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Discapacidad y Actividad Física Autores: José Luis Colaciuri Profesor de Educación Física Resumen En este artículo abordaremos el marco teórico que nos permita definir la discapacidad desde la perspectiva de derechos humanos. Aspectos relacionados con la terminología, definición y los distintos modelos de abordaje. A partir de la legislación vigente (Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad), analizaremos por qué hablamos del modelo de derechos humanos. Nos centraremos en dónde están las barreras que impiden el libre acceso a la plena participación, la necesidad de dirigirnos hacia una sociedad más inclusiva, y en ese sentido también abordaremos a la actividad física como un derecho al que hay que garantizar el pleno acceso. Abordaremos al deporte adaptado y el deporte inclusivo, y cuáles son las formas en las que las personas con discapacidad acceden a la práctica de actividades físicas. Analizaremos qué son las necesidades educativas especiales y el desafío de la inclusión, fomentando la autonomía y la independencia, derribando las barreras tanto simbólicas como arquitectónicas para promover la plena participación de las personas con discapacidad en todos los aspectos de la vida. El propósito del mismo es que los profesionales del área conozcan y comprendan la terminología y normativa relacionada con la discapacidad, analicen brevemente la oferta deportiva para esta población y reflexionen sobre la inclusión educativa. Desarrollo Aspectos sobre la terminología: No todos tenemos discapacidades. Un déficit no es necesariamente una discapacidad. Nos referimos a tener y no ser: la discapacidad es algo que se tiene no algo que se es. La discapacidad es sólo un aspecto de la persona, no define a la totalidad del individuo. No hay capacidades diferentes ni son personas con necesidades especiales: todos tenemos las mismas capacidades, en todo caso, es un tema del grado. La utilización de estos eufemismos invisiblizan el problema: usar términos como los que nombramos recién evitan que enfrentemos la realidad. Hablamos de Personas con discapacidad, no discapacitados: la persona como eje, no la discapacidad. Definición: nos preguntaremos en primera instancia por qué es importante tener una definición sobre la discapacidad. Antes de plantear una definición común, realizaremos un recorrido histórico sobre la discapacidad. Definiremos la discapacidad, es decir, qué o a quiénes se considera personas con discapacidad, así como el origen de la misma y su evolución en el tiempo. Nos vamos a plantear, siguiendo a Agustina Palacios (2008), los diversos modelos de abordaje: 1) Un primer modelo es el que AÑO III, Nº 51 - 22 de julio de 2013 Artículo de Investigación

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Page 1: Discapacidad y-actividad-fisica

Discapacidad y Actividad Física

Autores:

José Luis Colaciuri

Profesor de Educación Física

Resumen

En este artículo abordaremos el marco teórico que nos permita definir la discapacidad desde la perspectiva de derechos humanos. Aspectos relacionados con la terminología, definición y los distintos modelos de abordaje.

A partir de la legislación vigente (Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad), analizaremos por qué hablamos del modelo de derechos humanos. Nos centraremos en dónde están las barreras que impiden el libre acceso a la plena participación, la necesidad de dirigirnos hacia una sociedad más inclusiva, y en ese sentido también abordaremos a la actividad física como un derecho al que hay que garantizar el pleno acceso. Abordaremos al deporte adaptado y el deporte inclusivo, y cuáles son las formas en las que las personas con discapacidad acceden a la práctica de actividades físicas. Analizaremos qué son las necesidades educativas especiales y el desafío de la inclusión, fomentando la autonomía y la independencia, derribando las barreras tanto simbólicas como arquitectónicas para promover la plena participación de las personas con discapacidad en todos los aspectos de la vida.

El propósito del mismo es que los profesionales del área conozcan y comprendan la terminología y normativa relacionada con la discapacidad, analicen brevemente la oferta deportiva para esta población y reflexionen sobre la inclusión educativa.

Desarrollo

Aspectos sobre la terminología: No todos tenemos discapacidades. Un déficit no es necesariamente una discapacidad. Nos referimos a tener y no ser: la discapacidad es algo que se tiene no algo que se es. La discapacidad es sólo un aspecto de la persona, no define a la totalidad del individuo. No hay capacidades diferentes ni son personas con necesidades especiales: todos tenemos las mismas capacidades, en todo caso, es un tema del grado. La utilización de estos eufemismos invisiblizan el problema: usar términos como los que nombramos recién evitan que enfrentemos la realidad. Hablamos de Personas con discapacidad, no discapacitados: la persona como eje, no la discapacidad.

Definición: nos preguntaremos en primera instancia por qué es importante tener una definición sobre la discapacidad. Antes de plantear una definición común, realizaremos un recorrido histórico sobre la discapacidad. Definiremos la discapacidad, es decir, qué o a quiénes se considera personas con discapacidad, así como el origen de la misma y su evolución en el tiempo. Nos vamos a plantear, siguiendo a Agustina Palacios (2008), los diversos modelos de abordaje: 1) Un primer modelo es el que

Palacios denomina de “prescindencia”. Las causas de la discapacidad son religiosas y la persona no tiene valor para la sociedad, o es incluso portadora de un mal augurio. 2) El segundo modelo es el que se puede denominar “rehabilitador”. La causa de la discapacidad ya no es religiosa, no proviene de la divinidad, sino que proviene de las limitaciones de la persona. Para que el sujeto tenga valor, es necesario rehabilitarlo. Normalizar a las personas, ocultando las diferencias. 3) Un tercer modelo, en el que haremos pie en este artículo, es el denominado “social”.

Nos apoyaremos en los textos de Mauricio Mareño Sempertegui (2010), quien afirma “Los diversos modelos con los que se conceptualiza la discapacidad han alternado la existencia y convivencia, según el momento histórico y social. (…) Es imprescindible analizar el impacto de estos modelos en la vida real de las personas”.

Tomaremos como definición de discapacidad los conceptos de la Convención Internacional sobre Derechos de las Personas con Discapacidad (2006).

“Las personas con discapacidad incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”. Art. 1.

La denominación “persona con discapacidad” permite poner el énfasis en que, en primer lugar y por encima de todo, tenemos ante nosotros a una persona y, en segundo lugar, que esta persona tiene una deficiencia. Y esa deficiencia, al interactuar con las barreras que le presenta la sociedad, le impide el pleno ejercicio de sus derechos humanos, constituyendo entonces una discapacidad. Por eso decimos que abordamos la Discapacidad desde la perspectiva de los Derechos Humanos.

Siguiendo la Convención, afirmamos que es necesario “asegurar el acceso de las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones con las demás, al entorno físico, el transporte, la información y las comunicaciones, incluidos los sistemas y las tecnologías de la información y las comunicaciones, y a otros servicios e instalaciones abiertos al público o de uso público” (Art. 9º, nº 1 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad). Nos apoyamos en el texto de Dr. Pablo Oscar Rosales (2007) en “La nueva Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad” quien analiza algunos conceptos de la Convención y nos ayudará a reflexionar sobre la convención.

Algunos de los elementos centrales de la Convención:

¿Cuáles son los derechos humanos de las personas con discapacidad?: Todos los miembros de la sociedad tienen los mismos derechos humanos, que incluyen derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales. Todas las personas con discapacidad tienen derecho a gozar, sin discriminación alguna, de todos sus derechos. Ello incluye el derecho a no ser víctima de discriminación por motivos de discapacidad, así como por cualquier otro motivo como la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de cualquier otra índole, el origen nacional o social, el patrimonio, el nacimiento, o cualquier otra condición.

Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, ¿qué es?: La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad es un tratado internacional en el que se recogen los derechos de las personas con discapacidad así como las obligaciones de los Estados Partes en la Convención de promover, proteger y asegurar esos derechos. En la Convención se establecen también dos mecanismos de aplicación: el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, encargado de supervisar la

aplicación de la Convención y la Conferencia de los Estados Partes, encargada de examinar cuestiones relacionadas con la aplicación de la Convención. Los Estados negociaron la Convención con la participación de organizaciones de la sociedad civil, instituciones nacionales de derechos humanos y organizaciones intergubernamentales. La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención el 13 de diciembre de 2006 y se abrió a la firma el 30 de marzo de 2007. Plantearemos por qué es necesaria la convención: La Convención es necesaria a fin de tener una reafirmación clara de que los derechos de las personas con discapacidad son derechos humanos y de reforzar el respeto de esos derechos. Aunque los instrumentos de derechos humanos existentes ofrecen un potencial considerable para promover y proteger los derechos de las personas con discapacidad, quedó claro que ese potencial no se estaba aprovechando.

Analizaremos cuáles son los principios: En el artículo 3 se establecen los principios generales aplicables al goce de los derechos de las personas con discapacidad, que son: 1) El respeto de la dignidad inherente, la autonomía individual, incluida la libertad de tomar las propias decisiones, y la independencia de las personas; 2) La no discriminación; 3) La participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad; 4) El respeto por la diferencia y la aceptación de las personas con discapacidad como parte de la diversidad y la condición humana; 5) La igualdad de oportunidades; 6) La accesibilidad; 7) La equidad entre el hombre y la mujer; 8) El respeto a la evolución de las facultades de los niños y las niñas con discapacidad y de su derecho a preservar su identidad.

Cuáles son y dónde están las barreras: El modelo de los derechos humanos supone que la discapacidad no se instala en la persona, sino que es la sociedad la que discapacita. No son las disminuciones o dificultades de las personas las que producen discapacidad, sino las barreras que la sociedad presenta. En una sociedad sin barreras, la discapacidad pierde sentido.

Discriminación: Nos apoyaremos en el texto de "Los Derechos de las Personas con Discapacidad" de Eroles y Fiamberti (2008), quienes afirman que la discriminación es un no valor, una actitud negativa y hostil que vulnera los derechos del ser humano. Formas de la discriminación y grupos discriminados se dividen en cinco grados:

1) Hablar mal (grado moderado): Este modo de discriminación genera barreras y obstáculos para separar a las personas que se encuentran en grupos culturales diversos; 2) Evitar el contacto (prejuicio intenso): Segregar a través de evitar el contacto con el diferente; 3) Discriminación Institucionalizada: El grupo discriminador logra que la ley imponga leyes segregadoras. 4) Ataque físico: Violencia física; 5) Exterminación: Linchamientos, matanzas, genocidios.

Por una Socidad Inclusiva

Dijimos que el modelo da forma a las prácticas. Sostenemos, entonces, que el modelo médico deja afuera aspectos fundamentales en la vida de las personas, no se ocupa de asegurar el pleno ejercicio de los derechos humanos en las personas con discapacidad. La discapacidad es sólo un aspecto de la persona, no define a la totalidad del individuo. Déficit y deficiencia suenan parecido pero no son términos similares. Ahora, si la sociedad es la que discapacita, también es la que debe incluir. Las personas tienen derecho a la recreación y el esparcimiento. Recodemos que estamos planteando considerar a la discapacidad como un fenómeno complejo, que no se limita simplemente a un atributo de la persona, sino que es el resultado de un conjunto de condiciones, muchas de las cuales son creadas por el contexto social. Por eso, para que una sociedad sea inclusiva es necesario que proporcione a las

AÑO III, Nº 51 - 22 de julio de 2013

Artículo de Investigación

personas el apoyo que necesitan para poder ejercer estos derechos en igualdad de condiciones, y esto significa muchas veces realizar acciones afirmativas, o ajustes razonables.

Actividad Física

Vamos a tomar una definición de actividad física que contempla a la persona dentro del contexto social: “La actividad física es cualquier movimiento corporal intencional, realizado con los músculos esqueléticos, que resulta en un gasto de energía y en una experiencia personal, y nos permite interactuar con los seres y el ambiente que nos rodea” (Devis Devis, 2000). Como toda definición puede ser discutida, pero no es objeto de este artículo analizar la definición sino pensar sobre el acceso de las personas con discapacidad a la misma. En el texto “Aproximación a la Actividad Física Adaptada” (AFA), particularmente el punto 2, los autores señalan cómo dentro del modelo rehabilitador es que se comienza a dar importancia al deporte, reconociendo su “valor terapéutico en la rehabilitación física, psicológica y social de las personas con discapacidad”. Luego, al ganar terreno el modelo de derecho humanos, la actividad física se convierte en una “valiosa estrategia para avanzar en procesos de inclusión social” pensando que la estigmatización de la persona con discapacidad se fundamenta por la “marca en el cuerpo”. De allí la importancia de ofrecer actividad física que propicie la interacción con otros, ya sea familia o comunidad.

DOS POSTURAS: Analizaremos la oferta deportiva dividiéndola en dos grandes grupos, sólo a modo de organizarnos. Por un lado tendremos un deporte específico para personas con discapacidad, que se organiza en torno a la falta (ej. básquet en silla de ruedas). Se agrupa a los deportistas según el déficit y se desarrollan adaptaciones generales que dejan como base un déficit común. Por ejemplo: en el fútbol para ciegos todos los jugadores (menos el arquero) juegan con un antifaz para asegurar que "nadie vea". Se llama a este tipo de oferta "deporte adaptado". Por otro lado, podemos reflexionar que si pensamos que las personas con discapacidad realizan actividades físicas con fines netamente terapéuticos podemos confundir cuáles son realmente los accesos y el tipo de oferta. Por ejemplo, una persona que se le recomienda natación, ¿hace natación o hidroterapia?, ¿realiza equitación o equinoterapia?, y así podríamos seguir con otras disciplinas. Este enfoque es herencia del modelo médico. Las personas con discapacidad acceden al deporte como forma de rehabilitarse, ya sea luego de una lesión o para adquirir habilidades de inserción social.

PROPONEMOS DAR UN PASO MÁS ALLÁ: El deporte adaptado está institucionalizado, aceptado. Por eso planteamos dos enfoques. Si por un lado el deporte adaptado se basa en el déficit, queremos dar un paso más allá.

El manifiesto por el deporte inclusivo (España) nos propone: 1) Ningún niño o niña con discapacidad debe quedar sin acceso a la educación física. 2) Los colegios dispondrán de profesores e instalaciones para la enseñanza y práctica del deporte a alumnos con y sin discapacidad. 3) Las ciudades dispondrán de instalaciones deportivas adaptadas y accesibles para la práctica conjunta de deporte. 4) Las federaciones deportivas adaptarán sus reglamentos para regular y permitir la práctica inclusiva de deporte. 5) Los niños con discapacidad podrán mejorar su salud y condición física, además de su calidad de vida e integración social a través del deporte. 6) La práctica conjunta de deporte estará presente en los medios de comunicación social. 7) Las Administraciones Públicas incluirán en la agenda política el “Deporte Inclusivo”. 8) Se crearán competiciones inclusivas periódicas en todas las categorías, empezando desde infantiles. 9) Se promoverá que el Parlamento español desarrolle iniciativas que permitan que se generalice la integración social de las personas con

discapacidad también en al ámbito del deporte y la actividad física. 10) Todas las personas con discapacidad tienen derecho a educación física, la práctica deportiva, la salud, el bienestar físico y mental, la integración, el ocio y las posibilidades profesionales que ofrece el deporte.

¿Y qué pasa con las propuestas de Actividad Física que no son deportivas?:

Cerraremos este artículo planteando que estos modelos no son antagónicos, pueden (sería bueno que así fuera) convivir. Así como el deporte de alto rendimiento es para muy pocos, el deporte adaptado competitivo es una opción para muy pocos, que responde a la lógica del alto rendimiento. Esto no representa ningún inconveniente. El problema se presenta si es la única opción. Si las personas con discapacidad sólo acceden al deporte como rehabilitación. Si no hay oferta deportiva que incluya a todos y todas, especialmente desde la niñez. Si no hay oferta de actividad física para todas las personas, en todas las edades. El deporte tiene que estar también como factor de inclusión, como base para establecer lazos, como vínculo.

Las necesidades educativas especiales

Pero, ¿no dijimos que era personas con discapacidad? ¿Por qué volvemos a decir necesidades especiales? Porque en educación hablamos de necesidades educativas especiales, justamente para no volver a invisibilizar el problema. Este alumno, con discapacidad, necesita adaptaciones curriculares para acceder a los contenidos. Podemos tomar la definición de Warnock (1981) y Breennan (1988) que señalan:

“Un alumno tiene necesidades educativas especiales cuando presenta dificultades mayores que el resto de los alumnos para acceder a los aprendizajes comunes en su edad (bien por causas internas o por un planteamiento educativo inadecuado), y necesita, para compensar dichas dificultades, unas condiciones de aprendizaje especialmente adaptadas en los diferentes elementos de la propuesta curricular ordinaria, así como la provisión de unos recursos específicos distintos de los que la escuela ofrece a la mayoría de los alumnos”.

