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Detrás de la máscara: impactos culturales del turismo en la artesanía Boruca (Costa Rica) Dr. J. Carlos Monterrubio Universidad Autónoma del Estado de México, México [email protected] MBA. Melvin Bermúdez Elizondo Universidad Nacional de Costa Rica, Costa Rica [email protected] Sociedad, cultura y turismo Palabras clave: Impactos del turismo; artesanías; máscara; grupos indígenas; Boruca Resumen El turismo ha representado un agente importante de cambio cultural en las poblaciones receptoras de muchos países. Este cambio se hace presente en manifestaciones materiales e inmateriales de la cultura local y suelen significar un beneficio o un costo para las poblaciones. Así, algunas expresiones culturales como la danza, las tradiciones y las artesanías son transformadas a partir de su incorporación a la actividad turística. En el caso de las artesanías, que representan una asociación profunda entre el espacio, su gente y sus formas tradicionales de vida, el consumo turístico puede guiar a una mercantilización de éstas. Dicha mercantilización tiende a exigir cambios no sólo en las formas, materias primas, técnicas y herramientas de producción de las artesanías sino

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Detrás de la máscara: impactos culturales del turismo en la artesanía Boruca

(Costa Rica)

Dr. J. Carlos Monterrubio

Universidad Autónoma del Estado de México, México

[email protected]

MBA. Melvin Bermúdez Elizondo

Universidad Nacional de Costa Rica, Costa Rica

[email protected]

Sociedad, cultura y turismo

Palabras clave: Impactos del turismo; artesanías; máscara; grupos indígenas; Boruca

Resumen

El turismo ha representado un agente importante de cambio cultural en las poblaciones

receptoras de muchos países. Este cambio se hace presente en manifestaciones

materiales e inmateriales de la cultura local y suelen significar un beneficio o un costo

para las poblaciones. Así, algunas expresiones culturales como la danza, las tradiciones y

las artesanías son transformadas a partir de su incorporación a la actividad turística.

En el caso de las artesanías, que representan una asociación profunda entre el espacio,

su gente y sus formas tradicionales de vida, el consumo turístico puede guiar a una

mercantilización de éstas. Dicha mercantilización tiende a exigir cambios no sólo en las

formas, materias primas, técnicas y herramientas de producción de las artesanías sino

también en el significado y el valor que éstas poseen para la cultura local. Estas

transformaciones, sin embargo, han carecido ampliamente de evidencia empírica que

permita especificar con mayor precisión los denominados impactos del turismo.

En este marco, la presente investigación tuvo como objetivo identificar los cambios en la

producción artesanal a partir de su mercantilización en el turismo. Esto se logró a partir

del análisis de “la máscara Boruca” -artesanía indígena del sur de Costa Rica. A partir de

metodologías cualitativas, específicamente entrevistas a profundidad, se encontró que las

máscaras como artesanía tradicional han requerido ser modificadas para su incorporación

a la comercialización turística; esta modificación se ha basado principalmente en la

agregación de elementos decorativos y representativos de la biodiversidad de Costa Rica,

elementos significativos para el turista pero inexistentes en la tradición original.

Estas máscaras “turistificadas” han representado un ingreso económico significativo para

las familias artesanas, pero en la percepción de algunos artesanos, dicha adecuación no

ha implicado necesariamente una comercialización de su cultura, o al menos de los

significados que la cultura tangible tiene para los grupos indígenas. Paralelamente a la

máscara comercializada turísticamente, los artesanos producen máscaras elaboradas de

manera tradicional para sus propios intereses culturales. Esto sugiere que, contrario a lo

que la literatura frecuentemente ha sugerido, la transformación de la cultura no es

necesariamente producto de un interés unidireccional del turismo, sino una estrategia de

sobrevivencia económica pero también cultural de las poblaciones locales.

Introducción

Costa Rica es un país diverso con gran riqueza en recursos físicos, naturales y con una

alta diversidad cultural. Esto ha provocado que en los últimos años los turistas a nivel

nacional e internacional vuelvan la mirada hacia esta diversidad cutural; sin embargo, las

poblaciones receptoras, particularmente sus costumbres, hábitos y tradiciones, se ven

impactadas de distintas formas y a distintas intensidades por esta expansión del turismo.

