ecologistas en acciÓn la costa, un imán para los incendios

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El incendio que arrasó más de . hectáreas de la provincia en- tre el jueves y el lunes de la pasada semana contó con todos los facto- res necesarios para convertirse en una tormenta de fuego perfecta. De hecho, las autoridades creen que, de no haberse desplegado un dispositivo semejante, con más de . personas a pie de perímetro, las llamas habrían devorado el do- ble de lo finalmente calcinado. Pero, más allá de este siniestro en concreto, la Costa del Sol reúne una serie de condiciones que la convierten en una zona propicia para la propagación de incendios tales como el descontrol urbanís- tico, la retirada del pastoreo y la agricultura del monte, los recortes en prevención o la creación de bos- ques ajenos a la idiosincrasia del li- toral. Así lo cree, por ejemplo, Rafael Yus, responsable del Grupo de Es- tudios de la Naturaleza, vinculado a Ecologistas en Acción: «Las áre- as naturales públicas están cuida- das, pero habría que pedir a los dueños de las fincas privadas que lo hicieran, y pedirles responsabi- lidades por no haberlo hecho an- tes del incendio». Es más, Yus no cree que el Esta- do deba asumir el coste de la ex- tinción del incendio, puesto que la mayor parte de la superficie que- mada afecta a fincas en manos de particulares. ¿Cómo se cuida el monte y qué labores no hacen, por ejemplo, los dueños de esas parcelas? «Los in- cendios se apagan en invierno, pero las tareas de limpieza consis- ten en mantener limpios los corta- fuegos y recoger la madera y la ve- getación que se convierte en com- bustible, cortar los matorrales... este tipo de cosas», precisa. En el ámbito público, estas tareas se han visto reducidas debido a los re- cortes. No en vano, CCOO denun- ció el viernes que se divisó el fue- go desde un puesto del Infoca a kilómetros del primer foco, y no desde uno que estaba al lado de Ba- rranco Blanco (Coín), donde nació el incendio posiblemente por la quema de restos de poda en una finca particular. Bosques centroeuropeos Yus también incide en que en Eu- ropa Central es normal que los bos- ques lleguen a las puertas de las ca- sas, porque el índice de incendios es mucho menor debido a la ma- yor humedad. Pero esa concep- ción de bosque se está repitiendo en las urbanizaciones de la Costa del Sol, con vegetación muy infla- mable a las puertas de los chalés; y, por supuesto, en las casas ilega- les diseminadas en el campo, con desbroces y barbacoas incontrola- das. «Esas urbanizaciones pueden arder por los cuatro costados; cuando se den licencias, no se debe permitir que las casas estén rode- adas de vegetación; por otro lado, muchas urbanizaciones ni siquie- ra cuentan con planes de autopro- tección». En su opinión, el Estado es res- ponsable civil subsidiario al en- tender que no se ha actuado con beligerancia contra estas viviendas ilegales: «Hay que echarlas abajo y no permitir su regularización, dado que para darles licencia han de ser habitables y ello, tras el incen- dio, no se da», indica. Por tanto, habría que cambiar la concepción del bosque que rodea las urbanizaciones y atajar los di- José Antonio Sau MÁLAGA MEDIO AMBIENTE La Costa, un imán para los incendios Los diseminados ilegales, la creación de bosques centroeuropeos en un entorno ajeno a su naturaleza, el escaso cuidado del monte privado, el retroceso de la agricultura y los recortes en prevención multiplican las posibilidades de que el fuego azote el litoral malagueño Málaga LaOpinión DE MÁLAGA DOMINGO, 9 DE SEPTIEMBRE DE 2012 12 EL GRAN INCENDIO DE LA COSTA DEL SOL LOS EXPERTOS ANALIZAN LAS CAUSAS DEL FUEGO QUE HA DEVORADO MÁS DE 8.000 HECTÁREAS Imagen de los devastadores daños que causó en Ojén el incendio forestal que se inició el pasado jueves, 30 de agosto. GREGORIO TORRES RAFAEL YUS ECOLOGISTAS EN ACCIÓN El Estado no puede subvencionar viviendas ilegales» Rafael Yus, de Gena-Ecologistas en Acción, considera que las viviendas ilegales diseminadas han supuesto una ayuda inestimable para el fuego, por lo que cree que el Estado no pue- de subvencionar su rehabilitación. Además, recuerda que ya no se retira leña del bosque. CARLOS BLÁZQUEZ PRESIDENTE DE ASAJA MÁLAGA A base de leyes, se ha eliminado la presencia de los agricultores en el monte» Agricultores y pastores son nece- sarios para limpiar el monte, pero, sin embargo, se les ha echado de esos parajes por la falta de ayudas. JOSÉ Mª MANCHEÑO FEDERACIÓN ANDALUZA DE CAZA Los cazadores pueden ser agentes contra el fuego» Mancheño asegura que «un coto de caza cuidado es un cortafuegos» y recuerda que fue el guarda de uno de ellos el que divisó el incendio. BALTASAR CABEZUDO CATEDRÁTICO DE BIOLOGÍA VEGETAL El urbanismo difuso de la zona quemada complica la extinción» Cabezudo cree que el urbanismo «difuso» de la zona ha perjudicado la prevención y extinción del incendio, pero aboga por equilibrar la presen- cia de agricultores y ganaderos. « « « « LAS FRASES PASA A LA PÁGINA 13

