tenerife pasado y presente
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Juan J. Martínez Sánchez
Pasado y Presente de las Islas Canarias
Tenerife
act CABILDO DE TENERIFE
1995
Aula de Cultura Patronato Insular de Turismo
Cabildo de Tenerife
Coordinación editorial: Marco Antonio Temes Rial.
Titulo: Pasado y presente de las Islas Canarias. Tenerife.
Primera edición: 1995.
Autor: Juan José Martínez Sánchez.
Diseño, maquetación y cuidado de la edición: Mila Ruiz.
Fotografía: Mila Ruiz.
Cubierta: Mila Ruiz.
Impresión: Litografía A. Romero, S. A.
Responsable de la edición digital: José Cristóbal Martín ( [email protected] )
ISBN: 84-87340-56-3
Depósito legal: TF. 1.857-1995
índice
P r e s e n t a c i ó n 9
P r ó l o g o 11
I n t r o d u c c i ó n 13
M e d i o geográ f ico 16
Formación del relieve insular, Suelos, Clima, Aguas,
Vegetación, Fauna, La Naturaleza y el hombre
P o b l a c i ó n 46
Los guanches, Población tras la conquista, El fenómeno
de la emigración, Poblamiento actual, Origen de algunos
pueblos, La vivienda
E c o n o m í a 78
T r a n s p o r t e y c o m u n i c a c i o n e s 86
H e c h o s h is tór icos 90
Conquista de Tenerife, Derrota del almirante Nelson,
La desamort ización, La esclavitud, La masoner ía en
Tenerife
Aspec tos art ís t icos 106
El arte gótico y renacentista, Arte barroco,
El neoclasicismo, Siglo XX
Ins t i tuc iones 122
El Cabildo, La Real Sociedad Económica de Amigos del
País de Tenerife, La Capitanía General, La Iglesia,
La Universidad
Mani fes tac iones de la cu l tu ra p o p u l a r 142
La lucha canaria, La artesanía, Fiestas populares,
La devoción a la Virgen de la Candelaria, El folklore,
Cocina popular
Personajes célebres 158
José de Anchieta, José de Viera y Clavijo, Tomás de Iriarte,
Agustín de Bethencourt y Molina, Teobaldo Power, Óscar
Domínguez.
Visitantes ilustres 176
Jean de Bethencourt, George Glassn Alejandro Hlumboldt,
Bory de Saint Vincent, Von Langsdorff, Sabino Berthelot,
Jules Leclercq, R. Verneau, Rev. Chas W. Thomas, Dulce
María Loynaz.
Itinerarios 2 0 0
1. Santa Cruz de Tenerife, 2. La Laguna. 3. La Orotava y
el Puerto de la Cruz. 4. Garachico y Punta de Teno,
5. Masca-Acantilado de los Gigantes , 6. Anaga y
Taganana, 7. Las Cañadas y el Pico Teide
Tablas 221
Bibliografía 227
Mapa de Tenerife 230
Presentación
Los Consejeros de las Áreas de Cultura y Turismo del Cabildo de
Tenerife habíamos detectado que no existía una publicación que, a través
de su lectura, nos diese una síntesis, una imagen lo más completa posible
de Tenerife, diferente de la que nos pudiesen dar, por una parte, los folletos
de promoción turística y, por otra, las obras especializadas.
Esta idea fue alimentada de manera decisiva por el Proyecto «Alisios»,
desarrol lado por los a lumnos de Bachillerato del Valle de la Orotava,
d i r ig idos p o r profesores del mismo, cuyo objetivo ú l t imo era el de
profundizar en el conocimiento mutuo de nuestros estudiantes con sus
iguales de países americanos de habla hispana: Méjico, Venezuela, Cuba.
Se pretendía un conocimiento de la realidad auténtica y de la visión que se
tenía de nuestra tierra y viceversa, fuera de las aportadas desde la relación
oficial y que han dado lugar a tantos tópicos. Al solicitarnos información
sobre nuestra Isla quedaba patente el problema ya insinuado al comienzo
de esta presentación. Es el profesor Dr. Juan Martínez Sánchez el que de
forma clara e incisiva ha venido planteando esta necesidad que, por fin, se
va a convertir en realidad.
Para los consejeros pa t roc inadores de esta publicación, el vacío
detectado se llena p lenamente y el lector que se acerque a las páginas de
este libro se formará una imagen bastante completa de Tenerife. Conocerá
los datos más relevantes de la Isla y sus características físicas, sociales,
culturales, demográficas, políticas y económicas, entre otras.
Q u e r e m o s a g r a d e c e r s i n c e r a m e n t e a l au to r , e l c a r i ñ o q u e
des in te resadamente ha puesto para que este libro vea la luz. Para los
Consejeros de Turismo y Cultura del Cabildo de Tenerife la satisfacción de
poder contribuir a un mayor y mejor conocimiento de nuestra Isla.
Francisco Marcos Hernández Marcos Brito Gutiérrez
Consejero de Turismo y Transportes Consejero de Cultura,
Educación y Deportes
9 Tenerife
Prólogo
Difícil me resulta hilvanar las ideas de este prólogo. La razón es simple:
estas líneas suelen ser obra del au tor del libro; pe ro c u a n d o ese autor es
c o n s c i e n t e q u e la «pa t e rn idad» de la ob ra es c o m p a r t i d a a u m e n t a la
responsabi l idad.
Veamos: Loli Borges me ayudó en los temas musical y de cocina; Juan
Manuel y Rubén Mart ínez trabajaron en los temas de fauna y lucha canaria,
respectivamente; Alberto Sebastián colaboró con el texto sobre la Masonería;
Domingo Eulogio Méndez contribuyó con la biografía de Viera; Paco Perrero
( d e s d e su « d o r a d o ex i l i o» de P a r í s y N u e v a York) n o s c e d i ó las
in teresant ís imas postales ant iguas que ilustran el libro; José Luis Prieto
hizo el Arte y los I t inerarios, ha leído los originales, apo r t ando correcciones
e ideas; y Mila Ruiz, apa r te de su tarea «oficial» de diseño y maque tac ión ,
ha h e c h o las fotos y ha pues to toda su vo luntad , much í s imo t i empo y
bastante de su capacidad al servicio de esta publicación.
¿Qué q u e d a pa ra mí? Pues todo lo demás y algo impor tan te c o m o la
idea de la publ icación con su inhe ren te finalidad de contr ibui r a la difusión
cultural .
Tras varios decenios dedicado a la enseñanza oficial, va confirmándose
en mí la idea de que la proyección de la cultura popula r obliga a establecer
nuevas vías de conex ión que complemen ten , o aún superen , el tradicional
y ru t inar io academic ismo de los cent ros docentes .
En nues t ro t i e m p o no se podía pedi r un t e r r eno más propicio para
esta tarea q u e el que nos ofrece el tur ismo. Miles de personas, muchas de
ellas c o n ansias de saber, todas con la cur ios idad po r las «novedades
culturales». C a m p o abonadís imo para aprovechar esta motivación y difundir
en t re ellos unos conocimientos , sencillos, sí (según grupos y circunstancias),
p e r o con un m í n i m o rigor científico.
Visitan nuestra Geografía, nuestros m o n u m e n t o s , nuestros museos,. . .
y ese c o n t a c t o d i r e c t o c o n esas r e a l i d a d e s d e b e a p r o v e c h a r s e p a r a
fundamen ta r un conoc imien to sólido y real de nuestra oferta: Tenerife.
En la actual idad esta tarea la llevan, de forma más voluntariosa que
cualificada (en su mayor ía) , los guías de turismo. Pero ni a ellos se les ofrece
una bibliografía adecuada a su labor.
11 Tenerife
A l g o s i m i l a r o c u r r e c o n n u e s t r o s e s t u d i a n t e s . C u a n d o les
r e c o m e n d a m o s l a b ú s q u e d a d e i n f o r m a c i ó n s o b r e a l g ú n t e m a s e
e n c u e n t r a n , o c o n t raba jos c ien t í f icos de i n d u d a b l e valía en l ib ros
voluminosos y caros, o con folletos de escasa información y calidad.
Con este libro sobre Tenerife in t en tamos ampl ia r el escaso n ú m e r o
de obras asequibles para amplias capas sociales.
Pero el motivo concre to , puntua l , q u e me impulsó a llevar a real idad
la idea ( tanto t iempo latente) de esta obra, es un tanto curioso. Se lo cuen to :
En agosto de 1993 fui invitado, p o r la Dirección de la Oficina de
T u r i s m o de España en México ( m e e n c o n t r a b a en este país en tareas
profesionales) , a da r una charla sobre las Islas Canarias , a Directores de
Agencias de Viaje mexicanos .
Sintetizar, en una hora , la Geografía e Historia de Canarias es tarea
imposible. Me parec ió más conveniente t omar c o m o «modelo» u n a isla,
Tenerife, y apor t a r de las demás las analogías o contrastes más llamativos.
Al t e rmina r mi in tervención, un b u e n n ú m e r o de los asistentes me
pidió bibliografía sobre Canarias y, más concre ta , sobre Tenerife . ¡Vaya
ap r i e to , el mío ! Los folletos turísticos allí ex is tentes , insuf ic ientes ; las
«grandes obras» de Geografía o Historia de Canarias , inútil r ecomenda r l a s .
Tal vez para saca rme del a p u r o , una b o n d a d o s a y, a d e m á s , l inda
mexicana, de esas de ojos de mar p ro funda y, c o m o todas, de voz pausada,
melodiosa, cautivadora, me dice:
«Qué b u e n o sería, maes t ro J u a n , q u e esta char la q u e nos ha b r i n d a d o
la impr imie ra ahor i t a , con las i lus t rac iones q u e nos ha of rec ido , y así
p o d r í a m o s d is f ru ta r de l p lace r de c o n o c e r m e j o r y q u e r e r más esas
maravillosas Islas Canarias».
Era obl igado a t e n d e r e l deseo de la e n c a n t a d o r a d a m a con este l ibro
sobre Tenerife.
Ya estamos t raba jando en el «Pasado y Presente» de las demás Islas,
de cada u n a de ellas. Será u n a co lecc ión de siete l ibros de s imi la res
características, pe ro con «personal idad insular».
Abril de 1995.
Tenerife 12
Origen de las islas
Las Islas C a n a r i a s c o m e n z a r o n a f o r m a r s e a p a r t i r de m e d i a d o s
d e l a E r a Terc ia r ia , h a c e u n o s 3 0 m i l l o n e s d e a ñ o s , c o i n c i d i e n d o c o n
e l d e s p l a z a m i e n t o d e l a p l a c a - c o n t i n e n t e a f r i c a n o , s u c h o q u e c o n
E u r o p a , y la f o r m a c i ó n de los re l ieves A lp inos .
Es tas a l t e r a c i o n e s e n e l P l a n e t a T i e r r a d i e r o n l u g a r a s e í s m o s
s o b r e l a a c t u a l z o n a d e C a n a r i a s , l a a p a r i c i ó n d e g r a n d e s g r i e t a s -
fallas, e l n a c i m i e n t o d e v o l c a n e s y , c o m o c o r o l a r i o , e l s u r g i m i e n t o
de las Islas.
Así, l a isla d e T e n e r i f e e s u n m a c i z o m o n t a ñ o s o e m e r g i d o , c o n
a l i n e a c i ó n NE-SO q u e d e s d e l a z o n a c o s t e r a , casi t o d a a c a n t i l a d a , va
e l e v á n d o s e has ta c u l m i n a r en e l P i co T e i d e , e l m á s a l to de C a n a r i a s y
d e E s p a ñ a , c o n 3.718 m e t r o s .
Tenerife 14
15 Introducción
Formación del relieve insular
La actual isla de Tenerife se fue mo ldeando , a partir de la
acumulación de materiales volcánicos, en una primera fase geológica
que duró alrededor de dos millones de años; si bien sus características
permanecían aún distintas con respecto a las de la actualidad.
Tras un per íodo de calmas volcánicas, volvió otra vez la actividad
en su zona central, dando lugar a la aparición de las Cañadas y del
Pico Teide hasta ir adquir iendo paulat inamente su apariencia actual.
Ello no es óbice para que los fenómenos de erosión, por una parte, y
los volcánicos, por otra, afecten aún a las formas de relieve insulares.
Como resultado de todo este largo proceso, la estructura de la
isla quedó integrada por dos macizos antiguos (Anaga y Teno) y el
edificio central (Cañadas-Pico Teide).
Estratos geológicos. Izaña.
El mac i zo de Anaga .
Está s i tuado en el ex t r emo nordes te . Presenta un aspecto
antiguo, erosionado, con cumbres de poca elevación (1.024 metros
en el Pico del Inglés), acantilados en toda la zona costera y barrancos
17 Medio geográfico
muy encajados con pequeñas playas en su desembocadura .
Las erupciones volcánicas posteriores a la Era Terciaria han sido
más bien escasas en esta zona.
M o n t a ñ a s de Anaga .
Macizo d e T e n o .
Ocupa el noroeste de la isla, limitado por el mar y por materiales
de erupciones del edificio central .
Carente igualmente de erupciones volcánicas desde hace unos
cinco millones de años, ofrece las características propias de los relieves
antiguos: reducción de su volumen, barrancos encajados, escasa altura
de sus c u m b r e s (1.342 m e t r o s en m o n t a ñ a G a l a ) , a c a n t i l a d o s
impresionantes (los Gigantes), plataformas costeras (en Teno Bajo) y
escasez de playas.
Tenerife 18
Acantilado de los Gigantes desde Punta de Teno.
19 Medio geográfico
Edificio cen t r a l .
Constituye lo más destacado, desde el pun to de vista geológico y
del propio relieve de la isla.
Se trata de una gran construcción volcánica de forma cónica,
con un diámetro de unos 40 kilómetros de base y 3.718 metros de
altura (Pico Teide).
Está compuesto de materiales volcánicos muy complejos que han
ido surgiendo en momentos distintos: formación de la Caldera antigua,
formación de la Caldera actual y levantamiento del Pico Teide.
El edificio de la Caldera antigua se levantó en la 2ª fase o ciclo
volcánico (hace unos 2 millones de años) sobre una base de gran
altitud (más de 1.500 metros) hasta llegar a alcanzar la altura de unos
5.000 metros.
Pico Teide
Tenerife 20
En e l s eno de tan e n o r m e mole insular cent ra l deb i e ron
produc i r se impor tan tes f enómenos volcánicos hasta que la gran
cantidad de materiales emitidos provocó el hundimien to del edificio
existente, d a n d o paso a las Cañadas actuales.
Éstas configuran una gran depresión de 12 x 17 km. de diagonal,
de paredes abruptas que se fueron re l lenando con materiales de
sucesivas erupciones. En su seno se crearon nuevos volcanes (Pico
Viejo y Teide), se produjeron emisiones de lava que cubrieron las
paredes volcánicas y se formó el cono actual (Pico Teide), hace unos
1.000 años.
De esta manera quedó conformado el relieve de Tenerife que
conocemos ahora.
Erupciones históricas en Tenerife.
Las erupciones anteriores al siglo XV no han sido localizadas.
Se apoyan en relatos histórico-literarios, confirmados por científicos
de nuestro t iempo.
A ñ o Z o n a F o r m a c i o n e s D u r a c i ó n
1430 Valle d e T a o r o
o de la O r o t a v a
M o n t a ñ a d e las A r e n a s
M o n t a ñ a d e l o s Frai les
M o n t a ñ a d e las G a ñ a n í a s
D e s c o n o c i d a
1492 L a d e r a S O . d e P i c o
V i e j o
M o n t a ñ a R e v e n t a d a D e s c o n o c i d a
1 7 0 4
1 7 0 5
S u r de la Isla (Valle
d e G ü í m a r )
Vo lcán d e Fasnia
M o n t a ñ a -Ajenas
8 d ía s
2 4 d ías
1 7 0 6 N o r o e s t e de la Isla
( G a r a c h i c o )
Vo lcán d e M o n t a ñ a N e g r a 9 d ía s
1 7 9 8 C a ñ a d a s - T e i d e N a r i c e s de l T e i d e o Chahorra 9 2 d ías
1 9 0 9 O e s t e d e T e n e r i f e Volcán Chinyero 10 d ías
21 Medio geográfico
Suelos
Los suelos de la Isla, muy variados, están integrados por:
• Materiales volcánicos puros .
• Estructuras volcánicas que han aflorado a la superficie:
escudos basálticos, conos, coladas y campos de lava. Son
suelos to ta lmente estériles.
• Cenizas volcánicas y lápilli (piedra pómez o picón, en
Canarias) que cubren igualmente una b u e n a par te de
su superficie total, especialmente en el Sur. También
son improductivos.
• Materiales volcánicos alterados.
• Suelos arcillosos muy fértiles. Son consecuencia de la
facilidad con que las rocas volcánicas, tipo basalto, se
al teran y descomponen bajo la h u m e d a d que a b u n d a
en la zona Norte.
Los fenómenos de arrastre de materiales p o r las aguas
de lluvia, p roducen la acumulación de los mismos en
las laderas más suaves de los valles o en las llanuras: valle
de la Orotava, vega de La Laguna, laderas de Acentejo y
Tacoronte , valle de Güímar y otros valles más estrechos
en el sur de la Isla.
• Finalmente, o t ro tipo de suelo imposible para el cultivo
es el formado p o r las rocas volcánicas. O c u p a n áreas
dispersas.
Tenerife 22
Campos de lava en las Cañadas
23 Medio geográfico
Detalle de un campo de lava Lápilli
Clima
El clima de Tenerife está afectado, como el de toda la región,
por los siguientes factores generales:
• Latitud (27-29° Norte) .
• Corriente fría de Canarías.
• Proximidad a África.
• Insularidad.
La latitud sitúa al archipiélago bajo el efecto del anticiclón de
Las Azores duran te todo el año.
En el t ranscurso del verano, los vientos p roceden tes de ese
an t i c i c lón (los Alisios) , inf luyen en el c l ima de las islas más
occidentales, al concentrar las nubes en una a l tu ra próxima a los mil
metros -lo que da lugar al fenómeno conocido como «mar de nubes»-
favoreciendo la humedad en la zona de Barlovento.
La corriente marina fría de Canarias, proveniente de los mares
del Atlántico Norte, mant iene la tempera tura de las aguas algo más
fresca de lo que correspondería a la latitud del lugar.
La p rox imidad a África propic ia el « t i empo sur», de altas
temperaturas (hasta 40°) y polvo en suspensión. Suele du ra r unos
días y se p roduce en o toño y verano especialmente.
La insularidad actúa también como condic ionante en cuanto
que la e n o r m e masa acuática que rodea las islas se erige en válvula
reguladora de la temperatura y la presión atmosférica.
Son estos factores, j u n t o con el re l ieve , los que de te rminan la
gran variedad climática, o microclimas, de que goza la isla. De en t re
ellos destacamos:
Tenerife 24
Mar de nubes sobre el Valle de la Orotava
Zona Sur.
Todo el sur de Tenerife presenta cierta uniformidad climática.
Las tempera turas son bastante regulares a lo largo del año (con una
media en torno a los 20°) y con oscilaciones no exageradas (diferencias
en t re las máximas y las mínimas de unos 25°).
Las precipitaciones son escasas (alrededor de 150 mm. al año) ,
y se concent ran en la primavera y el o toño.
La nubosidad suele ser rara, pero los vientos, en cambio, soplan
duran te todas las estaciones.
Zona de Santa Cruz de Tenerife.
Se caracteriza por unas temperaturas medias muy estables en todo
momento : unos 21° de media en el mes más frío y 28° en el más cálido.
25 Medio geográfico
Las lluvias aparecen en primavera, o t o ñ o e invierno pe ro son de
muy poca intensidad: unos 250 m m . anuales .
La escasez de precipi taciones, las elevadas t empera tu ras y el
propio emplazamiento de la c iudad, hacen que la estancia en ella sea
muy grata en invierno, agradable en pr imavera y o t o ñ o y m e n o s
atractiva en algunos días del verano, de excesivo calor.
Zona de Anaga.
E l m a c i z o d e A n a g a , e s c a s a m e n t e p o b l a d o , o f r e c e u n a s
t empera turas frescas la mayor par te del año. La formación de nubes-
niebla, pegadas a las laderas nor te de los montes , dan lugar a unas
tempera turas de en t re 15 a 18°, que sólo se superan en los días de
claro sol y en laderas or ientadas al Sur.
Las p r ec ip i t a c iones , q u e no s o b r e p a s a n los 500 m m . , son
suficientes para m a n t e n e r un alto índice de h u m e d a d favorecida p o r
la lluvia horizontal (la niebla baja condensa agua en las hojas de los
árboles) .
Zona de La Laguna-Rodeos.
De todas las zonas pobladas del Nor te , tal vez sea ésta la q u e
ofrece un clima más inhóspi to para el h o m b r e .
Las prec ip i tac iones se p r o d u c e n a lo largo de t odo el a ñ o ,
excepto en verano que son poco frecuentes. En cambio, la nubos idad
y las densas nieblas no respetan ni los meses del estío. En a lgunas
áreas las precipi taciones anuales p u e d e n alcanzar los 600 m m . En La
Laguna hay unos 220 días nubosos al año.
Las tempera turas son más irregulares q u e en el resto de la Isla,
con veranos frescos y muchos días desapacibles en el resto del año
(lluvias, viento, frío).
Tenerife 26
Zona Norte.
• Área costera.
En alturas inferiores a los 500 metros, las condiciones climáticas
s o n excepciona les : t e m p e r a t u r a s medias en t o r n o a los 20°, con
oscilaciones muy pequeñas (el mes más cálido tiene una media de
unos 24-25° y el más frío de 14-15°); precipitaciones regulares, excepto
en verano, que p u e d e n llegar a l o s 500 mm.; vientos escasos, a u n q u e
fuertes c u a n d o se p roducen y con cierto peligro para la agricultura.
27 Medio grográfico
Niebla en el monte de la Esperanza
Formación de nubes-niebla en las
montañas de Anaga
•Área de medianías.
Se sitúa en to rno a los mil metros de altura. Las t empera tu ras
son m o d e r a d a s , si b ien en los meses de i n v i e r n o y p r i m a v e r a
descienden cons iderablemente p u d i e n d o bajar hasta los 0-5°, a u n q u e
por muy poco t iempo. Las precipitaciones se p r o d u c e n en invierno,
primavera y o toño , con cierta abundancia , l legando a los 600-800 m m .
A u n q u e en ve rano desc ienden , se man t i ene e l a m b i e n t e de alta
humedad debido al «mar de nubes», provocado por los vientos Alisios,
y a la lluvia horizontal .
• Zona de alta montaña .
C o m p r e n d e la cordil lera Dorsal, Izaña, Cañadas del Teide y
demás alturas superiores a los mil metros . Las t empera turas son frías,
con una media para e n e r o de unos 4° y para agosto de unos 15°. En
los días claros de cualquier estación, y especialmente en verano, se
pueden alcanzar los 25-30°.
Las p rec ip i t ac iones , más a b u n d a n t e s en inv ie rno , l legan a
superar los 500 mm. y muchas veces son en forma de nieve.
La dinámica de los vientos es u n o de los rasgos distintivos de
esta zona. Soplan en todas las estaciones y direcciones.
Izaña-Cañadas del Teide t ienen unas 3.300 horas de sol al año ,
con unos 118 días despejados. Tal situación privilegiada ha pe rmi t ido
la ins ta lac ión de un o b s e r v a t o r i o m e t e o r o l ó g i c o y as t ro f í s ico
internacional en esta zona.
Tenerife 28
Observa tor io Astrofísico de Izaña
Aguas
En un medio donde los nacientes son muy escasos, el problema
del agua, tanto para el consumo humano como para el uso agrícola,
es u n o de los más graves. En la búsqueda de soluciones ha puesto el
hombre isleño todo su ingenio.
En Tenerife, la mayoría de los nacimientos se localizaban en el
Norte y unos pocos en el Sur, si bien todos poseían muy escaso caudal.
Ya desde el siglo XIX se hizo necesario incrementar el volumen
de agua disponible . En unos lugares, como Santa Cruz, para el
consumo humano ; en otros, como el Valle de La Orotava, para el
regadío de nuevos cultivos (la platanera) .
29 Medio geográfico
Las rocas basálticas forman grandes depósitos naturales en el
subsuelo. En algunos de ellos se almacena el agua de lluvias que , tan
fácilmente, se filtra en el terreno volcánico. La localización y llegada
hasta estos depósitos se hace a través de galerías horizontales abiertas
en las laderas de las montañas.
Esquema de galería
Para excavar una galería se precisa: un capital (casi siempre
privado y, en parte, aportado por campesinos a través de acciones de
escaso valor) , un trabajo de per forac ión (muy d u r o y no b ien
remunerado) , la ofrenda a algún santo patrón para rogar suerte en el
empeño , y contar con el azar. Todo unido dio muchas veces sus frutos:
el agua.
Un agua que ya fluye sin parar y que había que almacenar para
su utilización en los momentos necesarios. Nacen así los estanques, la
gran mayoría de reducida capacidad (entre 50 y l 0 0 m 3 ) .
En 1900 había en Tenerife 15 kilómetros de galerías con un
caudal de 160 litros por segundo; en 1980 eran 1.453 que manaban
5.643 litros por segundo.
Tenerife 30
Estanque en te r reno de platanera . Los Realejos
Ni la perforación de pozos llevada a cabo en los últimos años, ni
la política de construcción de embalses a cargo del Cabildo insular,
han quitado protagonismo a las galerías y estanques, que continúan
siendo elementos inconfundibles del paisaje agrícola de Tenerife.
Vegetación
Al estar ínt imamente ligada al suelo y al clima, la diversidad de
aquél y la variedad de éste, dan como resultado una gran riqueza de
especies vegetales.
Esta variedad y abundancia se ha visto afectada por la agricultura,
el pastoreo, los asentamientos poblacionales, las obras públicas, la
introducción de especies foráneas, etc.
Pese a todo, Tenerife presen ta una importante y atractiva masa
vegetal y un número de endemismos (unos cien) que hacen de la Isla
un paraíso para los botánicos y amantes de la naturaleza.
31 Medio geográfico
Interesa agrupar las zonas vegetales por pisos para su estudio:
Piso de plantas xerófilas.
Ocupa la zona costera. Las escasas lluvias y elevadas temperaturas
favorecen la existencia de plantas muy adap tadas a la s equedad
(xerófilas): tabaibas y cardones son las más típicas. Áreas importantes
de esta vegetación existen en Anaga , costa sur (entre Granadilla y
Güímar) y zona costera de la Matanza de Acentejo.
Entre la costa y los quinientos metros de a l tura , se dan , como
especies principales, las sabinas, las palmeras, el acebuche y el mocan.
Zona muy afectada por las roturaciones para la agricultura,
presenta pocas áreas representativas. Teno, Anaga y varios barrancos
de la Isla acogen estas especies. Sólo la palmera se deja ver en cualquier
lugar, pero aislada o en agrupaciones pequeñas .
C a r d ó n Tabaiba
Tenerife 32
Bosque de laurisilva. Las Mercedes
Piso de laurisilva.
Entre los quinientos y los mil metros se desarrolla una de las
formaciones más destacadas de Tenerife: la laurisilva. El laurel, muy
exigente en humedad, llega a formar bosques en el norte de la Isla,
donde las precipitaciones son abundantes y se produce la lluvia
horizontal: Taganana, Las Mercedes, Monte del Agua (los Silos), etc.
El área de la laurisilva se va degradando al reducirse la humedad,
tanto en su parte superior como inferior. Aparece entonces el fayal-
brezal como formación vegetal. Entre esta formación aparecen
numerosos castaños, en algunas zonas del Norte.
Piso de pinar.
Entre los mil cien y dos mil metros de altitud, ocupa casi toda la
zona montañosa de Tenerife. El ejemplar más abundante es el pino
33 Medio geográfico
canario, muy adaptable a cualquier terreno, soporta bien los cambios
de temperatura y se recupera fácilmente tras el fuego.
La propiedad pública de los montes y una racional explotación
han permitido que Tenerife pueda ofrecer hoy un importante bosque
de pinos.
Piso de re tamar .
Se ubica en alunas superiores a los dos mil metros. Sus especies
más representativas son la retama y el codeso. Ambas se presentan en
las Cañadas de Teide asociadas a otros endemismos como la margarita,
la hierba pajonera o el tajinaste.
Mención especial merece la violeta del Teide, que vive en to rno
a los tres mil metros de altura y se ha convertido en el símbolo de los
endemismos de Tenerife.
Tajinaste Retama y Codeso
Tenerife 34
Fauna
Tenerife, 1.000 años antes de Cristo:
« U n g r a n r o e d o r d e l t a m a ñ o d e u n g a t o e x p l o r a
m i n u c i o s a m e n t e e l t e r r e n o c i r c u n d a n t e a u n a de esas pozas q u e
salpican los fondos de b a r r a n c o tras los meses de lluvia. P o r f in
e n c o n t r ó l o q u e b u s c a b a y , a p o y a d a s o b r e sus r o b u s t a s p a t a s
poster iores , esta especie de rata gigante alcanza a devorar las hojas
de una mata arbustiva que cuelga de la pared .
Un poco más arr iba, en aquel a n d é n i luminado p o r e l tibio
sol de la m a ñ a n a , un macizo co rpachón de reptil empieza a reaccionar
al es t ímulo del calor. Se trata de un au tén t ico goliat c o m p a r a d o con
o t ros lagartos; su c u e r p o supera el m e t r o se longi tud. A pesar de su
i m p r e s i o n a n t e c o r p u l e n c i a s e c o m p o r t a c o m o u n p a c í f i c o
vegetar iano».