La historia que presenta Costa Rica, donde los antepasados han dejado un legado

histórico digno de considerarlo patrimonio cultural y en donde incluso recientemente las

esferas presentes en la zona sur del país han sido declaradas patrimonio de la

humanidad, compromete aún más al país a conservar los recursos y atractivos culturales

tangibles e intangibles. Particularmente exige estudiar las transformaciones en la cultura

de las poblaciones, entre ellas las indígenas, junto con sus tradiciones y otras

mainfestaciones culturales, que son generadas por actividades económicas y

socioculturales como el turismo.

Este trabajo analiza cómo la presencia del turismo ha impactado de forma material e

inmaterial la cultura, tradicciones y hábitos de los pobladores de las reservas indígenas

de Boruca y Rey Curré, Costa Rica, a partir de las transformaciones de su producción

artesanal, las máscaras, que simbolizan en su forma más profunda la cultura pero a la vez

un medio económico para los Borucas, grupo étnico presente en ambas reservas

indígenas.

Antecedentes y justificación

Durante los últimos 20 años el gobierno de Costa Rica ha realizado una gran apuesta a la

promoción del turismo, principalmente aquel relacionado con los atractivos naturales de

excepcional belleza que posee el país, pero además y de forma concomitante, el

turismo también ha abordado otras áreas, dentro de ellas el ámbito cultural y

específicamente aquél que se desarrolla en comunidades indígenas.

La presencia de turistas como agentes exógenos en las comunidades siempre

representará un elemento extraño en la cotidianidad de la población, pudiendo incluso

impactar en las costumbres y tradiciones, modificándola o alterando no sólo las formas

materiales de la cultura sino también el significado atribuida a éstas. A partir de este

elemento resulta de importancia determinar cómo las artesanías indígenas que se

fabrican en las reservas indígenas de Rey Curre y Boruca, ambas habitadas por

pobladores indígenas Borucas, han sido impactadas por la presencia continua de turistas,

ya no solo nacionales, sino también internacionales, que llegan con la motivación de

conocer los aspectos culturales de estas reservas, pero que de una u otra forma impactan

en distintos elementos de su cultura.

Las máscaras labradas en madera de balsa o cedro han acompañado a estas reservas

desde su misma existencia, situadas en cada hogar como un símbolo de su razón de ser

y utilizadas frecuentemente en el “Baile de los Diablitos”. Esta danza es practicada en

ambas reservas una vez al año y representa o recrea el enfrentamiento de los diablitos

(que representan a los indígenas) contra el toro (que representa la invasión española); la

fiesta involucra además la artesanía, la música y las comidas tradicionales de las

comunidades indígenas.

Según entrevista realizada al señor Nicanor Lázaro Morales, conocido como el “diablo

mayor”, y regogida en el Plan de Turismo del Pacífico Sur por el Instituto Costarricense

del Turismo, esta danza simboliza la lucha durante la conquista. “Los españoles

pretendían dominarnos y quitarnos nuestras riquezas, pero nosotros siempre hemos sido

un pueblo guerrero. Con dicho baile demostramos que defendemos nuestra cultura y que

nunca nos dejamos doblegar” (ICT 2010, p.23).

Los diablitos (indígenas) llevan sobre sí diversas máscaras labradas en balsa o cedro,

que representan una historia en sí misma, fabricadas por artesanos dedicados a tal labor

o por familias que las labran solo con el objetivo de que sean “jugadas” (exibidas) durante

el baile de los diablitos. Dada la creciente asistencia de turistas nacionales y sobre todo

extranjeros a esta manifestación cultural del pueblo Boruca, las máscaras se han ido

modificando con el pasar de los años, dado que las mismas son comercializadas de

forma inmediata. En los últimos tres años, por ejemplo, una extranjera radicada en el país

encarga y compra un gran número de las máscaras que se utilizan durante el baile de los

diablitos en la Reserva de Rey Curré y acude a la Reserva de Boruca con el objetivo de

adquirir las mejores, esto con el propósito de comercializarlas dentro del turismo

extranjero en el valle central. Para que las máscaras sean más atractivas para los

mercados, la extranjera solicita a los artesanos la inclusión de colores, figuras y otras

características que no son propias de estos pueblos indígenas, sino que son incorporadas

con el único sentido de variar la oferta a petición de los turistas.

