pocode inconsecuencia porque queremos una presencia subjetiva;queremos que nuestro corazón sea "estimulado extrañamente".Esto es bueno y es malo. Es bueno buscar a Dios y la dinámicade su presencia. Sin embargo, es absurdo entrar en pánicocuando no sentimos la proximidad de la presencia de Dios.

Se habla demasiado hoy de querer "experimentar a Dios".Usar ese lenguaje acerca de Dios descubre una incomprensiónfundamental tanto de Dios como del cristianismo que quizásrefleje mucho de nuestro tiempo. Estudios recientes porsociólogos han revelado que los norteamericanos de hoy estánen una persecución inexorable de la realización de sus deseosy ambiciones, del individualismo, y de los "sentimientos per­sonales intensos".5

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Los creyentes con frecuencia llevan sus motivaciones incon­scientes en su búsqueda sincera de Dios. Cuando esperamos yhasta exigimos que Dios sea una experiencia personal intensaes.tamos destinados a quedar insatisfechos. Sencillamente:DIOS no es una experiencia, es una Persona. Dios no es unsentimiento que hay que buscar sino un Padre a quien se debeobedecer y amar. El Espíritu Santo no es una experiencia ni unsentimiento inspirador. Él también es una Persona.

Si no tenemos cuidado, nos convertiremos en "cristianossensuales". R. C. Sproullo dijo sucintamente:

El cristiano sensual no puede ser movido a servir a. ,orar m a estudiar a menos que "tenga ganas de hacerlo".Su vida cristiana es tan eficaz como la intensidad de sussentimientos actuales. Cuando experimenta la euforiaespiritual, está en un torbellino de actividad santa',cuando está deprimido, es un incompetente espiritual.Continuamente busca experiencias espirituales frescasy nuevas y las usa para determinar la palabra de Dios.Sus "sentimientos internos" se convierten en la pruebasuprema de la verdad.f

Los tiempos en que tenemos un sentido exaltado de lapresencia de Dios pudieran no ocurrir regularmente. OswaldChambers hizo comentarios penetrantes acerca de cómo ven loscristianos la presencia de Dios:

Si'intentamos volver a introducir los momentos rarosde la inspiración, es una señal de que no es a Dios quequeremos. Estamos haciendo un fetiche de los momen­tos en que Dios vino y habló, y estamos insistiendo enque tiene que hacerlo otra vez; cuando por el contrariolo que Dios quiere es que "andemos por fe".7

I

He realizado estudios, incluso observándome a mí mismo,acerca de cómo los creyentes experimentan la fortaleza de Dios.La realidad es que como pastor dedicado completamente alministerio, yo no siempre siento la presencia inmediata de Diosen la forma que yo llamaría de fortaleza consciente. (La historiade la iglesia y algunos de los autores mencionados me han dado

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confianza de que no estoy solo en eso.) La presencia de Dios nosiempre produce fortaleza como una explosión de .confianza,arrojo y competencia. Me he dado cuenta de qu~ DIOS me usaaun cuando tengo un gran sentido de su ausencia. Y creo que

ese es su plan. "Pablo dijo: "Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte (2

Corintios 12:10). Recordemos la importancia de la palabracuando. Pablo no dijo: "Después que soy débil, entonces soyfuerte." No dijo: "Primero fui débil, ahora soy fuerte." Ni tam­poco dijo: "Yo soy débil, pero Dios es fuert~." .~ara .~ablo ladebilidad y la fuerza eran simultáneas. Él sintió debilidad ensí mismo, pero también sintió que Dios podía mos~rars~fuertea través de esa debilidad. Es uno de los grandes místerícs de lavida cristiana: Cuando somos débiles en nosotros mistnos,entonces Dios puede ser fuerte en y a través de nosotros. ¡Perotodavía pudiera sentirse como debilidad! .

En varias ocasiones he subido al púlpito con un gran sentidode insuficiencia y he predicado sintiendo la falta de la presenciade Dios. En esos días recuerdo específicamente preguntarmecómo Dios podría usarme y usar el sermón que estab~predica~­do. Hacía todo lo que podía, pero por dentro casi no podíaesperar que terminara mi sermón para sentarme. Entonces mesentaba con una pesadez, confesaba mi vacío espiritualpreguntándome si habría otra cosa que podía hacer paraganarme la vida, porque no estaba seguro de poder re~esar,Yvolver a hacerlo la semana siguiente. y recuerdo recibir mascumplidos sinceros y más interacción personal después de e~ossermones que de otros que había predicado con un gran sentI~~de la presencia de Dios. Las primeras dos veces que sucedió,recuerdo mi sorpresa por la manera en que respondió la gente.Dios me enseñó grandes lecciones acerca de mi sentido cons­ciente de su presencia y su verdadera fuerza en eso~ incidente~.

La ironía es que cuando predicaba lo que consideraba mISmejores sermones, a menudo recibía poca respuesta yafirmación de la congregación. Dios me mostró la realidad deque "cuando soy débil, entonces soy fuerte". Quizá no sintamosla presencia o la fuerza de Dios, pero eso no quiere decir que noesté allí.

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Como dije ya, el tiempo viene cuando Dios nos desteta denuestro sentido inmediato de su presencia. Quizá no duremucho, pero será un tiempo impresionante en que ustedaprenderá a caminar verdaderamente por fe y no por vista.Será una sazón para aprender que caminar por fe a vecessignifica caminar en la ausencia de la vista, sonido y sentido deDios. Para continuar el pensamiento de Thomas Merton: "Enla ausencia que santifica, Dios vacía el alma de toda imagenque pudiera convertirse en un ídolo y de toda preocupación quepudiera erguirse entre usted y Él."

Nuestra preconcebida expectativade cómo obrará Dios

Como una máquina de billar romano que enciende la señalde error cuando algo no funciona bien, los amigos de Job leseñalaban que él tenía un desajuste espiritual. Habíanelaborado una teología personal, pero no se ajustaba a larealidad.

En sus diálogos con ellos, la prueba de Job se aclaraba:¿Creía y confiaba en Dios todavía aunque Dios no estuvieraobrando de conformidad con las expectativas que Job tenía deÉl? Hay veces en que todos elaboramos nuestra propia teologíacasera de condiciones que Dios no va a aprobar.

El libro de Job nos enseña que en ocasiones la "gentereligiosa", incluso buena gente, puede burlarse inadvertida­mente de los propósitos de Dios cuando la realidad cruda de lavida no calza dentro de sus convenientes y ordenadascategorías teológicas. Los amigos de Job expusieron conresonancia espiritual sus explicaciones de los caminos de Dioscomo si sus credos teológicos fueran infalibles. Ellos nosmuestran que hay personas bien intencionadas que pudieranestar operando con una teología incorrecta cuando aplican a lassituaciones de la vida lo que ellos entienden de Dios. A veceslos teólogos de café hacen pronunciamientos de juicio querepresentan mal a Dios. Oswald Chambers escribió: "Lamayoría se vuelve quisquillosa contra Dios cuando Él no respal­da su credo."9 Si no tenemos cuidado en nuestros intentos deexplicar a Dios, podemos acabar sacándolo fuera del cuadro connuestra teología.

