doble cero n 1 (piloto)

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{ revista literaria } DISTRIBUCIÓN GRATUITA AÑO 00 - NÚMERO 00 { }

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Una revista de arte joven, que mezcla poesía, artes visuales y foto.

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Page 1: Doble Cero N 1 (Piloto)

{ revista literaria }

DISTRIBUCIÓN GRATUITA AÑO 00 - NÚMERO 00 { }

Page 2: Doble Cero N 1 (Piloto)

Yo que nada sé de matemáticas intuyo que cuando no hay nada, dividir es una tarea inútil, es más probable llegar a un resul-tado positivo sumando o multi-plicando…

Quisimos crear un espacio por donde transiten diferentes tipos de escrituras, textos y discursos. Que sean muchos y diferentes, así como de diversos lugares de la Argenti-na, como también de otros países. Y que a su vez, sea un punto de encuentro de la diversidad, tanto para los autores y como para los lectores.

El inicio de una publicación im-plica siempre el problema de la selección; así es que, si bien deja-remos abierta las posibilidades en la creencia de que siempre el futuro nos va a dar resultados inespe-rados, debemos plantear ciertas posturas básicas, algo así como principios éticos para este espacio: Pensamos que, así tanto como no nos gusta ni ver ni leer ni escuchar, NO queremos estimular que se vean/ lean /escuchen textos dis-criminatorios de ningún tipo hacia minorías raciales, sociales, sexua-les, etc. Esperamos que este sitio se pueble de textos que respeten la

diversidad religiosa, étnica, ideoló-gica. Confiamos en qué podremos compartir, con quiénes dejen sus huellas por aquí, el anhelo de en-contrar y proyectar en las expresio-nes artísticas, el síntoma liberador de la des-alienación.

Ante las nuevas experiencias y formas de comunicar que ofrece la tecnología actual, las diversas experimentaciones con las que tantos artistas (se) expresan (en) la actualidad; entendemos que las todas formas de la expresión no pueden ser abarcadas únicamente con la palabra, dada la naturale-za de nuestra realidad polifónica, cosmopolita, callejera, nativista, mitológica, urbana, suburbana, efímera... Por ello invitamos a quié-nes recurren a variadas y múltiples formas de expresión – los que este medio posibilita- a dar cuenta de su experiencia vital en esta época que – seguramente – es similar a la nuestra, a la de todos los habi-tantes de este siglo que comenzó con tantos ceros como negaciones, refutaciones, incertidumbres y bús-quedas de un nuevo comienzo. En definitiva, todos están invitados.

Sandra M. AcostaG. Salvador Marinaro

Si te gustaría participar de la revista o tenés algún comentario, escribinos a:

[email protected]

EDITORIAL

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Page 3: Doble Cero N 1 (Piloto)

Tengo los ojos muy lejos y una sensación de entierro que me cor-teja desde las puntas de los dedos. Parece todo un montón de mierda acumulándose en mi cabeza. Parece un montón de hojas acumulándose mientras castigo a los silencios de mi consciencia, para dejar de sentir que soy y encontrar a mi verdadero destino, (¿qué es lo verdadero?), la poesía de una vida que se define por círculos, o una razón diferente, don-de el sentido de razón ya no es el dis-cutido, sino, de lluvias y nuevas es-crituras sobre las paredes de quien tiene mis zapatos. ¿Tengo tiempo para dejarlo todo? No lo he pensado. Tengo que creerme a mí mismo, ¿o existen estas terapias de algún es-pecialista para definirme como ser humano? Los miedos se concentran en estrategias de derrota, siento ser un punto blanco, bastante preciso. ¿Qué será eso de punto blanco? Que tengo que creerme de los puntos.

