de niño combatiente a ciudadano los retos de la reintegración política de niños desvinculados...

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Universidad de Los Andes Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Ciencia Política Bogotá, Colombia ¿De niño combatiente a ciudadano? Los retos de la reintegración política de niños desvinculados del conflicto armado colombiano Elaborado por Irina Mago Tesis para optar al título de Magíster en Ciencia Política Directora: Angelika Rettberg Lectores: Carlo Nasi e Iván Orozco Mayo 2011

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Tesis sobre la participación política de niños desmovilizados

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  • Universidad de Los Andes

    Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Ciencia Poltica

    Bogot, Colombia

    De nio combatiente a ciudadano? Los retos de la reintegracin poltica de nios

    desvinculados del conflicto armado colombiano

    Elaborado por Irina Mago Tesis para optar al ttulo de Magster en Ciencia Poltica

    Directora: Angelika Rettberg

    Lectores: Carlo Nasi e Ivn Orozco

    Mayo 2011

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    Agradecimientos

    Esta investigacin fue posible gracias a la colaboracin de muchas personas e instituciones. A los jvenes

    entrevistados les agradezco haber compartido su tiempo, sus historias y sus percepciones conmigo. Sin

    ustedes hoy no existira este texto. A Angelika Rettberg, directora del Departamento de Ciencia Poltica de

    la Universidad de Los Andes y directora de esta tesis, por haberme guiado con buena disposicin y

    compromiso hasta alcanzar esta meta. A Carlo Nasi e Ivn Orozco, por su lectura juiciosa y por las crticas

    que plantearon en la sustentacin, las cuales me permitieron enriquecer mi visin de un problema complejo

    y poco estudiado. A Carlo Nasi y a Carolina Gmez, coordinadora de Postgrados, por motivarme a seguir

    estudiando y por creer en m. Agradezco al Departamento de Ciencia Poltica de la Universidad de Los

    Andes por haberme otorgado la beca que me permiti hacer esta tesis en el marco de la Maestra en

    Ciencia Poltica. Al Centro de Estudios Socioculturales (CESO) de la Universidad y a su director, lvaro

    Camacho, por financiar mi proyecto de investigacin.

    A la Alta Consejera para la Reintegracin Social y Econmica de Personas y Grupos Alzados en Armas

    (ACR), al Centro de Paz y Reconciliacin (CEPAR) de la Alcalda de Medelln, a la organizacin Benposta

    Nacin de Muchachos, a la Coalicin contra la vinculacin de nios, nias y jvenes al conflicto armado en

    Colombia (Caolico) y al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), por la colaboracin y amabilidad

    de sus funcionarios. A la ACR, al CEPAR y a Benposta por ponerme en contacto con los jvenes. Por

    ltimo, y de manera especial, le doy las gracias a mis amigos y a mi familia. A mi abuelo y a mi padre,

    quienes me han inculcado respeto por el conocimiento acadmico. A mis hermanas, por apoyarme y

    quererme incondicionalmente. A mi madre, por su amor y por creer que puedo hacer una diferencia con mi

    trabajo y con mi formacin. T eres quien sabe con mayor certeza que fui muy feliz haciendo esta

    investigacin y que mis agradecimientos son sinceros. A ti, nuevamente gracias.

  • 3

    Introduccin...4 I. Situacin actual del reclutamiento y de la desvinculacin de nios en Colombia....10 II. Marco institucional colombiano para la reintegracin de nios en Colombia...15

    III. Estudios previos: literatura internacional...........24 IV. Estudios previos sobre reintegracin de nios en Colombia...........................33 V. Estrategia metodolgica........39 VI. La muestra: descripcin de los jvenes entrevistados...........44 VII. Datos: las experiencias de reintegracin poltica y las percepciones de la sostenibilidad de sus procesos.......49

    1. Las experiencias de reintegracin poltica de los jvenes........50

    a) Conocimiento de derechos y de autoridades asociadas a la ruta de reintegracin b) Relaciones con las instituciones y autoridades oficiales c) Relaciones con grupos armados ilegales, desvinculados y desmovilizados d) Participacin: opinin y toma de decisiones en sus procesos de reintegracin e) Participacin en poltica (e inters): elecciones y estructuras de poder f) Participacin en el proceso de reintegracin colombiano: construccin de paz (y potencial)

    2. Percepciones que tienen sobre la sostenibilidad de sus procesos........60 a) Situaciones que los han hecho considerar volver a las armas y de hecho hacerlo b) Motivos que han encontrado para quedarse en la vida civil

    VIII. Discusin: implicaciones de las experiencias de reintegracin poltica en las percepciones de la sostenibilidad de sus procesos de reintegracin.......66

    Conclusiones...........84 Bibliografa..............86 Anexo 1: instrumento de investigacin93

  • 4

    Introduccin

    Vos sabs que ac en Colombia a la vuelta de la esquina llegan y (te dicen) vos, ve, ten 400 mil pesos mensuales y cog este fierro y cuid esta esquina. Te toca dos horas diarias.

    Y vos sin trabajo. Pues ya entends un poquito ese campo, estuviste ah ya trinando. Entonces, yo no s dnde iremos a parar, especialmente yo.

    Joven de 22 aos, ex integrante de las AUC

    La realidad de muchos nios1 y jvenes2 desvinculados en Colombia hoy es que conviven con ofertas de

    organizaciones armadas ilegales y con la tentacin constante de regresar al camino que transitaron.

    Experimentan un proceso de reintegracin en el marco de un rearme parcial pero importante y como

    consecuencia de una crisis humanitaria de la poblacin desmovilizada3, marcada por altos mrgenes de

    desercin y reincidencia (CNRR, 2010). En este contexto, resulta un desafo transformar a los nios

    combatientes en ciudadanos democrticos pacficos que participen en la toma de decisiones, como

    pretende la poltica estatal de reintegracin. Desde el punto de vista de la construccin de paz en

    Colombia, la posibilidad de lograr su reintegracin poltica, entendida como su participacin en la toma de

    decisiones y en las estructuras de poder (Veale, 2003), adems de ser un derecho, podra ser un

    mecanismo que los aleje de la violencia. Las experiencias de otros pases, como El Salvador y

    Mozambique, sugieren que la falta de participacin de los nios en los procesos de reintegracin est

    asociada a su continuacin en la violencia (Singer, 2006; Verhey, 2001, 2003).

    Adems de las preocupaciones clsicas de los procesos de desmovilizacin, desarme y reintegracin

    (DDR) como la forma en la que se financian los procesos de desmovilizacin y se garantiza la seguridad

    de los excombatientes, pareciera que la sostenibilidad de los procesos de reintegracin de los nios

    desvinculados tambin depende crticamente de la forma como se entiende, se disea e implementa su 1 Se usar el trmino nios para referirse a nias y a nios. Es decir, toda persona menor de 18 aos, de acuerdo con la Convencin de los Derechos del Nio. 2 Muchas investigaciones incluyen una fase de la niez dentro del trmino juventud. Segn la Organizacin de Naciones Unidas, jvenes son personas entre 15 y 24 aos. 3 Que se ha visto afectada as como sus familias por acciones violentas como homicidios, retenciones ilegales, desapariciones forzadas, amenazas, desplazamiento forzado y reclutamiento ilcito.

  • 5

    ruta de reintegracin poltica. Por consiguiente, esta investigacin busca aproximarse al caso colombiano y

    responder la siguiente pregunta: qu implicaciones tienen las experiencias de reintegracin poltica

    de los nios desvinculados colombianos en la sostenibilidad4 de sus procesos de reintegracin?

    La investigacin pretende aportar informacin novedosa tanto al conocimiento acadmico afn a la ciencia

    poltica, como a la poltica pblica encargada de atender a los nios y jvenes desvinculados de

    organizaciones armadas ilegales colombianas. Quiere contribuir a llenar el vaco terico que existe sobre la

    participacin poltica de esta poblacin en Colombia (Obando y Otlvaro, 2009) y pretende dar luces

    acerca de cmo perciben la sostenibilidad de sus procesos de reintegracin, tema que tambin ha recibido

    poca atencin acadmica (ODDR, 2009). As apunta a enriquecer, desde la perspectiva de los nios hoy

    jvenes desvinculados, el debate sobre una poltica pblica que recin cumpli una dcada de

    funcionamiento, que no est ni pretende estar terminada (ICBF, 2010), y que ha sido frecuentemente

    cuestionada.

    El estudio muestra que la reintegracin poltica, un tema que se suele reservar para excombatientes

    adultos, es relevante tambin para la reintegracin de nios, pues de ella puede depender su

    transformacin en ciudadanos productivos, responsables y pacficos. En efecto, los desvinculados tienen

    necesidades de participacin o necesidades polticas que tienden a pasarse por alto (McEvoy-Levy, 2001),

    y se ven a s mismos como actores sociales y con frecuencia como actores polticos capaces de tener xito

    (Maulden, 2007). El componente poltico dentro de sus procesos es relevante, debido a que si se falla en

    involucrarlos en formas significativas en las estructuras de toma de decisiones (participacin) en el

    postconflicto ser ms probable que los esfuerzos de paz fracasen (IDDRS, 2006). Hay evidencias de que

    su participacin impacta la viabilidad de una paz sostenible, aunque no la garantiza (Maulden, 2007). 4 Sus procesos son sostenibles si no se vuelven a integrar a un grupo armado ilegal.

  • 6

    Tratndose de personas en formacin, con mayor razn, la reintegracin poltica de quienes ingresaron a

    las filas siendo menores de edad debe ser considerada en estudios y en las polticas relevantes.

    Esta investigacin, por tanto, aporta al debate acerca de cmo reintegrar a los nios excombatientes para

    reducir su propensin a usar violencia y romper los ciclos que van en contrava de la construccin de paz y

    democracia (Wessells, 2006); y cmo aprovechar al mismo tiempo el potencial social y poltico que tienen,

    en su beneficio propio y en el de una paz sostenible (McEvoy-Levy, 2006). En este debate, la reintegracin

    de esta poblacin es sealada como una prioridad en el postconflicto, pues los nios desvinculados pronto

    se convierten en jvenes, que es considerado tanto el grupo con mayores dificultades para reinsertarse

    adecuadamente y el que impone mayores riesgos para la paz, como el grupo ms grande de

    contribuyentes potenciales a la economa y a la reconstruccin de un pas (Specht, 2006).

    Aunque ya existe conciencia acerca de la importancia de brindar atencin diferenciada a esta poblacin

    durante su reintegracin, las perspectivas de los nios desvinculados han tenido poca atencin (Wesells,

    2006). No sabemos mucho acerca de qu piensan ellos acerca de los procesos de paz y de la tarea de

    reconstruir sus sociedades (McEvoy-Levy, 2001), sus realidades no estn claras y ha habido poca

    descripcin y anlisis de las transiciones y de las experiencias de desmilitarizacin (Denov y Maclure,

    2007). Incluso en el Primer Congreso Internacional de Desarme, Desmovilizacin y Reintegracin (DDR)5,

    llevado a cabo en Cartagena (Colombia) en el ao 2009, se concluy que los nios desvinculados

    requieren de un mejor apoyo que incluya mapear oportunidades y necesidades, ya que sus voces a

    menudo no son solicitadas o van siendo silenciadas activamente (CIDDR, 2009, p. 23).

