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UNIVERSIDAD DE NAVARRA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA EL ACCESO A LA LUCIDEZ LA CONSCIENCIA Y EL SACO DEL TIEMPO Martín Gutiérrez Oyhamburo Tesis dirigida por el Prof. Dr. José Ignacio Murillo Pamplona, 2016

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  • UNIVERSIDAD DE NAVARRA FACULTAD DE FILOSOFA Y LETRAS

    DEPARTAMENTO DE FILOSOFA

    EL ACCESO A LA LUCIDEZ LA CONSCIENCIA Y EL SACO DEL TIEMPO

    Martn Gutirrez Oyhamburo

    Tesis dirigida por el Prof. Dr. Jos Ignacio Murillo

    Pamplona, 2016

  • 1

    NDICE 1

    INTRODUCCIN .. 8

    PARTE I - CONSIDERACIONES GENERALES. LA CONSCIENCIA /CONCIENCIA EXISTE A PROPSITO DEL TIEMPO.

    Cap. 1 - Precisiones acerca de la consciencia/conciencia y del saber.

    1.1 Cinesis y contenidos del pensamiento 13

    1.2. Consciencia y conciencia. 15

    Cap.2 - El papel del tiempo en relacin con la consciencia 18

    2.1 La consciencia basal. Incursin breve sobre la consciencia senso-pragmtica y la consciencia psicolgica 22

    2.2 La consciencia vigil senso-pragmtica .. 33

    Cap. 3 - La consciencia psicolgica y la conciencia. El substrato orgnico de la consciencia.. 38

    3.1 El acceso a la lucidez.. 44

    Cap. 4 - Creacin y generacin. El presente de la consciencia y lo temporal / atemporal.

    4.1 Distincin entre el origen slo deviniente y el origen creador de las cinesis.. 47

    4.2 Lo dimensional es lo fsicamente medible.. 48

    4.3 Lo adimensional.. 53

    4.4 Bimodalidad del ser. Despliegues vitales dimensionales y adimensional-intencionales 55

    4.5 La lucidez de una cinesis se determina por la motivacin que la precede

    62

    4.6 La actividad cintica es siempre secuenciada. Crear es radicalmente distinto a generar 64

  • 2

    Cap. 5. El presente bimodal de la consciencia. La adimensionalidad / dimensionalidad (atemporalidad / temporalidad) de la presencia.. 69

    Cap. 6 - La presencia yoica posibilita el escape del tiempo fsico. 72

    Cap. 7 - Pasado, presente y futuro. Su relacin con la tmporo / atemporalidad 73

    Cap. 8 Fuera del tiempo y en el tiempo.. 77

    8.1 La relatividad del tiempo fsico. 80

    8.2 Los hipotticos agujeros de gusano temporales... 81

    8.3 El tiempo fsico como nudo gordiano de la existencia. 83

    Cap. 9 - El tiempo cronomtrico psicolgico.. 84

    Cap. 10 - El tiempo endo-psquico y la libertad.. 87

    Cap. 11 - El tiempo planificado y los quereres 89

    Cap. 12 - El poco advertido y trascendente t0 intencional: el tiempo de origen y el presente.

    12.1 Elecciones lcidas y secuencias biolgicas autonmicas.. 90

    12.2 Engramas neuronales y creaciones volcadas al tiempo. 94

    12.3 El cambio y la tmporo/atemporalidad.. 99

    12.4 La cinesis actual como una intencionalidad volcada al tiempo 103

    12.5 Intencionalidad, voluntad y ejecucin motora de los actos cinticos. La experiencia de Libet. 105

    12.6 La tmporo-espacialidad absoluta en Newton / Einstein y el t0 o tiempo de origen. 112

    Cap. 13 - Dos modos diferentes de ser, para dos mbitos distintos imbricados.

    13.1 El tiempo y el modo de su aprehensin dividen la realidad, participando ambos en el juicio de la verdad. 118

    13.2 No es adecuado calificar lo mental como intencional, slo porque la conciencia, sera siempre consciencia de algo 120

    13.3 El tiempo es tambin extra-mental, y por tanto, es un existente a posteriori. El cuerpo es insustituible en su vnculo con lo extra-mental127

  • 3

    13.4 La realidad no se agota en lo que tiene forma y materia en una (hilemorfismo). 132

    13.5 El objetivo del despliegue biolgico es dar un substrato temporal a la mente.. 135

    Cap. 14 - El registro y la percepcin del plexo espacio/tiempo: tiempo emprico y tiempo psicolgico 137

    Cap.15 - Bordeando la realidad con el tiempo: inteleccin, ejecucin prxica y tiempo.

    15.1 El tiempo emprico.. 141

    15.1.1 El tiempo fsico que medimos es flechado y por tanto irreversible y progresivo, pues remite al modo de ser de los existentes 141

    15.1.2 El tiempo analgico orgnico. 142

    15.2 El tiempo mental o psicolgico, propio del hombre .. 145

    15.2.1 El tiempo (t) como factor o ratio matemtico de una frmula. .. 145

    15.2.2 El tiempo endo-psquico con-creador, expuesto como secuencias hipotticas para-lgicas o supra-lgicas 146

    Cap. 16 - El coeficiente de semejanza analgica entre el tiempo fsico y el tiempo con-creador.... 148

    Cap. 17 - La (in)versin creadora.................................................................... 151

    Cap. 18 - Perdn y virtualidad del tiempo mental 155

    PARTE II - LOGICACION Y TIEMPO

    Cap. 1 Reubicando a la lgica y a la razn... 157

    Cap. 2 - Razn, lgica y secuencialidad... 163

    Cap. 3 - El hombre no es un animal racional. La psicopatologa muestra las diferencias entre logicar e intencionar..... 167

    Cap. 4 Ms acerca del sobre-dimensionamiento contemporneo de la lgica y de la razn.. 172

    Cap. 5 - Lgica inmanente y lgica formal. No hay lgica sin tiempo.. 172

  • 4

    Cap. 6 - Lgica mental a priori o lgica inmanente en toda la Creacin? .. 180

    Cap. 7 - Tiempo, cognicin y praxis.. 183

    7.1 El concepto de las partes y del todo, El cerebro y el mentar. 185

    7.2 El concepto de lo uno.. 188

    7.3 La espacializacin del tiempo como figuras devinientes, y el alcance de su sentido 198

    7.4 Figura, tiempo y memoria.. 206

    7.5 La encarnacin del tiempo y la teleologa de los actos. La causa-efecto... 213

    Cap. 8 Una vez ms: la lgica es tmporo-dependiente .. 222

    Cap. 9 El arco cognitivo y el arco prxico en el hombre 224

    Cap. 10. - Acerca del querer y del acto intencional. 226

    Cap. 11 - El arco prxico y el acto cintico. 230

    Cap. 12 - Importancia de la percepcin tmporo-espacial para logicar y posible confusin entre el concepto de consciencia y el estado de alerta biolgico atencional. 235

    Cap. 13 - Qu es lo que ocurre en el punto terico en que la cognicin se revierte y se torna una praxis?....................................................................... 240

    Cap. 14 - El contenido psquico y los entes de razn. Logicacin y tiempo.

    14.1 Los entes de razn no seran entes en sentido estricto..... 243

    14.2 De nuevo lo real y lo irreal............................................................ 244

    14.3 El tipo de temporizacin como criterio de clasificacin de las distintas realidades.. 245

    14.4 La verdad como objetivo cognitivo/prxico. 247

    14.5 Logicacin y tiempo 250

    14.6 El tiempo y los delirios 251

    14.7 Los contenidos ideicos no son racionales en su ncleo intencional. El ratio se aplica solamente a la figuracin.. 257

    Cap. 15 - La consciencia humana es tmporo/atemporal 258

  • 5

    PARTE III METAFSICA DEL TIEMPO

    Cap. 1 - El tiempo como una condicin posible de ser

    1.1 El tiempo es la condicin de ser en tanto existente. 260

    1.2 La con-dictio (sic) y la intencionalidad.. 269

    1.3 El ser en s como ser intencional, y el ser en siendo en el tiempo. .. 280

    1.4 Cuando la nada intencional domina el pensamiento 284

    Cap. 2 - El tiempo extra-mental como condicin de ser de los existentes, y su relacin con la cognicin humana.

    2.1 El ahora del presente. 287

    2.2 El tiempo como la malla de toda contingencia, es decir de lo que puede ser o no ser el caso (lo posible)................................................................... 290

    2.3 El tiempo devenido sensible. 293

    2.4 Concepto clsico de acto y el acto intencional.. 295

    2.5 El acto de ser y el tiempo.. 298

    2.6 La relacin mente-cerebro y el tiempo 302

    2.7 rgano y funcin. La intencionalidad precintica implicada, la cinesis funcional y el rgano cerebro.. 305

    2.8 Seres con dominio temporal aparente, y la supuesta autonoma de los despliegues temporales... 311

    2.9 La conducta humana como ejecucin lcida. 318

    2.10 La cinesis verbal y el alcance del verbo sustantivado. .. 323

    Cap. 3 - Tiempo y despliegue de la intencionalidad.

    3.1 Reiterando que ser no es lo mismo que existir 325

    3.2 El tiempo no es el ser, ni tampoco lo da. El significado de escapar del tiempo y la muerte. 327

    3.3 El estar es propio de ser en el tiempo, y expresa en el existente su modo dimensional de ser. Las versiones confusas de los qualia. 333

    3.4 Ni el tiempo ni la materia dan origen a la individuacin 336

  • 6

    3.5 Heidegger confunde el ser con el existir, y el ser con el tiempo mismo.. 337

    3.6 El despliegue de la intencionalidad creadora en el tiempo 339

    3.6.1 La intentio de Brentano... 340

    3.6.2 La desviacin logicista de la intencionalidad.. 343

    3.6.3 La confusin entre intencionar y atencionar 346

    3.6.4 Intencionar temporalmente es un acto propio de un sujeto creador. El saco del tiempo... 351

    3.7 El tiempo como vehculo desplegante de la realidad adimensional 354

    Cap. 4 - La realidad de ser y de existir en el tiempo.. 356

    Cap. 5 - Creacin intencional y creacin temporal. 357

    Cap. 6 - Precisiones en torno a figura, eidos y forma... 359

    6.1 Dos temas cuestionables a superar: la abstraccin y la forma/figura. 361

    6.2 Investigando el misterio del cambio y del lmite figurativo. No habra figuras fuera del tiempo 369

    6.3 Los efectos son los todos, y las causas son las partes.. 375

    Cap. 7 El tiempo y la adquisicin bimodal del lenguaje 380

    Cap. 8 - Rescatando la intencionalidad para la metafsica. No se trata de abstraccin, sino de uno de los aspectos de la bimodalidad del ser, del conocer y del hacer. La presencia y lo metafsico.