Hoy en día, las máscaras de los pubelos indígenas son exibidas en tiendas de souvenir,

en los aeropuertos y en negocios visitados por los turistas y en donde el precio final al

turista bien puede triplicar el precio que se le paga a los artesanos indígenas que las

labraron. Esto no implica necesariamente un sentido de historia y pertinencia, sino más

bien una mercancía a ofertar y adquirir. Ante esta situación, y en el marco del estudio de

los impactos socioculturales del turismo, el análisis de los cambios que la producción de

estas máscaras así como los significados atribuidos a éstas por parte de los pobladores

Borucas representa una necesidad de investigación.

Marco Téorico

El turismo ha sido ampliamente reportado como un agente de cambio en las poblaciones

receptoras (ver por ejemplo Hall y Lew, 2009; Mason, 2003; Ryan, 2003; Wall y

Mathieson, 2006). El turismo es una actividad económica, sociocultural y medioambiental,

principalmente, que lleva consigo implicaciones en el entorno de las sociedades que

habitan en los destinos, y también en quienes no, aunque en éstos últimos dichas

implicaciones han sido muy poco estudiadas (Stronza, 2001). Por ello, el turismo puede

representar un beneficio o un costo en cualquiera de estas dimensiones para aquéllos que

participan en él.

Así, los beneficios económicos del turismo se han reportado en cuanto a su contribución

al equilibrio de la balanza de pagos, al Producto Nacional Bruto (PNB), a la creación de

empleo, a la activación de la actividad empresarial, al aumento y distribución de la renta,

entre otros. Sin embargo, sus costos pueden reflejarse en posibilidades de inflación,

disminución de la demanda de bienes y servicios locales, distorsiones en la economía

local, por mecionar sólo algunos (OMT, 1998).

En cuanto a sus implicaciones ambientales, el turismo juega también un papel importante

de cambio. De acuerdo con Mason (2003), los impactos positivos del turismo en el

medioambiente pueden manifestarse en el estímulo a las medidas de protección del

entorno (flora y fauna), en la promoción de Parques Nacionales y áreas protegidas y en la

preservación de monumentos y sitios históricos y de valor patrimonial. Asimismo, sin

embargo, el turismo puede tener implicaciones negativas en cuanto a, por ejemplo, la

generación de basura, hacinamiento en espacios públicos, contaminación del agua,

erosión de los suelos, daño a los ecosistemas, entre otros.

Los impactos del turismo en su dimensión sociocultural han sido también reportados. “Los

impacto sociales y culturales del turismo son las formas en que el turismo contribuye a los

cambios en los sistemas de valores, comportamiento individual, relaciones familiares,

estilos de vida colectiva, moral, expresiones creativas, ceremonias tradicionales y

organización comunitaria” (Haralambopoulos y Pizam, 1996, pág. 503). En su dimensión

social, el turismo puede contribuir a mejorar la infraestructura, incrementar las opciones

de recreación y servicios públicos para la comunidad; asimismo, puede jugar un papel

importante en el incremento del tránsito vehicular, sobre todo en temporadas altas, la

delincuencia, el comercio y el consumo de alcohol y drogas, entre otros (Monterrubio,

2013). Ciertamente estos cambios se experimentarán de manera distinta dependiendo el

destino y otras características como las condiciones socioeconómicas y culturales de los

destinos. A nivel cultural, el efecto demostración, la mercantilización de la cultura local, la

autenticidad y las tradiciones pueden modificarse como consecuencia de la intervención

del turismo (Reisinger, 2009).

