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Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales ISSN: 0186-0348 [email protected] Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora México Jiménez Guzmán, Héctor Gilberto Guevara Niebla, La libertad nunca se olvida. Memoria del 68, Cal y Arena, México , 2004, 333 pp. Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales, núm. 63, septiembre-diciembre, 2005, pp. 256-261 Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora Distrito Federal, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=319127418016 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Secuencia. Revista de historia y ciencias

sociales

ISSN: 0186-0348

[email protected]

Instituto de Investigaciones Dr. José María

Luis Mora

México

Jiménez Guzmán, Héctor

Gilberto Guevara Niebla, La libertad nunca se olvida. Memoria del 68, Cal y Arena, México , 2004, 333

pp.

Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales, núm. 63, septiembre-diciembre, 2005, pp. 256-261

Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora

Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=319127418016

Cómo citar el artículo

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Sistema de Información Científica

Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

vida local comunitaria. Así, mientras enla ciudad de México, un residente de SanPedro de los Pinos, lo recuerda como "unacolonia de clase media, tranquila, amiga­ble, donde llegaron gentes de muchasparres [. .. ] comenzó a cambiar mucho",en Guerrero, un habitante de El Ocoriroexpresa malestar frente a los efectos delfenómeno migratorio, al señalar "cómogente de otros lugares va a venir aquí amandar" . El análisis de esta aurora nosacercaal contenido político de las identida­des locales, de manera que las percepcio­nes y relaciones entre diferentes se terri­torializan en los lugares de la experienciae influyen alterando las formas de identi­ficación y las relaciones de pertenenciahacia el lugar, transformando los vínculossociales y simbólicos que se establecenentre sociedad local y territorio.

Finalmente, el desafío de contrastardesde la historia oral dos realidades localesque en sus grandes diferencias compartenla entrada a la modernización urbana ysus consecuencias, se logra en este libroque representa una valiosa contribución alestudio de la relación entre espacio, iden­tidad y memoria. Esta relación situada encontextos urbano-regionales estratégicos,de una parte, nos acerca a cómo se crean,se transforman y se reinventan las identi­dades basadas en el lugar donde se cons­truye la experiencia singular y social degrupos diferentes. De otra, nos introducea los procesos histórico-sociales que seproducen en el espacio local modificando

. el paisaje geográfico, la estructura socialy las relaciones comunitarias.

Estos temas convergen en esta obraque nos conduce a pensar en los efectossubjetivos de procesos, políticas y accionesmodernizadoras, así como en los proble­mas socioculturales y de calidad de vida

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que se generan en el espacio local impul­sando nuevas formas de diferenciación yde organización social. Expresiones legí­timas de malestar y temor ante estos pro­blemas alternan con la emergencia de lo­calismos y de formas de intolerancia hacia"el otro" distinto, revelando fenómenosde segregación, de exclusión y de resis­tencia a la diferencia. En lugares caracte­rizados por la heterogeneidad y por ladesigualdad, estos aspeCtoS nos proponenponer atención en las relaciones de con­flicto y de cooperaci ón que emergen enel espacio local. Estas aluden al contenidopolítico de las identidades locales y a loque significa ser ciudadano en el espaciourbano contemporáneo.

Patricia Ramírez KuriINSTITIJrO DE INVESTIGACIONES

SOCIALES- UNAM

Gilberto Guevara Niebla, La libertad nun­case olvida. Memwia de16S, Cal y Arena,México , 2004, 333 pp.

La historiografía del movimiento es­tudiantil de 1968 integra múltiples dis­cursos con diferentes especificidades ar­gumentativas y, sobre todo, desigualescondiciones de profundización, reflexióny difusión. Sin embargo, no obstante elreconocimiento de la multiplicidad, haydos cosas que son de llamar la atención.La primera es que en la producción delconocimiento histórico sobre el 68 me­xicano, el testimonial parece ser uno delos formatos más socorridos.' La segunda

1 En el catálogo "Bibliografía sobre el movimien­to estudiantil mexicano de 1968", realizado por el

RESEÑAS

es que en los últimos años existe una ten­dencia argumentativa que pareciera serincuesrionable. El movimiento estudian­til de 1968 es visto como un corte obliga­do en la comprensión de la historia mo­derna de México porque se lo considera eltrastorno inicial de las estructuras del ré­gimen posrevolucionario para encauzar laformación, a mediano y largo plazos, denuevas formas de relación entre la socie­dad y el Estado. Léase la democracia po­lítica que hoy ¿gozamos?

