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zipzap744
Revision
General
ilsemm741
Hanna Marl
Joss
Pily
Recopilacion
Hanna Marl
Diseno
Hanna Marl
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indice Sinopsis
PARTE I
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
PARTE II
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
PARTE III
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
PARTE IV
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Demon Evolution
Acerca del Autor
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Sinopsis uando Taylor encuentra a Gabriel en la Universidad, está sorprendida
ante el sutil resplandor que le rodea, Nadie más, ni siquiera su mejor
amiga parece notarlo. Algo de él la asusta.
¿Es todo como parece? Mientras Taylor lucha en busca de preguntas, se
encuentra a sí misma en medio de una guerra de cien años centrada en una
maravillosa revelación. La evolución.
C
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PARTE i “Hurra por un niño
Esto lo hace por
Si hay alguna manera
la respuesta está en ti
Están enterrados
Antes de que ellos sepan exactamente qué hacer
Sus almas se pierden
Porque ellos nunca podrían encontrar…
¿Qué es esta vida? "
Credo—"¿Qué es esta vida?"
Del album My Own Prison (2007)
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Capitulo 1 Traducido por Hanna Marl
Corregido por Leeconemi
u garganta reseca quemaba con un fuego inextinguible. Trató de tragar, pero en
cada trago desesperado dejó su deseo; tenía la boca seca, no había ninguna
humedad dejada para refrescar su esófago enojado. El efecto vertiginoso de la
deshidratación afectaba su memoria. No podía recordar dónde estaba o cómo ella llegó
allí, pero sabía que si no encontraba agua pronto, La muerte dolorosamente la
reclamaría. Mientras trataba de orientarse, una niebla constante entraba y la rodeó de
una helada cubierta. Cayendo de rodillas en medio de la angustia, ella se dispuso a
sucumbir al sueño contra el cual había estado luchando desesperadamente.
Por el rabillo del ojo vio a un mal familiar deslizándose. Una serpiente, color negro con
ojos de color rojo sangre, ondulaba hacia ella. Debilitada por su sed, ella sólo podía ver
como el reptil de afilados colmillos se acercaba, sin precaución. Se dejó caer de bruces
sobre el suelo frío y duro. La serpiente llegó a su pie desnudo, y subido sobre su talón y
en su tobillo esbelto. Sin vacilar, subió su pierna desnuda, sus escamas ásperas
zumbando a lo largo de su piel expuesta.
Con su mejilla presionada contra el suelo rocoso, vio lo que tenía que ser un espejismo:
dos seres se dirigieron resueltamente hacia ella a través de remolinos de niebla. A pesar
del agotamiento que le nublaba su visión, pudo ver que ambos eran seres exquisitamente
bellos. El primero tenía un brillo sutil sobre su cuerpo que cortaba la niebla ligera.
Como si el tiempo fuera claro. Su resplandor iluminaba cada vez más cuando se
acercaba. El segundo fue envuelto en la oscuridad, a pesar de que no llevaba la cabeza
cubierta. Sorprendentemente, ella se sintió segura.
La serpiente alcanzó su cintura, acariciando sus caderas como una pareja de baile, pero
los visitantes no parecían darse cuenta.
Uno de ellos suavemente tocó una bolsa de piel de animal en sus labios agrietados. A
medida que el agua de lubricación corrió felizmente más allá de sus dientes, a lo largo de
S
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la lengua y por su garganta inflamada, se preguntó quiénes eran esas presencias
maravillosas eran y por qué se había salvado. Olvidando la serpiente, ella insaciable
bebió el líquido fresco. Segundos después, ella se encogió, cuando el fuego volvió a su
garganta. El segundo Ser deslizó otro buque en su posición, y ella con gula abrió su boca
para recibir el agua de vida. Ella apenas tuvo tiempo para ahogar un grito antes de que
la arena llenara su boca. Su último recuerdo era la serpiente negra: sus ojos rojos
mirando hacia ella, su boca abierta para revelar colmillos afilados ferozmente goteando
sangre tan negra como el petróleo. Sus últimos pensamientos se podrían resumir en una
sola palabra: Miedo.
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Capitulo 2 Traducido por Ale Rose
Corregido por Leeconemi
Dos semanas después.
ese a la ligera llovizna, Taylor se sentó de piernas cruzadas en el césped frondoso;
con paciencia recorrió la hierba con sus manos y ojos. Tratando de encontrarlo.
No era una persona supersticiosa por naturaleza, pero algo en lo profundo de su
alma la obligaba a seguir buscando. Se ha convertido un ritual para ella. Era necesaria
una esmerada búsqueda en cualquier lugar nuevo donde pasaría más de una semana.
Cada pocos minutos, desplazaba su toalla unos metros y continuaba su cacería.
Después de tal movimiento, sus raspadas manos se detuvieron abruptamente y sus ojos
se enfocaron en su anillo, el anillo. Mientras que ella usaba muchos anillos, ocho entre
sus dos manos, para ser exactos, sólo uno tenía la habilidad para distraerla. Como ahora.
No es el del hueso para perros o la herradura o la rosa con espinas o el murciélago negro
o la cruz. Incluso no era el cráneo o el de picos. Esos anillos se sentían ordinarios
comparados con el último, el que llevaba en su dedo anular izquierdo. El trébol de
cuatro hojas.
No era el trébol que hacía especial al anillo, O las cuatro hojas, lo cual implica
tradicionalmente buena suerte para el portador, sino fue el dador del anillo que definía
su valor. Fue el último regalo que su madre le había dado alguna vez, para su
cumpleaños.
―Ahora eres una adolescente ―había dicho ella―. Vas a necesitar todo la suerte que
puedas tener. ―Taylor había reído y le dio a su mamá un gran abrazo.
Desde la inesperada muerte de su madre, cuando Taylor tenía trece, se había obligado a
seguir mirando. Buscando. Para ella, encontrar un trébol de cuatro hojas era una señal.
Una señal que significaba que ella estaba destinada a estar allí. Una señal que significaba
P
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que su madre la estaba observando. Una señal que significaba que no estaba por el mal
camino. Una señal que su mamá estaba orgullosa de ella. Una señal que no estaba sola.
Por supuesto, nunca había estado sola. Todavía tenía a su papá, su hermano. Y siempre
estaba Sam, su mejor amiga y su compañera de cuarto.
Desde que había llegado a la Universidad de Trinton, o UT como lo llamaban los
estudiantes, dos semanas antes, se había divertido como la mayoría de los estudiantes de
primer año hacen, especialmente porque las clases no habían comenzado. Sin embargo,
nunca se sintió totalmente cómoda. Era consciente que su malestar persistente estaba
inexplicablemente ligado a su búsqueda fallida por el Santo Grial de todos los tréboles.
Una y otra vez había arrancado pequeños tréboles de la tierra, con cada intentó su
corazón saltaba, sólo para descubrir que el trébol elegido tenía tres hojas. O,
extrañamente, el trébol tenía una quinta hoja, una atrocidad de la naturaleza. A veces,
Taylor tuvo la tentación de quitar el apéndice adicional no deseado, creando así el
objeto de su deseo. Pero nunca actuó bajo estos impulsos, sabiendo muy bien que no se
puede forzar el destino.
Ahora, mirando a su apreciado anillo, trató de concentrarse. Taylor estaba contenta por
la ligera llovizna, enfriaba el día de verano. Y eso mantenía a los otros estudiantes
dentro y alejados del césped. No quería nada de distracciones.
Mientras se enfocaba en su tarea, le vino a memoria una visión no deseada. En su mente
veía a su papá reprendiéndola. Él no entendía el por qué ella se hizo el tatuaje. Había
estado furioso con ella. ¿Cómo pudo ser tan inmadura? Taylor creyó que su mamá
hubiera entendido por qué necesitaba el tatuaje. Siempre que recordaba, Taylor tenía
pesadillas recurrentes sobre una cruel serpiente negra de ojos rojos. Muchas veces fue el
tema principal de sus pesadillas, ella estaría atrapado en una habitación sin puertas ni
ventanas, con sólo la serpiente acompañándola, y otras veces inesperadamente aparecía
en sus sueños buenos, creando el caos de la belleza.
Sin embargo, independientemente de su forma, la serpiente de ojos pequeños y
brillantes finalmente hundía sus colmillos puntiagudos en su carne, y después le
gotearía la sangre negro de su boca, lo que la hacía despertarse con sudores fríos y gritos
desgarradores. Así que hizo el tatuaje cuando tenía dieciséis. No fue para ser cool, o rara,
o sexy, el tatuaje simbolizaba su conquista de la serpiente, prueba de que nunca más
tenía miedo. Todavía tiene las pesadillas, pero ahora cuando se despierta les hace frente.
El miedo hacia la serpiente ya no la mantenía despierta por la noche. Una serpiente
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negra de seis pulgadas con ojos rojos descansaba en la parte posterior de su hombro
izquierdo, y era visible ahora por su blusa sin mangas, la serpiente maliciosamente
estaba cortada por la mitad por la correa de su camisa.
Incluso por la apariencia malvada de su tatuaje, no se considera gótica, el negro no era el
único color que vestía, y no estaba afiliada a ningún grupo. Sólo le gustaba ciertos
accesorio que eran considerados Góticos, o tal vez Emo o Punk . Pensaba que su
apariencia era El look de Taylor, lo que ves es lo que obtienes. Tampoco usaba ningún
maquillaje pesado de color negro. De hecho, rara vez se maquillaba. Sus jeans
ligeramente húmedos estaban rotos, pero no a la moda: los compré de esa manera, en su
caso, las lágrimas, las hilachas y los hoyos eran naturales. También vestía un top rojo sin
magas, que accidentalmente combinaba con sus sandalias, pero se veía desencajado con
el resto de su apariencia, es decir, la colección de anillos, el collar de cráneo con los
huesos cruzados, y el tatuaje.
La elección de su mejor amiga parecía aún más contrario a su apariencia. Samantha
Collins, o Sam como sus amigos la llamaban, era la típica animadora, reina del baile, la
que salía con el mariscal del campo, la chica con que todo chico sueña. Taylor, por otro
lado, odiaba ser el centro de atención, salía con chicos menos frecuencia al igual que
usaba maquillaje y nunca le gustó ser deseada por nadie. Pero, por alguna razón, ella y
Sam congeniaron. Valoraba la opinión de Sam por encima de cualquier otro, y se
prometieron no tener secretos entre ella. Sam fue un hombro para llorar cuando Taylor
perdió su mamá, no podría atravesar la dura prueba sin ella. Esperaba pagárselo algún
día.
Seguía buscando entre la hierba, cuando alguien llamó la atención de Taylor en su
visión periférica. Hasta ahora, sólo unos pocos estudiantes habían pasado junto a ella,
pero apenas se había fijado en ellos mientras corrían por la acera, agarrando el paraguas
como si su vida dependiera de ello. Éste no estaba en la acera, ni tampoco parecía
preocupado por la lluvia, mucho menos llevaba un paraguas, había cruzado por la
hierba, y parecía estar a punto de chocar contra ella. Cuando levantó la vista, lo que vio
la asustó. Era alto y llevaba una ajustada camiseta blanca, que se aferraba a su piel por la
lluvia. Era muscular, pero no en una especie de idiota. Más como un atlético Hermes, el
mensajero de los dioses. Con el pelo rubio arenoso y una atractiva cara ancha, con una
barbilla fuerte, podría haber sido una celebridad sueca que acaba de aterrizar en un
avión procedente de Europa. Buscó el color de sus ojos, y eventualmente se encontró,
un delgado círculo azul de sus excepcionalmente grandes pupilas negras. A primera
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vista, sus ojos parecen sólo ser negros. Pero su bien tonificado cuerpo, la buena
apariencia de estrella de cine, y el aspecto de sus ojos negros no era lo que había captado
la atención de Taylor, en cambio, era el extraño resplandor que parecía resonar de su
cuerpo: de sus piernas, brazos y pecho. Incluso su cabeza estaba emanando luz. Casi
como una luciérnaga.
Él se acerco.
―¿Nos hemos conocido antes? ―le preguntó directamente.
Taylor se quedó mirando al chico linterna como si él fuera un alien con tres cabezas,
tentáculos viscosos y con catorce ojos, que había pasado por un agujero negro.
―No en esta vida ―replicó.
―Bueno, definitivamente te he visto en el campus.
―Felicidades ―dijo con sarcasmo, pero sintió un aleteo en el estómago ante la idea de
ser observado por el chico radiactivo que estaba delante de ella.
―Soy Gabriel. Gabriel Knight. ―Extendió una mano.
La tomó y la apretó con fuerza. Era algo que su madre le había enseñado. No se espera
que las mujeres tengan un firme apretón de manos, solía decir. Sé diferente. A pesar de
sus esfuerzos por obtener una reacción de él, él sólo sonrió. Su agarre era aún más firme,
como el hierro. Eventualmente, ella soltó la mano.
―Soy Taylor ―dijo―. Taylor Kingston. ― Ella imitó su introducción, como un loro.
―Es un placer conocerte, Taylor. ¿Qué estás haciendo aquí… sola… en la lluvia?
Casi le espetó, pero se las arregló para cerrar la boca antes de sus encías la traicionaran.
Al recuperarse, dijo:―Sólo estoy disfrutando del día. Pero no estoy sola, está aquí,
¿verdad? Y difícilmente llamaría esto lluvia.
Él sonrió.
―Eres inusual.
― Eso sí que es una línea que puedes desear trabajar.
Todavía sonriendo, dijo:
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―No es una línea, es sólo una observación.
―De todos modos… ―dijo Taylor, tratando de terminar la conversación.
― Ah, veo que he sobrepasado mi bienvenida ―respondió Gabriel.
Taylor notó sus ojos negros se oscurecían, como si el tenue anillo de color azul estaba
siendo devorado por sus la ampliación de sus pupilas negros. Bajó la mirada hacia la
hierba húmeda, escaneándola como una cámara de seguridad detecta un intruso. Se
agachó, sacó algo de la tierra.
―Wow, un trébol de cuatro hojas ―dijo―. No creo que haya encontrado uno de éstos
antes. Se supone que son de buena suerte.
Los ojos de Taylor se abrieron cuando él lo entregó. Ella lo revisó. Uno, dos, tres, cuatro:
era el artículo genuino y el objeto de su inútil búsqueda. Trató de devolvérselo, pero
Gabriel se lo impidió.
―Considéralo como un regalo… para que coincida con tu anillo. ―Encogiéndose de
hombros, se volteó antes que pudiera responder. Sobre su hombro dijo: ―Hasta luego,
Taylor.
―Adiós ―murmuró, mirando el resplandor alejarse de ella. Cuando cruzó a la acera,
ella finalmente volvió a prestar atención a la pequeña cantidad de verde en la mano. Lo
había encontrado. Bueno, técnicamente Gabriel lo había encontrado, pero lo habría
encontrado con el tiempo. Por un momento, una sensación de paz se apoderó de ella y
parecía entrar en su cuerpo a través de su piel. Como si fuera ósmosis, la influencia
imperecedera de su madre fluía a través de cada poro, y luego en sus huesos, sus
órganos, su mente, su alma. Pero tan rápidamente como había llegado, la sensación de
paz se desvaneció y fue reemplazada por una sensación de temor, de aprensión. ¿Cómo
había sabido lo que Gabriel estaba buscando? ¿Y cómo había encontrado el trébol tan
rápido? Sus ojos habían estado mucho más lejos de la tierra que los de ella.
De repente, su imagen brilló de nuevo en su mente y un recuerdo perdido se
desencadenó. Al igual que una botella de vino que por fin se destapaba después de tanto
reposo, el recuerdo de la pesadilla se abrió para ella. Era como si su mente había estado
tratando de protegiéndola, bloqueando el recuerdo en una caja fuerte y tirando la llave,
sólo para sacarlo de nuevo a la luz ahora. Dos semanas atrás. Los dos Seres: uno oscuro y
otro claro. La serpiente negra. Mientras que la serpiente había aparecido en muchos de
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sus sueños, nunca había estado acompañada de los dos Seres que la habían asaltado. Se
acordó de lo que había sentido esa noche:
Miedo.
Se había despertado de la pesadilla con un sudor frío, emitiendo un grito de terror que
podría haber asustado a los muertos de sus lugares de descanso. Como había empezado a
separar el sueño terrible de la realidad, su ritmo cardíaco se había reducido finalmente a
partir de un acelerado 150 latidos por minuto, a poco menos de 100. Sin embargo, su
pecho había seguido levantándose con cortas y asfixiantes respiraciones. Con los ojos
abiertos, había mirado por la ventana hacia la oscuridad, casi esperando ver a los dos
Seres extraños parados en el patio trasero. Cuando hubo comprobado los números azules
digitales en su reloj despertador iHome, había notado que eran sólo las 2:39 de la
mañana.
Normalmente, dormía de espaldas, como un vampiro, con los brazos directamente a su
lado, su cabeza caía hacia un lado o el otro, pero esa noche se había encontrado
acurrucada en posición fetal, toda hecha un ovillo en un capullo de mantas.
Había oído pasos frenéticos en el pasillo y la puerta se abrió.
―¿Qué pasó? ¿Estás bien?¿Estás herida? ― había preguntado su padre en una
respiración.
Había estado insegura de cuál preguntar responder primero, pero se las arregló para
chillar: ―Creo… ―Lo cual causó que su padre corriera asu lado en pánico.
―¿Crees que estás herida? ¿Dónde lo estás?
―No, no estoy herida, Eddie. Estaba respondiendo la segunda pregunta, “¿Estás bien?”
creo que lo estoy. Solo tuve un mal sueño.
― ¿Estás segura? Sonaba como si te estuvieran torturando aquí ―había respondido. Su
frente se había arrugado en preocupación por su bienestar. Parecía mayor de lo habitual.
―Sí, sí, estoy bien. Lo prometo, papá. ¿Puedo volver a dormir? Quiero descansar lo
suficiente para mi primer día en la universidad.
Su cara finalmente se relajó y dijo:―Está bien, no hay problema. Te quiero.
Cuando se volvió a llegar a la puerta, ella le había dicho:
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―Sabes, a partir de mañana no estarás preocupado por mí cada vez que tengo una
pesadilla.
Antes de cerrar la puerta, había sonreído y dijo: ―Pero por esta noche, sigues siendo mi
pequeña princesa.
Taylor no pudo evitar sonreír.
―Te quiero también, papá ―dijo.
El resto de esa noche, había tratado de descansar su mente, pero el sueño continuó
eludiéndola, mientras las visiones borrosas del sueño seguía parpadeando a través de su
mente. Se había preguntado: ¿Quiénes eran los Seres y, más importante aún, ¿qué era
ellos? ¿Y uno de ellos realmente quería matarla? Si es así, ¿cuál? A pesar de que los dos
era hermosos, tenía que ser el oscuro. La oscuridad significaba el mal y la luz significaba
bien. Al menos eso es lo que se enseña siempre en la escuela dominical. ¿O es que ambos
quieren matarla? Había atormentado su memoria, tratando de imaginar quién la había
dado el agua y quién le había dado la arena.
Cuando la luz empezó a aparecer en el horizonte, finalmente se había dormido de puro
agotamiento.
Taylor suspiró cuando terminó la visión y su mente comenzó a aclararse. Hasta ahora, se
las había arreglado para ignorar el miedo de la noche, tachándolo como una anomalía,
posiblemente debido a algo que había comido, Sloppy Joe siempre le hacía cosas
extrañas a ella. Pero ahora tenía miedo de nuevo. El chico, Gabriel Knight, le recordaba
a uno de los seres en su sueño: el que tiene el brillo sutil alrededor de su cuerpo.
Ella miró su mano, la que tenía el trébol de cuatro hojas. El regalo de Gabriel. Sin darse
cuenta, había arrancado las cuatro hojas del tallo, dejándolo sin hojas, desnudo. Lo había
profanado, destruyendo cualquier suerte que podría proporcionar. Sus dedos estaban
rígidos y curvados, como garras. Se veían deformados. Se estremeció, finalmente
sintiendo el efecto del frío, la ropa humedad en su piel, mientras la brisa de lluvia
continuaba asaltándola.
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Capitulo 3 Traducido por Hanna Marl
Corregido por Lutte.
abriel Knight todavía tenía una sonrisa divertida en su rostro. Era suave. No
pasaría mucho tiempo antes de que estuviera comiendo de su mano,
metafóricamente hablando. El truco con el trébol de cuatro hojas fue genial. Por
supuesto, él ya sabía lo que ella estaba buscando. Él sabía casi todo sobre ella. Porque él
era cuidadoso. Por eso le habían dado la asignación. Él era una estrella creciente y la
chica era un blanco fácil. Él no fallaría.
Abrió su teléfono y llamó al número. Una voz fría dijo—; ¿Si?
—Primer contacto realizado. —Sin complicaciones—. No pasará mucho tiempo. —Su
informe fue directo, sus frases recortadas. La clave era dar sólo los hechos.
La voz dura dijo—. Bien. —Sabía que eras el más adecuado para el trabajo—. No me
falles, Gabriel. Consigue a la chica. Informa después de tu siguiente contacto.
—Sí, mi señor.
Terminó la llamada.
Él sonrió de nuevo. Su primer contacto con la chica había sido mucho más interesante
que lo que esperaba que fuera. Él había querido decir lo que había dicho acerca de su ser
inusual. Aunque para ella esto hubiera sido probablemente un comentario extraño, él lo
había querido decir como un cumplido. Era Inusualmente malo, pero ella era
inusualmente interesante, inusualmente única, inusualmente peculiar. Eso estuvo bien.
Sospechaba que él absolutamente disfrutaría de esta misión. Incluso podría ser
lamentable para él si todo terminara con su muerte, que era muy probable dadas las
circunstancias.
G
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Capitulo 4
Traducido por emma.sheila
Corregido por Lutte.
aylor había medio-caminado, medio-trotado de vuelta a los dormitorios. Ella
habría corrido, pero usar flip-flops1 lo hacía difícil, especialmente en las aceras,
que aun estaban con una capa de lluvia. Cuando regresó al Shyloh Hall, el
dormitorio sólo de chicas de estudiantes de primer año al que había sido asignada, tomó
las escaleras hasta el séptimo piso. El elevador era al azar—a veces llegaba en un minuto,
y en otros tiempos no llegaba en absoluto—y ella estaba ansiosa de volver a su
habitación.
Sin aire, abrió la puerta de la habitación 715. Samantha estaba tendida en su cama
hojeando una revista de moda. A pesar de estar vestida bajo sus normas—usando solo
unos shorts azules de algodón y una camiseta sin mangas blanca—Sam aún así se veía
estupenda.
Probablemente recién venia del gimnasio, parte de su rutina diaria. En la mente de
Taylor, Sam era hermosa en todas las maneras a las que los chicos les gustaba. Tenía
largas piernas y buenas curvas, pelo rubio que siempre parecía caer de la manera
adecuada, y una sonrisa deslumbrante con unos perfectamente rectos, dientes blancos.
Usualmente saltaba de novio en novio en la escuela secundaria, y Taylor esperaba que
en la universidad fuera lo mismo. De todos modos a Taylor no le importaba; prefería que
alguien más alejara la atención de ella.
Taylor no pensaba en sí misma como linda. Cuando se miraba en el espejo veía una
chica muy normal, con recto pelo marrón, leves ojos marrones y una sonrisa bastante
torcida. Su experiencia en las citas era virtualmente nula, pero a ella le gustaba que sea
de esa manera. Estaba cómoda en su propia piel y le gustaba construir amistades con
chicas y chicos sin la presión de coquetear.
1Flip-Flops: Sandalias.
T
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—Ah, hola, Tay —dijo Sam—. ¿Dónde has estado? —
—Ya sabes, lo usual.
— ¿Aún intentando encontrar ese trébol?
—Si—. Taylor considero si decirle a Sam sobre su conversación con Gabriel, pero
decidió que no por ahora. Odiaba mantener secretos de ella, pero realmente no había
mucho que decir.
—Lo encontraras, no te preocupes. —Sam se levantó—. Espero que no te importe,
finalmente termine de desempacar y tuve que tomar prestado un poco de espacio de tu
armario. Solo será temporal, lo prometo.
Taylor se encogió de hombros. Nunca había entendido completamente la necesidad de
Sam de necesitar usar un diferente vestuario todos los días del año, o incluso todos los
días del mes, en realidad. Si ella podía encontrar ropa que estuviese limpia y
relativamente sin arrugas, Taylor era feliz.
Sam, por otra parte, le gustaba vestirse basada en lo que la moda actualmente estaba, y
muy a menudo regalaría su ropa nueva a su hermana menor luego de solo usarla por
unos meses, si en absoluto la usaba. —Afuera lo viejo, y adentro lo nuevo—, le gustaba
decir a Sam. No venía de una familia rica, pero había trabajado durante la escuela
secundaria para fundar su hábito de las compras.
—También, mientras te fuiste, hice un par de amigos más en nuestro piso. Te los
presentaré.
Taylor sonrió feliz de que estaba compartiendo la habitación con 'Sam sociable', como
en broma la llamaba a veces. Le gustaba ser sociable y le gustaba tener amigos, pero no
le gustaba particularmente tener que salir y hacerlos. Samantha eliminaba esa necesidad,
ya que tenía una misteriosa habilidad de hacer amigos y estaba feliz de presentárselos a
Taylor. En un país extranjero en el que no hablaran inglés, con un montón de niños en
una guardería en una cena de adultos: Sam podía hacer amigos en todas partes.
—Está bien —respondió Taylor.
—Genial —Sam intento agarrarle la mano pero ella se las arreglo para deslizarla lejos.
Sam se rió entre dientes—estaba totalmente consciente de que Taylor no estaba metida
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en ese tipo de cosas. Taylor siguió a Sam a la habitación 714, que estaba inmediatamente
próxima a su habitación. La puerta estaba abierta y Sam entro sin golpear.
—Marla, tengo algo para ti que... —empezó a decir pero luego paro, dándose cuenta que
estaba interrumpiendo. —Oh, lo siento, debería haber golpeado.
Taylor se asomo alrededor de Sam y vio a una pequeña duendecilla chica con sus brazos
envueltos alrededor de un chico, claramente siendo interrumpidos en una seria sesión
de besos.
—No, ni siquiera te preocupes por eso —dijo la chica, sus mejillas ruborizadas de
vergüenza. —Novio es mi Jennings de la escuela secundaria... Quiero decir, Jennings es
mi novio. Deberíamos haber cerrado la puerta, pero una cosa llevo a la otra... —logró
balbucear.
—Hola, soy Jennings. —El alto, flaco, pecoso chico con anteojos extendió su mano en
saludo.
Sam dijo—, Soy Sam y esta es mi mejor amigo de la escuela secundaria, Tay... Quiero
decir, Taylor.
—Un gusto conocerte. ¿De donde son chicos? —pregunto Taylor.
—En realidad crecimos aquí, en Collegetown —respondió Jennings.
Marla estaba un poco ruborizada y parecía incapaz de hablar. Taylor podía decir ahí
mismo que le gustarían estos dos. Parecían normales, le gustaban.
Como siempre, Sam lleno el vació en la conversación—. ¿Ya llego tu compañera de
cuarto, Marla?
Marla encontró su voz—. Aun no, pero cuando hable con ella en el verano dijo que no
llegaría hasta después de que las clases comiencen, así que no estoy esperándola.
— ¿Parecía buena? —preguntó Taylor.
—Creo que sí, pero también parecía algo extraña. Confirmo como tres veces que
estábamos en la habitación 714 en Shyloh Hall. —Marla frunció el ceño mientras decía
esto, claramente preocupada de que podría estar atascada con la rara compañera de
cuarto todo el año.
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—Bueno, siempre puedes pedir una transferencia si no te llevas bien con ella, y luego
podemos aplicar para una habitación triple para el año que viene —dijo Sam.
La cara de Marla se ilumino con la perspectiva, y exclamo—, ¡Eso suena perfecto!
Jennings se río —Dios, Marla, apenas hemos estado aquí dos semanas y ya estas
conspirando remover a la ''malvada'' compañera de cuarto quien ni siquiera has
conocido aun, y reemplazarla por dos chicas a quien acabas de conocer, sin ofender a
ninguna de las dos. — Deberías conocer a mi compañero de cuarto, el es un bicho raro.
—No lo he visto dejar el cuarto todavía y cada vez que entro, las luces están apagadas y
el esta gritando comandos por sus audífonos. —Creo que en realidad piensa que es el
general de un ejército, y que no sólo está jugando un videojuego de realidad virtual.
—Asumo que sale para ir al baño y ducharse y tal, pero tiene suficientes paquetes de
fideos instantáneos para alimentarse por el semestre entero.
Taylor se rió. Le estaba empezando a gustar este par. Ella dijo—: Suena como mi tipo de
chico. —Bajo mantenimiento.
—Te lo presentare ,—bromeó Jennings.
— ¿Qué tienen planeado para esta noche chicos? —preguntó Sam.
Marla se encogió de hombros—. En realidad no tenemos ningún plan.
—¿Deberíamos ir a cenar al área Común? —Los comunes, o el Área Común, era la parte
central de los dormitorios, donde los estudiantes se juntaban a comer, mirar la
televisión, comprar, y jugar al pool, entre otras cosas.
—Sí, vamos. Podría comer tres caballos sólo como aperitivo —dijo Taylor.
Marla y Jennings estuvieron de acuerdo en ir y, debido a otro elevador en mal
funcionamiento, fueron forzados a caminar penosamente abajo siete tramos de escaleras.
Al alcanzar la planta baja, se dirigieron hacia los Comunes. Mientras caminaban, Marla
y Jennings se tomaban de las manos silenciosamente, de mientras Sam mantuvo en
marcha una charla en la oreja de Taylor mientras pasaban varios estudiantes de primer
año—. El era lindo, ¿No lo crees? —o—: Wow, él era caliente, ¿Verdad? —eran sus
típicos comentarios.
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Taylor trató de acordar con ella y respondía —Mmm —O cosas como—: Sí, Sam —
mientras escapaba a sus propios pensamientos. A pesar de tener amigos con ella, Taylor
era incapaz de sacudir el sentimiento de malestar de su inesperado encuentro con
Gabriel. Gabriel Knight, pensó. ¿Quién demonios era ese tipo? Taylor tendía a ser buena
juzgando caracteres y algo sobre Gabriel le rozaba de lado equivocado, como una
picazón de colmena. Tal vez era la manera de confidentes en la que se le había acercado,
pero eso ciertamente no era fuera de lo común para los llenos-de-testosterona chicos de
primer año. El la había llamado rara, pero eso no era lo que realmente le molestaba
tampoco. A pesar de su sarcástica respuesta, ella había pensado que sonó mas como un
cumplido que como un insulto. Más probable, su inquietud se debía a que él le dio un
trébol de cuatro hojas, como si pudiera leer sus pensamientos, junto con su sutil brillo y
sus ojos negros. Tenía que admitir que la intensidad con la que la memoria de sus
pesadillas había asaltado la sinapsis de su cerebro después de su encuentro con él la
desconcertaba.
Creciendo, su mamá le solía decir que tenía instintos. Taylor siempre se reía cuando le
decía eso. Pensaba que sus instintos eran bastante igual a la de los demás. No fue hasta
que creció luego de que su madre falleciera, que empezó a comprender lo que su madre
quería decir. Taylor estaba extremadamente consciente del vago sexto sentido que
poseía. A diferencia de sus otros sentidos, parecía tener muy poco control sobre este
mismo. En vez de ser capaz de acceder a su habilidad cuando lo necesitaba, aparecía
donde sea y cuando sea que quería hacerlo.
Había intentado explicárselo a Sam, pero ella solo pensó que Taylor tenía buen instinto.
Taylor creía que era algo mas, algo de lo que su madre estaba consciente y tal vez poseía
también. Sus sueños e incluso sus pesadillas se sentían como que tenían significados
escondidos, si tan solo ella pudiera conectar los puntos. A veces tenía algunos
presentimientos, y usualmente resultaban estar en lo correcto. Como cuando una
persona le estaba mintiendo, o cuando alguien le quería hacer daño. Sea lo que sea—
buenos instintos, un sexto-sentido, o solo buenos sentidos—Taylor había aprendido a
confiar en sus sentidos. Y ahora mismo su instinto le estaba diciendo que se cuidara de
Gabriel Knight.
Durante la cena, sus miedos continuaron dominando sus pensamientos. Sabía que no
estaba dándoles una muy buena impresión a Marla y a Jennings, pero no parecía poder
concentrarse en la conversación. Por suerte, Sam estaba ahí para tomar el relevo.
Cuando terminaron de comer, Sam sugirió ir a jugar al pool, pero todos declinaron;
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Marla y Jennings estaban dirigiéndose a ver una película y Taylor quería relajarse un
poco.
Sam se dirigió al salón de pool sola, pero Taylor no se sentía mal por eso. Ella
probablemente haría diez nuevos amigos antes de que la noche acabara. Taylor camino
de vuelta al dormitorio sola y subió la escalera al cuarto.
Estuvo tendida en la cama por horas, mirando el techo. Tratando de entender... Algo.
Por momentos se sentía como que la respuesta estaba justo en frente de sus ojos y aun
así imposible de ver.
Cerca de las diez, apago las luces e intento dormir. Un temblor sacudió su columna
vertebral, pero no tenia frió. Su sexto sentido, tal vez. Se sintió ansiosa, amenazada.
Como si alguien estuviese viéndola, planeando su desaparición. Se sentó y miro afuera
por la ventana a la oscuridad. No había nadie allí. Su ventana daba a un enorme
aparcamiento. El edifico más cercano estaba a una milla de distancia. Alguien
necesitaría binoculares de alta potencia para espiarla desde ahí. Tal vez su instinto no
era tan fiable como su mamá creía, pensó.
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Capitulo 5 Traducido por Katiliz94
Corregido por Ale Rose
abriel la observó desde el otro lado del aparcamiento. Incluso desde esa distancia
podía ver cada uno de sus rasgos. Era muy guapa. Mucho más en persona que en
foto. No había esperado eso. Pero no se estaba quejando, ya que podría hacer su
trabajo mucho más divertido. También había esperado el tatuaje. Mientras era
consciente de que ella tenía pesadillas sobre serpientes, nunca podría haber pensado que
ella lo anunciaría al mundo en su piel. Era interesante. E inusual. Pero nada de eso
cambiaba algo.
Sus instrucciones habían sido claras: Hacer lo que fuese necesario para llevar a la chica.
Su primera idea fue también la única más fácil: la seducción. Usar su buena apariencia y
encanto, conseguiría que la chica se enamorase de él. Después la llevaría. Jamás había
decidido sobre su técnica: sinceramente, en una forma de hablar. Con certeza no le
contaría nada; en su lugar, le contaría lo suficiente para captar su atención, pensó.
En este juego, la fuerza sería recompensada. Necesitaba mantener un ojo en el premio.
Sin duda podía ganar la Guerra por su gente. Sus acciones podían cambiar el curso de la
historia para siempre.
Pero también necesitaba ser cauteloso. No era el único jugador en ese peligroso juego. El
oscuro intentaría detenerle. Ya le había descubierto en el campus, observando,
esperando. Para que él hiciese un movimiento en falso. Pero no lo haría. Éste era su
destino. Proteger a la chica. Traerla. Terminar el juego.
G
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Capitulo 6 Traducido por Breen_Pueente
Corregido por Ale Rose
as primeras dos semanas en la Universidad pasaron sin ningún incidente, pero el
sentido de presagio de Taylor continuo afectándola en cada momento de vigilia.
Una y otra vez en las clases se encontró sorprendida por un aturdimiento cuando
la clase terminaba o si alguien le preguntaba algo. Otras veces, se encontraba dibujando
serpientes negras por todo su cuaderno, dentro de una maraña de escamas y colmillos,
pero no recordaba haberlo dibujado.
La noche no fue para nada buena. Durante catorce noches consecutivas había soñado
con las obsidianas serpientes. En trece de las pesadillas terminaban con que ella era
mordida, y cada noche siguiente había más y más atacantes hasta que ella tenía que
enfrentarse a un ejército de criaturas con ojos rojos de la muerte. La decimocuarta noche
fue diferente.
En su última pesadilla de anoche, se enfrentaba devuelta a una sola serpiente. Pero
estaba vez era enorme, un demonio rastreador como los de las películas de terror sobre
anacondas y pitones. No importaba cuán rápido o lejos ella corriera, el monstruo
siempre estaba justo detrás de ella. Cuando sus piernas se volvieron gelatina y
amenazaron con dejarla caer, vio un halo de luz en la oscuridad. Un Ser se le acerco.
Parecía un ser angelical a primera vista, pero luego notó sus ojos negros. El miedo
volvió. Se encogió ante su presencia, pero en lugar de agredirla dio un paso alrededor de
ella y sacó una brillante espada de debajo de su manto blanco. La serpiente gigante siseó,
rociando gotas de su sangre negra sobre su mandíbula. Sin miedo, el Ser, que brillaba
intensamente, atacó primero, hundiendo profundamente su brillante espada dentro de
la serpiente. Unos instantes después, la pelea había terminado, el cuerpo sin vida de la
serpiente yacía en el frío suelo. El Ser se volvió hacia ella y su anterior cara sin género se
volvió clara, como un objetivo enfocado con una cámara. Era Gabriel Knight. Y fue
cuando se despertó.
L
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Esa noche no volvió a dormir, como si hubiera sido la primera noche que soñaba con el
Ser brillante de Gabriel. Hasta ese momento no sabía que era él, pero ahora se dio
cuenta. Desde el momento en que había puesto sus ojos sobre él aquel día bajo la lluvia,
su sexto sentido le había advertido que se mantuviera alejada de él. Pero tal vez estaba
equivocada. Los hechos no mienten, él le había encontrado un trébol de cuatro hojas.
En un principio había pensado que era algo malo, pero tal vez confundió las cosas. En su
último sueño, él había matado a la serpiente, el mayor adversario al que ella se enfrentó.
En su primer sueño, él fue probablemente quien le había dado el agua cuando ella más
la necesitaba. El otro Ser oscuro era probablemente el que la había atragantado con la
arena.
Necesitaba encontrarlo para hacerle las preguntas difíciles. Como por ejemplo: ¿por qué
lucía como una luciérnaga humana? Y ¿por qué tenía los ojos negros? O ¿si él alguna vez
había soñado con mortíferas serpientes negras con ojos rojos?”
Durante la semana siguiente, lo buscó por todas partes. Donde quiera que iba, estaba
distraída buscando su rostro entre la gente. Su búsqueda se intensifico cuando se dio
cuenta de que no había soñado con serpientes desde aquella última noche. Había
asesinado a su demonio personal, lo mínimo que tenía que hacer es darle las gracias por
ello.
Desesperada por respuestas, Taylor fue a la oficina de registro de estudiantes como su
último recurso, la chica detrás del mostrador la miró con recelo, entrecerrando sus ojos
y sus cejas arqueadas formaban un V, como si la persona que entraba a la oficina en
busca de información hacía una especie de travesura o una actividad criminal. Ella la
miró de arriba abajo mientras Taylor se acercaba a la mesa deteniéndose en el collar y el
surtido de anillos que tenía Taylor.
Taylor estaba feliz de que su tatuaje no fuera visible.
Espero que la chica iniciara la conversación, tal vez que le preguntara ¿cómo puedo
ayudarte? o dándole la bienvenida o algo así. En cambio, la chica siguió frunciendole el
ceño.
Luego de unos treinta incómodos segundos, Taylor dijo:
―Me preguntaba si usted podría ayudarme.
―No puedo dar información confidencial ―respondió con frialdad la joven.
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Diablos, es muy buena, pensó Taylor. ¿Cómo podía saber que Taylor no venía en busca
de información sobre sí misma? Necesitaba cambiar su táctica. Su intuición le decía que
la honestidad era su mejor opción.
―Lo entiendo, pero por favor déjame explicarte. Esto va a sonar patético pero hay un
chico, sé su nombre, pero nada más. Realmente no me agrada, pero él estaba en mi
sueño y me salvó. Necesito encontrarlo ―concluyó Taylor.
El silencio llenó la habitación. Patético. Ella era patética. Pensando en lo que había
dicho, se dio cuenta de lo ridículo y desesperado que eso había sonado pero ella estaba
desesperada y no conocía otra forma de saber la verdad.
Taylor se dio vuelta para irse y murmuro:
―Siento haberte hecho perder tu tiempo.
―Espera ―dijo la chica.
Taylor se dio vuelta sorprendida al escuchar su respuesta.
El rostro de la chica se había suavizado.
—Mira, realmente necesito este trabajo, así que no puedo romper las reglas, pero
técnicamente si te digo en que área general donde vive, no te estoy dando su dirección
¿Cuál es su nombre? ―No le pregunto el nombre a Taylor, probablemente por el mismo
motivo.
Atónita, dijo Taylor:
―Gabriel Knight.
Los ojos de la muchacha se centraron en la pantalla del ordenador. Sus dedos se
movieron rápidamente, el ratón hacia innumerables clic con una precisión perfecta.
Probablemente escribió el nombre de él y luego dijo:
―Dormitorios de primer año
―¿Cuáles?—preguntó Taylor, tentando su suerte.
La joven suspiró como si le dolieran los tendones por la rigidez de las reglas asignadas a
su puesto.
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―Empieza con J y termina con una Y. Será mejor que te vayas.
―Gracias—dijo Taylor, sonriendo.
Salió de la oficina, sin hacer caso a los autobuses atestados fuera de la oficina de registro.
Taylor corrió hasta los dormitorios de primer año. Sus negras zapatillas se sentían
ligeras, como si le hubieran crecido alas que la sostenían en el aire. Estaba vestida con
unos rasgados pantalones cortos de mezclilla con una media negra y otra gris.
Últimamente se había sentido obligada a tapar su tatuaje por temor al animal muerto y
hoy no fue diferente, su camisa ocultaba todo excepto la corona de su escamosa cabeza.
Se dio cuenta de que le lanzaban algunas miradas extrañas pero no le importaba. Era
inmune a la vergüenza, siempre lo había sido, una aplicación al lema de su madre de ser
diferente.
Al llegar a la esquina de los dormitorios de los estudiantes de primer año, redujo el paso
caminado hacia su destino: Jacoby Hall. Fue la única residencia de alumnos que
comienza con J y termina con Y. La señorita reglas de la oficina de registro no había
seguido tan estricta con las reglas después de todo. Le había dado prácticamente a Taylor
la ubicación exacta de su presa.
Una vez que llegó a Jacoby Hall, Taylor se detuvo frente a las puertas mecánicas de
seguridad. Cada dormitorio tenía un lector de identificaciones estudiantiles en la puerta
para evitar el ingreso de no residentes, el sistema de seguridad no fue muy eficaz. Taylor
solamente tuvo que esperar cinco minutos antes de que dos muchachos salieran de la
residencia manteniendo la puerta abierta para que Taylor pasara. Este era el clásico
movimiento conocido como piggybacking y fue un metodo utilizado generalmente
cuando los estudiantes viajan y no tenían un lugar para quedarse, cuando no se habían
bañado por una semana o llevaban un cuchillo ensangrentado. Las chicas eran
prácticamente inmunes a las reglas de todos modos, ya que no suponían ningún peligro
real de violencia, violación o comportamiento desfavorable hacia otra persona. Incluso
si Taylor traía con ella un cuchillo ensangrentado, olía a pescado podrido o llevara
puesto un viejo traje de prisión color naranja brillante, todavía le dejarían pasar a
cualquier dormitorio del campus.
―Gracias ―dijo. Y como era de esperar, los chicos no cuestionaron sus motivos
pensando que era otra chica que viene a ver a su novio.
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Encontrar a Gabriel no debería ser difícil. Cada piso tenía un tablón de corcho con
varias noticias e información publicada en él, también una lista de los alumnos de ese
piso con su número de habitación. En el primer piso no vivía nadie, por lo que Taylor
subió al segundo piso.
Desde que había entrado al edificio, su corazón había latido fuerte en su pecho. Era
vagamente consiente de los ruidos sordos de su corazón latiendo pero no se detuvo a
pensar en ello por miedo a que si lo hacía perdería su valor.
El tablón del segundo piso no incluía a ningún Gabriel tampoco el del tercero y el del
cuarto.
El tablón del quinto piso incluía a un Gabriel Dayton, causando que Taylor hiciera una
pausa. ¿Podría él tener un apellido falso? Aunque era poco probable, eligió ser precavida
en vez de equivocarse. El potencial Gabriel estaba en la habitación 510, solamente dos
habitaciones más abajo, comprobar que no era él no debería doler. Llamo dos veces a la
puerta
―¡Ya voy!—oyó a alguien gritar.
La puerta comenzó a abrirse.
―¿Cómo pasaste la seguridad? —preguntó un voz a través de la puerta. Un rostro
apareció―. Oh ―dijo el muchacho—. Pensé que eras el tipo de las pizzas.
El muchacho definitivamente no era Gabriel, por lo menos el Gabriel que estaba
buscando. Tenía el cabello largo y negro, constituido por una masa corporal con aspecto
de dreadlocks2. Su rostro era estrecho y pálido, ojos verdes y una barba de dos días. Le
recordaba al asesino de la película Scream. Aunque no era quien ella estaba buscando, él
podría ser su compañero de cuarto.
―¿Gabriel? ―preguntó Taylor.
―Así me llamó mi mamá cuando nací, pero la mayoría de las personas me llaman Seda
—respondió.
Taylor pensó que podría ser algún tipo de broma pero su mirada decía que hablaba
enserio. 2 Dreadlocks: Son las personas mejor conocidas como rastafaris. Son aquellas que llevan rastas (un tipo de
peinado formado por singulares trenzas) en su cabello.
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―Fascinante —dijo Taylor―. Lo siento, no eres el Gabriel que estoy buscando.
Antes de que él cerrara la puerta, ella ya se estaba dirigiendo a las escaleras para ir al
último piso, el sexto. Lotería, el primer nombre de la lista era él. Gabriel Knight:
Habitación 601, no tenía compañero de cuarto según la lista, lo que era raro por ser
estudiante de primer año porque siempre los agrupaban de dos a tres personas en una
habitación debido a las limitaciones de espacios. Dum, dum, dum, dum, su corazón latía
tan rápido que parecía sonar tan fuerte como un tambor que ella pensó que podría ser
audible fuera de su cuerpo. Lo intentaba ahora o jamás lo haría, debería provechar el
momento.
La primera habitación de cada piso se encontraba cerca de las escaleras, por lo que
camino derecho hacia la 601. Golpeó dos veces y esperó ansiosa, no obtuvo respuesta
alguna. Trató de mirar por la mirilla, pero lo único que vio fue oscuridad, como si
hubiera sido tapada con algo. Golpeó y tampoco tuvo respuesta. Él debía encontrarse
afuera, pero por lo menos ahora sabía dónde encontrarlo, tenía que intentarlo más tarde.
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Capitulo 7 Traducido por Katiliz94
Corregido por Hanna Marl
a observaba fuera de la ventana. Ella debía conocer a alguien en ese edificio.
Probablemente solo una coincidencia. Gabriel había esperado pacientemente
durante casi tres semanas. Esperando por el momento justo para aproximarse a
Taylor de nuevo. Ahora había entrado en sus sueños dos veces. La salvó dos veces. La
siguiente vez que ella lo viera, podría confiar en él implícitamente.
Ella entró por Jacoby Hall, se movió fuera de su vista. Una pareja de intelectuales la dejó
pasar. Él estuvo tentado de salir a buscarla, pero actuar sobre los impulsos era inmaduro
y eventualmente le conduciría a fracasar. Prohibiéndose a sí mismo, satisfizo la urgencia
de actuar al ir por cada secuencia del plan de la misión con intenso detalle. Estaba cerca
de terminar cuando escuchó la cerradura de la puerta. Probablemente solo otro de los
chicos idiotas de su planta buscando a alguien con el que pasar el rato.
Aún, con el oscuro acechando por los alrededores, no podía ser demasiado cuidadoso.
Antes de abrir la puerta, puso un ojo en la mirilla.
Lo que vio le sorprendió.
La chica. De todas las personas, la chica. Lo había encontrado. La observó mientras ella
ponía su propio ojo marrón en el pequeño cristal del portal, intentando ver más allá de
la puerta. Por un momento sus ojos se encontraron. Él contuvo la respiración. ¿Podía
verlo? Ella se apartó de la mirilla y llamó una vez más. Gabriel la ignoró y continúo
mirando. Luego se fue.
Apartándose de la ventana, Gabriel esperó a que saliera del edificio y después la observó
caminar al oeste, de regreso a su dormitorio, a Shyloh Hall. Sin dudar, ella podría
regresar. Necesitaba actuar más rápido de lo que anticipó. Él era el Cazador, no el
Cazado. Todo se sentía al revés. Usando su cerebro como un ordenador, sus
pensamientos giraron más y más rápidos a través de su cabeza, tambaleándose al borde
L
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del caos. Analizó cada ángulo de lo que acababa de ocurrir, hasta que alcanzó la
conclusión. Era obvio, en realidad. Le había dado su nombre y ella había preguntado por
él. Algún descuidado oficinista probablemente le había dado la información que quería:
su dirección, incluso quizá su número de teléfono.
Pero, ¿Por qué había ido a tales extremos para encontrarlo? Tal vez había subestimado la
importancia de la serpiente en ella, considerando lo que tenía tatuado en la espalda.
Podría estar obsesionada con verlo de nuevo. Locamente enamorada del único que la
liberó del miedo. Si, probablemente era eso. Así que, su misión estaba casi completa,
apenas tendría que hacer el mínimo esfuerzo para seducirla.
Aún así, prefería ser el Cazador. Era el momento de actuar.
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Capitulo 8 Traducido por Julieta
Corregido por Hanna Marl
aylor llegó al Salón del Shyloh a las cinco de la tarde del sábado. Tomó una ducha
y se vistió para la cena, con pantalones de color gris y una camiseta.
Sam estaba trabajando en un documento en su escritorio.
—¿Cómo te va? —preguntó Taylor, mientras se deslizaba cada uno de sus anillos de
nuevo, de uno a la vez.
—Bien. Casi acabo con el primer borrador. He terminado lo suficiente como para
permitir que tengamos alguna diversión esta noche. —Sam brindó una sonrisa. Taylor se
maravilló de lo contagiosa que era la sonrisa de su amiga. Podía casi seguro ganar
concursos de sonrisas, si hubiera tal cosa.
Sonriendo, Taylor dijo—: Bueno, entonces me puedes ayudar a encontrar a este tipo...
A la mitad de escribir una frase, los dedos de Sam se congelaron—. ¿Qué has dicho, Tay?
—No me obligues a repetirlo.
—Es sólo que... este es un día monumental. Nunca he oído esas palabras que resuenan
desde tus labios.
—No hagas una gran cosa de ello. No es lo que piensas. Es sólo un chico que conocí una
vez y quiero hablar con él.
—Hmmm.... Suena como algo más para mí. Por supuesto que te ayudaré sin embargo.
¡Vamos por Marla, consigamos algo de comida y podemos hacer planes!
Encontraron a Marla, y por defecto a Jennings y tomaron el ascensor
sorprendentemente eficiente a la planta baja.
Ellos hicieron su camino a lo largo de la ruta de acceso a los bienes comunes.
T
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—Dime todo acerca de él —dijo Sam.
—Tal vez más tarde.
—¿Te diga de quién? —preguntó Marla.
—Nadie.
—Ahora, Tay.
—No es gran cosa — dijo Sam.
En cuanto a Marla, ella dijo—: Taylor sólo siente algo por un chico.
Taylor estaba a punto de contradecir a su amiga, cuando notó una figura familiar al otro
lado del césped, sentado con un grupo de chicos. Ella se tensó, una mirada de alarma
cruzó su rostro. Desde esta distancia sus rasgos eran borrosos, pero en su mente destelló
la imagen del ser de su sueño, rodeado de luz, emergiendo de la niebla. Al igual que el
día de lluvia sobre el césped, podía discernir un ligero brillo a su alrededor.
Se dio cuenta de que el camino por el que se dirigía llegaba directamente a él. Ella se
desaceleró hasta parar.
—¿Qué pasa, Tay? —preguntó Sam.
—Umm, nada. ¿Sabes del tipo del que estaba hablando?
—Sí.
—Es él.
—¿Quién? —preguntó Sam.
—Ese chico en medio del grupo. —Señaló Taylor con un gesto discretamente.
Al igual que Sam, Marla y Jennings se volvieron para mirar a quien se refería Taylor.
El chico volvió ligeramente la cabeza, su mirada cayendo directamente sobre ella.
Taylor quería apartar la mirada, pero se encontró incapacitada, incapaz de apartar la
mirada de su rostro, de sus ojos, como si él encerrara su mirada. A pesar de haber sido
salvada por él en su sueño, se encontró temerosa al verlo de nuevo. Estaba siendo
irracional, se dijo.
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—Oh, me encontré con él una noche. Él es Gabriel Knight —dijo Sam tratando el
asunto con total naturalidad—. No es que lo conozca demasiado, Tay.
Taylor tiró de ella mirando lejos de Gabriel el tiempo suficiente para responder—: Yo
realmente no. Acabamos hablando una vez sobre el césped.
—He hablado con él un par de veces. Es hermoso, pero hay algo extraño en él. Él es lo
suficientemente bueno, supongo. Parece interesado en ti, sin embargo, Tay. Creo que
ahí viene.
Gabriel dejó a sus amigos detrás, paseando por encima hacia Taylor, sus ojos nunca
dejaron los de ella.
—Hola, Gabriel —dijo Sam—. Ellos son Marla y Jennings. —Hizo un gesto hacia cada
uno de ellos—. Y creo que ya conoces a Taylor.
Haciendo caso omiso de Marla y Jennings, dijo—, Oh, sí, la del césped. ¿Todavía tienes
el trébol de cuatro hojas? —La voz de Gabriel era seductora con un suave tono musical
en la misma.
—Creo que lo he perdido —mintió Taylor. Se sentía incómoda en su presencia, como si
estuviera en algún tipo de peligro.
—¿Quieres ir a dar un paseo? —Él sólo habló con Taylor, tomándola de la mano.
Cuando su mano tocó la de ella, las imágenes de la primera pesadilla se apresuraron a
regresar a su mente. El ardor en la garganta, la niebla fría y gris y los dos seres, uno de
los cuales era la viva imagen de Gabriel, se convirtieron en imágenes vívidas en la
cabeza, como si se tratara de recuerdos de la vida real, y no sólo un sueño.
Taylor quería gritar, pero en su lugar ella le estrechó la mano en la de ella y le dijo—:
Cálmate, vaquero, estábamos rumbo a la cena.
La cara de Gabriel cayó, su confianza disipándose. Él parecía un poco aturdido, como si
nunca hubiera sido rechazado antes. Tan pronto como su sonrisa había desaparecido,
estaba sonriendo de nuevo—. El último es un estudiante geek de primer año —gritó él
mientras corría.
Naturalmente, Sam fue la primera después de él en reaccionar, a pesar de que Marla y
Jennings no estaban muy lejos detrás. Taylor se recuperó de su sorpresa y corrió hacia
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ellos. Dado su inicio tardío en correr, fue la última en entrar en el edificio y fue hacia al
resto del grupo que ya reía, como si fueran viejos amigos.
—Supongo que eres la friki. Lo sentimos, Taylor —Gabriel bromeó.
—No es la primera vez —bromeó Taylor atrás. Trató de no mirarlo, pero no pudo
ayudarse a sí misma. Incluso fuera de la luz del sol, en la iluminación artificial, tenía un
resplandor a su alrededor, al igual que el Ser de su sueño. Ella se sorprendió de que
nadie pareciera darse cuenta.
El resplandor parecía intensificarse alrededor de su cabeza, casi como algunos de los
cuadros que había visto del arcángel Gabriel en su clase de historia en la secundaria
técnica. Es curioso que él llevara el mismo nombre. Gabriel.
Cuando Taylor miró más de cerca el rostro brillante ante ella, sus rasgos perfectos
sugirieron que era un modelo para la revista de moda para hombres. Una vez más, se dio
cuenta de sus ojos inusualmente oscuros.
Si bien es obvio que ellos eran azules, el anillo de color era extremadamente delgado con
el tamaño de sus pupilas negras. Esto le daba a sus ojos un aspecto muy oscuro, como
una estrella de rock que llevara demasiado maquillaje negro en los ojos.
Los lugares comunes estaban bien iluminados y por lo tanto, se esperaba que sus
compañeros contrajeran las pupilas para que pudieran regular la cantidad de luz que
entraba en sus ojos. Miró a los ojos de sus otros amigos y pudo ver que ellos los habían
contraído a pequeñas manchas, mientras que sus pupilas permanecían completamente
dilatadas. Qué extraño, pensó para sus adentros. Mientras reflexionaba sobre sus
observaciones, se dio cuenta de que los otros cuatro estaban mirándose y riendo.
—Tierra a Tay... —zumbaba Sam, agitando la mano delante de la cara de Taylor.
