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Valentín Rodríguez

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Núm. 86 MÈTODE 29

DOCUMENTOMÈTODE Science Studies Journal (2015). Universitat de València. DOI: 10.7203/metode.6.3899 Artículo recibido: 23/07/2014, aceptado: 10/02/2015.

CULTIVOS TRANSGÉNICOS 2.0LA DECADENCIA DE LA POLÉMICA MEDIÁTICA EN EL PERIODISMO DIGITAL

MARIA JOSEP PICÓ

La controversia sobre los efectos en la naturaleza y la salud de los cultivos transgénicos protagonizó uno de los debates mediáticos más intensos de fi nales del siglo XX. Pese a las herramientas de trans-misión de información de la web 2.0, esta polémica está en regresión en la prensa digital, a excepción de Francia y Gran Bretaña, donde el debate ciudadano continúa abierto y son constantes las acciones ecologistas.

Palabras clave: periodismo digital, medio ambiente, cultivos transgénicos, biotecnología, blogs.

Los cultivos transgénicos y la controversia ante la in-cidencia que puedan tener sobre la biodiversidad y la salud constituyen una temática esencial del periodis-mo ambiental en Europa desde la pasada década de los noventa, cuando también estallaban otras alertas que ponían en jaque la seguridad alimentaria, como la afección humana de la encefalopatía espongiforme bo-vina, enfermedad conocida como «vacas locas» (Gas-kell, Bauer, Allum y Durant, 1999) y la gripe aviar. En 1996, trece años después de la ob-tención en los laboratorios de una planta transgénica, el primer cul-tivo genéticamente modificado autorizado en el territorio nortea-mericano –el tomate del tipo Fla-vr Savr– fue retirado del mercado debido al escaso éxito comercial que obtuvo. Mientras tanto, en la Unión Europea se agravaba la po-lémica social y política sobre los cultivos biotecnológicos. Este conflicto llevó a tomar la decisión, en 1998, de establecer una moratoria para nuevas autorizaciones que se prolongó durante un lus-tro y fue denunciada ante la Organización Mundial del Comercio por los EE UU.

La información sobre los cultivos transgénicos, a diferencia de otras ramas de la biotecnología más vin-culadas por la ciudadanía con el progreso tecnológico o los avances sanitarios (medicamentos, vacunas...) y que gozan de una aceptación social más amplia y consen-suada, ha sido especialmente protagonizada en Europa

por llamativas campañas de rechazo, promovidas por organizaciones ecologistas, a veces en alianza con con-sumidores y pequeños productores. Unas acciones vis-tosas que presentan un destacado componente visual de enorme eficiencia para captar la atención de los medios, en detrimento de las voces cualificadas procedentes de la ciencia. Estas intervenciones de los conservacio-nistas, al mismo tiempo, han favorecido la politización de la ciencia (Ansell, Maxwell y Sicurelli, 2006). Las

incertidumbres y los nuevos pe-ligros generados por los cultivos biotecnológicos han dificultado la tarea periodística y la comunica-ción social de este tópico (Howar-th, 2006), el cual se integra en el conjunto de cuestiones ambienta-les que dan lugar a la sociedad del riesgo, por el desconocimiento de los impactos que pueden producir a largo plazo, como los accidentes

en plantas nucleares, el calentamiento global o la po-lución química (Cox, 2006). Tanto es así que los cien-tíficos reiteran la necesidad de una comunicación más imparcial y de menos propaganda (Arntzen, Coghlan, Johnson, Peacock y Rodemeyer, 2003), porque en el de-bate sobre transgénicos se mezclan preocupaciones más amplias, entre las cuales sobresalen los derechos de la propiedad intelectual y el dominio corporativo sobre las semillas (Qaim y Zilberman, 2003).