    8.1 Lo adimensional como realidad metafsica.... 365

    8.2 Antecedentes filosficos de la bimodalidad y el substrato de la misma.

    8.2.1 El problema de los universales y la bimodalidad... 386

    8.2.2 El pensamiento lcido es principalmente acto intencional.. 389

    8.2.3 El substrato de la bimodalidad... 391

    8.2.4 Dos funciones radicalmente distintas, pero integradas en la va final comn de la consciencia.. 396

    8.3 Cognicin y praxis como pasos inversos pero secuenciados, y su relacin con la flecha del tiempo. 403

  • 7

    8.4 Decisin, libertad y neurobiologa. El acceso a la lucidez.. 406

    8.5 La presencia a-temporal de la consciencia. La emergencia funcional y la autoconsciencia. 410

    8.6 El hombre: el nico ser que usa reloj porque planifica en consciencia tiempo en el tiempo 413

    Cap. 9 Sustantivos y verbos reflejan en el lenguaje la bimodalidad de ser. .. 417

    Cap. 10 - Lo figurativo y lo intencional; lo dimensional y lo adimensional respectivamente 420

    Cap. 11 - No pensamos con el lenguaje. Como toda praxis, ayuda ciertamente a definir las ideas.... 422

    Cap. 12 - Causalidad y creacin. El acto con- creador lcido de s y el tiempo.. 424

    Cap. 13. No hay subordinacin entre cognicin y praxis. La praxis es tambin en alguna medida cognitiva y la cognicin es prxica. La sujecin lcida del acto creador.. 427

    Cap. 14 - Creacin ex - hihilo y creacin ex tempus.

    14.1 Planificacin de la creacin ex tempus. Logicacin. El hombre como fruto de una doble creacin. 433

    14.2 La transduccin o transmutacin metafsica-fsica y viceversa. El saco del tiempo... 438

    CONCLUSIONES 442

    EPLOGO . 469

    BIBLIOGRAFA 473

  • 8

    INTRODUCCIN

    Lo ms misterioso del tiempo es que siempre parece que nos falta. Por si sirve de consuelo, eso mismo les pasa a los fsicos. Las leyes de la fsica contienen una variable que corresponde al tiempo, mas no incorpora aspectos capitales del tiempo tal como lo vivimos; en especial, la distincin entre pasado y futuro. Y conforme se intenta formular leyes ms fundamentales, la pequea t se evapora del todo. Frustrados, muchos fsicos recurren a una fuente que les resulta poco familiar: los filsofos.

    Qu les ayuden los filsofos? A la mayora de los fsicos les suena a extravagancia. Lo ms cerca que llegan a estar algunos de la filosofa es a ltima hora de la noche, conversando frente a unas caas. Incluso los que han ledo filosofa en serio dudan, por lo general, de que sea til; tras una docena de pginas de Kant, la filosofa comienza a parecer algo as como lo ininteligible en busca de lo indeterminado George Musser1.

    La cita no reviste inters por la eventual relevancia del autor en la disciplina filosfica, sino porque alude a las dificultades propias del tema del tiempo a esta altura, ya clsicas cuando se refiere a la ignorancia de la mayora de los cientficos contemporneos sobre filosofa en general, y en especial, sobre la naturaleza del tiempo.

    Si bien sus criterios son expuestos desde el punto de vista parcial de un comentarista de la fsica, su recurrencia en el tema del tiempo denota ciertamente un singular inters sobre el mismo.

    Por ello es que podra ser beneficioso que cruzara la acera, para intentar desentraar lo ininteligible en busca de lo indeterminado a partir de otros campos de la ciencia.

    1 Musser G. Investigacin y Ciencia, 2002 Nov.; 14. / George Musser es un escritor

    perteneciente al equipo editor de la revista Scientific American (New York) y autor de The Complete Idiots Guide to StringTheory (La Gua Completa para Idiotas acerca de laTeora de las Cuerdas). Curs sus estudios de grado en ingeniera elctrica y matemticas, en Brown University, y su postgrado en Astrofsica, en Cornell University. Musser fue editor de la revista Mercury, y de Universo, de la Astronomical Society of the Pacific (San Francisco). Autor de A Matter of Time (Scientific American, sept. 2002) con el cual gan el National Magazine Aword. En 2010 Musser obtuvo el premio Jonathan Eberhart Planetary Sciences Journalism Award, escribiendo sobre ciencias planetarias, y en 2011 el American Institute of Physics le otorg el Science Writing Award por su artculo acerca de la posibilidad de una finalizacin del tiempo (Could Time End?)

    http://en.wikipedia.org/wiki/Brown_University
  • 9

    Esta Tesis es una compilacin, donde se renen e interpretan en un solo cuerpo materiales dispersos, provenientes de variadas fuentes, en especial filosficas, incorporando algunas innovaciones cientficas y criterios propios, segn su necesidad de inclusin.

    El tiempo integra y envuelve la realidad cotidiana, tanto la de los elementos fsicos inertes, como la de la vida biolgica, social, poltica, econmica, psicolgica y religiosa de los hombres. No es pues, un tema marginal, por difcil que sea su interpretacin.

    Aunque resulte algo poco habitual en estos das, la Tesis no se centrar en los aspectos cientficos fsicos generales del tiempo, sino, fundamentalmente en los filosficos y su relacin con la ciencia, en especial con las psiconeurociencias, porque su contenido involucra ntimamente al tema de la consciencia.

    Se busca responder as a la manida pregunta sobre el ser y el existir en relacin con el tiempo, en orden a explicar la consciencia psicolgica y su vinculacin con el cerebro y la mente.

    Veamos a continuacin un resumen de las distintas exposiciones que se desarrollarn en esta Tesis:

    En la PARTE I explico que la consciencia est siempre vinculada con el saber, destacando que el mismo se cumple en tres niveles, los cuales interactan y se montan jerrquicamente como consciencia basal, consciencia senso-pragmtica y consciencia psicolgica. Esta ltima es propia del hombre, y su mxima expresin es la conciencia o autoconsciencia tica (conciencia), cuya capacidad fundamental cognitivo-pragmtico se traduce tambin en la responsabilidad de ejercer un dominio parcial sobre el tiempo, lo cual es una manifestacin de la capacidad con-creadora humana.

    Sealo que los existentes, es decir los seres en el tiempo, siempre devienen hacia el futuro y son bi-modales, es decir atmporo-temporales o adimensional-dimensionales o intencional-concretos. Nuestra mente tambin los percibe bi-modalmente de manera simultnea, condicin que permite a la persona el acceso a la lucidez.

    Asimismo, bi-modal es nuestro hacer cognitivo-prxico. Las decisiones lcidas son tomadas precediendo temporalmente a las conductas, las cuales son por ello intencional-lgicas. Para transformarse en conductas o en hechos las intenciones con-creadoras deben pasar necesariamente por la logicacin, neologismo que refiere al sometimiento de lo mental a la racionalidad que rige dentro del mundo temporal. De ah que en lo adimensional no hay lgica, porque sta es slo propia del saco del tiempo.

    Estos aspectos se desarrollan en la PARTE II, donde tambin se destaca la importancia del no-tiempo de la consciencia, referencia a-temporal de origen de cualquier despliegue lcido volcado a la existencia. No hay nada fsico que escape a la temporalidad, y por ello todos los existentes poseen una estructura lgica. Tampoco nada fsico carece de una intencionalidad metafsica.

  • 10

    Dado que lo lgico refiere a relaciones cuantificables, analizo tambin la nocin de uno, todo y partes, y su relacin con el yo psquico, as como el concepto de verdad. Se considera tambin a la inteligencia como facultad bimodal que atiende por una parte al conocimiento del inte, o sea de la relacin entre los trminos del pensamiento y por otra parte al intus de los existentes, o sea a lo intencional de los mismos.

    En la PARTE III se analiza finalmente la metafsica del tiempo en tanto condicin de ser, as como su vinculacin con el acto creador, la intencionalidad implicada y la cinesis funcional que lo expresa en la materia. Desarrollo en esta Seccin la vinculacin entre acto intencional, funcin y rgano, respondiendo tambin a la interrogante sobre la relacin mente-cerebro, con lo cual se explica la aparente emergencia de lo mental a partir del rgano cerebro. Fundamento tambin, la capacidad con-creadora del hombre.

    Asimismo, se considera el acceso mental al no-tiempo y su trascendencia esencial para el hombre. Actividad poco atendida que se manifiesta ordinariamente en el ahora, en la presencia y en el yo personal lcidos, condiciones que junto con la temporalidad hacen posible descubrir la causalidad.

    Se descarta fundadamente el uso del substantivo abstracto, sustituyndolo por intencional adimensional y se afirma el paralelismo analgico entre lo mental y lo extra-mental, destacando la necesidad de que la mente sea capaz de combinar simultneamente lo fsico concreto con lo intencional adimensional. Con este objetivo se analiza el substrato bi-hemisfrico funcional del cerebro y las consecuencias de ello.

    Se asume finalmente que las leyes que estudia la fsica y la biologa estn dispuestas con el objetivo de crear al hombre, dndole un lugar dentro del saco del tiempo y hacindolo partcipe tambin del acceso a la a-temporalidad mental.

    Por ltimo, sealo que no tengo dudas que tanto la investigacin cada vez ms profunda y dispersa de la ciencia en general, como los nuevos recursos tcnicos aplicados a la investigacin del cerebro, restarn actualidad a la informacin cientfica concreta aportada.

    No obstante, ello, creo que persistir la concepcin que expone esta Tesis, centrada en la metafsica del tiempo y su vinculacin con la consciencia/conciencia, lo cual tambin resultar esclarecedor, en definitiva, de la relacin mente/cerebro.

    Dado que se aportan nuevos conceptos y se reafirma otros ya vigentes - aunque relativamente inconexos por su diversidad de origen, - considero conveniente precisar que se ha procurado desbrozar el camino de su comprensin para lectores de variadas disciplinas, determinando el alcance de algunos de los trminos y conceptos usados y su vinculacin con la consciencia, la inteligencia y la voluntad. Trminos que habrn de ser precisados en muchas circunstancias con llamadas a pie de pgina para explicar el sentido con el cual son empleados.

    El alcance de lo expuesto puede no ser fcil de comprender en un inicio, en virtud de que los criterios enunciados admiten explicaciones, cuya validez podra

  • 11

    ser aceptable slo en ciertos campos de la ciencia y resultar insuficientes para otros.

    Si bien esta visin mltiple pueda ser discutible en algunos aspectos concretos, en definitiva, procura unificar los criterios de mayor jerarqua que surgen de las diversas disciplinas cuando consideran el tema del tiempo, de la consciencia y de la relacin mente/cerebro, ya que, en un nivel superior, tanto la ciencia como las humanidades deben admitir principios comunes.