—Lo siento, creo que me ido al espacio. Vamos a buscar algo de comida. Nos vemos más
tarde, Gabriel —dijo ella, eliminando cualquier posibilidad de que Gabriel pudiera
pensar que había sido invitado. Taylor se sintió fuera de control, ésta no era la forma en
que había planeado su próximo encuentro con él. Necesitando pensar, se dio la vuelta y
caminó hacia la entrada de la sala del comedor.
Gabriel fue tras ella—. ¡Espera, Taylor! —Parecía un poco avergonzado, como si
estuviera inseguro de sí mismo, muy lejos del chico seguro que había visto antes.
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¡Ojalá¡—. Te... te gustaría pasar el rato conmigo —le preguntó. Taylor estaba un poco
sorprendida por su petición, y por la calidad del adolescente que la hacía. ¿Pasar el rato?
Él era potencialmente algún tipo de sustancias radioactiva, un sueño exótico invasor y
¿quería pasar el rato? Asimismo, no estaba acostumbrada a este tipo de atención, que se
reservaba normalmente para Samantha—. Um, quiero pensar en eso, Gabriel —dijo ella.
—No hay problema, ¿me das tu número de móvil, así sé cómo ponerme en contacto
contigo?
—¿Por qué no me das tu número y te puedo llamar cuando haya pensado en ello?
Ella pensó que sonaba un poco duro cuando lo dijo, pero Gabriel no pareció inmutarse
por ello, que normalmente era el beso de la muerte para un hombre.
—Claro, suena muy bien —dijo. Mientras decía los dígitos, tecleó su número en su
iPhone en "Gabriel luciérnaga".
—Nos vemos, Gabe —dijo ella, diciendo adiós.
—Sólo mi abuela me llama así —replicó.
Tan pronto como entró en el comedor, Sam comenzó el interrogatorio—. ¿Por qué no lo
invitaste a cenar?
—No lo sé. Simplemente no me sentía a la altura.
—Bueno, ¿vas a llamarlo? —preguntó Sam, claramente emocionada de que Taylor
hubiera atraído la atención de un chico guapo. Sam siempre estaba tratando de hacer de
casamentera para ella y tenía grandes sueños de que se casaran en el mismo año con
tipos que fueran los mejores amigos, también.
—Realmente tengo que pensar en ello —dijo Taylor.
—¿Qué hay que pensar? ¡Es hermoso y está claramente interesado en ti! Y tú fuiste la
que dijiste que querías que te ayudara a encontrarlo.
—Lo sé, Sam, pero hay algo extraño en él. ¿Has visto la forma en que su piel casi
irradiaba luz, incluso cuando entramos? Y sus ojos se dilataron, como si estuviera
drogado o algo así.
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—No me di cuenta de la cosa de la “luz”, pero si te refieres a que irradiaba calor,
entonces, ¡sí me di cuenta de eso! Yo no sé lo que quieres decir acerca de sus ojos, pero
lo hacen ver un poco serio y misterioso. Tal vez sólo tenía una cita con el médico de los
ojos y le colocaron gotas para dilatar. Demonios, Tay, no seas una presa de zumbido. Se
te permite tener diversión. Esta es la universidad, ¿recuerdas?
—Estoy segura de que tienes razón, Sam. Voy a textearlo más tarde —prometió Taylor
en un pobre intento de apaciguar a su bien intencionada amiga.
—¡Ese es el espíritu! —exclamó Sam.
Pronto se distrajo por sus estómagos rugientes y las diversas estaciones de comida en el
buffet alrededor de la cafetería, grandes y coloridos signos identificando cada tipo de
alimento: pizza, salteado, pasta, ensalada, postre, bebidas, etc…
Durante la cena, Taylor aprendió más acerca de Marla y Jennings. Habían estado
saliendo durante tres años y se habían conocido durante unos diez años. Sus familias
enteras, que databan de unas pocas generaciones, se habían graduado de UT y en su
mayoría aún vivían en la zona. El padre de Marla y la madre de Jennings eran ambos
profesores de la universidad. Sus familias tenían abonos para los partidos de fútbol,
nunca se perdían un partido del equipo de la universidad, a menos que un acto de Dios
se los impidiera.
—¿Van a ir a todos los juegos de fútbol de este año? —dijo Marla. Fue más una
afirmación que una pregunta—. Todo estudiante de primer año consigue entradas gratis
a los juegos de la temporada.
En realidad, el costo de las entradas se incluía en el primer año de matrícula, que era un
poco superior a la de los otros estudiantes. El objetivo era alentar a los nuevos
estudiantes a ir a los juegos y llegar a ser leales con el equipo, los castores y a la UT en
general. El truco habitualmente funcionaba, como después de un solo juego la mayoría
de los chicos se convertían en fans de por vida.
—Por supuesto que nosotros iremos, ¿verdad, Tay? —dijo Sam.
—Claro —respondió Taylor simplemente. A Taylor le gusta el fútbol, como a la mayoría
de sangre azul. Los estadounidenses. En la escuela secundaria, ella era miembro del
grupo pep, los que ayudaban con los signos y banderas para el equipo de fútbol. Siempre
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queriendo ser el centro de atención, Samantha era una porrista. A su manera, cada una
de ellas apoyaba al equipo y disfrutaban viendo los juegos.
Además de aprender un poco acerca de sus nuevos amigos, Sam continuó hablando
sobre cómo estaba de emocionada por Taylor. Taylor apenas oyó una palabra de lo que
dijo. No podía dejar de pensar en Gabriel: su cara, sus ojos, y sus gritos en medio de la
noche.
A medida que la conversación continuó, ninguno de ellos vio el par de ojos oscuros que
los observaba desde el otro lado de la cafetería llena de gente.
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Capitulo 9
Traducido por Julieta.
Corregido por Lutte.
abriel observó a Taylor a través del cuarto fingiendo estar interesado en la
conversación normal de los chicos de primer año con los que estaba sentado. No
sería capaz de verlo desde esta distancia, aunque la mantuvo a la vista en todo
momento. Él era capaz de verla como si estuviera mirándola a través de binoculares,
perfectamente claro, como si estuviera sentado a su lado. Las luces brillantes en el
comedor fueron devoradas por los ojos casi completamente negros y luego transmitido a
través del cuarto con el poder concentrado de una lupa. De todas mis capacidades, ésta
la había subestimado, Gabriel pensó.
Él la miró pensativamente mientras ella se sentaba con sus amigos. Antes, había
quedado impresionado con su habilidad para resistirse a sus encantos, pero no estaba
preocupado. Era versátil, esa fue una de las muchas razones por las que había sido
seleccionado por el Consejo para este trabajo.
—No estoy interesado esta noche en comer. —Se excusó de la mesa y se dirigió a
propósito fuera de la sala. Al doblar una esquina en un callejón oscuro, comprobó el
frente y detrás de él y el no ver a nadie, saltó con fuerza al cielo nocturno. Llegando a
una altitud de unos mil metros en poco más de dos segundos, arqueó su espalda,
extendió sus brazos y con un fuerte ¡pop!, extendió sus magníficas alas de plumas
blancas largas desde su cuello, justo debajo de la línea del cabello. Lo imposible, de cinco
pies, con alas extendidas de dos pies más allá de sus dedos, dándole movilidad sin limitar
el uso de sus brazos.
Con una explosión de velocidad, Gabriel se disparó hacia la estructura más grande en el
campus de la UT: el estadio de fútbol. Había llegado a la Universidad tres meses antes
que Taylor con el fin de prepararse para la tarea en cuestión. Al participar en las
semanas monótonas de la sesión de verano, hizo unos cuantos amigos, obtuvo las
G
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mejores calificaciones en sus cursos, y encontró el tiempo para prepararse para su
llegada. Las vigas altas por encima del estadio se habían convertido en uno de sus
lugares favoritos para pensar mientras esperaba.
Estaba sentado allí ahora, después de haber realizado un viaje que normalmente tomaba
20 minutos a pie, en menos de un minuto. Al igual que su capacidad de ver a larga
distancia, el vuelo fue impulsado por la luz. Si la luna y las estrellas brillaban, Gabriel
nunca tendría dificultades para aprovechar su luz para volar a cualquier distancia que
quisiera. En una noche particularmente nublada, podía por lo general todavía reunir
suficiente potencia lumínica de las farolas o casas. En un escenario del peor caso, se
podría utilizar su potente batería que funcionaba como mini-linterna, que generalmente
mantenía en su bolsillo, como todos los de su especie lo hacían. Él prefería volar a
caminar.
Ahora, mientras se sentaba, Gabriel recordaba cuando él era apenas un niño que está
siendo instruido por los adultos. Debe de haber llegado muy lejos, para que le confiaran
tan importante misión. Al crecer, él nunca había estado convencido de que las leyendas
fueran ciertas, pero ahora que había visto a la chica para sí mismo, se estaba
convirtiendo en un creyente. Su aura era más brillante de lo que creía posible.
Lamiendo sus labios con avidez, Gabriel esperaba por ello, en la batalla. Estaba
empezando a esperar que sobreviviera.
La Gran Guerra se había prolongado durante décadas, ninguno de los equipos nunca
realmente había ganado una ventaja. Ahora, la guerra estaba a punto de ser ganada, la
penosa existencia de los seres humanos descansaba en las manos de Taylor Kingston y
ella no tenía ni idea. Si tan sólo pudieran estar a solas.
En ese momento su teléfono celular vibró, lo que indicaba que había recibido un
mensaje de texto.
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Capitulo 10 Traducido por emma.sheila
Corregido por Hanna Marl
pesar de sus extraños sueños y pensamientos sobre Gabriel, Taylor se sentía viva
cuando regresó a su dormitorio. También se sentía libre, por primera vez en su
vida. Claro, tenía la responsabilidad de asistir a clases, estudiar, y realizar todas
esas otras aburridas actividades que vienen junto con la universidad, pero no tenía a su
padre mirando por encima de su hombro, y podía hacer más decisiones por sí misma.
Con razón tantos chicos se volvían locos cuando llegaban a la universidad, pensó. ¡Había
tanta libertad! Tal vez debería haber algún tipo de fase de transición. Nah, pensó, era
mejor tenerlo todo de una.
No era que no tuviese una buena relación con su padre. Lo amaba y le encantaba pasar
tiempo con él. Pero estaba lista para darle una oportunidad a la vida por sí sola. El padre
de Taylor, Edward Kingston, era un viudo de cincuenta y cinco años de edad, quien era
dueño de un pequeño negocio de helados llamado ''Ice Cold Creamery''. Ed, o Eddie,
como a Taylor le gustaba llamarlo, era el típico padre sobreprotector, le gustaba
continuar pensando en Taylor como en su pequeña niña, a pesar del hecho de que ella
se había mudado fuera de la ciudad para asistir a la universidad. Cuando Taylor se mudó
a su pequeño dormitorio, él se había vuelto muy emocional cuando llegó la hora de irse.
Taylor sabía que ya que estaba ganando libertad de su padre, él probablemente había
enlistado a su hermano James para ayudarlo a ser sus ojos y oídos a distancia. James
estaba empezando su tercer año en UT y le recordaba constantemente este hecho a
Taylor, como si ella debería estar impresionada o algo así.
A James le gustaba presumir, no solo a su hermanita, sino a todo el mundo. Un par de
pulgadas más sobre los seis pies, él era mucho más alto que su padre, y tenía un fuerte
cuerpo atlético construido por dos años de uso de pesas en el gimnasio del campus.
A
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Su cabello era de un rubio oscuro, con ese estilo desordenado intencional que todos
consideraban genial. Al igual que cualquier otro hombre al que le gustaba mostrarse, era
bastante popular y le gustaba ser el centro de atención.
Taylor y su hermano nunca fueron muy cercanos. Mientras que James tendía a ser
protector con ella, parecía verlo más como un deber de hermano mayor, más que algo
de lo que verdaderamente se preocupaba por hacer. Estaba alegre de que él se hubiera
mudado fuera del campus por su tercer año, ya que ella estaría en los dormitorios de la
universidad, una segura caminata de treinta minutos hasta el apartamento de James.
Mientras estaba pensando en su familia, las imágenes de su sus sueños pasaron
repentinamente por su mente, como una alarma de un reloj preparado para prenderse
justo en ese momento. Como de costumbre, estaba perdiendo el control de sus
pensamientos, como cada vez más y más se movía inconscientemente a Gabriel, su fácil-
sonrisa-con-los-ojos, y como “él genuinamente parece interesado en ti”, como Sam
había dicho durante la cena. Ya era suficiente. No podía esperar más. Taylor desbloqueó
su iPhone y buscó su número. Pensó que diablos, estoy en la universidad, conocer
chicos es parte del trato, y luego escribió un simple mensaje de texto:
“Hola gabe, es taylor. Ahora tienes mi núm. Me gustaría pasar el rato algún día si aun lo
quieres.”
Releyó el mensaje, feliz consigo misma. No sonaba desesperada, mostraba un poco de su
personalidad al llamarlo Gabe otra vez, y dejaba la pelota de su lado. Presionó ENVIAR.
Para su sorpresa, le respondió en menos de un minuto.
“Hola taylor, estoy muy contento de que me hayas mandado ese mensaje. Actualmente
tengo tiempo ahora mismo, ¿estás ocupada?”
Taylor estaba sorprendida de sentir mariposas bailando alrededor de su estomago. En un
primer momento pensó que podría ser una especie de inquietud, como había
experimentado antes, pero luego se dio cuenta de que eran mariposas excitadas, como si
fuera algún maldito loco coqueteo con un chico. Contrólate, pensó él solo es un chico
arrogante como tu hermano. Aun así tenía que hablar con él, aunque sea solo para
determinar quien era realmente. Le respondió a su texto:
“Suena bien gabe. ¿Donde deberíamos encontrarnos?”
Él respondió:
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“Lado norte del Área Común.”
Acordaron encontrarse en diez minutos. Ningún tiempo para arreglarse. Taylor se puso
un par de calcetines que no combinaban -uno gris, uno rojo- y un par de viejas
zapatillas. No se molestó en ponerse ningún maquillaje o cambiar su ropa, optando
quedarse vestida en sus pantalones de chándal y playera. Estaba a punto de irse cuando
Sam entró con una toalla envuelta alrededor de su cuerpo.
Dijo Sam—: Amo que las duchas son siempre agradables y calientes, a pesar de que la
presión del agua deja algo que desear. ¿A dónde vas, Tay?
—Solo me voy a encontrar con Gabriel por unos minutos. —Intentó sonar casual.
—¡¿Qué?! ¿Cuándo ocurrió esto?
—Justo ahora. Le envié un mensaje y él respondió y preguntó si quería pasar el rato con
él.
—¡Bien hecho, chica! Creo que esto de la universidad va a ser algo bueno para ti.
Alcanzando la puerta, Taylor dijo—: No es así, solo quiero preguntarle un par de cosas.
Estaré de vuelta pronto.
—Pero no muy pronto, cariño, ¡Disfruta de ti misma! —respondió Sam con una sonrisa.
—Como sea —dijo Taylor.
Entró rápidamente en el área Común. Estaba tratando de contar los minutos
perfectamente, así llegaba justo en tiempo. No quería parecer desesperada llegando
temprano, pero también era del tipo que no le gustaba ser grosero al hacer a alguien
esperar. Para su alivio, el área estaba desierta cuando llegó. Un solitario banco estaba
esperando, sin uso por el momento. Se sentó a esperar. En cuestión de segundos, oyó
una melodiosa voz desde atrás.
—Hola, Taylor —dijo.
Ella se sobresaltó un poco y se volvió, sorprendida por la facilidad en la que se había
acercado sigilosamente—. Hijo de… ¿Puedes dejar de acercarte así? ¿De dónde viniste?
—Ah, ningún lugar en particular, ¡solo me aparecí de la nada! —él se rió, una hermosa
sonrisa extendiéndose por su rostro.
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—Gracias por mandarme un mensaje, estaba muy feliz cuando lo hiciste.
No escuchó ni una palabra de lo que dijo ya que lo miraba, completamente asombrada.
Su camiseta ajustada se aferraba a sus músculos bien tonificados como una segunda piel.
Parecía natural, como si hubiera nacido de esa forma, no como el evidente
levantamiento de pesas y proteína fabricada de su hermano.
Su resplandor era fuerte como siempre y aun más notable bajo el cielo nocturno.
—Tierra a Tay... —dijo Gabriel, imitando el tono de Sam de hoy temprano.
—¿Te estoy aburriendo, Tay? Es la segunda vez que te desconcentras en mi presencia.
—Sam es la única que me llama Tay —replicó ella.
—Y como dijo antes, mi abuela es la única que me llama Gabe. Así que supongo que eso
nos hace empatar —dijo él, regresando la sonrisa perfecta.
Decidiendo ir a la ofensiva, Taylor preguntó—: ¿Fuiste al oculista hoy?
—No, ¿Por qué preguntas? —dijo Gabriel inocentemente.
Taylor ignoró su pregunta y le hizo otra—. Mmm, interesante. Entonces ¿fuiste
golpeado por un meteorito radioactivo hoy?
—No, no hoy, pero el día no ha terminado aun. —Seguía sonriendo, pero detrás de la
sonrisa se dio cuenta que estaba pensando con fuerza, como si estuviera tratando de
resolver algo en su cabeza.
Gabriel intentó mantener una cara de piedra, como si sus preguntas fueran normales del
tipo llegar-a-conocerte, pero en su mente se quedó atónito. Nunca había conocido a un
humano que pudiera tan fácilmente ver su luz interior. En un caso muy raro, un
humano con un aura particularmente fuerte le dijo que tenía muy extraño color de piel
y le preguntó de qué nacionalidad era. Gabriel fue fácilmente capaz de trabajar una
mentira para salir de esa. Usualmente era capaz de mentir sobre cualquier cosa. Era un
mentiroso regular.
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En este caso, sin embargo, Gabriel no iba a mentir sobre estas preguntas simples. Él iba a
necesitar mentirle a Tay muchas veces antes de que su misión haya terminado, y
entonces, pensó que empezaría con alguna verdad.
—Mira, Taylor, quiero responder todas esas preguntas, pero no aquí, —dijo Gabriel
honestamente—. ¿Podemos ir por esa caminata que te pedí antes?
Taylor lo miró fijamente, tratando de leer entre líneas. ¿Por qué confiaría en alguien a
quien acababa de encontrar y apenas conocía, especialmente antes de que haya
respondido ninguna de sus preguntas? Podría ser un violador o un asesino por todo lo
que sabía.
Pero por alguna razón ella confiaba en él, y aunque contestó vacilante, respondió de
manera afirmativa.
Caminaron juntos en dirección a Center Avenue, un nombre apropiado para una calle
que corría a través del centro del campus. Sin embargo, cuando llegaron a la carretera,
Gabriel tomo su mano y tiro de ella hacia la izquierda, lejos del corazón del campus.
—Quiero mostrarte algo—, dijo.
—¿A dónde demonios estamos yendo? —preguntó, tratando de no sonar asustada,
aunque su corazón estaba martilleando.
—Al estadio de fútbol. Estuve aquí en la temporada de verano y encontré un lugar
genial para pensar, o en nuestro caso, para hablar.
El corazón de Taylor se desaceleró de nuevo a la normalidad ya que la respuesta sonaba
razonable y no detectaba ningún rastro de una mentira. Después de todo, alguien tan
hermoso como Gabriel no podía ser un violador o un asesino, ¿Podría? Ella lo miró
mientras caminaban y él se volvió, sonriendo de nuevo, como si pudiera leer sus
pensamientos y encontrara su conversación interna hilarante.
Se dio cuenta de que aun estaba sosteniendo su mano mientras caminaban, pero no trató
de quitar la mano esta vez. Se sentía maravillosamente cálido y parecía darle una
extraña energía. Apenas notó el silencio mientras caminaban, sin hablar. El silencio
normalmente le molestaba, causándole balbucear buscando una charla sin sentido, pero
esta vez, no lo hizo.
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Después de varios minutos, cuando el silencio finalmente se rompió fue Gabriel quien
dijo—. ¿Por qué crees que no eres especial?
Sorprendida por la pregunta, Taylor respondió a la defensiva—. Como sabes que...
Quiero decir, no creo no ser... ¿Por qué preguntas eso? —Sabía que estaba medio al
borde con su voz pero no le importó.
—No te ofendas, Tay... Taylor. Lo prometo, no quise decir nada con eso. Solo que parece
que adoras el piso por el que Samantha camina, cuando debería ser al revés.
—Yo no adoro... Espera, ¿Estás diciendo que crees que soy especial? ¿Cómo podrías
saber eso? Acabamos de conocernos. ¿Y a qué te refieres con especial? ¿Qué tomo el
autobús corto hacia la escuela?
Gabriel se rió—. No ese tipo de especial. Solo tengo un buen sentido sobre la gente.
—Casi habían llegado al estadio—. Además, notaste ciertas cosas sobre mí que
generalmente los demás no pueden o no notan.
Taylor pensó sobre eso un minuto antes de preguntar—. Entonces, ¿Vas a responder mis
preguntas sobre eso ahora?
A Gabriel le gustó la manera en que Taylor notó la elección de sus palabras y las dio
vuelta hacia él. Ella era viva. Pensó que esto era una buena señal, tal vez ella era la que
iba a cambiar todo. Se dio cuenta de que había parado de caminar y le había soltado la
mano, estas estaban descansando firmemente sobre sus caderas, mientras esperaba por
un respuesta a su pregunta. Gabriel se detuvo también, haciendo una pausa antes de
hablar, eligiendo cada palabra cuidadosamente.
—Taylor, creo que sería mejor si te muestro las respuestas.
Ella lo miró fijamente, tratando de descifrar su última declaración, pero como nada tenía
sentido, se encogió de hombros y esperó pacientemente.
Él tomó un par de pasos hacia atrás y cerró los ojos. Ella miro atentamente, pero con una
sonrisa divertida en su rostro, preguntándose cuánto tiempo él se reiría de ella después
de que su broma haya terminado. Se había acostumbrado al destello opaco y a los ojos
dilatados hasta el punto en que había estado sin conocimiento de estas rarezas en los
últimos diez minutos, excepto tal vez inconscientemente. Ahora que lo estaba
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observando, sin embargo, la luminosidad de su aspecto era la única cosa de la que ella
estaba al tanto.
Como si fuera una señal, el contorno alrededor de su cuerpo y su cabeza comenzó a
brillar. La luz aumentó lentamente al principio, y luego más y más rápido hasta que era
como si estuviera mirando al sol. Temporalmente cegada, cerró los ojos y se puso las
manos delante de su cara para protegerlos. Incluso con sus parpados y manos para
protegerla, ella todavía podía ver la luz, parecía penetrar en su piel y huesos.
Justo cuando estaba considerando apartarse lejos de él, la luz de apagó y el cuerpo de
Gabriel volvió a la “normalidad”, con sólo el tenue resplandor rodeando su metro
ochenta como un marco.
—¿Qué diablos fue eso? —exigió Taylor contundentemente.
Gabriel levantó las cejas, parecía sorprendido por la ferocidad de su voz.
—Ese fui yo. Ese es mi cuerpo.
—¿Esperas que me crea eso? Porque no lo hago. Creo que mi primera conjetura estuvo
cerca de dar en la tecla o tienes algún tipo de fuente de luz loca oculta en el bolsillo,
¿Cuál es?
Gabriel continúo viéndose perplejo mientras preguntaba—. ¿A qué te refieres con
primera conjetura?
—¿Eres un poco lento? Hace un rato mencioné un meteorito radioactivo, ¿Recuerdas?
—No intentó esconder el sarcasmo.
Gabriel no pudo evitar reír. Nunca le había mostrado su luz interior a un humano antes,
pero siempre esperó algo mas como terror o espanto o incluso asombro, pero no esto.
Tal vez Taylor era especial. Él le había dicho eso para halagarla, pero tal vez había más
verdad en sus palabras de lo que se dio cuenta.
—¿Te estás riendo de mi? —lo fulminó con la mirada.
—No, no. —Fue todo lo que Gabriel pudo decir antes de empezar reír otra vez. Se dio
cuenta que se había olvidado porque siquiera estaba con esta entretenida chica. Algo
sobre ella lo distraía de su misión. Siguió frunciendo le el ceño—. Me estaba riendo
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porque no esperaba esa reacción. Pensé que estarías asustada de mí, pero me da
esperanza de que no vayas a salir corriendo y gritando cuando te muestre mi siguiente
truco.
—Ah genial, hay más. Mira, solo miraré el próximo si me prometes mostrarme como lo
hiciste.
—Me parece justo. Te mostraré todos mis trucos más tarde —dijo él.
—Está bien, veámoslo entonces. —Ella se plantó, esperando, con sus manos volviendo a
sus caderas.
Arqueó la espalda como lo había hecho temprano esa noche, pero esta vez no extendió
sus brazos al lado. Con el mismo agudo pop, masivas alas brotaron de su cuello y se
levantaron por encima de su cabeza con gracia. Él les permitió dejarlo flotar en el aire
por un momento antes de plegarlas ordenadamente detrás de su espalda.
Esperó a que el temor se mostrara en sus ojos, pero ella lo sorprendió otra vez al
aplaudir.
—Ahora eso fue realmente impresionante, ¿Cuánto gastaste en esas alas retráctiles? ¡Se
ven como algo de un show de Las Vegas! ¿Puedo tocarlas? Realmente deberías hacer la
cosa de la luz y la de las alas al mismo tiempo, ¡Eso si sería genial!
Gabriel estaba feliz de que ella no estaba asustada de él en su estado natural, pero sabía
que las cosas cambiarían cuando se diera cuenta de exactamente qué tan natural era para
él. Empezó con—, En realidad las obtuve gratis, —lo cual era mayormente la verdad
aunque técnicamente no las obtuvo, nació con ellas. Luego añadió—: Si, puedes tocarlas.
Taylor caminó hacia él y luego detrás de él. Sintió sus manos acariciar suavemente su
quinta y sexta extremidad. Ella exclamó—-: ¡Oh, son aún más suaves de lo que esperaba
y son de un color brillante, blanco. Nunca he visto nada igual.
Luego puso un dedo a través de la superficie de las plumas y Gabriel tuvo que alejarse,
riendo duro—. ¡Ya basta, me hace cosquillas!
—¿Te toqué la espalda? —ella preguntó.
—No, me dio cosquillas en el ala.
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—Ya, bueno, Gabe, ya hablamos de esto. Prometiste confesarme todos tus pequeños
trucos.
—Lo estoy intentando, pero lo estás haciendo bastante difícil Vamos a intentarlo de
una manera diferente. Siente la parte superior de mis alas, donde sobresalen de mi piel.
Taylor ignoró el ridículo uso de la frase “mis alas y sobresalen de mi piel”, mientras
obedecía su petición. Cuando se sintió cerca de la piel, realmente se sentía como si las
alas de algún modo estuvieran unidas a su cuello. Parecía imposible, porque las hubiera
notado mientras que estaban caminando. Ahora que lo pensaba, las alas eran
suficientemente voluminosas en su espalda que estaba más allá de explicación al como
había sido capaz de mantenerlas ocultas debajo de su ropa hasta ahora.
—Ahora da un paso atrás, Taylor. —Hizo lo que le dijo, continuando de darle vueltas al
misterio. Con un suave alarido las alas parecieron precipitarse arriba y meterse en la
parte superior de su cuello. Ella dio un paso hacia adelante de nuevo para examinarlo, su
asombro cada vez mayor.
Había un corte en su cuello que parecía una cicatriz que se había vuelto a abrir. Ella
frotó sus manos a lo largo de la parte posterior de su playera, sintiendo sólo su columna
vertebral, los músculos, la piel. Con una sacudida, se alejó de él, con las manos
temblando—. Que... ¿Qué eres?
Gabriel se volvió lentamente, con una sonrisa hermosa formándose en su cara, el brillo a
su alrededor irradiando luz una vez más. Sus alas se re-abrieron de nuevo en una
imposible exposición de belleza y gracia—. ¿No es obvio? —dijo—. Soy un ángel, por
supuesto.
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Capitulo 11
Traducido por Pily
Corregido por Hanna Marl
ionysus se paseó por la ancha habitación. Las paredes parecían estar llenas de luz
de arriba a abajo. La luz provenía del interior de las paredes, y no de algún
accesorio asociado. Los suelos y techos eran los mismos; un material diferente
puede ser, pero igualmente llena con un brillo que cegaba a un humano que mirara
directamente sobre ellos durante demasiado tiempo. Pero Dionysus no era un humano.
—¿Por qué él no se ha presentado todavía? —preguntó.
Incluso en su tono estresado estaba clara su autoridad y esperaba que su pregunta fuera
contestada por cualquiera que lo oyera. En este caso, sólo había uno allí para escuchar.
—Estoy seguro de que lo hará pronto —aseguró Michael, el otro ángel en la habitación.
Michael era el segundo miembro más experimentado del Consejo de los Doce
Arcángeles, del que Dionysus era Jefe. A pesar de su edad, Dionysus tenía el cuerpo de
un semental italiano de treinta años de edad y una cabeza llena de pelo rubio. Ambos
hombres eran increíblemente guapos y podían encantar a casi todo el mundo con una
sonrisa y un guiño. También controlaban el ejército más poderoso del planeta.
—Voy a dar a Gabriel un día más y luego voy por él —amenazó Dionysus.
—Dale tiempo —dijo Michael.
—Tiempo... —reflexionó—. Sí, puedo darle tiempo. Pero debe mantenernos
informados, incluso si su informe dice que el progreso es lento. Puede que sea una
estrella en ascenso, ¡pero TIENE que respetarnos!
Su última declaración fue en la forma de un rugido que hizo a Michael inclinarse hacia
atrás, lejos de su amigo.
D
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—Él lo hace, Dionysus. Todavía es joven y quiere impresionar. Probablemente no desea
reportar hasta que haya hecho algún progreso real. —Michael hizo una pausa. Su rostro
estaba tenso, como si esperara otra explosión de ira de su líder. Pero Dionysus estaba en
calma de nuevo, como si su ataque hubiera sido una anomalía, una rara pérdida de
control. Sus siguientes palabras fueron pronunciadas de manera uniforme y controlada.
—Un día más —dijo simplemente.
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Capitulo 12 Traducido por Pily
Corregido por Hanna Marl
turdida, asustada, deslumbrada. Esos fueron sólo algunos de la larga lista de
sentimientos que recorrieron el cuerpo de Taylor cuando ella quedó boquiabierta
frente a la criatura que tenía delante. Consideró salir corriendo, pero estaba
bastante segura de que sus piernas no serían rival para las alas. Los pájaros, los aviones,
los insectos con alas: cualquier cosa podía moverse rápido.
Cada parte de Gabriel parecía como el ángel que decía ser, excepto que era aún más
bello de lo que Taylor podría haber imaginado de un ángel que apareciera en sus sueños
más salvajes. A pesar de la brillantez de su ser, ella fue capaz de mirarlo, al parecer, lo
había atenuado un poco esta vez, probablemente para su beneficio.
Sus bíceps y su pecho parecían haberse fortalecido y reforzado, como si él acabara de
terminar un largo día de trabajo duro. Su rostro era majestuoso, casi real, como si fuera
descendiente de una larga línea de reyes. Su miedo inicial comenzó a disminuir cuando
él no hizo ningún intento de hacerle daño o incluso acercarse a ella. Pensamientos
lógicos de todo lo que sabía, o creía saber, acerca de los ángeles comenzaron a entrar en
su mente.
Ellos eran los buenos ¿no? Su familia no tenía hábito religioso, pero ella había ido a
suficientes sermones como para saber que los ángeles ayudaban a la gente. El término
ángel guardián era un consuelo en sí mismo. Perdida en sus pensamientos, como de
costumbre, no se dio cuenta de que Gabriel había regresado a su versión normal,
mostrando un brillo sutil, con sus enormes alas escondidas, casi por arte de magia, en la
piel y los músculos de su espalda.
Se acercó a ella con cautela—. ¿Me crees ahora? —preguntó.
—Sí —suspiró ella.
—¿Me temes?
A
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—No... Bueno, lo hice al principio, pero ahora no. ¿Puedo hacerte algunas preguntas
más? —Ella estaba susurrando.
Gabriel sonrió—. Por supuesto que puedes. Pero primero quiero llevarte a un lugar
especial para mí. ¿Estaría bien?
Dudando sólo un poco antes de contestar, ella dijo—: Está bien.
—¿Tienes miedo a las alturas?
—En absoluto —respondió ella—. Mientras más alta la montaña rusa más me gusta.
Su sonrisa se amplió cuando dijo—: Confía en mí, esto no será para nada como cualquier
montaña rusa que hayas ido.
Sin decir una palabra, las alas de Gabriel brillaron en la oscuridad y él la recogió en sus
poderosos brazos, a la vez que saltaba hacia arriba en un movimiento rápido. Ella abrió
la boca y cerró los ojos, sintiendo la corriente de aire a través de la ropa y el pelo.
Cuando volvió a abrir los ojos, las luces del campus parecían a kilómetros de distancia,
titilando como estrellas. Sólo podía ver las manos de Gabriel, pero no su cara, mientras
la abrazaba por la espalda, con los brazos firmemente alrededor de su torso. Sus
músculos se sentían fuertes contra su cuerpo. A pesar de la altura, se sentía segura.
Segura, pensó. ¡Al igual que en su sueño! Gabriel debe haber sido el que le dio el agua.
Se dio cuenta de que estaban rodeando el estadio de fútbol de la UT, perdiendo altura en
cada pasada, el aire cálido de la noche susurrando junto a ella—. ¡Espera! Gabriel —
gritó.
Sus brazos colgaban impotentes frente a ella, no tuvo tiempo de reflexionar sobre lo que
quería decir antes de caer repentinamente del cielo, cayendo más rápidamente de lo que
la gravedad hubiera causado. Cuando pensaba que una colisión con las vigas de acero del
estadio era inevitable, cerró los ojos y se preparó para morir.
Todo estaba en silencio. No había viento. No había dolor. Se alegraba de haber muerto
sin dolor. ¿O era el sueño de otro? Tenía que ser, pensó. Ella se echó a reír para sus
adentros, que divertido, había creído que toda la experiencia era real. Mira el lado
positivo, pensó, al menos, eso significa que no estoy muerta y puedo despertar ahora.
Siempre puedes despertar cuando mueres en tus sueños. Ella se pellizcó duro.
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—¡Ay! —gritó ella, abriendo sus ojos.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó Gabriel.
—Oh, Dios mío... ¿quieres decir... eso fue real? —Hizo una pausa antes de continuar—.
¡Eso fue increíble! ¿Dónde puedo comprar las entradas para el próximo viaje?
Gabriel parecía satisfecho con su reacción—. Bueno, vamos a tener que bajar aquí de la
misma manera que nos levantamos, así que me imagino que es un paquete.
—¿Podemos ir de nuevo ahora?
—¿Qué pasó con todas esas preguntas que querías hacerme?
—Oh sí, me había olvidado por completo. Supongo que podríamos hablar acerca de eso
primero. —Su corazón seguía acelerado por el entusiasmo del viaje más emocionante de
su vida.
Gabriel dijo—: ¿Por qué no empiezo desde el principio y te digo toda la historia, y
puedes hacer las preguntas a medida que avanzamos?
Ella estuvo de acuerdo. Antes de comenzar, ella miró a su alrededor, observando su
entorno. Se encontraban en una amplia chimenea, de acero inoxidable en la parte
superior de uno de los extremos de la cancha de fútbol. El lugar estaba oculto en parte
por una serie de grandes palos que exhibían las banderas Americana, de la Asociación de
la Escuela de Fútbol, y de la UT.
Taylor también notó que los brazos de Gabriel estaban todavía alrededor de ella, para
protegerla. A pesar de su calidez que la hacía sentir como en el cielo, se deslizó de sus
brazos y se sentó frente a él, metiendo sus pies debajo de su trasero. Satisfecha, ella lo
instó a comenzar, con las rodillas casi tocándolo mientras se inclinaba más cerca. Fue
entonces cuando él comenzó a contar la historia más extraordinaria que había oído
nunca.
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Capitulo 13 Traducido SOS por Pily Corregido por zipap744
u historia comenzó apenas 150 años antes, en 1846. Fue entonces cuando el
primer demonio evolucionó. Un joven de unos veinticinco años, Clifford
Dempsey, iba de excursión por la Cuenca del profundo Amazonas en Brasil. Tenía
la esperanza de identificar y catalogar al menos una nueva especie de insecto. Como
insectologista en ciernes este era su sueño, su pasión. Aún hoy, el Amazonas es un lugar
peligroso, incluso para los más experimentados guías. Serpientes mortales, arañas y
plantas venenosas patrullan por la selva mientras letales pirañas y cocodrilos nadan
ocultos bajo la superficie de los numerosos ríos y arroyos. Ese era el primer viaje de
Clifford al Amazonas.
Mientras exploraba por comida un día, Clifford fue mordido en el dorso de la mano por
una larga serpiente tintada negra. Clifford trató de arrancarla de su mano, pero sus
mandíbulas estaban cerradas como una tenaza en su piel, sus colmillos incrustados en
una vena grande y azul. Finalmente se vio obligado a cortarle la cabeza con un cuchillo
que llevaba en el cinturón. Sangre negra salió desde el cuerpo de la serpiente que se
retorcía mientras su mano era finalmente liberada.
Un rayo repentino de dolor se apoderó de él, desde los pies a la cabeza. Entonces, de
pronto, se detuvo.
Clifford esperó un minuto, y sintiéndose como él mismo de nuevo, inspeccionó la
serpiente ya que tenía la esperanza de que no se tratara de la variedad venenosa.
Abrió su libro de serpientes y examinó a través de las imágenes de serpientes negras.
Ninguna de ellas se parecía a lo que había delante de él. Su cuerpo era negro azabache y
tan suave como la seda. Ningún grabado o una marca en la superficie de su piel. La
cabeza decapitada se veía idéntica al cuerpo, a excepción de una mancha de color en
cada lado de su nariz, los ojos rojo sangre miraban hacia fuera de la piel oscura. Su boca
S
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estaba abierta y Clifford vio que los colmillos y las encías eran tan oscuros como el
negro ónix.
Empaquetó las dos piezas de la serpiente y las llevó de vuelta a su campamento para
inspeccionarlas en el futuro. Al llegar a la hoguera, abrió el bolso para encontrar que la
serpiente había sido reducida a cenizas negras. Tamizo a través de la ceniza, y sus dedos
adquirieron un aspecto sucio, como si hubiera estado leyendo un periódico.
Confuso y cansado, Clifford bebió dos sorbos de agua y se acostó a dormir.
Más tarde, se despertó gritando al observar como el fuego se propagaba por las piernas
hacia su torso. Las llamas lamían los lados de su improvisada tienda de campaña,
prendiéndola en llamas también.
Se las arregló para rodar fuera del infierno y en la oscuridad de la noche, donde se
retorció en el suelo de la selva. Cerró los ojos y vio imágenes de carne quemada, su carne
quemada, pero al mismo tiempo sentía que algo le faltaba. Se quedó ardiendo lo que
parecieron horas, pero en realidad era sólo un minuto, antes de que él pensara en esto:
No sentía dolor.
Morir en la hoguera siempre se había vendido como una forma terriblemente dolorosa
de morir, pero Clifford no sentía nada en absoluto, como si estuviera entumecido por el
shock. Lentamente abrió los ojos para ver que seguía siendo pasto de las llamas, y que
ahora habían cubierto la totalidad de su cuerpo. Pero aún así, no había dolor. Hizo un
gesto con el brazo delante de la cara, y por medio de las llamas el pudo ver el brazo
rosado, en lugar de la carne quemada que había esperado.
A medida que su respiración se tranquilizó y su ritmo cardíaco volvo a la normalidad, el
fuego pareció disminuir hasta que la última llama hubo expirado. Sus ropas habían
desaparecido, siendo reducidas a cenizas por el calor del fuego. Su tienda había creado
un pequeño incendio cercano, pero el calor fue disminuyendo.
Inspeccionó su cuerpo desnudo, pero no encontró ninguna evidencia de lo que había
ocurrido.
Se acordó de la serpiente y se preguntó si el veneno había entrado en su cerebro,
causando alucinaciones. Miró su mano, en busca de los orificios de revelaran la
mordedura, pero la piel de su mano era suave y sin marcas.
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Los meses que siguieron fueron muy emocionantes para Clifford ya que rápidamente se
enteró de que no eran alucinaciones y que no sólo no estaba muerto, y tampoco estaba
herido; sino que había sido mejorado.
Poco a poco adquirió el dominio de sus nuevas habilidades: ahora podía hacer que todo
su cuerpo fuera envuelto en fuego en un momento y luego parecer un ser humano
normal al momento siguiente. Avanzando en sus habilidades, aprendió a dirigir la
potencia de fuego lejos de su cuerpo, creando llamas en árboles y arbustos.
También podía sanar excepcionalmente rápido, disfrutó de pruebas mediante el uso de
un cuchillo en su propio cuerpo y viendo que su sangre se evaporaba en el aire cuando
la herida se sellaba. La sangre carmesí que previamente había bombeado una vez de su
corazón había sido sustituida por la sangre negra de la serpiente. Sus movimientos eran
excepcionalmente rápidos y se convirtió en un depredador mortal en la selva, matando a
los animales y sobreviviendo mientras entrenaba su nuevo cuerpo.
Mirando su reflejo en un charco de agua dulce tranquila un día, se dio cuenta de que su
aspecto había cambiado drásticamente también. El color de su cabello se había
oscurecido de casi rubio al negro profundo. El efecto no se limitaba a la cabeza, el vello
de los brazos, el pecho, e incluso las cejas habían adoptado el tono oscuro. Sus ojos
también habían cambiado desde su anterior marrón a un color tan negro como la tinta.
Los cambios fueron positivos. Clifford nunca fue considerado como un hombre bien
parecido y rara vez había recibido ningún interés por parte de las mujeres, pero ahora
cuando se vio en la piscina, estaba asombrado de su hermosura y su físico resistente,
musculoso.
El último cambio más importante del que se dio cuenta lo seguía intrigando y
desconcertando. Incluso en un día soleado sin nubes, una oscuridad asfixiante parecía
rodearlo. No estaba seguro, pero sus nuevos instintos le dijeron que en algún lugar
dentro de esta oscuridad había un poder aún mayor del que había descubierto hasta
ahora.
Meses, o incluso años más tarde, Clifford salió de la Amazonia, aburrido de los
monótonos días en el bosque. Estaba dispuesto a reinsertarse a la sociedad a pesar de su
aspecto cambiado.
Su primer contacto humano fue con una mujer de piel canela que estaba sacando agua
de un pozo. Ella no lo oyó acercarse y cuando le hablo, la sobresaltó.
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La mujer saltó hacia atrás, con los ojos desorbitados por el terror mientras se quedó
boquiabierta al ver al hombre frente a ella. La oscuridad que le rodeaba parecía
confundir su visión y, aunque gran parte de su rostro estaba oculto, su miedo aumentó
cuando ella se centró en los dos ojos negros que atravesaron las sombras.
Tratando de calmarla, Clifford levantó los brazos por encima de su cabeza para mostrar
que no quería hacerle daño, pero ella lo vio como una amenaza y corrió hacia el pueblo.
Sólo podía distinguir una palabra que salió de sus labios.
—¡Demonio, demonio! —Gritó ella.
Clifford estaba en shock, preguntándose qué hacer a continuación, la palabra demonio
sonaba todavía en sus oídos. Desde el pueblo cercano, oyó gritos y vio a un grupo de
hombres armados con palos afilados y arcos corriendo por el sendero en dirección a él.
Enojado por la respuesta a su presencia, considero luchar contra ellos, pero sabía que
fácilmente podría matarlos. No quería hacer daño a nadie, así que usó su recién
descubierta velocidad para volver corriendo a la seguridad del bosque y fácilmente los
superó, a ellos y a sus gritos que iban desapareciendo como el día cuando se convierte en
noche.
A través de esa noche de insomnio, consideró la descripción que la mujer hizo de él.
Demonio. Tal vez eso es lo que era, un demonio de las profundidades del infierno.
Seguramente su condición no era natural y por lo tanto, tal vez él no pertenecía a este
mundo. Pero, ¿por qué no? Tenía derecho a la vida como cualquier otra criatura en el
planeta.
Una oscuridad crecía dentro de él y comenzó a aceptar el título de Demonio, pues es lo
que él era. Tomó la decisión de seguir desarrollando sus habilidades y luego ponerlas en
uso contra cualquiera que no lo aceptara de nuevo en la sociedad humana. No estaba
preparado para una gran batalla todavía, pero pronto lo estaría.
La capacitación comenzó inmediatamente, ya que se centró en aquellas habilidades que
no comprendía completamente. La meditación le ayudó a aprovechar el poder de su
mente y sincronizarlo con su cuerpo mejorado. Un gran avance se produjo cuando fue
capaz de reducir la oscuridad que le rodeaba a una sombra gris solamente por pensar
atentamente en ello. Tomó un poco de concentración, pero con el tiempo fue capaz de
mantener esta reducción de su oscuridad. Nunca podría eliminar por completo la
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sombra —se había convertido en una parte de él— pero podría disminuirla a tal grado
que podía evitar que fuera detectada.
Así como también fue capaz de minimizar la oscuridad a su alrededor, Clifford
descubrió que podía ampliarla. En un día soleado, podría cubrir el bosque en un manto
de oscuridad y causar que el viento azotara los árboles, arrancando ramas en su camino.
Una vez incluso provocó que apareciera una nube negra y relámpagos en medio de
fuertes lluvias.
¡Estaba listo!
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Capitulo 14 Traducido por AuRose
Corregido por zipzap744
hora completamente en control de sus poderes, Clifford hizo su camino por Sur
América y volvió a Estados Unidos. Usó su velocidad para no tener ningún
contacto con algún humano hasta que hubo cruzado la frontera del Sur de Texas,
deteniéndose eventualmente en Dallas.
Su primer contacto con los humanos fue maravilloso. La mayoría de las personas
suponía que él no respetaba las leyes, su oscura y misteriosa mirada encajaba con
muchos de los villanos ásperos que vagaban por el desierto. Le gustaba la manera en que
las personas lo miraban con temor y respeto, así que adoptó ese estilo de vida rebelde.
Se unió a una pequeña pandilla de bandidos y rápidamente tomo el liderazgo, y sus
habilidades le servían bastante bien en su nuevo estilo de vida. Se había ganado el
respeto bebiendo bastante, ganando peleas, asaltando bancos, y eventualmente ganando
por si solo tiroteos contra vaqueros y representantes de la ley.
Con el territorio vino la adoración de las mujeres, y su buena apariencia lo convirtió en
el centro de atención en ese sentido. Clifford tenía una mujer diferente cada noche,
muchas de las cuales quedaron embarazadas y dieron a luz a muchos de sus hijos. El
presenció el nacimiento de su primer hijo: un varón. Lo primero que notó del niño
fueron sus profundos y oscuros ojos.
Cuando usó un pequeño cuchillo para cortar al niño, para su sorpresa su piel se curó en
segundos. Clifford estaba alegre. ¡Podía pasar sus poderes a su descendencia! A partir de
ese día, siguió el nacimiento de sus hijos en secreto y se los llevaba a un campamento
escondido en las montañas.
Una vez que sus hijos estaban en edad, mataba a los otros hombres de su pandilla y les
enseñó la historia de la serpiente y de sus responsabilidades como demonios. Les
aconsejó que mantuvieran sus poderes en secreto y ampliaran su número.
A
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Las actividades criminales de la familia de Clifford les permitieron seguir prosperando,
pero se mantuvieron en movimiento y no ostentaron de su poder. Muchas de esas
actividades terminaron en crímenes y asesinatos sin resolver.
Finalmente Clifford murió a una edad promedio, pero sus hijos siguieron sus pasos y
continuaron aumentando su número y en secreto infiltraron todos los aspectos de la
sociedad humana.
Cuatro generaciones y casi 100 años después, dos tátara, tátara, tataranietos de Clifford
de ramas opuestas del árbol genealógico comenzaron un ardiente romance que dio como
resultado el nacimiento de un niño. Era la primera vez que dos demonios generaban
descendencia juntos.
El resultado fue una criatura con la cara desfigurada y alas de murciélago que salían
desde la parte superior de su espalda. Mientras la criatura tenía una horrible apariencia,
poseía una mente inteligente. A pesar de que carecía de la facultad del habla, sus padres
demonios fueron capaces de enseñarle su historia y sus caminos. La criatura creció a su
tamaño completo en pocos meses.
Ese tamaño completo era de un gigante de tres metros y medio de altura con unas
enormes patas traseras, brazos cortos, y con garras afiladas. No era tan poderoso como
sus padres, usaba fuego como su arma principal, espirando llamas de su boca en una
fuerte explosión. Una vez que el clan de demonios vio lo que el “niño” podía hacer,
empezaron a producir docenas de criaturas similares, aunque cada uno se veía diferente
al resto, así como lo hace un gato de un perro.
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Capitulo 15 Traducido por Edgli (SOS)
Corregido por Pily
abriel había estado hablando por mucho tiempo, con Taylor cautivada por cada
palabra. Tenía muchas preguntas, pero las había retenido, asumiendo que serian
contestadas durante el curso de la historia. Eventualmente no podría contener su
más grande pregunta.
—¿Por qué veo serpientes negras de ojos rojos en mis sueños? —interrumpió.
Gabriel detuvo su monologo, una mirada de sorpresa cruzó su rostro. Sacudió su cabeza,
como si hubiera casi olvidado que tenía una audiencia para su historia.
—¿Qué quieres decir? —dijo Gabriel.
Taylor se dio cuenta de que no había manera en que Gabriel pudiera saber sobre las
serpientes. Se abrió a él.
—Desde que era una niña, he tenido pesadillas sobre las serpientes de tu historia. Solía
temerles, pero he aprendido a vivir con su constante presencia. Ya no les temo, pero aun
las odio.
Taylor no mencionó que su más reciente sueño con serpientes había incluido a Gabriel,
era muy vergonzoso.
Gabriel dijo:
—He querido preguntarte sobre tu tatuaje.
—Es solo mi manera de lidiar con las pesadillas —dijo Taylor.
Gabriel asintió.
—Te queda.
G
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—Gracias —dijo Taylor, sonriendo ligeramente.
—Para ser honesto, no tengo idea de porque ves serpientes en tus sueños. Podría ser el
sadístico sentido del humor del destino preparándote para lo que te estoy contando.
Taylor asintió; estaba insatisfecha con la respuesta, pero era tan buena como cualquiera.
—¿Puedo continuar? —preguntó Gabriel.
—Sí, pero primero tengo una pregunta más. Has hablado mucho sobre demonios, pero
eres un ángel. ¿Qué tiene que ver todo esto contigo?
—Una pregunta justa, de hecho ya iba a llegar a eso —dijo.
Continuó cuidadosamente, pausando para pensar casi antes de cada palabra, como si
temiera representar más algún hecho o anécdota.
Dijo—: mientras la mayoría de los demonios tenían la misma manera de pensar y
querían hacer la anotación final destruyendo la raza humana y tomar la tierra como la
raza superior, había uno que no estaba de acuerdo. Su nombre era Dionysus.
—Es un nombre extraño para 1950 —dijo Taylor.
—Sin embargo, ese fue el nombre que le habían dado cuando nació dentro de la raza
demoniaca —replicó Gabriel—. Veras, Dionysus pensaba que los demonios y los
humanos podían coexistir en la tierra y de hecho ayudarse los unos a los otros.
Constantemente discutía con los líderes del clan de los demonios y trataba de
convencerlos de cambiar sus maneras malvadas.
—Dionysus estaba consternado ante la aparición del extraño niño adorado del demonio.
Se refería a las criaturas como gárgolas y las veía como abominaciones.
—Un día una discusión llegó a la violencia. Dionysus peleó fieramente contra otros tres
demonios, pero eventualmente fue arrinconado y subyugado. Fue llevado ante los
líderes del clan y desterrado de su hogar. Le dijeron que nunca volviera.
—Estaba lleno de ira por los planes malvados de su familia. Mientras pasaba desde las
sombras de la montaña, emergió a la luz del sol. A pesar de estar bajo el sol, vio que el
área alrededor de su cuerpo se mantenía en las sombras.
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—Se arrodilló, torturado por su incapacidad de experimentar completamente el calor y
la luz del sol. Convocó toda su fuerza mientras se enfocaba en sacar la oscuridad de su
cuerpo. Para su sorpresa, algo de la oscuridad se fue y un solitario destello de luz tocó su
pecho. Este pequeño toque de alivio de la oscuridad le dio más fuerzas e intentó
destrozar lo que quedaba de la oscuridad. Rugió con agonía mientras la oscuridad era
desterrada de su figura. Sus huesos se resquebrajaron y destrozaron a través de su piel,
dejando incontables cortes en sus brazos y piernas.
—Sangre negra salía de cada herida y se evaporaba en el aire. Un simple humano habría
muerto por sus heridas, pero el cuerpo de Dionysus rápidamente se recuperaba.
—Miró sus brazos, sus piernas. Vio que la sombra había sido quitada. Bañado con sus
rayos revitalizantes, cerró sus ojos y absorbió el poder del sol en su ser. Yació allí por
horas hasta que se dio cuenta de que el sol se había puesto en el horizonte.
—Cuando abrió los ojos estaba oscuro, pero percibió una fuente de luz cercana.
Temeroso de que alguien pudiera descubrirlo, miró alrededor ansiosamente, pero solo
vio oscuridad. Fue entonces cuando observó de cerca su nuevo cuerpo. Brillaba
suavemente a pesar de que la oscuridad había caído en la tierra.
—Fue el primer ángel —susurró Taylor.
—Sí, lo fue. Y Dionysus pronto se dio cuenta de que había cambiado en muchas formas.
Su cuerpo aun podía sanarse, pero ahora obtenía su poder de la luz en vez de la
oscuridad. Era inherentemente bueno en vez de malvado. Fue el principio de la
evolución angelical.
—¿Así que sus poderes eran más fuertes que los de los demonios y pateó sus traseros? —
preguntó Taylor.
—No exactamente. Los poderes de los demonios aun eran una gran fuerza con la que
lidiar. Por los últimos 60 años Dionysus ha construido un ejército que ha protegido a los
humanos contra los constantes ataques de los demonios. La pelea es llamada la Gran
Guerra por ambos lados. Dados los poderes similares y diferentes de cada lado, ninguna
ventaja ha sido realmente ganada en ningún punto.
—Vamos, eso significaría que los demonios aun están ahí fuera. Suena un poco
inverosímil para mí.
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—Desafortunadamente, están ahí fuera. Muchos de los crímenes sin resolver de los que
oyes en las noticias son trabajo de los demonios. Pero los ángeles están afuera todos los
días manteniendo los demonios a raya y protegiendo a los humanos. Sentimos que la
bola en la pelea está finalmente girando a nuestro favor.
—¿Peleas también? —preguntó Taylor.
—Todos lo hacemos, Taylor. Como dicen, con grandes poderes vienen grandes
responsabilidades.
—¿Estas bromeando conmigo, hombre? —preguntó Taylor francamente.
Gabriel se veía divertido —. Desearía estarlo, pero es verdad.
La cabeza de Taylor estaba girando. Sus pensamientos una vez más se devolvían a la
serpiente y a la valiente victoria de Gabriel sobre ella —. Creo que hay algo más que
debería decirte sobre mis sueños —dijo.
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Capitulo16 Traducido por Nanami27
Corregido por Pily
e tenido algunas pesadillas con serpientes últimamente —comenzó Taylor—…y
creo que estabas en dos de ellas.
Para su sorpresa, Gabriel respondió— lo sé.
—Qué demonios…—comenzó Taylor, pero fue interrumpida por Gabriel.
—Una de mis habilidades es alterar los sueños de cualquier humano que elijo —
explicó—. En tu caso, quería que supieras que era un amigo. Vi las serpientes, pero no
me di cuenta de que se habían plagado en tu sueño toda tu vida.
—Sí, ¡y tu plan te salió por la culata cuando vertiste la arena en mi garganta!
Taylor intentó sonar enojada, pero un atisbo de sonrisa la delató.
Gabriel no entendió la broma.
—No se suponía que eso sucediera y no fui el que te ahogó, te di el agua.
Él sonaba un poco a la defensiva.
—Solo estaba bromeando, tipo duro.
Su rostro se volvió serio de nuevo cuando preguntó— entonces, ¿quién era el otro Ser
en mi sueño? El moreno. ¿Era un demonio?
—Lo siento mucho, Taylor. Como mencioné antes, mientras los ángeles y demonios
tienen muchos poderes diferentes, algunos son iguales. Los demonios son capaces de
controlar los sueños también, y en este caso, un demonio secuestró el sueño que había
creado para ti y lo volvió una completa pesadilla.
Mientras Taylor ponderaba su última declaración, se dio cuenta que estaba aclarando.
Bostezó.
H
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—¿Qué hora es? —preguntó en voz alta.
Gabriel revisó su reloj.
—Justo después de la seis.
Habían estado hablando toda la noche.
—¡Maldita sea! ¡Tengo que ir a clases!
Taylor comenzó a ponerse de pie y luego se tambaleo cuando miró hacia abajo de las
vigas.
