eje cooperacion cultural - monica garcia 2010

17
EJE COOPERACIÓN CULTURAL Mónica García Fundamentos conceptuales de la cooperación cultural Definición y orígenes La cooperación internacional tiene su origen en los años 50’s en los países industrializados, como forma de propiciar el desarrollo social y económico de los países afectados por las guerras. En sus orígenes, se trató de una actividad desarrollada básicamente por individuos y organizaciones voluntarias, como grupos religiosos, instituciones educativas y fundaciones de carácter social. Su labor, basada en la transferencia de recursos, se desarrollaba fundamentalmente a través de los canales diplomáticos. Debido a su carácter asistencialista, no se establecían entonces contraprestaciones o relaciones de intercambio, sino que se trataba de una acción de tipo vertical o "norte-sur". Las actividades culturales patrocinadas por los gobiernos fueron, durante mucho tiempo, una especie de instrumento auxiliar en la conducción de las relaciones exteriores y apenas pocos países reconocían su importancia para el logro de los objetivos en el ámbito de la política exterior. Las agencias internacionales asumían la cooperación cultural a través de una visión de carácter “instrumentalista” en relación con las prioridades económicas y políticas marcadas por sus gobiernos en otros sectores. Su atención se basaba especialmente en la defensa y rescate el patrimonio cultural y en la difusión de actividades artísticas y la promoción de las letras. Con el tiempo, la cooperación cultural internacional ha ido asumiendo un nuevo papel, incorporando nuevos enfoques que intentan responder a los escenarios internacionales de la globalización, en los cuales se enmarca el desarrollo local, nacional y regional de los países. Esta reformulación tuvo su momento clave como resultado la Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales (MONDIACULT), celebrada en México en 1982, en la que se redefinieron los conceptos de cultura y políticas, y se resaltó la importancia de destinar un mayor porcentaje del PIB de los países al sector cultura:

Upload: nskla

Post on 27-Sep-2015

216 views

Category:

Documents


3 download

DESCRIPTION

jijhljj

TRANSCRIPT

EJE COOPERACIN CULTURAL

EJE COOPERACIN CULTURAL

Mnica Garca

Fundamentos conceptuales de la cooperacin cultural

Definicin y orgenes

La cooperacin internacional tiene su origen en los aos 50s en los pases industrializados, como forma de propiciar el desarrollo social y econmico de los pases afectados por las guerras. En sus orgenes, se trat de una actividad desarrollada bsicamente por individuos y organizaciones voluntarias, como grupos religiosos, instituciones educativas y fundaciones de carcter social.

Su labor, basada en la transferencia de recursos, se desarrollaba fundamentalmente a travs de los canales diplomticos. Debido a su carcter asistencialista, no se establecan entonces contraprestaciones o relaciones de intercambio, sino que se trataba de una accin de tipo vertical o "norte-sur".

Las actividades culturales patrocinadas por los gobiernos fueron, durante mucho tiempo, una especie de instrumento auxiliar en la conduccin de las relaciones exteriores y apenas pocos pases reconocan su importancia para el logro de los objetivos en el mbito de la poltica exterior. Las agencias internacionales asuman la cooperacin cultural a travs de una visin de carcter instrumentalista en relacin con las prioridades econmicas y polticas marcadas por sus gobiernos en otros sectores. Su atencin se basaba especialmente en la defensa y rescate el patrimonio cultural y en la difusin de actividades artsticas y la promocin de las letras.

Con el tiempo, la cooperacin cultural internacional ha ido asumiendo un nuevo papel, incorporando nuevos enfoques que intentan responder a los escenarios internacionales de la globalizacin, en los cuales se enmarca el desarrollo local, nacional y regional de los pases. Esta reformulacin tuvo su momento clave como resultado la Conferencia Mundial sobre Polticas Culturales (MONDIACULT), celebrada en Mxico en 1982, en la que se redefinieron los conceptos de cultura y polticas, y se resalt la importancia de destinar un mayor porcentaje del PIB de los pases al sector cultura:

La cultura puede considerarse como el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales, y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o un grupo social. Ella engloba, adems de las artes y las letras, los modos, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias.

A partir de este momento, la cooperacin cultural asume un nuevo concepto y una nueva modalidad, intentando actuar en forma transversal en otros sectores sociales. A este proceso se suman agentes e instituciones que han asumido de manera formal o informal la promocin y el fomento de la cultura mediante la labor de personas, actividades, proyectos, grupos, instituciones, asociaciones y redes. La cultura irrumpe as en la agenda global junto con otros temas centrales del orden econmico internacional, gua los discursos de este campo y va cobrando progresivamente un mayor protagonismo como eje de anlisis y tema de agenda.

