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El Niño El Niño es un fenómeno climático global, erráticamente cíclico (Strahler habla de ciclos entre tres y ocho años [1 ] ), que consiste en un cambio en los patrones de movimiento de las corrientes marinas en la zona intertropical provocando, en consecuencia, una superposición de aguas cálidas procedentes de la zona del hemisferio norte inmediatamente al norte del ecuador sobre las aguas de emersión muy frías que caracterizan la corriente de Humboldt o del Perú; esta situación provoca estragos a escala mundial debido a las intensas lluvias, afectando principalmente a América del Sur , tanto en las costas atlánticas como en las del Pacífico. El nombre de "El Niño" se debe a pescadores del puerto de Paita al norte de Perú que observaron que las aguas del sistema de Corrientes Peruana o Corriente de Humboldt , que corre de sur a norte frente a las costas de Perú y Chile, se calentaban en la época de las fiestas navideñas y los cardúmenes o bancos de peces huían hacia el sur, debido a una corriente caliente procedente del Golfo de Guayaquil (Ecuador ). A este fenómeno le dieron el nombre de Corriente de El Niño, por su asociación con la época de la Navidad y el Niño Jesús. El nombre científico del fenómeno es Oscilación del Sur El Niño (El Niño-Southern Oscillation, ENSO, por sus siglas en inglés ). Es un fenómeno explicado por el movimiento de rotación terrestre. Günther D. Roth lo define como una irrupción ocasional de aguas superficiales cálidas en el Pacífico junto a las costas de Perú y Ecuador debida a inestabilidades de presión atmosférica entre el Pacífico oriental y occidental cercano al ecuador. Supuesto causante de anomalías climáticas Desarrollo del Fenómeno La exactitud de la información dudosa en este artículo o sección está discutida . En la página de discusión puedes consultar el debate al respecto.

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Page 1: El Niño

El Niño

El Niño es un fenómeno climático global, erráticamente cíclico (Strahler habla de ciclos entre tres y ocho años[1] ), que consiste en un cambio en los patrones de movimiento de las corrientes marinas en la zona intertropical provocando, en consecuencia, una superposición de aguas cálidas procedentes de la zona del hemisferio norte inmediatamente al norte del ecuador sobre las aguas de emersión muy frías que caracterizan la corriente de Humboldt o del Perú; esta situación provoca estragos a escala mundial debido a las intensas lluvias, afectando principalmente a América del Sur, tanto en las costas atlánticas como en las del Pacífico.

El nombre de "El Niño" se debe a pescadores del puerto de Paita al norte de Perú que observaron que las aguas del sistema de Corrientes Peruana o Corriente de Humboldt, que corre de sur a norte frente a las costas de Perú y Chile, se calentaban en la época de las fiestas navideñas y los cardúmenes o bancos de peces huían hacia el sur, debido a una corriente caliente procedente del Golfo de Guayaquil (Ecuador). A este fenómeno le dieron el nombre de Corriente de El Niño, por su asociación con la época de la Navidad y el Niño Jesús.

El nombre científico del fenómeno es Oscilación del Sur El Niño (El Niño-Southern Oscillation, ENSO, por sus siglas en inglés). Es un fenómeno explicado por el movimiento de rotación terrestre.

Günther D. Roth lo define como una irrupción ocasional de aguas superficiales cálidas en el Pacífico junto a las costas de Perú y Ecuador debida a inestabilidades de presión atmosférica entre el Pacífico oriental y occidental cercano al ecuador. Supuesto causante de anomalías climáticas

Desarrollo del Fenómeno

La exactitud de la información dudosa en este artículo o sección está discutida.En la página de discusión puedes consultar el debate al respecto.

Patrón Normal del Pacífico. Vientos ecuatoriales apilan agua más caliente hacia el oeste. El agua fría se va hacia las costas de Sudamérica. (NOAA / PMEL / TAO).

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Condiciones de El Niño. El pool de "agua caliente" va hacia la costa sudamericana. Ausencia de movimientos de agua fría incrementan el calentamiento.

Condiciones de La Niña. El agua caliente está más al oeste que lo usual.

El episodio prodrómico se inicia en el océano Pacífico tropical, cerca de Australia e Indonesia, y con él se altera la presión atmosférica en zonas muy distantes entre sí, se producen cambios en la dirección y en la velocidad de los vientos y se desplazan las zonas de lluvia en la región tropical.

En condiciones normales, también llamadas Condiciones Neutrales, los vientos Alisios (que soplan de este a oeste) apilan una gran cantidad de agua y calor en la parte occidental de este océano. En consecuencia, el nivel superficial del mar es aproximadamente medio metro más alto en Indonesia que frente a las costas del Perú y Ecuador.[3] [4] [5] [6]

Además, la diferencia en la temperatura superficial del mar es de alrededor de 8 °C entre ambas zonas del Pacífico. Las temperaturas "frías" se presentan en América del Sur porque suben las aguas profundas y producen un agua rica en nutrientes y mantiene el ecosistema marino. Durante el fenómeno de "la Niña" las zonas relativamente húmedas y lluviosas se localizan al sudeste asiático, mientras que en América del Sur es relativamente seco.

Durante el Niño los vientos alisios se debilitan o dejan de soplar, la máxima temperatura marina se desplaza hacia el sistema de corrientes Chileno-Peruana, que es relativamente fría, y la mínima temperatura marina se desplaza hacia el Sudeste Asiático. Esto provoca el aumento de la presión atmosférica en el sudeste asiático y la disminución en América del Sur. Todo este cambio ocurre en un intervalo de seis meses que, aproximadamente, va desde junio a noviembre; es muy fuerte con alteraciones en el clima.

Los efectos

En América del Sur

Las consecuencias de este fenómeno climático lleva a regiones aleatorias de América del Sur a:

Disminución de la intensidad de la Corriente de Humboldt.

Pérdidas pesqueras en ciertas especies e incremento en otras.

Intensa formación de nubes generadas en la Zona de convergencia intertropical.

Periodos muy húmedos.

Baja presión atmosférica.

Generación de huaicos

Pérdidas agrícolas.

En América Central

Guatemala

Uno de los eventos climáticos de mayor impacto en Guatemala es el fenómeno de El Niño, con importantes implicaciones en el clima, que se ha reflejado en la variación de los regímenes de lluvia. Bajo eventos severos se ha registrado una disminución importante en los acumulados de lluvia el

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inicio de la época lluviosa, con implicaciones de menor disponibilidad de agua, incendios, etc.

El fenómeno se ha asociado a mayor incidencia de frentes fríos, aumento del número de huracanes en el Pacífico mientras que disminuyen en el Atlántico, Caribe y golfo de México, tal como se ha venido observando en los últimos años.

Estas condiciones atmosféricas causan inundaciones importantes en las cuencas de los ríos, principalmente los correspondientes a la Vertiente del Pacífico las cuales se ven agravadas por la alta vulnerabilidad de muchas zonas pobladas establecidas en áreas de alto riesgo como márgenes de ríos y laderas propensas a deslizamientos.

En el sudeste de Asia

En determinadas regiones aleatorias (desconocidas) del sudeste asiático provoca:

Lluvias escasas.

Enfriamiento del océano.

Baja formación de nubes.

Periodos muy secos.

Alta presión atmosférica.

Escasez de alimentos marinos

Cultivos arruinados

Escasez de agua en los ríos

En el Mundo

Consecuencias globales:

Cambio de circulación atmosférica.

Cambio de la temperatura oceánica.

Pérdida económica en actividades primarias.

Pérdidas de hogares.

Los Niños prehispánicos

Resumiendo las conclusiones de quienes han estudiado las huellas dejadas desde hace algunos milenios por eventos climáticos excepcionales en varias zonas situadas entre la desembocadura del río Piura, al norte y la de la Quebrada de los Burros cerca de Tacna, al extremo sur de Perú.[7]

No se sabe bien cuáles eran las condiciones climáticas que reinaban en la costa Peruana antes de la era interglacial actual, llamada holoceno (que se estableció desde hace 10 a 15 milenios). El nivel del mar era de 80 a 120 m más bajo y la línea de la orilla más alejada, hasta varios kilómetros. Los autores están de acuerdo en pensar que las condiciones climáticas sobre la costa peruana ya eran desérticas o al menos áridas. Algunos investigadores afirman que los eventos de El Niño existen desde hace por lo menos 40.000 años.