Me hablo de los ojos muy lejos, pero ¿dónde está el camino de mis cajo-nes, baúles, o de cualquier elemento que permita sentirme constituyente de algo? ¿Qué es lo que quiero de-jar? No sé si deba importarme lo que se viste de necesario, quiero todo y nada es lo que quiero. Tengo la piel dividida (soy un sujeto doble), algo se manifiesta de hombre y otra de melancolía casi muda, casi ciega. Pobre melancolía, pobre hombre. ¿Creerme qué? Hablo de un table-ro lleno de cuadraditos, con colores negros y un blanco difuso, que me miran desde las suelas de mis zapa-tos, esperando alguno de mis impul-sos, y, después, juzgan. O tal vez me juzgo. Otra vez al silencio, o conju-ro sobre presagios para un egoísmo pleno. Columbios para las palabras de mi niñez, columbios para los aus-picios de mi inconciencia, absur-da, pero soy un sujeto doble. Pobre hombre, pobre melancolía. Creerme.

el hombre del tablero invisible

Nicolás [email protected]

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Page 4: Doble Cero N 1 (Piloto)

Va yéndose mi vida Todavía me queda volver a casa bañarme cambiar mi ropa buscar una novia rodearla con mi nombre comenzar una noche acomodar la mayor parte de su cuerpo sobre mis labios tener un hijo enseñarle a caminar llevarlo a la escuela prestarle el auto (antes comprarlo)Pero no no llegaré a tiempola fila es demasiado largaEncima la única cajera se ha retirado a tomar café pero antes conversaSe le va a enfriarTendrá que calentarlo y más espera amontonándose

Mientras no aguanto va apagándose mi hijo: en vano intenta vivirlo la hoguera de mi pensarlo

En la fila de la municipalidad

Darío [email protected]

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Page 5: Doble Cero N 1 (Piloto)

Nace como extracto esencial de la especie… más tarde, fuen-te vivificadora. Vuelve a Eva,

decididamente ajena, de brazos incongruentes y ostentosos de su fuerza innata. En soledad… montaña y cielo contienen su llanto. Cómplice para el dolor,

encerrada y ciega de sí, en sus manos, arcilla y pan cobran

aliento inusitado... Y hacia el final, es compendio y suma: esfinge que todo lo sabe, es-tatua viviente que no sonríe, es

extraña costilla bíblica, es carmesí en el límite de la pasión, es histriónica silueta resplande-

ciente, es mujer…

Degeneración

cuore 1

Fernanda [email protected]

Marchito por dolor, corazón maniático, enloquecido por la furia. Y aún si la mente se me vuela como

pájaro, llena de humo gris y polvillo blanco, el si-lencio del alma y el vacío de la no-che llegan juntos. Luego de la vida eterna… la nada. Pero tu imagen

perdura intacta, de piedra erosionada, igual que el

tiempo en otras eras.

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Page 6: Doble Cero N 1 (Piloto)

ESTO ES

Mi cuerpo. Los movimientos que están fuera de mí.

El espacio que me rodea. Las garras del tigre

siempre a punto de alcanzar mi cara. Nunca tuve piedad de vos.

Los amaneceres rojos. La espina hincada en la punta de la lengua.

La autoridad. El fantasma en el dormitorio ajeno.

Lo que todavía no puedo decir. No es una enumeración. Ahí afuera no hay nadie hasta que desaparezco.

Ya no soy de los que se van. Ya no vuelvo.

Cuando despierto los pájaros recuperan sus jaulas.

No me mientan, me siento bien así.

La puerta de nuevo cerrada, justo cuando la novedad

alza sus pies de sirena. Sigo escribiendo

sobre la ventana mojada. Sigo esperando la lluvia.

Sigo caminando como si la luna fuera

el último cometa que se traga la tierra. Digas lo que digas

tu cuello pende de la soga y ya no me hace gracia este silencio.

Atracción. Rechazo. Soy un mal ajedrecista.

No quiero ser otra cosa que peón.

La pieza que nadie ve hasta que se define el juego.

Pero hablaba de otra cosa. Ya no recuerdo

porqué estaba triste. La defensa maníaca.

