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CURSO DE VERANO PARA ADULTOS 2011
Este “curso de verano para adultos” nace de la necesidad constatada en la Diócesis
de San Juan de los Lagos; porque en las encuesta se investigaciones sociológicas,
históricas, pastorales, etc. llevadas a cabo para la realización del Cuarto Plan Diocesano de
Pastoral (2006-2012); algunos de los hechos que sobresalieron, en relación con este tema,
fueron: la dicotomía entre fe y vida, la vivencia más doctrinal que experiencial de la fe y, el
hecho que, la catequesis que se ha referenciado, hasta hace pocos años, ha sido la infantil o
aquellas para la preparación de un sacramento o celebraciones por motivos diversos.
Ciertamente, como queda constatado en los tres planes de pastoral anteriores de la
diócesis, en ella, siempre ha habido la presencia de algún tipo de catequesis de adultos,
entre otros: ejercicios espirituales de cuaresma, semana de la familia, semana de la Biblia,
retiros espirituales, dentro de los GAMs, homilías, etc. Pero aunque en nuestra diócesis la
inmensa mayoría son bautizados, esto no significa que estén evangelizados. Por ello,
teniendo en cuenta los desafíos de la realidad y además, sabiendo que, la catequesis de
adultos ha de ser la forma principal de catequesis, como lo ha dicho el Directorio
Catequístico General (n. 20), se ofrece este “curso de verano para adultos” porque la
Iglesia siendo madre y maestra, a través de todos los Siglos ha tenido una preocupación
constante y sin tregua: Evangelizar, hacer llegar la Buena Nueva a cada persona de cada
generación… nuestra generación no es una excepción.
Los motivos del nuevo interés por la catequesis de adultos son múltiples, entre
otros: a) El cambio cultural. Vivimos en un proceso de transformación cultural, donde no
se trata sólo de nuevos elementos y situaciones que se agregan a los ya existentes, sino de
grandes cambios globales que afectan profundamente la comprensión que las personas
tienen de sí mismas y de sus relaciones con la naturaleza, con la sociedad y con Dios.
Cambios que se verifican en lo político, social, económico, religioso, cultural, etc. En el
ámbito religioso, por ejemplo, se constata: el fenómeno de la descristianización, la difusión
de la indiferencia religiosa y del fenómeno de la increencia; y a la par de la indiferencia
está un pluralismo ideológico y religioso, etc. b) Motivos de orden psico-sociales. La edad
de las opciones fundamentales es la edad adulta, las personas adultas llevan la conducción
de la familia y de la sociedad, sus responsabilidades y decisiones están sujetas a cambios y
crisis profesionales. En esta edad es cuando la persona es más capaz de adherirse
personalmente a Cristo y al mismo tiempo, puede ser transmisora de la fe. La reflexión
actual acentúa mucho el carácter dinámico y abierto de la madurez humana que comporta la
formación y aprendizaje continuo; etc. c) Motivos de orden teológico-pastoral. En el seno
de la Iglesia anidan situaciones problemáticas muy graves: la ignorancia religiosa y falta de
formación de muchos católicos, la crisis del proceso de iniciación cristiana, se cuestiona la
pastoral de conjunto y orgánica, debido a que cada quien evangeliza, proyecta, realiza
acciones pastorales como sabe y como cree. Además se constata un alto porcentaje de
adultos no suficientemente evangelizados, poco practicantes y hasta alejados e indiferentes;
la crisis de credibilidad en Iglesia, sobre todo en la dimensión institucional; es significativa
la infantilización de la fe en que se encuentra muchos de los agentes de pastoral, etc.
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Modelo formativo elegido: El laboratorio1: En el método de laboratorio los
participantes son los que investigan, comparten, discuten, profundizan, etc.
El término laboratorio tiene varios significados. Pero la característica principal en el
ámbito formativo es aquella de producir experimentando, el de estar en un espacio que es
lugar de vida y de búsqueda al mismo tiempo. El elemento calificador es el del aprendizaje.
El laboratorio es una escuela donde se aprende haciendo, por ello, en él está el que quiere
trabajar.
Dicho de otra forma, el laboratorio es el lugar: donde se aprende haciendo y donde
el saber se encuentra con el saber hacer; donde el sujeto a través de más canales de
conocimiento encuentra nuevos modos de actuar y buscar soluciones; donde la experiencia
permite un aprendizaje más consciente y personalizado; donde se alcanza un aprendizaje
que involucra a toda la persona, y es mejor si la actividad y las experiencias se dan fuera
del propio ambiente porque hacen salir todos los recursos y las energías del individuo.
Juan Pablo II en la jornada mundial de la juventud en el 2000 dijo que era
importante encontrar formas en que la comunidad cristiana llegara a ser un lugar de
laboratorio de la fe.
Hay tres puntos de vista estrictamente relacionados e interdependientes:
El punto de vista teológico: el término laboratorio designa un lugar de búsqueda y
de experimentación por todos los sujetos implicados, animadores y catequistas. Sostiene la
idea particular de que en la iglesia todos están implicados en la misión evangelizadora,
donde cada miembro está llamado a reconocer y comprender aquello que el Espíritu indica
al hoy para la edificación del reino de Dios. Se forman cristianos en laboratorio,
experimentando allá donde se reproducen en campo formativo las condiciones para una
autentica experiencia de iglesia, permitiendo vivir relaciones evangélicamente inspiradas y
de adquirir un saber, un saber ser y un saber hacer en vistas de un ministerio. Ha de
cuidarse con igual atención las relaciones, las competencias y la fe de las personas. Es el
ser de cada uno como creyente que está puesto al centro y que está cuidado en vista de
habilitarlo para un servicio. El resumen, esta es una experiencia eclesial.
El punto de vista pedagógico: el laboratorio responde a un concepto de formación
como transformación que se distancia de un tipo de formación como simple información y
como adiestramiento. Se entiende la formación como información aquella que procede
para acumular conocimientos, aumentando el saber en la persona. Tiene un efecto
formativo pero deja a la persona en el mismo horizonte y estructura mental. Tiende a
crear catequistas repetidores de lo adquirido en la formación. Induce la idea de que la tarea
consiste en el dar respuesta. Se entiende formación como adiestramiento aquella que
prepara a un saber hacer funcional, que tiene poco cuidado del ser de la persona. El
catequista aprende a maniobrar los modelos y las técnicas, pero sin entender en gran parte
los efectos que estos producen e incapaces de maleabilidad de frente a las situaciones. Este
modelo descuida el ser del catequista y le ofrece un escaso saber respecto a la fe y a los
destinatarios. Es una formación que crea catequistas capaces de una acción muy dinámica
pero privada de profundidad, ni en grado de transmitir significados para la vida. Se entiende
1Giancarla BARBON, Nuovi processi formativi nella catechesi. Metodi e itinerari, Bologna,
Dehoniane, 2003, 217-241.
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formación como transformación aquella acción educativa que interviene sobre la persona
en su globalidad y que produce un cambio cuantitativo y cualitativo. Es el universo de las
representaciones mentales de los sujetos que se desestructura y re-estructura a través de un
proceso de cambio. Es una formación no por acumulación sino continua y permanente con
una más grande toma de conciencia y transparencia. Hace a la persona progresivamente
consciente, realista, comprensiva de la realidad con sus límites, equilibrada, maleable,
segura y al mismo tiempo abiertas. Formar en laboratorio comporta sobre todo atención a
los procesos de aprendizaje, transformar los contenidos en procesos, prever la entrada en la
formación de la experiencia no solo como pretexto sino como lugar teológico de
aprendizaje. Las personas en formación están al centro y contar la propia historia de vida
resulta esencial en este proceso.
El punto de vista didáctico: en la prospectiva didáctica se puede afirmar que una
formación como laboratorio utiliza idealmente tres fases: una de expresión de lo vivido de
los participantes, una de profundización a través del acceso a las fuentes de la fe, y otra de
apropiación de parte de los participantes. La fase de expresión permite a los participantes
hacer emerger la propia experiencia y de tomar conciencia de su mundo representativo. El
animador en esta fase tiene solo la tarea de hacer expresar, de hacer tomar conciencia. La
fase de apropiación o de análisis mira a poner los participantes en escucha de algo diferente
de sí, que no conocen todavía y de lo cual deben apropiarse activamente. Esta operación
es posible porque el sujeto ha podido expresarse en la primera fase y ha tomado conciencia
de las pre-comprensiones, que de otro modo continúan interfiriendo, domesticando los
contenidos y metiéndolos en el propio universo representativo. La fase de apropiación o de
re-expresión permite interiorizar las nuevas adquisiciones haciéndolas propias, re-
expresándolas y transformándolas en elección operativa.
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Las elecciones metodológicas para formación en laboratorio
Algunos piensan en el laboratorio como sinónimo de trabajo en grupo o como un
trabajo de grupo que tiene como principio involucrar en la actividad a las participantes a
través de técnicas de interacción.
Lugar de
búsqueda,
experimentación
(etimología)
Laboratorio Lugar de búsqueda y experimentación para todos
los actores implicados: animador y catequistas
(definición aplicada a la formación)
Del punto de vista teológico:
El ser de cada uno como creyente se pone al centro
(experiencia eclesial)
Del punto de vista pedagógico:
- Información: acumulación de conocimientos
- Adiestramiento: saber hacer funcional
- Transformación (laboratorio): intervención sobre la persona en
su globalidad
Del punto de vista didáctico:
- Fase de expresión de lo vivido
- Fase de profundización (acceso a las fuentes)
- Fase de re-apropiación (re-expresión).
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Los protagonistas de un trabajo de laboratorio de búsqueda conducido a modo de laboratorio son los siguientes:
Sobre todo los mismos participantes, que son los verdaderos protagonistas de
la búsqueda. Son ellos los que entran en juego, que se dejan involucrar y
enriquecer de su búsqueda en común y sus aportes personales. Con actitud
participativa, dialogal, de tolerancia y escucha…
El animador, que sigue la organización del encuentro, establece los tiempos,
introduce y concluye la reunión. Todo esto sin sustituir a los catequistas,
conociendo con anticipación los contenidos de la ficha de estudio para
profundización sobre la que se trabaja pero sin que sus intervenciones sea
invadentes. Es él el que ayuda a captar la línea de continuidad que liga una
ficha de estudio para profundización a otra, un encuentro al otro y transforma
una serie de encuentros en un verdadero “proceso formativo de base”.
El experto: su presencia es opcional, aunque en algunos casos puede resultar
muy útil. Pero el verdadero experto de cada reunión es el contenido de las
varias fichas de estudio para profundización. No se debe olvidar que esto es el
objetivo del laboratorio que aquí se propone. El experto en algunas ocasiones
pudría ser sustituido por textos de apoyo (algunos serán sugeridos).