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Page 1: ECOLOGISTAS EN ACCIÓN La Costa, un imán para los incendios

El incendio que arrasó más de. hectáreas de la provincia en-tre el jueves y el lunes de la pasadasemana contó con todos los facto-res necesarios para convertirse enuna tormenta de fuego perfecta.De hecho, las autoridades creenque, de no haberse desplegado undispositivo semejante, con más de. personas a pie de perímetro,las llamas habrían devorado el do-ble de lo finalmente calcinado.Pero, más allá de este siniestro enconcreto, la Costa del Sol reúne

una serie de condiciones que laconvierten en una zona propiciapara la propagación de incendiostales como el descontrol urbanís-tico, la retirada del pastoreo y laagricultura del monte, los recortesen prevención o la creación de bos-ques ajenos a la idiosincrasia del li-toral.

Así lo cree, por ejemplo, RafaelYus, responsable del Grupo de Es-tudios de la Naturaleza, vinculadoa Ecologistas en Acción: «Las áre-as naturales públicas están cuida-das, pero habría que pedir a losdueños de las fincas privadas quelo hicieran, y pedirles responsabi-lidades por no haberlo hecho an-

tes del incendio».Es más, Yus no cree que el Esta-

do deba asumir el coste de la ex-tinción del incendio, puesto que lamayor parte de la superficie que-mada afecta a fincas en manos departiculares.

¿Cómo se cuida el monte y quélabores no hacen, por ejemplo, losdueños de esas parcelas? «Los in-cendios se apagan en invierno,pero las tareas de limpieza consis-ten en mantener limpios los corta-fuegos y recoger la madera y la ve-getación que se convierte en com-bustible, cortar los matorrales...este tipo de cosas», precisa. En elámbito público, estas tareas se han

visto reducidas debido a los re-cortes. No en vano, CCOO denun-ció el viernes que se divisó el fue-go desde un puesto del Infoca a kilómetros del primer foco, y nodesde uno que estaba al lado de Ba-rranco Blanco (Coín), donde nacióel incendio posiblemente por laquema de restos de poda en unafinca particular.

Bosques centroeuropeosYus también incide en que en Eu-ropa Central es normal que los bos-ques lleguen a las puertas de las ca-sas, porque el índice de incendioses mucho menor debido a la ma-yor humedad. Pero esa concep-ción de bosque se está repitiendoen las urbanizaciones de la Costadel Sol, con vegetación muy infla-mable a las puertas de los chalés;y, por supuesto, en las casas ilega-les diseminadas en el campo, condesbroces y barbacoas incontrola-das. «Esas urbanizaciones puedenarder por los cuatro costados;cuando se den licencias, no se debepermitir que las casas estén rode-adas de vegetación; por otro lado,muchas urbanizaciones ni siquie-ra cuentan con planes de autopro-tección».

En su opinión, el Estado es res-ponsable civil subsidiario al en-tender que no se ha actuado conbeligerancia contra estas viviendasilegales: «Hay que echarlas abajo yno permitir su regularización, dadoque para darles licencia han deser habitables y ello, tras el incen-dio, no se da», indica.

Por tanto, habría que cambiar laconcepción del bosque que rodealas urbanizaciones y atajar los di-

José Antonio SauMÁLAGA

MEDIO AMBIENTE

La Costa, un imánpara los incendios

Los diseminados ilegales, la creación de bosques centroeuropeosen un entorno ajeno a su naturaleza, el escaso cuidado del monte privado, el retroceso de la agricultura y los recortes en prevención multiplican las posibilidades de que el fuego azote el litoral malagueño

Málaga

LaOpinión DE MÁLAGADOMINGO, 9 DE SEPTIEMBRE DE 201212

EL GRAN INCENDIO DE LA COSTA DEL SOL LOS EXPERTOS ANALIZAN LAS CAUSAS DEL FUEGO QUE HA DEVORADO MÁS DE 8.000 HECTÁREAS�

Imagen de los devastadores daños que causó en Ojén el incendio forestal que se inició el pasado jueves, 30 de agosto. GREGORIO TORRES

RAFAEL YUSECOLOGISTAS EN ACCIÓN

El Estado no puedesubvencionar viviendas

ilegales»Rafael Yus, de Gena-Ecologistas en

Acción, considera que las viviendasilegales diseminadas han supuestouna ayuda inestimable para el fuego,por lo que cree que el Estado no pue-de subvencionar su rehabilitación.Además, recuerda que ya no se retiraleña del bosque.

