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DOCUMENTO OSVALDO LIRA (Noticia por José Santos, digitalización por Víctor Sepúlveda) Noticia Osvaldo Lira nace el día 11 de febrero de 1904, en la ciu dad de Santiago de Chile, y fallece en la misma ciudad el 20 de diciembre 1996. Fue sacerdote católico, religio so de la orden de los Sagrados Corazones y profesor de Filosofía en colegios de Valparaíso, Concepción, Miranda de Ebro, Madrid y Santiago de Chile (19291956), así como también de la Universidad Católica de Valparaíso (19531956) y de la Pontificia Universidad Católica de Chile (19601984). 1 Acerca de su personalidad se ha escrito mucho, al punto de que parece acertado lo dicho por Juan Antonio Widow respecto de que “de Osvaldo Lira se pueden dibujar muchos retratos; verdaderos …”. 2 Como sea, parece más o menos claro para todos el hecho de que se habría tratado de un sujeto de personalidad 1 Información tomada de la ficha de Osvaldo Lira confeccio nada por Alejandro Serani y publicada en la página de la Biblioteca de Filosofía Chilena. http://www.filosofiachilena. cl/Biblioteca/FichaAutor.asp 2 Widow, Juan Antonio, “El legado del padre Lira” Anales de la Fundación Francisco Elías de Tejeda, Nº 2, 1996, p. 176.

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TOOSVALDO LIRA(Noticia por José Santos,digitalización por Víctor Sepúlveda)

Noticia

Osvaldo Lira nace el día 11 de febrero de 1904, en la ciu-‐dad de Santiago de Chile, y fallece en la misma ciudad el 20 de diciembre 1996. Fue sacerdote católico, religio-‐so de la orden de los Sagrados Corazones y profesor de Filosofía en colegios de Valparaíso, Concepción, Miranda de Ebro, Madrid y Santiago de Chile (1929-‐1956), así como también de la Universidad Católica de Valparaíso (1953-‐1956) y de la Pontificia Universidad Católica de Chile (1960-‐1984).1 Acerca de su personalidad se ha escrito mucho, al punto de que parece acertado lo dicho por Juan Antonio Widow respecto de que “de Osvaldo Lira se pueden dibujar muchos retratos; verdaderos …”.2 Como sea, parece más o menos claro para todos el hecho de que se habría tratado de un sujeto de personalidad

1 Información tomada de la ficha de Osvaldo Lira confeccio-‐nada por Alejandro Serani y publicada en la página de la Biblioteca de Filosofía Chilena. http://www.filosofiachilena.cl/Biblioteca/FichaAutor.asp

2 Widow, Juan Antonio, “El legado del padre Lira” Anales de la Fundación Francisco Elías de Tejeda, Nº 2, 1996, p. 176.

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extremadamente fuerte, vital y enérgica, como se ha dicho3, que no eludía el conflicto4, que lo buscaba como una suerte de francotirador como él mismo decía5, que adoptaba posiciones claras6 y definitivas7, lo que lo llevó a pelearse literalmente con “medio mundo”8, llegando incluso a la violencia.9

La obra de Osvaldo Lira es vasta. Entre sus libros, por orden de publicación, están Nostalgia de Vásquez de Mella10, Visión Política de Quevedo11, La vida en torno12, Hispanidad y Mestizaje13, Ortega en su espíritu I (Metafísica, Estética)14, Ortega en su espíritu II (Psicología, Gnoseología, Política)15, Poesía y mística de Juan Ramón Jiménez16, El misterio de la poesía I: el poe-‐ta17, El misterio de la poesía II: el poema18, El misterio de la poesía III: la clave del poeta y del poema19, De Santo Tomás a Velásquez pasando por López de Vega.20 Habría que mencionar, además, sus múltiples colaboraciones en revistas como Estudios, Finis Terrae, Philosophica, Aisthesis, T izona y Avanzada en Chile, así como en la Revista Escorial en España. En lo referente al trabajo acerca de la obra de Lira, se podría aludir, sin preten-‐sión de exhaustividad, los trabajos de López Escalona y Sánchez de Irarrázabal21, Cristián Garay Vera22, José Luis Widow23, Gonzalo Ibáñez24, Juan Antonio Widow25, entre otros. Una mención especial merecen, por una parte, el libro homenaje titulado Padre Osvaldo Lira: en torno a su pensamiento: homenaje en sus 90 años (Universidad Adolfo Ibáñez, Zig-‐Zag S.A., 1994)26 y, por otra, el libro La sabiduría del padre Osvaldo Lira Pérez (1904-‐1996), cuyo primer tomo está destinado a La polí-‐tica (Monasterio Limitada, 2011). Según su propia confesión “Tomás de Aquino es la columna vertebral de su obra: por dos razones. Primera, porque Santo Tomás es el Doctor Común de la Iglesia (el Doctor por antonomasia). Segundo, por-‐

