el cuento de la vieja

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1 EL CUENTO DE LA VIEJA MUSEO COMARCAL VELEZANO “MIGUEL GUIRAO” Iltmo. Ayuntamiento de Vélez-Rubio (Almería) 2 EL CUENTO DE LA VIEJA DIEGO RECHE

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Page 1: El Cuento de la Vieja

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EL CUENTO

DE LA VIEJA

MUSEO COMARCAL VELEZANO “MIGUEL GUIRAO”

Iltmo. Ayuntamiento de Vélez-Rubio (Almería)

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EL CUENTO

DE LA VIEJA

DIEGO RECHE

Page 2: El Cuento de la Vieja

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AUTOR: DIEGO RECHE ARTERO.

DIBUJOS: EZEQUIEL BELTRÁN MELLADO.

DISEÑO Y MAQUETACIÓN: ANTONIO SANCHEZ GUIRAO.

EDITA: MUSEO COMARCAL VELEZANO

“MIGUEL GUIRAO”

COLABORA: AYUNTAMIENTO DE VÉLEZ RUBIO

18 DE MAYO DE 2007. “Día Internacional de los Museos”.

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¿Qué? ¿Hacemos unas miguicas o tienen prisa?

Cuando los del museo me pusieron aquí no sabían lo que

hacían.

Mira la vieja haciendo migas. Qué gracioso - dicen algunos.

A muchos niños les doy miedo, y casi todas las

personas mayores, cuando me ven, se acuerdan de otros

tiempos, de cuando se vivía en el campo y en sus casas tenían

algunos cacharros de los que yo tengo por aquí.

Luego cuando salen del museo se acuerdan de mí y

empiezan a decir que éste es el museo de la vieja. A mí no me

molesta. Una ya está mayor, y las palabras, según como se

digan, ofenden o no ofenden.

Mi familia remanece de los campos, de la vega del

Rubio, y yo toda mi vida me la he pasao en un cortijo.

La vida del campo es dura, depende mucho de las

cosechas, de las lluvias, de los fríos... Cuantas veces los

almendros estaban ya en flor, que parecían novias, y cuando

no te lo esperabas, metíos ya en el mes de marzo, te venía

una helá y te quedabas con lo puesto.

Page 3: El Cuento de la Vieja

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En los años cuarenta y cincuenta la vida se puso mu

achuchá, y muchos tiraron pa la Argentina. Y después, a

finales de los sesenta pa las Francias, y pa Cataluña. Y antes

de que nos diéramos cuenta aquí quedábamos cuatro gatos,

malviviendo de las cosicas que nos daban los animales.

Yo, luego, todos los sábados me venía al mercao a

vender unos huevos y unos quesos frescos que hacía. No ha

cambiao na. Menudos barrizales se formaban por aquellos

caminos de tierra tirando de la burra.

El campo es muy sacrificao y tiene un almanaque que

te lo van marcando las estaciones. Podábamos las parras con

la luna creciente de enero, para San Juan empezábamos la

trilla, con los mulos, la era, el pajar, las gavillas... en

septiembre la almendra y en el mes de la Pascua, con todo el

helor a recoger la oliva, y luego había que llevarla al arte, a

sacar el aceite.

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Entonces no había en los campos ni luz eléctrica, ni

agua en las casas. En cuanto se hacía de noche, con una vela.

O alrededor de la lumbre, y nos acostábamos temprano para

aprovechar la luz del sol.

Pero mire, también nos lo pasábamos bien, nos

apañábamos como podíamos, y montábamos nuestras

matanzas y nuestros bailes de parrandas. ¡ Pues no me sé yo

coplas de las de antes !

Poco a poco fue llegando el progreso y también mucha

gente de los campos se vino al pueblo. Aquí había de todo lo

necesario, empezando por el asfalto, la luz y el agua. Y ya no

tenías que amasar la harina para hacer pan, ni ordeñar las

cabras... ibas a la tienda y allí lo tenías todo a mano.

Aquí en el pueblo también se vive muy bien, hay

muchas fiestas: la Navidad con los Santos Inocentes y las

cuadrillas de ánimas, los carnavales, las meriendas del día de

San José con el hornazo en la Fuente del Gato, la Semana

Santa con sus hermandades, las fiestas del verano…

Page 4: El Cuento de la Vieja

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Qué quieren que les diga, el progreso nos hizo la vida

más fácil. Hubo un tiempo en el que vivíamos asombrados con

tanto invento.

El pueblo se fue llenando de coches y amotos, y poco a

poco desaparecieron las bestias y las ferias del ganao. Hoy

los tractores lo hacen todo más rápido.

