el léxico de tradición petrarquista en los sonetos amorosos de la

12
EL LÉXICO DE TRADICIÓN PETRARQUISTA EN LOS SONETOS AMOROSOS DE LA EDAD DE ORO Lola González Universitat de Lleida La presente comunicación expone algunos de los resultados de una aproximación al estudio de la presencia del léxico petrarquista en la poesía de la Edad de Oro, a partir de un enfoque totalmente empírico, de observación del léxico de los poetas que recogen la nueva convención lírica implantada desde Italia. Esa aproximación desde el punto de vista léxico se está llevando 1 a término en los autores que configuran el panorama del petrarquismo español, Garcilaso, Fernando de Herrera, Fray Luis de León, Góngora, Quevedo, Lope de Vega, sin olvidar a otros poetas, seguidores de los anteriores, Cetina, Hurtado de Mendoza, Aldana, Francisco de la Torre, Figueroa, Bocángel, Villamediana, todos ellos significativos por cuanto se hacen eco de forma fidedigna de este movimiento lírico que se convirtió irremediablemente en moda litera- ria en la época. Antes de exponer algunos de esos resultados extraídos de este inicial acercamiento al léxico amoroso de la poesía del XVI y del XVII, conviene mencionar ciertas dificul- tades que se han tenido que sortear a medida que nos adentrábamos en su estudio. La primera dificultad vino dada por las obras poéticas en sí mismas. La considera- ble extensión de éstas en poetas como Herrera, Góngora, Quevedo o Lope, y por el procedimiento que se seguiría en su estudio. Esta segunda cuestión era especialmente delicada. En el momento de abordarla nos planteamos como una hipótesis acertada para llegar a conclusiones un tanto generalizadoras a partir de la consideración de las 1 Así se está haciendo en una serie de seminarios que se están llevando a cabo con los estudiantes de la materia Poesía de la Edad de Oro. AISO. Actas IV (1996). Lola GONZÁLEZ MARTÍNEZ. El léxico de tradición petrarquis...

Upload: hahuong

Post on 04-Feb-2017

225 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

EL LÉXICO DE TRADICIÓN PETRARQUISTA ENLOS SONETOS AMOROSOS DE LA EDAD DE ORO

Lola GonzálezUniversitat de Lleida

La presente comunicación expone algunos de los resultados de una aproximaciónal estudio de la presencia del léxico petrarquista en la poesía de la Edad de Oro, apartir de un enfoque totalmente empírico, de observación del léxico de los poetas querecogen la nueva convención lírica implantada desde Italia. Esa aproximación desdeel punto de vista léxico se está llevando1 a término en los autores que configuran elpanorama del petrarquismo español, Garcilaso, Fernando de Herrera, Fray Luis deLeón, Góngora, Quevedo, Lope de Vega, sin olvidar a otros poetas, seguidores de losanteriores, Cetina, Hurtado de Mendoza, Aldana, Francisco de la Torre, Figueroa,Bocángel, Villamediana, todos ellos significativos por cuanto se hacen eco de formafidedigna de este movimiento lírico que se convirtió irremediablemente en moda litera-ria en la época.

Antes de exponer algunos de esos resultados extraídos de este inicial acercamientoal léxico amoroso de la poesía del XVI y del XVII, conviene mencionar ciertas dificul-tades que se han tenido que sortear a medida que nos adentrábamos en su estudio.

La primera dificultad vino dada por las obras poéticas en sí mismas. La considera-ble extensión de éstas en poetas como Herrera, Góngora, Quevedo o Lope, y por elprocedimiento que se seguiría en su estudio. Esta segunda cuestión era especialmentedelicada. En el momento de abordarla nos planteamos como una hipótesis acertadapara llegar a conclusiones un tanto generalizadoras a partir de la consideración de las

1 Así se está haciendo en una serie de seminarios que se están llevando a cabo con los estudiantes de lamateria Poesía de la Edad de Oro.

AISO. Actas IV (1996). Lola GONZÁLEZ MARTÍNEZ. El léxico de tradición petrarquis...

724 L0LA GONZÁLEZ

caracterizaciones léxicas de los tres elementos sobre los que se erige la poética delpetrarquismo: amor, amada y amante.

Una vez encontrado el punto de partida procedimos a la elaboración de unas listasléxicas utilizadas más como lugar del cual extraer conclusiones que comoejemplificaciones de lo que ya ha manifestado la crítica.

