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EL MUNDO/SAN JUAN, P. R. DOMINGO 5 DI JUNIO DE 1918. EL DERBY SANTA ANDREA Por FÉLIX TORRES La mañana estaba fría y lluviosa y el chino que le servia a Jack Man- ners de asistente, en aquel garito de una barriada de Frisco, no hacia mis que lamentarse del tiempo. —Yo tiene filo. No puede tlaba* jal —repetía el asiático, a quien su jefe habla llegado a coger un gran carino. Ete no e tiempo de Califot- nia. Eto palece Nueva Yol. Aquel tiempo, evidentemente, ha- cia que los asiduos asistentes al garito de Manners, no acudieran a jugar a la hora de costumbre. Y el joven, que acababa de cumplir treinta años, se entretenía hacien- do solitarios. Era el afto 1866, poco después de que la guerra civil hiciera posible la unión definitiva de los estados del norte y del sur de los Estados Unidos. Y aún no habla llegado la época en que California se habla de convertir en la Jauja generosa y providencial que fué luego. Tocaron a la puerta del fondo, por el lado de la cocina. Ching Po, que seguía conversando con su jefe acerca del tiempo y del dia de pe- rros que les esperaba a todos, salió SHEAFFER'S Ck OBRA MAESTRA en plumas fuentes Equilibrio perfecto,Ca- pacidad abundante, Transparencia efectiva y permanente, Llenador i n sta ntd n eo, C ie rre her- mético. Escritura a dos caras y tacto suave co- mo una caricia—estas son las ventajas que distinguen a la SHEAFFER LIFETIME.* Y por encima de todo, la Garantía LIFET1ME que la proteje por toda la vida. Exija el Certifi- cado de Garantía y compárelo con las ga- rantías de nuestros imitadores. En los me- (ores establecimientos. 'Gortmltzomoi menHntr la plumo rvanra UFC- TIMC aa partacfa» condi- cional de ticnbir oV real* lo »rdo iu du«ño, paro na aoe hacaate* reeeenioblaa da pároV- daj y abutoe infonciona- loa. Al raporor la pluma corgame* al ellente eóJe loe poo;uaño« JOI'OI da Mana/a, (apuro, y dave- IwaoV I ü:s::iouldores para L Puerto Rico: m AI.VABEZ & PASCUAL pm San Juan W. A. SHtAffK PIN CO. *ort ModlMn. lowo. |.U.A. SHEAFFERS Renueve su Belleza Con Cera Mercolizada Renovador del Cutis Nlng-un» mujer deba lamentarle al su cutis no es bello y auave cuando ea tan fácil para ella al conseguirlo con la Cera Mercolizada. Esta excelente crema—Crema completa—tipifica al tratamiento mas apropiado para el embellecimiento del cutía Palméese el rostro vigorosamente con Cera Mercolizada, aal como el cuello y brazoa antes de acostarse. Se derrita e Introduce en los poros y loa limpia de toda impureza. La Cera Mercoll- aada convierte la capa de piel exte- rior rugosa y marchita por laa incle- mencias del tiempo, en diminutas e Invisibles partículas. Revela un cutis nuevo encantador, bello y limpio de irnpuresaa. viéndose au roatro raaa Juvenil y hermoso. Descubra la belle- za, oculta de eu cutía con Cera Merco- lizada En todas las farmacias. Dr. R. Bernabé Médico Cirujano Se dedica exclusivamente a tu especialidad. OPERACIONES Y ENFER- MEDADES EN LOS OJOS- PRESCRIPCIÓN DE CRISTALES. Salvador Brau 61 - Tel. 705 San Juan. ¡¡CANAS!! Desaparecen con ZHYNGARO No mancha Se usa con las manos. Fabricante- F. TORRES. Box 157 Juana Día* P. R. FOR SALE Entlish Setter Bitch, two y e a r s oíd, thoroughbred, house-broken, well mannered, owner leaving- Island. Joseph Beebe, Calle Meditación Núm. 19, Mayagüez. precipitadamente, arrastrando ios pies, a recibir la visita. Unos cuantos minutos después el chino «suba otra vei a la vista de tu amo, esta ves acompañado do una ñifla de cortos anos, que lo miraba compungida y temerosa. —¿Qué es eso Chlng? ¿Quién es esta niña y de dónde ha salido?— le Interrogó Jack. —Yo no sé. seftol, —vino la con- testación. —Un homble la ha de- Jado aquL Dice que el seftol sabia lo que tiene que hacel cuando lea esta calta... Le presentaba una carta que Man- ners, cada vez más sorprendido leyó de un tirón. Y conforme leía, en su rostro se iban reflejando distintas emociones, que primero fueron sin- tomáticas de dureza, pero que al ca- bo le dieron una expresión risueff-. amorosa, casi beatifica. La carta decía: "Jack, siento tener que darte es- ta molestia, pero no lo puedo reme- diar. El hombre por quien te aban- doné me ha dejado sola no tengo trabajo ni recursos y no puedo con tinuar manteniendo, como hasta ahora, a nuestra hija. Tampoco pue- do admitir que nos mantengas a las