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---------------- Cunq uei ro -------------------- Perfil de una figura y una ciudad ' 8 CUNQUE_IRO Y MONDONEDO José Díaz Jácome (*) M ientras otros estudian ahora la obra de Alvaro Cunqueiro, t sencla en apariencia pero tan coleja en sus r- ces vites; mientras se deslinda lo que es invención y erudición en sus libros; '·. mientras se comprueba por algunos críticos que Cunqueiro es un creador de la novela mítica actual; mientras otros insisten en que su prosa recuerda a Guevara o a Valle Inclán... yo quiero glosar aquí, sucintamente, su faceta de articu- lista, escasamente valorada. EL ARTICULISTA Cunqueiro comenzó muy joven a escribir en la prensa. Sus prime- ras prosas y versos vieron la luz en «V allibria», un semanario de Mondoñedo, fundado y ' dirigido por José Trapero Pardo. Luego pasaría a colaborar en «El Pueblo Gallego», de Vigo, diario que dirigía Portela Valladares. Sus arculos tenían gran aceptación y fi- guraban junto a los trabajos de los co- laboradores más notables. Recuerdo cómo «nacían»: en la rebotica de la farmacia de su padre, por la noche. Mientras nosotros, sus amigos y com- peros, jugábamos con los viejos nai- pes del póker de cada tarde en aquel rincón, Alvaro se ponía a teclear en una vieja máquina, y al cabo de media hora surgía un delicioso artículo que solía leer- nos camino de Correos. Escribía con enor- me cilidad. De su vieja máquina sían cons- tantemente poemas, nraciones, artículos, coplas de ciego -Cunqueiro se unaba de haber escrito romances sobre crímenes famosos, con destino al «Cego de Rego de Cás»-, crónicas que le encar- gaba el «Pallarego», peluquero-coespons de «El Progreso», de Lugo, y que le valieron a éste las felicitaciones del director «por su bonito estilo y su riqueza expresiva»... Pocas veces un mo- desto coespons de pueblo tuvo ocasión de lu- cirse como entonces con el trabajo ajeno... Cunqueiro pasaría pronto a colaborar en otros diarios y revistas. Citaremos, entre otros, a «La Voz de Espa», de San Sebastián; «La Voz de Galicia»; «El Progreso»; «El Faro d� Vigo»; «El

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Page 1: CUNQUE IRO Y MONDONEDO M - CVC. Centro Virtual Cervantes · 2019. 6. 17. · y revistas. «El pasajero en Galicia» y «Retratos imaginarios» pudieran ser dos de ellos, nutridos

�---------------- Cunqueiro -------------------­Perfil de una figura y una ciudad

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CUNQUE_IRO Y MONDONEDO José Díaz Jácome (*)

M ientras otros estudian ahora la obra de Alvaro Cunqueiro, tan sencilla en apariencia pero tan compleja en sus raí­ces vitales; mientras se deslinda lo

que es invención y erudición en sus libros;

'·. mientras se comprueba por algunos críticos

que Cunqueiro es un creador de la novela mítica actual; mientras otros insisten en

que su prosa recuerda a Guevara o a Valle Inclán ... yo quiero glosar aquí, sucintamente, su faceta de articu­lista, escasamente valorada.

EL ARTICULISTA

Cunqueiro comenzó muy joven a escribir en la prensa. Sus prime­ras prosas y versos vieron la luz

en « V allibria», un semanario de Mondoñedo, fundado y

' dirigido por José Trapero Pardo. Luego pasaría a

colaborar en «El Pueblo Gallego», de Vigo, diario

que dirigía Portela Valladares. Sus artículos tenían gran aceptación y fi­

guraban junto a los trabajos de los co­laboradores más notables. Recuerdo cómo «nacían»: en la rebotica de la farmacia de su padre, por la noche.

Mientras nosotros, sus amigos y com-pañeros, jugábamos con los viejos nai­

pes del póker de cada tarde en aquel rincón, Alvaro se ponía a teclear en una vieja máquina, y al cabo de media hora

surgía un delicioso artículo que solía leer­nos camino de Correos. Escribía con enor-

me facilidad. De su vieja máquina salían cons­tantemente poemas, narraciones, artículos, coplas de ciego -Cunqueiro se ufanaba de haber escrito romances sobre crímenes famosos, con destino al «Cego de Rego de Cás»-, crónicas que le encar­gaba el «Pallarego», peluquero-corresponsal de «El Progreso», de Lugo, y que le valieron a éste las felicitaciones del director «por su bonito estilo y su riqueza expresiva»... Pocas veces un mo­desto corresponsal de pueblo tuvo ocasión de lu­cirse como entonces con el trabajo ajeno ...