Pasos metodológicos del laboratorio
Ficha de estudio para profundización: en ella aparece la investigación del tema,
el contenido a profundizar.
Laboratorio: tiene los siguientes pasos metodológicos
a. Preparación: indicaciones de lo necesario a preparar antes del encuentro.
b. Para comunicar: bienvenida, oración en común. Introducción.
c. Experiencias previas (5 min.): El animador motiva a todo el grupo a
compartir sus experiencias y conocimientos previos del tema a tratar a través
de una lluvia de ideas. No se harán juicios de lo que los participantes
expresen ni positivos ni negativos, tanto de parte del animador como de los
demás participantes. Se invita a solo escuchar.
d. Trabajo en equipo (máximo 5 personas) -25 min.- se eligen las ideas
principales-
e. Para saber más -15 min.- el animador comunica algunos detalles que lleven
a profundizar el encuentro.
Nota: en algunas ocasiones se realizarán algunas prácticas, ejercicios o dinámica,
las cuales se desarrollarán antes o después del paso metodológico del trabajo en equipo.
f. Compartir: -25 min.- un representante de cada grupo comparte lo que ha
surgido de la lectura y del trabajo en equipo. Luego el animador puede dejar
un poco de espacio para intervenciones libres sobre el contenido de la
búsqueda.
g. Conclusión: se establece el trabajo de preparación para hacer el siguiente
encuentro-laboratorio. Se realiza la oración final.
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El objetivo de fondo del curso es que sea personalizado, al tomar en cuenta las
experiencias de los participantes se convierte en personalizado, centrada en los sujetos y no
en el grupo indistinto. En otras palabras, es formar una comunidad-laboratorio, “donde
simultáneamente se aprende, se vuelve a expresar y se proyecta según itinerarios
formativos; donde se da una catequización recíproca y donde se presta atención a lo que
sucede efectivamente en la catequesis en acto”.2
El curso busca inducir, a través del contenido, a buscar respuestas a las preguntas:
¿qué es el hombre? ¿Qué está llamado hacer con su vida el hombre? ¿Hacia dónde va la
vida del hombre? ¿Hay modelos humanos que hayan vivido un proyecto de vida humano
abierto a la trascendencia y sean actualmente fuente de inspiración para nosotros para vivir
desde la fe?
El deseo es ofrecer este curso de verano para adultos cada año con la idea de crear,
fomentar y madurar un espacio para catequizar a los adultos a través de este momento
evangelizador.
2UFFICIO CATECHISTICO NAZIONALE, Orientamenti e itinerari di formazione dei
catechisti, 1991.
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FICHA
¿QUÉ ES EL HOMBRE HOY?
Una cierta concepción del hombre
Lo primero que salta a la vista, apenas nos asomamos a la reflexión sobre el hombre
es que estamos ante un ser complejo, compuesto de elementos que no sólo son diferentes,
sino hasta aparentemente contrarios. La presencia en él de espíritu y materia hacen de él un
auténtico enigma.
Por su componente espiritual, el hombre posee unas características que lo hacen
radicalmente diverso del resto de los seres de este mundo. En cuanto ser racional posee la
capacidad de apertura a lo real y a sí mismo en el acto de conocimiento. Una capacidad que
está potencialmente abierta a lo infinito. Posee asimismo la capacidad de querer con
libertad, y por lo tanto es dueño de sus propios actos, es responsable. Su apertura a lo real
le lleva también a la apertura a los demás. Es un ser dialogal y social. Encuentra la
realización de su yo en su apertura al otro en cuanto tú, y, finalmente, en su apertura al Tú
infinito.
Pero su dimensión corporal forma parte integrante, a pleno título, de su humanidad,
y permea toda su existencia. Los sentidos internos y externos proporcionan los datos a la
inteligencia. La afectividad prepara el camino para el acto de voluntad. Su apertura al
exterior y su diálogo con los demás, se ven necesariamente mediados por su corporeidad.
Esta composición de elementos contrapuestos hacen del hombre un ser de frontera,
ciudadano de dos mundos. Abierto radicalmente a lo absoluto, se siente limitado por la
relatividad de sus logros reales y percibe el peso de la corporeidad. Se asoma audazmente
más allá de las fronteras del espacio y del tiempo, pero no deja de ser profundamente
histórico. Anhela vivamente la eternidad inmortal pero se halla sometido al arco biológico
típico del animal en su doble fase ascendente-descendente: del nacimiento a la madurez
biológica y de aquí a la muerte.
El hombre tiene la capacidad de escuchar una llamada divina, responder libre y
noblemente y acoger la gracia que lo eleva y hasta "diviniza". Pero esa capacidad se
encontrará siempre afectada y condicionada por los límites de su finitud.
Por su parte, la psicología nos lleva a comprender que las acciones y reacciones de
una persona se ven afectadas por dinamismos contrapuestos mucho más complejos de lo
que espontáneamente solemos creer.
Ante todo, hay que reconocer que los tres niveles de la psicología humana
(fisiológico, psico-social y espiritual) se entrecruzan permanentemente en la unidad del
"yo", influyendo cada uno de modo específico. Por otra parte, la actuación humana no se
basa exclusivamente en actitudes visibles y definibles. Esas actitudes, en realidad, son
provocadas y sostenidas por la fuerza de las necesidades (agresividad, autonomías,
sexualidad...) y de los valores (propiedades positivas que el sujeto descubre en la realidad y
hace propios). Con frecuencia esas dos tendencias se mezclan en la formación de las
actitudes, de modo que es difícil saber si el comportamiento de una persona, de un
seminarista, depende de una o de la otra.
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La dificultad aumenta si tenemos en cuenta la influencia del inconsciente, sobre
todo del inconsciente afectivo. La llamada "memoria afectiva" puede provocar reacciones
emotivas que son determinadas, no por el efecto de una realidad presente, sino a causa de
una impresión recibida en el pasado y almacenada en el inconsciente.
Todo sujeto humano, por su constitución espiritual, tiende profunda y
espontáneamente a la autotrascendencia, a conocer y reconocer lo que es y vale en sí. Esa
tendencia, que tiene como horizonte último el infinito, le lleva a formarse permanentemente
un ideal de sí mismo. Pero su realidad presente (tendencias, valores, intereses, emociones
inconscientes, etc.) pueden no concordar con su ideal. Se pueden establecer así
inconsistencias, conscientes o inconscientes, entre lo que sabe que debe ser y realizar, y lo
que de hecho es y vive. Esta posible y frecuente tensión dialéctica influye notablemente,
sobre todo cuando es inconsciente, en el comportamiento humano.
La filosofía y la psicología nos han ayudado a penetrar un poco en el complejo
enigma del hombre. Pero, en el fondo, todo intento de comprenderlo con las fuerzas de la
sola razón y de la ciencia produce resultados incompletos. Se percibe en el hombre un
misterio del cual la razón no alcanza a dar razón. Se hace necesaria una iluminación desde
arriba. Sólo bajo la luz de la Revelación se descubrirá la identidad plena del hombre.
Releyendo el mensaje de la Escritura podemos describir al ser humano como una
imagen de Dios que ha sido desfigurada por el pecado y restaurada por Jesucristo.
Imago Dei (imagen de Dios)
«Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra... Creó, pues,
Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó» (Gn 1,26-27). Como ser
creado el hombre es fruto de un acto de Dios Uno y Trino. Libremente y por amor se le ha
concedido el don de existir. Cada individuo es un pensamiento y un amor singulares de
Dios; existe precisamente porque Dios lo ha llamado por su nombre, sabia y
afectuosamente.
Pero la creación no se cierra en un instante de tiempo. Dura lo que la existencia del
hombre. El ser del hombre está permanentemente en la mano de Dios y por ello necesita
radicalmente esta mano para subsistir. Así cada momento de su vida responde a un acto
creador inédito.
El hombre sin Dios es un absurdo. Ontológicamente imposible. Esto explica que la
persona humana tenga una irrenunciable tendencia al Absoluto. Hasta en las más recónditas
fibras de su ser deja intuir que tiene sed de infinito, sed de Dios.
En el hombre la creaturalidad no se reduce a un obvio reconocimiento de que él no
es Dios. Incluye también la semejanza con el Creador que le concede una dignidad por
encima de todo el resto de la creación. Esta semejanza se expresa sobre todo en esa libertad
y conciencia que le permiten dar un asentimiento responsable a la palabra que Dios le
dirige. Grandeza del hombre que los padres de la Iglesia no se cansaron de proclamar: No el
cielo fue creado a imagen de Dios; ni la luna; ni el sol; ni la belleza de las estrellas, ni
ninguna de las otras cosas que se observan en la naturaleza. Sólo tú. Aquél que es tan
grande que contiene toda la creación en una palma de la mano, está enteramente
comprendido en ti. Habita en tu naturaleza (S. Gregorio de Nisa).
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Pero esa imagen sublime del Creador ha sido creada del polvo de la tierra (cf. Gn
2,7). Algo sin consistencia en sí mismo. Lleva en su interior, es cierto, el soplo de lo divino,
pero no deja de ser un soplo que vivifica un pedazo de barro. Percibe que con su libertad
puede escoger entre el bien y el mal y asemejarse "a los dioses"; pero en el fondo se trata de
una tentación engañosa: no ha plantado él el árbol del bien y del mal (cf. Gn 3,1-7). Sin
Dios nada vale; se siente desnudo; es sólo caducidad, muerte, carencia de peso. Su
verdadera grandeza consiste por tanto en su capacidad y su esfuerzo por asemejarse lo más
posible a Aquel de quien es imagen.
Imago Dei caída (imagen de Dios caída)
La Escritura nos informa de otro hecho de importancia definitiva para comprender
al hombre: ha pecado (cf. Gn 3,1-13); la imagen divina que lleva inscrita en su ser quedó
desfigurada desde su origen mismo. El pecado original hirió su naturaleza dejando en su
alma, según Santo Tomás de Aquino, cuatro heridas: la ignorancia (herida de la
inteligencia), la malicia (de la voluntad), la fragilidad (del apetito irascible) y la
concupiscencia (del apetito concupiscible).
Hoy, cuando examina su corazón, comprueba su inclinación al mal y se siente
agobiado por múltiples males. Al negarse con frecuencia a reconocer a Dios como su
principio, rompe su debida subordinación a su fin último, y su natural armonía con el resto
de la creación (cf. Gn 13). A causa de esta situación anormal todo hombre, también el que
ha sido escogido para el sacerdocio, experimenta en sí mismo la lucha entre el bien y el
mal, la debilidad para dominar los ataques del maligno, la rebelión del cuerpo, la esclavitud
del pecado que rebaja su dignidad. Así, la realidad nos pone delante de un hombre cargado
de incoherencia y contradicción; ese hombre capaz de llorar como un niño pero que siente
que su inocencia es culpable; que quizás todos los días levanta su mirada a Dios y que
todos los días se esconde buscando a las creaturas; ese hombre que siendo rey es incapaz de
no ser tirano; hombre débil que sufre la incapacidad de hacer el bien que quiere; que un día
ama a Cristo y al siguiente lo vende.
