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Vol. V, número 52, 15 de noviembre de 2009. CEDICULT Director: Leonel Durán Solís
En este número:
• El santuario celtibérico de Segeda, único calendario lunisolar conservado
• Hallan en Samos pecios de 2,400 años
• La gran aventura del espíritu: semblanza de Claude Lévi-Strauss
• Las Cantigas de Alfonso X por primera vez juntas en exposición
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El santuario celtibérico de Segeda, único calendario lunisolar conservado
El santuario celtibérico de Segeda, en Calatayud (Zaragoza), que data
del siglo II de nuestra era, es el único calendario de ciclo lunisolar
que se conserva desde la antigüedad en todo el Mediterráneo. Así lo
constatan los últimos descubrimientos, que demuestran que la base de
esta construcción se levantó teniendo en cuenta distintas orientaciones
astronómicas.
Lo ha explicado el catedrático Francisco Burillo, que dirige el grupo de
investigación de este estudio arqueoastronómico, ya que los celtíberos
construyeron el santuario alineándolo con el solsticio de verano, los equi-
noccios, el norte astronómico y la Parada Mayor de la Luna, que marca
un ciclo de 19 años denominado ciclo de Metón.
Burillo ha calificado este descubrimiento de “excepcional” y ha explica-
do que para llevar a cabo este estudio se utilizó un programa informático
que permite recrear el firmamento de cualquier época. Posteriormente se
comprueban los datos sobre el terreno.
Los descubrimientos han demostrado que el santuario de Segeda es
una construcción única en el mundo, que permite aumentar los cono-
cimientos sobre la sacralidad en la cultura celtibérica, muy desconocidos
hasta la fecha, como por ejemplo, que la construcción no tenía cubierta.
Esto se relacionaría con las culturas galas, que afirmaban que sus dio-
ses eran tan importantes que no podían estar prisioneros dentro de un
edificio, ha subrayado Burillo.
Cronología
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
También ha explicado que una de las cosas que más llamó la atención
de los investigadores fue la “extraña” forma de la base de la construc-
ción, que tenía forma trapezoidal, y un ángulo muy poco común, de
120 grados, en la piedra angular. Esto significa que utilizaban el sistema
sexagesimal, lo que lo relaciona con otras corrientes mediterráneas de
la antigüedad. La base de este trapecio coincidiría con el norte astro-
nómico, mientras que el lado mayor de la plataforma está orientado a
la Parada Mayor de la Luna, es decir, cuando la Luna está más alejada,
cuando se encuentra “muy alta” en el firmamento.
Esta construcción demuestra el interés de las poblaciones celtibéricas
por los movimientos del Sol y la Luna como forma de medir el tiempo.
Además, los hallazgos se han presentado en el Congreso de la Sociedad
Europea de Astronomía celebrado recientemente en la Biblioteca de
Alejandría, lo que ha llevado a esta sociedad a solicitar a las autoridades
españolas medidas para proteger el paisaje y el entorno visible desde el
santuario, en el que hay diversas torres de cableado eléctrico.
Fuente: EFE
Cronología
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Hallazgo
Hallan en Samos pecios de 2,400 años
La importancia del sudeste del Mediterráneo en la navegación y el
comercio en el mundo clásico ha quedado patente con el descubrimiento
de pecios de 2 mil 400 años de antigüedad en el mar de la isla griega de
Samos. El arqueólogo Teotokos Theodulu, encargado de la supervisión
submarina de las reliquias arqueológicas en la isla griega, declaró que el
equipo ha descubierto “por primera vez en Samos un naufragio que
demuestra la importancia del este del mar Egeo en la navegación de la
antigüedad”. El descubrimiento se hizo en octubre, durante los trabajos
de renovación del puerto de Pithagorio, situado en el sureste de Samos,
cerca del litoral occidental de Turquía.
Los testimonios de pescadores de la isla llevaron a los científicos a
investigar el fondo del mar, al sur de la isla, a entre 25 y 40 metros de
profundidad, lo que permitió descubrir ánforas que datan del siglo III a.C.
“Un naufragio es una máquina de tiempo debido a que tiene la ventaja
de conservarse intacto al paso del tiempo, al contrario de las ruinas en la
superficie”, declaró el arqueólogo.
Theodulu afirmó que los restos de ese naufragio se encuentran “en
buen estado”. Otros restos de ánforas y piezas de cerámica fueron
localizados al este de Samos, a poca profundidad, entre las rocas y
la playa, procedentes de un naufragio del que aún no se ha definido
su antigüedad.
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
Hallazgo
La jefa del departamento de arqueológica submarina, Angeliki Simosi,
puntualizó que las ánforas tienen letras y dibujos que indican el uso del
puerto de Pithagorio.
