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El norte de César Vallejo Rutas literarias Información y asistencia al turista Agradecimientos: Jorge Kishimoto, José Álvarez Blas, Clínica San Pablo, Luis Repetto, Jack Alayo, Francisco Miñano, Jorge Rodríguez Rodríguez, Grupo Gloria, Ana María Luna, Jorge Cox, Amparo Saldaña, Lorena Nima, Pablo Anaya, Walter Carranza, John Carty, Inés Guerra de Guijón, Gerardo Chávez, Milagros Herrera, Media Networks Latin America SAC, Guillermo Denegri, Casa museo César Vallejo de Santiago de Chuco, Municipalidad de Santiago de Chuco, Rodrigo Cabrera, Luisa Arenas, Carla Sagasti. Teléfono (511) 574 8000 [email protected] 24 HORAS www.peru.info El norte de César Vallejo Rutas literarias Distribución gratuita. Prohibida su venta. Textos y edición general: Rafo León Asistencia de investigación: Pilar Cantella Fotos: José Álvarez Blas, José Tejada, Billy Hare, Media Networks Latin America SAC, archivos diversos Diagramación: Carlos Abril de Vivero Planos: Grupo Geo Graphos Una publicación de la ©Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo. PromPerú. Todos los derechos reservados. www.promperu.gob.pe Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2008 - 16370 Lima, Enero 2009 www.peru.info Cordillera en camino a Santiago de Chuco. Foto de carátula: César Vallejo en París, 1926. José Álvarez Blas

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"En esta segunda entrega de nuestras Rutas Literarias nos acercaremos al universo de César Vallejo. El marco que encontraremos nos permitirá adentrarnos en un territorio donde la voz del poeta se mezcla con otras voces, lo que al final nos permite leer su poesía de una forma más completa. "Publicación de PROM PERU http://media.peru.info/catalogo/Attach/vallejo_10926.pdf

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Page 1: El Norte de César Vallejo

El norte de César VallejoRutas literarias

Informacióny asistenciaal turista

Agradecimientos: Jorge Kishimoto, José Álvarez Blas, Clínica San Pablo, Luis Repetto, Jack Alayo, Francisco Miñano, Jorge Rodríguez Rodríguez, Grupo Gloria, Ana María Luna, Jorge Cox, Amparo Saldaña, Lorena Nima, Pablo Anaya, Walter Carranza, John Carty, Inés Guerra de Guijón, Gerardo Chávez, Milagros Herrera, Media Networks Latin America SAC, Guillermo Denegri, Casa museo César Vallejo de Santiago de Chuco, Municipalidad de Santiago de Chuco, Rodrigo Cabrera, Luisa Arenas, Carla Sagasti.

Teléfono (511) 574 [email protected] HORASwww.peru.info

El norte de César VallejoRutas literarias

Distribución gratuita. Prohibida su venta.

Textos y edición general: Rafo LeónAsistencia de investigación: Pilar CantellaFotos: José Álvarez Blas, José Tejada, Billy Hare, Media Networks Latin America SAC, archivos diversosDiagramación: Carlos Abril de ViveroPlanos: Grupo Geo Graphos

Una publicación de la ©Comisión de Promoción del Perúpara la Exportación y el Turismo. PromPerú. Todos los derechos reservados.www.promperu.gob.peHecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2008 - 16370Lima, Enero 2009

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Cordillera en camino a Santiago de Chuco.

Foto de carátula: César Vallejo en París, 1926.

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La segunda entrega de nuestras Rutas Literarias nos acerca al universo del que es sin duda el mayor poeta peruano de todos los tiempos: César Vallejo. En esta oportunidad, la ruta nos lleva hacia el norte, a la tierra que lo vio nacer, y donde el poeta se formó, se enamoró y sufrió. Las alturas de Santiago de Chuco y Huamachuco, los ambientes bohemios de Trujillo y las haciendas azucareras de la costa norte son el marco que nos permiten adentrarnos en un territorio donde la voz del poeta se mezcla con otras voces, lo que al final nos permite leer su poesía de una forma más completa. Como en La Lima de Vargas Llosa, el primer volumen de esta colección, éste es también un viaje al pasado, a un mundo que quizás solo existe en los poemas de Trilce o Los heraldos negros. Pero esta guía le servirá al viajero para realizar más viajes aún: viajes personales, vivenciales, geográficos e históricos. Este es pues, un nuevo esfuerzo de PromPerú, por acercar al turista nuestro capital más preciado: nuestra cultura.

Mercedes Aráoz FernándezMinistra de Comercio Exterior y Turismo

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“Hoy no ha venido nadie; y hoy he muerto qué poco en esta tarde”. Ágape – Los heraldos negros. Playa de Barranco, Lima, 1919.

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El norte de César VallejoCésar Vallejo es uno de los más grandes poetas de habla hispana. Leer su poesía es internarse en un complejo universo para lidiar con los aguijones existenciales, la esperanza, la búsqueda del absoluto, la rebeldía, el deísmo, el amor intenso por la familia provinciana y rural, la modernidad, el quiebre del mundo de la palabra habitual y su reemplazo por otra, que alcanza límites impensados. Este tránsito por experiencias interiores se enriquece si visitamos los lugares vallejianos, sobre todo los que corresponden a su infancia y juventud, y que están presentes especialmente en sus dos primeros poemarios: Los Heraldos Negros y Trilce. Los años iniciales de Vallejo transcurren en su tierra natal, Santiago de Chuco. Su niñez y juventud tienen momentos importantes en Huamachuco. Ambas ciudades se ubican en el departamento de La Libertad, en el norte peruano.

“Hay soledad en el hogar sin bulla, sin noticias, sin verde, sin niñez”. Los pasos lejanos – LHN. Cocina, casa museo de Vallejo en Santiago de Chuco.

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Esta noche desciendo del caballo,ante la puerta de la casa, dondeme despedí con el cantar del gallo.Está cerrada y nadie responde.

El poyo en que mamá alumbróal hermano mayor, para que ensillelomos que había yo montado a pelo,por rúas y por cercas, niño aldeano;el poyo en que dejé que se amarille al solmi adolorida infancia… ¿Y este dueloque enmarca la portada?(…)

(Trilce LXI)

“Yo ahora estoy sereno, con luz.” Rosa Blanca – LHN. Trujillo, 1917

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“La aldea ante su paso, se reviste de un rudo gris...” Nostalgias imperiales - LHN. Panorámica de Santiago de Chuco, con cultivos de arveja y trigo.

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El salto literario, académico y bohemio del poeta ocurre en Trujillo. Son los lugares norteños que recomendamos visitar, con la presente guía en una mano y los poemarios de Vallejo en la otra. César Vallejo, sobre todo en sus primeros escritos, hizo de su biografía, poemas. Y allí están los ámbitos originales para comprenderlos mejor, y lograr lo que alguno de sus estudiosos anotó: Vallejo siente y piensa su poesía. El 2008, se celebraron dos aniversarios fundamentales relacionados con Vallejo: la impresión de Los Heraldos Negros (1918) y la muerte del poeta (1938). La presente guía literaria es un homenaje a ambos momentos.

“O querrás acompañar a la ancianía a destapar la toma de un crepúsculo…” Trilce LII. Lugareños en Santiago de Chuco.

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Santiago de ChucoLas provincias que componen el departamento de La Libertad son doce: Trujillo, Sánchez Carrión, Pataz, Chepén, Pacasmayo, Ascope, Virú, Gran Chimú, Otuzco, Julcán, Santiago de Chuco y Bolívar. La provincia de Santiago de Chuco fue creada el 3 de noviembre de 1900. Su capital, que tiene el mismo nombre, se ubica en la margen izquierda del río Patarata, en las faldas del cerro Quillajirca, que forma parte de la vertiente occidental de la Cordillera Norte de los Andes. Une Santiago con Cachicadán el río Huaychaca, al fondo de un valle profundo.

