Programa de Preparación ante Emergencias y Desastres de la alianza START.
Enlazando la preparación, respuesta y capacidad de recuperación (LPRR) Respuesta al conflicto armado y el desplazamiento
forzado en Colombia en 2013
Autores: Rebecca Murphy, Mark Pelling, Emma Visman y Simone Di Vicenz
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Índice Resumen ejecutivo …………………………………………………………………………………………………………………………………………………….1
Introducción………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….…...3
El contexto…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………4
El desastre……………………..…………………………………………………………………………………………………………………………………….…….7
La intervención……………….………………………………………………………………………………………………………….……………………………...8
Estrategia del proyecto…………………………………………………………………………………………………………………………………….………...8
Metodología de la investigación..……………………………………………………………………………………………………………………………....9
Resultados.……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….11
Conclusiones…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….24
Resumen ejecutivo
Este documento es una recopilación de documentos de análisis y casos prácticos sobre el enlace de la preparación,
respuesta y capacidad de recuperación (LPRR, por sus siglas en inglés). LPRR es un proyecto de tres años financiado y
llevado a cabo por el Ministerio de Desarrollo Internacional de Reino Unido y el Programa de Preparación ante
Emergencias y Desastres de la alianza START y cuya finalidad es fortalecer los programas de resistencia de las
comunidades.
Este caso práctico se ha desarrollado como parte del aspecto humanitario del proyecto LPRR, el cual se centra en
elaborar un método práctico para una mejor respuesta humanitaria basada en la resistencia. Para ello se explorarán
ocho casos prácticos de intervenciones en respuesta humanitaria. Este documento en concreto se centra en la
respuesta de Christian Aid (y sus copartes) ante la población desplazada forzosamente y el conflicto armado en
Cacarica, Colombia, hasta 2013.
El objetivo de este documento es ser una herramienta de comunicación para el equipo de Colombia y los
participantes en la investigación, que verifique el entendimiento y que resuma las observaciones iniciales antes del
análisis académico. Es importante recalcar que este proyecto y este documento utilizan el término «comunidad»
para referirse a un grupo colectivo de residentes expuestos a una situación de riesgo. En este caso, se estudió
durante 2 semanas el programa de Christian Aid en Cacarica en la zona de paz humanitaria. El principal objetivo de
este estudio fue recoger la percepción que los miembros de la comunidad tienen de la resistencia, así como las
recomendaciones de los miembros de la comunidad y el personal de terreno para futuros programas de respuesta
humanitaria basados en la resistencia.
Para las comunidades de Cacarica resistencia significa educación, unión de la comunidad, paz y propiedad de
terrenos.
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«Si tienes los conocimientos necesarios es más difícil que te engañen» (Miembro de la comunidad).
Además, el personal de terreno y los miembros de la comunidad se unieron para reflexionar sobre cómo se puede
construir la resistencia ante desastres y resaltaron la necesidad de lo siguiente:
1. Garantías por parte del estado sobre la propiedad de terrenos, derechos humanos y reparación
2. Garantías para sus actividades económicas
3. Protección y prevención por parte del estado
4. Prevención: Se están desarrollando grandes avances en cuanto a defensa de recursos humanos pero
muy pocos para prevenir el desplazamiento y la violencia.
5. Identidad colectiva, enlace social fuerte y unión de la comunidad
6. Fortalecimiento y sentimiento de pertenencia: las comunidades deben redactar sus propuestas y
gestionar sus proyectos.
El personal de la oficina de Colombia y los miembros de la comunidad identificaron siete puntos fuertes de la
respuesta de Christian Aid y sus copartes ante el desplazamiento:
1. Financiación flexible 2. Continua evaluación del riesgo 3. Capacitación de los miembros de la comunidad para despertar conciencia, fortalecer la confianza y
desarrollar la capacidad de incidencia 4. Líderes de la comunidad sólidos y fuerte sentido de pertenencia a la comunidad con participación en los
proyectos 5. Incidencia desde el comienzo 6. Acompañamiento 7. El papel de la religión
Las recomendaciones fundamentales señaladas por el personal de terreno y los miembros de la comunidad para una
futura respuesta humanitaria basada en la resistencia en una situación de conflicto incluyen:
Personal de terreno:
1. Asegurar la financiación flexible y prolongada
2. Incluir la incidencia desde el comienzo como objetivo primordial. Desarrollar la capacidad y la seguridad de
la comunidad para que puedan defender sus necesidades.
3. Permitir que la comunidad se organice y gestione el programa
4. Poner en marcha un sistema de acompañamiento y denuncia disponible las 24 horas
5. Estar presente en la comunidad durante la duración del programa
6. Obtener el apoyo de organismos internacionales
7. Mantener una agenda política transparente
8. Trabajar por medio de copartes locales
9. Realizar evaluaciones y valoraciones de riesgo regulares y adaptar el método de actuación para introducir
mejoras
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10. Ofrecer apoyo psicosocial
11. Introducir sólidas estrategias de protección como el acompañamiento
Miembros de la comunidad / beneficiarios:
1. Organizar y mantener la unión de la comunidad
2. Prestar atención al daño espiritual y mental
3. Hacer incidencia para que el gobierno tome responsabilidad y facilite los derechos humanos básicos que
necesita la población
4. Entregar los recursos a las mujeres
5. Enseñar a la comunidad a defender sus derechos de forma efectiva
6. Fomentar la comunicación entre miembros de la comunidad y entre comunidades (por medio de una
estación de radio, de la formación de una red CONPAZ, etc.)
7. Construir una soberanía alimentaria
8. Darle voz a los que no la tienen
9. Garantizar alimentos, enseñanza y apoyo desde el comienzo
Queda patente que este programa de Christian Aid (y su coparte) en Cacarica ha sido altamente efectivo y exitoso a
la hora de permitir a la comunidad organizarse y de implementar protección e incidencia en derechos humanos
desde el comienzo de la respuesta. Se cree que esto ha tenido un efecto directo en la construcción de la resistencia
de las comunidades a largo plazo. Sin embargo, este caso práctico también ha demostrado que, si no se atacan de
raíz las causas de la vulnerabilidad de forma eficaz, es muy difícil mantener la resistencia. Para la comunidad de
Cacarica lo que genera esta vulnerabilidad es el continuo conflicto prolongado que se ve reproducido y reforzado por
la desigualdad social e intensificado por el control militar y la globalización, la cual genera un aumento del interés del
sector privado en la tierra de los supervivientes.
1. Introduccio n
Este caso práctico pretende resumir los puntos fuertes, los retos y las recomendaciones del trabajo humanitario de
Christian Aid (y sus copartes) en Cacarica, Colombia. Todas las reflexiones provienen del personal humanitario, las
copartes locales, los beneficiarios y otras partes involucradas en la respuesta, como el gobierno local y consultores
independientes. Este documento no incluye un análisis completo del nivel de construcción de resistencia del caso
práctico, pero pretende resumir las reflexiones de los participantes y sus recomendaciones. Se está desarrollando un
segundo documento en el que se analizará de manera crítica el impacto que este ejemplo puede tener en la
construcción de la resistencia.
Este documento es una recopilación de documentos de análisis y casos prácticos sobre el enlace de la preparación,
respuesta y capacidad de recuperación (LPRR). LPRR es un proyecto de tres años financiado y llevado a cabo por el
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Ministerio de Desarrollo Internacional de Reino Unido y el Programa de Preparación ante Emergencias y Desastres
de la alianza START y cuya finalidad es fortalecer los programas de resistencia de las comunidades.
