dossieres esf 10 seguridad alimentaria

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  • 7/28/2019 Dossieres Esf 10 Seguridad Alimentaria

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    SEGURIDAD ALIMENTARIA:DERECHO Y NECESIDAD

    Dossieres EsFN 10, Julio de 2013

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    CONSEJO EDITORIAL

    Jos ngel Moreno - Coordinador

    Luis Enrique Alonso

    Mara Eugenia Callejn

    Marta de la Cuesta

    Jos Manuel Garca de la Cruz

    Carmen Valor

    Edicin a cargo de:

    Jos Manuel Garca de la Cruz (UniversidadAutnoma de Madrid)

    COLABORADORES EN ESTE NMERO

    Jos Manuel Garca de la Cruz (Universidad

    Autnoma de Madrid)ngeles Snchez Dez (Universidad Autnomade Madrid)

    Jos Luis Vivero Pol (ingeniero agrnomo)

    Gemma Durn Romero (Universidad Autnomade Madrid)

    Brbara Soriano Martnez (UniversidadPolitcnica de Madrid y Economistas sin

    Fronteras)

    Francisco R. Marn Martn (UniversidadAutnoma de Madrid)

    NDICE

    4 SEGURIDAD ALIMENTARIA: DERECHOY NECESIDAD

    7 LA ALIMENTACIN, UN DERECHOHUMANO

    11 SOBERANA ALIMENTARIA YALIMENTOS COMO UN BIEN COMN

    16 CAMBIO CLIMTICO Y SEGURIDADALIMENTARIA

    20 MERCADO VIRTUAL, AGUA REAL

    23 ACABAREMOS COMIENDO INSECTOS?

    27 DOCUMENTO:AO INTERNACIONALDE LA AGRICULTURA FAMILIAR (2014)

    29 EL LIBRO RECOMENDADO

    32 PARA SABER MS

    Los textos de este dossier reejan exclusivamente la opinin de sus autores, que no tiene por qu coincidir con la posicin institucional de EsF al respecto.

    Maquetacin: Eduardo Jos Villalobos Galindo

    Barbacoa, por LoboStudioHamburg

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    Gracias a las aportaciones peridicas de nuestros socios podemos planicar y

    realizar proyectos de larga duracin, sin depender de subvenciones.

    Si deseas hacerte socio de Economistas sin Fronteras y colaborar de forma

    peridica con nosotros cumplimenta el formulario disponible en nuestra web.

    www.ecosfron.orgO en el telfono

    91 398 97 26

    La ley 49/2002 de 23 de diciembre (BOE 24/12/2002) de rgimen scal de las entidades sin nes lucrativos, establece untrato scal ms favorable para las donaciones realizadas porpersonas fsicas, obteniendo una deduccin a la cuota de IRPF.

    El mercado nocturno de Wanfujing, por Harvey Barrison en fickr

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    Hablar de alimentacin es siempre un asunto com-

    plicado. Para unos, alimentarse signica una nece-sidad, para otros, una justicacin para actividadesldicas y para una inmensa parte de la humanidad,una preocupacin. En algunos casos, se habla dealimentacin y enfermedades, en otras ocasiones,de la esttica de la presencia personal y, en muchasotras, para referirse a las atenciones recibidas en unavisita de cortesa, reunin social o celebracin. Entodas estas ocasiones, la palabra alimentacin re-sulta sinnima de comer. Comer bien o mal, mucho

    o poco, a gusto o a disgusto. Curiosamente, no seemplea el trmino desalimentacin, como tampocoincomer, por ejemplo. Si no se est alimentado es

    porque no se come o, al menos, no lo necesario, y,por lo tanto, se est ante la desnutricin e, incluso,el hambre. Y sta no permite demasiada espera parasu superacin.

    Valga lo anterior para justicar la dicultad de titu-lar el contenido de este dossier. No trata del hambre,tampoco de la agricultura y menos de gastronoma,

    si bien es inevitable que estas palabras aparezcan enlos textos incluidos. El hambre es el referente per-manente de todos ellos, pero cada uno de los autoresescriben desde perspectivas claramente diferentes,si bien participando de una misma inquietud, quees la misma que ha motivado esta publicacin: lanecesidad de tomar conciencia de un reto que seenmascara tras otros aparentemente ms directos:los derechos humanos, el cambio climtico o lageopoltica.

    No deja de sorprender que las necesidades bsi-cas de las personas en cuanto seres vivos, y entreellas, la alimentacin, se contemplen como ajenasa la reclamacin de derechos. As como proliferanasociaciones de defensa de los derechos humanosque mantienen permanentemente la atencin sobrelas violaciones a la libertad de expresin, por ejem-

    plo, o, en otro campo, sobre la defensa del medioambiente, por no hacer referencia a las sucesivastensiones en la poltica internacional, casi en lamisma pero en inversa proporcin se presta (escasa)atencin a la violacin sistemtica del derecho a laalimentacin, o a los ataques que el mismo sistemaeconmico produce sobre el pilar fundamental quelo gener -la agricultura- o a las motivaciones que,

    PRESENTACIN

    SEGURIDAD ALIMENTARIA: DERECHO Y NECESIDADJos Manuel Garca de la Cruz (Universidad Autnoma de Madrid)

    en muchas ocasiones, justican los conictos polti-

    cos internacionales -el acceso y control de recursosnaturales, tambin agrarios-.

    Los problemas de la alimentacin se han incorpo-rado al captulo de asuntos econmicos y comotales son habitualmente abordados. As es comohablar de alimentacin es hablar de alimentos, de

    productos alimentarios, de productos agropecuariosy sus transformados, y, por lo tanto, su produccindebe de ser guiada por criterios de rentabilidad eco-nmica en mercados competitivos.

    Un ejemplo inmediato lo representa la Poltica Agr-cola Comn de la Unin Europea. En los primerosaos sesenta se justic por la necesidad de ase-gurar unas condiciones de vida de los agricultoreseuropeos -especialmente de los pequeos- prximasa las de los habitantes urbanos. Sin embargo, sussucesivas reformas no han hecho sino fortalecer laorientacin hacia el mercado de las condiciones de

    produccin y, por lo tanto, de la oferta agraria, sinque en ningn caso se haya atendido decididamente

    el grave problema de la perversa distribucin delas ayudas a favor de las grandes explotaciones y

    propiedades agrarias; sin olvidar cmo el supuestoproteccionismo a los pequeos productores ha jus-ticado estrategias proteccionistas que han repercu-tido negativamente sobre las oportunidades de lasexportaciones de algunos pases en desarrollo.

    Otro lo proporciona la activa presencia de empresasmultinacionales en el campo de la alimentacin,controlando la cadena alimentaria: desde las se-

    millas, los fertilizantes, la maquinaria hasta lasredes comerciales. Empresas como BASF AG,Bayer, Deere Company, Dole Food Co, Monsanto,

    Nestl S. A., Kraft Foods Inc., Wall-Mart Stores oCarrefour son muy populares. Sin embargo, no sees consciente de hasta dnde llega su inuencia enla vida cotidiana: son las autnticas protagonistasdel sistema agroalimentario mundial.

    Y, cmo no!, la agricultura ha sido uno de los sec-tores pioneros en la sosticacin de los mercadosnancieros internacionales, con la temprana pues-ta en funcionamiento de los mercados de futurosnancieros. Si bien la justicacin de los mismosfue la necesidad de dar una cierta estabilidad a los

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    precios de las materias primas, de manera que lasexpectativas sobre producciones y demanda corri-gieran la elevada volatilidad de los precios, lo ciertoes que las oportunidades de especulacin nancierahan desnaturalizado esta nalidad hasta hacer de losmercados de alimentos uno de los ms dinmicos en

    los movimientos especulativos internacionales (laquebrada Lehman Brothers estim que el dinero delos fondos de inversin alimentarios pas de 13.000a 260.000 millones de dlares de 2003 a 2008). Estatransformacin no ha sido ajena al hecho de que,mientras que una importante proporcin de la pro-duccin de alimentos negociados internacionalmen-te se hace en las economas perifricas en desarrollo,la negociacin nanciera se realiza en las economasdesarrolladas, especialmente en el Chicago Board of

    Trade o el Chicago Mercantil Exchange, es decir, enlos Estados Unidos.

    En este contexto de mercantilizacin de la alimen-tacin se inscriben los textos que componen estedossier. En el primero de ellos, ngeles Snchezexpone la desigual atencin que ha merecido el de-recho a la alimentacin como derecho fundamentalde las personas, como derecho humano. Recuerdael diferente tratamiento de cada uno de stos enel catlogo de los derechos universales y el tardo

    e incompleto reconocimiento del derecho a unaalimentacin suciente, como si una persona malalimentada pudiera llevar una vida digna. Aqu, elderecho a la alimentacin se comunica con otrosderechos, especialmente los relacionados con lasupresin de las discriminaciones sociales y, espe-cialmente, sobre las mujeres.

    Posteriormente, Jos Luis Vivero presenta las di-cultades que ha encontrado el reconocimientode la soberana alimentaria como un componente

    fundamental de la soberana nacional. La tergiver-sacin frecuente del trmino y las dicultades quesu ejercicio presenta como consecuencia de la pro-gresiva mercantilizacin de los productos alimen-tarios. Plantea la necesidad de la consideracin delos alimentos como bienes comunes, lo que exigeuna rigurosa delimitacin de la propiedad privada yla revalorizacin y creacin de nuevas institucionessociales de la gobernanza local y global.

    La progresiva industrializacin de las actividades

    agrarias las ha incorporado al debate sobre la soste-nibilidad. Como seala Gemma Durn en su texto,si bien se admite la importancia del cambio clim-tico en la sostenibilidad de la agricultura, tambin

    hay que atender a los impactos negativos que losactuales sistemas de produccin tienen sobre el me-dio ambiente. Sin esta perspectiva, ser complicadono solamente atender a los retos de la sostenibilidad,sino tambin a otros, como la pobreza o el hambre.Estos retos ofrecen, adems, la oportunidad de rei-

    vindicar el saber agrario tradicional y el protagonis-mo de las mujeres en la agricultura.

    Por su parte, Brbara Soriano presenta una perspec-tiva de los problemas agrarios y de la alimentacindiferente: desde la presin por los recursos, la tierray el agua. El crecimiento econmico va creandonuevas situaciones en el mercado internacional dealimentos que tienen su reejo ms directo en lacompra masiva de tierras para cultivo por parte delas nuevas potencias econmicas emergentes (Chi-

    na, India, Brasil) y, por otro lado, en la intensica-cin del comercio de alimentos. Estos hechos vancreando un nuevo y desconocido mercado global

    para el agua.

    En los ltimos tiempos el consumo de insectos seest presentado como una alternativa a los problemasde la alimentacin presentes y, sobre todo, futuros,

    por su riqueza en protenas y tambin por contar suconsumo con una larga tradicin en las ms diversasculturas. Adems, presenta posibilidades ms cier-

    tas y menos costosas en trminos ambientales queotras alternativas. Todos estos temas los analiza ensu texto Francisco Marn, para quien la alternativade la alimentacin por insectos debiera de abrirse

    paso con cierta celeridad. Mejorar la dieta, la cali-dad ambiental y abrir nuevas oportunidades a co-lectividades que sufren de insuciencia nutricional.