De interés especial para efectos de esta investigación es el abordaje de los impactos del

turismo en las manifestaciones culturales, particularmente en las artesanías. Las

artesanías pueden definirse como “productos tangibles e intangibles que reflejan el

patrimonio cultural y las tradiciones de un país, una región o una comunidad local”

(McKercher, 2008: pág. 18). Sin embargo, para los turistas, las artesanías pueden tener

otro significado; son elementos de remembranza de los turistas acerca de sus propias

experiencias vividas. Por ello las artesanías tienen significados distintos, según el interés

de los actores, principalmente turistas y residentes. En atención a dichos intereses,

apunta McKercher (2008), debe realizarse una disintinción entre las artesanías producidas

para el consumo y uso local y las producidas para los turistas. Respecto de estas últimas,

la comercialización de las artesanías exige comúnmente algún tipo de adptación del

producto original a los intereses de los turistas como consumidores. Estas adaptaciones

pueden guiar a un cambio quizas desfavorable no sólo en el producto tangible sino

también en sus componentes intangibles, tales como el significado original atribuido a las

mismas, o pueden representar un beneficio en la preservación de la cultura, tal como ha

sido evidenciado empíricamente (Deitch, 1989).

Marco Referencial

El Plan de Turismo actual para el Pacífico Sur de Costa Rica sugiere establecer una alta

integración entre los distintos atractivos turísticos que dispone la zona, tal y como se

muestra en la Figura 1. Entre ellos se muestra cómo los territorios indígenas son

considerados por primera vez dentro de los ejes de desarrollo a impulsar.

Figura 1. Plan de Turismo para el Pacífico Sur (ICT, 2010).

Dentro del plan se identifican algunos centros de desarrollo turístico con sus respectivos

corredores turísticos, estableciéndose al menos tres circuitos turísticos dentro del pacífico

sur de Costa Rica (ver Figura 2). En éstos sobresale nuevamente que las etnias indígenas

y la ruralidad consituyen un corredor turístico para esta región que, dicho sea de paso,

presenta indicadores económicos y sociales muy por debajo de la media nacional.

Figura 2. Zonas de planificación y circuitos turísticos para el Pacífico Sur de Costa Rica

(ICT, 2010).

Queda reflejado cómo la ruralidad y más específicamente las etnias indígenas, con todos

sus productos turísticos, podrían tener un papel preponderante en el establecimiento de

un Modelo Territorial de Turismo para el Municipio de Buenos Aires, localizado en el sur

de Costa Rica, y más específicamente para las comunidades indígenas de Rey Curré y

Boruca.

Localización geográfica del cantón de Buenos Aires

El cantón de Buenos Aires es el cantón tercero de la provincia de Puntarenas en Costa

Rica, cuenta con una extensión de 2.382,61 Kms² y se localiza en la hoja topográfica

Talamanca, CR2CM-8 escala 1: 200.000. Según su división territorial administrativa, está

conformado por 9 distritos, siendo los distritos de Buenos Aires, Boruca y Volcán los de

mayor presencia de población.

Figura 3. División territorial administrativa del cantón de Buenos Aires.

Población

El cantón de Buenos Aires está conformado por nueve distritos con un total de población

en el año 2011 de 45.244 habitantes, población distribuida en urbana y rural

predominando esta última con un 74% de la población total distribuida en los 9 distritos

(INEC, 2011).

DISTRITOS AREA (Kms² ) POBLACIÓN TOTAL

01 Buenos Aires 552.51 21.063

02 Potrero Grande 627.43 5.956

03 Bioley 208.34 2.455

04 Pilas 110.70 1.659

05 Boruca 138.03 3.074

06 Colinas 122.03 1.371

07 Changuena 272.88 2.631

08 Volcán 188.50 3.815

09 Brunka 163.80 3.220

Totales 2.384.22 45.244

Cuadro 1. Población y área del cantón según distritos (Instituto Nacional de

Estadísticas y Censos, 2011)

Población Indígena

La mayor parte de la población indígena de Costa Rica se concentra en el cantón de

Buenos Aires; una tercera parte de las resevas indígenas del país están ubicadas en este

cantón, específicamente en los distritos de Buenos Aires, Potrero Grande y Boruca (ver

Cuadro 2). En todos los pueblos existe la afluencia y presencia de turistas nacionales e

internacionales, y sus artesanías, danzas y bailes tradicionales, comidas autóctonas,

leyendas, plantas medicinales, entre otros, representan atractivos muy importantes dentro

de la actividad turística en la región (Vargas Benavides, 2010; Vargas Pérez, 2005).

