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Escuela Bíblica DiocesanaProfetas Página 1 DIOCESIS DE SAN AGUSTIN, FLORIDA ESCUELA BÍBLICA Y DE ORACION DABAR ELOHIM OCTUBRE 2012JUNIO 2013 CLASES: JUEVES DE 7:00 A 8:00 PM VEN Y CONOCE DE LA PALABRA DE DIOS FR. CARLOS LOPERA PROFETAS Hombres inspirados por Dios para hablar en Su nombre y transmitir al pueblo sus enseñanzas. En el Cercano Oriente así como en el ámbito del Mediterráneo el fenómeno del profetismo ha sido parte de las formas religiosas. Los testimonios acerca de profetas comienzan a finales del Tercer milenio a.C. y se mencionan revelaciones proféticas en los pueblos vecinos de Israel , como por ejemplo Mari y Biblos ; la Biblia misma habla de los profetas del dios Baal . La palabra hebrea es nabí (su plural Neviím ). "Extático ", de la raíz hebrea "hervir" (el "calor" de la revelación convierte al profeta en un hombre "ardiente"); "Mensajero ", de la raíz hebrea "hablar" (Yahvéh nos "habla" por boca del profeta); y "Llamado", de la raíz acadia nabu, "llamar" (el profeta ha sido llamado o designado por Dios para transmitir Su palabra). La versión griega de los LXX nunca traduce nabu en el sentido de "éxtasis" o "extático". La traduce como profetes, es decir, "el que habla en lugar de otro", "el representante de un tercero", "el vocero". Es común el error de creer que la partícula griega pro ("delante") se refiere aquí a "el que anticipa", "el que dice las cosas con antelación" (en otras palabras, "el que ve el futuro"). La acepción correcta de "profeta", por tanto, según los LXX; no es "el vidente" sino "el portavoz", "el mensajero". Por el contrario, la Biblia hebrea se refiere a los nevi´im con otros tres términos que sí tienen una relación más cercana con el concepto popular de "profecía ": roé ("el vidente"), jozé ("el que ve", "el que tiene vista") y jolém ("el soñador", "el que tiene un sueño"). El uso de la palabra "profeta" es muy antigua en la Biblia. Ya se remonta a Abraham en el Génesis (20:7).

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Escuela Bíblica Diocesana—Profetas Página 1

DIOCESIS DE SAN AGUSTIN, FLORIDA

ESCUELA BÍBLICA Y DE ORACION DABAR ELOHIM

OCTUBRE 2012–JUNIO 2013

CLASES: JUEVES DE 7:00 A 8:00 PM

VEN Y CONOCE DE LA PALABRA DE DIOS

FR. CARLOS LOPERA

PROFETAS

Hombres inspirados por Dios para hablar en Su nombre y transmitir al pueblo sus enseñanzas.

En el Cercano Oriente así como en el ámbito del Mediterráneo el fenómeno del profetismo ha sido parte de las formas religiosas. Los testimonios acerca de profetas comienzan a finales del Tercer milenio a.C. y se mencionan revelaciones proféticas en los pueblos vecinos de Israel, como por ejemplo Mari y Biblos; la Biblia misma habla de los profetas del dios Baal.

La palabra hebrea es nabí (su plural Neviím).

"Extático", de la raíz hebrea "hervir" (el "calor" de la revelación convierte al profeta en un hombre "ardiente");

"Mensajero", de la raíz hebrea "hablar" (Yahvéh nos "habla" por boca del profeta); y "Llamado", de la raíz acadia nabu, "llamar" (el profeta ha sido llamado o designado por

Dios para transmitir Su palabra).

La versión griega de los LXX nunca traduce nabu en el sentido de "éxtasis" o "extático". La traduce como profetes, es decir, "el que habla en lugar de otro", "el representante de un tercero", "el vocero". Es común el error de creer que la partícula griega pro ("delante") se refiere aquí a "el que anticipa", "el que dice las cosas con antelación" (en otras palabras, "el que ve el futuro"). La acepción correcta de "profeta", por tanto, según los LXX; no es "el vidente" sino "el portavoz", "el mensajero".

Por el contrario, la Biblia hebrea se refiere a los nevi´im con otros tres términos que sí tienen una relación más cercana con el concepto popular de "profecía": roé ("el vidente"), jozé ("el que ve", "el que tiene vista") y jolém ("el soñador", "el que tiene un sueño").

El uso de la palabra "profeta" es muy antigua en la Biblia. Ya se remonta a Abraham en el Génesis (20:7).

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También Moisés, como legislador, un enviado de Dios y un libertador antes que un profeta. El único libro que lo llama de esta manera es el Deuteronomio (18:15).

En los últimos tiempos de los jueces aparecen en Canaán ciertas organizaciones o grupos llamados "Hijos de los Profetas", que se parecen (al menos superficialmente) a los profetas cananeos. Es a estos hombres a los que los hebreos comienzan a denominar nabí, aunque los otros anteriormente apuntados (“visionarios”, “soñadores”, “videntes”) se siguen utilizando más o menos indistintamente. Es importante destacar que nabí no solo se aplica a los que predican en nombre de Yahvéh sino también a todos los supuestos profetas paganos.

La oferta de profetas era variada: desde los verdaderos profetas bíblicos que escribieron libros hasta los 450 profetas fenicios que la reina Jezabel llevó a Israel (1R. 18), pasando por los profetas cortesanos y los del tiempo de Yehu (2R. 10:19).

Tanto Judá como Israel tenían profetas que predicaban, y Zacarías nos dice que siguieron proliferando hasta desaparecer en el siglo IV a. C.

Algunos son arribistas e intentan sacar ventaja aproximándose a los poderosos (1Reyes 22 y Jeremias 28); otros son funcionarios de carrera dispuestos a defender sus prebendas, y la Biblia los llama "profetas profesionales".

Parece ser que los Hijos de los Profetas aparecen en tiempos de los Jueces (1S. 10:10 y 19:20), para hacerse muy numerosos en la época de Elías y Eliseo. Aparentan ser hombres probos y fervorosos, que se agrupan alrededor de los templos judíos para alertar a los fieles acerca de los peligros del paganismo.

La palabra oral y la palabra escrita

El vocabulario utilizado sufrió cambios a través del tiempo. También los métodos de profetizar.

Así, la tradición oral de Moisés pasó a los ancianos; las enseñanzas de Elías fueron enseñadas a Eliseo; Isaías transmite la palabra a sus discípulos y Jeremías enseña a profetizar a Baruc.

Quiénes son?: El profeta es un hombre llamado por Dios para que transmita Su palabra a los demás. Por definición, el profeta no obtendrá ningún beneficio de su misión excepto servir a Dios.

Se conjugan en el profeta tres elementos muy claros: la elección de Dios, la vocación del profeta mismo y una misión que amalgama ambas cosas. Es raro encontrar uno de ellos separado de los otros dos. La elección se describe en Jer. 1:5; la vocación en Am. 7:15 y en Is. 6:8. La elección y la vocación dan como resultado una misión (Ez. 2:3 o Jer. 12:1), y a menudo se presentan como una llamada a la que el profeta es incapaz de resistir (Is. 6). El mensaje que el profeta ha recibido rara vez es para una sola persona: casi siempre debe ser

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transmitido a la comunidad en su conjunto, y se trata de una comunicación que tendrá efecto aquí y ahora pero también lejos y en el futuro.

Una de las características salientes del profeta es que tiene clara conciencia de su misión. Este saber de dónde viene su enseñanza le autoriza a utilizar la fórmula: "Así habla el Señor Yahvéh", que a los ojos del pueblo puede parecer soberbia, pero que implica en realidad que la verdad de su experiencia profética demuestra que el que habla es en verdad Dios a través de la boca del profeta.

El mensaje divino llega al profeta de muy distintos modos: puede ser en una visión, como en Ezequiel; a través de voces (Jer. 1:11) o en sueños (Dan. 7:1).

El concepto de "visión" debe ser entendido como "percepción sensible", y no implica necesariamente una "imagen visual". Lo que determina el método de recepción del mensaje parece depender del profeta y no de Dios: tal vez sus cualidades naturales o su temperamento personal.

Así como el modo de recibir el mensaje es variado, también son muy distintas las formas en que el profeta lo expresa a los demás. Suele acompañarse de gestos y posturas especiales (acaso de significados místicos), y puede transmitirse verbalmente o por escrito. Aunque la mayoría de los profetas fueron predicadores callejeros antes que escritores, muchos pusieron por escrito sus textos luego de gritarlos al pueblo durante años.

La profecía

"Porque Yo defenderé esta ciudad para salvarla" (Is. 37:35).

La profecía es un proceso sumamente complejo que puede resultar muy difícil de entender para el hombre moderno. Es por ello que los teólogos han elaborado un listado de sus características:

1. Ningún profeta ha visto la realidad completa. En efecto, cada uno de ellos sólo dispone de una visión fragmentaria e insuficiente del plan divino. Esta verdadera "ley" de la revelación profética determina que a menudo ni siquiera el mismo profeta sepa lo que está diciendo, qué le ha sido mostrado ni de qué está hablando. Esta fatal ignorancia del propio profeta sobre la materia que está tratando, sin embargo, no invalida en lo más mínimo la verdad y la realidad de su profecía. La parcialidad de la visión genera esperanza en comprender el resto, y misterio como ingrediente inexorable de la fe. Respecto del futuro, muchas veces se les muestra el porvenir de Israel, pero no son capaces de decir si ese futuro llegará en un mes, un año o un siglo.

2. El lenguaje profético es simbólico. La profecía es mostrada y transmitida mediante símbolos o imágenes (símbolos visuales o imágenes simbólicas), que exigen una trabajosa interpretación. La dificultad del análisis de los símbolos para traducirlos en

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conceptos inteligibles supone un escollo adicional que solo los hombres justos están en capacidad de sortear.

3. El profeta sabe hacia dónde va la historia. Aunque no comprenda en detalle su propia profecía, el profeta siempre está en condiciones de predecir el curso general que seguirá la historia del judaísmo. Esta característica se verifica incluso en los profetas de los tiempos más primitivos.