Gabriel la cogió del brazo para sostenerla y le dijo— Hoy es domingo, no hay escuela.
—Oh.
—De todos modos, debería llevarte a casa para que puedas descasar un poco.
—A la mierda eso, aún tengo muchas preguntas, como quién era el demonio de mi
sueño y, ¿qué quiere conmigo? ¿Y por qué invadiste mi sueño de todos modos? ¿Por qué
me has dicho todo eso? —bostezó de nuevo.
—Lo prometo, te lo explicaré todo, pero solo después de que duermas un poco. No
tienes nada de qué preocuparte; no estás en peligro inmediato por ese demonio o
cualquier otro.
Puso su brazo alrededor de ella. Se sentía relajada y muy, muy casada.
—Supongo que podría dormir un par de horas primero —dijo ella.
Un momento después estaba dormida. Gabriel la levantó, extendió sus alas, y se elevó de
nuevo hacia los dormitorios.
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Capitulo17 Traducido por Nanami27
Corregido por Pily
ientras Gabriel se dirigía a su dormitorio después de dejar a Taylor en su
habitación, estaba sonriendo para sí. Maldita sea, soy bueno, pensó. No solo era
que ella estuviera temerosa de la historia que le había contado, estaba temerosa
de él, también. Podía decirlo. Hacerla enamorarse de él era todo parte del plan y
garantizaría su cooperación con los planes del Consejo.
Mierda, se dio cuenta que se había olvidado del Consejo. Se suponía que llamara para
actualizarlos una vez que su segundo contacto con Taylor hubiera sido hecho. Abrió su
teléfono móvil y pulsó el marcador rápido para Dionysus. Volvió a sonreír mientras
pensaba cuántos otros ángeles estarían celosos de su contacto directo con al Jefe del
Consejo de Arcángeles.
Dionysus contestó a la primera timbrada y la sonrisa de Gabriel de desvaneció
rápidamente cuando escuchó el tono duro al otro extremo de la línea.
—¿Dónde demonios habías estado? —Espetó Dionysus—. ¡Se esperaba que reportaras
hace horas!
—Yo… uh…
Tan buen mentiroso como era Gabriel, no podía pensar en una sola mentira en ese
momento, y era mejor que no lo intentara; Dionysus vería justo a través del engaño y
estaría incluso más furioso.
—Lo olvidé. Lo siento muchísimo, mi señor.
Gabriel se apresuró antes de que Dionysus pudiera reprenderlo de nuevo.
—Pero tengo muy buenas noticias para usted que creo le interesará escuchar.
M
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Hizo una pausa esperando una reacción.
—Adelante —ordenó Dionysus.
—He hecho un segundo contacto con la chica y creo que puede ser exactamente lo que
creemos que es. Le conté la historia que acordamos y lo tomó muy bien. Me encontraré
con ella de nuevo esta noche.
—¿Ya has experimentado con ella?
Su voz sonaba como un científico loco que estaba intentando crear un monstruo de un
humano, como Frankenstein.
—Aún no, pensé que era demasiado pronto, pero comenzaré con una prueba simple esta
noche para verificar que es ella.
Gabriel habló con confianza, pero por dentro no estaba seguro de cómo iba a
convencerla de hacer algo tan rápido en su relación.
—Lo haces. Y si se resiste, haz lo que necesites para forzarla.
Su voz era tan aguda como un cuchillo; a Gabriel casi le sonó como si esperara que ella
se resistiera.
—Lo haré, mi señor —dijo Gabriel, esperando secretamente que no tuviera que llegar a
eso.
Sin otra palabra, la línea se cortó. Gabriel sacudió su cabeza, confundido por primera
vez desde que había comenzado la misión. Necesitaba ordenar sus prioridades,
asegurarse de que estaba preparado para hacer lo que tenía que hacer. Mientras pudiera
divertirse con ella, tenía que asegurarse que no desarrollara ataduras con la chica. Al
final, no era más que una herramienta, un medio para lograr un final. Las cosas solo iba
a ponerse más difíciles, especialmente con ese demonio dando vueltas, jugando con los
sueños de Taylor.
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Capitulo 18
Traducido por Nanami27 Corregido por zipzap744
os ojos de Taylor se abrieron cuando escuchó la puerta abrirse. Se sentó,
explorando la habitación y tratando de averiguar dónde estaba. La habitación
estaba vacía pero había luz en ella, a pesar de las persianas estiradas. Se frotó los
ojos y una miríada de visiones de repente pasaron en espiral a través de su mente;
Gabriel con alas, Gabriel volando con ella por el aire, Gabriel contándole una historia
imposible sobre ángeles, demonios, y gárgolas.
Evidentemente nada de ello había pasado. Lo más probable es que se había quedado
dormida y se perdió su reunión con Gabriel. Su mente siempre estaba creando cosas
locas, como aquella vez que estaba tomando una prueba e intentando concentrarse, y
duendes verdes comenzaron a bailar por su cabeza, tocando armónicas o acordeones.
Otra vez, payasos estaban saltando y rasgueando clavicordios y bajos. En pocas palabras,
estaba un poco loca.
La puerta se abrió de nuevo y Sam entró. Al ver a Taylor sentada, sonrió.
—Buenos días, dormilona —dijo alegremente. Tenía una sonrisa en su rostro,
claramente divertida por algo.
—¿Qué hora es? —Preguntó Taylor atontada. No veía el humor en la situación.
—Cerca de las dos de la tarde. Pero después de tu última noche, diría que no está tan
mal—. Ella se estaba riendo ahora.
—¿Qué última noche? —dijo Taylor, incapaz de detener un toque de alarma
arrastrándose en su voz. Se frotó los ojos y trató de recordar fuertemente y todo inundó
su mente de nuevo. Aún se sentía como un sueño, y no podía ser cierto; se sentía
mareada.
L
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—No te ves muy bien, Tay—. La mirada divertida de Sam desapareció y cambió a una
de preocupación por su amiga.
—Estaré bien —dijo Taylor, acostándose de nuevo en su almohada blanda—. ¿Cómo
llegué exactamente a casa?
La mirada divertida estaba de regreso.
—Cielos, Taylor. A pesar de que Gabriel afirma que no bebiste nada, no estoy segura de
creerle.
—¿Viste a Gabriel? —preguntó Taylor ignorando el pinchazo—. ¿Cómo se… veía?
Visiones de un alado y brillante Gabriel tocando la ventana del séptimo piso y pasándola
a Sam le vinieron a Taylor a la cabeza.
—Hermoso, como siempre —dijo Sam—. Eres una chica afortunada.
Aparentemente, Gabriel no había sido lo suficientemente estúpido como para
presentarse en su habitación con sus alas extendidas y su bombilla hecha de luz en su
punto más alto.
Taylor dijo—: Mira Sam, no pasó nada, ¡lo juro!. Definitivamente no estaba bebiendo.
Solo salimos a pasear, encontramos un lugar tranquilo, y luego hablamos toda la noche.
Entonces me sentí realmente cansada y me dormí supongo. ¿Cómo me trajo a casa?
—¡Oh Dios mío, Tay, eso fue tan romántico…! Escuché un golpe en la puerta esta
mañana y allí estaba él, sosteniéndote en sus magníficos brazos. Dijo que te llevó todo el
camino a casa y que encontró tu pase de seguridad en tu bolsillo y lo utilizó para entrar
a la residencia de estudiantes.
Ella realmente lo hacía sonar romántico, pero Taylor no quería que tuviera una idea
equivocada. ¿O era la idea equivocada realmente la idea correcta? Ahora que sabía la
verdad, ya no estaba exactamente asustada de él. Y a ella le gustaba y era muy agradable
a la vista; era un ángel después de todo. Uno de los chicos buenos. ¡¿De qué estoy
hablando?! No podía ser, en realidad, viéndolo de una manera realista, ser un ángel de
carne y hueso. ¿Podía?
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—Todo lo que hicimos fue tomarnos de las manos, Sam —dijo Taylor, intentando
pensar.
—Hey, no estoy juzgando, Tay. Pero incluso tomarte de las manos con él es todo un
logro—. Un destello de escepticismo cruzó su cara—. ¿Estás segura de que no lo besaste?
¿Ni siquiera un besito?
—Estoy segura.
—Hmmm. No sé si creerte, pero incluso si no pasó en la primera cita, estoy segura que
sucederá esta noche, en la segunda cita.
Taylor comenzó a protestar, pero luego se dio cuenta de lo que Samantha había dicho.
—¿Qué quieres decir con segunda cita?
—Oh, ¿me olvidé de decirte? Gabriel quería que te diera un mensaje cuando te dejó.
Dijo: El mismo lugar a las ocho esta noche. También dijo que prometía tenerte en casa
mucho antes para que pudieras dormir bien para las clases de mañana.
El rostro de Sam formó una sonrisa diabólica.
—¿Crees que lo besarás esta noche entonces?
—No… quiero decir, no lo sé. Él es genial, supongo. Es agradable hablar con él y es
interesante, diferente de otros chicos de nuestra edad. Pensé que era solo un chico-
lindo-lleno-de-testosterona, pero ahora me he dado cuenta de que es más que eso.
Taylor fue forzada a pasar otra media hora respondiendo las preguntas de sondeo de Sam
sobre lo que hicieron, de qué hablaron, cuán hermoso lucía Gabriel desde diferentes
ángulos, y más y más. Taylor mintió fácilmente, dándole la mierda habitual de la
familia, amigos, carreras universitarias, y películas favoritas. Por primera vez en su vida,
tenía un secreto del que ni siquiera sabía Sam, y se sentía mal por ello.
Finalmente Taylor terminó el interrogatorio potencialmente interminable de por sí,
mendigando una ducha caliente y algo de comida. Sam a regañadientes le permitió
participar en las simples necesidades de la vida, y después de que estuvo limpia y
completa, Taylor abrió su laptop y se conectó a internet.
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Primero, hizo una simple búsqueda en Google sobre ángeles. En la parte superior de la
página de resultado de búsqueda, hizo clic en un enlace. Una nueva página apareció:
Los ángeles son mensajeros de Dios en la Biblia hebrea, el Nuevo Testamento y el Corán.
El término “ángel” también ha sido expandido a varias nociones de “seres espirituales”
encontradas en muchas otras tradiciones religiosas. Otras funciones de los ángeles
incluyen proteger y orientar a los seres humanos, y efectuar las tareas de Dios.
La descripción era consistente con lo poco que había aprendido sobre ángeles en la
iglesia, aunque ahora estaba deseando haber escuchado más. Leyó de nuevo. …proteger
y orientar a los seres humanos… pensó en esta línea en particular. De lo que Gabriel le
había dicho, estaba tratando de protegerla. Y ella era un ser humano. Él no había
mencionado a Dios ni una sola vez, sin embargo, y su historia sobre la creación de los
ángeles y demonios realmente no tenía ningún aspecto espiritual.
Además, el hecho de que estos extraños Seres fueron, según Gabriel, creados hace
relativamente poco, en los últimos dos siglos, le hizo asegurarse de que no tuvieran nada
que ver con las antiguas historias de ángeles y demonios, Dios y Satanás, o los santos y
pecadores.
Taylor hizo otra búsqueda, esta vez para los demonios, y se detuvo en otra página:
En la religión y la mitología, el ocultismo y el folclore, un demonio es un ser
sobrenatural que es generalmente descrito como un espíritu maligno; sin embargo, la
connotación neutral original de la palabra griega daimon no conlleva lo negativo que se
proyectó más tarde en la misma. Un demonio se considera una entidad espiritual que
puede ser conjurada y controlada. Muchos de los demonios en la literatura fueron una
vez ángeles caídos, sin embargo hay muchos que dicen que son nacidos del mismo
infierno.
La última oración hizo estremecer a Taylor, como si una brisa fría hubiera pasado a
través de la habitación. Nacidos del mismo infierno. Eso no sobaba bien, pero en la
parte media decía que la palabra no siempre era necesariamente negativa.
Pensó de nuevo en su sueño y el demonio que había derramado arena por su garganta,
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estremeciéndose de nuevo. Gabriel había dicho que: no estaba en peligro inmediato.
Mientras esta declaración la consolaba de momento, la reflexión le decía, que él en
realidad solo estaba confirmando el hecho de que estaba en peligro.
Necesitaba hablar con él tan pronto como fuera posible. Las ocho no podían llegar lo
suficientemente pronto.
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Capitulo 19
Traducido por Nanami27 Corregido por zipzap744
hristopher Lyon era un demonio, había nacido demonio, y moriría como un
demonio.Desde que era pequeño, había estado por delante de sus compañeros,
tanto en talento natural como en el cerebro dado por Dios. Debido a esto, había
sido capaz de subir en el escalafón del ejército de demonios en un tiempo récord. Solo
después de haber cumplido 19 años, era el líder más joven de la misión desde la creación
del ejército hace más de 50 años. Dada su trayectoria y edad, era la elección obvia para la actual misión. Los Ancianos
habían ido a él seis meses atrás cuando descubrieron por primera vez a la chica.
El plan era simple: una vez ella dejara la casa para ir a la universidad, hacer contacto y
decirle la verdad. Claro está, eso era todo, dependiendo de llegar a ella antes de que los
ángeles lo hicieran.
Él y los Ancianos habían sido sorprendidos por la rapidez con la que los ángeles se
movieron casi sin precaución. No estaba sorprendido, sin embargo, que el Consejo de
Arcángeles hubiera elegido a Gabriel Knight.
Como Christopher, él era una elección obvia. Tan encantador como determinado,
Gabriel sería capaz de hacer su camino recto hacia sus defensas.
La tarea de Christopher era ahora más urgente que nunca. Había planeado intentar
ganarse su amistad lentamente a lo largo del año y luego darle la noticia. Pero no había
posibilidad de usar esa táctica ahora. Miraba desde las sombras cuando Gabriel se reveló
a ella y se la llevó. Solo Dios sabía qué mentiras le había dicho sobre los demonios y
sobre Christopher, en particular.
Había intentado advertirle sobre los ángeles cuando entró a su sueño, pero Gabriel hizo
un movimiento genial cuando vertió arena por su garganta. Christopher sabía que
C
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Gabriel le había dicho que era el demonio quien intentó matarla en su sueño.
Christopher reportó todo esto a los Ancianos, pero tenían poco que ofrecer en manera
de consejo. En su lugar, le dijeron que confiaban en su juicio y apoyarían cualquier
decisión que tomara. Aunque se sentía bien que tuvieran tanta fe en él, no tenía idea de
qué hacer y deseó que le hubieran dado alguna respuesta.
Se sentó en un techo preguntándose sobre qué hacer, mientras observaba a Taylor a
través de su ventana. Ella estaba trabajando en su laptop.
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Capitulo 20
Traducido por Ximena30 Corregido por Hanna Marl
aylor acababa de terminar de leer los resultados de otra búsqueda en internet
sobre gárgolas, cuando Sam volvió del gimnasio. La última pieza de la
investigación de Taylor no la tranquilizaba:
"Una leyenda francesa que surgió alrededor época de San Romanus ("Romain") (AD 631
-641), dice que el ex canciller del rey merovingio Clotaire II -quien fue nombrado
obispo de Rouen- liberó al país, cerca a Rouen de un monstruo llamado Gargouille o
Goji. La Gargouille, se dice que era el dragón típico con alas de murciélago, cuello largo
y la capacidad de respirar el propio fuego de su boca. Hay múltiples versiones de la
historia, ya sea que San Romanus sometió a la criatura con un crucifijo, o que la capturó
con la única ayuda de un voluntario: un hombre condenado. En cada una, el monstruo
se lleva de nuevo a Rouen y lo quema, pero no su cabeza y cuello, debido a que modera
su aliento de fuego. La cabeza se instalo en las paredes de una iglesia que estaba siendo
construida, para ahuyentar los malos espíritus, y usarla para protección. En
conmemoración a San Romanus, a los arzobispos de Rouen se les concedió el derecho de
liberar un prisionero en el día que el relicario del santo fue llevado en procesión”
El pasaje era consistente con lo que Gabriel le había hablado sobre las gárgolas. Si el
demonio realmente quería verla muerta, realmente esperaba que no usaran una gárgola
para realizar la tarea.
Volvió a la realidad cuando Sam dijo—: ¡El gimnasio es impresionante, Tay! Deberías
venir conmigo la próxima vez.
Taylor se encogió.
―Por supuesto, Sam, ya sabes cómo me encantan esos lugares —respondió con
sarcasmo.
T
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―Vamos, Tay, es un lugar estupendo para conocer chicos.
―Esa es la razón por la que lo odio. No es nada más que un mercado de carne. Todo el
mundo vestido con su linda y pequeña ropa de gimnasio tratando de llamar la atención.
Prefiero hacer ejercicio por mi cuenta, con mis cómodos pantalones deportivos y una
camiseta.
Sam fingió lucir devastada.
―Supongo que no necesitas mucha ayuda de mi parte para atraer a los chicos en la
universidad. ¡Ya tienes al más sexy persiguiéndote!
―Todo un cambio respecto a nuestros días de secundaria, ¿eh? Si quieres te puedo dar
algunos consejos —bromeó Taylor.
Sam se echó a reír.
―Eso sería genial. Hablando en serio, ¿crees que esta noche te encontrarás de nuevo
con él?
―No estoy segura todavía.
Taylor trató de ser evasiva, para que Sam no hiciera un lío de ello, pero en su mente
sabía que iba a ver a Gabriel. Sus preguntas lo demandaban.
―Bueno, yo creo que deberías. Esto podría ser realmente bueno para ti.
―Voy a pensar en ello.
Cambiando de tema, dijo—: ¿Estás lista para la cena?
Después de una ducha rápida, Sam estaba lista. Marla y Jennings se unieron a ellas en el
camino.
El grupo se dirigió al Área Común. Al llegar, Taylor llenó de comida su plato.
No haber desayunado la había hecho tener hambre todo el día. Comió a toda prisa,
olvidando que una cena más corta significaba más tiempo para matar antes de su
encuentro con Gabriel. Al salir del comedor eran las siete, Taylor deseaba tener ocho
años.
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Sam, Marla y Jennings decidieron ir a la sala de billar, pero Taylor se excusó. Necesitaba
un poco de tiempo para despejar su cabeza. Después de caminar unos minutos, se
encontró sentada en el banquillo al extremo norte del Área Común, donde se reuniría
con Gabriel mas tarde.
Sus pensamientos eran confusos mientras trataba de darle sentido a todo lo que había
pasado los últimos dos días. ¡Tenía tantas preguntas! Trataba de organizarlas de manera
lógica. Le gustaba sentirse organizada, hasta el punto en que creía ser un poco OCD,
pero cada respuesta, parecía llevarla a otras diez preguntas, haciéndola sentir el caos de
la situación, completamente fuera de su control.
Mientras Taylor esperaba, el sol se puso y las lámparas de seguridad del campus se
encendieron. El extremo norte del Área Común estaba vacío, como parecía estar
siempre.
La entrada estaba lejos de los dormitorios hacia los campos vacíos y, por tanto, nadie
tenía ninguna razón para utilizar ese lugar. Tal vez esa era la razón por la que al ángel le
gustaba reunirse con ella ahí.
Taylor miró a la derecha, donde un camino se inclinaba en dirección a las praderas
solitarias.
De repente, se dio cuenta de que una presencia se acercaba desde el camino. Su
intuición se convirtió en certeza, cuando una sombra apareció deambulando hacia ella.
No pudo distinguir ninguna de sus características, pues la presencia parecía crear su
propia oscuridad, a pesar de que el sendero estaba iluminado.
Sin siquiera pensarlo, supo que era el demonio. Pero no cualquier demonio: el de su
sueño. También supo que su vida había terminado.
Estaba indefensa, sentada como un pato a espera de ser cazado. Sus ojos rodaron hacia la
entrada del Área Común. Estaba demasiado lejos para correr, especialmente si tenía en
cuenta lo que Gabriel le había dicho acerca de la velocidad del relámpago que los
demonios poseían.
El demonio estaba cerca, y aunque estaba parcialmente en la oscuridad, Taylor podía ver
su hermoso rostro, el cual tenía de todo, una enorme sonrisa. Si no hubiera estado tan
condenadamente asustada, no habría hecho otra cosa que sonreír.
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La criatura habló con entusiasmo
—¡Hola!
Taylor se sorprendió momentáneamente, había olvidado que los demonios podían
hablar como humanos. Esperaba que le gruñera y la mordiera para luego comerla como
cena, pero su voz era gruesa, agradable e incluso relajante. Ella no respondió.
—¿Eres también estudiante de primer año en la UT? —le preguntó el demonio.
Ahora que estaba hablando con ella, Taylor se dio cuenta de que había una pequeña
posibilidad de sobrevivir a este encuentro. Si pudiera simplemente seguir hablando
hasta las ocho, entonces Gabriel llegaría y la rescataría.
―Uh, sí ―dijo Taylor, tratando de que su voz no le temblara.
―Que bien, yo igual —dijo— Mi nombre es Christopher Lyon.
Extendió su mano; ella miró sus dedos como si fueran las patas peludas de una tarántula
muerta. Sin embargo, al ver que no tenía piel escamosa, garras afiladas, falta de dedos,
verrugas o cualquier otra característica indeseable, tomó su mano y la sacudió. Al final,
resultó que tenía unas manos muy bonitas: bronceadas, suaves y lisas.
Mirando otra vez sobre el resto de su cuerpo, vio que todo este tenía un bronceado
uniforme, la camiseta sin mangas que llevaba, mostraba un cuerpo delgado y fuerte.
Tenía una corta y oscura barba que proyectaba una hermosura robusta generalmente
reservada para los héroes o los villanos astutos en las películas. Ya sabía a que categoría
pertenecía.
Taylor se dio cuenta de que ya no estaba pensando en ello como una cosa, al parecer su
mente había pasado de usar “eso”, para usar “él”. Eso es peligroso, pensó. No confíes en
él.... eso.
—Soy Taylor. Es un placer conocerte, Christopher—. Se sentía más astuta y decidida a
intentar llevar una conversación. Por lo menos, se sentía con más control.
—¿En qué te estás especializando? —preguntó ella—. Yo estoy haciendo Psico.
—Pre-Medicina, pero no sé si voy a seguir. He oído que el de Bio 4 es un asesino —dijo
con un leve quejido.
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—Vaya, ¿así que quieres ser médico? —preguntó, Taylor notando que no se sentía
particularmente asustada. El apuesto demonio de voz suave había logrado que, en
realidad se sintiera cómoda. Probablemente esa era una de sus habilidades.
—Un cirujano de sala de emergencias, para ser más precisos —dijo él—. Ya sabes, como
uno de los de ER y Grey´s Anatomy.
Taylor no sabía qué pensar. Parecía tan autentico, con cara y ojos honestos, pero Gabriel
le había advertido que los demonios eran unos mentirosos fantásticos. Si él estaba
diciendo la verdad, entonces estaba desconcertada. ¿Por qué querría un demonio ser un
cirujano y salvar vidas humanas, cuando, de acuerdo con Gabriel, su objetivo final era
acabar por completo con la existencia de la raza humana?
—Wow, eso es genial —dijo ella sinceramente—. Aun así suena a que sería algo
realmente difícil.
Sus hermosos labios se separaron en una sonrisa mientras decía—: Sí, el cincuenta por
ciento de los estudiantes lo dejan en menos de un semestre. Creo que me irá bien,
aunque, en la secundaria mis mejores materias siempre fueron matemáticas y ciencias.
Taylor le sonrió casi con coquetería. ¿Qué estoy haciendo? pensó. Ella nunca actuaba de
esta manera alrededor de cualquier persona y, sin embargo, sentía una extraña conexión
con este chico... demonio... lo que fuera. No una atracción, pero una buena sensación. Se
sentía feliz y en paz con él. Si no estaba intentando matarla, ella realmente podría
querer ser su amiga.
Él continuó:
—De todos modos, tengo que irme, pero deberíamos pasar el rato, en algún momento, si
te interesa.
Dos chicos invitándome a salir en dos días, eso es un record —pensó Taylor— pero
ninguno de ellos es humano— se rió para sus adentros. Sólo le pasaba a ella.
—Claro, eso sería genial, ¿cuál es tu número?
Guardó el número del móvil en su teléfono, pero no dio el suyo, y lo vio darse la vuelta
y alejarse.
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¿Qué había sucedido? ¿No se suponía que era él uno de los que iba a matarla? Ya sabes,
la arena bajando por la garganta y causando una muerte dolorosa por asfixia. Miró su
reloj, tenía diez minutos hasta que Gabriel llegara. Esperaba que viniera temprano.
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Capitulo 21
Traducido por Ximena30 Corregido por Hanna Marl
hristopher estaba muy sorprendido por su primer contacto con Taylor cuando
este terminó. Ella parecía vacilante al principio, pero él era un chico de aspecto
misterioso y oscuro, así que realmente no era sorprendente. Tal vez Gabriel no le
había dicho tantas mentiras como pensaba. Tal vez aún tenía una oportunidad.
Christopher se alegró de haber confiado en sus instintos y acercarse a ella. Continuaría
siendo paciente y esperando que lo contactara a su teléfono celular.
Perdido en sus pensamientos, no advirtió el rayo de luz encima de su cabeza. Mientras
continuaba armando el rompecabezas sobre su conversación con la chica extraña, la luz
se acercaba más y más, finalmente lo cegó al estrellarse contra él. Malditos Ángeles,
pensó, mientras era lanzado hacia atrás. Christopher estaba enojado consigo mismo por
estar tan distraído por la chica.
Se las arregló para alejar los brazos fuertes y brillantes de sus hombros,
recomponiéndose perfectamente en un salto mortal. Sus instintos demoníacos hicieron
esta parte de su vida más fácil. Luchar con Ángeles era algo natural para él y realmente
lo disfrutaba. En menos de un segundo, reconoció que era una noche muy nublada sin
ningún rastro de la luz de la luna y muy pocas estrellas. Eso era bueno para él. La fuerza
del ángel y el poder debía venir de la vía iluminada y los edificios cercanos.
Con un movimiento rápido de su mano, las lámparas del campus se cubrieron de
oscuridad, las luces brillantes se habían extinguido. Cuando alzó los brazos por encima
de su cabeza para su próxima maniobra, fue golpeado por detrás por lo que parecía un
tren de carga. Solo podía ser el ángel, pensó. Se dio cuenta de que el ataque no había
sido tan potente como el inicial, por lo que su truco con las lámparas debía estar
funcionando.
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De repente él estaba en el aire, las poderosas alas del ángel los impulsaban hacia el cielo.
No se resistió, sabiendo que su cuerpo de hierro podría soportar una caída desde
semejante altura. A unos 100 metros, el ángel lo liberó y lo dejó caer como una piedra
hacia la tierra. Christopher contorsionó su cuerpo durante la caída libre, como un
paracaidista con el paracaídas dañado, tratando de encontrar el mejor ángulo para
aterrizar. Justo antes de golpear el suelo, sintió un gran peso encima de él, acelerando su
descenso a la tierra. Se pegó en la cabeza primero con un fuerte golpe que envió ondas
de choque que lo aturdían desde su mente hacia cada parte de su cuerpo.
Aturdido por un momento, Christopher levantó la vista para darse cuenta de que yacía
en un cráter, a varios metros bajo la superficie. Un ángel inteligente, pensó para sí. Éste
había nacido para ser un luchador, tenía que ser Gabriel. Por encima de él, se alzó una
figura brillante recortada contra el cielo oscuro.
—Mantente alejado de la chica —dijo Gabriel.
—Ahh, Gabriel, ha pasado mucho tiempo desde que nuestros caminos se cruzaron por
última vez —dijo Christopher —. En realidad, deberíamos hacer esto más a menudo.
—Mantente alejado de la chica —repitió Gabriel, con más fuerza esta vez.
—Ahora, tú sabes que no puedo hacer eso. No contigo susurrándole todas esas mentiras
ridículas en su oído.
Christopher abrió la boca para decir algo más, otro comentario sarcástico planeado. En
su lugar, todo lo que consiguió, fue tragar una bocanada de polvo. Gabriel enterrándolo
vivo.
A pesar de su gran resistencia, le tomó unos minutos al demonio cavar a su manera para
salir de la profunda fosa que Gabriel le había preparado. Mientras sostenía la
respiración todo ese tiempo, lo que no era difícil para él, y no era muy divertido con
montones de suciedad en la boca, Christopher casi se atragantó dos o tres veces. Cuando
finalmente se escapó de la prisión de tierra, el ángel se fue de allí.
Al escupir la suciedad restante de sus labios, dientes y debajo de la lengua, juró que se
vengaría.
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Capitulo 22 Traducido por emma.sheila Corregido por Hanna Marl
oco después de que Christopher se fue, Taylor notó una luz brillante en la
distancia, brillando desde la dirección en la que el demonio se había ido. Pensó
que podía ser el ángel acercándose, pero cuando él no apareció después de unos
minutos, asumió que la luz provenía de algún avión que pasaba o una estrella cayendo.
Cuando su reloj digital marco las ocho y diez, se preocupó de que Gabriel la hubiera
dejado plantada.
Dos minutos después, un amistoso —Hola, Taylor, me alegro de que te haya llegado el
mensaje —la sobresaltó desde atrás.
Cuando se volvió y vio al ángel dijo—: ¿Podrías por favor parar de hacer eso? Llegar
desde la dirección que tengo de frente estaría bien. De todos modos, llegas tarde, casi me
voy.
Él sonrió, mostrando sus brillantes dientes.
—Lo siento, Taylor, voy a tratar de que no suceda otra vez. Me retrasé cuando me
encontré con un viejo amigo.
Se rió de esto como si fuese una broma interna y él fuese el único interno.
Superando rápidamente su inicial chispa de rabia, Taylor trato de aclarar las cosas.
—Gracias por el viaje a casa anoche.
Ella sonrió con suficiencia.
—Estoy sorprendida de que no me desperté. Es un poco decepcionante que no haya
podido experimentar otro viaje en el mayor parque de diversiones alrededor.
—Ah te gusto eso, ¿Verdad? Eres mi primera pasajera así que es agradable escuchar tales
comentarios positivos —dijo—. ¿Te gustaría otro viaje esta noche?
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—Mmm, tentador —dijo ella—, pero creo que voy a pasar. Después de todo lo que
ocurrió anoche, no me molestaría mantener esta noche lo más normal como sea posible
así sé por seguro que esta noche no es un sueño raro causado por el pastel de carne que
comí anoche en la cena.
—Está bien para mí. ¿Por qué no buscamos un lugar tranquilo en el Área Común para
charlar por un rato?
Taylor estuvo de acuerdo y un minuto después encontraron un lugar vació en la sala de
estudio, los estudiantes no empezarían a usar este lugar hasta mucho después en el
semestre cuando los exámenes de mitad de año fueran programados.
Dijo Taylor—: Tengo más preguntas.
Ella quería controlar la conversación esta vez ya que no quería estar sentada en clase el
día siguiente, incapaz de concentrarse por las preguntas sin respuestas de su
conversación con el ángel.
—Me parece justo. También quiero darte las gracias por no reaccionar exageradamente
cuando me viste ayer —dijo Gabriel.
Si tan solo supiera lo que estaba pensando cuando lo vi por primera vez, no estaría
dándome las gracias, pensó Taylor para sí misma. En cualquier caso, estaba contenta de
que era capaz de estar relativamente sin inmutarse al ver un real viviente, respirante
Ángel.
—No hay problema —dijo ella casualmente—. Eso me lleva a mi primera pregunta: ¿Por
qué demonios me mostraste lo que eras? Me dijiste un par de veces que yo era la primera
persona... Quiero decir, la primera humana, que te vio como un ángel. Así que... ¿Por
qué yo?
—Eres especial —le respondió—. Como he aludido ayer, observas ciertos detalles sobre
mí que la mayoría de la gente no hace, o no pueden ver. Por ejemplo, el resplandor que
tú notas es algo que tengo que controlar. Alrededor de la mayoría de los humanos puedo
disminuir el brillo lo suficiente como para que ni siquiera lo vean. Sin embargo, en tus
ojos, nunca soy capaz de disminuir el brillo lo suficiente, parece que siempre serás
consciente de ello... Lo que te hace especial.
Hizo una pausa para dejar que ella digiriera todo.
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—¿Así que me mostraste tu angelical ser a mí porque sabías que podía ver algo diferente
en ti? Suena ridículo, podrías haberte mantenido alejado de mí o haberte transferido a
una universidad diferente y nunca hubiera sabido ni una cosa sobre ángeles y demonios.
El rostro de Gabriel se iluminó con entusiasmo.
—Ahora estas llegando al corazón de mi razonamiento. No es debido a que puedes ver
mi luz, sino porque eres capaz de ver mi luz. Eso es lo que te hace especial. Nosotros,
como ángeles, nos referimos a ello como tu aura. Cada humano tiene un aura, y hasta
donde sabemos, siempre ha sido así. El aura es una luz que viene de adentro de ti. En los
seres humanos, esa luz generalmente es muy tenue, a diferencia de los ángeles, quienes
tienen auras extremadamente brillantes. Debido a que existe este gran contraste, nos
referimos a los seres humanos como que tienen un aura y a los ángeles como tener una
luz interior.
Él continuó
—Tu aura es mucho más fuerte que la de los otros humanos.
Los ojos de Taylor se agrandaron.
—¿Por qué?
—No tenemos idea —dijo Gabriel.
—Está bien, así que tengo esta gran aura que me permite ver quién eres realmente. Gran
maldita cosa. Eso sigue sin explicar el por qué te revelaste a mí.
Las cejas de Taylor se tensaron en una mueca, estaba frustrada de escuchar tanta nueva
información, pero aun no estaba recibiendo ninguna respuesta a su pregunta básica:
¿Por qué?
—Lo siento —dijo Gabriel—. Estoy llegando a eso. Debido a que los ángeles tienen la
capacidad de aprovechar el poder de la luz, también somos capaces de aprovechar el
aura de los humanos. Con la mayoría de los humanos, sin embargo, el aura es tan
pequeña que el incremento de poder que ganas de ellos no tiene ningún uso para
nosotros. Incluso si tratáramos de aprovechar el aura de un centenar de personas, o de
mil, por alguna razón el poder que ganas no es acumulativo. En otras palabras, solo
podemos usar el poder del aura más poderoso entre el grupo.
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—¿Estás diciendo que soy algún tipo de arma para los ángeles?
Las cejas de Gabriel se arquearon en sorpresa.
—Muy perspicaz, pero no lo expresaría exactamente de esa manera. No eres el arma,
más precisamente, eres una potencial fuente de energía para los ángeles combatientes.
—Sí, pero ¿A cuántos podría darle poder? ¿Dos o tres ángeles?
Gabriel se rió.
—Taylor, cuando digo que eres especial, quiero decir que realmente eres especial. En
realidad podrías darle poder a todo un ejército de ángeles entero.
Ahora era el turno de Taylor de reírse. Esto se estaba volviendo absurdo. No era más que
una chica común que nunca había hecho nada particularmente increíble en su vida
entera ¿Y ahora se suponía que tenía que creer que era el arma secreta para un ejército
clandestino de ángeles que pelean una guerra secreta contra una viciosa banda de
demonios? Se echo a reír de nuevo.
—¿Qué es tan gracioso? —preguntó Gabriel con curiosidad.
—Oh, nada. No me había dado cuenta de que cada vez que me enredaba con mis propias
palabras o decía algo estúpido o me tropezaba con mi propio pie era en realidad solo mi
increíble aura haciéndolo todo —sonrió Taylor.
—Muy graciosa. Tu aura no afecta tu vida diaria y por lo que sabemos, los ángeles son
los únicos seres que tienen algún uso para ella. Si no me crees, ¿Podemos hacer una
prueba simple?
—¿Qué clase de prueba?
—Puedo aprovechar tu poder y mostrarte su fuerza.
Taylor trató de parecer indiferente.
—¿Dolerá?
Gabriel dijo—: Nah, en realidad puede hacerte sentir bien, casi como una droga.
Gabriel sabía por la prueba en humanos que ocurrió en los 60 que los efectos a corto
plazo eran, de hecho, como una especie de zumbido y que eventualmente los humanos
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sometidos anhelaban que los ángeles usaran sus auras al punto de la adicción. Él
ciertamente no iba a mencionarle los conocidos efectos del uso prolongado de su aura,
es decir, el deterioro de sus órganos vitales, disminución de la capacidad pulmonar,
varias formas de cáncer, y en última instancia, la muerte.
—Está bien, pero sólo una prueba y por un periodo de tiempo corto.
Tratando de ocultar su emoción, él dijo—: Vamos.
Hasta aquí llegó la normalidad de la noche, pensó Taylor, cuando salían del Área
Común.
Veinte minutos más tarde, estaban en lo profundo del campo de hierba más allá del
extremo norte de la zona común. En el camino, Gabriel había respondido sus preguntas
sobre que otro tipo de poderes tenían los ángeles y que efecto tendría su aura en ellos.
Describió las muchas habilidades que tenía a su disposición, incluyendo el completo
control del poder de la luz, sentidos extraordinarios, y una súper fuerza. Sin mencionar
la habilidad de volar a velocidades impresionantes y con una perfecta precisión.
También comparó sus poderes estándar de ángel con un Volkswagen Bug. Dijo que al
usar su aura, se convertiría en algo más como un Ferrari rojo.
En su mente ella pensó lo curioso que era que alguien tan perfecto como lo era él
pensaba que necesitaba mejorar. La hacía sentir más mediocre que lo usual.
—Está bien —dijo él—. Voy a empezar con uno de mis poderes simples sin tu ayuda.
—Ve por ello —dijo ella, pensando que no tenía ninguna idea de cómo ayudar cuando
el momento llegara.
Gabriel se alejó unos pasos y apuntó con su brazo a una de las muchas pacas de heno que
rodeaban el terreno. Sin previo aviso, un orbe de luz fue despedido de su mano. La bola
de energía chocó con la meta en menos de un segundo después, creando un círculo de
luz cegadora. Taylor apartó la vista, protegiéndose los ojos. Cuando se dio vuelta, el
heno se había ido y en su lugar había un hilillo de humo y un agujero del tamaño de un
puño en el suelo. Ella miró hacia el cielo oscuro, viendo solo un puñado de estrellas
entre las nubes grandes. Luego hizo un giro completo de trescientos ochenta grados.
Apenas podía distinguir las luces del campus en una dirección. Mirando de vuelta a
Gabriel podía ver que era, por lejos, el objeto más brillante en sus alrededores.
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—Bastante impresionante —dijo ella—, pero solo fue heno.
—Puedo demostrártelo luego, pero el impacto habría sido casi el mismo si hubiera sido
una pared de ladrillos. Sin embargo, en la carne de un demonio, un ataque débil como
ese habría sido fácilmente rechazado —explicó.
—Pensé que... ¿No dijiste que necesitabas luz para usar tus poderes? Es una noche
oscura, y ni siquiera estamos cerca de luz artificial —preguntó Taylor.
—Mi sensibilidad a la luz es tan alta que puedo obtener suficiente energía de las pocas
estrellas en el cielo para hacer lo que viste.
Ahora ella estaba realmente impresionada, aunque no lo admitiría. Las estrellas estaban
a millones o hasta billones de miles de kilómetros lejos, pero de alguna manera este
ángel era capaz de aprovechar su energía.
Lista para más, preguntó—, ¿Qué sigue?
—Ahh, ahora la diversión real. Veamos qué podemos hacer entre los dos—. Frotó sus
manos juntas.
—¿Que necesito hacer yo de todos modos?
—Esa es la parte genial —explicó Gabriel—. En realidad no tienes que hacer nada. Solo
te quedas ahí luciendo bonita de la forma en que tu lo haces.
El corazón de Taylor dio un vuelco al escuchar al hermoso ángel refiriéndose a ella
como bonita, pero lo escondió al decir—, ¡Bueno, manos a la obra entonces!
Gabriel pareció inmune a su brusquedad—. Como desees, mi reina —dijo.
La miró fijamente, como si estuviera estudiando una pieza de arte moderno en una
galería de moda, y luego con fuerza extendió un brazo hacia ella y el otro hacia una gran
roca que salía del borde del campo.
Antes de que Taylor viera la luz, sintió que su estomago se caía, como si estuviera en
caída libre en un salvaje paseo de diversión en el parque. Sintió un cosquilleo cálido por
todo su cuerpo, la sensación se extendió a sus extremidades, desde las uñas de los pies a
la punta de la nariz, y en todas partes. La sensación no era desagradable como cuando un
pie se te dormía o te golpeaste el dedo chiquito, sino que era como las burbujas de un
sauna, amasando y masajeando las partes doloridas de su cuerpo. Se dio cuenta de que
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estaba brillando de manera similar a Gabriel, su aura manifestándose visiblemente. En
ese momento, por primera vez en su vida, experimentó una completa, sin cadenas,
irresponsable, hermosa, pura felicidad.
Todos esos sentimientos y emociones se vertieron a través del cuerpo de Taylor en
menos de cinco segundos, y luego un haz de luz masivo se proyectó desde el brazo
extendido de Gabriel. Gabriel rugió, no sonaba como un grito de dolor o miedo, sino
más bien un grito de un esfuerzo físico enorme. El haz se cargó a través de las rocas
grandes como si estuvieran hechas de papel reciclado, y continuo en un curso
destructivo, haciendo un camino ancho a través del bosque envuelto en la noche.
A lo largo de su camino, los árboles se derrumbaban o se desintegraron como palitos de
dientes en un incendio. En puntos variados, grandes explosiones estallaron alto en el
cielo nocturno. Con un violento estremecimiento, Gabriel terminó su grito de guerra y
se desplomó en el suelo.
La increíble sensación corriendo a través del cuerpo de Taylor desapareció y se quedó
riendo en el suelo blando, como si le estuvieran haciendo cosquillas con miles de
plumas. Su risa se transformó en preocupación al ver el cuerpo agotado de Gabriel. Su
pantalón y camisa estaban rotos y chamuscados, como si fuese el único sobreviviente de
un violento incendio.
Las preocupaciones de Taylor desaparecieron cuando vio que Gabriel estaba sonriendo,
tomando enormes bocanadas de aire de por medio. Tras recuperar el aliento, gritó—:
¡Eso... Fue... IMPRESIONANTE! El Consejo nunca va a creer... —Se interrumpió.
Empujándose a sí mismo a pararse, puso sus brazos alrededor de sus hombros.
—Realmente eres especial, Taylor.
Taylor, aun sintiendo los efectos del evento, sonrió con orgullo, rara vez estaba
dispuesta a aceptar un cumplido. Se sentía especial, incluso invencible. Mientras miraba
seriamente en sus profundos ojos marrones, se sintió atraída por él. Intentó resistirse,
pero al igual que el metal al imán, se inclinó y lo beso profundamente en los labios.
Cuando ella se apartó, cada terminación nerviosa de su cuerpo se sintió en paz. Se
extasió y se habría caído si no fuese por el fuerte brazo protector de Gabriel alrededor de
ella sosteniéndola. Nunca había sentido nada como esto antes. Era éxtasis. Supo en ese
momento que estaba enamorada de un ángel. De repente, su vida tenía sentido. Sabía
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que este chico—¡Este ángel!—tenía algo que ver con su propósito en la vida. No estaba
segura de exactamente cuál era aun, solo que estaba acercándose a él.
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PARTE ii Oh, cuando miro hacia atrás ahora
Ese verano parecía durar para siempre
Y si tuviera que elegir
Sí. Yo siempre quiero estar ahí
Esos fueron los mejores días de mi vida
No es inútil quejarse
Cuando tienes un trabajo que hacer
Gastado mi tarde abajo en el autocine
Y fue cuando te encontré, si.
Parado en el porche de tu madre
Me dijiste que te gustaría esperar para siempre
Ah, y cuando sostuviste mi mano
Yo sabía que era ahora o nunca
Esos fueron los mejores días de mi vida
Bryan Adams- “Summer of ‘69”
From the album Reckless (1984)
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Capitulo 23
Traducido por katiliz94 Corregido por Pily
abriel estaba maravillado ante el poder que había ejercido a través de su uso de la
chica. Después de dejarla de regreso a su dormitorio —esta vez por la vía de
caminar en lugar de la de volar— volvió a donde había conducido el
experimento. En su mente reproducía el instante de la destrucción que había causado.
Nunca antes había creado un completo rayo de luz; siempre era alguno en forma de un
orbe o una pelota. Nunca un rayo.
Sin mencionar la distancia alcanzada por el arma. Corrió a la velocidad de un ángel a lo
largo del trayecto que su test había tomado, mentalmente calculando la distancia en su
cabeza. Afortunadamente, tuvo la visión de llevar a cabo la prueba en el borde de un
gran bosque; ¡el rayo había causado daño en más de dos millas! Con un orbe de luz
estándar de ataque, solo pudo alcanzar la distancia de unos meros 500 pies.
El ámbito de los daños también fue impresionante. Todo en el camino directo de la luz
había sido instantáneamente vaporizado, incluyendo las rocas, los arboles y otra
vegetación. Cualquier vida salvaje también habría sido aniquilada. Había grandes
cráteres en varios puntos, evidencias de la combustión que habían presenciado durante
el despliegue de los fuegos artificiales.
La única. En verdad ella era la única.
Al crecer, él y sus amigos habían debatido a menudo si las leyendas que habían
escuchado eran ciertas. Sus debates habían comenzado cuando un pequeño ángel en su
grupo les había llevado un día una historia que su padre le había contado. Su padre era
un miembro del Consejo del Arcángel de los Doce, lo cual le hacia una fuente muy
creíble.
G
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El cuento iba de algo como esto: Cuando el primer ángel moderno, Dionysus, comenzó a
crear su ejército para luchar contra los demonios, tuvo un sueño. En su sueño, presencio
muchas batallas en la Gran Guerra. Las batallas continuaron hasta llegar a un punto
muerto, con ninguno de los lados haciendo muchos progresos. Los ángeles y los
demonios eran tan fuertes y tan poderosos que podían frustrar cualquier ataque de su
enemigo.
Dionysus también tuvo una visión de los demonios Sabios. Hablaron sobre prevenir que
los ángeles tuvieran un arma; la única arma que permitiría a los ángeles derrotar a los
demonios. Hablaron del arma siendo sostenida por una chica humana. La única, la
llamaron. Dionysus sabía que estaban diciendo la verdad, porque pudo ver el temor en
sus ojos y la determinación en sus rostros.
Cuando despertó estaba maravillado. Todo lo que necesitaba era encontrar a la chica y
forzarla a que le mostrase el arma. Exploro la tierra buscándola, y a lo largo de su
camino aprendió mucho sobre la raza humana. Dionysus descubrió que todos los
humanos tenían una luz en ellos, similar a la de los ángeles, pero de alguna forma
diferente. La llamo aura. El tamaño de las auras variaba ampliamente, la mayoría eran
bastante débiles, lo cual era de esperar —solo eran humanos después de todo. Sin
embargo, fue a contactar con un puñado de humanos con grandes auras. Estas eran
extremadamente raras, pero cuando las encontró, se hizo amigo del sujeto y fue capaz de
practicar la mejora de sus poderes a través del uso de las auras.
Quemo los gastados cuerpos cuando termino.
Los efectos del aura humana usada eran impresionantes, doblando o triplicando su
fuerza en algunos casos, pero no tanto a un grado en el que esa victoria contra los
demonios podría ser garantizada. Fue en ese momento que tuvo otro sueño donde se dio
cuenta de la información de alto secreto dentro de los líderes de los demonios. Aprendió
que los demonios habían, como él, recorrido la tierra en busca de la chica y que también
habían vuelto con las manos vacías. Creían que la chica aun no había aparecido en la
tierra. Formaron una fuerza de operaciones especiales para observar la apariencia de ella
para asegurarse de que podía ser neutralizada antes de caer en las manos de los ángeles.
La esperanza de Dionysus fue reavivada y vio un tiempo cuando la chica podría
aparecer. Paso su historia al Consejo, donde se esperaba que se mantuviera en secreto,
hasta un tiempo cuando la verdad pudiese ser probada.
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Como un chico joven, Gabriel había estado en el lado de aquellos que no creían la
historia. Creía que el padre de su amigo había usado la historia como un truco para
hacerle dormir. Por una cosa, Dionysus no tendría que herir a los humanos, incluso en
el nombre de la ciencia. Además, los humanos eran débiles; no vio como podrían ser
útiles en la Guerra.
Ahora sabía que había estado equivocado.
Gabriel no podía esperar a contarle al Consejo como había seducido a la chica y había
sido capaz de probar sus teorías sin ninguna resistencia por parte de ella. ¿Qué dirían
ellos? Probablemente querrían que él la llevase para un análisis posterior. No estaba
seguro de que estaba listo para hacer eso en este momento. Había algo sobre Taylor que
le intrigaba. Con claridad, ella estaba enamorándose, o quizás ya estaba enamorada de él.
Pero no estaba completamente de un lado. Había sentido cierta química durante su beso,
tan bien como cuando conecto con su aura.
El Consejo probablemente querría hacer uso de ella inmediatamente sin cualquier
consideración por su vida. Normalmente estaría de acuerdo con ellos. Después de todo,
su búsqueda era un noble partido que garantizaba ciertas… pérdidas. Al igual que la
chica, por ejemplo. Gabriel estaba sorprendido por sus sentimientos por Taylor y no
estaba seguro aun de qué hacer con ellos. ¿Había una forma de salvar la vida de ella al
tiempo que utilizaba sus poderes? El Consejo no pensaría eso, pero Gabriel no estaba
demasiado seguro. Si solo pudiese comprar algo de tiempo entonces quizás podría
formular un plan infalible. Y una idea comenzó a formarse en su cabeza mientras sacaba
su móvil y golpeaba el marcado rápido.
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Capitulo 24
Traducido por Pily Corregido por Hanna Marl
l Corazón de Christopher seguía corriendo cuando vio al ángel que hacía la
llamada telefónica. Él había sido casi borrado por la poderosa fuerza demostrada
por Gabriel algunos minutos antes. Por suerte, había estado prestando mucha
atención y saltó muy alto en el aire mientras duró la luz debajo de él. La rama de un
árbol que había agarrado se estrelló contra el suelo cuando el árbol que tenía su tronco
al lado se desintegró por la fuerza de la explosión. Por suerte, él estaba lo
suficientemente alto para que su aterrizaje fuera lejos de la trayectoria destructiva.
Todo el optimismo de su exitoso encuentro con la chica había dado paso al miedo
después de su batalla con Gabriel y el poder puro que acababa de presenciar. Cuando
ella besó al ángel, sabía que su oportunidad de ser paciente se había ido. Tendría que
actuar con rapidez si tenía alguna esperanza de detener a Gabriel. Maldito ángel,
pensó.
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Capitulo 25
Traducido por Pily Corregido por zipzap744
aylor iba a tener problemas para dormir esa noche. Nunca había estado
enamorada antes, ni nada siquiera así de cerca, y estaba disfrutando de la
emoción. En su mente pensaba sobre sus ojos, su cara, su voz… Y ¡oh esos labios
maravillosos! El beso había sido verdaderamente especial y ella se dio cuenta de que él
sentía algo también. Incluso parecía un poco incómodo después, como cualquier
adolescente universitario normal. Sólo que él no lo era. Era un hermoso, imponente
ángel alado, que brillaba intensamente.
Cuando llegó a casa, Sam le había exigido todos los detalles. Taylor le dijo sobre cómo
habían encontrado un rincón tranquilo para solo hablar, lo dulce que era, y cómo se
sintió con derecho para dar el primer beso. Al menos la parte del beso era cierta,
pensaba Taylor, incluso si no había sucedido exactamente de esa manera. Por supuesto,
Samantha había preguntado sin cesar sobre cuán contenta estaba por Taylor y si Gabriel
tenía amigos lindos, y así sucesivamente.
Pero a Taylor realmente no le importaba nada de eso en este momento. Acostada en la
cama, lo único que realmente le importaba era volver a verlo. Su último pensamiento
fue de su rostro antes de caer en un inquieto sueño.
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Capitulo 26
Traducido por Pily Corregido por zipzap744
o no estoy seguro de que ahora sea el momento de ser paciente —dijo Dionysus.
Estaba encerrado en una acalorada discusión con Gabriel acerca de qué hacer a
continuación. Debido a que estaba extremadamente complacido con la noticia
sobre el progreso de Gabriel, estaba dispuesto a escuchar su opinión sobre la forma de
proceder en el futuro, incluso aún si no estaba de acuerdo con él.
Gabriel respondió rotundamente—: Creo que la situación es muy delicada y si actuamos
demasiado rápido atraerá más atención de la necesaria. Hemos sido pacientes por los
últimos cincuenta años, seis meses más no harán ninguna diferencia para nuestro plan
general.
Gabriel habló con confianza. A Dionysus le gustaba eso.
—Te agradezco tu opinión —dijo Dionysus.
Y así fue. Dionysus estaba enfermo y cansado de los muchos aduladores, o mejor dicho,
de los ángeles, en su vida que harían cualquier cosa, pero nunca había añadido ningún
valor real. Por supuesto, él tenía muchos usos para ellos también.
—Tenemos una reunión del Consejo prevista para mañana, y me gustaría que estés allí
para expresar tu punto de vista. Después de eso, podemos dejar que el gobierno vote por
mayoría, ya que es una decisión importante que afecta a todos.
—Gracias, mi señor, agradezco su consideración —dijo Gabriel.
Dionysus colgó y sonrió. Él le había dado al niño un rayo de esperanza de que su misión
podría ampliarse. En realidad, él le aplastaría la idea y haría lo que él quería. Para eso él
era el Jefe del Consejo.
Y
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Capitulo 27
Traducido por Bluedelacour Corregido por Katiliz94
aylor despertó más de una hora antes de que su alarma se apagase. Los ojos de Sam
ya estaban abiertos, mirándola al cruzar la habitación. Ambas sabían que en poco
tiempo temiblemente iban a despertar para su clase de las ocho y media, pero aún
era nuevo para ellas así que aún no les importaba.
Además había algo que Taylor esperaba con interés. Antes de haberse ido la noche
anterior, Gabriel había prometido caminar con ella a clase antes de dirigirse a su propia
clase.
Sam se tomó su típica hora y media para alistarse y parecía que era la reina del baile para
cuando terminó. Taylor estuvo lista media hora después de una rápida ducha
refrescante, un plato de cereales, y vestirse en unos cómodos jeans con una camiseta.
Mientras esperaba a que su compañera de habitación terminara de secarse el pelo y se
aplicase maquillaje, encendió su laptop y revisó las noticias locales y el clima. El titular
era acerca de la misteriosa destrucción de una estrecha franja de bosque al norte del
campus. La policía y los guardaespaldas no estaban seguros de la causa a esta altura, si
era un fenómeno natural o un acto intencional por un desconocido perpetrador.
Al leer esto, Taylor no se sintió particularmente mal por ello. O particularmente alegre.
Sus sentimientos eran neutrales. En cualquier caso, ella no podía haber causado que los
árboles se evaporasen por su cuenta, así que realmente no era responsable para nada, y
no es como si alguien estuviese herido.
Después de revisarse como diez veces en el espejo, Sam estuvo lista y salieron por la
puerta, viendo que Marla ya estaba esperando en el ascensor.
—Vaya, Marla, esta es la primera vez que te veo sin Jennings —bromeó Sam.
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Marla sonrió, sus mejillas se pusieron rojas.
—Supongo que en algún momento tenía que regresar a su dormitorio. —No sonaba muy
convincente.
—Realmente es muy dulce —dijo seriamente Sam—. Si solo pudiera encontrar un
chico como los vuestros.
Marla miró a Taylor. Después Sam miró a Taylor. Cuando Taylor se quedo en silencio,
Sam clamó—, Vamos, Tay, suéltalo.
A regañadientes, Taylor respondió—, Algo así…bueno, lo hice…quiero decir…besé a
Gabriel anoche.
—Vaya, Taylor, eso es maravilloso, estoy feliz por ti —respondió Marla con ánimo.
—Gracias —respondió débilmente Taylor. Cambió de tema.
—¿Finalmente conociste a tu compañera de habitación, Marla?
La cara de Marla cayó.
—Sí, Kiren llegó anoche, muy tarde. Parece muy rara —respondió sombríamente.
—No puede ser tan mala —dijo Sam alentadoramente—. Una vez que ella empiece a
salir con todos nosotros estoy segura de que las dos seréis buenas amigas.
—Gracias, Sam, pero realmente no pienso eso. Cuando entró básicamente me dijo que
no estaba aquí para hacer amigos y que no me causaría ningún problema si yo no le
causaba problemas. Luego me dijo que le gusta lo oscuro y apago todas las luces e instaló
luces oscuras alrededor de su lado de la habitación. Su pelo está teñido de un amarillo
neón y parece una friki bajo las luces. Para ser sincera, me da un poco de miedo. Si no os
importa, podría estar pasando mucho tiempo en vuestro cuarto cuando no esté con
Jennings.
—Lo siento, Marla, por supuesto que puedes pasar tanto tiempo como quieras en nuestra
habitación —dijo Sam Taylor asintió en acuerdo—. Y mi oferta previa sigue en pie.
