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Deslegitimación política y no-violencia, las enseñanzas de Gene Sharp Aitor Díaz Anabitarte ABSTRACT Perder el miedo, abrir una brecha dentro del sistema de legitimación de cualquier régimen político suele ser el principal aliado hacia una transformación social, ya sea en forma de transición política o cambio sistémico. Este proceso de politización de la comunidad que entiende que el sistema carece de legitimación (o en todo caso, la pierde día tras día) es, como hemos dicho, una de las condiciones sociales que preceden muchos de los cambios que acontecen en la estructura social y/o política. Pues bien, la ponencia que aquí se presenta tiene como objetivo sistematizar la visión que de este proceso de “pérdida del miedo” y transición política tiene Gene Sharp. Un teórico político de tradición claramente pacifista que a través de su extensa obra (podríamos destacar aquí su obra más conocida y utilizada: “De la dictadura a la Democracia, Un sistema conceptual para la liberación”) y fuerte militancia política, ha estado presente (física o intelectualmente) en procesos de revuelta, transición o cambio social tan destacados como la caída de Milosevic, la ambivalente transición birmana, los recientes acontecimientos de la plaza Tahrir o incluso en muchas de las asambleas herederas del Movimiento 15-M. En suma, la ponencia en cuestión, quiere ofrecer la posibilidad de analizar el núcleo duro de las propuestas de Sharp (a través de sus textos y las diversas acciones que se han realizado desde su “Albert Einstein Institution” de Boston, en los Estados Unidos) y su conexión con algunos episodios de cambio, transición o consolidación democrática como los anteriormente mencionados. Realizando así un doble esfuerzo analítico al integrar teoría y práctica política en el mismo objeto de estudio. INTRODUCCIÓN “Hablar de política es hablar de poder”. Con esta sencilla comparación muchos profesores y conferenciantes intentamos orientar a nuestro público en un esfuerzo por aportar una definición al concepto de política. Es evidente que el término política tiene muchos significados y se usa en diferentes contextos (sin ir más lejos podríamos poner el clásico ejemplo del inglés del policy, politic, politics que aparece en la mayoría de los manuales generales de Ciencia Política) pero, en todo caso, la relación con la idea o concepto de poder es algo que está, en todo momento, ciertamente presente. El poder es, pues, uno de los más importantes objetos de estudio de la Ciencia Política. Al mismo tiempo, cuando intentamos definir o explicar el concepto de poder nos remitimos a ideas o nociones que ocupan, también, un lugar destacado en nuestra disciplina. Me estoy refiriendo aquí a elementos como la autoridad o la legitimidad. Pues bien, es en la conceptualización de estas cuestiones tan básicas pero, a la vez, con tantas implicaciones donde debemos contextualizar el núcleo duro (teórico) de las recetas de Gene Sharp, objeto de estudio, a su vez, del presente paper. Gene Sharp, profesor emérito en Ciencia Política por la Universidad de Massachusetts Dartmouth, nació en 1928 y, gracias a su extensa carrera docente e investigadora, es actualmente un referente indispensable en el estudio teórico y práctico de la resistencia y lucha noviolenta.

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Deslegitimación política y no-violencia, las enseña nzas de Gene Sharp

Aitor Díaz Anabitarte ABSTRACT Perder el miedo, abrir una brecha dentro del sistema de legitimación de cualquier régimen político suele ser el principal aliado hacia una transformación social, ya sea en forma de transición política o cambio sistémico. Este proceso de politización de la comunidad que entiende que el sistema carece de legitimación (o en todo caso, la pierde día tras día) es, como hemos dicho, una de las condiciones sociales que preceden muchos de los cambios que acontecen en la estructura social y/o política. Pues bien, la ponencia que aquí se presenta tiene como objetivo sistematizar la visión que de este proceso de “pérdida del miedo” y transición política tiene Gene Sharp. Un teórico político de tradición claramente pacifista que a través de su extensa obra (podríamos destacar aquí su obra más conocida y utilizada: “De la dictadura a la Democracia, Un sistema conceptual para la liberación”) y fuerte militancia política, ha estado presente (física o intelectualmente) en procesos de revuelta, transición o cambio social tan destacados como la caída de Milosevic, la ambivalente transición birmana, los recientes acontecimientos de la plaza Tahrir o incluso en muchas de las asambleas herederas del Movimiento 15-M. En suma, la ponencia en cuestión, quiere ofrecer la posibilidad de analizar el núcleo duro de las propuestas de Sharp (a través de sus textos y las diversas acciones que se han realizado desde su “Albert Einstein Institution” de Boston, en los Estados Unidos) y su conexión con algunos episodios de cambio, transición o consolidación democrática como los anteriormente mencionados. Realizando así un doble esfuerzo analítico al integrar teoría y práctica política en el mismo objeto de estudio. INTRODUCCIÓN “Hablar de política es hablar de poder”. Con esta sencilla comparación muchos profesores y conferenciantes intentamos orientar a nuestro público en un esfuerzo por aportar una definición al concepto de política. Es evidente que el término política tiene muchos significados y se usa en diferentes contextos (sin ir más lejos podríamos poner el clásico ejemplo del inglés del policy, politic, politics que aparece en la mayoría de los manuales generales de Ciencia Política) pero, en todo caso, la relación con la idea o concepto de poder es algo que está, en todo momento, ciertamente presente. El poder es, pues, uno de los más importantes objetos de estudio de la Ciencia Política. Al mismo tiempo, cuando intentamos definir o explicar el concepto de poder nos remitimos a ideas o nociones que ocupan, también, un lugar destacado en nuestra disciplina. Me estoy refiriendo aquí a elementos como la autoridad o la legitimidad. Pues bien, es en la conceptualización de estas cuestiones tan básicas pero, a la vez, con tantas implicaciones donde debemos contextualizar el núcleo duro (teórico) de las recetas de Gene Sharp, objeto de estudio, a su vez, del presente paper. Gene Sharp, profesor emérito en Ciencia Política por la Universidad de Massachusetts Dartmouth, nació en 1928 y, gracias a su extensa carrera docente e investigadora, es actualmente un referente indispensable en el estudio teórico y práctico de la resistencia y lucha noviolenta.

La biografía de Sharp1 nos ilustra perfectamente este compromiso con la noviolencia. Con 25 años fue encarcelado durante nueve meses por rehuir la llamada del gobierno de los Estados Unidos para participar en la campaña de Corea (1953-54). Más adelante, en 1973 publicará su libro más importante, The politics of nonviolent action2, relacionado con su tesis doctoral en filosofía política que defendió cinco años antes en la Universidad de Oxford. Pero, probablemente, la mayor contribución de Sharp al estudio y análisis de la lucha y resistencia noviolenta llegará en 1983 al fundar en Boston, Massachusets, la Albert Einstein Institution (AEI). Una organización sin ánimo de lucro dedicada al estudio y la promoción del uso de la acción noviolenta en situación de conflicto. Finalmente, ya en el siglo XXI, Sharp ha recibido dos nominaciones al Nobel de la Paz que confirman su compromiso (político y académico) con la noviolencia como alternativa a la resolución de conflictos políticos y sociales a través del uso de la violencia. Pues bien, las páginas siguientes pretenden aportar una aproximación al núcleo duro teórico y práctico de las propuestas de acción noviolenta que se desprenden de la extensa obra de Gene Sharp. Unas recetas que han inspirado y ayudado las transiciones y cambios políticos democráticos de países como Birmania en 1993, Serbia en el año 2000 y en los recientes levantamientos populares del mundo árabe conocidos como “la primavera árabe”3, entre otros ejemplos. Para realizar dicha exploración conceptual proponemos un paper que se estructurará en las siguientes tres partes. Tras la esta introducción, un primer capítulo que abordará algunas puntualizaciones previas entorno a los conceptos de pacifismo y noviolencia; en un intento por diferenciar significados, vincular ideas y despejar algunas dudas sobre su relación y uso. Situando esta

1 http://www.aeinstein.org/organizations9173.html y http://www.peace.ca/genesharp.htm. 2 Sharp, Gene; “The politics of nonviolent action”; Extdending Horitzons Books; Boston; 1973. 3 Para obtener más información y documentación acerca del trabajo realizado por Gene Sharp y la AEI en el contexto de las diversas revueltas y revoluciones a las que se hace referencia pueden consultarse los siguientes materiales y enlaces: “Revista per la pau-Peace in progress (Revista electrònica de l’ICIP), número 12, marzo, 2012 consultable en http://www.icip-perlapau.cat/revista/numero-12-marc-2012/. “The new York Times”, 13 de Febrero de 2011, consultable en :http://www.nytimes.com/2011/02/14/world/middleeast/14egypt-tunisia-protests.html?pagewanted=all. “El País”, 23 de Febrero de 2011, consultable en http://elpais.com/elpais/2012/02/21/opinion/1329850917_243424.html. “La vanguardia”, 24 de Febrero de 2012, consultable en: http://www.lavanguardia.com/vida/20110224/54119603270/un-teorico-de-la-resistencia-inspira-desde-ee-uu-a-rebeldes-en-paises-musulmanes.html. Enlaces consultados el 9 de Mayo de 2012. “¿Cómo empezar una revolución?, Documental emitido en “Documentos TV” de RTVE el día 25 de Enero de 2012 y consultable en: http://www.youtube.com/watch?v=dHezFksIM68. En estas referencias documentales se pone de manifiesto la colaboración directa e indirecta de Gene Sharp y de la AEI asistiendo técnicamente, por así decirlo, a grupos y organizaciones que recientemente han luchado para derrocar una dictadura o el gobierno de un tirano. Buen ejemplo de ello son los contactos de Gene Sharp con el grupo OTPOR y sus líderes Srdja Popovic, Andrej Milivojevic y Slobodan Djinovic que lucharon de manera noviolenta contra el genocida Slobodan Milosevic. Como resultado de la colaboración entre la AEI y OTPOR podemos citar la publicación de un manual de lucha noviolenta que editaron en Serbia en 2006 (“Lucha no violenta; los 50 puntos cruciales; un enfoque estratégico con tácticas cotidianas”; Centro para la Acción y la Estrategia No Violenta Aplicadas; Belgrado; Serbia; 2006). Consultable en: http://www.canvasopedia.org/legacy/files/various/50CP_Spanish.pdf. Precisamente, el mismo año que salía a la luz este manual sobre noviolencia aplicada en Serbia, un representante de la AEI (Bob Helvey, coronel retirado del Ejército de los Estados Unidos, que también había visitado, en 1995, al grupo OTPOR en Serbia) se reunía en Egipto con Ahmed Maher, líder del Movimiento 6 de Abril y buen conocedor de la experiencia protagonizada por OTPOR en Serbia. En todo caso, es también conocida la influencia y los contactos de la AEI en: Qtar (a través del grupo “Academia del cambio”), en Georgia, en Ucrania, Tunez, Bahrein, etc.