La distancia entre Trujillo y Santiago de Chuco es de apenas 183 kilómetros, pero el actual estado de la carretera hace que se cubra en no menos de seis horas. Las vías de comunicación locales están en proceso de mejora y pronto será posible acceder a la tierra de Vallejo en tiempos razonables. La ruta es hermosa, y se inicia cruzando los grandes cañaverales de la azucarera Laredo; luego comienza a subir, por zig zags y serpentines, para mostrarnos una cordillera gigantesca y agreste, con champones de bosques de eucalipto y pequeños caseríos en los que aún predominan la teja y el adobe. El espectáculo de esa sierra que llega a punas extensas, nos habla de gentes dedicadas a la ganadería

Fiesta de Santiago Apóstol, santo patrono de la tierra del poeta.

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y a la pequeña agricultura. Estamos en una tierra en la que llueve intensamente entre noviembre y abril, tiempo en el que el color verde se instala en chacras y pastizales. También reparamos en que hay minería, una actividad con historia preínca, colonial y republicana. La mina de Quiruvilca se encuentra allí, a la vera de la carretera. Es en el caserío de Shorey donde se bifurcan los caminos, el de la izquierda va a Huamachuco, el de la derecha a Santiago de Chuco. Se recomienda, para seguir la cronología vallejiana, comenzar por la tierra natal del poeta. Llegando a Santiago de Chuco, lo primero que se debe hacer es visitar la casa del poeta, hoy un sencillo museo.

La calle de la casa de la familia Vallejo Mendoza originalmente se llamaba Colón, y el inmueble era el 96; se emplaza en el antiguo barrio de Cajabamba, hoy Santa Mónica, a tres cuadras de la Plaza de Armas. Hoy el nombre de la calle es César Vallejo. El solar, se dice, está compuesto por dos casas, una heredada por el padre de Vallejo y la otra, por la madre. Ambas tienen portón a la calle, hechos de madera de eucalipto, pero están unidas por dentro. La pared de la fachada de dos pisos se ve tachonada de placas que rinden homenaje al poeta. En el interior encontramos un primer patio, al que da un salón grande (la sala de arriba, en Trilce XXIII ), en cuyo ingreso

La presencia de César Vallejo es muy intensa en Santiago de Chuco, donde se le rinde homenaje en representaciones artesanales.

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se erige una estatua en tamaño natural del poeta. Esta habitación se abre a un pequeño oratorio que conserva el empapelado antiguo de la casa y en su altar muestra una imagen de San Isidro Labrador. Llama la atención en la sala de arriba y en el paso que nos lleva a la otra casa, una serie de veinte dibujos al carbón, que replican de manera hiper realista las fotografías más conocidas de César Vallejo, de sus amigos, de Georgette. La serie fue encargada por el municipio, gestor del museo, al joven artista trujillano Saúl Jonathan Neciosup Mio.

Zaguán de casa museo y al fondo, la puerta que da a “la sala de arriba”, presente en algún poema.

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Escultura que representa a Vallejo en la clásica posición en que se fotografió en Versailles, en 1929. Casa museo en Santiago.

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Si buscamos referencias a la casa en los poemas, saltarán a la vista el poyo antiguo, con sus tres agujeros debajo para que se guarezcan las gallinas. Muy cerca se levanta otro poyo, el elemento arquitectónico que se empleaba para sentarse tanto como para subir al caballo (para que ensille lomos que había yo montado a pelo, en Trilce LXI). Allí está el patio, empedrado, con un hermoso capulí al centro, lugar de juegos infantiles de Aguedita, Nativa, Miguel y César (Trilce III). Dos habitaciones se abren a este patio desde la galería techada. El llamado cuarto verde, donde nació el poeta, y otro dormitorio, en cuyas paredes se alinean copias de innumerables apuntes y

“…¡ah golfillos en rama! Madrugarán a jugar a las cometas azulinas…” Trilce LII. Niños de Santiago.

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caricaturas que se han hecho de Vallejo, desde el clásico de Picasso hasta uno relativamente reciente de Carlos Carlín Tovar. La cocina y su ampliación están ubicadas al costado de un breve jardín y en sus interiores renegridos se arrinconan el viejo horno de barro y menaje de época. Desperdigados por todas partes encontramos paneles con fragmentos de poemas que aluden a cada espacio u objeto. La museografía es bastante austera y sencilla, pero transmite la idea de un recinto mantenido en memoria de alguien que aún vive. Una pequeña oficina sirve de recibo al visitante, allí se registra, anota sus datos y tiene la oportunidad de comprar artesanía,

“Esta noche desciendo del caballo ante la puerta de la casa,…” Trilce LXI. Fachada de la casa museo de Vallejo.

“En el patio silente sangra su despedida el sol poniente…” Aldeana – LHN. Primer patio de la casa paterna.

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(…)Al muro de la huerta,aleteando la pena de su canto,salta un gallo gentil, y, en triste alerta,cual dos gotas de llanto,tiemblan los ojos en la tarde muerta!(…)

(Aldeana, Los Heraldo Negros)

especialmente algún retrato de Vallejo en su clásica posición reflexiva. Litografías de artistas indigenistas esperan almacenadas su momento para ser vueltas a enmarcar y pasar a ilustrar los ambientes de la casona.

Luego hay que salir a las calles. Visitar la pequeña ciudad de Santiago de Chuco retroceder en el tiempo, en una serie de aspectos. El diseño urbano aún mantiene la traza española y la fisonomía del lugar hace contrastar una considerable cantidad de construcciones de barro, caña y teja, con edificaciones modernas, levantadas a partir del terremoto de 1970. Cuando sale el sol, Santiago de Chuco, es alegre y llena de luz. Sin embargo, una tarde lluviosa y nublada en sus calles, bajo el alero de una casa o vista desde un balcón, tiene algo de desgarrador y melancólico.

Danza del cóndor, de muy antigua data, que sale a las calles en la fiesta patronal de Santiago de Chuco.

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“¡tierna dulcera de amor, hasta en la cruda sombra, hasta en el gran molar…” Trilce XXIII.

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Antes de la llegada de los conquistadores, la actual sierra de La Libertad estuvo ocupada por los huamachucos, pertenecientes a una cultura datada por Max Uhle entre 400 y 100 d.C. Santiagueños de hoy sostienen, sin embargo, que en su tierra se desarrolló una cultura propia, la de los chucos y muestran evidencias: tallas en piedra, cerámica, iconografía. En los alrededores de Santiago abundan los restos preíncas, a los que se

“Arriero, con tu poncho colorado te alejas, saboreando el romance peruano de tu coca”. Los arrieros – LHN. Paisaje lluvioso en las proximidades de Santiago.

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accede con distintos grados de dificultad. Destacan El Común, las cuevas de Patarata, el cerro Quillajirca, Sauca, Huagon. La parte arqueológica de las provincias de Sánchez Carrión y Santiago de Chuco ha sido estudiada por el proyecto Catequil, apoyado por el Consejo de Investigaciones en las Ciencias Sociales y Humanidades de Canadá. Los arqueólogos John y Therese Topics son quienes más han profundizado en investigaciones cuya principal fuente son las crónicas de los misioneros agustinos del siglo XVI. En ellas se da cuenta de héroes de inmensa fuerza cósmica y militar, que respondieron a nombres en lengua culle, como Atagujo y Catequil. Los incas dominaron la zona desde Pachacútec, pero con resistencias constantes por parte de los nativos. Luis Millones sostiene que Atahualpa doblegó una de las mayores rebeliones de los locales, que mereció la destrucción de todo último rezago religioso propio.

