ejemplar de “páginas libres” reeditado por cgt en el 80ª aniversario de la revolución...

Upload: cgt-valencia

Post on 03-Mar-2018

213 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    1/36

    S. CNOVAS CERVANTES

    DURRUTI Y ASCASO

    La C.N.T. y la Revolucinde Julio

    Reedicin del ejemplar de Pginas Libres a cargo de C.G.T en el 80 aniversario dela muerte de Ascaso y Durruti.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    2/36

    Ejemplar de Pginas libresreeditado por CGT en el 80

    aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936.

    - Autor:S. Cnovas Cervantes.

    - Revisin:Kike Garca.

    - Dibujos:Alba Navarro Francs .

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    3/36

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    4/36

    Prlogo:

    Este ao se cumple el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria y

    de la muerte de dos de sus guras ms representativas, Francisco Asca-

    so y Buenaventura Durruti, dos militantes de la CNT y del Movimiento

    Libertario que compartieron un destino comn en la lucha por La Idea

    hasta su muerte. La muerte de Francisco Ascaso se produjo el 20 de Ju-

    lio de 1936 en el asalto al cuartel de Atarazanas en Barcelona en los pri-

    meros momentos de la Revolucin. Una de las primeras columnas anar-

    cosindicalistas llegadas para liberar el Aragn fascista fue la ColumnaAscaso. Tercera columna anarcosindicalista organizada en Barcelona

    que parti desde la Ciudad Condal al frente aragons el 25 de julio. Slo

    4 meses despus de la muerte de Ascaso, el 20 de Noviembre de ese mis-

    mo ao, el destino los uni de nuevo en la gloria y en la muerte. Su amigo

    y compaero inseparable de lucha, Buenaventura Durruti, caa abatido

    por una bala perdida mientras defenda Madrid de las hordas fascistas.

    Desde CGT celebramos la recuperacin de estos textos, publicadosen los aos 40 del siglo pasado, en la coleccin libertaria Pginas Li-

    bres. Coleccin que editaba el exilio libertario en Toulouse durante los

    aos ms duros de la posguerra.

    Sirva la reedicin de este texto para acercar a las generaciones j-

    venes la memoria de Francisco Ascaso y Buenaventura Durruti, como

    ejemplos de vidas y coherencia militante.

    S.P. del Comit Confederal de CGT.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    5/36

    LA C.N.T. Y LA REVOLUCIN DE JULIO 5

    La CNT ante la Historia1:Qu porvenir le reserva la historia a la CNT en la Revolucin espaola? He aqu

    la incgnita que preocupa a todos los espaoles, a los militantes de la Confederacin.

    La Revolucin Espaola, que en sntesis no es ms que el proceso de desarrollo deun pueblo, de una raza y de una civilizacin, presenta caracteres muy diversos a losque han acusado las otras revoluciones de Europa. Intentar concretar a este o aqulepisodio aspectos denitivos, es condenarse a no entender la marcha ascendente del

    proceso biolgico de nuestro pueblo, cuya Revolucin, lenta, continua y rme, secompone de accesos y retrocesos; pero ganando siempre en avance cada vez que unode estos fenmenos se produce.

    Tiene que ser as porqu la ley histrica lo exige. Los grandes acontecimientos

    que se han producido en el mundo en fecha muy posterior a las grandes conmocio-nes que se inician en la Pennsula Ibrica, conrman el papel preeminente que enun maana, quiz ms cercano de lo que podamos llegar a suponer las generacionesactuales, estn llamados a jugar los pueblos ibricos.

    El renacimiento del genio Ibrico no slo se ha manifestado a travs de los epi-sodios magncos llevados a cabo por la masa espaola en la etapa del 1936 al 39,en su lucha abierta y generosa contra el fascismo internacional, en cuya palabra losespaoles condensaban todo cuanto existe en la vida social y poltica ms execrable;

    sino que, desde otros aspectos, ese renacimiento del Iberismo se percibe de maneramarcada en los pueblos creados por Espaa en Amrica. Este renacer de la civiliza-cin Ibrico-Americana es una reserva valiossima que la humanidad tiene que lucharcontra todas las tiranas que en horizonte mundial surgen amenazadoras, de maneracada vez ms visibles: de aqu que los pueblos todos sientan una invencible atraccin

    por las cosas de Espaa y de que, a pesar de los aos transcurridos desde que el ge-neral Franco, instrumento de la plutocracia internacional, venci en apariencia a laEspaa revolucionaria, el problema espaol siga en pie en espera de lo que se ha dadoen llamar una solucin.

    Los que crean que con la cada del general Franco, substityale quien lo substitu-ya, el problema espaol queda denitivamente arreglado se engaan lamentablemen-te. La Revolucin espaola continuar su curso hasta que el pueblo espaol alcancela meta de sus aspiraciones ms ntimas, siendo vano cuanto se haga por impedirlo.Eso sera tanto como si alguien intentase, por medios articiales, detener el curso dela propia naturaleza en sus creaciones.

    1 Este libro que tienes en tus manos es la reedicin integra del ejemplar de la colec-

    cin Pginas Libres editada desde el exilio libertario en Toulosue en los aos 40. El ejem-

    plar de Durruti y Ascaso es posible que fuese escrito por Cnovas-Cervantes en la primera

    mitad de los aos 40. El autor muestra una visin de la historia del anarcosindicalismo en

    Espaa y de la relevancia de sus dos fguras ms importantes: Francisco Ascaso y Buena-

    ventura Durruti.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    6/36

    CNOVAS CERVANTES6

    Estudiar, aunque someramente, la participacin directa que en el episodiorevolucionario del 19 de julio de 1936, como en otros anteriores, desde su formacintuvo la Confederacin Nacional del Trabajo, es el objeto de estas pginas que tiendena dejar gravado en lo posible una gesta magnca cuyo examen inducir, sin duda, al

    lector a prever la participacin que en el provenir ha de tener la CNT en la creacin deuna nueva Espaa cuyo pensamiento ha de tener una inuencia decisiva en el mundode maana.

    Del pasado al presenteHondas races tena ya en la vida del proletariado espaol la CNT cuando en

    septiembre de 1911 se fund en Barcelona2. En 1870 dos internacionalistas, FargasPellicer y Setinn, pertenecientes ambos a la tendencia Bakunista de la Internacional,fundaron en el seno de la Seccin Ibrica de sta, un grupo encaminado a hacer pre-valecer sus puntos de vista, que adopt como denominacin el nombre de Alianzade la Democracia Socialista de la que form parte, desde su iniciacin, AnselmoLorenzo, que con Fargas Pellicer, fueron realmente, los fundadores del anarco-sindi-calismo. Hacia el ao 1880, despus de la cada de la Repblica de 1873, la antiguaseccin de la Federacin de Trabajadores de la Seccin Espaola que llega a contarcon 57.934 miembros y 663 secciones. Al ser restaurada la Monarqua en 1874, la

    Internacional Obrera fue declarada fuera de la ley. Hasta seis aos despus no sepermite a los obreros sindicarse. Por aquella poca el salario medio de los obreros erairrisorio. En Andaluca el trabajador del campo ganaba menos de una peseta por da.El estado de desesperacin del proletariado campesino se maniesta por violentosactos de protesta. En la segunda mitad del ao 1882 las autoridades, para desemba-razarse de los internacionales libertarios, inventan la existencia de una pretendidaasociacin terrorista secreta llama La Mano Negra que sirve de pretexto para abriruna serie de procesos, todos ellos amaados contra los adherentes a la Federacin.Una quincena de hipotticos miembros de la fantstica asociacin La Mano Negra

    fueron condenados a muerte, otros enviados a presidio.Aquel proceso ha quedado en la historia social espaola como una de las ms

    grandes infamias cometidas por los tribunales al servicio de la plutocracia. Vienenunos aos de calma hasta 1892, en que una nueva sublevacin de campesinos se pro-duce en los campos de Jerez, apoderndose de la ciudad. La sedicin, que no produjoms que dos vctimas, es utilizada por los poderes pblicos para presentar a los obre-ros como una banda de forajidos. Un Consejo de Guerra conden a muerte a cuatro in-culpados. Uno de los obreros condenados, llamado Zarzuela, dirigi a las masas estas

    palabras desde el patbulo donde fue ejecutado: Pueblo de Jerez, no queremos que sediga que hemos sucumbido como cobardes. Espero que t nos vengars de esta nueva

    2 El autor se reere a la existencia de un movimiento y organizacin anarcosindicalista en

    Espaa antes de la fundacin de CNT en 1910.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    7/36

    LA C.N.T. Y LA REVOLUCIN DE JULIO 7

    inquisicin. Sus palabras no fueron en vano: una serie de actos violentos sirvieronde eplogo al drama social de Jerez. Hasta 1902, que se produce en la primera huelgageneral el Espaa, el proletariado espaol de tipo libertario sigue actuando, aunque demanera fraccionada. Barcelona, por su calidad de ciudad industrial cuenta con varios

    organismos que actan de manera intensa aunque sin coordinacin.

    Francisco Ferrer i Guardia funda en Barcelona la Escuela Moderna el peri-dico La Huelga General y ms tarde Solidaridad Obrera. Dedicados a difundirlas ideas anarco-sindicalistas, Anselmo Lorenzo, seguido de sus discpulos y adep-tos, todos ellos formados en el Bakunismo constituye un fuerte movimiento anar-co-sindicalista en la regin catalana. En 1909, surgen en Barcelona los procesos dela Semana Trgica, como resultado de la protesta popular ante el embarque de losreservistas hacia Marruecos, gobernaba entonces en Espaa D. Antonio Maura y era

    gobernador de Barcelona D. ngel Ossorio y Gallardo. El que ms tarde haba deser gura preeminente de la Repblica de Trabajadores del 14 de abril, se distinguidurante su mando por su poltica marcadamente reaccionaria y antisocial. Al sur la

    protesta popular, inmediatamente entreg el mando a las autoridades militares y seescondi. Proclamado el estado de guerra las autoridades militares comienzan unasangrienta represin. El entonces Ministro de la Gobernacin D. Juan de la Cierva,uno de los tiranos ms execrables que ha pasado por la poltica espaola, sin contaral general Franco, lanza esta grotesca y soez frase, digna de su baja mentalidad: Mevoy a liar la manta a la cabeza y hasta las piedras de la calle de Barcelona se acordarn

    de esta poca de represin Semanas despus era fusilado en los fosos del Castillo deMontjuich, Francisco Ferrer i Guardia, que para nada haba intervenido en aquellossucesos surgidos de manera espontnea.

    Fundacin de la CNTDecidida la Confederacin Regional Catalana a extender los principios anar-

    co-sindicalistas a todo el proletariado espaol, en septiembre de 1911 se funda enBarcelona la Confederacin Nacional del Trabajo, nueva organizacin cuya existen-cia conocer marcadas alternativas de legalidad y de persecucin, a medida que sus

    postulados se van extendiendo de manera prodigiosa por toda Espaa, agrupando ensus las a la parte ms enrgica y rebelde del proletariado ibrico.3Apenas creada,el entonces Presidente del Consejo D. Jos Canalejas, la declar ilegal. Su gobiernose haba distinguido por una cruel represin llevada a cabo en los diferentes con-ictos obreros surgidos en Espaa, principalmente en Bilbao y Valencia4.Hubo queesperar de nuevo hasta 1915 para que la CNT renaciera de nuevo como organizacin

    nacional. En 1917 la CNT dirige la famosa huelga de la Canadiense que contribuye3 El autor se equivoca en la fecha de fundacin de CNT, que realmente fue en 1910.

