crisis universitaria gilberto guevara niebla

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li,jsc '" . magr¡étofónicas fueron revisadas por los autores para su *,,1,{LPF,ti§fpión, pero en algunos casos no fue posible hacerlo. En estos .:.¡gÉd§6Sirfiemoslorocurarlo resoef cñrt l, -i.r^' dAol¡AoA ln¡ ¡^-+^ procurado respetar con la fnayor fidelidad los conte- rlil1¡aoq-oe las'cónferencias. Finalmente, agregamos, a manera de intro- .d.trcci(n, un bieve ensayo en el que se intenta enumerar las nociones que han circtúado en nuestro medio sobre ra '.crisis', de la educación ,,§$psrio: desde 1968 a la fecha. ' "': : ; l¿,,, ¡¿alización del seminario La crisis de la educación superior en . ,' (yy,ico__fl".9""ltda por el doctor Luis Felipe Bojatil Jaber, rector dp,,la uau-Xochimilco y al mismo ;. üü;;;"*;;;;;,'; ,' publicación de esta Memoria. Nuestro reconocimiento también debe ti. gxlénderse a otras dos personas que comparüeron la responsabilidad ' yrg\yU¡a.del evento: los profesores Rolando Cordeia C;p"r-, te, la ardua tarea de la transcri p- ¡,:,rei6n de las conferencias corrió a cargo de la señora Flora Cos. GILBERTO GUEVARA NIEBLA COORDINADOR DEL SEMINARIO Introducción: Ios múItiples rostros de ].a crisis universitaria GILBERTC GUEVARA NIEBI-A I Con frecuencia se habla de la existencia de una crisis de la universi. dad (a veces también se le nombra "crisis de ia educación super.ior") pero, por 1o visto, el contenido de esta expresión ha variado con el tiempo y las circunstancias. La frase alcanzó popularidad a partir de 1968, con el movi¡niento estudiantil. La rebeldía estudiantil se convirtió para algunos en testimonio irrevocable del fracaso de las instituciones educativas de la nación, en su funeión de afirmar en las nuevas generaciones el cuadro de valores del mundo de los adultos, y llegó a postularse la urgencia de una reforma que restituyera a la escuela su original capacidad de integración. Esta primera interpretación de la crisis educativa cristalizó sobre todo en círculos oficiales e, incluso, en algunos medios de la iniciativa privada. Para rnuchos empresarios y funcionarios del Estacio el rechazo de los estudiantes al principio de autoridad y desprecio por los grandes lemas del establíshment sólo podía explicarse por disfuncionalida- des del aparato escolar. Ei problema del 68, según ellos, no era el probiema de la libertad, como "demagógicamente lo proclamaban algunos agitadores que respondían a intereses extrairos al país"; el problema se hallaba en el sistema educativo cuyas fallas hicieron po- sible que la juventud, en masa, se convirtiera en carne de cañón de fuerzas subversivas. Ei presidente Díaz Ordaz, quien siempre rehusó reconocer públicamente la miseria real de la democracia rnexicana, admitió, en cambio, sin ambages que existía un profundo deterioro de la educación nacional y fue él quien formuló la estrategia de reforma educativa que sería posteriormente t¡na de las vías utilizadas por el poder para reintegrar dentro del sistema a los sectores que se 11

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Page 1: Crisis Universitaria Gilberto Guevara Niebla

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. magr¡étofónicas fueron revisadas por los autores para su

*,,1,{LPF,ti§fpión, pero en algunos casos no fue posible hacerlo. En estos.:.¡gÉd§6Sirfiemoslorocurarlo resoef A¡ cñrt l, -i.r^' dAol¡AoA ln¡ ¡^-+^procurado respetar con la fnayor fidelidad los conte-rlil1¡aoq-oe las'cónferencias. Finalmente, agregamos, a manera de intro-

.d.trcci(n, un bieve ensayo en el que se intenta enumerar las nocionesque han circtúado en nuestro medio sobre ra '.crisis', de la educación

,,§$psrio: desde 1968 a la fecha. '

"':

: ; l¿,,, ¡¿alización del seminario La crisis de la educación superior en. ,' (yy,ico__fl".9""ltda por el doctor Luis Felipe Bojatil Jaber, rector

dp,,la uau-Xochimilco y al mismo ;. üü;;;"*;;;;;,';,' publicación de esta Memoria. Nuestro reconocimiento también debe

ti. gxlénderse a otras dos personas que comparüeron la responsabilidad

' yrg\yU¡a.del evento: los profesores Rolando Cordeia C;p"r-,te, la ardua tarea de la transcri p-

¡,:,rei6n de las conferencias corrió a cargo de la señora Flora Cos.

