de boca en boca. historias y reflexiones etpi (2004-2011)
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Libro editado por Teatro La Peste, en los 9 años del ETPITRANSCRIPT
Gabriela Arancibia y Ana Katherina Sagredo durante la
presentación de “Antígona”, en el marco del Sexto
Encuentro de Teatro Porteño Independiente. Teatro
Mauri, Valparaíso. Enero 2009.
Fotografía: Jorge Villa
Dedicamos
humildemente nuestro
trabajo, a todo aquel
que siente en el
pálpito de su corazón
el fuego rotundo de la
libertad.
Dedicamos, con
especial afecto, esta
publicación al Teatro
Escuela La Matriz, de
Valparaíso.
Teatro La Peste
Enero 2012
Historias y reflexiones en torno al Encuentro de Teatro Porteño
Independiente, ETPI (2004-2012)
Volumen editado para los 9 años del Encuentro de Teatro Porteño
Independiente y 10 años de Teatro La Peste
Edición general: Carla Lizama Flores
Felipe Montalva Peroni
Diseño y diagramación: Felipe Montalva/Matilde Audiovisuales
Corrección: Gabriela Flores
Diseño portada: FM.
Para armar el tapiz del fondo, se usaron algunas fotos que aparecen en las
páginas interiores de este libro. Sus autores son, entre otros, Claudia
Cepeda, Daniel Labbé, Danilo Llanos, Carla Lizama, Claudia Rothkegel y
Camila Van Diest. De otros fotógrafos desconocemos sus datos. Sepan
entender. Agradecemos su trabajo, igualmente. También hay trozos de los
afiches diseñados por Claudio Alvarez y Cristián Espinoza.
Fotografía contraportada. Felipe Montalva. Público en atrio iglesia La
Matriz, Barrio Puerto. Valparaíso. VIII Encuentro de Teatro Porteño
Independiente, ETPI. Enero 2011.
Licencia Creative Commons
Más información en: www.teatrolapeste.cl
Tirada de 1000 ejemplares
Impreso en GSR, Valparaíso, Chile. Enero 2012.
Índice
9
Prólogo
Otro modo de hacerlo 11
Carla Lizama y Felipe Montalva
Un tejido que da frutos 21
Francisco Marín
La imagen del hombre 27
Ximena Flores
En busca de una personalidad 35
Andrés Ulloa Radrigán
Para no inmolarse 37
Denisse Duarte Medina
Retrazando un mapa. 45
Notas a nueve años del Encuentro de Teatro
Porteño Independiente
Camila Van Diest
Cuando la peste es el mensaje 55
Medio y difusión del teatro independiente
Daniel Labbé Yáñez
Hacerse dueñ@ 61
Joanna Saa y familia
ETPI 67
Emergencia política teatral
Patricia Artés
Esa Peste necesaria 71
Fernando Mena
10
La Peste: Perturbación y contagio 75
de lo ficcional por lo real
María de la Luz Hurtado
No a la competencia, sí al encuentro 85
Una entrevista con Teatro La Peste
Carla Lizama
Felipe Montalva
El almanaque 105
Información de las nueve ediciones del Encuentro
de Teatro Porteño Independiente, ETPI (2004-2012)
Sobre los autores 127
11
Carla Lizama Flores
Felipe Montalva Peroni
Si nos ceñimos a ciertos parámetros teatrales,
podemos imaginar al Encuentro de Teatro
Porteño Independiente (ETPI) como un
montaje. Sí, como una obra de teatro colectiva,
con toda su intensidad y sacrificio. Como un
evento que transcurre en una semana (¡una
temporada!) pero que es preparado
arduamente, con meses de antelación, por los
miembros de La Peste y sus colaboradores, a
través de esa maraña de contactos,
postulaciones a fondos azarosos y reuniones de
producción que crecen en complejidad. Todo
con el nervio que se empareja siempre a la labor
gradual sentenciada por una fecha: El primer
mes de cada año. Puntualmente. En los últimos
9 años. No es poco.
Los personajes protagónicos de esta obra-ETPI
son las 4 integrantes de Teatro La Peste:
Katherine López, Daniella Misle, Ana
Katherina Sagredo y Danilo Llanos. Por eso,
este libro, que ahora Usted lee, incluye una
Prólogo
Otro modo de hacerlo
12
entrevista a estos realizadores, para conocerles ,
desde un lado que no es el del escenario ni el de
la gestión productiva. No es usual que una
compañía dedique sus esfuerzos, a la par de su
trabajo creativo, a la construcción de un
encuentro de teatro que no es competitivo; que
es, más bien, una muestra que año a año va
puliendo su perfil. Teatro La Peste la ha ido
haciendo. Con o sin fondo estatal de por medio,
a lo largo de gran parte de su década como
compañía. Cosa que también celebramos con
este libro. Nueve que son diez.
En este momento, una digresión: En diciembre
del 2003, poco antes del primer Encuentro de
Teatro Porteño Independiente, se imprimió una
pequeña cantidad de afiches para promover el
par de días de muestra, que se levantaba -con
mucha rabia, hay que señalarlo- bajo el lema
“Porque sin teatro no hay carnaval”. A la par de
esa modesta cifra de material gráfico, Teatro La
Peste basaba su estrategia de difusión en ese
mecanismo tan propio de comunidades que
manejan otros modos de vínculo: “Dejemos que
el boca en boca haga su trabajo”. Había cierta
declaración de confianza en ese gesto.
Porque es imposible separar el ETPI del sentido
que Teatro La Peste ha dado a su propio trabajo
teatral. Katty López, Daniella Misle, Ana
Katherina Sagredo y Danilo Llanos entienden
el teatro como una herramienta que sirve al
espectador para meditar y cuestionar su
13
entorno. Para este fin recurren a diversos
materiales en sus montajes: La reflexividad,
cierto guiño a la cultura popular y al pop,
recursos audiovisuales, la elección de los
espacios, la comedia, la parodia y la danza.
Montajes como “Ser Madre”, “Secreto de
Camarín”, “I Love Valpo” y “Todo es Cancha”
son paradigmáticos en ese sentido. En las
páginas de este libro, la profesora María de la
Luz Hurtado analizará los mecanismos
presentes en una de dichas obras firmadas por
el grupo. “El entreverado de este nivel de lo
Real con lo re-presentacional, de lo carnal y lo
simbólico, se convierte en La Peste en política, al
transgredir la ficción/realidad del teatro/vida”,
señala.
Este ETPI-visto-como-un-montaje tiene su
propio espacio escénico: Valparaíso. Complejo
espacio escénico, hay que admitir. Tal como con
sus montajes, pareciera que el empeño de
Teatro La Peste con su Encuentro es la
construcción de un referente al margen de las
operaciones político-culturales que han
menudeado en la ciudad-puerto. Así como en
“I Love Valpo”, se sospecha que el mensaje de
fondo del ETPI es cuestionar cierta
representación de Valparaíso. Mientras para
algunos, es una “capital cultural”, un
“ Pa t r i m o n i o d e l a H u m a n i d a d ” o ,
sencillamente, un carrete constante, para otros
es una urbe donde la vida se torna cada vez más
14
dura. En su autonomía y también en las
negociaciones con la institución que Teatro La
Peste desarrolla para cada ETPI, estaría el afán
de expresar otra imagen de ciudad. Una más
real, acaso popular, y sobre todo asociada al
intercambio y al apoyo mutuo (nuevamente, ese
boca en boca) antes que al espectáculo, que sería
una imagen de Valparaíso construido/utilizable
desde el poder de turno. Como señala Francisco
Marín, en su artículo “Un tejido que da frutos“,
el ETPI forma parte de un grupo de eventos
surgidos “desde las entrañas del tejido cultural
porteño (...) que permitieron visibilizar al
enorme caudal expresivo existente”. Estos
“desarrollos”, como los denomina Marín, son la
contraparte a la fiesta cultural oficial, levantada
durante los años de la Concertación, en cuyo
contexto pero en disputa surge el ETPI, así
como Danza al Borde, Valparaíso Circo e
Invasión Callejera. Valparaíso como campo de
batalla. También es el tema de la columna de
Camila Van Diest, quien aborda las condiciones
simbólicas de la ciudad-puerto donde se
levanta el trabajo de Teatro La Peste y el
Encuentro de Teatro Porteño Independiente.
Pero este libro también funciona a la manera de
un memorial. Es decir, un compilado de
reflexiones y testimonios que construyen la
historia del ETPI. Ximena Flores, directora del
desaparecido Teatro Escuela La Matriz,
institución desde donde egresaron todos los
15
miembros de Teatro La Peste, no sólo escribe
sobre la formación teatral en un momento
histórico determinado sino sobre el
lugar -la periferia- y una institución que dio
cabida a aquellos que no ingresarían a las
escuelas de teatro en la capital-centro. Por su
parte, Andrés Ulloa nos habla del ETPI, tras
haber formado parte de este en diversos roles
pero al mismo tiempo haciendo una aguda
observación respecto a la actividad teatral en
Valparaíso. En similar sentido, escribiendo
sobre lo contextual a escala micro (es decir,
desde su propia biografía), la actriz y directora,
Denisse Duarte desarrollará su texto “Para no
inmolarse”.
Patricia Artés, directora de la compañía Teatro
Público, de Santiago, y Fernando Mena, de
Teatro Virgen de Valparaíso, establecerán un
diálogo, contando sus experiencias como
invitados al ETPI en los últimos años. Unos,
desde el centro-capital, con un definido sentido
político; otros, como una novísima compañía
porteña, ciudad en la que -paradojas mediante-
han surgido escuelas de teatro en el ámbito
universitario, en los últimos años.
Pero un ETPI es también un espacio forjado por
las miradas y el esfuerzo de muchos. El
periodista Daniel Labbé escribe sobre los
mecanismos de difusión del ETPI en la ciudad-
puerto, con sus paradojas y énfasis. Más allá
16
del boca en boca, podríamos decir. Sin embargo,
la pieza clave del teatro, su cuarta
pared, es el público. En “Hacerse dueñ@”,
Joanna Saa y su familia, escriben sobre sus
emociones en cada ETPI. Al respecto, hay que
señalar que Joanna y su gente han sido
espectadores de las obras del Encuentro desde
la primera edición, en el año 2004.
A estas alturas, Usted ya lo debe haber
adivinado: Este libro que comienza a leer
funciona también a la manera de un encuentro
de historias y reflexiones sobre el ETPI. Es una
incursión, una contribución y una apuesta a la
construcción de pensamiento en torno a la
cultura y al teatro en nuestra región. Sobre todo
una posibilidad de plasmar un legado, de dejar
una memoria en torno al quehacer artístico en
n u e s t r o t e r r i t o r i o . D e e s t e m o d o ,
territorializamos lo contado (versus la
desterritorialización de las políticas culturales
gubernamentales) y caracterizamos Valparaíso
en sus contradicciones y en sus posibilidades.
Creemos que lo que nos permite entendernos en
las problemáticas porteñas del teatro y la
cultura nos sitúa, no obstante, en una realidad
mucho más amplia; por tanto, este libro no sólo
cuenta para nuestros coterráneos sino para un
público lector tan amplio como el que asiste al
ETPI.
Por último, este libro intenta acompañar el
17
trabajo de Teatro La Peste y el ETPI, ejemplos de
un esfuerzo que se pretende mancomunado,
que quiere incorporar a las más diversas voces a
modo de un coro social. Que el teatro
visibilice pero también invite a una comunidad
a reflexionar y a participar. Que el boca en boca
sea la herramienta que fortalezca a esta bacteria
para convertirla en una peste. Que contagie la
ciudad de memoria, de historias y reflexión.
Valparaíso
Enero 2012
El frontis del bar
Bitácora, en subida
Cumming, cubierto de
afiches del primer
Encuentro de Teatro
Porteño Independiente
(Enero 2004).
Teatro
Morendalokus y
“La disparatada
historia del Mago
Escafán”, en
Rodelillo, durante
el 6to. ETPI (2009).
Fotografía de
Claudia Cepeda.
“La Celebración”, de
Teatro Público, en el
Teatro Mauri, durante
el 8vo. ETPI (2011)
Fotografía de Daniel
Labbé.
Público fuera de la sala
Pascal 79, durante el
4to. ETPI (2007).
Las
intervenciones
callejeras del
Mimo Tuga y
sus
colaboradores,
en calle Pedro
Montt y
Edwards, en el
6to.ETPI(2009).
19
21
Un tejido que da frutos
El Encuentro de Teatro Porteño Independiente en el contexto de la lucha por la recuperación de los espacios públicos para el arte y la cultura.
Francisco Marín
Valparaíso es una de las ciudades que más han
sido afectadas por la imposición del modelo
neoliberal en Chile. Expresión de esto son las
altas tasas de cesantía, la pobreza y la elevada
migración. Esta decadencia se debe a la
destrucción de sus principales soportes
económicos: la industria alimenticia, la
actividad ferroviaria, el agotamiento por
sobrexplotación de los recursos pesqueros y la
desvinculación de la actividad portuaria del
desarrollo de la ciudad.
Desde su nombramiento, en 2003, como
Patrimonio Cultural de la Humanidad ha
habido un intento deliberado de las autoridades
comunales y nacionales, por hacer creer a la
ciudadanía que el auge del turismo asociado a
esta declaración permitirá rescatar de la
22
depresión a nuestra ciudad. Esto ciertamente no
ha ocurrido.
Peor aún: Han hecho un manejo oportunista de
los beneficios que encierra esta declaratoria de
la Unesco, autorizando edificios de altura que
dañan la cualidad de anfiteatro natural de la
ciudad. Asimismo, han promovido un uso
mercantil de sitios de interés turístico –como
ocurre en los cerros Bellavista, Alegre y
Concepción-, impulsando la erradicación de
los habitantes originales de estos cerros, ya que
privilegian el negocio inmobiliario y turístico
de empresarios bien contactados. Como si esto
fuera poco, dichas autoridades han insistido
con el proyecto de aniquilar la cualidad
portuaria de Valparaíso construyendo un mall
en el borde costero de la ciudad.
Como compensación a la destrucción de las
actividades económicas y al uso comercial de
las bellezas de la ciudad, los gobiernos de la
Concertación de Partidos por la Democracia
(1990-2010) promovieron el desarrollo de
grandes eventos culturales siendo los
Carnavales Culturales -que se inician en 2001- el
de mayor resonancia.
A pesar de tener muchos aspectos positivos,
como instalar una nutrida programación
cultural, los Carnavales no coincidieron con la
sentida aspiración de dar forma a un auténtico
23
desarrollo cultural. Más bien, fueron
concebidos como algo que para ser visto pero
no para ser vivido. Obedecen a una
construcción del arte concebido como
espectáculo. Eran pan y circo para embobar al
pueblo, nada más. La desaparición de estas
festividades –sin pena ni gloria- y su remplazo
por el Festival de las Artes (desde 2011), mostró
lo poco enraizados de estos “carnavales”.
No obstante lo anterior, desde las entrañas del
tejido cultural porteño, han nacido y crecido
importantísimos desarrollos que permitieron
visibilizar al enorme caudal expresivo
existente. Es lo que ocurre con algunos de los
grandes encuentros artísticos existentes en
Valparaíso como Danza al Borde, Invasión
Callejera, Valparaíso Circo y el Encuentro de
Teatro Porteño Independiente.
Estos encuentros han dado una férrea lucha por
la recuperación de los espacios públicos para el
arte y la cultura. Este bregar ha permitido que
plazas, parques, calles y quebradas sean hoy
espacios ganados para la expresión artística y la
reflexión de las comunidades. Esta lucha se da
en un contexto de democracia altamente
restringida, en la que las principales espacios de
socialización como son los provistos por la
televisión, están controlados por los
detentadores del poder político y económico.