En la parte norte de Perú, se observa un evento del Niño que provoca inundaciones cada 5 ó 10 años. En el Sur estos eventos son escasos, pero pueden sobrevenir y son a menudo devastadores.

Las huellas dejadas por los diferentes Niño varían según las regiones. Las cronologías pueden ser diferentes. Se puede constatar que, de norte a sur de la costa peruana sobrevienen cada 200, 300 ó 500 años, una catástrofe climática mayor que probablemente ha provocado a menudo o facilitado la desaparición violenta de varias civilizaciones como la Cultura Chavín, la Dinastía Naylamp o la cultura Lambayeque.

Los Niños históricos

Diversos investigadores han concordado en una cronología completa de los eventos del Niño a partir de los elementos históricos.

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Los eventos calificados de muy fuertes, que se podrían comparar con los eventos de 1982-83 y de 1997-98 han sobrevenido en 1578, 1728, 1790-93, 1828, 1876-78, 1891 y 1925-26, es decir 9 eventos muy fuertes en 475 años, es decir aproximadamente cada 50 años.

Otros 10 eventos son calificados entre Fuerte y Muy Fuerte (F+) y otros 21 de Fuertes. Por lo tanto, ha habido 40 eventos Fuertes y Muy Fuertes en 475 años, es decir uno cada 9 años.

Con todas las reservas del caso se puede decir que cada 500 ó 1.000 años el Perú ha sido golpeado por una catástrofe mayor (Mega Niño), capaz de remodelar paisajes y desorganizar o provocar la desaparición de sociedades.

Niños Muy Fuertes como los de 1925, 1983 ó 1997 sobrevendrán aproximadamente cada 50 años, en media.

Niños normales o canónicos sobrevendrán en promedio cada 3 ó 4 años. Estos tienen a menudo efectos benéficos sobre las culturas y la generación de los recursos en agua, pero provocan una sobre dos o tres veces (en promedio cada diez años) daños apreciables.

Finalmente, hay que recordar que en el Perú, las inundaciones no siempre son provocadas por el Fenómeno El Niño. Los huaicos a menudo catastróficos son muchas veces vinculados por deslizamientos de terreno, (provocados por temblores, accidentes glaciares o exceso de lluvias relacionadas con el Niño o no).

Las investigaciones del Síndrome El Niño puede poner orden en el contexto de las posibilidades del cambio climático. El hallazgo de un cierto ciclaje en la reaparición del Niño puede hipotetizar acerca de no cambios climáticos globales. Hay expertos en disidencia en pensar en la hipótesis de un no recalentamiento global del clima del planeta, por los antiguos mega «Niños Muy Fuertes», y que en la actualidad sean menos frecuentes.

1997-1998

En noviembre de 1997 se realizó un foro para predecir los impactos de El Niño. "¿Cuánto va a llover en la región?" o "¿Cuánto se intensificarán los vientos para los huracanes?" fueron dos de las de cientos de preguntas que se realizaron en el foro. Las consecuencias del fenómeno El Niño, en 1997, fueron muy fuertes, no solamente afectaron las costas de Sudamérica, sino que también afectó Centroamérica, el Pacífico mexicano y la Corriente de California, ocasionando intensas lluvias desde el estado de Baja California, en México, afectando a varias ciudades como Ensenada, Rosarito, San Diego, Tijuana entre otras, hasta el sur del Perú y norte de Chile respectivamente. Provocó, aparte de epidemias, gran erosión en las costas, incendios forestales, pérdida pesquera y agrícola. Incluso el 13 de diciembre de 1997, invierno boreal, se diosodio cada 116 años es 1 mínimo climático.En este mismo día se presentaron nevadas en ciudades que no nieva usualmente como Guadalajara, San Luis Potosí, León y Aguascalientes provocando también la suspensión de actividades en los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas en México.

Influencia en Perú

El fenómeno del Niño afectó en 1997-98 gran parte del Perú y Chile, concentrándose sus efectos entre noviembre de 1997 y abril de 1998. Las lluvias promedio mensuales alcanzaron 701 mm en Tumbes, 623 202 mm en Chiclayo, superando ampliamente los niveles normales.[8] Pero puede afectar a otros países.

Los departamentos más afectados del país fueron los de Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, [[Anr precipitaciones pluviales ocurrieron en los casos de Tumbes, Piura, Lambayeque e Ica.

Los ríos que desembocan en el Pacífico alcanzaron caudales muy importantes. Algunos de los cuales fueron:

río Tumbes : 2.300 m3/s

río Piura : 4.424 m3/s

río Ica : 620 m3/s

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río Rímac : 200 m3/s

Los dabsp;m. Igualmente las vías de ferrocarril central, del sur y del sur-oriente han sufrido el embate de más de 150 huaicos.

Se han afectado poblaciones urbanas o rurales de Tumbes, Piura, Ica, Oxapampa, Villarica, Pozuzo, Junín, y Trujillo, comprometiéndose sus obras de saneamiento de agua y desagüe.

La amplitud excepcional de este fenómeno obliga a modificar el razonamiento técnico tradicional y proponer medidas y tipos de obras diferentes de los recomendados en el pasado.

El Síndrome El Niño es un conjunto de eventos climático-hidrológicos, cuya naturaleza, aparición, intensidad, no está aún claramente definida, como tampoco su magnitud, sus lugares de afectación, frecuencia y extremos están sujetos a incertidumbres en razón del increíblemente corto período de registro de la muestra estadística.

El Niño de 1998 afectó en forma inesperada a la ciudad de Ica, en el estado presente de nuestro conocimiento y según el estudio de este evento, no hay ninguna certeza de que podría volver a presentarse, con magnitud e intensidad impredecible, en cualquier año y en cualquiera de las cuencas hidrográficas de la costa peruana.

Las investigaciones históricas y prehistóricas hechas por varios autores conducen a estimar el periodo de retorno de los dos últimos Niños "fuertes" a 50 años, con todas las debidas reservas.

El ENSO y el calentamiento global

A comienzos del siglo XXI, la asignación de cambios recientes en el ENSO, o predicciones hacia cambios futuros de clima, no han logrado correlaciones consistentes.[9] Más resultados de 2005[10] tienden a sugerir que los relativamente proyectados calentamientos, podrían seguir a cambios en los patrones espaciales El Niño, sin necesariamente alterar la variabilidad

natural de este patrón, mientras el ciclo ENSO podría acortarse mínimamente

La Niña (clima)

Impactos climáticos regionales de La Niña.

Tanto El Niño como La Niña, son los ejemplos más evidentes de las oscilaciones climáticas globales, siendo parte fundamental de un vasto y complejo sistema de fluctuaciones climáticas. La Niña se caracteriza por temperaturas frías y perdurables, si se le compara con El Niño ya que éste se caracteriza por temperaturas oceánicas inusualmente calientes sobre el Océano Pacífico Ecuatorial.

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Los episodios de La Niña también producen cambios a gran escala en los vientos atmosféricos sobre el Océano Pacífico Tropical, incluyendo un incremento en la intensidad de los vientos Alisios del Este (Este-Oeste) en la atmósfera baja sobre el océano Pacífico Oriental, y de los del oeste en la atmósfera superior. Estas condiciones reflejan cambios significativos en la circulación ecuatorial de Walker.

Los episodios Cálido/El Niño y Frío/La Niña, forman parte de un ciclo conocido como El Niño Oscilación del Sur, ENOS. El ciclo tiene un período medio de duración de aproximadamente cuatro años, aunque en el registro histórico los períodos han variado entre 2 y 7 años.

Durante un episodio de La Niña, es típico observar condiciones más secas respecto a lo normal sobre el océano Pacífico Ecuatorial Central, debido a un debilitamiento de la corriente en chorro durante los meses de diciembre a febrero, y por el fortalecimiento de los sistemas monzónicos en Australia/Sudeste de Asia, América del Sur/Centroamérica y África.

En las primeras fases de los episodios de La Niña, la termoclina (isoterma de 20 °C que separa las capas superficiales del océano de las más profundas) se localiza a poca profundidad respecto a lo normal, principalmente en los sectores del océano Pacífico Central y frente a las costas de América del Sur. Durante la fase madura la termoclina gradualmente se profundiza en la parte occidental del Océano Pacífico y en el sector Central en las últimas fases de los episodios.

