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    REVISTA DE SOCIOLOGIA E POLTICA V. 17, N 34 : 45-62 OUT. 2009

    RESUMO

    Jos Luis Dader

    CIBERPOLTICA EN LOS WEBSITES DE PARTIDOSPOLTICOS

    LA EXPERIENCIA DE LAS ELECCIONES DE 2008 EN ESPAA

    ANTE LAS TENDENCIAS TRANSNACIONALES

    El artculo analiza los rasgos generales de la evolucin experimentada por los websites de partidospolticos en los pases con aplicaciones tecnopolticas ms avanzadas y establece una comparacin con elproceso seguido en el caso espaol. Describe las principales caractersticas de los websites de los principalesde 2008 y partidos polticos espaoles durante la campaa electoral analiza las acciones complementarias

    de los actores polticos en otras plataformas ciberpolticas utilizadas durante la misma campaa. Concluyeque en dichas webspredominan las funciones publicitarias y propagandsticas, a pesar de que su audienciadirecta minoritaria no garantiza una gran eficacia electoral. Considera en cambio que las funciones dedeliberacin cvica, suministro de informacin detallada e interactividad movilizadora no estn suficiente-mente atendidas y aboga por que los partidos polticos y candidatos atiendan mejor estas funciones en suswebsites en el futuro. De las conclusiones de este estudio se extraen algunas recomendaciones decoordinacin estratgica con otras actividades de cibercomunicacin poltica en las utilizacionesciberpolticas de cualquier pas.

    PALAVRAS-CHAVE: Internet; partidos polticos; websites; cibercomunicacin ; ciberdemocracia ;tecnopoltica; campaas electorales.

    I. INTRODUCCIN: E-CAMPAAS Y CIPER-POLTICA DE LITES: EL DESPLIEGUE DEPARTIDOS POLTICOS Y CANDIDATOS ENINTERNET

    El surgimiento de la World Wide Web comonuevo espacio de la comunicacin globalrpidamente capt la atencin de los partidos ylderes polticos de los pases ms avanzados. Aunsin saber muy bien en los primeros momentos lautilidad real y el tipo de transformacionescomunicacionales que la presencia en Internetrequerira, las organizaciones polticas y sus

    principales dirigentes se lanzaron a abrir susventanas digitales casi con la misma celeridad quelas instituciones, empresas e internautas msvanguardistas.

    En fecha tan temprana para las autopistas dela informacin como el 13 de enero de 1994, elvicepresidente de Estados Unidos, Al Gore,mantuvo una charla en la Red con ciudadanos,convirtindose as en el primer poltico de ungobierno, del que se tenga noticia, que celebrabaesta modalidad virtual de contacto. Casi dos aos

    antes el equipo electoral de Clinton haba ya colgadoalgn material de campaa, como discursos yanuncios radiofnicos en una rudimentaria pginawebque ha sido considerada como la gnesis delas campaas online (cf. DAVIS, 1999, p. 85 yOWEN & DAVIS, 2008, p. 95). En las eleccionesal Congreso estadounidense de 1994, algunos can-didatos colgaron tambin sus websites,coincidiendo temporalmente con el lanzamiento delas pginas inaugurales de partidos britnicos enInternet (WARD, GIBSON & NIXON, 2003, p.11; WARD, GIBSON & LUSOLI, 2008, p. 137).Pero incluso antes que ellos, en 1993, el canadiensePartido Liberal haba establecido un sitio electrnicodentro de la plataforma National Capital Free Net,siendo as, probablemente, el primer partido polti-co del mundo y no slo un candidato individual en disponer de un enclave en Internet (SMALL,TARAS & DANCHUK, 2008, p. 114-115).

    La utilizacin ms decidida de esta nueva vaen campaas electorales no lleg en realidad hastala carrera presidencial estadounidense de 1996,en la que ya diversos candidatos lanzaron sus p-ginas virtuales e incluso aparecieron webs de

    Rev. Sociol. Polt., Curitiba, v.17, n.34, p. 45-62, out. 2009Recebido em 2 de fevereiro de 2009.Aprovado em 25 de fevereiro de 2009.

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    ataque que diversos grupos de oponentesdedicaban a criticar a candidatos concretos. Elpunto culminante en eco meditico se produjo sinduda en la fase final de esa campaa, cuando alacabar el primer debate televisado entre Clinton yDole, este aspirante republicano anunci ladireccin de la pgina electrnica de su candida-tura y anim a los telespectadores a visitarla(DAVIS, 1999, p. 85). Ya en aquella fecha la webdel citado Bob Dole utilizaba cookies pararecopilar informacin de los usuarios de su pgi-na y generar a continuacin distribucin deinformacin para diferentes sectores depotenciales votantes (WARD & GIBSON, 2001,p. 39). No obstante, segn una encuesta posteri-or (cf. The Internet News Audience GoesOrdinary, 1999), slo el 4% de la poblacin gene-ral declar haber buscado en la Red algn tipo deinformacin poltica o de actualidad durante aquelproceso electoral y algo menos de la cuarta partede ese 4% (un 1% del total) mencionaba haberbuscado informacin especfica sobre la campaao los candidatos.

    En gran medida los sites de partidos y candi-datos de los aos noventa no pasaban de ser unosfolletos electrnicos, con contenido esttico y unaconcepcin muy pasiva de sus posibles visitan-tes. Los grupos polticos entendan su presencia

    en Internet como una forma de proyectar unaimagen tecnolgicamente sofisticada, msinteresados en la apariencia de promocin generalde las nuevas tecnologas de la informacin y lacomunicacin como sector econmico estratgi-co, que de la exploracin real de sus nuevasposibilidades expresivas y de transformacin delas relaciones entre lites polticas y ciudadana.An en noviembre del ao 2000 en torno a lacelebracin de las igualadas presidenciales queGeorges Bush gan a Al Gore , el volumen deestadounidenses que declaraba haber acudido aInternet en busca de informacin sobre la campaa no necesariamente las websites de los candi-datos apenas rozaba el 25% de la poblacin adul-ta, y ello a pesar de que la tasa de utilizacin deInternet se situaba ya en torno al 55% de los adul-tos (The Election and the Internet, 2008).

    Las previsiones del impacto real en la intencinde voto se seguan considerando insignificantes,ya que se parta de la base de que slo los militan-tes y simpatizantes de cada partido o candidatoestaran dispuestos a visitar su pgina electrnica si acaso llegaban a hacerlo ; por lo que resultara

    casi imposible que el amplio sector de los indife-rentes e indecisos el gran caladero de votantesen el que se libran las batallas electorales ms de-cisivas pudiera verse afectado por los mensajescolgados en las websites partidarias. An as,un clarividente Richard Davis advirti ya que estanueva tecnologa no revolucionar el resultadoelectoral pero s cambiar la forma de hacercampaas (DAVIS, 1999, p. 120). No en baldelas organizaciones polticas se lanzaban por todoel planeta a probar la nueva herramienta y comoconsignaba Pippa Norris (2000; WARD, GIBSON& NIXON, 2003, p. 12), a mediados del ao 2000,unos 1 250 partidos polticos dispersos por todotipo de pases disponan ya de su website. Pre-cisamente en ese mismo ao, el entonces candi-dato en las primarias republicanas, John McCain,haba demostrado en su enfrentamiento a la po-tente maquinaria financiera de George Bush quela pgina electrnica de un candidato podaconvertirse en un efectivo y sorprendente instru-mento de recaudacin de fondos mediante larecopilacin de un gran nmero de pequeosdonativos (ROCAMORA, 2001, p. 9).

    El panorama en los pases ms avanzadosexperiment un cambio de ritmo an ms drsti-co entre 2003 y los primeros meses de 2004,cuando en la campaa por las Primarias del Parti-

    do Demcrata, el candidato Howard Dean mostruna nueva forma de utilizar su website electoral,fundamentalmente para contactar de maneradirecta con los internautas a travs de un diario decampaa (weblog), convocar a simpatizantes enencuentros virtuales y reales de movilizacin yproducir un incremento espectacular en lafinanciacin de su campaa siguiendo la estelade Dole antes apuntada , mediante la recaudacinde pequeas aportaciones econmicas de cientosde miles de internautas, todo lo cual le granjeadems una gran atencin meditica (OWEN &DAVIS, 2008). A pesar de ello, dicho candidatono consigui siquiera ser el designado por su par-tido para la competencia presidencial, planteandode nuevo de forma aguda que aun cuando lasaudiencias cibernticas y la bsqueda deinformacin poltica en Internet haban crecidopara entonces de forma muy notable1, una cosaera la creatividad y el xito ante un tipo especfico

    1Vase la evolucin de audiencias polticas y generales enInternet en Estados Unidos entre 2000 y 2007 en TheElection and the Internet (2008).

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    de seguidores en la red y otra muy distinta, elcomplejo y mucho ms vasto territorio de laatencin meditica general, las motivaciones pro-fundas de las capas populares alimentadas porlos contactos interpersonales directos(movimientos de grassroots) y las fuentes definanciacin masiva y elitista de las grandescorporaciones y clases adineradas.