La naturaleza extensa de las obras de los poetas seleccionados implicó la primerade las limitaciones que se impondrían en esta fase inicial de confección y posterioranálisis del corpus léxico. Un modo de paliar el problema fue el de limitar la confec-ción de dicho corpus a un solo género poético. De los géneros introducidos en Españapor la lírica italianizante, Canción, Égloga, Elegía, Epístola, Oda, Soneto, este últimoaparecía como el más indicado. El soneto, estrofa italiana que se erige con el cetro enla Edad de Oro, cauce de expresión de las más variopintas ideas, fue para los poetaseuropeos la forma idónea para expresar en un breve giro un pensamiento amable yamoroso. Como es sabido, su especialización en el sentimiento del amor se remonta alsiglo XIII, época en la que la escuela siciliana se encargó de difundir, precisamente ensonetos por toda Italia, la Tenzone sulla natura d'amore. La segunda limitación impli-caba excusar el tratamiento lingüístico, gramatical y sintáctico, de las voces que confi-guran el corpus. La razón por la cual no se atiende este tratamiento se debe a que elléxico que expresa cada una de esas ideas, raramente es simple, es decir, se manifiestabajo la forma gramatical de un nombre, adjetivo, verbo o adverbio. Por ejemplo, enGarcilaso, la lista confeccionada a partir de los sonetos en que se ha considerado queaparece el tema amoroso, se han registrado treinta y cuatro expresiones, de las cualessólo cuatro expresan el concepto del amor de forma simple, bajo un único término:«mal» (III)2, «templo», «peligro» (VII) y «vida» (IX). De forma resumida, el conceptodel amor equivale a «camino», «lucha» (II), «servicio» (V), «fuego» (VIII), «religión»,«alimento» (XVII), «sepultura» (XXV). La mayoría de las expresiones amorosas vie-nen dadas en elaboradas fórmulas sintácticas, como por ejemplo: «monte de inconve-nientes muy espeso» (IV), «dulces prendas por mi mal halladas», «bien que por térmi-nos me distes», «mal que me dejastes» (X). Dichas expresiones son difícilmente redu-cibles a un solo término. Lo mismo ocurre con otro de los poetas tenidos en cuenta, elsevillano Fernando de Herrera quien se refiere al amor como «mal siempre presente»(II), «mal de mi deseo», «dulce engaño a la vista» (IV), «solo principio de mi guerra»(XII), «vano error del dulce engaño», «luz que has de romper el frío temor» (XIV),«duro trance y peligroso estrecho» (59), «Amor flaco y enfermo» (63), etc.

De forma idéntica acontece en los otros dos ámbitos conformadores de la poéticapetrarquista: la amada y el amante.

Aunque no cabe ninguna duda del interés de un estudio lingüístico, por el momentoqueda obviado, dedicándonos sólo a la selección de los términos amorosos tal y comose ofrecen en un primer momento ya que lo que interesa ahora es establecer relacionesconceptuales e ideológicas, unas relaciones que no sólo darán a conocer ese léxico

2 Garcilaso de la Vega, Poesías castellanas completas, ed. de Elias L. Rivers, Madrid, Castalia, 1989.Todos los sonetos y expresiones citadas de Garcilaso, lo son por esta edición.

AISO. Actas IV (1996). Lola GONZÁLEZ MARTÍNEZ. El léxico de tradición petrarquis...

EL LÉXICO DE TRADICIÓN PETRARQUISTA EN LOS SONETOS AMOROSOS DE LA EDAD DE ORO 725

amoroso en sí mismo, sino que además permitirá, a posteriori, conocer la frecuencia, ypor lo tanto la preferencia, de palabras y de conceptos en un autor, la utilización reite-rada de unos conceptos y la ausencia de otros al tiempo que permitirá fijarse en lugaresafines, dónde se emplean unos términos y por qué, y descubrir la coordinación delpensamiento conociendo el desarrollo y distribución de los conceptos en un autor enparticular y en los autores mencionados, siguiendo la cronología, en general. Esas rela-ciones conceptuales o ideológicas se erigen también como instrumento de trabajo paracotejo de los diferentes autores y para preguntarnos, en su momento, en qué medidaéstos se aproximan o distancian de una misma tradición.

Resumiendo, pues, este ensayo se propone recopilar el léxico de los poetas mencio-nados más arriba y clasificarlo en torno a los tres ámbitos de la poética petrarquistaconstituidos, lingüísticamente hablando, en los campos semánticos del amor, la amaday el amante. Obviamente, por falta de tiempo y de espacio, en esta comunicación, noslimitamos a exponer los resultados obtenidos de la aplicación del procedimiento men-cionado en dos de los poetas más representativos del Renacimiento español, Garcilasoy Herrera.

Lo primero que llama la atención en las listas léxicas elaboradas en los tres ámbitosde la poética petrarquista, amor, amada y amante, es la presencia de un número impor-tante de léxico cortés cosa que no debe sorprender si tenemos en cuenta que Petrarcautilizó léxico proveniente de este tipo de amor. En cuanto al léxico denominadopetrarquista, quizá hubiera sido más adecuado hablar de léxico neoplatónico. Sin em-bargo, y teniendo en cuenta que el neoplatonismo supone una adaptación del léxicoplatónico a la tradición poética en romance, se mantiene el de léxico petrarquista en-tendiendo el petrarquismo como corriente o tendencia en la que se da una reformulaciónoriginal del léxico neoplatónico, basada en la mezcla de éste con matices semánticosnuevos, ya sean del amor cortés o de la tradición clásica pagana.

Tras esta introducción mínimamente aclaratoria vamos ya con la exposición dealgunas de las conclusiones obtenidas de las listas léxicas de los dos autores que, amodo de ejemplo, ilustran este estudio sobre el léxico de tradición petrarquista.