Parece una descripción realizada en las islas Galápagos, incluso
existe coincidencia en la presencia, hace un millón de años, de tortugas
de más de 100 Kg. deambulando por Tenerife. No son casualidades;
reptiles y roedores son unos buenos «viajeros» oceánicos, capaces de
sobrevivir varios días sobre improvisadas balsas naturales formadas
por ramas y troncos de árboles arrastrados durante las crecidas de los
ríos continentales.
El brazo de mar ent re las islas y el cont inente Africano se ha
convertido en un obstáculo insalvable para numerosos mamíferos.
Sólo los murciélagos, de los que se conocen seis especies en Tenerife,
s u p e r a r o n con facilidad la ba r re ra oceánica gracias a sus dotes
voladoras. El vuelo en regate de estos duendecillos alados ha pasado
35 Medio geográfico
a ser un raro espectáculo en los c repúsculos t iner feños . El uso
i n c o n t r o l a d o de insec t i c idas en los cul t ivos ha m e r m a d o las
poblaciones de los cazadores de insectos. Entre los murciélagos de la
isla destaca el murciélago rabudo, que p u e d e alcanzar el t amaño de
un mirlo, siendo por lo tanto el más corpulento . Amigo de riscos y
acantilados, al anochecer puede ser audible el sonido que emite para
ecolocalizar a sus presas, una especie de «tic-tic».
Más pequeño que el rabudo, el orejudo es un habitante de todo
tipo de cuevas.
Musarañi ta (Foto: Col. «Fauna de las islas Canarias». Consejería de Educac ión . G o b i e r n o de Canarias)
Si bien la existencia de murciélagos en la isla es comprensible ,
más enigmát ica es, en cambio , la presencia de o t ros mamíferos
insectívoros como el erizo y la musarañita. Se especula con una posible
introducción asociada al hombre en ambos casos, muy probablemente
Tenerife 36
involuntaria. La musarañita ha sido el último mamífero descrito en la
isla, más b ien r e d e s c u b i e r t o pues to q u e ya Viera y Clavijo la
menc ionaba en su Diccionario de Historia Natural. No es de extrañar
que pase desapercibida esta especie de «ratoncillo con trompa», poco
mayor que un grillo y que no pesa los dos gramos: se trata del mamífero
más p e q u e ñ o de Europa. La vitalidad de la musarañita es endiablada;
no se está qu ie t a un m o m e n t o . Para m a n t e n e r este ace l e r ado
metabolismo necesita un apor te cont inuo de alimentos, l legando a
capturar saltamontes y pequeños reptiles que la superan en tamaño.
B u h o Chico (Foto: Col. «Fauna de las islas Canarias». Consejer ía de Educac ión .
G o b i e r n o de Canarias)
El resto de mamíferos presentes en Tenerife ha tenido al hombre
como cómplice en su introducción. Los conejos se trajeron a raíz de
la conqu i s ta castel lana y fue tal su p ropagac ión que l legaron a
convertirse en una plaga, azote de viñas y otros cultivos. Actualmente
37 Medio geográfico
la cacería del conejo es una actividad que goza de gran afición en la
isla, ayudando a mantener estables las poblaciones del prolífico roedor.
Para ayudar al cazador no hay nada como el infatigable podenco
canario, un per ro capaz de arrojarse a un bardo de zarzas o de
perseguir al conejo sobre ariscos mal países que desollarían a cualquier
otro perro.
El in terés c inegét ico fue el q u e motivó que se sol taran a
comienzos de los años 70 los muflones en la cumbre de Tenerife. Esta
especie de oveja salvaje se ha aclimatado perfectamente y hoy día su
n ú m e r o supera el cen tenar de ejemplares. Pero la presencia de
grandes mamíferos no es nueva en las montañas de la isla. A principios
de este siglo aún deambulaban cabras salvajes entre el Teide y Pico
Viejo, descendientes de las antiguas manadas que se mantenían sueltas
en la cumbre desde el tiempo de los Guanches. Otro animal que sirvió
de ayuda al indígena y se asilvestró fue el perro. Jaurías de perros
salvajes proliferaron mientras guanches y castellanos combat ían .
Cebados con los cuerpos de los campos de batalla llegaron a ser un
serio peligro para rebaños y personas. La situación creada de te rminó
que el propio Cabildo dictara ordenanzas para la erradicación de estos
perros, o torgando primas y contratando cazadores profesionales.
El o c é a n o en t o r n o a la Isla nos d e p a r a s o r p r e s a s t a n
espectaculares como la presencia estable de marsopas, e incluso, en
determinadas épocas del año, el paso de grandes ballenas. De t iempo
en tiempo, alguno de estos enormes mamíferos vara en la costa.
Si no tan adaptados como peces y cetáceos, hay otros animales
que también viven ligados al océano. Se trata de aves que son capaces
de sobrevivir un año en alta mar sin necesidad de pisar tierra firme.
Estamos hablando de pardelas, petreles y paiños.
Tenerife 38
Las aves rapaces han sido consideradas como competidoras por
el hombre : el gincho, la aguililla, el gavilán. Ahora, en un contexto
e c o n ó m i c o d o n d e el peso de la vida rural se ha r e d u c i d o , las
poblac iones de a lgunas rapaces expe r imen tan inc rementos que
convierten las siluetas de cernícalos, gavilanes y aguilillas en una
estampa común del campo tinerfeño. La otra cara del destino es la
suerte que corr ieron el milano real y el guirre, desaparecidos en los
últimos veinte años. Se trataba de rapaces que tenían en la carroña su
principal fuente de alimentación. La desaparición de las manadas de
cabras en la cumbre y, en el caso del milano, la persecución humana,
de te rminaron el triste final de ambas especies.
El guirre. (Foto: Nicolás Mart ín)
39 Medio geográfico
Tenerife es la isla de Canarias con un mayor n ú m e r o de especies
de aves nidificantes. Han sido censadas 57, alguna de las cuales apenas
lleva diez años en la isla como el e s t o r n i n o p i n t o . Incluso el
omnipresente, en pueblos y campos, gorrión m o r u n o hace un siglo
era un desconocido en Tenerife. Interesantes son el pinzón azul,
habitante de los pinares, o las misteriosas palomas de la laurisilva.
Paloma turqué (Foto: N. Martín )
P e r e n q u é n (Foto: Col. "Fauna de las islas Canarias". Consejería de Educación. Gobierno de Canarias)
Tenerife 40
Los reptiles se han adap tado perfectamente al med io insular:
l aga r to , lisa (esl izón) y p e r e n q u é n ( s a l a m a n q u e s a ) , p r e s e n t a n
diferentes razas en el archipiélago. En Tenerife nos los encon t ramos
desde la costa hasta la cumbre . El caso más singular es la presencia de
a lgunos lagartos en el mismo pico del Teide, a más de 3.500 metros
de altura. Aquí compar ten hábitat, en u n o de los puntos más inhóspitos
de la isla, con una peculiar comunidad de invertebrados especializados
en d e v o r a r los restos de animal i l los q u e las co r r i en t e s de a i re
t ranspor tan hasta lo más alto de la isla. Todo un símbolo de como, a
veces, las más maravillosas enseñanzas nos las ofrecen pequeños seres,
actores secundarios para el público en la representación del gran
teatro de la vida.
El g u a n c h e realizó un aprovechamiento sistemático del medio
y su fauna. Todavía se conservan en puntos de la costa los restos de
miles de conchas pertenecientes a moluscos que sirvieron de al imento
a los antiguos pobladores de la isla. Estos concheros p u e d e n llegar a
ser enormes , de varias decenas de metros de longitud. Observándolos
con d e t e n i m i e n t o se c o m p r u e b a la presencia de un t ipo de lapa
distinta a la actual, de concha más aguda y gran tamaño.
La pesca permitió al indígena explotar los ricos recursos marinos.
C o n anzue los fabricados en hueso cap tu raban aquel las especies
p r o p i a s de l á r e a i n f r a l i t o r a l c o m o viejas , s a l e m a s , s a r g o s . . .
P robab lemente aprovechaban el paso del bonito, cons t ruyendo a tal
efecto los grandes anzuelos que es posible contemplar en los museos.
Hoy día la sobreexplotación pesquera ha empobrec ido m u c h o
nues t ro mar.
41 Medio geográfico
Los Roques de García. Las Cañadas.
Tenerife 42
La naturaleza y el hombre
En las páginas anteriores hemos podido comprobar cómo la
naturaleza ha sido generosa con la Isla de Tenerife: anclada en pleno
océano Atlántico, elevada con majestuosidad, acariciada por un suave
clima, cubie r ta de una variada y frondosa vegetación. . . Unas
condiciones naturales tan privilegiadas, en resumen, que deberían
haber impuesto el máximo respeto al hombre-habitante de ella.
Pero esto no parece haber sido así. Primero las roturaciones
para plantaciones de caña de azúcar, luego para viñedo, después para
diversos cultivos y finalmente las talas para madera, carbón, etc.
produjeron un primer impacto serio en el ecosistema.
Manifestación del descontrol urbanístico que abunda en la Isla
43 Medio geográfico
Nada comparable, no obstante, con lo ocurr ido en los últimos
años, durante los cuales, una demografía incontrolada, la especulación
del suelo, la falta de planificaciones adecuadas y el descontrol en la
ocupación del mismo han alterado gravemente la fisonomía natural,
especialmente en algunas zonas, hasta aproximarse a un pun to de no
retorno.
Los incendios forestales (64 entre 1990 y 1991 que afectaron a
una superficie de 244 Has.) son otro e lemento a añadir y no de escasa
entidad.
Diversos sectores de la sociedad se están movilizando, j u n t o con
Instituciones como el Cabildo, en p ro de una protección más efectiva
del medio ambiente. Se necesita para ello un importante cambio de
mentalidad junto con un control más efectivo de los intereses creados.
Un modelo de acción ciudadana, en pro de la defensa del medio
ambiente, lo ha constituido el área del Rincón en el Municipio de la
Orotava, donde la iniciativa popular consiguió paralizar un proyecto
de urbanización en que se había empeñado la Corporación Municipal,
mediante una propuesta de Ley que califica la zona como protegida
de interés paisajístico.
S u p e r f i c i e fores ta l y t i t u l a r i d a d :
Hectáreas Total
C o m u n i d a d
Autónoma
Estado Municipios Part iculares Libre disposición
146.085 1.166 2.018 28.285 91.087 23.529
Pistas forestales: 950 kms.
Tenerife 44
45 Medio geográfico
Playa del Bollullo. El Rincón.
El Rincón con el Pue r to de la Cruz al fondo.
Los guanches
El pr imer problema que se nos plantea al hablar de los habitantes
de la Isla de Tenerife es el or igen de sus primitivos pobladores : los
guanches .
Al respecto se han barajado muchas hipótesis-teorías (origen
l íbico-bereber , g r iego , r o m a n o . . . ) . La tesis q u e con mayor r igor
científico se man t i ene hoy en día, es que fueron el Magreb y el Sahara
los focos de d o n d e par t ie ron hacia Canarias sus pr imeros habitantes.
¿Qué razones tuvieron esos hombres para desplazarse hacia el
Archipiélago canario? Nada se sabe con certeza. Pudieron ser causas
económico-na tu ra les , c o m o la desert ización del Nor te de África-
Sahara, o políticas las que propic iaron estos desplazamientos.
Se calcula q u e el n ú m e r o de habitantes de la Isla, en la época
previa a la conquista , se aproximaba a los treinta mil, concent rados
en diversos p o b l a d o s d is t r ibu idos p o r toda la superf icie insular
( aunque más numerosos en el Norte) y dedicados a la práctica de
una economía agrícola-ganadera.
El tipo de hábitat más c o m ú n era el de cuevas. La mayoría de
ellas estaban situadas en la zona nor te en to rno a los 500 met ros de
altura, p o r ser esa cota la q u e fija las mejores condiciones del clima-
suelo-vegetación para la economía agrícola-pastoril ya referida.
Tales habitáculos constituían refugios naturales que f recuentemente
se comple taban con un m u r o de protección a la en t rada .
O t ro t ipo de hábi tat de superficie lo consti tuían las viviendas de
planta circular, ovalada o cuadrangular, adaptadas a las irregularidades
del t e r reno . Sus paredes se hacían de piedra seca y las cubiertas de
ramaje.
47 Población
Cueva en el b a r r a n c o Agua de Dios. Tegues te . (Foto: Col. Museo Arqueológico de Tenerife)
La organización social de los guanches tenía su base en la tribu,
que , a su vez, se dividía en «menceyatos». Los poblados eran las
unidades de relación social más elemental.
En la cúspide de la pirámide social figuraba el «Mencey». De él
dependían los escuderos o nobleza secundaria. Estos dos grupos eran
los propietarios del ganado y a ellos se supeditaba el tercer nivel social
o «villanos».
Las tierras eran repartidas por el mencey en usufructo, según
los servicios que cada cual le prestaba.
A la llegada de los conquistadores, Tenerife estaba dividida en
nueve menceyatos: Anaga, al este; Güímar, Abona y Adeje, al sur; Daute
al oeste y Tegueste, Tacoronte, Icod y Taoro, al norte .
Tenerife 48
El título de mencey era hereditario entre hermanos. El símbolo
de la transmisión de poderes era un hueso del mencey más antiguo.
Al besarlo, el heredero quedaba investido de toda autoridad.
Sus atribuciones eran muy variadas: civiles, militares, religiosas,
judiciales...
Existía entre los guanches una especie de órgano de poder
colegiado, el «tagoror» o consejo de ancianos. Estaba formado por
los personajes más destacados, bien por su parentesco con el mencey
o por su prestigio personal.
Entre sus recursos económicos destacaba principalmente la
ganader ía , fundamenta lmente cabras (llamadas «axa») y ovejas
(«haria»). El cerdo y el perro completaban la gama.
En cuanto a la agricultura, cultivaron el trigo, la cebada, las habas
y las arvejas. Las tareas agrícolas eran practicadas en función de las
diferencias sociales: el hombre preparaba la tierra para la siembra y
la mujer realizaba ésta y la recolección.
La producción agrícola proporcionaba parte importante de la
dieta alimentaria. Los granos, una vez tostados y molidos, se convertían
en gofio que se consumía mezclado con agua, leche o miel.
Molino. (Foto: Col. Museo
Arqueológ ico . Tenerife)
49 Población
Entre las mani fes tac iones cu l tura les del p u e b l o g u a n c h e
debemos destacar la cerámica, de tipos muy variados en cuanto a
calidad y formas, y decoración escasa y muy simple. Un rasgo distintivo
de la cerámica tinerfeña de la zona de alta montaña es la presencia
de apénd i ce s en gran n ú m e r o de piezas: m a n g o s , ve r t ede ros ,
mamelones.
Tipos de cerámica g u a n c h e . (Foto: Col. Museo Arqueológico de Tenerife)
Tenerife 50
Acerca de su indumentar ia , el historiador A. Espinosa nos cuenta:
«(...) estaba hecho de pieles de corderos o de ovejas gamuzadas,
a manera de un camisón sin pliegues, ni collar, ni mangas, cosido
con correas del mismo cuero, con mucha sutileza y primor tanto,
que no hay pellejero que tan bien adobe los cueros, ni que tan sutil
costura haga, que casi no se divisa, y esto sin tener agujas ni leznas,
sino con espinas de pescados o púas de palmas o de otros árboles.
Este vestido era abrochado por delante o por el lado, para poder
sacar los brazos, con correas de los mismos. Este género de vestidura
llamaron tamarco y era común a hombres y mujeres: salvo que las
mujeres, por honestidad, traían debajo del tamarco una como sayas
de cuero gamuzado que les cubría los pies... Este sólo era su traje de
grandes y menores, y éste les servía de cobertura para la vida y de
mortaja para la muerte.»
Sus creencias religiosas se ar t iculaban a l r ededor de un dios
principal , que identificaban con el sol, jun to al que aparecían fuerzas
protec toras y destructoras-demonios .
Se ha encont rado en la Isla representaciones pictóricas rupestres.
Los en te r ramien tos se hacían med ian te inhumac ión colectiva
en cuevas naturales. Los cuerpos se colocaban sobre cayados, tablones,
lajas de p iedra , etc. En muchas ocasiones se cerraba la en t rada de la
cueva con un m u r o de p i e d r a para evitar la acción de las aves
c a r r o ñ e r a s ( g u i r r e y c u e r v o ) s o b r e los c a d á v e r e s . Es to s s e
a c o m p a ñ a b a n de vasijas que con ten ían los más diversos productos :
a l imentos , ado rnos de conchas o huesos, espátulas de hueso. . .
En Tenerife estaba ex tendida la práctica de la momificación.
51 Población
Momia p roceden te de San Andrés . (Col. Museo Arqueológico. Tenerife)
Tener i fe 52
Cueva de en te r r amien to . (Foto: Col. Museo Arqueológico de Tenerife)
Población tras la conquista
Con la conquista ( terminada en 1496) la población aborigen
sufrió una gran merma. Esta disminución no fue compensada, en los
pr imeros t iempos del dominio español, por la llegada de personas de
otras procedencias.
Unos veinticinco años después de terminada la conquista, en
to rno a 1520, Tenerife sumaba unos nueve mil habitantes de los que
unos dos mil quinientos eran guanches.
La llegada de inmigrantes (españoles, portugueses, italianos...)
y los altos saldos vegetativos, provocó que, a finales del siglo XVI, su
n ú m e r o ascendiera a unas veinte mil personas. La mitad de esta
población se concentraba entre La Laguna (capital de la Isla entonces)
y La Orotava. Los demás pueblos del Norte vieron también crecer la
tasa de sus moradores , mientras en el sur, por contra, escaseaba la
población.
Al iniciarse el siglo XVII, la Isla padeció la crisis del cultivo de la
caña de azúcar y la aparición de epidemias de alta mortalidad como
la fiebre amarilla o la viruela. A consecuencia de todo ello se redujo
el índice de crecimiento de la población.
Sin e m b a r g o , a lo l a rgo del siglo a u m e n t a r o n de fo rma
impor t an t e los pueblos del Nor te (Tacoronte, Icod, La Rambla,
Buenavista, La Orotava, El Puerto de la Cruz...) mientras que la capital
(La Laguna) mantuvo un incremento mucho más reducido. Fue a lo
largo de la cen tu r i a c u a n d o Santa Cruz c o m e n z ó su despegue
poblacional.
53 Población
Al final del mismo siglo, el número de habitantes de Tenerife
ascendía a unos cincuenta y cinco mil, con un aporte significativo de
algunas poblaciones del Sur como Güímar y Candelaria.
Durante el siglo XVIII tuvo lugar una nueva crisis agrícola, esta
vez en el cultivo de la vid, y el crecimiento de la población se estancó,
debido al flujo migratorio hacia América. Sólo en los últimos años se
apreció cierta recuperación. En el año 1790 había en la Isla 14.432
vecinos, lo que suponía unos 70.000 habitantes.
Los núcleos de población más importantes eran: La Orotava
con 7.544 moradores; Santa Cruz, con 7.201; La Laguna con 3.810;
Tacoronte, unos 4.000; Icod de los Vinos, unos 5.000; Puer to de la
Cruz, unos 4.500; Realejo de Arriba, unos 3.000; Güímar, unos 3.000;
Granadilla, unos 2.000, etc.
A partir de mediados del siglo XIX ya contamos con datos más
precisos sobre la población insular: en el año 1860 había en Tenerife
dos ciudades, cuatro villas, cuarenta y cinco lugares, setenta y ocho
aldeas y ochocientos noventa y cuatro caseríos. Ello nos da una clara
idea de la dispersión poblacional que será una de las características
más constantes.
Había en la Isla, en el citado año, 42.661 varones y 51.048 mujeres
que dan un total de 93.709 habitantes.
El nivel de instrucción, en los años centrales del siglo XIX, era:
Tenerife 54
Notas: 1. En el total de los que no sabían leer ni escribir están incluidos los niños
que aún no tenían edad escolar.
2. El total de los que sabían leer y escribir constituía el 10'6% de la población.
En la estructura de la población, por actividades económicas,
cabe señalar el predominio de los jornaleros del campo, que superaban
los veinte mil; le seguía el de los propietarios con más de ocho mil
individuos; los arrendatar ios en torno a los tres mil; los militares unos
dos mil y los sirvientes, que eran mil setecientas veintiocho varones y
dos mil se tec ien tas una mujeres . C o m o p o b r e s de s o l e m n i d a d
figuraban mil quinientas personas.
De los treinta y dos pueblos de la Isla, treinta tenían escuela de
niños y sólo dieciséis de niñas.
El Instituto provincial de La Laguna, de segunda enseñanza,
55 Población
contaba, en el referido año de 1860, con noventa y cuatro estudiantes;
la Escuela Normal de Maestros de 1.a Laguna tenía doce a lumnos
matriculados; en la Escuela de Náutica, en Santa Cruz, había treinta y
cuatro y en la Academia provincial de Bellas Artes, también en Santa
Cruz, doscientos dos a lumnos.
En las últimas décadas del siglo, el cultivo del plátano y del tomate
favoreció el desarrollo económico y provocó, c o m o consecuencia
demográfica, un incremento de la natalidad. Este factor, j u n t o a la
desaparición de las epidemias, favoreció el crecimiento poblacional
que llegó a los 138.000 habitantes, con una dens idad de unos 7 0 /
km 2 , al comenzar el siglo XX.
Esta línea de crecimiento se mantuvo hasta mediados de la
centuria actual (en 1950 había en Tenerife unas 318.000 personas) .
Superada la mitad de siglo, la natalidad a u m e n t a y con unas
bajas tasas de morta l idad, el i n c r e m e n t o poblac iona l se dispara,
l legando a duplicarse a principios de los noventa, con una dens idad
de más de 300 pe r sonas /km 2 .
Los aspectos destacados de la actual población insular son:
D i n á m i c a de l a p o b l a c i ó n .
• Se mant ienen unas elevadas tasas de natalidad, en relación
a otras regiones del Estado español (en to rno al 18 po r mil,
mientras la media española es de un 17 po r mil) .
• Una r educ ida mor t a l idad , de un 6 p o r mil (la m e d i a
española es de un 8 por mil).
• Un crecimiento natural cercano al 12 po r mil, super ior a la
media española.
• Un saldo migratorio positivo o de crecimiento poblacional .
Tenerife 56
E s t r u c t u r a de l a p o b l a c i ó n .
Por edades , para el año 1981, era la siguiente:
Edad
0 10 20 30 40 50 60 70
M i l e s
Los índices de población activa se han man ten ido en Tenerife
en t o r n o a l 3 2 % desde los años c incuen ta , mien t ras que d icho
porcentaje para España se situaba en 3 ó 4 puntos por encima.
El p redomin io de los varones en la actividad laboral fue siempre
claro:
En to rno a 1950 el porcentaje de varones activos era de un 62%
frente a un 8% de mujeres. Para 1981 el de varones disminuía hasta
un 4 8 % y el de mujeres ascendía hasta un 14%.
La es t ructura por actividades económicas en 1981 era como
sigue:
57 Población
Sector Primario
Tenerife 58
Sector Secundario
Indus t r i a 18115
C o n s t r u c c i ó n 15186
Miles
Industria Construcción
59 Población
S e c t o r Te rc i a r i o
Servicios-turismo 49149
Tenerife 60
Comercio 29322
Transporte-comunic. 13597
Comercio Transportes-Comunicac. Servicios-turismo
35
30
25
20
15
10
5
0
Miles
Otras actividades
Otras actividades
Actividades económicas según sectores 1981
61 Población
Población activa
Tenerife 62
Tota l a c t i v o s
Tota l i n a c t i v o s
El problema del paro queda reflejado en las siguientes cifras
referidas a 1981:
Edad
Total desempleo: 28.379
Desempleo por sexo
63 Población
Mujeres
Varones
A t e n d i e n d o a l nivel de i n s t r u c c i ó n , l a p o b l a c i ó n q u e d a
estructurada así, según datos de 1981:
0 20 40 60 80 100 120 140 160 Miles
Nota:
1. Total: 445.122. (No se incluyen los m e n o r e s de 10 a ñ o s ) .
2. Los alfabetizados lo son sin estudios oficiales.
El fenómeno de la emigración
Canarias fue, duran te m u c h o t iempo, escala obl igada para las
embarcaciones que hacían trayecto con América. En los puer tos de
las Islas debían repostar y avituallarse para la larga travesía atlántica.
Muchos canarios aprovechaban esta circunstancia para viajar en ellos
al Nuevo Cont inente .
En los años siguientes a la conquista de la Isla, los t inerfeños
iban a América como soldados, si bien una vez t e rminada su etapa
Tener i fe 64
Analfabetos
Alfabet izados
Con Primer Grado
Con Grado Medio
Super ior -univers i ta r io
militar solían quedarse en aquellas tierras como colonos.
Posteriormente, en la segunda mitad del siglo XVI y principios
del XVII, la emigración se vio favorecida por el activo comercio con
América. En los años siguientes del XVII se redujo considerablemente
la salida debido a las mejores condiciones insulares con el cultivo de
la viña y el comercio del vino.
En el s iglo XVII I , d e b i d o a la crisis v in íco la , volvió a
incrementarse la corriente emigratoria con destino a Venezuela. A
principios de siglo ya eran canarios la mitad de los habitantes de
Caracas.
Los procedentes de Tenerife se dedicaron a la agricultura,
comercio en pequeña escala y otras actividades más arriesgadas como
el cont rabando o la fabricación de aguardiente (ilegales ambas).
Hasta mediados del siglo XIX la emigración fue esporádica e
incontrolada. A partir de esa fecha , y tras la publicación de la Real
Orden Circular de 16 de Septiembre de 1853 que estableció la libertad
de emigrar (gran contradicción para las clases modestas), las salidas
al extranjero fueron, en su mayoría, oficiales, controladas.
Las razones por las que los tinerfeños dejaban su tierra eran de
variada índole:
• alta densidad de población para los recursos de la Isla.
• un modelo económico basado en la exportación.
• elevados precios y bajos salarios.
• atracción de los países americanos.
• eludir el servicio militar.
La mayoría de aquéllos que emigraban eran varones, jóvenes,
s o l t e r o s y , en g r a n p o r c e n t a j e , a n a l f a b e t o s . Los l u g a r e s
preferentemente elegidos eran Cuba y Venezuela.
65 Población
Las penalidades del emigrante comenzaban desde el mismo
momento en que embarcaba. El siguiente texto, citado por Jul io
Hernández , exper to c o n o c e d o r del tema, es su f i c i en temente
elocuente al respecto:
«Antonio Hernández Ruiz, natural de Icod, de 19 años, soltero,
y Víctor Hernández Hernández , natural del Realejo Bajo, de 18 años
y también soltero, manifiestan que fueron a Venezuela en el velero
«La Fama» a fines de 1890 o principios del 91 . Declaran igualmente
que vinieron juntos en el viaje. Antonio Hernández nos dice que
h u b o de pagar una onza de o r o en el P u e r t o de la Orotava al
consignatario D. Antonio Petera; en cambio Víctor He rnández dio
al consignatario cuatro duros ya que era lo único que tenía... Al en t rar
a bordo el capitán les p reguntó si tenían documentos y al responderle
que no. ordenó que se escondieran en la bodega hasta que pasara el
registro. En la bodega iban también muchos canarios escondidos
entre las pipas de vino y las patatas. Sobre la comida dicen que era
bien mala, añad iendo que no les dieron para dormir ni a lmohada ,
ni manta, ni nada... Y que una vez llegados a la Guaira estuvieron
fondeados veinticuatro botas y los marineros bajaron también, pero
no con e l traje de m a r i n o s ino de p a i s a n o , c o m o los d e m á s .
Evidentemente la tripulación viajaba de forma clandestina».
Tras llegar a su des t ino , i n m e d i a t a m e n t e c o m e n z a b a la
explotación del emigrante a través de los «contratos».
Pese a todas estas dificultades, y con muchos sacrificios, los
hombres de Tenerife contribuyeron con su esfuerzo al desarrollo de
los países Iberoamericanos, especialmente los mencionados Cuba y
Venezuela.
Tenerife 66
(Colección postales antiguas: F. Ferrero)
Para valorar cuantitativamente la emigración tinerfeña pueden
servirnos estos datos tomados del profesor Julio Hernández:
Entre los años 1848 a 1895 salieron de La Laguna:
Varones 1.694
Mujeres 900
Total 2.594
De ellos, los solteros venían a ser doble número que los casados,
y los analfabetos eran, en número, más de diez veces superiores a los
que sabían leer.
La Orotava proporcionó el siguiente número de emigrantes
entre 1850 y 1892:
Varones 1.566
Mujeres 999
Total 2.565
Los solteros fueron 706, mientras los casados no llegaban a 400.
El resto de los pueblos de la Isla contribuyeron al saldo migratorio
con unas mil doscientas personas.
67 Población
Duran te el siglo XX la cor r ien te emigra tor ia se mantuvo
constante, salvo en los momentos de graves crisis económicas o
políticas como la Primera Guerra Mundial o la Guerra Civil Española,
en que se agudizó.
La opresión política y las penalidades económicas hicieron que
desde los años cuarenta a los sesenta, la emigración adquiriera cotas
especialmente elevadas, y se orientara sobre todo hacia Venezuela,
que disfrutaba en esos momentos de los beneficios de la explotación
petrolífera.
En el quinquenio 1955-60 salieron de Tenerife más de treinta
mil personas, cifra que se redujo en casi diez mil para el quinquenio
siguiente, en que ya había comenzado el desarrollo turístico. La salida
se va contrayendo desde entonces hasta quedar reducida a unos cientos
anuales en la década de los ochenta.