GILBERTO GUEVARA NIEBLACOORDINADOR DEL SEMINARIO

Introducción: Ios múItiples rostros de].a crisis universitaria

GILBERTC GUEVARA NIEBI-A

I

Con frecuencia se habla de la existencia de una crisis de la universi.dad (a veces también se le nombra "crisis de ia educación super.ior")pero, por 1o visto, el contenido de esta expresión ha variado con eltiempo y las circunstancias.

La frase alcanzó popularidad a partir de 1968, con el movi¡nientoestudiantil. La rebeldía estudiantil se convirtió para algunos entestimonio irrevocable del fracaso de las instituciones educativas dela nación, en su funeión de afirmar en las nuevas generaciones elcuadro de valores del mundo de los adultos, y llegó a postularse laurgencia de una reforma que restituyera a la escuela su originalcapacidad de integración. Esta primera interpretación de la crisiseducativa cristalizó sobre todo en círculos oficiales e, incluso, enalgunos medios de la iniciativa privada.

Para rnuchos empresarios y funcionarios del Estacio el rechazo delos estudiantes al principio de autoridad y desprecio por los grandeslemas del establíshment sólo podía explicarse por disfuncionalida-des del aparato escolar. Ei problema del 68, según ellos, no era elprobiema de la libertad, como "demagógicamente lo proclamabanalgunos agitadores que respondían a intereses extrairos al país"; elproblema se hallaba en el sistema educativo cuyas fallas hicieron po-sible que la juventud, en masa, se convirtiera en carne de cañón defuerzas subversivas. Ei presidente Díaz Ordaz, quien siempre rehusóreconocer públicamente la miseria real de la democracia rnexicana,admitió, en cambio, sin ambages que existía un profundo deteriorode la educación nacional y fue él quien formuló la estrategia dereforma educativa que sería posteriormente t¡na de las vías utilizadaspor el poder para reintegrar dentro del sistema a los sectores que se

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Page 2: Crisis Universitaria Gilberto Guevara Niebla

insurreccionaron en el 68. Recuérdense las palabras del rv InformePresidencial:

Examinemos ahora, brevemente, el verdadero fondo delprobiema: ra urgencia de una profunda reforma educacional...La concepción en que se apóya ra educaóió" -"*iJu"u ,olo.responde- en parte a los apiemios de "r"ri--ti"_pá-y ,ro ,"ha logrado.siquiera aplicaria cabaimente. Ar habrar de reformaeducacional estoy pensando en la que debe iniciarse en elhogar, continuar en er jardín de ni¡oi, r"g"ir-"n'iu'lrimaria vla se.cundar-ia, pray ectarse al tacrriueidtá,"lbc;';i": estudiosmedios, a los F,rofesionales y.aúT "

t;; á;-;;rcr"á""uüor, " i,sentando en todas las etapas, las bases

"r, qü" ñr-á"

"poyurr"la actitud del ser humano anie ]a "iálv-ru-rá;;i"-Jánauctafrente a sus semejantes.

II

La segunda visión de la crisis educativa floreció en los años siguientesal 68 y tuvo su raíz en un estado partictrlar qu. t

"re-a-on'¿el movi-miento estudiantil casi todas las inititucior,es de edupación r,rp.ri-,

la convulsión política.El movimiento modificó radicalrnente Ia atmósfera interna de esasinstituciones, transformó ("humanizó,,) las r.tr"iá"L, maestro_

a-lurnno, desmistificando la cátedra; despertó una conciencia parti-cipativa sin precedentes en ras masas estudiantile, y ,r, renovadointerés por los probremas nacionales; provocó esiontáneamente.cuestionamientos sobre la función social- de la univerri¿u¿ misma,7:anz6 a miles de maestros y arumnos u ru ,"irit"n.iu-[oüii.u, ,t..Pero estas voluntades y energías desencadenaaas nc-siei,,fie encon-traron un encuadramiento porítico adecuado para su'áesarroflocoherente.

