discutamos sobre seguridad ciudadana (unes, 2013)

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Las publicaciones que presentamos en la Serie “Formación en Convivencia Solidaria y Seguridad Ciudadana” son herramientas para el intercambio de saberes y la transformación. Discutamos sobre seguridad ciudadana es de gran utilidad para aproximarnos a los conceptos más importantes que rodean al ámbito de la seguridad ciudadana y el sistema penal; también nos aporta elementos de análisis que nos permitirán re-pensar y problematizar situaciones cotidianas de nuestras vidas, que algunas veces provocan o predisponen comportamientos violentos. Es decir, no sólo estamos en la búsqueda de conceptos sobre seguridad, sino de maneras diferentes de comprender nuestros hábitos de convivencia y modos de vida.

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Publicación N° 1

Discutamosseguridad sobre

SERIE

FORMACIÓNENCONVIVENCIA SOLIDARIA Y SEGURIDAD CIUDADANA

ciudadanaAlgunos conceptos para la reflexión en comunidad

DISCUTAMOS SOBRE SEGURIDAD CIUDADANA ALGUNOS CONCEPTOS PARA LA REFLEXIÓN EN COMUNIDAD 1a edición, Universidad Nacional Experimental de la Seguridad, 2012 1a reimpresión, Universidad Nacional Experimental de la Seguridad, 2013 Depósito legal: lf144820133002256 ISBN: 978-980-7605-00-7 Textos: María Lucrecia HernándezProducción editorial: Vicerrectorado de Creación Intelectual y Vinculación Social Fotos: Miguel PereiraImpresión: Imprenta UNES

Ministerio del Poder PoPular Para Ministerio del Poder PoPular Para relaciones interiores, Justicia y Paz la educación universitaria

Ministro Miguel Rodríguez Torres Ministro Pedro Calzadilla

autoridades universidad nacional eXPeriMental de la seGuridad (unes)Rectora Vicerrectora de Creación Intelectual Soraya Beatriz El Achkar Gousoub y Vinculación Social María Lucrecia Hernández

Vicerrectora de Desarrollo Académico Secretario Aimara Aguilar Frank Bermúdez Sanabria

consejo editorial UnesRectora Vicerrectora de Creación Intelectual Soraya Beatriz El Achkar Gousoub y Vinculación Social María Lucrecia Hernández

Vicerrectora de Desarrollo Académico Secretario Aimara Aguilar Frank Bermúdez Sanabria

Director de Gestión Comunicacional Director General Funda-UNES Leonardo Zurita Ernesto Quijada

Atribución-NoComercial-CompartirIgual. Todas y todos somos libres de compartir, copiar, distribuir y comunicar públicamente los contenidos de esta publicación; bajo las condiciones de reconocer la fuente y de hacerlo sin fines comerciales. De alterarla o generar obras derivadas, prelan idénticas condiciones.

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD (UNES)Dirección: Calle La Línea, zona industrial L, Catia. Apartado postal: Caracas 1030 – Venezuela | Caracas, julio de 2013. WWW.UNES.EDU.VE

Contenido

Presentación 7

1. ¿Para qué nos sirve este folleto? 9

2. La inseguridad y la seguridad: ¿de qué estamos hablando? 12

1. Comunidad y Estado 12

2. ¿Seguros o inseguros? 15

3. La seguridad ciudadana: un nuevo concepto 19

4. Algunas acciones y consecuencias del miedo o sensación de inseguridad. Caso de Yessica 23

5. Algunos dilemas que se nos presentan… ¿Qué debemos hacer? 24

3. La juventud, ¿por qué un eterno problema? 25

1. La política pública en torno a los y las jóvenes 28

2. El estigma o la etiqueta 32

3. La discriminación 33

4. Algunas consecuencias a causa de la estigmatización 34

5

6 | mujeres de mi barrio |

5. Algunas ideas para analizar 35

4. El problema es de todos y todas 37

1. No sólo la policía 37

2. La intervención de distintas instancias 40

3. La organización comunitaria para la prevención del delito 43

4, Como comunidad, ¿qué podemos lograr con nuestra participación? 46

5. La selectividad del sistema 47

6. ¿Cuál es el desafío? 50

5. La prevención comunitaria 51

1. ¿Represión o prevención del delito? 51

2. Teoría de la prevención situacional y ambiental 53

3. Teoría de la prevención social 56

4. Teoría de la prevención comunitaria 58

5. ¿Cómo impulsamos la prevención comunitaria? 60

Referencias bibliográficas 61

6

Presentación

Con este folleto queremos acercar al lector y la lecto-ra algunas ideas para iniciar la discusión y la proble-

matización sobre los temas relacionados con la seguridad ciudadana. A través de ejemplos y conceptos sencillos, pre-sentaremos algunos puntos relevantes que atraviesan la problemática de la seguridad ciudadana.

El análisis de la seguridad ciudadana resulta de gran importancia ya que la Constitución de la República Boliva-riana de Venezuela de 1999 introduce en su articulado esta terminología, entendida en sentido amplio como la protec-ción de los derechos, libertades y garantías constituciona-les, superando así el modelo de seguridad basado en el orden público. Tenemos entonces que el artículo 55 dice: “Toda persona tiene derecho a la protección por parte del Estado a través de los órganos de seguridad ciudadana regulados por ley, frente a situaciones que constituyan amenaza, vulnera-bilidad o riesgo para la integridad física de las personas, sus propiedades, el disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes”.

La seguridad ciudadana reconocida en el texto legal su-pone la seguridad integral de los derechos y representa una guía en el diseño y ejecución de políticas públicas, para frag-mentar las posibles propuestas o respuestas autoritarias en la materia, asumiendo el reto de garantizar la seguridad de

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los derechos fundamentales de todos los ciudadanos y ciu-dadanas y no solamente el derecho a la seguridad de una parte de ellos.

Ahora bien, a través del primer caso hipotético, nos plan-teamos reconocer el tema de la seguridad y de su contra-cara, la inseguridad. Allí se desarrollan conceptos como los de inseguridad objetiva e inseguridad subjetiva. Igualmen-te resulta necesario plantear cómo se ha ido construyendo este discurso en el imaginario de las personas, como reflejan muy bien las encuestas. Por último, se pretende señalar los modelos de seguridad existentes en el mundo, el inclusivo y el excluyente o autoritario, mostrando las diferencias de enfoque y de principios que sostiene cada uno.

El segundo caso, se efectúa un análisis del discurso en tor-no a los jóvenes, que en la actualidad son frecuentemente vistos como grupos peligrosos, causando estigmas y señala-miento que generan situaciones de exclusión y de violencia.

A partir de tercer caso hipotético queremos acercar una reflexión en relación a la participación que debe tener la co-munidad en el control de la violencia y el delito; en ese sen-tido, discutir cómo debemos involucrarnos las ciudadanas y los ciudadanos en esta materia.

Y en el cuarto caso, hemos realizado una pequeña síntesis de las teorías de prevención del delito más desarrolladas en la actualidad, enfatizando sus aspectos negativos y positivos.

Por último esperamos que este breve acercamiento sea de utilidad para conocer y problematizar algunos elementos que se vienen desarrollando en torno a las políticas de seguridad, tanto las que se implementan desde el Estado, como las que se vienen ejecutando desde las comunidades organizadas.

Vicerrectorado de Creación Intelectual y Vinculación Social

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1¿Para qué nos sirve este

folleto?

“No sólo estamos en la búsqueda de

conceptos sobre seguridad, sino de

maneras diferentes de comprender

nuestros hábitos de convivencia

y modos de vida”.

Este folleto será de gran utilidad para aproximarnos a los conceptos más importantes que rodean al ámbito de la

seguridad ciudadana y el sistema penal, ya que acá se nos presentan explicaciones sencillas de los términos más im-portantes, acompañadas de “casos prácticos”, es decir, ca-sos cotidianos.

Asimismo, este folleto no se queda en la sola explicación de conceptos, sino que nos aporta elementos de análisis que nos permitirán re-pensar y problematizar situaciones

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cotidianas de nuestras vidas, que algunas veces provocan o predisponen comportamientos violentos. Es decir, no sólo estamos en la búsqueda de conceptos sobre seguridad, sino de maneras diferentes de comprender nuestros hábitos de convivencia y modos de vida. Discutiremos, entonces, asun-tos como:

¿Por qué actuamos así y cuáles son sus consecuencias?

A partir de cuatro ejemplos o “casos prácticos”, adquiri-remos herramientas útiles para abordar los problemas de la inseguridad como hechos ligados a procesos sociales más amplios, como lo son el trabajo, la economía, la política, la comunicación, el entorno, entre muchos otros. Tam-bién podremos identificar qué papel desempeñan las institu-ciones en la prevención, apaciguamiento o resolución de si-tuaciones que provocan miedo o causan violencia; es decir:

¿Cuáles son las principales funciones del Estado en materia de seguridad?

Ante esta pregunta, entran en juego distintos grupos o instituciones encargadas de prevenir, controlar o reprimir situaciones de violencia. La policía o institución policial es una de las más importantes, pero no es la única. A través de la lectura y discusión de este folleto podremos analizar otras instancias o grupos sociales que participan en la resolución de los problemas de seguridad, tales como la comunidad:

¿Qué papel juega la comunidad en los asuntos de seguridad o inseguridad?