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Una razón mayor por la que Dios no daba "respuestas" a Jobes porque el punto de controversia era la confianza. Es como siDios le dijera: "¿Job, crees y confías en mí o sólo crees "credos"acerca de mí? ¿Puedes confiar en mí aun cuando tu teología nopuede explicar lo que está pasando?" Como dijera Chambers:"Aunque había perdido su fe en su afirmación de Dios, estabacamino a encontrarse con el mismo Dios."lO

Tener un fundamento básico en teología es esencial para elcrecimiento. Pero tenemos que aprender a reconocer las expec­tativas preconcebidas que hemos formado de la manera comoopera Dios. Tenemos que identificar las que no seanteológicamente sanas. Para facultarnos a hacer eso, Dios quizátenga que destetarnos para que no descansemos en "nuestra"teología acerca de Él.

Cuando me uní al personal de una iglesia, recibí unadescripción básica de mi trabajo. También tenía mis ideasacerca de lo que Dios quería que yo hiciera allí. Cuando las cosasno resultaron exactamente como las había planeado, fue fácil,al principio, sacar conclusiones de que quizás no era la iglesiapara mí, y que me había equivocado con ella. Pero era claro queDios tenía otras expectativas para mí. Yo estaba en el lugarcorrecto, pero su propósito al ponerme allí y mi razón de estarallí no sincronizaban. No lograba "descifrar a Dios".

Estas situaciones son parte del proceso de destetar durantelas que no podemos fingir tener "respuestas". Simplemente

, sabemos que Dios las tiene y basta.Esas son las mismas ocasiones en las que querríamos un

milagro, pero Dios en su sabiduría nos niega el que esperamos.Así nos desteta de lo espectacular y lo milagroso, porque lamayoría de nosotros esperamos que Dios intervenga de esamanera. A veces esa expectación nos lleva al desaliento.Además, limitamos nuestra perspectiva de Dios cuandorecetamos ciertas maneras de su obrar.

Después de la gran victoria sobre los profetas de Baal y larespuesta de lluvia a su oración, Elías huyó de la perversa reinaJezabel que había amenazado su vida. Quizás en el fondo de sudesánimo estaba la realización de que su guerra no habíaterminado. Lo espectacular y milagroso no había asegurado la

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victoria. Jezabel todavía estaba en pie de guerra y Elías estabadesalentado.

Elías descubriría que Dios no siempre se presenta contruenos y relámpagos. Mientras esperaba en la cueva, Dios lemostró que no estaba en el viento que sacudía las montañas, nien el terremoto, ni en el fuego. Esta vez Dios se reveló a Elíasen "un silbo apacible y delicado" (1 Reyes 19:12).

Camino a casa de una amiga para comer pizza, mientrasescuchaba en su auto un casete de Sandi Patti, Bonnie Hays nonecesitaba que nada más le saliera mal ese día. Sus pensamien­tos estaban con su hijo de veintisiete años que estaba muriendode cáncer del colon. Nueve años antes su esposo había muertoy ahora era su hijo, un pastor de jóvenes con esposa y un hijo.Ella creía realmente que "Dios no comete errores". Pero estabaluchando con la realidad de que la vida no es fácil para loscristianos. Se sentía sola en medio de su dolor. ¿Quién podíasaber lo que significa ser una madre viendo a su hijo morir decáncer? Entonces se reventó uno de los neumáticos de suautomóvil.

"jEsto es lo que me faltaba!", dijo ella visiblemente disgus­tada. Salió de su auto y se encaminó a una casa cercana. Lagente fue muy amable y le permitió que usara el teléfono parapedir ayuda. Había invitados sentados a la mesa. En el cursode la conversación, se supo que esas personas eran cristianastambién. La señora de la casa le dijo: "Pasamos por un momentodifícil. Mi hijo está muriendo en un hospital."

Dos personas que se habían conocido accidentalmente por­que se le había desinflado un neumático a una de ellas des­cubrieron que eran hermanas en Cristo que compartían elmismo dolor ... el ver morir a su hijo. Bonnie tuvo una opor­tunidad para que Dios la usara en medio de su propio dolor.Ella quería que estas personas supieran que, a pesar de lascircunstancias, Dios estaba en control.

Dios tiene una manera única de traer a nuestra vida acci­dentes y desvíos divinamente sincronizados. Tiene unaprovisión creativa de métodos para demostrar por qué Él esmayor que nuestros intentos de sistematizarlo, por qué no sele puede encasillar. El proceso de destete es para enseñarnos a

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estar contentos de permitirle que obre de cualquiermanera queÉl crea conveniente. Entonces seremos siervos que puedenpermanecer confiados y permitir que Él sea Dios.

Nuestra dependencia espiritual de los demásPor lo que leemos en el Nuevo Testamento, sabemos que en

la iglesia de Corinto había grupos de personalidades diciendo:"Yo soy de Pablo", "Yo sigo a Apolos", "Yo sigo a Cefas". Elproblema sigue vigente en el cristianismo de hoy. Losevangélicos nunca sucumbirían a orar a un santo, aunque estefuera protestante. Sin embargo, la veneración y segui~iento

cercano de algunas celebridades cristianas tienen las mismasmarcas de adoración a los santos que desaprobamos.

Necesitamos recibir y apoyar a los líderes que Dios ha puestoen medio de nosotros. Pero cada uno tiene que desarrollar su

Pr opio andar con el Señor. No nos convertimos en hombres y" t"mujeres espirituales con solo leer a los autores corree os o

escuchar a los predicadores "correctos" o asistir a las iglesias"correctas". La osmosis espiritual no sucede. No podemos vivirnuestra espiritualidad por medio de otro. Cuando llegamos. adepender demasiado de la espiritualidad de otro, en­contraremos que Dios nos destetará de esta dependencia paraque podamos madurar en la propia. .. .

Históricamente, los movimientos crtstianos pierden suvitalidad en la segunda y tercera generación de seguidores. Larazón de esto es que, aunque los seguidores retienen las ideasde los fundadores, generalmente les falta su fervor espiritual,su dedicación a Dios y su devoción ardiente. Es una advertenciapara nosotros.

Leer las devociones de otro hombre (especialmente de losclásicos) puede inspirarnos. Pero si no nos empuja a Dios paracaptar la misma profundidad de espiritualidad, entonces es queestamos sólo enamorados de las ideas de otro.