    A pesar de ello, diversos procesos electoralesposteriores a 2006, como las presidenciales fran-cesas de 2007 y sobre todo el terremoto vivido enEstados Unidos entre 2007 y 2008, personificadode manera principal aunque no exclusiva en la fi-gura de Barack Obama, han venido a demostraruna nueva dimensin del papel jugado por Interneten los procesos electorales: en primer lugar se ha

    demostrado que en pases donde ms de la mitady hasta las tres cuartas partes de la poblacin ge-neral tiene ya acceso habitual a Internet las cotasde utilizacin regular de este medio para laobtencin de informacin poltica y de actualidadse acercan cada vez ms a las de la prensa con-vencional2. En segundo lugar, y de forma muchoms importante, se detecta ahora un nuevo tipode impacto cuando dichos websites dejan de serun instrumento aislado y marginal de laintervencin electoral y pasan a integrarse en unadinmica multimedia: los mensajes y

    comunicaciones de los enclaves digitales de lospartidos y candidatos se propagan y complementanhoy en da con la difusin y retroalimentacin enotros canales digitales, combinados a su vez conlos medios periodsticos y audiovisuales clsicos.

    En cada nuevo proceso electoral crece y seampla el repertorio de las herramientas e iniciati-vas ciberpolticas: plataformas de vdeos en lasque los partidos cuelgan sus spots electorales ysus simpatizantes todo tipo de grabaciones, lablogosfera ms o menos espontnea surgida entorno a los candidatos o contra ellos, los debates

    videotelevisados especficamente para la Red o encombinacin con televisiones tradicionales, elmarketing viral a travs de distribucin por correoselectrnicos, los servicios de SMS, RSS y otras

    formas de diseminacin de mensajes para telfonoscelulares, Ipods, blackberrys, etc., las pginas decentralizacin de preguntas y comentarios escri-tos o audiovisuales de interpelacin a los candida-tos, las comunidades virtuales y una inagotadaexpectativa de nuevas sorpresas. Todas estas ini-ciativas, sin embargo, adquieren protagonismo yrepercusin pblica en la medida en que sefusionan con el tratamiento meditico que, tantosobre soportes tradicionales como mediante supropia reproduccin o reconversin en la Red ter-mina de cohesionar y construir el ambiente domi-nante y la agenda informativa y emocional de lasnuevas campaas.

    En toda esa transformacin espectacular queha terminado de cristalizar en los tres o cuatro

    ltimos aos, las websites de partidos y candi-datos parecen un elemento minsculo pero enrealidad bastante significante cuando forman par-te activa y coordinada con una sinergia general.La eficacia de la misma para el actor poltico con-creto requiere una concepcin estratgica integradae integral de todas sus actuaciones comunicati-vas.

    Quiz la innovacin ms reciente y que mejorrefleja la integracin del website poltico en unaintervencin global la protagoniza una vez ms elequipo de Barack Obama: desde el lanzamiento de

    su web electoral, en el proceso de primarias, suenclave electrnico, al igual que el de otros candi-datos, requera el registro de una direccin decorreo electrnico para pasar de la simple portadade la web slo una foto del candidato , a laseccin de Inicio y resto de contenidos. Aunqueexista una pequea referencia visual para saltarseel paso del registro, apareca mucho ms desta-cada la opcin de aportar el dato como forma deacceso inmediato al contenido. Todas lasdirecciones electrnicas de internautas recopiladaspor esa va han servido a lo largo de toda la

    campaa para enviar a cada usuario individualmensajes de manera constante, firmados por elpropio Obama, su esposa, o los principalesdirectores de campaa, tanto de dentro como defuera de Estados Unidos. En los mensajes aludi-dos se notificaban tomas de postura, copias dediscursos, etc., o se solicitaba de manera peridi-ca nuevos esfuerzos de contribucin econmica.

    Pero lo extraordinario del caso es que una vezalcanzada la Presidencia, la misma red dedirecciones est siendo utilizada para continuar

    2 En el citado informe de The Election and the Internet(2008) se recoge el dato de la encuesta de diciembre de2007 en el que la utilizacin de Internet y de la prensa de

    papel como fuente principal para buscar informacinsobre la campaa electoral estaba prcticamente igualadaen torno al 25%.

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    transmitiendo de manera directa e individual (des-de la direccin [email protected]), con unaperiodicidad aproximadamente semanal, lasprincipales medidas o ideas que el equipo presi-dencial quiere hacer llegar a los ciudadanos sin elincmodo filtro de los periodistas. Se ha adaptadoas a la Era Digital el viejo mecanismo de lasFireside Chats con que el Presidente FranklinRoosevelt en los aos 1930 hablaba por radio demanera directa y habitual a los ciudadanos de apie, intentando evitar la mediacin de las ruedasde prensa y el tratamiento periodstico de susintervenciones, no siempre favorable a susintereses. Si en los ltimos tiempos se ha ido con-solidando una nueva filosofa de la comunicacinde gobiernos, segn la cual, al da siguiente dealcanzar el Poder comienza ya la nueva campaapermanente, se muestra ahora una forma an msprctica de aplicarla mediante la va virtual indivi-dualizada. La pretensin de soslayar a losintermediarios mediticos en la relacin entregobernantes y gobernados parece avanzar de for-ma creciente.

    Tal concentracin estratgica de esfuerzosparece volcada en la direccin de la persuasin ycautivacin emocional de los electores (el clsicoobjetivo de todas las campaas polticas ejercidoahora por vas mixtas que combinan muchos ele-

    mentos adicionales). Y sin embargo quedan bas-tante descuidadas las posibilidades potenciales delas websites de partidos y candidatos, junto conel resto de recursos de las nuevas tecnologas,para la facilitacin de un autntico dilogo entrelites polticas y ciudadanos segn los idealesde una ciberdemocraciaodemocracia deliberativacibernticamente alimentada3.Parece lgico queen su preocupacin por alcanzar el Poder, los l-

    deres polticos se aferren a las ventajas de impac-to publicitario y propagandstico que les facilitanlas nuevas herramientas. Despus de todo, la pers-pectiva que domina la creacin y mantenimientode estas pginas electrnicas no es la de lapedagoga poltica o la discusin desinteresada,sino la del marketing poltico, cuyo objetivo, enpalabras de Coleman (2001, p. 681), trata deganar votos, no de charlar con el enemigo.

    Sin embargo, ni las websites partidarias tienenpor qu desprecia r lo s bene fi cios de unaconversacin ms enriquecedora y documentadacon la sociedad civil, ni tampoco parece comose ver al analizar el caso espaol , que muchospartidos y candidatos terminen de aprovechar elpotencial de las nuevas herramientas bajo la pers-

    pectiva del marketing electoral. Est claro quebuena parte de los contenidos ofrecidos en losenclaves electrnicos de partidos y candidatossuministra una oportunidad muy pobre ydistorsionada para el dilogo con los ciudadanos,la recogida y atencin a sus demandas o ladeliberacin cvica multilateral. Pero incluso des-de la ptica prioritaria del xito electoral y lamovilizacin interesada, el rendimiento de laswebs de muchos grupos polticos queda an amedio camino de sus posibilidades.

    Ambas deficiencias afloran con nitidez cuando

    se pasa revista a la situacin de los websites departidos y lderes polticos en Espaa. Y aunque ladebilidad de la funcin deliberativa es comn acuantas organizaciones polticas de cualquier pasbuscan slo el impacto electoral, ese rendimientoelectoral presenta grandes diferencias a favor delos grupos que adoptan los recursos virtuales msdinmicos: como destaca la investigacin realiza-da por Owen y Davis (2008) sobre el uso dewebs en el proceso presidencial estadounidensede 2004, los diversos contenidos exhibidos endichas pginas pueden ser catalogados, o bien

    dentro del apartado de informacin de refuerzo dela imagen del candidato (datos biogrficos, noti-cias de campaa, sus tomas de postura, etc.), obien en el de movilizacinpara colaborar y actuaren su favor (convocatorias de reunin,recaudacin y vas de colaboracin). El porcentajede ambas ofertas en las pginas analizadas de losprincipales candidatos estadounidenses mostrabaslo un ligero predominio de contenidos derefuerzo. Podra sorprender que en las respuestasdel panel de usuarios de dichas pginas, una

    3 Para el concepto de democracia deliberativa, vase por

    ejemplo, Jon Elster (1998) y Nino (1997) entre losprincipales formuladores internacionales de esta revisincontempornea de la teora de la democracia. Laciberdemocracia, tal y como personalmente propongodefinirla, sera el tipo especfico de democracia electrnicaque permite la realizacin prctica por va digital de lademocracia deliberativa, ya que se tratara de el conjuntode prcticas comunicativas, mediante el uso de las NuevasTecnologas de la Informacin y la Comunicacin, que

    permiten ejercer una comunicacin poltica entre todos losactores polticos interesados, bajo las condiciones detransparencia, ciberpolaridad e inclusividadcvica uni-versal.

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    abrumadora mayora declarara consultarlas enbsqueda de informacin de refuerzo y slo unaminora mencionara la bsqueda de loscontenidos de movilizacin. La presencia de tan-tas opciones de este ltimo tipo, escasamenteutilizadas, parecera un derroche de herramientas.Sin embargo, la minora que las emplea puedeproducir un gran efecto multiplicador. As porejemplo, un 11% de los consultados declarabaque los avisos del candidato recibidos por correoelectrnico (a los que haban estado suscritos)les haba hecho sentirse mucho ms involucrados,llegando la mayora de ellos a participar comovoluntarios en diversas actividades de la campaa.Este pequeo grupo realmente movilizado resul-ta mucho ms decisivo, como factormultiplicador, de lo que indica a primera vista suescaso porcentaje.