Cunqueiro pasaría pronto a colaborar en otros diarios y revistas. Citaremos, entre otros, a «La Voz de España», de San Sebastián; «La Voz de Galicia»; «El Progreso»; «El Faro d� Vigo»; «El

Page 2: CUNQUE IRO Y MONDONEDO M - CVC. Centro Virtual Cervantes · 2019. 6. 17. · y revistas. «El pasajero en Galicia» y «Retratos imaginarios» pudieran ser dos de ellos, nutridos

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Retrato al óleo de Alvaro Cunqueiro por Carlos Maside

Ideal Gallego» ... Los temas de sus trabajos eran muy variados y en todos triunfaba la imaginación en libertad. El escritor-periodista -como señala María del Pilar Palomo- supo buscar la magia del mito y fundirse con él en sus creaciones. Muchos de sus artículos -tanto en gallego como en caste­llano- se han transformado en libros. «El Envés», por ejemplo, es uno de ellos, merecedor de ser más leído. Estos artículos, publicados en «El Faro de Vigo», constituyen «una obra muy importante para conocer a su autor, porque -como apunta José Luis Varela- refleja en su mundo la cara oculta de las cosas». Otros libros han surgido -y aún pueden surgir- de los millares de trabajos periodísticos de Cunqueiro esparcidos por diarios y revistas. «El pasajero en Galicia» y «Retratos imaginarios» pudieran ser dos de ellos, nutridos de ambas series publicadas en diversos periódicos para deleite de tantos lectores.

EL SILENCIO

Son innumerables los artículos que el escritor dedicó a Mondoñedo. Pocos como él exaltaron

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con tanto amor a su ciudad natal. El silencio de Mondoñedo era tema obligado en muchos de sus trabajos. Gustaba de acudir a la vieja ciudad para su «cura de silencio». Para Cunqueiro, «Mondo­ñedo es la melancolía y el silencio». Así lo des­cribe en uno de sus artículos:

«Viviendo fuera de Galicia, Mondoñedo me pa­recía algo absolutamente inasequible y fantasmal que existía quizás en un espejismo, pero que una ráfaga de aire podía arremolinar y aventar en un santiamén. Tenía que decirme a mí mismo alguna noche: «Esa creciente luna, estrellas, las pueden ver ahora mismo mi mujer y mis hijos», para tener la certeza de que no estaba soñando islas de Ara­Ión, recónditas y navegantes. Ahora tengo en los ojos toda la melancolía, y en el oído todo el silen­cio de Mondoñedo. Sobre todo el silencio, gozoso y casi táctil, en el que mansamente descansan las horas. Impone una pausa a la vida. Aquí se puede quedar uno a ver crecer el silencio. Ser «connai­seur» de silencios paréceme uno de los más altos grados de la sabiduría humana: el silencio es un producto de la cultura, como la soledad.»

Ahora, el silencio que le apasionaba está ya para siempre con él, en él. Cuando le decíamos adiós en su Mondoñedo, bajo la mansa lluvia, nació esta elegía:

Recordando a Alvaro Cunqueiro EL SILENCIO DE MONDOÑEDO

Como otras veces, amigo mío, llegaste, silencioso, a tu nido de piedra: Mondoñedo, que siempre fue para tí supremo regalo, alta delicia ...

¡Pero esta vez llegaste muerto!: cerrados los ojos, marchita la sonrisa, sin voz tu boca donde florecía la palabra más hermosa.

Ahora, amigo mío, has vuelto para siempre a Mondoñedo, cuna y sepulcro de tus largos sueños. Las lágrimas de las campanas que te

[mencionaron rompían el silencio por tí hecho poema ... Ese silencio antiguo que se mete dulcemente en el alma como una niebla mística ...

Ahora, amigo mío, compañero, ya está en tí, para siempre, el profundo silencio que cantaste!

En Mondoñedo, 1 de 'marzo de 1981, poco antes del entierro del querido amigo. e

(*) Cronista Oficial de Mondoñedo, cargo en el que sucede a Alvaro Cunqueiro.