Ya desde el siglo VI aC, Pithagorio fue el primer puerto utilizado para
la guerra por el tirano Polícrates y en el siglo V a.C. se convirtió en una
gran base naval para la flota de Atenas.
En otro punto del mar de la isla, llamado Kokariu, se encontraron restos
de un asentamiento de tiempos bizantinos de la segunda mitad del siglo
IX, que supuestamente se hundió debido a fenómenos tectónicos, según
explicaron los científicos.
Fuente: Efe/www.elhistoriador/eluniversal/mzr
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Érase una vez un jovencito que no sabía muy bien qué hacer con
su vida. Criado en una familia donde el arte era un verdadero
objeto de culto, hijo de un pintor retratista, era dueño de todos los
dones. Pudo convertirse en fotógrafo, como lo prueban las admirables
placas que tomó durante sus expediciones, reunidas en su mayor parte
en Saudades do Brasil (Editorial Omnibus, 1994). Pudo convertirse en
escenógrafo, toda vez que diseñó el decorado para una ópera com-
puesta por su amigo René Leibowitz, empresa que terminaría incon-
clusa. Autor de un Cinna que afirmaba haber extraviado pero donde
relata la intriga detallada al final de Tristes trópicos, pudo ser también
un autor teatral. Instruido en solfeo, capaz de escribir un deslumbrante
comentario sobre el Bolero de Ravel, recopiló entre los Nambikwara y
los Tupi-Kawahib músicas transcritas por la compositora Betsy Jolas…
que después se le perdieron en un taxi a un editor a quien jamás per-
donó. Habiendo comenzado desde la infancia con pequeñas coleccio-
nes, se volvió un coleccionista avezado durante su exilio neoyorquino
y esa fue una pasión que nunca perdió. Ante todo, un artista.
Atento a la observación de la naturaleza, le gustaba mirar un paisaje
rocoso para fijarse en las grietas —verdaderas centinelas del paso de
Semblanza
La gran aventura del espíritu (Claude Lévi-Strauss 1908-2009)
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
los siglos—. Aquel joven indeciso siguió los consejos de André Cres-
son, célebre autor de manuales, su profesor de filosofía en la Normal
Superior, y terminó la carrera de derecho. Y de filosofía, pero sin
apasionarse: la filosofía universitaria de aquel entonces consistía en
mirarse el ombligo mientras jugabas a saltar el burro. Sin embargo,
en su escuela Mont-de-Marsan fue un agregado feliz, pero, asignado
en Laon al año siguiente, se vio condenado a la repetición y protestó:
¡nunca más filosofía!
¿Qué hacer? Cuando lee la versión original de La sociedad primi-
tiva, del estadunidense Robert H. Lowie, le llega una revelación. Se
convertirá en etnógrafo. ¿Cómo? Misterio. En esas estaba cuando le
proponen ir a enseñar sociología en Sao Paulo. Aprovechó entonces
para estudiar la vida de los indígenas en los suburbios. De este modo,
en 1934, comenzó en la vida de Claude Lévi-Strauss la gran aventura
del espíritu.
Para un estudiante de los años 30 tenía ideas avanzadas que se afin-
caban en la geología. De acuerdo a su lectura de Freud, y puesto que
el vienés se concebía a sí mismo como un arqueólogo, Lévi-Strauss
se percata de que el psicoanálisis exploraba las ruinas de un paisaje
psíquico incomprensible en primera instancia. Y Marx, a quien leyó a
los 17 años, construía modelos sociales que era menester confrontar
con la realidad. Geología, psicoanálisis, marxismo, “las tres disciplinas
demuestran que comprender consiste en reducir un tipo de realidad a
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otro; que la realidad más veraz nunca es la más visible; y que la natura-
leza de lo verdadero se transluce ya en el esmero que intenta ocultar”,
escribe Lévi-Strauss en Tristes trópicos.
La gran aventura del espíritu comienza a finales de los años 30 con
la observación de los grupos amerindios en el Mato Grosso y en la
Amazonia. Son los Caduveo, los Bororo, los Nambikwara, la Tupi-
Kawahib: pasada la sorpresa de la primera impresión, el etnólogo los ve
sujetos a estructuras sociales inconscientes, expresadas en sus formas
de parentesco. En 1949, Las estructuras elementales del parentesco
—su tesis de Estado— recurre a la complicidad del matemático André
Weil para descifrar el orden de las alianzas familiares por medio de la
teoría de conjuntos, introduciendo la idea de que un modelo lógico-
matemático permite comprender lo social. Concebido de esta forma,
todo parentesco aparece como un sistema de intercambio de mujeres
y de bienes materiales, en el que Lévi-Strauss percibía en la época la
separación entre cultura y naturaleza. Pero si en este estudio, que más
tarde fue objeto de tantas polémicas, el espíritu sienta las bases de
modelos a partir de una realidad muy compleja, lo sensible regresa
al fin de la obra. ¡Y con qué lirismo!, pues a diferencia de los bienes
materiales, las mujeres hablan; y este intercambio de signos —pasión,
misterio, afecto— sí, eso cambia todo. “Hasta nuestros días, la
humanidad ha soñado con aprehender ese instante fugitivo donde le
fue permitido creer que podía usar con astucia la ley de intercambio,
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
ganar sin perder, disfrutar sin compartir”, dice Lévi-Strauss en Las
estructuras elementales del parentesco. Línea de fuga de un paraíso
imposible de encontrar.