    4 La ilegalizacin se produjo tras el primer Congreso en 1911 cuando la CNT convoc una

    huelga general entre los das 18 y 21 de septiembre. La ilegalizacin dur hasta 1914.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    8/36

    CNOVAS CERVANTES8

    en gran manera a la accin revolucionaria del proletariado cataln5. La plutocraciacatalana se haba enriquecido rpidamente con los benecios extraordinarios de laguerra negndose, en cambio, a satisfacer las demandas obreras. Un violento cuerpoa cuerpo se inicia entre la burguesa y el proletariado. Desde la Patronal se alienta la

    formacin de Sindicatos Libres, se paga a los pistoleros para que asesinen a los diri-gentes de la CNT. Entre estos asesinos sobresalen Pancheta y el Nano. Otros muchosde esta calaa pululan por Barcelona. En la polica especial se destaca el inspectorBravo Portillo, que adems de jefe del espionaje alemn, reciba fuertes sumas de los

    patronos para asesinar obreros.

    La vida econmica y gubernamental cataln semeja una cloaca. En el Congresode Madrid, celebrado en el ao 1919, la CNT se presenta con ms de un milln de ad-heridos6. La mayor parte de sus aliados estn en Catalua y Aragn. Sus dirigentes

    ms destacados son ngel Pestaa y Salvador Segui (La Noi del Sucre).

    La burguesa catalana, cada vez ms inquieta del progreso de la CNT, se lanzaa partir de esa fecha a una lucha a muerte contra el anarco-sindicalismo. El gobiernode Madrid enva al gobernador, el general Martnez Anido, y al Director de Seguri-dad, el general de la Guardia Civil Arlegui, quienes se ponen por completo al servi-cio de la Patronal, que en aquella poca perfecciona sus medios represivos contra laConfederacin. Los aos del 1920 al 1922 dejan en el proletariado cataln un rastrode sangre y de dolor inolvidable. El 2 de agosto de 1922 es herido gravemente en

    Manresa, ngel Pestaa y un ao despus, en las calles de Barcelona es asesinadoSalvador Segui.

    A los pocos meses se proclama la dictadura del general Primo de Rivera y laCNT vuelve de nuevo a la clandestinidad, de la que no haba de salir hasta la procla-macin de la Repblica en 1931.

    La dictadura de Primo de Rivera y el anarco-sindicalismoImpotente la Monarqua para dar cara a la Revolucin recurri a implantar la

    dictadura. Primo de Rivera, entonces Capitn General de Catalua en 1921, fue

    elegido por Alfonso XIII para responsabilizarse ante la opinin como Dictador.

    La Lliga Regionalista con Camb al frente y todos los organismos patronales

    recibieron con aplausos el eclipse de las libertades populares. Se trataba de dar

    la batalla definitiva a la CNT y acabar de una vez con el cuerpo a cuerpo que

    esta organizacin haba entablado en una lucha a muerte contra el caduco Estado

    Espaol. Su cada posterior en condiciones estrepitosas prueba el dao que su-

    5 El autor se equivoca en las fechas, en 1917 en plena Guerra Mundial la CNT convoc una

    huelga revolucionaria en todo el Estado. La huelga de la Canadiense fue en 1919.

    6 En este Congreso, celebrado en Madrid, estaban representados 755.000 trabajadores.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    9/36

    LA C.N.T. Y LA REVOLUCIN DE JULIO 9

    frieron las clases plutocrticas y la falta de solidez de la Monarqua en Espaa.

    No se podr escribir en el porvenir de la historia de la Revolucin espaola sin

    tener que estudiar este periodo crtico en el cual el proletariado de la CNT acta

    con un empuje y una violencia extraordinaria, preparando la cada de la ficcin

    estatal representada por la Monarqua de Alfonso XIII, alrededor de la cual vivauna plutocracia tan falta de solidez como el rgimen en el que se apoyaba. La Dic-

    tadura se hizo para disolver a la CNT. La mayor parte de sus militantes vironse

    obligados a cruzar la frontera y buscar refugio en el extranjero, entre ellos Ascaso

    y Durruti. Ambos posean un pasado rico en experiencias sociales puestas al ser-

    vicio de la Organizacin que ms tarde haba de valerles continuas persecuciones

    en todas las latitudes.

    Durruti era un hombre, en el ms alto concepto de la palabra. Fuerte y robusto

    en el terreno fsico y en el moral. Su moral era de granito, como las altas montaasleonesas que le vieron nacer. Se form como militante de la CNT en los momentos

    ms difciles, terribles y heroicos entre la Organizacin y los representantes del

    Estado plutocrtico espaol, los generales Martnez Anido y Arlegui. Los obreros

    se defendan arma en mano contra el pistolerismo organizado contra ellos por los

    enriquecidos patronos.

    Las calles de Barcelona se riegan con sangre proletaria: Boal, Segu, Comas,

    Canela, Ars, Jordn, Peronas, Pep, Llcer, Montejo y muchos centenares ms de

    militantes de la CNT mueren asesinados en el holocausto de la causa anarco-sin-dicalista7. En este ambiente y en estas circunstancias, siendo muy joven Durruti,

    aparece en la escena del anarco-sindicalismo cataln y se mezcla en sus luchas

    sangrientas para nunca ms separarse de las palpitaciones revolucionarias que

    llev al proletariado cataln a escribir pginas destacadsimas en la historia de la

    Revolucin Espaola. All conoce a Francisco Ascaso y entre los dos, seres lla-

    mados a compenetrarse en un Ideal y en una accin heroica en pro de la causa de

    los trabajadores, haban de formar hasta su muerte una accin y un pensamiento

    definido. Uno y otro se complementaban, Durruti era la accin, la fogosidad, la

    simpata, el entusiasmo; Ascaso era la reflexin, la calma, la dulzura, la tenacidad,el clculo. Estratega consumado, sus planes de accin revolucionaria estaban tan

    sabiamente calculados que a la hora de actuar ni el menor detalle faltaba. Uno y

    otro se necesitaban para realizar los planes trazados por Ascaso. Durruti se mos-

    traba como el genio de la rapidez y de la violencia puesta al servicio del corazn

    y la sabidura.

    7 En 1919 se cre en Barcelona el Sindicato Libre, organizacin creada por obreros des-

    contentos con la CNT y seguidores del carlismo. El acuerdo del gobernador de Barcelona, Martnez

    Anido, con el Libre, la Patronal y la Polica dio lugar a una campaa de ataque a la CNT. Entre 1919

    y 1923 fueron asesinados ms de 400 militantes y dirigentes de CNT, entre ellos Salvador Segu.

    Por su parte, los libertarios crearon grupos de accin para dar respuesta al terrorismo de estado

    que sufran matando a unos 70 dirigentes del Libre, adems del presidente del gobierno Dato y al

    cardenal Soldevilla.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    10/36

    CNOVAS CERVANTES10

    En busca de aventuras revolucionariasEstas dos guras gigantes del anarco-sindicalismo cataln, simbolizan ante la

    historia, el espritu y la accin de la CNT, que sintetiza cuanto de ms reaccin y

    pujante existe en la Pennsula Ibrica. La CNT es el producto de la evolucin y de lapujanza del renacimiento Ibrico. Es un fenmeno puramente espaol y obedece porlo tanto al de crecimiento y desarrollo que estamos presenciando en el pueblo espa-ol. Esta raza de hombres son los descendientes directos de aquellos otros que enmomento de evolucin del pueblo espaol descubrieron, conquistaron y civilizaronel Continente americano y pasearon con gloria por toda Europa la magnca pujan-za de una raza y la glora de una civilizacin. Ascaso y Durruti deben clasicarseen la antologa espaola entre los hombres del temple de Pizarro, Hernn Corts,Vasco Nuez de Balboa, El Cano y otras guras de esta estirpe que acusan el valor

    intrnseco de un pueblo8. La dictadura del general Primo de Rivera lanz fuera deEspaa a Durruti, Ascaso y a otros muchos militantes de la CNT. Antes, uno y otro,haban recorrido toda Espaa interviniendo en los hechos sociales ms salientes9.Al cruzar la frontera ambos se lanzan a rehhcorrer el mundo encontrndolo peque-o para sus aventuras revolucionarias. Son las ms alta representacin del espaolclsico que tiende a universalizarse extendiendo su genio y su accin por todo el

    planeta. Toda la polica de las republicas americanas busca a Durruti que personi-ca a un grupo de anarquistas espaoles peligrosos. Su fotografa se exhibe en lasestaciones, trenes y tranvas. Durruti y sus compaeros escapan a toda persecucin;

    viajan por toda Amrica y desembarcan en Canarias, burlando a la polica espaola.De Canarias embarcan para Inglaterra y desde las Islas Britnicas marchan a Pars.Estas expediciones estn llenas de dramticos episodios con los que se hubiese po-dido escribir un libro sensacional.

    En la capital francesa dirigidos por el apostol del anarquismo, Sebastian Faure,Ascaso y Durruti fundan la Enciclopedia Anarquista. La polica francesa consi-gue poner la mano sobre Durruti que durante ms de un ao ocupa en la crcel dela Conserjera la misma celda que ocup Mara Antonieta antes de ser guillotinada.

    En defensa de Durruti se produce una agitada campaa internacional. El gobiernofrancs decide ponerlo en libertad y la polica le facilita, ilegalmente, el paso de lafrontera de Blgica para no tener que acceder a la demanda de extradicin formula-da por el gobierno de Primo de Rivera.

    En todas sus aventuras Durruti y Ascaso marchan unidos. Su gran sueo, queestuvo a punto de realizarse, consista en fundar en todo el mundo grandes edito-riales anarquistas. La mayor de estas empresas habra de instalarse en Pars, centro

    8 No hay que olvidar que este estudio est escrito en la dcada de los 40, la visin poltica

    y social que se tiene hoy en da de la brutalidad de la conquista espaola del continente americanoes radicalmente distinta a la de aquellos aos.

    9 Ascaso se vio obligado a cruzar la frontera tras huir de la crcel de Predicadores en

    Zaragoza donde estaba preso por su participacin en el asesinato del Cardenal Soldevillaen 1923.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    11/36

    LA C.N.T. Y LA REVOLUCIN DE JULIO 11

    intelectual del mundo con domicilio, de ser posible, en la Plaza de la Opera o de laConcordia, para editar las ms salientes obras del pensamiento moderno en todoslos idiomas.