dos, ya que comprendo que de ti no merezco nada. He decidido enviarte a Fanny, para que te cuides de ella mientras yo me diri- jo lejos, a un lugar del que acajo no retorne nunca más. El destino parece que me trajo al mundo pa- ra sufrir y hacer padecer a los que me quieren. Siento las molestias que te voy a ocasionar, pero no puedo hacer otra cosa." La carta la firmaba "Marta", y al final tenia una posdata: "En la hacienda del Cobre, a cin- co leguas de Santa Angela, queda el caballo "Brillante", que es lo único que le puedo ceder a mi hija. Cuando me lo regalaron me hice la ilusión de llegar a ganar dinero con él. Mira a ver si puedes sacarle partido. Pasada la sorpresa y después de reflexionar un momento, Jack Man- ners se decidió a hablarle a la niña: —Ven acá, pequeña, —le dijo.— ¿Sabes quién soy? La nlftlta, sin contestar, hizo pu- cheros y se echó a llorar. —MI mamá. Yo me quiero ir con mi mamá... El hombre fuerte que era Man- ners, no podía contener su emoción. Con voz entrecortada ,le dijo: —Claro que vas a irte con tu ma- má, que te quiere mucho. Pero no hoy. Hoy te tienes que quedar con nosotros y tanto Ching como yo va- mos a ser muy buenos amigos tu- yos. Ya verás. Tu mamá se ha ido de viaje, pero regresará pronto. Mientras tanto, yo seré tu papá. Anda, Ching. Prepárale un buen al- muerzo a la -niña, a Fanny. ' ¿No es verdad que te llamas Fanny?... Hacia cinco años que Jack habla dejado de ver a Marta y, por lo tanto, a su hija. Se trataba de una artista, una pobre cabaretera a quien Manners habla recogido del arroyo y a quien le habla nacido aquella niña cuando el Jugador, atraído por su juvenil belleza, le habla puesto una casa que era como un oa.ds en el desierto de su cuotidiana existen- cia. Todas las madrugadas, cuando Jack Manners podía retirarse a des- cansar "tan temprano", buscaba en aquel que habla comenzado a con- siderar como su.hogar, descanso y olvido para aquellas otras horas en que muchas veces, a puñetazo lim- pio o a punta de revólver, tenia que hacerle frente a las osadías de los perdedores. Y en una de esas oca- siones se encontró la casa vacia porque Marta la habla abandonado la tarde anterior llevándose a su hija. El dinero y la labia de un ri- cacho la hablan convencido. El golpe lo hirió en el corazón y durante varios días no pensó más que en su venganza. Pero despu&i reflexionó y llegó al convencimien- to de que ningún derecho tenia so- bre una mujer que tan mal pagaba sus bondades. ¿Su hija? ¿Quién po- día asegurarle, siquiera, que era su ya? Al fin se resignó y siguió con- centrando todos sus afectos en aquel chino adicto, que le era más fiel que un perro. Pasó un afto. Fanny crecía y se habla olvidado por completo de su madre. Cuando, al principio, le pre- guntaba por ella, todo lo que le con- testaba él era que habla hecho via- je a Nueva York, y que un día vol- verla aunque no sabia cuándo. La nina iba a la escuela y pere- da muy inteligente. Y Manners ha- bla acabado por quererla con un ca- rino tan hondo y grande, que mu- chas veces le daba miedo A poco de estar con él, la niña le habla hablado del caballo y de cómo su madre y ella lo iban a ver algunas veces. —Me conoce— le dijo la pequeña— y en cuanto me ve viene corriendo hacia mi. Manners dejó un día "el negocio" al cuidado de uno de los nombres que trabajaban con él, y con la ni- ña se encaminó a la hacienda don- de estaba "Brillante". Y efectiva- mente, en cuanto el bruto vio a la pequeña, comenzó a dar relinchos y vino corriendo hacia ella. —Es un buen caballo —le dijo el mayoral. —Marta habla pensado co- rrerlo en el Derby de Santa An- drea... Jack le pagó al dueño de la ha- cienda del Cobre la cuenta que aquel le pasó por el cuidado y man- tenimiento del caballo, y varios días después lo mandó a buscar para te- nerlo más cerca de Fanny. Por su- puesto, no pensaba correrlo en el Derby de Santa Andrea, pero ya que su hija lo quería tanto, deseaba que lo fuera a ver con más frecuencia. La niña ceda vez lo llamaba pe' con mayor afección y le tiraba los bracitos al cuello. a Un dia, al volver de la escuela, Fanny se presentó en su casa con los lindos ojitos enrojecidos por el llanto. —Yo no quiero volver a esa escue- la, papalto, —le dijo.,—Las niñas son muy malas conmigo. —Cuéntame lo que te ha pasado. Papal to lo arreglará todo... Entonces la nina, entre sollozos, le contó