Cuadro 2

Grupo Étnico Territorios Indígenas

Teribes Térraba

Cabécar Ujarrás

Bruncas o Borucas Boruca, Curré

Bribrís Salitre, Cabagra.

Cuadro 2. Grupos étnicos y territorios indígenas del cantón Buenos Aires (Quirós, 2002).

La Figura 4 muestra la ubicación geográfica de las reservas indígenas dentro del cantón

de Buenos Aires. De relevancia para este trabajo es la ubicación del distrito de Boruca, en

donde se ubican las reservas indígenas de Rey Curré y Boruca las cuales fueron

seleccionadas para el estudio.

Áreas indígenas del cantón de Buenos Aires.

Figura 4. Reservas indígenas y áreas protegidas del Cantón de Buenos Aires

Actividades económicas del cantón

Desde la época de la colonización, la actividad económica ha estado conformada por

actividades del sector primario (agrícola y ganadera) basada en los cultivos de arroz,

frijoles, maíz y tubérculos,y una actividad ganadera que en la década de los 1960 llegó a

ocupar un puesto significativo en la comercialización a nivel del país. La actividad piñera

desarrollada por la compañía transnacional Del Monte y en los últimos 10 años la

actividad turística han cobrado también un auge significativo en el cantón.

Actividades culturales

Para comprender la dinámica de la diversidad cultural (indígenas y no indígenas) en el

cantón, se hace necesario mencionar que hay seis territorios indígenas, de etnias

diferentes, lo cual hace que su estilo de vida, costumbres y tradiciones sean muy

particulares entre cada una de la etnias y el resto de la población.

En la gastronomía indígena predominan los productos elaborados a partir del maíz,

arroz, tamal de masa, tamal asado, carne asada, arroz con leche, picadillos de papaya,

palmito de palma real, pozol, frito, chicharrones. En artesanías, las semillas, raíces, árbol

de balso y jícara, palma de pejibaye, zacate, hojas de palma real, cueros, algodón (hilos),

entre otros, son materia prima que es la base para transformarlos en productos de uso

cotidiano. Esta materia prima es también utilizada para la elaboración de productos

ofertados a los visitantes en la región, toda vez que con ellos se elabora bisutería,

esculturas, huacales, ranchos, tambores, arcos y flechas, bolsos, fajas, telas, pinturas, y

las máscaras utilizadas para sus tradiciones.

Distrito de Boruca

Boruca es el distrito 05 del cantón de Buenos Aires, cuenta con una extensión territorial

de 138.03 km2 y para el año 2011 según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos

(INEC), tenía una población aproximada de 3.074 habitantes. Entre sus principales

caseríos sobresale Curré, Térraba y Boruca, comunidades en donde se desarrolla el

tradicional Baile de los Diablitos (Vargas Benavides, 2010). El principal grupo étnico es el

de Brunca o Boruca, dado que de los 3.074 habitantes reportados en el censo del año

2011, un total de 1.845 (60.01%) pertenecen a este grupo étnico, objeto de estudio de la

presente investigación.

Cuadro 3. Grupos étnicos de la población del distrito de Boruca (con base

en estadísticas INEC, 2011).

En el área de servicios cuenta con dos instituciones educativas (primaria y secundaria),

servicio de transporte público, salud (EBAIS), comercio compuesto por pulperías, ventas

Grupo étnico Hombre Mujer Total

Bribrí 37 40 77

Brunca o Boruca 941 904 1,845

Cabécar 23 24 47

Chorotega 2 2 4

Huetar 2 1 3

Maleku o Guatuso 2 - 2

Ngöbe o Guaymí 2 1 3

Teribe o Térraba 77 54 131

De otro país 1 2 3

Ningún pueblo 22 22 44

Total 1,109 1,050 2,159

NSA : 915 3,074

POBLACION DEL DISTRITO DE BORUCA

SEGÚN SEXO Y GRUPO ETNICO

(con datos del censo 2011)

de artesanías, servicios básicos como agua potable, alumbrado público, internet, red de

caminos en condición de tierra y lastre.