La idea es que podamos reflexionar y discutir algunos conceptos o términos y situaciones que nos permitan inda-

| ¿para qué nos sirve este folleto? | 11

gar y problematizar lo cotidiano, mirar al otro y tratar de buscar en primer lugar cómo podemos participar en nuestra comunidad en temas relacionados con la seguridad ciuda-dana, para luego analizar cómo podemos integrarnos y par-ticipación articuladamente con el Estado en la organización y gestión de la misma.

No hay recetas únicas ni soluciones mágicas para com-prender y disminuir la inseguridad, cada territorio, cada espacio local y cada situación es distinta; sin embargo pode-mos ir construyendo los cimientos necesarios para ir articu-lándonos y apoyar el desarrollo de una sociedad más justa y solidaria, donde el derecho a la seguridad sea una parte del engranaje necesario en la construcción democrática de los derechos para todas y todos.

12 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

2La inseguridad y la seguridad:

¿de qué estamos hablando?

Algunos elementos de análisis en torno al caso de Yessica. Revisemos detenidamente el primer caso, el de Yessica. Tengámoslo presente en la lectura de este

apartado del folleto.

1. Comunidad y Estado

Quienes vivimos en ciudades, sobre todo en barrios, en-frentamos numerosos fenómenos o hechos de violen-

cia y de situaciones conflictivas que nos dan la sensación de inseguridad. Estas situaciones pueden generarnos dolor, sufrimiento, enemistades, venganza, malentendidos, mie-dos, tapujos y muchas otras consecuencias, pero también

12

| la seguridad y la inseguridad... ¿de qué estamos hablando? | 13

P R I M E R C A S O YESSICA Y LA SENSACIóN DE INSEGURIDAD

Yessica es una joven que vive en Catia con su mamá y sus tres hijos. Ella trabaja en una tienda, vendiendo ropa y su mamá como está jubilada cuida sus niños.

Casi no conocen a sus vecinos, sólo a María del puesto de em-panadas, y prefieren no tener relación con la gente del barrio. Dicen que prefieren no meterse con nadie para que no se me-tan con ellas. Entre ellas se quejan de la música alta que ponen en la cuadra y que los fines de semana se la pasan tomando cerveza en la puerta de su casa.

Ni Yessica ni su mamá participan en el consejo comunal, dicen que fueron algunas veces, pero que la gente discute mucho y hacen poco y que además hay una señora que dirige todo y no deja hablar a nadie.

En el barrio hay un grupo de jóvenes que anda siempre reu-nido tomando, echando broma y, a veces, pidiendo dinero. Al igual que Yessica, otras madres del barrio no permiten que sus hijos jueguen afuera porque les da mucho miedo. A veces ellas se preguntan si hacen bien “encerrándose” pero cuando ven las noticias de tantas muertes y robos, se convencen que sí.

Ellas están siempre con miedo a ser víctimas de un delito, tra-tan de llegar siempre temprano a su casa, no salen en las no-ches y cuando lo hacen siempre van acompañadas. Inclusive, Yessica ha faltado algunas veces a su trabajo porque cuando sale la calle está sola y muy oscura y le da miedo que la asalten.

En realidad, ni Yessica ni su mamá fueron víctimas de ningún delito, pero a veces piensan cambiarse de barrio a uno más se-guro, pero el dinero no les alcanza. También piensan que ya están acostumbradas a vivir allí y en otro barrio tendrían que empezar de nuevo. En definitiva las cosas no le han salido tan mal en ese barrio.

14 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

pueden ocasionar que perdamos la confianza en las insti-tuciones o instancias del Estado (principalmente la Policía) y en su capacidad de aportar y responder ante estas proble-máticas de la comunidad.

Para muchos de nosotros y nosotras es evidente que des-de hace varias décadas se ha producido un gran distancia-miento entre los vecinos y vecinas: el encierro en nuestras casas y la desconfianza hacia los otros y otras se ha convertido para muchos de nosotros y nosotras en la única manera de vivir y de relacionarnos. También cree-mos que las situaciones conflictivas que nos generan inse-guridad las debe solucionar o controlar solamente el Estado y, en particular, la Policía.

¿Por qué será ?... Rara vez pensamos que podemos y debemos buscar mecanismos en nuestra comunidad y en nosotros y nosotras mismas como personas, que

favorezcan la acogida, la confianza, el apoyo y el acercamiento entre vecinos y vecinas, así como entre la

comunidad en general.

La construcción de lazos de confianza y solidaridad en nuestra comunidad es un gran desafío para todos y todas, pero es parte imprescindible de las soluciones que buscamos.

Debemos tener claro que cuando hablamos sobre lo que podemos hacer como personas y como integrantes de una comunidad frente al tema de la seguridad, no estamos ne-gando la obligación que tiene el Estado y, en particular los cuerpos de seguridad, en su tarea primordial de resguardo y mantenimiento del orden y la seguridad ciudadana.

| la seguridad y la inseguridad... ¿de qué estamos hablando? | 15

2. ¿Seguros o inseguros?

Si regresamos al caso de Yessica, notaremos que ella se siente muy insegura, y muchos de nosotros y nosotras la entendemos. Ahora bien, cuando usamos la palabra inse-guridad o cuando decimos que nos sentimos inseguros es importante que diferenciemos dos cosas. Para continuar reflexionando sobre este tema, queremos proponer dos tér-minos o conceptos: uno de ellos es el de inseguridad objetiva y el otro es el de inseguridad subjetiva.

Veamos de qué trata cada uno de estos conceptos o tér-minos.

Inseguridad objetiva

La inseguridad objetiva se refiere al riesgo de ser vícti-ma de un delito, es decir, que se cometa un delito contra no-sotros o nosotras. Cuando las instituciones del Estado o gru-pos organizados hablan de “inseguridad objetiva” se basan en los datos numéricos y porcentajes de personas que han sido víctimas de algún delito, y esos datos también informa-rán sobre los lugares, horarios o situaciones específicas en los ocurrieron.

Es decir, la información sobre la inseguridad objetiva se puede obtener por medio de:

» Encuestas a personas.

» Denuncias a la policía.

» Estadísticas policiales o judiciales.

Así, la inseguridad objetiva es la probabilidad de ser víc-tima de un delito, y dependerá muchas veces de la edad, el

16 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

género, la ubicación de la vivienda, el trabajo, las rutinas personales o pertenencia a una clase o sector social deter-minado.

Inseguridad subjetiva

Cuando hablamos de inseguridad subjetiva nos referi-mos a la percepción u opinión que tenemos, de manera in-dividual o colectiva. Esta percepción la construimos a partir de nuestra experiencia personal, nuestra familia, las infor-maciones que recibimos en la escuela, el trabajo o los amigos y, fundamentalmente, de los medios de comunicación, como los periódicos, la televisión o la radio.

Muchas veces la inseguridad subjetiva se apodera de nosotros y nosotras, y sentimos que hay riesgos por todos lados. En muchos casos, estos temores y desconfianzas se hacen superiores al riesgo objetivo que muestran los datos estadísticos. Así, el miedo a ser víctima de un delito puede ser más grande o más elevado que la posibilidad estadística de serlo.

Hagamos la prueba... y preguntemos a las personas sobre su nivel de sensación de inseguridad;

veremos que aquellos que no han sido víctimas de delitos presentan resultados similares de aquellos

que sí lo han sido.

Está demostrado que si se trabaja o se analiza la sensa-ción de inseguridad en barrios con alto nivel de delito y ba-rrios con bajo nivel de delito, los niveles de inseguridad o sus sensaciones frente al delito son similares.

| la seguridad y la inseguridad... ¿de qué estamos hablando? | 17

También tenemos que reflexionar en torno a lo que en-tendemos por inseguridad, ya que también hay estudios que demuestran que en muchos países, como el nuestro, a veces confundimos la sensación de inseguridad con la de in-certidumbre. Es decir, la situación emocional a la que nos lleva el no saber qué va a pasar con nuestro trabajo, ni qué pasará con nuestros padres cuando ya no puedan valerse por sí mismos o cuando los jubilen, ni si podremos mante-nernos en buen estado de salud, ni qué pasará con nuestros hijos e hijas si nos ocurre un accidente; se trata de un estado emocional de mucha incertidumbre, y es cuando muchos y muchas colocamos al delito como el blanco de nuestra ira e indignación. Es decir, no nos detenemos a pensar calma-damente que el origen de muchas de nuestras angustias no está precisamente en el delito ni en el temor a él, sino en otras circunstancias de la vida.

Vemos esto en el caso de Yessica cuando dice: “…ni Yes-sica ni su mamá fueron víctimas de ningún delito”. Es decir, objetivamente nuestras actoras en el caso no han su-frido delito alguno como tampoco han sido víctimas de con-secuencias negativas que se pueden derivar del mismo. Está presente sobre todo, el nivel de inseguridad que llamamos subjetiva, asociado en la sensación de miedo y de temor.

Veamos qué dicen las encuestas de opinión:

La inseguridad frente a los delitos y la violencia, es percibida por la población como el principal problema del país, duplicando al problema que le sigue en suma

de preocupaciones (desempleo).

18 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

¿ C u á l E s s o n l o s t r E s p r i n C i p a l E s p r o b l E m a s d E l p a í s ?

Problemas %

Inseguridad 36,1%

Desempleo 16,1%

Inflación/ costo de la vida/ economía 8,1%

Fuente: GIS XXI, Diciembre 2011.

E v a l u a C i ó n d E l a s i t u a C i ó n d E i n s E g u r i d a d C o m o “ m u y g r a v E ”

Estratos %

I y II 72,45

III 66,51

IV 59,4

V 53,4

Fuente: Encuesta Nacional de Victimización, 2009.

