-
8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente
1/17
ESTUDIOS,
Relistá de Investigaciones
Literariás
y
Culturales. Ano 9. N" 18.
Caracas.jut dic. t001, pp.
39-55
ESCRIBIR
EL PASADO
DESDE
EL PRESENTE
BnurÉ
Cplu¡usrqrrÉ
University of Wisconsin
Hr habido
grandes
c¡mbios en el
concepto de la hisroria
y
en las maneras medianrc
las cuales la ficción
novelesca se
acerca a ella en el último
sig¡o. No es deseable
ya
l¡ represenlación de lo real
a la manen
rankeunü.
La re\ista francesa
Á,¡n.¡/¿r
y
an¡es
que
ella,
la inlrahiforia
de Unamuno, concibieron
una
hiforia
ibcalizada
en los
hechos
pcqueños
y
co¡idianos. Eso ha
dado
lugar
a la Z¿ilr.orrdn, un tipo
de
nolela
quc
recrea el
pasado
desde
el
presenre, pero
sin el
protagonismo
de las
grandes
liguras
conocidas
de la bistoria. Es¡e tipo
de novela se relaciona con o¡ras lbrmas de acercamiento
a la
hisroria, como la
Alhugsge (hi(hte,
o histotia desde abajo, desde los más humildesl la Histotia
de
¿rr¡¿rrdr.i.r nietzscheana,
y
la Posthistoire. que
concibe lo hislórico no como
una
proEre\rdn
\ino
como
un curso incesante de acontecimienlos.
La
generación
del 98 en España,
en especi¿l
Valle
Inclín, trabajó
con una
visión
de la historia relativa,
al igual
que
el alemán Alfred Dóblin. Sus novelas.
prccürsoras
de
1a
potmodemidad.
se caracterizan
po¡
el escepticismo
y
la
desilusión: desm¡ntelan la
autoridad de las inslituciones
de
poder
y
el
monarca. También se valen de
la
ironía
y
el cinismo, así
como
de
la parodia
de la relórica úadjcional
del
poder
y
de la hiroriografía. Más adelanle,
novelis¡as
modernos
como Yourcenar, Brecht. Bloch
y
Eco
construyen
la
his¡oria
vivida preconizad¡ por
hiforiadores
como Ginzburg
y
La Cap¡a, es decir, desde la
perspectiva
de sus
prolagonisras.
Busc¿rn
no la
paro¡lia
siDo la comprensión,
la hum¡nización de las figuras hislóricas. Utilizan la ironía.
la
fragmentación,
la incorporación de dilersas voces, la intertextualidad
y
el cruce de
géneros.
Los
aulores
posmodemos,
como Umbral. Ignacio Javier López. Tonente Ballesier.
Manuel Rivas. Delibes,
Pomho.
Posse o Pérez Reverle.
quicnes
ulilizan lambién eslos recursos. no
pretenden
instruir
ni
citicar:
más bien dan más imporiancia
¡
lo imaginario
cuando
lo real
deja de tener sentido. renuncian
a buscar la \erd¡d
o
los
d¡tos incuestionables. Las escriroras, como Lourdes
Or¡iz. Carmen Riera o
Nlercé
Rodoreda subvierien rectifican
la hiroria
y
re elalú¡n figuras olvidadas. E¡
general,
la
eEcrilüra
de la Iicciones de la historia
se subviere, se cues¡iona: los tiempos
pierden
l.r
progre\ion,
\e
yux(aponen
o
se hacen
simultáneos.
literatur¡s
europeas.
WRITING
THE PAST FRO
T THE PRESE\T
During
(hc
last cenlury. dramatic
changes in lhe concepr of hislory and in
the
ways
ficrion in
norel form
appro¡ches history have
taken
place,
A Rankean representation
of the real is not
desirable anymore. The French
journal
Ar?r¡¿¡ler
and. before it. Unamuno s intrdhistotid
conceived a
type of hisrory
lbcused on small
everydav events. This has
gi\,en
b¡nh
¡o lhc Z¿i¡ror¡dn. a new
rype
of Dovel lhat
recreales
pasr
from
¡he
presen .
alüough $ithout the
protagonism
of lhe well knoq,n
imporlant figures
of his¡ory. This type
of novel is relared o oúer approaches
ro history. such as
lhe
AI|¡agsg(schi(ht¿.
ot
botlon
to-top
átr/¿^,
history
seen
from
the perspective
of
people
in
the
Iowest
classesi rh€ Nietzschean
antiquar¡an histo'],
^nd
Posth¡stoire. which
conceiles history
nol as
39
-
8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente
2/17
a
progression
but as never'ending
course of elen¡s. Spain
s-Gcncralion
ol 98
.
pur'ticularly
Valle
Inclán.
worked
wilh
a
perspecti\e
of
relarive hislory,
just
as the
Ccrnra¡ Alticd
Dóblin
did. His
novcls.
predecessor
of
postmodernism,
are charrcterized b skepticism
and disappoi¡rmcnl. The)
dismantle
the authorjty of lhe insritutions ol
poúer
and rhe monarch). Also rhe) use irony
and
clnicism. and
parody
the
traditional rhctoric of
po\,"
er and hisroriogr¿phy. Later. modern novelis¡s
such
¿s Yourcenar.
Brecht.
Bloch
and Eco have constructed the
lived history
praised
by
historians
such as Ginzburg and La Capra. thal is. from the
perspective
of
thcir main charac¡crs.
Rather
lh¡n
parody.
thcy scarch for unders(anding. humanir¡tioD ol hisrorical figures. They üse ironr_.
fragmenlation.
the incorporation of diverse
loiccs,
in(enextualil) and
gender
crossing. Posrnroderrr
authors.
such
as
Umbral. Ignacio Javier Lópcz. Torrenlc Ballester, Nf¡nuel Ri as. Delibes.
Pombo.
Posse or Pérez Re\erte. r'ho
also
make
use of these
devices.
ha e no inlention of educating or
criticizinS. They r¡ther
grant
imporlance ro the imaSinary when
the
re¡l no longer nrkes sense.
They reiuse to search lbr truth or unquestionable dnta. Fenrale $dters. sr¡ch as Lourdes Ortiz. Canne
Riera or Mercé Rodoreda. subve and rectify history and reevaluate ibrgotren figures. In
general.
úe
wri¡ing
of hisrorical iiclion is subveried. it is
qucstioned.
Period\
arc no
longcr
pro€re(\i c.
¡rc
juxtaposed
or simullaneoug.
Key words: Ze¡trono
.
intrdhistoria. botto,n-¡o-top
/¡¡r¡í,,\,
historical ficlion. historic¡l norel.
European liter¡ture.
Hablar, en el cruce de dos milenios, de la escritura
histórica puede
pareccr
apropiado
si se
cree en
"fechas
dccisivas".
