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DOLOR DE PUBISde
Leonel Giacometto
Mención Premios de la Secretaría de Cultura de la Nación, 2001/2002. Publicada en Siete autores: la nueva generación, Editorial Inteatro, Instituto Nacional del Teatro, Buenos Aires, Argentina, 2004. No representada, aún.
Moverse es un desafío, pero no debería serlo. Puedo moverme. Se ha logrado con anterioridad. Por definición, nosotros los
humanos somos materia en movimiento. ¿Por qué moverse, de todas formas, cuando uno tiene todo lo que necesita aquí
mismo? De todos modos, pronto tendré que moverme. Cuando esté bastante pasado me moveré; además, lo sé por experiencia.
Sencillamente no puedo concebir que vaya a estar tan pasado que quiera moverme. Eso me asusta, porque pronto tendré necesidad de moverme. Sin duda podré hacerlo; sin duda.
IRVINE WELSH
Personajes:
ELLA, mujer de unos 25 o 26 años.
ÉL, hombre de unos 27 o 28 años.
LA MUJER, mujer de unos 40 años.
VOZ DE HOMBRE.
Habitación cerrada, amplia, algo derruida.
Desorden. Atrás, la puerta del baño. A la
izquierda, la puerta de calle. No se observan
ventanas.
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(Oscuridad.)
ELLA (En off):- Me contó que no sabía quién era,
que lo había visto dos o tres veces. Raro en ella
porque siempre mira a todos... Mira, bueh, no mira.
Clava los ojos de una manera que a veces te da
vergüenza ajena. La otra vez yo estaba al lado y no
sabés cómo... ¡Ay!, ¿me estás escuchando? ¿Me estás
escuchando?
(Luz. ÉL, que dormía, despierta violentamente
después de una pesadilla, desconcertado y aturdido;
está algo sucio y tiene las muñecas vendadas con
una tela blanca manchada de ciertas tonalidades
rojas. ELLA, que termina de bañarse, de espalda,
hace rato que habla.
ELLA: - Me contó que no sabía quién era, que lo
había visto dos o tres veces. Raro en ella porque
siempre mira a todos... Mira, bueh, no mira. Clava
los ojos de una manera que a veces te da vergüenza
ajena. La otra vez yo estaba al lado y no sabés
cómo... ¡Ay!, ¿me estás escuchando? ¿Me estás
escuchando?
(ÉL, después de un sonoro bostezo responde
afirmativamente con la cabeza.)
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ELLA:- Yo me harté, me hice la boluda y me fui. ¡No
la soporto cuando se pone así! ¡Desubicada de
mierda! Te mira a vos, a aquel, a ese, a la pared,
a todos. Y al pedo porque cuando vienen, te los
tira. Me los pasa (Sonríe.) y yo bueno de vez en
cuando elijo. Yo sí elijo. Pero la cuestión es
ella. ¿Me estás escuchando?
ÉL ("Sí" con la cabeza):- ¿Y para qué salís con
ella?
ELLA:- ¡¿Eh?!
ÉL:- Con ella, ¿para qué salís?
ELLA:- Porque vos no querés salir.
ÉL:- Eso no tiene nada que ver. Salí con otra.
ELLA:- Para salir salgo con ella que conoce a todo
el mundo.
ÉL:- Entonces jodete. O decí1e.
ELLA: - ¿Qué más querés que le diga? Me cansé de
hablarle. No entiende. Ella me dice: "sí, sí, tenés
razón" pero... porque... ¿sabés qué es lo peor? Que
después anda llorando por los rincones. La pelotuda
se mete con tarados que no miran a nadie pero te
revolotean todo el tiempo. ¿Entendés?
ÉL:- ¡Ah, porque vos no!
ELLA:- ¿Yo qué? Yo nada. Yo soy consciente de lo
que hago. Yo miro sabiendo perfectamente qué es lo
que... ¡No!.. Yo miro a quien quiero y siempre
resulta bien.
ÉL:- Sí, pero ¿después?