El grupo de LPRR está encabezado por Christian Aid e incluye a Action Aid, Concern Worldwide, Help Age, Kings
College London, Muslim Aid, Oxfam, Saferworld y World Vision. Los países en los que trabaja incluyen Kenia,
Pakistán, Bangladesh, República Democrática del Congo, Colombia, Indonesia y Filipinas y abarca múltiples tipos de
riesgo. El proyecto se enfoca en tres líneas de trabajo: respuesta humanitaria basada en la resistencia, prevención
del conflicto basado en la resistencia y desarrollo del aprendizaje y las capacidades.
Este caso práctico en concreto se ha desarrollado como parte del aspecto humanitario del proyecto LPRR que se
centra en elaborar un método práctico para una mejor respuesta humanitaria basada en la resistencia. Para ello se
explorarán ocho casos prácticos de intervenciones en respuesta humanitaria. Este documento en concreto se centra
en la respuesta de Christian Aid (y sus copartes) ante la población desplazada forzosamente y el conflicto armado en
Cacarica, Colombia hasta 2013.
El objetivo de este documento es ser una herramienta de comunicación para el equipo de Colombia y los
participantes en la investigación, que verifique el entendimiento y que resuma las observaciones iniciales antes del
análisis académico. Es importante recalcar que este proyecto y este documento utilizan el término «comunidad»
para referirse a un grupo colectivo de habitantes expuestos a una situación de riesgo.
2. El contexto
Con el fin de ofrecer una idea clara sobre el contexto y el medio en el que se desarrolla este proyecto, en esta
sección se mostrará la situación económica, medioambiental, política y social de Cacarica así como su perfil de
riesgo.
2.2 Colombia
Colombia es el cuarto país de Sudamérica en cuanto a extensión y el tercero en cuanto a población con 46.245.297
habitantes, además de ser la tercera potencia económica de Sudamérica. La sociedad de Colombia está altamente
estratificada donde las familias tradicionalmente ricas descendientes de españoles han salido beneficiadas. El 90%
de la población es católica, el idioma oficial es el español, la tasa de alfabetización de adultos es del 93% y la
esperanza de vida media es de 75 años (KPMG, 2016).
Las formas más comunes de subsistencia son la pesca, la minería y la agricultura. A pesar del contexto violento en el
que viven, los colombianos son gente hospitalaria y amable especialmente con las visitas. La familia juega un papel
central en la estructura social y actúa como medio de apoyo (Mortensen, 2015).
Colombia tiene abundantes reservas de petróleo y una importante producción de oro, plata, esmeraldas, platino y
carbón, sin embargo, ha sufrido décadas de conflicto armado. Colombia depende en gran parte de la exportación de
energía y minería lo que hace que sea vulnerable a las bajadas en el precio de la mercancía. Además, es el cuarto
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país del mundo en exportación de carbón, el cuarto país en Sudamérica en producción de petróleo y productor ilegal
de cocaína, opio y cannabis. La cocaína que se consume en Estados Unidos y la gran mayoría del resto de países
consumidores de drogas proviene casi en su totalidad de Colombia (CIA, 2015) (The Economist, 2016) (KPMG, 2016)
sin embargo, como hemos mencionado anteriormente, los recursos naturales de Colombia son tanto el impulsor de
la economía como del conflicto en ciertas partes del país.
Gobierno
Los Indicadores de Gobernabilidad del Banco Mundial (WGI, por sus siglas en inglés) generados en 2014 y que
oscilan entre 0 (bajo) y 1 (alto) califican así los siguientes aspectos de Colombia (los datos más recientes son de
2014): Voz y rendición de cuentas: se encuentra en la media con 0,458 aunque ha habido una ligera mejora en los
últimos años y de hecho es el nivel más alto que se ha alcanzado. Estabilidad política y ausencia de violencia /
terrorismo: con un 0,107 este indicador muestra una muy débil estabilidad política y ausencia de violencia. Aunque
ha habido una ligera mejora en la última década (en 2003 la cifra era 0,013), sigue siendo una de las más bajas en
todo el mundo. Eficacia del gobierno: está por debajo de la media con un 0,495 y de hecho ha sufrido una caída
comparada con la cifra de 2012 que fue 0,569. Calidad reguladora: se encuentra por encima de la media con un
0,678. Ha habido una mejora continuada en los 10 últimos años. Ley: está por debajo de la media con un 0,433. La
cifra más alta se alcanzó en 2011 con un 0,474. Por último, el control de la corrupción se encuentra en un nivel bajo
con 0,428. Aunque se ha mantenido estable durante los últimos tres años en general ha sufrido una caída (World
Bank, 2014).
Derechos humanos
Colombia se rige por la jurisdicción de la Corte Penal Internacional (ICC) (CIA, 2015). Los problemas más serios en
cuanto a derechos humanos son la impunidad, un poder judicial ineficaz, los desplazamientos forzados, la corrupción
y la discriminación social (Departamento de Estado de los Estados Unidos, 2014).
2.3 Choco y Cacarica
El departamento de Chocó tiene el nivel más bajo de calidad de vida de Colombia. La región se caracteriza por su
diversidad y recursos hídricos y es un ecosistema de selva tropical. La estructura de la economía local se basa en las
formas de subsistencia formales e informales y es autosuficiente: depende del cultivo de subsistencia («pancoger»),
la pesca artesanal, la caza y la explotación forestal (CIDH, 2013). La población de la región es de 450.000 habitantes
de los cuales el 80% son afrodescendientes, el 15% indígenas y el 5% mulatos (Lombana, 2013).
Descripción del riesgo
La región de Urabá tiene una importancia geoestratégica en el conflicto armado, en particular para los grupos
armados ilegales dada su ubicación geográfica y su riqueza biológica. Por tanto, esta región hace posible el tráfico de
armas, productos químicos y drogas a nivel internacional (CIDH, 2013).
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La región también tiene una situación estratégica desde el punto de vista militar porque sirve como escondite y
proporciona acceso al suroeste del país y al Bajo Cauca Antioqueño, el valle del Sinú, el Nudo de Paramillo y la zona
oeste de Antioquia (CIDH, 2013). Además, esta es una de las regiones con el nivel mundial más alto de
precipitaciones lo que hace que haya inundaciones que provocan la migración forzada (NOAA, 2012) (Davides, 2013).
Comunidad, gobierno local, organizaciones basadas en la comunidad y ONG internacionales
La comunidad local tiene un bajo nivel de acceso a la educación formal y está entre las más marginadas de Colombia.
El gobierno local parece ser corrupto y la administración federal está ausente. Existen organizaciones basadas en la
comunidad, como CAVIDA, que han participado en la organización de las nuevas comunidades, sin embargo, sufren
amenazas constantes por parte de las guerrillas y grupos paramilitares.
Puntos débiles de las comunidades
Muchas de las necesidades básicas de las comunidades no se ven satisfechas y múltiples organizaciones
internacionales han intentado resaltar el «contexto de marginalización, vulnerabilidad y segregación que siguen
sufriendo estas comunidades» (CIDH, 2013). El acceso a los servicios públicos es casi inexistente, «la electricidad es
un lujo y solo está disponible unas horas al día» (Olmos, 2009). Es un caso de abandono por parte del gobierno en
cuanto a asistencia social, educación, sanidad y desarrollo sostenible (CIDH, 2013). No hay médicos en la zona (Peace
Brigades International, 2010) y la tasa de desempleo es una de las más altas de todo América Latina con un 9,7% en
2013 (CIA, 2015). Además de todo esto, la violencia de género y el abuso sexual es generalmente alto en Colombia lo
que hace que las mujeres sean más vulnerables durante el desplazamiento forzado (CIDH, 2013).