Por
otra
parte,
tanto
la
ficción como
las
teorirs recien
tes dan la
prueba
de
que
el concepto mismo de
la historia
y
los modos
de
acercarsc
a
clla
han
cambiado considerablemente
en la última
parte
del siglo xx. Intental transmitir los
hechos
para
recrear el
pasado
"real",
el
*ie
es
eígentlíclt
ge[¿,.r.,/?
rankeano.
hoy
no
se
conside¡a
ya posible
ni deseable. Tampoco sería acogida como una obra se¡ia una
novela
que
consistiera mera¡nente en
"series
de cuadros brill¡ntes"
que
traten de repro-
ducir el sabor de una época, tal como la definía
Herbert Butterfield. La
escuela
liancesa
de Annales
pero ya
antes Unamuno con su teoría de la intrahistolia- nos ha ense
ñado
a fijarnos en los hechos
pequeños.
cotidianos,
en vez
de
grandes nombres
o
fechas
salien¡es. Los movimientos lentos.
la lbrmación
de mentalidades
representati-
vas, ofrecen cuenta más correcta de lo
que
un
país y
su cultura han sido en un tiempo
dado.
El requisito
del
lapso de
cincuenta
años
propuesto por Lukács para
la
novela
histó-
rica también ha
perdido
su vigencia. Cada vez más se escribe el
pasldo
como el
presen-
te
y
desde el
presente,
o el
presente que
con cada
hora
adquiere sabor de algo
que
va
desapareciendo. Los alemanes han conferido derecho de ciudadanía a un término
que
bona la separación tajanle entre los dos: Zeitr¿¡ntttn, noyel¿
en
1a
que
sc crea cl ambien-
te total como algo
vivido
en
progresión,
trátese de los siglos
pasados
o del
presente,
que
enfoca el nacimiento de cicrtas actitudes
y
cuyo centro no
es ocupado
por perso-
najes históricos
conocidos.
A
su vez,
como complemento nrás
restringido,
la
Alltugsgesclticltte
(Lüdke,
1989) re-crea la vida cotidiana
y
los modos de
pcnsar y
reaccionar de Ios estamentos
humildes,
ajustando
la
perspectiva a una
visión
"desde
40
-
8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente
3/17
abajo".
Lo
que
Nietzsche Ilamaba l¡lJlo ria
de anticuario
-creación
de cuadros "vero-
síniles" exteriores- ha
cedido a la
proposición
de Michel de Certeau de conside¡ar
la
historia
como un
proceso
de investigación
lleno de dudas e incertidumbres
que
no
admite
ciene
e
invita
a
reconsideraciones.
Bentley
lo
ha
resumido
acertadamente
como
historia que
de
rellect¡
e ha
pasado
a
rele-riL,e
(1999:
148). Por
último, el
postmodemismo
ha
traído
la
po.r¡l¡i.r¡¿¡i¡e.
donde el énfasis no cae
ya
en la
progresión,
y
el dinarnismo no
ticne
un fin teleológico
y
se conviertc
en
un
"meaningless
but
cver continuing course
of events"l
(Niethammer,
1992: 1 41).
En España,
el
viraje
de
perspectiva
se
produce
con la obra de los autores llamados
del
98. Es sobre todo su concepto del tiempo
(y
scgún Ricoeur, toda novela
gira
alrede-
dor del tiempo¡ lo
que
trae la t¡ansfbrmación
de la escritura
que
se ocupa de la historia.
Coincide con importantes cambios en varios campos: la introducción de la teoía de los
quantas
porMax
Planck,
que
anula
lacreenciaen
la
continuidad:la
teoría
de la
relatividad
propuesta
por
Einsteinl los
principios
de la fenomenología expuestos
por
Husserl; la
desintegración del átomo. A su vez.
k
Dégénerescence de Max Nordau señala ia
falsedad
de la creencia en una
progresión
hacia algo mejor
y
más
perfecto.
La
gran
sacudida del concepto tradicional de la novela histórica
y
la invención de
un modo
totalmcnte
nuevo
de
presentar
los acontecimientos
se ha
producido
casi
simultáneamente
en la ob¡a del último Valle-Inclán, EI ruedo ibéríco,
y
en la
primera
novela
"verdaderamente
modema"
en
Alemania
(Aust,
1994: l12), Wallenstefu, de Alfred
Diiblin.
Las dos
pueden
ser consideradas como
precursoras
del
postmodernismo.
Las
dos han
sido influidas por
la
circunstancia histórica
que acompaña
su
concepción;
el
desconcierto
producido por
la Primera Guena Mundial en
Dijblin, y la
dictadura de
Primo de Rivcra en Valle-Inclán
(quicn
creará el modelo del dictador
para
autores futu-
ros),
que
causa dcsilusión
y
cscepticismo,
y
les incita a descomponer el
pasado
alu-
diendo simbólicamente al
presente
vivido.
Coinciden en desmantelar la autoridad del
monarca, la
"grandeza"
y
la
"dedicación
a la
patria"
de los aristócratas, las instituciones
del
poder y
la Iglesia. En la
prcsentación
de
los
personajes
se usa la deshumanización,
al
presentarlos
como caricaturas animalescas; los breves cuadros, las aún más breves
oraciones
crean
un ritmo de s¡(cc¡rlo
que pennite
la
yuxtaposición y
la multiperspectiva.
eliminando el comentario del nanador,
pero
exigiendo mayor
esfuerzo
por
parte
del
lector. Predominan la ironía
y
cl
cinismo:
nt¡
pocos
diálogos se convierten en
do¡¡ble
la1t, cuya
eficacia es apoyada
por
un uso magistral del Ienguaje. Se
pone
énfasis en la
inaut€nticidad.
La acción es descentrada; la linealidad temporal es reemplazada
por
la
simultaneidad. El lenguaje es
cortante; se
parodian varios
tipos de retórica tradicional.
Sc hace patente
la falsedad del discurso hislórico oficial: se subrayan
el absurdo
y
lo
grotesco
para
suscitar
procesos
críticos
rellexivos
en el
lector Estas
novelas anuncian
I
-cur\o
dc acontccirnicnlos
sin
inglé\.
cl ll.ulrcé el
itali¡no
senlido.
aunque
ince\¡rrtei.
En
este
rrlícülo.
Ias ¡raduccioncs del
\o¡ de Crrlo\ Pxrheco
,11
-
8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente
4/17
ya
la actitud
que
Mainer observa¡á
en
los
autores de la novela
histórica actual: cuando
hablan
de la historia, hablan
de
algo
en
lo
que
no
creen
(Ortega,
1996: |
86).
Tanto Wqllenstein
como El ruedo...
han tardado en merecer
estudios
profundos
y
no se
han difundido inmediatamente
como merecían. Tal vez por
no buscar
popularidad.
sino
ser
producto
de la necesidad
crítica interior
apoyada
por
una
gran
exigencia
estilís-
tica, han
sido tasadas
al
principio
como obras deshilvanadas y por
eso mi\mo poco
menos
que
herméticas.
No cabían. además,
dentro de las exigencias políticas.
Dóblin
escogió el exilio,
y parte
de sus obras desapareció de las libredas y
bibliotecas
durante
los
años del nacionalsocialismo.
La deconst¡ucción
practicada
por
Valle-lnclán
no se
sujetaba
a
las
reglas del discurso oficial impuesto
por
el régimen franquista
(Herzberger
ha analizado detalladamente
las dife¡entes modalidades
del discurso histórico
genera-
das
por
la dictadura,
que
han sido
completadas con los estudios
de
la
escritura en el
período
de transición
por
Buckley
y
Vilarós).
Su auge
se
debe al
entusiasmo que
susci-
taron
entre los críticos
postmodernos.