cómo aquella Jane, que era la más mala de todas, la habla lla- mado "arrastrada" y lt habla dicho que era hija de una perdida. —Dice que eres también malo, y que le quitas el dinero a los que vienen a Jugar a tu eaaa... Aquella noche Jack Manners no pudo dormir. —Es necesario que me vaya inmediatamente de aquí, que me lleve a mi hija a un lugar don- de nadie nos conozca, donde nadie pueda llevar a su almita, el dardo envenenado de la maledicencia. ¿Pe- ro cómo me haré, si en los últimos taban unas diez millas para llegar a la meta, de manera que Jack po- día dar por descontada su derrota. Lanzando Juramento» ayudó a le- vantarse al caballo, y se cercioró de que nada le habla pasado al brioso animal. blera conocido bien el camino. Pero se trataba de su hija, del porvenir de la pequeña Fanny, que habla que- dado en su casa ignorando que aquel día el caballo "Brillante" iba a de- cidir su porvenir. Sin pensarlo dos veces Jack Mau- —Un homble la ha dejado aquí. Di- ce que el aeflol sabia lo que tiene que hacel cuando lea cata calta... tiempos me ha ido muy mal y no tengo en estos momentos sobre que caerme muerto? De pronto, en el silencio de la ma- drugada se oyó un relincho. Y aquel relincho fué para Manners una Ins- piración. —Si "Brillante" es tan bueno co- mo me aseguraron en el Cobre, pue- de ganar el Derby y ser mi salva- ción. Con los veinte mil dólares del premio tendría dinero para irme al este... Jack, por más que* quiso, no pudo quitarse de la cabeza el otro pen- samiento que se la quería hacer es- tallar. —Marta está en Nueva Jfork —te decía. Si la encontrara, toda- vía pudiéramos ser felices los tres... Diez caballos tomaban parte en el Derby y uno de ellos era "Brillan- te". Aquella carerra, que se cele- braba el 4 de julio— fiesta de la patria norteamericana— era la más importante de todos los contornos, y en ella tomaban parta los mejo- res caballos del viejo Méjico y de Oregón. Los corredores tenían que salir de Columbia, pasar por delante del ayuntamiento de Santa Andrea y volver a Columbia Los Jinetes te- nían el privilegio, si asi lo desea- ban, de abandonar la ruta principal y tomar cualquier atajo. Pero el que lo hiciera podía considerarse como fuera de la carrera, porque lo úni-.-o que Iba a lograr ere matar al ca- ballo. Poco antes de que se Iniciara la carrera, un hombre se acercó a Jack Manners y le habló en voz baja. ¡No puede ser! —afirmo rotun- damente el dueño de "Brillante" Su caballo iba a ser corrido por Johnny, uno de los hombres que trabajaban con él. Y lo que le decía a Jack aquel extraño era que John- ny se habla vendido a Martin, due- ño de tres de los caballos que co- rrían, para asegurar la victoria de uno de los potros de éste. El extranjero le dio a Manners todos los detalles de la intriga. Co- mo Martin sabia que "Brillante" te- nia grandes posibilidades de ganar, le habla prometido cinco mil dóla- res a Johnny, en el caso de que ga- nara uno de sus caballos. Y de esos cinco mil dólares ya Johnny habla recibido quinientos. Cuando Johnny se disponía a mon- tar a "Brillante", Manners se acer- coa a él y le dijo: "No correrás mi caballo. Yo mismo lo voy * co- rrer... El otro, sorprendido, vaciló un momento. Luego, decididamente. In- terpeló a Jack: —Esa es una ofensa que no te con- siento. Tendrás que verte conmigo como un hombre... Y sacó el re- vólver que llevaba a la cintura, pues a todos los corredores se les habii advertido de que, en el caso de que uno de los caballos se Inutilizara en la peligrosa carrera de cuarenta mi- llas, debían sacar de sufrimientos a los nobles brutos. Manners no se inmutó:— No tie- nes valor para dispararlo —le dijo. De nada te sirve. —Tú, gran... El puño de Manners cayó contó una mandarria sobre la mandíbula de Johnny que se desplomó al jue- lo. Las gentes hablan formado co- rro alrededor Me los que discutían. Jack terminó aquello: —No ha pasado nada, señores. \o mismo corro mi caballo... Y un momento después, al sonido de un disparo, se Iniciaba la gian contienda. Los caballos de Martin corrían de- lante de "Brillante" que los seguía como a unas cien yardas. Y de re- pente empezaron a aminorar la mar- cha. —Esto no me gusta —se dijo Jack. ¿Qué será lo que les pasa? Los otros, que corrían en "team", permitieron que el caballo de Man- ners los pasara, recogiéndose todos sobre la Izquierda. Cuando Jack se vino