Transición del fenómeno frío la Niña a un episodio cálido El Niño

Como resultado de los cambios arriba indicados, las temperaturas subsuperficiales del mar se vuelven gradualmente más cálidas de lo normal en los sectores occidental y central del Océano Pacífico Ecuatorial, creándose condiciones muy favorables para una transición a un estado neutral, o a un episodio de El Niño. Los factores críticos que determinarán

dicha transición son los vientos del Este de nivel bajo y la estructura de la temperatura oceánica sub-superficial.

En las últimas fases de los fenómenos El Niño, la profundidad de la termoclina y de la temperatura del mar subsuperficial llegan a ser inferiores a lo normal por diversas partes del Océano Pacífico Ecuatorial. Esta evolución indica un vaciado del contenido de calor hacia la parte superior del océano y a la vez son los preparativos para una fase de transición hacia un estado neutral, o hacia un año más del fenómeno la Niña. El carácter de esta transición depende una vez más de la variabilidad de la intensidad de los vientos del este de nivel bajo y de la estructura de la temperatura oceánica sub-superficial.

Frecuencia de El Niño y La Niña

Es importante señalar que cuando finaliza un evento El Niño, no necesariamente se debe esperar que se desarrolle un episodio de La Niña, sin embargo en la mayoría de las veces esta transición tiene lugar. Por ejemplo, los eventos El Niño de 1957, 1965 y 1991 presentaron un rápido decrecimiento de las temperaturas de la superficie del océano, pero no se desarrollaron a eventos fríos.

También ha habido ocasiones en que unos episodios Cálidos conllevaron episodios Fríos en la estación siguiente, tal y como sucedió en 1969, 1972 y 1987; pero en cada uno de estos episodios las condiciones frías completamente establecidas se desarrollaron hacia finales de julio. Las condiciones de un episodio La Niña moderado, se desarrollaron a continuación de El Niño 1982/83, que fue el evento Cálido más parecido a El Niño de 1997/98. En este último caso, las condiciones de La Niña se desarrollaron en el otoño (septiembre - noviembre) de 1983.

Regularmente los eventos de El Niño ocurren más frecuentemente que los eventos de La Niña. Por ejemplo, durante el período 1950-1998 (49 años) y según los registros de NOAA, han ocurrido un total de 12 eventos del fenómeno El Niño, versus 9 eventos de La Niña.

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Eventos de mayor duración y mayor intensidad

De acuerdo a los registros de NOAA del período 1950-1991, los eventos La Niña de mayor duración han sido los ocurridos en 1955-1956 y en 1974-1975, siendo más fuerte este último. El evento de mayor intensidad fue el de 1988-1989, a pesar de que su duración promedio fue de 12 a 14 meses.

Su impacto en el clima global

En los trópicos las variaciones experimentadas en el clima global por efecto del fenómeno de La Niña son radicalmente opuestas a las variaciones ocasionadas por El Niño.

En latitudes más altas que las de Nicaragua, tanto El Niño como La Niña son parte de los diferentes factores que influyen en el clima. En estas latitudes los impactos de El Niño y La Niña se aprecian más claramente en la estación invernal (diciembre-febrero). En el continente americano durante los años La Niña, las temperaturas del aire de la estación invernal se tornan más calientes de lo normal en el Sudeste y más frías que lo normal en el Noreste.

En América Central es bastante probable esperar condiciones relativamente más húmedas de lo normal, principalmente sobre las zonas costeras del mar Caribe. En América del Sur predominan las condiciones más secas y más frescas de lo normal sobre Ecuador y Perú, así como condiciones más húmedas en el Nordeste de Brasil.

Su efecto en el clima de Nicaragua

En el caso particular de Nicaragua el fenómeno de El Niño está íntimamente relacionado con la ocurrencia de sequías sobre el territorio nacional. Contrariamente, La Niña se asocia con estaciones lluviosas benignas o más húmedas y también con la ocurrencia de eventos meteorológicos extremos que causan desastres naturales como depresiones atmosféricas, tormentas y ciclones tropicales.

En años de La Niña, durante el período de Junio a Agosto, sobre Centroamérica prevalecen las condiciones más frescas y más húmedas, de tal manera que sobre Nicaragua es posible esperar un período canicular benigno, o en su defecto la ausencia de este mínimo estival en la marcha mensual del régimen de precipitación.

Según la información histórica que posee INETER(Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales) sobre vórtices ciclónicos que han impactado al territorio nacional en los últimos 100 años, se puede concluir que los desastres naturales de origen meteorológico más trágicos han ocurrido en años La Niña. Durante el evento 1970-71, en septiembre de 1971 el huracán IRENE atravesó el país de Este a Oeste siguiendo la ruta más al Sur utilizada hasta la fecha por un vórtice ciclónico, recibiendo el nombre de OLIVIA como tormenta tropical en aguas del Océano Pacífico. En el evento 1974-75, catalogado como el de mayor duración en los últimos 49 años, en septiembre de 1974 Nicaragua se vio seriamente afectado de forma indirecta por el huracán FIFÍ, el cual causó severas inundaciones en los Departamentos de Chinandega y León principalmente, como resultado de la circulación atmosférica creada por el sistema ciclónico.

En octubre de 1988 otro evento de La Niña clasificado como el más intenso del período 195?-1998, propició la entrada al territorio del segundo huracán más desastroso en la historia de Nicaragua, El JOAN, y el más intenso respecto a la escala internacional de Saffir-Simpson de los que han impactado directamente al país. A pesar que los daños fueron cuantiosos en infraestructura, en el sector agrícola, en forestaría y en algunos ecosistemas, se podría decir en relación a la última catástrofe provocada por el huracán Mitch que la pérdida de vidas humanas causadas por el JOAN podrían ser inferiores al 10% de las originadas por este último.

Nuevamente la ocurrencia del evento de La Niña 1995-1996 clasificado como débil internacionalmente, creó condiciones propicias para que en julio de 1996 el huracán CESAR irrumpiera sobre territorio Nicaragüense a la altura de Kukra Hill y que posteriormente atravesara el territorio nacional con intensidades de tormenta y depresión tropical. En lo general, se podría decir que el huracán CESAR (intensidad 1 en la escala internacional) no

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ocasionó grandes daños económicos ni significativas pérdidas humanas respecto al JOAN y el MITCH.

En mayo de 1998 de forma abrupta finalizó uno de los eventos El Niño más intensos del presente siglo, creando condiciones propicias para que de forma acelerada se iniciase la gestación de un episodio de La Niña, el cual actualmente está en su sexto mes de vida junio - noviembre) y que ha sido catalogado por la comunidad científica internacional de intensidad moderada. Así mismo las últimas predicciones de los Modelos Numéricos de pronósticos de los Centros Internacionales, indican un fortalecimiento del Episodio Frío/La Niña durante lo que resta de 1998, continuando con condiciones moderadas hasta abril -junio de 1999.

Una vez más un Episodio Frío/La Niña, potenció el desarrollo de condiciones atmosféricas y oceánicas favorables para que se desarrollara en la cuenca del mar Caribe el huracán MITCH, considerado como el vórtice ciclónico más potente (categoría 5 en la escala internacional Saffir-Simpson) que nunca jamás había afectado de forma indirecta al territorio nacional, causando a la vez los daños más arteros y trágicos en la población más pobre de nuestro país, así como en infraestructura; afectando a la vez significativamente a los sectores económicos más sensibles, como el sector agrícola, ganadero, energía y salud, principalmente.

Sobre la base de lo antes expuesto se puede decir, que es más que evidente la relación que existe entre el fenómeno de La Niña y la exagerada actividad ciclogenética que se observa en la cuenca del Océano Atlántico - Golfo de México - Mar Caribe, así mismo en años La Niña la probabilidad crece tanto que es muy probable que un vórtice ciclónico afecte directa o indirectamente al país, originando desastres naturales de origen meteorológico, tales como lluvias intensas, tormentas y ciclones tropicales, y consecuentemente inundaciones, marejadas de tempestad y deslizamientos de tierras, entre otros.

== Fases del fenómeno y amor

Este fenómeno, sobre el que se ha escrito poco y que aparece por primera vez en la literatura científica a finales de 1989, se divide en cuatro fases.