ELLA:- ¿Después qué?
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ÉL:- Después no hacés nada. “Dormís”.
ELLA:- ¡Claro! Yo voy donde quieran pero les
aclaro: “yo quiero dormir”. Además no es que no
haga nada. Nos besamos, nos tocamos pero no cojo.
Yo no cojo con cualquiera.
ÉL:- Con nadie.
ELLA:- Con vos sí.
ÉL:- ¿Y qué querés demostrar con eso?
ELLA:- ¿Con qué?
ÉL:- No cogiendo con nadie.
ELLA:- Cojo con vos. Me basta.
ÉL:- Conmigo lo hacés porque me conocés y porque te
conozco. Además yo realmente nunca pu...
ELLA (Interrumpiendo):- ¿Y vos, por qué cogés
conmigo?
ÉL:- Porque te quiero.
(Pausa. Se miran un instante para después
romper a reír estruendosa y estúpidamente.)
ÉL (Riendo):- ¡Bueno! Quería ser un poco
convincente.
ELLA (Riendo también):- ¿Convincente?, ¿y eso? (ÉL
se encoge de hombros.) ¡Ay no, no sabés! ¡Se viste
tan mal! Y encima esos pelos rubios que tiene
ahora. Vos la tendrías que haber conocido con el
pelo largo, oscuro, y las camisolas floreadas.
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(ÉL busca una botella de vino y dos vasos no
iguales. Sirve al tiempo que ELLA continúa.)
ELLA:- Te acordás que yo antes no le daba pelota.
Me hablaba, me hablaba y me hablaba todo el tiempo.
Y tanto me rompió las pelotas que entonces una
noche le dije: “quedate si querés, quedate acá
conmigo”. Estaba más sola que un sifón de soda. Y
se me pegó. Era mi sombra. A la semana se había
cortado el pelo y se lo había teñido de rubio como:
yo. ¿Te acordás?
ÉL:- Sí. “Mujer soltera busca”.
ELLA:- ¡Sííí! ¿Te acordás? Se vestía igual a mí.
¡Qué tarada!
ÉL (Tomando vino):- ¿Y qué pasó?
ELLA (Terminándose de vestir):- ¿Con qué?
ÉL:- Con ese que había visto.
ELLA:- ¡Ah! Nada, por supuesto. Ese parece que
nunca le dio pelota, pero ella insiste, insiste con
que todo lo que hace el otro es para hacerse ver
ante ella.
ÉL:- ¿Y es así?
ELLA:- ¡Noooo! ¡Ni ahí! Pero bueh, seguro que hoy
va a querer que la acompañe. (Se acerca demasiado a
ÉL. Lo acaricia y besa.) ¿Por qué no salimos juntos
hoy? ¿Eh? ¡Dale!
ÉL:- No. No quiero.
ELLA (Besándolo):- Vamos a donde vos quieras.
ÉL (Besándola):- ¡Nooo! ¿Por qué no te quedás vos?
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ELLA (Separándose):- Si me quedo me aburro.
(Inexplicable e intenso dolor en su cuello.)
ÉL:- ¿Qué te pasa?
ELLA:- No sé, me duele el cuello.
ÉL:- Quedate entonces. Yo te cuido.
ELLA (Pequeña sonrisa):- ¿Vos me vas a cuidar? (Se
para.) Ya se me pasará. Me voy, después vengo.
ÉL:- Quedate.
ELLA: -No, después nos vemos (Se acerca nuevamente
a ÉL y le da un pequeño papelito plateado.) Tomá.
(Apaga las luces.)
ÉL:- No apagués.
ELLA (Burlándose):- ¿Por qué? ¿Tiene miedo el
nenito? (Apaga y sale.)
ÉL (Se recuesta.)
(Apagón.)
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(Luz de un televisor en ninguna sintonía.
Lejos, muy lejos, se escuchan jadeos. ÉL,
acurrucado en una esquina, tiene los vendajes de
las muñecas sueltos y algo más ensangrentados.
Terminan los jadeos al tiempo que entra ELLA.
