el laberinto de la felicidad

20
El laberinto de la felicidad ÁLEX ROVIRA FRANCESC MIRALLES www.puntodelectura.com/es/

Upload: jorge-torrente

Post on 29-Mar-2016

214 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

educación,

TRANSCRIPT

Page 1: El laberinto de la felicidad

El laberinto de la felicidadÁLEX ROVIRA

FRANCESC MIRALLES

LaberintoFelicidad.qxd 18/12/08 10:18 Página 3

www.puntodelectura.com/es/

Page 2: El laberinto de la felicidad

Título: El laberinto de la felicidad© 2007, Álex Rovira Celma y Francesc Miralles© De esta edición: 2009, Santillana Ediciones Generales, S.L.Torrelaguna, 60. 28043 Madrid (España)Teléfono 91 744 90 60www.puntodelectura.com

ISBN: 978-84-663-2272-0Impreso en China – Printed in China

Diseño de colección: OrdaksDiseño de portada: Jesús Acevedo

Primera edición: mayo 2009

Todos los derechos reservados. Esta publicaciónno puede ser reproducida, ni en todo ni en parte,ni registrada en o transmitida por, un sistema derecuperación de información, en ninguna formani por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico,electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia,o cualquier otro, sin el permiso previo por escritode la editorial.

DuraBook tm es una marca registrada de Melcher Media, Inc., nº de patente 6,773,034 124 West 13th Street, New York, NY 10011, www.melcher.com

El formato DuraBook tm utiliza una tecnología revolucionaria que lo hace completamente impermeable y de larga duración.

LaberintoFelicidad.qxd 18/12/08 10:18 Página 4

Page 3: El laberinto de la felicidad

Índice

1. El Bosque de los Lamentos . . . . . . . . . . . . 9

2. Los muros del Laberinto . . . . . . . . . . . . . . . 15

3. La Boca de la Verdad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

4. El Banco de Amor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31

5. La Posada Sin Sueños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37

6. El Café del Laberinto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45

7. La historia del astronauta . . . . . . . . . . . . . . 51

8. El Pozo de la Confusión . . . . . . . . . . . . . . . . 57

9. La Caverna del Pigmeo . . . . . . . . . . . . . . . . . 63

10. El Hombre del Surco. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71

11. Predecimos con el pasado . . . . . . . . . . . . . 75

12. Arenas movedizas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83

LaberintoFelicidad.qxd 18/12/08 10:18 Página 5

Page 4: El laberinto de la felicidad

13. El camino de la mariposa. . . . . . . . . . . . . . . 87

14. Los nómadas de la Luna . . . . . . . . . . . . . . . . 91

15. El revisor de vidas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95

16. El Atraepájaros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101

17. El secreto del camarero . . . . . . . . . . . . . . . . 107

18. El último vuelo

de la Mariposa de la Luz. . . . . . . . . . . . . . . . 113

19. La Casa de la Última Pregunta. . . . . . . . 117

20. El centro del Laberinto . . . . . . . . . . . . . . . . . 123

21. La Gran Lotería de la Vida . . . . . . . . . . . . . 129

22. Epílogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133

Pistas para llegar

al centro del Laberinto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137

Agradecimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149

LaberintoFelicidad.qxd 18/12/08 10:18 Página 6

Page 5: El laberinto de la felicidad

«Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar,

indefectiblemente te encontrarás a ti mismo,

y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz

o la más amarga de tus horas».

PABLO NERUDA

LaberintoFelicidad.qxd 18/12/08 10:18 Página 7

Page 6: El laberinto de la felicidad

LaberintoFelicidad.qxd 18/12/08 10:18 Página 8

Page 7: El laberinto de la felicidad

1

El Bosque de los Lamentos

Ésta es la historia de alguien que lo habíaperdido todo.

Tras una larga temporada de soledad ytristeza, cierto día Ariadna fue despedidade su trabajo en la fábrica de hilos sinté-ticos. El jefe de personal le dijo que última-mente había bajado su rendimiento. La veíadistraída, con la cabeza en las nubes. Poreso había contratado a una persona más

9

LaberintoFelicidad.qxd 18/12/08 10:18 Página 9

Page 8: El laberinto de la felicidad

joven que ocuparía su puesto por menosdinero.

Ariadna tenía 33 años.Al salir de la fábrica con el despido en la

mano empezó a encontrarse mal. De repen-te tuvo mucho miedo, porque si también lefallaba la salud lo habría perdido absoluta-mente todo.

La fábrica de hilos sintéticos se hallaba enla periferia de su ciudad, justo donde terminanlos bloques de hormigón y empieza el bosque.Nunca se había atrevido a internarse en la es-pesura, porque todo el mundo decía que erafácil perderse allí.De hecho se conocía el casode muchas personas que se habían adentradoy jamás habían vuelto.

