Documento orgánico. En Santo Domingo las conclusiones no involucran el método ver, juzgar y actuar sino que asume como eje una perspectiva Cristológica. Santo Domingo es más sencillo y sintético que puebla. Santo Domingo se articula con la profesión de fe, la promoción humana.
El mensaje de Santo Domingo se mantiene en línea con Puebla y destaca el
eje cristológico para la nueva evangelización. Cristo se convierte en el
centro de vida y acción de los latinoamericanos; las claves de lectura para este documento se denotan en la
reconciliación, la solidaridad, la integración y la comunión.
ESTRUCTURA
En tanto la estructura de Santo Domingo se proyecta desde la iluminación evangélica y se proyecta hacia toda la realidad, el no va en contra del método ver, juzgar y actuar sino que encamina su temática en otra perspectiva. Se organiza a partir del documento inaugural del Papa Juan Pablo II y se estructura así: Jesucristo Evangelio del Padre, Jesucristo Evangelizador viviente en su Iglesia y aquellas líneas pastorales prioritarias
Intención: celebrar el V centenario del inicio de la evangelización e impulsar desde allí una nueva evangelización. Es el rostro latinoamericano ante el
tercer milenio. El esquema social que contextualiza a Santo Domingo es el fin del modernismo y el inicio del postmodernismo. La pobreza y la revolución tecnológica han tocado el corazón de Latinoamérica al igual que el atropello de la dignidad humana y las políticas antinatalistas y su violación al derecho
de la vida y ¡la dignidad humana. En Santo Domingo se deja a un lado la teología marxista de la liberación. Las Conferencias del Episcopado
Latinoamericano surgen para denotar la comunión con la Iglesia y el interés del Papa por esta porción del Pueblo de Dios latinoamericano. El Espíritu Santo guió y dirigió las asambleas de intervención e intercambio dialogal.En suma Santo Domingo se interesa por sintetizar orientaciones para el
compromiso de la nueva evangelización pero en la novedad del acento cristológico, que invita a la profunda conversión, para que siendo cada vez más una comunidad evangelizada y reconciliada, pueda ser bajo la guía de
Maria, sacramento de comunión y reconciliación para los hombres.
Aparece como una constante la preocupación por la persona humana, la renovación de la evangelización en la Iglesia Latinoamericana y el marco
teológico pastoral que se proyecta en la presencia de los signos de los tiempos.
En especial Santo Domingo dedicará uno de sus 3 capítulos de su II parte a la
promoción humana; la perspectiva antropológica de Santo Domingo es
cristocéntrica. Es necesaria la profundización de la evangelización para consolidar y madurar a nuestros pueblos
en la fe.