Se trata de un problema considerado “muy grave” por la mayoría de la población, de todos los estratos socioeconómi-cos, aunque son los de mayores ingresos y menos victi-mizados quienes los consideran en mayor gravedad.

Volvamos al caso de Yessica… ¿Qué tipo de experiencias e informaciones ha recibido

Yessica para tener el comportamiento que se relata? ¿Nos es extraño o inusual el comportamiento de

Yessica?, o, por el contrario, ¿es muy común en nuestro barrio?

| la seguridad y la inseguridad... ¿de qué estamos hablando? | 19

3. La seguridad ciudadana: un nuevo concepto

La seguridad ha sido desde siempre una de las funcio-nes principales de los Estados, pero no ha sido entendida de igual manera por todos y todas. Si nos vamos a los extremos, veremos evidente que los Estados autoritarios entienden el término seguridad de una manera muy distinta a los Esta-dos democráticos.

“Acá lo que hace falta es mano dura.”

¿Quiénes de nosotros y nosotras no ha escuchado que al-guien invoque “Acá lo que hace falta es mano dura”, alu-diendo claramente a los regímenes de Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez?, ¿incluso nosotros y nosotras mismas lo hemos pensamos ocasionalmente?

El concepto de seguridad que se manejaba sobre todo en épocas pasadas se preocupaba únicamente por garantizar el orden como una expresión de la fuerza y supremacía del poder del Estado. Hoy en día, los Estados democráticos tienden a promover modelos policiales que buscan la par-ticipación de los habitantes y las comunidades; también buscan que todos los actos por parte de los agentes del orden estén en un marco de respeto de las instituciones, las leyes y los derechos humanos.

En los últimos veinte años se han desarrollado en Améri-ca Latina diferentes esfuerzos por modernizar y democrati-zar los sistemas de seguridad, para dejar atrás aquellos que se identificaban con la Doctrina de Seguridad Nacional y el modelo de orden público, caracterizados por normativas y acciones que tenían como principales beneficiarios los pode-rosos de diversos sectores.

20 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

Es por ello, que un concepto de seguridad más moderno y democrático debe poner mayor énfasis en las labores de pre-vención y control de los factores que generan violencia e inseguridad, y no tanto en tareas represivas o reactivas ante los hechos delictivos. Fijémonos que estamos hablando de “prevención”, por un lado, y de control de los “factores que generen violencia e inseguridad”, por el otro. Es decir, estamos hablando de un concepto de seguridad que toma en cuenta las situaciones y circunstancias sociales que tienden a los actos violentos o que generan inseguridad. El “orden” principalmente no será el resultado de la acción de la fuerza del Estado o de sus cuerpos de seguridad, sino de un conjun-to amplio de circunstancias y situaciones que nos permiten a los ciudadanos y ciudadanas convivir confiadamente.

Como Doctrina de la Seguridad Nacional se conoce cierta política exterior de Estados Unidos que buscó que las fuerzas armadas de los países latinoame-ricanos modificaran su misión y se dedicaran exclusiva-mente a garantizar el orden interno (ya no la defensa de la soberanía nacional), con el fin de acabar con ideo-logías, organizaciones o movimientos que, dentro de cada país, pudieran favorecer o apoyar al comunismo u otras ideologías que pudieran cuestionar la hegemó-nica de los Estados Unidos. Así, toda acción represiva contra los pueblos, era legitimada por parte de las fuer-zas armadas, resultando la violación sistemática de los derechos humanos, que fue vista como simple daño colateral.

| la seguridad y la inseguridad... ¿de qué estamos hablando? | 21

Es por ello, que un concepto de seguridad más moderno y democrático debe poner mayor énfasis en las labores de pre-vención y control de los factores que generan violencia e inseguridad, y no tanto en tareas represivas o reactivas ante los hechos delictivos. Fijémonos que estamos hablando de “prevención”, por un lado, y de control de los “factores que generen violencia e inseguridad”, por el otro. Es decir, estamos hablando de un concepto de seguridad que toma en cuenta las situaciones y circunstancias sociales que tienden a los actos violentos o que generan inseguridad. El “orden” principalmente no será el resultado de la acción de la fuerza del Estado o de sus cuerpos de seguridad, sino de un conjun-to amplio de circunstancias y situaciones que nos permiten a los ciudadanos y ciudadanas convivir confiadamente.

El modelo de seguridad basado en el orden públi-co también rigió a nuestro país durante largo tiempo, y lo que garantizaba era el “normal” funcionamiento de las instituciones del Estado, y a quienes protegía no era a los ciudadanos y ciudadanas sino al “orden” econó-mico y político imperante (excluyente y profundamente desigual). Fue un modelo que rigió tanto en gobiernos dictatoriales como “democráticos”. La desafortunada consigna que acuñó Betancourt “Disparen prime-ro y pregunten después” se reflejó fielmente en las sistemáticas violaciones a los derechos humanos por parte de los gobiernos.

La Constitución de la República

Bolivariana de Venezuela (CRBV)

consagra por primera vez a nivel

constitucional la seguridad ciuda-

dana (artículo 55), en sentido am-

plio: protección de los derechos,

libertades y garantías constitucio-

nales.

Artículo 55°. Toda persona tiene

derecho a la protección por parte

del Estado, a través de los órganos

de seguridad ciudadana regulados

por ley, frente a situaciones que

constituyan amenaza, vulnerabi-

lidad o riesgo para la integridad

física de las personas, sus propie-

dades, el disfrute de sus derechos

y el cumplimiento de sus deberes.

La participación de los ciudadanos

y ciudadanas en los programas

destinados a la prevención, segu-

ridad ciudadana y administración

de emergencias será regulada por

una ley especial.

Los cuerpos de seguridad del Es-

tado respetarán la dignidad y los

derechos humanos de todas las

personas. El uso de armas o sus-

tancias tóxicas por parte del fun-

cionariado policial y de seguridad

estará limitado por principios de

necesidad, conveniencia, oportu-

nidad y proporcionalidad, confor-

me a la ley.

22 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

Este nuevo concepto de seguridad ciudadana tiene que ser una guía y una instrucción en el diseño y ejecución de las políticas públicas de nuestros gobiernos, así como de los planes y estrategias comunitarios que nosotros y nosotras nos propongamos.

Modelo autoritario Modelo democrático

Exclusión social Inclusión social

Políticas de mano duraPolíticas integrales atacar los fac-tores que generan desigualdad

Privilegio de las políticas represi-vas contra el delito

Privilegio de las políticas preven-tivas contra el delito

Política centralista y autoritaria Política local y participativa

Penas severas y de privilegio de la prisión

Privilegio de medidas alternativas a la pena de prisión

Algunas ideas... El Estado está obligado a generar las condiciones para el buen funcionamiento de una estructura institucional eficiente, que garantice a la

población el efectivo ejercicio de los derechos humanos relacionados con la prevención y el control de la

violencia y el delito.

| la seguridad y la inseguridad... ¿de qué estamos hablando? | 23

4. Algunas acciones y consecuencias del miedo o sensación de inseguridad. Caso de Yessica

Revisemos esta breve lista… Discutamos y sumemos algunas otras acciones y consecuencias que

pueden generar el miedo o la sensación de inseguridad

» Yessica, sus hijos y su madre se encierran en sus casas y en sus vidas y participan poco en la comunidad.

» Abandono de los espacios públicos: calles, parques u otros. Yessica y su grupo familiar no quieren partici-par en las actividades comunitarias y esbozan distintas respuestas a ello: allí no habla mucho y se hace poco. Es decir, hay un abandono de los espacios de participación, como por ejemplo el consejo comunal.

» Yessica y su grupo familiar se sienten amenazados por jóvenes del barrio. Ello provoca el aumento de la estig-

matización o señalamiento hacia ciertos grupos o ca-tegorías de personas que se consideran como violentas, como ociosas o vagos, tales como los jóvenes.

» Aumento del gasto privado en medidas de seguridad ta-les como rejas, alarmas, entre otros.

» Desmejoras del precio de las viviendas por considerarse zonas peligrosas o riesgosas.

» Disminución de la confianza en la policía, ya que pare-cen incapaces de detener la violencia.

24 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

5. Algunos dilemas que se nos presentan… ¿Qué debemos hacer?

La desigualdad social (vivir en un barrio pobre) y la de-bilidad de pautas culturales comunes genera tensión entre seguridad y libertad: la máxima seguridad eliminaría la libertad (cosa que después podría producir aún más insegu-ridad) y la máxima libertad podría aumentar la sensación de inseguridad (la cual a su vez destruye la libertad).

La construcción del orden ciudadano se mueve entre dos polos: garantizar seguridades en todas las dimensiones (legales, sociales, culturales, económicas, urbanas) y potenciar las libertades de todos y todas en

diferentes campos.

Por esta razón en el mantenimiento del orden ciudadano democrático, es decir de la seguridad ciudadana, el Estado Social de Derechos y Justicia debe construir políticas públi-cas sociales y de seguridad que puedan lograr la concerta-ción, un equilibrio entre la iniciativa pública y la autoorga-nización social del espacio público, entre el control estatal y la solución alternativa de conflictos, entre los derechos de todos y todas y la seguridad de los derechos de cada uno.

Este es uno de los desafíos más importante y difíciles que se le presentan a los Estados, y a los ciudadanos y ciudadanas en la construcción de una sociedad justa, segura, igualitaria y respetuosa de los derechos humanos de todas y todos.

| la juventud, ¿por qué un eterno problema? | 25

3La juventud, ¿por qué un

eterno problema?