    Los numerosos textos y citas en llamadas a pie de pgina provenientes de las ciencias naturales y en especial de la psiconeurobiologa y la filosofa, fundamentan varios presupuestos al dar cuenta del sentido con el cual son empleados. Tambin se puede apreciar una discrepancia circunstancial o total con algunos autores clsicos, o contemporneos. En todos los casos se deber comprender que la crtica obedece a que, si bien se fundan algunas de esas opiniones meramente en hiptesis, por lo general, se procura entrelazar sus conceptos con observaciones cientficas vigentes a la fecha, dejando de lado algunos desarrollos por considerarlos incongruentes, lo cual ha sido norma metodolgica tambin para la filosofa en cualquier poca.

    Resulta comprensible entonces, que la profundizacin de los conocimientos actuales acerca del sentido del tiempo, constituya un desafo multidisciplinario difcil de superar, aunque no imposible.

    En buena medida, eso se trata de hacer en este Trabajo, investigando sobre aspectos del tiempo no considerados hasta el momento, con lo cual se introduce una comprensin nueva de su metafsica en relacin con el modo de conocer y de hacer humanos.

    En el desarrollo de estos temas volver muchas veces sobre diversos autores, que ciertamente, podran no agotar la lista de los que se debiera considerar dada la extensin del tpico abordado. Tambin se debe tener en cuenta que el encare que dar de dichos autores no es exhaustivo. Ni siquiera es una exposicin ordenada de sus principales hiptesis, sino que me limito a comentar las vinculaciones que puedan tener stas con el tema del tiempo, o su relacin con el ser y con la consciencia.

    Si bien las citas podran parecer, en algunas circunstancias, excesivamente acotadas aunque siempre sean consecuentes con el sentido general expuesto por el autor -, no se debe perder de vista que las mismas slo cumplen con el objetivo antedicho, a veces, de manera repetida. El cual est lejos de intentar exponer conocimientos enciclopdicos, que, por otra parte, no poseo y que, de hacerse, probablemente nos conducira a perder el hilo de la trama.

    Tambin advierto que habr de extenderme en consideraciones que parecen alejarnos del asunto del tiempo, en la medida en que entienda que la ndole de los conceptos vertidos lo amerite. Cuando se tratan temas vinculados con la consciencia, con la cognicin y con la praxis, donde el tiempo juega un

  • 12

    papel fundamental pese a no haber sido advertido de esta manera con anterioridad, ser necesario incursionar en reas que podran parecer inconexas en un principio, si bien luego se darn explicaciones que justifican este aparente alejamiento.

    Se deber asimismo tener en cuenta que el orden de exposicin de los diversos autores, no responde tampoco a ninguna valoracin cronolgica, ni literaria, ni cientfica de los mismos, sino a la conveniencia del relato, cuya trama se centra en el tiempo.

    Tal como surge de la lectura de estas pginas, tambin dedico especial atencin a esclarecer el alcance de algunas palabras que considero importantes, buscando en ellas su sentido originario y las vinculaciones conceptuales que manifiestan, las cuales a veces han quedado encubiertas o distorsionadas por el uso comn y la deriva lingstica. Por ello es que frecuentemente en la exposicin de estos captulos se hace uso de definiciones de la RAE y de etimologas extradas del Breve Diccionario Etimolgico de la Lengua Castellana, de Joaqun Corominas, y otros. Adems del uso de los mismos, aporto criterios sugerentes de inters innovador a partir de una investigacin original. Por ello apelo frecuentemente a criterios psicolingsticos que desbordan las etimologas tradicionales y a la filologa tradicional, desarrollando en los hechos el concepto de logonimia, neologismo que refiere a trminos, - que an sin ser vinculables entre s fontica o etimolgicamente, - se relacionan en el logos profundo por la funcin general a la que se aplican. Son palabras que sin seguir en su aparicin cronolgica una secuencia temporal razonable, no llegan al ncleo conceptual comn por va de los signos, y sus variantes, sino que se vinculan por el parentesco en el sentido comn que las originan.

  • 13

    PARTE I LA CONSCIENCIA/CONCIENCIA EXISTE A PROPSITO DEL TIEMPO

    Cap. 1 - Precisiones acerca de la consciencia/conciencia y del saber.

    1.1 Cinesis y contenidos del pensamiento.

    Si bien en sentido estricto, el tema de la consciencia/conciencia no centrara en principio a esta investigacin, conviene introducir algunas precisiones al respecto dadas las frecuentes menciones que se hacen del mismo, y a la ntima vinculacin que veremos tiene con el tema del tiempo.

    Es cierto que an no se encuentran en la bibliografa aportes definitivos que lo esclarezcan, pese a que criterios religiosos, teolgicos, filosficos, jurdicos, de sabidura popular, y ltimamente, tambin psiconeurocientficos se sobreponen en su esfuerzo por investigarlo.

    En los aos recientes, stos ltimos han cobrado importancia singular aportando enfoques cientfico-tcnicos ms o menos prcticos para intentar definir este asunto, no obstante, lo cual, indudablemente, persiste el debate de fondo en torno a la relacin entre la estructura orgnica enceflica y el contenido etreo que sobrevuela y habita a sta como pensamiento. Esto ltimo es negado por algunos, pese a que todos los que leemos esta pgina estamos ahora ejerciendo y haciendo uso de l.

    Visto desde otro ngulo, como veremos, esta vinculacin refiere nada menos que a la discusin entre las doctrinas que defienden la libertad de eleccin del hombre y su eventual determinismo comportamental biolgico. En este ltimo caso, las conductas y la voluntad lcida seran dependientes en todo de un determinismo orgnico previo.

    Evidentemente, la psiconeurociencia contempornea no puede permanecer ajena este debate multidisciplinario. Tampoco la filosofa y la teologa.

    O bien se concibe al hombre como el vrtice de una escala meramente biolgica, o se lo descubre como un ser radicalmente distinto, cuya calidad psicolgica y tica, excede a todo lo existente por estar dotado de condiciones absolutamente singulares dentro de la Creacin, lo cual coincide con sus desempeos. Esto ltimo, lejos de negar su condicin orgnica operativa dentro del tiempo, le agregara el plus diferencial nico y esencial que lo distingue, explicando as sus logros indiscutibles.

    De cualquier manera, los recursos de las psiconeurociencias slo acceden hoy en da en el mejor de los casos - a la cinesis funcional del rgano cerebro. Esto es, a sus manifestaciones dentro del orden fsico temporal, al cambio, al movimiento que el acto de pensar expresa en este rgano y los centros y vas por el cual transcurren los estmulos. Pero justamente por ese camino resulta

  • 14

    absolutamente inabordable el anlisis del contenido del pensamiento mismo, que es justamente desde el cual tambin accedemos al tema que nos ocupa.

    Esto resulta evidente si slo tenemos en cuenta los recursos cientficos actuales (Resonancia Magntica Funcional, Magnetoelectroencefalografa, Potenciales Evocados Cognitivos, Mapeos en tareas pereceptivas o tomas de decisin, etc). Pero estimo que necesariamente tambin afectar a los futuros, porque, en sentido estricto, no es su asunto desde el punto de vista metodolgico, pues para hacerlo, debera escapar de los marcos actuales de la disciplina.

    En efecto, el contenido significante del pensamiento pertenece en lo fundamental a un mbito inextenso y atemporal en s mismo, aunque parte de l se manifieste dentro de esquemas espacio-temporales analgicos que slo lo presentan cuantitativamente en trminos inespecficos, vacos de intencionalidad personal. Por el contrario, lo que da significacin a los esquemas temporales es justamente su contenido, no las mensuras, que slo cuantifican los fenmenos.

    Por ello es que no se pueden analizar e investigar el sentido de las conductas humanas solamente desde las imgenes cerebrales, ya sea de los ncleos o ms recientemente de las vas (conectografa por tensor de difusin) o por medio de los potenciales electromagnticos generados en el acto de pensar, o mediante otros recursos que slo contemplan la exterioridad fsica de los fenmenos que expresa la cinesis del rgano cerebro vivo, sino que se deben explicar las mismas tambin desde su propia interioridad.

    El contenido al cual me refiero abarca lo consciente/conciente y su implicacin substratal, que, como veremos, anteceden en algunos casos (lucidez) al acto cintico mismo, los cuales slo son evidenciados exteriormente por las tcnicas mencionadas o cualquiera otra hasta hoy desconocida. En efecto, aunque se relacionen las imgenes cinticas con los contenidos que relatan los sujetos de experimentacin, nunca sern estos hechos grficos el pensamiento mismo, el cual sobrevuela inasible a los recursos tcnicofsicos contemporneos. Los grafismos mencionados slo adquieren alguna significacin cuando se los asocia con los contenidos explicativos que los revelan.

    As pues, convengamos que no corresponde ni desconocer las explicaciones de las cinesis funcionales, ni desatender a los contenidos del psiquismo, ya que son entidades que estn ntimamente vinculadas. Por ello conviene tener presente que las imgenes o sus sucedneas funcionales, slo son fenmenos vinculantes con las estructuras fsicas comprometidas en el despliegue de la funcin, pero no son el contenido de la misma.

    En conocimiento de este hecho y con relativa proximidad cronolgica, algunos cientficos han sugerido que el contenido mental sera secundario a las cinesis y por tanto, consecuencia estricta de las mismas (determinismo orgnico basado en la secuencialidad temporal). Esto tampoco explicara la naturaleza de los contenidos psquicos, pero tal como se analizar ms adelante, los errores de procedimiento e interpretacin de esta hiptesis invalidan las consecuencias extradas de las mismas, por lo cual, de seguir por esta va polmica dialctica,

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    adems de quedar en statu quo la solucin del problema que nos ocupa,2 agrega otro ms grave pues se niega la libertad misma del sujeto pensante.

    Esto es as ineluctablemente,3 a menos que mediante un argumento inslito se introduzca en la explicacin al tiempo y a la atemporalidad, as como a la intencionalidad creadora, superando tambin a la dialctica monista determinista / indeterminista, que supone exclusivamente a uno o a otro modus operandi en la naturaleza.

    No creo que este camino haya sido transitado hasta ahora.

    Desde este punto de vista surge entonces que todo lo existente es bi-modal (tmporo-atemporal) (dimensionaladimensional) (fsico concreto-intencional). Responde siempre inevitablemente a una intencionalidad creadora (significacin, explicacin teleolgica atemporal o esencia), a la cual la mente humana puede acceder analgicamente en condiciones de lucidez desde su base orgnica (cerebro-cuerpo), percibiendo asimismo los elementos concretos del ente.

    La intencionalidad con-creadora se implica temporalmente en tanto funcin, manifestndose como la cinesis del rgano. sta ltima es lo que emerge dentro del tiempo, lo cual es posible porque justamente esta fuerza (o espritu) est sumergida, (implicada) de forma tal que hace que el hombre sea nico dentro del tiempo en acceder a ella a partir de los estmulos fsicos propios de la vida biolgica.