Corrupción y desigualdad
El departamento de Chocó «ha estado caracterizado por tener una administración publica corrupta no solo por la
malversación de fondos públicos sino también por el soborno de funcionarios públicos por parte de empresas de
deforestación a la hora de otorgar permisos, por la expansión ilegal de plantaciones de palma y en general por todo
tipo de explotación de la minería» (CIDH, 2013). El poder está centralizado en las grandes ciudades y las
comunidades de descendientes de origen africano que viven en el departamento de Chocó son las más vulnerables y
marginadas (Mortensen, 2015).
Impulsores y desencadenantes del conflicto
El principal impulsor del conflicto es el abandono por parte del gobierno y la importancia geoestratégica: grupos
armados ilegales usan esta región como vía de acceso; en las orillas de sus ríos cometen crímenes y por la región del
Chocó-Darién se trafican armas y drogas.
Actores y raíz del conflicto
1. Grupos armados ilegales (Guerrilla y grupos paramilitares)
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La región de Urabá posee una importancia geoestratégica en el conflicto armado, en especial para los grupos
armados ilegales dada su ubicación geográfica y su riqueza biológica. Esta ubicación geográfica facilita el tráfico
internacional de armas, productos químicos y drogas.
2. Milicia
Chocó también es un territorio estratégico desde el punto de vista militar porque sirve como escondite y
proporciona acceso al suroeste del país y al Bajo Cauca Antioqueño, el valle del Sinú, el Nudo de Paramillo y la zona
oeste de Antioquia. Por este motivo, «durante más de tres décadas Urabá ha sido el epicentro del conflicto armado,
el cual se ha extendido a las zonas cercanas, especialmente al Chocó» (CIDH, 2013). En agosto de 2012 el general
Rito Alejo del Río fue sentenciado a 25 años de prisión por su participación en el desplazamiento violento y por
formar una «alianza macabra» con grupos paramilitares ilegales.
3. Empresas privadas / negocios
Las empresas privadas, al tener un fin lucrativo, están acabando con las especies nativas para poder plantar coca,
palma aceitera y bananos (CIDH, 2013). En julio de 2013 se condenó a más de diez años de cárcel a 16 empresarios
por delitos de conspiración, desplazamientos forzados e invasión de una tierra de gran importancia ecológica por
medio de la eliminación de las comunidades del territorio de Curvaradó y Jiguamiandó, en Chocó. (El Tiempo, 2013).
4. Gobierno
El abandono de la zona por parte del gobierno ha sido prolongado y significativo, sin embargo, se está intentando
retomar el control, tanto por razones geopolíticas como para mitigar la amenaza que presentan la guerrilla y los
grupos paramilitares. En diciembre de 2013, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dictaminó
que el gobierno de Colombia fue el responsable del desplazamiento forzado de las comunidades de Cacarica en
Chocó y le obligó a garantizar una preparación adecuada.
3. El Desastre
Entre el 24 y el 27 de febrero de 1997 se desarrolló la «Operación Génesis», una operación militar en el noroeste de
Colombia con el fin de capturar a miembros de las FARC (las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). Durante
estas operaciones hubo asesinatos, torturas, desapariciones y desplazamientos forzados de la población
afrocolombiana además del brutal asesinato de Marino López Mena (WOLA, 2014).
Por todos estos crímenes, la CIDH dictaminó que el gobierno de Colombia fue el responsable del desplazamiento
forzado de las comunidades de Cacarica. La CIDH dictó sentencia el 21 de noviembre y el 28 de diciembre de 2014 se
hizo efectiva. Desde ese momento la comunidad está demandando la debida reparación por parte del gobierno, la
cual conlleva el reconocimiento público de los hechos.
Las víctimas y la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz (CIJP), coparte de Christian Aid, han insistido en que la
operación se realizó gracias a la colaboración de la organización paramilitar de Autodefensas Unidas de Córdoba y
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Urabá (ACCU) y las fuerzas armadas de Colombia, en particular la decimoséptima brigada del ejército liderada por el
General Rito Alejo del Río, en la actualidad condenado y encarcelado.
Cerca de 3.500 personas tuvieron que ser desplazadas, de las cuales unas 2.300 se asentaron provisionalmente en el
municipio de Turbo y en Bocas del Atrato (ambos en el departamento de Antioquia), unas 200 emigraron a Panamá y
el resto se desplazaron a diferentes partes de Colombia (CIDH, 2013). 83 fueron asesinadas o desaparecieron (Peace
Brigades International, 2010).
De acuerdo con varias investigaciones el desplazamiento masivo ocasionado por la Operación Génesis ha
beneficiado de forma directa a los negocios del cultivo de palma en esta región. En julio de 2013, de un total de 16
empresarios, Luis Fernando Zea Medina y Héctor Duque Echeverry fueron sentenciados a más de diez años de cárcel
por crímenes de conspiración, desplazamientos forzados e invasión de una tierra de gran importancia ecológica por
medio de la eliminación de las comunidades del territorio de Curvaradó y Jiguamiandó, en Chocó. (El Tiempo, 2013).
Otros empresarios abandonaron el país para evitar ser encarcelados.
A pesar de que la resolución de la CIDH ha supuesto un avance a la hora de obtener justicia para las víctimas,
aquellos que han vuelto a la región siguen denunciando amenazas y acoso por parte de grupos paramilitares (Peace
Brigades International, 2010).
4. La Intervención
Christian Aid Colombia ofrece apoyo a sus copartes, Comisión Intereclesial de Justicia y Paz (CIJP) y Peace Brigades
International, para que se involucren en la incidencia en derechos humanos y en las cuestiones de propiedad de
terrenos de la gente que sufrió desplazamientos forzados. Esta intervención tiene el fin de asesorar a las comunidades
de la cuenca del río Cacarica (Chocó) sobre sus derechos y llevar su caso ante el tribunal de justicia y ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos gracias a la cual se reconocieron internacionalmente las zonas humanitarias
donde las comunidades que han regresado pueden sentirse seguras.
5. La estrategia del proyecto
El siguiente esquema presenta un resumen de las fases del proyecto. El objetivo principal del proyecto incluía el
refuerzo de la capacidad de incidencia, dinero por trabajo, transferencias de dinero, filtros para el agua,
participación de la comunidad, impulso al mercado local, reducción del riesgo de desastres y construcción de
resistencia.
Objetivos del proyecto:
Incidencia en derechos humanos
Exigir verdad, justicia y reparación (Peace Brigades International, 2010)
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Ayudar a las comunidades a regresar a sus aldeas (Olmos, 2009). Cerca de 100 familias han regresado y han creado
dos nuevos asentamientos para poder defenderse mejor: Nueva Vida y Nueva Esperanza en Dios.
Comunidades:
Comunidades afrodescendientes desplazadas de la cuenca del río Cacarica: Balsagira, Balsita, Bocachica, Bogotá,
Bocas del Limón, Peranchito, Quebrada Bonita, Quebrada del Medio, La Honda, Las Mercedes Barranquilla, La
Virginia Perancho, Las Pajas, Montañita Cirilo, Puente América, Puerto Berlín, Puerto Nuevo, San Higinio, San José de
Balsa, Santa Lucía, Teguerre Medio, Varsovia, Vijao Cacarica y Villa Hermosa la Raya, todas ubicadas en el distrito de
Riosucio, departamento de Chocó (CIDH, 2013).