    En dossier se completa con un documento que haparecido de inters incluir, la declaracin de la Or-ganizacin de las Naciones Unidas para la Agricul-

    tura y la Alimentacin (FAO) de 2014 como AoInternacional de la Agricultura Familiar, y conlas habituales secciones de resea de un libro reco-mendado (en este caso, el coordinado por Eric HoltGimnez, Movimientos alimentarios unidos!) y de

    bibliografa adicional sobre los temas abordados enel dossier.

    Con la proclamacin de Ao Internacional, la FAOquiere reconocer y apoyar la aportacin de la pe-quea explotacin agraria familiar a la superacin

    de la pobreza y el hambre, adems de contribuir a lamejora de la sostenibilidad ambiental. Los temoresde que quede en un conjunto de meras declaracionesde buenos propsitos, seguido de un formalmente

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    riguroso informe nal, estn ms que justicados.Buenas razones las proporcionan las diferentes con-tribuciones al libro que se comenta, en el que, juntoa la denuncia de situaciones insatisfactorias relati-vas al funcionamiento del sistema agroalimentariomundial, se exponen numerosas experiencias de

    lucha y resistencia ante el poder del mercado.

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    La existencia de 868 millones de personas ham-brientas es la manifestacin ms agrante de la vio-lacin de uno de los derechos humanos: el derecho

    a la alimentacin. La Declaracin Universal de losDerechos Humanos de 1948 establece en su artculo25 que toda persona tiene derecho a un nivel devida adecuado que le asegure, as como a su familia,la salud y el bienestar, y en especial la alimentacin,el vestido, la vivienda, la asistencia mdica y losservicios sociales necesarios [].

    No todos los derechos humanos han tenido el mis-mo desarrollo normativo con posterioridad a suinclusin en la Declaracin Universal. Podemos

    distinguir entre los Derechos Civiles y Polticos ylos Derechos Econmicos, Sociales y Culturales,entre los que se encuentra el derecho a la alimen-tacin. Los primeros son derechos negativos, esdecir, el Estado tiene la responsabilidad de garanti-zar que no se desposea al individuo de su derecho.Por el contrario, los Derechos Econmicos, Socialesy Culturales son derechos positivos, es decir, elEstado ha de garantizar que existan medios paraque los ciudadanos puedan disfrutar de ellos. En

    el primer caso, los Estados han de abstenerse dehacer o permitir, mientras que en el segundo, losEstados tienen la obligacin de hacer. Esto ltimotiene un coste mucho mayor, que requiere volme-nes elevados de nanciacin, adems de la voluntad

    poltica, a la que en los ltimos aos se recurre contanta frecuencia1. Pero adems de estas diferenciasde naturaleza instrumental, estos tipos de derechosmuestran otra importante diferencia de naturalezams poltica. Los Derechos Civiles y Polticos fue-ron apoyados de una forma expresa por los pases

    occidentales en plena Guerra Fra, con el objeto demostrar el incumplimiento que de muchos de ellosse haca al otro lado del Teln de Acero, as como enlos territorios de algunas de sus excolonias. Ese en-tusiasmo en su defensa les llev a crear el Tribunal

    1 Si bien la voluntad poltica es una condicin necesaria,indiscutible y que parece escasear en la actualidad, mximeen un contexto de recesin de las economas desarrolladas, nohabra de olvidarse que las polticas y los compromisos de luchacontra el hambre y la defensa del derecho a la alimentacin

    deberan abordarse desde la perspectiva de las polticaspblicas. Es decir, los destinatarios de estas polticas sondestinatarios de derechos esencialmente y no slo el objeto deuna asistencia de un determinado compromiso poltico. Soloesta orientacin garantizar la continuidad de las polticas delucha contra el hambre.

    LA ALIMENTACIN, UN DERECHO HUMANOngeles Snchez Dez (Universidad Autnoma de Madrid)

    de La Haya, rgano de carcter internacional ante elcual los Estados sobre los que existe una sospechade violacin de los derechos puedan ser denuncia-

    dos. Este tribunal no tiene competencias para losderechos Econmicos, Sociales y Culturales.

    Los derechos incluidos en la Declaracin Universalse han desarrollado normativamente con posteriori-dad. En 1966, la Asamblea General de las NacionesUnidas suscribi2 el Pacto Internacional de DerechosEconmicos, Sociales y Culturales, que nalmenteentr en vigor en 19763. En su artculo 11 se incluyeel derecho a la alimentacin de la siguiente forma:

    1. Los Estados [] reconocen el derecho de toda

    persona a un nivel de vida adecuado para s y sufamilia, incluso alimentacin, vestido y viviendaadecuados, y a una mejora continua de las condicionesde existencia. Los Estados Partes tomarn medidasapropiadas para asegurar la efectividad de estederecho, reconociendo a este efecto la importanciaesencial de la cooperacin internacional fundada en ellibre consentimiento.

    2. Los Estados [], reconociendo el derechofundamental de toda persona a estar protegida contrael hambre, adoptarn, individualmente y mediante lacooperacin internacional, las medidas [] que se

    necesitan para:

    a) Mejorar los mtodos de produccin, conservaciny distribucin de alimentos mediante la plenautilizacin de los conocimientos tcnicos y cientcos,la divulgacin de principios sobre nutricin y el

    perfeccionamiento o la reforma de los regmenesagrarios de modo que se logren la explotacin y lautilizacin ms ecaces de las riquezas naturales;

    b) Asegurar una distribucin equitativa de losalimentos mundiales en relacin con las necesidades,teniendo en cuenta los problemas que se plantean

    tanto a los pases que importan productos alimenticioscomo a los que los exportan.

    El Pacto4 supera la visin ms simplista del derecho

    2 Resolucin 2200 A (XXI), de 16 de diciembre de1966.

    3 La situacin de cada pas, ya sea sobre su rma,raticacin o sobre las consideraciones particulares quehan expresado en el comentario de la rma, se puedeconsultar en http://treaties.un.org/Pages/ViewDetails.aspx?src=TREATY&mtdsg_no=IV-3&chapter=4&lang=en

    4 Segn la FAO, se entiende por desnutricin la situacinde inseguridad alimentaria crnica como consecuencia de quela ingesta de alimentos no cubre las necesidades energticas

    bsicas de una forma continua en el tiempo. El nmero de

    http://treaties.un.org/Pages/ViewDetails.aspx?src=TREATY&mtdsg_no=IV-3&chapter=4&lang=enhttp://treaties.un.org/Pages/ViewDetails.aspx?src=TREATY&mtdsg_no=IV-3&chapter=4&lang=enhttp://treaties.un.org/Pages/ViewDetails.aspx?src=TREATY&mtdsg_no=IV-3&chapter=4&lang=enhttp://treaties.un.org/Pages/ViewDetails.aspx?src=TREATY&mtdsg_no=IV-3&chapter=4&lang=en
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    a no pasar hambre -estar protegido contra la desnu-tricin -, y se reere al derecho a una alimentacinadecuada, incluyendo referencias a la sucienciatanto en cantidad como en calidad. Esto es particu-larmente relevante hoy en da, donde la obesidadest creciendo a pasos agigantados entre los colecti-

    vos ms pobres. La escasez de renta para afrontar elgasto en alimentos lleva a que las familias consumancada vez ms alimentos de peor calidad, que sacianla sensacin de hambre, pero suponen una psimaalimentacin. En estos casos, nos enfrentamos aserios problemas de alimentacin inadecuada, quegenera problemas de malnutricin manifestados enla insuciencia de uno o varios nutrientes, como lavitamina A, el zinc o el yodo, o en una mala asimi-lacin de los alimentos.

    No ser hasta la dcada de nales de los noventa(1999) cuando se sienten las bases del derecho a laalimentacin a travs de la Observacin General

    Nmero 12 (OG 12), relativa a la aplicacin delPacto Internacional de los Derechos Econmicos,Sociales y Culturales, al disponer que todo hom-

    bre, mujer o nio, ya sea slo o en comn con otros,tiene (el derecho al) acceso fsico y econmico, entodo momento, a la alimentacin adecuada o a losmedios para obtenerla. Adems, recoge elementos

    como la necesidad de una alimentacin sucientepara satisfacer las necesidades nutritivas de lapersona, adecuada a las condiciones sociales, eco-nmicas, ecolgicas, etc., sostenible, de forma que

    permita el acceso a los alimentos por parte de lasgeneraciones presentes y las futuras, e inocua, querespete las particularidades culturales; todo ello enel marco de garantas en relacin a la accesibilidad-fsica y econmica- y a la disponibilidad que per-mita alimentarse, ya sea a travs de la produccindirecta o mediante los sistemas de distribucin ycomercializacin.

    Asimismo, la OG 12 establece que los Estados sontitulares de una serie de obligaciones para asegurarque su poblacin tenga acceso a todos los mediosnecesarios para disponer de los elementos nutritivosque precise para desarrollar una vida sana y activa.Estas obligaciones pueden ser clasicadas en dostipos.

    caloras depende de la naturaleza de cada persona, pero laFAO calcula una media para cada uno de los pases a travs delIndicador de Requerimientos Dietticos de Energa Mnima,que de media a nivel mundial es de 1.950 kilocaloras por day persona.

    A) Obligaciones generales, tales como:

    1. Obligacin de respetar. Los Estados han deabstenerse de realizar actividades que afectennegativamente al goce del derecho a la alimentacin,como pueden ser polticas que malgasten el agua,faciliten usos alternativos a la produccin de alimentosde las tierras frtiles o desplacen a las personas de su

    lugar de residencia de forma obligada (por ejemplo,por expropiacin de tierras o cualquier hecho quefacilite la concentracin de la tierra, que incite a laemigracin, etc.), as como de no proveer de servicios

    pblicos como el acceso al agua, infraestructuras detransporte, etc.

    2. Obligacin de proteger, reduciendo lavulnerabilidad de los derechos de la poblacin. Deesta forma, los Estados habrn de evitar polticascontrarias a la conservacin del medio ambiente,tolerar las compras masivas de alimentos encondiciones abusivas, etc.

    3. Obligacin de facilitar. Ello supone apoyar a lapoblacin que no est en condiciones de valerse pors misma, facilitando actividades para fortalecer elacceso y la utilizacin de los recursos que atiendan ala seguridad alimentaria e, incluso, proporcionandodirectamente medios a la poblacin que no sea capaz

    por s misma de alimentarse.

    B) Obligaciones graduales y progresivas. Los Estadoshan de garantizar los derechos de una forma gradualy progresiva, segn sus posibilidades econmicas,tcnicas, etc.5 En este caso, volvemos a encontrar una

    nueva diferencia con los Derechos Civiles y Polticos,en la medida que estos han de cumplirse de una formainmediata.

