eje 1: la filosofÍa de la educaciÓn como disciplina

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Page 1: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

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Page 2: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

2

EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA:

EXIGENCIAS, ALCANCE, CAMPOS CONEXOS.

Conocimiento y filosofía moral en la Universidad ........................................................................ 4

J. Loreto Salvador Benítez ............................................................................................................. 4

René Pedroza Flores ...................................................................................................................... 4

La entrada de las competencias en la educación superior: un ejercicio de deliberación-práctica

..................................................................................................................................................... 16

Dra. Blanca E. Arciga Zavala ........................................................................................................ 16

Dr. Mario E. Hernández Chirino .................................................................................................. 16

La enseñanza en la educación superior; entre las tradiciones y las nuevas ................................ 21

demandas ..................................................................................................................................... 21

A tradição naexperiênciafilosófica nietzschiana ......................................................................... 30

Lúcia Schneider Hardt ................................................................................................................. 30

“La enseñanza artística universitaria y el filosofar sobre las prácticas docentes. ¿Fuera o dentro

de la filosofía de la educación?” ................................................................................................. 43

Lic. Magalí Pastorino ................................................................................................................... 43

Caracterización metodológica de la investigación mexicana sobre valores en la filosofía

educativa en la década 2002-2011 ............................................................................................. 57

Juan Martín López Calva ............................................................................................................. 57

Luz del Carmen Montes Pacheco ................................................................................................ 57

Eneida Nora Guajardo Santos ..................................................................................................... 57

Filosofia no ensino básico: o possível retorno de narradores .................................................... 71

PIMENTA, Juliana Carla Fleiria..................................................................................................... 71

Determinismos tecnológicos: aportes desde la Filosofía y la Psicología de Vygotsky para

abordar discusiones en el campo de la Tecnología Educativa .................................................... 80

Federico Ferrero .......................................................................................................................... 80

La dimensión de la educación filosofía y la articulación con la pedagogía de la igualdad.......... 94

March, Daniel Román ................................................................................................................. 94

Page 3: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

3

Vidal, Roberto Gabriel. ................................................................................................................ 94

Efeitos da noção deleuziana de problema na educação matemática escolar .......................... 106

Francisco Egger Moellwald ........................................................................................................ 106

A filosofia como atividade ritual e a não filosofia ..................................................................... 120

Rafael Ferreira de Souza Mendes Pereira ................................................................................. 120

Filosofía intercultural y Educación Intercultural, una relación problemática ........................... 135

Ana Laura Gallardo Gutiérrez .................................................................................................... 135

Moral e educação a partir de inspirações nietzschianas .......................................................... 151

Isabella Vivianny Santana Heinen ............................................................................................. 151

Maria dos Remédios de Brito .................................................................................................... 151

Recortes do pensamento filosófico e da arte para pensar uma concepção de educação ....... 170

Sueli Teresinha de Abreu-Bernardes, REDECENTRO/OBIPD/UNIUBE ....................................... 170

O Ensino da filosofia no século xii: considerações sobre o conflito a respeito do uso da dialética

................................................................................................................................................... 184

Pizoli, Rita de Cássia .................................................................................................................. 184

Oliveira, Terezinha .................................................................................................................... 184

Page 4: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

4

Conocimiento y filosofía moral en la Universidad

J. Loreto Salvador Benítez

René Pedroza Flores1

Introducción

Las universidades tienen por objeto estudiar, generar y transmitir el

conocimiento, por tanto resulta imprescindible analizar, criticar, sintetizar ideas

y teorías, autores y obras donde se discute la cuestión. Tal es la Responsabilidad

social universitaria (RSU), como una tendencia ética actual en la Instituciones de

Educación Superior. El aspecto cognoscitivo y epistemológico en la RSU

importa porque se trata, digámoslo metafóricamente, de las coordenadas que

pueden orientar al estudiante en principio –en tanto sujeto en formación– y

después al investigador, quienes entran en dinámicas argumentativas y

discursivas, de relatos y textos con pretensiones de conocimiento y verdad, para,

si no llegar a ‘feliz puerto’ porque acaso ello sea imposible por inexistente, sí

identificar los caminos y rutas que antes se han trazado en busca de la utopía –

como no lugar– de la Verdad. Enseñar, mostrar “proporcionar las cartas náuticas

de un mundo complejo y en perpetua agitación y, al mismo tiempo, la brújula

para navegar por él”, tal es la responsabilidad de la Universidad que puede y

debe cumplir, en la enseñanza de los caminos recorridos, métodos y perspectivas

de abordaje del conocimiento en las ciencias naturales, humanas y sociales. Pero

el conocimiento no acaba de ser discutido y comprendido; no obstante, hay

consenso respecto a su valor e implicaciones morales y es la Universidad el

espacio propicio para su desvelamiento.

1Profesor investigador y Director del Instituto de Estudios sobre la Universidad, respectivamente, de la

Universidad Autónoma del Estado de México.

Page 5: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

5

a. El conocimiento como acto y generación

El conocimiento constituye en las culturas y comunidades humanas un

valor compartido e indiscutible, dado que a partir de él su creador, el hombre,

mejora y perfecciona la interrelación que establece con su entorno físico y

natural, simbólico y subjetivo con sus semejantes, otros seres humanos. El

problema del conocimiento es antiguo en su preocupación, actual y vigente en

su generación y transmisión.

Desde Platón, cuando argumenta sobre la cuestión de la episteme como

un conocimiento distinto al de la doxa, o simple opinión, se instala al hombre en

posibilidad de obtener algún tipo de saber. Puede tratarse de un conocer

básico/práctico o más elevado/teórico. Para este pensador el conocimiento

presenta dos vertientes, el doxológico y el epistemológico; el primero adolece de

validez por tener su fuente en el mundo empírico, en tanto el segundo es más

seguro dada su fuente en la interioridad del individuo, y se circunscribe al

mundo ideal de la cosmovisión platónica.2 En Aristóteles desde un pensamiento

teleológico se coloca a la naturaleza y a la moral, en tanto objetos cuyo

conocimiento procede necesariamente del hombre, y en consonancia con la

realidad.3 Desde entonces ha sido planteada la cuestión de la generación del

conocimiento en dos vertientes básicas: a) un ámbito empírico y práctico, dada

por la propia existencia del sujeto, b) una abstracción y razonamiento de aquello

que vive, pero como un proceso interno-mental, único e inmanente a ese sujeto,

quien entra en relación con un objeto(s).

El devenir del problema epistemológico ha desbrozado distintos caminos

en el afán de comprender y explicar la cuestión de la posibilidad del

conocimiento. La filosofía en tanto auto reflexióndel espíritu sobre su conducta

valorativa, teórica y práctica, se configura en una aspiración al conocimiento de

las conexiones últimas entre las cosas, aspira a una concepción racional del

universo. En tanto reflexión sobre la conducta teórica, respecto a aquello que se

denomina ciencia, la filosofía es, entonces teoría del conocimiento científico. En

este orden de ideas la esfera de la filosofía comprende las teorías de la ciencia (o

conocimiento), de los valores y de la concepción del universo.

2Cfr. Reale,G. Antiseri,D. Historia del pensamiento filosófico y científico, I Antigüedad y Edad Media,

Herder, Barcelona, 2001, p.138. 3Cfr. Abbagnano, N. Diccionario de Filosofía, FCE, México, 1974, p. 160.

Page 6: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

6

En la filosofía antigua como en la Edad Media se encuentran múltiples

reflexiones epistemológicas, estás se enmarcan en argumentos metafísicos y

psicológicos. El conocimiento como teoría y disciplina autónoma propiamente,

aparece en la edad Moderna y como su fundador se considera al filósofo John

Locke, quien se preocupa por desentrañar el entendimiento humano en un gran

ensayo publicado en 1690. También David Hume se interesa por comprender el

fenómeno del conocimiento que analiza en su Tratado de la naturaleza humana;

pero como verdadero fundador de la teoría del conocimiento se tiene a Emanuel

Kant, y lo que se considera obra maestra de la epistemología, la Crítica de la

razón pura donde pretende dar una fundamentación crítica del conocimiento

científico de la naturaleza; aquí interesa la validez lógica del conocimiento y la

cuestión central: ¿cómo es posible el conocimiento, sobre qué bases y supuestos

supremos descansa?4

De aquél tiempo acá,

“ha habido, y aún hay, en el mundo muchas epistemologías,

diferentes y hasta contrastantes entre sí, que han subrayado por igual

la existencia de una unidad suprema y (…) la idea de que esa unidad

suprema es estética. La similitud de estas visiones permite confiar

en que la gran autoridad de la ciencia cuantitativa puede ser

insuficiente para rechazar una belleza unificadora suprema. (…)

nuestra pérdida del sentido de la unidad estética fue, simplemente,

un error epistemológico. …ese error puede ser más serio que todas

las pequeñas demencias que caracterizaron a esas epistemologías

más viejas, que coincidían en la unidad fundamental.”5

Desde otra perspectiva el conocimiento es visto como“un acto,

espontáneo en cuanto a su origen, inmanente en cuanto a su término, por el que

un hombre se hace intencionalmente presente alguna región del ser”.6Afirmar

que el conocimiento es un acto significa que, a) no es un movimiento y b) que no

4Cfr. Hessen, J. Teoría del conocimiento, Porrúa, México, 2007, pp. 11,13.

5GergoryBateson, Espíritu y naturaleza, Amorrortu, Buenos Aires, 2006, p. 29.

6Maquart, en Verneaux, R. Epistemología general o crítica del conocimiento, Herder, Barcelona,

1999:104

Page 7: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

7

es una producción; en términos positivos se trata de una ‘pura contemplación

inmóvil’. La idea del conocimiento no implica tiempo ni cambio. El movimiento

es la transición de la potencia al acto; es claro que hay movimiento en cada

hombre que pasa de la ignorancia al saber o de un conocimiento a otro; pero ese

saber no es el movimiento, es el acto al que está ordenado el movimiento.

Verneaux sostiene que el conocimiento de ninguna manera es una

producción, y critica al idealismo que comete el error de concebir toda actividad

conforme a la acción física y, consecuentemente en definir el conocimiento

como una construcción o una fabricación. Sin embargo, es claro que a nivel

sensible hay una actividad generadora de imágenes, y en el plano intelectual una

actividad productora de conceptos; empero, tal producción no es el

conocimiento, sólo es el medio.

Es preciso distinguir a las facultades humanas como ‘potencias pasivas’,

que evidencian una incapacidad para crear su objeto en el sentido que deben

esperar a que se les dé. En el plano sensible se requiere de una excitación para

que ocurra una sensación; a nivel intelecto el pensamiento depende de la

sensibilidad.El conocimiento es un acto inmanente; este acto no tiene otro fin

que su mismo ejercicio y perfecciona al sujeto que lo ejerce.El idealismo admite

que el conocimiento es, esencialmente, relación a un objeto. En esta afirmación

la cuestión es identificar qué existencia posee el ser que se toma como objeto.

Verneaux asume que la existencia sólo nos es dada por ‘un medio especial de

conocimiento’: la experiencia.Y el ser, cualquiera que sea, tiene relación con la

existencia.

Si se parte que el tiempo y el espacio son coordenadas o principios de

orden en la experiencia humana, entonces no se pueden representar cosas allende

el mundo de la experiencia del sujeto. Por tanto es imposible aquello que se

entiende como <<saber>> “pueda ser una imagen o una representación de una

<<realidad>> no tocada por la experiencia”. Ese saber, a decir de Maturana es el

poder obrar adecuadamente, que coincide con la posición de Adela Cortina

respecto a la ética como un saber para tomar las mejores decisiones,

consecuentemente induce a actuar (obrar) bien.

En otro orden de ideas el núcleo que articula la empresa reflexiva

moriniana de El método, “es la problemática extraordinaria y desorbitante del

Page 8: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

8

conocimiento del conocimiento y su paradoja intrínseca que consiste en la

necesidad de que el operador del conocimiento debe convertirse al mismo

tiempo en objeto del conocimiento. Paradoja que consideramos una de las claves

principales para elucidar el futuro de la llamada sociedad del conocimiento. (…)

Este núcleo y propósito tienen, a lo largo de toda la travesía, por bitácora la

convicción de que el único conocimiento que vale es aquel que se nutre de

incertidumbre y que el único pensamiento que vive es aquel que se mantiene a la

temperatura de su propia destrucción”.7

b. Filosofía Moral/ Conocimiento y Universidad

Actualmente emerge una nueva manera de ‘producir conocimiento’

denominado del nivel dos para diferenciarlo del modo tradicional centrado en

cada disciplina, que corresponde el nivel uno. Se trata de un conocimiento que se

genera en colaboración entre iguales en un contexto de aplicación, es

heterogéneo, transdisciplinario, no jerárquico que tiene la posibilidad de

transitar8. Cabe precisar que las ciencias humanas generan conocimiento

distinto al de las ciencias llamadas duras, biológicas, físicas, químicas. Las

primeras producen enunciados en un diálogo entre pasado y presente; aboca un

conocimiento de hechos humanos y sociales debatible y provisional. En

contraposición el conocimiento “útil” por sus aplicaciones tecnológicas,

‘conocimiento mercancía’ en tanto está sujeto a las fuerzas del mercado,

conocimiento privatizado y transferible para ser aplicado en la industria, tal es lo

que se demanda de las universidades hoy en día.

Actualmente se habla de un nuevo discurso sobre el conocimiento que

básicamente es mercantil, de cálculo técnico y utilitario, conjuga elementos de la

teoría económica como la oferta con una jerga industrial militar pero desatiende

con frecuencia el rigor científico. Dicho discurso sitúa a la empresa como la

instancia central de referencia en la sociedad, a la universidad como un elemento

más del proceso productivo y engloba ambas dentro de un reduccionismo

económico que se extiende por los países y pretende trascenderlos. Se equipara a

los estudiantes con consumidores, a las universidades con ‘unidades de

7Edgar Morín, Et. al, Educar en la era planetaria, Gedisa, Barcelona, 2003., p.34

8Perinat, A. Conocimiento y Educación Superior. Nuevos horizontes para la universidad del siglo XXI,

Paidós, Barcelona, 2004, p. 143.

Page 9: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

9

producción’ o ‘sistemas de distribución’, donde la educación pasa a ser una

mercancía más, objeto de publicidad, lo anterior muestra la ‘desacralización del

conocimiento’9.

El conocimiento disponible determinado como científico resulta que no

es capaz por sí mismo de fundamentar un modelo educativo en un sistema

escolar complejo. Significa que la realidad es muy diferente y por tanto funciona

de manera independiente de ese tipo de conocer ‘científico’, o llanamente,

riguroso en su producción10

.

La vigencia de la universidad radica en la manera de enseñar a pensar, de

abordar intelectual y humanísticamente los problemas, en inculcar una ‘ética del

conocimiento’. El mundo de hoy, irreconocible por la vorágine en que

transcurre, puede ser inaprensible por los esquemas actuales de conocimiento.

La culminación de la ciencia es un sinsentido, como afirma Nicholas Rescher, la

naturaleza jamás revelará sus secretos más íntimos.

Queda claro que hay cosas incognoscibles, conocimiento que es riesgoso;

no porque su posesión sea mala en abstracto sino porque es la índole de cosa con

la que no estamos bien equipados para enfrentarnos los seres humanos. El mayor

aporte del siglo XX al conocimiento es el hecho de determinar los límites del

saber; con ello aporta la certeza de que no se puede prescindir de lo incierto,

tanto en la acción como en el saber mismo.11

La referencia es a las certezas

absolutas de antaño. Sobre la incertidumbre, se pueden distinguir tres tipos de

ella, a saber. La cerebral, donde el saber nunca es un reflejo de lo real, sino, por

el contrario, será siempre una ‘reconstrucción y traducción’, lo que conlleva un

riesgo de error; la psíquica, donde el saber de los acontecimientos y hechos es

tributario de la interpretación y; la incertidumbre epistemológica que se deduce

de la crisis de los fundamentos de las certezas primero en filosofía y

posteriormente en la ciencia, a partir de Nietzsche, Bachelard y Popper,

respectivamente.12

Propone Morinque aunada a esa reforma del pensamiento se podría

concebir la creación de una facultad del conocimiento con el propósito de

9Neave, G. Educación Superior: historia y política, Barcelona, Gedisa, 1997, p. 18.

10Cfr. Gimeno Sacristán, J. Docencia y cultura escolar, Lugar editorial, Bs. As. 2002.

11 En Morin, La cabeza bien puesta., p. 59.

12Cfr. Morin, Op. Cit., p.63.

Page 10: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

10

conjuntar epistemología, filosofía y ciencias cognitivas. A efecto de instalar y

extender una manera de pensar que aliente la reforma, se podría instituir en

todas las universidades e instituciones de educación superior, un diezmo

epistemológico o transdisciplinario, con el objetivo de preservar el diez por

ciento de los cursos de escuelas y facultades para una enseñanza común donde se

aborden los presupuestos de los distintos conocimientos y sobre las alternativas

de información y comunicación entre ellos. Dicho diezmo podría destinarse al

saber las determinaciones y presupuestos del conocimiento, la cientificidad,

racionalidad, objetividad, la argumentación e interpretación, al pensamiento

matemático, a la relación entre el cosmos y los mundos humano, físico-químico,

viviente; la interdependencia y vasos comunicantes entre las ciencias; el circuito

que existe entre ellas que, a decir de Piaget, las hace interdependientes unas de

otras. A manera de ejemplo, pensemos en la metáfora, cuyo indudable valor

cognitivo es mostrado en la literatura, no obstante, la mentalidad científica tiene

una actitud de recelo y rechazo hacia ella; con todo, “la metáfora es un indicador

de una no linealidad local en el texto o en el pensamiento, es un indicador de

apertura del texto o del pensamiento hacia diversas interpretaciones o

reinterpretaciones, hacia la resonancia con las ideas personales de un lector o

interlocutor.”13

Ya el poeta Machado afirmó: Una idea no tiene más valor que

una metáfora, en general, tiene menos; y mucho antes el filósofo que ‘no era

cartesiano’ sostuvo que “podría asombrarse de que los pensamientos profundos

se encuentren en los escritos de los poetas y no en los filósofos. La razón es que

los poetas aprovechan el entusiasmo y explotan la fuerza de la imagen”.14

c. Paradigmas del saber; responsabilidad ética de su

discusión.

En las prácticas de la enseñanza del conocimiento científico en las

universidades, suelen reflejar las ideas predominantes de las épocas, o dicho de

otra forma, se circunscribe a los paradigmas que, por el momento, sirven para

abordar, comprender y explicar los fenómenos de estudio, la naturaleza de lo

real. No se dice nada nuevo al afirmar que el evolucionismo y el mecanicismo,

13

Knyazeva y Kurdymov citados por Morin, Op. Cit., p. 96. 14

Se trata de Antonio Machado y René Descartes a quienes cita Morin, Op. Cit., p. 96.

Page 11: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

11

como paradigmas, persisten en las ciencias mediante marcos referenciales a

partir de los cuales se trazan líneas y estrategias de investigación.

Hoy en día, como antaño con el surgimiento de las primeras

universidades en el siglo XI en Europa, el conocimiento continúa siendo un

objeto de atención y estudio primordial. Su abordaje en la generación y

transmisión del saber universal se constituye como un fin de las instituciones de

educación superior. El conocimiento es vasto y diverso como las ciencias donde

emerge, los métodos que se trazan en su generación. Se trata de una cuestión

importante que, no obstante, en algunos lugares y momentos se descuida o

subestima por parte de los responsables del diseño de planes y programas de

estudio, los profesores e, incluso, por los mismos investigadores. Sin embargo es

una asignatura imprescindible en la enseñanza y vida universitarias.

De ahí la posibilidad y pertinencia de colocarla en el lugar que

corresponde, en el marco del hacer y ser de las universidades por la incidencia y

proyección que tienen en su derredor. Las influencias específicas donde se

pueden observar los impactos que las universidades tienen son en las áreas:

educativa, cognitivo-epistemológico, social, organizacional y ambiental. Lo

anterior en un contexto de fraternidad, solidaridad y Responsabilidad Social –

como valores– que deben guiar el ethos universitario, más allá de la

competencia, la eficiencia y el éxito profesional.

En la línea actual de Responsabilidad Social Universitaria (RSU) que

airea los campus en Latinoamérica, destacan políticas e indicadores que hacen

hincapié en el rubro epistemológico, en tanto imperativo a atender por sus

implicaciones éticas y morales. Por ejemplo, desde el Proyecto ‘Universidad

Construye País’ que tiene lugar en Chile visualizan una universidad socialmente

responsable de la siguiente manera:

Preservando y creando capital social del saber y del pensamiento mediante la

reflexión y la investigación interdisciplinaria, y su difusión por

diferentes vías: formando intelectuales y profesionales, en apoyo a la

elaboración de políticas públicas y privadas de desarrollo y a las

necesidades del movimiento social y cultural de los distintos sectores

Page 12: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

12

del país, para concretar su aporte al desarrollo sustentable y al

mejoramiento del conjunto de la sociedad.

La Universidad convertida en una comunidad real de aprendizaje y transmisión

de conocimientos; creando vínculos entre académicos, estudiantes y

funcionarios… (…) valorando e incorporando el conocimiento y

experiencia del entorno; generando y manteniendo espacios de debate

en el seno de la institución; buscando, diciendo y actuando con la

verdad.15

Se asume la RS ante la propia comunidad universitaria y el país donde está

inserta. Los principios y valores de la universidad en este marco son, el

compromiso con la verdad, la integridad, la excelencia, la interdependencia y la

interdisciplinariedad.El compromiso con la verdad parte de que ésta es ‘el alma

del saber’; fruto de una relación de conocimientos siempre en progreso; lo que

exige un conjunto de principios éticos para su obtención: respeto a verdades de

diferentes dimensiones del conocimiento; la humildad derivada de que la verdad

se elabora al superar aquellas alcanzadas hasta el momento; implica una

capacidad del diálogo para sumar aportes de distintas disciplinas, honestidad

para determinar límites de la verdad alcanzada y la prudencia para no convertirla

en mandato que atente contra la dignidad humana. Comprometerse con la verdad

implica asegurar la ‘gratuidad del saber’.16

La interdependencia e interdisciplinariedad parten del reconocimiento entre

universidad y sociedad en una relación dinámica de necesidad mutua y, por

tanto, precisa de un diálogo permanente. La sociedad impacta y condiciona a la

universidad, en tanto ésta coopera, entrega habilidades y talentos para crear

conocimientos que la beneficien. En la sociedad globalizada la universidad no se

puede aislar de la realidad internacional; en esta interdependencia universitaria

emerge la necesidad de mirar de manera interdisciplinaria su acción; se trata de

un enfoque que parte del reconocimiento de la complejidad de los problemas

sociales –entre muchos otros– encarándolos desde una diversidad de

15

Proyecto Universidad Construye País. Observando la Responsabilidad Social Universitaria.

Documento de trabajo, julio 2004. www.construyepais.cl 16

Idem

Page 13: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

13

perspectivas posibles, propiciando espacios para que cada uno aporte a

profundidad desde su disciplina, integrando otras visiones para lograr puntos de

conexión que posibiliten la comprensión holista de los fenómenos y soluciones

que contemplan las diferentes aristas del problema, desde la fortaleza del

humanismo y sus exigencias.17

Se puede destacar respecto a la integridad, el sondeo sobre criterios

éticos, escritos y reconocidos por la universidad en la orientación de la conducta

de sus miembros; ello involucraría a los profesores investigadores, la generación

del conocimiento, su uso y destinatarios.

d. Conclusión

El conocimiento como objeto de estudio es la razón de ser en la

educación terciaria; ello se cumple en distintos momentos y diversas formasen

consonancia a los tiempos que determinan sus procesos de generación, análisis,

discusión y transmisión. La sospecha de que la metodología ha predominado en

el quehacer de la investigación universitaria, en menoscabo de la reflexión,

llámese epistemología o filosofía de la ciencia, que atiende y analiza los saberes

disciplinares, su interconexión y aplicación, así como sus consecuencias e

impactos, tiene soporte en que el conocimiento mismo no se atiende como sería

deseable, en los diversos campos formativos; no es exclusivo de la filosofía y las

humanidades, está presente en las ciencias naturales y sociales a pesar de su

marginación conceptual. De ahí sostenemos que la investigación –sus productos

como el conocimiento que se crea y recrea– muestra cierto descuido y, por

momentos desinterés, en el abordaje de cuestiones cognoscitivas,

epistemológicas, de la teoría del conocimiento o la filosofía de la ciencia en la

educación universitaria.

Las universidades tienen por objeto estudiar, generar y transmitir el

conocimiento, por ello es imprescindible analizar, criticar, estudiar, sintetizar

ideas y teorías, autores y obras donde se discute la cuestión. Una corriente de

pensamiento ético denominada Responsabilidad social universitaria, como

tendencia de filosofía moral actual emerge en Instituciones de Educación

Superior. Resulta pertinente enfatizar la dimensión cognitiva o epistémica y las

17

Idem.

Page 14: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

14

implicaciones morales que derivan del conocimiento en sus aplicaciones y usos,

premeditada y tendenciosamente por los intereses económico y político que se

imponen sobre el sentido y valor humano, natural y vital.

Entonces analizar el conocimiento a la luz del quehacer universitario

por su implicación e innegable valor epistemológico, indisoluble del educativo,

se configura como un deber moral. Este aspecto de la teoría del conocimiento, en

el marco de la Responsabilidad social universitaria, importa porque se trata de

los puntos cardinales que pueden y deben orientar al estudiante como al

investigador, quienes entran en dinámicas argumentativas y discursivas, de

textos y contextos con pretensiones de conocimiento y verdad, para con ello

identificar los caminos y rutas que se han trazado en busca de la Verdad y el

saber científico.

La filosofía en tanto auto reflexión del espíritu sobre su conducta

valorativa, teórica y práctica, se configura en una aspiración al conocimiento de

las conexiones últimas entre las cosas, aspira a una concepción racional del

universo; sin demeritar la dimensión sensible y espiritual del hombre.

e. Bibliografía

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Bateson, Gergory.Espíritu y naturaleza, Amorrortu, Buenos Aires, 2006

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Hessen, Johannes, Teoría del conocimiento, México, Porrúa, 2007.

Morin, Edgar, Educar en la era planetaria.Gedisa. Barcelona 2003.

----------, El método III: el conocimiento del conocimiento. Cátedra, 1994.

----------, El método VI. Ética. Cátedra. Madrid, 2006.

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Visión, Buenos Aires, 20007. 6ª reimpresión.

Morin, Edgar, Los siete saberes necesarios para la educación del futuro.

UNESCO. 1999.

Neave, G. Educación Superior: historia y política, Barcelona, Gedisa, 1997

Panikkar, Raimon. Paz e Interculturalidad. Una reflexión filosófica; Barcelona,

Herder, 2006.

Page 15: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

15

Proyecto Universidad Construye País. Observando la Responsabilidad Social

Universitaria. Documento de trabajo, julio 2004. www.construyepais.cl

“Políticas e Indicadores de Responsabilidad Social Universitaria en AUSJAL-

Documento base”; junio 2008.

Perinat, A. Conocimiento y Educación Superior. Nuevos horizontes para la

universidad del siglo XXI, Paidós, Barcelona, 2004.

Reale, G. Antiseri ,D. Historia del pensamiento filosófico y científico, I

Antigüedad y Edad Media, Herder, Barcelona, 2001.

Vallaeys, Francois, Responsabilidad Social Universitaria. Marco conceptual,

antecedentes y herramientas. Red Ética y Desarrollo, BID. En “Políticas e

Indicadores de Responsabilidad Social Universitaria en AUSJAL”. Documento

base, 15 junio 2008. En http://www.ausjal.org/files/rsu.pdf(Consulta 25 XI

2008).

Verneaux, R. Epistemología general o crítica del conocimiento, Herder,

Barcelona, 1999:104

Page 16: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

16

La entrada de las competencias en la educación superior:

un ejercicio de deliberación-práctica

Dra. Blanca E. Arciga Zavala

Dr. Mario E. Hernández Chirino

Palabras clave: educación superior, competencias, deliberación, racionalidad

practica

En la actualidad las universidades publicas mexicanas se encuentran en una

dinámica de constantes cambios, estos últimos relacionados con los múltiples

factores económicos, políticos, sociales, tecnológicos y culturales. Dentro de

dicho contexto con el afán por conseguir presupuestos para seguir cumpliendo

con sus funciones sustantivas de docencia, investigación y difusión. Las

universidades acatan los programas derivados de políticas educativas que de

alguna forma buscan homogenizar una serie de factores dentro de la educación

superior a nivel mundial.

Tenemos que reconocer que efectivamente las nuevas condiciones de la

globalización, (Aguilar, 2005), le imponen demandas y nuevos retos a nuestras

instituciones de educación superior y sobre todo en su responsabilidad para la

formación de los futuros profesionistas. Todo esto enmarcado bajo la iniciativa

de organizaciones internacionales como la OCDE que generan discursos de

cambio a nivel mundial donde se vinculan fuertemente a la educación con la

economía18

, tendientes a desarrollar sociedades del conocimiento con políticas

18 No hay que olvidar que la vinculación entre educación y economía no es algo nuevo puesto que hunde sus raíces

tanto en los análisis que se han hecho desde la economía política, sociología educativa así como de la filosofía de la

educación, al hacer referencia a los fines de las instituciones educativas. Sin embargo el movimiento de las

competencia se ha visto claramente determinado vía las políticas educativas de los países en desarrollo, por la

influencia los organismos internacionales sobre todos los de índole económico como es el Banco Mundial y el Fondo

Page 17: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

17

económicas y sociales que implementan con un sinnúmero de programas y

proyectos tales como; PISA (Programme for International StudentAssessment) ,

DeSeCo (Definicion y Selección de Competencias) , Tuning, CHEERS (Career

alter Higher Education: an European Research Study, etc.

De aquí despega el debate actual sobre la intensidad y linealidad de la

relación entre universidad y empresa. Relación que directa o indirectamente

tensiona la función de los académicos y el cuestionamiento sobre la formación

de las profesiones que están impartiendo y por otro la importancia de la misma

para la formación integral de sus futuros profesionistas.

La elaboración por competencias de los currículos y programas, son uno de

los últimos cambios que se han introducido a nuestras universidades, además de

ser el eje central que moldea y condiciona la relación entre universidad y trabajo.

Es así que bajo un esquema de adaptación-exigencia, se ha procedido en la

instauración de los modelos por competencias que modifican las prácticas dentro

de la docencia universitaria. Y que en su totalidad dichos modelos no son

comprendidos ni valoradas para ver sus posibilidades de alternativa dentro de

nuestros contextos educativos.

Orígenes y contextos

Ciertos autores ubican su génesis del movimiento de las competencias en la

década de los años veinte del siglo pasado en Estados Unidos cuando los

sistemas racionales técnicos de administración fueron enfocados. Mark

Brundrett (2000) citando a Hyland (1993) establece que el desarrollo para tomar

a las competencias como un eje articulador tenían su base en las teorías de la

“eficiencia social”. De ahí su enlace con el movimiento tylorista sobre la

organización científica del trabajo (Hawes, 2010; Bowden, 2011; Pivetta, 2010;

Vargas 2000).

de Monetario Internacional, así como la UNESCO. ver el trabajo de Arciga Zavala, B. (2011) Globalización y

Neoliberalismo en educación superior y otras Ciencias Sociales. Editorial PyV, México.

Page 18: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

18

Para las décadas de los 60 y 70´s se dará una bifurcación interesante en relación

a la función de las competencias, revirtiéndose en una línea de desarrollo en lo

educativo y enlazada al movimiento de la tecnología educativa, autores como; B.

Bloom, R. Tyler y Popham, Burke, toman notabilidad. Dicho movimiento se ha

considerado que es íntimamente afín a los objetivos conductuales de la

psicología conductista, extendiéndose a temáticas como; aprendizaje y

evaluación, diseño curricular y formación de los maestros (Norris, 1991, Winter

1996, Bowden 2011). En este sentido, el marco de referencia central de las

competencias será el saber psicológico con sus teorizaciones sobre el

aprendizaje, la personalidad, percepción, motivación, etc. como disciplina

autónoma –que se autonomiza de la filosofía y convierte en ciencia- junto con

los desarrollos teoréticos de la educación.

La fusión de los avances de la psicología y lo educativo se siguió expendiendo a

la cuestión de lo laboral, pues es en la misma década de los 70´s cuando a

petición del servicio exterior de E.U. solicitan al D. McClelland (psicólogo y

académico universitario) encontrar una nueva aproximación para predecir el

desempeño humano. En ese entonces, se perseguía remplazar los usuales

exámenes de inteligencia y de aptitudes, ya que eran indicadores pobres para

predecir a los sujetos competentes. McClelland instaura un organismo consultor

que asesorara y desarrollara las competencias más ampliamente (MacBer). En la

base de su argumentación estará la afirmación de que las exámenes tradicionales

dentro de las universidades no predecían el éxito del desempeño en la vida

laboral de los sujetos, además de que estaban sesgados por cuestiones de género

y etnia, etc. (Brundrett, 2000; Pivetta, 2010; Mejia, 2010).

Lo que esta presente en el trascurso de las décadas de los 60´s y 70´s es la

cristalización e hibridazación de un movimiento en cual se deja ver una

intrincada relación entre psicología, educación y trabajo19

contextualizados y

legitimados por discursos de desarrollo económico, progreso social y equidad

19

Siguiendo una línea foucaultiana de desarrollo, el trabajo de Nikolas Rose representa un exposición

interesante que intenta explicar-comprender de cómo las ciencias psicológicas -o las ciencias de la psi-

junto con sus teorías están intrínsicamente ligadas a su capacidad de actuar en un saber-como para

gobernar la conducta. En este sentido representan una de las herramientas fundamentales de las

Page 19: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

19

Competencias educación y trabajo

Teniendo como substrato los trabajos de grupo MacBer con la participación de

Boyatzi, el movimiento de las competencias para la década de los 80´s se ira

perfilando en diferentes modelos e influenciado contextos y países. Aquí se hace

necesario reparar en el rastreo que elabora Mark Brundrett (2000) coincidido por

otros autores (Bowden, 2011; Winter, 1996; Hawes, 2010; Pivetta, 2010; Mejia,

2010) para ejemplificar la variedad en los movimientos sobre las competencias –

o tradiciones de investigación sobre las competencias- (Eraut, 1994). Los cuales

dan la pauta para entender el debate dentro de las IES (Instituciones de

Educación Superior) sobre el significado e impacto de estas ultimas, en las

cuales se enlazan; argumentos, países, y acuerdos para las políticas educativas.

Así Brundrett (2000:2-3; Pivetta, 2010; Mejia, 2010) puntualiza que en el

contexto anglo-sajón se dan dos movimientos importantes de las competencias.

El de E.U. descendiente del grupo Macber –con los aportes de Mcclelland y

Boytziz- el cual hace énfasis en lo individual. Aquí las competencias se centran

en el sujeto -que desde otra perspectiva y contextos se puede identificar como

agente-, intentando determinar una conducta superior –desempeño- en contraste

de una inferior entre individuos, por lo que la diferencia entre estos es un

elemento medular, para hablar del sujeto competente.

El otro movimiento se da UK (Reino Unido) en donde el trabajo será el eje de

la definición de la competencia. La tendencia ha sido de conformar estándares

ocupacionales que son constituidos a partir de los elementos de las

competencias, indicando un mínimo de niveles de la misma20

. En este ultimo

organizaciones modernas para el intento del manejo de las subjetividades Nikolas Rose (1999) Governing

the Soul, Edit Free Association Book , London. 20

Consideramos importante resaltar el debate presente aunpor parte de los investigadores anglo-sajones

en el uso del lenguaje para hacer referencia a las competencias, -cuestión que dentro del español al

parecer no se hace evidente-. Este se relaciona con el significado de la palabra competencia, que en E.U

se refiere a competency (forma plural: competncies) y que en la literatura inglesa(UK) Competence

(Plural: competences) (Brendrett, 2011). Bowden (2011:8) hace una interesante aclaración con respecto a

lo anterior al marcar que el termino competency (competencia) tiene dos elementos dentro de si. El

primero es que parece estar ligado a la competence (competente) y lo segundo es que hace referencia a su

Page 20: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

20

residirá el punto de partida para la tipificación en los sistemas educativos como

la educación vocacional, la tecnológica así como entrenamiento o capacitación,

trasladado esto a varios países21

(Jessup, 1991, Tuxworth, 1989; Hawes, 2010).

Lo que en síntesis destaca en la descripción hecha hasta aquí en cuanto a los

posibles significados de lo que se entenderá por las competencias, y que

aterrizándolo en el ámbito de la educación superior, se advierte que pasa por

conceptuaciones de; aprendizaje-sujeto, y trabajo-contexto. Enfatizando ya

sea las características individuales de superioridad de los sujetos -futuros

profesionistas- o de lo laboral y el trabajo –contexto-, vía las acciones

profesionales que se perfilaran como competencias. Todos estos enmarcados

desde lo que se señalo anteriormente sobre la psicología, lo económico y los

modelos educativos. En este sentido habrá tantas definiciones de competencias

como posicionamientos teóricos de aprendizaje, sujeto, educación y trabajo,

sociedad, etc.

Una manera de ver las competencias únicamente en su dimensión más

instrumental y técnica, nos llevarían solo a la dimensión laboral de la vida

profesional. Esto es olvidar o dejar de ver a la profesión como una forma de

“trabajo” en términos como lo define A. Arent (1998) y vincularlo más a una

dimensión instrumental. Y con esto perder de vista su dimensión profesional y

advertir a esta última solo como una actividad laboral y no como un espacio de

re-creación constitutiva del trabajo. De ahí que lo laboral sea solo para

“sobrevivir y no para vivir”. La profesión en términos de trabajo define la

dignidad humana, su estatus y la identidad de él o la profesionista. En este

diminutivo, esto es hace referencia a alguna parte de la competencia. El termino dice el autor no es usado

consistentemente, aunque en los orígenes de su significado hace alusión de alguna manera a la

competencia en el lugar del trabajo. De ahí el posible significado que la competencia no se pueda

desprenderse de su contexto de aplicación. 21

Es importante en este punto hacer notar que la vía de gestación de las competencia en el contexto

mexicano fue precisamente con la entrada de los CONALEP (institución educativa del nivel Medio

Superior) en 1978 que forma parte del Sistema Nacional de Educación Tecnológica. Cuyo objetivo

principal se orientó a la formación de profesionales técnicos, egresados de secundaria. Y que en 1994

adopta mas abiertamente ya el sistema por competencias para ser congruente con su gestación y abrir

las expectativas en materia de capacitación laboral, vinculación intersectorial, apoyo comunitario y

asesoría tecnológicas a las empresas.http://conaleplerma.galeon.com/NuestraHistoria.htm

Page 21: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

21

sentido el trabajo tiene una dimensión motivante por si misma, mientras que lo

laboral es sólo una actividad instrumental que se lleva acabo para sobrevivir.

La enseñanza en la educación superior; entre las tradiciones y las nuevas

demandas

A partir de la marcada vinculación que se ha hecho en los últimos tiempos de la

educación con la economía22

dentro las consecuencias derivadas de la misma se

ha activado el debate sobre el acuerdo-desacuerdo de las conceptualizaciones y

prioridades sobre los fines y bienes educativosy por ende de la reconfiguración

de la acción docente.

Carr nos dice que los fines y bienes de una determinada práctica –que en este

caso es la practica educativa- solo puede hacerse inteligibles en términos de un

cuerpo de conocimientos prácticos heredados y grandemente desarticulados que

constituye a una tradición social (Carr, 1998a:68-66). La práctica de la docencia

aun sigue estando constituida por esta característica, pero los retos tecnológicos,

sociales que acompañan esta vinculación entre economía y educación de alguna

manera han obligado a objetivar – y no de manera necesariamente coherente-

estos conocimientos desarticulados.

Posiblemente el empuje mas evidente para apremiar a dicha objetivación han

sido los programas de profesionalización y/o actualización docente, los cuales

ya tienen varias décadas de haber sido instaurados en las instituciones de

educación superior. Si bien este tipo de programas pueden ser relacionados con

cuestiones de productividad, cambio en el manejo administrativos de las

22

Sin adentrarnos mucho en la sociología de la educación como aquella disciplina que trabajaba la

educación más allá de su dimensión económica. Nos parece importante mencionar el trabajo de F.Shain

& J Ozga contextualizado en el Reino Unido sobre la crisis o problemas contemporáneos de la sociología

de la educación. Las autoras lo que explicitan es que esta ultima en la actualidad se encuentra en un

estado marginal y descartada por los hacedores de políticas educativas. Cuestión que en décadas

anteriores no era así, Esto es las relaciones entre los investigadores sobre lo educativo con bases

sociológicas y los hacedores de políticas educativas ha cambiado, sobre todo porque en estos últimos hay

una tendencia a simplificar los cuerpos de conocimiento y sus interpretaciones, esto es su prioridad es la

búsqueda de financiamiento. Por lo tanto el conocimiento que buscan es que sea útil, llamativo pero no

conocimiento sociológicamente bien informado, analítico y critico, que muestre la complejidad y

contradicciones e las instituciones educativas y que relaciona estas ultimas con las configuraciones

sociales mas amplias, Sahin F. & J. Ozga (2001) Identity Crisis? Problems and Issues in the Sociology

of Education. En: Brithsih Jounal of Sociology of Education, Vol. 22 No,1 pp.109-120, Taylor & Francis

Ltd.

Page 22: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

22

practicas educativas, - o la entrada al neoliberalismo-. Dichos programas

marcaron la necesidad de un cambio en la forma de repensar el profesionalismo

de los académicos con respecto a su práctica docente. Práctica que en la

actualidad demanda ir más lejos que el solo desarrollo de un conocimiento

técnico, y eminentemente centrado en los contenidos disciplinares de una

profesión.

Reconsiderando el proyecto de las competencias y pensándolas desde el centro

de la acción y como una praxis, poiēsis, que incluyen ver al docente y alumno

como actores más que como ejecutores. El profesionalismo y/o

profesionalización también toman un giro, giro que describe muy acertadamente

Grundy cuando dice:

… Lo que se necesita en el reino de la acción social no es tanta

predicción como la prudencia, no tantas habilidades como juicios, no

tanta objetivación como deliberación e interacción. Y estos son los

atributos asociados al profesionalismo. Aun así, aquí esta la ironía.

Aunque a través del profesionalismo se restablece el respeto para las

personas, y revalora el juicio humano como las base legitima para la

acción, todavía hay problemas con el ejercicio de dicho atributo.

Específicamente los problemas que giran en torno a la concepción

del Bien …. (1989:88)

Lo que de alguna manera la afirmación de Grundy testimonia, es que

paralelamente al ejercicio de la profesionalización lo que esta presente es hacer

relevante que los docentes y alumnos se interroguen ¿ que tanta claridad tienen o

sostienen de los fines y bienes educativos y profesionales?; que para el docente

residen en su practica pedagógica y que involucran también la configuración de

los bienes y fines de la profesión que estarán inculcando –vía las competencias-,

y para el alumno la claridad y apropiación de dichos fines y bienes los cuales se

revertirán en el ejercicio social de su futura profesión. A lo que exhortan la

búsqueda de claridad los bienes y fines educativos, es interpelarnos no solo

sobre la dinámica de interacción entre maestro y alumnos sino por el sentido de

nuestras prácticas.

Los fines y bienes de cualquier práctica –pero sobre todo de la docente- son de

naturaleza problemática puesto que involucran modos éticos de conducta, los

cuales constituyen los medios necesarios para lograr tales fines. Estos de alguna

Page 23: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

23

manera son formas concretas de especificar como la noción del bien ha sido

entendida. Similarmente, el entendimiento del bien de una práctica es la parte

abstracta de especificar los medios por los cuales la práctica deberá ser llevada

acabo. Y puesto que los fines de la misma, siempre están indeterminados y no

pueden ser fijados de antemano, estos involucran un razonamiento práctico: en

este tipo de razonamiento, las opciones, la deliberación, y el juicio práctico

juegan un papel crucial.

Es bajo la lógica del razonamiento práctico en donde los dilemas que se

presentan dentro de la actividad de enseñanza pueden hacerse entendibles. En

este sentido los docentes tienen que hacer una reflexión critica de su

conocimiento y de como “hacen las cosas”. Es bajo el razonamiento critico no

bajo el razonamiento técnico que sucede esto (Langford, 1989).

Por lo tanto el razonamiento práctico y la acción critica son elementos esenciales

para revitalizar la actividad de la enseñanza sobre todo en el contexto de las

competencias, que ahora son el nuevo contexto dentro de las instituciones de

educación superior. En este sentido las preguntas que surgirían son: ¿hay un

cambio de tradiciones académicas que se contrapongan al la configuración de la

creación de una tradición de las competencias? ¿se puede hablar de una tradición

de las competencias que no solo sea instrumental o técnica?

En un articulo de Andre English (2009:83)) que se sitúa una línea

petersoniana23

sobre los fines y bienes educativos,ella problematiza la actividad

del docente desde los principios conceptuales de R. S. Peters -con conceptos

como la iniciación, mundo compartido, entre otros-. En su documento la autora

resalta el valor de las experiencias negativas de los alumnos como una forma de

interacción-pedagógica que le da al docente la posibilidad de ayudar al alumno

encontrar lo que denomina su voz, que para nosotros seria la configuración –la

voz- de su futura profesión.

Las reflexiones de la autora muestran un buen ejemplo como la filosofía de la

educación juega un factor central que permite al académico no solo repensar y

23

Con la palabra petersoniana, estamos hacemos alusión a la escuela que de alguna manera fundo R.S.

Peters, y decimos escuela por que sus aportaciones a la filosofía de laeducación han tenido sobre todo en

el mundo de habla inglesa un enorme impacto dejando seguidores de ideas.

Page 24: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

24

replantear su practica vía la construcción-aclaración de su propia Voz sino

también ayudarle al alumno a encontrar o reconstruir la suya, cuestión que para

otros autores se encuentra en las formas diversas en que los docentes viven la

profesión y les trasfieren a los alumnos esas formas de vida, vía su práctica

docente (Wringe, 2009)

English (2009:89) poniendo como base los planteamientos de Peters cuando

afirma que “ el modelo pasivo que ve al alumno como recipiente y al modelo

progresivo –activo- que ve al estudiante –aprendiz- como arbitro principal de

que es lo que vale la pena hacer” ambos son cuestionados por Peters ya que si se

instala uno solo dentro de uno u otro, no permiten ver los problemas de mundo

compartido en el que ambos de alguna manera están.

En este sentido el enseñar es cierto tipo de práctica experimental guiada por la

teoría. Este principio es fundamental desde nuestra perspectiva porque le regresa

a la interacción maestro-alumno su dinamismo que le es inherente. La idea de

que una profesión es guiada por teorías se ha convertido más en un clamor

normativo que descriptivo y eso es lo que le da su dimensión estacionaria. El

poner en el centro la práctica pude permitir refrescar este binomio. Ya que lo que

la filosofía de la educación vía el cuestionamiento del lugar de los fines y bienes

educativos es los que nos hace saber más sobre ese poner en practica, lo que

están demandado las competencias.

El fijarse en un modelo como por ejemplo el de tomar al alumno como único

sostén para aprender a enseñar lo que hace es reproducir maestros con métodos

fijos y que son incapaces de pensar su práctica, en ese sentido dicho modelo se

vuelve limitado porque no desarrolla a los maestros para que estos puedan lidiar

efectivamente con las condiciones cambiantes de la sociedad moderna. Hoy en

día la norma son los exámenes, certificaciones y el riesgo que se corre es que la

práctica de la enseñanza se convierta en una operación mecánica. Y podría traer

implicaciones desastrosas para la profesiones.