    5 Organizado, entre otros, por la Alta Consejera para la Reintegracin Social y Econmica de Personas y Grupos Alzados en Armas (ACR) y la Comisin Nacional de Reparacin y Reconciliacin (CNRR).

  • 7

    Tomando en cuenta este vaco, este estudio exploratorio adopt un enfoque cualitativo y narrativo,

    centrado en las experiencias de reintegracin de un grupo de jvenes colombianos. El enfoque permite,

    principalmente, rastrear y examinar transformaciones y cambios en momentos decisivos en la vida de los

    individuos y tambin abarcar experiencias ms amplias como las relacionadas con un trauma y sus

    consecuencias (Andrews et l., 2006), partiendo de sus propias voces y relatos. Se trata de un estudio

    cuyo objetivo general es describir y analizar cmo los nios desvinculados del conflicto armado

    colombiano perciben sus experiencias de reintegracin poltica, y la relacin que establecen entre

    esta y la sostenibilidad de sus procesos. Para alcanzar esa meta, se plantearon tres objetivos

    especficos:

    1. Describir y analizar cmo han sido las experiencias de reintegracin poltica de los jvenes desvinculados colombianos.

    2. Analizar los riesgos y las oportunidades que identifican los jvenes desvinculados con respecto

    a la sostenibilidad de su reintegracin6.

    3. Identificar, describir y analizar las implicaciones de las experiencias de reintegracin poltica en las percepciones de sostenibilidad de sus procesos de reintegracin.

    En torno a estos objetivos se entrevist a profundidad y en repetidas ocasiones a un grupo de siete jvenes

    dos mujeres y cinco hombres quienes estuvieron en distintos grupos armados ilegales colombianos

    FARC, ELN y AUC7 durante su niez y salieron de estas organizaciones antes de alcanzar los 18

    aos, es decir, siendo nios. Son desvinculados de edades que hoy oscilan entre los 21 y los 25 aos,

    quienes han experimentado procesos de reintegracin con y sin apoyo del Estado. Se encuentran en las

    ciudades de Bogot, Medelln y Barranquilla, donde estudian y trabajan informalmente, y donde fueron

    consultados, gracias a la financiacin otorgada por el Centro de Estudios Socioculturales (CESO) de la

    Universidad de Los Andes; y tambin gracias al apoyo de la ACR, del Centro para la Paz y la 6 Aunque el anlisis se concentrar en lo relacionado con la dimensin poltica, se tendr en cuenta lo que ellos en general identifican como motivos para quedarse en la vida civil y para considerar regresar a las armas, y en ciertos casos hacerlo. 7 Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Ejrcito de Liberacin Nacional (ELN) y Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

  • 8

    Reconciliacin (CEPAR) de la Alcalda de Medelln y de la organizacin Benposta Nacin de Muchachos

    en Bogot.

    Las entrevistas permitieron recoger las voces de los jvenes y la conformacin de relatos complejos, ricos

    en detalles e ilustrativos de las realidades que estos jvenes enfrentan. Se complementaron con

    entrevistas a profesionales que han estado involucrados en sus procesos, a cientficos sociales y a otros

    expertos en el tema. Los datos se organizaron de acuerdo con las siguientes categoras:

    1. Las experiencias de reintegracin poltica de los jvenes: a) Conocimiento de derechos y de autoridades asociadas a la ruta de reintegracin b) Relaciones con las instituciones y autoridades oficiales c) Participacin: opinin y toma de decisiones en sus procesos de reintegracin d) Participacin en poltica (e inters): elecciones y estructuras de poder e) Participacin en el proceso de reintegracin colombiano: construccin de paz (y potencial) f) Relaciones con grupos armados ilegales, desvinculados y desmovilizados

    2. Las percepciones que tienen sobre la sostenibilidad de sus procesos:

    a) Situaciones que los han hecho considerar volver a las armas y de hecho hacerlo b) Motivos que han encontrado para quedarse en la vida civil

    Como complemento, tambin se revisaron artculos de prensa y estudios acadmicos, oficiales e

    independientes. Debido al tamao de la muestra, los resultados aqu recopilados no pueden generalizarse

    al resto de la poblacin de ms de 4.000 menores excombatientes registrados en Colombia hoy. Sin

    embargo, aportan conocimiento y pistas valiosas sobre opiniones y perspectivas de uno de los grupos ms

    importantes en el proceso colombiano de construccin de paz.

    La investigacin corrobora que la experiencia de reintegracin poltica s afecta la percepcin de la

    sostenibilidad del proceso de reintegracin de este grupo, aunque no la garantiza debido a que no es el

    nico factor, ni el principal, que incide en la percepcin que tienen los jvenes desvinculados sobre la

    sostenibilidad de sus procesos. El estudio apunta tambin a destacar el potencial de participacin que

  • 9

    tienen los jvenes, que de ser canalizado adems de beneficiarlos a ellos, podra impactar positivamente el

    proceso de reintegracin que vive Colombia. Como veremos en las siguientes pginas, estos hallazgos

    coinciden con la literatura acadmica sobre estos temas, as como con la experiencia prctica acumulada

    por las organizaciones que se desempean en este campo, aportan elementos para la discusin sobre el

    caso colombiano y plantean nuevas preguntas de investigacin.

    Presentacin del documento

    El texto que sigue contiene (I) una descripcin de la situacin actual del reclutamiento y de la

    desvinculacin de nios en Colombia y (II) una revisin breve del marco institucional que determina la

    reintegracin de esta poblacin en el pas. Luego se revisan lecciones aprendidas en (III) la literatura

    internacional con respecto a los programas de reintegracin y a las implicaciones que tiene para la paz el

    concepto de reintegracin poltica de nios8. En el captulo siguiente, (IV) estudios previos sobre Colombia,

    se examina lo que se ha investigado sobre reintegracin de nios en el pas. Se pincelan algunos temas

    relacionados, pero se abordan sobre todo los asuntos pertinentes a los objetivos: la reintegracin poltica y

    la sostenibilidad de sus procesos de reintegracin.

    Una vez establecidos los antecedentes, el documento explica (V) la estrategia metodolgica que se sigui

    para realizar el estudio cualitativo, y se describe (VI) la muestra, a saber, los jvenes entrevistados para

    esta investigacin. En el siguiente captulo (VII) se detallan las experiencias de reintegracin poltica y las

    percepciones de la sostenibilidad de sus procesos. Posteriormente (VIII) se plantea la discusin acerca de

    las implicaciones de las experiencias de reintegracin poltica en la percepcin de la sostenibilidad de sus

    procesos de reintegracin y se esbozan las (IX) conclusiones a las que llega el estudio.

    8 Debido a que estudiar lo que ha ocurrido en cada pas sobrepasa los objetivos de la investigacin, se prefiri una visin general y consolidada del panorama mundial, con algunos ejemplos concretos.

  • 10

    I. Situacin actual del reclutamiento y de la desvinculacin de nios en Colombia

    No se sabe cuntos nios han ingresado a los grupos armados ilegales colombianos. Aproximaciones

    hechas en momentos puntuales oscilan entre 10.000 y 14.000 menores de edad vinculados a las

    organizaciones ilegales (Coalico y CCJ, 2009) y sealan que al menos uno de cada cuatro combatientes es

    nio (HRW, 2003)9. Hace unos aos Paul Martin, entonces director del Fondo de Naciones Unidas para la

    Infancia (UNICEF) en Colombia, describi la gravedad de la situacin en una publicacin oficial:

    En el pas, a pesar de los esfuerzos realizados, la vinculacin de nios y nias por parte de los grupos armados contina siendo una prctica comn. Aunque no se sabe a ciencia cierta la magnitud del fenmeno, se estima que Colombia ocupa el cuarto lugar entre los pases del mundo con mayor nmero de nios y nias en los grupos armados ilegales. En Colombia, como en los otros pases afectados, los grupos armados utilizan a los nios y nias para realizar diversas tareas que representan una amenaza inminente a su vida e integridad y que tienen consecuencias devastadoras y duraderas (Defensora del Pueblo, 2007, p. 17).

    Al ao siguiente la Corte Constitucional de Colombia reconoci que la prctica era generalizada,

    sistemtica y habitual, y recalc que se desconoca la verdadera magnitud y el alcance territorial de los

    reclutamientos (ONU, 2009). Se ha dicho que la incorporacin de menores se lleva a cabo en 31 de los 32

    departamentos del pas (CODHES, 2010), y que ha estado en aumento en los ltimos aos (Coalico,

    2010), aunque la vinculacin de menores voluntaria o por reclutamiento es considerada una de las peores

    formas de trabajo infantil y una violacin tanto del marco legal nacional como del internacional. Es un delito

    de lesa humanidad (PGN, USAID y OIM, s.f) que siguen cometiendo las organizaciones al margen de la

    ley, a pesar de haber suscrito acuerdos de no utilizacin y vinculacin de nios que no han respetado

    (Coalico, 2010)10; y a pesar de los esfuerzos de organizaciones nacionales e internacionales, y del Estado

    9 El reclutamiento es estimado indirectamente a partir de los nios desvinculados atendidos en el Programa de Atencin del ICBF. 10 Las AUC establecieron que no reclutaran, ni utilizaran menores en la Declaracin de Paramillo (1998); luego lo reiteraron en el marco de la Ley de Justicia y Paz. Las FARC prometieron no reclutar menores de 15 aos ante la ONU en 1999. Y el ELN asumi el compromiso de no reclutar menores de 16 aos al firmar los acuerdos de Puerta del Cielo en 1998 (Coalico, 2010).

  • 11

    colombiano por prevenirlo11, as como por proteger los derechos humanos de los nios, que son

    privilegiados y especiales por su estado de indefensin (PGN, 2006).

    Una vez los nios son reclutados, algunos logran abandonar las filas. No se conoce la cantidad, ni el

    estado actual de muchos de ellos. De acuerdo con la Procuradura General de la Nacin los nios, nias y

    adolescentes pertenecientes a grupos ilegales superaron cien veces la de aquellos que han sido

    desmovilizados (PGN, 2006, p. 302), pues Colombia figura como uno de los pocos pases donde la

    desmovilizacin de nios se ha ocultado masivamente (Sierra, 2009)12. Por estas razones en el ao 2010

    el Gobierno nacional reconoci ante la Organizacin de Naciones Unidas (ONU) que lo nico que se

    puede afirmar con certeza sobre reclutamiento de nios por parte de grupos armados ilegales es que

    desde que se cre el programa estatal de atencin diferenciada del Instituto Colombiano de Bienestar

    Familiar (ICBF), para esta poblacin en 199913 hasta febrero de 2010 se han desvinculado 4.252 menores:

    73% son nios y 27% nias provenientes de distintos grupos armados ilegales (ver grfico 1).

