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El busto-relicario de SSaannttaa AAffrraa en Villalengua,un ejemplo de indumentaria renacentista

Santa Afra

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Busto-relicario de Santa Afra.

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Santa Afra

Anónimo

S. XVI

56 x 43,5 x 31 cm.

Talla en madera policromada y dorada

Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles

VILLALENGUA

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1 Agradecemos la colaboración de la parroquia de Villalengua, Ana Isabel Villar Lechón, Ayuntamiento de Villalengua,Soledad Cantería, María Rosa Ferré.

2 MENDOZA ARAGÓN, I., Historia de Villalengua, Zaragoza, 1993, p. 21

EL BUSTO-RELICARIO DE SANTA AFRA EN VILLALENGUA1

La iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles y la Orden de San Juan de Jerusalén

El busto-relicario de Santa Afra se conserva en la iglesia parroquial de Villalengua, un edifi-cio tardogótico de finales del siglo XVI. Se trata de una iglesia de nave única de cuatro tra-mos cubiertos por bóveda estrellada, capillas entre los contrafuertes y cabecera poligonal queprobablemente fue levantada sobre los cimientos de un templo anterior, del siglo XIV2. Losmuros de las capillas laterales fueron derruidos en el siglo XVIII dando la impresión de serun edificio de tres naves y en la misma época se añadió una capilla barroca dedicada a losSantos Gervasio y Protasio. En la segunda capilla del lado del evangelio se encuentra unapuerta, hoy ciega, que comunicaba el templo con la casa anexa, perteneciente en origen a laOrden de San Juan de Jerusalén.

Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles. Interior de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles.

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A los pies se construyó un coro alto y,en el lado del evangelio, una torre campana-rio que da acceso a una galería de arcosdoblados de medio punto que recorre toda lafachada de la iglesia y de la casa anexa, con-formando la típica fachada de ladrillo de losedificios civiles del Renacimiento aragonés.

Se desconoce la fecha exacta del iniciode las obras, pero se sabe que el 18 de agos-to de 1595 la Orden de San Juan deJerusalén, a quien pertenecía la localidad,acordó en Malta la continuación de las obrasde la iglesia. En 1596, Jerónimo de Foces,Comendador de la encomienda deCalatayud, encargó a Martín de Egurza y aJuan Gomendradi, obreros de Villalengua,continuar con las obras de la iglesia3.

Los caballeros de la Orden de San Juande Jerusalén rigieron la parroquial deVillalengua desde la época de RamónBerenguer, quien concedió a la orden variosterritorios aragoneses, hasta finales del sigloXX, cuando abandonó la localidad el últimopárroco perteneciente a los caballeros hospi-talarios4. La citada orden promovió la cons-trucción de la actual fachada de la iglesia, lasacristía, la capilla de los Santos Gervasio yProtasio y el Hospital de San Ginés.

ASPECTOS DESCRIPTIVOS E ICONOGRÁFICOS DEL BUSTO-RELICARIO

DE SANTA AFRA

Descripción

El busto-relicario de Santa Afra es una escultura de bulto redondo tallada en madera policro-mada y dorada. Manifiesta una postura hierática y frontal, acentuada por la severidad del ros-tro. El interior de la escultura está hueco y en el centro del pecho se abre una oquedad circularque en origen contendría el viril con la reliquia. En 1993 este busto-relicario contaba con unapeana dorada decorada con elementos arquitectónicos de orden clásico, hoy desaparecida5.

La santa no ha sido singularizada por ninguno de sus atributos, sino que aparece este-reotipada como una dama renacentista aragonesa con tocado y prendas muy elaboradas.Únicamente se reconoce la identidad de la santa por una inscripción en las borduras de suatuendo que reza “SANTA AFFRA VIRGEN I MARTIR ORA PRO NOBIS”.

El tocado está decorado con la técnica del estofado a base de motivos vegetales y unasfinas franjas en azul y rojo, envolviendo todo su cabello y sujetándose en la parte superiorde la frente con un nudo que permite asomar el trenzado y dos mechones a ambos ladosdel rostro.

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3 MORTE GARCÍA, C., “Las iglesias parroquiales de Villalengua y Jaraba (última década del siglo XVI): aportación docu-mental”, I Encuentro de Estudios Bilbilitanos, Vol. I, Centro de Estudios Bilbilitanos - I.F.C., Calatayud, 1982, p. 225.

4 MENDOZA, I., op. cit., p. 29.

5 MENDOZA, I., op. cit., p. 60.

Detalle de la cruz de la orden sobre la puerta de lasacristía.

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La camisa también está decorada mediante la técnica del estofado en blanco con finosrayados dorados, suaves pliegues, cuello festoneado y botones en la parte anterior. Los plie-gues de la camisa y los bordes de los festones del cuello están ribeteados con una línea roja.Sobre esta prenda se superpone una saya dorada con escote cuadrado y mangas abullonadas.En el galón o ribete del escote se puede leer la citada inscripción en letra mayúscula realiza-da con la técnica del estofado sobre fondo azul. Las mangas, rematadas con adornos que imi-tan la pasamanería, están policromadas en azul y en rojo.

Detalle del rostro.

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El Retablo de la Virgen del Pilar de Villalengua

La localización original del busto-relicario de Santa Afra en la parroquia de Villalenguapodría ser el Retablo de la Virgen del Pilar, donde se encontraba localizado en el ático bajo lainscripción “S. AFRA”. En este mismo retablo se conservaba un relicario de plata del sigloXVII realizado en Calatayud que contenía la reliquia del cráneo de la santa. Este relicario seencuentra en la actualidad en paradero desconocido. Tenía forma de caja con la tapa semies-férica y estaba decorado con cartelas hechas a buril6. A la altura de 1993 la talla se encontra-ba en la capilla de San Ginés junto con otros dos bustos-relicario, el de San Juan Bautista yel de San Ginés, y una serie de tallas y objetos de diversa índole7. Finalmente, entre 1999 y2000, el busto-relicario fue trasladado a la sacristía del templo, donde se encuentra en laactualidad con el fin de salvaguardarlo durante los trabajos de restauración del edificio.

