el darwinismo y las ciencias del hombre. tort, patrick.pdf

16
7/23/2019 El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf http://slidepdf.com/reader/full/el-darwinismo-y-las-ciencias-del-hombre-tort-patrickpdf 1/16 El darwinismo y las ciencias del hombre. Autor(es): Tort, Patrick Tort, Patrick.  En 1996 se publicó el Diccionario del darwinismo y de la evolución (Dictionnnaire du Darwinisme et de L'Evolutión, 3 volúmenes, PUF, París), una monumental obra colectiva dirigida por Patrick Tort. Consideramos importante destacarlo porque en ella no solo se reexaminan los trabajos de Darwin y los diversos desarrollos del "darwinismo" en lo que h ace a la Biología, sino que se ponen en evidencia sus relaciones con el conjunto de las Ciencias del Hombre, así como los alcances ideológicos y aún políticos que de ello resultan. Los artículos escritos por un centenar y medio de especialistas en diversas disciplinas cubriendo unas 5.000 páginas, difícilmente podrían ser abarcados en un comentario. Sin embargo, se encuentra una interesante y fecunda aproximación a través de las opiniones que el director y otros colaboradores del Diccionario formularon para la revista francesa Critique Communiste. La traducción del francés fue realizada por Ana Robledo y revisada por Aldo Andrés Romero, quien es también responsable de la selección de textos, títulos y subtítulos.  La antropología darwiniana (...) Durante más de un siglo -en Francia, esto se remonta a la traducción problemática y deplorablemente prologada por Clemence Royer de El Origen de l as E species -, se quiso ver en Darwin al inspirador de las te orías modernas de la desigualdad, al mentor de la eugenesia en sus versiones más duras, al teórico de la eliminación de los débiles, al gran legitimador naturalista del expansionismo occidental y es pecialmente del imperialismo victoriano, al ideólogo fundador del "racismo científico", al padre del "darwinismo social" y de casi todas las sociobiologías evolucionistas y al  justificado r oficial del triunfalismo ego ísta d e los p os ee dore s. Se vio en é l, simultáneamente y sin preocupación por las incompatibilidades , a Herbert Spencer, Francis Galton, Cecil Rhodes, Arthur de Gobineau y Thomas R Malthus. Sin embargo, semejantes alegatos no solo son erróneos, sino que se oponen por el vértice a la más documentada verdad historiográfica y a la lógica de la teoría de la descendencia que e l mismo Darwin aplicara en el campo de la antropología. La responsabilidad de esta extraordinaria confusión que durante tanto tiempo ocultó una correcta interpretación de Darwin -como testimonian tantos comentarios basados en versiones y prefacios absurdos a una obra no leída-, le correspo nde en primer lugar a la pantalla levantada ante el darwinismo por el evolucionismo filosófico de Spencer. Este s istema de pensamiento, que brindó un marco ideológico integral al ultra- liberalismo radical de la industria victoriana, ya estaba e stablecido en sus puntos esenciales cuando emergió la teoría darwiniana en la Inglaterra de los años 1860, en un contexto saturado de luchas ideológicas. El evolucionismo filosófico-sociológico de Spencer «Quién es Spencer? Un ingeniero inglés que repartió su vida entre invenciones ya hechas, el periodismo, los ferrocarriles y, a pa rtir de 1840, la conformación de la filosofía y la sociología política requeridas por una Revista Herramienta Herramienta web Temáticas Autores Libros Libro abierto Actividades Videos Opinión Coloquios y seminarios Enlaces Suscripción Venta on-line Foros y debates Capitalismo en trance Pensar el Comunismo, el Socialismo, hoy Cambiar el mundo sin tomar el poder Debates sobre trabajo Teoría crítica y marxismo occidental "Tu cuerpo es un campo de batalla"  VII Coloquio Internacional “Teoría Crítica y Marxismo Occidental” Marxismo y violencia  Indice de ponencias  leer más...  Buscar en este sitio:  Buscar  Adquiera revistas y libros de Ediciones Herramienta.  El chavismo entre la derrota parlamentaria y su dilema final Modesto Emilio Guerrero Entrevista adjunta de Andrés Figueroa Cornejo  Claves de una derrota anunciada: ¿Canto del cisne del chavismo? Juan Agulló y Rafel Rico Ríos  6D: Crisis económica o la falaz "guerra económica"… derrota histórica y grises perspectivas Manuel Sutherland Venezuela: Frente al voto rebelión Roland Denis  Inicio Inicio Quiénes somos Contáctenos Facebook Venta Herramienta Herramienta debate y crítica marxista debate y crítica marxista

Upload: regina

Post on 18-Feb-2018

222 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

Page 1: El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

7/23/2019 El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/el-darwinismo-y-las-ciencias-del-hombre-tort-patrickpdf 1/16

El darwinismo y las ciencias del hombre.

Autor(es): Tort, Patrick

Tort, Patrick.

 

En 1996 se publicó el Diccionario del darwinismo y de la evolución

(Dictionnnaire du Darwinisme et de L'Evolutión, 3 volúmenes, PUF, París),

una monumental obra colectiva dirigida por Patrick Tort. Consideramos

importante destacarlo porque en ella no solo se reexaminan los trabajos de

Darwin y los diversos desarrollos del "darwinismo" en lo que hace a la

Biología, sino que se ponen en evidencia sus relaciones con el conjunto de las

Ciencias del Hombre, así como los alcances ideológicos y aún políticos que de

ello resultan. Los artículos escritos por un centenar y medio de especialistas

en diversas disciplinas cubriendo unas 5.000 páginas, difícilmente podrían ser 

abarcados en un comentario. Sin embargo, se encuentra una interesante y 

fecunda aproximación a través de las opiniones que el director y otros

colaboradores del Diccionario formularon para la revista francesa Critique

Communiste. La traducción del francés fue realizada por Ana Robledo y 

revisada por Aldo Andrés Romero, quien es también responsable de la

selección de textos, títulos y subtítulos.

 La antropología darwiniana

(...)

Durante más de un s iglo -en Francia, esto se remonta a la traducción

problemática y deplorablemente prologada por Clemence Royer de El 

Origen d e l as E species-, se quiso ver en Darwin al inspirador de las teorías

modernas de la desigualdad, al mentor de la eugenesia en sus versiones

más duras, al teórico de la eliminación de los débiles, al gran legitimador

naturalista de l expans ionismo occidental y especialmente del imperialismo

victoriano, al ideólogo fundador del "racismo científico", al padre del

"darwinismo social" y de casi todas las sociobiologías evolucionistas y al

 justificador oficial del triunfalismo egoísta de los poseedores. Se vio en él,

simultáneamente y sin preocupación por las incompatibilidades , a Herbert

Spencer, Francis Galton, Cecil Rhodes , Arthur de Gobineau y Thomas R

Malthus.

Sin embargo, semejantes alegatos no solo son erróneos, sino que se

oponen por el vértice a la más documentada verdad historiográfica y a la

lógica de la teoría de la descendencia que e l mismo Darwin aplicara en el

campo de la antropología.

La responsabilidad de esta extraordinaria confusión que durante tanto

tiempo ocultó una correcta interpretación de Darwin -como tes timonian

tantos comentarios basados en versiones y prefacios absurdos a una

obra no leída-, le corresponde en primer lugar a la pantalla levantada

ante el darwinismo por el evolucionismo filosófico de Spencer. Este s istema

de pensamiento, que brindó un marco ideológico integral al ultra-

liberalismo radical de la industria victoriana, ya es taba establecido en sus

puntos esenciales cuando emergió la teoría darwiniana en la Inglaterra

de los años 1860, en un contexto saturado de luchas ideológicas.

El evolucionismo filosófico-sociológico de Spencer

«Quién es Spencer? Un ingeniero inglés que repartió su vida entre

invenciones ya hechas, el periodismo, los ferrocarriles y, a pa rtir de 1840,

la conformación de la filosofía y la sociología política reque ridas por una

Revista Herramienta

Herramienta web

TemáticasAutores

Libros

Libro abierto

Actividades

Videos

Opinión

Coloquios y seminarios

Enlaces

Suscripción

Venta on-line

Foros y debates

Capitalismo en trance

Pensar el Comunismo,

el Socialismo, hoy

Cambiar el mundo sin

tomar el poder

Debates sobre trabajo

Teoría crítica y

marxismo occidental

"Tu cuerpo es un campo

de batalla"

 

VII Coloquio Internacional

“Teoría Crítica y Marxismo

Occidental”

Marxismo y violencia

 

Indice de ponencias

 

leer más...

 

Buscar en este sitio:

  Buscar

 

Adquiera revistas y libros de

Ediciones Herramienta.

 

El chavismo entre la derrota

parlamentaria y su dilema

final

Modesto Emilio Guerrero

Entrevista adjunta de

Andrés Figueroa Cornejo

 

Claves de una derrota

anunciada: ¿Canto del cisne

del chavismo?