En este sentido es crucial que el docente académico no solo reflexione las

dimensiones practicas de su saber pedagógico sino los a priori que subyacen en

los vínculos que estable sobre el aprendizaje y las implicaciones para la

Page 25: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

25

enseñanza y que sostienen la forma en que el construye y entiende el

conocimiento. Pues esto anterior, será la plataforma que le permitan la

configuración y diseño tanto para las competencia como los contextos donde

estas se desarrollaran y/o adquirirán.

Por lo tanto, los aportes que hace C. Winch (2010:550) son útiles al señalar que

la ultima década han estado activos debates relacionados con la naturaleza del

conocimiento y su vinculación con el conocimiento declarativo. Describiendo

que poco se ha escrito sobre el impacto de estos debates epistemológicos en la

educación. El autor menciona que hay una contraposición entre dos grandes

familias de posiciones conocidas como el intelectualismo y el anti-

intelectualismo.

En su discusión Winch opta por dar soporte al movimiento anti-intelctualista ya

que este ultimo es el que proporciona la mejor oportunidad para construir una

racionalidad de la educación vocacional y profesional, al mismo tiempo que da

formas gruesas de agencia, autonomía y acción en la búsqueda de la excelencia.

La conceptuación que describe Winch (2010:560) sobre agencia en el contexto

educativo nos parece relevante, ya que dice: “… hay una importante categoría de

agencia, llamada la habilidad de practicar un oficio o una profesión, y que no

puede ser adecuadamente capturada ni por le concepto de habilidad o por la

práctica de una técnica..” Una ocupación involucra no solo la aplicación de una

amplia variedad de técnicas, sino la habilidad para operar independientemente,

planificar, coordinar, controlar, evaluar las actividades de uno mismo y

usualmente en conjunción con otras personas. La agencia equivale a la

administración de un proyecto ya que integra habilidades y conocimientos.

En las afirmaciones anteriores, el autor retoma los atributos de la inteligencia –

ya citados por Lum- pero lo posiciona ahora con el concepto de agencia,

estableciendo que al intelectualismo le cuesta mucho trabajo dar cuenta del uso

de los atributos de la inteligencia dentro de los atributos del “saber como” de

cuando apreciamos las acciones. Una de las características centrales -nos dice el

autor- de la educación vocacional o profesional no es que solo nos permite tener

la entrada o base de las competencias que nos permiten decir que el sujeto sabe

Page 26: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

26

hacer X actividad, sino que también introduce a los estudiantes al arte del oficio

o profesión a los estándares de excelencia que son obtenidos en la actividad y

desarrollarlos con el deseo de llegar a tales estándares. Y eso no puede ser hecho

si no tenemos un marco de referencia conceptual que nos permita distinguir

entre el novato y el experto. Así con la adquisición de lo versado hay algo más

que el manejo de las técnica –aún con lo primordial que esta es- que es el

desarrollo del juicio24

y la discreción en la aplicación de la técnica y en algunas

circunstancias en la aplicación o reacomodo de las técnicas. (Winch, 2010:566).

En síntesis parecería que no solo es importante considerar las cuestiones sobre la

inteligencia sino también la las configuraciones y construcciones de juicios.

Cuestiones que nos remiten al decir de filósofos como Oakeshott, cuando

establece que los juicios no pueden ser adquiridos separadamente del contexto

de su ejercicio en la actuación/ejecución de tareas especificas. Y enseñar juicios

es también enseñar habilidades especificas (William, 2010) no algo abstracto.

Los juicios no pueden ser reducidos a la adquisición del conocimiento técnico,

aunque un juicio involucre conocimiento técnico. Un juicio pude ser enseñado y

pertenece a la libre empresa del docente (enseñar con el ejemplo) de enseñarlo

de aquí los modelos de enseñanza del “aprendiz”- “maestro” (apprenticeship).

Modelos que para muchos autores tienen sus ventajas pero también sus

desventajas pero que en el fondo lo que muestran es lo difícil que es articular el

rol del maestro como modelo para el alumno. Pero simultáneamente muestran

que hay mucho más que aprender de estos modelos. Puesto que evidencian que

al trastocar la relación maestro- tema y alumno-deseo lo que implícitamente se

esta formulado es que de alguna forma, parte de la identidad del maestro debe

ser vinculada y reflexionada a los fines educativos y a las prácticas

institucionales. Ya que consciente o inconcientemente, intencionalmente o no

intencionalmente el docente de alguna manera es el representante de la profesión

para el alumno cuestiones que fueron ya marcadas por la praxis, y la poiēsis.

Por lo tanto, bajo el actual contexto el presente trabajo tiene como objetivo

mostrar que intrínsecamente dentro del quehacer académico de los que

24

El subrayado es mío

Page 27: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

27

trabajamos en las universidades publicas, se encuentra la necesidad de estar

constantemente deliberando de una manera critica-reflexiva sobre las

posibilidades de lo que aparentemente aparece como algo inescapable, y que

tienen como referencia la aplicación de políticas y programas que distan mucho

de ser consensados y pensados por los que las instauran.

Si bien en la ultima década se han presentados debates sobre la función

critica de la filosofía de la educación (Heyting , Winch, 2004). Hay que

establecer que la noción de critica ha jugado un papel importante dentro de la

filosofía de la educación. El concepto de critica como un objetivo dentro de los

fines de la educación sigue teniendo una resonancia importante pero no sólo para

la formación de alumnos sino para vigorización de las prácticas académicas

universitarias.

Nuestro trabajo intenta presentar la posibilidad de que sin un deliberar-hacer

sobre las prácticas de los académicos, -y que en nuestro trabajo hace referencia a

la docencia-,

Así con la implementación del modelo por competencias se esta trastocando

no sólo es la práctica docente sino la identidad del mismo docente, y es bajo la

lógica del razonamiento práctico donde los dilemas que se presentan dentro de la

actividad de enseñanza pueden hacerse entendibles. En este sentido los docentes

tienen que hacer una reflexión critica de su conocimiento y de cómo “hacen las

cosas”, a partir el razonamiento práctico-critico y no solo bajo el razonamiento

técnico, que es desde donde comúnmente sucede esto (Langford, 1989), en el

actual marco de los programas de evaluación y superación docente.

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Page 30: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

30

A tradição naexperiênciafilosófica nietzschiana

Lúcia Schneider Hardt

O texto tem como propósito realizar uma reflexão sobre a ideia da

tradição considerando a experiência nietzschiana. A atividade vivida com alunos

no 1º semestre de 2012na UFSC (Universidade Federal de SC) exigiu uma

aproximação com a filosofia de Nietzsche. Neste processo sempre ocorrem

escolhas, definições para ajustar-se aos prazos acadêmicos institucionais.

Partimos dos conceitos dearte defendidos e destacados no Nascimento da

tragédia, obra do Nietzsche jovem,que privilegiou Wagner e Schopenhauer, na

medida em que representavam a afirmação da vida e da criatividade. Esta foi a

expressão da fase nietzschiana considerada metafísica do artista, pois

representava a beleza sem a subordinação à lógica. Os dois modelos pareciam

enfrentar por um lado a moral e por outro a filosofia ocidental. Mas Nietzsche

em sua crítica a esta obra percebe que serviu-se de uma linguagem comum para

tentar fazer algo incomum. Teria sido necessário outra linguagem, outras

palavras, outra beleza. Mais do que isto, na maturidade já não suportará a

resignação presente em Schopenhauer e muito menos a submissão de Wagner ao

Estado.

Nietzsche pensava ter tocado dois belos modelos de arte, mas percebe

que precisava percorrer ainda outros caminhos para reencontrar a arte pré-

socrática, a musicalidade e tragicidade dionisíaca que quer muito mais da vida

que sua suposta negação. Além disto, Nietzsche percebeu que também “fabulou”

a exemplo dos modernos, quando achou ter visto na manifestação da música

alemã uma expressão quase análoga à arte grega. A força de um Reich ficou

Page 31: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

31

despercebida, um império ficou invisível, mas por fim revelou-se como

impedimento da cultura. O que via e me encantava, diz Nietzsche “era a menos

grega de todas as formas possíveis de arte” (2007, p.19)o que me exigiu outro

rumo, sem, contudo abandonar a arte. Afinal que outra música e outra palavra

podem expressar um “jeito trágico de ser” (Silva, 2011, p.107)? Que outra

estética é possível desde que a vida e a natureza possam temperar e fermentar o

que por fim aparece?

A experiência nietzschiana de filosofia preservou a tradição inclusive

quando percebe que não a compreendeu plenamente. A vida dos filósofos, suas

obras, sua curiosidade, seus projetos vão mostrando como ficamos impactados

pelas nossas próprias reflexões, mas ao mesmo tempo ficamos extasiados com a

possibilidade de sempre de novo poder retomá-las, sem apagar o que foi

realizado, mas tomando o vivido eodito para reescrever o próprio pensamento.

Assim a tradição não é o oposto da contemporaneidade, não impede a

reflexão sobre o presente. A tradição em qualquer perspectiva filosófica, bem

como em qualquer dimensão cultural, é um recurso utilizado para explicar nossa

inserção na história, como poderá ser um recurso para reeditar esta inserção

considerando os desafios atuais.

A estética de Nietzsche nasce da vida, está baseada na afirmação de que a

vida pode nos satisfazer pela sua própria condição. Esta ideia vem da tradição

grega, mas certamente existe em outras culturas com outros formatos. Importa

conhecer e estudar a vida em determinados momentos históricos e culturais. Para

existir uma reflexão nova sobre a vida, serápreciso outro estilo, outra linguagem,

outra experiência. Assim o estético em Nietzsche jamais significará seguir os

parâmetros do belo, da sensibilidade, do arranjo inventado para impressionar. O

estético nasce de uma força, de uma vontade de potência que deseja afirmar a

vida para reinventá-la sempre que necessário.

Quando criticou “o jeito racional de ser” (Silva, 2011, p. 107) em

Sócrates no Nascimento da tragédia, Nietzsche segundo Machado (1994, p.140)

produz uma crítica da morte do trágico pelo saber racional ainda por meio da

lógica e do argumento. Assim: “Que validade poderá ter uma crítica da razão

feita a partir da razão?” (Machado, 1994, p. 140).

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O que fica exposto desse modo é que a tragédia não pertence ao mundo

do racional. Nem por isso pode ser definida como irracional. Para Nietzsche

segundo Machado está em questão pensar outra filosofia que reivindica uma

postura trágica, dionisíaca e que, portanto ao reeditar a tradição:

Precisa se expressar numa linguagem adequada a essa

visão de mundo: uma linguagem artística e não científica

figurada e não conceitual. Ora, se essa dificuldade não

parece, aos olhos de Nietzsche, intransponível, isto se

deve, principalmente, ao livro que, um ano antes, ele

havia concluído e queele destaca como a parte de sua

filosofia que diz sim: Assim falouZaratustra. Não é, a

esse respeito, sintomático que a “tentativa de autocrítica”

se encerre com um trecho desse livro, sobre a alegria

trágica, logo depois de Zaratustra, a personagem central,

ser chamado de “demônio dionisíaco”? Minha hipótese é

que Assim falou Zaratustra é o canto que, em 1886,

Nietzsche lamentou não ter cantado com seu primeiro

livro, significando sua tentativa mais radical de evitar a

contradição da luta contra a razão se realizar através de

uma forma de pensamento submetido à razão. (

MACHADO, 1994, p. 140)

Desse lugar, dessa definição de estética, dessa experiência delinguagem e

de canto desejo tecer outros fios e outra trama: a possibilidade estética da

experiência docente. Nietzsche produz outra filosofia, cria linguagem e

musicalidade no texto, recusa e enfrenta a metafísica, encontra-se parece com a

bela forma grega (expressão de uma tradição) tão desejada desde o início de o

seu filosofar. E nós educadores, o que mesmo desejamos,o que recusamos e o

que somos capazes de inventar?

Certamente não caberia tomar Nietzsche como modelo, mas colocar-se

ao lado paracontinuar pensando com ele e com suas ferramentas que ainda hoje

parecem ter função. Como diz Silva (2011), nosso mundo pedagógico é

excessivamente otimistae ajustado ao império das vontades políticas. O jeito

racional de ser em termos educacionais sempre produziu mais aderênciado que

recusa mais ajuste do que invenção, mais resignação do que duelo.

Como inventar outro canto e outra linguagem para a educação?

Parecemos como Nietzsche, estamos diante de uma encruzilhada. Será que já

nos demos conta disto ou ainda continuamos a falar compulsivamente sobre os

Page 33: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

33

desvios da educação e a indicação do que seria o caminho emancipado. Não

teríamos nós também esquecido o “jeito trágico de ser”, de ser educador?

A dimensão trágica da educação é a própria dimensão estética, pois

compreende a complexidade da vida, reconhece o sofrimento, a turbulência, o

inaudito, mas sabe que ele vem da vida que se mostra em abundância e busca na

arte uma expressão dessa energia para ser vividaafirmativamente e não

silenciada pelos ajustes e convenções sociais.

A invenção que não rejeita a tradição, mas talvez possa de fato escavar o

terreno para aquilo que acabou sendo dispensado exatamente por ser dito como

tradicional. Voltar a pensar sobre o conceito de arete, que não é do tamanho de

uma receita pedagógica, mas implica a coragem de um sujeito que reconhece de

novo sua “vulcanidade” (Silva, 2011, p.115) instintiva para criar. A mais elevada

arete é aquela que é capaz de “fazer sua a beleza”. (Jaeger, 2001, p. 35). Para os

gregos aspirar à beleza significa não disperdiçar energia, mas concentrá-la no

que de melhor poderá surgir de nós mesmos. Esta determinação parece não é

muito comum, apresenta-se de uma forma rara e singular. O espírito de guerra, a

destreza do uso das ferramentase das armas exige perseverança e coragem.

Infelizmente nossas guerras estão sendo delineadas unicamente pelas demandas

coletivas, que ficam legitimadas, pois representam a maioria. A maioria não é

condição suficiente para produzir beleza, existe algo de singular na beleza e que

não pode ficar minimizada em função de sua pouca liquidez quantitativa.

A atividade provocou nos estudantes reações ambíguas, alguns de

rejeição e outros de aproximação com o tema e a provocação para a área da

Educação. Os resultados não podem ser computados objetivamente, mas ficou

identificado um alargamento de olhar, o conhecimento de outra perspectiva para

continuar a ruminar sobre as possibilidades de tomar a tradição para pensar os

desafios educacionais na contemporaneidade.

Palavras-chaves: tradição, educação, dimensão estético-trágica,

Nietzsche.

Artigo completo

Page 34: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

34

Filosofia e tradição são temas controversos. Um parece depender do

outro, contudo a análise do assunto merece uma atenção especial.

Particularmente em Nietzsche o assunto é polêmico e ambíguo. De imediato

pode dar a impressão que o filósofo ao realizar sua crítica à modernidade está

despedaçando toda a tradição e que seria exatamente isto que o destacaria como

um pensador irreverente. Ele enfrenta uma determinada tradição e afirma outra.

Nestes termos o texto pretende destacar a reflexão praticada junto a

alunos da Graduação em curso de formação de professores e na disciplina de

filosofia da educação para exatamente lidar com esta ambiguidade entre a

tradição e a filosofia. Os alunos em geral num primeiro momento apreciam os

textos nietzschianos pela sua intempestividade, ironia, critica, acidez. Parece

uma aderência imediata àquilo que se mostra supostamente “revolucionário”.

Contudo, na sequência dos estudos, vão estranhando a crítica quando ela se

dirige tão intensamente sobre o tema da moral. Afinal o que pretende este

pensador ao destruir as bases de um pensamento civilizado e ancorado em um

ideia de Bem e de Justiça, tão necessárias às formas de convivência humana. Do

entusiasmo inicial, tem início uma rejeição.

Tomar um autor para pensar com ele significa outra coisa do que virar

discípulo. A graduação parece ser este espaço para refletir sobre alguns

pensadores, sem de imediato desejarque os alunos decidam aderir ou julgar. Este

foi o prosseguimento do desafio docente, superar a ideia de excesso de

entusiasmo e também de rejeição para conhecer de fato a obra e na maioria dos

casos partes e segmentos da produção do filósofo. O eixo motivador foi iniciado

pelo conceito de tradição.

Nos debates em aula partimos do conceito de arte defendido e destacado

no Nascimento da tragédia, obra do Nietzsche jovem, que privilegiou Wagner e

Schopenhauer, estilos representativos da beleza e da afirmação da vida. Esta foi

a expressão da fase nietzschiana considerada a metafísica do artista, pois

representava a beleza sem a subordinação à lógica. Os dois modelos pareciam

enfrentar por um lado a moral e por outro a filosofia ocidental. Mais tarde o

próprio Nietzsche revisa a obra - Nascimento da tragédia- percebe que serviu-se

de uma linguagem comum para tentar fazer algo incomum. Teria sido necessário

Page 35: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

35

outra linguagem, outras palavras, outra beleza. Na maturidade filosófica já não

suportará a resignação presente em Schoppenhauer e muito menos a submissão

de Wagner ao Estado. Acaba rejeitando os dois modelos enquanto expressão de

uma cultura nobre. E não rejeita utilizando-se de argumentos avessos à tradição,

mas por reconhecer que a tradição helenística foi desconsiderada pelos dois

artistas. Seria necessário escavar mais, caminhar para trás e de novo encontrar-se

com a arte do tempo pré-socrático: a tragédia. Até aqui: Nietzsche está em

busca de uma tradição, de uma afirmação da vida que é trágica e que foi negada

pela nossa ânsia pela racionalidade. O empenho peloprogresso, pela

modernidade cegou o ser humano que converteu a tradição em moralidade

exigindo submissão e obediência.

Nietzsche pensava ter tocado dois belos modelos de arte, mas percebe

que precisava percorrer ainda outros caminhos para reencontrar a arte pré-

socrática, a musicalidade e tragicidade dionisíaca que quer muito mais da vida

que sua suposta negação. Além disto, Nietzsche percebeu que também “fabulou”

a exemplo dos modernos, quando achou ter visto na manifestação da música

alemã uma expressão quase análoga à arte grega. A força de um Reich ficou

despercebida, um império ficou invisível, mas por fim revelou-se como

impedimento da cultura. O que via e me encantava, diz Nietzsche “era a menos

grega de todas as formas possíveis de arte” (2007, p.19) o que me exigiu outro

rumo, sem, contudo abandonar a arte. Afinal que outra música e outra palavra

podem expressar um “jeito trágico de ser” (Silva, 2011, p.107)? Que outra

estética é possível desde que a vida e a natureza possam temperar e fermentar o

que por fim aparece?

Nietzsche contesta uma tradição que acredita no livre-arbítrio, na

existência das causas finais, na existência de uma realidade transcendente, na

perenidade dos valores, no controle da razão. Contesta uma tradição que caiu da

armadilha da moral. Retomamos a ambiguidade do termo: afinal qual tradição o

filósofo destaca? Nos gregos pré-socráticos encontra outra tradição que não é

subsumida pela moral e pela obediência, mas pela afirmação da vida.

A dimensão estética em Nietzsche é oriunda de uma cosmovisão que em

grande medida enfrenta a racionalidade socrática e platônica. Ao invés da

Page 36: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

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racionalidade, a apresentação da arte trágica, o retorno aos instintos apolíneos e

dionisíacos como alternativa ao pensar racional. Em seu primeiro livro, o

Nascimento da tragédia, a arte é um imenso contexto de onde tudo nasce. O

herói trágico ensina a viver em tempos gregos e assim cultura e formação

precisam debruçar-se sobre esta condição para compreender o viver pleno. Um

viver que depende de dois instintos: apolíneo e dionisíaco. No Nietzsche jovem

essas duas medidas parecem acessar um cenário de equilíbrio que

posteriormente se modifica beneficiando mais Dioniso do que Apolo.

Nietzsche em seu período “médio” debruça-se sobre a ciência e percebe o

quanto este conteúdo é importante para reconhecer a força artística da vida. A

natureza viva pode ser compreendida pela fisiologia, psicologia, química

indicando forças que disputam espaços, tempos para afirmar-se. Em síntese o

homem científicoacaba também por reconhecer-se como artista.

A racionalidade manteve a palavra capturada pelos conceitos. Nietzsche

quer lembrar do canto, da música, da arte, do desejo , da poesia que seduz a

palavra para criar outra cena e outro espaço de expressão da vida. Quer seduzir

também aquele que deseja aprender, conhecer, tocar o belo. Subordinar a

educação apenas ao conceitual parece ter retirado da experiência a beleza da

aprendizagem. Antes de qualquer reação já podemos afirmar quenão está em

questão fazer da educação o campo do irracional, da expulsão da palavra. Mas a

inserção do canto, da música, da arte, da poesia, da literatura. Um canto que

metaforicamenteergue uma vontade: encantar quem deseja aprender para além

da palavra presa ao conceito.

A subordinação do belo ocorre em função do domínio da moralidade, e

de um modelo dado como único e melhor. Na modernidade houve um empenho

em fazer do homem um incorporador de hábitos e costumes, adestrando-o a uma

certa ideia de cultura. Desta convicção consolida-se inclusive uma defesa: a

formação humana compreende uma assimilação do costume, incorporar a ideia

de que é positiva a ideia do hábito de ter hábitos. O hábito converte-se em

costume e depois em tradição. No livro Aurora, Nietzsche afirma que a

moralidade é obediência a costumes, e a tradição implica uma autoridade que

impõe subordinação. Deixar o indivíduo livre parece um perigo, os espíritos

Page 37: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

37

livres não se agrupam de uma forma desejada e muito menos desejam inserir-se

nos modelos existentes. Neste lugar o que então seria a tradição para Nietzsche?

Uma autoridade superior, a que se obedece, não porque

ela manda nos fazer o que é útil, mas porque ela manda.

– Em que se distingue esse sentimento pela tradição do

sentimento do medo em geral? Ele é o medo diante do

intelecto superior que manda, diante de uma potência

inconcebível, indeterminada, diante de algo mais que

pessoas-há superstição nesse medo.(Nietzsche, 2008,

p.19)

A tradição converteu-se em costume para evitar ações individuais. O

homem individual é visto como imoral, pois quer depender de si mesmo e não de

uma tradição. A dimensão moral do ser humano fica configurada pelo esforço

em seguir os costumes e mais estabelecer e consolidar um tipo de sociedade e de

cultura. E este tipo de cultura não quer mais permitir outras experiências tão

vivenciadas em outros tempos, pois outra vivência pode resultar em outros

costumes. A moralidade que se opõe a que se façam novas experiências para

alterar , romper com os costumes embrutece a formação humana.

Em alguma medida, o Nietzsche maduro parece desejar tomar a palavra

como arte e como música o que fica exposto por meio do livro Zaratustra. Este

movimento implica retomar uma tradição, uma experiência vivida nos tempos

pré-socráticos onde a música tinha mais destaqueque o conceito. Tradição,

palavra polêmica, como bem anunciamos no início do texto, representa aqui um

outro componente que não a armadilha do costume e de uma moralidade.

Assim podemos dizer que inicialmente Nietzsche absolutiza a arte como

espaço da formação, para depois em conservando este princípio, empenhar-se

em fazer arte com a palavra em movimento.Vejamos a crítica que ele mesmo faz

a seu primeiro livro ao perceber na maturidade que enfrentou a racionalidade

socrática da forma menos adequada, ou seja por meio de argumentos e

conceitos. Em algum momento diz Nietzsche: ( 2007, p.14) “ é pena que eu não

me atrevesse a dizer como poeta aquilo que tinha a dizer....”.

Page 38: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

38

Aparece uma outra tradição, uma outra vivência, outro valor. Em cada

escrito do filósofo é preciso entender como ele indica qual a tradição que

combate e qual aquela que quer reencontrar.

Como inventar outro canto e outra linguagem para a educação?

Parecemos como Nietzsche, estamos diante de uma encruzilhada. Será que já

nos demos conta disto ou ainda continuamos a falar compulsivamente sobre os

desvios da educação e a indicação do que seria o caminho emancipado. Não

teríamos nós também esquecido o “jeito trágico de ser”, de ser educador?

A dimensão trágica da educação é a própria dimensão estética, pois

compreende a complexidade da vida, reconhece o sofrimento, a turbulência, o

inaudito, mas sabe que ele vem da vida que se mostra em abundância e busca na

arte uma expressão dessa energia para ser vivida afirmativamente e não

silenciada pelos ajustes e convenções sociais.

A invenção que não rejeita a tradição, mas talvez possa de fato escavar o

terreno para aquilo que acabou sendo dispensado exatamente por ser dito como

tradicional. Voltar a pensar sobre o conceito de arete, que não é do tamanho de

uma receita pedagógica, mas implica a coragem de um sujeito que reconhece de

novo sua “vulcanidade” (Silva, 2011, p.115) instintiva para criar. A mais elevada

arete é aquela que é capaz de “fazer sua a beleza”. (Jaeger, 2001, p. 35). Para os

gregos aspirar à beleza significa não desperdiçar energia, mas concentrá-la no

que de melhor poderá surgir de nós mesmos. Esta determinação parece não é

muito comum, apresenta-se de uma forma rara e singular. O espírito de guerra, a

destreza do uso das ferramentas e das armas exige perseverança e coragem.

Infelizmente nossas guerras estão sendo delineadas unicamente pelas demandas

coletivas, que ficam legitimadas, pois representam a maioria. A maioria não é

condição suficiente para produzir beleza, existe algo de singular na beleza e que

não pode ficar minimizada em função de sua pouca liquidez quantitativa.

A estética de Nietzsche nasce da vida, está baseada na afirmação de que a

vida pode nos satisfazer pela sua própria condição. Esta ideia vem da tradição

grega, mas certamente existe em outras culturas com outros formatos. Importa

conhecer e estudar a vida em determinados momentos históricos e culturais. Para

existir uma reflexão nova sobre a vida, será preciso outro estilo, outra

Page 39: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

39

linguagem, outra experiência. Assim o estético em Nietzsche jamais significará

seguir os parâmetros do belo, da sensibilidade, do arranjo inventado para

impressionar. O estético nasce de uma força, de uma vontade de potência que

deseja afirmar a vida para reinventá-la sempre que necessário.

Quando criticou “o jeito racional de ser” (Silva, 2011, p. 107) em

Sócrates no Nascimento da tragédia, Nietzsche segundo Machado (1994, p.140)

produz uma crítica da morte do trágico pelo saber racional ainda por meio da

lógica e do argumento. Assim: “Que validade poderá ter uma crítica da razão

feita a partir da razão?” (Machado, 1994, p. 140).

O que fica exposto desse modo é que a tragédia não pertence ao mundo

do racional. Nem por isso pode ser definida como irracional. Para Nietzsche

segundo Machado está em questão pensar outra filosofia que reivindica uma

postura trágica, dionisíaca e que, portanto ao reeditar a tradição:

Precisa se expressar numa linguagem adequada a essa

visão de mundo: uma linguagem artística e não científica

figurada e não conceitual. Ora, se essa dificuldade não

parece, aos olhos de Nietzsche, intransponível, isto se

deve, principalmente, ao livro que, um ano antes, ele

havia concluído e que ele destaca como a parte de sua

filosofia que diz sim: Assim falou Zaratustra. Não é, a

esse respeito, sintomático que a “tentativa de autocrítica”

se encerre com um trecho desse livro, sobre a alegria

trágica, logo depois de Zaratustra, a personagem central,

ser chamado de “demônio dionisíaco”? Minha hipótese é

que Assim falou Zaratustra é o canto que, em 1886,

Nietzsche lamentou não ter cantado com seu primeiro

livro, significando sua tentativa mais radical de evitar a

contradição da luta contra a razão se realizar através de

uma forma de pensamento submetido à razão. (

MACHADO, 1994, p. 140)

Desse lugar, dessa definição de estética, dessa experiência de linguagem

e de canto desejo tecer outros fios e outra trama: a possibilidade estética da

experiência docente. Nietzsche produz outra filosofia, cria linguagem e

musicalidade no texto, recusa e enfrenta a metafísica, encontra-se parece com a

bela forma grega (expressão de uma tradição) tão desejada desde o início de o

Page 40: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

40

seu filosofar. E nós educadores, o que mesmo desejamos, o que recusamos e o

que somos capazes de inventar?

Certamente não caberia tomar Nietzsche como modelo, mas colocar-se

ao lado para continuar pensando com ele e com suas ferramentas que ainda hoje

parecem ter função. Como diz Silva (2011), nosso mundo pedagógico é

excessivamente otimista e ajustado ao império das vontades políticas. O jeito

racional de ser em termos educacionais sempre produziu mais aderência do que

recusa mais ajuste do que invenção, mais resignação do que duelo.

Para Nietzsche, assim como para os gregos arcaicos, a capacidade de

recusa implica duelo, luta, embate, força, jamais resignação. O contexto da

formação do herói grego ocorre na arena pública, e quando Nietzsche recusa a

democracia quer trazer de volta uma concepção política própria dos gregos.

Assim a aristocracia do filósofo está ancoradaem grandes feitos destes heróis,

acima do bem e do mal. A política a serviço da moral degenera, também a

serviço de preocupações econômicas. O valor da política, da grande política é

dar destaque a grandes homens capazes de conduzir ações criativas e corajosas.

A liberdade no âmbito do agon grego está ligada a grandes e criativas ações, não

devem ser avaliadas por um julgamento moral, e sim, pela excelência contida em

seu desempenho.

Já os herdeiros da Aufklärung não podem entender esta posição do

filósofo que entendia que o maior desafio do ser humano é colocar para si

mesmo o mais elevado valor independente da moral e dos costumes. Mais

importante seria viver servindo os homens mais raros, mais elevados, e não

atender aos interesses da maioria ou de um sistema que tudo explica e normatiza.

Este homem poderia ser aquele que chamou de espírito livre, além-homem, o

indivíduo soberano. Para que este homem surja é preciso restabelecer a

dimensão trágica da filosofia, que é em certa medida a tradição que Nietzsche

quer resgatar. O trágico é anfitrião tanto da criação quanto da destruição,

consegue compreender o que é sombrio e o que é luminoso. Faz filosofia por

nuances, reconhece a fluidez dos sentidos. Rejeita uma visão otimista da vida e

não deseja uma vida conformada, sempre compreensível, restrita a segurança,

conforto e bem estar. A dimensão trágica não elimina a racionalidade da vida,

Page 41: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

41

apenas não permite a sua tirania. Não podemos tudo corrigir, salvar, arrumar,

desvendar, descobrir, a vida também implica saber levar seu lado sombrio e por

vezes doloroso.

Assim a tradição na filosofia de Nietzsche tem lugar, mas a tradição

resgatada do classicismo que fica destacado pois afirma a vida, a vontade de

poder. A ideia de tradição implica uma ideia de passado, memória, história.

Nietzsche desaprova a busca destes elementos para despertar os mortos,

enaltecer personagens e momentos históricos. O tempo deve ser enfrentado para

dar lugar a outros tempos, a outros feitos. A extemporaneidade é uma forma de

lidar com o presente e o passado, não para acumular e destacar pessoas e fatos,

mas para pensar o que ainda está por vir. Repetir os gregos não significa repetir

a ação, mas a capacidade de ser afirmativo diante da vida e com esta força

continuar pensando seu tempo e contra seu tempo. E esta reflexão exige o

indivíduo forte, corajoso, criativo, capaz de ser original. Nietzsche diferencia-se

dos românticos que ao buscar o passado querem ser como os gregos, atitude que

esteve presente em parte no Nietzsche jovem. Contudo o filósofo acaba por

compreender que é na extemporaneidade que está a leveza da criação e o desafio

de cada homem em função do seu tempo.

Assim a forma como Nietzsche toma o passado é diferente dos

românticos, não quer repetir, enaltecer as formas belas, adaptar-se ao modelos

conhecidos. O que Nietzsche aprende com os clássicos é o valor da ação. Não

basta contemplar os grandes dramas humanos, o valor está em tomá-los como

temas da vida para afirmar-se criativamente. Os temas do romantismo sugerem

uma contemplação que acaba sendo uma espécie de submissão ao já vivido.

Segundo Nasser(2011, p.32) Nietzsche ao criticar a reatividade dos românticos,

percebe que são incapazes de dominar as paixões. O que devemosé atingir a

espiritualidade da paixão, não reagir de imediato aos estímulos, valorar o

sossego, a lentidão para continuar pensando sobre os grandes dramas humanos

que sempre estarão entre nós.

Este texto pretendeu mostrar que Nietzsche não é um destruidor das

tradições, um irracionalista capaz de tudo desprezar. Pelo contrário, em sua

trajetória mostrou o valor das nuances, dos detalhes de uma tradição capaz de

Page 42: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

42

provocar “eternamente” deslocamentos, movimentos e pensares humanos para

serem interpretados aluz de critérios tocados pela vida, uma vida que deseja

tornar-se afirmativa, singular e criativa. Não seriam estes também os desafios de

um educador? Ser capazes de perceber nuances, detalhes para criar seu próprio

estilo de ensinar, aprender e conviver? Inserir a dor e o prazer implicados pela

vida para não reagir simplesmente, mas com vagar e paciência dar uma

plasticidade estética ao processo de formação humana?

Referências

NIETZSCHE, Friedrich. Crepúsculo dos ídolos ou como se filosofa com o

martelo. Trad. Paulo César de Souza – São Paulo: Companhia das Letras, 2006.

__________Assim falava Zatratustra. Um livro para todos e para ninguém.

Trad. Mário Ferreira dos Santos. – Petrópolis, RJ: Vozes, 2007.

JULIÃO, J. N.Considerações sobre o aristocrático e o Estado em Nietzsche.

Revista Ethica, Rio de Janeiro, v.9, N. 1 e 2, p.109-118, 2002.( revista virtual)

JAEGER,Werner.A formação do homem grego, 3ªed. São Paulo: Martins

Fontes, 1995.

JÚNIOR, Oswaldo Giacóia. Nietzsche. São Paulo: Publifolha, 2000.

MACHADO,Roberto.ArteeFilosofiano “Zaratustra”

deNietzsche.In:NOVAES,Adauto

(Org.).Artepensamento.SãoPaulo:CompanhiadasLetras,1994.

NASSER. Eduardo. O Romantismo em Nietzsche enquanto um problema

temporal, estético e ético. In: As ilusões do eu Spinoza e Nietzsche.

MARTINS,A.; SANTIAGO, H.OLIVA,L. C. Rio de janeiro, Civilização

Brasileira, 2011.

SILVA,SérgioPereirada.PedagogiadoRessentimento:ootimismonasconcepçõesen

aspráticasdeensino.RevistaBrasileiradeEstudosPedagógicos,Brasília,v.92,n.

230,p.107–125,jan./abr.2011.

VIESENTEINER, Jorge Luiz. O projeto crítico de inversão da

compreensibilidade em Nietzsche. In: Nietzsche e a interpretação.

Org:AZEREDO, V.;SILVA, I. São Paulo: SP: Humanitas, 2012

Page 43: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

43

“La enseñanza artística universitaria y el filosofar sobre

las prácticas docentes. ¿Fuera o dentro de la filosofía de la

educación?”

Lic. Magalí Pastorino

Introducción.

El objeto de este texto es aportar a la discusión sobre los límites y

contenidos de la filosofía de la educación a partir de las reflexiones surgidas en

las prácticas de enseñanza artística universitaria, tomando como base para el

diálogo la propuesta de la Dra. Andrea Díaz en su artículo “Acerca de cómo

entendemos la filosofía de la educación” (2011:91-100)

Nuestro aporte surge desde la reflexión en torno a las prácticas docentes

de nuestra Universidad, que actualmente enfatiza en la integralidad de las

funciones docentes con las de investigación y las de extensión. Nos centraremos

Page 44: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

44

en una experiencia actual de formación de estudiante y docente investigador en

arte, en la formación de grado a través de las actividades del GIPACEE (Grupo

de Investigación de las Prácticas Artísticas Contemporáneas y sus Enunciados

Estéticos25

) que se desarrollaron en el transcurso de este año, en el marco

curricular del curso Seminario taller de las Estéticas 1 (IENBA- Fac. de Artes).

En ese marco surge el Espacio de Apoyo a la Investigación que tiene como

objeto dilucidar sobre los posibles territorios que configura la investigación en

arte, tomando en cuenta los alcances gnoseológicos de la producción (poiesis)

artística. Por otro lado -y entendiendo que la producción artística nos lleva a la

conformación de subjetivaciones- dicho Espacio intenta visualizar el sentido de

las prácticas artísticas fundamentadas en una estética de la existencia y así

abonar esta tematización, articulándola con el discurso del arte y las prácticas

artísticas. Cabe señalar que también se brinda apoyo al estudiante para su trabajo

final de egreso y para sus investigaciones –financiadas o no- así como para las

investigaciones de docentes y egresados. De esa manera hemos podido instalar

un espacio de reflexión sobre investigación en arte, que retroalimenta y

promueve la producción de proyectos investigativos. Aparece como tema de

discusión en este Espacio los protocolos de investigación propuestos por nuestra

Universidad, pues los mismos son iguales para todas las áreas de conocimiento,

y por esto, no contemplan la complejidad del territorio de las prácticas artísticas.

Por lo antes mencionado, entendemos que como docentes nos ubicamos

en un lugar problemático. Al ser docentes y no licenciados en filosofía estamos

construyendo ciertas prácticas que implican una reflexión sobre la investigación

en arte, pero también sobre ellas mismas. Esto nos lleva a pensar que la

actividad filosófica es imprescindible para la reflexión sobre las prácticas

docentes, porque nos brindan modos de propiciar ambientes críticos-productivos

en el aula. Asimismo, creemos que dicha actividad también es necesaria para

poder comprender las complejidades del territorio del arte actual donde el artista

se vuelca hacia la sociedad a través de cuestionamientos medulares sobre la vida,

la muerte, el amor, la enfermedad, las relaciones de poder, los modos de ser, etc.

25 Grupo de estudios aprobado por el Consejo del IENBA en 2005, cuyo responsable es el Prof. N.

Baliño. Cabe el mérito de esta reflexión a la crítica fructífera y los intercambios de experiencias con sus

integrantes, en particular: Norberto Baliño, Mariana Picart y May Puchet.

Page 45: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

45

En esta reflexión, intentaremos dar razones suficientes para argumentar

la importancia de dar cabida a una actividad reflexiva de carácter filosófico en

las prácticas docentes de enseñanza artística. En la práctica cotidiana, el equipo

docente vuelca y comparte los contenidos reflexivos con los estudiantes, con el

fin de propiciar la emergencia de una pequeña comunidad de modos de pensar y

pensarse a través de la enseñanza en arte y desde los márgenes disciplinares de

la filosofía.

Algunas apreciaciones sobre la filosofía de la educación desde las prácticas

docentes en arte.

Asumimos que la educación – que forma parte de las prácticas sociales e

históricas de nuestra cultura - nos constituye humanos y nos involucra en un

sentido de valores. También nos imbrica en un código lingüístico por el que nos

manifestamos, dialogamos, producimos, pensamos y hacemos. Todo eso hace a

nuestra vivencia y sentido de pertenencia en una comunidad.

Nuestro objeto de estudio -el arte- es poliédrico, es complejo. Para

considerar dicho objeto este equipo docente asume un enfoque fenomenológico

y hermenéutico. La enseñanza artística necesita de un ambiente en donde se

habilite la producción de múltiples significaciones sobre los ámbitos de la vida

sin prescripciones estéticas – es decir sin un canon de lo que está bien, de lo que

es bello, de lo que es prolijo- propiciando así el despliegue diverso de la

subjetividad.

Lo que se le pide al estudiante es una consistencia de trabajo y una

apropiación de lo que hace, desde una implicación. Por eso la metodología

utilizada en la experiencia apunta a generar un espacio de implicación por parte

del estudiante. Para eso se toma en cuenta, desde los aspectos primarios

emocionales volcados -y su conceptualización- hasta los aspectos que: 1- llevan

al logro de una autonomía del hacer y proyectar la actividad artística; 2-

posibilitan visualizar las temáticas persistentes y lo que eso significa para cada

uno; y 3- ayudan a distinguir una postura, pudiendo dudar de ella e ir

modificándola sobre la marcha.

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Este es el escenario de las prácticas docentes en arte que traemos para

reflexionar. Centrarnos en las características del arte desde la producción

(poiesis)26

nos lleva a corrernos de nuestra mirada cotidiana, a elegir las

hibridaciones como lugar de comodidad para detenernos en la producción y así

habitarla, apropiárnosla y re-significarla. Esto supone no sólo cambiar de rostros,

de pareceres, de sentidos sino que también implica hacer foco en lo existencial y

los efectos múltiples de estos cambios, de estos pliegues subjetivos del habitar.

Tomando la metáfora de A. Díaz nuestro “centauro” -en este escenario- ya no se

encuentra tan cómodo en esta jungla porque ya no es natural. Es una densa

construcción histórica y discursiva donde Quirón deviene en algo más

problemático que ser mitad hombre y mitad animal. Lo que se juega en la

formación en arte, es un territorio diverso, múltiple, atravesado por aspectos

técnicos- tecnológicos, políticos, éticos, deseantes, históricos, sociales,

espirituales, massmediáticos, y un gran etcétera que conforma una gran bolsa

discursiva que gira sobre la producción estética-artística y la existencia del

artista como productor.

Siguiendo con la metáfora podemos decir que ahora Quirón es un arquero

que está atajando penales –si es que consigue recursos para hacerlo – o que se

queda mirando, o que puede llegar a festejar, a sorprenderse o a enojarse cuando

la pelota entra en un arco no ya defendido por él. Este quedar fuera del lugar del

saber autosuficiente -omnipotente y paternal- se resigna por el lugar del diálogo

y de la reflexión, que es el que se permite un arraigo existencial, compartido y

afectivo. La tensión ocurre en tanto el lugar de la práctica docente -que aparece

en el contrato educativo explícitamente y que es el que circula en el imaginario

social- se deja a un lado. Si bien no desarrollaremos las expectativas jugadas en

relación al rol docente, queríamos dejarlo expuesto para futuros análisis en esta

instancia.

26 En esta reflexión, cuando nos referimos a la producción artística, aludimos al sentido de poiesis,

tomado de Hans R. Jauss (Jauss, H.R. (2002) Pequeña apología de la experiencia estética. Barcelona:

Paidos) definida como “capacidad poiética”; que “designa la experiencia estética fundamental de que el

hombre, mediante la producción de arte , puede satisfacer su necesidad universal de encontrase en el

mundo como en casa, privando al mundo exterior de su esquiva extrañeza, haciéndola obra propia, y

obteniendo en esta actividad un saber que se distingue tanto del conocimiento conceptual de la ciencia

como de la praxis instrumental del oficio mecánico” (2002:42).

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Este lugar docente del que venimos hablando se encuentra en los

márgenes de la filosofía, pues lo que hacemos solo nos aproxima al núcleo

disciplinar y desde esta aproximación, aportamos herramientas críticas para la

formación. Las mismas le permiten al estudiante visualizar y revisar su postura

sobre temas existenciales y lo lleva a meditar sobre algunas cuestiones que los

implica y en las que se implican. Por lo mismo entendemos que dicha

experiencia “despierta transformaciones en la subjetividad de quienes la

practican y en sus formas de vida”, como dice A. Díaz en el artículo citado

anteriormente.

Decir que estamos “al margen de la filosofía” es un modo de señalar que

nuestra formación docente no integra necesariamente elementos de la filosofía

como parte de la delimitación de la práctica. Está en la voluntad del docente

aproximarse a una historia de la filosofía o indagar y meditar sobre los temas

propios de la filosofía. Es así que entendemos –junto a Díaz- que “La filosofía es

un arma fundamental para generar subjetividades autónomas capaces de pensar

por sí mismos, dar razones, y no sólo esto, contribuye concomitantemente en la

formación ética, generando personas capaces de ser tolerantes, de forjar su

propio estilo de vida en relación a sus ideas, generando modos de vida bueno

que integran a los otros”.

En este derrotero -donde tomamos la formación en arte y su aspecto

vivencial- nos preguntamos: 1. si este filosofar -implicado en las prácticas

docentes- surge porque lo convocamos como actividad para poder dar cuenta de

los aspectos transformacionales que se dan a nivel de la subjetividad y de las

tematizaciones generadas en la producción, ó 2. porque lo que hacemos amplía

el territorio disciplinar de la filosofía, sacándola fuera de sus límites y forzándola

a que habite en sus márgenes. ¿Es allí donde se convoca un pensar filosófico

anclado en la producción artística y las prácticas docentes artísticas (en nuestro

caso- que convive con otros modos de conocimiento, en un diálogo

interdisciplinario? Esta pregunta la dejaremos en suspenso, pues entendemos que

esos dos términos están anudados, tanto cuando convocamos un filosofar sobre

las prácticas como cuando intentamos abrir un diálogo sobre las tematizaciones.

Dichos términos son los que nos muestran que estamos habitando los márgenes

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de la filosofía y los que nos mueven a construir un puente entre las prácticas

docentes y la filosofía, invitando a los filósofos a desplegar una reflexión junto a

los docentes; tomando por una parte las vertientes disciplinares de la Filosofía

como aporte del filósofo y por otra la confluencia de un campo compuesto de

enunciados estéticos emergentes de las prácticas artísticas y las reflexiones

propias de la docencia en arte.

Por otra parte, y tratando de zafar del binomio teoría/práctica, lo que

valoramos de la filosofía es su carácter vital. Tomando en cuenta los encuentros

entre arte y filosofía que nos han presentado los artistas en los últimos tiempos,

podemos decir que estos dos grandes saberes confluyen en la inauguración de

una mirada crítica y creativa de la vida, y por esto implica transformación. Esa

transformación no la estamos definiendo según una finalidad positiva, mejor,

evolutiva, progresiva; ni según un origen y una lógica trascendente de

despliegue, sino como movimiento y afectación implicada. Esas series de

anudamientos juegan en un universo complejo y compartido, y en el que “se nos

va la vida”. Más adelante -como dijimos anteriormente- daremos un ejemplo

histórico donde intentaremos plantear este juego de movimientos y afectaciones

plurales para pensar en este movimiento transformacional.

Algunas nociones jugadas en el Espacio de Apoyo a la Investigación en Arte.

El Espacio lo enmarcamos tomando en cuenta algunos aspectos que

hallamos importantes del abordaje actual de las prácticas artísticas en el ámbito

educativo universitario. Dichos aspectos versan sobre: 1. algunas nociones

filosóficas del pensamiento fenomenológico existencial y hermenéutico, y 2.

sobre nociones que se centran en las particularidades del campo artístico y su

devenir.

1. Tomaremos ciertos aspectos que se relacionan con algunas nociones

filosóficas -de raíz nietzscheana- y que vienen de la fenomenología existencial

y de la hermenéutica. Dichos aspectos confluyen en la presentación del vínculo

vivo entre el arte y la vivencia, y por ende los vínculos de la producción de

mundos y de consistencia del sí mismo. Klossowsky resume esta concepción

trayendo de los fragmentos póstumos de Nietzsche este párrafo: “En principio,

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me parecería que la solución más justa era declarar: “La existencia, como

perteneciente al género del arte, de ninguna manera responde a la jurisdicción

de la moral: más bien, la moral misma pertenece al dominio del fenómeno”

(2009:25-26). En dicho párrafo se plantea claramente la relación entre arte y

existencia, excluyendo en esa relación lo prescriptivo. Aparece ahí la inocencia

del arte -como dirá Heidegger sobre la obra de Holderlin- pero también su

peligrosidad: la posibilidad de generar la espontaneidad pulsional y la libertad

creadora; y el desensamblaje del autómata cuando se proclama a viva voz -al

decir de Nietzsche- “soy todos los nombres de la historia”.