En el campo turístico a la fecha hay más de 6 sitios turísticos establecidos, donde sus

principales atractivos que ofrecen como producto turístico son máscaras, arcos y flechas,

tambores, chácaras, bolsos y huacales, atractivos naturales como cataratas, pozas,

senderismo, miradores, observación de , entre otros, así como museos, manifestaciones

culturales y folklore.

Desde hace más de 20 años la presencia de turistas en las reservas indígenas de Rey

Curré y Boruca se hizo cada vez más frecuente. Dichos turistas son procedencia tanto

nacional como internacional y vistan estas reservas para la celebración del baile de los

diablitos que se realiza en la Reserva de Boruca todos los 31 de diciembre y 01 - 02 de

enero, y en la reserva de Rey Curré el 31 de enero y 01- 02 de febrero. No obstante, la

visita a las comunidades permanece durante todo el año, con un increnento de grupos

guiados de turistas extranjeros y un interés cada vez mayor de estudiantes y turistas

nacionales que se han identificado con la cultura Boruca, principalmente através de las

máscaras.

En relación con la nacionalidad de los turistas extranjeros, en un principio eran

básicamente estaunidenses (congruente con la visitación que tiene el país de esta

nación), sin embargo, en los últimos años la presencia de turistas europeos (en su

mayoría, Holandeses, Alemanes y Españoles) ha sido cada vez más recurrente.

La permanencia de turistas en las reservas es relativamente muy corta (entre 4 y 8 horas),

dado que la principal motivación de visitar a estas comunidades es conocer la cultura, las

tradiciones, las comidas y en su mayoría a adquirir las tradicionales máscaras labradas en

balsa o cedro y que son muy representativas de estas comunidades (ver Fotografía 1).

Las principales actividades que desarrollan los turistas durante su estancia en las

comunidades tienen una relación directa con el senderismo, visita a los talleres de

artesanos, degustación de platillos tradicionales de las comunidades y observación de

flora y fauna en las comunidades.

Fotografía 1. Máscara Boruca ofertadas a los turistas.

El territorio está conformado por una población con un alto sentido de pertenencia y

arraigo hacia las tradiciones heredadas desde la colonia por sus antepasados. De ahí que

eventos tradicionales como el Baile de los Diablitos se pueden considerar en la categoría

de acontecimientos programados y en donde la utilización de las máscaras es una

tradición que ha perdurado a lo largo del tiempo y han sido incorporadas a la actividad

turística en la región y la comercialización dentro y fuera de la misma.

Marco metodólogico

La presente investigación fue de tipo exploratorio y tuvo como objetivo identificar los

cambios en la producción artesanal de la máscara Boruca, Costa Rica, a partir de su

mercantilización en el turismo. En cuanto a la metodología utilizada en la investigación,

la misma utilizó un enfoque mixto, con una orientación cualitativa y cuantitativa

simultáneamente. Para propósitos de este texto, sin embargo, se considera sólo la

investigación de corte cualitativo. Considerando el valor que los métodos cualitativos

tienen para explorar a profundidad los hechos sociales desde la experiencia misma de

quienes los experimentan, se adoptó la entrevista a profundidad como técnica de

investigación. Se diseñó principalmente una guía de entrevista; ésta fue dirigida a los

artesanos y productores en las dos comunidades (Rey Curré y Boruca). El instrumento

incorporó preguntas sobre su propia experiencia y procesos de fabricación y

comercialización de las máscaras, así como la relación de esto con la actividad turística.

En total se entrevistaron a 6 artesanos. Las entrevistas fueron audiograbadas para su

posterior análisis.

Principales resultados de la investigación

En cuanto a los principales hallazgos obtenidos de las entrevistas, se encuentra el hecho

de que la cantidad de artesanos que se dedican a esta actividad en la comunidad de Rey

Curré es significativamente menor al que se dedica a la misma actividad en el pueblo de

Boruca. En Rey Curré se distinguen básicamente 6 artesanos, quienes en conjunto con su

clan familiar se dedican a la confección de máscaras tanto en balsa como en cedro,

siendo una característica distintiva de estos artesanos el hecho de que son adultos,

mayores de 50 años, contrario a lo que sucede en la reserva de Boruca en donde existen

más de 200 artesanos dedicados a la elaboración de máscaras y en donde la mayoría de

ellos son jóvenes entre los 15 y 30 años de edad.