Al usar las matemáticas, Lévi-Strauss realizó un llamado a las ciencias
jamás desairado después. Ya en 1949, al trabajar sobre un caso de
magia entre los Zuni de Nuevo México, los Kwakiutl de la región de
Vancouver y los Cuna de Panamá, analiza el extraño poder de las pala-
bras sobre el cuerpo, que Freud convirtió en la base del psicoanálisis.
Eso curaba, por supuesto y, claro está, eso también mata. Así funciona
la eficacia simbólica. Como puede apreciarse también en los campos
de batalla o bajo los efectos de las bombas, el miedo a los efectos del
vudú altera el sistema simpático, disminuye el volumen sanguíneo,
debilita la tensión arterial y puede ocasionar la muerte. A la manera de
un Freud que nunca hubiera renegado de sus primeras concepciones
psico-fisiológicas, Lévi-Straus no suelta jamás el hilo que une el espí-
ritu al cuerpo. Desde 1949, confiando en las investigaciones suecas
que identifican el papel de los polinucleótidos en las células nerviosas,
presenta el sustrato bioquímico de la cura mediante el habla, trátese
de psicoanálisis o de chamanismo. Y construye su teoría.
Durante la cura, las palabras de los mitos y la palabra del psicoanálisis
inducen una transformación orgánica que reorganiza la estructura del
espíritu para adaptarla a la perturbación que provoca el desorden. “La
eficacia simbólica —escribe Lévi-Strauss en Antropología estructural
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I. Magia y religión. La eficacia simbólica— consistirá precisamente en
esta ‘propiedad de inducción’ que poseen, unas en relación a otras, las
estructuras formalmente homólogas que pueden edificarse, con mate-
riales diferentes, en las diferentes etapas de lo vivo: proceso orgánico,
psiquismo inconsciente, pensamiento reflexivo”. Y concluye acerca de
la fuerza de la metáfora poética con palabras increíbles: “Nosotros
constatamos, de este modo, el valor de la intuición de Rimbaud cuan-
do dice que [la metáfora] puede servir para cambiar al mundo”. En
1971, en Raza y cultura, su segunda conferencia contra el racismo sos-
tenida a solicitud de la UNESCO, Lévi-Strauss utiliza la genética de los
pueblos para demostrar, con el ejemplo de las inmunidades cruzadas
entre la malaria y la sicklemia en África, que, a largo plazo, la cultura
puede modificar el patrón genético de un grupo humano. El espíritu
del hombre puede todo, incluso eso. Pero su eficacia se inscribe en
una totalidad.
“Acaso descubramos un día que la misma lógica opera en el pensa-
miento mítico y en el pensamiento científico” escribe Lévi-Strauss en
1955. Siete años más tarde, con El pensamiento salvaje, franquea el
paso: sí, la misma lógica actúa en todo pensamiento, ya sea “salvaje”,
revestido de magia y mito, o bien “civilizado”, utilizando la ciencia y
sus aplicaciones. Presente en Occidente con el trabajo manual, el pen-
samiento salvaje está en todo. El inmenso trabajo de las Mitológicas
ya está en camino, repartido en cuatro volúmenes desde 1964 hasta
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
1971: Lo crudo y lo cocido, De la miel a las cenizas, El origen de las
maneras de mesa, El hombre desnudo. Tomando como punto de par-
tida un mito bororo, que relata la historia de un hijo incestuoso casti-
gado por su padre y resucitado en un demiurgo heroico para vengarse,
Lévi-Strauss recorre ochocientos trece relatos de mitos, de los cuales
algunos son japoneses (una pequeña excursión). De esta manera des-
pliega la aventura del hombre amerindio con los animales, los árboles
y los dioses a partir de un simple gesto universal: prender el fuego.