Cooperacin, Cultura y Desarrollo

La cultura ha comenzado a redefinir paulatinamente en los ltimos tiempos, su papel frente al desarrollo y su importancia como factor de desarrollo y cohesin social y su relevancia en la cuestin de la diversidad cultural, la integracin de comunidades minoritarias, los procesos de igualdad de gnero y la problemtica de las comunidades urbanas y rurales marginadas.

Como seala Germn Rey Hemos pasado de una comprensin de la cultura como bellas artes o folclore a interacciones muy dinmicas entre cultura culta, culturas populares y culturas masivas, de la nocin mas romntica de cultura como cultivo del espritu a la mas moderna de imaginacin de la convivencia, de la concepcin de la cultura como texto que rene religiones, conocimientos, estticas, sensibilidades, a la cultura como vocabulario para leer esos textos, como redes de significados y documento pblico que merece ser descifrado (Clifford Geerts)

Los sectores polticos comienzan a percibir y reconocer que la cultura juega un papel mucho ms importante de lo que suponan y constatado que las decisiones polticas, las iniciativas econmicas y financieras y las reformas sociales, tienen muchas ms posibilidades de avanzar con xito si simultneamente se tiene en cuenta la perspectiva cultural para atender las aspiraciones e inquietudes de la sociedad.

Las aportaciones de la dimensin cultural al desarrollo, la lucha contra la pobreza y a favor de la solidaridad adquieren una gran importancia en la realidad contempornea y deben fomentarse mucho ms a partir de nuevos enfoques y acciones. Algo ha ocurrido, relata Alfons Martinell . en los ltimos aos cuando emerge la necesidad de profundizar en la cultura como factor de desarrollo, a ello ha contribuido los avances en la percepcin del valor del sector de los servicios y los intangibles como un elemento a considerar en una visin global del desarrollo, y mucho ms si analizamos la relacin profunda entre procesos creativos e innovacin y crecimiento econmico.

Es especialmente importante la contribucin de la cultura como factor de cohesin ante los procesos de profundizacin de desigualdades econmicas y de tensiones de convivencia social. En este sentido, las potencialidades de las actividades culturales como agentes de desarrollo tienen que aprovecharse en su doble funcin de generadoras de bienestar y de valor simblico de referencia. La vida cultural es un elemento imprescindible para la creacin del capital social en los procesos de desarrollo local.

La cooperacin internacional para el desarrollo considera, cada vez ms, a la Cultura como un mbito de carcter estratgico, en el que convergen sectores de primordial importancia en pases en desarrollo como el turismo, el sector audiovisual y el multimedia. Asimismo, la cultura aporta valor adicional a los sectores econmicos, a travs de la reconversin, regeneracin del tejido productivo y la generacin de empleos.

El fenmeno de la globalizacin, provoca que la necesidad de incorporar los aspectos culturales en las polticas de desarrollo sea an ms demandada en los espacios locales. Ello es particularmente destacable en las comunidades minoritarias de los pases iberoamericanos, lo que est provocando el inters en proteger las identidades culturales y promover el dilogo intercultural.

Para ello, la cooperacin cultural debe fomentar el desarrollo de polticas culturales que comprometan a los gobiernos a garantizar los derechos culturales y el derecho a participar en la vida pblica y desarrollarse a partir de estrategias culturales que se incorporen a todos los sectores econmicos y sociales de los pases.

La cooperacin cultural para el desarrollo es intrnsecamente de carcter transversal: sus diseos, desarrollos y efectos deben contar e implicar a varios sectores productivos. El carcter multidisciplinar de los proyectos de corte cultural que poseen una fuerte implicacin social, tanto en sus esfuerzos como en sus frutos, hace necesario trabajar en la sensibilizacin, formacin y capacidad de interlocucin para lograr un liderazgo de tipo ms profesional y una comprensin vinculada a la propia naturaleza del desarrollo (Renato Ortiz).

Estrategias de la cooperacin cultural

Modalidades y tendencias de la Cooperacin Cultural Internacional

La cultura ha mantenido un espacio de cooperacin en la mayor parte de las relaciones culturales de los pases iberoamericanos a lo largo de los aos, especialmente a partir de la promocin de las artes y las letras. En los ltimos tiempos, nuevas modalidades de cooperacin, ataen al desarrollo de programas culturales, que fomentan las relaciones comerciales y privilegian la difusin de la cultura de los pases desarrollados.

La cooperacin cultural multilateral habitualmente se ha realizado a travs de esquemas, programas y proyectos basados en lineamientos aceptados por un grupo de pases en foros en los que participan organismos internacionales de cooperacin. Generalmente, se trata de organismos intergubernamentales que definen estrategias y programas de cooperacin en materia cultural y que desarrollan sus actividades en base a principios asumidos por los Gobiernos representados.