6 ABBAD RÍOS, F., Catálogo monumental de España: Zaragoza, C.S.I.C., Madrid, 1957, p. 271.

7 MENDOZA, I., op. cit., p. 59.

Detalle de la inscripción.

Detalle de la parte posterior.

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El Retablo de la Virgen del Pilar, ubicado originariamente en la primera capilla del ladodel evangelio, es una obra renacentista del siglo XVI. Consta de banco, cuerpo de una únicacalle y ático.

El banco está articulado en tres casas. La central, de menor tamaño, es una hornacinaque alberga un crucifijo y las laterales son dos tablas que hacen las veces de puertas de unoscompartimentos donde tradicionalmente se han guardado relicarios. En uno de estos com-partimentos es donde se guardaba el relicario de plata que contenía la reliquia del cráneo deSanta Afra. La tabla de la izquierda representa a la Virgen con el Niño acompañada por SantaAna y la de la derecha representa a dos jesuitas, uno con báculo y mitra a sus pies y otro arro-dillado rezando ante un crucifijo y un libro, que bien podría ser San Ignacio de Loyola.

Capilla de San Ginés en 1993.

Retablo de la Virgen del Pilar en 1988. Retablo de la Virgen del Pilar en 1999.

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El cuerpo del retablo, flanqueado pordos pequeñas volutas y sendos rostros deperfil, presenta una única casa en la queaparece representada la escena de laVenida de la Virgen del Pilar sobre unfondo dorado con motivos geométricos yflorales en bajorrelieve. Santiago y susocho compañeros aparecen representadosen relieve a ambos lados de la columna,sobre la que se sitúa una imagen de laVirgen del Pilar. Varias cabezas aladas deángeles planean sobre nubes doradas. Lascolumnas y el entablamento que enmarcanla escena son de orden dórico, con cabezasaladas pintadas en las metopas.

En el ático, unido al cuerpo del retablopor medio de dos grandes aletones, se hasustituido el habitual calvario por unaexquisita tabla que representa a SantaÚrsula con las diez mil vírgenes, delantede la cual se ubicaba el busto-relicario deSanta Afra. En el remate del ático a modode sencillo entablamento, aparece una ins-cripción en esgrafiado con el nombre deSanta Afra.

Santa Afra, una hagiografía confusa

Existen pocas fuentes para rastrear la vida deesta santa procedente de Augsburgo.Santiago de la Vorágine sitúa sus orígenesen Chipre, lugar donde vivió consagrada alculto de Venus durante algún tiempo.

Posteriormente tanto ella como sus criadas se habrían dedicado a la prostitución en unburdel de la ciudad de Augsburgo.

En una ocasión, Narciso, el obispo de Gerona y su diácono Félix se escondieron en elburdel de Afra huyendo de las persecuciones de Diocleciano. Inmediatamente la joven seconvirtió al cristianismo y escondió al obispo para evitar su captura. Posteriormente, paramayor seguridad, envió al obispo a casa de su madre, Hilaria, quien también se convirtióal cristianismo.

La leyenda cuenta que, a la vista de estos hechos el demonio encolerizó de tal maneraque exigió a Narciso la entrega de algún alma en compensación por las conversiones. Narcisoenvió al demonio a unas simas de los Alpes para que se apoderara del alma de un dragónque allí habitaba, convirtió la casa de Hilaria en iglesia y confirió la consagración episcopal asu hermano Dionisio, quien se hizo cargo de la diócesis de Augsburgo.

Afra fue condenada a muerte por el prefecto Cayo. La joven fue quemada en una isla delrío Lech y, cuando su madre y sus criadas estaban enterrando su cuerpo, fueron sorprendi-das y sometidas al mismo martirio.

Réau otorga la fama prostibularia de esta santa a su relación con Venerea, santa deAntioquía con quien se la asocia en el martirologio. A partir de esta relación, los hagiógrafosalemanes habrían inventado la historia de su consagración pagana a Venus. La historia queescribe este autor dista en algunos puntos de la que ofrece Santiago de la Vorágine. En pri-mer lugar, no sería Afra quien regentase un prostíbulo, sino sus padres.

Arriba, Tabla de Santa Úrsula. Sobre estas líneas, detallede la inscripción del retablo.

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La conversión de Afra e Hilaria se habría producido a la vez, al escuchar a Narciso rezaren una habitación iluminada por la gracia de Dios. Finalmente su martirio se habría produ-cido en 303 junto a su madre, ambas quemadas atadas a un poste en la citada isla del Lech8.

Según Réau, hubo una confusión hagiográfica que identificó al Narciso de Augsburgocon el Narciso obispo de Gerona, ya que resulta bastante improbable que el obispo gerun-dense estuviera alguna vez en la ciudad alemana. No obstante, esta relación de Afra conNarciso hizo que su culto se desarrollase excepcionalmente en Cataluña.

Desde el punto de vista iconográfico, Santa Afra suele aparecer ataviada al modo de lasmatronas romanas, con túnica y manto holgados que frecuentemente le cubren la cabeza.Normalmente aparece representada en las escenas de su conversión y martirio, atada a un árbolo a un poste bajo el que se ha encendido una hoguera. Sus atributos son la hoguera, el leñoencendido y la piña, que forma parte de las armas de Augsburgo. En ocasiones también apare-ce portando un frasco de perfume o acompañada por sus criadas Digna, Eunomia y Eutropia.

Sin embargo, como se ha apuntado, en el caso de Villalengua el único rasgo que ha per-mitido su identificación es la inscripción que aparece en sus vestiduras, ya que carece de atri-butos significativos.