    Esos nuevos Quijotes del anarquismo vean lejos y sentan hondo. La Edito-rial Anarquista Internacional que fundaron lleg a ser una creacin, como ellosse haban imaginado, editando numerosas ediciones de libros, folletos y revistas envarios idiomas. Pero esta acin cultural no hizo ms que aumentar la persecucindel gobierno francs, del espaol y de todos los gobiernos reaccionarios del mundo,cuya polica segua atentamente el cambio de la accin subversiva por la accin cul-tural del grupo Ascaso-Durruti. Finalmente, uno tras otro, todos ellos fueron siendodetenidos o expulsados hasta conseguir la total ruina de la gran Editorial Anar-quista de Paris que haba sido la amorosa Dulcinea de estos espaoles idealistas de

    altura, hijos de Don Quijote, que cogiendo en sus recias manos la pistola, como elCaballero de la triste Figura coga su lanza, lanzronse por el mundo para desfacerentuertos, salvar a los menesterosos y hacer que en el mundo reinara la Justicia.

    Estos nuevos caballeros del Ideal Ibrico, inmortalizados por Cervantes al en-carnar en ellos la gura de Don Quijote de la Mancha, sufrieron tambin sus de-rrotas y como Don Quijote fueron derrotados en sus aventuras, pero no vencidos

    porque, al igual que el caballero manchego, cada cada no era ms que el prlogode una nueva aventura como si el contacto de sus cuerpos con la tierra impregnase

    en ellos nuevos entusiasmos y nuevas valentas para seguir luchando en pro de laHumanidad.

    Ya estaba concedidas las extradiciones solicitadas por el gobierno dictatorialespaol cuando se produjo un movimiento de protesta internacional que en Parstuvo repercusiones extraordinarias.10Los salv de una muerte segura el que el go-

    bierno francs, presionado por la intelectualidad y por la opinin pblica, encontrla frmula de desembarazarse de Durruti y de Ascaso y dems compaeros que unoa uno fueron pasando a Blgica donde con nombre supuestos, aunque la policaconoca de quienes se trataba, se les permiti hacer una vida pblica y sosegada.Cada uno de ellos trabajaba de su ocio. Viven los meses ms tranquilos de aquellaagitada e inolvidable poca. Devoran los libros. Todas las horas disponibles les

    parecen pocas para recuperar en el terreno cultural las horas perdidas en los aos deodisea por Amrica y Europa. Semanas y meses escondidos esperando siempre coninquietud la llegada de la polica, fugas emocionantes, cruces de fronteras con pape-les falsos; todo ellos les hace vivir febrilmente y llena sus vidas de color y de vida.

    10 Ascaso, Durruti y Jover fueron detenidos por la polica francesa por un supuesto aten-

    tado para asesinar a Alfonso XIII en su visita a la capital gala. Al mismo tiempo las autoridades

    argentinas pidieron su extradicin por los robos y la muerte de un polica en un tiroteo. Tambin el

    gobierno espaol pide su extradicin por la participacin en el robo del banco de Espaa y la de

    Ascaso por su participacin en la ejecucin del cardenal Soldevilla. La relacin con el caso Sacco

    i Vanzetti est muy presente en el imaginario colectivo y la campaa por su libertad sobrepasa las

    fronteras francesas. Tras 6 meses sern puestos en libertad y expulsados a Blgica.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    12/36

    CNOVAS CERVANTES12

    Conocen la vida y los hombres de cerca. Pueblos, razas, costumbres e idiomas di-versos pasaban ante sus ojos formando la mentalidad de aquellos hombres de lite.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    13/36

    LA C.N.T. Y LA REVOLUCIN DE JULIO 13

    Ascaso y Durruti, cada cual con su distinta capacidad, formaban una fuerza quearrastraba tras s a cuantos les rodeaban. Cualquier idea o cualquier proyecto queentre ellos naciese era aceptado como verdad incontrovertible y ejecutado sin discu-sin. Esa cualidad les acompa hasta su muerte. El grupo de Bruselas se superaba

    por momentos en su formacin intelectual. Liberto Callejas fund con la ayuda delos compaeros belgas, franceses e italianos, que haban formado el Comit Anar-quista, en el que colaboraban ecazmente Ascaso y Durruti, La voz Libertaria.Durruti y Ascaso haban enriquecido su pensamiento captando las caractersticasms sobresalientes de tantos y tantos pases como haban recorrido. Aquellos vi-sionarios se extasiaban al contar con la dramtica emocin de los hechos en quehaban participado. Daba placer orlos. Su cultura y su inteligencia haba progresadoextraordinariamente. Hablaban de todo; de arte, de ciencias, de literatura y folcklore,y sobre todo de una profunda transformacin social que condujese a la humanidad a

    un maana mejor.

    La vuelta a Espaa de Ascaso y DurrutiEn 1927, algunos grupos anarquistas que no haban sido totalmente extirpados

    por la Dictadura celebraron en Valencia una Conferencia clandestina que haba deser histrica, pues en ella se echaron las bases de una nueva organizacin: la FAI,

    Federacin Anarquista Ibrica, que durante unos aos llev una vida imprecisa porencontrarse la mayor parte de sus miembros en prisin o en el exilio.

    Ascaso, Durruti y Garca Oliver, vueltos a Espaa a la proclamacin de la Re-pblica dieron a la FAI un singular impulso, destacndose por sus actividades comoelementos de extraordinaria accin11. Sus compaeros los denominaron Los tresMosqueteros dados los lazos de unidad de accin y de compaerismo que los una12.Una slida amistad y un cario fraternal haba nacido en ellos durante los aos deexilio y de las tenaces persecuciones por parte de todos los gobiernos de los pases

    por donde haban pasado13

    . La polica espaola, durante la dictadura de Primo deRivera, sealaba a sus colegas de Europa y Amrica el peligro de albergar a revolu-cionarios tan peligrosos y de expulsin en expulsin, Los tres Mosqueteros casi

    11 Con la llegada de la II Repblica Ascaso y Durruti regresan a Espaa junto a muchos de

    los exiliados libertarios. Garca Oliver se encontraba preso en el penal de Burgos.

    12 La denominacin de Los tres Mosqueteros se la otorg la prensa francesa a Ascaso,

    Durruti y Jover durante la campaa por su liberacin.

    13 La referencia a la amistad y unidad nacida del exilio hay que limitarla a Ascaso y Durruti.

    Garca Oliver critic muy duramente en sus memorias la actitud y el papel de los dos compaeros

    durante su gira americana y el haber abandonado la lucha en Espaa durante la Dictadura. Toda

    la biografa de Garca Oliver reeja un resentimiento hacia Ascaso y Durruti y a la amistad que una

    a ambos y el protagonismo que tenan en el mundo libertario.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    14/36

    CNOVAS CERVANTES14

    dieron la vuelta al mundo14. Durante mucho tiempo estos tres inseparables militantesde la FAI, haban militado juntos en el grupo Los Solidarios que se distingua porsu vitalidad y su accin.

    Durante esa poca que marcan los seis aos, tres meses y veintin das que durla dictadura Primoriverista, a los que se aadieron los casi dos aos que dur el inte-rregno Berenguer-Romanones-almirante Aznar, liquidador de la Monarqua histricade Alfonso XIII, Ascaso y Durruti no dejaron de comunicar con sus compaerosde Espaa. La FAI iba reconstituyndose lentamente marchando con paso segurocontribuyendo de manera decisiva, desde el exterior, al derrocamiento del rgimenimperante. Desde Bruselas vigilaban, ojo avizor, cuanto ocurra en Espaa y variosmensajeros pertenecientes al grupo de compaeros que vivan en Blgica se inltra-

    ban en la Pennsula para alentar a los de dentro e informar a los compaeros que es-

    peraban en el extranjero la hora de regresar a Espaa. Al proclamarse la Repblica, el14 de abril de 1931, todos ellos, llenos de jbilo, henchidos de ilusiones, dispuestos atransformar a Espaa en un pas libre, cruzaron la frontera y junto con sus compaerosde odisea se instalaron en Barcelona para comenzar su labor renovadora, sin contarcon que el destino les preparaba un nuevo encuentro con la plutocracia que los echde Espaa y que a travs del mundo les haba perseguido como una sombra siniestray con la saa con que las fuerzas negras actan y destruyen cuando en el mundo seopone a su dominacin.

    Esta vez la plutocracia, que haba liquidado al Rey, a su Dictador y a la Monar-qua con todo su aditamiento de principios, condes, duques y marqueses, tena a suservicio a unos pobres seres disfrazados de republicanos histricos unos, con etiquetasocial otros, improvisados para servir de comparsas a la plutocracia, pensando todosellos solo en hacer carrera, a cambio de ello se haban presentado al simulacro deimplantar una Repblica llamada de Trabajadores, que haba de realizar la contrarre-volucin, moler a palos a los trabajadores e implantar como lema de toda una polticael tiro a la barriga y los crmenes de Casas Viejas.

    Los dirigentes de la FAI y del anarco-sindicalismo, se hicieron la ilusin de quela Repblica aportaba al pueblo espaol transformacin inmediata de tipo revolucio-nario en el orden econmico y social. Pero se engaaban lamentablemente. Apenasinstalado el gobierno provisional, Alcala Zamora-Maura-Lerroux, comenz la repre-sin contra los trabajadores que tras largos aos de sufrir la dictadura monrquica,despus de haberla abatido, reclamaban las mejoras sociales a que tena derecho.

    La CNT se lanzaba abiertamente en favor de los trabajadores. Ascaso y Durrutiocupan un lugar destacado en la organizacin y sus guras sobresalen como propa-gandistas y oradores de primera fuerza. Los aos pasados en el exilio, sus viajes por

    Europa y Amrica y las largas vigilias dedicadas al estudio, les convierten en pro-

    14 Garca Oliver no est entre los integrantes del grupo de libertarios que viaj a Amrica

    Latina, en ese grupo s estaban Ascaso, Durruti, Alejandro Ascaso y Jover, entre otros.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    15/36

    LA C.N.T. Y LA REVOLUCIN DE JULIO 15

    pagandistas excepcionales. Con el entusiasmo de sus aos juveniles y henchidos deideal libertario, recorren ciudades y pueblos, predicando a las masas la buena nueva yel anuncio de un maana mejor. La plutocracia espaola que haba facilitado el adve-nimiento de la Repblica para mejor estrangular la Revolucin, se aterra y toma sus

    precauciones en contra de la cruzada cenetista. La consigna de acabar de una vez conlos anarco-sindicalistas se convierte en programa de gobierno republicano.

    La CNT enemigo nmero unoEn la represin contra la CNT, el partido Socialista sin distincin ni matices,

    desde Indalecio Prieto a Largo Caballero, toma la iniciativa y la direccin. Por en-

    tonces Largo Caballero desempeaba el cargo de Secretario de UGT y aprovechandoque era Ministro de Trabajo de la Repblica emple toda su fuerza social y poltica

    para extirpar a la CNT. Lleg en su ceguera hasta actuar de rompe-huelgas. Cuandosurgi la famosa huelga de Telefnica de Madrid, primer conicto social serio quese le plantea a la Repblica, exhort a los adherentes a la UGT para que volviesenal trabajo separndose de sus compaeros de la CNT15. Quin le iba a decir a LargoCaballero, que pasados los aos, cuando abandonado por los suyos y perseguido porlos comunistas, en 1937, solo haba de encontrar en la CNT un apoyo frente a suscorreligionarios en marxismo!