    Con el cambio de siglo, se continu con el avanceen el reconocimiento al Derecho a la Alimentacin,y a mediados de la primera dcada se desarrollaronlas conocidas como Directrices sobre el Derecho ala Alimentacin6. Aprobadas por la FAO en 20047,son un conjunto de medidas concretas legales, insti-tucionales, econmicas y sociales en diversos mbi-tos que buscan garantizar la suciencia alimentarianacional (ver resumen en tabla 1), que los pasessuscriben con carcter voluntario.

    5 Se puede ampliar la informacin en Gifra Durall, J. yBeltrn Garca, S.: El Derecho humano a la alimentacin y elagua, en Instituto Espaol de Estudios Estratgicos, Seguridadalimentaria y seguridad global. Cuadernos de Estrategia,nm. 161, Instituto Espaol de Estudios Estratgicos, Madrid,2013.

    6 FAO, Directrices voluntarias en apoyo de la

    realizacin progresiva del derecho a una alimentacinadecuada en el contexto de la seguridad alimentaria nacional,

    FAO, Roma, 2005.

    7 Aprobadas por el Consejo de la FAO en su 127perodo de sesiones, en noviembre de 2004.

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    Sin embargo, a pesar de los pasos dados para avanzaren el disfrute de este derecho, quedan an muchosretos pendientes. El Relator Especial del Derecho

    a la Alimentacin ha identicado como agrantesviolaciones del derecho a la alimentacin un exten-so catlogo de causas, como: algunas situacionesderivadas de los problemas relacionados con elcomercio internacional, las obligaciones derivadasdel pago de la deuda externa y las reformas estruc-turales que los agentes acreedores con frecuenciaestablecen; la evolucin de la biotecnologa y suinuencia en el acceso y la disponibilidad de ali-mentos; las guerras devastadoras de la capacidad

    agraria; la corrupcin; los problemas en el acceso ala tierra y el crdito; y la discriminacin contra lasmujeres y su incidencia sobre la realizacin del de-

    recho a la alimentacin8. A ellos habra que sumar eldeterioro del medio ambiente y, ms directamente,los efectos perversos del cambio climtico sobre las

    regiones ms pobres y los mayores impactos sobrela poblacin ms vulnerable, mujeres e infancia.

    Precisamente, la evidencia emprica de que elhambre no afecta por igual a todos los colectivosha sido recogida en materia normativa. La Conven-cin sobre la eliminacin de todas las formas dediscriminacin contra la mujer (1979) incluy unareferencia a la alimentacin, estableciendo que losEstados estn obligados a garantizar que las mujerestengan una nutricin adecuada durante el embarazo

    y la lactancia y a adoptar todas las medidas apropia-

    8 Citado en Prosalus,Reexiones en torno al derecho ala alimentacin, Prosalus, Madrid, 2009.

    Directrices sobre entorno, asistencia yrendicin de cuentas

    Medidas, acciones y compromisos internacionales

    D. 1 Democracia, buena gestin pblica,derechos humanos y estado de derecho

    1. Cooperacin internacional y medidasunilaterales

    D. 2 Polticas de desarrollo econmico 2. Papel de la comunidad internacional

    D. 3 Estrategias 3. Cooperacin tcnica

    D. 4 Sistemas de mercado 4. Comercio internacionalD. 5 Instituciones 5. Deuda externa

    D. 6 Partes interesadas 6. Asistencia ofcial para el desarrollo

    D. 7 Marco jurdico 7. Ayuda alimentaria internacional

    D. 8 Acceso a los recursos y bienes:D. 8A Mercado laboral, D. 8B Tierra,D. 8C Agua, D. 8D Recursos genticospara la alimentacin y la agricultura, D. 8ESostenibilidad, D. 8F Servicios

    8. Colaboracin con las ONG, las organizacionesde la sociedad civil y el sector privado

    D. 9 Inocuidad de los alimentos y proteccin del

    consumidor

    9. Promocin y proteccin del derecho a una

    alimentacin adecuadaD. 10 Nutricin

    D. 11 Educacin y sensibilizacin

    D. 12 Recursos fnancieros nacionales

    D. 13 Apoyo a los grupos vulnerables

    D. 14 Redes de seguridad

    D. 15 Ayuda alimentaria internacional

    D. 16 Catstrofes naturales y provocadas porel hombre

    D. 17 Vigilancia, indicadores y puntos dereferencia

    D. 18 Instituciones nacionales de derechoshumanos

    D. 19 Dimensin internacional

    Tabla 1. Directricesvoluntariassobre el Derecho a la AlimentacinFuente: FAO

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    das para eliminar la discriminacin contra la mujeren las zonas rurales a n de asegurar, en condicio-nales de igualdad entre hombres y mujeres, su par-ticipacin en el desarrollo rural y sus benecios.Aos despus la Convencin sobre los Derechos del

    Nio (1989) estableci el derecho de todo nio a

    un nivel de vida adecuado para su desarrollo fsi-co, mental, espiritual, moral y social, y para ellolos Estados han de luchar contra la malnutricininfantil y adoptar medidas adecuadas para que los

    progenitores cumplan su obligacin primordial dehacer efectivo el derecho de los nios a un nivel devida adecuado, particularmente con respecto a lanutricin.

    No obstante, pese a la necesidad ineludible que su-pone la defensa del derecho a la alimentacin como

    poltica de lucha contra el hambre, la aproximacindesde la perspectiva del Derecho tiene una serie dedebilidades que no hay que ignorar. Los derechos se

    presentan de una forma neutra y apoltica, y ello, enalgunas ocasiones, no es til para resolver proble-mas con una gran carga subjetiva y poltica, comolos desequilibrios de la distribucin de la riqueza olas relaciones de poder9. Adems, hay que vigilar lanaturaleza de algunos Estados, en los que su exis-tencia se puede convertir en una amenaza para la

    realizacin de los derechos humanos, en lugar de seragentes encargados de trabajar para lograr el cum-plimiento de los derechos10. Por ello, el derecho ala alimentacin ha de ser complementado con otras

    perspectivas u orientaciones, como la seguridadalimentaria y la soberana alimentaria. Slo de estaforma se podr atacar la grave violacin del derechoa la alimentacin que supone la existencia de ms de850 millones de personas con hambre, que malviven(o mueren) no por la falta de alimentos, sino por unmal reparto de ellos.

    9 Kennedy. D., The International Human RightsMovement: part of the problem?, en Harvard Human Rights

    Journal, vol. 15, 2002.

    10 Mitlin, D. y Patel, S., Re-interpreting the Rights-based Approach. A grassroots perspective on rights and

    development, Global Poverty Research Group, 2005.

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    Latina2. La soberana alimentaria deriva del concep-to de soberana nacional, que reivindica el papeldel Estado y de los pueblos para denir sus propias

    polticas alimentarias y garantizar as que toda supoblacin tenga para comer en cantidad sucientey con calidad adecuada. Esta propuesta implica lareivindicacin del derecho a la alimentacin, tal ycomo se recoge en el PIDESC3. Adems, la sobera-na alimentaria reivindica al productor del alimentoy al consumidor nal como los elementos centralesde la cadena agroalimentaria, frente a los eslabonesdel comercio y la distribucin; y prioriza los merca-dos nacionales y los productores locales frente a la

    produccin para la exportacin y la importacin dealimentos subvencionados por otros pases.

    El reforzamiento de la soberana alimentaria pasapor hacernos menos dependientes de alimentosimportados y menos vulnerables a plagas y enfer-medades. Tambin pasa por valorizar la produccinlocal y los productos frescos, por tener cultivos msresilientes al cambio climtico y un consumo menosdependiente de los oligopolios alimentarios, quesuelen ser compaas extranjeras cuyo inters no es

    precisamente alimentar saludablemente a nuestrapoblacin. Garantizar la alimentacin de los propiosciudadanos debera ser un objetivo estratgico delos gobiernos y la suciencia alimentaria en muchos

    productos debera ser un objetivo prioritario deseguridad nacional4. Si entendemos por soberanaalimentaria la capacidad de un estado de decidirdnde, cmo, cundo y quin produce alimentos

    para su poblacin, la defensa de tal precepto deberaser aceptada y promovida por todos los estados del

    mundo, pues refuerza su propia soberana nacional5

    .

    2 La soberana alimentaria est recogida en la Leyde Soberana Alimentaria de Ecuador, la Ley de SeguridadAlimentaria de Guatemala, la Ley de Seguridad y SoberanaAlimentaria de Honduras y la Ley de Seguridad y SoberanaAgroalimentaria de Venezuela. Tambin est en la Constitucinde Bolivia, Ecuador y Honduras.

    3 El Pacto Internacional por los Derechos Econmicos,Sociales y Culturales, un tratado internacional vinculante queha sido raticado por 160 estados hasta la fecha.

    4 http://www.ieee.es/Galerias/chero/cuadernos/CE_161_Seguridad_Alimentaria_y_Seguridad_Global.pdf

    5 http://fr.slideshare.net/joseluisviveropol/deconstruir-la-soberana-alimentaria

    SOBERANA ALIMENTARIA Y ALIMENTOS COMO UN BIEN COMNJos Luis Vivero Pol (ingeniero agrnomo)

    Siempre me ha sorprendido la profunda animadver-sin que suscita el trmino soberana alimentariaentre los polticos, profesionales del desarrollo y

    las agencias cuyo mandato central es la erradica-cin del hambre. Nos ser harto difcil encontrar untexto escrito por la FAO, el PMA, FIDA, el BancoMundial, la Unin Europea o USAID que describao analice la soberana alimentaria como alterna-tiva al sistema alimentario actual o como realidad

    poltica que es reclamada por miles de personas ycientos de organizaciones. Para el establishment, lasoberana alimentaria no existe, pues no se habla deella. Es curioso porque la soberana alimentaria no

    deja de ser una mera precisin del concepto de so-berana nacional, construccin social que emana dela Revolucin Francesa y que establece el Estado-

    Nacin como la unidad principal de las relacionesinternacionales. Si estamos de acuerdo en que losestados son soberanos para tomar decisiones sobresu propio territorio y sus propios ciudadanos, de-

    beramos aceptar sin problemas que esa soberanaabarque tambin las decisiones sobre la produccin,comercializacin y consumo de alimentos1. Pero noes as. Los mismos que deenden la soberana na-cional para emitir moneda, tener ejrcito, controlarel espacio areo, gestionar los recursos naturalesen suelo propio y abrir embajadas en otros pases,se oponen a que tengamos soberana sobre la pro-duccin y el consumo de algo tan bsico como losalimentos. La soberana alimentaria debera ser unconcepto del establishment, fuertemente enraizadoen los partidos de derecha, y sin embargo es todo locontrario: en la actualidad se asocia exclusivamentea movimientos sociales con amplia base indgena

    y campesina (La Va Campesina) y a gobiernos decorte populista y socialista (Venezuela, Nicaragua,Bolivia, Ecuador y Cuba).