A lo largo de este proceso, los organismos internacionales y programas de cooperacin cultural, han comenzado a fijar objetivos tendientes a una estrategia en la que confluyen distintas modalidades. En este nuevo esquema, existe una orientacin basada en procesos de cooperacin a largo plazo, interculturales y entre comunidades y grupos, as como hacia colaboraciones negociadas entre el Estado y la sociedad civil.

Entre los instrumentos destacan: 1) el impulso a programas de intercambio y partenariado internacional; 2) el apoyo a artistas y profesionales de la cultura en el exterior mediante programas de ayuda a la movilidad; 3) la organizacin y participacin en acciones culturales (ferias, festivales, exposiciones, etc.) de proyeccin internacional de culturas propias y ajenas; 4) la firma de convenios y acuerdos de cooperacin y, 5) el aprovechamiento de las mejores prcticas, mediante la organizacin de misiones, actividades de formacin y asistencias tcnicas.

La cooperacin cultural internacional se materializa fundamentalmente a travs de una doble va de accin. Por un lado, la ms tradicional, protagonizada por los agentes gubernamentales, y, por otro, una de desarrollo reciente, que se caracteriza por la participacin activa de la sociedad civil, l organizaciones no gubernamentales y sector privado que deja en cierto modo a las administraciones en un segundo plano, con funciones de apoyo y facilitacin a los actores privados.

El nuevo enfoque de la cooperacin cultural presta prioritariamente su atencin al fortalecimiento del sector cultural como factor de desarrollo y elemento de cohesin social. Asimismo, intenta desarrollar iniciativas que propicien la equidad y la disminucin de las brechas socioculturales al interior de los pases y entre pases y regiones.

Organismos internacionales, instituciones y otras agencias y actores vinculados a la cooperacin, paulatinamente comienzan a reenfocar las agendas nacionales, involucrando nuevos agentes sociales y ubicando progresivamente la cultura en las polticas y programas de cooperacin internacional de forma transversal e intersectorial.

La Cultura en las agendas internacionales de cooperacin

Con la irrupcin del proceso de globalizacin, se comienza a hacer ms consciente de la necesidad de vincularse a plataformas internacionales en las que se toman decisiones acerca del comercio internacional, la circulacin mundial de sus bienes y servicios culturales, el intercambio artstico o el desarrollo de las industrias culturales o creativas.

En estos foros se generan acuerdos internacionales, regionales o interregionales y se toman decisiones que afectan directamente a las economas y culturas de sus pueblos. En este contexto, el multilateralismo se comporta como un factor de legitimidad y un canal de viabilidad para entender y facilitar el funcionamiento del sistema internacional, mientras que, la cultura se transforma en eje central para comprender el funcionamiento de las relaciones internacionales (Manuel Montobio).

Se refuerza as la idea de la importancia de la cooperacin internacional cultural como apoyo a la creacin y fortalecimiento de las polticas culturales vinculadas a los objetivos del desarrollo, fundamentalmente a la erradicacin de la pobreza y a la promocin del desarrollo social y cultural de sus pueblos.

Como expresa Lucina Jimnez La cooperacin cultural internacional est estrechamente ligada a la posibilidad de las naciones de reenfocar las agendas nacionales, involucrar a nuevos agentes sociales y poner la cultura en el centro de nuevas polticas de carcter transversal intersectorial y de carcter prospectivo, haciendo nfasis en los retos que el mundo global plantea a nuestras naciones para fomentar la calidad de vida, la democracia, la equidad y el equilibrio en el planeta.

Actualmente, los mltiples temas de las agendas de los pases en materia de cooperacin cultural giran en torno a la movilidad y circulacin de bienes y servicios culturales, el fortalecimiento de la identidad cultural, proteccin de la diversidad y de las lenguas minoritarias, el fortalecimiento de los proyectos artsticos y culturales, la promocin e intercambio de profesionales, el desarrollo de ideas y proyectos culturales, el apoyo a las Artes, intercambio de artistas, la promocin del dilogo intercultural, el desarrollo de industrias culturales, la puesta en marcha de proyectos y microemprendimientos creativos, la educacin, la integracin y la cohesin social.

Es necesario, como refiere Luis Porta, que los responsables de programas internacionales en materia cultural se cuestionen, la cooperacin internacional o una alusin a sus mltiples problemas. Partir de un anlisis crtico del modelo tradicional de cooperacin, hecho conjuntamente por los pases del Sur y del Norte, es una prioridad y una condicin para lograr los objetivos.

Los encuentros internacionales sobre cooperacin cultural insisten en recomendar llevar a cabo polticas culturales que promuevan el apoyo de las expresiones artsticas, el desarrollo de la infraestructura que permita difundir las propias culturas y la de los otros, y apoyar la generacin de actividades econmicamente rentables desde el sector cultural. Los documentos de referencia y declaraciones que firman los representantes gubernamentales, enuncian permanentemente la necesidad de enfocar la cooperacin cultural hacia el fortalecimiento de las instituciones culturales, la investigacin, el rescate y la conservacin del patrimonio, en la promocin de actividades artsticas y en el desarrollo de las industrias culturales.