    A partir de la huelga de Telefnica numerosos conictos sociales se plantean entoda Espaa. Este fenmeno surga en la vida espaola como un hecho natural. Largosaos de tirana y de represin haban creado en la vida social un desequilibrio quetraa, como consecuencias, aquellas agitaciones.

    Este caso no era privativo de Espaa. Se produce en todos los pueblos que alvivir largos aos de rgimen dictatorial vuelven a recuperar sus libertades. Este fen-meno pas desapercibido a los polticos republicanos. No era extrao, porque como

    ya hemos dicho los improvisados partidos que se crearon al advenimiento de la Rep-blica estaban formados por monrquicos convertidos al republicanismo y elegidos deantemano por la plutocracia para llevar a cabo, desde el poder, la contrarrevolucin.Eran la mayor parte gente improvisada, sin nocin alguna de cultura histrica, polticao social.

    El choque tena que venir fatalmente. Unos polticos inteligentes y aptos, en vezde reprimir hubiesen encauzado todo aquel torrente de energas vitales de las que es-taba desbordante el pueblo espaol. Pero mejor que encauzarlas prerieron ahogarlasen sangre, utilizando para ello la Guardia Civil, la Polica y el Ejrcito, que la pluto-

    15 La huelga contra la compaa ITT que explotaba el servicio telefnco fue un conicto

    con extensin estatal que dur meses. Ante los actos de sabotaje, el gobierno dio orden de dispa-

    rar contra los saboteadores, lo que tuvo como consecuencia varias muertes por todo el territorio.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    16/36

    CNOVAS CERVANTES16

    cracia monrquica haba legado como hipoteca a la Repblica. Es curioso sealar elcaso de que el primer Ministro de Gobernacin, D. Miguel Maura, la primera laborecaz que emprendi fue la de reorganizar la Polica dotndola de medios ecaces derepresin como si la Repblica tuviese que habrselas dentro de casa con poderosos

    adversarios a los que era preciso vencer sin contemplaciones.

    No haba surgido todava ningn conicto social cuando ya se anunci, roden-dola de una especial propaganda, la creacin del cuerpo de los famosos Guardias deAsalto. Se encarg a expertos artistas que dibujaran sus uniformes, se les dot de

    pistolas automticas, de porras de goma, para atacar a los manifestantes, ametrallado-ras, gases lacrimgenos, rpidos camiones y automviles para que los nuevos guar-dias pudieran presentarse rpidamente all donde se les ordenase y se cre, adems,una escuela especial para su entrenamiento fsico, ya que el guardia de asalto de la

    Repblica deba ser un hombre gil, fuerte, de buena estatura y diestro en el arte derepartir puetazos y bofetadas. El nuevo cuerpo fue un digno compaero del cuerpode la Guardia Civil creado por la Monarqua. Ambas instituciones se superaron a lahora de la represin social.

    Del tiro a la barriga a las deportaciones

    La falta de espacio nos impide extendernos demasiado a historiar la etapa queabarca el periodo represivo contra la CNT, que alcanza su forma aguda desde la huel-ga de la Telefnica de Madrid en agosto de 1931 hasta los crmenes de Casas Viejas,ocurridos en la primavera de 1933. Durante este periodo ocurren sucesos como losdel Parque de Mara Luisa16, Arnedo17y la rebelin de Figols18, matizados por otros

    pequeos incidentes del proletariado de la CNT frente a la poltica turbia del republi-canismo histrico en colaboracin con el marxismo. El tiro a la barriga, orden dadaa los agentes de la autoridad como lema de la poltica represiva contra el proletariadose convierte en todo un smbolo. Al Ministro de Gobernacin, Sr. Maura, conocido

    como el de los ciento ocho muertos, cifra de los obreros ejecutados en un solo mes,en diferentes pueblos de Espaa, le sucede el Sr Casares Quiroga, persona de con-anza del presidente Azaa, quien al formar gobierno, despus de la dimisin del Sr.

    16 La muerte de un huelguista en Sevilla a manos de la Guardia Civil degener en unas

    jornadas muy violentas. Durante la manifestacin que acompa el sepelio, las autoridades in-

    tentaron disolver a los manifestantes por la fuerza con el resultado de 1 guardia y 1 obrero muer-

    tos. Al da siguiente la CNT comenzaba una huelga general, la noche del primer da de huelga,

    4 presos que eran conducidos por las fuerzas de seguridad fueron asesinados en aplicacin de

    la Ley de Fugas.

    17 Durante una huelga en la localidad riojana, convocada por UGT en enero de 1932, laGuardia Civil dispar contra los manifestantes matando a 11.

    18 Un conicto laboral en Figols derivar en la proclamacin del comunismo libertario en el

    Alto Llobregat en enero de 1932.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    17/36

    LA C.N.T. Y LA REVOLUCIN DE JULIO 17

    Alcal Zamora, le otorga el destacado puesto de Ministro de Gobernacin para quecontine la represin contra la CNT empezada por el gobierno anterior.

    El 19 de julio de 1932, el gobierno de Azaa disuelve la CNT. Con anterioridad,

    Largo Caballero, como Ministro del Trabajo, hizo aprobar una ley que autorizaba algobierno a intervenir en la vida interior de los Sindicatos. La protesta no se hizo espe-rar, el cuerpo a cuerpo entre las masas trabajadoras de la CNT y el Gobierno Republi-cano se agudiz. El gobierno Azaa, en el que participaban los socialistas, replica alas protestas cenetistas con la deportacin en masa a Villa Cisneros, colonia espaolaen frica, de los ms destacados militantes de la CNT19. De esta forma absurda seintenta eliminar a los militantes ms destacados de la organizacin. Marcha hacia laGuinea el Transatlntico Buenos Aires con la panza llena de anarco-sindicalistas.Mientras estos atentados al derecho del hombre se cometan en plena Repblica de

    Trabajadores de todas clases, las Cortes Constituyentes funcionaban a la faz delmundo como si nada ocurriese en Espaa. Los diputados sesteaban en medio de unavida plcida. Muchos discursos, pero ninguna ley del Parlamento que indicase el pro-

    psito de transformar a Espaa. Marcelino Domingo, maestro de escuela al frente delMinisterio de Agricultura, confeccionaba una ley agraria que signic la burla msindigna de la miseria del campesino espaol. El Sr. Azaa, funcionario del Ministeriode Gracia y Justicia, en el que desempeaba el cargo de Jefe del Departamento de l-timas Voluntades, ocupaba el cargo de Ministro de la Guerra, amparando al generalFranco al que concedi puestos militares de la ms alta responsabilidad, entre ellos

    el de Capitn General de diferentes regiones. Su poltica, llamada de retiros, sirvipara que se marchasen del servicio de las armas, con un ascenso y pinges retribu-ciones, la mayor parte de jefes y ociales republicanos y algn que otro indiferente,dispuesto a acatar el poder constituido; quedndose, en cambio, en servicio activo,todos los generales, jefes y ociales que ms tarde haban de sublevarse contra laRepblica.

    La acumulacin de cargos en emolumentos y enchufes, haca la mayora repu-blicana, que apoyaba al gobierno Azaa, una verdadera magia dispuesta a defender

    con las uas el bienestar que los obreros les haban proporcionado al hacer imposiblela existencia del rgimen monrquico en Espaa. Slo de vez en cuando la voz dealgn diputado de los que formaban la diminuta Alianza Republicana, a los que suscolegas de la mayora azaista calicaron de jabales, desentonaban en aquel coro deestmagos agradecidos. Cuando un Sediles, Ramn Franco, Barriobero, Samblancat,o cualquier otro de sus compaeros se levantaba de su escao para acusar al gobier-no por su poltica represiva contra los trabajadores, los energmenos de la mayorarepublicano-socialista apagaban sus voces lanzando entre ellos, en medio del generalescndalo, una serie de groseros insultos que revelaban el nivel moral y cultural deaquellos legisladores extraos dedicados a implantar el rgimen popular en Espaa.En una de las ms tumultuosas sesiones de las Constituyentes en que se trat el pro-

    19 Los deportados fueron los considerados responsables del levantamiento del Alto Llobre-

    gat. Entre los deportados estaban Francisco y Domingo Ascaso y Buenaventura Durruti.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    18/36

    CNOVAS CERVANTES18

    blema de la CNT el Ministro de la Gobernacin, Sr. Casares Quiroga, rerindose alos anarco-sindicalistas dijo de ellos que eran unos bandidos con carnet. Otro da,cuando en el Congreso se plante el debate sobre los crmenes de Casas Viejas, al

    preguntarle un diputado lo que haba ocurrido en Casas Viejas, D. Manuel Azaa, jefe

    del gobierno, contest sin inmutarse: En Casas Viejas lo ocurrido fue que se asesinimpunemente a mujeres, viejos y chiquillos pegndoles fuego a las chozas donde seencontraban los cadveres para borrar toda huella del crimen.

    De noviembre 1933 a julio 1936Los sucesos de Barcelona y de Asturias, en octubre de 1934, primer encuentro

    sangriento entre el proletariado espaol y el ejrcito monrquico que tena hipoteca-da la Repblica, fue un avance de lo que haba de suceder a partir de julio de 1936. Eltriunfo electoral de las derechas en noviembre de 1933, puso a la Repblica en ma-nos de los adversarios del pueblo. Dos aos y medio de gobiernos reaccionarios, degobiernos que se sucedan con vertiginosa rapidez obedeciendo a los designios delPresidente de la Repblica, Sr. Alcala Zamora, dispuesto a poner los destinos de Es-

    paa en manos de la plutocracia a la que sirvi con especial celo desde su alto cargo;dieron al pueblo la clara impresin del peligro que corran las libertades populares.

    nicamente la CNT se enfrenta a la reaccin20

    . Los dems sectores sociales ypolticos parecan como dormidos. La restriccin de los derechos individuales y co-lectivos y la censura de prensa, cada vez ms severa, entenebreci aquel lamentable

    periodo. Los gobiernos reaccionarios continan, todava con ms saa, el exterminiode la CNT, que es la nica fuerza efectivamente revolucionaria que existe en Es-

    paa capaz de enfrentarse a la plutocracia. Los gobiernos derechistas republicanosque gobernaron durante el llamado periodo negro siguen la misma poltica iniciadacontra el anarco-sindicalismo por los gobiernos izquierdistas que gobernaron en el

    periodo rojo21. Lo ms saliente de la CNT est en las crceles y presidios. Lo curio-

    so del caso es que en Catalua el gobierno de la Generalitat acenta la persecucincontra la CNT en mayor medida que lo hace el gobierno de Madrid. Para los polticoscentralistas o regionalistas, la CNT es el enemigo comn. No es nuestro propsito,

    por falta de espacio, enumerar uno por uno los acontecimientos que se produjeronen aquella triste poca, sino reexionar sobre los mismos, porque el anlisis globalde cuanto ocurri entonces mostrar al lector la mala fe, la incapacidad y la falta devisin hacia el porvenir que mostraron los hombres de izquierdas que, teniendo ensus manos los destinos de la democracia espaola, no supieron defenderla.