    11 Quiz entre los ms reconocidos est la creacin de la Comisin intersectorial para la prevencin del reclutamiento y utilizacin de nios, nias, adolescentes y jvenes por grupos organizados al margen de la ley , de la Vicepresidencia; la aceptacin del sistema de monitoreo de la ONU (Resolucin 1612) y la elaboracin del documento Conpes 3673 de 2010 que representa un avance importante hacia una poltica de prevencin. 12 Este delito permanece en la impunidad debido a que no hay ninguna sentencia judicial que lo condene. Las denuncias por reclutamiento de nios son casi inexistentes: en el 2003 la Polica Nacional registr dos denuncias, en el 2004 otras dos y en el 2005 seis. En general la disparidad entre los hechos punibles que acaecen en el conflicto armado contra la niez, el derecho que los reprueba y prohbe y las sentencias judiciales que deberan dictarse, a fin de sancionar a los responsables, es abismal (Labrador y Gmez, 2010, p. 85). 13 El Programa Especializado de Atencin a Menores Desvinculados de Grupos Armados Ilegales, del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). El nombre del programa ha sido cambiado varias veces. Para evitar confusiones en esta investigacin se har referencia al Programa de Atencin Especializada o al Programa del ICBF. Este es diferente al Programa de Reintegracin de la ACR, que atiende a adultos desmovilizados y a los desvinculados una vez alcanzan la mayora de edad.

  • 12

    Grfico 1: Total de nias y nios desvinculados atendidos por el Programa de Atencin Especializada del ICBF, segn los grupos armados ilegales a los que pertenecieron (1999-2010).

    FARC: Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, AUC: Autodefensas Unidas de Colombia, ELN: Ejrcito de Liberacin Nacional, EPL: Ejrcito Popular de Liberacin, ERP: Ejrcito Revolucionario del Pueblo, ERG: Ejrcito Revolucionario Guevarista, BACRIN: Bandas Criminales al Servicio del Narcotrfico. FUENTE: Sistema de Informacin ICBF. Fecha de corte: 28 de febrero de 2010. Poblacin Atendida: 4.252. (Ministerio de Relaciones Exteriores, 2010, p.1).

    El ICBF ha sealado, a partir de lo que conoce de la poblacin atendida, que algunos de los fenmenos

    sociales que coadyuvan a acrecentar el reclutamiento son el narcotrfico, la pobreza, la violencia

    intrafamiliar, la cultura de la ilegalidad y la baja capacidad de retencin del sistema escolar (ICBF, 2010, p.

    14). La mayora de los ingresos a las filas armadas ocurre de forma voluntaria14, de acuerdo con Human

    Rights Watch (2003), aunque una vez que los nios se han incorporado a las organizaciones no pueden

    salir voluntariamente pues el precio de intentar desertar puede ser su vida (HRW, 2003, p. 29).

    En cuanto a la desvinculacin de los menores que han ingresado al Programa de Atencin Especializada

    del ICBF, esta se ha producido de forma voluntaria en un 82% (desercin o entrega, incluyendo las

    desmovilizaciones colectivas) y 18% fueron recuperados en acciones militares15. Las razones para

    desvincularse individualmente estuvieron relacionadas con volver a su familia, el riesgo de perder la vida,

    14 La voluntariedad es cuestionada pues es vista ms [como] una consecuencia de la terrible falta de oportunidades para los nios de los sectores ms pobres de la sociedad rural, que un verdadero ejercicio de libre eleccin (HRW, 2003, p. 28). 15 Cuando se refiere a nios se usa el trmino recuperados en vez de capturados.

  • 13

    y el cansancio o desacuerdo con labores realizadas en el grupo (ICBF, 2010, p. 16). En la mayora de los

    casos abandonaron las armas entre los 15 y los 17 aos16, y segn el ICBF:

    Las cifras anteriores dejan en evidencia la grave afectacin que la prctica del reclutamiento tiene para el desarrollo integral de nios y nias en Colombia, ms an si se tiene [en cuenta], como lo reporta la literatura especializada en el tema, que en los seres humanos la etapa comprendida entre los 11 y los 17 aos de edad es un perodo vital de transformaciones en trminos de desarrollo identitario, afectivo, social y sexual []. El reclutamiento adems de vulnerar todos los derechos fundamentales [] afecta profundamente la construccin de su futuro y de su proyecto de vida (ICBF, 2010, p.13).

    Por ltimo, del Programa de Atencin Especializada han egresado 3.642 nias y nios entre los aos 2000

    y 2009. Los motivos de los egresos se detallan a continuacin (ver grfico 2).

    Grfico 2: Egresos y motivos de egreso por sexo. Programa de Atencin Especializada a nios, nias y adolescentes que se desvinculan de los grupos armados al margen de la ley.

    Femenino Masculino Total Motivo de egreso del Programa

    N % N % n %

    Alta Consejera 289 30 898 34 1187 33

    Fallecimiento 0 0 2 0 2 0

    Reintegro familiar 281 29 543 20 824 23

    Retiro voluntario17 362 38 1021 38 1383 38

    Vida independiente 31 3 215 8 246 7

    Total nios, nias y adolescentes 963 2.679 3.642 Fuente: Sistema de Informacin ICBF. Fecha de Corte: diciembre 31 de 2009. (ICBF, 2010, p. 50).

    16 Aunque nios de 9 aos han ingresado al Programa (ICBF, 2010). 17 El retiro voluntario ha presentado una tendencia decreciente como motivo de egreso pasando del 19% en 2003 al 12% en 2009. Para responder a esta situacin a partir del ao 2006 el programa dise la estrategia de bsqueda activa que se propone hacerle seguimiento a los nios y a las nias que han egresado, focalizndose en los que lo han hecho por retiro voluntario. La estrategia ha recogido informacin de 502 jvenes, de un total de ms de 1.300 (ICBF, 2010).

  • 14

    Un dato para tener en cuenta: los nios que no salen de los grupos armados ilegales y los que

    desertan siendo adultos

    Muchas nias y nios ingresan a las organizaciones ilegales y permanecen en ellas hasta convertirse en

    adultos combatientes. Algunos salen de las estructuras armadas siendo adultos, otros nunca lo hacen. Un

    ejemplo de este ltimo caso es Nicols Rodrguez Bautista, alias Gabino, quien ingres al ELN a los 14

    aos y hoy es el lder de esta guerrilla, la segunda ms importante del pas, que aunque ha disminuido su

    capacidad de accin tiene una larga historia como actor del conflicto. Otro ejemplo es Vctor Julio Surez

    Rojas, alias Mono Jojoy, quien inici labores de mensajero con las FARC siendo nio, entr formalmente al

    grupo cuando era mayor de edad y luego se convirti en jefe militar y en miembro del Estado Mayor de las

    FARC hasta que fue abatido por el Ejrcito colombiano en el ao 2010.

  • 15

    II. Marco institucional para la reintegracin de nios en Colombia18

    (a) La poltica pblica de atencin a niez desvinculada y sus actores

    Aunque los nios han sido reclutados por grupos armados legales e ilegales en toda la historia de

    Colombia, su desvinculacin solo se reconoci en la legislacin nacional hasta 1997. Ese ao la Ley 418

    encarg al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) de atender a los nios provenientes de

    grupos armados ilegales (CNRR, 2010). Dos aos ms tarde, en 1999, se expidi el Decreto 1.137, con el

    que se crea un programa piloto (ODDR, 2009), tambin a cargo del ICBF, que dio inicio a una poltica

    pblica diferenciada de los adultos, para atender a esta poblacin hoy considerada vctima poltica del

    conflicto armado colombiano19, y como tal sujeto de atencin integral (Defensora, 2006) y proteccin

    reforzada por parte del Estado (PGN, 2006), en concordancia con la legislacin nacional y el derecho

    internacional humanitario20.

    Esta poltica pblica de atencin diferenciada para la niez desvinculada, cuyo responsable es el ICBF,

    articula acciones del Estado, del Gobierno, la sociedad civil y la comunidad internacional (ICBF, s.f. en

    Mario, 2005). Se trata de un conjunto de esfuerzos nacionales e internacionales que apoyan el deber del

    Estado de velar porque sean atendidos de inmediato los desvinculados, reestablecidos sus derechos

    vulnerados y revisados todos los dems derechos (PGN, 2006). Ha contado con el respaldo del

    presupuesto nacional (CNRR, 2010) y con participacin financiera y tcnica de organismos internacionales

    e intergubernamentales como Save the Children, Organizacin Internacional para las Migraciones (OIM), 18 El modelo, as como la legislacin nacional e internacional, ha cambiado desde su creacin. Se describir cmo funciona hoy y solo se indicar, en ciertos casos, cmo ha funcionado en el pasado. 19 Esta poblacin es considerada como vctima por la normatividad internacional incorporada a la legislacin colombiana. No obstante, la Sentencia (C-203 de 2005) de la Corte Constitucional seala que pueden ser posibles victimarios. (Y) la Ley 1098 de 2006, en su ttulo II, seala el principio de oportunidad (Roco Rubio, comunicacin personal, 2010). As el fiscal delegado decide si otorga o no ese principio de oportunidad de acuerdo con las circunstancias que llevaron al nio a vincularse (ICBF, 2010). La responsabilidad penal juvenil debe proceder de manera excepcional (PGN, USAID y OIM, s.f.). No se aplicar el principio de oportunidad cuando se trate de hechos que puedan significar violaciones graves al DIH, crmenes de lesa humanidad o genocidio segn el Estatuto de Roma (Conpes 3673, 2010). De cualquier manera la Ley 1448 o Ley de vctimas (2011) le otorga el carcter de vctima a los nios desvinculados del conflicto armado colombiano. 20 Los nios desvinculados tienen proteccin en tres niveles del DIH: como poblacin civil, como poblacin especial vulnerable y sujeto de derechos prevalentes (PGN, USAID y OIM, s.f.). Adems se entiende que el Estado fue tambin responsable por su vinculacin ilegal, pues ocurri como consecuencia del incumplimiento del deber estatal de proteger sus derechos, que son privilegiados y especiales por su estado de indefensin (PGN, 2006).

  • 16

    Agencia de Cooperacin Tcnica Alemana - GTZ, Organizacin Internacional para el Trabajo (OIT),

    UNICEF, Unin Econmica Europea, la Comunidad de Madrid (ICBF, 2010), la Agencia de Estados Unidos

    para el Desarrollo Internacional (USAID) y la cooperacin canadiense e italiana (Sierra, 2009)21.

    A diferencia de los dems pases, Colombia asume la totalidad de la responsabilidad institucional y

    garantiza la propiedad nacional del desarme, desmovilizacin y reintegracin (DDR)22, e involucra a

    organizaciones internacionales en tareas de acompaamiento, evaluacin, monitoreo y ejecucin de

    proyectos puntuales (Nussio, 2009). Colombia tiene los ingresos per cpita ms altos de todos los pases

    con procesos de DDR. En 2007 el dinero invertido por excombatiente era seis veces mayor que el

    promedio de los diecinueve casos existentes (Carams, Fisas y Sanz, 2008 en Nussio, 2009). Entre 2003

    y 2007, el Gobierno Nacional asign $925 mil millones para la desmovilizacin y reincorporacin de

    adultos y nios (Conpes, 2008 en Nussio, 2009).