ASPECTOS ARTÍSTICOS

El renacimiento escultórico en Aragón y la tipología del busto-relicario

En lo referente al estilo, el busto-relicario de Santa Afra se puede inscribir en el plenoRenacimiento, por lo que puede fecharse en torno al siglo XVI. El Renacimiento escultóricollegó a Aragón a principios de esta centuria de la mano de artistas como Gil Morlanes el Viejoy Damián Forment. Este nuevo estilo, calificado en la época como “a la romana”, perduró enla historia del arte aragonés hasta bien entrado el siglo XVII en convivencia con el Barroco.

El Renacimiento cuajó de una forma muy intensa en Aragón por varios motivos: lasfavorables circunstancias socioeconómicas que atravesaba la ciudad de Zaragoza hacia prin-cipios del siglo XVI o la proximidad geográfica y política del Reino de Aragón con Italia. Estasparticularidades propiciaron la llegada de artistas italianos o formados en Italia, sin obviar lallegada de maestros procedentes de otras zonas de Europa. La imposición de las nuevas for-mas que sustituyeron lo flamenco por lo romano hizo posible el desarrollo de una esculturarenacentista de alta calidad, caracterizada por algunas peculiaridades propias del territorioaragonés. Estas peculiaridades son: la existencia de un periodo de convivencia entre lo góti-co y lo renacentista; la adaptación del nuevo estilo a la expresiva religiosidad hispana;el desarrollo de un estilo propio en el que tuvieron cabida no sólo las influencias italianassino también las del norte de Europa; y el uso de la madera dorada y policromada en detri-mento del alabastro y la piedra para acentuar la espiritualidad medieval todavía presente9.

La tipología escultórica del busto-relicario estuvo presente en Europa desde el siglo IX10.Este tipo de esculturas se extendieron por toda España a finales del siglo XVI, especialmen-te en Aragón, empleándose en un gran número de celebraciones religiosas que implicabanla veneración y procesión de las reliquias. Normalmente estas esculturas representaban lacabeza, cuello y hombros del santo, como es el caso que nos ocupa, aunque en algunas oca-siones aparecen también los brazos y el torso hasta la cintura. El material más utilizado fuela plata y, de manera secundaria, el cobre, el bronce y la madera. En origen estos bustos-reli-cario, cabezas o testas, como son denominados en la documentación de la época, fueron

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8 RÉAU, L., Iconografía del arte cristiano. Iconografía de los santos, T. 2, Vol. 3, Ediciones del Serbal, Barcelona, 1997, pp.25-26.

9 ÁLVARO ZAMORA, M. I. y BORRÁS GUALIS, G. M. (Coords.), La escultura del Renacimiento en Aragón, Ibercaja,Zaragoza, 1993, pp. 113-127.

10 LLOMPART MORAGUES, G., “Un busto-relicario del siglo XV”, Archivo Español de Arte, T. 53, no 211, Instituto DiegoVelázquez - C.S.I.C., Madrid, 1980, pp. 388-390.

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diseñados para contener un fragmento o incluso la totalidad del cráneo del santo represen-tado, ya que para contener otros huesos se realizaron relicarios con las formas correspon-dientes, como el brazo, o en forma de caja o cofre.

En Aragón existe un amplio repertorio de bustos-relicario, la mayor parte de ellos realiza-dos en plata, inspirados en alguna de las tres piezas regaladas por Don Pedro de Luna a La Seode Zaragoza: los bustos-relicario de San Valero, San Vicente y San Lorenzo. Estas tres magníficaspiezas de orfebrería, que en origen irían acompañadas por cinco más, datan de 1397 aunque elde San Valero fue remodelado a mediados del siglo XV por el platero Francisco Agüero11. Degran calidad es también el busto-relicario de San Braulio conservado en la Basílica de NuestraSeñora del Pilar y realizado por este mismo platero a mediados del siglo XV12.

Ya en el siglo XVI, en época coetánea a la realización de la talla de Santa Afra deVillalengua, se elaboraron un gran número de bustos-relicario en Aragón. Los más impor-tantes fueron elaborados en orfebrería con alma de madera aunque también existen ejem-plos tallados completamente en madera.

11 CRIADO MAINAR, J. y ESCRIBANO SÁNCHEZ, J. C., “El busto-relicario de San Valero de La Seo de Zaragoza. Noticiade su reforma por Francisco de Agüero (ca. 1448-1452)”, Boletín del Museo e Instituto Camón Aznar, no 59-60, Ibercaja,Zaragoza, 1995, pp. 119-149.

12 AINAGA ANDRÉS, M. T. y CRIADO MAINAR, J., “El busto-relicario de San Braulio (1456-1461) y la tradición de laVenida de la Virgen del Pilar a Zaragoza”, Aragón en la Edad Media, no 20, Universidad de Zaragoza, 2008, pp. 65-84.

Busto-relicario de Santa Dorotea, 1530, Basílica de Nuestra Señora del Pilar, Zaragoza. La escultura del Renacimiento enAragón (1993).

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Una gran parte de los bustos-relicario aragoneses representa a personajes que pertene-cieron a la jerarquía religiosa, por lo que presentan vestiduras y tocados litúrgicos. Este es elcaso de los bustos de San Valero (de principios de siglo) y San Blas (1559-1560) conservadosen la iglesia de San Pablo de Zaragoza, San Esteban (1549) en la parroquial de Encinacorba,San Pedro (1560-1561) en la parroquial de Ayerbe o San Gaudioso (1575-1580), San Prudencio(1589) y San Atilano (1620) en la Catedral de Tarazona.

Sin embargo existe otro grupo de bustos-relicario que representa a santos que no perte-necen a la jerarquía religiosa. Estas esculturas se acercan más al busto-relicario deVillalengua, ya que lucen lujosos ropajes y ornamentos propios de la moda del siglo XVI ygeneralmente representan a mujeres. Ejemplos de ello son los bustos-relicario de Santa Ana(de principios de siglo), Santa Dorotea (1530) y Santa Úrsula (1567) en la Basílica del Pilar deZaragoza, Santa Ana (1542) en la parroquial de Cariñena, Santa Pantaria (1542-1544) en laAlmunia de Doña Godina, Santa María Magdalena (1605) en la parroquial del mismo nom-bre de Zaragoza o Santa Emerenciana (1616) en la Catedral de Teruel.

