COSMOVISIÓN PARA EL DESARROLLO PROFESIONAL

Cada día en el mundo surgen diversas problemáticas. En lo que respecta a lo laboral, los

seres humanos pueden enfrentar infinidad de retos, pero como profesionales cristianos los retos

son mayúsculos, puesto que el mundo no está formado para este tipo de personas, se piensa por

naturaleza que gana el más fuerte, sin importar lo que lleve a su paso. Y esto no va con los

principio del cristianismo.

Muchas veces las circunstancias por las que se enfrentan, pueden poner en tela de juicio la

relación laboral del creyente, sin embargo, a menos que se cumpla con ciertos principios, se

encontrará el éxito y relación laboral deseada.

El trabajo es una actividad muy importante, por lo tanto no debiera convertirse en rutina,

y cada tarea a realizar por muy humilde que sea se debiera hacer como si fuera lo más importante

en el mundo, porque puede ser que de ello aunque sea pequeño dependa todo lo demás.

Como profesional me puedo enfrentar a diversas circunstancias, pero creo firmemente

que con la ayuda divina, podemos salir más que vencedores. ¿Cuáles son entonces los desafíos de

un profesional cristiano y, cómo debo actuar frente ellos?

1.- Mi relación vital con Dios. Creo firmemente que para tener éxito en todo es necesario

mantenerme cerca de quien me puede ayudar, esto a partir de una plena comunión, por medio de

la oración y estudio de la Biblia, principalmente.

2.- El día de reposo es uno de los grandes desafíos, el defender mis principios religiosos

pese a todo, me define como persona, es lo que me distingue como adventista, las personas

deben conocerme por ello.

3.- El estilo de vida. Este representa mi forma de ser y actuar frente a cada situación, debo

distinguirme de los demás, cuidar mi cuerpo, mis compañías, actuar con generosidad, valorar a las

personas y respetar su forma de pensar; seguir la recomendación de poner en práctica los ocho

remedios naturales.

4.-La honestidad debe ser un aspecto que se debe reflejar en una persona que cree en

Dios, hoy día este valor es muy requerido en el mundo laboral, pues cada de ves se descubren

casos, donde los trabajadores no actúan de forma honesta en cuestiones especialmente de dinero

y aspectos de comunicación. “Mas sea nuestro hablar: Sí, sí; No, no: Porque lo que es más de esto,

de mal procede” Mt. 5:37; Pérez M, 2000. Menciona que “Las personas de verdadero valor no

necesitan de ningún artificio para destacarse”

5.-Madurez para el crecimiento: sin duda para que una persona pueda dar lo mejor de sí,

debe atender a un esfuerzo perseverante, esto permitirá situarse frente a oportunidades de

avance laboral, es aquí, cuando entra el actuar con inteligencia, teniendo ideas claras de lo que

soy, y lo que deseo y conducirme de acuerdo lo que Dios me aconseja que haga.

6.- Compromiso. Ya decía Napoleón: “No se ganan batallas con buenos deseos”, debemos

atrevernos a hacer las cosas en el momento que se necesita, esforzarnos y luchar para cumplir de

la mejor manera con nuestro trabajo, de manera recta, sensata, prudente y valiente,

comprometiéndonos a pelear sin cobardía, pese a cada situación.

7.-Entusismo. Es necesario encontrar vitalidad dentro del trabajo. Siendo Dios el único que

puede poner la verdadera alegría y gozo en la vida del ser humano, para poder vivir con los

aspectos positivos de la vida, es necesario asegurarse de que Dios vive en nuestro corazón para

poder compartir este gozo con nuestros compañeros.

8.- Actualización de habilidades. Rodearme de personas más capaces que yo, para

aprender de ellas, claro sin hacer menos a quienes están por debajo de mí. A la vez actualizarme

diligentemente, por medio de cursos y seguirme preparando en lo laboral, social, mental y

espiritual, poniendo en práctica lo que el sabio Salomón nos aconseja en proverbios 4: 7 y 8

“sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.

Engrandécela y ella te engrandecerá; ella te honrará cuando tú la hayas abrazado”.

9.- Apoyo y formación. Como cristianos apoyar a nuestro prójimo es la distinción, no debo

ser egoísta con lo que sé, más bien es necesario estar dispuestos a enseñar y compartir mis

conocimientos, movidos por la simpatía y amor hacia los demás, haciendo el bien, dejando atrás la

presión de los demás.

Creo que es necesario entonces proseguir por el camino del bien, sin abandonar la lucha

aunque las dificultades asechen nuestra vida, sin desmayar, para entonces decir como Pablo: “He

peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás me está guardada

la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también

a todos los que aman su venida” 2 Timoteo 4:7, 8

Las circunstancias, problemas y retos que a diario nos enfrentamos, no debieran ser una

excusa por el fracaso obtenido, sino más bien un afirmación de que, a pesar de ello podemos ser

ejemplo de éxito, con la ayuda de nuestro Dios.

Referencias

Pérez M, Braulio. (2000), La conquista del éxito. APIA, México.

Santa Biblia. (2010), Reina Valera.

White, E. (1993). La Educación. Bogotá: APIA.

White, E. (1993). Mente Carácter y Personalidad. Tomo I. Buenos Aires: Asociación Casa Editora

Sudamericana.