Juan Agulló y Rafel Rico Ríos

 

6D: Crisis económica o la

falaz "guerra económica"…

derrota histórica y grises

perspectivas

Manuel Sutherland

Venezuela: Frente al voto

rebelión

Roland Denis

 

Inicio

Inicio Quiénes somos Contáctenos Facebook Venta

HerramientaHerramienta debate y crítica marxistadebate y crítica marxista

Page 2: El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

7/23/2019 El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/el-darwinismo-y-las-ciencias-del-hombre-tort-patrickpdf 2/16

concepción ultraliberal del progreso. Apasionado por las grandes visiones

sintéticas que buscan remitir el conjunto de datos fenoménicos accesibles

al conocimiento a un principio único de inteligibilidad, fue influido

inicialmente por la ley del desa rrollo enunciada po r von Baer en el campo

de la embriología. Preocupado por dar a esa "ley" una formulación con

mayor grado de generalidad, expresó su propia "ley de evolución" en

1860 -en el "Prospectus" de sus Primeros Principios que aparecieron en

1862. La "ley de evolución" define el pasaje desde estados indefinidos,

incoherentes y homogéneos a estados definidos, coherentes y

heterogéneos a través de un proceso de integración y de diferenciación

(un proceso que se corresponde con el aumento de la complejidad que

lleva a los extremos perfeccionamientos organizativos de los cuerpos

vivos, los seres humanos y las sociedades). La "ley" así enunciada se

aplicará a todas las categorías de fenómenos, a todos los dominios del

sabe r y a la misma teoría de l conocimiento. La vertiente sociológica de l

pensamiento spenceriano es particularmente representativa de las

aspiraciones de la burguesía industrial inglesa: la sociedad es un

organismo y evoluciona como un organismo. La adaptación (pensada por

Spencer fundamentalmente en té rminos lamarckianos , solo integra al

darwinismo para traicionarlo) es la regla de supervivencia en el seno de

una competencia interindividual generalizada: los menos adaptados

deben ser e liminados s in miramientos. Así, Spencer se opondrá a

cualquier medida que fuera en ayuda de los más desfavorecidos y a todo

tipo de leyes asistenciales. Lo que toma de Darwin (pero a este nivel,

podría ser también de Malthus) es pues el "núcleo duro" de la teoríaselectiva que descubre en e l mes de octubre de 1858 a l conocer la

intervención común de Darwin y Wallase ante la Linnean Society de

Londres. Desde entonces, su preocupación será aplicarlo no al dominio en

el que legítimamente debía usarse (la evolución de los organismos), sino

al universo dentro de l cual explícitamente Darwin rehusa hacerlo (la

marcha de las sociedades humanas).

Por otro tipo de razone s, relacionadas con la lucha común contra el

establishment científico ingles conse rvador y antitransformista, aunque

Darwin no apreciara a Spencer (su Autobiografía de 1876 es inequívoca al

respecto) aceptó una lejana convivencia y una importación terminológica

("supervivencia de los más aptos") que probablemente han tenido más

efectos negativos a largo plazo que ventajas momentáneas.

En efecto, la confusión entre Darwin y Spencer, entre la teoría de la

descendencia modificada por medio de la selección natural y el

evolucionismo filosófico-sociológico, tuvo nefastas consecuencias

conceptuales, teóricas y políticas en Europa y en el mundo hasta que

empezó a reconocerse la real diferencia y oposición entre las dos teorías.

Evidentemente en el medio político-cultural de la clase intelectual

victoriana se seleccionó la confusión (obviamente a costa de la claridad) a

través del uso relativamente indiferenciado de términos confusos para el

publico, pero con cargas semánticas y connotaciones profundamente

diferentes. El deslizamiento que se opera mediante la adopción de un

vocabulario de extracción "filosófica" que progresivamente se hizo

dominante entre los mismos biólogos, tes timonia la potencia

contaminante de la ideología spenceriana: la evolución spenceriana

(noción filosófica) vs. la descendencia darwiniana (concepto naturalista),

el triunfo o la supe rvivencia de los más aptos -que rápidamente setransformará en los "mejores", los más "meritorios" o los más "fuertes"

(nociones de uso esencialmente sociológico en Spencer) vs. la se lección

de variaciones orgánicas e instintivas ventajosas (concepto que en

cuanto a lo instintivo en 1871 culminará desembocando en las pos iciones

antropológicas de Darwin -éticas, sociológicas y políticas- diametralmente

opues tas a las del portavoz de l integrismo liberal).

El primer acto de esta historia es bastante claro: en el mismo texto

darwiniano. Spencer -que ya operó su reducción de Darwin a Malthus (en

Principios de Biología 1864-1867)-, se detiene en la expres ión "selección

natural" del texto darwiniano, haciendo una crítica ya clásica y

ampliamente aceptada por Darwin (la de exceso de "personalización"

antropomórfica en una expresión con resabios voluntaristas, sino

 

Quién está en línea

Actualmente hay 1 usuario y

295 invitados en línea.

Libros. Novedades

Marx: Ontología y método

Derrotismo y dialéctica. Unadefensa de Historia y

conciencia de clase

Contra e l dinero. Acerca de la

perversa relación social que logenera

Zapatismo. Reflexión teórica y

subjetividades emergentes

Page 3: El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

7/23/2019 El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/el-darwinismo-y-las-ciencias-del-hombre-tort-patrickpdf 3/16

finalistas ) y la reemplaza por "supe rvivencia de los más aptos". Pero no lo

aplica donde se ría legitimo que es la esfera de lo viviente (terreno en el

que se mantiene aferrado a la "acción directa" y los "factores primarios"

lamarckianos) sino que lo utiliza como llave para una antropología social

evolucionista y una sociología, haciendo una utilización que se contrapone

con el uso sutilmente dialéctico que empleará Darwin.

Por esto es importante identificar en la lógica de la antropología de

Darwin, tal como se expresa magníficamente en La Descendencia del 

Hombre y la Selección Sexual  (1871) lo que la opone a la hiper-selectividad

biológico-social de Spencer, el verdadero inventor del mal llamado

"darwinismo social" y creador de los parad igmas comunes a todos los

ulteriores "sociobiólogos" de la historia.

Por qué Darwin no es un "darwinista social"

El efecto reversible de la evolución (así designado por nosotros en 1983) es

un concepto-clave de la antropología darwiniana, que no se debe

confundir con la antropología evolucionista. Permite pensar con Darwin e l

pasaje desde lo que por razones de comodidad y aproximativamente

llamaremos la esfera de la naturaleza, regida por la estricta ley de la

selección, a la situación de una sociedad civilizada en cuyo interior se

generalizan e institucionalizan conductas que se oponen al libre juego de

esa ley. Aunque este concepto no aparece formulado expresamente en

los textos de Darwin, está descripto y es utilizado en pasajes importantes

de La Descendencia del Hombre (especialmente en los capítulos. IV, V y

XXI) obra que debe ser considerada como su tercera gran síntesis y la

continuación coherente en el campo de la historia evolutiva de l Hombrenatural y social, de la teoría selectiva desarrollada en e l Origen de las

Especies. Proviene de una paradoja identificada por Darwin en el curso de

sus intentos por extender al Hombre su teoría de la descendencia, y del

esfuerzo por pensar el devenir social y moral de la humanidad como una

consecuencia y un desarrollo particular de la aplicación anterior y

universal de la ley de selección en la esfera de los seres vivos.

Tal paradoja se puede formular así : el principio directriz de la evolución

que es la selección natural e implica la eliminación del menos apto en la

lucha por la vida, en la humanidad se lecciona una forma de vida social

cuya marcha hacia la civilización tiende cada vez más a excluir los

comportamientos e liminatorios, a través del juego entrelazado de la ética

y las instituciones. Dicho de manera más simple, la selección natural 

selecciona la civilización, que se opone a la selección natural . «Cómo resolver

esta aparente paradoja?

Se resue lve simplemente desarrollando la misma lógica de la teo ría

selectiva. Un punto fundamental en Darwin es que la se lección natural no

solamente selecciona las variaciones orgánicas que presentan ventajas

adaptativas, sino también los instintos . Entre esos instintos ventajosos,

fueron retenidos y especialmente desarrollados los que Darwin llama

instintos sociales, como lo prueban e l triunfo universal del modo de vida

social en el seno de la humanidad, y la tendencia hegemonía de los

pueblos "civilizados". Ahora bien, en el es tado de "civilización", resultante

complejo del crecimiento de la racionalidad, del dominio creciente de l

sentimiento de "simpatía" y de diversas formas morales e institucionales

del altruismo, se asiste a una inversión cada vez más acentuada de las

conductas individuales y so ciales con respecto a lo que sería la

prosecución pura y s imple del funcionamiento se lectivo anterior: con lacivilización aparece en lugar de la eliminación de los menos ap tos, el

deber de asistencia que pone en marcha múltiples mecanismos de auxilio

y rehabilitación; en vez de la extinción natura l de enfermos, su cuidado

movilizando tecnologías y de saberes (higiene, medicina, deportes)

orientados a la reducción y a la compensación de las deficiencias

orgánicas; en lugar de la aceptación de las consecuencias destructivas de

las jerarquías naturales de la fuerza , del número y de la aptitud vital, un

intervencionismo reequilibrador que se opone a la desca lificación social.