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Y no le digo na de la lavadora, que nos quitó muchísimo

trabajo. Antes, las mujeres nos pasábamos la mitad del día

lavando a mano, allí agachás en el lavadero, con un dolor de

riñones y venga platicar... Pero la lavadora era otra cosa; tú

la ponías y mientras, podías hacer más faenas. Y así

empezamos las mujeres a tener tiempo libre, y a dedicarnos

a otras cosas que nos gustaban, como estudiar, por ejemplo,

que parecía que eso era solo pa los hombres. Mis nietas

andan por Graná sacándose sus carreras y la más chica está

ya en el instituto, que ayer como quien dice estábamos

todavía cambiándole los pañales. Y es que el tiempo pasa

como una rueda y no nos damos cuenta.

Page 5: El Cuento de la Vieja

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Cuando llegó la televisión, aquello sí que fue sonao.

Que nos juntábamos todos en el Salón Parroquial a ver Reina

por un día. Una noche se quedó la gente delante de la tele

para ver al hombre llegar a la luna. ¿Ustedes se creen que

eso fue verdad? Yo nunca me lo he creído, ¿qué se le había

perdío al hombre en la luna?

Lo malo que tiene la tele es que nos ha metío a todos

en nuestras casas, y los vecinos, que antes nos salíamos con

el buen tiempo al portal, a platicar por las noches, ya hemos

dejado de hacerlo.

A mí la tele no me gusta, antes me pasaba las tardes

contándoles a los zagales historias de la familia o los cuentos

de “Barbazul”. Y ahora ponen la tele, y se tiran toda la tarde

viendo dibujos.

En fin, qué les voy a decir, que la vida ha cambiao

mucho. Y muchas de aquellas costumbres y de aquellos

oficios se han perdío.

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Así que antes de que no nos quede nada de nuestro

pasado, estos señores del museo tuvieron la buena idea de

recuperar todas esas cosas.

Este edificio es muy antiguo, del siglo XVIII, y fue el

antiguo Hospital Real, y después cuartel, escuela, teatro,

academia, y hasta los años 60 un asilo de ancianos, que

cuidaban las hermanitas de los pobres, pero hace ya muchos

años que se fueron. El edificio se quedó vacío y un día

pensaron en construir en él un museo con las cosas de

nuestra comarca.

Page 6: El Cuento de la Vieja

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Don Miguel Guirao, era un médico muy importante de

nuestro pueblo, que fue Decano de la Facultad y Presidente

de la Academia de Medicina de Granada.

Había ido juntando, en sus ratos libres, una colección

de fósiles y de restos arqueológicos de nuestros campos. Sus

familiares, que también han mamao el cariño y la sapiencia de

nuestra tierra, donaron todos sus fondos al pueblo para

montar un museo, y así comenzó todo.

Poco a poco, los vecinos fueron trayendo aperos de

labranza, instrumentos y maquinarias de trabajo de los

antiguos oficios artesanos, colecciones de piezas, atalajes y

utensilios que guardaban en sus cámaras, donde estaban ya

casi olvidadas, y que aquí han vuelto a ser de todos, para

mantener el recuerdo de otras épocas.

Porque las muchachas que enseñan el museo a veces

hablan de épocas muy antiguas. Yo no me lo sé bien, pero las

he oído mentar a los hombres primitivos, a las pinturas

rupestres que hay en La cueva de los letreros.

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La vasija ibérica que tiene un indalo dibujao en el culo,

con perdón. Las monedas romanas, las flechas de los

cartagineses, todas esas palabras que nos dejaron los

árabes: acequia, aljibe, almazara… y los restos musulmanes

del Castellón.

Al final de la Reconquista se bajaron a vivir al barrio

del Fatín; a la vez llegaron los castellanos y los aragoneses a

repoblar estas tierras, y que por eso, dicen, que acabamos

muchas palabras en ico, como los murcianos. También hablan

de los marqueses de los Vélez, del castillo de los Fajardo, de

la venta del patio a los franceses y de que ahora está por ahí

en un museo de Nueva York. Luego nos explican monumentos

como la iglesia de la Encarnación, el convento de San Luis, el

parque de la Sierra de María, el Chiribello, que es una

estatua romana que encontraron cerca de Chirivel… en fin,

muchas cosas. Estas muchachas son un pozo sin fondo. Ahora

les ha dado por decir que somos la puerta oriental de

Andalucía.

Page 7: El Cuento de la Vieja

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Bueno, pues que ustedes lo disfruten, y si dándose una

vuelta por estas salas conocen algo más de nuestra comarca,

mucho mejor.

Yo lo único que quiero es hacer buenas migas con

ustedes, y que vuelvan cuando quieran.

Encantá de haberles conocío.

Me alegro de verles valientes, ¡ con Dios !

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AYUNTAMIENTO

DE

VELEZ-RUBIO