a dar cuenta del peligro era ya tarde. Delante tenia un obstáculo que no haola previsto, y al llegar a él jinete y caballo cayeron a varias yardas de distancia, en una hondonada. Todos hablan llegado ya a Santa Andrea y emprendido el retorno cuando ocurrió el accidente. Les fal- Uno de los que pasaban, lo Ir- crepó: —Serás capaz, todavía de querer acabar de matar a es animal. De- clárate vencido y no sigas... El accidente habla convertido a Jack Manners en una pantera. Echando rayos por los ojos, se limi- a contestarle al intruso: —¡Vete al diablo' i Era cuestión de coger un atajo y ver de ese modo de recuperar el camino que ya le hablan sacado ios otros. ¿Pero cómo? Si siquiera hu- ners se lanzó a campo traviesa, si es que tal cosa se podía decir de toda aquella intrincada maleza que oscu- recía hasta el sol. El caballo, como si hubiera sido participe de los pen- samientos de su amo, avanzaba ve- lozmente, con renovados bríos. —Eres grande, "Brillante" -le iba diciendo Jack. —Con un caballo como no puedo perder. Casi no tenia que dirigir al bru- to, que avanzaba sin cesar vencien- do obstáculos y saltando de mane- PARA HERIDAS YíONTUSIONES D, r:>\: -i> 'eipués de lavarse, bien la parte afecta- da con la Maravilla de Humrhreyi, véndese sobre una compresa empopada en Maravilla. Asi se contiene la he- morragia, se alivia el dolor y se evitan muchos peligros. Por sus propiedades curativas y calmantes, la Maravilla es también excelente para que- maduras, inflamaciones y dolores. ra admirable. Y asi pudo volver al camino real, cuando sus adversa- rlos ya hablan pasado y le sacaban como una milla de ventaja. —Sólo te quedan cuatro millas pa- ra derrotarlos, "Brillante". Corre ahora todo que puedas y alcánzalos. El caballo comenzó a correr, acor- tando cada vez más la distancia que lo separaba de sus competido- res. Los jockeyt se hablan dado cuenta de que "Brillante" seguía la carrera y corrían ahora a todo to que daban. "Brillante" pasó a uno y estaba a punto de pasar al se- gundo, cuando Jack notó que-su ve- locidad disminuía, como si las fun- zas lo estuvieran abandonando. Entraban en la última milla, y "Ganadero", el tercero de los caba- llos de Martin, le llevaba a "Bri- llante" una ventaja de doscientas yardas. ¿E Iba a perder la carrera ahora, después del magnifico esfuer- zo hecho? —¡Anda "Brillante", hazlo por Fanny!... ¿Pero que era aquello? Al oír el nombre de Fanny el ca- ballo habla empinado las orejas y se habla estremecido todo bajo la montura, como si de repente le hu- bieran puesto una inyección vigori- zante. —Por Fanny, "Brillante". iPer Fanny! Ahora ya Msnnaes no tenia duda de que iba a ganar. El caballo co- rría con la rapidez de un gamo y se acercaba a toda prisa a su ad- versario. Y un momento después pasaba por él como un tiro, y le dejaba rezagado. Y llegó a la meta con más de den yardas de ventaja. ¡Habla ganado el Derby de Santa Andrea! a a Aquella noche, con loa veinte mil dólares del premio en el bolsillo, Jack Manners le dijo a su hija: —¿Te gustarla irte a Nueva York, al lugar donde está tu mema? A la niña se le humedecieron lee ojos. —¿Es que ya no me quieres, pa- palto? ¿Cómo es posible que me pi- das que me vaya y te deje? —No, hljlta. Te ne he dicho ese. Te pregunto si te gustarla ir a reu- nlrte con tu mamá. Naturalmente, yo Irla también«ontlgo... La niña le echó los brazos al cue- llo y le dló muchos besos. Y aquel fué el momento más feliz de la vida de Jack Manners, un hombre al que mucha gente creía frío, peligroso, sin corazón. ¡HRATICI "««oyvnioMFoiwo |UllHIIO! de RMttu CnliMritt "LA COCINA CRIOLLA" Oran variedad de Recatea Criollas, que requieren Ingredientes conocidos. Han sIdo Ideadao para uao en su propia cocina. Ud. puede estar segura de pastas de consis- tencia delicada al preparar estos platos si usa ROYAL, al polvo de hornear a base de Cré- mor Tártaro. El Polvo Royal lo proteje con- tra la pérdida de ingredientes costosos, evi- tando fracasos al hornear. ¡ Compre una lata de Royal hoy mismo l Nombra. Dtraccton _ Eacorta aata ID unció, laaarta au nombra y élreniéu y «arfólo PAN AMERICAN STANDARD BRANDS. DÍC, Depto, 91 P. O. Box 136. San Juan, i uerto Rico. -n excesiva A menudo es causada por entorpeci- miento del hígado. 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  • EL MUNDO/SAN JUAN, P. R. DOMINGO 5 DI JUNIO DE 1918.