3 “Al verlo por primera vez, infunde respeto y algo de temor por su rostro adusto de profundas arrugas y espesas cejas. Los años sólo se notan en sus hombros encorvados; sus ojos negros y rotundos comunican una gran fuerza, propia de una personalidad vital y energética” (Patricia Buxton, “Osvaldo Lira SS.CC. Tomista por amor a Dios”, El Mercurio, 16 octubre de 1977. Filósofos chilenos (primera parte)).

4 “Siempre tuvo fama de conflictivo. Y la sigue te-‐niendo. No extraña que así sea, pues es un hom-‐bre que dice todo cuanto piensa, a quien se le pone enfrente, sin ningún miramiento” (Rosario Guzmán, “Soy un furibundo anti-‐demócrata”, Entrevista al P. Osvaldo Lira, Revista Ercilla 23, agosto de 1978, p. 29).5 “Soy inmune a las críti-‐cas… No soy benevolente. Si es preciso ir contra la corriente, voy. Estoy siempre en calidad de francotirador. Algunos me llaman cavernícola. Y una vez incluso, me dijeron medieval” (Patricia Buxton, op. cit.).

6 “Su análisis entorno a las materias más disími-‐les no suele resultar ‘centrista’, ni ponderado. Si a ello se le suman su vehemencia, sus juicios tajantes, sus cejas gruesas y disparadas, y el ín-‐dice en alto cuando realiza una afirmación, se termina por configurar la personalidad recia, avasalladora —que provoca admiración o recha-‐zo, pero nunca indiferencia” (Rosario Guzmán, “Soy un furibundo anti-‐demócrata”, Entrevista al P. Osvaldo Lira, Revista Ercilla 23, agosto de 1978, p. 29).

7 “Conocido por moros y cristianos, se ha conquis-‐tado una hermosa reputación de hombre que no transige” (Patricia Buxton, “Osvaldo Lira SS.CC. Tomista por amor a Dios”, El Mercurio, 16 octubre de 1977. Filósofos chilenos (primera parte)).

8 Cfr.: Donoso, Teresa, “Osvaldo Lira, ‘Verdad y Libertad’”, El Mercurio, 20 de abril de 1977, p. 24.

9 Consultado por Rosario Guzmán acerca de la “peligrosidad” que se le atribuye, contesta: “existen en mí, no diré que algunas cualida-‐des, pero si algunas circunstancias o posturas que han contribuido fundamentalmente a esta