cuestión al principio, no se pretende otra cosa que evitar errores conceptuales y situarnos en un buen punto de partida. En segundo lugar se ofrecerá una aproximación histórica a la teoría y práctica de la noviolencia y la desobediencia civil en un intento por contextualizar las aportaciones de Sharp en una tradición de pensamiento que resulta ciertamente antigua. De este modo, se presentarán en este segundo capítulo las principales contribuciones teóricas en torno al concepto de desobediencia civil junto con algunos episodios históricos en los que la acción noviolenta a través, por ejemplo, de la no cooperación, ha sido protagonista. Seguidamente, y en tercer lugar, se abordará la cuestión central del presente artículo: las enseñanzas de Gene Sharp. En este tercer capítulo nos ocuparemos, pues, de los axiomas principales de la teoría política de Sharp, su concepción del poder y sus recetas de acción política noviolenta, en un intento por sistematizar su propuesta política teórica y práctica4. Finalmente, un último capítulo, a modo de síntesis, con las principales ideas abordadas, aquellas cuestiones a tener en cuenta y algunas dudas o indicaciones para futuras investigaciones en esta línea. Tras este último capítulo se adjunta una relación de los materiales utilizados y las referencias bibliográficas. ALGUNAS PUNTUALIZACIONES CONCEPTUALES EN TORNO A LO S CONCEPTOS DE PACIFISMO Y NOVIOLENCIA. La propuesta de acción noviolenta que nos describe Gene Sharp a través de gran parte de sus obras, pero especialmente en From Dictatorship to Democracy5, se puede (y se debe) entender como un desafío político masivo6. Un concepto que aunque mantiene una clara vinculación con una larga tradición de pensamiento político entre los que destacaríamos a Étienne de la Boëtie7, Henry D. Thoureau8 o el mismo Mahatma Gandhi9 (como veremos en

4 Es necesario aquí realizar una pequeña puntualización en relación a la extensa obra de Gene Sharp. Tras la revisión de las diversas referencia bibliográficas podemos afirmar que el núcleo duro de las investigaciones y aportaciones de Sharp se enmarcan en el contexto de la noviolencia como herramienta de transformación social y alternativa a la violencia. Aunque, al mismo tiempo, tiene también una interesante, aunque menos extensa, bibliografía acerca de lo que él denomina como Civil based defense (Defensa de base civil). Una alternativa en términos de estrategia de seguridad y defensa. Pues bien, el análisis que realiza Sharp sobre esta cuestión se ha dejado relativamente al margen del tema central del presente estudio: la teoría política de Sharp y sus recetas empíricas como mecanismo de transformación social y herramienta para derrocar dictaduras. La cuestión de la Civil Based Defense, como ya hemos señalado se ocupa de proponer una estrategia de defensa en relación con un posicionamiento moral que deriva de la noviolencia y que simpatiza con el pacifismo, en un contexto de estudios internacionales. Es por ello que se ha preferido dejar al margen. 5 Sharp, Gene; “From Dictatorship to Democracy”; Albert Einstein Institution; Boston, 2003. Este manual sobre cómo derribar una dictadura sin recurrir a la violencia a través de lucha noviolenta se publicó por primera vez en Bangkok en 1993 por el Comité para la Restauración de la Democracia en Birmania. Desde entonces se ha traducido a más de ocho idiomas y se ha publicado en Serbia, Indonesia y Tailandia (entre otros países) con el mismo fin que se editó en Bangkok: ayudar a la revuelta noviolenta. 6 Sharp (2003): 1 y en Helvey, Bob; “Sobre el conflicto político estratégico: entendiendo sus principios básicos”; Albert Einstein Institution; Boston, 2002. 7 De la Boetié, Etienne; “Discurso sobre la servidumbre voluntaria o el Contra uno”; Tecnos; Barcelona; 1986. 8 Thoreau, H.D.; “La desobediencia civil y otros escritos”; Tecnos; Madrid; 1987. 9 Gandhi, M. K.; “La no violencia en la pau y en la guerra” (trad: Josep Maria Xirinacs); Ahimsa; Barcelona; 1983. “Teoria e practica della non-violenza”; Einaudi; Torino; 1973. Y en su “Programa Constructivo” (consultable aquí: http://www.pensarenvozalta.org/documentos/GandhiDesobCivilPConstructivo.pdf). A propósito del “Programa Constructivo de Gandhi” recomendamos las apreciaciones que realiza al respecto Gene Sharp en “La relevancia de Gandhi en el mundo moderno”; Colección Lucha Lucha Cívica (Centro de Estudios para la Opinión Nacional); Miami; 1991.

el siguiente capítulo) se debe conceptualizar como una confrontación noviolenta (protesta, nocolaboración e intervención) que se lleva a cabo de manera desafiante y activa, con fines políticos10. Al introducir esta idea, el mismo Gene Sharp puntualiza11 que el término se originó como respuesta a la confusión y distorsión creadas cuando se daban por iguales la lucha noviolenta con el pacifismo o la noviolencia religiosa. Detrás de esta puntualización, está el intento de Sharp de desmarcarse, como veremos, de la tradición del pacifismo pasivo que pueden ejemplificarse con la máxima de Confucio no hagáis a los demás lo que no queréis que los demás os hagan a vosotros mismos12, la Doctrina de la otra mejilla13 o la afirmación de Erasmo de Rotterdam de que no hay paz tan inicua que sea preferible a la más justa de las guerras14. Aún así, es importante corregir la exploración que sobre ello ofrece Sharp. Ciertamente, en este punto, Gene Sharp se muestra demasiado generalista y situando a la noviolencia (o su propuesta noviolenta, si se quiere) demasiado al margen del resto de propuestas que se desprenden del pacifismo. Y es aquí donde creemos importante realizar algunas matizaciones para intentar aportar algo de luz en torno a dicho debate. El pacifismo, como tradición de pensamiento, nos ofrece una amplia gama de matices y se presenta de forma ciertamente heterogénea. Son muchas las aproximaciones hacia esta cuestión, la de las escuelas o tipos de pacifismo, y existen al respecto muchas y muy buenas reflexiones al respecto15. En síntesis, el denominador común de dichas aproximaciones, sitúan al pacifismo como aquella doctrina que se posiciona de forma contrapuesta al Realismo, Realpolitik o belicismo absoluto16. Entendiendo por Realpolitik aquellos posicionamientos y doctrinas que sin someter a la guerra a cuestiones morales apuesta por un punto de vista más pragmático centrado en la necesidad o funcionalidad de ésta en términos, ciertamente, cercanos al diagnóstico de Hobbes17. Aún así, si nos acercamos al pacifismo como tradición de pensamiento, sin tener en cuenta su contextualización en torno a otras propuestas18, y analizamos separadamente sus diversas propuestas; veremos, como ya hemos apuntado más arriba, como el pacifismo se caracteriza por una extensa heterogeneidad y variabilidad de propuestas. Es en este contexto es donde debemos encajar las puntualizaciones de Sharp a las que anteriormente hacíamos mención. 10 Sharp (2003): 1 11 Nota al pie número 1 en Sharp (2003). 12 Confucio; “Los analectos”; en Marín Juan; “Confucio o el humanismo didactizante”; Espasa-Calpe; Buenos Aires; 1954; pág 47. Esta máxima del pensamiento de Confucio será recogida posteriormente por al doctrina de Jesús de Nazaret. Aún así, por motivos cronológicos se sitúa en la órbita y en representación del pensamiento de Confucio. 13 En el Sermón de la Montaña; Evangelio según San Mateo: 5.4. 14 Rotterdam, Erasmo de; “Educación del príncipe cristiano y Querella de la paz”; Aguilar; Barcelona; 1985: 91 y 131. 15Algunos ejemplos al respecto: Bobbio, N.; “El problema de la guerra y las vías de la paz”; Gedisa; Barcelona; 1982. Ruiz Miguel, Alfonso; “La justicia de la guerra y de la paz”; Centro de Estudios Constitucionales; Madrid; 1988. Scheler, Max; “L’ideé de paix et le pacifism”; Aubier; Paris; 1953. Y, quizás el más completo de Cady, Duane L.; “Backing into Pacifism”; en Philososhy and Social Criticims; vol. 10, nn ¾ (winter): 173-190. 16 Ruiz Miguel, A. (1988): 84. 17 Hobbes, T.; “Leviatán”; Editora Nacional; Madrid; 1983. 18 Al margen del Realismo y el Pacifismo como extremos, encontramos una zona intermedia con posicionamientos distintos como la Teoría de la Guerra Justa, el Cosmopolitismo o la misma postura del Derecho Internacional Público bajo el auspicio de la jurisprudencia de Naciones Unidas y su carta fundacional.

Así pues, el pacifismo absoluto19 o radical debe entenderse como aquella doctrina que no justificará ni aceptará ninguna guerra siendo aquí la paz un valor prioritario. Es decir, la guerra es para el pacifismo un camino bloqueado20. Seguidamente, y atendiendo a la primera diferenciación de Bobbio21, debemos señalar la coexistencia de dos posiciones claramente diferenciadas: el pacifismo activo y el pacifismo pasivo. He aquí otra distinción que nos ayuda a entender mejor el desmarque de Sharp; entendiendo, claramente, que sus aportaciones se podrían encuadrar sin problemas en torno a la lógica del pacifismo activo. Y, al mismo tiempo, es necesario situar las propuestas de Confucio, Jesús de Nazaret y Erasmo de Rotterdam, por ejemplo, dentro del paquete de propuestas relativas al pacifismo pasivo22. En suma, la propuesta de Gene Sharp se debe encuadrar en el marco del pacifismo activo. Una suerte de pacifismo que, en la mayoría de los casos, optará por la acción noviolenta como receta para la praxis política23. Es aquí donde se debe interpretar el concepto de noviolencia. Llegados a este punto, resulta interesante recuperar las indicaciones que realiza Robert J. Burrowes24 acerca de la estrategia y la acción no violenta. Partiendo de una sencilla definición conceptual de la noviolencia como aquel método de lucha para quienes rechazan tanto la injusticia como la violencia para combatirla (…) en el que diferentes expresiones comparten un denominador común: el no uso de violencia25. Burrowes va más allá y nos ofrece una interesante disertación alrededor del concepto de noviolencia y, en función de diferentes criterios establece una primera diferenciación entre noviolencia pragmática y no violencia ética, por un lado, y de noviolencia reformista y no violencia revolucionaria por el otro. Podemos resumir la argumentación de Burrowes en las siguientes tablas (Tabla 1 y Tabla 2): Tabla 1: Criterio Noviolencia pragmática Noviolencia ética Naturaleza compromiso Método más efectivo Método más justo Medios – fines Independientes Inseparables Aproximación al conflicto Intereses incompatibles Problema compartido Actitud hacia el oponente Derrotarlo Aceptar el sufrimiento

impuesto por él. ¿Modo de vida? No SI Fuente: Burrowes (1996): 100.