Entre el 68 (la batalla política) y el pos 6g (la ,,paz,,) hay querecordar que existió una ruptura violenta. Tlatelolco ""r"áto

ubr,rp_1r*ente toda posibilidad_de acción política en la calle y redujo al:,i"';i,iento estudiantil a los espacios escolares. Esto proáu¡o, nece-";;rrriente, una situación contracictoria y sin salidá: ta áinámlca

'.¿l r.novimiento era "hacia afuera", su programa se central¡a en lat:i;t:r¡tiófl de la demo cracia nacional y la reprisión le imponía límites¿sfixant_es al bloquearie la acción callejera y recluirio al ¿ímbitoescoiar. I-a situación política había camblado y, .r, consecuencia, elmo'iniento esteba obligado a renovar su programa so pena de su-

cumbir ahogrÍndose en sí misrno. Las vanguar$as po{tiembargo, no lograron comprender esto -Y,-Po'

el contr.ano

pr"i"i-Á"ente radicalizándose y adentrándose en r1n gattejOn si1

ii¿u ¿, desesperación y de impotencia. La urgencia de sus anh

revolucionariós ('1a revolución aquí y ahora") les condujo a

ñar sobre las roáillas insólitas teorías y esquemas Utópico§.

época se desarrolló la guerrilll urbala y aparecieron

cómo la de la 'trniversidad-fábrica", la de o"univer

o .o*o aquella que postulaba al movirniento estuüaRtil

sustituto temporal de la clase proletaria'Una ola de agitación política recorrió los centros- de

superior durantJ tg6g'1974, pero'esta agitación, en la

los casos, fue un fenómeno 'tracia adentro", centrífugo,

de los sectores populares. Los centros educativos superiores

ban entonces iilis incandescentes dentro de un oscuro

indiferencia. En Sinaloa aparecían los "enfermos" e i

medios ¿L infot*a"ión privados (Televisa,-(l -HeraWo;

lanzlt una oampaña intensa de ataques contra'lanal y la actitud de contemporización que aparenternente"gu

,i gáti.-o con los grupos izquierdistai universitarios, ll¡¡1.,.ríi¿u¿ -se decía- !u to se éstudia, sólo se hace grilla'?'Ixtos de este proceso en el que la institución universitaria',

en completa descomposición, sujeta a presiones polÍticas

carenteJ de toda racionalidad y en una profunda bancarrota,¡

mica, se dejaron sentir palpablemente:las fanrilias delabur$tide los sectores medios-más conservadores dejaron de enviár

hijos a las instituciones oficiales de educación superior Y, gn-!,i-l^ l^ r- J^-^il^ ^^ ^^^^l:-,ili"L,*,,,i;-;;,t";" despreciable de la demaridá se canalizó l'S'

univeriidades -y

centros dJ educación privados. L¿ historia había Qü;

do un vuelco rotundo: hacia los años 50, en la époo4 de oro {e-

una era de terror izquierdizante; en la UNAM, alentado n.o;,

autoridades, floreció dL nuevo el porrismo, y lo mismo-suoe.Sj

el trN;en oiras universidades, la mayor parte de las energíá§

se canalizaba hacia la lucha entre f,acciones de izquierda'* Erñ;;".*-á" á.,.¡oro político, acelerado por un glima repiq;1

sivo y pLr el renacimiento del "porrismo", fue gene-rando "d.pl$iiffi á'ü,,iiüffiffi- il;i¿ía- r, ir"tá instñuci.on educatffipunto -á, .*ir.*o de la curva bel desprestigio se dio.ert dícliqml

ña a :'.'l

de 1972, cuando Falcón y Castro Bustos, dos personajry kse apodéraron de la rectbría de la Universidad Naci'onaf ien oicrisis" a una institución que agrupaba a'cerca'de"2001

diantes ( ¡!). La operación fue aprovechada partic]¡1álle+té;rl

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úlád;Ntacional, la calidad de '1¡niversitario" había sido unp-,re¡üg!o social- indiscutible; ahora, a mitad de los 70, serio ,significaba, por el contrario, pertenecer a un mundo

ntemente corroído por la politiquería, la drogadicción,ía, el relajamierito espiritual y la rebeldía nihilista.

ii.aclión y evolución. hacia la oposición de amplios sectores

,principalmente intelectuales- §e vinieron a agregar muyi§r6fgglqs de la crisis económioa. El, derrumbe ae U agricuí-