Existen también un gran número de bustos-relicario realizados exclusivamente enmadera, aunque no se han estudiado de forma tan profunda como los de orfebrería. EnAragón hay numerosos ejemplos: en la localidad de Luna se conserva un busto-relicario deuna santa desconocida que viste con atuendo a la moda italiana del segundo cuarto del sigloXVI13. En Mara se halla un busto-relicario de San Sebastián del siglo XVI caracterizado comosoldado14 y en Villalengua se conserva otro busto-relicario del siglo XVI, el de San Ginés.

La realización del busto-relicario de Santa Afra de Villalengua

La datación de esta obra ha sido realizada atendiendo únicamente a sus características for-males debido a la ausencia de documentación coetánea. Según este criterio su realizaciónpodría situarse en la segunda mitad del siglo XVI.

El primer testimonio documental de la existencia del busto-relicario de Santa Afra seencuentra en un inventario de 1832 en el que se cita “Una cabeza figurada de Santa Afraembutida con sencilla plata en una porción de tronco de la Santa”15. En otro inventario de1850 aparece como “Una cabeza figurada de Santa Afra, embutida en sencilla plata, que con-tiene el cráneo de dicha Santa”16. En un inventario de 1881 aparece como “Una cabeza figu-rada de Santa Afra”17. Por último, en un inventario de 1911 aparece otra vez como “Una cabe-za figurada de Santa Afra”18.

Además de esta talla, en la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles de Villalengua seguardaban otros dos bustos-relicario, el de San Juan Bautista, hoy en paradero desconocido,y el de San Ginés.

Ginés de Arles fue un notario que vivió en el siglo III. Al negarse a transcribir un edic-to de persecución contra los cristianos fue decapitado en 303. Tomó su cabeza cortada y laarrojó al Ródano, desde donde navegó hasta Cartagena19.

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13 LACARRA DUCAY, C., “Relicario busto de santa”, Aragón y la pintura del Renacimiento, Ibercaja, Zaragoza, 1990, pp.240-241.

14 LACARTA APARICIO, A., PLANA MENDIETA, E. y CUENCA MORENO, R., “Las tallas de San Fabián y San Sebastián,emblemas de su fiesta patronal en Mara”, Investigación y Patrimonio en la provincia de Zaragoza I, Diputación Provincial deZaragoza, Zaragoza, 2007, pp. 286-309.

15 ARCHIVO PARROQUIAL DE VILLALENGUA [A.P.V.], Libro de cuentas, 1832, fol. 11 v.

16 [A.P.V.], Ibidem, 1850, fol. 12 v.

17 [A.P.V.], Ibidem, 1881, fol. 19 v.

18 [A.P.V.], Ibidem, 1911, fol. 22 r.

19 RÉAU, L., Iconografía del arte cristiano. Iconografía de los santos, T. 2, Vol. 4, Ediciones del Serbal, Barcelona, 1997,p. 34.

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20 ARCHIVO MUNICIPAL DE VILLALENGUA [A.M.V.], Censal otorgado a favor de la Cofradía de San Ginés, 1647, Caja61, Documento 11.

La presencia de un busto-relicario de este santo en Villalengua se explica por la existen-cia de una cofradía dedicada a él en la localidad al menos desde 164720. Aunque los detallesdel busto-relicario de San Ginés son más elaborados que los de Santa Afra, ambas tallas sonde similar factura, existiendo un especial parecido en la forma de configurar los rostros, porlo que se podría afirmar que son de la misma mano.

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Busto-relicario de San Ginés, s. XVI, Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, Villalengua.

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EL CULTO A SANTA AFRA

El culto a Santa Afra en Augsburgo y enGerona

El culto a Santa Afra se localiza principal-mente en el sur de Alemania y especialmen-te en Augsburgo, lugar de procedencia de lamártir, donde se encuentra la Basílicade San Ulrich y Santa Afra. También se hadesarrollado el culto a esta santa enCataluña, especialmente en Gerona, por suvinculación con San Narciso y San Félix. Sufiesta se celebra el 5 de agosto y se la consi-dera la patrona de las prostitutas y de lasarrepentidas. Las ciudades de Augsburgo,Meissen y la abadía de Neresheim se pusie-ron bajo su advocación y en Alsacia, cerca deHirtzbach, existe una fuente con su nombrecuyas aguas tienen propiedades curativas21.

La iconografía del busto-relicario deSanta Afra pudo ser importada de Gerona,donde existen varias representaciones de lasanta alemana, especialmente las proceden-tes de la iglesia de San Félix. En la capilla deSanta Afra de esta iglesia se conserva unsepulcro de San Narciso labrado en alabastrode 1328, con bajorrelieves que representanvarias escenas relacionadas con la santa:

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21 RÉAU, L., Iconografía del arte cristiano. Iconografía delos santos, T. 2, Vol. 3, Ediciones del Serbal, Barcelona, 1997,pp. 25-26.

Tabla 0218, s. XVI, Museo Diocesano de Gerona.

Tabla 0219, s. XVI, Museo Diocesano de Gerona.

Tabla de San Narciso y Santa Afra, s. XVI, Catedral deGerona.

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Afra recibiendo a Narciso y a Félix en sucasa; Narciso predicando ante dos oyentesarrodilladas que podrían ser Afra y una desus doncellas; Narciso bautizando a Afra y asus criadas; y dos emisarios reclamando aAfra la entrega de Narciso y Félix22.

