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MARZO/ABRIL 2010

Número 34 / 6 euros

EL BAÚL DE LOS RECUERDOSBAR SOL.El sabor de la Cartagena de antaño.

LA SUBLEVACIÓN DE LA FUERZA NAVALDEL MEDITERRÁNEO Y DEL ARSENAL DECARTAGENA EN JULIO DE 1873.Segunda parte.

LA IMPRENTA EN CARTAGENA.Origen y desarrollo hasta 1900.

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PORTADA CT34:Maquetación 1 22/7/10 13:58 Página 1

Divum & Mare COLECCIÓN MARINA

Sobre el Bismarck ha pesado, durante más de sesenta años, una leyenda repleta de inexactitu-des; desde que era poco menos que insumergible, hasta que fue hundido por los británicos. Y es quela historia de ambos conflictos ha sido escrita por los vencedores; la poca literatura disponible en ale-mán ha sido escrita, casi toda, en un afán de justificación por parte de los autores. La realidad de estebuque fue otra. Esta obra desvela el proceso de renacimiento de la armada alemana (Kriegsmarine)tras el tratado de Versalles, los objetivos en base a qué fue construida dicha armada, y cuál era el ene-migo potencial de la misma: Francia.

Un libro que abre una nueva etapa en la historia de la guerra naval. El lector se verá sumergidoen los avatares de Alemania desde aquel mes de noviembre de 1918 hasta que el acorazado alemán,Bismarck, incapaz de responder al fuego enemigo, resultase hundido por su propia dotación en lasaguas del Atlántico, el 27 de mayo de 1941.

PORTADA CT34:Maquetación 1 22/7/10 13:58 Página 2

Editorial

Ángel Márquez DelgadoDIRECTOR

CARTAGENA HISTÓRICA´EEddiittaa GGrruuppoo EEddiittoorriiaall ÁÁggllaayyaa.. Calle Real, 16. 30201 Cartagena /www.editorialaglaya.com /e-mail: [email protected] /Tel: 968 320 680Dirección postal: Apartado de correos 2205 /30353 Cartagena

Editor: Ángel Márquez Delgado /[email protected]

Director: Ángel Márquez Delgado /[email protected]

Gerente: José A. Mínguez /[email protected]

Producción editorial: Eva Márquez Zayas /[email protected]

Marketing y publicidad: Francisco Mínguez /[email protected]

Diseño original y maquetación: Eva Márquez y Vanessa Martín /[email protected]

Fotografía: Grupo Editorial Áglaya

Depósito Legal: MU-1882-2002I.S.S.N.: 1696-9901

Hoy presentamos el número 34 de Cartagena His-

tórica, en el que, una vez más, destaca la varie-

dad, tanto temática como cronológica de los

cuatro trabajos de investigación que componen la revista.

Continuamos con la apuesta cultural que nos propusimos

en el año 2002 al iniciar esta aventura histórica, y aunque,

a veces con muchas dificultades, seguimos aportando día a

día, nuestro granito de arena al legado histórico de Carta-

gena.

Por primera vez en Cartagena Histórica, Gabriel Peche

hace un estudio comparativo entre las fortalezas de nuestra

Cartagena de Levante y Cartagena de Indias, declarada

Patrimonio de la Humanidad por Unesco. Un estudio que

reúne datos históricos de las dos ciudades, además de datos

geográficos en los que el autor realiza un detallado análisis

de los castillos, fuertes, baterías y todas las construcciones

militares abaluartadas de Cartagena de Indias y Cartagena

de Levante.

Continuamos con la segunda parte de la historia que

nos relata Manuel Rolandi sobre la sublevación del Arsenal

de Cartagena y la Fuerza Naval del Mediterráneo. Unos

hechos que fueron trascendentales en la historia de Carta-

gena y como consecuencia, para el resto del país, ya que,

según esta investigación, pudo haberse evitado, lo cual,

hubiera supuesto un capítulo muy diferente para la historia

de España.

Incluimos en este número 34 de nuestra revista un escri-

to de Antonio J. del Puig donde nos habla de la historia de

la imprenta en Cartagena, aunque el verdadero motivo de

publicar este artículo es que no se pudieron completar las

referencias bibliográficas en el libro El Arte Tipográfico en

Cartagena (desde sus orígenes hasta 1900) por un error de

imprenta. Esta bibliografía establece un índice de las obras

más importantes impresas en Cartagena desde 1764 hasta

1900, que por fin hoy, podemos dar a conocer desde Car-

tagena Histórica.

Estrenamos una serie de artículos destinados a profun-

dizar algo más en viejos y entrañables rincones de Cartage-

na. Enmarcados con el título de “El baúl de los recuerdos”

y dirigido por nuestro inestimable colaborador, Francisco J.

Franco, inauguramos esta sección con “El bar Sol”, ese bar

que conocemos de toda la vida en la plaza de San Ginés,

por el que han pasados desde nuestros abuelos hasta nues-

tros hijos. Uno de los pocos bares que perdura hoy en día

con el mismo sabor de antaño.

Por último, también estrenamos las secciones “Edificios

con encanto” y “Efemérides”, donde queremos dar a cono-

cer, a través de pequeños retazos históricos, el rico pasado

de Cartagena y su comarca.

La fortificación de Cartagena de Indias.Estudio comparativo con Cartagena de Levante.

La sublevación de la fuerza naval delMediterráneo y del Arsenal de Cartagena en julio de 1873.Segunda parte.En la mañana del lunes 14 de julio de 1873, laFuerza Naval del Mediterráneo y el Arsenal deCartagena, se unían a la Sublevación Cantonal,iniciada, dos días antes, en esta ciudad.

La imprenta en Cartagena.Origen y desarrollo hasta 1900.

EL BAÚL DE LOS RECUERDOSBar Sol.El sabor de la Cartagena de antaño.

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Secciones

23 SABÍAS QUE...

24 EFEMÉRIDES

48 EDIFICIOSCON ENCANTO

MercadoPúblico de La UniónCasa Maestre

76 AGENDA

78 HEMOS LEÍDO

48

4 22 36 65

Sumario

CCoonnsseejjoo EEddiittoorriiaall:: Francisco J. Franco Fernández, Luis Miguel Pérez Adán, Ricardo Hernández Conesa, Antonio González Velázquez, Miguel Puchol Franco, ManuelRolandi Sánchez-Solís, José Luis Sánchez López.

CCoollaabboorraaddoorreess:: Luis Miguel Pérez Adán, Manuel Rolandi Sánchez-Solís, Manuel Rolandi Sánchez-Solís, , José Manuel Solloso García, Augusto Prego de Lis.

FFoonnddooss ggrrááffiiccooss:: Archivo Cartagena Histórica, Archivo Municipal de Cartagena, Archivo Pedro María Egea Bruno, Archivo Francisco Velasco Hernández, Archivo JoséLuis Abraham López, Archivo José Godoy Nin de Cardona, Archivo Federico Maestre de San Juan Pelegrin, Ayuntamiento de Cartagena.

CARTAGENA HISTÓRICA, desde su independencia está abierta a la publicación de trabajos que destaquen por su calidad y rigor histórico, sin que necesariamente se haga res-ponsable de las opioniones expresadas en los artículos firmados por sus colaboradores.Queda prohibida la reproducción total o parcial de los trabajos publicados sin la autorización expresa de EDITORIAL ÁGLAYA y del AUTOR del mismo.

2 CARTAGENA HISTÓRICA


LA FORTIFICACIÓN

DE CARTAGENADE INDIAS

(Estudio comparativo con Cartagena de Levante)

Gabriel Peche García

Nuestra Cartagena de Levante (España) es, posiblemente, la ciudad másfortificada del mundo. Para esta afirmación, me baso en el hecho de existir unagrupamiento de fortificaciones formado por: 5 castillos, una muralla urbana con

4790 metros de trazado, 2 torres de costa, 2 fuertes artillados y más de 20baterías de costa, sin contar otras fortificaciones de menor entidad o de efímeraduración, más los restos de fortificaciones muy anteriores que le otorgan elcarácter castrense que siempre ha tenido. Todas estas fortificaciones están

datadas entre los siglos XIII y XX, si bien son las correspondientes al XVIII lasque aportan mayor número, correspondiendo a construcciones militares

abaluartadas. Doy por conocidas por el lector las características particulares deestas construcciones, en cualquier caso su estudio sería objeto de otro trabajo.

Todo este sistema,dedicado a defenderla bahía cartagenera,se encuentra ubica-do mayoritariamen-

te en el entorno próximo a la ciudades algo realmente excepcional.

Comencé a estudiar, dentro demis posibilidades, otras ciudades,tanto en España como en el extran-jero, que podían tener análogascaracterísticas a la nuestra, en esteaspecto.

Esta búsqueda me llevó a nues-tra homónima y hermana ciudad

del otro lado del Atlántico: Cartage-na de Indias (Colombia). Efectiva-mente, esta era, a mi juicio, la únicaque podía ensombrecer en este temala hegemonía de nuestra Cartagena.

En ambos casos ha sido el puer-to el motivo del desarrollo del siste-ma defensivo, predominando la for-tificación permanente abaluartada.

Así que daremos un vistazo alas fortificaciones de la ciudad her-mana para poder establecer compa-raciones.

La hermosa bahía dondeactualmente se ubica la ciudad de

Cartagena de Indias (Colombia),fue descubierta por Rodrigo de Bas-tida en 1503. Pero no sería hasta el1 de junio de 1533 cuando Pedrode Heredia fundara la ciudad, aun-que este se encontraba en la zonadesde enero, pero la falta de agua nole decidía a asentarse y fundarla. Alhacerlo, la denominó Cartagena dePoniente, para distinguirla de laCartagena española (Cartagena deLevante), pero rápidamente se ledio el nombre definitivo de Carta-gena de Indias.

Una serie de islas e islotes, con-

CARTAGENA HISTÓRICA 5

forman la extensa rada cartagenera,la cual queda dividida en tres partesclaramente diferenciadas: El Surgi-dero, donde se ubica el puerto de laciudad; la Bahía de las Ánimas oBahía Interior y la de mayor exten-sión, la Bahía Exterior, capaz paraalbergar gran cantidad de navíos,esta bahía está comunicada con elmar abierto (mar Caribe) por dospasos Bocagrande y Bocachica. Hayque añadir que existen gran canti-dad de ciénagas, caños y terrenos

poco estables por la zona. La ciudad de Cartagena, se

asentaba en una de las islas, llamada

Calamarí, en su origen tenía pocaimportancia, pero su situación geo-gráfica la hacía estratégicamenteinigualable, por lo que pronto seconvirtió en punto de obligadaescala para los convoyes mercantesque hacían la ruta entre España yAmérica), permaneciendo estos,con frecuencia, largo tiempo enreparaciones, avituallamiento yarmado. Esto la convirtió en unacodiciada presa para los rivales de


1. Torre de Santa Elena. 2. Batería de Loma Larga. 3. Batería del Atalayón. 4. Batería de Castillitos. 5. Batería de Jorel.6. Batería de Roldán. 7. Castillo de Atalaya. 8. Batería de la Parajola. 9. Castillo de Galeras. 10. Batería del Collado oSan Fulgencio. 11. Muralla de Carlos III. 12. Baterías de Fajardo (3). 13. Torre de Navidad. 14. Fuerte de Navidad. 15.Castillo de La Concepción. 16. Fuerte de Despeñaperros. 17. Batería de San Leandro. 18. Batería de San Isidoro y SantaFlorentina. 19. Batería de Santa Ana Complementaria. 20. Batería de Santa Ana Acasamatada. 21. Batería deTrincabotijas Baja. 22. Castillo de Moros. 23. Batería de Trincabotijas Alta (Comandante Royo). 24. Castillo de San Julián.25. Batería General Ordoñez. 26. Batería de Aguilones. 27. Batería de Conejos. 28. Batería de Sierra Gorda. 29. Bateríade La Chapa. 30. Batería de Cabo Negrete. 31. Batería de Cenizas.

Ubicación de las fortificaciones de Cartagena (España).

Situación geográfica de Cartagena de Indias.

Cartagena fue blanco de asaltos de piratascomo el de Roberto Baal en 1543,

Martín Coté, Jean de Beautemps, en 1559,Jhon Hawkins y su discípulo Sir FrancisDrake en 1586, quienes la bautizaron

con fuego desde sus albores.

España, que con sus incursio-nes corsarias pretendían hacer-se, con poco esfuerzo, de sus-tanciosos botines.

Cartagena fue blanco deasaltos de piratas como el deRoberto Baal en 1543, MartínCoté, Jean de Beautemps, en1559, Jhon Hawkins y su dis-cípulo, Sir Francis Drake en1586, quienes la bautizaroncon fuego desde sus albores. Laciudad era la mejor salida paralas riquezas de la Nueva Grana-da y era el punto que controla-ba la América meridional desdeel mar Caribe. Por el caminode Cartagena de Indias los ene-migos de la Corona podríanapoderarse del río Atrato (riode gran caudal, navegable, querecorre gran parte del Chocó,territorio natural que se comu-nica con los dos océanos, elAtlántico y el Pacífico), al igual

que por Panamá, podríanentrar al Perú.

Velando por la seguridadque debía tener el tráfico delos galeones y la defensa de lospuertos españoles en ultra-mar, en especial para aquellossituados en las orillas del marCaribe, donde se cruzaban lasrutas de Nueva España, TierraFirme y el Istmo de Panamá,se estudió la estrategia para ladefensa de Cartagena y supuerto.

La factura de murallas,baluartes y castillos es un pro-ceso complejo que duró casitrescientos años. El mar, lostemporales y los sucesivos ata-ques que sufrió la ciudad


Carta náutica del puerto de Cartagena de Indias

(Siglo XVIII). (Cortesía del Archivo Naval de Cartagena).

La monarquía españoladesarrolló un vasto proyecto

de fortificación queculminaría haciendo deCartagena la ciudad másfortificada de América, para ello se desplazaron a lo largo del tiempo los mejores ingenierosmilitares, que fuerondesarrollando diferentesplanes de defensa, de acuerdo con las

circunstancias que ibanapareciendo.

derribaron muchas veces esas obras,que luego eran reconstruidas porotros ingenieros. Por otra parte, elarte de la guerra evolucionó tantoen esos tres siglos, que en varias oca-siones hubo que rediseñar o reforzardefensas que iban quedando obsole-tas.

La monarquía española desa-rrolló un vasto proyecto de fortifi-cación que culminaría haciendo deCartagena la ciudad más fortificadade América, para ello se desplazarona lo largo del tiempo los mejoresingenieros militares, que fuerondesarrollando diferentes planes dedefensa, de acuerdo con las circuns-tancias que iban apareciendo.

Del proyecto y construcción delas fortificaciones que se sucedieronentre los siglos XVI y XIX, se ocu-paron, entre otros:

Bautista Antonelli (hermanodel Juan Bautista Antonelli que for-tificó Cartagena de Levante pororden de Felipe II); Juan BautistaAntonelli (sobrino nieto de Bautis-ta); Cristóbal de Roda Antonelli(también sobrino del primero);Francisco de Murga; Juan de Somo-villa; Juan Betín; Pedro de Zapata;Juan de Herrera y Sotomayor; Igna-cio Sala; Juan Bautista Mac Evan;Lorenzo de Solís; Antonio Arévalo yCarlos Dexanaux.

Paso ahora a exponer las cons-trucciones defensivas que se fueronerigiendo en la bahía cartagenera,de modo más o menos cronológico,hasta llegar al panorama actual.Todo ello sin entrar en su historia ydetallada descripción, sino enume-rándolas de acuerdo a como ibanapareciendo y desapareciendo.

La primera fortificación que seconstruyó, fue el Fuerte de San Feli-pe del Boquerón, el cual data de1566, ubicado en la isla de Manga,se trataba de una Torre-Fuerte detraza circular coronada de almenas,rodeada por una estacada de plantacuadrada, tenía una reducida guar-


1. Fuerte de San Felipe del Boquerón. 2. Fuerte Vargas. San Matías. 3. Murallasde Cartagena (Calamarí y Getsemaní). 4. Plataforma de Santángel. 5.- CastilloGrande de Santa Cruz. 6. Fuerte de San Juan del Manzanillo. 7. Fuerte deManga. 8- Batería de Media Luna. 9. Castillo de San Luís de Bocachica. 10.Fuerte de San Felipe de Barajas y sus baterías anexas de Santa Bárbara, SanCarlos y los Apóstoles, del Hornabeque, de la Cruz, de la Redención y SanLázaro. 11. Fuerte de San José. 12. Fuerte-Batería de San José. 13. Batería deSan Felipe. 14. Batería de Santiago o Reducto. 15. Batería de Chamba. 16.Fuerte de San Sebastián del Pastelillo. 17. Castillo de San Fernando. 18.Batería de Santa Bárbara. 19. Batería del Ángel San Rafael. 20. Batería deSantiago. 21. Batería de San Francisco Regis. 22. Batería de Nuestra Señorade Popa. 23. Batería de San Juan. 24. Batería de San Carlos. 25. Hornabequede Palo Alto. 26. Batería de Crespo. 27. Batería de Más.Se indican con un punto rojo las que se encuentran en buen estado y engeneral visitables, con punto negro, las desaparecidas o que solo quedanrestos puramente arqueológicos.

Ubicación de las fortificaciones de Cartagena de Indias

nición. Este fuerte situado al fondode la Bahía de las Ánimas, defendíala entrada al Surtidero, donde seencontraba el puerto de la ciudad.Fue destruido en 1741.

Dado que inicialmente el acce-so a la bahía se realizaba casi exclu-sivamente por el canal de Bocagran-

de, fue en esta zona donde se con-centraría la mayor parte de lasdefensas.

En 1567, se construye el Fuer-te Vargas en la Punta de Icacos, enTierra Bomba, a la entrada de Boca-grande; este pasaría a denominarseSan Matías, fue reconstruido en

1602 y en 1626 es demolido.La siguiente fortificación que

surgiría fue el comienzo del amura-llamiento de la ciudad, comenzadoen 1586 y finalizada su primera faseen 1594, pues en 1597 se amplióhacia el este, ya que la ciudad sehabía expandido y poco más tarde,


Trazado de la muralla de Cartagena de Indias (Calamarí y Getsemaní),

con sus baluartes. En línea punteada, se indica los tramos

de muralla desaparecidos. (De las fortificaciones

de Cartagena de Indias. Estrategia e historia).

La primera fortificación que se construyó, fue el Fuerte de San Felipe del Boquerón,

el cual data de 1566, ubicado en la isla deManga, se trataba de una Torre-Fuerte detraza circular coronada de almenas, rodeada

por una estacada de planta cuadrada


Diversos aspectos de las murallas y sus baluartes.

Puerta Principal o Puerta del Puente.

en 1631 se amurallaría el arrabal deGetsemaní, ubicado en una islamuy próxima a la de Calamarí,asentamiento de la primitiva Carta-gena, como ya se ha dicho. El con-junto amurallado se sometería a

importantes obras de reconstruc-ción en 1704 y en 1732, llegó aalcanzar un desarrollo de 4.900metros aproximadamente. La partenorte que da a mar abierto se prote-gería de la acción marina mediante

una escollera en 1765, en 1778 seconstruyó un espigón en la zonanoreste. Con la construcción de


Bóvedas de Santa Clara(alojamiento de tropas,víveres y pertrechos).

Dibujo de la plataforma de Santángel.

unas bellas bóvedas a prueba debomba, para servir de alojamiento alas tropas, que se construyeronentre 1789 y 1798, esta construc-ción está formada por 47 arcos y 23bóvedas, de este modo las murallasquedarían con el aspecto que ofre-

cen hoy. Algunos de sus 21 baluar-tes, son auténticos fortines que for-maban parte de la defensa de la ciu-dad y de la bahía, juntamente conlas defensas exteriores. De estosbaluartes cinco han sido demolidospara favorecer la expansión urbana.

Para cerrar el paso de Boca-grande desde Tierra Bomba, se pro-yecta en 1603 y se construyó en1617 Santángel, era una plataformapentagonal con baluartes sin flancosen los vértices, toda su artillería seubicaba a barbeta. Cruzaba fuego


Diversos aspectos del conjunto defensivo de San Felipe de Barajas.

con el fuerte de San Matías,tuvo una efímera existencia,ya que en 1626 fue demoli-do por ineficaz.

Otra fortificación car-tagenera sería el CastilloGrande de Santa Cruz,construido en Punta Judíoen 1608, para evitar laentrada a la Bahía Interiordesde la Bahía Exterior. Erade planta cuadrada con cua-tro baluartes regulares en susángulos. Fue desmanteladoen 1647, convirtiéndose enpolvorín en 1728, servicioque prestó hasta 1938,cuando sufrió una explo-sión. Actualmente es la dis-coteca del Club Naval de Oficiales.

Hacia 1630 se construyó elfuerte de San Juan del Manzanillo,en isla Manzanillo, a la entrada de

la Bahía Interior. Se estruc-turaba por frente con dosmedios baluartes orientadoal norte y una muralla detraza curva provista de tro-neras hacia el sur. Este seríaabandonado en 1650, sereconstruyó en 1724 utili-zándose como almacén depertrechos. Actualmente,sus restos están incorpora-dos a la casa de huéspedesilustres.

En 1630, también sur-giría el fuerte de Manga, enla isla de Manga, para defen-der la Bahía Interior, no dis-pongo de datos sobre suestructura, pero en 1650

desaparece.Una comunicación segura


Vistas del Fuerte-Batería de San José.

En 1647 se ordena construir el castillo de San Luís deBocachica, se trata de unedificio de planta cuadradade 117 metros de lado conbaluartes regulares en susángulos y protegido por fosos

húmedos, siendo esta la única defensa de laentrada a la bahíacartagenera.

entre Getsemaní y tierra firme fueconstruida en 1631, era una calzadadefendida por una batería concatorce cañones, denominadaMedia Luna y tres fosos naturalesde agua, este interesante conjuntoprestó servicio hasta principios delsiglo XX cuando es sustituido porun moderno puente.

El 17 de marzo de 1640, tuvolugar un hecho que modificaría ladefensa de Cartagena y en conse-cuencia dará explicación a muchosde los cambios que hemos señaladoen relación con las fortificacionesque hasta ahora se habían construi-do. En la fecha señalada, naufraganen Bocagrande la nave capitana ylos galeones Buen suceso y Concep-ción, de la armada portuguesa. Suscascos actúan como colector dearena y en muy poco tiempo formauna barra y se cierra la bocana, pro-duciendo una modificación de lasmareas que agranda y profundiza elcanal de Bocachica. Esto hace queya no sea necesario defender Boca-grande y todos los medios se han deconcentrar en Bocachica, únicopaso a la rada cartagenera desde marabierto. Al no ser ya necesarios, sedesmantela Castillo Grande, SanJuan del Manzanillo se abandona yel fuerte de Manga desaparece.

En 1647 se ordena construir elcastillo de San Luís de Bocachica, setrata de un edificio de planta cua-drada de 117 metros de lado conbaluartes regulares en sus ángulos yprotegido por fosos húmedos, sien-do esta la única defensa de la entra-da a la bahía cartagenera. En 1697,fue volado por los franceses, recons-truyéndose entre 1719 y 1728. Estefuerte fue muy cuestionado, ya que


Plano, vista aérea actual y entrada al fuerte de San Sebastián del Pastelillo.


Diversos aspectos de las murallas y sus baluartes.

la distancia a que se encuentrade la ciudad dificulta su apoyo.Circunstancia ésta por la que,como veremos se complementócon nuevos fuertes y baterías.

En 1657 se realiza la cons-trucción del fuerte de San Feli-pe de Barajas. Se ubicó en elcerro de San Lázaro, el cualconstituía un verdadero“padrastro” para la ciudad, eraun simple fuerte de campaña,con solo 8 cañones y una guar-nición de 24 hombres, pero en1762 se creó el complejo defen-sivo actual que está formadopor el fuerte y seis baterías ane-xas: Santa Bárbara, San Carlosy los Apóstoles, del Hornabe-que, de la Cruz, de la Reden-

ción y San Lázaro, obras estasliberadas de principios acadé-micos en su construcción, peroperfectamente estudiadas parasus funciones defensivas, por loque forman un conjunto irre-gular pero fuerte, constituyen-do una obra de ingeniería mili-tar sin par en América, con unapotencia de fuego de 63 caño-nes. Ninguno de estos elemen-tos apuntan hacia la plaza, suactitud es totalmente defensiva.Las murallas tienen una fuertependiente que las hace difícilesde escalar. En 1778, se desplo-mó la batería de San Lázaro,haciendo peligrar el fuerte, lle-gándose incluso a pensar en laposibilidad de hacer otro nuevo

En la costa al mar Caribe de la isla de Tierra Bomba, se construirían en 1720 las baterías de San Felipe, de Santiago o del Reducto y la de Chamba (Gamboa), las cuales fueron atacadas en 1741 por el almirante

Vernon y nunca serepararon, porconsiderarlas

de escasa utilidad.