, el inc¡,emento formidablg de la deuda exterior, elr¡Jolder'lá' producción. industrial, fueron, algunos de losién,'lbs.,qu9.se maniféstó esa crisis. De un lado, el sistema

a través del 68 que la tolerancia de las masas sea sus límites definitivos y que era necesaria una reforma

ra a aflojar los controles económicos y políticos:sobremayorías, so pena de enfrentar en el futuro una heca-

ía si se deseaba tan sólo conservar los ritmos históri-

UI

iifi&;t,lsrqera noción de la crisis educativa surgió durante el sexenioEcheverría y su contenido se, desprendía del proyecto

que intentó poner en marcha este presidente de la

rféxico, como dice Arnaldo Córdova, la crisis política ante-:la crisis económica. A los efectos de la explosión de 1968

s'ocial de proporciones y consecuencias incalculables; de otro,hos ponían en evidencia la necesidad de una restructuración

que habían cristalizado en el largo período desa¡ro-del "Milagro").educativa de Echeverría se desarrolló sobre dos

fufg:§ menos claras: una la constituyó el deseo de las au-,,,'del pafs,Oe conciliarse con los sectóres disidentes del 68,

a',los brazos del sistema y reconquistar así el consenso'ese año fatídico;la otra fue la voluntad de moder.

tomfa y¡la política del país. La primera premisa nosgener1lf I I el incremento formidable que experimentó

15

L

el presupuesto para enseñanza superior; 2] Ia tolerancia (y aunpodría decirse: '1a política de aliento") del Estado hacia iniciativasde restructuración del orden jurídico legal de ciertas universidadeslanzadas por la izquierda y que incluían la implantación en ellas delprincipio de la autonomía o de sistemas de gobierno escotrar; 3]la política de no modificar sustancialmente la tendencia demográficadel sistema de educación superior manteniendo una oferta ampliaclapara beneficio fundamentalmente de los sectores medios urbanos:etc. La segunda de las premisas nos permitiría cornprender el fondoen el que se ubican acciones como la creación de1 coNacYT, lafundación del Colegio de Bachilleres y de la Universidad Autóno-ma Metropolitana, el reforzamiento de instituciones como el Colegiode México, la creación del Ctou, de UPIICSA y de toda una redcompleja de instituciones técnicas agrícolas e industriales destinadasa producir técnicos de nivel medio.

la modemizacií¡ educativa impuisada por Echeverría motivóuna nueva crítica de la educación, pero ésta se centró.en la incapa-cidad del sistema educativo nacional para producir los cuadrostécnicos que el desarrollo capitalista del país estaba reclamando enese momento histórico. En una economía dominada por los mono-polios tra modernizaciót adopta necesariamente un signo tecnocrá-tico. Por sus propias caracteristicas estructurales el sistema educativono podía producir el nuevo tipo de cuadro o funcionario tecnocráti-co de la ernpresa privada y del Estado. La educación superior habíaevolucionado sobre el modelo clásico de la universidad humanístico-liberal y seguía produciendo prof,esionales liberales, al mismo tiempoque los planes de estudios universitarios mostraban en general unalto nivel de obsolescencia en sus contenidos. El sistema requeríarestructurar la universidad misma, despojarla de su antiguo espiritua-lismo, actualizar el saber que trasmitía, vincularla más estrechamen-te con los problemas y nácesidades del desarrollo, etc. Se requeríá1una reforma que rompiera esencialmente con las estructuras tradi-cionales de producoión y transmisión del saber para perfilar a lasuniversidades como palancas efectivas para el desarrollo maferial ycultural del pafs conforme a las necesidades del momento. l

Pero la voluntad oficial modernizante chocó en esta coyunturacon la necesidad que se le planteaba al Estado de restablecer su con-senso político entre los sectores universitarios. La modernización de lasinstitnciones universitarias tradicionales encerraba un conjunto abulta-do de problemas cuya resolución no podía darse sin que se generaran,principalmente dentro del sector magisteriai, situaciones de tensióny polarización entre fuerzas modernizadoras y fuerzas cooservadoras.