    II. EL CASO ESPAOL. DESDE LOS PRIME-ROS PASOS A LA CAMPAA DE 2008

    Las primeras incursiones de partidos polticosespaoles en el ciberespacio fueron algo mstardas que las arriba comentadas, tal y comocorresponde a una incorporacin ms retardada ylenta a la World Wide Web. El partido pionero enabrir un sitio web en Espaa fue ConvergenciaDemocrtica de Catalunya (CDC)4, que inaugurel suyo el 11 de septiembre de 1995,

    convirtindose, segn una nota de su gabinete deprensa, en el decimoquinto partido poltico europeoque contaba con una (10 anys de Convergncia aInternet, 2005).

    El 6 de noviembre de 1995, Uni Democrticade Cataluya (UDC), socio de coalicin electoraldel anterior5, registr su propio dominio, si bienno llegara a hacer efectiva su presencia en la Redhasta unos meses ms tarde. Por su parte losprincipales partidos espaoles de mbito estatalregistraron sus dominios en los primeros mesesde 1996 antes incluso de las elecciones generalescelebradas en marzo , pero no llegaron a colgar

    sus webs hasta unos meses despus, sin que nilos websmaster actuales, consultados para con-firmar el dato, hayan podido identificar la fechaexacta de sus respectivas inauguraciones efectivasen la Red6.

    Por lo que se refiere a pginas virtuales depolticos individuales, y al margen de algunas deparlamentarios de relevancia poltica secundaria,la primera incursin de webs polticas de lderescon alguna trascendencia meditica ocurri en abrilde 1998, durante el proceso interno de seleccindel nuevo Secretario General del PSOE, en quelos dos competidores, Joaqun Almunia y JosepBorrell, colgaron sus respectivas pginas(ROCAMORA, 2001, p. 9).

    No ser sin embargo hasta el ao siguiente, al

    inicio de la campaa para el Gobierno Autnomode Catalua, en octubre de 1999, cuando seprodujo un despliegue general de websites delos principales partidos, con un relativo eco en losmedios periodsticos convencionales. En ese mo-mento se observ ya una incipiente ciberestrategiaa la americana, destacando en ello el aspirantedel Partido Socialista de Catalua, Pascual Maragally su partido, que desplegaron salvapantallas ydiversos gadgets virtuales y contaron con otras

    4 Partido nacionalista cataln y de centro derecha que,tanto para elecciones generales como autonmicas, se

    presenta slo en el territorio de esa Comunidad Autnoma,siempre en coalicin con otra formacin de ideologa simi-lar, Uni Democrtica de Catalunya (UDC).

    5 Partido que forma coalicin electoral con el anterior.Dicha coalicin concurre bajo las siglas CIU a comiciosestatales y autonmicos exclusivamente en territoriocataln.

    6 Segn las consultas realizadas a los responsables de losprincipales partidos, junto con las confirmaciones realiza-das en el sitio web https://www.nic.es (acesso em2.ago.2009), en ambos casos por mi ayudante deinvestigacin Eva Campos, las formaciones de IzquierdaUnida (IU), Partido Socialista Obrero Espaol (PSOE) yPartido Popular (PP) dieron de alta su dominios los das 9,13 y 24, respectivamente, del mes de febrero de 1996. Porsu parte, el Partido Socialista de Catalua (PSC), federadoal PSOE como representante de su formacin ideolgica enCatalua, registr su dominio el 21 de mayo de ese mismoao. Todos ellos tardaron hasta la primavera, el verano oincluso los ltimos meses de 1996 para colgar alguna pgi-na en la Red, segn han mencionado las referidas fuentesconsultadas. Otros autores (PEYTIBI, RODRGUEZ &GUTIRREZ-RUB, 2008, p. 2) mencionan que el Parti-do Socialista de Catalua habra inaugurado tambin su

    pgina en septiembre de 1995 e indican a la coalicinCIU, en lugar de al miembro de la misma, CDC, como elotro grupo iniciador en aquella fecha. Sin embargo, lo ciertoes que, segn la indagacin realizada por Eva Campos, elPSC dio de alta su dominio (como www.psc.es, acesso em2.ago.2009) el 21 de mayo de 1996, y segn noticias

    publicadas en noviembre de aquel ao, las Juventudes So-cialistas de Catalua reclamaban al partido que creara una

    pgina en Internet, por lo que resulta absurdo suponer questa hubiera sido inaugurada un ao antes.

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    pginas electrnicas autnomas de simpatizan-tes para atacar sarcsticamente a sus adversarios(DADER, 2003, p. 325).

    Sin duda, la primera campaa electoral de

    mbito nacional con utilizacin generalizada dewebsites de partidos fue la de las EleccionesLegislativas Generales del ao 2000, en la que to-dos los grupos polticos principales y hasta algunosextraparlamentarios disponan ya de pginaelectrnica, aun cuando sta fuera muy modestaen algunos casos. Ya entonces surgi la tendenciaentre los principales partidos de crear de formacoyuntural y asociada a la pgina principal de laorganizacin poltica, una pgina personal de sucandidato para la Presidencia del Gobierno, msdedicada a lbum fotogrfico, detalles biogrfi-

    cos y declaraciones de dicho candidato. Convienerecordar aqu que, a diferencia de otras democra-cias de sistema presidencialista o de cultura pol-tica en la que el peso del partido poltico es muyinferior al de su lder principal, en las democraci-as parlamentarias como la espaola, la direccinorganizativa de la campaa sigue dependiendo delpartido, y as se refleja tambin en la mayordimensin y permanencia de la website de laorganizacin frente a la secundaria y temporal dellder. El personalismo del mximo dirigente haavanzado muchsimo en Espaa, como en el res-

    to de las sociedades contemporneas, hasta elpunto de some ter a su co rres po nd ienteorganizacin poltica a una gran sumisin. Pero latradicin an establece que sea la formacincolectiva la que mantenga una pgina web abiertade manera permanente y con contenidos muy di-versos, en los que sin duda se practica un culto allder. La pgina personal del candidato principalse concibe, en cambio, como una herramientasecundaria que queda clausurada o sinactualizacin tras el trmino del proceso electoral.

    Las elecciones del ao 2000 mostraron ya la

    utilizacin consolidada de las webs de los parti-dos como nueva herramienta de campaa y dieronocasin tambin a que los medios periodsticosconvencionales reflejaran en su cobertura el nuevofenmeno de la campaa en Internet, peroocupndose ms de los detalles anecdticos quede un autntico seguimiento de sus contenidos.Asimismo proliferaron entonces pginas de ata-que a los polticos y partidos adversarios, creadaspor individuos part icular es probab lementecercanos a los equipos de los partidos beneficiarios

    del ataque, pero registradas a nombre de personasdesconocidas. Las ocurrencias satricas de estosenclaves eran a veces ms comentadas en losmedios periodsticos tradicionales que loscontenidos de las webs oficiales de lasorganizaciones polticas.

    En cuanto a la audiencia de dichas webs, losdatos declarados a Hernndez Martnez (2001, p.86) por los webmaster de los propios partidosconfirmaban unas audiencias minsculas: unas2 481 visitas diarias para el entonces gobernantePartido Popular, entre 7 300 y 2 500 segn losdas ms o menos intensos para el principal gru-po de oposicin, el Partido Socialista, y slo 277visitas en el da de mayor afluencia para la terceraagrupacin de alcance nacional, Izquierda Unida.

    Para un pas que tena entonces un censo electoralde casi 34 millones, el total de visitantes de cadauna de las principales webs de partidos duranteel ltimo mes del proceso electoral no alcanzabasiquiera el 0,005%de los electores, y esosuponiendo que una buena parte de los visitantesno fueran los mismos en reiteradas ocasiones. Noobstante, y ms all del inters por mostrar unaimagen de modernidad tecnolgica, la principalfuncin buscada por aquellas pginas era convertiren noticia algunos actos realizados en la Red como la apertura oficial de campaa en la website

    del partido , que se les comunicaba de manerasimultnea a los medios en rueda de prensa. Aunas los periodistas dedicados a la cobertura electoraltampoco parecieron aprovechar a fondo esa nuevafuente de informacin y slo dedicaron algunosreportajes a las novedades virtuales, encuadradosen la descripcin del ambiente de la campaa(DADER, 2003, p. 326-329).

