dÍa sexto el niño en tus brazos

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“¡ Cuán grande, por consiguiente, debe ser nuestra confianza en esta augusta reina, sabiendo el mucho crédito que goza cerca de Dios y que su misericordia es a la vez tan rica y abundante; que no hay hombre alguno en la tierra que no participe de la bondad y de los favores de María ! ” - PowerPoint PPT Presentation

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Page 1: DÍA  SEXTO El  niño en tus  brazos
Page 2: DÍA  SEXTO El  niño en tus  brazos

“¡Cuán grande, por consiguiente, debe ser nuestra confianza en esta augusta reina, sabiendo el mucho crédito que

goza cerca de Dios y que su misericordia es a la vez tan rica y

abundante; que no hay hombre alguno en la tierra que no participe de la

bondad y de los favores de María!”

San Alfonso María de Ligorio

Page 3: DÍA  SEXTO El  niño en tus  brazos

Dispongámonos con fe a iniciar este día de novena como

preparación a la fiesta de la Virgen del Perpetuo Socorro,Detengamos un momento en

nuestro caminar diario; recemos, oremos

y pidamos su socorro: !Oh Madre de Amor Ven en mi Socorro!

Page 4: DÍA  SEXTO El  niño en tus  brazos

Oh María, Madre de Jesús y nuestra madre del Perpetuo Socorro, voy a

mirarte fijamente durante nueve días para descubrir en tu imagen los símbolos más sobresalientes, las

lecciones más llamativas, las misteriosas insinuaciones que tu inspirado pintor

pretendió trasladar a su obra. Y no sólo las que voy a leer en estas páginas, sino

también las que tu misma, maestra admirable, vas a enseñarme sobre tu

Hijo y sobre nuestro Dios, que es padre y madre de amor.

Ayúdanos a seguir fielmente a tu Hijo Jesucristo. Despierta en mi

entendimiento y en mi corazón la fe, la esperanza y el amor con que tu misma quieres que te mire y te invoque, para

avivar una confianza ilimitada en tu socorro. Amén

Page 5: DÍA  SEXTO El  niño en tus  brazos

DÍA SEXTO El niño en tus brazos

Lo observamos bien. No es propiamente un chiquitín.Tiene ya unos años vividos. Y volvemos a pensar en Nazaret, en su monótona y tranquila vida de hogar. Tú te entregabas a tus faenas domesticas: la cocina, el horno, la provisión de agua y de leña, el ir al pozo común de la aldea, con tu Jesús de la mano. Allí la gente se saludaba, charlaba, comentaba los sucesos del pueblo; mientras los pequeños de la aldea, y entre ellos Jesús, jugueteaban alegres. Tú sonreías complacida. Con José y Jesús formabas una familia sencilla en un pueblo humilde de Israel. Madre buena, ilumínanos para que en las fatigas de cada día reconozcamos la presencia del Padre celestial que nunca nos deja de su mano, aunque parezca que palidece nuestra fe o nos abruman las dificultades. Fortalécenos para que, llenos de confianza, le pidamos, como nos enseñó Jesús, el pan de cada día y para que no permita que caigamos en la tentación y la desesperanza.

Page 6: DÍA  SEXTO El  niño en tus  brazos

R/: Ven en mi socorro, ¡oh Madre de bondad!

• ¡Oh Madre del Perpetuo Socorro, cuyo solo nombre inspira confianza! /R• En el momento peligroso de la

tentación, para que yo resista. /R• Cuando haya tenido la desgracia

de pecar, para que me arrepienta y me vuelva a levantar. /R• Si algún vicio me tiene

encadenado, para que pueda romperlo. /R

Todos: Seas amada, seas alabada, seas invocada, seas eternamente bendita, ¡oh Virgen del Perpetuo Socorro!, mi esperanza, mi amor, mi madre, mi refugio y mi vida. Amén

• Para que escuchando la Palabra de Dios obre de acuerdo con ella. /R• Para que viva todos mis días

como seguidor de Jesucristo. /R• Para que haga de mi vida un

servicio a Dios y al prójimo. /R• En todas las pruebas y trabajos

de la vida. /R• Contra mi inconstancia y para

que persevere hasta el fin. /R• ¡Oh Madre mía, hasta mi último

suspiro! /R

Page 7: DÍA  SEXTO El  niño en tus  brazos

Todos: Inmaculada virgen y madre mía, María Santísima, tú eres la madre de nuestro Señor Jesucristo, y con él eres la esperanza y el refugio de los pecadores. A ti recurro, aunque indigno siervo tuyo, para venerarte y darte gracias, porque me has protegido de todo mal. Te amo, señora amabilísima y prometo servirte siemprey esforzarme para que sean muchos los que también te amen. A ti confío, después de Jesucristo, mi esperanza y mi salvación;acéptame como hijo, oh madre de misericordia. Y ya que tu intercesión ante Jesús es poderosa, no permitasque caiga en tentación y líbrame siempre del mal. Madre, enséñame a amar a tu Hijo y alcánzame la gracia de una buena muerte. Que pueda vivir amando a Dios y a mis hermanos hasta el final de mis días. No me faltes con tu socorro hasta que no me veas en la feliz plenitud del cielo, para cantar las maravillas que Dios ha hecho en ti y llamarte bienaventurada

por toda la eternidad. Amén. Así lo espero. Así sea.

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