que el tomismo me ha respondido a todos mis proble-‐mas”.27 Tanto es así que llega a decir: “Sí. Soy un tomista absoluto”.28 En lo relativo a sus trabajos sobre Filosofía política, Juan Antonio Widow señala que “…no perma-‐neció en los enunciados abstractos, sino que enseñó la necesidad de llevar a la práctica estos principio —como cuando declaró, en septiembre del 1973, que el pro-‐nunciamiento militar cumplía con todos los requisitos morales de la legítima rebelión…”.29 En efecto, Osvaldo Lira apoya enfáticamente el Golpe Militar y el gobierno que se instala a partir de él. El primer texto que aquí pre-‐sentamos da cuenta expresa de este punto. Se trata de una entrevista que se publicó en El Mercurio de Santiago el domingo 23 de septiembre de 1973 y que lleva como título una frase que usa el mismo Lira: “El Gobierno tiene legitimidad de origen y ejercicio”. Solo un par de días después del Golpe, Lira explicará las razones que lo llevan a apoyarlo y a afirmar la necesidad de defender la Dictadura militar. Como explicará unos años más tarde, “La Junta de Gobierno es legítima por dos motivos. Primero, por-‐que se originó de un movimiento absolutamente legíti-‐mo y necesario, como lo fue el pronunciamiento militar del 11 de septiembre de 1973. Y es evidente que lo que se origina en algo que es legítimo, tiene legitimidad de origen” (…) La segunda razón consiste en que esta Junta de Gobierno está rigiendo al país con vistas al bien co-‐mún, del que le acabo de hablar, la cual equivale a decir que posee la legitimidad de ejercicio de que habla Santo Tomas, y que es la que justifica toda autoridad, aun cuando no hubiera tenido la de origen”.30 Lira no oculta su admiración por la Junta Militar señalando que está “…compuesta de caballeros y hombres de bien, dotados de una abnegación a toda prueba y de una honestidad que ningún espíritu recto puede poner en duda, y a la

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cual debemos nuestra adhesión natural y sobrenatural, apoyándola con esfuerzos y con nuestras oraciones para que Dios los siga iluminando y asistiendo en su gestión dificilísima”.31

Su apoyo la Dictadura militar no se redujo, sin embargo, a abogar por su legitimidad en los medios de presa, sino que, de hecho, contribuyó directamente a su fundamentación teórica. El segundo texto que se presenta lleva por título “Nación y Nacionalismo” y fue publicado originalmente en el libro Pensamiento na-‐cionalista.32 El texto en cuestión fue concebido como un intento de un grupo de pensadores por desarrollar y ex-‐plicar las ideas nacionalistas detrás de la Declaración de Principios de la Junta Militar. En este escrito Lira consta-‐ta expresamente la radical influencia que su pensamien-‐to ha tenido sobre la concepción del Régimen Militar y, sobre todo, sobre la nueva institucionalidad que se bus-‐caba instaurar. “…hemos comprobado con íntima satis-‐facción cómo nuestros actuales gobernantes tienen ya en mente la distinción entre ambos tipos de soberanía, ya que tal ha de ser el giro que se imprima en este punto a la nueva Constitución Política de nuestra nación”.33 En este texto es posible observar la propuesta teórica de Lira que permite articular la síntesis conservadora a través de la utilización del principio de subsidiaridad y la distinción entre soberanía social y soberanía polí-‐tica. Dicha síntesis, en la versión de Lira, será recogida por el Gobierno Militar y tendrá su sanción tanto en la Declaración de Principios del Gobierno de Chile (1974), como en la Nueva Constitución (1980).

situación. La primera consiste en cierta vehe-‐mencia de carácter, que me ha impulsado mu-‐chas veces a la agresividad, e incluso a la violen-‐cia, lo cual … está muy mal, por cuya razón he tratado desde hace largo tiempo, hoy más que antes, de corregirme, con resultados no del todo halagüeños” (op. cit., p. 23).

10 Editorial Difusión Chilena (Santiago de Chile) 1942 / Editorial Andrés Bello (Santiago de Chile) 1979.

11 Madrid: Ediciones Cultura Hispánica, 1949.12 Madrid: Editorial Revista de Occidente,

1949 y Santiago de Chile: Centro de Estudios Bicentenario, 2004.

13 Madrid: Ediciones Cultura Hispánica, 1952.14 Santiago de Chile: Pontificia Universidad Cató-‐

lica de Chile, 1965.15 Santiago de Chile: Pontificia Universidad Cató-‐

lica de Chile, 1967.16 Santiago de Chile: Ediciones Universidad Cató-‐

lica, 1969.17 Santiago de Chile: Ediciones Nueva Universi-‐

dad, 1974.18 Santiago de Chile: Ediciones Nueva Universi-‐

dad, 1978.19 Santiago de Chile: Ediciones Nueva Universi-‐

dad, 1981.20 Santiago de Chile: Academia Superior de

Ciencias Pedagógicas de Santiago, 1981.21 R.P. Osvaldo Lira P. SS.CC., Clarence Finlayson

E.: Biobibliografía de dos pensadores chilenos, Santiago de Chile: Facultad de Educación, Universidad Católica de Chile, 1984.