Interior de la batería Ángel San Rafael

cuyo nombre sería San Carlos, perono pasó de ser un proyecto quenunca se llevaría a efecto. Perdidosu valor militar, se abandona, peroen 1928 es restaurado. En 1968,vuelve a desplomarse San Lázaro,por lo que se consolidan sus cimien-tos con hormigón. Fueron muchaslas ocasiones en las que este conjun-to fortificado defendió la ciudad(Bolívar en 1814; Morillo en 1815;los patriotas en 1821; la carga decaballería producida tras el conflic-to de Crimea 1853-1856; el ataquede infantería 1914-1918; los tan-


Plano donde aparece el primitivofuerte de San Felipe de Barajas y sus seis baterías anexas.

Plano de la Batería Ángel San Rafael.


Dibujo del castillo Grande de Santa Cruz. Dibujo del castillo de San Luís de Bocachica.

Dibujo del primitivo fuerte de San Felipe de Barajas. Dibujo del fuerte de San Juan del Manzanillo.

ques de Guderian en 1940. Hoy díaes considerada como la joya fortifi-cada de América, siendo uno de losprincipales atractivos turísticos deCartagena.

Entre 1714 y 1725, se constru-ye en Bocachica, en un islote llama-do isla Draga, del extremo norte deisla Barú, justo frente a San Luís, elfuerte de San José, como apoyo alcuestionado San Luís de Bocachica.Como refuerzo a sus fuegos, seconstruyen dos baterías anexas, lasde Punta Abanico y Varadero, todoquedó destruido por un ataque delalmirante inglés Edward Vernon en1741. San José sería reconstruido en1750, se hizo sobre los escasos res-tos del antiguo fuerte, dotándolocon siete cañones y ampliándolocon una batería en ángulo de brazosdesiguales, portadora de catorce ysiete cañones respectivamente encada brazo, por lo que la potenciatotal de fuego era de veintiochocañones, a este nuevo complejo se leconocería como Fuerte-Batería deSan José.

En la costa al mar Caribe de laisla de Tierra Bomba, se construi-rían en 1720 las baterías de SanFelipe, de Santiago o del Reducto yla de Chamba (Gamboa), las cualesfueron atacadas en 1741 por elalmirante Vernon y nunca se repa-raron, por considerarlas de escasautilidad. Actualmente solo algunosrestos recuerdan su existencia.

En la Isla de Manga, próximoal Surtidero, se construye en 1743el fuerte de San Sebastián del Paste-

lillo, que sustituye a San Felipe delBoquerón, se trata de una obraexterior llamada “pastel” artilladocon 31 cañones, dominado por losbaluartes de la muralla y por el cas-tillo de San Felipe de Barajas. Hoy


Dibujo de la Batería de Media Luna.

En 1750 es definitivamente sustituido,tácticamente, San Luís de Bocachica

por el castillo de San Fernando prácticamenteen el mismo emplazamiento, tiene traza

de herradura de caballo, con dos baluartesen sus extremos y posee fosos húmedos.


Dibujo del primitivo y plano del Fuerte-Batería de San José.

está restaurado y se utiliza como res-taurante de lujo.

En 1750 es definitivamentesustituido, tácticamente, San Luís

de Bocachica por el castillo de SanFernando prácticamente en elmismo emplazamiento, tiene trazade herradura de caballo, con dos

baluartes en sus extremos y poseefosos húmedos.

Próximo al castillo de San Fer-nando, se inicia la construcción de

la batería de Santa Bárbaracomo complemento almismo, era de base rectangu-lar con foso, para artillar con12 cañones, pero quedó sinfinalizar.

Entre 1740 y 1770 labarra arenosa que cierraBocagrande, va desapare-ciendo a causa de las corrien-tes marinas, pero al conside-rarse que el paso porBocachica es más fácil dedefender, se construye entre1771 y 1778, una escollerapara taponar definitivamenteBocagrande a barcos de granporte.

En 1762, se reforzó ladefensa de la entrada de Bocachicacon la batería de Ángel San Rafael,situada sobre un cerro, que seríamejorada en 1769, está dotada defosos estrechos y profundos, tam-bién tiene los llamados “nichos demuerte” como elementos de últimaresistencia.

Siempre en la idea de tener elcanal de Bocachica con la mayordefensa, se construyen las bateríasde Santiago y San Juan FranciscoRegis, como refuerzo del fuerte deSan Fernando. De la primera, ape-nas se conservan restos, la segundaha desaparecido.

Fue en 1779, cuando se cons-truyeron una serie de baterías en loscerros de La Popa, los cuales sehabían convertido en “padrastros”del sistema defensivo construido enSan Lázaro (San Felipe de Barajas),las cuales reforzarían y completa-rían la defensa de la bahía cartage-nera, estas eran:

Batería de Nuestra Señora dePopa, Batería de San Juan y Bateríade San Carlos se construyeron enLa Popa en 1779 a 1780. Se conser-van algunos restos.

El Hornabeque de Palo Alto,fue construido en 1779 en la costanorte de Cartagena, artillado con 8

cañones, muy próximas a este seubicaron las baterías de Crespo yMás, así llamadas por estar ubicadasen las haciendas de dos terratenien-tes así apellidados. Con el tiempo,quedaron convertidas en almacenesde repuestos. De estas obras noqueda ningún resto.

Con esto se finalizó la admira-ble fortificación de la rada de Carta-gena de Indias.

CONCLUSIÓNTras lo que antecede, podemos

sacar las siguientes conclusiones:1. El número de fortificacio-

nes, queda claramente a favor deCartagena de Levante (España), queposee un total de 31, en mejor opeor estado, todas existentes. EnCartagena de Indias, de un total de

27 solo quedan en pie 8.2. La entidad de las mis-

mas, queda igualmente afavor de la Cartagena espa-ñola, tengamos en cuentaque independientemente dela denominación que se leshaya ido dando, si nos atene-mos a las normas de las cons-trucciones abaluartadas, seconsidera “castillo” cuandoposeen de cuatro baluartesen adelante, con menos son“fuertes” y con más “ciuda-delas”. Pues bien en Cartage-na de Levante existen tresconstrucciones que cumplenplenamente con la denomi-nación de “castillo” más uno

que por su característica de “medie-val” (el de La Concepción), se adap-ta plenamente a esta. En Cartagenade Indias, independientemente delas denominaciones dadas y que eneste trabajo me he limitado a tras-mitir, no existe ninguno en pie quecumpla con la premisa indicada,por lo que todas las construccionesexistentes son “fuertes”, “platafor-mas artilladas” o “baterías”.

3. Si nos referimos a “ciudadfortificada”, considero que nos esta-mos refiriendo a fortificacionessituadas en un entorno próximo a laciudad. Teniendo en cuenta laépoca de que se trata, he estimadoun radio de tres kilómetros comolímite de acercamiento de estas,para atribuirlas a la zona de demar-cación urbana. Podemos ver que


En 1762, se reforzó la defensade la entrada de Bocachicacon la batería de Ángel SanRafael, situada sobre uncerro, que sería mejorada en 1769, está dotada de

fosos estrechos y profundos,también tiene los llamados“nichos de muerte” comoelementos de última

resistencia.

Cartagena de Indias es declarada PatrimonioNacional de Colombia en 1959; la Unesco la proclama Patrimonio de la Humanidad en 1984, en el año 2007 su ArquitecturaMilitar fue galardonada como la cuarta

maravilla de Colombia.

claramente vuelve a ser la Cartagenaespañola la que abarca un mayornúmero de fortificaciones con untotal de 13. Las defensas de Carta-gena de Indias se centraron muyprimordialmente en la zona deBocachica que dista de la ciudadmás de 12 kilómetros, por lo quecumplen la condición indicadasolamente tres. Si modificáramos ladistancia indicada, la diferencianumérica sería aún mayor.

Ahora bien las fotografías delas fortificaciones de la ciudad cari-beña, que ilustran este artículo, nosdan una idea del mimo y respetocon que se cuidan las fortificacionesque han llegado a nuestros días, elestado de su conservación y el uso aque se les destina. Resultado: Carta-gena de Indias es declarada Patri-monio Nacional de Colombia en1959; la Unesco la proclama Patri-monio de la Humanidad en 1984,en el año 2007 su ArquitecturaMilitar fue galardonada como lacuarta maravilla de Colombia. Eneste punto, considero que el lector

debe hacer su propio comentario.

BIBLIOGRAFÍABLANES MARTÍN, TAMARA.Fortificaciones del Caribe. Ed.Letras cubanas. La Habana2001.

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FORTIFICACIONES DE CAR-TAGENA DE INDIAS.CONSTRUCCIONES PARALA GUERRA CONVERTI-DAS EN ESPACIOS PARA LAPAZ. Claudia Fadul. ICOMOS-CIIC. Internet.

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ZAPATERO, JUAN MANUEL.Historia de las fortificaciones deCartagena de Indias. Centro Ibe-roamericano de cooperación.Madrid 1979.

ARCHIVO DEL AUTOR. �



por Bartolomé Nicolás Andreu

¿Sabías que...?… la calle Don Roque tomó este nombrepor haber vivido en ella mucho tiempo un médico de Marina

llamado D. Roque Vidal.

… la actual plaza en cuyo centro se eri-gió el grandioso y artístico monumento,construido por suscripción nacional en conmemoración de

los héroes de Cavite y Santiago de Cuba, tenía por nombre

Glorieta de D. Francisco Albacete, por acuerdo en sesión

municipal del 20 de abril de 1918.

… existían dos Balnearios.El de San Bernardo en la falda del

castillo de Galeras pregonaba baños

fríos, calientes y duchas, servicio de

dos espaciosas y cómodas lanchas

gasolineras para trasladar a los

bañistas que salen cada cuarto de

hora del embarcadero del muelle de

Alfonso XII; el de San Pedro en la

falda del castillo de San Julián con

igual servicio y salidas cada media

hora del mismo embarcadero.

... la Brigada Municipal deBomberos tenía su parqueen la calle General Aznar,antigua calle Jara como se la deno-

mina en la actualidad. Estaba com-

puesta por un Director, un Director

Técnico (el arquitecto municipal),

tres Jefes de sección, Ayudante

Contador, Guarda-Parque, Médico,

Practicante y Farmacéutico y com-

pletaban la Brigada siete capataces,

siete cabos, dos cornetas y un cabo,

veintiséis zapadores y treinta y ocho

bomberos.

…el lugar ocupado por la amplia eimportante calle Santa Florentina,fue antiguamente la rambla por donde discurrían las aguas

de lluvia procedentes de las vertientes del Molinete, que

pasaban por debajo del puente construido en la Puerta de

Murcia, e iban al mar de Mandarache, lugar hoy ocupado por

la dársena del Arsenal. La calle de Santa Florentina comen-

zó a formarse a partir de 1750, estando ya empezadas las

obras del Real Arsenal. En esta calle, estuvo establecido

muchos años el Mercado público de abastos que, en 1926,

se trasladó provisionalmente a la plaza del Parque, hasta la

construcción del importante Mercado que el municipio tenía

en proyecto, el actual y popular Mercado de Santa

Florentina.

… Cartagena se hallaba dividida en 10 distritos y 23 Diputaciones.Los 10 distritos eran, por orden, Ayuntamiento, Santa María, Carmen, San Diego, Alumbres, Algar,

Albujón, San Antonio Abad, La Magdalena y Santa Ana; y las Diputaciones: Alumbres, Algar,

Aljorra, Albujón, Beal, Canteras, Campo-Nubla, Escombreras, Hondón, Lentiscar, La Palma, La

Magdalena, Los Médicos, Los Puertos, Miranda, Perín, Pozo Estrecho, Plan, Rincón de San Ginés,

San Félix, San Antonio Abad, Santa Ana y Santa Lucía. Al término de la ciudad pertenece la ense-

nada del Portús, La Azohía, Las islas de Escombreras, Las Palomas y las Hormigas, los cabos de

Palos, del Agua y Tiñoso y los grandes cabezos de Roldán, Gordo y Sancti-Spíritu.


EfeméridesMarzo de 1939 EL HUNDIMIENTO DEL CASTILLO OLITE

NOS ENCONTRÁBAMOS EN LA FASE FINAL DE LA GUERRA Y EL DESTINO DE LA REPÚBLICA ESTABA LLEGANDO A

SU FINAL, la única esperanza para la Republica era una internacionalización del conflicto con laanunciada II Guerra Mundial. Franco lo sabía y por eso no dudó, conocida la sublevación de

Cartagena en organizar un envío de tropas a esta ciudad, en cuyo puerto estaba atracada la todavíaimportante flota republicana. Si Cartagena era tomada, la guerra estaba terminada, por lo que sepreparó un rápido envío de tropas y barcos, pero Cartagena no pudo ser tomada ya que la Brigada206 (compuesta por comunistas) reconquista la ciudad y algunas de las baterías de costa. Los

barcos franquistas regresaron a sus puntos de origen, excepto el Castillo Olite que fue hundido porun impacto producido desde la batería de la Parajola, produciéndose uno de los episodios más

trágicos, de los 2112 hombres que iban a bordo, 1476 murieron, 342 fueron heridos y 294 hechosprisioneros. El hundimiento de buque de transporte nacional Castillo Olite por las baterías

republicanas el día 7 de marzo de 1939, es uno de los episodios más trágicos en la marina en la Guerra Civil española.

El barco Castillo Olite fue construido en 1921 en los astilleros de Rótterdam Droog, fue un barco mercante capturado durante la Guerra Civil española.

Considerado como “buena presa”, la captura correspondió al bando nacional.

31 de marzo de 1939 CARTAGENA ES OCUPADA POR LAS TROPAS FRANQUISTAS

El día 31 de marzo la ciudad de Cartagena es ocupada por las tropas franquistas de la Cuarta División Navarra un día antes del final de la Guerra Civil española.

El parte de guerra del 31 de marzo decía así:“Parte oficial de guerra del Cuartel General del Generalísimo, correspondiente al día de hoy:En el día de hoy, han continuado nuestras tropas recorriendo numerosos pueblos de la zonaúltimamente liberada, habiendo llegado a las capitales de Almería y Murcia y Base Naval de

Cartagena. En todas ellas han sido recibidas las Fuerzas española, con indescriptible entusiasmo. Salamanca, 31 de marzo de 1939, III Año Triunfal.

De orden de S.E., el General Jefe de Estado Mayor, Francisco Martín Moreno”En la últimas semanas de marzo de 1939 las poderes republicanos se van desvaneciendo,

el día 28 de marzo cae Madrid y el día 29 de marzo los supervivientes del buque, Castillo Olite,toman el mando de Cartagena, días antes de que entraran victoriosas

las tropas franquistas en Cartagena. El día 1 de abril de 1939 acaba la guerra.


FUE EL DÍA 2 DE ENERO DE 1967 CUANDO SE DIO LA ORDEN DE EJECUCIÓN A LA EMPRESA

NACIONAL BAZÁN PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL PRIMER SUBMARINO TIPO “DAPHNE”, a estesubmarino se le asignó el nombre de Delfín. El día 25 de marzo de 1972 tuvolugar la botadura de este submarino siendo su madrina doña Alicia BallesterGamboa, en ese momento esposa del Capitán General de la Zona Marítima delMediterráneo. La entrega del Delfín tuvo lugar en Cartagena el día 3 de mayo de1973. Algunos datos del submarino Delfín que hay que destacar son, que su primercomandante fue Don Juan F. Ruiz Montero, la bandera de combate fue entregadaen Torrevieja, tuvo mas de 30.000 horas de inmersión, tuvo 4 carenas, ha tenidomas de 2.500 días de mar, han prestado servicios a bordo 15 comandantes, 132oficiales, 115 suboficiales, 460 cabos y marineros profesionales y 412 marinerosdesarrollaron su servicio militar obligatorio. Estamos haciendo referencia alsubmarino con mas años de servicio operativo en la historia de la armada española.El submarino Delfín S-61 causa baja como buque de la armada española el día 10de septiembre de 2003, siendo su emplazamiento actual el museo de la Sal deTorrevieja.

Marzo de 1972 BOTADURA DEL SUBMARINO “DELFÍN” DE LA SERIE S-61

12 DE JULIO DE 1873. TARDEA primeras horas de la tarde (comoa las cuatro) volvió a reunirse elAyuntamiento, que resolvió consti-tuirse en sesión permanente hastaque llegara el gobernador civil.Pocos minutos después, llegaban entren, a Cartagena, el gobernadorAntadill y los diputados intransi-gentes murcianos Antonio GálvezArce y Jerónimo Poveda, los cualesserían aclamados por todas las callesde la ciudad por donde fueronpasando, hasta que se presentaronen el Ayuntamiento, en olor demultitud.

Mientras Gálvez saludaba alpueblo cartagenero desde uno delos balcones del Ayuntamiento,Altadill se reunía, primero, con laJunta Revolucionaria, a la que reco-mendó evitar todo enfrentamientoarmado con las fuerzas de la guarni-ción y deponer su actitud o, en últi-mo caso, mantener abierta una víade dialogo con las autoridades deMadrid, hasta que éstas resolvieransobre la situación creada. A conti-nuación, se reunió con el Ayunta-miento, al que recomendó que,dadas las circunstancias porque atra-vesaba la población (...) y para evitar

conflictos de suma gravedad, presen-tara su dimisión. Entre protestas delalcalde y de varios de los concejales,el Ayuntamiento terminó dimitien-do, no sin antes redactar un acuer-do en el que resaltaban las especialescircunstancias de su dimisión yemitir un manifiesto al pueblo car-tagenero en el que justificaban sudecisión y en el que recomendaban,a los voluntarios y al pueblo de Car-tagena, mantener el orden, con fra-ses tan señaladas como (...) fiémoslotodo al patriotismo y honrados senti-mientos de las fuerzas de voluntariosde la República (...). Réstanos solo


LLAA SSUUBBLLEEVVAACCIIÓÓNN DE LA FUERZA NAVAL DELMEDITERRÁNEO Y DELARSENAL DE CARTAGENAEN JULIO DE 11887733(Segunda parte)

Manuel Rolandi Sánchez-SolísInvestigador Histórico

recomendar a los Voluntarios, al pue-blo todo de Cartagena, que sean con-secuentes con su historia política (...).

La Junta Revolucionaria habíaganado, de momento, la partida y, acontinuación, nombró al diputadoAntonio Gálvez comandante generalde las fuerzas de Milicia, Ejército yArmada, y ordenó izar una banderaroja en el balcón principal delAyuntamiento y proclamar el Can-tón Murciano, entre grandes vítoresy aplausos de todos los presentes. Elsiguiente acto sería redactar y publi-car un primer manifiesto de la Junta(que se distribuyó en hojas sueltas

por toda la ciudad), en el que justi-ficaba los motivos de la proclama-ción cantonal para bien de la Repú-blica y para salvación de la Patria.En dicho manifiesto (que constitu-ye el primer documento publico delCantón Murciano y de todo elmovimiento insurreccional canto-nal español de 1873), se decía que(...) el pueblo republicano, en suinmensa mayoría, reclamaba, comoimperiosamente exigían las circuns-tancias, que se organizase la federa-ción, estableciendo inmediatamentela división regional en cantones ydando a estos y al municipio la auto-

nomía suspirada tanto tiempo (...),así como que se veía amenazada laRepública de un golpe de muerte, y noveía en el Gobierno ni en la CámaraConstituyente una predisposiciónpositiva para la inmediata ejecuciónde estas reformas (...), finalizandocon el siguiente mensaje: Se ha pues-to en armas porque ha creído ver en


En la tarde del 14 de julio de 1873, lamarinería de la Escuadra sublevadadesembarca y confraterniza con los

voluntarios cantonales, en el antiguo muelle de botes de las Puestas del Muelle

o del Mar de Cartagena. (Grabado de la época).

inminente riesgo la santa causa de laRepública Federal, y a ofrecerle sumás denodado y decidido apoyo vanencaminados todas sus generosas ylaudables resoluciones.

PRIMERAS REACCIONES DE LAS AUTORIDADES MILITARES DE LA PLAZA YDEL GOBIERNO DE MADRID Las autoridades militares de Carta-gena conocieron los hechos que seestaban produciendo en la ciudaddesde las primeras horas del 12 dejulio e, inmediatamente, adoptaronlas primeras medidas para la seguri-dad de sus instalaciones y unidades,

comunicando a Madrid sus inicialesimpresiones (todavía de simpleanuncio cautelar durante las prime-ras horas) y solicitando instruccio-nes y el envío de refuerzos.

A las ocho y media de la maña-na (y apenas ocupados el Ayunta-miento y las principales calles de laciudad por los sublevados), el con-tralmirante Dueñas comunicaba alMinistro Oreyro los primeros movi-mientos de los sublevados y la situa-ción de la Escuadra. En un telegra-ma en clave, le decía lo siguiente:Recibidos los 2 telegramas. Se estáncumpliendo para cuando llegue tropa(se refería a la preparación de la fra-

gata Almansa para el embarque delRegimiento de Infantería de Iberiay de los Voluntarios, con destino aMálaga), El castillo de Galeras arbo-ló bandera tricolor con un cañonazo.Ha reforzado su guarnición con doscompañías móviles y no permiten serrelevados. El Ayuntamiento ha sidotomado por los revoltosos (se corrigióuna primera anotación de intransi-gentes) que se han constituido enComité. Por mi parte tomadas todaslas precauciones posibles. Buqueshasta ahora tranquilos. Almansasigue su faena natural de apresto.

Media hora más tarde (y hacialas nueve de la mañana), Dueñasrecibió un aviso del comandante dela fragata Almansa sobre la amenazarecibida de la Junta Revolucionariade hacer fuego sobre su unidad siintentaba moverse, ante lo que, sor-prendentemente, el contralmiranteordenó la suspensión de encendido decalderas, condenando, nuevamente,a la citada fragata a su inmovilidady cediendo a las exigencias de ape-nas un par de centenares de subleva-dos, todavía indecisos, escasamentearmados (con carabinas Berdan dedeshechos de la Marina, muchas deellas inutilizables) y en posesión dedos castillos cuyas piezas de artille-ría muy posiblemente no sabríanutilizar, con eficacia, o que, incluso,no se atreverían a disparar. Esa eraal menos, la opinión de los expertosde la época (la Junta de generalesreunida en el Ministerio de Mari-na), quienes, en la sumaria abierta,posteriormente, por los hechos,declararían que era muy improbableque la impericia de los sublevadosconsiguiera disparar las piezas sobre laescuadra, debido a la depresión(ángulo de tiro) que tendrían quedar a las piezas para alcanzar a laAlmansa, situada en la boca de ladársena, con riesgo a desmontarse laspiezas al dispararlas. Por todo ello,aquella orden, totalmente equivoca-da (y que constituyó el primer cargo


Edificio del antiguoAyuntamiento de Cartagena,que sería ocupado por lossublevados cantonales en lamañana del histórico 12 de juliode 1873 y, desde cuyo balcónprincipal, se proclamó el CantónMurciano, pocas horas después.(Fotografía de la época).

en la posterior sumaria que se leabrió al contralmirante Dueñas,pocos meses después), envalentona-ría a los sublevados, que, a partir deese momento, pudieron acercarsecon mayor facilidad a las fragatas,para intentar sublevarlas (en el casocontrario, posiblemente ni lohubieran intentado) y desconcerta-ría, una vez más, a los mandos y tri-pulaciones de las unidades navales,todavía leales. Así se reflejó en lacitada sumaria, en la que se dicepues con ello además de suponer quese le daba a los insurrectos una impor-tancia que no tenían entonces, lahonra militar obligaba a sostener laorden dada aún a riesgo de que la fra-gata hubiese sido hostilizada.