En ese contexto conocerse significa asumirse como acontecimiento. Ahí,

consideramos como acontecimiento la integración de la vivencia al mundo de la

vida. Heidegger a este respecto dice: “La obra de arte no es completa por sí

misma, aisladamente, sino sólo dentro de un conjunto de relaciones que

trascienden su entidad concreta, para integrarla al mundo que la rodea”

(1985:14). Es así que la obra de arte deja entrever un mundo – contenido de

ideas, sentimientos, proyectos que hacen inteligible lo singular y concreto – que

le da al sujeto constancia de su existencia y posición entre otros seres. En ese

sentido la creación implica una actividad técnica y un saber que fijan la verdad

mediante la forma, pero que escapa del acto creador cuando emerge el sentido en

su contraparte: el que mira la obra. Este encuentro entre arte y mundo de la vida

para Heidegger tiene su proveniencia en la Modernidad, en tanto que la obra de

arte se transforma en el objeto de vivencia, valiendo por esto como expresión de

la vida del sujeto. Eso se concretiza en la emergencia de la Estética como

dominio de saber en el S. XVIII, que anuda al arte y al artista en un territorio

demarcado para esta coexistencia, y presenta la obra de arte como objeto de la

aesthesis, es decir de la percepción en sentido amplio. La cuestión que anota el

filósofo es que esa noción de percepción actualmente se comprende como

vivencia. Por lo mismo llega a afirmar que “La manera como el hombre vive el

arte debe dar una explicación sobre su esencia” (1985:120).

Ese intrincamiento Hans G. Gadamer lo vuelve parte de un movimiento

al plantear – a partir de algunas preguntas- que el encuentro con una obra de arte

implica un encuentro con nosotros mismos: “(…) ¿no es la obra –eso que

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llamamos obra de arte- en su origen, portadora de una función vital con

significado en un espacio cultual o social y no se determina sólo en él

plenamente su sentido (…)?” (2006:56). En esta pregunta aparece lo que excede

a lo formal del arte, la producción de sentidos de quien está tomado en la

experiencia artística; y por ende, la comprensión del sí mismo. Porque cuando

revelo lo extraño allí -en la obra de arte- se revela lo extraño en el sí mismo, que

es lo que se hallaba oculto. Por eso la obra que dice algo nos confronta con

nosotros mismos, y por esto, la estética se comprende como formando parte de la

hermenéutica. Gadamer dice al respecto: “ (…) la estética es un importante

elemento de la hermenéutica general (…) La intimidad con que nos afecta la

obra de arte es, a la vez, de modo enigmático, estremecimiento y

desmoronamiento de lo habitual. No es sólo el “ese eres tú” que se descubre en

un horror alegre y terrible. También nos dice: “Has de cambiar tu vida”.”

(2006:62).

Estos primeros aspectos- anudados- nos llevan a considerar una estética

de la existencia; en donde una relación consigo mismo implica una estética

puesta en juego a través de la vivencia. Ese modo de subjetivar renuncia a una

verdad trascendente de sí mismo y del arte para integrar un juego de actualidades

-anudadas al movimiento del deseo- que recupera una Ontología de la

actualidad, por sobre una analítica de la verdad. Así, la denominación “obra de

arte” ya no tiene sentido y acuden otras nominaciones que extienden ese lugar

del objeto de arte. Esta estética de la existencia es otro modo de pensar al decir

de Foucault, sobre el uso que se hace de los placeres y el cuidado de lo que uno

se brinda a sí mismo, es decir también, una estética del saber; de saberes en su

multiplicidad y en su posibilidad de resistencia.

2. Nos centraremos en algunos fenómenos del campo institucional

artístico que aparecen a través de las prácticas artísticas. Existe una cuestión

propia del arte -que apenas desarrollaremos en este trabajo pero que merece

mayor atención - que es fundamental: una definición del arte produce estéticas,

formas de ordenamientos singulares, modos de producir. Es decir, no puede

haber una definición acabada del arte sin que esta no se transforme en una

modalidad más de producción. Además esos ordenamientos singulares mutan en

Page 51: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

51

el tiempo en relación a la producción del artista, lo que produce un obstáculo a la

hora de relacionar un modo de producir con un subjetividad. Esto significa que

las categorías de lenguaje, de autoría -de obra desde el enfoque de la producción

estética- son inestables. Existen muchos ejemplos sobre este campo de

problemas si bien no nos detendremos ahí. Muchos artistas mostraron un

recorrido heterogéneo de producción por lo que no podemos englobar su obra

bajo una categoría estable, a pesar de la insistencia de la tradición historiográfica

del arte por tener un repertorio coherente, de identidades de obras y artistas, de

influencias y de relaciones causales. Algunos estudiosos del arte como Marchan

presentan este problema cuando intentan agrupar las singularidades. En este

sentido Marchan tuvo que acudir a categorías heterónomas -que también pueden

ser tan caprichosas como las que son autónomas; según un paradigma puro-

visualista del arte. Dice: “Dada la abundancia de objetos, admitidos

convencionalmente como obras artísticas, los he agrupado en tendencias. La

variedad y rápida innovación aconseja no hablar de estilo en el sentido

relativamente estable de la tradición. El estilo es sustituido por la noción más

dinámica de tendencia, apoyada en el concepto moderno de modelo. La

complejidad numérica e innovativa de las obras puede reducirse a un orden, a

una cuantía de previsibilidad y redundancia. Esta reducción a modelos se

entiende como una constatación de similitudes técnicos expresivas –temáticas

del nivel material del canal informativo de la obra- formales –lo que

denominaremos temáticas de orden- y significativas –nivel de denotaciones,

connotaciones, su uso pragmático, así como su inserción en la totalidad social-

que una obra singular tiene en común con otras” (1986:12)

Otro de los aspectos en el territorio del arte que nos interesa pensar es

cómo emergen nuevos modos de hacer -fuera del campo institucional artístico-

con una fuerte carga discursiva anti-institucional que luego son traídos y

absorbidos dentro de la institución artística. Si bien existen muchos ejemplos

que fundamentan ese movimiento paradojal, apenas nos detendremos en ese

punto con un ejemplo. Cuando queremos definir los límites del arte en su

contexto y lograr una universalidad, aparece algo que los transgrede; eso se

reterritorializa y se vuelve una singularidad más dentro del campo artístico.

Page 52: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

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Quizás el gran ejemplo sea la aparición de la performance que luego se

convertirá en un lenguaje más, un modo de hacer, una práctica artística que entra

como categoría en los concursos. Goldberg dice que “La performance ha sido

considerada una manera de dar vida a muchas ideas formales y conceptuales en

las cuales se basa la creación del arte. Los gestos vivos se han utilizado

constantemente como un arma contra las convenciones del arte establecido”

(2002:7). Sin embargo actualmente la misma se conforma en una convención

más del arte, a través de los circuitos de difusión y exposición.

Un ejemplo.

Para comprender el concepto de transformación que significa una estética

de la existencia que mencionáramos antes, nos centraremos en un ejemplo: las

primeras bienales de San Pablo (en la década del 50); y la generación de

estudiantes de Bellas Artes27

que las visitaron.

Dichos estudiantes organizaron un viaje a la Bienal de arte de San Pablo -

Brasil-con el fin de ver qué estaba sucediendo en el ámbito del arte, en el

mundo. Según nos cuentan (Umpiérrez & Pastorino:2007)28

, en aquel momento

las vanguardias artísticas europeas eran un suceso y sus exposiciones -de gran

magnificencia- generaban un gran impacto. En contraste con esto que

presenciaron, lo que les estaban enseñando en la escuela para ellos resultaba

ridículo.

Si bien en un primer momento no podían entender frente a qué estaban,

les impactaba esos “nuevos” modos de presentar el mundo que tenían que ver

con la vida, con los sentires, con las cuestiones humanas. Querían saber sobre

aquello que veían y eso los motivó a investigar, a realizar un estudio dedicado,

27 En nuestro país, la enseñanza de las Bellas Artes se funda en 1905. Se trató de un centro d

estudios llamado Círculo de Bellas Artes que traspasó a la órbita ministerial en 1945 -en el gobierno de

Baldomir con el decreto Ley 10.351- y que se caracterizó por una enseñanza academicista. Con el

movimiento de la Reforma Universitaria y la instalación de la Ley Orgánica del 58, los estudinates

lograron ubicarlo en el ámbito universitario - constituyendo el Plan de Estudios del 60- instaurando un

modo diferente de enseñanza artística influido por el movimiento de la Escuela Nueva, la concepción

política de Dewey, la concepción libertaria de Read, etc.

28 Hacemos alusión a las entrevistas realizadas en el marco de la investigación que diera origen a

“Orígenes del Plan de Estudios del IENBA” (Umpiérrez y Pastorino:2007)publicación financiada por el

Programa de Apoyo a Publicaciones realizado por la CSIC- UDELAR, previa evaluación del IENBA y

con Comité de Referato del Instituto .

Page 53: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

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sistemático y compartido. Ese viaje fue el comienzo de muchos otros; fueron una

irrupción –un hito- dentro de la cotidianidad del estudiante, que llevó a

confirmar su desconformidad frente a la enseñanza de arte impartida a través de

la órbita ministerial. Estos nuevos conocimientos les dio suficientes razones para

pensar en un cambio en torno al gran desfasaje entre lo que se enseñaba y lo que

estaba sucediendo en el mundo del arte, cuestión ignorada por la mayoría de sus

docentes.

Aquella visita que se enfrentó por primera vez a las vanguardias

europeas, fue el motor para que dichos estudiantes generaran un modo diferente

de enseñanza. A ese modo de enseñanza le llamaron método activo o enseñanza

activa. Este se funda en la experiencia - como medio para producir los saberes

en el plano del individuo y su singularidad- y en un movimiento epistémico que

va de lo afectivo emocional a lo conceptual compartido. En este marco, la idea

fundamental es que el estudiante sea protagonista del conocimiento y para eso se

lo invitaba a generar un camino propio en el arte, una estética propia. El fin de

esta enseñanza era lograr el egreso de un individuo con una sólida formación

integral para que se pudiera ubicar como artista plástico en el medio social;

contrariamente al programa academicista29

.

Lo que nos interesa destacar de este movimiento estudiantil es cómo se

posicionó frente a lo que sentían y a lo que querían y cuáles fueron sus

estrategias para lograr el cambio. En aquel momento la estrategia fue la

creación de la Asociación de Estudiantes de Bellas Artes (AEBA) que operó

como espacio de reunión e intercambio para compartir puntos de vistas y críticas

sobre lo que estaba ocurriendo en su entorno y en el mundo; en relación al arte,

la cultura, la sociedad, la política, la economía, etc.

En resumen, la visita a las bienales -y la fuerza crítica de la reforma

universitaria- fueron el motor de un cambio radical del modelo de enseñanza

artística, que solo podía tener cabida en el ámbito de Universidad pues era el

lugar donde se podía resguardar la diversidad en una fuerte tensión con lo que se

29 Este modelo se orientaba al estudio de las Bellas Artes –como son la pintura, el dibujo y la

escultura- considerándolas mejores en contraposición a las Artes Menores -tejidos, cerámica, murales,

etc- .

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oficializaba, con la mismidad. Así expuesto el ejemplo, quedaría aclarado cómo

el territorio del arte produce un escenario para el despliegue de la producción de

subjetividad y las formaciones subjetivas emergentes -las novedades, los

acontecimientos, los movimientos instituyentes- dando lugar a transformaciones

-en clave de complejidad- en donde aparecen series de series de causalidades

que incluyen el azar, tanto en la práctica del estudiante como en la de los

docentes.

Las razones.

Prometimos dar razones sobre la importancia de la reflexión filosófica en

las prácticas docentes. Con el ejemplo planteado aparece una primera que es: el

replanteamiento crítico de los modos de ver, de enseñar arte y modos de

existencia se vuelve una condición necesaria e implícita para la formación.

Con el ejemplo dado, quisimos ilustrar la importancia de las prácticas artísticas y

de las prácticas docentes llevadas adelante en el territorio de la producción

(poiesis) del arte y de lo que esto implica. Se trató de un movimiento

instituyente, que entendía que el arte era muy importante en la vida de las

personas y las comunidades. Estaban comprometidos con ese modo de conocer y

de producir saber y lograron un cambio no sólo en cómo comprender el arte,

sino también en cómo enseñar arte. Podemos ver que el fundamento del cambio

es una actitud reflexiva sobre sus prácticas, su vida y la vida que se llevaba en

los años 50 -en relación a la cultura, la política, la economía, etc- en nuestro

país, en la región y en los polos centrales de producción de arte.

Por otra parte, la enseñanza artística supone un territorio complejo donde

su objeto- el arte- desde el enfoque de las prácticas artísticas, tiene como

característica no tener una definición acabada. Si adviene en algo definido,

entonces se vuelve un modo de hacer arte, una tendencia, una autoría. A su vez,

las categorías impuestas por la historiografía se vuelven inestables en este

territorio de producción. Esto significa que preguntarnos por los límites del

arte implica interrogar la validez de la autonomía del arte, y por ende,

preguntarnos por las prácticas artísticas contemporáneas, las disciplinas

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involucradas y sus campos gnoseológicos, que son aquellos que hacen

posible un abordaje de la obra.

Al final de este recorrido podemos decir que la pregunta filosófica por el

arte -que se vuelca en el territorio de investigación – sería: ¿cómo investigar en

esto que estoy haciendo, en esto en lo que estoy participando -tanto en su

recepción o en su producción- en esto que es mi territorio de estudio tomando en

cuenta lo que estoy viviendo actualmente, lo que siento, lo que pienso, lo que

quiero y deseo? Eso tiene sentido en las prácticas docentes cuando lo llevamos al

ámbito del aula y posibilitamos desde ciertas estrategias -más que un

conocimiento disciplinar o técnico del arte- un asentamiento en la vida y en la

trayectoria existencial del estudiante y del docente.

Referencias Bibliográficas.

Balbier, E. et al. (1999) Michel Foucault, filósofo. Barcelona: Gedisa Ed.

Díaz, A. (2008) El eterno retorno de lo mismo o el terror a la historia. Mdeo.:

Ed. Ideas.

Page 56: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

56

“Acerca de cómo entendemos la filosofía de la educación”.

Poiesis. Revista do programa de pos-graduacao em educacao- Mestrado-

Universiad do Sul de Santa Catarina. UNISUL, Tubarao. V. 4, n. 7, p. 91-100,

jan/jun, 2011.

Díaz, E. (1995) La filosofía de Michel Foucault. Bs. As.: Biblos.

Dreyfus, H. y Rabinow, P. (1984) Un parcour philosophique. Paris: Gallimard.

Klossowski, P. (2009) Nietzsche y el círculo vicioso. La Plata: Terramar Ed.

Gadamer, H.G. (2006) Estética y Hermenéutica. Madrid: Tecnos.

Goldberg, R. (2002) Performance Art. Barcelona: Ed. Destino.

Heidegger, M. (1985) Arte y Poesía. México D.F: FCE.

Jauss, H.R. (2002) Pequeña apología de la experiencia estética. Barcelona:

Paidos

Marchan, S. (1986) Del arte objetual al arte de concepto. Madrid: Akal.

Umpiérrez, R. & Pastorino, M. (2007) Orígenes del Plan de Estudios del

IENBA. Mdeo.: CSIC-UDELAR- Taller Gráfico.

Page 57: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

57

Caracterización metodológica de la investigación mexicana

sobre valores en la filosofía educativa en la década 2002-

2011

Juan Martín López Calva

Luz del Carmen Montes Pacheco

Eneida Nora Guajardo Santos

Resumen

El estudio de valores en la filosofía de la educación supone la intersección de

dos campos de conocimiento en el ámbito educativo, filosofía de la educación y

educación en valores, en los que no muchos investigadores quieren, se atreven o

se interesan en explorar. Dos posibles causas son: por un lado, el

cuestionamiento sobre si los métodos filosóficos se consideran métodos

científicos, y por otro lado, la poca claridad sobre los posibles caminos para

aproximarse a los objetos de conocimiento correspondientes. En este trabajo se

presenta la caracterización metodológica de una parte importante de la

investigación realizada en México en materia de valores en la filosofía educativa

en la década 2002-2011; trabajo que forma parte de la construcción de los

estados del conocimiento en materia de investigación, que desde hace tres

décadas organiza el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE).

Se analizaron sistemáticamente treinta y tres reportes de investigación

publicados entre 2002 y 2011 obtenidos de una búsqueda realizada en diez

instituciones de educación superior para tesis de posgrado, en doce revistas de

educación y en la base de datos de investigación educativa30

, incluyéndose libros

completos y artículos de compilaciones sobre el tema.

Se hace una descripción de la producción por tipo de publicación,

adscripción de los investigadores, producción por año y producción por nivel

educativo. Como aspecto central se reporta la descripción en términos de los

30

Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal:

http://redalyc.uaemex.mx/

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métodos y enfoques utilizados, tipos de aportación, referentes teóricos y autores

más utilizados.

Entre lo más relevante se reporta: quince trabajos considerados como

investigación científica, en cinco se constata un fragmento de la realidad y en

diez se construye teoría con base en teoría; y, diecinueve son considerados como

investigaciones de corte interparadigmático, en siete se establece un deber ser y

en doce se ofrecen reflexiones informadas; los autores más citados son Bernard

Lonergan y Edgar Morin, abordados desde la relación complejidad-humanismo-

educación; sobresale también la ética expresada de distintas maneras, como ética

de responsabilidad, eticidad, ética del futuro, dianoética y ética del cuidado.

Palabras clave: valores, filosofía educativa, aportación, tipos de investigación

“La educación tiene que ver con la verdad y el error,

con lo bueno y lo malo, con lo bello y lo feo,

y hasta, si nos apuran, con el ser y la nada.”

Octavi Fullat, 2010

Introducción

El estudio de valores en la filosofía educativa exige pensar en el papel de los

valores cuando se responde a las preguntas que según Fullat (1983) son la razón

de ser de la Filosofía de la Educación: ¿qué es la educación? y ¿con qué

finalidad educar? Y esta relación se expresa en el pensamiento con el que se

abre esta ponencia, la finalidad de la educación tiene que ver con la verdad, la

bondad, la belleza, entre otros valores que están relacionados con el ser.

En México, se indaga poco dicha relación, hecho que pudo constatarse

cuando en el XI Congreso Nacional de Investigación Educativa (2011) que

organiza el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE), al

presentarse un avance del estado del conocimiento del área de “Educación y

Valores” en la década 2002-2011, la sub-área “Los valores en la filosofía y

Políticas Educativas” tuvo un número de trabajos publicados sensiblemente

menor que las otras seis sub-áreas.

Desde nuestro particular punto de vista, dos posibles razones pueden

explicar dicho comportamiento, el cuestionamiento sobre si los métodos

filosóficos se consideran métodos científicos, y por otro lado, la poca claridad

sobre los posibles caminos para aproximarse a los objetos de conocimiento

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correspondientes. Investigar el papel de los valores en la filosofía educativa

requiere de lo que López Calva (2000) propone como investigación reflexiva –

que aunque lo define para el ámbito docente – aplica para muchas de las

investigaciones que se analizaron para este reporte. Dicha investigación, no

requiere precisamente de recopilación empírica directa de los datos y es más

libre pues no requiere de técnicas de recolección de datos ni de procedimientos

estadísticos o de validación (“de ahí su supuesta ausencia de cientificidad”), sus

datos provienen de la objetivación del proceso auto-consciente del investigador a

partir de interpretación y análisis de los aportes de la obra filosófica de

pensadores reconocidos y de la propia actividad de indagación reflexiva, pero se

corre el riesgo de que los resultados provengan de especulación intelectual, de

prejuicios, de intereses particulares o de conceptualismo y no de una auténtica

reflexión y deliberación (López Calva, 2000).

El objetivo de este trabajo es caracterizar metodológicamente las

investigaciones publicadas en México en materia de valores en la filosofía

educativa en la década 2002-2011 cabe precisar que este reporte forma parte de

la construcción de los estados del conocimiento en materia de investigación, que

desde hace tres décadas es organizado por el COMIE.

Recopilación de la información

Se buscaron trabajos relacionadas con los valores en Filosofía y Política

Educativas publicados entre los años 2002 y 2011, pero para efectos de este

trabajo se omitieron los de Política Educativa. Los artículos se localizaron en el

portal de REDALYC y en doce revistas arbitradas nacionales e internacionales:

1) Sinéctica, 2), Andamios, 3) REMIE, 4) InterScience, 5) Espiral, 6) Perfiles

Educativos, 7) Entretextos, 8) REDIE, 9) Reencuentro, 10) Revista de

Educación Superior-ANUIES, 11) Revista Electrónica sobre Calidad, Eficiencia

y Cambio de la Educación, 12) Revista Intercontinental de Psicología y

Educación. Se buscaron tesis de posgrado en diez tanto instituciones públicas

como privadas de educación superior: BUAP, IBERO Puebla, UDLAP (Puebla),

IBERO León (Guanajuato), ITESO (Jalisco), UAA (Aguascalientes), UAEH

(Hidalgo), UNAM (D.F.), UAEM (Morelos), UAT (Tlaxcala). Para las

ponencias se revisaron las Memorias de Congresos del COMIE y del VI

Page 60: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

60

Congreso internacional de filosofía de la educación celebrado en Madrid,

España. Y equipos de otras sub-áreas enviaron listados de trabajos que por el

título podrían pertenecer a esta subárea, incluyendo libros completos y capítulos

de compilaciones sobre el tema.

Una vez que nos cercioramos de que los textos efectivamente pertenecían

al ámbito de interés se elaboraron resúmenes analíticos de cada obra

seleccionada, ubicando la institución de adscripción de los autores y el carácter

de la institución; los niveles educativos atendidos; los conceptos o enfoques

teóricos y sus exponentes; y, la metodología utilizada, la aportación y el tipo de

investigación.

Descripción de la producción

De 151 documentos revisados en todo el proceso, se seleccionaron 34 trabajos

cuyos autores están adscritos a 15 instituciones de educación superior. Los

autores de 12 trabajos están adscritos a 7 instituciones públicas, el resto de los

trabajos (22) fueron producidos en instituciones de carácter privado. Cabe

destacar tres aspectos: 1) en dos publicaciones se reporta la misma investigación

(para la descripción de la producción se toman las dos publicaciones pero para

aspectos de contenido y metodológicos se consideran como una sola

investigación); 2) hay 13 publicaciones que corresponden a un mismo

investigador; y 3) ambos autores están adscritos a una institución privada.

En la tabla 1 puede observarse que en la gran mayoría de los trabajos no

se alude a un nivel educativo en especial, hecho que concuerda con la postura de

Octavi Fullat (1983) cuando afirma que en la Filosofía de la Educación no

importa a quién se educa (ni el cómo, ni con qué), sino el qué y el para qué de la

educación.

Tabla 1 Producción por nivel educativo

Nivel

Educativo

Tema

Sistema

Educativo

en General

Educación

Básica

Educación

Básica y Media

Superior

Educación

Superior

Tesis 1

3

Libros 3

1 1

Capítulos de libro 9 1

3

Page 61: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

61

Ponencias 6

1

Artículos de

Revista 4

1

Total 23 1 1 9

En la tabla 2 puede observarse la distribución por año de los

diferentes tipos de publicación. Resalta en este caso que 16 de 34, casi la

mitad, de los trabajos fueron publicados en 2011; la mayoría de ellos en

forma de capítulos de libro.

Tabla No. 2 Producción por año

2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 Total

Libros 1 1 1 1 1 5

Capítulos 1 1 11 13

Artículos 1 3 1 5

Ponencias 2 2 3 7

Tesis 1 1 1 1 4

Total 1 0 0 2 2 1 5 5 2 16 34

Caracterización metodológica

El hilo conductor de esta caracterización es el tipo de aportación y el

alcance de una investigación; para lo cual se utilizó la clasificación de

Yurén y Molina (s/f) presentada por Yurén, Andrade y Maldonado

(2011) en el conversatorio del área de “Educación y Valores” en el XI

Congreso Nacional de Investigación Educativa; en la que los trabajos por

su aportación se dividen en dos grandes categorías: 1) investigaciones

científicas porque construyen teoría o constatan un fragmento de la

realidad, y 2) trabajos de corte interparadigmático en los que básicamente

se establece un deber ser o se ofrecen reflexiones.

En la siguiente tabla se presenta la distribución de los trabajos

revisados en función de la categorización completa antes citada.

Tabla 3 Aportación y tipos de investigación

Page 62: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

62

Aportación Tipo Total

Constatan un fragmento

de la realidad ☼

Crítico

4 Explicativo 2

Descriptivo 1

Exploratorio 1

Construyen Teoría ☼ Con base en teoría 10

10 Con base empírica

Establecen un deber ser ◐ Prescriptivo 7 7

Ofrecen reflexiones ◐ Reflexión informada 12 12

☼Investigación científica

33*

◐ Trabajos de corte interparadigmático

* En esta tabla solo se clasificaron 33 trabajos porque en los dos

trabajos de Arturo Benítez se reporta la misma investigación.

En cuanto a las investigaciones en las que se contrasta un

fragmento de la realidad son críticas cuando se muestra lo que conviene

cambiar, son explicativas cuando se indaga el por qué sucede algo, son

descriptivas cuando muestran como es la realidad y son exploratorias

cuando buscan indicios para formular supuestos (Yurén y Molina, s/f, en

Yurén y col. 2011). De las cuatro investigaciones reportadas en la tabla 4

tanto en la de Benítez (2011) como en la de Rodríguez (2011) que son de

tipo explicativo, se indaga con un enfoque cualitativo. En la

investigación de Figueroa, Malpica y González (2011) se aplica un

enfoque cuantitativo. Y la de Martínez Sánchez (2009) es de tipo

exploratorio y tiene un enfoque mixto. Cabe aclarar que las dos tesis (de

doctorado) fueron dirigidas por Martín López Calva.

Tabla 4

Investigaciones que constatan un fragmento de la realidad ☼

No. Tipo de Publicación Autor/es Año Tipo

1. Tesis Benítez Zavala, Arturo 2011 Explicativo

2. Capítulo de libro

Figueroa de Katra, Lyle; Malpica

Ichante, Susano; Rosales

Rodríguez, Olivia

2011 Descriptivo

3. Tesis Martínez Sánchez, Jorge 2009 Exploratorio

4. Capítulo de libro Rodríguez Mc Keon, Lucía E. 2011 Explicativo

Total 4

En cuanto a las investigaciones en las que se construye teoría, se

consideran así porque hay un trabajo analítico-sintético de datos

Page 63: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

63

empíricos o del discurso académico y/o político (con base en teoría)

(Yurén y Molina, s/f, en Yurén y col. 2011). Para esta categoría no se

encontraron investigaciones en las que se construyera teoría con base

empírica, en todas se construye la teoría sobre una base teórica. En otras

palabras, en este campo del conocimiento no hay investigaciones en las

que haya una comprobación empírica en la que se clasifiquen, analicen y

se evalúen datos empíricos, sino que se construye de la derivación lógica

partiendo de teorías ya establecidas (Yurén, 1978). En la tabla 5 se puede

observar siete publicaciones, son de Martín López Calva quien

básicamente trabaja la relación complejidad-humanismo-educación a

partir del método trascendental de Bernard Lonergan y del pensamiento

complejo de Edgar Morin; se distingue además en su trabajo, la

distinción que hace entre desarrollo moral del sujeto entendido como

estructura y no como contenido.

Tabla 5

Investigaciones que construyen teoría con base en teoría☼

No. Tipo de Publicación Autor/es Año

1. Capítulo de libro Duffy, James Jude 2011

2. Capítulo de libro López Calva, Juan Martín 2011

3. Libro López Calva, Juan Martín 2006

4. Libro López Calva, Juan Martín 2007

5. Ponencia López Calva, Juan Martín 2008

6. Artículo López Calva, Juan Martín 2009

7. Libro López Calva, Juan Martín 2009

8. Libro López Calva, Juan Martín 2010

9. Capítulo de libro Patiño González, Susana 2011

10. Libro Yurén Camarena, María Teresa 2008

Total 10

En cuanto a los trabajos de corte interparadigmático, en los de

tipo prescriptivo hay una elaboración basada en información validada

para decir cómo deben ser las prácticas; y, en las reflexiones informadas

hay una disertación a partir de información confiable y de la propia

experiencia (Yurén y Molina, s/f, en Yurén y col. 2011). Se puede

afirmar que en ambos casos se aplica un método reflexivo en el que se

elaboran datos que provienen directamente de la objetivación del proceso

Page 64: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

64

auto-consciente del investigador (López Calva, 2000) a partir del análisis

de un problema filosófico de la educación desde la visión de uno o

varios autores o escuelas de pensamiento. El riesgo en este tipo de

abordajes es que “los resultados no sean frutos de la auténtica reflexión y

deliberación sino de la mera especulación intelectual, de la emergencia

de “ideas brillantes” pero totalmente “bañadas” por prejuicios e intereses

particulares, o peor aún, del conceptualismo” (López Calva, 2000, p.37),

por lo que se requiere también un trabajo riguroso, sistemático y

metódico de carácter interpretativo-reflexivo, obviamente distinto al de

los trabajos de corte empírico.

Tabla 6

Investigaciones de carácter interparadigmático

No. Tipo de

Publicación Autor/es Año Aportación Tipo

1. Ponencia Aguilar Padilla, Ruth 2005 Ofrece

reflexiones

Reflexión

informada

2. Tesis Ansted de la Calle, Michael 2002 Establecen

un deber ser Prescriptivo

3. Capítulo de libro Báez García, Martha Laura 2008 Establecen

un deber ser Prescriptivo

4. Capítulo de libro

De la Torre Gamboa,

Miguel; Ana María

Salmerón Castro y

Alexandra Rivera Ríos

2011 Ofrece

reflexiones

Reflexión

informada

5. Ponencia Escalera Bourillon,

Jeannette 2011

Ofrece

reflexiones

Reflexión

informada

6. Ponencia García Pavón, Yolanda 2005 Ofrece

reflexiones

Reflexión

informada

7. Ponencia Gibu Shimabukuro,

Ricardo 2008

Ofrece

reflexiones

Reflexión

informada

8. Artículo López Calva, Juan Martín 2011 Establecen

un deber ser Prescriptivo

9. Artículo López Calva, Juan Martín 2009 Establecen

un deber ser Prescriptivo

10. Capítulo de libro López Calva, Juan Martín 2010 Establecen

un deber ser Prescriptivo

11. Capítulo de libro López Calva, Juan Martín 2011 Establecen

un deber ser Prescriptivo

12. Artículo López Calva, Juan Martín 2009 Ofrece

reflexiones

Reflexión

informada

13. Artículo López Calva, Juan Martín 2007 Ofrece

reflexiones

Reflexión

informada

Page 65: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

65

14. Capítulo de libro Pasillas Valdez, Blanca

Flor Trujillo Reyes 2011

Ofrece

reflexiones

Reflexión

informada

15. Capítulo de libro Pasillas Valdez, Blanca

Flor Trujillo Reyes 2011

Ofrece

reflexiones

Reflexión

informada

16. Capítulo de libro Patiño González, Susana 2011 Ofrece

reflexiones

Reflexión

informada

17. Ponencia Rodríguez Cortés, Karina 2011 Ofrece

reflexiones

Reflexión

informada

18. Tesis Valle Vázquez, Ana María 2011 Ofrece

reflexiones

Reflexión

informada

19. Capítulo de libro Yurén Camarena, María

Teresa 2011

Establecen

un deber ser Prescriptivo

Total 19

En este tipo de investigaciones sobresale el papel de la ética en la

reflexión de los investigadores: ética de responsabilidad, eticidad, ética del

futuro, dianoética y ética del cuidado. Con menos fuerza se trata la formación y

el carácter moral de los sujetos, como sujetos con posibilidades axiológicas.

Conclusiones

La investigación mexicana sobre valores en la filosofía educativa en la década

2002-2011 se caracteriza metodológicamente por una producción similar en

términos absolutos, entre las investigaciones con aportación científica (14) con

respecto de las investigaciones basadas en procesos reflexivos (19). Podría

pensarse que por la naturaleza del campo, predominaría la investigación

reflexiva sobre la investigación de carácter científico pero como se ve en los

resultados, no es así. Este hecho evidencia que el estudio de los valores en la

filosofía educativa es un campo que permite elaborar reflexivamente datos, ya

sea obtenidos de la realidad que se contraste o provenientes de la teoría. En los

resultados puede observarse características más detalladas de acuerdo con la

aportación de cada investigación.

Es de resaltar la obra de Martín López Calva, pues sus trabajos no solo se

distribuyen en todas las categorías de aportación, tiene además, en todas ellas, la

mayor producción, si se considera que dirigió las dos tesis doctorales en las que

se constata un fragmento de la realidad.

Agradecimientos

Page 66: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

66

Colaboraron en esta investigación un grupo de estudiantes de la licenciatura en

Procesos Educativos de la Universidad Iberoamericana Puebla integrado por:

María José Corona Burch, Lorena Ramos De la Torre, Farah Rivas Torres,

Estefanía Estévez Baqueiro y Sofía Reynoso Brito. En la etapa inicial del trabajo

se contó también con la colaboración de la Dra. Laura Angélica Bárcenas Pozos.

Referencias adicionales utilizadas para la ponencia

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Page 71: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

71

Filosofia no ensino básico: o possível retorno de

narradores

PIMENTA, Juliana Carla Fleiria

A finalidade principal desse trabalho é buscar refletir sobre as mudanças

que ocorreram nos campos sensitivo e intelectivo do ser humano após o processo

de mecanização do trabalho e da vida que se tornou mais expressivo com a

formação da sociedade moderna. Depois de feita está análise, demonstraremos

que tais mudanças afetaram diretamente a arte e a educação, levando-as para um

retrocesso àquilo que há de mais arcaico no ser humano.

Como fundamentação teórica, faremos uso dos esboços de Walter

Benjamin e de Christoph Türcke. Desses dois filósofos, aprofundaremos na

discussão que fazem sobre o cinema, arte esta resultado do processo que a

sociedade moderna passou na sua era da reprodutibilidade técnica,

transformando-se em imagética. Para isso, torna-se crucial entender como se deu

a formação da cultura e, concomitantemente, o início da organização social,

principalmente na passagem para uma sociedade pautada em contradições como

a capitalista que Türcke adjetiva como “sociedade excitada”.

Segundo o pensador, a iniciação social se deu a partir do momento em

que o ser humano criou formas para lidar com aquilo que lhe causava pavor. No

período paleolítico, quando o seu aparato perceptivo ainda estava em formação,

o Homo sapiens convivia cotidianamente com elementos totalmente

desconhecidos que lhes eram apresentados através de choques externos. Tais

Page 72: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

72

choques são organismos que se mostram como inesperados, incomensuráveis e

arrebatadores. Presenciava-se que o ser humano ainda não possuía capacidades

nervosas de assimilação para eles, pois estavam em seus primórdios.

Diante deste desconhecido, o ser humano através da compulsão à

repetição, passou a conviver com esse pavoroso, reproduzindo-o

constantemente, até o momento em que se familiarizasse com ele. A partir deste

instante, a angústia surge como proteção contra o pavoroso, pois ela é a

expectativa do que espanta, já que guarda consigo a experiência dele31

.

Dessa forma, podemos considerar que a memória resplandece neste

momento, quando o ser humano revive aquilo que causou pavor a ele outrora,

mas agora que já tomou as rédeas, não mais o traumatiza. No entanto, na medida

em que o pavoroso sofreu o processo de assimilação e é canalizado

nervosamente, ele próprio se torna desconhecido. Com isso, é necessário

recuperar a angústia faltante, já que ela vai levar à rememoração do sujeito em

relação àquilo que lhe causou pavor e, nesse viés, passa a acostumar o seu

campo perceptivo para que o pavoroso não represente mais um choque.

A recuperação da angústia faltante é, portanto, uma

medida de estabilização: a mobilização posterior de um

modelo já conhecido e a tentativa de remeter o

desconhecido/pavoroso a esse conhecido, de como

entretecê-lo com esse modelo por meio dos mais

eficientes pontos de agulha e, com isso, torná-lo ele

próprio conhecido, familiar. E o artifício específico da

espécie humana para isso é a autonomização da

repetição; imitar o pavor vivido de propósito e tão

longamente que ele empalidece e passa a pertencer às

ligações neuronais adestradas que constituem um

sentimento de segurança. (TÜRCKE, 2011, p.133).

Dentro desse processo da compulsão à repetição e a angústia como sendo

um sentimento que lhe faz rememorar o pavoroso, há o surgimento do ato de

nomear ele, como forma de afastá-lo, sem necessariamente estar diante dele,

pois já o vivenciou. Nomear as coisas faz com que tomemos distância do vivido.

31

Segundo Sigmund Freud, a angústia é a proteção contra os problemas psíquicos, assim como a pele é a

proteção para o corpo. Essa conclusão ele pode chegar observando que os casos de histeria estavam

intrinsecamente ligados com a angústia.

Page 73: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

73

O nome apazigua o pavor, tornando-o domesticável. O ato de pronunciá-lo

transforma-o em fuga para frente.

Essa fase de compulsão à repetição pode ser entendida como o pré-

prazer, pois a partir do instante em que ocorre o entendimento e a suavização do

pavoroso entramos na fase do princípio do prazer. Por isso mesmo que temos

autoridade para pronunciar que o prazer se inicia pelo desprazer e, ainda mais,

ele não existiria sem o estado de tensão do ser humano perante o que antes lhe

causava pavor.

Dessa forma, a compulsão à repetição se transforma numa característica

ritualística. O ser humano tende a representar o que lhe causa pavor,

transformando o incomensurável, em comensurável. Esses rituais se tornam mais

apaziguadoras se feitos com o coletivo através dos sacrifícios, como forma de

reparar o pavoroso. O que Türcke relata como a passagem da compulsão à

repetição para a compulsão à reparação.

Sacrifícios são tentativas de reparação. Por meio deles

algo deve ser removido do mundo. Mesmo quando eles

não deixam claro o que seja: que se trate de algo

pavoroso que clama por apaziguamento, purificação, é

tanto um traço essencial de todas as formas arcaicas de

sacrifício quanto seu caráter repetitivo. Apaziguar uma

única vez não basta. O sacrifício tem de ser novamente

consumado. Ele é paradoxal. Ele quer apaziguar algo

pavoroso, mas ele próprio é pavoroso. Ele quer remover

algo do mundo, mas o rememora constantemente. A

memória implícita atua muito abaixo do limiar da

consciência; atua em toda parte onde um sistema nervoso

realiza fortes ligações neuronais que ficam à disposição

dele para outras assimilações de excitação. A mais antiga

das formas palpáveis de memória explícita,

especificamente humana, ao contrário, é sacrifício.

(TÜRCKE, 2011, p.139).

Apenas através da repetição que o Homo sapiens conseguiu se distanciar

do excesso opressivo de estímulos externos. Podemos dizer que a memória

surgiu como uma tentativa importante de se esquecer, tanto que Türcke afirma

que a obrigatoriedade de não se esquecer já é um produto cultural moral

sublimado.

Nos rituais de sacrifício há uma percepção de que transformar o pavor

em algo reproduzido e se familiarizando com ele, há a possibilidade do sujeito

Page 74: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

74

não ficar a mercê de sua força, mas sim tomá-lo sobre sua própria autoridade.

Ao fazê-lo seu objeto, isso permite a ele retirar a sua estranheza assustadora, o

que nos faz dizer que é o primeiro ato de soberania humana. Assim como os

outros animais, o ser humano interpreta o seu ambiente quando recebe certos

estímulos externos, mas só ele modifica o pavoroso em seu beneplácito.

O sentido de troca que existia nos rituais de sacrifício era uma forma de

oferendar as forças poderosas que não se apresentavam sobre o domínio

humano. Essas trocas, de início, ocorriam pela morte do próprio ente humano,

depois pelos animais, metais preciosos, e assim sucessivamente.

A sistematização desses rituais e o aprofundamento da linguagem

comunicacional e abstrata que ocorriam neles foram cruciais para o início da

organização social e cultural. Tal sistematização sofreu sucessivas modificações,

tanto na relação do ser humano com a natureza - criando instrumentos para

modificá-la e dominá-la-, como consigo e com os outros membros que faziam

parte de seu cotidiano, até culminar na sociedade moderna cuja forma de

direcionar suas relações sociais e culturais ocorrem no sistema econômico

capitalista que aprofundou a propriedade privada e a divisão do trabalho, que as

levaram para o retorno ao fundamento.

Sociedade moderna como retorno ao fundamento

Na sociedade moderna, com a Revolução Industrial, presenciamos a

inserção das máquinas no processo de trabalho, fazendo com que boa parte dos

trabalhadores realizasse uma atividade unilateral e mecânica, não se

reconhecendo dentro dela e muito menos sua relevância para o contexto social

em que ele se encontrava inserido. Com isso, os processos de subjetivação e

objetivação que ocorrem no trabalho se tornam impossíveis de serem

concretizados, como mesmo afirma Karl Marx. A genericidade do ser humano

nas relações sociais alienadas não se efetivam, pois o indivíduo realiza uma

atividade que pouco contribui para ele enquanto sujeito, já que dele é retirado a

manifestação de si para o mundo material.

No decorrer de todas essas mudanças históricas, conclui-se que há uma

alteração do ser humano no que tange ao seu modo de sentir e perceber, e a

forma como se dá a sensibilidade humana, o meio na qual ela se expressa,

Page 75: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

75

acontecem de maneira singela e, em muitos casos, elas nem são passíveis de

conscientização pelo indivíduo, uma vez que sua realidade social se passa de

forma alienada.

Dentro desse contexto, no qual se presenciou a mecanização do trabalho,

houve a entrada da mesma lógica nas manifestações do mundo artístico, já que

se modificou o campo perceptível do sujeito em relação a si e a sua realidade

social. Como relata Benjamin as bases econômicas se modificam muito mais

rapidamente do que os setores culturais. Necessitamos de quase um século para

o campo artístico ser influenciado pelas mudanças de produção. Com isso, a

obra de arte passa a ganhar o advento da técnica com a fotografia e se intensifica

com o cinema. Com este, ela passou a ser reproduzida em série, em que há uma

excitação de imagens, mas quase que totalmente desprovidas de conteúdo. E,

quando existe, percebe-se que se tornou quase imperceptível, pois logo há uma

nova excitação delas.

A pintura convida à contemplação; em sua presença, às

pessoas se entregam à associação de ideias. Nada disso

ocorre no cinema; mal o olho capta uma imagem, esta já

cede lugar a outra e o olho jamais consegue se fixar. De

fato, a sucessão de imagens impede qualquer associação

no espírito do espectador. Daí é que vem a sua influência

traumatizante; como tudo o que choca, o filme somente

pode ser apreendido mediante um esforço maior de

atenção. (BENJAMIN, 1987, p.240).

Outro aspecto negativo com a inserção do cinema foi o ideal da arte visar à

perfectibilidade, conforme coloca Benjamin (1987, p.190): “com o cinema, a obra

de arte adquiriu um atributo decisivo, que os gregos ou não aceitaram ou

considerariam o menos essencial de todos: a perfectibilidade”. Além dessa

excitação de imagens, atrelado ao ideal de se alcançar a perfectibilidade, o cinema

também foi alvo da possibilidade de se modificar o conteúdo de um filme, já que

ele é construído numa sequência de fotos que passa por um olhar criterioso e

ideológico do seu produtor.

O filme acabado não é produzido de um só jato, e sim

montado a partir de inúmeras imagens isoladas e de

sequências de imagens entre as quais o montador exerce

seu direito de escolha – imagens, aliás, que poderiam,

Page 76: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

76

desde o início da filmagem, ter sido corrigidas, sem

qualquer restrição. (BENJAMIN, 1987, p.190).

Nessa lógica, o que é atingido na obra de arte é a sua aura, conforme Walter

Benjamin afirma. O campo aurático da obra de arte não está apenas na capacidade

do observador conseguir sair da sua realidade e penetrar no campo imagético, mas

sim apreciá-la junto ao seu testemunho histórico que foi materializado pelas mãos

do artista, este também se perde na era das cópias, já que sua arte é reproduzida.

Com isso, na era da reprodutibilidade técnica o que se liquida não é

apenas o testemunho histórico, a tradição que ela passa, mas também o contato

do apreciador com o artista. A sua autenticidade se torna sempre presente, pois

há uma exacerbação de reprodução sobre uma única obra, porém o seu veredito

histórico é atingido.

Benjamin refletiu que um grande entrave para o cinema é estar subjugado

aos interesses do capital. Com a representação do homem pela técnica, a

autoalienação humana encontrou um aproveitamento intensamente produtivo. A

grande massa não possuía- e não possui- a capacidade de conscientização de que

o filme apreciado foi lapidado pelos interesses de uma ideologia. A questão é

que o fascínio proporcionado pelas imagens gerou uma dispersão do público em

relação ao conteúdo transmitido pelo filme.

Türcke, ao aprofundar nas discussões benjaminianas, considera que a

mudança no campo perceptivo do ser humano, sua sensação, sofreu abalos

aniquiladores com a mecanização do trabalho e a exacerbação de imagens,

principalmente quando essas imagens passam a ser suscetíveis de

transformações. Da litografia, passou-se para a fotografia, e da fotografia para o

cinema32

. Isso fez com que ocorresse o retorno ao fundamento.

A sociedade moderna paulatinamente trouxe seus nervos

à flor da pele por meio do tremor e da excitação

continuados de si mesmos, por meio do aumento de sua

maquinaria de sensação- em outras palavras, deixou clara

a sua base arcaica. Com isso, a vulgarização do conceito

de sensação descreve, por assim dizer, por intermédio do

sentir, uma famosa figura filosófica: “o retorno ao

fundamento”. (TÜRCKE, 2011, p.119).

32

Podemos considerar que o cinema é a junção da fotografia com os movimentos da locomotiva.

Page 77: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

77

Na modernidade há uma presença de choques imagéticos que servem

como estímulos externos e excitam as nossas sensações. Na mesma perspectiva

que o Homo sapiens sente pavor perante os choques que eram totalmente

desprovidos de sentido, aonde se confundiam percepção, sensação e

entendimento, podemos concluir que na sociedade da imagem, o que se faz

presente são os mesmos sentimentos.

A análise que Türcke se baseia para chegar nessas conclusões é uma

união da fisiologia e da história social humana. Ele demonstra que o cérebro,

perante os estímulos constantes de imagens que nos deparamos na

contemporaneidade, fica viciado por elas e, justamente por isso, é complicado

que nos livremos delas. Ao realizar uma rememoração do imperativo categórico

kantiano, ele alega que se tornou imperativo atualmente fazer-se imagens.

O grande problema dessa lógica sufocante que nos deparamos hoje, não é

só o fato de a arte sofrer uma resignificação com a fotografia e o cinema, mas

sim de servir como instrumentos para engrenagem do mercado financeiro

capitalista, uma vez que as diversas mídias servem como álibi para as

propagandas, estas imprescindíveis para embutir valores efêmeros no sujeito

social, afim de que os produtos produzidos pelas máquinas industriais tenham

um mercado consumidor.

O cinema é uma arte passível de contradições inúmeras, pois é inegável

que o mercado capitalista se apoderou dela com o objetivo de movimentar o

consumo. Tal finalidade torna-se expressiva com a formação de ídolos. A

idolatria é um excelente mediador para criação e venda de produtos, pois, numa

sociedade que possui uma formação heterônoma, seus componentes apoderam-

se facilmente de uma vida ilusória criada pelos ídolos televisos, ou

cinematográficos, e todos os produtos que remetam a esse fanatismo, tem de ser

possuído por eles33

.

