discriminación y exclusión indígena una mirada desde las políticas públicas

16
Discriminación y exclusión indígena: una mirada desde las políticas públicas. Rodrigo Perera Ramos La discriminación y la exclusión social de la población indígena en Latinoamérica, si bien no es un tema nuevo, es un problema poco tratado dentro de la perspectiva de las políticas públicas. Más allá de estudios cuantitativos, estadísticos y demográficos, pocos son los que profundizan dentro del tema, especialmente en las causas por las que a pesar de que se han destinado amplios recursos a políticas y programas dirigidos a la población indígena, su condición no mejora, sino todo lo contrario, cada vez más, con forme pasa el tiempo, la brecha de desigualdad entre indígenas y población no indígena se ensancha, sus condiciones de vida son más precarias y su exclusión y discriminación se hace cada vez más patente. En México, el agudizamiento del problema de la desigualdad indígena, su exclusión y discriminación, es un fenómeno transversal y multifactorial. Por un lado el modelo económico neoliberal, que predomina en la configuración de las políticas públicas, dejó de lado el paradigma del “bien común”, por el del “bien individual”; reduciendo las responsabilidades y acciones del Estado y depositándolas en la sociedad civil, a la cual se le dio la responsabilidad del desarrollo social. Lo que ocasionó una diversificación de las políticas (aisladas y desvinculadas) en acciones puntuales y focalizadas, que no trastocan el problema de fondo. Por otro lado, la degradación de la tierra, el cambio climático, la contaminación de suelos y agua, la depredación de los ecosistemas, han provocado la migración de la población indígena, hacia los centros urbanos, en donde su vida se vuelve aún más precaria. Tampoco podemos omitir, la migración forzosa que han sufrido varias comunidades al ser “reubicadas” por el Estado en pos del progreso nacional o la paramilitarización de zonas indígenas con fines clientelares y de control social, que han excluido y marginado aún más esta población.

Upload: rodrigo-perera-ramos

Post on 27-Dec-2015

14 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Discriminación y Exclusión Indígena Una Mirada Desde Las Políticas Públicas

Discriminación y exclusión indígena: una mirada desde las políticas públicas. 

  Rodrigo Perera Ramos

La discriminación y  la exclusión social de  la población  indígena en Latinoamérica, si bien 

no  es  un  tema  nuevo,  es  un  problema  poco  tratado  dentro  de  la  perspectiva  de  las 

políticas públicas. Más allá de estudios cuantitativos, estadísticos y demográficos, pocos 

son los que profundizan dentro del tema, especialmente en las causas por las que a pesar 

de que se han destinado amplios recursos a políticas y programas dirigidos a la población 

indígena, su condición no mejora, sino  todo lo contrario, cada vez más, con forme pasa el 

tiempo,  la brecha de desigualdad entre  indígenas y población no  indígena  se ensancha, 

sus condiciones de vida son más precarias y su exclusión y discriminación se hace cada vez 

más patente.   

En México,  el  agudizamiento  del  problema  de  la  desigualdad  indígena,  su  exclusión  y 

discriminación,  es  un  fenómeno  transversal  y  multifactorial.  Por  un  lado  el  modelo 

económico neoliberal, que predomina en la configuración de las políticas públicas, dejó de 

lado  el  paradigma  del  “bien  común”,  por  el  del  “bien  individual”;  reduciendo  las 

responsabilidades y acciones del Estado y depositándolas en la sociedad civil, a la cual se 

le dio  la responsabilidad del desarrollo social. Lo que ocasionó una diversificación de  las 

políticas (aisladas y desvinculadas) en acciones puntuales y focalizadas, que no trastocan 

el problema de fondo. 

Por otro lado, la degradación de la tierra,  el cambio climático, la contaminación de  suelos 

y agua,  la depredación de  los ecosistemas, han provocado  la migración de  la población 

indígena,  hacia  los  centros  urbanos,  en  donde  su  vida  se  vuelve  aún  más  precaria. 

Tampoco podemos omitir, la migración forzosa que han sufrido varias comunidades al ser 

“reubicadas” por el Estado en pos del progreso nacional o  la paramilitarización de zonas 

indígenas con fines clientelares y de control social, que han excluido y marginado aún más 

esta población. 

Page 2: Discriminación y Exclusión Indígena Una Mirada Desde Las Políticas Públicas

Asimismo,  las políticas que se han establecido para frenar  la desigualdad social, que trae 

como consecuencia la discriminación y la exclusión, han sido de corte economicistas, a la 

luz del  rational  choise y el  incrementalismo; políticas que no han  reducido el problema 

sino  sólo  lo  han  administrado,  y  en  muchos  casos  de  forma  clientelar,  con  vistos 

electorales y no para resolver el problema de fondo.   