La se lección natural, por los vericuetos de los instintos sociales ha

seleccionado así, sin "salto" ni ruptura su contrario, vale decir: un conjunto

de comportamientos sociales regido cada vez por más normas

antieliminatorias (o sea antiselectivas en el sentido que el término

selección tiene en la teoría del desarrollo del Origen de las Especies) y

Lo que usted siempre quiso

saber sobre Hegel y no seatrevió a preguntar

Táctica y ética. Escritos

tempranos (1919-1929)

Inicio de sesión

Usuario: *

Contraseña: *

Iniciar ses ión

Crear nueva cuenta

Solicitar una nueva

contraseña

Page 4: El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

7/23/2019 El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/el-darwinismo-y-las-ciencias-del-hombre-tort-patrickpdf 4/16

correlativamente, una ética antiselectiva (= anti-eliminatoria) traducida en

principios, reglas de conducta y leyes. El surgimiento progres ivo de la

moral aparece pues como un fenómeno indisociable de la evolución, lo

que es una simple consecuencia del materialismo de Darwin y de la

inevitable extensión de la teoría de la se lección natural a la explicación del

devenir de las sociedades humanas. Muchísimos teóricos, engañados por

la pantalla tejida a lrededor de Darwin por la filosofía evolucionista de

Spencer, interpretaron esa extensión a la ligera en base al modelo

simplista y falso del "darwinismo social" liberal (aplicación a las

sociedades humanas del principio de la eliminación de los menos aptos en

el seno de una competencia vital generalizada). Pero tal extensión solo

puede hacerse con rigor bajo la modalidad del efecto reversible que obliga

a concebir la inversión misma de la operación se lectiva como base y

condición de l acceso a la "civilización". Esto es lo que definitivamente

impide que la sociobiología tenga derecho a reivindicarse da rwinista,

puesto que defiende lo contrario oponiendo a la lógica antropológica de

Darwin la idea de una continuidad simple (sin inversión) entre naturaleza

y sociedad. La ope ración de reversión es la que en última instancia

fundamenta correctamente la oposición naturaleza/cultura, evitando la

trampa de una "ruptura" mágicamente instalada entre ambos términos: la

continuidad evolutiva, a través de esa operación de inversión progresiva

ligada al desa rrollo (también se leccionado) de los instintos sociales,

produce así no una ruptura efectiva sino un efecto de ruptura, proveniente

de que la selección natural encontró en el transcurso mismo de la

evolución -sometida ella misma a su propia ley - una nueva formaseleccionada que favorece la protección de los "débiles", superando

porque es ventajosa a la anterior forma, que privilegiaba su e liminación.

La nueva ventaja ya no es de orden biológico: se ha transformado en

social.

He simbolizado e sta inversión progresiva con la imagen topológica de la

torsión del anillo de Moebius, seña lando siempre que el verdadero modelo

darwiniano era el de la divergencia evolutiva se leccionada en el interior

mismo de l devenir de l principio se lectivo.

Así, como lo he dicho repetidamente, Darwin permite conceb ir la relación

naturaleza/civilización escapando a l doble dogmatismo de la continuidad

(discurso de tipo "sociobiológico) y de la ruptura (discurso de l tipo levi-

strauss iano), evitando tanto la exteriorización de lo biológico y lo social

(un sociologismo que excluirá metodológicamente tomar en cuenta

cualquier factor naturalista) como e l reduccionismo vulgar para e l que lo

social no es mas que la traducción de pulsiones surgidas de determinado

nivel de la biología (variable según el es tado histórico de las

investigaciones sobre lo viviente). En síntesis, con la concepción de esta

compleja relación, Darwin pos ibilita imponer un continuismo materialista al

concebir una inversión progresiva (como una divergencia seleccionada en

el interior de la selección natural, que también evoluciona y por tanto se

somete a su propia ley antes de entrar en regresión), dejando de lado el

artefacto teórico del "salto cualitativo" al mismo tiempo que sa lva

evolutivamente la independencia final de las ciencias del Hombre y la

sociedad. Correlativamente, a través del tratamiento dialéctico de la

selección de conductas anti-selectivas y del sentimiento de s impatía,

acoplado con el de l crecimiento de la racionalidad y de la importancia

creciente acordada por cada sujeto a la "opinión publica", Darwin produceuna teoría naturalista de los fundamentos de la moral  que preserva la

independencia conquistada por las decisiones y la reflexión ética (gracias

al efecto de ruptura producido por la inversión), al mismo tiempo que

permite que estas reflexiones se sustraigan a la influencia dogmática de

las morales de la obligación trascendente.

Lo dicho, plantea inmediatamente el esquema dialéctico del "pasaje"

entre lo biológico y lo cultural (para seguir con opos iciones consagradas

que aquí adquieren un sentido auténticamente evolutivo). El hecho es

que con Darwin, tomando en consideración la formidable conversión de l

universo mental que implica comprender es te continuismo evolutivo, se

desvanece la distinción teorizable entre dos tipos de realidades de tipo

esencialista (biológica y cultural) y se reformula como dialéctica. He aquí el

resultado de una teoría materialista consecuente y no cabría la sorpresa.

Page 5: El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

7/23/2019 El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/el-darwinismo-y-las-ciencias-del-hombre-tort-patrickpdf 5/16

Pero el vocabulario y los esquemas didácticos e ideológicos no se pliegan

fácilmente a la dialéctica y prefieren las oposiciones tajantes, ya sea

porque son más fáciles o son más prácticas frente a cuestiones en las que

la exactitud parece menos importante que la claridad. Exactamente esto

es lo que pasó con la interpretación de la antropología de Darwin. Sin

conocerla, y en nombre de la supuesta información que se creía tener

sobre e l "nudo" de la teoría (continuismo bio-selectivo simple y

homogéneo) se la colocó en la categoría de las sociologías biológicas, vale

decir, una vez más con Spencer (pero también junto a Espinas, Vacker de

Laponge , etc.).

(...)

Darwin contextualizado

El mismo Darwin fue condicionado por una convergencia de intereses a

veces muy diversos. Sus partidarios, fortalecidos pe ro todavía poco

consolidados por el éxito de el Origen de las Especies, lo incitaron con una

insistencia y un poder de convicción proporcionales a su compromiso con

el autor, a salir de su rese rva en lo referente al Hombre y a incluirlo en el

marco de la teoría de la descendencia. Es decir: extender al Hombre que

vive en sociedad y a toda forma de civilización, la teoría de la

descendencia modificada po r medio de la selección natural. Simplemente,

se esperaba que Darwin franqueara la frontera metafísica que separaba

aún a l Hombre del resto del universo, derribando el último tabú al

identificarlo expresamente como un miembro evolucionado de l reino

animal que compartía con éste y especialmente con sus representantes

evolutivamente más próximos, una gran cantidad de característicascomunes, orgánicas y eventualmente psíquicas y de conducta. Lo que los

amigos de Darwin esperaban, y con ellos un público cada vez más

ansioso, era la continuación del Origen de las Especies. Por eso, desde su

aparición La Descendencia del Hombre fue saludada como esa prolongación

homogénea, y como el complemento que se esperaba para la constitución

-cumplida la necesaria transgresión de los obstáculos teológicos- de una

doctrina naturalista global y coherente basada en la aplicación de la

teoría se lectiva al conjunto de las criaturas.

Esto explica que no se lo leyera, porque todos creían saber lo que estaba

escrito, o que incluso leyéndolo los comentaristas solo prestaran atención

a los e lementos que explicitaban los lazos con la animalidad, sin percibir la

particular suerte -la regresión- que allí sufría la selección natural en su

versión estrictamente biológica.

Escribe Darwin:

En las naciones civilizadas, aunque a la selección natural se deban

originariamente los principales instintos sociales, su influencia con todo

parece ser muy pequeña cuando se trata de un grado eminente de

moralidad y de crecido número de hombrees que poseen bellas

cualidades.

Y también:

A pesar de lo importante que ha sido y aún es la lucha por la existencia,

hay, sin embargo, en cuanto se refiere a la parte más elevada de la

naturaleza humana otros agentes aún más importantes. Así, pues, las

facultades morales se perfeccionan mucho más, bien directa o

indirectamente, mediante los efectos del hábito, de las facultades

razonadoras, la instrucción, la religión, etc., que mediante la acción de la

selección natural; por más que puedan atribuirse con seguridad a ésteúltimo agente los instintos sociales que suministran las bases para el

desa rrollo del sentido moral.