CARLOS BLÁZQUEZPRESIDENTE DE ASAJA MÁLAGA

A base de leyes, se haeliminado la presencia de

los agricultores en el monte»Agricultores y pastores son nece-

sarios para limpiar el monte, pero, sinembargo, se les ha echado de esosparajes por la falta de ayudas.

JOSÉ Mª MANCHEÑOFEDERACIÓN ANDALUZA DE CAZA

Los cazadores pueden seragentes contra el fuego»

Mancheño asegura que «un cotode caza cuidado es un cortafuegos» yrecuerda que fue el guarda de uno deellos el que divisó el incendio.

BALTASAR CABEZUDOCATEDRÁTICO DE BIOLOGÍA VEGETAL

El urbanismo difuso de lazona quemada complica

la extinción»Cabezudo cree que el urbanismo

«difuso» de la zona ha perjudicado laprevención y extinción del incendio,pero aboga por equilibrar la presen-cia de agricultores y ganaderos.

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LAS FRASES

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seminados. El pastoreo, que man-tiene a raya a las hierbas con estréshídrico que luego nutren las llamas,o la agricultura, también ayudan aluchar contra el fuego.

Carlos Blázquez, presidente de laAsociación de Jóvenes Agricultores(ASAJA) en Málaga, recuerda quelas explotaciones ganaderas y agrí-colas han perdido rentabilidad yhan sido desacreditadas por una re-gulación ecologista de varias insti-tuciones que entendían su pre-sencia como dañina para el campo.Pero una parcela cuidada y des-brozada por el agricultor impide elfuego, y los cortafuegos, por ejem-plo, muy bien pueden ser limpia-dos por rebaños de cabras u ovejas.«Hay que favorecer la vuelta al

monte de agricultores y ganaderos,el campo se ha abandonado», in-dica Blázquez, quien reclama ayu-das públicas para mantener elmonte. «Agricultores y ganaderosgarantizan la limpieza y manteni-miento del terreno forestal, y porejemplo se pueden crear nuevospuestos de trabajo en este tipo detareas», aclara.

José María Mancheño, presi-dente de la Federación Andaluza deCaza (FAC), asegura que hay ochocotos afectados por el incendio, yreivindica que los cazadores pue-den convertirse en agentes activoscontra el fuego, por lo que propo-ne la creación de brigadas queagrupen a éstos y a guardas de fin-cas cinegéticas. En algunas zonasde Mijas y Ojén, han desaparecidoel de especies como el jabalí o

la cabra montés, vitales para con-tener las llamas. «Un coto de cazaes un cortafuegos, porque ademásse cuida», aclaró.

Baltasar Cabezudo, catedráticode Biología Vegetal de la UMA,está de acuerdo en que el «urba-nismo difuso de la zona complicala extinción y aumenta los riesgosde propagación del incendio», e in-cidió en que a cada persona legusta un tipo de bosque, más ori-ginal o ajardinado, y cada uno tie-nes sus ventajas e inconvenientes.«En esta zona con una interfase alta,donde hay bosques mixtos y ajar-dinados, aumenta la incidenciadel fuego», y llama la atención so-bre el hecho de que hay que tenercierto equilibrio en el grado depastoreo o agricultura que se per-mite.

Málaga

LaOpinión DE MÁLAGA DOMINGO, 9 DE SEPTIEMBRE DE 2012 13

n nuestro país la competencia sobre incendios forestalesse encuentra repartida entre las tres administracionespúblicas. Ello significa que tanto la central como las co-munidades y los ayuntamientos tienen capacidad para

actuar en esta materia. La primera referencia normativa –aunque in-directa– la encontramos en la Constitución, a través del reconoci-miento del derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado y elmandato que dirige a los distintos poderes públicos de defender yrestaurar el medio ambiente. En el ámbito estatal la protección con-tra los incendios forestales encuentra su desarrollo normativo en laLey de Montes que prohíbe el cambio del uso forestal de los terrenosincendiados durante años. A nivel autonómico cada comunidadestablece su normativa. En Andalucía, el Estatuto dedica un artículoa la prevención de los incendios forestales. Este precepto encuentrasu desarrollo legislativo en la Ley de Prevención y Lucha contra losIncendios Forestales, que otorga a las mismas la competencia paraestablecer la política general de prevención y lucha contra los incen-dios. La ley dedica además un título a las áreas incendiadas, en elcual se recoge el principio de no alteración de la calificación jurídicade dicha superficie como terreno forestal tras los incendios, el cualcomplementa la prohibición que contiene la Ley estatal de Montes.La ley autonómica andaluza establece además de aquélla otras dosprohibiciones: enajenar los productos forestales procedentes de unincendio sin la autorización de la Consejería correspondiente y pas-torear en dicho suelo durante al menos cinco años. Estas prohibicio-nes se complementan con la obligación que se impone a los propie-tarios de los terrenos forestales incendiados de realizar las actuacio-nes de reparación o restauración que resulten necesarias para la re-cuperación de las áreas incendiadas. A los municipios la ley andalu-za les atribuye también importantes competencias que se materiali-zan principalmente en la elaboración y aprobación de los planes lo-cales de emergencia y autoprotección, la adopción de las primeras