Así, las políticas públicas, en términos de Theodore Lowi (1964), se han enfocado a ser de 

dos tipos: regulatorias y distributivas. Sin embargo, esto no ha sido suficiente, para frenar 

la desigualdad y exclusión social, así como, la discriminación hacia los grupos vulnerables, 

en especial  los  indígenas. Al contrario,  las brechas de desigualdad se han ampliado y con 

ello la exclusión y la marginalidad de ciertos grupos. 

En resumen, el tema de la desigualdad indígena y su exclusión es altamente complejo, en 

donde,  la  situación de miseria en  la que  vive gran parte de  la población  indígena, está 

estrechamente relacionada a una exclusión constante del Estado hacia este grupo, que ha 

sido discriminado sistemáticamente a través de  las  instituciones del Estado,  las cuales  le 

han  dado  históricamente  un  trato  diferencial  (negativo)  a  la  población  indígena;  con 

derechos  inferiores  al  resto  de  la  población,  así  como,    una  distribución  de  la  riqueza 

desigual. Lo cual se ha traducido, en la baja calidad y poco acceso que tienen los indígenas 

hacia los servicios prestados por el Estado y en general en los pocos recursos que se han 

destinados para el progreso económico, cultural y social de los pueblos originarios.  

En lo que se refiere  los derechos  indígenas podemos señalar diez puntos importantes: 

1. El   reconocimiento de  los pueblos  indígenas como sujetos de  interés público y no 

de derecho público. 

2. Negación del sustento territorial al ejercicio de autodeterminación de los pueblos; 

las  limitaciones a  la  libre determinación y a  la autonomía  (y dentro de esta a  los 

seis  “derechos  autonómicos”:  formas  de  organización  social;  administración  de 

justicia;  elección  de  autoridades  comunitarias  a  través  de  usos  y  costumbres; 

derechos lingüísticos y culturales; obligación a conservar y mejorar el hábitat  y sus 

tierras; uso y disfrute de los recursos naturales. Que en algunos casos se les llega a 

Page 3: Discriminación y Exclusión Indígena Una Mirada Desde Las Políticas Públicas

“conceder”  derechos  que  ya  poseen  los  ciudadanos  mexicanos  o  que  habían 

alcanzado expresiones más avanzadas en otras leyes federales. 

3. En  el  caso  concreto  del  uso  y  disfrute  de  los  recursos  naturales  la  constitución 

establece  el  acceso  “preferente”  a  ellos  y  no  lo  reclamado  sobre  tierras  y 

territorios, conforme al Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo 

(OIT). 

4. Imprecisiones y limitaciones de los mecanismos y facultades para la representación 

proporcional en los ayuntamientos. 

5. Limitaciones  o  exclusiones  a  la  participación  indígena  en  el  diseño  de  los 

programas de desarrollo regional. 

6. Propuestas limitadas en materia de salud, que en el convenio 169 se extiende a la 

seguridad  social,  y  no  solo  a  los  servicios  asistenciales  o  a    los  programas  de 

mejoramiento de la nutrición. 

7. Disposiciones en materia de presupuesto  que perpetúan el asistencialismo. 

8. Remisión,  en materia  de  adquisición,  administración  y  operación  de medios  de 

comunicación,  a  la  legislación  vigente,  que  ha  sido  claramente  limitativa  de  las 

posibilidades de los indígenas de disponer de medios que les permitan ‐salvo como 

empresas mercantiles‐ asegurar  la difusión de  sus  lenguas  y  culturas de manera 

autónoma. 

9. Reducción de  la categoría de “migrantes  indígenas” a  la de “jornaleros agrícolas”,  

con ignorancia de la diversidad e importancia de la migración indígena. 

10. Reducción de la  consulta a los pueblos indígenas a la sola participación en el Plan 

Nacional de Desarrollo y de  los estatales y municipales, en contradicción, con  lo 

dispuesto en el Convenio 169, que amplía el campo a todas aquellas innovaciones 

legislativas que afecten o puedan afectar sus condiciones de vida. 

