cu00 d3mo se comenta un texto literario

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CÓMO SE COMENTA

UN TEXTO LITERARIO

POR

Fernando Lázaro Carreter y

Evaristo Correa Calderón

Edición pedagógica

Compilación:

Lcdo. Luis Ortiz Alvarado PROFESOR DE LITERATURA NS

BACHILLERATO INTERNACIONAL – SAGRADO CORAZÓN

Page 3: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

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INTRODUCCIÓN

Generalidades sobre el texto y el comentario

EL MÉTODO Y SUS FASES

Fase I. Lectura atenta del texto

Fase II. Localización

Fase III. Determinación del tema

Fase IV. Determinación de la estructura

Fase V. Análisis de la forma partiendo del tema

Fase VI. La conclusión

ORIENTACIONES PARA EL COMENTARIO DE TEXTOS

MODELOS DE COMENTARIOS DE TEXTOS

LITERARIOS

Caminos de Antonio Machado

Rima VII de Gustavo Adolfo Bécquer

Nada de Carmen Laforet

Martín Fierro de José Hernández

Soledades de Antonio Machado

Misericordia de Benito Pérez Galdós

Caupolicán de Rubén Darío

Edición pedagógica

Page 4: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

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Cómo se comenta un texto literario (Fernando Lázaro Carreter y Evaristo Correa Calderón,

Cómo se comenta un texto literario, 13ª ed., Madrid,

Cátedra, 1975.)

Introducción Generalidades sobre el texto y el comentario.

1. MODOS DE ESTUDIAR LA LITERATURA

Así como el estudio de la Música sólo puede

realizarse oyendo obras musicales, el de la Literatura sólo

puede hacerse leyendo obras literarias.

Suele ser creencia general que, para “saber

Literatura” basta conocer la Historia Literaria. Esto es tan

erróneo como pretender que se entiende de Pintura

sabiendo dónde y cuándo nacieron los grandes pintores, y

conociendo los títulos de sus cuadros, pero no los cuadros

mismos.

Al conocimiento de la Literatura se puede llegar:

a) En extensión, mediante la lectura de obras completas

o antologías amplias.

b) En profundidad, mediante el comentario o

explicación de textos.

2. ¿SOBRA, ENTONCES, LA HISTORIA DE LA

LITERATURA?

De ningún modo. El manual de Historia de la

Literatura proporciona instrumentos de tipo histórico,

biográfico, cultural, etc., para encuadrar bien la obra que

se lee o el fragmento que se comenta.

En este libro empleamos indistintamente los términos

“comentario” y “explicación”.

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Pero hay que retener esta idea: el manual de

“Historia de la Literatura” es sólo un instrumento para

obtener un fin más alto, que es el conocimiento directo y

la mejor comprensión de las obras literarias.

De tres modos simultáneos estudiaremos, pues, la

Literatura:

a) Mediante la lectura continuada de obras literarias.

b) Mediante la explicación de textos.

c) Mediante la Historia literaria como instrumento

auxiliar.

3. ¿QUÉ ES UN TEXTO LITERARIO?

Un texto literario puede ser una obra completa (una

novela, un drama, un cuento, un poema…), o un

fragmento de una obra.

Los textos que se proponen para el ejercicio de

comentario deben ser muy breves (20 versos o 15 líneas de

prosa, como máximo). Por eso, excepto cuando se trata de

una poesía corta (un soneto, una décima, por ejemplo), han

de consistir en fragmentos de obras literarias más

amplias.

4. POR QUÉ EL TEXTO HA DE SER BREVE.

El ejercicio denominado explicación de textos obra

en profundidad, y no en extensión. Si el texto fuera muy

largo, tendríamos que limitarnos a exponer unas cuantas

Los tres modos son importantes, y los tres exigen idéntica atención e intensidad.

El comentario de textos será tanto mejor cuanto más se haya leído y cuanto mejor se conozca la Historia literaria. Más adelante expondremos cómo ha de emplearse el manual de Literatura para explicar un texto.

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ideas vagas y rápidas acerca de él. La esencia de aquel

fragmento se nos escaparía forzosamente.

5. QUÉ PRETENDEMOS CON LA EXPLICACION

En toda explicación de textos nos proponemos estos

dos objetivos:

1º Fijar con precisión lo que el texto dice.

2º Dar razón de cómo lo dice.

Estos fines pueden alcanzarse en un nivel elemental o

superior. En este libro atendemos preferentemente al

primer nivel. Alcanzar el segundo es sólo cuestión de

cultura literaria y de amplitud crítica, que permitan

desarrollar hasta sus últimas consecuencias las

posibilidades del método que aquí se desarrolla.

6. FONDO Y FORMA

Si se medita en los fines de la explicación,

probablemente se nos ocurrirá pensar que un buen método

para explicar o comentar un texto sería analizar primero el

fondo y después la forma.

La gente llama fondo a los pensamientos,

sentimientos, ideas, etc., que hay en una obra. Y forma a

las palabras y giros sintácticos con que se expresa el

fondo. Este vendría a ser una especie de organismo, y la

forma, la piel que lo recubre.

7. IMPOSIBILIDAD DE SEPARAR EL FONDO Y LA

FORMA

No puede negarse que, en todo escrito, se dice algo

(fondo) mediante palabras (forma). Pero eso no implica

que fondo y forma puedan separarse. Separarlos sería tan

absurdo como deshacer un tapiz para comprender su

trama: obtendríamos un montón informe de hilos.

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El fondo y la forma de un texto se enlazan tan

estrechamente como el haz y el envés de una hoja, como la

cara y la cruz de una moneda.

Ambos forman la obra artística: y no por separado,

sino precisamente cuando están fundidos.

8. LA EXPLICACIÓN, EJERCICIO TOTAL

La explicación de textos no es un ejercicio de

Gramática ni de Vocabulario, ni de Literatura, ni de

Historia de la Cultura, ni un comentario moral, por

separado. Su dificultad -y su belleza- estriba en que, al

realizar la explicación, deben entrar en juego todos esos

conocimientos simultáneamente.

Pero esto no debe alarmar al crítico novel. No se le

piden imposibles; nadie va a exigirle -ni los profesores ni

los examinadores- que haga un ejercicio profundísimo.

Bastarán los conocimientos normales que va adquiriendo

en clase, bien administrados.

A esto pretendemos ayudarle: a administrar bien sus

conocimientos.

9. LO QUE NO ES UNA EXPLICACIÓN DE

TEXTOS

Antes de pasar a aclarar en qué consiste, queremos

fijar con claridad unas ideas acerca de lo que no es una

explicación de textos.

Consecuencia importantísima: si queremos explicar un texto no podemos comenzar por descomponerlo.

El comentario tiene que ser, a la vez, del fondo y de la forma.

Ya sabemos que comentar un texto no es exponer por

separado unas cuantas ideas acerca del fondo y de la forma

de dicho texto.

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10. LA PARÁFRASIS

El mayor peligro que acecha a quien explica un texto

es la paráfrasis. Llamamos paráfrasis a un comentario

amplificativo en torno a lo que un texto dice. Imaginemos

que se nos ordena explicar esta conocida estrofa de fray

Luis de León:

¡Qué descansada vida

la del que huye el mundanal rüido,

y sigue la escondida

senda por donde han ido

los pocos sabios que en el mundo han sido!

He aquí un posible tipo de paráfrasis:

“Fray Luis de León, el gran poeta agustino, nos dice

en estos versos que es mejor vivir en soledad que en

tráfago del mundo. ¡Razón grande tenía fray Luis! La vida

no ofrece más que molestias, desasosiegos, incomodidades

y disgustos. Así lo han comprendido las personas sabias,

que han preferido el apartamiento a las inquietudes de

una existencia en el mundo...”

Y así podríamos seguir indefinidamente, dando

vueltas en torno al texto de fray Luis, como asnos

alrededor de un pozo, sin entrar de lleno en su hondura,

sin saber qué hay dentro. Algunos, acordándose de que

esta estrofa posee una forma, añadirán una coletilla vulgar

y como de compromiso:

“Estos versos son muy bonitos; suenan muy bien, y

elevan el espíritu. Forman una lira…

Un ejercicio realizado así no es una explicación, sino una mera

palabrería.

La paráfrasis puede ser bella cuando la realiza un gran escritor

o un buen orador. Un escolar no debe intentarla.

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11. OTRO ENEMIGO: EL TEXTO COMO

PRETEXTO

Tampoco el comentario de textos puede servirnos

como medio para exponer nuestros conocimientos acerca

de cosas que no iluminan o esclarecen precisamente el

pasaje que comentamos.

Se entenderá lo que queremos decir volviendo al

ejemplo anterior. Alguien toma la estrofa de fray Luis

como pretexto para mostrar sus conocimientos histórico-

literarios, Y escribe, por ejemplo:

“Estos versos son de fray Luis de León. Este poeta

nació en Belmonte (Cuenca), el año 1527. Estudió en

Madrid y Valladolid, y a los catorce años se hizo agustino.

Explicó como catedrático en Salamanca y fue procesado

por la Inquisición. Escribió La perfecta casada,

Exposición del Libro de Job...”

Nuestro aplicado muchacho se va por las ramas.

Utiliza el texto como pretexto, pero no lo explica. Veamos

otra solución tan mala como la anterior. Ahora el

“explicador” se nos escapa por la métrica:

“He aquí una lira de fray Luis de León. La lira es

una estrofa compuesta de cinco versos, el primero, el

tercero y el cuarto heptasílabos (de siete sílabas), y el

segundo y el quinto, endecasílabos (de once sílabas).

Riman primero, tercero y quinto; el primero y tercero. En

el segundo verso la palabra rüido tiene tres sílabas por

diéresis. La diéresis consiste en destruir un diptongo,

separando sus vocales en dos sílabas.”

¿No consiste este procedimiento en algo muy

parecido a sacar cerezas de un canastillo? Esto no es un

comentario.

Para realizarlo bien es necesario saber todas esas

cosas. Pero no podemos parecernos a un albañil que

gastase en levantar y complicar los andamios el tiempo y

los materiales previstos para construir un edificio.

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12. RESUMEN

Tenemos ya unas pocas pero importantísimas

ideas acerca de lo que no es una explicación de textos.

Fijémoslas en nuestra mente:

1º La explicación de textos no consiste en una

paráfrasis del fondo, o en unos elogios triviales

de la forma.

2º La explicación de textos no consiste en un

alarde de conocimientos a propósito de un pasaje

literario.

Qué es una explicación de textos

13. EL PUNTO DE VISTA DEL AUTOR

Si no temiéramos asustar un poco a nuestros lectores

y hacerles cobrar miedo a esta tarea, les diríamos que

comentar un texto consiste en ir razonando paso a paso el

porqué de lo que el autor ha escrito.

Esto, como ya dijimos, puede hacerse con mayor o

menor profundidad. La que se va a pedir a un estudiante

está en proporción con sus conocimientos. Poco a poco se

irá descubriendo que la cosa no es difícil, sobre todo

cuando se sabe cómo hacerlo. Y es eso lo que intenta

enseñar este libro.

Por si la definición anterior parece muy exigente,

considérese esta más sencilla:

El texto no es jamás un pretexto

Explicar un texto es ir dando cuenta, a la vez, de lo

que un autor dice y de cómo lo dice.

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14. NO HAY UN COMENTARIO ÚNICO

Fácilmente podemos comprender que las

explicaciones de un pasaje serán distintas, según sean la

cultura, la sensibilidad y hasta la habilidad de quienes las

realicen.

Pero, en un plano elemental o superior, serán buenas

todas las explicaciones que, razonadamente, establezcan

una relación clara y ordenada entre el fondo y la forma de

un texto.

15. MÉTODOS PARA REALIZAR LA

EXPLICACIÓN

Sin método resulta difícil comentar debidamente un

pasaje. Con lo que llevamos dicho, sabemos ya qué es una

explicación de textos; pero un alumno quizá no supiera

cómo iniciarlas. Si ignorásemos cómo se hace una resta,

seguiríamos sin saber restar aunque no dijeran que dicho

operación consiste en «hallar la diferencia entre dos

cantidades». Necesitamos un procedimiento, un método,

para saber hacerlo.

Lo mismo ocurre con la explicación de textos: hace

falta un método, aunque este no pueda tener el rigor de los

procedimientos matemáticos.

El método que vamos a exponer en las páginas que

siguen no es el único posible; pero conduce siempre a

buenos resultados.

16. CONOCIMIENTOS PRECISOS PARA EL

COMENTARIO

En el comentario, precisamos combinar una serie de

condiciones personales (sensibilidad, agudeza) con un

conjunto de conocimientos, elementales o no, pero

necesarios.

Estos conocimientos se van adquiriendo en las clases

del Instituto, del Colegio, del Liceo o de la Universidad.

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Los fundamentos son los de Gramática, Historia de la

Lengua y de la Literatura y Métrica. Pero también los de

Religión, Geografía, Historia, Sociología, Economía.,

pueden ser útiles al comentar determinados pasajes.

17. ¿SERÁ DISTINTO EL MÉTODO EN LOS

GRADOS ELEMENTAL Y SUPERIOR?

De ninguna manera. El método que aplicaremos (y que

lo vamos a describir a continuación) es el mismo. Lo

único que variará serán los conocimientos básicos.

Por eso no hacemos distinción, en este libro, entre

las explicaciones correspondientes a uno u otro grado.

Procuraremos que nuestras instrucciones sean sencillas y

perfectamente comprensibles por todos los escolares.

Lo importante es entender el método. Con él pueden

combinarse luego conocimientos más o menos profundos;

estos dependen ya de quien lo aplica.

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EL

MÉTODO

Y

SUS

FASES

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18. ORDEN DE LA EXPLICACIÓN

El comentario de textos exige un orden para que no se

entremezclen nuestras observaciones. Los momentos o

fases de que consta este orden son los siguientes:

Vamos a exponer ahora brevemente en qué consisten

y para qué sirven todas y cada una de estas fases. En otro

capítulo explicaremos cómo se practican. Pero manténgase

muy en cuenta que no se podrán comprender esas

instrucciones prácticas sin conocer las razones en que se

apoyan, es decir, sin leer atentamente lo que ahora vamos

a exponer.

Fase I

Lectura atenta del texto. 19. COMPRENSIÓN DEL PASAJE

Lo primero y más lógico que debemos hacer, al

estudiar un texto para comentarlo, es conocerlo mediante

una atenta lectura.

Para ello es preciso que lo leamos despacio y que

comprendamos todas sus palabras.

Quiere esto decir que, al preparar una explicación,

debemos tener forzosamente a mano un Diccionario de la

Lengua Española, para consultar el significado de todas y

cada una de las palabras que no entendemos o que

comprendemos a medias.

I. Lectura atenta del texto. II. Localización.

III. Determinación del tema. IV. Determinación de la estructura. V. Análisis de la forma partiendo del tema

VI. La conclusión.

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Alguien estará pensando: «Sí, pero ¿y en los

exámenes? Allí no nos permiten emplear el Diccionario.

¿Por qué he de acostumbrarme a usarlo?» La respuesta

es bien sencilla: porque la utilización del Diccionario, día

tras día, y año tras año, proporciona un conocimiento tal

del léxico que puede esperarse el examen con

tranquilidad.

20. COMPRENSIÓN, NO INTERPRETACIÓN

En esta primera fase, lo único que debe preocuparnos

es entender el texto en su conjunto y en todas y cada una

de sus partes.

No tenemos que ocuparnos de interpretar qué sentido

especial tiene en aquel pasaje tal o cual expresión.

Tenemos que explicar, por ejemplo, el siguiente soneto de

Lope de Vega:

Suelta mi manso, mayoral extraño,

pues otro tienes de tu igual decoro;

deja la prenda que en el alma adoro,

perdida por tu bien y por mi daño.

Ponle su esquila de labrado estaño

y no le engañen tus collares de oro;

toma en albricias este blanco toro

que a las primeras hierbas cumple un año.

Si pides señas, tiene el vellocino

pardo, encrespado, y los ojuelos tiene

como durmiendo en regalado sueño.

Si piensas que no soy su dueño, Alcino,

suelta y verásle si a mí choza viene,

que aún tienen sal las manos de su dueño.

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La primera fase de la explicación consistirá en

comprender bien el poema. Habrá que buscar en el

Diccionario las palabras cuyo sentido se ignora: quizá

manso, mayoral, decoro, prenda, labrado, albricias,

hierbas primeras, vellocino, y posiblemente algunas otras.

Con esto ha terminado la primera fase: se conoce ya el

sentido literal del soneto. Posiblemente se entenderá que

ese manso arrebatado al pastor por un rico mayoral

encubre a alguna amada del poeta, que lo abandonó por un

rival más poderoso. Nada de esto nos importa ahora. No

tenemos que interpretar, sino sólo comprender el sentido

literal. La interpretación corresponde a la fase V de la

explicación.

Fase II

Localización 21. QUÉ ES LOCALIZAR UN TEXTO

Localizar es, como define el Diccionario, «fijar el

lugar de una cosa». Por tanto, localizar un texto literario

consiste en precisar qué lugar ocupa ese texto dentro de la

obra a que pertenece.

Ya vimos en el § 3 que el texto puede ser un

fragmento (de un poema, de una novela, de una escena de

ADVERTENCIA MUY IMPORTANTE

La primera fase es previa y preparatoria de la explicación

misma. La explicación no comienza con un comentario de las

palabras que conocíamos o que nos parecen raras. Esto

equivaldría a separar el fondo de la forma, y ya sabemos que no

es posible.

¿Qué hacer, pues, con esas palabras cuyo significado se ha

hallado en el Diccionario. Nada más que esto: aprender sus

significados, para que no haya en el texto ni una sola zona

oscura.