22 “La idea de tradición en el P. Osvaldo Lira SS.CC”, Verbo, Nº 323-‐324, 1994, pp. 293-‐307 y “Lo hispánico en Osvaldo Lira”, Razón espa-‐ñola: Revista bimestral de pensamiento, Nº 71, 1995, pp. 294-‐309.

23 José Luis Widow Lira, “Creación y ley en el pensamiento de Osvaldo Lira”, Revista Philosophica, Universidad Católica de Valparaíso, Nº 19-‐20.

24 Se incluyen colaboraciones de Julio Retamal, Rafael Gambra, Enrique Díaz, Alberto Boixados, Mario Soria, R.P. Raúl Sánchez, Juan Roberto Pérez, Manuel Atria, Guido Soaje, Féliz Lamas, Juan Vallet de Goytisolo, Mirko Skarica, Juan Carlos Ossandón, Juan Antonio Widow, R.P. Carlos Miguel Buela, Patricio H. Randle, Antonio Millán-‐Puelles, R.P. Victorino Rodríguez, O.P., José Luis Widow, Luis Alberto Barnada, Miguel Ayuso, Gonzalo Larios, Álvaro Pezoa, R.P. Alfredo Sáenz, S.J., Carlos Francisco Cáceres, Alejandro Guzmán B., Gonzalo Ibáñez, Héctor Herrera C., Edberto Oscar Acevedo, Juan Vicente Ugarte, José Joaquín Ugarte, Bernardino Bravo, Cristián Garay, Rubén Calderón Bouchet, Bernardino Montejano y Alberto Falcionelli.

25 Donoso, Teresa, “Osvaldo Lira, ‘Verdad y Libertad’”, El Mercurio, 20 de abril de 1977, p. 24.

26 Ídem.27 Widow, Juan Antonio, op. cit., p. 178.28 “R.P. Osvaldo Lira. Ecos de un magisterio, ética

y política”, Intus-‐Legere, Anuario de Filosofía, Historia y Letras, Universidad Adolfo Ibáñez, Nº 1, pp. 171-‐186.

29 Ídem.30 Guzmán, op. cit., pp. 25-‐26.31 Guzmán, op. cit., p. 26.32 Alberto Arce Eberhard y Enrique Campos

Menéndez (compiladores), Santiago de Chile: Editora Nacional Gabriela Mistral, 1974, pp. 19-‐65. Contiene textos de Ricardo Cox, Francisco A. Encinas, Arturo Fontaine, Hernán Godoy, Sergio Onofre Jarpa, Osvaldo Lira, Sergio Miranda C., Nicolás Palacios, Jorge Prat, Miguel Serrano.

33 Pensamiento nacionalista, “Nación y nacionalis-‐mo”, 1974, p. 44.

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El R. P. Osvaldo Lira declaró:

“El Gobierno Tiene Legitimidadde Origen y de Ejercicio”

Dura crítica a la Iglesia Católica. No denunció arbitrariedades.*

[Septiembre, 1973]

Una dura crítica a la actuación de la Iglesia especialmente durante el gobierno de la Unidad Popular y una plena justificación moral a la nueva institucionalidad hizo ayer el R. P. Osvaldo Lira, SS. CC., en una entrevista efectuada por el “El Mercurio” en su residencia.