Comunidades desplazadas a: Turbo y Bocas del Atrato: ambos municipios pertenecientes al departamento de
Antioquia, Colombia.
Nuevas comunidades creadas a partir de poblaciones desplazadas: “Nueva Vida” y “Nueva Esperanza en Dios”,
Chocó, Colombia.
6. Metodología de la investigación
6.1 Objetivos de la investigación
1. Estudiar la respuesta que Christian Aid ofrece a las poblaciones desplazadas a la fuerza y ante el conflicto armado
en la cuenca del río Cacarica, Colombia.
2. Estudiar la respuesta y rehabilitación para así determinar las lecciones aprendidas. Recomendaciones y retos a la
hora de equiparar la respuesta basada en la resistencia con las fases de la rehabilitación para fortalecer la
resistencia de la comunidad
3. Objetivo general de desarrollar recomendaciones para una respuesta humanitaria global basada en la resistencia
6.2 Métodos, área de estudio y muestreo
El equipo de investigación de LPRR pasó dos semanas en Colombia de las cuales 8 días fue en Cacarica
investigando el actual programa en la zona de paz humanitaria de Christian Aid (y sus copartes).
Esta investigación fue respaldada por el marco conceptual de Bene et al (2012) que describe un sistema resistente
como un sistema que es estable, flexible y capaz de hacer frente al cambio. Un resumen completo y detallado de la
metodología se puede encontrar en el google drive de LPRR y en la cuenta del proyecto. Por último, cinco principios
de la resistencia han respaldado esta metodología de investigación:
1. La comunidad participa incorporando los valores sociales y haciendo uso del conocimiento local en cuanto a
proyectos de construcción de resistencia.
2. Existe un gobierno efectivo que apoya la unión de la comunidad y reconoce que los sistemas de resistencia tienen
numerosas facetas.
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3. Se acepta la incertidumbre y el cambio gracias a que las actividades de preparación facilitan la flexibilidad ante el
amplio rango de posibles peligros inesperados
4. Siempre hay lugar para el aprendizaje continuo
5. Existe un alto nivel de justicia social y económica en los sistemas. Se cree que la dinámica del desequilibrio de un
sistema beneficia la capacidad de mejorar la situación respecto al nivel de vida que se tenía antes de la emergencia
(‘bouncing forward and better’). Cualquier intento de construir resistencia no debería basarse en la idea de
restablecer el equilibrio porque algunos sistemas no poseen un estado estable al que regresar después del desastre.
Con un enfoque triangular, esta investigación adopta varios métodos entre los que se incluyen: entrevistas
semiestructuradas con personas clave, entrevistas en hogares y discusiones con el grupo focal de miembros de la
comunidad. Estas discusiones con el grupo focal incluyen un mapeo del riesgo y la resistencia como métodos
primarios de recogida de datos. Las ubicaciones de este caso práctico han sido seleccionadas por Christian Aid por
ser un buen ejemplo de lecciones aprendidas. Se adoptó un muestreo intencional de participantes para así asegurar
la diversidad.
6.3 Análisis de los datos
Se empleó un análisis temático de los datos que puso de manifiesto los temas y percepciones comunes y opuestos
sobre las variables de resistencia identificadas y los factores adicionales más importantes. Una vez se hayan recogido
todos los casos prácticos se llevará a cabo un análisis más profundo.
6.4 Retos y Limitaciones
Durante el proceso de recogida de datos se observaron varias limitaciones:
1. Presencia militar y paramilitar
La primera limitación que se observó fue la presencia militar y paramilitar en la zona. El primer día, el equipo tuvo que
detener la investigación ya que la comunidad les informó de la presencia de paramilitares cerca de una de las zonas
humanitarias y se tuvieron que iniciar los protocolos de protección. Esto no solo retrasó la investigación, sino que
además generó ansiedad en la comunidad y el equipo de investigación.
Unos días después, un grupo militar se asentó en la zona de paz humanitaria de la comunidad donde el equipo de
investigación debía llevar a cabo una discusión con un grupo focal. Se les pidió que abandonaran la zona, pero al
hacerlo se situaron bajo un árbol cercano por lo que la discusión con el grupo focal tuvo que posponerse; no se
consideró apropiado llevar a cabo esta discusión acerca del conflicto y los participantes armados teniéndolos tan cerca.
2. Presencia del personal de Christian Aid
Debido a que la comunidad se encuentra en una zona muy remota, el equipo tuvo que quedarse allí una semana y por
este motivo tuvieron que estar presentes trabajadores adicionales por razones de seguridad y logística. Después de la
segunda entrevista a un hogar, el equipo consideró que los miembros de la comunidad que participaban en las
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entrevistas podrían no sentirse cómodos al expresar sus ideas si había tantos trabajadores de Christian Aid y por este
motivo se tomó la decisión de dejar que el investigador de Kings College London y su traductor independiente llevaran
a cabo las entrevistas. Esto hizo que los participantes se sinceraran y hablaran con mayor libertad.
3. Limitaciones de tiempo, de investigación y de jerarquía de las comunidades. Negociaciones de paz entre el
gobierno y las FARC
Debido al limitado tiempo y a la capacidad de este proyecto, el equipo de investigación no pudo pasar demasiado
tiempo en la comunidad (una semana) y para garantizar el rigor académico tuvo que usar exactamente el mismo
número de participantes y los mismos métodos que en cualquier otro caso práctico, sin embargo, la sólida organización
y unión de la comunidad significó que los participantes no estuvieron dispuestos a facilitar un grupo focal de 8 a 10
personas y demandaron reuniones con la comunidad al completo (lo que significaba cientos de personas). Después de
varias negociaciones y reuniones con personal de Christian Aid y su coparte, se pudo convencer a la comunidad de que
llevaran a cabo discusiones con grupos más pequeños además de una asamblea para toda la comunidad. A todo esto
hay que añadir que la comunidad deseaba poner de manifiesto sus ideas alrededor de las negociaciones de paz que
se estaban llevando a cabo entre el gobierno y las FARC y aunque esto era útil para la valoración del riesgo y la
resistencia presente, se tuvo que seguir negociando con la comunidad para que expresaran sus reflexiones al
desplazamiento y las crisis anteriores.
7. Resultados
Resumen
Está claro que el trabajo de Christian Aid en Cacarica y otras comunidades desplazadas de Colombia es uno de los
grandes logros de Christian Aid. Los proyectos muestran los mejores ejemplos de desarrollo e implementación de
proyectos con altos niveles de participación de la comunidad, incidencia y defensa de los derechos humanos. Junto a
sus copartes, Christian Aid se ha enfrentado a las atrocidades del conflicto y ha trabajado incansablemente para que
las personas desplazadas y traumatizadas puedan regresar a sus tierras y para apoyar a los miembros de la
comunidad en la lucha por sus derechos y en su resistencia ante los actores del conflicto en los tribunales de justicia
internacional.
Las reflexiones iniciales de LPRR identifican siete puntos fuertes en la forma en la que los proyectos fueron
diseñados, implementados y gestionados:
1. Financiación flexible. Los financiación continuada y flexible de este programa hizo que se pudiera llevar a cabo un
método participativo en el que la comunidad estaba al frente del proceso y que se adataba y desarrollaba acorde al
desarrollo de los riesgos y el contexto.