Imago Dei restaurada por Cristo (imagen de Dios restaurada por Cristo)
Quedarse ahí sería caer en un pesimismo falso. La imagen divina inscrita en el
hombre y dañada por el pecado ha sido restaurada por Jesucristo, «imagen del Dios
invisible» (Col 1,15; cf. 2 Co 4,4), con la premura con que el artista repara una escultura
rota o el pintor devuelve los colores originales a una figura.
La encarnación de Cristo, Dios y hombre verdadero, devuelve al hombre su valor.
Él está colocado como fundamento de la nueva creación del ser humano porque ha sido
hecho semejante a nosotros en todo, menos en el pecado (cf. Hb 4,15). Él es el modelo del
"hombre perfecto". Con la perfección y santidad de su espíritu, alcanza las cumbres más
altas de belleza y nobleza humanas; con su corporeidad, revestida de humildad desde el
pesebre hasta la cruz, ha bajado hasta los extremos del dolor humano; con su triunfo
definitivo en su resurrección y en su ascensión a la derecha del Padre ha conferido dignidad
y sentido a todo el peregrinar humano y le ha ofrecido las garantías de un feliz y definitivo
destino. De esta manera nos ofrece la verdadera figura, dignidad y valor del hombre.
Por el bautismo el hombre se incorpora a la humanidad restaurada en Cristo, una
humanidad "nueva": «El que está en Cristo es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es
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nuevo» (2 Co 5,17). Esta verdad no puede dejar de asombrar y entusiasmar a quien la
comprende:
Alegrémonos y demos gracias: hemos llegado a ser no sólo cristianos, sino Cristo.
¡Asombraos y alegraos: Hemos llegado a ser Cristo!
Pero la restauración operada por Cristo y asumida en el bautismo no elimina todos
los efectos dañinos del pecado. La naturaleza humana quedó herida. La nueva humanidad
traída por Cristo es para nosotros una meta y una tarea: «Despojaos del hombre viejo con
sus obras, y revestíos del hombre nuevo, que se va renovando hasta alcanzar un
conocimiento perfecto, según la imagen de su Creador» (Col 3,9-10; cf. Ef 4,24).
En este trabajo, lo más determinante es la adopción de un corazón nuevo, capaz de
conocer, amar y servir a Dios con espíritu filial, a ejemplo de Cristo, y de amar a todos los
hombres y cosas en Dios.
A partir de este nuevo modo de conocer, de amar y de servir, el hombre nuevo
imprime a su vida un dinamismo interior orientado a desarrollar los rasgos de su conducta
religiosa y moral, en conformidad con su modelo Cristo, y a purificar incesantemente su
corazón de las tendencias desordenadas de sensualidad y de soberbia, que continúan
presentes en su interior.
La Revelación nos ofrece así una visión sumamente realista del ser humano: imagen
de Dios, dañada por el pecado, restaurada por Cristo Redentor, pero con una restauración
que se convierte en tarea. Así la Palabra del Creador del hombre arroja una luz definitiva
para la comprensión de su creatura. Ella nos ayuda a entrever las más profundas raíces de lo
que la filosofía y la psicología habían intentado describir.
Para saber más
Fuente: Instituto Sacerdos
Antropología Cristiana
http://www.mercaba.org/DicTF/TF_antropo_cristiana.htm
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LABORATORIO
¿QUIÉN ES EL HOMBRE HOY?
Para el grupo de animadores
Preparación
Que el lugar se encuentre limpio, que haya una imagen de Cristo y de varias de
personas que caractericen las diferentes visiones del hombre que se presentarán en la
profundización por parte del animador en el laboratorio.
Para comunicar: bienvenida, oración en común. Introducción.
(Tiempo: el necesario, pero ser breve para no prolongar mucho el encuentro)
Bienvenida
Oración común
(Se puede hacer cantado)
SALMO 8
Majestad del Señor y dignidad del hombre
Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.
Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
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y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar.
Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!
El animador presenta el tema en cuestión para el día (es preferible que no se
argumente nada).
Explicar un poco la estructura del encuentro (cómo está organizado el encuentro,
estructura y tiempos).
Experiencias previas (5 min.)
El animador motiva a todo el grupo a compartir sus experiencias y conocimientos
previos del tema a tratar a través de una lluvia de ideas. No se harán juicios de lo que los
participantes expresen ni positivos ni negativos, tanto de parte del animador como de los
demás participantes. Se invita a solo escuchar.
Trabajo en equipo (máximo 5 personas) -25 min.- se eligen las ideas principales.
Análisis de grupo (dividirse en grupos de 5).
Leer y comentar la ficha. Al final se elige a alguien para que comparta los
contenidos de la ficha y las ideas que surgieron en el curso de la reflexión del equipo de 5.
Para saber más
-15 min.- el coordinador comunica algunos detalles que lleven a profundizar el
encuentro. (¿Cómo está la catequesis de adultos en nuestra Diócesis y en nuestra
parroquia?)
VISIONES DEL HOMBRE
Visión determinista: El hombre no es dueño de sí mismo, sino víctima de fuerzas
ocultas del destino. Bajo esta visión, el hombre es un simple titere que no puede cambiar
nada de si, ni de su vida, por lo tanto para qué él hace algo si ya todo está hecho?
Visión psicologista: La persona humana se reduce a un psiquismo. De esta forma,
la parte religiosa del hombre es negada y no alcanza a desarrollarse
Visión Economicista:
Visión consumista: Instrumento de producción y objeto de consumo.
Visión dualista: El hombre consiste en la eficacia económica y en la libertad
individual.
Visión colectiva (Marx): El hombre existe en y para la sociedad. Según esto,
el hombre debe consagrase a lo material, la parte espiritual ni siquiera
alcanza a insinuarse
Visión estatista: El hombre tiene su base en la teoría de la seguridad del estado. El
hombre se vuelve una parte del estado, trabajo para él y por él.
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Visión cientista: Sólo se reconoce como verdad lo que la ciencia puede demostrar.
Así el hombre intenta eliminar todo aquello que no es demostrable por sus medios,
incluyendo a Dios
Compartir: -25 min.- un representante de cada grupo comparte lo que ha surgido de la lectura y del trabajo en equipo.
(Ej. ¿qué es el hombre? ¿Quién es el hombre? ¿Es posible una visión del hombre
integral sin tener en cuenta la visión religiosa del mismo? ¿Quién es el modelo de hombre?)
Luego el coordinador puede dejar un poco de espacio para intervenciones libres
sobre el contenido de la búsqueda.
Conclusión
Se establece el trabajo de preparación para hacer para el siguiente encuentro-
laboratorio. Se realiza la oración final.
Se concluye con una oración
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. Se pueden utilizar algunos videos de apoyo: Sabiduría que el hombre no debe olvidar: http://www.youtube.com/watch?v=itxkPoHdn2c
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FICHA
QUÉ ES LA VIDA, HACIA DONDE LLEVA LA VIDA EL
HOMBRE
Ahora en nuestro tiempo nos hemos encontrado con una gama muy amplia de
conceptos y formas de ver y vivir la vida; muchos de ellos, se nos presentan con grandes
antivalores que sin darnos cuenta, entran en nosotros como una forma de concebir la propia
vida y la de los demás, dando paso a una degradación y creando un pensamiento egoísta, en
muchos momentos escuchamos: “yo soy dueño de mi vida, puedo hacer lo que quiera con
ella”.
Como católicos tenemos una concepción sobre lo que es la vida, se nos ha
enseñado que la vida es un don, un regalo maravilloso que Dios nos ha dado.
Cuando nosotros fuimos concebidos, Dios ya tenía un proyecto de vida para
nosotros, pero en muchos momentos los proyectos de Dios no los aceptamos como
proyectos nuestros, ya que Dios nos ha dado libertad para decidir qué hacer con nosotros
mismos.
Es por eso que debemos reflexionar sobre lo que hacemos con nuestra vida, tanto
para nuestro bien como en perjuicio propio, retomemos ¿qué plan de vida tengo como
opción? ¿Qué opción hemos hecho? ¿Cómo lo estoy viviendo? ¿Será el mismo proyecto de
Dios?
Hay situaciones como la muerte que nos hace pensar: ¿Qué estoy haciendo con mi
vida? En este mundo consumista, vivimos pensando en qué me voy a poner mañana, qué
carro es el último modelo para conseguirlo, cuánto subió la gasolina, cuál es el último
celular en el mercado, etc. Por lo cual vivimos preocupados y llegamos a perder ese
sentido de gozar la vida, pero es necesario cuestionarse más allá de lo material, pues
podemos tener grandes atesoramientos, fortunas y objetos valiosos, nos preguntamos si eso
en realidad ¿esto da el sentido último a la vida humana?
En cambio, quien cree que puede asegurar su vida mediante la acumulación de
bienes materiales, como el rico agricultor de la parábola evangélica, en realidad se engaña.
La vida se le está escapando, y muy pronto se verá privado de ella sin haber logrado
percibir su verdadero significado: « ¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las
cosas que preparaste, ¿para quién serán? » (Lc 12, 20).
Si vamos perdiendo el sentido de vivir, maravillarse y disfrutar, nuestra vida se
convierte en una rutina: levantarse, tomar un baño, desayunar, ir al trabajo, regresar, hacer
pendientes, etc. Olvidamos ese sentido de disfrutar, deleitarnos viendo un atardecer, cosas
tan sencillas que dejamos de contemplar, por encerrarnos en un estilo de vida absorbente
que nos impide reconocer la belleza que tenemos a nuestro alrededor, la belleza que hay si
elevamos nuestra mirada a Dios.
Nos olvidamos de lo que San Agustín decía: hay que trascender, hay que
reconocerse a uno mismo como ser existente, pensante, amante y de esta manera poder
ascender a Dios por tres caminos: el camino del Ser, de la Verdad y del Amor. Este debería
ser pues el sentido de nuestra vida y hacia donde deberíamos encausarla.
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San Agustín, en su obra “De la vida feliz”, expone que aceptando que no es feliz
quien posee todos los bienes que desea, aceptamos también que no solo importa poseer esos
bienes, sino además poseerlos eternamente. Por lo tanto, necesitamos bienes eternos y
permanentes para ser felices. Como Dios es lo único eterno, inmutable, permanente, e
infinito, debemos poseerle, buscarle durante la vida para lograr ser felices.
Sobre esta primicia será importante que el hombre trascienda y tendrá que distinguir
entre sus necesidades básicas y aquellas que le ayudarán a trascender y por ende llegar a la
autorrealización.