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Además, cualquier acto del mismo Estad.o dirigido a señalar las ba-ses de ia modernización sería contemplado por la's masas radicalizadasdel estudiantado como un acto interveicionista y violatorio de

|-'-1, autorrornía universitaria. Todo esto obligó al gouierno echeverrista:r clesarrollar Ia modernización privflegiarid, lJ,rro*ión de ,r.,ru^rnstituciones que fueron concebidas y diseRaclas de acuerdo a rosprincipios tecriocrático!_ en boga. Estas nuevas instit*ciones fueron,por ejemplo, la universidad Autónoma Metropolitana, la universidadde Aguascalientes y er colegio de Bachil.r., 1á" *r"r"r.ru media-superior). En estos centros se pusieron en prictica-ull"no, de iosprincipios básicos.divurgados poi Rudou Atcón ¿"rá. I iog, tares co_rno la selección,rigurosa, ra organización departuá"r,iul, la utihza-

i*.:l*: de la fecnoio[fa educativa"nárteamericana, etc. y,junto a ello,i¿nzaro, algunos trroyectos de innovación (coáo et"aL u u¿nr-Xo-r:iümilcc) que se presentaron como alternativa oiferente de la.opcióntecnocrática convenciorral.i.- Al parecer, una de ras circunstancias más importantes que alentó' la línea de clesarroflo modernizante a través de instituciones de nuevagestación fue el fracaso político que experimentó la administracióndel doctor Fabio Gon,a'ez casanlva en la ,NAM que, en realidad,significó el fracaso de ,na rínea de modernizaclón aeáocrática, notecnocrática, desarroflada desde er interior ,'ir,,o le ia instituóionnrás importante de educación superior del país. Gonzárezcasanovaproyectó una restructuración prógresiva de la universiáa¿ Nacionali-rq,u: in.lyía la creación tle nu.u^ i,stituciones educativas como la[-rniversidad Abierta, la cua] ofrecía ra posibiiid;J;;; que ciertosnúcleos de trabajadores tuvieran acceso a ra educacián superio r y, al* misrno.tiempo, á. q.," ta

""iversida¿ y los estudiantes se vincr¡laranI por primera vez dirictamente al sistema de producc-". Br'rJpr.-yecto también se contemplaba ra creación ¿"r cál"eio á" ci"""¡iriHumanidades, institución de educación *;d; .;;;H; concebidasobre un planteamiento filosófico antipositi;irtdil;á; a,,¿cabarco¡ l¿ enseñanza puramente técnica, o.especializada, con las sepa_raciones artificiales del conocimiento cieniífico y humanístico,, ya "eliminar de raíz ra división der trahajo i"i.lr.t.J¿'qir. ourtu.rtirul.. la percepción de r¿rs totaridaa.r nirio.i.as y naturares,,.* Er ccu esta-ba destinado no só-ro a servir or p".nt. escorar entre ra universidady ia secundaria,

.sino.que se páponía, "¿._¿r,

tár, ,u, propiasternünales educativas de nivel *.Oio y superior.

^ | cr.-en carta de pablo Gonzá7ez casanova al consejo Editorial de laRevisra cw d er no s po r ít ico s rnú-. i q o" t-"ir"ri"'i"ñb; á: ü r¿j.

16

Sin embargo, el proyecto de Garrzílez Gasanova encontróciones adversas que, a la postre, resultaron insuperables;significación intr ínsesa, polftico-académica, las iniciatiVasde la Universidad Abierta adquirieron la dimensión deamenaza contra las estructuras tradicionales de lacontra los intereses del magisterio tradicional conservado¡ i,rlburocracia universitaria. Estas nuevas alternativas instittibiirepresentaban una disminución de la influencia política real de rsectores en el interior de la universidad y, como consecdesarrolló un movimiento de resistencia contra ellas. por süción ideológica, el plan de,González casanova no podía deja{ Í.ü*dri:.poco de concitar la animadversión de los sectores áerechisias ¿til'l n,l,i

creditar a la administración de González casanova en las cu¿e¡*üi¿Hpresentaba a la universidad como víctima del caos, ," uro1.rr"¡g,.¡¡eiljbertinaje, y el recrudecimiento del fenómeno del por.is**,q[¿,lifuera de toda duda, era auspiciado con deriberación po, grüa§liipolíticos oficiales.