Dentro de estos dos márgenes se ins­cribe La libertad nunca seolvida. Memoriade! 68. Uno: porque es un testimonial,una trinchera textual desde donde su au­tor, Gilberco Guevara Niebla.? hace elrecuento de aquel proceso histórico, re­construye hechos con fuentes y recuerdos,deslinda responsabilidades y reparte cul­pas de los errores y las tragedias. Dos: por­que es, nuevamente, un testimonial quehabla de un 68, el de los liderazgosque encauzaron la acción colectiva desdeel Consejo Nacional de Huelga (CNH) ycomprendieron, según palabras del autor,"la necesidad de dar una lucha políticademocrática en protesta contra los excesos

Instirurode Investigaciones Bibliográficas de la UNAM,

se consignan 257 referenc ias sobre el tema, clasificadasde la siguiente manera: test imonios (56 t ítulos),ensayos generales (51) , tesis (27), literatura y artes(49), recopilación y carálogos (24) , números mo­nográficos (14) , gtabaciones (27), páginas electróni­cas (9). Véase Ana María Sánchez Saénz, "Bibliogra­fía sobre el movimiento estudiantil mexicano de1968" en Silvia GonzáJez Marín (coord.), Diálogosso­breel 68, lIB-UNfu\l, México, 2003, pp. 147 -170.

2 Quien es reconocido por ser uno de los líderesmás visibles del movimiento estudiantil de aquellosaños. Según versa la solapa del texto, este personaje hatrabajado por más de 25 años en el campo de la edu­cación como profesor, investigador y funcionario.

RESEÑAS

de poder y en defensa de las libertaclespolíticas" (p. 104). Yes que hay que decirque el reconocimiento del 68 como puntade lanza de la "experiencia democrática"posterior es ya un ejercicio habitual. Esuna legión el número de intelectuales (noimportando su matiz ideológico) que re­conocen en el movimiento estudiantil deaquel año el primer ensayo ciudadano enla historia reciente de México. Bajo estalectura se generan ejercicios de memoriaque --como el de Guevara Niebla- reite­ran la institución de un relato frente al quepareciera no haber lugar para la polémica.Por ejemplo, en un número reciente dela revista Nexos, Rolando Cordera presentauna reseña al texto que aquí nos ocupa yhace saber que La libertad nunca se olvidaguarda la esencia del testimonio de "lamejor y más valiente de aquellas genera­ciones que abrieron la puerta para el Mé­xico democrático que hoy tenemos"." Ysí, efectivamente, a través de más de 300páginas, Guevara Niebla inscribe su relatopersonal con el gran relato social y polí­tico que parece ser la lectura dominantesobre aquellas intensas jornadas de julio aoctubre de 1968: la lucha contra el autori­tarismo de Estado en pos de una auténticaapertura democrática.

Frente a esto, ¿qué relevancia tiene en­tonces otro libro sobre el 68 (uno más) sise trata de un testimonial (uno más), cu­yo argumento central es (como el de otrosmás) la ecuación movimiento estudiantilde 1968-democracia? En la contraporta­da de La libertad nunca se olvida, RobertoDiego Ortega intenta contrarrestar nues­tras sospechas y, con ánimo mercadotéc-

; Ro lando Cordera Campos, "Gilberto Guevaray la memoria límite del 68 ", Nexos, núm. 32 5, enerode 2005, México, p . 83.

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nico, afirma que este nuevo libro de Gue­vara Niebla constituye "el más importan­te aporte al estudio del México de 68" .Si bien es cierto que confirmar tal aseve­ración es un exceso, sí creemos, sin embar­go, que el texto arroja más cosas de lasque se pueden esperar de él-o de las que,incluso, su autor quiso que se esperaran-,pues ayuda a ir configurando preguntaspara todo aquel interesado en profundizaren la forma en la que se han ido constru­yendo algunos de los discursos que hanhegernonizado el conocimiento históricosobre el mítico 68. En este sentido, pen­samos que la relevancia del texto no esprecisamente la visión del autor en tantouno de los protagonismos más visiblesdel movimiento estudiantil." Si bien escierto que la visión de Guevara Nieblaconstituye un testimonio central paracomprender la lógica del burópolítico delmovimiento desde una perspectiva endó­gena,? lo que resulta en verdad relevante