Se suele
aceptar, en las discusiones sobre la novela histórica
moderna. el
papel
primordial
que
desempeñaron otras tres novelas: Mémoires
¿l'Hadrien de Marguerite
Yourcenar, Di¿
Geschiife des Herrn Julius Caesar, de Benolt Brecht,
e
Il
nome della
rosrz,
de Umberto Eco,
publicadas ya
después de la
Segunda Guerra Mundial,
aunque
las
dos
primeras
fueron concebidas en los
años t¡einta
y por
esto mismo, aun
dentto de
sus innovaciones
radicales. todavía más bien modemas
que postmodernas.
La
gran
innovación
que
trae Yourcenar
consiste en eliminar al nanador
omniscienrc
y
presentar
la historia
a través
de
los
ojos-pensamientos-palabras
del
protagonista
principal,
el emperador Adriano en su lecho de muerte:
un intento de "refaire
du dedans
ce
que
les archéologues
du XIXe siécle ont fait du dehors"r
(Yourcenar,
1952 524).
Impone con ello la
primacía
de la
"historia
vivida",
hoy defendida por
Carlo Ginzburg y
admirada por
La Capra en la obra de Virginia Woolf.
Así
pone
fin a la
"presentación
objetiva" de los hechos.
Se
reconocen y
admiten las
pasiones.
Se
afirma la
narración en dos niveles temporales y
se introduce el hoy
tan
llevado
y
traído tema de la memoria. Lo
que
recuerd¡
Adriano son
datos selectivos sobre
los
cuales sobrepone la interpretación,
eljuicio desde otra
perspectiva.
y
lajustificación:
elementos subjetivos.
Son
legión
las
novelas históricas
que desde
su
aparición
-prece-
dida
pocos
años antes
poÍ
La nuerfe
de \4rgilio. también
con la
perspectiva
de un
moribundo,
de Hemann Broch-
han adoptado este modelo.
Hay
que
insistir. sin
embar-
go,
en el hecho de
que
lo que
ha motivado el cambio
de
punto
de vista cn ambas
no ha
sido el deseo
de
ironía
o deconstrucción. como
en
las
novelas
de
los
años recientes. sino
más
bien de humanización,
un intento de comprensión más que
de
parodia.
La segunda, Die
Ge.rc¿¿lfe..., adopta
ya
como
eje el
principio
de
ironía,
de fiagmenta-
ción, de multiperspectiva y
total Iibertad
de
intercambio
de
niveles temporales. Introduce,
2
"Rehacer
desde
aden(ro
lo
que
los
arqueólogos
del siglo
XIX
hicieron
desde afuerr"
42
-
8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente
5/17
además, la dimensión
metaficcional:
es
una novela sobre el
proceso
de
la re-creación de
una ñgura histórica. más
que
sobre la figura misma.
Los testimonios de las
personas
--{e
nivel social diferente-que
han
conocido
a César se cruzan. se complementan,
se contra-
dicen.
El
currdinador que
está
encargado de
escribir
su
biografía
se
deleita
----en un
presente
que
a
veces
parece
contemporáneo- escuchándolos
y
comparándolos; nin-
gún
comentario suyo hace constar la relatividad
del
"dato
histórico".
El
gran
modelo
para
toda novela histórica de
los
últimos
decenios es,
por
supuesto,
El
nonbre
de lo rosa,
que
se sitúa completamente
dentro del
postmodemismo. Eco ve
la novela
como
posibilidad
ilimitada
de
generar diferentes lecturas e interpretaciones.
según
el nivel de cultura
y
el ingenio del lector. La
interpretación se
vuelve
uno de
los
componentes de Ia estructura misma de
la obra:
"avevo
bisogno di un
investigatore
[...]
che avesse un
grande
senso del I'osservazione
e una
particola¡e
sensibilitá
per
l'interpretazione degli
indizi"r
(Eco,
1984:
l8).
La indeterminación,
lo inacabado,
son
sus
características
más sobresalientes, así como
la actitud de
juego.
Pone en cuestión
tanto la historiacomo
la
escritura,
como la existencia
de los
personajes
"históricos"
que
inventa. Introduce, a sabiendas, transgresiones
e incorrecciones
de detalle,
ya que
lo
que procura
es crear un
trasfbndo,
pero
a la
vez
presentar
una ac¡l¡ad hacia
1a historia,
tanto en el escribiente
como en el lector,
que
surge del
postmodemismo:
"unü categoria
spirituale, o meglio
un Kunsfit ollen, nnmodo di
operare"l
(Eco,
1984:
38).
Su uso de la ironía es muy
paficular: no se ¡rata de
desbancar radicalmentei
no se
propone
coregir:
meramente hace constar
lo
absurdo
de la situación,
y
con ello se
acerca a 1a
definición
de
'lneta-ironía"
ofrecida por Octavio
Paz.
Lo
que
lc
seduce
es
ante
todo decir
"sull'ltalia
del l'epoca cose
che i libri di
storia non ci avevano mai detto
con altrettanta chiarezza"5
(Eco,
1984: 43).
Lo imaginado
vence
a
lo real de lo
que
ha
surgido:
"tutto
quello
che
personaggi
fittizi come Guglielmo
dicevano avrebbe d¿r'¡r1o
essere stato detto a
quell'epoca"
Ó
(Eco,
198:1:
43). Mientras
que
lo modemo en DÓblin
y
Valle-lnclán adquiría
luerza sobre todo a través del
lenguaje totalmente
nuevo
para
su
tiempo,
insiste Eco: "un romanzo non
ha nulla a che fare,
in
prima
istanza. con le
parole.
Scrivere un romanzo
¿ una faccenda cosmologica"
?
(Eco,
1984:
l6). Lección
que
no
caerá en saco roto. como lo demuestra la construcción
de una de las novelas
"históri-
cas" más
logradas del año 1999 en España,
a la
que
se
volverá más
adelante.
Haciendo
I Necesito un inve\¡igador
[...]
que
tenga un
gran
senlido de la observación
y
una sensibilid¡d
parlicular par¡
la interpretación de los indicioi'
''una
c¡legoría
espirilual. o mejor, un ,(arrstrro//arr, una
manera de rabaiar".
''acerca
de la Ilalia {le la ópoca. aqucllas cosas
que
los libro\ de hiroria aún no habían dicho con
suficienle
claridad'
''todo
aquello
que
los
personajes
ficlicios como Cuglielmo decí¡n,
debería haber sido dicho dc
aquella época
.
.l
5
7
Una
novela
no licne
n¿da
quü
cr.
en principio. con la palabr¡. Escribir
una novela es
una
empresa cosmológic¡.'
43
-
8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente
6/17
uso copioso
de la intertextualidad,
mezclando varios géneros
y
estilos, crea Eco
un
mundo
completamente
suyo, abierto
al cuestionamiento.
El
auge nuevo
de la novela
histórica
en
varios países
europeos
e hispanoamerica-
nos
(en
los setenta
en F¡ancia,
los ochenta
en Alemania y
España) podría
considerarse
como
una consecuencia
de
esas nuevas
posibilidades
que
ofrece
y
las
libertades que
confiere el
postmodemismo.