    El proceso electoral de 2004 arranc conplanteamientos parecidos en cuanto a la estructuray orientacin de las webs de partidos y candida-tos, as como por la atencin secundaria otorgada

    por los medios convencionales. La audiencia deInternet haba crecido, en consonancia con el au-mento general de poblacin con acceso habitual ala Red (entre un 29 y un 33% de las personasmayores de 14 aos en aquel momento, segn lasprincipales empresas de medicin). Pero losescasos datos disponibles sobre visitas directas aforos polticos y pginas de partidos seguanreflejando un trfico muy minoritario en dichosector, probablemente constreido a militantesmuy activos, dirigentes polticos y periodistas

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    especializados. Segn una encuesta del Centro deInvestigaciones Sociolgicas el principal orga-nismo oficial de medicin de la opinin pblica ,realizada un par de meses despus de aquellaselecciones, slo el 16% declaraba buscarinformacin poltica en Internet de vez en cuandoy slo llegaban al 2% de la poblacin adulta quienesreconocan haber participado alguna vez en un foroo grupo de informacin poltica en Internet.Respecto a datos directos de acceso a pginas departidos, una cuestionario enviado por el autor deeste artculo a los webmaster de todos los parti-dos parlamentarios, slo fue respondido por la yacitada coalicin catalana Convergencia i Uni(CIU). Este grupo poltico declaraba haberrecibido unas 800 visitas diarias durante el mes delas elecciones (marzo de 2004), si bien hay querecordar que tal coalicin electoral se presenta sloen Catalua (lo que abarca poco ms del 15% delelectorado espaol). El webmaster de este mismogrupo estimaba en un 2% el volumen total depoblacin adulta espaola que visitaba algunawebsite de partidos polticos en aquella poca(DADER, 2008, p. 163-165).

    Los rasgos anteriores indicaban unaimportancia muy dbil de la campaa electoraldesarrollada en la Red, e incluso haba disminuidoel nmero de noticias y reportajes dedicados a ella

    por los medios convencionales, al no considerarya tan novedoso el fenmeno. Podra decirse quemedios de comunicacin y partidos habanretornado a un tratamiento convencional delproceso, con la atencin centrada en la posibilidadde debates en televisin, la presencia en losprincipales informativos y las disputas habitualespor el control de la agenda periodstica. Perocuando todo apuntaba a un fin de campaa sinapenas protagonismo ciberntico, los atentadosislamistas que produjeron casi 200 muertos envarios trenes cerca de Madrid, alteraron por com-pleto la situacin y produjeron un aumentoespectacular del uso de Internet en constanteretroalimentacin con el intenso incrementotambin de las audiencias de radio y televisin.

    La incgnita inicial sobre la autora de los aten-tados y la ansiedad de la poblacin por averiguarel mayor nmero posible de detalles de la tragedia,a tan slo tres das de la celebracin de unaselecciones generales, provoc una demanda masivade informacin que, en la medida en que no podaser satisfecha por los medios tradicionales porel ms lento proceso de verificacin de datos en

    el periodismo profesional y la cautela de las fuentesoficiales para ir confirmando resultados de lainvestigacin policial , gener una ansiedad so-cial sin precedentes que desencaden unaexpansin descomunal del trfico informativo ycomunicacional en Internet.

    La redistribucin de rumores de todo tipo, juntocon datos ms o menos confirmados provenien-tes de mltiples fuentes consultables en Internetdesplaz en gran medida la atencin informativadesde los grandes diarios y cadenas de televisina los diarios digitales, la prensa extranjera accesibleen la Red y todo tipo de plataformas decentralizacin de informaciones ciudadanas y fo-ros de conversacin popular, en un fenmeno quealgunos autores (SAMPEDRO, 2005) han llamado

    deliberacin celrica o apresurada.Dicho fenmeno estuvo permanentemente

    retroalimentado con y desde algunas emisoras deradio y televisin que o bien acusaban al Gobiernode ocultar datos relevantes o bien informaban endirecto de las concentraciones en la calle que seiban produciendo . La informacin audiovisual,sobre todo radiofnica, pasaba a su vez a estimu-lar los focos informativos activados en Internet,tanto por correos electrnicos personales comopor diversas plataformas digitales, as como el usode telfonos celulares para convocar

    concentraciones. Frente a quienes han sostenidoque las Nuevas Tecnologas (mensajes SMS portelfonos celulares) e Internet fueron los trans-formadores fundamentales de los estados deopinin pblica de esos das, personalmente hesostenido (DADER, 2008 y 2006) que lasmovilizaciones populares y los probables cambiosde intencin de voto no se habran producido sinuna confluencia entre el seguimiento intenso yconstante, por un lado, de algunas emisoras deradio y canales de televisin en algunos mo-mentos con mtodos caractersticos de la agitacin

    populista , y por otro la redifusin y reformulacinde informaciones en Internet y mensajes a travsde celulares, que a su vez se convertan en noticiapara los alud idos medios au diov isua le sconvencionales. Tales procesos de movilizacinpopular tecnopoltica, si bien respondieron enmuchos casos a reacciones espontneas(SAMPEDRO, 2005), tampoco fueron ajenos a lacolaboracin cuando menos , reconocida in-cluso por algunos dirigentes, de las lites de parti-dos de la oposicin, que se beneficiabanelectoralmente de la reaccin airada contra el par-

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    tido hasta entonces gobernante. Hay que restarparte del protagonismo, en consecuencia, a laromntica idea difundida de una explosin popu-lar exclusivamente surgida de manera espontneadesde las masas ciudadanas.

    Como he planteado en otros escritos (DADER2008; 2006), la situacin lmite provocada porlos atentados del 11 de marzo de 2004 puso derelieve tanto las potencialidades positivas comonegativas de una comunicacin multilateral ci-berntica en estado de crisis mxima en el senode una democracia dbil: en aquellos momentosfue evidente la insuficiencia de la informacinoficial sobre los hechos acuciantes, tanto porineptitud informativa de las autoridades como porimposibilidad real de confirmaciones fehacientes

    de datos a la velocidad demandada por lapoblacin en vsperas de unas elecciones7. Igual-mente, los medios periodsticos tradicionales nopudieron identificar y distribuir la informacinrigurosa que la sociedad reclamaba a la velocidaden que era demandada, en medio de una tensinemocional desaforada. La deliberacin ycomunicacin poltica desarrolladas en aquelmomento por los cauces institucionales otradicionales (medios periodsticosconvencionales) puso de relieve la situacin deuna democracia dbil. Pero la sustitucin o

    combinacin de ese sistema global de intercambioinformativo por y con el improvisado dentro deInternet, desat muchas patologas (agitacinemocional, noticias falsas, especulaciones eimputaciones exageradas o sacadas de contex-to) que tampoco encauzaron la discusin pbli-ca hacia una verdadera democracia deliberativa.Hubo sin duda una deliberacin celrica, perono precisamente un pluralismo deliberativo bajogarantas de rigor y bsqueda constructiva desoluciones.

    Desde el punto de vista del papel jugado porInternet en la actividad poltica y especficamenteen el desarrollo de las campaas electorales, elmedio ciberntico y las nuevas tecnologas seconvirtieron en factor muy importante aunqueligado a la amplificacin y retroalimentacinejercida por los aludidos medios audiovisuales. Enese sentido, la Internet se revel como una fuerzainsospechada para alterar los procesos polticos yelectorales, pero no a travs de las pginas webde los partidos polticos que apenas tuvieronprotagonismo ni seguimiento en esos das (lapropia campaa electoral haba quedado oficial-mente suspendida), sino a travs de las accionesen la Red de todo tipo de movimientos sociales ygrupos ms o menos organizados.

    Aunque de manera extrema y en condicionesexcepcionales, los usos comunicativos de aquellosdas adelantaron algo que ha empezado aconfirmarse de manera mucho ms moderada enel proceso electoral de 2008 y que sin duda se irconsolidando en futuros comicios: que el impactoelectoral de la tecnopoltica en Internet tendrimportancia creciente en la medida en que se pre-sente como un fenmeno multilateral deintervenciones combinadas de webs de partidos,comunidades virtuales, redes de blogs,marketing viral y otras manifestaciones

    retroalimentadas con los medios periodsticos yaudiovisuales convencionales. Dicho escenario dela comunicacin virtual es adems el que encajade manera natural en el terreno ciberntico con elmarco general que algunos han comenzado allamar, en el mbito electoral, de campaaspostfordistas8. Pero el impacto de pginas polti-cas especficas ser muy minoritario o secundariomientras se mantenga como intervencin aisladao capaz de generar tan slo esferas decomunicacin pblica perifrica.

    El uso de las webs de los partidos polticos

    espaoles tras aquellas fechas, a lo largo de losaos 2004 y 2005, vino a confirmar la situacinde atona y falta de incidencia en el espacio pbli-

    7 Convendra comparar por ejemplo cmo en los atenta-dos islamistas de Londres del 7 de julio de 2005 la policatard cuatro das en confirmar la autora islmica del crimen,un da ms en confirmar el hallazgo de un primer terroristasuicida, hasta el 16 de julio no se confirm la identidad delos terroristas suicidas y a fecha del 18 de julio, slo sehaba facilitado la identidad de 26 fallecidos de los 56 cad-veres que a esa fecha iban computados (cf. por ejemplo, laHemeroteca deEl Pas.comde julio de 2005). En Espaa,en cambio, los retrasos de unas horas en la confirmacin dedatos dieron lugar a las ms radicales acusaciones al Gobiernode ocultacin y mentiras.

    8 Algunos autores como Denver y Hands (2000) hanllamado postfordistas a las nuevas campaas electorales

    por su integracin flexible de mltiples agentes que producenmensajes especficos en continuo proceso de adaptacin yen compenetracin y conflicto con las intervencionescolaterales de otra serie de actores polticos y ciudadanosque inciden en campaa a travs de sus propias iniciativas.