    20 A los pocos das de la 2 vuelta de las elecciones celebrada el 3 de diciembre de 1933,

    la CNT y la FAI dieron la orden de insurreccin en todo el Estado contra la instauracin de ungobierno fascista.

    21 El autor se reere al Bienio Reformista que abarca de diciembre de 1931 a noviembre

    de 1933 y al Bienio Negro que abarca de noviembre de 1933 a febrero de 1936.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    19/36

    LA C.N.T. Y LA REVOLUCIN DE JULIO 19

    Como una de tantas muestras de la amalgama en que vivan en toda Espaa lasgentes de izquierdas con la gente reaccionaria, basta recordar la composicin delGobierno de la Generalidad en Octubre de 1934 cuando se produce la huelga generalcontra la formacin del Gobierno Lerroux en colaboracin con la CEDA.

    De dnde haba salido aquel personaje siniestro de tipo fascista que se lla-maba Dencs? Teniendo en su mano todos los medios represivos de que disponala Generalidad, Dencs era un individuo de formacin reaccionaria encargado de

    perseguir a la CNT22. Al iniciarse el movimiento de insurreccin lo primero que hizofue prender a sus ms destacados militantes23. Una madrugada, la polica que dirigaDencs cerc la casa donde viva Durruti y le detuvo. Ya con anterioridad Durrutiy Ascaso haba sido deportados a Bata24 y pasaron largos meses en la crcel pormandato de Casares-Quiroga como resultado de la persecucin republicana-azaista

    contra la CNT. Cuando la polica central recuper el mando en Barcelona, Durruti,que se encontraba en los calabozos de la Direccin de Seguridad de la Va Layetana,fue abandonado en un calabozo cerrado hasta la llegada de las nuevas autoridadescentrales de Lerroux y Gil Robles que lo mandaron al presidio de San Miguel de losReyes y el Sr .Anguera de Sojo, tipo cruelmente reaccionario que fue Gobernador deBarcelona durante el Gobierno Azaa, pas a ocupar el cargo de Ministro represivodel Gobierno Central.

    En Asturias el proletariado de la CNT lanza la consigna de UHP, Unos Herma-

    nos Proletarios, como anuncio a la unidad futura de la CNT y la UGT. Esta unidaddel proletariado haba de dar por resultado el triunfo del Frente Popular que puso,de nuevo, en manos de las izquierdas los destinos de la Repblica, que perdierondenitivamente en el mes de julio del mismo ao. Los acontecimientos no les habanenseado nada. Aquel triunfo formidable de las izquierdas fue de nuevo malogrado.En el corto periodo que media desde febrero a julio de 1936, los gobiernos Azaa yCasares Quiroga, que gobernaron la Repblica, vuelven a fracasar lamentablementedando lugar a que la plutocracia reaccionaria en ntimo consorcio con el Ejrcito

    prepare el levantamiento militar que llev a Espaa a la trgica Guerra Civil.

    22 Josep Dencs, militante de ERC, fue nombrado Gobernador por L. Companys. Destac

    por su brutal represin contra la CNT y sus militantes.

    23 El movimiento insurreccional de octubre de 1934 iniciado por el PSOE encontr apoyo

    en el gobierno de la Generalitat que lleg a proclamar el Estat Catala. Durante los prolegmenos

    del movimiento insurreccional, la Generalitat orden clausurar los locales de la CNT y detener a

    sus militantes, como el caso de Durruti. La CNT no se sum como organizacin a este movimiento,

    salvo en Asturias, pero la Generalitat se preocup ms de atacar a la CNT que de intentar sacar

    la insurreccin adelante.

    24 El grueso de los deportados, entre ellos Francisco Ascaso, acabaron en la colonia pe-

    nitenciaria de Villa Cisneros, en el Sahara espaol. Durruti, Domingo Ascaso y seis compaeros

    ms fueron enviados a Puerto de Cabras (Fuerteventura) ya que el gobernador de Villa Cisneros se

    neg a acoger a Durruti por considerarlo culpable del asesinato de su padreFernando Gonzlez

    Reguera, ex Gobernador de Bilbao. Hecho no cierto, pues cuando ocurri dicho atentado Durruti

    estaba en la crcel.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    20/36

    CNOVAS CERVANTES20

    Lo que represente en Espaa la CNTEl aspecto ms saliente de las Revolucin Espaola es el que presenta la CNT

    desde su fundacin de 1911, frente a las fuerzas polticas y sociales que represen -

    tan la vieja Espaa. Ya hemos dicho que estas pginas no solamente estn escritaspara historiar los acontecimientos transcendentales sino, adems, para reexionarsobre los mismos, sacando consecuencias y enseanzas que sin duda han de serlesextremadamente tiles a los historiadores de maana. Para ellos dejamos sentado enestas pginas este principio que la fundacin de la CNT marca el comienzo lgidode la Revolucin Espaola y que en su seno se agrupan los hombres que han sen-tido, sienten y sentirn profundamente la Espaa del porvenir. La CNT no es solouna sindical proletaria, sino adems, la sntesis y el compendio de todo el conceptode Civilizacin Ibrica que en el fondo es una civilizacin de tipo libertario. No

    es extrao pues, que llegada la hora del renacimiento de un pueblo, que como elIbrico est llamado a jugar un papel preponderante en el mundo en formacin loms vigoroso y lo ms sano del pueblo espaol se agrupe alrededor de una organi-zacin que encarna cunto hay de ms puro en su psicologa racial. Juzgar a la CNTexclusivamente como un organismo de tipo social es condenarse a no entenderla.De aqu que no tenga paridad entre las dems organizaciones sociales del mundo,salvo Amrica del Sur, pueblos nacidos y formados en la Civilizacin Ibrica. Es

    posible, sin que de ello se haya hablado jams, que existan dos Espaas, la vieja ala que pertenecen todos los sectores polticos y sociales que durante el periodo mo-

    nrquico y republicano se unieron para extirpar a los anarco-sindicalistas, y la CNTque representa la nueva Espaa donde se agrupan todos aquellos que, en germen,sienten los ideales de la Espaa futura.

    nicamente as, se explica el entusiasmo y la furia con que desde que su fun-dacin ha distinguido la accin de la militancia de la CNT y el encono con que lehan combatido monrquicos, republicanos y polticos de tipo social, representantesde cuanto haba de ms tpicamente decadente en la vieja y caduca Espaa. Quizeste fenmeno que nosotros sealamos por primera vez en estas pginas, y que no

    ocultamos, ha de producir los ms diversos comentarios, sea algn da reconocidopor los futuros historiadores a cuyo juicio entregamos estas observaciones nuestras,aunque nosotros, de antemano armemos que en nuestra opinin estamos ms queconvencidos, de no ser as, cmo es posible que en las las de la CNT se hayan

    podido reunir valores morales y tnicos tan formidables como los que representanAscaso y Durruti? Estas dos guras cumbre del anarco-sindicalismo son una mani-festacin del renacimiento de una raza, de un pueblo. De estas guras estn llenaslas las del anarco-sindicalismo. Muchos de ellos han sido hroes annimos cadosen la lucha clandestina, prestando servicios annimos que han hecho olvidar sus

    nombres. El anonimato es lo que ms place al sindicalista de pura cepa. Algn dasi es posible, se escribirn pginas de una gran emocin en las que se podr apreciarel valor, la ternura y la abnegacin derrochadas en silencio, por hroes annimossacricndose en aras del bien comn.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    21/36

    LA C.N.T. Y LA REVOLUCIN DE JULIO 21

    Solo en los momentos en que un pueblo va a erguirse para realizar en bien dela humanidad una gran gesta se dan casos parecidos en la historia.

    La Revolucin Espaola que representa la CNT, aun aceptando cuantas incohe-

    rencias pueda presentar, signica para la humanidad un paso decisivo en su progre-so y evolucin. De aqu el volumen que los acontecimientos que se han desarrolladoen la Pennsula Ibrica en estos veinte ltimos aos, hayan adquirido extraordinariamagnitud hasta llegar a convertirse en un problema de tipo universal25. Si la Re-volucin Espaola pesa hoy en el terreno espiritual, mucho ms que pes jams larevolucin rusa en el terreno material y tcnico, es porque los pueblos presientenque en estos momentos de opresin y tirana que amenaza conducir al mundo a la

    barbarie, la hoguera espiritual y mstica que inama a la Pennsula Ibrica es una re-serva segura que alumbrar el camino de los hombres en los momentos de tinieblas.

    De nuevo los Quijotes ibricos, lanza en ristre, salen por el mundo a deshacerentuertos y a luchar por la Justicia. La lucha heroica del proletariado espaol al-zndose contra el general Franco y sus cmplices apoyados por las fuerzas negrasque intentan llevar al mundo hacia la esclavitud, ha sido una nueva batalla dada enel vacio contra molinos de viento, pero su derrota, como una gesta, no ha sido

    perdida. El mundo se ha llenado de admiracin ante la actitud digna y generosa delos obreros espaoles idealistas y soadores viviendo quiz fuera de la realidad. Sinembargo Espaa no pesara hoy en el mundo como valor moral de haberse resigna-

    do a aceptar sin protesta a la dictadura fascista. Franco y sus cmplices internacio-nales tuvieron que habrselas con la resistencia del pueblo ibrico que ha escritouna pgina brillante en la historia enseando a los pueblos todo lo que puede el idealy el espritu puesto al servicio de la libertad.

    En plena guerra civil

    A partir de las elecciones de febrero que llevaron al poder al Frente Popular,el pronunciamiento militar que desde la cada de la Monarqua amenazaba la vidade la Repblica, entra en la fase de los preparativos activos. Agrava la situacin laexistencia en Espaa de una organizacin de espionaje muy extensa organizada porlos alemanes e italianos. Hitler y Mussolini haban decidido intervenir en Espaaapoyando a los militares para derrocar a la Repblica e instaurar un rgimen defuerza de tipo fascista. Son bien conocidos los trabajos efectuados por el fascismoitalo-alemn para derrocar a la Repblica. Cuanto haba de suceder lo conoca el

    pueblo espaol que no cesaba de llamar la atencin primero al Gobierno de Azaay ms tarde al de Casares Quiroga. Aqu puede aplicarse con exactitud la famosafrase todo el mundo lo saba, todo el mundo menos l. La polica ocial no realiz

    25 Cuando el autor habla de los ltimos aos hay que recordar que este nmero se escri-

    bi, previsiblemente, a principio de los aos 40, por lo que se est reriendo al periodo 1920-1939.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    22/36

    CNOVAS CERVANTES22

    la menor detencin ni investigacin en contra de los conjurados. Casares Quiroga,jndose en las informaciones que le proporcionaba el presidente de la RepblicaSr Azaa, que se preciaba de conocer la actitud y el pensamiento de los militares,tomaba a broma cuantas advertencias se le hacan sobre el particular. Por aquellos

    das Casares Quiroga preparaba una nueva disolucin de la CNT.