Podemos conseguir que nos den una habitación triple el próximo año… ¡solo seremos
las tres!
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La sonrisa de Marla estuvo de regreso ante el prospecto de tener a Taylor y Sam de
compañeras de habitación.
Mientras las chicas se dirigían a las habitaciones de los chicos, vieron que Jennings y
Gabriel estaban esperando juntos. Taylor frunció el ceño mientras se acercaban,
anticipando la incomodidad que de seguro vendría.
Para su sorpresa, nunca llegó.
Gabriel se adelantó con confianza y envolvió sus brazos alrededor de ella, dándole un
cálido abrazo. Cualquier signo de vergüenza desapareció tan rápidamente como los
árboles lo hicieron la noche anterior. Su abrazo se sintió cálido, como aquel que uno
esperaría de un ángel. Estaba en el paraíso. Llevando una mano a su rostro, él la besó
profundamente, dejando sus labios permanecer en los de ella por un segundo antes de
alejarse.
—Buenos días, hermosa—, dijo él.
—Buenos días—, logró decir Taylor. Estaba completamente inconsciente de los muchos
ojos que estaban observándoles. Sentimientos contradictorios la asaltaron. Quería ser
fuerte e independiente como su madre lo había sido, pero de alguna manera las cosas
con Gabriel se sentían naturales. Recordó algo que su madre le dijo:
—Nunca te conviertas en el perro faldero de alguien, o su trofeo, o su juguete, Taylor. Si
un hombre no está dispuesto a aceptar que eres de mente independiente, que eres
fuerte, que eres inteligente, entonces estás mejor sin ellos.
Taylor pensó en Gabriel y cómo el consejo de su madre se aplicaba a él. Apenas conocía
al muchacho y ya le estaba permitiendo mostrarle afecto públicamente. Por todo lo que
sabía, él podría ser exactamente el tipo de chico del que su madre le había advertido.
Él trato de tomar su mano, pero ella lo retiró. ¿Qué estaba haciendo? Un chico
queriendo tomar su mano estaba muy alejado de un chico que trataba de apartarla de sus
derechos, de su independencia. Pero aún así, sintió que necesitaba una revisión de la
realidad. No estaba actuando como ella misma.
Gabriel le dio una extraña mirada, pero luego, antes de que el incómodo silencio pudiera
quedarse, él dijo—, ¡Vamos! —Su entusiasmo era contagioso y dio energía a todo el
grupo.
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En el camino, el grupo conversó sobre las clases que estaban esperando, cuáles temían, y
a dónde irían a almorzar. Todos ignoraron el elefante en el área figurativa, el cual era el
hecho de que Gabriel y Taylor al parecer ya estuviesen saliendo, apenas 5 semanas
después de llegar a la universidad.
Dos minutos en el camino, Taylor restableció el control de su relación en ciernes al
tomar la mano de Gabriel. De ahora en adelante, voy a dictar el ritmo, pensó. Él le
sonrió pero no comentó.
Taylor estuvo decepcionada cuando la caminata corta de cinco minutos a su clase y a la
de Sam se terminó y tuvo que decir adiós a Gabriel. Su mano aún se sentía cálida por el
toque de él, y, muy a su disgusto, las mariposas estaban flotando fuera de control en su
estómago. Nunca se había sentido así antes. Con nadie. O con nada. Le besó ligeramente
en la mejilla y dijo que le vería después, por lo que ganó otra cálida sonrisa en respuesta.
Su primera clase fue fácil, con una ponencia de historia del arte y sin deberes. Ambas
chicas estaban de buen humor cuando salieron del edificio, y felices de que tuviesen una
hora libre antes de su siguiente clase, la cual también tendrían juntas.
Como habían planeado, tres de sus seis clases este semestre serían juntas. Aunque Taylor
se graduaría en Psicología y Sam en Educación, aún podrían lograr que los horarios de
asignaturas generales fuesen los mismos, los cuales requerían ser tomados por todos los
estudiantes. Estas incluían Inglés I, un curso de historia del arte y ciencias sociales. Sin
embargo, después del primer año, no tendrían ningún curso adicional juntas, ya que se
centrarían en sus cursos de carrera.
Giraron a la izquierda a la Plaza Central, un centro comercial al aire libre, una gran área
en el centro mismo de la universidad. Tenían la esperanza de encontrar una cafetería
para recargarse antes de la segunda ronda. Sam estaba hablando de algo —Taylor
realmente no estaba prestando atención— cuando se detuvo abruptamente. Taylor vio a
su amiga, quien estaba mirando a la entrada de uno de los edificios a los que se estaban
acercando. Siguió la mirada de su amiga hasta que vio lo que, o más apropiadamente,
quién captó la atención de Sam.
Ahí de pie estaba una familiar oscura y atractiva figura. Descansando casualmente
contra el pilar de cemento, él les estaba devolviendo la mirada con una sonrisa habitual
en su rostro. Era Christopher Lyon.
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En medio de su romance floreciente con Gabriel, ella había olvidado por completo al
extraño demonio que había conocido el día anterior. Ni siquiera le hablo a Gabriel de
eso y se preguntaba si debería hacerlo. No, pensó, no había razón para hacerlo.
Christopher no la amenazó de ninguna manera e incluso fue algo amable con ella.
Viéndolo por segunda vez, ni siquiera estaba asustada, sin embargo, basándose en todo
lo que Gabriel le había dicho, quizás debería estarlo.
—¿Quién… es… ese? —preguntó seductoramente Sam, casi lamiéndose los labios. En
realidad lo dijo más para sí misma que preguntando a Taylor.
—Ese es Christopher Lyon. Le conocí anoche cuando estaba esperando a Gabriel. Me
dio su número. —Lo dijo de forma tan casual que Sam giró y se la quedo mirando.
—¿Tú qué? —Preguntó—. ¿Hay algunos otros de los que no me hayas contado? ¡Te estás
convirtiendo en un imán de chicos guapos!
—No es así, Sam Resulta que él pasaba por ahí y se presentó.
—¿Y resulta que se forzó a darte su número también? No saldrás con eso fácilmente,
Tay. Aparentemente, podría aprender algunas cosas de ti.
Taylor no sabía qué decir así que solo se paró ahí. Sam se dirigió a la sombría figura.
—Espera, ¿A dónde vas? —preguntó Taylor, tomándola del brazo.
—A hablar con él, por supuesto. No puedo dejar que te quedes con toda la diversión. Y
necesito tu ayuda ya que lo conoces.
—No estoy segura de que eso sea una buena idea.
—¿Por qué no, acaso es un idiota? Me conoces, Tay, he salido con todo tipo de chicos.
Solo hay una categoría para mí: Tienen que ser caliente, calientes, ¡calientes!
—No, de hecho parece agradable. Solo es que hay algo raro en él—, explicó pobremente
Taylor.
Sam rió mientras respondía—, ¡Él probablemente dice lo mismo de ti! Y eso es lo que
también decías de Gabriel al principio. Ahora, alto con las excusas, vamos—. Sam volteó
y caminó hacia el demonio antes de que Taylor pudiera responder. Corriendo detrás de
ella, Taylor la atrapó mientras llegaba a la entrada del edificio.
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Sam no desperdicio el tiempo.
—Hola, soy Samantha— dijo—, pero puedes llamarme Sam y creo que ya conoces a mi
amiga, Taylor.
Parecía complacido de que el dúo se hubiese acercado a él.
—Un gusto conocerte, Sam, y sí, ya tuve el placer de conocer a Taylor—, respondió.
—Vaya, un caballero, es raro encontrar uno en el campus de la Universidad estos días,
—bromeó Sam —¿Qué vas a hacer hoy por el almuerzo? ¿Quieres coger una rebanada
de perfecta pizza en la Plaza Central? —El estómago de Taylor dio un vuelco. ¡Gabriel
iba a estar allí también! Un ángel y un demonio comiendo el almuerzo juntos, qué lindo,
pensó.
—Claro, gracias por la invitación. ¿A qué hora debería veros ahí? —preguntó.
Christopher tampoco había notado o estaba ignorando el color verde que nublaba el
rostro de Taylor.
—En la tarde. Aunque probablemente estaremos ahí por una hora y media si no puedes
venir temprano—, dijo Sam.
—Excelente, es una cita—, dijo Christopher con una ligera sonrisa. Taylor no pudo estar
segura pero parecía como si él supiera exactamente en lo que se estaba metiendo con
este almuerzo.
Después de haber salido del alcance de ser escuchadas, Sam dijo —Tenías razón, es muy
amable e incluso más lindo de cerca. Ambas lo estamos haciendo bien hasta ahora,
aunque no estoy segura de si estaré besando a Christopher en solo dos días. Te mueves
un poco más rápido que yo—, bromeó.
Taylor ni siquiera objetó el comentario de Sam porque estaba muy ocupada pensando
qué hacer en el almuerzo.
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Capitulo 28
Traducido por Serenity953 Corregido por Katiliz94
a última clase de Taylor antes del almuerzo parecía arrastrarla una y otra vez, y
con el tiempo ella y Sam se distrajeron escribiendo notas entre sí, al igual que lo
hacían en el instituto. Naturalmente, Sam comenzó la cadena:
Sam: ¿En qué estás pensando?
Tay: En el almuerzo, ¿Tú?
Sam: ¡También! No puedo esperar 4 pizzas.
Tay: No es lo que quise decir.
Sam: ??
Tay: no estoy segura de que puedo ir.
Sam: ¿Por qué no?
Tay: Tengo esta cosa...
Sam: Tienes que ir, tienes que ser mi piloto de flanco.
Tay: Estarás bien.
Sam: No, realmente tienes que venir, M & J no pueden venir, así que voy a ser yo, mi
chico caliente tu chico caliente... ¡qué extraño!
Tay: No estoy segura de que G puede venir tampoco.
Sam: ¿Por qué no?
Tay: No está seguro, sólo dijo que no podía venir.
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Sam: ¡Te arrastre si tengo que hacerlo!
Taylor no pudo llegar a una buena excusa para no ir a almorzar, así que se resignó a la
tormenta que se avecinaba. Si a Sam realmente le gustaba Chris, lo cual creía, entonces
él y Gabriel se cruzarían tarde o temprano de todos modos. Bien podría suceder antes y
acabar de una vez. Aunque no era tan estúpida como para dejar que eso ocurriese; una
pequeña advertencia a todas las fiestas podría recorrer un largo camino. A pesar de las
reglas del profesor contra el uso de teléfonos móviles en la sala de conferencias, Taylor
llevó su teléfono a la parte superior de la mochila, sólo lo suficiente para que pudiera ver
la pantalla mientras lo dejaba medio escondido. Escribió un breve mensaje de texto a
Chris en primer lugar:
Tay: Soy Taylor, ¿qué demonios estás haciendo? Sé lo que eres y que venir a comer es
una mala idea.
Esperó con anticipación una respuesta. Fue recompensada unos minutos más tarde con
un suave zumbido de mensaje de texto recibido:
Chris: Hola Taylor, que bueno saber de ti. ¿Que soy exactamente? ¿Por qué es tan mala
idea?
Tay: ¡Deja de ser un niño! Eres un demonio y mi novio es un ángel. ¡Mala idea!
Chris: Agradezco tu preocupación, pero los dos somos chicos grandes y podemos
manejarlo.
Tay: Tan terco... lo que sea, no digas que no te lo advertí.
Chris: No lo hare, nos vemos en el almuerzo.
A continuación, Taylor envió un mensaje Gabriel:
Tay: Hola G, quería darte un aviso de que Sam va a llevar un "amigo" para el almuerzo.
Gabe: cuantos más mejor, ¿por qué crees que lo que necesitaba saber?
Tay: No es humano.
Gabe: Ahh, ya veo.
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Tay: ¿estás seguro de que deberías ir?
Gabe: No me lo perdería.
Tay: ¿Por qué los chicos son tan frustrantes?
Gabe: ADN
Déjalos lidiar con eso, Taylor pensó. Estarían en un lugar público para que nada
realmente malo pudiese suceder, ¿verdad?
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Capitulo 29
Traducido por Bluedelacour
Corregido por zipzap744
uando el profesor dio por terminada la clase, ambas chicas se estaban muriendo
de hambre y más que listas para el almuerzo. Ellas llegaron a la pizzería casi diez
minutos antes el gentío llegara en pleno. Sam ordenó tres pizzas grandes para los
cuatro a pesar de las objeciones de Taylor de que era mucha comida. Él contaba con el
hecho de que habrían dos chicos grandes a los cuales les gustaría comer una entera así
podrían repartirse la tercera.
En su niñez, Taylor y Samantha habían ido a muchas fiestas de cumpleaños juntas,
muchas de las cuales incluía pizza como parte de las festividades. Tanto como podía
recordar, ellas tenían la misma afinidad por los champiñones en la pizza, así que Sam
ordenada una de esas y, asumiendo que los chicos querrían carne, ordenó una de
pepperoni y albóndigas para ellos, para que pudieran compartir.
Taylor vio a Gabriel acercándose, cruzando el jardín. Era difícil que pasara inadvertido
dado que parecía absorber todos los rayos del sol y brillar en respuesta. Parecía que Sam
no lo había notado.
Él caminó con confianza hacia la tienda, pero de vez en cuando sus ojos se movían con
cautela de lado a lado, como si estuviera esperando un ataque furtivo del demonio.
Al entrar en la tienda, él los vio en un lugar de la esquina y una gran sonrisa cruzó su
rostro de celebridad.
—¿Cómo estuvo la clase?—, preguntó deslizándose en un lugar al lado de Taylor. Puso
su brazo alrededor de ella, pero ella lo tomó y se deshizo de él, lo que provocó una
mueca en Gabriel.
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Sam dijo:— Nada mal, pero como que se puso lento al final. Para cuando eran las doce,
todo en lo que estaba pensando era en queso, la corteza y los champiñones. De hecho,
empecé a roer el brazo de Taylor.
—Al principio dolió, pero luego se sintió bien, como un masaje—, respondió Taylor,
ignorando el ceño fruncido de Gabriel.
Al oír los comentarios de Taylor, su ceño se convirtió en risas y pronto se volvió
contagiosa, con todos ellos riendo tan fuerte que tuvieron que agarrar sus estómagos.
Sam había cometido el error de tomar un sorbo de su Coca-Cola Light después de hablar
y ahora se veía como si la fuera escupir y eso solo los hizo reír más fuerte, hasta que
finalmente ella fue capaz de tragar el líquido marrón de un solo trago.
Poco después, la primera pizza estaba servida y Taylor comenzó a preguntarse si sería
posible que Christopher se acobardara. Ella se lo guardó para sí misma, pero Sam —
nunca la tranquilizaba— dio voz a lo que ambas estaban pensando.
—¿Crees que me dejaron plantada?—, preguntó ella.
Taylor fingió preocupación por un segundo y luego dijo:— Solo si todos los planetas
están alineados y un meteorito gigante está a punto de chocar con la Tierra, causando el
Armagedón.
Taylor pasó de la broma a la seriedad en un instante mientras tocaba el brazo de su
amiga y le dijo:— Yo no me preocuparía por eso, Sam, nadie nunca te ha plantado y
tendría que estar loco para hacerlo—. En su mente esperaba que tal vez Christopher
Lyon fuera lo suficientemente loco.
—Aww, gracias, Tay. Y diste en el clavo con eso, él se está dirigiendo a la Plaza, ¡ahora!
Gabriel y Taylor giraron para mirar a través de la ventana de cristal, y, efectivamente,
había una oscura figura moviéndose hacia el restaurante.
—Que comience el juego—, dijo Gabriel en voz baja. Taylor lo pateó bajo la mesa, pero
él solo sonrió. Se sintió como si hubiera golpeado un poste de teléfono.
Christopher entró con su habitual sonrisa. Localizando al grupo de la esquina, se deslizó
en lugar al lado de Sam. Taylor notó cuán extraño era ver a Gabriel y Christopher
juntos…uno aspirando la luz del lugar y el otro contribuyendo a la luz. Demonio y
Ángel. Oscuridad y Luz. El mal y el bien. Hermoso y hermoso.
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Taylor casi se echó a reír a carcajadas con sus pensamientos. Al menos ellos tenían algo
en común: ambos eran extraordinariamente guapos.
Asentándose en su papel, Sam comenzó la conversación —Chris, conoce a Gabriel.
Gabriel… él es Christopher.
—Creo que te he visto por ahí, encantado de conocerte—, dijo Chris.
—Sí, creo que hemos tropezado antes—, dijo Gabriel. Y añadió:— Es un placer
conocerte, también.
Sus dos cejas se redujeron, frunciendo el ceño de tal forma que rozaba la mirada. Sus
rostros ciertamente no coincidían con la cordialidad de sus palabras. Esta fue una de esas
numerosas veces cuando tener a Sam cerca era invaluable. Ella seguramente mantendría
la conversación ligera y avanzando.
En ese momento, Sam dijo:— Entonces, Chris... Taylor dijo que te conoció cerca de los
dormitorios de los estudiantes de primer año, así que ¿supongo que este es tu primer año
también?
Taylor miró a Gabriel cuando Sam dijo esto, para ver si él reaccionó al hecho de que ella
ya había conocido a Christopher y había fallado en decirle. Y ella no podía pretender ser
ignorante en lo referente a su naturaleza, porque ella le había advertido acerca de Chris
viniendo a almorzar, así que Gabriel sabría que ella sabía que él era un demonio. Gabriel
la miró, pero mantuvo su gesto serio. Él no estaba ni sorprendido ni ocultándolo.
—Así es. Aún no he decidido mi carrera, así que estaré por aquí un rato—. Él se rió
entre dientes—. A pesar de que no es necesariamente algo malo, hasta ahora la
universidad está muy bien.
Taylor dijo:— ¿Pensé que estabas en Pre-medicina? —Gabriel hizo una mueca, como si
el hablar con el demonio le había causado dolor físico.
—Eso es lo que estoy planeando, pero se supone que debe ser muy difícil—, dijo Chris.
—Vaya, ¿quieres ser médico?—, exclamó Sam. El ceño de Gabriel se hizo más profundo
y Taylor pateó su pierna, de tronco de árbol, una vez más.
Ignorando a Taylor, Gabriel dijo:— He oído que el 75% de los de primer año de Pre-
Medicina cambian de carrera.
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—Creo que puedo manejarlo—, dijo Chris.
Sam parecía sentir el cambio en el estado de ánimo y trató de dirigir la conversación a
un rumbo diferente—. Tay y yo justo estábamos diciendo lo maravilloso que es tener
por fin algo de libertad. No es malo tener un plan de comida tampoco. ¿Sabían que
podemos usar nuestras tarjetas de comida para comer en cualquier lugar en el campus?
—, dijo Sam.
—Sí, eso es genial—, dijo Chris —.Voy a tratar de limitarme a la pizza una vez por
semana. The Creamery campus3 es otra historia, podría ir ahí todos los días —, dijo
riendo.
—Tay y yo ya habíamos estado ahí unas diez veces así que ¡quizás podamos contigo!—,
dijo Sam.
Gabriel permaneció en silencio, mirando fijamente el intercambio entre Sam y Chris.
Taylor esperaba que se quedara tranquilo para el resto de la comida, en su actual estado
de ánimo él sólo podía causar problemas hablando. Chris y Sam estaban claramente
estaban congeniando y era mejor dejar que la naturaleza siga su curso. Su mejor amiga y
el demonio…qué lindo, pensó.
Las otras dos pizzas llegaron y la conversación se desaceleró como una paloma
aterrizando. Suspiros de —Mmm, está bueno—, y que —da en el blanco—, fue la
extensión de la conversación durante unos minutos. Después de dos o tres rebanadas, las
chicas estaban casi llenas y se convirtió en una competencia de comer entre los dos
chicos. Cada pizza tenía diez rebanadas y después de que Taylor y Sam sólo acabaron
con la mitad de la pizza había 25 rebanadas por dividir entre Gabriel y Chris.
Los dos chicos eran grandes consumidores y 12 rebanadas cada uno después, sólo
quedaba una.
—Puedes tenerla, Chris—, ofreció Gabriel. Había una punzada de forzada cortesía en su
voz.
—Oh, no, es toda tuya, mi amigo—, respondió Chris con calma.
—No, está bien, estoy lleno—, contestó Gabriel, claramente tratando de demostrar que
él era el mejor hombre.
3 Creamery: Una tienda que vende productos basados en lactosa
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—Oh, genial—, dijo Chris, tomando la pizza y devorándola en tres mordidas.
Las chicas se reían mientras Gabriel rodó los ojos y murmuró:— Eso es maduro—, en
voz baja. Chris sonrió ampliamente y se frotó el vientre, haciendo que las chicas rieran
aún más.
Con la pizza acabada y las clases de la tarde por comenzar en breve, cada comensal
deslizó su tarjeta de comida para una cuarta parte del costo de la pizza y luego salieron a
la Plaza.
—Chris, ¿puedo hablar contigo un minuto?—, preguntó Gabriel. Taylor advirtió a
Gabriel con la mirada, pero él no le hizo caso y dijo:— Nos vemos luego señoritas—.
Trató de besar a Taylor en la mejilla, pero ella lo esquivó.
Chris esperó pacientemente.
Sintiendo que ella no tenía control de nada, Taylor se marchó con Sam, quien estaba
sonriendo después de su primera —cita— con Chris.
Después de que las chicas estaban lo suficientemente lejos, Gabriel dijo en tono muy
bajo:— ¿Qué diablos crees que estás haciendo?
—Vaya, no estoy seguro de lo que estás hablando teniendo en cuenta que acabo de
conocerte—, dijo Chris juguetonamente.
A Gabriel no le hizo gracia—. Pensé que lo dejé claro cuando estaba limpiando el suelo
con tu cara que debes mantenerte alejado de Taylor. ¿Necesitas que lo ponga más claro?
Chris siguió mirando divertido—. Primero que nada, lo recuerdo muy bien, y creo que
lo hago, dijiste que me aleje de ‘la chica’, lo que podría haber significado un montón de
chicas diferentes, así que no estaba seguro exactamente lo que quisiste decir. En segundo
lugar, yo estaba allí para pasar el rato con Sam de todos modos y Taylor estaba por ahí
también. Y en tercer lugar, puedo salir con quien yo elija, es la universidad, nuestra
oportunidad de ser libres.
Gabriel lo miró fijamente, como si estuviera listo para atacar.
Chris continuó:— Si estás planeando pasar mucho tiempo con Taylor, es mejor que te
vayas acostumbrando a estar cerca de mí, porque me gusta Sam y espero pasar mucho
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tiempo con ella. Además, tengo que mantener un ojo en ti. No quiero que hagas nada
con 'la chica', nada de lo que después puedas arrepentirte.
Inesperadamente, el rostro de Gabriel se suavizó, sus ojos se relajaron, y dijo:— Mira,
Chris, creo que empezamos con el pie izquierdo. Los dos sabemos que hemos nacido
como enemigos naturales, pero ahora que estamos en la misma universidad tratando de
pasarlo bien, vamos a olvidar todo esto y empezar de nuevo.
La diversión del demonio se esfumó y dio paso al enojo. Él dijo:— Viniendo de la
persona que me atacó brutalmente cuando yo no estaba preparado para ello, creo que
asumiré que era una mentira. Sé exactamente lo que estás haciendo y por qué lo estás
haciendo. No tienes interés en Taylor. Estás tratando de usar a la chica y estoy tratando
de detenerte. Y lo haré.
Chris esperaba una explosión de ira de Gabriel y tal vez incluso un reto para ir arreglar
esto ahora, pero en vez de eso tuvo algo completamente diferente.
La cara de Gabriel permaneció pasiva —Mira, hombre. Yo no lo esperaba, pero en
realidad me preocupa Taylor. Te juro que es la verdad—. El rostro de Gabriel proyectó
la inocencia de un niño.
—Me gustaría creerte—, dijo Chris—. Realmente lo haría. Me gustaría creer que existe
la más mínima bondad en la raza de los ángeles, pero se va a necesitar más que palabras
para que lo pruebes.
—Lo probaré—, Gabriel dijo. Giró y se alejó caminando.
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Capitulo 30 Traducido por Bluedelacour
Corregido por Hanna Marl
an pronto como Gabriel estaba fuera de la vista de cualquier ser humano, se lanzó
por los aires y voló a toda velocidad. Tenía que viajar por tres horas para llegar al
lugar de la reunión del Consejo programada para esa noche.
Alcanzando una altitud agradable, como un avión, Gabriel dejó que los instintos de su
cuerpo entraran en juego y lo llevaran en la dirección correcta. Enfocó sus pensamientos
en la reunión y cómo iba a convencer a la mayoría para que votara a su favor.
Necesitaría siete de los doce votos, porque si fuera un empate de seis-seis, entonces
Dionysus, como Jefe del Consejo, decidiría el resultado. Dionysus probablemente votaría
a favor de un secuestro rápido de la chica, sin tener en cuenta su vida.
Gabriel sabía que tenía que convencerlos de que su plan daría lugar a una mejor
oportunidad de lograr su objetivo final. El Plan, Gabriel pensó. Qué extraño era pensar
que mientras él estaba creciendo, nunca había sabido lo que era realmente.
Como los niños, a los ángeles se les enseñó lo básico: los demonios son malos, los ángeles
pelean con los demonios, y los ángeles tienen poderes. Aparte de instrucción básica
sobre cómo usar sus poderes, se enseñaba muy pocas cosas. Sólo el círculo más íntimo de
los ángeles superiores realmente conocía el plan. Y, por supuesto, un ángel joven muy
excepcional, como él, que fue seleccionado para una misión de alto secreto.
Cuando escuchó por primera vez el Plan, no estaba seguro de qué pensar. De algún
modo retorcido tenía sentido, pero a Gabriel lo hizo sentir un poco incómodo, también.
Sin embargo, su deseo de ganar la admiración del Consejo eventualmente superó las
pequeñas preocupaciones morales que él tenía.
El plan era sencillo. Los ángeles eran claramente una raza superior a los humanos. Sin
embargo, los ángeles estuvieron de acuerdo en que los demonios eran superiores a los
seres humanos también. El primer demonio había sido creado a partir de un humano
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evolucionado y, por lo tanto, era naturalmente más avanzado. La tierra era de ellos, la
iban a heredar. Pero los demonios no querían aceptar lo que era suyo por derecho.
Ellos querían convivir con los seres humanos, como iguales. Estaban desafiando a la
naturaleza.
Por otro lado, el primer ángel fue creado después, de un demonio evolucionado,
haciéndolos así más superiores, dejando la tierra como su herencia legítima. En honor a
la verdad, los ángeles probablemente habrían estado dispuestos a compartir la tierra con
los demonios, pero hay dos asuntos: uno, que los demonios, por alguna extraña razón,
querían proteger a los seres humanos y coexistir con ellos, y dos, Dionysus había
descubierto el camino a la inmortalidad.
El segundo motivo es el más importante, porque los ángeles envejecían a la misma
velocidad que los seres humanos, al igual que los demonios. Sin embargo, mientras
desarrollaba sus estudios a nivel mundial del aura humana, Dionysus había descubierto
que era capaz de extraer el aura de un ser humano y reemplazarla con su propia luz
interior. Su viejo cuerpo iba a morir, pero él sería capaz de tomar el cuerpo del ser
humano, sin ningún cambio en sus habilidades de ángel. El nuevo organismo
continuaría con la edad, pero podría ser sustituido una y otra vez con cuerpos más
jóvenes evitándole así el morir de vejez. Era como la sustitución de un viejo par de
zapatos, o los neumáticos de un coche. Los pies viven, al igual que el coche. Sólo las
partes son reemplazadas.
Según el plan, los ángeles harían lo siguiente: Uno, poner fin a la existencia de los
demonios, al ganar la gran guerra, dos, esclavizar a la raza humana, y tres, construir una
moderna utopía donde los ángeles gobernarán la tierra y los seres humanos se utilizarán
para proporcionar una vida eterna.
En este punto, poner fin a la existencia de los demonios dependía totalmente en el uso
del aura de Taylor para empuñar un arma tan poderosa que podría destruir por
completo al ejército de demonios. Una vez que los demonios estaban fuera del camino,
los ángeles fácilmente podrían tomar el control de los seres humanos.
Una vez en control, los ángeles armarían campamentos donde los humanos más
deseables serían cosechados para futuros cuerpos de ángeles. Un programa de
reproducción humana se llevaría a cabo para asegurar que siempre hubiera cuerpos
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humanos sanos y hermosos disponibles para proporcionar la inmortalidad para los
valiosos ángeles.
Muchas partes del plan molestaban a Gabriel. A pesar de que creía que los ángeles no
tenían que ocultar su verdadero yo, también creía que los seres humanos tenían derecho
a vivir.
Si bien esto era contrario a su misión y el plan, pensó que no era su decisión el hacer y
no podía hacer mucho, excepto seguir las órdenes dadas. Pero eso fue antes de conocer a
Taylor. Ahora, él estaba confundido. Más confundido de lo que había estado nunca.
Antes de Taylor, la vida había sido simple: aprender sobre su herencia de ángel,
enlistarse en el ejército, seguir las órdenes, nada más y nada menos. Él no esperaba
sentir tan poderosa conexión con el objeto de su misión. Su instinto le dijo que fuera su
abogado y ayudar a desarrollar un nuevo plan donde la inmortalidad podría ser
adquirida por los ángeles al tiempo que permite a los seres humanos tener su libertad.
Pero Gabriel era lo suficientemente inteligente como para saber que el Consejo no
estaría de acuerdo con él y que iba a ser condenado a muerte si él promovía ideas tan
traidoras. En su lugar, iba a tratar de ganar algo de tiempo para llegar a una solución. Él
reunió tanto valor como pudo antes de comenzar a descender hacia la fortaleza blanca
en las colinas.
El lugar, conocido como el Monte Olimpo, había sido construido por los ángeles hace
veinte años, bajo la apariencia de un centro de investigación para la tecnología
emergente. Un excelente arquitecto sueco fue contratado y no se reparó en gastos en lo
que es una maravilla de la arquitectura moderna. El brillo blanco que recubre los tejados
inclinados de forma creativa llevó a algunos arquitectos a que lo describieran como "la
ópera de Sídney con esteroides".
La institución era muy reservada y nadie excepto sus "empleados" sabían qué tipo de
trabajo se realizaba dentro. Los directores de las instalaciones, que fueron
convenientemente los mismos que los miembros del Consejo de los Doce Arcángeles,
rechazaron miles de hojas de vida cada año desde ingenieros altamente calificados,
médicos y científicos. Sólo los ángeles fueron "contratados".
Las instalaciones eran extensas, con seis grandes edificios que rodean un edificio aún
más grande, y decenas de edificios más pequeños en los anillos exteriores del complejo
circular.
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La seguridad era estricta, con un muro de acero tan alto que rodeaba sus límites. Había
cámaras y sensores cada veinte metros que monitoreaban las 24 horas del día, los 365
días del año por los ángeles de seguridad. Los sensores de infrarrojos podrían fácilmente
hacer un seguimiento de todos los empleados en el complejo, basado en la intensidad de
la luz interior de cada ángel, como una huella digital visual.
Si alguien inesperado logra entrar en el complejo, sería inmediatamente detectado. Si un
demonio entrara, se pondrían en marcha los sensores de movimiento sin activar los
sensores de infrarrojos, debido a su baja temperatura corporal, que inmediatamente
crearía una anomalía en el sistema. Una alarma sonaría y todo el personal disponible
sería enviado a la zona. La alarma nunca había sonado en sus veinte años de historia y
nunca había habido una violación de seguridad verdadera.
Gabriel sabía que su vuelo estaba siendo rastreado al aterrizar suavemente en el área
designada para el aterrizaje de los ángeles. Inmediatamente, dos ángeles de seguridad
estaban a su lado para acompañarlo a la Cúpula de la Luz, el edificio más grande de la
planta, situada en el mismo centro. El primer ángel era grande. El segundo era aún más
grande.
—Bienvenido de nuevo, señor Knight—. El más grande, dijo.
—Gracias —contestó Gabriel—. Aunque es probable que sea una visita corta.
—Llegó justo a tiempo, el Consejo se reúne en la Sala del Maestro—. Gabriel les siguió a
través del arco que conducía a la bóveda. Entrando en el magnífico edificio por segunda
vez en su vida, Gabriel no podía dejar de maravillarse con las hermosas tallas en el
exterior de la blanca y brillante cúpula.
Una vez dentro, la perfección continuaba aunque la decoración era sencilla, un poco
escasa a veces. Todo, incluyendo los pisos, paredes, techos y objetos estaban iluminados
desde dentro por una fuente de energía misteriosa. Para un ángel, era pura belleza y el
poder puro a la vez, como si el arte y la utilidad se hubieran casado en un diseño
impecable. Varias luces ornamentales fueron fijadas a las paredes y techos. Estos
aparecieron en muchas formas, desde algo tan pequeño como una pequeña esfera de
cristal, a fastuosos candelabros de varios niveles que reflejaban millones de partículas de
luz de entrañas de sus cristales.
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Como un ángel, se esperaba que Gabriel guste de este tipo de ambiente, pero a pesar de
que estaba asombrado por ello, se apagó por la casi esterilización de hospital psiquiátrico
que el lugar tenía.
Llegaron a la habitación del Maestro, que era la única habitación que Gabriel había visto
en su vida dentro de estas paredes. El guardia de seguridad presionó un casi invisible
botón blanco del intercomunicador en la pared y dijo—: El Señor Knight ha llegado.
Sin una respuesta verbal o incluso un crujido, las puertas se abrieron en grandes claros
partidos por la mitad, lo que permitía una vista completa a Gabriel a lo largo de una
mesa larga y brillante. Once cabezas habían dado vuelta ya y estaban mirándolo,
mientras que el duodécimo, sentado a la cabecera de la mesa, podía verlo con sólo mirar
de frente.
Gabriel entró en la habitación, tratando de aparentar confianza, pero por dentro estaba
temblando de miedo. Durante su primera aparición en esta gran sala, no había tenido
miedo, pero era una situación diferente. En ese momento, Gabriel sabía que iba a hacer
exactamente lo que le dijeron que hiciera. Esta vez iba a dar una opinión que
probablemente estaría en contradicción directa con muchas de las opiniones de los
miembros del Consejo. En esencia, se trataría de causar disensión entre sus filas. Podría
hacer algunos enemigos mortales hoy y eso le daba miedo.
Dionysus se levantó y extendió un saludo—: Ahh, bienvenido, Gabriel. Ya he
comentado al Consejo de tus notables logros tan temprano en tu misión. Estamos muy
impresionados, pero al mismo tiempo, no esperaba nada menos de un ángel con talento.
Gabriel vio la mayor parte de las cabezas asintiendo con la suya en acuerdo. No había
duda en su mente que todo esto era parte de su plan para hacer que se sienta importante
por lo que seguiría plegándose a su voluntad.
—Gracias, señor —respondió Gabriel—. Es un gran honor ser un guerrero útil en esta
gran causa.
—Sí, agradezco tu elección de las palabras—, ‘esta gran causa' —porque eso es
realmente lo que es. Y como parte de esta gran causa, estamos aquí para tomar una
decisión importante para tu misión. Me he tomado la libertad de explicar nuestros
diferentes puntos de vista al Consejo y tienes unos cuantos primeros defensores—.
Dionysus sonrió para tranquilizarlo. Gabriel no podía decir si era una sonrisa de
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confianza que ya había ganado el voto o simplemente para que se sintiera a gusto, como
un niño.
Gabriel no esperaba que el Consejo fuera ya consciente de los dos puntos de vista
diferentes. Esto le preocupaba ya que había planeado construir su razonamiento
lentamente, de una manera lógica.
Por otra parte, Dionysus había dado a entender que algunos de los Doce ya podrían estar
de acuerdo con la posición de Gabriel, lo que por lo menos le daba una oportunidad.
Siempre escéptico, Gabriel también creía que Dionysus podría estar tratando de
engañarlo en un sentido de falsa esperanza al dar a entender que alguien podría estar de
acuerdo con él, cuando en realidad él era el único de su lado.
Gabriel asintió con la cabeza, ya que no estaba seguro de cómo responder.
—Vamos a comenzar con una breve explicación para cada una de nuestras opiniones y
el Consejo puede expresar sus opiniones y hacer preguntas cuando sea necesario. Una
vez que todo el mundo esté contento de que hayamos considerado todos los hechos
necesarios, se someterá a votación en el Consejo. Desafortunadamente, no podrás votar,
Gabriel.
Gabriel ciertamente no esperaba llegar a votar, pero apreciaba el resumen del
procedimiento, ya que nunca había estado involucrado en algo como esto antes.
Dionysus continuó—: Así que eso significa que sólo necesito obtener cinco de los
restantes once votos para obtener un jurado seguro, lo cual es a mi favor ya que tengo el
derecho como Jefe del Consejo para tomar una decisión final. Buena suerte, Gabriel,
puedes comenzar.
Gabriel había hecho otra suposición incorrecta, ya que pensaba que Dionysus, siendo el
Jefe del Consejo, comenzaría con su argumento. En retrospectiva, tiene sentido que
Dionysus sea el último así él podría contrarrestar cualquiera de los puntos clave de
Gabriel.
Gabriel se aclaró la garganta para ganar tiempo mientras trataba desesperadamente de
traducir en palabras los muchos pensamientos que se arremolinan caóticamente en su
cabeza. Todos los ojos estaban puestos en él ahora, si tartamudeaba o se equivocaba al
hablar, sus pocos defensores podrían trasladarse de nuevo al lado de Dionysus.
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—Gracias por acceder a escuchar mi razonamiento —comenzó Gabriel, con voz firme y
clara.
Se sorprendió por la forma en que sonaba, tan determinado y trató de sacar confianza de
ello—. Como todos ustedes saben ahora, me he puesto en contacto con la chica y
comprobé que ella es la elegida. He sido capaz de ganar su confianza en pocos días y
parece estar algo enamorada de mí, que era un objetivo importante en mi misión—. No
mencionó que él también estaba un poco enamorado de ella.
Uno de los ángeles que se sentaba más cerca de donde él estaba de pie, dijo—: Bien
hecho, muchacho—. Él asintió con la cabeza a Gabriel para continuar.
Gabriel continuó—. Gracias. A pesar de Tay, quiero decir, del enamoramiento de la
chica hacia mí, creo que es poco probable que pudiera convencerla para que coopere
plenamente con nuestra causa en este momento dado el poco tiempo que nos
conocemos. Si quisiéramos usarla de inmediato, tendríamos que forzar su cooperación,
lo que podría conducir a su muerte en combate.
—Sé que nuestro primer instinto es argumentar que una muerte humana no es una
preocupación si conduce al éxito del plan, pero no es más que otro ser humano. Ella es
la que Dionysus mismo predijo sería la clave de la victoria en la Gran Guerra. He sido
testigo del poder absoluto que podemos ejercer con ella de nuestro lado, y creo que sería
una locura permitir que la energía se pierda para siempre al solo utilizarla para destruir
a los demonios.
—Dado el éxito titánico que he tenido en sólo cuestión de días, creo totalmente que
puedo lograr que ella se convierta a nuestra causa. Si puedo convencerla de abandonar
su mundo humano para un mundo nuevo y mejor, en la que se le tratará como a un
igual, entonces podemos continuar utilizando la fuerza de su aura en los próximos años.
Hemos sido pacientes durante tanto tiempo y ahora que la victoria está a nuestro
alcance, no debemos actuar de forma irracional en el último momento.
—Pido sólo cuatro o cinco meses, hasta el final del semestre académico, para
convencerla de que se una a nuestra causa. Gracias de nuevo por su atención—. Gabriel
terminó con broche de oro y el placer de ver por lo menos unas cuantas cabezas
asintiendo y algunas caras sonrientes.
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Dionysus reclamó ser el centro de atención—. Bueno, nunca me esperaba una buena
actuación de mi colega, y después de ese discurso. ¡Estoy medio tentado a cambiar de
bando!
La mayoría de los miembros se rió de buena gana ante su broma, pero Gabriel no pudo
evitar sentirse orgulloso de los elogios que derramó sobre él el Jefe del Consejo.
—Aunque creo que hay mucho mérito en la opinión de Gabriel y admiro su confianza
en su capacidad para llevar a cabo este plan, estoy totalmente de acuerdo con su enfoque
propuesto. Tengo una serie de problemas, el primero de los cuales es que yo creo que es
difícil de creer que un ser humano podría renunciar a su propia raza, no importa cuán
encantador sea Gabriel—. Dionysus guiñó un ojo a Gabriel cuando dijo esto.
—En segundo lugar, me temo que con un arma de esta magnitud casi en nuestras
manos, seríamos tontos si no la tomamos y sacamos ventaja de ello. Los demonios son
tan astutos así como mortales y no creo que esperarán al margen mientras lentamente
lavamos el cerebro de la chica. Por último, estoy de acuerdo con Gabriel que la chica
podría ser de utilidad para nosotros, incluso después de que los demonios sean
erradicados, pero como fue predicho, su propósito principal es ayudar a ganar la guerra.
Aunque es posible, no hay garantía de que va a morir en esa causa, sin importar si ella se
une a nosotros de buena gana. Por favor, consideren estos puntos a medida que voten—.
Él terminó de manera sucinta, mirando a cada miembro a los ojos mientras formuló sus
palabras.
Los miembros comenzaron a mirar a su alrededor, algunos de ellos susurrando entre sí.
Luego hubo un breve período de silencio que les permitió pensar en lo que acababan de
escuchar y formular preguntas.
Gabriel estaba molesto por el silencio y trató de distraerse mirando a cada uno de los
miembros del Consejo. Cada uno de ellos pasaba las cuatro décadas de edad y, aunque
sus cuerpos estaban empezando a mostrar cierto desgaste, cada uno era impresionante y
hermoso para los estándares humanos. Por lo que le dijeron, ninguno de ellos había
utilizado el poder de la inmortalidad para tomar un nuevo cuerpo. Según la información
de Gabriel, Dionysus era el único ángel que se había mudado alguna vez a un nuevo
cuerpo.
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Había siete hombres, entre ellos Dionysus, y cinco mujeres en el Consejo. Desde la
creación del Consejo, sólo tres miembros nunca habían necesitado ser sustituidos, todos
los demás murieron en la batalla por los demonios.
En general, los miembros no participaban en combates reales y estaban en su lugar
siendo responsables de la estrategia global. Sin embargo, durante una batalla
particularmente crucial, la mitad del Consejo había elegido unirse a las filas del ejército,
ya que siempre han tenido la opción de hacerlo.
La batalla fue feroz y muchos ángeles y demonios fueron destruidos, dejando menos
protección para los seis miembros del Consejo que estaban luchando. Según las historias
que Gabriel había oído, lucharon valientemente, matando a muchos demonios antes que
los seis fueran derribados, tres muertos y tres heridos graves. Los tres que habían muerto
fueron reemplazados y los tres que resultaron heridos permanecían en el Consejo hasta
la fecha, a pesar de que nunca habían elegido volver a la batalla.
Cuando parecía que Gabriel ya no podía soportar el silencio, Michael, que era el
Segundo al mando de Dionysus, dijo—: No estoy seguro de qué haya más que pensar,
estamos tan cerca de terminar esta guerra, traigamos a la chica y terminemos ahora.
El corazón de Gabriel dio un vuelco. Tanto como Dionysus y Michael recomendaban el
agresivo curso de acción, probablemente sería ratificada por unanimidad por los
miembros restantes. Los hombros de Gabriel se desplomaron y dejó caer la cabeza, listo
para la derrota que seguramente iba a venir.
—Estoy en desacuerdo. Yo no creo que sea tan simple—. Gabriel oyó las palabras, pero
no pudo comprenderlas. ¿Quién había hablado? Levantó la cabeza y vio que era el ángel
que lo había felicitado por el éxito de su misión. Su nombre era Andrew.
Las cejas de Gabriel se alzaron con sorpresa y miró a su alrededor con curiosidad para
ver si alguno de los otros ángeles estarían de acuerdo con Andrew.
—Yo, por mi parte, votaría por Gabriel en este momento —dijo el otro ángel. Gabriel
recordó que su nombre era Juana. Contuvo el aliento. ¿Tenía una oportunidad?
Michael dijo—: Está bien, entonces, parece que no será unánime, así que ¿por qué no
hacer una votación preliminar para determinar si hay que discutir más los detalles de la
situación. Los que estén a favor del plan de Dionysus... —Cinco manos se levantaron,
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incluyendo la de Michael y la de Dionysus. El corazón de Gabriel dio un vuelco. Sólo
necesitaban un voto para ganar, pero ellos no lo tenían, todavía.
—Los que estén a favor del plan de Gabriel... —Para sorpresa de Gabriel, cinco manos se
levantaron en su favor, completamente basados en la magnitud de su breve discurso.
Gabriel tenía que hacer todo en su poder para controlar el impulso de levantar su propio
brazo en apoyo de su propuesta.
Michael continuó—: Así que tenemos dos indecisos en este punto, Thomas y Sarah, si
mi memoria no me falla—. Los dos ángeles indecisos asintieron una vez para confirmar.
—Como siempre, los ángeles que han optado por una u otra parte en la votación
preliminar tienen el derecho de cambiar su voto en cualquier momento del proceso
antes de la votación final. Como Dionysus ha explicado anteriormente, Gabriel
necesitará tanto de los votos indecisos como los votos a su favor para que su plan gane.
Ahora, Thomas y Sarah, ¿qué preguntas tienen que los ayuden a tomar una decisión?
A lo largo de la votación y mientras Michael hablaba, no había reacción de Dionysus, su
cara seria ocultaba sus pensamientos también.
Thomas comenzó con—: Gabriel, mi mayor preocupación es lo que Dionysus declaró.
Yo estoy preocupado de que los demonios serán capaces de desarmar a la chica antes de
poder utilizarla. ¿Cuán grande crees que sea el riesgo?
Gabriel estaba listo para la pregunta—. Basado en lo que he visto en la tierra hasta el
momento, creo que es un riesgo muy bajo. En la actualidad, los demonios sólo tienen un
recurso en la universidad, Christopher Lyon —que no es más que una mosca en la
pared— para ver lo que estoy haciendo. Ha tenido múltiples oportunidades para
secuestrar a la chica, pero no ha hecho ningún intento. Yo tuve un pequeño
enfrentamiento con él y lo derroté fácilmente. Lo podría haber matado probablemente
si hubiera querido, pero no quería agitar las cosas con los demonios antes de que tuviera
una oportunidad de cumplir mi misión en su totalidad. También me gustaría añadir que
si se escoge mi plan, he de seguir informando periódicamente al Consejo acerca de mis
progresos, así como cualquier actividad demoníaca en la zona, y si algo cambia, siempre
podemos convocar de nuevo y decidir modificar el plan.
—Gracias, Gabriel, eso satisface mi pregunta —contestó Thomas—. Ahora tienes mi
voto también.
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Gabriel trató de parecer tranquilo y sereno, pero por dentro estaba saltando de alegría.
La votación era un empate quedando sólo convencer a Sarah. Ella tomó la palabra.
Ella dijo—: Mi preocupación es más acerca de tu capacidad de convencer a la chica. Si
no puedes hacer esto en los próximos meses, habrá sido una pérdida de tiempo y puede
poner en peligro toda la operación. ¿Qué tan seguro estás de que podrás hacer lo que
dices que puedes?
Gabriel esperaba también la pregunta de Sarah y respondió con valentía—. Si bien es
imposible estar seguro de algo en estos días, estoy muy seguro de que voy a tener éxito.
De nuestra investigación, sabemos que se trata de una chica que nunca ha estado
enamorada antes y todos conocemos el poder del primer amor de un ser humano. En
cuestión de pocos días, ya he robado su corazón, y aunque en este momento no estoy en
condiciones de doblegar su voluntad, sé que al cultivar su amor por mí, pronto seré
capaz de atraerla a nuestra causa. Con ella como un socia dispuesta, vamos a obtener un
valor mucho más de ella, lo que garantiza nuestro éxito futuro.
Sarah sonrió. Ella estaba claramente impresionada con la habilidad del joven ángel para
mover una audiencia con palabras. Ella también parecía admirar su confianza—. Yo
también estoy satisfecha y votaré a tu favor. Pido una votación final, ¿si nadie tiene
alguna otra pregunta?
Gabriel sintió que estaba fuera de su cuerpo y flotando por la habitación cuando se dio
cuenta que él había ganado.
Nadie tenía más preguntas y Michael preguntó si alguien había cambiado su voto de su
postura previa. Nadie lo había hecho. Michael llegó a la conclusión—: En ese caso, no
hay necesidad de una votación final ya que los dos votos necesarios para Gabriel han
sido comprometidos y su plan ha sido aprobado por el Consejo. Buena suerte y
esperamos oír los continuos informes de tu éxito con la chica.
Dionysus añadió—: Felicidades, hijo, eres un digno adversario. Creo que todos ven el
gran potencial de liderazgo que hay en ti el día de hoy.
Gabriel intentó actuar de manera tranquila mientras decía—, Gracias, mi señor, no voy
a decepcionar al Consejo—. No queriendo mostrarles cómo era realmente feliz, Gabriel
giró y caminó a través de las puertas dobles, que ya estaban abiertas, como por arte de
magia.
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Una vez fuera del edificio, dio un respiro profundo y gritó—. ¡Woohoo! —Corrió por el
círculo de despegue para ángeles y luego saltó en el aire, las alas ya se habían extendido
cuando él salió disparado hacia el cielo nocturno.
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Capitulo 31 Traducido por Beautifuliarx
Corregido por Hanna Marl
aylor buscó a Gabriel en la hora de la cena, pero no lo vio por ningún lado. Tenía
asumido que podrían ir juntos. Se preguntó donde podría estar. Christopher había
conocido a Sam, Taylor, Marla y Jennings en el Área Común y todos estaban
ahora tomando un café juntos. Taylor era la única rara que no lo hacía.
Taylor había planeado darle a Gabriel una reprimenda acerca de lo inmaduro que había
sido en la hora de la comida y de cómo Sam era su mejor amiga y podría apoyarla en
cualquier momento, incluso saliendo con un demonio y también acerca de que
Christopher era una excepción a la regla de que todos los demonios son malos. Pero
ahora, Taylor estaba preocupada de que algo que hubiera pasado. No lo había visto
desde… bueno, desde que se había enfrentado al demonio.
Christopher había preguntado si Gabriel iba a venir y ella dijo sinceramente que no
sabía. Cuando contestó a Chris, Taylor trató de leer su cara para ver si estaba
escondiendo algo tras esa pregunta; sin embargo, parecía no tener ni idea del paradero
de Gabriel. Taylor estaba algo sorprendida por la fuerza de su decepción cuando la cena
se acabó y Gabriel ni siquiera había aparecido.
Mientras caminaban fuera del Área Común, su teléfono vibró. Era un mensaje de
Gabriel. No podría estar más contenta cuando leyó:
“Hola preciosa, siento haberme perdido la cena, Me fui a un consejero para cambiar una
de mis clases y quería empezar a leer el libro que me habían dado para mi nueva clase.
Perdí la noción del tiempo en la biblioteca, sigo ahí, probablemente me quede una hora
más. Quiero verte esta noche, tienes tiempo?”
Taylor estaba mareada ante el pensamiento de verlo pero se apaciguó cuando respondió:
T
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Sin problema, cené con estos esta noche. Tengo un par de cosas que hacer pero
podríamos quedar a las nueve?
Él respondió de inmediato.
“Perfecto, nos vemos a las nueve donde siempre.”
Olvidado su alivio después de por fin escuchar noticias suyas, tenía también un poco de
enfado. No solo había actuado como un imbécil durante la comida, sino que también se
había olvidado por completo de ella todo el día. Su excusa era solo eso, una excusa. No le
habría llevado más de treinta segundos enviar un mensaje de texto antes, para que
supiera que se iba a perder la cena. Ella respiró profundamente, en un intento de
controlar su enfado.
Solo dos horas, pensó Taylor. El tiempo podría pasarse como una de esas cosas que ella
decía que tenía que hacer para volver a la habitación y tumbarse en la cama. Eso le
tomaría cinco minutos.
—¿Con quién hablas? —preguntó Christopher.
Se había olvidado por completo del demonio que caminaba con ella. Se había olvidado
también de que andaba con alguien.
—Con Gabriel. Está en la biblioteca y se olvidó de la cena.
—Querrás decir que se olvido de ti… —bromeó Christopher.
Taylor no lo encontró gracioso.
—No, Sherlock, él estaba siendo responsable y estudiando perdiendo la noción del
tiempo. Para tu información, voy a quedar con él pronto.
Sam rió.
—Genial, Tay, ya me estaba preocupando de que mataras a alguien mientras cenábamos,
parecías muy miserable.
La cara de Taylor mostró una genuina sorpresa.
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—¿De… de verdad? No me había dado cuenta, lo siento. Supongo que no fui muy buena
compañía.
—No pasa nada, Tay. Nos lo hemos pasado bien de todas formas —dijo Christopher,
bromeando de nuevo con ella.
No estaba de mal humor ya. Taylor sonrió y se fue a la ofensiva.
—Te vi muy ocupado llenándote la cara para decir eso. Después de comer trece
porciones de pizza a la hora de comer, pensé que no necesitabas comer más en el
próximo par de días. Sé honesto, Chris, ¿comes por dos personas?
Christopher encontró eso muy gracioso y comenzó a reírse tan fuerte que se tuvo que
doblar. De forma inadvertida, bufó mientras reía, lo que hizo que todo el grupo se
destornillara de risa.
Todos fueron a la habitación de Sam y de Taylor para pasar el rato antes de irse a
dormir. A Taylor ya le gustaba esta parte de la universidad. Hacer amigos y tener tiempo
de libertad para conocerlos estaba muy bien. Comer, hablar, reír; todas esas cosas eran
su principal responsabilidad ahora mismo. Oh, y un poco de deberes y clases, por
supuesto.
Las dos horas pasaron muy rápidas. Marla y Jennings se fueron hace una hora para hacer
deberes pero Chris se quedó hasta el final. Él y Sam estaban hablando mucho así que
Taylor tuvo que admitir que él era un tipo divertido. Demonio o no, tenía un buen
sentido del humor y parecía un buen chico. Prefiero no decírselo a Gabriel de todos
modos, pensó ella.
Cuando faltaban cinco minutos para que las nueve llegaran, ella les dijo que se tenía que
ir, que había quedado con Gabriel.
—Yo que tú me iría ya —dijo Chris.
—Oh, venga, aún es pronto, quédate un rato —dijo Sam. Había un destello en sus ojos.
Taylor ya había visto esa mirada antes.
Ansiosa por evitar caminar fuera del edificio acompañada por Chris, Taylor dijo: —Sí,
bueno, quédense y pásenlo bien, volveré pronto.
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Chris accedió a quedarse por un rato, aunque Taylor se dio cuenta de que él quería
seguirla. Ella se preguntó que habría hecho. ¿Se habría puesto a pelear con Gabriel?
¿Habría intentado herirla? No podría imaginárselo siendo violento; parecía bueno por
naturaleza.
Salió de la habitación, cerrando la puerta detrás de ella.
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Capitulo 32
Traducido por beautifuliarx
Corregido por Hanna Marl
ientras Taylor se acercaba a “nuestro sitio”, ella estaba feliz de ver que él ya se
encontraba esperándola.
—¿Te lo has pasado bien estudiando? —preguntó ella.
—No, fue horrible estar separado de ti durante tanto tiempo —contestó él.
—Sí, solo te tomó unas cinco horas el pensar en mí.
Taylor ya había perdido la paciencia. Se mordió el labio, tratando de controlarse.
Dándose cuenta de que su comentario la hizo sonar necesitada —o incluso patética—
entonces dijo—: Mira, no soy así, no necesito que estés pendiente de mi cada cinco
minutos ni nada de eso, pero después de lo que pasó en la comida…
—Pensaste que el demonio pudo hacer algo —terminó Gabriel por ella.
—Sí, además estabas actuando de forma tan inmadura… —la expresión de Gabriel
cambió por una a la defensiva, su boca se abrió para contradecirla, en sus ojos flameaba
la ira, pero Taylor se apresuró—. Lo sé, lo sé, Christopher también estaba siendo un
imbécil, pero tú estabas peor, Gabe.
La cara de Gabriel cayó, toda su ira yéndose cuando arqueó sus cejas y sus fieros ojos se
volvieron más suaves.
—Lo siento—, dijo—. Tienes razón.
Taylor se sorprendió por su respuesta. Ella estaba esperando una disputa, aunque sea
solo una a medias. No una completa rendición.
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—Gracias por admitir que estabas equivocado —dijo ella, deseando de repente sentir su
toque.
No la hizo esperar. Dio dos pasos agigantados hacia ella y la envolvió con sus brazos en
un abrazo de oso. Fácilmente, él la levantó del suelo y la dio vueltas alrededor en un
romántico gesto de afecto. Su corazón dio un vuelco y sintió la misma sensación de calor
que había sentido el mismo día que la había besado. Horas antes. Se sentía como si
hubiera pasado una vida entera desde que lo hubiera visto o tocado. Los minutos sin él
eran horas. Y las horas eran como días. Los días eran… bueno, ella no lo sabía
exactamente y esperó que jamás lo supiera.