En la Catedral de Gerona se conserva laTabla de San Narciso y Santa Afra, un relievetallado en madera dorada y policromada delsiglo XVI que pudo formar parte de un reta-blo sobre la vida de San Narciso anterior-mente situado en la iglesia de San Félix.Esta tabla muestra la escena en que SanNarciso y San Félix, acompañados por SantaAfra, se refugian en la casa de Hilariahuyendo de sus perseguidores. Narciso, ata-viado como obispo y acompañado por sudiácono Félix y otros personajes, es condu-cido por Afra hasta la puerta de la casa deHilaria, quien se asoma desde un balcónsituado en el piso superior. Los personajesfemeninos de la escena visten a la moda del

siglo XVI con algunas prendas similares al busto-relicario de Santa Afra de Villalengua,como el tocado a modo de cofia o la saya con escote cuadrado.

22 CHAMORRO TRENADO, M. A., La construcció de l’església de Sant Feliu de Girona al segle XIV. Els llibres d’obra, Tesisde la Universidad de Gerona, 2004, p. 75.

Santuario de Santa Afra, Ginestar.

Retablo del Santuario de Santa Afra.

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En el Museo Diocesano de Gerona se conservan otras dos tablas semejantes que for-marían parte del mismo retablo. La primera de ellas representa una escena en la queNarciso, acompañado por Félix, predica ante Afra y otras tres mujeres, sus criadas y tal vezsu madre. La otra tabla representa el momento de la conversión de Santa Afra junto conotras cinco mujeres. En este caso Narciso está acompañado por dos personajes, su diáconoFélix y un personaje alado y con pezuñas que podría representar al demonio reclamandouna compensación por las conversiones. En las tres tablas el espacio ha quedado resueltomediante una perspectiva elemental en la que baldosas y azulejos presentan decoracionesgeométricas sencillas.

La capilla de San Narciso de la iglesia de San Félix posee una representación pictórica deSanta Afra realizada por Josep Mirabent y Josep Ribó entre 1782 y 1792. En el arco toral deesta capilla se sustituyeron las representaciones de las virtudes cardinales por las de SanFélix, San Trobat, Santa Afra y Santa Hilaria23.

Además de la iglesia de San Félix de Gerona, donde se rinde culto a la santa, existe unSantuario dedicado a ella y a la Virgen de las Nieves en el término de Ginestar. Según testi-monios de la Diócesis de Gerona, el culto a Santa Afra está documentado en la parroquial deGinestar al menos desde el siglo X y hacia 1300 se levantó el santuario a las afueras de la loca-lidad, ardiendo el edificio y todo su patrimonio durante la Guerra Civil Española.Actualmente el santuario alberga una escultura de yeso de época reciente en el retablo mayorque representa a Santa Afra con la palma del martirio y el poste de madera al que fue atadadurante su escarnio.

La vida de Santa Afra a través de una obra de teatro del siglo XVIII

En 1735 Tomás de Añorbe y Corregel estrenó la obra de teatro Princesa, ramera y mártir. SantaAfra. Posteriormente, en 1761 el texto fue publicado en la imprenta de la viuda de JosephOrtega en Valencia24. Tomás de Añorbe y Corregel fue un prolífico dramaturgo que desarro-lló la mayor parte de su obra durante las primeras décadas del siglo XVIII. Cultivó la zarzue-la mitológica, la comedia de magia con tintes burlescos y la comedia religiosa, especialmen-te esta última, que comprende temas marianos y hagiográficos.

La obra narra la existencia de Afra pasando por sus diferentes fases –vida pecaminosa,conversión y martirio– con toques novelescos y fantásticos. En la primera jornada la prince-sa chipriota Afra se presenta como una sacerdotisa de Venus que ofrece sacrificios a su diosapara que ésta interceda ante el ataque del pirata Lanfredo. Tras la invasión de la ciudad y lamuerte de su padre por parte del enemigo, Afra y su séquito huyen en un navío llegandohasta la ciudad alemana de Augusta. Allí son asaltados por unos bandidos cuyo jefe, Trifón,se enamora de Afra devolviéndole su libertad y pertenencias. Entre tanto el obispo Narciso ysu diácono Félix viajan a Augusta a pesar de las persecuciones de Diocleciano con el fin derealizar conversiones al cristianismo.

La segunda jornada comienza con la llegada de Lanfredo a Augusta en busca de Afra, dequien quedó prendado tras encontrar su retrato en Chipre. Lanfredo y Trifón se enfrentanpero la disputa es sofocada por Narciso quien, exponiendo la doctrina cristiana, acaba bauti-zando a Afra en su casa, donde se oculta de las persecuciones.

En la tercera jornada Narciso convierte al cristianismo a un buen número de ciudada-nos de Augusta, incluidos los familiares y sirvientes de Afra. Lanfredo y Trifón visitan a Afraintentando disuadirla para que abandone su nueva vida, pero son interceptados por el gober-nador de la ciudad. Narciso, Félix y Trifón consiguen huir.

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23 CHAMORRO, M. A., op. cit., pp. 82-83.

24 FERNÁNDEZ CABEZÓN, R., “Elementos maravillosos y escenografía en Princesa, ramera y mártir. Santa Afra, deTomas de Añorbe y Corregel”, La comedia de Magia y de Santos. Congreso internacional de comedias de magia y santos (siglosXVI-XIX), Ensayos Júcar, Madrid, 1992, pp. 307-320.

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Trifón sufre una caída que le provoca la muerte pero Narciso logra convertirlo y es bau-tizado. Mientras tanto Afra y Lanfredo son apresados. Ambos son condenados a la pena capi-tal pero Afra consigue, en el último momento, que Lanfredo abrace el cristianismo.