I. Léxico del amor

1. Garcilaso

La primera conclusión que se extrae de la clasificación léxica en torno al conceptodel amor es un predominio claro del léxico referido al amor cortés sobre el léxicopetrarquista. El material seleccionado indica claramente que Garcilaso concibe el amorcomo mal o enfermedad ('venir a mal y no saber por dónde' I3, «mal» III, «mal tamaño»IX, «dulces prendas por mi mal halladas», «mal que me dejastes» X, «guarecer de unmal tan peligroso» XII, «amor como aliento doloroso», «mortal mantenimiento» XVII);

1 Sólo entrecomillamos el léxico original, las expresiones resumidas aparecen entre comillas simples.

AISO. Actas IV (1996). Lola GONZÁLEZ MARTÍNEZ. El léxico de tradición petrarquis...

726 LOLA GONZÁLEZ

como miedo o peligro («de miedo no me muevo» VI, «peligro» VII,»desdichado mie-do», «amor con sus pesares» XXXIX); como locura («después que de sentillo estoy tanloco» XXXVI); olvido o engaño («oscura región de vuestro olvido» XXXVIII); comolucha militar («lucha militar»II, «duro campo de batalla el lecho» XVII, «golpe, que envos hizo amor en vano» XXII); como religión ('amor como religión' X).

Las expresiones recogidas en la lista léxica en torno al concepto de amor transmitenuna vivencia dolorosa de este amor. En Garcilaso el amor no se realiza y por tanto no seda un estado de felicidad. Es por ello que el amor se convierte en mal y en enfermedad. Lacausa de ese dolor es el desdén de la amada, un desdén expresado en la más pura requisitoriacortés que además de estar reflejada en el predominio de un léxico referido al amor comomal, tiene su máximo exponente en la actitud de servicio del yo poético hacia la amada.Las imágenes del 'amor como lucha militar' y 'amor como servicio', son las que mássimilitud léxica presentan respecto al léxico original del amor cortés, y además son lasque expresan y explican mejor la actitud sumisa del amante ante la amada.

Para expresar la requisitoria amorosa el poeta acude al ámbito de la Naturaleza delque selecciona algunas metáforas lexicalizadas que hacen referencia al carácter trágicode este amor que desde un principio está destinado al dolor y al rechazo. Metáforas, queteniendo como base común el elemento natural -monte (IV), (XXXVIII), camino (I),(VI), (XXXVIII); sepultura (XXV)- pretenden transmitir la dificultad del amor («cami-no estrecho de seguiros», XXXVIII, «monte de inconvenientes muy espeso» IV), su tras-cendencia, dada esa dificultad («subir a la alta cumbre» XXXVIII) y su carácter fracasa-do ('Amor como sepultura en la que se vierten lágrimas sin fruto', XXV).

La idea del amor como miedo o peligro deriva directamente de la concepción nega-tiva del amor y por tanto podría formar parte del concepto del amor como mal o enfer-medad. Lo mismo puede decirse de la idea del amor como locura y amor como olvidoo engaño que también podrían integrarse en el concepto amor como mal o enfermedadpor ser aquellos consecuencia y causa, respectivamente, de éste.

En cuanto al léxico petrarquista conviene destacar la casi ausencia de las imágenesplatónicas de luz o fuego («fuego» VIII), en comparación con su extensa profusión enHerrera sobre todo, y la presencia del concepto de amor como hábito («no haberospasado más allá de la bata» XXII, «[...] apretado y estrecho cuando estuvo sobre mí»XXVII) y como bien («bien que por términos me distes», «dulces prendas» X). En elcaso de amor como hábito se advierte la influencia directa de Petrarca: el verso «nohaberos pasado más allá de la bata» (XXII) es un calco del petrarquista «non esservipassato altra la gona». Así pues, tanto esta idea, como su traducción referida a la varia-ble amante («amante con hábito de amor»), desarrollan imágenes relacionadas con laidentificación del amor con un hábito y del yo poético como el amante que lo viste.

2. Herrera

Encontramos en Herrera el mismo léxico cortés que en Garcilaso referido a la va-riante del amor. De nuevo el concepto del amor viene dado como mal o enfermedad

AISO. Actas IV (1996). Lola GONZÁLEZ MARTÍNEZ. El léxico de tradición petrarquis...