doctor González Casanova. El movimiento estudiantil

unai

El vacío vino a completarse con la incomprensión que -r*in*'ililron las fuerzas de la izquierda universitaria'a la administr"riá*lü&ilüili

atravesaba en esos momentos por una etapa de transición critq;$iiliüldesmoralización agudizada violentamente por una segunda rnasaót '.,,iisangrienta consumada por el gobierno el 10 de ¡unió de 1971..Eaii:i,represión había exacerbado las tendencias voluntaristas entre osllil-{igrupos estudiantiles y muchos militantes desesperaoos budgi4iffiiromper la intransigencia oficial acudiendo a for.más de luct¡armásifui¡dicales como era la lucha guerrillera urbana. otros más, reducidc¿ímbito escolar, experimentaban su situación como"una sof,ooicamisa de fuerza en tanto que su foimación política;

;:'"T'*'"*:l',,1T ":f:):Ti: i:'*:*-"',:l,9ir 68 r er z'r: ei,íiiihabía mostrado una sola vía para ra acción política: pára ellos'.1

trl;,i

espacio fundamental de lucha era la calle y el-enemigoá venoei:eia,,;..iel gobierno. obligados a actuar en el senó de h escüelá, estostantes no alcanzaron a vislumbrar el significado político deleducativoi,*o,"doluJ.TH?:?1;',::ffi #ff Si,]Ti?1"¡,*lifl i,:iivv¡¡r.e¡rvr.g.,-,.denunciarlo como un proyecto'.tecnocráticoi,' V r.U,rrgU*;;

"-*i¿-,r,;te de-todo significado revolucionario. En el discúno iz{uierdista:de :

aquellos momentos.la escisión entre .Xo político,, y .1oalcanzaba su máxirna expresión, y este desgarrarnieitu,rr.

Page 5: Crisis Universitaria Gilberto Guevara Niebla

-t'1, ' 'k.

.entüces dominantes entre las füerzas de izquier-gran tributarios de las ctásicas fñul;;. der bconomicismoii;, ,,izquierda universitaria fue ;íctima-á;

-ü"ffi;;ü;,,e irresoluble¡ teniendo a la escuela comá .rp*i"-ü;;:

!;nana la acció¡r, fue incapaz de elevar ,r, prog.*ra reivindiji.-l::Ti el objeto mismo de ta vida escoia, (la edugación).[s condiciones, el-proyecto de Gonz,ítez Casanoü;;;#á¡o,,sentido transformador, estaba destinado a carecer de un,vigoroso de las f,erzas estudiantiles de izquierda. Este pro-desapareció como tal con la renuncia del rector (1973j t ;srciones institucionales --el ccH y la u:liversi¿ia auiórta,

bondenadas en los años posteriores al abandono o a su

";El demrmbe de la administración de pablo Gonzáiez casanovaY;'e IIry extinguió la posibilidad más firme de transformacióni¡ta.uyve¡ydad Nacional que se haya presentado durante la dé-

.de los 70.

, , pon". en cuestión la estructura misma de la institución tmiversitaria.t

:::..,F,, verdad que las iniciativas'lanzadas por el gobiemo de Eche_

f.9.qt1. para crear instituciones paralelas modernas alcanzaron atlw en la práctica en centios como ra universidad Autono-Metropolitana..Incluso se ilegó a pensar en una supuesta estra-llicil era establecer un sistema "drar" que compiendería una

-T:lilucloles nuevas, pequeñas, de alta eficienciiy de elevadosy, f,-rente a ella, otra red integrada por las instituciones

g:--".:t IpN- y-la UNAM que, por ei contrario, manten-ffir,.,tt neasi,fieación, niveles ¿e eficiénc¡á mediocre, y, .oo"tuti§*esh,er"lupuestos. de hambre. Esta política ¿u"firiu pareció

! no,r su propio peso a la caída del rector Gonzá,lez Casa_,acol-tec-iT]ento que parec ía constatar la .Irre formabilidad,,

$niv,e-rsi,Cad Naeisnal. [a uNAM _se deeía* esÉ corO*naJa O.;*-99,1!glante e una polftiea do aban¿"rro nrr-r"ri"'il;il"$óS. es conv-erti-rse en ,tg;;"-.j;;te a las universidades

i":l lT_"d.r.ll.:rT una viáa veget"ativa, semejando ghetos

¿l1lfÍl pul,titlal de jóvenes áesocupador, "rn turio qr"ena académica ha hec.ho desaparecer todi aspiiación de exce_

§¡_eyaba, asimismo, qu" uir" suerte r.-.¡árié1" ;,;;r;;;'"T^:r:y,?rT: l?*o el.rpN y las universidadei de provincia que,