En  este  sentido,  la  exclusión de  la  población  indígena para participar  en  el proceso de 

elaboración  de  las  políticas,  tratándolos  como  “menores  de  edad”  de  la  sociedad  e 

incapaces de  intervenir por sí mismos en  la vida política de nuestro país, ha traído como 

consecuencia, que este grupo de  la población, esté muy por debajo de  la media nacional 

Page 4: Discriminación y Exclusión Indígena Una Mirada Desde Las Políticas Públicas

en  lo  que  se  refiere  al  acceso  de:  salud,  educación,  vivienda,  trabajo,  justicia, 

infraestructura, servicios públicos y respeto a sus derechos, especialmente los dispuestos 

en el Convenio 169 de  la OIT  ratificado por México en 1990;  lo que ha propiciado una 

continua agudización y multiplicidad de su precariedad que  los ha arrojado a  la miseria, 

entendiendo a esta última como: “la permanencia de la situación de precariedad múltiple 

por  un  lapso  continuo  que,  muchas  veces  comprende  varias  generaciones”  (Cecilia 

Satriano, 2006: 62). 

Sólo por dar un somero ejemplo, de acuerdo a las últimas cifras arrojadas por el Consejo 

Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) 72% de la población 

indígena  en México  vive  en  la  pobreza,  30.6%  en  pobreza  extrema,    80%  carece  de 

seguridad social y uno de cada cuatro indígenas no tiene accesos a servicios de salud, 60% 

carece de los servicios básicos en sus viviendas (CONEVAL, 2013). 

A  continuación  se presentan  algunas  gráficas que pueden  ilustrar mejor  las brechas de 

desigualdad entre la población indígena y no indígena en México. 

 

Gráfico 1 Porcentaje de población analfabeta. Gráfico de elaboración propia. Fuente: PNUD (2010). Informe sobre el desarrollo humano de los pueblos indígenas en México, PNUD, México. 

0%

5%

10%

15%

20%

25%

30%

35%

40%

Porcentaje de población analfabeta mayor de 15años

Hombres Indígenas

Hombres no indígenas

Mujeres indígenas

Mujeres no indígenas

Page 5: Discriminación y Exclusión Indígena Una Mirada Desde Las Políticas Públicas

 

Gráfico  2  Taza de mortalidad  infantil.  Porcentaje de población  analfabeta. Gráfico de  elaboración propia.  Fuente: PNUD (2010). Informe sobre el desarrollo humano de los pueblos indígenas en México, PNUD, México. 

 

 

Gráfico 3 Porcentaje de viviendas con servicios sanitarios deficientes. Gráfico de elaboración propia. Fuente: PNUD (2010). Informe sobre el desarrollo humano de los pueblos indígenas en México, PNUD, México. 

43

26.5

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

Taza de mortalidad infantil

Población indigena

Población no indígena

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

Porcentaje de viviendas con servicios sanitarios deficientes

Población indígena

Población no indígena

Page 6: Discriminación y Exclusión Indígena Una Mirada Desde Las Políticas Públicas

 

Gráfico 4 Porcentaje de viviendas sin servicios. Gráfico de elaboración propia. Fuente PNUD (2010). Informe sobre el desarrollo humano de los pueblos indígenas en México, PNUD, México. 

 

Gráfico 5 Porcentaje de desnutrición crónica  infantil. Gráfico de elaboración propia. Fuente: PNUD  (2010).  Informe sobre el desarrollo humano de los pueblos indígenas en México, PNUD, México. 

 

 

0.00%

5.00%

10.00%

15.00%

20.00%

25.00%

30.00%

35.00%

40.00%

45.00%

Sin aguaentubada

Sin drenaje Sinenergíaeléctrica

Viviendas conpiso de tierra

Población indígena

Población total

0%

5%

10%

15%

20%

25%

30%

35%

40%

Desnutrición infantil crónica

Población indígena

Población no indígena

Page 7: Discriminación y Exclusión Indígena Una Mirada Desde Las Políticas Públicas

 

Gráfico  6  Índice  de  Desarrollo  Humano.  Gráfico  de  elaboración  propia.  Fuente:  PNUD  (2006).  Informe  sobre  el desarrollo humano de los pueblos indígenas en México, PNUD, México. 

 

Por otro  lado, a  lo que se refiere al análisis de  las políticas   públicas, encaminadas hacia 

este  sector,  ya  se  ha  dicho  que  en  su  mayoría  son  análisis  cuantitativos,  es  decir, 

evaluaciones  y  metaevaluaciones,  de  su  diseño  e  implementación,  así  como,  de  sus 

resultados. Sí bien, estos estudios han sido fructíferos y necesarios, en donde coinciden en 

que los programas sociales que han sido dirigidos hacia la población indígena son de corte 

asistencialista, éstos han olvidado otras herramientas dentro del análisis de  las políticas 

públicas, que son sumamente necesarios, ante un problema tan complejo y que pueden 

ayudar a visualizar de mejor manera las causas por las que las políticas han fallado. 