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    co central, cuando sus contenidos no forman partede un fenmeno multimedia y de sinergia global.Un estudio exploratorio realizado por Dader yAyuso (2008) sobre la estructura de las webs delos nueve principales partidos parlamentarios envarios momentos del citado perodo vena a mos-trar que nuestros partidos seguan concibiendo suspginas digitales de manera bastante arcaica, auncuando el aspecto esttico y de apelatividad visualhaba experimentado un notable avance. Se tratabaen efecto de pginas desligadas de lacomunicacin meditica general por su escasacapacidad para atraer la atencin de los mediosconvencionales, de enclaves elitistas yautorreferenciales dadas las modestas cifras ande usuarios generales de Internet y mucho msminoritarias en el caso de las pginas polticaspartidarias , con muy insuficientes ejercicios detransparencia e interactividad, casi nula facilitacinde la deliberacin ciudadana y una proyeccin casiexclusiva hacia la autopromocin propagandsti-ca slo apetecible para pequeos sectores de mi-litantes y simpatizantes. Adems de suministrarun material de refuerzo bsico a los ya convenci-dos con una aportacin muy deficiente en cuantoa mayor profundidad sobre idearios,argumentacin intelectual o documentos tcnicosde respaldo a las posiciones de cada partido , sededuca del anlisis que el otro pblico buscado

    eran exclusivamente los medios de comunicacina quienes se trataba de reiterar unas notas de pren-sa que en realidad ya les haban sido suministradaspor los cauces tradicionales de contacto.

    III. LAS WEBS DE PARTIDOS ESPAOLESEN LA CAMPAA DE 2008 Y EL NUEVOMARCO DE LA TECNOPOLTICAMULTIMEDIA

    Para estudiar ms sistemticamente laestructura de contenidos de este tipo de websiteselectorales en Espaa, el equipo constituido por

    Dader et alii (2009), dentro del Proyecto deInvestigacin dirigido por Vctor Sampedro(2007), est culminando, en el momento deredactar este texto, una investigacin cuantitativay cualitativa sobre los archivos grabados de unaserie de das de las webs completas de los ochopartidos principales y las pginas individuales delos tres lderes ms destacados, entre el 15 deenero y el 9 de marzo de 2008, fecha decelebracin de las elecciones generales. Asimismo,el resto de subgrupos del equipo viene analizandootros aspectos de la campaa en Internet, medi-

    ante encuestas a internautas, grupos de discusin,blogs de activistas y de comunicadores sociales ymovimientos sociales.

    En la parte especfica sobre los websites de

    los partidos, la metodologa empleada actualiza yrefina en algunos aspectos el sistema de anlisiscuantitativo empleado en la indagacin anterior(DADER & AYUSO, 2008), manteniendo comograndes dimensiones de cuantificacin compara-da las cuatro siguientes: 1) Suministro deInformacin; 2) Interactividad; 3) Sencillez de Usoy Actualizacin y 4) Esttica y Atractivo Persua-sivo.

    Los resultados preliminares, a falta de undesglose y revisin pormenorizada, an nodisponible (DADER, VIZCAINO, CAMPOS y

    CHENG, 2009, en prensa), vienen a confirmar lashiptesis de partida, segn las cuales, los partidospolticos espaoles han experimentado un impor-tante avance en la dimensin de Esttica yAtractivo Persuasivo, presentan nivelesaceptables con mejora en algunos aspectos en Sencillez de Uso y Actualizacin, ofrecen unrepertorio muy completo en algunos sectores dela dimensin Suministro de Informacin (sobretodo los partidos de mayor envergadura yprotagonismo parlamentario) y siguen teniendograndes lagunas en la dimensin de

    Interactividad.

    A su vez, la presencia de los aspectos medidosdentro de cada dimensin (cada una integra 20aspectos distribuidos igualitariamente en cincobloques jerarquizados), no es homognea, y porejemplo, en el apartado de Suministro deInformacin casi todos los partidos obtienen ni-veles mximos o muy altos en el suministro denoticias de actualidad de la campaa,autopresentacin del partido e informacin exter-na sobre organizaciones vinculadas, pero en cam-bio carecen de contenidos o son muy pobres endocumentacin tcnica sobre polticas sectorialese informacin de contexto y argumentacin mselaborada. En las tres primeras dimensiones seaprecia como tnica general que las subcategorasde mayor valoracin jerrquica por implicar ni-veles ms profundos o sofisticados de oferta ,presentan resultados ms endebles en la mayorade los websites estudiados. As ocurre en el casode la informacin de contexto dentro de ladimensin de Suministro de Informacin, de lasherramientas de participacin e interaccin

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    ciudadana dentro de la dimensin deInteractividad, y de repertorio de enlaces(links) en el captulo de Sencillez de Uso yActualizacin. Por otra parte, la transparencia,que es una componente que afecta a indicadoresdistribuidos de manera transversal entre variasdimensiones, deja mucho que desear en el casode algunos partidos, que apenas facilitan datos ofotografas de sus principales dirigentes, colocande forma poco visible o en pocas secciones de laweb las direcciones de contacto, o en el casode todos ellos , no facilitan un contador de visi-tas.

    A travs del anlisis cualitativo complementariose observa tambin de manera preliminar unaorientacin preferente hacia la satisfaccin de las

    funciones de difusin y propagacin informati-va y de persuasin y emotividad. Respecto alas funciones de sencillez de uso y ayuda instru-mental y de transparencia informativa y deautopresentacin, encontramos resultadosintermedios o incluso contradictorios por algunasde las deficiencias de transparencia antessealadas. Por ltimo, donde se acumulan lasmayores carencias es en las funciones demovilizacin y reclutamiento y funcindeliberativa y participativa.

    Para comprender mejor la situacin global de

    los websites de los partidos polticos espaoles,merece la pena comentar el contraste observadoentre los enclaves electrnicos de los partidos ylos complementarios preparados para losprincipales candidatos a la presidencia delgobierno. Segn qued reflejado pginas atrs,conforme a la tradicin de los sistemas depredominio parlamentario, los partidos han tendi-do a concentrar su mayor variedad y estabilidadde recursos cibernticos en torno al sitio webdel partido, mientras que una pgina especficadel lder principal se concibe como una herramienta

    coyuntural y secundaria (en el proceso de 2008se dio, por ejemplo, la paradoja de que la pginacreada para el candidato principal de IzquierdaUnida, Gaspar Llamazares, estuvo un tiempo fun-cionando de manera independiente, sin queapareciera un enlace a ella desde la web del gru-po poltico, y slo en la ltima fase de la campaase mostraba de forma destacada dicho enlace des-de la web del grupo).

    Durante esta campaa, las pginas de los lde-res principales fueron construidas con un mayor

    despliegue de recursos, reservando adems paraellas las innovaciones ms espectaculares ycapaces de suscitar eco meditico (como robotsque ofrecan respuestas-tipo a cualquier preguntade los internautas, sistemas de recogida de datospara la realizacin posterior de llamadas telefnicascon mensaje del candidato, despliegue de vdeospublicitarios de la campaa, etc.). Se pudo ver asque mientras la pgina del partido continuabasiendo un recipiente muy extenso y complejo decontenidos, que intentaba cumplir al mismo tiempofunciones muy diversas de informacin,argumentacin, relacin y persuasin poltica, laspginas personales de los candidatos estaban com-pletamente volcadas hacia los aspectos persuasi-vos y de marketing electoral, con contenidosmucho ms ligeros y sencillos de abarcar, y porello mismo mucho ms impactantes y capaces desuscitar la atencin meditica general.

    Podra distinguirse as entre una orientacinligera y sin duda ms atractiva para pblicosjuveniles de las pginas individuales de los can-didatos a la presidencia del Gobierno, y laorientacin ms pesada de aportaciones msslidas y de mayor despliegue temtico en los sitiosweb de cada partido. Con independencia de lavaloracin que cabra hacer de ello en trminosde una concepcin deliberativa y de discusin ra-

    cional de la democracia, el enfoque msimpactante aunque tambin ms superficial de las pginas de candidatos parece enlazar mejorcon las tendencias que han experimentado mayorxito en la Red y seguimiento multimedia encampaas recientes, como las de Nikols Sarkozyy Segolne Royal en Francia, Barack Obama yHillary Clinton en Estados Unidos.

    Sin embargo, tambin en esto los candidatosespaoles del proceso electoral de 2008 handemostrado una utilizacin todava tmida e insu-ficientemente desarrollada, que no ha sabido

    explotar a fondo las funciones persuasivas y dedinamizacin relacional para las que esas nuevasherramientas parecen ms dotadas. Result inau-dito, por ejemplo, que ninguno de los dosprincipales candidatos a la presidencia (Jos LuisRodrguez Zapatero por el PSOE, y Mariano Rajoypor el PP) contaran con un blog personal en supgina. Frente a es ta carencia resulta muyinteresante recordar cmo Barack Obama, a lolargo de toda su campaa, vino situando el blogpersonal en el centro de su pgina, de forma muchoms destacada a cualquier otro contenido, mos-

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    trando adems un seguimiento constante conrespuestas seguramente preparadas por su equi-po de atencin a esta herramienta , que indicabana los internautas visitantes que la conversacincon el candidato o su equipo , era realmente uneje central de su campaa. En ese sentido convienetambin resaltar que, aunque otros candidatosestadounidenses en el mismo proceso presidenci-al como John McCain y Hillary Clinton, tambincontaban con un blog dentro del repertorio derecursos de su pgina, ningn otro lleg aconcederle la preponderancia formal y deutilizacin que otorg Obama al suyo.

