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Chile se encuentra en el grupo de los principales países producto- res de tunas del mundo. Sin em- bargo, en muchas zonas de nuestro territorio, sobre todo del sur, un gran porcentaje de la población no las conoce o nunca la ha probado. Dos son los principales motivos. El primero es que, en estado fres- co, esta fruta no dura más de siete días, lo que dificulta su comercia- lización y distribución, limitándola solo a la venta en las comunas aledañas a donde se produce. Y el segundo es que su cáscara con espinas complica su consumo. De esta manera, un fruto con propiedades nutricionales y fun- cionales excepcionales, rico en antioxidantes, fibra y magnesio, que además es capaz de crecer en con- diciones muy adversas y con poca agua está siendo subvalorado. TRABAJO COLABORATIVO Afectado por esta situación, un productor de Tiltil planteó a la Dra. Laura Almendares, del Departa- mento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Santiago de Chile, buscar una solución que permitiera mejorar la comercialización de sus productos. Así, se comenzó a desarrollar un proyecto financiado por la Funda- ción para la Innovación Agraria (FIA) con la cooperación de un grupo de agricultores para ofrecer este fruto sin cáscara, listo para comer. Además, se planteó la posibilidad de darles mayor duración para po- der ser distribuidos a todo el país e incluso exportarlos. Y se consiguió. El equipo liderado por la Dra. Almendares desarrolló una película comestible, utilizando componentes aprobados por la FDA, capaz de otorgarle estabilidad a la tuna desde el punto de vista microbiológico, sensorial, organo- léptico y físico-químico. Las pruebas de laboratorio de- mostraron que el fruto puede durar entre 20 y 25 días con refrigeración y entre 40 y 45 días si, además de frío, se utilizan atmósferas modifica- das y envases potenciadores. “En este momento existen cubiertas para otras frutas que se aplican sobre su piel. Pero no ope- ran de la misma forma que nuestra solución, ya que esta cubre la tuna sin cáscara, anulando el riesgo de pincharse. Además, el fruto sigue fresco, realizando las funciones bio- lógicas propias de un ser vivo. Esta es una característica fundamental Universidad de Santiago crea cubierta comestible para tunas que facilita su consumo y prolonga su duración SOLUCIÓN SE TRABAJÓ EN CONJUNTO CON PRODUCTORES: de esta innovación”, explica la in- vestigadora. El resultado de este proyecto cuenta con una solicitud de patente y el equipo está a la espera de que llegue la temporada de cosecha para realizar las pruebas de campo. Mientras tanto, sus integrantes están en conversaciones con em- presas interesadas en elaborar y comercializar esta solución. José Manuel Román, coin- vestigador de este trabajo, tiene grandes expectativas puestas en esta solución. Dice que disponer de frutas listas para su consumo ( ready to eat) es una tendencia que se ha arraigado en los consumi- producto corresponden a zonas deprimidas desde el punto de vista económico social y que Chile tiene condiciones agroclimáticas ideales para el cultivo de la especie. Se pueden usar suelos disponibles no tan fértiles para este propósito y, además, la planta no requiere demasiada agua para prosperar y producir”, destaca. El académico también enfatiza que el proceso en sí no encarece significativamente los costos, por lo que la tuna puede ofrecerse al público a un precio razonable en relación al fruto sin tratar. En la actualidad, existe un buen conocimiento de esta innovación por parte de pequeños y medianos productores, especialmente de Til- til, quienes, desde los orígenes del proyecto fueron los destinatarios de la tecnología y participaron en su desarrollo, llegando a incluso a degustar los frutos tratados. Nicolás Jofré es uno de ellos. Conoce las propiedades de las tunas y cree que tienen un gran potencial para el desarrollo de su zona. En este sentido, valora la apuesta que hizo la Universidad de Santiago de Chile por este proyec- to y el acercamiento que tiene el equipo de la Dra. Almendares. “No trabajan en una solución y la salen a ofrecer al mercado, sino que conocen de cerca las necesi- dades y trabajan en conjunto con los involucrados para llegar a la innovación”, concluye. HÉCTOR ECHEVERRÍA, director ejecutivo Fundación para la Innovación Agraria DESARROLLO DOMINGO 14 DE AGOSTO DE 2016 Esta es una iniciativa conjunta de la Universidad de Santiago de Chile y El Mercurio para favorecer la excelencia, pertinencia e impacto de la investigación, desarrollo e innovación. Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e Innovación Tras cinco meses de preparación se conocieron los ganadores del Torneo Lions Up, convocatoria de innovación y emprendimiento para estudiantes de la U. de Santiago de Chile, que fue organizada por el proyecto Nueva Ingeniería para el 2030 de esta casa de estudios, financiado por Corfo. La primera versión de esta iniciativa reunió a 258 participantes que dieron vida a 79 proyectos enmarcados en cuatro desafíos. “Impacta Empresa” se enfocó en resolver problemas reales de las empresas asociadas a Asexma; “Buenos Vecinos”, con objetivo de resolver problemáticas viales de la comuna de Estación Central; “Smart Campus”, enfocado en resolver problemas que afectan el día a día de quienes trabajan y estudian en esta casa de estudios, y “Desarrollo de Prototipos”, dirigido a quienes ya presentan un proyecto más avanzado o un primer prototipo que perfeccionar. El Dr. Juan Carlos Espinoza, decano de la Facultad de Ingeniería, señaló que la investigación aplicada y la innovación tecnológica han estado presentes desde los orígenes de la facultad, que este año cumplió 100 años. “Si la innovación no tiene un resultado práctico, se queda solo como algo interesante, cuando lo que