Para el análisis nos apoyaremos en la Declaración de Salamanca (Salamanca, España, 7-10 de junio de 1994).

La Inclusión del Alumnado: Hemos llegado hasta aquí a un lugar donde podemos acordar o no con lo que hemos expuesto, pero el hecho es que un profesor de Educación Física u otro educador llega a una escuela o cualquier espacio de trabajo, se encuentra con un grupo de 30 niños/as, de los cuales uno es sordo, y otro está en silla de ruedas... Debemos preguntarnos entonces: ¿por qué aún existe la tendencia de eximirlos de la práctica y se les quita el derecho de participar y realizar la actividad? Esto no es un favor, es exclusión. Arraez Martínez señala una diferencia entre integración e inclusión. La primera supone la modificación de los sujetos para poder incorporarse a las escuelas, y la segunda, modificar las escuelas para fomentar o propiciar la plena participación de todos y todas. Basándose además en la Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales (UNESCO, 1994) afirma, y nosotros afirmamos con él, que las escuelas son el medio más efectivo para combatir las actitudes discriminatorias. El texto de la Conferencia es muy interesante, porque profundiza sobre la importancia de la inclusión educativa, sin dejar de señalar que es necesario crear mecanismos de fortalecimiento de los docentes. Este es el eje, el fortalecimiento de los docentes, pensar en distintas propuestas sin olvidar, como dice Ignasi Puigdellívol (2005) cuando afirma que “el proceso de desarrollo y aprendizaje de las personas con déficit no es distinto, en su esencia, al resto de la población, y por tanto todo ello nos lleva a un enfoque distinto”. El autor aporta 5 formas en que el déficit incide en el aprendizaje, y por ende que deberíamos tener en cuenta a la hora de realizar la propuesta inclusiva: 1) Incidencia nula: El déficit no afecta en absoluto a las posibilidades de aprendizaje o bien no influye en determinadas

áreas de dicho aprendizaje. 2) Desajuste formal: Cuando el déficit puede superarse por completo adaptando materiales y recursos (déficit motor y sensorial). 3) Retraso: Cuando el déficit retrasa significativamente la adquisición de aprendizajes. No supone la imposibilidad de acceder al aprendizaje, sino la prolongación en el tiempo en el que se lleva acabo. 4) Inaccesibilidad: Cuando determinados contenidos o niveles son inalcanzables como consecuencia del déficit. Se requerirá de modificaciones curriculares significativas. 5) Desajuste estructural: Cuando hay déficit que altera de manera profunda y conjuntamente el grado de conciencia del individuo, su propia identidad y las posibilidades de comunicación con el entorno. En estos supuestos se requieren atenciones básicas relacionadas con el mundo afectivo y las necesidades esenciales. Es por ello que el grado de ajuste del contenido, la secuencia y la forma de hacer las cosas serán los que determinen el progreso en el nivel de asimilación, y por ende en el proceso de inclusión social.

El Objetivo de la Inclusión: Destacamos, en primer lugar, los objetivos de la inclusión: todos los estudiantes en las mismas clases, con las adaptaciones curriculares correspondientes; facilitar la autonomía y la independencia, derribando las barreras tanto simbólicas como arquitectónicas; promover la plena participación de las personas con discapacidad en todos los aspectos de la vida. Las barreras simbólicas son las más complejas: todos acordamos en que hay que hacer rampas para que pasen las sillas de ruedas, pero nos cuesta planificar actividades que atiendan a la diversidad. Pero las adaptaciones generan un efecto que se denomina "rebaje de cordón". Cuando se rebajaron los cordones para permitir el paso de las sillas de ruedas, se beneficiaron también las mamás que caminaban con cochecitos para sus bebés, las personas mayores, la señora con el carrito de las compras.

La inclusión es un proceso, es decir, la inclusión debe verse como una tarea interminable de búsqueda de mejores formas de responder a la diversidad del alumno que aprende. Es sobre cómo aprender a vivir con la diferencia y aprender cómo aprender desde la diferencia.

Gerardo Echeita (Pag.13, 2006)

Bibliografía

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Declaración de Salamanca y Marco de acción para las necesidades educativas especiales. (1994). Recuperado mayo de 2013, de http://www.unesco.org/:http://www.unesco.org/education/pdf/SALAMA_S.PDF

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Pantano, L. (2007). Personas con discapacidad, hablemos sin eufemismos. La fuente, 1,2,3.

Sempertegui, M. M. (2010). La discapacitación social del “diferente”. Recuperado marzo de 2013, de http://www.intersticios.es: http://www.intersticios.es/article/view/4564/3700

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Discapacidad y Actividad Física

Autores:

José Luis Colaciuri

Profesor de Educación Física

Resumen

En este artículo abordaremos el marco teórico que nos permita definir la discapacidad desde la perspectiva de derechos humanos. Aspectos relacionados con la terminología, definición y los distintos modelos de abordaje.

A partir de la legislación vigente (Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad), analizaremos por qué hablamos del modelo de derechos humanos. Nos centraremos en dónde están las barreras que impiden el libre acceso a la plena participación, la necesidad de dirigirnos hacia una sociedad más inclusiva, y en ese sentido también abordaremos a la actividad física como un derecho al que hay que garantizar el pleno acceso. Abordaremos al deporte adaptado y el deporte inclusivo, y cuáles son las formas en las que las personas con discapacidad acceden a la práctica de actividades físicas. Analizaremos qué son las necesidades educativas especiales y el desafío de la inclusión, fomentando la autonomía y la independencia, derribando las barreras tanto simbólicas como arquitectónicas para promover la plena participación de las personas con discapacidad en todos los aspectos de la vida.

El propósito del mismo es que los profesionales del área conozcan y comprendan la terminología y normativa relacionada con la discapacidad, analicen brevemente la oferta deportiva para esta población y reflexionen sobre la inclusión educativa.

Desarrollo

Aspectos sobre la terminología: No todos tenemos discapacidades. Un déficit no es necesariamente una discapacidad. Nos referimos a tener y no ser: la discapacidad es algo que se tiene no algo que se es. La discapacidad es sólo un aspecto de la persona, no define a la totalidad del individuo. No hay capacidades diferentes ni son personas con necesidades especiales: todos tenemos las mismas capacidades, en todo caso, es un tema del grado. La utilización de estos eufemismos invisiblizan el problema: usar términos como los que nombramos recién evitan que enfrentemos la realidad. Hablamos de Personas con discapacidad, no discapacitados: la persona como eje, no la discapacidad.

Definición: nos preguntaremos en primera instancia por qué es importante tener una definición sobre la discapacidad. Antes de plantear una definición común, realizaremos un recorrido histórico sobre la discapacidad. Definiremos la discapacidad, es decir, qué o a quiénes se considera personas con discapacidad, así como el origen de la misma y su evolución en el tiempo. Nos vamos a plantear, siguiendo a Agustina Palacios (2008), los diversos modelos de abordaje: 1) Un primer modelo es el que

Palacios denomina de “prescindencia”. Las causas de la discapacidad son religiosas y la persona no tiene valor para la sociedad, o es incluso portadora de un mal augurio. 2) El segundo modelo es el que se puede denominar “rehabilitador”. La causa de la discapacidad ya no es religiosa, no proviene de la divinidad, sino que proviene de las limitaciones de la persona. Para que el sujeto tenga valor, es necesario rehabilitarlo. Normalizar a las personas, ocultando las diferencias. 3) Un tercer modelo, en el que haremos pie en este artículo, es el denominado “social”.

Nos apoyaremos en los textos de Mauricio Mareño Sempertegui (2010), quien afirma “Los diversos modelos con los que se conceptualiza la discapacidad han alternado la existencia y convivencia, según el momento histórico y social. (…) Es imprescindible analizar el impacto de estos modelos en la vida real de las personas”.

Tomaremos como definición de discapacidad los conceptos de la Convención Internacional sobre Derechos de las Personas con Discapacidad (2006).

“Las personas con discapacidad incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”. Art. 1.

La denominación “persona con discapacidad” permite poner el énfasis en que, en primer lugar y por encima de todo, tenemos ante nosotros a una persona y, en segundo lugar, que esta persona tiene una deficiencia. Y esa deficiencia, al interactuar con las barreras que le presenta la sociedad, le impide el pleno ejercicio de sus derechos humanos, constituyendo entonces una discapacidad. Por eso decimos que abordamos la Discapacidad desde la perspectiva de los Derechos Humanos.

Siguiendo la Convención, afirmamos que es necesario “asegurar el acceso de las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones con las demás, al entorno físico, el transporte, la información y las comunicaciones, incluidos los sistemas y las tecnologías de la información y las comunicaciones, y a otros servicios e instalaciones abiertos al público o de uso público” (Art. 9º, nº 1 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad). Nos apoyamos en el texto de Dr. Pablo Oscar Rosales (2007) en “La nueva Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad” quien analiza algunos conceptos de la Convención y nos ayudará a reflexionar sobre la convención.

Algunos de los elementos centrales de la Convención:

¿Cuáles son los derechos humanos de las personas con discapacidad?: Todos los miembros de la sociedad tienen los mismos derechos humanos, que incluyen derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales. Todas las personas con discapacidad tienen derecho a gozar, sin discriminación alguna, de todos sus derechos. Ello incluye el derecho a no ser víctima de discriminación por motivos de discapacidad, así como por cualquier otro motivo como la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de cualquier otra índole, el origen nacional o social, el patrimonio, el nacimiento, o cualquier otra condición.

Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, ¿qué es?: La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad es un tratado internacional en el que se recogen los derechos de las personas con discapacidad así como las obligaciones de los Estados Partes en la Convención de promover, proteger y asegurar esos derechos. En la Convención se establecen también dos mecanismos de aplicación: el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, encargado de supervisar la

aplicación de la Convención y la Conferencia de los Estados Partes, encargada de examinar cuestiones relacionadas con la aplicación de la Convención. Los Estados negociaron la Convención con la participación de organizaciones de la sociedad civil, instituciones nacionales de derechos humanos y organizaciones intergubernamentales. La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención el 13 de diciembre de 2006 y se abrió a la firma el 30 de marzo de 2007. Plantearemos por qué es necesaria la convención: La Convención es necesaria a fin de tener una reafirmación clara de que los derechos de las personas con discapacidad son derechos humanos y de reforzar el respeto de esos derechos. Aunque los instrumentos de derechos humanos existentes ofrecen un potencial considerable para promover y proteger los derechos de las personas con discapacidad, quedó claro que ese potencial no se estaba aprovechando.

Analizaremos cuáles son los principios: En el artículo 3 se establecen los principios generales aplicables al goce de los derechos de las personas con discapacidad, que son: 1) El respeto de la dignidad inherente, la autonomía individual, incluida la libertad de tomar las propias decisiones, y la independencia de las personas; 2) La no discriminación; 3) La participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad; 4) El respeto por la diferencia y la aceptación de las personas con discapacidad como parte de la diversidad y la condición humana; 5) La igualdad de oportunidades; 6) La accesibilidad; 7) La equidad entre el hombre y la mujer; 8) El respeto a la evolución de las facultades de los niños y las niñas con discapacidad y de su derecho a preservar su identidad.

Cuáles son y dónde están las barreras: El modelo de los derechos humanos supone que la discapacidad no se instala en la persona, sino que es la sociedad la que discapacita. No son las disminuciones o dificultades de las personas las que producen discapacidad, sino las barreras que la sociedad presenta. En una sociedad sin barreras, la discapacidad pierde sentido.

Discriminación: Nos apoyaremos en el texto de "Los Derechos de las Personas con Discapacidad" de Eroles y Fiamberti (2008), quienes afirman que la discriminación es un no valor, una actitud negativa y hostil que vulnera los derechos del ser humano. Formas de la discriminación y grupos discriminados se dividen en cinco grados:

1) Hablar mal (grado moderado): Este modo de discriminación genera barreras y obstáculos para separar a las personas que se encuentran en grupos culturales diversos; 2) Evitar el contacto (prejuicio intenso): Segregar a través de evitar el contacto con el diferente; 3) Discriminación Institucionalizada: El grupo discriminador logra que la ley imponga leyes segregadoras. 4) Ataque físico: Violencia física; 5) Exterminación: Linchamientos, matanzas, genocidios.

Por una Socidad Inclusiva

Dijimos que el modelo da forma a las prácticas. Sostenemos, entonces, que el modelo médico deja afuera aspectos fundamentales en la vida de las personas, no se ocupa de asegurar el pleno ejercicio de los derechos humanos en las personas con discapacidad. La discapacidad es sólo un aspecto de la persona, no define a la totalidad del individuo. Déficit y deficiencia suenan parecido pero no son términos similares. Ahora, si la sociedad es la que discapacita, también es la que debe incluir. Las personas tienen derecho a la recreación y el esparcimiento. Recodemos que estamos planteando considerar a la discapacidad como un fenómeno complejo, que no se limita simplemente a un atributo de la persona, sino que es el resultado de un conjunto de condiciones, muchas de las cuales son creadas por el contexto social. Por eso, para que una sociedad sea inclusiva es necesario que proporcione a las

personas el apoyo que necesitan para poder ejercer estos derechos en igualdad de condiciones, y esto significa muchas veces realizar acciones afirmativas, o ajustes razonables.

Actividad Física

Vamos a tomar una definición de actividad física que contempla a la persona dentro del contexto social: “La actividad física es cualquier movimiento corporal intencional, realizado con los músculos esqueléticos, que resulta en un gasto de energía y en una experiencia personal, y nos permite interactuar con los seres y el ambiente que nos rodea” (Devis Devis, 2000). Como toda definición puede ser discutida, pero no es objeto de este artículo analizar la definición sino pensar sobre el acceso de las personas con discapacidad a la misma. En el texto “Aproximación a la Actividad Física Adaptada” (AFA), particularmente el punto 2, los autores señalan cómo dentro del modelo rehabilitador es que se comienza a dar importancia al deporte, reconociendo su “valor terapéutico en la rehabilitación física, psicológica y social de las personas con discapacidad”. Luego, al ganar terreno el modelo de derecho humanos, la actividad física se convierte en una “valiosa estrategia para avanzar en procesos de inclusión social” pensando que la estigmatización de la persona con discapacidad se fundamenta por la “marca en el cuerpo”. De allí la importancia de ofrecer actividad física que propicie la interacción con otros, ya sea familia o comunidad.

DOS POSTURAS: Analizaremos la oferta deportiva dividiéndola en dos grandes grupos, sólo a modo de organizarnos. Por un lado tendremos un deporte específico para personas con discapacidad, que se organiza en torno a la falta (ej. básquet en silla de ruedas). Se agrupa a los deportistas según el déficit y se desarrollan adaptaciones generales que dejan como base un déficit común. Por ejemplo: en el fútbol para ciegos todos los jugadores (menos el arquero) juegan con un antifaz para asegurar que "nadie vea". Se llama a este tipo de oferta "deporte adaptado". Por otro lado, podemos reflexionar que si pensamos que las personas con discapacidad realizan actividades físicas con fines netamente terapéuticos podemos confundir cuáles son realmente los accesos y el tipo de oferta. Por ejemplo, una persona que se le recomienda natación, ¿hace natación o hidroterapia?, ¿realiza equitación o equinoterapia?, y así podríamos seguir con otras disciplinas. Este enfoque es herencia del modelo médico. Las personas con discapacidad acceden al deporte como forma de rehabilitarse, ya sea luego de una lesión o para adquirir habilidades de inserción social.

PROPONEMOS DAR UN PASO MÁS ALLÁ: El deporte adaptado está institucionalizado, aceptado. Por eso planteamos dos enfoques. Si por un lado el deporte adaptado se basa en el déficit, queremos dar un paso más allá.