    La soberana alimentaria es un concepto reciente,todava en construccin, con slidos fundamentos,impulsado y promovido por la sociedad civil, queha ido poco a poco colndose en el discurso polticoocial de muchos pases, principalmente de Amrica

    1 Snchez Dez, A. y Vivero Pol, J. L. (2011), Laalimentacin y la seguridad alimentaria mundial, en Garcade la Cruz, J. M., Durn Romero, G. y Snchez Daz, A.(coords.), La economa mundial en transformacin, Ed.Paraninfo, Madrid.

    http://www.ieee.es/Galerias/fichero/cuadernos/CE_161_Seguridad_Alimentaria_y_Seguridad_Global.pdfhttp://www.ieee.es/Galerias/fichero/cuadernos/CE_161_Seguridad_Alimentaria_y_Seguridad_Global.pdfhttp://fr.slideshare.net/joseluisviveropol/deconstruir-la-soberana-alimentariahttp://fr.slideshare.net/joseluisviveropol/deconstruir-la-soberana-alimentariahttp://fr.slideshare.net/joseluisviveropol/deconstruir-la-soberana-alimentariahttp://fr.slideshare.net/joseluisviveropol/deconstruir-la-soberana-alimentariahttp://www.ieee.es/Galerias/fichero/cuadernos/CE_161_Seguridad_Alimentaria_y_Seguridad_Global.pdfhttp://www.ieee.es/Galerias/fichero/cuadernos/CE_161_Seguridad_Alimentaria_y_Seguridad_Global.pdf
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    Y sin embargo, por qu algo tan aceptado comola soberana se convierte en un movimiento revo-lucionario cuando se le aade el adjetivo alimenta-rio? Pues precisamente porque lo alimentario es detodo menos soberano para la mayora de los pasesy pueblos del mundo, que se han visto forzados a

    liberalizar sus mercados alimentarios y ceder espa-cios de soberana propios a las multinacionales dela alimentacin. Este sistema alimentario industrialresponde exclusivamente a la idea de maximizar

    benecios econmicos y minimizar gastos, redu-ciendo las mltiples dimensiones de la comida a unasola: su valor como producto comerciable, comocommodity.

    Pero los alimentos no son solo un commodity. Paraempezar, es obvio que son una necesidad humana

    bsica, pues nuestro cuerpo requiere la energa delos alimentos para mantener sus funciones vitales.Adems, nadie puede negar la importancia de losalimentos como un pilar fundamental de la culturay las civilizaciones6. La recoleccin, cultivo, prepa-racin y consumo de alimentos representa un actocultural7. Pero comer tambin es un derecho, y noslo una necesidad. Aunque no lo parezca, tiene lamisma categora e implicaciones legales que el de-recho a la libertad de prensa, a que no te torturen o a

    la libertad de culto8

    . Sin embargo, su camino desdesu primera formulacin hasta el presente no ha sidofcil ni rpido, y todava es un derecho humanoque est en proceso de consolidacin. En algunos

    pases, el derecho a una alimentacin adecuada estya recogido en la Constitucin o en la legislacinnacional. Este derecho recoge la obligacin legalde proteger la capacidad de todo ser humano dealimentarse con dignidad, ya sea mediante la pro-duccin de sus alimentos o mediante la compra, talcomo se consagra en el artculo 25 de la DeclaracinUniversal de los Derechos Humanos de 1948 y en elartculo 11 del PIDESC de 1966.

    Adems de las dimensiones anteriores, no podemos

    6 Diamond, J. (1997), Guns, germs and steel. A shorthistory of everybody for the last 13,000 years, Vintage,London, Digital Library of the Commons, http://dlc.dlib.indiana.edu/dlc/handle/10535/830

    7 Montanori, M. (2006), Food is culture. Arts andtraditions on the table, Columbia University Press, New York.

    8 Vivero, J.L. y Erazo, X. (eds.) (2009), Derecho ala Alimentacin, Polticas Pblicas e Instituciones contra el

    Hambre, Serie Ciencias Humanas, LOM Editores, Santiago,Chile.

    olvidar que la comida es tambin una mercanca yque la industria alimentaria es una de las mayoresreas de actividad econmica (el 10% del productointerno bruto mundial)9. La industria de la alimen-tacin se ha valorado entre $4 y $5.7 billones dedlares en 200910 y se espera que aumente a $ 7

    billones de dlares en 2014.La industria alimentaria industrial nos indujo a des-

    pojar a la produccin de alimentos y su consumo detodos sus valores sociales y culturales, para consi-derarlo una mera necesidad siolgica que utilizaun insumo totalmente mercantilizado, transformadoen puro objeto comercial. Los alimentos son un ob-

    jeto que alguien produce, otro vende y un tercerocompra. Punto. Esta consideracin va contra todalgica de supervivencia como especie. Las antiguas

    variedades de tomate con deformaciones en la piel,costillas, sabores diferentes, muchas pepitas dediferentes tamaos y verdadero sabor a tomate handado pie a las nicas dos variedades que mayorita-riamente encontramos en todos los supermercadosdel mundo: el tomate tipo manzana para ensaladassin sabor y el tomate tipo pera para guisos despro-vistos de sustancia11.

    Los seres humanos necesitamos solo tres elementosesenciales que nos proporciona el planeta Tierra:

    alimentos, agua y aire. Deberan ser gratuitos y ga-rantizados para todos, al menos la parte necesaria

    para subsistir, y sin embargo solo el aire es gratis,por ahora. Los alimentos han sido totalmente pri-vatizados y el agua ha sido un bien pblico hastael siglo XX y est ahora en medio de un acelerado

    proceso de privatizacin y apropiacin. Estoy con-vencido de que el aire tambin ser privatizado du-rante este siglo, a medida que lo contaminemos cadavez ms, y antes de 20 aos tendremos que pagar un

    impuesto por respirar. De hecho, los mecanismos desecuestro de carbono del protocolo de Kyoto y elmercado de cuotas de contaminacin con CO2 son

    pasos iniciales para valorar en trminos econmicosy privatizar un espacio comn (la atmosfera) para el

    benecio de unos pocos.

    9 Forbes (2007), The worlds biggest industry, Forbes,15 de noviembre de 2007.

    10 http://www.alpencapital.com/downloads/GCC_Food_Industry_Report_June_2011.pdf

    11 Estabrook, B. (2012), Tomatoland: How ModernIndustrial Agriculture Destroyed Our Most Alluring Fruit,Andrews Macmeel Publishing, Kansas City.

    http://dlc.dlib.indiana.edu/dlc/handle/10535/830http://dlc.dlib.indiana.edu/dlc/handle/10535/830http://www.alpencapital.com/downloads/GCC_Food_Industry_Report_June_2011.pdfhttp://www.alpencapital.com/downloads/GCC_Food_Industry_Report_June_2011.pdfhttp://www.alpencapital.com/downloads/GCC_Food_Industry_Report_June_2011.pdfhttp://www.alpencapital.com/downloads/GCC_Food_Industry_Report_June_2011.pdfhttp://dlc.dlib.indiana.edu/dlc/handle/10535/830http://dlc.dlib.indiana.edu/dlc/handle/10535/830
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    Sin embargo, no siempre ha sido as, pues la con-sideracin de los alimentos como bien pblico o

    bien privado va cambiando con el tiempo, al ser unentendimiento comn entre los miembros de unasociedad en un momento determinado. Tanto la dis-tincin clsica de bienes pblicos y bienes privados

    en el campo de la economa12 como su posteriortratamiento poltico13 de bienes comunes globalesy nacionales son contratos sociales y no caracters-ticas inherentes a los propios bienes. Es decir, quedependiendo de nuestro sistema de valores, relacincon los recursos, sistema de propiedad y modelo

    poltico, podemos considerar a los alimentos comoun bien exclusivamente privado, exclusivamente

    pblico o un hbrido entre ambos. El sistema ca-pitalista, que ha conseguido establecerse como el

    paradigma econmico y social dominante en los pri-meros albores del siglo XXI, se desarrolla sobre unaconsideracin casi religiosa del derecho inalienablea la propiedad privada, una fe inquebrantable en lasleyes del mercado y una supremaca del individuosobre el grupo. Y en esa lnea, la privatizacin totalde los alimentos se ha consumado en la segundamitad del siglo XX, con el desarrollo de un sectoragro-alimentario industrial basado en la mecaniza-cin de las actividades agrcolas, la utilizacin deagroqumicos derivados del petrleo, el transporte

    de los alimentos a travs de grandes distancias y laapropiacin de la informacin gentica a travs delas patentes. Nuestra economa de mercado no hasido modelada por la sociedad, sino al revs: nues-tra sociedad ha evolucionado para adaptarse a losvalores y las necesidades del mercado. Ya no coo-

    peramos para co-existir, sino que competimos parasobrevivir. Luchamos para conseguir un bien esen-cial para nuestra supervivencia como es la comida.

    Nos queda todava una quinta dimensin de losalimentos, que la soberana alimentaria sugiere yque los movimientos alimentarios alternativos estnempezando a dar forma: la consideracin de losalimentos como un bien comn, cuya produccinsostenible y su justa distribucin es responsabilidadde todos nosotros, y no slo de las empresas agroa-

    12 Samuelson, P.A. (1954), The Pure Theory of PublicExpenditure, The Review of Economics and Statistics, Vol.36, No. 4, pp. 387-389. Eecke, W. (1999), Public Goods: AnIdeal Concept,Journal of Socio-Economics, 28: 139-156.

    13 Kaul, I., Conceio, P., Le Goulven, K., y Mendoza,R. U. (eds.) (2003),Providing Global Public Goods: ManagingGlobalization, Oxford University Press, Nueva York. DOI:10.1093/0195157400.001.0001

    limentarias o de los agricultores privados. Actual-mente, el poder adquisitivo determina la cantidady calidad de alimentos que cada persona consume.Tanto dinero tienes, tanto comes, y si no tienesdinero suciente, lo cual es un hecho corriente encasi mil millones de personas, pues no comes lo

    suciente. Como los alimentos son considerados unbien exclusivamente privado, slo el acceso a travsde la produccin propia (usando insumos privados)o de la compra me garantiza ingerir los nutrientesque necesito.

    Durante cientos de miles de aos los alimentos y elagua fueron ampliamente considerados como bienescomunes, ya que la naturaleza proporcionaba ali-mentos en forma de frutas silvestres, races, hojas,animales, peces, frutos de mar o agua corriente en

    los ros. Aunque los alimentos son intrnsecamen-te rivales (todo lo que te tragues ya no puede sercomido por otra persona) y puedes excluir a una

    persona de comer, su abundancia y la renovacin delas existencias excedan con creces las necesidadeshumanas. En ese momento, los alimentos se consi-deraban bienes comunes. Luego vino el desarrollode la agricultura sedentaria, la apropiacin de tierrascomunales y su transformacin en tierras comunes,la privatizacin del agua de riego, la estabulacin

    del ganado en granjas mecanizadas, la mecanizacinde las labores agrcolas, el transporte de productosfuera de temporada, las patentes de las semillas yla homogeneizacin total de los productos alimenta-rios. Todo esto trajo consigo una privatizacin casitotal de los medios de produccin y de los propiosalimentos. Sin embargo, esta industrializacin de la

    produccin de alimentos no consigui acabar con elhambre, que sigue afectando a casi 868 millones de

    personas, a pesar de producir sucientes alimentospara poder alimentarnos todos correctamente.