19 Ruiz Miguel, A. (1988): 89 20 Bobbio, N. (1982): 25. 21 Ibidem: capítulo 1. 22 Como se ha comentado en la nota al pie número 14, han aparecido muchas y muy buenas investigaciones en torno a los diferentes tipos de pacifismo. En todo caso, y para no empezar un camino que nos alejaría del objeto de estudio del presente paper, emplazamos al lector interesado que acuda a las fuentes citadas en dicha nota al pie, para un estudio más profundo sobre las tipologías de pacifismo. En lo que aquí concierne, junto con alguna apreciación más, es suficiente el nivel de profundización presentado. 23 Capitini, Aldo; “El mètode de la noviolència”; Pagés Editors y ICIP; Lleida; 2010. Ortega, Pere y Pozo, Alejandro; “No violencia y transformación social”; Icaria; Barcelona; 2005. Y Gandhi (1983). Por citar algunos ejemplos. 24 Burrowes, Robert J.; “The strategy of nonviolent Defense: A Gandhian approach”; State University of New York Press; New York; 1996. 25 Ibid: 97 y 98.

Tabla 2: Criterio Noviolencia reformista Novio lencia revolucionariaConflicto Problema de políticas Problema estructural Objetivo Cambio de políticas Cambio de sistema ¿programa constructivo? NO SI Tiempo Medio-corto plazo Largo plazo Fuente: Burrowes (1996): 100. Como vemos, Burrowes elabora una distinción en cuatro tipologías que se deben interpretar como dos parejas en una clara relación dialéctica. A través de estas cuatro tipologías, el autor pretende aportar algo de luz alrededor del confuso concepto de noviolencia que, en muchos casos, ha sufrido aquello del uso y abuso. Burrowes distingue en primer lugar, por un lado, noviolencia ética de carácter general, ligada al terreno de la moral y que, como su nombre indica, emerge desde el terreno de la ética hacia la esfera de las propuestas políticas de transformación, cambio y lucha noviolenta. Buen ejemplo de ello podría ser la Satyagraha o lucha noviolenta de Gandhi. Es en este tipo de noviolencia donde el pacifismo, activo y pasivo, se siente más cómodo. Por otro lado, tenemos la noviolencia pragmática. Una noviolencia que se sostiene por criterios utilitaristas y que, aunque no esté reñida con el pacifismo no deberíamos exigir que aquellos que se situaran en torno a la noviolencia pragmática congregaran completamente con el paradigma pacifista. En todo caso, la optar por este pragmatismo noviolento se explicaría por motivos de necesidad o conveniencia: los que practican la noviolencia pragmática creen que es el método más válido en determinadas circunstancias26 Un posible ejemplo de esta tipología sería la campaña del Comité para la Restauración de la Democracia en Birmania durante la década de los noventa. En segundo lugar, como hemos visto, se nos presenta la distinción entre noviolencia reformista y noviolencia revolucionaria. Es necesario, ante todo, advertir que no existe una correlación que a priori podría parecer comprensible entre la noviolencia pragmática y la reformista por un lado, y la noviolencia ética y la revolucionaria por el otro. Burrowes señala en este punto, que existen ejemplos en todas las combinaciones posibles. En todo caso, debemos interpretar, por un lado, la noviolencia revolucionaria como una acción a largo plazo, con objetivos maximalistas de reforma o cambio sistémico y/o estructural. Y, por el otro, la noviolencia reformista como una acción más micro encuadrada en un espacio-tiempo concreto y con objetivos no tan absolutos más centrados en alguna política concreta. Un buen ejemplo de esta noviolencia reformista-ética seria la campaña del Boicot del Autobús que tuvo lugar en Montgomery a principios de los años cincuenta en protesta de la segregación racial que afectaba a los afroamericanos al estar obligados a ceder el asiento al norteamericano de raza blanca. Del mismo modo que la Campaña a favor del río Franklin y su conservación ante las posible intervención hidrológica para obtener una red de pantanos para generar energía eléctrica durante los años ochenta en Tasmania, o la campaña en defensa del río Ebro que protagonizó la Plataforma en Defensa de l’Ebre que bajo el lema “Salvem lo Delta” o “Lo riu es vida” optó por la presión noviolenta, la manifestación y la movilización social entre los años 2005 y 2010 en Cataluña; serían buenos ejemplos para ilustrar el concepto de noviolencia reformista-pragmática.

26 Ibid: 99.

En suma, el trabajo de Burrowes nos ayuda, aún más si cabe, a contextualizar y a comprender las aportaciones de Sharp, como veremos más adelante, en relación con los métodos de acción noviolenta que el autor nos propone y que analizaremos en el cuarto capítulo (persuasión, no cooperación e intervención). Y, en todo caso, continuando con la lógica discursiva del presente capítulo, vemos claramente como la acción noviolenta emerge como la propuesta de acción política del pacifismo activo. Llegados a este punto, y antes de pasar al siguiente capítulo, resulta necesario realizar una aclaración relacionada con una cuestión que, aunque parezca de menor importancia, ha supuesto un importante giro epistemológico en la tradición de pensamiento pacifista y noviolento así como un extenso debate. Me estoy refiriendo aquí a la diferencia entre “noviolencia” y la “no-violencia” (con guión). Una aclaración que, como veremos, relaciona al mismo tiempo forma y fondo. El significado que se le atribuye a la noviolencia (sin guión), como se desprende de muchos autores de la órbita pacifista27 se debe vincular a una reafirmación de la idea de que la noviolencia no es solamente un mero rechazo a la violencia sino que es también, la reafirmación en positivo hacia la utilización de la noviolencia como método de transformación social (global o parcial, como hemos visto); situándose un paso por delante de la no-violencia, ahora sí con guión. Así pues, la no-violencia se asemejaría a un mero rechazo hacia actitudes y acciones que conlleven agresividad y uso de la violencia. En este sentido, afirmará Gandhi que el término ahimsa (traducido literalmente seria “no dolor”) debe ser comprendido como un todo indivisible que debe penetrar en todo28. TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA NOVIOLENCIA ACTIVA Y LA DESOBEDIENCIA CIVIL En este segundo capítulo se ofrece, a continuación, una pequeña aproximación, a modo de repaso historiográfico, de las diversas aportaciones teóricas y experiencias empíricas que, en clave noviolenta, se han realizado a lo largo de los años. Ni que decir tiene que no se pretende realizar un análisis exhaustivo de todas y cada una de las referencias noviolentas donde entre otras herramientas se ha hecho uso de la desobediencia civil. El objetivo de este segundo capítulo es el de ofrecer, como ya se ha dicho, una aproximación a esta cuestión a fin y efecto de orientar y contextualizar el objeto central de la presente investigación: el pensamiento, las aportaciones teóricas y enseñanzas empíricas de Gene Sharp29 En relación con el epígrafe anterior, es necesario puntualizar que en este capítulo sólo se han tenido en cuenta, principalmente, aquellas aportaciones y experiencias realizadas desde lo que podríamos denominar como noviolencia activa (ya sea pragmática, ética, revolucionaria o reformista) pero, en todo caso, con un componente claramente activo en términos de acción política, social, económica o moral30. Es decir, nos interesa aquí todo aquello

27 Capitini (2010): 36. Ortega, Pere (2005): 8 y 9. Sharp, Gene (2006): 66; entre otros. 28 Gandhi (1983): 126 y 127. 29 En este sentido se recomiendan dos monografías en las que se puede encontrar un exhaustivo estudio acerca de la evolución de la idea de desobediencia civil y el relato de diversas experiencias de lucha noviolenta: Ackerman, Peter y Duvall, Jack; “A force more powerful, a century of nonviolent conflict, St Martin’s Press; New York; 2000. O bien, Falcón y Tella, María José; “La desobediencia civil”; Marcial Pons; Barcelona; 2000; páginas: 301-489. 30 Para un análisis completo de la evolución de la tradición pacifista y noviolenta resulta interesante el trabajo de Díaz del Corral, Eulogio; “Historia del pensamiento pacifista y no-violento contemporáneo”; Hogar del Libro; Barcelona; 1987.