El Padre Osvaldo Lira se desempeña en la actualidad como profesor de Metafísica, Teodicea y Ética en la Universidad Católica de Santiago. Entre los años 40 y 52 fue profesor de Filosofía y Literatura en Madrid y en Miranda de Ebro. También en Cádiz y en Santa María de la Rábida, y en la Universidad de Santander. Posteriormente, en la Católica de de Valparaíso. (sic)

Es autor de varios ensayos entre los cuales se cuentan: “Nostalgia de Vásquez de Mella” del año 42 “Visión política de Quevedo” del año 49, “La vida en torno”, “Hispanidad y mestizaje” del 52, “’Poesía y mística’ de Juan Ramón Ximénez” y una monografía sobre la filosofía denominada “Ortega en su espíritu”, realizada en dos volúmenes.

En la actualidad tiene entregado a la imprenta un libro sobre “Verdad y Libertad y otros en-‐sayos”. Y tiene en preparación un tratado de Estética en 3 volúmenes denominada “El misterio de la poesía” y algunos otros trabajos menores.

* El Mercurio de Santiago, domingo 23 de septiembre de 1973.

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En su alusión a la Iglesia dijo que ésta no cumplió con el papel que le correspondía al no pro-‐nunciarse sobre los innumerables atropellos de todo orden cometidos por el gobierno de la Unidad Popular y al no establecer los fundamentos de todo poder legítimo y especificó:

“Cuando ésta habló contra la violencia, puso sobre un común denominador la violencia del atacante que era el gobierno con la violencia del que se defendía, que era la oposición”.

“Y es evidente, —puntualizó— que no se puede equiparar la violencia del que ataca ilegíti-‐mamente con la violencia del que se defiende con los medios apropiados al que lo ataca ilegítima-‐mente”. (sic)

BIENES ECLESIÁST ICOS

Pero su crítica no quedó aquí. Se hizo más severa cuando dijo que las autoridades eclesiásticas que con razón o sin ella, aparecían como cómplices del gobierno de la Unidad Popular al no denunciar la ola de desacatos, de arbitrariedades que llevaron a esta situación de fuerza estrictamente nece-‐saria. Y en virtud del error cometido por la Iglesia, el R. P. Osvaldo Lira justificó la mayor responsa-‐bilidad que recae sobre ella en la actualidad, para ayudar pecuniariamente a la reconstrucción na-‐cional, desprendiéndose de parte de sus bienes eclesiásticos, de aquellos que no sean de su estricta necesidad. Además la tarea de la Iglesia debe extenderse al reconocimiento del carácter legítimo de la Junta —agregó.

LEGIT IMIDAD

Frente a la justificación moral que tiene la nueva institucionalidad dijo que para referirse a ella, ha-‐bría primero que ver si la revolución, el alzamiento de las Fuerzas Armadas fue justo o injusto. “Yo creo —añadió— que fue perfectamente justo porque desde luego, se cumplieron todas las condicio-‐nes para el levantamiento. Primero, porque el Gobierno había dejado de procurar el bien común. Segundo, se habían ensayado todos los medios posibles imaginables para que éste rectificara y una

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vez agotados todos los medios pacíficos, no quedó otro medio más que el levantamiento armado. De ahí —recalcó— que sea perfectamente legítima la nueva institucionalidad.

“Ahora —dijo— a juzgar por los hechos desarrollados a lo largo de una semana, se ve que la Junta Militar está sanamente inspirada y está remediando los males provocados por el anterior régimen. Y más que nada se ha lanzado contra el marxismo, doctrina condenada como intrínseca-‐mente perversa por el Papa Pío undécimo y por los pontífices posteriores.

“De manera que —agregó— los cristianos tienen una gran tarea que realizar. La de dar apoyo pleno al actual gobierno, no solamente en un plano teórico, si no también práctico. Porque los días que se esperan son durísimos.

“No obstante, —agregó— cualquier juicio eclesiástico o no eclesiástico que se haga sobre el actual Gobierno chileno, para ser efectivamente justo y verdadero deberá comenzar por plantearse previamente el problema de su legitimidad”.

Finalmente, señaló como conclusión que debía decirse que el actual régimen gubernativo tiene la legitimidad de origen y la legitimidad de ejercicio. Y que sobre esta doble base los chilenos debemos apoyarlo, para conformarlo con la palabra de San Pablo que dice que el que resiste la autoridad, resiste a Dios.