4. El profeta suele contradecir los deseos de la gente. Raras veces las profecías satisfacen el sentimiento general del pueblo, y por esta razón el ser profeta es un trabajo difícil y peligroso. Cuando el pueblo duerme en paz ellos tienen que anunciar la guerra; cuando hay calma predicen el castigo; cuando hay prosperidad prevén el hambre. Pero ante el hambre, el castigo y la guerra, el profeta siempre preconiza la futura salvación y la restauración religiosa y moral.

5. El profeta se mezcla con el pueblo. Como miembro del pueblo y vocero de Dios para la gente, el profeta se diferencia de los sabios en el sentido de que no se limita a predicar in abstracto, sino que debe necesariamente intervenir en los asuntos de la vida diaria y trabajar sobre el plano de la realidad concreta. En este sentido, el profetismo supone un salto evolutivo con respecto al concepto de sabiduría.

Resultados

Los resultados obtenidos por los profetas no fueron, en general, halagüeños. Su fracaso tenía su origen en el punto 4 arriba citado y comúnmente les hacía enfrentar la indiferencia, la incomprensión, la persecución, a menudo el presidio e incluso, a veces, el martirio y la muerte.

Sin embargo, cierto tiempo después, la realidad demostró con hechos la verdad que había en sus prédicas. En este punto, todo Israel abrazó la doctrina de los profetas y el prestigio que adquirieron entonces superó las fronteras del país.

Enseñanza

La influencia que los profetas han tenido en el desarrollo religioso de Israel y el judaísmo fue crucial. Su importancia se evidencia al enumerar sus seis logros principales:

1. Definieron para el común de la gente los conceptos de unidad, trascendencia y santidad del judaísmo, y por lo tanto, de Dios. Los profetas son, entonces, quienes "espiritualizaron" el concepto de Dios a los ojos del judío llano.

2. Demostraron que el culto religioso no debía ser declamatorio y fatuo, sino emanado de una responsabilidad personal del Hombre hacia Yahvéh.

3. Establecieron, el sentido de la moral y el concepto mismo del pecado. 4. Hicieron tomar conciencia de la manera misteriosa en que Dios eligió a Israel de entre

todos los pueblos de la Tierra para utilizarlo y castigarlo pero también para aliarse indisolublemente con él y para salvarlo.

5. Esta alianza fue, la demostración de la bondad de Dios.

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6. Los profetas se repite una y otra vez la promesa mesiánica, la esperanza y confianza en la llegada del Cristo descendiente de David. Esta predicción trajo también la expectativa del reino de justicia y paz que Jesús establecería mucho más tarde.

Clasificación

Los libros proféticos pueden clasificarse según varios criterios diferentes, que se exponen a continuación.

Lo más antiguos, que no escribían libros sino solamente declamaban ante el pueblo sus verdades reveladas. Se cuentan entre ellos Débora y Samuel, que también eran Jueces, Natán y Gad en tiempos del rey David, Ajías de Siló durante Salomón, Semelas bajo Roboam, Miqueas ben Yimlá en época de Ajab y Elías y Eliseo en el siglo IX a. C.

Profetas escritores

A partir del siglo VIII a. C. comienzan a aparecer quienes ponen sus profecías por escrito. Así tenemos a Amós y Oseas en Israel y a Isaías, Miqueas, Nahum, Sofonías, Jeremías y Habacuc en el de Judá. Durante el Exilio profetizó Ezequiel al igual que Daniel y al regreso del mismo Hageo, Zacarías, Malaquías y Joel.

Según su tiempo: El Tanaj los divide en:

Primeros profetas

Abraham, Moisés, Josué y Samuel todos ellos pertenecientes a los libros del antiguo testamento.

Últimos profetas

Isaías, Jeremías y Ezequiel.

Según la extensión del libro

El cristianismo dividió a los profetas en mayores y menores, clasificación que no se basa en la importancia relativa de sus profecías sino sencillamente en la mayor o menor longitud de los textos.

Profetas mayores

Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Baruc, Ezequiel y Daniel.

Profetas menores

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Artículo principal: Profeta menor.

Los profetas menores son 12: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías. Desde Hageo se los agrupa, a su vez, bajo el nombre de "Profetas postexílicos".

Canonicidad

Todos los libros proféticos citados son considerados canónicos e inspirados para la Iglesia Católica. Los judíos y protestantes, sin embargo, consideran apócrifos a Baruc, y a partes de Daniel (3:24-90, capítulos 13 y 14), por lo que no los incluyen en sus Biblias. Esto se debe a que fueron incluidos (en griego) en la Septuaginta y no disponemos de sus originales hebreos. En el caso de Baruc esto es cierto, pero Daniel sólo tiene algunas adiciones griegas, lo que no obsta para que el judaísmo rechace el libro entero. Los protestantes sólo incluyen las partes no escritas en griego, considerando el resto apócrifo, mientras que los Católicos aceptan ambos textos, denominándolos deuterocanónicos.

Las dos grandes divisiones o partes de la Biblia son Antiguo y Nuevo Testamento; esta división procede de los más antiguos tiempos cristianos.

En total, la Biblia se compone de 73 libros, de los cuales 46 constituyen el Antiguo Testamento y 27 el Nuevo Testamento. Para ver la lista de los 73 libros pinchar enlace: Los Libros de la Biblia. Fue en la Sess. 4a, del 8 abr. 1546 (Denz.Sch. 1502-1503) del Concilio de Trento cuando se propuso el orden usual de libros canónicos en la Iglesia Católica.

El Antiguo Testamento fue dividido por los hebreos en tres partes:

1) Thóráh (=Ley) o Pentateuco porque comprendía los 5 primeros libros

2) Nebi’im (=Profetas), divididos en Nebi’im hare’sonim (=profetas anteriores), que son desde Josué al 4° (=2º) de Reyes, y Nebi’im ha’ajarónim (=profetas posteriores), que comprenden desde Isaías hasta Malaquías.

3) Kethúbim (=Hagiógrafos), o Escritos, que son el resto de los escritos sagrados (Ps, Prv, Iob, Cant, Ruth, Lam, Eccl, Est, Dan, Esd, Neh, 1 y 2 Chro o Par).

Hoy día en la Iglesia la división más corriente es la llamada lógica, porque hace relación especialmente con el contenido de los libros; consta de tres grandes divisiones, que se aplican paralelamente a uno y otro Testamento: históricos, sapienciales (o didácticos) y proféticos.

Antiguo Testamento (46 libros):

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(Históricos): Pentateuco (5: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio) y Libros Históricos (16: Josué, Jueces, Rut, 1-2 Samuel, 1-2 Reyes, 1-2 Crónicas, Esdras, Hehemias, Tobias, Judit, Ester, 1-2 Macabeos)

(Didácticos): Libros Poéticos y Sapienciales (7: Job, Salmos, Proverbios, Qohelet, Cantar, Sabiduría y Eclesiastico).

(Proféticos): Libros Proféticos (18: Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Baruc, Ezequiel y Daniel; Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías)

PROFETAS DEL PERIODO ASIRIO (siglo VIII a.C.)

o Amos o Oseas o Isaías (1-39) o Miqueas

PROFETAS DEL PERIODO BABILÓNICO (siglos VII-VI a.C.)

o Sofonías, Nahum y Habacuc o Jeremías o Ezequiel o Deuteroisaías (Is 40-55)*

PROFETAS DEL PERIODO PERSA (siglos VI-IV)

o Ageo y Zacarías (1-8)* o Isaías (56-66)* o Malaquías*

PROFETAS DEL PERIODO HELENÍSTICO (siglos IV-II)

o Joel, Abdias y Jonás* o Zacarías (9-14)* o Daniel*

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Autor: Isaías. (Yahveh Salva)

Fecha de escritura: Entre el 745 y el 680 A.C.

Período que abarca: El ministerio profético de Isaías dura unos 60 años durante el reinado de 4 reyes de Judá: Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías.

Título: Este libro recibe el nombre de su autor: el profeta Isaías.

Trasfondo: Isaías, de gran educación y políticamente astuto, vive en Jerusalén, capital de Judá. Isaías tiene mensajes para todo Israel, pero su ministerio está principalmente dirigido a Judá. En ese mismo tiempo Oseas y Miqueas profetizan la palabra de Dios. Según la tradición, Isaías murió aserrado durante el reinado del perverso Manasés. El libro de Isaías comienza la sección profética del Antiguo Testamento.

Lugar de escritura: Probablemente Jerusalén.

Destinatarios: Principalmente la nación de Judá, pero también todas las naciones vecinas.

Contenido: Mientras por un lado Judá está espiritualmente en ruinas, Israel se halla aún más corrompida. Después que Isaías profetiza la destrucción de Israel en manos de Asiria, que sucede poco tiempo después, vuelve su atención a Judá. Su mensaje a Judá y a las naciones vecinas es que el juicio de Dios también llegará sobre ellos. A menos que se arrepientan de sus malos caminos, serán llevados en cautividad por los babilonios. Sin embargo, no todo es oscuro, pues Isaías le asegura al pueblo que por un edicto de Ciro los cautivos recibirán permiso para regresar a Jerusalén; un “Siervo sufriente”, el Hijo de Dios, nacerá de una virgen para ser el Mesías que traerá salvación al mundo; y la restauración de Israel tendrá lugar y producirá abundante bendiciones a la nueva Sion. Las profecías de Isaías acerca de Jesucristo son clarísimas, completas y probablemente más detalladas que en cualquier otro libro del Antiguo Testamento.

Palabras claves: “Juicio”; “Salvación.” Los 66 capítulos de Isaías pueden compararse a una Biblia en miniatura. Los primeros 39 capítulos corresponden a los 39 libros del Antiguo Testamento pues enfatizan el “juicio” de Dios sobre quienes se niegan a arrepentirse y a volverse a El con fe. Los últimos 27 capítulos forman un paralelo con los 27 libros del Nuevo Testamento pues se centran en el Mesías, nuestra “salvación.”

Temas: Dios es nuestro eterno consolador, Redentor, y Salvador. Dios perdonará nuestros pecados si abandonamos nuestro pasado y nos volvemos a El. El placer pasajero del pecado en nuestras vidas nunca valdrá la pena a la luz del extremado precio que debemos pagar ( juicio de Dios). La impiedad podrá permanecer en el pueblo de Su pacto, pero Dios es santo y no se demorará. La liberación viene de Dios, no del hombre. El más grande éxito en el mundo es ser obediente a la voluntad de Dios.