La inspiración de otro que no resulte en devoción y santidadpersonal no cumple la voluntad de Dios.

Nuestra dependencia del apoyo afectivo de los demásUna noche, no mucho después de su conversión, Pablo se

hallaba escondido en una canasta que bajaban por el muro de

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Damasco. Quizás este descenso en la oscuridad fuera unafigura que le recordara su caída de los altos rangos del sistemalegal judío desde su conversión. Había venido a la ciudad areanimar a los creyentes y en vez de eso salió huyendo por suvida. Cuando se refiere a ese incidente en 2 Corintios, lorecuerda como un tiempo de vergüenza y humillación. Pablo seencontró pasando por un tiempo durante el que fue despojadode su identidad de grupo como fariseo por un lado y visto consospecha por muchos en la comunidad cristiana por el otro. Eraun tiempo en el que su fuente principal de apoyo afectivo teníaque venir sólo de Dios, una posición extraña para alguienacostumbrado al respeto de una figura pública.

Muchas veces Dios tiene que remover nuestra necesidad deapoyo afectivo de nuestro público personal. Uso ese tiempo enla vida de Pablo y lo preparó interiormente para todo el conflictoque enfrentaría regularmente en su ministerio. Pablo tuvo queenfrentarse temprano en su vida cristiana con la comprensiónde que el único público que le daría aprobación era el Señor. Nopodía depender de otros para su ánimo.

Recuerdo la sonrisa de una anciana en una iglesia. Podíacontar siempre con su alentadora sonrisa en la congregación paraeste joven pastor. Yo sabía que estaba de mi lado yeso meanimaba. Cuando ella murió sentí que había tenido una granpérdida. Recuerdo varias veces acercarme temeroso al púlpitosintiéndome solo en esos primeros días. Parecía que Dios mequitaba los puntales de apoyo. Así que comencé a enfocar unacuadro en mi mente. Comencé a imaginar a Jesús detrás de mí conlas manos puestas en mis hombros mientras predicaba. Despuéssupe que había una estatua en Boston del pastor Phillips Brookscon Jesús de pie detrás de él, con sus manos sobre sus hombros.

Quizá porque me inclino a depender de la aprobación de otrosque me den confianza, Dios me mostró esa necesidad al principiode mi ministerio. Recuerdo cuando salimos a fundar una iglesiaen la Florida con un gran sentido de no tener a nadie en quienapoyarnos. Todos tenemos a ciertas personas en las que nosapoyamos, que nos hacen sentir que no estam~s solos. Para mí,era como si Dios quisiera que lo tuviera sólo a El para apoyarmey recibir aprobación.

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Los tiempos de destete son ocasiones para acercarnos más aCristo y depender sólo de Él y de nadie más. Eugene Petersonnos recuerda que el proceso pudiera ser doloroso: "No es fácilla transición de un bebé que mama a un niño destetado, de bebéllorón a hijo sosegado. Es tormentosa y bulliciosa."ll

Vivimos en un tiempo que admira las personas de caráctery desea tenerlo, pero rehúye el caldero de la adversidad que amenudo lo produce. Queremos una profundidad de intimidadcon Dios, pero la queremos sin la disciplina de las profundasoperaciones internas que la preceden. Queremos madurez y susbeneficios, pero sin el trauma de ser destetados de nuestrasfalsas fuentes de satisfacción.

Spurgeon describe el proceso necesario para tener un amorpermanente hacia nuestro Padr~:

No todos los hijos de Dios llegan al destete rápidamen­te. Algunos están mamando cuando debieran ser pa­dres: otros son duros de destetar, y lloran y pelean yechan rabietas contra la disciplina de su Padre celestial.Cuando pensamos estar a salvo del proceso de destete,descubrimos con tristeza que los viejos apetitos estánmás heridos que muertos, y comenzamos a llorar denuevo por los pechos a los que habíamos renunciado. Esfácil comenzar a cantar victoria antes de tiempo, y sinduda cientos han cantado este salmo mucho antes deentenderlo. Benditas las aflicciones que sojuzgan nues­tros afectos, que nos libran de nuestra autosuficiencia,que nos educan en nuestra hombría cristiana, que nosenseñan a amar a Dios no sólo cuando nos conforta, sinohasta cuando nos prueba. 12

EN PLENASOCIEDAD

Perdona estos gritos salvajes,errantes, de una confusa y malograda

juventud; perdónalos donde a la verdadfalten, y hazme sabio como tú.

Alfred Lord Tennyson,Strong Son of God, Immortal Lave

(Fuerte Hijo de Dios, Amor inmortal)

Cuando ya fui hombre,dejé lo que era de niño.

El apóstol Pablo(l Corintios 13:11)

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Sé que el día vendrá para cada uno de mis hijos cuandoenfrentará la vida como adulto. Por lo tanto, me preocupo

durante estos años formativos si los estoy preparando bien parala vida. Creo que Dios nos ve a cada uno de nosotros y se planteala misma pregunta.

Muchos niños crecen sin preparación para la vida adulta; lomismo es cierto con los hijos de Dios. Sin embargo, en el casonuestro, no es porque Dios no trate de prepararnos. No pocasveces la culpa es de nuestro espíritu que no colabora con Él.¿Estamos permitiendo que Dios nos prepare para la madurezcristiana? ¿Estamos permitiendo a Dios que nos prepare para el"mundo real"? Expondré cuatro marcas de la vida cristiana adultacon las que podemos determinar si estamos permitiendo quenuestro Padre celestial nos desarrolle para la madurez espiritual.

UN CAMBIO DE ENFOQUELos niños se inclinan a ser egocéntricos, pensando que el

mundo gira alrededor de ellos. Temprano en la vida cristiana,somos como bebés cuyo enfoque es en el "yo" y lo que Dios estáhaciendo para "mí". Pero tiene que llegar un día en que elenfoque cambie de "lo que Dios hace para mí" a un sentido deestar en una empresa junto con Dios.

Muchos cristianos nunca hacen ese cambio de enfoque. Porconsecuencia, no están preparados para el mundo en el que Diosquiere que ocupen su lugar. A eso se le puede llamar ser un siervo,o un discípulo, o madurez; o con mentalidad para el ministerio, olo que sea. No importa cómo se llame, está resumido como unaactitud en Filipenses 2:3-4: "Nada hagáis por contienda o porvanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a losdemás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por losuyo propio, sino cada cual también por lo de los otros."

¿Ha notado usted lo particularmente sensibles que son al­gunos niños con sus padres? Parecen estar sintonizados con lasnecesidades e intereses de sus padres. Mi hija es así. Aun a

En plena sociedad 201

temprana edad parecía presentir las necesidades y el humor demi esposa y yo. Ella nos decía algo en el momento preciso o nostocaba en su propia y sorprendente manera. De igual modo,algunos hijos de Dios están mejor sintonizados con su Padre.Como pastor, aprecio en especial a los que están en la iglesiaque tienen una mentalidad para el ministerio. Estas personashan aprendido a poner a otros primero.