realmente importa es que cumpla un rol social y resuelva problemas”, comentó la autoridad universitaria. Entre las iniciativas que aportarán soluciones tecnológicas al sector productivo destacan Ecoliner, que está a cargo de los estudiantes Camila Pereira, Antonio Quilaqueo y Daphne Moreno, y resuelve la problemática de los rollos de Liner de las empresas que, en este momento, son desechados junto con basura residencial. Soluwelt, por su parte, que es una creación de María Belén Vargas, Ayleen Celedón, Ignacio Cid y Fernanda Paredes, es una innovación que permite reutilizar las resinas termoplásticas, dándoselas de alimento a una larva. Felipe Olguín y Nicolás Montenegro lideran Kümetun, que busca resolver el exceso de polución dentro de la empresa, y Heat recovering —propuesta de Adolfo Caroca y Cristóbal Urbina— soluciona la pérdida de calor de los hornos de las empresas, incrementando los costos de producción. Para dar solución a los problemas viales en Estación Central, por último, se reconoció el proyecto de Alan Vergara, Mario Inostroza y Roberto Sandoval, denominado SATE (Sistema de Apoyo al Transporte Escolar), cuyo objetivo es apoyar a los transportistas a escoger las mejores rutas. DRA. LAURA ALMENDARES, investigadora del Departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la UdeSantiago. CONTACTO Dirección de Gestión Tecnológica Avenida Libertador Bernardo O'Higgins 3363 Casa Central, primer piso, oficina 116 Teléfono (562) 2718 0061 dgt@usach.cl UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE CHILE dores, especialmente de países desarrollados y a la que no esca- pan segmentos importantes de consumidores chilenos. “Además, dado el sabor natural exquisito del fruto, que se mantie- ne intacto en el proceso, una vez introducido en el mercado espera- mos que se convierta rápidamente en uno de los preferidos de los consumidores, incrementando la demanda. Esta alza incentivará a los productores a plantar nuevas superficies de tunales, lo que be- neficiará especialmente a la peque- ña y mediana agricultura. Hay que considerar, que, a la fecha, impor- tantes áreas productoras de este Tecnología reemplaza la piel de la tuna por un recubrimiento que mantiene las funciones fisiológicas, microbiológicas y organolépticas del fruto fresco, haciéndolo durar mucho más. Premian a estudiantes por propuestas de emprendimientos PATRICIO BAEZA PATRICIO BAEZA JOSÉ MANUEL ROMÁN, investigador del Departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la UdeSantiago. PATRICIO BAEZA En los últimos años, el cambio climático ha sido un tema recurrente en los medios de comunicación y en la sociedad chilena en su conjunto. Esto a partir de las consecuencias que ha provocado una serie de eventos extremos que se han ido haciendo cada más evidentes en nuestro territorio: largos periodos de sequía, heladas catastróficas para los cultivos agrícolas en la zona central, devastadoras lluvias en el norte grande y dantescos incendios forestales amplificados por fuertes vientos y altas temperaturas. El sector más vulnerable a estos eventos es sin duda la producción agroalimentaria y forestal, que depende directamente del clima y de las lluvias. En este escenario, la estrategia que debe adoptar el país para enfrentar las transformaciones es la adaptación al cambio climático, donde la innovación juega un papel preponderante, especialmente en el uso eficiente del agua y en la búsqueda de especies y variedades agroalimentarias que resistan las condiciones hostiles de menor disponibilidad hídrica, heladas, golpes de calor e irrupción agresiva de plagas y enfermedades. Los expertos coinciden en que hoy el principal desafío que tiene el sector es llevar a todos los productores las herramientas que permitan prevenir y controlar eventos extremos. Y vamos por buen camino, toda vez que las experiencias antes señaladas han sido reales oportunidades para extraer lecciones, que a su vez han impulsado diversas iniciativas que permiten que hoy nuestro país esté mejor preparado para enfrentar eventos de este tipo. La escasez de lluvias debe abordarse innovando en la eficiencia del manejo y uso del agua para riego y el ganado. En esta línea, los principales aspectos donde innovar son la captación de aguas lluvia en estanques y embalses de pequeña y mediana capacidad, su distribución intrapredial y la eficiencia de riego, así como recuperar aguas servidas mediante tratamiento local y nuevas fuentes no tradicionales de agua. La innovación en estas materias implica aprovechar la capacidad técnica instalada y aumentar su potencial, pero también se puede vigilar, identificar y adaptar tecnologías del extranjero. Asimismo, se requiere de una mayor inversión nacional en investigación, desarrollo e innovación para que el sector agroalimentario y forestal pueda adaptarse a las condiciones climáticas que se esperan en el siglo 21. Es importante considerar que el cambio climático no solo presenta desafíos de adaptación, sino que también oportunidades. Por ejemplo, el alza de las temperaturas mejorará las condiciones de cuaja y floración y la calidad de los frutos subtropicales. Así, entre los rubros que podrían ver aumentado su potencial de desarrollo se encuentran vides, duraznos, cítricos y manzanas. Por último, solo una estrecha alianza pública, privada y de la academia, con objetivos y metas comunes, permitirá alcanzar el nivel de adaptación que requerirá Chile en el futuro. “La estrategia que debe adoptar el país para enfrentar las transformaciones es la adaptación al cambio climático, donde la innovación juega un papel preponderante”. Cambio climático, innovar es la estrategia Acercar a los estudiantes al mundo del emprendimiento para que sean capaces de crear su propio rol dentro de una nueva ingeniería, fue el objetivo del Torneo Lions Up.