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Bosquejo:

1. La comisión a Isaías de proclamar juicio. ( 1:1 -6:13)

2. La destrucción de Israel por Asiria. ( 7:1 -10:4)

3. La destrucción de Asiria por Dios. ( 10:5 -12:6)

4. Profecías sobre otras naciones paganas. ( 13:1 -23:18)

5. Juicio y liberación de Israel. ( 24:1 -27:13)

6. La restauración de Sion. ( 28:1 -35:10)

7. La demora del juicio a Jerusalén por las oraciones de Ezequías. ( 36:1 -39:8)

8. Profecía de la liberación y el Libertador de Israel. ( 40:1 -57:21)

Los escritos de Isaías ¿Escribió Isaías el libro que lleva su nombre? Ningún erudito competente duda de la historicidad de Isaías ni el hecho de que parte del libro fuese escrito por él. Algunos limitan la construcción de Isaías a porciones escogidas desde 1 al 32, mientras que otros le acreditan con 66 capítulos completos.

El análisis más popular de este libro es su división tripartita. Aunque existe falta de unanimidad entre los expertos en detalles, el siguiente análisis representa un acuerdo general entre aquellos que no apoyan la unidad de Isaías.

El Primer Isaías consiste del 1 al 39. Dentro de esta división, solo selecciones limitadas desde el 1 al 11, 13 al 23 y 28 al 32, son realmente adscritas al profeta del siglo VIII. La mayor parte de esta sección tiene su origen en subsiguientes períodos. El Segundo Isaías, o Deutero-isaías, 40-55, es atribuido a un autor anónimo que vivió después del 580 a. C. Este escritor vivió entre los cautivos de Babilonia y refleja las condiciones del exilio en sus escritos. A pesar del hecho de que numerosos eruditos le reputan como uno de los más notables profetas del Antiguo Testamento, ni su nombre real ni cualquier clase de hechos atestiguan su existencia. El Tercer Isaías, o Trito-isaías, 56-66, es atribuido a un escritor que describe las condiciones existentes en Judá durante el siglo V; los eruditos fechan a su autor con anterioridad al retorno de Nehemías en el 444 a. C. La mayor parte de aquellos que apoyan este análisis no limitan el libro de Isaías a íres autores. Numerosos escritores, muchos de los cuales vivieron después del exilio, ya tarde en el siglo II a. C., hicieron contribuciones fragmentarias.

Análisis de este libro

El libro de Isaías es uno de los más comprensivos de todos los libros del Antiguo Testamento. En el texto hebreo, Isaías se coloca en quinto lugar en extensión tras del de Jeremías, Salmos,

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Génesis y Ezequiel. En el Nuevo Testamento, Isaías es citado por su nombre veinte veces, que excede del número total de referencias de todos los otros profetas en los libros del Nuevo Testamento.

Varios temas pueden ser rastreados a todo lo largo del libro. Los atributos y características de Dios, el remanente, el Mesías, el reino mesiánico, las esperanzas de la restauración, el uso de Dios de las naciones extranjeras y muchas otras ideas se encuentran frecuentemente en los mensajes del profeta.

La siguiente perspectiva abarca el contenido de Isaías:

I. El mensaje y el mensajero

II. Los proyectos del reino: contemporáneos y futuros

III. Panorama de las naciones

IV. Israel en un mundo de creación

V. Esperanzas verdaderas y falsas en Sión

VI. El juicio de Jerusalén demorado

VII La promesa de la divina liberación

VIII. El reinado universal de Dios establecido

Con esta perspectiva como guía, el libro de Isaías puede ser analizado completamente considerando cada división por separado.

I. El mensaje y el mensajero

¿Recibió Isaías su llamada al servicio profético tras haber entregado el mensaje en 1-5? ¿Por qué registra esa llamada en cap. 6 en vez de 1 como es el caso en Jeremías y Ezequiel? Tal vez él quisiera retratar la gravedad pecadora de su generación y así proporcionar al lector una mejor comprensión de la reserva en aceptar la responsabilidad recaída sobre él en este ministerio profético.

II. Los proyectos del reino

La crisis que hizo surgir la cuestión de los proyectos del reino, era la guerra siro-efraimítica del 734. Siguiendo a la invasión asiría de los filisteos, a principios de aquel año, Peka y Rezín formaron un pacto para detener a los asirios. Cuando Acaz rehusó unirse a ellos, Israel y Siria declararon la guerra en Judá.

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En el preciso momento, cuando Acaz y su pueblo están aterrados por los propósitos de invasión, Isaías llega con un mensaje de Dios. Acaz está inspeccionando su suministro de agua al exterior de Jerusalén en preparación por el ataque que se avecina, y el posible asedio. La simple advertencia de Isaías en este momento crucial, es que Acaz no debería tomar acción alguna, los dos reyes a quien él teme no son sino dos estacas humeantes prontas a ser extinguidas. Asiría es la amenaza real para Judá (5:26). Conse-centemente, Isaías advierte a Acaz de confiar en Dios para la liberación.

Asiría se convierte en el punto focal del mensaje de Isaías conforme discute los proyectos del reino de Judá. Las consecuencias de la alianza de Acaz con Pul será peor que cualquiera de las que hayan ocurrido en Judá desde la muerte de Salomón y la división del reino. Como un hombre, cuyos cabellos son completamente separados de su cabeza al ser afeitados con una navaja, así Judá será esquilado por Asiría (7:20). En el cap. 8, Asiria tiene la similitud de un río que pasa rugiendo sobre Palestina y absorbiendo a Judá hasta el cuello. Es notable y digno de mención que Isaías no predice la terminación de la existencia nacional de Judá, una suerte nefasta que seguramente se abatirá para Israel y Siria.

III. Panorama de las naciones

La visión panorámica de las naciones, es vitalmente relacionada al reino Y sus proyectos en los precedentes capítulos. Durante el último siglo y la mitad de la existencia nacional de Judá, desde el tiempo de Isaías hasta la caída de Jerusalén, reyes y reinos caen y surgen. Para el pueblo de Judá y Jerusalén, que tuvo la conciencia de que eran el pueblo elegido por Dios, mediante el cual Sión sería definitivamente restablecido, al final, esas Profecías que implicaban a otras naciones eran vitalmente significativas.

IV. Israel en un puesto mundial

En esos capítulos, el remanente se convierte en el punto focal de interés. Por toda la extensión de los períodos de juicio un remanente justo recibe la seguridad de supervivencia y se promete la restauración; podrá una vez más gozar de las bendiciones de Dios bajo el gobernante justo sobre monte Sión.

Los mensajes de Isaías fueron con frecuencia relacionados con acontecimientos contemporáneos. La condenación de Jerusalén había sido claramente anunciada en su capítulo de apertura y repetida enfáticamente en subsiguientes mensajes. En 24:1-13a, Isaías dibuja la ruina que espera a la amada ciudad de Judá. Jerusalén será desolada y sus puertas reducidas a ruinas. Esto se convirtió en una vivida realidad en el 586 a. C.

V. Esperanzas falsas y verdaderas en Sión

Las alianzas con, extranjeros eran un constante problema en Jerusalén durante los días del ministerio de Isaías. Por intrigas políticas y la diplomacia, los jefes de Judá esperaban asegurar su supervivencia como nación al alinearse con los victoriosos. Acaz reemplaza a su padre Jotam

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sobre el trono de David cuando el grupo pro-asirio gana el control sobre luda en el 735. Desafía las advertencias de Isaías y hace una alianza con Tiglat-pileser en los primeros años de su reinado. Ezequías, el próximo rey, se une en alianza con Edom, Moab y Asdod para resistir a Asiría. Esta coalición anticipa el apoyo de Egipto; pero Asdod cae en el 711, mientras que las otras naciones ofrecen tributo a Asiría para impedir la invasión.

Isaías advierte constantemente contra la locura estúpida de confiar en otras naciones. El profeta denomina a esas alianzas un “acuerdo para la muerte”. Por contraste, su consejo es que deberían colocar su fe en Dios, el verdadero Rey de Israel. Tanto si es Acaz, el rey impío, o Ezequías el gobernante creyente, quien responde con amistosas promesas a la embajada babilónica, el profeta Isaías no deja de llamar la atención a los jefes de Judá por depender de otras naciones en lugar de buscar a Dios para su liberación.

VI. El juicio de Jerusalén demorado

Estos capítulos han sido varias veces etiquetados con el nombre de “El libro de Ezequías”. El rey de Judá es confrontado con el ultimátum de rendir Jerusalén a los asirlos. Oralmente al igual que por escrito, Senaquerib intenta desconcertar a Ezequías y a su pueblo, acosándolos respecto a confiar en Egipto o confiar en Dios para su liberación. Sarcásticamente, el rey asirio incluso ofrece a Ezequías dos mil caballos si él tiene jinetes para montarlos. Haciendo una lista con la serie de ciudades conquistadas cuyos dioses no han ayudado en nada, Senaquerib afirma que él está enviado por Dios y que la oración por el remanente de Judá es ridícula. Ezequías se refugia en la oración, extendiendo literalmente la carta ante él, conforme apela a Dios para su liberación.

Isaías anuncia decididamente y con valentía la seguridad de Jerusalén. Incluso aunque la presencia de los asirios haya entorpecido la siega de las cosechas para la próxima recolección, los invasores serán expulsados a tiempo para segar lo que haya crecido de la siembra.

VII. La promesa de la liberación divina

La promesa de la liberación divina en 40-56 no está necesariamente relacionada a cualquier particular incidente del tiempo de Ezequías. La perspectiva de este pasaje es el exilio de Israel en Babilonia En los últimos años de su ministerio, Isaías pudo muy bien haber estado preocupado con las necesidades del pueblo que iba a ser llevado al exilio cuando Jerusalén fuese dejado en ruinas y la existencia nacional de Judá terminada, a manos de los babilonios. La ascendencia del malvado Manases al trono de David, indudablemente, obscurece los proyectos inmediatos de los justos que quedan en el pueblo. Seguramente con Isaías ellos anticiparon la inminencia de la condenación de Judá al ser testigos del derramamiento de sangre inocente en Jerusalén.