    Ms de la mitad del mundo come en formas quedaan su salud, bien por exceso, bien por defecto,y por ello el hambre y la obesidad estn de moda enlos debates polticos, econmicos y sociales. La obe-sidad y la desnutricin afectan a 2.300 millones de

    personas en el mundo14, con ms de 500 millones de

    14 GAIN (2013), Access to nutrition index.Global Index 20,. Global Alliance for Improved Nutrition.http://s3.amazonaws.com/ATN/atni_global_index_2013.pdf

    http://s3.amazonaws.com/ATN/atni_global_index_2013.pdfhttp://s3.amazonaws.com/ATN/atni_global_index_2013.pdf
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    obesos15 y 868 millones de personas desnutridas16.A pesar de aos de esfuerzos internacionales en lalucha contra el hambre, el aumento de los ingresosnacionales brutos y la disponibilidad de alimentos

    per cpita, el nmero de personas que padecenhambre se ha reducido a un ritmo muy lento desde

    2000 (slo 4 millones de personas por ao) y la ci-fra absoluta de personas que padecen hambre estaumentando en los pases desarrollados, el CercanoOriente y frica. Para empeorar las cosas, la crisisde precios de los alimentos de 2008 y 2011 empuja 153 millones de personas a la pobreza extrema yel hambre17. En la actualidad, se estima que hay 314millones de nios menores de cinco aos con des-nutricin crnica18.Y no slo en el Sur Global, puesya tenemos hambrientos en los pases europeos,

    Espaa entre ellos, y Estados Unidos, donde ms de45 millones de personas reciben asistencia alimen-taria a travs de programas federales19. El hambrees el mayor contribuyente mundial a la mortalidadmaterna e infantil, pues 3,5 millones de personasmueren cada ao por causas relacionadas con elhambre20, de los cuales 2,6 millones son menoresde cinco aos21. El sobrepeso y la obesidad, por otra

    parte, estn detrs de la muerte de 2,8 millones de

    15 Stevens, G., Singh, G., Danaei, G. et al. (2012b),National, regional and global trends in adult overweight andobesity prevalences, Population Health Metrics, 10 (22):1-16.

    16 FAO, WFP y IFAD (2012), The state of foodinsecurity in the world. Economic growth is necessary but not

    sufcient to accelerate reduction of hunger and malnutrition,

    FAO, Roma.

    17 World Bank (2012), Global Monitoring Report 2012:Food Prices, Nutrition and the MDG, Washington D.C.

    18 Stevens, G. et al. (2012a), Trends in mild, moderateand severe stunting and underweight, and progress towardsMDG 1 in 141 developing countries: a systematic analysis of

    population representative data, The Lancet, 380 (9844), 824-834.

    19 Congressional Budget Ofce (2012), TheSupplemental Nutrition Assistance Program, abril. http://www.cbo.gov/publication/43175

    20 Black, R. et al. (2008), Maternal and childundernutrition: global and regional exposures and health

    consequences, The Lancet, 371(9608), 243-260.

    21 UNICEF (2011),Levels and trends in child mortality,UN Inter-agency Group for Child Mortality Estimation, NuevaYork.

    personas22, y las tendencias son bastante preocupan-tes para los prximos aos, en los que se espera quehaya 1.120 millones de personas obesas en 203023.En oposicin a la creencia comn, la mayora delas muertes por hambre no ocurren en situacionesde emergencia humanitaria (como la reciente ham-

    bruna del Cuerno de frica), sino que se producena diario en los pases relativamente estables y demedianos ingresos24. Con millones de personas quemueren de hambre en un mundo de abundancia, na-die puede poner en duda la necesidad de un cambiodel modelo de produccin agro-industrial.

    Con objeto de proporcionar una base slida parala transicin hacia sistemas alimentarios ms sos-tenibles y articulados en torno al productor y alconsumidor, en lugar del intermediario, debemos

    reconsiderar la naturaleza de los alimentos como unbien exclusivamente privado y reconstruirla comoun bien comn, que sea a la vez una necesidad, underecho humano, un factor cultural y un productocomercializable25. Numerosos aspectos relaciona-dos con los alimentos son ya considerados como

    bienes comunes, por ejemplo, los bancos de atunesen aguas internacionales, los frutos silvestres comolas setas o los esprragos trigueros, las recetas decocina, los conocimientos agrcolas tradicionales de

    los campesinos, las normas de inocuidad alimentariao las semillas de variedades criollas no patentadas,pues nos benecian a todos y no son excluyentes orivales26.

    Si los alimentos fueran considerados bienes

    22 Black, R. et al. (2008), Maternal and childundernutrition: global and regional exposures and healthconsequences, The Lancet, 371 (9608), 243-260.

    23 UNICEF (2011),Levels and trends in child mortality,UN Inter-agency Group for Child Mortality Estimation, NuevaYork.

    24 WHO (2012), Obesity and overweight factsheet# 311,World Health Organisation. http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/en/

    25 Kelly, T.,Yang, W.,Chen, C.S., Reynolds, K. y He J.(2008), Global burden of obesity in 2005 and projections for2030,International Journal of Obesity, 32: 1431-37.

    26 Gross, R. y Webb, P. (2006), Wasting time forwasted children: severe child undernutrition must be resolvedin non-emergency settings, The Lancet, 367: 12091211.Vivero, J.L. (2013), Food as a commons: reframing thenarrative of the global food system, http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2255447

    http://www.cbo.gov/publication/43175http://www.cbo.gov/publication/43175http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/en/http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/en/http://%20http//papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2255447http://%20http//papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2255447http://%20http//papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2255447http://%20http//papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2255447http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/en/http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/en/http://www.cbo.gov/publication/43175http://www.cbo.gov/publication/43175
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    comunes, las implicaciones para la gobernanzadel sistema alimentario mundial seran enormes,con ejemplos que van desde la negociacin delcomercio de alimentos fuera del marco de la OMC(organizacin que trabaja exclusivamente con bie-nes privados)27, la prohibicin de la especulacin

    nanciera con los alimentos o la revisin de algunasreglas de comercio alimentario, ms adaptadas a la

    produccin de alimentos industriales y homogneosque a la produccin de alimentos naturales y diver-sos.

    Otro aspecto de vital importancia sera la promo-cin de nichos locales donde se pudieran llevar acabo acciones colectivas de produccin y consumode alimentos, combinando reglas de mercado, regu-laciones pblicas y acciones colectivas voluntarias.

    Un ejemplo cercano y bien estudiado por la recien-temente fallecida Elinor Ostrom, Premio Nobel deEconoma en 2009 por sus extensos trabajos sobregestin colectiva de recursos comunes, es el siste-ma de regados de la huerta valenciana, gestionadodesde hace siglos por un Tribunal de Aguas quefunciona la margen de la regulacin estatal o de lasreglas de mercado. Este tipo de iniciativas acorta-ran las cadenas alimentarias, redundaran en uncomercio de proximidad, valorizaran la produccin

    de temporada y los productos locales, devolveran laespecicidad cultural a la comida, acercaran al pro-ductor y al consumidor y garantizaran que nadie sequeda sin comer por no tener dinero suciente. Estagobernanza tri-cntrica (grupos, mercado, estado)ya se est desarrollando en muchos pases, tomandoforma de Community-Supported Agriculture en Es-tados Unidos28, Groupes Alimentaires en Belgica29 oGrupos de Consumo Ecolgico en Espaa30. Estasiniciativas establecen circuitos locales que acortanlas distancias entre produccin y consumo y recono-cen y valorizan la cultura alimentaria local, siendoadems resilientes a la inestabilidad de precios dealimentos en los mercados nacional e internacional,maximizan la cantidad de productos frescos y sonms baratos y ms sostenibles. Desde hace aos,

    27 Rosset, P. (2006), Food Is Different: Why the WTOShould Get out of Agriculture, Zed Books, Londres.

    28 ht tps : / /en .wikipedia .org/wiki /Communi ty-supported_agriculture

    29 http://www.groupesalimentaires.be/

    30 http://www.ecoagricultor.com/que-es-un-grupo-de-consumo/

    asistimos a un desarrollo espectacular de estas ini-ciativas ciudadanas, mayoritariamente a nivel localo urbano, aunque todava estn poco articuladas yno tienen una visin comn de cambio del mode-lo. Pero las redes sociales, su xito econmico y elcambio de hbitos alimentarios de la poblacin con-

    cienciada pueden impulsar que estos nichos localesse conviertan en el motor de la transicin hacia unsistema alimentario ms justo y ms sostenible, mssaludable y menos necesitado de los combustiblesfsiles para su supervivencia.

    En un plano ms losco, hay que reconectar elcampo con la cocina. La gastronoma como cienciade la alimentacin con la agricultura como la cien-cia de la produccin de alimentos. Hay que poner elsistema alimentario al servicio del ser humano, de

    su felicidad y de su salud. Tenemos que re-conectarla cultura de comer productos naturales con laciencia que trata de cmo producirlos, procesarlosy distribuirlos de manera sostenible. Durante una

    buena parte del siglo XX han tomado caminos sepa-rados y los conocimientos cientcos se han aisladode los saberes culturales. Por eso la gastronoma hasido secuestrada por los ricos, los entendidos y lossibaritas. Se le ha robado al pueblo llano la culturagastronmica y se le ha despojado de la idea de que

    comer produce felicidad.Debemos cambiar la idea de que el alimento esun bien exclusivamente privado, como un auto oun televisor, y considerarlo como un bien pblico,gobernado por un sistema poli-cntrico, y esencial,y por tanto necesario en cantidades adecuadas paratodos los seres humanos. Podemos vivir sin autos,

    pero no sin comer, beber ni respirar. Piensen sobreello cuando les pongan el primer impuesto sobre elaire. Y no digan que no les avis.

    https://en.wikipedia.org/wiki/Community-supported_agriculturehttps://en.wikipedia.org/wiki/Community-supported_agriculturehttp://www.groupesalimentaires.be/http://www.ecoagricultor.com/que-es-un-grupo-de-consumo/http://www.ecoagricultor.com/que-es-un-grupo-de-consumo/http://www.ecoagricultor.com/que-es-un-grupo-de-consumo/http://www.ecoagricultor.com/que-es-un-grupo-de-consumo/http://www.groupesalimentaires.be/https://en.wikipedia.org/wiki/Community-supported_agriculturehttps://en.wikipedia.org/wiki/Community-supported_agriculture
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    CAMBIO CLIMTICO Y SEGURIDAD ALIMENTARIAGemma Durn Romero (Universidad Autnoma de Madrid)

    El cambio climtico constituye una de las mayorespreocupaciones mundiales, en tanto que suponeimpactos y costes en la sociedad y en el medio

    ambiente y condiciona las posibilidades de vida ydesarrollo de las generaciones presentes y futuras.Sus manifestaciones son diversas y han sido amplia-mente estudiadas1, observndose que sus efectos norepercuten de igual manera en la poblacin mundial,dndose una incidencia mayor en determinadosgrupos o zonas ms vulnerables, muchos de ellostambin caracterizados por problemas de escasez dealimentos o perodos de hambrunas frecuentes.

    ste es el caso de algunos pases en desarrollo, don-

    de millones de personas son muy dependientes en susubsistencia de sectores muy ligados a la naturalezay a los servicios proporcionados por los ecosiste-mas, como son la agricultura y la ganadera, porlo que cualquier variacin de la temperatura comoconsecuencia del cambio climtico les expone a unalto riesgo de prdidas de las cosechas y del ganado,as como a la reduccin de productos forestales omarinos. Si a ello se le suma que dicha poblacinsuele asentarse en lugares expuestos a los cambios

    del clima, sus condiciones econmicas son preca-rias y no cuentan con capacidades, ni nancierasni tcnicas, para hacer frente al riesgo de cambioclimtico, sus posibilidades de desarrollo futuro, dereduccin de la pobreza y de garantizar un mnimode seguridad alimentaria quedan mermadas. Todoello, puede derivar, ante la falta de respuestas e-caces contra el cambio climtico, en la competencia

    por recursos ante situaciones extremas, como puedeser la miseria.