Radiante en su decadencia vuelve de la noche,
sostiene una botella de whisky y un cigarrillo. No
advierte dónde está ÉL. Pone música e intenta
bailar.)
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ELLA:- ¡Ey! ¿Qué hacés ahí? (Se acerca.) ¿Otra vez?
¿Qué pasó? (Lo acaricia y acomoda los vendajes.)
¿Qué hiciste? Hablame.
ÉL:- Nada. Tengo hambre.
ELLA (Suspira. Pausa corta):- ¿Hambre? (Se para y
busca por ahí. Encuentra un frasco.) Mermelada de
naranja, ¿querés?
ÉL (Responde afirmativamente con la cabeza.)
ELLA (Dándole el frasco):- Pero no hay pan.
ÉL:- No importa.
(Pausa. ÉL come mermelada con los dedos. ELLA
sirve whisky).
ELLA:- ¿Te sentís mejor?
ÉL:- ¿De qué?
ELLA:- ¿Cómo de qué? De lo que te hiciste.
ÉL:- Yo no me hice nada.
ELLA (Suspira y busca el papelito plateado):- ¿No?
ÉL:- Si querés, tenés que ir a comprar.
ELLA:- Debo tener por ahí. Siempre tengo.
ÉL:- ¿Me das whisky? (Pausa.) ¿De dónde sacaste la
botella? (ELLA no responde.) ¡Ey!. ¡Uno, dos,
tres, planeta tierra!
ELLA:- ¿Cuándo vas a terminar con todo esto?
ÉL:- Contame qué hiciste anoche.
ELLA:- Decíme vos qué hiciste anoche.
ÉL:- ¿Yo? Nada, te esperé.
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ELLA:- Sí, ya veo.
ÉL:- ¿Y esa botella?
ELLA (Neutra):- Me la traje.
ÉL (Haciendo masajes en la espalda de ELLA):- ¿De
dónde?
ELLA (Envuelta en los masajes):- No sé, no me
acuerdo. Yo estaba con la “mujersolterabusca” pero
después ella se fue y yo creo que la busqué... ¡No!
Yo me quedé sola apoyada en la barra. Pensaba,
creo. Sí, pensaba que aparecerías para compartir el
whisky... Porque yo estaba colgada tomando whisky y
porque nadie comparte los tragos últimamente.
ÉL:- ¿Y la botella?
ELLA:- ¿Eh? ¡Ah! No sé, habré hablado con el barman
para traérmela. Seguro. Quería tomar whisky con
vos.
ÉL:- Acá hay whisky, te hubieses quedado.
ELLA:- No. Basta de hacerte eso.
ÉL:- ¿Pensaste que estaba muerto?
ELLA:- Pensé lo mismo de siempre.
ÉL: -¿Sí? ¿Dónde está la nenita que simulaba los
ataques de epilepsia en el medio de la noche?
ELLA:- Era chica.
EL:- Los ojos empezaban a darte vueltas y te ponías
a...
ELLA (parándose al tiempo. Busca otro papelito
plateado en su cartera y un encendedor. Interrumpe.
Apenas sonríe.):-Primero yo. ¿Dónde están?
ÉL:- En el baño. (ELLA sale al baño.)
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ELLA (En off):- ¡Qué asco, la puta madre!
(Reingresa furiosa.) ¡Si te hacés la paja, por lo
menos limpiá o acabá en el inodoro!
ÉL:- ¿Yo? ¿Qué?
ELLA: -No te acordarás, pelotudo.
ÉL (Indiferente):- Yo no hice nada. Será una
gotera.
ELLA (Sirviéndose más whisky):- ¡Qué gotera! No sé
qué estás buscando. Te vas a volver idiota de tanto
hacértela.
(Pausa. ELLA sonríe. ÉL estalla en una
carcajada. ELLA lo sigue.)
ELLA:- En serio, no seas tan sucio.
ÉL:- ¡Mirá quién habla! Yo tengo que bancarme que
dejés tiradas...