VIII. El reino universal de Dios establecido

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Habiendo desarrollado el tema de la liberación tan adecuadamente, Isaías revierte a las condiciones contemporáneas de su pueblo. La gloria de Sión en su último estado, tiene significación solo como el individuo tiene la seguridad de la participación, de aquí la comparación entre lo justo y lo injusto.

En los capítulos de apertura, se ponen de manifiesto de forma aguda, las distinciones (56:9-59:21) entre las prácticas religiosas como las observaba Isaías y los requerimientos de Dios. La resquebrajadura entre lo dispuesto por Dios y lo que hacen los hombres son tan obvias, que este pasaje representa un llamamiento al individuo para que se aparte de la práctica corriente y se conforme a los requerimientos de la verdadera religión.

Esquema VI tiempos de Isaías

787-81. Amasias probablemente puesto en libertad de su prisión, cuando Jeroboam II asume solo el gobierno de Israel tras la muerte de Joás.

768. Uzías asume solo el gobierno en Judá. Muerte de Amasias.

760. Fecha aproximada del nacimiento de Isaías.

753. Fin del reinado de Jeroboam en Israel.

750. Uzías enfermo de la lepra.

745. Tiglat-pileser III comienza su gobierno en Asiria.

743. Los asirios derrotan a Sarduris III, rey de Urartu. Uzías y sus aliados derrotados por los asirios en la batalla de Arpad.

740. Jotam asume solo el gobierno. Muerte de Uzías.

736-35. Los ejércitos asirios en Nal y Urartu. Comienzo del gobierno de Peka en Israel.

735. Acaz hecho rey por un grupo pro-sirio en Judá.

734. Los ejércitos asirios invaden a los filisteos. Guerra siro-efraimítica tras la retirada de los asirios.

733. La invasión asiría de Siria.

732. Damasco conquistado por los asirios, terminando el gobierno sirio. Peka reemplazado por Oseas en Samaría.

727. Salmanasar V comienza a gobernar en Asiria.

Escuela Bíblica Diocesana—Profetas Página 14

722. Caída de Samaría. Acceso de Sargón II al trono de Asiria.

716-15. Ezequías comienza a reinar en judá. Reforma religiosa. Purificación del Templo.

711. Tropas asirías en Asdod.

709-8. Nacimiento de Manases.

705. Senaquerib comienza a gobernar en Asiria.

702. Bel-Ibni reemplaza a Merodac-baladán en el trono de Babilonia.

702-1. La enfermedad de Ezequías. Amenaza de Senaquerib. Isaías afirma la seguridad. La embajada babilónica de Merodac-baladán en el exilio visita Jerusalén.

697-6. Manases hecho corregente.

688. La segunda amenaza de Senaquerib a Ezequías.

687-6. Ezequías muere. Manases gobierna solo.

680. Isaías pudo haber sido martirizado por Manases.

JEREMÍAS

Autor: Jeremías (A quien Jehová a Designado), dictado a su secretario Baruc.

Fecha de escritura: Entre el 627 y el 580 A.C.

Período que abarca: Entre 40 y 47 años. ( El ministerio de Jeremías comienza durante el último rey bueno de Israel, Josías, y continúa con los 4 reyes perversos restantes: Joacaz, Joacim, Joaquín y Sedequias.)

Título: Este libro recibe el nombre de su autor: el profeta Jeremías.

Trasfondo: Aunque 70 años antes Asiria había sido lo suficientemente poderosa como para destruir el reino del norte (Israel), su poder había declinado, y Babilonia termina por derrotar tanto a Asiria como a Egipto para entonces alcanzar supremacía mundial. La vida de Jeremías cubre los 40 años que llevan a la destrucción de Jerusalén, también en manos de Babilonia. Otros profetas de ese tiempo son Sofonías, Habacuc, Daniel y Ezequiel. Jeremías, “el profeta llorón,” comienza su ministerio desde Jerusalén, aproximadamente a los 20 años de edad. Apostasía, idolatría y adoración pervertida están a la orden del día en Judá.

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Lugar de escritura: Probablemente Jerusalén. (Sin embargo, algunos estudiosos sugieren Egipto.)

Destinatarios: Principalmente la nación de Judá, pero también todas las naciones vecinas.

Contenido: Con valentía Jeremías asume la nada envidiable tarea de proclamar el juicio de Dios a una nación que no se había arrepentido. Hasta permanece célibe como señal de que el juicio tendrá lugar durante su vida (Cap… 16), lo cual sucede. Sufre persecución cuando falsos profetas de su tierra, como Ananías, le dicen al pueblo lo que éste quiere oír y no la verdad de Dios. El mensaje nada popular de Jeremías resulta para él en penurias de oposición, encarcelamiento, ex comunicación del templo y azotes (caps. 20 y 38). Nada habrá de detener a Jeremías. Y sin embargo, al profetizar destrucción, Jeremías promete un tiempo de bendición, restauración y nuevo pacto. Después del exilio de Judá a Babilonia, él permanece con el remanente en Jerusalén. Pero luego del asesinato de Gedalías (el gobernador de Jerusalén), Jeremías es llevado rehén a Egipto, donde continúa su ministerio profético.

Palabras claves: “Pecado”; “Llorar.” Es responsabilidad de Jeremías proclamar el futuro juicio de Judá por su continuo “pecado”, pues la maldad del pueblo es mucha. Jeremías “llora”, no sólo por su propia persecución, sino también por la amarga aflicción de su nación.

Temas: Dios es paciente y amante. El amor de Dios por nosotros puede requerir disciplina divina para nuestro bien. Dios se entristece en Su corazón cuando debe disciplinar a Sus hijos. Las naciones que rechazan a Dios pagarán el precio de su desobediencia. Ahora es el tiempo para arrepentirse y volverse a Dios. Dios tal vez deba castigar el pecado en nuestra vida, pero nunca nos abandonará ni nos dejará.

Bosquejo:

1. El llamado de Jeremías. ( 1:1 -1:19)

2. Profecías contra Judá. ( 2:1 -29:32)

3. La futura restauración de Israel. ( 30:1 -33:26)

4. La caída de Jerusalén y su huida a Egipto. ( 34:1 -45:5)

5. Profecías contra las naciones extranjeras. ( 46:1 -51:64)

6. La captura y destrucción de Jerusalén. ( 52:1 -52:34)

Aspectos generales del libro de Jeremías

Jeremías—un hombre de fortaleza

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Un ministerio de cuarenta años

Por el tiempo en que Manases anunció el nacimiento del príncipe heredero de la corona, Josías, el nacimiento de Jeremías en Anatot seguramente recibió poca atención. Habiendo crecido en este poblado a sólo cinco kilómetros al nordeste de la capital, Jeremías se hizo versado en las gentes corrientes que circulaban por toda Jerusalén.

El libro de Jeremías

1) El profeta y su pueblo 1:1-18:23

a) Introducción, 1:1-3

b) Llamada al servicio 1:4-19

c) Condición apóstata de Israel 2:1-6:30

d) La fe en los templos e ídolos condenada 7:1-10:25

e) La alianza sin obediencia es fútil 11:1-12:17

f) Dos signos del cautiverio 13:1-27

g) La oración intercesora es inútil 14:1-15:21

h) El signo de la inminente cautividad 16:1-21

i) La fe en el hombre denunciada 17:1-27

j) Una lección, en la alfarería 18:1-23

2) El profeta y los jefes 19:1-29:32

a) Los sacerdotes y los ancianos—Jeremías es metido en prisión 19:1-20:18

b) Sedequías conferencia con Jeremías 21:1-14

c) Cautiverio para reyes y falsos profetas 22:1-24:10

d) La copa de la ira para todas las naciones 25:1-38

e) Ahicam salva a Jeremías del martirio 26:1-24

f) Falsos profetas en Jerusalén y Babilonia 27:1-29:32

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3) La promesa de la restauración 30:1-33:26

a) El remanente es restaurado. Un nuevo pacto 30:1-31:40

b) La compra de propiedades por Jeremías 32:1-44

c) Cumplimiento del pacto davídico 33:1-26

4) Desintegración del reino 34:1-39:18

a) Los jefes infieles en contraste con los recabitas 34:1-22

b) Aviso a los jefes y al laicado 35:1-36:32

c) La caída de Jerusalén 37:1-39:18

Los años más obscuros de la existencia nacional de Judá están brevemente resumidos en esos capítulos. La destrucción de Jerusalén es el mayor de todos los juicios en la historia de Israel y en el Antiguo Testamento. Los acontecimientos registrados en 35-36, que vienen desde el reinado de Joacim, sugieren una razonable base para juicio que se convierte en realidad en los días de Sedequías.

Algunos de los acontecimientos ocurridos durante el sitio de Jerusalén, están registrados en 37-39. Con el fin de alcanzar claridad, el orden de los acontecimientos puede ser tabulado en la forma siguiente:

Comienza el asedio el 15 de enero del 588 39:1; 52:4

a) Aviso a Sedequías 34:1-7

b) Encuesta de Sedequías—réplica de Jeremías 21:1-14

c) Convenio para liberar a los esclavos 34:8-10

d) Se levanta temporalmente el sitio 37:5

e) Los esclavos reclamados—repulsa de Jeremías 34:11-22

f) Jeremías arrestado, golpeado y encarcelado 37:11-16

g) La continuación del asedio

h) Encuesta de Sedequías—Jeremías transferido 37:17-21

i) Adquisición de la propiedad por Jeremías 32:1-33:26

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j) Jeremías lanzado a la cisterna 38:1-6

k) Ebed-melec rescata a Jeremías 38:7-13

l) Las últimas entrevistas de Sedequías y Jeremías 38:14-28

m) Jerusalén conquistada el 19 de julio del 586 39:1-18

n) Jerusalén destruida el 15 de agosto del 586 II Reyes 25:8-10

Durante el asedio de dos años y medio, Jeremías avisa constantemente al rey de que rendirse a los babilonios sería lo mejor para él. A lo largo de todo ese período, Sedequías parece frustrado al volverse hacia Jeremías en busca de consejo o ceder al grupo de presión pro-asirio para continuar la resistencia contra los babilonios. En vano espera mejores noticias de Jeremías. Finalmente, los babilonios irrumpen en Jerusalén. Sedequías escapa y logra llegar hasta Jericó; pero es capturado y llevado ante Nabucodonosor en Ribla. Tras ser obligado a presenciar la muerte de sus hijos y la de numerosos nobles, Sedequías es cegado y llevado cautivo a la tierra del exilio. Así se cumple la profecía, aparentemente contradictoria de que Sedequías no vería nunca la tierra a la que sería llevado como cautivo.