Santiago de Chuco fue fundada por los españoles el 25 de julio de 1610. La ciudad debía servir como centro de operaciones de actividades mineras y agrícolas. Los

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s“Dios mío, eres piadoso, porque diste esta nave, donde hacen estos brujos azules sus oficios”. Retablo – LHN. Fiesta de Santiago.

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“Las pallas aquenando hondos suspiros, como en raras estampas seculares...” Terceto autóctono I – LHN.

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primeros españoles que llegaron fueron Diego de la Serna, Domingo Pérez de Vásquez, José de Peláez, Lino Benites de los Niños, entre otros. También el sacerdote Francisco de Asís Centurión, natural de Santiago de Compostela, debido a lo cual la ciudad quedó bajo la advocación del apóstol Santiago El Mayor.

La fundación española de la ciudad tuvo lugar en el cerro Picchi Paccha y luego se procedió a la distribución de las tierras para construir las casas, lo mismo que la plaza central y el templo, que se inauguró el 25 de

“En las venas indígenas rutila un yaraví de sangre que se cuela en nostalgias de sol por la pupila”. Terceto Autóctono I – LHN Pallo mayor, personaje de la fiesta de Santiago.

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La afición por las corridas de toros se despliega en las fiestas santiaguinas.

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julio de 1616. La iglesia que vemos hoy tiene elementos arquitectónicos modernos y en su interior lucen altares dorados de reciente elaboración. El 3 de noviembre de 1900, gracias a gestiones del parlamentario Tomás Ganoza Cavero, y siendo presidente del Perú Eduardo López de Romaña, se crea la provincia de Santiago de Chuco. La ciudad se ubica sobre los 3,120 msnm. Actualmente bordea los 25 mil habitantes, mientras

que la provincia se acerca a los 60 mil. Las actividades tradicionales de sus pobladores se relacionan con la agricultura (según la altura, papa, camote, trigo, maíz) y la ganadería. En la ciudad el comercio es intenso. Muchos varones del pueblo han partido desde siempre para ir a trabajar a las minas pero en las últimas décadas la emigración hacia las ciudades costeñas ha sido masiva, como ocurre en todo el Perú. Es la litoralización, en busca de mejores oportunidades de vida. César Vallejo, en su tiempo, a su manera, también lo hizo:

He soñado una fuga. Un “para siempre”suspirado en la escala de una proa.

(Medialuz, Los Heraldos Negros)

Pallos y pallas, danzantes de la fiesta, remiten a la hibridación cultural de lo europeo con lo inca.

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Muy rápidamente quien viaje a Santiago de Chuco habrá de reparar en la inmensa importancia que tiene para esta ciudad la memoria de César Vallejo. A los lados de la pista aparecen retratos del poeta y versos escritos con pintura sobre carteles. En la Plaza de Armas se levanta una gran estatua del poeta, y un retrato pintado corona la fachada del edificio municipal. Pareciera que la ciudad ha adoptado como lema el verso, Hay hermanos, muchísimo que hacer (Los Nueve Monstruos, Poemas Humanos). En diversos locales comerciales se ofrecen en venta retratos en cerámica de los dos ídolos de Santiago de Chuco: Vallejo y el guerrillero Luis de la Puente Uceda, también originario de aquí. Se recomienda buscar artesanía local en la casa museo de Vallejo, y en el Taller Artesanal Los Chucos.

El viajero interesado en los lugares vallejianos tendrá mucho por ver y hacer en Santiago. Por ejemplo, sentir la atmósfera de la ciudad. Dicen que en flota sobre la población un sentimiento un tanto sombrío y triste. Puede que este mito provenga de otro: el que define a César Vallejo como un hombre que cargaba las veinticuatro horas del día con el sufrimiento de la humanidad sobre sus espaldas. Ciertamente, un estereotipo que muchas veces se desbarata en su propia poesía:

“Tengo el ala clavada por cien clavos de esos de arcilla y de idiotez vacuna!” En Desdén Mayor. Toreros invitados a las celebraciones de Santiago.

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(…)Hay ciertas ganas lindas de almorzar;y beber del arroyo y chivatear!Aletear en el humo allá, en la altura:o entregarse a los vientos otoñales(…)

(Mayo, Los Heraldos Negros)

La arquitectura tradicional de Santiago mantiene muy buenos testimonios, caserones de fachadas sencillas pintadas de blanco, con puertas y ventanas de madera oscura. Adentro, patio empedrado en torno al cual se distribuyen los espacios domésticos. Muchas de estas edificaciones se encuentran en estado ruinoso, habitadas

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“Luce el apóstol en su trono, luego; y es, entre inciensos, cirios y cantares…” Terceto autóctono II – LHN. Procesión.

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por partes, tugurizadas. Al mismo tiempo, los íconos y la euforia de la modernidad peruana están en Santiago de Chuco con tanta presencia como en otras ciudades del país. Pero también es cierto que sus tardes lluviosas son especialmente tristes. En los altibajos de Santiago, los bajos parecen más intensos que los altos; aunque es

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recomendable visitar esta ciudad durante los festejos de su patrono, Santiago el Mayor, durante la segunda mitad de julio, para comprobar cómo la alegría de la fiesta combinada con las expresiones de fe religiosa, hacen el mismo cuadro de dos caras que signa a los pueblos tradicionales sudamericanos. Con dicha, con milagrería y con fervor:

“Entre músicas, fuegos de bengala, solfea un acordeón!” Fiestas aldeanas II – LHN. Castillos de fuegos artificiales en fiesta patronal de Santiago.

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El puño labrador se aterciopela,Y en cruz en cada labio se aperfila.¡Es fiesta! El ritmo del arado vuela;Y es un chantre de bronce cada esquila

(Terceto Autóctono, Los Heraldos Negros)

Resulta fascinante saludar y ponerse a charlar con los pobladores, con las señoras, los jóvenes, los ancianos. Ingresar, previo permiso, a las casas antiguas que se desparraman en las calles de la ciudad. Dentro de estas viejas edificaciones el visitante encontrará un intermedio entre vivienda rural y urbana. Y si la visita es a media mañana, estos ambientes estarán invadidos del olor de la cocina (que aún puede ser de leña), donde se dora el ajo para el arroz, se guisa la gallina o, si hay alguna ocasión especial ese día, se prepara un cuy. En los patios e incluso en los balcones, las piernas de cerdo esperan mientras se convierten en deliciosos jamones ahumados. Hay en Santiago, aún, un apego a lo familiar y lo tradicional, que poco tiene que ver con cambios muy grandes, como el crecimiento de las iglesias evangélicas o la proliferación de video pubs. En Escalas, Vallejo relata un momento de su encierro carcelero en Trujillo, y la evocación que tiene de los rituales sencillos de infancia en la buena casa paterna, pueblerina:

Nos sentamos después a la desnuda mesita, donde el desayuno humea melancólico, dentro de dos porcelanas sin plato. Y estas tazas a pie, blanquísimas ellas y tan limpias, este pan aún tibio sobre el breve y arrollado mantel de damasco, todo este aroma matinal y doméstico, me recuerda mi casa paterna, mi niñez santiaguina …

(Alféizar, Escalas)

“Hacia el altar fulgente va el gentío”. Fiestas aldeanas II – LHN. Pallo danzando.

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En estas casas es indispensable el patio que da unidad a la construcción. Más atrás, los corrales, las huertas, con frutales añosos, con plantas aromáticas y medicinales, con retazos de alfalfa para alimentar cuyes y conejos. El patio de la casa de Vallejo concentra referencias poéticas:

(…)En el patio silentesangra su despedida el sol poniente.

“Me esperará el patio, el corredor de abajo con sus tondos y repulgos de fiesta”. Trilce LXV. Casona de Santiago.

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El ámbar otoñal del panoramatoma un frío matiz de gris doliente!