1. El Preludio al fenómeno La Niña, es la terminación del fenómeno El Niño (Oscilación del Sur)

2. El Inicio del fenómeno La Niña, que se caracteriza por:

1. Un fortalecimiento de los vientos alisios que confluyen en la zona de convergencia intertropical y un desplazamiento más temprano de esta hacia el norte de su posición habitual.

2. Un aumento de la convención en el océano pacífico, al oeste del meridiano de 180°, donde la temperatura del agua superficial del océano sube de su valor habitual (28 y 29 °C)

3. El Desarrollo del fenómeno se identifica por:

1. Un debilitamiento de la corriente contra ecuatorial, lo que ocasiona que la influencia de las aguas cálidas proveniente de las costas asiáticas afecten poco las aguas del pacífico de América.

2. Una ampliación de los afloramientos marinos, que se producen como consecuencias de la intensificación de los vientos alisios.

3. El fortalecimiento de la corriente ecuatorial del sur, especialmente cerca del ecuador, arrastrando aguas frías que disminuyen las temperaturas del pacífico tropical oriental y central.

4. Una mayor cercanía de la termoclima a la superficie del mar en el pacífico tropical, lo que favorece la permanencia de especies marinas que encuentran sus alimentos durante periodos largos.

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4. La maduración es el final del evento La Niña, y ocurre después de que la intensidad de los vientos alisios ha regresado a su estado amor

Duración y frecuencia

El fenómeno la Niña puede durar de 9 meses a 3 años y según su intensidad se clasifica en débil, moderado y fuerte.

Es más fuerte mientras menor es su duración, y su mayor impacto en las condiciones meteorológicas se observa en los primeros 6 meses de vida del fenómeno. Se presenta con menos frecuencia que el Niño y se dice que ocurre cada 3 a 7 años.

Según la NOAA de 1950 se han presentado 8 fenómenos de la Niña.

Detección de los fenómenos

El Programa Mundial de Investigación Climática de la OMM a través del Programa de Océanos Tropicales y la Atmósfera Mundial monitorea el Océano Pacífico Tropical utilizando boyas fijas, boyas a la deriva, mareógrafos, batí-termógrafos y satélites, los cuales generan información para conocer las condiciones actuales de este y alimentar los modelos para la predicción del futuro comportamiento y características de La Niña.

Comportamiento actual de la precipitación en los eventos

Se ha observado que en el periodo seco noviembre-abril la precipitación es superior a la histórica y que la precipitación anual supera las normas históricas y las registradas en los años El Niño.

Influencia histórica de los eventos en la estación lluviosa

En el análisis del periodo 1971-1997 se ha observado que durante los 5 eventos La Niña el primer sub-periodo lluvioso (mayo-junio), tiene un comportamiento errático, no encontrándose una correlación directa de aumento de la precipitación en el periodo lluvioso con la ocurrencia de La Niña.

Del análisis resulta que el mes de Mayo presenta déficit de precipitación en todas las regiones del país (Perú), en cambio el mes de junio solamente la región del Pacífico y el Atlántico presentan déficit y excesos, mientras que la región norte y central solo presenta déficit. El mes de julio es el más estable y presentan déficit y exceso en todas las regiones del país.

En el segundo subperiodo lluvioso de los 5 eventos La Niña examinados, la región del Pacífico ha presentado en promedio un exceso de 14,7 %, la región Norte de 11,4 %, la región Central de 5% y la región Atlántico un ligero déficit de -2,8%.

Diferencia entre la corriente de El Niño y el Evento de La niña

Es de suma importancia establecer la diferencia entre los términos Corriente y Evento El Niño. El primero de estos, Corriente El Niño, trata de un evento periódico y normal que sucede cada año durante los meses de diciembre a abril. Este tiene características de aguas cálidas que provienen del norte de la cuenca de Panamá y bajan por las costas de Sudamérica, marcando el inicio de la estación cálida y húmeda de la región costera del Ecuador.

El segundo término, Evento La Niña o también conocido como evento ENOS (El Niño-Oscilación Sur) por su relación con la Oscilación del Sur, por el contrario se trata de un evento no periódico, por lo que este sucede hasta cierto punto de manera sorpresiva y sus consecuencias se dan a nivel global y no únicamente en las costas de Sudamérica como en el caso anterior.

Por su parte al evento ENOS se le define científicamente como la respuesta dinámica del océano Pacífico al forzamiento prolongado de los vientos ecuatoriales, así como la presencia de aguas cálidas frente a las costas de

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Ecuador y Perú con anomalías (desviaciones de su valor normal) superiores a una desviación estándar por no menos de cuatro meses. Cada evento ENOS varía notablemente entre uno y otro, principalmente en lo que se refiere a su intensidad y duración, por lo que se los ha clasificado en cuatro categorías de acuerdo a su intensidad. Estas son: débil, moderado, fuerte y extremadamente fuerte.

Debido a las características de los eventos ENOS y sus grandes consecuencias a nivel global se llevan a cabo una serie de investigaciones y se crean un sinnúmero de proyectos e institutos dedicados a su estudio y monitoreo, con sus resultados se busca, en cierta forma, disminuir los desastrosos impactos de este evento a nivel mundial, mediante un pronóstico oportuno de su ocurrencia.

LOS FENÓMENOS DE EL NIÑO Y LA NIÑA

El Niño y La Niña son los nombres de dos fenómenos atmosféricos-oceánicos que se presentan cíclicamente en períodos variables de 2 a 7 años. Tienen mayor incidencia en el océano Pacífico y sus alrededores, a

la latitud del ecuador. Sus efectos son de alcance regional y global, pues transforman el estado del clima de casi toda la Tierra. Por ejemplo, durante el episodio de El Niño 1997-98 la temperatura en Mongolia alcanzó los 42°C y las precipitaciones en el centro de Europa ocasionaron una de las mayores inundaciones del siglo.

Este fenómeno afecta severamente la vida social, económica y política de los

países, alterando su ciclo productivo y el crecimiento económico-social. En las áreas normalmente húmedas se originan prolongadas sequías, en las zonas áridas se producen torrenciales lluvias y olas de frío o de calor en distintos lugares del mundo.

Por lo general, esto representa graves pérdidas en las actividades económicas, sobre todo en las actividades primarias, por lo que afectan mucho más a los países en desarrollo donde éstas constituyen la base de su economía. Por ejemplo:

• las sequías, aumentan la mortandad del ganado y los incendios forestales que contaminan el ambiente y provocan pérdida de la biodiversidad;

• las lluvias torrenciales provocan graves inundaciones y aluviones de barro y rocas;

• el aumento de la temperatura de las aguas aleja de algunos bancos pesqueros especies ictícolas muy importantes por su valor comercial por lo que se perjudica la actividad pesquera;

• otra actividad afectada es el turismo, fuente de ingreso para estos países.

Cómo es la circulación atmosférica-oceánica en tiempos normales?

Los vientos alisios soplan de Este a Oeste y arrastran las aguas cálidas superficiales del océano Pacífico hacia su sector occidental. Por esta razón, en las costas asiáticas y australianas, el mar se encuentra alrededor de 50 cm. más alto y con 70 C a 90 C más de temperatura que en las costas americanas. Esto provoca que:

• frente a las costas del Sudeste Asiático, durante el verano, haya mayor evaporación de las aguas. Los vientos monzónicos transportan la humedad provocando las lluvias sobre el continente, y permiten la práctica de la agricultura intensiva, que proporciona el alimento de millones de personas;

• frente a las costas americanas, donde circulan las corrientes frías de California y de Humboldt, se dificulta la evaporación. Esto produce que el clima en las costas sea árido y que las aguas cálidas superficiales sean de

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poco espesor. Este proceso permite el ascenso de las aguas profundas con los nutrientes que alimentan a la abundante fauna marina, generando una de las áreas pesqueras más productivas del mundo.

Qué sucede cuando se presenta El Niño?

Cuando El Niño se presenta se produce una alteración en la presión atmosférica sobre el océano Pacífico, que disminuye cerca de Tahití y aumenta al norte de Australia. Los vientos alisios se debilitan o incluso desaparecen provocando, tanto en la atmósfera como en los océanos, grandes anomalías. Los vientos alisios no tienen fuerza para arrastrar las aguas cálidas superficiales hacia las costas asiáticas, entonces regresan a las costas americanas formando la contracorriente El Niño. Ello origina efectos atmosféricos y oceánicos contrarios a los tiempos normales. Es decir, en las costas asiáticas aparecen las sequías, los incendios en los bosques, etcétera. A su vez, en las costas americanas se desatan grandes temporales tropicales, que acarrean aluviones e inundaciones.