Así, para elaborar un análisis adecuado de  las políticas públicas, definiendo a éstas como 

el proceso mediante el  cual el Estado diseña y ejecuta una política dirigida a un  sector 

mayoritario  de  la  población;  y  que  puede  involucrar  no  sólo  acciones,  sino  también 

omisiones  respecto  de  asuntos  de  interés  para  determinados  actores. No  basta,  hacer 

evaluaciones o metaevaluciones a partir de indicadores, que muchas veces no ilustra una 

realidad  más  profunda,  como  puede  ser  este  caso,  o  simplemente  verifican,  lo  que 

0.7057

0.8304

0.64

0.66

0.68

0.7

0.72

0.74

0.76

0.78

0.8

0.82

0.84

Índice de desarrollo humano

Índice de Desarrollo Humano delos Pueblos Indígena

Índice de desarrollo Humano dela Población no Indígena

Page 8: Discriminación y Exclusión Indígena Una Mirada Desde Las Políticas Públicas

lamentablemente,  en  este  problema,  se  pude  palpar  a  flor  de  piel,  es  decir,  la 

investigación cuantitativa nos puede ayudar a visualizar el problema o comprobarlo, pero 

no a descubrir  las causas por  las que han  fallado estas políticas dirigidas hacia el grupo 

más vulnerables de nuestro país desde hace 500 años: los indígenas. 

Para  ello,  debemos  ocupar  también  otros  tipos  de  análisis,  partiendo  de  cómo  se  ha 

definido el problema indígena dentro de la agenda formal o sistémica y cuales han sido los 

ciclos de atención hacia esta problemática en dicha agenda.  

Lamentablemente, pocos investigadores y analistas de las políticas públicas se enfocan en 

el primer paso de toda política: su definición como problema y se centran en la evaluación 

o  análisis  del  diseño,  su  implementación,  sus  indicadores,  recursos,  etc.  En  general, 

estudios de tipo economicistas.  

Si  bien,  el  proceso  de  las  políticas  públicas  es  un  cíclico,  que  constantemente  está 

redefiniendo  los problemas que  atienden, es de  suma  importancia  saber  el por qué  se 

definió de una forma y no de otra, ya que a partir de  la definición, no sólo se  legitima  la 

actuación del Estado ante una situación, sino que también, al definir una situación como 

problema  de  políticas;  significa  aceptar  que  tiene  solución  y  delimitar  sus  soluciones 

posibles.  

De  tal  forma, que se presume no sólo que se debe y se puede “hacer algo” sino que  la 

posible solución cae dentro de  la competencia de  las autoridades  legítimas del gobierno. 

Pero lo más importante, es que de la definición dependerán las políticas y programas que 

le darán solución: quien define el problema define la política. 

En  este  sentido,  Cobb  y  Elder  (1984)  señalan  que  los  problemas  políticos  son 

construcciones  sociales  que  reflejan  concepciones  específicas  de  la  realidad,  existiendo 

una multiplicidad  de  definiciones  acerca  de  un  problema,  por  lo  tanto,  lo  que  está  en 

juego en el proceso de  formación de  la agenda no es sólo  la selección de  los problemas 

sino también su definición. Las definiciones sirven, a la vez, para encuadrar las elecciones 

políticas posteriores y para afirmar una concepción particular de la realidad.  

Page 9: Discriminación y Exclusión Indígena Una Mirada Desde Las Políticas Públicas

Por  lo  tanto,  la  estrategia  que  tiene  la  definición  del  problema  en  el  proceso  de 

formulación de las políticas públicas es de suma importancia. Como estrategia, refleja una 

apreciación de  las  inclinaciones culturales y sociales propias del sistema político  (Cobb y 

Elder, 1984) 

Visto  de  esta  forma,  las  políticas  públicas  son,  en  esencia,  una  actividad  en  la  que  se 

incluyen y de la que se excluyen asuntos y se movilizan sesgos a fin de asegurar el manejo 

y la contención de conflictos.  Por lo tanto, la definición de los temas constituye una forma 

fundamental  de  poder  político;  por  lo  que  “la  definición  de  las  alternativas,  es  el 

instrumento supremo del poder” (Schattschneider, 1960: 69) y “Quien determina de que 

se  trata  la política, gobierna el país, pues  la definición de alternativas es  la selección de 

conflictos” (ídem). 