La historia de la existencia de Santa Afra fue adornada en esta obra con componentesprocedentes de la tradición dramática española y del gusto popular de la época, como latrama amorosa entre la protagonista y los dos forajidos, Tifón y Lanfredo, o los toques cómi-cos aportados por los sirvientes de éstos, Canene y Tomate. No obstante, estos toques popu-lares no fueron interpretados de forma favorable. Ignacio de Luzán, en su Poética o reglas dela poesía en general y de sus especies, criticó de forma negativa la comedia de santos y en 1817fue prohibida la lectura e interpretación de Princesa, ramera y mártir. Santa Afra por susexpresiones injuriosas hacia el misterio de la Providencia.

El culto a Santa Afra en Villalengua y la circulación de reliquias

La iconografía de Santa Afra es infrecuente en la comarca de Calatayud, de ahí que su presen-cia en Villalengua obedezca probablemente al apogeo del culto a las reliquias que experimen-tó la cristiandad occidental a partir del Concilio de Trento y que aseguró la presencia de losvestigios de los santos hasta en las parroquias más recónditas. Aunque no existe documenta-ción que lo atestigüe, es posible que la llegada de la reliquia del cráneo de Santa Afra aVillalengua fuera el motivo del comienzo del culto a esta santa en la localidad y el consiguien-te encargo del busto-relicario del siglo XVI y el relicario del siglo XVII hoy desaparecido.

Uno de los hechos que atestiguan el culto a Santa Afra en Villalengua a lo largo de lahistoria es la existencia de unas noventa mujeres que recibieron el nombre de Afra en estalocalidad entre 1558 y 182525. La mayor parte de las mujeres bautizadas bajo el nombre deAfra nacieron entre finales del siglo XVI y principios del XVII, hecho que confirma la crono-logía de la talla en la segunda mitad del siglo XVI26.

Las reliquias fueron consideradas en los albores del cristianismo meros recuerdos de lamuerte de un mártir. Sin embargo su popularidad fue creciendo hasta cotas tan altas quehubo necesidad de crear una legislación en torno a ellas. En época de Teodosio I, entre 379y 395, se prohibió el tráfico de reliquias y el traslado de cuerpos sepultados. No obstante, yaen el siglo V no existía ninguna iglesia importante que no se hubiera consagrado con las reli-quias de algún santo. Obispos y monasterios buscaron con ahínco todo tipo de vestigios desantos, incluso cuerpos enteros27. El procedimiento habitual era la importación de reliquiasde Oriente, dado el déficit de estos preciados objetos en Occidente, sin embargo, cabe supo-ner que el origen de la reliquia de Santa Afra conservada en Villalengua estuviera en Geronao en Alemania.

La posesión de reliquias por parte de una iglesia o monasterio suponía una gran fuentede ingresos ya que conllevaba peregrinajes, conmemoraciones, testamentos y otras aporta-ciones monetarias como los enterramientos junto a los santos, las traslaciones de cuerpos demártires o la venta de reliquias. La venta de reliquias fue habitual desde el inicio del culto alas mismas, sin embargo, esta práctica fue duramente criticada por algunos pensadorescomo San Agustín. Ya a finales del siglo IV hubo una demanda insatisfecha de estos objetos,por lo que se empezaron a considerar reliquias no sólo los fragmentos de los cuerpos de lossantos, sino también objetos que habían utilizado o tocado en vida o incluso pertenencias delos fieles que habían estado en contacto con los restos o la tumba del santo. Otra de las con-secuencias que trajo la excesiva demanda de reliquias fue su falsificación.

25 [A.P.V.], Alfabeto de los cinco libros de la Iglesia de Villalengua, 1558-1825.

26 [A.P.V.], Quinque Libri, T. 2, 1556-1613 y Quinque Libri, T. 3, 1614-1688.

27 BUENACASA PÉREZ, C., “La instrumentalización económica del culto a las reliquias: una importante fuente deingresos para las iglesias tardoantiguas occidentales (ss. IV-VIII)”, Santos, obispos y reliquias. Actas del III EncuentroInternacional “Hispania en la Antigüedad Tardía”, Universidad de Alcalá, Alcalá de Henares, 1998, p. 124.

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En la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles de Villalengua se han conservado ungran número de reliquias de diversos santos, sin olvidar el desaparecido relicario del cráneode Santa Afra. En la sacristía se hallan un total de ocho relicarios, la mayor parte de ellos deplata. Son los siguientes:

– Relicario de plata que contiene reliquias de San Gervasio y San Protasio.– Relicario de plata que contiene reliquias de San Gervasio. – Relicario de plata que contiene reliquias de San Protasio.– Relicario troncopiramidal de plata que contiene reliquias de San Peregrino.– Relicario de plata que contiene reliquias de San Gervasio, San Protasio,

San Juan Bautista, San Ginés, Santa Paulina y otros.– Relicario de plata que contiene reliquias de San Gregorio, San Antonio de Padua,

Santa Bárbara y otros.– Relicario cruciforme de plata perteneciente a la Cofradía de la Sangre Cristo

que contiene reliquias de San Vicente Ferrer, San Eusebio, San Tiburcio y otros.– Relicario de madera que contiene reliquias de San Bernardo, Santa Helena,

San Braulio y otros.En 1605 Mosén Bernardo Rubio, de Cervera, consiguió un importante número de reli-

quias de Roma gracias a la intercesión del Obispo de Tarazona. Algunas de estas reliquiasfueron donadas a la iglesia de Villalengua con posterioridad a 1906: una de San Nicasio, unade San Alejandro, una de San Audifex, una de San Fortunato, una de Santa Paulina y un reci-piente con polvos de diversos santos28.

Las reliquias más importantes de Villalengua son las de San Gervasio y San Protasio,patronos de la localidad. En 1735 el Obispo Messae reconoció la autenticidad de los huesosde estos santos, que se colocaron en un relicario dorado y fueron entregados a José Germán,magistral de la Colegiata de Santa María de Calatayud. Posteriormente fueron devueltos aVillalengua en 174029.

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28 MENDOZA, I., op. cit., p. 89.

29 MENDOZA, I., op. cit., p. 31.

Relicarios de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, Villalengua.