Também, percebe-se que o reconhecimento social não é mais

concretizado pelas contribuições oriundas de suas criações na e pela sociedade,

mas sim muitas vezes pela posse dos bens materiais que ele consegue atingir

com o seu ínfimo dinheiro. Nesse viés, da compulsão à repetição presenciamos a

33

Uma das fases que se torna mais fácil de presenciarmos tal situação é nas crianças e nos adolescentes,

pois são eles que ainda estão em processo de sua formação autônoma, de sua identidade. Por isso, é muito

mais fácil se persuadirem por uma falsa autonomia.

Page 78: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

78

compulsão à emissão. É crucial que o indivíduo seja percebido, esteja aí a todo o

instante, assim como as imagens televisas e o mundo microeletrônico lhe passa.

A escola e a filosofia como instrumento para a superação do arcaico

Conclui-se que as diversas formas de sentir, perceber, pensar e se

manifestar no mundo que o sujeito convive na sua realidade social, ao contrário

do que se pensava que iriam acontecer de forma enriquecedora e simbiótica, já

que há o aumento do conhecimento científico e tecnológico, se tornaram quase

que impossíveis de serem concretizadas, principalmente quando se trata da

formação dos adolescentes de ensino médio da escola pública. Eles participam

de um cotidiano que pouco se preocupa em fornecer a eles uma formação

autônoma, mas sim são cúmplices de uma educação heterônoma, afim de que

continuem sustentando, através do trabalho que irão realizar no mercado, uma

maneira de vida medíocre que é a do capitalismo.

As experiências desses estudantes, do ponto de vista da filosofia

benjaminiana, projetam-se como autômatos, da mesma forma como o operário

no manuseio de uma máquina. Eles não conseguem mais concretizar a memória

de uma experiência autêntica (Erfahrung), baseada numa tradição cultural e

histórica, mas somente pautada numa vivência imediata, realizada por choques

imagéticos que contribuem para fiquem no campo do autômato.

O atrofiamento das experiências autênticas e da aniquilação da memória

do estudante da escola pública do estado de São Paulo pode ser comprovado

pelos dados estatísticos que mostram que menos de cinco por cento dos

adolescentes formados no ensino médio, saem incapacitados de interpretar

aquilo que eles leem e escrevem34

.

Torna-se uma condição prioritária reavaliar a verdadeira função da

escola, uma vez que ela deveria cumprir com sua tarefa fundamental de formar

cidadãos que assimilam o conhecimento sistematizado e científico construído

pela humanidade até então e, mais primordial ainda, que eles sejam críticos

perante o processo de apropriação de tais conhecimentos. Também o ensino

deve levá-los a interpretar as diversas linguagens que lhes são oferecidas a eles

dentro de seu cotidiano social, sendo dono de suas próprias escolhas, tomadas

não apenas em benefício próprio, mas sim a da coletividade.

34

Esses dados foram retirados do documentário Lutas.doc: a fábrica de verdades.

Page 79: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

79

Esses adolescentes, por estarem em processo de construção de suas

sabedorias, procuram suas interrogações através dos meios midiáticos. Como já

discutimos anteriormente, eles servem como sustentação do consumismo que

movimenta o mercado financeiro atual. Por isso mesmo, torna-se imprescindível

que a escola seja o principal instrumento a ensinar seus estudantes a ler as

diversas explosões de imagens que são embutidas no campo sensitivo do

estudante através dos meios audiovisuais, e não participe desse acelerador para a

própria destruição de suas capacidades intelectivas e sensitivas.

Nesse viés, achamos que a escola deva rememorar sobre sua verdadeira

função: a de formar narradores que tenham plena consciência dos movimentos

que foram necessários para a formação de sua cultura e saibam transmiti-la e

acrescentá-la para outros, já que serão providos da verdadeira sabedoria.

Por isso mesmo, a grande relevância da disciplina de Filosofia no

currículo escolar dos estudantes de ensino médio, já que é essa disciplina

responsável por desabrochar a capacidade do estudante olhar criticamente as

relações sociais que está envolto. Tal olhar permitirá a ele não aceitar facilmente

a abreviação imposta pelas informações e os diversos meios de comunicação da

nossa contemporaneidade.

Conclui-se que o primeiro passo que devemos fazer é avaliar a função

da escola e, dentro desse processo, brecar o freio da locomotiva do capitalismo

que está corrompendo e diminuindo a capacidade do ser humano de sentir,

perceber, pensar e manifestar-se em seu contexto social.

Referências bibliográficas:

ADORNO, T.W. A Indústria Cultural. In. COHN, G. (org) Comunicação e

Indústria Cultural. São Paulo: Companhia Editora Nacional, 1977.

BENJAMIN, WALTER. Magia e técnica, arte e política (Obras escolhidas,

V1). Tradução: Sérgio Paulo Rouanet. São Paulo, Ed. Brasiliense, 1987.

Page 80: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

80

BENJAMIN, WALTER. Passagens. Tradução: Irene Aron (tradução do

alemão); Cleonice Paes Barreto Mourão (tradução do francês) e Patrícia de

Freitas Camargo. Editora UFMG, 2009.

MARX, K.; ENGELS, F. A ideologia alemã. São Paulo: Martins Fontes, 1989.

______, Textos sobre educação e ensino. São Paulo: Centauro, 2004.

______, Manuscritos económico-filosóficos. Lisboa: Ed. 70, 1993.

TÜRCKE, Christoph. Sociedade Excitada: filosofia da sensação. Trad.

Antonio A. S. Zuin (et al.) – Campinas, São Paulo: Editora Unicamp, 2010.

Determinismos tecnológicos: aportes desde la Filosofía y la

Psicología de Vygotsky para abordar discusiones en el

campo de la Tecnología Educativa

Federico Ferrero

Introducción

Ante la pregunta por cuánto importa el desarrollo tecnológico para pensar

en la construcción de lo humano, hallamos variedad de respuestas y la

insistencia en el tema desde diversos campos. Ejemplos tales como los planteos

filosóficos de Hannah Arendt en “La condición humana” o la literatura de

ciencia ficción de Isaac Asimov en “El hombre bicentenario”; nos aproximan a

diferentes escenarios en los que la tecnología, parece habilitar o clausurar el

despliegue de “lo típicamente humano”.

Tales textos, nos llaman a ingresar a un juego conjetural que imagina el

destino del hombre en un tiempo futuro, permitiéndonos acceder a pronósticos

que no por extraños, resultan menos estimulantes. Tomamos entonces, las

propuestas de Arendt y Asimov estableciendo posibilidades enfrentadas y

Page 81: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

81

desplegando la pregunta por el impacto tecnológico sobre el mundo de los

hombres.

Siguiendo a estos autores, Arendt sostiene que el avance tecnológico,

posibilitará la liberación de la condición humana tal como la conocemos,

reconociendo que por condición humana no se entiende su naturaleza. La autora

plantea un escenario sorprendente pero a la vez posible y desencadenado por el

avance tecnológico: la emigración de los hombres desde la Tierra hasta otro

planeta y su liberación de la prisión terrenal, y el vaciamiento de las fábricas con

la consecuente emancipación de la antigua servidumbre a la necesidad.

Nos interesa la propuesta de Arendt, en la medida que sostiene la

intervención tecnológica como liberadora de las condiciones usuales en las que

los hombres viven actualmente; una suerte de deshumanización de las formas

actuales de “ser humano”.

Justamente Asimov, imagina un escenario contrapuesto: un futuro en el

que la tecnología otorga el carácter humano, incluso a los robots. En “El hombre

bicentenario”, el cuento relata cómo Martin llega a convertirse en un hombre con

doscientos años a partir del proceso humanizante que el avance tecnológico y las

contiendas legales le posibilitan.

Estas ideas extremadamente simplificadas que incorporamos aquí como

recursos literarios, disparan inicialmente nuestra reflexión sobre las relaciones

entre las tecnologías y la sociedad en términos de determinismos. Resulta que

esta temática ha sido ampliamente discutida pero sigue revistiéndose según los

contenidos de los nuevos fenómenos. Es entonces que, a los efectos de iniciar la

construcción de “un punto de vista propio y común sobre la Tecnología

Educativa desde la vista del punto latinoamericano”, revisaremos algunos

desarrollos teóricos que se han ocupado de los determinismos tecnológicos.

Determinismos tecnológicos

Abordaremos en esta instancia el concepto de “determinismo

tecnológico” teniendo en cuenta sus versiones estereotipadas fuerte y débil, sin

dejar de considerar el amplio abanico de posiciones moderadas que se hallan

Page 82: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

82

entre tales extremos. En principio estableceremos como denominador común

para estas distintas perspectivas, al impacto e influencia de las tecnologías sobre

la historia humana, sobre el cambio social y sobre la dirección de las prácticas

sociales.

Para comenzar, analizamos algunos postulados del determinismo

tecnológico duro siguiendo los aportes de Ricardo Gómez (1997), en los cuales

se establece que las tesis características del hard determinism pueden enunciarse

del siguiente modo:

“(DT1) El cambio tecnológico es causa del cambio social. Ello es así porque la

tecnología define los límites de lo que una sociedad puede hacer y, por lo tanto,

la innovación tecnológica aparece como el factor principal del cambio social.

(DT2) La tecnología es autónoma e independiente de las influencias sociales”

(Gómez, 1997: 66).

Tenemos allí dos elementos que nos permiten componer una mirada

inicial sobre el concepto de determinismo tecnológico duro. Por una parte, en

DT1, existe un pronunciamiento sobre la relación entre tecnología y cambio

social: se otorga el poder de cambio a la tecnología misma incorporando la idea

súper optimista de progreso tecnológico y social sin fin. Es decir que, se incluye

una relación mono-causal que comprende el impacto de las tecnologías sobre el

cambio en la sociedad. La tecnología adquiere desde esta perspectiva, el estatus

de una identidad metafísica controladora, una mano invisible que determina el

destino humano.

Por otro lado, la segunda tesis avalada por el determinismo duro (DT2),

sentencia sobre el grado de autonomía de las tecnologías sobre lo social: la

independencia absoluta de la “megamáquina” sobre el mundo humano que no ha

de controlarla, la dictadura de lo tecnológico y el sometimiento a sus

direcciones.

Pero siguiendo el planteo de Gómez, existiría una característica más del

determinismo duro no contemplada en las tesis que incluimos arriba. Se trata de

Page 83: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

83

la discusión sobre las unidades de análisis, su amplitud y las derivaciones

metodológicas que traen estas posiciones para la investigación. Para el caso, la

perspectiva del hard determinism defiende un determinismo global que abarca a

la sociedad como un todo, sin reconocer particularismos o expresiones

circunstanciales.

En otro extremo, el determinismo tecnológico blando, incurre en un

debilitamiento de la tesis (DT1) del determinismo duro y en un abierto rechazo a

la segunda tesis (DT2) (Gómez, 1997). Es decir que su posición, se constituye

relativizando el impacto de la tecnología y desestimando la autonomía

tecnológica sobre el mundo social. Dice Gómez al respecto:

“(los deterministas blandos) acerca de (DT1) sostienen que, si bien la

tecnología influye en el cambio social, no es el motor único del mismo, y, en

muchas versiones débiles del determinismo blando, no es el factor principal de

dicho cambio. Acerca de (DT2), y en contra de la autonomía de la tecnología y

de su desarrollo, los deterministas blandos enfatizan el carácter humano de la

historia de la tecnología” (Gómez, 1997: 69).

Se concibe a las tecnologías no como únicos movilizadores de los

procesos de transformación social, y se declara abiertamente que ellas no

intervienen de manera autónoma respecto de los procesos sociales que tienen

lugar en coordenadas espacio - temporales definidas. Las tecnologías se

presentan aquí como producciones sociales, que emergen de prácticas humanas y

que, a la vez, se incluyen en la dinámica social. No habría entonces tal monstruo

tecnológico incontrolable y autogenerado sometiendo a los hombres.

Con estas precisiones, y siguiendo con la tríada que desarrolla Gómez,

agregaríamos que la versión blanda, contrapone un determinismo meramente

local, con énfasis contextualista y en el esfuerzo por la captura particular de los

fenómenos en los que se producen y usan tecnologías.

A partir de estos enunciados sobre las relaciones entre tecnologías y los

procesos sociales en términos de causalidad, grados de independencia entre las

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84

dimensiones que intervienen y las escalas de análisis; se despliega la posibilidad

de componer definiciones para el concepto de “tecnologías”. Aunque éste, no es

nuestro objetivo aquí, el ejercicio propuesto incluye la posibilidad de análisis de

los discursos que se construyen sobre las tecnologías en diversos campos.

Determinismo, política y progreso

Interesa además, el problema de la construcción política y ética que da

forma y se oculta tras las declaradas versiones del determinismo tecnológico.

Daremos una sentencia en este sentido: el desarrollo tecnológico y la política se

vinculan de maneras más o menos estrecha, estando las tecnologías

frecuentemente revestidas con la pretensión aséptica y neutral de cierto discurso

cientificista. A partir de esta consideración, será preciso ubicar los procesos de

avances tecnológicos en los marcos de producción y usos humanos, admitiendo

que tales avances se inscriben en dinámicas de lucha entre grupos con intereses

específicos que aprueban cambios y resisten otros.

Diremos que se construyen discursos deterministas, apelando a la

autoridad de la ciencia y ocultando, en el mismo acto, las pretensiones políticas

que moldean las decisiones tecnológicas. Es decir que las estrategias des-

politizadoras, terminan invistiendo con un discurso objetivista y tecnocrático de

la ciencia, a los productos tecnológicos que provienen del propio campo

científico. Al respecto Gómez señala,

“Si bien muchas veces no se niega la relevancia de la acción humana en el

ámbito de la tecnología, se la des-politiza. Ello es un instrumento invalorable

para despolitizar el poder político. Así se logra lo que proponemos evitar, el

hiperdominio global y absoluto en todas las esferas de la acción social de la

racionalidad tecnocrática. Por supuesto, tal maniobra despolitizadora tiene

enorme poder de persuasión porque ella constituye un escape a la necesidad de

apoyar las decisiones en juicios humanos frágiles o de apoyarse en el carácter

moral de los agentes” (Gómez, 1997: 91).

La carga valorativa de las decisiones éticas y morales no puede evadir su

intervención en cualquier asunto humano, incluso cuando nos referimos a la

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85

creación científica y a los desarrollos tecnológicos. La sentencia por lo que el

progreso significa, incluye necesariamente reconocer las adscripciones éticas de

quien lo dictamina. El avance tecnológico no es sinónimo de progreso en la

historia: no es suficiente sostener la idea de que más tecnología constituye la

mejor solución para los problemas sociales. Se requiere considerar la dimensión

valorativa de una comunidad establecida en tiempo y espacio determinados, lo

cual, a la vez, incluye el carácter relativista del progreso según lo entendemos

aquí.

Diremos entonces que, en el estudio de las tecnologías en relación con

circunstancias sociales, económicas, políticas y temporales específicas; se juega

un enfoque que permite, finalmente, escapar de los determinismos más ingenuos.

En este sentido, recuperamos un fragmento de Gómez en el que se plantea una

propuesta de abordaje analítico para los fenómenos que nos interesan.

“Lo que se debe tener en cuenta centralmente es el diseño interno de los

artefactos y sus restricciones, para tener claro cómo operan, y para poner de

relieve lo que hay de esencial y contextualmente humano en el proceso de

diseño. Esto supone concebir los artefactos tecnológicos como momentos

cristalizados de la visión humana pasada, cada uno de ellos corporizando las

necesidades, pasiones, celebración y afán de mejor vida que es propia de la

condición humana. Ello es parte de comenzar a abrir las cajas negras y de

evitar, como consecuencia, determinismos extremos” (Gómez, 1997: 67).

Como ha quedado expuesto, los determinismos fuertes con sus

explicaciones mono-causales y reduccionistas, simplifican el abordaje del

fenómeno tecnológico y social. Si hay aquí la adopción de una perspectiva, es la

que desestima cualquier forma de determinismo duro, justamente porque evade

desde el principio, la posibilidad de pensar la complejidad de los fenómenos

sociales y tecnológicos.

El determinismo fuerte en cualquiera de sus formas, sobrevalora un

“factor decisivo” que en sí mismo es insuficiente para dar cuenta de la

multiplicidad y complejidad de los fenómenos sociales. Tal sentencia ha sido

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86

difundida en el campo de los estudios sociales y contempla con prudencia el

carácter complejo de los objetos que estudia.

Diremos que el problema puede tener salidas con el estudio exhaustivo

de las formas en que se vinculan estas dimensiones intervinientes en el mundo

humano, por lo que repasaremos, algunos puntos centrales del acercamiento que

a la temática realiza Vygotsky, según su programa de psicología sociocultural.

El “determinismo” en la perspectiva vygotskyana

Si la pregunta es por el lugar que le cabe a las tecnologías en la

construcción de lo humano, la clásica teoría de Lev Vygotsky puede acercarnos

algunos elementos para dar respuesta. En términos generales, hay allí una

convicción sobre el modo en que se juega el determinismo sociocultural, según

se admiten mecanismos de interiorización de instrumentos mediadores diferentes

según los contextos, tiempos y comunidades.

No hay en Vygotsky la pretensión universal de una única forma de

desarrollo de la funciones de pensamiento humano. Se trata de dotar al mundo

sociocultural con su peso específico, y de discernir la particularidad de su

intervención en los procesos de desarrollo de las funciones psicológicas

superiores o estrictamente humanas.

Lo que nos interesa en esta instancia, es remarcar el vínculo que, desde el

enfoque sociocultural del aprendizaje iniciado por Vygotsky, es posible

describir entre el uso de herramientas y la ampliación de las habilidades

mentales. Desde esta perspectiva, el uso de intermediarios externos, que

Vygotsky denomina “instrumentos psicológicos”, requieren la explicitación de

procesos de mediación instrumentales que tienen lugar cuando los sujetos

aprenden, además de otras intervenciones de carácter social.

Para tales mecanismos cognoscitivos, subyace lo que Vygotsky denomina

la “ley de la doble formación de los procesos psicológicos superiores”, sentencia

fundamental que ubica en la teoría el estatuto atribuido a la dimensión social.

Estrictamente, toda función psíquica aparece dos veces: primero a nivel social

como categoría interpsíquica, y luego a nivel individual como categoría

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87

intrapsíquica, según sucede el proceso de interiorización de los instrumentos

mediadores.

A partir de ésto, estamos en condiciones de enunciar que aquello que le

viene al sujeto externamente y como instrumento acompañado de las

intervenciones de otros más expertos, originará un proceso de interiorización de

tales instrumentos moldeando así, sus propios procesos psicológicos. En otros

términos, las funciones psicológicas superiores, “implican un proceso de

mediación utilizando ciertos medios o a través de determinados instrumentos

psicológicos que, en lugar de pretender como objetivo modificar el entorno

físico como los instrumentos eficientes (…), tratan de modificarnos a nosotros

mismos, alterando directamente nuestra mente y nuestro funcionamiento

psíquico” (Álvarez y Del Río, 1990: 96).

El mecanismo de interiorización de los instrumentos mediadores que se

encuentran en el contexto, es para Vygotsky una de sus preocupaciones

fundamentales en su búsqueda de articular las determinantes socioculturales con

las formas de desarrollo de las funciones de pensamiento humano. Teniendo en

cuenta algunos de estos postulados fundamentales del enfoque vygostkyano,

recuperaremos las propias palabras del autor para dar cuenta de su posición

respecto a las modalidades de determinismos que identifica.

En el capítulo VI de “Los procesos psicológicos superiores”, Vygotsky

aborda el tema del desarrollo y la interacción entre el aprendizaje y la

maduración. Allí, aunque revestido de un lenguaje específicamente psicológico,

se presenta con muchísima claridad la postura vygostkyana sobre el

determinismo social al que se da lugar en la teoría. Se trata de una crítica a los

enfoques de tres posiciones teóricas distintas, donde se analizan las relaciones e

influencias entre la dimensión del desarrollo madurativo y el aprendizaje como

proceso cultural de transmisión. En última instancia, se analizan los grados de

dependencia y los mecanismos de vinculación entre la biología y la cultura

humanas, lo cual habilita la posibilidad de extraer la perspectiva vygotskyana en

términos de determinismo a los que adhiere y a los que denuncia.

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88

En primer lugar, Vygotsky identifica la postura teórica que entiende a los

procesos del desarrollo del niño como independientes del aprendizaje. Dice el

autor:

“(cuando) el aprendizaje va siempre a remolque del desarrollo, y que el

desarrollo avanza más rápido que el aprendizaje, se excluye la noción de que el

aprendizaje pueda desempeñar un papel en el curso del desarrollo o

maduración de aquellas funciones activadas a lo largo del aprendizaje. El

desarrollo o maduración se considera como una condición previa del

aprendizaje, pero nunca como un resultado del mismo. Para resumir esta

posición: el aprendizaje constituye una superestructura por encima del

desarrollo, dejando a este último esencialmente inalterado” (Vygotsky,

1979:125).

Aquí ubica Vygotsky a Piaget de manera explícita. Le critica la

imposibilidad de trabajar con acercamientos a respuestas “puras” de niños que

no hayan sido moldeadas por la cultura y cuestiona el punto de vista autonomista

con que se abordan las dimensiones. De modo que denuncia el determinismo

madurativo al que dan lugar estos enfoques que se caracterizan por asumir que la

maduración va por delante del aprendizaje, posibilitando procesos educativos

sólo cuando la biología establece las condiciones.

Diremos de todos modos, que con el avance de los desarrollos

piagetianos, y precisamente con la enunciación de los cuatro factores del

desarrollo cognoscitivo (maduración biológica, experiencias sociales, actividad y

equilibración); se pone en juego un tratamiento más sofisticado de las relaciones

entre tales factores, reconociendo que sólo en el principio de la ontogenia existe

la preminencia del factor madurativo. Aún así, los vygotskyanos reclaman que

no existe un destino cognitivo predefinido, una estructura madurativa a

completar; sino que el rumbo cognitivo depende de las condiciones

socioculturales en las que crece el niño.

La segunda posición teórica que rechaza Vygostky, es la que asume que

“el aprendizaje es desarrollo”. Para este enfoque, se despliega un argumento que

apunta a demostrar el modo con el que William James, reduce el proceso de

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89

aprendizaje a la formación de hábitos, identificándolo con el desarrollo. Se

exalta aquí el reduccionismo de algunas formas vulgares de conductismo, la idea

de que hasta las funciones psíquicas específicamente humanas se pueden

explicar de manera suficiente desde la dimensión biológica. Es necesario decir

en esta instancia que la perspectiva vygostkyana distingue explícitamente las

funciones humanas básicas de las superiores, asumiendo la seriedad del trabajo

de Pavlov con “el primer sistema de señales”.

Entonces Vygotsky repasa:

“Los teóricos que sostienen el primer punto de vista aseguran que los ciclos

evolutivos preceden a los ciclos de aprendizaje (...) el segundo grupo postula

que ambos procesos se dan simultáneamente; el aprendizaje y el desarrollo

coinciden en todos los planos” (Vygotsky,1979: 126).

La tercera posición teórica respecto al vínculo entre aprendizaje y

desarrollo es aquella que, según dice Vygostky, “trata de anular los extremos de

las anteriores afirmaciones combinándolos entre sí”. Se analiza aquí la teoría de

Koffka, según la cual el desarrollo es la interacción entre maduración y

aprendizaje transferidos a nivel general. Si bien tal aproximación se basa en dos

procesos distintos pero relacionados entre sí, Vygotsky resalta que

“evidentemente la naturaleza de dicha interacción queda sin investigar en la obra

de Koffka”. Justamente rescata como falta en los otros lo que en él es un

hallazgo, dada la maestría con la que describirá en qué consiste esta relación

entre la maduración y el aprendizaje.

Es en esta instancia cuando Vygotsky presenta su concepto de Zona de

Desarrollo Próximo, la zona que “define aquellas funciones que todavía no han

madurado, pero que se hallan en proceso de maduración, funciones que en un

mañana próximo alcanzarán su madurez y que ahora se encuentran en estado

embrionario” (Vygotsky, 1979: 133). Pero... ¿cómo es que encontramos en el

concepto de zona de desarrollo próximo la posibilidad para poner de relieve las

determinaciones que ejerce el contexto sociocultural en el enfoque

vygotskyano?.

Page 90: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

90

En Vygotsky, el desarrollo de lo específicamente humano se dirime en la

forma que adopta la relación entre el aprendizaje y la maduración: el primero

tira del segundo, va por delante creando condiciones. El contexto sociocultural

acerca instrumentos mediadores tanto sociales (procesos de “préstamos de

conciencia”) como instrumentales (allí ubicaríamos a las tecnologías), los cuales

establecen la constitución de la zona de desarrollo próximo. Gracias a esa

mediación, apoyo social y cultural, se dispara la posibilidad de nuevos logros

para quien aprende. Sentencia finalmente Vygotsky: “el proceso evolutivo va a

remolque del proceso de aprendizaje; esta secuencia es lo que se convierte en la

zona de desarrollo próximo” (Vygotsky, 1979: 139).

En la psicología sociocultural rusa, ni la maduración tira del aprendizaje

ni estos procesos coinciden: “el aprendizaje organizado se convierte en

desarrollo mental y pone en marcha una serie de procesos evolutivos que no

podrían darse nunca al margen del aprendizaje. Así pues, el aprendizaje es un

aspecto universal y necesario del proceso de desarrollo culturalmente organizado

y específicamente humano de las funciones psicológicas” (Vygotsky, 1979:

139).

El desarrollo exhaustivo que el autor logra para dar cuenta de las

relaciones entre maduración y aprendizaje, incluye como se ha explicitado, un

espacio privilegiado para los instrumentos culturales que finalmente impactan

sobre los modos de construir las funciones psíquicas superiores, las estructuras

de pensamiento propias de cada comunidad humana. De modo que, la forma de

determinismo que las tecnologías como instrumentos mediadores promueven,

reconoce en el enfoque de la psicología sociocultural rusa, la complejidad

interaccional entre los procesos sociales y biológicos. De esta manera, la

posibilidad explicativa no se desvanece, siempre que se contemple la

complejidad de los fenómenos que se estudian con exhaustividad.

Discusión

Ingresamos finalmente al debate en torno al determinismo tecnológico

que se ha desarrollado en el campo de la Tecnología Educativa, incluyendo la

clásica disputa entre Clark y Kozma, como representativa del intento de afinar

Page 91: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

91

nuestra comprensión sobre el modo mediante el cual algunos desarrollos

culturales determinan algunas posibilidades humanas.

Puntualmente, la discusión Clark – Kozma, ha impulsado de modo

paradigmático diversas reflexiones en torno al impacto efectivo que los nuevos

medios tecnológicos tienen sobre los aprendizajes. Se trata de especificar el peso

propio de las tecnologías en los procesos educativos y a partir de allí, se

requieren diferentes programas investigativos que otorgan más o menos

centralidad al estudio de las TIC.

Por una parte y para Clark, en franca oposición a las expectativas de la

multimillonaria industria tecnológica que financia investigaciones en educación;

los medios no tienen influencia directa en los aprendizajes, sino que los

beneficios que se advierten pueden ser sólo adjudicados a los usos de métodos

adecuados de instrucción (Gallego, 1997). Es Clark quien afirma que los medios

no influyen en el aprendizaje cualquiera sean las condiciones, sino que, son más

bien meros vehículos que proporcionan instrucción, y que no intervienen en los

resultados de los estudiantes, como “el camión que proporciona comestibles no

causa cambios en nuestra nutrición”. En otras palabras, Clark entiende a los

medios como vehículos "inertes" de mensajes instructivos, más que como

"ingredientes activos" en el aprendizaje (Clark,1994).

En función de esta posición, Kozma reabre el debate, relativizando la

postura de Clark y especificando la diferencia entre “atributo del medio” (como

la capacidad distintiva del mismo, lo que sólo ese medio puede facilitar) y la

“variabilidad de su uso”, dependiendo de las prácticas culturales de los diversos

grupos que los incorporan. Con estas definiciones, Kozma intenta más que una

revisión: propone reformular el problema. Sostiene que no es apropiado pensar

en el grado de influencia de los medios en el aprendizaje, y se pregunta por el

modo en que usamos las capacidades de los medios para influir en el

aprendizaje. Se propone de esta manera, un cambio de foco en la investigación

desde los medios como transmisores de métodos hacia los medios y métodos

como facilitadores de la construcción de conocimiento y la producción de

significado por parte de los estudiantes (Kozma, 1994a; 1994b; Gallego, 1997).

Page 92: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

92

Diremos entonces que la apuesta por caracterizar la especificidad de las

nuevas tecnologías en términos de impactos distintivos sobre los aprendizajes,

requerirá aquí que pronunciemos nuestra perspectiva a partir de las

consideraciones vygotskyanas que hemos traído antes.

El planteo de Clark se hunde en un fuerte determinismo que no es

tecnológico pero que encuentra explicaciones en los métodos movilizados por

los usos de los medios o tecnologías fácilmente reemplazables y poco

importantes. Por otro lado, la propuesta de Kozma, plantea la especificidad de

influencia de las tecnologías en un escenario social de construcción de

conocimiento particular. Este segundo planteo, es más complejo en términos de

causalidades, y no adhiere a pretensiones universalistas para explicitar las

relaciones entre tecnologías y cambios sociales. No obstante, preguntamos si hay

en Kozma la explicación de la cultura por la cultura misma: el aprendizaje

humano parece allí construirse unilateralmente según lo determina la dimensión

cultural. Es decir que también interrogamos si en Kozma, podemos rastrear un

determinismo tecnológico fuerte, puramente cultural, que no contempla la

intervención de los procesos madurativos en los términos que antes

mencionamos, ni da cuenta de sus modos de vinculación. Es aquí donde

justamente la perspectiva de Vygotsky puede inaugurar un enfoque más

profundo en Tecnología Educativa, incluyendo relaciones entre los procesos

culturales e instrumentales con los madurativos, siempre señalando el énfasis de

las determinantes socioculturales.

Conclusiones

Concentrados en la pregunta por el impacto tecnológico, y atendiendo a

modelos analíticos que permiten revisar los discursos que circulan actualmente,

concluimos entonces rescatando dos elementos.

En primer lugar, la matriz inicial de análisis que extrajimos desde los

aportes filosóficos, contempla sentencias genéricas sobre las relaciones entre

tecnologías y procesos sociales en términos de: a) causalidad, b) grados de

independencia entre las dimensiones intervinientes, c) amplitud de escalas de

análisis y d) carácter ético político de las definiciones deterministas.

Page 93: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

93

En segundo término, habiendo repasado los principales postulados de la

teoría de Vygotsky, valoramos la consistencia de la perspectiva sociocultural en

psicología, haciendo énfasis en la reflexión sobre los modos de relación entre la

dimensión madurativa y del aprendizaje. A partir de allí, proponemos continuar

con el ejercicio de análisis sobre discusiones clásicas en el campo de la

Tecnología Educativa que abordan la temática de los determinismos

tecnológicos.

La claridad y potencia explicativa de la teoría de Vygotsky, proporcionan

la posibilidad para leer los nuevos discursos deterministas que se instituyen en

torno al desarrollo de las nuevas tecnologías en la actualidad. Puntualmente las

“nuevas discusiones” que han emergido recientemente en torno al uso de TIC

(videojuegos educativos) como promotores de nuevas estrategias de

razonamiento en los aprendices; podrán ser abordadas con los elementos teóricos

indicados.

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La dimensión de la educación filosofía y la articulación con

la pedagogía de la igualdad.

March, Daniel Román

Vidal, Roberto Gabriel.

Introducción

El presente trabajo forma parte de un proyecto de investigación de mayor

alcance denominado: Políticas educativas acerca de la enseñanza de la filosofía,

enmarcado en el ámbito de un grupo de investigación de nuestra facultad.

Page 95: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

95

Con el objetivo primordial de abordar reflexiva y críticamente la dialéctica

imaginario social instituido-imaginario social instituyente dentro del marco de la

educación filosófica se buscará establecer la incidencia de la clausura cognitiva

que conlleva la repetición de lo dado (o naturalizado) junto con la posibilidad de

la emergencia de lo nuevo. Ésta se produce gracias a la facultad de innovación

radical de la imaginación del ser humano singular. Es decir que la presente

investigación se propone analizar detalladamente esta dialéctica y clarificar el

lugar central de la educación filosófica en el proyecto de una sociedad autónoma

que permita tomar a la igualdad como punto de partida y no como llegada.

Ahora bien, como el sujeto ya no puede ser pensado fuera de la historia, luego

de los aportes de los maestros de la sospecha, tanto los educadores cómo los

alumnos han de formarse en el contexto del espíritu de la sociedad existente.

Por consiguiente, conscientes de que toda propuesta de política educativa debe

partir de la crítica al conocimiento de lo que se tiene por dado; es necesario

abordar la educación de la filosofía (entendida como una práctica que permite

desarrollar el pensamiento crítico, interrogar las prácticas sociales y reflexionar

sobre la noción de ciudadanía) a través de la interacción entre el imaginario

social y la imaginación radical del individuo singular. Es por ello que el filósofo

y psicoanalista Cornelius Castoriadis afirma que la noción de educación implica

la articulación entre ésta última y la imaginación social creadora.

La dialéctica instituido-instituyente

Si consideramos a la filosofía como una disciplina que sintetiza los conceptos de

una época, tal como lo señala Hegel en su “Fenomenología del Espíritu”, la

educación filosófica permitirá desarrollar el pensamiento crítico a través del

abordaje de la dialéctica instituido-instituyente, es decir, imaginario social

instituido-imaginario social instituyente, que postula el filósofo greco-francés

Cornelius Castoriadis en su vasta obra.

Por otro lado, sostenemos que la función del docente comportará tomar la

palabra para interpretar las prácticas sociales que emiten sentidos y conllevan

significaciones, para poder llevarlas al salón de clases y poder analizarlas junto a

sus alumnos.

La incidencia del imaginario social instituido en la práctica educativa filosófica

da como resultado un cierre informativo o una clausura cognitiva que no permite

la emergencia de lo nuevo, cuya aparición a lo largo de la historia posibilita

aseverar la existencia de un poder de creación, una “vis formandi”. Castoriadis

llamará a esta facultad de innovación radical: imaginario social instituyente.

Ahora bien, muy por el contrario, justamente es esa incapacidad la que se

fosiliza y cristaliza como ficción estructurante de la concepción explicadora del

Page 96: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

96

mundo de las causas y los efectos. Sin la imposibilidad no tendría razón de ser la

explicación. Para ser precisos y sin rodeos, podemos decir que los alumnos no

entienden porque la profecía autocumplida se naturalizó en el sistema educativo.

En términos de (Ranciere, 2007, p. 21): “explicar algo a alguien, es en primer

lugar, demostrarle que no puede comprenderlo por sí mismo”

Por tanto, se establecen jerarquías tajantes y definitivas entre los “que saben”

y los “que no saben”, relaciones entre “inteligencias superiores y otras

inferiores”.

A partir de esta división entre dos “estados” se instalará el acto de aprender,

que se llevará a cabo merced a la tarea del maestro que transmitirá sus

conocimientos, adaptándolos a las capacidades intelectuales de los alumnos y

verificando que sean capaces de comprender bien lo aprendido.

He aquí el principio de la explicación o mejor dicho, del embrutecimiento: no se

trata de estimular capacidades, de fomentar su desarrollo sino, por el contrario,

de confirmar una desigualdad que se presupone de antemano. Esta desigualdad

pedagógica se convierte en una desigualdad social dado que se encuentra

enmarcada en un imaginario social que se ha naturalizado y que sigue

instituyendo de manera continua.

La educación y la filosofía

En este momento y a modo de comienzo es pertinente mencionar la clasificación

del filósofo Walter Kohan según el cual la filosofía de la educación ha transitado

tres momentos centrales en la historia de las ideas: el de los griegos, el de la

modernidad y el de los contemporáneos.

Los filósofos griegos de la antigüedad dieron un espacio de singular importancia

a la educación:

Los sofistas hicieron hincapié en el sentido y el valor de educar, además, cabe

destacar que los sofistas fueron educadores profesionales que enseñaban el “arte

de la retórica y la habilidad de la argumentación”, con el objetivo primordial de

proveer de herramientas discursivas a los jóvenes ciudadanos que tenían la

intención de participar activamente en los debates políticos producidos en el

ágora.

En cambio, Platón observaba en la Atenas de su época una incipiente tendencia a

la corrupción en los jóvenes. Estos se alejaban de la “episteme” para transitar el

camino de la “doxa” como producto de las enseñanzas de los sofistas.

Por lo tanto, según Walter Kohan, la filosofía de Platón podría verse: “como un

intento por sentar las bases que permitan construir un orden social diferente”

(Kohan, 2003, p.24)

Page 97: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

97

En concordancia con este fin, el filósofo griego busca revertir la degradación de

la Polis a través del abordaje conceptual de la relación directa entre las

características de la sociedad y de los individuos que la componen. Por tal

motivo, postulaba que esta conexión dependía del contexto donde se

desarrollaba. Por consiguiente negaba que los rasgos imperantes, tanto de cada

individuo como de la Polis, estuvieran dados de una vez y para siempre.

Sin embargo, esta idea retornará recién en la modernidad a partir de la

institucionalización de la educación como dispositivo de control social. Lo que

da origen a la escuela y con ella a la emergencia de los docentes y los alumnos

como nuevos actores sociales y políticos.

He aquí una idea central de Kohan que resulta pertinente para nuestro análisis: la

subjetividad de los niños será delineada por la articulación de estos saberes

disciplinares y el poder pastoral ejercido por el docente. Éste último, asume la

responsabilidad por las acciones y el destino de su grupo. Por lo tanto, se

produce una relación de sometimiento entre el docente y los alumnos. Esta es

una de las ideas que inundan el imaginario social y se insertan en las

instituciones educativas: que el docente debe ejercer una dominación o explicitar

la asimetría con sus alumnos para que ellos comprendan que la autoridad no son

ellos. Además, de hacerles notar que carecen de conocimientos, algo que ya está

presente en el sentido etimológico del concepto alumno.

Ahora bien, las relaciones entre imaginario, saber, verdad y poder que se

efectúan en la escuela conllevan la elaboración de un nuevo registro discursivo.

Por último, es necesario hacer hincapié en las características específicas de esta

problemática que se observan en la época actual.

El filósofo y psicoanalista Cornelius Castoriadis afirma:

“lo esencial de la educación que la sociedad contemporánea ofrece a los

individuos no es la educación formal suministrada en las escuelas, sino la que

se propaga cotidianamente a través de los medios de comunicación, sobre todo

la televisión, la publicidad, etcétera; e, incluso, más allá de esta situación, todo

lo que pasa en la sociedad, la política, el urbanismo, las canciones…”

(Castoriadis, 2001, p. 209)

Por lo tanto, es imprescindible el análisis detallado del funcionamiento de la

sociedad en el abordaje de la noción de educación. Para este filósofo, la

interacción entre el imaginario social y la imaginación radical del ser humano

singular está siempre presente y se plantea tanto sobre el registro psíquico como

el registro social constituyéndose en la base de la relación docente-alumno en la

práctica áulica.

Page 98: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

98

Por ende, entendemos la práctica de la enseñanza filosófica como una

intervención áulica en la cual debe tenerse en cuenta el mundo real y concreto

como materia prima del pensamiento. En este escenario, el docente debe

cumplimentar una serie de procedimientos que se hallan prescriptos en los

diseños curriculares y tratar de asociarlos con aquellas cuestiones que se dan en

el contexto externo a la institución. Estos, a su vez, son elaborados por los

diferentes organismos sobre la base de fundamentos, teorías y discursos que son

de índole político. Por tanto, según la noción de legitimación que tengamos

elegiremos ciertos conceptos y no otros, lo que dará como resultado la formación

de determinados ciudadanos.

Cada establecimiento educacional se basa en determinados mecanismos,

procedimientos o dispositivos de control y legitimación. Uno de esos, lo

constituye, sin duda, el proyecto educativo institucional. Y en un sentido más

amplio el salón de clase en el cual se aplican las prescripciones dadas en los

diseños curriculares.

Los docentes y maestros de cada uno de los niveles de enseñanza deben ceñirse

a un grupo reducido de conceptos prescriptos por un programa que comúnmente

denominamos diseño curricular.

Ahora bien, respecto de tales diseños podríamos decir que se basan en

determinados fundamentos sin explicitar la íntima vinculación entre la educación

y el conocimiento.

Esto se relaciona con la legitimación de aquello que se prescribe desde el

gobierno de turno, ya sean normas o pautas de evaluación y procesos de

enseñanza y aprendizaje como así también códigos con los cuales se relacionan

los actores educativos.

Estos últimos vistos como el conjunto de contenidos y grados de desarrollo

conceptual a los que debería llegar o alcanzar cada alumno.

Ahora bien, la relación entre la apropiación que hace el alumno de los

contenidos impartidos por el maestro/docente y los programas de estudio nos

hace pensar en diversos fundamentos que se ponen en juego para llegar a tal fin.

El tema de la vinculación docente/alumno puede ser abordado desde diversas

perspectivas, una de ellas la ofrece sin duda la filosofía de la educación francesa

en la voz de Jacques Ranciere.

Page 99: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

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Un aspecto relevante para desentrañar las claves de esta relación surge de la

inquietud que genera la posibilidad de hacer sensible la filosofía. En ese sentido,

“por ilustración, documentación y subjetivación. Una es

clásica y no tiene grandes riesgos: me refiero a la segunda, la

manera documental que hace sensible la filosofía al mostrarla

en su medio, enfrentada a sus condiciones de ejercicio. La

ilustración del pensamiento racional es indistinguible de la

ilustración de su imaginería. Pero los riesgos de la

subjetivación son aun más temibles. La credibilidad del

personaje se manifiesta en desmedro de lo que este debe

transmitirnos.” (Ranciere, 2012, p. 89/90)

En otras palabras, estas tres maneras de hacer sensible la filosofía resultan

perfectamente aplicables a la pedagogía o educación filosófica mas allá de los

brillantes filmes de Rossellini dedicados a determinados filósofos presentados en

tanto cuerpos vivos y testimonio de sus épocas.

Respecto a esta idea podemos hacer referencia a la lectura del “Platón maestro”

que tenía Ranciére: el héroe del saber racional que no se deja representar y que

es, lo que piensa, aparta a sus discípulos del objetivo de servir a la polis:

“Conocemos el papel que cumple ese retrato del filósofo en el imaginario de los

profesores de filosofía. Les ofrece la imagen, si no el método, de una práctica

pedagógica que tiene por esencia la imposibilidad misma de la pedagogía.”

(Ranciere, 2012, p. 89)

Por ello, entendemos que la intervención docente debería lograr descubrir en los

alumnos cada una de sus potencialidades promoviendo aprendizajes con alto

grado de significatividad social. Esto supone pensar al docente y su rol como un

proceso en cual nos parece importante trabajar sobre la transferencia, el diálogo

entre diferentes matrices disciplinares, el sentido y la función social de la

institución educativa como así también los contenidos de programas que

permitan la emergencia de nuevos actores o sujetos autónomos y críticos que

ejerciten la ciudadanía.

Ante la postura del docente como el que traspone los conceptos y contenidos

vertidos en manuales o libros de texto contraponemos la idea de un docente que

brinde herramientas para que los alumnos puedan ver la clase como una

comunidad de indagación. Esto es, una situación mediante la cual se genera la

posibilidad de que los alumnos se conviertan en participantes activos en cada

uno de los encuentros con la materia que estudien.

Page 100: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

100

En síntesis, el alcance de la emancipación educativa de los alumnos promoverá

una transición de mayores grados de igualdad hacia una igualdad inicial de la

cual todos los ciudadanos debieran partir.

La pedagogía de la igualdad

En este apartado nos proponemos analizar bajo qué registros opera y sobre qué

presupuestos se basamenta una enseñanza de la filosofía como práctica

educativa (social y discursiva), es decir, emancipatoria. Esto significa entender

que un modelo de enseñanza sobre la filosofía presupone una ontología que

luego dará el paso a una educación de la praxis.

Estos conocimientos en el proceso de enseñanza-aprendizaje no abarcan

solamente aspectos cognitivos sino que además, engloban características de

índole social, económico y político además de vincular a los sujetos. Por último,

el docente debería relacionar aquellos saberes disciplinares con la situación

áulica particular en la que cada alumno está circunscripto.

Es decir, que según esta perspectiva la filosofía es una disciplina de síntesis

puesto que sintetiza un currículum y un momento histórico-social determinados.

Ahora bien, es propio de la didáctica transponer contenidos del campo científico

al ámbito de la enseñanza, por ejemplo, cuando vemos el avance de la tecnología

en general, el docente trata de explicar el impacto social de tal o cual intento o

adelanto.

Dado que la escuela es productora de contenidos, consideramos que resulta

pertinente evaluar la relación entre la educación y la crítica reflexiva en la

conformación de un imaginario social respecto de la práctica educativa

filosófica.

La tarea de fomentar y promover la indagación entre los estudiantes resulta

menos compleja si tomamos como dato relevante la espontaneidad dada en cada

adolescente o niño. Dicho procedimiento unido a la consideración de la realidad

y las practicas áulicas concretas como texto, dato o gramática social nos

permitirían enseñar a nuestros alumnos a buscar los sentidos no manifiestos o

latentes de un discurso determinado, advertir los supuestos no explicitados de

una manifestación artística como así también evaluar los limites de la escritura o

las fronteras de la traducción como problema filosófico. Esta idea, ya está

presente en el filósofo francés Paul Ricoeur la acción como texto que se vuelve

significativa a partir de cuatro criterios: la fijación de la acción, la

autonomización de la acción, la pertinencia y la importancia, y la acción humana

como una obra abierta.

Page 101: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

101

El filósofo francés Jacques Ranciére en su obra “El maestro ignorante” recupera

el pensamiento de un coterráneo revolucionario llamado Joseph Jacotot quien

aplicaba en sus clases un método según el cual invertía la lógica explicacionista

(antigua) basada en el supuesto de que la explicación servía para remediar la

incapacidad del comprender y que era la mejor dieta contra la ignorancia.

Para hacer explícita dicha relación parece pertinente introducir una idea del

filósofo de la educación Alejandro Cerletti:

“Cuando la filosofía ingresa en los sistemas educativos, y

empieza a ser incluida en los diseños curriculares, adquiere

una dimensión estatal, y los profesores dejan de transmitir una

filosofía para enseñar contenidos y criterios elaborados y

normados por los actores que diseñan la curricula escolar. De

este modo, el sentido socrático de la filosofía es subsumido al

sentido institucional, a un sentido que se aleja de las prácticas

sociales y se acerca a las intrigas políticas.” (Cerletti, 2008,

p.32)

Por otro lado, intentamos observar que enseñar supondría facilitar a los alumnos

diversas herramientas. Y esto nos permite un comentario pertinente:

El doctor brasileño Moacir Gadotti ha trabajado las influencias de la filosofía de

la educación en el pensamiento de Antonio Gramsci y de este último dice que

evidenció la naturaleza política de la educación y la naturaleza pedagógica de la

política. El educador se compromete, asume posiciones, tiene sus propios

valores, trata de desmitificar el imaginario social fosilizado y le busca la vuelta

de tuerca al aspecto instituyente del mismo.