    EL DERBY SANTA ANDREA Por FLIX TORRES

    La maana estaba fra y lluviosa y el chino que le servia a Jack Man- ners de asistente, en aquel garito de una barriada de Frisco, no hacia mis que lamentarse del tiempo.

    Yo tiene filo. No puede tlaba* jal repeta el asitico, a quien su jefe habla llegado a coger un gran carino. Ete no e tiempo de Califot- nia. Eto palece Nueva Yol.

    Aquel tiempo, evidentemente, ha- cia que los asiduos asistentes al garito de Manners, no acudieran a jugar a la hora de costumbre. Y el joven, que acababa de cumplir treinta aos, se entretena hacien- do solitarios.

    Era el afto 1866, poco despus de que la guerra civil hiciera posible la unin definitiva de los estados del norte y del sur de los Estados Unidos. Y an no habla llegado la poca en que California se habla de convertir en la Jauja generosa y providencial que fu luego.

    Tocaron a la puerta del fondo, por el lado de la cocina. Ching Po, que segua conversando con su jefe acerca del tiempo y del dia de pe- rros que les esperaba a todos, sali

    SHEAFFER'S

    Ck OBRA MAESTRA en plumas fuentes

    Equilibrio perfecto,Ca- pacidad abundante, Transparencia efectiva y permanente, Llenador i n sta ntd n eo, C ie rre her- mtico. Escritura a dos caras y tacto suave co- mo una cariciaestas son las ventajas que distinguen a la SHEAFFER LIFETIME.* Y por encima de todo, la Garanta LIFET1ME que la proteje por toda la vida. Exija el Certifi- cado de Garanta y comprelo con las ga- rantas de nuestros imitadores. En los me- (ores establecimientos.

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    I :s::iouldores para L Puerto Rico: m AI.VABEZ & PASCUAL pm San Juan

    W. A. SHtAffK PIN CO. *ort ModlMn. lowo. |.U.A.

    SHEAFFERS

    Renueve su Belleza Con Cera Mercolizada

    Renovador del Cutis Nlng-un mujer deba lamentarle al su cutis no es bello y auave cuando ea tan fcil para ella al conseguirlo con la Cera Mercolizada. Esta excelente cremaCrema completatipifica al tratamiento mas apropiado para el embellecimiento del cuta Palmese el rostro vigorosamente con Cera Mercolizada, aal como el cuello y brazoa antes de acostarse. Se derrita e Introduce en los poros y loa limpia de toda impureza. La Cera Mercoll- aada convierte la capa de piel exte- rior rugosa y marchita por laa incle- mencias del tiempo, en diminutas e Invisibles partculas. Revela un cutis nuevo encantador, bello y limpio de irnpuresaa. vindose au roatro raaa Juvenil y hermoso. Descubra la belle- za, oculta de eu cuta con Cera Merco- lizada En todas las farmacias.

    Dr. R. Bernab Mdico Cirujano

    Se dedica exclusivamente a tu especialidad.

    OPERACIONES Y ENFER- MEDADES EN LOS OJOS-

    PRESCRIPCIN DE CRISTALES.

    Salvador Brau 61 - Tel. 705 San Juan.

    CANAS!! Desaparecen con ZHYNGARO

    No mancha Se usa con las manos.

    Fabricante- F. TORRES. Box 157 Juana Da* P. R.

    FOR SALE Entlish Setter Bitch, two y e a r s od, thoroughbred, house-broken, well mannered, owner leaving- Island. Joseph Beebe, Calle Meditacin Nm. 19, Mayagez.

    precipitadamente, arrastrando ios pies, a recibir la visita.

    Unos cuantos minutos despus el chino suba otra vei a la vista de tu amo, esta ves acompaado do una ifla de cortos anos, que lo miraba compungida y temerosa.