EL LÉXICO DE TRADICIÓN PETRARQU1STA EN LOS SONETOS AMOROSOS DE LA EDAD DE ORO 727

(«mal siempre presente» II4, «mal de mi deseo» IV, «dolor fiero» VII, «mal hecho»VIII, «mal renueva siempre su acidente»XI, «tanto mal encuentra la presencia» XII,«daño hecho» 58, «Amor flaco y enfermo» 63, «dolor mío» 70); como miedo o peligro(«Osé y temí» I, «ni osar me vale el temor perdido» VI, «luz que ha de romper el fríotemor» XIV, «duro frange y peligroso estrecho» 59); como engaño o error («dulceengaño a la vista» IV, «vano error de dulce engaño» 42, «dulce error» 46, «suavesrazones y el engaño» 49, «largo engaño» 66, «perjuro Amor» 78); como lucha militar(«solo principio de mi guerra» XII, «red en que fui preso y enlazado» 42); como servi-cio («tirano Amor» VIII, «yugo» VII,70, «cadena al cuello», «sujeto al yugo del Amoringrato» 49, «hierro al cuello impuesto» 79). El léxico petrarquista viene limitado atres términos sumamente significativos: amor como fuego o luz («es llama, es fuegotodo cuanto espiro» III, «pura luz do ardiendo muero» IV, «no m'enciendo en los rayosde su frente» V, «rayo que salió de vuestros ojos» VII, «luz que ha de romper el fríotemor» XIV, «cierta luz al coragon envío» 45, «llama'l pecho» 49, «lluvia de lágrimastemplado al fuego que la inflama», «rayos claros de su lumbre pura» 50, «suave calor»que «consume poco a poco», «Amor me lleva/ y me inflama», «Abraga el coragón»,«lumbre que a subir al gielo adiestra», «ardiente llama» 59, «de vuestros bellos rayosabrazado» 66, «mudar [...] en fuego el yelo de su pecho frío» 69, «el amoroso fuego yla belleza» 70, «frío yelo»75), como bien («os ame quien os mira qual yo he mirado»51, «Amor giego/ me prende» 63), o la muerte de amor («causa y effeto de mi muerte»44, «muerte de amor», «de vuestros bellos rayos abrazado», «gloria es Amor, que atra-vesó mi pecho» 64).

Frente a Garcilaso, el léxico cortés y el petrarquista referidos a la variante del amorse presentan en equilibrio a la hora de expresar la filosofía acerca de este sentimiento.Al igual que ocurría en Garcilaso, la idea del amor como mal o enfermedad es la másrecurrida y por lo tanto la más importante dentro del conjunto que representa el léxicodel amor cortés. Como Garcilaso, Herrera hace uso de la requisitoria cortés para expre-sar el lado doloroso de su relación con la amada, una amada que sigue siendo desdeño-sa y en relación a la cual el amante aparece en estado de sumisión. También de modoanálogo a Garcilaso, las ideas amor como lucha militar y amor como servicio sonderivaciones del mal de amor transmitido a través del léxico del amor como mal oenfermedad y consecuencia de una visión del amor como ente en esencia tiránico («ti-rano» VIII, «yugo» VII, 49, 70; «cadena» 49; «hierro al cuello impuesto» 79) y des-equilibrado, que sustituye el diálogo por el monólogo, a veces quejoso a veces ilusio-nado, del amante.

La idea del amor como miedo o peligro deriva del dolor experimentado por laconciencia de la naturaleza infeliz de la relación con la amada, y la noción del amorcomo desengaño surge de la certeza de que el amor no finalizará con la comunión

4 El corpus léxico de Herrera ha sido confeccionado con una serie de sonetos y algunas elegías yestancias. Los poemas en números romanos pertenecen al apartado «C) Fragmentos de poemas perdidos» ylos que aparecen en números arábigos al de «Poesía en metros italianos». Todos los poemas han sidoextraídos de Fernando de Herrera, Poesía castellana original completa, ed. de Cristóbal Cuevas, Madrid,Cátedra, 1985.

AISO. Actas IV (1996). Lola GONZÁLEZ MARTÍNEZ. El léxico de tradición petrarquis...

728 LOLA GONZÁLEZ

amorosa. Es interesante entresacar en Herrera la utilización de unas expresiones quedefinen simultáneamente la dulzura del amor y su carácter fracasado causado por lanegativa de la amada, que se convierte en engaño debido a las ilusiones que se habíahecho el amante. Ilusiones directamente relacionadas con la idealización de la relaciónamorosa, manifiesta en la misma atribución del calificativo «dulce» al amor. De ahí queel engaño sea a la vez dulzura y fraude («Dulce engaño» IV, «dulce error» 46, «suavesrazones» 49).

Plenamente petrarquista es la concepción del amor como fuego o luz opuesta alhielo. Por un lado, el amante expresa cierto grado de espiritualización e idealizacióndel amor a través de tópicos neoplatonizantes. Por otro, ciertos conceptos tomados delléxico cortés aparecen interrelacionados con la visión lumínica de la amada; es decir,por un lado el alma del amante trascendentaliza esta comunicación visual como uninicio a la vivencia mística de un amor unidireccional, pero por otro, su mente nuncaolvida su temor o la frialdad de una amada que realmente no le ama («luz que ha deromper el frío temor» XIV, «mudar [...] en fuego o yelo de su pecho frío» 69, «fríoyelo» 75).

Aunque la noción del amor como bien ya se da en Garcilaso, en Herrera presentafórmulas menos sensualistas o referentes a la inminente realización de la relación amo-rosa. Obsérvese el contraste entre el garcilasiano «bien que por términos me distes»(X)y el herreriano «alcanza tanto bien que no os ofende» (El, II). Para finalizar este apar-tado dedicado al léxico del amor hay que mencionar el concepto de muerte de amorestrechamente relacionado con el sentido neoplatónico del amor como fuego o luz', laidea del amor como muerte hay que entenderla como un grado más alto delenamoramiento (amor más allá de la muerte) que en ocasiones se conjuga en «pura luzdo ardiendo muero»(IV).