ELLA (Interrumpiendo):- ¡¿Qué?! ¿Cuándo ensucié
algo? ¿Cuándo me hice la paja?
ÉL:- ¡Nooooo! ¡Nunca, ya sé! Nunca tus dedos
frotaron tu sudoroso clítoris.
ELLA:- No seas guaso. No empecés. ¿No estabas tan
mal?
ÉL:- Te estoy diciendo la verdad.
ELLA:- ¿Qué verdad? Si no me masturbo es porque no
lo necesito. No soy como vos. Aburrido y triste.
ÉL:- ¿Triste?
ELLA:- ¡Sí! Triste. Nada más triste que encerrarse
y frotarse y tocarse. ¡Una lágrima!
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ÉL:- Tenés que cerrar los ojos.
ELLA:- ¡No seas boludo!
ÉL (Saliendo del baño):- ¡Ay, bueh! Voy yo a
buscarlas.
(ELLA va a su cartera y saca un teléfono
celular; encuentra un porro y se lo arroja a ÉL,
que reingresa con las manos vacías.)
ELLA:- Tomá, prendelo.
ÉL (Recibiendo el porro):- No sé dónde... ¡Upss!
¿Qué hacés con un celular?
ELLA (Intenta encenderlo):- Lo encontré tirado en
la pista. Algún boludo lo habrá perdido.
ÉL:- Pero no sabés cómo funciona y en cualquier
momento llama el dueño y lo bloquea. No vas a poder
hablar (Y se dedica a fumar.)
ELLA:- ¿No? Vamos a ver: marco el número, después
tengo que apretar "send" y ahí está... (Al
teléfono.) ¿Qué hacés? Llegaste... No, de un
público... Y, no quiere poner el teléfono, ya
sabés... Debe estar durmiendo... ¿Qué hiciste al
final?... ¡Ah, te fuiste con él!... ¿Sola? ¡Ah,
con un grupo!... ¿Quienes?... ¿Y?... ¿Nada,
boluda?... Pero, ¿qué tiene que ver que estuviera
muy pasado? Es el mejor momento... Sí... ¡Ah, sí,
también!... Sí, se te largan a llorar y no paran.
Pasa seguido. Terminás siendo una oreja... Mmm...
¡Bueh!... ¿Yo? Me fui con el barman... MmmmJmmm,
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el rubio de lanitas... A la casa, vengo de ahí...
Sí, re-bien... ¡No! Nunca se enterará. Además, que
diga lo que quiera... Puede ser, sí. Bueno, bueno,
se me corta, después voy para allá. Besito. Chau...
(Cuelga.)
ÉL (Pasándole el porro):- ¿Te pagó con la botella?
ELLA:- Estúpido. Tanto que me copia, a ver si
empieza a mentirme un poco, aunque sea.
ÉL:- ¿Te fuiste o no te fuiste con el barman?
ELLA:- ¿Adónde querés que me vaya? Estás
desconfiando. (Fuma y se sirve whisky.)
ÉL:- ¿Yo? Sé bien hasta dónde llegás.
ELLA:- ¿Hasta dónde?
ÉL:- Vos lo sabés.
ELLA:- Un día -hace mucho- un tipo me dijo que yo
no tenía límites. Me hizo un escándalo y (Sonríe.)
se largó a llorar. ¿Podés creer?
ÉL:- Sí, no me extraña.
ELLA (Burlándose):- ¡No me extraña, no me extraña!
ÉL:- Sí, no me extraña.
ELLA:- ¿Quién no te extraña?
ÉL:- Vos.
ELLA:- ¿Quién? ¿Yo no te extraño?
ÉL:- No.
ELLA:- ¿Yo? ¿Cómo sabés que yo no te extraño? Yo te
extraño. Siempre... A veces.
ÉL (Riendo):- ¡No! Vos no me extrañás.
ELLA (Riendo también):- Sí. Yo te extraño.
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ÉL (Negando con la cabeza):- No. No me extrañás.
Siempre hacés lo mismo.