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teatro, etc.), o puede ser un texto independiente (un

soneto, per ejemplo).

En ambos casos hay que intentar una localización

precisa. Ya diremos cómo. Ahora es preciso que

entendamos por qué debemos hacer esto.

22. NECESIDAD DE LA LOCALIZACIÓN

Imagínese un cuadro. Pensemos en el Entierro del

conde de Orgaz, del Greco. Recuérdese: hay en él tres

planos claramente definidos:

a) Dos santos que sostienen el cadáver de un

caballero.

b) Un friso de caballeros que presencian el milagro.

c) El cielo abierto, al que llega el alma del conde, que

es recibida por Cristo, la Virgen y un sinnúmero de

bienaventurados.

Si consideramos cualquiera de estos planos (u otros

fragmentos que podríamos aislar) por separado con

independencia de los demás, no lo interpretaremos bien,

porque su sentido depende de los otros dos, depende del

conjunto.

De este hecho bien evidente podemos extraer una

conclusión importantísima que enunciaremos así:

Todas las partes de una obra artística son solidarias.

O dicho de otro modo: Todas las partes de una obra artística se relacionan entre sí.

Por eso, para comentar con precisión un texto es

absolutamente imprescindible tener en cuenta el conjunto

a que pertenece, y el lugar que ocupa dentro del conjunto.

En suma: es preciso localizarlo.

Como ya se ha dicho, con la localización del texto

comienza, propiamente, el ejercicio de la explicación.

Téngase en cuenta que ahora estamos informando de lo que

es necesario hacer, y no de cómo se hace.

Más adelante se hallarán los consejos prácticos necesarios.

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Fase III

Determinación del tema

23. IMPORTANCIA DE ESTA FASE

Ya tenemos el texto entendido (fase I) y ya sabemos

qué lugar ocupa dentro de la obra (fase II). Estamos en

condiciones de pasar a la III, que es importantísima.

De nuestro acierto en este momento de la explicación

depende en gran medida el éxito de la misma.

Tratemos de fijar el concepto de tema. Mucha

atención porque la tarea no es fácil.

24. EL «FONDO»

Pero antes advertiremos que no vamos a usar la

palabra fondo, por demasiado vaga, imprecisa y hasta

vulgar. La noción de tema es más concreta y más útil para

nuestro objeto.

25. EL «ASUNTO» DEL TEXTO

Se nos propone, por ejemplo, el siguiente pasaje de la

novela Tomás Rueda, de Azorín:

Las bellas manos que cortaban las flores del

huerto han desaparecido ya hace tiempo. Hoy sólo

viven en la casa un señor y un niño. El niño es chiquito,

pero ya anda solo por la casa, por el jardín, por la

calle. No se sabe lo que tiene el caballero que habita en

esta casa. No cuida del niño; desde que murió la

madre, este chico parece abandonado de todos. ¿Quién

se acordará de él? El caballero -su padre- va y viene a

largas cacerías; pasa temporadas fuera de casa; luego

vienen otros señores y se encierran con él en una

estancia; se oyen discusiones furiosas, gritos. El

caballero, muchos días, en la mesa, regaña

violentamente a los criados, da fuertes puñetazos, se

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exalta. El niño en un extremo, lejos de él, le mira

fijamente, sin hablar.

Todo conocemos la noción de argumento. La usamos

a diario, cuando hablamos del «argumento de una novela o

de una película».

También un texto tan breve como ese fragmento de

Azorín tiene un argumento. Podríamos contarlo así: «En

una casa viven un caballero y su hijo de corta edad,

huérfano de madre; el padre no cuida del pequeño; se

ausenta mucho de casa y reciben frecuentes visitas. El

caballero riñe a menudo a los criados.»

Pues bien, vamos a llamar asunto al argumento de un

texto. Lo impreso en letra cursiva es el asunto del pasaje

de Azorín.

Se trata, como vemos, de una reducción de dicho

pasaje, de una breve narración de lo que ese texto narra

más exactamente. Pero conserva, en sustancia, sus detalles

más importantes.

26. DEL «ASUNTO» AL «TEMA»

Si del asunto, tal como arriba lo hemos contado,

quitamos todos los detalles y definimos sólo la intención

del autor al escribir esos párrafos, obtenemos el tema.

Evidentemente, lo que Azorín se propuso fue

describir la radical soledad de un niño de corta edad,

abandonado incluso de su padre intemperante con quien

vive.

Este es el tema, la célula germinal del fragmento.

Para expresar el tema, Azorín inventó los elementos del

asunto (la casa, las ausencias del padre, las visitas que

recibe, sus riñas a los criados, etc.). Y dio forma definitiva

a todo en el texto.

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27. CARACTERÍSTICAS DEL TEMA

Dos rasgos importantes ha de poseer la determinación

del tema: claridad y brevedad.

De ordinario, el núcleo fundamental del tema podrá

expresarse con una palabra abstracta, rodeada de

complementos. En el ejemplo anterior, ese núcleo

fundamental es la soledad (radical de un niño, etc.).

Muchas estructuras tendrán estructura semejante, y

las enunciaremos de estos modos, por ejemplo: rebeldía

(del poeta frente a...), súplica (dirigida a la amada para...),

etc. Para fijar el tema, intentemos dar con la palabra

abstracta que sintetiza la intención primaria del escritor.

28. EL TEMA NO DEBE INCLUIR ELEMENTOS

SUPERFLUOS

Esto es importante: al definir el tema, hay que cuidar

de no hacer entrar en él rasgos episódicos que pertenecen

al asunto.

Imaginad que hubiésemos descrito el tema anterior

del siguiente modo: «la radical soledad de un niño

abandonado de todos, incluso de su padre, que se va de

casa y riñe a los criados». Esto último pertenece al

argumento o asunto del texto, pero no al tema.

Lo de irse de casa es un elemento argumental que ha

escogido Azorín para mostrar el hecho de que el caballero

abandona al niño. Podía haber inventado otro rasgo

argumental; por ejemplo, el caballero podía gustar de vivir

en casa de unos amigos lejanos, o de hacer viajes

frecuentes por mar o a la corte.

Si tenemos que emplear palabras para definir el

tema, hay que desconfiar: lo probable es que no

hayamos acertado.

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Lo de reñir a los criados es otro elemento argumental

para mostrarnos que el caballero es intemperante, violento.

También el autor pudo mostrar de otro modo la

intemperancia de su personaje, contándonos que regañaba

con los vecinos, por ejemplo, o que golpeaba a su caballo.

En cambio, las notas de abandono e intemperancia sí

que pertenecen al tema.

29. TAMPOCO DEBE FALTAR NINGÚN

ELEMENTO FUNDAMENTAL

Inversamente, si nada debe sobrar, tampoco debe

faltar nada en la definición del tema.

Quiere esto decir que todos los elementos que

constituyen el argumento deben estar representados en el

tema.

Supongamos que hubiéramos definido así el tema del

texto anterior: «la radical soledad de un niño de corta

edad, abandonado incluso por su padre, con quien vive».

Habrá detalles del asunto («Se oyen discusiones furiosas,

gritos. El caballero, muchos días, en la mesa regaña

violentamente a los criados, da fuertes puñetazos, se

exalta») que no estarían representados en el tema. Por eso

hemos de incluir en este la nota de intemperancia, que

resume y representa todos aquellos rasgos argumentales.

30. ¿ES FACIL FIJAR EL TEMA?

Como vemos, el tema se fija disminuyendo al mínimo

posible los elementos del asunto, y rediciendo este a

nociones o conceptos generales.

Se puede llegar a hacerlo con relativa facilidad,

mediante ejercicios frecuentes. En los varios textos que

La definición del tema será, pues, clara, breve y

exacta (sin falta o sobre de elementos.)

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explicamos en este libro se hallarán modelos que ayudarán

mucho a hacer otro tanto con los que sean propuestos en

clase o en los exámenes.

FASE IV

Determinación de la estructura 31. LA COMPOSICIÓN DE UN TEXTO

Un texto literario no es un caos. El autor, al escribir,

va componiendo.

Componer es colocar las partes de un todo en un

orden tal que puedan constituir ese todo.

La composición es imprescindible en toda obra de

arte: compone el pintor las masas, los colores, las figuras y

todos los demás elementos que integran el cuadro: el

músico compone su pieza musical ordenando las notas, los

ritmos, los acordes, etcétera.

El escritor compone también. El novelista, por

ejemplo, distribuye los acontecimientos que va narrando

en capítulos, y los va ordenando; el dramaturgo dispone la

materia dramática en actos [Todas las palabras que van

seguidas de asterisco (*) son explicadas en el Vocabulario

que figura al final de este libro.], dentro de estos va

desarrollando los cuadros* y las escenas*, etcétera.

Hasta el texto más pequeño -el que se nos propone

para comentarlo, por ejemplo- posee una composición, o

estructura precisa.

Pues bien, en esta fase de la explicación debemos

averiguar en lo posible de qué partes está compuesto el

fragmento.

32. LOS ELEMENTOS DE LA ESTRUCTURA SON

SOLIDARIOS

Aquí es el momento de aplicar lo que decíamos en el

§ 21: todas las partes de un texto se relacionan entre sí.

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Y ello por una razón sencilla: si en aquel texto el

autor ha querido expresar un tema, es forzoso que todas

las partes que podamos hallar como integrantes de aquel

fragmento contribuyan a expresar aquel tema, ya, por

tanto, que se relacionen entre sí.

33. EL APARTADO

Para entendernos con claridad, llamaremos apartado

a cada una de las partes que podemos descubrir en el texto.

Como los textos que tendremos que explicar serán

breves, los apartados serán poco numerosos: dos, tres,

cuatro…

Y puede ocurrir que no podamos hallar apartados en

nuestro análisis. De ello hablaremos en el § 37.

No creamos que por establecer muchos apartados

vamos a ser más precisos; quizá con ello atomicemos el

texto y perdamos su carácter unitario.

34. UN EJEMPLO: EL TEXTO DE AZORIN

Si examinamos atentamente el fragmento de Azorín

en el § 24, podemos apreciar en él tres apartados:

El apartado a) comprende las líneas 1-8

(desde Las bellas manos hasta de él).

El apartado b) está integrado por las líneas 8-13

(desde: El caballero -su padre-, hasta exalta).

El apartado c) se compone de las líneas 14-15

(desde: El niño hasta sin hablar).

En el a) domina la nota fundamental de la soledad del

niño.

En el b) se pone de relieve el descuido y la

intemperancia del padre.

En el c) se contrapone el padre y el hijo para mostrar su

incomunicación, el abandono del segundo por

el primero.

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35. EL TEMA Y LOS APARTADOS

El tema suele distribuirse irregularmente por los

apartados. Así acontece en el ejemplo anterior.

Nótese, sin embargo, cómo el rasgo nuclear y

fundamental del tema, la soledad del niño, está presente en

todos.

Los apartados se caracterizan y distinguen entre sí

porque el tema adquiere en cada uno de ellos

modulaciones más o menos diversas.

36. OTROS EJEMPLOS

La estructura es, a veces, transparente. Véase, por

ejemplo, en un fragmento de la égloga primera de

Garcilaso de la Vega:

[Habla el pastor Nemoroso]

Apartado a)

Corrientes aguas, puras, cristalinas; Invocación a unas

verde prado de fresca sombra lleno, cuantas criaturas de

árboles que os estáis mirando en ellas, la Naturaleza.

aves que aquí sembráis vuestras querellas,

hiedra que por los árboles caminas,

torciendo el paso por su verde seno; Apartado b)

yo me vi tan ajeno del grave mal que siento, Evocación de la alegría

que de puro contento que la contemplación

con vuestra soledad me recreaba, criaturas producía

donde con dulce sueño reposaba, en otro tiempo a

o con el pensamiento discurría Nemoroso.

por donde no hallaba

sino memorias llenas de alegría

Comprobemos ahora de qué partes tan claras se

compone el retrato de Platero, el asnillo cuya vida contó

con trazos inmortales Juan Ramón Jiménez, en su libro

Platero y yo.

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Platero es pequeño,

peludo, suave; tan blando

por fuera, que se diría

todo de algodón, que no

lleva huesos. Sólo los

espejos de azabache de

sus ojos son duros cual

dos escarabajos de cristal

negro.

Lo dejo suelto, y se va

al prado y acaricia

tibiamente con su hocico,

rozándolas apenas, las

florecillas rosas, celestes

y gualdas... lo llamo

dulcemente «-

¿Platero?»; y viene a mí

con un trotecillo alegre,

que parece que se ríe, en

no sé qué cascabeleo

ideal...

Apartado a)

Cómo es <<exteriormente>>

Platero.

Apartado b)

Docilidad y delicadeza del asnillo

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Page 26: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

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37. LOS APARTADOS EN LA POESÍA

Aunque más adelante insistimos en ello con

ejemplos concretos, conviene que prevengamos acerca del

error en que muchas veces caeríamos si supusiésemos que

cada apartado coincide con cada estrofa*, cuando el texto

está escrito en verso.

Come cuanto le doy. Le

gustan las naranjas

mandarinas, las uvas

moscateles, todas de ámbar;

los higos morados, con su

cristalina gotita de miel...

Es tierno y mimoso igual

que un niño, que una niña...;

pero fuerte y seco por dentro,

como de piedra. Cuando paso

sobre él, los domingos, por las

últimas callejas del pueblo,

los hombres del campo,

vestidos de limpio y

despaciosos, quedan

mirándolo:

-Tien`asero.

Tiene acero. Acero y plata

de luna, al mismo tiempo.

Apartado c)

Cómo es <<interiormente>>

Platero.

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Nos equivocaríamos, por ejemplo, si creyéramos que

un soneto* consta de cuatro apartados, equivalentes a sus

dos cuartetos* y a sus dos tercetos*. (Aunque a veces

puede ocurrir que así sea.)

38. TEXTOS SIN ESTRUCTURA APARENTE

Hay a veces textos tan breves y simples, que resulta

difícil, si no imposible, definir su composición.

Pero en otras ocasiones el pasaje no posee

estructura porque el autor no ha querido dársela, mejor

dicho, porque el desorden es lo que expresa más

adecuadamente el tema.

El tema del fragmento que sigue es el alucinante

movimiento de unos espíritus en torno al poeta. Este,

Espronceda, nos lo comunica por una acumulación caótica

de elemento

Densa niebla

cubre el cielo,

y de espíritus

se puebla

vagorosos,

que aquí, el viento,

y allí cruzan

vaporosos

y sin cuento.

Y aquí tornan

y allí giran,

ya se juntan,

se retiran,

ya se ocultan,

ya aparecen,

vagan, vuelan,

pasan, huyen,

vuelven, crecen,

disminuyen,

se evaporan,

se coloran,

y entre sombras

y reflejos,

cerca y lejos

ya se pierden,

ya me evitan

con terror,

ya se agitan

con furor,

en aérea danza

fantástica

a mi alrededor.

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Page 28: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

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Tampoco hay composición ordenada (el desorden es

su estructura) en este otro fragmento del entremés Los

habladores, atribuido a Cervantes, en que se describe la

cháchara disparatada y absurda de un hombre parlanchín:

-Dice muy bien usted, porque la ley fue inventada

para la quietud, y la razón es el alma de la ley, y quien

tiene alma tiene potencias, tres son las potencias del

alma: memoria, voluntad y entendimiento. Usted tiene

muy buen entendimiento, porque el entendimiento se

conoce por la fisonomía, y la de usted es perversa, por

la concurrencia de Saturno y Júpiter, aunque Venus

mire en cuadrado...

Fase V Análisis de la forma partiendo del

tema 39. EL TEMA Y LA FORMA DEL TEXTO

Llamamos forma a las palabras, a los giros

gramaticales que integran el texto.

Entre todos los medios lingüísticos que el idioma

ofrece al escritor, este ha elegido unos cuantos que el

parecían más adecuados para expresar mejor el tema.

Ha de haber, por tanto, una estrecha relación entre el

tema y la forma.

40. PRINCIPIO FUNDAMENTAL DE LA

EXPLICACIÓN DE TEXTOS

Efectivamente, la relación prevista entre el tema y la

forma viene regulada por un principio en el cual se basa

íntegramente el comentario y que, por eso,

denominaremos principio fundamental.

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Ese principio, que debemos recordar

permanentemente, podemos enunciarlo así:

El tema es como un corazón que hace llegar su

sangre a todo el organismo. Como la savia, que asciende

desde las raíces hasta las últimas hojillas de la planta.

41. APLICACIÓN DEL PRINCIPIO

FUNDAMENTAL A LA EXPLICACIÓN

Del principio fundamental se extrae la norma básica

de la explicación. Efectivamente, esta consistirá en ir

comprobando, línea a línea, o verso a verso, cómo se

cumple dicho principio, esto es, de qué modo el tema va

determinando los rasgos formales del pasaje.

La explicación de un texto consiste en «justificar»

cada rasgo formal del mismo como una «exigencia» del

tema.

Comprendemos ahora por qué esta fase analítica es la

más importante de todas; las anteriores han servido sólo de

preparación para realizar esta con mayor acierto.

Y comprendemos, sobre todo, por qué afirmábamos

en el § 22 que de la correcta definición del tema dependía,

en gran parte, el buen éxito del comentario.

42. COMPROBACIÓN DEL PRINCIPIO

FUNDAMENTAL

Vamos a considerar de nuevo el pasaje de Tomás

Rueda, de Azorín, puesto que nos hemos familiarizado con

él. Trataremos de comprobar, en dicho fragmento, el

principio fundamental.

El tema de un texto está presente en

los rasgos formales de este texto.