relacionado con la noviolencia que actúa, que toma la iniciativa y que pasa a la acción ya sea a través de la desobediencia civil, la no cooperación, la protesta o a través de las múltiples formas que, como veremos, tiene esta estrategia de acción política. Para empezar el pequeño relato de experiencias de acción noviolenta y desobediencia civil podemos situarnos en la antigua Grecia. En el seno de la democracia ateniense, Sófocles imagina en su tragedia donde Antígona, la heroína, desobedece la negativa impuesta por Creonte a poder dar sepultura a su hermano, un claro ejemplo de desobediencia civil31. Unos siglos más tarde, en la Roma imperial allá por el 494 a. C., encontramos la Revuelta del Monte Sacro, una huelga llevada a cabo por los plebeyos que se caracterizó por la ausencia de violencia en un intento de nocooperación como vía de protesta a favor del reconocimiento por parte del patriarcado32. La lucha de los plebeyos obtuvo como recompensa el reconocimiento de una pequeña porción de derechos políticos y de participación con la creación de lo que se conoció como Tribuna de la Plebe; una asamblea para su representación política. La llegada de Jesús de Nazaret y la expansión de su doctrina teológica supone en cierto modo un alto en el camino de la evolución del pensamiento noviolento activo. El mensaje de Jesús, claramente vinculado a la idea de paz y amor universal, se caracteriza por una clara vocación noviolenta pero en términos de noviolencia pasiva a la que me he referido anteriormente. El Sermón de la Montaña y la Doctrina de la otra mejilla son claros ejemplos del pacifismo pasivo del mensaje de Jesús de Nazaret. La evolución del cristianismo nos lleva a las aportaciones de San Agustín, Santo Tomás y Francisco de Vitoria. La obra de San Agustín, La ciudad de Dios, nos introduce en el dualismo Iglesia-Estado, fenómeno desconocido en el mundo clásico y específico de la Edad Media y la Edad Moderna, cuando empieza a configurarse la noción de derecho de resistencia, como antecedente moderno del concepto de desobediencia civil33. Una noción, la de resistencia, e incluso el derecho a no obedecer y responder, que desarrollará Santo Tomás de Aquino en la Suma Teológica. Aquino ensalza la necesidad de desobedecer leyes injustas, sobretodo la violencia injusta. Una afirmación que se verá reafirmada en la modernidad de la mano de Juan XXIII al afirmar que las leyes que violan los derechos humanos, además de inmorales, carecen de fuerza de ley34. Finalmente, como apuntamos más arriba, resulta interesante nombrar la aportación de Fray Francisco de Vitoria. A este fraile dominico se le puede atribuir la fundación del Derecho Internacional Público y, al mismo tiempo, ser el precursor del Derecho de Objeción de conciencia35. Un derecho que emerge de la duda de acerca de si los súbditos están obligados a examinar las causas de la guerra y al desarrollo de ésta. La respuesta de Vitoria es afirmativa y de ello se deriva, en virtud del respeto al Derecho Natural, la posibilidad de negar colaboración en una campaña bélica. Pero Vitoria no sólo se refiere a la cuestión de la guerra y la objeción de conciencia sino que va más allá afirmando que los tiranos no merecen obediencia alguna, dado que de ellos sólo emergen leyes injustas. 31Fronsac, H. (et alt.); “No violencia y objeción de conciencia”; Sur; Buenos Aires; 1961; pág: 7. 32 Vidal, Llorenç; “Fundamentos de una pedagogía de la no violencia y la paz”; Marfil; Alcoi; 1971, pág: 39. 33 Falcón y Tella, M. J. (2000): 339. 34 Posicionamiento de la Curia Romana que encontramos tras el Concilio Vaticano II y la encíclica papal del mismo Juan XXIII Pacem in terris. 35 Falcón y Tella, M. J. (2000): 343.

En suma, San Agustín, Santo Tomás y Francisco de Vitoria ponen una de las primeras piedras en el seno de la construcción de un marco de justificación de la desobediencia civil o no cooperación siguiendo la terminología de Gene Sharp que exploraremos en el siguiente capítulo. Francisco de Vitoria murió en 1546, dieciséis años después del nacimiento del primer autor destacado de la teoría de la Desobediencia Civil y que ha pasado a la historia del pensamiento social y político como el primer referente en esta cuestión. El autor no es otro que Étienne de la Boétie (1562-1592). Este erudito y consejero del Parlamento de Burdeos, que murió excesivamente joven a los treinta años de edad, abordó la cuestión de la obediencia y servidumbre en lo que se podría considerar como el primer tratado que se ocupa íntegramente de este asunto: El discurso de la servidumbre voluntaria o el contra Uno. En este ensayo, De la Boétie realiza un intenso, aunque algo escueto, análisis del poder, la tiranía, la obediencia y finaliza afirmando la necesidad de desobedecer a todo poder que se asemeje con lo injusto, con la tiranía: no hay nada tan contrario a Dios como la tiranía36. A esta conclusión se llega tras explorar la peligrosidad del poder concentrado en “uno” (el poder de uno sólo es duro e irracional37) y el mecanismo por el cual el pueblo obedece sin más. Los principales argumentos en este sentido son: la costumbre, por un lado, y un entramado de complacencias por conveniencia. En palabras del autor: nacen siervos y son educados como tales38 y se llega a estos favores por las ganancias que se tienen con los tiranos39. Pues bien, como ya hemos adelantado, ante este diagnóstico del poder social y político, De la Boétie levantará la bandera de la insurrección, la desobediencia y la no cooperación. Verá necesario no tolerar una dominación injusta y tiránica, al tiempo que ensalzará la libertad como derecho natural40. Por todo ello, no en vano, podemos considerar a Étienne de la Boétie como el primer pensador que se refiere de manera explícita, clara y contundente en la necesidad de no obedecer y combatir el poder del tirano. De ahí la importancia que tienen para Gene Sharp sus afirmaciones y conclusiones41. Étienne de la Boétie fue contemporáneo de la Reforma Protestante y de la brecha que ésta originó en el seno de la Iglesia Católica. Del mismo modo que Erasmo de Rotterdam, ambos autores se significaron a favor de las críticas de Martín Lutero a la Curia Romana y su manera de entender el proceso de evangelización. Aún así, las consecuencias de las aportaciones de Erasmo y de Étienne de la Boétie y las consecuencias que de ellas se derivan son bien distintas. La importancia de Étienne de la Boétie radica en el diagnóstico que realiza acerca de la obediencia y el poder tiránico, al tiempo que reafirma el derecho de no obedecer ante la injusticia (Derecho de no obediencia que puede implementarse como objeción de conciencia, boicot, no colaboración o en la forma que se crea más adecuada acorde con el principio enunciado); mientras que Erasmo centra sus preocupaciones no tanto en el diagnóstico de la situación sino en las consecuencias. Es decir, desde un punto de partida claramente pacifista, dentro de lo que se ha denominado como pacifismo pasivo, Erasmo de Rotterdam denuncia claramente la injusticia de la guerra42 pero no se significa en torno al concepto de objeción de conciencia o derecho 36 De la Boetié, Etienne (1986): 56. 37 Ibid: 5. 38 Ibid: 32. 39 Ibid: 45. 40 Ibid: 17. 41 Sharp (1973): 34. 42 Rotterdam, Erasmo de (1985): 91 y 131.

de no colaboración. En todo caso apostará por la vía de la reforma de las leyes injustas43 e incluso llegará a alejarse del pacifismo humanista que generalmente se le atribuye al afirmar que no sólo hay que esquivar el golpe…es necesario también devolver la flecha44; un clarísimo ejemplo de legítima defensa ante la injusticia pero ciertamente difícil de considerar en términos de noviolencia. Aún así, resulta indispensable puntualizar que la apuesta por la legítima defensa violenta que realiza Erasmo ocupa un pequeño porcentaje dentro de su obra. Siendo la política del pacto y la apuesta por la creación de una institución de arbitrio internacional45 que minimice el uso de la guerra y sea un elemento de contención frente a posibles “príncipes tiránicos”. Las ideas, aportaciones y cambios que sacudireon Europa con la irrupción del protestantismo cruzaron también el Atlántico e tuvieron su influencia en algunos pensadores y activistas significativos. Es el caso de William Penn, un liberal-libertario y cuáquero que lideró lo que se podría denominar como uno de los primeros ejemplos de intervención noviolenta (me ocuparé de este concepto en el próximo capítulo). Penn creó una colonia pacífica donde existía una verdadera soberanía popular, separación de poderes e incluso un respeto y una libertad de culto realmente avanzados en el contexto del siglo XVII. El experimento de la “Santa Experiencia” como se denominó supuso el embrión del actual estado de Pennsylvania y ha pasado a la historia como un acto de rebeldía y fuerte crítica hacia la manera de gobernar que imperaba todavía en la Europa del Antiguo Régimen. Un Ancienne Régime que pronto se verá amenazado por el liberalismo y sus propuestas contractualistas. El liberalismo como ideología junto con el desarrollo de la teoría política del contrato social auspiciarán una de las mayores revoluciones políticas y sociales de la historia de la humanidad: la paulatina caída del sistema de monarquías absolutas y el advenimiento gradual de la Democracia y el Estado de Derecho a través de la conquista de Derechos Civiles, Derechos Políticos y, finalmente, de Derechos Sociales. Pero quizás sea necesario no ir tan deprisa y detenerse en algunas cuestiones. El contractualismo, el liberalismo y la democracia como justificación de la autoridad y el poder político suponen, para la evolución del concepto desobediencia civil, un punto de inflexión. Se abandona el paradigma, por así decirlo, de Étienne de la Boétie (dado que ya no nos enfrentamos a tiranías) y el debate se redimensiona en términos, si se quiere, relativos a la filosofía sin más o la filosofía jurídica. El problema cobra ahora una nueva dimensión alrededor del concepto de justicia46. La duda en un contexto de democracia garantista y respeto a los Derechos Humanos reside en la justificación o no justificación de la Desobediencia Civil. Pero este cambio de escenario en el terreno de la discusión conceptual no es la única herencia que nos interesa de los hechos de 1789 (y siguientes). Como es sabido, tras la consolidación de los ideales de Liberté, Egalité y Fraternité se consolidó, también, el servicio militar obligatorio, una revolución sin precedentes en los asuntos militares que rápidamente se extendió junto con

43 Rotterdam, Erasmo de (1985): 83. 44 Rotterdam, Erasmo de; “Manual del Cavaller Cristià”; Proa; Barcelona; 1991; página: 171. 45Rotterdam, Erasmo de (1985): 131. 46 Para seguir con más detalle la cuestión de la desobediencia civil en el contexto de un Estado democrático y de derecho se recomienda la revisión de las siguientes referencias: Rawls, John; “ Teoría de la Justicia”; Fondo de Cultura Económica; Madrid; 1995 (especialmente las páginas 404-436). Arendt, Hannah; “Crisis de la república”; Taurus; Madrid; 1999; páginas 57-108. Dworkin, Ronald; “Los derechos en serio”; Ariel Derecho; Barcelona; 1997; páginas 304-326. Y, Habermas, Jurguen; “Ensayos políticos”; Ediciones península; Barcelona; 1988; páginas: 51-71.