El manifiesto por el deporte inclusivo (España) nos propone: 1) Ningún niño o niña con discapacidad debe quedar sin acceso a la educación física. 2) Los colegios dispondrán de profesores e instalaciones para la enseñanza y práctica del deporte a alumnos con y sin discapacidad. 3) Las ciudades dispondrán de instalaciones deportivas adaptadas y accesibles para la práctica conjunta de deporte. 4) Las federaciones deportivas adaptarán sus reglamentos para regular y permitir la práctica inclusiva de deporte. 5) Los niños con discapacidad podrán mejorar su salud y condición física, además de su calidad de vida e integración social a través del deporte. 6) La práctica conjunta de deporte estará presente en los medios de comunicación social. 7) Las Administraciones Públicas incluirán en la agenda política el “Deporte Inclusivo”. 8) Se crearán competiciones inclusivas periódicas en todas las categorías, empezando desde infantiles. 9) Se promoverá que el Parlamento español desarrolle iniciativas que permitan que se generalice la integración social de las personas con

discapacidad también en al ámbito del deporte y la actividad física. 10) Todas las personas con discapacidad tienen derecho a educación física, la práctica deportiva, la salud, el bienestar físico y mental, la integración, el ocio y las posibilidades profesionales que ofrece el deporte.

¿Y qué pasa con las propuestas de Actividad Física que no son deportivas?:

Cerraremos este artículo planteando que estos modelos no son antagónicos, pueden (sería bueno que así fuera) convivir. Así como el deporte de alto rendimiento es para muy pocos, el deporte adaptado competitivo es una opción para muy pocos, que responde a la lógica del alto rendimiento. Esto no representa ningún inconveniente. El problema se presenta si es la única opción. Si las personas con discapacidad sólo acceden al deporte como rehabilitación. Si no hay oferta deportiva que incluya a todos y todas, especialmente desde la niñez. Si no hay oferta de actividad física para todas las personas, en todas las edades. El deporte tiene que estar también como factor de inclusión, como base para establecer lazos, como vínculo.

Las necesidades educativas especiales

Pero, ¿no dijimos que era personas con discapacidad? ¿Por qué volvemos a decir necesidades especiales? Porque en educación hablamos de necesidades educativas especiales, justamente para no volver a invisibilizar el problema. Este alumno, con discapacidad, necesita adaptaciones curriculares para acceder a los contenidos. Podemos tomar la definición de Warnock (1981) y Breennan (1988) que señalan:

“Un alumno tiene necesidades educativas especiales cuando presenta dificultades mayores que el resto de los alumnos para acceder a los aprendizajes comunes en su edad (bien por causas internas o por un planteamiento educativo inadecuado), y necesita, para compensar dichas dificultades, unas condiciones de aprendizaje especialmente adaptadas en los diferentes elementos de la propuesta curricular ordinaria, así como la provisión de unos recursos específicos distintos de los que la escuela ofrece a la mayoría de los alumnos”.

Para el análisis nos apoyaremos en la Declaración de Salamanca (Salamanca, España, 7-10 de junio de 1994).

La Inclusión del Alumnado: Hemos llegado hasta aquí a un lugar donde podemos acordar o no con lo que hemos expuesto, pero el hecho es que un profesor de Educación Física u otro educador llega a una escuela o cualquier espacio de trabajo, se encuentra con un grupo de 30 niños/as, de los cuales uno es sordo, y otro está en silla de ruedas... Debemos preguntarnos entonces: ¿por qué aún existe la tendencia de eximirlos de la práctica y se les quita el derecho de participar y realizar la actividad? Esto no es un favor, es exclusión. Arraez Martínez señala una diferencia entre integración e inclusión. La primera supone la modificación de los sujetos para poder incorporarse a las escuelas, y la segunda, modificar las escuelas para fomentar o propiciar la plena participación de todos y todas. Basándose además en la Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales (UNESCO, 1994) afirma, y nosotros afirmamos con él, que las escuelas son el medio más efectivo para combatir las actitudes discriminatorias. El texto de la Conferencia es muy interesante, porque profundiza sobre la importancia de la inclusión educativa, sin dejar de señalar que es necesario crear mecanismos de fortalecimiento de los docentes. Este es el eje, el fortalecimiento de los docentes, pensar en distintas propuestas sin olvidar, como dice Ignasi Puigdellívol (2005) cuando afirma que “el proceso de desarrollo y aprendizaje de las personas con déficit no es distinto, en su esencia, al resto de la población, y por tanto todo ello nos lleva a un enfoque distinto”. El autor aporta 5 formas en que el déficit incide en el aprendizaje, y por ende que deberíamos tener en cuenta a la hora de realizar la propuesta inclusiva: 1) Incidencia nula: El déficit no afecta en absoluto a las posibilidades de aprendizaje o bien no influye en determinadas

áreas de dicho aprendizaje. 2) Desajuste formal: Cuando el déficit puede superarse por completo adaptando materiales y recursos (déficit motor y sensorial). 3) Retraso: Cuando el déficit retrasa significativamente la adquisición de aprendizajes. No supone la imposibilidad de acceder al aprendizaje, sino la prolongación en el tiempo en el que se lleva acabo. 4) Inaccesibilidad: Cuando determinados contenidos o niveles son inalcanzables como consecuencia del déficit. Se requerirá de modificaciones curriculares significativas. 5) Desajuste estructural: Cuando hay déficit que altera de manera profunda y conjuntamente el grado de conciencia del individuo, su propia identidad y las posibilidades de comunicación con el entorno. En estos supuestos se requieren atenciones básicas relacionadas con el mundo afectivo y las necesidades esenciales. Es por ello que el grado de ajuste del contenido, la secuencia y la forma de hacer las cosas serán los que determinen el progreso en el nivel de asimilación, y por ende en el proceso de inclusión social.

El Objetivo de la Inclusión: Destacamos, en primer lugar, los objetivos de la inclusión: todos los estudiantes en las mismas clases, con las adaptaciones curriculares correspondientes; facilitar la autonomía y la independencia, derribando las barreras tanto simbólicas como arquitectónicas; promover la plena participación de las personas con discapacidad en todos los aspectos de la vida. Las barreras simbólicas son las más complejas: todos acordamos en que hay que hacer rampas para que pasen las sillas de ruedas, pero nos cuesta planificar actividades que atiendan a la diversidad. Pero las adaptaciones generan un efecto que se denomina "rebaje de cordón". Cuando se rebajaron los cordones para permitir el paso de las sillas de ruedas, se beneficiaron también las mamás que caminaban con cochecitos para sus bebés, las personas mayores, la señora con el carrito de las compras.

La inclusión es un proceso, es decir, la inclusión debe verse como una tarea interminable de búsqueda de mejores formas de responder a la diversidad del alumno que aprende. Es sobre cómo aprender a vivir con la diferencia y aprender cómo aprender desde la diferencia.

Gerardo Echeita (Pag.13, 2006)

Bibliografía

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Page 3: Discapacidad y-actividad-fisica

Discapacidad y Actividad Física

Autores:

José Luis Colaciuri

Profesor de Educación Física

Resumen

En este artículo abordaremos el marco teórico que nos permita definir la discapacidad desde la perspectiva de derechos humanos. Aspectos relacionados con la terminología, definición y los distintos modelos de abordaje.

A partir de la legislación vigente (Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad), analizaremos por qué hablamos del modelo de derechos humanos. Nos centraremos en dónde están las barreras que impiden el libre acceso a la plena participación, la necesidad de dirigirnos hacia una sociedad más inclusiva, y en ese sentido también abordaremos a la actividad física como un derecho al que hay que garantizar el pleno acceso. Abordaremos al deporte adaptado y el deporte inclusivo, y cuáles son las formas en las que las personas con discapacidad acceden a la práctica de actividades físicas. Analizaremos qué son las necesidades educativas especiales y el desafío de la inclusión, fomentando la autonomía y la independencia, derribando las barreras tanto simbólicas como arquitectónicas para promover la plena participación de las personas con discapacidad en todos los aspectos de la vida.

El propósito del mismo es que los profesionales del área conozcan y comprendan la terminología y normativa relacionada con la discapacidad, analicen brevemente la oferta deportiva para esta población y reflexionen sobre la inclusión educativa.

Desarrollo

Aspectos sobre la terminología: No todos tenemos discapacidades. Un déficit no es necesariamente una discapacidad. Nos referimos a tener y no ser: la discapacidad es algo que se tiene no algo que se es. La discapacidad es sólo un aspecto de la persona, no define a la totalidad del individuo. No hay capacidades diferentes ni son personas con necesidades especiales: todos tenemos las mismas capacidades, en todo caso, es un tema del grado. La utilización de estos eufemismos invisiblizan el problema: usar términos como los que nombramos recién evitan que enfrentemos la realidad. Hablamos de Personas con discapacidad, no discapacitados: la persona como eje, no la discapacidad.

Definición: nos preguntaremos en primera instancia por qué es importante tener una definición sobre la discapacidad. Antes de plantear una definición común, realizaremos un recorrido histórico sobre la discapacidad. Definiremos la discapacidad, es decir, qué o a quiénes se considera personas con discapacidad, así como el origen de la misma y su evolución en el tiempo. Nos vamos a plantear, siguiendo a Agustina Palacios (2008), los diversos modelos de abordaje: 1) Un primer modelo es el que

Palacios denomina de “prescindencia”. Las causas de la discapacidad son religiosas y la persona no tiene valor para la sociedad, o es incluso portadora de un mal augurio. 2) El segundo modelo es el que se puede denominar “rehabilitador”. La causa de la discapacidad ya no es religiosa, no proviene de la divinidad, sino que proviene de las limitaciones de la persona. Para que el sujeto tenga valor, es necesario rehabilitarlo. Normalizar a las personas, ocultando las diferencias. 3) Un tercer modelo, en el que haremos pie en este artículo, es el denominado “social”.

Nos apoyaremos en los textos de Mauricio Mareño Sempertegui (2010), quien afirma “Los diversos modelos con los que se conceptualiza la discapacidad han alternado la existencia y convivencia, según el momento histórico y social. (…) Es imprescindible analizar el impacto de estos modelos en la vida real de las personas”.

Tomaremos como definición de discapacidad los conceptos de la Convención Internacional sobre Derechos de las Personas con Discapacidad (2006).

“Las personas con discapacidad incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”. Art. 1.

La denominación “persona con discapacidad” permite poner el énfasis en que, en primer lugar y por encima de todo, tenemos ante nosotros a una persona y, en segundo lugar, que esta persona tiene una deficiencia. Y esa deficiencia, al interactuar con las barreras que le presenta la sociedad, le impide el pleno ejercicio de sus derechos humanos, constituyendo entonces una discapacidad. Por eso decimos que abordamos la Discapacidad desde la perspectiva de los Derechos Humanos.

Siguiendo la Convención, afirmamos que es necesario “asegurar el acceso de las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones con las demás, al entorno físico, el transporte, la información y las comunicaciones, incluidos los sistemas y las tecnologías de la información y las comunicaciones, y a otros servicios e instalaciones abiertos al público o de uso público” (Art. 9º, nº 1 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad). Nos apoyamos en el texto de Dr. Pablo Oscar Rosales (2007) en “La nueva Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad” quien analiza algunos conceptos de la Convención y nos ayudará a reflexionar sobre la convención.

Algunos de los elementos centrales de la Convención:

¿Cuáles son los derechos humanos de las personas con discapacidad?: Todos los miembros de la sociedad tienen los mismos derechos humanos, que incluyen derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales. Todas las personas con discapacidad tienen derecho a gozar, sin discriminación alguna, de todos sus derechos. Ello incluye el derecho a no ser víctima de discriminación por motivos de discapacidad, así como por cualquier otro motivo como la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de cualquier otra índole, el origen nacional o social, el patrimonio, el nacimiento, o cualquier otra condición.

Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, ¿qué es?: La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad es un tratado internacional en el que se recogen los derechos de las personas con discapacidad así como las obligaciones de los Estados Partes en la Convención de promover, proteger y asegurar esos derechos. En la Convención se establecen también dos mecanismos de aplicación: el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, encargado de supervisar la

aplicación de la Convención y la Conferencia de los Estados Partes, encargada de examinar cuestiones relacionadas con la aplicación de la Convención. Los Estados negociaron la Convención con la participación de organizaciones de la sociedad civil, instituciones nacionales de derechos humanos y organizaciones intergubernamentales. La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención el 13 de diciembre de 2006 y se abrió a la firma el 30 de marzo de 2007. Plantearemos por qué es necesaria la convención: La Convención es necesaria a fin de tener una reafirmación clara de que los derechos de las personas con discapacidad son derechos humanos y de reforzar el respeto de esos derechos. Aunque los instrumentos de derechos humanos existentes ofrecen un potencial considerable para promover y proteger los derechos de las personas con discapacidad, quedó claro que ese potencial no se estaba aprovechando.

Analizaremos cuáles son los principios: En el artículo 3 se establecen los principios generales aplicables al goce de los derechos de las personas con discapacidad, que son: 1) El respeto de la dignidad inherente, la autonomía individual, incluida la libertad de tomar las propias decisiones, y la independencia de las personas; 2) La no discriminación; 3) La participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad; 4) El respeto por la diferencia y la aceptación de las personas con discapacidad como parte de la diversidad y la condición humana; 5) La igualdad de oportunidades; 6) La accesibilidad; 7) La equidad entre el hombre y la mujer; 8) El respeto a la evolución de las facultades de los niños y las niñas con discapacidad y de su derecho a preservar su identidad.

Cuáles son y dónde están las barreras: El modelo de los derechos humanos supone que la discapacidad no se instala en la persona, sino que es la sociedad la que discapacita. No son las disminuciones o dificultades de las personas las que producen discapacidad, sino las barreras que la sociedad presenta. En una sociedad sin barreras, la discapacidad pierde sentido.

Discriminación: Nos apoyaremos en el texto de "Los Derechos de las Personas con Discapacidad" de Eroles y Fiamberti (2008), quienes afirman que la discriminación es un no valor, una actitud negativa y hostil que vulnera los derechos del ser humano. Formas de la discriminación y grupos discriminados se dividen en cinco grados:

1) Hablar mal (grado moderado): Este modo de discriminación genera barreras y obstáculos para separar a las personas que se encuentran en grupos culturales diversos; 2) Evitar el contacto (prejuicio intenso): Segregar a través de evitar el contacto con el diferente; 3) Discriminación Institucionalizada: El grupo discriminador logra que la ley imponga leyes segregadoras. 4) Ataque físico: Violencia física; 5) Exterminación: Linchamientos, matanzas, genocidios.

Por una Socidad Inclusiva

Dijimos que el modelo da forma a las prácticas. Sostenemos, entonces, que el modelo médico deja afuera aspectos fundamentales en la vida de las personas, no se ocupa de asegurar el pleno ejercicio de los derechos humanos en las personas con discapacidad. La discapacidad es sólo un aspecto de la persona, no define a la totalidad del individuo. Déficit y deficiencia suenan parecido pero no son términos similares. Ahora, si la sociedad es la que discapacita, también es la que debe incluir. Las personas tienen derecho a la recreación y el esparcimiento. Recodemos que estamos planteando considerar a la discapacidad como un fenómeno complejo, que no se limita simplemente a un atributo de la persona, sino que es el resultado de un conjunto de condiciones, muchas de las cuales son creadas por el contexto social. Por eso, para que una sociedad sea inclusiva es necesario que proporcione a las

personas el apoyo que necesitan para poder ejercer estos derechos en igualdad de condiciones, y esto significa muchas veces realizar acciones afirmativas, o ajustes razonables.

Actividad Física

Vamos a tomar una definición de actividad física que contempla a la persona dentro del contexto social: “La actividad física es cualquier movimiento corporal intencional, realizado con los músculos esqueléticos, que resulta en un gasto de energía y en una experiencia personal, y nos permite interactuar con los seres y el ambiente que nos rodea” (Devis Devis, 2000). Como toda definición puede ser discutida, pero no es objeto de este artículo analizar la definición sino pensar sobre el acceso de las personas con discapacidad a la misma. En el texto “Aproximación a la Actividad Física Adaptada” (AFA), particularmente el punto 2, los autores señalan cómo dentro del modelo rehabilitador es que se comienza a dar importancia al deporte, reconociendo su “valor terapéutico en la rehabilitación física, psicológica y social de las personas con discapacidad”. Luego, al ganar terreno el modelo de derecho humanos, la actividad física se convierte en una “valiosa estrategia para avanzar en procesos de inclusión social” pensando que la estigmatización de la persona con discapacidad se fundamenta por la “marca en el cuerpo”. De allí la importancia de ofrecer actividad física que propicie la interacción con otros, ya sea familia o comunidad.