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Esta comprobación será, en rigor, una verdadera

explicación, si bien demasiado pormenorizada, por

precisión didáctica.

El tema

Recordemos el tema del fragmento de Azorín: la

radical soledad de un niño de corta edad, abandonado

incluso de su padre intemperante con quien vive.

Según hemos dicho, la explicación consistirá en

justificar los rasgos formales del texto como una exigencia

de este tema.

Los apartados.

Nuestra tarea se verá notablemente facilitada si

consideramos, por separado, los apartados que hemos

fijado en el § 33. Recordémoslos:

a) Líneas 1-8 (Soledad del niño).

b) Líneas 8-13 (Descuido e intemperancia del padre).

c) Líneas 14-15 (Incomunicación entre padre e hijo, y

abandono del segundo por el primero.

Recordando estos datos, y atentos al texto impreso

anteriormente, pasemos a la comprobación.

Apartado a)

Las bellas manos que cortaban las flores del huerto

han desaparecido ya hace tiempo.- La madre muerta (el

niño vive solo con su padre) queda evocada por unas

manos que cortaban flores. La madre no existe ya; la

palabra “madre” no aparece en estas frases que la evocan.

¿Por qué se alude a sus manos? Porque es precisamente lo

que el niño ha perdido al morir ella: unas manos que lo

cuiden, que lo mimen. ¿Y por qué cortaban flores? Con

este rasgo, el autor prepara el contraste que, con los gustos

delicados de la dama, va a presentar la intemperancia del

caballero.

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Como vemos, una serie de elementos de este

fragmento inicial están determinados por el tema: la

ausencia de la palabra “madre”: (el niño está solo), la

evocación de las manos (ahora nadie cuida del pequeño),

que cortaban flores (el esposo es, en cambio,

extremadamente rudo).

¿Se ve cómo nuestro análisis va confirmando el

principio fundamental? Prosigamos.

Hoy sólo viven en la casa un señor y un niño.- Si

sólo viven ellos dos, sólo el señor podría ocuparse del

niño. Pero para resaltar la soledad de éste (tema), le

importa que nadie más viva en la casa. El adverbio sólo

expresa y afianza la idea, que, por lo demás, no es exacta:

con ellos hay unos criados, a los que el caballero regaña

con frecuencia. Esta inexactitud viene, por tanto, dictada

por el tema.

El niño es chiquito.- La impresión de soledad que

desea comunicarnos el autor (tema) será más profunda

cuanto más pequeño sea el niño. El niño es chiquito. Este

diminutivo hiere nuestra sensibilidad más que si dijera

pequeño. (Como ya sabemos, por nuestros estudios de

Gramática, los diminutivos, de ordinario, no

empequeñecen. Chico no es más grande que chiquito. Los

diminutivos expresan el afecto, la ternura que pone en

aquella palabra el que la emplea.)

Pues bien: ese diminutivo (rasgo de la forma) viene

determinado, como veremos, por el tema. Lo cual

confirma, de nuevo, el principio fundamental.

Pero ya anda solo por la casa, por el jardín, por la

calle.- Como chiquito no disminuye, no nos precisa la

edad de aquel niño. (Un “niño chiquito” puede tener dos

días, cinco meses, tres años…) Y al autor le interesa

declararnos que el pequeño está en edad de empezar a

sentirse abandonado. ¿Cómo lo hace? Comunicándonos

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Page 32: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 32 -

que “ya anda solo por la casa…”, el adjetivo solo revela la

insistencia del tema.

¿Y por dónde anda? El autor nos dice: por la casa,

por el jardín, por la calle. Observemos estos

complementos de lugar. Salta a los ojos que el último no

se une al anterior por y (…por el jardín y por la calle).

¿Tendrá este rasgo de la forma algo que ver con el tema?

Sí: la ausencia de conjunción expresa el vagar libre,

caprichoso y sin vigilancia del niño. (Véase Asíndeton.)

El niño, además, anda “por la calle”. Un niño tan

pequeño no debe ir solo por la calle. Azorín con este rasgo

tan sutil, expresa el abandono en que vive el muchacho.

Nuevamente el tema se hace presente en la forma.

No se sabe lo que tiene el caballero que habita en esta

casa.- El autor nos anuncia lo que va a ser desarrollado en

el apartado b).

No cuida del niño; desde que murió la madre, este

chico parece abandonado de todos.- Estas frases ocupan el

centro mismo del texto, y nos dan todo el contenido

temático del apartado a), se identifican con la modulación

de este apartado.

¿Quién se acordará de él? Para remate del apartado

a), Azorín utiliza una interrogación que no interroga. Es

una figura de adorno, llamada “interrogación retórica2.

Con ello no se pregunta, sino que se expresa una

afirmación con más vehemencia (¿No fue Rubén Darío un

gran poeta?).

El autor acaba, pues, el apartado a), expresando

con más vehemencia el aspecto del tema en él contenido:

el niño está solo, nadie lo cuida.

Apartado b)

El caballero -su padre- va y viene a largas cacerías.-

Dos rasgos lingüísticos expresan con viveza el tema: va y

viene y largas. Ambos evocan, respectivamente, la

frecuencia y duración de las cacerías, que determinan que

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Cuadro de texto
lit Figura retórica de construcción que consiste en la eliminación de los elementos de enlace entre las palabras de una frase o entre diferentes frases con el fin de agilizar la expresión.
Page 33: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 33 -

el niño siempre esté solo. Pasa temporadas fuera de casa.-

Además de las cacerías tan frecuentes y largas, estas

temporadas de ausencia. Azorín ha elegido la palabra

temporadas, que significa “períodos largos de tiempo”. En

la elección late, pues, el tema.

Luego vienen otros señores y se encierran con él en

una estancia; se oyen discusiones furiosas, gritos. El luego

con que comienza este período expresa plásticamente que

tampoco cuando regresa a casa se ocupa el caballero de su

hijo (tema). Ni un resquicio de tiempo le queda para

atender al pobre muchacho.

Él y los otros señores se encierran: el niño no tiene

acceso a las conversaciones: sigue solo (tema).

Y se escuchan discusiones furiosas, gritos. Las tres

palabras expresan con claridad que el caballero es

intemperante (tema).

Pero cabe pensar que, por lo menos, a la hora de

comer hablarán los dos. Azorín, cerrando incluso esa

posibilidad para expresar mejor el tema, nos dice:

El caballero, muchos días, en la mesa, regaña

violentamente a los criados, da fuertes puñetazos, se

exalta.- Durante la comida, la vida familiar debe

remansarse. No ocurre esto allí. Observemos cómo dos

palabras de tanta intensidad significativa como regaña y

puñetazos van aún reforzadas por violentamente y fuertes.

Su empleo viene determinado por la exigencia de plasmar

el tema con precisión.

Y mientras el padre se exalta, el hijo sigue

terriblemente solo.

Apartado c)

El niño, en un extremo, lejos de él, le mira

fijamente, sin hablar.- La soledad del niño, en relación

con su padre (que es el aspecto que el tema adopta en este

apartado) se resalta con estos dos complementos de lugar

Page 34: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 34 -

seguidos: en un extremo, lejos de él, y por el complemento

de modo sin hablar.

Otro complemento de modo, fijamente, nos evoca

al niño asombrándose de aquel comportamiento y, a la

vez, sintiendo su corazón lejos del de su padre: está solo

físicamente (“en un extremo, lejos de él…, sin hablar”), y

espiritualmente (“fijamente”).

Fase VI

La conclusión 43. NECESIDAD DE LA CONCLUSIÓN

Con el análisis de la forma pariendo del tema (fase

V) hemos terminado el comentario propiamente dicho.

Pero, hasta ahora, nuestras observaciones, aunque

guiadas por algo que las unía (el tema), son bastante

dispersas. Si nuestro ejercicio acabara aquí, daría la

impresión de que no había sido provechoso, de que no

habíamos captado la esencia y el significado del texto.

Unas pocas líneas más, de conclusión, son necesarias.

44. QUÉ ES LA CONCLUSIÓN

La conclusión es un balance de nuestras

observaciones, que ahora reducimos a sus líneas generales.

Y es también una impresión personal.

Examinemos por separado ambas cualidades.

45. LA CONCLUSIÓN COMO BALANCE

En la conclusión debemos atar, reducir a líneas

comunes, los resultados obtenidos en nuestro análisis. No

se trata de sumar dichos datos, en una farragosa

enumeración, sino de resaltar su rasgo común.

Para ello volveremos de nuevo al tema y lo

carearemos con la forma, en su conjunto. He aquí una

Page 35: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 35 -

conclusión posible, en nuestra explicación del texto de

Azorín.

“Una gran sencillez apreciamos en todo el

fragmento; las frases son cortas, las palabras de uso

normal. El autor conquista nuestra simpatía para aquel

niño que deambula y vive solo sin recibir una palabra, un

gesto de ternura. Logra esto por el descuido en que vemos

vivir al muchacho y la acumulación de rasgos violentos en

el padre, que así abandona sus obligaciones. Y también

por la delicada alusión a la madre, ya desaparecida,

cuyas manos hubieran velado amorosamente por el hijo.

La nota de soledad, fundamental en el tema, se comunica

por rasgos gramaticales muy frecuentes y variados. La

frase final parece anunciar otro tema que quizá desarrolle

Azorín en algún otro lugar de Tomás Rueda: la

incompatibilidad entre el niño y el caballero.”

46. LA CONCLUSIÓN COMO IMPRESIÓN

PERSONAL

La conclusión debe acabar con una opinión sincera

sobre el fragmento. Normalmente, en los textos que nos

sean propuestos, tendremos que alabar, porque su calidad

así lo exija. Pero otras veces, su sentido moral, su tema o

su forma no nos agradarán, y debemos decirlo.

Atención: No vayamos a demostrar con ello

petulancia o desconocimiento.

Nuestra opinión será modesta y firme. Y carecerá

de fórmulas hechas como:

Es un pasaje muy bonito… (¡No usar nunca las palabras

bonito o lindo en la explicación!)

Tiene mucha musicalidad…

Describe muy bien y con mucho gusto…

Parece que se está viendo…

Page 36: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 36 -

Y se referirá sólo al pasaje que comentamos, sin

tener en cuenta opiniones ajenas. Podríamos rematar la

conclusión del examen del texto de Azorín así:

“El fragmento, todo, nos agrada por lo ceñido que el

lenguaje se presenta, en relación con el tema. Y resulta

inquietante esa situación en que padre e hijo se

encuentran. Una atmósfera de misterio rodea a la casa, al

caballero… ¿Quién es este? ¿Quién es su hijo? El escritor

que con tan escuetos trazos nos ha cautivado es, sin duda,

un gran artista.”

Este es, en sustancia, el método de comentario de

textos que proponemos. Confiamos en que se haya leído

atentamente todo lo que llevamos dicho. Y tenemos la

esperanza de que se haya comprendido todo.

Quizá nuestros lectores estén aún bastante inquietos

porque no se sienten capaces de aplicar el método por sí

mismos. Un poco de paciencia: antes hay que leer lo que

falta, relativo a las normas concretas de aplicación del

método.

Page 37: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 37 -

ORIENTACIONES PARA EL COMENTARIO DE

TEXTOS

Elías Ceballos García y otros, Lengua española BUP 1,

Zaragoza, Luis Vives, 1980, pp 7-9

¿QUÉ ES COMENTAR UN TEXTO?

Comentar un texto significa, fundamentalmente,

responder de una manera razonada a estas dos cuestiones:

-¿qué dice el autor en el texto?

-¿Cómo lo dice?

Es decir, hay que dirigir la atención del comentario

hacia dos campos muy delimitados: el contenido del texto

y su forma de expresión.

Como puedes comprender, ambos campos están

estrechamente relacionados; si los separamos, es para

poder realizar con más facilidad el comentario,

clasificando los fenómenos en dos aspectos

fundamentales.

Debes tener en cuenta que las afirmaciones y

apreciaciones que hagas en el comentario tienen que estar

apoyadas en datos concretos del texto.

PARTES DEL COMENTARIO

1. Actividades previas al análisis:

1.1. Leer atentamente el texto.

1.2. Buscar el significado preciso de las palabras,

giros y las expresiones que aparezcan y que

puedan ofrecer una cierta dificultad. Hay que

tener en cuenta que el contexto puede hacer

variar la significación de algunos términos.

1.3. Comprender en su totalidad lo que el autor ha

escrito. En otras palabras, entender el texto.

Puede ser útil, aunque no totalmente necesario, que el

profesor (o los alumnos mediante la investigación) sitúe el

texto: autor, obra a la que pertenece, dicha obra en la

trayectoria del autor, etc.

Page 38: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 38 -

1. Análisis del contenido.

En este apartado hay que responder a la pregunta

“qué dice el autor”, y para responderla, hemos de buscar:

1.1 El tema del texto. Se trata de extraer de modo

sintético y general el contenido del texto, es

decir, encontrar la idea central. Debe definirse de

modo preciso, con las menos palabras posibles, y

de manera abstracta, es decir, evitando

mencionar lo anecdótico y episódico. Equivale,

en muchas ocasiones, a buscar el título adecuado

para el texto o fragmento que comentamos

(aunque no coincida con el que el autor le pueda

haber dado).

1.2 Estructura. Tras hacer señalado el tema o la

idea central, hay que observar cómo se

distribuye el tema a lo largo del texto, es decir,

cómo se articula y organiza el tema. De esta

manera se puede dividir el texto en partes que

expresen su estructura. Sin embargo, no

conviene abusar de excesivas divisiones o

apartados.

2. Análisis de la expresión.

En este momento del análisis pretendemos descubrir

de qué medios se sirve el autor (cómo nos lo dice) para

comunicarnos el contenido anteriormente analizado. Es

decir, se trata de razonar la forma, la expresión, sin perder

de vista el contenido que se expresa.

En definitiva, tratar de justificar que la expresión

viene exigida por el contenido del texto o, en último

término, el por qué el autor lo ha expresado así, pudiendo

haberlo hecho de otra manera.

Page 39: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 39 -

En este apartado hay que analizar y valorar

adecuadamente:

2.1 La métrica (si se trata de un texto en verso):

acentos, pausas, número de sílabas, rimas, tipos

de versos, estrofas, etc.

2.2 Los fenómenos fonéticos: aliteraciones

(frecuencia de determinadas consonantes),

pausas, entonación (enunciativa, interrogativa,

exclamativa, etc.).

2.3 La frecuencia de determinadas clases de

palabras.

En particular, sustantivos, adjetivos, verbos y

conjunciones. La presencia o ausencia de dichos términos

implica un valor expresivo que hay que tener muy en

cuenta.

Por otra parte, las características de esas palabras:

a) sustantivos: concretos, abstractos, colectivos,

aumentativos, diminutivos, despectivos, etc.;

b) adjetivos: determinativos o calificativos,

especialmente estos últimos;

c) verbos: de acción, de estado, copulativos, etc.; las

relaciones temporales que establecen los

diferentes tiempos verbales; perífrasis verbales;

usos desplazados de los tiempos, etc.;

d) conjunciones: polisíndeton o asíndeton (rapidez o

morosidad que prestan al texto.

2.4 El tipo de construcción sintáctica: frases

sencillas o complejas, repeticiones de esquemas

sintácticos, hipérbatos, encabalgamientos y su

función (en el caso de textos en verso), tipos de

sintagmas, etc.

2.5 Valor del lenguaje figurado, de los recursos

expresivos utilizados (metáforas,

comparaciones, antítesis, personificaciones,

Page 40: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 40 -

etc.), de los campos semánticos y de otras

asociaciones de palabras.

Para esta parte del análisis puede serte útil el apartado

del último tema del libro, titulado “Recursos expresivos”.

Debes tener en cuenta que no se trata, al analizar la forma,

de acumular datos, sino de interpretarlos en función del

tema y de la estructura del mismo.

3. Conclusiones

Es cuestión de dar a modo de síntesis, y globalmente,

una visión de conjunto de todo el texto comentado,

haciendo referencia al contenido, a la forma de expresarlo

y a la impresión que nos ha producido. Se trata, además,

de manifestar una opinión personal sobre el texto, un

juicio de apreciación personal sobre el mismo, pero

siempre de un modo razonado.

Hay que tener en cuenta que no existe un método de

comentario que satisfaga a todos y que valga por igual

para todo tipo de textos; con este breve guión se pretende

proporcionarte una pequeña ayuda para que puedas ir

creándote, con el ejercicio constante, tu propio método.

Así irás descubriendo progresivamente la riqueza que se

encierra en muchas páginas literarias y tus lecturas se

convertirán en fuente de profundas experiencias

personales.

Page 41: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 41 -

Esquema para el análisis de la

narrativa1

1. PARTES DE UNA NARRACIÓN

1.1. El título

a) ¿Qué significado tiene?

b) ¿Qué relación guarda con el contenido de la

narración?

1.2 Asunto

a) ¿De qué trata la narración? Resumir en

pocas palabras.

1.3 Tema

a) ¿Cuál es la idea central de la narración?

b) ¿Encuentra otros temas además del

principal?

1.4 Clasificación

a) ¡Qué clase de narración es? Política,

fantástica, de misterio, realista,

costumbrista, humorística, satírica, etc.

1.5 Personajes

a) ¿Son reales o simbólicos?

1.6 Ambiente

a) ¿Dónde y cuándo sucede la acción?

b) ¿Es una atmósfera de misterio, de paz, vio-

lenta, angustiosa?

2. ESTRUCTURA INTERNA

2.1. Introducción

2.2. Desarrollo,

2.3. Desenlace

1 Scout, Foresman and Co. Gienview, Español 12, Col. Lengua y literatura

en su contexto, Illinois, 1989, pp. 492-3.