Revisemos detenidamente este segundo caso. Tengámoslo presente

en la lectura de este apartado del folleto.

En los medios de comunicación social, en los discursos de los actores de gobierno, de los políticos, de los integran-

tes del sistema de administración de justicia, de las personas de la comunidad, aparecen comúnmente referencias a los y las jóvenes, a quienes sitúan en el centro de los análisis en torno a la problemática de la violencia y la inseguridad.

Los y las jóvenes aparecen retratadas en escenas, espa-cios y momentos ligados con la rumba, la fiesta, es decir al entretenimiento, pero también relacionados con peleas, situaciones de violencia y comisión de delitos. Incluso, en la mayoría de los casos son identificados como autores o

25

26 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

S E G U N D O C A S O LAS Y LOS jóVENES: BLANCO DE CRITICADERAS

En el Bulevar de Catia se encuentra ubicado un liceo. En los alrededores hay muchos locales comerciales y licorerías. Desde hace unos meses ha disminuido el alum-brado en el bulevar y hay problemas con la recolección de residuos. Cuando cierran los comercios, la circulación de personas disminuye. La gente de la comunidad lo consi-dera un lugar problemático, especialmente en los días de semana, desde las siete de la noche en adelante, y también los fines de semana, ya que se ha convertido en el centro de reunión de jóvenes del liceo, que se la pasan ahí conversan-do, fumando, bebiendo alcohol y –cuando oscurece– con-sumiendo drogas. Molestan a la gente que pasa pidiéndo-les dinero, tiran latas vacías, hacen grafitis en las paredes, hacen ruido y pelean entre sí …incluso se ha sabido de ri-ñas fuertes entre ellos. La comunidad está molesta porque siente que las autoridades del liceo y la policía no hacen nada. La policía cuando llega disuelve la reunión de los jóvenes pero cuando abandonan el lugar ellos vuelven. Los vecinos y vecinas dicen que los jóvenes están a la deriva y que sus padres no se ocupan de ellos y ellas. Los jóvenes opinan que los vecinos exageran. Se sienten perseguidos y maltratados por el profesorado, la comunidad y la policía. Lo único que ellos quieren es pasar tiempo con sus amigos y amigas y ese es el único lugar que tienen. Afirman que la policía los odia, ya que cuando llegan siempre les revisan los morrales y los y las detienen por un rato.

| la juventud, ¿por qué un eterno problema? | 27

autoras de los delitos (en menor medida las del sexo femeni-no), y los discursos y las prácticas en relación a ellos y ellas, se moldean en torno a esta idea.

“Esos malandritos no dejan de molestar.”

Sin embargo, las estadísticas y los estudios en relación a la violencia nos demuestran que la inseguridad y los riesgos afectan fundamentalmente a este grupo o sector de la po-blación, ya que en la mayoría de los casos los delitos que se cometen están dirigidos contra ellos y ellas, es decir los y las jóvenes son las principales víctimas o blanco de la delincuencia.

Así, pensar sobre la violencia en la juventud de una for-ma abierta y amplia, debe abarcar estas dos aristas: la o el joven victimario y la o el joven víctima del delito o de situa-ciones conflictivas o violentas.

Algunos datos a tener en cuenta... Según la Encuesta Nacional de Victimización

y Percepción de Seguridad Ciudadana realizada en el año 2009 nos dice lo siguiente:

v i C t i m i z a da s p o r s E xo s E g ú n d E l i to

Masculino Femenino

Homicidios 81,13% 18,87%

Lesiones 58,45% 41,54%

E d a d s E g ú n d E l i t o

0-14 15-24 25-44 45-64 65 y más

Homicidios 1,74 36,61 44 14 2

Lesiones 3,85 21,6 40,7 27,85 5,98

28 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

Pese a que podemos decir que los medios de comunica-ción adoptan un enfoque sensacionalista, distorsionan y exagerar los hechos delictivos, o que en las campañas electo-rales el tema de la violencia juvenil es utilizado para aflorar todo tipo de discursos y propuestas regeneradoras, podemos observar que según las encuestas la violencia urbana sigue siendo un fenómeno de gravedad en nuestras sociedades la-tinoamericanas, y afecta a este colectivo en mayor medida.

1. La política pública en torno a los y las jóvenes

De acuerdo a todo esto, toda política pública de preven-ción del delito debe tener en cuenta a la juventud, pero no solamente como blanco de intervención en circunstancias o situaciones donde son autores de delitos, sino también como víctima principales de ellos. En este sentido, la aproximación a la juventud no puede ser como sujetos o actores peligro-sos, ni tampoco como chivos expiatorios de la inseguridad (es decir, echarles la culpa de todo lo que pasa), puesto que ellos y ellas son las primeras víctimas de la violencia en sus diversas formas:

» Abusos (por ejemplo por parte de la policía, los y las pro-fesoras, las y los comerciantes),

» Precariedades (como ausencia de lugares en donde reu-nirse, falta de recursos para satisfacer sus necesidades, además de vivir en situaciones de falta de alumbrado, mal servicio de recolección de residuos, desorden en las calles o ruido excesivo),

| la juventud, ¿por qué un eterno problema? | 29

» Adultocentrismo (es decir, todo en la sociedad y en la ciu-dad está pensado principalmente por los adultos y para los adultos, desde sus valores, perspectivas y autoridad),

» Ausencia de perspectivas de futuro (ya que la mayoría de los y las jóvenes carecen de un plan más o menos cierto de desarrollo de sus habilidades, aptitudes y vocaciones),

» entre muchas otras.

Muchas de las instituciones relacionados con el tema de la juventud, por sus diversas acciones o funciones (escuela, liceo, policía, servicios asistenciales o sociales) tratan los problemas de los y las jóvenes sin consultar su opinión; y muchas veces toman acciones o decisiones sin tener en cuenta los factores o circunstancias que rodean o moldean las acciones de las y los jóvenes interpretadas como violen-tas o delincuenciales, pero que no son más que el resulta-do de la exclusión a la que son sometidos y sometidas, a la falta de derechos, etc.

Además de ello, también son sometidos a procesos de exclusiones por el solo hechos de ser jóvenes; es decir basa-dos en la edad biológica. Estas acciones de las instituciones pueden llegar a obstaculizar el desarrollo de los jóvenes, su capacidad de aprendizaje y su correcta inserción en la socie-dad, generando nuevas formas de violencia.

“Joven, varón y de barrio, ¿algo peor?”

Así, quien sea joven, varón y de barrio será percibido como amenaza o peligro por muchos ciudadanos y ciudada-nas y, aun más grave, por muchas instituciones.

30 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

En este contexto, la policía es, probablemente, quien más debe enfrentarse con esta realidad. Es la policía quien acude cada vez que se presentan denuncias sobre mal comporta-miento de los y las jóvenes, es quien decide si los y las detie-nen o no y los que tienen que llamar a sus padres o represen-tantes cuando están detenidos o detenidas. Para muchos jóvenes, la policía representa la peor cara del mundo de los adultos, la más represiva y discriminadora.

Igualmente, la escuela, el liceo, los profesores y los padres representan el mundo de los adultos

sancionadores y represores; aquellos que no los escuchan, ni le dan participación.

“La juventud está sometida a una implacable pre-sión burguesa destinada a impedir que tome con-ciencia de sus problemas. El poder adulto activa todas sus fuerzas alienantes dentro y fuera de la familia, en la escuela y en la universidad, en las formas de consumo y de fiesta. El poder adulto quiere crear una juventud envejecida, una juventud sin alegría, resignada a espe-rar las órdenes de arriba, cansada de vivir, ansiosa de protección estatal y acostumbrada a valar como ovejas a la espera del matadero de la jubilación”.

Iñaki Gil de San Vicente: Debate con Jóvenes Indepen-dentistas Catalanes.

.

| la juventud, ¿por qué un eterno problema? | 31

Otra cosa que debemos tener en cuenta, es la falta de es-pacios públicos y de recreación o esparcimiento para los y las jóvenes. Claro que ello no justifica las actividades liga-das de la criminalidad o a situaciones conflictivas o violentas, pero debemos pensar que en muchos casos esta carencia de espacios puede llevarlos y llevarlas a que el lugar de reunión o esparcimiento sean las licorerías, tascas, sitios despejados o abandonados, entre otros.

“Y… ¿pa´ dónde nos vamos?”

Pensemos en los muchachos y muchachas… ¿En qué lugares pueden reunirse, de forma que ellos y ellas se sientan seguros y seguras, no señalados por los vecinos y vecinas? ¿En qué lugares pueden reunirse, de forma que

los vecinos y vecinas y quien pase por ahí no se sienta inseguro o vulnerable?

Un dato…

La criminología moderna señala que la selectividad que opera en el accionar cotidiano de la institución policial no alcanza a la delincuencia de cuello blan-co que delinque con los recursos del Estado o a través del enriquecimiento con negocios ilegales, sino que centra su accionar en los delitos menores y en los jóvenes.

32 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

2. El estigma o la etiqueta

Los y las jóvenes en general atraviesan por procesos de exclusión y de estigmatización. Desde la familia hasta la es-cuela o liceo, donde muchas veces prevalecen las opiniones de los adultos por sobre la de éstos, hasta otros más comple-jos, como los relacionados con los muchachos y muchachas que viven en sectores populares y que suelen ser considera-dos como más peligrosos o peligrosas.