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Page 7: Doble Cero N 1 (Piloto)

Los cuchillos a medianoche. La desmanicomialización. Me siento y espero. La tormenta se lleva todo al menos por un tiempo. Tiempo al tiempo. Te podré dar la espalda cuando no esté tan presente. Tantas rejas no amansaron Mi sed de besar al tigre. Lo que no veo acecha tras mis ojos. El bajar la guardia como primera barrera. La ficción es la promesa más convincente. La fricción para que vuelvas. Pero hablaba de otra cosa. Esto no es una enumeración. El escándalo. La ira contenida. Lo que acepto sin reservas. Aunque no lo entiendas, cuando estás cansado de correr hasta la menor ventaja te hace libree libre. Terminó la sesión. Tengo problemas con el espaciopacio. Mi madre me hizo cobarde. La autoridad sigue sin rostro. Lo que amo es mentira. La mentira es amor. Odio la mentira porque no sé mentir. Mientes porque no sabes amar. Alguna vez quise matar a mi hermana. No tengo fe pero aún así sé que algo maravilloso está a punto de pasar.

Gastón Ruiz

filosofodescafeinado@hotm

ail.com

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Page 8: Doble Cero N 1 (Piloto)

Mamá no aparece. ¿Dónde estará mamá? Se fue anoche y no volvió. Mis hermanos están muy tristes. A papá lo vi angustiado y haciendo llamadas telefónicas a todas partes.¿Dónde estará mamá? Ya es

hora de dormir y no puedo por-que no dejo de llorar. Papá no viene a consolarme. Dice que está muy ocupado, que tiene que terminar cuanto antes ese pozo profundo que está haciendo desde esta mañana en el patio.

Alcancé la plata al recepcio-nista. Dejé la valija grande en la sala de espera. Dejé mi nombre y mis datos completos asenta-dos en el registro de visitantes.Cuando llegué a aquella habita-

ción, no tenía dinero, ni equipa-je... ni sabía cómo me llamaba.

Todo lo que digan sobre él lo fortalece, resbala en su cora-za e inunda los llantos y la-mentos invertidos en desbor-dar la ciénaga que los corrompe.Nunca podrá verles la cara, ni si-

quiera oír sus voces, se arrastran en penumbras desparramando el veneno que destilan sus hieles,

atacando por la espalda, en golpes tan débiles como bajos. Si supieran lo real de su retroalimentación, si comprendieran lo inútil de todos sus esfuerzos quizás se volverían peligrosos y habría que tener cui-dado. Pero se auto condenaron a gritar en el silencio, a siempre la-mentarse de lo intangible del sur.

¿dÓNDE ESTARÁ?

DESPOJO

espectros

Mariano Ortiz

[email protected]

[email protected]

Lucila Lastrero

Page 9: Doble Cero N 1 (Piloto)

Necesito aguja e hilo de co-ser, por ejemplo, entonces aquel tipo del tren, sin un brazo y en muleta, vende veinte agujas de todo tipo por un peso, no, gracias; me acuerdo también que tenía más de una moneda de un peso, en Unión y Libertad, me acuerdo aún de que el tipo me dio pena y le esquivé la mirada, no, gracias, pero para entonces ya estoy con la mitad del cuerpo ente-rrada en un parque jardín, olvídense del resto, puede observarse como me crecen ramas a la altura de las axi-las, después hojas y entre la fronda un nido vacío, desde las yemas de los dedos des-puntan unas espinas fini-tas, como de cactus, que si se mira con detenimiento no dejan de parecer agujas

la explicación es sencilla:

COSER EL PANTALÓN

Federico Iglesias

[email protected]

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Page 10: Doble Cero N 1 (Piloto)

El atardecer entrega su voceríoEl río Arenales aguarda manso los rostros que lavamos cada mañana y… te parás en la vereda precisa en tu cintura con el prolongado perfil mordido por mi sombra húmeda Me llamás con el dedo desde un movimiento delicado como si llenaras un anilloEstoy en un poemaNo puedo contestarteaunque me dejésen tus ojos (ese mar de brazos arrancados…)

LA INTERRUPCIÓN

Darío [email protected]

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Page 11: Doble Cero N 1 (Piloto)

En la gran resaca del mundo/escuchamos viejas canciones/y Hakim Bey enmascarado como cualquier locoinformaticopoetamulticelular neo-sabio arquitectohermitaño, se burla de las heridas y de los batallones murientes/en la gran resaca del mundo/una glamorosa ima-ginación/único legado del exceso de masturbaciones y faxes enviados a la casa Blanca (y a la casa Negra)/una glamorosa imaginación/despierta a los mandatos de una voz hecha multitudes/hecha multitudes/glamorosa imaginación/que escrita y re-escrita sobre estas viejas canciones/camina en un cuerpo torcido/cojo/maleable/un cuerpo de plasticina en las manos de un niño loco/un cuerpo suicidado ente mandatos y desconfianzas con sonido amarillo-resacoso-perturbado-color-de-esta-la-gran-resaca-del-mundo/vista y encontrada por uno que pasaba por aquí/o por otro que tendido de bruces sobre el piso de cemento electrónico/alzo las manos/dándonos las instrucciones para este garabato.