De nuevo, le había dado el control de la relación, control sobre el nivel de pasión y
control sobre la velocidad a la que todo se movía. ¿Qué habría dicho su madre? Pensó en
ello mientras él seguía abrazándola. Además de todos los consejos de ser una mujer
fuerte, independiente y dogmática, su madre también le había dicho que tendría que
hacer lo que le hiciera feliz. ¿Realmente le había dado a Gabriel el control o
simplemente le había dejado hacer lo que ella quería que él hiciera? Quería sentir su
toque así que, en cierto modo, ella no estaba perdiendo ningún control. Mientras que no
le dejara forzarla para hacer algo que no quisiera hacer realmente, seguía siendo una
mujer independiente, fuerte y con control.
Gabriel la soltó y dijo—: ¿Quieres que demos una vuelta?
También había otra cosa que ella quería que él hiciera. Asintió, con ojos llenos de
emoción soñando con la anticipación.
Cogiéndola en brazos, corrió a una velocidad angelical. Estaban fuera de la vista del
campus en meros segundos y después, volaron. La sensación de volar no se le había
olvidado desde la primera vez.
Él gritó—: ¡Agárrate! —Entonces la puso en su espalda. Ella envolvió sus brazos
alrededor de su cuello y unió sus manos.
Se sentía como si estuvieras tumbado en una manta; increíblemente suave y cálido entre
ambas alas. En ambos lados de su cuerpo podía sentir las gentiles ondulaciones de sus
apéndices extras, subiendo y bajando, batiendo la gravedad. Entonces supo cómo sería
ser un pájaro. Y era magnífico.
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No estaba sorprendida cuando él comenzó a hacer círculos por encima del estadio de
fútbol. Era un buen lugar donde estar solos y poder ser ellos mismos.
Gabriel aterrizó encima del campo de fútbol, dándose la vuelta para quedar frente a ella.
La cogió en brazos como unos recién casados atravesando el marco de la puerta y la
llevó hacia el lugar donde se habían sentado la última vez que habían estado allí, sin que
nadie los viera.
Cuando la hizo sentarse con delicadeza, Taylor sintió una fuerte sensación de urgencia
por acercarse a él, de sentir su cuerpo contra el de ella. Siempre había sabido que era
heterosexual, pero Taylor nunca había sentido una atracción así por ninguno de los
chicos de su escuela. Aunque ella esperaba que él se sintiera del mismo modo, se
preocupaba de que no lo hiciera. Eso no fue un obstáculo a la hora de acercarse a él,
posando sus manos sobre su pecho, sus anchos hombros y finalmente, descansándolas
con las suyas.
Él la besó y de nuevo encontró sus manos explorando su cuerpo. Ella le necesitaba y él
también. Gabriel rodó en su espalda y Tay lo siguió, poniendo su cuerpo sobre el suyo.
Se besaron una vez tras otra, y cada vez soltando pequeñas señales de satisfacción
mientras la luna se alzaba en el cielo. Eso era solamente una de las cosas que Taylor
quería que hiciera. Ella estaba en un completo control.
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Capitulo 33
Traducido por Katiliz94
Corregido Ale_ge
mi nivel, hombre. ¿Qué pasa aquí? —Christopher había estado intentando
conseguir información de él durante veinte minutos sin suerte.
—Nada. Solo me gusta ella. Me gusta la chica —respondió Gabriel.
—Eso es un montón de mierda. No es accidental que amos estemos en la misma
universidad observando a la misma chica. Y ella tiene un nombre.
—Se que tiene un jodido nombre, hombre. Es mi novia.
—Sí, cierto. Es tu destino, nada más.
—Oh, ¿sí? Si eres demasiado inteligente, entonces ¿Qué estás haciendo con Samantha?
—preguntó Gabriel.
—Mira, no esperaba conseguir algo serio con cualquier chica aquí. Es un tipo de
ocurrencia y me gusta, pero eso no tiene nada que ver con Taylor. No estoy
pretendiendo quedar con alguien.
—¡No estoy fingiendo! ¡Para mí también solo es un tipo de ocurrencia!
—Oh, así que si rompe contigo mañana, ¿solo la dejaras sola?
—No, intentaría hacerla volver… porque me gusta —respondió Gabriel.
—Mira, hombre, estoy tomando una gran oportunidad solo por hablar contigo de esta
manera. Estoy intentando darte el beneficio de la duda, pero si no estás siendo sincero
conmigo…
A
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—¿Entonces qué? ¿Qué vas a hacer? —Gabriel lo empujó.
Christopher lo miró.
—Tendría que matarte.
—¿Está esto bien? —dijo Gabriel, volviendo a empujarlo.
—Esto no, Gabe.
—No vas a hacer una maldita cosa sobre eso —respondió Gabriel. Cuando intentó
volver a empujarlo, Christopher le agarró del brazo con la mano izquierda, mientras
simultáneamente estaba golpeándole con el puño derecho. Era rápido, pero Gabriel era
más rápido, bloqueando el ataque y girando la pierna en un golpe de estilo de karate.
Chris cayó fuerte, gruñendo de dolor. Gabriel entrelazó los dedos en dos puños
aporreados y los estrelló contra el pecho de Chris. Él le siguió hasta arriba con cuatro
golpes en la cara de Chris.
Gabriel se puso de pie—. Debería matarte ahora —dijo.
Chris estaba herido, pero su cuerpo de demonio ya se estaba reparando a sí mismo; el
aire regreso a sus pulmones, sus doloridos músculos se fortalecieron, y su sangrante
nariz se seco—. Continua, al menos mostraras quien eres en realidad. En lugar de la
sucia mentira en la que has estado viviendo—. Se puso de pie—. ¡Qué estás esperando,
hazlo!
Gabriel le miró, sus músculos se tensaron. Su respiración era pesada y su cara enrojeció
con ira. Después de diez segundos, su cuerpo se relajó y volvió el color dejo sus
mejillas—. Considera esta prueba de que en realidad me preocupo por Taylor. Si no, no
tendría problema hiriendo al novio de su mejor amiga… destrozándote miembro por
miembro. —Gabriel se desprendió, dejando a Chris con los rompecabezas sobre la
verdad de las palabras del ángel.
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Capitulo 34
Traducido por Katiliz94
Corregido por Pily
l escritorio se volcó y cayó al suelo con un golpe, habiendo sido arrancado del
suelo y de la pared, donde había estado unido por seguridad y confianza. La
diatriba de él había durado diez minutos y no había dejado mucho en su cuarto
para destruir. Además, si seguía así, uno de sus vecinos estaría obligado a quejarse por el
ruido.
¿Cuándo la vida había sido endemoniadamente difícil? Se sentó en el suelo —
Habiendo volteado la cama y el colchón durante su rabieta —y puso la cabeza en sus
manos. La respuesta a su pregunta era fácil, y la conocía. Pero por alguna razón, pensó
que decir la respuesta en voz alta, o incluso en su mente, de alguna manera le daría
poder para eso, permitiéndole destruirle. Incluso así, negarlo era insano.
Apretó los dientes y gruño—, Desde que la conocí.
La vida solía ser fácil. Trabajar duro, buscar el poder, buscar la fama, y si tienes suerte,
matar a unos pocos demonios a lo largo del camino. Pero incluso desde que había
escuchado el plan de Dionysus, algo había estado comiéndole por dentro, un implacable
cáncer, el infierno sobre ruedas recreándose en el. Al menos así es como lo había
pensado hasta ahora. Pero eso era solo otro ejemplo de su negación.
Los padres de Gabriel eran inherentemente buenos —su madre un ángel, su padre un
humano. Le enseñaron a tratar de ayudar a las personas, a proteger a los humanos —y a
luchar contra los demonios. Así que eso es lo que había hecho toda su vida; eso es, hasta
que el Consejo le había enviado en esa misión de abducir a la chica, Taylor. Todo por el
beneficio de un plan que se centraba en la destrucción de la raza humana.
—¡ARGHHHH! —Rugió.
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¿Por qué no podía encontrarle sentido? Y ahora el oscuro le hacía preguntas. Preguntas
de las que no sabía la respuesta, o tenía miedo de pensar. Todo lo que sabía era que
sentía una conexión con Taylor. Así su vida se sentía inexplicadamente atada a la de ella,
de alguna manera.
Tenía tiempo. Su ponderosa intervención con el Consejo le había comprado algo de
tiempo. Para pensar. Para analizar. Para regresar a sus sentidos, quizá. Todo lo que podía
hacer era explorar sus sentimientos por Taylor y ver donde le llevaban. Y cuando llegase
el momento de tomar la decisión, lo haría, incluso si era una difícil.
Gabriel se dio cuenta de que había continuado apretando los dientes mientras pensaba y
ahora le dolían por la fricción. Su teléfono móvil sonó. Era Taylor. Sonrió por primera
vez en horas.
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Capitulo 35 Traducido por Katiliz94
Corregido por Hanna Marl
staba sentada en la hierba, como antes. Excepto que hoy estaba soleado, sin lluvia.
El césped estaba repleto de otros estudiantes disfrutando del clima. Cerca de ella,
Sam estaba yaciendo sobre su espalda, leyendo un gran libro de texto. Algo sobre
artistas Renacentistas para una de las clases que tenían juntas. Taylor lo leería después.
Ahora, pinchaba y tocaba las recientes hojas de hierba cortadas. Todavía quería
encontrar ese escurridizo trébol, el único con cuatro hojas.
Con seguridad el único que Gabriel había encontrado para ella no contaba —no podía
contar —no en realidad. Necesitaba encontrarlo por sí misma. Además, había destruido
el trébol de Gabriel. La inquietud había crecido en su interior, más grande que antes,
como una calabaza genéticamente modificada, saltando y rodeando. Pero tenía a
Gabriel, así que ¿Por qué estaba sintiéndose de esa manera? La única respuesta que podía
encontrar era la desaparición del trébol y por eso, buscaba.
Una hora después aun no lo había encontrado. Samantha estaba dormida, el libro
descansando en su pecho—. ¿Mama? —Susurro Taylor—. ¿Estás ahí?
El terror la llenó. Sin la respuesta que estaba buscando. Una sola lágrima se deslizó de su
ojo. ¿Qué estaba mal con ella? ¡Estaba enamorada y sintiéndose horrible! No era la forma
en la que todas las cursis películas románticas que odiaba demasiado fingían ser. El amor
se supone que hace mejor todo.
Coincidentemente, apretó los dientes al mismo tiempo que Gabriel estaba apretando los
suyos. Succionando, se ordeno a sí misma. ¡Para de sentir lástima por ti! Y para de
depender de algún estúpido trébol por felicidad.
Sacó el teléfono de su mochila y marcó el número de él.
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Capitulo 36 Traducido por Serenity953
Corregido por zipzap744
Dos meses después.
aylor era más feliz de lo que había sido nunca. El semestre estaba más allá de la
mitad y terminando, su vida parecía ser perfecta. Ella pasó la mayoría de los días
yendo a clase, almorzar con sus amigos, caminando de la mano con Gabriel en el
campus, y acostada en la hierba estudiando con él. Sus notas se veían bien, su vida
amorosa era increíble, y su relación con Sam era mejor que nunca.
Su mente vagó de los sentimientos de temor que había experimentado sólo un par de
meses antes. Esos sentimientos parecían tontos ahora, y sin embargo, de vez en cuando
todavía los sentía. Tal vez su buen instinto, ya que su madre la había llamado, estaba
fuera de servicio, o mantenimiento requerido. En su mayor parte, fue capaz de ignorar
los sentimientos negativos y concentrarse en las cosas buenas que estaban sucediendo en
su vida, y con el tiempo, la negatividad se había desvanecido, dándole una sensación de
paz.
Estaba tumbada en la hierba ahora, con la cabeza apoyada en el pecho de Gabriel.
Disfrutando de los beneficios de vivir en un clima cálido, estaba vestida con su par
favorito de pantalones cortos de wellworn, una camiseta verde lima tanque y los pies
descalzos, sus chanclas las pateó a un lado sin orden ni concierto. Su tatuaje fue
derrotado hacia arriba, con la piel bien curtida por los bordes oscuros de la serpiente.
Más de sesenta días habían pasado desde su última pesadilla con la serpiente, aquella en
la que Gabriel mató al monstruo horrible, y Taylor había dejado de contar. Al cabo de
un mes había comenzado usar la ropa que mostraba el tatuaje nuevo. Después de dos
meses, añadió un tatuaje en segundo lugar, este alrededor de su tobillo: otra serpiente
manchada de tinta, pero esta vez los ojos rojos cerrados, no durmiendo, pero sin vida,
revelando sólo sus oscuros párpados negros. La serpiente fue grabada recientemente
colgando de una espada, atravesándola en cuatro lugares, como una pieza
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excepcionalmente larga de la carne en una brocheta. Su papá no iba a ser feliz cuando se
enterara. Pero a ella no le importaba. Estaba siendo fiel a sí misma.
Sus pensamientos se dirigieron a uno de sus recuerdos más felices: esa noche con Gabriel
por encima del estadio de fútbol. Sus cuerpos habían permanecido juntos, como piezas
de un rompecabezas perfectas, para las horas de la noche. Ella quería decirle que lo
amaba, pero no podía encontrar el coraje. Además, cuatro días parecía demasiado poco
tiempo para estar diciendo esas palabras peligrosas. Pero él la había sorprendido una vez
más susurrando:— Te amo, Taylor—, mientras yacían juntos.
Sin dudarlo, ella había dicho:— Te amo, también.
Desde aquella noche, habían tenido tantos días maravillosos juntos, a veces haciendo
cosas divertidas con su grupo de amigos, como ver películas, jugar juegos, o simplemente
pasar el rato. Otros días, acababan pasando el tiempo juntos, hablando y riendo. A veces
había menos hablar. No le importaba en absoluto esos días tampoco.
Gabriel estaba muy interesado en su infancia y su familia. Ella le contó todo, se abrió a
él como nunca lo había hecho con nadie, ni siquiera con Sam. Ella le dijo cosas
vergonzosas, como el tiempo que se echó a reír con tanta fuerza en el tercer grado que
se meó en los pantalones. O la vez que le pusieron tres días de detención por abofetear a
un niño en el patio porque había llegado fresco con ella. Para evitar meterse en
problemas, ella les había dicho a sus padres que fue seleccionada para formar parte de un
grupo de la escuela después de clases para los niños dotados y que iba a llegar tarde a
casa de la escuela. Ella se salió con la suya hasta que su hermano la delató, lo que la llevó
a ser conectada a tierra durante un mes y ella odiaba a James por doble de ese tiempo.
James, pensó ella. ¿Por qué tenía que ir a la misma escuela que él? Molesto, él se había
enterado de que tenía un novio de la universidad y dio aviso a Eddie inmediatamente,
como si estuviera cometiendo un delito. Esto dio lugar a las llamadas telefónicas
dolorosas donde su padre trató de conseguir que ella le dijera acerca de Gabriel sin
demostrarle que él sabía que ella estaba saliendo con alguien. Ella se negó a decirle,
respondiendo a sus preguntas tan vagamente como le fue posible.
Finalmente se rindió y fue honesto con ella, informándole que él sabía de su novio por
James. Taylor le dio un tiempo duro el sobre eso, diciéndole que ella no apreciaba que
enlistara a su hermano para espiarla. Eddie le dio la vuelta y aunque hacía sentir mal por
usar la tarjeta de papá: cómo era tan importante para él y que él sólo quería asegurarse
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de que estaba bien. Cometiendo un gran error, Taylor le perdonó y luego, pensando que
había tenido acceso a su vida personal, Eddie comenzó a hacerle preguntas embarazosas
como, —Tú y Gabriel están siendo seguros, Taylor, ¿verdad?
A esta pregunta le mintió y trató de parecer enojada por la insinuación diciendo:
—¡Vaya, papá, no hemos hecho nada todavía! —Esto pareció aplacarlo cuando pasó a
felicitarse a sí mismo por su buen trabajo que había hecho en su crianza.
Aparte de estas pocas frustraciones con su familia, sin embargo, los últimos dos meses
habían sido los mejores de su vida, sobre todo debido a Gabriel. Él le había dicho acerca
de su única infancia también. Cómo fue crecer como un ángel, cómo y por qué de la
existencia de los ángeles se mantuvo en secreto, y más detalles sobre la animosidad entre
los ángeles y los demonios.
Una cosa que él le dijo que era lo más sorprendente fue sobre el aspecto religioso, o
mejor dicho, la falta de un aspecto religioso de todo. Él le había dicho que la religión no
entra en juego en su mundo. Él dijo que era posible que en algún momento la versión
bíblica de los ángeles y los demonios aparecieran en la tierra, pero que la versión actual
no tenía conexión con el Cielo y el Infierno y no eran más que los seres humanos en un
estado altamente evolucionado.
Taylor había cuestionado mucho también acerca de Christopher y por qué parecía tan
amable cuando él era descendiente de una raza que Gabriel le había dicho que estaba
empeñado en la erradicación de la humanidad. Gabriel explicó que no todos los
demonios apoyaban su causa principal y que Christopher era de la variedad
relativamente buena. Taylor estaba muy aliviada cuando ella estaba preocupada por
Sam, que había estado saliendo con Christopher desde que se conocieron, que era un
período prolongado de tiempo para su mejor amiga estar con el mismo tipo.
Los cuatro, Taylor y Gabriel, y Samantha y Christopher, había pasado muchas horas
juntos y se había convertido en un grupo muy unido, bastante, casi inseparables. Incluso
el ángel y el demonio parecía haberse convertido en buenos amigos, aunque a veces la
relación parecía tensa y poco natural.
En este día especial, Taylor no podía hacer otra cosa que simplemente cerrar los ojos y
sonreir. Ella y Gabriel no tenían ninguna clase este viernes por la tarde y todos sus
amigos iban a ir a pasar el rato en el salón de billar fuera del campus más tarde esa
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noche. El salón de billar se había convertido en el grupo de salida al detectar cuando
nadie se le ocurrió otra idea.
El día perezoso derivaba cuando el sol de la tarde comenzó a ahogarse en el horizonte.
Apenas habían dicho unas palabras mientras estaban acostados en el césped, pero a
Taylor no le importaba. Sólo necesitaba estar cerca de él.
Cuando el último guiño de luz del sol bailó fuera de la vista, Taylor suspiró y se sentó.
Ella miró a Gabriel con admiración en sus ojos y miró hacia atrás, igualmente fascinada.
Se besaron y luego se pusieron de pie, caminando de la mano de regreso a los
dormitorios para poner sus libros apenas de uso inmediato.
Después de regresar a casa se encontraron con Sam y Christopher, que habían utilizado
probablemente la tarde para distinguir, una de sus actividades favoritas. Marla y
Jennings se reunieron con ellos al poco tiempo y todos salieron a cenar juntos. Tenían
una buena, larga cena. Taylor no tenía una sola preocupación en el mundo. Estos fueron
los mejores días de su vida, pensó para sus adentros. No se dio cuenta de que todo estaba
a punto de cambiar.
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PARTE iii
"Algo anda mal, apaga la luz
Pensamientos pesados esta noche
Y no son de Blanca Nieves
Sueños de guerra, sueños de mentirosos
Sueños de fuego de dragón
Y de cosas que morderán, sí
Duerme con un ojo abierto
Agarrando fuerte tu almohada
Sal de la luz
Entra a la noche
Toma mi mano
Nos vamos a la tierra de nunca jamás”
Metallica - "Enter Sandman"
Del álbum Metallica (Black Album) (1991)
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Capitulo 37
Traducido por Emma.Sheila
Corregido por Hanna Marl
staban en el salón de billar, riéndose de un tiro ridículamente difícil que Gabriel
acababa de clavar —él era por lejos el mejor jugador —cuando Christopher volvió
a la esquina de la mesa que estaba usando. Tratando de alejarse de la ruidosa sala,
había salido a tomar una llamada en su celular. Cuando volvió, Taylor sabía que algo
estaba mal por la mirada en su rostro. Era sorprendente de ver, ya que Christopher era
uno de las más libres de preocupaciones, tolerante persona que Taylor conocía —ella
nunca lo había visto asustado o molesto —pero ahora su cara estaba tensa, estresada.
Gabriel también lo notó—. ¿Qué pasó? —siseó.
—Yo no los invité, lo juro—. Fue la extensión de la respuesta de Chris.
—¿Invitar a quién? —preguntó Taylor.
—A ellos —dijo Christopher, señalando por encima del hombro, de vuelta por donde
vino.
La puerta del salón se abrió y tres hombres oscuros entraron, sus ojos barriendo de lado
a lado. Al instante, el ya oscuro salón de billar se oscureció aún más. Los demonios eran
enormes, vistiendo camisetas sin mangas para mostrar sus impresionantes bíceps y
pechos. Taylor se sintió sin aliento mientras pensada, este es el final. Pronto arena
bajaría por su garganta y se ahogaría hasta la muerte, convirtiendo su sueño en realidad.
O tal vez usarían serpientes negras para que hicieran el trabajo.
Gabriel la empujó detrás de él cuando el gigantesco se paseó alrededor.
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—Eh, Christopher —dijo uno de los idiotas—. Qué curioso encontrarte aquí—. Miró a
Gabriel.
—¿Qué es lo que quieres, Jonas? —dijo Christopher con dureza.
—Hey, sin necesidad de ponerse insolentes. Sólo estábamos mirando las instalaciones
del campus proporcionadas por la universidad.
—Ahora, ¿Por qué querrías hacer eso? No son estudiantes aquí.
—Au contraire4, mi amigo, nos acabamos de transferir. Nos enteramos de que UT era
donde estaba toda la acción—. Jonas, quien parecía ser el portavoz del grupo, se veía
complacido de ser capaz de contradecir a Chris.
—Bueno entonces, supongo que tienes todo el derecho de estar aquí. ¿Por qué no te doy
un recorrido por el campus? —sugirió Chris, claramente tratando de alejarlos de la sala
de billar y de sus amigos.
—Oh no, no queremos ser un inconveniente, solo nos quedaremos aquí y haremos
algunos tiros en el billar con ustedes —dijo Jonas.
Gabriel, de pie en silencio hasta ahora, dio un paso adelante a unos centímetros de la
cara de Jonas y dijo—: Esa no fue una sugerencia. Chris y yo vamos a darte un recorrido
por el campus, vamos—. Taylor estaba lo suficientemente cerca como para escuchar a
Gabriel suspirar—. No hagas una escena. Responderemos todas tus preguntas afuera.
Jonas pensó esto por un segundo y luego asintió con la cabeza una vez en acuerdo. Los
cuatro demonios y Gabriel se dirigieron a la puerta. Gabriel le gritó a Taylor que
volverían pronto. El miedo entró en el corazón de Taylor mientras observaba a Gabriel
irse, flanqueado por las musculosas, oscuras figuras.
Cuando se fueron, Sam preguntó—: ¿Qué fue todo eso? —Los otros tres menearon la
cabeza con perplejidad. Tendrían que esperar a que vuelvan para descubrirlo.
Afuera, Gabriel estaba rodeado de demonios. Tres estaban reclamándole respuestas a él
y Chris estaba tratando de mediar—. Déjame explicarlo —dijo Chris.
—Más vale que sea bueno —dijo Jonas—. Los Ancianos no estuvieron contentos con tu
último informe. O el anterior a ese tampoco. Por eso estamos aquí.
4Francés: al contrario.
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—Está bien, es simple en realidad. Gabriel y yo hemos llegado a un acuerdo —explicó
Chris—. Él no quiere que la chica sala dañada y yo tampoco. Así que estamos
manteniéndonos muy cerca de ella, así como el uno al otro, para asegurarnos de que está
a salvo y de que ninguno de los dos intente nada engañoso.
Dijo Jonas—: Wow, estoy tan contento de que ustedes dos se hayan convertido en
mejores amigos, que casi me hace querer derramar una lágrima. Pero hay un problema
mayor a su pequeño acuerdo. Tú y tu pequeño lindo ángel amigo están en lados opuestos
de una sangrienta, guerra de medio siglo de antigüedad, en la que la chica se ha
convertido en un arma clave. Tarde o temprano alguien va a tener que hacer algún
movimiento en esta pequeña partida de ajedrez y estamos pensando que deberíamos ser
nosotros.
—¡Maldita sea, Jonas! —Escupió Chris, sangre inundando su cara—. Hemos jurado
proteger a todos los humanos y ayudar a asegurar que vivan una vida normal. Eso
incluye a Taylor. ¡No podemos solo tomarla y neutralizarla cuando actualmente no
existe ninguna amenaza para ella!
Gabriel escuchó con atención a la batalla verbal, contento de que Taylor no estaba cerca
para oírlo. Hubiera estado extremadamente confusa después de todas las mentiras que le
había contado hasta ahora.
Jonas se rió de Chris—. ¡Tienes que estar bromeando! ¿Ninguna amenaza para ella?
Tiene un maldito ángel por novio y no sólo cualquier ángel, sino el ángel que está
encargado de engañarla para que ayude con la causa del mal.
—Gabriel me ha dicho que esa era su misión original, pero ahora tiene dudas sobre eso
dados los sentimientos que ha desarrollado por la chica —respondió Chris.
—¡¿Sentimientos?! Y realmente le crees a esta paloma. Has estado muy callado, paloma,
¿estás diciendo que estás enamorado de la chica? —Jonas se refería a Gabriel con el
despectivo término que los demonios usan para referirse a los ángeles, palomas,
considerada por muchos una de las clases más bajas de aves, recolectando en el suelo
residuos para alimentarse.
—Eso es correcto —admitió Gabriel, ignorando el insulto—. Estaba encargado de
convencer a Taylor para unirse a nuestra causa. Si ella no estaba de acuerdo, me dieron
permiso para usar la fuerza necesaria para secuestrarla. Sin embargo, rápidamente
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desarrollé sentimientos por ella —sí, estoy enamorado de ella —y ahora coloco su
seguridad por encima de los requerimientos de la misión.
—Podría ser ejecutado por contarte esto, pero es necesario ganar tu confianza. El
Consejo ha querido tomar a la chica hace meses, pero los convencí de que me den hasta
el final del semestre escolar para persuadiría de unirse a la causa angelical de su libre
albedrío. Yo estaba esperando que eso me diera tiempo suficiente para pensar en otro
plan. Hasta el momento, no tengo nada.
Gabriel les dio suficiente información para tener una posibilidad de que creyeran en él,
pero también mintió sobre la parte más importante: Desconocido por Chris, Gabriel aún
seguía activamente trabajando para animarla a unirse a la causa angelical. Por encima de
todo, él seguía siendo un ángel y se centraba en terminar la guerra por todos los medios
posibles. Semanas antes, él había finalmente enderezado su cabeza y se dio cuenta de
que necesitaba cumplir su misión.
Sin embargo, haría todo en su poder para proteger a Taylor al mismo tiempo. Lo había
hecho su misión personal.
—Tienes dos semanas —respondió Jonas.
Gabriel lo miró fijamente, sin saber qué hacer con ese tiempo establecido—. ¿Dos
semanas para qué?
—Dos semanas para pensar en un plan para proteger a la chica pero manteniéndola
fuera del medio de la guerra.
Chris intervino—. Eso es ridículo, hemos hecho un acuerdo y tenemos hasta el final del
semestre, que está a dos meses de distancia, para pensar en un plan que funcione para
todos. En dos semanas es imposible.
—No hay nada que yo pueda hacer. El plazo ha sido enviado por los Ancianos.
Acéptenlo.
Gabriel hizo otra pregunta—. ¿Y qué exactamente piensas que vas a hacer si en dos
semanas no tenemos un plan conveniente?
—Tomar a la chica y neutralizarla —dijo Jonas fríamente.
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—¿Qué diablos se supone que significa eso? —le espetó Gabriel de vuelta, su presión
sanguínea creciendo. Su cuerpo estaba brillando más fuerte ahora, en anticipación de un
enfrentamiento físico.
—Significa lo que sea que queramos que signifique, paloma—. Se burló Jonas.
—Te mataría antes de dejarte llevártela —dijo Gabriel.
—Veremos quién muere —dijo Jonas—. Y yo estoy muerto de todos modos si tu
Consejo de palomas pone sus manos en la chica. Así que no tengo nada que perder.
Christopher se puso delante de Gabriel, al parecer esperando que golpeara a Jonas.
Gabriel logró mantener la cabeza cuando, al darse cuenta de que incluso con su fuerza y
formación no era rival para tres fornidos demonios.
En cambio, Gabriel sólo dijo—: Tienes razón, veremos. Ahora, si no te importa, voy a
volver adentro a ver a mi novia. No me molestes por dos semanas—. Con eso, se giró
sobre sus talones y volvió a entrar en el salón de billar.
Antes de que la puerta se cerrara, Gabriel oyó a Chris decirle a Jonas—. Este fue un gran
error.
—Más te vale averiguar de qué lado estás —se burló Jonas, antes de que los tres matones
se alejaran en la noche.
De vuelta en el salón de billar, Sam condujo el interrogatorio. Taylor se mantuvo en
silencio, sabiendo que Gabriel no le diría la verdad hasta que estuvieran solos. Fingió
escuchar interesadamente mientras que Gabriel explicaba que esos tipos eran viejos
amigos de Christopher que se habían metido en problemas y Chris dejó de juntarse con
ellos. Ahora ellos estaban enojados de que había abandonado su pequeña pandilla.
Chris vino durante la parte final de la historia y le aseguró a Sam que no los molestarían
de nuevo.
Los otros humanos pronto olvidaron el incidente ya que Chris volvió a sus travesuras
normales, contando una broma de un sacerdote, un ex-convicto, y un gorila en un bar.
Todo el mundo estuvo pronto en saturado en risas. El mini torneo de billar continuó,
con Gabriel y Taylor celebrando en la mesa la mayor parte de la noche. No era gracias a
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Taylor ya que sólo había tomado dos o tres tragos en toda la noche, pero Gabriel fue
capaz de limpiar la mesa cada vez que le tocaba su turno.
Taylor no estaba realmente metida en el juego mientras veía a Gabriel desde el rabillo
del ojo.
Se dio cuenta de que algo le había molestado.
Alrededor de las diez se obligó a si misma a bostezar y luego dejó que sus ojos
parpadearan lentamente unas cuantas veces. Sam dijo—: Wow, Tay, te ves agotada.
—Sí, creo que lo estoy. Creo que voy a regresar a los dormitorios, pero ustedes chicos
quédense y diviértanse. Gabriel, ¿puedes acompañarme?
—Seguro, vamos. Los veo a todos mañana —dijo él.
Taylor espero hasta que estuvieran a unas cuadras lejos del billar antes de preguntar—:
¿Qué pasó realmente con Chris y sus llamados ex-amigos?
—No es nada de qué preocuparse, Taylor. Puedo manejarlo.
El calor le subió a la cabeza. Ella gritó—: ¡Vete a la mierda! ¡Deja de tratarme como si
fuera algún niño, hombre! Puedo notar que estás preocupado, así que yo estaré
preocupada también.
Gabriel parecía desconcertado por el repentino estallido—. Espera, Taylor. Lo siento,
tienes razón. Tengo que ser completamente honesto contigo, incluso cuando intento
protegerte. Vamos al Nido de Pájaros, así podremos hablar—. Taylor estaba
momentáneamente pacifica por la sugerencia. El Nido de Pájaros era el nombre que ella
le había dado al lugar alto encima del estadio de fútbol donde tuvieron su primer... Ella
sonrió ante el recuerdo de esa maravillosa noche.
—Está bien —dijo, tratando de respirar de manera uniforme.
Caminaron una cuadra más y se precipitaron a un callejón oscuro que estaba bien
escondido de la calle. Gabriel la agarró como si fuera una muñeca de papel e hizo lo que
a Taylor le gustaba referirse como, ''su cosa angelical''. Segundos más tarde estaban en el
aire, acelerando a través del campus.
Pronto estuvieron en el Nido de Pájaros. Ella miró abajo hacía el hermoso estadio.
Estaba preparado para el día siguiente ya que el equipo de fútbol tenía un muy
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importante juego contra su rival estatal, los Tigres. Los Castores de UT estaban invictos
y al borde de jugar en el Campeonato Nacional. Una victoria mañana contra LTU
aseguraría su primera aparición en el más codiciado juego de fútbol del país.
Líneas frescas había sido pintadas en el campo, la pintura blanca brillaba debajo de las
luces de seguridad. Había una gran pancarta que se extendía a través de la entrada del
campo, el cual los jugadores romperían al irrumpir en el campo de juego.
Recordando por qué estaban allí, Taylor miró a Gabriel con expectación.
La mente de Gabriel estaba corriendo mientras decidía cuánto decirle. Optó por
continuar mintiendo sobre los temas más importantes, pero ser lo más veraz posible en
cuanto a todo lo demás. La táctica le había funcionado bien hasta ahora, pero estaba
preocupado de que la verdad lo alcanzaría pronto.
Gabriel dijo—: He tratado de decirte todo lo que pude desde el principio, pero por tu
protección he dejado ciertos detalles que no pensé que alguna vez necesitarías saber.
Gabriel se dio cuenta entonces de que él odiaba tener que mentirle. Solía hacérsele tan
fácil.
Ahora, se sentía en contra de cada instinto en su cuerpo. Eso le molestaba, ya que
siempre se enorgullecía de ser un mentiroso regular y astuto cuando le surgía la
necesidad.
Taylor frunció el ceño—. Continua —instruyó.
—Te he dicho y mostrado la poderosa arma que puedes ser si eres usada por mi gente...
—Por mi aura fuerte —le interrumpió ella.
—Eso es correcto —confirmó Gabriel—. Y luego preguntaste qué significaba eso.
—Si —dijo Taylor, recordando de nuevo las muchas conversaciones que había tenido en
el Nido de Pájaros, o descansando en el sol.
—Te dije que lo único que significaba era que si alguna vez la necesidad surgía, los
ángeles —mi gente —podrían venir a pedirte ayuda.
—¿Eso no era verdad? —preguntó Taylor.
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—No exactamente. En el momento en que te dije eso, los ángeles en realidad ya querían
y necesitaban tu ayuda.
—Entonces, ¿por qué no me la pidieron?
Gabriel mintió otra vez, magistralmente mezclando el engaño con un poco de la verdad.
—Porque yo quería que fueses capaz de disfrutar de tu primer semestre en la
universidad y no tener que soportar los problemas de mi mundo. Fui capaz de
convencer al Consejo de Arcángeles para que esperen hasta las vacaciones de invierno
para preguntarte—. Taylor tomó una respiración profunda.
—Deberías simplemente habérmelo dicho —dijo Taylor, frunciendo el ceño—. Yo
hubiera entendido y podríamos haberlo discutido juntos. No quiero que haya secretos
entre nosotros.
Taylor se estaba enojando. Había confiado tanto, creyendo todo lo que Gabriel le había
dicho, en resumen, había estado cegada por su amor hacia él. Ahora veía que él era
capaz de engañarla y sin importar como lo justificara —él dijo que era por su propio
bien— aún necesitaba ser capaz de confiar en él al cien por ciento. Su sentimiento de
temor volvió corriendo, paralizándola momentáneamente. ¡Su sexto sentido! Había
estado intentando decirle que algo malo estaba por suceder. No tenía sentido en el
momento porque Gabriel no había compartido toda la información con ella.
Gabriel dijo—: No lo sé. Supongo que debería haberlo hecho. Simplemente no quería
que estuvieras estresada sobre qué pasaría al final del semestre cuando estabas
intentando divertirte y hacer un buen trabajo en la escuela. Sin embargo, tienes razón,
debería habértelo dicho. Lo siento.
Ella no iba a dejarlo salir de esta tan fácilmente—. Así que ahora estoy estresada sobre
qué sucederá al final del semestre de todos modos y estoy estresada sobre el hecho de
que mi novio, quien dice amarme, me ha estado mintiendo todo este tiempo.
—Lo siento mucho, Taylor. Haré lo que sea para compensarlo.
—Puedes empezar con nunca mentirme otra vez.
—Hecho —dijo Gabriel con demasiada rapidez—. No más mentiras.
Fingiendo no darse cuenta de la negociación a la que Gabriel se había conducido, Taylor
dijo—: De vuelta al otro problema: tu necesitando mi ayuda. Me dijiste sobre tu
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mentira, pero ¿qué ha cambiado? Solo estamos a medio camino del semestre, por lo que
todavía tenemos tiempo antes de que necesiten de mi ayuda, ¿Cierto? Y ¿qué tiene todo
esto que ver con esos demonios en el salón de billar esta noche?
—Todo está relacionado —explicó Gabriel—. Necesitamos tu ayuda para derrotar a los
demonios y, mientras que los ángeles están dispuestos a esperar hasta el final del
semestre, los demonios están ahora plenamente conscientes de tu presencia aquí en la
UT, Chris los ha estado manteniendo lejos hasta ahora, pero ya no hay nada más que él
pueda hacer. El líder de los demonios envió a eso matones aquí a amenazarme para que
te deje sola. Dijeron que si seguía saliendo contigo en dos semanas, vendrían a llevarte
lejos. Se han dado cuenta de lo poderosa que eres en las manos del ejército de ángeles y
están preocupados de que usemos tus poderes para destruirlos.
La cabeza de Taylor latía con furia, su cara tornándose roja—. ¿Llevarme lejos? ¿Quién
diablos se creen que son? No pueden hacer eso. No los dejaré.
—Y yo mucho menos dejaré que eso suceda, Taylor. Si accedes a ayudar al Consejo de
Arcángeles, tendrás la completa protección del ejército de ángeles.
Los ojos de Taylor se estrecharon—. ¿Y si no accedo a ayudar a los ángeles?
—Entonces sólo tendrás mi protección, pero eso será más que suficiente. Podría acabar
con esos patéticos demonios con dos alas atadas a la espalda.
Taylor no estaba consolada—. ¿Qué es exactamente lo que los ángeles quieren que haga
a cambio de su protección?
Gabriel se puso serio ahora—. Fácil. Todo lo que tienes que hacer es aparecer en el
campo de batalla junto con nosotros en la próxima batalla. Te protegeremos detrás de la
fuerza del ejército entero de ángeles y yo personalmente conectaré con tu aura para
atacar a los demonios. Finalmente acabaremos la maldad en la faz de la tierra para
siempre.
Taylor dijo—: Mira, hombre, no sé si estoy dispuesta a ser usada para lastimar gente.
—No es gente —le corrigió Gabriel—. Demonios.
Una expresión de súbita comprensión apareció en la cara de Taylor—. ¿Qué hay sobre
Christopher? ¿Cómo encaja él en todo esto? Es un demonio, ¿Seré responsable de
destruirlo a él también?
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—Lo siento Taylor, pero si. Sé que piensas que es agradable y genial y que es tu amigo,
pero ¿quién crees que les dijo a los demonios que estabas aquí?
—No Chris —refutó Taylor—. Él nunca me haría algo así.
—Él podría y lo hizo —dijo Gabriel—. Me lo admitió cuando salimos fuera, aunque
después de decirles a los demonios dónde estabas, si que intentó mantenerlos lejos de ti.
Puede ser un buen tipo, pero aún tiene un corazón de demonio, y lealtad a su propia
clase.
La cabeza de Taylor daba vueltas. ¿Cómo podía el mejor día de su vida convertirse en un
lío tan rápidamente? Sus pensamientos estaban dispersos, pero se las arregló para
preguntar—. ¿Qué es lo que haremos?
Gabriel puso su brazo alrededor de ella y dijo—, Estoy dispuesto a hacer lo que sea
necesario para protegerte, pero no puedo garantizarte que lo puedo hacer por mi cuenta.
Si los demonios traen un pequeño ejército aquí, inevitablemente perderé. Si intentamos
ocultarnos, eventualmente nos encontraran. Tienes un muy especial don que podríamos
utilizar para ganar la guerra más importante que el mundo haya visto. Te ruego que
consideres ayudarnos.
Taylor maniobró para salir de debajo del brazo de Gabriel—. Necesito pensar —dijo ella.
Cerrando los ojos, trató de pensar en ello, lógicamente. Los demonios estaban tratando
de llevársela.
Gabriel podía protegerla un tiempo por su cuenta, pero no para siempre. Los demonios
eran malos. Los ángeles eran buenos. Estaría ayudando a una causa noble. La causa de
los ángeles. En teoría, sonaba como la decisión correcta, pero algo sobre ello no se sentía
bien. Cada vez que pensaba sobre ayudar a los ángeles, se llenaba de pavor.
Taylor trató de evitar pensar sobre Christopher o Sam, ya que sabía que estos serían
pensamientos emocionales, en lugar de pensamientos lógicos. Cuanto más trataba de
olvidarlos, más recuerdos de ellos inundaban su mente. ¡Maldita sea! Eran sus amigos,
no podía simplemente excluirlos de la imagen. Tenía que haber otra solución.
—Maldito seas por ponerme en esta situación, Gabe —dijo Taylor—. No puedo ayudar a
los ángeles. No puedo herir a Chris y a Sam, incluso si me da las mejores oportunidades
de sobrevivir. Tenemos que pensar en otro plan.
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Capitulo 38 Traducido por Katiliz94
Corregido por Hanna Marl
aylor y Gabriel habían planeado meticulosamente durante una semana. Lo habían
hecho en completo secreto, normalmente desde Nido de Pájaros o en las
profundidades de la biblioteca. Habían continuado para actuar tan normal como
fuese posible entorno a sus amigos, siendo cuidadosos para no desaparecer en la comida
o la cena. Los cambios de rutinas les conducen a hacer preguntas y querían tan pocas
preguntas como fuese posible.
Por supuesto, el demonio estaba preguntando de cualquier manera. Él sabía que el
tiempo se estaba acabando y que una solución tenía que ser alcanzada.
Afortunadamente, no era consciente de que Taylor conocía la situación, así que no la
interrogó.
Sin embargo, Chris empujó a Gabriel a un lado en casi una base diaria para preguntas—,
¿Todavía no te has inventado algo?
Gabriel mentía todo el tiempo, diciendo—, No, aun no, pero creo que estoy cerca.
Finalmente, en esa noche de Viernes, exactamente una semana desde cuando la fecha
limite fue mandada y una semana antes de que expirase, Gabriel estaba listo para la
primera fase del plan: mentir.
Gabriel sonrió y dijo—, Lo he averiguado.
Chris replicó—, ¿Lo tienes? Eso está bien, dime.
—Bien, en realidad es simple. Contaremos a tus pequeños amigos que tenemos un plan
que satisfacerá a todas las partes, pero para eso solo tenemos que conseguir que se
autorice por el Consejo del Arcángel antes de que se lo demos como propuesta a los
demonios Ancianos. Establecemos un tiempo en el último día de la fecha límite, el
Viernes, para encontrarles.
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—Excepto que no vamos a encontrarnos con ellos el viernes, tardaremos mucho en ese
punto. Tú y yo alejaremos a Taylor el día antes, el jueves, a un lugar secreto. De hecho
sé que ni los ángeles ni los demonios son conscientes de ese lugar. La esconderemos ahí
juntos hasta que podamos elaborar una solución a largo plazo.
La cara de Chris decayó—. Pero eso solo es un arreglo rápido y se asegurarán de
encontrarnos en algún punto, y después todos estaremos jodidos.
—Mira, hombre, no puedo pensar con el reloj sonando como una bomba que está a
punto de estallar en mi cara. Compraremos algo de tiempo y después podemos elaborar
juntos un plan mejor.
Gabriel puso énfasis en la palabra juntos, teniendo la esperanza de que Chris compraría
la mentira.
—A menos que, ¿tienes un plan mejor?
—Está bien, está bien, imagino que es la única opción que tenemos, pero ¿Cómo
escaparemos con ella sin ser notados? Esos matones han estado observándote a ti y a
Taylor a cualquier lugar al que van.
—Para ser sincero, probablemente podría solo volar lejos con ella bajo mi brazo; no hay
manera de que puedan seguirme con facilidad desde la tierra. Sin embargo, para jugar a
lo seguro, creo que deberíamos crear una distracción. Conseguiremos que Samantha se
vista como Taylor y llevaremos algo que esconda su rostro y luego saldré hacia el estadio
con ella. Me seguirán como hacen siempre. Entonces llevaras a Taylor a una localización
predeterminada y la dejarás. Regresaré con Sam, la dejaré en los dormitorios, y después
iré y tomaré a Taylor. Tus pequeñas amigas punks pensaran que estoy saliendo de los
dormitorios solo, sin Taylor, y así me dejaran solo. Tomaré a Taylor y volaré con ella a
una casa segura. Fácil.
Chris pensó durante un minuto y después hizo dos preguntas—: Primero, ¿Cómo sé a
dónde vas?, y segundo, ¿por qué me confías a Taylor, soy un demonio?
—Tengo las coordenadas para la localización en la que estaremos, dame tu teléfono.
—Chris tendió el teléfono y Gabriel marcó una longitud y una latitud. No tenía
intención de decir a Christopher donde iban a ir así que solo le compuso las
coordenadas.
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—Ahí, ahora puedes encontrarnos. ¿Por qué tengo que confiar en ti? Porque no has
hecho nada para traicionar mi confianza. Podrías haber llamado a un pequeño puñado
de demonios para venir y llevársela en cualquier momento, pero no lo hiciste. Así que sé
que estas velando por su mejor interés al igual que yo.
Chris parecía satisfecho por la respuesta. Dijo—: Gracias.
—¿Alguna otra pregunta en el plan? —preguntó Gabriel.
—No, hoy programaré un encuentro con Jonas así que podemos concertar un momento
para reunirnos con ellos el viernes. Cuando no nos mostremos al encuentro ellos
comenzaran a cazarnos, pero para entonces estaremos muy lejos.
Gabriel sonrió—. Exactamente.
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Capitulo 39
Traducido por Katiliz94
Corregido por Ale_ge
l sábado, Christopher añadió un encuentro con Jonas y sus secuaces para el
siguiente viernes a mediodía.
Un día pasó sin sucesos.
Un lunes, el ángel, el demonio, y Taylor estaban yendo a través de sus rutinas normales:
despertarse, ducharse, lavarse los dientes, ir a clase, ir a comer, etc. A pesar de que todos
estaban preocupados por como de bien el plan funcionaria más tarde en la semana,
pensaron que el tiempo siendo los espías de los demonios les dejaría solos. Estaban
equivocados.
Gabriel y Christopher estaban en las clases de la tarde cuando sucedió.
Taylor había sido despedida de su clase pronto y estaba caminando sola hasta su última
clase del día cuando abruptamente, Jonas apareció a su lado y le agarro de la mano. Ella
sintió una poderosa torsión de su cuerpo, y quizás de su mente, también, y después todo
se volvió oscuro.
Unos pocos momentos después su visión fue restaurada y estaba sola en un claro en el
bosque. Giro 360 grados para conseguir orientarse, pero todo lo que vio era la densa
vegetación rodeándola. El bosque estaba en silencio.
Sin advertencia, un grito desgarrador surgió desde algún lugar en el bosque. Taylor se
giró hacia el sonido, cubriéndose las orejas con las manos. Un fuerte sonido de
fragmentación siguió, y vio varios árboles agitarse salvajemente lado a lado antes de
colapsar con una estruendosa caída.
Algo oscuro estaba avanzando hacia el claro.
E
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Insegura de si correr, gritar, o esconderse, Taylor permaneció congelada en el lugar, sus
ojos amplios con terror. Otro árbol cayó y después otro. La forma oscura dio un paso en
el claro. Era como nada que jamás haya visto.
Enorme, con las patas traseras agarradas le dio estabilidad mientras caminaba
lentamente en dos pies hacia ella. El cuerpo de la criatura era masivo, en proporción
directa a sus piernas, pero sus brazos delanteros eran relativamente pequeños, parecidos
a los del Tiranosaurios Rex de la Era Mesozoica. La cabeza del monstruo tenía
características que eran tanto humanas como de un reptil con pequeños ojos negros
azabache y un conjunto de cuchillos de dientes acentuaban dos largos colmillos
sobresaliendo por encima de su labio inferior. Todo su cuerpo estaba cubierto en
escamosa piel tan negra que casi podía ser definida como la ausencia de luz.
Taylor supo al instante lo que era: una gárgola.
Al final, grito, sabiendo que sería inútil, como seguramente no había nadie cerca del
lugar aislado. Incluso así, tenía que intentarlo. Girando, corrió hacia un camino
demasiado grande que conducía a través del bosque, lejos del claro. Las afiladas ramas
rasguñaron su rostro y el follaje rastrillaba sus piernas, mientras iba hacia abajo
imprudentemente por el sendero raramente utilizado. Escucho el grito ensordecedor de
la gárgola mientras la perseguía. Arboles rotos, ramas rotas, y hojas sacudidas. La estaba
alcanzando.
Mientras sus pulmones comenzaban a arder desde la repentina exención, los ruidos
detrás de ella cesaron. El silencio era casi peor; no sabía dónde había ido la bestia. Con
miedo de parar, corrió un poco más rápido, aunque a un ritmo más lento, hasta que
alcanzo otro claro. Mordió el aire, intentando absorber muchas respiraciones
necesitadas. Aun tragando oxígeno, camino hacia el otro lado del agujero circular en el
bosque. Cuando estuvo casi a medio camino de cruzar, fue sobresaltada por un sólido
golpe desde detrás de ella.
Taylor se volvió alrededor para ver a la gárgola elevándose sobre ella. Era solo unas
pocas yardas de lejos. Noto que algo había desaparecido la primera vez que había mirado
a la criatura alienígena: Dos pequeñas alas sobresalieron de su espalda, apenas visibles
sobre sus musculosos hombros.
Taylor tuvo dos rápidos pensamientos antes de que la gárgola atacase: Uno, voy a morir;
y dos, esas son unas alas tremendamente pequeñas para un hombre tan grande. El
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monstruo se movió hacia ella. Sin saber que más hacer, Taylor volvió a gritar ante lo alto
de sus pulmones. Desde la esquina de su ojo vio un destello de luz.
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Capitulo 40
Traducido por Breen_Pueente
Corrigo por Ale_ge
onas se rió entre dientes para sus adentros desde las sombras, mientras observaba
a la gárgola avanzando hacia la chica. Había sido tan fácil. De todos sus poderes,
su capacidad de teletransportación y la capacidad de teletransportar a otras
personas eran sus favoritos.
En la Universidad, se había teletransportado a su lado y, tan pronto como la toco, la
teletransportó a la mitad de la selva, donde su pequeño amigo había estado esperando.
Jonas quería asustar al ángel y a la niña antes de su reunión de esa semana, para
asegurarse que no intentaran disimular nada. La chica era obviamente asustadiza de por
sí y el ángel se asusto por igual cuando la niña le contó lo sucedido.
Él se puso un silbato para perros en la boca, listo para dar la orden de stop una vez que
Freddy, como le gustaba llamar a su gárgola, se hubiera acercado lo suficiente como para
que pudiera oler su mal aliento. La chica volvió a gritar y fue entonces cuando vio el
destello de luz. "Maldita sea" pensó, incluso la gárgola adulta no era ningún rival para un
ángel altamente entrenado.
J
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Capitulo 41 Traducido por Baluki, Aldara & Ale Rose
Corregido por zipzap744
abriel estaba sentado en clase, ignorando la lección del profesor, haciendo lo que
había estado haciendo por la última semana: aprovechando la energía de las luces
en la habitación para intensificar su habilidad auditiva. En este punto, podía
prácticamente escuchar cada palabra que Taylor decía, ya estuviera sentada junto a él, o
a unas millas de distancia. Había logrado esto entrenando a sus oídos de ángel para
recoger la frecuencia exacta de su voz de la de muchos otros en el área circundante.
Ella no sabía que él estaba haciendo esto, lo cual él prefería ya que así podría protegerla
sin sofocarla.
En esta ocasión, no había escuchado nada de ella desde que había contestado una
pregunta en medio de de su clase anterior. Esto probablemente significaba que estaba
fuera de clases y caminando sola hacia su siguiente clase. El silencio no lo preocupó
mucho, ya que probablemente significaba que estaba segura. Si no estuviera a salvo,
seguramente estaría llorando, gritando, o razonando con su atacante o captor.
Este era el razonamiento lógico que corría por la cabeza de Gabriel mientras escuchaba
por su siguiente sonido. La siguiente cosa que escuchó de Taylor lo congeló de miedo.
Un agudo grito perforó a través de sus tímpanos, causando que se contrajera de dolor.
Instintivamente, su mente coordinó el análisis de información con sus oídos, y
determinó la dirección y la distancia aproximada del grito. Norte. Cerca de dos millas.
Debía ser el bosque.
Sin una palabra, se lanzó de su silla en el fondo de la abarrotada sala de clases, salió de
golpe por la salida, y cargó hacia afuera. Una vez al aire libre, corrió a velocidad humana
normal hasta que estuvo fuera de vista. Tan pronto como tuvo la oportunidad, se
transformó en un ángel completo y salió corriendo hacia donde la firma vocal de Taylor
había resonado.
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Volando más rápido de lo que lo había hecho nunca antes, alcanzó el área objetivo en
meros segundos. Estaba bajo al suelo, escudriñando el denso follaje por cualquier signo
de ella. Pasó uno despejándolo y se aproximó a otro. En el segundo despeje vio algo
inesperado: una gigantesca forma negra moviéndose por el espacio abierto.
Mientras se acercaba para investigar, otro ensordecedor grito disturbó la tranquila calma
de su vuelo. Estaba viniendo exactamente desde donde estaba la oscura figura parada.
Pensó que la criatura podría estar cargando a Taylor, así que necesitaba ser cuidadoso en
como lo atacaba, temiendo que podría herirla al mismo tiempo, pero mientras pasaba la
gárgola pudo ver que ella estaba enfrente de eso. Apenas. Se estaba acercando rápido.
Eso fue toda la motivación que necesitó mientras cortaba duro hacia la izquierda y
trababa su trayectoria de vuelo directamente hacia la gárgola, empapándose del brillante
sol para ganar fuerza.
Aprovechando los rayos dadores-de-vida del sol, el cuerpo de Gabriel emitió una
cegadora luz más brillante que cualquier arreglo de fuegos artificiales en el Cuatro de
Julio.
Golpeó a la bestia, lanzándola hacia atrás varios metros. Se colgó de sus brazos mientras
se tendía en la tierra, aterrizando bastante duro, golpeando ardientes golpes en su cabeza
antes de ir a descansar su pecho. Reuniendo toda su fuerza, agarró sus dos alas y las tiró
como si estuviera tratando de arrancar la mala hierba de un jardín.
—¡Nooo, no lo hagas! —llegó un llanto desde su derecha, pero él lo ignoró y continuó
tirando de las alas hasta que escuchó un satisfactorio crujido y arrancó las alas de la
espalda de la gárgola. Miró a un lado y miró para ver quien había intentado detenerlo.
Jonas se aproximó lentamente hacia él, sus palmas abiertas a sus lados, como si estuviera
intentando capturar a un arrinconado animal—. Cálmate Gabriel. Puedo explicarlo.
Gabriel se bajó de la espalda de la gárgola y la criatura gimió—. Voy a matarte y luego a
terminar con la bestia —replicó Gabriel.
—No, por favor, sólo estaba intentando asustarla así ustedes chicos no intentarían
engañarnos el viernes. Juro que iba a detenerlo antes de que la hiriera.
Está asustado, pensó Gabriel, el miedo crea debilidad. Este patético demonio no es nada
sin su grupo.
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Como si respondiera a sus pensamiento, dos siluetas de fuego ardieron a través del claro,
llegando a parar a cada lado de Jonas. Los refuerzos habían llegado. Con cara de
desprecio, su confianza se había recuperado, y Jonas hizo crujir sus nudillos—. Veremos
quién mata a quién.
En su ira, Gabriel casi había olvidado lo que estaba haciendo hasta que escuchó a una
voz gritar—: ¡Por favor, no! ¡Déjenlo en paz!
Los cuatro voltearon y vieron a Taylor, lágrimas bajando por su cara, corriendo hacia
Gabriel. Cuando lo alcanzó, saltó en sus brazos, envolviendo sus piernas apretadamente
alrededor de su espalda. Sus hombros se sacudieron mientras sollozaba
incontrolablemente.
—Estoy asustada —lloró—. Jonas, lograste lo que querías. No vamos a intentar nada.
Por favor, sólo déjanos solos hasta el viernes.
Gabriel la sostuvo apretadamente y dijo—: Estás a salvo ahora, todo estará bien.
Fulminó con la mirada a los demonios y ordenó—. ¡La escucharon, lárguense de aquí!
Inseguro de cómo responder, Jonas se encogió de hombros e indicó a sus matones que lo
siguieran—. Te daremos un descanso ahora, paloma, pero la próxima vez no seremos tan
buenos —dijo Jonas, claramente intentando sonar duro al frente de sus compañeros.
Desparecieron.
Gabriel ignoró el comentario de partida al tener toda su atención en Taylor, una mirada
de preocupación grabada en su cara—. ¿Estás bien? —preguntó.