La polarización comunicativa de esta rama de la biotecnología ha tenido efectos sobre la economía y la

«EN LA ACTUALIDAD,

LOS EUROPEOS AUN NO VEN

LOS BENEFICIOS DE LOS

ALIMENTOS MODIFICADOS

GENÉTICAMENTE»

Los cultivos transgénicos y la controversia que generan son una temática muy importante en el periodismo ambiental. A la izquierda, cultivos de arroz en el Parque Natural de la Albufera de Valencia.

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Aunque estos cultivos puedan hacer crecer plantas resistentes a con-diciones climáticas adversas o crear alimentos con suplementos nu-tricionales, la combinación de genes de diversas especies se percibe como una práctica no demasiado natural.

ciencia, ya que se han frenado líneas públicas de inves-tigación y proyectos de carácter industrial, cuando se ha demostrado el impacto positivo de los cultivos transgéni-cos para los agricultores, sobre todo en los países en vías de desarrollo, porque han obtenido mejores cosechas, mayores beneficios económicos o menos exigencias en aplicación de pesticidas (Carpenter, 2010). Todo, sin olvi-dar verdades sobre consecuencias del cultivo de semillas transgénicas y la resistencia a herbicidas, por ejemplo, la proliferación de malas hierbas en grandes cantida-des (Gilbert, 2013). Sin embargo, aunque estos cultivos puedan hacer crecer plantas resistentes a condiciones climáticas adversas o crear alimentos con suplementos nutricionales, la combinación de genes de diversas espe-cies se percibe como una práctica no demasiado natural (Shaw, 2002) y, en este sentido, la formación científica de la sociedad puede influir en la aceptación de nuevas aplicaciones de tecnologías genéticas a la alimentación (Mielby, Sandøe y Lassen, 2013).

La ciudadanía europea ha mantenido un nivel de reti-cencia más elevado a los transgénicos que los norteameri-canos. En los EE UU cultivos y alimentos biotecnológicos encuentran más apoyo social, aunque, paradójicamente, la cobertura de la prensa en el Viejo Continente fue más positiva (Gaskell et al., 1999). La creciente preocupación sobre este tema llevó al Gobierno británico a poner en marcha en el 2002 un diálogo ciudadano para determinar si los transgénicos debían ser cultivados comercialmente en su territorio (Barbagallo y Nelson, 2005). En la ac-tualidad, los europeos aún no ven los beneficios de los alimentos modificados genéticamente; no los consideran seguros e, incluso, estiman que son perjudiciales, así que no están a favor de desarrollarlos (Eurobarometer, 2010).

■ EL SILENCIO EN LA PRENSA ESPAÑOLA

A partir de la declaración de Año Internacional de la Biotecnología en 2014, promovida por la Federación Española de Biotecnólogos, nos propusimos conocer el seguimiento de la actualidad sobre cultivos transgéni-cos en los diarios digitales de referencia de la prensa española durante el primer semestre de 2014. Nos he-mos centrado en el periodismo 2.0, dado que la prime-ra fuente de información sobre temas de ciencia ya es Internet, por lo que los científicos deben atender estas nuevas tendencias (Brossard y Scheufele, 2013), y tam-bién porque la proliferación de blogs cambia la relación entre periodistas y científicos, porque los investigadores están creando canales competitivos para la difusión de noticias científicas (Colson, 2011).

El estudio de las ediciones digitales, así como los blogs periodísticos de ciencia y medio ambiente vincu-lados a las cabeceras españolas, revela una escasa pre-

sencia de noticias sobre esta temática biotecnológica. El País es el único diario estatal que crea un epígrafe es-pecífico de «Agricultura transgénica» –después veremos que también lo hace The Guardian–, pese a ello, durante el período analizado solo publica dos noticias, una en «Internacional» y la otra en «Sociedad», pero ninguna de ellas elaborada por un periodista especializado en medio ambiente. Su difusión en las redes es dispar, ya que la primera pieza, titulada «La mala imagen fuerza a Mon-santo a cambiar de estrategia», llega a ser recomendada en 2.860 ocasiones en Facebook y la segunda, sobre la posibilidad de los países europeos de vetar los cultivos transgénicos, solo se replica cinco veces en esta red y más de 400 en Twitter. Por su parte, hay que retroceder hasta enero de 2011 para encontrar en el blog de medio ambiente por excelencia de El País, Ecolaboratorio, del periodista ambiental Clemente Álvarez, una referencia colateral a los transgénicos, en el artículo «Los 1.216 li-tros de agua de una pizza margarita».