YesqueenlagranresacadelMundo.Oriente suena a occidente (o viceversa)Y todo sin el paréntesis al que estamos /tan acostumbrados.

¿Arte?¿Artesanía del vómito?¿Aparato para una borrachera desmemoriada?

En la gran resaca del mundola vozentrecortadatodavía feliznos relata que en el centro del poemahabita un animalrabioso e incorruptibleun animal con letra grande y ojos infinitosuna mano que golpeay una multitud sin órdenes ni pararrayos.

La gran resaca del mundo o el garabato del mundobajo el cementerio.

Mauricio [email protected]

La gran resaca del Mundo

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Page 12: Doble Cero N 1 (Piloto)

instante en el que lo sólido se convierte en líquido

El agua pasando de estado.

momento de evaporarnos, de caernos a pedazos, a golpes de granizo.

No quiero que la atmósfera se vuelva insoportable, que el aire esté en-vuelto en rocío, no en monóxido.No quiero ser ácida, básica, no quiero indagar en el carbono de tu pasa-do, no quiero tener que hacer alquimia.

“Como no pienso en el pasado, no tendré melancolía. No soñaré con el futuro ni ten-dré grandes esperanzas. Estoy anclado en el presente, desde aquí se puede ver todo el tiempo condensado todo lo que pasó y lo que va a pasar, en la misma ola.”

“Puede ser”, le dijo ella. “Me iré y te queda-rás en el faro, solo con lo inmenso.”“Andate, la luz da demasiadas vueltas y aún no te decides”....

Lo miró con ojos de azul profundo y agarró su bolso. “Puede ser”, le dijo ella “Pero no me olvides.”

Al darse vuelta, la vio partir y supo que se había llevado el mar en su ojos, y que él se que-daría allí mirando el desierto.

Desde el faro

Química: pasar de estadoD

aniela Marinaro

dani.marinaro@

gmail.com

lamelange.blogspot.com

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Page 13: Doble Cero N 1 (Piloto)

Ies una mujer de dos nombres,de todos, y por eso mía,cuando ella quiere Me visita sin avisocomo a todos los hombrescomo a todas las mujeres Es sincera, silenciosa;no le conozco apellido,ha vivido con tantospero no se le conoce maridoni esposa Melanco líano es mi novia, no es mi amigano es pariente pero parece de la familiapreguntando por mí,por las noches de aquellos díasen que las noches son eternasy ella llega para darme su compañía

IIFumábamos la risa y el vientoLos chistes y las canciones se caían de los bolsillosRecorríamos el mundo,Abrazábamos la noche,Nos encadenábamos a las estrellas Masticábamos indirectamente el júbiloGuardábamos la basura; eso que éramos no quedaba tirado en el caminoReíamosMoríamosCada nocheno sé hasta cuandoIbamos, frágiles hojas que se lleva el vientoCaminábamos como en un sueño.

[email protected]

Melanco Lía

Daniel Rojas

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Page 14: Doble Cero N 1 (Piloto)