Érase una vez un jovencito admirable que estudió filosofía a falta de
otra opción al no saber qué hacer con su vida. La Historia tomaría otra
decisión. El etnólogo que en toda su obra rechazó la filosofía fue sin
duda el mejor filósofo de su tiempo; aquél que, al no tener obstáculos
para su curiosidad, reflexionó sobre la cestería, un cuadro de Nicolas
Poussin, un collar de Clouet, el intercambio de botellas de vino en los
pequeños bistrós del suroeste de Francia en los años 1930, el mito de
Cendrillon y el mito de Edipo; sobre Japón, las óperas de Richard Wag-
ner, la obra de Chrétien de Troyes y el canibalismo, el pensamiento de
Jean-Jacques Rousseau y el uso de la sonaja, en fin, una no acabaría
nunca. Su obra no deja lecciones, es cierto. Salvo una. La lección de un
pensamiento destinado a jamás abandonar la aventura del espíritu.
Catherine Clément. Tomado de Mágazine Littéraire on line.
Traducción de Héctor Orestes Aguilar
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Letras
Las Cantigas de Alfonso X por primera vez juntas en exposición en Murcia
Murcia, (EFE).- Las Cantigas de Santa María, de Alfonso X, se podrán
ver juntas por primera vez en la historia en una exposición monográfi-
ca que sobre el rey Sabio y el siglo XIII español se inaugurará el próxi-
mo mes de octubre en Murcia.
El objetivo de la misma es dar a conocer la importancia del monarca,
su actividad política en España y Europa, así como el esplendor cultural
que promovió durante su reinado. Así lo han explicado en la presen-
tación de la muestra el presidente territorial de Caja Mediterráneo
(CAM), Ángel Martínez; el alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara
y el director general de Cultura de la Región, Enrique Ujaldón, orga-
nizadores de la misma, y el comisario de la muestra, el catedrático de
Historia Medieval de la Autónoma de Madrid Isidro Bango.
La exposición pretende mostrar la importancia de la figura de Alfon-
so X, considerado por algunos historiadores como el monarca más
universal y brillante de la Edad Media hispánica, en los campos de la
renovación de las leyes, “Las Partidas”, así como en los aspectos artís-
ticos y culturales o la astronomía.
Bango ha manifestado que la premisa “conocer nuestro pasado para
entender el presente” es la guía de esta exposición, donde se explicará
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
Letras
la historia “con coherencia” para una fácil comprensión del contexto
de la época. Esto, a través de la contemplación de obras como El
Corpus del Scriptorium real, donde se realizaba su obra literaria, los
códices y los trabajos de traducción, además de una de las piezas
“reina” de los talladores de marfil europeo: la Virgen Abridera, que se
conserva en Allaríz (Orense); o fichas y tableros del juego de ajedrez al
que el monarca era muy aficionado.
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Letras
El comisario de la muestra ha destacado entre las piezas estrella de
la muestra, que permanecerá abierta hasta enero de 2010, una casulla
del arzobispo de Toledo, Sancho de Aragón, en la que se unen borda-
dos en seda y oro los escudos de los reinos de Castilla, León y Aragón.
También joyas de la orfebrería, como el Relicario de las Tablas alfonsíes
o el del Santo Sepulcro, obras que han sido cedidas por instituciones
tanto españolas como británicas e italianas.
Isidro Bango ha dicho que el trabajo científico se plasmará en un
catálogo, en el que cuarenta especialistas nacionales y extranjeros
mostrarán la dimensión del personaje y de su obra.
Alfonso X tuvo una relación especial con Murcia, como la repartición
de la Huerta en la que se permitió el asentamiento de castellanos y
aragoneses. Aunque murió en Sevilla, su corazón se custodia en la
Catedral murciana.
En una de sus Cantigas, la número 169 dedicada a la virgen de la
Arrixaca, Alfonso X relata a modo autobiográfico algunos de los suce-
sos que protagonizó junto a su suegro Jaime I, respecto a las relaciones
entre cristianos y musulmanes.
Fuente: EFE
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Letras
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INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA
DIRECTOR GENERALALFONSO DE MARIA Y CAMPOS CASTELLÓ
SECRETARIO TÉCNICORAFAEL JULIO PÉREZ MIRANDA
SECRETARIO ADMINISTRATIVOLUIS IGNACIO SAINZ CHÁVEZ
COORDINADORA NACIONAL DE MUSEOS Y EXPOSICIONESMIRIAM KAISER
DIRECTOR DEL MUSEO NACIONAL DE LAS CULTURASY DEL CORREO DE LAS CULTURAS DEL MUNDO
LEONEL DURÁN SOLÍS
ÉSTA ES UNA PUBLICACIÓN DELCENTRO DE ESTUDIOS SOBRE LA DIVERSIDAD CULTURAL (CEDICULT)
DEL MUSEO NACIONAL DE LAS CULTURAS
EDITORMARIANO FLORES CASTRO
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MÉXICO, D.F., 15 de noviembre de 2009.
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