el liberalismo y la incipiente democratización. La asunción del paradigma de ciudadano-soldado abrió, a su vez, la puerta al ejercicio de la objeción de conciencia, en clara sintonía con posiciones cercanas al pacifismo ético. No en vano, en 1846, Allain Ballou fundó la Hospedale Community que se movilizó claramente hacia la protección del derecho de objeción de conciencia ante la campaña de los EEUU en Méjico durante los años 1846 y 1848. Situados en Norteamérica a mediados del siglo XIX la referencia en el contexto de la desobediencia civil es clara (y obligada): Henry David Thoureau. Henry D. Thoreau (1817-1862) fue un intelectual destacado del “Renacimiento americano”; un grupo de trascendentalistas intelectuales preocupados por defender la tradición americana a partir de una reforma espiritual y social empezando por el propio individuo. En este contexto, no debe sorprender el punto de vista rebelde y comprometido socialmente y medioambientalmente de Thoreau que afirma rotundamente que realmente, en un país que encarcela injustificadamente, el único sitio digno para las gentes decentes es la cárcel47. Este revolucionario pseudo libertario desconfió y sospechó desde el principio de las bases de la democracia liberal que empezaba a cuajar en Norteamérica tras las experiencias revolucionarias de Francia e Inglaterra. Sentencias suyas del estilo el mejor gobierno es el que no gobierna nada48, ampliando, si cabe, la máxima de Jefferson en la que aceptaba que el mejor gobierno es el que gobierna menos, en contra de la posición de Hamilton49 y poniendo en jaque la validez del gobierno del estado como garantía de buen hacer político dentro de la lógica del pacto social, son buena prueba de ello. O bien, su desconfianza hacia el principio de la mayoría50, base del sistema democrático, y el principio de legalidad (epicentro del liberalismo jurídico): lo deseable no es respetar la ley sino la justicia51. La ley es vista por Thoureau como una posible herramienta de dominación. Ante este diagnóstico, Thoreau recomienda (en sintonía con Thomas Paine52) el Derecho a la Revolución o dicho de otro modo, el derecho a negar lealtad a la tiranía. Un derecho que, a la postre, será interpretado, incluso, como un deber. Pues bien, una vez definido y situado “el que”; Thoreau define y explica “el como”, es decir, la forma. Este Derecho a la Revolución en sentido estricto, debe llevarse a cabo por métodos noviolentos. Thoreau rescata un concepto clave para el desarrollo de la teoría política noviolenta: la desobediencia civil. Una estrategia de disidencia política basada en la no aceptación de las bases que sustentan el sistema político liberal democrático. Es decir, anulando la supuesta obediencia ciudadana que se presupone que existe en un contexto de pacto social y estado liberal-democrático. La desobediencia civil que debe tener una justificación, una justa causa, se concretará en la objeción por motivos de conciencia, la insumisión a realizar el servicio militar obligatorio o la nocooperación fiscal entre otros métodos. Unos mecanismos a los que se puede recurrir para mostrar el rechazo y como mecanismo de lucha ante cualquier problemática social, política, económica e incluso moral, donde se esté actuando injustamente; concluirá Thoureau.

47 Thoreau, H.D.; “La desobediencia civil y otros escritos”; Tecnos; Madrid; 1987; pág: 41. 48 Ibid: 29. 49 Hamilton, Madison y Jay; “El federalista”; Fondo de Cultura Económica; México; 1957; página: 95. 50 Thoreau (1987): 31 51 Ibid: 32. 52 Paine, T.; “Derechos del hombre: respuesta al ataque realizado por el Sr. Burke contra la Revolución francesa”; Alianza; Madrid; 1984, pàgina 34.

En suma, Thoreau rechaza la injusticia social y proclama la necesidad de actuar en consecuencia: no necesitaremos Massachusets53, dirá, en un intento por criticar la esclavitud que se practicaba en este estado norteamericano. Con dicha sentencia que Thoreau afirma poder prescindir del sistema esclavista como motor social y económico por motivos, principalmente, de ética política. No en vano, Thoureau debe ser considerado el referente moderno más importante en relación con el desarrollo del concepto de desobediencia civil. Convirtiéndose, en cierto modo, como la síntesis de las aportaciones que le preceden54. H.D. Thoreau fallece en 1862, siete años antes del nacimiento de la figura más importante del pacifismo noviolento y el verdadero punto de inflexión de esta propuesta política de reforma y cambio social por métodos que apuesta por una estrategia noviolenta. Gandhi parte de una alta posición espiritual, siguiendo la lógica discursiva de Jesús de Nazaret y Erasmo de Rotterdam. Es esta profunda espiritualidad y creencia en Dios la que le lleva a proclamar, por encima del resto de las cosas, el valor de la vida. La cadena argumental sería la siguiente: si Dios es la Verdad, supone Amor y nos otorga Vida, no podemos (ni debemos) oponernos a tal configuración divina. La paz, mensaje de Dios, debe ser protegida y respetada entre los individuos y las diversas sociedades que estos han ido creando: Él (refiriéndose a Dios) me dará la fuerza y me mostrará el camino(…) por tanto la causa de la paz está en las bondadosas manos de Dios (…) no puede acontecer nada más que su voluntad (…) nosotros sólo le conocemos a él y a su ley a través de un cristal oscuro; pero sólo el reflejo de esa ley es suficiente para llenarme de alegría, esperanza y fe en el futuro55. La teoría pacifista y noviolenta de Gandhi se fundamenta en la centralidad del concepto de paz al tiempo que la noviolencia (ahimsa o “no dolor”) adquiere una mayor dimensión en términos de principio universal. La ahimsa se basará principalmente en dos elementos clave de la propuesta gandhiana: (i) la autonomía y libertad del individuo (swaraj) y la verdad que proviene de lo divino (satyagraha) que permite actuar de manera noviolenta. Pero Gandhi no se detiene aquí y amplia su propuesta pacifista noviolenta. Incluyendo, por ejemplo, la importante inversión del principio de legalidad que rige en el paradigma liberal, siguiendo la estela de Thoreau. Bajo este enunciado, en una sociedad organizada en torno al derecho, es justo (y legítimo) lo que es legal, pero para Gandhi la justicia (y por ello la legitimidad) pueden provenir no sólo de la legalidad sino también de una suerte de ius naturalismo basado en la verdad y bondad de Dios y su creación. De modo que, los principios de justicia y legitimidad se situarían por delante del de legalidad. Moral y ética se anteponen de la ley, base del sistema de legitimación de toda democracia constitucional. Así pues, para poder respetar este orden (justicia, legitimidad, luego legalidad) resulta básico, apuntará Gandhi, que exista una coherencia entre medios y fines: solo podremos ser justos a través de métodos justos56. Ello supone la base para poder ejecutar acciones noviolentas.

53 El rechazo sin paliativos a la esclavitud por parte de Thoreau se concreta en “La esclavitud en Massachussets” que forma parte de los otros escritos de la “Desobediencia civil y otros escritos” (1987). 54 Ni que decir tiene la clara conexión entre los discursos de Thoreau, William Penn y Étienne de la Boétie, por ejemplo. 55 Gandhi, M. K.; “La no violencia en la pau y en la guerra” (traducción de Josep Maria Xirinacs); Ahimsa; Barcelona; 1983; página: 249. 56 Gandhi, M. K.; “Todos los hombres son hermanos”; Azenai; Salamanca; 2000; página: 95. Vemos aquí como Gandhi intenta revolucionar las raíces más profundas de la teoría política con este enunciado que

De hecho, la noviolencia será la principal receta, en términos estrictamente políticos aunque con una base claramente moral, de Gandhi57. Esta noviolencia se entiende como un acto de purificación espiritual completa y, a su vez, cómo una herramienta mucho más eficaz que el recurso a la violencia. La noviolencia supone, pues, el camino para un buen desarrollo de las relaciones humanas donde la derrota del otro nunca debe considerarse como un objetivo. No en vano, la paz y la justicia deben considerarse como el fin último de nuestras acciones. En este sentido, la noviolencia gandhiana se enmarca dentro de la lógica y la tradición de la desobediencia civil comprometida con la acción58 que venimos repasando en el presente capítulo. Así pues, siguiendo a Gandhi, veremos como la acción noviolenta debe considerarse como algo mucho más activo que la acción violenta: una persona que maneja armas (…) necesita reposar (…) por tanto está inactivo; no es así con el que está consagrado con la Verdad y la noviolencia (…) que residen en el interior del hombre y trabajan tanto si estamos despiertos como dormidos (…)59. Parece como si noviolencia ética y pragmática fueran, aquí, de la mano. Pero no acaban aquí las recetas de Gandhi. Este comprometido activista por la libertad e icono del siglo XX, se situará claramente a favor de la revolución como mecanismo de cambio y evolución social que, en muchos casos, es estrictamente necesario. La revolución ya no es un derecho sino un deber. Siguiendo la interpretación de Thoureau, Gandhi aportará algunos instrumentos o consejos para la consecución de una revolución en términos de noviolencia. Como por ejemplo: la manifestación pacífica, la nocooperación y la desobediencia civil60. Buena prueba de ello fue la famosa “Marcha de la Sal” protagonizada, entre otros, por el mismo Gandhi en 1930, con vistas a arrancar la independencia de la India al imperio británico. Gandhi falleció en 1948, tres años antes había finalizado la segunda gran guerra con el espectáculo nuclear de Hiroshima y Nagasaki. Ya nada volvería a ser igual. Pero más allá de los convulsos cambios que sufrirá la política y las relaciones internacionales tras el fin de la segunda gran guerra, los ejemplos y las aportaciones en clave noviolenta continuaron estando presentes en algunos rincones del planeta. Sin ir más lejos, en 1955, Rosa Parks, una afroamericana, será arrestada por negarse a ceder su asiento a un hombre blanco en un autobús. Un acto de desobediencia civil en oposición al entramado legislativo que sostenía una situación clara de segregación racial; de iure y de facto. Con el auspicio y la colaboración del pastor afroamericano Martin Luther King61, empezará una campaña de boicot invitando a la comunidad afroamericana a no usar el autobús como respuesta ante una normativa injusta que discriminaba y no protegía la libertad y la igualdad de los afroamericanos. Un año después, la

desafía claramente los principios maquiavélicos sobre la conducta de los gobernantes y sus posibilidades de acción, donde el fin justifica los medios. 57 En el contexto de una noviolencia ética, siguiendo a Burrowes (1996): 99. 58 Fraga, Ana; “El pensamiento político de Gandhi”; Zero; Madrid; 1970; capítulo 3. En este tercer capítulo, la autora desarrolla ampliamente, la idea de la noviolencia como forma de oposición y resistencia política. 59 Gandhi (1983): 122. 60 No en vano la herencia de Gandhi está presente a lo largo de toda la obra de Gene Sharp. Destacamos aquí la monografía que ejemplifica mejor esta conexión discursiva: Sharp, Genen; “Gandhi as a political strategist”; Porter Sargent; Boston; 1979. 61 Considerado por muchos como “el Gandhi negro”: Gomis, Joan; “M.L. King, un hombre que tuvo un sueño de igualdad”; en Prat, Enric; “Pensamiento Pacifista”; Icaria; Barcelona; 2004; página: 122.