Se ha escrito
tanto acerca
de sus
procedimientos
y
actitu-
des
en
los
últimos
años
que
sería vano
intentar resumir
en un
par
de
páginas
todas
las
innovaciones
que
trajo
y
las polémicas que
ha suscitado.
Hay
que
mencionar,
sin
embargo,
algunas caractedsticas
más
destacadas antes
de ver
cómo se conñguran
en la
escritura
histórica
en España
a
lo
largo de las últimas
décadas.
parece
importante
tener
en cuenta que
el énfasis
en Ia
progresión
no ha desaparecido. pero
no se habla
ya
de la
progresión
en el transcurso histórico,
sino en sus
interpretaciones.
Así, casi sin
mover-
se,
pero
con ayuda de
la
intertextualidad
y el
cambio
de
perspectiva.
la
historia adquiere
signos
y
significaciones
nuevos.
FranEois Hartog
sugiere ver
esta evolución
como una
inclinación
hacia
el
palimpsesto:
cada
figura.
cada crónica,
deben leerse
ya
a la luz
de
los
añadidos
en
las
re-creaciones
(Hartog,
1988: 16). Ian
Davies hac€
notar la importan-
cia del
prefijo
re-: apunta
a series infinitas
de re-creaciones,
definidas como
sigue
por
Hebdige:
"The
past
is
played
and replaved as an
amusing range
of styles.
genres,
signifying
practices
to be
combined and recombined
at will;
the then and rhe
there are
subsumed
in the now"8
(Davies.
1994:
37). Al multiplicarse
ad i4finitun,
no
permiten
abarcar la totalidad
ni buscar
sentido
global.
Bédarida
lo ha
metaforizado como,.une
série de petites
clefs qui
chacune
ouvre
une
piéce
individuelle d'un
appartement...
sans
accés d l'ensemble"e
(Bédarida,
1993:
397). De la Historia,
el
énf'asis se ha trasladado
hacia las historias:
mosaicos
de microhistorias
que
los historiadores
franceses
(piene
Nora, Franqois
Furet) han
llamado
"histoire
en éclats".
'histoire
en
miettes".
l0
Lo
había
predicho
Musil:
"Geschichte
entsteht nicht
von
einem
Zentrum
her. sondern von
der
Peripheris"tt
(Musil,
1957:
369). Tal dispersión
no
permite
adelantar
en línea recta;
impone
una recomposición,
lo
que
facilita
la
inversión,
la
subversión,
la transformación.
casi
siempre con intención
irónica.
No
se
busca
/a
verdad.
sino una verdad
discursiva.
que
cambia
con cada nuevo
acercamiento.
Se admite la fantasía
(ingeniosamente
usada
por
Raúl
Ruiz
y analizada por
Juliá);
se
incluyen
sueños
(no por lo que
son.
no por
un
significado
simbólico
aceptado.
sino
por
Io
que
parecían
significar
en un momento
dado
(Walse¡
1998:
,104)
y
así ayudan a
explicar la actitud
del
que
los
recordaba
en aquel
''El
pasado
es
esccnillcado
)
re
escenificado como
una divertida
gama
de
estilos.
géreros,
pr¡L_
ticas
significativas
quc püeden
ser
combinad¡s
v
re-combinadas
a
volunlad:
el entonces y
el
allí
quedan
subsumidos en el
ahom.
'
''un¿
serie de
pequeñas
llaves.
c¡da una de las
cuales abrc una
habir¡ción
paficular
de
un apafa_
men¡o...
sin acceso
al coniunto.
''hi'torrJ
en
peJr/o'
.
_hr.turi
en
-¡prtJ\
.
''La
hiforia
no nace de
un cenrrc. \ino de la perileria
. Ésu
y
las
próximas
ciras
en
alemin
delpresenle
artículo han sido
gcn¡il
ente lraducidas por
Peter
Soelhke.
9
l0
ll
14
-
8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente
7/17
momento,
estableciendo otro
palimpsesto).
Se
invita
al
realismo
mágico. Decíael
"héroe
sin
cualidades" de Musil,
precursor
de tanto
protagonista
desdibujado,
inesoluto,
que
se ha vuelto
necesario adueñarse
de lo irreal,
puesto
que
la realidad
ya
no tiene
sentido
(Musil,
1957:
588). Varios teóricos
señalan que
lo
imaginario
va
adquiriendo
cada
vez
más imponancia
(Le
Goff, 1986:
9; Hartog, 1988: 318). A la vez.
se afirma una coloración
subjetiva
en vez de la
"objetividad
absoluta".
Se ha hecho notar el
aumento de la
ideologización/ politización que
refleja
el tiempo en el
que
se
escribe. En el caso concre-
to de
España, tanto Hezberger
como Vila¡ós insisten
en el retomo de lo reprimido
*
nuevo espacio
de
reflexión-,
fenómeno
que
se ha
podido
observar
en la obra de los
autores
alemanes exiliados durante
el régimen nacionalsocialista.
La
presencia
de
1a
memoria ha
provocado
muchas reflexiones.
Se ha señalado que
no
permite
enlbca¡ el
pasado
como algo acabado,
porque
el
pasado
sigue
vivo
en la
memoria; por consiguiente, impone
dos
tiempos y
dobles modos de
expresión: oral/
escrito
(muchas
novelas de los
últimos años dan lugar
preferente
al
diálogo),
pasado/
presente, pero
rara vez
con fe en el futu¡o
(según
Vilarós,
esta ausencia
es una caracte-
rística
de la ¡n¿.¡r,i¿1a española, de
la
generación
del desencanto
(
1998:
35)).
"Uhisroire
transforme le
travail de mémoi¡e en travail
de
deuil"¡:
advierte Ricoeur
(
1993: 4l
).
A su
vez,
si se insiste sólo en el
presente,
hace observar Roberts, esto
produce
"dynamism
with
no specific direction"ls y
el
paso
siguiente,
p.rrfftisloil'e,
necesariamente llega
a
significar
"unmastered
future"r+
(Robens,
l99l : 173), lo cual
presenta
su
propia proble-
mática: no la del fin del mundo,
sino del fin del sentido
(Niethammer,
1992: 3). La frag-
mentación (Foucault
sugería
dividir
el
pasado en
"tranches d'analyse"
t5
(Dosse,
1987:
182) que
no se agrupan alrededorde
un centro: otro rasgo importante del
posmodemismo)
y
el velocísimo sucederse de los
liagmentos son frecuentes en
la nueva novela
y
llegan
a crear
afición
por
un
género
nuevo, happenürg.s,
como señala Vilarós.
La naración cronológica
cede a la
presentación
directa,
que
usaban con
predilec-
ción Dóblin y
Valle-Inclán. El constante intercambio
de
voces permire
una
doble. triple.
cuádruple visión. Buen ejemplo
de tales estructuras es l(rr,hlla¿¡s
de Elisabeth Plessen: la
historia
se
presenta
desde la conciencia
de
dos
condenados a muene
en sus últimos
momentos, añadiendo como
contrapunto la
percepción
de la misma
historia vivida
por
la
mujer
de
Kolhaas. El
etecto
final
conseguido
es
estremecedo¡. Las tles
conciencias perci-
ben la historia
"desde
abajo".
elicitando en el lector lo
que
Kohpeiss llama
"compromiso
social" por
medio de la agudización
de su sensibiüdad
(Kohpeiss.