Recuerdo la mañana navideña cuando nuestros hijos nosdemostraron que estaban captando este cambio de enfoque. Nosdespertaron a Judy y a mí, como de costumbre, y nos apresurarona que bajáramos. Desparramados alrededor del árbol de Navidadestaban todos los vistosos regalos esperando que los abrieran.Normalmente nuestros hijos casi no puedenesperarpara abrir "susregalos". ¡Pero esa mañana de Navidad ellos querían que miesposa y yo abriéramos primero los regalos que nos daban ellos!Esperaban con ilusión nuestra reacción alo que habían compradopara nosotros. ¡Yo estaba asombrado! Pero así es como nosotrosdebemos ser con Dios ... más interesados en honrarlo y dar a Élque en recibir de Él.

Un amigo que es el coordinador internacional de unprograma de misiones a corto plazo me dijo que había des­cubierto "las dos malas palabras" entre los creyentes jóvenesde hoy. A lo largo de los años ha tratado con cientos de personasentre las edades de diecisiete y veintisiete. Invariablemente,las dos palabras que los incomodan son sacrificio y compromiso.

Las dos palabras que resumen un andar significativo yverdadero con Dios son las mismas: sacrificio y compromiso. Noobstante, entre la comunidad cristiana de hoy estos conceptosse han vuelto poco o nada atractivos.

EN RIESGO: LA GLORIA DE DIOSHay más en riesgo en mi andar con Dios que mi simple

opinión de Él. En riesgo en mi andar espiritual está la gloriade Dios revelada en mí y por medio de mi vida.

Lo que yo piense y cómo piense de Dios de Él es importante,pero lo que Él haga conmigo no está gobernado por supreocupación por mis pensamientos acerca de Él. En otraspalabras, la voluntad de Dios para mí no está supeditada a la

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manera que Él sabe por su presciencia que yo le responderé.Para decirlo llanamente, como padre hay veces que no estoy taninteresado en lo que mis hijos piensen de mí, como en que meobedezcan.

Muchas veces en la vida cristiana Dios no explica los detal­les, no revela su razón, ni nos muestra los resultados divinos,pero su gloria está en juego. El cambio de enfoque para elcreyente viene cuando puede ser sumiso a Dios para un biensuperior: la gloria de Dios.

¿Qué queremos decir con la gloria de Dios? La gloria de Diosno es sólo cantar en grandes conciertos y hacer que a la gentese le ponga la carne de gallina. La gloria de Dios se al'canzacuando le obedezco en los momentos sosegados de mi corazónasí como cuando otros notan simplemente que estoy siguiendoal Señor Jesucristo. Ese drama de la redención se presenta nosólo ante los hombres alrededor de nosotros, sino también antelas huestes celestiales y los principados y potestades en lugarescelestiales. "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sinocontra principados, contra potestades, contra los gobernadores delas tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad enlas regiones celestiales" (Efesios 6:12). Tenemos que meternos enla cabeza que en lo que pasa en nuestra vida hay más en juego quelas simples opiniones y sentimientos que tenemos acerca de Dios.

Cuando Job estaba pasando por su prueba, había más enriesgo que el simple pensamiento de Job acerca de Dios en elproceso. La gloria de Dios estaba en juego de maneras en queJob no entendió hasta que hubo terminado (e incluso entoncesno lo entendió todo). De manera que es probable que no acertemosa entender, está en juego en nuestra vida la gloria de Dios ante lashuestes celestiales y generaciones de hombres por venir.

UNA RELACIÓN FUNCIONAL

Un aspecto clave en la madurez es cultivar un sentido de quetenemos una relación funcional con el Padre; el sentido de queparticipamos en una tarea mutua.

Estamos entrando en el negocio de la familia y Dios el Padrees su dueño y ejecutivo principal. Los discípulos alcanzaronesta etapa y Jesús les dijo: "Ya no os llamaré siervos, porque el

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siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos"(Juan 15:15).

Trabajar con Dios significa que ponemos a su disposiciónnuestra vida y nuestros dones para que Él los use a cuenta denosotros. El cristiano maduro está sintonizado con el corazón yla gloria de Dios. .

Anna Roosevelt y su padre, el presidente Franklin DelanoRoosevelt, gozaban de una intimidad especial. Aunque ellatenía su propia vida y profesión, su sensibilidad hacia él la llevóa renunciar a su propio trabajo y mudarse a la Casa Blancapara ayudarlo durante sus últimos dieciséis meses que ter­minaron en su muerte en abril de 1945. Con su padre restrin­gido a una silla de ruedas, Anna participó más en el fun­cionamiento de SU círculo íntimo, Ella tenía un efecto sobre supadre y el humor de la Casa Blanca que su madre, Eleanor (quemás bien carecía de un sentido del humor y estaba recargadade responsabilidad), nunca tuvo.

Anna lo hizo sirviendo. Eleanor escribió: "La presencia deAnna fue la más grande ayuda posible para mi esposo. . .. Ellase entrevistaba y hablaba con las personas que Franklin estabamuy ocupado para atender. . .. También se hizo cargo de super­visar su alimentación. .,. Llevaba a todos sus contactos unajovialidad 'Y vivacidad que hacía que todo el mundo se sintiera unpoquito más feliz porque ella estaba presente."!

El amor que le tenía a su padre se extendía a una relaciónalegre de trabajo. Ella nos muestra su actitud en estaspalabras:

Nunca tuve un cargo o título o salario oficial en mitrabajo para él. ... Yo estaba ahí todo el tiempo y erafácil para mi padre decirle a alguien: "Dile a Anna quehaga eso .. ."

No tenía importancia para mí si mi trabajo consistíaen ayudar a planear la campaña de 1944, servir el té alGeneral de Gaulle o surtir la cigarrera de papá. Lo únicoque importaba era aliviar a un hombre sumamentesobrecargado de algunos detalles de trabajo y tratar dehacer su vida lo más agradable posible cuando se pre­sentaban algunos momentos para relaj arse.2

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Anna amaba a su padre, y con ese amor, le servía y sesacrificaba por él.

Pareciera que por causa de los excesos de nuestro día hemoscreado la equivocada noción del "siervo privilegiado de Dios", quedebido a su gran compromiso y servicio cosecha más beneficiosmateriales y tiene el privilegio de recibir trato especial por parte-de Dios y del hombre. La historia cristiana, de misiones, y lasEscrituras describen un cuadro muy diferente. Los que estabanmás comprometidos para servir a Dios tenían mayor probabilidadque Dios los llamara para que hicieran los sacrificios más grandesen beneficios materiales, comodidades externas, y seguridad te­rrenal. Fueron privilegiados, pero de maneras más internas y .eternas.