    La atencin a los nios desvinculados se presta bajo un esquema de licitaciones pblicas, en el cual el

    ICBF contrata los servicios de organizaciones no gubernamentales23 para que operen el Programa

    mientras el Instituto se ocupa de tareas administrativas y de la supervisin, seguimiento, acompaamiento

    y asesora de la funcin de los contratistas (ODDR, 2009). La ACR, principal promotor de la Poltica

    Nacional de Reintegracin Social y Econmica de Personas y Grupos Alzados en Armas (PRSE) de

    Colombia24, acompaa y asesora al ICBF, y coordina, hace seguimiento y evala la accin de las entidades

    estatales que intervienen en el proceso de reintegracin de los nios desvinculados en Colombia (ODDR,

    2009).

    21 Para conocer ms sobre la participacin de cooperacin internacional y de las instituciones del Estado, ver ODDR (2009). 22 Estos datos se refieren al DDR en general, excepto cuando se indica lo contrario. 23 Como Benposta y Taller de Vida, que hacen parte de Coalico, y otras organizaciones no gubernamentales. 24 Datos de la ACR. Consultado el 6 de abril de 2011. Disponible en: http://www.reintegracion.gov.co/Es/proceso_ddr/Paginas/politica.aspx

  • 17

    Una vez los nios cumplen la mayora de edad y han terminado el proceso de restablecimiento de

    derechos en el ICBF25, son certificados por el Comit Operativo de Dejacin de Armas (CODA, como

    tambin se le llama al certificado que reciben) y continan su proceso y ruta de atencin bajo la supervisin

    de la ACR (Conpes 3554, 2008)26. Con esto la ACR busca tener mayor seguimiento y control de los

    jvenes desvinculados que ya cumplieron su ciclo en el ICBF (ACR, 2010), y que permanecern en el

    programa de adultos hasta que logren su independizacin27.

    En el modelo institucional, que segn el ICBF ni est ni se pretende terminado ya que se encuentra en

    desarrollo y evolucin y busca adaptarse a las transformaciones del conflicto (ICBF, 2010, p. 23-24), entra

    en juego un actor ms: la Comisin Nacional de Reparacin y Reconciliacin (CNRR), que por mandato de

    ley desde 2005 le hace seguimiento a los procesos de reincorporacin28 y a la labor de las autoridades

    nacionales y locales, a fin de garantizar la desmovilizacin plena de los grupos armados ilegales y evaluar

    la reparacin y la restitucin a las vctimas29.

    (b) El proceso de reintegracin de nios desvinculados y la construccin de ciudadana

    El Estado colombiano, de acuerdo con las obligaciones contradas con la suscripcin y ratificacin de los

    instrumentos internacionales, ha desarrollado tres procesos de acompaamiento para que logren su

    reintegracin social las nias y los nios desvinculados: (a) proceso de restablecimiento de derechos: se

    cumple en el ICBF cuando se hacen efectivos los derechos que han perdido (se supone que antes)30; (b)

    25 Que se lleva a cabo bajo la modalidad institucional o bajo la modalidad sociofamiliar segn las necesidades y condiciones familiares de cada nio o nia. 26 Hasta el ao 2010 pasaban del ICBF a los Centros de Referencias y Oportunidades Juveniles (CROJ), una estrategia complementaria diseada en coordinacin y con la financiacin de la Organizacin Internacional de Migraciones (OIM), y luego se vinculaban a la ACR (funcionaria de la ACR, comunicacin personal, 2010). Por otra parte, el ICBF hace seguimiento durante los seis meses posteriores a la entrega fsica del desvinculado a la ACR, para asegurarse de la continuacin del proceso que inici en el Instituto (funcionario de la ACR, comunicacin personal, 2011). 27 Dentro de la PRSE, se ha sealado que el proceso de reintegracin debe ser puntual y transitorio, y tener una fecha de finalizacin (Conpes, 3554). Sin embargo, la duracin de la ayuda no es clara (Campo y Almario, 2007). 28 El Departamento Nacional de Planeacin (DNP) le hace seguimiento al presupuesto del Programa del ICBF, ms no a los nios y jvenes que han sido atendidos en l (Roco Rubio, comunicacin personal, 2010). 29 Datos de la CNRR. Consultado el 6 de abril de 2011. Disponible en: http://www.cnrr.org.co/ddr.htm 30 Relacionados con salud, alimentacin, educacin y, entre otras, la bsqueda y ubicacin de familias.

  • 18

    proceso de reintegracin social y econmica: se inicia en el ICBF y se materializa, de forma definitiva,

    en la ACR con beneficios educativos y socio-econmicos una vez cumplen la mayora de edad; y (c)

    proceso de reparacin para las vctimas del delito del reclutamiento ilcito (Ministerio de RR.EE., 2010, p.

    3). En cuanto a la fase que se lleva a cabo en el ICBF, el Programa de Atencin Especializada tiene el

    siguiente objetivo:

    Contribuir y apoyar el proceso de consolidacin de la ruta de vida, de los nios, nias y adolescentes desvinculados de los grupos armados organizados al margen de la ley, en el marco de la garanta de los derechos, la construccin de ciudadana y democracia, con una perspectiva de gnero31 y un enfoque de insercin social (Conpes 3554, 2008, p. 34).

    De esta manera el Programa del ICBF se centra en tres ejes: restablecimiento y garanta de derechos,

    construccin de ciudadana e integracin (o insercin) social32 (ICBF, 2010); y tiene seis componentes:

    psicosocial, salud y nutricin, socio-legal, familiar, pedaggico, y cultura y convivencia. En los Lineamientos

    Tcnicos del Programa, la ciudadana se refiere al rea de derechos que se desarrolla a partir del

    componente cultura y convivencia:

    En el cual se contemplan las acciones orientadas a conocer, fortalecer y modificar los imaginarios y representaciones que los nios, nias y adolescentes han construido en su historia de vida sobre el mundo social; adems se busca contar con los mecanismos necesarios para desarrollar la interaccin, y posibilitar la convivencia activa en el marco del ejercicio de los derechos. Esto se traduce en el fortalecimiento de la autonoma, la ciudadana, la toma de decisiones, la iniciativa, la participacin y vivencia de un proyecto de vida alternativo a su vida anterior, cuando era parte del grupo armado (ICBF, 2010c, p. 17).

    As la construccin de ciudadana, segn el ICBF, comprende los derechos de las nias y de los nios a

    ser consultados y tenidos en cuenta, a expresar sus deseos y opiniones, a participar en la toma de

    decisiones sobre aquellas cuestiones que les conciernen, a buscar, recibir y difundir informacin; a la

    libertad de pensamiento, conciencia y religin; a la libertad de asociacin (ICBF, 2010, p. 28). Por esa

    razn, el enfoque concibe la construccin de ciudadana como: 31 Este aspecto ser refutado en los estudios previos sobre Colombia, ya que investigaciones han determinado que el Programa no tiene perspectiva de gnero. 32 El Programa, as como algunos profesionales e investigadores, prefiere no usar el prefijo re pues eso implicara regresar a una situacin y muchas veces eso no es posible ni deseable.

  • 19

    Expresin de la vivencia de los derechos, entre ellos el derecho a la participacin [que] implica que los adultos consideren la voz de los nios y las nias como propuestas que entran en igualdad de condiciones con las de otros actores sociales (incluido el Estado) (ICBF, 2010, p. 29).

    En la poltica nacional que cobija tanto el Programa de Atencin Especializada como el Programa de

    Reintegracin de la ACR, al que acuden los nios cuando cumplen la mayora de edad, la reintegracin es

    vista como un proceso social y econmico, y es definida como:

    La totalidad de los procesos asociados con la reinsercin, reincorporacin y estabilizacin social y econmica de menores desvinculados y de adultos desmovilizados voluntariamente de manera individual y colectiva. Estos procesos contemplan de manera particular la vinculacin y aceptacin de estas personas en la comunidad que los recibe, adems de la participacin activa de la sociedad en general en su proceso de inclusin a la vida civil y legal del pas (Decreto 3043 de 2006, p. 2).

    Para impulsar un proceso de reintegracin exitoso, de acuerdo con la ACR, es fundamental gestionar los

    tres pilares conceptuales en que se fundamenta la Poltica Nacional de Reintegracin (PRSE):

    1. Crear condiciones que permitan la transformacin de los desmovilizados a ciudadanos autnomos33.

    2. Fortalecer las bases sociales, econmicas y culturales de las comunidades receptoras.

    3. Promover la convivencia y la reconciliacin nacional34.

    Esta transformacin en ciudadanos autnomos debe tener lugar en una ruta de reintegracin

    personalizada con una serie de beneficios de tipo psicosocial, educativo, econmico y de oportunidades

    de generacin de ingresos, segn apunta la ACR (2009, p. 5). Un profesional de esta institucin

    (comunicacin personal, 2011), identifica el ao 2008 como el momento en que la ACR, la OIM y el ICBF

    disearon la ruta de atencin diferenciada para los jvenes, en la que se delimitaron tres objetivos:

    33 La PRSE seala que los elementos pedaggicos deben disearse e implementarse en el marco del desarrollo de competencias ciudadanas (Conpes, 2008). Incluye formacin ciudadana como cursos de formacin en valores, tica ciudadana, derechos humanos, mecanismos alternativos de resolucin de conflictos, cultura de la no-violencia, cultura de la legalidad y un ejercicio de participacin ciudadana. 34 Datos de la ACR. Consultado el 6 de abril de 2011. Disponible en: http://www.reintegracion.gov.co/Es/proceso_ddr/Paginas/politica.aspx

  • 20

    1. Trabajar en la resignificacin de los hechos violentos vividos dentro de la guerra.

    2. Prevenir el reclutamineto y la violencia en todas sus formas.

    3. Promover la participacin ciudadana35.

    As, el trnsito del ICBF a la ACR implica la mezcla de dos paradigmas: el modelo del ICBF que los asume

    como sujeto de derechos y plantea el deber del Estado de reconstruirlos como tal; y el de la ACR que los

    trata como sujetos de beneficios36. Un funcionario del ICBF (comunicacin personal, 2010) apunta que est

    por estudiarse cmo funciona esta mezcla de paradigmas en los nios.

    (c) Algunas valoraciones acerca del marco institucional colombiano para la reintegracin de nios

    Diferentes entidades y profesionales coinciden en que el marco institucional colombiano para la

    reintegracin de nios presenta fallas y dificultades, aunque ha mejorado. Formalmente el modelo parece

    adecuado, pues estipula una participacin activa de los nios como parte de la construccin de ciudadana.