En la mesa están todos sentados, también élMiramos en silencio el noticierola tele tiene una raya en el borde de la pantalla que no se va nunca,no se va nunca.Por unos minutos me pongo en “automático”¡Qué bueno el jugo de pomelos!¡que cómo Tigre se perdió la oportunidad de ganar el campeonato!Ni sabe ni contesta Me quema la nucael calor del asfalto se cuela por las ventanasaturden los motores de los autos en mis ojos¡qué mierda es vivir en una avenida!La milanesa sabe a trapo viejo... bah, así seguramente será el sabor de los trapos así; como huelen.“En este sol impiadoso la única sombra es la de su barba”, pensará mi madre. El perro mira con fiaca y se estira bajo la mesa. Nadie se quejaPara ella el olor a fritura es floral. Este es su jardín. .¿Quién le dijo que tiene derecho a sacarse la camisa?¿a importunar mi vista con su cuerpo, escuálido vegetal?Termina de comer , se levanta en silencio, lo sigo con la mirada mien-tras se va.Su espalda amarilla tiene cierto brillo de sudor. El borde de un slip beige se le aparece por encima de la cintura del jean viejoDemasiado viejotodo es demasiado viejo en esta casa sepia. “¡Tierra para las plantas!”El alto parlante de una carreta se abre paso entre los ruidos de motores.

El afán de llegar a casa sin saber a qué

Sandra [email protected]

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Sólo el tiempo dirá si lo que cargo fue su-ficiente. No quiero recordarte con lástima, enmascarando lo que vivimos bien vivido. Quiero tomar mis valijas y subirme al tren de Retiro, después volverme a la Puna. También a ella la olvido, como un frágil desierto al que nunca entenderé pero, del que por algún motivo siempre fui parte. Está bien, me quedan los dedos negros de haberlos pasado por tu pelo. Me queda el gusto a chicle masticado de tu boca. El olvido parece tener una mecánica tan re-petitiva. Primera secuencia, se dispersan las imágenes, vuelan en el aire, peque-ños trozos de celuloide efusivos; segun-da secuencia, se condensan y acumulan, los olores son uno sólo, aceitoso, algo te dice que todo va a salir mal; y estalla; el circuito vuelve a empezar expulsando los gases. Pero somos más viejos, más usados y gastados. Ya la tercera vez que huyo de Buenos Aires, ya no soy el mismo, el río de Heráclito me llevó a la otra orilla, y me dijo que nunca volveré a nadarlo de la misma manera. Las valijas llevan las piedras que nunca pude vender en alguna feria. A quién le importan los saquitos de azúcar de aquel café en Chacarita. Siem-pre ese lugar es amarillo, sólo en invier-no los colores se refugian en cafés me-

dio baratos, medio líricos. No me queda más espacio para guardar la culpa, sobre todo cuando no es mía. Elegir qué lle-var siempre es problemático. Sobre todo cuando te das cuenta que nada puede ser estrenado. Repito, la Puna me espera, hogar de algunos duendes y de la vida que nunca escribiré en un curriculum. Perdóname, hogar fantástico, casa de nómade, terrible gran Buenos Aires que-rido, siempre quedarán en la punta de la lengua las palabras más necesarias. Perdóname, mi palabra más usada y por ende más gastada, sólo el tiempo dirá que lo mal guardado (que fue cayendo) sirvió para que alguien me encontrara. Mientras tanto, con mis cosas se queda ese Gui-llermoSalvador que alguna vez empezó a nadar en el río de Heráclito de La Plata, o viceversa; esta corriente turbia, ocre-verdoso siempre significara el cambio. De los cerros al mar. Voy a ir limpian-do mis pulmones de todo lo incrustado absurdamente. Y quién dice, quizás la mecánica del olvido sea la misma me-cánica que de la vida y la del recuerdo. Me quedan las dos alas de mi respon-sabilidad. Juro solemnemente sólo vivir una vida, mi único testigo será este Río.

la mecánica del olvido

Guillermo Salvador [email protected]

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Page 16: Doble Cero N 1 (Piloto)

DIRECCIÓN Sandra Acosta Guillermo Salvador MarinaroDIAGRAMACIÓN Nadia MassenzanaILUSTRACIONESJoaquín Nudel [email protected]

Eleonora Kortsarz [email protected]

Sebastián Israel [email protected]

COMIC Eleonora KortsarzFOTOGRAFÍA Maximiliano RodríguezESCRIBENSandra M. Acosta, Fernanda Escudero, Federico Igle-sias, Lucila Lastrero, Daniela Marinaro, G. Salvador Marinaro, Mariano Ortiz, Nicolás Pecci, Mauricio Ri-quelm, Daniel Rojas, Gaston Ruiz, Darío Villalba.AGRADECIMIENTO Fernando Marinaro