1993: 33). La
dialogización
se usaba
con fiecuencia en la novela de ideas.
pero
entonces
era
para
llegar a alguna
verdad,
mientras
que
hoy se trata prel'eriblemente
mostrarque
no hay salida,
o como
puro
juego
rin
esperunza de eneontrar.oluciones.
l: La historia
lransforma el trabalo de la nremoria
en un ¡rabajo del luto.
l3
un dinamismo sin una dirección
c\pecílica .
l:1
"un
f¡luro
no
dominado
.
l5
-fragmenlos
pura
el ¡nilisis .
45
-
8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente
8/17
Se ha renunciado a la
búsqueda de datos incuestionables
(las
novelas
histó¡icas
serias
siguen exigiendo una esmerada documentación, que
luego oftece materia
para
juegos
de intenextualidad, puesto que
datos fiables no existen).
Sugería
Borges que
Ia
verdad
histórica no es lo
que
sucedió, sino lo
que
juzgamos
que
sucedió.
y
repite Peter
Munz
como un eco:
"The
real reason
why it
[a
verdad]
must elude
us
is
that
it
is
not there.
There is
nothing the case over and above what
people
have
thought... and think"l6
(Bentley,
1999: 143
).
A su vez, al comentar 1a
proliferación
de la novela histórica en
Fran-
cia,
asevera Laudin: "Depuis une
quinzaine
d'annés, le signitiant
est devenu le vécu
menu représenté tel
quíl
se
passe
dans la téte des
gens"rT
(Laudin,
1993: 1 1). La
"prueba"
culminante de la ineficacia
y poca
fiabilidad de la documentación, la
da
la
novela muy
comentada
de Alexander Kluge, Sc/r/aclrtbeschreibung, donde no se nana; sólo se
yux-
taponen documentos, recones
de
periódicos,
testimonios
sobre la batalla de Stalingrado
para
crear un caos total
y
una distorsión cabal de la historia.
EnNiebla,
Unamuno
ponía
en
tela
dejuicio
la existencia no sólo de los
perronajes.
sino también del autor. Martin Walser no llega a tanto,
pero
insiste en
que
no se debería
hablar
de
un
_r'o
firme
como una cosa
inmutable:
"Solange
etwas
ist, ist es nicht
das, was
es
gewesen
sein
wird.
Wenn etwas
vorbei
ist, ist
man
nicht
mehr der, dernes
passierte"r8
(Walser,
1998: 9). El énfasis
se t¡aslada de la
búsqueda de
"hechos"
histó-
ricos, a la búsqueda de identidad, most¡ando el
proceso
de la construcción del ro de
Adriano creado
por
Yourcenar
que
tiene
pocos puntos
en común, a no ser el
de hablar
en
primera persona,
con el
_yo
que
presenta
Umbral
en
Y Tíemo Galvdn a.scentlió a los
cielos,
el
cual
hace pensar
en
"egohistoria".
Las memorias que incluyen
la
primera
infancia
pemiten
aprovechar un
punto
de
vista cambiante
que permite
captar el Zeifg¿irt
desde una multiplicidad de
perspectivas
(Walser,
Thomas Bernhard, Rosa Chacel,
Ma-
ría Zambrano). Este viraje de
perspectiva
se da también en las novelas
que
caben
dentro
de la categoría de Zeitroman.
La superposición de la historia vivida en diferentes situaciones.
a
diferente
edad
y
con diferente capacidad de captar lo
que pasa,
añadiéndole luego el
punto
de vista
del
hombre maduro
que
escribe, forma el núcleo de El nonbre
de
1c rosc de Eco:
"Il
gioco
stava nel
mettere in scena di continuo Adso
vecchio
che ragiona su cid che ricorda di aver
visto
e
sentito come Adso
giovane"le
(Fro,
1984: 22). Eco va
más
lejos
que
Yourcenar con
Adriano:
"Sin
dall'inizio
volevo
raccontare lutta
la storia...
con la voce di
qualcuno
che
l6
t/
l8
l9
"
La verdadera razón de
que
ella
0a
verdadl debe eludirnos
es
que
clla
no eslá
rlllí. No h¡y
nada
por
encima o
por
deb3jo de lo
que
ia
gente
hay:¡
pensado
o
piense.'
''Después
de unos
quince
años. el significan(e se ha
vueho
lo \ivido
cn detallc.
reprcsenrado
lal
como se lo imagina la
gcnte.
'
''Mienlras
algo es, no es lo
que
(e¡minará
siendo. Cu¡ndo ¡lgo ha dej¡do de ser. uno
va
no
cs el
mismo al
que
ese algo le
ocurrió.
'
''El
juego
consifía
en
poner
en escena
sin
cesar
al
Adso
el viejo,
quc
razona sobre lo
que
recuerda
hrber
i'lo )
.enridú
(omo Ad\n
el
jo\en.
46
-
8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente
9/17
passa
attraverso
gli
avvenimenti, ma non li capisce... Far capire tutto attraverso le
parole
di
qualcuno que
non capisce nulla"r0
(Eco,
1984: 23). Confirma la aseve¡ación de Marc
Bloch de
que
"la
connaissance du
passé
est une chose du
progrés"ll (Bloch,
1993:
58)
y
que
no
se
debe
pretender captar
el
último
sentido
directamente,
de
una vez. Po¡
eso en
vez
de
desarrollar la acción siguiendo un orden cronológico se
prefiere
hoy la simultaneidad
de
varias
voces
y
varias escenas: la
creación de
una
perspectiva
más
amplia.
En
Le ne.lia noclre
suspiraba
Valle-Inclán
por
la
posibilidad
de abarcarlo todo
desde un
punto
alto. Hoy se
procede
mediante la combinación de
"bloques
de cons-
trucción",
que
construyen
la historia,
haciendo intercambios en el tiempo
y
en el espa-
cio. Más de un cítico haconstatado
que
lo espacial vaocupando un lugarmás importante
que
1o
temporal en
la estructuración
de la novela contemporánea. Dóblin recomendaba
al naffador: ver
y pensar,
relacionar instantáneamente, lo cual se
vuelve
responsabili-
dad
del
lector
La técnica
de
paralelos que
se
iluminan
mutuamente (importantísimo aquí
el uso de la
parataxis)
se ha revelado
muy
eficaz. Con ayuda de
ella
consigue
Lourdes
Oniz efectos asombrosos en U,.rccQ. Pero existe el
peligro
de
perder
una dimensión:
Valle-Inclán
y
Dóblin, aun al desmitifica¡ la histo¡ia de las apariencias, creen aún en el
fondo
en una
"historia
en
profundidad".
Hoy, afirma Jameson,
la historia
cone el riesgo
de
volverse
"dephtless"
(Davies,
1994:20).
En ninguna de estas novelas figura el héroe tradicional. El enfoque
principal
cae
sobre el
poder y
lo
que
éste
reprime.
Según señala
Wesseling,
una
gran
parte
de ellas
presenta
versiones altemativas de la historia conocida: las
posibilidades que
no llega-
ron
a
realizarse
o
lo
acontecido
que no llegó
a
entrar
en las crónicas.