4 Lapostura definida en La libertad nunca seolvidatiene su ante cedente en La democracia enlas calles. Cró­nica del movimiento estudiantilmexicano, publicado en1988, y posteriormente en 1998, por Siglo XXI. Eneste texto, el auror inserta la experiencia del 68 enuna trayectoria más amplia del movimiento estudian­til, de un periodo que va de 1958 a 1987. La diferen­da entreambos textos no se encuentranecesariamenteen el eje argumenrativo, sino más bien en el formato,pues mientras que La democracia enlascalles da cuentade un relato colectivo, el texto que nos ocupa ahora esabiertamente una memoria personal que se inserta enun relato colectivo.

5 De hecho, buena parte del libro se dedica a res­ponsabilizar al sectarismo de la izquierda radical comola principal causa de la falta de efectividad del Con­sejo Nacional de Huelga (CNH) y como una de lascausas esenciales del fracaso inmediaro del movimien­to. En este sentido, tampoco son nuevas las recri­m inaciones de diversos liderazgos del CNH hacia per-

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es la manera en la que el autor estructurala narración y busca hacerla correspondercon la historia política pos-68.

La constante reiteración de que el mo­vimiento estudiantil constituía una luchapor los derechos políticos y la aperturademocrática del régimen pareciera res­ponder a la intención de consolidar, a tra­vés del relato, al movimiento estudiantildel 68 como la inauguración de un hori­zonte de expectativa democrática para lostiempos que siguieron. Desde la fraseconla que abre el libro, Guevara Niebla noshace sospechar sobre las implicacionesque tiene la corrección política del pre­sente en el procesode escritura del pasado:"Nunca en mi interior dejé de creer queMéxico era un país de leyes e institucio­nes". El movimiento estudiantil que des­cribe Guevara Niebla parece ser una van­guardia adelantada a su época que,aunque por momentos fue "secuestrada"por el sectarismo extremista, buscaba entodo momento deslindarse del ideologis­mo revolucionario e inaugurar una nuevarepresentación de la acción colectiva queluchara -en el campo de la legalidad ylas instituciones- por el respeto a las ga­rantías individuales. Se trata de una van­guardia que renegaba del romanticismorevolucionario, enarbolaba para sí la no­menclatura de sociedad civil y reivindica­ba la construcción de una identidad deavanzada:

¿acaso la prosperidad material (que, recor­demos, debe relativizarse porque junto con

sonajes específicos. El ejemplo más conocido (reiteradouna y otra vez en el texto) es el señalamiento de Gue­vara Niebla -v otros ex líderes estudiantiles- a Sócra­tes Campos kmus como agente gubernamental infil­trado en el movimiento.

RESEÑAS

ella habían crecido la miseria y la desigual­dad) no se hahía logrado a cosra de sacrifi­car los uaiores sagrados de la libertad y la de­mocracia' ¿Acaso no era cierto que las leyesy e! poder judicial se hallaban posrradosante el poder ejecutivo? ¿Acaso existía enMéxico una auténtica libertad de prensa'¿Acasohabía respeto por el sufragio' ¿Acasono era cierto que había mexicanos que pa­decían prisión por disentir ideológicamentedel PRI' (p. 86)6

El lenguaje y la cultura política delmovimiento estudiantil que refiere Gue­vara Niebla nos describe un espacio deexperiencia que no corresponde con uncontexto histórico-social (al cual alude elmismo autor en diversas ocasiones) dondela participación política era incipiente,dado que las vías institucionales para ellose encontraban centralizadas a la lógicadel partido de Estado y al autoritarismoviviente de la figura presidencial. De estemodo, no podemos evitar preguntarnos¿de qué manera, en medio de dicho con­texto, era posible la configuración de unacultura política como la que menciona elaurorr, ¿de qué manera era posible, enmedio de un horizonte cultural donde larevolución era un paradigma vivo, pasarpor alto "el canto de sirenas" que ofrecíael discurso radical de esos años? Así, ladescripción de Guevara Niebla en tornoa los planreamientospolíticos de él y lossuyos no deja de sorprendernos:

La batalla era política. Loque se necesitabaera conquistar a la opinión pública para lacausa de la ley, la democracia y la civilidad.Loque estaba en juego no era la revolución,sino una verdadera apertura del país a la

6 Lascursivas son mías.

RESEÑAS

democracia, una renovación de! espaciopolítico nacional, una nueva relación entreel Estado y la sociedad . Ésta fue la divisiónque surgió en el seno de! Consejo y quetendría graves consecuencias en el futuro(p. 137).