En este sentido Parsons afirma que “Para entender completamente un problema social,  

debemos  saber  cómo  llego  a  definirse  como  problema  social”  (Parsons,  2007:  133), 

asimismo, argumenta que  “la génesis de una política pública implica el reconocimiento de 

un problema. Qué cuenta como problema y cómo se define depende de la manera en que 

los diseñadores de las políticas buscan aproximarse a un tema o evento” (ídem). 

Asimismo, la génesis, definición y desarrollo de una política se ven enmarcadas dentro de 

las  ideas  dominantes  del  momento  histórico,  es  decir,  se  estructuran  con  base  en 

creencias valorativas (sobre la existencia humana y social), las cuales suelen plasmarse en            

constitución política,  leyes,  convenios  internacionales… Planes generales  (estratégicos u 

operativos) de gobierno; creencias científico‐técnicas y el contexto sociopolítico (Aguilar, 

2007).  

De  esta  forma  Luís Aguilar explica que  “el  análisis procede  entonces  en primer  lugar  a 

averiguar los factores que estructuraron la política en curso de una determinada manera, 

por  lo que  identifica  las creencias valorativas de una sociedad y su gobierno, que son  las 

que  están  en  la  base  de  la  aparición  y  justificación  de  determinadas  expectativas  y 

objetivos  sociales,  así  como  examina  las  creencias  científicos‐técnicas  de  sociedad  y 

Page 10: Discriminación y Exclusión Indígena Una Mirada Desde Las Políticas Públicas

gobierno  […]  En  suma,  la  base  de  estructuración  de  una  política  es  su  firmamento 

normativo y su universo informativo y científico técnico” (Aguilar, 2007: 9). 

Así,  podemos  afirmar,  que  las  creencias  científicas  del  momento  así  como  el  marco 

jurídico  es  principalmente  lo  que  define  al  problema  y  lo  estructura  para  darle  una 

solución. 

De tal forma, que través de este modelo, podemos ver cómo es que se ha definido el tema 

del “problema  indígena” a  lo  largo de  la historia de México, y sus consecuentes políticas 

públicas que le han buscado solución. 

En este sentido, encontramos  que: 

En  el  siglo  XIX,  dentro  de  las  ideas  de  la  economía  liberal  y  la  influencia  del 

positivismo  podemos  enmarcar  una  época  de  un  México  con  ansias  de 

modernidad, concibiendo al  indio como un  freno hacia ella, por  lo que  la política 

fue ver al  indio como el enemigo del México  independiente: “era todo  lo  indio  lo 

que se veía  como enemigo del México imaginario. ‘Desde la Independencia hasta 

la Revolución: de acuerdo con la ideología de la época, el gobierno se ocupó de los 

indios,  casi exclusivamente, primero, para  acabar  con  sus  antiguas  instituciones, 

después para reprimirlos en sus revueltas’.” (Bonfil, 2001: 157) 

En el México postrevolucionario, se  introdujeron una serie de políticas que en su 

conjunto  se  le  denominan  indigenismo.  Las  cuales  fueron  cambiando  también 

dentro  de  la misma    etiqueta,  definiendo  al  “problema  indígena”  de  diferentes 

formas, de acuerdo a los marcos valorativos preponderantes del momento. 

La corriente  indigenista,  surge en 1916 cuando Manuel Gamio publica “Forjando 

patria”,  fundamente  ideológico  que  fue  el  ancla  de  la  política  indigenista  hasta 

1970 y que tiene  como constante una postura política y económica en un primer 

momento de  incorporativista y en una segunda etapa  integracionista, es decir, el 

indio debe    incorporarse o  integrase a  la cultura mestiza: formas de organización, 

religión,  lengua,  economía,  política,  moda,  valores  sociales,  etc.  O  sea, 

desindianizar al indígena. 

Page 11: Discriminación y Exclusión Indígena Una Mirada Desde Las Políticas Públicas

Para 1940, el  indigenismo, redefine el problema y  lo ve como un problema ya no 

de  incorporación  al  indio,  sino  de  integración,  redefinición  que  una  vez más  se 

construye a través de la nueva ideología política en boga “El Estado benefactor” y 

la ideología científica del positivismo funcional. 