—No, pero tampoco morimos como lo hacen los humanos. Después de un tiempo,
nuestros cuerpos se desvanecen en un haz blanco brillante de luz. Dicen que cada haz
de ángel regresa a una de las estrellas en el cielo, lo que hace que la estrella brille aun
mas, por lo que puede proporcionar más poder a los restantes ángeles en la tierra.
Taylor miró pensativamente hacia el cielo—. Me pregunto cuántos ángeles están en las
estrellas.
Ella se sorprendió cuando Gabriel respondió a su pregunta retórica con—: Exactamente
trescientos sesenta y cuatro. —Sus ojos buscaron en su rostro algún significado detrás de
sus palabras—. ¿Cómo murieron?
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—Todos ellos fueron asesinados por demonios. —dijo Gabriel con amargura.
—¿Y cuántos demonios han sido asesinados por los ángeles?
Gabriel dudó, y luego dijo—: Quinientos dos, incluyendo gárgolas. Mantenemos
registros muy precisos de las poblaciones de ángeles y demonios para fines de nuestra
estratégica guerra.
—Parece un desperdicio—, reflexionó ella.
Gabriel nunca había pensado en ello de esa manera. Se le enseñó siempre que la guerra
eran sacrificios necesarios que había que hacer. Entonces recordó que se trataba de los
ángeles, que tenían el poder para detener la matanza, mientras que los demonios estaban
haciendo lo que pensaban que tenían que hacer para salvar vidas humanas. Su lealtad
hacia esta chica era un punto muerto en su lealtad a su raza, a su pueblo.
Gabriel sintió de pronto una fuerte presión sobre él, y por primera vez en su vida, toda
confianza en su capacidad para tomar decisiones fue succionada de él, como el veneno
de una mordedura de serpiente.
Él tenía un fuerte deseo de cambiar de tema—. ¿Por qué estabas paseando en el bosque
tu sola? No he oído nada fuera de lo normal hasta que gritaste.
—Yo no fui, no tengo ni idea de cómo llegué aquí. Hace un minuto yo estaba
caminando por el campus y luego vi a Jonas, él me agarró del brazo y termine aquí,
corriendo por mi vida.
—Ahhh, muy inteligente —dijo Gabriel—. Él te teletransportó aquí. Es una de las
habilidades demoniacas más poderosas. Es una habilidad que ni siquiera se aprende a
hacer plenamente en por lo menos 20 años.
—Me sentí muy extraña, pero no me dolió. Espera un minuto, ¿qué quieres decir con
que me escuchaste gritar?
Gabriel le dijo la verdad—. Estaba preocupado por ti así que en vez de escuchar en clase,
entrene mi súper capacidad auditiva para reconocer su voz, así sabría si estas en peligro.
Realmente valió la pena en este caso. —Gabriel esperó una respuesta negativa y tuvo
una, a pesar de que estaba bromeando de nuevo con él.
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—¿Tu me estabas espiando? —Acusó ella, una pequeña sonrisa se encrespó en los bordes
de sus labios—. ¿Has averiguado algo interesante?
Gabriel estaba sonriendo ahora, también—. Eh, no realmente, sólo algunas cosas acerca
de cómo piensas. Soy hermosa, y no se me puedes sacar de tu cabeza y que sigo
sintiendo mariposas cuando me ves, nada importante.
—Oh, está bien. Me alegro de que no escucharas la parte en la que digo que eres un
arrogante niño bonito que vuela alrededor como una mariposa tratando de salvar el
mundo.
Gabriel fingió que su corazón se rompe, agarrándose con ambas manos la parte
izquierda de su pecho—. Eso duele, Tay, me duele mucho. —Él puso su brazo alrededor
de ella y la apretó fuertemente.
—Tú sabes Tay, realmente te amo. —Y lo decía en serio. Lo que asusta el infierno fuera
de él.
—Yo también te amo Gabriel. Vamos a casa.
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PARTE iv
"Demasiado alarmante ahora para hablarlo
Toma sus fotos hacia abajo y agítalas
Verdad o consecuencia, dilo en voz alta
Usa las pruebas que corren a tu alrededor
Ahí va mi héroe
Mírenlo como va él
Ahí va mi héroe
Él es ordinario"
Foo Fighters - "My Hero"
Del disco The Colour and the Shape (1997)
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Capitulo 42 Traducido por Maddy
Corregido por Joss
abriel estaba disfrutando del combate verbal. Teniendo en cuenta que él era único
que sabía lo que en realidad iba a ocurrir, la conversación no tenía sentido, pero
que no iba a detenerla. En su lugar, simplemente seguí el juego.
—Tenemos que decirle a Sam lo que está pasando —dijo Taylor.
—Confía en mí en esto, Tay, mientras menos personas lo sepan, mejor. —respondió
Gabriel.
— ¿No tengo nada que decir al respecto? —preguntó Chris.
— ¡No! —dijeron Taylor y Gabriel al mismo tiempo. Se miraron y rieron.
La chica, el ángel y el demonio estaban acampando en la biblioteca tratando de tomar
algunas decisiones en equipo, mientras Sam estaba en el gimnasio. Por supuesto, Taylor
y Gabriel estaban pensando en lo que se debe hacer basándose en su plan secreto,
mientras que Christopher estaba basando su razonamiento en el plan que él pensaba que
habían acordado. Chris creía que iba a ser parte de la distracción que tendría lugar el
jueves para permitir que Gabriel y Taylor escaparan y, que luego se reuniría con ellos.
Taylor sabía que el verdadero plan era que Gabriel y Taylor echaran a volar solos el
miércoles, dejando a todo el mundo confuso e incapaz de seguirles la pista. Sin embargo,
ella creía que Gabriel y ella se esconderían juntos hasta que pudieran encontrar una
manera permanente de alejar tanto a los ángeles como a los demonios tras ellos. Eso no
era exactamente cierto… en absoluto.
La discusión ahora era sobre si deberían incluir a Sam en alguno de los planes y si
deberían revelarle la verdadera naturaleza de los chicos con los que ella y Taylor estaban
saliendo. El voto de Taylor fue afirmativo, Gabriel dijo que no, y se rehusaron a dejar
que Christopher expresara su opinión.
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Taylor claramente quería que su mejor amiga supiera lo que estaba pasando. Ella dijo—:
Tengo una idea. Estoy de acuerdo en no decirle nada por ahora. Vamos a llevar a cabo el
plan y a encontrar un lugar seguro donde escondernos. Entonces, después de que el
semestre termine, vamos a necesitar a Sam para mantener el engaño de que estoy en
unas largas vacaciones con Gabriel. Tendremos que tranquilizar a mi padre o él se va a
enloquecer y hará que la policía me busque.
—Bien. Trato hecho, —dijo Gabriel. Él era el único que sabía toda la verdad. No habría
necesidad de mantener la mentira de que estaban de vacaciones por mucho tiempo. Si su
plan era un éxito, la misión se llevaría a cabo en menos de una semana y ella estaría de
vuelta en la escuela, terminando sus clases y saliendo con su mejor amiga, Sam, y con el
amor de su vida, él.
A Taylor le sorprendió que aceptara tan fácilmente, pero no estaba dispuesta a
cuestionarlo. Tomo la mano de Gabriel y lo jalo antes de que tuviera la oportunidad de
cambiar de opinión. Su mente vagaba de nuevo al plan que habían urdido. Había
perdido la cuenta de los días y se dio cuenta entonces de que ya era martes por la noche,
la víspera de su huida de los demonios. Se estremeció.
Se había sentido mal por no decirle a Christopher, pero sabía que no podía confiar en él
después de lo que Gabriel le dijo que había hecho. Seguía pensando que podría ser un
demonio bueno y que sólo había cometido un error, y que estaba tratando de
compensarnos por ello ahora. También sabía que si le hubiesen dicho lo que en realidad
iban a hacer, podría haber cometido otro error y alertar a otros demonios, por lo que
mantuvo su boca cerrada.
Taylor bostezó y miró su reloj. Sólo eran las siete y media de la noche, pero ella quería
dormir suficiente ya que el plan real implicaba levantarse muy temprano.
—Voy a regresar a mi habitación y acostarme temprano, ¿quieren caminar de regreso
conmigo? —preguntó Taylor. Después de lo que ocurrió a principios de la semana, sabía
que Gabriel no la dejaba alejarse de su vista. Chris decidió acompañarla, también.
Con una sonrisa maliciosa, Taylor dijo—. Hey, Chris, un pajarito me dijo que los
demonios tienen la habilidad de teletransportarse y teletransportar a otros, ¿es cierto?
—Bueno, estaba pensando... mis piernas están cansadas y preferiría volver a mi
habitación lo más rápido posible así que... ¿Crees que podrías hacer algo al respecto?
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Christopher se echó a reír, mientras Gabriel miraba a Taylor—. Esa es una mala idea,
Tay, —objeto Gabriel.
—Por mi está bien, —estuvo de acuerdo Chris—. Puedo llevarlos a ambos.
—O podría simplemente llevarnos volando hasta ahí. —sugirió Gabriel, sin querer darse
por vencido.
—No, estoy demasiado cansada para aguantar, vamos solo a portarnos —insistió Taylor.
Los chicos se miraron uno al otro y se rieron de su creación del verbo portar,
refiriéndose a "Teletransportarse".
— ¿Qué dices, Sr. Ángel? —preguntó Chris.
—Ok, muy bien, hagámoslo rápido.
Encontraron un armario de conserje y se apretujaron dentro antes de que alguien los
viera. Segundos más tarde se habían portado a otro pequeño armario de conserje en el
área común.
Taylor suspiró. –Eso fue mucho mejor que caminar, aunque volar también tiene cierta
emoción.
—Me alegra que te haya gustado, —dijo Chris.
Gabriel caminaba hacia la casa de Taylor y Chris regresó a su habitación. Cuando
Gabriel la dejó, le preguntó—: ¿Estás lista?
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Capitulo 43
Traducido por Princesa de la Luna
Corregido por Josselyn U
ran las tres de la mañana. Taylor se frotó los ojos y miró al resplandor de los
números en su iPhone. Le entró sueño y se fue. Su cuerpo y su mente estaban
inquietos. Tres horas para el final, pensó.
Tenía que dormir un poco, pero cada vez que cerraba los ojos, vívidas escenas de los
últimos tres meses de su vida pasaban. ¿Cómo habían llegado las cosas tan fuera de
control? Ella era sólo una adolescente normal que quería tener una experiencia normal
de universidad, y ahora allí estaba, en el amor con un ángel, perseguido por los
demonios, un bocadillo de medianoche potencial de alguna gárgola.
Si pudiera decirle a Sam, que iba a cambiar todo. Hacían chistes sobre él, hablan entre sí
acerca de cómo se sentían, y en general a estar allí para cada uno. Los únicos que podían
hablar de ello, Gabriel y Christopher, fueron los causantes de los problemas, para
empezar.
Ella rodó hacia atrás, tratando de contar los pensamientos en la cabeza.
—¡Cállate! —Cuando escuchó un golpeteo suave en su ventana.
Echando un vistazo a Sam para asegurarse de que estaba profundamente dormido,
Taylor se arrodilló en la cama para ver qué había causado el sonido. Era Gabriel, con las
alas completamente extendidas y poco a poco ondulado, lo que le permite flotar fuera
del cristal.
Durante el tiempo que había estado saliendo con él, había aparecido fuera de su ventana
innumerables veces. A ella le encantó cuando lo hizo. Por lo general significaba salir a la
medianoche, volar alrededor del campus, o mirando las estrellas y hablando de criaturas
fantásticas, como ángeles y demonios, o mejor aún, sentir sus labios contra los de ella,
sus cuerpos entrelazados.
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Ella sabía que no era uno de esos tipos de visitas, pero aun así, su corazón dio un salto en
anticipación, hasta que vio la mirada de preocupación en la cara de su novio. Tenía
pánico en la cara, con los ojos muy abiertos y sus expresiones faciales desiguales.
Muy lentamente, Taylor levantó la ventana unos centímetros, rezando para que no la
traicionara con un chillido.
—¿Qué pasa?, —dijo entre dientes.
—Es a nosotros, —gruñó Gabriel.
—¿Chris?
—Lo deseo. No, es Jonas. Él no conoce el verdadero plan, pero sabe de aquel en que
escapar con Chris. Tal vez Chris se lo dijo.
Taylor dijo—: Chris no haría eso.
—Mira, no tenemos tiempo para discutir. Jonas y sus muchachos podrían aparecer en
cualquier momento.
—Está bien, un segundo.
Taylor se arrastró sobre la cama y sacó la pequeña bolsa de viaje que había preparado en
el suelo, deslizó la nota que había escrito para Sam en su escritorio, se deslizó y calzó en
sus zapatillas, y se encaramó a la ventana abierta.
Pensando en el futuro, Taylor había decidido dormir con sus pantalones vaqueros y una
camiseta, por lo que era capaz de salir rápidamente en caso necesario. La hacía sentir
como si fuera un espía o fugitivo de alguna película.
Ella había querido llevar ropa suficiente para un par de semanas, pero Gabriel insistió en
que no sería capaz de volar muy lejos con ese tipo de carga en la espalda y que lo que
harían sería adquirir más ropa en el camino si es necesario.
Taylor pasó las piernas por la ventana y bajó la cabeza, por lo que todo su cuerpo estaba
en el aire libre. Colocó las manos a ambos lados de sus caderas, ella se empujó hacia
delante a la espalda de Gabriel, sintiendo al instante su calor y el suave balanceo, como
su cuerpo levitando por encima del suelo.
Gabriel se disparó en la noche. La zona que rodea el edificio de Taylor estaba desierto, e
incluso si algún insomne estaba mirando por la ventana, lo más probable era pensar que
fue un sueño y nadie creería su historia de todos modos.
Una vez que estuvieron fuera del campus, Taylor habló.
—¿Cómo supiste que era Jonas quién venia por mí?
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—En realidad no es el momento de hablar de todo esto... —dijo Gabriel.
—Es exactamente el tiempo, dijo Taylor, incapaz de evitar un deje de irritación en su
voz.
—Bueno, he estado observando a Jonas toda la noche. Hace veinte minutos, salió de su
edificio y reunió a sus amigos y pude oír parte de la conversación. De alguna manera,
Sabía que íbamos mañana, como habíamos acordado con Chris.
—¿Fue Chris con ellos? —preguntó Taylor.
—No, pero...
—No se lo dijo a ellos, dijo Taylor.
—No sé cómo se enteraron entonces. Si ninguno de los dos lo dijo, sólo queda Chris.
—Tal vez, de alguna manera oyeron una de nuestras conversaciones con Chris.
—Tal vez, dijo Gabriel, pero parecía que Jonas lo había descubierto.
Taylor no respondió. Ella no se sentía con ganas de hablar más. Hace apenas unas
semanas que se había sentido traicionada por Gabriel, cuando se enteró de que la había
mentido, y ella realmente no quería pensar en la posibilidad de que otro de sus amigos
íntimos la traicionó, también. Ella apoyó la cabeza en la parte superior del ala izquierda
de Gabriel, como almohada, y se deslizó en un sueño inquieto. Al principio de su
relación, Taylor tuvo ayuda de Gabriel monta una especie de arnés que sujeta en sus alas
retráctiles, que ponía una correa a sí misma, por lo que mientras ella estaba en su
espalda podía dormir sin caerse.
Un par de horas más tarde Gabriel paró cerca de una estación de servicio de 24 horas
para que pudieran obtener algo de beber y usar el baño. Se sentía casi como un viaje por
carretera. Si eso es lo que fue, fue una muy extraña especie de viaje por carretera.
Después volvieron "en el camino", Taylor se sentía con ganas de hablar de nuevo. El
silencio era interminable, ensordecedor, de alguna manera.
—¿Exactamente a dónde vamos? —preguntó, sin hacer ningún intento de ocultar su mal
estado de ánimo—. Me dijiste que era un lugar seguro, que me daría los detalles más
adelante.
Taylor se dio cuenta de lo estúpido que sonaba. Permitirse ser llevada a un desconocido
con un chico al que apenas conocía. ¿Cómo podía ser esto una buena idea?
Se preguntó cómo reaccionaría su padre cuando ella le dijera que estaba faltando a la
última parte del semestre para ir de vacaciones con su novio, ni siquiera había cumplido
aún. No importaría que ella tenía un plan de e-mail pasando sus asignaciones a Sam, que
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las hacía por ella, o que ella planeaba encontrar la manera de hacerlo de nuevo para sus
exámenes. Él se pondría furioso. Se preguntó si iba a tratar de sacarla de la UT y
transferir más cerca de casa. O amenazar con no pagar sus estudios por completo.
Estos pensamientos se arremolinaban alrededor de su cabeza cuando Gabriel respondió:
—Vamos a la primera línea de la guerra.
—¿Qué?... ¿Qué? —Taylor se quedó estupefacta. Estuvimos de acuerdo en que me
quedaría fuera de la guerra. Que nuestras vidas juntas y nuestra amistad con Chris y Sam
eran más importantes que la política de los ángeles y los demonios.
—Mira, Taylor, —Gabriel gruñó—. Actúas como si tomar esta decisión fuera tan fácil y
que no hay consecuencias, pero no lo son. Si usted no ayuda a un lado o al otro, será
perseguido durante toda su vida. La guerra es más grande que cualquiera de nosotros,
más grande que nuestras amistades, más grande que el amor. Sé que me van a odiar por
tener que mentir de nuevo, pero no me dejaste otra opción. Lo que hay que hacer es
ayudar a que los ángeles ganen la guerra, o de lo contrario puede que no haya ningún
mundo para vivir Es una decisión difícil, pero es lo que debemos hacer.
Taylor quería gritar a Gabriel, a pegarle, de saltar de la espalda y probar suerte en el
paracaidismo sin paracaídas, pero en su lugar, sólo hervía en silencio, tratando de
recuperar el control de sus emociones. Finalmente, ella dijo:
—Podrías haberme dicho que te sentías diferente. Yo estaba dispuesta a escuchar. —Los
dientes de Taylor estaban apretados, por lo que el sonido de sus palabras era arrastrado.
—Yo no lo veo de esa manera. Y aunque sé que la mentira no es un buen hábito, lo haré
para evitar que se destruya a sí mismo.
—¿Y cómo va a llevarme a la primera línea de una guerra violenta y me protejan, —
gritó Taylor sobre el viento.
—Mira, yo estaba exagerando cuando le dije que le estaba llevando a las líneas del
frente. Vamos al lugar donde se libró la mayor parte de la guerra. Sin embargo, vamos a
ir al centro de mando de ángeles y campos de entrenamiento, que está muy por detrás
de las líneas del frente. Es por eso que es, literalmente, el lugar más seguro del mundo
para ti. Tendrás la fuerza de todo el ejército ángel entre el usuario y los demonios, —dijo
Gabriel esta última parte con orgullo, como ella debe sentir el privilegio de conceder esa
protección.
Taylor pensó por un momento, tratando de pensar en ello, lógicamente. Si Chris, quien
parecía ser uno de los mejores demonios, había delatado al salir, y el resto de los
demonios eran como los matones que la habían atacado con la gárgola, entonces tal vez
era necesario que fuesen destruidos. Y si ella iba a estar a salvo todo el tiempo, entonces
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tal vez esta era la decisión correcta. Ella podría estar enojada con Gabriel después, pero
siempre y cuando ella estuviera a salvo, sin dejar de ser capaz de ayudar a proteger a la
raza humana, tal vez debería ir junto con él.
—¿Así que en el centro de mando voy a estar lo suficientemente cerca de la acción para
ayudar? —preguntó Taylor.
Su voz se había vuelto calmada, incluso, todo lo contrario de su tono ardiente, sólo un
minuto antes.
—Bueno, no exactamente. ¿Recuerdas cuando aumenté mis poderes por estar cerca de
ti?
—Sí...
—Yo estaba muy cerca de nosotros, entonces, lo que hizo el efecto mucho mayor que si
se estuviera a... tres kilómetros de distancia.
— ¿Qué tan cerca está el centro de mando al campo de batalla? — preguntó Taylor.
—A una milla, —contestó Gabriel—. Vamos a necesitar en el campo de batalla actual, lo
suficientemente cerca como para que algunos de nuestros mejores soldados pueden ver y
obtener la mayor fuerza de su aura posible.
Gabriel se apresuró a añadir:
—Pero no te preocupes, estarás a salvo. Estaré justo al lado de usted, le protegeré. Si hay
algo que se las arregla para estar cerca de ti, yo sólo, puedo usar su aura para arruinar a
la basura.
El estómago de Taylor cayó y su cuerpo sentía el hormigueo, pero no de la emoción del
vuelo.
¡Wow! pensó. ¡Ella estaría en realidad en medio de la batalla! Aunque alarmante, había
una cierta emoción en él también. Y ella sabía que iba a estar muy bien protegida.
Después de todo, era el arma más valiosa que los ángeles tenían.
—Suena como que podría ser divertido, en un extraño, torcido, en busca de emociones,
—Taylor admitió a regañadientes.
—Siento haberte mentido otra vez, —dijo Gabriel—. Pero esta es la decisión correcta.
—Lo que sea, —dijo Taylor.
Ella se quedó en silencio por un rato, pensando en la locura de los últimos tres meses.
Ella incluso se pellizcó varias veces para asegurarse de que no era sólo un excepcional
sueño. Taylor logró convencerse de dejar de lado el enojo que tenía a Gabriel por sus
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mentiras que podrían ser resueltas más tarde. Ahora, tenía que centrarse en la tarea en
cuestión: jugar su papel en la Gran Guerra. Mientras su mente vagaba, se habían
realizado progresos constantes hacia su destino.
Su destino era acerca de un vuelo de siete horas de UT y de una manera totalmente
diferente la dirección del Monte Olimpo, donde se encontraban los líderes de ángel.
Ubicado a tres mil kilómetros al sur y dos mil kilómetros al este de la UT, el Ecuador
tenía que haberlo cruzado para llegar a la primera línea de la guerra.
Había una cosa que tanto los ángeles y demonios acordaron: que la guerra tenía que
limitarse a una ubicación estándar hasta que un lado saliera victorioso. Con el fin de
mantener su existencia en secreto, todas las partes convinieron en que era necesario,
tuvieron que contener la violencia en un lugar que ningún ser humano sería probable
que encontrase.
Todas las batallas se programan con antelación, de manera que la vigilancia adecuada de
la zona podría ser realizada para asegurar que un ser humano perdido o mochila no se
encuentran en medio de un enfrentamiento desagradable. Cuando hubo un
avistamiento de una humana rara, todas las batallas planificadas se reprogramaron hasta
que la batalla—bloqueador, como llamaban a los seres humanos, habían salido de la
zona de la lucha.
Ambas partes mantienen un centro de mando y campo de entrenamiento detrás de las
líneas del frente.
Taylor y Gabriel se dirigían hacia el centro de mando ángel.
Después de que él tenía, sin saberlo Chris o Taylor, formulado el plan real de dos
semanas atrás, Gabriel había llamado a Dionysus para informarle del cambio de las
circunstancias. Dionysus estaba extremadamente contento con el plan. Ellos, sin
embargo, tienen un ligero desacuerdo en cuanto a que Taylor debe ser trasladada.
Dionysus quería que viniera al Olimpo y luego el Consejo viajaría con Gabriel y Taylor
al centro de mando. Gabriel no estuvo de acuerdo y, finalmente, fue capaz de convencer
a Dionysus que cualquier retraso podría permitir a los demonios detenerlos.
El Consejo Arcángel completo de los Doce dejaría monte Olimpo y se reuniría con ellos
en el centro de mando. Era la primera vez que todo el Consejo había abandonado su
refugio simultáneamente. Gabriel no sabía si alguno de los miembros del Consejo
querría participar en la batalla con la esperanza de ganar la gloria durante la victoria, o
si todos sólo querían estar allí para ver el final de la guerra.
Como Gabriel pensó en la introducción de Taylor al Consejo, se formó un pozo en su
estómago. Se sentía enfermo. Él había dicho tantas mentiras que estaba empezando a
perder la pista. Jonas no se había enterado de los planes y Chris ciertamente no le había
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dicho nada. Sin embargo, había dicho lo que tenía que decir para convencer a Taylor
para ir junto con él, para convencerla de que ella estaba en gran peligro. No le gustaba
mentirle a ella, ya no, pero él no tenía elección. Esperaba poder contener las mentiras
restantes y obtener a Taylor por el resto de la prueba viva con su relación intacta.
Una vez más, volaron en silencio mientras Taylor se quedó dormida.
Horas más tarde, Taylor se despertó por un pequeño empujoncito de las alas en las que
estaba acurrucada en la parte superior.
—Hey, dormilona, estamos aquí, —dijo Gabriel.
Taylor abrió los ojos y miró aturdida por el borde de su cama voladora. Abajo vio un
valle enorme, situado entre dos cadenas largas de montañas azuladas. El cielo era
cristalino y azul, sin una nube.
—Wow, —Se maravilló Taylor—. Es impresionante.
—Nos aseguramos de que usted llegue a un día de descanso. Siempre hay al menos un
día a la semana que está libre de lucha, para que cada lado pueda recuperar y planear
estrategias. Si este fuera un día de acción sería normalmente muy oscuro, ya que a los
demonios les gusta controlar el clima para obtener una ventaja. Cubren el cielo con las
montañas sobre montañas de nubes negras sucias, bloqueando cualquier rastro del sol, la
luna y las estrellas. Ellos nos atacan con relámpagos, tornados, y vientos poderosos. Se
puede ver fácilmente que nos alumbra en la oscuridad y es difícil para nosotros ver que
ocultan. —Gabriel dijo todo esto con un fuerte grado de desprecio en su voz. Estaba
claro que había luchado muchas veces contra los demonios.
—Si se bloquean el sol y esas cosas, entonces ¿cómo se puede luchar contra ellos? —
preguntó Taylor.
—Tenemos que generar luz, fuentes de alimentación artificial más débiles, en lugar de
la natural fuerza del sol o de la luna. Tratamos de usar focos, focos, o incluso linternas
cuando estamos realmente desesperados, pero los demonios en general pueden
desactivarlos con bastante rapidez, lo que nos pone en una desventaja importante. Ahí
es donde entras tú.
Taylor estaba sentada más arriba ahora en la espalda de Gabriel, con la mejilla tocando
suavemente su hombro. Ella vio al borde de sus labios el rizo de una sonrisa mientras
decía esto.
—¿Hay algo más que deba saber? —preguntó ella, ya que se acercaron al centro de una
de las montañas.
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—En realidad no, participarás en todas las reuniones de estrategia para que pueda hacer
todas las preguntas que desee. Una vez que la tierra, vamos a omitir la mayor parte de la
conversación, sé que los ángeles por aquí muy bien. —Gabriel hizo una pausa, y pareció
considerar si decir lo que estaba en su mente. Treinta segundos pasaron y él dijo:
— Tay, Estamos... ¿de acuerdo?
Sin una pizca de emoción en su voz, dijo Taylor—. Podemos hablar de todo eso más
tarde. Vamos a concentrarnos en la Guerra.
Estaban ahora casi en la cima de la montaña. Apreciaron que se dirigía a la cumbre más
alta. En un intento de conseguir temporalmente que las cosas vuelvan a la normalidad,
Taylor dijo:
—Una pregunta más: ¿Se nos permite actuar como... tu sabes... novio y novia?
Gabriel se echó a reír ante su pregunta.
—Por supuesto que puede. Nunca planeé caer enamorado de ti, pero sucedió y me
alegro de que lo hiciera.
—Bueno, ¿es que nadie de tu familia está aquí?
—Dijiste que sólo una pregunta más, esas son dos —bromeó Gabriel. Él respondió de
todos modos—: Mi hermano está aquí. Acaba de terminar su primer año de formación y
está comenzando su segundo. Mi hermano menor es todavía demasiado pequeño para el
entrenamiento y está en casa con mis padres, irá a la escuela.
En los últimos meses, Taylor se enteró de que Gabriel tenía una madre ángel y un padre
humano. También tenía dos hermanos más jóvenes, David y Peter, catorce años y ocho.
A pesar de sus muchas preguntas, no le daba muchos detalles acerca de su familia, pero
ella podía decir que estaba muy cerca de ellos, él siempre tenía una mirada de ojos
llorosos o brillo en sus ojos cuando hablaba de ellos.
—Genial, así que voy a llegar a conocer a David entonces. Será bueno tener a alguien
que me pueda decir cosas embarazosas sobre ti. —Y Taylor dijo seria. Entre ella y Sam,
Gabriel había escuchado innumerables historias sobre las cosas ridículas Taylor había
hecho crecer, al igual que vestirse como una calabaza para Halloween de un año y no
ser capaz de pasar a través de la puerta a la fiesta que fue. Ella no había recibido tales
historias de Gabriel a cambio.
—Oh, no te preocupes por eso, —dijo Gabriel—. Tendrás un montón de suciedad de mis
amigos. Crecimos juntos y ahora la mayoría de ellos son soldados en el ejército.
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Taylor se dio cuenta del frío que hacía, ya que habían ganado altura. Ella se acurrucó
aún más en sus alas mientras aterrizaba en la cresta circular de la montaña. Allí había un
poco de nieve en el pico, que medía alrededor de diez metros de diámetro.
Tratando de mantenerse caliente, ella se aferró a él, haciéndole llevar a través de la
aproximación al centro de la zona.
—Cierra los ojos —dijo.
Taylor cerró los ojos con fuerza y era consciente de la calidez que era la luz resonante
utilizando el brillante sol para generar energía. Cuando ella se dio cuenta de que había
vuelto a lo normal, al menos por un ángel, ella abrió los ojos y vio que se había derretido
la nieve donde se encontraban.
Oculto bajo la nieve había una escotilla de metal pequeña. Gabriel la dejó en el suelo y
se agachó, abriendo el portal. Las escaleras descienden abruptamente. Taylor había
esperado ver sólo la oscuridad en el agujero, pero en cambio, observó el suave
resplandor de la luz y sintió una explosión de calor de la abertura. Ella sintió un fuerte
deseo de entrar.
Agarrando su mano, Gabriel comenzó el descenso. Después de unos veinte pasos
llegaron a un amplio rellano, donde se originó la luz. Había paneles en los que la luz
emanaba de dentro. La luz crea un calor que Taylor juró sentía como una acogedora
chimenea en una cabaña de madera.
En una pared había una fila de ascensores, cada uno con una diferente marca en ellos.
Los símbolos le recordaban jeroglíficos.
—¿Qué quieren decir? —preguntó.
—Son lugares, —explicó Gabriel—. Cada ascensor te lleva a un lugar diferente en el
comando central. Tienen un único sistema de seguridad construido para prevenir que
los visitantes no deseados desciendan a las cavernas.
Apretó el dedo índice en la superficie metálica de uno de los ascensores. Desde el punto
exacto en el que tocó la puerta, una luz anaranjada-amarillenta empezó a formarse como
si el metal se hubiera sobrecalentado. La luz a continuación fue irradiada en círculos
concéntricos hasta que la puerta estuvo latiendo con el calor. Gabriel sacó su dedo fuera
de la puerta y la abrió.
—Las puertas sólo responden al toque de un ángel —explicó Gabriel.
Entraron. El compartimiento era del tamaño de un ascensor estándar, pero muy
diferente en apariencia. Cada superficie brillaba con la luz blanca, incluyendo los pisos y
techos. Cuando las puertas se cerraron sellaron tan perfecta que parecía como si nunca
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hubiera sido abierta. Si Taylor le hubiera cerrado los ojos y hecho girar un par de veces,
ella no habría sido capaz de decir que pared contenía las puertas. O tal vez hizo todo,
pensó.
No hubo ningún botón en ningún lugar y Gabriel no parecía demasiado preocupado con
el lugar donde los llevaría, no parecía haber un único destino posible. Al principio no
era seguro de si estaban aún en movimiento, pero luego sintió que su estómago se
encogía, la prueba de que fueron descendiendo más rápidamente. El movimiento era
completamente silencioso; los ascensores parecían estar en buenas condiciones.
La caída terminó y ella sintió que su peso corporal forzó un poco hacia atrás, como si
estuvieran moviéndose hacia adelante ahora, como en un coche.
—¿Estamos...? —Empezó a preguntar.
—Sí, —contestó Gabriel, adivinando su pregunta—. Ahora estamos avanzando y todavía
parcialmente hacia abajo, una especie de diagonal. Los transportadores se mueven en
todas direcciones para que puedan llegar a todas las partes de la instalación.
El ascensor se cayó otra vez y luego pareció hacer una curva hacia adelante, como ir por
un cuarto de tubo en un parque de skate. Su movimiento aplanado y luego cesó por
completo.
Taylor esperó a la pared delante de ella para abrirla. Gabriel hizo un gesto hacia su
derecha y, como si hubiera dado una orden, se abre desde abajo hacia arriba, como la
puerta de un Ferrari.
Gabriel salió con Taylor agarrando su mano y después por detrás. La apertura delante de
ellos era la más extensa caverna que Taylor nunca había presenciado. Al crecer, su padre
la había llevado a espeleología unas cuantas veces y había visto algunas magníficas
cavernas, completo con estalactitas, estalagmitas y murciélagos, pero ninguno de ellos se
acercó a lo que estaba viendo ahora.
El espacio tenía que ser diez veces más grande que el estadio de fútbol de la UT. En una
caverna normal sería difícil tomar en toda la amplitud de la cueva con pequeñas luces de
casco y linternas para proporcionar visibilidad, pero esta gran sala era más brillante que
estar al aire libre en un día perfectamente soleado, como en el que acababa de venir.
Taylor trató de mirar a su alrededor para disfrutar de todos los diferentes tipos de
fuentes de luz, pero no vio inmediatamente que tenía que haber miles de ellos. Se
necesitaría por lo menos una semana para catalogar todos ellos.
Más lejos en la "sala" podía ver cientos de figuras que brillan intensamente en varios
grupos. Hubo destellos de luz intermitente de cada uno de los grupos. Algunos volaban,
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otros corrían, y algunos observaban. Taylor supo que estaba observando la formación
ángel.
—¿Sabes por qué te he traído aquí en primer lugar? —preguntó Gabriel.
—Debido a que su hermano está aquí —respondió Taylor.
Gabriel asintió con la cabeza e hizo un gesto hacia una figura brillante que se había
desprendido de uno de los grupos. El niño saltó en el aire, sus alas batían sin esfuerzo, y
corrió hacia ellos. Taylor retrocedió mientras él se acercaba más y más sin disminuir la
velocidad, en curso de colisión con ellos.
Gabriel se puso delante de ella para protegerla. En el último segundo, la figura blanca se
detuvo en pleno vuelo y cayó directamente en frente de ellos, poniendo una mano en el
suelo y aterrizó en cuclillas.
Gabriel soltó la mano de Taylor, y sin decir una palabra, abrazó al chico, abrazándolo
fuertemente. Detrás de ellos, Taylor no era capaz de ver la cara del chico, porque
Gabriel lo eclipsó con el cuerpo.
Gabriel habló cuando lanzó a su hermano de sus brazos.
—Es bueno verte, David.
—Oh, no te pongas sentimental, Gabriel, —se quejó David. Taylor podía ver más allá de
su fachada. Él estaba tratando de actuar de manera fría, pero en su voz sonaba
complacida de que su hermano estuviera de vuelta—. Entonces, ¿es esta la chica?
—Esto —dijo Gabriel, barriendo la mano en un gesto dramático—, es Taylor.
El muchacho se acercó a su alrededor y los ojos de Taylor se iluminaron ante el temor.
El muchacho era la imagen de su hermano mayor. David era algo más bajo que Gabriel,
al no haber alcanzado su etapa de crecimiento, sin embargo, cada parte de él era más
pequeña, pero sus rasgos eran casi idénticos, como si fueran gemelos que acaban de
suceder al nacer con años de diferencia.
—Es muy agradable conocerte finalmente, David. Gabriel ha hablado mucho de ti —
dijo Taylor.
Los catorce años de edad, con orgullo.
—Encantado de conocerte, también. Sí, yo le enseñé todo lo que sabe —bromeó.
—Yo no iría tan lejos —dijo Gabriel—. Pero me quedé muy impresionado por tu parada
milimétrica en pleno vuelo en ese momento. Recuerdo la última vez que trató eso, casi
voló directamente a través de mí.
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—Oh, hermano, eso fue hace mucho tiempo. Lo dominé en el primer año de formación.
Solían esperar hasta el segundo año para enseñar habilidades de vuelo, pero la clase de
ángeles era tan talentosa que decidieron enseñarnos algunas habilidades avanzadas.
Taylor siguió mirando a David, maravillado por su parecido con su novio.
Interrumpiendo la conversación de los hermanos, dijo,
—Te pareces mucho a tu hermano, David.
—Sí, por desgracia, una maldición con la que tengo que vivir sólo —bromeó David.
Taylor se echó a reír y dijo:
—Sí, es cierto. Gabriel es un poco torpe buscando. Pero apuesto a que todavía hay niñas
haciendo cola por ti.
David se sonrojó ante el cumplido y miró hacia el suelo.
—Bueno, no es esto una casa ángel que piensa que soy una especie de mono.
Taylor podría decir que Gabriel estaba tratando de contener la risa ante Taylor
poniendo a su pequeño hermano en el acto. Al llegar a su rescate, dijo Gabriel.
—Por lo tanto, D, ¿cómo es hasta ahora el segundo año en el tratamiento?
David recuperó rápidamente la compostura ante la oportunidad de lucirse.
—Fantástico. Soy el conductor ángel en la mayor parte de mis cursos: Flying II,
Combate cuerpo a cuerpo, efectos de luz, y Defensa contra incendios. —Los contó con
los dedos—. Lo único que no soy el principal es espionaje.
—Sí, tuve problemas con uno también —admitió Gabriel.
—¿Qué haces en espionaje? —preguntó Taylor.
David respondió.
—Todo es cuestión de andar a escondidas, la reducción de su luz interior para que pueda
moverse sin ser detectados, vivir entre los seres humanos, ese tipo de cosas.
Taylor se echó a reír.
—Eso explica por qué me di cuenta inmediatamente de que Gabriel no era un humano.
— ¿De verdad, Gabriel? ¿Sabía que eras un ángel?
—Debido a su excepcionalmente fuerte aura, podía ver mi luz interior, pero no lo hizo
sabía lo que era —dijo Gabriel.
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—Así que todo es cierto, entonces —dijo David—. Ella es la única.
Taylor puso los ojos en blanco y le dijo:
—Mira, David. Yo no soy el elegido ustedes sigan hablando. Soy sólo una chica humana
que pasa a ser capaz de ayudar a su clase. No soy nada especial.
—A menos que nuestro pueblo haya estado hablando por décadas, e incluso desde el
otro lado del centro de formación que no se dio cuenta de que eras humana, debido a
que su aura brillaba tan intensamente —respondió David.
Taylor no sabía qué decir o pensar. Los ángeles habían estado hablando de ella por
décadas. Cuando nada vino a la mente, ella se encogió de hombros.
Los ojos de David entrecerrados mientras se concentraban en algo detrás de Taylor.
Cuando se volvió a ver lo que estaba mirando, dijo:
—¿Es eso un tatuaje de la serpiente?
Gabriel dijo—: Sí, pero lo consiguió antes de que ella supiera exactamente el símbolo de
lo que la serpiente era.
—Wow —dijo David—. Cool.
Antes de que ninguno de los ángeles tuviera la oportunidad de decir una palabra más, el
tercer ángel relumbrando la rampa ante ellos, moviéndose a una velocidad ángel, sólo
un borrón de luz regalando el movimiento.
—Heyyyy, ¡Gabriel! ¿Cómo estás, amigo? —dijo el ángel, al interrumpir al lado del
grupo. Era más bajo que Gabriel, pero parecía tan robusto como un tanque. Tenía el pelo
completamente blanco y se acurrucó un poco en la parte delantera.
Gabriel sonreía estaba realmente feliz. Él extendió la mano y la estrechó con el recién
llegado, tirando de él en un abrazo masculino.
—Estoy bien, Sampson, ¿cómo está usted?
Sampson respondió
—No estoy mal, hombre, yo estoy enseñando un par de cursos de formación entre los
ataques estratégicos defensas exteriores de los demonios. He oído que encontraste una
mujer, ¿es ella?
Gabriel ignoró a su amigo.
—Taylor, conoce a Sampson. Ha sido mi amigo desde que tenía tres años.
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Taylor respondió dulcemente—. Encantada de conocerte, Sampson, pero para tu
información, yo no soy solo una mujer.
Sampson levantó las manos inocentemente.
—Hea, ningún daño. Wow, me gusta ella, hombre. Tiene agallas. Y vaya, ella es linda,
linda, linda.
Taylor se echó a reír.
—¿Son todos los ángeles tan echados para adelante? preguntó.
Sampson dijo.
—No, más que nada yo. Yo siempre digo que si tienes algo que decir a continuación,
sólo dilo. Hay muchos ángeles alrededor de aquí, que son dulces como el pastel a su cara
y luego hablan desagradablemente detrás a la espalda. Es mejor mantener todo en
abierto.
—Me alegro de que no ha cambiado nada, Sampson. —Rio Gabriel—. Estoy a punto de
llevar a Taylor al centro de mando para cumplir con los generales y el comandante.
¿Quieren venir?, preguntó, señalando a David y Sampson.
Los ojos de David se iluminaron—. ¿Puedo realmente, Gabriel?
—Claro, hermano, hoy tengo un pase VIP a donde quiera ir y puedo traer a quien yo
desee llevar. ¿Tu, Sampson?
—Claro, vamos a hacerlo. Además, es posible que tenga una copia de seguridad cuando
lleguemos al centro de mando y Cassandra te vea con Taylor.
Gabriel hizo una mueca.
—¿Quién es Cassandra? —preguntó Taylor.
Gabriel dudó un instante demasiado largo. Sampson saltó:
—Ella es la exnovia de Gabriel, que todavía está enamorada enormemente de él. Sólo
una advertencia, que no va a gustar.
—No era mi novia, Sampson. Taylor, no fue así en absoluto.
—Así que había una cosa con ella, no me importa una mierda —dijo Taylor—. Siempre
y cuando esté en el pasado.
Gabriel siguió negando—. No había nada. Éramos amigos y luego quería ser más que
eso, se puso raro, y yo le dije que no podíamos pasar a más. Ella se niega a dejarlo ir y
está constantemente tratando de encontrar la manera de entrar de nuevo en mi vida.
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—Está bien, no hay necesidad de ponerse a la defensiva, te creo, —dijo Taylor.
—Caray, con qué tipo de drogas has estado alimentando a este payaso, Taylor, —dijo
Sampson cuando dio un golpe ligero en la caja torácica de su amigo—. Yo no confiaría
en una palabra que sale de su boca.
—Ya me he dado cuenta de eso —dijo Taylor con sequedad.
Gabriel se lanzó en broma a su amigo y lo golpeó de nuevo y comenzaron una lucha
ángel alegre. En poco tiempo, Gabriel tuvo a su amigo clavado en el suelo, su velocidad
superior y fuerza le sirvieron bien.
—Dilo, Sampson —Gabriel instruyó, empujando todo su peso corporal en el pecho de
Sampson.
—Bueno, bueno, casi no puedo respirar. —Gabriel cedió un poco de presión y Sampson
dijo sarcásticamente:
—Puedes confiar en todo lo que Gabriel dice, es el más fresco, más perfecto ángel en el
mundo.
—Soy la derecha maldita —dijo Gabriel, liberando a su amigo—. Ahora vamos a la
cabeza del centro.
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Capitulo 44
Traducido por LilikaBaez
Corregido por Pily
ra la noche del miércoles y Christopher se estaba preocupando. No había visto a
Gabriel o Taylor en todo el día y no pudo contactar a Sam en su celular. Con
Jonas controlando la operación había un millón de cosas que podrían haber ido
mal.
A las seis, el teléfono finalmente sonó. Era Sam.
—Hola, nene —dijo.
—Hola, ¿cómo estuvo tu día? —preguntó Chris casualmente.
—Matador. Tuve tres exámenes y un examen sorpresa. Lo siento, tuve que apagar mi
teléfono, pero realmente necesitaba estudiar entre clases. Vi que llamaste un par de
veces, ¿es algo importante?
—No estoy seguro. Sólo estoy un poco preocupado porque no he visto a Gabriel o a
Taylor hoy y se suponía que debían reunirse conmigo para el almuerzo. Y no están
respondiendo a sus teléfonos tampoco.
—Oh, lo siento, Chris. No es necesario preocuparse, ya sé dónde están. Estaba un poco
sorprendida en realidad, porque era tan distinto de Taylor.
—¿Qué era tan distinto de Taylor? —preguntó Chris.
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—Saltarse un par de semanas de clases para irse de vacaciones a lo loco. Es decir, nos
estamos acercando al final del semestre, pero dijo que me enviaría un e-mail de sus
tareas y me preguntó si las entregaría.
—¿Se fue de vacaciones? ¿Hablaste con ella?
El corazón de Chris se hundió. Había sido engañado por el ángel.
—Sí y no exactamente. Al parecer, se escabulló esta mañana. Había una nota en mi
escritorio que decía que decidió hacer un viaje largo con Gabriel a las Bahamas. Dijo
algo acerca de él teniendo pasajes de aerolíneas que iban a expirar y que el viaje sería
gratuito.
—¿Dijo dónde iban a estar? —preguntó Chris.
—Hmm, no, no lo hizo. Pero yo sólo pensé que si la necesitaba podía llamarla a su
celular o enviar un correo electrónico. ¿Por qué todas las preguntas, Chris? Mientras ella
esté con Gabriel, va a estar bien.
Christopher había estado pensando mucho últimamente sobre su vida, ya que su
relación con Sam se había hecho más fuerte. Independientemente de que Gabriel o
Taylor estuvieran de acuerdo con él, era como mucho su decisión hacer lo suyo. Ahora
era el momento adecuado.
—Hay algo que tengo que decirte —dijo con gravedad.
—¿Qué pasa, Chris?
—Debería hacerlo en persona. ¿Puedo ir a tu habitación?
—Por supuesto. Pero, ¿Chris?
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—¿Sí?
—¿Debo estar preocupada?
—No, no te preocupes. Sólo hay un par de cosas que no sabes sobre mí que realmente
quiero que sepas.
—Está bien, nos vemos pronto.
Chris presionó FINALIZAR e inmediatamente llamó al teléfono de Jonas. Lo cogió al
primer timbrazo.
—¿Qué demonios está pasando? —preguntó Jonas enojado.
—Esperaba que me dijeras —respondió Chris.
—No lo sé, hombre. Mis exploradores no han captado el olor de esa paloma o la niña en
todo el día.
—Así que no tienes nada que ver con su desaparición —preguntó Chris, buscando
información.
—Bueno... —comenzó Jonas.
—¿Qué es? ¡Si has hecho algo, tienes que decírmelo o toda la operación podría estar
comprometida!
—He tratado de asustar un poco a la chica para asegurarme de que iba a cooperar. Al
parecer, no funcionó.
—¿Qué hiciste? —dijo Chris acusadoramente.
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—No mucho, yo sólo traje a Freddy para enloquecer a la chica y luego el hombre pájaro
se abalanzó y salvó el día, pero mira, nunca pensé que los haría salir de la ciudad.
—¿Qué hiciste qué? ¿Estás loco? ¿Qué pensaste que harían, inclinarse y adorarte? Espera
a que los Ancianos oigan esto.
La voz de Jonas se estremeció en la otra línea, toda su dureza fragmentada por la
amenaza de Chris.
—No vas a decirles, ¿no?
—Oh sí, lo haré. Quiero que sepan que el idiota que enviaron para espiar mi operación
la jodió completamente cuando yo tenía las cosas perfectamente bajo control.
Chris escupió las últimas palabras, su voz mezclada con desprecio.
—¿Qué hacemos ahora? —preguntó Jonas.
—No hacemos nada. Vas a volver a las líneas del frente con tus compinches y decirles a
los Ancianos lo que pasó. Y ni se te ocurra mentir, porque cuando me presente les
contaré todo. Es importante que llegues allí lo más rápido posible, porque el ataque
podría venir en cualquier momento. Tengo que hacerme cargo de algo aquí y luego me
pondré en contacto contigo. Recuerda, sin mentiras.
Chris colgó sin esperar otra palabra del matón. Había estado corriendo mientras estaba
hablando, moviéndose a una velocidad demonio de modo que estaba fuera de la vista de
cualquier ser humano. Ahora se acercaba a Shyloh Hall. No queriendo llamar a Sam
para que lo dejara entrar, dio un vistazo alrededor, y sin ver a nadie, escaló la pared
como una araña y se deslizó en el quinto piso a través de una ventana de escalera
abierta. Podría sólo haberse teletransportado, pero tenía miedo de aparecer donde
alguien lo viera.
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Segundos más tarde, llamó a la puerta de Sam. La puerta fue abierta, la cara de Sam
estaba invadida de preocupación. Christopher quería que se sintiera cómoda así que dijo:
—Todo está bien, Sam, te lo prometo.
Entonces él le tomó la barbilla con la mano y la besó apasionadamente. Después de su
abrazo, ella se apartó de él, estudiando su rostro.
—Bueno, supongo que eso descarta la posibilidad de que vayas a terminar conmigo —
dijo, pareciendo aliviada.
—¿Qué? —dijo Chris, sorprendido ante la idea.
—Por supuesto que no, Sam. ¿Es eso lo que pensaste? Lo siento, no era mi intención dar
esa impresión. Quiero decir, lo que tengo que decirte es muy importante, pero
realmente me preocupo por ti y te acompañaré siempre y cuando me quieras.
Sam puso sus brazos alrededor de él y lo acercó.
—Gracias por decir eso, Chris. Nunca he estado con alguien que se preocupara por mí
tanto.
La abrazó y luego cerró la puerta. Se sentaron en la cama. En una rara muestra de
moderación, Sam esperó pacientemente a que él hablara.
Christopher había dado a esto una gran cantidad de vueltas y decidió ser completamente
honesto, pero quería facilitar su concepto de que los demonios podían ser buenos. Sabía
que todo lo que alguna vez había sido inculcado en ella, de la iglesia, de sus padres, de
películas como El exorcista, le daría el instinto de alejarlo y no creerle. Necesitaba
respaldar su camino.
—Tengo ciertos poderes —dijo, esperando una reacción.
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Sam lo miró fijamente, esperando el remate del chiste.
—¿Como cuáles?
—Puedo oscurecer las cosas. Algunas de ellas las puedo controlar y otras no. Por
ejemplo, ¿alguna vez has notado que me veo más oscuro que la mayoría de la gente
desde muy lejos o que una habitación se pone un poco más oscura cuando entro en ella?
Sam se echó a reír.
—Lo había notado, pero pensé que era sólo una parte de tu misterio, tu encanto. Me
gusta esto.
—Me alegro de que te guste, pero no es algo que pueda controlar. Lo que puedo
controlar es la intensidad de la oscuridad que me rodea. Si te muestro, ¿prometes no
enloquecer?
Sam quería reír de nuevo, pero decidió no hacerlo debido a la gravedad de la expresión
del rostro de Chris.
—Sí, claro, no hay problema.
Chris cerró los ojos como si se concentrara, y un velo de oscuridad se apoderó de él,
ocultándolo parcialmente de ella, a pesar de que estaba sentada a su lado. Asombrada,
Sam lo alcanzó a través del velo para sentir que todavía estaba allí. Sintió sus brazos, su
pecho, su rostro.
—¿Cómo hiciste eso? —preguntó, apartando su mano bruscamente.
La niebla se levantó y pudo verlo de nuevo. Chris sonrió.
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—Es un regalo. Es parte de lo que soy, igual que tu capacidad de hacer reír a la gente en
una situación tensa. Ese es sólo el primero de ellos, sin embargo, tengo muchos poderes,
pero tal vez debería decirte más acerca de cómo tengo estos poderes en primer lugar.
—No —respondió Sam— primero muéstrame uno con más potencia.
—Está bien, toma mi mano —indicó, alcanzándola.
Ella vaciló, pero sólo brevemente, antes de agarrar su mano con fuerza. Su visión se
oscureció de inmediato aunque sus ojos siguieron abiertos. Y entonces pudo ver. Miró a
Chris. Todavía estaban tomados de la mano, pero algo era diferente. No podía decir qué.
—¿Qué fue eso? —preguntó Sam.
—Mira donde estamos sentados.
Samantha miró a su derecha, a su izquierda y luego hacia abajo y cayó en la cuenta.
Estaban sentados en una cama con un edredón azul. La cama de Taylor. Estaba segura de
que habían estado sentados en su propia cama. Ellos siempre se sentaban en la cama
cuando él la visitaba. A pesar de que había perdido la vista por un momento, estaba
segura de que no sintió ningún movimiento de él agarrándola para llevarla a otra cama.
—¿Acabamos de... teletransportarnos?
Chris estaba sonriendo.
—Sí. ¿Qué te parece?
La cabeza de Sam daba vueltas. ¿Su novio tenía poderes? ¿Qué se suponía que iba a
pensar?
—Tengo que ser honesta. Estoy un poco asustada. ¿Por qué tiene poderes?
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—Déjame contarte algunos antecedentes que podrían ayudarte a aceptarlo. La primera
cosa que debes saber es que Gabriel también tiene poderes, y Taylor ya sabe todo acerca
de ellos.
Los ojos de Sam se abrieron.
—¿Gabriel también puede teletransportarse y Taylor sabe al respecto?
—Bueno, no, Gabriel principalmente tiene poderes diferentes a los míos y por eso no
puede teletransportarse, pero puede volar. Así que cuando la nota de Taylor dijo que él
tenía pasajes de aerolíneas, realmente sólo quería decir que iba a volar con ella donde
sea que van ahora. Pero sí, lo sabe todo sobre sus poderes. Y los míos también —agregó.
Aún tratando de concebir en su cabeza la extraña información que acababa de recibir,
Sam dijo: —Es decir, sería increíble si Gabriel realmente pudiera volar, pero esto todavía
no tiene sentido para mí. ¿Así que Taylor sabe que puedes teletransportarte?
—Por supuesto. Les he teletransportado a ella y a Gabriel una vez.
Un ceño contrajo el rostro de Sam.
—¿Por qué le dijiste a Taylor antes que a mí?
—Buena pregunta. La gente como Gabriel y yo nos gusta mantener nuestras habilidades
ocultas de los humanos porque no nos entienden a veces. Pero Gabriel insistió en decirle
a Taylor sobre lo que puede hacer y le habló de mí al mismo tiempo.
La cabeza de Sam daba vueltas, ya que cada pieza de información llevaba a otras diez
preguntas.
—¿Qué quieres decir con "oculta de los seres humanos"? —citó —¿Estás diciendo que
no eres humano?
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—Creo que es hora de contarte una historia.
Chris miró su reloj. Ocho en punto.
—Esto podría tomar un tiempo, así que espero que no estés muy cansada.
—Estaré bien.
Chris procedió a contarle a Samantha la historia de los ángeles y los demonios, sin
esconder nada. Mientras muchos de los hechos eran los mismos en su historia, había una
serie de detalles importantes que eran muy diferentes de la historia que Gabriel le había
dicho a Taylor. La principal diferencia era que la historia de Chris era verdad.
Observó su rostro cuidadosamente cuando explicó cómo y por qué su pueblo era
conocido como demonios. No parecía asustada o enojada, por lo que pasó a explicar que
su raza no tenía relación con los diablos o demonios de los que se hablaban en la Biblia o
el Corán.
Cuando le preguntó si le asustaba que fuera un demonio, ella dijo: —Eres una de las
personas más amables y gentiles que conozco, así que si eres un demonio entonces me
gustaría conocer más demonios.
El corazón de Chris se disparó. Eufórico, continuó con su historia. Cuando terminó de
contarle la historia de ángeles y demonios, relató todo lo que había sucedido desde que
llegaron a la Universidad. No dejó nada fuera, incluyendo el porqué Taylor se había
involucrado.
El rostro de Sam se había vuelto blanco por la sorpresa al enterarse de la extra-fuerte
aura de su amiga y que los ángeles querían usarla contra los demonios. Cuando terminó
contándole sobre el ataque de la gárgola y por qué Gabriel y Taylor se fueron, el
asombro de Sam se volvió preocupación.
—Si ellos no fueron al Caribe, ¿dónde crees que fueron? —preguntó.
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—Temo que pudiera haberla trasladado a la sede de los ángeles, cerca del campo de
batalla. El Consejo Arcángel quiere usarla para luchar contra los demonios.
—Pero ¿por qué Taylor estaría de acuerdo con ayudar a los ángeles a destruir a los
demonios? —preguntó Sam.
—No estoy seguro de que sepa lo que está haciendo. No es su culpa —dijo Chris. Gabriel
no ha sido totalmente sincero con ella. Fue enviado en una misión para atraerla a su
causa y conseguir que coopere.
—¿Así que en realidad no la ama? —preguntó Sam.
—Creo que realmente se enamoró de ella, pero está muy confundido ahora. Está
tratando de protegerla de la mejor manera que puede. Si no la obtenía, el Consejo
Arcángel la hubiera perseguido y llevado por la fuerza. O los demonios hubieran llegado
primero a ella.