Page 42: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 42 -

3. TÉCNICA

3.1. Punto de vista del narrador: ¿Qué persona

gramatical lo narra?

3.2. Uso del tiempo cronológico: ¿Presente del

narrador, vuelta al pasado o visión del futuro?

3.3. Tono: ¿Cómo es la actitud del narrador:

humorística, satírica, didáctica, dramática?

4. EXPRESIÓN Y ESTILO

4.1. Modo de expresión

a) Diálogo,

b) Descripción,

c) Narración.

4.2. Estilo

a) Uso de vocabulario sencillo o rebuscado,

b) Presencia de figuras del lenguaje o literarias,

c) La construcción gramatical está compuesta de

períodos largos o se usa la oración breve y

cortada.

4.3. Valores

a) ¿Cuáles son los valores que destaca la obra:

estéticos, sociales, morales o religiosos?

b) ¿Considera que tiene algún fallo o error?

Page 43: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 43 -

GUÍA PARA EL ANÁLISIS DE UN CUENTO2

1. Análisis sintáctico

Pasos 1.1 Numerar las lexias. (Consideramos lexias cada

párrafo de punto y aparte. En caso de estilo

directo cada diálogo es una lexia.)

1.2 Sintetizar en tres o cinco “episodios” y poner

nombre a cada “episodio”.

1.3 Analizar la manera de combinarse las

secuencias a través del relato.

1.4 Pintar un esquema que muestre gráficamente

las relaciones de las secuencias.

1.5 Redactar en un ensayo las conclusiones del

análisis.

2. Análisis del narrador.

2.1 Identificar las clases de narrador o narradores.

2.2 Identificar los registros: si narra desde fuera, o

desde dentro de la acción; si en detalle, si da

explicaciones al lector.

3. Análisis del discurso

3.1. Identificar quién narra (si toma del punto

anterior).

3.2. Cuándo narra (se infiere de la sintaxis del texto).

3.3. En qué tiempo verbal narra.

3.4. Relacionar el tiempo del discurso con el tiempo

de la ficción: si se resume o amplía, si hay

retrospecciones o prospecciones.

2 Carmenza Neira Fernández, Introducción a la Teoría Literaria, Bogotá,

Universidad Santo Tomás, Centro de Enseñanza Desescolarizada, 1993, p.

83.

Page 44: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 44 -

3.5. Analizar cómo significa el texto. Puede ayudar a

identificar las figuras retóricas y su función en el

cuento.

3.6. Relacionar la temática, ¿qué significa el texto?

Rasgos de verosimilitud.

4. Análisis semántico

4.1. Inventariar los códigos que se den lexia por

lexia: personajes, acciones, lugares, valores,

temporales, metalingüístico (un lenguaje habla

sobre otro lenguaje); anafórico (un mensaje se

refiere a otro mensaje).

4.2. Identificar las funciones nucleares (resumen).

4.3. Identificar las principales funciones de catálisis

(adornos, rellenos).

4.4. Inventariar imágenes que converjan en motivos.

4.5. Poner nombre a los motivos y encontrar su

función y relación con los temas.

4.6. Interpretar el tema.

4.7. Escribir en un ensayo la percepción estética que

usted tiene del cuento.

Page 45: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 45 -

GUÍA PARA EL ANÁLISIS DE UN POEMA3

Principios

La poesía es lenguaje viviente que exige de alguna

forma en lo fónico:

1. Medida (metro).

2. Ritmo (períodos musicales).

3. Eufonía (buen uso en el sonido de la lengua).

4. Rima (combinación de repetición de sonidos).

En lo semántico la representación poética es figurada

y no abstracta. Es una apariencia en la que reconocemos la

existencia; por lo tanto hay que identificar:

1. Figuras: como desviaciones semánticas.

2. Imágenes.

3. Motivos.

4. Temas.

Pasos

1. Nivel fónico 1.1 Determinar si el poema es de forma fija o

verso libre, o prosa poética.

1.2 Determinar si hay estrofas. Si hay

hemistiquios.

1.3 Hacer el gráfico de los acentos y ver si hay

hemorritmia.

1.4 Distinguir sobre qué clase de rima está

constituido el poema: si rima gramatical o

no: si consonante o asonante y dar la forma

de su alternancia.

3 Carmenza Neira Fernández, Introducción a la Teoría Literaria, Bogotá,

Universidad Santo Tomás, Centro de Enseñanza Desescolarizada, 1993, p.

88.

Page 46: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 46 -

1.5 Determinar qué número de sílabas tienen los

versos y su combinación (si hay

homometría)

2. Nivel semántico

Poner las afirmaciones del poema en prosa, para

en contraste descubrir la impertinencia de la

predicación.

2.1. Inventariar las figuras de contenido.

2.2. Destacar las imágenes.

2.3. Organizar los motivos.

2.4. Redactar la conclusión sobre el uso y el

poder de sugerencia de la estructura

significativa y la interpretación del tema.

Pautas metodológicas para la expresión

de una opinión razonada FERNANDO CARRATALÁ TERUEL.

Doctor en Filología Hispánica

Opinión personal y escala de valores Puesto que, a la hora de ofrecer una opinión, cuanto

se exponga debe hacerse desde una perspectiva personal,

será preciso recurrir a la propia formación cultural y

apoyarse en aquella escala de valores que refleja una

personalidad autónoma; con objeto de evitar, así, incurrir

en incongruencias, ambigüedades y contradicciones. Y, en

todo caso, se procurará fundamentar razonadamente las

ideas, de forma clara y ordenada.

Propuesta de un plan de actuación Para lograr una mejor fundamentación y exposición

de la propia opinión acerca de cualquier tema -tanto más si

este resultara polémico-, se podrían tomar en

consideración las siguientes reflexiones en relación con:

El asunto que se va a exponer.

Page 47: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 47 -

La estructura que se va a adoptar para exponerlo.

La relación entre contenido y estructura.

La forma de expresión.

I. En relación con el asunto propiamente dicho que se

va a exponer Para que los razonamientos personales adquieran la

mayor objetividad posible, puede uno apoyarse en datos

fehacientes, fechas, opiniones -que coinciden con las

propias o difieren de ellas- de personas con prestigio

intelectual.

Y, en todo caso, los aspectos más subjetivos se

expondrán con un cierto grado de eclecticismo -sin

adoptar posturas dogmáticas-, vendrán fundamentados con

lógica y coherencia, y servirán para poner de manifiesto el

nivel de madurez intelectual y humana alcanzado.

Sea como fuere, las propias ideas deberán exponerse

con precisión -o sea, sin vaguedades ni digresiones

retóricas-; evitando introducir conscientemente falacias;

recalcando la “carga ideológica del mensaje” cuando

resulte procedente; buscando ofrecer planteamientos

originales -dentro de ciertos límites- en la selección de las

ideas, e incluso en la forma de presentarlas; y procurando

que tengan cierta vigencia y actualidad, con objeto de

recalcar la conexión de quien emite juicios valorativos con

el “entorno” en que se desenvuelve.

II. En relación con la estructura que se va a adoptar Toda información bien estructurada ha de contar con

un “entramado ideológico” coherentemente organizado; lo

que implica tener claro no sólo el grado de jerarquía de las

ideas -diferenciando las fundamentales de las secundarias

y estableciendo las oportunas relaciones entre ellas-, sino

también las partes en las que hay que dividir el texto,

mediante los oportunos parágrafos.

Page 48: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 48 -

III. Con respecto a la relación entre el contenido que se

expresa y la estructura que se adopta Valoración positiva merecen, entre otros, los

siguientes aspectos: claridad y continuidad del

pensamiento; concatenación lógica del conjunto

(sistematización de las ideas -todos los parágrafos están

ligados por una idea o visión de conjunto-; división en

parágrafos dentro de la unidad general...).

Y, por el contrario, merecen una valoración negativa

el desorden en la exposición de las ideas, las repeticiones

innecesarias, la abundancia de ideas superfluas, el “irse

por las ramas”...

IV. Con respecto a la forma de expresión El dominio del léxico se puede manifestar por medio

de un vocabulario que se caracterice por su riqueza y

variedad, precisión, corrección, e incluso por el uso de

aquellos tecnicismos que el tema que se expone exigiera.

La objetividad y el rigor se logran, entre otros

caminos, con un predominio del valor denotativo del

significado de los vocablos; ya que si predomina el valor

connotativo -en especial de los adjetivos- se confiere a la

expresión un carácter más subjetivo y, por tanto, más

emotivo.

Y en cuanto a las estructuras sintácticas que se

empleen, debe perseguirse la corrección sintáctica, y evitar

así incurrir en los desajustes en las concordancias -

anacolutos-, en las frases inconclusas, en los vulgarismos

morfosintácticos...; y es preferible el predominio de la

construcción “paratáctica” (abundancia de oraciones

coordinadas y yuxtapuestas, que contribuyen a la sencillez

del estilo) sobre la construcción “hipotáctica” (con

oraciones dependientes las unas de las otras), porque en

este último caso, el estilo se vuelve retórico.

Page 49: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 49 -

Epílogo. Aspectos que se suelen tener en cuenta a la

hora de valorar la exposición de una opinión

argumentada Entre otros, estos son algunos de los aspectos que

pueden ser tenidos en consideración para valorar cómo se

defienden, argumentalmente, los propios puntos de vista:

Si la defensa de una determinada postura se hace

de forma razonada y coherente, basándose en la

propia cultura.

Si los razonamientos son estrictamente

subjetivos o se apoyan en fuentes solventes y

dignas de crédito.

En el caso de resultar necesario rebatir ideas, si

su refutación cuenta con una adecuada

argumentación.

Si las ideas que se presentan repiten tópicos más

o menos manidos o encierran cierta dosis de

originalidad, cuanto menos en los

planteamientos.

Pautas para el comentario personal de

un texto ensayístico Fernando Carratalá Teruel. Doctor en Filología Hispánica

Juicio valorativo y madurez personal Los textos ensayísticos ofrecen no sólo una diferente

naturaleza y estructura -pueden ser humanísticos,

periodísticos...; expositivos, argumentativos...-, sino que,

además, afrontan una amplísima variedad de contenidos.

Y la mayor o menor “habilidad” para analizarlos,

comentarlos y enjuiciarlos guarda estrecha relación con el

nivel cultural de la persona y con su capacidad para

relacionar la información que dichos textos presenta con

Page 50: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 50 -

sus conocimientos, con su mundo afectivo, con su escala

de valores...

Propuesta de un guión de trabajo El comentario de un texto ensayístico se puede

afrontar desde una triple óptica: el encuadre; el análisis de

los aspectos más relevantes del contenido, así como de la

forma expresiva del texto; la valoración crítica del

conjunto. Y, como remate final, la necesaria toma de

posición personal.

I. Encuadre: El contexto del texto

Autor y obra: Localización del texto en relación

con su autor y con el lugar que ocupa en el

conjunto de su obra.

Marco espacio-temporal: Determinación de dónde

y cuándo fue escrito el texto.

Naturaleza y características del texto: periodístico,

científico-divulgativo...

Establecimiento -en su caso- de las oportunas

relaciones entre los elementos de la comunicación

y las funciones del lenguaje, aplicadas al texto:

emisor/función expresiva, receptor/función

conativa, mensaje/función estética,

contexto/función representativa, código-

lengua/función metalingüística, canal/función

fática.

II. Contenido y forma expresiva del texto Determinación del “plan ideológico” del texto y

del pensamiento de su autor.

Comentario de las referencias culturales que

emergen del texto: información histórica, artística,

literaria, científica, filosófica, política, religiosa,

moral...

Page 51: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 51 -

Asociación de aquellos conocimientos,

experiencias e ideas que se relacionen con el texto

y sirvan para poner de manifiesto la formación y

personalidad de cada cual.

Análisis de la forma de expresión dominante:

exposición, argumentación, elementos narrativos y

descriptivos...

Relación entre las ideas y la forma en que están

expresadas.

Observación del conocimiento y dominio

lingüístico del autor a través del léxico empleado,

así como de la corrección y variedad sintáctica.

III. Valoración crítica del texto Valoración del contenido del texto:

Enjuiciamiento de las ideas del autor a la luz de las

corrientes o movimientos culturales o ideológicos

de su época, y en relación con otros autores y/o

épocas.

Originalidad de las ideas, incluso en la forma de

presentarlas.

Trascendencia de las ideas, y actualidad y vigencia

de las mismas, con independencia de la distancia

temporal que separa al autor del lector.

Principales “valores” presentes en el texto, y su

confrontación con la propia escala de valores.

Juicio crítico acerca de la estructura que sirve de

soporte al texto.

Con relación a cómo está organizada la estructura

interna de un texto, pueden analizarse y

comentarse, entre otros, los siguientes aspectos:

Marcas de adecuación del texto al contexto

(atendiendo a su intención comunicativa, a las

características de la situación de comunicación y a

sus elementos formales); empleo de

Page 52: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 52 -

procedimientos de cohesión (usos anafóricos de los

pronombres, repeticiones, sustituciones, elipsis,

etc.); empleo de elementos de conexión

(conjunciones, adverbios, locuciones adverbiales,

etc.); y empleo de construcciones sintácticas

simples y compuestas (predominio de la

construcción paratáctica -sencillez de estilo- o de la

construcción hipotáctica -estilo retórico).

Y en cuanto a la relación entre el contenido

expresado y la estructura, valórese:

La claridad del pensamiento.

La continuidad del pensamiento (orden de las

ideas; ausencia de repeticiones, ideas superfluas

y lagunas, etc.).

La concatenación lógica del conjunto

(sistematización de las ideas -todos los

parágrafos están ligados por una idea de

conjunto-; división en parágrafos dentro de la

unidad general; etc.).

Juicio valorativo sobre el lenguaje empleado y el

modo en que se acomoda al contenido del texto.

De entre los muchos aspectos que conforman el

entramado lingüístico de un texto, hay dos que

pueden ayudar a caracterizar la forma de

emplear el lenguaje y, en consecuencia, el estilo

propio de su autor -o, dicho de otra manera, ese

“carácter especial” que, en cuanto al modo de

expresar las ideas, da un autor a sus escritos-: el

léxico y la estructura sintáctica.

Con respecto al léxico, y siempre con ejemplos

extraídos del propio texto, se podrían tomar en

consideración algunos de los siguientes aspectos

que, desde luego, sirven para poner de

manifiesto el conocimiento y dominio que de las

palabras y “usos idiomáticos” tiene el autor:

Page 53: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 53 -

riqueza y variedad, propiedad, precisión,

corrección (o, por el contrario, pobreza y

monotonía, impropiedad e incorrección);

predominio del valor denotativo o connotativo

del significado de los vocablos (y, en especial,

de los adjetivos): objetividad y rigor, frente a

subjetivismo y afectividad.

Y en relación con la estructura sintáctica, la

valoración crítica puede referirse, entre otros, a

los siguientes aspectos: corrección sintáctica,

frente a incorrecciones en la construcción de las

oraciones (tales como desajustes en las

concordancias -anacolutos-, frases inconclusas,

vulgarismos morfosintácticos...); variedad de

nexos y frases -lo que implica viveza expresiva-,

frente a monotonía; tipo de construcciones

sintácticas dominantes: predominio de la

construcción “paratáctica” (abundancia de

oraciones coordinadas y yuxtapuestas, que

contribuyen a la sencillez del estilo); o de la

construcción “hipotáctica” (con oraciones

dependientes las unas de las otras, en cuyo caso

el estilo se vuelve retórico).

Globalmente considerado el lenguaje

humanístico, podrían comentarse los siguientes

aspectos, y en qué medida su presencia en el texto es

un factor positivo o negativo respecto de la mayor o

menor complejidad de la ideación y su comprensión

por lectores no especializados:

Afán de claridad, exactitud y precisión.

Abundancia de la terminología abstracta, en

consonancia con la índole especulativa del texto

humanístico.

Exceso de subjetivismo: presencia en el texto de

elementos personales, que incluso pueden

Page 54: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 54 -

afectar a los contenidos conceptuales en el caso

de que exista un cierto “grado de compromiso

activo” entre al autor y el modo de tratar dichos

contenidos.

Epílogo. Toma de posición personal El comentario debe rematarse con una toma de

posición personal en relación con los elementos más

relevantes que configuran el texto; y no sólo desde el

plano del contenido y de la expresión, sino también

respecto del mayor o menor ajuste entre uno y otro.

Convendría, no obstante, que esta valoración

subjetiva se efectuara con un cierto grado de eclecticismo,

sin adoptar posturas dogmáticas; y, en cualquier caso,

habrá de estar fundamentada con lógica y coherencia, y

poner de manifiesto el nivel de madurez intelectual y

humana alcanzado. Porque sólo de esta manera el ejercicio

de la capacidad crítica se convierte en un factor de

enriquecimiento personal.

Page 55: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 55 -

Caminos de Campos de Castilla de

Antonio Machado4

Allá, en las tierras altas,

por donde traza el Duero

su curva de ballesta

en torno a Soria, entre plomizos cerros

y manchas de raídos encinares,

mi corazón está vagando, en sueños...

-¿No ves, Leonor, los álamos del río

con sus ramajes yertos?

Mira el Moncayo azul y blanco; dame

tu mano y paseemos.

Por estos campos de la tierra mía,

bordados de olivares polvorientos,

voy caminando solo,

triste, cansado, pensativo y viejo.

1. Lectura atenta y repetida del texto (vocabulario): Como siempre que vamos a emprender la tarea de

comentar un texto, tenemos a mano el diccionario.

¿Conoces el significado de todas las palabras? Creo que

sí. Acaso, para asegurarnos, vamos a consultar las

siguientes:

Ballesta = Arma para disparar piedras y saetas. Alude

a la forma que tiene.