Durante  esta  etapa  de  integración,  que  se  enmarca  a  partir  del  Congreso 

Indigenista  Interamericano de Pátzcuaro en 1940  y que  tiene  como  resultado  la 

fundación del Instituto Nacional Indigenista en 1947 y al puesta en marcha de toda 

una  “estrategia  estatal  para  ordenar  su  relación  con  los  pueblos  indígenas  […] 

como un quehacer unilateral  (desde el Estado), unidireccional  (hacia  los  indios) y 

de  propósito  único  (incorporarlos  a  la  nación),  que  busca  sustituir  los  rasgos 

culturales  de  las  comunidades  indígenas  por  aquellos  considerados  comunes  y 

constitutivos de la nacionalidad y opera mediante la castellanización, la educación 

escolarizada,  la  generalización  de  la  agricultura  y  la manufactura  intensivas    y 

comerciales, la dotación de servicios y la incorporación al  mercado interno” (Zolla 

y Zolla, 2004: 224). 

En  esta  política  que  dominó  de  1940  hasta  la  década  de  1970,  el  Estado  se 

caracterizó  por  métodos  autoritarios  y  paternalistas  contenidos  en  la  política 

indigenista, estableciendo formas de relación de opresión y dependencia. 

Para  finales  de  la  década  de  1960  y  principios  de  los  setentas,  el  “problema 

indígena” se empieza a redefinir, mediante lo que Cobb y Elder (1984) denominan 

“la expansión del conflicto”, es decir, que el problema indígena comenzó a llegar a 

públicos más extensos y como consecuencia se involucren sectores más amplios de 

la población, expandiendo así la lucha por la definición del problema.          

De esta  forma,  los profesionales empezaron a  cambiar de paradigma e  iniciaron           

fuertes  críticas  al  indigenismo  y  la manera  en  la  que  se  estaba  elaborando  las 

políticas con respecto al “problema indígena”. Como afirman Cobb y Elder “Debido 

a sus conocimientos altamente especializaos y al premio que la sociedad otorga a 

las  soluciones  ‘racionales’  de  los  problemas,  estos  profesionales  juegan muy  a 

menudo  un  papel  clave  en  la  definición  del  debate  de  la  política.  Su  influencia 

Page 12: Discriminación y Exclusión Indígena Una Mirada Desde Las Políticas Públicas

directa tiende a variar según el alcance y la intensidad de la controversia alrededor 

de un problema específico  […] Los profesionales de  las políticas públicas pueden 

actuar para contrabalancear y minimizar los sesgos introducidos  por otros grupos, 

pero  ellos  introducen  también  sus  propios  puntos  de  vista.  También  tienen  un 

interés marcado en las cuestiones a considerar y a definir” (Cobb y Elder, 1984: 86‐

87). 

Durante esta etapa que va de  la década de 1970 a  la década de 1990, surge una 

fuerte  lucha por  la definición del  “problema  indígena”, que  terminará, al menos 

oficialmente,  con  una  nueva  definición  hacia  el  “problema  de  desigualdad 

indígena”, en donde se  le reconoce al  indígena ya no como problema, sino como 

un  sujeto  de  derechos,  especialmente  en  lo  colectivo  y  como  principales 

portadores de la riqueza cultural en México. 

En  este mismo  sentido,  fue  hasta  1976  que  el  estado mexicano  reconoció  su 

fracaso  en  el  intento  por  desaparecer  a  las  culturas,  costumbres  y  lengua 

indígenas;  lo  atribuyó  a  un  error  de  estrategia,  por  lo  cual  decidió  cambiarlas 

haciendo  participes  a  los  pueblos  indios  en  el  diseño  de  los  programas  de 

desarrollo.  De  esta  manera,  con  José  López  Portillo  como  presidente  de  la 

Republica,  impulsó  la “nueva” política  indigenista  llamada de participación (1976‐

1988), la cual se mantuvo hasta el sexenio del presidente Miguel de la Madrid. La 

“participación”  consistió  en  tomar  en  cuenta  la  opinión  de  los  indios  para  la 

aprobación de  los proyectos que  los técnicos diseñaban en sus escritorios; y esta 

opinión consistía tan solo en aprobar o rechazar el proyecto, con un “no” o un “sí”. 

No  había  ningún  tipo  de  aportación  por  parte  de  los  indios, mucho menos  la 

aprobación de iniciativas de los propios “beneficiados”. La imposición de proyectos 

y programas continuo, y se sigue ejerciendo de algún modo hasta el día de hoy. 