    Pero de acuerdo con varios profesionales que trabajan en organizaciones no gubernamentales

    relacionadas con el Programa (comunicaciones personales, 2010, 2011), en la prctica el ICBF ve la

    participacin de los chicos como una amenaza y sienten que no hay mucha consulta a los nios y jvenes

    para el diseo de los programas. Esto concuerda con las percepciones de varios investigadores que han

    encontrado que en la aplicacin de la ruta de reintegracin de niez desvinculada en el pas, las prcticas

    son poco participativas37.

    Aunque el Programa busca fortalecer la ciudadana, la participacin y la democracia real (ICBF, 2010, p.

    38), entre otros aspectos, en los Lineamientos Tcnicos del Programa (ICBF, 2010c) no aparece expresa la 35 Este funcionario menciona un cuarto elemento que tambin abordan en el trabajo diferenciado con los jvenes: salud sexual y reproductiva. 36 En la ACR los jvenes desvinculados reciben los mismos beneficios que los jvenes desmovilizados (18-25 aos). La diferencia radica en que hay un proceso de empalme entre el ICBF y la ACR . Aunque los objetivos son los mismos, la forma de prestar los servicios y la continuidad al proceso de restitucin de derechos s hace que sea cualitativamente diferente la atencin, de acuerdo con un funcionario de la ACR (comunicacin personal, 2011). 37 Como se ver en el captulo de estudios previos sobre Colombia.

  • 21

    necesidad de trabajar la relacin que tienen estos nios con el Estado y sus instituciones, que segn la

    abogada Ana Mara Jimnez (comunicacin personal, 2010), de Coalico, muchas veces estuvieron

    ausentes antes de sus vinculaciones y son percibidos por los nios como enemigos. En cuanto a la ACR,

    un funcionario de la institucin (comunicacin personal, 2011) argumenta que el programa de adultos le

    dedica un campo especfico a lo poltico porque al hablar de menores de edad, su participacin poltica

    est restringida justamente por el proceso de restitucin de derechos. Este profesional rescata aspectos

    polticos que s abordan con los jvenes y adultos, como la participacin ciudadana, dar a conocer los

    mecanismos de participacin con el Estado (como el voto) y su vinculacin formal al sistema pblico de

    salud y educacin. De acuerdo con l, todos los servicios de la ACR estn enfocados hacia la construccin

    de paz y la no repeticin.

    Por otra parte, el informe ms reciente de la CNRR, titulado La reintegracin: logros en medio de rearmes y

    dificultades no resueltas (CNRR, 2010), califica los procesos de reincorporacin de nios en el pas como

    parciales (pues no cubren a toda la poblacin afectada)38 y defectuosos. Tambin llama la atencin sobre

    altos mrgenes de desercin y expresiones de reincidencia que han ocurrido con esta poblacin (CNRR,

    2010) y concluye que se debe revisar el proceso de DDR de nios (CNRR, 2010). Para lvaro Villarraga

    (comunicacin personal, 2011), coordinador del Informe y del rea de DDR de la CNRR, inicialmente el

    Programa de Atencin Especializada no le haca seguimiento a los jvenes que terminaban su proceso en

    el ICBF y aunque se han hecho correcciones, estas no han sido suficientes. Un funcionario del ICBF

    consultado coincide en que el sistema de monitoreo y seguimiento del Programa de Atencin Especializada

    es muy dbil39. Joshua Mitrotti, entonces gerente general de la ACR y lder de la Unidad de Trabajo con la

    Comunidad de la misma institucin, reconoci en una charla que ofreci en la Universidad de Los Andes, 38 lvaro Villarraga (comunicacin personal, 2011) estima que solo un 10% de los nios vinculados a las AUC form parte de los procesos colectivos de DDR. 39 Esto es preocupante pues, como veremos en el prximo captulo, el monitoreo y el seguimiento son determinantes para alcanzar la efectividad de las intervenciones y para mejorarlas (Stark et l., 2008).

  • 22

    que la evaluacin que realizaba la ACR para ese momento estaba muy enfocada en el nmero de

    actividades ms que en indicadores de impacto, aunque es fundamental que se centre en estos40.

    La abogada Ana Mara Jimnez (comunicacin personal, 2010) identifica otra dificultad en la ruta de

    reintegracin: las condiciones que les brindan a estos nios y jvenes no les permiten realmente arrancar

    con un proceso propio que no sea dependiente de la ayuda del Estado. En esta misma direccin, un

    documento reciente de la organizacin no gubernamental de origen espaol Benposta Nacin de

    Muchachos Colombia, que hace parte de Coalico, seala que es bastante confuso el proceso de

    desprendimiento del apoyo del Estado y que lo que desde el programa se entiende como independizacin,

    paradjicamente hace referencia a un beneficio ms que el Estado ofrece por medio de la consignacin de

    dinero mensual, y no a la garanta de derechos (Campo y Almario, 2007).

    Otro dato para tener en cuenta: el modelo de reintegracin de adultos ha cambiado a lo largo de la

    historia de Colombia

    El modelo de reintegracin de nios desvinculados nunca ha tenido un enfoque poltico en Colombia, de

    acuerdo con la investigadora Roco Rubio (comunicacin personal, 2011), consultora del Departamento

    Nacional de Planeacin (DNP) y profesora de la Universidad Nacional de Colombia. Sin embargo, el

    esquema de reintegracin para los adultos desmovilizados s ha cambiado a lo largo de la historia41. En la

    dcada de los noventa se concibi como un proceso poltico en el que los excombatientes de los

    movimientos desmovilizados (M19, EPL y CRS, entre otros)42 se integraron a la vida poltica y social del

    40 El modelo de reintegracin comunitaria: una apuesta por la reintegracin, la convivencia y la reconciliacin?, llevado a cabo el 7 de octubre de 2010 y organizado por el Programa de Investigacin sobre Construccin de Paz (ConPaz) del Departamento de Ciencia Poltica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Los Andes. Mitrotti mencion un par de estudios que estaban adelantando en el ao 2010 para definir indicadores de impacto. De acuerdo con otro funcionario de la ACR (comunicacin personal, 2011) se usan tres criterios para evaluar a los jvenes y adultos: cobertura, avance y culminacin. 41 Para conocer la historia de los procesos de reinsercin de Colombia, ver Villarraga, 2006; Labrador y Gmez, 2010. 42 Movimiento 19 de abril (M19), Ejrcito Popular de Liberacin (EPL) y la Corriente de Renovacin Socialista (CRS), disidencia del ELN.

  • 23

    pas (Villarraga, 2006)43. Posteriormente el gobierno de lvaro Uribe (2002-2010) neg el carcter de la

    guerra, de la insurgencia y del delito poltico. De este modo suprimi la naturaleza poltica de las

    organizaciones armadas ilegales y provoc un viraje importante en el que subordin la poltica de paz a su

    poltica central denominada de Seguridad Democrtica, a partir de unas concepciones y lneas de accin

    que muestran rupturas de fondo con las medidas adelantadas durante las dos dcadas anteriores

    (Villarraga, 2006, p. 34)44. Por lo anterior y de acuerdo con un investigador social (comunicacin personal,

    2010) consultado, en el pas se ha presentado una negacin del conflicto armado y del desmovilizado

    como sujeto poltico, que coincide con la construccin del sujeto terrorista, y que ha dejado desprovistos a

    los individuos de algn tipo de intervencin poltica.

    El actual presidente de Colombia, Juan Manuel Santos (2010-2014), ha afirmado que continuar y

    fortalecer la Seguridad Democrtica45, aunque durante el primer ao de su gobierno sancion la Ley 1448

    de 2011 o Ley de vctimas que reconoce la existencia de un conflicto armado (que haba sido negado en la

    poltica de Seguridad Democrtica). Sin embargo, esto no implica el reconocimiento poltico de las

    organizaciones ilegales. En ltimas se trata de un marco legal para las vctimas y no para los victimarios46.

    43 Participaron en gobiernos y cargos pblicos, corporaciones pblicas, organizaciones sociales y en movimientos que promovan la paz, los derechos humanos, el desarrollo, la equidad y la justicia; aunque no consolidaron proyectos partidistas (Villarraga, 2006). Para conocer otros impactos polticos y sociales que produjeron los acuerdos de paz de la dcada de los noventa, ver Nasi, 2007. 44 Para conocer detalles sobre la poltica de Seguridad Democrtica y los cambios que trajo al esquema de reintegracin, ver Villarraga, 2006; y Labrador y Gmez, 2010. 45 Informacin de la Presidencia de la Repblica. Disponible en: http://wsp.presidencia.gov.co/Prensa/2011/Abril/Paginas/20110418_03.aspx 46 La Ley 1448 de 2011 le otorga el carcter de vctima a los nios desvinculados del conflicto armado colombiano.

  • 24

    III. Estudios previos: literatura internacional

    A comienzo de la dcada del 2000 una publicacin del Banco Mundial afirmaba que a pesar de que varios

    pases tenan procesos de desmovilizacin y reintegracin con nios, la documentacin era escasa y no se

    difundan las buenas prcticas (Verhey, 2001). Hoy los investigadores reconocen que la niez desvinculada

    ha recibido una atencin creciente y ha pasado a estar al frente de las agendas polticas, humanitarias y

    acadmicas (Honwana, 2006 en Denov, 2010). Su reintegracin es vista como una prioridad en el

    postconflicto para reducir su propensin a usar violencia47 como medio para satisfacer sus necesidades y

    continuar los ciclos de la violencia (Wessells, 2005) que van en contrava de la construccin de paz y la

    democracia. La razn es que estos nios pronto se convierten en jvenes, es decir, tanto el grupo con

    mayores dificultades para reinsertarse adecuadamente y que impone mayores riesgos para la paz, como el

    grupo ms grande de contribuyentes potenciales a la economa y a la reconstruccin de un pas (Specht,

    2006).

    Tambin ha aumentado la conciencia acerca de que los programas de DDR deben desagregar a ciertos

    grupos como mujeres excombatientes, nios desvinculados y discapacitados pues requieren un apoyo

    especial (CIDDR, 2009). A pesar de estos avances en el reconocimiento de la importancia de esta

    poblacin, los procesos de DDR se han concentrado en adultos y han dejado relegados a los nios y aun

    ms a las nias48. En consecuencia, muchos menores no han recibido la asistencia requerida para retornar

    con xito a sus comunidades y familias (Coalition, 2008), y han quedado a la deriva en la reintegracin, la

    etapa ms difcil y determinante del DDR que requiere de 3 a 5 aos de recursos comprometidos (Verhey,

    2001). Esto pone en riesgo la estabilidad ya que los jvenes desatendidos pueden convertirse en personas

    ms radicales y perjudiciales, ya que son fcilmente influenciables y manipulables (Specht, 2006).

    47 No en vano se afirma que el mejor predictor de violencia es el comportamiento agresivo o violento previo (Stoff et l., 1997). 48 Para ms detalles, ver McKay y Mazurana, 2003 y Stavrou, 2005 en Starck et l.; Pez, 2002; y Castillo-Tietze, 2010, entre otros.