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Page 1: deSarrollo - EMOLproyectosespeciales.emol.com/clientes/usach/pdfs/12.pdfAfectado por esta situación, un productor de Tiltil planteó a la Dra. Laura Almendares, del Departa- ... a

Chile se encuentra en el grupo de los principales países producto-res de tunas del mundo. Sin em-bargo, en muchas zonas de nuestro territorio, sobre todo del sur, un gran porcentaje de la población no las conoce o nunca la ha probado.

Dos son los principales motivos. El primero es que, en estado fres-co, esta fruta no dura más de siete días, lo que dificulta su comercia-lización y distribución, limitándola solo a la venta en las comunas aledañas a donde se produce. Y el segundo es que su cáscara con espinas complica su consumo.

De esta manera, un fruto con propiedades nutricionales y fun-cionales excepcionales, rico en antioxidantes, fibra y magnesio, que además es capaz de crecer en con-diciones muy adversas y con poca agua está siendo subvalorado.

Trabajo colaboraTivo

Afectado por esta situación, un productor de Tiltil planteó a la Dra. Laura Almendares, del Departa-mento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Santiago de Chile, buscar una solución que permitiera mejorar la comercialización de sus productos. Así, se comenzó a desarrollar un proyecto financiado por la Funda-ción para la Innovación Agraria (FIA) con la cooperación de un grupo de agricultores para ofrecer este fruto sin cáscara, listo para comer. Además, se planteó la posibilidad de darles mayor duración para po-der ser distribuidos a todo el país e incluso exportarlos.

Y se consiguió. El equipo liderado por la Dra. Almendares desarrolló una película comestible, utilizando componentes aprobados por la FDA, capaz de otorgarle estabilidad a la tuna desde el punto de vista microbiológico, sensorial, organo-léptico y físico-químico.

Las pruebas de laboratorio de-mostraron que el fruto puede durar entre 20 y 25 días con refrigeración y entre 40 y 45 días si, además de frío, se utilizan atmósferas modifica-das y envases potenciadores.