—¿Qué hubieran hecho con ella los demonios? —preguntó Sam acusadoramente.
—Sam, mi gente no es perfecta, soy el primero en admitirlo. Pero no somos asesinos.
Queremos convivir con los seres humanos, mientras que los ángeles quieren destruir la
raza humana. Si hubieran tomado a Taylor, la hubieran traído de vuelta a la Guarida del
demonio y permitido vivir allí con seguridad. Sólo para que lo sepas, creo que esa
decisión estaría en contra de todo lo que creemos. Necesitamos encontrar una manera
de proteger a Taylor y a mi pueblo, sin sacrificar la posibilidad de una vida humana real
para ella.
—La Guarida del demonio, ¿eh? Eso suena acogedor.
Antes de que Chris pudiera responder, lo miró seriamente y preguntó: —¿Por qué me
cuentas todo esto?
—Porque creo que tienes derecho a saber y… porque creo que necesito tu ayuda.
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—¿Qué puedo hacer?
—Quiero que vengas conmigo a la Guarida. A partir de ahí idearemos un plan para que
Taylor vuelva una vez hayamos confirmado que está con los ángeles. Creo que podrías
ser importante para cualquier plan que tengamos porque necesitaremos a alguien allí en
quien ella confíe para convencerla de que abandone la causa de los Ángeles.
Sin dudarlo, Sam dijo: —Iré contigo. ¿Cuándo tenemos que salir?
—Inmediatamente.
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Capitulo 45
Traducido por Katiliz94
Corregido por Clau :)
n la Madriguera, parecía el suelo de la Bolsa de Nueva York los demonios estaban
corriendo por todas partes, haciendo preparaciones para defender sus fortalezas.
Jonas había llegado en breve antes y había gastado, su crédito, en la línea, para
hablar.
Le había contado a los Ancianos todo, incluyendo sus meteduras de pata, malas
decisiones y uso erróneo de la autoridad que se le otorgo. Los Ancianos eran duros en
sus represiones, pero al final le daban crédito para su sinceridad. Después sonaron la
alarma.
Esto no era un simulacro y todos lo sabían. La regla en esta situación era conseguir
dónde estabas instruido para ser tan rápido como fuese posible. Mientras nadie, excepto
Jonas y los Ancianos, sabían por seguridad porque la alarma había sido sonada, ya había
rumores volando. Las personas estaban diciendo que los ángeles tenían una nueva arma,
como nada que hubiesen visto antes, y eso estaban planeando usarlo muy pronto. Uno
de los matones de Jonas probablemente había filtrado la información.
Los demonios no bajarían sin una lucha.
E
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Capitulo 46 Traducido por Julieta
Corregido por Hanna Marl
amantha había empacado a la ligera, pero se las arregló para guardar tres o cuatro
cambios de ropa en su bolsa de viaje. Cuando le preguntó a Chris el tiempo que el
viaje iba a durar, dijo—: Un par de segundos, te teletransportaré.
Ella se encogió, tratando de llegar a un acuerdo con el hecho de que su novio era un
demonio con poderes increíbles—. Eso no es lo que quise decir. ¿Cuánto tiempo
demorará antes de que podamos estar de vuelta en la Universidad?
—Oh, umm, hay demasiados factores para saber a ciencia cierta, pero si todo va bien,
nos llevaremos a Taylor y la salvaremos el día antes del lunes.
Jueves, viernes, sábado, domingo, Samantha enumeró con los dedos. Cuatro días.
Realmente esperaba que no tardaran más que eso.
—¿Estás lista? —preguntó Chris.
—Creo que sí —dijo Sam.
Ella tomó la mano de Chris, pero luego lo dejó en libertad—. Espera, espera... ¡He
olvidado mi cepillo de dientes!
—¿Estás a punto de entrar en lo que probablemente será la aventura más emocionante
de tu vida y estás preocupada por tus dientes?
Se puso de pie, poniendo las manos en sus caderas—. Christopher Lyon, por encima de
todo sigo siendo una cavidad humana y no voy a dejar de hacerlo mientras esté en esta
pequeña excursión de los suyos, independientemente si se trata de una gran aventura o
no. ¿Los demonios siquiera tienen que cepillar sus dientes?
Chris se rió entre dientes—. Me cepillo los dientes y uso hilo dental, incluso a veces. Yo
también como, me ducho y duermo.
S
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Sam estaba feliz de que ambos pudieran reírse un poco antes de partir hacia lo
desconocido. Intentó recordar que ella estaba haciendo esto por Taylor, lo que la hacía
sentir menos miedo y más determinación. Añadió su cepillo de dientes y pasta de
dientes en el bolso y luego agarró la mano de Chris de nuevo, con más fuerza esta vez.
—Está bien, ahora estoy lista —dijo.
Chris se concentró y luego experimentó la ceguera temporal, igual que antes, pero esta
vez, sintió un movimiento de tracción, así como si su cuerpo y su mente estuvieran
retorciéndose por fin. La sensación era más larga que antes, pero sólo por unos pocos
segundos. Se dio cuenta de que su visión fue restaurada, ya que la oscuridad absoluta se
convirtió en un turbio negro, pero ella todavía no podía ver. Chris dijo—: Lo siento, no
tuve tiempo de decirte que el centro de mando al que íbamos a llegar, se parece al Motel
6, con la diferencia de que no dejan las luces encendidas para nosotros.
Sam gimió ante la broma de mal gusto y luego preguntó—: ¿Dónde estamos de todos
modos?
—El telepuerto es una habitación en la guarida. Todos las teletransportaciones se
controlan a través de este espacio para evitar el caos que habría si los demonios fueran
apareciendo y desapareciendo constantemente en toda la instalación.
Sam seguía agarrando su mano, temerosa de perderse en la oscuridad. Ella apretó más
fuerte.
—¡Oww! —dijo Chris.
—¡Oops! Lo siento, Chris, no me di cuenta que estaba apretando tan duro.
—No me dolió realmente, sólo estaba bromeando. —Sam podía sentirlo masajeando su
mano dolorida en la oscuridad.
—No duele, ¿eh? —dijo, agarrando sus manos para demostrar que no se dejó engañar.
—Bueno, tal vez un poco.
—Eso es lo que yo pensaba. Entonces, ¿cómo hacemos para que las luces se enciendan?
—Si te muestro otro poder demonio, ¿me prometes no enloquecer?
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Sam puso los ojos en blanco en la oscuridad—. ¿En serio, Chris? Sólo me he
teletransportado quien sabe hasta qué punto y no me asustas, así que creo que estoy más
allá de todo eso.
—Más de tres mil kilómetros, —dijo.
—¿Qué? —preguntó Sam, confusa.
—Eso es lo lejos que te he teletransportado, más de tres mil kilómetros.
Ella se quedó sin aliento—. ¿Wow, realmente? ¡Eso es increíble! ¿Y dijiste que Gabriel
tuvo que volar con Taylor desde aquí?
—Sí, le habría tomado por lo menos siete horas, por lo que a pesar de que
probablemente tenía más de doce horas por delante deben haber llegado sólo un par de
horas antes que nosotros. ¿No estás contenta de que los poderes de tu novio sean más
rápidos?
Como no quería que se le subiera a la cabeza, bromeó—. Hmm, no sé, poder volar es
muy sexy. Tiene que todo vibra como Superman, y él era un semental total.
Llamas brillantes de repente saltaron en frente de su cara, ardiendo con el calor. Sam
saltó de nuevo, dispuesta a defenderse, tirarse y rodar si su ropa se incendiaba. El fuego
se transformo en una pequeña llama. Parecía que Chris tenía el fuego en la mano. Ella se
acercó más a él de nuevo, mirando en su palma. El fuego estaba, literalmente, saliendo
de su piel, como si fuera un encendedor humano. Bueno, no exactamente humano,
pensó.
Chris sonrió—. ¿Puede Superman hacer eso?"
Sam le devolvió la sonrisa, admirando a su novio—. No, creo que no. ¿Por qué no
aparecen quemaduras en la piel?
—No tengo ni idea, pero es genial, ¿no? Puedo hacer que mi cuerpo entero sea una
antorcha si quiero, pero toda mi ropa se quema.
Una mirada seductora cruzó el rostro de Samantha—. Ooh, quiero jugar ese partido, —
dijo, las palabras derritiendo los labios.
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—Más tarde, cariño —dijo Chris con malicia—. Ahora tenemos que encontrar a los
Ancianos y encontrar un plan.
Él agarró su mano con su mano izquierda, mientras con la mano derecha creaba una
antorcha, el fuego aumentando hasta que fueron capaces de ver la habitación entera. Era
una habitación bastante pequeña y estaban de pie en el centro de la misma.
Chris tiró de ella hacia el contorno de una puerta pequeña en la esquina. No tenia
mango.
Levantó su mano en llamas hacia la puerta y la tocó. En contacto con las llamas, la
puerta se abrió hacia fuera, en movimiento. Entraron en una sala y Chris cerró con su
mano derecha, al instante sofocando el fuego que había emanado de la palma.
No había necesidad de más luz aquí, ya que había antorchas que recubrían las paredes,
quemando brillantes e iluminando el camino. La condujo en silencio por el camino
corto a otra puerta, está mucho más grande. Una vez más, no había manija. Sam no le
espero para realizar el mismo truco con su abridor de puerta de fuego, sino que se
inclinó y apretó un botón en la pared que ella no había visto.
Una voz habló desde la pared—. Diga su nombre.
Chris habló con confianza—. Christopher Lyon. Los Ancianos quieren verme
inmediatamente.
Sin otra palabra, la puerta de piedra se abrió desde el centro, creando dos más pequeñas
aberturas a cada lado. Entraron por el hueco de la izquierda. La habitación contigua era
mucho más grande, con muchas puertas que cubrían las paredes. Una de ellas estaba
abierta.
Chris explicó—: El equipo de seguridad abrió la puerta que tenemos que usar para viajar
a la cámara de los ancianos. Es sólo un corto viaje desde aquí.
—Bien, porque estoy muy cansada después de un largo día de viaje y podría tomarme un
café con leche y un baño de burbujas en este momento —bromeó Sam. Sólo habían
pasado unos minutos desde que salieron del campus.
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Chris le dirigió una sonrisa irónica—. El teletransporte es la única manera de viajar. Sin
embargo, voy a mostrarte tu habitación después de que esta reunión haya terminado,
por lo que un baño de burbujas puede ser una posibilidad después de todo.
—Sólo si te unes a mí —dijo ella con coquetería.
Los ojos de Chris se convirtieron en niebla. Su confianza se había ido. Parecía...
expuesta, desnuda, como si pudiera ver en su alma. Ella sabía lo que iba a decir.
—Sam, —comenzó. Ella lo miró expectante—. Yo... —balbuceó Chris, incapaz de
pronunciar las palabras.
—Me encantaría —terminó ella por él.
—Exactamente, ¿cómo lo sabes?
—Porque Te amo demasiado, Chris —afirmó la materia con la mayor naturalidad.
—Ahora vamos a ir a buscar ese café con leche. —Ella se dirigió hacia la puerta abierta,
tirando de él detrás de ella esta vez. Lo condujo a través de la puerta a un vehículo
vaina, como algo que se parecía de Star Wars. Sin saber qué hacer a continuación, lo
esperó para operar la máquina.
Hicieron contacto visual con rapidez, una incomodidad leve viniendo de ellos después
de que acabaran de confesar su amor por el otro.
—Esto nos llevará a los ancianos, —dijo Chris, rompiendo el breve silencio.
La puerta se cerró automáticamente y la vaina aceleró a través del túnel. El vehículo era
de cristal por todas partes, permitiendo a los pasajeros apreciar la emoción de la
velocidad, ya que se retorcía, girando, bajando, y lanzándose a través del paso rocoso.
Poco después de que comenzó a moverse, Chris se sentó en la plataforma de asiento
grande al final de la cápsula. Tiró de Sam en su regazo y le dijo—: ¡Espera! —Él la
abrazó con fuerza. Ella torció la cabeza hacia atrás y le besó profundamente en los
labios, deteniéndose durante el tiempo que pudieran antes de que el movimiento de la
carrera los obligara a dar marcha atrás a su alrededor.
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En cuestión de minutos, el transporte comenzó a disminuir, con el tiempo llegó a la
parada que era su destino. La puerta se abrió y Sam y Chris se liberaron de su abrazo. Se
pusieron de pie y salieron a un hermoso vestíbulo.
La Respiración de Sam se atascó en su garganta por el cambio de entorno, el contraste
con la de poca luz, las habitaciones rocosas y los túneles por donde habían venido. Las
paredes y el suelo eran de mármol brillante y grandes pilares se levantaban como
centinelas a lo largo de los lados. Chimeneas fueron cortadas en la parte inferior de la
pared de al menos diez lugares, cada uno con un fuego ardiente saludable para
proporcionar luz y calor.
El primer pensamiento de Sam era que la habitación sería un buen lugar para
acurrucarse y leer un libro, pero se dio cuenta de que no había ningún sitio donde
sentarse excepto una mesa en el rincón más alejado. En la mesa estaba sentado un
hombre de tez oscura, esperando pacientemente que los visitantes se acercaran a él.
Cuando se acercaron a él, dijo—: Hola, Christopher. Los ancianos están esperando por
usted, pero no esperaban que trajera compañía. —Miró con curiosidad la extraña chica
ante él. Sam se preguntó si podría decir que ella era humana.
Chris respondió con autoridad—. Es importante para la situación actual, por lo que
tomaré la responsabilidad por las consecuencias de traerla aquí.
El demonio miró a Samantha, probablemente preguntándose qué utilidad podía tener
un humano para los Ancianos. Él se encogió de hombros—. Como quiera. —Él tomó el
teléfono y dijo—: Señor, Lyon ha llegado, le estoy enviando rápidamente. —Cuando él
colgó el teléfono, la puerta ovalada al lado de su escritorio se abrió desde el centro, dos
puertas de distancia se balanceaba entre ellos, como pétalos de flores abriéndose en la
primavera.
Chris había soltado la mano de Sam cuando salieron del transportador. Ahora entraros
por la puerta de lado a lado, pero por separado, el abismo entre ellos le hizo desear la
eternidad a Sam.
Chris susurró—: Déjame hablar solo a mí, —cuando entraron en la habitación. Sam
tomó un profundo aliento al ver las muchas caras de aspecto viejas y sabias mirándola
fijamente, con interés. Se armó de valor, decidida a no mirar nerviosa o asustada.
Por extraño que parezca, ella observó, muchos de los rostros que le sonreían, sus ojos
amables dándole la bienvenida a la asamblea. Chris le había explicado que los ancianos
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eran demonios de cualquier clase sobre la edad de los cuarenta, a diferencia del Consejo
Arcángel, que tenía sólo un grupo selecto de doce años.
Los demonios estaban sentados en bancos en forma de U, la forma en que se podría
esperar del Parlamento Inglés de la década de los 1800 para buscar. Los bancos estaban
en cinco niveles altos en cada lado. Sam rápidamente estimaba que había diez demonios
en cada banco, así que había aproximadamente 150 ancianos en total, alrededor de ellos
mientras caminaban hacia el centro, hacia un podio.
En el estrado estaba un demonio particular de aspecto viejo, cuyas cejas tupidas se
plantearon con diversión al ver a Samantha. Su oscura barba era corta y bien cuidada,
tenía su pelo facial más largo y llevaba un sombrero puntiagudo, podría haber pasado
fácilmente por el mago Merlín o Gandalf el Gris quizás del El Señor de los Anillos.
—Buenos días, querida —dijo, hablando lentamente sólo a Sam—. Yo soy Clifford
Dempsey, el jefe del ancianato de los demonios.
Haciendo caso omiso de la orden de Chris, de que lo dejara manejar las cosas, Sam
respondió inteligentemente—: Y soy yo Samantha Collins, jefa de animadoras en la
Escuela Savannah y ahora asisto a la Universidad de Trinton con la abeja obrera de aquí,
Christopher. Hemos estado saliendo desde el inicio del semestre.
Sam sabía que Christopher se había congelado cuando hablaba. Tal vez había ido un
poco demasiado lejos.
Pero para su sorpresa, Clifford parecía divertido por sus palabras—. Encantado de
conocerte, Samantha.
—¿Por qué has ...? —comenzó a decir.
Samantha pronto recordó por qué el nombre de Clifford le había sonado tan familiar.
Ante la interrupción de él, ella dijo—: ¿Usted dijo que su nombre es Clifford? ¿Eres el
primer demonio? Pero Christopher dijo que todo comenzó hace 150 años.
—Ah, querida, por lo que veo has tenido una lección de la historia completa. Sé lo que
estás pensando, pero por desgracia, los demonios no envejecen a un ritmo más lento que
los humanos. Clifford era mi gran abuelo y fui bendecido con el mismo nombre por mi
madre. Ahora bien, como iba diciendo, ¿por qué has venido con Christopher?
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Sam no había esperado que esa pregunta se dirigiera a ella, no porque tuviera, si no
porque se sentía obligada a contestar. Hasta el momento, Chris no había dicho ni una
palabra—. Quiero ayudar a mi amiga, Taylor Kingston. Ah, y a los demonios, también,
supongo, por defecto, —agregó.
—Una causa noble —murmuró Clifford. Ahora se volvió hacia Chris—. Y, señor Lyon,
¿por qué siente la señorita Collins que puede ser de ayuda para nosotros?
Finalmente abriendo la boca, Chris respondió—: Taylor es la chica que hemos hablado
en nuestras leyendas. Para los ángeles ella es el arma definitiva y puede utilizarse para
destruirnos a todos. Gabriel Knight, el ángel, le ha lavado el cerebro para que piense que
somos el enemigo verdadero y ha caído en sus manos. Me temo que ya esté aquí, en la
línea del frente.
Él continuó, sus ojos escaneando las caras en los bancos mientras hablaba—. Vamos a
necesitar a alguien en quien confíe Taylor, para que nos ayude a convencerla de que ha
sido engañada. Samantha ha sido la mejor amiga de Taylor durante la mayor parte de su
vida y confiaba en ella, sobre otros, incluso sobre Gabriel, de quien ha caído enamorada.
En resumen, creo que Samantha es nuestra salvación.
El jefe de los Ancianos se acarició la barba gris, pensativo. Parecía estar considerando las
palabras de Christopher—. Estoy de acuerdo con usted, pero primero tenemos que
encontrar la manera de acercarnos a Taylor lo suficiente para permitir que Samantha
hable con ella.
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Capitulo 47 Traducido por Pily
Corregido por Hanna Marl
l grupo realizó su travesía hacia el comando central. En el camino, muchos
ángeles no querían dejar de hablar con Gabriel, diciendo cosas como:
—Gabriel, hace mucho tiempo que no nos vemos, ¿cómo estás? —O cosas
como—: Hey, Gabriel, ¿quién es la chica?
Muchos de los ángeles eran mujeres y a Taylor no le gustaba la forma en que miraban a
su novio. En primer lugar, todas eran increíblemente hermosas, haciéndola ver más
corriente de lo habitual. En segundo lugar, él no las cortó de la forma en que ella había
esperado.
Sus respuestas eran por lo general—; Más tarde, Rose, estamos en un apuro —También
cosas como—: Las alcanzaremos pronto, Sandra, tengo que correr.
Taylor no quería que Gabriel "alcanzara" a cualquiera de estas hermosas mujeres. Se
sintió aliviada cuando por fin llegaron a su destino. El único lugar con claridad, Gabriel
dio un puñetazo en un código de la puerta y se abrió, girando como un molinete del
centro. Mirando el interior, pudo ver un bullicio de actividad, como ángeles
diagramando estrategias de ataque en las pizarras, mirando los sistemas de seguridad, y
gritando órdenes en auriculares. Trató de distinguir cuál era la misteriosa Cassandra,
pero no vio a nadie que pudiera adaptarse a la descripción.
Cuando entraron en la habitación, el frenesí de movimiento, así como toda la
conversación, se detuvieron abruptamente. Entonces la vio. Inicialmente estaba de
espaldas a ellos, pero entonces, con un remolino de pelo rubio perfectamente liso, se
volvió, y con los ojos perfectamente azules, miró sobre ellos desde el otro lado de la
habitación. Sonrió con una sonrisa perfectamente blanca y se dirigió a su encuentro con
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pasos perfectamente agraciados. Mierda, pensó Taylor, Cassandra es perfecta, yo no
tengo una oportunidad.
—Bienvenido de nuevo, Gabriel —dijo Cassandra, besándolo en la mejilla y en general
haciendo caso omiso de la presencia de Taylor.
—Cassandra —dijo Gabriel con frialdad, poniéndole su mejilla.
Puso su brazo alrededor de Taylor y la atrajo hacia él—. Esta es mi novia, Taylor.
Taylor, conoce a Cassandra.
Taylor fue gratamente sorprendida por esta muestra de afecto de Gabriel frente a la
supermodelo y le dio un poco de confianza. Dijo—: Es un placer conocerte. Gabriel me
ha dicho lo buena amiga que siempre has sido para él.
—Oh, qué bien —se burló Cassandra—. Has encontrado una mascota humana.
Miró a Taylor de arriba a abajo, inspeccionando sus vaqueros rotos, el tatuaje, y el estilo
punk.
—Y con lo adorable que es...
—Supérate, Cass. Taylor tiene más poder dentro de ella de lo que podrías esperar tener.
Ahora a un lado, tenemos que ver al Consejo —ordenó Gabriel.
Mientras que Cassandra había tenido bastante éxito en el ejército ángel, Gabriel todavía
la superaba de manera significativa, y se volvió de lado para dejarlos pasar. Sus ojos no se
apartaban enojados de Taylor, pero esta le devolvió la mirada sin pestañear,
manteniendo la ventaja que había adquirido cuando Gabriel la defendió. Por el
momento, incluso consideró perdonarlo por su segunda ronda de mentiras, sólo para
fastidiar a Cassandra manteniéndolo fuera del mercado.
Los otros ángeles en la habitación habían visto el intercambio con interés, pero ahora, al
ver que la acción había terminado, volvieron a su planificación y estrategia. Al llegar al
otro extremo del centro de mando, Sampson dijo—: Wow, Gabriel, realmente la
maneja. Es divertido ver a alguien que la puso en su lugar por una vez.
Gabriel sonrió y dijo—: Ella es una engreída, desagradable, pequeña sabe-lo-todo, y
estoy harto de su mierda. No le hagas caso, Taylor, todo el mundo aquí se da cuenta de
que eres especial.
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Quería darle un beso allí mismo, pero controló su impulso y en su lugar dijo—: ¿Y ahora
qué?
Gabriel dijo—: Este es el cuarto de guerra, donde se hacen normalmente las decisiones
estratégicas fundamentales. Por lo general, es utilizado sólo por los generales y el
comandante, y el Consejo participa por videoconferencia, pero como dijo Sampson en el
camino, todo el Consejo está aquí en persona.
—Esto es impresionante, Gabriel, gracias por traerme, —dijo David, temeroso del centro
de mando.
—No hay problema, hermano, pero por desgracia, sólo Taylor yo nos encontraremos
con el Consejo. Sin embargo, bajo mi autoridad ustedes pueden permanecer en el centro
de control y observar durante el tiempo que quieran.
—¡Maravilloso, gracias!, —dijo David con entusiasmo—. ¡Mis amigos no van a creer
esto!
—Buena suerte, hombre, —dijo Sampson, dándole otro abrazo.
—Gracias, los veremos más tarde.
Presionó su dedo brillante en la puerta y esta se abrió para él. Taylor inspiró
profundamente.
Se movieron más allá de la puerta y estas se cerraron automáticamente en el instante en
que estaban en el interior. Ahora estaban en un pequeño cuarto intermedio que separa
el centro de mando de la Sala de Guerra. Gabriel se acercó con confianza a la siguiente
puerta y repitió el truco del dedo. Abrió sus puertas a su comando.
Al entrar en la habitación de al lado, Taylor ignoró a los treinta y cuatro ojos que la
observaban desde la larga mesa. Gabriel sacó una de las dos sillas restantes para que se
sentara y luego la acerco más a la mesa. Estaba sentado en el último asiento libre.
Gabriel habló primero—: Dionysus, Concejales, conozcan a Taylor Kingston, la chica
cuya llegada estoy seguro de que todos ustedes han estado esperando ansiosamente.
El ángel en la cabecera de la mesa se levantó de su asiento y los otros dieciséis ángeles
siguieron su ejemplo. Comenzó a aplaudir y luego los otros ángeles se unieron a él, un
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total de aplausos para recibir a la señora del momento y al ángel que le había
acompañado.
Dionysus caminó alrededor de la mesa. Taylor se tensó mientras se le acercaba. Le tomó
la mano y se la besó suavemente—. Soy Dionysus, el Jefe del Consejo Arcángel —dijo—.
Siempre estaremos en deuda por su disposición para ayudarnos.
Taylor se sintió incómoda. No sabía cómo dirigirse a él por lo que dijo—: Gracias, su
majestad, es un placer.
Hubo un par de risitas alrededor de la mesa por haber usado un pronombre
normalmente reservado para la realeza. Miró a los culpables, que parecían sorprendidos
por su audacia.
—Me puede llamar Dionysus, porque no soy de la realeza. El Consejo es una democracia
que, por necesidad, necesita una cabeza para garantizar que se siguen los protocolos.
—Gracias, Dionysus —dijo, corrigiéndose.
Como Dionysus volvió a la cabecera y se sentó, Taylor examinó la habitación. Sentados
en la mesa estaban algunas de las personas más impresionantes que jamás había visto en
persona. Cualquiera de ellos podría ser fotografiado y ser colocado en la portada de las
revistas nacionales y lucir totalmente natural. Había cinco mujeres y once hombres.
Al sentarse, Dionysus cruzó las manos y las colocó sobre la mesa frente a él.
—Ahora, damas y caballeros, tenemos trabajo que hacer. Gracias a Taylor, ahora
tenemos la posibilidad de ganar por fin la gran guerra y derrotar al enemigo más grande
que la humanidad haya visto jamás, el ejército de demonios. Comandante Lewis, ¿has
traído una propuesta de estrategia?
Un hombre robusto con el pelo negro corto y una barba blanca estaba de pie frente a la
pared más larga en la habitación. A excepción de su color de pelo, sus rasgos eran muy
jóvenes; Taylor supuso que estaba entre treinta y treinta y cinco años de edad. Su dedo
brillaba cuando tocó la pared. Apareció una pantalla de gran tamaño. La pantalla era lo
que parecía ser una vista por satélite del valle que habían sobrevolado cuando llegaron a
la montaña.
Señalando a la pantalla, explicó lentamente por consideración a Taylor.
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—Este es el campo de batalla y nuestras fuerzas están aquí.
Señaló el lado izquierdo del mapa.
—Mañana tenemos una batalla a gran escala programada con los demonios. Se estima
que al menos dos tercios de sus fuerzas estarán expuestos en el valle. El ancho del campo
de batalla es menos de dos millas de ancho, así que según las estimaciones que se nos
han dado, debemos ser capaces de imponer la devastación masiva en la mayoría del
ejército demoníaco en pocos minutos. ¿Sería correcto, Gabriel?
Gabriel respondió con confianza—: En base a nuestras pruebas —dijo, mirando a
Taylor—. Si un solo ángel aprovecha su aura, podemos, sin lugar a dudas, vaporizar algo
menos de dos millas.
El Comandante Lewis sonrió y se frotó las manos con avidez.
—Esta es exactamente la oportunidad que hemos estado buscando. La clave será evitar
la muerte de nuestras propias fuerzas, con fuego amigo. Tendremos que tener todo
nuestro ejército en la cancha para atraer las fuerzas demoniacas en el combate, pero los
Generales y yo proponemos una maniobra sincronizada, donde en el momento exacto
que se dispare el arma, nuestras tropas vuelan alto en el aire y fuera de la línea de fuego.
—Eso podría funcionar —comentó Gabriel—. Pero necesitamos que sea en el momento
perfecto. Demasiado pronto y los demonios huirán, sospechando la trampa, y demasiado
tarde... bueno, creo que todos sabemos lo que eso significa.
Dionysus se acarició la barbilla.
—Hmmmm —murmuró. Todos los ojos esperaban que hablara.
—Creo que es el mejor plan que tenemos en este momento. Vamos a separar la
estrategia de ataque de la estrategia de defensa con el propósito de votar. Consejo, vamos
a someter la estrategia de ataque descrita por el Comandante a votación. Quienes están a
favor...
Todas las manos de los miembros del Consejo subieron. El Comandante Lewis, los
Generales, y Gabriel y Taylor permanecieron inmóviles, ya que no se les permitió
participar en la votación.
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—Unánime. Excelente. Muchas gracias, señoras y señores. Regresemos a ti,
Comandante, para la estrategia de defensa.
Dionysus hizo un gesto a Lewis, que había permanecido de pie durante la primera
votación—. Gracias. Mientras que nuestro objetivo principal es la destrucción completa
de los demonios, tenemos un objetivo secundario que consiste en proteger la chi... digo
Taylor, de cualquier daño. —Hizo una pausa por un momento para ordenar sus
pensamientos.
Objetivo secundario, pensó Taylor. Se revolvió inquieta en su silla. Gabriel se dio cuenta
y le cogió la mano, sosteniéndola firmemente debajo de la mesa. Le dio una fuerte
patada y le soltó la mano.
Lewis añadió—: Ahora, tenemos que hacer todo lo posible para protegerla, ya que sin
ella, no podemos lograr nuestra meta principal. Es nuestro recurso más valioso.
Taylor estaba mareada ahora. Después de la ovación de pie, Dionysus besándola en la
mejilla, y "le agradecemos", pensó que los ángeles la respetaban como ser humano. No se
puede lograr nuestro principal objetivo. Más valioso recurso. ¡Todo lo que realmente
importaba era matar demonios! ¡Protegerla no tenía nada que ver con el cuidado de su
vida humana, sino que tenía que ver con matar a los demonios! Estaba cabreada y
consideró decir lo que pensaba, pero su mareo se estaba volviendo insoportable. Gabriel
pareció sentir el cambio en su lenguaje corporal y se inclinó para sostenerla.
Gabriel interrumpió—: Señor, si me lo permite. Hemos tenido un largo viaje hoy y creo
que sería mejor que Taylor se acueste por un tiempo. Una vez que se han tomado las
decisiones, el comandante Lewis puede llenar los detalles.
La voz de Dionysus se volvió tierna y suave como la seda y habló directamente a Taylor.
—Desde luego, querida, qué inconsciente de nuestra parte no pensar que estaría fatigada
por el viaje. Por favor, vaya, descanse y podemos hablar más tarde como sugirió Gabriel.
Taylor no creía que sería capaz de hablar sin vomitar por toda la mesa de la Sala de
Guerra, así que se limitó a asentir y empujó su silla hacia atrás, poniéndose de pie.
Gabriel sostuvo su brazo, tratando de ofrecerle apoyo si lo necesitaba, pero le restó
importancia. Sin hacer ruido, salieron de la habitación, caminaron por el Centro de
Comando y luego cortaron por un camino a través de un laberinto de seis o siete años de
pasillos que se torcían y daban vueltas.
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Las piernas de Taylor finalmente le fallaron y Gabriel tuvo que atraparla al caer, dejó
que la tocara en este momento. Se sentía débil. El extendió sus piernas y la cogió en
brazos, llevándola alrededor de un poco más de curvas antes de pasar por una puerta a la
izquierda. A través de sus ojos entrecerrados podía ver que estaban en una habitación
grande, luminosa, con una cama extra grande, una pequeña cocina y sala de estar
completa, con sillón y un sofá de dos plazas. Dijo—: Estamos solos, puedes descansar.
—Cuarto de baño. —Se las arregló para gemir.
La llevó al cuarto de baño de lujo que estaba impecablemente limpio.
—Bájame —murmuró y la puso de nuevo en pie. De inmediato cayó de rodillas y
vomitó, profanando el inodoro blanco brillante.
Gabriel mojó una toalla y se la llevó a Taylor, arrodillándose a su lado.
—¿Estás bien? —preguntó.
Tosió una vez, dos veces, y luego soltó—: ¿Te parece que estoy bien? —Cogió el paño
húmedo y se limpió la boca. Poniéndose de pie, abrió la cremallera de su bolsa de viaje,
que aún le colgaba en diagonal desde el hombro, y saco el cepillo de dientes de viaje y
un pequeño tubo de pasta de dientes. Haciendo caso omiso de Gabriel, que se cernía
sobre ella, se cepilló los dientes a fondo, agradecida de que el horrible sabor en la boca y
dolores y náuseas se habían calmado.
Al terminar, se abrió paso entre Gabriel, saliendo del cuarto de baño. Se sentó en el
borde de la cama. Él se sentó a su lado, apenas tocándola. Se sentaron sin hablar durante
un minuto. Parecía tener miedo de hablar después de la dura respuesta que había
recibido la última vez.
Por último, dijo Taylor—: ¡Sonaron como si fuera un trozo de carne allí, para ser usado
y arrojado a los perros!
—Lo siento por eso. No están acostumbrados a tener seres humanos a su alrededor,
especialmente en sesiones de estrategia —respondió débilmente en defensa de sus
líderes.
—¡Me dijiste que iba a ayudar a los ángeles, y no a ser utilizada por ellos! Hay una gran
diferencia, —gritó.
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—Lo sé, lo sé, tienes razón. Déjame hablar con ellos sobre esto. Tienen sus prioridades
mezcladas. Su objetivo principal debe ser tu protección y atacar a los demonios debe ser
secundario.
—¡No! Quiero hablar con ellos y decirles lo repulsivo que fue su comportamiento.
Déjame hablarles o no te ayudaré, —exigió.
—No creo que sea una buena idea. El Consejo responderá mejor conmigo. Me conocen y
confían en mí.
—¡No me importa si piensas que es una buena idea, eso es lo que vamos a hacer! —
levantó su voz de nuevo.
Gabriel le gritó—: ¡No importa lo que pienses, Taylor! ¡Vas a ayudar a destruir a los
demonios de cualquier manera!
Se lanzó a un lado, acostada en posición fetal sobre la cama, con los brazos cubriendo su
rostro. El sonido característico de llanto surgió de Taylor hecha un ovillo.
Tan pronto como había gritado las terribles palabras, supo que no debió hacerlo. Lo
curioso, sin embargo, fue que era probablemente la cosa más verdadera que nunca había
dicho. Toda su relación se había basado en mentiras y verdades a medias. Se dio cuenta
de que lo odiaba, y se odiaba durante algún tiempo. Debido a que la amaba. De verdad,
de verdad la amaba.
Ante el temor del daño que acababa de provocar, Gabriel se movió hacia ella, puso su
mano en la espalda y le dijo—: Taylor, por favor, te juro que no quise decirlo de la
forma en que sonaba. Lo siento mucho. Realmente te amo con todo mi corazón. Por
favor, Taylor. Por favor...
Se calló. Continuó frotando su espalda, trazando las curvas de su tatuaje deslizándose
con la punta de los dedos.
Su llanto comenzó a disminuir y, finalmente, se detuvo por completo, su respiración se
desaceleró a un ritmo suave. Parecía tan tranquila que empezó a preguntarse si había
llorado hasta quedarse dormida.
De repente, se sentó y lo miró, su cara llena de lágrimas apretada de rabia.
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—¿Ha sido todo una mentira? ¿Dices que me amas y sin embargo está dispuesto a dejar
que me pongan en peligro? Me has estado usando todo el tiempo. Mi madre no te
aprobaría. —Escupió las últimas palabras, las burbujas de saliva volando de sus labios.
Gabriel sabía que la última frase era la más terrible de todas. Taylor le había contado
todo acerca de su madre y la relación que tenían antes de morir. No tener la aprobación
de su madre era igual a no tener la aprobación de Taylor. El dolor de sus palabras le
atravesó el pecho.
—No, juro que no es cierto. Te quiero con todo mi corazón, y usaré todo mi poder para
protegerte.
—Está bien, entonces llévame lejos de este maldito lugar, —exigió Taylor.
La mente de Gabriel giraba, mientras trataba de resolver un problema sin solución.
Había un sinfín de posibles métodos para escapar del complejo, sin embargo, cada uno
de ellos daría lugar a un callejón sin salida o captura. El salir de la sede de ángeles sin la
autorización adecuada era tan difícil como entrar.
Y por mucha autoridad que tuviese dentro de la montaña, el tipo de autorización que
era necesaria, para la salida, no la tenía. La única salida sería con el ejército, cuando
salieran al campo de batalla.
—No puedo hacer eso. Si hubiera alguna manera de que pudiera, lo haría, —dijo—, pero
no hay manera de salir ahora. No tenemos más remedio que seguir el plan del Consejo.
—Voy a morir, —dijo.
—Te lo prometo, voy a morir para protegerte si tengo que hacerlo. Voy a demostrarte
que realmente te quiero.
Evidentemente, Taylor no estaba de humor para perdonar.
—Si me quisieras nunca me hubieras traído aquí, —dijo en tono acusador.
Al oír sus palabras, los pensamientos de Gabriel se oscurecieron. Incluso si era capaz de
protegerla, y los ángeles derrotaran a los demonios, nunca lo amaría de nuevo, sobre
todo teniendo en cuenta que el siguiente movimiento de Dionysus sería esclavizar a la
raza humana. Le odiaría para siempre, incluso si era capaz de negociar una vida
relativamente normal para su familia en el Nuevo Mundo.
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¿Que era más fuerte, su devoción a la causa de su pueblo o su compromiso con la mujer
que amaba? ¿Pero era realmente la causa de su pueblo o simplemente la causa de unos
locos que querían dominar la tierra? Sí, le habían enseñado que los seres humanos eran
inferiores a los ángeles y tal vez lo eran en algunos aspectos, pero en otros aspectos eran
iguales o incluso superiores a los ángeles. Tenían una increíble capacidad de amar y de
perdonar, así como la voluntad de ayudarse unos a otros en tiempos de necesidad. ¿No
merecía la pena reconsiderar si los ángeles podían vivir junto a los humanos como
sugerían los demonios?
¿Por qué había sido tan estúpido, tan ciego por su propia ambición? ¿Qué clase de
monstruo había llegado a ser? Sus padres seguramente no lo plantearon de esta manera.
Fueron amables, amaban a las personas, que sólo apoyaban la supuesta "causa ángel"
porque creían que estaban protegiendo al mundo de los demonios del mal, los mafiosos
del inframundo.
Gabriel sabía que el Consejo nunca cambiaria sus planes, por lo que tuvo que tomar una
decisión. Sacrificar el amor y volver a dedicarse al el plan, o seguir su corazón y
encontrar otra manera de salir de este lío. Ver la ira de Taylor hacia él solidificó su
decisión. No podía vivir sin ella y, más concretamente, no podía vivir en un mundo sin
su amor.
Esto significa tres cosas: que tenía que protegerla, tenía que evitar que su aura fuera
utilizada para destruir a los demonios, y que tenía que llevarla lejos del infierno.
Todos estos pensamientos se derramaron a través de su mente en menos de un minuto
con Taylor mirando a la pared, sin poder siquiera mirarlo. Finalmente dijo—: Bueno, yo
tenía que traerte aquí y ahora, al menos, tener la oportunidad de ayudar a la humanidad,
al ganar una guerra que se está librando en su nombre. Haré lo que pueda para
protegerte y entonces voy a devolverte a la Universidad una vez que esto haya
terminado. Voy a ir con el Consejo para ultimar los planes y luego voy a traer un poco
de comida de vuelta para nosotros. Podemos hacer los planes juntos y luego dormir un
poco. Siento que te he decepcionado, espero que algún día me perdones. —dijo todo
esto con tan poca emoción como era posible, temeroso de lo que su voz temblorosa le
habría. Pensó que era mejor si decía una última mentira por su propio bien, era mejor
que ella no supiera lo que estaba planeando. Más tarde, una vez que hubieran escapado,
se lo diría todo, toda la verdad. Si tenía suerte, ella lo perdonaría y volvería a él
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Capitulo 48 Traducido por Maddy
Corregido por Hanna Marl
e vuelta en la guarida, los Ancianos habían ultimado una estrategia. Por supuesto,
mucho dependía de si Taylor se encontraba al frente en la línea de ángeles
cuando el ataque eventualmente viniera. Los Ancianos estuvieron de acuerdo con
la estrategia que tendría lugar para cada batalla en el futuro, como los ángeles podrían
decidir utilizar el poder de Taylor cualquier día que eligieran. Dado su conocimiento de
Dionysus, Clifford creía que el ataque probablemente vendría más temprano que tarde.
El plan consistía en localizar primero la posición de Taylor utilizando un escáner
infrarrojo—debido a la fuerza de su aura ella se mostraba como una imagen brillante en
el mapa. Una vez localizada, los demonios iban a enviar a todos sus soldados a su
ubicación. Las tropas se teletransportarian tan cerca de ella como pudiera y llamarían la
atención de los ángeles que la defendían. Esperaban que ella tuviera los ángeles mas
fuertes protegiéndola, incluyendo a Gabriel.
Con los ángeles que defendían el frente distraídos por la ferocidad del ataque de los
demonios, Chris y Sam intentarían teletransportarse detrás de Taylor y conseguir su
atención. Idealmente, esperaban que si Sam la llamaba, Taylor estaría más dispuesta a
venir con ellos sin dar la alarma. Entonces Chris los teletrasportaría a todos de vuelta a
la guarida.
En el caso de que Taylor se negara a venir con ellos, Chris haría todo lo posible para
llegar a ella. Si era capaz de tocarla, podía teletransportarlos a donde Sam los esperaba y
luego sacarlos a todos de manera segura.
La condición de todo el plan era que Taylor no podía sufrir ningún daño en el proceso.
Los demonios que atacarían tenían instrucciones estrictas de no poner las manos sobre
ella y actuar simplemente como una distracción para Chris y Sam.
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Se suspendió la sesión y Chris tomó la mano de Sam—. Estuviste genial allí, creo que a
Clifford le gustas mucho. A partir de ahora, si te digo que me dejes hablar a mí,
simplemente ignorarme. Te manejaste mucho mejor de lo que yo jamás podría haberlo
hecho.
Sam sonrió ante el cumplido—. Gracias, estaba un poco nerviosa cuando entré y todas
esas personas mayores me miraban, pero por alguna razón siempre me siento más
cómoda cuando mi boca comienza a moverse.
—No me he dado cuenta, —bromeó Chris.
—Muy gracioso. Ahora, ¿qué tal le das a esta chica un recorrido por este loco lugar?
—Me encantaría, pero ¿no estás cansada aún? Es casi medianoche.
—¿Medianoche? Caray, creo que perdí la noción del tiempo al estar bajo tierra. ¿A qué
hora tenemos que levantarnos mañana? —preguntó Sam, esperando tener oportunidad
para dormir.
—La buena noticia es que las batallas son programadas generalmente alrededor de las
dos de la tarde, pero la mala noticia es que los participantes tienen que empezar a
prepararse a las nueve de la mañana, así que si quieres tener tiempo para ducharte y
desayunar tendremos que levantarnos muy temprano.
—Uff. Supongo que puedo sacrificar parte de mi sueño de belleza para ayudar a salvar a
Taylor. Despiértame a las siete, porque definitivamente quiero tener tiempo suficiente
para prepararse. ¡Una chica tiene que verse bien si va a estar por ahí salvando al mundo!
Chris se echó a reír y dijo—, Sam, te verías bien incluso si sales de la cama y caminas
directamente hacia fuera de la puerta.
—Vaya, gracias, señor Lyon, eres un caballero. ¿Le importaría escoltarme a mi
habitación?
—Claro, pero una vez que lleguemos ahí espero que me permitas quedarme por unos
minutos, sólo para asegurarme de que está bien, —dijo con picardía.
—Esperaba que dijeras eso, —respondió Sam con una sonrisa sexy.
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Capitulo 49 Traducido por Maddy
Corregido por Meellc
abriel había estado ocupado. Dejó a Taylor en su habitación después de advertirle
que no hiciera nada estúpido, porque habría guardias apostados ante su puerta por
"protección". Entonces se fue y volvió a la Sala de Guerra. Todo el mundo se
había ido a excepción de Dionysus y el Comandante Lewis. Quienes estaban enfrascados
en una conversación cuando entró sin anunciarse. Dionysus le hizo señas para que se
uniera a ellos.
—Ah, Gabriel. Hemos estado preocupados por la chica, parecía muy disgustada cuando
te fuiste.
Gabriel sabía que era mejor no mentirle demasiado a la Cabeza del Consejo, por lo que
se aseguró de que su respuesta tuviera al menos algo de verdad.
—Para ser honesto, mi lord, no apreció el hecho de que su seguridad estuviera
recibiendo segunda prioridad en el plan. Se siente como si estuviera siendo utilizada por
el Consejo. Fui capaz de calmarla y ella aun está de acuerdo en ayudarnos, pero tenemos
que ser un poco más cuidadosos sobre cómo hablamos de ella cuando está cerca.
—Creo que veo su punto a pesar de que no cambia el hecho de que nuestro principal
objetivo será utilizar su poder para destruir a los demonios. Cualquier cosa lamentable
que ocurra como consecuencia de nosotros tratando de alcanzar esa meta sólo hay que
considerarla como daños colaterales necesarios.
—No obstante, creo que podemos calmar fácilmente sus temores disculpándonos y
simplemente mintiéndole cuando este cerca, quizás decirle que nuestro principal
objetivo ha cambiado para mantenerla segura. ¿Qué le parece?
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—Creo que podría funcionar —dijo Gabriel, aunque no estaba seguro de que lo haría.
De cualquier forma realmente no le importaba él iba a formular un plan diferente—.
Por qué no viene conmigo cuando le lleve la cena y le pide disculpas en nombre de la
Consejo.
Dionysus sonrió con malicia. —Excelente. Comandante, ¿Hemos terminado aquí?
—Sí, señor, podemos terminar la sesión informativa en la mañana.
—Muy bien, vamos a hacerle una visita a la chica.
Al salir, Dionysus tiró de Gabriel a un lado para explicarle la estrategia que había sido
aprobada por el Consejo. Gabriel parecía satisfecho, aunque Dionysus dejó fuera algunos
puntos clave. El no necesitaba saberlos.
Después de recoger algo de comida de la cocina, Dionysus y Gabriel llamaron
suavemente a la puerta de Taylor. Cuando no hubo respuesta, Gabriel abrió la puerta y
dijo—: Taylor, Dionysus y yo vamos a entrar.
Dionysus dio una mirada alrededor de la habitación. Todo parecía estar en orden.
Cuando se acercaron a la cama, vio un ligero bulto aproximadamente del tamaño de su
cuerpo. El sonido de una respiración pesada vino del bulto.
Gabriel se arrodilló y le tocó el hombro. —Taylor, hemos traído algo de comida.
Taylor se dio la vuelta y tomó la comida. Empezó a comer con avidez, ignorándolos
completamente. Cuando por fin levantó la mirada, frunció el ceño ante Dionysus, sus
ojos se estrecharon y lo perforó con la mirada.
—¿Cómo esta? —preguntó Dionysus.
—Delicioso —murmuró, con la boca llena todavía.
—Bien, ciertamente tenemos un excelente chef. Taylor, estoy aquí porque Gabriel me
dijo que estabas un tanto angustiada. —El rostro de Taylor era como de piedra—.
También me dijo por qué estabas molesta y he pensado mucho en ello. Me he dado
cuenta de lo terrible que debe haber sonado y realmente me apena haberte causado
algún malestar emocional. Quiero pedirte disculpas en nombre del Consejo. Estábamos
fuera de lugar y por lo tanto hemos cambiado nuestros objetivos de la misión, tu
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seguridad es nuestra prioridad número uno. ¿Podrías por favor perdonarnos? —Hizo
que su voz sonara tan suave como pudo, saturándola con bondad y preocupación.
Taylor lo miró pensativa y luego preguntó—: Eso depende, ¿está diciendo todo esto sólo
porque tienen miedo de que no vaya a cooperar?
El rostro de Dionysus se puso blanco. ¿Cómo se atrevía esta chica humana a acusarlo de
mentir? Contó hasta diez, permitiendo que su presión arterial volviera a la normalidad
antes de contestar.
—Querida, hemos estado tratando de salvar a la humanidad de los demonios durante
décadas y ahora nos encontramos tan cerca tememos que algo salga mal. Sin embargo,
mi disculpa es sincera, porque si no te protegemos, entonces todo por lo que hemos
estado trabajando habrá sido en vano.
Taylor miró a Dionysus sin emoción durante tanto tiempo que incluso el Jefe del
Consejo comenzó a sentirse incómodo. Entonces repentinamente rompió el contacto
visual y le dijo —Está bien, le perdono, por favor no permita que vuelva a suceder. Voy
a hacer lo que piensa que es necesario ganar esta guerra. —Dejó el plato vacío y dijo—:
Estoy muy cansada ahora, así que Gabriel, ¿Puede explicarme la estrategia por la
mañana si le parece bien?
Dionysus respondió —Por supuesto, querida... y gracias. Dulces sueños. —Giró sobre sus
talones y salió por la puerta, con una malvada sonrisa formándose en su hermosos
rostro.
Cuando Dionysus se hubo ido, Gabriel la miró con curiosidad y le preguntó—: ¿Estoy
perdonado, también?
—Aun no he llegado ahí, Gabriel. ¿Cómo puedes esperar que esto funcione cuando sólo
nos conocimos porque estabas en una misión para reclutarme para tu causa?
—Porque te amo —respondió simplemente Gabriel.
—Eso podría no ser suficiente. Podemos hablar de eso después de que todo esto termine.
Ahora dime el plan.
Pregunto cómo si se hubiera dado cuenta de que él estaba haciendo sus propios planes,
tartamudeó—: ¿El... el plan? Pero, ¿cómo? ¿Qué quieres decir?
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Taylor lo miró como si estuviera loco y le dijo—: ¿Qué es lo que te pasa esta noche, estás
loco? Ya sabes, el gran plan, ¿cómo vamos a derrotar a los demonios?
Gabriel se sintió aliviado de que no hubiera adivinado sus pensamientos y la sangre
corrió de nuevo a su cara. —Oh, sí, el plan. Pero le dijiste a Dionysus que querías
dormir.
—Eso fue sólo para deshacerme de él —dijo, haciendo un gesto hacia la puerta por la
que recientemente acababa de salir Dionysus.
Ahora Gabriel estaba realmente sorprendido. Ella acababa de mentirle a uno de los
mejores mentirosos del mundo. Se preguntó sobre qué más podría haber mentido. —
Está bien, no hay problema.
Durante la siguiente hora Gabriel la llevó a través de la detallada estrategia. No tendría
que hacer mucho, excepto actuar como un conducto para que su aura pudiera ser
utilizada por cuatro ángeles atacantes especialmente elegidos. Los atacantes eran los más
poderosos en el ejército y también eran considerados los mejores tiradores, capaces de
destruir objetivos a grandes distancias. Los cuatro ángeles estarían elevados en
plataformas así ellos siempre tendrían una línea de visión clara para aprovechar el aura
de Taylor.
El resto de las fuerzas angélicas estarían extendidas sobre el campo para evitar llamar la
atención sobre la ubicación de Taylor. Sin embargo, como Dionysus prometió, la
seguridad de Taylor sería una gran preocupación y los doce ángeles más grandes serían
los responsables de crear un muro a su alrededor. Por recomendación de Gabriel, el
estaría de pie junto a Taylor como última línea de defensa, por si acaso los principales
protectores eran asesinados.
Cuando Gabriel terminó, Taylor no dio ninguna indicación de si aprobaba la plan. En
cambio, simplemente le dio las gracias y le deseó buenas noches. Gabriel consideró
preguntarle si le gustaría que durmiera en el sofá, pero ya sabía la respuesta, por lo que
solo se fue, prometiendo despertarla para el desayuno por la mañana.
Se fue a la cama, cayendo a la deriva en un duermevela agitado lleno de sueños acerca
de lo que podría suceder al día siguiente, el día que resultaría ser uno de los más
importantes en su vida.
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Capitulo 50
Traducido por Candas_12
Corregido por Pily
aldita sea, maldita sea, maldita sea! —murmuró Taylor para sus adentros. El
malestar se había transformado en enojo, luego en tristeza y ahora otra vez en
ira. Estaba furiosa.
¿Cómo podía haber sido tan estúpida? Se sentía como una de esas idiotas, cabezas huecas
con grandes senos de la secundaria —quienes caían tan fácilmente por las palabras
dulces de los chicos calientes, impulsadas por las hormonas. Ellas creían que los chicos
las amaban, al igual que Taylor creía que Gabriel la amaba. Ahora sabía que todo era un
brillante acto, por un brillante actor. Había sido utilizada. Por algo que ella ni siquiera
sabía que tenía hasta unos pocos meses atrás: su aura.
Pero estaba cansada de sentir lástima de sí misma. Su madre le había enseñado a ser
fuerte, ser un luchadora. Se puso de pie y miró la parte posterior de su hombro en el
espejo. Es por eso qué se había hecho el tatuaje. Una forma de joder a los que trataron
de hacerla infeliz —como una serpiente.
Podría hacerlo por las siguientes veinticuatro horas, tal vez ayudaría a los ángeles a
derrotar a los demonios, pero luego pondría fin a las cosas con Gabriel, y volvería a ser
ella misma, en lugar de una tipa obsesionada, deseando amor, necesitada, incómoda-en-
su-propia-piel, imbécil que salta de novio en novio a causa de alguna inseguridad
transmitida de generación en generación. Su madre le había educado mejor que eso, le
había mostrado una mejor manera de ser, le había enseñado a amarse a sí misma, a ser
M
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ella misma. Era Taylor de nuevo, no la novia de Gabriel, o Taylor y Gabriel. Sólo
Taylor. Y eso era suficientemente bueno.
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Capitulo 51
Traducido por Pily
Corregido por LilikaBaez
l día siguiente, Gabriel se levantó de la cama temprano, después de haber
dormido durante seis horas. Se alistó rápidamente, vistiendo una cómoda camisa
blanca y pantalones blancos holgados. Su atuendo parecía similar a las
vestimentas de hospitales, pero era lo que siempre llevaba en el día de la batalla. La ropa
suave era cómoda debajo de la armadura que él típicamente desgastaría en el campo de
batalla. Algunos ángeles decidieron no llevar armadura, pero Gabriel fue educado desde
pequeño que sólo porque su piel fuera más dura y sanara más rápido que la de los
humanos no significaba que debería protegerlo de cualquier daño. Siempre llevaba
armadura, pero hoy iba a ser una excepción.
Listo en minutos, salió de su habitación y se dirigió directamente a la de Taylor,
esperando que ella todavía estuviera durmiendo después del largo día de viaje y el estrés.
Llamó a la puerta y nadie respondió así que la abrió como lo había hecho la noche
anterior. Entró llamándola por su nombre en voz baja, pero no recibió una respuesta. La
cama estaba hecha por lo que se asomó al cuarto de baño. Estaba vacío. Caminando por
la sala una vez más, se dio cuenta de una pequeña nota en la almohada que había
perdido la primera vez que miró a la cama. Decía:
Espero que no te importe, me levanté temprano y tenía hambre, así que pedí a uno de
los guardias que me mostrara el camino a la cocina. Nos vemos allí.
Taylor.
Suponiendo que la nota era cierta, Gabriel se sintió aliviado de que no hubiera pensado
en nada estúpido, como intentar escapar, pero sus temores no se disiparon por completo
al verla sentada con Sampson y David en una mesa en el comedor. Su plato
aparentemente había estado lleno de huevos, tocino y tostadas, pero ahora estaba medio
vacío.
A
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La miró por un momento antes de acercarse. Tensa como parecía estar cuando la había
dejado la noche anterior, era todo lo contrario esta mañana. Se estaba riendo de algo que
uno de ellos había dicho, Sampson probablemente. Su rostro parecía relajado y libre de
estrés ¡Qué diferencia había hecho una buena noche de sueño! ¿O era todo un acto?
Después de su brillante representación de la noche anterior, no estaba seguro de nada.
Cuando se acercó a la mesa, Taylor lo vio. La sonrisa permaneció en su rostro mientras
decía: —Menudo guerrero eres. Pensamos que nunca te levantarías.
Encantado de que la ‘vieja’ Taylor hubiera regresado, decidió poner las cosas en claro.
—Me gusta dormir en el día de lucha. Me impide conciliar el sueño cuando se supone
que debo estar marchando, ¿no es cierto, Sampson?
Sampson le miró fijamente y puso los ojos en blanco.
—¡Sólo ha pasado una vez, hombre, le puede pasar a cualquiera!
Taylor miró a Gabriel, claramente confusa en cuanto a lo que estaban hablando.
Gabriel explicó: —Una vez, se suponía que Sampson marchara con el cuarto cuadrante
de soldados de tierra, pero estaba tan cansado que se quedó dormido a las afueras de las
puertas de batalla con la cabeza contra una roca. A pesar de la épica batalla que ocurrió
ese día, durmió durante toda la lucha. Casi fue expulsado del ejército a causa de esto.
Taylor y David se estaban riendo ruidosamente a costa de Sampson, ninguno de ellos
habían incluso oído la historia.