  • 25

    La mayora de las operaciones recientes de DDR con nios ha tenido lugar en frica. La dimensin y la

    ferocidad de los conflictos (Muggah, 2010) y el uso prominente de nios, posiblemente ha hecho que este

    continente sea considerado el epicentro del fenmeno (Singer, 2006). Esto puede explicar por qu los

    estudios sobre niez desvinculada se han concentrado, sobre todo, en Sierra Leona49, que tuvo uno de los

    primeros programas y es el ms instructivo de acuerdo con Singer (2006), en Mozambique50 y en Uganda51

    (Rivard, 2010). Por otra parte, tambin existen publicaciones que han estudiado los procesos de pases

    latinoamericanos como El Salvador52 y Colombia53. Este ltimo es el nico que hoy tiene un proceso de

    DDR en la regin (Coalico, 2008), que ocurre en medio del conflicto.

    Colombia, as como otros pocos pases54, ha tenido procesos de reintegracin mientras continan las

    hostilidades. Estudios afirman que la reintegracin en medio del conflicto es la ms complicada y que los

    mejores resultados se obtendrn cuando la violencia cese (Verhey, 2003). Pues donde haya conflicto,

    habr nios involucrados en facciones armadas (Coalition, 2008), y los desvinculados podrn ser

    reclutados nuevamente, volver a redes criminales (El Salvador y Mozambique son ejemplos de esto) y

    retomar habilidades que adquirieron en la guerra (CIDDR, 2009), haciendo ms probable as el fracaso de

    la reintegracin.

    49 Entre otros, Cohn, 2004; Kostelny, 2004; Williamson, 2006; y Zack-Williams, 2006 en Singer, 2006. 50 En Mozambique los procesos formales de desmovilizacin no incluyeron a nios soldados y las repercusiones sociales fueron de larga duracin con altos niveles de bandidaje en la dcada siguiente (Singer, 2006). Tambin se puede consultar Boothby et l., 2006; y Honwana, 2007. 51 En Uganda hubo un grupo compuesto por nios casi en su totalidad (Singer, 2006). Muchos de los nios soldados tenan entre 8 y 9 aos (Sierra, 2009). Para ms detalles, ver tambin Chrobok, et l., 2008; y McKay, 2004. 52 En El Salvador los nios no participaron en el proceso de DDR ni en el de paz. Esa exclusin engendr amargura en ellos y obstruy su acceso posterior a programas de reintegracin. La violencia que sigui se asoci a la ausencia de apoyo (Verhey, 2001; 2003). Para informacin acerca de otros impactos polticos y sociales que produjeron los acuerdos de paz de la dcada de los noventa en El Salvador y otros pases centroamericanos, ver Nasi, 2007. El autor adems ofrece un estudio comparado con el caso colombiano. 53 Como veremos en el prximo captulo. 54 Como el Congo, Uganda y Sri Lanka (Wessells, 2006), aunque lo usual es que los procesos de DDR empiecen despus de finalizar los conflictos (Kingma y Muggah, 2009 en Nussio, 2009).

  • 26

    (a) Lecciones aprendidas aunque no se llegue a un consenso

    Recientemente la academia ha empezado a estudiar los procesos de DDR con nios y a identificar

    lecciones aprendidas sobre el impacto a largo plazo (Rivard, 2010). Aunque en la literatura son frecuentes

    las referencias a lecciones aprendidas, pocas son respaldadas con informacin cuantitativa robusta, debido

    a que ha habido pocos esfuerzos sistemticos para establecer estrategias exitosas de reintegracin de

    nios asociados a fuerzas armadas (Stark, et l., 2008, p. 540). Lo que resulta ms grave es que no ha

    habido un intento riguroso para identificar factores que puedan explicar por qu algunos individuos son

    capaces de reintegrarse despus de un conflicto y otros no (Weinstein, 2005, p. 3 en Stark et l. , 2008, p.

    540). Por ello se habla de una ausencia de buena ciencia detrs de mucho de lo que se hace en terreno

    para reintegrar nios en el mundo (Leaning, 2001 en Stark et l., 2008).

    Un estudio reciente resume los obstculos que existen para llegar a un consenso sobre las buenas

    prcticas en cuanto a la reintegracin de esta poblacin: (a) la definicin del trmino nio soldado y los

    roles que implica, (b) la falta y la dificultad de obtener datos precisos sobre el fenmeno y (c) la multitud de

    factores que pueden variar de un conflicto a otro. El documento tambin revela algunas certezas: los nios

    experimentan problemas psicolgicos y sociales al regresar a las comunidades (muchos expertos piensan

    que el modelo ms efectivo de atencin es el psicosocial comunitario, que enfatiza el proceso psicolgico

    en un contexto social con familia y comunidad; por encima del enfocado en trauma, que se concentra en el

    impacto psicolgico del individuo). La aceptacin de la comunidad y de la familia parecen ser clave en la

    reintegracin. Programas con otros nios afectados por la violencia pueden ser preferibles a servicios

    exclusivos para desvinculados. Aunque se recomienda educacin y es un derecho fundamental, algunas

    veces es menos adecuado que el apoyo en entrenamiento laboral y sustento (un sustento efectivo es

    identificado como un facilitador de reintegracin). El seguimiento y monitoreo son determinantes, as como

  • 27

    la evaluacin, para alcanzar la efectividad de las intervenciones en el corto y en el largo plazo, y

    proporcionar evidencia para mejorarlas (Stark et l., 2008).

    Las consecuencias a largo plazo de haber sido nio soldado y de haber tenido una socializacin en la

    violencia (Specht, 2006) se traducen en interrupcin del desarrollo psicolgico y moral, y en efectos

    neurobiolgicos potenciales que pueden tener secuelas en el desarrollo del cerebro y en la personalidad

    del nio, llevndolo a veces a asumir comportamientos antisociales (Singer, 2006). Cuando los menores se

    ven forzados a crecer dentro de una dinmica de guerra, esta a manera de consecuencia, determina su

    desarrollo personal, sus relaciones, la formacin de su escala de valores y la forma en que conciben el

    mundo (Bachanovic, 2002, en Lizcano, 2007). Probablemente por esto se sostenga que el peor legado de

    la experiencia es que nunca termina porque define el desarrollo en la niez y en la adultez. Por lo cual un

    elemento final y determinante del proceso de reintegracin ser un seguimiento sostenido que pueda

    ayudar a asegurarse que los nios no se involucren en actividades criminales (Singer, 2006).

    Si bien el peligro de reincidir existe, la creencia de que los nios soldados son una generacin perdida y

    una bomba de tiempo cuenta, en el mejor de los casos, con un sustento dbil. Hay, en cambio, evidencias

    empricas de que los desvinculados tienen grandes deseos de seguir con sus vidas y gran resiliencia

    (Blattman y Annan, 2009; Maulden, 2007), incluso ms que los adultos (Boyden y Levison, 2000). La

    resiliencia es entendida como la capacidad adaptativa para sobreponerse a situaciones adversas y

    amenazantes, y salir fortalecido. De este modo los nios pueden experimentar relaciones sociales positivas

    y vidas civiles productivas nuevamente (Verhey, 2001). En efecto, se ha concluido que el mayor impacto

    psicosocial en esta etapa viene del estrs que viven fuera de los grupos armados y no de residuos del

    pasado (Wessells, 2006).

  • 28

    (b) Reintegracin poltica de nios y el rol en la construccin de paz

    Existe un silencio que no augura nada bueno en palabras del acadmico Robert Muggah de

    disciplinas como la ciencia poltica, la economa, los estudios de seguridad y la construccin de paz, acerca

    de si las actividades de DDR, en general, realmente funcionan o no (Muggah, 2009, p. VIII). Lo mismo

    ocurre con el tema de niez desvinculada pues la mayor parte de la literatura que aborda el problema se ha

    ubicado en los campos del derecho, la medicina y la sicologa (McEvoy-Levy, 2010). Esto parece tener

    relacin con la forma como se define la reintegracin de nios desvinculados y, claramente, tendr

    implicaciones en las medidas que tomen los encargados de disear las polticas pblicas para atender a

    esta poblacin.

    Los estndares de DDR del Sistema de Naciones Unidas con los que est alineada la Poltica Nacional

    de Reintegracin (PRSE) de Colombia55, adems de ratificar la responsabilidad que tienen los estados

    de tomar medidas para promover la reintegracin social de los nios, la concibe como aquella compuesta

    por reunificacin familiar, sistema de cuidado del nio, salud y medicina, educacin y/o entrenamiento

    vocacional, apoyo psicosocial y reintegracin social y comunitaria (IDDRS, 2006). Para adultos los

    estndares se refieren al proceso en el que los excombatientes adquieren un estatus civil y formas

    sostenibles de trabajo e ingresos, y es visto esencialmente como un proceso social y econmico con un

    marco de tiempo abierto, que principalmente toma lugar en comunidades a nivel local. En el caso especial

    de los jvenes (15-24 aos) especifican que sin un trabajo remunerado, una sensacin de inclusin poltica

    o acceso a la educacin, estos individuos pueden contribuir a desestabilizar polticamente el pas o la

    regin (IDDRS, 2006).

    55 Datos de la ACR. Consultado el 3 de marzo de 2011. Disponible en: http://www.reintegracion.gov.co/Es/proceso_ddr/Paginas/politica.aspx

  • 29

    Si bien es claro que el DDR es en esencia un proceso poltico (CIDDR, 2009, p. 8), la definicin de

    reintegracin de nios carece de una dimensin poltica en los estndares de Naciones Unidas y en buena

    parte de la literatura acadmica, en la que ha sido vista como un proceso a largo plazo que depende en

    parte de la voluntad poltica de las autoridades y de los recursos disponibles (Verhey, 2001), y en parte de

    un enfoque holstico que incluya reunificacin familiar, apoyo psicosocial, apoyo en medios de sustento

    (con entrenamiento en habilidades vocacionales y para la vida), educacin o alfabetizacin, educacin para

    la paz56 (Wessells, 2005, 2006, 2008) y, en ciertos casos, espiritualidad (Verhey, 2001)57.

    Pocos estudios se refieren a la reintegracin poltica de los menores (Veale, 2003; McEvoy-Levy, 2001;

    Maulden, 2007; Humphreys y Weinstein 2004, 2007), entendida como su participacin en la toma de

    decisiones y en las estructuras de poder local y nacional (Veale, 2003). Una definicin reciente de

    reintegracin poltica para adultos de la investigadora colombiana Alexandra Guqueta resulta pertinente,

    pues ampla el concepto que suele estar limitado a la creacin de partidos polticos, e incluye un rango de

    espacios de participacin ms amplio que contiene el diseo de polticas y el debate pblico por medio de

    think tanks, organizaciones no gubernamentales, periodismo y trabajos en el sector pblico (Berdal y Ucko,

    2009).