24
No cabe duda que la principal propuesta en
materia cultural de estos es la idiotización de las
masas. Esto puede inferirse al ver la
programación de los principales canales de TV
y, también, al constatar el descarado intento
–especialmente de la Derecha- por disminuir
las horas dedicadas a la historia, la música y la
educación cívica en los procesos educativos.
La lucha por la recuperación de los espacios
públicos para el arte y la cultura del vigoroso
tejido cultural porteño ha tenido en la
concreción del Parque Cultural de Valparaíso-
Ex Cárcel un hito esencial. Esto, no sólo porque
se consiguió evitar el destino inmobiliario de
este bien patrimonial sino porque la comunidad
aquí reunida –entre ellos, Teatro La Peste que
cumple 10 años- fue capaz de dar vida, proteger
y luego impulsar la construcción de este parque
cultural que, en su rehabilitación, reflejó los
usos artísticos y comunitarios que había tenido
la Ex Cárcel desde su apertura con fines
culturales.
Lo anterior es relevante, además, porque la
comunidad organizada en torno a la
Corporación Ex Cárcel logró que se respetara su
participación y la de otras organizaciones
artísticas porteñas (Unión de Músicos
Independientes de Valparaíso, Umivalpo, y el
S indicato de Traba jadores Teatra les
Independientes de Valparaíso, Sittival) en el
directorio que administra este espacio.
El hecho que el 9no. Encuentro de Teatro
Porteño Independiente forme parte de la
programación de la remodelada Ex Cárcel y que
sea su primer evento teatral, no es casualidad:
Es fruto de la constancia de los trabajadores
teatrales de Valparaíso y de las organizaciones
comunitarias que han defendido este espacio
como un lugar privilegiado de la creación, la
formación y la difusión de un arte liberador que
está orientado principalmente a aquellos que no
tienen cabida en la injusta e inhumana sociedad
mercantil surgida tras el golpe militar de 1973 y
a la cual es necesario ponerle coto.
25
27
La imagen del hombre
Ximena Flores
Hablar de democracia es plantear una forma de
mirar y de enfrentar una determinada manera
de gobernar con la participación de todos los
involucrados. Si a esto sumamos una filosofía
de vida, entendemos que estas personas
involucradas son conscientes de su realidad
universal y como hombres que están insertos en
una ordenada concepción del universo, o en
una visión de la vida, están interesados en su
educación social, como parte de su educación
integral…
Esa sería la utopía…
He tenido el privilegio, el dolor, la desilusión y
el aprendizaje que significa el tránsito de vida
por la cruel dictadura militar y por estos eternos
años de anhelada Democracia.
Provengo de la periferia y esa realidad me sitúa
en un lugar concreto de análisis. Soy ante todo
docente y desde ahí mi mirada. Llegué a
estudiar a la capital, a la Universidad de Chile, a
la Escuela de Teatro, sin duda, un privilegio
para una huasa colchagüina sin muchos
referentes y en plena época de dictadura. Desde
esa realidad debo partir y decir que la
educación es de naturaleza sociológica: Lo que
sucede socialmente en el aula está directamente
relacionado con el entorno social de los
involucrados. El hombre y su manera de actuar
se apoyan en aspectos culturales, los que se
transmiten socialmente, y la educación es su
instrumento de transmisión.
La problemática de la política educativa es un
tema no resuelto en nuestro país: ¿Cómo
entregar igualdad de oportunidades a los
estudiantes? ¿Cómo mejorar los espacios de
educación? ¿Cómo provocar el cambio en
establecimientos que no poseen características
adecuadas para el logro de sus objetivos?
Mejorar la calidad de la educación es un camino
lento y que requiere de la participación de todos
sus involucrados, así como tomar en cuenta las
características, historia y procesos psico-
sociales de la profesión del profesor en Chile, es
decir, las capacidades reales de los profesores
disponibles. Dichas cuestiones, al parecer, no
fueron contempladas adecuadamente por
quienes diseñaron las políticas educativas de la
reforma en Chile (OCDE 2004). Tampoco se
contempló nuestra historia como país que vivió
en dictadura y esa cultura autoritaria que se fue
arraigando e instalando en las escuelas. No se
28
tomaron en cuenta los modelos de gestión de
los directores administradores de los
establecimientos y la incapacidad de gestión de
la mayoría de los municipios. No se consideró
tampoco a los padres como ciudadanos con
derecho a la participación, sólo se les visualizó
como sujetos de mercado (inversores o
consumidores de la educación).
Como dice Redondo: ”Las condiciones de
inequidad en que ocurre la escolarización en
nuestro país, justifican el éxito de los destinados
socialmente (desde sus familias) para el éxito y
culpabilizan el fracaso escolar de los
desfavorecidos, convirtiéndose en una
instancia de legitimación de un orden social y
e c o n ó m i c o i n e q u i t a t i v o , i n j u s t o y
antidemocrático”.
Por qué menciono esto. Porque provengo de esa
realidad, de un sistema injusto que debió
situarme en la periferia y sin embargo ocupé un
espacio entre aquellos destinados socialmente
al éxito.
A la Escuela de Teatro postulamos cerca de 400
estudiantes de los cuales fuimos seleccionados
25. Ocurrió lo que sucede hasta el día de hoy en
el sistema educacional pero en este caso llevado
a la educación superior: La necesidad de
seleccionar a sus alumnos y eliminar aquellos
que no cumplen con el perfil que se busca, “los
29
que molestan”, a los que no tienen las
capacidades esperadas.
Con los años esta problemática se fue
agudizando aún más: El mercado educativo en
Chile en la década de transición (1990-2001) ha
sido un éxito, porque el negocio de la educación
ha crecido. Casi dos terceras partes del
presupuesto disponible en educación en
nuestro país, reside en el sector privado, donde
el mercado está por sobre los objetivos
educacionales como calidad o equidad.
La Universidad en la que estudié, tenía la
posibilidad de elegir entre lo mejor a sus
alumnos. Mis compañeros en su mayoría
provenían de colegios particulares, un
importante número de ellos era de Santiago y el
resto teníamos un respaldo familiar formativo
que nos avalaba.
Seguramente fue este elemento el diferenciador
en la conformación del Teatro Escuela La
Matriz. Valparaíso en ese momento no tenía
escuelas de teatro, y la apuesta era por la
democratización de la formación teatral.
Es más complicado dejar huella en la
periferia
El enfoque funcionalista comienza desde el
hecho que todos los individuos no llegan en
30
igualdad a la escuela, ni a la educación superior,
porque no han gozado ni gozan de las mismas
oportunidades económicas, de salud,
familiares. De ese modo, existen personas
escolarizadas cuyas posibil idades de
desarrollar sus oportunidades se ven lastradas
por las características del medio social del que
proceden ¿Puede la influencia formativa
contrarrestar a la influencia social?
Financiar más a los más pobres es una acción
loable, necesaria para equilibrar, de alguna
manera, las deficiencias de la educación y
posibilitar una mejor calidad de aprendizaje. El
problema es cómo. Si se hace por alumno
entonces las universidades e institutos
particulares estarán incentivados a conseguir
alumnos desfavorecidos pero sólo si tienen
capacidades que les permitan ser los elegidos.
El resultado es profundizar aún más en la
separación de nuestros jóvenes, ya no solo por
nivel socio-económico o familiar sino también
por sus capacidades. De esta forma serán sólo
algunos los privilegiados que gozarán de una
especie de ascenso ante el resto. Los
establecimientos públicos ya no podrán contar
con alumnos de iguales características:
Alumnos de bajo nivel socio económico, sin
muchas capacidades y con altas necesidades
educativas.
Los integrantes de Teatro La Peste forman parte
31
de esta realidad periférica: Son alumnos que no
accedieron a las escuelas de la capital por
problemas económicos o porque el puntaje no
les dio para postular y accedieron a un espacio
alternativo de formación que, conociendo las
realidades de las escuelas tradicionales, articuló
un planteamiento académico que poco debió
envidiar a las grandes escuelas en cuanto a la
formación pero mucho en cuanto a los recursos.
El espacio de la periferia que se encontraba en
Valparaíso, llamado Teatro Escuela la Matriz ,
liderada y conformada por profesionales
universitarios provenientes de las grandes
escuelas, albergó a jóvenes en condiciones
a d v e r s a s . D e e s t e e s p a c i o s u r g e n
posteriormente estos “apestosos”, cuatro o
cinco historias que provienen de realidades de
segregación geográfica lo que implica también
condiciones desfavorables en términos
económicos, culturales y sociales: el Danilo es
de los cerros de Valparaíso, la López de la
población de Gomez Carreño, la Misle de
Placeres y la Sagredo es una extranjera que, al
momento de entrar a la escuela, no tenía ni
nacionalidad. De ahí surge la distinción, la
convicción, la ideología (que no es ni será
transitoria, que no es producto de una moda
pasajera): Ellos que no tenían nada, y que
vivieron un proceso constante de exclusión, se
convierten hoy en sujetos culturales que están
provocando algo en Valparaíso y en Chile. En el
32
fondo, transformaron sus capacidades y su
exclusión en una propuesta que abrió espacios,
que se tomó las calles del puerto. No tenían ni
tienen los pitutos sino que se fueron dando a
conocer de manera casi clandestina, atendiendo
a necesidades propias y de su pueblo;
asentando su mirada sobre la imagen del
hombre porque, seguramente en algún lugar,
alguien les dijo cuando estudiaban que ”no hay
concepto verdadero de la educación sino se
sienta sobre la imagen del hombre”, convicción
que encierra sus raíces en la vida cultural. O
leyeron a Senge y entendieron el significado de
la palabra Metanoia, que es el Aprendizaje
como desplazamiento o tránsito mental desde
una situación actual a una situación
superadora. A través del aprendizaje se re-
crearon a sí mismos; mediante el aprendizaje se
capacitaron para hacer algo que antes no
podían hacer, para crear di ferentes
posibilidades, para ampliar sus capacidades. Se
dispusieron y se disponen a la formación de
manera concreta y constante.
Eso los conforma y los conformará como grupo,
siendo la tarea de Teatro La Peste la creación
para la vida, concreta y cotidiana.
33
35
En busca de una personalidad
Andrés Ulloa Radrigán
Mi realización teatral en Valparaíso, ha estado
siempre acompañada de Teatro La Peste y el
ETPI. Por esta razón, agradezco ser testigo de
un movimiento importante en la región. El
Encuentro de Teatro, en su génesis se condice,
absolutamente, con las premisas de acción de la
Compañía. En función de esto la Creación
Artística siempre ha estado enfocada en
principios de bien común y ciudadano.
En el Encuentro he podido desarrollarme desde
distintos lugares: Actor, director y ahora este
año, como Administrador de Espacio Pascal79.
Siempre se me ha abierto un lugar para mostrar
mi trabajo, como a todos los agentes teatrales de
la región porque los criterios de selección son
muy amplios y se rigen por un sentido y no por
un estilo, quedando ahí el sentido creativo
también subjetivado al ámbito en que cada ente
artístico se desarrolla.
Esto último se constituye como un valor y una
característica particular de la acción teatral en
Valparaíso, debido a la poca oferta existente y a
la profesionalización reciente de la actividad.
Esto define y determina la forma de hacer
teatro, siendo por lo general un teatro
despojado y desprolijo en su sentido estético,
haciendo primar la búsqueda textual e
interpretativa por sobre el soporte y la
contención estético-espacial que esta pueda
tener. A mi parecer, el teatro en la región debe
crecer en este punto, integrando a su trabajo
creativo una búsqueda estética que lo
determine y particularice, para así poder
terminar de definir su personalidad regional.
Hacer teatro en Chile es un acto de valentía.
Hacerlo en Valparaíso es un acto épico, debido a
que no sólo se debe luchar con la indiferencia
social frente al acto creativo, si no que además se
está obligado a enfrentarse a la calificación
arbitrariamente impuesta de ser la “capital
cultural de Chile”, versus el completo
abandono que vive el arte en la región,
haciéndole casi imposible la proyección e
investigación artística a las compañías locales.
Por eso los 10 años de Teatro la Peste son una
demostración que la consecuencia, el trabajo
investigativo y creativo si acaso hechos con
honestidad y dedicación, sí que logran
instalarse con fuerza y, lo más importante, con
apoyo ciudadano.
36
Teatro independiente en Valparaíso
Para no inmolarse
Denisse Duarte Medina
Cuando tuve que dejar el Teatro Escuela La
Matriz, abandoné un lecho afectivo importante
y un laboratorio creativo permanente, donde no
necesitaba preocuparme por comida, abrigo o
cariño porque estaba todo cubierto, pese a la
precariedad existente, en pos de desarrollarnos
como teatristas y no sólo como intérpretes.
Este pequeño paraíso creativo no estaba
desconectado de la realidad teatral circundante;
conocíamos lo regional, lo que ocurría en la
capital y contábamos con una sala de teatro, la
Herbert Jonckers, por tanto, no nos eran ajenos
las calidades, temáticas y afluencia de público
del teatro en Valparaíso, así como también la
relación con los medios de difusión.
Tras un necesario período de encierro me
enfrenté al resto del mundo teatral porteño,
donde desde ya unos años antes se había
formado el Sindicato de Trabajadores Teatrales
Independientes (SITTIVAL, 1998) que hasta hoy
continúa con una importante presencia en el
37
quehacer de la ciudad.
En general, las compañías locales realizaban sus
ensayos en distintos lugares que cumplieran
con un requisito: Sala medianamente amplia y
despejada. Pero ninguna podía dedicar 5 o más
horas únicamente a teorizar o reflexionar sobre
la teatralidad, la escena, el espacio o los sistemas
relacionales. Menos aún de la dialéctica para
montar una obra.
Myriam Espinoza, destacada mujer de teatro
porteño, ensayaba junto a la compañía CITÉ en
el Círculo de Periodistas de calle Aldunate,
ubicado en el plan de la ciudad. Mediante un
FONDART de infraestructura, y en alianza con
Teatro El Baúl, se creó la Sala El Círculo que, por
3 años, dio cabida a las compañías regionales.
De este modo, tuve la posibilidad de ver allí las
creaciones de la zona, las distintas miradas y
estéticas de nuestro teatro; sus formas,
políticas, rigurosidades y, también, flojeras.
Contemplé lo artístico, lo administrativo y lo
humano.
Durante 2005 ocurre algo pequeño pero
importante, que queda grabado en corazones
nostálgicos, como el de Iván Sánchez y el mío,
porque ayuda a seguir escribiendo la historia de
las artes escénicas, de Valparaíso y del país. En
una noche de verano, la sala Herbert Jonckers
del Teatro Escuela La Matriz, Escenalborde y
Sala El Círculo tienen funciones el mismo día,
38
39
todas con público y con horario diferido. De este
modo, hubo espectadores que pudieron pasarse
de una función a otra.
Ese mismo año, cierra sus puertas el Teatro
Escuela La Matriz, tras 11 años de autonomía y
autogestión. También es el fin de su sala y
realizan un convenio destructivo e infructuoso
al unirse a ARCIS de Valparaíso.
En 2007, cierra la Sala El Círculo, después de 3
años de cartelera, y en 2008, Rocío Rivera e Iván
Sánchez deben cerrar también la Sala
Escenalborde.
En medio de este panorama, si bien desde su
apertura al público en el año 2000 ya existen
compañías trabajando en el lugar, el Parque
Cultural Ex Carcel empieza a mantener una
cartelera permanente en artes escénicas que
incluye, además, el circo, clown y muñecos.