Acto seguido, Dueñas, emitióuna circular en la que se ordenabatomar las precauciones militares pro-pias de las circunstancias en el arsenaly en el edificio de capitanía general yen la que se prevenía y se ordenabaa todo el personal a su cargo queobservasen la más estrecha disciplinapara salvar la República y el Gobier-no constituido, mandando a todos elcumplimiento de su deber. Asímismo, y mientras se constituían enestado de emergencia todos los jefes yoficiales de la Marina en el Arsenal,se enviaron órdenes a todas las uni-dades de la Escuadra prohibiendo lacomunicación con tierra (que nadiede los buques bajase a tierra, o vice-versa, para evitar el contagio de lasublevación), pero no se tuvo la pre-caución de colocar embarcacionesmenores, con gente armada, próxi-mas a los distintos embarcaderos dela ciudad, con objeto de impedir quelos insurrectos comunicasen con losbuques (y que hubieran evitado,como se indica en la citada sumaria,el espectáculo de que impunemente losbotes llenos de insurrectos se acercasena los buques de guerra para alentar asus tripulaciones a la insubordina-ción), ni de ordenar el encendido decalderas de todas las unidades ope-

rativas en aquellos momentos (fra-gatas Vitoria y Almansa y vapor Fer-nando el Católico, pues las fragatasNumancia, Tetuán y Méndez Núñezse encontraban en reparaciones en

el Arsenal), para que pudieranmaniobrar, según las circunstanciaslo hubieran exigido (defensa delArsenal o de otros lugares de la ciu-dad, amenaza a los castillos subleva-


Fotografía del líder cantonal murcianoAntonio Gálvez Arce (“Antonete”)

(a la derecha de la fotografía), junto con su hijo Enrique (izquierda) y su cuñado

Francisco Hernández (centro), más conocidocomo “El Melguizo”. (Fotografía de la época).

Estas primeras medidas, aunque incompletas,evitaron que la Escuadra y el Arsenal se unieran a la sublevación en la misma mañana del día 12,

pero condenaron a la inmovilidad a lasunidades navales disponibles, limitando, conello, su operatividad y facilitando, asimismo,

sus posibilidades de sublevación.

dos, o salida de la rada de Cartage-na hacia otros lugares más seguros,etc.).

Estas primeras medidas, aunque

incompletas, evitaron que la Escua-dra y el Arsenal se unieran a la suble-vación en la misma mañana del día12 (a pesar de los intentos frustradosde Cárceles y de varios voluntarios desublevar la fragata Almansa entre las8 y las 10 de mañana), pero conde-naron a la inmovilidad a las unidadesnavales disponibles, limitando, conello, su operatividad y facilitando,asimismo, sus posibilidades de su-blevación.

Dentro de la Marina, el restode la histórica jornada del 12 dejulio transcurrió sin más aconteci-mientos dignos de destacar, con lasalvedad de que el coronel 1er jefedel Regimiento de Infantería deMarina, Francisco Gamarra Gutié-rrez, arengara a sus tropas en sucuartel, las cuales respondieronpositivamente y confirmando queestaban dispuestos a morir en defensadel orden y en cumplimiento de su


Manifiesto de proclamación del Cantón Murciano, dirigido por la Junta Cantonal al pueblo de Cartagena en la tarde del 12 de julio de 1873. (Periódico El Cantón Murciano, 22 de julio de 1873).

deber. Aunque, como suele ser habi-tual en este tipo de sublevaciones,las fidelidades y las promesas de estardispuestos a morir en cumplimientodel deber pueden variar rápidamen-te, según se desarrollen los aconteci-mientos externos, como, efectiva-mente, se comprobaría pocas horasdespués. En cualquier caso, toda ladocumentación manejada indicaque, durante todo el día 12 (e inclu-

so en buena parte del 13), todavíano había signos de rebelión en lasdotaciones de los buques, ni en lamarinería del arsenal y las tropas deInfantería de Marina.

Por su parte, el gobernadormilitar de la plaza y la provincia deMurcia, mariscal de campo deInfantería de Marina José GuzmánSaquetti, tomaba medidas similaresen el gobierno militar, parque de


Uniformes de oficiales de Infantería de Marina

en la segunda mitad del siglo XIX.En julio de 1873, en Cartagena

estaba destinado el 3er Regimiento de Infantería

de Marina, al mando del coronelFrancisco Gamarra, que consiguiómantener a su regimiento fiel algobierno central, hasta medio díadel 14 de julio, en que, finalmente,

terminaría uniéndose a laSublevación Cantonal.

Dentro de la Marina, el resto de la histórica jornada del 12 de juliotranscurrió sin más acontecimientos dignos de destacar, con la salvedad de que el coronel 1er jefe del Regimiento de Infantería de Marina,Francisco Gamarra Gutiérrez, arengara a sus tropas en su cuartel, las cuales respondieron positivamente y confirmando que estaban

dispuestos a morir en defensa del orden y en cumplimiento de su deber.

Artillería, cuartel de Atiguones yotras dependencias militares y casti-llos y baterías todavía controladaspor las tropas del Ejercito (a lo largodel día 12 solo el castillo de Galeras,primero, y, posteriormente, el deAtalaya, estaban en poder de lossublevados, y Despeñaperros yMoros lo fueron el día 13),aunque las medidas adopta-das tampoco serían muy efi-caces, como pudo compro-barse pocas horas después.

Mientras tanto, en laciudad, y hacia las cuatro dela tarde, el diputado Anto-nio Gálvez (recién nombra-do, por la Junta Revolucio-naria, comandante general delas fuerzas de Milicia, Ejerci-to y Armada del cantón), encompañía del propio gober-nador civil, Antonio Altadill(máxima autoridad civil dela provincia, en aquellosmomentos, y representante,en ella, del gobierno centralde Madrid), y del presidentede la Junta Revolucionaria,Pedro Gutiérrez de la Puen-te, se trasladaron al Gobier-

no Militar, donde se entrevistaroncon el brigadier Guzmán y le con-minaron a que reconociera a laJunta establecida, así como que noentrase en la plaza el Regimiento deInfantería de Iberia (acantonado enlos pueblos de la Palma y PozoEstrecho, a escasos kilómetros de

Cartagena), para evitar posiblesenfrentamientos con los volunta-rios. Guzmán les comunico que nopodía hacer nada sin la autorizaciónprevia del gobierno y, acto seguido(como a las cinco de la tarde),enviaba dos telegramas a sus inme-diatos superiores. Al capitán generalde Valencia le comunicaría losiguiente: Las fuerzas ciudadanas,con el diputado constituyente Sr. Gál-vez, nombran Junta Revolucionaria yComité de Salud Publica. Se opone ala entrada de tropas. Gobernador–Altadill– ruega se detenga tren quelas conduce. En vista de estado ame-nazante de la población, nada satis-factorio, accedo hasta recibir ordenes e

instrucciones por resulta demis partes. El segundo tele-grama iría dirigido al minis-tro de la Guerra, generalEulogio González Iscar: (...)las tropas que venían aembarcarse en esta ciudad,están a la vista de Cartagena,pero el gobernador civil meruega que suspenda su entra-da, por temor a conflictos(...).

Al parecer, el ministrode la Guerra dio conoci-miento de este telegrama alpresidente Pi y Margall y,hasta la una de la madruga-da del día 13 (tras el Conse-jo de Ministros extraordina-rio celebrado en la mismanoche del 12), no se daríarespuesta al gobernadormilitar de Cartagena, pero


Telegrama en clave del contralmiranteDueñas al ministro de Marina, enviado a las ocho y media de lamañana del 12 de julio de 1873,informándole sobre los sucesos que estaban ocurriendo en la ciudad y las primeras medidas adoptadas (12 de julio de 1873, Archivo Generalde la Armada del Viso del Marqués).

Mientras tanto, en Cartagena, yen la misma tarde del día 12,el contralmirante Dueñastodavía seguía sin haberentrado en contacto con los sublevados y sin recibirinstrucciones concretas desde Madrid, de cuyoMinisterio de Marina

tan solo había llegado unenvío de veinticinco milduros, previsiblemente

para el pago de las nominasde la escuadra.

ya era tarde. Como comen-taría, dos días después, enlas Cortes, el diputadobenévolo por Cartagena (ycastelarista) José Prefumo:(...) desde las cinco de la tardeno se dijo al gobernador mili-tar de Cartagena: entra esastropas, y domina la insurrec-ción, con lo cual a estas horashabría cumplido su deber... Yque conste, que desde las 5 dela tarde del día 12, hasta launa de la noche, ni el presi-dente del poder ejecutivo, ni elministro de la Guerra, dije-ron nada al gobernador mili-tar de Cartagena (...).

Mientras tanto, en Car-tagena, y en la misma tarde del día12, el contralmirante Dueñas toda-vía seguía sin haber entrado en con-tacto con los sublevados y sin reci-bir instrucciones concretas desdeMadrid, de cuyo Ministerio deMarina tan solo había llegado un

envío de veinticinco mil duros, previ-siblemente para el pago de lasnominas de la escuadra. Por telegra-ma (y por escrito) Dueñas volvió ainformar a su ministro del estado desus fuerzas y a solicitar, nuevamen-te, instrucciones de actuación: Se

me dice llegó en tren correoveinte y cinco mil duros. ¿Queaplicación les doy? ¿Son sólopara la Almansa? A esta sinada me dice le pagaré junio,reservando el resto para pagaral Departamento. Tropa nollegó (se refiere al Regimien-to de Iberia). Me hallo cons-tituido en el Arsenal con losJefes y Oficiales. Fragatas, alparecer en medianas condi-ciones. Tomadas las precau-ciones posibles. Ruego contes-tación.

A últimas horas de latarde, el gobernador Altadillregresaba a Murcia y, en lamadrugada del lunes 13 de

julio (en concreto a las dos de lamadrugada), telegrafiaba al minis-tro de la Gobernación (cuya carteraejercía el propio presidente Pi yMargall) y le ponía al corriente delestado de la insurrección en Carta-gena y de su aceptación de disolu-


Telegrama del contralmirante Dueñas al ministro de Marina, enviado el 13 de julio de 1873, informándole sobre losúltimos acontecimientos en la plaza y en la Escuadra y pidiéndole instrucciones (13 de julio de 1873, Archivo Generalde la Armada del Viso del Marqués).

A últimas horas de la tarde, el gobernador Altadillregresaba a Murcia y,

en la madrugada del lunes 13 de julio, telegrafiaba alministro de la Gobernación y le ponía al corriente

del estado de la insurrecciónen Cartagena y de su

aceptación de disolución del Ayuntamiento,

ción del Ayuntamiento, así comode su petición de que mandara sus-pender la entrada de las tropas en laciudad y la salida de la fragataAlmansa, hacia Málaga. Pi y Mar-gall recriminaría duramente su pro-ceder al gobernador (indicándoleque no había comprendido lo que exi-gía su autoridad y, sobre todo, lo queexigía la ley) y le ordenaría que deja-

ra sin efecto la dimisión del Ayunta-miento, así como que, en lo posible,utilizara él diálogo con los insurrec-tos (ya podemos denominarlos can-tonales) y que solo se hiciera uso dela fuerza en caso absolutamente nece-sario. En términos similares se diri-giría, por medio de sus respectivosministerios, a las autoridades milita-res de la plaza, a las que ordenó (aligual que al gobernador civil) lainmediata detención del tenientegeneral intransigente Juan Contre-ras Román en cuanto apareciera porCartagena (había salido de Madriden el tren de las nueve de la nochecon dirección a Cartagena o Anda-lucía, según la información que dis-ponía el gobierno, en aquellosmomentos).

Pero, el presidente Pi y Mar-gall, comprendió, enseguida, que,en aquellos difíciles momentos, lomás importante era intentar evitar,a toda costa, que la Escuadra y elArsenal Naval se unieran a la suble-vación y, para conseguirlo, ordenóal ministro de Marina, FedericoAnrich que se desplazara a Cartage-na en las próximas horas, en com-pañía del diputado republicano (delsector benévolo) por Cartagena JoséPrefumo Dodero (este segundo senegó a ello, con la excusa de que nole era posible), mientras ordenaba alministro de la Guerra, general Eulo-gio González Iscar, que procediera aenviar tropas hacia Cartagena, a loque este también se negó, alegando,sospechosamente (era un monár-quico convencido) no disponibilidadde fuerzas.

LA TENSA JORNADA DEL 13DE JULIO: LA RESISTENCIADE LA MARINA COMIENZA A RESQUEBRAJARSE. TENSA SITUACIÓN EN LASFRAGATAS ALMANSAY VITORIA, LLEGADA


Fragata blindada Vitoria, una delas tres mejores unidades de laMarina española de la época.Junto con la fragata Almansa,sería uno de los principalesobjetivos de los intransigentescartageneros, durante los intentosde motines de mayo y, finalmente,durante la Sublevación Cantonaldel mes de julio de 1873.

El presidente Pi y Margall, comprendió,enseguida, que, en aquellos difíciles

momentos, lo más importante era intentarevitar, a toda costa, que la Escuadra

y el Arsenal Naval se unieran a la sublevación.

A CARTAGENA DEL GENERALCONTRERAS Y AMENAZAS DE ASESINAR A LOS MANDOS DE LA ESCUADRA En la noche del 12 al 13 de julio, laJunta Revolucionaria envío un pri-mer oficio al contralmirante Due-ñas exigiendo el reconocimiento de suautoridad y la anulación de las órde-nes de salida de la fragata Almansahacia Málaga, al que Dueñas, ya enla mañana del 13, contestaría, porescrito, que La Marina obedecía algobierno constituido, y, acto seguido,telegrafiaba al ministro de Marinainformándole de lo ocurrido y, nue-vamente, del delicado estado en quese encontraba la plaza: Tengo mani-festado a V.E. me hallo constituido enel Arsenal. Que una Junta, denomi-nada revolucionaria, me ofició paraque la reconociese: conteste que laMarina obedecíamos al Gobiernoconstituido. Supe llegó y se fue Gober-nador Civil; pero no lo he visto. Se measegura que hoy el Diputado D. Anto-nio Gálvez, tomará mando de laMarina y Plaza; no sé en que formapodrá hacerlo. La población y buquestranquilos hasta ahora. Las tropas nohan llegado (se refiere al Regimientode Iberia), dicen están detenidas en elcamino. Los fuertes de la plaza prepa-rados para no dejar salir Almansa. Eneste estado se hace preciso que V.E. a lamayor brevedad, me diga el plan deconducta que crea puedo y debaseguir.

Dueñas continuó todo el día13 esperando las instrucciones deMadrid, que no llegaron, y, hacia las9 de la mañana del día 13, recibióun aviso de que el gobernador civil,Altadill, había enviado a los insurrec-

tos 300 fusiles y que el Parque deArtillería les entregó 9.000 cartuchos.Aquella noticia (aunque no confir-mada, posteriormente), de ser ciertacambiaba completamente la situa-ción. Los sublevados ya disponían

de un armamento ligero adecuado,controlaban dos importantes casti-llos (Galeras y Atalaya, que domina-ban, con sus baterías, la bahía, laEscuadra y el Arsenal), y disponíandel apoyo del Parque de Artillería dela ciudad, con lo cual, cualquierenfrentamiento armado con ellospodía resultar más que problemáti-co.

Quizás, fue, en ese momento,cuando comprendió la verdaderaimportancia de las horas perdidasdurante el día anterior, en las que,de manera todavía relativamentefácil, pudo haberse hecho con lasituación. Era el momento deenmendar los errores anteriores y decomenzar a actuar con decisión,sobre todo tras recibir, apenas unahora después (hacia las 10,30 de lamañana), una nueva noticia confi-dencial de que estaba para llegar elRegimiento de Iberia para atacar a losinsurrectos, acampado, desde díasantes, en La Palma (a escasos kiló-metros de Cartagena), cuya ayudaera vital para reducir a los subleva-dos.

Se hacía necesario actuar lomás rápidamente posible y movili-zar, sin pérdida de tiempo, losimportantes recursos de que todavíadisponía la Marina y, con estaintención, a media mañana ordenóencender máquinas a la fragata Vito-ria y que modificara su posición yfondeara en sitio conveniente paraflanquear la Puerta de San José (porla que se esperaba que iba a entrar elRegimiento de Iberia en la plaza),con objeto de que pudiera protegerdicha puerta y el próximo fuerte deDespeñaperros (todavía guarnecido


Teniente general Juan Contreras Román.

General en jefe del Ejército Cantoral y presidente y ministro

de Marina del Gobierno Provisionalde la Federación Española

establecido en Cartagena el 28 de julio de 1873.

(Grabado de la Ilustración Española y Americana y firma de un

documento del período cantonalprocedente del Archivo General

de la Zona Marítima delMediterráneo –AGZMM–).

Los sublevados ya disponían de un armamento ligero adecuado,controlaban dos importantes castillos, y disponían del apoyo del Parque

de Artillería de la ciudad, con lo cual, cualquier enfrentamientoarmado con ellos podía resultar más que problemático.

por tropas leales, pero yaamenazado por los suble-vados) y hostigar, caso deque fuera necesario, loscastillos de Galeras yMoros (ya en manos delos sublevados, en aque-llos momentos). Actoseguido, Dueñas ordenóque se trasladara aMadrid el comandanteGarcía Solá a conferenciarcon el Ministro de Marinay a informarle de losúltimos acontecimientosy solicitar instrucciones yel envío inmediato derefuerzos.

Pero los aconteci-mientos volvieron a pre-cipitarse. Pocos minutosdespués de emitirse estasórdenes, se presentó en elArsenal una comisión delos sublevados pidiendoque dicho buque (la fraga-ta Vitoria) no saliese delpuerto, pues el castillo (deGaleras) le haría fuego.Dueñas les contestó queno tenía previsto que saliera delpuerto, sino solamente enmendar suposición. La comisión se retiró ainformar a la Junta Revolucionaria,pero regresó, al poco tiempo, insis-tiendo en sus requerimientos, a losque Dueñas accedió, suspendiendosus anteriores órdenes a la Vitoria deencender calderas y desituarse en una mejor posi-ción.

Nuevamente Dueñas sedejaba amedrentar por lossublevados, todavía sin elrefuerzo de fuerzas militaresprofesionales entre sus filas(pues, el poderoso Regi-miento de Infantería de Ibe-ria, aún se suponía fiel algobierno), con solo tres cas-tillos en su poder, Galeras,Atalaya y Moros, y sin una

dirección militar adecuada. Estaclara muestra de debilidad, seríamuy criticada por los mandos delArsenal y de los buques de la Escua-dra y constituiría el tercer y cuartocargo contra él en la sumaria que sele abrió, posteriormente, a pesar deque alegó que no tenía seguridad en

la lealtad de las fuerzasdisponibles. En el citadocuarto cargo de la suma-ria, se le acusó de nohaber procedido al apre-samiento de los comisio-nados que le envió laJunta Revolucionaria, enun momento en quetodavía no había habidoningún acto de desobe-diencia en las fuerzas a sucargo, con la excepciónde algunos gritos que seprodujeron a bordo de lafragata Almansa, porhaber ordenado sucomandante que desem-barcaran y fueran envia-dos al Arsenal 25 hom-bres de su dotaciónconsiderados como los másrevoltosos. El griterío pro-ducido a bordo de laAlmansa fue consideradopor alguno de los ayu-dantes de Dueñas comoel inicio de la sublevaciónen la fragata, por lo quese envió a bordo al mayor

general de la Escuadra y del Depar-tamento Marítimo, capitán denavío de 1ª clase José Montojo Tri-llo, quien encontró a su dotación enun estado lamentable de desorden. Nosin trabajo –se indica en la sumariacitada– pudo impedir que se enarbo-lase el pabellón tricolor y que atracase

un buque (se refiere a unapequeña embarcación) deinsurrectos restableciéndosealgún tanto el orden al llegarun oficial que traía la(orden) de suspender la quehabía producido el tumulto(se refiere al desembarco delos 25 individuos peligrososde su dotación).

Montojo, debió ver lasituación tan complicadaque fue a dar cuenta de loocurrido al contralmirante


Nombramiento del general Juan Contreras Román como general en jefe del Ejército Cantoral, de fecha 13 de julio de 1873 y firmado por el presidente

de la Junta Cantonal Pedro Gutiérrez de la Puente(documento procedente del Archivo General

de la Zona Marítima del Mediterráneo, –AGZMM–).

Dueñas se dejaba amedrentarpor los sublevados,

todavía sin el refuerzo defuerzas militares profesionalesentre sus filas, con solo trescastillos en su poder, Galeras,Atalaya y Moros, y sin unadirección militar adecuada.

Dueñas, con el que regresó, pocodespués, a bordo de la Almansa,para que, con su presencia y conuna arenga a la tripulación (en lostérminos propios del caso), se calma-ran los ánimos. Nuevamente, y porsegunda vez en tan solo veinticuatrohoras, se salvaba, in extremis, unasituación de motín a bordo de lafragata Almansa, que, junto con lafragata Vitoria, se mantuvieron enestado muy crítico, y bajo la estre-cha vigilancia de unos a otros (man-dos y revoltosos comprometidos), a lolargo de todo el tenso día 13.

Pero el largo y complicado día13 de julio reservaba, todavía, nue-vos acontecimientos. De acuerdocon la información de la citadasumaria abierta al contralmiranteDueñas, el mismo día 13 llegó el exgeneral Contreras y los insurrectos seapoderaron del castillo de Despeñape-rros y de Moros. Esta noticia, quecontradice a otras fuentes de infor-mación tradicionales, que indicanque el citado general no llegó a Car-

tagena hasta la mañana del 14 (encompañía de su ayudante, elteniente coronel Antonio Rivero, ydel brigadier Bartolomé Pozas),propiciaría el que Dueñas dictaranuevas órdenes y disposicionespara el caso de que fuesen atacados elarsenal y el cuartel (se refiere al deInfantería de Marina, situadofuera del recinto del Arsenal y aespaldas del edificio de CapitaníaGeneral, en el solar que actualmen-te ocupan sus jardines). Con elgeneral Juan Contreras Román(teniente general del Ejército y excapitán general de Cataluña) y elbrigadier Bartolomé Pozas (antiguo1er jefe del Regimiento de Infanteríade Iberia) al frente de la subleva-ción, la situación cambiaba radical-mente y podía agravarse de maneraimportante (como así fue), hacien-do peligrar la fidelidad del Regi-miento de Infantería de Iberia (apunto de entrar en la ciudad) y deotras fuerzas, todavía leales, delinterior de la plaza, con lo que el

Arsenal y la Escuadra (inmoviliza-da, al no tener sus calderas encendi-das) estaban, irremisiblemente, per-didas.

Dueñas se apresuró a dictarnuevas disposiciones para el caso deque fuesen atacados el arsenal y elcuartel (se refiere al de Infantería deMarina), aunque cometió un nuevoerror, como sería el acceder a la peti-ción de la tripulación de la fragataVitoria, de que los 25 desembarca-dos (y supuestos revoltosos) regresa-ran a bordo, creyéndose, ingenua-mente, su promesa de estardispuestos a defender el barco y seguir


Muelle comercial Rolandi de Santa Lucía (Cartagena),

en el que, en la mañana del 14 de julio de 1873,

embarcó el ministro de Marina,Federico Anrich, para dirigirse

a la fragata Almansa e intentarevitar la sublevación de la Escuadra.

(Fotografía de Enrique Rolandi Pera, de finales

del siglo XIX. Archivo Rolandi).

a su comandante. Una comisión deestos mencionados revoltosos, juntocon el polémico comandante de lafragata Vitoria (capitán de navío de1ª clase Pedro de Aubarede Bou-yón), acudieron, sorprendente y sos-pechosamente, a primeras horas de latarde del día 13, a entrevistarse conel general Contreras, en el edificiodel Ayuntamiento (donde se habíaestablecido la Junta Revoluciona-ria), de cuyo resultado nunca sesupo nada. ¿Hubo negociaciones opactos secretos de entrega de la fra-gata, en los que pudo participar unalto mando de la Marina? ¿Estabaautorizado dicho mando,por el contralmirante Due-ñas o por el mayor generalde la Escuadra del Medite-rráneo, capitán de navío de1ª clase José Montojo Trillo,para realizar dichas negocia-ciones? No lo parece, o, almenos, no se refleja en nin-guna de la documentaciónmanejada, pero el hecho nodeja de ser sorprendente,por la gravedad de las res-ponsabilidades que suponía.