II. Léxico de la amada

1. Garcilaso

En cuanto a la amada, de nuevo en Garcilaso, de modo similar al caso del amor, essignificativo el predominio del léxico del amor cortés, para incidir en el carácter desde-ñoso de la amada amada altiva ('amada como enemiga', 'la sequedad y el aspereza',«señora» II, III, IX, X; «a quien fuera mejor nunca haber visto» XXI, «hacéis la guerraa mi sentido», «dura mano» XXX; «alta cumbre» XXXVIII) sobre el petrarquista quedescribe a la misma como sol.

Los conceptos referidos a la amada corpórea ('gesto escrito en el alma del amante'V, X; 'cabellos como prisión de amor' VI; «vista pura y excelente», «salen spirtusvivos y encendidos» por 'los ojos' VIII; «pecho escondido», «de vuestra hermosura elduro encuentro», 'donna angelicatta' -descriptio-, 'carpe diem' XXII) y a la amadasol podrían ser interrelacionables puesto que la llama del fuego del amor la desprendenlos ojos de la amada -entraría en su descripción física trascendentalizada- y el gesto

AISO. Actas IV (1996). Lola GONZÁLEZ MARTÍNEZ. El léxico de tradición petrarquis...

EL LÉXICO DE TRADICIÓN PETRARQ UISTA EN LOS SONETOS AMOROSOS DE LA EDAD DE ORO 729

escrito en el alma del amante tiene claras reminiscencias de la imagen platónica de laluz de la amada inscribiéndose en el alma del amante considerada como tablilla; a suvez, la vista pura y excelente -descripción de la mirada- también tiene bastante quever con la luminosidad que la misma desprende.

En el léxico recogido en torno a la descripción corpórea de la amada, aunque enprincipio lo hemos catalogado como léxico petrarquista, se trata en realidad de léxicopropio del amor cortés. La identificación de los cabellos de la amada con una prisiónde amor ('cabellos como prisión de amor', VI), la atribución de belleza hiriente a laamada («de vuestra hermosura el duro encuentro», XXII), o su carácter desdeñoso(«pecho escondido», XXII) son expresiones propias de ese tipo de amor. Su cataloga-ción como léxico petrarquista se debe a Petrarca y la incorporación que hace a ladescriptio puellae del amor cortés de léxico y tópicos de la poesía clásica ('carpediem' o «collige virgo rosas» de Ausonio, por ejemplo) y de reformulaciones de suépoca {donna angelicatta). Algo parecido ocurre con la idea de la «amada como bienpresente» («bien qu'stá presente» VIII) que correspondería a la faceta sensualista deamor realizado concretada en la idea amor como bien: si el amor en Garcilaso, pese ala topicalización cortés, llega a ser realización sensual («bien que por términos medistes», X), es lógico que la amada en algún momento deba convertirse en «bien qu'stápresente» (VIII). De ello se deduce que este punto, dada la fisicidad de la relación conla amada, sea más propiamente clasificable como petrarquista. La ausencia de la ama-da también es considerada petrarquista ya que no se observa una vivencia traumáticade la misma que implique la vuelta al uso de la requisitoria cortés («ausente, en lamemoria la imagino», VIII). Lo que sí ya entraría en los códigos corteses es la idea de«sacralización de la amada» ('amada como dios', V y X), el concepto religión de amorpertenece claramente al léxico cortés, aunque Petrarca ya hiciera suya esta imagen.

2. Herrera

En Herrera, de nuevo, y a diferencia de Garcilaso, la tendencia es al equilibrio entreléxico cortés, referido a una amada altiva y desdeñosa («quien causa el error mío» I,«bella y cruel» 61), y las petrarquistas identificaciones de la amada con el sol, lasestrellas y diversos nombres de luz, aunque en amada altiva la personalización delamor («está dudoso Amor en mi provecho» 42, «ingrata al mal de Amor» 64) tienegrandes reminiscencias petrarquistas ya que es muy frecuente en sus poemas.

Al contrario de lo que ocurría en Garcilaso en su concepción del amor como fuegoo luz opuesto al hielo, en la idea de la amada como sol («Belleza i claridad» IV, «Sol»V, «luz de mi Estrella» VIII, «serena luz dichosa», «mi luz», «Sol puro», «llamas deoro» X, «Sol dorado», «de sus puros rayos me destierra» XII, «bella Luz» 46, «miLuzero» 48, «rayos dessa Luz serena» 49, «Lumbre gloriosa» 56, «de la luz que enbía,/ su vista vence a la más clara estrella» 61, «Lumbre mía», «celeste rigor», «sagradaLuz» 63, «mi Lumbre» 64, «Mi bella lumbre» 66) aparece una identificación pura de laamada con diferentes imágenes y epítetos de luz; es decir, la clasificación aparece

AISO. Actas IV (1996). Lola GONZÁLEZ MARTÍNEZ. El léxico de tradición petrarquis...

7 3 0 LOLA GONZÁLEZ

expurgada de matices del desdén caracterizador del concepto «amada altiva». Lo mis-mo sucede en «amada como bien presente» 45). Siguiendo la tendencia garcilasiana dela consideración de la presencia de la amada, y por tanto, de la fisicidad de la relacióncomo algo positivo, aunque quizá la idealización de la presencia sea mayor, Herreracalifica a la amada como bien mío (45).