2. Continua evaluación del riesgo. Directamente relacionado con el punto anterior, la financiación continuada y
flexible ha permitido realizar una valoración del riesgo continuada y adaptar el programa según los cambios en la
situación, permitiendo así la construcción de resistencia ante un contexto en continuo cambio.
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3. Capacitación de los miembros de la comunidad para aumentar la concienciación y la confianza y desarrollar la
capacidad de incidencia. El nivel de capacidad de la comunidad es muy sólido y por tanto la comunidad junto con
sus líderes son capaces de llevar las riendas del proyecto de forma independiente, tomar decisiones, desarrollar
propuestas de proyectos e incidir por sus propios derechos y necesidades directamente ante el gobierno.
4. Líderes de la comunidad fuertes y alto nivel de pertenencia a la comunidad y de participación en el proyecto.
Directamente relacionado con el punto 3.
5. Incidencia desde el comienzo. La incidencia en derechos de la comunidad ha estado al frente del proyecto desde el
comienzo y es una prioridad tanto para Christian Aid y sus copartes como para los miembros de la comunidad. Uno
de los miembros explicó que, aunque los alimentos y el agua son necesarios, ¿para qué los quieren si no tienen
derecho a vivir? La incidencia ha hecho que se adopte un enfoque en la resistencia a largo plazo. «¿Para qué nos
mantienen con vida si no tenemos el derecho a vivir?» (Miembro de la comunidad).
6. Acompañamiento. En este contexto fue increíblemente efectivo el acompañamiento constante por parte de
trabajadores de ONG internacionales en los momentos más críticos del conflicto violento. Aunque este puede no ser
el caso en todos los países y contextos, en el caso de Colombia, tener trabajadores internacionales de Europa y
Norteamérica siendo testigos, denunciando y viviendo con las comunidades tuvo un impacto significativo en el nivel
de protección de la comunidad y pudo prevenir ataques violentos y violaciones de los derechos humanos.
7. Religión. Directamente relacionado con lo anterior, los trabajadores basados en el país, los supervivientes y los
miembros de la comunidad describieron la importancia de la religión y los trabajadores religiosos en las medidas de
protección. Los supervivientes dijeron que, aunque el acompañamiento y la presión política es lo más importante,
nada hubiera sido posible sin los trabajadores religiosos. «Si no fuera por las monjas y curas de PBI, si no fuera por
nuestros hermanos y hermanas del mundo, no hubiéramos podido regresar y no estaríamos aquí hoy. Nos han
demostrado que no estamos solos» (Miembro de la comunidad). La presencia y el apoyo de trabajadores y
organizaciones religiosas ha dado a la comunidad un fuerte sentido de esperanza, un apoyo global amplio y un
sentido de unión que ha permitido que se formen las bases de confianza necesaria después de una crisis por la que
la comunidad se vio desplazada, confundida, asustada y sin la seguridad de poder confiar en alguien. Las
organizaciones religiosas podrían seguir construyendo esta confianza y comenzar el proceso de protección,
incidencia en derechos humanos y acompañamiento que permita a los supervivientes regresar a la seguridad de sus
tierras.
Principios de Resistencia
A continuación, se listan los principios de resistencia de la metodología que fueron analizados desde el punto de
vista de la comunidad y del personal de terreno. También se reflexionó sobre los retos y recomendaciones clave.
Principio 1: existe participación por parte de la comunidad, incorporando los valores sociales y el conocimiento
local en los proyectos de construcción de la resistencia
«Hubo un alto nivel de participación. Todas las decisiones se basaron en decisiones conjuntas de los
comités. Todos fuimos partícipes de los proyectos y trabajamos juntos» (Miembro de la comunidad).
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«Todos hemos estado muy involucrados, tomando decisiones y diseñando propuestas de proyectos»
(Miembro de la comunidad).
«El concepto de una zona humanitaria fue desarrollado por la comunidad, fue su idea y su propuesta.
La idea de regresar y cómo recibir apoyo fue de la comunidad, han sido y son increíblemente
organizados» (Personal de terreno)
Todos los participantes están de acuerdo en que ha habido y aún hay un alto nivel de participación de la comunidad
durante todo el programa. Durante el periodo en que estuvieron desplazados, la comunidad decidió que debían
organizarse por lo que formaron diferentes comités para garantizar que todas las opiniones fueran tenidas en cuenta
a la hora de trabajar para poder regresar a sus hogares. Trabajando junto a CIJP, PBI y Christian Aid, la comunidad ha
ideado una estrategia para desarrollar el diálogo con el gobierno, denunciar lo que les estaba sucediendo y
configurar un plan de tres fases para poder regresar a sus hogares. Todos los sectores de la comunidad estaban
involucrados: se creó un comité de mujeres, un comité de jóvenes, un comité de ancianos, un comité de diálogo y
muchos más. La comunidad tomó todas las decisiones en conjunto y las presentaron ante CIJP o PBI para obtener su
apoyo.
La comunidad compartió con CIJP y PBI su conocimiento de la zona, de los grupos rebeldes y de los riesgos y así se
pudieron desarrollar planes y procedimientos de seguridad efectivos. Christian Aid y sus copartes creen que la
participación de la comunidad y el conocimiento local compartido es el elemento principal que ha contribuido al
éxito y la sustentabilidad del programa.
Además de esto, los valores sociales y la historia de la comunidad han sido reconocidos como aspectos de gran
importancia. Aunque la comunidad no ha podido regresar al mismo hogar que tenían antes de ser desplazados, se
han centrado en enseñar a las nuevas generaciones su historia, valores y forma de vida. Creen que esto es un
aspecto muy importante del trabajo que han hecho y continúan haciendo.
Principio 2: Existe una gestión efectiva que apoya la unión de la comunidad y reconoce que los sistemas de
resistencia se pueden entender desde varios puntos de vista.
«Hemos trabajado juntos en grupos pequeños. Compartimos nuestras manos para trabajar juntos»
(Miembro de la comunidad).
«No se toma ninguna decisión sin que sea aprobada por todos» (Miembro de la comunidad).
«La unión era fuerte y lo sigue siendo. Viven de forma diferente, han cambiado radicalmente su
estructura social para ser más resistentes. Al principio no trabajaban en común y todo era caótico, pero
lo entendieron pronto y se unieron para organizarse. Ahora dependen unos de otros, es casi como una
cooperativa o maquina comunitaria: poseen un alto nivel de confianza y un sistema organizativo»
(Personal de terreno).
Si observamos la gestión de la comunidad queda claro que existe una fuerte organización y liderazgo. Tanto la
comunidad como el personal de terreno dan fe de que la solidez de los líderes de la comunidad ha tenido un impacto
muy positivo en el proyecto. Además, los miembros de la comunidad y el personal de terreno han explicado cómo
14
después de las emergencias decidieron regresar a sus tierras como dos grandes comunidades en lugar de 23
pequeñas aldeas para así fortalecer la unidad de la comunidad, la solidaridad y la capacidad de resistencia. El
resultado fue que la comunidad se siente más fuerte, segura y protegida viviendo y trabajando juntos.
«El conflicto nos unió y nos obligó a organizarnos. Hemos listado nuestras peticiones, pero lo más
importante es la unidad; sin unidad somos débiles y juntos somos fuertes. Nos hemos unido para
estar organizados y proteger nuestros derechos» (Miembro de la comunidad).