Raídos = de raer: desgastados.

Yertos = Tiesos, rígidos, inflexibles. Que se han

quedado tiesos y sin movimiento por el

mucho frío.

4 José Arribas Serrano, Lengua castellana, E.G.B. 8, 9a. ed., Madrid,

Everest, 1991, pp. 245-246.

Page 56: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 56 -

2. Interpretación del texto: El poeta camina solo por los

campos andaluces, y piensa en su amada Leonor y en las

tierras altas sorianas.

3. Localización del texto: La poesía del texto pertenece a

Campos de Castilla, y la escribió Machado en 1913.

4. Determinación de la idea central del texto: En su triste

soledad, Machado recuerda los pasados días felices en

Soria.

5. Estructura del texto y significado de cada uno de sus

apartados: En esta poesía, una silva, podemos

considerar tres apartados:

Apartado 1: versos 1 al 6.

Significado: Localización de sus recuerdos.

Apartado 2: versos 7 al 10.

Significado: la pasada felicidad junto a su esposa

Leonor.

Apartado 3: versos 11 al 14.

Significado: Actual situación de triste soledad en

tierras andaluzas.

6. Forma expresiva: La poesía, como hemos dicho

anteriormente, es una silva: una serie de versos heptasílabos

y endecasílabos (halla la medida para comprobarlo), que

riman a gusto del poeta. Se caracteriza por su naturalidad y

sencillez. Con un vocabulario usual, nos da una idea muy

exacta del paisaje soriano. El colorido es variado: plomizo,

manchas, azul y blanco. Machado siente nostalgia de este

paisaje y dice que su corazón "está vagando" por él. Con

mucho acierto utiliza el término "vagar", y no los de

caminar o andar. "Vagar" es más preciso, ya que hace

referencia a andar errante, sin determinado objeto.

Los nombres de Soria y de Leonor van unidos: son los

dos grandes amores de Machado. Sin duda ese paisaje fue

testigo de los paseos de los enamorados: "dame tu mano y

paseemos".

Page 57: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 57 -

Ahora Machado no pasea, camina, anda solo. Es un

gran acierto el empleo de caminar en esta ocasión, como

término referente a actividad menos atractiva que la de

"pasear" de los versos anteriores. Y camina solo, triste,

cansado, pensativo y viejo: rica adjetivación descriptiva de

su estado de ánimo, aunque se encuentre en la tierra de

bordados olivares.

7. Valoración personal del texto (conclusión): Por su

sencillez, porque en ningún aspecto presenta dificultades,

por la lograda descripción de los lugares, por su colorido,

por su adjetivación, y por el tema tan sentimental, me

parece esta poesía digna del lugar que ocupa Machaco en la

lírica española. A esto tenemos que añadir la facilidad en la

versificación y el buen empleo de endecasílabos y

heptasílabos.

Page 58: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 58 -

Rima VII de Gustavo Adolfo Bécquer5

Del salón en el ángulo oscuro, 11 -1 = 10

de su dueño tal vez olvidada, 10

silenciosa y cubierta de polvo 11 -1 = 10

veíase el arpa. 7 -1 = 6

¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas, 11 -1 = 10

como el pájaro duerme en las ramas, 12 -2 = 10

esperando la mano de nieve 10

que sabe arrancarlas! 7 -1 = 6

¡Ay!, pensé, ¡Cuántas veces el genio 10

así duerme en el fondo del alma, 11 -1 = 10

y una voz, como Lázaro, espera 12 -2 = 10

que le diga: "¡Levántate y anda!" 11 -1 = 10

Comentario

1. Lectura atenta y repetida del texto (Vocabulario)

arpa = Instrumento músico de cuerda.

genio = Aptitud superior del que posee fuerza creadora.

2. Interpretación del texto

Una arpa está cubierta de polvo olvidada en el salón,

esperando una mano que le arranque las notas. Así ocurre

a veces con el genio, que duerme en el fondo del alma,

esperando que alguien le haga manifestarse.

3. Localización del texto

El texto es una de las Rimas (la VII) de Gustavo

Adolfo Bécquer, un romántico rezagado de la segunda

mitad del siglo XIX.

5 José Arribas Serrano, Lengua castellana, E.G.B., 9a. ed., Madrid, Everest,

1992, pp. 113-115.

Page 59: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

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4. Determinación de la idea central del texto "El genio dormido simbolizado por el arpa olvidada de

su dueño."

5. Estructura del texto y significado de cada uno de sus

apartados Estructuramos el texto en tres partes que se corresponden

con cada una de las estrofas que lo forman.

Apartado 1: Primera estrofa.

Significado: Un arpa olvidada del dueño está cubierta

de polvo.

Apartado 2: Segunda estrofa.

Significado: Las notas duermen en las cuerdas del arpa

esperando una mano que las arranque.

Apartado 3: Tercera estrofa.

Significado: Equiparación del genio dormido con el

arpa abandonada.

6. Forma expresiva

El texto es una breve composición en verso incluida dentro

del género de la lírica (subjetivo).

6.1. Análisis silábico (Arriba, junto al texto).

Los versos 1-3-5-10 y 12 tienen 11 sílabas

gramaticales y 10 métricas por aplicarse en cada

uno de ellos una sinalefa. Los versos 4 y 8 tienen

7 sílabas gramaticales y 6 sílabas métricas, por

aplicarse en cada uno de ellos una sinalefa. Los

versos 6 y 11 tienen 12 sílabas gramaticales y 10

sílabas métricas, por aplicarse en cada uno dos

veces la sinalefa. En los versos 277 y 9 coincide

el número de sílabas gramaticales con el de

métricas (10)

Page 60: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 60 -

6.2. Análisis de la rima: Separamos los fonemas

finales de los versos a partir de la última vocal

acentuada:

-uro -eve

a ada a arlas

-olvo -enio

a arpa a alma

-erdas -era

a amas a anda

Vemos que los versos pares riman en asonante, quedando

libres los impares.

6.3. Análisis rítmico:

Verso 1º en las

sílabas

3 6 9

2º 3 6 9

3º 3 6 9

4º 2 5

5º 1 3 6 9

6º 3 6 9

7º 3 6 9

8º 2 5

9º 1 3 4 6 9

10º 2 3 6 9

11º 3 6 9

12º 3 6 9

Principales recursos estilísticos utilizados por el poeta en

esta composición:

Page 61: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 61 -

Hipérbaton: Del salón en el ángulo oscuro / de su dueño

tal vez olvidada.

Personificación: ¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas! /

¡Cuántas veces el genio así duerme en el fondo del alma!

Metáfora: Mano de nieve.

Términos exclamativos: segunda y tercera estrofas.

Sustantivos: En las dos primeras estrofas hay predominio

de sustantivos concretos que dan la sensación de realismo,

mientras que en la última predominan los sustantivos

abstractos, que dan al estilo un aire intelectual y una

sensación de fantasía.

Adjetivos: Adjetivación escasa.

Verbos: Predominio de los tiempos de presente y pretérito

imperfecto que comunican vivacidad y actualización.

7. Valoración personal del texto.

8. Terminarás el comentario manifestando tu sincera

opinión razonada de la valoración.

Page 62: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 62 -

Nada de Carmen Laforet6

"Por dificultades en el último momento para adquirir

billetes, llegué a Barcelona a medianoche, en un tren

distinto del que había anunciado, y no me esperaba nadie.

Era la primera noche que viajaba sola, pero no estaba

asustada; por el contrario, me parecía una aventura

agradable y excitante aquella profunda libertad en la noche.

La sangre, después del viaje largo y cansado, me empezaba

a circular en las piernas entumecidas y con una sonrisa de

asombro miraba la gran estación de Francia y los grupos

que se formaban entre las personas que estaban aguardando

el expreso y los que llegábamos con tres horas de retraso.

El olor especial, el gran rumor de la gente, las luces

siempre tristes, tenían para mí un gran encanto, ya que

envolvía todas mis impresiones en la maravilla de haber

llegado por fin a una ciudad grande, adorada en mis sueños

por desconocida.

Empecé a seguir -una gota entre la corriente- el rumbo

de la masa humana que, cargada de maletas, se volcaba en

la salida. Mi equipaje era un maletón muy pesado -porque

estaba casi lleno de libros- y lo llevaba yo misma con toda

la fuerza de mi juventud y de mi ansiosa expectación.

Un aire marino, pesado y fresco, entró en mis

pulmones con la primera sensación confusa de la ciudad:

una masa de casas dormidas; de establecimientos cerrados;

de faroles como centinelas borrachos de soledad. Una

respiración grande, dificultosa, venía con el cuchicheo de la

madrugada. Muy cerca, a mi espalda, enfrente de las

callejuelas misteriosas que conducen al Borne, sobre mi

corazón excitado, estaba el mar."

6 Antonio Blanco Carril y otros, Lengua y Literatura española 8, E.G.B.,

Zaragoza, Luis Vives, 1980, pp. 286-288.

Page 63: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 63 -

1. Lectura y comprensión del texto.

Es un texto fácil de leer, directo y claro.

2. Localización del texto.

Su autora es Carmen Laforet, escritora que se dio a

conocer con esta novela. Ganó el premio Nadal en 1944 y

constituyó una revelación, ya que solo tenía 23 años. Sus

novelas posteriores (La mujer nueva, La insolación) no

han alcanzado la fama de la primera novela.

El texto es el comienzo de la novela, cuando la

protagonista, una chica huérfana de 18 años, llamada

Andrea, llega a Barcelona para estudiar en la Universidad.

La vida en casa de unos familiares casi desconocidos le

resulta insoportable porque son unos tipos enormemente

especiales: el tío Román, un intelectual muy complicado; el

tío Juan, que siempre está peleándose con su mujer; la tía

Angustias, una beata muy autoritaria; una abuela muy

infeliz y una extraña criada constantemente acompañada de

un perro negro. Para salir de este ambiente asfixiante, se

entrega a la vida universitaria, pero sus amigos tampoco le

ofrecen lo que esperaba. Desilusionada tras un año de

fracasos, marcha a Madrid para empezar una nueva vida.

Para nuestro comentario nos interesa un dato biográfico:

Carmen Laforet, a los 18 años, fue a estudiar a Barcelona.

Durante tres años estudió Filosofía y se traslada después a

Madrid. La experiencia de la escritora y la de Andrea son

muy similares, por lo que se ha considerado una novela

autobiográfica.

3. Análisis del contenido.

Asunto, estructuración y tema del texto.

El fragmento cuenta la llegada de la protagonista a una

estación de Barcelona. Como el tren ha llegado con retraso,

no la espera nadie. Está cansada y no conoce la ciudad, pero

todo le parece maravilloso porque tiene grandes ilusiones.

Page 64: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

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El texto sigue un desarrollo lineal. En el primer párrafo

nos pone en antecedentes (acaba de llegar a Barcelona). En

el segundo, nos explica el estado físico (está cansada) y su

estado de ánimo (excitada y asombrada). El tercero nos da

la razón de su excitación (al fin se han cumplido sus sueños

de llegar a una ciudad desconocida). En el cuarto párrafo

sigue la narración (va andando por la estación con la

maleta), insiste en su estado de ánimo (expectación) y nos

da un nuevo dato: es estudiante (el maletón va lleno de

libros). El último párrafo es una descripción de la ciudad de

Barcelona al amanecer.

El tema sería la expectación de una persona joven ante

la nueva vida que va a comenzar en una ciudad

desconocida.

Personajes, espacio y tiempo

En este fragmento solo aparece uno de los personajes

de la novela: Andrea, la protagonista. Aunque aquí se

muestra muy optimista, en el transcurso de la obra irá

volviéndose cada vez más pesimista y acaba totalmente

decepcionada, de ahí el título de la novela: Nada.

Los hechos suceden en la Barcelona de los años de

posguerra. En nuestro texto aparecen lugares concretos de

la ciudad: la gran estación de Francia, y el Borne. La acción

se situará después en la calle Aribau, donde viven los

familiares de Andrea, y en la Universidad.

Postura del autor

Está escrito en primera persona, que es a la vez la

protagonista de los hechos narrados. Todo es descrito desde

su punto de vista: el alboroto de la estación, el letargo de la

ciudad.

Es una narradora muy subjetiva, que percibe todas las

cosas desde su propia sensibilidad. Su estado de ánimo es

tan eufórico y optimista que ve como buenos, hechos en

Page 65: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 65 -

realidad adversos: el tren ha llegado con tres horas de

retraso, no la espera nadie, está sola, es de noche, está

cansada del viaje, la maleta pesa muchísimo, el aire es

húmedo y pesado.

4. Análisis de la expresión.

Al elegir la primera persona (llegué, no me esperaba

nadie...), la autora ha acercado los hechos al lector, pues la

narración en tercera persona siempre establece una

distancia mayor entre los hechos y el receptor.

Ya habíamos visto que su visión de las cosas era muy

subjetiva. Podemos comprobarlo al examinar los numerosos

adjetivos que emplea, todos muy valorativos: aventura

agradable y excitante, profunda libertad, luces siempre

tristes, maletón muy pesado, ansiosa expectación.

A pesar de ser una novela testimonial que retrata la

sociedad española de posguerra, su lenguaje es lírico. Así,

para dar idea del desamparo de la protagonista en una

ciudad desconocida emplea una metáfora: Empecé a seguir

-una gota entre la corriente- el rumbo de la masa humana. Y

en la descripción de la ciudad recurre al símil (faroles como

centinelas borrachos de soledad) y a la personificación

(casas dormidas, cuchicheo de la madrugada).

5. El texto en su marco social.

La acción se sitúa en un ambiente muy concreto, la

Barcelona de los años posteriores a la guerra y en un

ambiente burgués. El lector de los años 40 se sintió muy

identificado (la novela tuvo mucho éxito y marcó un hito

dentro de la novela social de posguerra). Sin embargo, el

tema (la expectación y posterior desilusión ante un

ambiente sórdido y gris) continúa vigente.

Page 66: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 66 -

6. Conclusión.

El análisis de un fragmento de la novela Nada, de

Carmen Laforet, nos ha permitido ver una de las vías que

adoptó la novela testimonial española: el retrato de la

sociedad a través de la visión subjetiva de su protagonista.

La escritora empieza su novela en un tono muy eufórico

para que el efecto de la crítica sea mayor: todas las ilusiones

de Andrea se quedan convertidas en "nada" por culpa de la

mediocridad que encuentra a su alrededor. El haber sido

escrita por una persona muy joven y seguramente

basándose en una experiencia personal, dan a la obra un

interés especial.

José Hernández, Martín Fierro7

Su esperanza es el coraje,

su guardia es la precaución,

su pingo es la salvación,

y pasa uno en su desvelo

sin más amparo que el cielo

ni otro amigo que el facón.

(Primera parte, IX, vs. 1439-1444.)

A)

Naturalmente, suponemos el conocimiento íntegro e

indispensable del famoso poema hernandiano, la joya más

preciada de la literatura argentina, manifestación última y

suprema de su autóctona poesía gauchesca cuyas dos

partes: El gaucho Martín Fierro y La vuelta…

aparecieron, respectivamente, en 1872 y 1879.

7 A Berenguer Carisomo, Cómo se analiza un texto literario, Biblioteca

Hispánica Río de la Plata, Buenos Aires, Sopena Argentina, 1969, pp. 110-

112.

Page 67: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 67 -

El contexto transcripto pertenece, como se recordará,

al momento en que Fierro, convertido en gaucho matrero

luego de haber desertado del fortín y haber dado muerte a

un negro y a un paisano, debe huir permanentemente de la

autoridad, sin rumbo ni amparo, por la inmensa dimensión

vacía de la pampa.

B)

I. Temáticamente, la sextina se reduce a exponer la

soledad radical del gaucho perseguido. El desarrollo de

este tema, que es uno de los esenciales y constitutivos de

toda la genial creación de Hernández, se aprieta

audazmente en cinco enumeraciones que podrían ser

equivalentes así:

esperanza > el coraje;

guardia > la precaución;

salvación > el pingo;

amparo > el cielo;

amigo > el facón;

de ello se deduce que el gaucho insomne: y pasa uno en su

desvelo (v. 1442), en constante acecho, tenía únicamente

como ámbito y como plan de vida su propia soledad; una

soledad fiada a su valor (coraje, guardia, facón), al

caballo (pingo) y a un último fervor religioso que nunca

olvida: el cielo.

II. La naturaleza del contexto es épica. Aunque el

gaucho nos confía su dolor de solitario, lo hace, en

estos seis versos, con tensión y movimientos

objetivos, casi, diríamos, con una finalidad

didáctica, exponiendo a la consideración del oyente

-el Martín Fierro es rapsodia payadoresca y, por lo

tanto, originalmente destinada, como lo fueron los

Page 68: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

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cantos juglarescos, a la transmisión oral- del

oyente, decíamos, sus medios de defensa y amparo:

desde la providencia al facón. La sextina es la

conclusión de todo un fragmento anterior:

Matreriando lo pasaba

y a las casas no venía,

donde Fierro explica, precisamente, aquella vida aislada y

zozobrante.

Son ya numerosos los estudios que se han dedicado a

investigar la lengua de nuestra poesía gaucha, en rigor,

una semántica particular -sin modificaciones sintácticas

fundamentales- formada por arcaísmos españoles del siglo

XVI -ilesia, agora, ansina, rancho, etc.-; alteraciones

silábicas -redepente, redota, amarrao, etc.-; cambios

fonéticos -juera, escuridá, etc.-; voces locales -pingo,

tapera, matrero, etc.-, que dan a la misma una coloración

particular y constituyen una de sus características más

notorias como muestra de una poesía autóctona. Sólo

pingo y facón encontraríamos en nuestro contexto, pero

son suficientes, como ejemplo, en los apenas once

sustantivos y ningún adjetivo del mismo.