En cualquier caso, alatardecer del 13, la situación dentrode las fuerzas de la Marina era yarealmente grave. Aunque con nin-guna unidad naval todavía total-mente sublevada, dos de las tresúnicas unidades operativas de laFuerza Naval del Mediterráneo (lasfragatas Vitoria y Almansa) seencontraban en una situación inde-cisa y de grave peligro (con susmandos prácticamente encerradosen sus camarotes y vigilados por loselementos más revoltosos de sus tri-pulaciones), el vapor Fernando elCatólico todavía controlado por sucomandante (capitán de navíoTomás Valarino Badino) y las otrastres fragatas (Numancia, Tetuán yMéndez Núñez) en reparaciones enel arsenal, no operativas y con unatripulación muy reducida a bordo,

aunque, todavía, supuestamente fiel.En el Arsenal, la tropa de Infanteríade Marina y de Guardias de Arsena-les y los escasos retenes de marineríatodavía podían considerarse fieles algobierno, aunque sin mucha seguri-dad, mientras el numeroso personalde la Maestranza se encontraba muydividido (muchos de ellos pertene-cían a los Voluntarios de la Repúbli-ca, de mayoría intransigente) ymanejado por varios individuospartidarios de los sublevados, entrelos que cabría destacar el maestromayor de la Comandancia de Inge-nieros de la Armada y capitán de

Voluntarios de la República, Anto-nio Roca Soto, el escribiente de 1ªclase de dicha comandancia y vocalde la 1ª Junta Cantonal recién nom-brada, Miguel Moya, y el escribien-te de 1ª clase de la Mayoría Generalde Marina, Ángel Casenave de laPeña.

En la misma tarde del 13, elgeneral Contreras (nombrado, porlos sublevados, General en Jefe delEjército Cantonal), pasó varios avisosal capitán general para que fuese averlo, a lo que Dueñas se negó, pero,intuyendo la gravedad de la situa-ción, al anochecer reunió en elArsenal Junta de Jefes, presidida porel propio capitán general, y a la queasistieron los principales mandosdel departamento (comandante

general interino del arsenal, capitánde navío de 1ª clase José Mª deSoroa San Marty, mayor general dela Escuadra del Mediterráneo, capi-tán de navío de 1ª clase José Mon-tojo Trillo, coronel 1er jefe del 3er

Regimiento de Infantería de Mari-na, Francisco Gamarra Gutiérrez,jefe interino de la Comandancia deIngenieros, Eugenio Díaz del Casti-llo, jefe de Armamentos, capitán denavío Rafael Alonso Sanjurjo, jefeinterino de la Comandancia delParque de Artillería del Arsenal,teniente coronel de Artillería de laArmada Enrique Guillén Estévez,

ordenador del Arsenal o jefede Acopios e Intendencia deMarina del DepartamentoMarítimo, comisario orde-nador de 2ª clase JoaquínMartínez Illescas, y comisa-rio de Guerra del Arsenal,Miguel Cabanellas Villa-martín). En la citada junta,se expusieron las circunstan-cias que le rodeaban y los ele-mentos con que contaba ytodos los asistentes opinaronque puesto que la plaza y cas-tillos estaban en poder de los

insurrectos y las fragatas Vitoria yAlmansa sublevadas, el arsenal por sisolo no podía defenderse y por lo tantoconvenía ganar tiempo, yendo elCapitán General a conferenciar conContreras.

De acuerdo con lo decidido enla Junta de Jefes, el contralmiranteDueñas acudió, esa misma noche, aentrevistarse con el general Contre-ras, quien le conminó a la inmedia-ta entrega de la Escuadra y el Arse-nal, alegando que todas las clases detropa y marinería eran suyas (no eratotalmente cierto, en esos momen-tos, pero reflejaba su objetivo inme-diato, como se demostraría pocashoras después) y que contaba con elRegimiento de Iberia (como así fue,realmente) que entraría al díasiguiente, ya sublevado.


De acuerdo con lo decidido en la Junta de Jefes,

el contralmirante Dueñasacudió, esa misma noche, a entrevistarse con el generalContreras, quien le conminó a la inmediata entrega de laEscuadra y el Arsenal.

Pero, quizás, lo más convincen-te en la actuación de Contreras fuela grave amenaza que le anunciósobre el peligro que corrían las vidasde los jefes y oficiales de la Vitoria yla Almansa si no se accedía, rápida-mente, a sus demandas, revelándoleque aquella noche, y a una señal,iban a ser degollados los jefes u oficia-les de las fragatas Vitoria y Almansa,aunque le aseguró, que si Dueñas leprometía ir a la mañana a tratar suentrega o capitulación, se evitaríaaquel sacrificio. Muy posiblementefuera un farol y el general Contreras

(militar profesional y prestigioso)no se hubiera atrevido a autorizarla grave acción que suponía el ase-sinato de varios jefes y oficiales dela Marina (como lo demostró sucomedida actuación, durante lossiguientes meses, al frente de laSublevación Cantonal de la ciu-dad, en la que intentó evitar todotipo de excesos y actos de represa-lia o de violencia injustificada),pero, indudablemente, supo utilizar,muy hábilmente, la debilidad delcontralmirante Dueñas, con unacombinación de amenazas y de pro-

mesas, a las que éste, totalmentesobrepasado por la gravedad de losacontecimientos (y después dehaber cometido tantos errores segui-dos), terminó claudicando y acep-


Fragata de hélice Almansa(1866-1898). Tras varios intentos de sublevación, durante el 27 de

mayo y el 12 y el 13 de julio de 1873, finalmente, en la mañana

del 14 de julio, sería la primeraunidad de la Fuerza Naval

del Mediterráneo que se uniría a la Sublevación Cantonal.

(Fotografía del Museo Naval de Madrid).

La suerte de la Escuadra y del Arsenal parecía estar echada. Dueñas estaba totalmente derrotado moralmente y decidido a la entrega, pero, no obstante, todavía realizaría un último

y desesperado intento de resistencia, comunicando al comandantedel vapor Fernando el Católico, si era posible o no la defensa

del arsenal con su buque.

tando la entrega de la Escuadra y delArsenal, al día siguiente, con laúnica concesión de que las tropas dela Marina salieran del arsenal por-tando sus armas y a tambor batiente.

La suerte de la Escuadra y delArsenal parecía estar, irremisible-mente, echada, tras esta entrevista.Dueñas estaba totalmente derrota-do moralmente y decidido a laentrega, pero, no obstante, todavíarealizaría un último y desesperadointento de resistencia, comunican-do al comandante del vapor Fernan-do el Católico (capitán de Navío de2ª Clase, Tomás Valarino Badino),si era posible o no la defensa del arse-nal con su buque, para lo cual lepidió que deliberaran, en junta, consus oficiales.

Salvo ésta, no se intentaronotras opciones que aún quedabanpara intentar oponerse a las exigen-cias de los sublevados, como pudie-ron haber sido el enviar destaca-mentos de Infantería de Marina(todavía fieles) a guarnecer las fraga-tas amenazadas (que, muy posible-mente, hubieran evitado la insu-rrección final) y, tras ello, ordenarencender máquinas a las fragatasVitoria y Almansa y al vapor Fer-nando el Católico y salir del puertode Cartagena favorecidos por la oscu-ridad de la noche, como así quedóreflejado en la citada sumaria, en laque sus respectivos comandantes yoficiales declararon que, todavíahubiera sido posible en esosmomentos, porque seguían obede-ciendo la mayoría de las tripulacioneslas órdenes de sus comandantes. Tam-poco se intentó (como obligaban las

Ordenanzas de la Armada), que, sise consideraba indefendible el Arse-nal y obligada su entrega, se inutili-zaran las máquinas de los buques des-armados Numancia, MéndezNúñez y Tetuán, las cuales nohubieran podido reemplazarse enCartagena por los sublevados y loshubiera privado de tres de sus prin-cipales unidades, durante lossiguientes meses.

Pero nada de eso se hizo, ni tansiquiera se intentó, y, por el contra-rio, y siguiendo con la actitud entre-guista.Dueñas ordenaría, esa mismanoche, al comandante de la fragataAlmansa, que por la mañana hicieseentrega de su buque a la persona queContreras designase.

14 DE JULIO: EL MINISTROANRICH EN CARTAGENA.ÚLTIMO INTENTO DE RESISTENCIA DE LA ESCUADRA Y DEL ARSENALY TRIUNFO FINAL DE LA SUBLEVACIÓN. LAS AUTORIDADES DE MARINA Y DEL EJÉRCITO ABANDONAN LA CIUDADMientras Dueñas preparaba ya laentrega de la Escuadra y del Arsenala los sublevados, hacia las tres de lamadrugada del lunes 14 de julio,llegaba a Cartagena, de incógnito,el ministro de Marina FedericoAnrich Santamaría, como últimorecurso del gobierno de Pi y Margallde intentar contener la SublevaciónCantonal de la ciudad y de evitarque se extendiera, finalmente, a laEscuadra y al Arsenal.

Anrich, totalmente desconoce-

dor de las negociaciones de Dueñasdel día anterior, evitó pasar por laCapitanía General (en pleno cascourbano), o por el Arsenal, para evi-tar ser identificado e interceptadoen el camino por las patrullas devigilancia de los sublevados, y sedirigió, directamente, a uno de losmuelles comerciales del barrio deSanta Lucia (al parecer al de Rolan-di o al de Valarino), donde embarcóen una falúa a motor que le prepa-raron, con la que se acercó a la fra-gata Almansa, en el mismo momen-to en que los designados porContreras (el propio dirigente can-tonal Antonete Gálvez, su hijoEnrique, su secretario, José RuizValera, y el marino mercante JoséSolano), desde un bote, hacíanseñales con una gran bandera roja eintentaban subir a la fragata parahacerse cargo de ella. Mientrastanto, a bordo del buque, los com-prometidos (armados y, al parecer,dirigidos por el contramaestreAgustín Martínez y el condestableJosé Prieto Moreno) conseguíanrecoger y hacer ondear en el buquela bandera roja entregada por Gál-vez (la señal convenida para el iniciode la sublevación en el resto de laEscuadra), mientras mantenían a sucomandante, el capitán de navíoJuan Martínez-Illescas Egea, y alresto de la oficialidad (2º coman-dante interino, teniente de navío de2ª clase José Mª Jiménez, tenientesde navío de 2ª clase Víctor MaríaConcas y Joaquín Fuster, alférecesde navío José Jover Dávila, LorenzoViniegras, Ramón de Ibarra, EmilioMartínez y Antonio Aranda Mora-


De la Almansa se dirigió Anrich a la Vitoria, donde ya no pudo, ni tan siquiera,subir a bordo, por las amenazas que le profirieron desde sus bordas loscomprometidos, y, sin intentarlo con el vapor Fernando el Católico, alpensar que la situación sería similar, decidió dirigirse al Arsenal.

les, teniente de Artillería de MarinaJuan Sandoval, teniente de Infante-ría de Marina José Baeza, contadoroficial 2º Antonio Pérez Mejía, 1os

médicos Ricardo Cesio y José Anto-nio Ibarra, 2º capellán Juan Fernán-dez López, y guardiamarinas de 1ªclase Rafael Mendoza, Alberto Cas-taño, Joaquín Borja, José Moya,Eugenio Macino y Federico Sán-chez Carrasco), encerrados en suscamarotes y bajo vigilancia armada.

El ministro Anrich consiguióacceder al buque, donde el centine-la de guardia en la escala real le diola voz de !Alto, quien vive!, encon-trándose con la inesperada y sor-prendente respuesta de el ministrode Marina. El desconcierto a bordode la fragata fue total, llegándose aformar, precipitadamente, la guar-dia y a rendirle los honores militaresde ordenanza. Pero todo cambiaríaen pocos segundos. Cuando elministro pensaba que había conse-guido, in extremis, controlar la

situación y había dado orden de quelos oficiales fueran liberados y quesubieran a cubierta a recibirlo, uncabo de cañón (al parecer Juan San-tiago Pinedo) esgrimió un revolvery le realizó un disparo a boca jarro,que, afortunadamente, falló. Elresto de la tripulación comenzó aproferir amenazas contra el minis-tro, obligándolo a que abandonarael buque de inmediato. De laAlmansa se dirigió Anrich a la Vito-ria, donde ya no pudo, ni tansiquiera, subir a bordo, por las ame-nazas que le profirieron desde susbordas los comprometidos, y, sinintentarlo con el vapor Fernando elCatólico, al pensar que la situaciónsería similar, decidió dirigirse alArsenal.

El historiador Gabriel Bareiola,incluye una anécdota (trasmitida, alparecer, por el sobrino de Gálvez,Francisco Gálvez), en la que se indi-ca que, tras subir Gálvez a la fragataAlmansa, se dirigió al camarote de

su comandante, capitán de navíoMartínez-Illescas, al que pregunto siestaba dispuesto a unirse a la suble-vación. Al contestarle éste negativa-mente, Gálvez le indicó que podíamarcharse, a lo que el comandantedel buque le replicó con muchogusto, ya era tiempo, supuesto que elgobierno de Madrid lo quiere. A con-


La emblemática fragata blindadaNumancia en el dique flotante

del Arsenal de Cartagena. En julio de 1873, y en el momento de iniciarse la

Sublevación Cantonal (12 a 14 de julio), esta poderosa fragata se encontraba en reparaciones

en el dique flotante. Su oficialidad opuso ciertaresistencia a la sublevación,

pero, finalmente, el maquinista 2º,Rafael Rodríguez, conseguiría

sublevarla y detener a sus mandos,pasando a convertirse,

en los siguientes meses, en laprincipal unidad naval de la

Escuadra cantonal sublevada.


tinuación Gálvez preguntó lomismo al segundo comandanteinterino, teniente de navío de 2ªclase José Mª Jiménez, el cual,según dicha información, contestóafirmativamente, ayudando inclusoa izar la bandera roja en la fragata.No existe constancia documentalsobre la veracidad de estos hechos,sobre todo en lo referente a la acti-tud del citado segundo comandantede la Almansa, el cual (al igual quetoda la oficialidad del Cuer-po General de la Armada, apartir de teniente de navío,destinada en Cartagena enesos históricos momentos)no aparece en ningunadocumentación manejada,ni lista de personal de laMarina o de la Maestranza,como incorporados a laSublevación Cantonal.

Gálvez, y tras conseguirque la Almansa se uniera,definitivamente, a la suble-vación, repitió su acción enla fragata blindada Vitoria,en la que su oficialidad(comandante capitán denavío de 1ª clase Pedro deAubarede, 2º comandantecapitán de fragata y coroneldel Ejército graduado Ale-jandro Churruca, tenientede navío de 1ª clase Francisco Fer-nández Alarcón, tenientes de navíode 2ª clase Mariano Torres, EnriqueSasquelly, Pedro Ruidaveti y RománLópez Lepeda y teniente de Infante-ría de Marina, con grado de capitándel Ejército, Miguel Pelayo delPozo) opuso cierta resistencia.Pocos minutos después, Gálvezsubía a bordo y se izaba una bande-ra roja, acto que fue secundado,poco después, por el vapor Fernan-do el Católico (comandante, capitánde navío Tomás Valarino), y las fra-gatas protegidas Tetuán (sin coman-dante nombrado en 1872-1873), yMéndez Nuñez (comandante, capi-

tán de fragata Vicente Carlos Roca),ambas en reparaciones en el Arse-nal. Uno de los últimos buques enunirse a la sublevación sería la fraga-ta blindada Numancia (en aquellosmomentos en reparaciones en eldique flotante del arsenal), en la quesu oficialidad (comandante, capitánde navío de 1ª clase Eduardo Rovi-ra Bellón, 2º comandante, tenientede navío de 2ª clase José Ferrándiz,alférez de navío Pedro González

Valdés y contador oficial 1º deAdministración Santiago SorianoMartínez), con la ayuda de parte desu guarnición de Infantería deMarina, llegó a presentar, también,cierta resistencia. Llegaron, incluso,a producirse algunos disparos abordo, hasta que el maquinista 2º,Rafael Rodríguez, consiguió desar-mar a la oficialidad y a sus leales ydetenerlos. Pocos minutos después,Gálvez subía a bordo de la históricafragata y les entregaba a los subleva-dos una bandera roja, que fue izadaen uno de sus estáis. La FuerzaNaval del Mediterráneo (que inte-graba a las unidades más poderosas

de la Escuadra de Reserva de laMarina de Guerra española de laépoca) acababa de sublevarse, en sutotalidad, y de unirse a la Subleva-ción Cantonal, y, ni la presencia delministro de Marina, ni la tímidaoposición de parte de la oficialidadde los buques, habían conseguidoevitarlo.

Tras su fracaso en la Escuadra,el ministro Anrich arribó, finalmen-te, al Arsenal, donde asumió el

mando superior del departa-mento y se reunió con elcontralmirante Dueñas y elcomandante general interinodel Arsenal, capitán denavío de 1ª clase José Mª deSoroa San Marty, (el mayorgeneral de la Escuadra delMediterráneo, capitán denavío de 1ª clase José Mon-tojo Trillo, sorprendente-mente, ya había abandona-do la ciudad, con direccióna Madrid, en la noche del13), quienes le pusieron alcorriente de los aconteci-mientos y los acuerdos deldía anterior, entre ellos el dela Junta de Mandos, queconsideraba indefendible lasinstalaciones del Arsenal,con la Escuadra y los casti-llos sublevados y bajo sus

potentes fuegos.En medio de la citada reunión,

y ya en las primeras horas de lamañana del 14 de julio, se recibióen el Arsenal un nuevo aviso delgeneral Contreras (conocedor ya dela presencia en Cartagena del minis-tro Anrich) en el que se anunciabaque si no se entregaba el arsenal en eltérmino de media hora rompería lashostilidades. Anrich realizó un últi-mo intento de defensa del Arsenal,para el que todavía contaba con lasimportantes fuerzas del 3er Regi-miento de Infantería de Marina yde los Guardias de Arsenales (dosbatallones, con cerca de 950 hom-

La Fuerza Naval delMediterráneo (que integraba alas unidades más poderosas dela Escuadra de Reserva de laMarina de Guerra española de

la época) acababa desublevarse, en su totalidad, yde unirse a la SublevaciónCantonal, y, ni la presenciadel ministro de Marina, ni latímida oposición de parte dela oficialidad de los buques,habían conseguido evitarlo.

bres, armados con fusiles Reming-ton y algunas piezas de artilleríaligera de desembarco), así con unreducido número de marineros deldepósito del Arsenal.

Con esa intención, Anrichmando formar en la plaza de armasdel Arsenal a la marinería y a las tro-pas de Infantería de Marina y deGuardias de Arsenales, a losque arengo y les pidió, nue-vamente, su fidelidad algobierno. La respuesta de lastropas fue tan fría y negati-va, que el ministro conside-ró ya inútil toda resistencia.Y en este cambio de actitud(junto con la indudableinfluencia que supondría laya consumada sublevaciónde la Escuadra), jugaría unpapel importante la laborperturbadora que realizó,entre las tropas, el coman-dante de uno de los dosbatallones del citado regi-

miento, Cristóbal García Cervantes(que hacía las veces de primer jefedel 6º Batallón, por no estar cubier-ta la plaza de teniente coronel),quien, en las siguientes horas, seuniría a los sublevados, siendonombrado, por Gálvez y Contreras,comandante general accidental yjefe de Armamentos del Arsenal.

Tras el plante de latropa, los mandos del Arse-nal volvieron a reunirse, porúltima vez, a todos los cualesDueñas les trasmitió laorden de abandonar, defini-tivamente, el Arsenal y todaslas dependencias de la Mari-na en la ciudad, proveyén-doles de los correspondien-tes permisos y pasaportespara salir de Cartagena conlos medios y formas queconsideraran más rápidos yadecuados. Minutos más


Plaza de Armas del Arsenal de Cartagena. En esta plaza,

el 14 de julio de 1873, el ministroAnrich arengaría a las tropas de

Infantería de Marina, y, trascomprobar su escaso ánimo para

defender el Arsenal, ordenaría su abandono y su entrega a la Junta Revolucionaria

Cantonal establecida en la ciudad, dos días antes.

Tras el plante de la tropa, los mandos del Arsenalvolvieron a reunirse,

por última vez, a todos los cuales Dueñas lestrasmitió la orden de

abandonar, definitivamente,el Arsenal y todas las

dependencias de la Marina en la ciudad.


tarde, el ministro Anrich se embar-caba en un remolcador de la Mari-na, en compañía del capitán de fra-gata Juan Cervantes Courcelle(ayudante de la Mayoría General) ydel capitán de Artillería de MarCarlos Molina García (ayudantesecretario de la ComandanciaGeneral), y partían hacia Alicante,entre grandes gritos de júbilo de lastripulaciones de la Escuadra, yasublevada en su totalidad.

En aquellos mismosmomentos, un importantenúmero de personal de laMaestranza del Arsenal,encabezados por los citadosdirigentes Antonio RocaSoto (maestro mayor de laComandancia de Ingenierosde la Armada y capitán deVoluntarios de la Repúbli-ca), Miguel Moya (escri-biente de 1ª clase de dichacomandancia y vocal de la1ª Junta Cantonal reciénnombrada) y Ángel Casena-ve de la Peña (escribiente de1ª clase de la Mayoría General deMarina), comenzaron a ocupar lasdistintas comandancias e instalacio-nes del Arsenal, mientras el contral-mirante Dueñas daba la últimaorden de que se abrieran las puertasdel arsenal a los insurrectos. El des-concierto fue total. Las tropas deInfantería de Marina y de Guardiasde Arsenales y de marinería (conexcepción de algunos tripulantes dela Numancia) abandonaron sus res-pectivas dependencias pasándose alos insurrectos prácticamente enmasa, con los que, pocos minutosdespués, se pasearon en triunfo porlas calles de la ciudad, dando vivas ala sublevación.

En pocos minutos todo habíaacabado. Dueñas no puedo, ni tansiquiera, reunir a todos sus subordi-nados, y, con ellos a su cabeza (ysegún lo acordado con Contreras)realizar la salida del Arsenal, con

armas y a tambor batiente (debido aque la mayoría de las tropas sehabían unido ya a los sublevados,con la salvedad de 80 tripulantes dela Numancia), por lo que los jefes yoficiales recogieron las pocas perte-nencias que pudieron llevarse ysalieron del Arsenal, como pudie-ron, y en pequeños grupos, aunquesin ser molestados por los subleva-dos. En este grupo de mandos quesalió del Arsenal, se encontraban el

propio capitán general del Departa-mento Marítimo, contralmiranteJosé de Dueñas Sanguineto, elcomandante general interino delArsenal, capitán de navío de 1ª claseJosé Mª de Soroa San Marty, el jefeinterino de la Comandancia deIngenieros, Eugenio Díaz del Casti-llo, el jefe de Armamentos, capitánde navío Rafael Alonso Sanjurjo, eljefe interino de la Comandancia delParque de Artillería del Arsenal,teniente coronel de Artillería de laArmada Enrique Guillén Estévez, elordenador del Arsenal o jefe deAcopios e Intendencia de Marinadel Departamento Marítimo, comi-sario ordenador de 2ª clase JoaquínMartínez Illescas, el comisario deGuerra del Arsenal, Miguel Caba-nellas Villamartín, el coronel 1er jefedel 3er Regimiento de Infantería deMarina, Francisco Gamarra Gutié-rrez, y el teniente vicario del Depar-

tamento, Vicente Alcaide). De igualo parecida forma, abandonarían suspuestos la gran mayoría de los jefesy oficiales del cuerpo general de laArmada (incluida la oficialidad delos buques) y de otros cuerpos espe-cializados (Ingenieros, ArtilleríaNaval, Intendencia e Infantería deMarina, con la salvedad del perso-nal médico, que, voluntariamente,decidió permanecer en la plaza), yque, en su practica totalidad, actua-

ron con su tradicional espíri-tu de cuerpo y decidieron,casi masivamente, permane-cer fieles al gobierno legal-mente constituido de lanación y no unirse a laSublevación Cantonal enmarcha. Afortunadamente,la salida de la ciudad detodos estos mandos de laMarina, junto con sus fami-liares, se produciría dentrode una razonable normali-dad y sin ningún acto deviolencia, represalia o inti-midación, por parte de los

sublevados, de que se tenga noticia. Esa misma tarde, el teniente

general Juan Contreras acudía alGobierno Militar y se reunía con sutitular, el brigadier de Infantería deMarina Guzmán, al que exigía laentrega inmediata de los castillos yfuertes que aun mantenía en supoder (San Julián, que todavía seencontraba en su última fase deconstrucción, y las baterías decosta). Guzmán alegaría cuestionesde desconfianza en lo referente a laseguridad de dichos fuertes si pasa-ban a manos de voluntarios, pero,tras recibir garantías del generalContreras de que quedarían prote-gidos por militares profesionales,accedió, finalmente, a su entrega.

La Sublevación Cantonal habíatriunfado plenamente en toda laciudad de Cartagena, Escuadra,Arsenal naval e instalaciones delEjército, en tan solo tres días y sin

La salida de la ciudad de losmandos de la Marina,

junto con sus familiares, se produciría dentro de unarazonable normalidad y sinningún acto de violencia,represalia o intimidación, por parte de los sublevados.


apenas resistencia por partede las autoridades civiles ymilitares de la primera plazafuerte del país, lo cual favo-recería el que, como conse-cuencia de ello, no hubieraque lamentar ninguna bajapor ambas partes (ni muer-tos, ni heridos).