En este camino, La libertad nuncaseolvidaconfigura así un campo discursivoque podríamos caracterizar como liberal­democrático-progresista. y, en el proceso deesa construcción, se van acomodando loshechos, las circunstancias y los personajesen correspondencia con el paradigmaideológico en el que, no ran sutilmente,se inscribe el autor. En este orden deideas, podemos afirmar que la memoriadel 68 de Guevara Niebla dibuja dossujetos discursivos: Nosotros y Ellos. Paraél, la identidad que nacía en esosmomen­tos no era la identidad gremial, identidadde estudiantes en cuanto tales, sino laidentidad ciudadana. El estudiante de1968, nos dice, actuó como ciudadano deMéxico que cumplía con sus deberes re­publicanos. Su objetivo no era la universi­dad o la educación, su principal meta erala reforma democrática de la república(p. 118). Nosotros fuimos (¿somos?)demó­cratas y liberales por convicción, ciuda­danos emergentes que en medio de lacoyuntura sesentayochera ensayaron el ejer­cicio de sus libertades políticas. Fuimos(¿somos?) inicio de lo que con los añosestaba por venir: democracia formal yapertura del régimen.

Algo que es de suma importancia eneste campo identitario del Nosotros es lacentralidad que adquiere el rector JavierBarros Sierra como personaje puntal desu relato. Las acciones del rector, afirmaGuevara Niebla, pusieron en evidencialos excesos gubernamentales -hubieran

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tenido o no intención provocadora- y co­locaron en el centro del debate políticoel problema de la democracia, la cuestiónde las garantías individuales , el asuntodel Estado de derecho, de los límites en eluso de la fuerza pública, así corno la lega­lidad de las intervenciones militares enasuntos civiles. Esta nueva percepción sedifundió extensamente en la sociedad yentre los mismos estudiantes de la UN AM,y fue el detonador principal del movi­miento estudiantil de 1968 (p. 9R).

Por otra parte, a la construcción dis­cursiva del Nosotros está la contraparte delEllos. En este sentido, se hace una seriede precisiones respecto a la conformacióndel Consejo Nacional de Huelga (CNH)debido a la marcada influencia que enéste ejercieron grupos de izquierda radi­cal, desvirtuando así la verdadera lógicareivindicativa del movimiento: luchar porlas libertades políticas frente al ejerciciodel autoritarismo de Estado. De esta ma­nera, el autor pone en un mismo costalal régimen autoritario encarnado en la fi­gura de Díaz Ordaz, a la teoría de la cons­piración orquestada desde la Secretaría deGobernación y a la ideología sectariade los izquierdistas radicales que obstaculi­zaron el buen funcionamiento democrá­tico del Consejo Nacional de Huelga.

Aquí radica otra de lasprincipales pis­tas que el libro ofrece en busca del mapahistoriográfico del 68. Guevara Niebladiversifica al sujeto discursivo antagónicodel movimiento estudiantil, pues la his­toria que construye reitera, junto con otrashistorias sobre el 68, la caracterización deun antagonista endógeno, un enemigointerno: izquierdistas-radicales-sectarios­sobrados de ideología-irracionales a quie­nes el autor atribuye la (ir)responsabilidadhistórica del sectarismo y el fracaso (in-

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mediato) del movimiento y, de paso, losconvierte en sus principales piezas argu­mentativas para aludir a la teoría de unaconspiración provocada desde altas esferasgubernarnenrales.?