Consideraciones finales

Como expresaron en su notable obra titulada “La construcción social de la

realidad”, los sociólogos del conocimiento Peter Berger y Thomas Luckman:

“Todos los universos construidos socialmente cambian porque son productos

históricos de la actividad humana, y el cambio es producido por las acciones

concretas de los seres humanos.”

Por ello, entendemos, defendemos y afirmamos que un nuevo modelo de

educación es posible y urgente puesto que las desigualdades generadas por el

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sistema económico influyen fuertemente en la autonomía e independencia de los

sujetos a la vez que los dominan en el plano individual.

El docente emancipador no busca el fin de la escuela como institución sino que

busca dejar sin efecto la legitimación curricular y política del poder hegemónico

para poder dotar de herramientas a futuros actores sociales que puedan darse sus

propias normas y reconocerse como alteridades.

Como dijera Pierre (Bourdié, 2010, p. 97)

“la separación entre los alumnos dotados de cantidades desiguales-o de tipos

diferentes- de capital cultural. Más precisamente, mediante toda una serie de

operaciones de selección, separa a los que poseen capital cultural heredado de

los que están desprovistos de él. Como las diferencias de aptitud son

inseparables de las diferencias sociales según el capital heredado, el sistema

escolar tiende a mantener las diferencias sociales preexistentes.”

Por consiguiente, podemos decir que en estas relaciones se explicitan los

“modelos esperables” en la construcción del conocimiento, los criterios para la

circulación social del conocimiento, los fines sociales del conocimiento, los

imaginarios sobre la subjetivación docente, como así también las nociones de

infancia, adolescencia, alumno, autoridad, explicación, entre otras.

El británico Ivor Goodson plantea interesantes preguntas:

¿Perseguimos una educación que nos haga pensar como súbditos o como

ciudadanos?

¿Buscamos diseñar proyectos o programas educativos oficiales para legitimar

normas y costumbres prescriptas por los técnicos de la educación o contenidos

flexibles que trasciendan las instituciones educativas y hagan emerger nuevas

costumbres y con ello nuevas significaciones imaginarias?

Cuando Goodson se refiere a súbditos o ciudadanos parece ser claro que su

consejo es emanciparnos socialmente y no adherir a modelos o programas

políticos que fabrican, sostienen, profundizan y naturalizan las desigualdades

entre los sujetos.

Para concluir, diremos que la educación filosófica y su inquietante relación; con

la dialéctica que instituye continuamente y que fosiliza o cristaliza imaginarios,

se une a la pedagogía (entendida en un sentido amplio) reproduciendo aquellas

desigualdades sociales producidas por las políticas excluyentes que si bien no

son terminantes pueden incidir fuertemente sobre las subjetividades.

Situación que nos pone frente al desafío de lograr el escape de esta lógica que

Castoriadis llamaba ensídica o conjuntista-identitaria que iguala una cosa con

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103

otra sin tener en cuenta “otra alternativa”. Es importante recordar que nuestro

filósofo menciona dos momentos de la Humanidad en los cuales las sociedades

han podido escapar a la clausura cognitiva y al avance de la insignificancia

posibilitando así la emergencia de lo nuevo: la democracia ateniense y la Europa

del renacimiento carolingio.

Por todo ello, nos es lícito pensar que podemos volver a lograrlo siempre y

cuando tengamos en cuenta que la educación en la emancipación puede

contribuir a ello.

Bibliografía

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104

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106

Efeitos da noção deleuziana de problema na educação

matemática escolar

Francisco Egger Moellwald

Resumo: O presente artigo, apresentado na forma de um ensaio, se origina de

um exercício de pensamento que se atualiza a partir de uma produção escrita

discente; exercício e produção escrita que constituem, respectivamente, objetivo

e temática dos planos de ensino de disciplinas referentes à prática de um estágio

de docência de dois cursos de Licenciatura em Matemática e uma estratégia

docente empregada em uma disciplina do Curso de Mestrado em Ensino de

Matemática, todos da Universidade Federal do Rio Grande do Sul. Essa

produção se caracteriza como um exercício analítico com base teórica

fundamentada em referências estudadas em classe e em seções de orientação.

Portanto, o objeto deste artigo se caracteriza como um processo de atualização

que brota com a elaboração de um texto, cujo foco se concentra na busca de

possíveis efeitos da noção deleuziana de problema na educação matemática

escolar. Esta noção se origina da potência de um signo que surge de um encontro

fortuito e que violenta o sentido, provocando-nos certa estupefação e forçando-

nos à necessidade de criar, “gênese do ato de pensar no próprio pensamento”

(DELEUZE, 2006a, p. 91). Desta forma, pensar e aprender se entretecem pela

interpretação de signos, o que nos leva a atentar para a potência da noção de

problema em nosso quotidiano escolar. Se houve um exercício de pensamento,

ainda em aberto, a convocar estudante e professor a se inquietarem com formas

de aprendizagem, durante uma produção textual, esse exercício se atualiza na

produção deste artigo. Sua natureza tateante se associa à abertura própria de uma

busca que se pretende em permanente devir. A questão que se impõe ainda se

encontra em processo de constituição, pela aparente necessidade de

aprofundamento no estabelecimento de conexões entre campos que se

caracterizam por diferenças de natureza, como filosofia e educação matemática:

como pensar em alguma forma de matemática escolar que se descole da indução,

Page 107: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

107

da ordem e da coordenação, próprias do modelo recognitivo, considerando

possibilidades de criação a partir de um fora em imanência?

Palavras-chave: problema; ensino-aprendizagem; filosofia; educação

matemática.

... o sagrado instinto de não ter teorias...

(Fernando Pessoa)

Desde os primeiros encontros com a filosofia de Gilles Deleuze me senti

provocado a considerar suas possíveis contribuições para a área de Educação

Matemática, espaço em que atuo profissionalmente. Certo ceticismo tem me

acompanhado na tentativa de materializar este intento, e isto talvez se deva à

minha formação inicial como matemático. Considerando, no entanto, a natureza

saudável desse ceticismo, deixo-me levar pelo sentido de novidade que tanto me

encanta nessa filosofia.

Este artigo se articula a um projeto de pesquisa35

, que se originou da

inclusão de alguns conceitos da filosofia da diferença em disciplinas dos cursos

de Licenciatura em Matemática da Universidade Federal do Rio Grande do Sul.

Visávamos, por meio desta inclusão, nos situar diante de nossas práticas

educacionais e para além do institucionalizado, a partir de uma perspectiva ainda

incipiente em termos de vínculos com a educação matemática. Esta ideia

também foi inserida em uma disciplina do curso de Mestrado em Ensino de

Matemática dessa Universidade, a qual compartilho com uma colega.

Portanto, neste momento, ler, trocar ideias e escrever nos tem movido,

juntamente com nossos alunos, a perguntar sobre alguns efeitos de tais ações: Já

nos tornamos expostos, como territórios de passagem, às multiplicidades que nos

atravessam, às intensidades que nos percorrem (DELEUZE, 1992, p. 15)? Já nos

percebemos diferentemente em relação a nós mesmos, seguindo um destino

gracias a la vida em movimento Parra-Nietzsche? Repetindo incansávelmente

por vias diferentes a cada vez?

35

O projeto intitulado “Aprender com escrituras: ressonâncias filosóficas entre saberes”, coordenado pela

professora doutora Lisete Regina Bampi.

Page 108: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

108

O conceito deleuziano de problema se constitui em nosso mais recente

foco de atenção, gerando certo entusiasmo em nossas aulas, possivelmente

devido ao vínculo, aparentemente necessário, que se estabelece entre problema e

aprendizado, particularmente no caso da matemática. Desta forma, o presente

artigo constitui um exercício de pensamento, cujo foco se concentra na busca de

possíveis efeitos da noção deleuziana de problema na educação matemática

escolar. Além de apresentar uma caracterização teórica da temática, incluo nele

dois fragmentos vinculados às noções de questão e problema, observando a

natureza estritamente matemática do segundo framento. Necessitamos ainda

aprofundar nossos estudos no sentido de estabelecer ressonâncias entre tais

noções e a matemática escolar, propriamente dita,

Embora meu campo de atuação stricto sensu seja a educação matemática,

as provocações a que me referi no início deste texto não devem causar espanto;

ao longo da história diversos filósofos contribuiram para a constituição de boa

parte da matemática de que dispomos e com a qual nos envolvemos hoje,

inclusive nas discussões acerca de seus fundamentos ocorridas no início do

século XX.

Pelo menos dois argumentos, distintos em natureza, me chamaram a

atenção em termos desse sentimento de convocação. O primeiro deles se

apresenta de formas variadas em diversas passagens da obra de Deleuze. Em

uma conferência proferida para cineastas em 1987, a respeito do ato de criação

em cinema, ele considera cômica “a idéia de que os matemáticos precisariam da

filosofia para refletir sobre a matemática” (DELEUZE, 1999), mas afirma, mais

tarde, a possibilidade de procurarmos a filosofia por interesse pessoal ou devido

a uma preocupação que temos com nossa área de domínio específico em termos

de “necessidades ou abordagens” (2002, p. 226). E acrescenta ser “de grande

interesse pedagógico (...) jogar no interior de cada disciplina essas ressonâncias

entre níveis e domínios de exterioridade” (2002, p. 226), salientando que “o

importante nunca foi acompanhar o movimento do vizinho, mas fazer seu

próprio movimento. Se ninguém começa, ninguém se mexe”, e, por fim, nos

advertindo quanto a uma forma talento-pirata de “intercâmbio”: “As

interferências também não são trocas; tudo acontece por dom ou captura” (1992,

Page 109: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

109

p. 156). E capturar não remete a importar, mas transformar, subverter, buscar

criar algo que nos permita o movimento.

Há ideias na filosofia de Deleuze que poderiam ter valor em matemática

ou educação matemática? Poderíamos, por exemplo, considerar a ideia de

problema em uma dessas áreas, ou em ambas, a partir da noção deleuziana de

problema? Provavelmente, Deleuze responderia afirmativamente, considerando

o estabelecimento de ressonâncias entre tais ideias.

Outro argumento que me chamou a atenção para a filosofia deleuziana

diz da ordem da indignação, de sua paixão e ousadia no protesto à forma da

representação ou do pressuposto implícito ou subjetivo da filosofia: “todo

mundo sabe, ninguém pode negar” (2006b, p. 190), encarnada no Cogito

cartesiano. Para Deleuze, trata-se de dizer que “há alguém, mesmo que seja

apenas um, com a modéstia necessária, que não chega a saber o que todo mundo

sabe e que nega modestamente o que presume que todo mundo reconhece”

(2006b, p. 191). Eis aí um contra-exemplo; pura intensidade de alguém que não

se submete à representação e tampouco a deseja.

Esse protesto transpõe limites filosóficos e nos alcança a todos, pois,

neste caso, pensar e reconhecer divergem absolutamente. E quando se considera

a matemática escolar, com raríssimas exceções, tudo o que fazemos se situa no

âmbito da recognição. Basta que, em algumas das avaliações a que submetemos

nossos alunos, estes estejam devidamente preparados para fazer as associações

corretas entre o que estudaram previamente e o que lhes foi solicitado. A nós,

basta a verificação dessa concordância.

Perrelli (1996, p. 77-78) faz uma observação interessante a respeito desse

tipo de avaliação no ensino básico, e mesmo no superior. Há uma tendência pela

escolha de saberes que se encontram mais “cristalizados” ou estáveis nas

ciências mais antigas, pois esses saberes necessitam ser “ensináveis”, no sentido

de que os alunos possam aprendê-los e os professores ensiná-los, e

“explicitáveis”, ou seja, capazes de permitir uma identificação precisa na forma

de definições, caracterizações, funções e propriedades. “É desta explicitação que

depende o controle daquilo que estará sendo ensinado. (...) Nada melhor do que

ter em mãos conteúdos escolares estáveis e explícitos” (ARSAC, apud

PERRELLI, 1996, p. 78; grifo da autora). A autora afirma que “certos conteúdos

Page 110: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

110

merecem ser ensinados porque podem ser avaliados” (grifo da autora). Basta

que sejam explícitos e suficientemente consensuais em seu campo de saber.

Considerando que a matemática escolar se vincula a uma área

plenamente estabelecida no cenário das disciplinas científicas e estabelece uma

precisa identificação dos conteúdos a ensinar, a observação de Perrelli (1996)

explícita a opção escolar pela recognição. E isto nos conduz a buscar

movimentos de vazamento nesse estrato molar, inventar formas de fazer

matemática, na escola e em outros espaços, que se descolem de suas palavras de

ordem. Um desses movimentos pode se constituir por meio de um devir

pesquisa, cuja expressão necessita ser inventada, e da problematização desse

fazer matemática com uma pequena ajuda do Professor Deleuze36

.

Em relação a problemas ou questões, que precisaremos mais adiante, o

vazio parece ser a norma. Ambos se transformam em meras coleções de

exercícios e perguntas, cujas soluções e respostas já estão dadas. Tais afirmações

podem soar como fortes, e certamente são parciais, de acordo com os limites do

que objetiva este texto. Neste sentido, o mesmo não inclui olhares de outras

áreas, como as de natureza sócio-econômico-cultural, também fundamentais

para o estudo das questões que envolvem a escola e seus atores.

Não são poucos os professores que aguardam o início da aposentadoria

com ansiosa expectativa, torturados que são por um movimento de repetição de

exercícios e perguntas dos anos anteriores na condução de suas práticas, ao

longo de um tempo que lhes parece sem fim. Para os alunos, as expectativas são

outras, voltadas para a vida à frente. Sem uma prática de considerar e, mesmo,

inventar questões ou problemas, estes são avaliados por um conhecimento que

está dado há muito tempo, definido como importante e necessário para a sua

formação. Resta-lhes a via da recognição; a prática da memória e do

desenvolvimento de estratégias referentes ao aprendizado dos fatos e processos

próprios dos saberes em estudo.

A questão era antes: o que se passa “entre”?

(Gilles Deleuze)

36

Conforme Tadeu em “Dr. Nietzsche, curriculista – com uma pequena ajuda do Professor Deleuze”. In:

Corazza e Tadeu, 2003, p. 35-57.

Page 111: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

111

Em uma entrevista concedida à Claire Parnet, disponível no Abecedário,

Deleuze faz algumas considerações a respeito da noção de questão, observando

algumas distinções entre perguntas, questões e problemas. Escolhe a mídia,

particularmente a televisão, para lamentar a ausência de questões e problemas

em sua programação, geralmente substituídos por interrogações que envolvem,

por exemplo, a opinião de alguém sobre determinado assunto. E, diante de

situações em que qualquer exposição necessita ser evitada, por razões políticas

ou de outra natureza, aponta a saída pelo consenso, pela estipulação de um

acordo que substitua questões e problemas por meras interrogações. Conclui,

Deleuze, que “isso não vale nada. Não é nem mentiroso, é insignificante, não

tem interesse algum” (PARNET, 2001).

Nessa entrevista, Deleuze também apresenta exemplos de perguntas,

particularmente a respeito da noção de Deus, que podem ser problematizáveis,

desde que se as distinga de questões, transformando umas nas outras. Um desses

exemplos é trazido de Pascal e se refere à relação entre Deus e alguns modos de

existência das pessoas. Deleuze observa que não se trata de perguntar se alguém

acredita ou não em Deus, ou se Ele existe ou não, perguntas consideradas sem

interesse, mas de questionar, como Pascal, sobre o melhor modo de existência: o

de quem acredita na existência de Deus ou o de quem não acredita. Neste caso, a

pergunta original referente à existência de Deus tornou-se problematizada, uma

questão, por envolver o modo de vida do crente e do ateu.

A propósito dos exemplos apresentados por Deleuze, observamos que a

formação de nossa opinião pela via de informações provenientes das

denominadas tecnologias de informação e comunicação, em geral, tem

constituído para muitos, há certo tempo, a forma mais eficaz de aprendizado.

Diante de tanta informação disponível, poderíamos problematizar a situação,

questionando sobre as perspectivas de vida referentes a esse tipo de formação e a

um aprendizado constituído pela consideração de uma prática que envolva a

consideração e a invenção de questões e problemas.

Page 112: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

112

“Quero falar de questões”, anuncia Fran37

em seu ensaio, propondo uma

viagem pelo aberto plano das questões na companhia de Mafalda38

e seus

amigos. Viagem sem respostas, por certo, pois diante delas nada mais há que

fazer. Questões, por outro lado, abrem-se ao imprevisível. Viagem que busca a

libertação de chronos, o tempo contínuo, metrificado, do ordenamento, do antes

e do depois.

Para Fran, “o plano das questões é um lugar onde nos perdemos no

tempo, onde o tempo não existe e ao mesmo tempo é infinito. Um lugar onde o

tempo não importa” (p. 3). Esse tempo é aión, o sempre (LARROSA, 2004, p.

241), “a eterna presença, a perenidade imóvel que abarca o passado e o futuro”

(OLIVEIRA, apud POHLMANN, 2005, p. 42).

O plano das questões é um lugar onde podemos nos perder em aión,

como em um jogo. Talvez como em Heráclito: “o acaso, o jogo, a brincadeira”

(POHLMANN, 2005, p. 34), absortos que estamos em questões. Aión é “uma

criança que joga... o rei do jogo” (LARROSA, 2004, p. 242), um início. Sempre.

E como início, essa criança tem a ver com o imprevisível e o atemporal, não

sendo, portanto, regrada por uma possibilidade futura ou um renascimento. A

criança não se volta para o que passou nem para uma projeção à frente de algo a

ser sempre aproximado. Nela, o histórico é suprimido “pela aliança do presente

com o eterno” (LARROSA, 2004, p. 240). Aión, Mafalda e seus amigos no

plano das questões de Fran.

“A viagem pelo plano das questões é imprevisível, nos conduz a lugares

inesperados, até indizíveis” (p. 5). Não há limites de qualquer ordem nesse

plano. Basta que escolhamos uma questão para sermos conduzidos à novidade, o

próprio aión. Enquanto isto, chronos à espreita. E o alerta de Fran: “... não se

esqueça de fugir do x da questão quando o vir, se ele te encontrar, acabou a

brincadeira” (p. 5).

37

CORTI, Franciele. O X da questão. Ensaio produzido na disciplina Prática de Ensino em Matemática I,

curso de Licenciatura em Matemática, sob a orientação do professor Francisco Egger Moellwald. 2º

semestre de 2007.

38 Personagem mais famosa de Joaquín Salvador Lavado, mais conhecido por Quino, autor argentino de

histórias em quadrinhos, publicada entre 1964 e 1973. Disponível em:

<http://gl.wikipedia.org/wiki/Quino>. Acesso em: 10 de janeiro de 2013.

Page 113: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

113

Não basta uma boa vontade

nem um método bem elaborado

para ensinar a pensar.

(Gilles Deleuze)

Deleuze encontra em Proust e seu Em busca do tempo perdido o relato de

um aprendizado. Aprendizado que se dá por meio da decifração de signos

emanados de objetos em encontros fortuitos. O ato de decifrar, no entanto,

depende de encontros que o tornem necessário. Além disso, é preciso atentar

para a distinção entre os signos e o objeto que os emite. Por uma questão de

hábito ou natureza, “reconhecemos as coisas sem jamais as conhecermos.

Confundimos o significado do signo com o ser ou o objeto que ele designa”

(DELEUZE, 2006a, p. 26), o que obscurece a decifração e, consequentemente,

torna precário o aprendizado. Esse “objetivismo” que caracteriza a tendência de

atribuirmos ao objeto o segredo do signo por ele emanado se faz na forma de um

acordo comum e voluntário de nossas faculdades, como a memória e a

inteligência; a lembrança se refere ao objeto e a inteligência à apreensão das

significações objetivas (DELEUZE, 2006a, p. 26-28).

Essa atribuição objetivista resulta na decepção ‒ quantas vezes não a

experimentamos? ‒, passagem fundamental para o aprender, para interpretar o

signo. Deleuze refere, então, à busca de uma compensação subjetiva que visa

remediar essa decepção, na forma de uma “associação de idéias”, de evocação

de elementos diversos. No entanto, o segredo do signo ainda não nos é revelado,

pois sua profundidade é maior do que o objeto que o emana e o sujeito que busca

interpretá-lo. “Passamos de um ao outro, saltamos de um para o outro,

preenchemos a decepção do objeto com uma compensação do sujeito”

(DELEUZE, 2006a, p. 34).

Como afirmamos no início, diversas pespectivas educacionais afirmam a

necessidade de um estreito vínculo entre aprendizado e problema,

particularmente no caso da matemática. No caso da escola, considera-se a prática

de responder perguntas e resolver exercícios, em classe ou como tema de casa,

como fundamental para o aprendizado do conteúdo correspondente. Em alguns

casos, o treinamento beira ao exagero da quantidade e da repetição; em outros,

Page 114: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

114

há variação nos modelos apresentados. Mas sempre segundo a ótica da

recognição.

Este vínculo também é feito na filosofia deleuziana. Nesta, aprendizado e

problema se entretecem no envolvimento com e na decifração de signos que nos

afetam o sentido.

A noção de problema, em Deleuze, se origina da potência de um signo

que emana de um encontro fortuito com algo e que violenta o sentido,

provocando-nos certa estupefação e forçando-nos à necessidade de criar,

“gênese do ato de pensar no próprio pensamento” (DELEUZE, 2006a, p. 91).

Problema e pensar, portanto, se caracterizam como não apriorísticos. O

problema necessita ser elaborado por nossas faculdades, como pensamento,

imaginação, memória, sensibilidade e inteligência, pela via de um “acordo

discordante, (...) que se opõe a que seu exercício se dê sob a regra de um senso

comum” (DELEUZE, 2006b, p. 211), própria da recognição. A violência do

signo que nos afeta o sentido desestabiliza a ordem comunicativa consensual

entre essas faculdades, colocando cada uma “em presença de sua diferença e de

sua divergência com todas as outras” (DELEUZEb, 2006, p. 211). Essas

faculdades movem-se em sua forma involuntária, inevitavelmente forçadas que

foram por signos e, então, apenas depois, buscam interpretar, cada qual, o tipo

de signo que lhes compete. Constitui-se desta maneira uma cadeia de forças: O

encontro e o signo dele emanado forçam a sensibilidade a apreender o que “só

pode ser sentido”. Neste movimento, a sensibilidade força a memória a recordar-

se do que “só pode ser lembrado” e, então, a memória “força o pensamento a

apreender aquilo que só pode ser pensado...” DELEUZE, 2006b, p. 205). Pensar,

portanto, consiste em interpretar, decifrar, explicar, desenrolar um signo, ações

que constituem “a forma da criação pura” (DELEUZE, 2006a, 91).

Deleuze (1999) afirma a necessidade como elemento fundamental para a

criação, em qualquer que seja a área: “Um criador não é um ser que trabalha

pelo prazer. Um criador só faz aquilo de que tem absoluta necessidade”. E aqui

as noções de problema e criação se conectam; o problema nos força à

necessidade de criar conceitos, no caso da filosofia, e relações funcionais no

caso da matemática.

Page 115: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

115

Mas, conforme exposto acima, é fundamental notar que, sendo da ordem

do sentido, o problema não se encontra colocado, elaborado, assim como pensar

não se refere à recognição. É justamente a ausência dessa colocação que

caracteriza o problema como aquilo que força pensar, origina o pensar. Assim

gerado, o ato de pensar constitui um “pensamento sem imagem” (DELEUZE,

2006b, p. 240).

Problema e solução constituem elementos de diferentes naturezas; aquele

existe em si, não necessita de soluções para existir e ser consistente como

problema. Um problema não caracteriza um vazio a ser preenchido ou uma falta

a ser reparada pelo conhecimento da solução preexistente; um problema é uma

criação, uma novidade, “um vir-a-ser que traz à realidade algo que nunca

existiu” (ROQUE, 2006-2008, p. 141). Um problema pode ser resolvido por si

mesmo, na forma de sua colocação, enquanto gênese do pensar no pensamento.

Enquanto a verdade ou a falsidade de um problema se define pelo sentido, que

lhe é próprio, a verdade ou a falsidade da solução é herdada das condições do

problema. Daí a importância da colocação desse problema, o que ainda não

somos capazes de fazer, estupefatos que nos encontramos, violentados que

fomos em nosso sentido por um signo emanado em um encontro fortuito com

um objeto.

A determinação de um problema se deve às singularidades que

expressam suas condições. E são essas singularidades que constituem a origem

de suas soluções (DELEUZE, 2003, p. 57)

Deleuze critica a ideia de que o ato de pensar e sua verdade ou falsidade

iniciam apenas quando da busca de soluções para um problema já dado. E

caracteriza como um “preconceito infantil” a prática escolar da apresentação

desse problema por alguém que julgará a verdade ou a falsidade de nossas

respostas ‒ lembremo-nos da observação de Perrelli (1996) quanto à avaliação

escolar. É justamente nesse emprego artificial do problema que se encontra sua

falsidade; por não ter nada a ver com o sentido e com algo que força o pensar no

pensamento. Ou seja, na concepção deleuziana não haveria aí um problema, ou

nos encontraríamos na perspectiva da recognição.

Além disso, Deleuze considera um “preconceito social” a forma de

controle que alia a resolução de problemas à promessa de que nossos acertos nos

Page 116: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

116

farão vencer na vida. E afirma a nossa condição de escravos “enquanto não

dispusermos dos próprios problemas, de uma participação nos problemas, de um

direito aos problemas, de uma gestão dos problemas” (2006b, p. 228). Para os

dois casos de preconceito, Deleuze menciona “exemplos pueris separados de seu

contexto, arbitrariamente erigidos em modelos” (2006b, p. 228).

Do que vimos até o momento, o problema, nesta perspectiva, não pode

ser conduzido, ou seja, ter seu enfrentamento apoiado em algum suporte de

natureza pedagógico-metodológica. Fundamentalmente porque ele precisa ser

colocado, o que exige forçar o ato de pensar em um pensamento sem imagem. É

nesse processo, conectada ao problema, que a criação se apresenta na forma do

conceito filosófico ou das relações funcionais matemáticas.

O modelo da interrogação, como vimos anteriormente, é sem interesse

para Deleuze, por se colocar de acordo com o que está já determinado; se não no

interrogado, naquele que o interroga, ou nos meios de que este dispõe em termos

conceituais. Além disto, as respostas buscadas prescindem de um sentido

violentado por um signo provocador da necessidade da decifração; nossas

faculdades as procuram pela via de um acordo comum e voluntário entre si, o

que contraria a constituição de uma cadeia de forças a movimentá-las, cada qual

pelo signo que lhe compete, em última instância a pensar aquilo que só pode ser

pensado (2006b, p. 225).

A matemática não é uma caminhada cuidadosa

através de uma

estrada bem conhecida, é uma jornada por uma terra

selvagem

e estranha, onde os exploradores freqüentemente se

perdem.

A exatidão deve ser um sinal aos historiadores de

que os mapas

já foram feitos e os exploradores se foram para

outras terras.

(William S. Anglin)

Page 117: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

117

Em entrevista filmada39

, concedida a Simon Singh e John Lynch em

1995, Andrew Wiles, matemático britânico e professor da Universidade de

Princeton, descreve seu modo de fazer matemática. Compara-o com a entrada

em uma mansão que se encontra às escuras. Às apalpadelas, tropeçando em

diversos móveis, gradualmente começa a aprender onde se encontra cada peça

da mobília, e após seis meses de intensa procura, o interruptor de luz é

localizado. Acionado o dispositivo, a peça se ilumina e pode ver exatamente

onde se encontrava. A descrição inicial de Wiles é ampliada no livro de Singh

(2002, p. 242) para os diversos aposentos da mansão. E cada período de

iluminação, mesmo que muito breve, expressa “o clímax dos esforços”,

necessariamente resultantes dos meses de busca na escuridão.

Subitamente, de modo inesperado, algo se revelou para Wiles em

setembro de 1994. Olhos marejados, voz embargada, ele exprime o

acontecimento de sua vida, a demonstração da conjectura de Fermat.

Conforme Singh (2002, p. 75), a última conjectura de Fermat a ser

demonstrada foi encontrada em anotações feitas pelo autor em 1637 às margens

de um exemplar do livro Aritmética, tradução greco-latina do matemático Bachet

da Aritmética de Diofanto, e sua demonstração publicada em 1995. Segue sua

enunciação, conforme Eves (2002, p. 391): “Dividir (...) uma potência qualquer

em duas potências da mesma denominação acima da segunda é impossível...”.

De outra forma, a conjectura pode ser enunciada como a impossibilidade de

generalização do teorema atribuído a Pitágoras para potências maiores do que 2:

“Não existem inteiros positivos x, y, z e n, com n > 2, tais que nnn zyx ”.

A conjectura de Fermat encantou Wiles ainda em sua infância, aos 10

anos de idade. Wiles foi afetado em sua sensibilidade por um encontro casual ‒

na iminência de ocorrer por sua abertura e disposição a uma literatura dirigida a

enigmas, charadas e problemas matemáticos ‒, com um livro dedicado a uma

história do problema (SINGH, 2002, p. 27). Desse livro ou do enunciado de sua

39

O vídeo, dirigido por Simon Singh e editado por John Lynch para a série Horizonte da BBC-Television,

Inglaterra, encontra-se disponível em: <http://www.youtube.com/watch?v=8Sf0W6yQfTk>, tendo sido

acessada em 8 jan. 2013.

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118

expressão central emanara um signo da ordem do sensível, de cuja conexão o

então menino jamais conseguiria escapar.

Imperava em Wiles a necessidade de decifração de pistas ‒ ainda a serem

criadas ‒, que o conduzissem à resolução completa da conjectura de Fermat.

Assim, coagido por essa necessidade, Wiles mergulhou durante sete anos na

colocação de uma série de intricados problemas matemáticos, cujo

enfrentamento requeria a criação de um sofisticado aparato de estratégias e

relações funcionais, apoiado por uma diversidade de ideias e técnicas

matemáticas elaboradas por vários matemáticos que o precederam nessa busca.

Pistas e problemas se constituiram, portanto, à medida de suas necessidades,

forçando pensar o não pensado.

Conforme relata Singh (2002, p. 215), concentrado na conjectura de

Taniyama-Shimura, um dos problemas-chave para a resolução da conjectura de

Fermat, Wiles dirigia seus esforços à busca de padrões, realizando cálculos que

explicassem um pequeno fragmento de matemática, buscando encaixá-lo em

algum prévio e amplo entendimento conceitual de certo ramo da matemática.

Eventualmente, isso envolvia consultas bibliográficas e a realização de cálculos

adicionais e, por vezes, a percepção da inutilidade do que havia sido feito

anteriormente. Era preciso, então, encontrar algo completamente novo,

constituindo-se um mistério de onde isso surgia.

Wiles salienta a necessidade de pensar naquilo que concerne o problema

e afirma que a rotina do pensamento matemático é completamente inútil na

busca de superação de um impasse, que ele denomina de um verdadeiro

problema. A criação da idéia nova exige uma atenção máxima ao problema, uma

concentração exclusiva nele. “Depois você pára. Então parece ocorrer uma

espécie de relaxamento durante o qual o subconsciente aparentemente assume o

controle. E é aí que surgem as idéias novas." (SINGH, 2002, p. 215-216).

Uma vez concluída a demonstração da conjectura de Fermat, Wiles

sentia-se liberto pelo aprendizado que realizara ao longo de tanto tempo às

custas da decifração do sentido de um signo que o estivera a coagir durante tanto

tempo.

Alguma ressonância deleuziana capturada?

Page 119: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

119

Referências

CORAZZA, Sandra; TADEU, Tomaz. Composições. Belo Horizonte:

Autêntica, 2003.

DELEUZE, Gilles. Proust e os signos. Tradução de Antonio Carlos Piquet e

Roberto Machado. 2a ed. Rio de Janeiro: Forense Universitária, 2006a.

DELEUZE, Gilles. Diferença e repetição. Tradução de Luiz Orlandi e Roberto

Machado. 2a ed. Rio de Janeiro: Graal, 2006b.

DELEUZE, Gilles. Lógica do sentido. Tradução de Luiz Roberto Salinas

Fortes. 4ª ed. São Paulo: Perspectivas, 2003.

DELEUZE, Gilles. Em que a filosofia pode servir a matemáticos, ou mesmo a

músicos: mesmo e sobretudo quando ela não fala de música ou de matemática.

Educação & Realidade, v. 27, nº 2 (jul./dez.), 2002. p. 225-226.

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A filosofia como atividade ritual e a não filosofia

Rafael Ferreira de Souza Mendes Pereira40

"Nós, quando filosofamos, somos como homens

selvagens, primitivos, que ouvem os modos de expressão

dos homens civilizados, interpretam-nos equivocadamente

e tiram as conclusões mais estranhas dessa interpretação."

(Wittgenstein41

)

O professor de filosofia adentra a sala, mira seus alunos e, altivo, comunica-lhes

o privilégio: “vocês estudarão, enfim, não uma disciplina qualquer, mas a

filosofia, a mãe das ciências, fonte do pensamento metódico e sistemático,

coragem que conjurou a tirania do mito sobre o pensamento!” – entre outras

metáforas que narram o advento histórico da filosofia como uma espécie de

milagre grego da racionalidade. A cena pareceria banal a qualquer um que

frequentou tais aulas nos bancos escolares. Por isso mesmo, se o professor

40 Mestrando em filosofia da Faculdade de Educação da Universidade de São Paulo. 41 Wittgenstein, 1989, § 194

Page 121: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

121

adentrasse a sala e anunciasse: “estudaremos a filosofia, atividade aparentada ao

pensamento mágico e aos rituais!”, isto soaria a muitos como um absurdo. Será?

Este artigo pretende reunir elementos que nos ajudem a captar o sentido da deste

aparente contrassenso. Neste caminho, ao lado de Wittgenstein, precisaremos

desarmar algumas fronteiras que tradicionalmente afastam a filosofia do

pensamento mágico e, se conseguirmos, poderemos atribuir um novo significado

à atividade filosófica.

O lugar das Observações na filosofia de Wittgenstein

Wittgenstein não escreveu as Observações sobre o ramo de ouro de Frazer para

publicá-las na forma de livro. Elas são um conjunto de notas da leitura que ele

fez da obra de James Frazer, O Ramo de Ouro. Anotações marginais cuja

importância, no entanto, é insubestimável, não só porque constituem uma

amostra decisiva do espírito da atividade filosofia de Wittgenstein, mas também

por mobilizar, a propósito de um tema ético candente (a questão da alteridade),

procedimentos anti-dogmáticos que na sua obra de maturidade, as Investigações

Filosóficas, serão direcionados mais especificamente a questões linguísticas.

Essas notas sobre os rituais mágicos oferecem, a quem souber lê-las,

esclarecimentos sobre a maneira como se dá a produção de sentido nas

atividades humanas, na medida em que mostram, em estilo polifônico, as formas

da nossa própria linguagem em ação.

Esta polifonia faz ecoar pelo menos 3 vozes: (1) a das culturas selvagens; (2) a

de Frazer e do cientificismo moderno; e (3) a do próprio Wittgenstein,

responsável por orquestrá-las, tarefa que ele executará lançando mão de, pelo

menos, dois conceitos: “apresentação panorâmica” e “animal cerimonial”, que

lhe servirão, enfim, como suportes críticos ao evolucionismo de Frazer.

Page 122: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

122

A antropologia evolucionista de James Frazer e a gramática42

do

cientificismo

A ilusão semeada pelo positivismo – a transposição do modelo das ciências

naturais para o campo das ciências humanas – gera paradoxos que a filosofia de

Wittgenstein trata de combater43

. A pretensão de reduzir o sentido de todas

expressões humanas ao jogo de linguagem da explicação por causas e submeter

o espírito do ritual à uma hierarquia que entroniza o pensamento científico é uma

fonte contínua de equívocos conceituais e éticos alimentada pelo cientificismo,

cujo mito apresenta a ciência como se esta fosse a voz da natureza livre das

arbitrariedades da linguagem natural. Ora, “o único correlato da linguagem a

uma necessidade natural é uma regra arbitrária.”44

. Mesmo que criemos uma

linguagem exata para descrever os fenômenos naturais, ela dependerá das

convenções pragmáticas de uso dos termos – a natureza não compele as ciências

naturais a adotar esta, em vez daquela linguagem. O cientificismo é, embora, não

o admita, a mitologia moderna, cujo sonho é sobrevoar a linguagem a fim de se

tornar objetivo. O Ramo de Ouro alimenta este sonho e seus excessos.

Wittgenstein não critica as explicações de Frazer sobre os rituais porque elas

sejam falsas, mas simplesmente por elas serem explicações, operação que leva o

antropólogo a negligenciar tanto o sentido das práticas linguísticas dos indígenas

quanto o das suas. Antropólogos da virada do século XIX para o XX, como

Frazer e Lévy-Bruhl, pensavam que o selvagem crê na magia porque raciocina

mal. Em função do pequeno domínio tecno-científico que possuem sobre a

natureza, os selvagens tentariam dominá-la magicamente, motivados por

emoções como a admiração e o medo ante aquilo que transborda o julgamento, o

“sobrenatural”45

. Isto é, o ritual “primitivo”, neste moderno espelho europeu,

aparece como uma ciência natural rudimentar – tal “explicação” revela mais

sobre as superstições dos europeus do que sobre as dos indígenas. O ritual seria

42 Gramática se refere aqui, grosseiramente, às regras pragmáticas e contextuais, indubitáveis e normativas, sem as quais não

poderíamos identificar o significado das ações e conceitos empregados no interior de um jogo de linguagem em particular, seja ele rezar, levantar hipóteses ou contar piadas. Sobre o conceito de jogo de linguagem, ver página seguinte. 43 Moreno, 2009, p. 175 e ss., destaca a importância desse combate na obra de Wittgenstein. 44 Wittgenstein, 1989, § 372. 45 O erro de Frazer é típico do psicologismo: confunde o conteúdo da crença com a causa da crença. Seguindo tal raciocínio, seria

plausível, por exemplo, reduzir o sentido de uma demonstração matemática a um estado mental e, por conseqüente, a validade

de uma demonstração a uma qualidade psíquica do processo (Cf. De Lara, 2005, pp. 62-3).

Page 123: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

123

expressão de um erro: aderir a uma crença injustificada, uma hipótese grosseira.

No entanto, ritos não são erros, tampouco são verdades, eles não emitem

opiniões sobre fatos46

, tampouco seguem as regras dos jogos de justificação dos

motivos. Frazer diria que os erros presentes em crenças como aquelas que levam

à dança da chuva são muito difíceis de detectar. Wittgenstein replica:

“...[Há] um Rei da Chuva, na África, a quem o povo roga por chuva

quando chega o período das chuvas.Isso não significa, porém, que eles queiram

propriamente dizer que ele possa fazer chover, se não eles o fariam no período

mais seco do ano, em que a terra é ‘um queimado e árido deserto’.”

(Wittgenstein, 2007, p. 193)

As produções técnicas dos indígenas mostram que seu conhecimento natural não

é tão diferente do nosso – não é isso que está em jogo nos ritos. O indígena que

perfura a efígie do inimigo (e em seguida vai afiar suas flechas) não espera mais

eficácia deste seu gesto do que o apaixonado que beija a foto da pessoa amada.

Isto visa, ao apresentar ou simbolizar um desejo, somente uma satisfação. “Ou

melhor, isso não visa absolutamente nada; nós agimos assim mesmo e nos

sentimos satisfeitos”47

. Também acerca de ritos “mais cerimoniais”, o mesmo

raciocínio se aplica: há um povo balcânico que só reconhece que uma mulher

adotou uma criança após esta passar por dentro do vestido da futura mãe –

indício de irracionalidade? Tanto quanto afirmar que o julgamento do juiz só

tem validade se ele pronunciar corretamente as fórmulas jurídicas protocolares.

Quanto ao papel atribuido à emoção por Frazer na lógica do pensamento

selvagem, cabe dizer que não é esta que explica o ritual, pois é o contexto ritual

que dá identidade e sentido à emoção48

, uma vez que nenhum evento é tenebroso

46 “Pode bem ser, e ocorre muito hoje em dia, que uma pessoa abandone um costume depois que reconheceu um erro sobre o

qual ele se ampara. Mas este caso só se dá onde chamar a atenção de uma pessoa sobre o seu erro for suficiente para demovê-la

do seu modo de agir. Mas este não é o caso dos costumes religiosos de um povo, e, por isso, não se trata aqui de um erro.”

(Wittgenstein, 2007, p. 193)

47 Wittgenstein, 2007, p. 195. Ao afirmar que o indivíduo “não visa absolutamente nada” quando se

comporta daquela maneira, Wittgenstein evidencia os limites do funcionalismo e do individualismo

metodológico, defendendo que a linguagem pode ser significativa mesmo quando não serve para nada

(que seja instrumental, ou literal, ou verifuncional).

choca aqueles teóricos que pensam que toda expressão linguística pode ser significativo mesmo quando

seu uso não é regulado por uma finalidade mesmo quando é usada para comunicar coisa alguma. 48

A este respeito, ver abaixo o desenvolvimento sobre os jogos da expressão dos sentimentos.

Page 124: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

124

ou admirável por si mesmo. Ao tentar explicar o sentido da expressão ritual

apelando a causas afetivas, o cientificismo nos diz “este fenômeno é ‘na

realidade’ um outro”49

, isto é, esta expressão simbólica deve ser reduzida a algo

que não é simbólico. O equívoco básico aqui presente equivale àquele cometido

pelas teorias que ambicionam chegar aos fundamentos extralinguísticos da

significação, como se pudéssemos cortar o galho em que estamos sentados50

.

Ora, em relação à linguagem, é preciso escolher: ou a explicamos ou a

compreendemos! A linguagem só é compreensível por dentro, se pudéssemos

sair da linguagem e vê-la de fora, não mais a compreenderíamos51

. Para abordar

este caráter insuperável da linguagem, Wittgenstein forjou o conceito de jogo de

linguagem.

“Para Wittgenstein não se compreende a linguagem em si, se compreende um

jogo de linguagem determinado, situando-se a si mesmo no tal jogo, isto é, numa

atitude particular, em um modelo de atividade, em uma forma de vida” (Hadot,

p. 73).

Quando acreditamos ter saído da linguagem, apenas saímos de um de seus jogos

em particular. É o caso de Frazer, preso que está à gramática do cientificismo.

Mas, e isto é o que o antropólogo não percebe, a gramática do ritual também está

enredada em sua análise, já que se fosse de outro modo suas “explicações” não

teriam verossimilhança alguma 52

. O que mostra Wittgenstein é que o Ramo de

Ouro hierarquiza confusamente as referidas gramáticas. Vislumbra-se no texto

de Frazer, uma insinuação, uma insistência discreta da gramática ritual, e disto

resulta o apelo que sua análise tem para nós. Vejamos alguns exemplos.

Wittgenstein destaca que Frazer lança mão de conceitos como “ghost”, “spirit”

para explicar os rituais primitivos, ou seja, ele elucida uma superstição por meio

de outra, “mais familiar” e, por isso, reivindica Wittgenstein, “ele teria que

49

De Lara, p. 117. 50

Wittgenstein, 1989, § 57. 51

Neste sentido, a filosofia compreende o rito porque é por ele compreendida, porque sua atitude

compartilha aspectos com ele.

52 Wittgenstein, 2007, p, 197.

Page 125: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

125

poder ver que também fala em nós algo em favor do modo de agir dos

selvagens.”53

Se Frazer atribuísse a seu próprio procedimento o estatuto adequado – trata-se de

uma comparação, não de uma explicação – poderia ter notado outras

possibilidades de compreensão das expressões simbólicas:

“quando eu, que não creio que haja em qualquer parte seres humanos sobre-

humanos que possam ser chamados de deuses – quando digo: “temo a vingança

dos deuses”, isso mostra que eu (posso) quero dizer algo com isso, ou posso dar

expressão a um sentimento, que não está necessariamente ligado àquela crença”

54 (Wittgenstein, 2007, p. 199)

É possível, e nós o fazemos diariamente, usar a mitologia depositada em nossa

linguagem sem pretender emitir opiniões sobre os fatos. O “algo que em nós fala

a favor dos selvagens”, aqui, se expressa como compreensão da

performatividade dos atos linguísticos rituais (devoção, saudação, veneração

etc.), mas também como manifestação de um instinto ritual comum:

“Quando estou furioso com algo, bato às vezes minha bengala na terra ou contra

uma árvore etc. Mas não acredito que a terra seja culpada ou que a bengala possa

ajudar em algo. “Descarrego minha fúria”. E todos os ritos são desse tipo. Essas

ações podem ser denominadas como ações instintivas” (Id. p. 203-4)

Esta idéia de ações instintivas pode gerar um mal-entendido. O filósofo austríaco

não está tentando sobrepor a causalidade natural à cultura, como se ele fosse um

behaviorista. Está nos dizendo algo mais simples. Primeiro: os rituais não se

enraízam em uma reflexão ou em uma razão, mas em nossas expressões naturais

e reações espontâneas. Isto implica em não considerar Wittgenstein como um

relativista, impressão errônea que pode ser sugerida pelo seu esforço metódico

em multiplicar exemplos que mostrem como as fronteiras existentes entre nossos

conceitos são inerentemente vagas. Portanto, nem behaviorista, nem relativista,

53

Id. p, 199 54

“...muito pouca atenção se dá ao fato de que contabilizamos a palavra “alma”, “espírito” (“spirit”), no

nosso próprio vocabulário culto. Comparado a isto, é uma ninharia o fato de que não acreditamos que

nossa alma coma e beba” (pp. 201-2)

Page 126: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

126

mas tampouco teórico da linguagem. Sua argumentação apenas aponta que o

instintivo se estende de maneira fluida nas expressões culturais e, que, por esta

razão, o não racional e o racional se escoram um no outro, sem que possamos

estabelecer uma divisa clara e fixa entre eles. Por exemplo: sentir dor é uma

reação natural, substituível pela expressão “eu sofro”, mas quem a pronuncia

assume uma atitude cujo sentido não é previsível a priori, pois dependerá do

jogo em que a sociedade a reconhece, em função do qual será entendido como

um pedido de ajuda, ou um protesto, ou uma covardia, uma confissão, ou busca

de simpatia55

.... Voltemos.

Na última citação feita acima, Wittgenstein estende a família de exemplos, desde

os “rituais instintivos” até os mais complexos, destacando seus aspectos

analógicos para nos persuadir de seu parentesco. Ele passa do indivíduo que

golpeia um obstáculo qualquer para descarregar a raiva, ao beijo na foto da

amada, do ato de morder seus próprios lábios quando deseja que alguém se cale

até o ato ritual do rei estátua, que deve ficar imóvel, para garantir a estabilidade

do mundo. Se estas analogias são plausíveis, é porque em nossas formas de vida

nós podemos vê-las como e usá-las segundo um mesmo espírito (não

instrumental, não verifuncional, não reflexivo). Em suma, ao mostrar como as

relações internas entre a gramática do rito e o instinto ritual são o que “fala a

favor dos selvagens em nós”, Wittgenstein pode concluir:

“O princípio segundo o qual esses costumes são ordenados é muito mais geral

do que na explicação de Frazer, e está na nossa própria mente, de modo que

podemos por nós mesmos conceber todas as possibilidades”56

.

Isto é, algo fala a favor dos indígenas na análise de Frazer, mas ele não ouve.

“Quando Frazer começa a nos relatar a história do rei do bosque de Nemi, ele o

faz num tom que mostra que ele sente, e nos quer fazer sentir, que aqui ocorre 55

Outros exemplos capazes de diluir a fronteira entre o natural o instituído: Criança que chora e esperneia

para chamar atenção; o interlocutor colérico que eleva o tom de voz; escrever uma carta inflamada. São

casos de fronteira indeterminada, casos intermediários que não contradizem a distinção entre voluntario

instintivo, mas que a tornam fluida, dificultando nossa tentação de teorizar a respeito dela (A este

respeito, Cf. De Lara, pp. 123-4) 56

Wittgenstein, 2007, pp. 196-7.

