disfemia
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LA DISFEMIA.
DEFINICIÓN.
La disfemia es un trastorno funcional de la expresión oral que afecta a la fluidez
y está ligado a la presencia de un interlocutor, es decir, a una situación de conversación
o diálogo.
ETIOLOGÍA:
Se caracteriza por una falta de fluidez, relacionada con tres variables:
1) Variables fisiológicas:
o Respiración.
o Tensión muscular.
2) Variables relativas a la propia dicción.
3) Variables cognitivas:
o Expectativas del tartamudeo.
o Evaluación de la situación.
CLASIFICACIÓN:
La semiología básica de la disfemia la constituyen dos formas diferenciadas de
tartamudeo.
1) Tartamudeo tónico (bloqueos): caracterizado por un habla entrecortada con
espasmos que afectan a diversos a grupos musculares relacionados con la
fonación, que provocan un bloqueo del habla.
TRASTORNO DE LA
FLUENCIA VERBAL
Disfemia.
2) Tartamudeo clónico (repetición): producido por breves y rápidas
contracciones bucales que dan lugar a una repetición de parte de la palabra.
3) Tartamudeo mixto, tónico-clónico: Normalmente la mayor parte de los
tartamudos presentan una disfemia mixta.
DIAGNÓSTICO:
El diagnóstico diferencial se establece con respecto a:
1) La No-Fluencia Normal, o habla vacilante de la primera infancia, fenómeno
normal en la adquisición del lenguaje del niño, cuya expresión contiene
detenciones del discurso y repeticiones
2) Los procesos de retraso evolutivo del lenguaje en que se da un problema de
pausas y repeticiones de palabras por dificultad para formular el pensamiento
en lenguaje.
3) Los trastornos de la fluidez verbal por causa neurológica.
EVALUACIÓN:
Algunas señales, detalladas a continuación, nos pueden indicar que un niño
tartamudea:
- Errores de la articulación.
- Fluidez del habla.
- Prolongación de sonidos.
- Conducta de esfuerzo.
- Dificultades importantes para iniciar palabras.
- Tendencia a repetir parte de la palabra y no palabras enteras.
- Antecedentes familiares.
- Existencia de otros problemas de habla y lenguaje.
Fundamentalmente, nos fijaremos en el tipo y la frecuencia del tartamudeo para
realizar un examen más detallado.
Estrategias de evaluación:
Cuando se sospeche que alguien es disfémico se hace necesario realizar un
examen en profundidad, ya que las estrategias de intervención están directamente
vinculadas a las causas, tipos y frecuencia del tartamudeo1.
o Entrevista a los padres, si se trata de niños pequeños.
o Entrevista al niño o al adulto.
o Tareas:
- Lenguaje automático.
- Repetición.
- Nombrar imágenes.
- Lectura.
- Monólogo.
- Preguntas.
- Conversación.
- Habla en voz cuchicheada.
- Habla rítmica.
Realizando las tareas anteriores tendremos que anotar en una hoja de registro
qué signos relacionados con la disfemia, presenta en cada una de ellas.
- Repetición de palabras enteras, sílabas enteras, partes de
sílabas.
- Prolongación de sonidos.
- Esfuerzo.
- Palabras dichas y palabras tartamudeadas.
- Bloqueo de habla sin tensión muscular.
- Taquilalia.
- Muletillas.
- Sinónimos.
- Redundancia.
- Frases telegráficas.
- Pobreza lingüística.
- Retraimiento.
- Logofobia.
- Ansiedad.
1 Sangorrín, 1991.
Por último, es importante registrar el lugar donde se produce la tartamudez si en
la palabra o en la frase.
INTERVENCIÓN:
La tartamudez es muy variable, su causa es poco conocida, por lo que hay
muchos enfoques distintos en su tratamiento.
A continuación veremos una sesión tipo con el modelo de tratamiento que se
sigue en Ortofon.
SESIÓN TIPO:
1) Las sesiones pueden ser individuales o grupales; de 30 o 45 minutos.
Dependerá de la gravedad y edad de los pacientes.
2) Empezamos con la relajación.
3) Seguimos con ejercicios de respiración.
4) Las sesiones pueden variar. Solemos con tareas de lectura (hace que el sujeto
sea consciente de sus disfluencia, donde las cometió,...) también es compatible
con la conversación espontánea.
5) Posteriormente, seguimos con la lectura en eco: el logopeda lee y el paciente
repite detrás, marcando el ritmo.
6) Y finalizamos con un diálogo con los pacientes, marcando el ritmo.
MATERIALES:
Los materiales varían según la edad: si los pacientes son adultos o niños que saben
leer, necesitaremos libros de lectura, periódicos, etc. Si no, utilizamos fichas para que
ellos narren lo que ocurre u otro material.
Además, necesitaremos colchonetas para la relajación, espejo y metrónomo para
marcar el ritmo.