5) La emigración a Egipto40:1-45:5

a) Establecimiento en Mizpa bajo Gedalías 40:1-12

b) Derramamiento de sangre y desunión40:13-41:18

c) En ruta hacia Egipto 42:1-43:7

d) Mensajes de Jeremías en Egipto43:8-44:30

e) La promesa a Baruc45:1-5

Jeremías recibe el más cordial tratamiento de manos de los conquistadores babilonios. Aunque maniatado y llevado a Rama es dejado en libertad por Naburzaradán el capitán de la guardia de Nabucodonosor. Puesto a elegir, Jeremías escoge el quedarse con los que permanecen en Palestina, incluso aunque recibe la seguridad de un tratamiento favorable si se va a Babilonia.

6) Profecías concernientes a las naciones y ciudades 46:1-51:64

a) Egipto 46:1-28

b) Filistea 47:1-7

c) Moab 48:1-47

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d) Amón 49:1-6

e) Edom 49:7-22

f) Damasco 49:23-27

g) CedaryHazor 49:28-33

h) Elam 49:34-39

i) Babilonia 50:1-51:64

El cuarto año de Joacim, fue un momento crucial en la historia política de Judá. En la decisiva batalla de Carquemis. los babilonios deshicieron a los egipcios, y así, subsiguientemente, los ejércitos triunfantes de Nabucodonosor ocuparon Palestina. Con el desarrollo de los problemas internacionales tan gravemente para Judá, el profeta Jeremías emite un número de adecuados mensajes fechados en el cuarto año de Joacim. Significativas entre ellas, están las profecías que conciernen a las naciones.

7) Apéndice o conclusión 52:1-34

a) Conquista y saqueo de Jerusalén 52:1-23

b) Condenación de los oficiales 52:24-27

c) Deportaciones52:28-34

Este breve sumario del reinado de Sedequías, la caída de Jerusalén y las deportaciones, concluye adecuadamente el libro de Jeremías. Tras cuarenta años de predicar, Jeremías es testigo del mensaje que él ha proclamado con toda fidelidad. Sedequías y los suyos sufren las consecuencias de su desobediencia. Los vasos sagrados y los ornamentos del templo y su atrio están enumerados en los versículos 17-23 como llevados a Babilonia antes de que el templo fuese destruido, de acuerdo con las predicciones de Jeremías. Joaquín, quien se entrega, recibe generosa acogida y tratamiento y finalmente puesto en libertad al final del reinado de Nabucodonosor.

LAMENTACIONES

Autor: Probablemente Jeremías.

Fecha de escritura: Entre el 586 y el 585 A.C.

Período que abarca: Un lapso indeterminado luego de la destrucción de Jerusalén, al comienzo del exilio.

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Título: El libro toma el nombre de su contenido: lamentos poéticos por la destrucción de Jerusalén. También se le conoce como las “Lamentaciones de Jeremías.”

Trasfondo: Lamentaciones ( una mirada al pasado) es continuación del libro de Jeremías (una mirada al futuro). Ambos libros se centran en la destrucción de Jerusalén y su consecuente cautividad. Lamentaciones es uno de los 5 libros que conforman el Megilloth. Estos libros del Megillothson leídos públicamente en las siguientes fiestas judías: Nueve de Ab (Lamentaciones); Purim (Ester); Pentecostés (Rut); Tabernáculos (Eclesiastés); y la Pascua (Cantares). Los primeros 4 poemas de Lamentaciones, una canción de 5 poemas, son un “acróstico” o arreglo alfabético. Las 22 letras del alfabeto hebreo corresponden sucesivamente a la primera letra de cada versículo en los caps. 1, 2 y 4. Sin embargo, en el capítulo 3 a cada letra le corresponden 3 versículos.

Lugar de escritura: Jerusalén o Egipto.

Destinatario: La ciudad de Jerusalén, que había caído.

Contenido: Nabucodonosor había hecho realidad lo que Jeremías había estado profetizando durante 40 años. Jerusalén y su templo son destruidos, y el pueblo es llevado cautivo a Babilonia. Jeremías se sienta entre las cenizas y llora. Su angustia no sólo es por sí mismo sino también por los cautivos y los desamparados que han quedado en Jerusalén. “Mis ojos desfallecieron de lágrimas, se conmovieron mis entrañas, mí hígado se derramó por tierra a causa del quebrantamiento de la hija de mi pueblo” (2:11). Estos 5 poemas conforman una canción fúnebre por la muerte de Jerusalén. Pero hasta en esta hora infecunda en el contrito corazón de Jeremías, hay un destello de esperanza. El nuevamente comienza a orar pidiendo misericordia para su pueblo. Jeremías alaba a Dios por Su poder, Su justicia y Su fidelidad, y pone sus ojos en Dios para la futura restauración de Jerusalén.

Palabras claves: “Ira”; “Lamentar.” La “ira” de Dios ha aplastado a Jerusalén y ha vindicado la rectitud y justicia divinas. Todo lo que Jeremías puede hacer ahora es “lamentarse” por lo que una vez fue su gloriosa ciudad.

Temas: El sufrimiento en nuestra vida a veces puede ser resultado directo del pecado. El sufrimiento tal vez sea permitido para ayudarnos a arrepentirnos. Un pecado perdonado puede seguir teniendo consecuencias que debemos enfrentar. Si le permitimos hacerlo, durante nuestra hora más oscura Dios nos fortalecerá y consolará. Si en algún momento hemos experimentado dolor, somos buenos candidatos para consolar a quien ahora está pasando por dolor. Así como Jeremías se lamentó, se lamenta nuestro Padre (cuando nos negamos a prestar atención al mensaje de su Hijo). El Juicio de Dios es seguro . . . aunque el tiempo de recibirlo no se conoce.

Bosquejo:

1. Destrucción y desolación de Jerusalén. ( 1:1 -1:22)

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2. Ira de Dios hacia Jerusalén. ( 2:1 -2:22)

3. Oración por misericordia de Dios sobre Jerusalén. ( 3:1 -3:66)

4. Arrepentimiento de Jerusalén. ( 4:1 -4:22)

5. Oración por la restauración de Dios a Jerusalén. ( 5:1 -5:22)

EL LIBRO DE BARUC

El Libro de Baruc (también llamado de Baruk o Baruch) es un libro Bíblico del Antiguo Testamento, perteneciente al grupo de los Libros proféticos y dentro de ellos a los llamados "profetas mayores" con base en la escasa extensión del texto. En las biblias católicas se encuentra ubicado entre Lamentaciones y Ezequiel.

Canonicidad

Como carecemos del texto original hebreo de Baruc, se lo ha considerado deuterocanónico y se lo ha excluido de las biblias judías y protestante. Para los católicos, sin embargo, Baruc es inspirado y por lo tanto canónico.

En efecto, este libro sólo aparece en la Vulgata latina y en la versión griega de los LXX. En estas dos biblias, forma con Lamentaciones un apéndice conceptual al Libro de Jeremías.

Origen

El libro de Baruc existió primeramente como tres partes separadas e independientes que más tarde fueron reunidas y resultaron en el libro actual.

La pieza más antigua (dos poemas, Bar. 3:9-5:9) pertenecen al siglo III a. C. Ya en tiempos de los Macabeos, un último redactor añadió el prólogo y la parte final y atribuyó el todo al profeta Baruc, secretario y amanuense de Jeremías, lo que demuestra la influencia de este último en aquel tiempo y lugar.

La Septuaginta muestra separado el capítulo 6 de Baruc, que se llama "Carta de Jeremías" y en las biblias de ciertas religiones se encuentra como libro separado. La Vulgata, en cambio, la junta con el libro de Baruc y la numera como un capítulo más. La Carta de Jeremías es un discurso apologético contra la idolatría, y desarrolla aún más los conceptos estudiados por Jeremías e Isaías.1 2 A pesar de ser adoptado por la iglesia católica, Baruc hace una fuerte declaración en contra de la confección, adoración y fe en las imágenes hechas en maderas y revestidas de oro, plata y otros materiales. Esta costumbre la adquirió del pueblo de Babilonia que representaban deidades con imágenes hechas por manos de hombres (Baruc capítulo 6 ó Carta de Jeremías)

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Época

El texto fue escrito en el período Macabeo, pero no pueden establecerse mayores precisiones. Las cartas fueron reunidas en un sólo libro en el año 100 a. C.

Estructura

1. Inscripción; 2. Introducción narrativa (1:3-14); 3. Plegarias (1:15-3:8); 4. Primer poema (3:9-4:4); y 5. Segundo poema (4:5-5:9).

Las plegarias, de carácter cultural, constituyen el canto de los exiliados. En ellas, el pueblo reconoce la manera espantosa en que ha pecado y solicita a Dios la liberación de sus sufrimientos.

El primer poema es de naturaleza didáctica: Israel ha de retornar a Yahveh para ser feliz o sucumbir entre daños y lamentos. El segundo está compuesto de cantos de consuelo y lamentación.

EZEQUIEL

Autor: Ezequiel (Dios Fortalece).

Fecha de escritura: Entre el 593 y el 565 A.C.

Período que abarca: Alrededor de 22 años.

Título: Este libro recibe el nombre de su autor: el profeta Ezequiel. El nombre Ezequiel significa “Dios da fortaleza.”

Trasfondo: Ezequiel, que creció en Jerusalén y fue sacerdote en el templo, es parte del segundo grupo de cautivos llevados a Babilonia junto con el Rey Joaquín. Mientras está en Babilonia se convierte en profeta de Dios. Jeremías ya ha profetizado en Jerusalén durante unos 35 años, y Daniel, que había sido llevado en exilio a Babilonia 9 años antes, es un conocido profeta, tal como demuestran las 3 menciones en los mensajes de Ezequiel. Tanto Ezequiel como Daniel son varios años más jóvenes que el profeta Jeremías.