Page 127: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

127

algo de estranho e temível. Mas a pergunta “por que isso ocorre?” só pode ser

respondida na verdade por: porque isso é temível. Isto é, o mesmo que se nos

apresenta nesse acontecimento como temível, grandioso, horripilante, trágico

etc., não menos que trivial e insignificante, isso gerou esse acontecimento”. 57

O mesmo é dito a respeito do comentário do antropólogo sobre as fogueiras de

Beltane58

, segundo o qual elas simbolizam um evento “tenebroso”. O que

Wittgenstein destaca é que se algo há de temível nesse acontecimento ele foi aí

introduzido pelo próprio Frazer, infiltrando assim um valor ritual de sua própria

cultura na “explicação”, pois a majestade da morte não é um invariante cultural.

Wittgenstein mostra como este valor pode ser inscrito na sensibilidade de uma

forma de vida. “Se alguém coloca aquele relato do rei-sacerdote de Nemi junto

com a frase “a majestade da morte”, vê então que ambos são um só”59

. A vida

do rei apresenta aquilo que se diz com aquela frase, é um paradigma do seu

sentido. “Quem é comovido pela majestade da morte pode expressá-lo por meio

de uma tal vida”60

. A morte se torna majestosa a partir da instauração desse

sentido por meio da vida do rei tomada como paradigma, não é majestosa a

priori. O fundamento deste sentimento é instaurado por meio desta associação

arbitrária, e não há o que lamentar nisso – é assim que as formas de vida

adquirem sentido. Aprende-se com esta instituição (cuja gênese histórica

Wittgenstein não está interessado em investigar) o sentido de “majestoso”: não

posso dizer que o ritual é um efeito do sentimento/sentido de majestade que a

morte provoca, justamente porque foi essa instituição ritual que inaugurou este

sentido, essa possibilidade expressiva, cujo apelo pode ser compreendido por

quem se comova ante a morte (como Frazer).

Alguém, a essa altura, poderia questionar: como, apesar de ter diante dos olhos

tantos elementos significativos, pôde Frazer ignorar tão grosseiramente o sentido

daquilo que via? Podemos dizer que a busca de uma resposta profunda sacrificou

57

Wittgenstein, 2007, p. 194. 58

Os participantes fingem que jogarão à fogueira um conterrâneo sorteado, que deve fugir. 59

Wittgenstein, 2007, p. 194. 60

Id. Ibid.

Page 128: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

128

sua investigação – ante tal anseio de profundidade, Wittgenstein diria: “Não

pense, veja!”61

Tradicionalmente, as especulações metafísicas atribuem à descoberta e à

contemplação do fundamento inefável do ser ou da existência um sentimento

especial, a admiração (ou o espanto), que anima o filosofar. A busca do

“pensamento profundo” é uma metáfora que há séculos fascina e direciona a

investigação científica e filosófica. Wittgenstein vai acolher essa tradição em

termos mais prosaicos e, na opinião dos dogmáticos, paradoxais: não há um sítio

oculto predestinado a revelar a profundidade do nosso pensamento e, ademais,

esta reside na superfície de nossas atividades linguísticas. A “descoberta”, que

admira e desperta o espírito, pode ser feita a propósito das mais diversas

experiências e não é privilégio da filosofia.

“Pois, nenhum fenômeno é por si especialmente misterioso, mas todos podem

vir a sê-lo para nós, e este é precisamente o característico no despertar do

espírito do homem, que para ele um fenômeno venha a ter um significado.

Poder-se-ia quase dizer que ‘o homem é um animal cerimonial.’ Isto é talvez em

parte falso, em parte absurdo, mas aqui também há algo de correto.”

(Wittgenstein, 2007, p .198)

Experiências quaisquer só se tornam especificamente fundamentais (ou

“profundas”) na medida em que são de alguma forma “cerimonializadas” em

formas de vida, a filosofia entre elas. Neste processo, o espírito humano

desperta, não em sua infância, mas já completo62

.

É o estatuto da “profundidade” do pensamento que confunde Frazer. Na análise

dos ritos das fogueiras de Beltane, a explicação do antropólogo pressupõe que

este jogo deriva historicamente de sacrifícios humanos e, por isso, ele é

tenebroso. Não temos informações suficientes sobre caráter, práticas e jogos

desse povo (lacuna requente na antropologia de gabinete praticada no fim do

61

Wittgenstein, 1989, §66. 62

Quando Wittgenstein fala de infância do espírito, o faz em sentido irônico: “Reencontramos todas as

teorias ingênuas (infantis) na filosofia atual; somente não com o encantamento da ingenuidade.”

(Wittgenstein, 2007, p. 206)

Page 129: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

129

século XIX) para caracterizar o espírito do ritual, não só por falta de

informações de campo (típicas da antropologia de gabinete de fins do século

XIX), amas também porque o espírito do ritual do próprio Frazer se sobrepõe

àquele! E com base nisso Wittgenstein conclui:

“Se eu digo, por exemplo: a profundidade nessa prática está na sua procedência,

se ela aconteceu assim. Então, a profundidade deve está no pensamento de uma

tal procedência, ou a profundidade é « ela mesma» apenas hipotética e só se

pode dizer: se isso aconteceu assim, então foi uma história profunda e

tenebrosa”63

(Wittgenstein, 2007, p. 208)

A hipótese que, ao injetar o tenebroso sobre a banalidade do ritual –“tal como se

as crianças em certos dias queimassem um espantalho, não havendo para isso

nenhuma explicação, o que nos deixaria intranqüilos.” (Id. p. 211) –, torna-se

mais misteriosa que o problema, revela em metonímia a experiência inquietante

de quem a formula64

.

Mais uma vez, o filósofo não está interessado em desmentir Frazer, mas apenas

em mostrar que seus raciocínios não são necessários, já que a evidência que eles

“encontram” resulta do uso normativo de uma imagem (“evolução do espírito”)

que lhe dirige unilateralmente o pensamento, levando-o a interpretar caminhos

alternativos de investigação como desprovidos de sentido.65

“...a explicação como uma hipótese da evolução, é só uma espécie de resumo

dos dados – a sua sinopse. Assim como também é possível ver os dados na sua

relação uns com os outros e resumi-los numa imagem geral, sem fazê-lo na

forma de uma hipótese sobre a evolução temporal (...) Esta lei, esta idéia, eu

posso exprimir // apresentar// mediante uma hipótese evolutiva, ou também, em

analogia com o esquema de uma planta, pelo esquema de uma cerimônia

63

Segundo Wittgenstein “Isto também não é nenhuma explicação, claro, mas apenas substituir um

símbolo por outro. Ou: uma cerimônia por outra.” (Id. p. 195). E mesmo que se confirmasse que no

passado distante desse povo, as pessoas eram queimadas de verdade, isto não bastaria para afirmar que a

prática conservaria um teor tenebrosa em função disso. 64

“Os problemas que nascem de uma má interpretação de nossas formas linguísticas têm o caráter de

profundidade. São inquietações profundas; estão tão profundamente enraizadas em nós quanto nossas

formas linguísticas, e sua importância é tão grande quanto a de nossa linguagem” (Wittgenstein, 1989,

§111) 65

“Uma metáfora que é incorporada às formas de nossa linguagem causa uma falsa aparência; esta nos

inquieta: ‘Não é assim!’ – dizemos. ‘Mas é preciso que seja assim!’” (Id., §112)

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130

religiosa, ou tão só pelo agrupamento dos materiais factuais somente, numa

apresentação “panorâmica”66

O método filosófico de Wittgenstein entre a terapia e o ritual.

“Não há um método da filosofia, mas sim

métodos, como diferentes terapias”67

Ao propor a apresentação panorâmica como recurso metodológico, deve-se

enfatizar que ela é uma terapia contra a ânsia por profundidade que adoece o

pensamento e, nessa perspectiva, ela abandona o vício teorizante do

dogmatismo. Assim, uma vez que o uso dogmático das imagens se nutre com

uma dieta unilateral de exemplos, a terapêutica promoverá a multiplicação de

aspectos analógicos de um conceito, não para interpretá-los e desvendar sua

essência unívoca, mas apenas para mostrar o(s) seu(s) uso(s), isto é, suas

famílias de significação68

. Ao variar os contextos ou jogos de linguagens

possíveis e imaginários em que um mesmo conceito é e pode ser usado,

Wittgenstein nos mostra que o aplicamos e o compreendemos cotidianamente

sem necessidade de reduzi-lo ou regulá-lo por meio de instâncias extra-

linguísticas e, assim, tenta nos demover de nossa inquietude metafísica.

“Quão enganosas são as explicações de Frazer, vê-se – creio eu –, em que se

poderia muito bem inventar os próprios costumes primitivos, e teria que ser uma

coincidência se eles não fossem realmente encontrados em algum lugar. Quer

dizer, o princípio segundo o qual esses costumes são ordenados é muito mais

geral do que na explicação de Frazer, e está na nossa própria mente, de modo

que podemos por nós mesmos conceber todas as possibilidades.69

” (pp. 196-7)

66

Wittgenstein, p. 200. 67

Wittgenstein, 1989, § 133. 68

Aprendemos qualquer conceito por processo semelhante: aprendemos o conceito X observando sua

aplicação em situações análogas cujo parentesco foi convencionado e não dado a priori. 69

Que talvez o rei de uma tribo seja preservado da visão de todos, podemos muito bem conceber, mas

também que todo homem da tribo deva vê-lo. Este último poderia vir a ocorrer certamente não para

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131

É neste sentido que devemos entender esta panorâmica de exemplos de rituais

dados e inventados por Wittgenstein, ela não possui nada de categórico, não é

superior a outros modelos de organização dos fatos (esquema da planta, da

cerimônia religiosa etc.) e só rivaliza com eles quando estes se pretendem únicos

e necessários.

“Só podemos evitar a injustiça ou o vazio de nossas afirmações na medida em

que apresentamos o modelo como aquilo que ele é, ou seja, como objeto de

comparação – por assim dizer, como critério – ; e não como prejuízo, ao qual a

realidade deva corresponder. (O dogmatismo no qual tão facilmente caímos ao

filosofar”( Wittgenstein,1989, # 131).

Frazer, não fazia filosofia, mas também caiu neste dogmatismo, ao restringir a

racionalidade à esfera do pensamento instrumental e hipotético, nos apresentou

uma realidade em que não cabia nenhuma mitologia, a não ser a sua, a

cientificista. “A profundidade da magia teria que ser mantida. – Sim, pois a

eliminação de toda a magia teria aqui o caráter da própria magia” (Wittgenstein,

2007, p. 191)

Qual é o espírito deste ritual filosófico?

“Este livro é escrito para quem for simpático com o espírito com que foi

escrito. Este espírito é, creio, diferente daquele que prevalece na grande

corrente da civilização europeia e americana. (...) Não me interessa

levantar construções, mas ter à minha frente, transparentes, as bases das

construções possíveis. Assim, pois, minha finalidade é diferente daquela

qualquer um de modo mais ou menos casual, mas ele seria mostrado ao povo. Talvez não fosse permitido

a ninguém tocar nele, talvez, no entanto, todos tivessem que tocá-lo. Pensemos que, depois da morte de

Schubert, seu irmão cortou as suas partituras em pequenos pedaços, e deu aos seus discípulos preferidos

alguns compassos desses pedaços. Este ato, como sinal de devoção, nos é compreensível do mesmo modo

que o outro, as partituras intocadas, ninguém tendo acesso, preservadas. E se o irmão de Schubert as

tivesse queimado, isso também seria compreensível como sinal de devoção.” (pp. 196-7)

Page 132: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

132

do cientista e minha maneira de pensar é diferente da dele”

(Wittgenstein, Cultura and Value, apud Moreno, 2009, p. 168)

Como o espírito desta prática simbólica que é a filosofia, não pode ser resumido

ou inteiramente descrito, é preciso mostrá-lo por meio de comparações com

outros símbolos cujo emprego manifestam uma atitude análoga do usuário – eis

o interesse que há no estudo do pensamento mágico dos povos não ocidentais.

Por fim, cabe-nos questionar em que sentido esta filosofia de Wittgenstein pode

ser considerada um ritual. Pois bem, em primeiro lugar, enfatizemos que, assim

como o ritual, o que a caracteriza não é a busca de verificações, mas a produção

de sentido; não é um sistema de teses, mas uma atitude ou modo de vida. Esta

não é a única característica que a afasta da atividade científica. Enquanto esta

progride em função de seus próprios critérios, na filosofia não há progresso, tal

como na magia70

. Wittgenstein afirma que a filosofia deixa tudo como está, que

não tem nada a corrigir na linguagem cotidiana, ou seja, não acrescenta

informações ao que já sabemos e deixa tudo como está71

, apenas reordena o que

já sabíamos. Neste sentido, o trabalho que o sujeito que filosofa exerce sobre si

mesmo é da ordem da repetição, repetição que permitirá ele olhar de outro

modo. Assim, esta repetição é feita de tal forma que nos permite um

deslocamento. O leitor que aceita entrar neste jogo filosófico, ritualiza e

reordena o que ele já sabe segundo uma atitude que dispensa a ânsia de descobrir

o real problema escondido por detrás da linguagem cotidiana, poderá

reencontrá-lo sob múltiplas formas. Ou seja, o leitor terá aceito o jogo proposto

por Wittgenstein, se fizer ritualmente um trabalho sobre si72

.

Como se concluíssemos...

Esperamos ter conseguido, com este trajeto, mostrar como a observação de

costumes alheios à nossa cultura pode ocasionar uma modificação do nosso

70

Wittgenstein, 2007, p. 205. 71

Wittgenstein, 1989, § 124. 72

Moreno, 2009, p. 179.

Page 133: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

133

próprio pensamento, como o encontro com o outro revela algo sobre nós

mesmos.

Uma perspectiva filosófica inspirada na obra de Wittgenstein pode reanimar um

espírito de investigação que amplia os campos humanos de experiência

significativa, enquanto o dogmatismo, com suas promessas de progresso da

razão, limita-os drasticamente (e nós sabemos agora a que preço). Isto, num

tempo em que parecem desprovidas de sentido as atividades que não se deixam

capturar pelo utilitarismo, por uma visão apoteótica da ciência, pelo imperativo

dos resultados, há de possuir algum valor, inclusive, para o ensino, onde ela

poderá nutrir uma atitude de maior inventividade e liberdade.

Bibliografia:

Almeida, J.J.R. L.“Rito, mito e sentido nos diários de Wittgenstein”. In: Revista

Digital AdVerbum 2 (2): Jul a Dez 2007: pp. 186-231.

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(2): Jul a Dez 2007: pp. 186-231. Publicado em:

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(Coleção Os Pensadores.)

Page 135: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

135

Filosofía intercultural y Educación Intercultural, una

relación problemática

Ana Laura Gallardo Gutiérrez73

Presentación

Este ensayo intenta esbozar algunas relaciones epistémico-pedagógicas entre el

campo de la filosofía intercultural y la educación intercultural; tendiendo como

marco de referencia la hipótesis que admite una relación inevitable entre la

filosofía y la educación como campos de conocimiento, y en esa relación, el

ámbito teórico epistemológico de la segunda se ve redimensionado por la

primera; por lo tanto, la discusión sobre la filosofía intercultural afecta de

manera constitutiva, la construcción de la educación intercultural en tanto campo

disciplinario, es decir, afecta el sistema de ideas y las relaciones que lo

componen en tanto archipiélago epistemológico.

Sobre la relación Filosofía- Educación

La filosofía como campo de conocimiento ha sufrido importantes cambios;

desde su conformación como lógica estructurante, hasta sus métodos y líneas de

investigación. Un cambio paradigmático en su relación con lo educativo, estuvo

referido al descrédito en el que cayó la filosofía vía el desplazamiento del

método científico positivista como única forma de construir conocimiento válido

sobre la humanidad y la sociedad (Weiss:1990).

Así, el acervo filosófico-educativo de occidente, desde los griegos hasta

los liberales europeos del siglo XIX, fue considerado como falto de neutralidad y

con ello validez, características inherentes a la tarea científica. Tanto Durkheim

(1974) como Dewey (1968), califican este acervo como una pre ciencia o el

antecedente inmediato de la Ciencia de la Educación como campo disciplinario

73

Profesora del Colegio de Pedagogía y Tutora del Posgrado en Pedagogía. Facultad de Filosofía y Letras

de la Universidad Nacional Autónoma de México, [email protected]

Page 136: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

136

en construcción. Tal vez la crítica más mordaz a la tradición o al campo

educativo de ese tiempo, fue la centralidad deontológica del conocimiento sobre

lo educativo y la falta de descripción o predominancia del objeto de estudio en

las teorías y conocimientos sobre este objeto de estudio.

En este sentido, las ciencias naturales, y en consecuencia el nacimiento y

desarrollo de las ciencias sociales y humanas, fundamentaron por mucho tiempo

los saberes y discursos educativos, dejando a las humanidades como reducto

curioso y con un status inseguro (Foucault: 2002). La pedagogía, una concepción

ligada a la filosofía y a las humanidades, corrió la suerte de éstas; se disolvió la

unidad disciplinaria propiamente humanista, por el concepto de ciencia y luego

ciencias de la educación (Von Cube, 1981; Escolano 1978).

Es con este telón de fondo que se desarrollan una serie de teorías

educativas tendientes a seguir la metódica positivista y neopositivista (de

Alba:1990) para constituir la unidad disciplinar de las distintas expresiones de

las ciencias que “acuden” al fenómeno educativo. Es en este trance o momento

epistemológico del campo educativo, que se advierten varias tensiones sobre su

constitución y con ello la emergencia de una nueva relación con la filosofía.

Y es que el destino manifiesto del campo de conocimiento cuyo objeto

de conocimiento es la educación, tendería a “evolucionar” de la pedagogía a la

ciencia y finalmente a las ciencias de educación. En particular esta última

perspectiva epistémica, con sus matices y variopintos, señala la necesidad de

constituir la unidad disciplinar a partir de un modelo multidisciplinar, el

pegamento que uniría a estas disciplinas se ubicaba básicamente en dos

elementos: combinar o transpolar los métodos de la sociología y la psicología a

la producción teórica y lo más relevante para este análisis, extraer la dimensión

educativa de los campos originarios en una suerte de aplicación, así se crearon

las clásicas ciencias de la educación del siglo XX como la historia de la

educación, la psicología de la educación, entre ellas la misma filosofía de la

educación. El efecto de la preposición “de” a decir de Follari (1990), generó un

alejamiento teórico, epistemológico y metodológico de los campos originarios.

Dicho de otro modo, no se puede considerar a la economía o a la antropología

Page 137: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

137

como siendo “para la educación” puesto que el desarrollo de sus campos son

autónomos al de ésta. Este alejamiento de las ciencias de la educación implicó el

empobrecimiento del campo educativo; “escindir a las ciencias de la educación

de su tronco teórico conceptual, ha llevado a la aparición de pálidas versiones de

los avances y niveles de rigor que se dan en las disciplinas originales”

(Follari,1990).

Un segundo efecto lo aporta Weiss (1990) al señalar que las ciencias de

la educación como perspectiva epistémica relegó el elemento deontológico como

componente que comprometía la neutralidad y veracidad de los hechos,

abandonando la inherente dimensión política de todo conocimiento. Es decir,

como Habermas planteó (1982), las ciencias positivistas en tanto producto

histórico cultural ubican su finalidades políticas en la dominación y control de la

naturaleza o de la sociedad y los individuos, elementos propios del desarrollo

capitalista. En ese sentido, Weiss reinserta la dimensión política de la educación

en su relación con las finalidades de la misma, en una suerte de combinación

entre utopía y política.

Ahora bien, estos dos efectos son tensiones emergentes atribuidas a las

discusiones que la filosofía y no necesariamente la filosofía de la educación,

aportó en el tiempo de crisis de finales del siglo XX, el cual permitió una

reorganización y eventual nuevo momento en la marcha del campo de

conocimiento que tiene por objeto lo educativo.

Esto es, el análisis de las condiciones poscapitalistas en los países

europeos y su correlación dependiente con el fracaso de la modernidad

capitalista para los países subdesarrollados como los de la región

latinoamericana, abrió la posibilidad de repensar el papel de la educación y el

conocimiento que sobre ella y su impacto social tenemos. Hay entonces una

revisión de las teorías ligadas a la tradición positivista y sus efectos, por ejemplo

en el campo del curriculum con la tecnología educativa o la producción de

teorías psicológicas conductistas sobre el aprendizaje como base de las políticas

educativas contemporáneas.

Page 138: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

138

De Alba (1990) nombra este momento de crisis como el de los Saberes y

Discursos Educativos, algo así como el post-ciencias de la educación (para no

desentonar con la tendencia del fin de siglo). El punto relevante para este trabajo

radica en que la filosofía posestructuralista, antiesencialista aportó los elementos

para replantear esta nueva relación con la educación en lo concerniente a su

constitución como campo de conocimiento “…si una práctica científica en su

desenvolvimiento cotidiano, en sus reglas de construcción, en los conceptos

utilizados y aun antes de plantearse la cuestión de la analogía formal y

estructural como discurso científico; ¿podría plantearse la cuestión, interrogarse

sobre la ambición de poder que acarrea consigo la pretensión de ser una

ciencia?...” (Foucault, 2002:32). Es decir que las múltiples relaciones que

caracterizan al campo de la educación son a su vez relaciones de poder que la

constituyen; no pueden disociarse, ni establecerse, ni funcionar, sin una

producción, una circulación, un funcionamiento del discurso y su legitimidad, es

decir el discurso verdadero es una red de poder.

Esta posibilidad comprensiva del campo, actualizó la relación con la

filosofía (además de otros elementos que aquí no desarrollaremos), lo cual

representa una vuelta profunda a ella para entender la educación, desde otras

bases que no son las relaciones multidisciplinarias de aplicación, sino de

comprensión y uso de categorías para entender lo educativo, sin extraer o

fragmentar los campos de conocimiento.

Interesa entonces, la filosofía como campo de conocimiento sensible que

retoma su vocación fecundamente reflexiva y comprensiva, casi como acto

humano; es decir, se retorna a ella cada vez que se requiere discutir los primeros

principios en cualquier orden epistemológico, ético, estético, etc. Cuando

Heidegger (1956) afirma que la filosofía es griega en su esencia, no dice sino

que: Occidente y Europa, y sólo ellos, son, en su marcha histórica más íntima,

originariamente “filosóficos”. Esto lo atestigua el origen y el dominio de las

ciencias, porque provienen de la más íntima marcha histórica europeo-

occidental, es decir, de la filosófica. Sin embargo la actividad reflexiva en sí

misma en tanto función social es abarcativa del fenómeno educativo.

Page 139: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

139

Pensar en filosofía y educación es entonces, aludir a dos campos

diferentes; su relación no se puede pensar a partir de una aplicación (filosofía de

la educación) sino que se trata de un procedimiento diferente; desde la

interioridad de la práctica de la educación y de la investigación que la

conceptualiza. Este procedimiento parte de la correlación epistemológica-

teórica- metodológica del objeto de análisis y de ahí el lugar que la filosofía

debe ocupar para esclarecer algunos temas centrales de la educación

contemporánea en sus ámbitos ontológicos, políticos, éticos y epistemológicos,

sin negar su relación tradicional con el deber ser de la educación.

Es en este corte y articulación conceptual que la filosofía reencuentra su

sentido en torno, en este caso, a los problemas de la educación. No ya en la

pretensión de otorgar plenitud y deber ser al sentido de las cosas, sino al

esclarecimiento parcelario, en el lento trabajo de lo negativo que rompa las

apariencias de transparencia en que se desenvuelven habitualmente la práctica y

la conciencia (Follari:1990).

Siguiendo la idea de un nuevo momento en la relación y con ello la

posibilidad de advertir problemas viejos desde miradas renovadas, es que

advertimos la emergencia de temas educativos que en el caso de México ponen a

circular esta nueva relación, en particular educación y diversidad cultural:

En el contexto de la elaboración de los estados de conocimiento de la

investigación educativa mexicana de la última década del siglo XX, aparece un

nuevo campo, el área temática 7 “Educación, cultura y sociedad” ahí se

aglutinaron distintos temas: educación y derechos humanos, educación y

diversidad cultural, educación y medio ambiente, educación y género, educación

de jóvenes y adultos; y educación y comunicación.

El advenimiento de estos temas supuso entonces la irrupción de un

momento epistémico post-ciencias de la educación:

“…Iniciados los trabajos, a mediados de 2001 y en una

reunión entre los responsables de la elaboración de los estados

de conocimiento en los campos considerados, nos preguntamos

Page 140: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

140

por primera vez acerca de los motivos de nuestra integración en

un área de conocimiento tan amplia. Avanzamos en la

caracterización neutral y puntual de cada campo, manifestando

a la vez, nuestra sincera preocupación, indignación e

incomodidad en torno a las acciones, las políticas y las reformas

educativas impulsadas en México durante la última década en la

materia” (Bertely, 2003).

Este fragmento supone que hay varias y complejas dimensiones de la

realidad educativa que emergen de manera inédita, irrumpiendo al campo

educativo, las cuales el sistema y/o las políticas educativas no han atendido,

podríamos agregar que la crítica epistemológica al tiempo que política, se refiere

al apostamiento del fundamento de las reformas educativas, en la perspectiva de

las ciencias de la educación. Conviene agregar que además de sentar esta

discusión sobre la emergencia de tópicos para el campo, la agrupación y

tratamiento que de ellos se hace, aporta elementos para afirmar las crisis de las

ciencias de la educación.

“Los responsables de los campos del área, hermanados en

torno a una indignación común, decidimos realizar en el marco del

VI. Congreso Nacional de Investigación Educativa, un panel que

denominamos “Las hermanas incómodas de la investigación

educativa. El debate político en un campo académico”. Acuñamos

dicho título por la relación que encontramos entre nuestra

indignación y la que padece uno de los sectores más silenciados de

nuestra sociedad: las mujeres. Se sostuvo que la incomodidad del

área siete se derivaba de su interés por el estudio de la escolarización

a partir de realidades vividas por los actores, más allá de la escuela.

Afirmó que el área otorgaba un peso relativo a las dimensiones

curriculares y pedagógicas de la cultura escolar, para enfocarse en el

Page 141: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

141

análisis de los sujetos educativos situados en condiciones de vida

específicas.

González Gaudiano nos invitó a buscar puntos de

intersección del área, lo cual garantizaría la relevancia y pertinencia

de nuestras posiciones y argumentos en un contexto socioeducativo

donde, por ejemplo, la educación ambiental no podía separarse de

las demandas de los pueblos indígenas en torno al control de sus

territorios y, en consecuencia, la investigación educativa se

politizaba y rebasaba cuestiones puramente escolares. Afirmó que la

producción de conocimientos en el área 7 podía complementar

nuevos enfoques y contenidos curriculares, afectando la hegemonía

de algunas asignaturas y materias relacionadas con la enseñanza

escolar…” (Bertely, 2003:9)

Lo anterior advierte el abordaje teórico de lo educativo en un marco que

no busca la objetividad del fenómeno, sino el ineludible entendimiento complejo

de las nuevas realidades educativas. Es decir que los movimiento sociales

actuales, se han perfilado como movimientos políticos que luchan por el

reconocimiento a la diversidad (mujeres, homosexuales, pueblos originarios),

ello implica un quiebre a la racionalidad homogeneizante de la modernidad; en

donde vía la razón se plantea una ciencia lineal y progresiva. La diferencia se

inserta en los intersticios de ese proyecto no acabado y precario. El cual, la

misma ciencia positivista está abandonado, sobre todo con el auge de las teorías

de la relatividad al inicio del siglo XX.

Es tarea de la educación entonces, repensarse como práctica social

subjetivadora en este contexto de crisis, y en nuestro caso de cara al

reconocimiento de la diferencia.

Sobre la filosofía intercultural y la educación intercultural

Page 142: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

142

Acabamos de afirmar que existen nuevas relaciones entre la filosofía y la

educación, así como que lo sucediente en la primera, ayuda a pensar la

educación desde otros parámetros teóricos, lo que interesa ahora en este marco

de discusión, es traer a cuenta la complejidad de la realidad educación-

diversidad cultural y analizar cómo la relación entre filosofía intercultural y

educación intercultural contribuyen a pensar desde otras bases dicha relación.

Los aportes de Raimon Panikkar (1995) son una excelente provocación

para reflexionar sobre la tarea antes descrita. Si establecimos el engarce entre

filosofía y educación podemos adelantar que hay un nexo entre filosofía

intercultural y educación intercultural; sin embargo el hilo que teje esta relación

–en nuestro caso- no es una correspondencia algorítmica; es una

correspondencia relacional.

En este sentido, habrá que profundizar en la categoría de filosofía

intercultural. Panikkar (1995) parte de un alejamiento de la filosofía moderna.

En su crítica, intenta desmontar conceptual y teóricamente sus fundamentos

desde Platón hasta Kant, en términos de la racionalidad occidental (metafísica de

la presencia) como basamento del pensamiento humano; como el legítimamente

justo, correcto y verdadero. Adjetivos con carga, desde luego ética, pero sobre

todo cultural, en términos de la concepción eurocentrista de los últimos tiempos.

Panikkar propone la interculturalidad como vía de análisis diatópico de la

realidad. Esta metódica está enlazada a la producción de conocimiento en el

campo de la lingüística, particularmente con el salto epistemológico del término

discurso y su proyección a otros campos (Manguienau, 1980), en este caso el de

la filosofía. La clave de este salto implica ubicar las condiciones de producción

socio históricas del discurso, tratando de reconstruir el contexto desde una idea

de juegos de lenguaje (Wittgenstein: 1973), en el que las prácticas no pueden ser

reducidas a una función o a un concepto dentro de éste. Por lo anterior, la

filosofía como tal es limitada, es contextual y es cultural. Es decir es un juego de

lenguaje de occidente, como ya habías dicho que planteó Heidegger en ¿Qué es

eso de filosofía? (1956).

Page 143: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

143

Desde ese punto de vista, Panikkar afirma que para pensar una filosofía

intercultural es preciso ubicar sus límites como actividad humana perteneciente a

una cultura y la necesidad de pensar esta actividad en otras culturas. Con esto en

mente, trae a cuenta el análisis de la función de la religión en las culturas

orientales para establecer la equivalencia con la actividad reflexionar como

actividad humana y la función que en ambas culturas tiene esta actividad. En

occidente se llama filosofía y en oriente dharma, tal equivalencia por lo tanto, es

compleja y no lineal. No es traducción sino dialogía, de ahí el énfasis en la

función de la religión para oriente y como la entendemos en occidente. El

dhrama como reflexión no como fe, la filosofía no como deber ser sino como

actividad social.

Toca ahora pensar en lo propio para la educación intercultural; es decir

repensar la educación como práctica humana y cómo leerla desde otras culturas.

Es decir, que la filosofía como estructura-estructurada-estructurante ha

admitido sus límites y ello permite advertir nuevos géneros para sí misma; no

especies de eso que llamamos filosofía sino pensar en otras formas de lo que esta

actividad humana supone. Lo anterior tiene dos implicaciones: por un lado que

la filosofía intercultural no es una fragmentación de la filosofía en sí misma o

subcampo. Y en segundo, que la filosofía intercultural supondría la empresa de

construir equivalencias de esa función que para occidente tiene la filosofía en

otras culturas. Ello nos conecta inmediatamente con el contexto de esos

encuentros, en nuestro caso con la diversidad cultural tanto nacional como

latinoamericana inherente a las sociedades actuales, es decir preguntarnos por la

filosofía en un marco de diversidad cultural como el de nuestros países, qué

implicaciones tiene, qué lecturas nos permite de la realidad. Considero que para

eso sirve la categoría de interculturalidad.

Para Panikkar entender la interculturalidad atraviesa distintos planos y

niveles. La cultura como lugar a partir de la cual nombramos el mundo y el

hecho de que entremos en contacto con otra cultura, con la cual intentemos

hacernos comprender supone necesariamente el conflicto ontológico original por

hablar desde un cierto mito englobante o cosmovisión, “cuando abro la boca, en

Page 144: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

144

efecto, me veo obligado a utilizar un idioma concreto, con lo cual caigo de lleno

en una cultura particular; estoy en una tierra que ya es de alguien. Estoy en mi

cultura, cultivando mi tierra, mi lenguaje. Y, si por encima de ello, debo

hacerme entender por mis lectores, debo forzosamente entrar en una tierra

común a todos nosotros”

Siguiendo la categoría, la filosofía intercultural permitiría la construcción

de los equivalentes para el entendimiento entre culturas, de manera compleja,

desigual y conflictiva, en ello radica el diálogo y la función homeomórfica. Por

lo tanto, la educación intercultural tendría la función homeomórfica de

preguntarnos desde nuestra diversidad cultural qué es la educación, asumiendo

que la pregunta es compleja porque el encuentro entre culturas no es sólo lineal,

ni sólo causa-efecto. Es desigual, porque ontológicamente hay dos horizontes o

mitos en el encuentro, cuyas creencias básicas están sentadas en perspectivas

diferentes. Finalmente, es conflictiva porque la función de la educación, como

cualquier otra función social, forma parte de un acervo consolidado que no

necesariamente se pone a negociación en los contactos culturales (De Alba,

2001) y es lo que entra en disputa.

El papel de la educación intercultural no es entonces un fragmento de la

interculturalidad aplicada a la educación, es más bien la “hermana incómoda de

la educación”, es la función o herramienta para pensar homeomórficamente la

relación educación-diversidad cultural. Si bien es una empresa densa, podemos

apuntar un pequeño ejercicio en esta línea de reflexión.

La educación intercultural en este contexto, puede asumirse como

disruptiva para el campo de la educación, puesto que la configuración del

discurso de la educación intercultural en México es poco estructurado y está en

plena efervescencia, como en el resto de América Latina (Bertely, 2003; López,

2000).

Siguiendo este carácter disruptivo o relativizante, nos atrevemos a

afirmar que la educación intercultural para México implica deconstruir dos mitos

en el sentido de Barthes (2009), el de la igualdad liberal que generó la

independencia y consolidó el estado-nación de los siglos XVI al XIX, así como

Page 145: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

145

el del mestizaje, que en paralelo a esos mismo siglos, deviene en canon

histórico-cultural como fuerza identitaria nacionalista que se consolida con la

Guerra de Revolución en las dos primeras décadas del siglo XX y cuya vigencia

empieza a decaer en la década de los años 60 de ese misma centuria.

Lo anterior implica replantear entonces, la relación con los “otros”, lo

“indio” en tanto no tan “distantes” de lo que llamamos identidad mexicana. Al

respecto Guillermo Bonfil (1989: 165) señalaba que “…la historia nos ha legado

cinco siglos de dominación colonial. Una de las herencias es la distorsión con

que vemos nuestra propia realidad, al percibirla a través de los prejuicios

culturales propios de la no interrumpida ideología del colonizador. Esa

percepción se finca en la devaluación del otro, el diferente, el dominado y afirma

la superioridad del dominador […] desmontar este andamiaje ideológico, esta

distorsión, implica el reconocimiento del México profundo en tanto sustrato de

nuestra propia identidad y que dada dicha distorsión, hemos creado un mito de la

mexicanidad (el México imaginario) en base a la exclusión y anulación de las

potencialidades creativas de amplias capas de la población, entre ellas los

pueblos indígenas…”

De esta manera, la educación intercultural aludiría entonces, al proceso

de múltiples contactos que van constituyendo la identidad de los sujetos a partir

de la diversidad; esto es, en los procesos de recuperación, aprehensión,

producción, intercambio, resignificación y empoderamiento de las mismas

culturas (de Alba, 2001: 17). La educación intercultural implica el

reconocimiento de nuestra identidad; ese elemental descentramiento para

comprender al otro, para percibirlo como sujeto que nos impacta desde su

relación con la historia, el mundo y la verdad; y poder así hacernos cargo de su

impacto (éticamente hablando) en el sentido de una invitación a entrar en el

proceso de diálogo intercultural , como método para aprender a relativizar las

tradiciones consolidadas como propias dentro de cada cultura y, ante todo, para

poner en tensión, su conservación y transformación, para posibilitar el

conocimiento de la cultura propia y de otras culturas.

Page 146: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

146

Para México es preciso apuntar que esta tarea comprende resignificar

este México profundo en tanto otras construcciones de la realidad. No es una

labor sencilla pero este diálogo puede caracterizarse como en un espacio de

encuentro productivo, en tanto que abre la posibilidad de reelaborar la lógica

cultural propia (de Alba, 2001) y en el cual se construyan puentes de doble vía

ante la inconmensurabilidad cultural.

Con este marco de referencia, pensar la educación intercultural como

proceso complejo identitario de resignificación de lo que implica otra

construcción de la realidad, otra figura del mundo en tanto valores y creencias

básicas; es condición de posibilidad para repensar en los procesos y prácticas de

enseñanza aprendizaje en otra dirección, no como el deber ser perdido, es decir

el del proyecto de la modernidad, pero tampoco como la revolución esencial

educativa que supondría un cambio radical y definitivo de mejores condiciones

de vida, pues como ya hemos visto, históricamente esto no ha sucedió así.

La sociedad multicultural mexicana tendría la oportunidad de retomar el

sentido de un proyecto educativo que afecte, interpele las formas en las que

maestros y alumnos se relacionan, el papel de la comunidad, el barrio, la

colonia; en la que se inserta la escuela, su gestión y sobre todo su intención. Es

decir desde la comunalidad. Este concepto ha sido acuñado por una corriente de

intelectuales indígenas (Maldonado, 2002; Martínez Luna, 1995; Rendón, 2003)

que ve en la dimensión ontológica de las prácticas comunitarias de los pueblos

originarios, su sustrato más fuerte, lo cual les ha permitido su mantenimiento a

través de los años, con sus transformaciones y cambios, pero ubicando en este

punto nodal una de sus mayores fortalezas.

La comunalidad se entiende como reciprocidad porque se acepta la falta

que supone el individuo y es comunal en tanto complementariedad de eso que

uno carece y es aquí donde se puede proponer una noción potente de educación

como encuentro de diferentes, que alude a un proceso de múltiples momentos

que van constituyendo la identidad. Lo que se incluye y se excluye en los

procesos educativos, en la planeación de un proyecto político educativo, también

configura su identidad.

Page 147: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

147

El carácter homoemórfico de la educación intercultural con la

comunalidad en educación, sería la construcción de un núcleo consensual

(Villoro, 1994), un acuerdo entre aquellos que participan de las prácticas y

proceso educativos como la negociación constante de cierto programa educativo,

en el juego de la complementariedad y no de la suplementariedad.

Lo anterior implica establecer reglas del juego que no son otra cosa que

las condiciones mínimas para que cualquier sujeto pueda ser partícipe de la

asociación, de la comunalidad; esto es: “el respeto a la autonomía, la igualdad de

condiciones y la posibilidad de perseguir sin coacción los propios fines y

valores” (Villoro, 1994:43). En educación, la construcción de tales condiciones

mínimas tiene que ver con la autonomía educativa y el juego de las diferencias,

desde la lógica de la articulación (Laclau, 1993) a la hora de construir un

proyecto educativo. Es decir, que la sociedad multicultural mexicana parta de

una pedagogía comunal reconociendo la falta constitutiva que supone la

construcción de la identidad. La unidad en la diversidad no es la suma de las

voluntades, como sujetos acabados; implicaría que a partir de la falta nos

complementamos de manera desigual, conflictiva y productiva. Es una tarea un

tanto utópica, pues supone potenciar la dialogía entre la educación intercultural y

la pedagogía comunal, posicionado sus sentidos e intención, su contingencia y

radical historicidad.

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150

1

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151

MORAL E EDUCAÇÃO A PARTIR DE INSPIRAÇÕES

NIETZSCHIANAS

Isabella Vivianny Santana Heinen74

Maria dos Remédios de Brito75

I-Escritura

A imposição da lei pela obediência fez o homem submeter-se à tradição e à

comunidade, levando-o a introjetar normas, regras, que acabaram por negligenciar o

indivíduo em nome da coletividade. Essa submissão pela obediência levou o

animal-homem a diminuir afetos, conter as pulsões, os instintos e a formar o caráter.

Tal formação tem o objetivo de inserir o homem dentro do campo social e cultural,

preparando-o para a memória e negando o esquecimento. Essa imposição quer

construir no homem a responsabilidade, a palavra cumprida e a consciência moral.

No entanto, essa tarefa representou uma ruptura do homem com o seu passado

antigo.

Pode-se dizer que na Aurora e na Genealogia da Moral, Nietzsche diz que

na humanidade antiga a dor, a crueldade, os castigos, que em seu princípio

originário geravam prazer e contentamento, a partir do vínculo social, foram sendo

vistos com horror e vergonha, pois acabaram todos transfigurados pelo teor

moralizante. Assim, o homem vai reconhecendo o seu tédio existencial, pois não

pode manifestar as suas pulsões instintivas: ele se volta contra si mesmo,

configurando o ressentimento e a má-consciência.

Nietzsche pretende oferecer um perfil histórico a respeito da moralidade dos

costumes, uma vez que em sua origem estão contidos os princípios originários

elucidativos da moral e dos costumes, pois “em toda parte onde os costumes não

74 È graduada em Filosofia, possuindo Licenciatura e Bacharelado pela Universidade Federal do Pará. E-mail:

[email protected] 75

É graduada em Pedagogia e em Filosofia, mestrado, doutorado e pós-doutorado em Filosofia da Educação,

Professora da Universidade Federal do Pará/Instituto de Educação Científica e Matemática.

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152

mandam, não há moralidade; e quanto menos a vida é determinada pelos costumes,

menor é o cerco da moralidade” (NIETZSCHE, s/d. p. 25). Nesse sentido, busca a

genealogia76

para analisar os contornos, os esconderijos, as argumentações que

constituíram tal moralidade.

Nietzsche pretende verificar as nuanças que configuram os castigos, as

normas, os deveres, os valores, quais as forças vinculadas a tal criação, qual a

vontade de potência que quer expansão. Pois, para Nietzsche toda criação das

normas, da moral e dos deveres estavam submetidas a vontades e forças desejosas

para impor a sua vontade, isto é, está submissa a forças que almejam conferir a sua

vontade. Nessa perspectiva, a moral instituída não apresenta autonomia, de modo

que o dever faz parte da constituição do indivíduo, ao passo que esse regula as

vontades que leva em consideração o todo.

De modo que o processo de incrustamento de formações do indivíduo se dá

pela imposição das regras, dos hábitos, da cultura, “se fosse ver e admitir o que hoje

se quer admitir como tal, que a finalidade de toda cultura é domesticar a besta

humana, para fazer dela um animal manso e civilizado, um animal doméstico”

(NIETZSCHE, 2009, p. 46), em que o indivíduo acaba se moldando. Muitos foram

os artifícios criados para se conseguir esse molde do homem, um deles, é a

responsabilidade, fazendo do homem um instrumento moralizante e

consequentemente racionalizado, com preceitos de igualdade e constância,

transmitindo a impressão de confiabilidade, já que nega sua autonomia.

É possível exatamente porque esse indivíduo é construído nos padrões

estabelecidos pela moral, a regra passa a ser a norteadora de sua conduta, não tem

locomoção própria, mas forjada pela dinamicidade de interesses que não são a

priori seus, porém passam a ser, pois são internalizados de tal modo que o homem

acredita ser o detentor e também criador de sua deliberação, quando na verdade,

essa já foi previamente aceita por ele, através da imposição, da regra e da lei posta

pela tradição.

76

O termo genealogia deve ser entendido na perspectiva de pensar nas varias morais, diferentemente da noção

tradicional da razão, que concebe apenas uma moral, a moral absoluta.

Page 153: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

153

Nesse contexto, os valores e a moral não têm vontade autônoma. A ideia do

dever como constituinte do ser exclui o interesse pessoal como fundamento da

avaliação dos valores morais, que são referenciados em termos de prejuízos e

benefícios. Assim Nietzsche, através da crítica reflexiva e investigativa, procura

mostrar as forças que desejam sua imposição e seu comando. Dessa forma,

Nietzsche reporta-se à pré-história da humanidade, onde julga encontrar a pré-

história da moralidade dos costumes. E acrescenta,

a moralidade não é outra coisa (portanto,antes de tudo, nada

mais) senão a obediência aos costumes, sejam eles quais

forem; ora, os costumes são a maneira tradicional de agir e

de avaliar. Em toda parte onde os costumes não mandam,

não há moralidade; e quanto menos a vida é determinada

pelos costumes, menor é o cerco da moralidade.

(NIETZSCHE, s/d, p. 25)

Traça argumentações e pode-se dizer que a vontade de potência, o desejo de

impor, se constituem pelo processo de formação do animal-homem que vai

efetivando seus costumes e tradições para dominar, ter poder numa comunidade ou

em relação ao outro homem.

Coloca que a luta é condição para guerrear e para afirmar a vontade de força

e diz ainda que essa vontade de força é um vir-a-ser querendo sempre impor o seu

querer. Não se pode dizer que existe apenas uma vontade de potência, ao contrário,

ela precisa de outras para impor-se. Essa vontade de dominar opera forças que se

potencializam, procurando dar forma, contorno, sentido ao que se pode chamar de

instinto errante e desregrado. A vontade deseja impor, criar, porém, isso não ocorre

pela necessidade de auto-organização, mas sim apenas pela vontade de querer

exercer o seu poder, o seu querer mais. A vontade de potência não tem limites, ela é

um vir-a-ser, é um querer sempre mais.

Essa vontade de potência, é também a atividade de constituição dos

valores morais, que impulsiona a criação de uma certa consciência moral, que se

delineia pela imposição do medo e da tradição. Essa condição da vontade talvez

possa ser compreendida pelo próprio desejo do animal-homem querer sempre

experimentar a si mesmo. O não contentamento com a sua condição de incerteza, de

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154

transitoriedade, levam o homem a buscar caminhos possíveis em que possa trilhar as

veredas da vida com maior tranqüilidade, levam-no a uma busca desenfreada pela

superação de suas forças, querendo o limite, pois nele não há contentamento, não há

sossego. E,

Todas as grandes coisas perecem por obra de si mesmas, por

um ato de auto-supressão; assim o quer a lei da vida, a lei de

uma fatal vitória sobre si mesmo, a lei que diz ao legislador:

patere legem, quam ipse tulisti (sofre a lei que tu mesmo

propuseste). (NIETZSCHE, 2009, p. 149)

Por isso, quem sabe, precise impor, precise sentir o seu poder frente aos os

outros e consigo mesmo. Essa vontade de potência que quer se impor subjugar para

dominar, é uma vontade forte, ativa, que quer comandar uma vontade reativa e

fraca, contudo, tanto uma como a outra exercem comando.

II-Escritura

Nietzsche coloca que a educação do animal-homem se faz a partir da junção

da tradição com a moralidade; ambas caminham conjuntamente, pode-se dizer que

uma tem interferência na outra. Assim, a formação do animal-homem, tomando

como parâmetro a pré-história, estabelece ligações entre instintos, moral e cultura.

Essas três questões constroem os elementos formativos e constitutivos de sua

formação histórico-cultural, lembrando que o processo educacional se deu pela

afirmação de forças, que em uns se afirma como vontade e valor e em outros como

subordinação.

No processo da educação do animal-homem as forças que se impõem

estabelecem hábitos, costumes, regras, com que o homem vai traçando o seu

trabalho formativo de si mesmo, no qual a intencionalidade reflexiva não determina

a ação. Seu movimento acontece pela vontade de potência.