    Qu es eso Chlng? Quin es esta nia y de dnde ha salido? le Interrog Jack.

    Yo no s. seftol, vino la con- testacin. Un homble la ha de- Jado aquL Dice que el seftol sabia lo que tiene que hacel cuando lea esta calta...

    Le presentaba una carta que Man- ners, cada vez ms sorprendido ley de un tirn. Y conforme lea, en su rostro se iban reflejando distintas emociones, que primero fueron sin- tomticas de dureza, pero que al ca- bo le dieron una expresin risueff-. amorosa, casi beatifica.

    La carta deca: "Jack, siento tener que darte es-

    ta molestia, pero no lo puedo reme- diar. El hombre por quien te aban- don me ha dejado sola no tengo trabajo ni recursos y no puedo con tinuar manteniendo, como hasta ahora, a nuestra hija. Tampoco pue- do admitir que t nos mantengas a las dos, ya que comprendo que de ti no merezco nada. He decidido enviarte a Fanny, para que t te cuides de ella mientras yo me diri- jo lejos, a un lugar del que acajo no retorne nunca ms. El destino parece que me trajo al mundo pa- ra sufrir y hacer padecer a los que me quieren. Siento las molestias que te voy a ocasionar, pero no puedo hacer otra cosa."

    La carta la firmaba "Marta", y al final tenia una posdata:

    "En la hacienda del Cobre, a cin- co leguas de Santa Angela, queda el caballo "Brillante", que es lo nico que le puedo ceder a mi hija. Cuando me lo regalaron me hice la ilusin de llegar a ganar dinero con l. Mira a ver si t puedes sacarle partido.

    Pasada la sorpresa y despus de reflexionar un momento, Jack Man- ners se decidi a hablarle a la nia:

    Ven ac, pequea, le dijo. Sabes quin soy?

    La nlftlta, sin contestar, hizo pu- cheros y se ech a llorar.

    MI mam. Yo me quiero ir con mi mam...

    El hombre fuerte que era Man- ners, no poda contener su emocin. Con voz entrecortada ,le dijo:

    Claro que vas a irte con tu ma- m, que te quiere mucho. Pero no hoy. Hoy te tienes que quedar con nosotros y tanto Ching como yo va- mos a ser muy buenos amigos tu- yos. Ya vers. Tu mam se ha ido de viaje, pero regresar pronto. Mientras tanto, yo ser tu pap. Anda, Ching. Preprale un buen al- muerzo a la -nia, a Fanny. ' No es verdad que te llamas Fanny?...

    Hacia cinco aos que Jack habla dejado de ver a Marta y, por lo tanto, a su hija. Se trataba de una artista, una pobre cabaretera a quien Manners habla recogido del arroyo y a quien le habla nacido aquella nia cuando el Jugador, atrado por su juvenil belleza, le habla puesto una casa que era como un oa.ds en el desierto de su cuotidiana existen- cia. Todas las madrugadas, cuando Jack Manners poda retirarse a des- cansar "tan temprano", buscaba en aquel que habla comenzado a con- siderar como su.hogar, descanso y olvido para aquellas otras horas en que muchas veces, a puetazo lim- pio o a punta de revlver, tenia que hacerle frente a las osadas de los perdedores. Y en una de esas oca- siones se encontr la casa vacia porque Marta la habla abandonado la tarde anterior llevndose a su hija. El dinero y la labia de un ri- cacho la hablan convencido.

    El golpe lo hiri en el corazn y durante varios das no pens ms que en su venganza. Pero despu&i reflexion y lleg al convencimien- to de que ningn derecho tenia so- bre una mujer que tan mal pagaba sus bondades. Su hija? Quin po- da asegurarle, siquiera, que era su ya? Al fin se resign y sigui con- centrando todos sus afectos en aquel chino adicto, que le era ms fiel que un perro.

    Pas un afto. Fanny creca y se

    habla olvidado por completo de su madre. Cuando, al principio, le pre- guntaba por ella, todo lo que le con- testaba l era que habla hecho via- je a Nueva York, y que un da vol- verla aunque no sabia cundo.

    La nina iba a la escuela y pere- da muy inteligente. Y Manners ha- bla acabado por quererla con un ca- rino tan hondo y grande, que mu- chas veces le daba miedo

    A poco de estar con l, la nia le habla hablado del caballo y de cmo su madre y ella lo iban a ver algunas veces. Me conoce le dijo la pequea y en cuanto me ve viene corriendo hacia mi.

    Manners dej un da "el negocio" al cuidado de uno de los nombres que trabajaban con l, y con la ni- a se encamin a la hacienda don- de estaba "Brillante". Y efectiva- mente, en cuanto el bruto vio a la pequea, comenz a dar relinchos y vino corriendo hacia ella.