En este sentido se destaca, como cita Jess Prieto de Pedro, la necesidad de una revisin del concepto de cooperacin, a la luz del valor de la solidaridad, que ha de orientarse hacia un desarrollo sostenible y hacia la reduccin de la pobreza tomando asimismo en cuenta la diversidad cultural como un factor de creatividad y de reconocimiento de los pueblos, tal y como demandan la Convencin de la UNESCO sobre la Proteccin y Promocin de la Diversidad de las Expresiones Culturales (2005) y la Carta Cultural Iberoamericana (2006).

Las Cumbres y las Conferencias Iberoamericanas de Ministros de Cultura

Las Conferencias Iberoamericanas de Ministros de Cultura son eventos que se celebran anualmente, con antelacin a las Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno, y que, adems de acordar compromisos en materia cultural, muchos de ellos son incorporados posteriormente a las Declaraciones de las Cumbres con el fin de promover programas culturales y educativos respaldados por las mismas, y contribuir as a un espacio privilegiado de concertacin poltica;

Este espacio se ha venido reforzndose a lo largo del ltimo decenio y adquiere especial importancia estratgica en el marco de la reciente creacin en el ao 2005 de la Secretara General Iberoamericana (SEGIB), rgano competente en esta materia.

Programas de cooperacin cultural en organismos internacionales

La cooperacin en el marco de los organismos internacionales, se distingue dependiendo de los actores que canalizan la transferencia y ejecucin de los fondos:

Modalidad bilateral: Se trata de una negociacin acordada entre dos pases que se desarrolla a travs de Convenios Bsicos de Cooperacin Tcnica, que constituyen el marco general que regula las condiciones de la colaboracin, determina los objetivos y las reas de atencin, las condiciones, los alcances y las formas de otorgamiento, financiamiento y recepcin de dicha cooperacin. En sus inicios, la cooperacin bilateral inicios se realizaba bajo un esquema de trminos econmicos desde un pas poderoso a uno ms dbil. Sin embargo, paulatinamente su prctica se ha ampliado y actualmente abarca tanto a la cooperacin entre pases desarrollados, como entre pases en vas de desarrollo.

Modalidad Multilateral: Es la cooperacin oficial que brindan los organismos o instituciones internacionales a los gobiernos, particularmente las Naciones Unidas y sus organismos especializados, como la UNESCO. En esta modalidad participan varios pases con intereses determinados de carcter poltico, regional o sectorial. Abarca reas de carcter general y requiere consenso de intereses y polticas y el acuerdo de los mecanismos a desarrollar dado el variado contexto de legislaciones existentes. Frecuentemente este tipo de cooperacin se realiza a partir de relaciones pre-existentes y un acuerdo previo de objetivos, fondos de financiacin y calendario de trabajo. Los organismos multilaterales otorgan o ejecutan cooperacin con sus propios recursos o con fondos entregados por los pases miembros para programas concretos.

Cooperacin Descentralizada: Se trata de un tipo de cooperacin de reciente definicin que desarrollan las administraciones regionales y locales pblicas como corporaciones locales, municipios, diputaciones, gobiernos locales, etc., a travs de una relacin directa con los actores que trabajan en el campo local de los pases receptores. Su desarrollo viene dado en el contexto del fortalecimiento de las ciudades y regiones como actores de las relaciones internacionales. Algunas definiciones del trmino, incluyen dentro de la cooperacin descentralizada a las transferencias de recursos que realizan las ONGS, instituciones, fundaciones, empresas y universidades.

Cooperacin No Gubernamental: Es la cooperacin que se realiza a travs de la transferencia de recursos otorgados por organizaciones no gubernamentales y entidades sociales. Las fuentes de financiacin de las organizaciones que otorgan los recursos pueden ser a travs de cuotas, donaciones o venta de servicios o a travs del acceso a subvenciones pblicas.

Cooperacin empresarial: Se trata de la cooperacin de carcter privado que se realiza entre empresas de distintos pases. En un inicio, suelen ser los gobiernos los que realizan acciones de acercamiento binacional cuando realizan visitas y misiones comerciales. Los acuerdos, al ser privados, no se enmarcan en los programas oficiales de cooperacin tcnica bilateral o multilateral.

Tipos de cooperacin

De acuerdo a la situacin geopoltica de los pases, la cooperacin cultural internacional puede adems ser de tipo vertical, horizontal o triangular:

Cooperacin vertical: Es la cooperacin bilateral que implica una transferencia desde un organismo o institucin donante. La ayuda puede ser reembolsable o no y generalmente se genera desde pases desarrollados hacia pases en vas de desarrollo. Se le denomina habitualmente cooperacin norte-sur.