O autêntico trabalho do homem consigo mesmo, construindo regras,

instituições, leis, formas de justiça, tem como objetivo a trilha da estabilidade

duradoura. A formação da responsabilidade, a palavra dita e cumprida querem a

construção de um homem soberano e forte.

Page 155: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

155

O esforço da tradição filosófica é muito mais de conversão, do que uma

discussão da questão moral, por isso a estratégia para a criação de um indivíduo

moralmente consciente foi engendrada pelo senso de responsabilidade, com a

pretensão de criar um homem semelhante aos outros, previsível e invariável. É de

acordo com os costumes e crenças estabelecidas que o homem desenvolve suas

tarefas, e a educação é nesse sentido, o processo que reforça os valores morais, que

fomenta no homem a racionalidade, a moral do rebanho, em que o homem sempre

está determinado pelo padrão do grupo dominante, e tudo que está fora dele não é

aceito, pois o aprendizado deve ser repetitivo, mecanizado. De acordo com

Nietzsche em Além do bem e do mal,

Enquanto a utilidade que vigora no juízo de valores morais

for apenas a utilidade do rebanho, enquanto o olhar estiver

dirigido apenas à preservação da comunidade, e for tido

como imoral precisamente e exclusivamente o que parece

perigosos para a subsistência da comunidade: enquanto

assim for não pode haver “moral do amor ao próximo”.

Supondo que então já exista um pequeno, constante

exercício de consideração, equidade, compaixão, brandura,

reciprocidade no auxílio, supondo que também, nesse estado

da sociedade já atuam todos aqueles impulsos que depois

serão honrosamente apelidados “de virtudes” e que afinal

quase coincidirão com o conceito de “moralidade”

(NIETZSCHE, 1992, p. 99).

Nietzsche entende que em uma sociedade que ainda vigora os valores da

compaixão, da solidariedade, da brandura, ainda não conseguiu se livrar da moral de

rebanho, e ao mesmo tempo são uma dissimulação das relações de poder, pois a

sociedade se baseia em princípios da compaixão, mas continua agindo de forma

avessa a essas ideias. Assim, pode-se dizer que, ele é um vetor teórico muito válido

para se pensar a cultura.

Assim, na visão de Nietzsche, as imposições feitas naquele primeiro

momento pela comunidade, pela tradição e pelos costumes da humanidade antiga

seriam o mecanismo para que o homem pudesse prometer. Porém, isso tudo não era

suficiente para que o homem pudesse ser visto como tal. A mentalidade da cultura

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156

ocidental é o animal que faz promessas, e cumpre suas promessas, nesse sentido, o

animal que não cumpre , deve ser preso, aniquilado, o indivíduo passa a combater o

esquecimento, pois segundo Nietzsche,

Quanto menos memória tinha a humanidade, tanto mais de

espantar era o aspecto dos seus costumes; o rigor das leis

penais permite apreciar especialmente as dificuldades que

ela experimentou antes de se fazer senhora do esquecimento

e para manter presentes na memória destes escravos das

paixões e dos desejos algumas exigências primitivas da vida

social. (NIETZSCHE, 2009, p. 81)

Portanto, era necessário que se construísse uma psique individual para cada

sujeito, era necessário que o homem tivesse memória, já que a sua maior faculdade,

o esquecimento, apresentava-se como: “uma força inibidora, ativa, positiva, no mais

rigoroso sentido, graças à qual o que é por nós experimentado, vivenciado, em nós

acolhido”. (NIETZSCHE, 1999, p. 47)

O esquecimento favorecia a jovialidade, a felicidade, porque tudo nele era

vivido e esquecido. O seu sentimento era válido para o instante. No entanto, a

moralidade dos costumes tinha que travar uma guerra contra ele, esse era seu

objetivo. No lugar do esquecimento foi criada a memória, para Nietzsche uma

espécie de segunda natureza. Essa era a faculdade que fomentaria no homem a

consciência moral. Gravou-se na consciência humana que o não cumprimento de

código gera sofrimento, e o que causa o sofrimento é o afastamento da moral, por

isso essa é favor da memória. É ela quem irá representar a razão, a moral; seria essa

a forma de conduzir o indivíduo inserido na sociedade, ainda que com atos

violentos, já que toda moral é uma perspectiva de poder. Tudo isso não se deu com

facilidade. Para que o homem construísse consciência e uma memória da vontade e

da responsabilidade, ele teve que sentir dor, castigos e pena: “O seu início, como

inicio de tudo grande na terra, foi largamente banhado de sangue”. (NIETZSCHE,

1998, p. 55)

Nietzsche diz que esse processo foi fundamental, mesmo que nele se tenha

usado da tirania e da violência para o crescimento do homem enquanto espécie:

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157

“Com a ajuda da moralidade do costume e da camisa de força social, o homem foi

realmente tornando-se confiável”. (NIETZSCHE, 1998, p. 49)

O poder da moralidade dos costumes trouxe a “liberdade”, a “proteção da

propriedade”, do credor, da palavra empenhada, ao mesmo tempo que impunha suas

regras, seus castigos e penas. E quanto mais isso foi se intensificando, aquele que

tinha o poder, a força, impunha suas normas, seus limites e a comunidade sentia-se

forte e dominante.

O poder dos costumes e da moralidade era tão forte que aos olhos do

indivíduo eles se apresentavam como algo divinizado, santificado. Nesse sentido, a

pergunta, a dúvida, não podiam ser exercitados. Assim, a moralidade e os costumes

iam se tornando cada vez mais uma verdade inquestionável e concorriam, nesse

caso, para o embrutecimento da humanidade.

Nesse sentido, o homem tornava-se cada vez mais um produto da

moralidade. Embrutecido por ela, não era possível indagar pela constituição de tais

valores e normas. Assim, as leis e os costumes se colocavam como suportes

fundamentais ao desenvolvimento do indivíduo, quando realmente queriam um

homem docilizado, comportado e escravo da tradição.

O período inicial do animal-homem, o individual, não era visto como

problema e não se tinha o castigo associado à imputabilidade de alguém referente a

uma determinada ação, mas o castigo era deliberado por raiva a um dano sofrido a

quem o causou. Pode-se inferir que o castigo estava associado às relações

contratuais de compra e venda, tanto pela idéia de equivalência quanto pela idéia de

reposição de um dano, portanto não tinha objetivo fixar uma memória do castigo.

Toda tradição e todo costume eram para Nietzsche meios para construir o

processo formativo do homem soberano. Ele pensava que a organização social era o

meio de trazer à luz a construção do homem forte, maduro, capaz de ser um

legislador.

Nietzsche realmente entendia que a moralidade dos costumes daria um fruto

maduro:

(...) o indivíduo soberano, o indivíduo próximo de si mesmo,

o indivíduo livre da moralidade dos costumes, o indivíduo

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158

autônomo e supramoral (pois “autônomo” e “moral” se

excluem), numa palavra o indivíduo de vontade própria,

independente e persistente, o homem que pode prometer e

que possui em si próprio a consciência nobre e vibrante do

que conseguiu, a consciência da liberdade e do poder, o

sentimento de ter chegado à perfeição humana. Este homem

livre que pode prometer, este dono do livre-arbítrio, este

soberano não há de reconhecer quanta superioridade há

sobre todas as coisas que não podem prometer e responder

por si mesmas (...). (NIETZSCHE, 2009, p. 59)

O homem sendo soberano de si, pelo processo formador de uma vontade

própria e independente. Ele seria capaz de libertar-se mais tarde da moralidade dos

costumes, sendo assim um indivíduo autônomo, capaz de prometer. Ele poderia

orgulhar-se daquilo que alcançou por si mesmo, que seria uma verdadeira

consciência liberta. Como homem forte, possuiria sua superioridade, sentindo-se

diferente pela força interior que possuiria e através do seu pathos de distância sobre

outro, vendo-se como legislador, criador e construtor de valores. Assim sendo,

tornar-se-ia possuidor de si e das circunstâncias. Porém, isso foi se processando de

maneira contrária para o princípio de constituição do homem.

III-Escritura

Guerrear contra o esquecimento e em seu lugar criar a memória como

suporte constituinte da razão e da consciência foi a forma para situar a natureza do

animal-homem dentro do processo sociocultural. Para tal feito, a comunidade e o

meio social criaram seus mecanismos, muitas vezes violentos.

A responsabilidade foi a tarefa para criar um animal-homem com

consciência moral, o que traz consigo mesmo a condição de tornar o homem

“uniforme, igual entre iguais, constante e portanto confiável” (NIETZSCHE, 1999,

p. 48). Esse imenso trabalho que a moralidade do costume toma para si também

constrói limites e padronizações, porque todo o espaço social está forjado pela

moralidade. Dentro desse espaço, como é que o homem pode ser “livre na acepção

de depender absolutamente de si mesmo e não de uma tradição?” (NIETZSCHE,

s/d, p. 13). Não pode, pois a vontade de potência quer afirmar a tradição e com ela a

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159

autoridade, seus mandamentos, regras, normas, que muitas vezes não estão ligados

ao que é útil, mas ao mandamento mais forte que negou sua própria autonomia.

É no delineamento dos costumes que o homem age, aprende e segue adiante

no mundo que nem sempre sabe realmente o sentido de muitas atitudes e hábitos. O

aprendizado efetivado é repetitivo e mecanizado em práticas e isso pode ser visto no

exemplo de Nietzsche em sua obra “Schopenhauer como Educador”, quando diz

que os homens estão mais presos nos costumes, nos hábitos e acabam seguindo a

moda do rebanho e esquecendo de pensar por si mesmos. Por outro lado, esses

costumes e hábitos muitas vezes não são postos à prova, à discussão e à reflexão,

apenas são seguidos. O homem, ao mecanizar atitudes e práticas, não cria apenas

reproduz e copia o que a comunidade criou. Pelo processo repetitivo e não reflexivo

os hábitos e costumes vão sendo vistos e pensados como verdades absolutas.

O homem que se engendra é parte dessa constituição, dessa consciência

moralizante e dominante, que desempenha suas funções, hábitos, tendo como fonte

balizadora de sua conduta as normas estabelecidas pela moral absoluta. Os homens

teriam, desde sua época mais primitiva, entendido rasteiramente a sua inscrição no

meio social, no qual a forma cultural acontece pela inscrição e obediência, em que,

A obediência foi o que mais se exercitou e cultivou entre os

homens. Poder-se-ia deduzir que cada um de nós possui a

necessidade inata de obedecer, uma espécie de consciência

formal que ordena: “farás isto ou aquilo, sem discutir”, te

absterás disto ou daquilo sem objetar, numa palavra, é um

“tu farás. (NIETZSCHE, 1992, p. 199)

Nessa lógica, atitudes que cerceiam o processo libertador e criativo vão

sendo escritas ao longo do processo da humanidade, fazendo surgir homens

passivos, que se erguem na coletividade e na igualdade. Isso não está longe do

nosso momento histórico-social. Parece que o homem precisou dispor de certa

tirania quando quis fazer de si mesmo algo mais elevado, tanto nos aspectos

intelectuais, artísticos, como nos próprios costumes, ao mesmo tempo que negou

outras questões vitais como a sua própria singularidade. Assim, o que poderia ser o

meio para a formação do homem forte, criativo, deu-lhe menos asas, menos reflexão

e menos consciência. E o que lhe era natural, o que seria a pulsão para o instinto,

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160

para a vontade e o desejo, foi sendo enquadrado nos costumes e nas tradições, dessa

forma, enrijecido. A tradição era apresentada como um poder superior, a que se

obedecia, porque se tinha ordem e medo (NIETZSCHE, s/d, p. 1).

Àqueles que pretendiam ser legisladores, paradoxalmente a moralidade dos

costumes deu-lhes teias, hábitos, medos, que os levaram a agir e a pensar pela

tradição e pela comunidade. E isso parece que se dava como uma espécie de ciclo

vicioso, em que a repetição dos costumes era tão forte que conseguia impor os

sentimentos morais. Esses sentimentos, pela força do hábito e da linguagem, e

mesmo da repetição constante, estabelecem um vínculo tão forte com o agir

humano, que condutas, gestos, são incorporados moralmente sem críticas e dúvidas,

ao mesmo tempo que o que está fora da linhagem comum é negligenciado ou

menosprezado, pois não faz parte do costume. A tradição acaba construindo valores,

linguagens que traçam um perfil comum, e o que é estranho e diferente ela muito

vezes não aceita. Nesse sentido, o costume e a tradição querem unificar, igualar,

aplainar.

A tradição manifesta o seu poder de domínio, a comunidade impõe-se ao

indivíduo. O homem, por outro lado, em prol da comunidade esquece e negligencia

sua dimensão humana, seus desejos, vontades, seu querer, tornando-se uniforme,

pois está “aprisionado” pelas normas, que antes seriam o seu preparo. Ele atrofia-se

e em baixeza e vulgaridade. A comunidade vai se impondo enquanto a dimensão

singular/individual vai sendo esquecida: “toda ação individual toda a maneira de ver

individual provoca horror (...)”. (NIETZSCHE, s/d, p. 15) O modo imposto pela

moralidade é tão forte que pensar a maneira individual é imoral, mesquinho e baixo.

O poder da moralidade introduz valores, símbolos, hábitos, que fazem com que

aqueles que não pensem como rebanho sejam vistos socialmente como maus e

perigosos, como afirma Nietzsche em Para Além do Bem e do Mal. Percebe-se que

o processo cultural inverteu efetivamente o processo histórico aqueles que sempre

foram vistos como os mais fortes em vontade, em querer, aqueles que afirmaram a

vontade de potência como força ativa e instigadora de vida, desde seu princípio

originário, foram inversamente sendo vistos como perigosos. Essa força ativa, em

primeiro instante, tornou-se reativa e subjugada à mentalidade baixa, carente e

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161

escrava. O soberano, o homem forte, foram subjugados e adestrados terrivelmente

pela mentalidade moralizante.

E nesse momento, o espaço social fez com que o homem sentisse o gosto

amargo e estranho de suas origens. E na medida que crescia sua vergonha, abriam-

se caminhos para tornar-se um “doce anjo”. E com a moralidade ele desenvolveu

um estômago acirrado e repulsivo de sua inocência animal. Em sociedade, a dor, a

crueldade, a guerra, são lembradas como suportes desfavoráveis à construção de sua

existência, enquanto que em seus primeiros instantes eram alegria e diversão.

Assim, a representação tolerável na comunidade ocorre quando as paixões, o desejo

de criação são declinados. “A vontade de superar uma paixão não é mais que a

vontade de outra ou muitas outras paixões.” (NIETZSCHE, 1992, p. 85)

Ao se sentir paralisado pelo seu próprio instinto e querer, sente-se confuso

pelo medo e horror que sente de si mesmo, causados pelas imposições sociais. A dor

sentida não é aquela que é efetivada, mas aquela que se faz interiorizada e isso é de

certa forma, transplantado para o plano imaginativo e psíquico. Esse querer

sublimado e contido é bem aceito pela coletividade. Porém essa fadiga momentânea

pode ser para algumas espécies de homens um dos momentos mais criativos do seu

intelecto; quando a sociedade reconhece tal processo criador e impulsionador dessa

pulsão criativa e arrebatadora cria formas de distrações e entretenimento para que o

mesmo seja distraído e ao mesmo tempo contido.

Nesse sentido, o homem o tempo todo é controlado para não expandir o seu

querer, e cada vez mais a sociedade moderna incentiva a cultura, a educação, a arte

dentro de mecanismos massificadores. Nesse contexto a vida vem se tornando

artificial e os homens tornam-se cada vez mais condicionados às coisas sociais.

Sabe-se que o homem é condicionável, pois tudo que a sociedade cria e com que ele

entra em contato, geralmente torna-se parte do seu viver. Porém, é importante que o

indivíduo se mantenha atento para não sucumbir enquanto indivíduo criador.

E, quando não consegue sentir sua existência criadora, o homem deseja

entregar-se ao ideal ascético, negando a vida, o querer, o desejo, o transitório, o

incerto, a pulsão, sente a vida e a sua existência sem sentido “a revolta no

sofrimento não é o sofrimento em si, mas é sua falta de sentido”. (NIETZSCHE,

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1998, p. 58). Sentindo-se frágil, é obrigado a inventar os deuses, a realidade oculta,

procura o paraíso, pois a vida terrena é cruel e dolorosa. Nela não é possível sentir

vida, pois a própria moral leva-o a negá-la, a sentir medo, vergonha de suas paixões.

Nesse momento, o homem sente-se culpado por si mesmo, sente culpa pelo seu

querer e pelas suas paixões e castiga a si mesmo ao negar toda a sua vontade de

querer expandir-se.

No mundo moderno, o estágio em que Nietzsche mais encontrou a

decadência, os deuses morreram e em seu lugar a ciência veio como porto seguro

para aqueles espíritos mais fracos, que não sabem sentir no ilógico e na

dinamicidade, na incerteza, no transitório, o ponto real da vida e do mundo, como

reflete em La Gaya Ciência (1986). Assim, a ciência para ele acaba reforçando o

ideal ascético. A busca das certezas e das verdades mostra o quanto o homem ainda

não está preparado para negar o ascetismo.

O que deveria suprimir o indivíduo forte e criativo, o produto cultural,

mudou de trajeto, inverteu sua rota, em seu lugar forma o indivíduo rebanho,

dependente. Conforme Nietzsche,

A decisão de estar só parece perigosa e tudo que separa o

indivíduo do rebanho, tudo aquilo que assusta ao próximo,

será designado como o mal. Por outro lado, o espírito

tolerante, humilde, submisso, respeitoso com a igualdade,

com a mediocridade dos desejos colhe epítetos e honras

morais. (NIETZSCHE, 1992, p. 114)

O que era esperado para formar o homem soberano foi falseado e em seu

lugar surge o indivíduo pequeno e submisso. Assim, o indivíduo forte, vigoroso e

soberano, que seria a realização humana, foi produto da pré-história e o homem

forte, soberano, como desejo de manifestação, perdeu-se no processo histórico, pois

foi sucumbido dentro do espaço valorativo escravo.

A força ativa, a vontade ativa que superaram a força reativa como projeto de

formação do homem forte, porém parada no movimento que se deu pela

organização e instituições das forças reativas, instaurou a igualdade, ao invés da

diferença, do pathos de distância e da força criadora. E essa força reativa procurou

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universalizar, igualar sentidos, ao invés de postular sentidos. Assim, só serve para

reforçar os valores em curso, ao invés de criar novos valores.

Nietzsche diz que historicamente a degradação do homem se dá pela

instalação do ressentimento, da má consciência, que concorrem para afirmar o

homem doente, infeliz, pequeno, “os doentes são o maior perigo para os sãos; não é

dos mais fortes que vem o infortúnio dos fortes, e sim dos mais fracos”

(NIETZSCHE, 2009, p. 117), que sentem a vida de forma vingativa. Assim sendo,

“a vontade de potência, criou a má consciência, só com a diferença que a matéria na

qual se expanda essa violência modeladora e subjugadora é o próprio homem, o seu

arcaico eu animal, e não como nos primeiros e mais visíveis fenômenos, os outros

homens” (NIETZSCHE, 2009, p. 84); o que seria a constituição do indivíduo forte,

nada mais é que um completo tirano não se reflete acerca do que se vive, não é

criativo.

Todo o seu passado de luta, de guerra, que sentia no perigo o bem, deve ser

negado, escondido, para poder viver no mundo cultural e social. Com sua inserção

no mundo social, seus valores não poderiam servir-lhe de direção. Assim, foi levado

a desenvolver a razão e habilidades para pensar, calcular, combinar efeito e causa,

ao mesmo tempo que sua consciência foi sendo reduzida. Em sociedade, sua

consciência torna-se cada vez mais restrita e cada vez mais impossibilitada das

pulsões instintivas.

Para Nietzsche o homem não deixou de ser um animal feroz, no que diz

respeito ao seu mundo interior e exterior, porém encontra-se camuflado pelas

práticas repressivas dos povos e das civilizações. Os instintos não morrem; vale

dizer, segundo Nietzsche, que apenas foram contidos e interiorizados.

Na medida em que seus instintos foram se interiorizando, ele se volta contra

o seu interior, começa a torturar-se e perseguir-se. E por falta de inimigos externos

castiga-se a si mesmo, violenta-se a si mesmo, surgindo, assim, a má- consciência.

Para Nietzsche, a guerra, a violência, que outrora era, sua alegria e

satisfação, em sociedade, mudaram a direção, disfarçando-se através do envolto

moral. Nessa lógica, o homem parece adoecer de si mesmo. Encontra no espaço

moderno um estado de decadência, de dissolução e desagregação, que se desdobrou

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164

no niilismo, numa disjunção das experiências e dos valores apresentados, ao mesmo

tempo que esses valores e experiências não dizem nada para a existência.

Porém nesse estágio de esvaziamento podem ser apresentadas forças que se

desdobram em um novo momento da vida humana, estabelecendo espaços possíveis

para configurar uma transvaloração, valores que dignificam a vida e o homem.

IV-Escritura

Partindo da comparação feita pelo modo de vida dado pelas primeiras

manifestações humanas, no que diz respeito à comunidade, a tradição e o costume

talvez se apresentem para os homens de hoje assombrosamente enfraquecidos,

esquecidos, ou talvez seja dessa forma que muitos o desejam. Algumas normas,

regras, valores, estão volatizados para alguns homens que sabem se sentir além da

tradição, mas nem sempre esses homens podem se manifestar sem ela ou talvez algo

tenha mudado nas tradições e o homem tenha tentado guiar-se por outros valores.

Sabe-se que todas as nossas ações são movidas pelos valores, pela tradição e

pelos costumes que absorvemos durante toda a nossa trajetória de vida. Sabe-se,

também, que alguns resignificam os valores e buscam aberturas. No caso de

Nietzsche, ele tinha muitas suspeitas sobre tradições, pois as mesmas tendiam a

cristalizar valores.

De certa forma, esse seria o desejo nietzschiano: sentir o surgimento de um

homem forte, soberano, senhor de si, que apesar de viver na tradição e dentro dos

costumes, fosse capaz de pensar e guiar-se para além dele. Pois, o que é a eticidade

senão “a obediência” (NIETZSCHE, 1999, p. 141).

A tradição tem sido forte o suficiente para não quebrar o círculo da eticidade

e quanto mais se pretendeu esse projeto de homem, a lei, o agir e o modo de avaliar

mais foram medidos por ela. Ainda hoje tudo o que é individual, livre, inusitado e

incalculável é perigoso, maldoso, desregrado. Assim, a família, o Estado, a escola,

ficaram com status de tradição ou o ambiente conservador dela, onde é estimulado o

medo como parte do domínio da eticidade do costume. Nesse viés, chegam mesmo a

padronizar o comportamento ético.

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165

Nesse sentido, Nietzsche descreve os mandamentos da eticidade. O primeiro

é que é fundamental que o indivíduo observe prescrições sem pensar em si como

indivíduo. Outro mandamento para o homem ético é que saiba cumprir a lei com a

máxima freqüência. Outra postura ética seria que o homem tivesse maior vigor para

cumprir o costume com maior sacrifício, assim, “a superação de si é exigida, não

pelas conseqüências úteis que tem para o indivíduo, mas para que o costume, a

tradição, apareçam dominando”. (NIETZSCHE, 1999, p. 142). Nesse ideal ético o

indivíduo deve sacrificar-se. Nessa lógica, a sociedade, a comunidade, vão impondo

seus valores, suas regras, seus padrões de conduta, onde pouco é levado em

consideração as questões culturais, o modo de ser e de viver de cada indivíduo. Em

nome da coletividade o que é diferente, próprio, deve ser negligenciado em prol do

vulgar, do familiar, pois esses não representam temor à comunidade. De acordo com

Nietzsche,

Na origem, toda a educação e os cuidados do corpo, o

casamento, a medicina, a agricultura, a guerra, a palavra e o

silêncio, as relações entre os homens e as relações com os

deuses, pertenciam ao domínio da moralidade: esta exigia

que prescrições fossem observadas, sem pensar em si

mesmo como indivíduo. (NIETZSCHE, s/d, p. 26)

Porém, ao mesmo tempo que o homem se deixa levar excessivamente pelo

costume, pelo modo comum, nega-se em singularidade e parece como um barco à

deriva no mar, que é levado pela maneira como as ondas se manifestam.

A formação ética é dirigida pelos valores gregários, ao mesmo tempo em

que vai deixando de lado, à sua maneira, o modo de ser individual, seja na forma de

pensar, seja na forma de existir. Parece “de igual modo que o homem atribuiu a tudo

o que existe uma relação moral, jogando sobre os ombros do mundo o manto de

uma significação ética” (NIETZSCHE, s/d, p. 23), que o homem vive uma espécie

de tirania contra ele mesmo, que muitas vezes constrói disfarces com o intuito de

conviver como homem ético.

A comunidade e a lei tendem a estimular homens fisiologicamente

decadentes, mas esses homens, que não são francos nem ingênuos, querem tudo que

Page 166: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

166

lhes dê segurança, que delineie esconderijos, subterfúgios para buscar vantagens e

prazer. Essa moral que se desdobra numa forma reativa carrega consigo seus

disfarces mais perversos, se mostra boa e sem interesse do mesmo modo que

sutilmente aceita homens de caráter tão ressentido que não deixam de ser de certa

forma inteligentes. Os moralistas, nesse sentido, disseminam valores morais de

autodomínio e de obediência para mais tarde tirar seus próprios proveitos. Com o

discurso do homem bom, porque segue a lei, ridiculariza o que pode ser exceção:

tudo que não é igual deve ser posto à margem do social, porque é estranho e,

portando, negado. Aqueles que pretendem se dissociar da comunidade são vistos

como maus, prejudiciais a tradição.

Nesse sentido, a posição e o modo de vida dos espíritos mais raros, fortes,

que podem viver além das amarras dos costumes, que podem sentir seus condutores,

parece que historicamente sempre foram vigiados e sofrem o temor daqueles de

espíritos mais fracos, ressentidos. Parece que a originalidade, o que é próprio e

menos vulgar, só pode ser aceito se pertencer a uma linguagem comum.

Diante de todo esse quadro, é possível perceber que o sentido de ser ético

está enquadrado dentro da tradição, do vulgar, do costume, e tudo que pode se

manifestar além deles deve ser combatido. E nisso a escola tem sido um veículo de

grande importância, pois seus mecanismos de trabalho pedagógicos tem executado

de maneira competente o seu processo unificador, ao mesmo tempo que tenta cortar

pela raiz o diferente, o singular, o individual. O aspecto moralizante de suas normas,

disciplinas, regras, tem construído homens com toda a possibilidade de não ir contra

a lei, contra o costume e a tradição. Tal tipo humano é chamado por Nietzsche de

homem gregário.

A sociedade tem premiado esses cidadãos disciplinados. Tudo deve

permanecer na normalidade e tudo contra ela deve ser castigado, foi assim em

tempos passados e está sendo assim atualmente. Talvez os espíritos mais heróicos,

que ousem, ainda que de forma mínima, pensar um pouco por si mesmo ou mesmo

na vida moldada por si mesmos, possam indagar, a partir de Nietzsche, o significado

real de sua existência. Não é fácil encontrar esse tipo humano numa sociedade onde

Page 167: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

167

prevalece o artificial, a baixeza, o olhar disfarçado, a moral reativa. Mas talvez seja

possível ver algum entre as ruínas.

A educação tal qual a moral absoluta, nesse âmbito, não apenas fomenta o

desenvolvimento de um indivíduo sem singularidade, mas torna-o um indivíduo

submisso as regras dessa moral absoluta.

Contudo, não se pode agir com radicalidade e aversão. A crítica ou a

denúncia é expressa por se tomar essa forma padronizante de agir, como único

instrumento possível para se alcançar em um processo de desenvolvimento do

homem. Esse precisa de mais que isso, precisa ser capaz de criar, incentivado a

refletir, construir, discordar, e também enfrentar, e não apenas reagir. O que parece

algo ainda por vir.

O processo educacional é constituído por valores, como a ideia de verdade,

de significação; valores que, articulados podem se incrustar na consciência humana.

A educação, distintamente da que antes era voltada para um ensino

específico, sem relações aprofundadas, pretende formar técnicos com o objetivo de

ampliar o campo de visão, possibilitando a execução de múltiplas funções por um

mesmo profissional. O mercado não quer um simples técnico, ele quer um técnico

que desempenhe diversas atividades – concentrar em uma mesma pessoa várias

atribuições – visando o aumento da produção e a redução de custos.

Nesse sentido, a educação ao mesmo tempo em que proporciona o

desenvolvimento cognitivo, também é um artifício engessado, capaz de controle, o

indivíduo, delineando o seu querer, através de instrumentos massificadores. O

indivíduo é, portanto, condicionado aos costumes do rebanho, entretanto ele precise

se manter alerta para não se afastar completamente da possibilidade de criação.

Assim, a escola é uma instituição que se encontra moldada pela tradição,

por meio de suas teorias e regras forma homens que se calam, que reproduzem, que

não vão contra as determinações. Pune-se quem não está enquadrado em suas

normas, e premiasse os que conseguem ser obedientes. A escola não está educando

para o pensar, para o questionar ou para refletir o desenvolvimento das habilidades

intelectuais e morais que são princípios fundamentais para a transformação, para as

possibilidades de mudança na forma de perceber e interpretar dos educandos. As

Page 168: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

168

capacidades de analisar, discutir, interpretar, esclarecer e questionar são

comportamentos que desenvolvem o “pensar reflexivo”, sem o qual não pode existir

um indivíduo crítico.

Por conseguinte, a crítica feita por Nietzsche a moral, fundamenta-se na

crítica ao tipo de moral constituída por essa instituição e também pela exagerada

valorização de um tipo de homem, substancialmente humilde, sem forças e

impotente. E essa moral escrava surge da inversão da moral aristocrática, pois esta

ética não inclui o tipo de homem doente da moral, criando um obstáculo da

efetivação da moral.

Portanto, baseando-se no pensamento de Nietzsche, sugere-se um ensino que

possibilite o exercício criador do pensamento, assim, o homem pode refletir, mas o

seu papel é de criar, inventar, ou seja, possibilitar um pensamento que seja dado

pela criação. E isso ocorre por um caráter dialógico, não sendo nesse sentido um

saber finalizado e intocável, mas um saber que discute, que questiona, que

problematiza suas próprias concepções, desnaturalizando assim, o pensar.

Os valores instituídos pela moral são interpretações produções do homem,

não são de modo algum existentes em si mesmo, com isso, não são unos e

imutáveis. A moral por ser uma interpretação desenvolvida sobre o real é

contingente, assim sendo o homem a estipular um juízo valorativo, que o faz, com a

intenção de universalizar.

Não pretendemos com esse trabalho, defender ou levantar a bandeira de se

viver sem regras, absolutamente, mas não tomá-la como único caminho possível

para o progresso do homem. Não se pode hipostasiar uma ideia de autonomia, pois

qualquer possibilidade de criar uma moral sem relações de poder, se despindo

completamente dos hábitos da sua cultura, sendo incondicionada, não é possível de

ser pensada, ou seja, colocar-se-ia na mesma senda de ser uma moral absoluta. O

processo educacional não deve ser cristalizado, repleto de padrões que não podem

ser questionados, somente reproduzidos. É necessário a fomentação de homens

pensantes, homens capazes de reformular, de criar.

BIBLIOGRAFIA

Page 169: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

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Page 170: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

170

RECORTES DO PENSAMENTO FILOSÓFICO E DA ARTE PARA

PENSAR UMA CONCEPÇÃO DE EDUCAÇÃO

Sueli Teresinha de Abreu-Bernardes,

REDECENTRO/OBIPD/UNIUBE

Resumo

Esta pesquisa tem como foco o estudo de algumas ideias filosóficas e a análise de

criações artísticas que propalam a busca do sentido do estético, da beleza, do

poético e das relações entre ciência e imaginação. O objetivo é buscar, em alguns

momentos da história, momentos fundadores e tendências de pensamento, além de

expressões de artistas,os quais ofereçam um fio condutor às ideias que

fundamentam uma concepção de educação que considere a imaginação criadora

como complementar na construção do conhecimento, apontando campos conexos ao

ensino de Filosofia da Educação. Recorrer às expressões de sabedoria sobre o existir

do homem e sua busca estética é uma atitude pertinente ao propósito de pensar o

sentido de uma concepção de arte e educação na perspectiva fenomenológica de

Gaston Bachelard, a qual se adere. Esse filósofo propõe uma formação na qual

imaginação criadora e ciência são complementares e a realidade é compreendida de

modo mais integrado. O conceito científico e a poética, unidos pelo devaneio,

Page 171: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

171

impulsionam o homem a um movimento ascensional, numa metamorfose em busca

de sua formação plena. Nos autores com quem se estabelece interlocução se

identifica uma teoria que contribui para responder às questões: qual é o percurso do

pensamento que leva ao ideário formativo de Gaston Bachelard? Como se

relacionam o discurso estético e o discurso científico nessa trajetória? Conclui-se

que a leitura da metafísica do belo em Plotino, da unidade do entendimento e da

imaginação em Novalis e de recortes da estética pré-romântica, abarcando a

cosmogonia poético-científica de Goethe e os princípios de uma educação estética

de Schiller contribuem para melhor compreender o ideário contemporâneo

bachelardiano. Essa estética pré-romântica demarca uma resistência do imaginário

aos ataques do racionalismo e do positivismo, reconhece e descreve um “sexto

sentido” que possui a faculdade de atingir o belo e cria, ao lado da razão e da

percepção costumeira, uma terceira via de conhecimento que privilegia mais a

intuição pela imagem do que a demonstração pela sintaxe. A leitura desses filósofos

e das criações artísticas é um percurso que amplia o alcance da filosofia para pensar

a educação.

Palavras-chave – Formação do sujeito. Fenomenologia bachelardiana. Estética pré-

romântica. Educação. Ensino de filosofia.

Introdução

Ao se revelarem falsos ou imperfeitos e incompletos, os conceitos que se

integram ao paradigma de uma época não despertam o interesse de mais ninguém, a

não ser dos estudiosos da história do pensamento científico. Ao contrário, as

reflexões dos grandes pensadores da humanidade sobre questões fundamentais da

existência humana continuam presentes. A alteridade, a intersubjetividade, a

sociedade, o conhecimento sobre o sentido do homem no mundo permanecem

significativos a todos nós, e nada pode torná-los obsoletos. Recorrer, portanto, às

expressões de sabedoria e de profundidade de pensamento sobre o existir do homem

parece-me uma atitude pertinente ao pesquisar um fio condutor às ideias que

fundamentam uma concepção de educação que considere a imaginação criadora

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172

como complementar na construção do conhecimento.

Para fazê-lo, leio recortes do ideário de alguns pensadores. Valho-me de uma

trajetória pessoal em que apenas alguns autores são lembrados.Escolho na história

momentos fundadores e pessoas, escolas, tendências de pensamento e criações

artísticas. Os autores com quem estabeleço interlocução são escolhidos porque neles

identifico um corpo teórico que contribui para responder às interrogações deste

estudo Considero os escritos dos filósofos e dos artistas que entreteço nessa leitura

como um percurso do pensamento que, na contemporaneidade, deságua em

Bachelard (1884-1962).

E é sob a perspectiva teórica da fenomenologia bachelardianaque busco

respostas às questões: qual é o percurso do pensamento que leva ao ideário

formativo de Bachelard? Como se relacionam o discurso estético e o discurso

científico nessa trajetória?Para respondê-las, foram realizadas leituras em textos

filosóficos e artísticos.

Em cada página lida, anseio estudar a atividade da imaginação criadora;

conhecer “o devaneio meditante, o devaneio que medita sobre a natureza das

coisas”. Porque todos os autores selecionados têm em comum “um espírito poético”,

a consideração de uma “região confusa onde o sonho se alimenta de formas e de

cores reais” (BACHELARD, 1994, p. 26) e em que sínteses oníricas são refletidas

sem subordinar-se à objetividade e ortodoxia do espírito científico, mas enfatizando

o alcance da imaginação criadora.

Puxemos juntos os fios de Ariadne, analisando alguns recortes de uma

pesquisa mais ampla sobre o sentido da arte na formação humana. Para este artigo,

selecionei Plotino (205-270), Georg Philipp Friedrich Freiherr von Hardenberg -

Novalis (1772-1801), William Shakespeare (1564-1616), Johann Wolfgang von

Goethe (1749-1832) e Johann Christoph Friedrich von Schiller (1759-1805), e

chego a Bachelard.

Acerca da beleza inteligível

A concepção de Plotino acerca do Belopermeia e dirige toda a

suametafísica, a ponto de essa serdefinidacomo uma metafísica do belo. Não

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173

compõe, portanto, apenasumtemaentreoutrosversadosemsuafilosofia. A noção da

beleza insere-se nosníveis da realidadeporeledistintos, ou seja, o Uno, o Intelecto e a

Alma, não se limitando assim às áreas artísticas ou a umcampo de expressão

identificado como “Estética”, poisela deve ser alcançada a partir de uma

visãometafísica.

Por esse motivo, a arte em Plotino possui igualmente um sentido

metafísico e é valorizada na medida em que é um dos modos de reconhecimento da

beleza. A beleza transparece na arte porque deriva da forma criada no intelecto do

artista, ela não se oriunda do seu fazer manual, ou seja, o artista nos dá a visão da

beleza porque ele a forma intelectualmente, e não pelos seus méritos de artesão,

quando age ou cria imprimindo-a em seu labor. É o que me levam a pensar as

palavras do mestre de Alexandria:

[...] tentemos ver e dizer a nósmesmos, [...] comoalguém

possacontemplar a beleza do Intelecto e daquelecosmo.

Então, tome comoexemplo, se quiser, duas pedrasque se

encontram emestadobruto uma ao lado da outra, uma

semproporção e desprovida de arte e a outrajá transformada

pelodomínio da arte na estátua de umdeusouainda de

umhomem, [...]. Aquela pedraque atingiu a beleza de uma

formadevida à arte, aparecerá belanãoemrelação ao

seuserpedra[...] maspelaformaque a arte infundiu. Portanto, a

matérianãotinha esta forma, mas esta estava emquem a

pensavajáantes de atingir a pedra; estava no artífice,

nãoenquanto é dotado de olhos e mãos, masporque

participava da arte (PLOTINO, Enéada 5, 8, capítulo 1)

A formaque confere a beleza à matéria encontra-se no homem. A obra

de artenão é imitação do sensível, mas é o desvelamento da essênciaque o artista

possui antes do seugesto de criação. A arte exprime uma belezaideal e porisso o

artista pode apenasesculpirumhomem verdadeiramente virtuoso e assim, belo.

“Fídias não esculpiu seu Zeus a partir de ummodelosensível; ele o imaginou

talcomoele seria, se consentisse emaparecer aos nossosolhos”(PLOTINO, Enéada

V, 8, 1,1. 38). Portanto, a concepçãoartística deve mais à ordem das idéias do que à

realidadesensível.

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174

O tema da estátua está muitopresente na obra de Plotino. Na Enéada V,

6 [1], ele incita o homem a esculpir a almacomosuaprópriaestátua, paratornarvisível

a sua “belezainteligível”. Essas metáforassão compreensíveis emumtempo de

esplendor cultural, comoaqueleemque viveu esse filósofo. A própriaimagem da

escultura de Zeus, já desaparecida a suaépoca, permanece, no entanto,

emdescrições, as quais fazem reviver as metáforasque permitem uma reflexãosobre

a beleza e, maisqueisso, sobrecomo alcançá-la.

Como se apreende a beleza? Pela ascese da alma. Nessa ascese, parte-se dos seres

sensíveis estendendo-se pelas ações virtuosas e chegando à beleza do inteligível.

Como ascender à contemplação das belezas mais elevadas que escapam ao âmbito

da percepção, aquelas que a alma intui e expressa sem nenhum órgão sensitivo?

[..] assim como são incapazes de falar sobre as belezas

sensíveis os que não as viram ou não a perceberam como

belas, [...] da mesma maneira [...] é impossível que fale

sobre o resplendor da virtude aquele que não imagina a

beleza do rosto da justiça ou do domínio racional de si

mesmo; ou aquele que não sabe que nem a estrela da manhã,

nem a da tarde, são tão belas quanto ela. Para contemplar

tudo isto é mister que a alma possua o órgão que tal intuição

requer; porém, quando chega a contemplá-lo não pode

percebê-lo sem ficar maravilhada e arrebatada de admiração

[...] (PLOTINO, Enéada I-6).

Deleitar-se com o belo das coisas sensíveis — como na arte — acolher a

beleza em si mesmo, essas são as condições para se obter a virtude e chegar à beleza

do inteligível, numa metafísica do belo, segundo Plotino. Esse desejo da alma de

integrar-se à beleza inteligível é apresentado como o bem máximo que a alma pode

alcançar. Mas essa contigüidade alma-beleza quer apenas ressaltar que a via que

conduz a alma rumo ao Uno passa, imperiosamente, pela sua realidade inteligível,

que é pura beleza. E para tanto, a alma deve retornar, assim como Ulisses, para a sua

Ítaca — a sua natureza inteligível — numa travessia ao interior de si mesma. E tudo

isso é possível porque o homem tende naturalmente à beleza, há nele um “desejo

amoroso” de “unir-se à beleza inteligível”.

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175

Quando o olhar se aproxima de um modo mais ‘amoroso’ dos escritos de

diversas épocas — expressando uma linguagem de Plotino — percebo que o

pensamento humano na verdade possui várias autorias, e que é preciso também

despertar a visão lúcida para identificar o itinerário da construção de uma idéia.

Assim, a leitura mais atenta ao que o homem pensou, escreveu, criou ao longo da

história, enxerga muitos momentos que se aproximam da mesma temática e, no caso

desta pesquisa, do conhecimento construído sobre os contornos da arte que o

educador precisa compreender. Porém, muitas são as descobertas. É preciso

escolher as que mais estimulam o nosso pensamento e alcançam a nossa

sensibilidade. Por isso, dou agora um salto na cronologia histórica e detenho-me em

Novalis.

O pensar pensante e o pensar poético

“O mundo precisa ser romantizado”, reflete o filósofo Novalis:

Assim reencontra-se o sentido originário. Romantizar nada é

senão uma pontenciação qualitativa. [...] Assim como nós

mesmos somos uma tal série potencial qualitativa. Essa

operação é ainda totalmente desconhecida. Na medida em

que dou ao comum um sentido elevado, ao costumeiro um

aspecto misterioso, ao conhecido a dignidade do

desconhecido, ao finito um brilho infinito, eu o romantizo

(NOVALIS, 2001, fragmento 105, p. 142).

Romantizar é entendido, pois, como outro modo de pensar, em que a razão

auto-reflexiva envolve a imaginação, e assim se liberta da argumentação lógica,

própria da razão instrumental. Os “fragmentos”escritos por Novalis são experiências

de pensamento, e para ele romantizar é pensar poeticamente. A separação entre o

poeta e o pensador é enganosa. A criação poética é uma atividade dúplice de

geração e de entendimento, uma perfeição recíproca de conceito e imagem. Para

Novalis a imaginação une o filosofar e o poetar, e nessa afirmação, entendo a sua

importância: ao possibilitar a interação do poetar pensante e do pensar poético,

engendra todo invento poético, concebe o gênio da poesia e a sua criatividade. Isso

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176

possibilita a autoformação, pois cabe ao homem construir o sentido de sua

existência. “A vida não deve ser um romance dado a nós, mas um romance feito por

nós”, diz Novalis (2001, II, 187, p. 159). O homem-poeta, o que utiliza a

imaginação, conseguirá vivificar o mundo, pois é um artista, e “somente um artista

pode decifrar o sentido da vida” (NOVALIS, 2001, II, 177, p. 157).

Seligmann-Silva (2004, p. 107) comenta essa “unidade do entendimento e da

imaginação”, dizendo que

A filosofia para Novalis só existe enquanto interação [...]

com a poesia. Se o poético é tanto representante do

individual como da visada do todo, o filosófico representa o

momento universal, um não podendo ser sem o outro. [...]. A

faculdade central da poesia, ou seja, a imaginação, e a da

filosofia, o entendimento, também não podem agir

isoladamente: sem a imaginação com o seu trabalho de

esquematização transcendental não há conceitos; do mesmo

modo, sem esses últimos, não há um sentido, um nexo

significante para cada uma das partes.

Essa idéia de completude, o poeta-filósofo a apregoou em várias passagens,

como no fragmento “sem filosofia, imperfeito poeta” (NOVALIS, 2001, II, 29, p.

117). É preciso sair da dicotomia e percorrer o caminho da complementaridade e da

harmonia daquilo que uma razão instrumental acreditava serem contrários: o

filosofar e o poetizar. Novalis afirma também que o universo e a consciência são

uma unidade, não aceitando a contraposição sujeito e objeto, presente na

epistemologia positivista. O instante objetivo da consciência não ocorre sem um

momento subjetivo — “o primeiro passo vem a ser olhar para dentro –

contemplação isolante de nosso eu – Quem se detém aqui só logra metade. O

segundo passo tem de ser um eficaz olhar para fora – observação auto-ativa,

contida, do mundo exterior” (NOVALIS, 1988, 26, p. 51-2). Entretanto, essa

unidade está perdida, esquecida e apenas a interioridade poética pode recuperá-la. A

poesia perfilha um ser como referente ao eu, reconhecendo-o como um ser para a

consciência e não somente como objeto. A realidade do mundo como se nos oferece

é assim uma realidade significativa. O mundo é real, mas sua realidade fala a

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177

linguagem prescrita pela consciência. O processo de compreensão e união com a

existência casual, formador do ser humano, realiza-se graças à imaginação.

O espírito de síntese de Novalis revela-se também no reconhecimento das

densas analogias que unem as ciências entre si, o que o leva a referir-se a “uma

única ciência” no fragmento 16 (2001, p. 114). O seu propósito final é, no entanto, a

defesa da possibilidade de síntese do discurso da ciência e da poesia, pois para ele

“a forma perfeita e acabada das ciências tem de ser poética” (2001, I, 17, p. 14).

Todas as sínteses encontram sua forma de existência, sua base e sua finalidade na

“poesia-arte”.

As expressões pré-românticas

A pluralidade e a diversidade das expressões românticas dificultam uma

conceituaçãoclara e precisa do movimento artístico e filosófico interpretado como

Romantismo. Umolharatento pode identificarque o espírito romântico transcende o

tempohistóricoque comumente lhe é determinado. Criações de Rubens e Rembrandt,

dentre outros, confirmam essa assertiva. Os componentes das obras desses pintores,

comosensibilidade à paisagem, reflexão de tragédiaspessoais, uso de cores

dramáticas e temas melancólicos, prefiguram e influenciam manifestaçõesartísticas

do Romantismo77

.

Penso que, de modoatemporal, a arteexpressa os valores da

sensibilidadequenão estão restritos a umperíodohistórico. A criaçãoartística, além

de seuencantoestético e de seusoutrosvalores, mede o pulso da humanidade, a

pulsão da vida, os latejos do coração e a andança do homem na história. A

Notas: 77

Otto Maria Carpeaux (2005, p. 157)escreve que “o Romantismo surgiu na Alemanha

porvolta de 1800, conquistou logo a Inglaterra e, a partir de 1820, a França; depois, todas

as literaturas européias e americanas”. Essa cronologia corrobora a afirmação de Gerd

Bornheim (2005, p. 76) paraquem “o Romantismo é [...] ummovimento cultural, inserido

emumdeterminadomomento da história”, e não se pode ignorarissoemdetrimento de

análises psicológicas e antropológicas de uma atitude romântica. Como se nota, a

delimitação assimcomo a conceituação do Romantismo apresenta controvérsias. Pensoque

as categorias dessa abordagemsão duas — a psicológica, que diz respeito à sensibilidade,

e a histórica, referente a ummovimentodatado.