: fl*Í11,,:xperimexra!1n el mismo fenómeno dá ..sobrepoiiti-

§i.Ló,Íl" peto la aparición del sindicarismo universitario en ra escena

lpJl-r-pyiría un rurnbo distinto, insospechado, al desarrollortá;g-ducapión superior. La aparició, y g.n".uli zaciói o.r,i"Ji.¿ir-f*,lll, lg*, de la red de universi¿ádEs púbticas á.ip""

"L" "

IV

Fn realidad, durante casi treinta años,las universidades, pretextantlola autonomía, habían estado negando el ejercicio

"uuJ ¿* ros dere-chos constitucionales de sus traüajad.res, incluyencro er dereciro deorganización sindical, y las autoriaáaes estatales, por su purt*, habíancerradr¡ los ojos ante ros innumerabres atropelro* d"

"uiá"t.r iab.raique tenían lugar en esas instituciones. Esta aceptacion i¿cita de utlorden ilegal en el seno de las universidad*, p;;;;;;; ñ;;,;;ü: t

des estatales se explica, en realirlad, por iaJcarlcterísticas del pacto¡ocial que se estabreció en los anos'40 *"tr. tu, ru.rrr.j"i"l"ctuaresüberales que contioraban ras instituciones universitar.las y el Estadode la revolución mexicana. Resurtado de ese pacto irru r, afirma-ción.de un concepto de autonomía que no sóro irnpedía la inter-vención directa der Estado en Ios asuntos universitarios, sino quutambién cancelaba- er -ejercicio preno de ros ¿e.ect os láboraies. Alexpedirse-la Tey orgárúca de rá u*arvt en r945,se incluyé en ellaun artícrfo (el Artículo 13) que definía ¿, áu""rá-;;ió- eI régi-men legal bajo el cual se norrnarían ras reraciones de la Institución.ron- lrs trabajadores y esta ambigüedad, entr:e ot;-";;;;;fposible que durante casi treinta a¡ás los trabajadore,

""#;i;;#no-hubie¡an podido organizarse en sindicator. p*ro,-*á, uua ¿" iuambigüedad de un artícr1fo de la ley, er sindicalis*o ui"u u imponerrelevancia a una contradicción de ái¿.r, estructur¿r cle ras universi-dades, que encarnaba en la incompatibilidar.r de las estructurasacadémicas (tal y como hasta e,tonces habían sido coircebitlas) yel ejercicio pleno de los derechos iaborales der personJ acao¿rnicoy administrativo contratado por la propia universidad.En la concepción originar de ra estructura de ra universicladmexicana (la concepción que subyace en la Ley Orgánica Ae b.UNAM de t944 y que, de aiguna manera, ha desempen?áo et p"puide modelo para ra orgaruzaiiir de ias demás universictades) no secontemplaba la existencia de organizaciones sindicales de profesoresy trabajadores no académicos. E¡r consecuencia, r,

"prr¡J¿r,

"á"ilsindicalismo produjo ,ecesariamcnte una ¿risls tstrt¡cturar d,e L¡universidad. En la medida efl que el sindicarismo representaba unnuevo factor de poder real y legítimo en el seno ¿e las utversidaries,en esa rnedida se planteaba pafa estas instituciones la ,ecesidad deuna reforma estructurar que impidiera el estancaÁr"ál p*¿tsis

19

Page 6: Crisis Universitaria Gilberto Guevara Niebla

i coiifrontaoi6R' entre autolidades universita'

I que'permitiiía superar las contradiccionesy la pondría bn las condiciones adecuadas

;.,ñiia J**ñ;;i;;;i,$;iil'- ;;.*áv; éricacia i

i u¿rl;,Ui$-¿tei;,,rlil, utgencia en virtud de :trás circunstancias

mff'prtmlrt'aUa I e[ país : de un lado, México : atrave§abapolü¿.er¡im,económica g¡áve, de otro, se habían iniciado

¡r,oeriio, lá Re,forma Folítica,,"qüb se..: perfillban c9m9 un

r:,.de.iesperanz;a de democraüzacién naeional,y, asimismo,

ibntpetroléra anunoiaba la posibilidad de un nuevo impul§o$i'qüe ,podría; dependiendo de ü pa¡ticipaciól rytivl d1las

i,iirterháS,¿e las insütuciones educativas y la prolongación

iÚetra'política siir perspectivas de solucién a corto plazo.