Lo que no varió mucho fue el tipo de emigrante, en cuanto a
edad, sexo o nivel cultural; ni tampoco se ha perdido con el paso de
los años el afán aventurero (casi siempre obligado) de la emigración
clandestina.
Poblamiento actual
Está condicionado principalmente por los factores físicos. La
climatología, el relieve y el suelo, orientan el poblamiento de la Isla y
lo distribuyen en tres grandes zonas diferenciadas:
• Zona de alturas superiores a los mil metros, con muy escasa
población. Como excepción símbolo, nos encontramos con
el caso del pueb lo de Vilaflor que está s i tuado a mil
cuatrocientos metros de altura.
Tenerife 68
• Vertiente Sur, con muy reducida ocupación humana. Las
caracter ís t icas que ofrece esta zona es de pob lac ión
concentrada en pequeños núcleos rurales o pueblos de unos
pocos miles de habitantes.
• Vertiente Norte, con una gran densidad de población y
núcleos de impor tanc ia (La Laguna, La Orotava, Los
Realejos, etc.) que se ext ienden de manera dispersa e
irregular hasta enlazar con el municipio colindante.
En 1991, Tenerife acogía 685.582 habi tantes , con una
densidad de 306'64 h a b . / k m 2
Origen de algunos pueblos
Granad i l l a
Ubicada en el sur de la Isla, hubieron de pasar muchos años tras
la conquista antes de que se iniciara su construcción.
Z o n a d e G r a n a d i l l a
69 Población
El an t iguo re ino g u a n c h e de Abona fue ced ido por el
conquistador Fernández de Lugo a Suárez de Quemada.
Debido a la aridez del terreno, no fue fácil encontrar labradores
que quisieran poblar la zona, por lo que su población, escasa y
diseminada, continuó dedicándose al pastoreo.
A finales del siglo XVI, el historiador Fray Alonso de Espinosa
expone que en Granadilla habita «gente honrada»
La historia de Granadilla como «lugar» está unida a un personaje:
el portugués Gonzalo González que, tras casarse con María Estévez Perera,
se establece en el «lugar, adquiriendo grandes extensiones de terreno».
La Real Audiencia de Canarias confirma esas posesiones en 1573.
En la creación de un pueblo no podía faltar la iglesia como
símbolo religioso comunitario. D.Gonzalo la costeó, y tomó el nombre
de S. Antonio de Padua. Su construcción data de los años setenta del
siglo XVI.
Conven to de San Francisco
Tenerife 70
C u a n d o la misma se e r ige en Iglesia p a r r o q u i a l , en 1617,
p o d e m o s decir que Granadil la ya es un pueblo, que se confirma como
tal al crearse el convento franciscano en 1665.
Es desde principios del siglo XVII cuando cuenta ya con un
alcalde, y para finales de la centur ia con quinientos habitantes.
El h is tor iador Viera y Clavijo dijo en 1776:
«Está el lugar s i tuado en un vallecillo, m i r a n d o al med iod ía ;
piso desigual p e r o t e m p e r a m e n t o apacib le ; es t ierra fértil en tr igo
q u e ha sol ido da r e l c i en to p o r u n o ; hay crías de g a n a d o y de seda.
La Iglesia es de b u e n a fábrica, con cura , provisión de O b i s p o y un
c o n v e n i o d e San F r a n c i s c o d e o c h o re l ig iosos . C o m p r e n d e l a
j u r i s d i c c i ó n 1.046 p e r s o n a s , a l g u n a s en los pagos y t i ene c u a t r o
e rmi tas» .
Un lugar llamado Orotava
El 15 de Mayo de 1506, Ortiz de Zarate fue desde La Laguna a
«La Orotava», en d o n d e los vecinos de la isla de Tenerife y otras
personas tenían tierras de regadío y cañaverales de azúcar, para medir
y conf i rmar a los q u e fueren vecinos. Al día s iguiente, ya en «La
Orotava», el r e fo rmador tuvo noticia de que el agua que llegaba a
esta zona procedía de la mon taña , pe ro nadie sabía el lugar exacto.
Ortiz de Zárate se hizo informar de dos medidores q u e le habían
a c o m p a ñ a d o desde La Laguna y del acequiero orotavense Pedro Gil
y fueron hasta el lugar de nacimiento , calculando q u e nacían unas
seis «hazadas» y sólo l legaban a «La Orotava» tres «hazadas» y media.
Hemos pues to varias veces el n o m b r e de «La Orotava» en t re comillas;
y es q u e rea lmen te no existía todavía ese «lugar» o «poblado» sino
algunas casas señoriales de los pr imeros pobladores, ricos o modestos,
71 Pob lac ión
y dispersos habitáculos para los colonos.
Una idea clara de la problemática de la vivienda en aquellos
t iempos nos la da el siguiente hecho: El 23 de mayo de 1506 se
presentaron ante el reformador varios vecinos de la zona de La Orotava
con un escrito en el que decían: t enemos necesidad de casas para nuestra
morada y habitación sin la cual no podemos vivir ni adminis t rar nuestras haciendas;
hasta ahora no nos han dado solares convenientes en q u e podamos edificar casas
que sean de nuestra propiedad. Sabrá Vd. que en este lugar algunas personas t ienen
necesidad de hacerse sus casas; pe ro los que t ienen las mayores ex tens iones de
tierras no quieren darlas como solares, sino venderlas; supl icamos q u e r emed ie
esta situación.
El reformador atendió la petición y, considerando que el lugar
podía estar mucho mejor poblado de lo que estaba, mandó que, desde
el último ingenio de azúcar sobre la sierra hasta la parte alta de los
cañaverales o cabezadas de estas tierras, no se hiciesen repartimientos,
que se daba por terreno público donde los vecinos pudieran hacer
sus casas dent ro de esos límites. Sería la zona donde hoy se encuentra
La Orotava.
El mismo mes de mayo, el día 29, el Reformador, a petición de
varias personas hizo repartimiento de solares para casas. Dispuso que
cada solar tuviera una superficie de unos 30m. de fachada por 60m.
de profundidad: también puso un plazo para que hiciesen las plazas,
¡antes del día de S. Juan de ese mismo año!; dio poder a Diego de
Mesa, Regidor de la Isla, para que señalara las calles de la nueva aldea:
La Orotava.
Es tamos a n t e el n a c i m i e n t o de La Oro tava a la vida de
comunidad. Una iglesia-capilla, algunas casas señoriales y varias casas
de vecinos formando así una población organizada. La Orotava es ya
Tenerife 72
73 Población
El pasado de la Orotava
La Orotava en el presente .
un «poblado», una «aldea» o «un lugar», con las características propias
de este tipo de comunidades. Unos cien vecinos forman la población.
T ienen su alcalde p e d á n e o en la pe r sona de Alonso Pérez de
Navarrete, que depende, a todos los efectos, del Cabildo de La Laguna,
el cual le nombra. Las funciones de estos primeros alcaldes pedáneos
eran judiciales con atribuciones para conocer en primera instancia
en asuntos civiles y la instrucción de primeras diligencias en lo criminal.
En el año 1561, La Orotava tiene 526 vecinos, que forman una
población de 2.575 personas. Sigue dependiendo para todo del Cabildo
Lagunero; pero el ya importante núcleo de población va tomando
conciencia y organizándose; se celebran reuniones «concejos o cabildos
abiertos» para tratar de todos los asuntos públicos; estas reuniones
eran presididas por el alcalde y de las mismas daban fe los escribanos.
A mediados del siglo XVI habían aparecido a su vez otros dos
lugares de cierta importancia dependientes de La Orotava; eran el
Puerto y el pago de Higa o La Perdoma. En ambos se nombraba un
alcalde pedáneo supeditado al de La Orotava.
Dice el historiador Viera y Clavijo a propósito de La Orotava del
S.XVI: Taganana era famosa por sus huertas, Tejina e Icod por sus
vinos. Tacoronte por sus granos, Los Realejos por sus frutos e historia,
Garachico por su comercio... La Orotava era famosa por todo eso y
por su nobleza.
A principios del s ig lo XVII, y pese a la crisis del azúcar, La Orotava
seguía siendo un lugar próspero. El cultivo de la caña había sido
sustituido por la viña. Los vinos del Valle se exportaban a alto precio
tanto a Europa como a América. La agricultura era una importantísima
fuente de ingresos y el Puerto se había convertido en un destacado
centro comercial.
Tenerife 74
A mediados de ese siglo, según el padrón realizado por el
obispado de Canarias, La Orotava contaba con 1.582 casas y 5.782
habitantes, más 2.085 del Puerto. Un total de 7.867 personas.
La Orotava fue declarada «Villa exenta», en virtud de Real
Provisión de 1 de- Diciembre de 1650 que confirmaba: «eximo, saco,
l ibro y divido y s epa ro a vos el d i cho lugar de La Orotava. y a los d e m á s del distrito
de Taoro de la jurisdicción de mi co r r eg ido r y su Ten ien te Genera l de la Ciudad
de La Laguna, y al d i c h o lugar de La Orotava le hago Villa. Mi co r reg idor p u e d e
n o m b r a r un Ten ien te le t rado q u e asista en La Orotava y d e m á s lugares del distri to
de Taoro de todas las causas civiles y criminales. Dicho t en ien te ha de ser natural
de La Orotava o del distri to de Taoro...»
El 1 de Mayo de 1651 el Capitán General de Canarias ent regó la
Vara de la justicia como Alcalde al licenciado D. Luis González Román.
La vivienda
Las d i f e r e n c i a s socia les se man i f i e s t an de m u c h a s formas ; p e r o
d o n d e qu izás m á s c l a r a m e n t e se a p r e c i a n sea en l a v iv ienda , s o b r e
t o d o e n t i e m p o p a s a d o .
Se c o n s t r u y e n en T e n e r i f e , d e s d e l a c o n q u i s t a , u n a s v iv iendas
m o d e s t a s , de ma te r i a l e s p o b r e s , de r e d u c i d o e spac io . Son las viviendas
p o p u l a r e s . También s e edi f ican g r a n d e s m a n s i o n e s , d e m a t e r i a l e s m á s
s e l e c c i o n a d o s , con varios e spac ios h a b i t a b l e s . Son las casas s eñor i a l e s .
75 Población
V i v i e n d a s p o p u l a r e s
M u c h a s de estas c o n s t r u c c i o n e s a p a r e c e n ais ladas en e l m e d i o
ru r a l , d i spe r sas , a d a p t a d a s de u n a fo rma a r m ó n i c a , casi n a t u r a l , a l
paisaje en e l q u e se u b i c a n .
La más s ingular y an t igua de estas viviendas es la choza .
Construida con paredes de piedra y cubierta de paja, representa, hoy,
una reliquia histórica. Aún quedan algunos ejemplos en las medianías
del Valle de la Orotava, si bien actualmente no son habitadas.
El t ipo de vivienda más g e n e r a l i z a d o es la casa t e r r e r a ,
g e n e r a l m e n t e de una sola planta , de formas muy variadas para
adaptarse al t e r reno y a las condiciones climáticas del lugar. Las
dependencias indispensables, y muchas veces únicas, son la cocina,
dormitorio, establo y lugar de aperos-cosechas. Los modestos, cuidados
y floridos patios dan un aire de fina sensibilidad a la vivienda.
Cuando el campesino quiere resguardarse de las duras condiciones
del medio geográfico y como para aunar esfuerzos en su dura tarea
diaria, agrupa su vivienda con otras formando los típicos Caseríos.
Los más importantes son el de Masca, en el Oeste, el Lomo de
las Bodegas, en Anaga e Ifonche en Adeje.
Casas señor ia les
El proceso de conquista de Tenerife favoreció el asentamiento
de grandes hacendados, quienes salpicaron la geografía insular de
Chozas pajizas de pr incipios de siglo. (Col.: F.Ferrero)
Tenerife 76
mansiones, que unas veces se nos ofrecen aisladas, en el ámbito rural,
y otras formando parte de los pueblos-ciudades.
Las ubicadas en el c a m p o cuen t an con las d e p e n d e n c i a s
suficientes para a tender todas las necesidades de la vida familiar,
cultural, campesina, religiosa... Desde bodegas a capilla, pasando por
amplias cocinas, salones, graneros, etc.
Cuando se sitúan en la ciudad, predomina en ellas lo urbano
(fachadas, patios adornados, salones) sobre lo rural (establos, bodegas,
zonas de aperos) .
Los materiales de las viviendas típicas tradicionales son la piedra-
barro (mampostería) de sus gruesas paredes, el basalto en esquinas y
lugares básicos de la estructura, la toba volcánica, la madera de pino-
tea y la teja árabe. La cal y la arena completan esta gama de materiales.
Casa terrera en el Gu incho . Los Realejos.
77 Población
Una vez terminada la conquista de Tenerife se distribuyeron las
tierras y las aguas entre quienes habían participado en la misma, según
su mayor o m e n o r apoyo económico y militar. De esta mane ra ,
aparecen las grandes concentraciones de la propiedad agraria (el
t é rmino «grande» es relativo, dada la extensión de la Isla, cuyas áreas
de t ierra no p u e d e n compararse con los latifundios andaluces o
americanos de la época) .
Los n u e v o s p r o p i e t a r i o s se v i e r o n o b l i g a d o s a cu l t iva r
de te rminados productos para la exportación. Eran las condiciones
climáticas las que permitían este sistema de producción especializada.
Las tierras no aptas para semejantes cultivos se dedicaron al
autoabastecimiento. De esta forma aparecieron los dos «modelos»
económicos de la Isla: expor tador y de abastecimiento local.
Los cultivos para la exportación eran:
• La caña de azúcar. Se producía en las zonas bajas de los
valles de 1a Orotava, Güímar, Guerra y la Isla Baja. Precisaba
de una elevada capitalización y su producción estaba muy
condicionada por la demanda exterior.
• La viña. Se cul t ivaba en las zonas m e d i a s de l N o r t e :
Tacoronte , Acentejo, Orotava, Icod de los vinos... Precisaba
de menos capital para su explotación, y su comercio era
más regular que el de la caña de azúcar. Inglaterra era el
principal consumidor-importador.
Los cultivos para au toconsumo los consti tuían los cereales, el
millo, las papas y variados productos hortofrutícolas. Precisaban de
poca capitalización; las fincas eran de reducido tamaño y trabajadas,
casi todas, en régimen de medianer ía .
79 Economía
Ocupaban las zonas de altitud media (entre quinientos y mil
metros). Eran tierras de secano, si bien la humedad garantizaba los
cultivos. En el Sur se daban algunas zonas localizadas de cultivo de
cereales.
Jun to a la economía agrícola aparecía la comercial, basada en
los citados productos de exportación, y en la importación de todo
tipo de manufacturas.
Tenerife se relacionaba con Europa y América a través de los
puertos de la Orotava (hoy Puerto de la Cruz) y de Garachico, en el
norte.
A finales del siglo XVIII y principios del XIX este mode lo
económico sufrió un cambio, motivado por la reducción de las
exportaciones de vino y la independencia de los países americanos.
Tenerife 80
Vid Caña de azúcar (Col. postales: F. Ferrero.)
Ter reno de plataneras en el Rincón. La Orotava.
El año de 1852 fue clave en la historia económica de Tenerife y
de Canarias. En él se establece el Régimen de Puertos Francos para
las Islas con libertad para importar y exportar. Como consecuencia se
internacionaliza la economía del Archipiélago.
Aparece un nuevo producto de exportación: el plátano, que
pronto ocupa grandes áreas de terreno, antes dedicadas a la viña o a
la caña de azúcar. Las zonas del valle de La Orotava, Valle Guerra, Isla
Baja, etc. se convierten en uniformes superficies de platanera.
Casas comerciales inglesas se establecen en el Puerto de la Cruz,
Santa Cruz y el Sur de la Isla.
Los antiguos puertos norteños resultaban insuficientes para el
nuevo volumen de tráfico, por lo que se incrementa notablemente el
de Santa Cruz (que había empezado a operar desde principios del
81 Economía
siglo XVII) hasta adquirir p ron to rango internacional destacado (en
1890 operan en él 1.828 buques que se incrementan a 5.000 en 1912).
J u n t o al plá tano adquiere importancia el cultivo del tomate ,
también para la exportación, y la papa, que pasó a convertirse en el
al imento básico de los isleños.
Tras la Primera Guerra Mundial, y como consecuencia de la
misma, se redujo la exportación del plátano, lo que provocó una crisis
económica y social que tuvo como consecuencia la emigración de
contingentes importantes de población hacia Cuba y Venezuela.
La situación de crisis se prolongó hasta los años cincuenta, en
que de nuevo se relanza la demanda nacional y eu ropea de plátanos.
También el tomate cultivado en el Sur se recupera. Y las medianías
cont inúan siendo el sector que abastece de los productos de consumo
diario a la población.
Queda así organizada un estructura económica que llegará hasta
nuestros días:
S e c t o r e x p l o t a d o r p l a t a n e r o , con propiedades d e tierra d e
considerable extensión (de 10 a 50 Has), ubicado en los espacios
tradicionales citados antes; con necesidad de capitalización para tierras
y aguas, y bajos salarios para los trabajadores.
En el año 1991 Tenerife produjo un total de 158.553 Tms. de
plátanos, cuyo destino-consumo era el siguiente:
Consumo local 11.243 Tms.
Mercado nacional 146.930 Tms.
Mercado extranjero 380 Tms.
Total 158.553 Tms.
Tenerife 82
De la crisis del sector en los últimos años nos dan cuenta las
siguientes cifras de producción:
Miles de Tms.
Sector tomatero, en régimen de aparcería (el propietario
apor ta la tierra, el agua, los abonos, y el campesino su fuerza de
trabajo), con los problemas tradicionales a la hora del repar to de la
producción.
Sector de autoconsumo, con producción de papas, cereales,
viña, etc. y con una ganadería, complementar ia en las tareas agrícolas
y fundamental en la alimentación (leche, queso, carne, etc.).
A partir de los años sesenta la economía de la Isla comienza a
girar a l rededor de un nuevo «producto»: el turismo.
Éste tiene su origen en los viajeros que visitaron las Islas desde
su integración en la corona de Castilla. Estas visitas de extranjeros
tomaron nuevo impulso con los empleados de las casas comerciales
instalados en el Puerto de la Cruz a finales del siglo XIX y llegó a ser
una actividad económica de pr imer orden cuando apareció el turismo
masivo, atraído por el clima y la naturaleza privilegiada.
83 Economía
250
200
150
100
50
0 1986 1987 1988 1989 1990 1991
Año
La alteración que produjo el turismo en la economía tradicional
se comprueba en los siguientes hechos:
• Necesidad de construir instalaciones hoteleras, lo que atrajo
la m a n o de obra agrícola hacia el sector de la construcción,
con el consiguiente a b a n d o n o de las tareas del campo .
• La mejora de salarios de esta nueva actividad elevó el nivel
de vida y produjo una d e m a n d a de todo tipo de productos
de consumo que h u b o que importar.
• Mejoró considerablemente el comercio, aunque no siempre
con efectos positivos, pues se hacía más fácil impor ta r que
producir.
• La superficie de producción agrícola se estancó en todo el
Norte y en todos los sectores productivos.
• Aparecieron otros cultivos de exportación c o m o flores y
plantas ornamenta les .
• Se desarrolló el cultivo de la platanera en el Sur de la Isla,
con mejor clima invernal para produci r y expor ta r en esa
época al mercado hispano-europeo.
Los aspectos más destacados de la nueva economía basada en el
sector servicios-turismo son:
• En el a ñ o 1970 visitaron Tenerife unos t rescientos mil
turistas, que se elevaron a más de un millón, cinco años
después. En 1985 se aproximan a los dos millones y en el
a ñ o 1992 se s u p e r a n los tres mi l lones t resc ien tos mil
visitantes.
• En el año 1992 Tenerife oferta un total de 62.339 plazas
hote leras y 73.179 extra hoteleras . Un total de 135.518
plazas.
Tenerife 84
• El Puerto de la Cruz fue el principal foco de atracción
turística desde el siglo XIX y mantuvo su primacía hasta la
década de los ochenta.
• A partir de entonces adquiere gran importancia el Sur de
Tenerife, con más horas de sol que el Norte y con una
infraestructura hotelera más moderna.
Puerto de la Cruz
Los efectos del sector turístico en la economía insular son muy
variados: apertura a otras culturas, creación de empleo, mimetismo
de formas de vida, deter ioro del medio ambiente , necesidad de
importar parte de los productos consumidos por los propios turistas,
mejoras en la infraestructura de carreteras, etc.
El papel que las fuentes de energía (especialmente el petróleo)
juegan en la economía actual es importantísimo. Su incidencia se
hace notar aún más cuando la producción es nu la y el consumo se
incrementa sin cesar como ocurre en Tenerife, hasta un total de
1.771.188 Tms. en 1991, cant idad que hay que impor ta r en su
totalidad.
85 Economía
Las Islas Canarias, en general, y Tenerife en particular, presentan
unas características muy propias de su situación geográfica y su relieve,
en cuanto a sus transportes-comunicaciones.
La carencia de vías férreas y fluviales hace que sólo las carreteras
comuniquen entre sí los lugares habitados de la isla. Una red de
calzadas bien entramada y bastante compleja, si se tiene en cuenta el
costo por Km 2 debido al abrupto relieve y la propia dificultad de los
trazados.
En la actualidad existen dos autovías: una que va desde Santa
Cruz a la zona turística del Sur (Aeropuerto Reina Sofía-Los Cristianos-
Las Américas) y otra que une la capital con la zona poblada del Norte,
hasta La Orotava (en obras de prolongación hasta Los Realejos).
El resto de las carreteras, en general bien pavimentadas, ofrecen
la posibilidad de acceder a los distintos pueblos por más de una vía
(sobre todo en el Norte) .
La densa red de pistas forestales y senderos hacen accesible al
visitante la gran mayoría de los interesantes lugares tinerfeños.
Pese a su carácter insular, la comunicación marítima entre los
lugares costeros es prácticamente nula.
Es la propia insularidad la que «obliga» a proyectarse hacia fuera:
al resto de España y al extranjero. En este sentido, el mar siempre fue
vía de unión para los isleños. En nuestro t iempo, la aviación va
sustituyendo al t ransporte marí t imo. Tenerife, por mar y aire, se
man t i ene vital, en progreso, gracias a los aportes económicos y
culturales que le llegan por esas sendas.
El papel del puerto de Santa Cruz es esencial para la vida insular
como prueban los siguientes datos, referidos al año 1991:
87 Transporte y comunicaciones
Número total de pasajeros 548.122
Buques mercantes 6.432
Número de contenedores 164.704
Toneladas de Registro Bruto 40.811.920
Con estos datos, ocupa el segundo lugar ent re todos los de
España, por el número de buques que operan en él, por toneladas de
registro bruto y por el volumen de las tareas de avituallamiento, y el
tercer lugar por el número de pasajeros.
En cuanto a Aeropuertos, Tenerife cuenta con dos: Los Rodeos
en el Norte y el Reina Sofía en el Sur.
El de los Rodeos, en funcionamiento desde el año 1942, fue
durante mucho tiempo el único de la Isla. Por sus condiciones de
emplazamiento (altura, clima), y pese a las continuas mejoras que en
él se hacían, no podía soportar el intenso tráfico turístico.
Gran parte del tráfico aéreo se desvió hacia el Aeropuerto Sur;
pero los Rodeos siguió funcionando. Dedicado con preferencia a los
vuelos regulares y al tráfico interinsular, cumple una impor tante
misión, como nos muestran los datos referidos a 1993:
Vuelos Nacionales Regulares Aviones Pasajeros
Entradas 12.310 694.730
Salidas 12.296 709.014
Total 24.606 1.403.744
El Aeropuerto del Sur «Reina Sofía» opera desde el año 1978.
Los datos referidos a 1993 son:
Tenerife 88
Vuelos Nacionales Aviones Pasajeros
Regulares 8.050 718.441
No regulares 12.116 1.103.024
Vuelos Internacionales
Regulares 1.761 314.661
No regulares 29.942 4.807.682
Total 51.869 6.843.808
Si tenemos en consideración que en el año 1986 el número de
aviones que ope ra ron en Tenerife fue de 37.098, con 4.730.481
pasajeros, l legaremos a la conclusión del papel destacado de los
transportes-comunicaciones en la vida insular, con un incremento tan
considerable en los últimos siete años.
Visión parcial de la autopista del Norte
89 Transporte y comunicaciones
La conquista de Canarias por parte de los europeos tuvo sus
antecedentes en los viajes realizados por navegantes de ese cont inente
duran te los siglos XIII y XIV.
• El italiano-genovés Lancelotto Malocello llega a Lanzarote
en 1312.
• Una expedición italo-portuguesa arriba a las Islas, sobre el
a ñ o 1341, y se hace la pr imera descripción del Archipiélago
y sus habi tantes . Las Islas son, a partir de ese momen to ,
l u g a r c o n o c i d o y un a t r a c t i v o p a r a c o m e r c i a n t e s y
exploradores .
• El Papa Clemente VI se interesa por las Islas y nombra como
«soberano» de las mismas al infante de Castilla don Luis de
la Cerda (en 1344). Se desea acabar con el paganismo de
los isleños.
• En el año 1351 se crea el Obispado de La Fortuna. Un año
después se organiza una nueva expedición, mitad comercial,
mitad evangelizadora, con el apoyo de la corona de Aragón
que muestra, desde entonces , su interés por Canarias.
• A finales de siglo, en 1393, los castellanos prepararon otra
expedición, con navegantes andaluces y vascos, que llegaría
hasta Lanzarote .
• La l l e g a d a de los n o r m a n d o s ( f r a n c e s e s ) J e a n de
Be thencour t y Gadifer de la Salle, y el homenaje que el año
1402 r inden al rey de Castilla Enr ique III, abre el per íodo
de la conquista de las islas por los europeos .
91 Hechos históricos
Conquista de Tenerife
Hasta 1477 Las Canarias permanec ie ron bajo el domin io de los
señores feudales. En este t iempo los «dueños» de todas las islas, los
señores legítimos, eran Diego García de Her re ra y su esposa Inés
Peraza.
Es en ese mismo a ñ o de 1477, c u a n d o los Reyes Católicos
conciertan con el referido mat r imonio la cesión a la Corona de los
derechos sobre las tres islas aún no conquistadas: Gran Canaria, La
Palma y Tenerife. A partir de ese acuerdo la dominac ión de dichas
islas va a ser una empresa de la Corona.
En base a estos derechos adquiridos, los Reyes Católicos llegan
a un acuerdo con Pedro de Vera, para la conquista de Gran Canaria.
O t ro cont ra to del mismo estilo se firma ent re los Reyes y Alonso
Fernández de Lugo para la conquista de Tenerife y La Palma. El a ñ o
del acuerdo es 1492. Entre las promesas relacionadas con el contra to ,
los Reyes le ofrecen, si lleva a cabo la conquista, el cargo de gobernador,
el pode r administrar justicia, repartir tierras...
En el año 1493, terminó la conquista de La Palma y Lugo viaja a
la Península a ofrecer a los Reyes su triunfo. Va acompañado de varios
reyezuelos indígenas que sirven de «testigos» de su obra y van a prestar
a los Católicos monarcas, pleitesía y reverencia.
Los Reyes se encont raban en Zaragoza para asistir a las Cortes
de Aragón y en este lugar recibieron a Lugo y a sus acompañantes .
Fue en dicha ciudad, y en Diciembre de 1493, d o n d e se firmaron las
«Capitulaciones» o contra to ent re Lugo y los Reyes para la definitiva
conquista de la Isla t inerfeña. El con ten ido de las mismas se va a ir
desarrol lando en años sucesivos a medida que lo va requ i r i endo el
Tenerife 92
proceso conquistador. Por med io de Reales Cédulas se va d a n d o
cuerpo legal a lo acordado en Zaragoza. Veamos el contenido de
algunas de las más importantes: Se concede a Lugo la gobernación
de la Isla; se concreta la organización político-administrativa del nuevo
territorio; el «cabildo» que habría de constituirse acataría las decisiones
de Lugo, ante el cual deber ían prestar j u r a m e n t o sus componentes ;
Lugo, j u n t o con un delegado del rey, llevaría a cabo el repart imiento
de la isla; se poblaría de trescientos vecinos dando a cada u n o según
su calidad personal, y compromet iéndose los pobladores a tener su
casa habitada con mujer e hijos por un t iempo mínimo de cinco años;
todos los gastos de t ransporte de las tropas, alimentos, ganado, etc.
correr ían a cargo de la Corona; se garantizaba la libertad de los
guanches siempre que fueran fieles y ayudaran a la conquista.
En unos diez meses calculaba Lugo que ocuparía la Isla, en la
que esperaba ob tener buenas ganancias con la toma de esclavos,
ganados y productos como la orchilla (planta t intórea).
En Sevilla hizo el rec lu tamiento de soldados, en t re los que
figuraban algunos naturales de las islas que habían sido llevados a
Andalucía. Estas fuerzas se aumenta ron en Gran Canaria hasta llegar
a un total de dos mil doscientos hombres (los doscientos de a caballo)
para afrontar la conquista de Tenerife que, como sabemos, estaba
dividida en nueve menceyatos guanches.
Por estos años se había producido la evangelización del Sur de
la Isla y los menceyes de Güímar, Abona, Adeje, y Anaga se convirtieron
en «bandos de paz» aliados con el conquistador.
La p r i m e r a i n c u r s i ó n de és te fue e l a ñ o 1494, c u a n d o
desembarcó en Añazo, levantó el Real de Santa Cruz y fortificó la
zona.
93 Hechos históricos
Desembarco de Lugo, de Gumers indo Robayna (Foto: Alejandro Delgado)
Intentó, luego, acuerdos con los menceyes del Norte, tal y como
los había alcanzado con los del Sur; pero fueron rechazados. El peligro
de la invasión unió a todos los menceyes (Tegueste, Tacoronte, Taoro,
Dante, Icod) que se aprestaron a la lucha.