    Es un buen caballo le dijo el mayoral. Marta habla pensado co- rrerlo en el Derby de Santa An- drea...

    Jack le pag al dueo de la ha- cienda del Cobre la cuenta que aquel le pas por el cuidado y man- tenimiento del caballo, y varios das despus lo mand a buscar para te- nerlo ms cerca de Fanny. Por su- puesto, no pensaba correrlo en el Derby de Santa Andrea, pero ya que su hija lo quera tanto, deseaba que lo fuera a ver con ms frecuencia.

    La nia ceda vez lo llamaba pe' p con mayor afeccin y le tiraba los bracitos al cuello.

    a

    Un dia, al volver de la escuela, Fanny se present en su casa con los lindos ojitos enrojecidos por el llanto.

    Yo no quiero volver a esa escue- la, papalto, le dijo., Las nias son muy malas conmigo.

    Cuntame lo que te ha pasado. Papal to lo arreglar todo...

    Entonces la nina, entre sollozos, le cont cmo aquella Jane, que era la ms mala de todas, la habla lla- mado "arrastrada" y lt habla dicho

    que era hija de una perdida. Dice que t eres tambin malo,

    y que le quitas el dinero a los que vienen a Jugar a tu eaaa...

    Aquella noche Jack Manners no pudo dormir. Es necesario que me vaya inmediatamente de aqu, que me lleve a mi hija a un lugar don- de nadie nos conozca, donde nadie pueda llevar a su almita, el dardo envenenado de la maledicencia. Pe- ro cmo me har, si en los ltimos

    taban unas diez millas para llegar a la meta, de manera que Jack po- da dar por descontada su derrota.

    Lanzando Juramento ayud a le- vantarse al caballo, y se cercior de que nada le habla pasado al brioso animal.

    blera conocido bien el camino. Pero se trataba de su hija, del porvenir de la pequea Fanny, que habla que- dado en su casa ignorando que aquel da el caballo "Brillante" iba a de- cidir su porvenir.

    Sin pensarlo dos veces Jack Mau-

    Un homble la ha dejado aqu. Di- ce que el aeflol sabia lo que tiene que hacel cuando lea cata calta...

    tiempos me ha ido muy mal y no tengo en estos momentos sobre que caerme muerto?

    De pronto, en el silencio de la ma- drugada se oy un relincho. Y aquel relincho fu para Manners una Ins- piracin.

    Si "Brillante" es tan bueno co- mo me aseguraron en el Cobre, pue- de ganar el Derby y ser mi salva- cin. Con los veinte mil dlares del premio tendra dinero para irme al este...

    Jack, por ms que* quiso, no pudo quitarse de la cabeza el otro pen- samiento que se la quera hacer es- tallar. Marta est en Nueva Jfork te deca. Si la encontrara, toda- va pudiramos ser felices los tres...

    Diez caballos tomaban parte en el Derby y uno de ellos era "Brillan- te". Aquella carerra, que se cele- braba el 4 de julio fiesta de la patria norteamericana era la ms importante de todos los contornos, y en ella tomaban parta los mejo- res caballos del viejo Mjico y de Oregn.

    Los corredores tenan que salir de Columbia, pasar por delante del ayuntamiento de Santa Andrea y volver a Columbia Los Jinetes te- nan el privilegio, si asi lo desea- ban, de abandonar la ruta principal y tomar cualquier atajo. Pero el que lo hiciera poda considerarse como fuera de la carrera, porque lo ni-.-o que Iba a lograr ere matar al ca- ballo.

    Poco antes de que se Iniciara la carrera, un hombre se acerc a Jack Manners y le habl en voz baja.

    No puede ser! afirmo rotun- damente el dueo de "Brillante"

    Su caballo iba a ser corrido por Johnny, uno de los hombres que trabajaban con l. Y lo que le deca a Jack aquel extrao era que John- ny se habla vendido a Martin, due- o de tres de los caballos que co- rran, para asegurar la victoria de uno de los potros de ste.

    El extranjero le dio a Manners todos los detalles de la intriga. Co- mo Martin sabia que "Brillante" te- nia grandes posibilidades de ganar, le habla prometido cinco mil dla- res a Johnny, en el caso de que ga- nara uno de sus caballos. Y de esos cinco mil dlares ya Johnny habla recibido quinientos.

    Cuando Johnny se dispona a mon- tar a "Brillante", Manners se acer- coa a l y le dijo: "No corrers t mi caballo. Yo mismo lo voy * co- rrer...