El servicio de Pablo para Cristo significaba que él se privaríade sus privilegios para que otros fueran bendecidos:

Llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muertede Jesús, para que también la vida de Jesús se manifiesteen nuestros cuerpos. Porque nosotros que vivimos, siempreestamos entregados a muerte por causa de Jesús, para quetambién la vida de Jesús se manifieste en nuestra carnemortal. De manera que la muerte actúa en nosotros, yenvosotros la vida.

2 Corintios 4:10-12

y con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo megastaré del todo por amor de vuestras almas, aunqueamándoos más, sea amado menos.

2 Corintios 12:15

DIOS SE TOMA LIBERTADESCON NUESTRA VIDA

Conforme mis hijos crecen, yo espero más de ellos. Espero quesean más responsables, más dadores de sí mismos, más sensiblesa las necesidades y sentimientos de otros. Si no esperara esas cosas,no llegarían a ser adultos saludables. También sé que como padrede mis hijos les pido que hagan lo que no pediría a otros niñossimplemente porque no son mis hijos. Disfruto de cierta libertadcon mis hijos que no tengo con otros.

En plena sociedad 205

Otro paso clave hacia la madurez es nuestro consentimientoa las libertades que Dios se tome en nuestra vida. Estar com­prometido con Dios y con la Gran Comisión significa que Diosse pudiera tomar libertades con nuestra vida que no tomaríacon los menos comprometidos y los menos maduros. Conformecrece nuestro nivel de confianza en la bondad de Dios y en susabiduría, Dios sabe que nos puede usar con mayor libertad. '¡Qué privilegio tan grande!

Una vez más nos instruye Job. Su distinguido carácter nosignificaba que tuviera un letrero que leyera: No toque. Siervoprivilegiado de Dios. Todo lo contrario, le dio la libertad a Diosde permitir que su vida fuera probada para la gloria de Dios.La prueba de Job fue una guerra espiritual. El objetivo era lagloria de Dios.

A veces Dios quiere usar ciertas vidas con propósitos espe­cíficos. Usó la vida de los profetas en particular como leccionesobjetivas. Dios pidió a Jeremías que no se casara (Jeremías16:1-2). Ezequiel se casó, pero el Señor se llevó a su esposa y ledijo que él sería una señal (Ezequiel 24:15-27). Dios le pidió aOseas que se casara con una mujer adúltera (Oseas 1). La vidade esos siervos se convirtió en una lección objetiva, en señal queapuntaba hacia Dios. La lista podría seguir de personas quedieron a Dios la libertad de usar su vida como lo deseara.

• ¿Ha pensado alguna vez que lo que Dios hacía en su vidaen ciertos momentos era más para bien de otros que parausted? ¿Ha considerado que Dios quisiera usar su vidacomo lección objetiva de carne y sangre para otros? Mu­chas veces mientras observaba la vida de otra persona, sutestimonio me ministraba.

• ¿Ha hecho usted el crucial cambio de enfoque que permi­tirá a Dios usarlo a usted como su siervo?

• ¿Se ha dado cuenta usted de que hay más en juego en su.andar con Dios que su propios pensamientos?

• ¿Tiene usted una relación de trabajo con Dios en la quesiente que comparte una tarea mutua con Él?

• ¿Está dispuesto a permitirle a Dios la liber tad de usarsu vida como Él decida para traersegloriaa símismo yavanzarel reino?

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206 El padre que nunca conocí

Las Escrituras nos llaman a un nivel más profundo demadurez. Pablo habla de dej ar las cosas de niño y crecer (1Corintios 13:11). También desafía a la gente para que piensecomo adultos (1 Corintios 14:20). Hebreos nos exhorta a "dejarlos rudimentos de la doctrina. . . e ir adelante a laperfección" (6:1).

En el camino a la madurez nos damos cuenta de losbeneficios de una asociación plena con el Padre. Tener elsentido de colaborar con Dios y de ser una parte de su obra esrecompensa en sí. Hay un gozo en el sacrificio porque en elproceso Dios el Padre se revela al corazón de su hijo.

Conclusión

EN LAS HUELLASDE MI PADRE

Me gozo en tu éxito, padre; no hay nadamás precioso en el mundo para mí.

¿Qué medalla de honor más reluciente parasus hijos que la creciente gloria de un padre?¿O la de una hija para su orgulloso padre?

Sófocles,Antígona

En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estarésatisfecho cuando despierte a tu semejanza.

El rey David(Salmo 17:15)

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A través de los años las personas me han dicho lo muchoque me parezco a mi padre. Mis tres hermanos y yo nos

hemos turnado en parecernos a él en diferentes etapas. Cuandoveo las fotos viejas de mi padre me sorprendo de lo mucho queme parezco a él ahora.

Pero no es sólo lo mucho que nos parecemos. De niño recuer­do haber hojeado el viejo cuaderno de dibujos que hizo él cuandoera joven. Lo había guardado durante años, aunque se haperdido desde entonces. De él heredé el talento artístico, ylahora mis hijos hojean mi viejo cuaderno de dibujos que hicehace más de veinticinco años!

Cuando las personas me pregunta de quién he aprendidocarpintería y a traba]ar la madera, no tengo una buena respuesta.No recibí instrucciones en eso ni cursé estudios en ese campo.Ahora sé que lo aprendí en los años que pasé al lado de mi padre.Supongo que capté más de lo que él me enseñó. Lo mismo es ciertode mis conocimientos de fotografía y habilidades manuales enelectricidad, tapicería y otros oficios.

Recuerdo haber levantado un pedazo de papel de mi bancode taller con algunas medidas garabateadas en él. De inmediatome acordé de mi papá. ilieta es la letra de papá! pensé. Desdeluego, yo sabía que no; era la mía. Pero ahora hasta mi letra separece a la de él.

A veces, cuando me oigo reír, me recuerda la risa de mipadre. Yo sé que me río como él.

Los padres (y las madres) pasan muchas cosas a sus hijos. Diosha diseñado nuestros genes de esa manera. Así como nosparecemos a nU,estros padres terrenales, Dios se propone que nosparezcamos a El más y más. Nuestra herencia espiritual no essólo un hogar celestial; es Dios pasándonos su naturaleza y sucarácter aquí y ahora. Tenemos genes espirituales así comofísicos.

Recuerdo un programa de televisión de entrevistas afamosas estrellas de Hollywood. Cada personaje parecía

En las huellas de mi padre 209

hacerse más real y dej ar de ser reservado cuando hablaba desu padre. Recuerdo a una estrella en particular que era uno deesos tipos nuevos del hombre macho de actualidad. Cuandohabló de su padre, su ojos se llenaron de lágrimas y su voztembló mientras decía con afecto: "Yo iba hacer a ese hombreque estuviera orgulloso de mí." Me conmovió porque me dicuenta de que muchos de nosotros sentimos de la mismamanera. También me di cuenta de que tengo la mismamotivación hacia mi Padre celestial.