(Aldeana, Los Heraldos Negros)

La casa paterna ha sido evocada y expresada en la poesía vallejiana de múltiples maneras. Como espacio original, lleno de recuerdos y vivencias, pero también como síntoma de una decadencia social y existencial que agobia al poeta:

(…)Están todas las puertas muy ancianasy se hastía en su habano carcomidouna insomne piedad de mil ojeras.(…)

(Hojas de Ébano, Los Heraldo Negros)

En Santiago es interesante visitar la escuela donde Vallejo estudió la primaria, llamada antiguamente Centro Viejo 271, hoy Escuela Primaria de Menores 80520. Un personaje clave, que habita una clásica casa situada en la calle Heraldos Negros, es don Francisco Miñano. Profesor jubilado y ceramista, don Francisco quizás sea el mejor decidor de Vallejo que existe. No recita a Vallejo, lo dice pero con un conocimiento absoluto de cada pausa, inflexión, golpe y descanso. Resulta extraordinario disfrutar una sesión vallejiana con el profesor Miñano, y si el poema elegido para ser dicho es Mayo, será inolvidable:

Vierte el humo doméstico en la aurorasu sabor a rastrojo;y canta, haciendo leña, la pastoraun salvaje aleluya! Sepia y rojo.

(Mayo, Los Heraldos negros)

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Quizás don Francisco Miñano, quizás algún otro maestro jubilado o algún joven poeta santiagueño, podrá brindar información al visitante sobre personajes esenciales en la poesía de Vallejo, como la andina y dulce Rita, o Aguedita, la hermana. Cuando el poeta amazónico Francisco Izquierdo Ríos visita Santiago de Chuco en 1946, le pregunta por la casa de la familia Vallejo a un chico que encuentra en la calle. Recibe como referencia el portón abierto de doña Aguedita:

(…)Aguedita, Nativa, Miguel,cuidado con ir por ahí, por dondeacaban de pasar gangueando sus memoriasdobladoras penas,(…)

(Trilce III)

Al llegar a Santiago lo primero que pregunta el visitante más o menos familiarizado con la poesía de Vallejo es por la identidad y la casa de Rita, amada por el poeta en su primera juventud y perennizada en uno de sus poemas más conocidos y recordados:

“En el redil de niños, ya no le asestaré puñetazos a ninguno de ellos…” Trilce LXIII. Niños de Santiago.

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Qué estará haciendo a esta hora mi andina y dulce Ritade junco y capulí;ahora que me asfixia Bizancio, y que dormitala sangre, como flojo coñac, dentro de mí.(…)

(Idilio Muerto, Los Heraldo Negros)

En 1971 Pancho Izquierdo visita a una posible Rita, llamada en realidad Martina Gordillo Peláez, una mujer a la vejez hermética de tanto sufrimiento, madre de mellizos muertos, muy pobre, y que en ese entonces habitaba una casa casi en ruinas, situada en la calle

Don Francisco Miñano, probablemente el mejor “decidor” que existe de la poesía de Vallejo.

“Madre, me voy mañana a Santiago…” Trilce LXV. Petaca de cuero para viajes en casa museo Vallejo de Santiago.

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César Vallejo. A lo largo de la conversación, Martina dice cosas como “No me llamo Rita, pero a él le gustaba llamarme así. No sé por qué”, o “No sé por qué, ahora, en las fotografías y en las estatuas, presentan a Cesítar muy feo y mal vestido. Como les digo, fue un morenito muy simpático, solo un tanto narigón”. Se dice que cada estudioso de Vallejo tiene su propia Rita y en efecto, no hay unanimidad al respecto. Don Francisco Miñano sostiene que Rita fue más bien doña Gabina Salamanca, y lo sabe sustentar. Dos personajes absolutamente importantes de contactar en la visita, aparte de don Francisco, son Jack Alayo –guía de la casa museo- y la niña Olenka Hottein, ganadora regional del concurso de declamación sobre César Vallejo, edición 2008. El primero es una fuente inagotable de conocimiento sobre el poeta, a pesar de su juventud. La segunda es una linda niña de once años, que declama a Vallejo con una expresión corporal y gestual impresionante.

Georgette Philipart, la viuda de Vallejo, la temperamental francesa que defendió los fueros de su esposo a costa de sus mayores amistades, es responsable de una breve biografía del poeta, de la que tomamos extractos relacionados con la vida de él, antes de su definitiva partida a Europa:

“Pero, en verdad, vosotros sois cadáveres de una vida que nunca fue” – Trilce LXXV.

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“Decimosegundo hijo de la familia Vallejo Mendoza, César Abraham Vallejo, nace en marzo de 1892, en Santiago de Chuco (…) más gran aldea que ciudad de la cordillera peruana. Alumno remarcable, será brillante estudiante.

En 1910: Parte para Trujillo (4 días de viaje a caballo) y se inscribe en la Facultad de Filosofía y Letras. En 1911: La idea de hacerse médico lo lleva a Lima, pero pronto renuncia a la carrera médica y vuelve a Trujillo. Poco después entra a trabajar en la hacienda ‘Roma’ (producción azucarera) de la que ‘saldrá marcado’. . . y es que si el joven Vallejo está favorecido por un tratamiento reservado sólo a los empleados superiores y con un salario satisfactorio no puede sin embargo, no ver ni oír cuando apenas clarece el alba, llegar los peones (cerca

“…Vallejo, quitándose el sombrero me saluda y veo una gran luminosidad blanca-azul alrededor de su cabeza…”. Georgette Philippart, París, febrero de 1927.

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de 4,000) en el inmenso patio y ahí ponerse en fila para pasar lista, y salir para los campos de caña, donde se extenuarán hasta el sol poniente, con un puñado de arroz como alimento (. . .)”

(…)Las piedras no ofenden; nadacodician. Tan sólo pidenamor a todos, y pidenamor aun a la Nada.

Y si algunas de ellas sevan cabizbajas, o vanavergonzadas, es quealgo de humano harán…

(Las Piedras, Los Heraldos Negros)

Georgette, tomando como referencia el dato del sobrino Oswaldo Vásquez Vallejo, agrupa a los hermanos de César en tres (de donde parte una posible interpretación del significado de la palabra Trilce, derivada de ‘tres’): “los viejos: María Jesús, Víctor Clemente, Francisco Cleofé, Manuel María; los mayores: Augusto José, María Encarnación, Néstor Paula, María; los pequeños: Águeda María, Natividad Victoria, Miguel Ambrosio, César Abraham…”Sigue Georgette: “Hacia 1911, antes de emplearse en la hacienda Roma, Vallejo podría haber trabajado un tiempo en las minas de Quiruvilca. De haber sido así, es probable que esta experiencia haya sido la materia prima para su novela El Tungsteno. En 1913: Renuncia a su empleo en la hacienda y nuevamente regresa a Trujillo. Con el año, que se abre, reanuda sus estudios (Letras y paralelamente Derecho) y consigue un puesto de profesor de colegio. El primer éxito que consigue Vallejo con su tesis El Romanticismo en la Poesía Española es completo. Muy rápidamente es adoptado por los intelectuales y artistas quienes, muy numerosos,

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forman un grupo inquieto, turbulento y audaz, cuya bohemia no es en Vallejo sino un hábito, publica sus primeros versos de origen didáctico imponiéndose (él) poco por el dinamismo y los rasgos humorísticos de su fuerte personalidad intelectual y artística”. Es en agosto de 1915 cuando su querido hermano Miguel muere, abriendo en Vallejo una herida que habría de expresarse en varios poemas:

Hermano, hoy estoy en el poyo de la casa,donde nos haces una falta sin fondo!Me acuerdo que jugábamos esta hora, y que mamános acariciaba: “Pero hijos…(…)

(A mi Hermano Miguel, Canciones de Hogar, Los Heraldos Negros)

La partida de Vallejo a Lima cuando tenía 25 años, es interpretada por Georgette como un dato sombrío en la vida del poeta: “En 1917: Deja Trujillo por la capital dejando (sic) en esa un recuerdo profundo mezclado de un sentimiento de frustración. Un block de poemas compone todo su bagaje. En 1918: Triste e incolora

“Numerosa familia que dejamos no ha mucho, hoy nadie vela…” César Vallejo y cuatro de sus hermanos.