Corte Suprema de los Estados Unidos, declaró ilegal la segregación en los autobuses, restaurantes, escuelas y otros lugares públicos. Una vez más, la lucha noviolenta lograba sus objetivos y salía victoriosa. A partir sobretodo de las experiencias de Gandhi en la India y de Luther King en los Estados Unidos, existen multitud de ejemplos de luchas y revoluciones noviolentas. Unos ejemplos que van desde campañas puntuales en el seno de democracias parlamentarias, como fue la campaña a favor del Derecho de Objeción de Conciencia en España durante la primera mitad de la década de los ochenta o el levantamiento popular contra regímenes ciertamente dudosos desde un punto de vista democrático. Buena prueba de ello podría ser la lucha contra el aparheid en Sudáfrica, las acciones de OTPOR para derrocar la hegemonía de Milosevic en Serbia, e incluso los recientes acontecimientos de la plaza Tahrir que con más de un millón de concentrados y con el uso de la estrategia noviolenta de la persuasión y la movilización, lograron expulsar a Mubarak del gobierno de Egipto. Es en este contexto en el cual debemos situar las aportaciones de lucha noviolenta de Gene Sharp que se analizarán a continuación. LAS ENSEÑANZAS DE GENE SHARP: TRANSFORMACIÓN SOCIAL Y POLÍTICA NOVIOLENTA No es suficiente sermonear62 con esta sentencia comienza Gene Sharp la exploración acerca de la política de la acción noviolenta (The politics of nonviolent action) una obra formada por tres volúmenes con los que nos aporta toda clase de instrumentos, métodos y caminos para usar la noviolencia como herramienta de transformación social y política63. El objetivo de Gene Sharp, comprometido como hemos visto con la noviolencia y en el contexto conceptual de lo que se ha denominado como pacifismo activo, no es otro que la búsqueda de estrategias y alternativas noviolentas para lograr cotas de libertad, igualdad y justicia. Se trata pues, de lograr la adopción de formas de sanción y luchas pacíficas64. El propósito no es otro que el de lograr influir en el comportamiento de la comunidad, algo que normalmente se consigue a través del uso de la violencia, bajo la premisa de que el poder del gobierno (de cualquier tipo) se sostiene sobre la base del consentimiento por parte del gobernado. El poder es, pues, uno de los elementos claves. Pero vayamos por partes. Una vez fijado el “que” (la transformación por política por métodos noviolentos) Sharp asegura el “porque” será posible realizarlo sin recurrir a la violencia. Y, finalmente, atiende a las cuestiones relativas al “como”. Es decir, la metodología concreta que debe seguirse desde un punto de vista estratégico noviolento. Se presentan, a continuación, estas dos cuestiones como las principales enseñanzas de Gene Sharp en lo que a lucha política noviolenta se refiere. En primer lugar, uno puede preguntarse qué es lo que realmente hace que Sharp apueste por la lucha noviolenta como método para la transformación social y política. La respuesta es, sin duda, su concepción del poder. De modo

62 Sharp (1973): 4. 63 Ciertamente, parece como si las aportaciones de Gene Sharp se realicen desde un estricto punto de vista pragmático. Incluso el mismo Sharp llega a afirmar que no se trata de una valoración ética sino que su posicionamiento se acercaría más a las condiciones de posibilidad de éxito de la estrategia noviolenta. Aun así, se debe matizar esta cuestión, entendiendo que Sharp parte de posiciones éticamente vinculadas con el pacifismo (lo demuestra su negativa en los años cincuenta a la llamada del ejército de los Estados Unidos o su admiración por la filosofía gandhiana) para, más tarde, desarrollar una teoría que, para obtener ciertas garantías de exportación e implementación, se defiende desde posicionamientos cercanos a su utilidad y pragmatismo. 64 Sharp (1973): 2.

que, la descripción que realizará Sharp sobre el poder, alcanzará un lugar central en el proceso de lucha noviolenta65, y posibilitará la utilización de ésta como mecanismo para cambiar las cosas. El punto de partida de Sharp66 se sitúa en la aceptación de que el poder es inherente a toda relación social y/o política. Al mismo tiempo, afirma que el poder y su control suele acontecer como un problema en la teoría y la práctica política. La idea de Sharp acerca del poder parte de la diferenciación de dos tipos ideales de poder: el poder social que se entiende como la capacidad de control sobre el comportamiento de la comunidad (grupos, individuos, instituciones, asociaciones, etc.) y el poder político, que no es otra cosa que el poder social con fines políticos. El poder político, por su parte, se puede interpretar a través de dos visiones distintas. Por un lado una concepción monolítica del poder que adquiere una forma piramidal y donde tiene lugar una continua cadena de mando relativamente centralizada. En este modelo monolítico del poder no existen muchas variables que modelen el ejercicio mismo del poder sino que todo depende del gobernante. En este sentido, estaríamos ante un sistema aceptable siempre y cuando contáramos, por ejemplo, con unas elecciones libres que nutrieran los parlamentos y éstos fueran ocupados por políticos sujetos a la virtud del principio democrático y el mandato representativo. El problema aparece aquí cuando en lugar de una democracia, resulta ser una dictadura67. En todo caso, el ejercicio del poder en este contexto monolítico se asemeja, estrictamente, al paradigma weberiano del monopolio del uso de la fuerza68. Legítimo o no eso es otro asunto. Sharp, insatisfecho con el punto de vista monolítico, realiza un esfuerzo para lograr una definición y una descripción más detallada del poder. La conclusión a la que llega es que en realidad el poder no se muestra de manera unidireccional y monolítica sino que adquiere una forma poliédrica. El poder resulta ser el resultado de la relación de diferentes actores, diversas dinámicas y la confluencia de distintas lógicas. El resultado de esta compleja interrelación situándonos ante un escenario donde el poder se presenta de forma más difusa, aunque detectable, al tiempo que se multiplican lo que Sharp denominará como fuentes de poder. Las fuentes de poder ocupan un lugar privilegiado en el seno de la teoría de Sharp, dado que son presentadas como las raíces del poder político. Sobretodo si tenemos en cuenta que, en todo proceso político en el que se habla de poder, el componente de obediencia y permisividad por parte de la ciudadanía está siempre presente69 (ya sea en un contexto de poder monolítico como de poder poliédrico). En suma, las fuentes de poder, serán los atributos de la población presentes en toda sociedad que (…) quien los posee es gracias al consentimiento y la cooperación de la gente70. Sharp identifica seis “fuentes de poder” distintas:

- La autoridad, entendida como aquello que se obtiene de la legitimidad y que se definiría como el derecho a mandar y dirigir, a ser escuchado y obedecido por otros”71.

65 Sharp, Gene; “Social power and political freedom”; Porten Sargent Publishers; Boston; 1980. Y, Sharp, Gene; “El rol del poder en la lucha noviolenta”; AEI; Boston; 1987. 66 Sharp (1973): capítulo 1. 67 Helvey (2002): 9. 68 Weber, Max; “El político y el científico”; Ariel; Madrid; 1999. 69 Los gobernantes no tienen poder político (…) su poder viene de fuera. Sharp (2000): 10. 70 Helvey (2002): 12. 71 Sharp (1973): 11.

- Los recursos humanos, o el apoyo real de la ciudadanía que obedece y colabora activamente.

- Las habilidades y los conocimientos, relacionado con el nivel de desarrollo de la sociedad y sobretodo con el uso de la tecnología.

- Los factores intangibles como la ideología, la cultura política, la religión, etc.

- Los recursos materiales como el transporte, el las infraestructuras o el sistema productivo.

- La sanción, entendida como la capacidad para forzar el cumplimiento de órdenes.

Al mismo tiempo, estas fuentes de poder se canalizan en la sociedad a través de diferentes “pilares de apoyo”72:

- Policia y las Fuerzas armadas, vistos como los garantes del monopolio de la fuerza.

- Empleados públicos o aquellos que tienen los conocimientos y la formación adecuada para gestionar los asuntos civiles desde dentro de la administración.

- Medios de comunicación, agentes de socialización por excelencia, creadores de opinión pública y factores intangibles.

- Comunidad empresarial o los propietarios de los medios de producción - Jóvenes o el futuro de la comunidad. - Trabajadores, los que sustentan el sistema productivo. - Organizaciones religiosas, creadoras de intangibles. - Ong’s que funcionan al margen del gobierno (y pueden, por ello, resultar

una herramienta útil para la lucha noviolenta). Una vez identificados los elementos que dan forma al poder y de ahí al proceso político. Sharp, recuperando a De la Boétie, afirmará que el elemento que finalmente acaba aportando poder a los gobernantes no es otro que la obediencia y el consentimiento en relación con las fuentes y los pilares del poder. Y, asimismo, por diversos motivos (hábito, miedo a la sanción, interés, etc.) la causa real de las relaciones de poder acabará siendo la obediencia de los dominados hacia los que dominan. Sin ella la realización efectiva del poder sería imposible. Es aquí donde empieza Sharp a detectar los límites del poder, tanto en democracia como en dictadura, alrededor del concepto de lealtad y sumisión. En cierto modo, parece como si en este punto Sharp hiciese una interesante síntesis de la herencia de De la Boétie y de Thoreau al mismo tiempo. Del primero estaría tomando la perspectiva, el diagnóstico. Y del segundo la receta política, la modalidad de acción. Proclamando, así, la capacidad de rebelarse ante la injusticia y señalando algunas indicaciones para el camino a tomar. Este itinerario, el cómo, lo desarrollará Sharp en una obra posterior a las anteriormente citadas: De la dictadura a la democracia73. En este manual donde responde a la cuestión acerca de cómo hacer la revolución, Sharp aporta una serie de indicaciones y pasos a realizar, así como también define claramente los métodos utilizables y los mecanismos de lucha para destruir una dictadura e impedir el surgimiento de una nueva74. Como ya se ha señalado al principio del artículo, la propuesta de Sharp se basa en el desarrollo de lo que se denomina como desafío político masivo. Una estrategia de lucha noviolenta que, desde la desconfianza a posibles negociaciones dado que pueden suponer un límite para las expectativas de

72 Ibid: capítulo 2. 73 Sharp, Gene; “De la dictadura a la democracia”; AEI; Boston; 2003. 74 Ibid: IX (prefacio).

liberación75, afirma la idoneidad del uso de la noviolencia por encima del uso de la violencia. A sabiendas que es en esta esfera, en la de la violencia, en la que un régimen dictatorial se siente más cómodo y seguro. O dicho de otro modo, Sharp considera que la mejor manera de derribar a una dictadura y la más eficaz, es por la vía de la noviolencia a través de la negativa de consentimiento; que es, precisamente, donde muchas dictaduras no logran penetrar por completo. Por tanto, el desafío político se basa en el ataque directo a las fuentes y pilares de poder existentes a través del mecanismo del Judo Político76 en un intento por atacar a los talones de Aquiles del régimen77 bajo unas condiciones necesarias como la pérdida del miedo, la valentía, la disciplina, la estrategia, la franqueza, la clandestinidad y el comportamiento intachable. Gene Sharp identifica cuatro mecanismos de lucha noviolenta que se ejecutan a través de 198 métodos78, agrupados en tres grandes grupos79. Los cuatro mecanismos son:

- Conversión: cuando el régimen se ha convencido de que sus intereses pueden verse beneficiados al adoptar una recomendación o demanda del grupo en lucha. El ejemplo que, desde la AEI, se pone en este contexto se sitúa en Birmania cuando el General Ne Win accedió a anular la prohibición del uso del inglés y su educación por las contrapartidas económicas y políticas (a nivel de relaciones internacionales) que ello conllevaría.