No
se
trata
de
contar 1rl sabido, sino de cuestiona¡ lo
que
se sabe
y
buscar trasfondos ocultos
que
emergen como epilanías
del cruce
de
varios fragmentos. Esto explicaría la inclinación de
muchos autores contemporáneos a adoptar ciertos
procedimientos
de la novela
policía-
ca
(también
aquí
Eco sirve de modelo insuperable),
que permite
matizaciones: unos
usan esta técnica
poniendo
énfasis en la intrigal otros,
para
jugar
y generar gozo
intelectual
(Kebbel,
1986: 93). Lo
que
consta en todos es la
persuasión
de
que
la tarea
del narrador no es interpretar, sino "hacer interpretable"
(Geppert,
1976: 187). Esto
impone
distanciamiento.
Todos los críticos alemanes subrayan la renuncia al la
EinJihlung
(.
otnpenetqcíón
),
que
se
sustituye por
AusfühLung
(insensibilidad),
Verfrendung
(distancianiento
)
. Lo
no
dicho de
la historia
se descubre
por
colocar
fragmentos de lo conocido en contextos nuevos. Marta Morello-Frosch 1o
llama
'hacer
2r)
''Dcsdc
el conicnzo.
quicro
contar lodr la hirori¡
I...1
a rravés de todos
los aconrecimientos.
pero
no los compre¡de
[...]
P¡ru
comprender lodo ¡ través de la
palabra
de
qujen
no comprende
''tl
. onocimienro del
ptr.rdo
e. . o'-
del
¡rnpr('o
N. del T.: Por lralarse de lérminos
poli\émicos.
realmente
difíciles de traducir. la autora ha
preierido
expresarlos
en
el
origiDrl
lenrín.
En
los
paréniesis
anleriores oiiecemos los
que
consider¡mos mís cercrnos en c¡srell¡no
2t
22
11
-
8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente
10/17
oír los silencios"
(Balderston,
1986 202).
La Capra sugiere que
el tono carnavalesco
facilita
tales descubrimientos
(La
Capra. 1985:
39): es un andar sobre
la finísima
cuerda
tendida
entre las burlas
y
las veras.
Según é1. el texto sirve
sólo como el inicio,
como
marco.
como una ventana
hacia lo
que queda por
descubrir.
(La
necesidad de
buscaq
descubrir, intentar orientarse, trae no
pocas veces
la
imagen
del
laberinto,
también
usada por
Eco. Los laberintos
modemos. sin embargo,
no eslán
provistos
del hikt
de
Ariadna; la maraña
se multiplica Lkl infinitum).
El
propósito
de llenar
los
vacíos,
de insinuar lo no
dicho, de
jugar
con las expecta-
tivas contextuales
favorece la técnica
del collage
y
del
microanálisis de momentos
sueltos,
puesta
de relieve
por
Walter
Benjamin como
"das
Prinzip
der
Montage
'ya
en
los
años treinta: "in der Analysc
des kleinen Einzelmoments
den Kristall
des
Totalgeschehens
zuentdecken':3
(Benjamin.
1983: 575).
Repasando breve
y
arbitrariamente la abundante
producción
de la novela histórica
de los
últimos años en España
(Juan
Oleza ofrece una
buena
presentación general
de la
situación), se nota que
la mayoría de los autores se han apropiado
de los
procedimien-
tos
delineados más arriba, algunos sin renunciar a --o
remodelando cienas
estructu-
ras tradicionales.
como la novela
picaresca.
En tales casos se
trata. más
que
de
una
reescritura
(analizada
por
Aínsa), de una verdtdera
Untschreibu
g
(
frunscrípciótl
o trans-
ferencia),
cuyo eje es la transfbrmación.
Como ejemplos se
podría
mencionar
k¡s lrcle-
chos arborescenfes
de Umbral, estudiada
por
Ian Davies.
o el sugerente estudio
de
Ignacio
Javier López sobre L¡ verdad sobre el cqso
Salt ta de Eduardo Mendoza,
cuya
obra.
In
ciudad
de los
prodigbs,
tambtén
conserva
trazas de
la
picaresca.
En el
caso
de
Pérez-Reverte
(la
serie de la sa.ga de Alatriste), tanto
el re-descubrimiento de
la historia
como la re-creación del
pícaro quedan por
debajo de la
preocupación
por
la escritura.
centrándose menos
en el
proceso que
en el efecto.
La nueva novela histórica no
trata
de instruir,
como las
primcras
series
de Galdós,
ni
de criticar,
como las de Baroja, o desahogar la ira
y
el rencor,
como las inspiradas por
las
represiones
del régimen franquista. Des-compone.
No
pretendc
ser
to¡nada en serio
como historia. aunque
sí la incluye. Casi siempre llama la
atención como escritura.
El
caso más
claro sedael de Tonente Ballester,
quienjuega
con la intertextualidad,
con la
historia y
con el lector, haciendo guiños constantes para señalar
su
intención. Le inte-
resa
más, siempre, el efecto metallccional, la historia
de la escritura
de la historia. Decla-
raciones
como
la
de
que
la historia es un
"conjunto
de
hechos
que
no tenían que
haber
sucedido"
o "Tú no
puedes
fiafte
de
la realidad
porque
siempre
te engaña"
(Rivas,
1999:
7) dan fe de su actitud
de base. Sin embargo, como señala
Rivas.
"el juego
con, contra
la Historia
es un asunto capital de su obra"
(Rivts,
1999: 7). Es
el autor
que
rnas
cons-
tantemente elicíta
el
gozo
intelectual
producido por
el
discurso de detcctive
del
que
23
[...]
el
principio
del monraje
va
cn lo\
moñenro
singular.
la
crisralización del
año trcintir
"p¿rm
de\cubrir.
en el anÍlisis
del
pequcño
aconrecimienro
rol¡l
'
48
-
8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente
11/17
habla Kebbel
inte¡pretando
a Brecht.
La subversión
sirve,
en su caso, para
desencade_
nar
un ejercicio
intelectual y
suscitar preguntas
que
se multiplican.
Como
contaste
se
podría
ver
la obra
de Umb¡al,
también
basada
en la inrertextualidad.
también llena de
transfbrmaciones,
desbancando
toda
autoridad,
pero
en
la cual
la
subversión
es casi
autosuficiente:
divierte
e irrita
sobre
todo en
el momento
mismo
de la lectura.
Las
constantes
ref'erencias y
alusiones
se acercan peligrosamente
al
..name
dropping"
en
vez
de hacer
una
novela como
Y Tíerno
Galván
qscendió
a los cíelos,
un verdadero
Zeitroman.
Él
mismo suple
la
precisión,
llamándola..memorias
noveladas,'.
Subverti¡
desbancar
la auroridad
de la
historia oficial,
se
proponen
también
Viízquez
Montalbán y
Abel
Posse, autor
latinoamericano que
escribe
sobre la relaciór/
conflicto
de los
dos
continentes, los
dos rese¡vando
espacio al
tema de los
nacionalismos
o las
periferias,
tan de
moda en el
último decenio.
La
estructura, tan
to en C¿sar
o nada como
en
Los
perros
del paroís¿r,
es
completamente
descentrada, la secuencia
temporal
casi
aboli-
da
y
sustituida por
espacios
altemantes para
crear
el'ectos de simultaneidad y
divergen-
cias
de
perspectiva.