"Quiero que Dios esté orgulloso de mí." Hay una maneracorrecta y noble de decir estas palabras como hijo de Dios. Sonpalabras de acuerdo con el llamado de las Escrituras de andardignos de la vocación, de proseguir al supremo llamamiento deDios, de dejar que los hombres vean nuestro progreso, de pelearla buena batalla de la fe. Son las palabras que harán quenuestro Padre nos abrace diciendo: "Bien, buen siervo y fiel"(Mateo 25:21).

Recuerdo una escena en un anuncio de televisión hace untiempo. No recuerdo qué anunciaba, pero me conmovió. Unjoven recibía un reconocimiento por su reciente logro. Mástarde, en una reunión informal, un distinguido hombre mayorle decía: "Estoy orgulloso de ti, hijo." Entonces se abrazaban.

Algunos padres no pensarían nunca en decir esas palabrasa sus hijos. Algunos hijos nunca oyen esas palabras de su padre.Pero lo anhelan. Me conmovió porque creo que Dios nos dice esoa usted ya mí. La oración de Jesús en Juan 17 indica que Élestaba orgulloso de sus discípulos. Hay un sentido correcto ynoble en darse cuenta de que Dios a veces nos dice a nosotros:"Estoy orgulloso de ti, hijo" o "estoy orgulloso de ti, hija."

El vínculo entre padre e hijo es poderoso. ¡Cuánto máspoderoso es entre Dios y sus hijos! Necesitamos conectarnos conlas raíces profundas de nuestro vínculo paternal con Dios.Necesitamos sacar todas las riquezas emocionales que danvitalidad y pasión a nuestra relación con ese absolutamentesanto y no obstante sorprendentemente práctico Padre.Nuestro Emanuel, "Dios con nosotros", mora con nosotros demaneras que van más allá de nuestra comprensión.Necesitamos ser motivados de una manera correcta y sana por

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210 El padre que nunca conocí

las palabras: "Quiero que mi Padre esté orgulloso de mí." Ynecesitamos ser motivados con el conocimiento de que Dios esun Padre que nos abrazará con estas palabras: "Est9Y orgullosode ti, hijo." A eso se refiere el vínculo entre padre e hijo.

En 1988, en uno de los cuatro juegos finales de liguilla debaloncesto de la Asociación Atlética Nacional Universitaria,había dos notables padres viendo a sus hijos seguir en sushuellas. Los Jayhawks de la Universidad de Kansas jugabancontra los Sooners de Oklahoma. En la cancha estaban DannyManning, "jugador universitario del año", y Scooter Barry. Enel banco estaba el padre de Danny, uno de los entrenadores deKansas. En las graderías estaba el padre de Scooter, RickBarry, una antigua estrella de la Asociación Nacional de Balon­cesto. Cuando las cámaras enfocaban a esos dos padres envarias etapas del juego, se notaba que estaban viviendo elmomento con sus hijos. Esos orgullosos padres estaban com­placidos porque les tocaba a sus hijos enfrentar las presionesdel gran juego y brillar.

Los juegos de campeonato con frecuencia terminan haciendotiros libres en los últimos momentos del juego. Ése no fue laexcepción. En los dos minutos finales con el juego por decidirse,los dos hijos tuvieron que hacer tiros libres. En ambos casos, elpadre que veía parecía más nervioso que el hijo detenido en lalínea de foul. Porque los dos padres habían jugado baloncesto,ambos habían estado allí, y conocían la presión que sus hijossentían. La estaban reviviendo a través de la experiencia desus hijos. Y cuando los tiros libres entraban en el aro, nadieestaba más emocionado que esos dos padres.

No pude menos que ver una imagen de Dios el Padre en esosdos padres. A veces Dios debe de estar junto a mí en mismomentos de presión. Es Dios el Padre animándome, sufriendoconmigo y compartiendo mis triunfos y alegrías.

Jesús usó las parábolas de la oveja perdida, de la monedaperdida y del hijo pródigo para subrayar la celebración gozosade Dios y los ángeles por un pecador perdido a quien se en­cuentra. Cuando vayamos a estar con el Señor, celebraremosla reunión gozosa en "la cena de las bodas del Cordero"(Apocalipsis 19:9). Cuando Él nos encuentra se goza, y cuando

En las huellas de mi padre 211

nos lleva a la eternidad se goza. Nuestra vida está enmarcadapor las celebraciones gozosas de Dios. En el medio está nuestraoportunidad de caminar en las huellas de JesÚcristo.

Me acordé inesperadamente otra vez de mi vínculo con Diosmi Padre mientras veía "en vivo" uno de esos raros momentosen los deportes televisados. Eran las finales del campeonatopara hombres en Wimbledon en 1987. El australiano deveintidós años, Pat Cash, acababa de ganarle en juegos con­secutivos a Iván Lendel. Cash, un competidor con poca proba­bilidad de ganar, clasificado número once, había derrotado aljugador número uno del mundo. A mitad de las graderíasestaba el padre de Pat, un viejo jugador de fútbol, hombregrande y exuberante, vitoreándolo con sus brazos en el airemientras su hijo salía de la cancha. Generalmente, hay unaespera de cinco a diez minutos antes que el ganador puedasaludar a su familia y entrenadores. Pero Pat Cash tenía otrosplanes. Cuando salió de la cancha, se dirigió directamente a supadre.

La cámara lo siguió mientras subía las graderías sobreasientos y barreras dirigiéndose hacia donde lo esperaba supadre de pie. Los dos se abrazaron, el padre grande y corpulentoy su hijo delgado y joven. Nadie pensó en falta de respeto. Alcontrario, era algo espontáneo. En ese momento, todos en elestadio y todos los que veían la televisión sabían lo que sig­nificaba ... los que tenían padres buenos, los que tenían padresdeficientes, y los que no tenían padres. Ese momento nosrecordó como puede ser. Un padre y su hijo o hija puedencompartir un vínculo poderoso y afectivo.

Para mí era más que un jugador de tenis y su padre. Larealidad es que puede ser de esa manera entre nosotros y Diosnuestro Padre. La escena se convirtió en una ventana de ladinámica espiritual de Dios y sus hijos. Imaginé a nuestroexuberante Padre celestial animándonos, sus brazos levan­tados en el aire en señal de victoria. Lo vi a usted y me vi a mímismo pensando en una cosa: subir en línea recta adonde estánuestro Padre en las graderías, desistiendo de todas lasfelicitaciones de los hombres. Imaginé el fuerte abrazo denuestro expectante Padre a quien debemos todo. Y oí a nuestro

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212 El padre que nunca conocí

orgulloso Padre susurrar en nuestro oído las palabras quehemos anhelado oír pero que para ahora probablemente nonecesiten pronunciarse: "Bien hecho ... hijo mío."