    De igual manera, la agricultura tambin afecta alcambio climtico. La mayor demanda de alimentosy combustibles consecuencia del aumento pobla-cional y de los cambios en los hbitos alimentarioshan aumentado la huella ecolgica de los sistemasagrcolas, siendo importante su contribucin comoemisores de gases de efectos invernadero.

    Dada esta relacin compleja y dinmica entrecambio climtico y agricultura, que, a su vez, se veafectada por otro tipo de cuestiones ms cercanas al

    mbito poltico o econmico, se necesita un anlisis

    1 Los efectos del cambio climtico son detallados en elinforme del IPPC (2007), Cambio climtico, 2007: informe de

    sntesis, OMM-PNUMA.

    ms profundo de dicha relacin, con el n de plan-tear estrategias, por un lado, de lucha contra el cam-

    bio climtico y, por otro, que tengan en cuenta otras

    medidas que permitan la reduccin del hambre y ellogro de la seguridad alimentaria. De este modo, elanlisis no se limita nicamente a la disponibilidadde alimentos, sino que ha de tener en cuenta tambinlas otras tres dimensiones de la seguridad alimenta-ria, como son el acceso, la estabilidad y el uso de losalimentos.

    Segn el Grupo de Alto Nivel en Seguridad Alimen-taria y Nutricin de la FAO, entre las posibles con-secuencias del cambio climtico para la seguridad

    alimentaria, se observan tanto los efectos directosen la nutricin (cambios en la cantidad y la com-

    posicin de los alimentos consumidos) como en losmedios (cambios en las oportunidades de empleo yen el coste de adquisicin de los alimentos necesa-rios para una alimentacin adecuada)2.

    Los niveles de produccin, tanto en mercados loca-les como nacionales, el acceso al agua o la capacidadde importacin del pas y los stocks de alimentosexistentes condicionan, entre otros elementos, la

    disponibilidad de alimentos, que se ve agravada,de manera particular, por el aumento del promediomundial de las temperaturas. Los efectos se notarnen la salud y productividad de los bosques, en cam-

    bios regionales en la distribucin y produccin delos recursos marinos, en la proliferacin de diferen-tes tipos de plagas y enfermedades, en prdidas de

    biodiversidad y en calidad del funcionamiento delecosistema en los hbitat naturales y en disminucinde tierras arables debido a la aridez y salinidad del

    agua subterrnea y al aumento del nivel de mar3. Entrminos generales, el cambio climtico afectar a ladisponibilidad de alimentos en funcin de las prc-ticas agrcolas que se vienen realizando, de la dis-

    ponibilidad de tierra y de su rendimiento potencial.

    2 Vase HLPE (2012), La seguridad alimentaria yel cambio climtico. Un informe del Grupo de alto nivel deexpertos en seguridad alimentaria y nutricin del Comit deSeguridad Alimentaria Mundial, Roma.

    3 FAO (2007), Cambio climtico y seguridadalimentaria: un documento marco, Organizacin de la

    Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentacin, Roma.

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    Otro de los elementos crticos en la disponibilidadde alimentos es el problema en el suministro deagua, que afectara a la base de los recursos natu-rales de los que dependen las actividades agrcolas,ganaderas y pesqueras, con cambios en sus procesosde produccin debidos a la adaptabilidad de la tierra

    para diferentes tipos de cultivos y pasturas. La re-duccin de lluvias, las pocas de sequa, la severidadde los monzones y lluvias tropicales y el aumento delas temperaturas afectan especialmente a las zonasde los trpicos y trpicos semiridos, reduciendo el

    potencial de las cosechas.

    A ello hay que sumar los efectos derivados de la pro-duccin de biocombustibles a partir de cultivos que,en principio, tendran que destinarse para el consumohumano, como es el caso del maz o las oleaginosas.

    Cuando esto ocurre, aumenta la competencia por suuso. Si la produccin de biocombustibles es a partirde cultivos de segunda generacin, es decir, aqu-llos no destinados a consumo alimenticio, entoncesla competencia se centra por el uso de la tierra. Y enambos casos, es decir, tanto si son cultivos para usohumano como si no lo son, no deja de incrementarsela competencia por un recurso escaso como es elagua, sobre todo en determinadas zonas.

    Sin embargo, como se ha mencionado, el cambio cli-

    mtico tiene tambin incidencia en otras dimensio-nes de la seguridad alimentaria, como son el acceso,la estabilidad y el uso de alimentos. Concretamente,la accesibilidad a los alimentos -habilidad indi-vidual de conseguir comida en cantidad y calidadsucientes- se ve afectada por el cambio climticoa travs de los efectos que tiene en los mercados dealimentos, los precios, los niveles de ingresos de losagricultores y la productividad laboral. La reduc-cin de las cosechas como consecuencia del cambio

    climtico supondr un aumento en los precios de losalimentos entre el 7% y el 350%4, lo que afectar

    4 Algunos trabajos estiman que, en el caso concretode los cereales, los precios aumentarn hasta el 30% si latemperatura cambia en el rango del 5,5C. Puede consultarseEasterling, W. et al. (2007), Food, bre and forest products,Climate Change 2007: Impacts, Adaptation and Vulnerability.Contribution of Working Group II to the Fourth AssessmentReport of the Intergovernmental Panel on Climate Change,Martn Parry, Osvaldo Canziani, Jean Palutikof, Paul van derLinden and Chair Hanson, eds., Cambridge University Press,Cambridge, Reino Unido, pp. 273-313.

    directamente a las familias de bajos ingresos. Porotro lado, el cambio climtico tambin puede traerconsigo la destruccin de infraestructuras de trans-

    porte, dicultando la comunicacin entre los centrosde produccin y los centros de consumo, as comola llegada de ayuda alimentaria a los lugares ms

    remotos.Por otro lado, la variabilidad del clima y la crecientefrecuencia y severidad de los fenmenos extremos(sequas y riadas) afectan de forma directa a la esta-

    bilidad de la oferta alimentaria e, indirectamente, ala volatilidad de los precios y, a su vez, a la capacidadde compra de los hogares. Los pases desarrolladosdisponen de ms recursos para poder estabilizar laoferta, tanto por el desarrollo de infraestructuras queminimizan los efectos de las estaciones -invernade-

    ros, regado, etc.- como por la mayor facilidad parananciar de una forma estable las importaciones dealimentos. Por el contrario, los pases en desarrolloy, particularmente, las zonas retiradas con agricul-tura de supervivencia, disponen de pocas infraes-tructuras para salvaguardarse de la estacionalidadclimtica. Ello repercute directamente en la calidadde la dieta de los hogares.

    De la misma forma, los posibles impactos del cam-bio climtico pueden incrementar los riesgos de

    malnutricin, a travs del deterioro de la utilizacinde los alimentos, en tanto que se puede reducir lacantidad y la calidad de los alimentos y el agua.Los cambios en la temperatura media global o lamayor auencia de pocas de sequas o de lluviastorrenciales potencian los peligros de enfermedadesy plagas que afectan directamente a la calidad de losalimentos, aumentando los riesgos de malnutricin.

    Los efectos bidireccionales entre cambio climticoy seguridad alimentaria obligan a buscar soluciones

    o estrategias comunes en las que la agricultura,como sector econmico, juega un papel clave enla erradicacin del hambre, la malnutricin y, porsupuesto, la pobreza. Sin embargo, la limitacin derecursos, la variabilidad del clima, la incertidumbreen cuanto a los efectos del cambio climtico en ladisponibilidad de recursos, el crecimiento demo-grco, los cambios en los hbitos alimentarios, lamayor demanda de productos agrcolas, as como elincremento de los precios, junto con una cada de la

    productividad agrcola y el problema de la seguri-dad alimentaria marcan un camino complicado parael sector agrcola.

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    La agricultura ha de garantizar el mantenimiento dela biodiversidad y el uso sostenible del agua y de latierra, pero tambin ha de prestar atencin al con-

    junto del sistema agroalimentario que ha de garanti-zar la produccin de los alimentos e incluir aspectoscomo la adecuacin de la dieta, la equidad social y

    el respeto medioambiental. Ello implica transformarlos modelos de produccin, distribucin y consumode alimentos, invertir e innovar para que las pobla-ciones ms vulnerables puedan optar a un sistemaalimentario que se adapte al cambio climtico ygarantice la seguridad alimentaria, sobre todo de losms desfavorecidos5.

    De manera destacable, las estrategias adaptativaspara alcanzar la seguridad alimentaria y nutricionalcentrada en la promocin de la resiliencia6 juegan

    un papel crucial, para lo que es necesario dedicarmayores recursos a la investigacin y divulgacinde variedades y selecciones genticas de cultivosadaptados a las condiciones del cambio climtico yel uso ecaz de los recursos genticos con el n dereducir los efectos negativos del cambio climticoen la produccin agrcola y en los medios de subsis-tencia de los agricultores.

    Se enfatiza, igualmente, el papel de las mujerescomo poseedoras de conocimientos sobre las pro-

    piedades y usos de las plantas silvestres, as comoel de los pequeos agricultores tradicionales y/oindgenas, que saben cmo preparase para el cam-

    bio climtico practicando un tipo de agriculturadiversicada que proporciona resiliencia notablea los agroecosistemas ante los continuos cambioseconmicos y ambientales, adems de contribuirsubstancialmente a la seguridad alimentaria localy regional. Este modelo agrcola hace uso de varie-dades locales tolerantes a la sequa, cultivos de co-

    bertura que incrementan la capacidad de retencinde la humedad, policultivos, cultivos intercalados,agroforestera, colecta de plantas silvestres, preven-

    5 Algunos pases han incluido en sus legislacionesreferencias a la soberana alimentaria. Es el caso de Malo Ecuador. Otros se reeren a la Seguridad Alimentariay Nutricional, como Guatemala o Bolivia. Adems, hay

    propuestas de ley de seguridad y soberana alimentaria endebate en los congresos de Mxico, Nicaragua, Bolivia,Honduras y Costa Rica, entre otros pases.