Lugar de escritura: Babilonia.

Destinatarios: Principalmente los cautivos en Babilonia.

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Contenido: El ministerio de Ezequiel comienza en Babilonia con la condenación y el juicio de la nación de Judá. Pero después que la destrucción de Jerusalén tiene lugar, la perspectiva de Ezequiel cambia. El pasado queda atrás, pero hay un destello de esperanza para el futuro. Ezequiel, que desea ayudar al pueblo a aprender de sus fracasos, anuncia el juicio inminente sobre las naciones vecinas de Judá, y restablece la esperanza para la restauración de Israel. Su visión del valle de los huesos secos describe vívidamente la nueva vida que recibe la nación ( Cáp.. 37). El libro concluye con una visión del retorno de Ezequiel a Jerusalén para recibir detalles sobre el nuevo templo, la nueva Jerusalén y la nueva tierra. Israel y Judá nuevamente serán restauradas a la unidad desde los confines de la tierra, así como la gloria de Dios también retorna.

Palabras claves: “Visiones”; “Atalaya.” Ezequiel recibe una cantidad de “visiones” hermosas y fuera de lo común relacionadas con los planes divinos tanto inmediatos como a largo plazo. Tales visiones ayudan a que Ezequiel se convierta en el “atalaya” de Dios para advertir y animar al pueblo. “Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte” (3:17; 33:7).

Temas: Dios siempre ha odiado y odiará el pecado. Los caminos de Dios contrastan con los caminos del mundo. Cada uno es responsable de sus propios pecados. Juntos somos responsables por los pecados de nuestra nación. Así como todo otro padre amante, Dios nos disciplina por nuestra desobediencia. Las promesas divinas de restauración habrán de cumplirse.

Bosquejo:

1. Llamado y comisión de Ezequiel. ( 1:1 -3:27)

2. Juicio sobre los pecados de Judá. ( 4:1 -24:27)

3. Juicio sobre los gentiles. ( 25:1 -32:32)

4. Restauración prometida a Israel. ( 33:1 -39:29)

5. El nuevo templo. ( 40:1 -48:35)

Ezequiel—el atalaya de Israel

Ezequiel estuvo profundamente implicado en los problemas de su generación. Comenzando su ministerio como profeta en la víspera de la capitulación de Judá, seis años antes de la destrucción de Jerusalén, no pudo escapar al desastre nacional. Estuvo asimismo viviendo con la aguda conciencia de la gravedad de la situación de su nación, conforme se aproximaba la crisis del terrible juicio de Dios. Su mensaje es específico, pertinente, y se concentró en las circunstancias con las que tuvieron que enfrentarse sus conciudadanos en el exilio. Cuando la

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destrucción de Jerusalén se hubo convertido en historia, volvió su atención a las futuras esperanzas de Israel como nación.

Un profeta entre los exiliados

Por la época del nacimiento de Ezequiel (622/21 a. C.), Jerusalén estaba en movimiento con la más grande celebración de la pascua en siglos, conforme el reinado de Josías respondía temporalmente a sus reformas de ámbito nacional. No sólo las esperanzas religiosas prevalecieron de forma optimista, sino que la decadencia influencia de la dominación asiría en Palestina dio lugar al resurgir de proyectos más brillantes en el aspecto político. Asurbanipal, cuyo reinado como gobernante de Asiría acabó en el 630 a. C., no había sido sucedido por reyes poderosos lo suficiente como para resistir a los agresores medas y a los avances de los babilonios. Las noticias de la caída de Nínive en el 612, indudablemente, aliviaron a Judá de los temores de que los ejércitos asirios se propusieran de nuevo amenazar su dependencia.

El libro de Ezequiel

Desde un punto de vista literario, el libro de Ezequiel resalta en distinción con Hageo y Zacarías como los mejores fechados entre los libros proféticos. Los datos del libro y sus fechas a lo largo de todo el libro, están cronológicamente en orden, con la excepción de 29:17, 32:1, y 17- Ello ocurre en las profecías contra las naciones fechadas en el 589 y 571 respectivamente. El resto de las fechas están en cronológica secuencia, desde el 593 a. C., en 1:1, hasta el 585 a. C. en 33:21, cuando las noticias de Jerusalén y su destino trágico, llegan hasta él. La fecha final está anotada en 40:1, situando la visión del estado restaurado de Israel para el año 573 a. C.

El libro de Ezequiel está lógicamente dividido en tres partes principal. Los capítulos 1-24 describen la condenación pendiente de Jerusalén- sección inmediata (25-32) está dedicada a las profecías contra las naciones extranjeras. Los restantes capítulos (33-48) marcan un cambio completo en énfasis, puesto que la crisis anticipada en la primera sección ocurrió con la destrucción de Jerusalén. El nuevo tema es el avivamiento y la restauración de los israelitas a su propia tierra. Para un análisis más detallado de este libro, puede ser usada la siguiente subdivisión:

I. La llamada y la comisión de Ezequiel Ezeq. 1:1-3:21

II. La condenación de Jerusalén 3:22-7:27

III. El templo abandonado por Dios 8:1-11:25

IV. Los líderes condenados 12:1-15:8

V. Condenación del pueblo elegido de Dio16:1-19:14

VI. La última medida completa 1-24:27

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VII. Naciones extranjeras 1-32:32

VIII. Esperanzas para la restauración 33:1-39:29

IX. El estado restaurado 40:1-48:35

Cronología para Ezequiel

621. Nacimiento de Ezequiel. Reformas de Josías—Ministerio de Jeremías.

612. Caída de Nínive.

609. Muerte de Josías. Joacaz gobierna tres meses—Joacim hecho rey

605. Batalla de Carquemis. Rehenes tomados de Jerusalén a Babilonia

601. Batalla egipcio-babilónica en las fronteras de Egipto.

598. Joacim se rebela contra Babilonia.

597. Joaquín y cerca de 10.000 personas incluido Ezequiel hechos cautivos.

594. Embajada enviada por Sedequías a Babilonia—Jer. 29:3. Sedequías aparece en Babilonia—Jer. 51:59.

593. Llamamiento de Ezequiel—1:1 y 3:16.

592. Tableta asignando raciones para Joaquín. Los ancianos conferencian con Ezequiel—8:1-11:25.

591. Los ancianos conferencian con Ezequiel—20:1

588. El asedio a Jerusalén comienza en enero. Mensaje de Ezequiel—24:1.

587. Profecías de Ezequiel—29:1, 30:20; 31:1.

586. Los babilonios entran en Jerusalén—Sedequías huye—19 de julio El templo es incendiado: 15 de agosto

Profecía contra Tiro—26:1

585. Llegan los fugitivos—8 de enero—Ezeq. 33:21 Lamentación sobre Egipto—32:1 y 17

573. Visión de Ezequiel—40:1.

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571. La última profecía fechada de Ezequiel—29:17

561. Joaquín liberado de la prisión, 26 marzo del 561 a. C.—II Reyes 25: 27. (De acuerdo con Thiele, un cálculo de Nisan a Nisan es utilizado en Ezequiel, mientras Reyes utiliza Tishri a Tishri; el primero comienza en abril y el segundo en octubre).

DANIEL:

Los reinados de Uzías de Judá, y Jeroboam II de Israel. Puesto que éstos son los dos únicos reyes mencionados, puede entenderse que Amós profetizó durante el tiempo cuando ambos eran reyes exclusivos en sus reinos respectivos. Uzías reinó solo en Judá de 767 a 750, y Jeroboam en Israel de 782 a 753; por lo tanto, el ministerio de Amós puede haber ocurrido entre los años 767 y 753 a. C. A pesar de que se menciona que recibió su primer mensaje de parte de Dios "dos años antes del terremoto" (cap. 1: 1), es imposible situar su ministerio con mayor precisión, pues se desconoce la fecha del terremoto. Sin embargo, este sismo debe haber sido muy fuerte, pues lo recuerdan los que vivieron 250 años más tarde, según lo demuestra Zac. 14: 5. Este profeta fue ciudadano de Judá, pero también fue portavoz de mensajes para el reino de Israel. Varios de sus mensajes fueron dirigidos contra naciones extranjeras. Fue a Bet-el, santuario del reino del norte, pronuncia allí 24 mensajes proféticos de advertencia, reprensión y castigo para Israel.

OSEAS

Autor: Oseas.

Fecha de escritura: Entre el 790 y el 710 A.C.

Período que abarca: Alrededor de 45 años. ( El ministerio de Oseas se sobrepone al de los profetas Isaías, Amós y Miqueas.)

Título: Es el nombre del autor del libro y uno de los personajes principales: Oseas. A Oseas se lo ha llamado “el profeta con el corazón quebrantado.”

Trasfondo: El ministerio de Oseas al reino del norte comienza durante el reinado de Jeroboam II en Israel, y cubre sucesivamente los reinados de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías en Judá. El marco de este primer libro de los profetas menores es justo antes que Israel sea llevada en exilio a Asiria. Aunque la nación prospera, su condición espiritual es deplorable tanto con la adoración pagana e inmoral a Baal y Astoret, como con la adoración a los becerros de oro que Jeroboam I había levantado en Betel y en Dan.

Lugar de escritura: Israel (el reino del norte).

Destinatarios: El pueblo del reino del norte.

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Condiciones sociales y religiosas. Sociales (4:1-2): Todas las esferas sociales desmoralizadas. Los gobernantes daban pobre ejemplo al pueblo. Riquezas concentradas en unos pocos. Las cortes de justicia corrompidas. Jueces enriquecidos por el soborno. Impuestos excesivos. Conspiraciones. Profusión de sangre derramada. Asaltos en público. Muerte, crimen y el vicio organizado. Los sacerdotes encabezaban bandas de bandidos, instigaban transacciones fraudulentas. Temor e incertidumbre. La familia desecha y la santidad del hogar y el matrimonio perdida. Adoración a dioses traídos de tierras extranjeras quebrantando la moral y toda fidelidad. Embriaguez y esclavitud de seres humanos. Religiosas: Los sacerdotes no daban la Palabra al pueblo. Conducían al pueblo al mal, haciendo atractivo el pecado. Ceremonias impuestas, formales; sin significado y frías. Ritos libres, tomados del paganismo, donde no había pureza ni espiritualidad. Las llamadas “mujeres santas” sacerdotisas, eran mujeres prostitutas, colocadas estratégicamente en los santuarios principales para atraer y satisfacer la sensualidad de los hombres. Degeneración, hombres y mujeres en el libertinaje y entregados a la idolatría y adoración a otros dioses.