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En el Archivo Parroquial de Villalengua se conservan un gran número de breves ponti-ficios en los que diferentes papas confirman la autenticidad de las reliquias de San Gervasio,San Protasio y otros santos. Sin embargo, no se ha encontrado ningún documento que ates-tigüe la autenticidad de la reliquia de Santa Afra que se conservaba en la localidad.

Entre la gran cantidad de documentación referente a las reliquias depositada en elArchivo Parroquial de Villalengua, existe una carta de 1749 escrita por Pascual de Escallón–residente en Roma– al jesuita Julián García –de Villalengua– donde se relatan las restric-ciones impuestas por el Papa en torno a la autentificación de reliquias y la derogación dealgunas que estaban autentificadas30.

Es muy probable que la gran devoción a las reliquias de San Gervasio y San Protasioexistente en Villalengua fuera el motivo de la llegada de los restos de otros santos de devo-ción tan poco habitual en la provincia, como es el caso de Santa Afra.

LA MODA DEL SIGLO XVI EN EL BUSTO-RELICARIO DE SANTA AFRA

Según Soláns, la indumentaria española, y europea en general, del siglo XVI puede dividir-se en dos etapas que corresponden aproximadamente a las dos mitades de la centuria.Durante la primera mitad del siglo se adoptaron modas procedentes de la Italia renacentis-ta, de Alemania y de Flandes, mientras que en la segunda mitad las influencias predominan-tes en toda Europa partieron de la Corte madrileña31. Este hecho refuerza la cronología delbusto-relicario de Santa Afra en la segunda mitad del siglo XVI, ya que la indumentaria queluce proviene de la citada Corte madrileña.

Las cortes de los pequeños estados italianos exportaron sus modas a toda Europa a prin-cipios del siglo XVI. En este momento se dio gran importancia a la forma del cuerpo, tantomasculino como femenino, debido al carácter humanista del Renacimiento. Sin embargo,durante la segunda mitad de la centuria, tras el Concilio de Trento, se inició un movimientocontrarreformista que afectó incluso a la indumentaria. La Corte de los Austrias españolesimpuso una moda en la que las formas del cuerpo se mantenían ocultas por las prendas,especialmente las del cuerpo femenino.

La adopción de estas modas recaló con especial importancia en la alta sociedad, deseosade imitar todo lo diferente y extraño, así como los atuendos de personajes prestigiosos. Latransmisión de las modas en la Europa de la Edad Moderna se produjo a través de los emba-jadores que viajaban con retratos de los personajes más importantes de la Corte para concer-tar matrimonios, los soldados y las muñecas, que se vestían siguiendo las últimas novedades.

El busto-relicario de Santa Afra muestra algunas de las tendencias que estuvieron enboga durante el siglo XVI, tanto en la indumentaria propiamente dicha como en los comple-mentos.

La camisa fue una prenda de gran importancia utilizada tanto por hombres como pormujeres. Se trataba de una prenda interior que debía quedar oculta aunque en ocasiones semostraban partes de ella. La talla de Santa Afra de Villalengua viste una camisa blanca conpliegues o fruncidos de la que se pueden ver las mangas y la parte alta a través del escote dela prenda exterior. Normalmente las partes visibles de esta prenda interior estaban decoradascon randas y caireles –ornamentos de origen morisco–, presentando en este caso el cuellofestoneado y botones en la parte anterior.

La prenda exterior más utilizada por la mujer en el siglo XVI fue la saya –denominadagonela en Aragón–. Era un traje ajustado al cuerpo que marcaba la cintura cuyas mangas podí-an tener muy diversos formatos: podían estar abiertas dejando ver la camisa interior, acuchi-lladas, abullonadas, atadas con agujetas, acabadas en punta, etc.

30 [A.P.V.], Carta de Pascual de Escallón al muy reverendo padre Julián García de la Compañía de Jesús, 1749.

31 SOLANS SOTERAS, M. C., La moda en la sociedad aragonesa del siglo XVI, Institución Fernando el Católico, Zaragoza,2009, p. 52.

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En el caso que nos ocupa la saya o gonela presenta un amplio escote cuadrado que dejaver la prenda interior y unas mangas cortas y abullonadas formadas por tiras de colores, rojasy azules. Esta saya escotada se denominaba saya baja, a diferencia de la saya alta, que cubríala totalidad del escote y el cuello. En principio la saya constituía un único cuerpo pero debidoal afán de estrechar la cintura y aplanar el busto femenino estas prendas comenzaron a reali-zarse en dos piezas.

Los trajes de encima, amplios y sin ajustar a la cintura, se pueden dividir en dos grupos enfunción de la posibilidad de llevar un manto sobre ellos o no, siendo la ropa el traje más popu-lar en todas las capas sociales. En el caso de la talla de Santa Afra no aparece traje de encima.

El tocado era una forma de completar el aspecto tanto en los hombres como en lasmujeres y se consideraba un elemento importante que realzaba la indumentaria. En el sigloXVI existía una gran variedad de tocados agrupados en varios géneros: tocas, bonetes, som-breros, rollos y capirotes.

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Detalle del tocado del busto-relicario de Santa Afra.

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El tocado que luce Santa Afra en la talla de Villalengua podría ser una toca o una cofia.La toca, de procedencia musulmana, era una tira de tela larga y estrecha que envolvía la cabe-za a modo de turbante pudiendo cubrir también el cuello y la cara. Fueron muy utilizadoshasta principios del siglo XVI, pero durante el reinado de Carlos V sólo pervivió el alharemeo toca de camino. La cofia, una variedad de bonete, podía ser de red o de tela y se ajustaba ala forma de la cabeza recogiendo el pelo por completo. Era usada por ambos sexos como toca-do independiente o bajo un sombrero y podía llegar a ser muy suntuosa. El tocado que llevala talla de Santa Afra aparece decorado con la técnica del estofado y con bandas policroma-das en azul y rojo envolviendo la totalidad del cabello y adaptándose a la forma de la cabeza.