    6 Se entiende por resiliencia la capacidad de un sistemasocial o ecolgico de absorber una alteracin sin perder nisu estructura bsica o sus modos de funcionamiento ni sucapacidad de autoorganizacin. Vase IPPC, 2007, op.cit.

    cin de plagas, enfermedades e infestaciones de ma-lezas y el desarrollo y uso de variedades resistentesa las plagas. Estas prcticas no slo palian la cadade la productividad agrcola como consecuencia delcambio climtico, sino que, segn algunos estudiosrealizados7, los agricultores que llevaban a cabo

    prcticas de diversicacin agrcola sufrieron me-nos daos despus de eventos climticos extremosque sus vecinos que usaban monocultivos.

    Las prcticas que permiten aumentar la resilienciao reducir la vulnerabilidad a cambios observadoso esperados del clima pueden ser complementadascon otro tipo de acciones de carcter estructural, esdecir, con medidas tcnicas tales como la construc-cin fsica de infraestructuras o la aplicacin de tc-nicas de ingeniera para reducir la intensidad en los

    posibles efectos del cambio climtico que derivenen desastres. Por ejemplo, infraestructura mejorada

    para la captura, almacenaje y utilizacin del agua enpequea escala.

    Uno de los problemas que presentan las medidas deadaptacin es que se plantean de forma aislada alresto de las cuestiones relacionadas con el desarro-llo y no son una prioridad poltica, sobre todo en elcaso de la mayora de los pases asiticos. Por otrolado, algunas de estas medidas requieren disponi-

    bilidad de crditos y asistencia tcnica, que se venlimitados por factores socioeconmicos y polticos,lo que se traduce en baja inversin pblica en in-fraestructura en las reas rurales, obstaculizando laimplementacin de las opciones de adaptacin en elsector agrcola, sobre todo de los pequeos produc-tores, es decir, para aquellos campesinos a pequeaescala y para los trabajadores sin tierra.

    No obstante, la urgencia de la situacin presentey futura obliga a encarar reformas planteando losobjetivos ambientales de forma integrada con las

    polticas econmicas y sectoriales, como en el casode la agricultura, la energa o el transporte, y debenevaluarse los retos ambientales en el contexto deotros desafos globales, como la seguridad alimen-taria y energtica y la reduccin de la pobreza.

    Estas cuestiones aqu detalladas, entre otras, formanparte tambin de los pilares de una nueva agendamundial para el desarrollo que se establecieron en laConsulta de alto nivel sobre el hambre, la seguridad

    7 Vase Holt-Gimenez, Eric (2001), Measuring farmsagroecological resistance to Hurricane Mitch, LEISA, nm.17, pp. 18-20.

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    alimentaria y la nutricin, celebrada en marzo de2013 en Madrid con el n de ponerse en marcha a

    partir de 2015 y que, de alguna manera, pretendeasumir el compromiso de que cada individuo tienederecho a una alimentacin sana, suciente y nutri-tiva, sin olvidar el desafo que le impone el cambio

    climtico para la consecucin de estos objetivos.

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    MERCADO VIRTUAL, AGUA REALBrbara Soriano Martnez (Universidad Politcnica de Madrid y Economistas sin Fronteras)

    Ms de 80 millones de hectreas han sido adquiridasdesde el ao 2010 en pases en desarrollo para sudestino al cultivo de productos para la exportacin.

    Para hacernos una idea, dicha cifra es equivalente acerca del doble de la supercie de Espaa. Se tratade operaciones a gran escala, en las que se cierrancontratos que incluyen la adquisicin o alquiler alargo plazo de al menos 200 hectreas, cifra que lla-ma la atencin si se compara con el tamao mediode las explotaciones de los pequeos agricultores delos pases en desarrollo, que se sita cerca de las doshectreas. Entre los principales pases en los que seest concentrando el mayor volumen de adquisicio-nes de tierras, se encuentran pases africanos, comoson la Repblica Democrtica del Congo, Etiopa,Sudn, Madagascar y Zambia, y del Este de Asia, en

    pases como Indonesia, Filipinas y Malasia. Junto aEstados Unidos y Reino Unido, entre los principalesinversores en tierras se encuentran pases emergen-tes (India, China, Brasil) y pases del Golfo Prsico1.

    La vulneracin de los derechos humanos de las po-blaciones locales, la no valoracin de los impactosambientales, la falta de transparencia y negociacin,son algunas de las condiciones que explican el porqu estas operaciones de adquisicin de tierras agran escala han sido denominadas acaparamientode tierras oLand Grab.

    Una de las principales razones argumentadas trasestas operaciones, aunque no la nica, dada lacomplejidad de la realidad, es la problemtica de laseguridad alimentaria de los pases desarrollados yemergentes2. Se trata de una preocupacin centra-da en asegurar la dimensin del acceso fsico a los

    alimentos, es decir, centrada en el aumento de laproduccin para atender las necesidades de alimen-tacin de una poblacin creciente y demandante de

    1 Anseeuw, W., Boche, M., Breu, T., Giger, M., Lay,J., Messerli, P., y Nolte, K. (2012), Transnational Land Deals

    for Agriculture in the Global South Analytical Report based

    on the Land Matrix Database, CDE/CIRAD/GIGA, Berna /Montpellier/Hamburgo.

    2 Otras motivaciones que se encuentran tras elacaparamiento de tierras son la produccin de biocombustibles,

    la especulacin, estrategias geopolticas, iniciativasrelacionadas con los mercados de carbono, etc.

    dietas cada vez ms exigentes en el uso de recursosnaturales. Datos que corroboran esta tendencia serecogen en el Informe Europeo sobre el Desarrollo

    2011-2012, en el que se estima que, manteniendoel ritmo de crecimiento actual de la poblacin yasumiendo un cambio en las dietas alimentarias, lademanda de alimentos se incrementar en un 50% yla del agua, en un 40% en el horizonte temporal de2030.

    Lo ms paradjico de este fenmeno es observarcmo la defensa del derecho a la alimentacin dela poblacin de una regin del mundo pasa porvulnerar este mismo derecho en la poblacin de los

    pases en desarrollo, donde la seguridad alimentariase encuentra en una situacin an ms vulnerable,dado que su poblacin se enfrenta al problema de laseguridad alimentaria en su amplia multidimensio-nalidad: adems de disponibilidad fsica del alimen-to, se enfrenta a un problema de acceso econmico,de calidad y de utilizacin de los alimentos.

    Existen dos organizaciones que estn trabajandomuy activamente en denir, cuanticar y analizar elimpacto social y medioambiental del acaparamiento

    de tierras, International Land Coalition y Grain3.Ambas organizaciones coinciden en que, aunqueexiste una gran incertidumbre en la informacinhasta ahora recopilada, debido a la falta de trans-

    parencia que rodea estas operaciones, en muchoscasos, las tierras que estn siendo adquiridas sontierras sobre las que descansa un uso y propiedadconsuetudinaria de la poblacin local que no estnreconocidos ni registrados. Son tierras en las que es-tn asentadas poblaciones y sobre las que se susten-

    ta su alimentacin. Pero la falta de reconocimientodel rgimen de tenencia de la tierra se traduce endesalojos de la poblacin local, sin previo consen-timiento, negociacin o compensacin. Ello suponevulnerar, entre otros, su Derecho a la Alimentaciny su Derecho al Agua, al no permitirles el uso de latierra y el agua que les alimentan, adems de todoslos servicios que proveen de origen cultural, social,de salud o ecosistmicos.

    Como se observa, el cambio de dietas tambin es in-

    cluido como uno de los factores clave en el anlisisdel incremento de la produccin de alimentos parala poblacin futura. El crecimiento de la poblacin

    3 http://www.landcoalition.org y www.grain.org

    http://%20http//www.landcoalition.org%20y%20www.grain.orghttp://%20http//www.landcoalition.org%20y%20www.grain.org
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    est siendo acompaado de un importante creci-miento de la clase media. Ello supone que, al mismotiempo que aumenta la demanda de alimentos, au-menta la demanda de dietas con un mayor contenidode protenas de contenido animal, cuya produccingenera un impacto medioambiental muy superior al

    generado en la produccin vegetal. As lo demues-tran los datos de la Water Footprint Network4 y suestudio de la huella hdrica. Este concepto se reerea la cantidad de agua necesaria para producir un de-terminado bien a lo largo de su proceso de produc-cin y /o consumo5. As, a travs de este indicador,se puede observar la gran diferencia existente entrela cantidad de agua utilizada en la produccin decereal -entre 947 y 1.277 m3/ton- y la produccinde ganado bovino -14.966 m3/ton- o porcino -5.592

    m3/ton-.Previo al concepto de huella hdrica, a principios delos aos noventa, ya haba nacido el concepto delagua virtual y su intercambio a travs del comerciointernacional como una estrategia de acceso al agua

    por parte de aquellos pases en situaciones de estrshdrico6. Es decir, comenzaron a publicarse estudiosque ponan sobre la mesa cmo aquellos pases conescasos recursos hdricos para producir su alimen-tacin se apoyaban en la importacin de alimentos

    para cubrir dicho dcit. De este modo, los pasesimportadores, a la vez que importan alimentos, im-portan el agua virtual asociada a la produccin delos mismos.

    Sin entrar en la discusin del papel que est jugandoel comercio internacional de alimentos en la seguri-dad alimentaria global, debate en el que existe unagran divergencia en las opiniones, lo que s se ha

    podido observar es que la globalizacin de los mer-cados est contribuyendo a una creciente divergen-

    cia geogrca entre la produccin y el consumo dealimentos. Ello est generando un comercio virtualde los factores utilizados en el proceso productivo,

    principalmente tierra y agua. As, la internacionali-

    4 http://www.waterfootprint.org/?page=les/home

    5 Hoekstra, Argen Y., Chapagain, A. K., Aldaya, M. M.,y Mekonnen, M. M. (2011), The Water Footprint AssessmentManual. Setting the Global Standard, Earthscan, Londres yWashington, DC.

    6 Allan, J. . (1993, Fortunately there are substitutesfor water otherwise our hydro-political futures would beimpossible, Water Resources Allocation and ManagementLondon, UK. Overseas Development Administration., 1326.

    zacin de los mercados est generando un despla-zamiento de los mercados locales/regionales haciael mercado mundial y, como resultado de ello, unadesvinculacin geogrca entre el uso directo y elconsumo indirecto de los factores productivos. Deesta manera, se pone de maniesto la importancia

    de la dimensin global del agua y de la tierra, ascomo de otros recursos naturales utilizados en la

    produccin de alimentos. Y as lo demuestra elestudio de Hoekstra y Mekonnen7, que apunta queel 20% de la Huella Hdrica de Produccin Global(es decir, la cantidad total de agua utilizada paraobtener todos los bienes producidos a nivel global)es intercambiada entre pases a travs del comerciointernacional.

    Los pases con mayores huellas hdricas de produc-

    cin son con gran diferencia China, India y EstadosUnidos. Pero la cifra que ms claramente pone encontexto las repercusiones que la poblacin y sushbitos de consumo tendrn sobre la seguridad ali-mentaria global es comparar los datos del consumode agua por habitante. Esta cifra muestra cmo anel consumo de agua por habitante en China (1.071m3/hab/ao) e India (1.089 m3/hab/ao) se encuen-tra muy alejando del consumo de agua por habitanteestadounidense (2.842 m3/hab/ao). Hay estudios

    que estiman que si a nivel global se implantara ladieta de alimentacin de Estados Unidos, la pro-duccin global de alimentos nicamente cubrira laalimentacin de 2.000 millones de personas, y si seaplicara la dieta india, dicha cifra aumentara hasta10.000 millones de personas.