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llegada a Lima. Reacio a toda idea de economía, los algunos recursos traídos de Trujillo pronto se han agotado. Sin embargo, ya un tanto conocido en el medio intelectual entra en contacto con los periódicos y revistas que le publican uno que otro poema, consiguiendo, por otra parte y a tiempo, un puesto de director de colegio. Con el proyecto de conseguir el doctorado de Letras y de Derecho, prosigue sus estudios en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Pero ya ha llevado su primer poemario al impresor. En el mes de agosto de ese mismo año, muere su madre, en Santiago de Chuco: poemas no a su madre, sino a ‘la’ madre, una, universal.” Don Francisco Vallejo y doña María de los Santos Mendoza, los padres de César Abraham, son tópicos esenciales en su impresionante poesía. Ambos personajes dan las bases para el mestizaje del poeta, pero también para una ascendencia en la que hay –en los dos casos- la paternidad proscrita de dos curas españoles, así como dos abuelas indias, chimú. Los padres de Vallejo están relacionados con el origen y la ternura, pero también con el abandono y la muerte.

María de los Santos Mendoza y Francisco de Paula Vallejo Benítez, padres de César Vallejo.

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Sobre todo, la imagen de la madre:(…)Oh tus cuatro gorgas, asombrosamentemal plañidas, madre: tus mendigos.Las dos hermanas últimas, Miguel que ha muertoy yo arrastrando todavíauna trenza por cada letra del abecedario.

(Trilce XXIII)

Mi padre duerme. Su semblante augustofigura un apacible corazón;está ahora tan dulce…si hay algo en él de amargo, seré yo.(…)

(Los Pasos Lejanos, Los Heraldos Negros)

He almorzado solo ahora, y no he tenidomadre, ni súplica, ni sírvete, ni agua,ni padre, que en el facundo ofertoriode los choclos, pregunte para su tardanzade imagen, por los broches mayores del sonido.(…)

(Trilce XXVIII)

Georgette precisa datos: “Es finalmente que Los Heraldos Negros aparecerán no en 1918 como lo indica la edición sino en 1919 (…). Elogios entusiastas y primeros dardos. 1920: En agosto sale para Santiago de Chuco pasando por Huamachuco, pronunciando una conferencia que produce escándalo pero ahí llega sólo para verse mezclado en un sangriento conflicto local que degenera en incendio (…)”

Un episodio crucial en la vida de Vallejo fue el de los 121 días que pasó en prisión a raíz del confuso incidente que reseña Georgette, algo hasta hoy sujeto a diversas interpretaciones. Francisco Izquierdo Ríos en 1971 logra

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conversar con un personaje, quien prefiere mantenerse en el anonimato de sus iniciales E.T. Esta persona le hace a Izquierdo un relato de los hechos, en apariencia bastante fidedigno. En las fiestas patronales del pueblo, durante la procesión de Santiago, hubo en el cuartel una sublevación de gendarmes borrachos, que protestaban por el incumplimiento de un pago. Un amigo de Vallejo, llamado Antonio Ciudad, fue asesinado por la tropa en su intento por lograr un diálogo pacificador. Losada, guardaespaldas de Ciudad, mató a balazos a tres gendarmes y desarmó al resto de la tropa. Los partidarios de Ciudad se apoderaron de las armas disponibles, entre ellos César Vallejo. En medio de ese caos se produce un incendio en la tienda Santa María, la más importante de la localidad. Como consecuencia, Vallejo es detenido y encerrado en la cárcel de Trujillo, pasando allí 121 días. Este episodio fue calificado por Vallejo en Poemas Humanos, como El momento más grave de mi vida.

(…)Mi compañero de celda hase levantado temprano y está preparando el té cargado que solemos tomar cada mañana, con el pan duro de un nuevo sol sin esperanza.(…)(Alféizar, Escalas)

“Aguedita, Nativa, Miguel, cuidado con ir por ahí…”

Águeda, hermana del poeta.

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Los últimos momentos de la vida de Vallejo en el Perú son referidos por Georgette de la siguiente manera: “1922: En junio Vallejo participa en un concurso cuyo premio gana con ‘Más allá de la vida y la muerte’ que le permite hacer imprimir su segundo volumen de poemas ‘Trilce’ entre cuyos versos muchos han sido escritos en la cárcel de Trajino y que aparecen cuando Chocano culmina según él mismo como el ‘Walt Whitman del Sur’. . .En 1923: Aparecen ‘Fabla salvaje’ y ‘Escalas melografiadas’. En junio, Vallejo que proyecta su evasión desde 1920 y, sobre todo, desde la aparición de ‘Trilce’, se embarca para Europa, con una moneda de 500 soles (…)”. Nunca más regresaría al Perú. Los restos de César Vallejo están sepultados en el cementerio de Montparnasse, en París. En el viejo camposanto de Santiago de Chuco es posible acercarse a la tumba donde se han juntado los cuerpos de los padres del poeta, Francisco de Paula y María de los Santos, debajo de un rústico monumento que no es sino una roca que lleva encima una piedra pulida. Sobre esta, a punta de clavo, alguien ha escrito: Piedra Negra sobre piedra blanca. Para sentirlo el visitante habrá de llegar hasta este cementerio.

“Y la abuela amargura de un cantar neurasténico de paria ¡oh, derrotada musa legendaria” Hojas de ébano – LHN. Mágica escena nocturna en Santiago.

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Otros lugares peruanos en Vallejo

CachicadánEl pueblito y la campiña de Cachicadán, situados a unos cuarenta minutos de Santiago (18 Km de carretera afirmada en buen estado), pudieron haber sido espacios de importancia en la niñez y adolescencia del poeta. Este pueblo es una auténtica maravilla, debido a la generosidad con que ha sido tratado por la naturaleza. Cachicadán es célebre por sus baños termales, cuentan con pequeños hoteles, rústicos y sencillos, decorados con macetas que contienen enormes hortensias blancas y lilas. Izquierdo Ríos describe así este pueblo: “El ‘Ojo

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de agua caliente’ se abre al pie de un monte, no muy lejos del lomudo cerro verde-claro La Botica, llamado así por estar completamente cubierto de plantas medicinales y aromáticas”. Es seguro que Vallejo estuvo muchas veces en Cachicadán de niño, de adolescente, de joven. El visitante quedará encantado con Cachicadán, y no solamente por su paisaje y la belleza del poblado sino y sobre todo, por la pureza de su aire y el vigor que se siente en cada punto de su espacio.

Campos de quinua entre Santiago de Chuco y el maravilloso villorrio de Cachicadán, donde con seguridad “chivateó” Vallejo de niño.

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Cachicadán quizás sea uno de los componentes más intensos del paraíso perdido de la infancia vallejiana. Hoy el pueblo y su entorno están allí, comunicando la belleza excepcional de una sierra baja que pronto pasa a convertirse en bosque de neblina y luego en puna. Pero además, la gente. Personas muy acogedoras, que interrumpen su tejido para recibir al visitante ofreciéndole un quesito o una porción de jamón. Es posible que Cachicadán forme parte de los recuerdos de infancia más alegres de Vallejo, quizás los que se juntan en versos como los siguientes:

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(…) Los humos de los bohíos ¡ah golfillosen rama! madrugarían a jugara las cometas azulinas, adulantes,y, apañuscando alfarjes y piedras, nos daríansu estímulo fragante de boñigapara sacarnosel aire nene que no conoce aún las letras,a pelearles los hilos.