- Acomodación: entendido como una concesión que se realiza para rebajar la tensión y calmar los ánimos80. Un buen ejemplo de acomodación sería la liberación de presos por parte del régimen militar de Rangun en Birmania.

- Coerción: cuando el régimen no tiene más remedio que aceptar las demandas. De modo que la lucha y presión noviolenta han creado una situación de facto que empujan al régimen a una rendición en forma aceptación. Eso fue lo que sucedió en Serbia durante las elecciones de octubre del año 2000 cuando la oposición a Milosevic se adelantó al fraude electoral y asaltó el parlamento de manera noviolenta denunciando así, esta situación de excepcionalidad. El resultado fue el desalojo de Milosevic. Un año después se sentaría ante el Tribunal Penal Internacional por crímenes de guerra durante el conflicto de los Balcanes.

- Desintegración81: entendido como el proceso de desaparición de la dictadura, del sistema y de las dinámicas de dominación por completo. Aquí el poder tiránico ni se transforma, ni huye, ni se adapta; simplemente desaparece. La caída del muro de Berlín y los cambios acontecidos en la Alemania oriental, pueden servir de ejemplo para

75 Ibid: 11. 76 Sharp (1973): 109-111. El concepto de Judo Político, se presenta también como la capacidad y la posibilidad de revertir la dirección de las acciones que un régimen pueda llevar a cabo para reprimir la disidencia. Se trata, pues, de lograr que estas acciones se viertan en su contra. 77 Sharp (2003): 25. 78 Ver anexo. 79 Helvey (2002): capítulo 4. 80 Una idea claramente conectada con el claro esquema analítico de Easton acerca del sistema político en Easton, David; “Some fundamental categories of análisis”; John Wiley and Sons, New York; 1965; páginas: 17-33. 81 Este último mecanismo de lucha noviolenta, si bien no aparece en The politics of nonviolent action, ha sido añadido posteriormente tanto por Gene Sharp como por Bob Helvey, y se le atribuye cierta importancia que anteriormente había pasado desapercibida. En todo caso, supone una variante del mecanismo de coerción.

mostrar los efectos de la desintegración fruto de la lucha y la acción noviolenta.

Una vez establecidos los mecanismos de lucha noviolenta, Sharp enumera una larga lista de 198 métodos a través de los cuales poner en práctica dichos mecanismos. Estos métodos de acción noviolenta se presentan agrupados en tres categorías82:

- Métodos noviolentos de protesta y persuasión: estos métodos buscan la influencia del adversario, la movilización social y la presión del oponente político. Algunos ejemplos serían: las manifestaciones, las protestas masivas, las asambleas públicas o la difusión de propaganda subversiva.

- Métodos noviolentos de nocooperación: la nocooperación se divide en tres subgrupos, la no cooperación social (ostracismo, plantón en eventos sociales, culturales o deportivos, etc.), la no cooperación económica (el boicot y la huelga) y la no cooperación política (rechazo a la autoridad, desobediencia civil, entre los principales ejemplos).

- Métodos de intervención noviolenta: donde podemos situar la intervención física (sentadas, plantones, obstrucción), la intervención social (re-educación, teatro de guerrilla) o la intervención política (saturación del sistema burocrático administrativo o la creación de gobiernos paralelos), entre otros ejemplos.

Finalmente, tanto Sharp como Helvey elaboran una serie de consejos de corte estratégico para una correcta implementación de toda lucha noviolenta dado que ésta necesita estrategia, organización y planificación83. Este análisis estratégico intenta abordar todas las cuestiones relativas a como maximizar las posibilidades de éxito. En este sentido se advierte de la conveniencia de un liderazgo fuerte, la necesidad de una gran movilización, la importancia de no sucumbir a las provocaciones o represalias violentas con violencia, entre otros muchos consejos. Pero sobretodo se presta una especial atención a la creación y aplicación de una estrategia que movilice el conjunto de recursos, influencias y presiones disponibles (…) para alcanzar los objetivos de quien detenta el poder, especialmente a los gobiernos, Estados y grupos contrarios”84. En conclusión, a sabiendas que la libertad no es un bien gratuito, Gene Sharp y sus colaboradores aportarán una teoría y un método para hacer posible la transformación social y política hacia escenarios donde la libertad, la justicia y la igualdad no sean la excepción, sino la norma. CONCLUSIONES La noviolencia como forma de transformación social implica la concepción de ésta misma como algo que va más allá del mero rechazo a la violencia (de ahí la diferenciación entre no-violencia, con guión, y noviolencia sin guión). En este sentido y tras una larga tradición de pensamiento social y político, aparece la figura de Gene Sharp quien intenta aportar algo de orden en torno a la idea de la noviolencia como herramienta de transformación social. Bajo la premisa básica de que, si el poder se fundamenta en el uso de la fuerza, resulta más lógico confrontarse con él en otro terreno, el terreno de la noviolencia. Sin abandonar la idea de desobediencia civil y en base a un sencillo diagnóstico sobre el poder social y el poder político, Sharp asimila el poder a una forma poliédrica de modo que no existe solamente un centro de poder sino

82 Sharp (1973): volumen II. 83 Sharp (2003): 82. 84 Sharp, Gene; “There are realística alternatives”; AEI; Boston; 2004; página: 38.

que existen e interaccionan varias fuentes de poder (autoridad, recursos humanos, habilidades y conocimientos, factores intangibles, necesidades materiales y capacidad sancionadora). Estas fuentes de poder se canalizan a través de lo que Sharp denomina como pilares de apoyo (policía, militares, empleados públicos, medios de comunicación, comunidad empresarial, estudiantes y jóvenes, trabajadores, organizaciones religiosas y ONG’s) obteniendo como resultado de esta interrelación la acción efectiva del poder. Una acción efectiva basada, a su vez, en la obediencia. Esta obediencia, que puede estar motivada por tradición, conveniencia o por miedo a posibles represalias, será otro elemento a tener en cuenta al diseñar una estrategia de revolución noviolenta. Se trata pues, de retirar el consentimiento, retirar la obediencia. Para ello, Sharp apuesta por la existencia de cuatro mecanismos posibles de cambio político noviolento: la conversión (cuando el régimen se convence y acepta todas o una parte de las reivindicaciones del grupo rebelde), la acomodación (cuando se realizan pequeñas concesiones para calmar los ánimos), la coerción (cuando la acción noviolenta obliga al régimen a adaptarse a un nuevo status quo, construido noviolentamente, claro está) y la desintegración (cuando no hay ni adaptación, ni aceptación porque lo que realmente ha sucedido es que la presión noviolenta ha logrado deshacer las estructuras que sustentaban al régimen, ha logrado desintegrar el sistema y sólo es posible empezar de nuevo). Para lograr llegar a uno de estos mecanismos, Gene Sharp, elabora una lista con 198 métodos de acción noviolenta agrupados en tres grupos principales: la protesta y la persuasión, la no cooperación (social, económica y política) y la intervención noviolenta. En suma, el diagnóstico de Gene Sharp y sus recetas, parecen seguir en la línea de la afirmación de Gandhi cuando, en su Programa Constructivo, apuntaba que la desobediencia civil, masiva o individual, es una ayuda al esfuerzo constructivo y un válido equivalente de la rebelión armada. Es necesaria una preparación ya sea para la desobediencia civil o para la rebelión armada85. Aunque, al mismo tiempo, realiza un esfuerzo para ampliar sus límites, que como hemos visto van más allá de la desobediencia civil. Compartiendo, eso sí, el núcleo duro de la tradición de la acción noviolenta y la desobediencia civil, sobretodo aquello de que el poder está en la gente86.

85 Gandhi, M; “Programa Constructivo de la India” en Buttutini, Emilio; “La pace giusta”; Mazziana; Roma; 1993; página: 254. 86 Gandhi, M; “Programa Constructivo de la India”; en Buttutini, E. (1993): 257.

ANEXO: LOS MÉTODOS DE LA ACCIÓN NOVIOLENTA Métodos de protesta y persuasión no violentas DECLARACIONES FORMALES: 1. Discursos públicos. 2. Cartas de oposición o de apoyo. 3. Declaraciones por organizaciones o instituciones. 4. Declaraciones públicas firmadas. 5. Declaraciones de condena e intención. 6. Peticiones en grupo o masivas. COMUNICACIONES MÁS AMPLIAS: 7. Caricaturas, símbolos, frases cortas. 8. Banderolas, carteleras, cartones. 9. Volantes, panfletos, libros. 10. Periódicos y diarios, desplegados. 11. Radio, televisión, discos, casetes, videocasetes. 12. Rótulos gigantes, aéreos y terrestres. REPRESENTACIONES DE GRUPO: 13. Diputaciones 14. Premiaciones satíricas, reconocimientos ridiculizantes. 15. Reuniones en grupos pequeños o masivos. 16. Plantones con pancartas en lugares simbólicos. 17. Elecciones burla, mofa o paralelas. ACTOS PUBLICOS SIMBOIJCOS: 18. Despliegue de banderas o colores simbólicos. 19. Uso de símbolos. 20. Oración y adoración. 21. Entrega de objetos simbólicos. 22. Desnudos de protesta. 23. Auto-destrucción de propiedad 24. Luces simbólicas 25. Exposiciones de retratos de líderes o héroes. 26. Pintura como protesta. 27. Nuevos letreros y nombres. 28. Sonidos simbólicos. 29. Reclamos simbólicos: "retomar" terrenos o edificios. 30. Gestos groseros o insultantes. PRESIONES A INDIVIDUOS 31. Acoso a funcionarios. 32. Mofa a funcionarios: repudio verbal. 33. Fraternización. 34. Vigilias. DRAMA Y MUSICA 35. Obras cortas, sátiras, comedias, bromas. 36. Teatro, música. 37. Canciones.