Tal diferencia debe sus razones a la mercantilización de la máscara elaborada en Boruca,

en donde según lo investigado los jóvenes que se dedican a esta actividad lo hacen por

que es el medio de generar ingresos económicos que menos esfuerzo físico significa y

que más rédito les genera. De ahí se desprende una diferencia significativa entre las

máscaras fabricadas en Rey Curré y las que se elaboran en Boruca, dado que las

primeras son más tradicionales y las segundas más comerciales.

La diferencia entre una máscara tradicional y una comercial (aunque las primeras también

se comercializan) es el hecho de las motivaciones que se utilizan en los diseños; las

máscaras tradicionales incorporan a plenitud la figura del diablo, con dientes expuestos o

no, mientras que las máscaras más comerciales contienen elementos de la naturaleza, de

ahí que se denominan ecológicas o ecodiablas cuando se combinan los diablos con la

naturaleza. Las fotografias que se presentan a continuación muestran imágenes de los

tres tipos de diseño de máscaras (ver Fotografías 2, 3 y 4).

Fotografía 2. Máscara tradicional; Fotografía 3. Máscara ecodiabla; Fotografía 4. Máscara

ecológica.

Un hecho relevante de la investigación de campo en relación con la elaboración de las

máscaras en ambas reservas indígenas es que los jóvenes artesanos de Boruca

elaboran sus máscaras principalmente con motivos ecológicos y a algunas les incorporan

diseños de indígenas mientras que los artesanos de Rey Curré fabrican en su mayoría

máscaras de diablos, y en las ecodiablas siempre predominan o están presentes las

figuras de los diablos, tal y como se puede observar en la Fotografía 5.

Fotografía 5. Máscaras ecodiablas de la Reserva de Rey Curré.

Estas dos concepciones de elaborar las máscaras tienen su motivo en la mercantilización

que llevan consigo las máscaras de Boruca y en la concepción tradicional que tienen los

artesanos de la reserva de Rey Curré. Uno de los artesanos mayores, quien es el único

sobreviviente de los tres artesanos más antiguos de los Borucas, lo resume así,

“en año nuevo vinieron unos diablos con máscaras de cartón, compradas en

pulperías, y yo dije: ah no, eso ya no es tradición, ustedes pueden hacer las

máscaras, les llamó la atenció, eran 12 niños que querían aprender a hacer

máscaras y yo les enseñé… pero ellos ya incorporaron la naturaleza... el artista

demuestra la naturaleza y su pintura... el significado ya no es el mismo”

Sin embargo, en las entrevistas realizadas a los jóvenes artesanos, se logró disntiguir un

aspecto de suma importancia; la mayoría de ellos participa en la festividad del baile de los

diablitos o elabora máscaras para que sean jugadas. Ellos coindieron en que las

máscaras destinadas para la comercialización son muy diferentes a las que elaboran para

el baile de los diablitos, ya que éstas tienen un significado especial y su motivación

principal no es la naturaleza, sino el diablo:

“pasamos todo el año pensando qué vamos a hacer para el baile de los diablitos,

nos pulimos con lo mejor, porque es para el baile y porque también hay turistas

que llegan a comprar las mejores”.

Este aspecto revela que aunque la parte cultural se mantiene, la misma sí ha sido influida

por elementos de la comercialización hacia los turistas, de hecho en los talleres de

artesanías de Rey Curré los artesanos conservan las máscaras que juegan en las

festividades y elaboran réplicas si algún turista se interesa en uno de esos “tesoros”,

como algunos les llaman, y no venden la máscara jugada porque dicen que tiene sudor,

cansancio, fiesta, etc. Los jóvenes artesanos de Boruca no conservan estas máscaras,

más bien las venden a un precio mayor por estar jugadas.

Se visualiza aquí entonces una situación que puede ser contradictoria, los artesanos de

Boruca no han perdido la tradición y conservan la cultura del baile y su significado. Sin

embargo, la máscara jugada no tiene un sentido más allá de que es una mercancia que

tiene un valor mayor por estar jugada, mientras que los pertenecientes a la comunidad de

Rey Curré, conservan la mayoría de las máscaras que juegan por que les simbolizan algo

más que una simple mercancía.