Detalle de la indumentaria del busto-relicario de San Ginés.

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La tipología del busto-relicario suele reflejar la moda en el vestir de la época, tanto sirepresenta a personajes pertenecientes al ámbito religioso como al civil. El busto-relicario deSanta Dorotea conservado en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar presenta una indumen-taria muy similar a la de Santa Afra.

Viste camisa fruncida sin cuello y corpiño de saya que simula un tejido de damasco congalón de forma cuadrada y adornado con motivos vegetales. Santa Dorotea viste también unacapa de la cual carece Santa Afra y lleva varias joyas que fueron añadidas en época posterior.Esta forma de vestir refleja la moda de la época de Isabel de Portugal32.

El busto-relicario de San Ginés, conservado en la parroquial de Villalengua, también esun claro ejemplo de la moda renacentista. La indumentaria masculina se componía de pie-zas similares a la femenina, es decir, una prenda interior, una prenda exterior y otra a modode sobretodo.

La camisa aparece de nuevo como vestimenta interior básica. La visibilidad de estaprenda en los hombres era menor que en el caso femenino, pero aún así podía estar pro-vista de adornos en el cuello y podía sobresalir por la parte superior de la prenda exterior.Este es el caso del busto-relicario de San Ginés, cuya camisa está adornada con un sencilloribete en el cuello.

Las prendas exteriores más usadas por los hombres del siglo XVI eran el jubón parala parte superior y las calzas para la parte inferior. El busto de Villalengua viste un jubónmuy lujoso decorado con la técnica del estofado y policromado con intensos tonos rojos,verdes y azules en las zonas que circundan el cuello, la abotonadura, el viril que conteníala reliquia y las mangas. Esta prenda posee escote redondo ajustado al cuello, botones enla parte anterior y mangas cortas con brahones –rodetes que ensanchan los hombros–.Durante la primera mitad del siglo XVI las mangas eran acuchilladas, hacia 1560 adopta-ron forma de globo en la parte superior y más tarde fueron rectas y muy ajustadas, conpequeños pespuntes horizontales y trencillas aplicadas de forma horizontal, motivo que sepuede observar en el busto-relicario de San Ginés y que confirma la cronología de estastallas –la de San Ginés y la de Santa Afra– en la segunda mitad del siglo XVI33. Las man-gas de la camisa de San Ginés, con suaves pliegues horizontales, se pueden ver asoman-do bajo las del jubón.

La prenda de encima más utilizada por los hombres en la segunda mitad del siglo XVIera la capa, vestimenta que sustituyó a la ropa en la segunda mitad del siglo XVI y que dejóde usarse únicamente como prenda de abrigo para pasar a constituir un noble ornamen-to, como en el caso que nos ocupa34.

En Tauste se conserva una talla que representa una Figura de personaje desconocido. Estádatada entre 1530 y 1540 y, aunque su función no sea la de albergar reliquias, presenta unaforma similar a la de los bustos-relicario. En este caso, el personaje masculino viste a lamoda de la primera mitad del siglo XVI impuesta por Carlos V: camisa fruncida de cuelloalto, sayo con escote o galón cuadrado, ceñidero anudado por delante y sobretodo o ropa conmangas acuchilladas. El peinado también imita al del monarca: melena cortada a la mismaaltura por los lados y por detrás terminada en una línea recta y barba35.

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32 ÁLVARO, M. I. y BORRÁS, G. M. (Coords.), op. cit., pp. 362-363.

33 SOLANS, M. C., op. cit., p. 97.

34 SOLANS, M. C., op. cit., p. 104.

35 GARCÍA LASHERAS, S., “Figura de personaje desconocido”, Tesoros artísticos de la villa de Tauste, Gobierno de Aragóny Diputación Provincial de Zaragoza, Zaragoza, 2003, pp. 62-65.

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VALORACIÓN HISTÓRICO-ARTÍSTICA

El busto-relicario de Santa Afra de Villalengua es probablemente la única manifestaciónartística que representa a esta santa en la provincia de Zaragoza, o al menos la única que lohace de forma individual. La excepcionalidad de esta iconografía otorga a la obra la relevan-cia de tratarse de un tema único en nuestra geografía, aunque inserto en una tipología tancomún en Aragón como es la del busto-relicario.

Uno de los aspectos a destacar en esta escultura es la peculiar indumentaria de épocarenacentista que viste la santa, aspecto que ha contribuido a determinar la datación la pieza.La utilización de ciertas prendas y adornos en el busto-relicario de Santa Afra, y especialmen-te en su coetáneo de San Ginés, ha posibilitado ajustar la cronología a partir de la segundamitad del siglo XVI. Así mismo el desarrollo del culto a Santa Afra entre finales del siglo XVIy principios del XVII en Villalengua, manifestado a través de los Quinque Libri en la onomás-tica de las vecinas del municipio, también sugiere una cronología de la segunda mitad de lacenturia.

Este busto-relicario constituye un buen testimonio del trasiego de reliquias que duran-te los siglos XVI, XVII y XVIII protagonizó el lugar de Villalengua gracias a la Orden de SanJuan de Jerusalén, que ejercía su patronazgo en la localidad y aseguró la prosperidad econó-mica del municipio y la dotación artística de su iglesia.

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Partida de bautismo de Afra López, 1813.

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FUENTES DOCUMENTALES

Archivo Municipal de Villalengua

– Censal otorgado a favor de la Cofradía de San Ginés, 1647, Caja 61, Documento 11.

Archivo Parroquial de Villalengua

– Alfabeto de los cinco libros de la Iglesia de Villalengua, 1558-1825.

– Quinque Libri, T. 2, 1556-1613.

– Quinque Libri, T. 3, 1614-1688.

– Carta de Pascual de Escallón al muy reverendo padre Julián García de la Compañía de Jesús, 1749.

– Libro de cuentas, 1851.

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