El Mundo tampoco muestra un interés excesivo a la hora de abordar los cultivos transgénicos. Durante los primeros seis meses del año ha publicado tres noti-cias, en tres secciones diferentes: «Ciencia», «Política»

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y «Economía». Además, hacen referencia a este tema otras dos que tratan tecnologías disrupti-vas y conflictos entre innovación y ética. Se incluyen en el apartado «INnovadores» de «Economía», dejando ver la tendencia a aislar este tema ambiental en vez de tra-tarlo más transversalmente en la actualidad diaria. La información más recomendada en Facebook, y que supera los 500 clics, es «¿Quién teme al tomate morado?», de Carlos Fresneda, corresponsal en Londres y experto en ecología, en la sección de «Ciencia» (aun-que no es replicada ninguna vez en Twitter). En segundo lugar, «Los “productos” de la

“Revolución Verde” de Monsanto», por Pablo Pardo des-de Washington en «Economía», consigue un centenar de recomendaciones en Facebook y muy poca inciden-cia en Twitter. En cuanto a los blogs ambientales de este diario, Tierra, del naturalista Joaquín Araújo, no hace mención habitualmente al tema, a diferencia de Eco-héroes, del periodista especializado Carlos Fresneda. Pese a ello, no se encuentran artículos relacionados en el período estudiado y hay que retroceder hasta 2013.

Por último, Abc, además de incidir en la escasa aten-ción mediática sobre cultivos modificados, repite la di-námica detectada en El Mundo de incluir los artículos sobre transgénicos en suplementos especiales. En ellos encontramos dos piezas. El artículo enviado por Veró-nica Goyzueta desde São Paulo, «Polémica en Brasil por la liberación de mosquitos transgénicos contra el dengue», fue publicado en Abc Salud, mientras que el segundo, en relación a un informe de Amigos de la Tierra sobre los cultivos transgénicos en el mundo, se metió en el suplemento Abc Natural. La repercusión de estas noticias oscila entre 100 y 300 tuits, aunque es más desigual en Facebook, ya que la primera de ellas recibe un interés moderado y la segunda, «El 90 % de los transgénicos se cultivan solo en seis países», supera las 700 réplicas, tal vez porque la fuente informativa es un colectivo ecologista activo en las redes sociales.

■ EL PANORAMA DIGITAL EUROPEO

Dada la baja atención del periodismo español a los cul-tivos transgénicos, decidimos conocer qué eco se hace de ello la prensa europea de prestigio. The Guardian, en su subsección «OGM» de «Environment», englo-ba trece noticias sobre transgénicos en los meses de

mayo y junio de 2014 –publicadas en varias secciones, entre las que destaca el ámbito de los nego-cios–, con más riqueza de fuentes informativas, autores y una pro-yección mayor en el entorno 2.0 tanto en redes sociales como en la participación y el feedback de los lectores mediante los comentarios a los artículos. El tema que genera más atención de este período es: «Vermont becomes first US state to require GM labelling for food» (“Vermont se convierte en el pri-mer estado de EEUU que exige el etiquetado OMG en los alimen-tos”), por Suzanne Goldenberg en «Environment». Alcanza 4.793 re-

comendaciones por Facebook, una cifra impensable en los diarios digitales estatales, 200 tuits y 116 comen-tarios. Mientras que el más comentado, con un total de 135 intervenciones, se publicó en «Environment»: «GM contamination rules should be relaxed, says bio-technology scientist» (“Las normas de contaminación de OMG deberían relajarse, afirma un científico en biotecnología”), por Bredan Foster. También destaca el impacto en las redes de la noticia «GMO 2.0: Ge-netically modified foods with added health benefits»