Al atardecer de esemismo día, y mientras llega-ban noticias de que las fuer-zas del 2º Batallón del Regi-miento de Infantería deIberia (acantonado en losvecinos pueblos de La Palmay Pozo Estrecho) se acaba-ban de unir a la SublevaciónCantonal, con el coronelFernando Pernas y el tenien-te coronel José Parra a sucabeza, se preparaban parasalir de la plaza (realmentelo harían el día 15 por lamañana) el gobernadormilitar, brigadier Guzmán,acompañado de todas lasfuerzas que no habían queri-do unirse a la sublevación(un batallón escaso del Regi-miento de Infantería deÁfrica, con su jefe, el tenien-te coronel Miguel RoviraMedina a la cabeza, 40 arti-lleros y los jefes y la mayorparte de la oficialidad deIngenieros, Artillería, Esta-do Mayor y AdministraciónMilitar, con pasaportes fir-mados, personalmente, porel general Contreras.

A partir de estemomento, los sublevados cantona-les controlarían el Arsenal de Carta-gena y la poderosa Fuerza Naval delMediterráneo durante seis largosmeses (entre el 14 de julio de 1873y el 12 de enero de 1874), durantelos que realizarían numerosas expe-diciones marítimas por toda la costamediterránea, con apresamiento debuques, desembarcos con incauta-

ción de contribuciones y bienes(Águilas, Torrevieja, Vera, Motril,etc.), bombardeos de ciudades(Almería y Alicante), combatesnavales con una escuadra delgobierno central (Cabo de Aguas),conflictos con escuadras extranjeras(alemana y británica) y accidentescon perdidas de buques (vapor deguerra Fernando el Católico y fraga-

ta protegida Tetuán), hastala rendición final de la ciu-dad de Cartagena el 12 deenero de 1874 (tras un durositio militar y bombardeocon artillería de sitio) y lahuida a Oran de sus princi-pales dirigentes a bordo dela fragata blindada Numan-cia. Toda una verdaderapágina de nuestra historianaval y militar, hasta lafecha no suficientementeconocida, ni estudiada enprofundidad, que, sin duda,sigue reclamando estudiosmás detallados, en los que seincluya la valiosa documen-tación existente en los archi-vos navales de nuestro país.

CONCLUSIÓN Como conclusión final detodo lo expuesto, cabría pre-guntarse lo siguiente: ¿hubonegligencia o falta de deci-sión de resistir en las actua-ciones de los mandos milita-res de la plaza de Cartagena(tanto de la Marina, comodel Ejército), así como esca-sez y retraso de instruccio-nes claras y oportunas porparte de las autoridades deMadrid (presidente del Eje-cutivo y ministros de laGobernación, Guerra yMarina) durante los sucesosde los días 12 a 14 de juliode 1873? Es evidente que sí,y así se desprende del análi-sis de toda la documenta-

ción manejada y expuesta a lo largode este artículo.

No sólo se cometieron nume-rosos e importantes errores, si noque, sobre todo, nadie estuvo verda-deramente dispuesto a enfrentarse,con decisión, y con los poderososmedios de los que todavía dispo-nían en los primeros momentos, ala sublevación, y, muy probable-

Los sublevados cantonalescontrolarían el Arsenal de

Cartagena y la poderosa FuerzaNaval del Mediterráneo duranteseis largos meses (entre el 14de julio de 1873 y el 12 deenero de 1874), durante losque realizarían numerosasexpediciones marítimas portoda la costa mediterránea,con apresamiento de buques,desembarcos con incautaciónde contribuciones y bienes,bombardeos de ciudades,combates navales con una

escuadra del gobierno central,conflictos con escuadras

extranjeras y accidentes conperdidas de buques, hasta larendición final de la ciudadde Cartagena el 12 de enerode 1874 (tras un duro sitiomilitar y bombardeo con

artillería de sitio) y la huidaaOran de sus principalesdirigentes a bordo de la

fragata blindada Numancia.


mente, en ello influiría, de maneraimportante y decisiva, la forma enque el gobierno de Madrid habíallevado y resuelto los anterioressucesos del mes de mayo anterior(motines a bordo de las fragatasVitoria y Almansa). En esta segundaocasión (la del 12 al 14 de julio), lasublevación negativa (la falta dedecisión y de resistencia) tuvomayor importancia que lapositiva, entremezclándose,además, otra serie de facto-res, como fueron la debili-dad del poder político(temeroso de que se produ-jera un grave enfrentamien-to armado entre militares yvoluntarios, con múltiplesbajas por ambas partes quehicieran irreconciliable aambos sectores del republi-canismo y radicalizara, tantoa los intransigentes, como alos militares), la falta dedecisión de los mandos de laplaza (sin ordenes claras desus superiores y con muypoca seguridad en la fideli-dad y actuación de sus pro-pias fuerzas) y ciertas actua-ciones dudosas de algunospersonajes clave en aquellosdifíciles momentos (como,por ejemplo, la del ministrode la Guerra, el general promonárquico Eulogio Gon-zález Iscar, la del gobernadorcivil de la provincia, Anto-nio Altadill, o, incluso, la delcomandante de la fragata Vitoria,capitán de navío de 1ª clase Pedrode Aubarede Bouyón).

Todas las altas instancias admi-nistrativas militares de la ciudad,desde el Capitán General delDepartamento Marítimo, al Gober-nador Militar, esperaron unas órde-nes concretas y claras del Gobiernoque no llegaron (o ya tarde), y queellas mismas se negaron a protago-nizar, quizás por indecisión, miedo

a asumir responsabilidades históri-cas en un momento más que delica-do, o por impotencia y lógico temora las consecuencias posteriores.

Es evidente, por tanto, que lasalida de la ciudad de todos estosmandos de la Marina, junto con susfamiliares, se produciría dentro deuna razonable normalidad y sinningún acto de violencia, represalia

o intimidación, por parte de lossublevados A las puertas de Carta-gena se encontraban acantonadosdos batallones del Regimiento deInfantería de Iberia (unos 600 hom-bres), que, de habérseles ordenadoentrar en la ciudad en la mañana delmismo día 12 de julio, habríanpodido evitar, solamente con supresencia (y sin necesidad de queocurrieran enfrentamientos arma-dos) que los todavía indecisos

voluntarios intransigentes conti-nuarán con su estado de insurrec-ción, así como que, el propio Regi-miento, terminara uniéndose a lasublevación, tres días después. Conla ciudad controlada por las tropasdel Ejército (a cuya acción muybien podían haber colaborado lasimportantes tropas del Ejército y deInfantería de Marina y marinería

disponibles dentro de laplaza, que superaban los tresmillares de hombres, conabundante armamento), lossublevados (unos pocos cen-tenares de voluntarios esca-samente armados con cara-binas Berdan, muchas deellas inutilizables) no habrí-an, ni tan siquiera, intenta-do la sublevación de laEscuadra y, de haberlohecho, sus mandos habríanpodido, fácilmente, impedirel triunfo de la insurrección,o, al menos, la pérdida delos buques de la Escuadra, sise hubieran llevado a cabolas acciones adecuadas yacomentadas (distribución defuerzas de Infantería deMarina en los buques ame-nazados, mantenimiento delos buques con máquinasencendidas, para su utiliza-ción en la defensa del Arse-nal o su salida del puerto,aislamiento o apresamientode las tripulaciones más

revoltosas, etc.). Pero nada de estoocurrió, sino todo lo contrario. Elpresidente Pi y Margall se excusaría,años más tarde, en la falta de deci-sión de los mandos de la plaza:¿Podía yo presumir, ni por lo másremoto, que la idea cantonalista pre-valeciera luego en Cartagena? ¿Quéno encontrase resistencia ni en lasautoridades civiles, ni en los Gober-nadores de los castillos, ni en el gene-ral de marina, ni en las poderosas fra-gatas que allí había, ni en los soldados

Todas las altas instanciasadministrativas militares

de la ciudad, desde el CapitánGeneral del DepartamentoMarítimo, al GobernadorMilitar, esperaron unas

órdenes concretas y claras del Gobierno que no llegaron(o ya tarde), y que ellasmismas se negaron aprotagonizar, quizás por

indecisión, miedo a asumirresponsabilidades históricasen un momento más quedelicado, o por impotencia

y lógico temor a lasconsecuencias posteriores.

que estaban en la puerta? ¿Qué tantasy tan invencibles fuerzas viniesen aponerse al lado de la más desatentadade las insurrecciones? ¿Qué la hubie-sen preparado y fuesen luego a dirigir-la generales de mérito y la templanzade Ferrer, y diputados que meses antesde la proclamación de la Repúblicatronaban en nuestras asambleas fede-rales contra los impacientes? (...).

De la misma manera,el dictamen final de lasumaria abierta al contral-mirante Dueñas por suactuación en los sucesos deCartagena también esclaro y contundente, y nosolo en lo que respecta almáximo responsable delDepartamento Marítimo,si no, también, en lo refe-rente a las debilidades delos gobiernos de la época.A pesar de reconocer quese trató de un periodo tanexcepcional (…) en los queno era posible prever el estado deanarquía en que se vio esta Nación elaño 73, resolvió que quedó demos-trado que pudo aminorar la gravedadde los desastres (…) y no tomó lasmedidas necesarias para evitar laentrega de los grandes intereses delEstado puestos bajo su responsabili-dad, así como que actuó con impre-visión y debilidad de carácter, y que,desde que se posesionó del mando,procedió de forma sumisa a las ins-piraciones y procedimientos de gobier-nos impotentes para la subordinacióny el orden, dejó invadir sus atribucio-nes y no sostuvo la disciplinaria inde-pendencia de su mando. Dejándosellevar por los vientos que soplaban de

arriba, propone y obedece ordenes que(…) no tiene el valor de expresar a lasuperioridad su desacuerdo con losprocedimientos de los gobiernos dequienes dependió, en lo que se relacio-na con su mando (…). Por todo ello,el Consejo, finalizó declarando quela conducta observada por el contral-mirante D. José de Dueñas con moti-vo de la insurrección de Cartagena no

correspondió en todo a su elevadacategoría en la Armada, y que así se lehaga entender por vía de amonesta-ción (…) pidiendo que sufra la penade ser amonestado severamente y nopueda en lo sucesivo desempeñarmando alguno activo en la Armada.Y así fue, terminando, desde esemomento, la carrera profesional delcontralmirante José de Dueñas San-guineto.

Hoy, siglo y cuarto largo des-pués de ocurridos los hechos inves-tigados, superados los apasiona-mientos y los mitos de otras épocas,y a la vista de toda la abundantedocumentación original disponible

y manejada, parece evidente que laSublevación Cantonal de Cartagenapudo haberse evitado o anulado, sinexcesiva dificultad, y, con ello, elque se extendiera a otras zonas delpaís, con todo lo que, negativamen-te, supuso para la propia PrimeraRepública española. Este primereslabón de la cadena de sucesos evi-tables, muy posiblemente hubiera

podido propiciar una situa-ción histórica muy diferente ala que realmente ocurrió (enesa percepción negativa, tannuestra, que siempre nos hacepensar que lo otro siemprehubiera sido mejor), evitan-do, quizás, serios y graves pro-blemas al gobierno de Pi yMargall y a sus sucesores, asícomo el que hubiera tenidoque producirse una nueva (yno deseada por la mayoría delos republicanos de la época)intervención de los militaresen la política del país, con

todo lo cual, muy probablemente,hubiera sido posible conseguir laestabilidad y el mantenimiento delrégimen republicano (como en lavecina Francia de la época), cuyofracaso final, aunque condicionadopor muchos factores de diferentetipo (debilidad de los republicanostras la ruptura con los radicales, pre-sión creciente de los monárquicos yconservadores, división y enfrenta-miento de los propios grupos repu-blicanos, etc.), en una buena partese debió, precisamente, a la situa-ción creada con la SublevaciónCantonal del verano de 1873. �


La Sublevación Cantonal de Cartagena pudo haberse

evitado o anulado, sin excesivadificultad, y, con ello, el quese extendiera a otras zonasdel país, con todo lo que,negativamente, supuso para la propia PrimeraRepública española.


Obra de estilo modernista del arquitecto Víctor Bel-trí y Pedro Cerdán.

Esta obra es, junto con el Gran hotel de Cartagenala obra más destacada del modernismo en la Región deMurcia.

Fue concebido como plaza de abastos del pueblo deLa Unión, que, a principios del siglo XX vivía unmomento de extraordinaria pujanza económica debidoal auge de las minas de plomo y plata.

Actualmente el interior está preparado para ade-cuar la sonoridad del edificio al Festival de Cante, de ahíque veamos distribuidos en su altura paneles y elemen-tos que regulen y mejoren la acústica y que, curiosa-mente, se adaptan a la estética original del edificio.

Como toda obra modernista, como toda arquitec-tura del siglo XX que intenta innovar en sus estructurasy estética, este edificio, utiliza referencias formales quetoma prestadas a la arquitectura clásica.

Si atendemos a la disposición de sus líneas princi-pales nos encontramos con dos fachadas principales. Lasdos fachadas, que se dan la espalda, parten, como pro-

longación, de una cúpula de planta octogonal, y a dere-cha e izquierda de estas fachadas, y surgiendo tambiénde la cúpula, se prolongan dos brazos a modo de dosnaves de planta rectangular. Estos brazos están escalona-dos y se cubren en su tejado con una sola vertiente losdos primeros pisos, y a dos aguas en el último.

Esta curiosa disposición de volúmenes tiene clarasreferencias en las estructuras basilicales góticas o romá-nicas, si situáramos la cúpula en uno de los extremos delos brazos y una de las fachadas como portada del extre-mo opuesto, habríamos convertido este mercado en unamás que posible iglesia basilical.

Esta disposición da como resultado un espacioenorme, que no olvida la funcionalidad que se le requie-re como mercado de abastos. La primera planta de estosbrazos estaba porticada, dedicada a la disposición decomercios, tiendas que se verían también distribuidasen el interior, un espacio de una sola planta, sobrada-mente iluminado por las vidrieras de los sucesivos pisosy la cúpula.

Edificios con encantoAntiguo Mercado Público de La UniónDeclarado como Bien de Interés Cultural (BIC)


Situada en la plaza de San Francisco, próxima a unade las zonas urbanas de Cartagena con abundancia

de edificios de líneas modernistas, la Casa Maestre esuna de las arquitecturas de referencia en el urbanismode Cartagena. De estética modernista, se enmarca en elestilo propio de la escuela catalana del pasado siglo XX.

Con un zócalo de mármol y fachada de piedra,dividido en tres pisos, el edificio se ubica en una zonaurbana con edificios anexos, formando parte de la ajar-dinada plaza de San Francisco. Sin duda las referenciasa la arquitectura catalana y, en especial, a la obra deGaudí, son continuas y evidentes.

La Casa Maestre fue un encargo de la familia Maes-

tre al arquitecto catalán Marcelino Coquillat Llofriú en1906, aunque el proyecto fue dirigido por Victor Beltrí,conocido ya en Cartagena por obras como la Casa Cer-vantes o el Palacio de Aguirre.

Cabe destacar, como evidente recuerdo, la impor-tancia de la familia Maestre, encabezada por José Maes-tre, en el panorama económico de Cartagena. Muypronto emparentado con la familia, también dedicada ala minería de los Zapata. José Maestre llegó a ser jefe delpartido conservador, alcalde de La Unión, presidente dela Junta de Obras del Puerto de Cartagena y ministro enalgunas legislaturas.

Casa MaestreDeclarado como Bien de Interés Cultural (BIC)

El motivo del presente artícu-lo, debido a la generosidad de laredacción de Cartagena Histórica, escompletar las referencias bibliográ-ficas de las obras estudiadas en ellibro El Arte Tipográfico en Cartage-na (desde sus orígenes hasta 1900),donde debido a los duendes de lasimprentas no se pudo establecer uníndice de las obras impresas ennuestra ciudad, desde sus orígenesen 1764 hasta el año de 1900,dando las signaturas de cada impre-so estudiado y las bibliotecas dondese encuentran las mencionadasobras.

En ese libro se estudiaban 256libros impresos en Cartagena dondesólo se conocían los impresos deXiménez –estudiados primero porCarlos Ferrándiz y luego, amplian-do la información así como la bio-grafía del impresor por Rubio Pare-des– y los 35 impresos que tiene elArchivo Municipal. Se amplía la

bibliografía cartagenera de esteperíodo en 221 obras. La inmensaparte de nuestra riqueza bibliográfi-ca se encuentra lamentablementefuera de nuestra ciudad, fuera inclu-so de la conocida Región de Mur-cia. Las demás obras están dispersaspor bibliotecas de todo el país.

Para ayudar al interesado en loslibros que se publicaron en Cartage-na, se agrupan las obras que se cita-rán a continuación según el siguien-te criterio: primero, las que sehallan en bibliotecas de Madrid queson la inmensa mayoría; después lasque están en nuestra ciudad o en lallamada Región de Murcia; el últi-mo grupo es un ramillete de biblio-tecas que están por todo el país.

Muy brevemente resumimos loexpuesto en el libro antes mencio-nado. Hasta la aparición del Artetipográfico... se consideraba que laprimera impresión hecha en Carta-gena era el Semanario Literario y

Curioso que apareció el 1 de sep-tiembre de 1786, aunque su pros-pecto se presenta a finales de 1785para su aprobación que sucedió el22 de mayo de 1786. El impresorfue Pedro Ximénez, procedente deOrihuela, donde aprendió el oficioen el taller de José Vicente Alagardaen el que entró de aprendiz, pasan-do todos los peldaños hasta apren-der el noble arte de impresor. Alfinal de la vida profesional de Ala-garda ambos firmaron obras juntos.

En el Arte Tipográfico… sedemuestra que hay tres impresos deXiménez en Cartagena con fecha de1783. Se trata de una Pragmáticasanción y de dos Reales Cédulas.Pero no es Ximénez el primerimpresor de nuestra ciudad como seentendía antes. El primer impresodata del año 1764. Se titula Devo-ción especialísima y aceptable a elPríncipe de Supremo de la Gloria elSeñor San Miguel y fue escrito por el


LA IMPRENTA EN CARTAGENA: Origen y desarrollo hasta 1900

Antonio J. del Puig

P. Francisco Rodríguez, presbíterode la antigua iglesia de San Miguely fue impreso por la Imprenta Realde Marina. Este texto se da íntegra-mente en reproducción facsímil enel libro mencionado a la cabecera deeste párrafo. Se trata de un librocuaresmal. Teniendo en cuenta quela Cuaresma al Arcángel San Miguelse celebraba el 15 de agosto, es desuponer que el libro fue impreso enla primera mitad de 1764.

Pedro Ximénez siguióimprimiendo en Cartagenahasta su muerte en 1792. Suviuda ejerció el entonces lla-mado derecho de viudedaddonde el taller seguía abierto ypodía hacerse cargo de termi-nar los encargos que tuviera suesposo y hacer otros nuevosdurante un período, normal-mente, de diez años. El traba-jo lo realizaban los oficialesdel taller. A su muerte susprensas compradas por Ful-gencio Gallardo Noirat, libre-ro de la calle Mayor, que sólopublicó un impreso conocidoen 1793, Armóicos cocentos deManuel de Sotomayor.

La Marina, con un Arse-nal prácticamente recién estre-nado y con los adelantos máspioneros de Europa en sutiempo, tenía interés en publi-car obras que no versabantodas sobre militaria. Ximénezfue nombrado impresor de laArmada –título que tambiénostentó el taller de su viuda–. Tras lamuerte de Ximénez aparecen variasobras con el pie de imprenta de laMarina con varios nombres: Ofici-na de Marina; Real Oficina deMarina; Imprenta de la Armada…pero será a partir de 1799 cuando elpie de imprenta quede firmadocomo Imprenta Real que imprimióhasta 1808 en nuestra ciudad.

Al mismo tiempo que aparecenestas obras, llega a Cartagena en

1795 Manuel Muñiz procedente deMurcia. Muñiz fue un hombreculto y refinado –no como Ximénezque siempre fue más un mercaderde libros–, como lo demuestra elcatálogo de sus impresiones. Se pre-ocupó por la Literatura como arte.Imprimió en Cartagena hasta 1803.

Tras la guerra con Francia, seestablece en Cartagena RamónPuchol, procedente de Alicante. Su

primer impreso data de 1815 y suúltimo de 1825, después marchó aGranada. Fue un impresor de carac-ter político de carácter liberal. Susimpresiones consistieron siempre enhojas sueltas o folletos, nuncalibros. Tuvo una librería en la calleCuatro Santos.

Francisco Juan, librero de lacalle de Jara, inaugura una dinastíade libreros y editores. Su primer

impreso y único impreso conocidoes de 1810. Su hijo José continuaríala labor empezada por su padre aun-que muy dispersa en el tiempo,siempre fue más librero que editor.

También librero y editor fueNicolás Nadal, cuyo primer impre-so es de 1846. Imprimió muchosfolletos para la Real Sociedad Eco-nómica del País. Murió en 1866,aunque aparecen dos impresos más

de su taller con el pie deimprenta de Vda. de Nadal eHijos, uno de 1871 y otro en1891. Su librería estaba en lacalle de Jara.

La modernidad de losinventos franceses, el abando-no de las prensas de túrculo yla llegada del mundo litográfi-co lo trajo a Cartagena Libera-to Montells. Su primer impre-so data de 1856 y el último en1884. Es el impresor másimportante de la ciudad en elsiglo XIX, sin duda, tanto porel número de sus impresionescomo por la calidad de lasmismas. Abrió taller en la calleHonda.

Antes del Cantón hayotros impresores que trabajanbrevemente en Cartagena, porejemplo, los hermanos Vicen-te y Leandro Riera, impresoresmurcianos que abrieron unalibrería en las Puertas de Mur-cia y también imprimieron enCartagena, también hay quecontar a Antonio Molina; al

taller de Martí de la calle San Fer-nando –después viuda de Martí–,que aunque nunca publicó librosfue famoso por sus estampas princi-palmente religiosas y sus almana-ques y la imprenta El Obrero.

Ninguno de estos impresoresmencionados llega por el númerode sus obras impresas y por su cali-dad a la actividad que desarrollaronlos que podemos distinguir comolos tres discípulos de Montells:


Marcial Ventura, que empezócomo encuadernador especia-lizándose en encuadernacio-nes en holandesa en mediapiel, que imprime entre 1873y 1904. Su taller estaba en lacalle del Duque; José Reque-na, que imprime entre 1874 y1902, tuvo su taller en la calledel Aire; Hipólito García,también librero, el másimportante del siglo XIX trasMontells, imprimió entre1883 y 1900. Tenía suimprenta en la calle CuatroSantos, nº 9, y su librería enla misma calle nº 31, según lanumeración de la época.

Por iniciativa de Joaquín Bus-tamante y Quevedo la Escuela deTorpedos publicará entre 1883 y1889 una serie de libros de caráctercastrense que tienen la peculiaridadde ser los libros mejor ilustrados–hablamos como talle– de toda laciudad. Se trataba de pequeños gra-bados a la madera auque algunosllegaban a alcanzar la plena página.

Otro librero-editor fue VicenteVelásquez que imprimirá entre1888 y 1889 las representacionesque se daban en el Teatro Circo y enel Teatro Maíquez, en el tiempo quela Comañía Lírico-Dramática deFiscowich estuvo en Cartagena, esdecir, dos años, con Victoria Muñozcomo primera figura, principal-mente zarzuelas, y algunos libros detexto también.

El periódico La Gaceta Mineratambién imprimirá obras de granvalor literario entre 1890 y 1899.

Hay dos establecimientos muyqueridos por todos los cartagenerosaún en plena labor comercial quebien pudieron imprimir libros en elsiglo XIX: uno de ellos la librería deHoracio Escarabajal que empezó susactividades como imprenta en la ca-lle de la Serreta en 1885, y aunque suimpresión más antigua data de 1912–Texto para el ingreso en la Escuela

Naval militar de García-Velázquez yBarreda–, posiblemente ya impri-miera a fines del siglo XIX; el otro:Casa Garnero&Imprenta de Gui-llermo Bant, su impreso más antiguoencontrado es de 1905 –el poemarioLágrimas y perlas de Pascual Martí-nez–, ambos establecimientos esta-ban unidos, el de la calle del Carmeny de la calle Santa Florentina que erapor donde se accedía a la imprenta.