Existe un estereotipo negativo del o la joven en nuestra sociedad... se trata de la identificación de los jóvenes con la violencia, el consumo de drogas, el

desorden, el ocio y la delincuencia.

Muchas veces nos referimos a los y las demás como “aquel malandro”, “aquella ociosa”, “ese vago”, “aquellos borrachos”, pero debemos estar conscientes de que cuando señalamos a una persona o grupos de personas como dife-rentes vamos levantando barreras entre ellas y nosotros o nosotras. Siempre el estereotipo señala una característica negativa de los y las demás.

Si bien la mayoría de los etiquetamientos se hacen desde la visión de los adultos, también existen situaciones de eti-quetamiento ligadas a los propios jóvenes.

Los sobrenombres que se colocan entre ellos y ellas, muchas veces relacionados con características físicas,

les van moldeando formas de ser y de comportarse.

| la juventud, ¿por qué un eterno problema? | 33

Las y los jóvenes etiquetados son en general quienes vi-ven en familias con ingresos bajos y en barrios más desfavo-recidos, experimentan traumas y estrés relacionados con las malas condiciones de vida y hacinamiento, situaciones de violencia intrafamiliar, falta de una educación de calidad, ex-clusión del mercado de trabajo, falta de áreas y equipamientos recreativos, violencia policial y amplia discriminación.

3. La discriminación

Las personas catalogadas o estigmatizadas sufren de re-chazo y exclusión y ello ocasiona situaciones de discrimi-nación en distintos aspectos de la vida: en el trabajo, en la casa, en la escuela o liceo, en el barrio, entre otros.

¿Qué es la estigmatización?Cuando hablamos de estigmati-

zación nos referimos a la costum-

bre que tenemos de identificar o

“etiquetar” a las personas según

sus condiciones socioeconómi-

cas, vestido, características, iden-

tidades o comportamiento. Las

etiquetas o estigmas tienden a

marcar a las personas o grupos

como socialmente inaceptables

o inferiores, cuestión que provoca

la discriminación o la exclusión

de ellos y ellas.

34 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

El derecho a la igualdad y no discriminación es un derecho humano reconocido en el artículo 21 de nuestra Constitución, e indica que todas las personas son iguales ante la ley. Ello genera una obligación del Estado de cumplir, respetar y garantizar los derechos reconocidos, sin distin-ción de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social de cualquiera de nosotros y nosotras.

Así pues… La única forma de garantizar a los jóvenes condiciones que le permitan salirse del

estigma, de la discriminación o de las situaciones de rechazo que los rodean y fundamentalmente de

que disfruten de sus derechos, es empezar a aceptar, conocer y participar en sus maneras de ser y actuar

como modos legítimos y válidos de participación en la comunidad.

4. Algunas consecuencias a causa de la estigmatización

Revisemos esta breve lista… Discutamos y sumemos algunas otras consecuencias que pueden

generar la estigmatización de los y las jóvenes, así como a otros grupos y colectivos de la sociedad (tales como personas de la tercera edad, personas con alguna discapacidad, personas sexo-diversas,

etcétera).

| la juventud, ¿por qué un eterno problema? | 35

» La discriminación o la estigmatización de los y las jóve-nes, ocasionada en muchos casos por factores como el vestir de una manera determinada, o pintarse o cortarse el pelo de forma llamativa, entre otros, hace que algunas personas y las comunidades donde se encuentran inser-tos, los rechacen o les tengan miedo.

» El aumento de la sensación de inseguridad de las perso-nas si el joven es de sexo masculino y pobre.

» El aislamiento de las personas de la comunidad ocasiona un daño en la calidad de vida no sólo de los jóvenes, sino también de los adultos y niños que los rodean.

» El aislamiento del joven cuando se considera discrimina-do y maltratado, puede aumentar la posibilidad de que

adopte conductas riesgosas para su propia seguridad y la de otras personas, como un excesivo consumo de alco-hol y drogas y como el distanciamiento de las personas encargadas de educarlos y protegerlos, como sus familia-res, sus profesores y la misma policía.

5. Algunas ideas para analizar

Tanto desde el Estado como de nosotros la comunidad, toda estrategia de seguridad y prevención del delito y de in-clusión social de la juventud debe evaluar estos aspectos:

» Tener en cuenta a la y el joven en su totalidad: su vida afectiva, psicológica, escolar, familiar, entre otros.

36 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

» Conocer y entender los problemas inherentes a la juven-tud, y en especial a los cambios psicofísicos en la adoles-cencia.

» Dialogar con ellos y ellas, corregir mutuamente los erro-

res y autocriticarse si la responsabilidad es del adulto y no de los hijos o hijas.

» Promover la participación de los y las jóvenes y buscar su motivación vital.

» Plantear este tema a largo plazo y con vistas a soluciones

duraderas y no simplistas y de corto plazo.

» Conocer y participar en las manifestaciones y represen-taciones de los y las jóvenes.

u n E j E r C i C i o p a r a r E f l E x i o n a r y d i s C u t i r E n C o l E C t i v o

¿Cuáles creemos que son los problemas más comunes entre las y los jóvenes y la policía?

¿Qué puede hacer la policía para mejorar las relaciones con los y las jóvenes?

¿Cuáles crees que son los problemas más comunes entre los jóve-nes y la escuela o liceo?

¿Qué pueden hacer los y las docentes para mejorar las relaciones con los y las estudiantes?

¿Cuáles crees que son los problemas más comunes entre los y las jóvenes y los vecinos y vecinas?

¿Qué puede hacer tu comunidad para mejorar las relaciones con las y los jóvenes?

| el problema es de todos y de todas | 37

4El problema

es de todos y todas

Algunos elementos de análisis en torno a lo que José y Elsa piensan de la justicia Revisemos

detenidamente este tercer caso. Tengámoslo presente en la lectura de este apartado del folleto.

1. No sólo la policía

la seguridad ha sido una de las principales preocupacio-nes del Estado. Para su resguardo se han creado leyes e

instituciones que tienen como función mantener el orden público y asegurar la convivencia ciudadana.

En este contexto, los cuerpos policiales o de seguridad del Estado tienen un papel fundamental en lo que respecta a la protección, la garantía de nuestras vidas, la seguridad y bie-nes de nosotras y nosotros, ciudadanas y ciudadanos.

37

38 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

T E R C E R C A S O ELSA Y jOSé: ¿QUé PIENSAN DE LA jUSTICIA?

Elsa y José son vecinos y se encuentran conversando en su cuadra. Elsa está un poco molesta porque siente que ante los problemas de su barrio la policía no hace nada. El otro día hubo una pelea en la calle de abajo y hubo dispa-ros y la policía cuando llegó no preguntó nada a nadie y se llevó detenidos sin mucha averiguación a cinco personas.

José recuerda el caso, porque a él le tocó ser testigo del procedimiento y fue a declarar como dos veces. También le cuenta a Elsa que cuando fue a la Fiscalía estuvo casi dos horas esperando para que lo atendieran, y en lo que estaba ahí sentado vio como dejaban en libertad a todos los dete-nidos en esa pelea.

Ambos comentan que la justicia en nuestro país no funciona, y cuando funciona detienen a los mismos de siempre, es decir los que somos más pobres. Elsa recuerda que el otro día, el banco donde tiene sus ahorros, le quitó sin explicación parte de su dinero que tenía en la cuenta y todavía anda peleando para que se lo devuelvan. Ha puesto la denuncia en la Fiscalía, pero eso ni se mueve. “Es que para nosotros los pobres siempre será igual”, termi-nó comentándole José.

Tanto Elsa como José piensan que no tiene sentido poner la denuncia ya que las autoridades no hacen nada.

| el problema es de todos y de todas | 39

Así, las funciones básicas de la policía son:

» La prevención del delito: que es favorecer un clima de seguridad ciudadana y de buena convivencia, lo cual dis-minuye la incidencia criminal o prácticas delictivas.

» La persecución del delito: que es investigar los sucesos y detener a los agresores o causantes de situaciones violen-tas o que generan inseguridad.

» El mantenimiento del orden y seguridad ciudadana: que es asegurar las condiciones para que los ciudadanos y ciudadanas podamos ejercer libremente nuestras activi-dades, nuestros derechos y libertades.

La policía en la mayoría de las situaciones conflictivas y delictivas, aparece como el actor principal de intervención, y participa principalmente para su mediación y resolución.

Pero pensemos... Si bien esta institución juega un rol fundamental en todos estos procesos, es muy irreal esperar que ella solucione todos los problemas sociales

que se encuentran en la base de estas situaciones.

La policía puede y debe ejercer una labor social y públi-ca de proveer seguridad a los habitantes, pero siempre en coordinación con otros actores sociales e instituciona-les.

Los órganos de seguridad ciudadana tienen una tarea primordial en la prevención y detección del delito, pero no pueden ser los únicos encargados de su control o admi-nistración.

40 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

2. La intervención de distintas instancias

En la actualidad, se viene manejando una manera de concebir y trabajar la seguridad denominado enfoque mul-tiagencial, que se diferencia del enfoque represivo, centra-lista o unitario de control del delito.

Desde el enfoque multiagencial, “seguridad y conviven-cia ciudadana” abarcan un conjunto de acciones adoptadas por el Estado en su conjunto, es decir:

el sector público + sector privado + la comunidad.

Por eso se le llama multi-agencial. Este enfoque plantea formas de control y de manejo de la seguridad que cuentan con la la participación de varias y diferentes instancias, in-cluyéndonos a nosotros y nosotras como comunidad.