La autorrealización se refiere según Maslow a la realización de las potencialidades
de la persona, llegar a ser plenamente humano, llegar a ser todo lo que la persona puede ser;
contempla el logro de una identidad e individualidad plena". Reconocer nuestros defectos y
virtudes tendrá un gran mérito en esta parte, pues una persona que tiene el potencial para
lograr una obra maestra mientras no lo explote y descubra lo que puede lograr, ese gran don
que Dios le ha dado se perderá.
Para comprender mejor esto, Maslow divide a las necesidades en varios tipos:
Necesidades deficitarias o inferiores: Incluye necesidades fisiológicas y
psicológicas, necesidades de seguridad, de amor y de pertenecer, y necesidades de
estimación. Si hay una distorsión en ellas se producen problemas psicofisiológicos.
Necesidades de desarrollo o superiores: Necesidades para lograr la
autorrealización, no son tan poderosas como las necesidades fisiológicas. Se dañan
y dirigen de forma errónea mucho más fácilmente que las necesidades primarias y
requieren de un gran apoyo de las influencias exteriores.
En base a esto Maslow diferencia y realiza una jerarquía de las necesidades, siendo
ésta una estructura organizacional con diferentes grados de potencia; es decir, cuando un
nivel de necesidades se satisface se puede pasar al próximo. Según Maslow, las necesidades
inferiores son más potentes y tienen prioridades superiores. Una vez satisfechas, aparecen
las necesidades superiores y la persona se motiva para satisfacerlas.
Clasificación de las necesidades en orden jerárquico:
1. Necesidades fisiológicas: Son las potentes de todas y las que tienen menor
significado para la persona en busca de la autorrealización. Entre ellas se encuentran
la necesidad de liberación de sed y hambre; la necesidad de dormir, de sexo, de alivio
del dolor y de desequilibrio fisiológico.
2. Necesidad de seguridad: Si las necesidades fisiológicas son superadas o no
constituyen un problema serio para la persona, las necesidades de seguridad se
convierten en la fuerza que domina la personalidad. La mayoría de las personas
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llegan sólo hasta este nivel y esto se refleja en la preocupación por grandes ahorros,
comprar seguros, etc.
Este tipo de necesidades se puede manifestar como miedo. Dentro de este tipo de
necesidad se encuentran la necesidad de seguridad, de protección, de estar libre de
peligro, de orden y de un futuro predecible.
3. Necesidad de amor y pertenencia: Son necesidades orientadas socialmente.
Depende de que ocurra cierto grado de satisfacción de las necesidades fisiológicas y
de seguridad. Las necesidades de amor son evidentes durante la adolescencia y la
edad de adultez joven.
Dentro de éstas se encuentran la necesidad de amigos, de compañeros, de una familia,
de identificación con un grupo y de intimidad con un miembro del sexo opuesto.
4. Necesidad de estima: Son necesidades asociadas a nuestra constitución psicológica.
Se pueden subdividir en dos tipos: las que se refieren al amor propio y las que se
refieren al respeto de otros (reputación, condición social, fama, etc.). Un trastorno en
esta área lleva a un sentimiento de inferioridad que se manifiesta con sentimientos de
culpa y de vergüenza.
Dentro de ésta se encuentran la necesidad de respeto, de confianza basada en la
opinión de otros, de admiración, de confianza en sí mismo, de auto-valía y de auto-
aceptación.
5. Necesidad de autorrealización: Son difíciles de describir, ya que varían de un
individuo a otro, incluye la satisfacción de la naturaleza individual en todos los
aspectos. Las personas que desean autorrealizarse desean ser libres para ser ellas
mismas. Las personas que se autorrealizan siguen las conductas dictadas por la
cultura acorde a su sentido del deber, pero si éstas intervienen con su desarrollo,
fácilmente reaccionan contra ellas. Para que una persona obtenga la autorrealización
debe satisfacer muchas necesidades previas para que éstas no interfieran ni utilicen
energías que están abocadas a este desarrollo. Dentro de éstas se encuentran las
necesidades de satisfacer nuestras propias capacidades personales, de desarrollar
nuestro potencial, de hacer aquello para lo cual tenemos mejores aptitudes y la
necesidad de desarrollar y ampliar los metamotivos (descubrir la verdad, crear
belleza, producir orden y fomentar la justicia).
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6. Necesidad de trascendencia: Es el grado final de
motivación, se refiere a un sentido de la comunidad y a la
necesidad de contribuir a la humanidad.
Las necesidades de trascendencia también incluyen las
necesidades asociadas con un sentido de obligación hacia
otros, basada en nuestros propios dones.
Aparte de las necesidades mencionadas, Maslow propone
dos necesidades más: las necesidades cognitivas y las
necesidades estéticas.
Las necesidades cognitivas o de saber y comprender: son motivos que provienen
de las necesidades básicas. El ser humano normal lleva intrínsecamente el deseo de saber,
ya que no es un ser pasivo y no debe dar las cosas por hechas. El no satisfacer estas
necesidades trae como consecuencia la frustración y el egoísmo.
Las necesidades estéticas: incluyen necesidades por el orden, la simetría y el
cierre, la necesidad de aliviar tensión producida por una labor no terminada y la necesidad
de estructurar hechos. Maslow plantea que alrededores hermosos y circunstancias
agradables favorecen el desarrollo de las personas.
Identificar en qué parte de nuestra pirámide nos encontramos nos ayudará pues, a
saber qué hemos hecho con nuestra vida, qué nos hace falta por hacer, la psicología afirma
que el miedo a morir en la mayoría de los individuos es en base a las cosas no hemos
realizado y la angustia que esto llega a generar en nuestra vida.
Hagamos un pequeño examen y valoremos, si en este momento Dios nos llama a su
presencia, qué habremos de contestar, sobre lo que hemos hecho con nuestra vida.
Pero no basta trascender, salir de nosotros en un plano sólo dentro de este mundo.
Para saber gozar de la vida y vivir en plenitud, es necesario mirar el Evangelio de la vida,
que es una realidad concreta y personal, porque consiste en el anuncio de la persona misma
de Jesús, el cual se presenta al apóstol Tomás, y en él a todo hombre, con estas palabras:
«Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida » (Jn 14, 6). Jesús es el Hijo que desde la eternidad
recibe la vida del Padre (cf. Jn 5, 26) y que ha venido a los hombres para hacerles partícipes
de este don: « Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia » (Jn 10, 10).
En Jesús, « Palabra de vida », se anuncia y comunica la vida divina y eterna.
Gracias a este anuncio y a este don, la vida física y espiritual del hombre, incluida su etapa
terrena, encuentra plenitud de valor y significado: en efecto, la vida divina y eterna es el fin
al que está orientado y llamado el hombre que vive en este mundo.
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El Evangelio de la vida abarca así todo lo que la misma experiencia y la razón
humana dicen sobre el valor de la vida, lo acoge, lo eleva y lo lleva a término.
En realidad, la plenitud evangélica del mensaje sobre la vida fue ya preparada en el
Antiguo Testamento. Es sobre todo en las vicisitudes del Éxodo, fundamento de la
experiencia de fe del Antiguo Testamento, donde Israel descubre el valor de la vida a los
ojos de Dios. Cuando parece ya abocado al exterminio, porque la amenaza de muerte se
extiende a todos sus recién nacidos varones (cf. Ex 1, 15-22).
Nosotros en nuestro tiempo tenemos que aprender como Israel, a reconocer el valor
de nuestra existencia; él, como pueblo, avanza también en la percepción del sentido y valor
de la vida en cuanto tal. Es una reflexión que se desarrolla de modo particular en los libros
sapienciales, partiendo de la experiencia cotidiana de la precariedad de la vida y de la
conciencia de las amenazas que la acechan. Ante las contradicciones de la existencia, la fe
está llamada a ofrecer una respuesta.
La experiencia del pueblo de la Alianza se repite en la de todos los « pobres » que
encuentran a Jesús de Nazaret. Así como el Dios « amante de la vida » (cf. Sb 11, 26) había
confortado a Israel en medio de los peligros, así ahora el Hijo de Dios anuncia, a cuantos se
sienten amenazados e impedidos en su existencia, que sus vidas también son un bien al
cual, el amor del Padre da sentido y valor.
Los « pobres » son interpelados particularmente por la predicación y las obras de
Jesús. La multitud de enfermos y marginados, que lo siguen y lo buscan (cf. Mt 4, 23-25),
encuentran en su palabra y en sus gestos, la revelación del gran valor que tiene su vida y del
fundamento de sus esperanzas de salvación.
La palabra y las acciones de Jesús y de su Iglesia no se dirigen sólo a quienes
padecen enfermedad, sufrimiento o diversas formas de marginación social, sino que
conciernen más profundamente al sentido mismo de la vida de cada hombre en sus
dimensiones morales y espirituales. Sólo quien reconoce que su propia vida está marcada
por la enfermedad del pecado, puede redescubrir, en el encuentro con Jesús Salvador, la
verdad y autenticidad de su existencia, según sus mismas palabras: « No necesitan médico
los que están sanos, sino los que están enfermos. No he venido a llamar a conversión a
justos, sino a pecadores » (Lc 5, 31-32).
Jesús asume plenamente las contradicciones y los riesgos de la vida: « siendo rico,
por nosotros se hizo pobre a fin de que nos enriqueciera con su pobreza » (2 Cor 8, 9). La
pobreza de la que habla San Pablo no es sólo despojarse de privilegios divinos, sino
también compartir las condiciones más humildes y precarias de la vida humana (cf. Flp 2,
6-7). Jesús vive esta pobreza durante toda su vida, hasta el momento culminante de la cruz:
« se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le
exaltó y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre » (Flp 2, 8-9).
Es precisamente en su muerte donde Jesús revela toda la grandeza y el valor de la
vida, ya que su entrega en la cruz es fuente de vida nueva para todos los hombres (cf. Jn 12,
32). En este peregrinar en medio de las contradicciones y en la misma pérdida de la vida,
Jesús es guiado por la certeza de que está en las manos del Padre. Por eso puede decirle en
la cruz: « Padre, en tus manos pongo mi espíritu » (Lc 23, 46), esto es, mi vida. ¡Qué
grande es el valor de la vida humana si el Hijo de Dios la ha asumido y ha hecho de ella el
lugar donde se realiza la salvación para toda la humanidad!
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Lo que quiso acentuar también san Ireneo de Lyon con su célebre definición: « el
hombre que vive es la gloria de Dios». Al hombre se le ha dado una altísima dignidad, que
tiene sus raíces en el vínculo íntimo que lo une a su Creador: en el hombre se refleja la
realidad misma de Dios.
