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EL CAPITOL – De baile de pueblo a Salón de baile, banquetes y espectáculos

César García Hernández para HABLEMOS DE GETAFE Página 1

GETAFE CAPITAL – 12 de junio 2008

He leído entrevistas, artículos y comentarios sobre el décimo aniversario del García

Lorca. He asistido a muchos actos de todo tipo y verdaderamente sin este teatro de usos

múltiples en Getafe no sería como es hoy culturalmente. Es momento de balances y

sería bueno hacer uno crítico con la participación de todo el mundo de la cultura para,

partiendo de lo mucho ya hecho, preparar un futuro mejor para la Cultura getafense.

En todo lo que he leído, mayoritariamente, se coincide la falta de actividad cultural en

Getafe durante el franquismo y, aunque comparto esta opinión, no me parece justo

olvidar lo que una familia getafense hizo durante años. Esta familia es mi familia: mis

abuelos Julián y Gregoria y mis padres María y Basilio. Mis abuelos, con muchos

problemas de todo tipo, lograron cambiar el baile “El Restregón” por el Salón de baile,

bodas, banquetes y espectáculos El Capitol.

Después de la guerra civil, en un local arrendado que era poco más que lo que hoy

conoceríamos como nave industrial, lograron transformarlo en el lugar de encuentro de

la juventud de Getafe. Primero como baile de pueblo en el que las mocitas iban

acompañadas de sus madres, después en sala de baile en el que muchas parejas de

Getafe dieron sus primeros suspiros amorosos que les llevarían a formar muchas de las

familias del Getafe actual. Muchas de estas parejas no solo se “hicieron” novios,

también celebraron sus bodas y en la celebración del baile de la boda permitieron acceso

de todos los getafeños que quisieran bailar. Esto hizo que el baile de los domingos se

ampliara a otros muchos días de la semana.

Pero la razón de estas notas es el de hacer justicia a mis abuelos y padres por su trabajo

en el divertimento cultural de Getafe. Como estaba prohibido por la Autoridad durante

la Cuaresma celebrar bailes (era periodo para meditación y recogimiento religioso), el

negocio familiar debía cerrar y, con ello, todos los que trabajaban en el baile dejar de

percibir los ingresos. Como los tiempos no estaban para dejar de percibir ingresos

complementarios a los del trabajo, mis abuelos y mis padres decidieron buscar algo que

ayudara a mantener estos, tanto para ellos (todos tenían un trabajo en el baile), como el

de los trabajadores que les ayudaban en el baile. Así surgió una nueva actividad: “los

varietés”.

Esta nueva actividad hizo del Capitol y a Getafe un referente en el mundo madrileño de

lo que hoy se conoce como La Copla. Hasta su cierre, tras la muerte de mi madre, en

1967, durante todas las Cuaresmas por Getafe pasaron Farina, Porrinas, Pepe Marchena,

El Malagueño, La Niña de la Puebla, La Paquera, Tomás de Antequera, Antoñita

Moreno, Estrellita Castro y otros muchos para terminar con Antonio Molina y Manolo

Escobar y quedar cancelada por el cierre la actuación de Lola Flores.

El trabajo de mis abuelos y padres hoy parece olvidado, pero por amor hacia ellos

y porque en justicia se lo merecen, creo que su trabajo no puede ser ignorado en

las historias y recuperaciones de memoria histórica que se hacen en Getafe.

Atentamente

César García Hernández

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