El cambio de enfoque ha significado modificaciones en la política pública de seguridad, que ya no pone el énfasis en el control de la criminalidad (Policía-Justicia-Prisión), sino en las estrategias de prevención con relevancia de la partici-pación ciudadana.

Este enfoque multiagencial parte de la premisa de que la prevención y la participación de todos y todas reducen los factores de riesgos de la violencia, aumentan el desarrollo social y disminuyen las oportunidades de delito.

Pero también… Es importante que miremos a nuestro alrededor y reflexionemos…

¿Qué papel juegan los sistemas de seguridad “privados” en la cotidianidad de nosotras y nosotros,

gente de barrio?

| el problema es de todos y de todas | 41

Todas y todos nos hemos dado cuenta de que se ha rea-lizado una transferencia de responsabilidades estatales al sector privado. Es evidente que cada vez hay más compañías de seguridad privadas, y no sólo eso: son cada vez más los espacios que son “custodiados” por sus agentes. Calles com-pletas en urbanizaciones, automercados, centros comercia-les, locales nocturnos, tiendas por departamento, etcétera.

Hay estadísticas que señalan que en muchos países los trabajadores y trabajadoras de las compañías de seguridad privada exceden en número al de los

cuerpos de seguridad del Estado.

Otro ejemplo lo podemos ver en la proliferación de me-canismos de vigilancia electrónica, rejas, candados, que de-notan una creciente mercantilización o industrialización de la seguridad. De la nada, nos encontramos con una cámara que vigila nuestros gestos y pasos; de la nada, nos encontra-mos con un portón que sólo abre a control remoto (incluso en calles de uso público); de la nada nos encontramos con un cartel que o bien nos pide que sonriamos porque “Usted está siendo vigilado” o bien nos amenaza con electrocutar-nos si intentamos saltar la reja.

Reflexionemos… ¿Es esa la seguridad para todas y todos?

¿A qué sectores de la población atiende la seguridad privada?

Esta seguridad privada, ¿a quiénes supone delincuentes?

42 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

En este sentido, los distintos ministerios, instituciones, actores privados y, principalmente, la comunidad, deberían ensayar estrategias respetuosas de los derechos huma-nos, para hacer frente a las demandas ciudadanas en rela-ción con la seguridad.

u n E j E r C i C i o p a r a p E n s a r E l t E m a d E l a p r E v E n C i ó n

Enumeremos instituciones, agrupaciones, actores y actoras que puedan contribuir al tema de la prevención del delito. También definamos cómo lo podrían realizar.

Gobierno Comunidad, organizaciones sociales

1.

2.

3. 4.

5. 6.

7. 8.

9. 10.

| el problema es de todos y de todas | 43

3. La organización comunitaria para la prevención del delito

¿Cómo las normas del país reconocen nuestro papel en temas de seguridad?

» La Constitución de la República Bolivariana de Venezue-

la establece la participación ciudadana, específicamente en el área de la seguridad ciudadana y en la administra-ción de justicia.

» Igualmente, la Ley de los Consejos Comunales tiene como objetivo regular y promover instancias de partici-pación, articulación e integración entre las diversas or-ganizaciones comunitarias y grupos sociales en general, para ejercer la gestión de las políticas públicas. En ella no se hace mención directa sobre el tema de la seguridad; pero de manera enunciativa se señalan algunos de los distintos comités que podríamos conformar en las comu-nidades, entre los que está el tema de la prevención del delito.

» En la nueva Ley Orgánica del Servicio de Policía y del

Cuerpo de Policial Nacional, la participación comunita-ria y la organización vecinal trabajarán de manera coor-dinada con el Servicio de Policía Comunal para la resolu-ción de los problemas sociales de la localidad.

Una de las tareas de la Policía Comunal es la formulación de un plan conjuntamente con las comunidades, a partir de un diagnóstico de los principales problemas sociales y las potenciales amenazas a la seguridad de la localidad. De esta

44 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

forma, el Plan del Servicio es un producto conjunto entre policía y comunidad.

¡Ojo! No somos ni informantes ni soplones. El intercambio de información que debe existir entre la comunidad y la policía comunal, no implica que

nosotros y nosotras, ciudadanos y ciudadanas, nos convirtamos en informantes o “soplones”,

ya que eso despertaría sentimientos de desconfianza y, peor aún, nos pondría en peligro.

La información vital, no es aquella que señala o alimenta la sospecha contra individuos o grupos, más

bien es aquella que permite: conocer, organizar, accionar, unificar esfuerzos

…en función de mejorar las capacidades de las comunidades para enfrentar cualquier

tipo de riesgo.

Los programas y proyectos comunitarios de prevención están orientados a involucrar la participación activa de los vecinos y vecinas, cooperando entre sí y con la policía para reducir el delito en nuestro entorno. Estos programas y proyectos comunitarios se basan en que nosotros y noso-tras, en comunidad, podemos participar construyendo es-trategias para aumentar la seguridad del lugar en que vivi-mos, de manera pacífica, preventiva y solidaria.

Una de las ventajas más importantes de que la policía mantenga una relación más próxima, abierta, cercana y colaboradora con nuestra comunidad, es que mejora las relaciones que tenemos con ella, y a la inversa. No sólo tendremos una mejor opinión sobre la policía y veremos que ella sí “está haciendo su trabajo”, sino que se irán estable-

| el problema es de todos y de todas | 45

ciendo nexos de mutua confianza, que es muy importante para un trabajo coordinado en materia de seguridad comu-nitaria.

Ni nosotros ni nosotras como comunidad, ni ellos ni ellas como policías,

podemos avanzar mucho si trabajamos solos.

Sobre nuestro tercer caso... Elsa y José se sienten decepcionados y hasta molestos con que la Policía no

haga nada frente a los conflictos en su barrio… Es importantísimo que pensemos y reflexionemos

en qué actividades podríamos participar en nuestra comunidad, como también con los órganos de

seguridad ciudadana, para colaborar y pensar en conjunto estrategias y acciones encaminadas a

solucionar el tema de la inseguridad.

Asimismo, vemos que en nuestro caso Elsa y José han perdido la confianza en las instituciones tanto policiales como judiciales; ellos han perdido la motivación para de-nunciar los delitos o las faltas.

Reflexionemos... Sabemos que muchas veces los procedimientos son lentos y tediosos, pero es

responsabilidad de todos y todas impulsarlos.

46 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

a l g u n o s d a t o s

En cuanto a la denunciabilidad, la Encuesta Nacional de Victi-mización realizada en el año 2009 nos muestra que el índice de denuncia total de los delitos es de 31%, prácticamente igual al observado en la Encuesta de Victimización realizada en el año 2006. Se observan variaciones de acuerdo al tipo de delito.

Delitos más denunciados Porcentaje de denuncia

Homicidio 84%

Hurto 22%

Robo 32%

Lesiones personales 59%

4, Como comunidad, ¿qué podemos lograr con nuestra participación?

» Recuperamos el control de nuestros conflictos.

» Facilitamos y fortalecemos la organización y solidaridad

comunitaria, para el mejoramiento de nuestra calidad de vida, el cuidado de nuestro barrio y la defensa de nues-tros derechos humanos.

» Nuestras acciones se orientarán al mejoramiento de

nuestros espacios públicos.

» Contribuimos a disminuir el miedo frente al delito (es lo que en la primera parte de este folleto llamamos insegu-ridad subjetiva).

» Conoceremos mejor las formas delictivas del barrio.

» Haremos contraloría social de la actividad policial.

| el problema es de todos y de todas | 47

5. La selectividad del sistema

Los actores e instituciones que componen el sistema pe-nal (policía, tribunales, fiscalías y cárceles) pueden operar o trabajar en muchos casos de manera selectiva, es decir, seleccionando de antemano los grupos o colectivos so-bre los cuales actuar o atender. Esta “selección” la hacen partiendo sobre todo de las ideas preconcebidas que tienen sobre quiénes suelen ser los infractores o agresores y quié-nes suelen ser las víctimas. Es lo que hablamos anterior-mente de etiquetas y estigmatizaciones.

Esta forma de trabajar “selectiva” limita el reconocimien-to y garantía de nuestros derechos humanos, plasmados en la Constitución, ya que ocasiona que cuando accedamos al sistema de justicia vayamos encontrando obstáculos difíci-les de atravesar y que además imposibilitan nuestra partici-pación ciudadana.

a l g o d E t E o r í a C r í t i C a

De manera particular, criminólogos críticos latinoa-mericanos postulan que la represión del sistema penal, particularmente la policial, se produce contra los secto-res más empobrecidos y débiles de la población y que el derecho penal, antes que un sistema de garantías, es un sistema de castigo que responde a los intereses de la clase dominante.

48 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

El elevado índice de selectividad del sistema penal, por ejemplo, hace que sólo se capturen determinados infrac-tores, cuya característica central está dada por su condición masculina, joven, bajo nivel de ingreso, nulo o escaso acce-so al mercado laboral y baja educación formal. Mayoritaria-mente son detenidos por causas relacionadas con ataques a la propiedad (robos, hurtos) a comercios, tenencia o venta de pequeñas cantidades de sustancias de droga o ataques a las personas en ocasión de atentados contra la propiedad.