“En este momento existen cubiertas para otras frutas que se aplican sobre su piel. Pero no ope-ran de la misma forma que nuestra solución, ya que esta cubre la tuna sin cáscara, anulando el riesgo de pincharse. Además, el fruto sigue fresco, realizando las funciones bio-lógicas propias de un ser vivo. Esta es una característica fundamental

Universidad de Santiago crea cubierta comestible para tunas que facilita su consumo y prolonga su duración

SolUción Se trabajó en conjUnto con prodUctoreS:

de esta innovación”, explica la in-vestigadora.

El resultado de este proyecto cuenta con una solicitud de patente y el equipo está a la espera de que llegue la temporada de cosecha para realizar las pruebas de campo. Mientras tanto, sus integrantes están en conversaciones con em-presas interesadas en elaborar y comercializar esta solución.

José Manuel Román, coin-vestigador de este trabajo, tiene grandes expectativas puestas en esta solución. Dice que disponer de frutas listas para su consumo (ready to eat) es una tendencia que se ha arraigado en los consumi-

producto corresponden a zonas deprimidas desde el punto de vista económico social y que Chile tiene condiciones agroclimáticas ideales para el cultivo de la especie. Se pueden usar suelos disponibles no tan fértiles para este propósito y, además, la planta no requiere demasiada agua para prosperar y producir”, destaca.

El académico también enfatiza que el proceso en sí no encarece significativamente los costos, por lo que la tuna puede ofrecerse al público a un precio razonable en relación al fruto sin tratar.

En la actualidad, existe un buen conocimiento de esta innovación por parte de pequeños y medianos productores, especialmente de Til-til, quienes, desde los orígenes del proyecto fueron los destinatarios de la tecnología y participaron en su desarrollo, llegando a incluso a degustar los frutos tratados.

Nicolás Jofré es uno de ellos. Conoce las propiedades de las tunas y cree que tienen un gran potencial para el desarrollo de su zona. En este sentido, valora la apuesta que hizo la Universidad de Santiago de Chile por este proyec-to y el acercamiento que tiene el equipo de la Dra. Almendares.

“No trabajan en una solución y la salen a ofrecer al mercado, sino que conocen de cerca las necesi-dades y trabajan en conjunto con los involucrados para llegar a la innovación”, concluye.

HécTor EcHEvErría, director ejecutivoFundación para la Innovación Agraria

deSarrollo

DOMINGO 14 DE AGOSTO DE 2016 Esta es una iniciativa conjunta de la Universidad de Santiago de Chile y El Mercurio para favorecer la excelencia, pertinencia e impacto de la investigación, desarrollo e innovación.

Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo

e Innovación

Tras cinco meses de preparación se conocieron los ganadores del Torneo Lions Up, convocatoria de innovación y emprendimiento para estudiantes de la U. de Santiago de Chile, que fue organizada por el proyecto Nueva Ingeniería para el 2030 de esta casa de estudios, financiado por Corfo.

La primera versión de esta iniciativa reunió a 258 participantes que dieron vida a 79 proyectos enmarcados en cuatro desafíos.

“Impacta Empresa” se enfocó en resolver problemas reales de las empresas asociadas a Asexma; “Buenos Vecinos”, con objetivo de resolver problemáticas viales de la comuna de Estación Central; “Smart Campus”, enfocado en resolver problemas que afectan el día a día de quienes trabajan y estudian en esta casa de estudios, y “Desarrollo de Prototipos”, dirigido a quienes

ya presentan un proyecto más avanzado o un primer prototipo que perfeccionar.

El Dr. Juan Carlos Espinoza, decano de la Facultad de Ingeniería, señaló que la investigación aplicada y la innovación tecnológica han estado presentes desde los orígenes de la facultad, que este año cumplió 100 años. “Si la innovación no tiene un resultado práctico, se queda solo como algo interesante, cuando lo que realmente importa es que cumpla un rol social y resuelva problemas”, comentó la autoridad universitaria.

Entre las iniciativas que aportarán soluciones tecnológicas al sector productivo destacan Ecoliner, que está a cargo de los estudiantes Camila Pereira, Antonio Quilaqueo y Daphne Moreno, y resuelve la problemática de los rollos de Liner de las empresas que, en este momento, son desechados junto con basura

residencial. Soluwelt, por su parte, que es una creación de María Belén Vargas, Ayleen Celedón, Ignacio Cid y Fernanda Paredes, es una innovación que permite reutilizar las resinas termoplásticas, dándoselas de alimento a una larva.