La
novela
de Vázquez
Montalbán procede por
yuxtaposición
de
puntos
de vista.
Gran
parte
está
ocupada pordiálogos
que
incluyen
una visión
interior-
cada
uno
de los Borgia
con su
propia
perspectiva-
y
exterior: Machiavelli, que
a
veces
parece
asumir
el
papel
de árbitro
o incluso
de
super-historiador
El texto
está repleto
de
indicios,
tales
como eljuego
de naipes
en las
primeras
páginas
y
al final,
el rito de la misa.
Se fabrica
un tejido
intrincado
de
dobles
sentidos
y
posibles
subversiones:
,.aut
Cesar aut
nihil"
se refiere
no sólo a la persona
de César,
sino también
a la novela
de Baroja e
in ita
a
una
doble interpretación,
así
como
el hecho
de
dedicar
la
novela, llamándola
explícita-
mente'novelaposthistórica",aunjesuita,aGramsciyaJordiBattló.Casitodosepresen-
ta
desde
un ángulo insólito para
revelar
mecanismos
escondidos. Los personljes
no
tienen
nada
de admirable. El
cinismo predomina
en todo, incluso
en las relaciones
intrafamiliares.
Las verdades que
se enuncian
tienen su
punta
de ironÍa y
son fácil-
mente
conectables
con la
problemática
contemporánea,
como
la alirmación
de
que
la
corrupción
es más tolerable que
el fanatismo,
o la escala
de
valores que
se establece:
"a
nuestra
altura
no
podemos
dejar que
los sentimientos
sean
una rémora_
Nuestra
vida
tiene
un sentido
por
encima
de las
emociones
y
de la
moral
al uso"
(270).
Se
yuxta/contraponen
César
y
Dios,
la
suerte
y
la
providencia¡
se explora la
figura de
Savonarola
para
crear paralelos
con
asesinatos
políticos;
el
personaje
de
Francisco
de Borja
resulta
muy ambivalente.
El
s¡r.Vrelr"r¿
se mantiene
intercalando
crímenes y
cruces
sexuales que
alternan
con diálogos
filosóficos.
Se repite
regularmente que
los
Borgia
son fbrasteros.
catalanes.
odiados y
despreciados.
Resulta
obvio
que
su úni-
co sostén
es el deseo
de
poder,
contrastado
al final por
la
figura apocada
de Francisco
Borja.
La intención
de terminar
con él 1a novela queda
como la última
adivinanza para
el lector.
Itts
¡terrcs
del
perraúo
parece aún más
iffeverentc
dentro
de
Ia
serie de
novelas
que
se
proponen
desmantelar
la
historia.
En la estructura
se
parece
y
sobrepasa
a
Cásar..
49
-
8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente
12/17
escenas
sueltas
diseminadas
por
espacios
diferentes:
la corte
española,
Génova,
la
navegación
a bordo
de las carabelas,
México
antes
de la llegada
de los
descubridores.
el
espacio
irreal:
el Paraíso
que
busca
Colón
inspirado
por
la descripción
ofrecida
por
un
sacerdole
bonacho
cuando él
era niño
(con
ello somete
a la subversión
la meta mismadel
descubrimiento).
La
mezcla de
niveles
temporales
es constante:
Colón'
Queipo
de
Llano,
Marañón. Freud.
La intertextualidad
es casi
demasiado
obvia:
no incita
al ejercicio
intelec-
tual.
Entra mucho
la
fantasía,
más aún
el sexo
liberado
postmodemamente
de todas
las
restricciones.
Los
nacionalismos
y los marginados
aparecen
en las alusiones
aljudaísmo
de
Colón.
Lo
que
se cuenta
se
presenta como
suplemento
y
corrección
a
lo no contado
por
los historiadores
y
ofrece
una
visión
que
apenas
admite
futuro:
"Conprendió
que
América
quedaba en manos
de
milicos
y
conegidores
como
el
palacio
de la infancia
tomado
por
lacayos
que
hubiesen
sabido
robarse
las escopetas"
(Posse'
1987:
253)'
Cadá una de
las novelas mencionadas
es
completamente
diferente
Loque
permite
establecer
cieña
afinidad
entre
ellas
es la
intención
evidente
de desacreditar
la historia
tal
como se
la solía
enseñar.
Es un
ataque
a la
presentación de
lo hislórico,
a las
figuras
históricas
más
que
al
pensar histórico.
Junto
a este
tipo de
rechazo
radical
existen otros
modos
de
reescribir
la historia
que
conservan
algunos
elementos
tradicionales
y que
han merecido
premios nacionales
o
han llegado
a ser óe'rr-rellets
Uno
de
los libros de
mayor éxito
¡eciente
es
El hereie
de
Delibes,
tal
vez el más
tradicional
de los aquí
repasados.
Empezando
con
varios
procedimientos
de
la novela
postmoderna
-lnulti-
pticidart de
punto de
vista, sin
introducción
ni
presentación'
microhistoria
de una fami-
ii"
qu.
no
es
de las que tienen
el
poder' cuestionamiento de valores
establecidos'
diálogos
contrastantes-,
recae
pronto
en un
narrar más
bien
tradicional'
desde
la
perspectiva del nanador
(no
se
presenta como
historia
vivida)
apoyada
en fuentes
que
:i".nufn"ron
al final
(no
para subvertir.
sino
para
hacer
más
f¿haciente
lo nanado)'
Abunda
la descripción
que
sirve
para
"situar".
no
para
cuestionar
o
parodiar la acción'
El enfoque,
con anécdotas
intercaladas,
se acerca
a
veces
al
costumbrismo
e impone
un
sabor
local,
provinciano.
Lo
produce
el
pormenorizado
recuento
de
la caza, tema
predi-
lecto del autor
Se
nota el
deseo
de ordenar
lo
presenlado Sólo
en la
tercera
parte
se
vuelve al
ritmo
y
a los
procedimientos
(con
excelentes
escenas
de desdoblamiento)
más
modemos.
creando
cierta ambivalencia:
se denunci¿t
la
Inquisición. pero a
Ia
vez
se
muestra
que
los
"herejes"
se
traicionan
mutuamente.
Es un acierto
concluir
la novela
con
la figura
de la antigua
criada,
que permite
una lectura ambigua'
Una
novela
que
tampoco
es
subversiva
pe¡o
moderna
en
su concepto
de la cscritu-
ra de la
historia
como Zeítrom.m
es El
kípiz
del carpíntero
de
Manuel
Rivas:
sin
fechas.
sin
personajes
"gmndes". pero con
un ambiente
global
que
permite
re-vivir
el
terror
de
la época
franquista.
Incluye.
como
parte integrante
del desarrollo
considera-
ciones
metaficcionales,
no sólo
sobre
la escritura
de
la novela.
sino
lanbién sobre
el
proceso
de
la
pintura. Su comienzo
se sitúa
en el
presente
e
inÍoduce
la
problemática de
la escritura.
El
reportero
que crea el marco
pronto
cede
la
voz
a
la
doble
o
triple
concien-
50
-
8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente
13/17
cia
del
guardia que
vigil(i
la represión.
que
actuó como espía. escribiendo
un
parte
sobre Io
observado cada día.
quien
recuerda los acontecimienlos
y
sus reportaJes en
tiempo
presente,
enjuiciándok¡s. Se
añaden a esto
los
maravillosos diálogo\ imag¡na-
rios que
sostiene
con el
pintor
a
quien mató.