Cooperacin horizontal: Se refiere a la cooperacin que se realiza entre pases con un grado similar de desarrollo, principalmente entre pases en va de desarrollo. Se le suele denominar habitualmente Sur Sur y cobra cada vez ms importancia en los ltimos aos.

Cooperacin triangular: Constituye una nueva modalidad de cooperacin internacional que se refiere a la asociacin de una fuente bilateral o multilateral con un pas de mediano desarrollo. sta alianza disea y desarrolla conjuntamente programas de cooperacin en beneficio de una tercera nacin en va de desarrollo. Este tipo de cooperacin es frecuentemente en Amrica Latina.

Redes y agentes de la cooperacin cultural

El acceso a las nuevas formas de comunicacin y tecnologas de la informacin ha propiciado la aparicin de redes de intercambio y nuevas formas de participacin de la sociedad civil.

Ello ha contribuido rpidamente a generar espacios de intenso y abundante intercambio de experiencias, de especializacin de contenidos y de flujo, retroalimentacin e intercambio de las relaciones institucionales y profesionales, que conforman un panorama de complejo y de rico desafos. Se trata de hecho de redes de cooperacin cultural que encarnan un protagonismo creciente en un espacio de territorialidad que ha ido ms all de las dimensiones y esquemas tradicionales.

Un nuevo tiempo y una nueva dimensin ubicados en una red de dinmicas transnacionales y de lgicas locales que provocan unas relaciones con un potencial y margen de actuacin que permite cruzar fronteras. Fronteras institucionales, fronteras geogrficas y polticas. Dan autonoma y vigor a las relaciones y provocan al tiempo un orden no establecido. Un orden y un desorden no fijado, no estipulado. Un desorden creativo e intenso.

Mucho se habla de la eficacia de las redes y de su vitalidad como modelo de trabajo. La respuesta la otorga el mantenimiento y vitalidad de muchas de las primeras redes creadas que han tenido capacidad suficiente para anticiparse y adaptarse de manera profesional a los cambios producidos en las instituciones, a la adecuada utilizacin de las nuevas tecnologas, y a demostrar que ms que mantener aislados en territorios distantes, las redes, provocan y animan la necesidad de los contactos personales y profesionales.

Se vislumbra una nueva concepcin de la cooperacin cultural ms prxima a un pblico ms amplio, configurado por las organizaciones no gubernamentales, los individuos, la sociedad civil, etc. Las nuevas relaciones internacionales que nos impulsa a pensar ms all de la territorialidad, invitan tambin a ubicarnos en un nuevo plano de observacin y actuacin, ms responsable, ms activo y ms profesional.

Redes culturales

Cuando las teoras de la sociedad-red y la comunicacin cultural irrumpieron en el panorama intelectual de final de siglo XX, los sectores culturales ya haban optado por esa va un par de dcadas antes.

La aparicin de las redes culturales a escala internacional respondi originalmente a la necesidad de completar el trabajo que realizaban tanto en sus acciones bilaterales como en sus intervenciones en organismos multilaterales. En pases con menor desarrollo institucional en materia cultural, las redes precedieron la propia creacin de los aparatos culturales en las burocracias oficiales (Raymond Weber). Primero fueron las redes de produccin o distribucin comercial de libros y fonografa, ms tarde se incorporaron los circuitos comerciales de msica y teatro cuya extensin abarc prcticamente todo el espacio iberoamericano, apartando as los escenarios diplomticos.

La tradicional fragilidad de los sectores culturales y artsticos, provoc desde principios de los aos 80, el desarrollo de un entramado de articulaciones de afinidades alrededor de proyectos culturales con base en estructuras de corte informal. Raymond Weber realiza una clasificacin de las redes culturales a partir de una serie de grandes principios, aqu resumidos:

Los proyectos que se desarrollan estn vinculados a la produccin o la difusin cultural, en contacto directo con creadores, agentes y pblicos.

Los participantes tienen derecho a pertenecer a ella mientras mantengan una actividad de colaboracin con otros miembros.

Las redes para funcionar organizadamente, deben dotarse de la mnima expresin burocrtica posible para garantizar la circulacin de informacin y el mximo aprovechamiento del trabajo colaborativo y de su ordenacin sistemtica.

La facilidad con la que las ideas innovadoras han viajado por el mundo occidental a partir del desarrollo de las nuevas tecnologas y del acceso a internet, no han hecho ms que dar la oportunidad a algo que estaba ya en la mente y en el espritu de las personas que trabajan en cultura.