    El estudio del agua virtual y la huella hdrica dife-rencian los colores de agua: agua azul, agua verde yagua gris. El agua azul es el agua de los ros, lagosy acuferos. El agua verde es la procedente de la

    precipitacin (lluvia y nieve), que se acumula en laparte no saturada del suelo y puede ser utilizada di-rectamente por los cultivos o la vegetacin natural.Por ltimo, el agua gris es la fraccin necesaria paradiluir la contaminacin generada durante el procesode produccin. Esta diferenciacin de colores per-mite identicar que la gran mayora del agua virtualintercambiada a travs del comercio internacional esagua verde (70%), es decir es el agua acumulada enla tierra, es decir, es la tierra cultivada. Y esta idea

    7 Hoekstra, A. y Mekonnen, M. (2012), The waterfootprint of humanity, Proceedings of the National Academyof Sciences, 2011, 16.

    http://%20http//www.waterfootprint.org/?page=files/homehttp://%20http//www.waterfootprint.org/?page=files/home
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    es la que est estrechamente ligada a las operacio-nes deLand Grab. Si bien la magnitud e impactosque estn teniendo las adquisiciones a gran escalade tierras estn llamando fuertemente la atencinde la sociedad en la actualidad, el comportamientodel comercio internacional de agua virtual, con el

    predominio del comercio de agua verde, ya venamostrando este inters por el acceso a las tierras delos pases en desarrollo.

    La Universidad Politcnica de Madrid ha realizadoun anlisis de la evolucin y comportamiento delas exportaciones de agua virtual de los pases endesarrollo8. Los resultados de dicho estudio mues-tran que ms de la tercera parte (36%) de las ex-

    portaciones globales medias anuales de agua virtualprocede de pases en desarrollo. En el ao 2009,

    las exportaciones de agua virtual de los pases endesarrollo alcanzaron los 600 km3 9. En lnea conla tendencia global, el agua verde muestra un claro

    predominio sobre el agua azul en la composicin delagua virtual exportada por los pases en desarrollo,representando cerca del 90% de las exportacionesde agua virtual. Tal como se ha mencionado ante-riormente, la clara proporcin de agua verde sobreel agua azul muestra el inters de los pases impor-tadores de agua virtual por el acceso a las tierras de

    cultivo, all donde se encuentran en abundancia, quecoincidentemente es en los pases en desarrollo10.De este mismo estudio tambin se desprende queno slo han aumentado las exportaciones de aguavirtual, sino que han experimentado un notablegiro hacia pases emergentes. Mientras que en losaos previos al ao 2000, las exportaciones de aguavirtual orientadas a los pases desarrollados y a los

    pases emergentes se situaban en niveles similares(en torno a 200 km3/ ao), a partir de dicho ao lasexportaciones a los pases emergentes comienzanuna marcada tendencia ascendente, superando en

    8 Soriano, B. et al. (2013), Agua virtual y CooperacinInternacional. Las relaciones entre el comercio de agua virtual yla Ayuda Ocial al Desarrollo en la Cooperacin Internacional,CEIGRAM, Universidad Politcnica de Madrid.

    9 Para tomar un trmino de referencia, volviendo alejemplo de la escala espaola, la huella hdrica de la produccinde Espaa es de 9 km3.

    10 A este respecto, un estudio del Banco Mundialpublica que an existen disponibles un total de 446 millonesde hectreas susceptibles de ser cultivadas. El 45% las ubicaen frica Subsahariana y el 32%, en Amrica Latina.

    el ao 2009 los 400 km3 de agua virtual -prctica-mente el doble de las exportaciones de agua virtualdestinadas a los pases desarrollados-.

    Previamente a presentar las conclusiones, s es deinters resaltar que este artculo se ha centrado enel reto de la seguridad alimentaria desde el punto

    de vista de la oferta (aumento de produccin), de-jando de lado, no por tema de importancia, sino porla temtica del artculo, la importante y necesariaapuesta por un cambio en la demanda, orientado

    principalmente a cambios en los hbitos de consu-mo y patrones de alimentacin.

    Ante el escenario presentado, parece que el procesode globalizacin nos est enfrentando a una comple-

    ja realidad, a la que debemos responder de maneraglobal, teniendo en consideracin los importantescambios que estn teniendo lugar en las estructurasde poder, con la cada de la hegemona de los pasesdesarrollados y la entrada en el orden internacionalde los pases emergentes. El acaparamiento de tie-rras es una muestra de cmo se estn vulnerandoel Derecho a la Alimentacin y el Derecho al Aguaen aquellos pases donde la seguridad alimentariaes ms delicada. Y todo persiguiendo el objetivodel acceso a los recursos naturales, donde no estclaro si responde a necesidades alimentarias o a

    estrategias geopolticas nacionales. Priorizando ladenicin de polticas centradas en los derechos hu-manos, muchas iniciativas internacionales apoyanla construccin de un nuevo marco de gobernanzaglobal por el desarrollo, en el que los recursos na-turales sean incorporados como un eje adicional enlas negociaciones, junto a los ejes de nanciacin,cooperacin y comercio. Dado que uno de los prin-cipales puntos de vulnerabilidad al respecto de losrecursos naturales es su dbil gobernanza, queda

    patente la importancia de aunar esfuerzos por ladenicin de adecuados sistemas de propiedad delos recursos naturales que permitan detener esta cre-ciente tendencia de acaparamiento de tierras.

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    ACABAREMOS COMIENDO INSECTOS?Francisco R. Marn Martn (Universidad Autnoma de Madrid)

    Hoy en da se conocen ms de 2.000 especies deinsectos consumidas a lo largo del planeta, la mayor

    parte de ellas en frica, y unas cinco en la europea

    Friuli-Venecia Julia, por lo menos hasta hace 30aos. Pero, por si todava tiene cara de haber mor-dido un limn, le voy a desvelar un secreto que lehar ver algunas de las cosas que ms le gustan deun modo diferente: usted come insectos de maneraregular, pero no lo sabe. Y no hablo de algn pulgnocasional que se escape con la lechuga, o de algu-na larva de mosca de la fruta. Nooo! Le gusta elyogur de fresa, el helado de fresa, esas pastillas dechocolate recubiertas de azcar que estn tan ricas

    o el bter? Bien, todos esos bonitos colores rosadosno son ms que cochinillas machacadas. S, ha ledobien. Ha odo hablar del cido carmnico (E120)?No se obsesione ahora con las etiquetas. Valor, seaun poco nietzscheriano!

    Bueno, ahora que ya sabe que usted es pecador, nospodemos preguntar: y por qu puede que terminecomiendo insectos?, seguro que no me pasarnada?, cmo los consumir?

    Mientras escriba, he consultado el reloj de pobla-

    cin mundial (www.worldclock.com) y ya somos7.073.649.688 personas; bueno, cuando lea estoalgunas ms. Las previsiones menos pesimistas,

    publicadas en Simulation, indican que la pobla-cin se estabilizar para el ao 2050 en unos 9.000millones. 9.000 millones de personas son muchosmillones de personas a los que alimentar. El poten-cial, y la capacidad tcnica, de producir alimentos essorprendente: en los ltimos 50 aos hemos triplica-do la produccin de los principales cereales, y casi

    hemos quintuplicado la produccin de algunos tiposde carne, como la de pollo. Cuando uno mira lasestadsticas de la FAO sobre el hambre en el mundo,ve que el porcentaje de personas infranutridas ha ba-

    jado desde un 19% (1000 millones) en 1990 al 12%(870 millones) en 2012. Sin embargo, hay otra lec-tura ms optimista: hemos pasado, en veinte aos,de alimentar 4.200 a 6.100 millones de personas. Elreto tcnico, en otros treinta aos, es ser capaces dealimentar adecuadamente a otros 3.000 millones de

    personas ms. Es decir, producir entre un 70 y un100% ms de alimentos.

    En el pasado, el aumento de la capacidad de produc-cin se ha apoyado en dos pilares fundamentales:

    mejoras tecnolgicas y aumento de recursos explo-tables (fundamentalmente, tierras cultivables y cala-deros de pesca). Las grandes innovaciones tecnol-

    gicas en produccin, almacenamiento y distribucinde alimentos se produjeron en el siglo siglo XIX. Larefrigeracin, la apertizacin (tratamiento trmicode las conservas) o la pasteurizacin son hijos de esapoca, y sera difcil entender nuestra vida sin algu-no de esos logros. Por otro lado, la revolucin verdedel siglo XX supuso un aumento espectacular de la

    produccin agrcola, al mantener a raya plagas y en-fermedades. Desafortunadamente, desde el punto devista cientco, no tenemos a la vista tecnologas que

    prometan saltos cualitativos de importancia. Hemosmejorado sustancialmente lo que tenamos; s, perono hemos desarrollado nada que prometa aumentosexponenciales de la produccin agraria o mtodossencillos que alarguen indenidamente la conser-vacin de los alimentos. Aunque nunca se sabe, laciencia siempre da sorpresas y, hasta el momento,siempre ha aparecido alguna nueva tecnologa queha permitido progresos sustanciales.

    Por otro lado, el segundo pilar sobre el que se ha

    basado la expansin en la produccin de alimentosest en fase de agotamiento. Si bien, como se men-ciona arriba, la produccin de grano se ha multipli-cado por factores de nmeros enteros, en las ltimascinco dcadas, la supercie cultivable tan slo se haincrementado en aproximadamente un 9%. Aunquese podra incorporar supercie a la tierra cultivable,la competencia por estos recursos para otras activi-dades humanas y los problemas medioambientaleshacen, cada vez, menos viable esta solucin. El

    proceso de desertizacin, cerca de 10 millones deHa/ao, la salinizacin, la erosin del suelo, acre-centada por el cambio climtico, la necesidad de

    proteger las supercies forestales (fuente principalde tierra cultivable) como sistema tampn parafrenar el aumento del CO2 derivado del uso de loscombustibles fsiles y la prdida de algunas de lasmejores tierras de cultivo destinadas a procesos deurbanizacin limitan el uso de esta estrategia. Juntoa esto, determinadas decisiones polticas han lleva-do al uso de terrenos de alta calidad agrcola para la

    produccin de biocombustibles.Adicionalmente, el problema de proporcionar unadieta suciente en caloras es mucho menos gra-ve que el de proporcionar una dieta suciente en

    http://www.worldclock.com%29/http://www.worldclock.com%29/http://www.worldclock.com%29/
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    protenas. El mayor problema para la nutricin dela humanidad es la escasez de protenas, ya queaproximadamente la mitad de la poblacin actualtiene una ingesta proteica por debajo de la mnimarecomendada. Desde el punto de vista siolgico,stas no son, de manera principal, un aporte de ener-

    ga, sino las piezas con las que se construye, y sehace funcionar, el organismo. As, una decienciaen protenas afecta severamente al crecimiento fsi-co y mental, reduce