Felipe Olguín y Nicolás Montenegro lideran Kümetun, que busca resolver el exceso de polución dentro de la empresa, y Heat recovering —propuesta de Adolfo Caroca y Cristóbal Urbina— soluciona la pérdida de calor de los hornos de las empresas, incrementando los costos de producción.

Para dar solución a los problemas viales en Estación Central, por último, se reconoció el proyecto de Alan Vergara, Mario Inostroza y Roberto Sandoval, denominado SATE (Sistema de Apoyo al Transporte Escolar), cuyo objetivo es apoyar a los transportistas a escoger las mejores rutas.

Dra. laura almEnDarEs, investigadora del Departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la UdeSantiago.

CONTACTODirección de Gestión TecnológicaAvenida Libertador Bernardo O'Higgins 3363Casa Central, primer piso, oficina 116Teléfono (562) 2718 [email protected]

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dores, especialmente de países desarrollados y a la que no esca-pan segmentos importantes de consumidores chilenos.

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tecnología reemplaza la piel de la tuna por un recubrimiento que mantiene las funciones fisiológicas, microbiológicas y organolépticas del fruto fresco, haciéndolo durar mucho más.

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En los últimos años, el cambio climático ha sido un tema recurrente en los medios de comunicación y en la sociedad chilena en su conjunto. Esto a partir de las consecuencias que ha provocado una serie de eventos extremos que se han ido haciendo cada más evidentes en nuestro territorio: largos periodos de sequía, heladas catastróficas para los cultivos agrícolas en la zona central, devastadoras lluvias en el norte grande y dantescos incendios forestales amplificados por fuertes vientos y altas temperaturas.

El sector más vulnerable a estos eventos es sin duda la producción agroalimentaria y forestal, que depende directamente del clima y de las lluvias.

En este escenario, la estrategia que debe adoptar el país para enfrentar las transformaciones es la adaptación al cambio climático, donde la innovación juega un papel preponderante, especialmente en el uso eficiente del agua y en la búsqueda de especies y variedades agroalimentarias que resistan las condiciones hostiles de menor disponibilidad hídrica, heladas, golpes de calor e irrupción agresiva de plagas y enfermedades.

Los expertos coinciden en que hoy el principal desafío que tiene el sector es llevar a todos los productores las herramientas que permitan prevenir y controlar eventos extremos. Y vamos por buen camino, toda vez que las experiencias antes señaladas han sido reales oportunidades para extraer lecciones, que a su vez han impulsado diversas iniciativas que permiten que hoy nuestro país esté mejor preparado para enfrentar eventos de este tipo.

La escasez de lluvias debe abordarse innovando en la eficiencia del manejo y uso del agua para riego y el ganado. En esta línea, los principales aspectos donde innovar son la captación de aguas lluvia en estanques y embalses de pequeña y mediana capacidad, su distribución intrapredial y la eficiencia de riego, así como recuperar aguas servidas mediante tratamiento local y nuevas fuentes no tradicionales de agua.

La innovación en estas materias implica aprovechar la capacidad técnica instalada y aumentar su potencial, pero también se puede vigilar, identificar y adaptar tecnologías del extranjero. Asimismo, se requiere de una mayor inversión nacional en investigación, desarrollo e innovación para que el sector agroalimentario y forestal pueda adaptarse a las condiciones climáticas que se esperan en el siglo 21.

Es importante considerar que el cambio climático no solo presenta desafíos de adaptación, sino que también oportunidades. Por ejemplo, el alza de las temperaturas mejorará las condiciones de cuaja y floración y la calidad de los frutos subtropicales. Así, entre los rubros que podrían ver aumentado su potencial de desarrollo se encuentran vides, duraznos, cítricos y manzanas.

Por último, solo una estrecha alianza pública, privada y de la academia, con objetivos y metas comunes, permitirá alcanzar el nivel de adaptación que requerirá Chile en el futuro.

“la estrategia que debe adoptar el país para enfrentar las transformaciones es la adaptación al cambio climático, donde la innovación juega un papel preponderante”.

cambio climático,innovar es la estrategia

acercar a los estudiantes al mundo del emprendimiento para que sean capaces de crear su propio rol dentro de una nueva ingeniería, fue el objetivo del torneo lions Up.