Todos los elementos que tradicionalmente han configurado la universalidad del arte y de la ciencia se unieron ante la necesidad de estructuras civiles, abiertas y eficaces para garantizar la circulacin de la creatividad, de sus autores, agentes y productos. En este sentido, hay que alertar que las redes no son ajenas a los procesos de concentracin de poder y de marginacin social, incluyendo a los programas internacionales. Como seala Sylvie Durn la validacin o primaca de unos sujetos y de unas expresiones sobre otras es lo que ha caracterizado el proceder institucional, incluyendo a la cooperacin. Esto ha contribuido al empoderamiento de unos y al empobrecimiento y marginacin de otros actores sociales con sus correspondientes expresiones y conocimiento, sus formas de trabajo y asociacin.

A los circuitos culturales oficiales, se aadi as el trabajo de una nueva generacin de redes que tienen como objetivo: crear circuitos independientes de cooperacin cultural internacional; constituir un espacio especfico de proyectos culturales, artsticos y patrimoniales, diferenciado del sector pblico y mercantil y fijar unas prcticas de organizacin y comunicacin en la cooperacin cultural.

Paulatinamente, las redes autogestionadas conforman un espacio de especial inters y valor para el trabajo de los organismos intergubernamentales vinculados al mundo cultural. Se trata, segn Alfons Martinell de una nueva forma de diplomacia transversal, autnoma y libre, una nueva concepcin del ciudadano internacional al margen de las estructuras del poder o las lites econmicas que actan paralela y/o alternativamente a ciertas polticas culturales oficiales con una gran autonoma y eficacia.

Las redes culturales y artsticas gozan de un estatuto reconocido y en muchos aspectos se han convertido en un autntico foro de debate para el desarrollo intelectual y tcnico de la cooperacin cultural.

La cooperacin internacional debe favorecer creacin de redes de ciudades, de artistas, de investigadores, de corredores culturales y de circuitos de desarrollo de proyectos culturales. Para ello es necesario impulsar la multiplicacin de espacios de confluencia que otorguen cauce y proporcionen espacios para el desarrollo de la creatividad, a la produccin artstica y al desarrollo de nuevos pblicos, de nuevos vnculos entre cultura y sociedad.

Las redes han ido paulatinamente potenciando el desarrollo de programas que impulsan la investigacin a escala internacional, propiciando el intercambio y la sistematizacin de iniciativas y buenas prcticas de gestin cultural. La utilidad de las redes culturales, segn R. Weber supone la creacin de alianzas para la elaboracin de proyectos comunes; la ampliacin de la comunicacin e intercambio de experiencias; la mejora de los circuitos de informacin y circulacin de recursos, proyectos y materiales culturales; el incremento de la participacin de la sociedad civil y el desarrollo de un nuevo espacio de interlocucin con organismos nacionales e internacionales.

Constituyen, en definitiva, espacios fundamentales para acercar el trabajo de los profesionales y mbitos adecuados para la profesionalizacin del sector y formacin en polticas culturales y en gestin cultural. En ese sentido, Eduard Miralles, expresa: El inters de potenciar la articulacin de las redes culturales y locales existentes, creando mejores condiciones de dilogo.., como estrategia central para el fortalecimiento de la cooperacin cultural descentralizada.

La formacin de redes tiene que ver con la colaboracin entre personas de mbitos y niveles diversos y en el que creadores, productores, mediadores y consumidores pueden pertenecer a culturas distintas pero participar en un proyecto comn en espacios geogrficamente alejados. Ello es particularmente interesante en el espacio iberoamericano cuyos ms de 500 millones de habitantes comparten el acceso a materias primas de gran parte de la produccin artstica e intereses y preocupaciones en torno al el patrimonio cultural.

Como seala George Ydice: Las redes, aportan un minucioso trabajo de articulacin del cual no son capaces las instituciones modernas. Entran, adems, en espacios a donde no llegan las instituciones. Las polticas culturales, pues, deben desarrollar estrategias para fomentar la creacin de redes, sin intentar controlar su trabajo. Ms que catalizadores de redes, las secretaras y otras instituciones culturales podran dar asesora, apoyo, etc. De esa manera se permitira que el protagonismo de la accin cultural provenga de la sociedad civil misma.

La aplicacin de las nuevas tecnologas y la incorporacin de los medios electrnicos en las comunicaciones institucionales, han provocado un efecto ambivalente sobre el trabajo de las personas del mbito cultural. Por una parte, la accesibilidad y la facilidad de comunicacin internacional, ha mejorado e incrementado enormemente el desarrollo del trabajo conjunto a partir de la eficacia del contacto prctico entre los miembros de las redes, por otra la inmediatez est generando una merma en la calidad y sostenibilidad de las acciones.

Cooperacin cultural y participacin ciudadana

Las relaciones culturales internacionales implican, cada vez ms, a un mayor nmero de actores y sectores; personas que se unen para producir, difundir, intercambiar, o simplemente compartir o contrastar sus propuestas, proyectos y ambiciones profesionales en el mbito cultural. La presencia de la participacin del sector civil en el plano cultural ha ido transformndose a lo largo de los aos y asumiendo paulatinamente mayores responsabilidades ocupando los espacios que antes asuman las administraciones pblicas. La participacin requiere del establecimiento de vas para la comunicacin y para la implicacin responsable y vinculante en la toma de decisiones.