Al respecto, un artesano de la reserva indígena de Rey Curré señaló que en cuanto a la

diferencia entre las máscaras que se hacen para la venta a visitantes y las que se

elaboran para el baile de los diablitos,

“la diferiencia es que yo hago mi máscara a mi gusto, como yo quiero participar,

participando con un tigre, jaguar. Para mí ese es mi gusto... [en cuanto a] las otras,

los visitantes tienen una historia, una versión, poseen una foto y la traen a uno

para se las trabajen”.

Por otra parte, cuando a los artesanos de ambas reservas se les preguntó sobre la

importancia de la elaboración y comercialización de las máscaras en su sostén familiar, el

100% coincidió en que es la única fuente de ingresos, sin embargo, también se reconoce

que los indígenas abandoran el cultivo de la tierra y la sustituyeron como actividad

económica por la producción de las máscaras. Para algunos de la comunidad, esto es un

error debido a que:

“Toda las familias viven de las máscaras, aquí viviamos de la agricultura, sembrar

arroz, frijoles, maiz, plátanos todo se comía, desde que vino el arte ya nadie

sembró más, malo, los dos a la par porque si no hay plata cómo comemos…

aunque es bueno porque la agricultura ya no da pa’ comer, ya no vale nada”

(artesano).

Existen artesanos que, en comparación con otros, se han desarrollado más en el negocio

de la comercialización de máscaras. Como ejemplo puede citarse el caso de uno de ellos

quien ha logrado un contrato de comercialización con la cadena de tiendas de café Britt, y

quien en temporada alta de comercialización (noviembre-marzo de cada año) ha llegado a

generar un promedio de 6 millones de colones mensuales (aproximadamente $12.000

dólares estadunidenses). El mismo artesano, reportó, ha logrado establecer convenios

con hoteles de la región en donde todos los fines de semana comercializa las máscaras

de forma directa y en donde puede llegar a vender un fin de semana hasta $600 dólares.

Conclusiones

En los cambios que experimenta la cultura, debe tenerse presente que dichos cambios

pueden representar una ventaja o una desventaja a la vez. De acuerdo con uno de los

informantes, “el cambio de la vida de antes con lo que tenenos es enorme, la juventud va

con lo moderno y tienen razon. Yo no voy mucho con lo moderno, tengo razón… yo viví

otra vida diferente, yo me quedo con lo de antes, aunque lo moderno tiene beneficios,

muchísimos”. Esto sugiere que lo cambios en la cultura pueden significar un beneficio

para algunos mientras que pueden ser un costo para otros.

El cambio en los procesos, usos y significados de las máscaras está asociado a la

actividad turística, y posiblemente a otros medios de modernización en la cultura Boruca.

La actividad turística ha exigido por un lado, y para algunos, la modificación de la

producción artesanal para fines económicos y ha significado la sustitución de algunas

actividades económicas. Para otros, sin embargo, aunque la comercialización de las

máscaras significa una alternativa económica, el significado cultural parece tener una

relevancia independiente a los cambios en las formas, materiales y procesos de

producción. Para ellos, la mercantilización de su cultura material no representa

necesariamente la mercantilización de los significados atribuidos a ésta.

De cualquier manera, el cambio cultural, sea inducido por el turismo o por cualquier otro

factor, es un hecho casi inevitable. Según testimonios de campo de esta investigación, el

cambio cultural no sólo podría ser inevitbale sino incluso deseado por algunas

comunidades, entre ellas las indígenas. La cultura frecuentemente se busca no ser

afectada por los acontecimientos modernos en términos de tecnología y facilidades, se

critica de sobremanera el cambio cultural en algunas comunidades, sobre todo indígenas,

como pretendiendo que ellas queden rezagadas de las facilidades y comunidades del

mundo moderno, sin querer comprender que ellas también tienen derecho a recibir los

beneficios de la época moderna, de progresar y de mejorar su condición socioeconómica.

Bibliografía

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