(Trilce LII)

“…el humo oliendo a sueño y el establo como si se exhumara un firmamento”. Nostalgias imperiales I – LHN. Campiña de Cachicadán.

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TránsitosSegún Georgette, en 1913 Vallejo viaja a Trujillo y es cuatro años más tarde cuando parte hacia Lima. Estos desplazamientos espaciales son registrados por el poeta pero no como una bitácora sino replanteando la realidad a través del lenguaje:

Como viejos curacas van los bueyescamino de Trujillo, meditando…Y al hierro de la tarde, fingen reyesque por muertos dominios van llorando.(…)

(Nostalgias Imperiales III, Los Heraldos Negros)

Para trasladarse de Trujillo a Santiago de Chuco, Vallejo descendía del tren a 20 Km de Trujillo, en la hacienda Menocucho, en medio de los cañaverales. Luego continuaba, cabalgando.

Arriero, vas fabulosamente vidriado de sudor.La hacienda Menocuchocobra mil sinsabores diarios por la vida.Las doce. Vamos a la cintura del día.El sol que duele mucho.(…)

(Los Arrieros. Los Heraldos Negros)

Tropilla de guanacos en el Santuario Nacional de Calipuy, cercano a Santiago de Chuco, un valor adicional a la ruta vallejiana.

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HuamachucoLa ciudad de Huamachuco es la capital de la provincia de Sánchez Carrión. Entre las dos ciudades, sin embargo, siempre ha habido grandes diferencias, debido a que Huamachuco albergó durante la Colonia e inicios de la República a familias pudientes. César Vallejo cursa estudios secundarios en el colegio San Nicolás de esta ciudad entre 1905 y 1908. Huamachuco se encuentra enclavada en plena Cordillera de los Andes, a 184 km de la ciudad de Trujillo y a 3,200 msnm. El viaje toma unas cinco horas. Si se va de Santiago de Chuco, hay que bajar hasta el desvío de Shorey y tomar la ruta opuesta, que dejará al viajero en Huamachuco en unas tres horas. El nombre

“Tengo fe en que soy, y en que he sido menos”. Trilce XVI Apunte de Vallejo por Camilo Blas.

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quechua huamachuco significa sombrero de halcón, aunque hay que decir que la lengua antigua, preínca, de los habitantes de esta zona fue el culle, hoy ya extinta. La ciudad generalmente está soleada, aunque por las noches es fría. El entorno huamachucano es un hermoso valle verde de mejor clima, donde se despliega la actividad ganadera, y una agricultura de papa y maíz. La minería ha sido siempre una fuente de enriquecimiento para los extractores que venían hasta acá en busca sobre todo de oro, plata y carbón. La ciudad fue fundada

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por los agustinos en 1554, por encargo de los reyes de España. Estos mismos misioneros registran en sus crónicas, prácticas rituales muy antiguas, como la del izamiento del gallardete, que hasta el día de hoy se realiza cada 29 de julio, en las fiestas patronales de la Virgen de Alta Gracia. El gallardete es un inmenso tronco de árbol que es buscado y talado para la ocasión, y que es levantado por los campesinos y luego clavado en la tierra. Antropólogos que han estudiado la zona sostienen que este viejo ritual, de hecho precolombino,

Plaza de Armas de Huamachuco, ciudad donde el poeta estudió la secundaria, en el colegio San Nicolás, entre 1905 y 1908.

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servía para mantener unida a la población, pero además, representaba la penetración fálica en terreno fértil, para asegurar la buena producción agrícola.

La ciudad de Huamachuco, a diferencia de Santiago de Chuco, muestra casonas coloniales y republicanas que hablan de grupos sociales españoles y criollos de gran solera. Y si Santiago de Chuco tiene a Vallejo, Huamachuco entroniza a José Faustino Sánchez Carrión, pensador y prócer de la Independencia. Un episodio histórico de especial relevancia ocurre en las pampas próximas a la capital de Sánchez Carrión: la batalla de Huamachuco, que enfrentó a la tropa peruana comandada por Cáceres y la chilena, el 10 de julio de 1883. Este enfrentamiento fue el último de la Guerra del Pacífico, pues determinó la posterior firma del Tratado de Ancón, el fin del conflicto pero también el inicio de la guerra civil entre Cáceres e Iglesias.

Sin duda, lo más interesante en una visita a Huamachuco que complemente el recorrido vallejiano, está en el conjunto arqueológico de Marcahuamachuco. Estudiado por Max Uhle, John y Therese Topics, también por Luis Lumbreras, este enorme complejo – situado a 14 Km de la ciudad- perteneció al señorío de los huamachucos, y compone una vasta ciudadela de piedra emplazada

“Labrado en orfandad baja el instante con rumores de entierro, el campo orante;…” Bajo los álamos – LHN. Paisaje de Markahuamachuco.

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en un cerro, para obtener una panorámica completa de la cordillera. El significado del nombre quechua del lugar es el de pueblo pedregoso de halcones, en alusión a los rasgos naturales del terreno. Marcahuamachuco debe haber sido sede de distintas ocupaciones, las que usaron la piedra para construir murallas, torres y recintos con una pericia técnica notable.

“¡América Latina! ¡Mitad del Universo! ¡Te crispas en el globo como un gesto de Dios…” Canto a América – Poema no incluido en LHN – Imponente conjunto arqueológico de Markahuamachuco.

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TrujilloCésar Vallejo se traslada a Trujillo en 1913, después de su fallido intento de estudiar Medicina en Lima. En la Universidad de Trujillo el poeta estudia Letras y se gradúa de bachiller. Colabora en Cultura Infantil, con los llamados “poemas didácticos”:

Era una tarde de verano cuandoiban los escolaresde excursión a una huerta, traveseandopor unos alfalfares. (…)(Transpiración Vegetal)

“Trujillo, contaste la última cuenta épica del rosario de dianas de la emancipación…” Fabla de gesta – Poema no incluido en Trilce.

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La tesis de Vallejo El Romanticismo en la Poesía Castellana había llamado la atención de académicos trujillanos, gracias a lo cual el poeta pasa a formar parte del grupo de intelectuales y artistas que en ese entonces ya construían una vanguardia artística y también política, la “bohemia de Trujillo” así bautizada por Juan Parra del Riego y que luego compondría el Grupo Norte. Encabezan el cenáculo Antenor Orrego, director de La Reforma y Eulogio Garrido. Está también Víctor Raúl Haya de la Torre. Al respecto escribe André Coyné: “Trujillo era en aquellos tiempos la ciudad de la vida plácida, cuya ‘sociedad’ si bien admitía los nuevos ricos del azúcar, perpetuaba en más de un aspecto la colonia, y mantenía marginado al sector mayoritario de la población estudiantil, oriunda del interior de La Libertad y de los departamentos cercanos”. Vallejo establece contacto con Orrego en 1914, y a través de esta relación, con el resto de inquietos bohemios es que, en efecto, la vida de estos muchachos cultos e irreverentes transcurría en mucho sobre la mesa de bares y cafés. Vallejo, quien vivía en el viejo hotel El Arco, entra por la puerta grande a este grupo, a raíz de que Orrego elogiara su poema Aldeana:

Hotel El Arco, donde se hospedaba Vallejo en Trujillo, en la esquina de Orbegoso y

San Martín. En los bajos abre sus puertas el Rinconcito de Vallejo.