La sextina de Hernández -estrofa de casi todo el

poema- rima consonante en cinco en cinco versos: a a b b

a, y deja libre el primero lo que le otorga una

extraordinaria agilidad.

¿Qué rasgos sintácticos de eficacia expresiva

podríamos señalar? Dos muy significativos: la triple

repetición del su posesivo: su esperanza, su guardia, su

pingo (vs. 1439-1441) que agudizan el cerrado

individualismo del personaje; el indicio de una tremenda

reconcentración en sí mismo; y, en segundo lugar, ese

trránsito casi insensible de la oración copulativa -tres

veces el verbo ser de los vs. 1439 a 1441- a la

Page 69: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

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construcción verbal -el pasa del verbo 1442. Cuando pone

el acento en sus dos grandes valedores: cielo y facón.

Estilísticamente, este corto fragmento ejemplifica de

modo casi perfecto todo el mecanismo literario del poema,

en el cual cada estrofa equivale a una síntesis poética.

Cada línea: esperanza es; guardia es; pingo es abre una

enorme perspectiva de vida y movimiento; una misteriosa

dimensión de posibles aventuras, y, luego de ese remanso

del verso 1442: y pasa uno en su desvelo, palpita una

nueva ternura en dos sustantivos claves: amparo y amigo;

son los dos grandes apoyos del hombre -madre, mujer,

hijos, compañeros-, pero, desgarradoramente, con agudeza

de extraordinario poeta, al amparo se transforma en una

entidad abstracta, aunque, en rigor, la única valedera: el

cielo; los amigos, tremenda síntesis, en un arma ofensiva:

el facón.

Sin nadie y sin nada, el gaucho solo de nuestro

solitario desierto ha quedado allí, en estos versos

inimitables, trágico e indeleble para siempre…

Antonio Machado, Soledades8

Yo voy soñando caminos

de la tarde. ¡Las colinas

doradas, los verdes pinos,

las polvorientas encinas!…

5 ¿Adónde el camino irá?

Yo voy cantando, viajero

a lo largo del sendero…

-La tarde cayendo está-.

8 Elías Ceballos García y otros, Lengua española 1, BUP, Zaragoza, Luis

Vives, 1980, pp.9-12.

Page 70: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

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“En el corazón tenía

10 la espina de una pasión;

logré arrancármela un día,

ya no siento el corazón.”

Y todo el campo un momento

se queda, mudo y sombrío,

15 meditando. Suena el viento

en los álamos del río.

La tarde más se oscurece;

y el camino que serpea

y débilmente blanquea,

20 se enturbia y desaparece.

Mi cantar vuelve a plañir:

“Aguda espina dorada,

¡quién te pudiera sentir

en el corazón clavada!”

1. Actividades previas al análisis.

Una vez leído atentamente el texto poético, hay que

proceder al conocimiento preciso de todas las palabras que

en él aparecen. En este caso no hay términos de difícil

comprensión; sin embargo, conviene precisar el

significado de:

sombrío (v. 14): dícese del lugar que suele tener sombra;

umbroso, umbrío. Tétrico, triste, taciturno, melancólico,

apenado.

álamo (v. 16): árbol de madera blanca y ligera, muy

resistente al agua.

Serpear (v. 18): o serpentear. Moverse o extenderse

formando ondulaciones como las serpientes (o sierpes).

blanquear (v. 19): poner blanco algo. Parecer blanco;

relucir, destacar.

Page 71: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 71 -

plañir (v. 21): gemir y llorar sollozando o clamando.

Por otra parte, hay alguna expresión (por ejemplo:

“soñar caminos de la tarde”, vv. 1-2), cuyo significado

puede aparecer como confuso, no demasiado claro. Pero, a

lo largo del comentario, irá aclarándose qué puede

significar.

Una vez explicados estos términos, se comprende, a

grandes rasgos, el sentido de este texto de Antonio

Machado (1875-1939), que forma parte del libro

Soledades, publicado en 1903. En Soledades hay rasgos

modernistas, aunque el modernismo de Machado se puede

denominar “intimista”. Le preocupan, en general, los

temas universales: Dios, la muerte, el tiempo, el amor, etc.

Pueden encontrarse en este libro muchos rasgos

simbolistas, es decir, motivos temáticos que son

representación de sentimientos, angustias, deseos, etc. (la

tarde, el agua, las encinas, etc.).

2. Análisis del contenido.

2.1. Tema. Prescindiendo de detalles concretos,

aunque no dejemos de tenerlos en cuenta (tipo de

paisaje, elementos naturales que contiene, etc.), a la

hora de decir cuál es el tema del poema que

comentamos, se puede concluir diciendo que es:

“Sentidas reflexiones de un caminante por el

campo, el cual se contagia de sus sentimientos, al

atardecer”. (Podría formularse de otras maneras:

“Reflexiones por el campo al atardecer”,

“Identificación del caminante y del paisaje”, etc.)

2.2. Estructura. El tema se desarrolla a lo largo del

texto de la siguiente manera:

a) Versos 1 al 12: el poeta caminante, viajero, va a lo

largo del camino; se señalan algunos rasgos del

Page 72: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 72 -

paisaje y se enmarcan temporalmente: surgen sus

reflexiones.

b) Versos 13 al 24: el paisaje, el campo, comparten

los sentimientos del caminante, se identifican con

él; el viajero concluye su reflexión.

Se podría, como es natural, estructurar el texto de otra

manera, aunque hay que evitar la prolijidad detallista.

3. Análisis de la expresión.

3.1. En este caso, por tratarse de un poema, nos

fijamos, en primer lugar, en las características

métricas: el poema está compuesto de seis estrofas

de cuatro versos. La 1ª, 3ª,4ª y 6ª son cuartetas, es

decir, estrofas de cuatro versos que riman abab; la

2ª y 5ª son redondillas, cuyo esquema es abba.

En ambos casos son versos octosílabos de rima

consonante. Es un tipo de estrofa tradicional, que se puede

encontrar con frecuencia ligada a la poesía popular. Cabe

destacar que los fragmentos entrecomillados (versos 9 al

12, y 22 al 24) recuerdan la forma de una seguidilla con

bordón, de carácter popular, aunque con variaciones

notables.

Este apartado entre de lleno en los aspectos fonéticos

y fonológicos, pues la métrica castellana se basa

en este tipo de fenómenos: número de sílabas, pausas,

acentos y rima. Además se puede señalar la presencia de la

exclamación y de la interrogación que varían la entonación

normal del texto, especialmente en el caso de la

exclamación, que destaca los elementos que la integran.

La entonación, pues, permanece dentro de una

tonalidad normal, sin excesivas variaciones, de acuerdo

con el contenido del texto, intimista y reflexivo.

Page 73: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 73 -

3.2. En este texto se observa la parquedad de la

adjetivación. Los adjetivos que aparecen (colinas

doradas, verdes pinos, polvorientas encinas, el

campo mudo y sombrío), son breves pinceladas de

los sustantivos a los que acompañan. En un caso,

notas del color del paisaje (doradas, verdes,

polvorientas) en el atardecer, y en otro caracterizan

el sentir del autor, a cuya melancolía se ha unido el

paisaje (mudo y sombrío). En forma de oraciones

de relativo (que serpea… y blanquea) con nuevas

pinceladas respecto a unos elementos del paisaje: el

camino. Puede destacarse el calificativo dorada,

referido a las colinas y a la espina que causa la

nostalgia del poeta, con diferentes connotaciones, al

principio y al final del poema.

Por otra parte, los sustantivos se reparten en grupos

significativos. Fíjate en que abundan los que hacen

referencia al paisaje y al tiempo, circunstancias que

envuelven a los fragmentos entrecomillados, que se

convierten así en elementos centrales. En los rasgos del

paisaje, unas breves notas destacadas por la admiración y

un tema continuo: el camino (camino de la tarde, el

camino, el sendero, el camino que serpea y …). Entre los

rasgos temporales, la tarde (caminos de la tarde, -La tarde

cayendo está-, La tarde más se oscurece). El camino y la

tarde, que pueden representar algo más, se convierten en el

marco que provoca la reflexión del poeta.

Reflexión que se centra en torno a tres sustantivos:

pasión (= espina), corazón. Aunque no podamos llegar a

saber cuál es la pasión que atormenta al autor (¿el amor?

¿la esperanza? ¿la angustia? ¿la fe?), sabemos el vacío

producido por haberla arrancado de sí; los últimos tres

versos son, en este sentido, muy expresivos.

Page 74: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 74 -

Pero hay otro elemento que sirve para expresar el

tema: las formas verbales. Fíjate en que en la primera

parte (versos 1 al 12) abundan las formas verbales que

implican un cierto movimiento continuado, reforzado

mediante el uso de perífrasis: voy soñando, irá, voy

cantando (intensificado por “a lo largo del sendero”), está

cayendo… Este movimiento se ve interrumpido por la

primera reflexión del poeta.

Sin embargo, a partir del verso 13 asistimos a un

cuadro fijo, en el que poeta y paisaje se han detenido para

comunicarse y compartir los sentimientos. La perífrasis

“queda meditando”, por el significado de los verbos que la

componen (quedar, meditar), refuerza este cuadro. Ni

siquiera el sonar del viento en los álamos produce

variación en el cuadro, ya que el viento suena porque

encuentra a los álamos, elementos fijos del paisaje, en su

camino.

Poco a poco se va produciendo una nueva sensación

de movimiento hacia la oscuridad (versos 17 al 20). Y en

ese entorno melancólico concluye la reflexión del poeta,

dolorosa reflexión: Mi cantar vuelve a plañir…

En cuanto a elementos sintácticos destacables puede

decirse que la construcción sintáctica no es compleja;

no puede observarse algún cambio en el orden de las

palabras de la oración, no excesivamente forzado. Es

significativa la enumeración de los versos 2 al 4, con

elisión de formas verbales; y, sobre todo, los

encabalgamientos, numerosos en el fragmento que

comentamos. Piensa que los encabalgamientos

cumplen su función: destacar determinados elementos

(pueden ser otras). Por ejemplo: en los versos 13, 14

y 15 destacan “un momento se queda… meditando”,

de acuerdo con la idea que expresaba el contenido.

Page 75: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 75 -

De la misma manera pueden examinarse otros

encabalgamientos.

No hay en este poema una excesiva acumulación de

elementos del lenguaje figurado. Todo puede quedar

en los límites de su significado real, sin darle otra

dimensión. Pero ya se ha señalado que algunos

elementos del poema pueden convertirse en símbolos

debido a sus características: el camino, la tarde. A

esta impresión contribuye el sorprendente comienzo

del poema: “Yo voy soñando caminos de la tarde”,

cuyo significado sólo podemos intuir. Por otra parte,

el cantar que centra el poema, los fragmentos

entrecomillados, no tiene por qué ser necesariamente

tal cantar: el poeta ha elegido esta forma para

expresar su sentimiento que, por otra parte,

permanece más en el campo de lo intuido que en el de

lo real.

No podemos saber qué causa la angustia del poeta. El

autor ofrece su reflexión dolorida que el campo recoge y

comparte. Podemos observar aquí un caso de

personificación o prosopopeya, puesto que se hace el

campo de un ser humano, capaz de sentir y angustiarse

con el poeta, haciéndose eco mudo de su cantar.

4. Conclusiones

Antonio Machado nos ofrece una espléndida muestra

de su quehacer poético. Con un lenguaje sencillo, pero

cargado a la vez de profundas resonancias que entroncan

con los sentimientos de los hombres, nos muestra su

intimidad, velada por el lenguaje que sólo nos deja

entreverla. Nos ofrece su sentimiento del paisaje que borra

fronteras entre lo objetivo y lo subjetivo; el hombre se

convierte en el centro de la naturaleza, la hace suya, su

partícipe.

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La realidad no tiene sentido en función del hombre; y

el hombre encuentra el eco de su más profunda reflexión

cuando, viajero, se pone a sentir en y con la naturaleza,

alejado de los ruidos que le impiden oír su propia voz. El

poeta nos invita a decir y a escuchar nuestro propio cantar;

su cantar se convierte así en el de todos los hombres. De

ahí la importancia y la reconocida significación de la

poesía de Antonio Machado en nuestra época.

Rubén Darío, Caupolicán9

Introducción

Como es bien sabido, el nicaragüense Rubén Darío

(1867-1916) no es solo una de las figuras máximas de las

letras hispanoamericanas, sino también uno de los grandes

renovadores de la poesía española contemporánea. Gran

conocedor, ante todo, de poetas franceses, aunque también

de clásicos y españoles, hace triunfar en todo el ámbito de

la literatura en lengua castellana el Modernismo,

movimiento que reacciona contra el prosaísmo dominante

en la poesía anterior y que se propone un profundo

enriquecimiento de la lengua poética (ritmos, efectos

sensoriales, vocabulario, etc.).

En los principales libros de Rubén (Azul, 1888;

Prosas profanas, 1896; Cantos de vida y esperanza,

1905), alternan las evocaciones exóticas, los sentimientos

íntimos, los temas españoles e hispanoamericanos. Junto a

esta variedad temática, aparece siempre -como nota

común- una gran brillantez estilística.

El soneto Caupolicán (del libro Azul) es una buena

muestra de los temas americanos. El asunto tiene viejas

raíces: Alonso de Ercilla (1533.1594) contaba al principio

de La Araucana -epopeya de la conquista de Chile-

9 Fernando Lázaro y Vicente Tusón, Lengua española 1º, Madrid, Anaya,

s.f., pp. 14-18.

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aquella famosa prueba con que los indios araucanos

eligieron a su caudillo, y que consistía en ver quién era

capaz de llevar durante más tiempo un pesado tronco

sobre sus hombros. Caupolicán salió vencedor y fue

proclamado Toqui (jefe de estado en tiempos de guerra).

He aquí el poema de Rubén Darío:

Es algo formidable que vio la vieja raza;

robusto tronco de árbol al hombro de un campeón

salvaje y aguerrido, cuya fornida maza

blandiera el brazo de Hércules o el brazo de Sansón.

5 Por casco sus cabellos, su pecho por coraza,

pudiera tal guerrero, de Arauco en la región,

lancero de los bosques, Nemrod10 que todo caza,

desjarretar11 un toro o estrangular un león.

Anduvo, anduvo, anduvo. Le vio la luz del día,

10 le vio la tarde pálida, le vio la noche fría,

y siempre el tronco de árbol a cuestas del titán.

“El Toqui, el Toqui”, clama la conmovida casta.

Anduvo, anduvo, anduvo. La aurora dijo “Basta”,

e irguióse la alta frente del gran Caupolicán.

1. Primer acercamiento (Contenido y estructura)

Del episodio narrado ampliamente por Ercilla en su

poema épico, Rubén Darío, con intención épico-lírica,

retiene los rasgos que le parecen esenciales: la colosal

fortaleza del héroe indio y lo grandioso de su hazaña. Así

pues, el soneto es, ante todo, una descripción física (o

prosopografía) de Caupolicán, seguida de un relato

condensado de su proeza.

10 Nemrod: Legendario rey de Babilonia. La Biblia lo llama “poderoso

cazador ante Dios”. 11 Desjarretar: cortar las patas o -aquí- derribar.

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Esos dos aspectos del contenido corresponden con las

dos partes que suele presentar todo soneto: en las dos

primeras estrofas se recoge la descripción del héroe; en las

dos últimas, se cuenta su hazaña.

Desde el punto de vista métrico, este soneto ofrece

dos particularidades: por un lado, los versos son

alejandrinos, en vez de endecasílabos; por otro, los

cuartetos han sido sustituidos por serventesios (rimas

cruzadas o alternantes). Ambas particularidades son muy

frecuentes en los sonetos modernistas. Señalemos,

además, las rimas agudas que -como se verá- se insertan

en la sonoridad brillante que caracteriza al poema. La

acentuación, en fin, ofrece una indudable regularidad: van

acentuadas las sílabas pares de cada hemistiquio, o al

menos las sílabas 2ª y 6ª. Véase, por ejemplo, los versos 1

y 10:

es al go for mi da ble / que vio la vie ja ra za

2 6 2 4 6

le vio la tar de pá li da / le vio la no ch

e frí a

2 4 6 2 4 6

Nos hallamos, evidentemente, ante un ritmo muy

marcado.

2. Análisis del texto (Expresión y contenido)

Los dos primeros versos presentan, como en una

estampa, al indio con el tronco a cuestas. Es algo

formidable… El adjetivo “formidable” se usa hoy tanto en

la conversación familiar que hemos de recordar su sentido

verdadero: en su origen significaba “temible”; luego pasó

a ser “muy grande” o “grandioso”, y este es el sentido con

Page 79: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 79 -

que lo usa Rubén. Desde el principio, pues, se afirma el

carácter excepcional del suceso y del personaje, a quien se

llama luego campeón (palabra que, antes de tener el actual

valor deportivo, tenía -como aquí, un sentido militar).

Dos adjetivos, encabalgados en el verso 3, completan

a campeón: salvaje y aguerrido, palabras que nos dan una

primera caracterización del personaje: primitivo,

elemental, valeroso. Tal impresión se continúa con

referencias a personajes legendarios: un héroe de la

mitología clásica (Hércules) y un héroe bíblico (Sansón),

ambos caracterizados por su fuerza excepcional. De

cualquiera de ellos habría sido digna la fornida maza del

héroe americano. Por lo demás, compárese fornida maza

con robusto tronco: en los dos casos, el adjetivo epíteto

recoge también esa idea de fuerza que es tema central del

soneto.