La antropología darwiniana fue pues interpretada antes que conocida. El

"progresismo" natura lista -cuyo mayor interés era a ses tar el último golpe

al dogma creacionista estableciendo una teoría de la descendencia

unitaria y completa-, no podía adivinar que llevando a e se terreno sería

arrastrado en una deriva bio-sociológica en la que el darwinismo real se

perdería. Y es rigurosamente cierto que el principal efecto de la bata lla a

favor de las ideas de Darwin has ta los umbrales del siglo XX solo fue

imponer tendencialmente el transformismo, sin que se hiciera justicia a la

originalidad de las ideas y el método darwiniano. Los "darwinistas

sociales" spencerianos o haeckerianos lo arrastraron a un terreno -el

Hombre- en el que Darwin todavía dudaba considerarse experto a pesar

Page 6: El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

7/23/2019 El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/el-darwinismo-y-las-ciencias-del-hombre-tort-patrickpdf 6/16

de su magnifica obra de 1871, en tanto que Spencer preparaba su

enorme Sociología descriptiva y que Haeckel meditaba su Antropogénesis.

Marx mismo, apurado por su lectura del Origen de las Especies y pasado el

momento inicial de entusiasmo materialista de 1860, respondía más a los

"darwinistas" que al mismo Darwin cuando le recriminó proyectar sobre la

naturaleza los esquemas funcionales y dinámicos de la sociedad

competitiva liberal. Engels tiene menos excusas cuando en e l Anti-Duhring

de 1873 habla del "error maltusiano" de Darwin, y repite la misma critica

en 1875 en la Dialéctica de la Naturaleza, cuatro años después de la

Descendencia del Hombre. De igual manera, hoy como ayer, y por el juego

de presiones históricas fácilmente identificables, a despecho del interés

por una teoría materialista que fundamente el porvenir, y de las ana logías

que puede encontrar entre la lucha histórica de clases y la lucha natural

por la existencia, cierta izquierda de inspiración marxista sue le atacar a

Darwin, así como inversamente lo e logia la derecha ultra-liberal (social-

darwinista o eugenista), cometiendo e l mismo errar de confundir la

antropología de Darwin con el "darwinismo social" de sus epígonos.

(...)

Darwinismo social, eugenesia y racismo

La cuestión de las relaciones entre darwinismo social, eugenesia y

racismo está desarrollada en el Diccionario del Darwinismo con una

agudeza probablemente sin precedentes. Existen distinciones históricas y

teóricas entre estas tres corrientes al mismo tiempo que superposiciones

parciales. Una cosa esta fuera de duda: la eugenesia en su formulación

moderna (galtoniana) está profundamente penetrada por la ideageneralizada de que en las sociedades civilizadas debido a las medidas

de protección social y sanitaria, así como a las condiciones generales de

confort que preservan las existencias individuales de mayores riesgos, la

selección natural ya no juega el rol discriminatorio y eliminatorio que

cumplía en la "naturaleza" con el resultado de privilegiar las mejores

cepas en e l plano de la supervivencia diferencial y de la reproducción. De

allí el temor, abonado por miles de ejemplos, de la "degeneración" global

(tema ya introducido por la ps iquiatría hereditaria) de las poblaciones

humanas a nivel de las características biológicas. De a llí, por último, la

recomendación de medidas institucionales de intervención correctiva y

compensatoria orientadas a res taurar la cualidad biológica del grupo

aplicando a sus miembros una selección artificial. Allí se encuentra el nudo

teórico de la moderna eugenesia, y ya se ha visto hasta que punto se

oponía Darwin a ello.

La extraordinaria complejidad de las re laciones entre eugenismo y

darwinismo social en los diferentes países que fueron escenario de la

difusión de las ideas nacidas de la biología moderna es tal que

posiblemente no pueda formularse ninguna regla constante sobre una

homogeneidad doctrinaria realmente estable, a excepción, tal vez, del

esquema de básico que hemos descripto (Carencia de selección natural-

Degeneración-Selección artificial).

(...)

De Darwin al nazismo, hay un camino sinuoso y atravesado por corrientes

cuya característica común es la traición al pensamiento integralmente

desa rrollado de Darwin. Porque la verdad de lo que Darwin escribió sobre

el Hombre no debe ser buscada en la obra donde no dice ni una palabra

(El Origen de las Especies), sino en aquella donde sí habla de eso (La

Descendencia del Hombre). El transformismo darwiniano en antropología

era un humanismo materialista abierto hacia una ética as imilativa y

opuesto a cualquier forma de opresión y de coerción basada en

desigualdades. Uno de los méritos del Diccionario es permitir el acceso a

los textos que lo demuestran definitivamente.

Salvo que logremos que se lea La Descendencia del Hombre entendiendo

su articulación dentro de la cohe rencia dialéctica de la teoría, deberemos

segu ir repitiendo durante mucho tiempo que Darwin no era ni eugenista,

ni racista, ni neo-maltusiano, ni imperialista, ni p ro-esclavista, s ino por e l

contrario enemigo de todos esos dispositivos de las fuerzas ideológicas

que repe tidamente intentaron utilizar su razonamiento científico para

darse el fundamento naturalista que necesitaban en cada una de sus

reapariciones. Darwin se posicionó claramente contra la eugenesia de

Page 7: El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

7/23/2019 El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/el-darwinismo-y-las-ciencias-del-hombre-tort-patrickpdf 7/16

Galton, se comprometió personalmente contra e l racismo oponiéndose

como miembro de La Sociedad Etnológica al racismo reivindicado po r

James Hurt y la Sociedad Antropológica, y argumentando esta pos ición

ética en La Descendencia del  Hombre. Por otra parte, aunque tomó de

Malthus un elemento de modelización matemática para aplicarlo a la

dinámica de crecimiento de las poblaciones vegeta les y animales en

territorios con recursos limitados, rechazo la aplicación de las

recomendaciones maltusianas a las sociedades humanas. Asimismo

combatió la extenuación física y moral de las poblaciones indígenas

introducida en las colonias como resultado por la mortífera ruptura

producida por el dominio colonial. Odió la e sclavitud y toda forma de

dominación y humillación brutal del hombre por el hombre, como puede

verse leyendo el Viaje de un naturalista, las cartas a Asa Gray sobre la

esclavitud de los negros en USA durante la Guerra de Secesión , y

también La Descendencia.

La porfía en mantener el error de responzabilizar a Darwin por las plagas

desigua litaristas y suprematistas -contra toda evidencia lógica, histórica y

textual- no puede ser completamente inocente en los que desde siempre

tuvieron la posibilidad de acceder a las fuentes y constatar la vacuidad de

semejantes acusaciones infundadas. Contra semejantes "e rrores", entre

otros, se levanta desde ahora el Diccionario del darwinismo y la evolución.

* Director del Diccionario del darwinismo y de la evolución. Autor, entre otros

textos, de El pensamiento jerárquico y la evolución, Aubier, París, 1983;

Miseria de la Sociobiología, PUF, París, 1985; Darwinismo y sociedad , PUF,

París, 1992.

 

Un instrumento cada vez más efectivo

Charles Devillers

(...)

Los seudo-evolucionistas ya no pueden esconderse detrás de excusas

fáciles: "conozco mal", "no sabía dónde encontrar la información".

Reconozcamos que la documentación estaba dispersa en obras y revistas

solo disponibles para los especialistas con acceso a las grandes

bibliotecas. Ahora la documentación está al alcance de la mano, y

dispuesta en orden alfabético.

1859.- Primera edición de El Origen de las Especies , en la cual Darwin

expone su sistema explicativo del proceso evolutivo, que corregirá y

completará en las sucesivas ediciones (6ta. en 1872). De este sistema

que -aunque muy frecuentemente se olvida- incluye muchas proposiciones,

habitualmente se retienen dos: la interacción variación/selección natural

como motor del cambio evolutivo y la pos ible intervención de l azar en la

historia del mundo orgánico, para horror de los curas y ciertos

racionalistas.

ªCuántas es tupideces se le han hecho decir a Darwin y a sus

continuadores! Repasemos algunas de las más flagrantes y valoradas

entre evolucionistas domingueros.

La interacción variación/selección es el proceso fundamental («el único?)

que explica la adaptación de los organismos a las presiones del medio

ambiente que los rodea. Pero conviene precisar el significado de cada uno

de los términos del par y sus respectivos roles.

La única fuente de variación hereditaria, establecida experimentalmente,

es la mutación (tomada en su sentido más amplio), es decir, la

modificación, espontánea o provocada, en el material hereditario del

individuo. Las otras modalidades de variación propuestas aquí y allá por

algunos autores solo son pa labras sin fundamento.

La mutación no solo afecta minúsculos caracteres carentes de importancia

vital, como frecuentemente se afirma. Hoy sabemos que puede ocasionar

múltiples cambios orgánicos, tanto "pequeños" como "grandes". Las

capacidades de variación del material genético de cada individuo son

enormes.

La se lección no se limita a eliminar todo lo que se aparta excesivamente

de la norma de la especie. Puede orientar el cambio evolutivo de manera

activa.