DOS POSTURAS: Analizaremos la oferta deportiva dividiéndola en dos grandes grupos, sólo a modo de organizarnos. Por un lado tendremos un deporte específico para personas con discapacidad, que se organiza en torno a la falta (ej. básquet en silla de ruedas). Se agrupa a los deportistas según el déficit y se desarrollan adaptaciones generales que dejan como base un déficit común. Por ejemplo: en el fútbol para ciegos todos los jugadores (menos el arquero) juegan con un antifaz para asegurar que "nadie vea". Se llama a este tipo de oferta "deporte adaptado". Por otro lado, podemos reflexionar que si pensamos que las personas con discapacidad realizan actividades físicas con fines netamente terapéuticos podemos confundir cuáles son realmente los accesos y el tipo de oferta. Por ejemplo, una persona que se le recomienda natación, ¿hace natación o hidroterapia?, ¿realiza equitación o equinoterapia?, y así podríamos seguir con otras disciplinas. Este enfoque es herencia del modelo médico. Las personas con discapacidad acceden al deporte como forma de rehabilitarse, ya sea luego de una lesión o para adquirir habilidades de inserción social.

PROPONEMOS DAR UN PASO MÁS ALLÁ: El deporte adaptado está institucionalizado, aceptado. Por eso planteamos dos enfoques. Si por un lado el deporte adaptado se basa en el déficit, queremos dar un paso más allá.

El manifiesto por el deporte inclusivo (España) nos propone: 1) Ningún niño o niña con discapacidad debe quedar sin acceso a la educación física. 2) Los colegios dispondrán de profesores e instalaciones para la enseñanza y práctica del deporte a alumnos con y sin discapacidad. 3) Las ciudades dispondrán de instalaciones deportivas adaptadas y accesibles para la práctica conjunta de deporte. 4) Las federaciones deportivas adaptarán sus reglamentos para regular y permitir la práctica inclusiva de deporte. 5) Los niños con discapacidad podrán mejorar su salud y condición física, además de su calidad de vida e integración social a través del deporte. 6) La práctica conjunta de deporte estará presente en los medios de comunicación social. 7) Las Administraciones Públicas incluirán en la agenda política el “Deporte Inclusivo”. 8) Se crearán competiciones inclusivas periódicas en todas las categorías, empezando desde infantiles. 9) Se promoverá que el Parlamento español desarrolle iniciativas que permitan que se generalice la integración social de las personas con

discapacidad también en al ámbito del deporte y la actividad física. 10) Todas las personas con discapacidad tienen derecho a educación física, la práctica deportiva, la salud, el bienestar físico y mental, la integración, el ocio y las posibilidades profesionales que ofrece el deporte.

¿Y qué pasa con las propuestas de Actividad Física que no son deportivas?:

Cerraremos este artículo planteando que estos modelos no son antagónicos, pueden (sería bueno que así fuera) convivir. Así como el deporte de alto rendimiento es para muy pocos, el deporte adaptado competitivo es una opción para muy pocos, que responde a la lógica del alto rendimiento. Esto no representa ningún inconveniente. El problema se presenta si es la única opción. Si las personas con discapacidad sólo acceden al deporte como rehabilitación. Si no hay oferta deportiva que incluya a todos y todas, especialmente desde la niñez. Si no hay oferta de actividad física para todas las personas, en todas las edades. El deporte tiene que estar también como factor de inclusión, como base para establecer lazos, como vínculo.

Las necesidades educativas especiales

Pero, ¿no dijimos que era personas con discapacidad? ¿Por qué volvemos a decir necesidades especiales? Porque en educación hablamos de necesidades educativas especiales, justamente para no volver a invisibilizar el problema. Este alumno, con discapacidad, necesita adaptaciones curriculares para acceder a los contenidos. Podemos tomar la definición de Warnock (1981) y Breennan (1988) que señalan:

“Un alumno tiene necesidades educativas especiales cuando presenta dificultades mayores que el resto de los alumnos para acceder a los aprendizajes comunes en su edad (bien por causas internas o por un planteamiento educativo inadecuado), y necesita, para compensar dichas dificultades, unas condiciones de aprendizaje especialmente adaptadas en los diferentes elementos de la propuesta curricular ordinaria, así como la provisión de unos recursos específicos distintos de los que la escuela ofrece a la mayoría de los alumnos”.

Para el análisis nos apoyaremos en la Declaración de Salamanca (Salamanca, España, 7-10 de junio de 1994).

La Inclusión del Alumnado: Hemos llegado hasta aquí a un lugar donde podemos acordar o no con lo que hemos expuesto, pero el hecho es que un profesor de Educación Física u otro educador llega a una escuela o cualquier espacio de trabajo, se encuentra con un grupo de 30 niños/as, de los cuales uno es sordo, y otro está en silla de ruedas... Debemos preguntarnos entonces: ¿por qué aún existe la tendencia de eximirlos de la práctica y se les quita el derecho de participar y realizar la actividad? Esto no es un favor, es exclusión. Arraez Martínez señala una diferencia entre integración e inclusión. La primera supone la modificación de los sujetos para poder incorporarse a las escuelas, y la segunda, modificar las escuelas para fomentar o propiciar la plena participación de todos y todas. Basándose además en la Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales (UNESCO, 1994) afirma, y nosotros afirmamos con él, que las escuelas son el medio más efectivo para combatir las actitudes discriminatorias. El texto de la Conferencia es muy interesante, porque profundiza sobre la importancia de la inclusión educativa, sin dejar de señalar que es necesario crear mecanismos de fortalecimiento de los docentes. Este es el eje, el fortalecimiento de los docentes, pensar en distintas propuestas sin olvidar, como dice Ignasi Puigdellívol (2005) cuando afirma que “el proceso de desarrollo y aprendizaje de las personas con déficit no es distinto, en su esencia, al resto de la población, y por tanto todo ello nos lleva a un enfoque distinto”. El autor aporta 5 formas en que el déficit incide en el aprendizaje, y por ende que deberíamos tener en cuenta a la hora de realizar la propuesta inclusiva: 1) Incidencia nula: El déficit no afecta en absoluto a las posibilidades de aprendizaje o bien no influye en determinadas

áreas de dicho aprendizaje. 2) Desajuste formal: Cuando el déficit puede superarse por completo adaptando materiales y recursos (déficit motor y sensorial). 3) Retraso: Cuando el déficit retrasa significativamente la adquisición de aprendizajes. No supone la imposibilidad de acceder al aprendizaje, sino la prolongación en el tiempo en el que se lleva acabo. 4) Inaccesibilidad: Cuando determinados contenidos o niveles son inalcanzables como consecuencia del déficit. Se requerirá de modificaciones curriculares significativas. 5) Desajuste estructural: Cuando hay déficit que altera de manera profunda y conjuntamente el grado de conciencia del individuo, su propia identidad y las posibilidades de comunicación con el entorno. En estos supuestos se requieren atenciones básicas relacionadas con el mundo afectivo y las necesidades esenciales. Es por ello que el grado de ajuste del contenido, la secuencia y la forma de hacer las cosas serán los que determinen el progreso en el nivel de asimilación, y por ende en el proceso de inclusión social.

El Objetivo de la Inclusión: Destacamos, en primer lugar, los objetivos de la inclusión: todos los estudiantes en las mismas clases, con las adaptaciones curriculares correspondientes; facilitar la autonomía y la independencia, derribando las barreras tanto simbólicas como arquitectónicas; promover la plena participación de las personas con discapacidad en todos los aspectos de la vida. Las barreras simbólicas son las más complejas: todos acordamos en que hay que hacer rampas para que pasen las sillas de ruedas, pero nos cuesta planificar actividades que atiendan a la diversidad. Pero las adaptaciones generan un efecto que se denomina "rebaje de cordón". Cuando se rebajaron los cordones para permitir el paso de las sillas de ruedas, se beneficiaron también las mamás que caminaban con cochecitos para sus bebés, las personas mayores, la señora con el carrito de las compras.

La inclusión es un proceso, es decir, la inclusión debe verse como una tarea interminable de búsqueda de mejores formas de responder a la diversidad del alumno que aprende. Es sobre cómo aprender a vivir con la diferencia y aprender cómo aprender desde la diferencia.

Gerardo Echeita (Pag.13, 2006)

Bibliografía

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Pugdellivol, I. (2005). Recuperado abril de 2013, de http://books.google.com.ar/: http://books.google.com.ar/books?id=kfjrar562mQC&pg=PA128&lpg=PA128&dq=Puigdellivol+%2B+el+d%C3%A9ficit+es++un+rasgo+o+caracter%C3%ADstica++m%C3%A1s+de+la+persona,+sin+que+por+ello+suponga+un+elemento+determinante+de+mecanismos+de+desarrollo+y+aprendizaje

Organización Mundial de la Salud. (2011). Informe mundial sobre discapacidad. Recuperado marzo de 2013, de http://www.who.int: http://www.who.int/topics/disabilities/es/

Organización de las Naciones Unidas. (2012). Recuperado abril de 2013, de http://www.un.org/es/documents/udhr/

Palacios, A. (2008). El-modelo-social-de-discapacidad. Recuperado marzo de 2013, de http://www.isalud.org/htm/pdf/34-El-modelo-social-de-discapacidad.pdf

Pantano, L. (2007). Personas con discapacidad, hablemos sin eufemismos. La fuente, 1,2,3.

Sempertegui, M. M. (2010). La discapacitación social del “diferente”. Recuperado marzo de 2013, de http://www.intersticios.es: http://www.intersticios.es/article/view/4564/3700

Page 4: Discapacidad y-actividad-fisica

Discapacidad y Actividad Física

Autores:

José Luis Colaciuri

Profesor de Educación Física

Resumen

En este artículo abordaremos el marco teórico que nos permita definir la discapacidad desde la perspectiva de derechos humanos. Aspectos relacionados con la terminología, definición y los distintos modelos de abordaje.

A partir de la legislación vigente (Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad), analizaremos por qué hablamos del modelo de derechos humanos. Nos centraremos en dónde están las barreras que impiden el libre acceso a la plena participación, la necesidad de dirigirnos hacia una sociedad más inclusiva, y en ese sentido también abordaremos a la actividad física como un derecho al que hay que garantizar el pleno acceso. Abordaremos al deporte adaptado y el deporte inclusivo, y cuáles son las formas en las que las personas con discapacidad acceden a la práctica de actividades físicas. Analizaremos qué son las necesidades educativas especiales y el desafío de la inclusión, fomentando la autonomía y la independencia, derribando las barreras tanto simbólicas como arquitectónicas para promover la plena participación de las personas con discapacidad en todos los aspectos de la vida.

El propósito del mismo es que los profesionales del área conozcan y comprendan la terminología y normativa relacionada con la discapacidad, analicen brevemente la oferta deportiva para esta población y reflexionen sobre la inclusión educativa.

Desarrollo

Aspectos sobre la terminología: No todos tenemos discapacidades. Un déficit no es necesariamente una discapacidad. Nos referimos a tener y no ser: la discapacidad es algo que se tiene no algo que se es. La discapacidad es sólo un aspecto de la persona, no define a la totalidad del individuo. No hay capacidades diferentes ni son personas con necesidades especiales: todos tenemos las mismas capacidades, en todo caso, es un tema del grado. La utilización de estos eufemismos invisiblizan el problema: usar términos como los que nombramos recién evitan que enfrentemos la realidad. Hablamos de Personas con discapacidad, no discapacitados: la persona como eje, no la discapacidad.

Definición: nos preguntaremos en primera instancia por qué es importante tener una definición sobre la discapacidad. Antes de plantear una definición común, realizaremos un recorrido histórico sobre la discapacidad. Definiremos la discapacidad, es decir, qué o a quiénes se considera personas con discapacidad, así como el origen de la misma y su evolución en el tiempo. Nos vamos a plantear, siguiendo a Agustina Palacios (2008), los diversos modelos de abordaje: 1) Un primer modelo es el que

Palacios denomina de “prescindencia”. Las causas de la discapacidad son religiosas y la persona no tiene valor para la sociedad, o es incluso portadora de un mal augurio. 2) El segundo modelo es el que se puede denominar “rehabilitador”. La causa de la discapacidad ya no es religiosa, no proviene de la divinidad, sino que proviene de las limitaciones de la persona. Para que el sujeto tenga valor, es necesario rehabilitarlo. Normalizar a las personas, ocultando las diferencias. 3) Un tercer modelo, en el que haremos pie en este artículo, es el denominado “social”.

Nos apoyaremos en los textos de Mauricio Mareño Sempertegui (2010), quien afirma “Los diversos modelos con los que se conceptualiza la discapacidad han alternado la existencia y convivencia, según el momento histórico y social. (…) Es imprescindible analizar el impacto de estos modelos en la vida real de las personas”.

Tomaremos como definición de discapacidad los conceptos de la Convención Internacional sobre Derechos de las Personas con Discapacidad (2006).

“Las personas con discapacidad incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”. Art. 1.

La denominación “persona con discapacidad” permite poner el énfasis en que, en primer lugar y por encima de todo, tenemos ante nosotros a una persona y, en segundo lugar, que esta persona tiene una deficiencia. Y esa deficiencia, al interactuar con las barreras que le presenta la sociedad, le impide el pleno ejercicio de sus derechos humanos, constituyendo entonces una discapacidad. Por eso decimos que abordamos la Discapacidad desde la perspectiva de los Derechos Humanos.

Siguiendo la Convención, afirmamos que es necesario “asegurar el acceso de las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones con las demás, al entorno físico, el transporte, la información y las comunicaciones, incluidos los sistemas y las tecnologías de la información y las comunicaciones, y a otros servicios e instalaciones abiertos al público o de uso público” (Art. 9º, nº 1 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad). Nos apoyamos en el texto de Dr. Pablo Oscar Rosales (2007) en “La nueva Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad” quien analiza algunos conceptos de la Convención y nos ayudará a reflexionar sobre la convención.

Algunos de los elementos centrales de la Convención:

¿Cuáles son los derechos humanos de las personas con discapacidad?: Todos los miembros de la sociedad tienen los mismos derechos humanos, que incluyen derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales. Todas las personas con discapacidad tienen derecho a gozar, sin discriminación alguna, de todos sus derechos. Ello incluye el derecho a no ser víctima de discriminación por motivos de discapacidad, así como por cualquier otro motivo como la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de cualquier otra índole, el origen nacional o social, el patrimonio, el nacimiento, o cualquier otra condición.

Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, ¿qué es?: La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad es un tratado internacional en el que se recogen los derechos de las personas con discapacidad así como las obligaciones de los Estados Partes en la Convención de promover, proteger y asegurar esos derechos. En la Convención se establecen también dos mecanismos de aplicación: el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, encargado de supervisar la

aplicación de la Convención y la Conferencia de los Estados Partes, encargada de examinar cuestiones relacionadas con la aplicación de la Convención. Los Estados negociaron la Convención con la participación de organizaciones de la sociedad civil, instituciones nacionales de derechos humanos y organizaciones intergubernamentales. La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención el 13 de diciembre de 2006 y se abrió a la firma el 30 de marzo de 2007. Plantearemos por qué es necesaria la convención: La Convención es necesaria a fin de tener una reafirmación clara de que los derechos de las personas con discapacidad son derechos humanos y de reforzar el respeto de esos derechos. Aunque los instrumentos de derechos humanos existentes ofrecen un potencial considerable para promover y proteger los derechos de las personas con discapacidad, quedó claro que ese potencial no se estaba aprovechando.

Analizaremos cuáles son los principios: En el artículo 3 se establecen los principios generales aplicables al goce de los derechos de las personas con discapacidad, que son: 1) El respeto de la dignidad inherente, la autonomía individual, incluida la libertad de tomar las propias decisiones, y la independencia de las personas; 2) La no discriminación; 3) La participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad; 4) El respeto por la diferencia y la aceptación de las personas con discapacidad como parte de la diversidad y la condición humana; 5) La igualdad de oportunidades; 6) La accesibilidad; 7) La equidad entre el hombre y la mujer; 8) El respeto a la evolución de las facultades de los niños y las niñas con discapacidad y de su derecho a preservar su identidad.

Cuáles son y dónde están las barreras: El modelo de los derechos humanos supone que la discapacidad no se instala en la persona, sino que es la sociedad la que discapacita. No son las disminuciones o dificultades de las personas las que producen discapacidad, sino las barreras que la sociedad presenta. En una sociedad sin barreras, la discapacidad pierde sentido.