Pero al sentido de las palabras se añade -y esto es

importantísimo- la sonoridad. Desde la primera lectura,

nuestros oídos perciben la abundancia de consonantes

ásperas, como la j (vieja, salvaje) o la z (raza, maza,

brazo). Destacan aún más las rr (raza, robusto, aguerrido).

Algunas vocales suenan de manera especialmente rotunda

al ir seguidas de consonantes nasales o de r (formidable,

tronco, hombro, fornida, blandiera); y ello es aún más

perceptible en las rimas (campeón-Sansón). Realmente,

pocas veces podemos asistir a un ajuste tan

significativo de expresión y contenido: la sonoridad

“fuerte” contribuye, tanto o más que los significados, a

hacernos sentir esa impresión de fuerza.

En torno a la misma impresión de fuerza, sigue la

descripción de Caupolicán en la segunda estrofa. El verso

5 nos lo muestra poderoso en su desnudez: Por casco sus

cabellos, su pecho por coraza. Es un cuerpo férreo que no

necesita de armaduras. Notemos de paso la hermosa

construcción del verso, bimembre y con un “quiasmo” (o

Page 80: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 80 -

cruce estructuras gramaticales) para poner de relieve los

términos:

por casco sus cabellos /su pecho por coraza

Más adelante (y observando de pasada el hipérbaton

de Arauco en la región), se completa el retrato con un

nuevo atributo (lancero de los bosques), enlazado con otra

referencia a un héroe legendario (el caldeo Nemrod). Y

todo ello para decir que Caupolicán hubiera podido

(pudiera tal guerrero) desjarretar un toro o estrangular

un león. El verso es un espléndido remate de la

descripción del héroe. Su fuerza llega aquí al punto

culminante con esa capacidad de vencer a fieras terribles.

Debemos añadir que este verso es una nueva alusión a

Hércules y a sus “doce trabajos”. En efecto, el héroe

griego -entre otras hazañas- domó al toro de Creta y

estranguló al león de Nemea. Detengámonos un momento

a reflexionar: Rubén Darío quiere dotar al guerrero

araucano de una aureola mítica de claras resonancias

bíblicas y clásicas. Es todo un cruce de culturas, lo

hebrero, lo greco-romano, lo americano… Y eso es Rubén

Darío.

Desde un punto de vista formal, este verso -que

concluye la segunda estrofa- es de construcción semejante

al verso final de la primera: ambos son bimembres. Por lo

demás, su calidad sonora viene a ser un compendio de lo

que antes hemos dicho sobre la sonoridad del poema

(confirmada en este segundo serventesio).

Tras la descripción del personaje, se inicia ahora el

relato de su hazaña. Ya en el verso 2 lo habíamos visto

con el tronco de árbol a sus hombros. Pero del presente

descriptivo (Es algo formidable) pasamos en los tercetos

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al pretérito de narración: Anduvo, anduvo, anduvo… La

pura repetición es un recurso elemental de intensificación

para indicar lo inacabable de la acción. La misma idea de

duración es lo que expresan las tres oraciones

yuxtapuestas que siguen: Le vio la luz del día, -le vio la

tarde pálida, le vio la noche fría… (Nótese la insistencia

en le vio -anáfora- y la regularidad de la acentuación en

los dos versos.) Y siempre el tronco de árbol a cuestas del

titán. Limitémonos a subrayar la nueva connotación de

fuerza en la última palabra.

El terceto final se inicia con el reconocimiento de la

superioridad de Caupolicán: la conmovida casta (=la vieja

raza) lo proclama jefe con entusiasmo: ¡El Toqui, el

Toqui! Pero Caupolicán sigue caminando: reaparece la

repetición Anduvo, anduvo, anduvo… Ercilla, en el citado

paraje de La Araucana insistía también en la duración de

la proeza (dos días y dos noches en aquel poema); veamos

cómo se nos contaba allí el final:

Era salido el sol cuando el enorme

peso de las espaldas despedía,

y un salto dio, en lanzándolo, disforme,

mostrando que aún más ánimo tenía.

Por comparación con estos versos, admiramos la

condensación y la eficacia del final de este soneto:

La aurora dijo “Basta”

e irguióse la alta frente del gran Caupolicán.

Como en la obra de Ercilla, la prueba termina al

amanecer. Pero aquí es la misma aurora quien parece

ordenarlo, con una palabra que restalla con fuerza

(“Basta”). Y el majestuoso verso final recoge la noble

actitud del héroe (irguióse), al que dos epítetos muestran

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en todo su esplendor (alta frente, gran Caupolicán). El

poeta ha esperado hasta el final para darnos su nombre,

que resuena grandioso. Por lo demás, todo el verso es

muestra eminente de esa poderosa sonoridad que ya hemos

señalado antes.

Conclusión.

El poema es una brillante exaltación de un héroe

americano. A esa exaltación contribuyen las referencias a

legendarios colosos; referencias que, por otra parte, nos

descubren las preferencias culturales de Rubén Darío.

Pero lo más digno de destacar es la adecuación de las

formas a la índole del tema. El vocabulario, la amplitud

del ritmo y -sobre todo- esa sonoridad en la que tanto

hemos insistido, confirman la certera conciencia estilística

del autor, conocedor profundo de los poderes del lenguaje.

Benito Pérez Galdós, Misericordia12

“Tenía la Benina voz dulce, modos hasta cierto punto

finos y de buena educación, y su rostro moreno no carecía

de cierta gracia interesante que, manoseada ya por la

vejez, era una gracia borrosa y apenas perceptible. Más

de la mitad de la dentadura conservaba. Sus ojos, grandes

y oscuros, apenas tenían el ribete rojo que imponen la

edad y los fríos matinales. Su nariz destilaba menos que

las de sus compañeras de oficio, y sus dedos, rugosos y de

abultadas coyunturas, no terminaban en uñas de

cernícalo. Eran sus manos como de lavandera y aún

conservaban hábitos de aseo. Usaba una venda negra

bien ceñida sobre la frente; sobre ella, pañuelo negro, y

12 Elías Ceballos García y otros, Lengua española 1 BUP. Zaragoza, Luis

Vives, 1980, pp. 13-15.

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negros el manto y el vestido, algo mejor apañaditos que

los de las otras ancianas. Con este pergenio y la expresión

sentimental y dulce de su rostro, todavía bien compuesta

de líneas, parecía una Santa Rita de Casia que andaba

por el mundo en penitencia. Faltábanle solo el crucifijo y

la llaga en la frente, si bien podía creerse que hacía las

veces de ésta el lobanillo del tamaño de un garbanzo,

redondo, cárdeno, situado como a media pulgada más

arriba del entrecejo.”

1. Actividades previas al análisis

Coyuntura: articulación entre los huesos.

Cernícalo: ave de rapiña. Hombre torpe y rudo.

Pergenio o pergeño: traza, aspecto de una persona o cosa.

Lobanillo: tumor que no duele y que se forma en algunas

partes del cuerpo bajo la piel.

Cárdeno: de color amoratado. Violáceo.

2. Análisis del contenido

En el texto que comentamos, el tema es “Retrato de

Benina” (podría formularse, de un modo más general:

“Descripción de un personaje”).

Aunque retrato puede coincidir en cuanto a

significado con descripción, el término puede sugerirnos la

figura literaria que comprende la descripción de los rasgos

físicos y morales de un personaje, puesto que el fijarse en

unos u otros rasgos tiene un nombre determinado

(prosopografía y etopeya, respectivamente).

La descripción podría estructurarse atendiendo a las

diferentes partes de la persona descrita (cara, manos,

vestidos, etc.), o bien teniendo en cuenta los rasgos de tipo

físico y los de tipo moral. Cualquiera de ellas puede ser

interesante.

Page 84: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

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3. Análisis de la expresión

Comienza la descripción con la forma verbal

“tenía…” El autor nos sitúa en un tiempo pasado; su

descripción es, pues, fruto del recuerdo, y ya que no se nos

habla de un personaje muerto, los rasgos de esa

descripción se presentan como los que más vivamente han

impresionado al autor.

Las restantes formas verbales, en general,

permanecen en la misma línea temporal a lo largo del

fragmento. Escasean los verbos de acción, y los que

aparecen (es el caso de “andaba por el mundo”…), están

enmarcados en la descripción, careciendo de ese valor de

acción. Abundan los verbos que contribuyen a dar al texto

la impresión de detenerse ante algo que se contempla: era,

conservaba, tenía, destilaba, no terminaban en uñas, eran,

usaba, parecía. etc.

La forma verbal tenía ha introducido unas primeras

características positivas del personaje Benina: voz dulce,

modos hasta cierto punto finos y de buena educación.

(Benina aparece como mendiga y este rasgo la diferencia

del testo de mendigos que piden a la puerta de una iglesia)

y su rostro moreno no carecía de cierta gracia. Fíjate en

que el autor no exagera estas características positivas,

pero, en comparación con las de otros personajes, quedan

realzadas. Galdós parece querer frenar el cariño con que

describe a su personaje que le podría llevar a exagerar

(hasta cierto punto, no carecía de cierta gracia, gracia

borrosa y apenas perceptible). Con una frase nos ha

adelantado la cronología, aunque inexacta, de Benina:

manoseada ya por la vejez.

Estos primeros rasgos nos introducen en un aspecto

interesante del texto. Al leerlo detenidamente, habrás

observado que la descripción del personaje es interesada,

es decir, los rasgos del personaje no podrían resultar

negativos o poco agradables se contrarrestan mediante

Page 85: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

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ciertos procedimientos. Piensa, por ejemplo, en: Más de la

mitad de la dentadura conservaba, puede expresarse: le

faltaba la mitad de la dentadura, y de igual manera: sus

ojos apenas tenían el ribete rojo que imponen la edad y

los fríos matinales…; su nariz destilaba…; sus dedos

rugosos y de abultadas coyunturas…; eras sus manos

como de lavandera…, y por último, el detalle que podría

resultar incluso grotesco, el lobanillo, es comparado con la

llaga de Santa Rita de Casia.

De esta manera, el autor nos trasmite la simpatía que

él siente por su personaje. En resumen, Benina posee un

aspecto vulgar e incluso nada agradable, pero la manera de

decirlo ha actuado en el lector para que lo considere desde

otro ángulo. Por si faltara algo, la extensa comparación

final con la Santa de Casia, patrona de los imposibles

según la voz popular, nos ofrece un rasgo del personaje,

que se hará patente a lo largo de la novela Misericordia:

Benina solucionará gran cantidad de problemas a todos los

que viven a su alrededor. Que andaba por el mundo en

penitencia nos pone sobre aviso de que la vida de Benina

estará marcada por el dolor.

Por otra parte, una vez señalado el aspecto anterior,

ha de destacarse que los sustantivos y los adjetivos de este

texto se encuadran dentro de la descripción que el autor

hace. Se nos ha hablado del vestido (tres veces se repite el

adjetivo negro, en su afán de intensificación: venda

negra…, negros el manto y el vestido, como si se tratase

de una hábito religioso para dar entrada a la comparación

con Santa Rita, representada siempre en su hábito) y de las

partes que éste deja al descubierto, el rostro y las manos.

El rostro se ha descrito detalladamente y en dos ocasiones

se emplea el adjetivo dulce (voz dulce…, expresión

sentimental y dulce…), sumándose esta impresión a las

anteriores. Las manos fuertes, manos trabajadoras,

dispuestas a la ayuda de los demás, aun en los casos más

Page 86: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

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desesperados. No en vano Benina, forma popular de

Benigna, nos recuerda el canto que de la caridad hace San

Pablo: “La caridad es benigna…”; en este caso, Benina es

la personificación de la caridad.

La sintaxis del fragmento no ofrece otras

peculiaridades que las del tono coloquial que se mantiene

a lo largo de todo él, aunque sin que el autor abandone las

características que lo dotan, al mismo tiempo, del carácter

de texto culto, sin tener que echar mano de la complejidad

formal. No existe en el texto lenguaje figurado, excepto

algunas comparaciones, resueltas de diferentes maneras.

Puede señalarse la gran maestría del autor: desde la

descripción particularizada, se avanza hacia la

recapitulación (Con este pergenio…) que inicia la

comparación final con Santa Rita.

4. Conclusiones

Benito Pérez Galdós, una de las cumbres de la novela

realista, nos traza en este fragmento el retrato del

personaje Benina, protagonista de Misericordia, por

medio de un lenguaje vigoroso, entre coloquial y culto,

comprensible y adecuado al tema: la personalidad que

describe. Provoca en nosotros la simpatía hacia Benina y

nos demuestra, una vez más, que la realidad puede ser

considerada desde diferentes puntos de vista: el mundo

que nos rodea es de una manera u otro según el modo de

mirarlo. Todo es según el color…

Page 87: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 87 -

Juan Ramón Jiménez, ¡Infancia!...13

Introducción

Juan Ramón Jiménez (1881.1958) es, en la literatura

española contemporánea, ejemplo máximo de una

concepción de la poesía que, con términos suyos, podría

definirse así: Poesía es Belleza. Su consagración a su obra

fue total: su vida fue poesía y su poesía se nutre de su

búsqueda de lo bello, de sus sentimientos, de su sed de

goce y de eternidad.

Su espíritu solitario y exigente le llevó hacia una obra

minoritaria, cada vez más difícil. Así lo muestra su

trayectoria, en la que es costumbre distinguir tres etapas:

unos libros iniciales de poesía sencilla, de un

sentimentalismo becqueriano; más adelante, incorpora los

recursos formales del Modernismo, con sonoridades y

coloridos puestos al servicio de íntimas emociones;

finalmente, desde 1916, una progresiva depuración le

conducirá hacia su cima: una poesía desnuda, honda, muy

personal.

El poema que vamos a comentar pertenece a su libro

Elejías14 lamentables, de 1910, en plena etapa modernista.

Antes de abordarlo, será útil aludir a la evocación que

hace de su infancia en unas páginas autobiográficas. Vivía

en su pueblo natal, Moguer (Huelva), 2en una casa vieja

de grandes salones y verdes patios”. Con “algún

sentimentalismo”, habla de “la ventana por donde veía... el

sol poniente de mi calle”. “Recuerdo –dice- que jugaba

muy poco y que era gran amigo de la soledad”. Muy cerca

están estas palabras del siguiente poema:

13 Fernando Lázaro Carreter, Lengua española para tercer curso, Madrid,

Anaya, s.f., pp. 39-43. 14 Conviene recordar un rasgo de la ortografía personal de J.R.J: nunca usa

la letra g cuando ésta suena como j. De ahí que escriba elejía, al igual que

nostalgia o pájina.

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¡Infancia! ¡Campo verde, campanario, palmera,

mirador de colores, sol, vaga mariposa

que colgabas a la tarde de primavera,

en el cenit azul, una caricia rosa!

5 ¡Jardín cerrado, en donde un pájaro cantaba,

por el verdor teñido de melodiosos oros;

brisa suave y fresca, en la que me llegaba

la música lejana de la plaza de toros!

...Antes de la amargura sin nombre del fracaso

10 que engalanó de luto mi corazón doliente,

ruiseñor niño, amé, en la tarde de raso,

el silencio de todos o la voz de la fuente.

Primer acercamiento (contenido y estructura)

El poema es un lamento (elegía) por la infancia

perdida. Desde un momento amargo, dolorido, el poeta

evoca la paz y la belleza que, en su recuerdo, rodearon sus

primeros años. Soledad, intimidad, nostalgia –acentos

permanentes de la poesía de Juan Ramón Jiménez- son

también aquí las notas que definen su actitud.

La pura evocación de la infancia lejana llena las dos

primeras estrofas. En la tercera, se percibe claramente el

“hoy” triste en el que el poeta escribe.

La forma métrica escogida es típicamente modernista:

serventesios de alejandrinos, estrofas que, en este caso,

van cargadas de una musicalidad delicada y apacible.

Conviene apuntar un rasgo curioso: el tercer verso tiene

solo trece sílabas y, en vez de la cesura central, presenta

dos cesuras; es l que en Francia se llama un “trímetro” y

que los modernistas, a imitación de los románticos y

simbolistas franceses, mezclaban con los alejandrinos. Un

hecho significativo para confirmar la filiación de nuestro

poeta con esta etapa.

Page 89: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

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Análisis del texto (expresión y contenido)

En las dos primeras estrofas, la evocación de los

recuerdos de infancia es una sucesión de exclamaciones

emocionadas. Sin verbo principal, se apoyan en unos

pocos sustantivos completados por adjetivos, por

sintagmas preposicionales, por oraciones de relativo. Es

decir, una construcción sintáctica que presenta el mundo

del recuerdo con abundancia de detalles, síntoma

indudable de ese mirar atrás con nostalgia.

La primera exclamación es brevísima: ¡Infancia! Es

el puro tema, con toda su carga emotiva. Lo que sigue será

un desarrollo de lo que ya va concentrado en esa palabra.

Por lo pronto, tres sustantivos que son tres elementos

seleccionados del mundo de su infancia: el campo, el

campanario, la palmera. De momento, un solo adjetivo –

verde-; primera nota de color, a la que seguirá otra en el

verso siguiente: mirador de colores... Estamos ahora, sin

duda, tras aquella ventana de su vieja casa desde la que el

niño veía el paisaje, el pueblo, el jardín –en suma, los

elementos que ha recogido el primer verso-.