Para  la década de  los noventas surgió una nueva política que se  le ha etiquetado 

como  la  de  “reconocimiento  de  derechos”:  aunque  la  política  de  participación 

continua, es posible distinguir una nueva etapa que opera simultáneamente con la 

Page 13: Discriminación y Exclusión Indígena Una Mirada Desde Las Políticas Públicas

anterior; esta es  la fase del  indigenismo a  la que se  le ha  llamado reconocimiento 

de derechos indígenas (1988‐2013). 

 Esta nueva  faceta de  la política  indígena  se estableció debido a  las  condiciones 

sociales,  económicas  y  políticas  que  sucedieron  desde  el  inicio  de  la  década  de 

1980. La primera,  fue  la  transformación de  las economías  indias en  todo el país, 

que derivó en un mayor empobrecimiento de los indios. 

La  segunda  causa para  la aparición de  la política de  reconocimiento de derechos 

indígenas    fue  la  creciente participación  indígena en  los asuntos políticos de  sus 

pueblos y   comunidades y de las esferas políticas extra comunales, todo lo cual se 

refleja en la serie de reuniones de discusión sobre temas de interés indígena, en la 

aparición  de  nuevas  organizaciones  y  en  la  configuración  de  demandas  más 

amplias y más políticas, como el derecho histórico a la ocupación, control disfrute 

y aprovechamiento de sus territorios y de los recursos naturales que hay en ellos; 

el  derecho  a  participar  en  la  toma  de  decisiones  para  la  instrumentación  de 

programas y megaproyectos de desarrollo económico que afectan a  sus territorios 

y el reconocimiento de la propiedad de su patrimonio cultural. 

La  tercera  causa  fueron  las  presiones  internacionales  para  que  el  gobierno  de 

Salinas de Gortari, ratificara el Convenio 169 de la OIT (1989), que ya reconocía los 

derechos  de  los  pueblos  indígenas  y  que  derivó  en  la  Declaración  de Naciones 

Unidas Sobre Derechos de los Pueblos (2007). 

Conclusiones: 

A  lo  largo de este breve ensayo, hemos visto como  la discriminación hacia  la población 

indígena, no es ejercida solamente por la población no indígena que comparte con ellos el 

territorio mexicano o por los agentes de las instituciones del Estado, como podrían ser los 

ministerios públicos o  los encargados de ventanillas. Sino que es una discriminación aún 

más profunda, que es la que se quiso visualizar en este trabajo. Este tipo de discriminación 

ha  sido  histórica  y  es  producida  por  las  ideas  y  creencias,  en  las  que  se  incluyen  las 

Page 14: Discriminación y Exclusión Indígena Una Mirada Desde Las Políticas Públicas

científicas, que son dominantes en cierto momento histórico y que para nuestro objeto de 

estudio, se hacen patentes en las políticas públicas. 

Como todo política pública, y en este caso, la política pública dirigida a los indígenas no es 

la  excepción,  ésta  es  componente  de  una  historia  de  decisiones,  definiciones  y 

redefiniciones del problema, con altibajos dentro de  la agenda y de   políticas que se han 

estructurado  principalmente  a  partir  de  las  creencias  valorativas  propias  del momento 

histórico:  “la  política  en  curso  y  la  política  nueva  tienen  una  historia  de  análisis  y 

decisiones detrás de ellas que ellas mismas son eslabones de esa historia política, social e 

intelectual  difícilmente  fluida  y  progresiva,  y  la  cual  está  hecha,  en  cambio  de  rodeos, 

altibajos,  frenos  y  aceleraciones,  que  pasan  al  momento  de  definir  los  problemas, 

discriminar  las  expectativas,  calificar  los  objetivos,  remendar  las  opciones  de  acción  y 

seleccionar los instrumentos” (Aguilar, 2007: 20). 

De  esta  forma  hemos  visto  cómo  el  “problema  indígena”  ha  pasado  de  ser  concebido 

como  un  obstáculo  para  la  nación,  a  un  problema  de  desigualdad.  Sin  embargo,  esta 

nueva concepción, no se ha reflejado aún en  los programas destinados a esta población, 

ya que en  su mayoría  siguen  teniendo de  fondo una  ideología de  la política  indigenista 

paternalista, es decir, asistencialista, la cual sólo perpetúa una relación de dependencia de 

los pueblos originarios con el Estado, que a su vez permite el uso clientelar y discrecional 

de los recursos. 