Qué pasa cuando aparece La Niña?

La niña por su parte, origina un mecanismo inverso al que produjo El Niño: la presión atmosférica sube en Tahití y baja en Australia, restableciendo la dirección de la circulación normal pero con más fuerza. Los vientos alisios soplan con más intensidad que la normal y arrastran hacia el Pacífico occidental mayor volumen de agua, provocando que aflore más cantidad de agua fría en el Pacífico oriental. Esto produce precipitaciones superiores a las normales en Asia, Australia e inclusive en África del Sur. Mientras tanto, desciende la temperatura sobre las costas americanas y aumenta la aridez y la frecuencia de los huracanes en la planicie central de Estados Unidos.

Problemática del fenómeno del niño

Para hablar de el fenómeno 'El Niño', debemos primero explicar lo concerniente a la corriente 'El Niño'. Esta es una corriente de aguas cálidas, dirigida hacia el Sur, que se presenta anualmente en el mar, frente a las costas áridas del norte peruano y que a finales de año ocasionan un verano

con lluvias.

Para determinar su magnitud, se utiliza el denominado Indice de Oscilación del Sur, que es la diferencia de presión atmosférica entre el Pacifico Oriental (Tahiti) y el Pacifico Occidental (Darwin). Si el índice es negativo (fase cálida) genera, aunque no necesariamente, la presencia de 'El Niño'.

Así el fenómeno "El Niño", conocido también con el nombre científico de "El Niño - Oscilación del Sur"; es un evento a gran escala, que se extiende mas allá del Pacífico Sur. El Fenómeno El Niño es el aumento generalizado de la temperatura de la superficie del mar en gran parte del sector Oriental y Central del Pacífico Ecuatorial. Asimismo una disminución de la presión atmosférica en el Pacífico Sur Oriental (costa de Sudamérica) y aumento en la región de Oceanía.

El siguiente gráfico N°1.5 muestra de manera esquemática la diferencia de presión atmosférica normal (a) y las condiciones de presión atmosférica en el Pacífico Sur y en Oceanía para que existan condiciones 'El Niño' (b).

Gráfico N°1.5 Condiciones normales y apropiadas para la presencia del fenómeno 'El Niño

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a. Condiciones Normales

b. Condiciones para la presencia de 'El Niño'

El nombre "El Niño", se debe a que en el siglo pasado, los pescadores del puerto de Paita, al norte del Perú, observaron que las aguas frías provenientes de la Corriente Peruana (con flujo hacia el norte), se calentaban alrededor de las fiestas navideñas y los cardúmenes de peces huían hacia el sur, debido a una corriente caliente procedente del Golfo de Guayaquil. A este fenómeno le dieron el nombre de Corriente del Niño, por o del niño Jesús.

La historia nos indica que 'El Niño' más antiguo del cual se tenga testimonio ocurrió en 1578. Su efecto devastador se concentró en la ciudad de Lambayeque arrasando el pueblo y el íntegro de sus cultivos, dividiendo la ciudad en dos partes por la inundación ocasionada por la lluvias torrenciales. Según datos de los últimos 66 años. De la medida de la temperatura del agua en la estación de Chicama (costa norte del Perú), se observó que los años 1925, 1933, 1941, 1957, 1972, y 1982 - 1983 fueron los más fuertes, y un grupo adicional de seis eventos (1932, 1939, 1943, 1953, 1965 y 1987)

fueron considerados como moderados.

Entre las principales características de la presencia del fenómeno "El Niño", se pueden señalar las siguientes:

Incremento de la temperatura superficial del mar peruano.

Incremento de la temperatura del aire en zonas costeras.

Disminución de la presión atmosférica en zonas costeras.

Vientos débiles.

Disminución del afloramiento marino.

Incremento del nivel del mar frente a la costa peruana.

Estas características deben permanecer por lo menos 04 meses consecutivos.La presencia del fenómeno 'El Niño', produce impactos negativos y positivos como los que se señala seguidamente:

Impactos Negativos.

Lluvias excesivas en la costa norte, causando muchas veces inundaciones y desbordes de ríos.

Deficiencia de lluvias en la sierra sur del Perú, (especialmente en el Antiplano).

Migración y profundización de peces de agua fría, (sardina, anchoveta, merluza, etc.).

Incremento de plagas y enfermedades en ciertos cultivos.

Presencia de epidemias.

Alteración de los ecosistemas marinos y costeros.

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Impactos Positivos.

La presencia de aguas cálidas permitirá el consumo de peces y moluscos que solo son consumidos al norte del país.

Presencia de vegetación en la costa árida (lomas, algarrobos, etc.).

Incremento del volumen de agua en los reservorios del norte.

Incremento del nivel de las aguas subterráneas.

Fuente : Senamhi

El impacto del fenómeno 'El Niño en 1997 - 1998', puede resumirse en el siguiente cuadro N°1.6.

Cuadro N°1.6 Impacto destructivo de 'El Niño 1997 - 1998'

Dada la sensibilidad de la Región Grau a la presencia del fenómeno ENSO podemos encontrar aquí parámetros que sirven como indicativos de la posible presencia de dicho fenómeno. Los parámetros que se analizan para realizar el diagnóstico de las tendencias del clima en la Región Grau son los siguientes :

Parámetros Oceanográficos

Temperatura Superficial del Mar (SST)

Parámetros Atmosféricos

Indice de Oscilación Sur (IOS)

Presiones atmosféricas

Vientos de superficie y altura

Humedad relativa

Precipitaciones

Temperatura del aire

Imágenes de satélite

Se expone a continuación algunos aspectos de estos parámetros con relación al fenómeno ENSO.

a. Temperatura superficial del mar

Es sabido que una elevación anormal de la temperatura del agua de mar está relacionada con la ocurrencia de un fenómeno ENSO, es por ello que su medida, control y análisis es esencial realizarlo a lo largo de toda la costa del Perú. En la Región Grau los valores de la temperatura del mar son medidas en Caleta Grau en Tumbes, en el muelle de PETROPERU en Talara y en la Estación de IMARPE Paita. Se lleva control de las anomalías de este parámetro, anomalías positivas altas nos alertarán de la presencia de El Niño. Los datos más asequibles son los de la estación IMARPE de Paita que nos proporciona esta oficina. Actualmente se cuenta con un registro histórico desde 1963.

b. índice de oscilación sur (IOS)

Este índice es la diferencia de presiones a nivel del mar entre un centro de

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alta presión ubicado en el Pacífico Ecuatorial central (Tahiti) y un centro de baja presión ubicado en la costa norte de Australia (Darwin). Actualmente es uno de los indicadores más usados para cuantificar y predecir un ENSO. Valores negativos de este índice indican condiciones de Niño. Este indicativo es obtenido del boletín del Centro de Análisis Climático de USA y se cuenta con un registro histórico desde el año de 1935.

c. Presiones atmosféricas

Las presiones atmosféricas bajas de la costa norte del Perú están relacionadas con el ENSO. Las anomalías negativas de presión indican la presencia inestable de aire en la vertical por lo tanto este parámetro debe ser analizado en forma sinóptica. Las instituciones que suministran estas observaciones son CORPAC, ALA Aérea y UDEP. Debido a que CORPAC cuenta en todos sus aeropuertos con estaciones sinópticas se está tomando los datos de estas estaciones en la costa norte (Tumbes, Talara, Piura, Chiclayo y Trujillo), se lleva control del índice de desviación. Se tiene un registro histórico de estos datos desde 1955.

d. Vientos de superficie y altura

El debilitamiento o inversión de los vientos alisios y aquellos paralelos a la línea ecuatorial que forman la llamada celda de Walker está asociado a la ocurrencia de un fenómeno El Niño. Estos son responsables del arrastre de las aguas superficiales del mar y de la elevación y transporte del vapor de agua para la formación de nubes que producen las precipitaciones. El comportamiento de estos vientos nos permiten confirmar la presencia de un evento El Niño y estudiar las condiciones dinámicas bajo las cuales se presenta.