    Esto es posible entonces porque el cerebro humano que es personal - opera tambin bimodalmente, por lo cual puede descifrar la teleologa del mundo existente, hacindose a su vez sujeto con-creador, ya que accede bimodalmente a la realidad extra-mental. Esto se expresa en el lenguaje simblico, en el centrado lcido del presente, en la asuncin cognitiva-prxica sujeta por un yo autoconsciente y por el uso parcial lcido del tiempo en la planificacin prxica y en la cognicin.

    Veremos detenidamente estos aspectos en el curso de esta Tesis, especialmente el ltimo de ellos referido al tiempo.

    1.2 Consciencia y conciencia. Sin ir directamente desde un inicio al fondo del asunto de la

    consciencia/conciencia, nos introduciremos primeramente en el tema por un camino lateral, - aparentemente menor - esto es, definiendo si la palabra que nos ocupa en el ttulo del sub-captulo se debe escribir con s, o no. Ordinariamente vemos que se emplean con frecuencia de manera indistinta ambos modos, predominando su uso sin s, y que pocos se detienen a pensar si pudiera

    2 Ver ms adelante el anlisis y la confrontacin de la hiptesis de Benjamn Libet. 3 Ver una actualizacin del tema en Franck J.F., Vanney C.E. Determinismo e

    Indeterminismo: De las Neurociencias a la Filosofa. [Internet]. Disponible en: www.austral.edu.ar/filosofia-deteind/determinismo-e-indeterminismo-delas-neurociencias-a-la-filosofa/

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    denotarse alguna diferencia entre la palabra consciencia y conciencia. Lo cual tambin servir para explicar al lector algo que se puedo preguntar cuando me refiero a la dupla consciencia/conciencia.

    La gente de hoy en da no tiene por hbito usar la palabra consciencia,

    esto es, con s. Quizs sea por simple desinters acerca del tema, o bien, porque considera que la palabra consciencia corresponde al modo antiguo de escribir conciencia, y no quiere complicarse con la s. De cualquier manera, todos creen saber desde un punto vista general, de qu se trata. Lo difcil es precisarlo, tal como ocurre con el tema del tiempo.

    Complicando ms las cosas, la auto-correccin gramatical de algunos

    ordenadores sujetos a gramtica, excluyen con frecuencia y de manera automtica la s cuando se quiere escribir con ellos la palabra consciencia. Esto es consecuencia de que el diccionario comn suele no contener dicha palabra, aunque s posee el trmino consciente (con s), que sera la condicin atribuida al sujeto en estado de consciencia, (para algunos, hoy, conciencia), es decir, cuando el sujeto tiene cabal conocimiento de lo que siente, hace, o quiere, al experimentar un conocimiento reflexivo del mundo y de su relacin consigo mismo. Para algunos pocos, inclusive, consciencia equivale a vigilia a secas.

    As pues, y ms all de la gramtica vigente, el uso comn de la palabra consciente, remite inevitablemente a la entidad psquica consciencia. Desconozco porqu se qued por el camino la s cuando nos referimos al ente psquico que faculta al individuo consciente para ser tal, particularmente, si tenemos en cuenta que consciencia proviene del latn scientia, participio activo de scire, que es saber4. Consciencia es por ello un estado en el cual se sabe, se posee algo con sabidura, condicin que, en el caso del hombre, debiramos dar por sentado que culmina en un estado superior que es la sabidura acerca de su propia yoicidad, condicin que lo hace capaz de sujetar y conducir su acto vital de ser. En sntesis, me refiero a poseer la lucidez de s en el mbito atmporo/temporal de su intencionalidad. Lucidez que le permite conocer al otro y al mundo, no slo por sus formas sino por sus fines, esto es, por sus intenciones. Veremos luego el alcance de estos trminos.

    El hombre no slo sabe como otros seres que tienen implicadas

    conductas autonmicas sino que, en estado de lucidez sabe que sabe,5 que no

    4 Corominas J. Breve Diccionario Etimolgico de la Lengua Castellana. Madrid: Gredos;

    1997.p. 149. De ahora en ms C. y la pgina (p.). 5 Los modernos llaman metacognicin a este saber que se sabe. Pero esta palabra hoy

    usada para designar algo que est ms all de una cognicin simple suena tautolgica, pues el trmino cognicin en s mismo ya incluye ese alcance en su concepto. Por ello es que no puede haber una cognicin inconsciente. Lo mismo pasa con saber.

    Probablemente en su uso primigenio o ligero, no se distingua este matiz trascendente, por lo cual podra designarse sin ms como conocer o saber a cualquier adquisicin operacional sensible, capaz de ser replicada, sin distinguir si el sujeto asuma la conduccin lcida de esta experiencia que estaba adquiriendo creativamente (conocimiento yoico autonotico y teleolgico).

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    es lo mismo que poder repetir o adquirir el uso de algo sencillo en estado atento de vigilia simple, esto es, no-lcida. Cuando el hombre conoce, sabe ntimamente aunque no lo piense en ese momento - que l es una unidad vital y de pensamiento integrado en su cuerpo; sabe que opera como sujeto de actos, y que es capaz de dirigirlos intencionalmente, es decir, que posee y programa o planifica el motivo interior pre-cintico de sus ejecuciones, conocindolas. Al menos, en lo que respecta a sus ltimas motivaciones (amores), que son las que habilitan el paso de la planificacin del despliegue temporal a la accin cintica6.

    Conviene tener presente, adems, que aunque la lucidez siempre monta

    sobre la vigilia, esta ltima no es per se, necesariamente lcida, aunque sea necesaria la concurrencia de la misma para que se d el estado de lucidez7.

    Retornando al aspecto lingstico inicial, podra ser que la palabra que nos

    ocupa casi perdi la s, porque en el mundo postmoderno, el pensamiento dbil, la ciencia corta y la moda intentan sobreponerse al saber (y en consecuencia, a la verdad),- de donde proviene consciencia - al tiempo que en ciertos mbitos tcnico-literarios, la conciencia (tica) se reduce confusamente a un matete mdico-biolgico de sistemas, neuromediadores y adaptaciones evolutivas.

    Algunos psiclogos, sin mayor profundizacin, suelen entender esta metacognicin como la capacidad para trascender y re-plicar (volver a plegar, del latn plicare) su propio conocimiento; o bien, como un poder razonar sobre el mismo; o como la capacidad de elaborar un pensamiento sobre el acto de pensar, aprender a aprender, o mejorar las tareas intelectuales usando la reflexin para orientarlas, asegurndose as una buena ejecucin de las mismas.

    6 Lo expuesto da cuenta de la relacin de estos temas con la Filosofa, en tanto amor (del griego phileo, esto es, yo amo) a la sabidura (sopha) (C. p. 273).Esta ltima palabra est vinculada en latn con la experiencia sensorial gustativa (de sapere), (C. p. 518) y en su origen griego, lo est con sopha, o sea con la sabidura/ciencia. Resulta as plenamente justificada la referencia de la Filosofa de la Mente, como filosofa de la consciencia, esto es, del saber lcido.

    7 La sabidura es, ante todo, el saber de s del espritu. Porque saber, como ejercicio del

    acto intelectual, no es asimilar una informacin recibida eso es lo que hace la potencia -, sino propiamente buscar; no buscar algo, sino buscarse, como acto intelectual separado que es: el intelecto personal se busca, busca conocerse.

    Y se alcanza, ciertamente, pero no de manera que se posea terminalmente, o de tal forma que acontezca un encuentro tal que cese la bsqueda, sino de un modo no consumado, que permite que la bsqueda contine siempre. El intelecto personal jams se poseer de tal modo que su actividad cese; porque es un trascendental antropolgico, y el ser personal es siempre un adems, interminable. (adems est puesto en cursivas por m, para destacar que con esta palabra Leonardo Polo manifiesta la futuridad que ase el hombre en su dominio lcido del tiempo).

    La perfecta reflexividad del espritu cercenara tambin la referencia del intelecto creado a su creador. porque la bsqueda de s es interminable. De este modo, al saber de s, el intelecto personal alcanza su propia trasparencia: el intelecto agente es esta trasparencia de la propia luz mental. Tenemos aqu el ejercicio metdico ms radical del acto intelectual, el hbito de sabidura; y el tema que alcanza: el intelecto personal como trasparencia intelectual. La sabidura humana es luz en la luz, el transparecer del tema en el mtodo, del acto intelectual en la propia bsqueda de s. Garca Gonzlez J.A. Allende el Lmite. Escritos sobre el abandono del lmite mental propuesto por Polo L. Monografas de Miscelnea Poliana y el IEFLPn 5, Madrid: Bubok Publishing S.L.; 2011; p.136 -137.

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    As es que, en muchos casos, pareciera que se ha perdido por el camino toda referencia de su uso distintivo. De esta manera, se concluira ms o menos inadvertidamente que el saber del sapo o del gusano, es slo cuantitativamente menor que el del hombre.

    De cualquier manera, aunque el reconocimiento de la diferencia lingstica

    resulta til para destacar distintos niveles de la consciencia/conciencia, el hecho y las consecuencias de este asunto suele pasar desapercibido, paradojalmente an en las psiconeurociencias, que tampoco profundizan en el tema del tiempo.

    En la clnica mdica, en la neurologa y en la psiquiatra, adems, se habla ms de los trastornos de la vigilia (estar despierto sensiblemente) a veces mal llamada lucidez - antes que de niveles jerrquicos del saber, segn la profundidad y el alcance del saber en cuestin que detenta el sujeto, y su relacin con la verdad. A su vez, las Facultades de Psicologa regionales, suelen estar centradas en la inconsciencia (no-consciencia) humana, pese a la paradoja ms o menos evidente de que slo se puede hablar de inconsciencia desde la consciencia misma.

    Esta modalidad corta de entender el asunto, tampoco deja lugar para comprender a las psicosis y a las neurosis como trastornos de consciencia, lo cual debera ser resuelto en una concepcin comn que las englobe, puesto que son trastornos de la lucidez y por ende de la consciencia/conciencia tambin. As es que los delirios, para citar algo grueso en la patologa, no se deben presentar como una sobreproduccin mental, sino como un dficit de la actividad integrativa del pensamiento; y ya dentro de lo fisiolgico, no est bien considerar al contenido onrico del sueo como el centro esclarecedor de la vida psquica lcida, puesto que desde el punto de vista de una ontologa de valores este estado es una consciencia degradada preparndose para su funcin esencial que es substratar el acceso a la lucidez.

    Aunque la distincin referida a niveles de consciencia/conciencia que se

    propone en este Trabajo es aparentemente terica, y vinculada con la temporalidad, veremos que est sustentada en hechos biolgicos y clnicos. Implica por ello no slo criterios de organizacin en relacin con las estructuras neurales que la substratan, sino que se vincula adems con la existencia de una escala jerrquica del despliegue vital, puesto que la aparicin progresiva de los distintos niveles en la evolucin filogentica se reedita de alguna forma bsica en las afecciones de la consciencia/conciencia.