    En los meses que transcurren desde febrero a julio de 1936, los espas ita-lo-alemanes, actuando de agentes provocadores realizan los atentados ms inicuosen toda Espaa. Todos ellos eran atribuidos a los rojos. El pretexto para disolverla CNT que toma Casares Quiroga fue el de la huelga de la Construccin que estaorganizacin sostena en Madrid. Y, caso curioso, poco despus los dirigentes delanarco-sindicalismo en huelga, al estallar la insurreccin militar pasaron desde lacrcel a defender las instituciones en nombre de las cuales haban sido detenidos.

    En Barcelona el absurdo alcanz mayores proporciones todava. Durante los dasanteriores a la sublevacin, dirigentes destacados de la CNT mantuvieron un estre-cho contacto con la Generalidad de Catalua. Insistentemente pedan al presidenteCompanys que se organizara la resistencia contra los militares que se preparaban ala sublevacin. No slo no se hizo caso sino que la polica se incaut de las pocasarmas de las que dispona la CNT. Se insisti cerca del Presidente anuncindole quela sublevacin era cuestin de das, quiz de unas horas. Se le dijo que 30 40.000aliados a la CNT esperaban las armas para defender la libertad. Los sindicatoshervan de aliados y militantes que, ansiosos, pedan armas para derrotar a los

    facciosos. No pudo atendrseles porque se careca de armamento. El compaeroSantilln se entrevista con Companys al que pide que al menos facilite 1000 fusiles,con ellos se evitara a Catalua y Espaa torrentes de sangre, sin que ello implicase

    peligro alguno para el orden establecido. El Presidente no hizo el menor caso. Porel contrario, la noche del 18 de julio la polica de la Generalidad se incaut en el

    puerto de Barcelona de varias pequeas embarcaciones con armas que los militantesde la CNT haban recogido horas antes de la sublevacin, seguros de lo que habade suceder. Hasta la madrugada del 19, el gobierno de la Generalidad no abri losojos a la realidad. Las tropas al mando de la ocialidad sublevada salen de los cuar-

    teles. Fue entonces cuando, medrosos y asustados, los consejeros de la Generalidadentregaron unas pocas armas. A la rebelda se oponen las masas revolucionarias dela CNT. Fue un cuerpo a cuerpo magnico y nico. El general Goded haba llegado

    procedente de Mallorca y tom el mando de la Regin Militar de Catalua. Ascaso,Durruti y Garca Oliver, apoyados por todos los militantes, organizan la defensay el ataque contra el ejrcito sublevado. A las pocas horas, la insurreccin estabavencida y el general Goded, prisionero, hablaba a los insurrectos por radio desdeel despacho del Presidente de la Generalidad dando por fracasada la insurreccin.

    Los militares sublevados haban sido vencidos en toda la lnea. En los lugares dondese peleaba ms encarnizadamente acudieron prestos Durruti y Ascaso. En la brecha deSan Pablo y en el Paralelo, en la ronda de San Pablo y en el Mercado de San Antonio,la lucha alcanza proporciones trgicas, as como en la Plaza de Catalua, donde el Hotel

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    23/36

    LA C.N.T. Y LA REVOLUCIN DE JULIO 23

    Coln, crculo militar, la Telefnica y los hoteles y los edicios de la Plaza de Espaase convirtieron en fuertes donde se defendan con ahnco los facciosos. De todos ellosfueron desalojados. Cayeron prisioneros sus ocupantes. Las guras de Durruti y Ascasose silueteaban en todos los lugares de peligro al frente del pueblo. A la cada de la tarde

    los principales reductos donde se defendan los militares haba cado en manos de losmilitantes de la CNT.

    La toma de Atarazanas.- Muerte de AscasoQuedaban nicamente por ocupar la fortaleza de Atarazanas. Tras una tarde

    de fuego, en que ambos contendientes disparaban con furia, los obreros rodearonel edicio. Llega la noche, desde las trincheras, fabricadas con vertiginosa rapidez,

    se vigila la fortaleza. Al da siguiente, el ataque se hace contra el cuartel y la luchaalcanza supremos grados de sangrienta violencia. Caen muchos y muy buenos mili-tantes de la CNT. El cerco de Atarazanas se hace cada vez ms estrecho. FranciscoAscaso, seguido de un grupo de militantes de la CNT acude a la puerta de SantaMadrona dispuesto a contribuir al asalto del ltimo reducto de los facciosos. En unode los ltimos asaltos Francisco Ascaso es herido mortalmente. El grupo de hombresque lo acompaan recogen su cadver. Durruti, ante la muerte de su inseparablecompaero de lucha, en medio de un dolor profundo, promete vengarle. La desapa-ricin de Ascaso signica para Durruti la muerte de un ser querido, de un hermano.Es la muerte de su entraable compaero cuyos nombres, durante muchos aos se

    pronunciaran juntos como los de Sacco-Vanzetti. Con vrtigo, corriendo a derecha ya izquierda comenz a reunir a sus camaradas llamando a cada uno de ellos por susnombres, con voz rme y velada por la emocin.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    24/36

    CNOVAS CERVANTES24

    -No quiero que vengan conmigo ms que mis compaeros de la CNT y de laFAI, gritaba Durruti. Tenemos que acabar rpidamente con la resistencia de los fas-cistas. Que me acompaen nada ms compaeros de la CNT y de la FAI, volvi ainsistir.

    Los compaeros de Durruti se miran atnitos. Evidentemente ninguno de ellosse negaba a seguir a Durruti; pero, sin embargo, se le hace ver que es una temeridadmarchar a pecho descubierto ante un enemigo tan bien atrincherado. Alguien intentahacer desistir a Durruti de su temeridad pero Durruti insiste con tal energa, quetodos terminan por seguirle entusiasmados. Se reanuda el ataque, nalmente la for-taleza se rinde. Los soldados en mangas de camisa salen a la calle. En el cuerpo deguardia Durruti encuentra los cadveres de la ocialidad, suicidados unos, fusilados

    por la tropa otros.

    En las calles de Barcelona y en las carreteras y pueblos de Catalua, en losvehculos de trnsito y en las paredes de los edicios slo se vean dos grupos deletras CNT-FAI. El pueblo pintaba sobre los muros el anagrama glorioso como lau-reles de victoria. Por doquier otaba la bandera roji-negra; en todas partes el ordenera sostenido por los milicianos de la CNT. La jornada se haba caracterizado porla espontaneidad y herosmo individual y colectivo triunfando sobre la inercia de lafuerza pblica republicana, vacilante e impotente como reejo de los gobernantes acuyas rdenes servan. El factor moral se mostr decisivo en el combate sostenido

    en la calle entre la reaccin y la libertad. Precisa reconocer que cuando unos hombresproceden con tanto entusiasmo guiados por un ideal que los lleva al triunfo es porquedentro de ellos existe una fuerza invencible, que es necesario examinar y tener muyen cuenta declarando que el anarco-sindicalismo espaol como fuerza renovadorade tipo nacional alcanza en la Pennsula Ibrica proporciones colosales. De aqu quenosotros sostengamos la teora de que, quirase o no, la CNT es la encarnacin vivade la Revolucin Espaola y que ella encarna todos los valores morales y espiritualesque impulsan la renovacin actual del pueblo espaol. Slo as pueden concebirse las

    jornadas proletarias del 19 de julio en Catalua y en el resto de la Pennsula.

    La C.N.T. en Madrid y provincias.En Madrid, el compaero Antona, Secretario General del C.N. de la C.N.T., en

    las primeras horas del 20 de julio, cuando los polticos republicanos se encontrabandesorientados e indecisos y no sabiendo qu hacer, por propia iniciativa ocup el

    micrfono de Radio Madrid y lanz a Espaa la siguiente proclama que puso en

    movimiento a todo el proletariado ibrico:

    Compaeros: estamos ante el dilema de morir como cobardes o de luchar como

    hombres. La posicin de la C.N.T. ha sido siempre, y especialmente en el curso de

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    25/36

    LA C.N.T. Y LA REVOLUCIN DE JULIO 25

    los ltimos acontecimientos, la de librar batalla sin cuartel al fascismo empuando

    las armas con el mximo coraje en plena calle.

    Poco despus de pronunciada esta vibrante arenga los ociales de todos los

    cuarteles de Madrid se sublevan, inicindose un fuerte tiroteo entre el pueblo y lastropas acuarteladas. El edicio del Comit Nacional se convierte en el cuartel de

    Estado Mayor de las fuerzas del pueblo, el telfono no cesa de sonar. De todas partes

    piden armas. Llegan los primeros milicianos armados de mosquetones; por la GranVa descienden hacia el Cuartel de la Montaa un numeroso grupo de milicianos

    que procedentes de Viclvaro se dirigen a cercar dicho cuartel. Las gentes se lanzan

    sobre ellos abrazndoles, muchos lloran de jbilo.

    De pronto una multitud de compaeros cargados de fusiles y ametralladoras lle-

    gan al edicio del C.N. las hemos ganado con nuestros pechos, gritan locos de j -bilo, las traemos para la organizacin. En unos instantes las armas son repartidas.Los milicianos marchan en automviles requisados hacia los lugares de peligro. La

    noche anterior gran cantidad de delegados haban salido con rdenes determinantes

    para llevar a los Comits Regionales y Locales la consigna de lucha contra los su-

    blevados. Horas despus, con la cada del Cuartel de Montaa, la sublevacin militar

    fascista haba sido derrotada en Madrid, y en la capital de Espaa ,como en todas lasprovincias, la C.N.T. estaba en pie, dirigiendo la Revolucin que el pueblo, impul-

    sado por su ideal libertario, opona al fascismo internacional, comenzando la Guerra

    Civil, prlogo de la guerra mundial, entre fascistas y demcratas. Sin la existenciade la C.N.T. en Espaa, que recogi el reto y que contest al fascismo como mereca,

    su triunfo hubiese sido cosa fcil en la Pennsula Ibrica, y no se hubiese escrito la

    pgina de gloria que los espaoles pueden atribuirse de haber sido el primer puebloque midi sus armas e hizo morder el polvo al fascismo internacional.

    En Aragn, como en Catalua, la C.N.T. es el rbitro de la situacin. Las reali-

    zaciones posteriores llevadas a cabo en el curso de la Revolucin han dejado pruebas

    fehacientes de lo que el anarco-sindicalismo hubiese sido capaz de realizar en el te-

    rreno industrial y agrcola. La prctica demostr que el Comunismo Libertario agra-

    rio no es una entelequia sino algo ms arraigado en las costumbres del campesinadoibrico. El 23 de julio una fuerte columna de anarco-sindicalistas, al frente de la cual

    iba Durruti, desl por el Paseo de Gracia de Barcelona en direccin a Zaragoza.