La paradoja es que, transformada la ciudad en
“Capital cultural” y “Patrimonio de la
Humanidad”, a inicios de la década del 2000, no
existen los canales para un desarrollo real de
actividades artísticas como el teatro. No se
confía en las capacidades de los trabajadores
locales. Todo queda en efectismos.
El diagnóstico hecho el 2008 por la comunidad
teatral regional, como primer paso para la
Política de Fomento del Teatro (2010-2015), da
cuenta que en los últimos 10 años las
condiciones de creación no han variado. Al
igual que algunos integrantes de Teatro La
Peste, participé en esas mesas de trabajo, donde
abordamos problemáticas como las de los
espacios de presentación, seguridad social,
difusión y perfeccionamiento. Pero estos temas
son de larga data. Los cambios económicos y
desastres políticos del último siglo y medio han
afectado de forma silenciosa pero continua a la
actividad cultural y artística de la ciudad,
especialmente en lo que refiere al teatro.
Resistir para existir
Gran parte de la tarea de la actividad teatral hoy
es elevar los estándares de calidad de la mano
de las nuevas posibilidades de infraestructura,
que aún así no son suficientes. Por otro lado,
como teatristas debemos perseguir estar al día
con la actualidad de la escena mundial. Tener
un perfeccionamiento constante pero tomar
esto como una responsabilidad personal. No
esperarlo como algo que un otro, desde arriba,
debe venir a dictarnos.
Poner en valor a las personas que han
construido lo que es hoy el teatro en la ciudad y
que, gracias a su labor, permiten que se
mantenga.
40
41
Exigir y crear instancias para que surja una
prensa o critica especializada, es decir, un
interlocutor válido que ayude a generar un
dialogo creativo.
Generar vías alternativas de seguridad social y
velar porque la ley nº 19.889 se cumpla, aunque
esta sea insuficiente.
Puedo añadir, en una especie de mea culpa, que
al carecer de una contraparte continua en la
relación trabajador-empleador, nos hemos
estancado en la responsabilidad que significa el
pago independiente de cotizaciones, que sería
la fórmula que nos amparara en términos
previsionales, supliendo con Galas Artísticas
Solidarias las urgencias clínicas de nuestros
colegas.
Con este panorama, entonces ¿Qué significa
hacer teatro independiente en Valparaíso? Para
mí, es cargar con la historia del teatro en la
ciudad; tener conciencia de ser un sujeto
histórico; tener conciencia del lugar que se
habita, de la realidad que te circunda.
Estudiar, mantenerse, trabajar. ¿Resistir? Sí,
como parte del trabajo de mantenerme firme en
la opción que decidí para vivir. Pero jamás como
un ser en inmolación.
La porfía que no entenderá mi madre, la obra
donde algo me entendió mi padre, la
solidaridad y apoyo de mis hermanas, mi
ausencia, el no despedirme de mi abuela;
despedirme de mis compañeros y volver a ellos
porque es ahí donde necesito trabajar. Los
necesarios golpes de Ximena Flores; los
consejos de Myriam Espinoza; la paciencia de
mis amigos, las inauguraciones y los desalojos;
ser free-lance y salir herida; los cables enredados;
el masking tape y el repudio al papel kraft.
42
Los Cuentacuentos de
Escuela Taller de Oficios
Teatrales y Artísticos
(ETOTA), de Puerto
Montt, en el atrio de la
iglesia La Matriz, barrio
Puerto, durante el 4to.
ETPI (2007).
Público durante una
jornada para niños,
en la sala de teatro
de la Ex Cárcel, en el
4to. ETPI (2007).
Ambiente en playa San
Mateo, mientras Teatro
La Peste presenta “La
Playa”, en el 7mo. ETPI
(2010).
Minutos antes de la
función de “El pequeño
dictador”, de Teatro
Estrella Solitaria, de
Quillota, en el atrio de la
iglesia La Matriz, durante
el 8vo. ETPI (2011).
Teatro La Construcción con “Mujer
de ninguna parte”, en la sala de
teatro de la Ex Cárcel durante el
3er. ETPI (2006).
Urgente Delirio y “Presente”,
en el Teatro Municipal de Quillota,
en el 8vo. ETPI (2011).
43
Retrazando un mapa Notas a nueve años del Encuentro de Teatro Porteño Independiente
Camila Van Diest
El año 2004, la compañía Teatro La Peste,
formada por actores egresados de la Escuela La
Matriz, de Valparaíso, crea el Encuentro de
Teatro Porteño Independiente (ETPI).
Cumpliendo hoy nueve versiones, el evento se
presentaba como respuesta a los entonces
vigentes Carnavales culturales, evento oficial
que tendría lugar cada fin de año entre 2001 y
2010, inscribiéndose plenamente en la segunda
década de gobiernos de la Concertación.
La ciudad de la cultura enfrenta sus mitos
En 2003 la ciudad-puerto logra adjudicarse el
1. Para profundizar las ideas expuestas en este texto, véase:
http://www.telondefondo.org/numeros-anteriores/numero10/articulo/238/lineas-de-
fuga-de-la-fiesta-oficial-apuntes-en-torno-al-encuentro-de-teatro-portenio-
independiente.html, y “La Peste: Cartografías reinventadas del teatro porteño” en
Carvajal, Fernanda y Van Diest, Camila. Nomadismos y ensamblajes, compañías
teatrales en Chile 1990-2008. Editorial Cuarto propio, 2009. Pp 383-422.
45
1
título de Patrimonio de la Humanidad por la
Unesco, mismo año de su nominación con el
inédito estatuto de “capital cultural” nacional.
Ambos hitos contribuyen a que el centro de la
nueva institucionalidad cultural, el Consejo
Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA), sea
instalado en la ciudad. Esta quedará inmersa así
en una intrincada trama de discursos sobre el
desarrollo urbano, la descentralización, la
infraestructura cultural y los alcances reales de
la participación ciudadana.
No podemos entender el contexto de
surgimiento del ETPI sin identificar esta red
simbólica en que se inscriben los Carnavales,
pues al enfrentarse a éstos, lo hace también a un
conjunto de discursos y prácticas asociadas.
Situándolo en una mayor escala, el certamen
oficial admite ser visto según la óptica de una
“festivalización” de la cultura, fenómeno
portador de nuevas contradicciones urbanas,
espaciales y geográficas, en las que “un número
creciente de ciudades y regiones se presentan
sobre el mercado mundial de ‘sitios’
esforzándose por emerger de la masa a partir de
la organización de megaproyectos y festivales” .
La creación y la proliferación de eventos serían
desde esta perspectiva un correlato de la
necesidad de visibilidad de las ciudades, y
operarían de la mano a procesos de
2. Leimgruber, Walter « Fête, festival » en Y aller ? La festivalisation de la
culture, Tiré à part, n°4, juillet 2009, p. 16. Traducción personal del francés.
2
46
branding , esto es, la generación de una marca
“publicitaria” de éstas orientada a circular a
nivel global. La ciudad se “vende” y se
“ p r o m o c i o n a ” a n t e u n e s p e c t r o d e
consumidores potenciales que, al menos en el
imaginario, no coinciden precisamente con sus
habitantes. La “festivalización”, más allá
entonces de su traducción o no en festivales
puntuales, refiere a un modo de recurrir a la
cultura como “valor agregado” coherente con
el actual sistema económico neoliberal, en
consolidación durante este período en nuestro
país.
La idea de convertir a Valparaíso en un “centro
de peregrinaje cultural a nivel nacional e
internacional” era, según esta lógica, el leit-
motiv inicial de los carnavales, que se servía de
la afluencia masiva de visitantes a las
celebraciones de fin de año en el puerto. El
modelo del evento había sido importado de
Barcelona y proponía establecer cada año un
vínculo con alguna ciudad extranjera, cada
versión tendría así una unidad dada por
expresiones culturales y artísticas provenientes
del país en cuestión: La primera versión en
47
3. El branding, proceso de singularización que transforma las mercancías en
piezas únicas, se habría expandido « cada vez más a dominios a los cuales,
antes, no se les daba el carácter de mercancías, como los paisajes turísticos »
Ibid.
4. Véase Yúdice, George. El recurso de la cultura, Barcelona, Gedisa, 2002.
5 .Extraído de: www.cnca.cl, el 30/10/2008
3
5
4
diciembre de 2001, tendría así a la ciudad
catalana como invitada.
En tanto, la imagen de “fiesta popular” que se
difundía como identidad del certamen, flotaba
más bien en el ámbito de las ideologías oficiales.
La escasa cabida que se daba a la participación
de los artistas porteños y las importantes sumas
de dinero invertidas contrastaban con las
precarias condiciones en que se desarrollaba la
producción cultural a lo largo del año en la
ciudad. Las disonancias entre el Valparaíso
vivido en su cotidianeidad y aquél puesto en
vitrina- “festivalizado”- por este tipo de
dispositivos se perfila así como una de las bases
determinantes de la iniciativa de La Peste.
Más allá del plan: Itinerarios de un
proyecto democratizador
La importante convocatoria lograda por el ETPI
ya desde sus primeros años motivaría a la
compañía a continuar con una actividad que
lejos de toda planificación en el tiempo, había
nacido a modo de protesta. Programado entre
2004 y 2010 durante comienzos de enero,
inmediatamente después de los Carnavales, su
objetivo era contraponer a éstos una iniciativa
autogestionada con énfasis en lo local, capaz de
dar cabida a grupos autocomprendidos como
“profesionales” y “aficionados” a precios
asequibles al público porteño. Su consigna era
48
la democratización del acceso al espectáculo
escénico y la ampliación de las posibilidades de
los teatristas de la zona para exhibir sus
trabajos. Más coyunturalmente, los miembros
de la compañía buscaban hacer frente a la
ausencia de teatro local en las primeras
versiones de la iniciativa oficial: “Porque sin
teatro no hay carnaval!” sería así el lema para el
primer encuentro.
El ETPI se configura de esta forma no sólo como
una plataforma de circulación de obras sino,
además, como un espacio de reconocimiento
alternativo a los espacios tradicionalmente
administradores del poder de legitimación,
como la crítica, las universidades y el Fondart.
La categoría de “independiente” desde un
comienzo incluida en el nombre del encuentro,
reafirmaba la voluntad de adoptar un carácter
lateral a dichos circuitos, lo que se traducía
también en un énfasis en espectáculos al aire
libre que se apropiaran del espacio público, sin
excluir presentaciones en sala.
Si bien el Encuentro contiene en su génesis un
dilema entre la iniciativa gubernamental y una
acción cultural autogestionada desde lo local, el
emprendimiento cobra nuevos alcances a lo
largo de sus 8 años de ex is tenc ia .
Particularmente interesante es considerar las
49
6. En torno a este tema, véase: Bourdieu, Pierre. Creencia artística y bienes
simbólicos. Córdoba y Buenos Aires, Aurelia Rivera Editorial, 2003
6
negociaciones y cruces que, desde 2007, el ETPI
ejerce más visiblemente con los espacios de la
institución, que son puestos bajo la lógica
propia de la compañía. Por un lado, la obtención
ese año de un FONDART regional permite que
la quinta versión (2008) incluya presentaciones
en los cerros Ramaditas, Yungay y Toro, así
como en Rodelillo, zonas altas del puerto más
bien marginales a los itinerarios habituales del
público: El lema en juego ese año sería así
“Vámonos a la punta del cerro”. Durante los 5
días que comprende el evento en esa ocasión, se
incorporan también grupos venidos de La
Serena, Santiago y Puerto Montt y se realizan
talleres de formación teatral.
Por otra parte, la versión de enero de 2009
culmina con una presentación de la obra “Ser
Madre”, la última creación de la propia
compañía hasta esa fecha, en el Teatro
M u n i c i p a l d e Va l p a r a í s o , e s p a c i o
eminentemente institucional. En esta instancia,
se mantiene el precio asequible, con el que La
Peste buscaba desmarcarse de la política de
“gratuidad”, guiada por el espejismo de la
inclusión masiva en la fiesta concertacionista.
La peste se propaga: Nuevas estrategias
frente a las recomposiciones de lo oficial
No es de extrañar que el cambio hacia el
gobierno explícitamente de derecha de
50
Sebastián Piñera, en 2010, haya redefinido el
escenario de políticas culturales en la ciudad, y
que, paralelamente, La Peste implemente
nuevas posibilidades para el evento, dadas en
buena medida por la superación de la extrema
falta de recursos de los primeros años. El año
2011 parece señalar un punto de inflexión; por
un lado el grupo cumple una década de
existencia y pone en marcha la idea de gestionar
un gran encuentro Nacional de agrupaciones
cuyo trabajo, en sus propias escalas locales, se
sostenga en la autogestión. Durante el período
del Encuentro se realizan así mesas de trabajo
en las que convergen e intercambian
experienciascolectivos de Puerto Montt, Talca,
Arica y Santiago, entre otros; estos grupos
presentarán también sus trabajos en el ETPI. El
festival es reprogramado hacia finales de enero,
prolonga su duración a 9 días y tiene lugar
también en otras ciudades de la Región:
Quillota y San Antonio. A ello se suman talleres
y montajes en localidades alejadas del plan de
Valparaíso, como el cerro Placeres, Placilla y
nuevamente Rodelillo.
Es importante notar además que esta política de
propagación tiene una contraparte escénica:
Los últimos trabajos de La Peste, “Todo es
Cancha” y “I love Valpo”, elaboran en sus
distintos registros escénicos una crítica explícita
al proceso de mercantilización de la ciudad,
c r í t i c a q u e s e c o r r e s p o n d e c o n l a
51
planteada a través del ETPI. Será este último
montaje el que les permitirá por primera vez en
2011 salir del circuito de la Quinta Región hacia
las salas santiaguinas, con funciones durante
octubre en el Teatro Antonio Acevedo
Hernández, de la UCINF. “Todo es cancha”, en
tanto, toma lugar en distintas canchas de barrio,
una de las líneas que guiaría los itinerarios de
esta última versión del festival.
Por otro lado, el contexto de desarrollo del ETPI
ya no es el mismo que lo vio nacer: los
Carnavales son sustituídos y continuados por el
“Festival de las Artes”, nuevo evento
gestionado por el Consejo Nacional de la
Cultura, que desmarcándose del énfasis
“carnavalesco” y abandonando la vocación
multitudinaria que marcaba la iniciativa
precedente, es reprogramado a mediados de
enero, lejos de los festejos de fin de año. En este
sentido, el reciente escenario está también
definido por la realización hacia fines de 2010
del bullado “Forum Internacional de las
Culturas”, planificado desde el gobierno
anterior re-aplicando de nuevo un experimento
catalán. No está de más advertir que en esta
i n t e r v e n c i ó n s e d e l i n e a n c a s i
emblemáticamente las contradicciones del
manejo de la cultura que enunciábamos al inicio
de este texto.
******
52
Es f inalmente interesante cont inuar
observando el ETPI como una de las tantas
micropolíticas por recuperar el espacio público
en nuestro país que surgen a comienzos de este
siglo, esta vez desde las prácticas escénicas.
Yendo en contra de ciertas retóricas oficiales de
imaginación de lo urbano—retóricas que a su
vez conllevan consecuencias reales—este tipo
de iniciativas logran incluir y potenciar
efectivamente los espacios de la comunidad, los
públicos y los artistas locales. Queda entonces
ver hacia adelante cómo el evento, cada día más
consolidado en su dinámica expansiva, es capaz
de seguir activando revueltas y re-ocupaciones
de lo público en distintos territorios, sin perder
de foco, por cierto, sus posicionamientos
respecto a los nuevos discursos culturales de la
institución.