«Hemos sido capaces de entablar un diálogo con el gobierno para manifestar nuestras exigencias» (Miembro de la comunidad).
Género
Además de lo anterior, si reflexionamos sobre el liderazgo de la comunidad y los proyectos en Cacarica, todos los
miembros de la comunidad explicaron cómo las mujeres (tanto en sus hogares como las mujeres al frente de la
comunidad) fueron las que recibieron la financiación o las contribuciones a sus formas de sustento, como por
ejemplo, semillas. La comunidad explicó que las mujeres deben ser las responsables de la economía tanto a nivel del
hogar como de la comunidad ya que todos (tanto hombres como mujeres) creen que las mujeres se ocuparán mejor
del dinero y lo gastarán de acuerdo con las prioridades.
«El dinero debe ser repartido a las mujeres para que todo sea invertido en el hogar. Si son los hombres los que reciben el dinero, solo una parte será para el hogar» (Miembro de la comunidad).
Otro aspecto que quedó claro tras hablar con los líderes y miembros de la comunidad fue su concienciación sobre los
problemas de género y su interés en respaldar la igualdad. Por ejemplo, al entrevistar a un grupo de hombres de la
comunidad, todos quisieron saber si se les iba a dar la misma oportunidad a las mujeres de expresar sus puntos de
vista y muchas mujeres cuentan con el apoyo de sus esposos para regresar a la escuela. Los miembros de la
comunidad explicaron cómo esto ha cambiado la dinámica social y de género de los hogares y la comunidad, ya que
los hombres adoptan cada vez más responsabilidades que tradicionalmente recaerían en las mujeres (como por
ejemplo el cuidado de los niños, cocinar y limpiar) para así apoyar a las mujeres a que reciban educación.
Gestión formal
Si observamos la gestión formal del gobierno local se encuentran opiniones variadas. La comunidad y el personal de
terreno opinan que no es fácil tratar con el gobierno local y a menudo lo encuentran hostil y corrupto. En cambio, el
gobierno nacional parece ser un poco más accesible y parece haberse desarrollado una relación entre el gobierno
nacional y las ONG y comunidades. Tanto las ONG como las comunidades creen que esto es el resultado de la
presión internacional.
Uno de los principales objetivos del programa ha sido reforzar el diálogo entre la comunidad y el gobierno nacional y
fortalecer la habilidad de la comunidad a la hora de denunciar delitos y desarrollar la incidencia en derechos
humanos y necesidades de la comunidad. El gobierno (principalmente la unidad de protección a la que se entrevistó)
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declaró que ellos facilitan información y medidas de protección a la comunidad y aunque no trabajan directamente
con ninguna ONG mantienen una buena relación con estas.
Principio 3: La existencia inevitable de incertidumbre y cambio puede hacerse frente con actividades de
preparación que refuercen la flexibilidad ante los posibles e inesperados riesgos futuros
«Antes no estábamos preparados y ahora tenemos una estrategia, estamos más abiertos, informados y conscientes. Tenemos un objetivo para las generaciones futuras. Perseguimos la verdad duradera, la justicia y la paz» (Miembro de la comunidad).
«La comunidad está más preparada, tiene más concienciación, información y fortaleza» (Personal de terreno).
«Al vivir juntos son más fuertes. Ahora tienen la preparación que no tenían antes. Ellos inician la alarma, hacen llamadas al ministerio de defensa y a nuestras copartes; están organizados» (Personal de terreno).
Si se compara el nivel de preparación de la comunidad antes y después del desplazamiento, los miembros de la
comunidad y el personal de terreno opinan que la comunidad está mucho más preparada hoy en día. Creen que
antes de la emergencia, la comunidad no sabía qué debía hacer o cómo protegerse, sin embargo, ahora saben cómo
monitorizar y comunicar información, cómo dirigir las zonas de paz humanitaria y qué hacer si grupos rebeldes o
paramilitares se acercan.
La comunidad tiene gran concienciación del nivel de riesgo y de los derechos humanos, así como una gran habilidad
para expresar sus preocupaciones, necesidades y planes futuros. La comunidad también mencionó su concienciación
sobre los futuros riesgos y la situación que se avecina en lo referente a las negociaciones de paz con las FARC. Han
mantenido sus comités activos y evalúan la situación, riesgos y protocolos con regularidad.
Principio 4: Hay lugar para un aprendizaje continuado
«El concepto de una zona de paz humanitaria comenzó en Cacarica y se ha extendido por todo el país. La comunidad ha compartido su aprendizaje no solo entre ellos sino también con otras comunidades. Las organizaciones han aprendido mucho de esta idea y la han compartido e inspirado a otros; ha habido un gran intercambio de aprendizaje» (Personal de terreno).
«Hemos aprendido mucho de ellos (de la comunidad)» (Personal de terreno).
Ha quedado claro que el programa se ha enfocado en gran parte en el aprendizaje. Las copartes han desarrollado y
fortalecido la capacidad de la comunidad para entender y desarrollar la incidencia en sus derechos y necesidades.
Christian Aid y sus copartes han explicado cuánto han aprendido de la comunidad y han llevado el ejemplo de las
zonas de paz de Cacarica a muchas otras comunidades y proyectos. Además, los líderes de la comunidad han viajado
por todo Colombia y a otros países para compartir su experiencia y lecciones aprendidas con otras comunidades
desplazadas. La comunidad de Cacarica ha formado una organización llamada CONPAZ, Comunidades
Construyendo Paz en los Territorios, que consiste en 150 comunidades colombianas que han sido desplazadas o
amenazadas con serlo. En este espacio las comunidades aprenden unas de otras sobre cómo denunciar lo que está
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pasando, cómo protegerse a sí mismas y como practicar la incidencia en sus derechos. La comunidad siente que esto
ha aumentado en gran medida la seguridad en sí misma y el sentimiento de importancia en Colombia.
Principio 5: Mejora de la situación respecto al nivel anterior al desplazamiento (Bouncing Back Better). Bouncing
back better significa mejorar las oportunidades de desarrollo por medio de programas: los programas de resistencia
tratan los problemas de justicia e igualdad. Cualquier intento de reconstrucción y preparación no debería tener
como objetivo la restauración de las condiciones anteriores al desplazamiento.
«Puede que tengamos más conocimiento de política, pero económicamente estamos peor que
antes del desplazamiento» (Miembro de la comunidad).
«No creo que hayamos alcanzado un nivel de vida mejor. Antes vivíamos bien, podíamos aspirar al
bienestar, pero entonces nos vimos desplazados y todo se destruyó, nos vimos obligados a vivir de
otra forma, fue como si se creara una nueva comunidad que tuvo que empezar de cero» (Miembro
de la comunidad).
«Debemos abordar la desigualdad social y económica. Estamos trabajando para reparar el daño,
pero necesitamos restablecer formas de sustento sostenibles. Seguimos apoyándoles para que
obtengan sus derechos legales, políticos y económicos» (Personal de terreno).
Los miembros de la comunidad y el personal de terreno han explicado que se ha ganado y perdido mucho con el
desplazamiento de Cacarica y el desarrollo de la zona de paz, sin embargo, la comunidad cree que al seguir viviendo
en un campamento y no sentirse segura de cultivar sus tierras, todavía no han alcanzado el nivel de vida que tenían
antes del desplazamiento ni pueden construir un nivel mejor al anterior. Creen que para alcanzar un nivel mejor
deben recibir la compensación prometida por el gobierno, sentirse seguros de cultivar sus tierras, poder vivir en paz
y tener mejor acceso a una educación superior, un mercado justo y oportunidades para establecer formas de
sustento.