    Difcilmente podrn olvidar los que presenciaron el espectculo aquellas escenas dedesbordante entusiasmo reejado en el pueblo cataln. Una interminable caravana de

    autocares, camiones y automviles de turismo van cargados de milicianos camino de

    Lrida. Atraviesan la ciudad y llegan a las proximidades de Zaragoza, teniendo lugarel primer encuentro entre militares fascistas y el pueblo. Durruti establece su cuartel

    general en Bujaraloz. Se establece el frente de Aragn. La Columna Durruti, inter-

    viene en la toma de Gelsa, Velilla, Pina de Ebro, Osera, Monegrillo, Farlete, Sitamoy Loporzano. Se paraliza la accin en el frente de Aragn porque el Gobierno Central

    y el de la Generalidad se niegan a dar armas y municiones a la Columna Durruti

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    26/36

    CNOVAS CERVANTES26

    que representa a la C.N.T. Sin esta traicin de los polticos catalanes y madrileos

    Zaragoza hubiese cado en pocas horas en poder de Durruti, cambiando totalmente lasuerte de la guerra ya que hubiese permitido un rpido avance hacia Navarra consi-

    guiendo la unin entre los ejrcitos de Vizcaya y Aragn.

    En Mlaga, que como Jan cae en manos de las milicias populares, la C.N.T. con-trola todo el movimiento. Lo mismo sucede en Guipzcoa. Gracias a la activa accinde los sindicalistas, San Sebastin se libra de caer en poder de los militares sublevados,manteniendo contacto con Bilbao. La gesta de la C.N.T. fue magnca. Preservada porsu apoliticismo y por la accin directa, libre del cloroformo poltico, parlamentario y

    burocrtico, propio de la poltica y del marxismo reformista; el sindicalismo espaol,al preservar al proletariado de la corrupcin de la poltica, se mostr en 1936 como lanica fuerza revolucionaria capaz de oponerse con xito a la contrarrevolucin fascista.

    Todo el poder a la C.N.T.El triunfo total de la C.N.T. en Catalua y el control en sus manos de todas las

    fuerzas mantenedoras del orden, plante al gobierno de la Generalidad un delicado pro-blema. Qu razn de ser tena un poder que no tena poder alguno y cuya accin, hastalos ltimos instantes, haba sido encaminada contra la C.N.T., que le haba salvado su

    propia existencia? La cuestin fue planteada por iniciativa del propio Presidente Com-panys al medioda del 20 de julio cuando, pasado el peligro y vencida totalmente lainsurreccin militar, los consejeros de la Generalidad recobraron un tanto la serenidad.

    De lo ocurrido, el compaero Garca Oliver nos ha dejado un concreto relato queilumina un periodo histrico de la C.N.T. y de la Revolucin Espaola muy digno detenerse en cuenta para juzgar los hechos posteriores, ya que la C.N.T. que pudo tener ensus manos el poder absoluto de Catalua y por lo tanto la direccin de la Revolucin,renunci a ello generosamente llamando a colaborar a elementos que despus haban

    de traicionarla. Los polticos no supieron ver ni agradecer aquel rasgo de generosidad.Pasado el peligro, de nuevo volvieron sus armas contra la C.N.T.

    El Presidente Companys, convencido de que despus del triunfo de la C.N.T.el poder del Gobierno de la Generalidad era una ccin, convoco a su despacho a losrepresentantes de la C.N.T. -F.A.I. para plantearles el caso y entregarles el poder omn-modo en Catalua: He aqu cmo se sucedieron los acontecimientos segn el relato deGarca Oliver: El jefe de Mozos de Escuadra sali a nuestro encuentro por la puerta

    principal de la Generalidad. Acabbamos de asistir a la toma de Atarazanas e bamostodos armados hasta los dientes; fusiles, ametralladoras y revlveres todava calientes

    por los disparos, negros de polvo u de humo. - Somos los representantes de la C.N.T. yde la F.A.I. que Companys ha convocado, le dijimos al Jefe de los Mozos de Escuadra.Estos que nos acompaan son nuestra escolta. Nos saluda afectuosamente sirvindonos

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    27/36

    LA C.N.T. Y LA REVOLUCIN DE JULIO 27

    de gua hasta el Patio de los Naranjos. La confusin ms pintoresca reinaba en todo elPalacio de la Generalidad, aunque en el rostro de todos aquellos catalanes, viejos y j-venes, mozos de escuadra, policas y jvenes de la Esquerra y del Estat Catal, resplan-deca la luz de un glorioso sueo abrigado durante siglos que no pudieron vivir hasta

    este da en que los hombres de la C.N.T.- F.A.I. en medio de un impresionante ruido dearmas, fueron a llevrselo delante del Presidente de la Generalidad.

    Companys nos recibi de pie, visiblemente emocionado. Nos estrech la manoy nos hubiese abrazado si la solemnidad del momento no se lo hubiese impedido. Las

    presentaciones fueron breves. Cada uno de nosotros tom asiento teniendo el fusil entrelas piernas.

    Ante todo -comenz diciendo Companys- debo deciros que la C.N.T. y la F.A.I.

    NO FUERON JAMS TRATADAS SEGN SU VERDADERA IMPORTANCIA.HABIS SIDO DURAMENTE PERSEGUIDOS; yo personalmente, con mucho dolor,pero obligado por las realidades polticas, yo que anteriormente he estado con vosotros,me he visto obligado a perseguiros. Pero la verdad es que, perseguidos duramente hastaanteayer, habis vencido a los militares y a los fascistas hoy. Yo no puedo, pues, sabien-do quien sois y como sois, emplear con vosotros otro lenguaje que el de una gran since-ridad, VOSOTROS HABIS VENCIDO Y POR LO TANTO TODO EL PODER OSPERTENECE EN CATALUA. Si no tenis necesidad de mi o si no me deseis comoPresidente de la Generalidad de Catalua decrmelo desde ahora, y me transformar en

    un soldado ms en la lucha contra el fascismo; si por el contrario, creis que este cargo,que yo no hubiese abandonado nada ms que muerto ante el fascismo triunfante, puedoseguir ocupndolo y con los hombres de mi partido, mi nombre y mi prestigio seros tilen esta lucha que ha terminado hoy en la ciudad, pero que todava ignoramos cundo ycmo se terminar en el resto de Espaa, podis contar conmigo y con mi voluntad dehombre poltico, que est convencido que a partir de hoy muere un pasado oprobiosoy que desea que Catalua marche a la cabeza de los pases ms avanzados en materiasocial.

    En este momento -aade Garca Oliver- Companys hablaba con una sinceridadevidente. Hombre dctil y ms que dctil, realista, viva profundamente la tragedia desu pueblo salvado de la esclavitud secular por el esfuerzo de los anarquistas, usando dellenguaje de las circunstancias y situndose a su altura, con un gesto nico de dignidady de comprensin, de los que carecan totalmente los hombres polticos espaoles. Ha-

    bamos sido llamados para escuchar, no podamos comprometernos a nada. Era nuestraOrganizacin la nica llamada a decidir. As se lo dijimos al Presidente.

    Companys nos dijo que en una sala contigua se encontraban reunidos los repre-sentantes de todos los sectores antifascistas de Catalua. Si en principio aceptbamos

    que nos reuniese a todos, nos hara una proposicin encaminada a formar en Cataluaun rgano capaz de dar unidad a la lucha revolucionaria hasta conseguir la victoria. Ennuestra calidad de observadores intermediarios, aceptamos. La reunin tuvo lugar y a

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    28/36

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    29/36

    LA C.N.T. Y LA REVOLUCIN DE JULIO 29

    de Companys iba encaminada nicamente a ganar tiempo y a obtener el sucienterespiro para que los republicanos histricos, regionalistas y centralistas, pudieran denuevo respirar a sus anchas y rehacerse de la derrota a que le haba llevado su propiaincapacidad.

    Aquella misma noche se celebr un pleno regional de la C.N.T. y con una gene-rosidad que los polticos no supieron medir, la Organizacin renunci a utilizar todoel poder que tena en sus manos en Catalua para compartirlo con los dems sectoresque se llamaban antifascistas y que despus de la victoria se reunieron deprisa ycorriendo para participar en el botn revolucionario. La proposicin de Companysfue aceptada. Este acuerdo, que haba de tener en el porvenir consecuencias muylamentables, llev a la C.N.T. a formar parte del Comit de Milicias, aceptndose,adems, la persistencia junto al C. de M., del Gobierno de la Generalidad, presidido

    por Companys, que sera representado en el nuevo organismo por un comisario-dele-gado, y el nombramiento por la Generalidad de un Comandante General que dirigiralas milicias y que con la cooperacin de un Estado Mayor habra de dirigir las futurasoperaciones.

    Seguros de su fuerza, generosos y conados, los hombres que entonces diriganlos destinos de la C.N.T. llegaron en su magnanimidad hasta el extremo de aceptarel quedarse en minora en los nuevos organismos que se formaban para administrar ydirigir una revolucin que la C.N.T. haba ganado y que slo ella poda administrar.

    Se dio entonces como disculpa, que por una vez el pez gordo no se comera al peque-o. Esta frase ingenua, convertida en realidad, fue el arma que los polticos utilizaronpara hacer la contra-revolucin, neutralizar a los hombres de la C.N.T. y dar al trastecon la Revolucin Espaola.

    Qu hubiese sucedido si la C.N.T., en lugar de escuchar el canto de sirena deCompanys, que no poda ofrecer nada en aquel momento puesto que el mximo poderen Catalua estaba en manos de las masas de la C.N.T., hubiese ella misma dirigi-do los destinos de la Revolucin, que sus hombres haban conquistado plenamente?Este es un problema sobre el cual se ha discutido mucho y se seguir discutiendo enel porvenir. No es fcil que los contradictores lleguen a un acuerdo. Pero lo que ssalta a la vista es que de haber dirigido la Revolucin con todas sus consecuencias,la Confederacin Nacional del Trabajo, con el entusiasmo, el valor, la generosidady el liberalismo que exhalan sus principios y sus hombres, la Revolucin espaolahubiese alcanzado una grandiosidad extraordinaria y su direccin nica en Cataluase hubiese fcilmente extendido a toda Espaa. Barridos los polticos y entregado elmximo poder al pueblo, disponiendo de los recursos materiales y econmicos quelos polticos utilizaron para rehacerse despus de la derrota, combatir a la C.N.T. yrealizar la contra-revolucin, el triunfo de la dictadura Franco-falangista, se hubiesesevitado. Si alguna concesin hubiese sido preciso hacer, la C.N.T. las hubiese hechoella misma, por ser espaola y generosa, pero sin claudicaciones ante los polticos nicolaboraciones que despus le fueron en extremos funestas.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    30/36

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    31/36

    LA C.N.T. Y LA REVOLUCIN DE JULIO 31

    de las armas, del oro, y de los recursos, todos, de la comunidad? El valor hombre noescasea en Espaa.

    Por el contrario, nuestro pas est pletrico de hombres y de energas. La parte t-

    nica es de primera calidad, Es la superioridad que Espaa presenta en estos momentosfrente a los dems pueblos. Los temperamentos como Ascaso y Durruti abundan pordoquier y la C.N.T. esta pletrica de ellos. Bastar que se le presente la oportunidad

    para que se maniesten.

    El gesto heroico del Madrid revolucionario. Muerte de Durruti

    El gesto heroico del dos de mayo de 1808 se repiti todava con mayores pro-porciones.