Comunidades organizadas y desorganizadas pasan a representar a grupos e con intereses culturales, comunidades lingsticos, minoras tnicas, ncleos y emprendimientos con aspiraciones en el mbito de la cultura, que no tienen especial atencin por cuestiones polticas y no confan en que sus gobiernos locales les apoyen especialmente ni tcnica ni financiera.

Ello ha provocado un proceso de reorganizacin informal de estos grupos y la irrupcin de perfiles de agentes culturales denominados emergentes que realizan una tarea de intermediacin que algunos denominan lobby ante las culturas oficiales o mayoritarias a la vez que se constituyen en filtros de interpretacin de las dinmicas culturales locales. El territorio local cobra fuerza, sentido y es el lugar en el que la labor se hace visible, reconocida, apreciada.

Los agentes culturales

La participacin cultural no es un hecho sino un proceso; un fin en s misma y por ello cuanto mayor sea el nmero de actores afectados, ello debera producir una mejor y ms slida elaboracin de consensos sociales.

Los agentes culturales, proyectan su trabajo, desde mltiples frentes, intentando identificar y promover la conservacin e interpretacin de la memoria en los espacios locales; comunicar y difundir proyectos para insertarlos en espacios pblicos; identificar fuentes de financiamiento; promover la participacin en el proyecto de otros sectores; promover el establecimiento de alianzas de cooperacin; propiciar la formacin y capacitacin; garantizar espacios pblicos para la experimentacin creativa; propiciar y difundir los Derechos Culturales; promover la continuidad y desarrollo sostenible del proyecto y asegurar que los efectos de desarrollo socio-econmico se viertan en la comunidad.

La participacin debe ser criterio de evaluacin de la calidad de cualquier proyecto de cooperacin pues el grado de participacin social es indicador de su sostenibilidad cultural. sta es una de las aportaciones que la cultura puede realizar a la cooperacin al desarrollo: generar participacin cultural de las sociedades beneficiarias.

Nstor Garca Canclini, se refiere a este tema: Tener cultura y tener desarrollo son hoy actividades complementarias. Implican a la vez convivir en la diferencia, no slo crecer sino hacerlo juntos y con mayor equidad. Pero estos dos objetivos de la primera modernidad se complejizan en un mundo organizado para interconectar y excluir. Todos quedamos implicados: economistas, promotores culturales y educadores; empresarios, Estados y consumidores-ciudadanos, comunicadores, especialistas en informtica y polticos. De la manera en que articulemos nuestros derechos y compromisos depender que en la cultura las diferencias se conviertan para unos en privilegios y para otros en estigmas, que la competencia capaz de impulsar el desarrollo no excluya la solidaridad.

Introducir estrategias de participacin en la cooperacin internacional permite planificar acciones desde la bidireccionalidad o reciprocidad entre las partes. Ello implica interconectar las realidades sociales vinculadas, lo que ofrece implicacin, compromiso, cercana y control sobre el impacto de los proyectos culturales.

Voluntariado y Tercer Sistema

La interpretacin de los lugares comunes sobre el papel de la sociedad civil en la construccin del espacio pblico de la cultura se ha venido modificando paulatinamente a lo largo de la historia. En las ltimas dcadas, los cambios en las estructuras polticas de las sociedades contemporneas han pasado de los recelos entre Administracin y tercer sector en un inicio, a una situacin de mayor colaboracin que paulatinamente se va generalizada en todos los mbitos.

En tiempos en los aparecen conflictos de interpretacin y convivencia cultural y amenazas de fragmentacin y divisin social, el papel de los gobiernos locales y nacionales con capacidad para arbitrar, compensar y promover, cumplen un papel decisivo, delegando convenientemente responsabilidades culturales a las administraciones locales, prximas al ciudadano y que favorece la colaboracin de las entidades asociativas a la prestacin de servicios culturales pblicos.

El llamado tercer sector o tercer sistema en el desarrollo cultural ha asumido configuraciones diversas segn los marcos jurdicos, administrativos y econmicos. Este proceso ha venido marcado por las tradiciones de participacin poltica de los pases. Como define claramente Raymond Weber El fomento de una ciudadana democrtica no debe articularse nicamente en trminos polticos (participacin y democracia) y jurdicos (derechos y responsabilidades), sino tambin en trminos culturales (valores, identidades, sentimientos de pertenencia, responsabilizacin/capacitacin.

Modalidades de participacin

Se plantean cinco niveles desde los que articular la participacin social en materia de cultura: 1) el voluntariado; 2) las ONGs; 3) los mediadores culturales; 4) los ncleos locales de cultura y 5) los profesionales.