    Otro detalle que ilustra esa utilizacin titube-ante o no demasiado asimilada de nuevos recur-sos en las webs de los candidatos espaoles es

    el protagonizado por la pgina de Mariano Rajoy,candidato del Partido Popular, y su iniciativa deTu propuesta en 30 segundos: cuando faltabaalgo ms de un mes para el da de la votacin, lapgina personal de este candidato lanz unaherramienta en la que, tras solicitar un nombre yun nmero de telfono al visitante, un vdeomostraba una reunin simulada del equipo diri-gente del Partido Popular. El lder Rajoy escribaen una hoja el nombre previamente facilitado porel visitante de la web y deca que faltaba esapersona en la reunin, por lo que acto seguido

    proceda a iniciar en la escenificacin una llamadatelefnica. En ese momento, un sistema de robotrealizaba una llamada real al telfono que el visi-tante haba proporcionado y, en efecto, la personaque reciba dicha llamada se encontraba con lavoz grabada del lder que le deca, Hola, soyMariano Rajoy, dnde te has metido? Te estamosesperando pero si no puedes llegar, yo lo que tepido es que nos mandes tus ideas a mi pginaweb. Un saludo y un fuerte abrazo (cf.ORTEGA, 2008).

    La iniciativa result tan impactante que de

    inmediato se convirti en noticia de apertura delos boletines informativos de diversas cadenas detelevisin y, en efecto, provoc con gran rapidezun masivo nmero de accesos a la pgina del can-didato para generar las correspondientes llamadas.Los participantes eran en unos casos simpatizan-tes del Partido Popular interesados en contactarcon su lder, y en otros autores de bromas entreamigos que pretendan sorprender a personas com-pletamente contrarias a ese partido con la llamadatelefnica de peticin de colaboracin del candi-dato menos cercano a sus puntos de vista. La ini-

    ciativa, si embargo, muri de xito: el partido, quehaba previsto un presupuesto para estas llamadasa lo largo de varias semanas, lo agot en tan slo48 horas, por lo que tuvo que clausurar el procesoy reconvertirlo en una ms anodina y simplepeticin de direccin electrnica, que ya no surtalos efectos de implicacin y comentario generales.La ruptura de la concatenacin entre pgina web,llamada telefnica, conversaciones interpersonalespara proponer nuevas llamadas o comentarlas luegocon el sorprendido receptor, adems de la cobertu-ra meditica de todo ello, volva a recluir la iniciati-va al mundo virtual y le privaba de su eficacia ori-ginaria. Por otra parte, la cuestin de fondo de lainiciativa solicitar propuestas a los ciudadanos,ya fuera ideas para el programa o realizacin devdeos domsticos entre los que elegir alguno paraincorporarlo a los vdeos electorales del partido ,no tuvo en ningn momento un espacio depresentacin en las web del partido o el candida-to, por lo que la iniciativa se revelaba como unaestratagema publicitaria en lugar de responder a unaoferta real de participacin.

    De modo paralelo, hubo otra iniciativa en lapgina del lder de Izquierda Unida, GasparLlamazares, que tambin pone de relieve el nuevoenfoque de las acciones comunicativas en la Redconcebidas para saltar a los medios convencionales

    y obtener as un eco global. En el caso espaol de2008, sin embargo, estas tcticas no llegaron aexperimentar la intensidad o la orientacinnecesarias para convertirse en xito de campaa.La pgina www.gasparllamazares.es, antes yamencionada, present a falta tambin de poco msde un mes para la cita electoral, un mueco llamadoGaspi, alter ego del propio Llamazares, candi-dato principal de la coalicin Izquierda Unida, quedesarrollaba cada da una accin simblicapresentada mediante un vdeo de animacin decorta duracin. El lanzamiento del mueco ani-mado se realiz simultneamente en la red virtualde Second Life donde este candidato venadesarrollando otras iniciativas desde tiempo atrs, y en el canal de vdeos de Youtube que, comoel resto de partidos, Izquierda Unida haba abiertomeses antes. Dicho lanzamiento disfrut tambinen los primeros momentos de cierto eco entelevisiones, radio y prensa, pero rpidamenteperdi protagonismo en el mundo meditico con-vencional y slo obtena alusiones secundariashasta el da en que el mueco Gaspi dedic suactuacin virtual a quemar sendas fotografas de

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    la familia real espaola y del Papa (cf., por ejemplo,Gaspar Llamazares pide disculpas por la imagendonde aparece quemando la foto de la FamiliaReal, 2008). Las crticas recibidasdesembocaron en publicidad colateral bsicamenteperjudicial para el grupo poltico, por lo que tuvoque acabar emitiendo una nota de disculpa y reti-rando el vdeo de la Red.

    Intervenciones como las reseadas ponen derelieve que el uso de Internet por los partidos po-lticos en la campaa electoral de 2008 en Espaaya no estuvo exclusivamente centrada en los sitioswebs de los partidos, sino que apuntaba hacia lamisma proliferacin de formatos complementariosen plataformas diversas, con pretensin de saltohacia los medios convencionales y la atencin

    pblica popular. Se trataba de una estrategia quela campaa presidencial francesa de 2007 y elproceso de primarias estadounidense haban idoavanzando.

    A partir de mayo de 2007, los partidos polti-cos espaoles haban ido abriendo canalestemticos propios en Youtube, al objeto de ir pre-parando una plataforma electoral desde la que di-fundir sus vdeos de publicidad o propagandaelectoral de forma mucho ms amplia que elestrecho cauce que facilita en las televisiones p-blicas la regulacin electoral vigente. De hecho,

    estos canales en Youtube haban venido sirviendo,junto con otras formas diversas de difusin enInternet, incluidos los sitios web oficiales, paramantener sobre todo entre los dos principalespartidos, PSOE y PP , la llamada Guerra de losVdeos, con episodios muy comentados en losmedios convencionales de documentosaudiovisuales de ataque, rplica y contrarrplica,de gran intensidad y reiteracin, como mnimo apartir de 2006. Fruto de esa misma tendencia habasido el lanzamiento de la televisin del PSOE enseptiembre de 2006. Se trata de un canal de vdeos

    informativo-propagandsticos y publicitariosasociado al sitio web del partido. En l se presentamaterial retransmitido bajo cierta estructura deprogramacin, junto con otro material archivadoque puede ser visto y descargado a voluntad delinternauta visitante. El resto de los partidos habaimitado, con mayor o menor intensidad, lafacilitacin de una amplia seccin de documentosaudiovisuales en sus web y el salto al canaltemtico propio en Youtube no era sino una formade diversificar esa presencia.

    Finalmente, otras dos evidencias destacablesde la bsqueda de los partidos espaoles de unaocupacin ms extensiva y diversificada del espaciovirtual en la campaa electoral de 2008, han con-sistido en la organizacin de redes de blogs vin-culadas con cada partido y el establecimiento decomunidades virtuales o redes sociales de simpa-tizantes en enclaves como Facebook, Tuenti y si-milares. Aunque tambin en esto, la experienciaespaola de 2008 ha demostrado una explotacindemasiado tarda e indecisa de dichos recursos.

    En el caso de las redes de blogueros afines,slo el PSOE acab mostrando en su pgina webuna estructura robusta y con indicativo de enlacebien visible en su pgina digital de inicio (enlazandoal agregador de blogs creado al efecto,

    www.blogosferaprogresista.es)9. Sin embargo,dicho enlace no lleg a incluirse en el sitio web del

    partido hasta bien entrada la fase final de la campaa(febrero de 2008). Por su parte, el PP, poda con-tar como punto de partida con la amplia red deblogueros que desde bastante tiempo atrs seidentifican en trminos ideolgicos con losplanteamientos del partido (las llamadas red libe-ral y liberalismo.org). Sin embargo, no mantuvocon ellas una vinculacin orgnica o coordinacin,siquiera, por lo que la pgina oficial del partido noestableca ningn enlace a las mismas10. En su

    lugar, en una seccin de su web oficial tituladaBlogs y pginas personales a la que slo seaccede en un tercer nivel de entrada , se ofrecaun listado de pginas personales y blogs de diver-sos militantes, responsables secundarios del par-tido y autoridades locales pertenecientes a l.

    Por lo que respecta a las comunidadesvirtuales o redes sociales, ni en la web oficialdel PSOE ni en la del PP haba anuncios de lasmismas, reservando el enlace a ellas en las pgi-nas personales de los dos candidatos. En la lneade diferenciacin apuntada entre las pginas de

    los lderes frente a las de sus partidos pareceprioritario que los enlaces a las comunidades

    9 Como mencionan Peytibi, Rodrguez y Gutirrez-rub(2008), este agregado de blogs aglutin cerca de 1 000

    bitcoras, presentndolas en una estructura de consultatemtica y geogrfica.

    10 Peytibi, Rodrguez y Gutirrez-rub (2008) describentambin el complejo proceso de conflictos ideolgicos vi-vido en el ltimo ao en el seno de los blogs vinculados demanera ms o menos informal al centro derecha espaol.

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    virtuales aparezcan de manera muy destacada enlas pginas de los primeros. Pero resulta absurdoque las pginas de sus respectivos partidos pierdanla oportunidad de anunciar tambin de formanotoria ese otro recurso de movilizacin electoral.