53
55
Cuando la peste es el mensaje
Medio y difusión del teatro independiente en Valparaíso
Daniel Labbé Yáñez
Como sabrán algunos, la compañía que nos
convoca tomó su nombre de la idea que “el
teatro debe ser como la peste, un azote
vengador, una epidemia redentora”, según
disparó el dramaturgo francés Antonin Artaud.
"La acción del teatro como la de la peste es
beneficiosa, pues al impulsar a los hombres a
que se vean tal como son, hace caer la máscara,
descubre la mentira, la debilidad, la bajeza, la
hipocresía del mundo" , agregó el ensayista.
Misle, Sagredo, López y Llanos se lo tomaron en
serio: Su objetivo es que la mayor cantidad de
gente se contagie con eso de lo que muchos
prefieren escapar. El Encuentro de Teatro
Porteño Independiente (ETPI) ha sido una
instancia para ello, expandiéndose por el plan
y cerros con obras con una crítica social clara y
1. “El teatro y su doble”, Antonin Artaud, 1938.
1
frontal, como las de la propia agrupación. “Ser
madre”, por ejemplo, describe el trauma de una
adolescente frente a su embarazo y “I Love
Valpo” cuestiona las transformaciones que ha
sufrido Valparaíso.
Uno de los fundadores de los estudios de
medios, el canadiense Marshall McLuhan,
acuñó en los años ’60 la frase “El medio es el
mensaje” . Si nos apuramos, podemos entender
con ello que no importa qué es lo que se dice
sino cómo. Sin embargo, la lectura más acertada
es la que nos plantea que cada medio por el cual
se transmite un mensaje provoca en nosotros
diferentes sensaciones. El teatro, entonces, si se
lo propone –cuando actúa como una peste, diría
Artaud- es el mensaje.
Propagando el contagio
Realizo el trabajo de difusión de la compañía
hace casi 5 años. Podría decir que vivo esta labor
como la de un antidoctor: Al tiempo que
anuncio la llegada de la peste me esfuerzo por
propagarla. La estrategia de contagio del
Encuentro de Teatro Porteño Independiente
tiene que ver con informar sobre éste a la
población a través de la mayor cantidad de
medios de comunicación: Prensa escrita, radio,
televisión e Internet, principalmente local,
aunque con el uso de la red se ha posibilitado su
2. “El medio es el mensaje”, Marshall McLuhan y Quentin Fiore, 1967.
2
56
difusión a nivel nacional. Uno podría decir que
hay dos momentos en este proceso: El primero
consiste en posicionar una nueva versión del
evento y realizar algunos adelantos en cuanto a
lo que se exhibirá; y el segundo, tanto en días
cercanos al inicio como durante el encuentro
mismo, t ra ta de profundizar en la
programación pero también en la discusión que
se quiere motivar a través del slogan de la
versión que, generalmente, realiza un
cuestionamiento al estado de las cosas en el
ámbito artístico.
Como dijimos, el margen de medios al que se
recurre es el más amplio posible, ya que el
público al que quiere convocar el ETPI lo es
también. Es decir, así como se presentan obras
en salas, hay otras que llegan hasta calles o a
espacios en los cerros. Tienen su lugar los
montajes profesionales pero igualmente
aquellos aficionados. Se cobra en algunos, se
pide adhesión voluntaria en otros. La
diversidad del público al que se quiere llegar es
tal que obliga a aparecer tanto en televisión
como en una radio comunitaria.
Resistencia al contagio
Lo cierto es que el Encuentro de Teatro y las
obras de la compañía en general han
conseguido un reconocimiento del público y
difusión no sólo en medios que comparten su
57
discurso sino que también en los que podrían
discrepar con él. Uno debiera asumir, entonces,
que conseguir informar contenidos, días y
lugares de exhibición es un buen logro y por
ende suficiente. Pero no es así. Salvo en algunas
radios de corte independiente, donde se
profundiza a través de entrevistas, lo habitual es
que se diga cómo y cuándo atacará la peste mas
no cómo comprenderla para hacer frente a ella.
¡Falta que la crítica haga su trabajo! Se hace
urgente devolver al teatro su lugar, no disociar
medio y mensaje, asumirlo como una extensión
de nosotros, de nuestros conflictos, necesidades
y visiones de vida.
Pero claro, al igual que el teatro, los distintos
medios de comunicación son sus propios
mensajes y de acuerdo a ello le asignan la
importancia que quieran a los contenidos. Sin
embargo, el tema es más complejo. Lo cierto es
que también el teatro local ocupa hoy en la
mayoría de la prensa el lugar que las políticas
culturales de los últimos 20 años le han
asignado. Valparaíso ha sido vendido al mundo
como la Capital Cultural de Chile pero las salas
de exhibición escasean como las merluzas en las
caletas. Dos décadas de Concertación si bien
significaron apoyos monetarios a las compañías
locales a través de fondos concursables, se
tradujeron al mismo tiempo en una nula
intención de generar las audiencias necesarias
para sus creaciones. Esto, sumado a la
58
permanente gratuidad de famosos espectáculos
foráneos perjudicaron igualmente a la actividad
artística porteña.
“Una verdadera pieza de teatro perturba el
reposo de los sentidos, libera el inconsciente
reprimido, incita a una especie de rebelión
virtual e impone a la comunidad una actitud
heroica y difícil”, dice Artaud.
Eso, al parecer, para algunos no es conveniente.
59
61
Hacerse dueñ@
Joanna Saa Pinto
Comunicar: Singular y difícil tarea, sobre todo
en tiempos en que la unilateralidad de las
expresiones nos lleva directo al precipicio de la
falsedad. En este desierto por fin un oasis:
PRIMER ENCUENTRO DE TEATRO
PORTEÑO INDEPENDIENTE... Pero, perdón,
¿entrada LIBERADA? Esto hay que verlo...
Calle Atahualpa. Llegamos y no había
absolutamente nada, por lo menos a simple
vista; entonces, nos sentamos y esperamos. De
pronto, nos dimos cuenta que estábamos dentro
de la escenografía y dentro de la obra misma;
ahí supimos que el mejor presupuesto es la
IMAGINACION; que la autogestión era la
forma de alcanzar los sueños y que no
necesitamos de ningún mecenas corrompido
por aquella uniteralidad que empezaba a
quedar atrás. La obra era “Desarmados” y el
año 2004. Punto de partida para el espiral
creciente que, año tras año, nos entregaba
nuevas expectativas: Descentralización,
integración y colaboración, plasmadas en la
expresión teatral. Y, por sobre todo, el público.
De eso sí que puedo dar fe, ya que mi butaca, en
un momento, fue la solera de una calle, el pasto
de una plaza o la escalera más escondida de
Valparaíso; o la silla de un bar; o el tablón de una
gradería de un parque cultural, así como la
arena de una playa, la esquina de mi población,
la cancha de mi barrio... todos lugares que un
día ocupo como transeúnte distraído (que
coincide con la magia), como ciudadano,
poblador, turista, sapo (que no faltan...), dueña
de casa, vendedor ambulante, estudiante,
poblador, trabajador, niñ@, viej@, joven que ríe,
llora, piensa y se identifica con cada uno de los
actores de nuestras propias historias. Sí, porque
desde allí me hago dueña/te haces dueño de las
temáticas de amor y odio, conciencia y
experiencias que son reflejo, en definitiva, de
un@ mismo, y me encuentro con algo que ni
siquiera busqué: Mi propia identidad.
62
63
Paolo Serena Saa
No sé qué decir. Es la primera frase que, en
general , digo en casi todas las obras de teatro
que he tenido el honor y placer de ver. Comencé
a ser público del ETPI desde los 6 años. Ahora
tengo 14, y estudio en segundo medio. Es
increíble la imaginación e ingenio que tienen
para montar sus proyectos. Un ejemplo sería la
obra de teatro “Palacio de Bakinjam” en la que,
incluso unos minutos antes de la función, los
actores ya se habían metido completamente en
sus personajes. Lo cual hace que Teatro La Peste
y el Encuentro de Teatro, en sí, sea una actividad
cultural e INDEPENDIENTE muy entretenida
y enriquecedora.
.Naj
En silencio aparente me veo disfrutando de una
OBRA DE TEATRO. Digo aparente porque en
todo momento estoy inmerso dentro de la
realidad poderosa que entrega LA PESTE.
Imposible estar ajeno ante lo propio; difícil no
emocionarse cuando frente a mi está la
contingencia del diario vivir; cuando la vieja de
los completos grita desde el balcón, como
ocurre en “Todo es Cancha”, cuando la
escenografía es la ropa tendida, el mojón
radioactivo que nadie quiere agredir -aquel que
se digna tener un lugar privilegiado-, el sin-
hogar en su relámpago de alegría artística.
Cuando los perros, los gatos gritan a las nubes
que se viene la nueva obra. Compartir en
p r i m e r a p e r s o n a a l i n t e r i o r d e u n
departamento. El callejón de calle Atahualpa
como obra prima, sin saber que la función
comenzó, sin saber que parte del público eran
actores y yo mismo era parte de todo.
“Desarmados”. Hermoso. TEATRO LA PESTE
es verlos día a día, saludarlos y compartir la
felicidad de un abrazo, un intercambio de
64
novedades y preguntar cuándo se viene la
nueva dosis. Me veo caminando con la ilusión
de la novedad, sin saber con qué me encontraré,
ahora en el Teatro Mauri, con mi pareja y mi
pequeñísimo hijo. Pasan tres segundos y la
misma escena, pero con mi hijo más grande que
yo, disfrutando el cierre de la temporada en la
azotea del edificio, intercambiando alegrías,
con la perspectiva de un Valparaíso bañado en
deliciosa PESTE.
65
67
ETPI: Emergencia política teatral
Patricia Artés
He tenido la ventura de ser invitada, junto a mis
compañeros de Teatro Público, a dos versiones
d e l E n c u e n t r o d e Te a t r o P o r t e ñ o
Independiente: El 2008 "Vámonos a la punta del
cerro", con la obra “Desdicha Obrera, una tijera
clavada en el corazón”; y el 2011, "Todos
tenemos algo que decir", con la obra
“Celebración”. En ambas oportunidades, he
palpado la importancia política-artística que
implica el Encuentro, al plantearse este no como
uno que aglutine "nuevas tendencias teatrales"
si no, más bien, como una instancia que procura
convocar a un diálogo entre arte y vida social de
manera efectiva, irrumpiendo en el espacio y
tiempo cotidiano propio de los públicos,
descentralizando de manera concreta la
actividad teatral.
Recuerdo nuestra primera participación en el
ETPI con "Desdicha Obrera, una tijera clavada
en el corazón", original de Luis Emilio
Recabarren. Estuvimos en el Teatro Mauri y fue
importante, puesto que se generó una
conversación espontánea luego de la función
pero, particularmente significativa, fue la
experiencia de mostrar el trabajo en la "punta
del cerro": Rodelillo. En la punta del cerro, la
obra se puso en crisis formalmente,
transparentando su potencia estética-política.
Ese día, a las 17 horas, bajo el sol, con un viento
que volaba las sillas de plástico que
reemplazaban nuestra escenografía, se
interrumpió el tiempo cotidiano de los que nos
dimos cita en ese espacio, y por más de una
hora, reflexionamos a través de la acción y no
d e l t e x t o r e s p e c t o a l a r e l a c i ó n
Opresor/Oprimido, y a la necesidad de cambiar
esta dualidad perversa.
Esta es una, entre muchas, de las experiencias
que suceden en el Encuentro y, a mi juicio, es
una característica importante, puesto que
genera un vínculo real entre la actividad
artística teatral con el mundo social,
conduciendo la escena, en tanto práctica
sensible, a la fisura del imaginario dominante,
procurando -dentro de sus posibilidades- la
construcción de una nueva subjetividad.
Otro rasgo significativo, es la directiva política
que cada Encuentro traza, a modo de subtítulo,
en cada una de sus versiones. En sus
enunciados nos invitan sin subtextos a una
comunión determinada; marca en cierto modo,
un objetivo u horizonte hacia donde se conduce
68
la reflexión y discusión; o, simplemente, de
modo implícito, sitúa a las compañías y artistas
convocados en una opinión política respecto a
la contingencia. Ejemplificador resulta, según
lo dicho, el enunciado de la 7ma. versión del
ETPI 2010: “Doscientos años, nada que
celebrar”.
Esto manifiesta una opinión política clara
respecto a la celebración del Bicentenario de la
independencia de Chile, relativizando el
concepto de "Independencia", poniendo en
crisis su valor Real y estableciendo de manera
tácita que la “Independencia”, al parecer llegó
para unos pocos y, para otros, la gran mayoría,
significó pasar de estar bajo el yugo de los
españoles a la aristocracia y burguesía criolla. El
ETPI entonces, transparenta su descontento
sobre la construcción de nuestra república y
enmarca sus actividades y a las compañías
invitadas en un enunciado político, opinando
sobre el acontecer político social de Chile desde
la trinchera del encuentro de propuestas que
emergen desde la producción simbólica.
El ETPI convoca a trabajos teatrales que no
responden a la hegemonía teatral, digo, a la
legitimación institucional de los bienes
culturales. Este es un aspecto relevante como
política del Encuentro, puesto que provoca una
escisión en el imaginario hegemónico en tanto
quehacer teatral y propone una “otra”
69
construcción cultural que apele a una nueva
subjetividad, vinculada a la actividad teatral
como práctica política social.
Espero y confío que estas directivas del ETPI se
prolonguen en el tiempo.
El ETPI, es un espacio político teatral, que
merece ser cuidado con todo el cariño rebelde
que se pueda, por ser este una instancia urgente
y necesaria que se levanta a pesar de las
adversidades, como una fisura a la
subjetividad dominante en la perspectiva de la
construcción de “otro” imaginario, que imagine
y cree un mundo justo y libre para todos.
70
Esa Peste necesaria
Fernando Mena Rojas
Cuando llegué a Valparaíso el año 2003, no
conocía a las compañías de teatro oriundas de la
ciudad, salvo El Baúl y El Cité, que me sonaban.
No fue hasta varios años después, aún cursando
mis estudios universitarios, que me llamaron la
atención ciertos afiches bastante directos que
anunciaban un encuentro de teatro porteño
independiente, organizado por Compañía de
Teatro La Peste. Me molestaban algunos
eslóganes, -en mi parecer, en ese entonces-
panfletarios y de mal gusto, como por ejemplo:
“Patrimonio de la humanidad.. Sin salas de
Teatro” o “200 años, nada que celebrar”
haciendo referencias un tanto resentidas a cosas
que ya sabía de sobra y con las que, por cierto,
estaba de acuerdo pero cuya forma me
resultaba gratuitamente violenta. Quizá me
molestaba la evidente necesidad de
provocación que tenían. Pero, bueno, durante
mucho tiempo no entendí porque se llamaban
La Peste; tampoco quiénes eran sus verdaderos
integrantes y cuáles eran sus trabajos anteriores
a “Secreto de Camarín” y “Ser Madre”, trabajos
71
que -para ser sincero- nunca vi pero por motivos
de tiempo y capacidad del recinto donde
mostraban. En ese momento, nunca me imaginé
los lazos que entablaría con La Peste a nivel
laboral y, más importante aún, a nivel afectivo.
La primera vez que trabajé en algo ligado a ellos
fue como técnico en una obra de Santiago, ni
siquiera de Valparaíso. Recuerdo cuando se me
acercó aquel personaje ruidoso, que estaba en
cuanto montaje teatral se estrenaba en el puerto,
y me habló sobre mi trabajo recientemente
estrenado “Pato Yáñez o El Gesto Nacional”. Al
terminar sus comentarios, me preguntó “si me
tincaba” tenerla en Espacio Sittival con una
temporada de teatro en pequeño formato. Ese
personaje era Danilo Llanos, miembro de La
Peste: Lo supe luego de que me diera su tarjeta
de presentación, que incluía una imagen de un
perro quiltro. Y así fue como, junto a Teatro
Virgen, aceptamos su invitación, comenzando
una relación laboral y artística muy
enriquecedora, lejos de cualquier prejuicio
adolescente de estudiante de teatro que peca de
egocentrismo y de ignorancia.