El color y la luz pasarán a primer término en el resto

de la estrofa. La luz del sol se convierte en vaga mariposa:

es una metáfora aposicional –compuesta de dos palabras

típicas del léxico modernista-, destinada a embellecer la

sensación, a dotarla de una vibración especial. Sutil es esa

sensación que el poeta quiere apresar: la mezcla de tonos

rosados con el azul del cielo en un atardecer. Varios

recursos irán destinados a proporcionar el máximo relieve

a esa impresión “pictórica”. Así, gracias a una

bimembración, el verso cuatro distribuirá en posiciones

semejantes los adjetivos básicos: azul, rosa. El verbo

colgar difumina por el aire la pincelada. Y una sinestesia

acentúa la suavidad de los tonos: el color se hace caricia.

Suma delicadeza, en fin, la del poeta al pintar esta tarde de

primavera de su niñez. Y belleza.

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La segunda estrofa se centra en dos sustantivos

solamente: jardín y brisa. Veamos las palabras que los

acompañan. Jardín cerrado: el adjetivo nos trae

sugerencias de soledad, de intimidad, de paz. De ese

ambiente, Juan Ramón entresacará, una vez más, belleza y

sensaciones gozosas, todo evocado finamente. Así, ese

pájaro que cantaba y que queda envuelto en una singular

mezcla de sensaciones: el verdor teñido de melodiosos

oros. Hay aquí una técnica semejante a la del verso 4; en

este caso, el verde de las frondas se combina –se “tiñe”-

con la luz dorada del atardecer. Por otra parte, el adjetivo

melodioso se aplica a oros en una fusión íntima de

sonoridad y color: el canto del pájaro –“melodioso”, sin

duda- parece mezclarse con esa “melodía” cromática del

jardín. El efecto estético es evidente.

Más sensaciones: la brisa suave y fresca; con dos

adjetivos que van en la línea de lo grato, de lo apacible. Y,

con la brisa, la música lejana de la plaza de toros:

observación en que la alegría ruidosa que imaginamos

queda reducida –gracias al adjetivo lejana- a una nota de

alegría distante, que no turba esa paz del niño tras de su

ventana, en su caserón natal.

En la última estrofa, saltamos al momento en que

Juan Ramón Jiménez escribe; momento marcado, como

puede verse, por la amargura, el fracaso, el luto, el dolor.

Esas palabras que se aprietan en solo dos versos, pueden

aludir a hechos que entristecieron la vida del poeta; por

ejemplo, la temprana muerte de su padre y la profunda

depresión que –tras ella- llenó varios años de la vida de

Juan Ramón. Pero, por encima de las circunstancias

concretas, estos versos definen bien el temperamento del

autor y los sentimientos que dominan en su obra. Así, esa

amargura sin nombre del fracaso; amargura honda e

inexplicable (de ahí, sin nombre); fracaso que el poeta no

puede dejar de sentir, pese al envidiable puesto que

Page 91: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

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ocupaba ya en las Letras contemporáneas. Todo revela una

alma hipersensible y herida, quién sabe por qué. En

cualquier caso, la tristeza queda también embellecida: el

verbo engalanó es una nota ornamental que acompaña

paradójicamente a luto y a corazón doliente. (Una vez

más, se percibe la inconfundible marca de la elegancia

sentimental del Modernismo juanramoniano.)

Pero el poeta vuelve a mirar –más allá de la tristeza

presente- hacia su infancia (era significativa la preposición

antes de que encabezaba toda la estrofa). Los dos versos

finales son, entre otras cosas, un compendio de lo que

hemos visto en las estrofas del primer apartado. El niño

que él fue aparece como un ruiseñor niño; es decir, cantor

niño, poeta en ciernes el ruiseñor ha sido tradicionalmente

–y en particular para los modernistas- símbolo de la

sensibilidad del poeta. La tarde de primavera –azul y rosa-

es ahora tarde de raso, otra imagen modernista, otro toque

estético que se basa en la suavidad y brillantez de esa tela.

En el centro del verso, destacándose entre las dos pausas,

queda el verbo amé. Va a recapitular Juan Ramón aquello

que polarizaba su sensibilidad infantil y que ahora es

médula del recuerdo nostálgico. Y ahí está toda aquella

intimidad, aquella melancólica paz: el silencio de todos o

la voz de la fuente. Es un verso perfecto para un final:

verso bimembre en el que se oponen silencio y voz; en el

primer miembro, la sugerencia de soledad; en el segundo,

la evocadora imagen del surtidor de su jardín, nueva

sensación sonora que cobra cierta calidad humana gracias

a la palabra voz. Los elementos que integraban la

evocación de la infancia han confluido, con especial

plasticidad, en este final.

Page 92: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 92 -

Conclusión

Todo el poema confirma las metas estéticas a las que

apunta la obra de Juan Ramón Jiménez. A ello

corresponden, en esta etapa de su trayectoria, los rasgos de

estilo modernista que hemos ido subrayando con

insistencia: acusados efectos sensoriales y sentimentales, o

índole del ritmo, no con las calidades rotundas de un

Rubén Darío, sino en un tono menor, suave y delicado.

Vemos en ello el talante peculiar del autor. Y es que,

independientemente de las indudables influencias del

momento, Juan Ramón nos comunica el temblor personal

de su nostálgica sensibilidad, anhelante de paz y belleza.

No ha sido este poema una muestra del arte de Juan

Ramón Jiménez en toda su madurez (sin duda se halla

lejos de la sensibilidad actual y hasta puede pensarse que,

en algunos instantes está contra ella); pero, en todo caso,

es un buen ejemplo de su poética, en un momento de la

lírica española, y un hermoso testimonio de su dolorido

sentir.

GUÍA PARA UNA LECTURA CRÍTICA

DE LA NARRATIVA

Una lectura crítica es una lectura de un texto que toma

conciencia de los recursos formales y estilísticos que usan

los autores en la creación de sus obras artísticas. A

continuación anotamos una guía, en la forma de una serie

de preguntas, que puede ayudarnos a realizar una lectura

profunda y crítica de los textos narrativos. El cuestionario

es general y no todas las preguntas van a ser pertinentes

para todos los textos. Estas preguntas también pueden

ayudar para enfocar el análisis en un aspecto concreto de

una obra narrativa.

Page 93: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

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I. El título

1. ¿Es un título provocador? ¿Provoca la curiosidad del

lector?

2. ¿Existe alguna relación entre el título y el contenido del

texto?

3. ¿El título representa al texto, como la forma más breve

de resumen? ¿Resume el texto de forma positiva o lo

contradice de forma irónica?

4. ¿Cuál es su función?

a. Nombra al personaje principal.

b. Da una idea del estilo del texto.

c. Da una idea del tema principal del texto

d. Crea un tono.

e. Despierta la curiosidad.

II. La introducción

1. ¿En qué consiste?

2. ¿Es informativa?

3. ¿Pretende aportar un contexto?

4. ¿Sirve para plantear el problema que se desarrollará

hasta el final?

5. ¿Introduce al personaje principal?

6. ¿Crea el ambiente?

7. ¿Se sugiere el tema?

8. ¿Es dialogada?

III. El desarrollo

1. ¿Es ágil o es lento?

2. ¿Se revela el desenlace anticipadamente?

3. ¿Este anticipo, crea una expectativa o la elimina?

4. ¿Se desarrolla cronológicamente?

5. ¿Hay un juego dinámico en el tiempo de la acción?

6. ¿Existen “regresos” en la memoria de alguno de los

protagonistas que afecta la narración.

Page 94: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

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7. ¿Hay digresiones que no están aparentemente no

integradas a la narración central?

IV. El punto culminante

1. ¿Es único?

2. ¿Cómo es el conflicto?

3. ¿Es el resultado 1ógico de la acción?

V. El desenlace

1. ¿Es sorpresivo?

2. ¿Es probable?

3. ¿Es posible?

4. ¿Es improbable?

5. ¿Es imposible?

6. ¿Es un final abierto o cerrado?

VI. El epílogo

1. ¿Hay un epilogo?

2. Si lo hay, ¿es necesario?

3. ¿Es explicativo?

4. ¿Termina de resolver un problema o crea un problema

nuevo?

VII. Estructura

1. ¿Es una estructura tradicional?

2. ¿Se pueden reconocer una división tripartita, como una

columna griega: inicio – desarrollo - conclusión?

3. ¿Hay una voluntad de crear una nueva estructura?

4. ¿Hay una voluntad de orden reconocible o de caos?

5. ¿Cuáles son las partes que componen el texto?

6. ¿Cuánto tiempo dura la acción central?

7. ¿Cuánto tiempo abarca la narración?

8. ¿Qué tiempo predomina? ¿Pasado, presente o futuro?

Page 95: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

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9. ¿Se advierte una gran brecha entre el tiempo físico y el

tiempo psicológico?

10. Cómo es el espacio físico? ¿Es urbano o es rural? ¿Es

abierto o es estrecho? ¿Es laberíntico, onírico, o se

puede reconocer un espacio real?

11. El relato es una unidad sólida o, por el contrario, está

fragmentado?

12. Qué elementos provocan la unidad o la fragmentación?

¿Un personaje? ¿Un tema central o leimotiv? ¿Una

pluralidad de temas y de personajes? ¿Una misma

técnica narrativa o la combinación de diferentes

técnicas?

VIII. El mundo del cuento

1. ¿Cuántos puntos de vista hay?

2. ¿Cuál es el punto de vista dominante?

3. ¿Es un monólogo interior o una narración que pretende

ser objetiva?

4. ¿Participa el narrador en la acción?

5. ¿Usa el narrador unos conocimientos limitados para

crear una situación mayor? ¿Sabe menos o más que el

lector?

6. ¿Se evidencian “errores” significativos en el narrador,

procurando una construcción / narración diferente por

parte del lector?

7. El narrador ¿es confiable o, por el contrario, no es de

confiar?

8. El narrador ¿(a) es un personaje, (b) es una voz

personalizada o (3) es una voz omnisciente?

9. ¿Es el narrador el protagonista?

10. ¿Se refiere el narrador al cuento que está escribiendo

11. Crea el narrador una ficción dentro de la ficción?

12. El narrador pretende que el texto central es un texto

real, encontrado, procurando una forma de

verosimilitud y complicidad con el lector?

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IX. El mundo del cuento

1. La historia central

a. ¿Es realista?

b. ¿Es fantástica?

c. Se asemeja al género: ensayístico, histórico,

periodístico, crónica, epistolar.

2. ¿Predomina el sentimiento trágico o el sentido cómico?

X. Los personajes

1. ¿Hay un número limitado de personajes?

2. ¿Cómo es el protagonista? ¿A qué clase social

pertenece? ¿Son los personajes reales o fantásticos?

3. ¿Están bien caracterizados?

4. ¿Son verosímiles?

5. ¿Poseen una gran complejidad psicológica o

simplemente son actores en función de una acción y de

una trama?

6. ¿Están contrapuestos? (hombre-mujer, rico-pobre, etc.)

XI. El conflicto

1. ¿Cómo es el conflicto? (Entre personajes, entre

personaje y el ambiente, entre el individuo y su

sociedad, etc.)

2. ¿Es un planteo realista?

3. ¿Predomina el conflicto psicológico?

4. ¿Predomina el conflicto social?

5. ¿Es de tipo filosófico o religioso?

6. ¿Se describe el paisaje? ¿Es rural o citadino?

7. ¿Hay color local?

8. ¿Cuál es la ideología del autor?

9. ¿Es posible descubrir la ideología del autor? ¿Cómo ve

la realidad el autor?

10. El autor pretende plantear algún tipo de crítica literaria

o metaliteraria?

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- 97 -

11. Es posible identificar algún tipo concreto de moral en

el texto?

12. Expresa el autor ideas acerca de su mundo?

XII. El estilo

1. ¿Qué predomina, la descripción o el diálogo?

2. ¿Cómo es el vocabulario y la sintaxis?

3. ¿Hay lenguaje figurado? (metáforas, símiles, etc.)

4. ¿Cómo son las imágenes?

5. ¿Hay símbolos?

6. ¿Hay características que revelan la época de la historia

central?

Page 98: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 98 -

ÍNDICE PÁG

COMO SE COMENTA UN TEXTO LITERARIO………….. 4

1. MODOS DE ESTUDIAR LA LITERATURA

2. SOBRA , ENTONCES, LA HISTORIA DE LA LITERATURA

3. ¿QUÉ ES UN TEXTO LITERARIO?…………….……….. 5

4. POR QUÉ EL TEXTO HA DE SER BREVE

5. QUÉ PRETENDEMOS CON LA EXPLICACION ………6

6. FONDO Y FORMA

7. IMPOSIBILIDAD DE SEPARAR EL FONDO Y LA FORMA

8. LA EXPLICACIÓN, EJERCICIO TOTAL ………………. 7

9. LO QUE NO ES UNA EXPLICACIÓN DE TEXTOS

10. LA PARÁFRASIS ………………………………………... 8

11. OTRO ENEMIGO: EL TEXTO COMO PRETEXTO ……9

12. RESUMEN……………………………………………….. 10

13. EL PUNTO DE VISTA DEL AUTOR

14. NO HAY UN COMENTARIO ÚNICO …………………..11

15. MÉTODOS PARA REALIZAR LA EXPLICACIÓN

16. CONOCIMIENTOS PRECISOS PARA EL COMENTARIO

17. ¿SERÁ DISTINTO EL MÉTODO EN LOS GRADOS

ELEMENTAL Y SUPERIOR? …………………………….12

EL MÉTODO Y SUS FASES…………………………….. 13

18. ORDEN DE LA EXPLICACIÓN ……………………… 14

FASE I.- LECTURA ATENTA DEL TEXTO

19. COMPRENSIÓN DEL PASAJE

20. COMPRENSIÓN, NO INTERPRETACIÓN ……………. 15

FASE II.- LOCALIZACIÓN …………………………16

21. QUÉ ES LOCALIZAR UN TEXTO

22. NECESIDAD DE LA LOCALIZACIÓN………………… 17

FASE III.-DETERMINACIÓN DEL TEMA ……………18

23. IMPORTANCIA DE ESTA FASE

24. EL «FONDO»

25. EL «ASUNTO» DEL TEXTO …………………………… 19

26. DEL «ASUNTO» AL «TEMA»

27. CARACTERÍSTICAS DEL TEMA ………………………20

28. EL TEMA NO DEBE INCLUIR ELEMENTOS SUPERFLUOS

29. TAMPOCO DEBE FALTAR NINGÚN ELEMENTO

FUNDAMENTAL………………………………………… 21

30. ¿ES FACIL FIJAR EL TEMA?

FASE IV.- DETERMINACIÓN DE LA ESTRUCTURA

31. LA COMPOSICIÓN DE UN TEXTO …………………….22

32. LOS ELEMENTOS DE LA ESTRUCTURA SON SOLIDARIOS

33. EL APARTADO ………………………………………….. 23

34. UN EJEMPLO: EL TEXTO DE AZORIN

35. EL TEMA Y LOS APARTADOS …………………………24

36. OTROS EJEMPLOS

37. LOS APARTADOS EN LA POESÍA ……………………..26

Page 99: Cu00 d3mo se comenta un texto literario

- 99 -

38. TEXTOS SIN ESTRUCTURA APARENTE ……………..27

FASE V.- ANÁLISIS DE LA FORMA PARTIENDO DEL

TEMA… 28

39. EL TEMA Y LA FORMA DEL TEXTO

40. PRINCIPIO FUNDAMENTAL DE LA EXPLICACIÓN DE

TEXTOS

41. APLICACIÓN DEL PRINCIPIO FUNDAMENTAL

A LA EXPLICACIÓN……………………………………29

42. COMPROBACIÓN DEL PRINCIPIO FUNDAMENTAL

EL TEMA LOS APARTADOS………………….……..30

FASE VI.- LA CONCLUSIÓN ………………34

43. NECESIDAD DE LA CONCLUSIÓN

44. QUÉ ES LA CONCLUSIÓN

45. LA CONCLUSIÓN COMO BALANCE

46. LA CONCLUSIÓN COMO IMPRESIÓN PERSONAL …35

- ORIENTACIONES PARA EL COMENTARIO DE TEXTOS ---37

¿QUÉ ES COMENTAR UN TEXTO?

PARTES DEL COMENTARIO

ESQUEMA PARA EL ANÁLISIS DE LA NARRATIVA …41

PARTES DE UNA NARRACIÓN

ESTRUCTURA INTERNA

TÉCNICA …………………………………………42

EXPRESIÓN Y ESTILO

- GUÍA PARA EL ANÁLISIS DE UN CUENTO ……………………43

ANÁLISIS SINTÁCTICO

ANÁLISIS DEL NARRADOR

ANÁLISIS DEL DISCURSO

ANÁLISIS SEMÁNTICO ……………….……… 44

- GUÍA PARA EL ANÁLISIS DE UN POEMA …………….45

PRINCIPIOS

NIVEL FÓNICO

NIVEL SEMÁNTICO ……………………………46

- PAUTAS METODOLÓGICAS PARA LA EXPRESIÓN DE UNA

OPINIÓN RAZONADA

- PAUTAS PARA EL COMENTARIO PERSONAL DE UN TEXTO

ENSAYÍSTICO………………………………………………49

MODELOS DE COMENTARIOS DE TEXTOS LITERARIOS

- CAMINOS DE ANTONIO MACHADO ……………….. 55

- RIMA VII DE GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER …………58

- NADA DE CARMEN LAFORET …………………… 62

- MARTÍN FIERRO DE JOSÉ HERNÁNDEZ …………… 66

- SOLEDADES DE ANTONIO MACHADO …………….. 69

- CAUPOLICÁN DE RUBÉN DARÍO …………………….76

- MISERICORDIA DE BENITO PÉREZ GALDÓS …82

- JUAN RAMÓN JIMÉNEZ, ¡INFANCIA! ………………..87

GUÍA PARA UNA LECTURA CRÍTICA DE LA NARRATIVA .. 93