Un Lugo desafiante se interna en la Isla, por el Norte, y tras
pasar por la vega de La Laguna, penetra en el irregular terreno de la
zona de Acentejo. Allí esperaban los guanches al ejército invasor, en
una muy buena situación estratégica, y con valentía y astucia infringen
una severa derrota a las tropas de Lugo. Fue la batalla de «La Matanza
de Acentejo».
Los restos del maltrecho ejército, unos trescientos hombres,
regresaron al real de Añazo y de allí reembarcaron hacia Gran Canaria.
Tenerife 94
Había que volver a empezar: nuevos recursos económicos, nuevos
soldados, nueva estrategia militar.
Los nuevos recursos económicos los consigue Lugo vendiendo
sus propiedades y formando sociedad con otros comerciantes a quienes
ofrece beneficios de la conquista.
El nuevo ejérci to lo recluta cu idando que sean soldados
veteranos, capaces de una lucha dura como la que se avecina.
La estrategia es mejorada al establecer una cabeza de puente,
entre el Real y el interior, que sirva de apoyo a las batallas y de refugio
en caso de perder alguna de ellas.
El año 1495 Lugo vuelve a desembarcar en Añazo y edifica dos
torres-fortaleza. El aprovisionamiento, por parte de los «bandos de
paz», facilita la tarea de adentrarse y establecer un nuevo fuerte-
campamento en La Laguna.
Los guanches, envalentonados por la anterior victoria, se lanzan
a lucha en campo abierto en la vega de La Laguna. Allí fueron
dispersados y abatidos por la caballería de los españoles. En esta batalla
murió Bencomo, jefe de los guanches y mencey de Taoro. Este hecho
ocurrió a finales de 1495.
Tras esta victoria, y una vez recuperadas las fuerzas, el ejército
conquistador reemprendió la campaña. Avanzó hasta el menceyato
de Taoro, en el valle de La Orotava, sin encontrar resistencia. Allí
sentó Lugo el llamado Real, dando origen al actual pueblo de Los
Realejos.
Los guanches hacen, mientras tanto, un esfuerzo supremo para
reorganizarse y poder enfrentarse de nuevo al ejército invasor. Buscan
un terreno adecuado, muy próximo al que les dio la anterior victoria.
Pero las fuerzas de uno y otro bando eran ahora muy distintas, así
95 Hechos históricos
como la moral de los que luchaban. Se p roduce el combate y los
castellanos vencen claramente: será la «Victoria de Acentejo».
A partir de ese m o m e n t o ya las t ropas de Lugo se limitan a
terminar con algunos pequeños núcleos de resistencia, sobre todo
para conseguir esclavos y ganado.
El 25 de ju l io de 1496 celebran, Fernández de Lugo y los suyos,
la rendición de los menceyes del Nor te . Para c o n m e m o r a r el h e c h o
hicieron levantar la iglesia de Santiago apóstol en el Realejo Alto.
Derrota del almirante Nelson
Las consecuencias de la Revolución francesa de 1789 llegaron
también a Canarias y más concre tamente a Tenerife.
España había e n t r a d o en guer ra con Inglaterra y una flota
Actual iglesia de San t i ago Apóstol en Los Realejos, cons t ru ida sobre
la original .
Tenerife 96
inglesa, al m a n d o del a lmirante Horacio Nelson preparó el a taque a
Santa Cruz.
Con estas palabras pidió Nelson la rendición de la plaza:
«Tengo el h o n o r de par t ic iparos q u e he ven ido a q u í a exigiros
la i nmed ia t a e n t r e g a de la fragata «Príncipe de Asturias», p r o c e d e n t e
de Mani la y con des t ino a Cádiz, q u e p e r t e n e c e a la C o m p a ñ í a de
Filipinas, con su c a r g a m e n t o c o m p l e t o y, asimismo, las d e m á s cargas
q u e se hayan d e s e m b a r c a d o en Tener i fe y no sean pa ra e l c o n s u m o
de sus hab i t an te s . Y mi mayor deseo es q u e n i n g ú n isleño sufra las
c o n s e c u e n c i a s d e m i p e t i c i ó n . O f r e z c o las s i g u i e n t e s h o n r o s a s
cond ic iones q u e e s p e r o sean admit idas ; p e r o s i las rechazáis, todos
los h o r r o r e s de la g u e r r a serán a vuestra cuen ta , pues Santa Cruz
s e r á d e s t r u i d a y las d e m á s p l aza s de e s t a isla b o m b a r d e a d a s ,
i m p o n i é n d o l e s u n a fuer te con t r ibuc ión» .
Las cond ic iones e ran : en t r ega r los fuertes a los br i tánicos,
rendic ión de armas, en t rega de caudales, se respetaría la religión
católica y sus ministros y se man tendr í an las leyes y magistraturas
existentes.
Mientras se e laboraban y publicaban los documentos , Nelson
preparaba con detalle el asalto. Por su lado, las autoridades militares
de la isla, para quienes el a taque era inminente al no aceptar las
condiciones del a lmirante inglés, hacían lo mismo con la defensa.
El día 24 de Ju l io de 1797, a las siete y media de la tarde, la
escuadra inglesa inició el a taque con intenso bombardeo . Nelson
consiguió desembarcar en el muelle y se dispuso a tomar el castillo de
San Cristóbal.
La r eacc ión de las fuerzas españolas fue i nmed ia t a , y sus
97 Hechos históricos
descargas de cañones y fusiles hicieron blanco en los atacantes, que
huyeron. El propio Nelson fue alcanzado por la metralla en su brazo
derecho.
El 25 de Julio continuó el acoso. Las fuerzas inglesas intentaron
atacar nuevamente y los isleños se defendieron con vigor, causando
grandes pérdidas al enemigo.
Nelson comprendió su fracaso y pidió una capitulación para
salvar a su flota del desastre.
El mismo 25 de Julio, reunidas las partes beligerantes, en Santa
Cruz, acuerdan: «Las tropas de S.M. Británica serán embarcadas con todas sus
armas y llevarán sus botes, que se han salvado...; en esta consideración se obligan
por su parte a no molestar al pueblo los navios de la escuadra británica que están
delante de él, ni a ninguna de las Islas Canarias, y los prisioneros se devolverán de
ambas partes».
Así se terminó esta aventura del renombrado almirante Nelson.
Histórico cañón «Tigre», utilizado contra el Escuadrón Inglés del Almirante Nelson, el 25 de ju l io de 1797. (Col. postales: F. Ferrero)
Tenerife 98
La desamortización
Se trata de u n o de los hechos más destacados de la política
española del siglo XIX, que tuvo gran repercus ión en Canarias,
especialmente en Tenerife.
El clero, la corona y los municipios tenían grandes propiedades
inmuebles (tierras y edificios) que no se podían vender; estaban
vinculadas a perpetuidad a sus dueños.
La desamortización consistió en dictar unas leyes que permitían
la venta de dichas propiedades.
Su realización se llevó a cabo en diversas etapas: 1812 (Cortes
de Cádiz), 1820-23 (Trienio Liberal), 1834-37 (Mendizábal) y 1855
(Madoz).
Sus consecuencias fueron:
• Concentración de la propiedad en la Isla.
• Privatización de las propiedades municipales que a partir
de e n t o n c e s ya no p o d r í a n ser ap rovechadas p o r los
habitantes de los pueblos.
• Aprovechamiento de los numerosos edificios conventuales
para funciones públicas: escuelas, cárceles, ayuntamientos,
etc.
Los pueblos de Tenerife se vieron afectados por la desamortización
en la siguiente superficie:
La Guancha: unas 7.500 Has.
La Orotava: unas 5.000 Has.
Guía de Isora: unas 4.500 Has.
Los Realejos: unas 2.000 Has.
Fasnia: unas 2.000 Has.
99 Hechos históricos
Con la desamortización las grandes propiedades cambiaron de
dueño . Pasaron a mano de la nueva burguesía, pero no de los
campesinos que hubiera sido más conveniente para el desarrollo social.
La esclavitud
Terminada la conquista, Tenerife se incorporó al «mundo
civilizado», uno de cuyos aspectos sociales más destacados era el de la
esclavitud.
Varios pueblos padecieron los horrores de ese sistema y el hecho
de que el mismo fuera un hábito común de la sociedad, un «modelo»
universalizado, no quita fuerza al rechazo que nos debe producir. Las
víctimas fueron los guanches, los moriscos, los negros africanos y los
indioamericanos.
Cuando Fernández de Lugo acordó con los Reyes Católicos la
conquista de Tenerife, a los indígenas-guanches se les consideró
infieles y podrían constituir botín de guerra, ser tomados como
esclavos. Lugo toma como tales no sólo a los que le ofrecen resistencia
(los procedentes de los menceyatos del Norte) sino a muchos de los
que colaboraron con él en la conquista; para ello argumentaba que
no le obedecían tras la pacificación.
No sólo toma esclavos para sí, sino que procura pagar parte de
las deudas, contraídas para la conquista, con guanches esclavizados.
Es de elogiar la actitud de los guanches libres al prestar ayuda
a los esclavos de su raza, bien entablando pleitos sobre la injusticia
Tenerife 100
Güímar: unas 1.500 Has.
Resto de los pueblos: unas 2.500 Has.
del cautiverio o c o m p r a n d o a los esclavos para después darles la
libertad.
Pero el impulso económico que tomó la Isla tras la conquista,
exige no sólo los esclavos nativos sino los de otras procedencias. Llegan
así los esclavos moriscos, que vienen con sus dueños a instalarse aquí
procedentes de la Península.
Los esclavos más numerosos en Tenerife, fueron, durante mucho
t i empo , los p roceden t e s de África: los negros . De la Isla pa r ten
expedic iones con la única finalidad de conseguir esta mercancía
humana . Los negociantes se valen de algún rehén moro para que les
sirva de enlace o de «guía profesional». Toda la costa africana, hasta
Guinea, padece estas incursiones, que nu t ren de mano de obra esclava
los ingenios azucareros de Tenerife.
Los m e n o s n u m e r o s o s son los esclavos amer ind ios . Unos ,
acompañantes de las familias que los poseían, pasaron a Canarias;
otros, llegados directamente de América, dadas las intensas relaciones
de ésta con aquéllas; pero, como indica la profesora Manuela Marrero,
a quien seguimos en este apar tado, los «indios aparecen fugazmente
en el mercado esclavista de la isla de Tenerife».
Los precios de cada esclavo eran muy variables y depend ían de
la edad, sexo, fuerza, oferta-demanda, etc. El hombre de mediana
edad valía unos veinte mil maravedíes. (Para tener una referencia
con un producto alimenticio, una arroba -once kilos y medio- de azúcar
valía unos trescientos maravedíes).
Como ejemplo del lamentable tráfico h u m a n o reproducimos
los siguientes textos tomados de la citada autora:
«Bar to lomé de Zamora y Catal ina López , su mujer, v e n d e n a
J u a n Franco y a Catal ina F e r n á n d e z , su mujer, u n a esclava neg ra q u e
101 Hechos históricos
t i enen en esta Isla, l l amada Margari ta , po r p rec io de 24 fanegas de
t r igo y 8.800 maravedíes en la m o n e d a de Canar ias . Se ob l igan al
s a n e a m i e n t o de la esclava y a f i rman q u e no t i e n e n i n g u n a t a c h a
encub ie r t a» . 11 de d i c i e m b r e de 1505.
« F e r n a n d o de L le rena , regidor , a h o r r a ( l ibera) a su esclavo
Francisco Eneb ie , g u a n c h e del r e ino de Güímar , p o r los m u c h o s y
leales servicios que le hizo a él, a su muje r Ana Morales y a o t ras
pe r sonas p o r su m a n d a d o , y p o r q u e le d io 6 dob las de o r o p a r a q u e
lo a h o r r a s e ( l iberase)». 4 de l e b r e r o de 1506.
Gonzalo Rodríguez de Daute , vende a J u a n Navarro dos esclavos
y u n a esclava, l lamados J u a n Asate, de u n o s 22 años , Rodr igo y
Francisca, de unos 20 años. Los tres a n d a n alzados por las m o n t a ñ a s
y términos de la Isla. El prec io de venta es de 30.000 maravedíes de
m o n e d a canaria y 200 borregas de ganado ovejuno, que declara habe r
recibido. 7 de e n e r o de 1507.
El Adelantado dice que , c o m o red imir cautivos es obra pía y
santa y más aún si es persona cristiana, da l ibertad a su esclavo Andrés ,
na tura l de Berbería , q u e de m o r o se l lamaba H u n e t e r o , p o r ser
cristiano y convert ido a la santa fe católica. Le da la l ibertad p o r q u e
quiere y es su propia voluntad y no p o r q u e le haya pagado ni h e c h o
servicio ni donaciones . 10 de sep t iembre de 1508.
«Je rón imo de Valdés en su t e s t a m e n t o o r d e n a q u e su esclavo
P e d r o el G u a n c h e t o q u e en sue r t e a su hija Beatriz de Valdés c o n
ca rgo q u e no lo a h o r r e ( l ibere) bajo p e n a de ma ld ic ión , n i lo venda ,
pues s i lo h ic iere q u e lo p i e r d a y pase J e r ó n i m o de Valdés, su hi jo,
con el m i s m o cargo, y si no lo c u m p l e , q u e pase a los o t ros h e r e d e r o s
con el m i s m o cargo». 4 de s e p t i e m b r e de 1 5 1 0 .
Tenerife 102
La masonería en Tenerife
Tenerife, y más concretamente los puertos de Santa Cruz y Puerto
de la Cruz , es en el siglo XVIII núcleo fundamental del comercio de
Canarias con Europa y América. Una destacada colonia extranjera,
integrada principalmente por ingleses e irlandeses, es la intermediaria
de las actividades mercantiles. Por los mencionados puertos se efectúan
las salidas de los productos de exportación, en especial los vinos, y
hacen su entrada las mercancías necesarias para el abastecimiento de
todo el archipiélago. Pero por ellos penetran también, a despecho de
los inquisidores, las novedades ideológicas en boga en Europa y
América del Norte.
La masonería especulativa tenía, desde el pr imer cuarto del siglo
XVII I , u n a n o t a b l e d i fu s ión en I n g l a t e r r a y sus c o l o n i a s
norteamericanas. Sera a través de los contactos mercantiles de Canarias
con esos territorios como se introduzcan en la francmasonería algunos
comerciantes de la Isla. Precisamente el irlandés Alejandro French,
residente en el Puerto de la Cruz, tendrá el dudoso honor de ser el
p r imero de España y sus colonias en ser juzgado por el Santo Oficio
por su condición de masón adquirida en una logia de Boston a donde
viajaba t ranspor tando vinos canarios.
Son contados, en su mayoría comerciantes extranjeros residentes
en la isla, los pertenecientes a dicha asociación a lo largo del siglo
XVIII. El miedo a la Inquisición frena la afiliación a logias extranjeras
de nuevos masones tinerfeños. No hay noticia de que en esta centuria
existiera logia alguna en Canarias.
En 1816, nace en Santa Cruz de Tenerife la primera logia canaria
conocida: «Comendadores del Teide». Fue fundada por el conde de
103 Hechos históricos
Saint-Laurent y se constituye con una base de iniciados de diferentes
procedencias. Pocos años después, en 1822, se crea un nuevo taller,
«Amistad», que tiene un mayor eco político y social. Tras el final del
Trienio liberal la persecución a la masonería desde el poder del Estado
español hace inviable el surgimiento de nuevas logias. A partir de la
«Gloriosa», en 1868, se produce la máxima expansión de la masonería
en Tenerife. Santa Cruz, La Laguna, La Orotava y Puerto de la Cruz
serán sedes de las logias «Teide», «Nueva Era», «Taoro», «Esperanza
de Orotava», «Hijos de Teide», «Nivaria», «Tinerfe» y «Fe Masónica».
En el primer tercio del siglo XX, la logia más importante de
Canarias será «Añaza», con sede en Santa Cruz, que llegó a construir
el templo masónico más importante de España y patrocinó un centro
de enseñanza de principios laicos y ferrer iano (seguidor de las
doctr inas del pedagogo catalán Ferrer Guardia) d o n d e fueron
educados numerosos alumnos.
Entre los personajes destacados de la vida política y cultural
tinerfeña que pertenecieron a la masonería hay que señalar, entre
otros, a Graciliano Afonso, José Murphy, Villalba Hervás, J u r a d o
Domínguez, Domingo Pérez Trujillo y Rubens Manchal. Estos dos
últimos, diputados a Cortes durante la II República.
En total, las diferentes logias tinerfeñas tuvieron, al menos, 814
afiliados. La labor principal desempeñada por la masonería en la Isla
fue de carácter filantrópico. Dentro de unos límites modestos (las
disponibilidades económicas nunca fueron abundantes) procuraron
ayudas a individuos o colectivos que sufrían de necesidades acuciantes.
La masonería tinerfeña, como el resto de la del Estado español,
adop tó una act i tud m a r c a d a m e n t e ant ic ler ical , e spec i a lmen te
antijesuítica, lo que la mantuvo en permanente confrontación con la
Tenerife 104
jerarquía eclesiástica.
Por lo que se refiere a la actividad política, se observaba entre
los afiliados, a t í tulo privado, una cierta preferencia por el
Republicanismo. De la abundante documentación disponible puede
deducirse la inexistencia de debates políticos en las logias y la no
determinación de consignas de apoyo o rechazo sistemático hacia
opc iones pol í t icas conc re t a s . Los r eg l amen tos p r o h i b í a n
expresamente abordar este tipo de cuestiones.
Mausoleo masón del Marqués de La Quinta Roja.
La Orotava.
105 Hechos históricos
El arte canario posee una similitud de concomitancias con el
arte colonial español de allende el Atlántico.
En primer lugar se inicia a partir de la conquista, lo que significa
que arranca básicamente del Renacimiento.
En segundo lugar, los sucesivos estilos son importados de la
Península, quien a su vez sigue los ritmos europeos, de manera que
por este camino, Canarias se incorpora a la marcha general de las
artes plásticas en nuestro continente. Ahora bien, la ausencia de
tradición y técnicas propias obliga a que las producciones autóctonas
sean dependientes, más pobres y retrasadas en el tiempo, y que con
frecuencia se prolonguen los estilos más allá de los límites establecidos
cronológicamente para los mismos en el resto de Europa. Tal sucede
con el Gótico, el Renacimiento y el Neoclásico.
El arte gótico y renacentista
El gótico es el primer estilo arquitectónico que se desarrolla en
las Islas, en paralelo al Renacimiento, y se prolonga hasta el siglo XVIII.
Las influencias provienen del gótico andaluz y portugués.
Su área de actuación se proyecta, fundamentalmente, sobre las
islas de Gran Canaria, Fuerteventura, La Palma y La Gomera, y muy
escasamente en Tenerife, donde sólo se conservan contados elementos
aislados.
En arquitectura la pobreza de los materiales de construcción
condujo a su rápida desaparición o a su reedificación en estilos más
ricos y técnicamente desarrollados, como el Barroco. Restan vestigios
de su paso por la Isla en algunos elementos del Convento de San
107 Aspectos artísticos
Agustín y del ex-convento de los dominicos en La Laguna, la iglesia
de Nuestra Señora de la Concepción ( terminada en el siglo XVIII)
en el Realejo, y en la parroquia matriz de Santa Ana en Garachico.
El Renac imien to , p o r con t r a , es ya un estilo s ó l i d a m e n t e
establecido. Se inicia a finales del siglo XVI y pe rdura hasta bien
en t rado el XVIII. Arqui tectónicamente su paralelismo en plantas y
portadas con las de tierra mejicanas o colombianas es muy apreciable,
manifestándose tanto en la tipología religiosa como en la civil y
doméstica.
Sus templos, originariamente de una sola nave y con ar tesonado
de madera en las techumbres , t ienden paula t inamente hacia el tipo
de tres naves.
Los primeros edificios de arqui tectura civil que se construyen
en el nuevo estilo son los destinados a albergar a los Cabildos, tanto
en Tenerife como en Las Palmas o La Palma, con una ident idad de
estructuras, mientras los domésticos suelen afirmar la per tenencia a
este estilo a través de sus fachadas.
Abundan ejemplos en La Laguna (por tada de la casa de los
gobernadores y regidores, la Iglesia de la Concepción, el convento de
San Agustín, el hospital de los Dolores, las casas de Nava, Lercaro y
Bracamonte) y en la zona Norte de la Isla (Santo Domingo, San Juan
y las casas de Molina, Monteverde y Mesa, en La Orotava, Santa
Catalina en Tacoronte, la Concepción y Santiago en Los Realejos,
San Marcos en Icod, la casa de los condes de La Gomera en Garachico).
La escultura de estos dos siglos (XVI y XVII) se limita a la imagen
religiosa. Es escasa y de no demasiado interés artístico. P redomina la
influencia de las escuelas sevillana y flamenca. A la pr imera per tenece
la talla gótica del Cristo de la Laguna (1520), la de la Virgen de la
Tenerife 108
Consolación, que se conserva en la iglesia de la Concepción de Santa
Cruz y la de la Virgen de la Luz en el museo de la Catedral de La
Laguna.
Las obras de influencia flamenca que aparecen en Canarias son
p roduc to del tráfico comercial con Flandes y se utilizan como valor
de t rueque . La mayor acumulación se encuent ra en La Palma, siendo,
po r contra, muy escasa su presencia en Tenerife.
Por idénticas razones hay que explicar la presencia pictórica de
trípticos en dicho estilo. De ellos se conservan u n o en la par roquia de
Santiago en Los Realejos, y o t ro en Taganana, atr ibuido a la escuela
de Amberes . Hasta bien en t rado el siglo XVII siguen ar r ibando obras
manieristas de este estilo.
Arte barroco
El arte Barroco es el que mayor presencia adquiere en las Islas,
coincidiendo con el gran p redomin io que en ellas ejercen la Iglesia y
las ó r d e n e s rel igiosas. A lo largo de los siglos XVII y XVIII se
reconstruyen múltiples iglesias y conjuntos monumentales y se edifican
nuevas, hasta llegar a considerarse a este per íodo como la «edad de
oro» de la arquitectura canaria, y la que deja la impronta fundamental
en el paisaje arqui tectónico insular.
A lo largo de estos siglos adquieren relevancia talleres artísticos
enteros que emigran desde la Península hacia América, recalando
temporal o definitivamente en las islas, y que van de obra en obra.
Surgen además los primeros arquitectos e ingenieros de escuela, con
conocimientos no sólo empíricos sino también teóricos.
109 Aspectos artísticos
I.a iglesia de la Concepción en La Orotava se reconstruye en el siglo XVIII,
tras el terremoto que en la primera década provocó la ruina de la entonces existente.
Se inician los trabajos en 1768 y veinte años después se inaugura el templo.
El resultado fue una construcción de tres naves y dos capillas laterales con
transepto, inscritos en un rectángulo con esquinas achaflanadas. En alzado
sobresalen, tras el frontispicio, sendas torres de chapiteles achaflanados y la cúpula
con linterna. Una fachada curva en cuyo centro se encuentra la puerta principal
con balcón y pilastras que flanquean a ambas, completan el conjunto monumental,
cuya empresa estuvo a cargo de Patricio García.
Tenerife 110
La i m a g i n e r í a rel igiosa de este p e r í o d o es p r o f u n d a m e n t e
d e p e n d i e n t e de la i n t e n s i d a d de r e l a c i o n e s e in f luenc ias con
Andalucía (pr incipal núc leo de este ar te en esa época, en t re otras
razones po r la e m i n e n t e influencia ejercida por la escuela de Martínez
Montañés ) . D u r a n t e esta p e r í o d o se asiste a un f lorecimiento de
artistas canarios , a lgunos de los cuales se formaron en talleres de
artistas pen insu la re s af incados aquí , e spec ia lmente en Garach ico
(puer to en tonces de salida hacia las Américas) , c o m o es el caso de
Martín de Andújar, discípulo del p rop io Montañés y Alonso Cano ,
q u e f i ja al l í su r e s i d e n c i a en 1637, d e s d e d o n d e a t i e n d e a los
requer imien tos de toda la zona no r t e de la Isla. Poco a poco se fundan
talleres t ambién en La Orotava, La Laguna y Santa Cruz. La talla
d o m i n a n t e e ra la de made ra , después pol icromada.
Igual sucede en p in tura d o n d e las influencias flamencas dejaron
paso a la de los talleres andaluces , de marcados contrastes lumínicos
y pe rcepc ión naturalista de la representac ión . La principal escuela
au tóc tona del siglo XVII se r econoce en La Orotava, d o n d e se da u n a
con t inu idad pictórica de artistas en t re los q u e sobresale la f igura de
Gaspar Alfonso de Quevedo (1616), cuyo estilo es seguido po r su
discípulo Feliciano Abreu .
La o t ra gran figura de la época es la de Cristóbal H e r n á n d e z de
Q u i n t a n a , q u e real izó su o b r a en La L a g u n a . Ejerció un p a p e l
p r e d o m i n a n t e , proyectándose en el t i empo hasta la llegada, en la
s egunda mitad del siglo XVIII, de otra nueva f igura que m a r c ó la
s egunda mitad, cual es la de J u a n de Miranda.
D u r a n t e todo el pe r íodo d o m i n a n ap las tan temente los motivos
religiosos, con f recuencia encasi l lados, dir igidos a satisfacer la fe
religiosa popular . Lo que no es arte religioso es retrato, en el que
111 Aspectos artísticos
descuella José Rodríguez de la Oliva, de La Laguna, con una galería
de retratos de sus contemporáneos caracterizados por su realismo y
objetividad.
El neoc las i c i smo
Domina en la edificación culta del siglo XIX. Es un estilo
eminentemente urbano y civil que impone una jerarquía política y
social a través de su monumentalidad, el tradicionalismo y la austeridad
en su decoración. Su oficialismo se traduce en el hecho de que sus
manifestaciones más significativas se den en edificios oficiales como
los Ayuntamientos de Santa Cruz y La Orotava, el frontispicio del de
La Laguna, la Capitanía General , y en construcciones cívicas: el
Hospital de Nuestra Señora de los Desamparados (hoy sede del
Organismo Autónomo de Museos), el teatro Guimerá, ambos en Santa
Cruz. Entre las religiosas, cabe citar la portada de la Catedral de La
Laguna.
Su impronta arquitectónica en la capi ta l de la Is la es muy fuer te .
A lo largo de este siglo se fue obrando un desplazamiento urbanístico
desde el que hasta entonces había sido su centro popular -la Plaza de
la Virgen de la Candelaria- hacia la zona de edificios oficiales de nueva
construcción nucleada alrededor de la Plaza Weyler y la Plaza de los
Patos.
Escul tór icamente , el neoclasicismo p u g n a p o r sust i tuir al
Barroco sin conseguirlo, dada la honda raigambre de este estilo en
los gustos popu la res religiosos. La s implicidad y el equ i l ib r io
impulsados por los ideales académicos ilustrados buscan abrirse
Tenerife 112
El teatro Guimerá es obra del arquitecto Manuel Ora y Arcocha (1821-1889).
De sólida formación neoclásica, de su estudio salieron los más importantes
proyectos de edificación para la ciudad de Santa Cruz. Para el Teatro compuso
una sobria fachada con relieves de guirnaldas y alegorías musicales, coronada por
un entablamento en sustitución del típico frontón triangular.
113 Aspectos artísticos
camino a través de las Reales Sociedades económicas de amigos del
país y de las Academias de dibujo por ellas propulsadas. La falta de
eco popula r hizo que las innovaciones clasicistas avanzaran muy
lentamente y de forma muy limitada. Este conflicto lo vivió en su propia
obra la gran figura de la imaginería canaria que fue José Lujan Pérez,
en quien el movimiento y los moldeados barrocos se ven constreñidos
por una concepción más clásica y equilibrada de pureza de líneas y
sencillez. A pesar de ser natural de Gran Canaria y de trabajar allí la
mayor parte de su vida, dejó en Tenerife obras como la Dolorosa de la
iglesia de La Concepción de La Orotava, y al más insigne de sus
discípulos que fue Fernando Estévez.
En pintura, la estética neoclásica se difunde a partir de finales
del siglo XVIII, prolongándose duran te el pr imer tercio del XIX,
mientras Europa vive ya en p leno apogeo del romant ic i smo. La
fundación de una academia de dibujo en La Laguna a principios de
siglo actúa de difusor del clasicismo. Su mayor significación lo alcanzó
en el arte del retrato, cuyo tono general fue más bien mediocre salvo
en el caso de Luis de la Cruz.
A mediados de siglo se propaga la nueva sensibilidad romántica
que t iende a reconstruir idílicamente tanto el pasado aborigen como
las gestas de la conquista, iniciando una reflexión sobre la propia
historia e iden t idad cul tural . P r o n t o se vio sob repasado p o r el
naturalismo que impera en el último tercio de siglo con una estética
costumbrista de exaltación del campo canario y del alma campesina,
labor en la que destacan Nicolás Alfaro y Valentín Sanz.
P á g . d e r e c h a . L a Piedad, F e r n a n d o E s t é v e z ( F o t o : C o l . A n t o l o g í a c r í t i c a
d e l A r t e e n C a n a r i a s . C o n s e j e r í a d e E d u c a c i ó n . G o b i e r n o d e C a n a n a s )
Tenerife 114
Fernando Estévez nació en La Orotava (1788-1854). Aprendió de su padre
platero el arte del dibujo desde muy joven. Entró a formar parte del taller de Lujan
a partir de 1805, adaptándose fácilmente a su estilo en cuanto a búsqueda de
expresiones psicológicas, sutileza y elegancia. En Tenerife, donde trabaja como
artista independiente, deja obras como el San Pedro y la Candelaria de la iglesia de
la Concepción, o la Piedad de la ermita del Calvario, ambas en La Orotava, y la
imagen de la Candelaria, patrona de la Isla.