Luego de la pequeña temporada en Espacio
Sittival, La Peste comenzó a considerarnos en
actividades, haciéndonos parte de algo que iba
más allá de la burbuja universitaria que
acabábamos de romper, lo que por cierto
necesitábamos desde hacía rato. Nos ayudaron
harto.
72
Así fue que con “Pato Yáñez o el gesto
Nacional” fuimos parte del 8º Encuentro de
Teatro Porteño Independiente, con función en la
ciudad de San Antonio, específicamente en la
antigua estación de trenes de Llo-Lleo. Fue una
grata experiencia ser parte de este encuentro
como compañía, considerando el accidentado
pero entretenido viaje que tuvimos así como la
función y el regreso, lleno de anécdotas. Nos
dimos cuenta de lo necesario que es el
Encuentro para armar audiencias, para
vincularse con la gente y los demás artistas;
para establecer lazos. Llevar teatro, distracción,
reflexión y entretención a esas personas que
generalmente no tienen acceso a eventos
culturales significa también integrar. Por otro
lado, a nivel personal y como compañía, la
instancia del Encuentro de Teatro Porteño
Independiente ha servido para darnos cuenta
que no estamos solos en esto.
Como Teatro Virgen estamos agradecidos y
creemos que la iniciativa de realizar un
encuentro, sin importar de donde viene el
financiamiento, con el único fin de aportar al
teatro sin distinciones ni pragmatismos de
ningún tipo, es la gran obra de teatro La Peste. Y
sin ánimo de adular, estamos seguros que el
Encuentro de Teatro Porteño Independiente y
Teatro La Peste seguirán creciendo en pos de
aportar energía y vitalidad al teatro chileno;
desde lo esencial, llevándolo ahí, donde no está,
73
La Peste:Perturbación y contagio de lo ficcional por lo real
María de la Luz Hurtado
Dos años de conocer al Teatro La Peste me
bastan para convertirme en adicta. Confieso
que lo que me provoca en ellos es su capacidad
de alterar y transgredir expectativas, dentro de
l a c o n f i r m a c i ó n q u e s u s p o é t i c a s
fundamentales están ahí firmes, como modo
propio de agitar al teatro y a la sociedad.
Quiero destacar una de sus características de
lenguaje que, a mi modo de ver, es también una
postura política: Su modo de dislocar el
r e a l i s m o c o n ve n c i o n a l m e d i a n t e l a
perturbación de la ficción por lo real. Tomaré a
“Secreto de camarín”, de Danilo Llanos (2009),
como ejemplo.
“Lugares antropológicos” como sede de la
ficción: Descolocaciones mutuas
La opción de La Peste es invadir la ciudad como
las ratas, contagiando y penetrando
75
intempestivamente el cuerpo social. Se escurre
entre los márgenes: En lo desvalorizado, en el
suburbio, lejos del centro glamoroso de la sala
de teatro oficial, acomodada con acomodador, a
la italiana, que coloca a distancia segura el
lugar de la escena de la del público.
Pero no es la ocupación de espacios no
tradicionales para hacer teatro lo que destaca a
La Peste sino el modo de re-significar el “lugar
antropológico” –ese cuajado de historia,
identidad, relaciones vivas- mediante la
teatralidad en una ciudad como Valparaíso.
Ciudad que, junto con ser lugar pletórico de
memoria y de arraigos, acumula el deterioro, la
marginalización progresiva, la invasión
mercantil de esa otra peste: la del “no lugar” .
Sin duda la elección de realizar “Secreto de
camarín” en la Ex Cárcel de Valparaíso, cuando
era un precario espacio de las artes y las culturas
alternativas, potenció de un modo radical esa
“ceremonia diferida” que es el teatro, que
comprime convencionalmente lo Real en la
puesta en escena, gracias a un acuerdo
establecido con el público . Lo Real en este caso
era penetrar, de un modo casi clandestino, a
través de un estrecho pasillo de catacumba a
76
2. Augé, Marc. Los “no lugares”. Espacios del anonimato. Una antropología
de la sobremodernidad. Barcelona: Gedisa, 2008, pg. 83.
3. Carreira, André. ”Vertigem: fronteras de o real en la invasión de la silueta
de la ciudad”. Carreira, André (org.): Teatro da Vertigem. Procesos
contemporáneos. Sao Paulo: Teatro - Escola Célia Helena 200, pg. 27.
1
2
las entrañas oscuras, sucias, en abandono
evidente de la ex Cárcel. El público compartía
con los actores el confinamiento final en la
es trechez de una pequeña oquedad
húmeda, inhóspita, salpicada por las huellas y
residuos que delataban la ausencia presente de
los antiguos presos y gendarmes. La densa
carga simbólica que allí se respiraba operaba
como un cuchillo en la piel, en las entrañas, en
las emociones, entremezclado con una
inevitable avalancha de memoria de relatos de
dolor y desesperanza.
El pacto de la teatralidad se basa en principios
similares: Lo que no está allí o no es Real en el
espacio-temporal presente es hecho aparecer
como tal en nuestra mente y sensibilidad
mediante su re-presentación ficcional. El teatro
ilusionista opera con un mecanismo paradojal:
Para dar la impresión de realidad, crea un
artificio mimético sobre un espacio “en negro” o
“en blanco”, borrada toda huella o forma
asociativa anterior, en un intento de controlar
todos los signos constructivos y manejarlos en
estado “puro”. La operación de La Peste es la
contraria: Se deja contaminar por el espacio en
tanto “lugar antropológico”, desenvolviendo
su juego ficcional en y mediante los devastados
elementos del Real. El pobre, estrecho y
maltrecho camarín de un equipo de fútbol de
barrio porteño en el que ocurre parte de la trama
se desdobla desde la concreción de la celda
77
carcelaria y se incrusta en ella; el encierro o huis
clos de la concentración de los personajes en el
camarín antes, entre y después del decisivo
juego en la cancha se confunde así con la vivencia mental y corporal del presidio. La
puerta de la celda está cerrada, intensificando
la percepción de estar obligados, actores y
público, a con-vivir en ese espacio sin escape,
expues tos a l in tenso f lu jo de l as
presencias/ausencias fantasmales, reales y
ficcionales, que circulan allí.
Energetización del espacio en el cuerpo a
cuerpo de la performance
La teatralidad se intensifica con otro contagio:
El de los cuerpos/sujetos en estado de
manifestación y percepción del “otro”. La Peste
no ocupa el “precipicio místico” propuesto por
Wagner, de dejar un espacio vacío para separar
físicamente al escenario del público y establecer
dos ámbitos de realidad que no se tocan. Aun
cuando esta obra mantiene cerrados los
dispositivos representacionales y narrativos
–los que rompen en “I Love Valpo” desde una
estética relacional, de participación del público
en la acción-, interpenetra al público con su
despliegue energético y emocional intenso. Los
actores re-presentan las variadas situaciones
ficcionales (de amistad, rabia, agotamiento,
ternura, exigencia física, de rituales futboleros,
etc.) muy próximos al público, afectándolo con
78
sus emociones, con sus olores, sus líquidos
corporales, golpes, gestos, movimientos,
esfuerzos, resistencias, jadeos, detenciones.
También, semidesnudos o desnudos, lo
invaden con los detalles de sus cuerpos y hablas
expuestos descarnadamente, con las marcas de
edad, de sexo, de etnia, de pertenencia social, de
capacidades y de faltas físicas asociadas a lo
anterior brutalmente a la vista. Todo esto es
“real” –presentacional-, acentuado por el
hiperrealismo estilístico utilizado. El
entreverado de este nivel de lo Real con lo re-
presentacional, de lo carnal y lo simbólico, se
convierte en La Peste en política, al transgredir
la ficción/realidad del teatro/vida.
El público se percibe igualmente entre sí en su
proximidad física, empático en la complicidad
de estar inter-penetrados por las trasgresiones
de la obra y del espacio, re-significando el
“lugar antropológico” como un espacio-en-
común, ¿comunitario?
Agrietamiento del “lugar antropológico”:
invasiones desde otros lugares/no lugares
Valorizo la heterogeneidad de recursos y de
soportes narrativos y ficcionales de La Peste y
de Danilo Llanos, que apelan de modo
polifacético al público. La ficción realista
psicológica es intervenida por formatos
79
testimoniales -relatos biográficos- y de teatro
documento -entrega de información dura,
estadística, acerca de escándalos de justicia y
equidad de la realidad del puerto, del país, del
mundo. Estos mecanismos agrietan y
suspenden la ficción engarzada con el
camarín/celda/cárcel, construyendo su
“afuera” temporal y contextual. Por esa grieta
penetran a este espacio cerrado del drama la
“realidad” verificable y cognoscible -el
documento o archivo- y el pasado plural
actualizado por la memoria -el repertorio de
microrrelatos, de “historias de vida”.
Otro alimento de esa grieta/flujo es el uso de
dispositivos audiovisuales. Una pantalla de
plasma marca el límite entre los espacios del
público y de la “escena”, introduciendo un
elemento “fuera de lugar” en la cárcel/camarín.
Se realiza el simulacro de que la escena es una
extensión de la pequeña pantalla de uso
cotidiano, convirtiendo al público congregado
en torno a ella en partícipes de otro “lugar
antropológico”, esta vez no siniestro ni
inquietante sino familiar: el hogar, el bar de la
esquina, la sede social, la casa del amigo o
vecino que invita a ver “tele”.
Las imágenes de esa pantalla y el sonido
asociado fisuran la teatralidad desde lo
tecnológico, generando proximidad identitaria
al convertirse en el lugar acostumbrado de
80
acompañamiento de los sueños y de la soledad
de los habitantes de la ciudad moderna, con sus
jingles radiales de programas de fútbol y su
gráfica de cine y de telenovela popular.
En un torcimiento irónico, esa pantalla del
espectáculo, en vez de irradiar lo fetichizado,
consigna las crisis políticas, étnicas,
económicas, laborales y sociales inscritas en los
mundos relacionados a los futboleros de barrio.
Las mujeres y hombres del “afuera” aparecen
reventando las pantallas con sus rostros en
primeros planos, enmarcados en territorios
porteños característicos. Algunos son “lugares
antropológicos” (botillería y cancha de fútbol
de barrio), otros, “no lugares” (local de juegos
electrónicos, sit ios baldíos, murallas
carcomidas en el descampado), vertiendo por
este medio a raudales el Real dentro de la
representación y de la ficción.
Real que se hace presente por su ausencia: Es
imagen, quedó fija en un tiempo y espacio
virtual, magnético, fuera de los mecanismos re-
presentacionales y de riesgo de la presencia
viva de la teatralidad. Desacomodo del
acomodo: Pulsión característica de la
teatralidad/no teatral de La Peste para penetrar
en los espacios del deseo, de la memoria y de la
experiencia múltiple del vivir hoy, y de vivirlo
allí -en Latinoamérica, en Chile, en el Puerto, en
el Barrio: todos, Cancha y Camarín. El lugar
81
teatral como ”lugar antropológico” y su grieta:
Cuerpos/mentes en presencias y ausencias
desoladas y comunitarias. Cárcel y fuga.
¿Es eso La Peste?
82
Taller de teatro con
adolescentes, en Placilla,
en el 8vo. ETPI (2011).
Preparativos para una
función en el bar
Bitácora, durante el
primer ETPI (2004).
El patio de la Ex Cárcel, para
una jornada infantil, durante
el 4to. ETPI (2007).
El mimo Tuga y sus
colaboradores, en una
intervención en calle
Pedro Montt, en el
inicio del 8vo ETPI.
Fotografía de Daniel
Labbé.
“Títeres en Peligro” en la plaza de
Armas de Quillota, en el 8vo. ETPI
(2011). Fotografía de Daniel Labbé.
“Todo es Cancha”, de Teatro La
Peste, en la escuela Paraguay, del
cerro Los Placeres en el 8vo ETPI.
83
No a la competencia, sí al encuentroUna entrevista con Teatro La Peste
Carla Lizama Flores
Felipe Montalva Peroni
Primavera en Valparaíso. Hizo frío en la
mañana. Amaneció con algunas nubes que
espolvorearon el cielo. Luego, hacia el mediodía
corrió un poco de viento y el sol terminó por
destellar. Subió la temperatura y algunos
corrieron hacia la sombra, no vaya ser que los
rayos ultravioleta les adelanten el cáncer a la
piel.
Brillo, movimiento, creación y agonía. Extraña
belleza, si la hay. Estas podrían ser las marcas de
la ciudad-puerto de Valparaíso a inicios del
siglo XXI. Si parafraseáramos uno de los lemas
de Teatro La Peste, en uno de sus primeros
montajes, “Desarmados”, cuando señalaban
que hacían teatro con la calle y no en la calle, uno
podría pensar que su creación y proceso
productivo es con Valparaíso, es decir,
dialogando gestacionalmente con (todas) las
condiciones de producción de la ciudad.
85
Usando la redundancia en términos
productivos, Teatro La Peste se halla unido
dramáticamente a la ciudad, más allá de los
orígenes geográficos de sus cuatro integrantes:
Katherine (Katty) López, Daniella Misle, Ana
Katherina Sagredo y Danilo Llanos. Dos
porteñ@s, una viñamarina y una ecuatoriana.
Cuatro historias, reunidas en el desaparecido
Teatro Escuela La Matriz, en la bisagra del fin
del siglo XX y el inicio del nuevo milenio, con el
influjo de importantes cambios políticos y
culturales en la ciudad y el país.
Es de mañana. Bebemos un té. Nos sentamos en
el living de la casa de Katty y Danilo, en el cerro
Florida. La biografía es la pregunta que abre los
fuegos.
-¿Qué elementos de sus historias personales,
ustedes rescatan como factores que les
permitieron construir hace 10 años, la
compañía Teatro La Peste, y hace 9, el
Encuentro de Teatro Porteño Independiente
(ETPI)?
Daniella Misle (DM): Supongo que son 2 cosas.
Una, el entendimiento de lo que es la
participación a nivel social, por decirlo de
alguna manera. El hecho de haber conocido, en
mi infancia, los últimos tiempos de la dictadura
y como había cierta necesidad de organización
frente a esa situación. Ahora bien, eso a mí me
86
tocó cacharlo súper chica, entonces es una
sensación media inconsciente más que un
análisis. Lo otro, con posterioridad, fue haber
participado en la Radio Placeres, donde valoré,
siendo joven, la participación política no a
través de un partido, que era el paradigma de
participación que se conocía. En la radio, fue
conocer el trabajo de un colectivo y qué significa
una asamblea, y cómo es el trabajo social
independiente.
Ana Katherina Sagredo (KS): En mi caso,
cuando llegué a Valparaíso comencé a hacer
teatro por primera vez. Entonces se fue
armando la visión de la ciudad a través de ir
entendiéndola desde el teatro.
Katty López (KL): Yo no tengo tanta claridad
en realidad... Creo que si trato de pensar en algo
biográfico, es que yo, en una etapa grande de mi
vida, viví sin ningún lugar específico, sin centro
ni grupo fijo porque me cambié muchas veces
de casa, de colegio y de ciudad. Una vez que
comencé a estudiar teatro, al encontrarme con
este grupo de personas, es como que hubiera
logrado aferrarme a algo que no iba a tener en
ningún otro lugar. Es muy difícil para mi
entenderlo si no es desde un lugar afectivo...