Para profundizar
EVANGELIUM VITAE
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LABORATORIO
QUÉ ES LA VIDA, HACIA DONDE LLEVA LA VIDA EL
HOMBRE
Para el grupo de animadores
Preparación
Hacer la pirámide de Maslow con cajas en grande, para que la visualicen durante el
laboratorio. Tener hojas blancas y plumas para el trabajo personal.
Para comunicar: bienvenida, oración en común. Introducción.
(Tiempo: el necesario, pero ser breve para no prolongar mucho el encuentro)
Bienvenida
Oración común
(se realiza a dos coros)
Oración:
Salmo en busca del sentido de la vida
Como si empezara a salir de un sueño, así me siento, Señor Jesús. Comienzo a saborear el alba de un nuevo amanecer, y es algo así como la paz después de la tormenta. Un arcoíris se abre sobre mi vida en búsqueda y ahora sé que después de la tempestad viene la calma. Señor Jesús, Señor del sosiego y de la serenidad, acompáñame en este nuevo camino que estreno. Yo quiero Señor, poner mis ojos dentro. Quiero abrir los ojos del corazón y con nuevos ojos mirar la luz y buscar el bien y la belleza, la verdad y el amor en mi corazón escondido y silencioso. Quiero, Señor, construir mi vida desde la Vida. Quiero levantar mi vuelo desde una libertad responsable. Quiero hacer verdad en mi camino desde la Verdad. Quiero, Señor, vivir el amor y el servicio desde el Amor. Te necesito, Tú que eres la respuesta a mi búsqueda. Señor Jesús, yo quiero un sentido para mi vida, Quiero crecer en búsqueda de razones para mi existencia; encontrar el ideal, la norma, el modelo de ser hombre. Quiero, Señor Jesús, orientar mi vida, darle rumbo; saber la razón de mi origen, de dónde vengo. Quiero que el río de mi vida tenga en ti su manantial. Quiero saber la razón de lo que haga en la vida; saber si mi vida, vale la pena vivirla. Quiero que el sentido de mi vida seas tú. Quiero saber hacia dónde camino, saber cuál es el destino y la meta de mi vida. Quiero que tú, Cristo el Señor, seas el final de mi camino.
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Señor Jesús, no quiero una vida que se apoye desde fuera. No quiero muletas que no me dejen ir lejos. No quiero soportes que no aguanten mi libertad. No quiero parches para mi camino, ni caretas para mis problemas. No quiero manos que me empujen, ni que den cuerda a mi fracaso. No quiero quedarme en la cáscara de las cosas mientras mi corazón se muere de hambre. No quiero optar por la muerte, por la destrucción, por las cosas que se acaban, por el humo de pajas. No quiero vivir desde la superficie, desde la piel. No quiero ser vida vacía, vida gastada. Señor Jesús: ¡quiero vivir con fuerza y desde dentro!. Señor Jesús, quiero pedirte fuerza para optar. Fuerza para optar como persona, como hombre. Fuerza para optar por una fe recia en ti; para optar por la comunidad en que vivo. Fuerza para optar por un proyecto de vida; para optar por los necesitados de ayuda. Fuerza para optar por una vida sin término; para optar y vivir siempre decidido a comenzar de nuevo. Señor Jesús, abre mis ojos a la luz de tu verdad. Abre mis ojos al corazón del hombre que transciende; a los valores de tu Reino. Abre mis ojos a la bondad y la ternura, al perdón, a la justicia, a la fraternidad, a la verdad, a la pureza y a la sencillez. Señor Jesús, abre mis ojos a los valores que no se acaban. Señor Jesús, abre mis ojos más allá de la muerte: a la luz y la libertad de tu Resurrección. Tú, Señor Jesús, estás aquí, en mi nuevo camino. Tú, Señor Jesús, estás aquí y me ofreces tu proyecto de vida. Yo cuento contigo: eres la respuesta a mi pregunta; eres la razón a mis razones. Yo cuento contigo: eres el ideal de hombre que yo quiero; eres el proyecto que yo asumo. Yo cuento contigo: eres la Persona y el Programa de mi vida; eres el sentido de mi vida.
El animador resume brevemente el encuentro anterior y presenta el tema en cuestión
para el día (es preferible que no se argumente nada). Explicar un poco la estructura del encuentro (cómo está organizado encuentro
estructura y tiempos).
Experiencias previas (5 min.).
El animador motiva a todo el grupo a compartir sus experiencias y conocimientos
previos del tema a tratar a través de una lluvia de ideas. No se harán juicios de lo que los
participantes expresen ni positivos ni negativos, tanto de parte del animador como de los
demás participantes. Se invita a solo escuchar.
El animador les preguntará a los participantes ¿qué es para ellos la vida? Y si
alguno realizó algún proyecto de vida para llegar hasta donde se encuentra.
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Trabajo individual
Contestar con un SI, si la oración corresponde a una parte de tu vida, un NO, si la oración no va acorde a lo que tú has vivido.
1. Ves la vida desde un punto realista.
2. Te aceptas a ti mismo, con defectos y virtudes, aceptas a los demás con sus defectos y virtudes y en general a quienes te rodean.
3. Te gusta realizar actividades de manera espontánea.
4. Te preocupas por resolver los problemas más que pensar en ellos.
5. Sientes la necesidad de tener un amigo cercano y en algunos momentos querer estar solo para reflexionar.
6. Te consideras independiente y con la capacidad para funcionar por tu propia cuenta.
7. No consideras que todas las personas son iguales, crees que cada quien tiene sus propias ideas y pensamientos.
8. Has vivido un encuentro real, íntimo y profundo con Dios.
9. Consideras que todos los seres humanos somos iguales, que tenemos los mismos derechos y obligaciones.
10. Consideras que el amor es un sentimiento puro que Dios nos ha dado para vivirlo en pareja, con los amigos y en general con los seres humanos.
11. Cuando te encuentras en alguna discusión permites que los demás expongan sus ideas.
12. Cuando realizas algo te centras más en lo que quieres lograr que en los
recursos que necesitas para lograrlo.
13. Tomas la vida con sentido del humor sin llegar a burlarte del dolor de los demás.
14. Tienes la capacidad de ver en las cosas, algo más allá de lo que los demás logran ver, por ejemplo, personas que de pequeños objetos logran crear grandes obras de arte.
15. Cuando alguna situación no te parece lo expones, tratas de buscar siempre el superarte y no quedarte estancado en un solo lugar, ya sea trabajo, espiritualidad, etc.
16. Cuando estás frente a una situación de problemas, sabes llevarla a un nivel de aprendizaje y no permites que estos te envuelvan.
Después compararán los resultados con las características que Maslow describe en
una persona auto-realizada para de alguna manera tomar conciencia de lo que nos hace
falta trabajar (que se encuentran en el paso metodológico: para saber más).
Trabajo en equipo (máximo 5 personas) -25 min.- se eligen las ideas principales.
Leer y comentar la ficha. Al final se elige a alguien para que comparta los
contenidos de la ficha y las ideas que surgieron en el curso de la reflexión del equipo de 5.
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Para lograr un aprendizaje más significativo, realizar la pirámide de Maslow
identificando en ella su propia experiencia, en qué nivel o niveles te ubicas, a cuáles le das
más importancia en tu vida. Realizarlo en una hoja en blanco.
Para saber más
-15 min.- el animador comunica algunos detalles que lleven a profundizar el
encuentro.
Maslow a través de sus estudios describió 16 características que las personas
autorrealizadas deben presentar:
1. Punto de vista realista ante la vida.
2. Aceptación de ellos mismos, de los demás y del mundo que les rodea.
3. Espontaneidad.
4. Preocupación por resolver los problemas más que pensar en ellos.
5. Necesidad de intimidad y un cierto grado de distanciamiento.
6. Independencia y capacidad para funcionar por su cuenta.
7. Visión no estereotipada de la gente, de las cosas y de las ideas.
8. Historia de experiencias cumbre profundamente espirituales.
9. Identificación con la raza humana.
10. Relaciones profundamente amorosas e íntimas con unas pocas personas.
11. Valores democráticos.
12. Habilidad de separar los medios de los fines.
13. Sentido del humor vivo y no cruel.
14. Creatividad.
15. Inconformismo.
16. Habilidad para alzarse por encima del ambiente más que ajustarse a él.
DIFERENCIA ENTRE AUTORREALIZACIÓN Y TRASCENDENCIA
Del hombre autorrealizado al hombre autotrascendente
Fin vs. Sentido:, la autorrealización y la autotrascendencia desde su definición como
fin de la vida o sentido de la vida. Ambos autores, Maslow y Frankl, dan una respuesta a la
pregunta ¿para qué vivimos? Para el primero, el fin último del ser humano es
autorrealizarse. Frankl afirma que vivimos para algo o alguien; o dicho de otra manera, el
hombre es un ser hacia el sentido y lo encuentra cuando se autotrasciende.
La autorrealización es la meta final de un proceso evolutivo, que se logra después de
un camino de crecimiento y desarrollo. La autotrascendencia se vive a diario, en distintas
circunstancias y etapas de la vida. Es un camino abierto y cambiante. Frankl nos dice que
no importa “el sentido de la vida en términos generales, sino el significado concreto de la
vida de cada individuo en un momento dado”. El sentido reside en el camino de la vida, es
decir en la vida misma, más allá de cualquier meta. La pregunta que estaría en el origen del
problema es: ¿a qué aspira el ser humano? La logoterapia plantea que el hombre no busca
fundamentalmente la felicidad en sí, sino un motivo por el cual ser feliz. Es en esa
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búsqueda que se manifiesta la autotrascendencia. Cuando encuentra esa razón, la felicidad
se presenta por sí sola, en consecuencia. Pero si se propone directamente ser feliz, “pierde
de vista el fundamento en que se basaba y el sentimiento de dicha se desmorona”.
Frankl nos dice que “...la aspiración a un fin apunta a una meta intrapsíquica,
mientras que el sentido trasciende al hombre”. El desarrollo de nuestras potencialidades que
supone la tendencia hacia la autorrealización, tiene una función desde el punto de vista
psíquico. Tiene como objetivo alcanzar un estado de “salud mental”, es decir que se maneja
en la dimensión física y psicológica.
La autotrascendencia, en cambio, se entiende desde la dimensión espiritual. Pero
entonces nos preguntamos, ¿el motivo para superarme, puede ser mi propia superación? La
Logoterapia afirma que no y que la motivación básica del ser humano para vivir está fuera
de él.
Otro significado común que define a la trascendencia es: un acto cualquiera a través
del cual el ser humano va más allá de sí mismo, llegando a una etapa evolutiva más
elevada. Este trascender las fronteras que limitan la voluntad, el conocimiento y la acción
de la persona humana, le permiten salir de sí mismo para llegar al encuentro con el otro,
con los otros y con lo Otro. El humanismo-transpersonal contempla a la trascendencia
como un fenómeno intrínsecamente humano. Es decir, toda persona, en su proceso de
autorrealización, tiende naturalmente hacia el desarrollo del potencial contenido en cada
una de las dimensiones propias de su naturaleza. La realización de las potencias
trascendentes es lo que constituye el fin más noble y elevado al que el hombre puede
aspirar y elegir.