El profesor Zaffaroni propone dos tipos de instancias que inciden en estos procesos de selectividad: las específicas y las inespecíficas. Veamos:

» Las específicas son las ejecutoras o policiales (incluyen-do todas las policías y, por supuesto, a los servicios de in-teligencia de los Estados), las judiciales penales (incluyen-do a jueces, fiscales, defensores, abogados y funcionarios administrativos), las penitenciarias, las de reproducción ideológica (universidades, institutos de investigación es-pecializados), las organizaciones no gubernamentales (dedicadas al tema), las internacionales (especializadas en los niveles mundial o regional) y las transnacionales (que influyen específicamente sobre los gobiernos desde otros gobiernos). Vemos que estas instancias “específi-cas” se ocupan principalmente de hacer “la selección”

del agraviado o agraviada y del agresor o agresora.

» Las inespecíficas son los poderes legislativos y ejecutivos, los partidos políticos y, sobre todo, los medios masivos de comunicación social (o aparatos de publicidad del siste-ma penal). Vemos que estas instancias inciden en los

| el problema es de todos y de todas | 49

procesos de “selección”, desde una incumbencia más

amplia pero menos directa.

Todas estas instancias (específicas e inespecíficas) mol-dean de alguna manera los procesos de selectividad de acuerdo a su conveniencia, principios e ideas, e intervienen en muchos casos de manera conjunta y premeditada.

Revisemos nuestro tercer caso, específicamente la molestia de Elsa… La selectividad del sistema la podemos identificar con la molestia de Elsa, porque el banco le retuvo sus ahorros sin ninguna explicación.

¿Hemos escuchado alguna vez aquello que se denominan delitos de cuello blanco?

Los delitos de cuello blanco están relacionados con acto-res o personalidades socialmente privilegiados que difícil-mente ingresan o pasan por los tribunales, tales como las grandes corporaciones y los bancos, entre otros.

Como nos dice el maestro Zaffaroni:

No nos cansaremos de insistir en que en los des-ajustes peligrosos del sistema penal no suele haber conspiraciones, no se trata de máquinas armadas por ningún genio maligno que las maneja con compu-tadora desde un centro del mal, sino de tendencias que se van dando y que nadie detiene en la medida en que resultan funcionales a los diferentes intereses sectoriales. Es algo así como: Mira lo que está suce-diendo. Parece que nos conviene, déjalo andar.

50 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

6. ¿Cuál es el desafío?

» No debemos dejar solas a las instancias del control for-

mal (policías, jueces, fiscales y cárceles). Los derechos hu-manos nunca se hallan en tan grave peligro como cuan-do sus únicos defensores son las instituciones políticas y sus funcionarios y funcionarias. Debemos participar.

» En el quehacer cotidiano, nuestra función y tarea prin-cipal en materia de seguridad y justicia debe ir dirigida a acompañar y problematizar todas estas cuestiones planteadas, y a erigirnos en permanentes defensores y

defensoras, así como en fiscales y fiscalas, de nuestros derechos fundamentales y garantías específicas.

» Debemos ser vigilantes y ejercer la contraloría social en todas las instancias y áreas relacionadas con la seguridad.

» Debemos luchar cada uno y cada una desde nuestros es-pacios y denunciar la selectividad y discriminación de los actores que intervienen en el sistema de control penal.

p r E g u n t a s p a r a r E f l E x i o n a r

¿Quiénes son las instancias involucrados en el caso ejemplifica-do con Elsa y José?

¿Cuáles son las conductas específicas que producen conflicto y molestia entre los dos vecinos?

¿En qué casos concretos crees que la justicia ha sido o es selec-tiva?

¿Qué podemos hacer para luchar contra la discriminación del sistema penal?

| la prevención comunitaria | 51

5La prevención comunitaria

Algunos elementos de análisis en torno a la discusión planteada en el cuarto caso Revisemos detenidamente este caso y tengámoslo presente en la

lectura de este apartado del folleto.

1. ¿Represión o prevención del delito?

a lo largo de la historia se han ido desarrollando distin-tas perspectivas para abordar el delito y a partir de esas

perspectivas (o formas de ver) se han creado infinitos planes de seguridad. Así, hoy en día podemos resumir en 2 las for-mas en que los Estados abordan la política de seguridad: la represión del delito y la prevención del delito.

La represión del delito implica la intervención ex post, es decir después de que el delito ha sido producido, y la inter-vención se hace sobre todo para castigar a la persona que

51

52 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

C U A R T O C A S O LA COMUNIDAD Y SUS PROBLEMAS

El alcalde del municipio Mendoza ha decidido reunir a la comunidad debido a los altos índices de violencia que se estaban registrando por la zona. Una vez reunidos, les propone que expresen cuáles son los problemas familiares y comunales que más los estaban afectando, y que pudie-ran incidir en el aumento de la criminalidad. La idea es que entre todos y todas se diseñen estrategias para la frenar la avanzada delictual.

Los vecinos del sector Las Marías, coinciden que por su zona han proliferado las licorerías, y que el consumo de al-cohol ha aumentado desde entonces. También dijeron que la zona está muy deteriorada, pareciera que la Alcaldía se ha olvidado de ellos. No están muy seguros, pero creen que si cierran las licorerías en las noches y arreglan las calles y los espacios de recreación, y dan destino provechoso a los lugares abandonados, el delito podría bajar.

Los vecinos del sector Los Cocos, dicen que por allí ni li-corerías hay, casi no existen negocios y las fuentes de traba-jo escasean. Los hombres se la pasan en la casa flojeando y que no tienen trabajo.

Los vecinos de Las Moras, dicen que desde los liceos se les enseña a los estudiantes cosas violentas, no se los escu-cha y se les irrespeta sus derechos. Los maestros y maestras se defienden y dicen que el problema es de las familias, que educan mal a sus hijos e hijas, y que frente a eso no pueden hacer mucho.

En general, los vecinos y vecinas de las distintas zonas coin-ciden que todos y todas deben hacer algo frente a la vio-lencia y el delito que está aumentando en el municipio y que deben apoyar a la Alcaldía y las otras instituciones y trabajar de manera coordinada y conjunta para la preven-ción del delito .

| la prevención comunitaria | 53

lo cometió. La prevención el delito es la intervención ex ante, es decir, aquella acción o conjunto de acciones que se rea-lizan con anterioridad a que el delito se produzca, para así evitarlo.

La política de la represión busca castigar el delito. La política de la prevención busca evitar el delito.

“Más vale prevenir que lamentar…”.

En la actualidad, y específicamente en nuestro país, se consolidando la idea de que es mejor prevenir el delito. Será bueno que conozcamos distintas teorías al respecto, que en-focan distintas estrategias o caminos que podemos seguir para la prevención del delito.

2. Teoría de la prevención situacional y ambiental

Este tipo de perspectiva o teoría se centra en la situación, en nuestro propio ambiente o entorno inmediato en el cual se dan las situaciones de violencia o crimen. No se centra tanto en quiénes cometen los delitos, sino que se centra en los lugares en donde se cometen.

Desde este enfoque de prevención, el delito se ubica en determinados lugares y momentos (zonas de riesgo) y suele tener por víctimas u objetivos a determinadas categorías o grupos de personas y lugares.

“Es que a esa hora nadie puede pasar por ahí”.

Esta teoría de la prevención situacional o ambiental ma-neja mucho el concepto de oportunidad, muy importante

54 | discutamos sobre seguridad ciudadana |

para entender la distribución social, temporal y espacial de las situaciones consideradas peligrosas. Sus estrategias se dirigen a pronosticar los acontecimientos, es decir adelan-tarse al acto delictual. No busca sancionar a quien come-ta el delito, sino reducir o minimizar las oportunidades de cometerlo. Sin oportunidad no hay delito.

El éxito de esta estrategia depende de que los potenciales ofensores perciban que las situaciones para cometer los de-litos son adversas: no será fácil, mayor riesgo y poca re-compensa. Es decir, la persona que va a cometer el delito se encuentra con tantas dificultades u obstáculos que desiste de cometerlo.

Hay autores que clasifican este tipo de prevención situa-cional o ambiental en tres tipos, teniendo en cuenta sobre quien se dirige la política:

» la prevención primaria se dirige a la población en general,

» la prevención secundaria sobre grupos sociales en riesgo de realizar delitos, es decir potenciales delincuentes, y

» la prevención terciaria se orientan a aquellos que ya rea-lizaron delitos o delincuentes conocidos.

Ahora bien, recordamos en nuestro caso cuando los veci-nos de Las Marías, decían que su zona estaba muy deteriora-da, las calles estaban dañadas y no había espacios de recrea-ción. Bueno, de eso se encarga la prevención situacional.

Las críticas fundamentales a esta teoría se centran en lo siguiente:

| la prevención comunitaria | 55

» Se dirige a los síntomas y no a las causas del delito, pa-rece estar poco interesada en el por qué de la comisión de los delitos.

» Coloca la atención en los delitos contra la propiedad que se producen en los espacios públicos y desatiende los de-litos violentos que ocurren en privado, como por ejemplo los de violencia contra la mujer.

» Reproduce la exclusión social, siendo bien problemático en nuestro país donde los delitos violentos se concentran en los sectores socioeconómicamente más deprimidos de la población.

» Promueven una mentalidad de fortaleza y la idea de los “espacios defendibles”, fragmentando los espacios y las relaciones sociales, entre los de adentro y los de afuera.

» La actividad delictiva se desplaza hacia otras situacio-

nes y ambientes más desprotegidos, que generalmente son lugares donde las privaciones están más marcadas (alumbrado y tránsito, por ejemplo). Es decir, produce un efecto es muy negativo, ya que se concentra la actividad delictiva en las zonas socialmente más desprotegidas.

» Aumenta el vigilantismo, el control de unos sobre otros, por ejemplo: las prácticas de denuncia contra nuestros vecinos.