La caracterización del antagonista en­dógeno comienza a dar datos interesantessobre la configuración interna del movi­miento y hace cuestionar sobre las histo­rias que aluden a una historia rotal y uni­direccional del CNH. Guevara Niebla poneel dedo en un renglón que ha sido obvia­do y que, consideramos, merecería unamayor atención, pues si bien alude a lademocracia como el motor ideológico delmovimiento, también termina por reco­nocer (en una nota a pie de página) que lademocracia en el interior del CNH nuncafue efectiva (¡claro está! por culpa de losizquierdistas radicales):

Es verdad que un rasgo distintivo de 1968fue la dispersión de la acción estudiantilgracias a la relativa autonomía de las escue­las y, sobre todo , por la acción de las briga­das. Cada estudiante o cada brigada par­ticular vivieron su "movimiento". Tambiénpuede afirmarse, con cierra raz ón, que lamovilización estudiantil tuvo orros conteni­dos (culturales, éticos, de realización perso­nal, erc.) distintos a lo político. Hay quienafirma con argumentos que en 1968 "nohubo dirección". POt encima de rollo esto,yo sosrengo que el CNH tornó decisiones,

7 Según Guevara Niebla la provocación podía re­ner dos propósitos posibles: 1) Una estrategia de re­presión preventiva que pretendía descabezar a la iz­quierda en la antesala de losJ uegos Olímpicos que serealizarían en octubre del 68, 2) la emergencia de unconflicto de tal magnitud favoreceríael protagonismopol ítico de Luis Echeverrfa, el secretario de Gober­nación,

RESEÑAS

unas veces acertadas, otras veces equivoca­das, pero esas decisiones afectaron en con­junto el destino del movimiento. Por otrolado, es verdad que formalmente operabaun principio de democracia interna, perosu funcionamiento no fue nunca muy eficazy la comunicación entre el CNH y las asam­bleas escolaresde la base fue, por momentos,casi inexistente. En esas circunstancias, la"democracia" del movimiento no pasó deser un mito (p. 100).

El texto comienza ytermina con elrelato de los sucesos del 2 de octubre. Co­mienza evidenciando el desconcierto delautor frente a los hechos de represión enun país "de instituciones". Termina conuna frase que alude a los efectos de la re­presión en la consolidación futura de "lasinstituciones";

La masacre [concluye Guevara Niebla] tam­bién contribuyó a la ctisis de las universida­des y a que México perdiera a una genera­ción completa de líderes políticos, de formaque la transición a la democracia siguió, nopord camino directo quepropusieron los estudiantesde 1968, sinoa travéJ de una senda tortuosa,complicada y costosa, porla quedesde hace másde 30 años caminamos (p. 326).8

Así, con memoria a veces detallada, avecesvaga, a vecesfundamentada en fuen­tes documentales explícitas, a vecessopor­tada en discursos, entrevistas o pláticasde las que no hay referencia alguna másque la "buena fe" del autor, la memoria deGilberto Guevara Niebla (que como todaslas memorias se arma de pedazos sueltos)constituye una referencia muy interesante

8 Las cursivas son mías.

RESEÑAS

para comenzar a problernatizar la historiadel 68 mexicano. Más allá de responder,La libertad nunca se olvida propicia pre­guntas sobre la inrencionalidad y apropia­ción de los discursos históricos sobre elmítico 68.

Héctor Jiménez GuzmánUNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE LA

CIUDAD DE MÉXICO

Jan Rus, Rosalva Aída Hernández y Shan­nan 1. Mattiace (eds.), Mayan Lives andMayan Utopias. Tbe Indigenous Peoples o/Chiapas and tbe Zapatista Rebellion, Row­man & Littlefield Publishers, EstadosUnidos, 2003.

La idea de nación que desde el siglo XIX

se ha construido en nuestro país deja pocoespaciopara la alteridad y apunta a homo­geneizar étnica y culturalmente a una po­blación con raíces y trayectorias históricasdiversas. Dentro de tal escenario, la igual­dad de todos los mexicanos sigue consti­tuyendo un acto de fe, que se ampara enpreceptos constitucionales con poca inci­dencia sobre la marginación de la que hansido objeto los pueblos indígenas.

Empobrecidas y marginadas, muchasde las comunidades han tendido a repro­ducir formas de convivencia ancestralesy han mantenido elementos identirariosque les permiten distinguirse entre sí.Por la vía de los hechos, han ejercido cier­tas dosis de autonomía que, más que re­flejar el reconocimiento de un derecho,dan cuenta de los límites de la acción es­tatal sobre espacios societales con princi­pios y lógicas de funcionamiento diver­gentes del proyecto republicano sobre elque se erige nuestro sistema político.

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