115 Aspectos artísticos
Siglo XX.
Arqui tectónicamente el siglo se abre con el Modern ismo, su
gusto po r lo o rnamenta l y sinuoso, signo de la euforia de la burguesía
capitalina, y dura hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial . A
partir de ese m o m e n t o domina el funcionalismo racionalista hasta la
G u e r r a Civil . E l R é g i m e n f r a n q u i s t a i m p o n e u n a e s t é t i c a
arquitectónica que persigue reafirmar su ideología en edificios de
grandes dimensiones , pesadas columnas, escalinatas, escudos, etc.
Ejemplos de ello son la Universidad de La Laguna y los edificios del
Cabildo y el Gobierno Civil en Santa Cruz d o n d e se recrea un nuevo
cent ro urbanístico a l rededor de la Plaza de España.
Las artes plásticas ven aparecer en los pr imeros años de nues t ro
siglo, muestras del arte regionalista que subrayan aquellos rasgos
tenidos c o m o prop ios y d i ferenciadores del espacio insular. Sus
portavoces fueron Ángel Romero (1875-1963), Francisco Bonín (1874-
1963), Pedro de Guezala (1896-1960) y, sobre todo, José Aguiar (1895-
1976), autor del arte regionalista más or todoxo -aliento y grandiosidad
épica, realismo ambiental, exaltación cromática, opulencia de la tierra
y colaborador del Régimen franquista. Sus obras más significativas en
Tenerife son los murales para el Casino de Santa Cruz, los del salón
de actos del Cabildo y sobre todo, los retablos de la Basílica de la
Candelaria.
El modernismo i r rumpe de la mano de Néstor Martín Fernández
de la Torre (1887-1938), de influencias pre-rafaelistas y simbolistas
(G. Moreau) . Los poemas de la Atlántida y de la Tierra dejaron una
eno rme huella de su quehacer artístico en las Islas.
Tenerife 116
El Vanguardismo toma cuerpo en Canarias a través de dos
movimientos: el indigenismo y el surrealismo. El primero significa la
reacción vanguardista contra el regionalismo, y tiene su sede principal
en Las Palmas, gracias a las contribuciones de Domingo Doreste y la
escuela de Lujan Pérez. Como acicate para el mismo obran los
descubrimientos de arte aborigen y la obra del Museo Canario, y tiene
sus principales representantes en Santiago Santana, Plácido Fleitas,
Felo Monzón, Jorge Oramas y Jesús Arencibia.
Mientras, en paralelo, Tenerife se decanta hacia el surrealismo.
En 1932 en Santa Cruz se publica el primer número de la «Gaceta del
Arte», vocero del nuevo movimiento, que, a diferencia de Las Palmas,
adopta un signo expresamente internacionalista, apostando por «el
contagio universal de la época». Desde la Gaceta, inspirada y dirigida
por Eduardo Westerdhal, se insiste en la formulación teórica de
propuestas plásticas y literarias en un contexto de pensamiento crítico
y po lémico . Las apor tac iones dominan t e s hacen referencia al
surrealismo que culminarán con la organización en Santa Cruz de la
Muestra de arte surrealista de 1935. Se publicaron 38 números de la
Revista hasta junio de 1936.
Tras la guerra civil quedó t runcado todo el desarrollo de las
artes plásticas y desmantelados los proyectos vanguardistas. Las
primeras tentativas de recuperación lo constituyeron los grupos de
«Pintores independientes canarios» (PIC) en 1947 y «Los Alqueros
del arte contemporáneo» (LADAC) en 1951, ambos de vida efímera.
De este último grupo salió la figura más representativa del arte canario
de los último años, Manuel Millares, quien j un to con Martín Chirino,
se integrarán años más tarde en el grupo «El Paso», fundado en Madrid
117 Aspectos artísticos
La figura más destacada del movimiento surrealista tinerfeño fue Óscar
Domínguez (1906-1957). Nacido en Tenerife, realiza toda su obra en París a donde
llega en 1927, dos años después de que André Bretón publicara su manifiesto
surrealista. A partir de 1934 entra a formar parte del grupo y en 1936 comienza a
exponer con regularidad en las exposiciones colectivas que organiza el mismo.
Carente de formación técnica -aspecto éste que será su punto débil a lo largo de
toda su carrera- es el iniciador de la decalcomanía. Sus obras son del más genuino
espíritu surrealista, apareciendo en ellas sus ensoñaciones oníricas sobre el
inconsciente, el sexo, el alcohol, la represión y la libertad. Su humor negro trasluce
una desesperación creciente que le llevó finalmente al suicidio a los 51 años.
Tenerife 118
en 1957 y matriz de la recuperación del arte español tras la guerra.
Ambos oriundos de Gran Canaria, forman con el lanzaroteño César
Manrique, el trío de artistas canarios de mayor reconocimiento
internacional de estos últimos años.
En Tener i fe se asiste a par t i r de los años sesenta a una
revitalización de los núcleos artísticos de vanguardia a través de la
creación del grupo «Nuestro Arte», fundado por Miguel Tarquis,
Maribel Nazco, José Abad, Belén Morales, Manolo Casanova, Eva
Fernández y Pedro González, que se erigió en la figura central, y que
a partir de 1963 organizó exposiciones con una cierta regularidad.
Posteriormente se incorporarían al panorama artístico tinerfeño
figuras como Bordes, T. Gallardo, y Gonzalo González, hasta llegar al
eclecticismo artístico actual. Gran importancia en el panorama
artístico de la Isla unieron la celebración de la Primera exposición
internacional de escultura al aire libre, en 1973, (a la que acudieron
artistas de la talla de Henry Moore, Julio González, Pablo Gargallo,
Alexander Calder, Arnaldo Pomodoro, jun to con los canarios Martín
Chirino, Millares y José Abad, cuyas obras se pueden contemplar en
el paseo de las Ramblas de la capital tinerfeña), así como la creación
en la Isla de una Facultad de Bellas Artes en 1978.
Página contigua. Máquina de coser electro-sexual. de Oscar Domínguez (1935). (Foto: Alejandro Delgado)
119 Aspectos artísticos
Sin título. (Foto: Alejandro Delgado)
Pedro González. (La Laguna 1927). Tras permanecer en Venezuela desde
1955 a 1961, se incorpora al panorama artístico tinerfeño al fundar con otros
artistas el grupo «Nuestro arte» en 1963.
A partir de ese momento ha venido creando una obra artística centrada en
la investigación de la posibilidades plásticas de la mancha y el espacio en tonos
cromáticos carentes de énfasis y estridencias que permiten resaltar aún más el
singular juego de los protagonistas.
Tenerife 120
Homenaje a Canarias. Pab lo Se r r ano
(de la expos ic ión de escul turas al aire l ibre. Santa Cruz)
Homenaje a Millares. Viseaux ( í d e m )
121 Aspectos artísticos
El Cabildo
Tras la terminación de la conquista de la Isla se hacía preciso
organizar su vida político-administrativa.
El m o d e l o más aconse jable a segui r era el cas te l lano y, a
semejanza del mismo, F e r n á n d e z de L u g o estableció e l p r i m e r
Ayuntamiento en Tenerife. El día 20 de Octubre de 1497 se celebró
reunión en la que el nuevo gobernador n o m b r ó seis regidores y dos
jurados, q u e d a n d o así formalmente c reado el Cabildo de Tenerife.
Ello se hacía «por cuanto era necesario al servicio de Dios y de sus
Altezas que en esta Villa hubiera regidores y jurados y oficiales que mirasen el
servicio sobredicho y el bien común».
En años posteriores se fue comple tando la composición del
C a b i l d o . A m e d i a d o s de l s iglo XVI e s t a b a i n t e g r a d o p o r : e l
G o b e r n a d o r , su Ten ien t e Alcalde Mayor, el Alguacil Mayor, los
Regidores, los Jurados y el Personero. (El Cabildo recibía también los
nombres de «Justicia», «Regimiento», «Ayuntamiento» o «Concejo».)
Los Jurados y el Personero eran los defensores del «bien común».
Pero su labor q u e d a b a muy debil i tada al carecer de voto en las
reun iones y ser nombrados , los Jurados, po r el propio gobernador .
Aunque para elegir Personero tenían voto «todos los vecinos de
la Isla», la realidad era que la votación se hacía entre unos pocos
individuos, cuando no entre los mismos componen tes del Cabildo.
A veces se celebraba «Concejo abierto» con participación de los
c iudadanos elegidos en todos los lugares de la Isla.
El Cabildo se fue convirt iendo en Corporación-Ayuntamiento
al irse fo rmando los demás pueblos de Tenerife con sus propios
Ayuntamientos. La Laguna fue u n o más.
123 Instituciones
El Cabildo volvió a renacer con la Ley de Cabildos de 11 de Jul io
de 1912 con unas características bien distintas de las originales. Ahora
cada Cabildo insular será una Institución de gestión y administración
de cada una de las Islas del Archipiélago.
Su puesta en práctica se retrasó casi un año por razones políticas
o administrativas, hasta que el 16 de mayo de 1913, reunidos los 27
consejeros integrantes de la nueva institución, comenzó su nueva
andadura .
La falta de recursos económicos propios lastró las posibilidades
de acometer realizaciones prácticas de envergadura, hasta que en 1918,
una serie de reformas tributarias -incremento de los arbitrios insulares
en un 100%, ar rendamiento de los Puertos francos, etc.- lo dotaron
de una mayor capacidad económica.
Cuando apenas había echado a andar, la Dictadura del General
Primo de Rivera lo suprime, para recuperarlo de nuevo un año más
tarde, si bien con ciertos cambios organizativos.
Es en este t iempo cuando el Cabildo de Tenerife e m p r e n d e una
eficaz tarea de intervenciones y actuaciones de proyección pública:
se termina el puer to de Santa Cruz en 1926; se crea la Jun t a Provincial
de Obras Públicas en 1927; se recibe a los jefes y oficiales del buque
«Juan Sebastián Elcano», al Presidente del Gobierno D. Miguel Primo
de Rivera, etc.
No obstante, la organización administrativa en Cabildos insulares
no consiguió resolver los problemas de rivalidades entre las dos Islas
Mayores (Gran Canaria y Tenerife), y así, desde 1927 Canarias quedó
dividida en dos provincias, división que se mant iene en la actualidad:
• Santa Cruz de Tenerife: Islas de Tenerife, La Palma, La
Gomera y el Hierro
Tenerife 124
• Las Palmas de Gran Cana r ia : Islas de Gran Canaria,
Lanzarote y Fuerteventura.
La ines tabi l idad de la é p o c a r epub l i cana se t ransmi te a la
institución t inerfeña c o m o al resto del país: disolución por decreto-
ley de 1931 y s u s t i t u c i ó n p o r u n a s c o m i s i o n e s g e s t o r a s q u e
rápidamente se ven envueltas en conflictos ideológicos continuos. Tras
u n a r e o r g a n i z a c i ó n p r o p i c i a d a p o r e l t r iunfo de las d e r e c h a s
republ icanas (CEDA), es nuevamente disuelto en 1936 con el triunfo
del Frente Popular. Semejantes vaivenes políticos impidieron cualquier
acción eficaz al servicio de la Isla.
El «alzamiento nacional» repone su vigencia, si bien, por razones
obvias, su f u n c i o n a m i e n t o real no comienza hasta q u e , u n a vez
finalizada la cont ienda civil, se ve impulsado por el Mando económico
de Canarias. A part i r de este m o m e n t o su acción se dirige a rehacer
la in f raes t ruc tura social y product iva de la isla: viviendas, obras
h i d r á u l i c a s , c a m i n o s , c o n s t r u c c i ó n de l a U n i v e r s i d a d , e tc . Su
func ionamiento se va adecuando a la distinta normativa reguladora,
con a lgunos conflictos de competencias con los Gobiernos Civiles,
has ta q u e , t ras l a m u e r t e de F r a n c o , c o m i e n z a su r enovac ión
democrát ica .
Con ocasión de las elecciones de abril de 1979, el nuevo Cabildo
queda const i tuido por 27 consejeros, bajo la presidencia de D. José
M. Galván Bello.
E l n u e v o r é g i m e n a u t o n ó m i c o d e C a n a r i a s e n m a r c a s u
func ionamien to actual y las distintas elecciones democrát icas sus
sucesivas composic iones . En 1983, el tr iunfo lo obtuvo el Par t ido
Socialista O b r e r o Español lo que de te rminó que su Presidente fuera
D. J. Segura Clavell. Por el contrar io, las sucesivas elecciones de 1987
125 Instituciones
y 1991 otorgaron mayoría a las Agrupaciones Independientes de
Tenerife (ATI), siendo sus presidentes los señores Daroca Sicilia y
Adán Martín.
El Cabildo de Tenerife, en fin, a través de su compleja historia,
ha llegado a calar en la conciencia del c iudadano t inerfeño. En
nuestros días su proyección social se hace visible tanto a través de las
obras públicas como en las atenciones sociales (sanidad, enseñanza...),
el apoyo a las manifes taciones de la cul tura p o p u l a r (fiestas,
d e p o r t e s . . . ) o en la d i fus ión c u l t u r a l ( c o n c i e r t o s , b e c a s ,
publicaciones...).
Cabildo de Tenerife
Tenerife 126
La Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife
La Ilustración aportó cambios muy importantes a la sociedad
española, en el ámbito cultural, social, económico, político, etc. Fue
la vía que condujo al m u n d o occidental hacia la época actual y la
introdujo en ella.
Fue a finales del siglo XVIII cuando una minoría de pensadores
(entre los que destacaba Jovellanos) se propuso contr ibuir a ese
cambio tan necesario para nuestro país. Con esa finalidad nacieron
las Reales Sociedades de Amigos de País, en las principales ciudades
españolas.
El objetivo principal de estos organismos era el desarrollo de la
economía, a través de la formación cultural y técnica de los jóvenes.
Había que p romoc ionar la elaboración de productos artesanales
propios para reducir la importación y mejorar los recursos del país.
Había también que llenar el vacío que, en el campo educativo, había
producido la expulsión de los jesuitas de España y sus colonias, en
1767. Muchos centros controlados por la Orden de San Ignacio de
Loyola se habían quedado sin sus maestros.
Los Ilustrados se enfrentaron a los sectores más tradicionales de
la sociedad española (la Iglesia, sobre todo) y dieron a la educación
un fin mucho más práctico que el que había tenido hasta entonces.
Se impuso en la enseñanza el criterio utilitarista.
Tenerife no podía quedarse al margen de este nuevo impulso al
p rogreso ; y el 15 de Febrero de 1777 se creó la Real Sociedad
Económica de Amigos del País de Tenerife, establecida en La Laguna.
127 Instituciones
Muchos eran los fines que se proponía la Sociedad; pero entre
todos nos llama la atención el contenido del Título XIV sobre la
enseñanza.
Se insiste en él que la Sociedad debe mirar como parte principal
de su objeto la educación de la juventud y el establecimiento de
escuelas para su instrucción. Aunque estas escuelas debieran orientarse
hacia el campo de la técnica, en Tenerife tendrían que orientarse a
enseñar los rudimentos culturales ya que en la Isla -no hay instrucción
ninguna por lo respectivo a las máquinas, dibujo, etc».
Antigua sede de la Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife. La Laguna.
La función educativo-instructiva se canaliza principalmente por:
• Preocupación por la instrucción popular;
• actuación ante los marginados sociales;
• atención especial a la educación de los hijos de los miembros
de la Sociedad.
Tenerife 128
Para atender la educación popular la Real Sociedad Tinerfeña
elabora en 1787 unas Constituciones para el régimen y gobierno de
las escuelas de niños y niñas:
Se establecerán dos escuelas en Santa Cruz y cuatro en La
Laguna.
Las maestras, o «amigas», eran elegidas por la Sociedad; se les
exigía saber leer y «escribir si es posible», hilar, doctrina...; debían
p resen ta r una certif icación del Párroco ac red i t ando su buena
conducta.
El escudo de la Sociedad aún puede verse en
la fachada del edificio.
Había unos socios, llamados «Curadores», que se encargaban
de todo lo concerniente al funcionamiento de las escuelas: distribuir
cartillas y catecismos, visitar los centros, examinar a los alumnos,
controlar la asistencia....
129 Instituciones
En cuan to a los marg inados sociales se les a tendía en los
Hospicios, Casas de la Misericordia o Cuartel de niños. Se hace
distinción entre los «expósitos» y los niños pobres. De los pr imeros se
dice que nunca harán progreso en la sociedad porque son tenidos en
menos y es justo destinarlos pronto al servicio público, pues «el público
les libró de que pereciesen». Se r e c o m e n d a b a una crianza muy
rigurosa, con una disciplina muy severa. Debían ap rende r a leer,
escribir, contar y dibujar, pero sin emplear en ello m u c h o t iempo ya
que la mayor parle del día deben dedicarlo a los trabajos corporales,
puesto que «las letras y otras artes en que trabaja más el ingenio son
propias para gentes ricas».
Un anciano acompañaba cont inuamente a los grupos de 10 ó
15 alumnos.
A las niñas se las enseñaba las labores de su sexo y a los 15 ó 16
años se les buscaba casa en que servir.
En el año 1778 la Real Sociedad de Tenerife, an te el grave
problema de los holgazanes, se propuso:
• Averiguar el n ú m e r o de ellos y la causa de su mendicidad.
• H a c e r las listas de los n iños y n iñas q u e no r ec iben
instrucción ni trabajan.
• Nombrar maestros, para estos niños, de pericia y buena
conducta.
• Recomendar a los Ayuntamientos que ayuden a resolver el
problema de estos niños.
• Pedir la participación de los párrocos en este problema.
• Procurar hacer de los holgazanes vecinos útiles.
Sobre el trato que la Real Sociedad de Tenerife da a los hijos de
sus socios, nada más elocuente que el Reglamento de Escuelas que se
aprueba el 28 de septiembre de 1782:
Tenerife 130
• Podrán ser admitidos como alumnos todos los hijos de socios
o de personas de mayor distinción aunque no sean socios.
• La edad de admisión entre los siete y dieciséis años; deben
saber leer y doctrina cristiana.
• Los padres se obligan a comprar a los niños los libros que la
sociedad les señale.
• El a lumno deberá ir vestido con géneros de la tierra.
• Usarán uniforme y una medalla o escudo de plata pendiente
de cinta blanca que se concederá a quienes superen un
examen sobre varias materias del programa escolar.
• El examen será pr imero ante el maestro, después en la
Sociedad y finalmente en público.
Este es un breve reflejo de las intenciones y realizaciones de este
interesante Organismo que fue la Real Sociedad Económica de Amigos
del País de Tenerife.
La Capitanía General
A fines del siglo XVI se producían cont inuos ataques de los
piratas a las Islas Canarias. Era muy difícil establecer en cada Isla los
sistemas de defensa adecuados.
Para remediar este mal. Felipe II unificó el m a n d o militar de
todas las islas bajo un Capitán General.
Esta primera experiencia sólo duró unos años. Sería en el reinado
de Felipe IV, en el año 1629, cuando se establece ese cargo de Capitán
general en Canarias, con carácter definitivo.
En ese t iempo el cargo tenía una triple función: la política, como
131 Instituciones
enviado del Rey; la judicial, como presidente de la Audiencia y la
propiamente militar, como jefe de las tropas en Canarias.
Tuvieron su residencia en Gran Canaria, sede de la Audiencia,
hasta el año 1723. Desde entonces la Capitanía General de Canarias
queda establecida en Santa Cruz de Tenerife, hasta nuestros días.
El úl t imo hecho histórico impor t an t e , en re lación con los
capitanes generales de Canarias, lo podr íamos titular: Franco en
Tenerife. Con el triunfo del Frente Popular, en las elecciones españolas
de 1936, se radicalizaron las posiciones izquierdas-derechas. Se preveía
un enfrentamiento armado, un levantamiento militar.
En el intento de evitarlo el Gobierno español cometió el error
de enviar al General Franco a Canarias como Capitán General, para
así «alejarlo» de cualquier tentación subversiva. Pero el «aislamiento»
en Tenerife le favoreció: estableció contacto con los compañeros que
conspiraban contra la República y participó desde Tenerife en la
planificación del golpe militar.
Posteriormente, iniciada ya la rebelión, se trasladó a Las Palmas
y de allí a África, para ponerse al mando del Ejército de España en
Marruecos, que tan destacado papel j ugó en la Guerra Civil.
Este sería el primer escalón de Franco al caudillaje y la Dictadura-
Jefatura del Estado que ejerció durante casi cuarenta años.
Tenerife 132
La Iglesia
El O b i s p a d o .
El Obispado de Tenerife se creó en el año de 1819. Hasta ese
año había un sólo Obispo para las islas, con sede en Gran Canaria.
Fachada del Ob i spado . La Laguna.
Por Real Cédula de 13 de Agosto de 1528 se distribuyeron los
beneficios (especie de agrupación de Iglesias-curas) de Tenerife de
la siguiente manera :
• La Laguna, ocho beneficios. Cuatro para otros tantos curas
beneficiados que servían a la parroquia de los Remedios de
San Cristóbal de La Laguna; los otros cuatro se subdividían
133 Insti tuciones
en ocho medios beneficios (dos para capellanes de la misma
Iglesia, dos para curas de la parroquia de la Concepc ión ,
uno para el lugar de la Santa Cruz, o t ro para el Sauzal, o t ro
para Taganana y otro para Güímar ) .
• La zona de La Orotava quedaba dividida en dos beneficios
en el pueblo-Orotava, uno en el Realejo de Arriba y o t ro en
el de Abajo, uno en Garachico, o t ro en Buenavista y o t ro en
Icod.
• En el Sur de la Isla existían dos parroquias: Adeje y Arona.
Tenerife 134
C o m o nota curiosa se indicaba en el d o c u m e n t o q u e estos
beneficios se debían conceder a los naturales de la Islas. Se atribuía
esa condición a quienes «hubiesen nacido en ellas de padres y abuelos,
después de haber estado avecindados diez años».
Las ó r d e n e s rel igiosas
Desempeñaron un papel impor tan te en la vida de Tenerife
desde la época de la conquista, en su educación, en sus cos tumbres ,
en su mentalidad.. . .
Veamos como se fueron estableciendo en la isla:
• Los Franciscanos
Constituyeron su pr imer c o n v e n t o en La Laguna a principios
del siglo XVI, recién terminada la conquista.
Cuatro franciscanos formaban la pr imera comun idad .
Posteriormente llegarían a más de cincuenta, algunos verdaderamente
maestros en Filosofía y Teología.
El segundo convento franciscano se fundó en La Orotava. La
fundación data de 1519 y para el his tor iador Viera y Clavijo este
convento, con más de sesenta religiosos, fue el más prestigioso de
Canarias.
El pueblo de Garachico dio acogida a otro convento franciscano
el año 1524. Su fundador fue otro conquistador: Cristóbal de Ponte.
El convento sufrió los efectos del volcán que asoló el pueblo en 1706.
Fue reedificado en otro lugar.
Los franciscanos fundaron también conventos en Icod de los
Vinos (1641), Buenavista (1647), un segundo en La Laguna (San
Diego del Monte en 1648), en Granadilla (1665), en Adeje (1679), y
en Santa Cruz (1680)
Convento de S. Francisco. La Laguna.
• Los dominicos
El pr imer convento de esta orden quedó establecido en La
Laguna. Era el año 1527. En el 1663 se crearon en el convento seis
cátedras sobre diversos estudios.
135 Instituciones
En Candelaria, en 1530, se fundó el segundo convento dominico
de la Isla, con la finalidad de que «la milagrosa imagen de la Candelaria
fuese más bien servida».
Un nuevo convento lo funda la orden en La Orotava, en torno a
1590. Bien dotado económicamente por la poderosa familia de los
Mesa, se convirtió en u n o de los principales de la Isla «por su bello
templo con capillas, su alegre claustro, su agradable situación, su
amena huerta, sus viñas, sus aguas...»
Otros conventos dominicos se fundaron en Garachico, Santa
Cruz, Güímar y el Puerto de la Orotava.
Antiguo convento de agustinos, hoy en res tauración. La Laguna.
• Agustinos
Establecieron también su primer convento en La Laguna.
Tenerife 136
Por Bula del papa Clemente XI, dada en 1701, se concedía los
grados de Bachiller, Licenciado, Doctorado y Magisterio a quienes
hubiesen realizado con aprovechamiento estudios en este convento.
La o rden fundó otros en Icod (a finales del siglo XVI), en el
Realejo (en 1609), en Chasna (en 1613), en Garachico (en 1621), en
La Orotava (en 1671) y en Tacoronte (en 1662).
• Jesuitas
Llegaron a Canarias en el año 1566. Uno de los hombres más
adinerados de La Orotava dejó su fortuna a la orden, que construyó
iglesia y convento en la Villa. A principios del siglo XVIII el colegio
impartía clases de primeras letras y gramática a unos setenta alumnos.
Fundaron un segundo convento en La Laguna, cuyas obras se
te rminaron en 1737.
• Ordenes religiosas femeninas.
Hubo conventos de monjas en:
• La Laguna, Garachico y La Orotava, monjas de Santa
Clara.
• La Laguna, La Orotava y Puerto de la Cruz tuvieron
conventos de las dominicas.
• En Los Realejos se instalaron las agustinas recoletas.
• En Icod y Los Silos las monjas bernardas.
La Universidad
Tras la incorporac ión de Tenerife a la corona de Castilla,
asentadas las ó rdenes religiosas en la Isla, ellas se encargaron de
a tender las necesidades formativas de las clases dirigentes insulares. Y
137 Instituciones
lo hicieron en los niveles primarios y secundarios, especialmente,
durante todo el per íodo del Antiguo Régimen (siglos XVI, XVII y
XVIII).
P e r o t a m b i é n l o g r a r o n i m p a r t i r e s t ud io s s u p e r i o r e s o
universitarios. Correspondió el privilegio a los agustinos de La Laguna.
Por Bula papal , en el a ñ o 1744 se es tableció en esa c iudad la
Universidad de San Agustín que impart ía los grados de Filosofía,
Teología, Cánones, Leyes y Medicina.
La rivalidad entre las órdenes religiosas influyó en la corta vida
de la primera Universidad que fue suprimida tres años después de
creada.
El rey Carlos III quiso someter el naciente sistema educativo al
control de la Corona. Entre las medidas para lograrlo destacaron: la
expulsión de los jesuitas de España y sus colonias, el apoyo a los
maestros de primaria y profesores de secundaria seglares y la creación
de centros superiores de educación no sujetos a la Iglesia.
Por Real Decreto de 11 de marzo de 1792, firmado por Carlos
IV, se dispuso la creación de la Universidad de La Laguna.
Pero como tantas otras instituciones culturales, lo fue nada
más en el «papel» . La r ival idad con Las Pa lmas y los graves
acontecimientos político-militares del momento (Revolución francesa,
guerra de la Independencia , Cortes de Cádiz, etc.) impidieron su
funcionamiento normal.
Sería Fernando VII, por Real Decreto de 1816, quien diera
vida a la Universidad de San Fernando, con sede en La Laguna, capital
de la Isla de Tenerife.
El edificio destinado a albergar el nuevo centro era el que había
per tenecido a la Compañía de Jesús.
Tenerife 138
La inauguración tuvo lugar el 12 de ene ro de 1817, quedando
constituido el claustro universitario.
Su duración fue breve, pues por otro Real Decreto de 1829 se
suprimió la Universidad.
A la muer t e de Fe rnando VII, la reina regente a tendió las
solicitudes de muchos canarios y la restableció en enero de 1834. A
partir de ese m o m e n t o , y duran te unos diez años se normalizó la vida
académica , conced i éndose 101 títulos de l icenciatura en Leyes,
Teología y Cánones, y 43 doctorados.
En el año de 1845 se reduce el n ú m e r o de universidades en
España y se sustituye la de San Fernando por el Instituto de Canarias.
Los aires revolucionarios de 1868 aportaron la compensación
por aquella pérdida en la figura de una Escuela libre de Comercio.
Universidad de La Laguna.
139 Instituciones
Sería en 1913 cuando se creó la Sección Universitaria de La
Laguna, dependiente de la Universidad de Sevilla, con los estudios
de Filosofía y Letras y Derecho.
Finalmente, por Real Decreto de 21 de septiembre de 1927, se
vuelve a crear la Universidad de La Laguna como Distrito Universitario
nº 12, con las Facultades de Derecho y Ciencias Químicas, y primer
curso de Filosofía y Letras; un Colegio Politécnico de Peritaje
Agrónomo completaba la gama de estudios.
Desde entonces y hasta nuestros días la Universidad de La
Laguna ha ido asentándose en la sociedad canaria, ampliando las
Facultades e incrementando el número de alumnos.
Nuevo Campus de la Universidad de la Laguna.
Tenerife 140
En el a ñ o 1989 se crea la Universidad de Las Palmas, y la de La
Laguna p ie rde e l carácter regional os ten tado hasta en tonces . Unos
datos estadísticos p u e d e n servir para apreciar la real idad de nuestra
Universidad:
Curso 1990-91
Alumnos 19.068
Tercer ciclo-Doctorado 833
Profesorado 1.439
Administración-servicios 828
Facultades
Bellas Artes
Biología
CC. Económicas y Empresariales
CC. de la Información
Derecho
Farmacia
Filología
Filosofía y CC. de la Educación
Física
Geografía e Historia
Matemáticas
Medicina
Psicología
Química
Escuelas Técnicas Superiores
Informática
Náutica y Estudios del Mar
Escuelas Universitarias
Arquitectura Técnica
Enfermería y Fisioterapia
Estudios Empresariales
Formación del Profesorado
Ingenier ía Técnica y Agrícola
Centros adscritos
Enfermería
Trabajo Social
141 Instituciones
La lucha canaria
La l u c h a c a n a r i a e s un t e s t i m o n i o vivo de aque l d e p o r t e
p rac t i cado p o r los an t iguos canar ios , con los obl igados cambios
p roduc idos po r el t ranscurr i r de los t iempos.