ELLA:- ¡Sííi!... Yo te extraño. Siempre extraño
cuando salíamos los dos.
ÉL:- Yo estaba hablando de otra cosa.
ELLA:- ¿De qué?
ÉL:- De vos hablaba yo. No de esa pelotudez.
ELLA:- No es ninguna pelotudez. Vos te encerraste
acá y yo seguí saliendo.
ÉL:- ¿Y?
ELLA:- Y eso. Que siempre estás acá encerrado.
ÉL:- ¿Por qué no te quedás conmigo?
ELLA:- Yo estoy siempre.
ÉL:- Te vas de noche.
ELLA:- Sí, pero vuelvo. No te abandono.
ÉL:- Sí, me abandonás. Yo estoy todo (Pausa.) De
noche tengo miedo.
(ELLA rompe a reír estruendosamente. ÉL no.
Suena el timbre del teléfono celular. Silencio,
sólo el timbre. Apagón.)
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(Horas después. ELLA y ÉL, relajadamente
quietos y juntos, fuman porro y beben whisky.)
ÉL:- ¿Escuchás?
ELLA:- ¿Qué?
ÉL:- La música.
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ELLA:- ¿De dónde viene?
ÉL:- Del vecino.
ELLA:- No hay vecinos.
ÉL:- ¿Estaremos escuchando la misma música?
ELLA: -La que yo escucho es linda.
ÉL:- La mía también.
(Pausa tensa e incómoda.)
ELLA:- Contame algo.
ÉL:- ¿Qué?
ELLA:- Contame qué hacés en el baño de noche. Solo.
ÉL:- No estoy solo.
ELLA:- ¿A quién traés?
ÉL:- A nadie. Viene.
ELLA:- ¿Quién?
ÉL:- Ella. Es enorme. Nunca se fue pero (Pausa
corta.) viene. Está. Está con ellos siempre. Me
grita y me pregunta por vos. Ella... Ella sabe que
te fuiste y se enoja conmigo. Se pone como loca, se
enfurece y los llama a ellos... Vos no la ves
porque te vas pero yo sí.
ELLA:- ¿Quién viene?
ÉL:- Me obliga a hacer cosas. Y a mí me da mucho
miedo. Mucho.
ELLA (Suspira y cree entender):- Ya no está. Hace
tiempo que no está.
ÉL:- Si vos estuvieras seguro no aparecería.
Seguro.
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ELLA (Suspira nuevamente):- Acá estoy. No tengas
miedo.
(ELLA lo besa. Se besan largamente. Se
acarician lentamente y comienzan a desnudarse.
Intercalan sonrisas, llantos y gemidos. En el
momento en que ÉL intenta sacarle la bombacha, ELLA
se desespera.)
ELLA (Dando pequeñas patadas):- ¡Salí!... No, salí,
por favor... No.
(Violentamente ÉL se aleja al fondo y se
agacha en un rincón; se masturba. ELLA queda en
posición fetal, de frente, con las manos en su
entrepierna.)
ELLA (Murmurando.):- Tengo que hacer algo. Hay que
hacer algo.
(Pausa. Cuatro imágenes separadas por pausa
donde se los ve en distintos lugares de la
habitación. Separados, distantes, silenciosos. En
la última imagen, ELLA se pinta los ojos para salir
y ÉL, semidesnudo, se desploma en el colchón en
perfecto silencio. Apagón.)
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(Noche. Penumbra. ELLA salió. ÉL, algo
aturdido y muy asustado, despierta. LA MUJER está
de espalda, inmóvil y oculta en la oscuridad; emite
un extraño quejido, un llanto silencioso.)
LA MUJER (advirtiendo que EL se acerca):- ¿Otra
vez? ¿Qué más querés? (En otro tono.) ¿Qué
necesitás? ¿Qué hacés ahí? Vení... Vení acá.
(ÉL, en cuatro patas, se envuelve y se pierda
en la pollera de LA MUJER.)