    Cap.2 - El papel del tiempo en relacin con la consciencia.

    Si bien con algunos matices, la RAE admite ambas maneras de escribir

    esta palabra, a mi juicio y teniendo en cuenta el alcance de los trminos, mantiene cierta ambigedad, ya que no aclara bien la diferencia conceptual que los distingue. Esto es comprensible, pues se trata de un tema complejo y centro de discusiones fundamentalmente a nivel de las psiconeurociencias y de la filosofa.

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    En el curso de la Tesis se volver reiteradamente sobre ambas palabras, por lo cual convengamos ahora, que la consciencia escrita con s refiere, a tres niveles: a) por un lado, a la consciencia que llamo basal; b) por otro, a la consciencia senso-pragmtica, que puede estar vigil, pero no lcida, y por ltimo, c) a la consciencia psicolgica propiamente dicha, cuyo nivel superior es la conciencia, que pondera opciones con una sabidura de naturaleza tica, que es a partir de la cual nacen las ejecuciones lcidas del sujeto. Este ltimo nivel se alcanza pleno con la edad, que asegura las conexiones fundamentalmente prefronto-frontales y se pierde en mltiples ocasiones fisiolgicas y patolgicas.

    La consciencia psicolgica y la conciencia, operan normalmente como un bloque, y son estados especficamente humanos. En este caso suponen una innovacin radical de las estructuras del Sistema Nervioso Central, que queda as centrado en un yo lcido y responsable de sus actos, con un dominio parcial sobre el tiempo, como luego se ver detenidamente. Sus ejecuciones son validadas reflexivamente, es decir, comparadas con un patrn inmanente propio de la especie humana de naturaleza intencional bienhechora, ponderando de esta manera las consecuencias de sus actos y el alcance de la propia responsabilidad del sujeto agente en las mismas.

    De cualquier manera, es importante tener en cuenta que el alcance del trmino consciencia, o conciencia, es pues, diverso, y siempre refiere a algn tipo de saber. Merece precisiones que marcan niveles jerrquicos que no forman parte del cortejo habitual con que se trata este asunto8.

    No olvidar entonces estos conceptos, y su relacin ntima con el tema del tiempo, que veremos a continuacin.

    Es frecuente, - y de arrastre cultural milenario - centrar las funciones

    psquicas en la cognicin, sin tener mayormente en cuenta que, en la realidad, sabemos algo para hacer, - aunque no sea inmediato - no por saberlo solamente. As pues, se debe tener presente, adems, que saber implica tanto un

    8 En ltimo trmino, el estudio de la actividad natural sugiere la existencia de una especie

    de inteligencia inconsciente. Una vez ms se ha de advertir que se trata de una metfora, puesto que la expresin, si se interpreta literalmente, es contradictoria. La metfora se refiere a la existencia de una informacin que dirige y controla. Se trata de un hecho patente, que rebasa los lmites de la representacin de la naturaleza y exige un tratamiento especfico. Artigas M. La inteligibilidad de la naturaleza. 2a.ed. Pamplona: EUNSA; 1995. 141 p.

    A propsito de esta expresin, Milln Puelles ha escrito: tomada de manera literal, la frmula inteligencia sin conciencia es una contradiccin, un puro absurdo, y, sin embargo, tiene un cierto sentido si se la toma como una metfora. Lo que as entendida significa es la capacidad de ajustar el comportamiento a un cierto fin, a pesar de no tener de l ninguna idea, es decir, como si la idea correspondiente estuviera siendo conocida por el ser que as acta. Tomada de esta manera, se tratara de una capacidad que puede ser afirmada sin incurrir en ningn antropomorfismo, ya que no implica la identidad absoluta del comportamiento humano y el no humano, sino tan slo una analoga entre los dos Todo el ser del apetecer es la tensin hacia un fin con conciencia, o sin ella. Y eso es lo que en griego se designa o (orexis) de donde viene el adjetivo orctico, utilizado en la terminologa contempornea como sinnimo de lo que puede llamarse tendencial, es decir, concerniente o relativo a la tendencia. Tomado por Artigas M. (p. 438) de Milln Puelles A. Lxico filosfico. Madrid: RIALP; 1984. 452 p.

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    conocimiento acerca de algo, como la capacidad para ejecutar temporalmente un acto que lo manifiesta en su despliegue.

    Entendido en su mxima amplitud, resulta entonces que nada creado es ajeno al saber, pues el pensamiento humano nos hace entender que todo lo existente, supone un saber que se traduce habitualmente dentro del orden temporal como una cinesis ordenada a cumplir un objetivo (fin o teleologa). Hablamos de funcin cuando esta cinesis es biolgica y habitual, en cuyo caso los recursos yacen inmanentes en la misma estructura orgnica del ser vivo.

    No obstante lo que antecede, el concepto de funcin puede ser ms amplio (extenso) an, abarcando el mundo tradicionalmente inanimado. ste responde al mecanismo fsico general llamado de accin y reaccin, aunque se lo acompleje con respuestas de retroalimentacin implicados en el rgano o en el sistema fsico en cuestin.

    Pero siguiendo esta lnea de pensamiento, reitero una vez ms, que saber no es en s mismo el fin, sino que siempre se trata de saber algo para, lo cual necesariamente supone una facultad del agente, que debe manifestar adems frecuentemente saber hacer-lo, quedando luego su sabidura implicada en el ente creado en su praxis.

    Cul es entonces el motor primario que hace necesario, o que justifica en

    trminos generales, el saber y el saber/hacer dentro del orden biolgico? Aunque no se desarrolle pormenorizadamente el concepto, todo saber

    hacer tiende a prolongar temporalmente la vida con el objetivo de perfeccionarla, de hacerla ms all tal como indica en su origen el trmino usado. El saber implica pues, la posesin de una gua ordenada al despliegue efectivo de la vida, hecho que aunque negado por algunos que piensan que dicho despliegue slo obedece a casualidades, resulta notorio a simple vista. Por tanto, tambin sta es la funcin central de la consciencia/conciencia: proteger y prolongar la vida de acuerdo a un plan preconcebido. Finalidad constante que en toda la historia de la Creacin se cumple en la naturaleza, aunque no siempre entendamos claramente el porqu de los hechos.

    No se trata pues, de una evolucin vaca de fines, desplegndose sin un sentido, o bien tendiente a adaptarse a no sabemos qu, lo cual si obra como causa, debe a su vez tener la suya propia. Por el contrario, la evolucin es hacia un mejor desempeo del saber, con una mayor acuidad y complejidad del mismo, para lo cual se siguen diversos caminos, algunos de los cuales progresan biolgicamente en el tiempo hasta determinada poca cesando luego su replicacin. As es que, mientras algunas especies se exhiben como terminales, otras, en cambio, exhiben en sus cambios un ascenso notable en su jerarqua biolgica, haciendo posible finalmente a la aparicin del hombre y de su consciencia con-creadora en el tiempo.

    Para la religin cristiana este perfeccionamiento culmina cuando se alcanza la intuicin de su Creador que culmina la Revelacin de su Hijo, cobrando fin as el para qu de Su sabidura, que se constituye en una gua persistente para elegir los bienes mayores en el uso de nuestra libertad.

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    Pero ms all de esta conviccin, y a esta altura de las evidencias, parece difcil desconocer objetivamente que el hombre ha alcanzado un grado de perfeccin tal, que le permite compartir de alguna manera la Creacin misma, ejerciendo una condicin de con-creador, aunque habitualmente pasemos de largo sobre este asunto, sin percatarnos de la trascendencia que implica, o escondiendo a la misma en una condicin de esclavo o siervo incapaz que no se compadece del alcance de las realizaciones buenas y malas - del hombre.

    Para concretar el tema, se debe tener en cuenta que el ejercicio de la consciencia/conciencia implica un saber hacer que en vida biolgica se despliega en el tiempo. Para los defensores contemporneos del evo-devo, (evolution-development), este saber del hombre slo debiera recapitular aproximadamente el camino biolgico. Pero es notorio que, si bien hay una historia biolgica del saber hacer, en el hombre tambin se manifiesta una iniciativa personal autoconsciente y en alguna medida electiva, capaz de cambiar con sus realizaciones el curso simplemente material de la Historia.

    A este respecto, conviene destacar entonces, que no cualquier saber es

    lcido, pues un hornero sabe cmo hacer el nido, o una abeja la colmena, y un robot ciberntico9 pueden procesar el ensamblaje de actos conducentes a un fin predeterminado por otros, pero no elegido por ellos mismos pues carecen de autoconsciencia y de capacidad con-creadora.

    Como se dijera, reitero que la cuestin diferencial que hace al hombre, estara entonces centrada no en el saber, sino en el saber que se sabe y consecuentemente en la eleccin de los fines, ya que todo lo existente; es decir, todo lo que tiene ser en el tiempo, posee algn grado de saber, en potencia o en acto. De no ser as, sencillamente, no existira, pues todo lo existente tiene implicado un fin, y por tanto, un saber cmo llegar al mismo.

    Pero insisto en que slo el que sabe que lo sabe puede ser creador, lo cual equivale a decir que el hacer lcido es creador, como ms adelante se explicar, ya que el resto de los entes ejecutores slo son generadores fsico-

    9 El trmino ciberntica, que proviene del griego kybernetes, refiere al timonel o piloto que

    gobierna una embarcacin (C. p. 148) y cobr notable importancia durante la segunda mitad del siglo pasado. La ciberntica estudia los flujos de informacin en torno a un sistema, de manera de lograr el control por medio de mecanismos de autocontrol creados e incluidos por el hombre, constituyendo sistemas que se auto-gobiernan por retroalimentacin de impulsos. Obviamente esto no constituye sino una ilusin de autoconsciencia, por ms que se acomplejen. Se aplica tanto a sistemas inanimados como animados, y no se deben confundir a los feed-backs biolgicos con el autocontrol consciente, tales como los que estn claramente presentes en los sistemas hormonales o en las redes neuronales, as como en el control respiratorio, o con los mecanismos baroreceptoresque regulan la presin arterial.

    Por extensin, la ciberntica se aplica en la robtica, y en ciencia ficcin se ha generado en torno a ella la fantasa de ciborgs, artefactos maquinales-biolgicos que seran smiles humanos mediante un desarrollo tecnolgico innovador, que inclusive permitiran superar las inhumanas condiciones que exigira una eventual conquista del espacio.

    La aplicacin actual de marcapasos cardacos, de diversas prtesis, de sistemas de audio (implantes cocleares) y de sustituciones o complementos de la visin tradicional por recursos que apelan a la sinestesia, alimentan la hiptesis de los ciborgs, acrnimo contemporneo que aparece en 1960 por la fusin de ciber y organismo.