Contenido: La vida personal de Oseas ilustra gráficamente su mensaje profético. Cuando Dios se lo ordena, el profeta Oseas se casa con la prostituta Gomer. En vez de ser fiel a su amante y perdonador esposo, Gomer regresa a sus antiguos amantes. Sin embargo, Oseas muestra diligencia al buscarla con compasión y hacerla regresar a sí. El mensaje de Oseas también es revelado a través del significado de los nombres que le da a sus 3 hijos: Jezreel, Lo -ruhama y Lo-ammi ( Cáp.. 1). Así como Gomer, la desenfrenada y licenciosa Israel corre en busca de otros “amores” en vez de ser fiel en su “matrimonio” a Dios. Sin embargo, la rebelión, apostasía y fornicación de Israel terminan haciendo lugar al amor de Dios. Finalmente, Oseas bosqueja la restauración de Israel y el nuevo pacto matrimonial.

Palabras claves: “Matrimonio”; “Perdón.” Así como Oseas se casa con Gomer, el pacto que Dios hace con Israel representa el “matrimonio” de ambos. Y así como Oseas obra con “perdón” y compra a su esposa adúltera de un mercado de esclavos (Cáp.. 3), así Dios con “perdón” continúa buscando a los suyos.

Temas: El amor de Dios es incondicional, eterno y transformador. Dios nos ama lo suficiente como para castigarnos por nuestros pecados. Dios odia el adulterio físico y espiritual. No hay absolutamente nada que podamos hacer que nos pueda separar de la compasión y el amor de Dios. El interés de Dios por todo nuestro ser incluye éxito en nuestro matrimonio. El amor no correspondido en nuestra vida puede ayudarnos a entender mejor el dolor en el corazón de Dios cuando la humanidad rechaza Su amor.

Bosquejo:

1. Oseas se casa con Gomer. ( 1:1 -3:5)

2. Israel comete adulterio espiritual. ( 4:1 -6:3)

3. Israel es juzgada por negarse a arrepentirse. ( 6:4 -10:15)

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4. El amor de Dios por Israel promete restauración. ( 11:1 -14:9)

I. El matrimonio de Oseas y su aplicación a Israel 1:1-3:5

II. Las acusaciones de Dios contra Efraín 4:1-6:3

III. La decisión de Dios para castigar a Efraín 6:4-10:15

IV. La resolución de Dios en los juicios y misericordia 11:1-14:9

AMÓS

Autor: Amós (Carga).

Fecha de escritura: Entre el 760 y el 753 A.C.

Período que abarca: 7-10 años.

Título: El libro recibe el nombre de su autor: Amós. A menudo se hace referencia a Amós como el “cuidador de higos silvestres del sur” o el “pastor de Tecoa.”

Condiciones Sociales y Religiosas: Sociales - Prosperidad sin precedentes. La mayoría vivía una vida de lujos. Poseían casas invernales y de verano, adornadas con hermosas piedras y marfil. Fiestas suntuosas y abundaban en los palacios y mansiones. También había pobreza extrema y los ricos se apoderaban de las tierras. Los jueces eran deshonestos. Gobernantes prostituidos. Había usura, extorsión, odios. Los ricos se hicieron ricos a base de injusticia y opresión. El obrero común era maltratado. Deshonestidad comercial. Justicia sobornada. Religiosas Largas jornadas a Bethel, Gilgal, Beerseba, para culto a Baal. Canticos. Asistencia puntual a los templos. Elaboradas ceremonias. Observancias regulares. La vida ceremonial eran solo prácticas religiosas huecas y vacías. Oposición a la justicia. Falta de sinceridad. Los ricos y los nobles controlaban parcialmente la religión. Cerraron su corazón a la palabra de Dios (2:4) Embriaguez y comidas extravagantes en los rituales. Paseos en carrozas. Ociosidad. Idolatría (becerros) en Dan y Bet-el. Sacerdotes asalariados.

Trasfondo: Amós, natural de la aldea de Tecoa en Judá ( al sur de Belén), es un pastor que además recoge fruta cuando Dios lo llama –aunque carece de educación y trasfondo sacerdotal. La misión de Amós está dirigida a su vecino del norte, Israel. Sin embargo, sus mensajes de juicio inminente y cautividad no son populares. La gente no les presta atención pues desde los días de Salomón las cosas no habían marchado tan bien en Israel. El ministerio de Amós tiene lugar mientras Jeroboam II reina en Israel y Uzías reina en Judá ( alrededor de 40 años antes del exilio de Israel a Asiria). Profetas contemporáneos: Isaías, Oseas y Miqueas.

Lugar de escritura: Cerca de Jerusalén.

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Destinatarios: Principalmente Israel, pero también Judá y las naciones vecinas.

Contenido: Amós puede ver que bajo la prosperidad y poder externos de Israel, internamente la nación se ha corrompido. Los pecados por los cuales Amós acusa al pueblo son numerosos: descuido de la Palabra de Dios, idolatría, adoración pagana, codicia, liderazgo corrupto y opresión de los pobres. Amós comienza con un juicio sobre todas las naciones vecinas, luego sobre su propia nación de Judá, y finalmente el juicio más severo es para Israel. Sus visiones de parte de Dios revelan el mismo y enfático mensaje: el juicio está cerca. El libro termina con la promesa divina a Amós de la futura restauración del remanente.

Palabras claves: “Plomada”; “Esperanza.” La visión de Dios a Amós revela la “plomada” (el estándar) según el cual el pueblo será probado y juzgado (Cáp.. 7). La naturaleza de Dios se hace evidente por la “esperanza” de la restauración de la tierra y del pueblo.

Temas: Porque Dios es eternamente justo, quiere que nuestra meta sea Su justicia. Dios odia el pecado. El alto precio por el pecado en nuestra vida. Para hacer Su obra Dios a menudo elige a personas que el mundo rechazaría. Aquellos a quienes les ha sido dado más, son responsables por más. El juicio de Dios es seguro. Quienes temen a Dios reciben bendiciones de Dios, tanto ahora como en la eternidad.

Bosquejo:

1. Dios juzga a los vecinos de Israel. ( 1:1 -2:5)

2. Dios juzga a Israel. ( 2:6 -6:14)

3. Amós tiene 5 visiones. ( 7:1 -9:10)

4. Israel será restaurada. ( 9:11 -9:15)

Con lucidez literaria y un magnífico estilo, Amos predica el mensaje de Dios para su generación. En una clásica simplicidad, describe su encuentro con la pecadora generación contemporánea. Para un, breve análisis del libro de Amos, nótese lo siguiente:

I. Introducción 1:1-2

II. Denuncia de las naciones 1:3-2:16

III. Las acusaciones ampliadas de Dios contra Israel 3:1-6:14

IV. El plan de Dios para Israel 7:1-9:15

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Es de notar cómo Amos comenzó su misión predicatoria. Anunciando valientemente el juicio para las naciones circundantes, atrajo la atención de los israelitas. La acción del profeta verosímilmente provocó una alegría maliciosa en más de unos pocos corazones endurecidos.

ABDÍAS El breve libro de Abdías, que consta sólo de 21 versículos, no lleva fecha, y su ubicación cronológica no es segura. La profecía de Abdías, dirigida contra Edom, presupone que había ocurrido recientemente un saqueo de la ciudad de Jerusalén, en el cual muchos judíos habían sido llevados cautivos. Algunos creen que el profeta se refiere a la conquista de Jerusalén en tiempos del rey Joram (2 Rey. 8: 20-22; 2 Crón. 21: 8-10, 16-17), en el siglo IX. Otros creen que el profeta se refiere a la destrucción de Jerusalén a manos de Nabucodonosor en 586 a. C. El hecho de que algunas de las palabras empleadas por Abdías también se encuentren en Jeremías (Abd. 1, 3-4; cf. Jer. 49: 14, 16) y Joel (Abd. 15, 17; cf. Joel 1: 15; 2: 1, 32) difícilmente puede servir como una evidencia para establecer una fecha más antigua o más reciente. Por lo tanto, aquí se adopta la fecha más reciente, sin que por ello se considere que es un error ubicarlo en un tiempo más antiguo.

JONÁS El profeta Jonás era galileo, de Gat-hefer. En su libro no aparece ningún elemento decisivo para identificar la fecha de su misión a Nínive. Sin embargo, en 2 Rey. 14: 25 se afirma que Jonás también profetizó acerca de la expansión de Israel y que esa profecía se cumplió en el tiempo de Jeroboam II. Esta profecía debe haber sido dada antes de que Jeroboam fuera rey (aproximadamente 793 a. C.) o en los primeros años de su reinado; por lo tanto, es probable que Jonás haya sido el primero entre los profetas que se estudian ahora. Esa fecha tan antigua para el ministerio de Jonás -en torno de 790 a. C.- coincide bien dentro de la historia asiria. El único período en el cual parece calzar la misión de Jonás a Nínive, con los resultados conocidos, es en el reinado de Adadnirari III (810-782). Durante el reinado de éste, Asiria dejó su religión politeísta por un corto tiempo, y abrazó un culto más o menos monoteísta dedicado a Nabu.

MIQUEAS Miqueas era oriundo de Moreset-gat (cap. 1: 1, 14), probablemente lo que hoy corresponde con Tell el-Yudeidah en la parte sudoeste de Judá. No debe confundirse al profeta Miqueas con Micaías, hijo de Imla, profeta de Israel en tiempos de Acab (siglo IX a. C.). Algunos antiguos comentadores procuraron demostrar que se trataba de una misma persona, debido al empleo que hacen ambos de frases similares (Miq. 1: 2; cf. 1 Rey. 22: 28). Sin embargo, los datos cronológicos presentados por Miqueas se oponen a esta identificación, y demuestran que medió al menos un siglo entre los dos. Miqueas afirma que su ministerio se efectuó en tiempos de Jotam, Acaz y Ezequías (cap. 1: 1). Puesto que Jotam pasó a ser soberano único después de la muerte de su padre Uzías en 740/39, sin duda debe ubicarse la fecha del comienzo del ministerio de Miqueas después de ese año. Por lo tanto, se ve que fue contemporáneo de Isaías, aunque algo menor que éste. El vocabulario y la terminología de Miqueas tienen mucho parecido con los de Isaías (Miq. 4: 1-4;

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cf. Isa. 2: 2-4). Jeremías, al citar a Miqueas (Jer. 26: 18 ; cf. Miq. 3: 12) afirma que éste actuó durante el reinado de Ezequías. Todo esto lleva a la conclusión de que Miqueas profetizó desde el año 740 al 700 a. C., aproximadamente.