La variación genética es la única creadora de cambios que la se lección

organiza según direcciones que se pueden reconocer como líneas

Page 8: El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

7/23/2019 El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/el-darwinismo-y-las-ciencias-del-hombre-tort-patrickpdf 8/16

evolutivas en el material fósil.

Evidentemente, los seres vivos no pueden ser obra del azar. Solo algunos

pobres de espíritu o desinformados continúan atribuyendo tal

despropósito a la teoría de la evolución de inspiración darwiniana. Ningún

evolucionista sensato dijo nunca semejante tontería. Lo que

reconocemos, es que la historia de l mundo orgán ico (animal y vegeta l) a

lo largo de unos 3.500 años está sembrada de acontecimientos

imprevisibles (término preferible al de azar para un biólogo). De es ta

manera, un grupo animal adaptado a un entorno puede enfrentar una

modificación, rápida o lenta, de sus condiciones de vida (desertificación,

glaciación, alzamiento de montañas, etc.). Semejante cambio climático ofísico no puede se r previstos po r la presencia de animales. En tal caso, la

vida animal y la modificación de l medio no es tán ligadas causa lmente; un

acontecimiento imprevisible modificó, pues , el curso de la historia animal.

En el estado actual de nuestros conocimientos, la génesis de la variación

es a leatoria, pero su acción sobre e l devenir de los individuos, las

poblaciones y las especies está permanentemente controlada por la

selección actuando como anti-azar que imprime una direccionalidad (líneas

evolutivas) a las transformaciones del mundo orgánico. La historia del

poblamiento del planeta no es, pues , resultado de un azar sobe rano (que

engendraría el caos), ni el de una necesidad absoluta (la evolución no

reconoce leyes eternas).

Lo que se sigue llamando darwinismo -a mi juicio de manera muy

restrictiva- a partir de su formulación original no de jó de enriquecerse, de

incrementar su valor explicativo cuestionando determinados conceptos e

incorporando nuevos datos aportados por las disciplinas cada vez más

numerosas que desde una mayor o menor proximidad se interesan por "el 

 problemas de los problemas"  según lo calificara el paleontólogo

norteamericano G.G. Simpson.

Los fundamentos de la actual Teoría sintética de la evolución son de origen

darwiniano, pero las superestructuras han sido elaboradas

progresivamente a partir de la genética (mendeliana, poblacional,

molecular), de la bioquímica, de la embriología, de la sistemática, de la

ecología, de la paleontología. «Qué nos deparará el porvenir? El

darwinismo original no ha desaparecido, pero ha sido incorporado en una

construcción más vasta, actualizada, la Teoría s intética de la evolución

(así como la Teoría de la relatividad englobó la mecánica newtoniana sin

suprimirla).Darwin no elaboró un dogma intocable, un darwinismo que debe repetirse

por generaciones: formuló las bases de un programa de investigaciones

que, por enriquecimientos sucesivos, deviene un instrumento de trabajo

cada vez más e fectivo.

* Zoólogo. Universidad de Pa rís VII

 

Darwin: El materialismo, la moral

Quiniou

El interés del Diccionario es múltiple. Señalaré dos aspectos que tocan mi

propio enfoque filosófico.

Veo en p rimer lugar -aunque no sea su objetivo explícito- una importante

contribución no so lo a la historia de l materialismo, sino a su

fundamentación sobre bases científicas.

En efecto Darwin, hombre de ciencia, es materialista y la obra lo muestra

constantemente. Su teoría de la transformación de especies, extendida al

Hombre, afirma la unidad natural de lo viviente, incluido el pensamiento, y

recusa tanto el dua lismo de la materia y la vida tanto como el de la vida y

el pensamiento, sos tenido por el creacionismo cristiano. Impone pues una

concepción monista y materialista del mundo y del Hombre en filosofía: no

como una opción personal entre otras a cuenta de grandes opciones

metafísicas entre las que es imposible elegir, ni como una interpretación

agregada por inconfesas motivaciones que podrían ser políticas, sino

como el mismo sentido filosófico de la ciencia, intelectualmente imperativo.

El materialismo, cuya dignidad teórica es sistemáticamente

menospreciada por razones ideológicas frecuentemente condenables,

aparece así validado por la ciencia. Inversamente, significa que la ciencia

Page 9: El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

7/23/2019 El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/el-darwinismo-y-las-ciencias-del-hombre-tort-patrickpdf 9/16

invalida otras concepciones del mundo y del Hombre que ocupan el primer

plano en la escena filosófica, y funda el deber de una critica intransigente

en ese dominio -en caso de querer pemanecer fieles a la intención de

verdad constitutiva de la filosofía, ser "filósofos" y no " filodoxos" . Podría

temerse que es ta intransigencia se pagase con un esquematismo

reduccionista: «reabsorbiendo al Hombre en la evolución natural, no

perderemos su e specificidad cultural y moral?

El segundo interés del Diccionario es mostrar que la extensión universal

del materialismo no implica un déficit de comprensión. En esto hay que

rendir homenaje a P . Tort y su teoría del "efecto reversible de la

evolución" que comparto en lo esencial. (...) La ganancia teórica lograda

con esta nueva comprensión de la obra es enorme va más allá de Darwin.

Muestra que no es preciso optar entre dos modelos de relación entre la

naturaleza y la cultura: uno de los cuales reduce la cultura a la na turaleza

y la reabsorbe (como lo hace, por e jemplo, la sociobiología vulgar) y otro

que separa la cultura de la naturaleza enraizándola en una misteriosa

trascendencia del Hombre (como lo hace, por ejemplo, el espiritualismo

cristiano). En realidad, la cultura "rompe" con la naturaleza por el mismo

efecto de la transformación evolutiva de ésta, por lo tanto, de una

manera natural. Así se comprende la e specificidad de lo humano sin

abandonar el terreno de la inmanencia natural (o material) propio de la

ciencia.

Se vuelve a encontrar la fecundidad de esta teoría a propósito de la

moral, que puede explicarse sobre ese mismo terreno. Me detengo en

este punto porque mi propio trabajo apunta a elaborar una teoríamaterialista de la moral. Ahora bien, las concepciones que gozan aquí de

autoridad, en particular la de Kant, actúan también como panta lla en la

medida que consideran la moral como una esfera apa rte, que trasciende

la materia y escapa a la inteligencia científica. En sentido inverso, el

intento de Nietzsche por producir "una ciencia de la moral" partiendo de la

vida (en lo que se reencuentra a Darwin, pero con otro signo), termina

por destruirla so pretexto de naturalizarla: para él las diferentes morales

solo son formas más o menos encubiertas de la voluntad de poder erigida

en esencia ultima de la vida; desde e ste punto de vista no hay pues ni

bien ni mal, ni valores objetivos, encargados de invertir el salvajismo vital,

sino solo una ética vitalista de l poder cuyos efectos devastadores no es

preciso subrayar.

Darwin permite -me ha pe rmitido- evitar ta l consecuencia: la moral

entendida como "efecto reversivo" de la evolución se explica sí por la vida,

pero como una forma de vida especifica que se opone a las anteriores

formas animales y nos conduce a dominarlas. Si se quiere es una

"antinatura" , pero surgida de la naturaleza misma. Así se evitan con

fundadas razones teóricas, la trampa o la tentación del "inmoralismo

teórico" que con demasiada facilidad se le a tribuye a l materialismo.

La consecuencia política de todo esto no es despreciable para quien se

reclama del ideal de una sociedad emancipada: no es posible apoyarse en

Darwin para justificar el liberalismo salvaje, no todo está permitido so

pretexto de l origen animal del Hombre. El "darwinismo social" que

subyace en las peores prácticas actuales del capitalismo no es

darwiniano.

* Filósofo. Autor de Problemas del materialismo (Meridiens-Klincksieck) , de

Nietzsche ou l'impossible immoralisme (Kime) , y recientemente de Figuresde la derasion politique (Kime).

 

Una aventura intelectual

Jean-Michel Goux

(...) Digamos, ante todo, que sumergirse en la lectura del Diccionario es

una verdadera aventura intelectual , que nos traslada al corazón de la

biología moderna, tal como viene siendo elaborada desde hace siglos y tal

como puede comprendérsela actualmente. Aunque pone el acento sobre

los aspectos genéticos y evolutivos, se encuentran numerosas

apreciaciones sobre otros sectores.

Puede parecer paradó jico que una obra centrada en la figura emblemática

de Darwin en primer lugar destaque e l número y diversidad de espíritus

que pa rticiparon en el movimiento de l descubrimiento y de la

Page 10: El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

7/23/2019 El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/el-darwinismo-y-las-ciencias-del-hombre-tort-patrickpdf 10/16

interpretación de la evolución biológica, desde Lamarck hasta nuestros

días. Cuando el análisis histórico alcanza un cierto grado de profundidad,

rebate la concepción de una ciencia desarrollada por la acción de algunos

pensadores solitarios y geniales. No se trata de poner en duda la

importancia de los grandes pensadores, sino de constatar hasta qué

punto piensa un Darwin a través de los trabajos y opiniones de

muchísimos investigadores, s intetizando la inmensa experiencia

acumulada por los seleccionadores de animales y vegetales y tomando

muy en serio las críticas o los comentarios que le dirigieron después de

publicar sus obras.