«LA POLARIZACIÓN

COMUNICATIVA DE

ESTA RAMA DE LA

BIOTECNOLOGÍA HA

TENIDO EFECTOS SOBRE

LA ECONOMÍA Y LA

CIENCIA, YA QUE SE HAN

FRENADO LÍNEAS PÚBLICAS

DE INVESTIGACIÓN Y

PROYECTOS DE CARÁCTER

INDUSTRIAL»

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(“OMG 2.0: Alimentos modificados genéticamente con beneficios añadidos para la salud”), de Marc Gunther en Guardian Sustainable Business.

En el ámbito de los blogs ambientales de este perió-dico británico, sin embargo, los cultivos transgénicos no reciben la misma atención. El jefe de la sección de «Environment», Damian Carrington, y el ambientalista George Monbiot no escriben sobre este tema a lo largo del primer semestre del año, y durante mayo y junio en Environment Blog solo encontramos la entrada de Jo-hnny Langenheim «Why we should be worried about

“Frankenfish” in South-east Asia» (“Por qué debería pre-ocuparnos el “Frankenpez” del Sudeste Asiático”) con una incidencia discreta en las redes.

En Francia, el activismo contra los transgénicos es el más activo de toda Europa, entre otros motivos porque os-tenta el puesto de primera potencia agrícola del continen-te –a pesar de que la agricultura no representa más del 2 % del PIB–. Por tanto, diarios como Le Monde proyectan sobradamente este interés social por los transgénicos. La subsección «Agriculture & Alimentation» de «Planète» publica nueve noticias entre mayo y junio, aunque siete de ellas son del último mes. La cabe-cera francesa, por otro lado, apuesta por las redes sociales y la interac-ción con la audiencia de una forma más discreta que The Guardian y da prioridad a sus abonados. La no-ticia titulada «Monsanto investit 137 millions d’euros dans deux usines en France» (“Monsanto invierte 137 millones de euros en dos fábricas en Francia”) recibió el máximo núme-ro de réplicas en Facebook durante este período (1.690), seguida en di-fusión por parte de los lectores por «Toxicité du Roundup et d’un OGM: Séralini republie son étude contro-versée» (“La toxicidad de Roundup y de un OMG: Séralini vuelve a publicar su controverti-do estudio”). Por su parte, el artículo «La France pourra interdire la culture d’OGM sur son sol» (“Francia podrá prohibir el cultivo de OMG en su territorio”) de la perio-dista ambiental de la cabecera, Audrey Garric, y el co-rresponsal en Bruselas Philippe Ricard, consigue superar los veinte comentarios, también lejos del centenar y pico de The Guardian. La preocupación de Le Monde por los cultivos transgénicos se demuestra, además, con la aper-tura, en junio, del debate ciudadano en su edición digital sobre la decisión de la Unión Europea de dejar que cada país pueda vetar el cultivo de organismos modificados genéticamente con la pregunta: «Voulez-vous des OGM en Europe?» (“¿Quiere OMG en Europa?”). En relación a

los blogs ambientales de Le Monde, ninguno de ellos analiza normal-mente los transgénicos, ni tan solo la periodista ambiental de la redac-ción Audrey Garric en Eco(lo).

En Italia, cabeceras digitales con reconocidas secciones de me-dio ambiente, como es el caso de La Repubblica, no siguen habitual-mente la biotecnología aplicada a la agricultura. Destaca la noticia de actualidad de junio «Ogm, ac-cordo Ue: “gli Stati decideranno se coltivarli”» (“OMG, acuerdo en la UE: Los Estados pueden decidir si cultivar”), con 400 recomendacio-

nes en Facebook, y una entrada del mismo día relativa al artículo en el blog de Guglielmo Pepe: «Ogm in agri-coltura, una scelta da Tafazzi» (“OMG en la agricultu-ra, una elección de Tafazzi”), con poco impacto en las redes. Como sucede en Le Monde, pese a la existencia de varios blogs ambientales, estos no abordan los trans-génicos, entre ellos Eco-logica, del periodista ambiental del diario Antonio Cianciullo.