Toda persona es capaz de trascender las condiciones y situaciones que la vida le
presenta, así como las fronteras que ella misma establece a lo largo su proceso de búsqueda
de una identidad personal, entre su ser limitado (conciencia personal) y el ser esencial
(Conciencia Trascendente).
Oración Final
Se establece el trabajo de preparación para hacer el siguiente encuentro-
laboratorio. Se realiza la oración final.
Se concluye con una oración
Canto Renuévame, Señor Jesús, ya no quiero ser igual Renuévame, Señor, Jesús, pon en mí tu corazón Porque todo lo que hay dentro de mí, necesita ser cambiado Señor, Porque todo lo que hay dentro de mi corazón Necesita más de ti. ORACIÓN DE JUAN PABLO II Padre Bueno, en Cristo tu Hijo nos revelas tu amor, nos abrazas como a tus hijos y nos ofreces la
posibilidad de descubrir, en tu voluntad, los rasgos de nuestro verdadero rostro.
Padre santo, Tú nos llamas a ser santos como Tú eres santo. Te pedimos que nunca falten a tu
Iglesia ministros y apóstoles santos que, con la palabra y con los sacramentos, preparen el camino
para el encuentro contigo.
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Padre misericordioso, da a la Humanidad extraviada, hombres y mujeres, que, con el testimonio de
una vida transfigurada, a imagen de tu Hijo, caminen alegremente con todos los demás hermanos y
hermanas hacia la patria celestial.
Padre nuestro, con la voz de tu Espíritu Santo, y confiando en la materna intercesión de María, te
pedimos ardientemente: manda a tu Iglesia sacerdotes, que sean testimonios valientes de tu infinita
bondad. ¡Amén!
Canción: Hombre (Napoleón)
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FICHA
¿EL HOMBRE HACIA DÓNDE VA?
Quizá como adultos nos hacemos esta preguntamos ¿hacia dónde va el hombre?
¿Qué quiere lograr? A lo mejor nos hemos acostumbrado a todo lo que se vive en nuestra
actualidad y nos encontramos en una rutina en la vida que no somos consientes de lo que
“Se busca en la vida”.
En muchos momentos podemos escuchar al adulto que expresa que era el destino o
que la suerte era buena o mala, los horóscopos y las cartas, en fin; pero no miramos que
nosotros somos los que marcamos el rumbo en la vida, cada uno forja su propio destino.
Como adultos es necesario tomar la vida en nuestras manos y no dejar que MCS u otros nos
marquen por donde. El hombre de nuestros tiempos va perdiendo esta visión y se está
deshumanizando perdiéndose de vista el mismo y a los demás.
La persona en cualquier momento de su vida y más en la adulta busca la felicidad,
la realización, como veíamos en la pasada dinámica ubicábamos lo que buscamos y hacia
donde nos dirigen nuestras opciones, nos podemos dar cuenta, de que no siempre nos lleva
a lo que queríamos encontrar en nuestra vida.
Vamos a retomar una cita bíblica que nos lleva a descubrir nuestras posibilidades
que tenemos, ante nuestras opciones que nos marcan el rumbo de nuestra vida. Quizá
podamos decir que como adultos ya sabemos hacia donde apunta nuestro destino, porque de
alguna forma ya se han tomado algunas de las decisiones importante en cuanto vocaciones
especifica, profesión u oficio etc. Sabemos que no es así porque en la vida de adulto, no
solo tiene en sus manos su vida, sino que también tiene en sus manos el educar a sus hijos,
las decisiones trascendentes en su trabajo etc.
“Mira, hoy pongo ante ti vida y felicidad, muerte y desgracia. Si escuchas los
mandamientos del Señor tu Dios que yo te prescribo hoy, amando al Señor tu Dios,
siguiendo sus caminos y observando sus mandamientos, sus leyes y sus preceptos, vivirás, y
serás fecundo, y el Señor tu Dios te bendecirá en la tierra a la que vas a entrar para tomar
posesión de ella. Pero si tu corazón se desvía, si no escuchas, si te dejas arrastrar y te
postras ante otros dioses y les das culto, yo declaro hoy que ustedes morirán
irremediablemente; no vivirán mucho tiempo en la tierra a la que entrarán para tomar
posesión de ella después de pasar el Jordán. Pongo hoy de testigos contra ustedes al cielo
y a la tierra: ante ti están vida y muerte, la bendición y la maldición” (Dt 30, 15- 19).
La Sagrada Escritura contempla otra posibilidad, la de que el hombre fracase en su
destino de alcanzar la salvación y se hunda en un horror que sobrepasa todo lo imaginado:
la condenación o infierno.
El infierno supone la negación de aquella comunión con Dios que constituye la
bienaventuranza de los muertos. Se habla de perder la vida (Mc. 8,35), del "horno de
fuego" (Mt 13,50), del "fuego que no se apaga" (Mc 9,43.48), del "llanto y rechinar de
dientes" (Mt 13,42), del "fuego que arde con azufre" (Ap 19,20), entre otras citas bíblicas.
El infierno es una condenación eterna. Significa perder a Dios. Sin embargo, según
Carvajal, Dios no ha creado el infierno, porque todo lo que tiene en Él su origen es bueno.
¿Y por qué? Porque "el infierno es una situación humana y, por lo tanto, no es algo que
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pueda existir con independencia de que alguien decida colocarse en dicha situación". El
infierno según Carvajal tiene que ver con el endurecimiento de una persona en el mal. Por
el de, es un estado creado por los mismos que se condenan.
Dios nos da la capacidad de elegir entre vida y muerte es muy claro descubrir lo que
obtendremos, en cualquiera de las opciones que se elija como ya escuchábamos, él nos
quiere dar la oportunidad para que nosotros descubramos la felicidad y seamos
responsables.
La felicidad no la podemos encontrar fuera de Dios y el mayor don que tenemos es
la verdadera libertad, pues quiso Dios dejar al hombre en manos de su albedrío, de manera
que por propia voluntad busque a su Creador y libremente llegue a la plena y feliz
perfección adhiriéndose a Él y descubriendo su altísima vocación (cf. GS 17b, 22)
El hombre actual está en camino hacia el desarrollo más pleno de su personalidad
desarrollando en el todas sus capacidades que como Cristo, hombre perfecto, él adulto
mismo se hace más perfecto a la luz de Jesucristo, que es el camino, la verdad y la vida (Jn
14,6) nos presenta varias alternativas y formas muy concretas de lograr la finalidad de ser
cada vez más persona y por lo tanto más realizados. (cf. GS 41). Como dice San Agustín:
“Nos hiciste Señor para Ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que no descanse en TI”
(Confesiones).
El Nuevo Testamento presenta a Cristo como destino definitivo de la humanidad.
Una vez que Cristo resucita no muere jamás, su resurrección es definitiva e imposible de
anular. Cristo ha vuelto a la vida para siempre. San Pablo afirma que Cristo resucitó como
primicias de entre los muertos; esto significa que en la resurrección de Cristo está incluida
la nuestra, porque primicias indica el inicio de una serie.
El mismo San Pablo afirma que Cristo es primogénito de entre muchos hermanos
(Rom 8,29), o de entre los muertos (Col 1,18), siendo primogénito el primer hijo después
del cual vendrán otros. Por esta misma razón es que se le llama primogénito, porque indica
que otros muertos resucitarán después que Él.
Es importante aclarar que Cristo resucita en función del hombre. Resucita para
inaugurar el camino que seguirá más tarde toda la humanidad. Y su resurrección significa
para el hombre la instauración definitiva de la salvación: el hombre puede ahora esperar un
destino eterno al asociar su destino al destino de Cristo resucitado.
En Cristo se recapitulan todas las cosas, las del cielo y las de la tierra "… hacer que
todo tenga a Cristo por Cabeza" (Ef 1,10); esto significa que fuera de Cristo la creación
carece de sentido, no podría sostenerse. Sería impensable porque Cristo es el principio
creativo y divino de todo cuanto existe.
Así pues nos podemos dar cuenta que el querer de Cristo es “que todos los hombres
se salven y conozcan la verdad” (1 Tim 4,8). Él nos hace participes de la vida, dándonos a
todos a conocer la verdad que es Dios mismo.
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LABORATORIO
EL HOMBRE HACIA DÓNDE VA
Para el grupo de animadores
Preparación:
Se recomienda un espacio limpio, acogedor para que se pueda vivir un
ambiente de encuentro, reflexión y oración.
Tener un crucifijo para los momentos de oración y en el transcurso del tema.
Puede orientarnos el tener el nombre del tema escrito en un cartel.
Tener en cuenta el material necesario; dibujo del camino, hojas blancas y
lapiceros.
Para comunicar: bienvenida, oración en común. Introducción.
(Tiempo: el necesario, pero ser breve para no prolongar mucho el encuentro)
Oración común: (Se sugiere que la oración se lleve por escrito en una cartulina.)
Explicar un poco la estructura del encuentro (cómo está organizado encuentro
estructura y tiempos).
Oh, Espíritu, ven y aviva en mí la fe. Hazme firme en ti para que mi fe no vacile. Ven y despierta en mí la esperanza. Te necesito para seguir creyendo que los imposibles, contigo, se hacen posibles. Ven y vigoriza en mí la caridad. Me veo egoísta, individualista. Rompe las murallas, derriba mis vallas y ábreme al amor del servicio.
Experiencias previas (10 min.).
El animador motiva a todo el grupo a que realicen de forma individual esta
actividad para descubrirse a sí mismos y que compartan su experiencia.
Te invito hacer una lista de lo que buscas.
¿Qué busca el adulto en este tiempo? ¿Hacia dónde te dirige?
Trabajo en equipo (máximo 5 personas) -25 min.- se eligen las ideas principales-)
Análisis de grupo (dividirse en grupos de 5).
Leer y comentar la ficha. Al final se elige a alguien para que comparta los
contenidos de la ficha y las ideas que surgieron en el curso de la reflexión del equipo de 5.
Compartir: -20 min.- un representante de cada grupo comparte lo que ha surgido de la lectura y del trabajo en equipo.
(Ej. ¿Qué te hace pensar lo que se ha compartido? ¿Qué inquietudes surgen? ¿Entre
vida o muerte que eliges? ¿Cómo haces vida esta opción?
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Para saber más:
http://www.mercaba.org/DicTF/TF_antropo_cristiana.htm http://www.monografias.com/trabajos30/escatologia-cristiana/escatologia-cristiana.shtml#escat
Conclusión
Se establece el trabajo de preparación para hacer para el siguiente encuentro-
laboratorio.