Discriminación: Nos apoyaremos en el texto de "Los Derechos de las Personas con Discapacidad" de Eroles y Fiamberti (2008), quienes afirman que la discriminación es un no valor, una actitud negativa y hostil que vulnera los derechos del ser humano. Formas de la discriminación y grupos discriminados se dividen en cinco grados:

1) Hablar mal (grado moderado): Este modo de discriminación genera barreras y obstáculos para separar a las personas que se encuentran en grupos culturales diversos; 2) Evitar el contacto (prejuicio intenso): Segregar a través de evitar el contacto con el diferente; 3) Discriminación Institucionalizada: El grupo discriminador logra que la ley imponga leyes segregadoras. 4) Ataque físico: Violencia física; 5) Exterminación: Linchamientos, matanzas, genocidios.

Por una Socidad Inclusiva

Dijimos que el modelo da forma a las prácticas. Sostenemos, entonces, que el modelo médico deja afuera aspectos fundamentales en la vida de las personas, no se ocupa de asegurar el pleno ejercicio de los derechos humanos en las personas con discapacidad. La discapacidad es sólo un aspecto de la persona, no define a la totalidad del individuo. Déficit y deficiencia suenan parecido pero no son términos similares. Ahora, si la sociedad es la que discapacita, también es la que debe incluir. Las personas tienen derecho a la recreación y el esparcimiento. Recodemos que estamos planteando considerar a la discapacidad como un fenómeno complejo, que no se limita simplemente a un atributo de la persona, sino que es el resultado de un conjunto de condiciones, muchas de las cuales son creadas por el contexto social. Por eso, para que una sociedad sea inclusiva es necesario que proporcione a las

personas el apoyo que necesitan para poder ejercer estos derechos en igualdad de condiciones, y esto significa muchas veces realizar acciones afirmativas, o ajustes razonables.

Actividad Física

Vamos a tomar una definición de actividad física que contempla a la persona dentro del contexto social: “La actividad física es cualquier movimiento corporal intencional, realizado con los músculos esqueléticos, que resulta en un gasto de energía y en una experiencia personal, y nos permite interactuar con los seres y el ambiente que nos rodea” (Devis Devis, 2000). Como toda definición puede ser discutida, pero no es objeto de este artículo analizar la definición sino pensar sobre el acceso de las personas con discapacidad a la misma. En el texto “Aproximación a la Actividad Física Adaptada” (AFA), particularmente el punto 2, los autores señalan cómo dentro del modelo rehabilitador es que se comienza a dar importancia al deporte, reconociendo su “valor terapéutico en la rehabilitación física, psicológica y social de las personas con discapacidad”. Luego, al ganar terreno el modelo de derecho humanos, la actividad física se convierte en una “valiosa estrategia para avanzar en procesos de inclusión social” pensando que la estigmatización de la persona con discapacidad se fundamenta por la “marca en el cuerpo”. De allí la importancia de ofrecer actividad física que propicie la interacción con otros, ya sea familia o comunidad.

DOS POSTURAS: Analizaremos la oferta deportiva dividiéndola en dos grandes grupos, sólo a modo de organizarnos. Por un lado tendremos un deporte específico para personas con discapacidad, que se organiza en torno a la falta (ej. básquet en silla de ruedas). Se agrupa a los deportistas según el déficit y se desarrollan adaptaciones generales que dejan como base un déficit común. Por ejemplo: en el fútbol para ciegos todos los jugadores (menos el arquero) juegan con un antifaz para asegurar que "nadie vea". Se llama a este tipo de oferta "deporte adaptado". Por otro lado, podemos reflexionar que si pensamos que las personas con discapacidad realizan actividades físicas con fines netamente terapéuticos podemos confundir cuáles son realmente los accesos y el tipo de oferta. Por ejemplo, una persona que se le recomienda natación, ¿hace natación o hidroterapia?, ¿realiza equitación o equinoterapia?, y así podríamos seguir con otras disciplinas. Este enfoque es herencia del modelo médico. Las personas con discapacidad acceden al deporte como forma de rehabilitarse, ya sea luego de una lesión o para adquirir habilidades de inserción social.

PROPONEMOS DAR UN PASO MÁS ALLÁ: El deporte adaptado está institucionalizado, aceptado. Por eso planteamos dos enfoques. Si por un lado el deporte adaptado se basa en el déficit, queremos dar un paso más allá.

El manifiesto por el deporte inclusivo (España) nos propone: 1) Ningún niño o niña con discapacidad debe quedar sin acceso a la educación física. 2) Los colegios dispondrán de profesores e instalaciones para la enseñanza y práctica del deporte a alumnos con y sin discapacidad. 3) Las ciudades dispondrán de instalaciones deportivas adaptadas y accesibles para la práctica conjunta de deporte. 4) Las federaciones deportivas adaptarán sus reglamentos para regular y permitir la práctica inclusiva de deporte. 5) Los niños con discapacidad podrán mejorar su salud y condición física, además de su calidad de vida e integración social a través del deporte. 6) La práctica conjunta de deporte estará presente en los medios de comunicación social. 7) Las Administraciones Públicas incluirán en la agenda política el “Deporte Inclusivo”. 8) Se crearán competiciones inclusivas periódicas en todas las categorías, empezando desde infantiles. 9) Se promoverá que el Parlamento español desarrolle iniciativas que permitan que se generalice la integración social de las personas con

discapacidad también en al ámbito del deporte y la actividad física. 10) Todas las personas con discapacidad tienen derecho a educación física, la práctica deportiva, la salud, el bienestar físico y mental, la integración, el ocio y las posibilidades profesionales que ofrece el deporte.

¿Y qué pasa con las propuestas de Actividad Física que no son deportivas?:

Cerraremos este artículo planteando que estos modelos no son antagónicos, pueden (sería bueno que así fuera) convivir. Así como el deporte de alto rendimiento es para muy pocos, el deporte adaptado competitivo es una opción para muy pocos, que responde a la lógica del alto rendimiento. Esto no representa ningún inconveniente. El problema se presenta si es la única opción. Si las personas con discapacidad sólo acceden al deporte como rehabilitación. Si no hay oferta deportiva que incluya a todos y todas, especialmente desde la niñez. Si no hay oferta de actividad física para todas las personas, en todas las edades. El deporte tiene que estar también como factor de inclusión, como base para establecer lazos, como vínculo.

Las necesidades educativas especiales

Pero, ¿no dijimos que era personas con discapacidad? ¿Por qué volvemos a decir necesidades especiales? Porque en educación hablamos de necesidades educativas especiales, justamente para no volver a invisibilizar el problema. Este alumno, con discapacidad, necesita adaptaciones curriculares para acceder a los contenidos. Podemos tomar la definición de Warnock (1981) y Breennan (1988) que señalan:

“Un alumno tiene necesidades educativas especiales cuando presenta dificultades mayores que el resto de los alumnos para acceder a los aprendizajes comunes en su edad (bien por causas internas o por un planteamiento educativo inadecuado), y necesita, para compensar dichas dificultades, unas condiciones de aprendizaje especialmente adaptadas en los diferentes elementos de la propuesta curricular ordinaria, así como la provisión de unos recursos específicos distintos de los que la escuela ofrece a la mayoría de los alumnos”.

Para el análisis nos apoyaremos en la Declaración de Salamanca (Salamanca, España, 7-10 de junio de 1994).

La Inclusión del Alumnado: Hemos llegado hasta aquí a un lugar donde podemos acordar o no con lo que hemos expuesto, pero el hecho es que un profesor de Educación Física u otro educador llega a una escuela o cualquier espacio de trabajo, se encuentra con un grupo de 30 niños/as, de los cuales uno es sordo, y otro está en silla de ruedas... Debemos preguntarnos entonces: ¿por qué aún existe la tendencia de eximirlos de la práctica y se les quita el derecho de participar y realizar la actividad? Esto no es un favor, es exclusión. Arraez Martínez señala una diferencia entre integración e inclusión. La primera supone la modificación de los sujetos para poder incorporarse a las escuelas, y la segunda, modificar las escuelas para fomentar o propiciar la plena participación de todos y todas. Basándose además en la Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales (UNESCO, 1994) afirma, y nosotros afirmamos con él, que las escuelas son el medio más efectivo para combatir las actitudes discriminatorias. El texto de la Conferencia es muy interesante, porque profundiza sobre la importancia de la inclusión educativa, sin dejar de señalar que es necesario crear mecanismos de fortalecimiento de los docentes. Este es el eje, el fortalecimiento de los docentes, pensar en distintas propuestas sin olvidar, como dice Ignasi Puigdellívol (2005) cuando afirma que “el proceso de desarrollo y aprendizaje de las personas con déficit no es distinto, en su esencia, al resto de la población, y por tanto todo ello nos lleva a un enfoque distinto”. El autor aporta 5 formas en que el déficit incide en el aprendizaje, y por ende que deberíamos tener en cuenta a la hora de realizar la propuesta inclusiva: 1) Incidencia nula: El déficit no afecta en absoluto a las posibilidades de aprendizaje o bien no influye en determinadas

áreas de dicho aprendizaje. 2) Desajuste formal: Cuando el déficit puede superarse por completo adaptando materiales y recursos (déficit motor y sensorial). 3) Retraso: Cuando el déficit retrasa significativamente la adquisición de aprendizajes. No supone la imposibilidad de acceder al aprendizaje, sino la prolongación en el tiempo en el que se lleva acabo. 4) Inaccesibilidad: Cuando determinados contenidos o niveles son inalcanzables como consecuencia del déficit. Se requerirá de modificaciones curriculares significativas. 5) Desajuste estructural: Cuando hay déficit que altera de manera profunda y conjuntamente el grado de conciencia del individuo, su propia identidad y las posibilidades de comunicación con el entorno. En estos supuestos se requieren atenciones básicas relacionadas con el mundo afectivo y las necesidades esenciales. Es por ello que el grado de ajuste del contenido, la secuencia y la forma de hacer las cosas serán los que determinen el progreso en el nivel de asimilación, y por ende en el proceso de inclusión social.

El Objetivo de la Inclusión: Destacamos, en primer lugar, los objetivos de la inclusión: todos los estudiantes en las mismas clases, con las adaptaciones curriculares correspondientes; facilitar la autonomía y la independencia, derribando las barreras tanto simbólicas como arquitectónicas; promover la plena participación de las personas con discapacidad en todos los aspectos de la vida. Las barreras simbólicas son las más complejas: todos acordamos en que hay que hacer rampas para que pasen las sillas de ruedas, pero nos cuesta planificar actividades que atiendan a la diversidad. Pero las adaptaciones generan un efecto que se denomina "rebaje de cordón". Cuando se rebajaron los cordones para permitir el paso de las sillas de ruedas, se beneficiaron también las mamás que caminaban con cochecitos para sus bebés, las personas mayores, la señora con el carrito de las compras.

La inclusión es un proceso, es decir, la inclusión debe verse como una tarea interminable de búsqueda de mejores formas de responder a la diversidad del alumno que aprende. Es sobre cómo aprender a vivir con la diferencia y aprender cómo aprender desde la diferencia.

Gerardo Echeita (Pag.13, 2006)

Bibliografía

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Organización Mundial de la Salud. (2011). Informe mundial sobre discapacidad. Recuperado marzo de 2013, de http://www.who.int: http://www.who.int/topics/disabilities/es/

Organización de las Naciones Unidas. (2012). Recuperado abril de 2013, de http://www.un.org/es/documents/udhr/

Palacios, A. (2008). El-modelo-social-de-discapacidad. Recuperado marzo de 2013, de http://www.isalud.org/htm/pdf/34-El-modelo-social-de-discapacidad.pdf

Pantano, L. (2007). Personas con discapacidad, hablemos sin eufemismos. La fuente, 1,2,3.

Sempertegui, M. M. (2010). La discapacitación social del “diferente”. Recuperado marzo de 2013, de http://www.intersticios.es: http://www.intersticios.es/article/view/4564/3700

Page 5: Discapacidad y-actividad-fisica

Discapacidad y Actividad Física

Autores:

José Luis Colaciuri

Profesor de Educación Física

Resumen

En este artículo abordaremos el marco teórico que nos permita definir la discapacidad desde la perspectiva de derechos humanos. Aspectos relacionados con la terminología, definición y los distintos modelos de abordaje.

A partir de la legislación vigente (Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad), analizaremos por qué hablamos del modelo de derechos humanos. Nos centraremos en dónde están las barreras que impiden el libre acceso a la plena participación, la necesidad de dirigirnos hacia una sociedad más inclusiva, y en ese sentido también abordaremos a la actividad física como un derecho al que hay que garantizar el pleno acceso. Abordaremos al deporte adaptado y el deporte inclusivo, y cuáles son las formas en las que las personas con discapacidad acceden a la práctica de actividades físicas. Analizaremos qué son las necesidades educativas especiales y el desafío de la inclusión, fomentando la autonomía y la independencia, derribando las barreras tanto simbólicas como arquitectónicas para promover la plena participación de las personas con discapacidad en todos los aspectos de la vida.

El propósito del mismo es que los profesionales del área conozcan y comprendan la terminología y normativa relacionada con la discapacidad, analicen brevemente la oferta deportiva para esta población y reflexionen sobre la inclusión educativa.

Desarrollo

Aspectos sobre la terminología: No todos tenemos discapacidades. Un déficit no es necesariamente una discapacidad. Nos referimos a tener y no ser: la discapacidad es algo que se tiene no algo que se es. La discapacidad es sólo un aspecto de la persona, no define a la totalidad del individuo. No hay capacidades diferentes ni son personas con necesidades especiales: todos tenemos las mismas capacidades, en todo caso, es un tema del grado. La utilización de estos eufemismos invisiblizan el problema: usar términos como los que nombramos recién evitan que enfrentemos la realidad. Hablamos de Personas con discapacidad, no discapacitados: la persona como eje, no la discapacidad.

Definición: nos preguntaremos en primera instancia por qué es importante tener una definición sobre la discapacidad. Antes de plantear una definición común, realizaremos un recorrido histórico sobre la discapacidad. Definiremos la discapacidad, es decir, qué o a quiénes se considera personas con discapacidad, así como el origen de la misma y su evolución en el tiempo. Nos vamos a plantear, siguiendo a Agustina Palacios (2008), los diversos modelos de abordaje: 1) Un primer modelo es el que

Palacios denomina de “prescindencia”. Las causas de la discapacidad son religiosas y la persona no tiene valor para la sociedad, o es incluso portadora de un mal augurio. 2) El segundo modelo es el que se puede denominar “rehabilitador”. La causa de la discapacidad ya no es religiosa, no proviene de la divinidad, sino que proviene de las limitaciones de la persona. Para que el sujeto tenga valor, es necesario rehabilitarlo. Normalizar a las personas, ocultando las diferencias. 3) Un tercer modelo, en el que haremos pie en este artículo, es el denominado “social”.

Nos apoyaremos en los textos de Mauricio Mareño Sempertegui (2010), quien afirma “Los diversos modelos con los que se conceptualiza la discapacidad han alternado la existencia y convivencia, según el momento histórico y social. (…) Es imprescindible analizar el impacto de estos modelos en la vida real de las personas”.

Tomaremos como definición de discapacidad los conceptos de la Convención Internacional sobre Derechos de las Personas con Discapacidad (2006).

“Las personas con discapacidad incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”. Art. 1.

La denominación “persona con discapacidad” permite poner el énfasis en que, en primer lugar y por encima de todo, tenemos ante nosotros a una persona y, en segundo lugar, que esta persona tiene una deficiencia. Y esa deficiencia, al interactuar con las barreras que le presenta la sociedad, le impide el pleno ejercicio de sus derechos humanos, constituyendo entonces una discapacidad. Por eso decimos que abordamos la Discapacidad desde la perspectiva de los Derechos Humanos.

Siguiendo la Convención, afirmamos que es necesario “asegurar el acceso de las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones con las demás, al entorno físico, el transporte, la información y las comunicaciones, incluidos los sistemas y las tecnologías de la información y las comunicaciones, y a otros servicios e instalaciones abiertos al público o de uso público” (Art. 9º, nº 1 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad). Nos apoyamos en el texto de Dr. Pablo Oscar Rosales (2007) en “La nueva Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad” quien analiza algunos conceptos de la Convención y nos ayudará a reflexionar sobre la convención.

Algunos de los elementos centrales de la Convención:

¿Cuáles son los derechos humanos de las personas con discapacidad?: Todos los miembros de la sociedad tienen los mismos derechos humanos, que incluyen derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales. Todas las personas con discapacidad tienen derecho a gozar, sin discriminación alguna, de todos sus derechos. Ello incluye el derecho a no ser víctima de discriminación por motivos de discapacidad, así como por cualquier otro motivo como la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de cualquier otra índole, el origen nacional o social, el patrimonio, el nacimiento, o cualquier otra condición.

Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, ¿qué es?: La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad es un tratado internacional en el que se recogen los derechos de las personas con discapacidad así como las obligaciones de los Estados Partes en la Convención de promover, proteger y asegurar esos derechos. En la Convención se establecen también dos mecanismos de aplicación: el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, encargado de supervisar la

aplicación de la Convención y la Conferencia de los Estados Partes, encargada de examinar cuestiones relacionadas con la aplicación de la Convención. Los Estados negociaron la Convención con la participación de organizaciones de la sociedad civil, instituciones nacionales de derechos humanos y organizaciones intergubernamentales. La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención el 13 de diciembre de 2006 y se abrió a la firma el 30 de marzo de 2007. Plantearemos por qué es necesaria la convención: La Convención es necesaria a fin de tener una reafirmación clara de que los derechos de las personas con discapacidad son derechos humanos y de reforzar el respeto de esos derechos. Aunque los instrumentos de derechos humanos existentes ofrecen un potencial considerable para promover y proteger los derechos de las personas con discapacidad, quedó claro que ese potencial no se estaba aprovechando.

Analizaremos cuáles son los principios: En el artículo 3 se establecen los principios generales aplicables al goce de los derechos de las personas con discapacidad, que son: 1) El respeto de la dignidad inherente, la autonomía individual, incluida la libertad de tomar las propias decisiones, y la independencia de las personas; 2) La no discriminación; 3) La participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad; 4) El respeto por la diferencia y la aceptación de las personas con discapacidad como parte de la diversidad y la condición humana; 5) La igualdad de oportunidades; 6) La accesibilidad; 7) La equidad entre el hombre y la mujer; 8) El respeto a la evolución de las facultades de los niños y las niñas con discapacidad y de su derecho a preservar su identidad.

Cuáles son y dónde están las barreras: El modelo de los derechos humanos supone que la discapacidad no se instala en la persona, sino que es la sociedad la que discapacita. No son las disminuciones o dificultades de las personas las que producen discapacidad, sino las barreras que la sociedad presenta. En una sociedad sin barreras, la discapacidad pierde sentido.

Discriminación: Nos apoyaremos en el texto de "Los Derechos de las Personas con Discapacidad" de Eroles y Fiamberti (2008), quienes afirman que la discriminación es un no valor, una actitud negativa y hostil que vulnera los derechos del ser humano. Formas de la discriminación y grupos discriminados se dividen en cinco grados:

1) Hablar mal (grado moderado): Este modo de discriminación genera barreras y obstáculos para separar a las personas que se encuentran en grupos culturales diversos; 2) Evitar el contacto (prejuicio intenso): Segregar a través de evitar el contacto con el diferente; 3) Discriminación Institucionalizada: El grupo discriminador logra que la ley imponga leyes segregadoras. 4) Ataque físico: Violencia física; 5) Exterminación: Linchamientos, matanzas, genocidios.

Por una Socidad Inclusiva

Dijimos que el modelo da forma a las prácticas. Sostenemos, entonces, que el modelo médico deja afuera aspectos fundamentales en la vida de las personas, no se ocupa de asegurar el pleno ejercicio de los derechos humanos en las personas con discapacidad. La discapacidad es sólo un aspecto de la persona, no define a la totalidad del individuo. Déficit y deficiencia suenan parecido pero no son términos similares. Ahora, si la sociedad es la que discapacita, también es la que debe incluir. Las personas tienen derecho a la recreación y el esparcimiento. Recodemos que estamos planteando considerar a la discapacidad como un fenómeno complejo, que no se limita simplemente a un atributo de la persona, sino que es el resultado de un conjunto de condiciones, muchas de las cuales son creadas por el contexto social. Por eso, para que una sociedad sea inclusiva es necesario que proporcione a las

personas el apoyo que necesitan para poder ejercer estos derechos en igualdad de condiciones, y esto significa muchas veces realizar acciones afirmativas, o ajustes razonables.

Actividad Física

Vamos a tomar una definición de actividad física que contempla a la persona dentro del contexto social: “La actividad física es cualquier movimiento corporal intencional, realizado con los músculos esqueléticos, que resulta en un gasto de energía y en una experiencia personal, y nos permite interactuar con los seres y el ambiente que nos rodea” (Devis Devis, 2000). Como toda definición puede ser discutida, pero no es objeto de este artículo analizar la definición sino pensar sobre el acceso de las personas con discapacidad a la misma. En el texto “Aproximación a la Actividad Física Adaptada” (AFA), particularmente el punto 2, los autores señalan cómo dentro del modelo rehabilitador es que se comienza a dar importancia al deporte, reconociendo su “valor terapéutico en la rehabilitación física, psicológica y social de las personas con discapacidad”. Luego, al ganar terreno el modelo de derecho humanos, la actividad física se convierte en una “valiosa estrategia para avanzar en procesos de inclusión social” pensando que la estigmatización de la persona con discapacidad se fundamenta por la “marca en el cuerpo”. De allí la importancia de ofrecer actividad física que propicie la interacción con otros, ya sea familia o comunidad.

DOS POSTURAS: Analizaremos la oferta deportiva dividiéndola en dos grandes grupos, sólo a modo de organizarnos. Por un lado tendremos un deporte específico para personas con discapacidad, que se organiza en torno a la falta (ej. básquet en silla de ruedas). Se agrupa a los deportistas según el déficit y se desarrollan adaptaciones generales que dejan como base un déficit común. Por ejemplo: en el fútbol para ciegos todos los jugadores (menos el arquero) juegan con un antifaz para asegurar que "nadie vea". Se llama a este tipo de oferta "deporte adaptado". Por otro lado, podemos reflexionar que si pensamos que las personas con discapacidad realizan actividades físicas con fines netamente terapéuticos podemos confundir cuáles son realmente los accesos y el tipo de oferta. Por ejemplo, una persona que se le recomienda natación, ¿hace natación o hidroterapia?, ¿realiza equitación o equinoterapia?, y así podríamos seguir con otras disciplinas. Este enfoque es herencia del modelo médico. Las personas con discapacidad acceden al deporte como forma de rehabilitarse, ya sea luego de una lesión o para adquirir habilidades de inserción social.

PROPONEMOS DAR UN PASO MÁS ALLÁ: El deporte adaptado está institucionalizado, aceptado. Por eso planteamos dos enfoques. Si por un lado el deporte adaptado se basa en el déficit, queremos dar un paso más allá.

El manifiesto por el deporte inclusivo (España) nos propone: 1) Ningún niño o niña con discapacidad debe quedar sin acceso a la educación física. 2) Los colegios dispondrán de profesores e instalaciones para la enseñanza y práctica del deporte a alumnos con y sin discapacidad. 3) Las ciudades dispondrán de instalaciones deportivas adaptadas y accesibles para la práctica conjunta de deporte. 4) Las federaciones deportivas adaptarán sus reglamentos para regular y permitir la práctica inclusiva de deporte. 5) Los niños con discapacidad podrán mejorar su salud y condición física, además de su calidad de vida e integración social a través del deporte. 6) La práctica conjunta de deporte estará presente en los medios de comunicación social. 7) Las Administraciones Públicas incluirán en la agenda política el “Deporte Inclusivo”. 8) Se crearán competiciones inclusivas periódicas en todas las categorías, empezando desde infantiles. 9) Se promoverá que el Parlamento español desarrolle iniciativas que permitan que se generalice la integración social de las personas con

discapacidad también en al ámbito del deporte y la actividad física. 10) Todas las personas con discapacidad tienen derecho a educación física, la práctica deportiva, la salud, el bienestar físico y mental, la integración, el ocio y las posibilidades profesionales que ofrece el deporte.

¿Y qué pasa con las propuestas de Actividad Física que no son deportivas?:

Cerraremos este artículo planteando que estos modelos no son antagónicos, pueden (sería bueno que así fuera) convivir. Así como el deporte de alto rendimiento es para muy pocos, el deporte adaptado competitivo es una opción para muy pocos, que responde a la lógica del alto rendimiento. Esto no representa ningún inconveniente. El problema se presenta si es la única opción. Si las personas con discapacidad sólo acceden al deporte como rehabilitación. Si no hay oferta deportiva que incluya a todos y todas, especialmente desde la niñez. Si no hay oferta de actividad física para todas las personas, en todas las edades. El deporte tiene que estar también como factor de inclusión, como base para establecer lazos, como vínculo.

Las necesidades educativas especiales

Pero, ¿no dijimos que era personas con discapacidad? ¿Por qué volvemos a decir necesidades especiales? Porque en educación hablamos de necesidades educativas especiales, justamente para no volver a invisibilizar el problema. Este alumno, con discapacidad, necesita adaptaciones curriculares para acceder a los contenidos. Podemos tomar la definición de Warnock (1981) y Breennan (1988) que señalan:

“Un alumno tiene necesidades educativas especiales cuando presenta dificultades mayores que el resto de los alumnos para acceder a los aprendizajes comunes en su edad (bien por causas internas o por un planteamiento educativo inadecuado), y necesita, para compensar dichas dificultades, unas condiciones de aprendizaje especialmente adaptadas en los diferentes elementos de la propuesta curricular ordinaria, así como la provisión de unos recursos específicos distintos de los que la escuela ofrece a la mayoría de los alumnos”.

Para el análisis nos apoyaremos en la Declaración de Salamanca (Salamanca, España, 7-10 de junio de 1994).

La Inclusión del Alumnado: Hemos llegado hasta aquí a un lugar donde podemos acordar o no con lo que hemos expuesto, pero el hecho es que un profesor de Educación Física u otro educador llega a una escuela o cualquier espacio de trabajo, se encuentra con un grupo de 30 niños/as, de los cuales uno es sordo, y otro está en silla de ruedas... Debemos preguntarnos entonces: ¿por qué aún existe la tendencia de eximirlos de la práctica y se les quita el derecho de participar y realizar la actividad? Esto no es un favor, es exclusión. Arraez Martínez señala una diferencia entre integración e inclusión. La primera supone la modificación de los sujetos para poder incorporarse a las escuelas, y la segunda, modificar las escuelas para fomentar o propiciar la plena participación de todos y todas. Basándose además en la Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales (UNESCO, 1994) afirma, y nosotros afirmamos con él, que las escuelas son el medio más efectivo para combatir las actitudes discriminatorias. El texto de la Conferencia es muy interesante, porque profundiza sobre la importancia de la inclusión educativa, sin dejar de señalar que es necesario crear mecanismos de fortalecimiento de los docentes. Este es el eje, el fortalecimiento de los docentes, pensar en distintas propuestas sin olvidar, como dice Ignasi Puigdellívol (2005) cuando afirma que “el proceso de desarrollo y aprendizaje de las personas con déficit no es distinto, en su esencia, al resto de la población, y por tanto todo ello nos lleva a un enfoque distinto”. El autor aporta 5 formas en que el déficit incide en el aprendizaje, y por ende que deberíamos tener en cuenta a la hora de realizar la propuesta inclusiva: 1) Incidencia nula: El déficit no afecta en absoluto a las posibilidades de aprendizaje o bien no influye en determinadas

áreas de dicho aprendizaje. 2) Desajuste formal: Cuando el déficit puede superarse por completo adaptando materiales y recursos (déficit motor y sensorial). 3) Retraso: Cuando el déficit retrasa significativamente la adquisición de aprendizajes. No supone la imposibilidad de acceder al aprendizaje, sino la prolongación en el tiempo en el que se lleva acabo. 4) Inaccesibilidad: Cuando determinados contenidos o niveles son inalcanzables como consecuencia del déficit. Se requerirá de modificaciones curriculares significativas. 5) Desajuste estructural: Cuando hay déficit que altera de manera profunda y conjuntamente el grado de conciencia del individuo, su propia identidad y las posibilidades de comunicación con el entorno. En estos supuestos se requieren atenciones básicas relacionadas con el mundo afectivo y las necesidades esenciales. Es por ello que el grado de ajuste del contenido, la secuencia y la forma de hacer las cosas serán los que determinen el progreso en el nivel de asimilación, y por ende en el proceso de inclusión social.

El Objetivo de la Inclusión: Destacamos, en primer lugar, los objetivos de la inclusión: todos los estudiantes en las mismas clases, con las adaptaciones curriculares correspondientes; facilitar la autonomía y la independencia, derribando las barreras tanto simbólicas como arquitectónicas; promover la plena participación de las personas con discapacidad en todos los aspectos de la vida. Las barreras simbólicas son las más complejas: todos acordamos en que hay que hacer rampas para que pasen las sillas de ruedas, pero nos cuesta planificar actividades que atiendan a la diversidad. Pero las adaptaciones generan un efecto que se denomina "rebaje de cordón". Cuando se rebajaron los cordones para permitir el paso de las sillas de ruedas, se beneficiaron también las mamás que caminaban con cochecitos para sus bebés, las personas mayores, la señora con el carrito de las compras.

La inclusión es un proceso, es decir, la inclusión debe verse como una tarea interminable de búsqueda de mejores formas de responder a la diversidad del alumno que aprende. Es sobre cómo aprender a vivir con la diferencia y aprender cómo aprender desde la diferencia.

Gerardo Echeita (Pag.13, 2006)

Bibliografía

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Page 6: Discapacidad y-actividad-fisica

Discapacidad y Actividad Física

Autores:

José Luis Colaciuri

Profesor de Educación Física

Resumen

En este artículo abordaremos el marco teórico que nos permita definir la discapacidad desde la perspectiva de derechos humanos. Aspectos relacionados con la terminología, definición y los distintos modelos de abordaje.

A partir de la legislación vigente (Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad), analizaremos por qué hablamos del modelo de derechos humanos. Nos centraremos en dónde están las barreras que impiden el libre acceso a la plena participación, la necesidad de dirigirnos hacia una sociedad más inclusiva, y en ese sentido también abordaremos a la actividad física como un derecho al que hay que garantizar el pleno acceso. Abordaremos al deporte adaptado y el deporte inclusivo, y cuáles son las formas en las que las personas con discapacidad acceden a la práctica de actividades físicas. Analizaremos qué son las necesidades educativas especiales y el desafío de la inclusión, fomentando la autonomía y la independencia, derribando las barreras tanto simbólicas como arquitectónicas para promover la plena participación de las personas con discapacidad en todos los aspectos de la vida.

El propósito del mismo es que los profesionales del área conozcan y comprendan la terminología y normativa relacionada con la discapacidad, analicen brevemente la oferta deportiva para esta población y reflexionen sobre la inclusión educativa.

Desarrollo

Aspectos sobre la terminología: No todos tenemos discapacidades. Un déficit no es necesariamente una discapacidad. Nos referimos a tener y no ser: la discapacidad es algo que se tiene no algo que se es. La discapacidad es sólo un aspecto de la persona, no define a la totalidad del individuo. No hay capacidades diferentes ni son personas con necesidades especiales: todos tenemos las mismas capacidades, en todo caso, es un tema del grado. La utilización de estos eufemismos invisiblizan el problema: usar términos como los que nombramos recién evitan que enfrentemos la realidad. Hablamos de Personas con discapacidad, no discapacitados: la persona como eje, no la discapacidad.

Definición: nos preguntaremos en primera instancia por qué es importante tener una definición sobre la discapacidad. Antes de plantear una definición común, realizaremos un recorrido histórico sobre la discapacidad. Definiremos la discapacidad, es decir, qué o a quiénes se considera personas con discapacidad, así como el origen de la misma y su evolución en el tiempo. Nos vamos a plantear, siguiendo a Agustina Palacios (2008), los diversos modelos de abordaje: 1) Un primer modelo es el que

Palacios denomina de “prescindencia”. Las causas de la discapacidad son religiosas y la persona no tiene valor para la sociedad, o es incluso portadora de un mal augurio. 2) El segundo modelo es el que se puede denominar “rehabilitador”. La causa de la discapacidad ya no es religiosa, no proviene de la divinidad, sino que proviene de las limitaciones de la persona. Para que el sujeto tenga valor, es necesario rehabilitarlo. Normalizar a las personas, ocultando las diferencias. 3) Un tercer modelo, en el que haremos pie en este artículo, es el denominado “social”.

Nos apoyaremos en los textos de Mauricio Mareño Sempertegui (2010), quien afirma “Los diversos modelos con los que se conceptualiza la discapacidad han alternado la existencia y convivencia, según el momento histórico y social. (…) Es imprescindible analizar el impacto de estos modelos en la vida real de las personas”.

