el efecto mozart
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NÚMERO 26
AGOSTO DE 2006 – VOL. III
ISSN 1696-7208
DEPOSITO LEGAL: SE – 3792 - 06
El Efecto Mozart: estudio de su influencia en el desarrollo cognitivo infantil
Autora: Milagros García Vilachao
“Doscientos años han pasado después de la desaparición de este gigante de la
música, sin embargo su presencia crece como una realidad profética que se
confirma con el tiempo. Mozart, el iniciador de las generaciones del futuro,
permanecerá sin duda vigente por largos decenios mas”
Alfred Tomatis
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Introducción
Parece increíble que tras más de 200 años de su muerte, el nombre de Mozart sea un
nombre incombustible. Y es que sin duda, este hombre es el mayor ejemplo de genialidad y
fecundidad en la historia de la composición. En realidad tiene catalogadas 626 obras, y si no
hubiera muerto a la temprana edad de 34 años, quien sabe hasta dónde podría haber llegado,
y qué habría compuesto.
Su vida
Mozart nació en Salzburgo el 27 de Enero de 1756. Su padre, Leopoldo Mozart,
también compositor, fue su maestro educador musical, quien le instruyó, le aconsejó y le
promocionó artísticamente en su niñez, siempre en un entorno familiar muy musical.
Con 6 años recién cumplidos, su padre lo llevó de gira por Europa, donde alcanzó
gran éxito. Linz, París, Munich, Viena... vieron pasar al niño prodigio que se iba
instruyendo gracias a sus encuentros con los compositores clásicos más afamados, como
Johann Christian Bach, un de los hijos de Bach. Tras componer a los 8 años su primera
sinfonía, con once compuso un oratorio y un drama. Poco a poco se estaba consolidando
tras una severa educación musical el que iba a ser uno de los mayores genios de la historia.
Mozart quiso seguir viajando. Para ello pidió permiso al arzobispo y a cambio se
encontró con que le despedía de su trabajo. Mientras, su padre, su eterno acompañante, se
quedó en la ciudad para poder recuperar el puesto para su hijo; así Mozart hizo su viaje: A
París (1777) y a Italia donde estrenó varias óperas.
A pesar de su deseo, Mozart no pudo quedarse en París, ya que allí reinaban todavía
los gustos escénicos propios los compositores franceses, además de que allí mismo durante
el viaje murió su madre, que lo acompañaba. Por ello, tras 16 meses, volvió a Salzburgo,
donde siguió a las órdenes del arzobispo gracias a la intermediación de su padre Leopold.
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El éxito de sus primeras óperas, consiguió sacar a Mozart de allí y llevarlo hasta
Viena como músico libre, donde se casó en 1782 con Constance Weber hermana de la que
había sido el amor de juventud del compositor. Pero los problemas de salud de ambos les
harían vivir en precariedad durante el resto de sus vidas. Pese a las adversidades, Mozart
seguía escribiendo partituras. Decenas y decenas de obras que le llevaron hasta Frankfurt,
Munich, Mannheim y Magunci.
Pronto llegaría el último año de su corta vida, 1791. En ese año, a pesar de estar
enfermo y lleno de deudas, se dedicó a escribir partituras febrilmente. Tras estrenar La
flauta Mágica y la Clemenza di Tito. Mozart comenzó a trabajar en un encargo que una
persona desconocida le había hecho: Un Réquiem. Aunque Mozart pensó que esa persona
en realidad era una voz que le anunciaba su propia muerte (y que el réquiem sería para el
mismo), parece ser que fue un melómano (el conde de Walsseg) quien se la encargó a
escondidas para poder estrenarla como suya propia.
Sin embargo Mozart murió el 5 de Diciembre de 1791, dejando la que llegaría a ser
una de las más bellas composiciones de la historia sin terminar. Su discípulo Süssmayr fue
el encargado de completar la partitura. Mozart fue enterrado en una fosa común, sin que a su
entierro acudiera nadie.
El efecto Mozart
El termino "Mozart Effect" se refiere al hallazgo de que 36 estudiantes universitarios
que escucharon 10 minutos de una sonata de Mozart lograron mejores resultados en una
tarea espacial-temporal subsiguiente que después de escuchar instrucciones de relajación o
silencio. El efecto duro aproximadamente 10 minutos. Aunque el efecto fue replicado por
varios investigadores, otros no pudieron reproducirlo. La investigación sobre los motivos y
las limitaciones del efecto en adultos sigue en marcha.
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El Efecto Mozart se estudió unicamente en adultos, duro solo unos minutos y se hallo
solo en relacion con el raciocinio espacial-temporal. Sin embargo, el hallazgo ha dado
origen a una industria del Efecto Mozart que abarca libros, discos compactos y sitios de
Internet que afirman que la escucha de la musica clasica puede hacer mas "listos" a los
niños. De hecho, ninguna evidencia cientifica apoya la afirmacion de que la escucha de
musica mejora la inteligencia de los niños. Dos estudios relacionados probaron el Efecto
Mozart con 103 ninos de 11 a 13 años de edad (McKelvie y Low, 2002). Los investigadores
no hallaron ningun apoyo experimental del efecto en niños, y concluyeron que "es discutible
en cuanto a si resulte en alguna aplicacion practica" (p. 241). Aunque el Efecto Mozart es de
interes cientifico, sus implicaciones educativas parecen ser limitadas.