Oración final
Para este momento tendrás preparado un crucifijo al centro, cada participante
tendrá en una hoja un camino, puede ser que ya este dibujado o que ellos lo realicen para
escribir su compromiso y realizarán el ofrecimiento para ponerlo en sus manos la Señor,
para que nos conceda la fuerza y su gracia necesaria para vivirlo.
¿Qué voy hacer para retomar el camino? Escribe algunas acciones que puedas
realizar para perfilar hacia donde quiero ir, que metas te quieres propones a realizar en esta
etapa de tu vida.
Al final del ofrecimiento diremos esta oración a dos coros
1. Señor enséñame a ser libre para asumir el riesgo de equivocarse y aceptar con humildad el error. 2. Señor dame tu gracia para conocerme y tomar conciencia de aquello que se puede dar y luchar por hacerlo
realidad. 3. Que me acepte como soy, teniendo la valentía de cambiar aquello que se puede mejorar. 4. Señor que sea libre para asumir la responsabilidad de los propios pensamientos, palabras y actos. 5. Hazme Señor auténtico, coherente y fiel a lo que uno debe ser.
1. Que sepa Señor romper con mi egoísmo que me atrapa y me impide lanzarme y abrirme a los demás.
2. Concédeme Señor ser libre y fuerte cuando todos son débiles, es gritar en voz alta cuando los demás callan.
3. Que me atreva a renovar el mundo y al hombre, a todos los hombres (empezando por uno mismo).
4. Qué aprenda a vivir la plenitud de la libertad que es el amor!
5. Como Jesús… Sólo Cristo hace al hombre verdaderamente libre, porque vivió a pleno su libertad, porque vivió
para amar.
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FICHA
JUAN PABLO II: MODELO DE VIDA
Muchos de nosotros cuando pronunciamos el nombre de Juan Pablo II vienen a
nuestra mente, su sonrisa, su mirada apacible, sus palabras profundas, sus variados gestos;
pero sobre todo recordamos a un hombre firme, paciente e infatigable en tan arduo trabajo
que el Señor le encomendó. Un hombre de una fe inquebrantable acrisolada por el dolor,
con una espiritualidad encarnada; siempre unido al Señor y con profundo amor por la
humanidad.
Su nombre era Karol Józef Wojtyla y nació un 18 de mayo de 1920 en el pequeño
poblado de Wadowice cerca de Cracovia Polonia; también su pueblo se localiza cerca de
Auschwitz lugar donde los nazis exterminaron a miles de personas principalmente judíos,
durante la segunda guerra mundial.
Le tocó vivir durante su niñez y juventud varias desgracias: su madre Emilia
Kaczorowska murió cuando él tenía solo nueve años, su hermano Edmund (médico) murió
en 1932; vivió solo con su padre suboficial del ejército que muere en 1941. Su hermana
Olga murió antes de que él naciera.
El joven Karol estudió la Filosofía en la Universidad Jagellonesa y luego la teología
en el seminario clandestino de Cracovia en pleno apogeo de la segunda guerra mundial.
Fue ordenado sacerdote en Cracovia el 1 de noviembre de 1946 de manos del Arzobispo
Sapieha y consagrado Obispo el 4 de julio de 1958; nombrado cardenal en junio de 1967
por el Papa Paulo VI.
Fue elegido Papa el 16 de octubre de 1978; Contaba con 58 años de edad; se le veía
fuerte y saludable. Y cómo olvidar aquella frase que sigue resonando entre nosotros: “No
tengáis miedo”
(El primer significado de la palabra Papa corresponde a las iniciales de 4 palabras
latinas: Petro, Apostoli, Potestatem, Accipiens y se traducen así: “El que recibe la Potestad
del Apóstol Pedro”) (También significa =Padre = en griego)
“Cristo dirigió muchas veces esta invitación*no tengáis miedo* a los hombres con
los que se encontraba. Esto dijo el Ángel a María: =No tengas miedo= (cfr. Lucas 1,30).
Y esto mismo a José: =No tengas miedo= (cfr. Mateo 1,20). Cristo lo dijo a los Apóstoles y
a Pedro en varias ocasiones, especialmente después de su Resurrección, e insistía: ¡No
tengáis miedo!
¿De qué no debemos tener miedo? No debemos temer a la verdad de nosotros
mismos. Pedro tuvo conciencia de ella; un día, con especial viveza le dijo a Jesús:
¡Apártate de mí Señor, que soy un hombre pecador! (Lucas 5,8).
Todas las veces en que Cristo exhorta a no tener miedo se refiere tanto a Dios como
al hombre. Quiere decir: No tengáis miedo de Dios, que según los filósofos, es el Absoluto
transcendente; no tengáis miedo de Dios, sino invocadlo conmigo *Padre Nuestro* (Mateo
6,9)” (Juan Pablo II, Cruzando el Umbral de la Esperanza octubre 1994).
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Juan Pablo II realizó 104 viajes fuera de Italia y 150 en Italia. Esto causó revuelo
en los grandes y pequeños países que visitaba. Un Papa cercano, preocupado por sus
ovejas; rompió las barreras de la distancia, del idioma, de las diversas culturas, llevando el
mensaje de Cristo: el Amor.
En su primer año de pontificado visitó nuestro país: México en enero de 1979, en su
segunda visita, quiso pisar nuestra tierra alteña el 8 de mayo de 1990 y se postró ante las
plantas de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos; luego aquél encuentro en la explanada
del Rosario, lugar de acercamiento con miles de jóvenes provenientes de todo el país y
donde nos dijo con firmeza y voz fuerte: +¡Jóvenes, no perdáis la esperanza, sois
peregrinos de esperanza, como reza el lema de este encuentro. Dejad que vuestro corazón
se embriague de la Vida que os ofrece Jesús; en Él está vuestra auténtica juventud!+
Su pontificado fue prolífero, tanto en los documentos que escribió, por el número de
beatos y santos que proclamó, por la influencia que tuvo en varios países como su natal
Polonia, en la caída del muro de Berlín, etc. Pero principalmente en la semilla sembrada en
sus viajes pastorales por todo el mundo. Se le ha llamado de diversas maneras: El heraldo
de la civilización del amor, peregrino de esperanza, Juan Pablo II el magno, el Papa viajero,
el Papa mexicano, Juan Pablo el Grande, etc.
La preocupación por los que sufren y de manera especial por los enfermos, siempre
formó parte de los elementos constantes de la actividad pastoral de Juan Pablo II desde los
primeros años de su pontificado. El vínculo del Papa con quienes llevan el peso de la cruz
se reforzó todavía más el día que quedó marcado con la sangre y un duro sufrimiento. El
13 de mayo de 1981, durante la audiencia general en la Plaza de San Pedro, Mehmet Alí
Agca disparó con una pistola hiriendo gravemente al Santo Padre en el abdomen, en el
costado derecho y en el índice de la mano.
El Santo Padre sufrió lo indecible. No dejaba de rezar. Permaneció cuatro días en
cuidados intensivos, durante varios días experimentó algo de lo que había hablado, con
sensibilidad y ternura, en numerosos discursos dirigidos a los enfermos y que él mismo
había podido observar en numerosos encuentros con ellos: la incapacidad, la debilidad, el
dolor, la tristeza, el aislamiento, la dependencia de los demás. Recibía fuerza de la oración
personal y de la litúrgica. Le procuró gran consuelo tener conciencia de que en todo el
mundo rezaba por su recuperación”. (Dejadme id a la casa del Padre, edición española
2006)
El Papa Juan Pablo II estuvo presente en la III Conferencia del Episcopado
Latinoamericano en Puebla, México (enero 1979) donde en el discurso inaugural exhortó a
los Obispos a ser maestros de la Verdad (Verdad sobre Jesucristo, Verdad sobre la misión
de la Iglesia, Verdad sobre el hombre) también les dijo: “Vuestro servicio pastoral a la
verdad se completa por un igual servicio a la unidad. Unidad entre los obispos: Esta será
ante todo unidad entre vosotros mismos, los obispos. "Debemos guardar y mantener esta
unidad -escribía el obispo san Cipriano en un momento de graves amenazas a la comunión
entre los obispos de su país- sobre todo nosotros, los obispos que presidimos en la Iglesia, a
fin de testimoniar que el Episcopado es uno e indivisible. Que nadie engañe a los fieles ni
altere la verdad. El Episcopado es uno..." [San Cipriano, "De catholicae Ecclesiae unitate",
6-8]. Esta unidad episcopal viene no de cálculos y maniobras humanas, sino de lo alto: del
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servicio a un único Señor, de la animación de un único Espíritu, del amor a una única y
misma Iglesia.
Unidad con los sacerdotes, religiosos y Pueblo fiel: La unidad de los obispos entre sí se prolonga en la unidad con los presbíteros, religiosos y fieles. Los sacerdotes son los colaboradores inmediatos de los obispos en la misión pastoral, que quedaría comprometida si no reinase entre ellos y los obispos esa estrecha unidad.”
También inauguró en 1992 la IV CELAM (Conferencia del Episcopado Latinoamericano) en Santo Domingo, República Dominicana con motivo de los 500 años de la llegada del Evangelio a nuestro continente y donde habló de celebrar a Jesucristo Ayer, Hoy y Siempre, de la Nueva Evangelización (no consistente en un nuevo evangelio) Evangelización Nueva en su ardor, en sus métodos y en su expresión; de la Promoción Humana (la cual tiende a la liberación integral de la persona) y la Cultura Cristiana (el evangelio debe inspirar todas las culturas del mundo, enriqueciéndolas con los valores cristianos que derivan de la fe).
Convocó a todos a vivir el Gran Jubileo del año 2000. Desconcertó a la humanidad cuando pidió perdón por pecados cometidos por la iglesia en siglos anteriores.
Y nos decía en su encíclica sobre la Eucaristía
en su relación con la Iglesia: “Del misterio pascual nace la Iglesia. Precisamente por eso la Eucaristía, que es el sacramento por excelencia del misterio pascual, está en el centro de la vida eclesial. Se puede observar esto ya desde las primeras imágenes de la Iglesia que nos ofrecen los Hechos de los Apóstoles: "Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones" (2, 42).La "fracción del pan" evoca la Eucaristía. Después de dos mil años seguimos reproduciendo aquella imagen primigenia de la Iglesia. Y, mientras lo hacemos en la celebración eucarística, los ojos del alma se dirigen al Triduo pascual: a lo que ocurrió la tarde del Jueves Santo, durante la Última Cena y después de ella. La institución de la Eucaristía, en efecto, anticipaba sacramentalmente los acontecimientos que tendrían lugar poco más tarde, a partir de la agonía en Getsemaní. Vemos a Jesús que sale del Cenáculo, baja con los discípulos, atraviesa el arroyo Cedrón y llega al Huerto de los Olivos. En aquel huerto quedan aún hoy algunos árboles de olivo muy antiguos. Tal vez fueron testigos de lo que ocurrió a su sombra aquella tarde, cuando Cristo en oración experimentó una angustia mortal y "su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra" (Lc 22, 44).La sangre, que poco antes había entregado a la Iglesia como bebida de salvación en el Sacramento eucarístico, comenzó a ser derramada; su efusión se completaría después en el Gólgota, convirtiéndose en instrumento de nuestra redención: "Cristo como Sumo Sacerdote de los bienes futuros [...] penetró en el santuario una vez para siempre” (Juan Pablo II Ecclesia de Eucharitia 2003).