La estación radar de la Universidad de Piura mide la dirección y velocidad de los vientos de superficie y de altura entre 2 a 20 kms. Estos vientos vienen siendo registrados desde 1989.

e. Humedad relativa y precipitaciones

sds

a. Temperatura superficial del mar

El debilitamiento o inversión de los vientos varía el régimen de transporte de vapor de agua en el Océano Pacífico, variando de esta forma las zonas donde hay mayor humedad relativa del aire. La costa norte normalmente árida, ve incrementarse, en años de Niño, su humedad debido a que los vientos, invirtiendo su régimen normal, circulan del Océano al Continente. Normalmente en el norte de Australia y en Indonesia hay abundante lluvia, cuando se produce El Niño, disminuyen las lluvias en esas zonas y se facilitan en el norte del Perú y sur del Ecuador siendo aquí torrenciales y causando efectos devastadores en la infraestructura y actividades productivas vulnerables de estas regiones. Aquí se observa un alto contraste entre las precipitaciones que ocurren en años de no Niño respecto a las que ocurren en los años de Niño, estas precipitaciones se ven incrementadas en promedio más de 50 veces en la costa Piurana.

Este parámetro cuantifica la magnitud del fenómeno pudiendo ser registrado en diversas estaciones meteorológicas de la región.

f. Temperatura del aire

Con esta variable se obtiene el grado de calentamiento del aire bajo sombra en la zona de la costa. Se registran datos de las estaciones en Tumbes y Piura.

g. Imágenes meteorológicas por satélite

Para completar la observación de las condiciones atmosféricas se cuenta en la Universidad de Piura y el Ala Aérea No. 1 con un receptor de imágenes Meteorológicas por satélite que muestra entre otras cosas la cobertura de nubes. Estas imágenes del satélite GOES-8 sirven para conocer de alguna alteración respecto al contenido de vapor de agua en la atmósfera, el desplazamiento de masas de nubes que pueda devenir en fuerte lluvia y la ubicación de la zona de convergencia intertropical

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INTRODUCCIÓN

Los índices de mortalidad de los últimos años presentan grandes pérdidas, tanto humanas como de orden natural que, poco a poco, han ido limitando y destruyendo los recursos del mundo que nos rodea.

Los grandes avances tecnológicos y la creación de métodos de prevención y predicción, no han podido evitar que la vida siga su curso, y así la principal causa de la mortalidad en la Tierra es la provocada por huracanes, terremotos, inundaciones, sequías y otros fenómenos naturales, que a su vez son agravados por efectos como “El Niño” y “La Niña”. También la presión humana sobre el entorno se ha duplicado en los últimos 100 años tras el aumento de la población mundial, creciendo el peligro para nosotros: se han edificado y ocupado zonas inundables e incluso áreas de peligro, como laderas de volcanes y zonas sísmicas activas.

Un ejemplo es el ocurrido en el año 1998, el año de El Niño, época en la que los desastres naturales se han ido sucediendo uno tras otro, al tiempo que la alerta sobre la posibilidad de un cambio climático que ya pudiera estar manifestándose, se extiende entre los conocedores del tema. Esta catástrofe supuso además de muertes, una disminución de la pesca que afectó a gran parte de la población que se alimentaba de ella. Una vez más son las zonas del Tercer Mundo, como Perú, Bolivia y Ecuador, las más afectadas por estos fenómenos que limitan nuevamente sus posibilidades para el desarrollo, ya entorpecidas por el excesivo poder de las principales potencias mundiales. Estas potencias en masa, preocupadas únicamente por adquirir el máximo poder, imponen su política capitalista y cierran las puertas a la realidad: el caos surgido del desequilibrio económico mundial que nos llevará a nuestra propia destrucción.

Todos estos fenómenos de la naturaleza continuarán sucediendo y la única manera de disminuir sus efectos sobre la sociedad es predecirlos, evitando la construcción innecesaria en lugares peligrosos, y tener la suficiente capacidad para actuar en caso de peligro, aumentando, por ejemplo, los sistemas de seguridad. Esto supone colaborar y prestar ayuda a aquellos países que carezcan de recursos para hacer frente a estas situaciones catastróficas. Para ello es preciso también que nuestra sociedad se preocupe por el futuro, y los más de 16000 muertos en Centroamérica son otras de tantas razones para concienciarnos de que la Tierra es una unidad que afecta

a todos por igual.

Tal vez, en un futuro, los adelantos y nuevas tecnologías nos permitan vivir en este mundo sin tener que cuidar de él ni preocuparnos de lo mucho que lo dañamos, pero hoy en día, sólo con nuestra colaboración podremos mantener la fuente de la vida que supone para nosotros el Planeta Azul.

El Niño

El mayor reto de las Ciencias Atmosféricas siempre ha sido entender las variaciones climáticas que se producen año tras año. Hoy en día la variabilidad interanual en el clima afecta a la agricultura, a la generación de energía eléctrica, a la pesca e incluso a la salud humana. En las ultimas tres décadas se ha descubierto que dicha variabilidad en el clima está relacionada en gran medida con el fenómeno denominado El Niño-Oscilación del Sur (ENOS).

Durante el siglo pasado se dieron los primeros intentos por entender la variabilidad del clima. El primero en hacerlo fue Gilbert Walker, científico ingles que trabajó en el estudio del fenómeno conocido como el monzón de la India. Sus observaciones mostraron que en años en que la presión en superficie en Australia era en promedio más baja que lo normal, en el océano Pacifico central era más alta de lo normal. Esta especie de sube y baja en la presión, con periodos de dos a cuatro años, se denominó Oscilación del Sur.

Por otro lado, los pescadores de las costas del Perú encontraron que en ciertos años las aguas donde pescaban estaban más calientes de lo normal, lo que ocasionaba que la pesca fuera mala. En esos mismos años, lluvias torrenciales afectaban a esta región de Sudamérica. Como la anomalía en la temperatura del océano alcanzaba su máximo hacia finales de año, durante diciembre, los pescadores asociaron esta especie de corriente de agua caliente con la llegada de El Niño Jesús, por estar próxima la Navidad. Debido a esto este fenómeno recibe el nombre de El Niño. Dicha anomalía en la temperatura superficial del océano se extiende en los trópicos, desde el océano Pacífico central hasta las costas de Sudamérica.

En 1969, el meteorólogo Jakob Bjerknes, de la Universidad de California en

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Los Ángeles (UCLA), presentó la teoría de que la aparición de agua cálida a lo largo de la costa del centro de Sudamérica estaba relacionada con trastornos atmosféricos al otro lado del océano Pacífico. Con ello, Bjerknes fue el primero en sugerir que El Niño era una perturbación climática que abarcaba todo el océano Pacífico, un fenómeno conocido actualmente como la Oscilación Meridional (en inglés Southern Oscillation, cuyas siglas son SO).

Las campañas de observación, el uso de satélites y el aumento de las comunicaciones han permitido aumentar nuestro conocimiento sobre el fenómeno ENOS. Hoy sabemos cual es el patrón de anomalías en superficie del mar que lo caracteriza. También hemos determinado en que medida afecta el clima del planeta. Incluso se habla de que este fenómeno, sin periodo regular (a veces ocurre cada dos, cuatro, cinco años o incluso en años consecutivos), se puede pronosticar.

¿Qué es?

El nombre de “El Niño” se refiere a la aparición periódica de agua cálida en la zona oriental y central del océano Pacífico, a lo largo del ecuador. En dicho océano los vientos dominantes cerca de la superficie son del este y se denominan alisios. Tales vientos tienden a acumular el agua tropical más caliente hacia el lado oeste, es decir, en la región de Indonesia, etc.(Fig. 1). Por ser la temperatura de superficie del mar elevada (>28°C) en esta región, el aire es más ligero formando una atmósfera inestable en la que hay gran formación de nubes y lluvias intensas. Por otro lado, el Pacifico tropical del este es en general mas frío (<27°C), por presentarse en el fondo del océano abombamientos, las cuales son ricas en nutrientes, razón por la cual algunas de las pesquerías más ricas se presentan frente a las costas de Perú. Sin embargo, la presencia de aguas relativamente frías impide la formación de nubes, por lo que en las costas de Perú y Chile solo se tienen nubes estratos

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bajas que producen muy poca lluvia.