Lo llamaban el Bosque de los Lamentos.Como Ariadna sentía que lo había perdido

todo, incluso las ganas de vivir, no hizo caso de

10

LaberintoFelicidad.qxd 18/12/08 10:18 Página 10

Page 9: El laberinto de la felicidad

estas advertencias y tomó un sendero entrelos árboles. Secretamente tenía el deseo dedesaparecer. Quería que se la tragara el bos-que para no molestar a nadie con sus desgra-cias.

El sendero discurría entre hayas muy al-tas y espesas, donde la luz del sol se filtrabahaciendo extraños juegos de luces. Ella cami-naba y caminaba, embebida en sus pensa-mientos, sin el propósito de llegar a ningúnsitio.

Pero suele suceder que, aunque no lo es-peres ni te lo propongas, los senderos acabanllevando a alguna parte. Así que, cuando Ariad-na hubo recorrido un buen trecho,se encontróen un claro del bosque.

Allí se topó con un singular personaje.Un anciano diminuto y risueño que tenía unpuesto lleno de billetes de color esmeralda,

11

LaberintoFelicidad.qxd 18/12/08 10:18 Página 11

Page 10: El laberinto de la felicidad

cuidadosamente ordenados en montonci-tos.

Por encima del mostrador donde vendíasus boletos había un cartel en el que se leía:GRAN LOTERÍA DE LA VIDA.

Asombrada con aquel puesto en mediodel bosque, Ariadna se llevó las manos a losbolsillos y encontró su última moneda. Aun-que esperaba ya bien poco de la vida, decidióhacer su última apuesta: invertir su última mo-neda en alguien que probablemente la necesi-tara más que ella.

—¿Cuánto cuesta? —le preguntó.—Depende —respondió el anciano—.

Cada boleto tiene un precio distinto que varíasegún el comprador.

—Todo lo que tengo es esta moneda.—Entonces este billete es tuyo —respon-

dió el anciano,que le entregó a cambio uno deaquellos boletos esmeralda.

12

<#>

LaberintoFelicidad.qxd 18/12/08 10:18 Página 12

Page 11: El laberinto de la felicidad

Hasta que no se alejó unos pasos,Ariadnano se dio cuenta de que aquel billete de lote-ría no tenía números.Pensando que se debía aun fallo de impresión, volvió hacia el ancianopara reclamar.

—¡Claro que no tiene números! —dijoel anciano muy sonriente—. ¡Porque este bi-llete toca siempre!

Al oír esto,Ariadna pensó que era absurdodiscutir con aquel hombre —probablementeestaba loco—,así que se guardó el boleto es-meralda en el bolsillo y prosiguió su camino.

Cuando llevaba ya muchas horas andandobosque adentro, le invadió el cansancio y tuvoque detenerse a tomar aliento.Se tumbó sobrela hierba fresca y cerró los ojos un instante.

Sin darse cuenta cayó dormida.

13

LaberintoFelicidad.qxd 18/12/08 10:18 Página 13

Page 12: El laberinto de la felicidad

<#>

LaberintoFelicidad.qxd 18/12/08 10:18 Página 14

Page 13: El laberinto de la felicidad

2

Los muros del Laberinto

Cuando Ariadna abrió los ojos, se encon-tró rodeada de altos muros cubiertos de hiedra.

No podía entender lo que había pasado.Recordaba haberse tumbado a descansar en-tre los árboles, pero ahora parecía hallarseen un lugar totalmente diferente.

«Debo de haber caminado en sueños has-ta aquí», se dijo convencida de que aquello erafruto del sonambulismo.

15

LaberintoFelicidad.qxd 18/12/08 10:18 Página 15

Page 14: El laberinto de la felicidad

Ariadna recorrió con la palma de la manouna de las paredes,que era demasiado alta parasaltarla y estaba formada por enormes bloquesde granito. Sólo la hiedra lograba escalarla ypasar al otro lado.

Sin salir todavía de su asombro, anduvopor el camino entre muros, que al torcer a laizquierda se hacía más angosto. Las altas pa-redes de piedra contrastaban con un cielo lu-minosamente azul. Sólo se oscureció por unmomento cuando una gran bandada de aves—cientos, tal vez miles— cruzó las alturascomo una nube viva y cambiante que trans-portaba el canto de cada una de ellas.

Se sintió súbitamente triste.Tal vez —pen-só— porque las aves vuelan a donde quiereny ella había pasado su vida entre su minúsculoapartamento y la asfixiante fábrica de hilosintético.A pesar de haber entrado en el

16

LaberintoFelicidad.qxd 18/12/08 10:18 Página 16

Page 15: El laberinto de la felicidad

Bosque de los Lamentos, ahora se encontra-ba entre paredes que apenas le dejaban ver elcielo.

Y lo peor de todo era que no sabía dóndese encontraba ni cómo podía salir de allí.