medidas de urgencia en los ca-sos de incendio en sus términos,así como medidas de preven-ción en los terrenos forestales desu titularidad. Establece ademásla ley el principio de coopera-ción de las administraciones pú-blicas andaluzas entre sí y de co-laboración con la administra-ción del Estado y las otras comu-

nidades. Los municipios gozan además de importantes competen-cias urbanísticas en esta materia que sirven de complemento yadaptación a las necesidades de cada municipio de la normativa es-tatal y autonómica sobre los suelos incendiados. Un ejemplo es elcaso del PGOU de Málaga, que prohíbe la modificación de la clasifi-cación del suelo no urbanizable que haya sufrido los efectos de unincendio. Esta prohibición tiene sin embargo una excepción, la le-gislación contemplada en la propia Ley de Montes que dificulta suaplicación uniforme en todo el Estado. Acogiéndose a ella la Comu-nidad Valenciana aprobó en una reforma de su legislación ur-banística que permite recalificar el suelo forestal afectado por un in-cendio por razones de interés general. La técnica que utiliza la leyvalenciana choca frontalmente contra lo dispuesto en la Ley deMontes además de resultar incompatible con la Carta de DerechosFundamentales de la Unión Europea que establece un alto nivel deprotección del medio ambiente y la mejora de su calidad, amén deregular de manera inadecuada la excepción contemplada en la le-gislación forestal estatal, en cuanto que objetiva dicha excepcionali-dad mediante un concepto jurídico indeterminado en vez de utilizaruna cláusula restrictiva, seguramente más acorde con la verdaderanaturaleza de la excepción que desarrolla. Contempla la normativaadministrativa para los casos de incendio una sanción de hasta cua-trocientos cincuenta mil euros, la exigencia al infractor de la reposi-ción de la situación alterada a su estado originario y la indemniza-ción por los daños causados. Para los incendios más graves tanto dezonas forestales como de zonas no forestales prevé el Código Penalpenas de prisión de hasta cinco años y multa en el primer caso y dehasta dos años y multa en el segundo. Y para los casos de incendiode bienes propios la pena será de prisión hasta cuatro años.

E

LOS INCENDIOSFORESTALES Y LA LEY

Para los incendios másgraves prevé el Código Penalpenas de prisión de hastacinco años. En el caso dezonas no forestales, elcastigo es de hasta dos años

Opinión

Francisco Soler Luque�Abogado experto en Derecho

Administrativo y Medio Ambiente

El fuego acecha una urbanización en Calahonda (Mijas). JOSÉ LUIS JIMÉNEZ

Los efectivos del dispositivo se emplean a fondo sobre la zona de Ojén. F. SILVA

� VIENE DE LA PÁGINA 12

Baltasar Cabezudo, catedráticode Biología Vegetal de la Universi-dad de Málaga, asegura que, en doso tres años, y siempre dependiendode las condiciones meteorológicas,el matorral estará casi recuperado;la recuperación total, incluyendo elarbolado, tardará 30 o 40 años, ysegún la parcela, la recuperaciónllegará en torno a 15 o 20 años. Al-

cornocales, pinsapares y encinaresson las zonas afectadas y cada unarequiere un tipo de reforestación ycuidado. El catedrático asegura queahora hay que pensar en el futuro«y en la restauración», el reto de lostécnicos de la Consejería de MedioAmbiente.

«La recuperación será distintadependiendo del tipo de árboles oplantas; aquí lo más preocupante esla pérdida de suelo por erosión».Cabezudo es claro: en las zonas enlas que el fuego se empleó a fondo,

la vuelta a la normalidad será lenta,pero en los terrenos en los que lasllamas pasaron rápido, si lluevepausadamente este otoño, la masaarbórea se recuperará en un 60 o70%. Por tanto, la climatología y elacierto en el plan de reforestaciónde la Junta de Andalucía serán vita-les.

Pinsapares, encinares y alcorno-cales requerirán de planes específi-cos. Además, gran parte de la vege-tación quemada se puede recuperarpor sí misma.

Una recuperación de 30 o 40 años

LLUVIAS SUAVES Y EL ACIERTO EN LOS PLANES DE REFORESTACIÓN, LAS CLAVES

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