La decadencia de la polémica mediática sobre los transgénicos en la prensa digital, especialmente en Es-paña e Italia, hace pensar en qué está sucediendo en la blogosfera general porque hay que reconocer que en el entorno digital están surgiendo nuevas alternativas para difundir la ciencia (Allan, 2009). Comprobaremos que

«LOS CULTIVOS

TRANSGÉNICOS Y LA

CONTROVERSIA ANTE LA

INCIDENCIA QUE PUEDAN

TENER SOBRE

LA BIODIVERSIDAD

Y LA SALUD CONSTITUYEN

UNA TEMÁTICA ESENCIAL

DEL PERIODISMO AMBIENTAL

EN EUROPA»

En Europa, la información sobre cultivos transgénicos ha sido prota-gonizada por campañas de rechazo promovidas por organizaciones ecologistas. En las imágenes, campaña de Greenpeace Francia en 2014 contra la agricultura transgénica.

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la tendencia es similar porque el escepticismo transgé-nico no es alimentado por la ciencia. En la plataforma Naukas de blogs de ciencia de habla hispana, los dos autores que han profundizado más en este tema son los científicos José Manuel López Nicolás, Scientia –aun-que no durante el período estudiado– y José Miguel Mulet, quien en el blog Tomates con genes trata varios aspectos relacionados con transgénicos, como su apli-cación para prevenir enfermedades como el dengue, criticando denuncias antitransgénicas de Greenpeace o, incluso, protagonizando un debate en contra de las declaraciones de la científica antitransgénica Elena Ál-vares Buylla publicadas en Eldiario.es.

En el ámbito anglosajón, en el agregador Science-blogs.com se encuentran el blog GMO, de la científica Pamela Ronald, y Respectful insolence, cuya autoría se omite bajo el seudónimo de Orac, pero que se define en su perfil como científico. A pesar de eso, los comentarios sobre transgénicos se remontan a 2012 y 2013, respecti-

vamente. Por su parte, en la comunidad de blogs científi-cos en francés, C@fé des Sciences, no se percibe la con-troversia transgénica, aun siendo el país europeo donde el debate es más activo e intenso. Así, la última vez que el científico Marc Robinson-Rechavi escribió sobre el tema en el blog Tout se passe comme si fue en julio de 2013.

■ EL ÉXITO ECOLOGISTA EN LAS REDES SOCIALES

Y, para finalizar, después de ver la prensa digital y la blogosfera, nos preguntamos si los colectivos ecologis-tas más beligerantes a escala global con las campañas antitransgénicos, Greenpeace y Amigos de la Tierra, continúan preocupados por este reto ambiental y bio-tecnológico. El blog de Amigos de la Tierra muestra un nivel de activismo bajo en el ámbito estatal. En mayo se publica: «Firma y envía tu mazorcazo para prohibir los cultivos transgénicos» y «STOP a los transgénicos» y en abril, «Petición denegación del experimento con moscas transgénicas». Asombrosamente, Greenpeace España, en su blog, no trata los transgénicos durante el primer semestre de 2014, a excepción del apunte de febrero:

Durante la primera mitad del 2014, Año Internacional de la Biotecno-logía, la presencia de noticias en la prensa española sobre transgé-nicos fue escasa. En las imágenes, algunas de las piezas informativas sobre este tema publicadas en Abc y El Mundo durante el período analizado.

«LA DECADENCIA DE LA POLÉMICA

MEDIÁTICA SOBRE LOS TRANSGÉNICOS

EN LA PRENSA DIGITAL, ESPECIALMENTE

EN ESPAÑA E ITALIA, HACE PENSAR

EN QUÉ ESTÁ SUCEDIENDO EN LA

BLOGOSFERA GENERAL»

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«¿Interpretación sesgada o baile de cifras transgénicas?». De hecho, en EE UU, país del mundo donde más transgé-nicos se producen y se consumen, las campañas de esta organización son casi inexistentes.