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    biolgicos posibles, cuyo saber hacer est implicado, pero que no es - desde el punto de vista inteligente - electivo en s mismo. Y en esto radica adems la diferencia esencial entre los artefactos cibernticos y los hombres. Los primeros nunca tendrn consciencia (propia) de saber que saben, ni conciencia personal de lo que es bueno ordenada a la eleccin de sus actos. Estos actos nunca sern intencionales, esto es, lcidos de s, sino solamente predeterminados. Su saber es meramente ejecutivo, pero no es verdaderamente electivo, por ello slo harn siempre lo que la naturaleza exhibe en ellos como una conducta que manifiesta las habilidades de la especie, o en trminos ms generales, de ese ente perteneciente a esa especie.

    Pero qu tiene que ver la consciencia/conciencia as entendida con el

    tiempo? Pese a su omnipresencia en todo cuanto existe, con frecuencia se nos pasa

    por alto la importancia de la intervencin ineluctable del tiempo. La vida corriente nos aleja de reflexionar sobre este insumo esencial y obligado, - hasta que percibimos su escasez o cortedad para realizar nuestros objetivos - discurriendo recin entonces sobre su para qu, su sentido profundo y la esperanza fantstica que nos abre de poder planificar el futuro.

    O bien, sencillamente, no nos hemos detenido para advertir su importancia por estar diariamente y en todo momento sometidos a su marcapaso, apenas percibiendo aunque siempre usando en lucidez - la bimodalidad tmporo/atemporal de nuestra consciencia psicolgica. Condicin aparentemente extraa si nos detenemos a considerar esta situacin, por lo cual volver reiteradamente sobre este punto.

    Veamos entonces algunas precisiones ms sobre los niveles del saber es decir de la consciencia - y de su relacin con el tiempo.

    2.1 La consciencia basal. Incursin breve sobre la consciencia

    senso-pragmtica y la consciencia psicolgica.

    La consciencia que llamo basal contiene una sabidura elemental, pero que resulta ser fundante. Habitualmente no se la considera como una consciencia, pese a su complejo saber hacer biolgico, que resulta fundamental para la vida. Est presente de manera incipiente en los organismos ms simples, subyaciendo activa en los ms complejos y en el hombre inclusive.

    Develado hoy por la ciencia, este tipo de saber est presente al servicio de la vida desde el inicio de sta, pasando en algunos aspectos desapercibidos para el comn de la gente.

    Por ello podramos concebirlo como integrando la existencia misma de toda la Creacin actual. Limitndonos a la biologa elemental, este nivel primitivo del saber se expresa segn ciclos vitales fundamentales, algunos de los cuales, significativamente, suelen guardar relacin con el da y con la noche. Esto

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    constituye a su vez, una base histrica de la medida del paso del tiempo tal cual es practicada en macro a escala humana.

    As es que el ser biolgico despliega sus funciones vitales en relacin con el paso del tiempo, por lo cual manifiesta una sincrona con ritmos temporales extra-corporales. Ritmos que en los seres biolgicos jerarquizados se expresan como funciones bsicas desplegadas tanto durante el sueo como en la vigilia.

    Toda vez que se mencionan a los despliegues vitales, me refiero a secuencias, a cambios ordenados dirigidos hacia un fin dentro de la temporalidad, ms all de que se los midan o no. Medirlos lcidamente a efectos de establecer relaciones cuantitativas es una capacidad especficamente humana, algo de fundamental utilidad en la ciencia, aunque su uso pragmtico resulta comn y cotidiano para todos los hombres.

    En efecto, el registro del cambio, de cualquier cambio, por mnimo que sea, es algo universal que opera per se automticamente en la naturaleza fsica, influyendo como tal materialmente en cualquier nivel de la misma, ya sea en los seres inanimados o animados. As es como se manifiestan en los cambios fsicos y biolgicos, tales como las actividades sub-atmicas, las reacciones moleculares, las celulares o las respuestas sistmicas orgnicas.

    La hiptesis del Big Bang - hoy con aceptacin casi generalizada, - nos

    propone una complejidad creciente del Universo, un despliegue csmico progresivo, una sucesin (secuenciacin) de acontecimientos medibles en trminos de tiempo. Sin embargo, no es por ese ltimo hecho que se producen los cambios en los cuales el paso del tiempo opera como la condicin universal de ocurrencia de los mismos. No es entonces la cuantificacin de los ritmos de cambio en la naturaleza lo que nos importa sealar en esta ocasin, sino destacar que cada uno de ellos se manifiesta secuenciado, lo cual resulta fundante para explicar la causalidad. El tiempo transcurrente opera entonces, como condicin explicativa de la causalidad.

    Esto es algo que siempre se da de manera invariable, sin retrocesos, siendo que la cuantificacin de los ritmos del despliegue y la relacin entre ellos lo descubrimos luego vlidamente los hombres. La sabidura de la naturaleza parece acomodar sucesivamente sus piezas de manera ordenada sin intervencin del hombre y segn una conveniencia emprica directa. Esta disposicin surge de su mismo modo de ser, pero no necesariamente porque haya una planificacin primariamente humana en la sucesin, sino porque lo humano se adecua a ella analgicamente sugirindonos entonces la coincidencia cronomtrica inteligente que la ritma.

    As es que, un len sano sabe exactamente el alcance de sus saltos para atrapar la gacela, y esa medida no es lcida, sino vigil y senso-pragmtica, de acuerdo con registros dispuestos sobre una base inmanente adecuada.

    Esto no significa que el hombre carezca en su cuerpo de recursos biolgicos para ejecutar una replicacin analgica inconsciente de la secuenciacin fsica habitual para ciertos comportamientos propios de la especie. Por el contrario, - y slo a ttulo de ejemplo - el hombre, ya desde la 40 semana de la concepcin, sabe cmo orientar su cabeza para mamar, recurso inmanente para llevar la comida a la boca que luego perfecciona progresivamente hasta

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    convertirlo finalmente en una operacin electiva, de acuerdo con su nivel de consciencia. En este ltimo caso, diremos que sobre los circuitos retroalimentados autonmicos de ejecucin y control, se monta luego la electividad lcida.

    La cuantificacin de los hechos slo importa al hombre en su experiencia cognitivo-prxica de la naturaleza, por lo cual, adems de tener en cuenta la temporalidad del despliegue de la misma, dispone de un mecanismo lcido que le permite ordenar los acontecimientos segn secuenciaciones convenientes para lograr los fines que intenciona.

    Aunque sea todo hecho segn secuencias fsicas medibles, la vida siempre

    se despliega secuencialmente, ms all de toda medida lcida humana. En neurofisiologa, se observa que en la escala biolgica superior se cuenta con ritmos interiores que se sincronizan con los externos dndoles significacin. Concomitantemente observamos que con las fallas de estos ritmos endgenos inducidos, se manifiesta una disinergia temporal endo-psquica/extra-mental con ms o menos graves perturbaciones de consciencia10.

    Reitero que la ocurrencia de los hechos, as como el registro de la informacin medioambiental sobre los mismos, son ambos secuenciados. Por ello es frecuente que la bsqueda de ritmos temporales exteriores que muestren coincidencias biolgicas da resultados positivos. Tal es el caso de los ritmos biolgicos involucrados con el marco del da y la noche, que luego analizaremos.

    En otras ocasiones, se encuentra una vinculacin con ritmos biolgicos ms rpidos y tambin significativos, que permiten sincronizar las funciones o ejecutar actos de manera ms compleja, y siempre autonmicos.

    De cualquier manera, la dependencia del gran ciclo del da y la noche y los sub-ciclos a ste vinculados, son muy importantes bsicamente. As es que la mayora de las tareas principales que cumple la consciencia basal en relacin con el tiempo mtrico extra-mental, se dan entonces dentro del marco de la dupla sueo/vigilia, que oficia como parangn de la noche/da de los macro ciclos csmicos.

    Esta consciencia basal, autonmica, ordenada al mantenimiento elemental de la vida individual y de la especie, podramos decir que culmina su actuacin alcanzando su mayor expresin, en el estado deconsciencia vigil, esto es, cuando

    10 Working memory, attention and executive control functions are central areas of

    neuropsychological research in schizophrenia. These concepts implicitly refer to the basic temporal structure of mental life as an integration of past, present and future. From a phenomenological point of view, they may be paralleled to the structure of internal time consciousness as analyzed by Husserl, consisting of a retentional, presentational and protentional function. These synthetic functions, operating at the most basic layer of consciousness, are capable of integrating the sequence of single moments into an intentional arc, enabling us to direct ourselves towards objects and goals in a meaningful way. On this background, basic symptoms of schizophrenia such as formal thought disorder, loss of automatic performances and disturbances of self-awareness may be conceived as caused by weakening and dissolution of the intentional arc. A failure of the continuous intertwining of succeeding moments, and especially of the protentional function, leads to a loss of the tacit or operative intentionality that carries the acts of perceiving, thinking and acting. Fuchs, Th.(Departamento de Psiquiatra de la Universidad de Heidelberg, Alemania) The Temporal Structure of Intentionality and its Disturbance in Schizophrenia Psychopathology 40.2007; p. 229-235.

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    el ser biolgico persiste sin dormir o despierto, estado que se cumple normalmente durante el da11 en la consciencia senso-pragmtica, en la cual este tipo de saber superior dentro del saber basal, est justificado por la necesaria vigilancia en orden a preservar la vida durante el ciclo vital que habitualmente no siempre se explica12 durante el da, esto es, en el perodo de exposicin solar y lumnica.

    Este ltimo nivel, no se debe confundir con la consciencia vigil lcida, como veremos luego13.

    Pero ms all del ciclo da/noche, se debe considerar que el tiempo, en

    tanto vehculo de los cambios de todo lo existente, es una condicin necesariamente fluente. Por ello es que sera una contradictio in adiecto pensar en un tiempo o duracin esttica. El tiempo no se detiene, y si observamos que todo lo material cambia, es porque est condicionado genricamente por el fluir temporal. Por otra parte, justamente este cambio fundamentalmente espacial - es lo que denota dicho fluir.

    Debemos advertir que si los hombres percibimos que algo cambia espacialmente, es porque podemos centrarnos psicolgicamente en un fijo relativo a l (aunque sea relativo a cada persona y situacin de la misma). Esto es, en un estado de consciencia tal, que sin perder la nocin del tiempo fluente, nos permite cuantificar las variaciones que este medio cambiante parece trasladar a la naturaleza. Todas estas nociones pivotan sobre un fijo terico temporal de origen, que designo como un t0, a partir del cual se cuantifica el despliegue de cualquier cambio. En efecto, si bien ste es cuantificable aisladamente en su variacin terica, se lo designa como tal vinculado fundamentalmente con la espacialidad, aunque tambin afecta a las otras manifestaciones sensibles y sensoriales, tales

    11 Vigil proviene de velar, que es estar sin dormir. (C.p. 599) 12 Explicar e implicar provienen del latn plicare que significa plegar o doblar (C. p. 463).