En cuanto al léxico referente a la amada corpórea (Descriptio puellae) («ojos hi-rientes» 42, «hermosa boca» 49, «la bella, tierna y fresca rosa» 50, 'donna angelicatta'51, «oro sutil» 63, «estays en blanca piedra convertida» 74) la descripción de la miradaa menudo requiere matices lumínicos que lo relacionan directamente con el punto amadasol. Algo similar ocurre con la descripción de otras partes del cuerpo: atribución delcolor púrpura a las mejillas («Rosas de nieve y púrpura vestidas», 74), del color amari-llo al cabello («Doradas hebras» 42; «oro sutil» 61), o del rosa al rostro y al cuerpo(«bello rostro de resplandor rosado» 52 Est; «donna angelicatta» 51).

El platonismo de la imagen lumínica también se cuela en la sacralización de laamada (63) propia de los códigos de la religión de amor del amor cortés. La sacralizaciónde la amada se incluye en el léxico del amor cortés a pesar de que en el único ejemploaportado, la única razón para ello es la anteposición al nombre Luz del adjetivo sagra-da («sagrada luz» 63).

Para acabar con esta variante, sólo comentar que, en la caracterización desdeñosa oaltiva de la amada, la requisitoria cortés es completada con léxico clásico paganizante,como por ejemplo en el caso del soneto 74: 'Venus Cipria' «que'n la perdida muestrade belleza/ encubría la piedra ingrata y dura».

III. Léxico del amante

1. Garcilaso

Contrariamente a lo que sucedía en el ámbito léxico del amor y de la amada, en elléxico del amante garcilasiano se observa un equilibrio entre léxico cortés y léxicopetrarquista. El primero transmite el estado de ánimo del amante. Curiosamente, apare-cen representados las diferentes actitudes que el amante de la lírica cortés podía adop-tar frente a la amada. De este modo, el léxico cortés recogido en los sonetos de Garcilasopresenta a un amante en situación de silencio, que manifiesta su amor callando (fenhedor.«corazón cansado» IV, «o muy aventurado o muy medroso» XII, «doliente hijo...», «mienfermo y loco pensamiento», «...llora cada día» XIV), en actitud suplicante y de ser-vicio de la amada (pregador. «en mi fuese probado/ cuanto corta una 'spada en unrendido», «a vuestras manos he venido» II, 'amante como vasallo', «por vos nací [...] ypor vos muero» V, «doliente/ hijo con lágrimas pidiendo», «pídemele y llora cada día»XIV, «a vuestra voluntad...» XVIII), un amante aceptado,(entendedor: «vencer de vosme dejo» XX) y, por último, un amante desdeñado,(draí: 'amante vencido por el senti-miento opuesto a la razón' VII, «vi claro mi esperanza muerta» XII, «las armas pongoya» XXX, «en engaño adormecido» XXXIV. «El mal en mí ha hecho su cimiento» XL).

AISO. Actas IV (1996). Lola GONZÁLEZ MARTÍNEZ. El léxico de tradición petrarquis...

EL LÉXICO DE TRADICIÓN PETRARQUISTA EN LOS SONETOS AMOROSOS DE LA EDAD DE ORO 131

Mientras el léxico cortés remite, pues, a esas diferentes categorías o actitudes amoro-sas, el léxico petrarquista se reserva para la descripción de la recepción espiritual delamor de la amada como luz («amante recibiendo a la amada como luz», «alma comotablilla» V, 'espirtus vivos [...] por mis ojos recebidos', 'espirtus «revientan por salir dono hay salida» VIII, «a vuestra voluntad yo soy de cera» XVIII, «colgada de un sutilcabello/ la vida del amante embebecido» XXXIV), y para la descripción del ánimo delamante reflejado en su estado físico («desnudo espirtu o hombre en carne y hueso» IV,«espirtus vivos [...] por mis ojos recebidos» VIII, «mano que a su mismo pecho noperdona» XXII, «afligido pecho» XXX).

Pero aún hay que hacer algunas matizaciones en el léxico cortés y petrarquista quese aglutina en torno a lo que podríamos denominar como subconceptos derivados delconcepto principal del amante en Garcilaso. En torno al subconcepto amante pregadordestaca un léxico referido al servicio vasallático hacia la amada que alterna con laimagen de un amante que implora lloroso el favor de aquélla. La imagen «en mi fueseprobado/ cuánto corta una 'spada en un rendido» (II) es susceptible de aparecer junto ala noción del amante como drut ya que éste, aunque se muestra pidiendo una prueba(senhal), de entrada ya se considera rendido. Es interesante observar cómo en estamodalidad de amante aparecen referencias al léxico de la guerra («en mi fuese proba-do/ cuánto corta una 'spada en un rendido» II, «las armas pongo ya» XXX) lo que hacepensar en la necesidad de contemplar un nuevo ámbito léxico que expresa al amantecomo soldado.