    En parte debido a este tratamiento timorato delrecurso y en parte tambin al seguimiento an dbilde los cibercontenidos polticos en Espaa, abor-dado ms adelante, no es extrao que elmovimiento de comunidades virtuales en torno alos principales candidatos espaoles siguiera a aosluz del experimentado por las mismas fechas porlos principales contendientes estadounidenses. As,si incluso durante el proceso de primariasestadounidenses se hablaba ya de un milln deamigos en la red pro-Obama11, en Espaa las ci-

    fras de seguidores de Jos Luis RodrguezZapatero y Mariano Rajoy slo cabe calificarlascomparativamente de ridculas, sin que la dife-rencia observada pueda explicarse slo por la di-ferencia poblacional general. En concreto, el 9 demarzo, da de celebracin de las eleccionesespaoles, este investigador entr en la red deFacebook (la ms conocida y masiva de las utili-zadas en Espaa), obteniendo el siguiente cmputoglobal de los diversos grupos creados en favor delos dos candidatos principales mencionados: se-guidores totales de Rodrguez Zapatero (en un total

    de ocho grupos localizados) 5 730; seguidorestotales de Mariano Rajoy (en un total de seis gru-pos localizados) 9 30412.

    En un artculo reciente sobre las novedadescibernticas del proceso electoral de 2008 enEspaa, Peytibi, Rodrguez y Gutirrez-Rub(2008) sintetizan los que consideran los cincocambios ms importantes en la e-campaaespaola: 1. Incremento de la interactividad entreel partido y la ciudadana (con expansin de losblogs y nanoblogs, comunicados de SMS a los

    militantes y simpatizantes, etc.); 2. Bsqueda demtodos de crowdsourcing (mediante la creacinde redes de voluntarios que se ocupan de realizarpor su propia cuenta tareas de apoyo que antesacometa la propia organizacin con un alto coste);3. Intercambio de formatos entre internautas (loscontenidos se pueden bajar y copiar pararedistribuir en blogs, correos electrnicos, etc.);4. Las redes sociales y 5. Las e-campaaspersonales en las que cualquier internauta puedeponer en marcha una propuesta de reivindicacin,de respaldo o inters colateral para un partido, quese ir extendiendo a medida que nuevos internautasla asumen.

    Sin embargo, no puede decirse que todas es-tas innovaciones hayan tenido todava un papel

    preponderante y verdaderamente influyente en elproceso electoral examinado. Los propios auto-res citados en el prrafo anterior as lo reconoceny prefieren hablar de incremento de la implicacinactiva de la ciudadana en la campaa, ms que deverdadera transformacin del estilo y estrategiasdesplegadas por los responsables de lasorganizaciones polticas concurrentes. Como heprocurado reflejar con diferentes ilustraciones yargumentos, los partidos polticos espaolesampliaron el repertorio de recursos virtualespuestos en juego, buscando adems generar

    sinergias con la cobertura meditica y lasactividades de campaa desplegadas por las vasconvencionales, que siguen siendo las que definende manera ms decisiva el tono y la agenda dediscusin electoral de la opinin pblica espaola.

    Las innovaciones en Internet y los recursosaplicados en los websites de los partidosexperimentaron un notable avance cuantitativo ycualitativo respecto a la situacin planteada enelecciones previas. Pero como ha quedadoexpuesto, los partidos espaoles no utilizaron apleno rendimiento los enclaves electrnicos de sus

    organizaciones ni fueron capaces de impulsar demanera intensiva el uso sincronizado multimediade diversas plataformas en combinacin con loscanales audiovisuales y de periodismo tradicionalexistentes. Hubo ensayos y vas de transformacinincipientes, como en la facilitacin de vdeoselectorales y de reproduccin de extractos deboletines audiovisuales a travs de Youtube y otrasplataformas similares, pero en ocasiones tambin,las innovaciones corrieron ms a cargo de losmedios tradicionales y los ciudadanos activos

    11 Segn Jos Antonio Vargas (2007), slo el grupoStudentsforbarackObama.com haba reclutado en menosde un mes de actividad, en febrero de 2007, 279 000 inte-grantes de su red y se propona alcanzar la cifra del millnde seguidores para mayo de ese ao. En el mismo momentoexistan unos 500 grupos de apoyo a Obama en la redFacebook.

    12 Por su parte, Gaspar Llamazares, lder de IU, que nofue contabilizado en esta medicin, lleg a reunir, segnPeytibi, Rodrguez y Gutirrez-rub (2008), 100 amigos enFacebook y 1 063 en MySpace.

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    (como con la creacin de canales del Entre Pbli-co de Televisin Espaola para el seguimiento enInternet de la campaa, o diversas pginas creadaspor ciudadanos y periodistas freelancers parainterpelar a los candidatos, recopilar materiales dela campaa o generar anlisis crtico de los asuntostratados durante el proceso electoral)13.

    Por otra parte, la audiencia general de Internety el seguimiento de contenidos polticos en la Redno es lo suficientemente importante todava enEspaa como para que la campaa cibernticapudiera aspirar a incidir de manera significativa.En marzo de 2008 la cifra de usuarios quedeclaraban haber accedido a Internet en el ltimomes (AIMC, 2008), era del 43,7% de la poblacinmayor de 14 aos (tan slo 9,4 puntos porcentuales

    ms que cuatro aos antes en el momento de losanteriores comicios generales). Asimismo, unaencuesta del Centro de Investigaciones Sociolgi-cos (el organismo pblico de referencia para todotipo de estudios sobre la opinin pblica en Espaa),realizada pocos das despus de las elecciones a 6083 entrevistados revelaba que slo el 9,9% de losmayores de 18 aos haban seguido en alguna me-dida la campaa por Internet. A su vez la mayorparte de estos seguidores se haban limitado a con-sultar medios periodsticos digitales y slo algomenos de la cuarta parte de ese reducido grupo (un

    2,5% del electorado espaol, en definitiva) declarabahaber visitado webs de partidos y candidatos (CIS,2008)14.

    Un ltimo dato que complementa la perspecti-va de la dimensin real de la atencin de laciudadana espaola a la campaa en Internetproviene de las estadsticas de Youtube sobre losvdeos electorales ms vistos de los diferentespartidos espaoles en sus correspondientes canalescreados al efecto: conforme a las cifras registradasen las propias pginas de Youtube al finalizar elda previo a las elecciones15, el vdeo ms vistodel PSOE (Con Zapatero vuelve a creer en lapoltica) obtuvo 110 671 reproducciones, y elms visto del PP (La gran mentira de Zapatero)registr 104 576 reproducciones. Teniendo encuenta que el electorado convocado a las urnasera de algo ms de 35 millones de ciudadanos, laescasa magnitud de las cifras aludidas vuelve aindicar una incidencia muy leve.

    Tan escasa audiencia directa no debe por otraparte llevar a perder la perspectiva del impactoindirecto que muchas de las actuaciones vertidasen la red acaban teniendo, cuando a travs deradios y televisiones convencionales, sobre todo,y tambin mediante la prensa de papel, losciudadanos reciben el eco y el comentario sobreesas diversas iniciativas. El continuo salto decontenidos, quiz iniciados en la Red, pero despusreelaborados en otras instancias comunicativaspuede as mismo alcanzar a los propios actos de

    masas de los partidos y las conversaciones parti-culares (el amplio y difuso mundo de losmovimientos de grassroots).

    Puede decirse, por ello, que la campaa enInternet tambin contribuye a establecer el ambi-ente general del proceso electoral y podr incidirtodava ms en el futuro, no slo por el incremen-to que pueda experimentar el acceso general de lapoblac in a In te rnet , si no por la prop iaintensificacin y diversificacin de las ofertas decontacto cvico que los partidos sean capaces dedesarrollar. Si los partidos se limitan a concebir

    sus web como enclaves que miran slo hacia elrefuerzo de sus adeptos y si las iniciativas restan-tes desplegadas en otras plataformas no tienen otroobjetivo que el impacto publicitario efmero, serdifcil que aumente el inters de la poblacin porsus actividades en la Red. Pero una concepcin

    13 Como recuerdan Guillermina Franco y David Garca(2008), adems del canal de elecciones de RTVE, otrascadenas privadas como Antena 3 y la Sexta (adems deTelecino, no citada por estos autores) abrieron sus propioscanales en Youtube para, entre otras cosas, invitar a losciudadanos a grabar sus propias preguntas a los candida-tos, trasladando luego algunas de ellas a dichos polticos enlas entrevistas realizadas por los profesionales de cada

    medio (bien es verdad que de forma muy minoritaria yfrustrando las expectativas generadas). Estos autores citantambin la iniciativa del portal Messenger para ofrecer enformato de buddies el contraste ficticio de las declaracionesde los principales candidatos sobre un mismo tema y otrasiniciativas ciudadanas para contrastar declaraciones o datosde la campaa, como www.discursia.com owww.portalelectoral.es.

    14Estos datos indican un retraso con respecto a la situacinde, por ejemplo, Gran Bretaa de unos cuatro aos. Ward,Gibson y Lusoli (2008, p. 151-153) indican que en 2005 el15% de la poblacin adulta britnica declaraba algnseguimiento de la campaa online lo que representaba el

    28% de los usuarios de Internet en el Reino Unido y sloel 3% declaraba haber visitado webs de partidos.