    Implicar refiere por ello a guardar oculta alguna razn o hecho. Por el contrario, el desocultamiento de algo, de algn significado o contenido, constituye una explicacin, o sea, algo que se saca del pliegue mostrndose o exhibindose.

    13 En la totalidad de los procesos biolgicos y fisiolgicos de los seres vivos se observan

    variaciones cclicas que fluctan de acuerdo a un ritmo natural, las cuales, en su mayora, estn ligadas al ciclo de rotacin de la Tierra de noche y da. No obstante, un gran nmero de estos patrones rtmicos, en cada una de las especies vivas, es controlado por complejos fenmenos internos no asociados al ciclo de luz y obscuridad. Avdaloff W. Medicina del sueo. Fundamentos cientficos y aspectos clnicos. Santiago de Chile: Mediterrneo. 2000; p. 181.

    Tal es el caso de los llamados ritmos ultradianos e infradianos. A los primeros pertenecen, por ejemplo, los ciclos menstruales, y a los segundos, la produccin de ciertas hormonas, tales como el cortisol.

    Contina luego Avdaloff con la siguiente sntesis, que resulta significativa dentro del tema desarrollado: Al internarse por los caminos de la fisiologa de los sistemas orgnicos se comprueba la constante presencia del eje del tiempo. Cap. 8. Cronobiologa el eje del tiempo Ibid. p. 181. Advierto que pese a referirse al tiempo tambin, no se debe confundir la cronobiologa de base cientfica slida, con los asertos gnsticos de los supuestos biorritmos astrolgicos.

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    como la acstica, olfatoria-gustativa, y tctil, que denotan los cambios en esos niveles somticos especficos.

    Manteniendo este criterio, es necesario tener en consideracin que

    registramos biolgicamente - y eventualmente medimos - el paso del tiempo segn algn tipo de secuenciacin rtmica o cclica relativa que se introduce como intervalos de valor fijo, referidos a algo extra-mental, til para cuantificar los cambios. Tal es el caso del ritmo horario en general de 24 horas, con que bsicamente medimos el paso del tiempo.

    Si absolutamente todo cambiara para la visin humana sin ningn tipo de ritmicidad, no sera posible medir nada, ni establecer relaciones, ni descubrir funciones que interrelacionen los cambios. Podra pensarse entonces que esta cronometra bsica del ciclo da/noche que es relativa al t0 - anticipa y fundamenta la posibilidad humana de programar el despliegue temporal a partir de un ahora lcido absoluto. Lucidez que monta sobre la vigilia, que, a su vez, es el perodo en que se manifiesta la consciencia senso-pragmtica, desplegada en torno al mecanismo de sueo y vigilia. Si bien la lucidez monta sobre la vigilia, esta ltima no es la que condiciona su t0 de origen, sino que se puede acceder a ste en simultaneidad con la vigilia humana, que constituye su base.

    De esta manera, el saber hacer biolgico se muestra de alguna forma

    vinculado e integrado en ciclos temporales de origen extra-corporal, de donde el concepto de Zeitgeber expuesto en la dcada del 1960 por Jrgen Aschoff14.

    Debe quedar claro que la medicin del tiempo, tanto como los ciclos o

    ritmos del mismo, no aportan per se en sus frecuencias el sentido de los contenidos que expresan los hechos. En trminos generales, este sentido surge de la aprehensin - diferente segn el modo de la especie de la actividad significante sentida e integrada corporalmente, (aunque no comprendida como tal)

    14 La palabra alemana zeitgeber est compuesta de zeit, que es tiempo y geber, dador.

    Sin traduccin precisa al espaol, el concepto que le corresponde es el de sincronizador, y con mayor proximidad lingstica, tambin temporizador, pues sirve para marcar lapsos de tiempo en relacin con alguna actividad biolgica. Opera como un marcapaso para ritmar los sucesos endocorporales (endocelulares, moleculares biolgicos), vinculando a stos acontecimientos con modificaciones cclicas del ambiente. Para algunos, su alcance conceptual es extendido tambin al campo social. El concepto hace referencia a cualquier clave exgena que es capaz de sincronizar un ritmo endgeno. Como consecuencia de la sincronizacin se establece y mantiene una relacin de fase estable entre el ambiente y el ritmo endgeno, y se asegura la correspondencia del tiempo biolgico con el geolgico.

    El Zeitgeber o sincronizador ms efectivo y comn tanto para plantas como animales es la luz, aunque tambin funcionan como sincronizadores la temperatura, la disponibilidad de alimento, las interacciones sociales y manipulaciones farmacolgicas. Para mantener la sincrona entre el reloj y el medio ambiente, los zeitgebers inducen cambios en las concentraciones de los componentes moleculares del reloj a niveles que coinciden con la fase apropiada del ciclo de 24 horas. (Wikipedia)

    Originalmente se pens que estos ciclos estaban programados desde el ADN, pero recientemente se descubri que tambin operan en los glbulos rojos adultos, que carecen de ADN.

    https://es.wikipedia.org/wiki/End%C3%B3geno
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    cuya experiencia sensible es luego archivada en las memorias biolgicas correspondientes.

    Siempre refirindome a conceptos generales, en el caso del hombre adulto y sano, esta actividad en su expresin superior, es entendida como intencional, en tanto que para el resto de los seres, lo es slo como algo que est ocurriendo, sin consciencia del transcurrir, aunque montada sobre el tiempo como base mvil, cambiante o fluente. sta no es percibida como tal, aunque se la registre como secuencial, analgicamente con las mismas proporciones que se dan en la realidad extra-mental. En efecto, sin asignar a los acontecimientos una secuenciacin de causa-efecto buscada o intencional, y fundamentalmente para lapsos cortos relativos a su lapso biolgico vital, los animales puedan aparentar replicarlos segn este esquema que reproducen por su memoria.

    Para que se d la nocin del transcurrir, es imprescindible tener una consciencia centrada en un ahora, nocin que slo confiere el presente lcido. Esto permite al hombre escapar de la fluencia del tiempo, sin dejar por ello de percibirlo como la malla mvil de los acontecimientos.

    Situacin que experimentamos permanentemente en estado de vigilia lcida, pese a que no tenemos el hbito de tenerlo en cuenta dentro de los trminos tericos expuestos anteriormente.

    A esta altura conviene sealar a ttulo de excurso, y aunque no est

    descrito como tal, que esta situacin podra considerarse nada menos que la base fsica/biolgica universal de los mecanismos del saber y del ejecutar, que en el hombre asumen, adems, la caracterstica de ser procesos cognitivos (saber que se sabe) y prxicos (ejecuciones voluntarias efectivas, como se ver ms adelante que este calificativo significa), o mejor dicho an aunque no sea habitual decirlo en estos trminos ejecuciones con-creadoras.

    La sincronizacin biolgica por replicacin analgica de los cambios

    medioambientales (incluyendo los corporales) y la generacin de hechos de acuerdo con las reglas del tiempo, podran fundarse en alguna medida sobre la fluencia mencionada.

    Si bien queda claro que ste puede ser el mecanismo que explique las actividades generativas, el concepto de tiempo que procesa el hombre se sale de este cors, permitindole conocer la nocin de causa efecto, para recrearla al servicio de su intencionalidad.

    O bien, dicho de otra manera: toda informacin y toda ejecucin (cognicin y praxis respectivamente para el hombre) se funda en esta suerte de imprimacin15 de cambios seriados o secuenciales que introduce la fluencia del tiempo, pero que se pueden conocer en consciencia y recrear electivamente, re-disponiendo las secuencias aprehendidas.

    15 Se entiende por imprimacin el proceso fsico por medio del cual se prepara una

    superficie para el posterior pintado de la misma. La superficie as preparada ser el soporte de la obra a ejecutar. Por extensin se usa en este caso el trmino simblicamente, pues, siempre teniendo en cuenta que el saber est necesariamente ordenado al hacer, los registros de los contenidos expresados en las fluencias temporales (en este caso la imprimacin de las mismas) son la base de las ejecuciones con-creadoras del hombre.

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    En efecto, sin percepcin lcida de la fluencia temporal a partir de un ahora (que implica un antes y un despus adems) no sera posible pensar en trminos de causalidad. Por otra parte, la medicin (cuantificacin) del cambio y de su relacin con los otros cambios percibidos - es una base fundamental de la ciencia.

    Volviendo ahora al mnimo del saber biolgico, expresado por la que

    llamara conscienca basal, se podra pensar que buena parte de la misma se organiza en torno a las variaciones cclicas de la influencia del sol con relacin a la tierra, esto es, del da/noche. Estos ritmos constituyen lo que se denomina la circadianidad,16 que constituye un sistema bsico de temporizacin. Aunque el paso del da es el origen remoto de nuestra medicin temporal, biolgicamente esta fluctuacin rtmica ha sido mucho antesla base para inducir el ritmo de numerosos procesos orgnicos fundamentales, quedando integrada como tal en la estructura misma de la materia biolgica17.

    sta refiere a ritmos biolgicos que se vinculan con secuencias temporales extra corporales, y dentro del rango de los tiempos cronomtricos de la experiencia humana, que relativamente a la temporalidad de la vida humana individual - podramos llamar ciclos lentos.

    Si bien esta relacin fuera sospechada, y de alguna manera recogida intuitivamente su influencia desde los orgenes de la cultura, (ver cosmogonas y ritos heliocntricos), la investigacin cientfica objetivando la relacin de los mismos con la biologa habra comenzado formalmente hace 250 aos con los

    16 Circadiano proviene del latn circa, que significa alrededor de y dies, que refiere a

    tiempo determinado. Concretamente, a un da. El trmino circadiano aplicado a estos ritmos habra sido acuado por el Dr. Franz Halberg en la dcada de 1960 (Halberg Chronobiology Center, Universidad de Minnesota, EE.UU.)

    17 Los mecanismos moleculares y bioqumicos subyacentes en la expresin de los ritmos

    circadianos han sido estudiados de manera exhaustiva en la mosca Drosophila melanogaster, lo que ha dado lugar a un modelo cannico considerado hasta ahora como el paradigma del reloj molecular en los invertebrados. As, este modelo propone al reloj formado por una doble asa de retroalimentacin de elementos positivos y negativos, en la cual diferentes factores de transcripcin controlan la transcripcin de genes reloj que codifican protenas capaces de inhibir o activar su propia transcripcin. Entre estas protenas destacan elementos positivos como Cycle (CYC) y Clock (CLK), as como Period (PER) y Timeless (TIM). Dra. Escamilla-Chimal E. G. et al. Laboratorio de Fisiologa Comparada, Departamento de Ecologa y Recursos Naturales, Facultad de Ciencias, UNAM. Mxico.

    Las protenas Per, Tim y Clock muestran oscilaciones circadianas en los posibles marcapasos del acocil (Congreso de la Soc. Mexicana de Ciencias Fisiolgicas. Ritmos Biolgicos. 28/09/2010.