Estaba a punto de echarse a llorar cuandovio acercarse una figura estrambótica.Veníadel final de aquel camino recto y angosto queparecía no tener fin. Era un hombre barrigudode estatura mediana y con una gran nariz enla que se apoyaba un monóculo que le am-pliaba el ojo derecho. Iba vestido de blancocon un viejo sombrero de explorador. Perolo más insólito era que, en lugar de un rifle,blandía un largo cazamariposas y no apartabala mirada del cielo.

«Lo raro es que no tropiece contra losmuros», se dijo Ariadna, que no dudó en pre-guntarle:

17

LaberintoFelicidad.qxd 18/12/08 10:18 Página 17

Page 16: El laberinto de la felicidad

—Disculpe, ¿es usted de aquí?El explorador apoyó el cazamariposas en

el suelo y pareció sorprendido de encontrara Ariadna.

—¡Pues claro que soy de aquí! —dijo conacento ligeramente francés—. ¿De dónde sino? Cuando estoy aquí, soy de aquí. Cuandoestoy allí, soy de allí. ¡Qué pregunta más tonta!

—Lo que quiero saber —repuso Ariadnaavergonzada— es si puede decirme dónde esta-mos. ¿Por qué hay tantos muros? ¿Adónde llevaeste camino? ¿Dónde está la salida? ¡Quiero salir!

—Cálmese, joven. Sólo puedo responderuna pregunta cada vez. Esto es el Laberinto dela Felicidad.

Ariadna se sorprendió al escuchar esto.Nunca había oído hablar de aquel lugar.Alobservar su confusión el explorador prosi-guió:

18

LaberintoFelicidad.qxd 18/12/08 10:18 Página 18

Page 17: El laberinto de la felicidad

—Aquí vienen a parar los que han perdi-do el sentido de la vida. Y no puedo decirledónde está la salida, porque la verdad es queno lo sé. La tendrá que encontrar por sí mis-ma, como yo.

—¿Y hace falta un cazamariposas paraencontrar la salida? —preguntó ella muy cu-riosa.

—Eso depende —sonrió el exploradormientras se sujetaba el monóculo y se secabael sudor con un pañuelo—.Así como el sen-tido de la vida es diferente para cada perso-na, aquí todos debemos encontrar la salidapor nuestros propios medios.Yo espero queme muestre el camino una mariposa.

—¿Una mariposa? —preguntó Ariadnaasombrada.

—Eso mismo. Una muy especial: concre-tamente la Mariposa de la Luz. Es blanca y le

19

LaberintoFelicidad.qxd 18/12/08 10:18 Página 19

Page 18: El laberinto de la felicidad

gusta volar por campos abiertos aunque tam-bién se la puede encontrar en jardines y enlos bordes de los caminos. Antes de ser ma-riposa, cuando es oruga, le gusta comer tré-bol blanco. ¡Así se alimenta de buena suerte!Además, tiene una singularidad: sea de día ode noche, vuela con determinación haciacualquier luz en movimiento. A diferencia delresto de mariposas no se dirige hacia lucesestáticas, y eso la hace única.

—Muy interesante —dijo Ariadna atur-dida por el locuaz explorador—, pero ¿cómoespera que una mariposa le muestre la salidadel Laberinto?

—Eso es un secreto que tal vez le cuenteotro día —respondió el hombre con las manosen los costados.

—¿Otro día? —se alarmó ella—. ¡Yo quie-ro salir de aquí ahora mismo!

20

LaberintoFelicidad.qxd 18/12/08 10:18 Página 20

Page 19: El laberinto de la felicidad

—Paciencia, hija. El sentido de la vida nose pierde en un solo día, y tampoco lo encon-trará antes de que caiga la noche.

Al ver la expresión desolada de Ariadnael cazador de mariposas se palpó un granbolsillo de su chaqueta blanca y extrajo unpequeño cuaderno de tapas color esmeraldacon un lápiz atado a la espiral.

—Puedes quedártelo, no hay nada escrito—dijo él—.Los exploradores debemos tomarnota de todo lo importante que vemos yoímos. Sólo así encontrarás la salida del Labe-rinto. Mi cuaderno está lleno de datos sobrelo que busco: la Mariposa de la Luz. Presientoque está muy cerca: ¡la huelo!

—Muchas gracias —dijo ella mientrasguardaba el cuaderno en un bolsillo de su cha-queta.

—No hay de qué —respondió el explo-rador con su acento francés mientras se le-

21

LaberintoFelicidad.qxd 18/12/08 10:18 Página 21

Page 20: El laberinto de la felicidad

vantaba el sombrero en señal de saludo y vol-vía a ponerse el monóculo en el ojo derecho.

—¡Espero que encuentre su mariposa!—exclamó Ariadna.

Pero el explorador ya se alejaba en di-rección opuesta, dejándola sola en el Labe-rinto.

22

LaberintoFelicidad.qxd 18/12/08 10:18 Página 22