PROCESIONES 38. Marchas a un punto significativo. 39. Desfiles sin destino significativo. 40. Procesiones religiosas. 41. Peregrinajes. 42. Caravanas o desfiles de vehículos. HONORES A LOS MUERTOS 43. Luto político: funerales, símbolos luctuosos. 44. Funerales simbólicos. 45. Funerales combinados con manifestaciones. 46. Homenaje en cementerios. ASAMBLEAS PÚBLICAS 47. Asambleas de protesta o apoyo: mítines. 48. Mítines de protesta. 49. Mítines de protesta encubiertos. 50. Tomar un lugar usándolo para enseñar. REITROS Y RENUNCIAS 51. Retiros: salirse de reuniones, conferencias, etc. 52. Silencio: no aplaudir o no responder. 53. Renunciar a honores, membresías, etc. 54. Voltear la espalda. Métodos de nocooperación 1- Métodos de nocooperación social OSTRACISMO A PERSONAS: 55. Boicot social. 56. Boicot social selectivo 57. Inacción a lo lisistrática: boicot sexual. 58. Excomunión: boicot religioso. 59. Interdicción: suspensión de servicios religiosos. NOCOOPERACION CON EVENTOS SOCIALES, COSTUMBRES E INSTITUCIONES 60. Suspensión de actividades sociales o deportivas. 61. Boicot a eventos sociales. 62. Huelgas estudiantiles. 63. Desobediencia social. 64. Cancelar membresía. RETlRO DEL SISTEMA SOCIAL 65. Quedarse en casa. 66. Nocooperación personal total. 67. Abandono de los trabajadores. 68. Refugio: refugiarse en lugar inviolable (templos, embajadas, etc.). 69. Desaparición colectiva. 70. Migración de protesta: se va la población permanentemente (hijrat).

2- Métodos de nocooperación económica: el boicot ec onómico ACCIONES POR CONSUMIDORES 71. Boicots por consumidores. 72. No consumo de artículos boicoteados 73. Política de austeridad. 74. Negarse a pagar el alquiler. 75. Negarse a rentar: no uso y no rento. 76. Boicots nacional de consumidores. 77. Boicots internacionales. ACCIONES POR TRABAJADORES O PRODUCTORES 78. Boicots por trabajadores. 79. Boicots de productores. ACClON DE INTEMEDIARIOS 80. Boicots por proveedores y distribuidores. ACCION POR DUEÑOS O ADMINISTRADORES 81. Boicots por comerciantes a comprar o a vender. . 82. Negarse a rentar o a vender propiedades. 83. Cierre de negocios: no permitir la entrada a trabajadores. 84. Negar asistencia industrial: negar asistencia técnica. 85. Huelga general comercial: cierre de negocios. ACCION DE DUEÑOS DE RECURSOS FINANCIEROS 86. Retiro de depósitos bancarios. 87. Negarse a pagar cuotas, derechos o cargos. 88. Negarse a pagar deudas o intereses. 89. Cortar fuente de fondos y crédito. 90. Negar ingresos a gobiernos 91. Negarse a aceptar el dinero de un gobierno. ACCION POR GOBIERNOS 92. Embargo doméstico. 93. Listas negras de comerciantes. 94. Embargo de proveedores internacionales. 95. Embargo de compradores internacionales. 96. Embargo comercial internacional. 3- Los métodos de no cooperación económica: las hue lgas HUELGAS SIMBOLICAS 97. Huelgas de protesta. 98. Huelgas relámpago. HUELGAS AGRICOLAS 99. Huelgas campesinas. 100. Huelgas de trabajadores asalariados del campo.

HUELGAS POR GRUPOS ESPECIALES 101. Negarse s hacer trabajos forrados 102. Huelgas de prisioneros. 103. Huelgas de gremios. 104. Huelgas de profesionales. HUELGAS INDUSTRIALES ORDINARIAS 105. Huelgas corporativas: a todas las plantas de una empresa. 106. Huelgas por giro. 107. Huelgas solidarias: en apoyo de las demandas de otros. HUELGAS RESTRINGIDAS 108. Huelgas por Áreas. 109. Huelgas de trabajadores en una sola planta. 110. Huelgas de manos caídas. 111. Huelga de "rigorismo": estricto apego al reglamento. 112. Ausentismo por "enfermedad". 113. Huelgas por renuncia. 114. Huelgas limitadas: no se acepta tiempo extra o no se trabaja ciertos días. 115. Huelgas selectivas: no se hacen ciertos trabajos. HUELGAS MULTITUDINARIAS 116. Huelgas generalizadas: en muchas industrias. 117. Huelgas generales: en la mayoría de las industrias. COMBINACION DE HUELGAS Y CIERRES ECONOMICOS 118. Hartal (paro selectivo). 119. Cierre económico: incluye huelgas más cierre de negocios. 4-Los métodos de no cooperación política RECHAZO A LA AUTORIDAD 120. Retirar o negar alianza o reconocimiento. 121. Negar apoyo público. 122. Literatura o discursos promoviendo resistencia. NOCOOPERACIÓN CIUDADANA CON GOBIERNOS 123. Boicots por cuerpos legislativos. 124. Boicot de elecciones. 125. Boicots de puestos en trabajos de gobierno. 126. Boicots de departamentos o agencias de gobierno. 127. Retirarse de instituciones educativas de gobierno. 128. Boicots de organizaciones apoyadas por el gobierno. 129. Negar asistencia a los agentes coactivos del gobierno. 130. Retiro de rótulos, marcas y señalamientos. 131. Negar aceptación de funcionarios designados. 132. Negarse a disolver instituciones independientes existentes. ALTERNATIVAS CIUDADANAS A LA OBEDIENCIA: 133. Cumplimiento lento y de mala gana. 134. Noobediencia cuando no haya supervisión directa. 135. Noobediencia popular. 136. Desobediencia disfrazada o encubierta.

137. Negarse a dispersarse en una asamblea o concentración. 138. Plantones sentados. 139. Nocooperación con reclutamientos o deportaciones. 140. Esconderse, escaparse e identificaciones falsas. 141. Desobediencia civil de leyes ilegítimas: deliberada, abierta y pacifica. ACCIONES POR PERSONAL DE GOBIERNO: 142. Negarse selectivamente a ser asistido por auxiliares gubernamentales. 143. Bloqueos de líneas de mando e información. 144. Retraso y obstrucción. 145. No cooperación administrativa general. 146. No cooperación judicial por parte de los jueces. 147. Ineficiencia deliberada y nocooperaci6n selectiva por parte de agentes coactivos. 148. Motín por policías o soldados de gobierno. ACCIONES POR EL GOBIERNO NACIONAL 149. Evasiones y retrasos cuasi-legales. 150. Nocooperación por unidades del gobierno constituido. I ACCION GUBERNAMENTAL INTERNACIONAL 151. Cambios en la representación diplomática. 152. Retraso y cancelación de eventos diplomáticos. 153. Retención reconocimientos diplomáticos. 154. Romper relaciones diplomáticas. 155. Retirarse de organizaciones internacionales. 156. Negarse a pertenecer a organizaciones internacionales. 157. Expulsión de organismos internacionales. Los métodos de intervención noviolenta INTERVENCION PSICOLOGICA 158. Quedarse a la intemperie. 159. Ayunos. 160. Juicios invertidos. 161. Acoso noviolento: presiones públicas y privadas. INTERVENCIÓN FÍSICA 162. Entrar y sentarse. 163. Entrar y quedarse de pie. 164. Entrar montado. 165. Meterse a tropel. 166. Entrar y molestar. 167. Entrar rezando. 168. Incursión noviolenta. 169. Incursión aérea noviolenta. 170. Invasión noviolentas. 171. Inserción o intervención noviolenta. 172. Obstrucción noviolenta. 173. Ocupación noviolenta.

INTERVENCION SOCIAL 174. Establecer nuevos patrones de conducta. 175. Sobrecargar instalaciones. 176. Tardar, a propósito, para completar un trámite. 177. Interrupción verbal: entrar y hablar. 178. Teatro guerrilla: interrupciones dramáticas. 179. Instituciones sociales alternativas. 180. Sistemas alternativos de comunicación: INTERVENCIÓN ECONOMICA: 181. Huelgas invertidas. 182. Huelgas de de quedarse en el sitio. 183. Invasión noviolenta de tierras. 184. Desafiar cercas, rejas, vallas. 185. Falsificación política: dinero, documentos, etc. 186. Compras monopolísticas: operaciones comerciales excluyentes. 187. Confiscar activos. 188. Apropiación de fondos. 189. Patrocinio o apoyo selectivo. 190. Mercados paralelos: mercados negros. 191. Sistemas de transporte alternos. 192. Instituciones económicas alternas. INTERVENCION POLÍTICA 193. Sobrecargar sistemas administrativos. 194. Publicar la identidad de agentes secretos. 195. Buscar encarcelamientos: sobrecargar cárceles por solidaridad. 196. Desobediencia civil de leyes neutrales. 197. Seguir en el trabajo pero sin cobrar. 198. Soberanía dual y gobierno paralelo.

BIBLIOGRAFIA Y FUENTES CONSULTADAS 1- Referencias bibliográficas:

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2- Revistas:

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3- Referencias en la prensa: - “The new York Times”, 13 de Febrero de 2011, consultable en :http://www.nytimes.com/2011/02/14/world/middleeast/14egypt-tunisia-protests.html?pagewanted=all. - “El País”, 23 de Febrero de 2011, consultable en http://elpais.com/elpais/2012/02/21/opinion/1329850917_243424.html. - - “La vanguardia”, 24 de Febrero de 2012, consultable en: http://www.lavanguardia.com/vida/20110224/54119603270/un-teorico-de-la-resistencia-inspira-desde-ee-uu-a-rebeldes-en-paises-musulmanes.html. (Enlaces consultados el 9 de Mayo de 2012)

4- Material audiovisual: - “¿Cómo empezar una revolución?, Documental emitido en “Documentos TV” de RTVE el día 25 de Enero de 2012 y consultable en: http://www.youtube.com/watch?v=dHezFksIM68