    La oscilacin circadiana intrnseca del NSQ (ncleo supra-quiasmtico) est determinada genticamente y los genes identificados que influyen en su gestin son Period (Per 1, Per 2 y Per 3)Cryptochrome (Cry 1 y Cry 2), Brain and Muscle ARNT-likeprotein 1 (Bmal1), Circadian Locomotor Output CyclesKaput (Clock) y timeless (Tim). Toledo M. Cronoterapia y Psiquiatra: aspectos a considerar en la clnica. Rev. Psiquiatra Uruguay. 2013; 77:22. Tomado de Paschos G.K., et al. The Role of Clock genes in pharmacology.Annu Re Pharmacol Toxicol.2010; 50:187-214. seala que The physiology of a wide variety of organisms is organized according to periodic environmental changes imposed by earth rotation. As part of the rhythmicity in physiology, drug efficacy and toxicity can vary with time.

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    trabajos primarios del astrnomo francs Jean de Mairan, desarrollndose luego intensamente a partir de la segunda mitad del siglo XX.

    Una explicacin interesante de su importancia, refiere a que los ritmos circadianos se habran manifestado ya originalmente en clulas primitivas, con el propsito de proteger la replicacin del ADN de la radiacin solar de alta energa (fundamentalmente ultravioleta) a la que estaran expuestas durante el da, pudiendo causar mutagnesis indeseables. Probablemente por esta misma razn se explicara por qu el crecimiento - y por tanto la mayor incidencia de la replicacin celular, - se produce en horas de la noche fundamentalmente, que coincide con el sueo profundo de ondas lentas en los mamferos.

    La proteccin efectiva estable de la mutagnesis nuclear se habra manifestado luego - hace ms de 2.000 millones de aos,- con la aparicin de la membrana nuclear presente en las clulas eucariotas. No obstante ello, los ritmos circadianos pueden sustentarse en mecanismos no transcripcionales, dependiendo de protenas oxidativas y peroxiredoxinas18.

    La circadianidad es ms visible para muchos seres de jerarquas biolgicas intermedias y superiores, y en el hombre inclusive, siendo recogida por osciladores endgenos que operan como marcapasos. Como tales se han manifestado integrados en las especies de mayor jerarqua.

    En este aspecto es ya clsico citar, la existencia del ncleo supraquiasmtico como reloj endgeno coordinador de las actividades biolgicas cclicas en torno al da/noche. ste modula su accin de acuerdo con la intensidad del estmulo fotnico que impacta la retina, actuando por medio de las clulas ganglionares portadoras de un pigmento receptor llamado melanopsina, que tambin est involucrado en los reflejos pupilares19.

    Interesa por ello destacar que el ncleo supraquiasmtico ritma tambin el

    mecanismo circadiano de sueo/vigilia, y que el sueo - una suerte de consciencia

    18 Circadian rhythms are ubiquitous in eukaryotes, and coordinate numerous aspects of

    behavior, physiology and metabolism, from sleep/wake cycles in mammals to growth and photosynthesis in plants. Here we show that non transcriptional are sufficient to sustain circadian timekeeping in the eukaryote linage, although they normally function in conjunction with transcriptional components. We identify oxidation of peroxiredoxin proteins as a transcition-independent rhythmic biomarker, which is also rhythmic in mammals. ONeill J. et al. Circadian rhythms persists without transcription in an eukaryote. Nature. 2011 Ene; 469:554-8.

    19 Estos receptores son independientes y anteriores en el despliegue evolutivo, a los que

    reciben la informacin referida al qu y al dnde de los objetos extra-mentales (formas, colores), respondiendo slo a la intensidad del flujo lumnico. El qu y el donde integrarn ms adelante buena parte de la informacin con que opera la consciencia senso-pragmtica y las formas superiores a la misma.

    El estmulo fotnico mencionado que informa sobre la intensidad lumnica, se trasmite por va retinohiposaria al ncleo supraquiasmtico, el cual enva estmulos a la epfisis para que segregue melatonina. Esta ltima regula la liberacin de muchas hormonas vinculadas con respuestas de proteccin vital individual y de las especies, tales como la hormona adrenocorticotrpica, el cortisol, la hormona estimulante de la tiroides, la hormona folculoestimulante, la hormona luteinizante, el estradiol, la angiotensinogenasa, y otras ms. La melatonina est adems vinculada con la induccin del sueo.

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    psicolgica degradada pero necesaria por su condicin bsica reparadora, - forma as parte activa e importante de la consciencia basal, al menos, en las formas complejas de sta.

    Pero el ncleo supraquiasmtico coordina adems una notable cantidad de otros circuitos autonmicos, provocando estmulos (que se manifiestan como tendencias metablicas) complacientes con aquellos procesos que son convenientes a la prolongacin de la vida individual y de la especie. stos enlazan los ritmos biolgicos vinculados al mantenimiento de la homeostasis, con los ritmos fsicos propios de nuestro sistema planetario. Las operaciones biolgicas as coordinadas amortiguan la variabilidad inducida por los cambios ambientales o endgenos dismetablicos, en procura siempre de retornar a las precisas condiciones adecuadas para la vida de la especie. Lo hace siguiendo a veces el ritmo aproximado del da y de la noche (ritmos circadianos propiamente dichos),20 y otras, segn ritmos de mayor o menor frecuencia (ritmos ultradianos e infradianos, respectivamente) que los ciclos de 24 horas del da/noche terrqueos21. Estos ltimos, como muchos otros, no se vinculan en principio con los giros de la tierra en relacin con el sol, ni tampoco guardan frecuencias armnicas conocidas con los mismos22.

    Desde un punto de vista de la historia de la evolucin biolgica, la luz

    intervino como factor informativo ya desde muchos millones de aos antes de que existiera una va visual capaz de procesarla de la manera que hoy conocemos. Esta ltima, constituy un recurso especfico fundante de la consciencia senso-pragmtica que luego se ver - para procesar con acuidad extrema - del orden de los milisegundos - los cambios puestos de manifiesto en el ambiente fsico extra-corporal por medio de los registros fotnicos.

    Adems de la parafernalia rgano sensorial mencionada en trminos generales, otros recursos primarios, de menor precisin, tales como la medicin de la temperatura y su mantenimiento dentro del rango aceptable para la especie,

    20 El perodo puede oscilar entre 20 y 28 horas. Imaginemos en consecuencia las perturbaciones biolgicas que pueden ocasionar en los astronautas, los vuelos en torno a la tierra, con amaneceres y anocheceres cada 90 minutos segn la rbita que describa la estacin.

    21 Los ritmos circadianos son endgenos directamente, pero estn inducidos y sincronizados por cambios cclicos exgenos de naturaleza planetaria, tales como la luz y la temperatura, los campos geomagnticos, y quizs de otras magnitudes hoy desconocidas, concertando mecanismos biolgicos filogenticamente muy antiguos y primarios. Reitero que esta situacin plantea un problema importante y difcil, a tener muy en cuenta para la llamada conquista del espacio.

    22 Por ejemplo, los diversos ritmos enceflicos - electroqumicos y electromagnticos -

    expresados en la vigilia y durante el sueo de manera diversa y en relacin con la informacin sensorial recogida, memorizada, y las actividades proyectadas.

    Recientemente - en cultivos in vitro - se han descrito otros sistemas no directamente lumnicos, vinculados con la circadianidad y dependientes del ncleo supraquiasmtico, que se los ha denominado genricamente como osciladores perifricos, tales como algunas clulas hepticas y de tejidos varios (esofgicos, pulmonar, bazo, timo, clulas drmicas y sanguneas), as como algunos rganos como la prstata e inclusive el lbulo olfatorio

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    tambin intervinieron como reguladores de la expresin del saber bsico y del sueo-vigilia.

    De cualquier manera, el ciclo da/noche se acopl fisiolgicamente como el de vigilia/sueo, constituyendo este ltimo un recurso biolgico activo para la reposicin metablica preparatoria de la vigilia. En este sentido, conviene tener presente que slo las aves y los mamferos vertebrados tienen un registro electrocortigrfico ms o menos tpico del sueo,23 pero el sueo considerado con mxima amplitud - es una conducta universal. Se lo representa, en general, como un cese de ciertas actividades integrativas superiores, determinada en principio por factores ambientales, en especial lumnicos, pero recogida por los sistemas especficos que lo inducen.

    As es como se presenta en todos los mamferos, pero tambin se encuentra en otras especies y reinos. Se lo observa como una suspensin rtmica de la actividad cintica exterior en las tortugas, los lagartos, los peces, y slo en cierta medida en los vegetales, aunque no se compruebe en las primeras manifestaciones electrogrficas tpicas que lo manifiesten como un sueo tpico. Por el contrario, es observable en estos casos el cese peridico de ciertas actividades sofisticadas de su sistema nervioso central, o en los ltimos, de sus sistemas relativamente integrados de control vital.

    A este respecto, interesa destacar algo que puede resultar extrao al saber

    comn tradicional, pero que cientficamente habra consenso para aceptarlo. En efecto, existen evidencias objetivas de una vida significante interior, al menos, tambin en los seres biolgicos de jerarqua superior, aunque no sean humanos. Esto significa en consecuencia, que la biologa estara entonces no slo abierta al campo de las conductas, sino a uno nuevo y ms trascendente y novedoso, aunque difcil de evidenciar: el de los contenidos del pensamiento. Algo que no le es propio metodolgicamente a la ciencia dura, pero que sus conocimientos ya lo bordean sealando su existencia.

    Si bien se tiene evidencia personal innegable en los humanos de esa vida interior y por tanto, de los contenidos del pensamiento tanto en vigilia como bajo sueo, podra suponerse algo semejante en los otros seres biolgicos, al menos en los de jerarqua superior. Ahora bien, son justamente las evidencias recogidas en torno del sueo que nos conducen a aceptar tal posibilidad como vlida objetivamente.

    En efecto, al menos en los mamferos, durante el sueo se manifiestan contenidos del pensamiento compatibles con una imaginera propia de sus

    23 Las aves y mamferos marinos pueden dormir brevemente con medio cerebro y continuar

    volando o nadando mientas lo hacen. Algunos individuos como el lobo marino, presentan en tierra un EEG sincronizado bilateralmente y el animal cierra ambos ojos, presentando sueo REM y No-REM bilateral. En el agua, duerme con medio cerebro y suele cerrar el ojo contralateral, manteniendo tambin la aleta contralateral inmvil. El delfn tiene tambin actividad de sueo en un hemi-cerebro, pero no tiene inmovilidad motora contralateral. (Ramrez Salado I; Rivera A.PInvestigadores del Instituto Nacional de Psiquiatra Ramn de la Fuente, Mxico City, Mxico. Filogenia del sueo, Revista AMMVEPE (Asociacin Mexicana de Mdicos Veterinarios Especialistas en Pequeas Especies) 2009; 20:9-13.