Esta  situación,  se  debe,  a  que  por  un  lado,  aunque  ha  cambiado  el  paradigma,  aún 

persisten rasgos de los anteriores y por otro lado, la visión incrementalista, que domina el 

que hacer de  la política pública, no permite  cambios  redistributivos  y  los normativos  y 

distributivos, son lentos, costumbristas y paulatinos. Asimismo, el predominio del rational 

chiose, derivado de una visión dominantemente economicista y positivista de las políticas 

públicas,  limita a éstas, a una  lógica de coste‐beneficio en donde  los grupos marginados, 

poco tienen que ofrecer ha esta ideología de mercado.  

De  tal  forma,  que  el  paradigma  hegemónico  actual  dentro  de  las  políticas  públicas,  es 

decir, las creencias científico‐teóricas dominantes, coadyuvan a perpetuar la condición de 

Page 15: Discriminación y Exclusión Indígena Una Mirada Desde Las Políticas Públicas

miseria de la población indígena, en una dinámica de mercado (coste‐beneficio) en la cual, 

lo más valioso que este grupo puede ofrecer a quienes planean y ejecutan  las políticas 

públicas es su voto; lo que trae como consecuencia políticas clientelares y discrecionales, 

que ejercen un control social y político dentro de la población indígena. 

A  su  vez, esto ha  generado, que  aunque  ya  se hayan hecho  cambios  sustanciales  a  las 

normas jurídicas en cuestión de derechos indígenas, para hacerlas acorde al Convenio 169 

y a  la Declaración de Naciones Unidas Sobre Derechos de  los Pueblos, no se han podido 

hacer patentes en  la realidad  indígena. Asimismo, aunque ya se empieza a  reconocer el 

tema  indígena,  como  un  problema  de  desigualdad,  aún  falta  empezar  a  visualizar  al 

indígena  como  un  sujeto  de  derecho,  principalmente  en  lo  colectivo  y  encontrar  las 

herramientas  necesarias  en materia  de  política  pública  para  adecuarlas  a  este  nuevo 

paradigma,  lo  cual muchas  veces  carece  de  voluntad  política,  ya  sea  porque  no  les  es 

conveniente  trastocar  el  status  quo  a  los  grupos  de  poder  o  porque  no  es  un  tema 

relevante en la agenda política, lo que nos llevaría una vez a más a cuestionar la idea del 

pluralismo democrático y  a reflexionar sobre la discriminación de los asuntos indígenas en 

la agenda sistémica, lo cual sería tema para otro ensayo. 

Bibliografía: 

Aguilar  Villanueva,  Luis  F  (2007).    Marco  para  el  análisis  de  las  políticas  públicas, 

documento inédito, México. 

Bonfil Batalla, Guillermo  (2001).   El México profundo: una civilización negada,     Editorial 

Grijalbo, México. 

Consejo Nacional de Evaluación de la política de Desarrollo (2013). Informe de Evaluación 

de la política social de desarrollo 2012, CONEVAL, México 

Elder, Charles  y Cobb, Roger  (1984).  “Formación de  la agenda. El  caso de  la política de 

ancianos”,  en:  Aguilar,  Luís  (2003).  Problemas  públicos  y  agenda  de  gobierno,  Editorial 

Miguel Ángel Porrúa, México. 

Lowi, Theodore.  (1964).  "American Business and Public Policy Case Studies and Political 

Theory", en: World Polities, XVI, pp. 677‐715. 

Organización Internacional del Trabajo (1989). Convenio 169. 

Organización  de  las  Naciones  Unidas  (2007).  Declaración  de  Naciones  Unidas  Sobre 

Derechos de los Pueblos. 

Page 16: Discriminación y Exclusión Indígena Una Mirada Desde Las Políticas Públicas

Parsons, Wayne  (2007). Políticas públicas: una  introducción a  la  teoría  y  la práctica del 

análisis de políticas públicas, FLACSO, México.   

Programa de  las Naciones Unidad para el Desarrollo  (2006).  Informe  sobre el desarrollo 

humano de los pueblos indígenas en México, PNUD, México. 

‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐  (2010).  Informe  sobre  el  desarrollo  humano  de  los 

pueblos indígenas en México, PNUD, México. 

Satriano, Cecilia (2006). “Pobreza, políticas públicas y políticas sociales”, en: Revista Mad, 

No.15,  Departamento de Antropología, Universidad de Chile, pp 60‐74. 

Schattschneider, Elmer (1960). The semisovereign people: a realist's view of democracy in 

America, Holt, Rinehart and Winston, Nueva York. 

Zolla,  Carlos  y  Zolla  Márquez,  Emilio  (2004).  Los  pueblos  indígenas  de  México. 

100preguntas,  UNAM,  programa  Universitario  México  Nacional  Multicultural,  Ciudad 

Universitaria, México.