Para el investigador, curiosos odeseoso de conocer con detallestodas las obras impresas hacemosmención a nuestro libro El ArteTipográfico en Cartagena: desde susorígenes hasta 1900, donde encon-trará detalladamente la descripciónde cada una de las 256 obras estu-diadas entre el período de 1764-1900; comentario de las mismas odescripciones bibliográficas de cadauna de ellas. Por razones de espacioaquí no podemos extendernos más.

Las signaturas prometidas alprincipio del artículo son éstas.Están ordenadas cronológicamentey por impresores. Cito año deimpresión; título de la obra referida;autor; biblioteca y signatura.Lamentablemente desde la publica-ción del libro hasta el momento deescribir el presente artículo, porobra realizadas en mi domicilio, se

han perdido una parte de miarchivo que ha afectado aalgunas fichas con las referen-cias de las obras menciona-das. Digo cuáles son. Otrossólo las he visto en bibliotecasparticulares –cuyo propieta-rio siempre ha preferidoreservar su anonimato–.Cumplo su voluntad. Y otrashan sido vistas durante misandanzas por librerías anti-cuarias durante años. Señalocada una cuando no se puededar la signatura con la biblio-teca de forma correcta.

Las referencias bibliográ-ficas mencionadas son:

IMPRENTA REAL DE MARINA1764. Devoción especialísima al ArcángelSan Miguel. FRANCISCO RODRÍ-GUEZ MURCIA. Archivo Munici-pal. 1-B-12(3).

PEDRO XIMENEZ1783. Pragmática sanción que Su Majes-tad Carlos III... junto con las dosCédulas. MADRID. Biblioteca delMuseo Naval. IMP-C1/44, (encua-dernadas en bloque).

1787. Oración panegírica... de Fr.Miguel Pedreño. MURCIA. ArchivoMunicipal de Murcia. Archivo Auxi-liar. 10-A-1(16).

1787. Relación de las epidemias que hanafligido a la ciudad de Cartagena deMartín Rodón. MADRID. Bibliote-ca de la Real Academia Nacional deMedicina. 2 ejemplares. 30-1-2Biblioteca 20 y 32-1 Biblioteca 9 (3).

1787. Compendio de cosmografía para eluso de la compañía de guardia marinasde Cartagena. MADRID. BibliotecaCentral de Marina (Cuartel Generalde la Armada). 00003037.

1788. Las delicias de la Nueva Cartago.MURCIA. Archivo Municipal deMurcia. Biblioteca auxiliar. 1-D-13(10).

1788. Breve discurso que para dar prin-cipios a los primeros ejercicios públicose Botánica. Martín Rodón.MADRID. Biblioteca del MuseoNaval. IMP-C182/4 y IMP-107.

1788. Exercicios públicos de Botánica...MURCIA. Archivo Municipal de


Murcia. 9-H-4(2).1788. Ordenanza que Su Majestad Car-los III manda... MADRID. Bibliote-ca del Museo Naval. BMN-4318(1).

1789. Sumario de las indulgencias...MURCIA. Archivo Municipal deMurcia. Biblioteca Auxiliar. 1-B-9(16) y 1-B-7(6).

1790. Instrucciones y señales que para elrégimen y maniobras... MADRID.Biblioteca del Museo Naval. BMN-4919.

1791. Instrucción que para gobierno delos oficiales de Marina... MADRID.Biblioteca del Museo Naval. IMP-93

1791. Novena a la gloriosa Virgen SantaGertrudis... MURCIA. ArchivoMunicipal de Murcia. BibliotecaAuxiliar. 1-C-29(7).

1791. Conclusiones públicas de Botáni-ca...Agustín Juan y Ginés Hernández...MADRID. Biblioteca del MuseoNaval. 2 ejemplares: IMP-94 y IMP-C5/24.

1791. Prontuario de las clases de présta-mos, premios y ventajas que disfrutanlos individuos del Real Cuerpo de Arti-llería de Marina. MADRID. Biblio-teca Central de Marina (CuartelGeneral de la Arada). 00000026.

1791. Prontuario de los sueldos en vellóny plata que disfrutan los oficiales hijosdel Cuerpo de Batallones de Infanteríade Marina. MADRID. BibliotecaCentral de Marina (Cuartel Generalde la Armada). 00000025.

1787-91. Ejercicios de la sacratísimaPasión... CARTAGENA. ArchivoMunicipal. 1213(7).

VDA. DE XIMENEZ1792. Descripción del Certamen mate-mático... MADRID. Biblioteca delMuseo Naval. IMP-C4/5.

1792. Conclusiones públicas de Botáni-ca...Juan Francisco Albarracín yAndrés José Valdivieso. MURCIA.Archivo Municipal. Biblioteca Auxi-liar. 9-H-4(2).

FULGENCIO GALLARDO1793. Armónicos cocentos... de Manuel

Sotomayor. MURCIA. ArchivoMunicipal. Biblioteca Auxiliar. 1-D-13(1).

IMPRENTA REAL O “PRENSAS DE LA ARMADA”1793. Capítulos de la Gaceta de Luga-no... Imprenta Real de Cartagena.Visto en biblioteca particular. Pero el

texto fue publicado en muchas ciu-dades españolas exactamente con elmismo contenido. Se trata de unpequeño folleto de 8 pp. en 4º. Aun-que no la impresión cartagenera, sepuede consultar la impresión que sehizo en Zaragoza con idéntico textoen: ZARAGOZA. Biblioteca delPalacio Arzobispal. 207-C-4(9).

1796. Tratado de amistad, límites ynavegación... Imprenta Real y por lade su original en la de Marina de esteDepartamento. MADRID. Bibliote-ca del Museo Naval. IMP-C204/22.

1796. Tratado de trigonometría esféricapara la instrucción de los guardiasmarinas” de Gabriel Ciscar. Oficinade Marina de este Departamento.MADRID. Biblioteca del MuseoNaval. BMN-9(1).

1796. Tratado de cosmografía para lainstrucción de los guardias marinas deGabriel Ciscar. Oficina de Marina deeste Departamento. MADRID.Biblioteca del Museo Naval. BMN-9(2).

1797. Disertación físico-química y análi-sis de las aguas minerales... de AgustínJuan y Poveda. Real Oficina de Mari-na. CARTAGENA. Biblioteca de laReal Sociedad Económica de Amigosdel País. 845(1).

1799. Novena a María Santísima en lacompasiva soledad... Imprenta Real deMarina. MURCIA. Archivo Munici-pal de Murcia. 1-C-29(3)

S.F. Novena al glorioso patriarca SanJosef. Imprenta Real de Marina.

MURCIA. Archivo Municipal de Mur-cia. 1-C-29(4).

S.F. Compendio de la Vida de San Juande la Cruz de Fr. Jerónimo de SanJosé. Imprenta Real de Marina.MURCIA. Archivo Municipal. 2-C-36 & 2-B-20.

1807. Señales generales de día y denoche... de ¿Cayetano Valdés?Imprenta Real de Marina.MADRID. Biblioteca del MuseoNaval. BMN-831(1).

1807. Cuaderno de señales para losbuques... de Cayetano Valdés.Imprenta Real de Marina.MADRID. Biblioteca del MuseoNaval. BMN-831(2).

1809. Fernando VII en el Palacio deValencey” de Agustín Juan Imprentade Marina. MADRID. Biblioteca delSenado. Caja 152 nº 9.

1810. Reflexiones sobre el estado actualde la Nación Española. Imprenta de

Marina. MADRID. Biblioteca delSenado. Caja 73 nº 48.

MANUEL MUÑIZ1795. Número Iª: Resumen de las aclara-ciones... MADRID. Biblioteca delMuseo Naval. BMN-5240.

1801. Preeminencias y dignidad que enla Militar Orden de Santiago... deLorenzo Hervás. MADRID. Biblio-teca del Ministerio de Justicia.2204(2).

1801. Descripción de la Corona deAragón” de Lorenzo Hervás.MADRID. Real Academia de la His-toria. 14/6245(4).

1801. Disertación Histórica, Física... deJaime Breéis. MADRID. BibliotecaNacional. V.E./727-16.

1802. Ciencia de la Vida o... de MiguelJosé Cabanellas. MADRID. RealAcademia Nacional de Medicina. 31-4 A Biblioteca 11(2).

1802. Observaciones sobre los gasesácido-minerales de José de Queralto.MADRID. Biblioteca Nacional.2/17445.

1803. Contestación templada del cate-drático de Botánica... MADRID. RealAcademia Nacional de Medicina. 9-1A Biblioteca 19(3).

S.F. Sermón panegírico moral... de JosefAliende. MADRID. Real Academiade la Historia. 3/7486(7).

S.F. Novena de la protectora de imposi-bles Santa Rita de Casia. JoaquínNavarro. MURCIA. Archivo Muni-cipal. 1-C-29(6).

S.F. Novena a la Sacratísima VirgenMaria...MURCIA. Archivo Munici-pal. 1-B-20(8) & 1-B-20(6).

RAMON PUCHOL1815. Compendio de las Ordenes e Ins-trucciones... MADRID. Bibliotecadel Museo Naval. IMP-23(7).

1816. Discurso político moral... deManuel Alcalde Gil. MADRID.Biblioteca del Palacio Real. XIV-1040.

1820. Conversación entre un mallor-quín, un cartagenero... de El Amigo dela Verdad, (seudónimo de Fr. Manuelde Santo Tomás). MADRID. Biblio-teca Nacional. V.E./674-40.

1820. Expediente... que sigue el Ayunta-miento... MADRID. Real Academiade la Historia. 16/40.

1821. Manifiesto que el pueblo de Carta-gena... MADRID. Archivo HistóricoNacional. Consejos 50779-3.


1821. Soberano Congreso Nacional...MADRID. Archivo Histórico Nacio-nal. Consejos 50779-3.

1821. Por el correo último, los Patriotas...MADRID. Archivo Histórico Nacio-nal. Consejos 50779-3.

1821. Los ciudadanos del pueblo de Car-tagena...MADRID. Archivo Históri-co Nacional. Consejos 50779-3.

1821. Bando de Don Nicolás Fortún ,alcalde de Cartagena... MADRID.Biblioteca Nacional. V.E./735-127.

1822. Oración fúnebre que en las solem-nes... de Benigno Risueño. MUR-CIA. Archivo Municipal. 1-D-2(3).

1822. A los ilustres caudillos comuneros...MADRID. Biblioteca Nacional.V.E./114-31.

1823. Sermón fúnebre de Joaquín Xime-no. MURCIA. Biblioteca de la Pro-vincia Franciscana de Cartagena.7484(15).

1823. Felicitaciones al Congreso Nacio-nal... MADRID. Biblioteca delMuseo Naval. IMP-C248/10.

1823. Artículos de la Ordenanza Generaldel Ejército. MADRID. Real Acade-mia de Ciencias Morales y Políticas.CCPBFOLL7-15.

1824. Alocución poética en celebridad deldía... de Salador García Baamonde.MADRID. Biblioteca Nacional.V/1117/55.

1824. Templo de la Paz de SalvadorGarcía Baamonde. MADRID.Biblioteca Nacional. T/10610.

1825. Al Rey Nuestro Señor dedica...MADRID. Biblioteca del PalacioReal. XIX-5303.

FRANCISCO JUAN1810. Bosquejo Sobre el régimen de laCortes Nacionales. Biblioteca particu-lar.

JOSE JUAN1832. Oración Gratulatoria...

MADRID. Biblioteca Nacional.V.E./2279-26.

1839. Discurso... de Alfonso GarcíaVergara. MADRID. BibliotecaNacional. V/2529/10.

1840. Discurso leído en la Audienciaterritorial.... de Juan de Sevilla.MADRID. Biblioteca del Senado.Caja 174 nº 15.

1842. Relación de las funciones y solem-nidades... MADRID. Real Academiade la Historia. Caja 773 nº17268(1).

1851. Proyecto de reglamento para la for-

mación de una empresa de ferrocarril.Archivo Municipal de Cartagena.

1858. Novena a María Santísima.MURCIA. Biblioteca de la ProvinciaFranciscana de Cartagena. 12960.

1861. Ejercicios para cada fiesta de lasparticulares dedicadas a los CuatroSantos. Vista en biblioteca privada.

NICOLAS NADAL1846. La Sociedad Económica a las seño-ritas y niños... CARTAGENA. RealSociedad Económica de Amigos delPaís. 447.

1850. Real Cédula de S.M. a consultadel Consejo... Biblioteca privada.

1851. Estatutos de la Sociedad Económi-ca de Amigos del País. MADRID.Real Academia de la Historia.16/2298(7).

Muy posteriormente:VDA. DE NADAL1871. Discurso biográfico de Pío IX de

José Mª Almagro. MADRID. RealAcademia de la Historia. Caja 746 nº16695.

1891. Los Martínez de Valentín Arró-niz. MADRID. Biblioteca de laSociedad General de Autores y Edi-tores. 200/4604.

LIBERATO MONTELLS1856. La ventura de Cartagena.

MADRID. Real Academia de la His-toria. Caja 285 nº 6598.

1858. Culto continuo del SantísimoSacramento. MURCIA. Biblioteca dela Provincia Franciscana de Cartage-na. 10196(5).

1858. Novena a la más fragante rosa...Biblioteca particular.

1861. Reglamento para el buen orden yarreglo del Casino de Cartagena.MADRID. Real Academia de la His-toria. 16/2298(10).

1862. Reglamento para el régimen ygobierno... MADRID. Real Acade-mia de la Historia. 16/2298(13).

1862. La Reina de España en el distritominero... MADRID. BibliotecaNacional. VC/2537/90.

1865. La Corte no es para ti. RicardoCaballero Martínez. MADRID.Sociedad General de Autores y Edi-tores. 7/165.

1866. Discurso. José Rizo Gómez Gua-dalupe. Biblioteca del Real Monaste-rio de Santa María de Guadalupe.BF-2-63.

1867. Discurso. Rafael Poyatos García.

Biblioteca del Real Monasterio deSanta María de Guadalupe. Ex.683(4).

1867. Acta de la sesión pública de laSociedad Económica de Amigos delPaís. CARTAGENA. Real SociedadEconómica de Amigos del País.1047.

1867. El regreso a la Patria. ManuelMartínez Alcaraz. MADRID. Biblio-teca del Museo Naval. F-4256-12

1868. La batalla de Alcolea. RicardoCaballero Martinez. MADRID. RealAcademia de la Historia. Caja 396 nº9006.

1868. Suspiros y cantares. RicardoCaballero Martinez. MADRID. RealAcademia de la Historia. Caja 747 nº16729.

1869. Reseña histórica de la expediciónde la Conchinchina. Carlos PalancaGutierrez. MADRID. Biblioteca delMuseo Naval. BMN-1627.

1870. Vía volumétrica. Alfredo Mas-sart. CARTAGENA. Real Sdad. Eco-nómica de Amigos del País. 474(13).

1872. Bosquejo minero de la Sierra deCartagena. Manuel Malo de Molina.MADRID. Biblioteca del InstitutoTecnológico y Geominero de España.C-265-10.

1872. Memoria sobre el cultivo de laadormidera. Eduardo Menchero.MADRID. Real Academia de la His-toria. Caja 862 nº 19284(2).

1872. El Radical. Suplemento....MADRID. Real Academia de la His-toria. Caja 396 nº 9002.

1873. Brisas de otoño. Carlos Peñaran-da. MADRID. Real Academia de laHistoria. Caja 747 nº 16733.

1873. Apuntes para la Historia de Car-tagena. Isidoro Martinez Rizo.MADRID. Biblioteca del ConsejoSuperior de Investigaciones Científi-cos. Centro de Estudios Históricos.H-18-200.

1872. Ensayo de exposición local deBellas Artes. MADRID. Real Acade-mia de la Historia. Caja 396 nº8992.

1875. Descripción de los criaderos meta-líferos del distrito de Cartagena. Allfre-do Massart. MADRID. Bibliotecadel Instituto Tecnológico y Geomi-nero de España. C-446-22.

1877. Abonos animales. Manuel MarcoCuartero. CARTAGENA. Bibliotecade la Real Sociedad Económica deAmigos del País, (de aquí en adelan-te R.S.E.A.P.). 772(3).

1876. Ciencia y arte agrícolas. Jose Bal-


dasano. CARTAGENA. R.S.E.A.P.772(1).

Abonos químicos. Francisco Munuera.CARTAGENA. R.S.R.A.P. 772(2).

1877. Culitvo de secano en el campo deCartagena. Ricardo Codorniu. CAR-TAGENA. R.S.E.A.P. 772(4).

1877. Cultivo de la vid. Jose MartinezMolina. CARTAGENA. R.S.E.A.P.772(5).

1877. Cultivo de la vid. Enrique Gui-llén Estévez, mismo título que elanterior pero diferente impreso.CARTAGENA. R.S.E.A.P. 772(6).

1877. Abonos. Jose Baldasano. CARTA-GENA. R.S.E.A.P. 772(9).

1877. Los vegetales y su alimentación.Ricardo Codorniu. CARTAGENA.R.S.E.A.P. 772(10).

1877. Arados. Emilio Teruel. CARTA-GENA. R.S.E.A.P. 772(11).

1877. La agricultura y la higiene. LuisMarco. CARTAGENA. R.S.E.A.P.772(12). No encuentro la fichaMemorias respecto a la langosta de JoséVidal Blanco, pero en CARTAGE-NA, R.S.E.A.P., ¿comenzará su signa-tura por 772?, ¿quizás encuadernadasen bloque junto a otro/s textos? Losiento, no lo recuerdo.

1877. Cultivo de la adormidera. LuisMinues Moreno. CARTAGENA.R.S.E.A.P. 772(13).

1877. Germinación y desarrollo de lasplantas. Joaquin Sancho Del Rio.CARTAGENA. R.S.E.A.P. 772(14).

1877. Abonos azoados. Eduardo Pardo.CARTAGENA. R.S.E.A.P. 772(15).

1877. Anatomía y fisiología de la flor.Manuel Mª Casado. CARTAGENA.R.S.E.A.P. 772(17).

1877. Importancia de la agricultura.Bartolomé Comellas. CARTAGE-NA. R.S.E.A.P. 772(7).

1877. Abonos químicos. Francisco Mu-nuera. CARTAGENA. R.S.E.A.P.772(8).

1877. Apicultura. Palacios Gabarron.CARTAGENA. R.S.E.A.P. 772(18).

1877. Las contribuciones directas.Manuel Marco. CARTAGENA.Biblioteca del Casino. 130(7).

1877. Memorias de los trabajos realiza-dos por la S.E.A.P. CARTAGENA.R.S.E.A.P. 1079.

1877. A S.M. el Rey Alfonso XII.MADRID. Biblioteca Nacional.V.E./651-151.

1879. Estatutos de la S.E.A.P. CARTA-GENA. R.S.E.A.P. 1049.

1884. Escritura de obligación y fianza...

MADRID. Biblioteca del MuseoNaval. BMN-7834(4).

LEANDRO Y VICENTE RIERA1860. Mi creencia relativa a necesida-des... CARTAGENA. Biblioteca delCasino. 2628.

NTONIO MOLINA1871. Guía de Cartagena. Leopoldo

Vazquez Rodríguez. MADRID. RealAcademia de la Historia. Caja 747 nº16731.

MARCIAL VENTURA1873. Análisis industrial de los mineralesmetálicos. ANTONIO GARCIAPARREÑO. MADRID. Real Acade-mia de la Historia. 13/1149.

1874. Arte militar. Virgilio Cabanellas.MADRID. Real Academia de la His-toria. 2/1946.

1876. Origen de los cuatro Evangelios.Godet. CARTAGENA. R.S.E.A.P.653.

1876/77. Lecciones de agricultura teóri-co-prácticas, 2 tomos. Tomas Muse-ros. BADAJOZ. Biblioteca PúblicaBartolomé José Gallardo. 6008.(Sólo está el tomo 1º; el 2º hay quedarlo por perdido de momento).

1877. La guerra ante la civilización...Felipe Orejon. MADRID. Real Aca-demia de la Historia. Caja 396 nº9004.

1878. Don Polinato. CASES Y MAR-TINEZ. MADRID. Biblioteca de laSociedad General de Autores y Edi-tores. 13/308

1878. Lecciones elementales de Historiade España. Enrique Soto Y Pedreño.MADRID. Biblioteca Nacional.2/1486.

1879. Un verano en Cartagena. Enri-que Soto y Pedreño. MADRID. RealAcademia de la Historia. Caja 749 nº16762.

1883. Cartilla de pertrechos. RodolfoEspa Y Basset. MADRID. BibliotecaCentral de la Marina (Cuartel Gene-ral de la Armada). 00002563.

1884. Las tres escrituras de obligación yfianza que figuran en el libro puedenser encontradas, según el orden dellibro en: MADRID. Biblioteca delMuseo Naval. BMN-7834(1);BMN-7834(2) y BMN-7834(3).

1884. Memoria teórico práctica... JUANMINGUEZ. MADRID. Bibliotecade la Real Academia de Medicina.27-3 A Biblioteca 10 (10).

1886. Manual del maquinista, 2 tomos.Manuel Malo De Molina.MADRID. Biblioteca Central Mili-tar (Instituto de Historia y CulturaMilitar). V-58-2-4 y V-58-2-5.

1886. Descubrimiento de la Ciencia dela Contabilidad. Bonifacio GonzalezLadron De Guevara. TOLEDO.Biblioteca Pública. 4-24067.

1887. Organización militar. D.F.S.MADRID. Biblioteca Central Mili-tar /Instituto de Historia y CulturaMilitar). SM-1887-74.

1888. Fundición moldeo y trabajo delos metales. Manuel Malo De Moli-na. MADRID. Instituto Tecnológicoy Geominero de España. II/28-9-59.

1889/92. Laboreo de minas, 2 tomos.Manuel Malo De Molina.MADRID. Instituto Tecnológico yGeominero de España. II/22-4-9 yII/22-4-10.

1889. Actualidades, (Cartas a mi padri-no). Antonio Aguilar. MADRID.Biblioteca del Ateneo. Sin signatura,pero los 3 tomos encuadernados enun volumen. Hay otras bibliotecasque tienen tomos sueltos, pero com-pleta sólo ahí.

1889. La campaña de la escuadra norte-americana en Filipinas. GuillermoGarcia-Parreño Lopez. MADRID.Biblioteca Nacional. 1/1782.

1891. Independencia del poder judicial.Antonio Aguilar. MADRID. Biblio-teca del Ateneo. G/7318

1892. La industria minero-metalúrgi-ca... Fernando Villasante. MADRID.Instituto Tecnológico y Geominerode España. II/29-1-19.

1893. Justicia militar.Mariano Caballe-ro Y Lucas. MADRID. BibliotecaCentral Militar (Instituto de Historiay Cultura Militar). SM-1893-24.

1893. Elementos de química analíticaaplicada. Antonio Garcia Parreño.BURGO DE OSMA. SORIA.Biblioteca del Seminario Diocesanoo Conciliar Santo Domingo de Guz-mán. K-856.

1895. Tratado de procedimientos judi-ciales. Domingo De Miguel Y Bas-sols. MADRID. Biblioteca de la RealAcademia de Jurisprudencia y Legis-lación. 1-891.

1895. Reglamento para las enseñanzaspúblicas. CARTAGENA. R.S.E.A.P.498.

1898. Guía de Legislación militar.Mariano Caballero Y Lucas.MADRID. Biblioteca Central Mili-


tar (Instituto de Historia y CulturaMilitar). L-47-3-1.

1900. Alma del pueblo. Vicente Medi-na. MADRID. Real Academia deBellas Artes de San Fernando. C-11154.

JOSE REQUENA1880. Escenas populares. Ricardo Caba-

llero. CARTAGENA. Biblioteca delCasino. 537.

1880. Método de lectura. Antonio DeQuesada. MADRID. Real Academiade la Historia. 1/2782.

No encuentro la ficha de la “Reseña his-tórica del Convento e Iglesia de San Isi-doro de Cartagena” de Manuel Gonzá-lez Huárquez. Perdón.

1881/84. El Obispado de Cartagena, 4tomos. Manuel Gonzalez Huarquez.MADRID. Real Academia de la His-toria. 23/4344(I/IV).

1881. Debates históricos sobre el Obispa-do de Cartagena. Jose Martinez Tor-nel. MADRID. Real Academia de laHistoria. 23/4130.

1881. Colección de clásicos castellanos.Francisco Holgado. MALAGA.Biblioteca Provincial. 25363.

1881. Nueva industria para producir...Bonifacio Gonzalez Ladron De Gue-vara. MADRID. Real Academia deCiencias Exactas, Físicas y Naturales.75-31.