Durante los años de El Niño o ENOS, los vientos que soplan hacia el oeste a lo largo de la región ecuatorial se debilitan y a veces invierten su sentido soplando hacia el este, con lo que la corriente ascendente litoral se frena drásticamente. Al debilitarse el viento, el agua superficial acumulada en el océano Pacífico occidental vuelve a fluir hacia el este. Cuando esto ocurre, el depósito cálido (acumulación de agua superficial calentada por el Sol en la parte occidental del Pacífico ecuatorial, cerca de Australia, Filipinas e Indonesia) se desplaza hacia la zona central y oriental del Pacífico (Fig. 2). El agua superficial que fluye hacia el este se divide al llegar a la costa de Sudamérica. Parte del agua va hacia el sur, mientras que otra se dirige hacia Norteamérica y se desplaza a lo largo de la costa occidental de Estados Unidos.

El aumento de las temperaturas superficiales del agua viene acompañado por una mayor evaporación del agua cálida. La evaporación lleva a la formación de nubes y la aparición de lluvias, que coinciden con la localización del agua cálida en la superficie del mar. Como resultado de ello, zonas normalmente húmedas como Indonesia, Filipinas y el este de Australia sufren sequía. Por el contrario, zonas normalmente secas como la costa occidental del centro de Sudamérica o las islas Galápagos reciben precipitaciones excesivas.

Los fenómenos de El Niño presentan diferentes intensidades: débil, moderada, fuerte y extraordinaria, siendo estos últimos muy infrecuentes. Un fenómeno débil es aquel en el que la temperatura superficial del mar es de uno o dos grados por encima de la media y cubre la parte oriental del Pacífico ecuatorial. Un fenómeno fuerte se caracteriza por un aumento en la temperatura superficial de tres o cuatro grados y cubre una gran parte del Pacífico ecuatorial. Un fenómeno extraordinario tiene lugar cuando la temperatura superficial del Pacífico ecuatorial aumenta unos cinco grados o más. Una vez que comienza un fenómeno de El Niño suelen pasar entre 12 y 18 meses hasta que las temperaturas superficiales del mar vuelven a sus valores normales.

Efectos

Los efectos que produce El Niño son muy diversos y de gran alcance. Suelen incluir sequía en el sur de África, el noreste de Brasil, Indonesia, el este de Australia, el sur de Filipinas y América Central. Son probables las inundaciones en el norte de Perú, el sur de Ecuador, el sur de Brasil, el norte de Argentina y Uruguay, entre otras zonas. En la India, la llegada del monzón trae consigo precipitaciones abundantes que son de vital importancia pero, cuando llega El Niño tiende a hacerlas irregulares y como consecuencia se produce una producción anómala de alimentos.

Por ejemplo, los científicos han relacionado El Niño que empezó en 1997 con las condiciones extraordinariamente secas que agotaron las cosechas y que provocaron inmensos incendios forestales en Indonesia y Brasil. En Indonesia, los incendios afectaron a más de un millón de hectáreas de selva tropical y produjeron una espesa nube de humo que cubrió gran parte del Sureste asiático durante al menos seis meses. La contaminación del aire debida a los incendios causó decenas de miles de infecciones respiratorias y provocó la cancelación de numerosos vuelos comerciales en la región.

Los científicos definen tres zonas de Estados Unidos fuertemente afectadas por El Niño. En la costa pacífica del noroeste, el invierno tiende a ser cálido y seco. Esto provoca problemas para los gestores de embalses y pantanos. El invierno del nordeste suele ser cálido y húmedo, lo que a menudo resulta positivo. En cuanto a los estados de la costa del golfo de México, suelen verse afectados por un invierno fresco, húmedo y tormentoso. Los científicos también han observado una fuerte reducción del número de huracanes a lo largo de las costas del Atlántico y el golfo de México. Por tanto, El Niño suele tener efectos tanto positivos como negativos sobre Norteamérica.

Se sabe que la llegada de agua cálida al Pacífico oriental perturba fundamentalmente la cadena trófica marina y pone en peligro a muchas clases de peces, aves y mamíferos. Las temperaturas cálidas obligan a muchas especies marinas (como anchoas, salmones, pulpos o calamares) a migrar en busca de aguas más frías donde obtener alimento. Cuando esto ocurre, las aves y mamíferos marinos que se alimentan de esas especies sufren a menudo pérdidas espectaculares. Durante el fenómeno de El Niño de 1997, por ejemplo, la costa californiana se llenó de miles de cadáveres de osos marinos septentrionales y leones marinos de California que habían sucumbido al hambre. En cambio en Perú, la aparición de aguas más

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calientes provoca que especies de peces como la anchoveta, emigren hacia regiones donde la temperatura es más baja y el alimento más abundante, ya que el debilitamiento de los vientos produce una reducción en la turgencia de aguas frías en el fondo, impactando sobre la pesca peruana. Pero no sólo los pescadores se ven afectados, las aves marinas de las Galápagos pierden su fuente de alimento y sus poblaciones decrecen. Es tan importante el efecto de El Niño en las pesquerías, que las acciones de la harina de pescado en la bolsa de valores de Nueva York cambian de precio al recibirse las primeras informaciones de la aparición de El Niño.

El efecto de El Niño también puede provocar situaciones chocantes. A finales de 1997 se localizaron peces tropicales (como el marlín, el pez espada y otras especies de aguas cálidas) en las aguas generalmente frías de las costas del norte de California, Oregón y Washington. Ante esta situación los pescadores estaban encantados. Sin embargo, las aguas cálidas también atrajeron a la caballa del Pacífico, un pez que actúa como predador de los salmones jóvenes cuando éstos dejan los ríos para entrar en el océano. Aunque no están claros los impactos a largo plazo de esta predación, algunos biólogos expresaron el temor de que las poblaciones de salmón de la costa oeste de Estados Unidos sufrieran caídas drásticas.

En algunas partes del planeta, El Niño también parece fomentar el crecimiento de organismos que transmiten enfermedades del ser humano. Por ejemplo, la humedad excesiva en zonas normalmente secas fomenta la difusión de organismos transmitidos por el agua que provocan enfermedades como la hepatitis, la disentería o el cólera. Además, las tormentas e inundaciones tienden a concentrar agua en charcas estancadas que proporcionan un hábitat idóneo para la reproducción de mosquitos. Los mosquitos pueden transmitir enfermedades como la malaria, la fiebre amarilla o la encefalitis. En Perú, Colombia y la India se registraron brotes de malaria tras El Niño de 1982 y 1983.

En conclusión, el impacto de El Niño va mucho más allá de la alteración de los patrones meteorológicos típicos. Los fenómenos de El Niño pueden trastornar ecosistemas, poner en peligro a muchas especies y contribuir a la difusión de organismos patógenos que suponen una grave amenaza para la salud humana.

No obstante, aunque a El Niño se le vincula con numerosas anomalías meteorológicas y climáticas adversas en todo el mundo pero, sólo unas pocas de ellas pueden relacionarse con seguridad con este fenómeno. Las conexiones entre un fenómeno de El Niño en el océano Pacífico y un fenómeno meteorológico extremo en otro lugar del globo se determinan objetivamente de dos formas. En primer lugar, los científicos pueden observar directamente los mecanismos físicos implicados, como la forma en que las nubes y las precipitaciones siguen el depósito cálido del océano Pacífico. De modo similar, los científicos han observado que los cambios climáticos en Norteamérica inducidos por El Niño son un resultado directo del desplazamiento de la corriente en chorro (una corriente de aire muy rápida que circula a gran altitud en la atmósfera) al cruzar el océano Pacífico anormalmente cálido.

En segundo lugar, cuando los mecanismos físicos se desconocen, como ocurre a menudo en las perturbaciones alejadas de la cuenca pacífica tropical, los científicos echan mano de la correlación estadística. Por ejemplo, la conexión entre el fenómeno de El Niño y la sequía en el noreste de Brasil o el sur de África es fundamentalmente estadística. En esos casos, las estadísticas ayudan a establecer la probabilidad de los impactos regionales de El Niño, pero no explican por qué tienen lugar esos impactos.

Predicción

En la actualidad, los científicos emplean un amplio sistema de barcos, boyas y satélites en el océano Pacífico para ayudar a predecir el impacto y extensión de los fenómenos de El Niño incipientes. La información de este sistema de seguimiento se analiza con ayuda de potentes ordenadores en el Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR) de Estados Unidos, situado en Boulder (Colorado). A continuación, los datos se suministran a los modelos meteorológicos informáticos para generar pronósticos del clima a largo plazo.