LA MUJER:- ¿Te das cuenta cómo late? No para desde
anoche. No me dejó dormir. No pude dormir. Y ahora
estoy desvelada. Desvelada y harta. (Pausa breve.
Otro tono. A sí misma.) No los soporto. Me miran
mal. Me odian con los ojos. Siempre están
espiándome. Y no aprenden. Lo hacen todo a
propósito. Y yo me golpeo la cabeza, me golpeo la
cabeza para no escucharlos, para no mirarlos, para
que desaparezcan... Pero están ahí todo el
tiempo... Ahí. Siempre. Y son feos y no me quieren.
Y cuando están callados piden y cuando hablan
piden. Y yo no sé qué hacer... Yo. Quiero
desaparecer irme con alguien (a ÉL.) Mirame
¡Mirame! ¡Mirá qué triste estoy! Un bichito soy.
(Lo toma dulcemente y se dirigen al baño.) Estoy
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muy sola y ustedes no me ayudan. Mirá que un día me
voy a ir y los voy a dejar solos.
(Salen. Luz en el baño. LA MUJER reingresa y
vuelve a sentarse. Se duerme sentada.)
VOZ DE HOMBRE (Gruesa y susurrante):-¡Shhhhhhh!...
Qué se va a despertar. No hagamos ruido. Si se
despierta se va a enojar mucho con ustedes. (Pausa.
Respiración.) Vamos a jugar los tres Como el otro
día, ¿sí? (Pausa corta.) ¿Qué tenés ahí?... A ver
mostrame. ¡Shhhh! No hablen... (Silencio.)
¿Quieren ver ustedes? (Pausa corta.) ¿Quieren
tocar? (Pausa corta.) Después me toca a mí... Sino
me enojo... Después me toca a mí (Las palabras se
mezclan con la respiración que se hace más
fuerte.)
(Apagón.)
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(Hora incierta. Luz en el centro. De a ratos
se ven las piernas de ELLA, que constantemente se
mueve; está nerviosa y agitada, habla casi sin
pausas. ÉL, en penumbras, duerme.)
ELLA:- Sí porque con esto no logra otra cosa más
que la lástima que le tenga lástima y que
finalmente termine viviendo en función de él pero
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no, se terminó, yo estaba segura que tarde o
temprano algo iba a cambiar no sé para qué me quedé
esta noche acá y sí por lástima y por miedo también
porque hoy llegué y estaba tirado en el baño todo
vomitado y cagado qué mierda hace a la noche y
estoy segura que lo hace a propósito no puedo tener
una vida fuera de él no quiere que yo tenga mi
propia vida y yo no puedo estar con el coraz6n el
boca todas las noches pensando que un día llego y
se c1avó un cuchillo en el pecho no piensa en mí no
piensa en nada mierda tiene en la cabeza y ahora
está durmiendo como una iguana porque sabe que yo
estoy a su lado pero cuando despierte voy a hablar
le voy a decir lo que me pasa porque al fin de
cuentas yo nunca puedo hablar nunca me pregunta si
me gusta alguien si conocí a alguien nada pero
mañana va a saber que sí, conocí a alguien, un
hombre conocí que hace rato que lo conozco y que se
muere por mí y seguramente saldrá con sus bromas de
siempre pero se le va a caer la boca al piso cuando
le diga que me invitó a vivir en su casa a estar
con él y ahí es donde yo tengo que estar firme
porque es capaz: de cualquier locura sí pero le voy
a hacer entender que después de todo es para el
bien de los dos que esto lo obliga a salir y a
enfrentarse con el mundo tampoco lo voy dejar
tirado ni voy a desaparecer vendré a visitarlo y él
me podrá visitar cuando quiera después de todo es
mi hermano no podemos seguir viviendo así que lo
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entienda que silencio hay parezco una loca no pero
no puedo callarme es mejor así que se entere el día
que me voy y no venir advirtiéndoselo de última
para seguridad mía que se venga con nosotros los
primeros días pero después que vuelva aquí o mejor
lo dejo así unos días y después aparezco qué olor
me habré tirado un pedo o habrá sido él va a decir
que lo abandono y bueno no puedo seguir haciéndome
cargo de él y ese ruido fue otro pedo fue un ruido
de pedo pero no mío me voy, sí, fue él, sí.