—Ja, ja, muy gracioso. Riámonos todos de la metida de pata —dijo Sampson. Actuó
como si estuviera molesto, pero se podría decir que estaba contento de que la historia
había sido tan divertida para todos.
Todavía riéndose y alegrándose de que las cosas parecían estar mejor con Taylor, Gabriel
tomó un plato de comida de la cocina y se reunió con sus amigos. Ella había terminado
de comer.
—Apúrate, Gabriel, Sampson me va a mostrar todo el conjunto —dijo.
Haciendo caso omiso de su burla, tragó su comida en menos de dos minutos y dijo—:
¡Muy bien, vamos!
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Sampson condujo a Taylor por un camino a través del complejo, destacando varios
aspectos de interés a lo largo del camino.
—Aquí tienes el arsenal, a tu izquierda está la planta de energía central, y más allá de
esa puerta están los campos de entrenamiento que viste ayer —Fueron algunas de las
cosas que mostró el guía turístico, como él se declaró.
Siendo él mismo, Sampson dijo un montón de bromas también, por lo que sus tres
seguidores estaban constantemente viniéndose abajo de risa. Estaba contando una
cuando pasaron por una puerta enorme, con un "Estrictamente Personal Autorizado”
sólo debes entrar.
Estaba diciendo—: ¿Alguna vez te dije cuál fue la época en que Gabriel consiguió sus
alas atrapadas en medio de los postes de la cerca de la escuela primaria ángel?
Taylor estaba a punto de responder que le encantaría escuchar la historia, cuando vio las
grandes puertas de metal. — ¿Qué hay ahí dentro? —preguntó.
Sampson dijo—: Ah, uno de mis lugares favoritos. Se trata de los corrales de las gárgolas.
Normalmente no podría entrar, pero ya que tenemos la suerte de tener un ángel tan
importante con nosotros, podemos estar en cualquier lugar que queramos, ¿verdad,
Gabriel?
Taylor miró a Gabriel—. ¿Qué quiere decir ‘corrales de gárgolas’? Pensé que sólo los
demonios utilizaban gárgolas, como la que vi.
Antes de que Gabriel pudiera responder, los ojos de David se habían ampliado y él
exclamó— ¿Has visto a un demonio gárgola, Taylor?
—Sí, malditamente cerca de matarme hasta que mi héroe se abalanzó y me rescató de
sus malditas garras.
Gabriel saltó rápidamente, tratando de aclarar las cosas.
—Ella nunca estuvo en peligro real, los demonios estaban tratando de jugarle una
broma. Ya sabes, darle un poco de miedo.
—Dile eso a sus garras y colmillos afilados —replicó ella.
—Wow, Taylor —dijo David, mirándola con asombro—. Incluso yo sólo he visto fotos
de ellos.
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Sampson respondió a su pregunta original—: La gárgola que viste fue criada a partir de
dos demonios, las gárgolas que tenemos son criadas a partir de dos ángeles. Son bastante
similares en apariencia básica, excepto que los nuestros son la luz y las de ellos son
oscuras, algo así como la diferencia entre ángeles y demonios.
—Quiero verlas —exigió Taylor.
—No estoy seguro de que sea una buena idea —respondió Gabriel.
—Vamos —instó Sampson—. Las verá durante la batalla de todos modos, así que
también le dará una idea de qué esperar para que no esté sorprendida.
—Bien, pero sólo un rápido vistazo.
— ¡Maravilloso! —exclamó David.
Gabriel tocó con el dedo hacia la puerta y se produjo un fuerte chirrido mientras los
paneles de intersección de metal se movieron hacia arriba y hacia abajo para revelar un
amplio paso más allá de ellos. El pasaje fue inusualmente oscuro para el complejo ángel,
dándole la apariencia de un calabozo.
Gabriel guio el camino con David pisándole los talones. Sampson y Taylor siguieron de
cerca. Pasaron dos, luego cuatro alcobas en cada lado. Cada espacio estaba cerrado por
rejas gruesas y pesadas. Los espacios estaban vacíos. Cuando se acercaron a los próximos
dos juegos de barras, Gabriel aminoró el paso.
El fuerte sonido de la respiración rompió el silencio.
—Oye, amigo, acaban de venir a saludarte —dijo Gabriel al llegar a la celda.
David se quedó sin aliento—. ¡Wow, es increíble! ¡Nunca he visto una en persona!
El interior de la celda quedó a la vista de Taylor, vio un animal blanco enorme con un
cuerpo muy similar a la que la había atacado. Sentado sobre sus patas traseras, se parecía
a un dinosaurio a excepción de su cabeza, que parecía humana, de un modo extraño,
mutado.
Las principales diferencias entre las gárgolas ángel y demonio eran de naturaleza
cosmética: la versión ángel era de un color blanco puro, con ojos azules y manchas de
pelo blanco-rubio, frente a los ojos negros y vello oscuro del monstruo demoniaco que
se había encontrado en el bosque.
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Se quedó mirando a la criatura, sin pestañear. Curiosamente, la gárgola ignoró a sus
otros tres espectadores y se fijó en Taylor. Para una mirada más cercana, la bestia paseó
hasta las barras, sus piernas gigantes estrellándose con cada paso.
—Me pregunto por qué está tan interesada en ti, Taylor —dijo Gabriel. Estaba
desconcertado, confundido. De repente, sus cejas se arquearon, mientras se acercaba a
algún tipo de entendimiento.
— ¡Oh maldito infierno, puede ver el aura, Tay! —Las cosas de repente parecían
moverse en cámara lenta mientras Gabriel gritaba—. Coooorre... Taaaylllorrrr.
Mientras gritaba, corrió hacia ella, con los brazos extendidos. Era demasiado tarde.
La gárgola levantó un solo dedo de su garra hacia ella y al instante sintió una sensación
de hormigueo como había sentido cuando Gabriel había visitado por primera vez su
aura. Comenzó a brillar y sólo cuando la figura de Gabriel chocó con ella, hubo una
explosión de luz y barras de metal y la celda se vaporizo. La gárgola era libre.
Taylor se había quedado sin aire y resollando, tratando de recuperar el aliento, mientras
se acostaba boca abajo en el suelo con Gabriel parcialmente encima de ella. Empujó con
los brazos para tratar de liberarse, y Gabriel la oyó rugir de dolor cuando se levantó.
Evidentemente, él no había tenido tanta suerte como los demás, y aunque había sido
capaz de derribar a Taylor fuera del camino de la explosión, su pie había alcanzado el
borde de la misma.
Taylor miró el muñón destrozado al final de su pierna y vio un reguero de sangre blanca
y brillante fluyendo libremente de su extremidad.
Por suerte, la gárgola parecía un poco confundida por lo que había pasado y estaba
todavía arañando el aire vacío donde las barras solían estar, parecía estar tratando de
resolver las cosas en su cerebro.
A pesar de sus heridas, Gabriel gritó—: Sampson, David, ¿pueden hacerlo?
Sampson y David habían logrado evitar la explosión, rodando hacia el lado opuesto de la
célula de la gárgola. Sampson respondió levantando el puño con el pulgar hacia arriba.
Él ladró órdenes a David, quien parecía listo para la acción—. Distráela por el frente y
yo iré por las alas, ¿entendido?
David asintió con la cabeza.
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Taylor se puso de pie y ayudó a Gabriel a levantarse, estaba cojeando con una pierna.
Taylor se dirigió a la puerta con Gabriel saltando a su lado.
—Tenemos que salir de aquí rápido —indicó Gabriel.
Taylor fue incapaz de responder cuando todavía tenía problemas para respirar, pero
apretó el paso al escuchar su mando. Justo al salir de la puerta y voltear en la esquina, un
potente chorro de llama blanca se disparó a través de la puerta, lamiendo las paredes
rocosas. La gárgola finalmente se había movido de su celda.
Ellos siguieron avanzando por el pasillo, ya que detrás oyeron los sonidos de la lucha
que se estaban perdiendo. Agitada, la gárgola estaba gimiendo en señal de protesta, y el
rugido de fuego que escapaba de sus labios se hizo eco a través de los pasillos. Oyeron a
alguien, presumiblemente Sampson, gritar, — ¡Ahora!
Y luego un sonido de desgarro, seguido de un fuerte golpe. ¡La bestia había caído!
Se detuvieron y se dieron la vuelta. Gabriel gritó—: ¿Todo bien, chicos?
—No hay problema —anunció Sampson, que salía de la mazmorra con David detrás de
él.
David llevaba una amplia sonrisa, la adrenalina de su primer encuentro cercano con una
gárgola seguía bombeando por sus venas.
Taylor tocó el brazo de Gabriel y dijo—: Gracias por salvarme la vida.
—Es mi culpa, nunca deberías haber ido allí —respondió Gabriel.
—No, no, yo quería ir. Nadie podría haberlo visto venir. No importa ahora, tenemos que
llevarte a un doctor.
Estaba preocupada, ya que su pierna en jirones flotaba en el aire.
Gabriel se echó a reír.
—Es una simple herida superficial. Te olvidas de que los ángeles tienen increíbles
poderes curativos. Es raro tener una lesión que requiera que nuestros curanderos se
involucren. Vamos a volver a tu habitación a descansar y los podrás ver en acción.
Sampson, David, ni una palabra a nadie sobre lo sucedido. ¿Pueden hacerse cargo del
lío?
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—Claro, amigo —dijo Sampson. David lo miró frustrado porque no podría contar a sus
amigos la increíble historia.
Taylor y Gabriel hicieron su camino de regreso a su habitación a través de caminos que
rara vez se utilizaban, para evitar ser vistos. Como solución temporal, Gabriel se había
quitado la camisa y envolvió la parte inferior de la pierna en la misma, para no dejar un
rastro de sangre tras de sí.
Taylor no podía dejar de admirar su cuerpo tonificado y tenía un deseo repentino de
estar de vuelta en la universidad, joven y enamorada. Se preguntó si alguna vez le podría
perdonar por todo esto. Le había salvado la vida dos veces, lo que parecía justificar una
segunda oportunidad.
¡No! pensó. No otra vez, no sería más una estúpida. ¡Maldita sea! Deseó poder apagar su
cerebro.
De vuelta en la sala, Gabriel desligó lentamente la herida, que ya se veía mejor de lo que
se había visto en el calabozo. Lo que antes era sólo un muñón era ahora un tobillo
completamente formado. Ella observó con asombro cómo en cuestión de minutos, el
talón era reformado en frente de sus ojos. El agujero seguía sangrando y puso un dedo en
el líquido, recogiendo una gota en la punta. Lo puso frente a su ojo, lo inspeccionó de
cerca. El líquido era una sustancia tan blanca como jamás había visto. Más blanca que la
leche y brillaba como si fuera radiactiva.
—La sangre de un ángel puede curar muchas enfermedades humanas —explicó Gabriel.
—Sólo una gota en la frente puede curar un dolor de cabeza más rápido que el Tylenol.
Unas pocas gotas sobre una pierna rota pueden reparar los fragmentos del hueso en
cuestión de horas. Poner sangre de ángel en una herida de bala en realidad extrae la bala
y luego sella el agujero.
— ¿Por qué los ángeles no tratan de ayudar a los humanos heridos? —preguntó.
—Debido a que todavía estamos tratando de mantener nuestros secretos. En este punto,
no queremos alterar el equilibrio de la naturaleza.
—Eso es mierda y tú lo sabes. Deja de dar la respuesta ‘correcta’. Suenas como un robot.
Estaba harta de las mentiras. Y aún más enferma de creer en ellas. No más.
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Gabriel frunció el ceño, pero asintió con la cabeza.
—Tienes razón. La verdadera respuesta es que no sé por qué no usamos nuestra sangre
para ayudar a los humanos. Deberíamos.
Satisfecha con su honestidad, dijo— ¿Por qué nos atacó la gárgola? Si ha sido creada por
los ángeles, ¿no debería ser leal contigo?
—Excelente pregunta. Tienes razón en que las gárgolas ángeles no suelen causar daño a
los ángeles. Esto es especialmente cierto en el campo de batalla, donde hay un montón
de demonios para comandar su atención. Sin embargo, en estos lugares cerrados, cuando
una gárgola se distrae por un ser humano como tú, pueden llegar a ser menos
predecibles. Debería haber pensado en eso antes de llevarte a verla.
Su pie estaba completamente reformado ahora. Lo dobló hacia arriba y hacia abajo para
probar la movilidad y se puso de pie, poniendo todo su peso sobre él. —Como nuevo —
dijo—¿Cómo te sientes?
—Estoy perfectamente bien —dijo ella—. Vamos a terminar con esto.
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Capitulo 52
Traducido por Katiliz94
Corregido por LilikaBaez
l igual que Taylor y Gabriel, Samantha y Christopher se habían despertado
pronto. Sam había conseguido alistarse en tiempo record, lo cual les daba una
oportunidad para tener un desayuno largo juntos. Ella estaba vestida con sus
ropas de entrenamiento: una brillante camiseta roja sin mangas y sus pantalones negros
de Lululemon. Chris llevaba un simple par de shorts cortos y una sudadera negra con
capucha.
En el desayuno, los oscuros hombres y mujeres demonios en las otras mesas la miraban
con curiosidad, lo cual la ponía incomoda.
—Tal vez deberías presentarme para que puedan parar de mirarme —se quejó.
—Habrá mucho tiempo para eso después. De cualquier manera, ya saben quién eres
porque estabas nombrada en los documentos preliminares que recibieron esta mañana.
Eres esencial para la misión de hoy. Simplemente vamos a comer y después puedo
mostrarte dónde estaremos posicionados durante la batalla.
Sin sentir ganas de argumentar, Sam terminó su comida rápidamente y salió del salón.
Chris tenía una sonrisa astuta mientras caminaban por una pendiente pronunciada.
— ¿De qué estás riéndote? ¿Estás intentando darme un entrenamiento en estas colinas?
—dijo Sam.
—No, sólo emocionado por ver tu reacción ante algo —dijo secretamente Chris.
Sam parecía sorprendido y optó por no preguntarle más mientras caminaban más y más
alto. Alcanzaron un conjunto de escaleras que parecían elevarse por siempre. Más de
unos doscientos pasos después, Sam había perdido la cuenta después del noventa y seis,
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alcanzaron lo alto. Sam podía ver la luz proviniendo de un pequeño agujero en la pared
de roca.
Chris la condujo al agujero y escaló hasta él, desapareciendo de la vista. Sin tener otra
opción, Sam se arrastró detrás de él, enfadándose al tener que ensuciarse en el proceso.
Emergiendo de la grieta, la boca de Samantha se abrió, maravillada por la visión de lo
que se abría ante ella. La vista era sorprendente; estaban cerca de la parte superior de
una montaña y miraban hacia la parte baja del valle. En la distancia, podía ver otro
conjunto de osciladas montañas en el otro lado del valle.
Apuntando directamente al lado opuesto de su posición actual, Chris dijo: —Taylor
probablemente está en algún lugar en esa montaña y los ángeles están haciendo planes
para usarla contra nosotros.
—Gracias por poner un amortiguador a la hermosa vista, Debbie Downer, —bromeó
Sam.
—Siento eso —dijo Chris.
—Así que, ¿simplemente me trajiste aquí para mostrarme la vista o qué? —preguntó
Sam.
De repente lleno de energía, Chris dijo—: En realidad, no. Aquí es donde estaremos hoy
cuando la batalla comience.
Moviéndose hacia el borde del acantilado, Chris atrajo la atención de Sam hacia una
gran puerta a cientos de pies por debajo de su posición actual.
—Ahí es donde nuestra armada marchará para encontrarse con los ángeles.
Permaneceremos aquí con un par de técnicos que escanearan las fuerzas del ángel por
anomalías de infrarrojos, lo cual con esperanza nos permitirá determinar si Taylor esta
fuera de la montaña o si es así, dónde está localizada.
— ¿Qué pasa si no está ahí? —preguntó Sam.
—Entonces sólo observaremos la lucha desde el mejor asiento en casa y después
haremos todo de nuevo para la siguiente batalla programada, hasta que eventualmente
aparezca. ¿Alguna otra pregunta?
Sam sacudió la cabeza.
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—Bien, porque estoy cansado de hablar sobre todo este asunto de la guerra. Lo he
aclarado con los Ancianos y podemos permanecer aquí hasta que comience el
enfrentamiento. —Llegando detrás de una gran roca, Chris extrajo una cesta de madera
que estaba escondida de vista—. Me he tomado la libertad de escondernos una comida al
aire libre.
Samantha puso los brazos entorno a su novio y descansó la cabeza en su musculoso
pecho.
—Gracias por intentar hacer todo esto agradable para mí —dijo. Y lo quería decir—.
Quise decir lo que dije antes, realmente te amo.
Con la cabeza en su pecho, podía sentir el ritmo cardiaco de Chris acelerarse,
probablemente debido a la emoción de sus palabras dando vueltas a través de su pecho
como un tornado. Entonces Sam levantó la cabeza y le besó una vez, luego otra, y
después no pudo parar. Se desplazaron al suelo, disfrutando el uno del otro y de la gran
necesidad de aplazamiento por el largo día que tenían delante.
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Capitulo 53
Traducido por LeiiFischer
Corregido por Katiliz94
uando llegaron a la sala de armas, ya había un zumbido de actividad. Los ángeles
eran fornidos en sus ajustados petos, chalecos y cascos. La armadura era delgada y
Taylor recordó el equipo de chalecos antibalas de los SWAT.5
— ¿Qué te parece? —Preguntó Gabriel.
—No era lo que yo esperaba, —respondió ella.
— ¿Qué creías, que íbamos a llevar una armadura de caballero medieval? —Se rio
Gabriel.
—En realidad, sí, eso es exactamente lo que estaba imaginando.
—La delgada armadura, es moldeable al cuerpo de cada ángel para que tengan un alto
nivel de movilidad, —explicó Gabriel.
—Genial, —era todo lo que se le ocurrió decir a Taylor.
Gabriel la llevó a la parte trasera, donde un pequeño ángel de aspecto extraño estaba
cortando y dando forma a una armadura. Era el primer ángel que había visto que no se
parecía a un recorte de una revista de moda.
Gabriel lo saludó.
5 SWAT: Un equipo SWAT (en inglés, Special Weapons And Tactics) (en español, Armas y Tácticas
Especiales). Es un equipo o unidad de élite incorporada en varias fuerzas de seguridad. Sus miembros
están entrenados para llevar a cabo operaciones de alto riesgo que quedan fuera de las capacidades de los
oficiales regulares, como el rescate de rehenes, la lucha contra el terrorismo y operaciones contra
delincuentes fuertemente armados.
C
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—Hey, Jonesy, necesitamos conseguir una armadura equipada y cortada a la medida
para ella lo antes posible.
—Ahh, Gabriel. Me alegro de que estés de vuelta, —dijo Jonesy. Luego, volviéndose a
Taylor dijo, —eres más o menos del mismo tamaño que algunos estudiantes de tercer
año de formación, así que probablemente tenga una pieza que no necesite mucha
alteración.
Entró a una habitación grande en la parte de atrás mientras esperaban fuera. Después de
un breve silencio se escuchó:
—Hmmm, sí.... sí, creo que este va a estar bien.
Jonesy regresó con un traje blanco compuesto por ocho o nueve piezas unidas entre sí
para que parecieran un solo traje. Él comenzó a desenganchar cada pieza y se las entregó
a Taylor a su paso.
—Toma, prueba esta talla.
No sabiendo siempre qué pieza iba en cada parte del cuerpo, Taylor se apoyó en Gabriel
para asegurarse de que no terminara con un protector de pierna en el brazo o una solapa
del pie en el codo. Concentrándose en colocarse la armadura de forma correcta, Taylor
no estaba prestando atención a si se ajustaba bien a ella hasta que tuvo todo puesto.
Cuando se ciñó la última pieza, el casco, se tomó un minuto para estirar su cuerpo,
moviendo sus brazos y piernas.
—¿Cómo se siente? —Preguntó Jonesy.
—Se siente... Se siente como si no estuviera usando ninguna armadura, como si fuera
una extensión de mi cuerpo, —dijo Taylor, sus ojos se abrieron por la emoción. —¡Eso
es raro!
Gabriel felicitó a Jonesy.
—Tengo que felicitarte, hombre, tienes un maravilloso ojo para estas cosas.
—Simplemente hago mi trabajo, —dijo Jonesy modestamente.
Taylor le dio las gracias y se despidió mientras se dirigían a través de la sección
siguiente, dejando los bastidores de armadura atrás. Al salir, Taylor se detuvo y dijo:
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—Espera, Gabriel, te olvidaste de tu armadura.
Gabriel dijo:
—No estoy usando ninguna hoy, Taylor.
—¿Por qué no?
—Si un tiro libre consigue traspasar nuestras defensas y me golpea, me sanaría
rápidamente y todo estaría bien. Si te golpean a ti, te mataría si no estuvieras usando
protección. Por otro lado, si nuestras defensas se rompen y los demonios llegan hasta
nosotros, los dos moriríamos o seríamos capturados de todos modos,
independientemente de si tengo alguna armadura o no.
—Gracias por los detalles macabros, —dijo Taylor. Detectó algo en sus palabras que no
tenía sentido. Sabía que había algo que no le estaba diciendo, pero se lo guardo para sí
misma, sabiendo que discutir era una pérdida de tiempo. En cambio, se limitó a asentir
una vez y continuaron al cuarto de al lado: el escondite de armas.
—Ahora, voy a tomar algo de aquí, —dijo Gabriel, lamiéndose los labios. Él explicó
mientras caminaban a lo largo de los estantes de las armas, —cada una de estas armas
han sido diseñadas y construidas para utilizar la luz interior del ángel como fuente de
energía. Como resultado, son un poco más poderosas que las armas humanas.
Cogió algo que parecía un cruce entre una ametralladora y un arco y una flecha.
—Esto estará bien, —dijo.
Taylor no estaba interesada en el armamento ángel y sólo quería terminar con todo eso.
Se quedó callada mientras Gabriel inspeccionaba el arma, haciendo clic en varias piezas
y devolviéndolas a donde pertenecían. Una vez satisfecho con su elección, salieron por
otra puerta, moviéndose hacia delante, en lugar de volver a la sala de armas de donde
venían.
La siguiente habitación no era realmente una habitación; era más bien como un almacén
vacío, con techos altos y un montón de espacio. Gabriel explicó que ahí era donde el
ejército se reunía dentro de la formación designada antes de salir al aire libre.
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Al final del almacén había unas enormes puertas de metal, lo suficientemente amplias
como para permitir por lo menos cincuenta ángeles, caminando de lado a lado, para salir
al mismo tiempo. En su lugar Gabriel se dirigió al extremo izquierdo.
—Vamos a salir por una entrada menos visible, —instruyó—. Nuestros protectores están
ya esperándonos. ¿Estás lista para hacer esto? —preguntó él, con el rostro tenso y serio.
Todos los acontecimientos de las últimas dos semanas cayeron a través del estómago de
Taylor y de repente se sintió enferma de nuevo. Para una parte de ella había una cierta
euforia, como la sensación correcta antes de subir a una montaña rusa, pero la otra parte
se sentía enferma, al igual que la sensación justo antes de ponerse de pie delante de un
montón de gente para dar un discurso. Ella agarró el brazo de Gabriel para estabilizarse.
—Respira, Taylor, —dijo él.
Tomó una respiración grande, y luego otra. El color volvió a su rostro y el malestar pasó.
Era ahora o nunca. Tenía que confiar en sus instintos. Sin miedo. Hacerlo o morir,
literalmente.
—Está bien, estoy lista, —dijo ella.
Gabriel abrió la pequeña puerta para ella y ella pasó a través de un camino entre las
rocas. Respiró profundamente el aire libre, disfrutando de la calidez del sol en lo alto.
No muy lejos del camino, escuchó el sonido sordo de una conversación. Al llegar al final
de las paredes de roca, se asomó afuera hacia lo abierto.
Taylor pudo ver que cuatro plataformas habían sido levantadas y eran tripuladas por
ángeles armados hasta los dientes y blindados que estaban de pie sobre ellas. Otros doce
ángeles fornidos estaban de pie hombro con hombro en un círculo, con los ojos mirando
hacia afuera. Estaban charlando como si fuera un día cualquiera.
—Escuché que todo el Consejo está en la montaña, —dijo uno de ellos.
—Vamos, hombre, todo el mundo sabe que nunca salen de su pequeño escondite, —
respondió otro.
—Piensa lo que quieras, pero conozco a un tipo que conoce a un tipo que vio al
mismísimo Dionysus vagando por los pasillos, —dijo el primero.
Gabriel pasó junto a Taylor y saliendo de las rocas y dijo:
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—He visto a todo el Consejo y puedo confirmar que todos están aquí.
Un par de los sólidos ángeles parecían conocerlo. Uno de ellos dijo:
—Hey, Gabriel, escuché que estabas involucrado en todo esto de alguna manera.
—Eso es correcto. Voy a estar de pie junto a Taylor en caso de que alguno de vosotros,
chicos no pueda hacer su trabajo.
—¿Quién es Taylor? —Preguntó otro estúpidamente.
—Es ella. —Hizo un gesto para que ella saliera y así lo hizo. —Simplemente es la
persona que vosotros idiotas se supone que debéis estar protegiendo.
Uno de los ángeles más tranquilos decidió que era apropiado hacer una reverencia
mientras Taylor se acercaba.
—Haremos nuestro mejor esfuerzo para servirle a usted, —dijo.
—Uh, gracias, —dijo Taylor torpemente.
Gabriel se hizo cargo.
—Bueno, así es como va a funcionar. —Miró su reloj. —En exactamente diez minutos el
ejército marchará hacia fuera. Taylor y yo estaremos escondidos atrás en el camino, y
una vez que la mitad del ejército esté fuera de las puertas, voy a salir corriendo con ella
a través de una pequeña abertura en su círculo de protección. Tan pronto como estamos
en el círculo, cerradlo. Después de eso, es tan simple como no permitir que ningún
ataque de demonios pase a través del círculo.
—Los atacantes en las plataformas harán el resto y, si todo va según lo previsto, vamos a
terminar con esta guerra para siempre. ¿Alguna pregunta?
Sacudieron la cabeza simultáneamente.
—Bueno, permaneced en vuestra posición hasta la lucha.
Gabriel llevó a Taylor de regreso al camino, fuera de la vista del campo de batalla.
Esperaron.
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Capitulo 54
Traducido por Katiliz94 Corregido por Pily
am y Chris habían disfrutado de la comida al aire libre que habían preparado y
ahora estaban tomando el sol en la cornisa, en lo alto sobre el valle. Chris había
llevado dos pares de binoculares, así que podrían ser capaces de ver mejor las
acciones cuando la batalla comenzase. Los binoculares estaban colgando alrededor de
sus ojos, inútiles por el momento, mientras el valle estaba completamente vacío de
actividad.
Los técnicos llegaron y comenzaron a preparar sus equipos. Lo probaron en Sam y
pudieron establecer la localización de su cuerpo al recoger el calor proviniendo de su
piel. Satisfechos de que todo estaba funcionando adecuadamente, cerraron el escáner de
infrarrojos en posición y lo pusieron a explorar continuamente la base de la montaña e
la distancia.
En solo unos pocos minutos recibieron una lectura de calor positiva. Frederick, uno de
los técnicos declaro,
—¡Tenemos algo!
Sam y Chris se giraron para mirar la pantalla. Con bastante seguridad, había una
mancha roja clara en la pantalla, moviéndose siempre con demasiada ligereza. Estaba
hacia un lado y lejos de las puertas de los ángeles, a una buena distancia de donde la
armada del ángel típicamente podría emerger.
—Podría simplemente ser un animal —sugirió Chris.
—Tal vez… —dijo Frederick. ¡Espera, mira!
Otro punto rojo apareció, luego otro y después otro.
Frederick comenzó contando,
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—Cuatro, cinco, seis… quince, dieciséis.
Dieciséis círculos rojos ahora estaban agrupados en la misma área. Estaban moviéndose
en círculos, pero era difícil averiguar cualquier patrón, al igual que las bolas de la lotería
en una canasta, esperando a que el numero ganador fuese anunciado.
Entonces un patrón claro emergió.
—¿Están… en un circulo? —sugirió San.
Frederick respondió— sí, doce de ellos lo están, pero los otros cuatro parecen estar al
exterior del círculo y podrían estar en un lugar más elevado, como si estuvieran volando
o algo así.
El equipo era muy sensible y podía detectar con exactitud las diferencias en la altitud y
la distancia con una precisión de unos pocos metros.
Frederick continúo:
—Podemos mantener un ojo en ellos, pero simplemente podría ser una distracción para
desviar nuestra atención de donde ella ira realmente. Las formas infrarrojas parecen
estar todas al mismo tamaño, lo cual indica que son todos ángeles. Esperamos que se
muestre como una fuente de calor que es al menos el doble de grande que los ángeles.
De repente Chris pareció recordar que tenía los binoculares de alto poder en el cuello.
Los levanto hasta sus ojos, y Sam, notando lo que estaba haciendo, hizo lo mismo.
Panoramizarón la montaña, a través de las pesadas puertas, hasta que alcanzaron el lugar
de donde los escáneres infrarrojos habían detectado el calor de las imágenes. Podían ver
el brillo de los contornos de los ángeles.
—Ya veo —dijo Chris. Están permaneciendo en círculo, como lo pensamos, y hay
cuatro que están fuera frente al resto, situados a diez pies sobre el aire, en plataformas.
—¡Oh, Dios mío! —exclamo de repente Sam. Ahí está Taylor! ¡Está ahí!
Sam observo como Taylor y Gabriel emergía de la montaña; parecían haber caminado
directamente a través de la rocosa pared. Debía haber un camino pequeño, pensó Sam.
—También la veo —dijo Chris.
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—Ahora podemos ver la forma del calor en el infrarrojo que es significantemente más
grande que la de los otros —confirmó Frederick.
Sam y Chris observaron intensamente, mientras Taylor y Gabriel se aproximaban a los
ángeles, de pie ahí durante unos pocos minutos y después caminaban de regreso a la
pared rocosa, fuera de la vista.
—Han vuelto a salir de nuestro escaneo —noto el segundo técnico.
—Se desplazaron detrás de algunas rocas, pero creo que todavía están ahí, esperando a
que la batalla comience —supuso Chris.
—En general no podemos captar una lectura detrás de las rocas grandes, pero si este es
el punto de ataque, lo cual parecer ser, al menos nos dará una pequeña ventaja cuando
todos se derrumben. ¡Enciende la radio, Howie!
El previamente nombrado técnico agarro su radio movible y dijo con urgencia:
—Este es el Tec6 49 llamando a todos los líderes. Tenemos una ubicación de infrarrojos
y confirmación visual para el paquete. Por favor comunicar las siguientes coordenadas a
todos los recursos inmediatamente: diecisiete, noventa y nueve, dos. Repito: uno-siete,
nueve-nueve, dos. ¡Cambio!
Chris sonrió.
—Parece que tenemos trabajo que hacer, Sam. Esperaremos hasta que la batalla
comience y todo el infierno se desate, y entonces nos tele transportaremos detrás de una
de las grandes rocas cerca de donde se sitúa Taylor.
—Parece que están intentando rodearla para protegerla, pero cuando nuestras fuerzas se
acerquen, se verán forzados a romper la formación para luchar. Lanzaré una pequeña
piedra hacia ella para conseguir su atención y después confiaré en que te muevas hacia
ella para acercarnos, así todos podremos tele transportarnos juntos. Si nos ignora o es
incapaz de llegar a nosotros, entonces intentare atraparla. NO te muevas hacia ella,
independientemente de lo que suceda, ¿esta eso entendido?
Sam asintió, impresionada por el firme tono controlado en la voz de su novio.
6Tec: Abreviatura de Técnico.
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—Está bien, ahora esperemos —dijo Chris, volviendo a ponerse los binoculares en los
ojos.
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Capitulo 55
Traducido por Hanna Marl
Corregido por Clau :)
a espera era insoportable. Taylor se sentía como un niño jugando al escondite,
esperando ansiosamente para ver si alguien le encontraría. Excepto el que alguien
estaba tratando de matarla. Le hizo tener que orinar. Ella trató de sostenerlo. No
podía ver el campo de batalla, lo que lo hacía aún peor. Lo único que podía hacer era
escuchar los sonidos y los comentarios de Gabriel sobre lo que él pensaba que estaba
sucediendo.
Ella oyó un gemido fuerte, cuando las puertas gigantescas deben haber estado
abriéndose. Entonces se oyó el sonido de muchos pies marchando, golpeando en ritmo.
Gabriel comentó—: En primer lugar, la infantería ligera marchará, eso es lo que estás
escuchando ahora. A continuación serán las gárgolas y los maestros gárgola, y la última
será la artillería pesada. La batalla comenzará a la manera antigua: vamos a sonar un
cuerno y los demonios responderán con otro y luego comienza la lucha. Tan pronto
como escuchemos el segundo cuerno, nos vamos.
El corazón de Taylor golpeaba alrededor en su pecho con cada segundo que pasaba.
L
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Capitulo 56
Traducido por Hanna Marl
Corregido por Clau :)
diferencia de Taylor, Sam y Chris tenían asientos perfectos para la batalla.
Aunque no estaban cerca de la acción, con sus binoculares pudieron ver todo. El
ejército de ángeles salió de la montaña en primer lugar, con banderas blancas
brillantes ondeando en la brisa. Se veían hermosos, en perfecta formación, cada paso
sincronizado como un bailarín con su pareja.
Cientos y cientos de soldados marcharon a través de la puerta y con cada línea, Sam
esperaba que fuera la última, pero seguían llegando. Finalmente ella vio un hueco
grande en las legiones que avanzaban. Lo que salió a continuación quemaría en su
memoria para siempre. Vio enormes criaturas, respirando ráfagas de luz que se
encrespaban y rugían tan fuerte que Sam podía oírlos, a pesar de estar casi dos
kilómetros de distancia. Las gárgolas estaban listas para la acción.
Sus amos caminaban una distancia detrás de ellos o los montaban, dependiendo de cómo
fueron domadas las bestias. Eran un magnífico y también aterrador espectáculo digno de
ver. Sam los contó y notó que había trece. Trató de no pensar en lo que podría significar
para su suerte.
Cuando la última gárgola había aparecido, oyó otro sonido mucho más cerca. Se asomó
por el borde del acantilado y vio que una abertura había aparecido en la montaña del
demonio y que sus soldados estaban avanzando ahora en su posición. Fue algo muy
diferente a las formaciones estrechas de los Ángeles, pero igualmente bello. Con
ninguna estructura particular en sus filas, cientos de demonios oscuros pasaron debajo
de ellos, mirándose feroces y amenazantes. Poco después de que surgieron, se produjo
un fuerte estruendo de truenos y relámpagos en las nubes oscuras.
A
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Sam miró a Chris expectante. Él explicó—: Mi pueblo puede controlar el tiempo y
preferimos la oscuridad, por lo que fácilmente podemos ver a los Ángeles y ellos tienen
más dificultades para vernos. Los enfrentamientos en la lluvia no son ninguna diversión
entonces simulamos una tormenta, excepto sin la lluvia.
Sam contempló el campo de batalla, preguntándose si ella despertaría de repente para
averiguar que esto había sido solo un sueño. Un fuerte estruendo de abajo le llamó la
atención, cuando las gárgolas demoníacas pisotearon fuerte en la tormenta sin lluvia.
Después de las gárgolas llegó la artillería pesada en ambos lados. Enormes ángeles y los
demonios hicieron girar armas grandes, de aspecto poderoso detrás de los soldados y
animales.
De repente, toda la actividad cesó y el único ruido era el sonido intermitente de los
truenos.
—Es hora de irnos —dijo Chris, agarrando la mano de Sam.
Ella cerró los ojos cuando sonó un cuerno. Otro cuerno sonó en respuesta y sintió la
sensación de ser transportada, como por arte de magia, a través del tiempo y el espacio.
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Capitulo 57 Traducido por Pily
Corregido por Meellc
uando Taylor escuchó el segundo cuerno ella ni siquiera tuvo tiempo para pensar,
como Gabriel ya la estaba llevando hacia el círculo. Una vez dentro, se puso de
espaldas en el suelo y trató de ver a través de las grietas entre los protectores
fornidos que la rodeaban. Ella levantó la vista y vio a los cuatro atacantes plantados
sobre el campo; cada uno tenía un ojo en ella y un ojo en la batalla.
Entonces, como Chris había predicho sin saberlo Taylor, todo el infierno se desató.
Los sonidos de la batalla distantes al principio, de repente estaban mucho más cerca y
vio orbes de luz volando encima de la cabeza y el rayo rompiendo todo a su alrededor, y
oyó los gritos de dolor de los soldados heridos.
Un grito de—: ¡Ellos saben que estamos aquí, disparen el arma! —Vino de uno de sus
defensores. Ella levantó la vista e hizo contacto visual con uno de los atacantes mientras
estiraba un brazo hacia ella, abriendo la mano, como si quisiera invitarla a ir con él. Ella
sabía que él se estaba preparando para absorber su aura.
***
Sin el conocimiento de Taylor, Gabriel estaba viendo las cosas con cuidado desde su
lado, esperando el momento adecuado para lanzar su propio plan. Cuando vio al
atacante llegar a ella, empezó a apoderarse de ella, extendiendo sus alas y anticipando
un escape del cuerpo a cuerpo, volando.
Inesperadamente, alguien lo agarró por detrás, susurrándole al oído. —Yo no haría esto
si yo fuera tú.
Gabriel se dio la vuelta y vio que Dionysus se había escabullido detrás de él, anticipando
su plan.
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—Suéltame, Dionysus —exigió Gabriel.
—Tú sabes que no puedo hacer eso —respondió Dionysus, apretando los dientes
mientras Gabriel luchaba para liberarse de la llave.
Haciendo un llamado a todas sus fuerzas, Gabriel torció su cuerpo y abrió sus brazos
para tratar de desalojar a Dionysus. El apretón de Dionisos se mantuvo firme y por eso,
en vez de separarlos, la maniobra de Gabriel les causo que ambos cayeran al duro suelo,
rodando varios metros y se estrellasen contra la parte posterior de una de las piernas del
protector. El círculo de la defensa se rompió parcialmente.
***
Taylor estaba completamente inconsciente de lo que estaba sucediendo detrás de ella,
porque su cuerpo fue golpeado inmediatamente por la relación entre la luz interior del
primer ángel atacante y su propia aura. Esta vez no hubo ninguna sensación de
hormigueo. El dolor atravesó su cuerpo y ella gritó de dolor mientras caía sobre una
rodilla.
Ella estaba confundida por el dolor. Cuando Gabriel se había aprovechado de su poder,
se había sentido bien, le había hecho feliz, pero esto se sentía como una tortura. Levantó
la vista hacia el atacante y podía verlo reír, mientras disfrutaba del poder como un dios
que ahora corría por sus venas. Su cuerpo comenzó a brillar más brillante y más
brillante en la preparación de su ataque. Con cada segundo que pasaba, el dolor de
Taylor creció exponencialmente.
Tan rápidamente como había comenzado, el dolor terminó. Taylor se desplomó, su
cuerpo agotado por la ordalía. Levantó la cabeza para ver lo que había sucedido y vio
que el ángel ya no estaba en su pedestal. Un demonio debió golpearlo, pensó.
Su alivio duró poco ya que el segundo ángel atacante enganchado a ella comenzó a
extraer energía de su aura. De inmediato, el dolor volvió y se deslizó por sus piernas, en
la espalda, y finalmente en el cráneo. Su cabeza se sentía como si fuera a partirse en dos
si no se detenía pronto.
El segundo atacante aprendió de los errores de su predecesor, como él no se quedó en el
punto de máxima potencia. Tan pronto como fue cargado, disparó el arma al frente, sin
importarle lo que estaba en su camino.
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La destrucción fue instantánea. Muchos ángeles perdieron la vida en la explosión, no
esperando que viniera cuando lo hizo, pero la muerte de los ángeles no era nada
comparado con las legiones de demonios que fueron barridas por el haz de luz masivo.
A primera vista, parecía que al menos una tercera parte del ejército de demonios se
había evaporado, pero al examinar de nuevo, era un poco menos que eso, ya que muchos
de los demonios en el camino directo del ataque lo habían visto venir y fueron capaces
de tele-transportarse fuera de peligro.
Segundos después de disparar su arma, el segundo ángel atacante fue paralizado por otra
ronda de demonios de artillería bien dirigidos. Al ver la suerte de sus compañeros, los
otros dos ángeles atacantes recorrieron el campo de batalla en busca de signos de ataque,
antes de cerrar el aura de Taylor al mismo tiempo. Su cabeza empezó a doler como
cuchillos de dolor asaltado su cráneo.
Fue en este punto que varios demonios grandes fueron capaces de tele-transportarse
cerca del círculo de defensa alrededor de Taylor, haciendo que sus protectores entraran
en acción, rompiendo el muro a su alrededor. Cuerpos golpeados, cuerpos estrellados, y
Taylor perdió el conocimiento.
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Capitulo 58
Traducido por Breen_Pueente
Corregido por Clau :)
hris y Sam miraron con ansiedad desde su escondite detrás de una gran roca. Sam
quería salir corriendo para tratar de ayudar a Taylor cuando ella grito de dolor
pero Chris, la detuvo y la ayudo. Le dijo que ellos la ayudarían pero debía ser
paciente puesto que solo tenían una sola oportunidad para hacerlo.
Incluso cuando dispararon, Chris se mantuvo firme, a la espera de la oportunidad
perfecta.
Cuando la pared de ángeles se derrumbó y comenzaron a luchar contra demonios, Chris
entro en acción, saliendo del escondite a la velocidad de un demonio completo. Llego a
ella en segundos, Chris la tomo e inmediatamente se transportó de vuelta a donde Sam
permanecía oculta.
Tomo el cuerpo inerte de Taylor y extendió la mano para que Sam la tomara, lo cual ella
hizo, y los tres desaparecieron. El recate solo había durado tres segundos y solamente
dos ángeles no eran conscientes de que algo había sucedido.
Gabriel estaba peleando con Dionysus cuando escucharon los gritos de los demonios al
atacar. Estaban exactamente sobre sus cabezas. Los dos vieron el círculo alrededor de
Taylor abierto mostrando su cuerpo sin vida en el suelo. Los dos estaban a punto de
correr hacia ella, Gabriel para tratar de protegerla y escapar con ella, y Dionysus para
asegurarse que todavía estaba lo bastante vida con para usarla contra los demonios
cuando Chris apareció de la nada y se fue incluso más rápido de lo que había aparecido.
— ¡Nooo!—Gabriel gritó cayendo de rodillas.
Dionysus lo miró—Esto es tu culpa, se te acusa de traición. ¡Guardias! Arresten a
C
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Gabriel
Los demonios habían retrocedido, corriendo hacia la montaña en retirada. Ellos,
probablemente, ya sabían que la chica había sido rescatada. Muchos ángeles y demonios
habían muerto en la batalla pero la mayoría de las víctimas habían muerto en la
explosión. No había pruebas de que habían existido alguna vez, sus cuerpos se habían
desintegrados.
Dos de los ángeles que habían estado protegiendo a Gabriel y Taylor, respondieron a la
orden de Dionysus agarrando a Gabriel y levantándolo en el aire. Él no se resistió.
No tenía sentido. Le había fallado a la única persona que alguna vez había amado de
verdad, y si por algún milagro ella todavía se encontraba viva, ella jamás se lo
perdonaría
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Capitulo 59 Traducido por Breen_Pueente
Corregido por Clau :)
hris tenía un permiso para violar las normas de teletransportación normal dentro
de los poderes de un demonio completo, así que apareció en el medio del pasillo
de un hospital con ambas chicas.
—¡Necesito asistencia médica!—Grito
Antes de que Chris pudiera terminar la frase, el personal ya estaba corriendo con una
camilla y preparando una habitación. Rápidamente pero con cuidado, deslizo el cuerpo
sin vida de Taylor en la camilla y luego ayudo a trasladarla.
Sam estaba histérica, con lágrimas corriendo por su rostro— ¡Oh Dios! Yo no creo que
ella todavía siga respirando, por favor sálvala, por favor....—Ella se desmayó en medio
de la frase pero Chris estaba allí para atraparla antes de que cayera al suelo.
Él la dejo suavemente en otra cama y le pidió a una enfermera demonio que cuidara de
ella mientras iba a ver a Taylor. Entro a la habitación de Taylor, donde los médicos
estaban realizando RCP en ella. Sam estaba en lo cierto, ella no estaba respirando
—Su pulso se ha detenido—señalo uno
—Carga los paneles
Colocaron los paneles desfibrilares en su pecho y su cuerpo convulsiono cuando
aplicaron la descarga pero no ocurrió nada— ¡Preparen la segunda carga!
Después de la segunda, Taylor se quedó sin aliento y con los ojos abiertos
—Tenemos pulso, es débil pero ella va a estar bien
Chris dejo escapar un suspiro de alivio, los ojos de Taylor se habían vuelto a cerrar pero
su respiración era lenta y constante— ¿Puede oírme?—Le pregunto al doctor
C
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—Probablemente no pero en realidad solo necesita descansar
—Por favor, hágame saber si algo cambia—Chris dejo la habitación de Taylor y se
reunió con Sam, quien había despertado después de recibir una dosis de sales aromáticas
de la enfermera.
—¿Ella esta.....?—Sam comenzó a preguntar con el cuerpo tenso como preparándose
para malas noticias.
—Ella está bien—dijo Chris—El medico piensa que va a hacer una recuperación
completa
—Gracias a Dios—Su cuerpo se relajó y abrazo a Chris calurosamente con la cabeza
relajada en su hombro.
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Capitulo 60 Traducido por Pily
Corregido por Kalubame
iez días más tarde, Taylor, Samantha y Christopher estaban descansando en la sala
de recreo en la Madriguera. Taylor había hecho una recuperación completa en
tan sólo tres días, y las chicas habían disfrutado de una semana de descanso,
explorando las cuevas y hablando de lo que había sucedido.
Sin embargo, nadie había hablado de Gabriel, y Taylor podría decir que Sam y Chris
estaban evadiendo el tema. También se dio cuenta de que estaban tratando de no
mirarse demasiado de novio a novia, ya que tenían miedo de que fuera molesto para ella.
Con el tiempo, Taylor estaba harta de evitar los temas difíciles.
—No puedo creer que Gabriel me estuviera mintiendo todo este tiempo. No era más que
un títere para el Consejo. No creo que alguna vez realmente me amara —dijo Taylor.
Sam miró a Chris y éste respondió:
—Creo que lo que te hizo es horrible y despreciable, pero estaba en una situación
imposible y, al final, trató de hacer lo correcto.
La voz de Taylor se levantó rápidamente.
—¿Lo correcto? ¿Lo correcto? ¡Me sirvió en bandeja a los ángeles que trataban de
chuparme la vida!
Chris puso sus brazos en señal de rendición.
—Whao, espera Tay, hay algo que debes saber. Vimos todo el asunto. Gabriel tenía otro
plan en mente y trató de salvarte. Estaba a punto de cogerte y volar a la seguridad, pero
Dionysus le detuvo. Mientras estaban luchando entre sí, nosotros te salvamos.
Taylor estaba confundida.
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—¿Qué? Pero yo no lo vi... Él estaba justo a mi lado cuando estaban utilizando mi aura.
—¿Lo viste? —preguntó Chris.
—Bueno, no, pero eso es porque estaba demasiado ocupada siendo destrozada por los
malditos ángeles sádicos.
—Tay, lo que Chris está diciendo es cierto, yo también lo vi. Creo que realmente te
quiere —dijo Sam.
—Estaba a punto de traicionar a su propio pueblo cuando Dionysus lo agarró.
El rostro de Taylor se suavizó.
—Él me ama —repitió— ¿Qué va a pasar con él?
—Nuestros vigías lo vieron ser arrestado y llevado de vuelta a la montaña.
Probablemente será acusado de traición y ejecutado.
— ¡No, no, eso no puede suceder! ¡Tenemos que hacer algo!
La cabeza de Taylor era un torbellino. Tan pronto como ella había encontrado el amor,
este iba a ser arrancado de ella. Una oleada de recuerdos felices de Gabriel voló a través
de su mente. Lo siguiente que supo era que estaba acurrucada en una bola en el sofá,
sollozando incontrolablemente. Sam estaba a su lado, frotándole su espalda.
—Todo va a estar bien, Tay. Chris va a pensar en algo. Lo vamos a sacar, te lo prometo.
Después de diez minutos, Taylor se había agotado de tanto llorar y las lágrimas
finalmente se secaron, como si alguien hubiera apagado la llave. Se sentó y abrazó a su
amiga, tan contenta de estar con ella y de que no tenía que guardarle secretos nunca
más. Se abrazaron por un largo tiempo.
Taylor trató de darle sentido en su cabeza. Antes de la batalla, ella se había prometido
ser fiel a sí misma a partir de ese momento, incluso si eso significaba romper con
Gabriel. El corazón le dijo que lo amaba, pero su cabeza le dijo que ella estaba siendo un
poco estúpida y que todo lo que amaba en él era una mentira. La verdad podría ser un
punto intermedio, razonó. En cualquier caso, si los demonios no podían rescatarlo,
entonces no importaría. Taylor pensaba que no saber si podría haber funcionado sería
peor.
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Chris, que la había dejado al parecer cuando comenzó el llanto, volvió.
—Tenemos un plan —anunció.
—Pero primero tenemos que conseguir que las chicas vuelvan a la universidad.
—¿Qué? —dijeron Taylor y Sam al mismo tiempo.
—No me iré hasta que hayamos tratado de salvar a Gabriel —dijo Taylor.
Chris suspiró.
—Entiendo por qué piensas de esa manera, pero por favor, sólo escúchame. ¿Confías en
mí?
Taylor pensó que era raro que estuviera considerando confiar en un demonio. Era difícil
cambiar su manera de pensar después de todo lo que Gabriel le había dicho acerca de los
demonios. Tal vez por eso era tan difícil para Gabriel ir en contra de los ángeles. Pero
ella se fiaba de Chris.
—Sí, confío en ti —dijo.
—Gracias, Taylor. Esto realmente significa mucho. Bueno, no podemos ignorar el hecho
de que tienen vidas humanas normales fuera de todo esto. Hay familias, personas que se
preocupan por ustedes, y si ustedes se saltan las clases y exámenes finales, exigirán
respuestas reales que tengan sentido. Así que necesitamos que vuelvan.
Taylor frunció el ceño.
—Dos preguntas: En primer lugar, ¿no voy a ser un blanco fácil para que los ángeles sólo
vengan y me secuestren otra vez? Y en segundo lugar, ¿Gabriel no estará muerto antes
de que el semestre esté terminado?
Chris respondió:
—Dos buenas preguntas. Los demonios Ancianos han puesto en vigor una orden de
protección inmediata para las dos, no importa en qué lugar del mundo se encuentren.
Ellos toman esto muy en serio, lo que significa que tendrán alrededor guardaespaldas de
primer nivel en todo momento que se asegurarán de que los ángeles no intenten nada.
Confía en mí, los Ancianos no pasaron por todo ese trabajo para rescatarte sólo para
darte de vuelta a los ángeles.
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—En el segundo punto, tenemos alguna información en el interior de que la vida de
Gabriel no está en peligro inmediato y que hay una cierta contención en el Consejo
Arcángel acerca de qué hacer con él. Al parecer, no todos necesariamente quieren
matarlo de inmediato, al menos no sin un debido proceso. Se ha acordado que
permanecerá en prisión hasta enero, momento en el cual él será oficialmente puesto en
juicio por sus "crímenes".
Las chicas dispararon preguntas a Chris por unos minutos más, poco a poco llegando a la
misma conclusión, que él tenía razón.
Se hicieron arreglos para que pudieran ser teletransportadas de vuelta a la Universidad
tan pronto como fuera posible para asegurar que no perdieran más clases.
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Capitulo 61
Traducido por Breen_Pueente
Corregido por Hanna Marl
as siguientes semanas fueron una tortura, ya que ninguno de ellos fue capaz de
concentrarse en las tareas o en estudiar para los exámenes después de todo lo que
había sucedido pero, milagrosamente, fueron capaces de aprobar con buenas
calificaciones en todas sus clases.
Ya se había hecho el arreglo de que volvieran a la guardia poco después del final del
semestre. Ellos les dirían a sus padres que se iban a una casa de playa en Florida, que
habían alquilado con unos amigos para las vacaciones de navidad. El demonio, por
supuesto, había pagado por la casa de playa pero nadie iba a poner un pie dentro de ella.
El padre de Taylor llegó al amanecer del primer día luego de los exámenes finales. Él
tocó la bocina en forma de saludo mientras miraba hacia arriba. Habían acordado con el
padre de Sam, de que él los llevaría a casa y entonces el señor Collins regresaría después
de cuatro semanas de vacaciones. Ella y Sam lo estaban esperando con las maletas
hechas. Sam ya se había despedido de Chris antes de que el padre de Taylor llegara
porque estaba preocupada de que podría hacer demasiadas preguntas si la veía besando a
un chico moreno y apuesto antes de irse.
—Hey, princesa ¿Cómo te fue en tu primer semestre en la universidad? —preguntó
Eddie saliendo del coche.
—Interesante, Eddie —dijo—. Muy diferente a lo que pensaba.
— ¿Cómo es eso? —preguntó.
—Te lo contaré todo en el camino a casa.
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Se encogió de hombros disparando otra pregunta de manera normal—. Entonces
¿Dónde está ese Gabriel, del cual escuché muy poco?
Un dolor atravesó el pecho de Taylor—. Oh, lo siento papá. Él se fue ayer, tal vez
puedas encontrarte con él en el próximo semestre.
Eddie parecía decepcionado mientras cargaba el equipaje de las chicas en el auto, pero
una vez dentro de este, se dirigió a Taylor y le dijo—: Me alegro de que vayas a estar en
casa durante unas semanas.
Taylor miró a Sam, quien estaba en el asiento trasero tratando de no reírse. Ahora no
era el momento de contarle sobre sus pequeñas vacaciones—. Uh… sí, yo también
papá...yo también.
Sonriendo, Eddie encendió el motor y se dirigió a la carretera. Taylor miró por la
ventana pero ni siquiera veía el paisaje, ella se estaba preguntando si alguna vez volvería
a ver a Gabriel…
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Capitulo 62
Traducido por Hanna Marl Corregido por Pily
iró a la oscuridad y la humedad de la pared de piedra en la miseria. Gabriel
había estado en la prisión de ángeles durante catorce días, pero sin la luz del
sol, bien podrían haber sido ciento catorce días por lo que sabía. No es que le
importara.
Había perdido todo. Si Taylor había muerto nunca la volvería a ver. Si ella estuviera
viva y en las manos de los demonios nunca la vería otra vez. En pocas palabras: Nunca la
vería nuevamente.
Nunca había experimentado este tipo de tristeza que le había enviado en una espiral a
una profunda depresión. Su única esperanza era que el Consejo Arcángel lo acusaría de
traición y lo condenaría a una ejecución rápida y sin dolor. Es lo que se merecía. La
muerte sería un alivio. Estos fueron sus pensamientos cuando un rayo de esperanza
atravesó el sombrío calabozo. Fue en la forma de un arrugado pedazo de papel que una
mano invisible deslizó por el agujero de aire en su celda. Estaba escrito en letras de
molde para ocultar la letra. Decía lo siguiente:
No te desesperes
Ella está viva y todavía te ama
La ayuda está en camino
Instrucciones a seguir
Destruir este mensaje
M
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Gabriel leyó la nota tres veces, la fe y la esperanza entraron en su corazón por primera
vez desde que las perdió. Determinación corría por sus venas cuando se prometió a sí
mismo que nunca se rendiría, que iba a luchar para ver a Taylor una vez más, y que iba a
tenerla en sus brazos una vez más antes de morir.
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Demon Evolution
l novio de Taylor, el Ángel Gabriel, ha sido capturado culpable de Traición, por el
cual, el castigo es la muerte. El destino del mundo entero está en el filo de la
navaja con Taylor siendo la clave de todo. El aura de Taylor está creciendo más
fuerte, pero ¿Será suficiente para salvar a Gabriel y derrotar al concilio de Arcángeles?
#2, Evolution Trilogy
E
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Acerca del autor David Estes
ací en El Paso, Texas, pero me mudé a
Pittsburgh, Pennsylvania, cuando era muy
joven. Crecí en Pittsburgh y luego fui a la
universidad Penn State. Con el tiempo me mudé a
Sydney, Australia, donde conocí a mi esposa. Un lector
de toda mi vida, empecé a escribir novelas para niños y
YA markets en 2010 y empecé a escribir a tiempo
completo en junio de 2012. Ahora viajo por el mundo
escribiendo con mi esposa, Adele. Soy un escritor con
OCD, el amor por el baile y el canto (pero sólo cuando nadie está mirando o
escuchando), un jugador de ping-pong y prefiero escribir en la piscina a escribir en una
mesa.
N
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traducido Corregido y Diseñado
http://eyesofangels.foroactivo.com
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