    El NO PASARN que el pueblo ibrico de tipo libertario lanz tantas vecesa travs de la histrica, es el smbolo de su coraje y de su amor a la libertad e inde-

    pendencia.

    Lstima que un pueblo as, que ha escrito en la Revolucin Espaola pginas tangloriosas de herosmo e inteligencia, no se le hubiese dejado seguir su propio instintoy desarrollar todo el mpetu y toda la creadora improvisacin de que es capaz. Laexplosin popular de 1936 no fue otra cosa que el estallido de unas inmensas ener-gas acumuladas en el pueblo espaol, mal dirigido por sus conductores. Para llevara Espaa la mxima grandeza hubiese bastado con que los dirigentes que tenan laresponsabilidad de conducirlo hubiesen interpretado sus deseos, inspirndose en laorientacin que marcaba la masa espaola en posesin de la mxima clarividencia.

    En 1936, despus del fracaso inmenso de los gobernantes republicanos, verdaderosresponsables de la sublevacin militar, Barcelona y Madrid dieron la nota y dijeronclaramente, por la actitud de las masas, lo que queran y cules eran los procedimientos

    para obtenerlo. En ambas ciudades, como en el resto de Espaa, el entusiasmo y lasfuerzas de choque las proporcion la C.N.T. El sentido libertario de la Espaa clsicase puso de maniesto una vez ms. Disciplina consentida por el mismo pueblo, accindirecta e mpetu violento para defender su dignidad. El NO PASARN madrileo esla sntesis del me da la gana y del no me da la gana espaol. Cuando un espaol dicequiero y quiere de verdad, pone toda las potencias de su cerebro y de su espritu paraconseguirlo. Cuando dice no me da la gana nadie es capaz de conducirlo.

    Para que los espaoles hagan cualquier cosa sobresaliente tienen que querer.Madrid quiso defenderse y se defendi. En su ayuda acudi Durruti despus de dejarorganizadas en Aragn las fuerzas de choque de la C.N.T. La formacin del gobiernoLargo Caballero y la participacin que en el mismo tomaron los representantes de la

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    32/36

    CNOVAS CERVANTES32

    C.N.T. ampliaba la unidad antifascista iniciada por el Presidente Companys en Bar-celona pocas horas despus de la toma de Atarazanas.

    La salida para Valencia del gobierno Largo Caballero, cuando las fuerzas fran-

    quistas comenzaban a sitiar la capital de Espaa, dejando a los defensores de Madriden una inquietante incertidumbre, daba al cerco de la ciudad carcteres trgicos. Fueronmomentos verdaderamente decisivos. La presencia de Durruti en las calles de Madrid alfrente de sus legiones de bravos cenetistas sirvi para levantar el espritu de los madri-leos y el NO PASARN se convierte en la consigna que lanza a la lucha a la ciudadheroica. Pero en Madrid se encuentran las mismas dicultades que en Barcelona. Du-rruti pide armas para los cenetistas y stas escasean; todo son promesas, pero los fusilesno llegan. Solo se le dan armas en los ltimos instantes cuando el enemigo invada laCasa de Campo.

    Durruti establece su cuartel general en un viejo palacio seorial de la calle deMiguel ngel. Los salones, lujosamente decorados, dieron albergue a las milicias con-federales; el contraste que se ofreca a simple vista era magnco. A los aristocrticosmoradores haban sucedido los hijos del pueblo, y rodeados de obras de arte, magncoscuadros de pintores clebres, entre los que destacaban El Greco, Ribera y Zurvarn, seagitaban los hombres que seguan en el frente. De pronto comenzaron a llegar cajas dearmas. Eran las primeras armas automticas que se reciban del extranjero.

    Quin las enviaba? No era el momento ms oportuno para investigarlo. Las fuer-zas del general Mola se acercaban al Manzanares y haba que detenerlas. Durruti lodiriga todo con su dinamismo y su agilidad nica. Rpidamente improvisa un EstadoMayor. Sobre una gran mesa empiezan a caer planos de la ciudad. Durruti, con el dedo,va sealando los puntos de defensa, las posiciones y la situacin del enemigo. Funcionasin cesar el telfono. Se dan rdenes apremiantes. Se envan fuerzas con direccin ala Casa de Campo, a la Moncloa, a la Puerta de Hierro, al Puente de los Franceses y ala Ciudad Universitaria. 7 de noviembre, estamos en el momento lgido de la batalla.Por todas partes se oye el estruendo de los caonazos y las rfagas de ametralladora.Aquella noche fue espantosamente trgica. La aviacin italo-alemana descargaba sus

    bombas sobre la ciudad. En la Puerta del Sol, en los alrededores del Museo del Pradoy en las calles ms cntricas como San Bernardo y Alcal los edicios se derrumban

    por la explosin de las bombas areas, la mayor parte de las cuales eran incendiarias.Durruti fue el supremo defensor de Madrid en aquel da decisivo en que, de maneradenitiva, el ejrcito del general Mola qued inmovilizado en los mismos arrabales deMadrid. Buenaventura Durruti haba gritado con toda su fuerza NO PASARN y no

    pasaron. Como el Sigfrido de la leyenda Wagneriana, muere despus de haber cumplidosu misin; clavando su espada y matando al dragn que personica el Mal; as Durruti,despus de ganar la batalla denitiva de Madrid y hacer morder el polvo a los represen-tantes del fascismo, cumplida su misin, el destino quiso que muriera, para as pasar alas altas regiones de la inmortalidad convirtindose en un smbolo en los destinos del

    pueblo espaol.

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    33/36

    LA C.N.T. Y LA REVOLUCIN DE JULIO 33

    Mucho se ha hablado de la forma que muri Durruti. Fue un atentado?, o por elcontrario, slo el destino intervino en aquella catstrofe. La verdad est por esclarecer.Como detalle de un alto inters histrico nos limitaremos nicamente a transcribir lanarracin que sobre el particular nos ha dejado el compaero Julio Graves, chfer del

    automvil que conduca a Durruti y a varios otros compaeros en aquellos trgicosinstantes:

    -La verdad no es ms que una y es sta: Nos fuimos despus de comer a recorrerel frente de la Ciudad Universitaria, acompaados del compaero Manzana. Subimoshasta la plaza de Cuatro Caminos. Desde all descendimos por la avenida de PabloIglesias, a toda velocidad. Cruzamos una colonia de hotelitos que hay al nal de estaavenida y nos dirigimos hacia la derecha. Las fuerzas de Durruti haban cambiado desitio, despus de las muchas bajas sufridas en la plaza de la Moncloa y en las tapias de la

    crcel Modelo. La tarde estaba llena de un sol otoal. Al llegar a una amplia carretera,vimos un grupo de milicianos que venan en direccin a nosotros. Durruti comprendique eran algunos muchachos que se iban del frente. Aqu el lugar estaba completamente

    batido. El Hospital Clnico, tomado aquellos das por los moros, dominaba todos aque-llos alrededores. Entonces Durruti me hizo parar el coche. As lo hice, en la esquina deuno de aquellos hotelitos, como medida de precaucin. Durruti descendi del automvily se dirigi hacia los milicianos que huan del frente. Les pregunt que a donde iban, y,como no supieron que contestar, ste les hostig para que se volviesen a sus puestos decombate, con su palabra recia y su verbo preciso.

    Una vez que los muchachos obedecieron a Durruti -continu dicindome el com-paero Graves- ste se vino hacia el coche. La lluvia de balas arreciaba ms cada vez.De la gigantesca mole colorada del Hospital Clnico, los moros y los guardias civilesdisparaban con mayor ahnco. A llegar a la puertezuela del vehculo, Durruti se desplo-m. Su pecho se hallaba traspasado. Manzano y yo descendimos presurosos del coche yle metimos dentro del mismo, sin prdida de tiempo. Di la vuelta al coche, maniobr dela manera ms rpida que pude, y me dirig hacia Madrid, en direccin del hospital delas milicias catalanas, en donde habamos estado haca poco. Y esto es todo.

    La contrarrevolucin en marchaTodos los sectores polticos, aun los ms avanzados se aliaron por propio instinto

    de conservacin para luchar contra la C.N.T. que personicaba la verdadera RevolucinEspaola. Los acontecimientos seguan la misma trayectoria durante la Guerra Civil,que en los perodos anteriores, a partir de 1917, en que se funda la Confederacin. Si ensus comienzos la C.N.T. tuvo que luchar con los polticos monrquicos, durante la Re-

    pblica el radio de accin se ampla. El lema de la C.N.T. pudiera ser Yo contra todos ytodos contra mi porque es lo cierto que despus de la Repblica, cuando estalla la Gue-rra Civil, no es solamente contra el ejrcito monrquico con quien tiene que enfrentarse,

  • 7/26/2019 Ejemplar de Pginas libres reeditado por CGT en el 80 aniversario de la Revolucin Libertaria de 1936

    34/36

    CNOVAS CERVANTES34

    sino con los dems sectores polticos usufructuadores de la Repblica que tuvieron porel ms rme sostn al ejrcito alfonsino y a la Guardia Civil. Todos estos sectores uni-dos en una curiosa amalgama representan la vieja Espaa. Para que el fenmeno tengatodava ms curiosos aspectos, encontramos al general Martnez Anido, enviado como

    Gobernador de Barcelona y al que se le asign el papel de verdugo de la Organizacin,Ministro del primer gobierno del general Franco. En la zona franquista gobiernan losmilitares representantes del viejo sistema; pero en la zona roja los polticos de estamisma mentalidad, con la etiqueta de republicanos, regionalistas o centralistas, una vezque el Presidente Companys consigui con su hbil maniobra arrancar de las manos delos militantes de la C.N.T. el fruto de la victoria, forman un fuerte bloque, y de nuevocomienza el ataque contra la Confederacin Nacional del Trabajo.

    nese ms tarde, a este bloque anti-cenetista el improvisado Partido Comunista.

    La incapacidad de los republicanos histricos abre las puertas de Espaa a Stalin. ElDictador sovitico necesitaba poner la mano sobre Espaa para utilizar la PennsulaIbrica como pieza de cambio en el tapete diplomtico internacional. Largo Caballerose opone a la toma de posesin del stalinismo sobre los destinos de la Repblica, eIndalecio Prieto acude al Presidente Azaa y con el pretexto de que sin la ayuda deRusia no se poda continuar la guerra, derroca al gobierno Largo Caballero, pone en sulugar a su amigo ntimo, Juan Negrn, y entrega la zona republicana a la voracidad delcomunismo staliniano. Aquella crisis decidi los destinos de la Repblica.

    Pero el bloque republicano-comunista tropezaba con un enemigo irreductible: laC.N.T. y como pretexto para acabar con ella, por medio de la violencia, se prepararonlos sucesos de mayo de 1937. Desarmar a la C.N.T. haba sido la mayor preocupacinde rusos y republicanos. Los hombres de la Generalidad cooperaron a esta obra de ma-nera muy directa. Poco antes se realiz una depuracin a fondo contra el Partido Obrerode Unicacin Marxista que diriga Andrs Nin, asesinado en Madrid por los agentessoviticos. En marzo un decreto de