1881. Ocios de foro. Nicolas Acero.MADRID. Real Academia de Cien-cias Morales y Políticas. 11158.

1883. Ejercicios de Aritmética. Biblio-teca privada.

1884. ¿Son antagonistas la caquexia..?Varios Autores. GUADALAJARA.Biblioteca Pública. 5233.

1885. Compendio de Historia General deEspaña. Simon Garcia Y Garcia.MURCIA. REAL Academia alfonsoX el Sabio. 4-E-22.

1886. Sustancias explosivas. Luis RipollY Palou. MADRID. Biblioteca Cen-tral Militar (Instituto de Historia yCultura Militar). SM-1886-38.

1887. La francmasonería. Ramon Mar-tinez Vigil. BARCELONA. Bibliote-ca Pública Episcopal del Seminariode Barcelona. 127435-448. Recon-versión: R. 127444.

1888. Muestras sin valor. Carlos Cano.Murcia. Real Academia Alfonso X elSabio. 3-E-23.

1888. Elementos de preparación mecáni-ca. Gines Moncada. OVIEDO.Biblioteca del Seminario Metropoli-

tano de Oviedo. XIX O-fond 2-427.1889. Notas y formularios de la Ley deEnjuiciamiento militar. OctavianoRomeo Rodrigo Y Esteban RuizBaquerin. MADRID. Real Academiade Ciencias Morales y Políticas.15634.

1889. Constituciones de la congrecacióndel Santo Hospital de Caridad. MUR-CIA. Biblioteca Provincial de la Con-gregación de la Misión de San Vicen-te de Paúl. 69-H-28.

1890. Memoria sobre el progreso y ade-lantamiento de las obras del puerto deCartagena. CARTAGENA. Bibliote-ca del Casino. 2737.

1890. Tablas gráficas logarítmicas.Ricardo Codorniu. MADRID. RealAcademia de Ciencias Exactas, Físi-cas y Naturales. XIX-515.

1893. Elementos de laboreo de minas.Gines Moncada. MADRID. Biblio-teca del Instituto Tecnológico y Geo-minero de España. II/18-6-32.

1895. Al Ejército en Cuba. VirgilioCabanellas. MADRID. Bibliotecadel Senado. 11789.

1895 La guerra en Cuba. VirgilioCabanellas. MADRID. BibliotecaCentral Militar (Instituto de Historiay Cultura Militar). SM-1895-89.

1896. ¡Aires militares! Virgilio Cabane-llas. CARTAGENA. Biblioteca delCasino. 69.

1896. Prontuario de campaña. VirgilioCabanellas. MADRID. BibliotecaCentral Militar (Instituto de Historiay Cultura Militar).VII-9964.

1896. El arte de la guerra en Cuba. Vir-gilio Cabanellas. CARTAGENA.Biblioteca del Casino. 2607.

1897. La propiedad minera ante la Leycivil. Antonio Onofre. MADRID.Biblioteca del Senado. 7425.

HIPÓLITO GARCIA1883. Colección de poesías religiosas y

morales. Antonio Muñoz Gomez.Sólo conozco un ejemplar: el de mibiblioteca... ¡y eso que es 2ª edición!Está a disposición de todos los estu-diosos e interesados en el tema comoes lógico.

1883. Memoria acerca de las minas deplomo. Adolfo Basilio Frias.MADRID. Instituto Tecnológico yGeominero de España. C-445-12.

1883. Reorganización de los presupues-tos... Fernan Kar. MADRID. Biblio-teca del Museo Naval. IMP-F275.

1883. Triduo doloroso... Juan Gabriel

Contreras. Biblioteca privada.1886. Conferencias sobre explosivos.

Alberto Balseyro. MADRID. Biblio-teca del Museo Naval. BMN-9844.

1886. Apuntes sobre el torpedo White-head. Joaquin Bustamante y Queve-do. JABALÍ VIEJO. Biblioteca de laFábrica de Pólvora. 11-4-39.

1886. Curso de electricidad teórico-prác-tica, 2 tomos. Joaquin Bustamante yQuevedo. MADRID. BibliotecaCentral Militar (Instituto de Historiay Cultura Militar). III-13-9-2(I)/III-13-9-2(II).

1886. Entre el amor y el deber. Jose SotoY Pedreño. MADRID. Biblioteca dela Sociedad General de Autores yEditores. 160/3757.

1887. Cartagena: lo que ha sido y lo quetiene derecho a ser. Isidoro MartinezRizo. MADRID. Real Academia dela Historia. Caja 749 nº 16757.

1888. La Lira del Mediterráneo. Anto-logía Poetica De Autores Cartagene-ros. MADRID. Real Academia de laHistoria. Caja 496 nº 11225.

1889. Por intentar un desliz. EduardoSantos Canovas. MADRID. Biblio-teca de la Sociedad General de Auto-res y Editores. 37/880.

1889. Como madre y como esposa.Daniel Egea Saura. MADRID.Biblioteca de la Sociedad General deAutores y Editores.121/2909.

1889. No encuentro las fichas relativasa: “Rudimentos de Geología” de Ful-gencio Calderón y “Despojos de unapasión” de José Soto y Pedreño. Pidodisculpas.

1890. Apuntes sobre material de Mari-na. Joaquin Bustamante y Quevedo.MADRID. Biblioteca de la Direc-ción General de la Marina Mercante(Ministerio de Fomento). FAN-0296

1890. Veladas militares. Virgilio Caba-nellas. MADRID. Real Academia dela Historia. Caja 396 nº 9000.

1892. Tratado de química elemental.Jose Mª Amigo. MADRID. Bibliote-ca Nacional. 2/31311.

1892. Telémetro para las baterías decosta. Joaquin Bustamante y Queve-do. CARTAGENA. Biblioteca delCasino. 2624.

1892. Lamentos de un soldado. VirgilioCabanellas. CARTAGENA. Biblio-teca del Casino. 619 (El ejemplar estámutilado desde la pág. 78 hasta elcolofón).

1892. La nueva guerra. Virgilio Caba-nellas. MADRID. Biblioteca Central


Militar (Instituto de Historia y Cul-tura Militar). SM-1892-55.

1893. Valoración de los capitales... Emi-lio Lopez Sánchez. MADRID.Biblioteca del Senado. Caja 173 nº29.

1894. La aguja náutica. Joaquin Busta-mante y Quevedo. MADRID.Biblioteca del Museo Naval. BMN-3446.

1894. Fechas y fechos de Cartagena, 2tomos Isidoro Martinez Rizo.MADRID. Real Academia de la His-toria. 16/2799, (los dos tomos estánencuadernados conjuntamente).

1897. A los señores empresarios de espec-táculos. Juan Abad. Pamplona.Biblioteca General de Navarra.Cª38/1798.

1898. El rento de Vicente Medina.MADRID. Biblioteca Nacional.T/15636.

1900. La Marina de guerra. ValentinArroniz. MADRID. Real Academiade la Historia. Caja 752 nº 16854.

1900. Los rayos X. Jose De La Vega.MADRID. Biblioteca del MuseoNaval. BMN-1645(15).

S.A. (c. 1895 en mi opinión) Los nuevosprofetas. Emilio Gante. MADRID.Biblioteca de la Fundación Universi-taria Española. PEN1/190.

JOSE JUAN HIJO1880. Luis de Narváez. Isidoro Marti-

nez Rizo. CARTAGENA. Bibliotecadel Casino. 399.

ESCUELA DE TORPEDOS1883. Aparato DE puntería. Joaquin

Bustamante y Quevedo. MADRID.Biblioteca Central Militar (Institutode Historia y Cultura Militar). VIII-14-3-3(14).

1883. Torpedos eléctricos. Joaquin Bus-tamante y Quevedo. MADRID.Biblioteca Central Militar. III-36-8-8.

1884. Principios elementales de Geome-tría. Angel Garcia. CARTAGENA.Biblioteca de la RS:E:A:P. 884

1888. Prontuario de electricidad prácti-ca. Francisco Chacon y Pery.MADRID. Real Academia de Cien-cias Exactas, Físicas y Naturales. H-XIX-1262.

1899. Cartagena. Segismundo Berme-

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1889. Calibración de los galvanómetros.Francisco Chacon y Pery. MADRID.Real Academia de Ciencias Exactas,Físicas y Naturales. 52-25.

1889. Teoría física de los acumuladoresvotaicos. Francisco Chacon y Pery.MADRID. Real Academia de Cien-cias Exactas, Físicas y Naturales. 52-26.

1889. Torpedos fijos. J.T. Bucknill.JABALÍ VIEJO. Biblioteca de laFábrica de Pólvora. 11-4-40.

1892. Química práctica. Juan Beigdeber.MADRID. Biblioteca del MuseoNaval. BMN-15222.

1895. Vocabulario de las pólvoras...Anonimo. CARTAGENA. Bibliote-ca del Casino. 2590.

1898. Sustancias explosivas aplicables alservicio de torpedos. Rodolfo Matz.JABALÍ VIEJO. Biblioteca de laFábrica de Pólvora. 12-3-12.

1899. Química industrial. Juan Beigde-ber. CARTAGENA. Biblioteca delCasino. 1868.

1899. Defensa de Baleares. MADRID.Biblioteca Nacional. 1/18186.

VICENTE VELÁZQUEZ1888. En las Ventas. Juan De Eguilaz.

MADRID. Biblioteca de la SociedadGeneral de Autores y Editores.242/5738.

1888. Un domingo en Vallecas. Juan DeEguilaz. MADRID. Biblioteca de laSociedad eneral de Autores y Edito-res. 273/6463.

1889. Los asesinos de Lavapiés. Juan deEguilaz. MADRID. BibliotecaNacional. V./Cª2730-2.

1889. Despejos de una pasión. Jose SotoY Pedreño. MADRID. Biblioteca dela Sociedad General de Autores yEditores. 160/3740.

1889. El suicida. Jose Soto y Pedreño.MADRID. Biblioteca de la SociedadGeneral de Autores y Editores.160/3758.

1889. Vida por honra. Jose Soto YPedreño. MADRID. Biblioteca de laSociedad General de Autores y Edi-tores. 158/3707.

1889. Todos a Cádiz. Fernando Viñas.MADRID. Biblioteca de la SociedadGeneral de Autores y Editores.

238/5642.

LA GACETA MINERA1890. Escuela de Capataces de Minas:Inauguración, reglamento y progra-ma... MADRID. Instituto Tecnoló-gico y Geominero de España, C-189-5.

1891. Tablas taquimétricas. Juan PieAllue. MADRID. Biblioteca CentralMilitar (Instituto de Historia y Cul-tura Militar) IV-1-5-17.

1893. Lecciones de análisis de química.A.L.C. MADRID. Biblioteca Nacio-nal. 2/32367.

1893. El doctor Gómez. Ricardo Soto.MADRID. Biblioteca de la SociedadGeneral de Autores y Editores.169/3950.

1895. El naufragio. Vicente Medina.CARTAGENA. R.S.E.A.P. 230.

1898. Aires murcianos. Vicente Medi-na. MADRID. Real Academia deBellas Artes de San Fernando. C-7113.

1899. Cuadros sinópticos de zoología.Ángel Abiles. CARTAGENA.R.S.E.A.P. 949.

1899. Lorenzo. Vicente Medina. CAR-TAGENA. Biblioteca del Casino.555.

1899. La sombra del hijo. VicenteMedina. OVIEDO. Biblioteca deAsturias “Ramón Pérez de Ayala”.Cla 249.

CASA GARNERO&IMPRENTAGUILLERMO BANT1905. Lágrimas y perlas. Pascual Marti-

nez. Sólo en mi biblioteca particulara disposición de todos.

HORACIO ESCARABAJAL1912. Textos para el ingreso en la

Escuela Naval. Garcia-Velazuqez YBarreda. Visto en librería anticuaria.

NOTA. Estos dos últimos libros son cita-dos en mi libro. Tampoco me detuvedemasiado en ellos al ver que sus impre-siones fueron anteriores a los libros quefiguran en bibliotecas, y, en cualquiercaso, quedan fueran del período detiempo del estudio que, con más omenos acierto, intenté realizar. �


LA CARTAGENA DE ANTAÑOEl Bar Sol conserva en su aspecto yen sus rincones la huella permanen-te de la Cartagena de 1927, año enque fue fundado: por aquel enton-ces, el proceso de crecimiento delmunicipio, constante desde 150años atrás, continuaba, alcanzándo-se en aquellos años 20 los 100.000habitantes. A pesar de la persisten-

cia de enormes bolsas de pobreza yuna gran mortalidad, la ciudadconoció un cierto avance de lamedicina y la higiene pública, sien-do de destacar las campañas sanita-rias iniciadas por los especialistaslocales en medicina preventiva ypolíticas de lucha contra las epide-mias, destacando en este sentido lalabor de los doctores Manuel Mas

Gilabert y Casimiro Bonmatí Azo-rín, que elaboraron las políticassanitarias municipales, activaron losprocesos de control de las aguas yfundaron en 1933 el HospitalRegional Antituberculoso de Can-teras. Todos estos avances nopodían ocultar la dolorosa realidadmarcada por las mortandades pro-vocadas de forma periódica por epi-


Cartagena, 7:30 horas de un día cualquiera: como cualquier mañana PepeInglés sube las persianas del Bar Sol: una nueva jornada aguarda. Pronto

comienzan a llegar los primeros clientes, la mayoría son habituales del local,muchos de ellos viven en el propio barrio: sus padres y sus abuelos

frecuentaban el viejo local de su abuelo, don Francisco Inglés. Parece que eltiempo no hubiera pasado, y es que hay ciertas ciudades que conservan lahuella del pasado aunque formen parte de un determinado presente, luchancontra la tendencia global que marcan los tiempos y sus gentes se aferran a

mantener en la memoria colectiva el recuerdo de sus antepasados.

EL BAÚL DE LOS RECUERDOSFrancisco J. Franco Fernández

Bar Sol, eell ssaabboorr ddee llaa CCaarrttaaggeennaa ddee aannttaaññoo

demias como las del cólera y el tifus.Todo ello estaba relacionado con laescasez y la mala calidad del aguapotable, pues para ciertas cosasprácticas Cartagena era una ciudadsin nervio, extremadamente resig-nada y conformista, siendo rara lacasa donde no había un enfermocontaminado o con afecciones detipo estomacal por la ingestión de

aguas impuras, contaminadas contodo tipo de gérmenes. Llegabaperiódicamente con la canícula elproducto de la falta de previsión ylaboriosidad de las autoridadesmunicipales, que permitían la per-manencia de pozos infectos y elconsumo de aguas no potables. Nose tomaban las oportunas medidasde prevención y la población res-

pondía con chanzas y negativas a losllamamientos para su vacunación.También hay que ver en estas cosasmás una cuestión de carácter que deignorancia, ya que la ciudad se ufa-naba de tener un nivel cultural bas-tante bueno dentro del pésimo con-texto de la región.

Para conocer la ciudad y lasociedad cartagenera de aquellos


años es importante considerar lainfluencia de la vida militar y laactividad minera, así como la exis-tencia de un importante y milenariopuerto que daba a la ciudad en la

primera mitad del siglo XX un airecosmopolita y algo colonial. Todoello se mezclaba con un hondo sen-tir patriótico y castrense del queparticipaba buena parte de la pobla-

ción y que se debía a la secular pre-sencia en todos los actos culturales,sociales y políticos del estamentomilitar. Las clases altas de la ciudadvivían en un ambiente de cierto lujoque se reflejaba en la construccióndesde final de siglo de mansiones almás puro estilo modernista, espe-cialmente por parte de nuevosricos de la minería como los Pedre-ño, Aznar, Conesa, Zapata, Aguirreo Cervantes.

La clase obrera, especialmentelos mineros, no gozaba en la comar-ca de una posición acomodada. Lasociedad cartagenera, bastante equi-


Campeonato de dominó de 1949.

Viejo barrio.

librada en el Antiguo Régimen,vivió los años de esplendor de laminería de una forma especulativa,redundando escasamente los capita-les en el fomento de actividadesproductivas de futuro y provocandoen el ámbito local un proceso depolarización social, inflación de pre-cios en productos populares y con-flicto de clases latente, que se mani-festó, como suele ser normal en unaépoca de crisis y cambio como fuela de los años 30.

LA CARTAGENA DE LOS AÑOS 20Cartagena era en 1927 una ciudadcon vena miscelánea y multiforme,abierta y cosmopolita, con ríos degente que atravesaba decenas deveces al día sus principales arterias,desplegadas en torno al principal ejeviario trazado por la calle Mayor,plaza de San Sebastián, Puerta deMurcia y Calle del Carmen. Eradesde finales del siglo XIX un tramourbano muy apreciado para la prác-tica del comercio y la venta ambu-lante, la instalación de oficinas detodo tipo y como residencia de laburguesía. La calle Mayor (llamadadurante algunos años de Isaac Peral)era una calle salón donde se mezcla-ba un enorme número de comer-ciantes, marinos, ociosos y gente detodo tipo. En las charlas y tertuliasse tomaban decisiones de granimportancia para la ciudad, nacíangrandes proyectos y se llevaban acabo variados negocios. Además delClub Náutico, los principales pun-tos de referencia de su actividadpública eran el Casino, la Casa Cer-vantes, la Casa Llagostera, la Boti-ca, el Café Imperial, el Café Moder-no, la Cervecería Inglesa, el CírculoMilitar, el Café Cartagena, la tiendaEspumosos Herranz, el Café LionD´Or, el Café Málaga y el CírculoMercantil, lugares donde la gentede poderío económico alternabahasta pasada la medianoche como si

de un bulevar parisino se tratase: eraun público distinguido, ocioso ydedicado a distraerse que lucía susencantos en los teatros, los cafés ylas tiendas de lujo.

Entre la calle Mayor y la Ala-meda de San Antón se ubicabanotros centros sociales dominadospor el comercio, entre los que desta-caban los almacenes El Águila, el


El recuerdo de la Cartagena popular.

El paso del tranvía le daba personalidad a la zona, aunque causaba también ciertosproblemas, siendo frecuentes las quejas hacia un servicio público que presentabaserios fallos de funcionamiento, material

defectuoso y precios abusivos.

Pasaje Conesa y los teji-dos Ketterer; los centrosde la vida mundana, des-plegada entre el GranHotel y el Ateneo; y losbellos edificios que lucíanentonces en todo suesplendor, como eran laIglesia del Carmen, laCasa Dorda o la CasaPedreño. Existían, asi-mismo, en los alrededo-res vendedores ambulan-tes y quioscos de variadatipología. Paralela a lacalle del Carmen, se

situaba la de Sagasta o Jabonerías,con un aspecto parecido al que con-serva hoy en día: algo más popular yde edificios más modestos. El pasodel tranvía le daba personalidad a lazona, aunque causaba también cier-tos problemas, siendo frecuentes lasquejas hacia un servicio público quepresentaba serios fallos de funciona-miento, material defectuoso y pre-cios abusivos.

A pocas manzanas de esa Car-tagena suntuosa y de aire burgués,se ubicaba el centenario barrio delMolinete, bajo cuyas vetustasviviendas se encuentra un monteartificial formado por restos arqueo-lógicos de todas las épocas históri-cas. El arrabal era una agrupaciónirregular de pequeñas calles y calle-jones que rodeaban la milenariacolina, careciendo de los más míni-mos servicios. Tradicionalmente lasclases medias y altas habían consi-derado este barrio como un auténti-co tabú, pues dentro de sus límitesse encontraban una serie de taber-nas portuarias y prostíbulos radica-dos en las calles Adarve, Aurora,Bodegueros, Pólvora y, especial-mente, Balcones Azules, dondehabitaba la reina de este entorno, laconocida y todopoderosa prostitutaCaridad la Negra. Esta mujer, quefuese modelo de fotógrafos como

Casaú y de pintorescomo el mismísimoManuel Wssell de Guim-barda, contribuyó a queen los años anteriores a laGuerra Civil el barriofuese algo más que unazona de navaja, peleas,miseria y vicio, creandoun ambiente agradable,de forma que la burgue-sía hizo de sus variadosrincones punto deencuentro, lugar de ter-tulia y centro de nego-cios.

La calle Gisbert, que


Bodega Fructuoso C. Caballero.

Camareros.

confluye con la de la Caridad,entronca con el otro eje tradicionalde la ciudad, el que se sitúa en tornoa la plaza que se rebautizó en laetapa republicana como de la Cons-titución, se llama de la Merced yque todo el mundo conoce comodel Lago. Zona popular en todotiempo, centro social de la clase tra-bajadora, que acudía a las sesionesvespertinas del no muy lejano Cine-ma Sport, a los muchos cafés de lazona y a la animada tertulia de lapeluquería de don José Vidal. LaPlaza enlaza con el Paseo de la Esta-ción a través del Palacio del mineroCamilo Aguirre, la iglesia de SanDiego y el colegio de la Milagrosa.Estos barrios cartageneros habíanperdido con el paso de los años sucarácter apacible y una nuevamodernidad, bajo el signo del pro-greso, comenzaba a marcar los rit-mos de la ciudad.

UN NUEVO BAR PARA CARTAGENAEn aquella moderna Cartagena unmodesto pero conocido industrialde la ciudad, Francisco Inglés, queregentaba una bodega en la calleSan Francisco, decide poner enmarcha en un bajo situadofrente su taberna (que eratambién su lugar de residen-cia) un bar acondicionadocon todos adelantos de suépoca. Fue una forma deprosperar y, al mismo tiem-po, superar la grave circuns-tancia de la desgraciadamuerte de su hermano en ellocal familiar. Don Paco, queasí le llamaban los parroquia-nos, apreciaban de él sucarácter campechano: era unhombre más bien bajo deestatura, ataviado siemprecon un pulcro chaleco, cami-sa almidonada y faja azul delana. Solía llevar en aquellosaños de juventud una cadena

de plata de la que colgaba unduro cantonal (toda unadeclaración de intenciones),que hacía de guardapelos.

Su flamante negocio,situado en plena Plaza de SanGinés, concretamente en lasesquinas de las calles SanFrancisco y San Antonio elPobre, fue inaugurado el día4 de junio de 1927, apare-ciendo ese día en el diario ElEco de Cartagena esta reseña:

Un nuevo bar: Esta nochea las 10 se verificará la inau-guración de un nuevo bar, ins-talado en la plaza de SanGinés, por nuestro amigo elindustrial de esta plaza Fran-cisco Inglés. El bar Sol, así se

A pocas manzanas de esa Cartagena suntuosay de aire burgués, se ubicaba el centenariobarrio del Molinete, bajo cuyas vetustasviviendas se encuentra un monte artificialformado por restos arqueológicos de todas

las épocas históricas.

Paco Inglés con unos clientes.

Pepe Inglés Rosa.


denomina el nuevo establecimiento,está montado a la moderna y surtidocon las mejores marcas de licores.

Por su parte, el diario El Por-venir comentaba así la noticia:

El activo industrial don Fran-cisco Inglés ha instalado un bar contodos los adelantos modernos y pletó-rico de buen gusto, en la plaza deSan Ginés. “Bar Sol” lleva por nom-bre el nuevo establecimiento que seinaugura esta noche. Deseamos alseñor Inglés muchas prosperidades.

Pronto se convirtió en unlocal de moda, abierto todo el día yparte de la noche, anunciándose asíen la prensa local:

Bar Sol, plaza de San Ginés. El


La tertulia de Alberto Colao y Zarco.

Radio Bar, competencia.

mejor surtido en licores, aperitivos ytapas. Cervezas, refrescos, etc.

Resulta curioso el hecho deque haya mantenido en esenciadesde entonces su personalidad, elaire de modernidad de los años 20.Se ha conservado casi todo: sumobiliario, los azulejos cartagene-ros de sus paredes y su refinamien-to, pues quiso imitar en suscomienzos al desaparecido café delSol, que existía en los años 80 delsiglo XIX y que era frecuentado porindustriales de la minería, estandosituado en las Puertas de Murcia, enel callejón llamado del Conducto.Para lograr la calidad pretendida enel servicio en el nuevo café queahora se inauguraba se solía utilizarproductos de la mayor calidad,siendo lo más valorado su cafétorrefacto negro, pues a los cartage-neros de los años 20 les gustaba así,muy tostado al torrefactarse conazúcar.

La situación del local, a mediocamino entre las calles principalesde la ciudad y los barrios populares(entre la plaza de San Francisco y ladel Lago), hizo que los clientes,según la hora del día, fuesen varia-dos. Podemos decir que con el pasode los años fue ganando peso laconcurrencia popular frente a la delas clases altas: poco a poco se fuehaciendo habitual la presencia desoldados y cantaores, conociéndosela visita ocasional en aquellos pri-meros tiempos de grupos flamen-cos, que cantaban en el local porcartageneras coplas como la querezaba:

De que sirve hacer conmigo malas partías,si en el cuerpo no te cabela sangre que tienes mía.