Constantemente se crean nuevas plataformas y agentes que representan a nuevos colectivos e intereses. Estas modalidades de espacios de accin del tercer sector en el mbito de la cultura, producen una gran variedad de agentes mediadores, de carcter profesional y voluntario que sera incontable detallar. Ello genera y estimula el desarrollo de cierta precariedad organizativa en el mbito de la cultura a partir de la falta de profesionalizacin del sector. Las administraciones pblicas y gobiernos locales, tendran un papel importante a desarrollar en el apoyo en esta materia. Un ejemplo de ello, se puede ver en la Agenda 21 de la Cultura y su implementacin.

Para apoyar y fomentar esta tarea, se requiere del fortalecimiento de la institucionalidad cultural, entes pblicos slidas y confiables y pensar la sociedad en clave del reto que nos hace Jess Martn Barbero sobre el papel de la cultura en nuestros das, Cada vez ms gente est viendo en sus derechos culturales, una zona estratgica para comportarse como ciudadano, para construir ciudadana, de manera que la cultura deja de ser un instrumento de la poltica, para convertirse en un espacio estratgico de transformacin de la poltica. Y contina: Este es el momento para que potenciemos en serio esta vuelta de la poltica al primer plano, que le va a permitir a nuestra riqueza cultural, no a exhibirse en trminos de museo, sino convertirse en un espacio estratgico de transformacin social, de transformacin de la vida ciudadana.

BIBLIOGRAFA

CIUDADES Y GOBIERNOS LOCALES UNIDOS. COMISIN DE CULTURA. Agenda 21 de la Cultura y su implementacin. Disponibles en: http://agenda21culture.net/index.php?option=com_content&view=article&id=44&Itemid=58&lang=es

DURN SALVATIERRA, SYLVIE; El tercer sector en la cultura: redes, asociaciones, organizaciones. V Campus Euroamericano de Cooperacin Cultural, Almada, Portugal; mayo 2007. Disponible en: http://www.oei.es/euroamericano/ponencias_actores_tercer.php

JIMENEZ, LUCINA; Polticas culturales y cooperacin internacional para la diversidad y la equidad. En Pensar Iberoamerica. Revista de Cultura de la OEI, n 8. Abril 2006. Disponible en http://www.oei.es/pensariberoamerica/ric08a05.htm

MARTN BARBERO, JESS; Conferencia inaugural del Congreso Ciudadana, Democracia y Dilogos Sociales en Amrica Latina, Bogot, Colombia.

Disponible en: http://www.mincultura.gov.co/?idcategoria=22508

MARTINELL, ALFONS; Gestin Cultural y Cooperacin al Desarrollo en Congreso sobre Institucionalidad de la Cultura y Gestin Cultural; Madrid, noviembre de 2007

MARTINELL, ALFONS; Cooperacin cultural internacional y globalizacin , Actas del I Campus Euroamericano de Cooperacin Cultural, Barcelona, Espaa, 15-18 de octubre 2000 , Papeles Iberoamericanos, OEI. Disponible en: http://www.oei.es/euroamericano/ponencias_cooperacion_cooperacioninternacional.php

MIRALLES, EDUARD; Cultura, Cooperacin descentralizada y desarrollo local. Noviembre, 2009. Disponible en: http://www.redinterlocal.org/IMG/pdf_eduard_miralles.pdf

MONTOBBIO, MANUEL: La cultura y los nuevos espacios multilaterales. Pensar Iberoamrica. Revista de Cultura de la OEI. Diciembre 2004. Disponible en:

http://www.oei.es/pensariberoamerica/ric07a08.htm

ORTIZ, RENATO; Cultura y Desarrollo. Ponencia presentada en el V Campus Euroamericano de Cooperacin Cultural, Almada, Portugal; mayo 2007. Disponible en: http://www.oei.es/euroamericano/ponencias_politicas_culturadesarrollo.php

PORTA, LUIS; Tensiones y Premisas para pensar la formacin en el campo de la Gestin Cultural desde una dimensin contextual. La Antigua, Guatemala, abril de 2007.. Disponible en: http://www.oei.es/euroamericano/ponencias_formacion_formaciongestion.php

PRIETO DE PEDRO, JESS; Cultura y Derechos Culturales. OEI Revista Pensar Iberoamrica n 10 octubre 2006

REY, GERMN; Cultura, desarrollo y cooperacin. Los reordenamientos de la agenda cultural. Revista Qurum n 17. Ao 2007. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/pdf/520/52001705.pdf

YDICE, GEORGE; Sistemas y redes culturales: cmo y para qu?. Ponencia presentada en el Simposio Internacional: Polticas culturales urbanas: Experiencias europeas y americanas - Bogot, 5- 9 de mayo de 2003. Disponible en: http://www.redinterlocal.org/Sistemas-y-redes-culturales-como-y

PAGE

12