    15 Observacin personalmente realizada por el autor deeste artculo.

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    REVISTA DE SOCIOLOGIA E POLTICA V. 17, N 34 : 45-62 OUT. 2009

    ms abierta de la informacin e interaccin cvicaque las organizaciones polticas podran ofrecerayudara sin duda a ampliar el porcentaje deciudadanos que decidan utilizar la Red y este tipoespecfico de websites para su informacin ycomunicacin poltica.

    En la incidencia posible de las webs de parti-dos polticos no hay que olvidar tampoco las pe-culiaridades de cada sistema electoral nacional yla cultura poltica existente. Como indican Ward,Gibson y Lusoli, (2008, p. 157-158) para el casobritnico, el sistema mayoritario de pequeascircunscripciones y la maquinaria de los partidosestn all mucho ms centrados en la discusinlocal, por lo que seguirn primando en el ReinoUnido las actividades de contacto a pie de calle de

    los candidatos que compiten en cada pequeoterritorio y las actividades que esos candidatospued an desp lega r tamb in en sus web sindividuales. La importancia de pginas de los l-deres nacionales o de la organizacin central delpartido ser por tanto secundaria.

    En el caso espaol, la habitual tendencia acentrar toda la lucha electoral en una combinacinde la personalidad de los lderes y el referente ide-olgico de los partidos facilita ms la implantacinrelativa de un modelo de corte estadounidense, sibien con una tensin entre la inclinacin ms ide-

    olgico-temtica del sitio web del partido y lams personalista del candidato principal, lo quehasta ahora ha producido cierta confusin oindefinicin estratgica. Pero por encima de ello,la escasa cultura de participacin cvica y decercana de los ciudadanos a la actividad real de lapoltica, dificulta bastante el aumento del interspor la bsqueda de informacin, contacto ydeliberacin con las organizaciones polticas a tra-vs de sus pginas en Internet. Las televisiones ycadenas de radio nacional, seguidas de la prensade papel, parecen seguir manteniendo el

    protagonismo mximo en la definicin del ambi-ente electoral y el tratamiento de los principalestemas, ante lo que no parece, por el momento,que Internet pueda cambiar de forma significativaesa mediadependencia.

    Pero, ms all de los factores ambientales, laspropias organizaciones polticas pueden aportarmucho ms a un posible cambio de rumbo, encaso de plantearse con mucha mayor profundidadqu tipo de funciones quieren suministrar a laciudadana mediante sus nuevos recursos

    cibernticos y si todos sus esfuerzos en dichombito quieren o deben dirigirlos exclusivamentehacia objetivos electoralistas.

    Los partidos polticos y candidatos se enfrentan

    en este terreno a una importante paradoja: comoindican muchos expertos, hay muchas otrasherramientas ms efectivas que los sitios webpara el xito electoral, y por otro lado, la mayorade los recursos desplegados en dichas pginasparecen orientados exclusivamente para retener oganar votantes. Sin la incorporacin de otrasconsideraciones la conclusin derivada de lo an-terior slo conducira a pensar que el recurso delos websites resultar siempre banal o decorati-vo para el objetivo central al que pretenden serviry lo ms aconsejable sera no dedicarles demasia-

    do esfuerzo ni presupuesto.Sin embargo, semejante orientacin

    estrechamente electoralista, pierde de vista el tipode funciones para las que en realidad el recursode los enclaves digitales polticos estn mejor do-tados: la facilitacin de informacin abundante ydetallada, tratada con varios niveles deprofundidad. Se tratara de un servicio que losmedios periodsticos convencionales a menudo nofacilitan, al reducir stos la contienda poltica alos aspectos ms frvolos, espectaculares ocircunstanciales. Por el contrario, esas webs

    podr an ofrece r cauces de expres in a losciudadanos para que ellos expresaran directamentesus verdaderas preocupaciones y demandas conmayor realismo y fidelidad que el indicador este-reotipado de las encuestas , facilitando al mismotiempo, en contrapartida, unos foros dedeliberacin y de suministro de informacin tc-nica sobre los grandes temas de impacto ciudadanoque los medios convencionales tampoco suelenfacilitar con la suficiente amplitud.

    Los partidos se quejan a menudo de que losmedios periodsticos no reproducen con fidelidadsus argumentos y propuestas, pero cuando ellosmismos disfrutan de la posibilidad de expresarlascon la mayor amplitud y en condiciones de debateplural, tienden a caer en la tentacin de construirun simple tabln propagandstico. Las funcionesde refuerzo y presentacin persuasiva no tienenpor qu estar reidas con una secciones deinformacin en profundidad e interaccinciudadana que pudieran hacer atractivas estas p-ginas no slo a los simpatizantes y militantes, sinotambin a periodistas en busca de informacin de

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    CIBERPOLTICA EN LOS WEBSITES DE PARTIDOS POLTICOS

    detalle y a ciudadanos independientes interesadosen contrastar datos o hacer llegar sus peticiones,quejas y puntos de vista.

    Las funciones para las que en realidad estn

    mejor dotados estos enclaves acaban siendo lasmenos atendidas. Me refiero a una comunicacinde fondo con los ciudadanos polticamente msactivos, que resultara til para un incremento dela calidad de la democracia y que tambin dara, alargo plazo, un rendimiento de mejor imagen ycontacto cvico con los partidos y candidatos quems pusieran este recurso a disposicin de laciudadana.

    Si los lectores de estas lneas consideran estasafirmaciones algo ingenuas o ilusamente idealis-tas les invito a recapacitar sobre el xito de Barack

    Obama. Es evidente que ste se ha basado enmltiples factores, muchos de ellos fraguados almargen de la comunicacin virtual y algunos tanefectistas y marketnicos como los usostradicionales de la seduccin de las masas . Peroentre ellos tambin figura el haber dado a su webde campaa y blog personal una imagen, cuandomenos, de ponerse a la escucha e invitar al dilo-go a un gran nmero de personas cuyadesconfianza tradicional hacia lo que puedan ven-der los polticos les llevaba en pasadas eleccionesa simplemente quedarse en casa. Que loswebsites de los partidos sean un receptculo deinformacin detallada y rigurosa, al tiempo queuna oportunidad para el contraste y la participacin,no debiera entonces ser despreciado ni siquieradesde una ptica electoralista.

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    REVISTA DE SOCIOLOGIA E POLTICA V. 17, N 34: 347-354 OUT. 2009

    ABSTRACTS

    CYBERPOLITICS IN POLITICAL PARTY WEBSITES: EXPERIENCES IN THE 2008SPANISH PRESIDENTIAL ELECTIONS WITHIN THE CONTEXT OF TRANSNATIONALTENDENCIES

    Jos Luis Dader

    This article analyzes the general characteristics of the evolution that political party websites haveundergone in countries enjoying the most advanced forms for applying techno-political tools andthrough a comparative lens looks at the process as it unfolded in the Spanish case. It describes themajor features of the websites of the main Spanish political parties during the 2008 elections andlooks at the complementary actions of political actors in other cyber-political platforms which wereused during that same campaign. It concludes that publicity and propaganda functions prevail inthese websites, although their minoritarian direct audience does not guarantee much in the way ofelectoral efficacy. Yet it also considers that changes in functions of civic deliberation, supply ofdetailed information and mobilizational interactivity are not given enough attention and argues thatpolitical parties and candidates should, in the future, devote more to these areas within their websites.

    Some recommendations based on this study for strategic coordination with other activities of politicalcyber-communication are made, valid for cyber-political use in any country.

    Keywords: Internet; political parties; websites; cyber-communication; cyber-democracy;technopolitics; electoral campaigns.

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    REVISTA DE SOCIOLOGIA E POLTICA V. 17, N 34: 357-365 OUT. 2009

    RSUMS

    CYBERPOLITIQUE DANS LES SITES WEB DE PARTIS POLITIQUES: LEXPRIENCEDES LECTIONS DE 2008 EN ESPAGNE FACE AUX TENDANCES TRANSNATIONALES

    Jos Luis Dader

    Larticle examine les caractristiques gnrales de lvolution que les sites web de partis politiquesont connu dans les pays o la mise en oeuvre des technopolitiques est plus avance et fait unecomparaison avec la dmarche suivie dans le cas espagnol. Il dcrit les principales caractristiquesdes principaux sites web de 2008 et des partis politiques espagnols pendant la campagne lectoraleet analyse les actions complmentaires des acteurs politiques dans dautres plateformes cyberpolitiquesutilises pendant cette campagne. La conclusion est que dans ces webs les fonctions publicitaires etde propagande lemportent, mme si leur audience directe minoritaire nassure pas une efficacitlectorale importante. On estime dautre part que les fonctions de dlibration civique, lassortimentdinformation dtaille et linteractivit mobilisatrice ny sont pas suffisants et on prconise donc queles partis politiques et les candidats rpondent mieux ces fonctions dans leurs sites web lavenir.A partir des conclusions de cette tude, on recommande que la coordination stratgique soit lie

    dautres activits de cybercommunication politique dans lutilisation cyberpolitique de nimporte quelpays.

    MOTS-CLS : Internet ; partis politiques ; sites web ; cybercommunication ; cyberdmocratie ;technopolitique ; campagnes lectorales.