Su origen p rocede de las luchas y juegos efectuados por el pueblo
guanche en sus fiestas. Tras la conquista pervivió el noble depo r t e y
las luchas se siguieron realizando en los pueblos, en sus fiestas religiosas
o laborales. Se t ienen noticias de una gran luchada entre los deportistas
del Nor te y del Sur de la Isla en 1834.
En el siglo XX, que se p u e d e considerar «de oro» para la lucha
p o r el n ú m e r o de luchadores y su calidad, surgen figuras destacadas:
Angeli to, de profesión zapatero que , pese a sus sesenta kilos de peso,
daba en t ierra con rivales de m u c h o mayor peso y talla, gracias a su
agilidad e inteligencia; Carampín , de or igen lagunero que llevó a
Venezuela el interés po r la lucha; y, sobre todos, Camurr ia que marca
toda u n a época en to rno a los años cuarenta; era natural de Santa
Cruz y d e f e n d i ó el e q u i p o de su c i u d a d nata l d u r a n t e su larga
trayectoria profesional p r o p o r c i o n á n d o l e días de gloria y triunfos
numerosos ; en la década siguiente los «Chavales» mantuv ie ron el
prest igio de la lucha; en los años sesenta no destaca un luchador,
destaca un equ ipo , el de Santa Cruz. Sólo un rival le p u e d e hacer
frente; un rival q u e cuen ta en sus f i las con un luchador de excepción:
Barbuzano que , a u n q u e h e r r e ñ o , milita en el equ ipo de La Victoria.
En los años setenta y ochen t a es c u a n d o cambia radica lmente la
lucha. El espectáculo queda en manos de grandes luchadores como
Parri I, Venezolano II, J u a n de la Rosa, etc.
La profesionalización y los intereses competi t ivo-económicos
143 Manifestaciones de la cultura popular
hacen que las luchadas pierdan espectacularidad y hasta los puntales,
y sobre todo ellos, están más atentos al triunfo que a la vistosidad de
una buena luchada. Melquiades Rodríguez y Parri II saben compaginar
ambas cosas y sus agarradas pueden ser espectaculares.
Existe, hoy día, motivo para la esperanza. Tanto por la actuación
de nuevos y buenos luchadores, como por la protección que se le está
dando; su difusión (sobre todo televisiva), la gran cantidad de equipos
cadetes y juveniles existentes, la construcción de terrenos, la formación
de monitores escolares, etc.
Tenerife 144
(Col. postales:
F. Fe r re ro )
La artesanía
La ar tesanía es u n a mues t ra del nivel de p rogreso de las
sociedades en tiempos pasados. Cuando esas sociedades llegan a la
etapa de «cultura oficial» y del desarrollo económico, la artesanía
queda como testimonio histórico y como manifestación popular del
rechazo a aceptar modelos artísticos y económicos impuestos.
Son variadísimas las manifestaciones de la artesanía tinerfeña.
Nosotros vamos a tratar de algunas de ellas: cerámica-alfarería, cestería,
bordados y calados y artesanía de la madera.
Cerámica-a l farer ía .
Durante siglos este tipo de arte popular atendió las necesidades
del ajuar doméstico: tallas, cuencos, ollas, cazuelas...
Casi siempre, tanto en los materiales a emplear como en la forma
de las vasijas, se recurrió a «modelos» guanches.
Desde el pun to de vista técnico, es de destacar la colocación de
asas, pitorros o mamelones que, en Tenerife, se lleva a cabo después
que la pieza está ya endurec ida . El e m p l e o de un almagre casi
«natural», extracto de materiales volcánicos, y el secado al natural
(sin utilización del horno) son otros rasgos distintivos de la alfarería
tinerfeña, j u n t o con la no utilización del torno.
En la actualidad nuestra alfarería corre el riesgo de toda la cultura
popular: quedar sometida a los intereses económico-comerciales. Para
evitarlo, se promueven iniciativas como la creación de talleres alfareros,
entre los que destacan los de Arguallo y La Victoria, y la organización
de numerosas ferias incluidas en los programas de fiestas de buen
número de pueblos (La Guancha, Pinoleris-La Orotava, etc.)
145 Manifestaciones de la cultura popular
Cerámica del Farrobo. Artesanía en made ra . Puer ta Museo Etnográfico de Tenerife.
Cester ía
Se mantiene una tradición cestera bien arraigada en la Isla. Los
sombreros, esteras y escobas a base de palma; los cestos de mimbre o
caña; las cuerdas de anea; etc.
Por todos los lugares de Tenerife se repar ten los artesanos-
cesteros, especialmente en el Norte, donde las cestas para la vendimia
crean una permanente demanda.
B o r d a d o s y calados
Pueden considerarse la principal industria artesanal de Tenerife.
Las virtudes precisas para esta tarea parecen innatas a la mujer
tinerfeña: paciencia, habilidad manual, sensibilidad artística... Ofrecen
una gran variedad de productos en forma, colores, tamaño, dibujo...
Tenerife 146
Esta labor se convierte en una tarea complementa r ia de las
pesadas faenas domésticas y privan a la mujer de su merecido descanso.
Para mejorar la situación laboral y económica de las bordadoras-
caladoras surg ie ron los talleres que no s iempre cumpl i e ron sus
objetivos al quedar demasiado dependientes de los intermediarios.
El calado y bo rdado es tarea que se realiza en todos los lugares
de la Isla; pero son los pueblos del Norte, en el valle de La Orotava,
los que apor tan mayor producción.
La principal demanda procede del turismo, pero casi todas las
familias t inerfeñas exhiben con orgullo sus variados ajuares calados o
bordados .
Mujeres ca lando (Col. postales: F. Fe r re ro )
147 Manifestaciones de la cultura popular
Artesanía de m a d e r a
Varios factores hacen de esta artesanía una de las más arraigadas
en la vida de Tenerife: la variedad de maderas , las necesidades
domésticas, las exigencias agrícolas, la inquietud artística, etc.
La artesanía de la madera abarca mobiliario, balcones, puertas,
aperos de labranza, carpintería de ribera, instrumentos musicales,
tapicería...
En lo que respecta al mobiliario doméstico se puede afirmar
que los artesanos tinerfeños podrían rivalizar con los más prestigiosos.
Sus variados modelos, su utilización de las maderas más idóneas, su
sentido de la decoración, su maestría en la talla... hacen que los
muebles tinerfeños compitan con los más refinados del mercado
nacional o in ternacional . La Orotava sigue o c u p a n d o el lugar
destacado por el número de talleres de muebles y la calidad de la
obra; pero los artistas de esta rama se reparten por toda la Isla.
Junto al mobiliario propiamente dicho, la talla de puertas y la
construcción de balcones (de tan honda tradición artística en las Islas)
ofrecen al visitante la realidad artística y apuntan hacia las posibilidades
económicas de nuestros artesanos.
Fiestas populares
Todas las fiestas son manifestación espontánea del sentir popular.
Todas tienen un componen te de tradición, cultura, distracción,
manifestación social, religiosidad, etc; pero cada una de las fiestas,
pese a tener esos rasgos comunes, aporta su definida personalidad.
Entre las fiestas de Tenerife destacamos:
Tenerife 148
• Las Romerías, en honor de los santos patrones. Son las fiestas
más coloristas y de mayor popularidad. Las más renombradas son las
de San Isidro, en La Orotava (diez días después del Corpus), la de
San Benito, en La Laguna, la de Los Realejos, la de Tegueste, etc.
Las Alfombras en la "Octava del Corpus"
de la Orotava. (Col. postales:
F. Ferrero)
• «Los corazones de Tejina». Se celebra a finales de agosto, bajo
la advocación de San Bartolomé, patrono del pueblo. Tres corazones,
hechos con maderas, cañas, ramas, frutas... recorren las calles del
pueblo y se unen en la plaza de la Iglesia. Los fuegos de artificio y
149 Manifestaciones de la cultura popular
otros muchos actos, tanto religiosos como profanos, completan la
fiesta.
• La Virgen del Socorro de Güímar. Atrae a miles de vecinos de
la comarca de Arafo. La fiesta es organizada por una familia local,
cuyo primogénito hace de mayordomo-encargado de todos los actos
festivos. La Virgen del Socorro se traslada desde el templo parroquial
hasta la playa de Chimisay, el siete de septiembre. Desde las seis de la
mañana se van concentrando los romeros en la Plaza de la Iglesia,
para acompañar a la imagen hasta la ermita de la playa, en donde
permanece hasta el día siguiente. Aparte de los numerosos actos
festivos, tiene especial significación histórica la dramatización sobre
la aparición de la Virgen de la Candelaria a los pastores guanches.
• Los «cacharros» de San Andrés es otra fiesta tradicional del
Norte de Tenerife: Icod de los Vinos, La Guancha, el Puerto de la
Cruz y La Orotava. Es una fiesta totalmente espontánea y cuyo principal
y pacífico en t r e t en imien to es arrastrar todo t ipo de cachar ros
metálicos, el día 29 de noviembre al anochecer.
Ligada a esta fiesta de San Andrés se celebra en Icod y La
Guancha, la diversión de «las tablas». Consiste ésta en lanzarse,
colocados sobre tablas engrasadas, por las muy pendientes calles
adoquinadas de esos pueblos. Divertimiento arriesgado, pero de gran
encanto y atractivo para la gente joven. Al final del rápido trayecto un
montón de cubiertas de vehículos frenan y acogen a los intrépidos
«viajeros».
• Los carnavales de Tenerife se han convertido en la fiesta más
popular y de mayor proyección hacia el exterior. En ellos se conjuga
la diversión, la tradición histórica, la crítica social, el sentimiento
Tenerife 150
pagano de la vida, el arte, la lujuria... y, sobre todo, el respeto mutuo,
la tolerancia, la libertad.
Se celebran antes de cuaresma. El primer acto público oficial es
la elección de la reina del carnaval. Las candidatas muestran su belleza
un tanto encub ie r ta con los impres ionantes trajes, modelos de
creatividad, ingenio y técnica.
Las murgas, con sus interpretaciones musicales críticas, sus
atuendos vistosos y su colorista maquillaje dan la nota de humor a la
fiesta.
Los diversos concur sos de murgas , comparsas , disfraces,
rondallas, coches antiguos, las cabalgatas, los desfiles de carrozas, los
bailes populares, etc. l lenan de humanidad, de alegría, de fiesta, las
calles de la capital de la Isla y los pueblos durante varios días.
Carnavales de 1914. (Col. postales: F. Ferrero)
151 Manifestaciones ele la cultura popular
La devoción a la Virgen de la Candelaria
Está fundada en una devota leyenda que cuenta la aparición de
la Virgen a unos pastores guanches, en el lugar que hoy llamamos
Candelaria.
El historiador Viera y Clavijo nos narra así el hecho:
«Al p u n t o e n t e n d i e r o n q u e a l g ú n o b j e t o e x t r a o r d i n a r i o
causaba aquella novedad: y no se e n g a ñ a r o n , pues sobre un p e q u e ñ o
risco que se levantaba casi a la misma lengua del agua divisaron la
f igura de una mujer que tenía en los brazos un niño;( . . . ) u n o de los
pastores t omó una p iedra e in ten tó arrojársela con toda la violencia
pos ib le ; p e r o ( . . . ) d i s l o c á n d o s e e l b r a z o p o r la a r t i c u l a c i ó n de l
h o m b r o , no pudo ejecutar el tiro(.. .)»
Tor re de la basílica de la Candelar ia y escul tura de mencey g u a n c h e .
Tenerife 152
Enterado el rey-mencey de Güímar, Acaymo, de lo sucedido fue
al lugar y se llevó la imagen a su palacio.
Pos te r iormente todos los reyes guanches r indieron homenaje a
la figura aparecida. Desde entonces , y hasta nuestros días, la Virgen
de la Candelar ia se ha convert ido en el polo de atracción-devoción
de todos los canarios creyentes, pe ro esencia lmente de los t inerfeños.
Su fiesta se celebra el 15 de agosto de cada año.
Basílica de la Cande la r i a
153 Manifestaciones de la cultura popular
El folklore
Los cronistas del siglo XVI hacen referencia a la pobreza de la
música guanche. Ello nos obliga a tratar del folklore t inerfeño a partir
de la época de la conquista.
Las canciones populares se agrupan en to rno a si tuaciones
importantes de la vida: la danza , el trabajo y la religiosidad. En relación
con la danza tenemos las folías, malagueñas, isas...; en torno al trabajo
canciones espontáneas y de transmisión oral; la religiosidad provoca
manifestaciones musicales como el villancico, las endechas. . .
Entre las danzas más populares de Tenerife tenemos el tajaraste
que se baila en ruedas y con saltos adelante y hacia atrás, ap iñándose
en el pun to central.
Danzas canar ias . (Col. postales: F. Fer re ro)
Tenerife 154
Derivación de ésta, es el «baile de la Florida», en La Orotava.
Las folias, isas, seguidillas, malagueñas... que se incorporaron al
folklore canario-tinerfeño a partir del siglo XVIII, constituyen lo más
destacado de las actuaciones musicales populares.
Las particularidades insulares son muy precisas en cuanto a las
mani fes tac iones folklóricas. Por el lo, la d i ferenciac ión insular
tendremos que tratarla a partir de los grupos que las interpretan.
En este sentido, en casi todos los pueblos de la Isla de Tenerife
existen grupos de bailes y cantos típicos. Destacan, por su proyección,
Los Sabandeños, y, por su esfuerzo en buscar las raíces históricas, Los
Alzados de Icod el Alto.
El p u n t o 2 del Manifiesto del «Primer Encuent ro de Música
popular Canaria», celebrado en Telde (Gran Canaria) en 1976 es muy
ilustrativo respecto al papel que debe desempeñar esta parcela cultural:
«Que s iendo el folklore el resul tado de la sensibil idad artística
de gentes del p u e b l o y refleja su forma de ser, de pensar y de sentir,
t iene as ignado en estos m o m e n t o s el papel de llegar, con su mensaje
c o m p r o m e t i d o , a aquel los sectores d o n d e no llegan los medios de
c o m u n i c a c i ó n social , b ien p o r sus l imi tac iones o p o r t e n e r u n a
carác ter de especialización».
Una referencia a la «música culta» se hace obligada en este
apartado. En Tenerife, con la aportación del Excmo. Cabildo y el
funcionamiento de la Orquesta Sinfónica, se está p roduc iendo el
«milagro» de hacer de la llamada «música culta», música popular. En
un doble sentido: de llegar los conciertos a capas cada vez más amplias
de la sociedad y de estimular a los jóvenes músicos hacia niveles de
interpretación cada vez más elevados.
155 Manifestaciones de la cultura popular
Cocina popular
La insularidad reduce las posibilidades de d i sponer de unas
materias primas variadas y de calidad. Ello afecta a la cocina popular
de forma negativa; pero, por otra parte , estimula la imaginación.
Como resultado de la escasez de materias primas y la agudeza
imaginat iva cu l inar ia , surge una cocina p o p u l a r var iada en su
elaboración, de apetitosos sabores y vistosa presentación.
Entre los platos típicos destacaríamos:
• Los potajes, tan variados como variadas son las legumbres y
verduras que los componen . Destaca el de berros.
• El p u c h e r o , a base de g a r b a n z o s , v e r d u r a (ca labaza ,
habichuela, col...), carne, tocino, chorizo, papas.. .
• Los mojos. Prestan a la cocina canar ia su e s t i m u l a n t e
aportación: mojo colorado, suave o picón, de ci lantro, etc.
• Las papas son parte destacada de la cocina t inerfeña. Solas
o a c o m p a ñ a n d o a los demás alimentos: papas arrugadas,
rellenas, escabechadas, alegres, viudas...
• Los pescados no prestan a la cocina canaria la apor tación
que se debía co r re sponder con la a b u n d a n c i a de aguas
circundantes: los chicharros, viejas, samas, chernes. . . son
los más aprovechados.
• Las carnes se preparan de muy diversas formas. La más típica
es el popular conejo en salmorejo (carne de conejo, mojo
picón, papas arrugadas y un buen vino del país) .
Tenerife 156
• El gofio (harina de cereales tostada o cruda) fue en otro
t i empo el a l imen to básico de los t inerfeños. Hoy queda
c o m o c o m p l e m e n t o para echar a la leche, potaje, rancho. . .
o para amasar con agua, miel, etc.
Cocina t rad ic ional . Museo Etnográfico de Tener i fe
157 Manifestaciones de la cultura popular
Los lugares en que se p u e d e n degustar estos platos se distribuyen
por toda la geografía insular.
José de Anchieta
Se conoce popu l a rmen te como «Padre Anchieta» al beato don
José de Anchieta, evangelizador del Brasil.
Nació en La Laguna (Tenerife), el 19 de marzo de 1534. Su
padre, J u a n de Anchieta, era militar, p rocedente de la provincia vasca
de Guipúzcoa y famil iar de Ignac io de Loyola, f undador de la
Compañía de Jesús. Su madre , Mencia Díaz, era natural de la isla de
Gran Canaria y par ien te de conquistadores de las islas.
Estos datos nos muestran que la vida familiar de los Anchieta se
desarrollaba en un ambien te de cierta holgura económica, bastante
prestigio social y buen ambiente cultural.
El joven José realizó sus estudios primarios en la ciudad de La
Laguna y p ron to , a los 14 años, pasó a Coimbra (Portugal) en donde
completó la enseñanza secundaria. A los 17 años, bajo el padrinazgo
de su pariente Ignacio, en t ró en la Compañía de Jesús, recientemente
fundada.
Dos años después es enviado a Brasil. En este destino influyeron
causas físicas (enfermedad ósea) y espirituales (afán evangelizador).
Asentado en la capital brasileña de Bahía, San Salvador, aprendió
la lengua nativa (tupi-guaraní) para poder acercarse a los indígenas y
predicarles la religión católica.
Poster iormente se traslada al Sur del Brasil, donde desarrolla su
gran tarea evangelizadora.
En Piratininga fundó la pr imera Casa jesuita en Brasil, el 25 de
enero de 1554.
Contribuyó a la fundación de otros poblados que posteriormente
serían grandes ciudades brasileñas, como Río de Jane i ro .
159 Personajes célebres
Murió el 9 de junio de 1597 y fue sepultado en la ciudad de
Bahía.
Había dejado constancia de su quehacer intelectual en obras
como: «Gramática y Diccionario Tupi-guaraní», «El diálogo de la Fe»
(literatura al servicio de la religión), «De ayudar a bien morir», y la
«Historia de la Compañía y de los Padres más ilustres que vivieron en
Brasil».
Su labor pastoral estuvo centrada en la atención a los indios y
asistencia a los enfermos.
Fue beatificado el 22 de junio de 1980.
Tenerife 160
José de Viera y Clavijo
Viera nació, vivió y mur ió bajo el cetro de los Borbones, en un
siglo y una tierra d o n d e llegó a señorear el despot ismo ilustrado. Vio
la luz pr imera un día de d ic iembre del Año de Gracia de 1731, en un
trozo de tierra canaria (Realejo de Arriba) con Felipe V, monarca
absolut is ta; t r a n s c u r r i ó su j u v e n t u d bajo e l m a n t o pacifista de
F e r n a n d o VI; Car los III a r r o p a r í a con su espír i tu i lus t rado una
madurez fecunda; su vejez fue testigo de la caída y muer t e de un rey
abúlico: Carlos IV. Floridablanca. Aranda. Campomanes , Jovellanos
favorecerían su incuestionable elección a favor del progreso y las luces
y en cont ra de la decadencia y el oscurantismo.
Su aparición se p roduce en una época de verdadera explosión
demográfica: c inco millones de almas más disputándose un lugar en
una tierra q u e parecía desper ta r de un ocaso de imperio . Procedente
del estado llano, de su sector más culto -su padre era m i e m b r o de esa
burguesía ascenden te q u e no tardaría mucho en ser dominan te , y de
profesión escribano- fue pro teg ido por el clero y la nobleza: los dos
máximos es tamentos en la España del siglo XVIII. Ayo del Marqués
del Viso y gran amigo de su padre, el Marqués de Santa Cruz, recorrería
una Europa fascinante, en plena ebullición intelectual que le dejaría
una e sp lénd ida huel la en su nob le rostro: esa sonrisa q u e tan to
agradaría a un Voltaire y que con toda seguridad se vería en más de
una ocasión obl igado a borrarla por en te ro de su faz. Reclutado por
la Iglesia, és ta l l egar ía a p r e m i a r l o con un a r c e d i a n a t o : el de
Fuerteventura.
Gran lector, q u e m ó sus ojos, ya desde la infancia, en todo tipo
de lectura: «(...) y n o había clase d e libros, fuesen devotos o profanos , d e historia
161 Personajes célebres
o novelas, de ins t rucción o diversión, en prosa o en verso, en octava o en folio(. . .)»
que se resistiera a su insaciable curiosidad.
La escolástica y el a r i s to te l i smo no c o n s i g u i e r o n d a ñ a r su
privilegiado cerebro , y es el Padre Feijoo quien bar rer ía con esos
«miserables estudios» que tan sabiamente impart ían los dominicos
en el Convento de Santo Domingo de La Orotava.
Bajo el mecenazgo del Señor Marqués de Santa Cruz, G r a n d e
de España, de cuyo hijo era tutor, Viera ent rar ía en contac to directo
con el m u n d o de la Ilustración y muchos de sus héroes , visitando
Francia, Flandes, Alemania, Italia, Austria...
Su vuel ta a Canar i a s se p r o d u c e c u a n d o n u e s t r o i n s igne
Arcediano cuenta c incuenta y tres años de edad. Esta nueva e tapa de
su vida seria la de su colaboración con la Real Sociedad Económica
de Amigos del País, quien le nombrar ía su Director el año 1790, y la
Tenerife 162
gestación del «Diccionario de Historia Natural de las Canarias, o índice
alfabético de los tres r e inos , an imal , vegetal y m i n e r a l con las
correspondencias latinas».
Curiosísimas son las memorias destinadas a la Real Sociedad de
Amigos de Canarias:
• «Examen analítico de la fuente agria de Telde, sita en el
ba r ranco del Valle de Casares. El de la fuente l lamada de
Morales, a súplica del corregidor D. Vicente Cano .
• Sobre el ricino o palmacristi, o higuera infernal, l lamada
vulgarmente tártago en estas islas, sus utilidades económicas,
sus virtudes medicinales.
• Sobre el azaigo, tasayo, o raspilla que es la rubia silvestre,
para el tinte rojo de lana, su cultivo.
• Sobre algunas observaciones relativas a la cría de gusanos
de seda.
• Sobre el m o d o de quemar el cófe-cófe yerba barrilla, para
hacer la sosa o sal alcalina.
• Sobre el m o d o de renovar pasta de yerba orchilla, y su uso
en los tintes.
• Sobre el m o d o de renovar los sombreros viejos.
• Sobre el m o d o de desengrasar la lana.
• Sobre varios secretos para el uso del arte de plateros y
orífices, y dar distintos colores al oro .
• Sobre el origen, naturaleza, cultivo y usos económicos de
las papas.
• Sobre el m o d o de hacer pan de papas.
• Sobre el m o d o de regenerar la buena semilla de las papas.
• Sobre el mejor uso que pudiera hacerse de la pita o agave
163 Personajes célebres
americana.
• Sobre algunas util idades de la hort iga picante.
• Sobre el m o d o de h a c e r queso de l eche de vacas a la
holandesa.
• Sobre el m o d o de pu l imenta r el mármol» .
Sus fines, como vemos, son de carácter utilitario, práct ico. He
aquí una faceta que nos muestra a un Viera p reocupado por los asuntos
comunes , triviales en apar iencia , l igado a las «cosas de la t ierra»,
e m p e ñ a d o en la instrucción y el didact ismo.
Tomás de Iriarte
El canar io y otros animales
Hay muchas obras excelentes que
se miran con la mayor indiferencia.
De su jaula un día
Se escapó un canar io
Que fama tenía
po r su canto vario.
¡Con qué regocijo
Me anda ré viajando
Y haré alarde -dijo-
de mi canto b lando!
Vuela con soltura
Por bosques y prados
Y el caudal apura
De dulces tr inados.
Mas, ¡ay!, a u n q u e invente
El más suave paso
Tenerife 164
No encuen t r a viviente
que de él haga caso.
Una mariposa
le dice bur lando :
-Yo de rosa en rosa
D a n d o vueltas ando .
Serás c ie r tamente
Un músico tracio;
Pero busca oyente
Q u e esté más despacio.
-Voy, dijo la hormiga ,
A buscar mi g rano;
Mas usted prosiga,
Cantor soberano. . .
La raposa añade :
-Celebro que el can to
A todos agrade :
Pero yo en t re tanto
(Esto es lo p r imero)
Me voy ace rcando
Hacia un gall inero
Q u e me está e spe rando .
-Yo, dijo un palomo,
A n d o e n a m o r a d o ,
Y así el vuelo t omo
Hasta aquel tejado;
A mi palomita
Es ya necesario
Hacer mi visita;
Pe rdone el canario.
165 Personajes célebres
Gorjeando estuvo
El músico grato,
Mas apenas hubo
Quien le oyese un rato.
¡A cuántos autores
Sucede otro tanto!
Esta fábula de D. Tomás de Iriarte es una de las setenta y seis
que escribió y que fueron publicadas en 1782, bajo el título «Fábulas
literarias». Casi todas se refieren a los problemas que en su t iempo
padecía la profesión de escritor:
«El gusano de seda y la araña». Se ha de considerar la calidad de
la obra y no el t iempo que se ha tardado en hacerla.
«El oso, la mona y el cerdo». Nunca una obra se acredita tanto
de mala como cuando la aplauden los necios.
«El mono y el titiritero». Sin claridad no hay obra buena.
«Los dos conejos». No debemos detenernos en cuestiones frívolas
olvidando el asunto principal.
«El pato y la serpiente». Más vale saber una cosa bien que muchas
mal.
Iriarte llevó a cabo una importante tarea creativa:
• Escribió comedias.
• Tradujo del francés tragedias, comedias y sainetes.
• Publicó El Mercur io (especie de pe r iód i co his tór ico-
político).
• Cuidó de las ediciones de la Gramática de su tío Juan de
Iriarte.
• Tradujo del latín el «Arte poética» de Horacio.
• Compuso poemas diversos: La Música, Egoísmo...
Tenerife 166
• Nos dejó una obra pedagógica en «Lecciones Instructivas».
• Redactó un p lan para la creación de una Academia de
Ciencias y Bellas Artes.
Además de esta gran labor literaria fue oficial t raductor de la
primera Secretaría de Estado en la Corte de Carlos III, gran aficionado
a la música (tocaba tres instrumentos) y conocedor de varios idiomas
(latín, inglés, francés, italiano...).
Tomás de Iriarte nació en el Puerto de la Cruz el 18 de septiembre
de 1750. Cuando contaba diez años de edad pasó a estudiar al convento
de los dominicos de La Orotava, en d o n d e enseñaba su h e r m a n o fray
Juan de Iriarte. A los trece años inició los estudios de Filosofía en el
mismo centro, y a finales de 1764 fue l lamado a Madrid por su tío
Juan , Bibliotecario de Su Majestad Carlos III y oficial t raductor de la
167 Personajes celebres
Secretaría de Estado y Despacho.
Este cargo fue ocupado por Tomás a la muer te de su tío-protector
en 1771. C i n c o años después fue n o m b r a d o Archivero General del
Supremo Consejo de Guerra .
Su afición por la lectura le llevó a ser procesado por el Santo
Oficio de Madrid, acusado de leer y re tener libros proh ib idos .
Murió en Madrid, en sept iembre de 1791, a los cuaren ta y un
años, en p lena madurez intelectual.
Agustín de Bethencourt y Molina
¿Qué hacía en Rusia, a principios del siglo XIX, un t inerfeño
casi desconocido en su tierra?.
Pocas veces un personaje ha pres tado tan gran servicio a la
Ciencia y al aprovechamiento de la misma, en otros países, sin que su
gran y meritoria obra sea reconocida por sus paisanos. Ni en su tiempo,
ni en el nues t ro .
Sus méritos fueron extraordinar ios en el c a m p o de los inventos
técnico-científ icos, en el de la fabr icación de m á q u i n a s y en la
construcción de grandes obras (puertos , caminos, fábricas...). Por
méritos propios , los últimos dieciséis años de su vida, en t r e 1808 y
1824 estuvo al servicio del p ropio Zar de Rusia. Y lo hizo o c u p a n d o
puestos de la más alta responsabil idad científica y política.
Procedente de la car rera militar, fue ascendido p o r el Zar al
rango de Teniente General , y en el a ñ o de 1810 fundó en Rusia una
Escuela de I n g e n i e r í a de P u e n t e s y Calzadas . E n t r e sus varias
actividades, en el pe r íodo de su estancia en Rusia, destaca:
Tenerife 168
• La reorganización y provisión de maquinaria de la fábrica
de armas de Tula.
• El drenaje del puer to de Konstandt, para la que inventó
una draga de enormes proporciones .
• La construcción del Gran Mercado de Novgorod.