NOTAS FINALES1. UN ANHELO SECRETO

1. Elyce Wakerman, Father Loss [Pérdida de padre] (Garden City,NY: Doubleday, 1984) pp. 138·139.

2. Dr. Ken Druck con James C. Simmons, The Secrets MenKeep [Lossecretos que guardan los hombres] (Nueva York: Ballantine Books1987), p. 5.

3. Druck, pp. 38·39.4. Louie Anderson, Dear Dad [Querido papá] (Nueva York: Viking,

1989), p. 21.5. Judith Arcana, Euery Mother's Son [El hijo de cada madre]

(Garden City, NY: Anchor Press, 1983, p. 142.6. Suzanne Fields, Like Faiher, Like Daughter [De tal palo tal

astilla] (Boston, MA: Little, Brown & Co., 1983), p. 9 (cursivas delautor).

7. Fields, p. 9.8. Fields, p. 9.9. Fields, p. 10.

10. Fields, p.1I.11. Fields, pp. 8-9.l2. Wakerman, p. 13 (cursivas del autor).13. Wakerman, p. 264.14. Wakerman, p. 271.15. Wakerman, p. 270.16. Carlos Dickens Dombey and Son [Dombey e hijo] (Nueva York:

Simon & Schuster, 1968), citado en Fields, p. 63.17. Alexander Towle, ed., Fathers [Padres] (Nueva York: Simon &

Schuster, 1986), p. 222.

2. ¡DIOS ES PADRE TAMBIÉN!1. Alexandra Towle, ed., Fathers [Padres] (Nueva York: Simón &

Schuster, 1986), pp. 205·206.2. Elyce Wakerman, Father Loss [Pérdida de Padre] (Garden City,

NY: Doubleday, 1984), p. 250.

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214 El padre que nunca conocí

3. Wakerman, p. 251.4. Wakerman,p.2515. Wakerman, página 252.6. Orlando Sentinel (El centinela de Orlando) 6 de setiembre de 1989,

seco B. página 6.7. Orlando Sentinel (El centinela de Orlando) 2 de julio de 1989,

secoC, página I.8. Towle, página 25I.

3. ABBA, PADRE1. Citado en Creative Suffering (Sufrimiento creativo), Paul Toumier

(San Fran"éisco, CA: Harper & Row, 1983), página 3I.2. Citado en Orphans: Real and lmaginary (Huérfanos: Reales e

imaginarios), Eileen Simpson (Nueva York: Weidenfeld and Ni·colson, 1987), página 19.

3. Simpson, página 172.4. Tourníer, página 10.5. J.!. Packer, Hacia el conocimiento de Dios (Miami, Florida: Logoi,

Inc., 1979, orIgmal inglés "Knowing God"), página 235.26. Las referencias son: adopción, Romanos 8:15, 23; Gálatas 4:5;

Efesios 1:5 - herencia, Efesios 1:14, 5:5; Colosenses 1:12, 3:24;Hebreos 9:15; 1 Pedro 1:4 - herederos, Romanos 8:17; Gálatas3:29,4:7; Efesios 3:6; 1 Pedro 3:7.

7. Francis Lyall, Slaves, Citizens, Sons (Esclavos, ciudadanos, hijos)(Grand Rapids MI: Zondervan, 1984), página 120.

8. Lyall, página 121.9. Lyall, página 86.

10. Lyall, página 83.11. Lyall, página 104.12. Lyall, página 11I.13. Lyall, página 109.14. Institutes 2 (Institutos 2).157.15. Packer, página 255.16. D.A. Carson, Mathew, vol.8, The Expositors' Bible Commentary

(Mateo, vol. 8, Comentario Bíblico Los Expositores), Frank Gaebe­lein, gen. ed. (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1984), página 16l.

17. Las referencias son: Romanos 1:7; 1 Corintios 1:3; 2 Corintios 1:2;Gálatas 1:1,3·4; Efesios 1:2-3; Filipenses 1:2; Colosenses 1:2; 1Tesalonicenses 1:1;,3; 2 Tesalonicenses 1:1-2; 1 Timoteo 1:2; 2Timoteo 1:2; Tito 1:4; Filemón 3; 1 Pedro 1:2; 1 Juan 1:2·3; 2 Juan3; Judas I.

18. Herman Bavinck, The Doctrine of God (La doctrina de Dios)(Grand Rapids, MI: Baker Book House, 1977), páginas 109-110.

Notas finales 215

19. Packer, página 228.20. Packer, página 228.

4. RESACA PATERNAL1. J.B. Phillips, Your God ls Too Small (Tu Dios es muy pequeño)

(Nueva York: Macmillan, 1972), página 19.2. Paul D. Meier, Christian Child-Rearing and Personality Deuelop­

ment (El niño cristiano-crianza y desarrollo de la personalidad)(Grand Rapids, MI: Baker Book House, 1981), página 30.

3. Meier, página 30.4. Meier, página 3L5. C.S. Lewis, TheJoyful Christian (El cristiano alegre) (Nueva York:

Macmillan, 1984), página 38.6. Phillips, página 20.7. Floyd McClung, Jr., The Father Heart ofGod (El corazón de Padre

de Dios) (Eugene, OR: Harvest House, 1985), página 14.8. Oswald Chambers, The Place of Help (El lugar de auxilio) (Fort

Washington, PA: Christian Literature Crusade, 1975), página227.

9. Phillips, página 22.

5. UN PADRE CON EL CORAZÓN EN LA MANO1. Colin Brown, ed., New International Dictionary ofNew Testament

Theology [Nuevo Diccionario Internacional de Teología del NuevoTestamento], vol. 1 (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1979), p. 614.

2. J.!. Packer Hacia el conocimiento de Dios (Miami, Florida: Logoí,Inc., 1979, p. 255.

3. Orlando Sentinel [El centinela de Orlando], 18 de junio de 1989,seco A, p. 3 (cursivas del autor).

4. Lorraine Hansberry, A Raisin in the Sun [Una pasa al sol] (NuevaYork: Signet, 1988), p. 145.

6. EL PADRE SABE QUÉ ES LO MEJOR1. Russell Baker, Growing Up [En crecimiento] (Nueva York: Cong­

don & Weed, 1982), p. 61.2. Bruce Narramore, Parenting with Love and Limite [Crianza con

amor y límites] (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1979).3. Citado en Papa, My Father [Papá, mi padre], Leo Buscaglia

(Nueva York: William Morrow, 1989), p. 41.4. Citado en Classic Sermons on Suffering [Sermones clásicos sobre

el sufrimiento], ed. Warren Wiersbe (Grand Rapids, MI: Kregel,1984), p. 87.