Tomaremos como definición de discapacidad los conceptos de la Convención Internacional sobre Derechos de las Personas con Discapacidad (2006).

“Las personas con discapacidad incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”. Art. 1.

La denominación “persona con discapacidad” permite poner el énfasis en que, en primer lugar y por encima de todo, tenemos ante nosotros a una persona y, en segundo lugar, que esta persona tiene una deficiencia. Y esa deficiencia, al interactuar con las barreras que le presenta la sociedad, le impide el pleno ejercicio de sus derechos humanos, constituyendo entonces una discapacidad. Por eso decimos que abordamos la Discapacidad desde la perspectiva de los Derechos Humanos.

Siguiendo la Convención, afirmamos que es necesario “asegurar el acceso de las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones con las demás, al entorno físico, el transporte, la información y las comunicaciones, incluidos los sistemas y las tecnologías de la información y las comunicaciones, y a otros servicios e instalaciones abiertos al público o de uso público” (Art. 9º, nº 1 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad). Nos apoyamos en el texto de Dr. Pablo Oscar Rosales (2007) en “La nueva Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad” quien analiza algunos conceptos de la Convención y nos ayudará a reflexionar sobre la convención.

Algunos de los elementos centrales de la Convención:

¿Cuáles son los derechos humanos de las personas con discapacidad?: Todos los miembros de la sociedad tienen los mismos derechos humanos, que incluyen derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales. Todas las personas con discapacidad tienen derecho a gozar, sin discriminación alguna, de todos sus derechos. Ello incluye el derecho a no ser víctima de discriminación por motivos de discapacidad, así como por cualquier otro motivo como la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de cualquier otra índole, el origen nacional o social, el patrimonio, el nacimiento, o cualquier otra condición.

Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, ¿qué es?: La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad es un tratado internacional en el que se recogen los derechos de las personas con discapacidad así como las obligaciones de los Estados Partes en la Convención de promover, proteger y asegurar esos derechos. En la Convención se establecen también dos mecanismos de aplicación: el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, encargado de supervisar la

aplicación de la Convención y la Conferencia de los Estados Partes, encargada de examinar cuestiones relacionadas con la aplicación de la Convención. Los Estados negociaron la Convención con la participación de organizaciones de la sociedad civil, instituciones nacionales de derechos humanos y organizaciones intergubernamentales. La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención el 13 de diciembre de 2006 y se abrió a la firma el 30 de marzo de 2007. Plantearemos por qué es necesaria la convención: La Convención es necesaria a fin de tener una reafirmación clara de que los derechos de las personas con discapacidad son derechos humanos y de reforzar el respeto de esos derechos. Aunque los instrumentos de derechos humanos existentes ofrecen un potencial considerable para promover y proteger los derechos de las personas con discapacidad, quedó claro que ese potencial no se estaba aprovechando.

Analizaremos cuáles son los principios: En el artículo 3 se establecen los principios generales aplicables al goce de los derechos de las personas con discapacidad, que son: 1) El respeto de la dignidad inherente, la autonomía individual, incluida la libertad de tomar las propias decisiones, y la independencia de las personas; 2) La no discriminación; 3) La participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad; 4) El respeto por la diferencia y la aceptación de las personas con discapacidad como parte de la diversidad y la condición humana; 5) La igualdad de oportunidades; 6) La accesibilidad; 7) La equidad entre el hombre y la mujer; 8) El respeto a la evolución de las facultades de los niños y las niñas con discapacidad y de su derecho a preservar su identidad.

Cuáles son y dónde están las barreras: El modelo de los derechos humanos supone que la discapacidad no se instala en la persona, sino que es la sociedad la que discapacita. No son las disminuciones o dificultades de las personas las que producen discapacidad, sino las barreras que la sociedad presenta. En una sociedad sin barreras, la discapacidad pierde sentido.

Discriminación: Nos apoyaremos en el texto de "Los Derechos de las Personas con Discapacidad" de Eroles y Fiamberti (2008), quienes afirman que la discriminación es un no valor, una actitud negativa y hostil que vulnera los derechos del ser humano. Formas de la discriminación y grupos discriminados se dividen en cinco grados:

1) Hablar mal (grado moderado): Este modo de discriminación genera barreras y obstáculos para separar a las personas que se encuentran en grupos culturales diversos; 2) Evitar el contacto (prejuicio intenso): Segregar a través de evitar el contacto con el diferente; 3) Discriminación Institucionalizada: El grupo discriminador logra que la ley imponga leyes segregadoras. 4) Ataque físico: Violencia física; 5) Exterminación: Linchamientos, matanzas, genocidios.

Por una Socidad Inclusiva

Dijimos que el modelo da forma a las prácticas. Sostenemos, entonces, que el modelo médico deja afuera aspectos fundamentales en la vida de las personas, no se ocupa de asegurar el pleno ejercicio de los derechos humanos en las personas con discapacidad. La discapacidad es sólo un aspecto de la persona, no define a la totalidad del individuo. Déficit y deficiencia suenan parecido pero no son términos similares. Ahora, si la sociedad es la que discapacita, también es la que debe incluir. Las personas tienen derecho a la recreación y el esparcimiento. Recodemos que estamos planteando considerar a la discapacidad como un fenómeno complejo, que no se limita simplemente a un atributo de la persona, sino que es el resultado de un conjunto de condiciones, muchas de las cuales son creadas por el contexto social. Por eso, para que una sociedad sea inclusiva es necesario que proporcione a las

personas el apoyo que necesitan para poder ejercer estos derechos en igualdad de condiciones, y esto significa muchas veces realizar acciones afirmativas, o ajustes razonables.

Actividad Física

Vamos a tomar una definición de actividad física que contempla a la persona dentro del contexto social: “La actividad física es cualquier movimiento corporal intencional, realizado con los músculos esqueléticos, que resulta en un gasto de energía y en una experiencia personal, y nos permite interactuar con los seres y el ambiente que nos rodea” (Devis Devis, 2000). Como toda definición puede ser discutida, pero no es objeto de este artículo analizar la definición sino pensar sobre el acceso de las personas con discapacidad a la misma. En el texto “Aproximación a la Actividad Física Adaptada” (AFA), particularmente el punto 2, los autores señalan cómo dentro del modelo rehabilitador es que se comienza a dar importancia al deporte, reconociendo su “valor terapéutico en la rehabilitación física, psicológica y social de las personas con discapacidad”. Luego, al ganar terreno el modelo de derecho humanos, la actividad física se convierte en una “valiosa estrategia para avanzar en procesos de inclusión social” pensando que la estigmatización de la persona con discapacidad se fundamenta por la “marca en el cuerpo”. De allí la importancia de ofrecer actividad física que propicie la interacción con otros, ya sea familia o comunidad.

DOS POSTURAS: Analizaremos la oferta deportiva dividiéndola en dos grandes grupos, sólo a modo de organizarnos. Por un lado tendremos un deporte específico para personas con discapacidad, que se organiza en torno a la falta (ej. básquet en silla de ruedas). Se agrupa a los deportistas según el déficit y se desarrollan adaptaciones generales que dejan como base un déficit común. Por ejemplo: en el fútbol para ciegos todos los jugadores (menos el arquero) juegan con un antifaz para asegurar que "nadie vea". Se llama a este tipo de oferta "deporte adaptado". Por otro lado, podemos reflexionar que si pensamos que las personas con discapacidad realizan actividades físicas con fines netamente terapéuticos podemos confundir cuáles son realmente los accesos y el tipo de oferta. Por ejemplo, una persona que se le recomienda natación, ¿hace natación o hidroterapia?, ¿realiza equitación o equinoterapia?, y así podríamos seguir con otras disciplinas. Este enfoque es herencia del modelo médico. Las personas con discapacidad acceden al deporte como forma de rehabilitarse, ya sea luego de una lesión o para adquirir habilidades de inserción social.

PROPONEMOS DAR UN PASO MÁS ALLÁ: El deporte adaptado está institucionalizado, aceptado. Por eso planteamos dos enfoques. Si por un lado el deporte adaptado se basa en el déficit, queremos dar un paso más allá.

El manifiesto por el deporte inclusivo (España) nos propone: 1) Ningún niño o niña con discapacidad debe quedar sin acceso a la educación física. 2) Los colegios dispondrán de profesores e instalaciones para la enseñanza y práctica del deporte a alumnos con y sin discapacidad. 3) Las ciudades dispondrán de instalaciones deportivas adaptadas y accesibles para la práctica conjunta de deporte. 4) Las federaciones deportivas adaptarán sus reglamentos para regular y permitir la práctica inclusiva de deporte. 5) Los niños con discapacidad podrán mejorar su salud y condición física, además de su calidad de vida e integración social a través del deporte. 6) La práctica conjunta de deporte estará presente en los medios de comunicación social. 7) Las Administraciones Públicas incluirán en la agenda política el “Deporte Inclusivo”. 8) Se crearán competiciones inclusivas periódicas en todas las categorías, empezando desde infantiles. 9) Se promoverá que el Parlamento español desarrolle iniciativas que permitan que se generalice la integración social de las personas con

discapacidad también en al ámbito del deporte y la actividad física. 10) Todas las personas con discapacidad tienen derecho a educación física, la práctica deportiva, la salud, el bienestar físico y mental, la integración, el ocio y las posibilidades profesionales que ofrece el deporte.

¿Y qué pasa con las propuestas de Actividad Física que no son deportivas?:

Cerraremos este artículo planteando que estos modelos no son antagónicos, pueden (sería bueno que así fuera) convivir. Así como el deporte de alto rendimiento es para muy pocos, el deporte adaptado competitivo es una opción para muy pocos, que responde a la lógica del alto rendimiento. Esto no representa ningún inconveniente. El problema se presenta si es la única opción. Si las personas con discapacidad sólo acceden al deporte como rehabilitación. Si no hay oferta deportiva que incluya a todos y todas, especialmente desde la niñez. Si no hay oferta de actividad física para todas las personas, en todas las edades. El deporte tiene que estar también como factor de inclusión, como base para establecer lazos, como vínculo.

Las necesidades educativas especiales

Pero, ¿no dijimos que era personas con discapacidad? ¿Por qué volvemos a decir necesidades especiales? Porque en educación hablamos de necesidades educativas especiales, justamente para no volver a invisibilizar el problema. Este alumno, con discapacidad, necesita adaptaciones curriculares para acceder a los contenidos. Podemos tomar la definición de Warnock (1981) y Breennan (1988) que señalan:

“Un alumno tiene necesidades educativas especiales cuando presenta dificultades mayores que el resto de los alumnos para acceder a los aprendizajes comunes en su edad (bien por causas internas o por un planteamiento educativo inadecuado), y necesita, para compensar dichas dificultades, unas condiciones de aprendizaje especialmente adaptadas en los diferentes elementos de la propuesta curricular ordinaria, así como la provisión de unos recursos específicos distintos de los que la escuela ofrece a la mayoría de los alumnos”.

Para el análisis nos apoyaremos en la Declaración de Salamanca (Salamanca, España, 7-10 de junio de 1994).

La Inclusión del Alumnado: Hemos llegado hasta aquí a un lugar donde podemos acordar o no con lo que hemos expuesto, pero el hecho es que un profesor de Educación Física u otro educador llega a una escuela o cualquier espacio de trabajo, se encuentra con un grupo de 30 niños/as, de los cuales uno es sordo, y otro está en silla de ruedas... Debemos preguntarnos entonces: ¿por qué aún existe la tendencia de eximirlos de la práctica y se les quita el derecho de participar y realizar la actividad? Esto no es un favor, es exclusión. Arraez Martínez señala una diferencia entre integración e inclusión. La primera supone la modificación de los sujetos para poder incorporarse a las escuelas, y la segunda, modificar las escuelas para fomentar o propiciar la plena participación de todos y todas. Basándose además en la Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales (UNESCO, 1994) afirma, y nosotros afirmamos con él, que las escuelas son el medio más efectivo para combatir las actitudes discriminatorias. El texto de la Conferencia es muy interesante, porque profundiza sobre la importancia de la inclusión educativa, sin dejar de señalar que es necesario crear mecanismos de fortalecimiento de los docentes. Este es el eje, el fortalecimiento de los docentes, pensar en distintas propuestas sin olvidar, como dice Ignasi Puigdellívol (2005) cuando afirma que “el proceso de desarrollo y aprendizaje de las personas con déficit no es distinto, en su esencia, al resto de la población, y por tanto todo ello nos lleva a un enfoque distinto”. El autor aporta 5 formas en que el déficit incide en el aprendizaje, y por ende que deberíamos tener en cuenta a la hora de realizar la propuesta inclusiva: 1) Incidencia nula: El déficit no afecta en absoluto a las posibilidades de aprendizaje o bien no influye en determinadas

áreas de dicho aprendizaje. 2) Desajuste formal: Cuando el déficit puede superarse por completo adaptando materiales y recursos (déficit motor y sensorial). 3) Retraso: Cuando el déficit retrasa significativamente la adquisición de aprendizajes. No supone la imposibilidad de acceder al aprendizaje, sino la prolongación en el tiempo en el que se lleva acabo. 4) Inaccesibilidad: Cuando determinados contenidos o niveles son inalcanzables como consecuencia del déficit. Se requerirá de modificaciones curriculares significativas. 5) Desajuste estructural: Cuando hay déficit que altera de manera profunda y conjuntamente el grado de conciencia del individuo, su propia identidad y las posibilidades de comunicación con el entorno. En estos supuestos se requieren atenciones básicas relacionadas con el mundo afectivo y las necesidades esenciales. Es por ello que el grado de ajuste del contenido, la secuencia y la forma de hacer las cosas serán los que determinen el progreso en el nivel de asimilación, y por ende en el proceso de inclusión social.

El Objetivo de la Inclusión: Destacamos, en primer lugar, los objetivos de la inclusión: todos los estudiantes en las mismas clases, con las adaptaciones curriculares correspondientes; facilitar la autonomía y la independencia, derribando las barreras tanto simbólicas como arquitectónicas; promover la plena participación de las personas con discapacidad en todos los aspectos de la vida. Las barreras simbólicas son las más complejas: todos acordamos en que hay que hacer rampas para que pasen las sillas de ruedas, pero nos cuesta planificar actividades que atiendan a la diversidad. Pero las adaptaciones generan un efecto que se denomina "rebaje de cordón". Cuando se rebajaron los cordones para permitir el paso de las sillas de ruedas, se beneficiaron también las mamás que caminaban con cochecitos para sus bebés, las personas mayores, la señora con el carrito de las compras.

La inclusión es un proceso, es decir, la inclusión debe verse como una tarea interminable de búsqueda de mejores formas de responder a la diversidad del alumno que aprende. Es sobre cómo aprender a vivir con la diferencia y aprender cómo aprender desde la diferencia.

Gerardo Echeita (Pag.13, 2006)

Bibliografía

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Discapacidad y Actividad Física

Autores:

José Luis Colaciuri

Profesor de Educación Física

Resumen

En este artículo abordaremos el marco teórico que nos permita definir la discapacidad desde la perspectiva de derechos humanos. Aspectos relacionados con la terminología, definición y los distintos modelos de abordaje.

A partir de la legislación vigente (Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad), analizaremos por qué hablamos del modelo de derechos humanos. Nos centraremos en dónde están las barreras que impiden el libre acceso a la plena participación, la necesidad de dirigirnos hacia una sociedad más inclusiva, y en ese sentido también abordaremos a la actividad física como un derecho al que hay que garantizar el pleno acceso. Abordaremos al deporte adaptado y el deporte inclusivo, y cuáles son las formas en las que las personas con discapacidad acceden a la práctica de actividades físicas. Analizaremos qué son las necesidades educativas especiales y el desafío de la inclusión, fomentando la autonomía y la independencia, derribando las barreras tanto simbólicas como arquitectónicas para promover la plena participación de las personas con discapacidad en todos los aspectos de la vida.

El propósito del mismo es que los profesionales del área conozcan y comprendan la terminología y normativa relacionada con la discapacidad, analicen brevemente la oferta deportiva para esta población y reflexionen sobre la inclusión educativa.