Page 178: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

178

arteapresenta uma regiãoonde o tempodeixa de serapenas a ocorrênciapassada, a

iminência do presente. Elame remete à ucronia, ondeeu possa tantodegustar o quejá

foi e não é mais; a ocorrência do presente e o que espero na minha imaginação

(ABREU-BERNARDES, 2011, p. 140).

Anatol Rosenfeld (2005, p. 267-268) lembra que Shakespeare é o modelo, o grande

inspirador não apenas da literatura romântica, como também da pintura e da música

desse movimento. Há o império da imaginação com um enredo inesperado em

todas as obras do autor. Distinguem-se no mestreinglês os elementos de uma

novavisãoestética, poissuadramaturgia revela uma explosãosubjetiva e espontânea,

uma efusão de paixões, uma exaltaçãodionisíaca sobrepondo-se a uma

perfeiçãoobjetiva, ao equilíbrio e à harmonia. A leitura da obrapoéticanão é apenas

uma leitura da sensibilidade, mas é igualmente a apreensão da realidade de

umsentimento, de uma relaçãoamorosa.

Se para o classicismo e o iluminismo, a razão, a teoria, a história, a tradição

e a convenção restringem o gênio artístico, ao contrário, segundo Hauser (1995, p.

616), os pré-românticos retiram o artista do aviltamento da existência cotidiana e o

elevam a um mundo de sonhos totalmente livre. Nesse mundo, seus sentimentos

possuem maior poder do que as suas experiências sensoriais.

Por esses aspectos, não poderia compreender as idéias românticas sem me

aproximar também dos que foram, talvez, os mais reconhecidos pré-românticos que

influenciaram a cosmovisão do pensamento europeu: Goethe e Schiller.

O Goethe cientista parte de uma visão de totalidade da natureza e sua relação

com o homem. Essa concepção fundamenta-se numa perspectiva panteísta, ou seja,

cada ser possui uma essência divina. Desse paradigma, decorre uma recusa à

destruição do meio ambiente, ao uso indiscriminado dos recursos naturais e à

instrumentalização do saber científico para fins de acumulação de capital. Mas

Goethe vai além. Da apreensão da harmonia entre homem e natureza, o poeta

alemão considera que existe uma confluência, uma identidade, entre as leis da

natureza e as leis da arte. A essa afirmação, assim como a toda sua obra científica,

houve um estranhamento de seus contemporâneos. Questionava-se a dedicação a

temas considerados não-poéticos, a recusa a viver a especialização de saberes e

Page 179: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

179

atividades, já patente na época, e a insistência em enxergar a arte e a natureza em

mundos e esferas apartados (KESTLER, 2007, p. 41). Assim, o poeta filósofo

antecipa todo o movimento atual em direção a um pensar holístico e

transdisciplinar.

Na mundividência goetheana efetua-se a superação da distinção cartesiana

corpo-espírito, pois para Goethe o espírito está realmente presente na matéria. A

afirmação conseqüente é pensar ciência e poesia como uma totalidade. É na unidade

entre sujeito e objeto e no desenvolvimento de todas as capacidades humanas que se

fundam a intenção da obra poética e da obra científica desse autor. Sensibilidade e

razão se integram para compreender o mundo, como escreve o próprio poeta.

Quem não está convencido de que todas as manifestações da

essência humana, a sensibilidade e a razão, a intuição e o

entendimento, devem ser desenvolvidas para se tornarem

uma decisiva unidade, independentemente de quais destas

qualidades se tornem predominantes em cada um[...]. Assim,

um homem nascido e formado para as assim chamadas

ciências exatas, quando estiver no ápice de sua razão-

entendimento, não compreenderá facilmente que pode haver

também uma fantasiasensível exata, sem a qual a arte é

impensável (GOETHE, 1998, p. 42 apud KESTLER, 2007,

p. 12).

Segundo a análise que Rudolf Steiner (1994, p. 18-20) faz da obra de

Goethe, é significativo que há tempos os filósofos estejam empenhados em

encontrar a forma de expressão científica mais digna de modo que, na obra

artística, espírito e natureza, idealidade e realidade se fundam. Ou mais ainda, em

que ciência e arte se conciliem. A obra científica de Goethe é uma cosmogonia

poético-científica na qual homem e natureza, sujeito e objeto, não estão separados.

Ao contrário, interagem e existem uns através dos outros. Do mesmo modo, sua

obra poética só pode ser avaliada e interpretada à luz de sua visão da harmonia

entre homem e natureza.

Observo como Goethe (2002, p. 107) inspira-se na natureza e vive esse

instante poético tal como posteriormente os românticos o fizeram:

Page 180: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

180

Conheces a região do laranjal florido?

Ardem, na escura fronde, em brasa os pomos de ouro,

No céu azul perpassa a brisa num gemido,

A murta nem se move e nem palpita o louro...

Não a conheces tu? Pois lá... bem longe, além,

Quisera ir-me contigo, ó meu querido bem! [...]

(Mignon, III, 1783)

Um “bemlonge, além” que aponta paraumlugaremprincípioparadisíaco,

irreal, onde os pomosdourados brilham na escuridão. O ideal está “lá”. Um

melancólico desamparopermeia os versos. Essas e outras características tornam

plausível a compreensão do porquê os franceses sempre incluíram Goethe entre os

românticos, Ao contrário dos alemães que o identificam como o maior classicista78

.

A visão integradora de Goethe foi partilhada por Schiller, também ele

filósofo e poeta, além de seu interlocutor. Um recorte da Carta VI, Sobre a

educação estética do homem, expressa a cosmovisão partilhada entre os dois

escritores. Notemos a linguagem apaixonada e emocional de Schiller, de profundas

raízes subjetivas, pessoais, peculiar aos dramaturgos românticos que ele

influenciaria. Ao fazer o elogio da concepção da antiguidade grega, ele expressa a

sua visão de totalidade que, no caso, refere-se ao intelecto e à sensibilidade:

Naqueles dias do belo acordar das forças espirituais, os

sentidos e o espírito não tinham, com rigor, domínios

separados; a discórdia não havia incitado ainda a divisão

belicosa e a determinação de fronteiras. A poesia não

cortejara o artifício, nem a especulação se rebaixara pelo

sofisma. Poderiam trocar, se necessário, os seus misteres,

pois as duas, cada qual a seu modo, honravam a verdade.

Por mais alto que a razão subisse, arrastava sempre consigo,

amorosa, a matéria, e por finas e nítidas que fossem as suas

distinções, nada ela mutilava. [...] Enquanto aqui a luxuriosa

imaginação devasta as penosas plantações do entendimento,

mais além o espírito de abstração extingue o fogo ao pé do

qual se poderia aquecer o coração e acender a fantasia

(SCHILLER 1963, p. 46).

78

Otto Carpeaux (2005, p. 157) faz uma afirmação conciliadora: “o subjetivismo de Goethe

é romântico, massuaforma de expressão é indubitavelmente clássica”.

Page 181: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

181

Aqui ele critica e lamenta a separação entre razão e sensibilidade. Para

ele a “natureza grega” assumiu todos os atrativos da arte e toda a distinção da

sabedoria, o que lhe possibilitava aproximar-se da verdade. Sem a imaginação que

sonha, que fantasia, o conhecimento resta incompleto. Ou seja, só o entendimento

que a razão possibilita não é capaz de dar ao homem moderno a compreensão do

mundo, pois a especulação impõe fronteiras, divisões, perde-se a harmonia do todo

e a unidade interior da natureza humana que os antigos gregos souberam alcançar.

A imaginação enclausurada impede o homem de alcançar a nitidez do

conhecimento.

Com igual propósito, Schiller procura anunciar a mesma idéia em um

poema, “Os deuses da Grécia”(2007, p. 1), escrito em 1788. Nele, o poeta utiliza as

formas comuns que o entendimento especulativo e o intuitivo usam para expressar

o conhecimento oriundo da razão e da fantasia, o qual lamenta não mais existirem.

Nesse poema,existe alusão à decadência da modernidade em que o

indivíduo se distancia da natureza e se torna fragmentário, destituído de uma noção

de totalidade referente à relação entre a natureza e a cultura. Esse declínio revela-se

de modo mais evidente pela comparação com a civilização grega, que é entendida

como o estágio mais alto da realização humana, no qual a cultura e a natureza

viviam em consonância. Penso que o lamento de Schiller não se baseia numa visão

nostálgica da antiguidade helênica, mas deseja ser uma reflexão crítica sobre o

ideal de harmonia a ser procurado em seu tempo. Nesse aspecto, a “educação

estética” tornaria plausível a orientação do homem moderno rumo a esse ideal

grego de perfeição.

Pelo exposto, há duas séries de conceitos em oposição — forma dialética

adotada nas “Cartas”. De um lado, razão, intelecto, espírito; de outro, sentidos,

sensibilidade, emoção. Entretanto, não há apenas tensão, conflito, mas uma busca

de conciliação, de retorno a uma totalidade perdida. Schiller busca explicações para

essa dicotomia entre razão e sentimentos. Na mesma carta ele diz: “por que seria

capaz o indivíduo grego de representar seu tempo, e por que não pode ousá-lo o

indivíduo moderno?” Ao que ele próprio responde: “porque aquele recebia suas

formas da natureza, que tudo une, enquanto este as recebe da razão, que tudo

Page 182: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

182

separa” (SCHILLER, 1963, Carta VI, p. 47). O olhar para o mundo apenas com a

visão do intelecto é que faz o homem perder a dimensão que completaria o seu

entendimento. A harmonia original somente poderá ser re-encontrada na busca da

“segunda inocência”, pois a ingenuidade original grega é uma constatação

nostálgica perdida79

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CARPEAUX, O. M.. Prosa e ficção do Romantismo. In: GUINSBURG, J. O Romantismo.

São Paulo: Perspectiva, 2005.

79

Ingenuidade no sentido de atitude espontânea do período da consciência pré-reflexiva

grega em que havia uma unidade inseparável entre homem e natureza. Desse modo, a arte

só constituía, para esse povo ingênuo, uma extensão do viver e atuar dentro da natureza.

Page 183: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

183

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O ENSINO DA FILOSOFIA NO SÉCULO XII: considerações

sobre o conflito a respeito do uso da dialética

PIZOLI, Rita de Cássia80

OLIVEIRA, Terezinha

.

RESUMO

Este trabalho apresentará alguns aspectos do pensamento de Bernardo de Claraval (1090-

1153) a respeito do uso da dialética no ensino de filosofia nos mosteiros no século XII.

80

Discente do Programa de Doutorado em Educação, linha História e Historiografia da Educação, da

Universidade Estadual de Maringá/PR. Trabalho financiado pela Fundação Araucária sob a orientação da

Prof. Dr. Terezinha Oliveira. Grupo de Pesquisa Transformação social e Educação na Antiguidade e Medievo.

Professora do Colegiado de Pedagogia da Universidade Estadual do Paraná, campus de Paranavaí,

UNESPAR/FAFIPA.

Page 185: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

185

Essa reflexão faz parte da pesquisa de doutorado em andamento sobre História da Educação

Medieval. À luz da história social, na primeira parte, apresenta as estruturas feudais do

século XII, relacionando o contexto mais amplo marcado pelo renascimento citadino com a

proposta de reforma monacal cisterciense que encaminhou a Igreja para um momento

importante frente ao poder temporal, com o papa Inocêncio III (1198-1216). Em seguida,

expõe as características da formação filosófica/teológica dada nas escolas monacais e nas

escolas catedrais da França com ênfase no conflito em torno do uso da dialética. Apresenta

os principais aspectos do pensamento de Bernardo de Claraval a respeito das diretrizes a

serem seguidas na formação filosófica dos monges e faz uma relação com a proposta de

Pedro Abelardo, que foi criticado por usar a dialética de forma incorreta na interpretação de

temas doutrinais. Esse estudo encontra justificativa na necessidade atual de reflexão a

respeito de temas filosóficos com base no estudo dos clássicos. O ensino da Filosofia da

Educação tem poucos trabalhos que explicam o método escolástico utilizado nos mosteiros

medievais e esse tema é importante para esclarecer a estrutura do ensino filosófico dessas

instituições que foram, por um grande período de tempo, as únicas instituições incumbidas

do ensino formal no ocidente medieval. A análise do conflito entre Bernardo de Claraval e

Pedro Abelardo fornece elementos para a compreensão da forma como o conhecimento era

entendido e praticado pelos homens no período precedente à chegada dos escritos

aristotélicos no ocidente medieval. Os resultados mostram que Bernardo de Claraval,

representante da tradição monacal defende o uso da dialética apenas para assuntos

concernentes às artes liberais. Para a interpretação das Sagradas Escrituras indica o uso da

lectio divina e do cultivo da humildade e simplicidade. Para ele, a curiosidade leva à

vaidade, algo condenável para um cristão. Nesse sentido, a postura especulativa de Pedro

Abelardo é condenada por ele, não porque este busca a ciência, mas porque aplica a

dialética a temas doutrinais que não devem ser analisados fora das orientações tradicionais

do monacato para a formação intelectual.

Palavras-chave: Filosofia da Educação. Idade Média. Teologia monástica. Bernardo de

Claraval. Pedro Abelardo.

1.INTRODUÇÃO

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186

Este trabalho objetiva refletir a respeito do ensino da filosofia no século XII e parte

da concepção de ensino da perspectiva da escola monacal, especialmente por meio do

pensamento de Bernardo de Claraval (1090-1153). Esse monge cisterciense defende o

princípio monacal tradicional de utilizar a dialética apenas como recurso para o estudo

precursor das Sagradas Escrituras, ou seja, a dialética é entendida como uma disciplina do

trivium, ao lado da gramática e retórica. Essas disciplinas fazem parte da formação inicial

do monge que necessita da aprendizagem da leitura e da escrita, bem como da filosofia e da

“arte de bem falar” para exercitar seu ofício principal: meditação e lectio divina a partir dos

textos das Sagradas Escrituras.

Porém, no século XII, essa perspectiva de formação se amplia porque ocorrem

mudanças no contexto social, as escolas catedrais ganham maior importância e esses fatores

repercutem na forma de ensino das escolas monacais. Essas alterações sociais provocam

conflitos com relação ao método de ensino da filosofia que se volta mais para o uso da

dialética. Pedro Abelardo é um intelectual que promove novidades no uso e no ensino dessa

disciplina reunindo vários discípulos ao seu redor, o que causa estranhamento aos

representantes tradicionais da monástica, como é o caso de Bernardo de Claraval, líder da

ordem de Cister, importante movimento de reforma beneditina desse período.

O entendimento desse conflito fornece uma reflexão a respeito da base da filosofia

medieval e das tensões que envolveram o reencontro com os textos aristotélicos no século

XII e XIII. Por este motivo, dividimos esse trabalho em duas partes, a primeira tratando dos

fatores mais amplos que envolviam a sociedade cristã européia desse período e a segunda

os aspectos específicos do ensino da filosofia e da dialética na escola catedral de Paris e na

escola monacal de Cister.

2.ALGUNS ASPECTOS DO CONTEXTO SOCIAL DO SÉCULO XII

Entre o ruído provocado pelo renascimento urbano e a solidão dos mosteiros, que se

expandiam pelo espaço rural, em plena reforma eclesiástica – a reforma gregoriana-, se

produziam obras importantes, que interpretavam as questões cotidianas e encaminhavam

direcionamentos para as ações religiosas, políticas, sociais e educacionais do ocidente cristão

medieval. No primeiro espaço, foram escritas as obras de Pedro Abelardo, na escola catedral

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187

de Notre-Dame, que se tornou a primeira universidade a seguir o modelo de faculdade de

artes e uma de teologia, em 1214, chamada então de Universidade de Paris. No segundo, as

obras de Bernardo, abade do mosteiro cisterciense de Claraval.

Bernardo nasceu em 1090, num castelo localizado em Fontaines, um pequeno

ducado da Borgonha, a poucos quilômetros de Dijon. Filho de Tescelino e Aletta, ambos

filhos de vassalos do duque da Borgonha, Eude I. Sua formação escolar foi baseada no

trivium, com ênfase na retórica e gramática. Com vinte e três anos, decidiu tornar-se monge

numa ordem austera, Citeaux, desejosa de viver valores próximos à vida monacal primitiva e

à regra beneditina. Reuniu outros jovens para juntar-se a ele formando uma comunidade

religiosa em Claraval, que em pouco tempo se tornou a ordem com maior número de casas

em sua época. Bernardo tornou-se o abade geral da ordem de Cister e escreveu uma vasta

obra. Seus sermões, cartas e tratados enfatizavam a necessidade da contemplação e da

oração, numa tentativa de direcionar toda a sociedade aos valores do monacato.

Pedro Abelardo ensinava na Escola Catedral de Notre-Dame. Suas aulas, repletas de

provocações à dúvida e à reflexão argumentativa baseada na dialética, incitavam os

estudantes a discutirem e refletirem sobre as questões da religião e, consequentemente, sobre

as demais questões postas pela sociedade naquele momento. De acordo com Costa (2012),

um confronto entre esses dois intelectuais se deu por meio do amigo monge beneditino de

Reims e abade de SaintThierry (1075-1148). Este leu duas obras de Abelardo, por volta de

1138, a Theologia christiana (1123-1124) e a Introductio ad theologiam (1124/25-1136).

Encontrando nesses textos afirmações que desviavam as verdades da doutrina, Guilherme

avisou Bernardo e este pediu para que Abelardo corrigisse os erros. Insistindo em suas

reflexões, Pedro Abelardo teve seus livros condenados pelo Concílio de Sens em 1140.

Esses dois intelectuais viveram um conflito importante do ponto de vista do ensino

da filosofia. Não nos interessa, aqui, fazermos juízo de valor sobre o posicionamento tomado

por cada um, mas entender as raízes e consequências de tais posturas, pois, interessa-nos

saber qual era a essência do ensino da filosofia no século XII nas escolas monacais e

catedrais, suas diferenças e implicações para a alterações em sua base teológica ocorrida no

século XIII com a leitura das obras aristotélicas. Antes disso, consideramos alguns aspectos

do contexto social desse período.

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188

O século XII, para Jacques Le Goff (1992), foi um período de ressurgimento das

cidades e do comércio e essas mudanças alteraram de maneira significativa as relações

sociais no mundo medievo. Para Le Goff (1984), as cidades marcam essa alteração, e com

elas e o comércio a figura do intelectual apareceu como intérprete de todas essas mudanças.

O intelectual era um homem de ofício que tinha no ensino seu trabalho. As universidades

resultaram, no século seguinte, da aplicação do modelo de corporações de ofício ao campo

da educação. A atuação dos intelectuais nas cidades foram muito importantes para o

desenvolvimento econômico, jurídico e social e a igreja não estava alheia a essas

necessidades, tanto que coordenava e mantinha alianças com o poder secular para manter o

ensino nas universidades.

Acentuamos que esse período também apresentava uma grande complexidade com

relação à religião. Gregório VII acabava de consolidar um novo impulso à vitalidade cristã

reforçando o poder eclesiástico, na chamada reforma gregoriana. Urbano II havia

convocado uma cruzada para recuperar Jerusalém e um grande vigor impulsionava a

expansão da cristandade e das fronteiras comerciais. Por toda parte surgiam movimentos de

opinião que se opunham à hierarquia e eram chamadas de heresias, no fundo anunciavam a

pureza de costumes que só seriam possíveis longe da autoridade da Igreja constituída. Os

eremitas abandonavam os mosteiros para viver de forma radical a vida religiosa,

procurando imitar a vida dos Padres do Deserto. Os cistercienses se diferenciaram dos

monges beneditinos de Cluny, procurando seguir uma vida mais parecida com os

beneditinos do século V, usavam hábitos de algodão cru, cultivavam a terra e diminuíram o

trabalho litúrgico. De acordo com Vauchez (1995), a partir de meados do século XI, esses

movimentos foram impulsionados pelo desejo de volta às origens:

Em resumo, todas as experiências religiosas desse tempo foram

marcadas pela vontade de voltar à pureza original do cristianismo.

O ideal da Ecclesiae primitivae forma se tornou a referência

obrigatória da nova espiritualidade que, de maneira aparentemente

paradoxal, procurava, em uma fidelidade intensificada no

testemunho dos apóstolos e na mensagem evangélica, a resposta

para os problemas levantados por uma sociedade em mutação.

(VAUCHEZ, 1995, p.71).

Page 189: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

189

Embora houvesse semelhanças na espiritualidade dos movimentos religiosos, a

ordem de Cister, ao contrário do movimento considerado herético, fortaleceu a hierarquia

da Igreja e influenciou em suas decisões. É o caso de Bernardo de Claraval que foi

diretamente conselheiro do Papa Eugenio III (1145-1153).

3. ESCOLAS CATEDRAIS E ESCOLAS MONACAIS: O ENSINO DA DIALÉTICA

Verger (2001) afirma que, no decorrer do século XII houve uma diminuição na

importância das escolas monásticas e um aumento das escolas urbanas. Com o

renascimento das cidades e aumento do comércio, houve uma efervescência cultural que

levou ao surgimento e consolidação de várias instituições escolares. Nunes (1979) distingue

nas cidades, as escolas episcopais, que funcionavam anexas às catedrais e eram dirigidas

pelos bispos ou cônegos regulares a fim de proporcionar a formação dos novos padres; as

paroquiais, dirigidas pelos padres diocesanos e as escolas dirigidas pelos mestres agregados

“[...] que eram simples clérigos – não recebiam ordens sacras, mas só a tonsura, sinal de sua

inclusão no serviço da igreja (NUNES, 1979, p.194)” e lecionavam por meio da licentia

docendi, isto é, a permissão oficial para ensinar dada pelo chanceler do bispado, o

scholasticus. As escolas episcopais mais notáveis eram a de Laon com o ensino de teologia,

a Escola de Notre-Dame de Paris, Angers, Auxerre e Cantuária (NUNES, 1979, p.196).

Verger (2001) comenta a importância das escolas canonicais citando o exemplo dos

cônegos de Saint-Victor. Os vitorinos eram cônegos regulares e mesclavam vida monacal

com ação pastoral. Ensinavam no mosteiro e sua escola se tornou um importante centro de

ensino de artes liberais. Um desses cônegos, Guilherme de Champeaux, ensinou dialética

em Notre-Dame, onde depois lecionou Pedro Abelardo.

Outro importante centro de ensino foi a Escola Episcopal de Chartres, considerada

como centro científico do período, onde se ensinava mais o quadrivium e o “[...] espírito de

curiosidade, de observação, de investigação que, alimentado pela ciência greco-árabe

brilhará”. (LE GOFF, 1984, p.52).

A intensificação das relações citadinas requeria a aprendizagem de novos saberes,

como os conhecimentos da economia, ciência, matemática, bem como a reafirmação dos

Page 190: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

190

valores sociais e morais necessários para a boa convivência na cidade. Essa necessidade era

clara na busca que os estudantes faziam pelo território da Europa medieval à procura das

aulas ministradas pelos mestres independentes. Podemos citar como exemplo João de

Salisbury e Pedro Abelardo que passaram por várias cidades estudando as mais diversas

disciplinas.

[...] O estudo elementar das artes, vinculado às escolas monásticas,

diminui com estas, novas escolas são fundadas fora dos claustros em volta

de mestres célebres - um fenômeno que já havia começado no século

anterior (lembre-se Gerbert d'Aurillac e Fulbert de Chartres ) - e

especializam-se de acordo com os talentos e inclinações dos professores,

que ensinavam uma nova população, mais autônoma em relação às

instituições eclesiásticas, pertencente à nascente burguesia das cidades.

(NARDI, 1956, p.295, tradução nossa).81

De acordo com o autor, essa oportunidade de estudo nas cidades, com os mestres

autônomos diminuiu a permanência dos jovens nas escolas monacais e provocou alterações

na maneira de ensinar e até mesmo no próprio currículo da teologia e filosofia. Nesse texto

nos prenderemos às alterações ocorridas no estudo e ensino da dialética, uma das

disciplinas do trivium que, aplicada aos textos sagrados, provocou um conflito entre os

monges e os clérigos.

De acordo com Leclercq (1989) desde o século IX havia cooperação entre as escolas

monacais e as escolas catedrais havendo um intercâmbio de alunos para complementarem

sua formação intelectual e contemplativa. Porém, no século XII as diferenças foram

marcantes entre essas duas instituições, a primeira marcada pelo exercício da contemplação

e a segunda pelo estudo das artes liberais.

Por aceitar apenas vocações adultas no claustro, a escola monacal deixou de

funcionar entre os cistercienses e as escolas catedrais urbanas passaram a atender um maior

número de estudantes que desejavam aprender as artes liberais. O currículo das escolas

catedrais, segundo Verger (1994) passou a dar maior ênfase na dialética - também chamada

de lógica, “[...] a arte do raciocínio justo que permite discernir, unicamente pelos recursos

81

[...] l’elementare studio delle arti, legato alle scuole monastiche, decade com queste; nuove scuole si

fondano fuori dei chiostri intorno a celebrati maestri – fenomeno già iniziato nel secolo precedente (basti

ricordare Gerberto d’Aurillac e Fulberto di Chartres) – e si specializzano secondo il talento e le inclinazioni

dei docenti, che insegnavano innanzi ad una nuova popolazione scolastica, più autonoma rispetto alle

istituzioni ecclesiastiche, reclutata tra la nascente borghesia cittatina.

Page 191: EJE 1: LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO DISCIPLINA

191

da linguagem, o verdadeiro e o falso (VERGER,1994, p.62)”. Essa disciplina do trivium, e

outras do quadrivium, eram ensinadas neste período de desenvolvimento das artes e dos

ofícios. Bernardo, não havia estudado essas disciplinas em sua adolescência e juventude.

Na escola de Châtillon-sur-Siene, a ênfase dos estudos foi na retórica e na gramática, tendo

como objetivo central, a compreensão das Escrituras Sagradas, na linha agostiniana, por

isso suas obras são marcadas pela beleza estética da escrita e na argumentação patrística.

Essa diferença de formação e escolha pelo monastério e pelo caminho místico, não opunha,

no entanto, Bernardo aos progressos intelectuais das escolas urbanas. Segundo Duby (1990,

p.132) ele “[...] jamais atacou a escola de Chartres, que não tinha nada contra os filósofos

antigos, nem contra a razão [...] nem contra o raciocínio: ele louva o de Santo Anselmo que

havia se desenvolvido num mosteiro”. Entre a escola urbana e o mosteiro não havia

nenhuma barreira, desde que os exercícios da razão e da lógica levassem o coração a abrir-

se melhor ao amor de Deus.

Leclercq (2002) explica em seu livro Cultura umanistica e desiderio di Dio que o

ensino tradicional da monástica passava obrigatoriamente pela aprendizagem do trivium,

pois os monges teriam que desenvolver a capacidade da meditação, uma função psíquica

muito complexa para analfabetos. Não que não havia monges analfabetos, mas o estudo era

estimulado. Para aprenderem a ler e a escrever utilizavam textos greco-latinos, o que

proporcionou o acesso à cultura clássica aos monges, gerando inúmeras obras de teologia

no decorrer do período medieval. Esse estudo fornecia uma base para a introdução à leitura

e interpretação das Sagradas Escrituras. Logo, o objetivo final da formação monacal era a

compreensão do texto sagrado, instrumento necessário para o exercício da contemplação,

capacidade máxima de conhecimento a que se poderia chegar. Nesse estágio não era

necessário aplicar o método da dialética ao texto da Sacra Página, pois se tratava de um

conhecimento livre de contradições filosóficas. Foi nesse ponto que Pedro Abelardo

suscitou controvérsias, aplicando o método dialético às Sagradas Escrituras, o que gerou

um conflito no campo da doutrina cristã. A mudança da base agostiniana para a aristotélica

alterou profundamente a maneira de se entender e ensinar filosofia e teologia e mexeu com

a própria concepção de conhecimento. Pedro Abelardo tinha acesso apenas à Introdução da

Lógica de Aristóteles, mas, com base nesse escrito escreveu a respeito de um tema

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192

doutrinal complexo, a Trindade. Segundo Verger (2001), tentando afirmar os direitos da

razão nos domínios da fé. Nas palavras de Abelardo:

Nem a autoridade dos santos, nem a dos filósofos pode refutar argumentos

inoportunos, a menos que façamos uma oposição com raciocínios

humanos aos que se deixam levar por raciocínios humanos; é por isso que

decidimos responder aos loucos [os “pseudo-dialéticos”] seguindo sua

loucura e quebrar seus assaltos usando as mesmas artes com as quais eles

nos assediam [...]. Nós voltaremos a espada da dialética contra aqueles

que querem utilizá-la para atacar nossa simplicidade [...] Não

prometemos, certamente, ensinar sobre isso [i.e. o mistério da Trindade] a

verdade que, por certo, não pode ser conhecida nem por nós nem por

nenhum dos mortais – mas ao menos teremos a satisfação de oferecer

alguma coisa que seja verossímel, próxima da razão humana sem ser

contrária à Escritura [...]. Tudo o que exporemos a respeito desta alta

filosofia, afirmamos que é uma sombra, e não a verdade; uma espécie de

analogia, não a coisa em si. O que é verdadeiro, o Senhor o sabe; o que é

verossímel e mais conforme com os raciocínios filosóficos pelos quais nos

atacam, eu penso que vou dizê-lo. (PEDRO ABELARDO apud

VERGER, 2001, p.125).

Neste trecho percebemos que Pedro Abelardo é muito cuidadoso ao utilizar os

recursos da dialética ao conteúdo doutrinal, porém, acredita que as técnicas da “disputa”

pode levar o conhecimento das verdades da fé mais próxima à razão, sem contudo, renegá-

la. Nesse sentido, Bernardo de Claraval se posiciona radicalmente contra o uso da dialética

no conteúdo da fé, pois, para ele, seguindo a tradição agostiniana, essa postura seria

vaidade e orgulho. Na formação monacal, o cultivo da humildade intelectual era central.

Isso não significava que o monge não estudava, ao contrário, porém, os estudos das

Sagradas Escrituras deveriam ser feitos com base na interpretação da patrística, sem a

utilização da dialética. Na obra Humanismo e Cultura monástica, Jean Leclercq (1989)

explica que a formação do monge era feita em duas partes, a primeira constituída pelo

ensino do da gramática, a literatura, a retórica e o conteúdo filosófico da antiguidade

clássica (lógica, filosofia e dialética), compilados por autores cristãos como Gregório

Magno, Isidoro de Sevilha, entre outros. Só depois estudavam as Sagradas Escrituras e as

obras Patrísticas.

[...] o estudo dos autores pagãos era necessário para os monges e ao

mesmo tempo perigoso; necessário como instrumento para aprender a

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193

língua cristã de seu tempo, que era o latim; perigoso para a sua fé e para

os seus costumes. [...] A sedução era sentida de maneira muito forte no

campo da moral. Nós não lemos com frequência Plauto, Ovídio, Terêncio

nem entendemos o que essa leitura poderia causar na imaginação dos

homens na qual essa leitura se fazia viva, especialmente nos adolescentes

ou nos copistas. O estudo tornava existencial o conflito entre literatura e

vida espiritual: era uma questão de pureza de coração e de corpo. Não era

uma atitude especulativa, que pretendia ser objetiva com relação às coisas

terrenas. [...] diante da literatura profana, seja durante os estudos

preparatórios, seja depois, o estudo põe em jogo a vida monástica

(LECLERCQ, 1989, p.58-60, tradução nossa). 82

Esse excerto põe em evidência o conflito que a monástica enfrentou por todo o

medievo. O conteúdo da literatura humanística antiga era necessária na formação do

monge, por outro lado, seu conteúdo poderia pôr em risco sua própria existência. Essa era a

diferença principal no ensino da filosofia nas escolas catedrais e monacais. Enquanto nas

primeiras, as mudanças eram aceitas tranquilamente, nos mosteiros, não eram aceitas, pois,

tradicionalmente colocariam em risco sua própria continuidade. Leclercq (2002) explica

bem esse conflito:

Assim, tanto no claustro como na escola, se procura a “inteligência da fé”,

mas essa não é exatamente a mesma nos dois ambientes, nem é obtida

com o mesmo método. [...] em ambos os casos, se trata de uma atividade

teologal. O procedimento intelectivo não pode ser essencialmente diverso,

tanto uma como a outra utilizam a dialética. Mas o contexto psicológico é

diferente. O abuso da dialética gera uma forma de curiosidade que os

monges evitam: essa parece contrária a humildade que é fundamento

beneditino da vida monástica. Os monges amam citar a palavra de S.

Paulo: Scientia inflat. A esta ciência vã, opunham a “simplicidade”, que

não causa enganos (LECLERCQ, 2002, p.269, tradução nossa).83

82

[...] lo studio degli autori profani era necessario per i monaci e al tempo stesso periculoso; necessario come

strumento per imparare la língua cristiana del loro tempo, che era Il latino; periculoso per la loro fede e per i

loro costumi.[...] La seduzione era sentita in modo più forte e immediato nel campo della morale. Noi non

leggiamo più con molta frequenza Plauto, Ovidio, Terenzio e facciamo fatica a immaginare il turbamento che

essi potevano provocare nell’imagionazione di uomini nei quali questa era viva, sopratutto negli adolescenti o

anche nei copisti.[...]il carattere concreto, reale, per così dire esistenziale che rivestiva il conflitto tra

litteratura e vita spirituale provocato dagli studi: era una questione di purezza del cuore e del corpo. Non si

trattava di un atteggiamento speculativo, che pretendeva di essere oggettivo, nei confronti delle realtà profane.

[...] anche di fronte alla litteratura profana, sai durante gli studi preparatori sia in seguito, egli mette in gioco

la sua vita monastica [...] 83

Così da una parte e dall’altra, nel chiostro e nella scuola, si cerca “l’intelligenza della fede”; ma essa non è

esattamente la stessa nei due ambienti, né è ottenuta con mezzi del tutto simili.[...] in entrambi i casi, si tratta

di un’attività teologale. E il procedimento dell’intelligenza non può essere essenzialmente diverso; essa fa

appello da una parte e dll’altra, alla dialettica. Ma il contesto psicologico è diverso. L’abuso della dialettica

genera una forma di curiosità che i monaci rifiutano: essa appare loro contraria a quell’umiltà di cui S.

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194

O confonto entre humildade e curiosidade diante da ciência é bem acentuado no

pensamento de Bernardo de Claraval, pois, ele insiste na permanência da humildade, no

sentido tradicional e, por este motivo, se posiciona contra qualquer intelectual que entenda

o contrário. Ele não é contra a ciência, mas entende que seus domínios devem ser

submetidos pela razão. A humildade é a primeira atitude que o monge deve ter diante do

conhecimento, pois, a curiosidade, ao contrário, leva à vaidade e distancia o intelecto da

verdade. Bernardo comenta sobre a vaidade que pode nascer naqueles filósofos que

esquecem a obediência ao conteúdo da doutrina e das Sagradas Escrituras neste trecho dos

Sermões dos Cânticos dos Cânticos:

É verdade que ouvimos alguma vez alguém que professa a religião se

vangloriar descaradamente de suas culpas passadas, como se houvesse

sustentado uma luta ou ter vencido seus opositores em alguma disputa

famosa ou coisas semelhantes, que a vaidade do mundo estima muito,

embora sejam muito nocivas, prejudiciais e perigosas para a salvação da

alma. Com esta linguagem demonstram ter o espírito do século, a roupa

humilde que vestem não provam a renovação do seu viver, sendo apenas

uma capa que cobre seus antigos desarranjos. (BERNARDO DE

CLARAVAL, SC,16, 9, 1955, p.99, tradução nossa).84

Não há uma postura contrária à ciência por parte de Bernardo, mas um repúdio

àqueles que a buscam como fim último. Para ele, o conhecimento só é pleno quando a

pessoa, além dele, possui a sabedoria, ou seja, o sentimento que faz a sua mente plena de

desejo e disposição para executar ações sábias. Essa sabedoria nasce do temor de Deus, ou

seja, da união, por meio do amor, àquele que é fonte de todo conhecimento. Sem a

sabedoria que vem do temor de Deus, os homens podem ser eruditos, mas não sábios.

Nesse sentido, Bernardo defende o elemento essencial do monaquismo, o de que o

Benedetto aveva fatto il fondamento della vita monastica. I monaci amano citare le parole di S. Paolo:

Scientia inflat. A questa scienza vana, opponevano la “semplicità”, a proposito della quale, però non bisogna

ingannarsi. 84

Es cierto, sin embargo, que alguna vez hemos oído a quienes profesaron religión alabarse con sumo descaro

de sus culpas pasadas, como de haber sostenido un duelo o de haber vencido a sus contrarios en alguna

disputa famosa y cosas semejantes, que la vanidad del mundo estima en mucho, aunque son muy nocivas,

perjudiciales y peligrosas para la salvación del alma. Con este lenguaje demuestran tener todavía el espíritu

del siglo; el hábito humilde que llevan no prueba la renovación de su vivir, siendo sólo una capa con que

cubren sus antiguos desarreglos.

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195

princípio da fé supera a ciência. Os monges usam a inteligência, a dialética e a ciência, mas

a superam infinitamente porque essas transcendem para o mistério da fé, assim como o

mistério de Deus transcende a natureza, princípio comprovado no Proslogio de Anselmo de

Bec (1033-1109) (LECLERCQ, 2002, p.286).

Anselmo, pouco antes de Bernardo, havia utilizado a lógica para provar a verdade

da fé. Anselmo discutiu a relação entre razão e fé em várias obras, sem utilizar-se de

nenhum versículo da Bíblia. No Monologio, demonstrou que a mente, o intelecto faz do

homem, um ser especial da criação divina, diferente dos outros seres. Por este motivo, o

homem, racionalmente compreende e ama a Deus, “o ser melhor e maior entre todas as

coisas”.

Com efeito, reconhecemos que ela (a mente) é a mais verdadeira imagem

da essência suprema justamente por aquilo que possui de maior e de mais

semelhante com esta. E não resta dúvida que não é possível pensar que

tenha sido dado pela natureza à criatura racional algo mais excelente e

mais semelhante à essência suprema do que a faculdade de poder

recordar, compreender e amar aquilo que é o ser melhor e maior entre

todas as coisas (ANSELMO, Monológio, cap.LXVII, 1973).

“Com efeito, não busco compreender para crer, mas creio para compreender.

Efetivamente creio, porque, se não cresse, não conseguiria compreender. (ANSELMO,

Proslógio, cap. I)”. Nestes termos, Anselmo define que a “fé é, para o homem, o dado que

ele deve partir (GILSON, 2007, p.292)”. Nesse sentido, recusa-se a submeter ao método da

dialética as Sagradas Escrituras. Por outro lado, posiciona-se contra os “adversários

irredutíveis da dialética” (GILSON, 2007, p. 292), ao afirmar que nenhum inconveniente

haveria para aquele que tivesse fé e mesmo assim quisesse se esforçar racionalmente para

compreender aquilo em que crê (GILSON, 2007).

De acordo com a interpretação de Gilson (2007) o conflito a respeito do uso da

dialética aparece na discussão que Anselmo faz. Segundo o autor, Anselmo é muito claro

ao dizer que se devem evitar dois defeitos: a presunção e a negligência. O primeiro seria

um defeito em que recairia aos filósofos que utilizassem o método da dialética sem dar

precedência à fé, e o segundo, àqueles que tivessem preguiça de apelar à razão para

sustentar as verdades da fé.

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196

De fato, o uso que se faria da dialética nas escolas catedrais nos anos seguintes era

vista por Bernardo na mesma medida que Anselmo. O que dá ao seu discurso um tom mais

áspero, e, a primeira vista, não tão equilibrado como o de Anselmo, são dois fatores. O

primeiro, as próprias condições sociais do período histórico de Bernardo que são diferentes

das de Anselmo, ou seja, um contexto de renascimento cultural que propicia um maior

número de escolas e de mestres dispostos a submeter às Sagradas Escrituras e a Doutrina ao

método dialético. E o outro fator é a posição que Bernardo ocupa na reforma monástica de

Cister, disposto a agir com a máxima austeridade a fim de defender seus valores, entre eles,

o valor da contemplação como maior possibilidade de adquirir o conhecimento por meio do

encontro com Deus.

Diante disso, pode-se concluir que Bernardo defendia o estudo e a busca filosófica

do conhecimento, porém, deveria haver equilíbrio entre ciência e fé, pois o cultivo apenas

da ciência levaria à vaidade e ao orgulho, e o fim último de todo conhecimento deveria ser

o amor contemplativo.

No Sermão intitulado O conhecimento das ciências e das letras85

, Bernardo não

critica a filosofia. Pelo contrário, exalta quem busca o saber.

Posso estar dando a impressão de querer lançar em descrédito o saber, de

repreender os doutos, de proibir o estudo das letras. Longe de mim, tal

atitude! Conheço muito bem o inestimável serviço que os homens doutos

têm prestado à Igreja: seja refutando os adversários dela, seja na instrução

dos simples. Com efeito, o que li na Sagrada Escritura foi: “Como

rejeitaste o saber, também Eu te rejeitarei, para que não exerças Meu

sacerdócio” (Os 4,6). E mais: “Os doutos resplandecerão com o brilho do

firmamento, e os que tiverem ensinado a muitos a justiça, brilharão como

estrelas em perpétuo resplendor” (Dn 12,3). (BERNARDO DE

CLARAVAL, Sermão 36, II, 1955, tradução nossa).86

Logo em seguida, mostra que a busca do saber deve ser livre de soberba e auto-

suficiência, orientada pelo temor de Deus e pelo desejo da salvação.

85

El conocimiento de las ciencias y de las letras. 86

Pareceré quizás hablar con poca estima de la ciencia y como que reprendo a los doctos, pretendiendo

prohibirles el estudio de las letras. No hay tal. No ignoro cuánto han servido y sirven todavía a la Iglesia sus

letrados, sea refutando a los contrarios, sea instruyendo a los sencillos. Finalmente leí: Por haber tú desechado

la ciencia, yo te desecharé, para que no ejerzas mi sacerdocio (Os. 4,6). Leí: Los que hayan sido sabios

brillaran como luz del firmamento, y como estrellas por toda la eternidad los que hayan enseñado a muchos la

justicia (Dan.12, 3).

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Vede que há saberes e saberes: há um saber que produz o inchaço e há um

saber que contrista. [...] há quem busque o saber por si mesmo, conhecer

por conhecer: é uma indigna curiosidade. [...]. Há quem busque o saber só

para poder exibir-se: é uma indigna vaidade. Estes não escapam à mordaz

sátira que diz: “Teu saber nada é, se não há outro que saiba que sabes”

(Persius, Satyra 1,27). Há quem busque o saber para vendê-lo por dinheiro

ou por honras: é um indigno tráfico. Mas há quem busque o saber para

edificar, e isto é caridade. Há, finalmente, quem quer o saber para sua

própria edificação e isso é prudência. De todos, somente os dois últimos

não abusam da ciência, porque querem saber tendo como fim último o

bem. (BERNARDO DE CLARAVAL, Sermão 36, III, 1955, tradução

nossa).87

Ensinando para os monges a diferença entre os saberes, Bernardo diz que todo

conhecimento deve ter uma finalidade na sociedade que não é a vaidade pessoal ou busca

por honras ou por dinheiro. O conhecimento dado por Deus deve ter como objetivo final a

contemplação, o amor, que leva à caridade, ou seja, para ser digno do homem, o

conhecimento deve levar o homem pensante a construir algo bom e justo na sociedade, e

não só para si mesmo. Essas ideias, baseadas na patrística sustentam a controvésia com

Pedro Abelardo e os demais filósofos da época que procuram defender o conteúdo da fé

procurando argumentos racionais. Como não estavam preocupados com o compromisso

monacal, sentiam-se atraídos pela nova forma de estudo que a chegada dos textos

aristotélicos estão proporcionando. Para eles não se tratava de vaidade ou autossuficiência,

embora sentiam todas as consequências de suas escolhas num período em que essa opção

não era tida como legítima.

4.CONSIDERAÇÕES FINAIS

As reflexões feitas neste trabalho mostraram que o ensino da filosofia no século XII

sofreu mudanças consideráveis. Em primeiro lugar o ambiente de produção do saber estava

87

Ya ves cómo hay dos clases de ciencia: una que infla y otra que contrista. […] Porque hay quienes quieren

saber con el único fin de saber, y es torpe curiosidad.[…] Hay quienes quieren saber para vender su ciencia, o

sea, para allegar riquezas e conseguir honores con ella, y es un tráfico vergonzoso. Pero los hay también que

quieren saber para edificar a otros, y es caridad; los hay, finalmente, que quieren saber para su propia

edificación, y es prudencia. De todos ellos, sólo los dos últimos no abusan de la ciencia, pues no quieren saber

sino para obrar bien.

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198

em mutação, e as escolas monacais, até então, os mais importantes centros de ensino, já não

aceitavam crianças e adolescentes, o que favoreceu a procura pelas aulas nas escolas

catedrais. Em segundo lugar, o próprio contexto do século XII, marcado pelo renascimento

urbano e suas demandas de novos conhecimentos científicos e morais, favoreceram o

cultivo do método dialético no estudo da filosofia. Essas mudanças, porém, ocorreram de

forma gradativa e se deram em meio a embates intelectuais.

Compreendendo a tradição monástica percebemos que o estudo da dialética era

aplicado somente às artes liberais. Isso era feito porque o método aplicado às questões

doutrinais ou à Sagrada Escritura poderia colocar em risco a formação do monge, destinada

à contemplação. Somando essa tradição ao fato de que os cistercienses estavam propondo

uma reforma nos costumes beneditinos podemos entender a postura de Bernardo de

Claraval com relação ao ensino e ao conhecimento. Baseado na patrística defende o cultivo

da humildade, que significa manter-se fiel à Sagrada Escritura como verdade revelada e à

doutrina cristã como decisões infalíveis. A busca pela ciência, sem a obediência à tradição

cristã seria vaidade e curiosidade. Nesse sentido, a forma como a dialética estava sendo

utilizada por Pedro Abelardo era classificada por Bernardo como ilícita e não deveria ser

ensinada aos jovens.

Nesse momento histórico, Pedro Abelardo foi silenciado no Concílio de Sens, pois,

a influência da monástica era forte e importante para concretizar a reforma gregoriana e

Bernardo de Claraval tinha um grande peso nas decisões do Papa. Porém, no século

seguinte, o pensamento beneditino ficará restrito aos mosteiros, pois, nas universidades,

movidos pela chegada das traduções das obras aristotélicas, os intelectuais travarão debates

que mudarão definitivamente a base teológica e o ensino da filosofia no Ocidente.

REFERÊNCIAS

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Completas de San Bernardo. Livro II. Madri: Autores Cristianos, 1955.

COSTA, Ricardo da. Há algo mais contra a razão que transcender a razão só com as

forças da razão? A disputa entre São Bernardo de Claraval e Pedro Abelardo. Disponível

em: <http://www.ricardocosta.com/tags/pedro-abelardo>.Acesso em: 10/11/2012.

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LECLERCQ, Jean. Cultura umanistica e desiderio di Dio. Studio sulla litteratura

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LE GOFF, Jacques. Os intelectuais na Idade Média. Lisboa: Gradiva, 1984.

NARDI, Bruno. Il pensiero pedagógico del medioevo. Firenze: Giunte/Sansoni, 1956.

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VAUCHEZ, André. A espiritualidade na Idade Média Ocidental, séculos VIII a XII. Rio

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