El
verdadero
"héroc"
aparece casi
siempre
en segundo plano,
actuando sólo a
través
de su actitud. Es un
pasado que \
ivc
en y
dcsde
el
prcsente,
voces
qu€
transmitcn varios
estilos
e
indican varios niveles de
inteligencia.
Se
podría
hablar
de una clíptica All¿rg.lg€iciricfite
de
un
período,
donde
se
na[a menos
de Io
que
se deja intuir, refiriéndose a la vida
cotidiana
en
espacios
y
estamentos
diferentes:
Galicia./la
costa
levantinai
un
poro.
Ia cárcel, la casa de la
¡alud.
el
monasterio. Se
ponc de
relicve el
papel
de la inaginacióD,
que
ayudit
a
enfrentarse
a
la historia
(cualidad
que Rivas ensalza en
la úitima novela de Torrente Ballester). Su
gran
logro es
transmitir una vir'¿r
sens¡tción de
un
período
histórico e instigar al
lector a
repensarlo.
Un
f'enómeno
importante en el desar¡ollo
de
la novela histórica es la irrupción de
obras escritas
por
mujeres
que
invierten.
subvierten, rectifican
la
histori:r
que
rntes
parecía
el monopolio de honbres. Desentiefian
y
reevalúan figuras no
mencionadas u
olvidadas,
revelando su
papel
en
el devenir histórico de
España. El
magnífico cuadro
creado
por
Rodoreda cn kt Pla
-
8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente
14/17
curiosidad del lector. Así como Rodoreda, revela Ia fuerza interior de la mujer corriente,
creando
l¡
fi,gura inolvidable
de
la
prostituta.
Su relato
hace cuestionar
las
historias
ohciales sobre este
período.
Es una historiade mentalidades, retiactada
en
varios
centros.
El
mundo
que presenta,
visto
desde
dilerentes
perspectivas,
no liene
futuro,
pero
no
se
intenta
subvertir los valores
bósicos
y
se deja
cieÍa
aperlur¡. Al fin. es el
lecior quien
debe atar lo. cabo.
)
.rcar.u\
concluriones.
La
obra
más
reciente
que
quisiera señalar se debe
a
la
pluma
de
un
autor
quien
afirma
que
"el
concepto de
novela
histórica es
va
antiBualla",
pero que
se integra fácilmente a
Ia calegoóa de Zeitror¡¿ri.
para
que
'con
un
lenguaje
ntodcmo se describa el
espíritu
de
una
época"
(Pombo:
1999a).
Se
trata
de¿(¡
circ.lr(ltur.r dcl
cirt
lo.de Alvaro Pombo
(
1999a).
Cabría
tanrbién de cie¡to modo en el
esquema
estructural de
la
novela
picaresca:
el
protagonista
pas¿
de un
"amo"
a
otro,
aunque
con fin distinto
y
resultado
an¡biguo.
Se
suceden más
espacios;
la
crítica
de cada
uno
es
más
penetrante. Evalúa
la
profundi-
dad del desencanlo. Nos
presenta
al
hombre
desarraigado
en
búsqueda de
identidad
que
emite
observaciones
aplicables a la sociedad de hoy. Todo es
vislo desde
dentro,
todo tiene dos
caras;
no
existe la
"realidad".
El mundo
que
va descubriendo es un
rnundo cruel; el
procedimiento
más frecuentemente empleado, el
de
la desmitilicación.
Se cruzan
y
se
suceden varios
niveles r
ambientes: la casa de un
c¿ballero
noble; la
col1e
delduque de Aquitania: lacomunidad
religiosa fundada por Bemardo de
Clairvaux
como
contrapeso a
éstat
la orden de los Templarios; el reino de Jerusalén. El
hilo que
les
une es el sabor amargo
que
desemboca en
una
epifanía:
"Nada queda ya
del guenero
clérico...
Nada queda
del bravo cabnllero que
se
enfientó
al gran duque de
Aquitania.
Nada
queda
del
joven
fuerte
que hincó
las
rodillas ante el
abad
de Claraval
[...]
el odio
es un regr¡sto afilado como la
justicia" (
1999: 362). Desde las
primeras
páginas
llama
la
atención el uso
nagistral de
la
palabra.
de
cuyo
poder
es consciente el
protagonista:
"ei
lugar se
contagió
de la elasticidad
del
nanar
nrismo"
(64.¡.
Consigue.
como
Eco. una
estructura en
la
que
todo
detalle signillca según el nivel intelectual del lector. un
juego
continuo nunca tbüado. Por otra
parte.
se
puede
percibir
algún
eco
de
Valle-lnclán:
un
dejo
épico
mezclado con
10
grotesco.
la sabiduría de entreverar varias modalidades:
"Tú
regresa
como
un héroe trágico
y yo sigo
aquí
como
un
héroe
cínico"
(375).
El
proceso
de desenmascarar
es
continuo
y
abarca al
p¡otagonista po¡ rnedio del desdoblanriento.
Abre
infinidad
de
posibilidades
de interpretación
(¿alusión
a la búsqueda
de
la espiri-
tualidad en las
religiones orientales
de
los
jóvenes
de hoy?), sin prometer
un futuro
mejor En Ia escena final Ac¡rdo
se va
alejando otra
vcz.
Habiéndose cri¡do entre
ovejas. cabras.
caballos, entre los cuales sentia más calor
que
al
l¿do
de
su madre.
"monta a
pelo
uno de los caballos
percherones
1...1
El caballo relincha
y vuelve
la cabeza
para
mirarle: a imagen
y
serne-janza
del
amor
[...]
Ese noblc animal de carga.
lo más
parecido
a la ternura. a la hermandacl,
que conocerá Ac¡rdo
antes de la muerte"
(410).
Uanifas |anítdtis
el deseo
de
conquistar el
mundo, el reino
de Jerusalén,
la representa-
ción
dc
Dios
en
la
tierra.
Pero
queda
escrito el relato.
52
-
8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente
15/17
BIBLIOGRAFí{,
Aínsa, Fernando.
"La
reescritura de la
historta".
Cuaderttos arneri
-
8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente
16/17
ed.l199'7).
Hístoricitlad
en la notelu
t's1tctñolu
-
8/16/2019 Birute Ciplijauskaite. Escribir el pasado desde el presente
17/17
Vilarós, Teresa
M.
(1998).
El
tnono
del
desenc¿utfo.
Una
crítica
cultural de
la transi-
ción esptrñolo
(1973-1993).
N{adrid: Siglo
XXl.
Walser,
Martin
(
1998¡. Eín springentler Brunnen. Frankftrtl M:
Suhrkamp.
Wesseling, Elisabeth
(1991). Writing Histon'
as a
Proplvt.
PosÍno.lem¡st Itulovutíons
oJ
the
Histori< tl
Noyel.
Arnstcrdum/ Philrdelphia: Benjamins.
Yourcerar, Marguerite
(1951).
Mé,noires
d'Hadríen.
Pans: Plon.
(1952).
Carnets d¿ nofes d( M¿moír¿s d Hutlrien en Oenrrcs rurnanestlues.
Paris: Callimard.