Danilo Llanos (DL): A mí me pasa una
sensación dialéctica, porque uno piensa en la
biografía y cómo eso te determina para todo, no
87
sólo para mi trabajo en Teatro La Peste. Cuando
era chico no me importaba nada el arte. Yo
quería ser futbolista, andaba en la calle hasta las
doce de la noche. En el colegio me aburría si me
llevaban a ver teatro... Sin embargo, el trabajo
teatral me permitió entender y complejizar mi
historia de vida, social, política, afectiva... Por
otro lado, cercano a lo que decía la Misle, yo
también provengo de espacios de participación
social pues tuve una labor dirigencial en los
centros juveniles en el cerro (Yungay) donde yo
vivía. Eso también da un plus para, después,
vincular el trabajo artístico con una
trascendencia más social, política.
- Todos ustedes provienen de Teatro Escuela
La Matriz. ¿Qué elementos de esa formación
teatral fueron influyentes para el origen de la
Teatro La Peste y el ETPI?
DM: El mismo hecho que existiera el Teatro
Escuela La Matriz ya era un referente de algo
distinto; una escuela independiente de teatro,
que tenía el ejemplo de lo hecho con esfuerzo
pero con amor. Un lugar que daba cabida a
personas con ciertas particularidades para que
tuvieran acceso al teatro. Lo digo en mi caso: Yo
creo que no habría podido estudiar teatro en
ninguna otra parte que no hubiera sido el Teatro
Escuela La Matriz. Por otro lado, la relación que
exist ía entre directivos, académicos,
trabajadores y estudiantes no se daba como en
88
ámbitos más institucionales. Ese marco ya
determina tu comprensión de lo que es el teatro;
de cómo se hace más allá de la técnica; cómo se
vive, como decía la Katty: Esa sensación de
familia.
DL: Más allá de todo lo que se ha dicho de la
escuela, yo agradezco que era un espacio donde
no había ambigüedades con respecto a lo que
era políticamente: Era una institución de
izquierda... Otra cosa que hemos conversado,
siempre de manera informal, es que, en el
fondo, todos los grupillos que salieron del Teatro
Escuela La Matriz fueron modificados por ese
espacio y están sembrando, en todo Chile, lo
que se cosechó ahí.
DM: Eso era algo que estaba siempre presente:
Vincular al creador con la realidad política,
sociocultural, y con las necesidades y
transformaciones del país y su pueblo...
-¿Se sienten continuadores de una historia
teatral en Valparaíso?
DM: Yo creo que sí pero tal vez no desde una
lugar tan consciente. Estás en un flujo innegable
de historia pero tampoco hay aquí un archivo,
un lugar donde uno pueda recurrir. O sea, si tú
conoces algo es porque te has interesado en
buscar.
89
DL: Uno puede ser continuador de algo más
reciente, que en nuestro caso es la historia del
Instituto Brecht, y del Teatro Escuela La
Matriz... Aunque no sé si somos continuadores
del proceso histórico de este porque,
principalmente, era un proceso formativo que
ellos instalaban y nosotros, en ningún caso,
hemos generado un proceso formativo como
ese.
DM: Yo creo que sí somos continuadores, por lo
menos de una historia de resistencia; tan
política, no sé, porque no es el período que nos
tocó a nosotros pero sí de resistencia en relación
a mantener un quehacer local a pesar de las
dificultades.
Mapa físico del territorio
-¿Cuáles serían, a su juicio, los rasgos del arte
escénico independiente en Valparaíso, en
términos de producción?
DM: Yo entiendo la pregunta apuntada más a la
producción de obras más que a la producción a
secas. Ahí tengo dos ideas centrales. Una, que
la adversidad y la precariedad determinan la
estética y la construcción pero no lo digo como
algo negativo sino simplemente como
una característica, que a mí me parece súper
interesante de la identidad del quehacer teatral
en Valpo. Eso tiene que ver con el levantamiento
90
permanente de espacios alternativos, por
Llamarlos de alguna forma, así como trabajar en
la calle, por ejemplo. Justamente, el medio
permite que las compañías, o las personas que
hacen teatro, trabajen más en colaboración que
en competencia. Ese es otro rasgo.
KS: Yo creo que las producción de obras que
existe hoy, tiene bastante relación con el
surgimiento de las escuelas de teatro
universitarias de Valparaíso, porque, por
ejemplo. Si uno se pone a indagar, vemos que
hubo grupos que sostenían el movimiento
teatral y hoy en día no están creando, y los que
sí, son los jóvenes que salen desde las
universidades. Yo no recuerdo, durante este
año, que haya habido un fin de semana sin nada.
-Si la adversidad y la precariedad son un rasgo
¿Por qué hacer un encuentro de teatro en
Valparaíso?
DM: ¡Porque estamos locos! Jajajaja. El porqué
ha ido cambiando en el tiempo. El primer
sentido fue sacar pecho y hacer valer lo que tú
estabas haciendo ¿Por qué cuando se hace un
evento donde hay plata, como eran los
“Carnavales Culturales”, contratan a gente que
es completamente externa a la ciudad, y
aquellos que trabajamos en Valparaíso, que se
sacan la cresta por mantener un trabajo
permanente y no eventual (como eran los
91
carnavales) no podían acceder a estos recursos,
o simplemente no eran considerados? Ese fue el
primer impulso. Que el ETPI sea una
plataforma que releve el quehacer teatral de
Valparaíso; mostrar lo que existe pero que
también evidencie un movimiento más
complejo que un circuito comercial de obras.
Hay una mirada que entiende que el teatro se
desarrolla también en otros sectores y no
solamente en forma profesional sino como
herramienta de trabajo comunitario, de
desarrollo personal, de desarrollo político o de
herramienta terapéutica...
DL: A esa pregunta yo le agregaría “por qué
seguir haciéndolo”. Las razones han ido
cambiando pero lo que no se ha modificado es
que en Valparaíso siempre ha habido
eventualidades. Hoy todavía no hay un
contrapunto con el que uno diga: “Chuta, sabís
que el ETPI ya no es necesario”. No, el ETPI
sigue necesario y sigue ocupando su lugar.
DM: El ETPI es el único en su clase, en su estilo,
en su identidad. Es el que reúne el quehacer
teatral más reciente de Valparaíso pero también
el único que convoca a la gran mayoría de las
compañías locales que han estado en actividad
durante el año. Evidentemente, también existen
otros festivales que son institucionales como el
DUOC pero ellos hacen contratación de obras
de otros lados.
92
- Decías que el ETPI ha ido cambiando su
sentido con el transcurso de los años...
DM: Yo siento que ha ido cambiando la ciudad
donde se desarrolla el encuentro. Han ido
apareciendo las escuelas de teatro de las
universidades, apareció este tema del
patrimonio, o el asunto de ser capital cultural
del país. O tener aquí la sede del Consejo de la
Cultura . Todas son cuestiones que han ido
cambiando el panorama, por lo tanto,
modifican el sentido del encuentro.
KS: Eso se expresa también en nuestra
responsabilidad con el territorio donde
estamos. El ETPI ha desarrollado, además, un
área que intenta difundir este trabajo a la mayor
cantidad de gente, especialmente, a los que no
tienen la posibilidad de acercarse. Por eso,
desde hace un tiempo se planteó el objetivo de
llegar a los cerros y eso ha ido creciendo: Ya no
es sólo mostrar una obra sino tratar de levantar
un movimiento vinculado al teatro en los
lugares periféricos de Valparaíso.
- ¿Reconocen el cambio de posición de Teatro
La Peste hacia la institución (básicamente, el
CNCA) que ha tenido la compañía? Por
ejemplo, la participación en el recientemente
creado Festival de las Artes (FAV), la relación
con el nuevo Parque Cultural de Valparaíso...
93
DM: Tiene que ver con ir ganando espacios. En
el 2004, la reacción frente al Carnaval Cultural
Posibilitó que, al año siguiente, el carnaval
convocara a compañías de teatro de Valparaíso
para su programación a través de un concurso,
cosa que tampoco era lo más apropiado pero
posibilitó un primer paso. Si analizas, desde allí
hasta ahora -y con esto tampoco quiero decir
que sea producto de lo que hemos hecho,
aunque sí hemos sido actores dentro del tema- ,
el carnaval que se transformó en el “Festival de
las Artes de Valparaíso” (FAV), convocó a los
realizadores locales para estar en su
programación, así como puso recursos para la
realización de algunas actividades de nuestros
eventos, no sólo el ETPI sino de Invasión
Callejera, de Danza al Borde y otros.
En ese sentido, ha sido positiva -entre comillas-
la relación o lo que se ha ido logrando en ese
t e r r e n o , q u e e s l a r e l a c i ó n c o n l a
institucionalidad. Sin embargo, el tema de lo
independiente sigue siendo central para
nosotros. Las actividades las realizamos sí o sí,
exista o no el Consejo de la Cultura o el
FONDART. Somos independientes de la
ins t i tuc iona l idad ; nos re lac ionamos
puntualmente con ellos en la obtención de
algunos recursos que, nos parece coherente y
justo, que se entreguen a la gente que trabaja
constantemente en Valparaíso. Por otro lado,
hemos sido parte de los movimientos que
94
t a m b i é n s e h a n e n f r e n t a d o a l a
institucionalidad en pos de obtener espacios
que son necesarios, porque uno como
independiente tampoco puede hacerse cargo de
todo. Me refiero a la infraestructura del teatro
en la ciudad. Nosotros no tenemos la plata para
construir un teatro. Ahí le corresponde al
Estado. Que este lo haya dejado en manos de la
empresa privada es otra cosa pero en términos
legales sí le corresponde. Es lo que ha pasado
con la Ex Cárcel, por ejemplo.
Desmenuzando el ETPI
- ¿Por qué definirse como Independiente?
¿Independiente de qué?
DL: Para mí, y súper brutamente dicho, ser
independiente es hacer las cosas sin depender
de nadie y el ETPI es un paradigma de esa
definición. Nunca hemos pensado en no hacerlo
porque no hemos dependido de nadie para
realizarlo, aunque existe algo que caracteriza a
Valparaíso que es la suma de voluntades. Otra
cosa que es importante de destacar: El
encuentro se hace con o sin FONDART. Eso es
como el salmo número uno en la biblia
pestiana... Pero para mí, también, sinónimo de
independencia es decidir a qué fondo postular,
sea un CONACE, un FOSIS o a un FONDART
Bicentenario.
95
DM: Siempre ha sido nuestra política
aprovechar los recursos estatales. Con esa plata
hacemos el encuentro pero vamos a los cerros,
también. Con esos los recursos que están
planteados para hacer una actividad, hacemos
cuatro actividades. En ese punto empiezas a
darte cuenta que no es el fondo concursable,
solamente, el que te sustenta sino que es un
aporte sumado a todo el trabajo que tú haces. Si
valorizas esta labor en términos económicos
resulta que es similar o mayor a los recursos que
percibes en un momento puntual.
KS: Concluyendo, la independencia tiene que
ver con la capacidad de decidir como grupo. Eso
tiene que ver con la permanencia en el tiempo,
de llevar diez años trabajando y de aprender en
el camino cuáles son las cosas que nos van
interesando y las que queremos relevar.
- El ETPI siempre ha sido no competitivo ¿por
qué?
DL: Cuando nació existía el impulso de
reaccionar ante lo que ocurría en la ciudad. No
tenía sentido hacer algo competitivo. Ni
siquiera nos lo planteamos. Después le fuimos
dando una mayor profundidad a este concepto
de encuentro. Nos parecía relevante sostenerlo
con hechos concretos porque, en un minuto,
hasta el cuarto o quinto ETPI, era solamente el
nombre pero no instalábamos un dispositivo
96
interno que promoviera un encuentro real entre
las compañías y todos los monos que habitaban
este evento.
DM: Habría sido absurdo ponernos a promover
lo competitivo cuando, en realidad, lo que nos
interesa es trabajar por un movimiento cultural,
no con una mirada comercial de las artes en
general. Esos sectores comerciales existen y son
promovidos por otras instancias, como las
instituciones. Es lo que decía la Kate: Entender
que el arte no es solamente una producción
comercial si no que es una forma de observar el
mundo; de aprender y de relacionarse... Por eso:
No a la competencia, sí al encuentro.
-Patricia Artés, directora de la compañía
Teatro Público, señala en un artículo escrito
para este libro, que cada encuentro tiene
claramente una impronta que está dada desde
el subtítulo. Por ejemplo, el 2010, fue “200
años: Nada que celebrar” ¿Cómo se ha
acordado el lema de cada encuentro?
DM: Ha tenido que ver con la situación en que
nos hemos encontrado cada vez que hacemos el
encuentro, el sentido que hemos querido darle.
DL: Tenemos claro que el lema sea el concepto
transversal del encuentro. Luego viene el
discurso inicial el día del lanzamiento, que
habla no sólo del encuentro de teatro y de las
97
obras sino del arte y su trascendencia política.
- Hay un trabajo del ETPI que no se ve. Ustedes
realizan una cantidad importante de nexos...
DM: Creo que es importante decir que nosotros
trabajamos en el ETPI, prácticamente, los 365
días del año. Eso significa: Ir a ver las obras;
estar en constante conocimiento de lo que
sucede; colaborar para otras actividades con las
demás compañías; mirar a nivel nacional; y
establecer lazos con otros grupos que trabajan
desde un lugar independiente y así generar las
redes que permiten que el encuentro se haga. El
Danilo lo dijo hace un rato: El ETPI es una suma
de voluntades: La voluntad nuestra, primera,
de insistir; y la voluntad de todo el resto del
mundo de compartir esa insistencia porque si
las compañías no tuvieran el deseo de
participar, el encuentro simplemente no se
podría hacer.
DL: Esta es una ciudad súper chica donde es
fundamental tener un trabajo compacto. Hoy se
está conformando una Red de Festivales de
Valparaíso, donde se construye algo como
cuerpo.
DM: El ETPI no es sólo lo que se ve. Más ahora
que hemos direccionado nuestras energías
hacia un intento de programación permanente
del encuentro durante todo el año, con
98
actividades que hemos llamado, de manera
súper creativa, como de “extensión”, que se
desprenden de las necesidades del encuentro y
que el evento de enero no las cubre. Estas son el
perfeccionamiento, los talleres en los cerros, la
creación de un circuito de itinerancia por los
barrios y un montón de otras cuestiones que ya
hemos empezado a probar y que yo espero,
muy profundamente, que se mantengan y que
crezcan.
Buscar al público
- Hay un asunto permanente con el teatro en
Valparaíso, que es la convocatoria de público
¿Cómo lo abordan Ustedes para cada ETPI?
KS: Como se la considera capital cultural, yo
siento que en Valparaíso hay muchos eventos
culturales gratis. Esto va en desmedro nuestro
cuando cobramos una entrada porque la gente
se acostumbra a no querer pagar una entrada y
no van. Ese es uno de los factores que podrían
incidir en que haya más o menos público en una
obra.
DM: Hay que notar que el público del ETPI, o
que espera el encuentro, es uno de clase media,
que en Valparaíso no es muy amplia. La ciudad
tiene más pobreza que riqueza en términos
económicos; hay mucha cesantía, además.