Por otra parte, uno de los méritos del Diccionario es presentar numerosas

referencias, a veces con la dimensión de un libro, sobre el darwinismo

fuera de Inglaterra y USA. Es sabido que la "industria darwiniana", como se

ha llamado al fuerte movimiento de estudios desarrollado desde hace un

cuarto de siglo, tiene un marcado rasgo anglosajón. Son muy

interesantes las secciones sobre darwinismo alemán, darwinismo árabe,

darwinismo cubano, darwinismo español, darwinismo francés, darwinismo

italiano, darwinismo ruso.

No es so rprendente que e l Diccionario estudie de cerca la influencia de las

ideas darwinianas sobre las concepciones filosóficas y sociales. Es

particularmente interesante su contribución a la critica de l darwinismo

social. (...) También se e studian las relaciones entre darwinismo y

marxismo (...)

Dada la gran cantidad de autores reunidos en la obra, no sorprende

constatar puntos de vista diferentes sobre el estado actual de la cienciasy de la interpretación de su historia . En algunos casos se presentan

puntos de vista contradictorios, por ejemplo a propósito de la teoría

neutralista que atribuye la diversidad de los objetos vivientes a una

deriva aleatoria. El Diccionario se abre a los debates en curso en la

biología.

Impacta la actualidad de las obra. Pese a las apariencias, el lugar

acordado en nuestra cultura a la ciencia, a sus métodos y a su historia, es

muy limitado. La h istoria del arte, por ejemplo, es mucho más conocida y

se le han dedicado muchos más esfuerzos eruditos. Y estos

señalamientos son particularmente verdaderos para la teoría de la

evolución, que ha cuestionado tanto todo espiritualismo. Y sería

equivocado creer que se trata de combates del pasado (...)

* Genetista de poblaciones, Universidad de París VII

 

Marxismo y darwinismo social

Michael Lowy

La objetividad científica no implica neutralidad en los debates que

atraviesan el campo teórico: como lo explica claramente el director de la

obra Pa trick Tort, en su "Introducción" , una de las principales

motivaciones para lanzarse a esta gigantesca empresa era oponerse a

las "de sviaciones filosóficas y sociológicas del evolucionismo vulgar,

siempre inagotablemente spenceriano y masivamente dominante..." En

otros té rminos: ajustar cuentas con el complejo discursivo formado, a

partir de Spencer, por el "darwinismo social", la eugenesia y la

sociobiología.

Desde este punto de vista, el Diccionario es también una obra de combate

político, científico e intelectua l contra una nebulosa de ideologías e litistas

y retrógradas que están lejos de haber perdido nocividad. Como lo

mostró P. Tort en sus obras anteriores, y nuevamente en esta, el

supuesto "darwinismo social" no corresponde para nada al pensamiento

antropológico de Darwin, desarrollado en su libro La Descendencia del 

Hombre (1871). (...)

La desmitificación del "da rwinismo social" exige también a los marxistas

un regreso crítico sobre el pasado. En efecto, la extraordinaria influencia

del social-darwinismo a fines del siglo XIX y comienzos del XX no perdonó

al socialismo ni al movimiento obrero. El marxismo de la Segunda

Internacional fuertemente signado por el cientificismo, el positivismo y e l

determinismo, fascinado por las "leyes na turales de la vida social", era

muy vulnerable a la o fensiva ideológica social-darwinista, espe cialmente a

través de la mediación de la sociología de Herbert Spencer. La afinidad

Page 11: El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

7/23/2019 El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/el-darwinismo-y-las-ciencias-del-hombre-tort-patrickpdf 11/16

electiva entre marxo-positivismo y social-darwinismo, permite comprender

la obra de numerosos autores importantes de esta época. Buscando dar

una legitimidad "científica" a las ideas socialistas, terminan legitimando la

ideología liberal de las clases dominantes en el seno del movimiento

obrero.

En la tentativa de liquidación del marxismo por e l social-darwinismo,

algunos temas son privilegiados: la evolución social lineal

(frecuentemente opues ta a la revolución) predete rminada por las "leyes

generales de la evolución", la lucha por la vida y la supervivencia de los

más aptos , el carácter "orgánico" de la vida social, la interpretación de la

historia a la luz de las "leyes naturales" sociobiológicas.

Se pueden encontrar signos de esta desviación pseudo-darwinista y

pseudo-marxista en cas i todos los movimientos social-demócratas de fin

de siglo, tanto en Europa como en USA, pero -por razones aún por

dilucidar - en Italia es donde juega el rol más importante.

Su primer representante es e l criminólogo positivista -discípulo de

Lombroso- Enrico Ferri. Diputado radical convertido al socialismo y

profesor de derecho penal en Roma, Ferri es e l autor de una obra cuyo

titulo es todo un programa: Socialismo y ciencia positiva: Darwin-Spencer-

Marx . Publicado en 1894, será traducido al francés, alemán, ingles y

español, encontrando una amplia acogida (también algunas críticas) en la

socialdemocracia internacional. Su idea principal es que e l socialismo

científico "no es otra cosa que e l resultado lógico y vital a la vez del

darwinismo y del evolucionismo spenceriano". La evolución humana

obedece a "leyes estables y confirmadas por la ciencia social positiva",

leyes que nos permiten afirmar "con una certeza matemática" que la

trayectoria de la evolución conduce al socialismo. Dado que el socialismo

es una fase "natural y espontanea y por lo tanto inevitable e irrevocable"

de la evolución, no hay necesidad de revolución, es decir, "revuelta

violenta y tumultuosa" . No vacila en apelar a la autoridad marxista dela

socialdemocracia a lemana: "El socialismo científico, especialmente en

Alemania, bajo la influencia directa de l marxismo, abandonó

completamente sus viejos métodos del romanticismo revolucionario".

Ferri pretende así reconciliar -mejor dicho as imilar- las tesis social-

darwinistas de la lucha por la vida con el socialismo científico. Para lograr

su traba josa explicación, afirma primero que el objetivo de l socialismo no

es la igualdad -utopía irrealista- sino la garantía de que todos los

hombres son iguales "en el punto de partida de la lucha por la vida".

Como resultado de la ley darwiniana de la supervivencia de los más

aptos, algunos se rán vencidos en el duro combate por la existencia: los

débiles, los enfermos, los locos, los "criminales congénitos", etc.

Asegurando la victoria de los que "poseen las más grandes y fructíferas

energías morales y físicas", la e conomía colectivista, "necesariamente

debe mejorar la raza humana física y moralmente" . Solo entonces - y no

en la economía capitalista que tiene efectos negativos desde el punto de

vista de la se lección darwiniana - "el efecto de la lucha por la existencia

será la supervivencia de los mejores" . En consecuencia, gracias al

socialismo científico, "el darwinismo social", continuador del darwinismo

natural, desembocará en la selección de los mejores!

El caso de Enrico Ferri es pos iblemente e xtremo y un poco caricaturesco

por su biologismo primario. Pero no dejó de ejercer una influencia

determinante sobre algunos de los principales dirigentes de l socialismo

italiano, como Filipo Turati y Claudio Treves. Por ejemplo, Turati escribió,

en una de sus primeras publicaciones socialistas, que el objetivo del

socialismo científico no es otro que la "se lección de los mejores" mediante

la supresión de la herencia, asegurando así "la igualdad del punto de

partida" de los competidores. La lucha por la existencia entre los s eres

humanos no desaparecerá jamas: la vida social es necesariamente "un

eterno y feroz, aunque providencial, holocausto de víctimas" . Felizmente,

existe, "la norma moderadora del derecho" pa ra equilibrar un poco esta

ferocidad darwiniana de la rea lidad social.

Uno de los primeros críticos de esta desviación fue Antonio Labriola ,

pionero de una lectura dialéctica y anti-positivista de Marx -y uno de los

primeros autores marxistas estudiados por León Trotsky. Ironizando

contra la moda de l "darwinismo político y social" (que) "invadió como una

Page 12: El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

7/23/2019 El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/el-darwinismo-y-las-ciencias-del-hombre-tort-patrickpdf 12/16

epidemia, y por muchos años, el cerebro de numerosos investigadores y

de muchos abogados y declamadores de la sociología", denuncia a los

que se han "agitado para completar a Marx ya sea con Spencer, ya sea

con el positivismo en gene ral, ya sea con Darwin, ya sea con Dios sabe

quién".