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(…)Al portón de la casaque el tiempo con sus garras torna ojosa,asoma silenciosay al establo cercano luego pasa,la silueta calmosade un buey color de oro,que añora la oración de las esquilas,su edad viril de toro!(…)

(Aldeana, Los Heraldos Negros)

André Coyné describe el paso de Vallejo por la bohemia trujillana como un momento crucial en la vida del poeta, es cuando sus poemas comienzan a aparecer publicados en revistas locales y en su interior va forjándose la definición de un “instrumento que le permitirá expresarse libre de todo influjo ajeno”. Son dos años en los que su real pasión de creador va emergiendo, pero también el sentimiento amoroso, el idealizado, el carnal, es el tiempo de Mirtho (Zoila Rosa Cuadra), un gran enigma:

“La bohemia de Trujillo”, con Vallejo al centro. También aparecen, entre otros, José Eulogio Garrido, Antenor Orrego, Alcides Spelucín. Trujillo, 1916.

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Su pase por Trujillo conectó a Vallejo con un mundo cosmopolita, crítico y politizado, que hacia mucha vida de café. Fachada de café – bar del Museo del Juguete, en Trujillo.

Amor, ya no vuelves a mis ojos muertos;y cuál mi idealista corazón te llora.Mis cálices todos aguardan abiertostus hostias de otoño y vinos de aurora.(…)

(Amor, Los Heraldos Negros)

Trujillo es para Vallejo una preparación para el cosmopolitismo, el que buscará en Lima pero desarrollará con gran talento –y mucho sufrimiento- en el viejo continente, en París, en Madrid. En 1918 viaja a Lima, se enamora de Otilia Villanueva. Ese año muere su madre. Regresa a su tierra en 1920, para protagonizar el episodio de su encarcelamiento. En 1921, luego de su liberación, regresa a Lima, para luego iniciar su etapa europea, la que lo lanzará al mundo como un poeta universal:

(…)¡Adiós también, me digo a mí mismo,adiós, vuelo formal de los miligramos! ¡También adiós, de modo idéntico,frío del frío y frío del calor!

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Al cabo, al fin, por último la lógica,los linderos del fuego,la despedida recordando aquel adiós.

(Despedida Recordando un Adiós, Poemas Humanos)

El visitante deberá buscar en Trujillo lugares emblemáticos en la vida de Vallejo, como el antiguo colegio Pedro Ureña (conocido como Centro Viejo), situado en la Plaza de Armas, donde Vallejo trabajó como preceptor, hoy ya vacío de escolares y a la espera de una restauración. Del mismo modo el tradicional colegio San Juan, en cuyas aulas también el poeta formó muchachos. En la esquina de Orbegoso y San Martín se ubica lo que fuera el hotel El Arco, una gran edificación republicana en cuyo interior y en torno a un patio se abren pequeños negocios. En el segundo piso, dando a un larguísimo balcón, está la habitación número 7, donde vivió Vallejo. En la misma esquina entre las dos calles, y con puerta al exterior, se encuentra el Rinconcito César Vallejo, un huarique de comida criolla norteña decorado con temas vallejianos. Los días lunes se sirve aquí un delicioso shambar, un potaje típico del norte peruano. Como para hacerse una idea de lo que pudo ser la vida de los bohemios de Trujillo, es interesante visitar el bar, recreado, del

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pintor Gerardo Chávez, situado en los bajos del Museo del Juguete. Allí se toma café y se bebe tragos en un ambiente decorado en un estilo de época rodeados de fotos de poetas, pintores y narradores. Otro lugar ilustrativo de la existencia del Grupo Norte, aunque ya en sus años finales, es la Librería Peruana, hasta hoy conducida por doña Inés Guerra de Guijón, una culta y agradable dama chiclayana.

“En esta tarde todos, todos pasan sin preguntarme ni pedirme nada”. Ágape, LHN. Vallejo en Niza, 1929.

Según André Coyné, el Trujillo de inicios del siglo XX admitía a los nuevos ricos del azúcar pero excluía a los provincianos.

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PascoA pesar de no formar parte del norte liberteño, el departamento de Pasco tiene importancia en la biografía de César Vallejo, pues allá trabaja en 1911 como preceptor de los hijos del hacendado dueño de Acobamba, Domingo Sotil. Entre los primeros poemas de Vallejo, no incluidos en Los Heraldos Negros, figura Fusión, agrupado por los estudiosos de la obra vallejiana entre los llamados “poemas didácticos”, los que al decir de André Coyné, eran “meras composiciones didácticas escritas para niños, cursos de ciencias naturales envueltos en una anécdota versificada”. Fusión fue publicado en Cultura Infantil y en sus versos se evoca el viaje del poeta a Pasco en el Ferrocarril Central:

Cruza el tren la estéril punaque ya la noche amortaja,y la lluvia lenta bajacon tristísimo rumor.(…)

Fusión

LimaAlusiones a Lima son frecuentes en la poesía de Vallejo. La presente guía se centra en los escenarios norteños de la vida y obra del poeta, pero no queremos dejar pasar la ocasión de ilustrar con un poema, la imagen que tiene Vallejo de la capital del Perú, antes de dejarla para siempre:

En Lima… En Lima está lloviendoel agua sucia de un dolorqué mortífero. Está lloviendode la gotera de tu amor.(…)

(Lluvia. Los Heraldos Negros).

César Vallejo y su hermano Néstor en el Parque de la

Exposición, Lima, entre 1918 y 1920.

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Contactos y datos

En Santiago de Chuco:Casa Museo César VallejoAntigua calle Colón, hoy César Vallejo con Cáceres. Barrio Santa Mónica, antes Cajabamba. Guía: Jack Alayo. Telf. (044) 949-330613.

Maestro Francisco Miñano.Calle Heraldos Negros 1554.Telf. (044) 670-020. Celular: 949 120052.

Olenka Hottein, niña declamadora de Vallejo.Ubicarla a través de Jack Alayo. Telf. (044) 949-330613.

Taller Artesanal Los ChucosCalle Grau con San Martín y Piedra Negra Sobre Piedra Blanca. Barrio San Cristóbal.

Colegio Centro Viejo (hoy Escuela Primaria de Menores 80520) Calle Paco Yunque con Castilla. Barrio Santa Rosa.

CementerioProlongación Porturas. Barrio San José.

En Trujillo:Colegio Centro Viejo (Pedro Ureña)Independencia con Almagro, en la Plaza de Armas. Coordinar visita con la Sub Dirección Regional de Educación. Telf. (044) 9492-02623.

Colegio San Juan: fundado en 1854.Av. Independencia 647. Telf. (044) 22-4112

Ex hotel El ArcoEsquina Orbegoso y San Martín.

Rinconcito César VallejoOrbegoso 303

Librería PeruanaPizarro 388

Café Bar Museo del JugueteJr. Independencia 701, esquina con Junín. Telf. (044) 297200

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César Vallejo trabajó como ayudante de cajero en la hacienda Roma cuando esta era propiedad de la familia Larco. La hacienda formaba parte de un conjunto de complejos agroindustriales en el norte liberteño, donde el cultivo, de caña de azúcar, diseñó los primeros proyectos modernizadores de la agricultura peruana, desde inicios del siglo XX. Estas extensas propiedades tuvieron casas espaciosas y señoriales, donde vivieron sus propietarios. No obstante a medida, que se imponía la industrialización, las familias terratenientes se trasladaban a la ciudad de Trujillo y dejaban el espacio que había sido residencial, a las funciones administrativas de los

Ruta de las haciendas azucareras

Cine Patria, hacienda Chiclín, construido en 1910. Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera, en la Plaza de Armas de Chiclín, inaugurado en 1926.

Fachada de la casa hacienda Cartavio (de 1902), hoy sede de las oficinas del Grupo Gloria.