“Karol Woytyla ya no respiraba. Pero su corazón, su gran corazón, continuó latiendo por algunos instantes en el monitor. Nada de extraordinario. Un fenómeno clínicamente explicable, pero tan sugestivo y tan lleno de simbolismo en ese momento. En el momento de la muerte de un Papa que había amado profundamente a cada uno de los hombres y a cada una de las mujeres, sin hacer distinción alguna de raza, color de piel,
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de rango social e incluso de credo religioso, porque en cada ser humano veía a un hijo de Dios.
Después, el aparato también se detuvo, desaparecieron las pulsaciones. Juan Pablo II se había abandonado serenamente en los brazos del Señor. Tal como había escrito al inicio en su testamento. “Deseo seguirle”. Tal como había susurrado a sor Tobiana: “Déjenme ir...” Eran las 21:37 del sábado 2 de abril de 2005, víspera de la fiesta de la Divina Misericordia, tan querida por él. Terminaba su aventura terrenal, pero en ese mismo instante empezaba el “misterio de Wojtyla” Abajo, en la plaza de san Pedro, había mucha gente. Se trataba sobre todo de jóvenes que cantaban, que gritaban su nombre queriendo que llegara hasta arriba, a su habitación, para que oyera su aflicción, su cercanía. Pero con la llegada de la oscuridad, apenas atenuada por las pequeñas llamas de las velas, había surgido un silencio pesado, tristísimo. Muchos lloraban intuyendo lo que iba a pasar inevitablemente. Y cuando el hecho llegó, lo entendieron de inmediato. Incluso antes de que fuera anunciado verbalmente o que repicara la campana de San Andrés, lo entendieron por las luces que de improviso se habían encendido allá arriba, en el tercer piso, en las habitaciones del departamento pontificio ¡Donde estaba él!
La televisión y la radio habían interrumpido sus programas para dar la noticia. Después de que en los días anteriores habían estado arrojando una información cada vez más indiscreta, morbosa, incluso irreverente, los medios de comunicación inclinaron la cabeza en señal de respeto. Y así, millones de personas pudieron vivir en el mismo momento, unidas por el dolor provocado por haberse “apagado” ese hombre de Dios.” (Gian Franco Svidercoschi, Un Papa que no muere; primera edición 2011).
El Papa Juan Pablo II fue beatificado el 1 de mayo de 2011 por S.S. Benedicto XVI en la fiesta de la Divina Misericordia, tras el milagro de curar a la religiosa francesa Marie Simon Pierre del mal de Parkinson.
Por tanto, en el Beato Juan Pablo II, podemos contemplar a una persona que tomó conciencia de ser imago Dei, imago Dei caído, imago Dei redimido que llegó a su auto-realización y trascendencia.
Para profundizar
Libro: SVIDERCOSCHI‚ GIAN FRANCO, Un papa que no muere, E. San Pablo, 2011.
Elección de Juan Pablo II
http://www.youtube.com/watch?v=OKUl9-oHtA8
Su muerte
http://www.youtube.com/watch?v=U05rfqlYudw&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=UcZEU2YdcEQ&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=50paue0-Hlo&feature=fvwrel
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LABORATORIO
JUAN PABLO II: MODELO DE VIDA
Preparación
Indicaciones: Tener una foto de Papa Juan Pablo II, algunos documentos que
escribió, si se tuviera alguna grabación con su voz ayudaría mucho, equipo de sonido,
imagen de la Virgen de Czestochowa, un crucifijo, el letrero: [México siempre fiel, veladoras
para cada participante, cerillos (Tener en un lugar visible estos elementos)
Para comunicar
Bienvenida
*Tener música de fondo la canción de amigo de Roberto Carlos, mientras van
llegando las personas; (para recordar al gran amigo Karol)
Qué alegría volver a reunirnos, dispongamos el corazón y la mente para vivir este
encuentro con empeño y ánimo de compartir con los demás.
Oración en común
ORACIÓN
(Una persona al frente de todos sostiene la imagen de la Virgen María)
AVE MARÍA: (Juan Pablo II)
¡Dios te salve, María!
Te saludamos con el Ángel: Llena de gracia.
El Señor está contigo.
Te saludamos con Isabel: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu
vientre! ¡Feliz porque has creído a las promesas divinas!
Te saludamos con las palabras del Evangelio: Feliz porque has escuchado la Palabra de Dios y la has cumplido.
¡Tú eres la llena de gracia!
Te alabamos, Hija predilecta del Padre.
Te bendecimos, Madre del Verbo divino.
Te veneramos, Sagrario del Espíritu Santo.
Te invocamos; Madre y Modelo de toda la Iglesia. Te contemplamos, imagen realizada de las esperanzas de toda la humanidad.
¡El Señor está contigo!
Tú eres la Virgen de la Anunciación, el Sí de la humanidad entera al misterio de la
salvación.
Tú eres la Hija de Sión y el Arca de la nueva Alianza en el misterio de la visitación.
Tú eres la Madre de Jesús, nacido en Belén, la que lo mostraste a los sencillos pastores
y a los sabios de Oriente.
Tú eres la Madre que ofrece a su Hijo en el templo, lo acompaña hasta Egipto, lo
conduce a Nazaret.
Virgen de los caminos de Jesús, de la vida oculta y del milagro de Caná.
Madre Dolorosa del Calvario y Virgen gozosa de la Resurrección. Tú eres la Madre de los discípulos de Jesús en la espera y en el gozo de Pentecostés.
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Bendita...
porque creíste en la Palabra del Señor,
porque esperaste en sus promesas,
porque fuiste perfecta en el amor.
Bendita por tu caridad premurosa con Isabel,
por tu bondad materna en Belén,
por tu fortaleza en la persecución,
por tu perseverancia en la búsqueda de Jesús en el templo,
por tu vida sencilla en Nazaret,
por tu intercesión en Cana,
por tu presencia maternal junto a la cruz,
por tu fidelidad en la espera de la resurrección,
por tu oración asidua en Pentecostés.
Bendita eres por la gloria de tu Asunción a los cielos,
por tu maternal protección sobre la Iglesia,
por tu constante intercesión por toda la humanidad. Amén.
Qué dicha recordar en esta ocasión a tan gran persona que nos dejó un testimonio
digno no tan solo de ser recordado sino de imitarlo.
Trabajo en Equipo (Máx. 5 personas) 25 min.
Se eligen ideas principales, análisis de grupo. Leer y comentar la ficha. Se elige a
alguien para que comparta los contenidos de la ficha y las ideas que surgieron en el curso de
la reflexión.
Para saber más. 15 min.
El coordinador comunica algunos detalles que lleven a profundizar el encuentro.
(Video del Papa: Hermana
Compartir. 25 min.
Un representante de cada grupo comparte lo que ha surgido de la lectura y del
trabajo en equipo. Luego el coordinador puede dejar un poco de espacio para
intervenciones libres sobre el contenido de la búsqueda. ¿A qué te invita el testimonio del
Papa Juan Pablo II? ¿A qué te compromete? (escribirlo)
Conclusión
Se establece el trabajo de preparación para el siguiente encuentro-laboratorio.
Oración Final
(Se le da una veladora a cada integrante, se enciende y mientras se reza
pausadamente por 2 lectores, los demás sostienen su veladora en alto y colocan su
compromiso ante la imagen de la Virgen y del Beato Juan Pablo II)
Ave María (Juan Pablo II)
Santa María, Madre de Dios!
Queremos consagrarnos a ti.
Porque eres Madre de Dios y Madre nuestra.
Porque tu Hijo Jesús nos confió a ti.
Porque has querido ser Madre de la Iglesia.
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Nos consagramos a ti:
Los obispos, que a imitación del Buen Pastor
velan por el pueblo que les ha sido encomendado.
Los sacerdotes, que han sido ungidos por el Espíritu.
Los religiosos y religiosas, que ofrendan su vida
por el Reino de Cristo.
Los seminaristas, que han acogido la llamada del Señor.
Los esposos cristianos en la unidad e indisolubilidad de su amor con sus familias.
Los seglares comprometidos en el apostolado.
Los jóvenes que anhelan una sociedad nueva.
Los niños que merecen un mundo más pacífico y humano.
Los enfermos, los pobres, los encarcelados,
los perseguidos, los huérfanos, los desesperados, los moribundos.
¡Ruega por nosotros pecadores!
Madre de la Iglesia, bajo tu patrocinio nos acogemos y a tu inspiración nos
encomendamos.
Te pedimos por la Iglesia, para que sea fiel en la pureza de la fe, en la firmeza de la
esperanza, en el fuego de la caridad, en la disponibilidad apostólica y misionera, en el compromiso por promover la justicia y la paz entre los hijos de esta tierra bendita.
Te suplicamos que toda la Iglesia se mantenga siempre en perfecta comunión de fe y
de amor, unida a la Sede de Pedro con estrechos vínculos de obediencia y de caridad.
Te encomendamos la fecundidad de la nueva evangelización, la fidelidad en el amor de
preferencia por los pobres y la formación cristiana de los jóvenes, el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas, la generosidad de los que se consagran a la misión, la unidad y la santidad de todas las familias.
¡Ahora y en la hora de nuestra muerte!
¡Virgen, Madre nuestra! Ruega por nosotros ahora. Concédenos el don inestimable de
la paz, la superación de todos los odios y rencores, la reconciliación de todos los hermanos.
Que cese la violencia y la guerrilla.
Que progrese y se consolide el diálogo y se inaugure una convivencia pacífica.
Que se abran nuevos caminos de justicia y de prosperidad. Te lo pedimos a ti, a quien
invocamos como Reina de la Paz.
¡Ahora y en la hora de nuestra muerte!
Te encomendamos a todas las víctimas de la injusticia y de la violencia, a todos los
que han muerto en las catástrofes naturales, a todos los que en la hora de la muerte
acuden a ti como Madre.
Sé para todos nosotros Puerta del cielo, vida, dulzura y esperanza, para que, juntos,
podamos contigo glorificar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. ¡Amén!
Canto: Pescador