(Apagón.)
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(Penumbra. ELLA salió. LA MUJER está sentada,
desplomada sobre la mesa; fuma y toma vino. ÉL, con
el mentón sobre la mesa, toma vino agarrando el
vaso con las dos manos.)
LA MUJER (en distintos tonos):- ¿Qué es lo que
pretenden? (Acaricia bruscamente su cara
desparramándose el maquillaje.) Mirá, se corre
todo. Me desfiguro, me arruino y no puedo estar así
¿Qué van a decir? ¡Mirá! ¿Qué van a decir cuando me
vean así? (Silencio.) Les importa mi cara.
(Silencio.) Pero sobre todo, les gusta esto (Deja
al descubierto una de sus tetas.) Les encanta
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chuparlas. Perderse en esta carne. ¡Miralas! No
tengas vergüenza de mí. Yo no la tengo. No. (Pausa.
Toma vino.) Escuchame (Sonríe.) ¿Me escuchás? Allá
(Señala.) hay alguien durmiendo y yo quiero ir un
ratito a dormir con él. ¿Vos te quedás acá? ¿No vas
a entrar? Mirá que si te veo, mañana te pego (Se
para y se aleja.) Quiero dormir después de todo,
¿qué queda por hacer? (Sale hacia el baño.)
(ÉL, se duerme. Pausa. Ingresa ELLA de la
noche con un gato entre sus manos.)
ELLA (acariciando al gato. A ÉL, que duerme):- Me
lo regaló recién. Es suyo.
(ELLA se sienta junto a ÉL, que sigue
durmiendo.)
ELLA:- Es de él... Es suyo, pero me lo regaló a mí.
Me dijo cuánto lo iba a extrañar porque es su único
amigo, y que ahora él quedaría solo... ¿Sabés por
qué me lo dio? Para que yo, mañana, vaya a la casa
con Van Gogh -así se llama el gato- y no esté más
solo... Sí... Porque quiere que yo vaya a su casa
y quiere que yo esté a su lado... Porque me
quiere... Y porque yo lo voy a querer como...
ÉL (despertando. ELLA hace silencio):- ¿Y eso?
ELLA:- ¿Viste que lindo?
ÉL:- ¿De donde sacaste el gato ése?
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ELLA (Encendiendo un cigarrillo): -De la calle.
Recién. Lo vi, me pareció lindo y me lo traje.
ÉL (Acariciándolo):- Sí, es lindo... Le falta una
oreja.
ELLA:- ¡Pobrecito!. Habrá nacido así.
ÉL:- O se la habrá arrancado otro gato.
ELLA:- ¡No! No tiene cara de bardo. Es dócil.
ÉL:- Por eso. Es débil.
ELLA:- Es para vos.
ÉL:- ¿Para mí? ¿Por qué?
ELLA:- Porque te lo regalo.
ÉL:- Si no es tuyo.
ELLA:- Me lo encontré en la calle. Ahora es mío y
te lo regalo.
ÉL:- Es de alguien. Mirá, tiene una correíta en el
cuello. Este gato se
perdió.
ELLA:- Ehhh... Bueno, lo cuidás hasta que aparezca
el dueño.
ÉL:- Lo cuidamos.
ELLA:- Hay que darle leche.
ÉL:- Andá a buscar.
ELLA:- Andá vos.
ÉL:- No tengo plata.
ELLA:- Yo te doy. Andá.
EL:- No, andá vos. Yo no quiero ir.
ELLA:- Es tu gato.
ÉL:- Vos lo trajiste.
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ELLA:- Bueno. No tomará leche el gato. Que tome
agua o whisky.
ÉL (Como el gato):- ¡Andá a comprarme leche. Quiero
leche, don gato!..
(Inesperadamente ELLA lo abraza fuertemente y
lo besa.)