¿Qué tiene de especial esta música?
Escribe Tomatis, en sus ritmos y en sus secuencias, una sensación de libertad y
rectitud que nos permite respirar y pensar con facilidad. Nos transmite algo especial que
pone en evidencia nuestro potencial creativo y nos hace sentir como si fuéramos los propios
autores de lo que escuchamos. Nos hace creer que la frase musical se desarrolla de la única
manera como podría desarrollarse.
En sus obras reina un sentimiento de seguridad permanente. No hay momentos insólitos.
Todo esta perfectamente ligado. El pensamiento se desarrolla sin choques ni sorpresas.
Mozart se vuelve así accesible a todos y jamás nos cansamos de escucharlo.
Sentimos constantemente una felicidad y un sentimiento de perfección que no se
encuentra en ningún otro compositor, por mas alegre que este sea. Mozart nos lleva a otro
universo, nos hace resonar a través de nuestras fibras mas sensibles. Gracias a su música
podemos vibrar con nosotros mismos, tomar conciencia de nuestro ser. A Mozart no le
interesa en absoluto revelarse en nosotros, sorprendernos, dejarnos atónitos. Al contrario,
con su música nos conduce a un lugar donde comenzamos a ser nosotros mismos.
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El método
De acuerdo con los especialistas, se utilizan diferentes tonalidades de Mozart en el
tratamiento, según la intensidad de las ondas hertzianas que emitan, que van desde 125 hertz
a 9.000 hertz. La música grave (125-700 hertz) de Mozart se utiliza para terapias
relacionadas con el área motora, la verticalidad y síntomas corporales; una tonalidad media
(1000-3000 hertz) sería la ideal para problemas de comunicación en el paciente; mientras
que la variación aguda (3000-9000 hertz) se aplica para ayudar en tratamientos para el
aspecto emocional.
Sin embargo, esto no significa que cualquier persona, de sentirse deprimida, por
ejemplo, simplemente debería recurrir a la sinfonía 40 de Mozart como remedio.
¿Cualquier compositor valdría?
¿Y por qué Mozart y no Bach o Beethoven? Los especialistas explican que es un
asunto de la intensidad de las melodías.
Mozart trabajó con frecuencias muy altas -especialmente con flautas y violines- y es
ideal para la terapia de escucha ya que está entre los 125 y 9000 hertz que son los necesarios
para las terapias.
Además fue un músico con composiciones hechas a temprana edad, por lo que tiene
una melodía muy dinámica, que le da energía al cerebro, que no está contaminada
emocionalmente, de ahí que a las personas les transmitimos esta energía.
El debate sobre este tema se ha mantenido presente en la comunidad científica. Una
de las primeras que estudió el tópico fue Frances Rauscher , de la Universidad de
Wisconsin, en EE.UU., quien reconoce que su trabajo probó que los estudiantes lograban un
mejor razonamiento espacio-temporal tras escuchar a Mozart, pero que ello no se traducía
en un incremento del coeficiente intelectual.
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¿Calmar la agresividad?
Según un estudio realizado en Inglaterra, la música del compositor austriaco no sólo
calma a los alumnos, sino puede revertir comportamientos agresivos en los estudiantes.
El dictamen, emitido por un equipo de investigadores de la Universidad de Derby, en
el centro de Inglaterra, apunta que hacerles escuchar música de Mozart a alumnos de entre
tres y siete años calma los ánimos en clase y mejora el rendimiento escolar.
Simon Brownhill, Fiona Shelton y Clare Gratton, los autores del estudio señalaron,
además, que los conciertos del compositor austríaco escuchados durante clases de
matemática permitieron resultados sorprendentes en los alumnos.
Estos saldos se obtuvieron especialmente en aquellos a los que se atribuyen
"problemas graves de conducta".
El estudio en forma de libro, intitulado 101 Aspectos Esenciales para controlar la
conducta de niños en sus primeros años, destaca que la música de Mozart "puede ser una
herramienta muy poderosa en la lucha contra el mal comportamiento en clase".
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Conclusión
La investigacion sugiere que la musica podria actuar de catalizador de habilidades
cognitivas en otras disciplinas, y la relacion entre la musica y el raciocinio espacial-
temporal es particularmente incontestable. Sin embargo, varias cuestiones quedan por
tratarse.
Se sabe poco sobre los aspectos exactos de la instruccion en musica que contribuyen
a los efectos de transferencia. Ademas, se necesitan mas estudios longitudinales para
determinar la duracion de tales efectos. Otra cuestion es que los examenes actualmente
disponibles de logro lector y matematico quiza no sean suficientemente sensibles a la
complejidad del aprendizaje linguistico y matematico que podra ser afectado por la
instruccion musical. Aunque parece que los padres, educadores y formadores de politicas ya
pueden tomar en cuenta la capacidad espacial- temporal mejorada como un resultado viable
de la instruccion en musica, la evidencia en apoyo de la habilidad matematica o lectora
mejorada es equivoca.
Finalmente, aunque la investigacion tiene implicaciones fuertes para la politica y la
practica, hay que asegurar con cuidado que las metas cientificas no eclipsen la instruccion
en musica apropiada al desarrollo.