siüücates fueron condenadas como elementos advenedi',,t'éhtros ünivenitarios y iu actividad fue considerada comotadis-u§versiva dirigida a trastornar artificialmente el orde¡..BSta;política hizo posible que en 1977. en ocasión de la

¡;i6e,,,si1'cüristancias significaba, en la pníctica, un' dgsafíd

r la participación polítioa consciente de lés mexicanos, pero;

,*rrtu. rid ,n li"rnudo histórico a las r¡niversdades para

*hificat nüevos derroteros paia el desarrollo del paí§,'Este

rdé su letargo tradicional, se dispusieran a cumpliríi; 'les correspondían cómo factores activos del desarrollo

ltultural y ecoaórnico de México.de ld historia fue esencialmente desoído por las

Lbs dirigentes pniversitarios aplicaron frente al

ó sin¿ic¿ ya.go|Ítica conservadora, de defensa del estatus

irip ,que significó, en la práctica, 1a conservación de las

convocadalpor el sindicato único de la uI'lAM, se

político antisindical en el cual no sólo actuabanmaglsteriales conservadores de la universidad, sino

reaccionarias del capitalismo monopólico, como

Trñ¡inv¡-Sl.. Con la ayuda de estas fuerzas se logró fo¡zarhisiórr-. pptítiea en su cbnfra por, parte del gobierno. Esta deci'io,:sólo Cónsistió en lá solución represiva del conflicto (ia

la eft¡dad Universitaria, desalojó a 1bs huelguistas eeliaXgtriros dirigentes) sino que involucró también un

aiieiero sin precedentes para la Universidad Nacional (elierrto fideral pafa la uNAM en 1980 se elevó a la fabulosa

U,l *monós'de pesos) y una cobertura política oficial

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De hecho, esta decisión del gobierno significó, entre-otras cosasÍel abandono de la política echeverrista que apuntaba a la creación

ran limpias de la ihercia acadér'nica tradicicnal y que se convirtierarie1e.s¿aci9s pq1 la innovación educativa. For ei cintrario, el apoyg[gficial a la política de los dirigentes de la uNAM significó el triún]fo temporal de una política dá consolidación de la

-estructura bási-

ca de la universidad Nacional y de reforzamiento de la concentraciónde recursos en una institución que, no obstante su earácter de nacio-nal,_jamás ha logrado -multituti de factores de todo orden se oponen

" r!9, implantarse de manera significativa fuera de la capital de larepública y organiz* sus funciones conforme a las difereirtes nece-

${a91 regionales. !se. apoyo significó, además, un espaldarazoTdefinitiyo a una política universitaria que, antes que f,l*tearsec.oTo objetivo prioritario la reforma profunda qu. .rJg" la universi- |dad para'ponerse a la altura de las grandes tareas riacionales detr f

momento, postulaba de hecho, como obi"tivo prioritario, el "con-tener la ame¡aza del sindicalisfltro". Toáo eflo'significaba que launiversidad mexicana seguiría en un callejón sin salida. J

Envuelta en una glrera de desgaste iin que se observe solución-ralguna en el horizonte inmediato (la "guerra sindical'); encad.enada ,a un pasado espiritualista y liberal en el que tuvieron á,ry poca ,"- |levancia los grandes problernas materidejde hs masas trába¡adoras'de la nación; abocada a la formación de profesionales que-sigueq_¡viendo en el título sólo un recurso para su provecho in¿iviáq¿f"realizando una actividld {. investigación torlavía pobre y d.rorg"-ruzada; desplazada radicalmente <1e su papel de-"difusora de lacultura" por la presencia. aplastante de- lós medios privados decomunicación de masas; soportando la enorme prerión internaproducida por un incremento sin precedentes ¿e la matrícula;dirigida en muchos casos por grupos de intelectuales que privilegian fla defensa del' orden académico tradicional sobre

-las'"rg"Li., I

nacionales; todo esto impüca que la trniversidad mexicana ü rral"lejos aún

-de cumplir el destino que para ella prefijó don .lusto siro"

cuando afirmaba: "No será la universidad ura pers-ona destinada a aoseparar los ojos del telescopio o del microscopio, aunque en torno aella una nación se desorganice; no la sorprenberi:ála. toma de cons-tantinopla discutiendo sobre la naturaleza dera,luzde Tabor,,.

He aquí, pues,'el último rostro de la crisis.