«No, todavía no estamos en ese punto. La gente no se siente segura de regresar a sus tierras o
trabajarlas y tiene dificultades económicas» (Personal de terreno).
«Necesitamos que el gobierno nos entregue el dinero que prometió y que deje de molestarnos y
amenazarnos. Antes vivíamos en paz y no teníamos miedo» (Miembro de la comunidad).
En las imágenes que se muestran a continuación, la comunidad elaboró un mapa cronológico de la historia de la
comunidad y desarrolló mapas para hablar sobre las crisis, la intervención, qué significa para ellos la resistencia y si
la comunidad es capaz de mejorar su situación respecto al nivel de vida anterior.
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Mapa cronológico de la historia de la comunidad (Desde antes del desplazamiento a la actualidad)
Mapa 1: Antes del desplazamiento
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Qué significa para la comunidad la resistencia
Con estos mapas, la comunidad desarrolló su concepto de resistencia. Para las comunidades de Cacarica resistencia
significa educación, unión de la comunidad, paz y derechos sobre sus tierras.
«Si tienes los conocimientos necesarios es más difícil que te engañen» (Miembro de la comunidad).
Además, los miembros de la comunidad y el personal de terreno reflexionaron sobre cómo construir resistencia y
listaron la necesidad de:
1. Garantías por parte del gobierno sobre la propiedad de terrenos, derechos humanos y reparación
2. Garantías para sus actividades económicas
3. Protección y prevención por parte del gobierno
4. Prevención: Se están desarrollando grandes avances en cuanto a defensa de recursos humanos pero
muy pocos para prevenir el desplazamiento y la violencia.
5. Identidad colectiva, enlace social fuerte y unión de la comunidad
6. Fortalecimiento y sentimiento de pertenencia: las comunidades deben redactar sus propuestas y
gestionar sus proyectos.
Retos y recomendaciones
Los principales retos y recomendaciones a los que tuvieron que hacer frente la comunidad y el personal de terreno
durante el programa se listan en el siguiente cuadro.
«Queremos vivir en paz y que los grupos armados nos dejen tranquilos» (Miembro de la comunidad).
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«Que nos permitan prosperar económicamente y vivir en paz y podremos cuidar de nosotros mismos» (Miembro de la comunidad).
«Organización, organización, organización. Unión, sin unidad no hay nada. Denunciar las injusticias, buscar apoyo y protección y construir un diálogo con el gobierno» (Miembro de la comunidad).
Retos Recomendaciones
Personal de terreno
1. Violencia, inseguridad y miedo, presencia de grupos
armados, aparición de nuevos grupos armados, ubicación
estratégica del río, amenazas, intimidación y ataques al
personal. A menudo los miembros de la comunidad tienen
miedo de contar lo que han visto. Hubo que fomentar la
confianza para que las comunidades se sintieran cómodas y
pudieran hablar y confiar en otras comunidades y
organizaciones
2. Los principales problemas siguen vigentes. La comunidad
vive en un campamento y aún no han recibido lo que el
gobierno les prometió. La comunidad cree que no habrá paz
hasta que haya igualdad y Colombia es un país con mucha
desigualdad
3. Oposición política del gobierno
4. Interpretación que los medios de comunicación hacen de las
zonas humanitarias como «campos de concentración»
5. Estigmatización de las personas afrocolombianas y
desplazadas y acusaciones de que cooperaban con las FARC
Miembros de la comunidad / beneficiarios:
6. Las condiciones iniciales en el «campamento de refugiados»
de Turbo no eran buenas. Aglomeración, malas condiciones
sanitarias, malnutrición, información contradictoria por
parte del gobierno. «No había felicidad, solo miedo». «Lo
único bueno fue cuando anunciaron que podíamos regresar
a nuestras tierras», «fuimos humillados y sufrimos mucho»,
«perdimos todo, incluso nuestra esperanza» (miembros de
la comunidad)
7. La soberanía alimentaria sigue siendo un reto.
8. La presencia de fuerzas paramilitares. «Los paramilitares
tienen mucho poder aquí y son peligrosos, tenemos miedo
de que invadan esta zona si se van las FARC» (miembro de la
comunidad)
Personal de terreno
1. Garantizar financiación flexible a largo plazo
2. Hacer de la incidencia desde el comienzo el objetivo
principal. Construir la capacidad y seguridad de la
comunidad para hacer incidencia por sus necesidades
3. Permitir que la comunidad organice y gestione el programa
4. Poner en marcha un sistema de acompañamiento y
denuncia disponible las 24 horas
5. Estar presente en la comunidad durante todo el programa
6. Obtener el apoyo de redes internacionales
7. Mantener una agenda política transparente
8. Trabajar por medio de copartes locales
9. Pararse a reflexionar durante el programa, elaborar
valoraciones del riesgo regulares e introducir cambios para
mejorar
10. Ofrecer apoyo psicosocial
11. Introducir estrategias de protección sólidas como el
acompañamiento
Miembros de la comunidad / beneficiarios:
12. Organizarse
13. Permanecer unidos
14. Prestar atención al daño espiritual y mental
15. Trabajar en la incidencia para que el gobierno tome
responsabilidad y garantice los derechos humanos básicos
necesarios
16. Entregar los recursos a las mujeres
17. Enseñar a la gente cómo defender sus derechos de forma
efectiva
18. Entablar una buena comunicación entre sí y con otras
comunidades (estación de radio, formación de CONPAZ,
etc.)
19. Construir una soberanía alimentaria
20. Darle voz a los que no la tienen
23
9. El interés de diferentes partes en las tierras de la comunidad
(desde paramilitares a empresas privadas).
21. Garantizar alimento, enseñanza y servicios de
asesoramiento desde el comienzo.
8. Análisis de Absorción, Adaptación y Transformación de Bene et al (2012)
Observaciones iniciales
Teniendo en cuenta las observaciones del análisis de Absorción, Adaptación y Transformación (AAT) de Bene et al
(2012) para la resistencia, se consideró importante entender qué significaba para la comunidad el concepto de
resistencia y explorar cómo el personal de terreno y los demás participantes creían que la intervención había
impactado en la resistencia de la comunidad. El gráfico a continuación muestra la percepción de los participantes
sobre las fases de la intervención en relación con los principios de resistencia. Vale la pena mencionar que el
personal de terreno tuvo mayor dificultad para contestar en comparación con otros casos prácticos ya que Christian
Aid no trabajaba en la comunidad antes del desplazamiento. Además, dado que el programa sigue en curso y la
comunidad todavía vive en la zona de paz humanitaria, no se puede comparar el antes y el después de los principios.
Los resultados que se muestran a continuación son solo las reflexiones de unos cuantos ya que muchos participantes
no pudieron dar una calificación.
Este caso práctico no ofrece el análisis temático necesario para hacer un análisis profundo y una vez se haya
completado el proceso de análisis de datos se redactará un segundo documento. Este documento tiene como
objetivo plasmar las reflexiones iniciales. Con esto en mente y reflexionando sobre las experiencias y pensamientos
de los miembros de la comunidad y el personal de terreno se puede decir que la comunidad ha mostrado un alto
nivel de resistencia, por su capacidad para hacer frente al daño inicial, por su adaptación a los cambios y contextos y
por la transformación de su modo de vida para hacer frente a los riesgos. Todo esto hace de este caso práctico un
buen ejemplo de cómo la resistencia de la comunidad se puede construir en contextos de conflicto prolongado y
continuado.