    El otro, sorprendido, vacil un momento. Luego, decididamente. In- terpel a Jack:

    Esa es una ofensa que no te con- siento. Tendrs que verte conmigo como un hombre... Y sac el re-

    vlver que llevaba a la cintura, pues a todos los corredores se les habii advertido de que, en el caso de que uno de los caballos se Inutilizara en la peligrosa carrera de cuarenta mi- llas, deban sacar de sufrimientos a los nobles brutos.

    Manners no se inmut: No tie- nes valor para dispararlo le dijo. De nada te sirve.

    T, gran... El puo de Manners cay cont

    una mandarria sobre la mandbula de Johnny que se desplom al jue- lo. Las gentes hablan formado co- rro alrededor Me los que discutan. Jack termin aquello:

    No ha pasado nada, seores. \o mismo corro mi caballo...

    Y un momento despus, al sonido de un disparo, se Iniciaba la gian contienda.

    Los caballos de Martin corran de- lante de "Brillante" que los segua como a unas cien yardas. Y de re- pente empezaron a aminorar la mar- cha.

    Esto no me gusta se dijo Jack. Qu ser lo que les pasa?

    Los otros, que corran en "team", permitieron que el caballo de Man- ners los pasara, recogindose todos sobre la Izquierda.

    Cuando Jack se vino a dar cuenta del peligro era ya tarde. Delante tenia un obstculo que no haola previsto, y al llegar a l jinete y caballo cayeron a varias yardas de distancia, en una hondonada.

    Todos hablan llegado ya a Santa Andrea y emprendido el retorno cuando ocurri el accidente. Les fal-

    Uno de los que pasaban, lo Ir- crep:

    Sers capaz, todava de querer acabar de matar a es animal. De- clrate vencido y no sigas...

    El accidente habla convertido a Jack Manners en una pantera. Echando rayos por los ojos, se limi- t a contestarle al intruso:

    Vete al diablo' i

    Era cuestin de coger un atajo y ver de ese modo de recuperar el camino que ya le hablan sacado ios otros. Pero cmo? Si siquiera hu-

    ners se lanz a campo traviesa, si es que tal cosa se poda decir de toda aquella intrincada maleza que oscu- reca hasta el sol. El caballo, como si hubiera sido participe de los pen- samientos de su amo, avanzaba ve- lozmente, con renovados bros.

    Eres grande, "Brillante" -le iba diciendo Jack. Con un caballo como t no puedo perder.

    Casi no tenia que dirigir al bru- to, que avanzaba sin cesar vencien- do obstculos y saltando de mane-

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    ra admirable. Y asi pudo volver al camino real, cuando sus adversa- rlos ya hablan pasado y le sacaban como una milla de ventaja.

    Slo te quedan cuatro millas pa- ra derrotarlos, "Brillante". Corre ahora todo que puedas y alcnzalos.

    El caballo comenz a correr, acor- tando cada vez ms la distancia que lo separaba de sus competido- res. Los jockeyt se hablan dado cuenta de que "Brillante" segua la carrera y corran ahora a todo to que daban. "Brillante" pas a uno y estaba a punto de pasar al se- gundo, cuando Jack not que-su ve- locidad disminua, como si las fun- zas lo estuvieran abandonando.

    Entraban en la ltima milla, y "Ganadero", el tercero de los caba- llos de Martin, le llevaba a "Bri- llante" una ventaja de doscientas yardas. E Iba a perder la carrera ahora, despus del magnifico esfuer- zo hecho?

    Anda "Brillante", hazlo por Fanny!... Pero que era aquello?

    Al or el nombre de Fanny el ca- ballo habla empinado las orejas y se habla estremecido todo bajo la montura, como si de repente le hu- bieran puesto una inyeccin vigori- zante.

    Por Fanny, "Brillante". iPer Fanny!

    Ahora ya Msnnaes no tenia duda de que iba a ganar. El caballo co- rra con la rapidez de un gamo y se acercaba a toda prisa a su ad- versario. Y un momento despus pasaba por l como un tiro, y le dejaba rezagado. Y lleg a la meta con ms de den yardas de ventaja. Habla ganado el Derby de Santa Andrea!

    a a Aquella noche, con loa veinte mil

    dlares del premio en el bolsillo, Jack Manners le dijo a su hija:

    Te gustarla irte a Nueva York, al lugar donde est tu mema?

    A la nia se le humedecieron lee ojos.

    Es que ya no me quieres, pa- palto? Cmo es posible que me pi- das que me vaya y te deje?

    No, hljlta. Te ne he dicho ese. Te pregunto si te gustarla ir a reu- nlrte con tu mam. Naturalmente, yo Irla tambinontlgo...

    La nia le ech los brazos al cue- llo y le dl muchos besos. Y aquel fu el momento ms feliz de la vida de Jack Manners, un hombre al que mucha gente crea fro, peligroso, sin corazn.

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