Page 111: El Padre Que Nunca Conosi

216 El padre que nunca conocí

5. Trinity's Wellspring [Fuente de Trinity] (Deerfield, IL: EscuelaEvangélica de Divinidad Trinity, Verano 1989), p. 6.

6. Trinity's Wellspring, p. 14. .7. The Prayers ofLife [Las oraciones de vida] (Nueva York: Gill and

Macmillan, 1963), citado en Fear No Evil [No temas mal alguno],David Watson (Wheaton, IL: Harold Shaw, 1984), p. 132.

7. ESTO ME VA A DOLER A MÍ MÁs QUE A TI1. Hay una buena discusión de esto en Psicología de la culpa, Bruce

Narramore, (Miami, Florida: Logoi, Inc., 1974) p. 27·30.2. Narramore, p. 24.3. Signe Hammer, Passionate Attachments [Vínculos apasionados]

(Nueva York: Rawson & Associates, 1982), p. 22. .4. Gleason Archer, Theological Wordbook of the Old Testament

[Vocabulario teológico del Antiguo Testamento], vol. 1 (Chicago,IL: Moody Press, 1980), p. 386.

5. Alexander MacLaren, Exposition ofHoly Scripture [Exposicionesde las Sagradas Escrituras], vol. 16 (Grand Rapids, MI: BakerBook House, 1984), pp. 218·219.

6. Orlando Sentinel [El centinela de Orlando], 18 de diciembre de1989, sec A. p. 9.

7. Malcom Muggeridge, A Twentieth Century Testimony [Un testi­monio del siglo veinte] (Nashville, TN: Thomas Nelson, 1978), p.35.

8. MI PADRE ES MÁs GRANDE QUE EL TUYO1. Suzanne Fields, Like Father, Like Daughter [De tal palo tal

astilla] (Boston, MA: Little, Brown & Co., 1983), p. 3.2. Elisabeth Elliot, The Sauage My Kinsman [El salvaje mi pariente]

Ann Arbor, MI: Servant Books, 1981), P. 9.3. Citado en Fear No Evil [No temas mal alguno], David Watson

(Wheaton, IL: Harold Shaw, 1985), p. 135·136.4. Lina Sandel, "Día en Día", en Himnos de la Vida Cristiana pub.

Alianza Cristiana y Misionera (Harrisburg, PA: Christian Publi­cations, 1967) #152.

9. EL SOSTÉN DE LA FAMILIA Y EL PAN DE VIDA1. U.S. News & World Report 7 de agosto de 1989, p. 49.2. U.S. News & World Report, p. 49.3. U.S. News & World Report, p. 49.

10. UN PADRE QUE NUNCA NOS ABANDONA1. John R,W. Stott, The Epistles of John [Las epístolas de Juan]

(Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1979), p. 96.

Notas finales 217

11. DOLORES DEL CRECIMIENTO1. Dr. Dan Kiley, Peter Pan Syndrome [El síndrome de Peter Pan]

(Nueva York: Hearst Corporation/Avon Books, 1988).2. Oswald Chambers, The Place 01Help [El lugar de socorro] (Fort

Washington, PA: Christian Literature Crusade, 1975), p. 100.

12. EL PROCESO DE DESTETAR AL NIÑO (PARTE 1)1. Artur Weiser, The Psalms [Los salmos] (Filadelfia, PA: Wes­

tminster Presa, 1962), p. 777.2. Eugene Peterson, A Long Obedience in the Same Direction [Una

larga obediencia en la misma dirección] (Downers Grove, IL:InterVarsity, 1980), p. 150.

3. Charles Spurgeon, The Treasury ofDavid [El tes~ro de David]vol. VI (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1950), p. 137.

4. Peterson, p. 152.5. Oswald Chambers, Christian Discipline [Disciplina cristiana],

vol. III (Londres: Marshall, Morgan, and Scott, 1978), p. 93.6. A.W. Tozer, The Best of A. W. Tozer [Lo mejor de A.W. Tozer]. (Grand Rapids, MI: Baker Book

House, 1986), p. 48.7. J. B. Phillips, The Price of Success [El precio del éxito) (Whea­

ton, IL: Harold Shaw, 1984), p. 9.8. Larry Crabb, Inside Out [De adentro para afuera] (Colorado

Springs, CO: NavPress, 1988), p. 84.9. J.I. Packer, Hacia el conocimiento de Dios (Míamí, Florida:

Logoi, Inc., 1979, p. 282.10. James S. Stewart, "Wearing the Thorns as a Crown" [Usando

las espinas de corona], en Classic Sermons on Suffering [Ser­mones clásicos sobre el sufrimiento], ed. Warren Wiersbe(Grand Rapids, MI: Kregel, 1984), p. 92.

13. EL PROCESO DE DESTETAR AL NIÑO (PARTE 2)1. Thomas Merton, No Man ls an lsland [Ningún hombre es una

isla] (Nueva York: Harcourt, Brace, Jovanovich, 1978) p. 237.2. Merton, p. 237.3. Oswald Chambers, Baffled to Fight Better [Desconcertado para

pelear mejor] (Londres: Marshall, Morgan, and Scott, 1977), p.18.4. Martín Marty, A Cry of Absence [Un llanto de ausencia] (San

Francisco, CA: Harper & Row, 1983), p. 126.5. Refiérase a Habits of the Heart [Hábitos del corazón], Robert

Bellah, R, Madsen, y otros. (Nueva York: Harper & Row, 1985).6. R, C. Sproul, Knowing Scripture [Conociendo las Escrituras]

(Downers Grove, IL: InterVarsity, 1977), p. 27.

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218 El padre que nunca conocí

7. Oswald Chambers, My Utmost for His Highest [Mi todo por sutodo] (Nueva York: Doss, Mead, & Co., 1963), p. 122.

8. Merton, p. 237.9. Chambers, Baffled to Fight Better, p. 9.

10. Chambers, Baffled to Fight Better, p. 54.11. Eugene Peterson, A Long Obedience in the Same Direction [Una

larga obediencia en la misma dirección] (Downers Grove, .IL:InterVarsity, 1980), p. 15I.

12. Charles H. Spurgeon, The Treasury ofDavid [El tesoro de David],vol. VI (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1950), p. 138.

14. EN PLENA SOCIEDAD1. Bernard Asbell, ed. Mother and Daughter: The Letters ofEleanor

and Anna Roosevelt [Madre e hija: Las cartas de Eleanor y AnnaRoosevelt] (Nueva York: Coward, McCann, & Geoghegan, 1982),p.176.

2. Asbell, pp. 175-176.