    Llaman la atencin las omisiones resaltadas en lneas anteriores, pues se ha reconocido que los

    desvinculados tienen necesidades de participacin o necesidades polticas que suelen pasarse por alto

    (McEvoy-Levy, 2001), y se ven a s mismos como actores sociales y, con frecuencia, como actores

    polticos capaces de tener xito (Maulden, 2007). Incluso hay evidencia emprica que respalda que pueden

    56 Es importante estimular empata, cooperacin, reconciliacin y procesos comunitarios para el manejo no violento de conflictos. En Sierra Leona goz de xito considerable en la reduccin de violencia y en el aumento de la integracin (Wessells, 2005, p. 366, 368). 57 En frica se ha reconocido la utilidad de los rituales de limpieza espiritual en los nios como mecanismo para facilitar su aceptacin por parte de las comunidades.

  • 30

    tener un mayor compromiso poltico despus de sus experiencias en las armas (Blattman, 2009)58. Adems

    de esto son conocidos los beneficios agregados de la participacin: aumenta la confianza interpersonal de

    los individuos (Putnam, 1993, en LAPOP, 2005), y especficamente eleva la esperanza y la resiliencia en

    los desvinculados (McEvoy-Levy, 2010).

    Por otra parte, los estndares de la ONU han estipulado que los nios afectados por la guerra,

    especialmente adolescentes, deben estar involucrados en el proceso de paz y en desarrollar polticas y

    programas para su rehabilitacin y para el desarrollo de sus comunidades. Es decir, deben participar. Sin

    embargo, los programas tienden a seguir una tendencia paternalista y son diseados, juzgados y

    financiados por adultos, por lo que se excluye a la juventud [y a la niez] del anlisis y de la planificacin.

    Esto ocurre aunque se sabe que si no se consideran los asuntos que son importantes para los jvenes, las

    intervenciones tendrn un impacto limitado. Lo que es ms determinante, si se falla en involucrarlos en

    formas significativas en las estructuras de toma de decisiones (participacin) en el postconflicto, ser ms

    probable que los esfuerzos de paz fracasen (IDDRS, 2006). Se ha concluido que su participacin impacta

    la viabilidad de una paz sostenible, aunque no la garantiza (Maulden, 2007).

    En cuanto al tipo de participacin que pueden tener, recientemente se ha llamado la atencin sobre las

    posibilidades que tienen de ser portadores de conflicto o vehculos de prevencin y transformacin

    (McEvoy-Levy, 2010). En esta misma direccin los estndares de la ONU consideran que cambiar la

    percepcin que se tiene de los jvenes y verlos como activos positivos para la sociedad es vital para

    prevenir que puedan convertirse en alienados y vuelvan a actividades que desestabilicen la sociedad

    (IDDRS, 2006), y que posiblemente los mantengan excluidos del sistema democrtico y los alejen de

    explotar el potencial que tienen de ser agentes de cambio, contribuyentes de la economa y de la 58 Esto se debe, segn el autor, a la victimizacin que sufrieron ms que a sus comportamientos violentos.

  • 31

    reconstruccin con energa y capacidad de innovacin. Estos, indica la literatura, son recursos valiosos que

    ningn pas puede darse el lujo de dilapidar (Specht, 2006).

    Teniendo esto en cuenta, vale la pena conocer un grupo de investigaciones acadmicas (McEvoy-Levy,

    2006) que sugiere que la participacin poltica de los jvenes puede ser un mecanismo de construccin de

    paz59 de cuatro formas: (a) sus identidades militarizadas pueden ser transformadas por medio de la

    participacin poltica, que puede aumentar la resiliencia y alejarlos de la violencia. (b) A partir de consultas

    y contactos de jvenes con las estructuras de poder se puede transferir informacin autntica acerca de

    sus necesidades y de los medios apropiados para satisfacerlas. (c) Los jvenes tienen derecho de

    participar; cumplir con ese derecho, adems de ser positivo, es una manifestacin prctica de una cultura

    de derechos humanos en creacin. Y por ltimo, (d) la participacin poltica de la juventud ofrece un

    ejercicio real de reparto de poder que facilita la sostenibilidad de los acuerdos de paz. No obstante, los

    jvenes tienden a carecer de recursos y servicios esenciales en la prctica, y a ser excluidos del proceso

    social y poltico as como de las instituciones (McEvoy-Levy, 2006).

    Un dato ms para tener en cuenta: la falta de participacin de adultos excombatientes est asociada

    con la reincidencia

    Si bien son escasos los estudios que relacionan reincidencia y reintegracin de adultos excombatientes, la

    falta de participacin poltica es uno de los seis factores contextuales ms recurrentes en la literatura

    terica y en los estudios de caso internacionales, para explicar el fenmeno de la reincidencia. Los otros

    cinco factores son: razones econmicas, falta de seguridad fsica, falta de aceptacin social, presencia de

    perturbadores de paz y ausencia del Estado (Nussio, 2009). Pasar de una participacin activa en una

    59 Son actividades de la construccin de paz desarmar a excombatientes y promover procesos de participacin poltica formales e informales. Para revisar los dilemas a los que se enfrenta la construccin de paz segn la vision que se adopte minimalista, maximalista o intermedia, ver Rettberg (2003).

  • 32

    organizacin armada a una marginacin poltica (como falta de participacin) despus de la

    desmovilizacin puede poner en peligro el proceso de reintegracin, de acuerdo con varios investigadores

    (Buxton, 2008; Gomez et l., 2007; Nilsson, 2005; Zartmann, 1995; en Nussio, 2009).

  • 33

    IV. Estudios previos sobre reintegracin de nios en Colombia

    En Colombia la desvinculacin de nios, un hecho que no era nuevo en el pas60, solo adquiri visibilidad

    hasta la segunda mitad de la dcada de los noventa, a partir de la entrega de seis adolescentes capturadas

    y retenidas por el ELN en Media Luna (Cesar) en 1997; y la recuperacin de 73 nias y nios en poder de

    las FARC, en una operacin militar llevada a cabo en Santander en el ao 2000. Desde entonces se ha

    producido una reflexin sobre el tema en la comunidad acadmica y en los crculos de los encargados de

    las polticas pblicas, los legisladores y los lderes polticos (Defensora del Pueblo, 2007).

    La situacin del reclutamiento ha sido descrita con frecuencia aportando cifras e informacin actualizada

    (Coalico, 2010; Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, 2009, entre los ms recientes). Ha sido tan

    prolfera la produccin que se afirma que la mayora de los estudios sobre conflicto y niez se centran en la

    temtica de reclutamiento de nios y adolescentes, la descripcin de sus perfiles y de aquellos factores

    motivacionales y vinculantes que los llevaron a los grupos armados (Ruiz y Hernndez, 2008)61, y se podra

    decir que algunos se extienden hasta sus salidas de los grupos armados ilegales, pero no ocurre lo mismo

    con la reintegracin62. Esa fase, en cambio, ha tenido poca atencin en la literatura a pesar de que la

    desvinculacin ha ganado visibilidad e importancia en la agenda.

    Los estudios sobre desvinculados se han concentrado en la poblacin que ha sido atendida por el

    programa estatal, aunque se ha dicho que este es aplicado solo parcialmente con respecto a la poblacin

    afectada (CNRR, 2010, p. 249) debido a que se calcula que un 45% de los nios que sale de los grupos

    ilegales en Colombia no acude a las autoridades (Mario, 2005; CNRR, 2010). Este escenario preocupa,

    60 En la Batalla de Boyac (1819) particip un nio, quien fue condecorado por su labor en el Ejrcito Patriota. 61 Este es uno de los estados del arte que se ha hecho en el pas. Tambin se pueden revisar las siguientes investigaciones: Aguirre y lvarez, 2002; ICBF et. al., 2002; Human Rights Watch, 2004; Chaux y Llorente, 2004; Mario, 2005; Estrada, 2005, 2006; Defensora del Pueblo, 2007; Ruiz y Hernndez, 2008; Springer, 2008; Castillo-Tietze, 2010. 62 Una situacin similar ocurre en la literatura internacional.

  • 34

    ya que se sabe que la vinculacin no es el final de la trayectoria criminal de los nios, resultando en la

    mayora de los casos un punto intermedio donde se estimula el escalonamiento criminal y los hechos de

    violencia (Andrade, 2010, p. 9).

    El Observatorio de Procesos de Desarme, Desmovilizacin y Reintegracin (ODDR), del Instituto de

    Estudios Polticos y Relaciones Internacionales (IEPRI) de la Universidad Nacional de Colombia, hizo una

    recomposicin temtica de las voces acadmicas sobre nios y jvenes desvinculados de los grupos al

    margen de la ley. El documento destaca temas neurlgicos de las investigaciones como los derechos y las

    legislaciones, la proteccin y atencin de menores en el marco de la accin institucional, y el campo de la

    accin estatal que es delimitado principalmente por la legislacin nacional e internacional en la literatura.

    De acuerdo con el ODDR, mientras los acadmicos privilegian el visibilizar los diferentes esfuerzos

    institucionales relacionados con la consolidacin de una poltica de atencin, desconocen y hacen

    invisibles la participacin de y el rol desempeado por los nios, nias, adolescentes y jvenes dentro del

    conflicto armado (ODDR, 2009, p. 50).

    Las crticas al Programa de Atencin Especializada son diversas. Una investigacin reciente publicada por

    la fundacin Tierra de Hombres (TDH), que hace parte de Coalico, seala que no existe una propuesta de

    gnero para el abordaje del tratamiento a nias y jvenes desvinculadas, a pesar de que una tercera parte

    de la poblacin atendida por el Programa del ICBF ha sido nias (Castillo-Tietze, 2010)63. La investigadora

    Cielo Mario (2005), de la Universidad Externado de Colombia, indica que el Programa, aunque se apoya

    normativamente en las disposiciones internacionales, no alcanza los objetivos propuestos debido a la

    forma que adquiere la atencin institucional. Para Mario la restitucin de derechos (objetivo del Programa

    63 Sobre el enfoque de gnero tambin se pueden revisar Pez (2002) y Keairns (2006).

  • 35

    de Atencin) desde la institucionalizacin, sin la familia, es imposible64. Tampoco, indica la autora, se

    puede garantizar la restitucin de derechos a quienes ingresaron a los grupos armados ilegales por

    condiciones sociales y econmicas, pues esas condiciones no se han modificado. Por esta razn Mario

    considera que la niez puede optar nuevamente por la vinculacin y marcar as el fracaso de la poltica de

    reintegracin.

    Sin embargo, el rearme y el retorno a las dinmicas del conflicto de estos nios ha tenido escasa atencin

    y poco desarrollo en el ejercicio investigativo y acadmico del pas (ODDR, 2009, p. 50). Un vaco

    preocupante, si se tiene en cuenta que un informe reciente de la CNRR (2010), comisin encargada de

    hacerle seguimiento al proceso de DDR por mandato legal, reconoce de forma pblica que los procesos de

    reincorporacin de nios en el pas son parciales y defectuosos65; y llama la atencin sobre altos mrgenes

    de desercin y expresiones de reincidencia que se han presentado en esta poblacin. Esto sucede en el

    marco de un rearme, un re reclutamiento y una crisis humanitaria de la poblacin desmovilizada que se ha

    visto afectada as como sus familias por acciones violentas como homicidios, retenciones ilegales,

    desapariciones forzadas, amenazas, desplazamiento forzado y reclutamiento ilcito (CNRR, 2010). Los

    actores que permanecen armados funcionan como spoilers o saboteadores para el proceso de paz parcial

    entre el Gobierno y las AUC, amenazando a excombatientes y complicando las medidas de construccin

    de paz. De este modo, los desmovilizados [y desvinculados] conviven con la constante tentacin de unirse

    a grupos armados ilegales (Nussio, 2009, p. 225).