ÉL:- ¿Qué pasa?
ELLA (Llora y ríe):- Vamos a bañarnos juntos.
ÉL:- Viniste en pedo.
ELLA:-No... bueno... sí... Quiero que nos bañemos
y que bañemos al gato.
ÉL:- Los gatos no se bañan.
ELLA:- ¿A vos quién te lo dijo?
(Apagón.)
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(Después de bañarse. Semidesnudos. ELLA está
terminando de peinarlo a ÉL, que tiene el gato en
su regazo. Fuman y toman whisky. Pausa hasta que
ELLA termina de peinarlo. Después, comienza a
vestirse al tiempo que, en el desorden, busca ropa
y dos viejas valijas.)
ÉL:- Es de día, ¿otra vez salís?
(Silencio espeso, cerrado.)
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ELLA (Encontrando las valijas):- Antes que esto
sea un escándalo te digo: conocí a alguien que me
invitó a pasar un tiempo en su casa.
(Silencio.)
ÉL:- Me abandonás después de todo.
ELLA (Acomodando, apuradamente, la ropa):- No, no
empecés. Yo no te abandono. Me voy. Yo me voy.
ÉL (Sirviéndose whisky. El gato huye):- ¿Adónde te
vas a ir? ¿Adónde te vas a ir así de rápido?
ELLA:- Hace rato que la conozco. Entendé que vos
tampoco podés seguir así.
ÉL:- ¿Qué decís?
ELLA:- De esta manera salís vos también.
ÉL:- Yo no quiero ir a ningún lado.
ELLA:- Sí, tenés que entender que sí.
ÉL:- No.
ELLA (Tomando del vaso de su hermano):- Después de
todo, ¿cuánto tiempo íbamos a seguir así? Yo tengo
que tener mi vida y vos la tuya.
ÉL (Sacándole el vaso y sirviendo más):- No te
hagás la segura para hablar.
ELLA:- Pensá y decí lo que quieras. Yo así no puedo
seguir. Me hace mal.
ÉL:- ¡Qué mal te hace! Sí. Fácil.
(Pausa. ELLA no responde, lo mira.)
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ÉL:- ¿Vos cogiste ya con ese alguien? Acordate que
para cogerte a vos...
ELLA (Interrumpiendo):- ¡Basta!
ÉL (Ofreciendo el vaso):- No vas a poder coger con
nadie.
ELLA (Cerrando las valijas y recibiendo el vaso):-
Te tengo lástima. Ese es el problema. Siempre tuve
lástima de mi hermano.
ÉL:- Entonces no te vayas.
ELLA:- ¿Ves?
ÉL:- Te hacés la dura pero sos de agua, como yo.
ELLA:- Te dejo plata ahí (Señala.)
ÉL (Sacándole el vaso):- Estás encerrada. No podés
elegir irte.
ELLA:- No hablés más. Me voy.
ÉL:- Mañana estás de vuelta... Hecha mierda.
ELLA:- No hagás locuras, por favor (Se acerca
sosteniendo las valijas y le da un beso.) Después
de todo, esto lo hago por vos... Esto lo hago
porque te quiero.
ÉL (Imprevisto):- El miedo que yo siento es el
mismo que vas a sentir cuando te cojan. Por eso
estamos juntos... Por miedo. (Intenta agarrar las
valijas.)
(Cuando ÉL agarra las valijas, ELLA las
levanta y lo empuja con éstas haciendo estallar en
el cuello de su hermano el vaso que éste sostenía.
Brota sangre del cuello y ÉL cae con un fuerte
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temblor. ELLA, dura, sin saber qué hacer, se
arrodilla junto al cuerpo. Llora, gime, toca la
sangre y se la lleva a la boca. Pausa larga e
incómoda. Se para, se acomoda la ropa, se seca las
lágrimas –ensangrentándose toda-, agarra las
valijas y se dirige a la puerta de calle. Mínima
pausa dubitativa en la puerta. Murmura algo
inentendible y sale.)
(Apagón.)
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