Una generación más tarde, se vuelve a encontrar esta polémica contra

Ferri , Turati y Treves en la pluma afilada del joven Gramsci, para quien

esos "filisteos del socialismo" han hecho de la doctrina socialista "un

repasador del pensamiento", son gente incapaz de concebir la "historia

como un libre desarrollo ... diferente de la evolución natural, así como el

hombre y las asociaciones humanas son diferentes de las moléculas y de

los agregados de moléculas" . Atacando a fondo a Claudio Treves, critica a

quienes llama "los socialistas positivistas", que han "arrastrado la

doctrina de Marx a un esquema exterior, a una ley natural que se rea liza

fatalmente, fuera de la voluntad de los hombres, fuera de su actividad de

asociativa...". Así quedaron planteados los términos de un debate que

atraviesa la historia del marxismo de l siglo XX.

* Sociólogo CNRS.

 

La revolución darwiniana

Jean Rosmorduc

(...)

Quisiera abordar mis breves comentarios bajo dos enfoques: el del

historiador de ciencias en que me transformé en el plano profes ional, y el

del marxista que no he dejado de ser.

Ser historiador de física conduce inevitablemente a leer la historia de las

ciencias y de las ideas científicas considerando como "hilo conductor"

(según decía Einstein) la sucesión de concepciones y de teorías que

marcaron es ta ciencia. Tengo tendencia a privilegiar a Galileo sobre

Vesale o Harvey, a Newton y Huygens sobre Buffon, a Fresnel sobre

Lamarck, etc. Sin embargo la importancia de lo que se puede llamar

legítimamente la revolución darwiniana -ªno solo en biología!- golpea (en

el sentido más fuerte de l termino) incluso a quien es tá más atraído por

Maxwell que por Darwin. Se trata de una mutación que toca no solamente

una disciplina o un campo de disciplinas científicas, sino al conjunto de las

concepciones de una sociedad e incluso a la misma sociedad Es una

revolución cultural en el pleno sentido de la expresión (no la

desnaturalizada acepción de los acontecimientos de 1966 en China). Por

ejemplo como transformación en la ciencia misma: sabemos que un

cambio no se opera haciendo "tabla rasa" del pasado; inciden cambios

graduales preparando y precediendo esta ruptura decisiva que es la

revolución. En este caso las obras de Maupertuis, Bonnet, Buffon,

Lamarck, Geoffroy, Saint Hilaire... jugaron ese rol (sin que por eso ta les

autores sean "precursores" de Darwin). También como fenómeno de una

época, determinado en parte por esta e inversamente condicionándola

fuertemente -un poco como lo hizo la revolución copernicana en el marco

del siglo XVI y XVII. En efecto, el siglo XIX, fue un periodo marcado por

sucesivas conmociones: en política por supuesto , en el terreno económico

y social, en muchas disciplinas científicas (la biología, la química, y también

la física, las matemáticas, la geología...); en el marco cultural tanto como

en el de las teorías económicas.

La h istoria científica nació en e l siglo XIX, igual que la termodinámica , la

astrofísica o la genética. La idea de evolución esta profundamente

anclada en las concepciones de lo que Michelet llamó "el siglo de la

máquina". Posiblemente el genio de Darw in no hubiera tenido

oportunidad de manifestarse tan espectacularmente sin la existencia de

ese clima favorable, sin lo que Galileo llamaba e l espíritu de la época. Más

allá de las incomprensiones que pudieron haber existido entre Marx y

Darwin (el Diccionario consagra un a rtículo a este tema), ambos

innovadores pertenecen a la misma época, aunque no haya una relación

causa l entre la publicación de El Origen de las Especies  y la Introducción a la

Critica de la Economía Política.

La teoría científica de Darwin , a través de sus diversos seguidores es un

ejemplo espectacular de las repercusiones, negativas y positivas, que

uede tener una obra de esa dimensión. Positivas es ecialmente en el

Page 13: El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

7/23/2019 El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/el-darwinismo-y-las-ciencias-del-hombre-tort-patrickpdf 13/16

dominio científico. Negativas, a través de las desviaciones de l eugenismo,

de la sociobiología... Es verdad que, incluso para pensadores bien

intencionados (ªy no todos lo son !) la extrapolación es tentadora. «Acaso

no sucumbieron los mismos Marx y Engels? En todos los aspectos , la obra

de Darwin fue modeladora y ejerció una profunda influencia en el

pensamiento de las décadas -o siglos- posteriores.

* Historiador de ciencias. Facultad de Brest.

 

Las dos vías de la antropología biológica

Jean Benoist

La antropo logía biológica lleva en sí dos caminos a menudocontradictorios . Uno se esfuerza por mostrar la historia natural del

Hombre, el otro la historia humana de la naturaleza. El primero se limita a

confinar a la especie humana en un espacio común con las otras especies

vivientes, mientras que el segundo, tomando en cuenta lo que le enseña

la antropología social y cultural, busca establecer su propio espacio.

Ambas vías buscan situar al Hombre en el gran movimiento de la

evolución, pero solo la segunda incorpora a ese movimiento las fuerzas

surgidas de l Hombre mismo, de su organización social, de la estructura

cognoscitiva y técnica de sus relaciones con lo que lo rodea.

Sin llegar a la exage ración de quienes ven en el Hombre una especie

autodomesticada, ningún antropólogo biológico puede divorciar las

fuerzas que modelan el patrimonio genético de la especie humana y que

canalizan su evolución, de las que resultan de la adopción por el Hombre

de opciones so ciales que tejen relaciones y las técnicas que aseguran la

supervivencia y la expansión te rritorial de la especie.

Leyendo más o menos al azar a través de tal grilla los artículos de l

Diccionario, este antropólogo biológico cree percibir voces que semejan un

eco de la preocupación que preside su propio enfoque. En particular, por

supuesto, la de Pa trick Tort que converge a través de un itinerario

completamente distinto. Se encuentran en los textos donde Darwin se

vuelve hacia la especie humana y las fuerzas que actúan en su evolución.

«Acaso no se define al núcleo de la antropo logía moderna como la

biología del Hombre social? (...) La tarea de la antropología es poner en

evidencia la organización de esta sociedad, identificar las conductas y

descubrir su impacto en un sentido opuesto al "libre juego" de la

selección. Las reglas de opción colectiva a partir de las es tructuras de l

parentesco; la delimitación de poblaciones por barreras genéticas que noson los encierros de un archipiélago s ino las que construyen la lengua, la

religión, las relaciones sociales; la modulación de las relaciones con el

medio a través de técnicas que inciden en la alimentación; el hábitat; las

agresiones patógenas: todos esos hechos sociales son "conductas" que

intervienen en el control por el Hombre de fuerzas sobre las cuales las

otras especies actúan muy limitadamente. Parece pues que en la especie

humana las cosas ocurren de tal modo que la sucesión de adquisiciones

de conocimientos, y también la acumulación de reglas y de códigos que

rigen las relaciones de los individuos y los grupos, desembocaran en un

inmenso trastrocamiento de las fuerzas en juego. Mientras que las

especies vivientes son de alguna manera absorbidas por es as fuerzas,

sometidas a ellas sin otra pos ibilidad que reaccionar, el Hombre las

supera poco a poco. Sin que eso sea necesariamente intencional, pasa a

manipular lo que en última instancia lo transformará. Desde la aparición

de las civilizaciones agro-pastoriles a la de las sociedades industriales, se

opera una formidable redistribución de equilibrios, el Hombre toma en sus

manos no su destino biológico, sino instrumentos que construyen ese

destino s in que él mismo lo sepa.

Sin embargo el antropólogo necesita de una prudencia que puede

oponerlo al filósofo. Y esta obra refleja, aquí y allá, dispersas a lo largo de

los textos, dos tendencia que parecen herederas de dos formas bastante

poco conciliables de pensar, o de acceso al conocimiento. «Será porque

Darwin está en una encrucijada? Por un lado, está la marcha a tientas del

biólogo, que procede de hecho en hecho para la elaboración de teorías

parciales que se encajan y se desarrollan sin ser nunca un conjunto

cerrado, ni siquiera acabado. Incluso una teoría tan unificadora de sus

Page 14: El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

7/23/2019 El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/el-darwinismo-y-las-ciencias-del-hombre-tort-patrickpdf 14/16

distintos aspectos como la de Darwin ofrece, en la medida que se

considera científica, zonas propicias a l cuestionamiento, a la corrección.

Por otra parte está la búsqueda del filósofo. Colocado ante uno de los

problemas que tiene los más resonantes ecos en el pensamiento

humano, un problema que funda las filosofías y las religiones, aunque

Darwin sea un naturalista es tá también en el centro de esa búsqueda. Y

no se lee igual al filósofo que al científico. Su pensamiento es ante todo

un hecho de pensamiento que no muere con su autor ni con los

fundamentos científicos sobre los que se apoyaba. No solo se sitúa

relación con un problema, ni solo encuentra su legitimidad en la calidad de

la respuesta que aporta a los problemas planteados: existe, tiene

lectores, efectos sociales y filosóficos. No es solo un resultado, sino

también una fuente.