• Fue n o m b r a d o i n s p e c t o r de i n g e n i e r o s de Vías de
C o m u n i c a c i ó n y P r e s i d e n t e de la J u n t a espec ia l de
Construcciones.
• En 1819 el Zar le n o m b r ó Director General de Puertos y
Calzadas.
Esta fue la culminación de una brillante carrera que había tenido
sus etapas anter iores en París, Londres y Madrid.
El joven Agustín salió de su Tenerife natal, a los 21 años, para
perfeccionar sus estudios en Madrid. Allí progresó ráp idamente en
todas las áreas científicas, pe ro especialmente en Matemáticas.
Se habían un ido en él las cualidades intelectuales del estudiante
con la calidad de los profesores que le formaron en La Orotava.
Sus estudios en los Reales Estudios de San Isidro, se completaron
con la Física, especialidad a la que tendía el joven del Puer to de la
Cruz, y con el Dibujo, que perfeccionaba en la Real Academia de San
Fernando.
Cierra esta etapa de su vida con la construcción de un globo
aerostático que se elevó sin problemas sobre el cielo de Madrid.
Una interesante e tapa de su vida se abre cuando en 1786 se le
concedió una pensión para que fuera a París a mejorar su formación
científica, a estudiar nuevas máquinas , a hacer de «espía industrial»
(pasó a Inglaterra y con solo ver un telar lo copió y luego lo fabricó en
Madrid y París).
169 Personajes célebres
El Rey Carlos IV publicó en 1797 el Decre to de la fundación de
la Escuela de Puertos y Caminos de Madrid. D. Agustín, q u e había
sido el promotor , ocupó el cargo de Director del Cent ro .
Pos te r iormente fue I n t e n d e n t e del ejército y Director Genera l
de Correos.
No se vio compensado e c o n ó m i c a m e n t e en España y, dadas las
condiciones del país y su enfrentamiento con la Francia revolucionaria,
consideró conveniente trasladarse a París en busca de mayor fortuna.
El estado de agitación política del país vecino no era el lugar más
ap rop iado para el desarrollo de la Ciencia que era lo que in ten taba el
t inerfeño. No satisfecho se trasladó a Rusia, d o n d e ya conocemos sus
éxitos.
Tenerife 170
Teobaldo Power
El siglo XIX es una de las épocas más interesantes de la historia
europea. En este t iempo se producen las revoluciones liberales que
instauran este sistema político frente al absolutismo monárquico, en
muchos países. Mientras, en el ambiente, domina una filosofía cultural:
el Romanticismo.
Este es el t iempo de Teobaldo Power.
Nació el seis de enero de 1848 en Santa Cruz. De ascendencia
irlandesa, sus antepasados estaban asentados en las islas desde el siglo
XVII.
Su biografía aporta, en todo tiempo y lugar, su afición a la música,
en los primeros años bajo la tutela de su padre, gran aficionado. Sólo
contaba diez años de edad cuando publica su primera composición,
una «polonesa-mazurca».
Trasladado su padre a Barcelona y asentada la familia en esta
ciudad, tiene la opor tunidad de desarrollar su vocación en esferas
más amplias que las insulares. A los catorce años disfruta de una beca
de la Diputación de Barcelona, y se traslada a París. Allí perfecciona
sus conoc imien tos musicales y ob t iene diversos p remios por su
aplicación y cualidades.
En 1864 viaja a Santa Cruz, en donde ofrece un concierto de
piano en el que interpreta, ent re otros, a Beethoven. También forma
parte del programa una ober tura del propio Power, que interpreta la
banda de Santa Cruz.
Da por concluidos sus estudios oficiales en 1866 y comienza su
vida de concertista en los más diversos países, con un virtuosismo
propio de los grandes intérpretes.
171 Personajes célebres
La guerra entre Francia y Alemania de 1870 obligó al artista a
dejar París y volver a la capital de España. Aquí, por espacio de ocho
años, desarrolló su talento en lo humano, como pianista y compositor.
A los treinta años, y con su salud quebrantada, regresa a Tenerife.
Contrae matrimonio y tras algunos viajes espaciados, dirige el estreno
de una de sus obras más conocidas: Cantos Canarios, el 5 de agosto
de 1880.
Los escasos recursos e c o n ó m i c o s o b t e n i d o s con sus
composiciones, le obligan a opositar a la plaza de organista en la Real
Capilla de Madrid y a otra de profesor de piano en la Escuela Nacional
de Música y Declamación.
En Madrid adquiere Power el reconocimiento de su meritoria
obra, tanto de compositor como de intérprete.
Pero su salud estaba muy delicada y no pudo disfrutar de la paz
Tenerife 172
de su madurez profesional. Murió en la capital el 16 de mayo de 1884.
Sus restos mortales fueron trasladados a Tenerife en 1923.
Supo dar al nacionalismo de su época una orientación profunda
en la que se compaginan la sensibilidad musical con las inquie tudes
de un pueblo .
Sus «Cantos Canarios» encierran un profundo mensaje: el arte
musical al servicio de la sociedad.
Dice Elías Zerolo (ilustre pensador canar io) , sobre los Cantos:
«El t ie rn ís imo a r r o r ó de nues t ras madres , e l cadenc ioso can to
de las eras , e l bull icioso tajaraste; en una palabra, todo lo q u e c o m o
c a n t o o música p u e d a admi ra r se e n t r e nosot ros ; y todo esto, f u n d i d o
p o r su g e n i o en u n a compos ic ión magis t ra lmente i n s t r u m e n t a d a y
de a d m i r a b l e estilo».
Otras obras del maestro t inerfeño son: Canción española, Vals
de bravura, Sonata en do menor, Vals brillante.
Oscar Domínguez
El p in tor Oscar Domínguez nació en La Laguna el año 1906 y
murió en París en 1957.
Pese a su proyección internacional y a la calidad de su obra no
podemos hablar de una vocación pictórica t emprana y definida.
Su infancia y juventud estuvieron dedicadas a las distracciones y
ocupaciones propias de un hijo de familia de la clase acomodada
comercial tinerfeña. Pero esta misma actividad comercial hará cambiar
el r i tmo de su vida.
173 Personajes célebres
Con 21 años, en 1927, marcha a París, para a t ende r el negocio
familiar de exportación de frutas, en la capital francesa.
La vida frivola del París noc turno cautivó al joven t inerfeño. En
ella conectó con literatos y pintores surrealistas y comprobó que, al
margen, y además, de una atracción vital mutua en t re ellos y con el
París cultural, latía en todos una filosofía, una sensibilidad muy acorde
con los planteamientos mentales del t inerfeño.
Atraído, h u m a n a y ar t ís t icamente, po r el g r u p o surrealista,
abandonó su actividad económico-familiar y se dedicó a la p intura .
Sus primeras obras pueden fecharse en t re 1929 y 30 y en ellas ya
muestra toda la fuerza, el encanto, el misterio del arte que lleva dent ro .
U n o s c u a n t o s a ñ o s d e s p u é s r e c i b e e l e s p a l d a r a z o , e l
reconocimiento, la aceptación del g rupo de los surrealistas y en t ra en
él, con el padrinazgo del novelista francés André Bretón. A partir de
en tonces es u n o más del g r u p o y par t ic ipa en las expos ic iones
colectivas.
Su obra, en un pr imer período, se caracteriza porque la idea, la
fábula, lo onírico, lo irreal, va muy por delante, envuelve, en la mayoría
de los casos, la técnica pictórica, más bien pobre en un autodidacta
tardío como Óscar.
Al no dominar la técnica del dibujo se orienta hacia otros campos
de la plástica y aplica la decalcomanía con un éxito extraordinar io ,
tanto técnico como significativo.
Durante unos años, hasta 1939, da r ienda suelta a sus recuerdos
infantiles, saturados de insularidad, de particularismos: en su obra
aparecen las lavas volcánicas, las arenas negras, el drago.. . Todo ello
expuesto con la sencillez o violencia que sufre un estado de án imo en
el que el alcohol, el sexo, la apetecida y sufrida soledad, las deseadas
y problemáticas compañías , configuran un m u n d o complejo, que
Tenerife 174
parece envolver al autor, aprisionarlo, y del que no le deja salir más
qué para crear arte en su más pura esencia.
Después de 1939 Domínguez parece agotar sus recursos creativos
y se hace imitador de Picasso. Es el inicio de la decadencia mental y
física del artista.
La apar ic ión del te léfono y el revólver en su obra es bien
significativa de las carencias humanas del autor: falta de comunicación
y desprecio por la vida.
El p in tor t iene conciencia de su papel de símbolo-objeto de
curiosidad, c u a n d o no mofa, en el m u n d o parisino. Esa circunstancia
parece reflejarse en su obra que ahora descuida un tanto los aspectos
significativos y se cent ra más en la técnica, que el p in tor ha ido
perfeccionando.
En fe rmo , y c reyéndose un fracasado en el ar te , se suicidó
cortándose las venas el 31 de diciembre de 1957, en París.
Pero, ¿había fracasado un artista que, aparte de las exposiciones
colectivas, ent re autores de gran prestigio, realizó otras individuales
en París, Nueva York, Milán... e ilustró obras de escritores célebres?
175 Personajes célebres
Sobre la Isla que se llama Isla Tonerfiz,
algunos la llaman Isla del Infierno.
«La isla del Infierno, que se dice Tonerfiz, tiene la forma de un
rastrillo, casi como la de Gran Canaria, y contiene aproximadamente 18
leguas francesas de largo y 10 de ancho, en su centro hay una gran montaña,
De la colección de postales ant iguas: Francisco Fe r r e ro
la más alta que haya en todas las Islas Canarias, y se extiende la ladera de la
montaña en todas las direcciones, por la mayor parte de toda la isla. Y en su
alrededor los barrancos están llenos de grandes bosques y de hermosas
177 Visitantes ilustres
fuentes de agua corriente, con dragos y con muchos otros árboles de
diferentes clases y diferentes condiciones. El país es muy bueno para toda
clase de cultivos, y viven en él muchas gentes, que son los más atrevidos de
todos los demás pueblos que viven en las Islas, y nunca fueron asaltados ni
conducidos en cautiverio, como los de las otras islas. Y su país se adelanta
por un lado, hacia Sur, hasta seis leguas de distancia de La Gomera, y por el
otro lado, hacia Norte, hasta cuatro leguas de Gran Canaria, y por aquí se
considera que es una de las buenas islas que haya».
Jean de Bethencourt (Conquistador normando, 1402)
Subida al Pico Teide
«El aire en la cima del Pico era fino, frío, punzante y de carácter
seco y abrasador, como los vientos del sudeste que he conocido en el gran
desierto de África, o los de Levante en el Mediterráneo; o incluso no muy
distintos de los secos vientos del este que son tan frecuentes en el norte de
Europa, con buen tiempo, en los meses de Marzo y Abril.
Al ascender en la última parte de la montaña, llamada el Pan de
Azúcar, que es muy empinada, nuestros corazones jadeaban y palpitaban
violentamente, de tal manera que, como observé anteriormente, nos vimos
obligados a descansar más de treinta veces, para recobrar el aliento; pero
que esto se debiera a la finura del aire que causara dificultad de respiración,
o a la fatiga desusada que sufrimos al subir por la colina, no puedo decirlo:
pero creo que se debía en parte a una cosa, en parte a la otra. Nuestro guía,
un anciano delgado y ágil, no se sentía afectado de la misma forma que
nosotros, sino que subía fácilmente, como una cabra; pues era uno de
aquellos pobres hombres que se ganaba la vida recogiendo azufre en la
Tenerife 178
caldera y otros volcanes, ya que el Pico no es otra cosa, aunque no ha hecho
erupción desde hace unos cuantos años, según se puede determinar
perfectamente por la naturaleza de su sustancia; y en realidad, toda la cima
de la isla muestra señas evidentes de alguna terrible revolución ocurrida
en Tenerife; pues el Pan de Azúcar no es otra cosa que tierra mezclada con
cenizas y piedras calcinadas, arrojadas desde las entrañas de la tierra; y las
grandes piedras cuadradas antes mencionadas, parecen haber sido arrojadas
fuera de la caldera o de la hondonada del Pico, cuando este era un volcán.
La cima del Pico es inaccesible por un camino distinto del nuestro, es decir,
por el lado este. Su parte más empinada es la del noroeste, hacia Garachico.
Lanzamos algunas piedras o rocas sueltas hacia abajo por aquel lado, las
cuales rodaron durante largo tiempo, hasta que las perdimos de vista».
George Glass (viajero inglés, 1764)
De la colección de postales antiguas: Francisco Fer re ro
179 Visitantes ilustres
Descripción del Noroeste de Tenerife
«Punta Teno entra un gran trecho dentro del mar, en forma de
media luna; detrás de la punta, hacia el sur, el mar está muy tranquilo,
cuando prevalecen los alisios, los cuales, cuando sopla el temporal, forman
una mar gruesa hacia el norte de la punta. Nunca estuve allí anclado, pero
he pasado varías veces, y por lo que entonces tuve la oportunidad de
observar, considero que es un puerto conveniente.
Desde Teno la tierra se dirige hacia el este nordeste a Punta Anaga,
la punta nordeste de la Isla, de donde salimos. Esta parte de Tenerife
presenta un aspecto muy diferente de las otras dos ya descritas; pues al
contemplarlas desde el mar, se ven un cierto número de pueblos, bosques,
viñas y campos de maíz, que resultan de una apariencia muy agradable.
En la costa, al nordeste de Teno, se encuentra el pueblo de Santiago;
y a tres leguas, en la misma dirección, desde aquel punto se encuentra el
pueblo de Buenavista, situado entre las viñas, cerca del mar; pero no
encontramos ningún puerto hasta que seguimos más de dos leguas más
adelante, en donde hay un abrigo llamado Garachico, anteriormente el
mejor puerto de la isla, pues formaba una bahía en forma de herradura,
pero fue destruido en el año de los terremotos (pues así llaman los nativos
al año 1704), y se llenó con los torrentes de lava ardiendo que fluyeron
hasta él desde un volcán; de tal manera que hoy hay casas construidas donde
antiguamente anclaban barcos; sin embargo, vienen barcos a Garachico en
verano, y fondean protegidos de los alisios, que en esta temporada soplan
generalmente allí desde este nordeste».
George Glas (viajero inglés, 1764)
Tenerife 180
Impresiones
«A partir del valle de Tacoronte, se entra en aquel país delicioso, de
que han hablado con entusiasmo los viajeros de todas las naciones. He
encontrado, en la zona tórrida, sitios en que la naturaleza es más majestuosa,
más rica en el desarrollo de formas orgánicas; pero, después de haber
recorrido las riberas del Orinoco, las cordilleras del Perú y los hermosos
valles de México, confieso no haber visto en ninguna parte un cuadro más
variado, más atractivo, más armonioso por la distribución de las masas de
verdura y de rocas.
181 Visitantes ilustres
La orilla del mar se adorna con datileras y cocoteros. Más arriba,
grupos de plataneras contrastan con los dragos, cuyo tronco ha sido
comparado con razón con el cuerpo de una serpiente. Las colinas están
cubiertas con viñas, que extienden sus parras sobre espaldares muy elevados.
Naranjeros en flor, arrayanes y cipreses rodean las ermitas levantadas por la
devoción en las alturas aisladas. Por todas partes, las fincas están separadas
por setos vivos, hechos con agaves y con tuneras. Una cantidad infinita de
plantas criptógamas, sobre todo helechos, tapiza las paredes, bañada por
unas fuentecitas de agua muy clara. En invierno, mientras el volcán se cubre
con nieve y con hielo, en este rincón gozan de una primavera perpetua. En
verano, al anochecer, la brisa del mar esparce un frescor muy agradable. La
población de todo este lado de la isla es muy numerosa; y parece serlo aún
más, porque las casas y los jardines se hallan separados los unos de los
otros, con lo cual aumenta la belleza del lugar».
Alejandro Humboldt (científico alemán, 1799)
Primera impresión visual de Tenerife
«Tenerife tiene más de doscientas ciudades, pueblos y aldeas, contenidas
en veintitrés parroquias o jurisdicciones. La primera es la del Puerto de
Santa Cruz, donde residen el gobernador general de las siete islas, los
cónsules y comisarios de los gobiernos extranjeros, un gran alcalde, etc. Su
población es de unas ocho mil trescientas noventa y siete personas. Es el centro
comercial de Canarias con el extranjero y el puerto donde normalmente atracan
los navios europeos. Se llega por el Noreste, después de haber divisado
Lanzarote y Canaria, acometiéndola por la Punta de Nago o Anaga, que se
reconoce por sus tres roques separados de tierra y que son bastante altos.
Tenerife 182
Montañas de Anaga desde Sta. Cruz. (Col. postales: F. Ferrero)
Sorprendidos de encontrar un país desnudo y estéril, uno se
pregunta si lo que está viendo forma paite de esas islas Afortunadas cuyos
lugares risueños hemos descrito, así como sus numerosas producciones y
su ciclo favorable. Montes grisáceos y muy pendientes, completamente
áridos, cuyas cimas dentadas o picudas presentan un aspecto salvaje e
imponente; una costa vertical y escarpada, que no tiene playa y cuyas rocas
descarnadas reciben inmediatamente el embate de las olas, es todo lo que
se ofrece a la vista. Nada verde, ningún árbol que pueda servir de retiro a
los pájaros, ninguna vivienda que entretenga la monotonía de esa triste
morada. A lo lejos, como olas del mar, se elevan otras montañas, sobre las
que también se eleva el famoso Pico de Tenerife. Las nubes, hasta allí
errantes, se amontonan alrededor de su cabeza y le forman una diadema
de la que raramente se despoja. Cuanto más nos aproximamos a la costa,
más se distingue la esterilidad del suelo; finalmente se llega a Santa Cruz,
construida al borde del mar y al fondo de una bahía media circular. El
183 Visitantes ilustres
terreno sobre el que está edificada es más bajo que el que la rodea y forma
una especie de pequeño llano, redondo, que siempre va ascendiendo y
llega con bastante rapidez a igualar la altura de los montes circundantes».
B o r y d e Sa in t V i n c e n t ( h i s t o r i a d o r f r a n c é s , 1803)
Descripción del Norte de Tenerife
«La Laguna es la ciudad más importante de la isla; está situada en
una comarca fértil y en sus alrededores se cultiva una gran cantidad de
grano. La ciudad en sí es irregular, ni bonita ni limpia, y mucho peor
pavimentada que Santa Cruz; tiene dos conventos de monjes y dos de
monjas. Visitamos el monasterio de los dominicos, en el que encontramos
a algunos monjes que nos recibieron muy cortesmente, aunque su
conversación denotaba una gran ignorancia, por lo que no pudimos obtener
ninguna información con respecto a su institución, incluso desconocían
por completo el origen e historia de su monasterio. Su biblioteca consistía
en unos pocos libros eclesiásticos y algunas vidas de santos eminentes.
También intentamos visitar un convento de monjas, pero, en la puerta,
fuimos rechazados por una hermana anciana de un modo muy cortés y
con una especie de sonrisa misteriosa. Sin embargo, nos pareció que esta
buena señora nos hubiese dado una acogida más favorable si hubiésemos
ido por la tarde. Cansados por el ardor del sol y el esfuerzo del viaje, en
vano buscamos por los alrededores una posada y nos vimos obligados a
pedir hospitalidad a un ciudadano que nos era completamente
desconocido. Nos recibió muy amablemente y conseguimos fruta, huevos y
vino, con lo que hicimos una comida adecuada y luego continuamos nuestro
camino.
Tenerife 184
(Col. postales: F. Fer re ro)
A una corta distancia de La Laguna encontramos un hermoso y
extenso valle, bien cultivado con grano. La tierra, consistente en lava
descompuesta, parecía sumamente fértil, aunque para la vista el campo era
gris y uniforme, ya que apenas se veía un arbusto. Las únicas cosas que
hasta cierto punto modificaban el paisaje eran algunas tuneras, higueras y
moreras. Durante cerca de una hora y media o dos, cambiamos este campo
fértil por otro pedregoso y accidentado. En esta zona, el producto que más
se cultivaba era la vid, y a medida que nos acercábamos a La Matanza, La
Victoria etc., encontramos una gran cantidad de colinas también cubiertas
de vid. Llegamos a Santa Úrsula, una aldea bastante grande, cuando estaba
cayendo la tarde. El poblado completo y la gente de todos los alrededores
estaban reunidos para celebrar el día y la fiesta de Santa Úrsula. Por este
motivo se habían levantado una gran cantidad de barracas con refrescos y
185 Visitantes ilustres
cierto número de artículos insignificantes. Aquí y allá se veían grupos de
bailadores, hombres y mujeres, quienes acompañaban sus pasos con una
guitarra y una basta especie de canto. El baile consistía en un movimiento
de brazos, como si estuvieran nadando, muy lento, de modo que los
bailadores apenas se movían en sus lugares y, a lo sumo, a veces hacían una
media cadena. La gran cantidad de gente reunida en la oscuridad de la
noche tenía más el aspecto de una feria que de una fiesta religiosa. Aún
nos quedaban tres horas para llegar al Puerto de La Orotava y, por este
motivo, nos pusimos de nuevo en camino tan pronto como nuestra
curiosidad fue satisfecha.
(Col. postales: F. For re ro)
Desde Santa Úrsula, la carretera era mala, pedregosa y molesta.
Nuestra atención estaba centrada en el pico grandioso, que parecía
encontrarse exactamente frente a nosotros, aunque todavía estaba a
distancia de cinco millas alemanas. La mayor parte del grupo optó por no
Tenerife 186
confiar en las pisadas inseguras de sus caballos en la oscuridad, por lo que
desmontó y descendió la colina a pie, teniendo la ciudad de La Orotava
siempre a la vista, ya que había una clara luz de luna. Después de mucha
tortuosidad e infinidad de vueltas, finalmente llegamos a ella a las nueve
de la noche, sumamente cansados por el esfuerzo del día».
Von Langsdorff (cronista a lemán del zar de Rusia, 1803-1807)
Un paseo por La Laguna y sus cercanías
«El martes último la corbeta Cronstad, al mando del capitán Lucke,
ha fondeado en la rada de Santa Cruz. Este navio pertenece a la armada
rusa y se dispone a emprender un viaje de circunvalación. El botánico de la
expedición es hijo del profesor Mertens, de Bremen. El ilustrado joven,
que conoce las relaciones de amistad que mantengo con su padre, se
disponía, tan pronto puso pie en tierra, a hacerme una visita en La Orotava,
pero la suerte hizo que nos encontráramos en el muelle de Santa Cruz.
Mertens me expresó su satisfacción en los más afectuosos términos.
Vuelto hacia las montañas que rodean la ciudad, me dice riendo:
«Cuando se va a dar la vuelta al mundo, uno no puede detenerse demasiado
tiempo en los lugares donde hace escala. El capitán no me ha concedido
más que veinticuatro horas: por consiguiente, sepamos aprovechar el tiempo
que vamos a pasar juntos, marchemos rápidamente hacia esas alturas que
bordean la bahía». La proposición fue aceptada sin demora. Convinimos,
además, que al amanecer del día siguiente visitaríamos los alrededores de
La Laguna.
Nos encaminamos en dirección al Barranco de Paso Alto. El sol
acababa de ocultarse, pero la luna, en el hermoso cielo de Canarias, daba
187 Visitantes ilustres
la suficiente claridad como para distinguir los objetos y recoger algunas
plantas. Mertens no cabía en sí de gozo. Esta herborización nocturna era
ciertamente original, y a ella nos entregamos. Una vieja palmera junto a la
cual pasamos al iniciar la marcha, causó la admiración del botánico: después,
a medida que nos internábamos en el barranco, balos, tabaibas, cardones y
verodes fueron enriqueciendo su herbario. A las nueve de la noche
regresamos a la ciudad. Mertens pasó la noche en mi casa.
(Col. postales: F. Ferrero)
Al día siguiente lo llevé a La Laguna, pero al llegar al borde de la
vega advertimos que era imposible alcanzar el Monte de las Mercedes. Los
campos todavía estaban inundados, prueba del desastre ocasionado por el
ciclón. En vista de ello nos dirigimos a San Diego del Monte para visitar el
bosquecillo que rodea al antiguo convento. Después de recorrer senderos
casi impracticables, en los que a cada paso nos hundíamos en el fango.
Tenerife 188
llegamos a las laderas de la montaña. Mertens quedó sorprendido ante los
grandes árboles cuyo aspecto era nuevo para él. No dejaba de admirar los
altos brezos, los dragos del convento, los hermosos laureles y toda la
exuberante vegetación que los frailes han sabido conservar en el oasis de
su tranquilo retiro.
Pero era preciso regresar a Santa Cruz y aprovechar las horas de
este hermoso día durante el cual gozamos de la vista del Pico del Teide y
del panorama que se extiende desde los montes de La Esperanza hasta el
Monte de las Mercedes».
Sabino Berthelot (erudito francés, 1828)
Fiestas de San Isidro
«Apenas voy al valle de La Orotava donde he pasado tres días con
motivo de la fiesta de San Isidro, patrón de los labradores. Es la fiesta de la
Primavera, del despertar de la naturaleza, la que se celebra en la más hermosa
estación del año y en uno de los más bellos lugares del mundo. El tiempo
era magnífico, y el campo, cubierto de verdor, ofrecía un espléndido aspecto
desde las alturas de Tigayga hasta las pintorescas laderas de Santa Úrsula.
Todos los pueblos del Valle acuden a la fiesta: llegan al son de las
guitarras y de sus canciones. Entré en la Villa rodeado de una alegría
bulliciosa, entre grupos de marchosos campesinos y de muchachas de
animados rostros. Guirnaldas, gallardetes y banderas ondeaban por todos
sitios y pasé bajo verdes arcos triunfales. He visto uno confeccionado con
espigas que llamaba la atención por la gracia con que estaba hecho. El
autor era el sorchantre de la parroquia».
Sabino Berthelot (erudito francés, 1853)
189 Visitantes ilustres
(Foto: Lima)
El jardín de aclimatación
«¿Quién no ha oído hablar del Jardín de Aclimatación de Tenerife?
Si Humboldt pudo decir que casi todos los relatos de viajes comienzan por
una descripción de Madera y Tenerife, se puede añadir que no hay uno de
viaje alrededor del mundo que no mencione el Jardín de Aclimatación.
Este fue creado, a finales del siglo pasado, bajo el reinado de Carlos
III, por iniciativa del marqués de Villanueva del Prado, que consagró a esta
obra una buena parte de su fortuna personal. Para su emplazamiento
escogió un llano situado en el valle de La Orotava, a medio camino entre la
Villa y el Puerto, a una altitud de 200 metros sobre el nivel del mar. A esta
altura se disfruta de una temperatura intermedia entre los calores de la
costa y el frescor de los altos llanos.
Tenerife 190
Quizás no hay un punto del globo que reúna, como La Orotava, las
condiciones de aclimatación de las planta exóticas: allí la temperatura media
es de 18ºC, y la diferencia entre las extremas no pasa de los 8 o 10 grados.
En este dichoso valle, los veranos no tienen los ardores de la zona tórrida,
como en las otras regiones situadas en esta latitud, y no se conocen los
rigores del invierno. Así, aquí se desarrollan perfectamente, al aire libre,
las plantas de los lugares más alejados y más cálidos del globo: los helechos
arborescentes, los alcanforeros, y muchos otros vegetales de la zona
intertropical se aclimatan admirablemente en La Orotava, y crecen hoy
espontáneamente aunque, sin duda han sido importadas de los trópicos.
La idea del Marqués de Villanueva consistía en hacer en Tenerife lo
que él llamaba aclimatación. El creía que, para lograr que las plantas de la
zona tórrida pudiesen prosperar en Europa, no había nada mejor que
acostumbrarlas previamente a una temperatura de transición. En vez de
(Col. postales: F. Fer re ro)
191 Visitantes ilustres
transportar directamente los ejemplares exóticos a los climas templados,
habría que prepararlos en la emigración mediante una residencia temporal
en el Jardín de La Orotava. Allí se aclimatarían y, a continuación, serían
transportados, sin riesgo, hasta Europa.
No hay menos de tres mil especies cultivadas en una superficie de
dos hectáreas y, a pesar de la naturaleza arcillosa del terreno, la vegetación
se desarrolla con inaudita celeridad. Un «ficus imperialis» y una «oreodoxia
regia» (palmera real), plantados hace veinte años, sobrepasan hoy los veinte
metros de altura. Un pie de «musa ensele» (banano de Abisinia), sembrado
hace dos años y medio, tiene más de cinco metros de altura. Una «latania
Borbónica» (palmera de la Martinica), sembrada hace quince años, eleva
hasta tres metros sus graciosas hojas en forma de abanicos. Los árboles
europeos crecen con fuerza no menos sorprendente. Un pino «piña» cubre
con su sombra un círculo de quince metros de diámetro, y ha habido que
apuntalar sus ramas. Lo más extraordinario que he visto es un «eucaliptus
globulus», sembrado hace veintiséis meses, ¡que ya tiene una altura de doce
metros!».
Jules Leclercq (escritor belga 1879)
Recorrido por Taganana
«Los colores italianos flotan por todas partes en Taganana. La gente
de Tenerife pretende que esto no es sin razón. La tradición dice que los
habitantes de este pueblo descienden de la tripulación y de los viajeros de
un navio italiano que había naufragado en estos parajes hace muchos años.
Tenerife 192
Así es como se explica su tipo diferente al de otros insulares y, sobre
todo, su carácter poco hospitalario. Fui recibido con gran dificultad en la
casa de un compadre de don Bernardo, es decir, en casa del padrino de
uno de sus hijos. El buen hombre me hubiera cerrado seguramente la puerta
en las narices si no nos hubiese acompañado un hijo del guardián del faro,
que tenía la consigna de encontrarnos alojamiento.