» Parte de una confianza excesiva el impacto de la tecno-

logía en la posibilidad de prevenir el delito y a su vez pro-picia el incremento de ests técnicas: se empieza por una calle cerrada, luego se le agrega una caseta de vigilancia,

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después un circuito cerrado de televisión, muros y cercas electrificadas y así sucesivamente.

» Aumento de la intromisión en la vida privada de la per-sonas.

“¡Como si ya no tuviéramos suficiente!”

3. Teoría de la prevención social

La perspectiva o teoría de la prevención social está cen-trada en abordar las causas estructurales de la violencia y el delito, como por ejemplo la desigualdad.

Se fundamenta en la búsqueda de los factores sociales que generan delitos. En tal sentido, se propone realizar in-tervenciones que intentan encontrar las causas por las cuales las personas delinquen, para abordar de esa forma la prevención de actos de criminalidad y la identificación de motivaciones sociales, culturales e individuales para una acción delictiva.

La táctica social implica un amplio proceso de multipli-cación de actores e instancias en la política de seguridad ur-bana y de prevención del delito, como lo son los gobiernos locales, los servicios sociales, las instituciones educativas, etcétera. En buena medida suplantan o desplazan a los actores e instancias tradicionales de control del delito, como lo son la policía y los tribunales.

Los Estados que ponen el acento en lo social, que impul-san políticas de protección hacia los sectores sociales en con-diciones de mayor vulnerabilidad, aplican en mayor medida programas de prevención social del delito. Esto se traduce en programas no represivos para disminuir la violen-

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cia y transformar las condiciones sociales que influyen en la comisión de delitos. Concretamente, la prevención y el cambio de las motivaciones delictivas son alcanzadas por medio de políticas sociales de vivienda, educación, familia y empleo, que privilegian instancias de participación y de so-lidaridad (sobre todo con los “grupos de riesgo” o de peligro social).

Las críticas o debilidades más importantes a esta teoría de la prevención social manifestadas son las siguientes:

» La identificación tanto de los grupos de riesgo como de los peligrosos se limita a cálculos y supocisiones que no

tienen ninguna comprobación con la realidad.

» La prevención se dirige a las víctimas potenciales y las coloca en el centro del análisis y de las políticas, y en nombre de la victimización pueden entrometerse en

sus vidas privadas, creando muchas veces situaciones de desigualdad entre los ciudadanos.

» Existe poco financiamiento para las investigaciones y los proyectos a desarrollar sobre prevención social, com-parada con las inversiones en policía, sistema judicial y cárceles.

» La eficacia de los programas de prevención social son di-

fíciles de medir y los tiempos de su implementación de-masiado largos y a veces no compatibles con una cultura de la intervención práctica, rápida y visible.

» Las medidas de carácter social están enfocadas más a objetivos de resolución de conflictos o de política social, lo que impulsa al asistencialismo. Va declinando la “in-

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tervención estructural” sobre las raíces que causan la

criminalidad y el delito. Esta tendencias llega al punto de que ciertas medidas asistencialistas y de intervención rápida llegan a colindar con medidas de prevención si-tuacional.

4. Teoría de la prevención comunitaria

Se la puede definir como una técnica que está orientada a la comunidad en general, al barrio mismo, en lugar de estar enfocada a las potenciales víctimas o a los potenciales ofensores. Así, podemos decir que la perspectiva o teoría de la prevención comunitaria del delito enfoca a la comunidad un doble sentido: objeto y actor de las políticas de pre-vención.

Tiende a reducir el riesgo de ser victimizado o victimiza-da y la “sensación de inseguridad”, o sea el temor personal y/o colectivo de ser víctima de un delito, mediante la parti-cipación de las comunidades en el diseño y ejecución de las políticas o estrategias de seguridad.

Las tácticas de prevención comunitarias, tales como la organización de patrullas de vecinos y otras formas de parti-cipación ciudadana en la prevención del delito, han mostra-do que tienen un mayor impacto en la reducción del miedo al crimen o de la sensación de inseguridad que en la reduc-ción de los índices delictivos. Asimismo, pueden conside-rarse como una buena herramienta para el ejercicio del control sobre las acciones de las autoridades públicas en un Estado Democrático.

Esta técnica de prevención intenta reorientar la resolu-ción de los problemas en la comunidad, con base en que so-

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mos los mismos habitantes quienes sabemos cuáles son nuestras necesidades y problemas. El empoderamiento de los vecinos y vecinas en situaciones conflictivas y delictivas permite crear un canal de información desde la comunidad hacia los agentes encargados de brindar el servicio público, principalmente, la institución policial. Como señala Máxi-mo Sozzo, se apunta a la producción de una relación de confianza y cooperación entre la institución policial y el vecindario, en el marco de la descentralización de la toma de decisiones y la prestación de los servicios, en las es-tructuras estatales.

La implementación de mecanismos participativos y au-togestionados de resolución de conflictos en barrios con ele-vadas tasas de violencia es un mecanismo que ha resultado eficaz tanto para una resolución democrática y pacífica de los conflictos, como también para promover la reconstruc-ción de vínculos sociales que la exclusión económica y social deterioraron.

La participación de la comunidad en tareas de prevención del delito y manejo de los conflictos violentos, que tradicio-nalmente estuvieron reservadas al Estado, específicamente a la policía, cuenta con algunas experiencias en nuestro continente que, auqnue deben ser evaluadas, merecen que las tengamos en cuenta, tal es el caso de la conformación de juntas vecinales de seguridad en Argentina, los Frentes de seguridad local de Colombia, los Consejos de Seguridad de Sao Paulo, entre otros.

Este involucramiento de organizaciones comunitarias, sociales, deportivas, religiosas, redes sociales, comités, en-tre otros, participando en la creación e implementación de políticas públicas de control del delito y de resolución de los

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conflictos violentos, puede considerarse como un elemento o un factor que refuerza los niveles de confianza que tie-nen los ciudadanos y ciudadanas en la construcción parti-cipativa de los asuntos que competen a todos y todas y en fortalecimiento de un Estado social, de derecho y de justicia, sustentado en una democracia participativa.

Así como existen factores positivos para el desarrollo de la prevención comunitaria, también se han evaluado algu-nas cuestiones que pueden ser:

» Existen muchas comunidades donde los niveles de par-

ticipación son cada vez menores debido a factores sepa-ratistas, como privacidad, apatía política, consumismo desenfrenado y narcisismo que llevan a formas de abs-tención social y espacial de las comunidades. Ello ocasio-na que no haya resultados contundentes y comprobables de su eficacia.

» Es difícil medir los grados de organización o desorgani-

zación de una comunidad: las zonas con más alta tasa de criminalidad pueden ser tanto desorganizadas como organizadas de forma diferente.

» La organización comunitaria amerita de un factor exter-no que intervenga para apoyar la organización, ¿pero

cuando esa intervención externa sea retirada podrá se-guir sola?

» Crea grupos de vecinos con el propósito de prevenir y reprimir el delito, exponiéndolos a riesgos y enfrenta-

mientos con sus pares.

5. ¿Cómo impulsamos la prevención comunitaria?

Como se mostrara más arriba, existen posiciones encon-tradas en torno a la participación comunitaria en la preven-ción del delito, sin embargo, creemos necesario apostar en nuestro país por su implementación desde una perspec-tiva democrática, estableciendo con claridad las funciones que debe asumir la comunidad y las funciones que debe asu-mir el Estado, con miras a la construcción de una sociedad justa, solidaria y socialista.

» Trabajando en conjunto con las instituciones encargadas del diseño e implementación de programas de prevención social de la violencia y el delito. Insistamos en que más im-portantes es evitar y prevenir que sancionar y castigar.

» Creando dentro de las organizaciones en las que partici-pamos, comités o instancias, que tengan tareas directas

en el tema de la resolución de los conflictos violentos que ocurren en nuestras comunidades.

» Los gobiernos locales deben consultar y articular con las comunidades las políticas en el campo del control del de-lito y la violencia que pretenden aplicar, y llegar a con-

sensos necesarios en torno a ellas.

» La participación comunitaria no debe ser a corto plazo, sino que debe ser sostenible en el tiempo, involucrándo-se en todo el proceso de construcción, implementación y evaluación de las políticas.

» Contemplando en el plan de seguridad ciudadana la me-

todología de evaluación de manera participativa con la comunidad y las instituciones participantes.

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» Alentando el involucramiento de instituciones académi-cas, de organizaciones sociales y comunitarias en el dise-ño, cogestión y evaluación de programas de seguridad en asociación con las agencias gubernamentales.

» Promoviendo la rendición de cuentas y contraloría so-

cial sobre las instancias del Estado encargadas del tema de delito y la violencia, tales como: la policía, el Ministe-rio Público, la Defensoría del Pueblo, entre otras.

u n E j E r C i C i o p a r a r E f l E x i o n a r :

¿Qué razones tenemos para comenzar a discutir colectivamente sobre el tema de la seguridad en nuestra comunidad?

¿Cuáles son las personas e instituciones que deben apoyarnos en esta iniciativa?

¿Qué acciones o iniciativas podemos desarrollar de manera co-lectiva y comunitaria para prevenir la violencia en nuestro ba-rrio?

b i b l i o g r a f í a d E r E f E r E n C i a

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Esta reimpresión de Discutamos sobre seguridad ciudadana, se terminó de imprimir en los talleres de la Imprenta

de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES), el mes de julio de dos mil trece,

y consta de trescientos ejemplares.