«Leer a Darwin no es también oscilar entre esas dos lecturas? Una

mantiene distancia ante el sabio que hizo una contribución, pero muchas

de cuyas afirmaciones merecen ser retocadas - lo que por otra parte, ha

sido hecho-. La otra percibe la coherencia del discurso del pensador, más

importante aún porque tiene raíces en el conocimiento de la naturaleza al

mismo tiempo que ubica en e lla el lugar que ocupa e l Hombre «qué

importan, pues, los retoques que la biología moderna pueda aportar? « O

las contradicciones que surgen cuando evidencia la parte no selectiva de

la evolución? Lo importante no res ide allí. Está en un pensamiento que

tuvo efectos tales que -llevando las cosas al extremo- aún si todos los

datos científicos que le permitieron nacer se revelaran falsos, no por eso

dejaría de ser una de las fuerzas que han dado al siglo su visión delHombre y el mundo.

Sin embargo, a los ojos de un antropólogo que intenta hacer las dos

lecturas por razones igualmente importantes a flora un peligro y a veces

uno se pregunta s i el filósofo lo advierte: es el de extralimitarse, leer más

allá de la obra misma, adaptando su interpretación no a la preocupación

por conocerla, sino a la de ampliar su sentido a escala del mundo actual.

De convertirla ya no en la obra de un investigador y de un pensado r, que

tiene sus límites y sus errores, sino en la de un fundador. Se as istiría

entonces , si se me permite la paráfrasis, a un "efecto reversible del

pensamiento": la verdad, lo que motiva la búsqueda del investigador, ya

no serían más ese conjunto de fragmentos que acumuló en las alforjas a

lo largo de su vida; sería su palabra, independientemente de lo dicho, por

el solo hecho de emanar de él. Ya no seria ni sabio, ni filosofo: se

convertiría en profeta. Un último voto del antropólogo: ªque jamás se

rebaje a Darwin al rango de profeta!

* Médico y Antropólogo CNRS. Universidad de Aix-Marsella.

 

De Darwin a Piaget

Phillippe Geneste

Darwin es conocido en ps icología por habe r abierto el campo de la

psicología animal instaurando al mismo tiempo la existencia de una

psicología comparada interespecífica.

En La Expresión de las emociones de los animales (1872), luego de un gran

número de obse rvaciones saca la conclusión de que la filiación entre el

animal y el Hombre se confirma en el terreno de los actos expres ivos

relacionados a los estados emocionales. (...)

El Diccionario permite volver al fin del s iglo XIX y sus proyecciones, pe ríodoen el cual se e laboran los fundamentos de la psicología como ciencia

independizada de la tute la filosófica. Así, a través de los artículos

consagrados a Helmholtz, Fechner, Wundt, James, Spencer, Darwin, y

también Pavlov, se reconstituye el contexto ideológico y científico del

nacimiento de la ps icología. Se siguen los progresos en las técnicas de

medición surgidos de la física (por ej. la del tiempo de reacción del

individuo a un estímulo o s ituación), los progresos de la ps icología de l

movimiento y de las s ensaciones, luego la instauración de la psicología

animal y comparada. Por eso uno sus principales intereses es de carácter

histórico y epistemológico, fruto de una valiosa y efectiva actividad

interdisciplinaria.

La obra permite, por otro lado, rever algunas difundidas afirmaciones

sobre Darwin, como la de que e l postulado de la he rencia biológica y

Page 15: El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

7/23/2019 El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/el-darwinismo-y-las-ciencias-del-hombre-tort-patrickpdf 15/16

psicológica lo colocaría en una posición relativamente próxima a Lamarck.

Pero Piaget en su biogénesis de los conocimientos, evita asimilarlos.

Escribe en Biología y conocimiento que Darwin "integró lo esencial del

lamarckismo a su concepción de la evolución", pero agrega en una nota

elíptica que "retuvo la influencia del medio y del e jercicio, pero no la idea

de continuidad integral, ni el nominalismo, ni el progreso, etc." (p.161).

Cuando critica el empirismo, Piaget critica el lamarckismo y las teorías del

aprendizaje exógenas. Pero su teorización constructivista del aprendizaje

lo conduce también a oponerse al innatismo (ver el coloquio de

Royaumont y las controversias con Chomsky -1979- o los estudios críticos

de los trabajos de Lorenz durante las presentaciones de la La

epistemología genética). Para Piage t los diferentes niveles de e quilibración

y el continuo proceso de equilibración inherente a l desarrollo cognitivo de

todo sujeto, reposan en la interacción permanente del sujeto con el

medio. Así, entre el innatismo y el empirismo, existe otro principio de

interpretación del devenir cognitivo fundado en las interacciones y las

autoregulaciones , que lleva a afirmar la existencia de un funcionamiento

constitutivo de las estructuras y de una construcción endógena, de "un

poder endógeno de mutación y de recombinación", nociones

evidentemente ausentes en Lamarck, así como la del "poder activo de la

autorregulación" (ver La epistemología genética, 1970). Acá Piaget se

encuentra con la biología contemporánea de Dobzhansky y de

Waddington: si el fenotipo es una respuesta del genoma "a las

incitaciones de l medio, esta respues ta no significa que e l organismo haya

sufrido la marca de una acción exterior, sino que hubo una interacción enel sentido pleno del término, es decir, que a continuación de una te nsión

o de un desequilibrio provocado por un cambio en e l medio, el organismo

inventó por medio de combinaciones una s olución original, desembocando

en un nuevo equilibrio" (Ibídem). El Diccionario también permite esclarecer

ese acercamiento (...)

Uno de los mayores problemas de la psicología es dar cuenta del pasaje

de la biología humana a las facultades "superiores" de lo humano - en

términos piagetianos, el pasaje de mecanismos biológicos a las

operaciones formales, de las autoregulaciones orgánicas a las

operaciones lógico-matemáticas. Los análisis de Piaget y sus sugerencias

encuentran acá un nuevo marco de formulación sin alejarse de su base

epistemológica. «Acaso no es uno de los objetivos del Diccionario ser un

espacio en el que se e sbozan prospectivas y nuevas problemáticas?. El

análisis de P . Tort sobre La Descendencia del Hombre y la selección sexual 

permite, por ejemplo, recolocar los desarrollos de la psicología piagetiana

en la opos ición que separa la dialéctica de la relación evolutiva de lo

humano y de lo natural, de la banal idea de la determinación de lo

humano por lo natural. En este marco, seria interesante examinar la

teoría de la equilibración en los estadios del desarrollo de la inteligencia,

desde el punto de vista de la inversión que se opera entre el nivel

sensorio motriz -espe cialmente e l de los esquemas reflejos- y el nivel de

las operaciones formales. En efectos, si esta teoría permite "proveer un

status causal a la noción de estructura" (Greco), deberá ana lizar los

mecanismos que aseguran la transición de una estructura a la otra,

descubriendo la cuestión de la naturaleza de los "saltos cualitativos".

Podemos dar un ejemplo que no tomamos de Piaget: « Cómo pasa el niño

de las representaciones cognitivas a las verbales? «Qué mecanismos

subyacen en esa conjunción entre la "cosa por decir" (digamos: "el

sentido") y el vocablo (la acomodación sonora) para decirlo? «No habrá

luego un nuevo juego de esos mecanismos iniciales hasta la construcción

del signo adoptado en común en una sociedad, un signo estable? «De la

acción a la operación, de la acción o coordinación de acciones al

significado no hay una inversión paradójica o alejamiento de lo real que

ofrece al sujeto humano una mejor aprehensión de lo real? Así,

considerando las lenguas y su adquisición en una perspectiva evolutiva

(la de un lingüista histórico y comparativo es tructural al es tilo de Gustave

Guillaume) tomamos la estimulante reflexión de P. Tort sobre el concepto

del "efecto reversible de la evolución".

Un aporte considerable del Diccionario es ser interdisciplinario, abierto a la

confrontación y planteando con claridad que desde el punto de vista de

Page 16: El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

7/23/2019 El darwinismo y las ciencias del hombre. Tort, Patrick.pdf

http://slidepdf.com/reader/full/el-darwinismo-y-las-ciencias-del-hombre-tort-patrickpdf 16/16

Revista Herramienta Nº 3  Antropología

las opciones estratégicas que se inscriben en determinados contextos, no

hay ciencia neutra -aunque sus contenidos no sean "partidistas". Con

tantos "sabelotodo" en temas sociales dando vueltas es saludable que

un compendio científico de esta envergadura se enfrente al dogma liberal.

(...)

 

© Ediciones Herramienta. Rivadavia 3772 - 1º "B" (1204) Ciudad

Autónoma de Buenos Aires, Argentina.

Teléfono (+54 11)4982-4146. Correo electrónico:

[email protected].

Se autoriza la reproducción de los artículos en cualquier medio a condición

de la mención de la fuente. Se agradecerá comunicación y envío de

copias.