Absorción
Indicador Antes Durante el programa y en la actualidad
1. Participación de la comunidad - 5
2. Unidad de la comunidad 3 5
3. Fortalecimiento de la relación con el gobierno 0 4
4. Mayor entendimiento del riesgo 0 5
5. Mayor acceso a la información 0 4
6. Preparación 0 4
7. Aprendizaje continuo 0 5
8. Tener como objetivo mejorar la situación con respecto a la situación anterior al desplazamiento (Building Back Better)
- 3 / 4 / 5 es un objetivo importante pero no es posible
24
Se puede decir que la comunidad demostró una buena absorción del daño por la forma en la que respondieron a las
crisis. Se reunificaron en Turbo (o Panamá) e hicieron frente a la violencia retirándose a lugares seguros.
Adaptación
Se puede decir que la comunidad se adaptó al nuevo contexto por medio de una buena organización, de la unión
para elaborar un plan para regresar a sus tierras y de la obtención de medidas de protección por parte de
organizaciones.
Transformación
También se puede pensar que la comunidad cambió radicalmente y transformó su forma de vida para estar unidos y
formar dos asentamientos de mayor tamaño en lugar de 23 aldeas pequeñas. Cambiaron sus formas de sustento,
aumentó su conocimiento y capacidad para denunciar las violaciones de los derechos humanos, implementaron
medidas de protección y pueden hacer frente a amenazas de futuros desplazamientos.
A todo esto hay que añadir que la dinámica social se ha transformado y existe un mayor acceso a la educación para
adultos y mujeres y los hombres participan más en las tareas del hogar y el cuidado de los hijos, lo cual
tradicionalmente recaía solo en las mujeres. Aunque existe una cultura de masculinidad muy clara, ha habido una
transformación en los roles de género.
La comunidad se siente más fuerte y resistente gracias a esta transformación, sin embargo, para alcanzar la calidad
de vida que tenían antes del desplazamiento sienten que debe de llegar la paz, la compensación, la seguridad para
regresar a sus tierras, el acceso justo y equitativo a los mercados y la oportunidad de desarrollo económico y de una
educación superior. La comunidad teme que las negociaciones de paz entre el gobierno y las FARC desestabilicen el
contexto pacífico y pongan en peligro el trabajo realizado para llegar donde están hoy. Aunque se sienten más
resistentes tanto individual como conjuntamente, siguen sintiéndose vulnerables a futuras amenazas.
9. Conclusiones
En este caso práctico se han expuesto los puntos fuertes, los retos y las recomendaciones del trabajo humanitario de
Christian Aid (y sus copartes) en Cacarica, Colombia. Todas las reflexiones se han compartido con el personal
humanitario, las copartes locales, los beneficiarios y los demás participantes involucrados en la respuesta, como el
gobierno local y asesores independientes.
En general queda claro que el caso práctico de Cacarica es un ejemplo de cómo la financiación a largo plazo, la
incidencia en protección y el trabajo en derechos humanos puede fortalecer la resistencia de una comunidad a largo
plazo. Tanto la comunidad como las copartes locales han trabajado mucho para desarrollar la organización, unidad,
concienciación, preparación y diálogo con el gobierno de la comunidad. A su vez, la comunidad ha cambiado
radicalmente su modo de vida para adaptarse y transformarse según el variable contexto de conflicto y aumentar su
resistencia ante un conflicto futuro y un desplazamiento forzado. Tanto la comunidad como el personal de terreno
25
creen que la participación ha sido increíblemente alta llevando a la comunidad a diseñar y gestionar los proyectos.
Sin embargo, también creen que no han sido capaces de llegar a un punto mejor al que tenían antes de la
emergencia ya que la crisis sigue vigente. La comunidad sigue viviendo en zonas de paz humanitarias, no tienen la
seguridad para cultivar sus tierras y el conflicto sigue activo. Para la comunidad de Cacarica la resistencia significa
paz, educación, derechos, formas de sustento y acceso a un mercado justo.
Por último, queda claro que la resistencia a largo plazo que la comunidad pudo construir es una consecuencia directa
del éxito y eficacia del programa de Christian Aid (y sus copartes) en Cacarica a la hora de facilitar la organización de
la comunidad y la protección e incidencia en derechos humanos desde el comienzo de la respuesta. Sin embargo,
este caso práctico también muestra que si no se atacan las causas de la vulnerabilidad, es muy difícil mantener la
resistencia. Para la comunidad de Cacarica esta vulnerabilidad está causada por el continuo conflicto prolongado que
se ve reproducido y reforzado por la desigualdad social e intensificado por el control militar y la globalización, la cual
genera un aumento del interés del sector privado en la tierra de los supervivientes.
Este caso práctico ha identificado los siete puntos fuertes del proyecto de Christian Aid y sus copartes:
1. Financiación flexible 2. Continua evaluación del riesgo 3. Capacitación de los miembros de la comunidad para despertar conciencia, fortalecer la confianza y
desarrollar la capacidad de incidencia 4. Líderes de la comunidad sólidos y fuerte sentido de pertenencia a la comunidad con participación en los
proyectos 5. Incidencia desde el comienzo 6. Acompañamiento 7. El papel de la religión
Las recomendaciones fundamentales señaladas por el personal de terreno y los miembros de la comunidad para una
futura respuesta humanitaria basada en la resistencia en una situación de conflicto incluyen:
Personal de terreno:
1. Asegurar la financiación flexible y prolongada
2. Incluir la incidencia desde el comienzo como objetivo primordial. Desarrollar la capacidad y la seguridad
de la comunidad para que puedan defender sus necesidades.
3. Permitir que la comunidad se organice y gestione el programa
4. Poner en marcha un sistema de acompañamiento y denuncia disponible las 24 horas
5. Estar presente en la comunidad durante la duración del programa
6. Obtener el apoyo de organismos internacionales
7. Mantener una agenda política transparente
8. Trabajar por medio de copartes locales
9. Realizar evaluaciones y valoraciones de riesgo regulares y adaptar el método de actuación para
introducir mejoras
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10. Ofrecer apoyo psicosocial
11. Introducir sólidas estrategias de protección como el acompañamiento
Miembros de la comunidad / beneficiarios:
1. Organizar y mantener la unión de la comunidad
2. Prestar atención al daño espiritual y mental
3. Hacer incidencia para que el gobierno tome responsabilidad y facilite los derechos humanos básicos que
necesita la población
4. Entregar los recursos a las mujeres
5. Enseñar a la comunidad a defender sus derechos de forma efectiva
6. Fomentar la comunicación entre miembros de la comunidad y entre comunidades (por medio de una
estación de radio, de la formación de una red CONPAZ, etc.)
7. Construir una soberanía alimentaria
8. Darle voz a los que no la tienen
9. Garantizar alimentos, enseñanza y apoyo desde el comienzo
Pasos a seguir: se recopilarán los casos prácticos de República Democrática del Congo y Bangladesh para así poder
realizar un análisis crítico de los 8 casos prácticos y desarrollar, poner a prueba e introducir un enfoque global para
una respuesta humanitaria basada en la resistencia. Para más información puede contactar con Becky Murphy, LPRR
Resilience Learning and Capacity Building officer, [email protected].
Equipo de investigación de Christian Aid y participantes de la comunidad