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modernos complejos. Las casas fueron levantadas con adobe, quincha y madera, y correspondían a diseños arquitectónicos diversos que se iban modificando mediante ampliaciones y modernizaciones. La Reforma Agraria de Velasco Alvarado (1969) produjo un cambio radical en el modelo económico que sustentaba la presencia de las haciendas, por lo cual algunas casas fueron destruidas; otras pasaron por procesos de reconstrucción y hoy han reabierto sus puertas para mostrarnos una parte clave de nuestro pasado. Proponemos al lector completar la ruta literaria de César Vallejo, con un paseo por las ex casas hacienda, que se puede realizar en un día o dos.

Escuela de niños en pueblo de Cartavio, que imita la casa hacienda.

Arquería de la casa hacienda Chiquitoy, construida hacia 1865.

Ranchería de hacienda modernizada.

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El circuito está formado por las antiguas haciendas y hoy empresas azucareras Roma, Chiquitoy, Cartavio, Chiclín y Casa Grande. Roma conserva sólo el primer piso de la que fuera la mejor casa hacienda del valle del Chicama. En su interior aún se guardan objetos decorativos de época. Allí está la oficina que ocupaba César Vallejo cuando se desempeñaba como ayudante de cajero. En Chiquitoy hay que visitar la casa y su patio arbolado, el cine, la capilla; observar la locomotora ubicada sobre una huaca y el parque recreacional (plaza de toros y caballos de paso). Cartavio muestra una interesante casa hacienda, su plaza y el área de la vivienda de los obreros. Chiclín guarda un museo muy atractivo, donde se da cuenta de la historia y el auge de los complejos azucareros, además de testimonios arqueológicos. También, una locomotora y

Fachada de dos pisos, casa hacienda de Casa Grande, construida hacia 1920.

Fachada del cine Casa Grande, con una hermosa arquitectura modern style.

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una colección de maquinaria de época. La casa hacienda de Casa Grande muestra rastros de su diseño original, y se visita junto con el local del cine, la plaza y otras instalaciones.

Estas azucareras están ubicadas aproximadamente a 600 kilómetros de Lima y entre 30 y 40 kilómetros de Trujillo. Para trasladarse hasta la zona, hay que ubicar el Km 597 de la carretera Panamericana Norte, donde encontramos Chiquitoy. Las cuatro azucareras se hallan muy próximas entre sí.

Referencias y contactos:Chiquitoy, Roma, Cartavio y Casa GrandeContactar con la Oficina de Imagen Institucional del Grupo Gloria. - Amparo Saldaña. Telf. (044) 443-343; (044) 949-841437. - Lorena Nima. Telf. (044) 9499-17584. E-mail: [email protected].

ChiclínContactar con Jorge Cox, propietario del museo. Telf. (044) 9493-60596; (044) 540-225

Distancias en la Panamericana Norte:

Iglesia en plaza del distrito de Casa Grande

Segundo piso de Casa Grande

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Reseña biográfica

César Vallejo nace el 16 de marzo de 1892, en Santiago de Chuco, La Libertad. Hace sus primeros estudios en su tierra, en la Escuela Municipal y luego en el Centro Escolar N° 271, conocido como Centro Viejo. Entre 1905 y 1908 estudia secundaria en la ciudad de Huamachuco, en el colegio San Nicolás. En 1910 se matricula en la Universidad de La Libertad, en Trujillo, pero abandona los estudios y vuelve a su tierra. En 1911 viaja a Lima con la idea de iniciar estudios de Medicina, pero desiste y parte hacia la hacienda Acobamba, en Pasco, a trabajar como preceptor de los hijos del hacendado Domingo Sotil. En 1912 trabaja en la hacienda Roma, cercana a Trujillo, como ayudante de cajero. Renuncia a este empleo y en marzo de 1913 vuelve a la Universidad de Trujillo para estudiar Filosofía y Letras. A la vez, consigue trabajo como preceptor en el Centro Escolar de Varones N° 241. Ya ha publicado poemas en Cultura Infantil y ahora lo hace en La Reforma. En 1915 consigue un puesto en el Colegio Nacional San Juan. Inicia sus relaciones con el grupo de jóvenes intelectuales al que Juan Parra del Riego llamó la “bohemia de Trujillo”. Fallece su hermano Miguel. Se gradúa como bachiller en Letras con la tesis El Romanticismo en la Poesía Castellana. En 1917 sigue estudiando Derecho y desarrolla sus actividades políticas en la universidad. Tiempo de los amores con “Mirtho”, Zoila Rosa Cuadra, una jovencita de quince años. Parte hacia Lima. En 1918 postula a la Universidad de San Marcos, al Doctorado de la Facultad de Letras. Idilio con Otilia Villanueva. Muere su madre el 8 de agosto de ese año. En 1919 aparece Los Heraldos Negros, impreso por Souza Ferreira en Lima. En 1920 ingresa a trabajar al Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe. En agosto, en una visita a su tierra, se produce un incidente confuso por el que termina siendo acusado de instigador intelectual. Pasa a la clandestinidad pero es detenido el 6 de noviembre de 1920 y puesto preso en la Cárcel Central de Trujillo, hasta el 21 de febrero de 1921. Al año siguiente, en Lima, se edita Trilce. En 1923 aparece Escalas, en marzo, y dos meses después, Fabla Salvaje. El 17 de junio parte hacia Europa y se instala en París. Su padre muere el 24 de marzo de 1924. En 1925 es becado por el gobierno de España. En 1926 llega a Madrid y viaja a San Sebastián. Comienza una relación epistolar con José Carlos Mariátegui. En 1927 ya está publicando en Mundial y Variedades. Ese año conoce a Georgette Philippart. Al año siguiente viaja a la Unión Soviética. Se radicaliza en política y rompe con Haya de la Torre. Inicia en 1929 la vida en común con Georgette, que seguirá hasta el final de su vida. Escribe reportajes sobre Rusia e ingresa a la dramaturgia. En julio de 1930 es expulsado de Francia por sus ideas políticas, y vuelve a Madrid. Aparece El Tungsteno. Vuelve a Rusia en 1931, regresa a Madrid y se hace militante del Partido Comunista de España. Se casa con Georgette en 1934. En 1936, desatada la guerra civil en España, Vallejo ayuda en la formación de Comités de Defensa de la República. En 1937 escribe España, Aparta de mí Este Cáliz. Colabora en actividades de defensa de las libertades civiles en el Perú. En marzo de ese año enferma en París y muere el 15 de abril, a las 9:30 de la mañana.

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Obras publicadas de César Vallejo

“Y mi madre pasea allá en los huertos,…” Los pasos lejanos

– LHN María de los Santos Mendoza, madre de Vallejo.

“Mi padre duerme. Su semblante augusto…” Los pasos lejanos – LHN. Francisco de Paula Vallejo,

padre del poeta.

-El Romanticismo en la Poesía Castellana (Tesis de grado) Trujillo, 1915-Los Heraldos Negros (Poemas). Lima, 1918-Trilce. Lima, 1922, Madrid 1930-Escalas. Lima, 1923-Fabla Salvaje. Lima, 1923-El Tungsteno. Madrid, 1931-Rusia en 1931. Madrid, 1931-Poemas Humanos. París, 1939-Hacia el reino de los Sciris. Lima, 1944-Paco Yunque. Lima, 1951-La Piedra Cansada. Lima, 1951-Moscú Contra Moscú. Lima, 1952-Colacho Hermanos. Lima, 1956

Además, entre 1918 y 1938, César Vallejo publica una gran cantidad de artículos periodísticos, literarios y políticos, en diversas revistas e incluso en diarios: -La Reforma (Trujillo) -Mundial (Lima) -Variedades (Lima)-Amauta (Lima)-El Comercio (Lima) -Bolívar (Madrid) -Nosotros (Buenos Aires) -La Voz (Madrid) -Repertorio Americano (San José de Costa Rica) -Nuestra España (París) -El Mono Azul (Madrid).

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