En torno al subconcepto amante fenhedor aparece un léxico referente a la vivenciade la experiencia amorosa como enfermedad o locura, vivencia que se refleja en elestado físico («corazón cansado» IV, «llora cada día», XIV) y en el psicológico («mienfermo y loco pensamiento» XIV) del amante.

En torno al subconcepto del amante entendedor aparece el sintagma «vencer de vosme dejo» (XXX), aunque el sentido de entendimiento no se observa claramente con ladescontextualización del mismo. Lo mismo ocurría en el caso de «a vuestras manos hevenido» (II), clasificado en «amante pregador», del que también podría formar parte,dada su ambigüedad para el sentido de entendedor, «vencer de vos me dejo» (XX).

El subconcepto ¿raí viene caracterizado por una actitud de desengaño («en engañoadormecido», XXXIV), dolor («El mal en mi ha hecho su cimiento», XI) y desesperan-za («vi claro mi esperanza muerta», XII) ante el rechazo de la amada.

En cuanto al léxico petrarquista, éste gira, como hemos mencionado, en torno a dosideas: la del amante en situación de recibir a la amada luz y en torno a la descripcióndel amante corpóreo. En la imagen amante recibiendo a la amada luz destaca elplatonismo referido a la recepción del espíritu de la amada en forma de luz con laimagen del alma del amante como tablilla de cera (V, XVIII). Conviene señalar elapasionamiento del amante y la espiritualización del amor que manifiesta este léxico('espirtus vivos [...] recibidos', 'espirtusrevientan' VIII, 'amanteembebecido' XXXIV).Hay sintagmas que incluyen también la figura de la amada con la finalidad de relacio-nar el apasionamiento mencionado con el servicio de amor (p.ej., «colgada de un sutilcabello/ la vida del amante embebecido», XXXIV).

AISO. Actas IV (1996). Lola GONZÁLEZ MARTÍNEZ. El léxico de tradición petrarquis...

732 L0LA GONZÁLEZ

En cuanto a la descripción del amante corpóreo, aunque contiene léxico referente alas descripciones físicas («pone la vista en el pecho de la amada», XXII, o IV), estámuy relacionado con los conceptos del léxico de amante fenhedor («afligido pecho»XXX, p.ej.) o de amante recibiendo a la amada como luz ('espirtus vivos [...] por misojos recebidos', UIII).

Tanto el concepto amante perdiendo a la amada como bien como el amante conhábito de amor (imagen petrarquista) están directamente relacionados con los puntosamor como bien y amor como hábito del léxico del amor. En el primero, la pérdida dela posibilidad de la experiencia amorosa puede ser interpretada a la vez como evoca-ción de la misma a través de la poesía, que es recuerdo, o como imposibilidad de lamisma a causa de la amada.

2. Herrera

Curiosamente, en el caso del léxico del amante, en Herrera se invierten las tenden-cias de equilibrio respecto al léxico del amor y el léxico de la amada, también se invier-te la tendencia garcilasiana de equilibrio en este punto. Tenemos, pues, una primeraconclusión por lo que se refiere al tipo de amante que encontramos en Herrera, se tratadel amantepregador («voz doliente», «muero ausente» XI; «confuso y temeroso», «niaun huir de mis pasiones oso», «voz cansada», «lloroso río/buelto», «os puede enterne-cer el dolor mío» El. II; «boz de mil suspiros llena» XIV, «triste que suspira», 49;«tierno canto y blando movimiento/desta cítara triste» 55; «procura algún consuelo almal que siento» 75; «cantor de su belleza» 79) que se entretiene más en la súplica queen la vivencia apasionada y espiritualizada del amor. No obstante, estos resultadosdeben ser matizados, ya que las imágenes que giran en torno a la idea de la recepciónespiritual de la amada como luz están conformadas por un léxico que se refiere funda-mentalmente al abrasamiento (obsérvese la frecuencia del participio «abrasado» queaparece en la El. II «pecho consumido», «abrasado ya estoy», y en la estancia 52 'pe-cho' : «olocausto de mi memoria», y de «ardor» -en forma de nombre o de verbo- en«crece mi ardor» 42, «de su bello y puro ardor vencida» 56, 'llama en que se hiela laamada' 63, «ardo yo sin premio de esperanza» 64, aproximación a Garcilaso y alplatonismo) del alma del amante en esa recepción del amor a la amada como luz. Lamisma precisión cabe hacer de la imagen del amor como fuego o luz opuesta a hielo,en la que también se aprecia la mezcla de léxico proveniente del amor cortés referido ala actitud desdeñosa e inmisericorde de la amada, con el léxico platónico que describeel alma encendida del amante.

Aún hay que hacer otra matización respecto al léxico del amor cortés. A diferenciade lo que ocurría en Garcilaso, aquí sí que hemos encontrado léxico militar referido ala imagen del amante como soldado, una imagen que, además, podría incluirse dentrodel subconcepto amante desdeñado (drut). En este léxico militar es interesante señalarel parentesco semántico entre el verso «soldado vengativo que sale a batalla» (VIII) yel de Garcilaso «en mi fuese probado/ cuánto corta una 'spada en un rendido», en

AISO. Actas IV (1996). Lola GONZÁLEZ MARTÍNEZ. El léxico de tradición petrarquis...