    Por otra parte, una investigacin acadmica seala que los nios no participan en el Programa de Atencin

    Especializada y que no hay indicios de que los encargados busquen opiniones de los menores durante la

    64 Segn Julin Aguirre, coordinador del Programa de Atencin Especializada, los nios ya no estn institucionalizados (comunicacin personal, 2011). 65 Pues no han atendido a la poblacin desvinculada en su totalidad.

  • 36

    atencin sino al momento de salir (Maulden, 2007). Un estudio de la Universidad de Los Andes (Bogot)

    adelant una etnografa durante seis aos en los Centros de Atencin Especializada (CAE)66 del ICBF,

    donde encontr que las prcticas de participacin y toma de decisiones por consenso eran limitadas puesto

    que se centraban en los deberes y en ciertas acciones permitidas y prohibidas; y hall ms frecuente la

    prctica autoritaria de la toma de decisiones (Estrada et l., 2006).

    La investigadora Olga Luca Obando, de la Universidad del Valle67, ha venido adelantando un estudio sobre

    participacin poltica de jvenes desvinculados, desde la psicologa poltica, que pronto ser publicado y

    que busca llenar el vaco terico que de acuerdo con Obando y Otlvaro (2009) existe sobre la

    participacin poltica de (nios y) jvenes desvinculados en Colombia. Los resultados de Obando y su

    equipo sern pertinentes, pues segn indican Obando y Otlvaro (2009), muchas de las polticas pblicas

    de juventud en Colombia [y de niez] son elaboradas de manera no participativa, sin que las voces de los

    jvenes sean referentes. Aunque un ejercicio de construccin de polticas, como ejercicio exclusivo de las

    instituciones estatales, corre el riesgo de caer en un mero ejercicio de poder disciplinario y no en uno de

    participacin ciudadana, que debe ser el principio orientador de las polticas sociales (Obando y Otlvaro,

    2009, p. 258, p. 268).

    El ejercicio de una ciudadana juvenil se traduce en la incidencia en las polticas pblicas, en la

    construccin de procesos participativos de gobernabilidad local y decisin pblica (Obando y Otlvaro,

    2009, p. 269). Esto, ms all de ser positivo para los individuos, brinda la posibilidad de construir con ellos

    una sociedad ms incluyente, pluralista y democrtica. Una sociedad en la que las voces de los jvenes

    deben darle sentido a las propuestas gubernamentales pues si se desea avanzar en procesos reales de

    66 Una de las modalidades de atencin del Programa de Atencin del ICBF. 67 Miembro del Grupo de Investigacin Desarrollo Psicolgico en Contextos del Instituto de Psicologa de la Universidad del Valle.

  • 37

    socializacin poltica de esta poblacin, es necesario generar acciones de inclusin social juvenil, que

    reconozcan la diversidad de los sujetos jvenes, sus intereses, potencialidades, necesidades (y)

    problemticas (Obando y Otlvaro, 2009, p. 272). Sin embargo, en Colombia y en el resto de Amrica

    Latina la poblacin joven sufre exclusin y estigmatizacin como actores violentos y vulnerables (Henao y

    Pinilla, 2009), y participan poco en los debates pblicos y en los espacios institucionales (Reguillo, 2003 en

    Henao y Pinilla, 2009).

    Siguiendo con el objetivo de transitar de combatiente a ciudadano, en los procesos de reintegracin

    comunitaria en Colombia es esencial abrir espacios de dilogo y de planificacin para la restauracin de la

    confianza entre los actores de la comunidad [incluyendo desmovilizados y desvinculados] y entre estos y el

    Estado68. Tambin se debe buscar la construccin de imaginarios alejados de la lgica blica o de la

    cultura de la ilegalidad, as como la erradicacin de todos los esquemas que reproducen formas de

    discriminacin y estigmatizacin de la poblacin desmovilizada y vctima, que se configuran como gran

    obstculo de los procesos de DDR (KAS, 2009, p. 32).

    Por otra parte, en la literatura colombiana se presenta otro vaco importante: no se ha analizado cmo

    experimentan realmente los procesos de reintegracin poltica este grupo y cmo perciben la sostenibilidad

    de sus procesos. Algunos textos han recogido las voces y las historias de algunos nios y jvenes

    reinsertados (entre otros Herrera, 2003; Keairns, 2006; Mc Clausand, 2010), y dan cuenta de sus

    trayectorias y de algunas de sus percepciones. Aunque representan un aporte importante porque ofrecen

    testimonios y recogen las voces de estos seres, estos textos no analizan ni profundizan acerca de qu

    afecta la sostenibilidad de sus procesos de reintegracin en medio del conflicto armado, ni cmo son sus

    procesos de reintegracin poltica. 68 Se asume que debe ser restaurada. Y en el caso de los nios que no han tenido una relacin, habr que establecerla por primera vez.

  • 38

    No es casualidad que en el Primer Congreso Internacional de DDR llevado a cabo en Cartagena

    (Colombia) en el ao 2009, y organizado por la ACR, la CNRR, el Ministerio de Relaciones Exteriores de

    Colombia y la Agencia Presidencial para la Accin Social y la Cooperacin Internacional se concluyera que

    los nios desvinculados requieren de un mejor apoyo que incluya mapear oportunidades y necesidades,

    ya que sus voces a menudo no son solicitadas o van siendo silenciadas activamente (CIDDR, 2009, p.

    23). El llamado del Congreso de Cartagena implica que se ignoran las perspectivas, las necesidades y la

    posible participacin de estos individuos, lo que pone en riesgo la continuacin de la violencia, como vimos

    en la literatura internacional. Teniendo en cuenta los vacos que existen en la literatura, este estudio busca

    explorar las perspectivas de un grupo de jvenes desvinculados colombianos, con el fin de aportar

    informacin novedosa sobre sus procesos de reintegracin y sobre la participacin que han tenido.

  • 39

    V. Estrategia metodolgica

    El enfoque narrativo centrado en experiencias, como el que sigue a continuacin, permite rastrear y

    examinar transformaciones y cambios en momentos decisivos en la vida de un individuo y tambin abarcar

    experiencias ms amplias como las relacionadas con un trauma y sus consecuencias, a partir de las voces

    y relatos de los entrevistados. Se trata de un mtodo cualitativo en el que las narraciones orales o escritas

    de los individuos son percibidas como secuenciales en el tiempo, significativas, humanas y capaces de re-

    presentar experiencias, reconstruirlas y expresarlas. Una narrativa personal centrada en la experiencia

    tambin puede ser una historia de vida69 producida en varias entrevistas semi-estructuradas (Andrews et

    l., 2006), como las que se usaron en esta investigacin que busca explorar las experiencias de

    reintegracin de siete desvinculados dos muchachas70 y cinco jvenes del conflicto armado

    colombiano.

    Tomando en cuenta la complejidad de la experiencia de reintegracin de esta poblacin, la investigadora

    dise el instrumento de investigacin (ver anexo) tomando como modelo la serie de tres entrevistas de

    Dolbeare & Schumann (Schumann, 1982 en Seidman, 2006). Esta serie es recomendada por el

    investigador Irving Seidman (2006), de la Universidad de Columbia, pues se trata de una metodologa

    ideal para reconstruir detalles de experiencias en el contexto donde ocurren. La serie de Dolbeare &

    Schumann busca poner la experiencia en el contexto de la historia de vida del individuo en el primer

    encuentro; en el segundo pretende explorar detalles de esa experiencia; y en el ltimo intenta ahondar en

    las opiniones y en el significado que tiene la experiencia para la persona entrevistada.

    69 Se trata ms bien de un relato de vida, pues los participantes de esta investigacin no narraron toda su vida sino parte de ella, y eso marca una diferencia con la historia de vida (Moreno, 2009). 70 Dada la limitacin del tamao de la muestra, este estudio no introduce un enfoque de gnero, aunque la literatura ha abordado la importancia que este tiene. Para el caso colombiano, ver Pez, 2002; Keairns, 2006; y Castillo-Tietze, 2010.

  • 40

    La serie diseada para esta investigacin se concentr en los procesos de reintegracin y en las distintas

    percepciones que estos jvenes han elaborado acerca de sus experiencias y de la sostenibilidad de sus

    procesos. No se profundiz en las actividades que desempearon en el grupo armado ilegal, debido a que

    la investigacin busca responder a la siguiente pregunta: qu implicaciones tienen las experiencias de

    reintegracin poltica de los nios desvinculados colombianos en la sostenibilidad de sus procesos de

    reintegracin? Se trata entonces de un estudio sobre esos nuevos campos de batalla que aparecen en la

    vida civil (Mc Evoy-Levy, 2010), y no sobre sus experiencias en las organizaciones armadas71.

    Como las entrevistas se realizaron a una poblacin vulnerable y abordaron temas sensibles72, la gua de

    preguntas fue revisada por profesionales de la ACR, incluyendo una psicloga, as como otros individuos

    que trabajan con jvenes desvinculados. El instrumento no recibi comentarios negativos, sino sugerencias

    para ampliar preguntas o para hacerlas ms concretas, y una advertencia acerca de la tendencia que

    tienen los muchachos de verbalizar la amenaza de reincidir como mecanismo para exigir respuestas de las

    instituciones. Y se confirm que con las entrevistas no se revictimizara a los jvenes ni se afectaran

    negativamente sus procesos de reintegracin.

    Una vez revisada la serie, se llev a cabo el pilotaje con una primera participante. Se ratific que las

    preguntas eran claras y que se cubran los temas necesarios. Se hicieron algunas modificaciones y

    posteriormente se aplic el instrumento al resto de la muestra. La serie se realiz a siete jvenes

    colombianos desvinculados (dos mujeres y cinco hombres), de origen rural y urbano, quienes

    pertenecieron a las guerrillas de las FARC y el ELN, y al grupo paramilitar AUC siendo nias y nios. Ellos

    abandonaron las estructuras armadas antes de alcanzar los 18 aos, han pasado varios aos en la vida 71 Para contextualizar la experiencia de reintegracin se les pregunt acerca de sus estados previos a las vinculaciones, sus ingresos y el tiempo que pasaron en los grupos ilegales. Estos temas no se profundizaron porque, aunque permiten entender parte de sus procesos de reintegracin, se alejan de los objetivos de la investigacin. 72 Definida como experiencias profundamente personales y valoradas (Denov, 2010).

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    civil, hoy son mayores de edad y viven en las ciudades de Bogot, Medelln y Barranquilla, donde fueron

    consultados. En total se recogieron 32 horas de entrevistas, q