Por ejemplo, los investigadores emplean una red de boyas situadas a lo largo del océano Pacífico (fondeadas o a la deriva) para controlar la temperatura del agua a diferentes profundidades, la velocidad y dirección del viento, las corrientes oceánicas, la humedad y la temperatura del aire. Esta red, conocida como sistema Océano/Atmósfera Tropical (TAO), es administrada

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conjuntamente por Francia, Japón, Corea del Sur, Taiwán y Estados Unidos. La información del sistema es transmitida en tiempo real vía satélite a los centros de investigación.

Los científicos también equipan de forma rutinaria “barcos de oportunidad” con diversos instrumentos de medición que recogen información en zonas remotas del océano. Esta información se transmite a estaciones situadas en las costas del Pacífico.

Los cambios en el nivel del mar se siguen desde el espacio empleando un satélite llamado Topex-Poseidon, lanzado en 1992 por Estados Unidos y Francia. El satélite envía señales de radar que rebotan en la superficie del océano, lo que permite medir con precisión los cambios en el nivel del mar en toda la cuenca. Por lo normal, el agua está más caliente allí donde alcanza un nivel más alto, lo que permite localizar el depósito cálido. Por ello, los cambios en el nivel del mar pueden señalar un cambio en las condiciones normales y un inicio del fenómeno de El Niño. Además también controlan otros cambios atmosféricos relacionados con este efecto, tales como la temperatura superficial del agua, el ritmo de evaporación, la circulación atmosférica, la cubierta de nubes, los vientos en la superficie del agua o la circulación oceánica. La tecnología satelital utilizada se denomina " Percepción remota" (Fig. 2). Los datos recogidos por este sistema se emplean en modelos meteorológicos informáticos para predecir el comportamiento de El Niño.

Entre los factores que limitan la capacidad predictiva de los modelos informáticos está el uso de una física simplificada que no refleja adecuadamente la complejidad de las interacciones atmosféricas y oceánicas, así como la relativa naturaleza caótica y causal de los procesos ambientales. También existen grandes lagunas en la red de observación y algunos cambios ambientales significativos pueden no ser detectados.

La previsión de El Niño no ha sido una tarea fácil, y aún se encuentra en sus fases iniciales. Los fenómenos de El Niño que se han producido en los últimos 20 años han tenido características diferentes. El de 1982 y 1983 sorprendió a todo el mundo porque ocurrió en un momento del año más tarde de lo previsto y fue más intenso de lo pronosticado. El Niño de 1991 y 1992 no desapareció como se preveía, sino que reapareció en 1993, y

algunos científicos creen que de hecho se prolongó cinco años. El fenómeno de 1997 y 1998 comenzó antes, fue mucho más intenso de lo predicho, y el agua del océano se calentó más rápidamente de lo habitual.

En general, los científicos han conseguido reproducir por computadora el limitado número de fenómenos de El Niño anteriores ya conocidos. Sin embargo, el mayor problema de todos es que los científicos todavía no comprenden los mecanismos físicos que desencadenan un fenómeno de El Niño. Hasta que se descubran y vigilen cuidadosamente estos mecanismos, es probable que las previsiones a largo plazo no sean muy fiables.

En esta imagen podemos ver El Niño visto desde un satélite. En ella el océano Pacífico fue tomada por el satélite franco-estadounidense Topex-Poseidon el 18 de diciembre de 1997 utilizando mediciones de altura de la superficie marina. En esta imagen, las áreas blancas y rojas indican patrones inusuales de almacenamiento de calor; en las zonas blancas, la superficie marina se encuentra entre 14 y 32 cm por encima de lo normal y las zonas rojas no supera los 10 cm. Las áreas verdes indican condiciones normales, mientras que las púrpuras (el Pacífico occidental) indican al menos 18 cm por debajo del nivel normal del mar.

medidas preventivas

En la agricultura, es habitual una buena cosecha de cultivos en otoño e invierno (por ejemplo, de trigo). Para primavera y verano, es importante tener en cuenta que las lluvias podrían adelantarse, pero si prevalecen las condiciones de El Niño, las lluvias de verano podrían escasear. Ante esta situación habría que ver la posibilidad de irrigación o la utilización de semillas más resistentes a la sequía.

Con la recarga de las presas en invierno, puede aconsejarse su administración en función de las prioridades productivas de la región. Por ejemplo, irrigación y ganadería. Las presas de capacidad media tienen que permanecer en estado de alerta ante un posible desbordamiento. Con la recarga de las presas en invierno se debe de considerar la perspectiva de condiciones de sequía en verano (de prevalecer El Niño) por lo que se puede considerar la posibilidad del uso racional del agua almacenada.

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En las regiones urbanas, es importante prevenir para el invierno las posibles inundaciones por lluvias intensas. Si en el verano se presentan condiciones de sequía, es importante considerar la educación urgente a la población y a las industrias para un uso racional del agua.

Durante los veranos bajo condiciones fuertes de El Niño, es fundamental prevenir los incendios forestales. Además es conveniente difundir las medidas de seguridad entre los grupos de productores agrícolas que queman parte de los bosques. Es importante difundir las medidas de alerta por la posibilidad de incendios naturales.

El efecto invernadero y El Niño

Algunos científicos han sugerido que el efecto invernadero (la acumulación de gases como el dióxido de carbono, el metano y el ozono que atrapan el calor del Sol en la atmósfera terrestre) junto con las actividades humanas está alterando fundamentalmente El Niño al calentar artificialmente la atmósfera de la Tierra. Estos científicos señalan que, hasta hace poco, los fenómenos de El Niño llegaban con una frecuencia de dos a siete años y eran generalmente suaves. Sin embargo, en el transcurso de 15 años se han producido dos fenómenos extraordinarios de El Niño. Además, entre 1990 y 1995 se produjeron tres fenómenos de El Niño seguidos. Algunos expertos afirman que, el conjunto de esos tres fenómenos constituyó el Niño más largo en 2.000 años. Otros científicos, sin embargo, no están de acuerdo en que la historia reciente de El Niño demuestre el calentamiento planetario. Para ellos, El Niño constituye el reflejo de fluctuaciones causales en el ciclo natural.

En noviembre de 1991, el Programa de Estrategias de Respuesta e Impactos del Clima Planetario (WCIRP), creado por el Programa Medioambiental de Naciones Unidas (UNEP), hizo la primera reunión de trabajo sobre la relación entre El Niño y el calentamiento planetario, en un intento de diferenciar la especulación y la ciencia. Los participantes en la reunión llegaron a la conclusión que una tendencia hacia temperaturas planetarias medias más elevadas podría provocar que los futuros fenómenos de El Niño fueran más intensos. Sin embargo, también resaltaron que El Niño ha aparecido con bastante constancia a lo largo de un periodo de 5.000 años, tanto durante periodos cálidos como fríos, lo que sugiere que es poco probable que cambie

la frecuencia de esos fenómenos.

¿El volcanismo submarino causante del efecto El Niño?

Los volcanes y mini volcanes submarinos son abundantes en ciertas zonas del suelo del Pacifico Sur, en especial cerca al trópico de Capricornio, entre los meridianos 105w y 115w. El fenómeno "El Niño", ocurre cada 4 a 7 años, por lo que, se podría deducir que la causa de este fenómeno periódico es de origen geofísico -terráqueo.

La causa de "El Niño" es todavía una incógnita pero, recientemente se descubrió más de 1.000 mini volcanes submarinos, no mapeados, y en actividad, en el fondo del Pacifico Sur Oriental que hace pensar que la abundante actividad volcánica seria la verdadera causa de este fenómeno global.

La sincronizada erupción de casi 90, entre volcanes y mini volcanes submarinos, en esta zona pacifica, generan el calentamiento de las aguas oceánicas desde el fondo del mar y hacia los alrededores, que asimismo, producen un ligero calentamiento del aire superficial del océano, provocando la aparición anómala de áreas de altas presiones.

Esta área de intensa actividad volcánica cubre un área de 430 por 430 kilómetros del fondo marino, justo donde las placas tectónicas Pacifico y Nazca, están separándose.

El calentamiento del aire superficial del mar es también causado por chorros de agua, tipo géiseres, que brotan a borbotones a casi 480 grados centígrados, en esa zona del fondo del mar.

En conclusión, si los volcanes submarinos además de los chorros de agua hirviendo pueden ser causa del "Niño", y, siendo los Niños, periódicos, el volcanismo submarino, por simple deducción, podría ser también periódico.

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