EL LÉXICO DE TRADICIÓN PETRARQUISTA EN LOS SONETOS AMOROSOS DE LA EDAD DE ORO 7 3 3

ambos el amante está vencido antes de salir a luchar, aunque quizá en Herrera el adje-tivo vencido otorga un tono más rencoroso y decidido (menos pregador). El desdén dela amada sigue siendo la realidad de fondo.

En las listas confeccionadas aparece un léxico referido a la caracterización delamante fenhedor («de mi mal se olvida», «buey cansado», «callando, sufrir mi durasuerte» 86). Sin embargo, si se presta atención a las imágenes que definen estesubconcepto se apreciará que existe una coincidencia semántica exacta con el sentidodel concepto del amor cortés en la imagen «callando, sufrir mi dura suerte». Por otrolado, tanto la imagen «buey cansado» como «de mi mal se olvida», aunque hagan refe-rencia al amante como enfermo, llevan implícita una carga semántica de amante desde-ñado.

Respecto al léxico que surge en torno al subconcepto del amante entendedor («cis-ne que muere en dulce canto» XI, «noble canto del cisne» 75, «abrasado en tus entra-ñas», «abrasado pecho que siente más gloria al ser encendido» Est. 52) hay que indicaralgunas precisiones. La imagen del cisne expirando como representativa de la muertede amor, coincidiendo también con el canto del yo poético no puede ser, por supetrarquismo, catalogada dentro del ámbito del subconcepto de amante aceptado; lomismo ocurre con las otras imágenes, que estrictamente pertenecen a la imagineríaplatónica de incendio del alma del amante. Estas imágenes además tienen una dimen-sión más espiritual personal que de realización sensual del diálogo amoroso, que posi-blemente sería el sentido estricto del concepto de entendedor en el amor cortés.

Por último, hay un léxico referido al amante desdeñado (drut: «cora£Ón vencido»XII, «rendido pecho», «en ciego engaño d'esperanca, muero» XIX, «engañado de miluz» 46, «alma mía lastimada» 50, «ardo yo sin premio de esperanca» 64, «de mil vanostemores maltratado» 78) en el que también cabe hacer algunas precisiones: se observacierto predominio de la vivencia del amor como desengaño a través del léxico referidoal amante como «engañado» (XIX, 46) o vencido (XII, 46).

A modo de conclusión somera de este punto mencionamos dos estrofas, el soneto46 y la estancia 52, cuyas imágenes reflejan la actitud bivalente que deriva del deseo dela mente de vivir de forma espiritualizada el sentimiento amoroso, un deseo que refre-na la otra actitud de vivir apasionadamente el amor.

BIBLIOGRAFÍA

ALONSO, Dámaso, Cuatro poetas españoles (Garcilaso-Góngora- Maragall-A.Machado), Madrid, Gredos, 1962.

ARCE DE VÁZQUEZ, Margot de, Garcilaso de la Vega. Contribución al estudio de lalírica española del siglo XVI, Universidad de Puerto Rico, 1969.

BLECUA, Alberto, «En el texto de Garcilaso», ínsula, Madrid, 1970.

AISO. Actas IV (1996). Lola GONZÁLEZ MARTÍNEZ. El léxico de tradición petrarquis...

734 LOLA GONZÁLEZ

BLECUA, José Manuel, «La sensibilidad de Fernando de Herrera. Tres notas para suestudio», en Sobre el rigor poético en España y otros ensayos, Barcelona, Ariel,1977, pp. 75-82.

CERNUDA, Luis, «Tres poetas metafísicos» (1946), enProsa completa, Barcelona, Barral,1975.

FUCILLA, Josph G, Estudios sobre petrarquismo en España, Madrid, CSIC, 1960.GALLEGO MORELL, Antonio, Estudios sobre poesía española del primer Siglo de Oro,

Madrid, ínsula, 1970.HERRERA, Fernando de, Poesía castellana original completa, ed. de Cristóbal Cuevas,

Madrid, Cátedra, 1991.LAPESA, Rafael, La trayectoria poética de Garcilaso, Madrid, Alianza Universidad,

1985.LÓPEZ BUENO, Begofia, La poética cultista de Herrera a Góngora, Sevilla, Alfar, 1987.MACRÍ, Oreste, Fernando de Herrera, Madrid, Gredos, 1972.MAÑERO SOROLLA, María Pilar, Introducción al estudio del petrarquismo en España,

Barcelona, PPU, 1987.PRIETO, Antonio, «Boscán y Garcilaso», en La poesía española del Siglo XVI, Madrid,

Cátedra, 1984, Tomo I, pp. 59-92.—, «La voluntad poética de Herrera», en La poesía española del Siglo XVI, Madrid,

Cátedra, Tomo II, 1987, pp. 549-628.RIVERS, E. L., La poesía de Garcilaso de la Vega, Ensayos críticos, Barcelona, Ariel,

1974.VEGA, Garcilaso de la, Poesías castellanas completas, ed. de Elias L. Rivers, Madrid,

Castalia, 1991.

AISO. Actas IV (1996). Lola GONZÁLEZ MARTÍNEZ. El léxico de tradición petrarquis...