En Taganana se encuentran ventas, unos pequeños establecimientos
donde se venden al mismo tiempo cotonadas, mercerías, comestibles, vino,
aguardiente, pescado salado, legumbres; en una palabra, lodo lo que se
puede comprar en estos pueblos. Pude renovar mis provisiones antes de
continuar el viaje.
(Col. postales: F. Ferrero)
193 Visitantes ilustres
De Taganana a Tegueste el paisaje cambia poco. Por todas partes,
montañas escarpadas cubiertas de vegetación que están separadas por
barrancos profundos, y donde se está seguro de encontrar agua dulce. En
esta región se encuentran cuatro pequeñas aldeas habitadas por gentes
simples, ignorantes, que no se alejan jamás de los lugares que les vieron
nacer. En Taborno fui recibido por el alcalde. Trillaba el trigo en compañía
de unos obreros y de su padre, un gran viejo de noventa y ocho años, que
trabajaba con un ardor totalmente juvenil. La casa estaba llena de sacos de
grano, sobre los cuales tuvimos que sentarnos para cenar. El alcalde me
había invitado a compartir su comida, que sólo se componía de papas
guisadas. Un gran plato contenía una salsa compuesta de agua, vinagre,
azafrán, pimienta, rodajas de tomate y de cebollas crudas. Cada uno mojaba
su papa en la salsa y la retiraba con los dedos, junto con tomates y cebollas,
comiéndola con delicia. Por mi parte me contenté con las papas sin salsa.
El anciano dormía en una pequeña habitación, separada del resto
por un tabique de cañas. En medio de los sacos de trigo se encontraba un
catre, en el que me tendí al lado del dueño de la casa. Estaba situado en
mal sitio, justo debajo de un gran agujero que existía en el techo. A mitad
de la noche me despertó un verdadero diluvio. Se había puesto a llover y
recibíamos en la cabeza el agua que se precipitaba por el desgraciado
agujero.
El alcalde se levantó rápidamente. Tenía su trigo en la era y quería
cubrirlo. Pero esta gente es tan miedosa que, antes de salir, rodeó su cuerpo
con un cinto en el que introdujo seis cuchillos».
R. Verneau (encargado de misiones científicas francesas, 1884-88)
Tenerife 194
Una fiesta en Santa Cruz
«Las clases bajas son muy practicantes de los ritos religiosos. Cada
familia tiene su santo patrón, a quien se le dedica una fiesta y un día al año, y
los días de los santos son tan reverenciados como el domingo, aunque en honor
de Santa Cruz hay que decir que los almacenes no se abren ese día sino por
la tarde. Muchos de ellos permanecen cerrados a lo largo de toda la jornada.
(Col. postales: F. Ferrero)
Nuestra primera visita a este puerto incluía la fiesta de San Antonio,
el santo patrón de la isla. Se celebra una misa solemne en la catedral; los
soldados asistían en traje de gala; las calles estaban atestadas de campesinos;
los hombres con sus mejores calzones cortos y chalecos más brillantes y las
mujeres con vistosos vestidos de calicó y mantos de franela blanca, ribeteados
con cintas de seda también blanca. Fuimos a oír la oración o el sermón del
195 Visitantes ilustres
día, pronunciado en la catedral por el sacerdote más elocuente de la ciudad.
Pero nuestro intérprete, uno de los oficiales del barco, estaba tan
conquistado por el traje, parecido al de una monja, o por los claros ojos de
las muchachas campesinas, que nos dijo muy poco del discurso. Sin
embargo, entre lo que vimos y oímos, colegimos lo suficiente para
asegurarnos que, desde el punto de vista americano sobre elocuencia de
pulpito, fue aburrido y prosaico. La serenidad del viejo caballero provocó
mi envidia. Paraba a intervalos de diez minutos pata tomar rapé o rascarse
nuevas ideas -un desgarbado ademán, pensamos- y siempre reanudaba su
sermón con maravillosa frescura. Por su éxito, recomendamos estos recursos
a aquellos hermanos que son tan opuestos a los «discursos preparados», a
pesar de todo tan miles para una pérdida de ideas.
La aglomeración de las fragancias del mirto y del cedro, y de otras
hojas aromáticas con los que las calles e iglesias estaban cubiertas, la
apariencia de día de fiesta de la gente y otras sugestiones menos definidas,
nos recordaban encuentros campestres y escenas de verdadera festividad
espiritual en un estado muy lejano».
Rev. Chas W. T h o m a s (Viajero no r t eamer i cano)
Recorrido por el Sur
«La noche viene por la garganta del desfiladero, y los peñascos que
antes reverberaban encendidos vanse apagando poco a poco en el rescoldo
del crepúsculo.
Ni una punta de verde en todo el ámbito; apenas desmigajados por
la cresta de los cerros asoman sus lengüetas amarillas unas aulagas del
Terciario, y entre ellas algún raquítico euforbio, la hierba triste de los páramos.
Tenerife 196
Cercados por la noche y por la piedra avanzamos despacio, sin el
consuelo de escuchar un ruido, divisar una luz, saludar un viandante solitario.
-Deltas de aquel acantilado está Vilaflor- dice Pablo como entre
sueños; y el nombre aquel tan bello adquiere al decirlo allí una redondez
de corola, una frescura de agua escondida.
Vilaflor... Hay un pueblo que se llama Vilaflor, y lo que es aún más
maravilloso, lo tenemos cerca, detrás del muro sordo, con sus calles oliendo
a establo y sus niños dormidos y sus casas intactas...
Hay que pensar mucho en Vilallor para no helarse tras el dorso de
la montaña que nos lo veda. Memos perdido el mar que era la única cosa viva
que nos quedaba, y hasta la noche parece también solidificarse tras nosotros;
un frío de tierra muerta, un verdadero frío mineral, nos penetra los huesos
mientras seguimos andando, desmoronando con los huesos el gran silencio.
Fue así que llegamos a Guía de Isora, el primer pueblo vivo después
de atravesar aquel vasto osario de montes calcinados.
Aunque sentado en pura roca, me pareció el pueblo un poema de
gracia y de frescura, un coágulo de gotas de rocío.
Su nombre, parecido también al de una flor, no se me olvidará
nunca, y él mismo recordaba también los candidos colimbos de la icsora,
con sus casitas albeadas en redondel junto a la mínima plazuela.
En Guía de Isora pernoctamos, y pocas veces, como aquélla, he
conocido la tierna sensación de encontrar un refugio.
Recuerdo que tomé un café con leche que era hidromiel, pura
ambrosía de los dioses. Y me dormí escuchando la musiquita dominical de
la retreta, como arrullada por un coro de ángeles...
Volvía encontrar el mar que se me había perdido ayer entre la tinta
de la noche. Y él era ya una presencia palpitante, un mar puro ensayando
tierra nueva, aún libre de contactos orgánicos y deleznables.
197 Visitantes ilustres
Piedra y mar eran todo todavía como el mundo al principio, y el día
recién nacido se bañaba en un agua sin rastros...
El Teide nos ha seguido todo el camino, más cerca, más lejos,
mudándose él también de sitio, surgiendo a cada paso, a cada vuelta.
Girando sobre sí, ni por un minuto ha dejado el místico volcán de asomar
la diadema de nieve tras la borrascosa crestería de los montes.
Es como el genio de la isla, y como cosa suya la domina, la cela, le
ronda el sueño por la noche.
Llegamos ya a Granadilla, con su Teide también a flor de los tejados;
allí almorzamos el congrio azuloso del Atlántico, rociado con la sabrosa malvasia.
A partir de esta villa, tornan los pueblecitos a apretarse junto al
camino. Pasamos por la playa del Médano, muy estimada por su arena blanca.
La arena verdaderamente es sólo amarillenta, pero entre tantas otras
de arena negra, a ellos les luce blanca.
Mas ya no son sólo los pueblos los que guardan calor de vida
humana. También las cuevas naturales que forman los repliegues de las
rocas son viviendas de mucha gente humilde, que, a cambio de otras
ventajas, encuentra en ellas, como soñaba el buen Gonzalo de Berceo,
frescura en el estío y abrigo en el invierno.
Y no se crea, me dicen, que toda la gente que vive en cuevas lo hace
por su extrema pobreza; alternando con los casos de verdadera necesidad,
yo puedo decir que he visto también bastantes interiores alumbrados con
luz eléctrica y provistos de moderno mobiliario; inclusive, algunos puestos
con cierta ingenua gracia. Tampoco faltan a su entrada las macetas de flores,
la quincena con el nardo en la trenza y el sillón de balance para el pater
familias muy digno y endomingado...
Estamos frente a Güimar y hacemos alto en la jornada para saludar
a un primo lejano de la familia, Isidro Hernández Romero, buen hombre
Tenerife 198
de la tierra, muy señor campesino con hijas mozas y mujer de su casa.
Que el cielo les premie aquel dulce de almendras y de huevo; otro
igual no probé en la vida. Que les premie también la hospitalidad sencilla
y cordial, el beso de la más pequeña en mi mejilla, el huerto con trabajo de
sus manos y racimos de uvas en sazón.
La carretera sigue serpeando entre hondonadas y vertientes.
Un camello aparece en lontananza con su j iba adornada de gualdrapas...
Un río se me duerme en el recuerdo.
Dicen que allá abajo está el pueblo de Candelaria con la patrona de
las Islas toda cubierta de oro y plata.
Me asomo para ver, pero sólo alcanzo a columbrar el mar allá en el
fondo, el mar que va fundiéndose a la tierra.
A lo lejos empiezan a encenderse las luces de Santa Cruz. Hemos dado
la vuelta a la isla. La hemos ceñido más bien en un abrazo largo, emocionado».
Dulce María Loynaz (escritora cubana, 1958)
199 Visitantes ilustres
1. Santa Cruz de Tenerife
Son muy escasos los visitantes de la Isla que suelen acudir a su
capital salvo para hacer compras en sus bazares. Sin embargo su casco
ant iguo merece dedicarle un día de t ranquilo deambular.
Desde su núc leo -la Plaza de España y la de la Virgen de la
Cande la r ia - casi en pa ra le lo al mue l l e y hasta la au top is ta , nos
encon t ramos con el edificio del Cabildo, construcción de 1933 de
estilo clasicista-monumental, y tras él: el Palacio de la Carta (de 1756
de t rans ic ión del estilo Bar roco al Neoclás ico) , la Iglesia de la
Concepción (de 1653, bella muestra del estilo colonial canar io y con
u n o de los retablos barrocos de mayor cal idad), la Plaza de la Iglesia,
201 Itinerarios
Iglesia y Plaza de la C o n c e p c i ó n
el Centro Insular de Museos (antiguo hospital de estilo neoclásico
destinado a albergar los Museos de Arqueología y Ciencias Naturales),
la Ermitas de San Telmo y de la Regla y el Castillo de San Juan (1625).
De regreso se puede visitar el Mercado de Nuestra Señora de África,
de influencia colonial andaluza, el Teatro Guimerá (construido en
1851 y convertido actualmente en Sala de Conciertos y sede de la
Orquesta Sinfónica de Tenerife) y el Cent ro de Arte La Recova ( d e
1854 y sede habitual de exposiciones artísticas).
Ermita de San Telmo
Centro Insular de Museos
Tenerife 202
M e r c a d o de N u e s t r a S e ñ o r a de África
En la d i r e c c i ó n o p u e s t a y t a m b i é n d e s d e la plaza de La
Candelar ia se accede a la bella iglesia bar roca de San Francisco y al
Palacio de Justicia. Tras ellos la decaden te y modern is ta plazuela del
Pr íncipe , desde u n o de cuyos laterales se p u e d e visitar la Biblioteca y
e l Museo Municipales d o n d e nos es d a d o con templa r u n a b u e n a
colección de obras de artistas canarios suficientemente representativa.
De regreso al Paseo Marí t imo se llega al cruce con Las Ramblas,
bella ar ter ia de espacioso diseño peatonal que cruza la c iudad al estilo
de los ant iguos bulevares. Siguiéndola nos podemos encon t r a r con
valiosas esculturas al aire l ibre, p roceden tes de la p r imera mues t ra de
ar te en la calle q u e tuvo lugar en esta ciudad con obras de grandes
escultores c o m o H. Moore , Alfaro, o Sempere . A su izquierda dos de
203 Itinerarios
los parques señeros de Santa Cruz, p r imero el de García Sanabria y
más adelante el de Viera y Clavijo, convert ido en sede de actividades
culturales. Cafés al aire libre y quioscos jalonan con t inuamente su
an imado transitar.
Tenerife 204
Iglesia de
San Francisco
2. La Laguna
La antigua capital de la Isla conserva aún en algunas de sus
calles y edificios el viejo sabor de a n t a ñ o . La presencia de la
Universidad le da un cierto aire de capitalidad cultural.
Paseando por su núcleo central nos podemos topar con
antiguos edificios que albergan instituciones públicas o son centros
culturales como el Ayuntamiento (2 a mitad del Siglo XVIII), el Ateneo
(fundado en 1905), el Instituto de Bachillerato Cabrera Pinto (antigua
sede del convento de los Agustinos, 1560) o la Universidad.
Iglesia de la Concepción Ermita de San Miguel
Otros son muestra de arquitectura religiosa, signo inequívoco
del gran predominio que la Iglesia ejerció en la Isla. Algunos son de
gran belleza y muestran los caracteres más señeros del arte isleño.
205 Itinerarios
Inic iando el recorr ido por la Catedral , en cuya capilla mayor se
conserva un espléndido retablo del mayor imaginero canario, Luján
Pérez, se p u e d e n visitar las Iglesias de San to D o m i n g o y de la
Concepción, los conventos de Santa Catalina de Siena (1611), Santa
Clara ( 1575 ) , San F ranc i s co , d o n d e se p u e d e c o n t e m p l a r l a
emblemática imagen del Cristo de La Laguna, y el hospital de Nuestra
Señora de los Dolores (1515). Dos hermosas ermitas completan este
itinerario: la de San Miguel (1506) y la de San Benito (1544), j u n t o
con el espléndido edificio del obispado y la casa de los jesuitas (1733,
más tarde sede de la Sociedad Económica de Amigos del País).
C o n v e n t o c o n ajimez
C o n v e n t o d e
las Ciaras
Tenerife 206
La L a g u n a es i g u a l m e n t e p r ó d i g a en a n t i g u a s casonas
señoriales; las más recomendables son: la Casa de Nava (1585), la de
Ossuna (Siglo XVII, hoy sede del Instituto de Estudios Canarios), la
de Salazar (barroca con elementos manieristas del Siglo XVII y que
posee p robab lemente la mejor fachada de arquitectura civil canaria) ,
la casa Lercaro (1593, acoge al Museo de Historia y Archivo Insular
de Tenerife con u n a amplia colección de cartografía de Canarias) y,
f inalmente, la Casa Montañez (1746).
Casa Le rca ro
207 Itinerarios
La visita se p u e d e comple ta r con un recorr ido por los nuevos
edificios de la Universidad situados en el Campus de Guajara (1992),
y por el Museo de la Ciencia y el Cosmos (1993) po t enc i ado por la
presencia en la Isla de u n o de los Astrofísicos más impor tan tes de
Europa, con sede en La Laguna y cuyas observatorios se repar ten ent re
Izaña (Las Cañadas) y el Roque de los muchachos en la isla de La
Palma.
Museo de la Ciencia y el Cosmos (Foto: Ale jandro De lgado)
Tenerife 208
3. La Orotava y el Puerto de la Cruz
La Orotava constituye el centro , tanto ant iguo como m o d e r n o ,
del valle del mismo n o m b r e y de toda la zona Nor te de la Isla. En
algunas de sus calles a ú n pervive el añejo sabor señorial que duran te
m u c h o t i empo la impregnó . Pene t rando en la Villa desde el mirador
de H u m b o l d t y el paseo de las Araucarias se p u e d e realizar una
agradable visita por todo su casco ant iguo en d o n d e el visitante puede
repart ir su recorr ido entre la arqui tectura religiosa y las antiguas casas
señoria les . En t r e la p r imera sobresalen por su in te rés la Iglesia-
convento de San Agustín, las de la Concepción y San J u a n (ambas del
Siglo XVIII), la de la Santa Trinidad, y la de Santo Domingo (Siglo
XVII), u n o de los ejemplos más bellos de iglesia canaria.
Casco an t iguo de la Orotava
209 Itinerarios
Plaza de la Const i tución Iglesia-convento de St. D o m i n g o
Tras un descanso para recorrer los agradables ja rd ines de la
Hijuela del Botánico, se puede cont inuar el periplo por las calles
e m p e d r a d a s ja lonadas de ant iguas casonas señor ia les c o m o la
Torrehermosa, la Monteverde o la de Lercaro, cu lminando en los
vestigios arquitectónicos de fines de siglo XIX como el Mausoleo
masónico del Marqués de la Quinta Roja, el Liceo Taoro o el templete
decadentista de la Plaza de la Constitución.
Si se desea coronar el recorrido con un grato final cabe acudir
a los ant iguos mol inos de aguas, el Museo de Ar tesanía Ibero
americana, o los centros que muestran la artesanía isleña.
Desde La Orotava, bien andando bien en coche, se puede girar
una visita a uno de los paisajes aún mejor conservados de la Isla: el del
Rincón. Entre plataneras se accede a unas playas cerradas por riscos
irregulares que mant ienen su pureza original.
Tenerife 210
El Pue r to de la Cruz se e n c u e n t r a tan sólo a seis ki lómetros de
La Orotava. Es el cen t ro turístico más ant iguo de la Isla y todavía
conserva su pujanza. Con i n d e p e n d e n c i a de sus encan tos en este
t e r r e n o p u e d e n visitarse también algunos de sus vestigios de pueb lo
de pescadores y p u e r t o de comerc io , si tuados a l rededor de su muelle:
La e rmi ta de San Te lmo (Siglo XVIII), la Iglesia de Nuestra Señora
de la Peña de Francia (siglo XVII), la casa de los Iriarte (Siglo XVIII),
el Castillo de San Felipe (Siglo XVII), el edificio Taoro (Siglo XIX),
la Casa de la Real Aduana , el Museo arqueológico municipal , y, sobre
todo , el J a r d í n Botánico (1792).
Vista del
P u e r t o de l a C ruz
Ninfeas en e l
J a r d í n B o t á n i c o
211 Itinerarios
4. Garachico y Punta de Teno
Pasando por los Realejos, donde se puede acceder al pr imer
templo cristiano erigido en la Isla, el de Santiago Apóstol, y por Icod
para ver el Drago, se llega a Garachico, uno de los pueblos mejor
conservados y que posee un floreciente pasado, a pesar de que la
erupción volcánica del Siglo XVIII destruyó una parte importante de
su patrimonio. Lo más relevante de lo que se conserva lo constituyen:
las Ermitas de San Roque y Nuestra Señora de los Reyes (Siglo XVII),
los conventos de San Francisco (1527) y Santo Domingo Guzmán
(Siglo XVII), La Iglesia de Santa Ana (Original de 1520 reconstruido
entre 1714 y 1721), el Castillo de San Miguel (1575) y las mansiones
de Los condes de La Gomera (1666), de la familia Ponte y del Marqués
de la Quinta Roja (Siglo XVII).
Convento de San Francisco
Tenerife 212
Castillo de San Miguel
D e s d e G a r a c h i c o y
a t ravesando los pueblos de Los
Silos y Buenavista se accede al
m a c i z o d e T e n o cuya p u n t a
c o n s t i t u y e e l e x t r e m o n o r -
occidental de la Isla.
213 Itinerarios
5. Masca-Acantilado de los Gigantes
Con éste, iniciamos los itinerarios de sabor naturalista. Desde
Buenavista y cruzando la cumbre de Erjos, entre paisaje de montaña,
se accede al pueblo de Santiago del Teide, desde donde un desvío
nos conduce a Masca. Se trata de un antiguo caserío cuya ubicación,
de difícil acceso hasta hace poco, ha permitido un buen estado de
conservación. Rodeado de montañas y acantilados preserva aún un
cier to t ipismo. Desde allí a r ranca una de las excurs iones más
practicadas en la isla: descender por un abrupto y serpenteante
barranco que conduce a una recoleta playa, a lo largo de unos seis
kilómetros.
Tenerife 214
Valle de Santiago
Caserío de Masca
Montañas de Masca
215 Itinerarios
Retomando de nuevo la carretera de Santiago del Teide se llega
hasta Puer to Santiago, ant iguo puer to de pescadores convert ido hoy
en día en cen t ro turístico y cuyo mayor atractivo lo consti tuye la
contemplación desde allí de los denominados «Gigantes», que no son
ot ra cosa q u e e n o r m e s riscos m o n t a ñ o s o s q u e se p royec tan en
acantilados sobre el mar.
6. Anaga y Taganana
Bien desde Santa Cruz o bien desde La Laguna, se abre una de
las excursiones más espléndidas de la Isla: atravesar las mon tañas de
Anaga hasta acceder a Taganana. Desde La Laguna se sube por el
mon te de las Mercedes, en t re reservas de laurisilva y, con frecuencia,
brumas y nubes bajas, para llegar hasta las cumbres del Bailadero y el
Pico del Inglés, para desde allí bajar en p ronunc iada caída hasta el
pueblo de Taganana, al borde del mar. Una sucesión de playas de
bravo oleaje y acantilados co ronan la costa.
A pie y po r senderos se pueden recorrer todos sus paisajes
montañosos por d o n d e se desperdigan diversos caseríos abandonados
o semiabandonados . Es u n o de los itinerarios más apreciados para los
amantes del montañ i smo y la naturaleza.
Tenerife 216
217 Itinerarios
Mon tañas de Anaga desde T a b o r n o
Taganana
7. Las Cañadas y el Pico Teide
Es la excursión más clásica y concurr ida. Se puede hacer
subiendo desde La Orotava y descendiendo por la Esperanza hasta
desembocar en La Laguna o viceversa.
Una vez llegados a Las Cañadas, éstas se pueden recorrer bien
en coche, bien a pie, hasta llegar a la base del Pico Teide. La subida
hasta éste se puede realizar en un funicular o a pie en una ascensión
de unas seis horas, con descanso en un refugio de montaña para poder
contemplar el amanecer desde el Pico.
Otra de las zonas más apreciadas es la del mar de lava, y
finalmente las elevaciones en donde están situadas las instalaciones
del Astrofísico de Canarias, desde donde se puede contemplar el otro
lado de la cordillera montañosa, la que da hacia el Sur.
El Teide y Pico Viejo
Tenerife 218
219 Itinerarios
LOS PUEBLOS DE TENERIFE SEGÚN SUPERFICIE
Tabla I (Fuente: Instituto Canario de Estadística. 1991)
221 Tablas
La Oro tava. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207 K m 2
Arico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178 Km2
Granad i l l a de A b o n a. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 162 K m 2
San ta C r u z de Tener i fe. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150 K m 2
G u í a de Isora. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112 K m 2
Adeje. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .105 Km2
G ü í m a r. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103 Km 2
La L a g u n a. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102 Km 2
Icod de los v inos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95 Km2
A r o n a. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81 Km 2
Buenavis ta d e l N o r t e. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67 Km 2
Los Realejos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57 Km2
Vilaflor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56 Km2
San t i ago del T e i d e. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52 Km2
C a n d e l a r i a. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49 Km2
Fasnia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 Km2
San Miguel. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42 Km2
El Rosa r io. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 Km2
Arafo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34 Km2
Tacoronte. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 Km2
Garachico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 Km2
T e g u e s t e. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26 Km2
Los Silos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 Km2
La G u a n c h a. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 Km2
El T a n q u e. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .23 Km2
Santa Úrsula. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 Km2
San J u a n de la Rambla. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .20 Km2
El Sauzal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18 Km2
La Victor ia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .18 Km2
La Matanza. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14 Km2
E1 P u e r t o de la Cruz. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 Km 2
Tabla II (Fuente: Instituto Canario de Estadística. 1991)
Tener ife 222
P U E B L O S DE TENERIFE S E G Ú N P O B L A C I Ó N
San ta C r u z de Tener i fe 200.172 hab i t an t e s
La L a g u n a 110.895 hab i t an t e s
La Oro tava 35.142 h a b i t a n t e s
Los Realejos 29.829 hab i t an t e s
P u e r t o de l a Cruz 25.447 hab i t an t e s
A r o n a 22.721 hab i t an t e s
Icod de los vinos 21.445 hab i t an t e s
T a c o r o n t e 17.074 hab i t an t e s
Granad i l l a 16.884 h a b i t a n t e s
G ü í m a r 14.429 hab i t an t e s
Guía de Isora 11.915 h a b i t a n t e s
C a n d e l a r i a 10.688 hab i t an t e s
Adeje 9.708 hab i t an t e s
Santa Úrsula 8.599 hab i t an te s
El Rosar io 8.10.3 hab i t an t e s
Tegues t e 8.027 hab i t an t e s
La Victoria 7.435 hab i t an t e s
El Sauzal 6.258 h a b i t a n t e s
G a r a c h i c o 5.993 hab i t an t e s
Sant iago del Te ide 5.91 1 hab i t an t e s
La Matanza 5.887 hab i t an t e s
Buenavista del Norte 5.561 hab i t an te s
Los Silos 5.277 h a b i t a n t e s
La G u a u c h a 5.205 hab i t an t e s
San Miguel 5.118 hab i t an t e s
Ar ico 4.567 hab i t an t e s
San J u a n de la Rambla 4.507 hab i t an t e s
Ára lo 4.200 h a b i t a n t e s
El T a n q u e 3.058 h a b i t a n t e s
Fasnia 2.222 hab i t an t e s
Vilaflor 1.543 h a b i t a n t e s
Tabla III (Fuente: Instituto Canario de Estadística. 1991)
223 Tablas
L O S P U E B L O S DE TENERIFE POR DENSIDAD
Puerto de la Cruz 2.913 habitantes por Km2
Santa Cruz de Tenerife ............. 1.329 habitantes por Km2
La Laguna 1.086 habitantes por Km2
Tacoronte 507 habitantes por Km 2
Los Realejos 522 habitantes por Km2
La Matanza 117 habitantes por Km2
La Victoria 405 habitantes por Km2
Santa Úrsula 380 habitantes por Km2
El Sauzal 341 habitantes por Km2
Tegueste 303 habitantes por Km2
Arona 277 habitantes por Km2
Icod 223 habitantes por Km2
La Guancha 219 habitantes por Km2
Los Silos 218 habitantes por Km2
San Juan de la Rambla 218 habitantes por Km2
Candelaria 215 habitantes por Km 2
El Rosario 205 habitantes por Km2
Garachico 201 habitantes por Km2
La Orotava 169 habitantes por Km 2
Güímar 140 habitantes por Km2
El Tanque 129 habitantes por Km2
Arafo 123 habitantes por Km2
San Miguel 121 habitantes por Km2
Santiago del Teide 113 habitantes por Km2
Granadilla 104 habitantes por Km2
Adeje 91 habitantes por Km2
Guía de Isora 83 habitantes por Km2
Buenavista del Norte 82 habitantes por Km2
Fasnia 19 habitantes por Km2
Vilaflor 27 habitantes por Km 2
Arico 25 habitantes por Km2
LOS P U E B L O S DE T E N E R I F E SEGÚN
ESTUDIANTES N O UNIVERSITARIOS
C U R S O 91-92)
San ta C r u z d e Tener i f e 4 5 . 7 6 3
La L a g u n a 36 .150
La Oro tava 8 .794
Los Realejos 7.520
Pue r to de la C r u z 7.7 15
A r o n a 5 .878
Icod de los Vinos 4 .947
Granad i l l a 4 .795
T a c o r o n t e 4.222
G ü í m a r 4.071
Guía de Isora 3 .413
Adeje 2 .082
El Rosar io 2 .063
San ta Úrsula 1.519
C a n d e l a r i a 1.496
La G u a n c h a 1.406
La Victoria 1.264
La Matanza 1.148
Tegues t e 1.148
Los Silos 1.123
El Sauzal.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 9 9
G a r a c h i c o . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 6 9
San Migue l . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 6 0
San Juan d e l a s Ramb l a s . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 788
Buenavista del Nor te . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 8 8
San t iago del Te ide . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 655
A r i c o . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 0 6
El Tanque................................................................................. 446
A r a f o . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 2 5
Fasn ia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 218
V i l a f l o r . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 0 0
Tabla IV (Fuente: Instituto Canario de Estadística. 1991)
Tenerife 224
L O S P U E B L O S D E T E N E R I F E S E G Ú N
T O T A L V E H Í C U L O S MATRICULADOS
AÑO 92
San ta C r u z d e Tene r i f e 105.917
La L a g u n a 50 .009
A r o n a 18.987
P u e r t o de la C r u z 18.761
O r o t a v a 13.709
Los Reale jos . 11.761
G r a n a d i l l a 8 .915
Icod de los v inos 8.089
Ade je 7 .779
T a c o r o n t e 7.642
G ü í m a r 6 .601
Guía de Isora 5 .533
El Rosa r io 4 .698
C a n d e l a r i a 4.621
S a n t a Úrsu la 4.174
S a n t i a g o del T e i d e 3 .316
T e g u e s t e 3 .057
La Victor ia 3 .015
San Migue l 2 .640
El Sauzal 2 .381
La M a t a n z a 2 .358
A r i c o 1.976
La G u a n c h a 1.861
San J u a n de la Rambla 1.801
Ara fo 1.748
C a n d e l a r i a 1.735
Los Silos 1.730
G a r a c h i c o 1.637
El Tanque . . 1 . 015 Fasn ia 8 9 3
Vilaf lor 735
Tabla V (Fuente: Instituto Canario de Estadística. 1991)
225 Tablas
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Tenerife 228
Mapa de Tenerife