Y aquella otra que decía:


La vieja máquina y el molinillo de café.

Si tuvieras olivarescomo orgullo y fantasíael río Manzanarespor tu puerta pasaría.

Y también ocasionalmentepudo escucharse el nocturno llama-do El sereno del barrio:

Con mi chuzo y mi farol,mi capote y mi chambergo,

no hay quien me tosa en el barrio,pues todos me tienen miedo.¡Ave María Purísima!

¡Las doce y media y sereno!...Duerme niña en paz,que al pie de tu reja,

remozona mía,tu sereno está.


Con el paso de los años fue ganando peso laconcurrencia popular frente a la de las clasesaltas: poco a poco se fue haciendo habitualla presencia de soldados y cantaores,

conociéndose la visita ocasional en aquellosprimeros tiempos de grupos flamencos, que

cantaban en el local.

Fundado por Francisco Inglés en 1927.

UN CAFÉ POPULAREn 1928 el establecimiento, ya per-fectamente consolidado en la vidacartagenera, comienza a ser un localde referencia para aficionados alfútbol, deporte que comenzaba aser de masas. Esta evolución hastaconvertirse en un café popular hizoque se modificasen los anunciospublicitarios del establecimiento,que pasó a anunciarse en las pági-nas de deportes, dónde permaneciódurante años la siguiente reseña,insertada por primera vez en Carta-gena Nueva el 13 de marzo de1928:

Bar Sol. Plaza San Ginés. DeFrancisco Inglés. Especialidad en cer-vezas, licores y bocadillos. El preferi-do por los deportistas.

La oferta de tapas, bebidas ylicores, sin perder del todo la refe-rencia inicial de querer ser un barcon buena calidad en sus produc-tos, fue adaptándose a los gustos ycapacidad económica de las clasespopulares que trabajaban y vivíanen el entorno del establecimiento,dónde podía degustarse el café ensus dos variedades: el de maquini-lla, que colaba más concentrado; yel de olla, dónde se hervía el caféendulzado con azúcar de caña ycortadillo. Sobre ese café se elabora-ban con evidente éxito dos bebidas:la tradicional, el Carajillo, que sehizo muy popular en la ciudad enlos años de auge de la minería, yestaba hecho a partir de una precisay sabia mezcla de café, azúcar ycoñac; y el Asiático, mucho másreciente (y primo hermano del Bel-monte que se hace en Murcia concafé, coñac y leche) y que debe suparticular nombre al antiguo dueñodel bar Pedrín del Albujón, que lellamó así por servirlo en la particu-lar copa en forma de pera que seutilizaba para elaborar el cócteldenominado Japonés. Para la horadel aperitivo don Francisco Ingléstenía preparada una suculenta varie-

dad de tapas, acompañadas de latradicional caña de cerveza y vinoclarete del campo de Cartagena. Enlos meses de calor la consumición

más demandada era el Blanco yNegro.

Paco Inglés fue adaptandopoco a poco su establecimiento a los


Pobreza pero buenas costumbres.

Paco Inglés fue adaptando poco a poco suestablecimiento a los nuevos tiempos

económicos marcados por la crisis de 1929,que mermó absolutamente la capacidadproductiva de la ciudad, que vivía de losprincipales sectores en recesión: comercio,

minería y astilleros.

nuevos tiempos econó-micos marcados por lacrisis de 1929, quemermó absolutamente lacapacidad productiva dela ciudad, que vivía de losprincipales sectores enrecesión: comercio,minería y astilleros. Almismo tiempo, asistimosa una consolidación delcarácter futbolero delnegocio, aprovechando laépoca dorada del Carta-gena, que en esos díastenía un gran equipo quele ganó al Valencia porcuatro a cero. Los aficio-nados del equipo organi-zaron una gran fiesta enel bar en la que fueronacompañados por algu-

nos de los miembros deaquel histórico equipo,cuyos titulares eran Ama-deo como portero, Paz yAlba defensas; Bastida,Palia y Jáuregui en lamedia; y Acha, Sanz,Morales, Suay y Bayo enla delantera. Comenza-ban a ponerse de modalas grandes concentracio-nes festivas en la puertadel Sol, que han marcadosu historia y su esencia.Los malos tiempos que sevivían en toda España,marcados por la miseria yla explotación social,extendieron la delincuen-cia por los barrios delcasco histórico de la ciu-dad, afectando algunos

Conserva el sabor de la Cartagena de antaño.

Plaza de San Ginés.68 CARTAGENA HISTÓRICA

de esos pequeños hurtos a donFrancisco, al que en una ocasiónbirlaron delante de sus narices larutilante y voluminosa cafetera quelucía detrás de la barra. Así aparecióla noticia en Cartagena Nueva concierto toque humorístico:

Cafetera que vuela. En la calledel Duque fue detenido por los serenosFalcó y Salas, a requerimiento deldueño del bar Sol, el individuo JoséRuiz Hernández, de 27 años, el cualmomentos antes hurtó de su estableci-miento una cafetera. Cuando vio quevenían a cachearle, se la entregó porsorpresa al viandante Vicente Lorca,quien la entregó a su dueño.

La máquina fue recuperada,por fortuna para sus clientes, estan-do todavía en nuestros días enpleno uso. Eran los latidos de unasociedad en crisis, de una sociedadpopular que se escandalizaba antesucesos de la vida cotidiana queafectaban también al bar, como elaccidente acaecido en 1929 en elque fue herido de gravedad unjoven camarero al estallarle junto ala cabeza la máquina que inyectabael ácido carbónico para la fabrica-ción de gaseosas o el incidente acae-cido en junio de 1931 y publicadoen Cartagena Nueva:

SUCESOS. Jóvenes Descarados.El guardia nocturno Domingo Muelay su compañero Falcó han detenido arequerimiento del dependiente delbar Sol José Montesino Inglés, de 18años, a los menores Francisco OrtegaMartínez, de 18 años, con domicilioen la calle de la Aurora 14, y aMariano Martínez Lucas, de 17años, que entraron en dicho estableci-miento pidiendo dos copas de aguar-diente, y después de servírselas eldenunciante los dos individuoscomenzaron a insultarlo con palabrasgroseras, promoviéndose con tal moti-vo un formidable escándalo.

NUEVOS TIEMPOSFueron pasando los años y la grave

situación nacional provocó unimportante giro político con la pro-clamación de la República en el 31.

La ciudad vivía apasionadamentelos nuevos tiempos: tras la salida delrey Alfonso XIII por el puerto de


Un cartel en el bar, símbolo de los nuevos tiempos.

Asistimos a una consolidación del carácterfutbolero del negocio, aprovechando la épocadorada del Cartagena, que en esos días teníaun gran equipo que le ganó al Valencia

por cuatro a cero.


Un rincón apacible.

Cartagena las clases popula-res se lanzaron a las callespara acompañar a los nuevosconcejales hasta las casasconsistoriales. Tras la elec-ción de un nuevo alcalde sedirigen hasta la calle Mayory suben hasta el segundopiso de la casa Llagostera,dónde pican entre el alboro-to popular los azulejos quecoronan en escudo de laprovincia de Murcia, que agolpe de cincel deja de ser un reino.Son pequeñas demostraciones defuerza que terminan de forma festi-va en locales como el de don Fran-cisco, que se suma al jolgorio sir-viendo raciones y despachando elvermut y los buenos vinos de la tie-rra, que cede también su barra y susparedes para transacciones y anun-

cios de todo tipo: ofrecimientos,alquileres, limpiadoras, amas decría, etc.

La familia Inglés, que saliómilagrosamente ilesa del incendioacaecido en la plaza de San Ginés(entonces denominada de Marceli-no Domingo) en 1933 gracias alsereno Juan Falcó, que rescató a

toda la familia del tejado dela casa contigua al bar utili-zando para ello un aparatoBiosca de extinción que ellostenían, asistía discretamentedesde detrás de la barra desu café al acelerado transcu-rrir de la historia: tras elestallido de la Guerra Civilen 1936 conoció de cerca lasconmociones urbanas queafectaron a la vieja Cartage-na: el ajusticiamiento y

muerte del Chipé, la lucha de claseslatente y los rigores del conflictoque entonces comenzaba: el FrentePopular abre una suscripción popu-lar para el avituallamiento de lasmilicias en los comercios del centro.La familia Inglés recoge en el bar lasmodestas contribuciones de loshabitantes del barrio y empeña en

Con el final de la contienda y la traumática posguerra,

la actividad de los comerciosdel barrio languidece: las familias quedan

proletarizadas y llegan losrigores del racionamiento.

este esfuerzo su propio patri-monio y su futura seguridadpersonal: el día 14 de abril de1937, con motivo de la cele-bración del 6º aniversario dela proclamación de la Repú-blica se realiza una recogidade fondos: el sindicato dehostelería de Cartagenarequiere de los patronos yempleados de los estableci-mientos dinero para los Hos-pitales de Sangre. Así conti-nuó durante toda la guerra.

Con el final de la contienda yla traumática posguerra la actividadde los comercios del barrio langui-dece: las familias quedan proletari-zadas y llegan los rigores del racio-namiento. El negocio familiar, quefue en otro tiempo lugar de pasoentre la Cartagena popular de la

Serreta y la burguesa de la calleMayor, queda ahora en plena fron-tera entre la miseria y la opulencia,en plena línea divisoria entre vence-dores y vencidos. El panorama delas calles cercanas estaba marcadopor los rigores de los bombardeos,la emigración forzada del viejocasco, el exilio, el destierro, las

detenciones, los actos desolidaridad y el resurgir delas tradicionales vías deescape: los toros y el fútbol,modesto refugio económi-co de una serie de bares quecolocaban coloridos pane-les mostrando los resulta-dos. La ruta futbolera esta-ba formada, además de porel Sol, por los bares SanMiguel (calle del Aire),Balompié (del Carmen),

Esteban (Serreta), Mastia (calleMayor), Café Casal (Duque), Impe-rio (Los Dolores) y Fénix (calleCampos). Los clientes aguardabanimpacientes la aparición de las noti-cias deportivas de la jornada. Cuan-do comenzó a recuperarse la pro-ducción impresa los barespublicaban y vendían en la propia


Viejos recuerdos.

Cuando comenzó a recuperarsela producción impresa, los bares publicaban

y vendían en la propia tardedel domingo la llamada Hoja Balón con toda la

información deportiva del día.

tarde del domingo la llama-da Hoja Balón con toda lainformación deportiva deldía.

La situación familiar,sin ser boyante, permitía adon Francisco Inglés demos-trar una vez más su carácterparticipativo: en 1946comenzaron a recuperarseen el entorno del bar los fes-tejos populares. En su edi-ción del día 26 de agosto deese año El Noticiero hacía la siguien-te reseña de la festividad de SanGinés, celebrada en la plaza dedicho nombre:

La festividad de San Ginés. Esteaño se han celebrado con toda solem-nidad las fiestas de este santo patronode Cartagena. Ayer domingo de

madrugada tuvo lugar una diana quefue ejecutada primorosamente por labanda de cornetas y tambores de laCruz Roja, que recorrió las callesinmediatas a la plaza dónde está elsanto. A las nueve y media, en el san-tuario de los Misioneros del Corazónde María se celebró una solemne misa

que fue oficiada por el Reve-rendo Padre Superior CarlosCatalá, cantándose por lasvoces de capilla.

Ocuparon la presidenciael delegado del señor alcalde,don Huberto Vicente, el te-niente coronel de intendenciadon Rafael Quixal, en repre-sentación del excelentísimo se-ñor Almirante, el hermanomayor de la Cofradía, don Jo-aquín Moncada Moreno, el

vocal don Orencio Bernal y otras per-sonalidades…En la plaza de San Gi-nés, y servido con todo esmero por elbar Sol, se les dio a los chicos pobres delbarrio un suculento desayuno y fue unespectáculo ver a tantos niños limpios yaseados a pesar de la extrema pobrezade algunos, sin el menor grito ni inci-


Volver al pasado.

La situación familiar, sin ser boyante, permitía a donFrancisco Inglés demostrar una vez más su carácterparticipativo: en 1946

comenzaron a recuperarse en el entorno del bar losfestejos populares.

dente. Al terminar, el dueño delbar, don Francisco Inglés, obse-quió particularmente a muchosniños que allí habían, repar-tiéndose en total más de cien.Por la noche, por la banda demúsica de la Cruz Roja se toca-ron diversas composiciones, acu-diendo un numeroso públicoque celebró con la mayor alegríadicha festividad…

Nuestra felicitación adicha cofradía al padre Españay a los comerciantes y vecinos de laplaza que con toda generosidad hanayudado a sufragar los gastos de estasfiestas, que sirven para honrar lasantiguas tradiciones cartageneras.

Eran actos en los que algunosde los modestos comerciantes de lazona, bajo el control de las autori-

dades locales y de la iglesia, expresa-ban su solidaridad con los más débi-les de una sociedad paternalista yhundida en la miseria.

UNA LUZ EN EL HORIZONTEPoco a poco el régimen de Franco,oxigenado por la nueva coyuntura

internacional y la bonanzaeconómica, fue consoli-dándose. El centro de laciudad nunca volvió aconocer su antiguo esplen-dor: las gentes comenzarona desplazarse a los nuevosensanches; pero los anti-guos cafés sobrevivierongracias a la recuperación delas tertulias, como las delbar Sol, en la que se reuní-an vecinos y habituales del

café como Joaquín Moncada,Alberto Colao (editor y propietariode la vecina librería Atenas), el poetaAntonio Cano y algún médicocomo el capitán Mediavilla, en laque se hablaba de todo un poco,incluso de política, eso sí, en vozbaja por recomendación y ruego de


Fundado por Francisco Inglés en 1972.

Eran actos en los que algunosde los modestos comerciantesde la zona, bajo el control de las autoridades locales y de la iglesia, expresaban su solidaridad con los másdébiles de una sociedadpaternalista y hundida

en la miseria.

don Paco, que estuvo al frente delnegocio hasta su muerte a comien-zos de los años 50, momento en elque tomó el relevo su hijo Pepe,famoso entre las clase populares porla organización desde abril de 1949de los campeonatos de dominó, quecomenzaron a rivalizar con los delarga tradición que se disputaban enel bar Esteban.

En los nuevos campeonatos dedominó participaban las mejoresparejas de Cartagena, agrupados enprofesionales y amateurs:Molino-Cayuela, A. Andu-jar - J. Cayuela, Bravo-Pita,Rodríguez-Rosique, Sán-chez-Matías, etc. Tomabannombres de equipos de laliga de Tercera División yse disputaban jugosos pre-mios: para los ganadoresescudos de solapa en oro(un sol alusivo al bar quelos patrocinaba) y plata(ficha de dominó) y 200pesetas; para los segundosescudos de plata y 100pesetas; y los terceros dosbotellas de coñac. Se acu-mulaba mucha gente en elbar y en la puerta consu-miendo, por lo que se sus-pendían cuando había llu-via como los partidos defútbol. Se quería asemejartanto al deporte rey que sehablaba cuando los miro-nes se acercaban demasia-do a los contrincantes de invasiónde campo, existiendo además cro-nistas deportivos como en cualquierotro espectáculo. Era una liga adoble vuelta. También había torneode copa (llamado Relámpago, por-que se disputaba en un solo día).Aquella curiosa liga de 1949 laganaron Julio Navarro y Andrés Aré

(que formaban el equipo llamadoAlicante) y quedaron segundos losdel Imperial (José Truque y ÁngelOlmos). Sobre una mesa que simu-laba con todos los componentes uncampo de fútbol se entregaron lospremios.

En torno a las partidas dedominó, entre consumición y con-sumición, se iban calentando losánimos futboleros. Resulta curiosoel reportaje realizado el 19 denoviembre de 1949 en el bar por el

diario El Noticiero sobre los ánimosexistentes en la ciudad en relación alderbi futbolístico que se avecinabaentre el Cartagena y el Real Murcia,equipo que ya había jugado en Pri-mera División: se iban a desplazarhasta Cartagena miles de murcia-nos. Se hizo en la prensa una cam-paña para tranquilizar los ánimos y

animar el cotarro, entrevistando avarios comerciantes, entre ellos alhijo del propietario, José InglésRosa, que era jugador aficionado,concretamente portero. Pronosticael triunfo del Cartagena por 3-1.Finalmente perdieron 1-5, pero elbar Sol se llenó igualmente esedomingo, como cada día de fútbol,de un público entusiasta quecomenzaba a respirar un poco des-pués de largos años de represión,miseria y muerte.

Llegaron los años 60 ylos hijos y herederos dedon José: Paco, Pepe yPedro, comenzaron a ayu-dar en las tareas del bar,que vivió una renovacióngeneracional en su cliente-la, que acude desde aque-llos años de la minifaldaantes de algún concierto,conferencia o acto culturalcon sus amigos a la barradel bar, dónde pide su ver-mut o su refresco y sale a lacalle a conversar. Cuandopasa uno por allí cadaSemana Santa parece quefuesen aquellos clientesque se apostan en los aleda-ños del bar los mismos desiempre, con su mismacopa en la mano y con lasmismas amistades. Pareceque no se hubiesen movidode allí, que se hubiese dete-nido el tiempo y que fuese

don Francisco Inglés la figura quecada día de trabajo, sobre las 8 de latarde baja las persianas y cierra laspuertas del viejo negocio. Nos reti-ramos tras la penúltima copa y lee-mos desde la lejanía el viejo letrerode siempre: Francisco Inglés. Bar Sol.�


Llegaron los años 60 y loshijos y herederos de don José:

Paco, Pepe y Pedro,comenzaron a ayudar en lastareas del bar, que vivió unarenovación generacional en su clientela, que acudedesde aquellos años de laminifalda antes de algún

concierto, conferencia o actocultural con sus amigos a labarra del bar, dónde pide suvermut o su refresco y sale a la calle a conversar.


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En el verano de 1936, el gobierno de la Re-pública Española, a consecuencia del apoyoprestado por la Alemania Nazi y la Italia Fas-cista a los militares sublevados, pide ayuda a laUnión Soviética.Stalin tras unos primeros momentos de du-

das accede a esta petición enviando asesoresmilitares para evaluar a los restos del ejército re-publicano y preparar la recepción de las armasque había decidido enviar. Entre estos asesoresllega a España a finales de agosto como PrimerConsejero Naval el capitán de navío NikolaiGerasomovich Kuznetsov nombrado PrimerConsejero Naval Soviético en España. Kuznet-sov sería el primero de los más de 100 aseso-res navales soviéticos que actuaron en Españadurante la Guerra Civil.

Divum & MareMARINOS SOVIÉTICOS CON LA FLOTA REPUBLICANA DURANTE LA GUERRA CIVILWillard C. Frank


Agenda

PONENCIAS Y PONENTES

“Los inicios de la Aviación en la Región de Murcia: Festivales y vuelos sobre el Puerto”D. Joaquín Roca Dorda. Dr. Ingeniero Industrial,Director del Centro Universitario de Defensa en San Javier.

“Murcia y el Aire. Historia de una larga relación”D. Marcelino Sempere Domenech. Dr. en Historia. Profesor de la Academia General delAire.

“Las Maniobras Aeronavales de 1928”D. Jesús Rodríguez Rubio. Dr. en Historia. Académico de Número de Bellas Artes. DirectorTécnico de la Biblioteca Naval de Cartagena.

“Ataques y bombardeos durante la Guerra Civil (1936-39)” en la provincia de Murcia.D. Miguel Santiago Puchol Franco. Economista e Historiador aeronautico.

“Las defensas Pasivas en la Base naval de Cartagena (1936-39)”D. Antonio González Velázquez. Historiador.

“Defensas Antiaéreas (1935-39)”D. Aureliano Gómez VizcaínoCoronel de Artillería (r). Historiador.

Parque de Artillería de Cartagena Primera Quincena NoviembreDurante el presente año se cumple el centenario de la Aviación Militar española que naceel seno de los servicios de “aerostación, aeronáutica y aviación”, por R. O. de 2 de abrilde 1910.

XI JORNADAS SOBRE FORTIFICACIONES

“Aeronáutica Militar y Naval en la Región de Murcia”

Web: www.aforca.org


Centro Cultural CajamurciaDel 19 de octubre de 2010 al 31 de octubre de 2010Dentro de la programación cultural de la semana Grande de Cajamurcia, cabe destacar la exposición: Vida y Creación. Ramón Gaya 1910-2005

CENTENARIO RAMÓN GAYA

La muestra Vida y Creación. Ramón Gaya

1910-2005 no es una cronología ni una

biografía, sino una vida: la del pintor mur-

ciano, dedicada a la creación. Junto a una

recopilación de 28 cuadros –con obras tan

entrañables como el retrato de su padre, de

1926–, se expondrán revistas y libros ilus-

trados por él, fotografías de sus años de

juventud y formación, escritos, agendas,

cartas y carteles, entre otras piezas.


HEMOS LEÍDO

FRANCO Y HITLER: ESPAÑA,ALEMANIA, LA SEGUNDA GUERRAMUNDIAL Y EL HOLOCAUSTOStanley G. Payne

«Entre los mitos más prominentes en el discurso gene-ral sobre la historia contemporánea de España sobresalendos. El mito de izquierdas es que la Segunda Repúblicaseguía siendo democrática durante la Guerra Civil y elmito de derechas –o al menos de los franquistas– es queFranco no estaba al lado de Hitler durante la SegundaGuerra Mundial. Ambos mitos son falsos».

El libro destaca una visión única de las relacionesentre Franco y Hitler, entre la España del nacionalca-tolicismo y la Alemania del nacionalsocialismo, y nosdemuestra en sus páginas la alianza entre ambos dicta-dores. También señala cómo el Führer terminó consi-derando al Caudillo «un charlatán latino» y como éste,que sí quería entrar en la guerra, consideraba que«España no puede entrar por gusto».

El Gobierno español colaboró con las potencias del Eje mucho más que cualquier otro país neutrala lo largo del conflicto. La fórmula adoptada en 1940 de la «no beligerancia» –inventada por el Duce alestallar la guerra y no poder sus ejércitos entrar aún en combate– nos posicionaba al lado de Alemania,aunque sin intervenir directamente en el conflicto; y durante casi tres años y medio los intercambioscomerciales, económicos, culturales, militares y propagandísticos fueron de una gran intensidad, hastasu apogeo con el envío de la famosa División Azul a combatir en el frente de Leningrado. Finalmenteanaliza la ambigua posición del régimen respecto a los judíos.

Edita: La esfera de los librosI.S.B.N. 978-84-9734-709-9 Edición: Rústica, 580 pág., 24 x 16 cm.

Precio: 26 €


HEMOS LEÍDOLibros

LLAMADME STALIN: LA HISTORIASECRETA DE UN REVOLUCIONARIO Simon Sebag Montefiore

La vida de Stalin antes de la Revolución fue siempreun enigma, que él mismo ocultaba con silencios y

falsedades. Lo mismo podría decirse de los antecedentesde la propia Revolución, convertida en una leyenda épicatras el triunfo de los bolcheviques. Gracias a una impre-sionante aportación de nuevos documentos, SimonSebag Montefiore, el autor de aquella obra maestra quees La corte del zar rojo, nos descubre un joven Stalin hastaahora desconocido, que cobra una sorprendente dimen-sión humana en estas páginas, y nos da una visión pordentro de la forma en que se preparó y triunfó la Revo-lución: "una prehistoria de la URSS".

Todos los grandes especialistas en la materia han des-tacado la importancia de las aportaciones realizadas aquípor el autor, y han elogiado además el apasionante interés de un libro que Anthony Beevor describe como“fascinante” y que Antonia Fraser afirma que es “digno de Alejandro Dumas”.

Edita: Memoria CríticaI.S.B.N. 978-84-8432-962-6Edición: Cartoné, 576 págs., 16 x 23 cm.

Precio: 29,9 €


LA EXPLISIÓN DEL VOLCÁN TAMBORA Y CAMBIOCLIMÁTICO EN CARTAGENA (1815-1817)Gabriel Peche García

PEDRO DEL REAL Y SÁNCHEZ PAULETETeniente Coronel Jefe del Batallón de Cazadores de MendigorríaÁngel Márquez Delgado

JUAN LANZÓN Y LA CORAL TOMÁS LUIS DE VICTORIA.Francisco J. Franco

ESCRITORAS Y ARTISTAS CARTAGENERAS ILUSTRES(SEGUNDA PARTE)José María Rubio Paredes

Próximo Número

LA COMPAÑÍA CARTAGENERA DE NAVEGACIÓNLuis Miguel Pérez Adán