La estrategia comunicativa de la multinacional ecolo-gista se diversifica por países: en Gran Bretaña e Italia la actividad es muy baja (en este segundo país contestan a la decisión europea de dejar libertad a los países con el crítico apunte «Vietare gli OGM a livello nazionale: ac-cordo o trappola?» [“La prohibición de los OMG en el ámbito nacional: ¿acuerdo o trampa?”]). Sin embar-go, la actualidad de Greenpeace en Francia muestra no solo opinión, sino la continuidad de acciones de protesta contra estos cultivos, ade-más del enorme éxito en Facebook

–la respuesta es baja en Twitter– y la interacción con simpatizantes y socios, ya que se llegan a superar el millar de comentarios, por ejemplo, en la entrada «Maïs OGM: la saga continue!» (“Maíz OMG: ¡la saga continúa!”), y las 14.000 recomen-daciones desde Facebook, como a «Les OGM contaminent aussi la France!» (“¡Los OMG también contaminan Francia!”). El apunte «Action: du maïs OGM MON810 planté en France!» (¡Acción: el maíz OMG MON810 plantado en Francia!”) también sobrepasó las 5.000 réplicas y las 200 intervenciones.

La controversia sobre los cultivos transgénicos surgi-da en los años noventa se ha reducido considerablemente y decae hasta casi silenciarse en la prensa digital españo-la, pese a las facilidades de transmisión de información favorecidas por el entorno comunicativo 2.0. Sin embar-go, la situación no se presenta homogénea en Europa; la participación ciudadana y la interactividad del entorno digital mantienen vivo el debate sobre los organismos genéticamente manipulados en Francia y Gran Bretaña. Lo revelan las recomendaciones de sus noticias –que lle-gan a centenares e, incluso, al millar– de The Guardian o Le Monde a través de las redes sociales y los comenta-rios enviados por los lectores.

La blogosfera, tanto la periodística como la general, por el contrario, no refleja la polémica transgénica en ningún país del Viejo Continente, probablemente, porque la voz de la ciencia no ha sido lobby de este debate. En cambio, la web 2.0 se ha convertido en una herramienta fundamental para la multinacional ecologista Greenpea-ce en un país, Francia, considerado la primera potencia agrícola de la Unión Europea, con el fin de continuar luchando contra los transgénicos, tanto con acciones de

protesta como mediante el seguimiento informativo en la web y las redes sociales, donde la organización con-servacionista cosecha un enorme éxito en la difusión de sus consignas. Da igual así que algunos de sus conteni-dos lleguen a superar la meta de las 14.000 recomenda-ciones. Los rasgos comunes de la prensa digital europea ante los transgénicos son la conquista de las secciones de economía, dejando así las de medio ambiente y ciencia, al mismo tiempo que la cesión de protagonismo a nue-

vos tópicos ambientales populares y conflictivos como es el cambio climático, el fracking para la obten-ción de petróleo o gas y otras cues-tiones vinculadas, especialmente, con el modelo energético.

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Maria Josep Picó. Periodista de la Cátedra de Divulgación de la Ciencia de la Universitat de València y profesora del Máster de Comunicación Científica, Sanitaria y Ambiental de la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona). Es divul-gadora científica, autora de diversos ensayos y Premio Nacional de Periodismo Ambiental.

«LA CIUDADANÍA EUROPEA

HA MANTENIDO UN NIVEL DE

RETICENCIA MÁS ELEVADO

A LOS TRANSGÉNICOS QUE

LOS NORTEAMERICANOS,

AUNQUE,

PARADÓJICAMENTE, LA

COBERTURA DE LA PRENSA

EN EL VIEJO CONTINENTE

FUE MÁS POSITIVA»