Desarrollo

Aspectos sobre la terminología: No todos tenemos discapacidades. Un déficit no es necesariamente una discapacidad. Nos referimos a tener y no ser: la discapacidad es algo que se tiene no algo que se es. La discapacidad es sólo un aspecto de la persona, no define a la totalidad del individuo. No hay capacidades diferentes ni son personas con necesidades especiales: todos tenemos las mismas capacidades, en todo caso, es un tema del grado. La utilización de estos eufemismos invisiblizan el problema: usar términos como los que nombramos recién evitan que enfrentemos la realidad. Hablamos de Personas con discapacidad, no discapacitados: la persona como eje, no la discapacidad.

Definición: nos preguntaremos en primera instancia por qué es importante tener una definición sobre la discapacidad. Antes de plantear una definición común, realizaremos un recorrido histórico sobre la discapacidad. Definiremos la discapacidad, es decir, qué o a quiénes se considera personas con discapacidad, así como el origen de la misma y su evolución en el tiempo. Nos vamos a plantear, siguiendo a Agustina Palacios (2008), los diversos modelos de abordaje: 1) Un primer modelo es el que

Palacios denomina de “prescindencia”. Las causas de la discapacidad son religiosas y la persona no tiene valor para la sociedad, o es incluso portadora de un mal augurio. 2) El segundo modelo es el que se puede denominar “rehabilitador”. La causa de la discapacidad ya no es religiosa, no proviene de la divinidad, sino que proviene de las limitaciones de la persona. Para que el sujeto tenga valor, es necesario rehabilitarlo. Normalizar a las personas, ocultando las diferencias. 3) Un tercer modelo, en el que haremos pie en este artículo, es el denominado “social”.

Nos apoyaremos en los textos de Mauricio Mareño Sempertegui (2010), quien afirma “Los diversos modelos con los que se conceptualiza la discapacidad han alternado la existencia y convivencia, según el momento histórico y social. (…) Es imprescindible analizar el impacto de estos modelos en la vida real de las personas”.

Tomaremos como definición de discapacidad los conceptos de la Convención Internacional sobre Derechos de las Personas con Discapacidad (2006).

“Las personas con discapacidad incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”. Art. 1.

La denominación “persona con discapacidad” permite poner el énfasis en que, en primer lugar y por encima de todo, tenemos ante nosotros a una persona y, en segundo lugar, que esta persona tiene una deficiencia. Y esa deficiencia, al interactuar con las barreras que le presenta la sociedad, le impide el pleno ejercicio de sus derechos humanos, constituyendo entonces una discapacidad. Por eso decimos que abordamos la Discapacidad desde la perspectiva de los Derechos Humanos.

Siguiendo la Convención, afirmamos que es necesario “asegurar el acceso de las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones con las demás, al entorno físico, el transporte, la información y las comunicaciones, incluidos los sistemas y las tecnologías de la información y las comunicaciones, y a otros servicios e instalaciones abiertos al público o de uso público” (Art. 9º, nº 1 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad). Nos apoyamos en el texto de Dr. Pablo Oscar Rosales (2007) en “La nueva Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad” quien analiza algunos conceptos de la Convención y nos ayudará a reflexionar sobre la convención.

Algunos de los elementos centrales de la Convención:

¿Cuáles son los derechos humanos de las personas con discapacidad?: Todos los miembros de la sociedad tienen los mismos derechos humanos, que incluyen derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales. Todas las personas con discapacidad tienen derecho a gozar, sin discriminación alguna, de todos sus derechos. Ello incluye el derecho a no ser víctima de discriminación por motivos de discapacidad, así como por cualquier otro motivo como la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de cualquier otra índole, el origen nacional o social, el patrimonio, el nacimiento, o cualquier otra condición.

Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, ¿qué es?: La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad es un tratado internacional en el que se recogen los derechos de las personas con discapacidad así como las obligaciones de los Estados Partes en la Convención de promover, proteger y asegurar esos derechos. En la Convención se establecen también dos mecanismos de aplicación: el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, encargado de supervisar la

aplicación de la Convención y la Conferencia de los Estados Partes, encargada de examinar cuestiones relacionadas con la aplicación de la Convención. Los Estados negociaron la Convención con la participación de organizaciones de la sociedad civil, instituciones nacionales de derechos humanos y organizaciones intergubernamentales. La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención el 13 de diciembre de 2006 y se abrió a la firma el 30 de marzo de 2007. Plantearemos por qué es necesaria la convención: La Convención es necesaria a fin de tener una reafirmación clara de que los derechos de las personas con discapacidad son derechos humanos y de reforzar el respeto de esos derechos. Aunque los instrumentos de derechos humanos existentes ofrecen un potencial considerable para promover y proteger los derechos de las personas con discapacidad, quedó claro que ese potencial no se estaba aprovechando.

Analizaremos cuáles son los principios: En el artículo 3 se establecen los principios generales aplicables al goce de los derechos de las personas con discapacidad, que son: 1) El respeto de la dignidad inherente, la autonomía individual, incluida la libertad de tomar las propias decisiones, y la independencia de las personas; 2) La no discriminación; 3) La participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad; 4) El respeto por la diferencia y la aceptación de las personas con discapacidad como parte de la diversidad y la condición humana; 5) La igualdad de oportunidades; 6) La accesibilidad; 7) La equidad entre el hombre y la mujer; 8) El respeto a la evolución de las facultades de los niños y las niñas con discapacidad y de su derecho a preservar su identidad.

Cuáles son y dónde están las barreras: El modelo de los derechos humanos supone que la discapacidad no se instala en la persona, sino que es la sociedad la que discapacita. No son las disminuciones o dificultades de las personas las que producen discapacidad, sino las barreras que la sociedad presenta. En una sociedad sin barreras, la discapacidad pierde sentido.

Discriminación: Nos apoyaremos en el texto de "Los Derechos de las Personas con Discapacidad" de Eroles y Fiamberti (2008), quienes afirman que la discriminación es un no valor, una actitud negativa y hostil que vulnera los derechos del ser humano. Formas de la discriminación y grupos discriminados se dividen en cinco grados:

1) Hablar mal (grado moderado): Este modo de discriminación genera barreras y obstáculos para separar a las personas que se encuentran en grupos culturales diversos; 2) Evitar el contacto (prejuicio intenso): Segregar a través de evitar el contacto con el diferente; 3) Discriminación Institucionalizada: El grupo discriminador logra que la ley imponga leyes segregadoras. 4) Ataque físico: Violencia física; 5) Exterminación: Linchamientos, matanzas, genocidios.

Por una Socidad Inclusiva

Dijimos que el modelo da forma a las prácticas. Sostenemos, entonces, que el modelo médico deja afuera aspectos fundamentales en la vida de las personas, no se ocupa de asegurar el pleno ejercicio de los derechos humanos en las personas con discapacidad. La discapacidad es sólo un aspecto de la persona, no define a la totalidad del individuo. Déficit y deficiencia suenan parecido pero no son términos similares. Ahora, si la sociedad es la que discapacita, también es la que debe incluir. Las personas tienen derecho a la recreación y el esparcimiento. Recodemos que estamos planteando considerar a la discapacidad como un fenómeno complejo, que no se limita simplemente a un atributo de la persona, sino que es el resultado de un conjunto de condiciones, muchas de las cuales son creadas por el contexto social. Por eso, para que una sociedad sea inclusiva es necesario que proporcione a las

personas el apoyo que necesitan para poder ejercer estos derechos en igualdad de condiciones, y esto significa muchas veces realizar acciones afirmativas, o ajustes razonables.

Actividad Física

Vamos a tomar una definición de actividad física que contempla a la persona dentro del contexto social: “La actividad física es cualquier movimiento corporal intencional, realizado con los músculos esqueléticos, que resulta en un gasto de energía y en una experiencia personal, y nos permite interactuar con los seres y el ambiente que nos rodea” (Devis Devis, 2000). Como toda definición puede ser discutida, pero no es objeto de este artículo analizar la definición sino pensar sobre el acceso de las personas con discapacidad a la misma. En el texto “Aproximación a la Actividad Física Adaptada” (AFA), particularmente el punto 2, los autores señalan cómo dentro del modelo rehabilitador es que se comienza a dar importancia al deporte, reconociendo su “valor terapéutico en la rehabilitación física, psicológica y social de las personas con discapacidad”. Luego, al ganar terreno el modelo de derecho humanos, la actividad física se convierte en una “valiosa estrategia para avanzar en procesos de inclusión social” pensando que la estigmatización de la persona con discapacidad se fundamenta por la “marca en el cuerpo”. De allí la importancia de ofrecer actividad física que propicie la interacción con otros, ya sea familia o comunidad.

DOS POSTURAS: Analizaremos la oferta deportiva dividiéndola en dos grandes grupos, sólo a modo de organizarnos. Por un lado tendremos un deporte específico para personas con discapacidad, que se organiza en torno a la falta (ej. básquet en silla de ruedas). Se agrupa a los deportistas según el déficit y se desarrollan adaptaciones generales que dejan como base un déficit común. Por ejemplo: en el fútbol para ciegos todos los jugadores (menos el arquero) juegan con un antifaz para asegurar que "nadie vea". Se llama a este tipo de oferta "deporte adaptado". Por otro lado, podemos reflexionar que si pensamos que las personas con discapacidad realizan actividades físicas con fines netamente terapéuticos podemos confundir cuáles son realmente los accesos y el tipo de oferta. Por ejemplo, una persona que se le recomienda natación, ¿hace natación o hidroterapia?, ¿realiza equitación o equinoterapia?, y así podríamos seguir con otras disciplinas. Este enfoque es herencia del modelo médico. Las personas con discapacidad acceden al deporte como forma de rehabilitarse, ya sea luego de una lesión o para adquirir habilidades de inserción social.

PROPONEMOS DAR UN PASO MÁS ALLÁ: El deporte adaptado está institucionalizado, aceptado. Por eso planteamos dos enfoques. Si por un lado el deporte adaptado se basa en el déficit, queremos dar un paso más allá.

El manifiesto por el deporte inclusivo (España) nos propone: 1) Ningún niño o niña con discapacidad debe quedar sin acceso a la educación física. 2) Los colegios dispondrán de profesores e instalaciones para la enseñanza y práctica del deporte a alumnos con y sin discapacidad. 3) Las ciudades dispondrán de instalaciones deportivas adaptadas y accesibles para la práctica conjunta de deporte. 4) Las federaciones deportivas adaptarán sus reglamentos para regular y permitir la práctica inclusiva de deporte. 5) Los niños con discapacidad podrán mejorar su salud y condición física, además de su calidad de vida e integración social a través del deporte. 6) La práctica conjunta de deporte estará presente en los medios de comunicación social. 7) Las Administraciones Públicas incluirán en la agenda política el “Deporte Inclusivo”. 8) Se crearán competiciones inclusivas periódicas en todas las categorías, empezando desde infantiles. 9) Se promoverá que el Parlamento español desarrolle iniciativas que permitan que se generalice la integración social de las personas con

discapacidad también en al ámbito del deporte y la actividad física. 10) Todas las personas con discapacidad tienen derecho a educación física, la práctica deportiva, la salud, el bienestar físico y mental, la integración, el ocio y las posibilidades profesionales que ofrece el deporte.

¿Y qué pasa con las propuestas de Actividad Física que no son deportivas?:

Cerraremos este artículo planteando que estos modelos no son antagónicos, pueden (sería bueno que así fuera) convivir. Así como el deporte de alto rendimiento es para muy pocos, el deporte adaptado competitivo es una opción para muy pocos, que responde a la lógica del alto rendimiento. Esto no representa ningún inconveniente. El problema se presenta si es la única opción. Si las personas con discapacidad sólo acceden al deporte como rehabilitación. Si no hay oferta deportiva que incluya a todos y todas, especialmente desde la niñez. Si no hay oferta de actividad física para todas las personas, en todas las edades. El deporte tiene que estar también como factor de inclusión, como base para establecer lazos, como vínculo.

Las necesidades educativas especiales

Pero, ¿no dijimos que era personas con discapacidad? ¿Por qué volvemos a decir necesidades especiales? Porque en educación hablamos de necesidades educativas especiales, justamente para no volver a invisibilizar el problema. Este alumno, con discapacidad, necesita adaptaciones curriculares para acceder a los contenidos. Podemos tomar la definición de Warnock (1981) y Breennan (1988) que señalan:

“Un alumno tiene necesidades educativas especiales cuando presenta dificultades mayores que el resto de los alumnos para acceder a los aprendizajes comunes en su edad (bien por causas internas o por un planteamiento educativo inadecuado), y necesita, para compensar dichas dificultades, unas condiciones de aprendizaje especialmente adaptadas en los diferentes elementos de la propuesta curricular ordinaria, así como la provisión de unos recursos específicos distintos de los que la escuela ofrece a la mayoría de los alumnos”.

Para el análisis nos apoyaremos en la Declaración de Salamanca (Salamanca, España, 7-10 de junio de 1994).

La Inclusión del Alumnado: Hemos llegado hasta aquí a un lugar donde podemos acordar o no con lo que hemos expuesto, pero el hecho es que un profesor de Educación Física u otro educador llega a una escuela o cualquier espacio de trabajo, se encuentra con un grupo de 30 niños/as, de los cuales uno es sordo, y otro está en silla de ruedas... Debemos preguntarnos entonces: ¿por qué aún existe la tendencia de eximirlos de la práctica y se les quita el derecho de participar y realizar la actividad? Esto no es un favor, es exclusión. Arraez Martínez señala una diferencia entre integración e inclusión. La primera supone la modificación de los sujetos para poder incorporarse a las escuelas, y la segunda, modificar las escuelas para fomentar o propiciar la plena participación de todos y todas. Basándose además en la Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales (UNESCO, 1994) afirma, y nosotros afirmamos con él, que las escuelas son el medio más efectivo para combatir las actitudes discriminatorias. El texto de la Conferencia es muy interesante, porque profundiza sobre la importancia de la inclusión educativa, sin dejar de señalar que es necesario crear mecanismos de fortalecimiento de los docentes. Este es el eje, el fortalecimiento de los docentes, pensar en distintas propuestas sin olvidar, como dice Ignasi Puigdellívol (2005) cuando afirma que “el proceso de desarrollo y aprendizaje de las personas con déficit no es distinto, en su esencia, al resto de la población, y por tanto todo ello nos lleva a un enfoque distinto”. El autor aporta 5 formas en que el déficit incide en el aprendizaje, y por ende que deberíamos tener en cuenta a la hora de realizar la propuesta inclusiva: 1) Incidencia nula: El déficit no afecta en absoluto a las posibilidades de aprendizaje o bien no influye en determinadas

áreas de dicho aprendizaje. 2) Desajuste formal: Cuando el déficit puede superarse por completo adaptando materiales y recursos (déficit motor y sensorial). 3) Retraso: Cuando el déficit retrasa significativamente la adquisición de aprendizajes. No supone la imposibilidad de acceder al aprendizaje, sino la prolongación en el tiempo en el que se lleva acabo. 4) Inaccesibilidad: Cuando determinados contenidos o niveles son inalcanzables como consecuencia del déficit. Se requerirá de modificaciones curriculares significativas. 5) Desajuste estructural: Cuando hay déficit que altera de manera profunda y conjuntamente el grado de conciencia del individuo, su propia identidad y las posibilidades de comunicación con el entorno. En estos supuestos se requieren atenciones básicas relacionadas con el mundo afectivo y las necesidades esenciales. Es por ello que el grado de ajuste del contenido, la secuencia y la forma de hacer las cosas serán los que determinen el progreso en el nivel de asimilación, y por ende en el proceso de inclusión social.

El Objetivo de la Inclusión: Destacamos, en primer lugar, los objetivos de la inclusión: todos los estudiantes en las mismas clases, con las adaptaciones curriculares correspondientes; facilitar la autonomía y la independencia, derribando las barreras tanto simbólicas como arquitectónicas; promover la plena participación de las personas con discapacidad en todos los aspectos de la vida. Las barreras simbólicas son las más complejas: todos acordamos en que hay que hacer rampas para que pasen las sillas de ruedas, pero nos cuesta planificar actividades que atiendan a la diversidad. Pero las adaptaciones generan un efecto que se denomina "rebaje de cordón". Cuando se rebajaron los cordones para permitir el paso de las sillas de ruedas, se beneficiaron también las mamás que caminaban con cochecitos para sus bebés, las personas mayores, la señora con el carrito de las compras.

La inclusión es un proceso, es decir, la inclusión debe verse como una tarea interminable de búsqueda de mejores formas de responder a la diversidad del alumno que aprende. Es sobre cómo aprender a vivir con la diferencia y aprender cómo aprender desde la diferencia.

Gerardo Echeita (Pag.13, 2006)

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