Entonces, yo cacho que el público está
99
fuertemente relacionado con esa condición de la
ciudad. Por otro lado, hay un público más
turista, en enero, que se ha ido conformando los
últimos años y que, justamente, tiene que ver
con los cambios que ha sufrido la ciudad. Este
público busca actividades y cuenta con los
recursos para pagar una entrada. Pero también
está ese otro público, el de los cerros, la mayoría
de la gente que habita en Valparaíso, que a
nosotros nos interesa profundamente y que
tenemos que ir a buscar a sus sectores. Por eso,
dentro de nuestras posibilidades, nuestra labor
ha sido comunicarnos y trabajar en conjunto
con algunas organizaciones sociales que
permiten que lleguemos a ese público y que
sepamos, de primera fuente, que allí hay un
interés porque cada vez que hemos presentado
una obra, desde épocas remotas, estoy
hablando de “Desarmados”, o algún ETPI, ha
sido una gran experiencia, y las obras cobran un
sentido nuevo en esos lugares.
KL: La gente tiene prioridades dentro de sus
recursos familiares, y la mayoría de quienes
viven en los cerros no van a destinar parte de su
plata para ir a ver una obra de teatro. En los
cerros hay gente que no conoce el teatro y, es
más, lo siente algo súper distante. Al parecer
está la idea del teatro casi como el ballet o la
ópera. Frente a eso no queda otra que ir, romper
y mostrar.
100
- Eso nos vincula con los desafíos futuros y las
proyecciones del ETPI y la compañía ¿Cuáles
serían estas?
DL: Un anhelo es viajar, sin duda. No tengo
distinción si a Polonia, Perú o Concepción pero
que sea viajar haciendo teatro. Por otro lado, la
obtención de un espacio físico como
consolidación del trabajo de la compañía.
KS: Yo pienso en el trabajo que estamos
empezando que es el de los cerros. Si este logra
continuidad, va a haber un legado ahí que tiene
que ver con la formación de audiencias; con que
la gente tenga la posibilidad de relacionarse de
una forma profunda con la vida a partir de
haber entrado en esta dinámica artística.
KL: Yo creo que un anhelo, un poco a modo de
ensoñación, y me da la idea que está presente en
todos, es que esa sensación de plaga de teatro,
de peste, pudiera existir en los cerros. Que
existiera un movimiento teatral en la parte alta
de esta ciudad. Lograr que la gente sienta que el
teatro les pertenece, que puede ser, que no es
algo que está lejano. Con eso, yo creo, me
moriría tranquila...
101
Teatro La Peste. Noviembre 2011
Katherine López, Daniella Misle, Ana Katherina Sagredo
y Danilo Llanos.
Fotografía. Nicholas Jackson.
Información de las nueve
ediciones del Encuentro
d e Te a t r o Po r t e ñ o
Independiente, ETPI
(2004-2012).
105
Obra Compañía Sala
Desarmados Teatro La Peste Calle Atahualpa con
Cumming, Cerro
Cárcel
Luego de la Lectura Grupo Teatro Bar Bitácora
de un cuento de Cuatrox
Hans Christian
Andersen
Isabel Desterrada en
Isabel
Él
El estado de las cosas
o las cosas del estado
Noto que exhalas
Nada tienen de
especial
Chanchería 7
Escuela Taller de
Oficios Teatrales
Grupo
Superlocoelmote
Teatro
Colectivo Urgente
Delirio
Teatro La Peste
Migraña Teatro,
Taller de Teatro
Liceo Santa Teresa
C o m p a ñ í a L a
Matriz
Calle Atahualpa con
Cumming, Cerro
Cárcel
Bar Bitácora
Cal le Bras i l con
Pudeto
Almirante Latorre
con Baquedano,
Cerro Monjas
Teatro Escuela La
Matriz
Teatro Escuela La
Matriz.
107
Obra Compañía Sala
Noto que exhalas
Martes, Jueves y
Sábado
El delantal Blanco
La amenaza del
dragón
Me río en tu cara
Amortajadas
Una historia vieja
De caer
Teatro La Peste
Grupo de Teatro
del Centro de
Discapacidad
Síquica Casa Club
Taller de Teatro de
Apoderados
Escuela 20 San Luis
Lola y su compañía
Migraña Teatro.
Taller de Teatro
Liceo Santa Teresa
Compañía Doutdes
Colectivo Urgente
Delirio
Taller de montaje
Teatro Escuela La
Matriz
Almirante Latorre
con Baquedano,
Cerro Monjas
Bar Bitácora
Bar Bitácora
Plazuela Eel
Descanso, Cerro
Cárcel
Bar Bitácora
Sala Pascal 79
Entrada Ascensor
Polanco, Cerro
Polanco
Bar Bitácora
108
109
Obra Compañía Sala
Cuando temes
Sinfonía
El Principito
Don Peyo, un cojo con
mala pata
Jonaz
Qué culpa tenemos
nosotros
Ven baja
Autopsia
Compañía Puerto
Teatro
Egreso 2004 Teatro
Escuela La Matriz
Compañía
Moviendo Hilos
Compañía Los
Otros de la
Agrupación de
Ayuda al lesionado
medular “Sobre
ruedas 2000”
Compañía Ambar
Negro
Taller de teatro
Amateur
Compañía Espacio
.IT
Compañía Pierrot
Plazuela El
Descanso, Cerro
Cárcel
Bar Bitácora
Sala ex parroquia
San Judas Tadeo
Sala Pascal 79, Barrio
Puerto
Plazuela El
Descanso, Cerro
Cárcel
Bar Bitácora
Sala Herbert
Jonckers, Teatro
Escuela La Matriz
Calle Almirante
Latorre, Cerro
Monjas.
*En la fotografía, compañía Puerto Teatro, con “Cuando Temes”,
en plazuela El Descanso, Cerro Cárcel.
Obra Compañía SalaEireté
Zipelbrum
La Negra
Nada Más
Tus ojos
El despertar de las
serpientes Kai Kay
Vilú y Tren Tren Vilú
Los Santos Inocentes
El Rufián
Escuela Taller de
Oficios Teatrales y
Artísticos (ETOTA)
Puerto Montt
La Marca Teatro
Primera Muestra
de Dramaturgia de
actores de
Valparaíso
Primera Muestra
de Dramaturgia de
actores de
Valparaíso
ETOTA Puerto
Montt
Colectivo UCV
Compañía Delaura
Plazuela El
Descanso, Cerro
Cárcel
Sala Teatro Parque
Cultural Ex Cárcel
Sala Pascal 79,
Barrio Puerto
Sala de Teatro Ex
Cárcel
Sala de Teatro Ex
Cárcel
Galerías Parque
Cultural Ex Cárcel
Plaza El Descanso
Cerro Cárcel
Sindicato de
Estibadores,
Barrio Puerto
110
Obra Compañía SalaCrecer con igualdad
Palacio de Bakimjam
Mujer de ninguna
parte
El Extraño Barquero
M-19
Proyecto Cabildo 6
Sueños e historias...
Frágil Memoria
Yo estaba en casa y
esperaba que viniera
la lluvia
Compañía Teatro
Amateur
Compañía Tepsis
Teatro La
Construcción
ETOTA Puerto
Montt
Juan Serafini
Colectivo Urgente
Delirio
Grupo de Teatro
Rayén
Compañía Teatro
Pierrot
Teatro La Peste
Galerías Parque
Cultural Ex Cárcel
Plazuela El
Descanso, Cerro
Cárcel
Sala de Teatro
Parque Cultural Ex
Cárcel
Sala de Teatro Ex
Cárcel
Plazuela El
Descanso, Cerro
Cárcel
Plazuela El
Descanso, Cerro
Cárcel
Sala de Teatro
Parque Cultural Ex
Cárcel
Plazuela El
Descanso, Cerro
Cárcel
Sala de Teatro
Parque Cultural Ex
Cárcel
111
*En la fotografía, Teatro Amateur, con su montaje “Crecer con
igualdad”, en la Ex Cárcel de Valparaíso.
Obra Compañía SalaUna hora en las nubes
Lluvia de primavera
Tile, el titirítero
Las Criadas
Cuentacuentos
El derecho de vivir en
paz
La esclusa
Ya no vive aquí
Compañía
Malabicirco
Obra ganadora del
segundo lugar del
III Festival de
Teatro Vecinal de
Quilpue
Compañía
Payasíteres
Compañía Teatro
Calato
ETOTA Puerto
Montt
Obra ganadora del
primer lugar del III
Festival de Teatro
Vecinal de Quilpue
Compañía Teatro
Deformas
Unipersonal Hugo
Uribe (Barcelona)
Plazuela El
Descanso, Cerro
Cárcel
Sala El Círculo
Sala de teatro Ex
Cárcel
Teatro Mauri
Plazuela El
Descanso, Cerro
Cárcel, y Atrio
Iglesia La Matriz
Sala El Círculo
Sala de teatro Ex
Cárcel
Teatro Mauri
112
Obra Compañía SalaMonosapiens
Palomitas de maíz
Al caer la noche
Tres marías y una
rosa
Accidente
Caliche, cuando lo
que nos une es el
hambre
Compañía Doutdes
Compañía El
Andén (Caldera)
Compañía Teatro
El Baúl
Taller de teatro de
apoderados escuela
San Luis de
Valparaíso
Performance Nilda
Saldamando
Colectivo Urgente
Delirio
Sala Pascal 79, Barrio
Puerto
Sala El Círculo
Sala El Círculo
Sala de teatro Ex
Cárcel
Atrio iglesia La
Matriz
Teatro Mauri
113
*En la fotografías, de izquierda a derecha: La Escuela Taller de
Oficios Teatrales y Artísticos (ETOTA) de Puerto Montt, con sus
Cuentacuentos, en el atrio de la iglesia La Matriz, barrio Puerto;
Colectivo Urgente Delirio, en el teatro Mauri, presentando
“Caliche, cuando lo que nos une es el hambre”; y la compañía
Malabicirco, con “Una hora en las nubes”, en la Plazuela El
Descanso, cerro Cárcel ( Fotografía: Camila Van Diest).
Obra Compañía SalaRetros
La familia quilpueína
Mano de obra
Accidente
Perdidos
Desdicha Obrera
Rutinas de clown
Frágil Memoria
El cepillo de dientes
La Pincoya Porteña
Malabicirco
Obra ganadora del
Cuarto Festival de
Teatro Vecinal de
Quilpué
Te Parece Poco?
Performance de
Nilda Saldamando
Teatro Público
(Santiago).
E.T.O.T.A Puerto
Montt
Compañía Pierrot
Teatro Calato
La matiné
Mirador Ciudad de
Camogli
Teatro Mauri
Teatro Mauri
Plaza Florida, Cerro
Florida
Sala SITTIVAL
Centro Comunitario
San Leonardo
(Rodelillo) y Teatro
Mauri
Plazuela El
Descanso, Cerro
Cárcel
Sala de Teatro
Parque cultural Ex-
Cárcel
Teatro Mauri
Cancha Club
Deportivo Ramaditas
114
Obra Compañía SalaEl tiempo de barrer
ha llegado
Fiesta macabra
Silencioso Perfil
La historia de Martín
Sueños Rotos
Lo Crudo, Lo Cocido
y Lo Podrido
Yo vi tus ojos
Jornada Infantil (Obra
“Claro de Luna”,
Títeres y Juegos)
La Carta de Medea
La Tía Rica
Colectivo Operante
Proyecto Fondo
Nacional para la
Discapacidad, “El
arte de integrar”
Quilpué
Fauce
Colectivo Urgente
Delirio
Invitados
especiales del
Cuarto Festival de
Teatro vecinal de
Quilpué.
ETOTA Puerto
Montt
Proyecto Rozado
(La Serena)
Ambar y ETOTA
Compañía De
Laura
Teatro La Casa
Plaza Florida, Cerro
Florida
Teatro Mauri
Teatro Mauri
Atrio iglesia La
Matriz
Teatro Mauri
Teatro Mauri
Sala de Teatro
Parque Cultural Ex-
Cárcel
Teatro Museo del
Títere y el Payaso
Sala de Teatro
Parque Cultural Ex-
Cárcel
Teatro Mauri
115
*En la fotografía, Nilda Saldamando y su performance
“Accidente”, en la plaza del cerro Florida.
Obra Compañía SalaTrashumantes
Radiografía de un
puerto loco
La disparatada
historia del gran
mago Escafán
De toque a toque
A medias
El reencuentro o la
excusa para decir
hasta nunca
El propietario
Recuerdos en el
espejo
La Ceremonia
Enaires de Puerto
Colectivo Malinche
Colectivo Urgente
Delirio
Teatro
Morendalokus
Teatro Calato
Colectivo Teatro
Urbano
Taller Teatro La
Casa
Teatro Ambar
Chaquetaecuero
Compañía de
Teatro El Cité
Circo Casa TIAO
Plaza Cívica y
Población Joaquín
Edwards Bello de
Montedónico
Casa TIAO
Rodelillo
Sala de teatro Parque
Cultural Ex Cárcel
Teatro Mauri
Sala Parque de las
Artes Violeta Parra
/Playa Ancha
Playa LasTorpederas
Sala Parque de las
Artes Violeta Parra/
Playa Ancha
Sala de teatro Parque
Cultural Ex Cárcel
Casa TIAO
116
Obra Compañía SalaEl tesoro de la amistad
A distancia (danza)
Broken, una tragedia
contemporánea
Mimo Tuga Callejero
Microbanda
Mala Suerte
Muestra de Teatro
Foro
Antígona
Ser Madre
El Show de
Chumbeque
Grupo de teatro de
la Unión Comunal
del Adulto Mayor
de Viña del Mar
Por Defecto Danza
(Santiago)
La Marca Teatro
(Santiago)
Mimo Tuga
Bandáscara
Mimo Tuga
El Microscopio
Teatro La Peste.
Proyecto Teatro en
el Aula
Teatro La Peste
Colectivo Urgente
Delirio
Sala de teatro Parque
Cultural Ex Cárcel
Calle Dinamarca,
Cerro Panteón
Sala de teatro Parque
Cultural Ex Cárcel
Calle Pedro Montt
con Edwards
Plaza O’Higgins
Costa Brava, Playa
Ancha y Teatro Museo
del Títere y el Payaso
Espacio Fábrica
Teatro Mauri
Teatro Municipal de
Valparaíso
Placilla
*En la fotografías, de izquierda a derecha: “Transhumantes”, de colectivo
Malinche; Teatro Morendalokus, en Rodelillo, con “La disparatada del
mago Escafán”. Fotografía: Claudia Cepeda ; y “Ser Madre” de Teatro La
Peste, en el Teatro Municipal de Valparaíso. Fotografía: Claudia Rothkegel.
Afiche 6to ETPI por Claudio Alvarez Rodríguez, Alvarex.
117
Obra Compañía SalaCasas de Nylon
Descierto
El velorio del huaso
Raimundo
Festín de la risa
El Malentendido
Maniquíes:
profilácticos y
caramelos
Osama
Pantys Color
Champan N° 2
Pliegues y
Despliegues (danza)
Dispositivo Teatral
Compañía Agua-
cero
Taller teatro Unión
Comunal de
Coordinadoras del
Adulto Mayor Viña
del Mar
Compañía Teatro
Museo del Títere y
el Payaso
La Marca Teatro/
Teatro La Peste
Teatro Turba
Teatro Sui
(Santiago)
Compañía
Con_secuencia
Carmen Beuchat
E s c u e l a R a m ó n
Barros Luco
Teatro Mauri
Sala de teatro del
Parque Cultural Ex
Cárcel
Teatro Museo del
Títere y el Payaso
Pascal 79, Barrio
Puerto
Ex Cárcel
Teatro Mauri
Espacio Sittival
Universidad de los
Lagos
118
Obra Compañía SalaTeatro Es
Colectivo Urgente
Delirio
Teatro Motín
La Re-Sentida
(Santiago)
Teatro La Peste
Los mecánicos del
teatro
Compañías de
Titiriteros de
Valparaíso
Los cuatro notables
Teatro La Peste
Teatro El Baúl
Colectivo
Valparaíso
Teatro Bohemia
Programa Creando
Chile en mi Barrio
Teatro Mauri
Ex Cárcel
Ex Cárcel
Ex Cárcel
Playa San Mateo
Teatro Mauri
Teatro Mauri
Teatro Mauri
Ex Cárcel
Balmaceda 1215
Ex Cárcel
Teatro Mauri
Bares Cumming
Teatro Mauri
Ramírez
Sadako
Santos
Simulacro
La Playa
Vuelo 69. Un viaje al
más allá
Varieté de títeres
Mala Crianza y otros
crímenes
Secreto de Camarín
Mano de Monja
Kermese en el barrio
Intervenciones,
Las gemelas mambo,
Las embarazadas ,
Zulema
Muestra de Talleres
Artes Escénicas
*En la fotografía, Teatro La Peste en playa San Mateo con su
montaje “La Playa”. Fotografía: Carla Lizama. Afiche 7mo. ETPI
por Claudio Alvarez Rodríguez, Alvarex.