NAHÚM Se dice que Nahúm era de Elcos (cap. 1: 1), pero Elcos (Elcóš, BJ) no figura como nombre geográfico en ninguna otra parte de la Biblia. Algunos han procurado identificarlo con Elkesi, en Galilea, con Alkush en Asiria y con una aldea próxima a Eluterópolis en Judá. Sin embargo, no hay duda de que vivió y trabajó en el reino del sur y que su principal profecía estaba dirigida en general, contra Asiria, y contra Nínive en particular. No se dan datos cronológicos, pero el profeta habla de la caída de Tebas (No Amón, BJ; Noph, ARV; cap. 3: 8) como un acontecimiento pasado. Esta ciudad, capital del alto Egipto, generalmente conocida por su nombre griego de Tebas, fue destruida por el rey Asurbanipal en 663 a. C. Esto proporciona una fecha límite para la antigüedad de la profecía de Nahúm. Por otra parte, se describe la destrucción de Nínive como un acontecimiento futuro (cap. 3: 7). La ciudad de Nínive, capital de Asiria, fue tomada y destruida por las fuerzas combinadas de Media y Babilonia en el año 612 a. C., por lo cual ésta sería la fecha menos antigua posible para el libro de Nahúm. La descripción gráfica que da el profeta de la catástrofe ocurrida en Tebas deja la impresión de que el acontecimiento estaba todavía fresco en el recuerdo del pueblo. Si bien el poderío de Asiria estaba decreciendo, todavía no estaba cerca de su fin. Por lo tanto, se toma el año 640 a. C., a mitad de camino entre las dos fechas límites, o sea la destrucción de Tebas y la caída de Nínive, como una fecha conjetural razonable para el ministerio profético de Nahúm.

HABACUC Fuera de su nombre, nada se sabe del profeta Habacuc. Es posible que hubiera sido cantor en el templo, puesto que su tercer capítulo está dedicado "al jefe de los cantores, sobre mis instrumentos de cuerdas" (cap. 3: 19). Aunque no se encuentran datos cronológicos en el libro, ciertas declaraciones permiten ubicar con bastante aproximación las profecías de Habacuc. Se menciona que el templo todavía existe (cap. 2: 20), lo que indica que el libro fue escrito antes de que Nabucodonosor destruyera la ciudad de Jerusalén en 586 a. C. Además, se predice el surgimiento de los caldeos y su invasión del occidente, pero en ese tiempo esto parecía algo increíble (cap. 1: 5-7). Esta situación coincide mejor con el tiempo anterior al surgimiento del imperio caldeo en tiempo de Nabopolasar, quien comenzó a reinar en 626/25 a. C., y que, junto con los medos, ocasionó la destrucción de Asiria. Parecería apropiado asignarle al período de la actividad profética de Habacuc una fecha alrededor de 630 a. C., antes de que los caldeos llegaran a ser una potencia de cierta importancia.

SOFONÍAS El profeta Sofonías hace remontar su genealogía a un Ezequías, quizá el rey de Judá de este nombre. Afirma que ministró en tiempo del rey Josías (cap. 1: 1), quien reinó de 640 a 609 a. C. Habla de la destrucción de Nínive, ocurrida en 612 a. C., como de un suceso futuro, lo que

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indicaría que escribió antes de esa fecha. Además, la repetida mención de la impiedad de Judá, descrita como enorme en su día (cf. cap. 1: 4-6, 8-9, 12; 3: 1-3, 7), parece referirse a la época anterior a la reforma de Josías, la cual comenzó en 623/22. Estas consideraciones parecen colocar a Sofonías en los primeros años del reinado de Josías, quizá alrededor de 630 a. C., como contemporáneo de Habacuc.

AGEO La reanudación de la reconstrucción del templo en tiempos de Darío I, después de que la obra había sido abandonada por algún tiempo (Esd. 4: 24; 5: 1), se debió al valiente ministerio de Hageo. El libro de Hageo contiene cuatro discursos, cada uno de los cuales lleva una fecha precisa, con día, mes y año del reinado de Darío (para esas fechas ver t. III, pp. 101-102). La secuencia del libro de Hageo indicaría que todo su ministerio conocido no duró más de 3 meses y medio, y que comenzó (cap. 1: 1) el 29 de agosto de 520 a. C., y se extendió, de acuerdo con sus dos últimos discursos registrados (cap. 2: 10, 20), hasta el 18 de diciembre de 520. De todas las fechas de los profetas, la de Hageo es la que puede darse con mayor precisión.

ZACARÍAS Zacarías quizá perteneció a una familia sacerdotal (cap. 1: 1; cf. Neh. 12: 12,16). Recibió su llamamiento entre octubre y noviembre de 520 a. C., en el mismo año en que aparece Hageo por primera vez (cap. 1: 1. Algunos meses más tarde se dieron varias otras profecías (Zac. 1: 7 a 6: 15). Luego se nota una pausa de casi dos años en su actividad, al cabo de los cuales Zacarías recibió otro mensaje divino el 6 de diciembre de 518 (cap. 7: 1), registrado en los cap. 7 y 8. Los otros mensajes y profecías, registrados en los cap. 9-14, no llevan fecha, por lo cual no es posible fijar la duración total del ministerio de Zacarías. Si bien se sabe que comenzó su obra en 520, y que siguió hasta 518 a. C., no puede asignarse una fecha definitiva para el fin de su ministerio profético. Algunos eruditos ubican la terminación de su ministerio en el año 510; pero tal vez actuó durante un tiempo más prolongado, y quizá los cap. 9- 14 se escribieron mucho más tarde.

MALAQUÍAS Como Malaquías significa "mi mensajero", no se sabe si éste es el nombre del autor del libro o simplemente se trata de un autor anónimo. Si se trata de esto último, sería éste el único de los libros proféticos del AT escrito en forma anónima. Sin embargo, no hay una razón válida por la cual no deba considerarse a Malaquías como un nombre propio. Malaquías es el último en la secuencia de los profetas, y su libro también es el último libro profético escrito en la era precristiana. Sus mensajes muestran que fue escrito después del reino de Judá, cuando el país era regido por un gobernador (cap. 1: 8), o sea durante el período persa. Evidentemente, el templo había sido reconstruido, pues se ofrecían sacrificios en forma regular en el tiempo de las actividades del profeta (cap. 1: 7-10) .Los abusos que Malaquías reprocha son mayormente los mismos que Nehemías encontró al regresar a Jerusalén para iniciar su segundo período de gobierno (Mal. 3: 8-9; cf. Neh. 13: 10-12; Mal. 2: 11-16; cf. Neh. 13: 23-27).

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Desafortunadamente no puede situarse con exactitud el segundo período del gobierno de Nehemías, por lo que resulta un tanto difícil ubicar el libro de Malaquías. El primer período del gobierno de Nehemías fue de 444 a 432 a. C. (cap. 5: 14), después de lo cual fue llamado a regresar a Persia. Allí pasó un número no determinado de años antes de que volviera a Judea y descubriera los abusos descritos en el cap. 13. Las vigorosas medidas tomadas por el gobernador pronto remediaron la situación que encontró allí. Esto hace pensar que la obra de Malaquías pudo haber sido posterior al primer período de Nehemías como gobernador, pero anterior a su regreso a Jerusalén desde la capital persa. Por esto probablemente pueda asignarse al libro una fecha alrededor de 425 a. C.

Profetas del Antiguo Testamento

Abraham – Génesis 20:7

Moíses – Deuteronomio 34:9, Hechos 3:22

Isaías – 2 Reyes 19:2, Hechos 8:28, 30, 34; 28:25

Malaquías – Mateo 2:5-6

Habaccuc – Habaccuc 1:1

Joel – Hechos 2:16

Efrain – Oseas 9:8

Osea – Mateo 2:15

Jeremías – Jeremías 1:5

Ahimelec- 1 Samuel 22:14

Zacarías –Zacarías 1:1

Ahías – 1 Reyes 11:29

Samuel – 1 Samuel 3:20, Hechos 3:24, 13:20

Jehú – 1 Reyes 16:7

Natán – 2 Samuel 7:2

Micaías – 1 Reyes 22:7-8

Jonás – 2 Reyes 14:25

Iddo – 2 Crónicas 13:22

Sisac – 2 Crónicas 12:5

Amos – Hechos 7:42-43

Balaam – 2 Pedro 15-16

Daniel – Mateo 24:15

Hananías – Jeremias 28:17

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Ezequiel – Ezequiel 2:1-5

Azur – Jeremias 28:1

Elías – 1 Reyes 18:22

Eliseo – 1 Reyes 19:16

Hageo – Hageo 1:1

David – Hechos 2:29-30

Aarón - Exodo 7:1

Azarías – 2 Crónicas 15:8

Obed – 2 Crónicas 15:8

Asaf – Mateo 13:35 con Salmos 78:2

Profetas femeninos

María – Éxodo 15:20

Débora – Jueces 4:4

Hulda – 2 Reyes 22:14

Noadías – Nehemías 6:14

La esposa de Isaías – Isaías 8:3

Ana – Lucas 2:36

Las cuatro hijas de Felipe - Hechos 21:9

Profetas del Nuevo Testamento

Jesús – Mateo 21:11, Hechos 3:22; 7:37

Juan el bautista – Mateo 11:7-11

Agabo – Hechos 11:27-28; 21:10

Judas – Hechos 15:32

Silas – Hechos 15:32

Líderes de la Iglesia en Antioquia: Bernabé, Simón, Lucio, Manaén, y Pablo– Hechos 13:1