desolación la bruma espesa, eterna, para que olvide dónde me ha arrojado la mar en su ola de...

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Desolación La bruma espesa, eterna, para que olvide dónde me ha arrojado la mar en su ola de salmuera. La tierra a la que vine no tiene primavera: tiene su noche larga que cual madre me esconde. El viento hace a mi casa su ronda de sollozos y de alarido, y quiebra, como un cristal, mi grito. Y en la llanura blanca, de horizonte

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  • DesolacinLa bruma espesa, eterna, para que olvide dndeme ha arrojado la mar en su ola de salmuera.La tierra a la que vine no tiene primavera:tiene su noche larga que cual madre me esconde.

    El viento hace a mi casa su ronda de sollozosy de alarido, y quiebra, como un cristal, mi grito.Y en la llanura blanca, de horizonte infinito,miro morir intensos ocasos dolorosos.

  • Te invito a recorrer la seleccin de poemas de Gabriela Mistral que he preparado para ti...Los mejores poemas de cada uno de sus libros ms relevantes!!!

  • A quin podr llamar la que hasta aqu ha venidosi ms lejos que ella slo fueron los muertos?Tan slo ellos contemplan un mar callado y yertocrecer entre sus brazos y los brazos queridos!

  • Los barcos cuyas velas blanquean en el puertovienen de tierras donde no estn los que son mos;y traen frutos plidos, sin la luz de mis huertos,sus hombres de ojos claros no conocen mis ros.

  • Y la interrogacin que sube a mi gargantaal mirarlos pasar, me desciende, vencida:hablan extraas lenguas y no la conmovidalengua que en tierras de oro mi vieja madre canta.Miro bajar la nieve como el polvo en la huesa;miro crecer la niebla como el agonizante,y por no enloquecer no encuentro los instantes,porque la "noche larga" ahora tan solo empieza.

  • Miro el llano extasiado y recojo su duelo,que vine para ver los paisajes mortales.La nieve es el semblante que asoma a mis cristales;siempre ser su altura bajando de los cielos!

  • Siempre ella, silenciosa, como la gran miradade Dios sobre m; siempre su azahar sobre mi casa;siempre, como el destino que ni mengua ni pasa,descender a cubrirme.

  • Los Sonetos de la Muerte

    Del nicho helado en que los hombres te pusieron,

    te bajar a la tierra humilde y soleada.

    Que he de dormirme en ella los hombre no supieron,

    y que hemos de soar sobre la misma almohada.

    .

  • Te acostare en la tierra soleada con una

    dulcedumbre de madre para el hijo dormido,

    y la tierra ha de hacerse suavidades de cunas

    al recibir tu cuerpo de nio dolorido.

  • Luego ir espolvoreando tierra y polvo de rosas,

    y en la azulada y leve polvareda de luna,

    los despojos livianos irn quedando presos.

    Me alejar cantando mis venganzas hermosas,

    porque a ese hondor recndito la mano de ninguna

    bajara a disputarme tu puado de huesos!

  • La Maestra Rural

    La Maestra era pura. "Los suaves hortelanos",

    deca, "de este predio, que es predio de Jess,

    han de conservar puros los ojos y las manos,

    guardar claros sus leos, para dar clara luz".

    !

  • La Maestra era pobre. Su reino no es humano.

    (As en el doloroso sembrador de Israel.)

    Vesta sayas pardas, no enjoyaba su mano

    y era todo su espritu un inmenso joyel!

  • La Maestra era alegre. Pobre mujer herida!

    Su sonrisa fue un modo de llorar con bondad.

    Por sobre la sandalia rota y enrojecida,

    tal sonrisa, la insigne flor de su santidad.

  • Dulce ser! En su ro de mieles, caudaloso,

    largamente abrevada sus tigres el dolor!

    Los hierros que le abrieron el pecho generoso

    ms anchas le dejaron las cuencas del amor!

  • Arbol Muerto

    En el medio del llano,

    un rbol seco su blasfemia alarga;

    un rbol blanco, roto

    y mordido de llagas,

    en el que el viento, vuelto

    mi desesperacin, alla y pasa.

  • De su bosque, el que adi, slo dejaron

    de escarnio, su fantasma.

    Una llama alcanz hasta su costado

    y lo lami, como el amor mi alma.

    Y sube de la herida un purpurino

    musgo, como una estrofa ensangrentada!

  • Los que am, y que cea

    a su torno en septiembre una guirnalda,

    cayeron. Sus races

    los buscan, torturadas,

  • TERNURA

    Dame la mano y danzaremos;

    dame la mano y me amars.

    Como una sola flor seremos,

    como una flor y nada ms...

    El mismo verso cantaremos,

    al mismo paso bailars.

    Como una espiga ondularemos,

    como una espiga, y nada ms.

  • Piececitos

    Piececitos de nio,

    azulosos de fro,

    cmo os ven y no os cubren,

    Dios mo!

    Piececitos heridos

    por los guijarros todos,

    ultrajados de nieves

    y lodos!

  • El hombre ciego ignora

    que por donde pasis,

    una flor de luz viva

    dejis.

    Que all donde ponis

    la plantita sangrante,

    el nardo nace ms

    fragante.

  • TALA

    Cristo del campo "Cristo de Calvario"

    viene a rogarte por mi carne enferma;

    pero al verte mis ojos van y vienen

    de tu cuerpo a mi cuerpo con vergenza .

    Mi sangre an es agua de regato;

    la tuya se se par como agua en presa.

  • Yo tengo arrimo en hombro que me vale,

    a ti los cuatro clavos ya te sueltan,

    y el encuentro se vuelve un recogerte

    la sangre como lengua que contesta,

    pasar mis manos por mi pecho enjuto,

    coger tus pies en peces que gotean.

  • Ahora ya no me acuerdo de nada,

    de viaja, de fatiga, de dolencia.

    El mpetu del ruego que traa

    Se me sume en la boca pedigea,

    de hallarme en este pobre anochecer

    con tu bulto vencido en una cuesta

    que cae y cae y cae sin parar

    en un trance que nadie me dijera.

    .

  • Desde tu vertical cae tu carne

    en cscara de fruta que golpean:

    el pecho cae y caen las rodillas

    y en cogollo abatido, la cabeza

  • LAGAR

    Hay dos puntos en la tierra

    son Montegrande y Mayab

    como sus brocales arden

    se les tiene que encontrar.

    Hay dos estrellas cadas

    a espinales y arenal;

    nos las contaran par muertas

  • El canto que les arda

    nunca dej de llamar,

    y a ms andamos, ms crecen

    como el padre Aldebarn.

    Hay dos puntos cardinales:

    son Montegrande y Mayab.

    aunque los ciegue la noche

    quin los puede aniquilar?

    y los dos alcones vuelan

    vuelo de flecha real.