119
Obra Compañía SalaTaller de teatro
Talita Cum, San
Antonio
Títeres en Peligro
Colectivo Teatral la
Chicharra, San
Antonio
Compañía Teatro
Tespis,La Calera
Teatro Virgen
Colectivo Urgente
Delirio
Mimo Tuga
Estación de trenes de
San Antonio
Plaza de Armas de
Quillota
Estación de trenes de
San Antonio
Teatro Municipal
Diego Portales de
Quillota
Estación de trenes de
San Antonio
Teatro Municipal
Diego Portales de
Quillota
Calle Pedro Montt
con Edwards,
Plaza Victoria
Los tristes de tierra a
tierra
Bitácora de Livin Run
Impro Summer: El
movimiento continúa
Teatro, un bolero y tú
Pato Yáñez o el Gesto
Nacional
Presente
Espectáculo Inaugural
Intervenciones
callejeras
120
Obra Compañía SalaTitiriteros de
Valparaíso
Dequeteries? Teatro
Puerto Montt
Teatro Estrella
Solitaria (Quillota)
Teatro Turba
Dequeteries? Teatro
Puerto Montt
Colectivo La
Chilena
Huekú, Danza
Teatro Butoh
Teatropello
Talca
Ova Teatro
(Puerto Montt)
Compañía
Teatropello
(Talca)
Teatro La Peste
Teatro Público
(Santiago)
Teatro La Peste
Teatro Museo del
Títere y el Payaso
Teatro Museo del
Títere y el Payaso
A t r i o I g l e s i a L a
Matriz
Teatro Mauri
Sala Pascal 79, Barrio
Puerto
Centro Cívico Capilla
Santa Ana, Cerro
Cordillera
Teatro Mauri
Teatro Mauri
Teatro Mauri
Teatro Mauri
Teatro Mauri
Teatro Mauri
Placilla (Colegio
República de México),
Placeres (Colegio
República de Paraguay)
y Rodelillo Centro
Comunitario San
Leonardo.
Caldillo de
Marionetas
Huenchur Viento Del
Sur
El Pequeño Dictador
Papá Noel…Mamá
Tampoco
Los Chascarros de la
Pobreza
Valparaíso, lo que
nunca se supo: Relato
de una comunidad
perdida
Humana
Los Volantines
Donde el viento hace
buñuelos
Mi amigo el negro
I love Valpo
Celebración
Todo es Cancha
121
*En la fotografía, “Todo es Cancha”, de Teatro La Peste, en Rodelillo.
Fotografía: Daniel Labbé. Afiche 8vo. ETPI por Cristián Espinoza.
9no. Encuentro. 5 al 14 de enero 2012
Diez años de Teatro La Peste
Obra Compañía Sala
Teatro Tespis
Títeres Rajatablas
Teatro
Tracamundana
(Quillota)
Crismau Teatro
(Quillota)
Teatro La Peste
Teatro D’liria,
Quillota
Teatro del hombre
solo (San Antonio)
Compañía Xona
Bastarda (Ecuador)
Colectivo
Pandemia, Santiago
La Marca Teatro
Teatro Virgen
Quillota
Teatro Museo del
Títere y el Payaso, y
P l a z a d e A r m a s
Quillota
Casa de la cultura,
San Antonio
Casa de la cultura,
San Antonio
Casa de la cultura,
San Antonio,;Hall
del Teatro, Parque
Cultural Valparaíso,
y Colegio República
de México, Placilla
Quillota
Quillota
Quilpué
Pascal 79, Barrio
Puerto
Pascal 79, Barrio
Puerto
Centro Comunitario San
Leonardo, Rodelillo
La mantis religiosa
Margaritas
El Salmo de la Bestia
Ejecutor 14
I Love Valpo
El guante de hierro
Gómez o el inútil
intento de un
cualquiera
Testimonio de un
centauro
Público N°4
Palabras Encadenadas
21/12
122
Obra Compañía Sala
Teatro Estrella
Solitaria (Quillota)
Teatro La Desierto,
Iquique
La Mala Ignorancia
Teatro The Nadiens
Company
(Santiago)
Teatro La Peste
Teatro Turba
Compañía Patria
Muerta (Santiago)
Dirección Rodrigo
Soto (Santiago)
Teatro de Nadie
Teatro Kimen
(Santiago)
Teatro P.A.T.
Urbano
Compañía
Moviendo Hilos
Elenco Red
Escénica del Parque
Cultural La Laguna
Sede Comunitaria
Santa Bárbara, Cerro
Los Placeres
Pascal 79, Barrio
Puerto
Pascal 79, Barrio
Puerto
Sala Arte Escénico
UPLA, Playa Ancha
Terraza Edificio de
D i f u s i ó n Pa r q u e
Cultural Valparaíso,
Cerro Cárcel
Sala Arte Escénico
UPLA, Playa Ancha
Sala Arte Escénico
UPLA, Playa Ancha
T e a t r o P a r q u e
Cultural Valparaíso,
Cerro Cárcel
Pascal 79, Barrio
Puerto
T e a t r o P a r q u e
Cultural Valparaíso,
Cerro Cárcel
Sala Arte Escénico
UPLA, Playa Ancha
T e a t r o P a r q u e
Cultural Valparaíso,
Cerro Cárcel.
El profesor distraído
Mar. Poemas de
aparecidos
Patas de Gallo
Particular
subvencionado
Todo es Cancha
Rodeo’s
Yes we can can
Dios es un lujo
La Rebelión de Nadie
Ñi pu tremen
Después de la lluvia
La Plaza
Espectáculo de
clausura
123
Patricia Artés, Denisse Duarte Medina, Ximena Flores Peñaloza,
María de la Luz Hurtado (Fotografía de R. Canales), Daniel Labbé
Yáñez, Carla Lizama Flores, Francisco Marín, Fernando Mena,
Felipe Montalva Peroni, Joanna Saa y familia, Andrés Ulloa
Radrigán y Camila Van Diest.
Autoras/Autores
Patricia Artés es directora de la compañía
Teatro Público de Santiago. Licenciada en Artes
de la Universidad Arcis, Diplomada en
Fundamentos de la Crít ica Escénica
Contemporánea y egresada de actuación
profesional de la Academia de Actuación
Fernando González Mardónez. Actualmente es
estudiante del curso Teoría y práctica del Teatro
político, en la Universidad Complutense de
Madrid, España. Fundó Teatro Público con la
dirección de “Desdicha obrera, una tijera
clavada en el corazón”, original de Luis Emilio
Recabarren. Su segundo montaje con la
compañía, “Mericrismas Peñi”, abordó la
problemática del Pueblo Mapuche con el
Estado chileno. En 2010 estrenó “Celebración”,
obra que surge a partir de la reflexión crítica
respecto a la conmemoración del Bicentenario
chileno. Su último trabajo de dirección,
“Ypunklito, Hipólito ya no existe”, se enmarca
en el Encuentro “La escena en emergencia” que
convoca a creaciones que reflexionen desde la
escena respecto al actual conflicto estudiantil.
Ha participado como actriz en diversos
montajes teatrales y como invitada a
conferencias.
Denisse Duarte Medina es actriz, egresada del
Teatro Escuela La Matriz de Valparaíso.
Directora de “Nada Más”, “Perdidos” y,
recientemente, “Kassim” junto a Dispositivo
127
Cultural. Profesora ayudante en la Universidad
del Mar, Universidad Arcis y en talleres para
jóvenes y adultos. Colaboradora de Teatro La
Peste. Fue parte del equipo administrador de la
sala de teatro El Círculo, así como en la creación
del Proyecto Ciclos de Arte en Espacio
Reducido, de SITTIVAL, y el Proyecto Talleres
Artísticos Infantiles de Invierno en la ciudad de
Valparaíso. Es integrante de la Mesa Regional
de Teatro Valparaíso y forma parte de la
Coordinación de la Mesa Interregional de
Teatro. En octubre de 2011 estrenó “What is art?
Pregunta sobre estética, territorio y espacio
público”, en Valparaíso, junto al diseñador Luis
Felipe González.
Ximena Flores Peñaloza es actriz, Licenciada
en Artes en la Universidad de Chile con
mención en actuación teatral . Posee
especializaciones en trastornos de la voz,
realismo, teatro épico y gestión cultural. En
proceso de titulación como Magister en
Educación. Con estudios en el extranjero en las
áreas de ritualidad, terapia, movimientos
sociales y populares vinculados al arte. Gestora
y directora del Proyecto Teatro Escuela La
Matriz de Valparaíso con 13 años de
permanencia y reconocimiento regional y
nacional. Actualmente se desempeña como
docente universitaria y escolar, además de
dirigir el proyecto Arte & Cultura La Matriz, en
San Fernando, su ciudad de origen.
128
María de la Luz Hurtado es Socióloga, Doctora
en Literatura y Profesora Titular de la Escuela
de Teatro de la Pontificia Universidad Católica
de Chile. En esta institución dirigió durante 25
años la Revista Apuntes de Teatro y desde el año
2000 dirige el Programa de Investigación y
A r c h i vo s d e l a E s c e n a Te a t r a l U C
(www.chileescena.cl). En las décadas de 1970 y
80 fue investigadora y animadora cultural en la
ONG CENECA y Vice-Presidenta del Centro
Chileno del Instituto Internacional del Teatro de
UNESCO. En los 90, fue profesora de la
Stanford University Overseas. Ha realizado
numerosos proyectos de investigación en torno
al teatro, al arte y la cultura chilena, vertiendo
sus resultados en variadas publicaciones,
conferencias, mesas redondas y actividades de
encuentro y mediación cultural con la
ciudadanía en Chile y en otros países del
mundo.
Daniel Labbé Yáñez es periodista. Ha
colaborado en La Nación, Punto Final, Cavila y
El Ciudadano. Actualmente está a cargo del
sitio www.capitalcultural.cl, pertenece al
equipo de las productoras Mat i lde
Audiovisuales y Unidad Básica Móvil de
Comunicación, y es editor de la web
www.ciudadinvisible.cl. Desde 2008 colabora
en la difusión de Teatro La Peste.
Carla Lizama Flores es socióloga de la
Universidad de Valparaíso. Desde el año 2009
129
se desempeña en el ámbito cultural y teatral de
mano de la compañía de Teatro La Peste,
realizando investigación para sus montajes
teatrales y apoyo metodológico en la creación
de proyectos y mesas de trabajo. Dicta, durante
el 2010 y el presente año, la ayudantía de
Sociología de la Educación en la Universidad de
Valparaíso. Se desempeña en el ámbito
investigativo en cultura, educación y
medioambiente. El presente año asiste y expone
en "XXVIII Congreso Alas, Congreso
Latinoamericano de Sociología" realizado en la
ciudad de Recife, Brasil.
Francisco Marín es Sociólogo de la Universidad
de Chile. Miembro del Directorio del Parque
Cultural de Valparaíso (PCV) en representación
de Corporación Parque Cultural Ex Cárcel.
Presidente entre 2005 y 2009 de esta
organización. Coordinador del Encuentro por
la Unión de los Pueblos de Chile (Ex Cárcel,
septiembre de 2007). Corresponsal en Chile
–desde 2002- de la revista Proceso de México.
Representante del Clan Hitorangi (rapanui) en
Chile continental. Autor del texto escolar
Estudio y Comprensión de la Sociedad Octavo
Básico (Arrayán, 2002). Colaborador de
editorial Ocho Libros. Redactor de las
publicaciones del Ministerio de Cultura de
Venezuela. Escribe regularmente en El
Ciudadano, El Clarín, Azkintuwe y Rebelión.
Actualmente, impulsa el Congreso Nacional de
Educación y Cultura.
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Fernando Mena Rojas es actor, Licenciado en
Artes Escénicas de la Universidad de Playa
Ancha. Además, es dramaturgo, director y
cantautor. Se ha desempeñado como actor e
iluminador en diversas compañías de
Valparaíso y Santiago. Junto a Daniel Benítez
Pérez y Cristián González Rivera funda la
compañía Teatro Virgen, en 2009. Su trabajo ha
quedado plasmado en “Pato Yáñez o el Gesto
Nacional”, “Malicia…no es otra obra burguesa”
y “Prefiero Morir Aquí”, pertenecientes a la
“Trilogía del Miedo en Chile” y la obra "21/12",
con las cuales ha participado en festivales
nacionales e internacionales. En 2010, editó su
primer disco de manera independiente,
titulado “Diminutivo”, y participó con la
canción "Velocidad" en la banda sonora de la
película chilena “Mejor No Fumes” (2011) de
Daniel Peralta, en la que además destaca como
actor.
Felipe Montalva Peroni es periodista y
realizador audiovisual. Ha colaborado en
medios escritos como La Nación, Punto Final,
Racontto, El Ciudadano, Paniko.cl, y The Clinic,
además, de Sudestada y Tierra en Trance, de
Argentina. Fundador de revista Ciudad
Invisible, de Valparaíso. Hoy colabora con su
versión web: www.ciudadinvisible.cl. Ha
realizado los cortos documentales “Los
Aldeanos” y “Sin Título (José Antonio)”
(Argentina, 2010). Interviene en la productora
Matilde Audiovisuales y en la Unidad Básica
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Móvil de Comunicación.
Joanna Saa es profesora de educación musical,
titulada en la Universidad de Playa Ancha. Vive
y trabaja en Valparaíso. Ha sido monitora de
talleres corales y de folclor a nivel escolar. Fiel
espectadora del ETPI desde el 2004.
Andrés Ulloa Radrigán es actor, egresado del
Club de Teatro, Escuela de Fernando González,
con el montaje “Yo Solo Soy Casualmente Yo”,
dirigido por Alfredo Castro. Luego se ha
desempeñado como actor, director y docente,
destacando su trabajo en ”Los Cinco Cuentos
Noh Modernos de Yukio Mishima”, financiado
por FONDART 2000. Trabajó como docente en
la desaparecida Escuela de Teatro La Matriz en
Valparaíso. Destaca su participación
protagónica en “Play”, film de Alicia Scherson,
película premiada internacionalmente en
festivales de Nueva York y Montreal, entre
otros. Los últimos años de carrera los ha
desarrollado en la ciudad de Valparaíso, como
actor y director. Administra la sala Espacio
Pascal 79, situado en un recoveco del Barrio
Puerto.
Camila van Diest es Socióloga. Co-autora de
“Nomadismos y ensamblajes. Compañías
teatrales en Chile 1990-2008” (Ed. Cuarto
propio 2009) y “Teorías del cine documental en
Chile” (2007). Al año siguiente dirige el curso
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“Sociología del teatro” en la Universidad
Alberto Hurtado y en la Universidad Católica.
Hoy realiza un Doctorado en Sociología de la
cultura en la Universidad París III.
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